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EL PAGO

I. CONCEPTO

El pago está regulado en el Título 14 del Libro IV del C.C. en el inciso 1 del Art. 1567
y, específicamente, desde el Art. 1568 al 1626.

Es el modo de extinguir las obligaciones por excelencia y se enmarca dentro de los


efectos normales de las obligaciones, dado que lo normal es que el deudor cumpla su
obligación voluntariamente y no que sea forzado a ello a través de mecanismos
compulsivos.

La doctrina ha definido el pago o solución efectiva como el cumplimiento de la


obligación cualquiera sea su naturaleza en los mismos términos que fue establecida,
dado que según el Art. 1568 del C.C. el pago efectivo es la prestación de lo que se debe,
o sea, el cumplimiento de la obligación.

Como se advierte, el Título 14 del C.C. emplea las expresiones pago y solución como
sinónimas, de modo que jurídicamente la expresión pago tiene una acepción mucho más
amplia de la que se le otorga en el lenguaje vulgar, dado que comprende la obligación
de dar una suma de dinero.

Es en atención a esta definición proporcionada por el Art. 1568 del C.C. que autores
como don Luis Claro Solar sostienen que el pago más que estudiarse a propósito de los
modos de extinguir las obligaciones debería estudiarse a propósito de la teoría del
cumplimiento de la obligación. Distinto es que a propósito del cumplimiento de la
obligación se produzca su extinción, pues es un efecto secundario.

Como el pago es para el C.C. el cumplimiento de una obligación, el pago supone


necesariamente una obligación llamada a extinguirse por él, sea ésta obligación civil o
natural, puesto que de lo contrario el pago carecería de causa, de modo que no sería
válido, y estaríamos ante el cuasicontrato del p
Pago de lo No Debido regulado en los Arts. 2295 sgtes. del C.C.

II. NATURALEZA JURÍDICA DEL PAGO

El pago es una convención, esto es, un acto jurídico bilateral que requiere para nacer
a la vida del derecho el concurso de las voluntades de dos partes;

1º La parte que paga que se denomina solvens.


2º La parte que recibe el pago que se denomina accipiens.

El pago no es un contrato, toda vez que no crea derechos y obligaciones sino que es
una convención cuyo objeto es extinguir derechos y obligaciones.
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Cabe señalar que tratándose de las obligaciones de dar el pago equivale a la tradición
de la cosa cuyo dominio se está transfiriendo o sobre la cual se está constituyendo un
derecho real distinto del dominio, como se verá más adelante.

III. CLASIFICACIÓN DEL PAGO

El pago admite diversas clasificaciones. Estas clasificaciones son las siguientes:

1º Pago Total y Pago Parcial

El Pago Total es aquel a través del cual se cumple íntegramente la obligación


respectiva, extinguiéndose en su totalidad.

El Pago Parcial, en cambio, es aquel que importa un cumplimiento tan sólo imperfecto
de la obligación respectiva, extinguiéndose la obligación en aquella parte que fue
cumplida, subsistiendo en el saldo insoluto.

2º Pago Voluntario y Pago Forzado

Pago Voluntario es aquel que efectúa el solvens de propia iniciativa sin necesidad de
ejercer en su contra las acciones que la ley confiere al acreedor para lograr su
cumplimiento.

El Pago Forzado resulta del ejercicio de las acciones que la ley confiere a la persona del
acreedor contra el deudor para lograr el cumplimiento de la obligación.

2º Pago Normal y pago Sujeto a Modalidad

El Pago Normal es aquel que voluntariamente efectúa el deudor a la persona del


acreedor quien a su vez también recibe este pago en forma voluntaria.

El Pago Sujeto a Modalidad es aquél en que falta en alguna de las partes el elemento
voluntariedad. Existen dos tipos de pagos sujetos a modalidad; el pago por subrogación
y el pago por consignación.

Si el deudor no efectúa el pago personalmente estamos ante el pago por subrogación.

Si no es el propio acreedor quien recibe voluntariamente el pago estamos ante el pago


por consignación.
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3º Pago Causado y Pago No Causado

El Pago Causado es aquél que tiene una causa, esto es, se efectúa porque existe una
obligación civil o natural que le sirve de antecedente.

El Pago No Causado, en cambio, es aquél que no tiene su fundamento en la existencia


de una obligación civil o natural. Se trata, por consiguiente, de un pago de lo no debido.

Si el pago es causado éste va a extinguir la obligación que le sirve de antecedente. En


cambio, si el pago no obedece a una causa determinada la obligación no se extingue y
quien ha pagado podrá repetir contra aquella persona que recibe el pago de lo no
debido.

