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EL PAGO
I. CONCEPTO
El pago está regulado en el Título 14 del Libro IV del C.C. en el inciso 1 del Art. 1567
y, específicamente, desde el Art. 1568 al 1626.
Como se advierte, el Título 14 del C.C. emplea las expresiones pago y solución como
sinónimas, de modo que jurídicamente la expresión pago tiene una acepción mucho más
amplia de la que se le otorga en el lenguaje vulgar, dado que comprende la obligación
de dar una suma de dinero.
Es en atención a esta definición proporcionada por el Art. 1568 del C.C. que autores
como don Luis Claro Solar sostienen que el pago más que estudiarse a propósito de los
modos de extinguir las obligaciones debería estudiarse a propósito de la teoría del
cumplimiento de la obligación. Distinto es que a propósito del cumplimiento de la
obligación se produzca su extinción, pues es un efecto secundario.
El pago es una convención, esto es, un acto jurídico bilateral que requiere para nacer
a la vida del derecho el concurso de las voluntades de dos partes;
El pago no es un contrato, toda vez que no crea derechos y obligaciones sino que es
una convención cuyo objeto es extinguir derechos y obligaciones.
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Cabe señalar que tratándose de las obligaciones de dar el pago equivale a la tradición
de la cosa cuyo dominio se está transfiriendo o sobre la cual se está constituyendo un
derecho real distinto del dominio, como se verá más adelante.
El Pago Parcial, en cambio, es aquel que importa un cumplimiento tan sólo imperfecto
de la obligación respectiva, extinguiéndose la obligación en aquella parte que fue
cumplida, subsistiendo en el saldo insoluto.
Pago Voluntario es aquel que efectúa el solvens de propia iniciativa sin necesidad de
ejercer en su contra las acciones que la ley confiere al acreedor para lograr su
cumplimiento.
El Pago Forzado resulta del ejercicio de las acciones que la ley confiere a la persona del
acreedor contra el deudor para lograr el cumplimiento de la obligación.
El Pago Sujeto a Modalidad es aquél en que falta en alguna de las partes el elemento
voluntariedad. Existen dos tipos de pagos sujetos a modalidad; el pago por subrogación
y el pago por consignación.
El Pago Causado es aquél que tiene una causa, esto es, se efectúa porque existe una
obligación civil o natural que le sirve de antecedente.
Estas calidades son asumidas normalmente por acreedor y deudor de las obligaciones
respectivas, lo que no impide que quien efectúa el pago sea una persona distinta del
acreedor y deudor.
EL SOLVENS
El solvens es aquella persona facultada para realizar el pago. Resulta posible agrupar
las personas que pueden efectuar el pago en tres categorías:
Esta es la situación normal, dado que el deudor debería ser la persona más interesada en
que la obligación se extinga. Se considera que la obligación la paga el deudor cuando la
cumple personalmente u otra persona a nombre y por cuenta de él.
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Bajo la expresión “deudor” se entiende la persona del propio deudor, sus herederos,
legatarios y representante legales.
El efecto principal es que se extingue la obligación y, por disposición del Art. 1610 nº 3,
el codeudor goza de la acción subrogatoria para dirigirse en contra el deudor, dado que
pasa a ocupar el lugar del acreedor.
Este es uno de los casos de pago por subrogación que se estudiará más adelante. Por el
momento cabe señalar que la subrogación es la sustitución de una persona o cosa por
otra persona o cosa que pasa a ocupar la misma situación jurídica que la anterior. Por
consiguiente, si paga el codeudor pasa a ocupar la misma situación jurídica del acreedor
y podrá dirigirse contra el deudor.
El codeudor subsidiario o fiador es aquella persona que junto con el deudor principal
se encuentra obligado al pago en términos tales que el si el deudor no cumple está solo
obligado a la parte o cuota en que se ha constituido como fiador.
Lo cierto es que esta posibilidad tiene una excepción contemplada en el Art. 1572 inc 2
referida a la obligación de hacer no fungible.
Cabe recordar que los hechos al igual que las cosas pueden ser fungibles y no fungibles.