IV. PARTES DEL PAGO

En el pago intervienen dos partes: el solvens y el accipiens.

El solvens es quien efectúa el pago y el accipiens quien lo recibe.

Estas calidades son asumidas normalmente por acreedor y deudor de las obligaciones
respectivas, lo que no impide que quien efectúa el pago sea una persona distinta del
acreedor y deudor.

EL SOLVENS

El solvens es aquella persona facultada para realizar el pago. Resulta posible agrupar
las personas que pueden efectuar el pago en tres categorías:

1º El propio deudor interesado en el negocio en el cual se ha pactado la obligación.

2º Aquellas personas que si estar interesadas en el negocio que se ha pactado la


obligación están interesadas en su extinción, dado que están caucionando su
cumplimiento con su patrimonio (codeudor solidario no interesado y codeudor
subsidiario) o con bienes de su propiedad (tercer poseedor de bienes hipotecados o
dados en prenda).

3º Terceros extraños a la obligación.

1º Pago efectuado por el propio deudor

Esta es la situación normal, dado que el deudor debería ser la persona más interesada en
que la obligación se extinga. Se considera que la obligación la paga el deudor cuando la
cumple personalmente u otra persona a nombre y por cuenta de él.
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Bajo la expresión “deudor” se entiende la persona del propio deudor, sus herederos,
legatarios y representante legales.

Los herederos se comprenden dentro de la persona del deudor porque representan al


causante en todas sus obligaciones y derechos trasmisibles. Por ello el C.C. los
denomina asignatarios a título universal en el Art. 1097.

Los legatarios son a aquellas personas a quienes el testador ha impuesto el deber de


cumplir una obligación por testamento. Se trata de asignatarios a título singular, dado
que suceden al causante en el cumplimiento de la obligación, pero no para todos los
efectos legales. (Art. 1104).

2º Aquellas personas que sin estar interesadas en el negocio que se ha pactado la


obligación están interesadas en su extinción, dado que están caucionando su
cumplimiento con su patrimonio (codeudor solidario no interesado y codeudor
subsidiario) ya con bienes de su propiedad (tercer poseedor de bienes hipotecados o
dados en prenda).

El codeudor solidario es aquella persona que junto con el deudor principal se


encuentra obligado al pago en términos tales que el acreedor puede exigir su
cumplimiento a cualquiera de ellos y el pago efectuado por el codeudor solidario
extingue la obligación respecto de todos los obligados.

El efecto principal es que se extingue la obligación y, por disposición del Art. 1610 nº 3,
el codeudor goza de la acción subrogatoria para dirigirse en contra el deudor, dado que
pasa a ocupar el lugar del acreedor.

Este es uno de los casos de pago por subrogación que se estudiará más adelante. Por el
momento cabe señalar que la subrogación es la sustitución de una persona o cosa por
otra persona o cosa que pasa a ocupar la misma situación jurídica que la anterior. Por
consiguiente, si paga el codeudor pasa a ocupar la misma situación jurídica del acreedor
y podrá dirigirse contra el deudor.

El codeudor subsidiario o fiador es aquella persona que junto con el deudor principal
se encuentra obligado al pago en términos tales que el si el deudor no cumple está solo
obligado a la parte o cuota en que se ha constituido como fiador.

En este caso el efecto es que si paga el fiador se extingue la obligación y goza de la


acción subrogatoria en contra del deudor de conformidad al Art. 1610 nº 3. Además
goza de la acción de reembolso derivada de la fianza en virtud del Art. 2370.

3º Terceros extraños a la obligación

La regla general es que en derecho no se admite la intervención en negocios ajenos. Sin


embargo, en materia de pago se admite la posibilidad que sea un tercero quien cumpla la
obligación, porque el pago a nadie perjudica.
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Lo cierto es que esta posibilidad tiene una excepción contemplada en el Art. 1572 inc 2
referida a la obligación de hacer no fungible.
Cabe recordar que los hechos al igual que las cosas pueden ser fungibles y no fungibles.

Las obligaciones de hacer no fungibles son aquellas en que se debe un hecho para
cuya ejecución se requiere determinadas talentos y aptitudes que sólo tiene la persona
del deudor. Por consiguiente, en este caso se excluye la posibilidad que un tercero
pague la obligación del deudor en contra la voluntad del acreedor, dado que al acreedor
no le es indiferente que la obligación la cumpla un deudor o un tercero.

En consecuencia, para que pague un tercero la obligación de hacer no fungibles es


necesario que concurran los siguientes requisitos:

1º Que exista consentimiento de los acreedores.

2º Que el tercero pague una obligación a sabiendas o con pleno conocimiento que paga
una obligación ajena.

Si por error paga una obligación ajena creyendo que paga una propia estamos frente al
pago de lo debido, de modo que el tercero que paga no podrá subrogarse en la persona
del acreedor y deberá repetir contra el acreedor que recibió el pago de lo no debido.

Los terceros que pagan una obligación pueden encontrarse en alguna de las siguientes
situaciones:

1º Que el tercero pague con el consentimiento expreso o tácito del deudor.


2º Que el tercero pague sin el consentimiento del deudor.
3º Que el terceto pague contra la voluntad del deudor.

La importancia de distinguir estas situaciones radica en los efectos del que paga.

1º Tercero que paga con el consentimiento expreso o tácito del deudor

El tercero que paga con el consentimiento expreso o tácito del deudor goza de la acción
subrogatoria en virtud del Art 1610 Nº 5 y de la acción derivada del mandato
contemplada en el Art. 2158 nº2.

La acción subrogatoria permite al tercero subrogarse en la persona del acreedor para


dirigirse contra el deudor.

La acción derivada del mandato resulta procedente, toda vez que se ha entendido que
existiría un mandato del deudor y que éste debería reembolsarle al acreedor los gastos
en los que ha incurrido con motivo de la ejecución del mandato.

2º Tercero que paga sin el consentimiento del deudor

En aquellos casos en que el tercero paga sin el consentimiento del deudor estamos ante
una agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos que es un cuasicontrato por el cual
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una persona que administra sin mandato los negocios ajenos de alguna persona, se
obliga para con ésta, y, la obliga en ciertos casos. (Art. 2286).

Si el agente oficioso ha actuado sin la negativa expresa del interesado no tiene derecho
de reembolso contra el interesado sino en cuanto la gestión le ha sido más útil. Si la
gestión se ha hecho aún en contra de la negativa expresa del interesado no tiene derecho
de reembolso sino en cuanto la gestión le ha sido útil.

Por consiguiente, siendo útil la gestión el agente oficioso.

1º Sólo tiene derecho a la acción de reembolso.


2º No hay subrogación legal sino que solamente convencional, de modo que sólo goza
de acción subrogatoria en la medida que se pacte.

3º Tercero que paga contra la voluntad del deudor

Existen dos disposiciones que se refieren a esta situación y que ha dado lugar a una
discusión doctrinaria. Se trata del Art. 1574 relativo al pago y del Art. 2291 a propósito
la agencia oficiosa.

El Art. 1574 dispone que el tercero que paga contra la voluntad del deudor no tiene
acción de reembolso y eventualmente puede subrogarse si hay acuerdo.

El Art. 2291 por su parte dispone que el que administra negocios ajenos en contra del
interesado no tiene derecho de reembolso en cuando le hubiere sido útil. Así ocurre,
por ejemplo, si de la gestión ha resultado la extinción de una deuda, que si ella hubiera
debido pagar el interesado.

En relación a la aparente contradicción existente entre estas normas existen tres


opiniones doctrinarias.

1º LEOPOLDO URRUTIA postula que si la gestión es útil se aplica el Art. 2291 y sino ha sido
útil el Art. 1574.

Sin embargo se ha criticado, toda vez que el Art. 1574 es categórico y no distingue si la
gestión ha sido útil o no.

2º HUMBERTO BAHAMONDES sostiene que se aplica el Art. 1574 si el pago es un acto


aislado. En cambio, si el pago se realiza dentro de un conjunto de casos que importa
administración o gestión de negocios ajenos se aplica el Art. 2291.

3º LUIS CLARO SOLAR indica que no hay contradicción entre estos artículos porque el Art.
1574 no otorga acción de reembolso y el Art. 2291 tampoco, sino que confiere una
acción In Rem Verso que autoriza al interesado a demandar todo aquello en cuanto le
haya sido útil la gestión, que no necesariamente equivale al reembolso.
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IV. REQUISITOS QUE DEBEN CONCURRIR EN EL PAGO DE UNA OBLIGACIÓN DE DAR

La obligación de dar es aquélla que tiene por objeto transferir el dominio o constituir
otro derecho real sobre ella. Tratándose de la obligación de dar el pago equivale a la
tradición, entendiendo por tal, de acuerdo al Art. 670, el modo de adquirir que se
perfecciona por la entrega que hace una persona a otra habiendo facultad e intención
de transferir el dominio, y por otra capacidad e intención para adquirirlo1.