Las obligaciones de hacer no fungibles son aquellas en que se debe un hecho para
cuya ejecución se requiere determinadas talentos y aptitudes que sólo tiene la persona
del deudor. Por consiguiente, en este caso se excluye la posibilidad que un tercero
pague la obligación del deudor en contra la voluntad del acreedor, dado que al acreedor
no le es indiferente que la obligación la cumpla un deudor o un tercero.
2º Que el tercero pague una obligación a sabiendas o con pleno conocimiento que paga
una obligación ajena.
Si por error paga una obligación ajena creyendo que paga una propia estamos frente al
pago de lo debido, de modo que el tercero que paga no podrá subrogarse en la persona
del acreedor y deberá repetir contra el acreedor que recibió el pago de lo no debido.
Los terceros que pagan una obligación pueden encontrarse en alguna de las siguientes
situaciones:
La importancia de distinguir estas situaciones radica en los efectos del que paga.
El tercero que paga con el consentimiento expreso o tácito del deudor goza de la acción
subrogatoria en virtud del Art 1610 Nº 5 y de la acción derivada del mandato
contemplada en el Art. 2158 nº2.
La acción derivada del mandato resulta procedente, toda vez que se ha entendido que
existiría un mandato del deudor y que éste debería reembolsarle al acreedor los gastos
en los que ha incurrido con motivo de la ejecución del mandato.
En aquellos casos en que el tercero paga sin el consentimiento del deudor estamos ante
una agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos que es un cuasicontrato por el cual
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una persona que administra sin mandato los negocios ajenos de alguna persona, se
obliga para con ésta, y, la obliga en ciertos casos. (Art. 2286).
Si el agente oficioso ha actuado sin la negativa expresa del interesado no tiene derecho
de reembolso contra el interesado sino en cuanto la gestión le ha sido más útil. Si la
gestión se ha hecho aún en contra de la negativa expresa del interesado no tiene derecho
de reembolso sino en cuanto la gestión le ha sido útil.
Existen dos disposiciones que se refieren a esta situación y que ha dado lugar a una
discusión doctrinaria. Se trata del Art. 1574 relativo al pago y del Art. 2291 a propósito
la agencia oficiosa.
El Art. 1574 dispone que el tercero que paga contra la voluntad del deudor no tiene
acción de reembolso y eventualmente puede subrogarse si hay acuerdo.
El Art. 2291 por su parte dispone que el que administra negocios ajenos en contra del
interesado no tiene derecho de reembolso en cuando le hubiere sido útil. Así ocurre,
por ejemplo, si de la gestión ha resultado la extinción de una deuda, que si ella hubiera
debido pagar el interesado.
1º LEOPOLDO URRUTIA postula que si la gestión es útil se aplica el Art. 2291 y sino ha sido
útil el Art. 1574.
Sin embargo se ha criticado, toda vez que el Art. 1574 es categórico y no distingue si la
gestión ha sido útil o no.
3º LUIS CLARO SOLAR indica que no hay contradicción entre estos artículos porque el Art.
1574 no otorga acción de reembolso y el Art. 2291 tampoco, sino que confiere una
acción In Rem Verso que autoriza al interesado a demandar todo aquello en cuanto le
haya sido útil la gestión, que no necesariamente equivale al reembolso.
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La obligación de dar es aquélla que tiene por objeto transferir el dominio o constituir
otro derecho real sobre ella. Tratándose de la obligación de dar el pago equivale a la
tradición, entendiendo por tal, de acuerdo al Art. 670, el modo de adquirir que se
perfecciona por la entrega que hace una persona a otra habiendo facultad e intención
de transferir el dominio, y por otra capacidad e intención para adquirirlo1.
El Art. 1575 inc 1 del C.C. prescribe que el pago no es valido sino en cuanto el que
paga es dueño de la cosa pagada.
La expresión no es válido no es acertada, dada que el pago es válido, lo que ocurre que
es inoponible al verdadero dueño.
El Art. 1575 inc. 2 dispone que no es válido el pago en que se debe transferir la
propiedad sino en cuanto el que paga tiene capacidad de enajenar. En este caso el
término está correctamente empleado, porque la sanción es la nulidad absoluta o
relativa.