Los requisitos que deben concurrir son los siguientes:

1º El que paga debe ser dueño de la cosa

El Art. 1575 inc 1 del C.C. prescribe que el pago no es valido sino en cuanto el que
paga es dueño de la cosa pagada.

La expresión no es válido no es acertada, dada que el pago es válido, lo que ocurre que
es inoponible al verdadero dueño.

2º El que paga debe tener la capacidad para enajenar.

El Art. 1575 inc. 2 dispone que no es válido el pago en que se debe transferir la
propiedad sino en cuanto el que paga tiene capacidad de enajenar. En este caso el
término está correctamente empleado, porque la sanción es la nulidad absoluta o
relativa.

3º El pago debe efectuarse con las solemnidades legales.

Por consiguiente, si se trata de un bien muebles la tradición debe realizarse en la forma


prescrita por el Art. 684, y si el bien es inmueble en la forma indicada por el Art. 686.

¿QUÉ OCURRE SI EL PAGO LO REALIZA QUIEN NO ES EL DUEÑO?.

Si el pago no lo realiza el verdadero dueño se derivan las siguientes consecuencias:

1º No se extingue la obligación del deudor, de modo tal que el acreedor podrá exigir al
deudor el cumplimiento de la prestación.

2º El pago es válido, pero inoponible al verdadero dueño, quedando a salvo los derechos
del verdadero propietario mientras no se extingan por prescripción.

No obstante lo indicado con anterioridad existen casos en que el pago efectuado por
quien no es dueño es válido. Así ocurre en los siguientes casos:
1
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1º Cuando el dueño consiente en el pago.

2º Si quien paga con una cosa de la que no es dueño adquiere con posterioridad el
dominio de ésta por prescripción.
Este mismo efecto está establecido a propósito de la tradición en el Art. 682 que señala
que si el tradente adquiere el dominio con posterioridad a la tradición se entenderá
haberse transferido el dominio desde el momento de la tradición.

3º Si lo que se paga es una cosa consumible y el acreedor la ha consumido de buena fe.


Así se desprende del inc. final del Art. 1575 del C.C. que se refiere a una cosa fungible,
pero debe entenderse que ha querido referirse a “cosa consumible”.

¿Existe la posibilidad que el pago efectuado por una persona incapaz se valide
posteriormente?

Existen dos casos en que el pago efectuado por una persona incapaz se valida
posteriormente. Estos casos son los siguientes:

1º Cuando opera el saneamiento del vicio de nulidad. Tratándose de la nulidad absoluta


cuando ha transcurrido 10 años desde la celebración del acto o contrato. En el caso de la
nulidad relativa cuando han transcurrido 4 años, cuadrienio que se contará según las
reglas del Art. 1691, o cuando las partes confirmen la nulidad2.

2º Si se ha entregado por un incapaz una cosa consumible y ha sido consumida de buena


fe por el acreedor (Art. 1575 inc. final).

A QUIEN DEBE HACERSE EL PAGO

De acuerdo al Art. 1576 del C.C. el pago debe hacerse al accipiens, esto es, a aquella
persona facultada para recibir válidamente el pago extinguiéndose la obligación. Esta
persona puede ser el acreedor propiamente tal, sus representantes y el poseedor del
crédito.

La importancia de determinar la persona a la que debe hacerse el pago es fundamental,


dado que el que paga a quien no corresponde paga mal y tendrá que pagar nuevamente
sin perjuicio de la acción de repetir contra quien recibió el pago. Por esta razón se
señala que “quien paga mal paga dos veces”.

1º El Acreedor. Por acreedor se entiende no sólo la persona natural del acreedor sino
también los herederos, legatarios y cesionarios del crédito.

La regla general es que el pago debe hacerse al acreedor y que éste sea válido. Sin
embargo existen tres casos de excepción contemplados en el Art. 1578 en que no
obstante hacerse el pago al acreedor, el pago es nulo. Estos casos de excepción son los
siguientes:
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Véase apuntes de Sujetos del Derecho 2005 sobre el saneamiento de la nulidad absoluta y relativa.
(Clase de 19 y 25 de Octubre de 2005).
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a.) El pago efectuado directamente a un acreedor incapaz sin intervención de su


representante legal representándolo o autorizándolo. (Art. 1578 nº 1)

La sanción será la nulidad absoluta si es un incapaz absoluto porque falta el requisito


voluntad. En cambio, la sanción será la nulidad relativa si es un incapaz relativo, porque
falta una solemnidad habilitante.

La contraexcepción a este caso que hace volver a la regla general y valida el pago
efectuado a la creedor aún cuando éste sea incapaz es que el deudor pruebe que la cosa
pagada se ha empleado en provecho del acreedor y este provecho se justifique de
acuerdo al Art. 1688, esto es, que lo pagado o adquirido por el pago le ha sido necesario
o sin serle necesario subsista y quiera retener lo pagado y adquirido por el pago.

El fundamento inmediato es el peligro que ve el legislador que el incapaz dilapide lo


que recibe en pago. Si el hacedor incapaz malgasta lo que recibió en pago se materializa
el temor. Pero si el incapaz invierte bien lo que recibió en virtud del pago el pago es
válido, porque de lo contrario se enriquecería injustificadamente3.

b.) Cuando el juez embargue la deuda u ordene su retención.(Art. 1578 nº 2)

Existe el llamado Derecho de Prenda General del acreedor en virtud del cual el
acreedor para satisfacer su acreencia puede dirigirse contra todos los bienes del deudor,
salvo los inembargables, de modo tal que puede embargar un crédito del deudor.

Es importante recordar que en virtud del embargo los bienes y créditos salen del
comercio humano. De allí que el Art. 1464 nº 3 señale que existe objeto ilícito en la
enajenación de las cosas embargadas por decreto judicial y el Art.1578 nº 2 señale que
no es válido el pago si el juez ha ordenado embargar la deuda. Si estas disposiciones
no existieran quedaría burlado el embargo al enajenar el crédito el ejecutado o recibir su
pago.

La retención de bienes es una medida precautoria regulada en el Art. 295 del C.P.C.,
norma ésta última que prescribe el pago debe quedar retenido en poder del deudor, del
demandante o de un tercero.

En este caso se requiere que el embargo y la retención se notifiquen al deudor, pues de


lo contrario el pago es válido. La retención y el embargo deben ser alzados por el
tribunal para que el pago sea válido y si el deudor no paga porque sea ha embargado el
crédito o se ha ordenado su retención no incurre en mora, toda vez que la orden de la
autoridad constituyen un caso fortuito o fuerza mayor que justifican el incumplimiento
del deudor.

c.) Quiebra del deudor.(Art. 1578 nº 3)

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Véase Apuntes de Sujetos del Derecho de la clase de 26 de octubre de 2005 relativa a las excepciones al
efecto de la nulidad entre las partes.
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El Art. 1578 nº 3 señala que no es válido el pago efectuado al deudor insolvente en


fraude de sus acreedores en cuyo favor se ha abierto concurso.

En este caso debemos entender por concurso a la quiebra. Esta disposición no es más
que la aplicación al pago de la nulidad de los actos ejecutados por el deudor después de
la declaración de la quiebra.

En efecto, declarada la quiebra se produce el desasimiento de los bienes del fallido en


virtud del cual el deudor queda imposibilitado de administrar sus bienes pasando esta
facultad al síndico de quiebras, quien deberá recibir el pago. La sentencia que declara la
quiebra debe contener el aviso al público de no efectuar el pago a quien ha sido
declarado en quiebra, bajo pena de nulidad.

2º REPRESENTANTES DEL ACREEDOR

El pago efectuado al representante del acreedor se valida en virtud del Art. 1448.

La representación puede tener su origen en la ley, una resolución judicial o una


convención, de modo que los representantes pueden ser legales, convencionales y
judiciales.

Son representantes legales aquellos que están facultados para percibir el pago por el
sólo ministerio de la ley y son designados para este efecto porque el representado es
incapaz de valerse por si mismo.

El Art. 1579 indica quiénes pueden recibir válidamente el pago, señalando que tienen
este carácter:

a.) Tutores y curadores respecto de los pupilos.


b.) Albacea como ejecutor testamentario designado por testamento.
c.) Padres y madres de familia respecto de sus hijos no emancipados.
d.) Recaudadores fiscales o comunidades o establecimientos públicos por el fisco o
las respectivas comunidades o establecimientos.
e.) Las demás personas que por ley especial están facultadas para ello. Ej. El
síndico de quiebras es el representante del fallido por disposición del Art. 27 nº
1 y 64 inc.3 de la Ley de Quiebras 18.575.

Son representantes judiciales aquellas personas facultadas para percibir el pago por
disponerlo así una resolución judicial.

El Art. 1579 se refiere a ellas cuando prescribe que podrán recibir válidamente el pago
las demás personas que por decreto judicial estén autorizadas para ello.

Los representantes judiciales son el depositario provisional y el secuestre.