1º No se extingue la obligación del deudor, de modo tal que el acreedor podrá exigir al
deudor el cumplimiento de la prestación.
2º El pago es válido, pero inoponible al verdadero dueño, quedando a salvo los derechos
del verdadero propietario mientras no se extingan por prescripción.
No obstante lo indicado con anterioridad existen casos en que el pago efectuado por
quien no es dueño es válido. Así ocurre en los siguientes casos:
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2º Si quien paga con una cosa de la que no es dueño adquiere con posterioridad el
dominio de ésta por prescripción.
Este mismo efecto está establecido a propósito de la tradición en el Art. 682 que señala
que si el tradente adquiere el dominio con posterioridad a la tradición se entenderá
haberse transferido el dominio desde el momento de la tradición.
¿Existe la posibilidad que el pago efectuado por una persona incapaz se valide
posteriormente?
Existen dos casos en que el pago efectuado por una persona incapaz se valida
posteriormente. Estos casos son los siguientes:
De acuerdo al Art. 1576 del C.C. el pago debe hacerse al accipiens, esto es, a aquella
persona facultada para recibir válidamente el pago extinguiéndose la obligación. Esta
persona puede ser el acreedor propiamente tal, sus representantes y el poseedor del
crédito.
1º El Acreedor. Por acreedor se entiende no sólo la persona natural del acreedor sino
también los herederos, legatarios y cesionarios del crédito.
La regla general es que el pago debe hacerse al acreedor y que éste sea válido. Sin
embargo existen tres casos de excepción contemplados en el Art. 1578 en que no
obstante hacerse el pago al acreedor, el pago es nulo. Estos casos de excepción son los
siguientes:
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Véase apuntes de Sujetos del Derecho 2005 sobre el saneamiento de la nulidad absoluta y relativa.
(Clase de 19 y 25 de Octubre de 2005).
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La contraexcepción a este caso que hace volver a la regla general y valida el pago
efectuado a la creedor aún cuando éste sea incapaz es que el deudor pruebe que la cosa
pagada se ha empleado en provecho del acreedor y este provecho se justifique de
acuerdo al Art. 1688, esto es, que lo pagado o adquirido por el pago le ha sido necesario
o sin serle necesario subsista y quiera retener lo pagado y adquirido por el pago.
Existe el llamado Derecho de Prenda General del acreedor en virtud del cual el
acreedor para satisfacer su acreencia puede dirigirse contra todos los bienes del deudor,
salvo los inembargables, de modo tal que puede embargar un crédito del deudor.
Es importante recordar que en virtud del embargo los bienes y créditos salen del
comercio humano. De allí que el Art. 1464 nº 3 señale que existe objeto ilícito en la
enajenación de las cosas embargadas por decreto judicial y el Art.1578 nº 2 señale que
no es válido el pago si el juez ha ordenado embargar la deuda. Si estas disposiciones
no existieran quedaría burlado el embargo al enajenar el crédito el ejecutado o recibir su
pago.
La retención de bienes es una medida precautoria regulada en el Art. 295 del C.P.C.,
norma ésta última que prescribe el pago debe quedar retenido en poder del deudor, del
demandante o de un tercero.
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Véase Apuntes de Sujetos del Derecho de la clase de 26 de octubre de 2005 relativa a las excepciones al
efecto de la nulidad entre las partes.
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En este caso debemos entender por concurso a la quiebra. Esta disposición no es más
que la aplicación al pago de la nulidad de los actos ejecutados por el deudor después de
la declaración de la quiebra.
El pago efectuado al representante del acreedor se valida en virtud del Art. 1448.
Son representantes legales aquellos que están facultados para percibir el pago por el
sólo ministerio de la ley y son designados para este efecto porque el representado es
incapaz de valerse por si mismo.
El Art. 1579 indica quiénes pueden recibir válidamente el pago, señalando que tienen
este carácter:
Son representantes judiciales aquellas personas facultadas para percibir el pago por
disponerlo así una resolución judicial.