El depositario provisional es aquella persona a quien corresponde la administración de


los bienes embargados y puede ser el acreedor ejecutante, un tercero o el deudor
ejecutado, siendo esta última hipótesis la regla general.
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El secuestre es aquel tercero habilitado para el pago tratándose de la cosa secuestrada.

El secuestro es una medida precautoria contemplada en los Arts. 290 y 291 del C.P.C.
que consiste en dejar la cosa materia del juicio bajo la custodia de un secuestre quien se
rige por las normas relativas al depositario provisional.

Por consiguiente, si la cosa litigiosa es un crédito el secuestre va a ser la persona que va


a poder percibir válidamente el pago del crédito secuestrado.

Son representantes convencionales aquellas personas facultadas para percibir


válidamente el pago en virtud de un mandato entre el titular del crédito y quien debe
efectuar el cobro.

Este contrato de mandato se denomina Diputación para percibir el pago y está regulado
desde el Art. 1580 al 1586.

De acuerdo al Art. 1580 se puede tener la representación de una persona en virtud de un


mandato general, especial o especialísimo.

El mandato general se otorga para administrar todos los negocios del mandante. En
este caso el diputado va a poder percibir el pago de todos aquellos créditos que forman
parte del giro ordinario de los negocios que administre.

El mandato especial se otorga para administrar uno o más negocios determinados del
mandante.

El C.C. ha indicado la extensión del poder especial par algunos negocios. Es el caso del
Art. 2142 que indica que el poder especial para vender comprende el poder para exigir
el pago y el Art. 1582 que prescribe que el poder conferido a una persona para
demandar en juicio al deudor no lo faculta para recibir el pago de una deuda.

El mandato especialísimo se otorga para facultar específicamente para percibir el


crédito de que se trata. Se denomina también poder específico que, en términos del
Art. 1580 es “un simple mandato comunicado al deudor”.

FORMAS EN QUE TERMINA LA DIPUTACIÓN PARA EL PAGO

La diputación para el pago termina por las mismas causales de expiración del mandato
indicadas en el Art. 2163. Sin embargo, el C.C. reglamentó tres causales específicas:

a.) La muerte del mandatario


b.) La revocación
c.) La inhabilidad sobreviniente.
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a.) La muerte del mandatario. El mandato es un contrato intuito personae, esto es, “en
consideración a la persona”, de modo tal que si el mandatario fallece se extingue el
mandato.

El Art. 1583 prescribe que la facultad de recibir por el acreedor no se transmite a los
herederos a menos que lo haya expresado así el acreedor, esto es, le otorgue la calidad
de diputado para el pago.

b.) La revocación es el acto por el cual el mandante manifiesta su voluntad de poner


término al mandato.

La regla general es que el mandato termine por revocación, salvo las siguientes
excepciones, esto es, casos en que el acreedor o mandante no puede revocar la
diputación para el pago:

1º Si el diputado para el pago ha sido designado de común acuerdo por el acreedor y


deudor, el acreedor no podrá prohibir que el pago se realice a la persona designada sino
con la autorización del juez que la concederá en todos aquellos casos que el deudor no
tenga interés en oponerse a ella. Art. 1584.

2º Si se ha facultado al deudor para pagar al acreedor o a una tercera persona el acreedor


no puede prohibir pagar a la tercera persona designada y el pago hecho por el deudor a
cualquiera de ellas extingue la obligación.

No obstante ello, el acreedor podrá revocar o prohibir al deudor efectuar el pago a un


tercero extraño si lo ha demandado antes de la prohibición y en todos aquellos casos en
que pruebe justo motivo para ello el acreedor. Art. 1585.

c.) La inhabilidad sobreviniente. El diputado para el pago se hace inhábil para recibir el
pago por demencia o interdicción o haberse cedido sus bienes o haberse trabado
ejecución en todos ellos.

3º Poseedores del Crédito

El Art. 1576 inc 2 dispone que el pago hecho de buena fe a la persona que estaba en
posesión del crédito es válido aunque después aparezca que el crédito no le pertenecía.

La ley valida el pago efectuado a quien no tenía derecho a recibirlo en virtud de dos
principios:

a.) La teoría de la apariencia en virtud de la cual se valida una situación que sólo a la
vista es jurídica, en amparo de los intereses del tercero que resulta engañado por ella.

b.) Principio en virtud del cual el error común constituye derecho, esto es tiene un
efecto validante4.

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Véase Apuntes de Sujetos del Derecho relativos al error común de clase de 30 de Agosto de 2005.
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Requisitos para que el pago efectuado al poseedor del crédito sea válido:

1º El tercero debe estar en posesión del crédito. Cabe destacar que la posesión se
entiende respecto de bienes corporales (posesión propiamente tal) y derechos reales
(cuasiposesión) y no respecto de los derechos personales porque, como se vio
oportunamente, éstos no son susceptibles de posesión5.

Por consiguiente, es poseedor del crédito el que aparenta ser dueño del crédito, pero
verdaderamente no lo es. Es el caso del heredero putativo.

2º El pago debe hacerse de buena fe, buena fe que, de acuerdo al Art. 707 del C.C. se
presume, presunción que tiene un carácter general en nuestro derecho.

La buena fe consiste en la creencia que el pago se está haciendo a quien en ese


momento es acreedor por lo que existirá mala fe toda vez que se sepa que el poseedor
del crédito no tiene esa calidad.

EFECTOS DEL PAGO EFECTUADO A UNA PERSONA DISTINTA A LA SEÑALADA

Si el pago se realiza a una persona distinta de la señalada el pago es ineficaz y no


extingue la obligación, salvo las siguientes excepciones:

1º El pago efectuado al acreedor incapaz es válido en la medida que lo pagado sea


provechoso para el acreedor y se pruebe este provecho en los términos del Art. 1688
(Art. 1578 nº1).

2º Si el acreedor ratifica el pago realizado a una persona distinta de aquellas señaladas


en el Art. 1576, se mirará como válido el pago desde el principio.

3º Si el que ha recibido el pago sucede en un crédito como heredero del acreedor o bajo
cualquier otro título. (Art. 1577).

OBJETO DEL PAGO

¿QUÉ DEBE PAGARSE?

Según el Art. 1579 del C.C. el pago debe sujetarse estrictamente a lo convenido.

Por tanto, debe pagarse lo que se debe y no otra cosa.

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Véase Clase de Objetos del Derecho de Martes 11 de Abril relativa a la Cuasiposesión.
14

Doctrinariamente se habla de 3 principios del pago:

1º Integridad del pago


2º Identidad del pago
3º Indivisibilidad del pago.

1º Identidad del Pago.

Según este principio debe pagarse lo que en la obligación se establece y no con otra
cosa u otro hecho.

EJ. Si se debe un bien inmueble debe pagarse con ese bien inmueble.

Por consiguiente, de este principio se derivan dos consecuencias:

a.) El acreedor no puede ser obligado a recibir otra cosa distinta a la que se debe.
b.) En deudor no puede ser constreñido a entregar otra cosa distinta de la que se
debe.

Sin embargo, este principio admite excepciones reales como aparentes. Estas
excepciones son las siguientes:

1º Obligaciones Modales

El modo es la carga que se le impone a quien recibe una liberalidad o la especial forma
de ejecutar una prestación.

Si se hace imposible ejecutar el modo en la forma convenida el Art. 1093 inc 2


prescribe que puede cumplirse el modo por equivalencia en forma análoga, sin que
afecte la sustancia de la disposición. En consecuencia, en este caso el acreedor estaría
obligado a recibir en pago una cosa distinta a la convenida, de modo que se trata de una
excepción real al principio de identidad del pago.

2º Obligaciones Facultativas

Las obligaciones facultativas son aquellas en que se otorga el derecho al deudor para
pagar con una cosa distinta a la debida, pero la facultad está establecida en el origen
de la obligación, de manera que en este caso no estaríamos ante una excepción real al
principio de identidad del pago sino ante una excepción aparente, toda vez que el
acreedor no se ve obligado a recibir una cosa distinta de la debida.

3º Dación en Pago

La dación en pago es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en un acuerdo


entre el acreedor y el deudor en virtud del cual se faculta para pagar al deudor con
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una cosa distinta a la que originalmente debía, porque se le otorga la facultad con
posterioridad.

Se diferencia de la obligación facultativa en que en la obligación facultativa el deudor


tiene desde un principio el derecho a pagar con una cosa distinta , en cambio en este
caso la facultad surge con posterioridad.

Como se advierte, estamos ante una excepción aparente al principio de identidad del
pago, dado que, al igual que en el caso anterior, el acreedor facultó al deudor para pagar
con una cosa distinta a la debida.

4º Cumplimiento por equivalencia.

El cumplimiento por equivalencia tiene lugar cuando el acreedor no ha visto satisfecho


su crédito en naturaleza, sino por medios equivalentes.