El Art. 1579 se refiere a ellas cuando prescribe que podrán recibir válidamente el pago
las demás personas que por decreto judicial estén autorizadas para ello.
El secuestro es una medida precautoria contemplada en los Arts. 290 y 291 del C.P.C.
que consiste en dejar la cosa materia del juicio bajo la custodia de un secuestre quien se
rige por las normas relativas al depositario provisional.
Este contrato de mandato se denomina Diputación para percibir el pago y está regulado
desde el Art. 1580 al 1586.
El mandato general se otorga para administrar todos los negocios del mandante. En
este caso el diputado va a poder percibir el pago de todos aquellos créditos que forman
parte del giro ordinario de los negocios que administre.
El mandato especial se otorga para administrar uno o más negocios determinados del
mandante.
El C.C. ha indicado la extensión del poder especial par algunos negocios. Es el caso del
Art. 2142 que indica que el poder especial para vender comprende el poder para exigir
el pago y el Art. 1582 que prescribe que el poder conferido a una persona para
demandar en juicio al deudor no lo faculta para recibir el pago de una deuda.
La diputación para el pago termina por las mismas causales de expiración del mandato
indicadas en el Art. 2163. Sin embargo, el C.C. reglamentó tres causales específicas:
a.) La muerte del mandatario. El mandato es un contrato intuito personae, esto es, “en
consideración a la persona”, de modo tal que si el mandatario fallece se extingue el
mandato.
El Art. 1583 prescribe que la facultad de recibir por el acreedor no se transmite a los
herederos a menos que lo haya expresado así el acreedor, esto es, le otorgue la calidad
de diputado para el pago.
La regla general es que el mandato termine por revocación, salvo las siguientes
excepciones, esto es, casos en que el acreedor o mandante no puede revocar la
diputación para el pago:
c.) La inhabilidad sobreviniente. El diputado para el pago se hace inhábil para recibir el
pago por demencia o interdicción o haberse cedido sus bienes o haberse trabado
ejecución en todos ellos.
El Art. 1576 inc 2 dispone que el pago hecho de buena fe a la persona que estaba en
posesión del crédito es válido aunque después aparezca que el crédito no le pertenecía.
La ley valida el pago efectuado a quien no tenía derecho a recibirlo en virtud de dos
principios:
a.) La teoría de la apariencia en virtud de la cual se valida una situación que sólo a la
vista es jurídica, en amparo de los intereses del tercero que resulta engañado por ella.
b.) Principio en virtud del cual el error común constituye derecho, esto es tiene un
efecto validante4.
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Véase Apuntes de Sujetos del Derecho relativos al error común de clase de 30 de Agosto de 2005.
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Requisitos para que el pago efectuado al poseedor del crédito sea válido:
1º El tercero debe estar en posesión del crédito. Cabe destacar que la posesión se
entiende respecto de bienes corporales (posesión propiamente tal) y derechos reales
(cuasiposesión) y no respecto de los derechos personales porque, como se vio
oportunamente, éstos no son susceptibles de posesión5.
Por consiguiente, es poseedor del crédito el que aparenta ser dueño del crédito, pero
verdaderamente no lo es. Es el caso del heredero putativo.
2º El pago debe hacerse de buena fe, buena fe que, de acuerdo al Art. 707 del C.C. se
presume, presunción que tiene un carácter general en nuestro derecho.
3º Si el que ha recibido el pago sucede en un crédito como heredero del acreedor o bajo
cualquier otro título. (Art. 1577).
Según el Art. 1579 del C.C. el pago debe sujetarse estrictamente a lo convenido.
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Véase Clase de Objetos del Derecho de Martes 11 de Abril relativa a la Cuasiposesión.
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Según este principio debe pagarse lo que en la obligación se establece y no con otra
cosa u otro hecho.
EJ. Si se debe un bien inmueble debe pagarse con ese bien inmueble.
a.) El acreedor no puede ser obligado a recibir otra cosa distinta a la que se debe.
b.) En deudor no puede ser constreñido a entregar otra cosa distinta de la que se
debe.
Sin embargo, este principio admite excepciones reales como aparentes. Estas
excepciones son las siguientes:
1º Obligaciones Modales
El modo es la carga que se le impone a quien recibe una liberalidad o la especial forma
de ejecutar una prestación.
2º Obligaciones Facultativas
Las obligaciones facultativas son aquellas en que se otorga el derecho al deudor para
pagar con una cosa distinta a la debida, pero la facultad está establecida en el origen
de la obligación, de manera que en este caso no estaríamos ante una excepción real al
principio de identidad del pago sino ante una excepción aparente, toda vez que el
acreedor no se ve obligado a recibir una cosa distinta de la debida.
3º Dación en Pago
una cosa distinta a la que originalmente debía, porque se le otorga la facultad con
posterioridad.
Como se advierte, estamos ante una excepción aparente al principio de identidad del
pago, dado que, al igual que en el caso anterior, el acreedor facultó al deudor para pagar
con una cosa distinta a la debida.
En este supuesto hay que distinguir si el cumplimiento por equivalencia se realiza con el
consentimiento del acreedor o sin su consentimiento.
En este caso existe una excepción aparente al principio de identidad de pago, porque el
acreedor consiente en que se le pague con una cosa distinta a la debida y no es obligado
a recibirla.
En este supuesto hay una verdadera excepción al principio de identidad del pago, ya que
el acreedor está obligado a recibir una prestación distinta a la que originalmente se
pactó.
Así ocurre por ejemplo en las obligaciones de no hacer cuando no puede deshacerse lo
hecho en contravención, caso en cual el deudor debe indemnizar los perjuicios de
acuerdo al Art. 1555.
Una situación similar se advierte en el caso de las obligaciones de dar, pues sólo puede
demandarse indemnización de perjuicios cuando el cumplimiento en naturaleza es
imposible.
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Este principio postula que la obligación o prestación debe ser satisfecha en forma
completa, lo que incluye la obligación propiamente tal y sus accesorios.
Por consiguiente:
1º El deudor no puede exigir al acreedor que éste reciba pagos parciales (Art. 1591 inc.
1).
2º El pago total incluye también los intereses e indemnizaciones que se deban (Art.
1591 inc 2).
3º Por regla general, los gastos serán de cargo del deudor (Art. 1571).
1º Si ha mediado estipulación contrario o acuerdo de las partes en que los gastos sean de
cargo del acreedor.
2º Cuando la ley así lo establece. Ej. En el pago por consignación de conformidad al
Art. 1604 los gastos son de cargo del acreedor.
3º Tratándose de las costas procesales, según el caso. Existen dos reglas generales en
esta materia:
Sin embargo, este principio, al igual que el principio de identidad del pago, presenta
excepciones reales y aparentes, esto es, casos en que el acreedor está obligado a recibir
pagos parciales. Estas excepciones son las siguientes:
Así ocurre, por ejemplo, si muere el deudor, puesto que sus herederos serán obligados al
pago de las deudas hereditarias a prorrata de sus cuotas, según el art. 1354 C.C., y el
acreedor estará obligado a recibir pagos fraccionados.
En esta hipótesis expresamente existe acuerdo de las partes para que el deudor pague
por parcialidades.
Este artículo se refiere a aquella situación en que existe controversia acerca del monto
de la deuda, caso en el cual el juez puede autorizar que se pague la suma no discutida.
5º La compensación.
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El acreedor en caso de insolvencia del deudor recibe pagos parciales, porque no hay
más bienes que puedan satisfacer el pago. En consecuencia, se trata de una excepción
real.
7º Art. 54 de la ley 18.092 sobre Letras de cambio y pagarés. Esta norma señala que el
portador de una letra de cambio no está obligado a recibir pagos parciales, de modo que
se trata de otro caso de excepción real al principio de indivisibilidad del pago.
Para determinar el lugar en que debe efectuarse el pago hay que efectuar el siguiente
distingo:
a.) Si se trata de una obligación de dar una especie o cuerpo cierto, el pago debe
efectuarse en el lugar donde se encuentra la especie o cuerpo cierto al momento
de contraerse la obligación.
b.) Si la obligación es de dar una cosa que no consista en una especie o cuerpo
cierto o de hacer o no hacer, el pago debe efectuarse en el domicilio del
deudor.
En primer lugar cabe señalar que le corresponde al deudor acreditar que efectivamente
ha pagado, toda vez que el Art. 1698 prescribe que corresponde probar la extinción de
las obligaciones a quien lo alega.
Por regla general el deudor dispone de todos los medios de prueba para acreditar el
pago, salvo las limitaciones contenidas en los Arts. 1709, 1710 y 1711 del C.C. que
establecen que no se admitirá prueba testimonial para acreditar la existencia del acto o
contrato que contienen la entrega o promesa de una cosa que valga más de 2 UTM,
salvo que exista un principio de prueba por escrito o haya existido imposibilidad de
hacerse de una prueba escrita.
Según el Art. 1711 existe principio de prueba por escrito en todo acto escrito del
demandado o de su representante que haga verosímil el hecho litigioso.
La forma normal que tiene el deudor para acreditar el pago es la carta o recibo de pago.
El C.C. no se preocupó de consagrar la facultad del deudor de exigir la carta de pago ni
la obligación del acreedor de otorgarla. Fue el Código de Comercio en su Art. 119 que
estableció que el deudor tiene derecho a recibir la carta de pago y no está obligado a
conformarse con la devolución del título de la deuda.
Existen al menos tres presunciones de pago. Estas presunciones son las siguientes:
El inciso 2 del Art. 1595 prescribe que el recibo otorgado por el acreedor por el capital
sin mencionar los intereses hace presumir su pago.
El Art. 1570 dispone que el recibo de pago por tres períodos consecutivos y
determinados hace presumir el pago de los anteriores, siempre que hayan debido
efectuarse entre el mismo acreedor y deudor.
El Art. 18 de la ley 18.010 establece que el recibo por los intereses correspondientes a
tres períodos consecutivos de pago hace presumir que los anteriores han sido cubiertos.
Lo mismo se aplica a los recibos de capital cuando se deben pagar en cuotas.
El Art. 120 del Código de Comercio indica que el finiquito de una cuenta hace presumir
el de las anteriores cuando el comerciante que lo ha dado arregla sus cuentas en
períodos fijos.
1º Que existan varias obligaciones o que se deba el capital y sus accesorios entre las
mismas personas estando en una misma situación jurídica, esto es, actuando como
acreedor o deudor, según el caso.
3º Que el pago efectuado por el deudor no alcance a cubrir todas las obligaciones que se
deben y el capital y sus accesorios, según el caso.
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La regla general es que la ley otorgue preferencia al deudor quien deberá determinar que
obligación debe entenderse extinguida en virtud del pago efectuado, siempre que el
pago no cubra los intereses o el capital.
1º Limitación del Art. 1595 . Este precepto prescribe que si se debe el capital y los
intereses el pago deberá imputarse primeramente a los intereses, salvo que el acreedor
consienta en lo contrario.
Esta regla se justifica toda vez que el capital seguirá generando intereses y los intereses
no devengan intereses y si el deudor pudiera imputar libremente el pago que efectúa al
capital causaría un perjuicio injusto al acreedor que sin recibirlos dejaría de percibirlos.
2º Limitación del Art. 1596 parte primera. Esta norma establece que existiendo una
obligación devengada y otra que no lo esté el pago deberá imputarse a la obligación que
se encuentre devengada, salvo que medie consentimiento del acreedor en contrario.
3º Limitación del Art. 1591 que se refiere a la indivisibilidad del pago. Según esta
disposición el pago debe imputarse a aquella obligación que quede extinguida
completamente con él, porque el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales en
virtud del principio de la indivisibilidad del pago.
Si el deudor no hace la imputación del pago teniendo presente las limitaciones antes
señaladas podrá hacerlo el acreedor en la carta de pago y si el deudor lo acepta no podrá
reclamar después (Art. 1596 inc. 2).
que el tercero pueda dirigirse contra el deudor para que éste le reembolse el pago
de la deuda.