En este supuesto hay que distinguir si el cumplimiento por equivalencia se realiza con el
consentimiento del acreedor o sin su consentimiento.

a.) Con el consentimiento del acreedor: En este supuesto el acreedor demanda la


indemnización de perjuicios a pesar que la obligación puede cumplirse en
naturaleza. Es el caso de las obligaciones de hacer.

En efecto, el Art. 1553 faculta al acreedor de una obligación de hacer, si el deudor se


constituye en mora, a demandar la indemnización de perjuicios y cualquiera de estas
tres cosas a elección suya:
1º Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido.
2º Que se autorice a un tercero a ejecutar el hecho a expensas del deudor.
3º Demandar indemnización compensatoria.

En este caso existe una excepción aparente al principio de identidad de pago, porque el
acreedor consiente en que se le pague con una cosa distinta a la debida y no es obligado
a recibirla.

b.) Sin el consentimiento del acreedor: En esta hipótesis el acreedor se ve obligado


a recibir la indemnización de perjuicios, porque no es posible el cumplimiento
en naturaleza de la obligación.

En este supuesto hay una verdadera excepción al principio de identidad del pago, ya que
el acreedor está obligado a recibir una prestación distinta a la que originalmente se
pactó.

Así ocurre por ejemplo en las obligaciones de no hacer cuando no puede deshacerse lo
hecho en contravención, caso en cual el deudor debe indemnizar los perjuicios de
acuerdo al Art. 1555.

Una situación similar se advierte en el caso de las obligaciones de dar, pues sólo puede
demandarse indemnización de perjuicios cuando el cumplimiento en naturaleza es
imposible.
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2º Integridad del Pago.

Este principio postula que la obligación o prestación debe ser satisfecha en forma
completa, lo que incluye la obligación propiamente tal y sus accesorios.

Por consiguiente:

1º El deudor no puede exigir al acreedor que éste reciba pagos parciales (Art. 1591 inc.
1).
2º El pago total incluye también los intereses e indemnizaciones que se deban (Art.
1591 inc 2).
3º Por regla general, los gastos serán de cargo del deudor (Art. 1571).

¿Cuándo los gastos no serán de cargo del deudor?

Los gastos no serán de cargo del deudor en los siguientes casos:

1º Si ha mediado estipulación contrario o acuerdo de las partes en que los gastos sean de
cargo del acreedor.
2º Cuando la ley así lo establece. Ej. En el pago por consignación de conformidad al
Art. 1604 los gastos son de cargo del acreedor.
3º Tratándose de las costas procesales, según el caso. Existen dos reglas generales en
esta materia:

1º En el juicio ejecutivo las costas son del ejecutado.


2º En los demás casos se estará la Art. 144 del C.P.C en virtud del cual la parte que haya
vencido completamente será condenada en costas sin perjuicio de la facultad del juez de
eximirlo cuando exista motivo plausible para litigar.

3º Indivisibilidad del Pago.

El principio de indivisibilidad del pago es una consecuencia del principio de integridad


del pago y sostiene que el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales.

Sin embargo, este principio, al igual que el principio de identidad del pago, presenta
excepciones reales y aparentes, esto es, casos en que el acreedor está obligado a recibir
pagos parciales. Estas excepciones son las siguientes:

1º Tratándose de obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas.

Las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas son aquellas en las que


existe pluralidad de acreedores, deudores o ambos a la vez y en que cada deudor no
puede ser exigido sino por su parte o cuota en la deuda y cada acreedor no puede
exigir sino su cuota o parte en el crédito.

Las obligaciones simplemente conjuntas pueden ser originarias o derivativas.


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Si la simple conjunción es originaria no hay una verdadera excepción al principio de


indivisibilidad del pago, sino una excepción aparente, ya que desde que se contrae la
obligación el acreedor consiente en recibir pagos parciales, toda vez que cada deudor es
obligado al pago de su parte o cuota en la deuda.

En cambio, si se trata de obligaciones simplemente conjuntas derivativas existe una


verdadera excepción al principio en estudio, dado que el acreedor se ve obligado a
recibir pagos fraccionados por circunstancias sobrevivientes.

Así ocurre, por ejemplo, si muere el deudor, puesto que sus herederos serán obligados al
pago de las deudas hereditarias a prorrata de sus cuotas, según el art. 1354 C.C., y el
acreedor estará obligado a recibir pagos fraccionados.

2º Aquellos casos en que existe convención de las partes.

En esta hipótesis expresamente existe acuerdo de las partes para que el deudor pague
por parcialidades.

Se trata, por consiguiente, de una excepción aparente al principio de indivisibilidad del


pago, pues el acreedor no se ve obligado a recibir pagos parciales, ya que
voluntariamente consintió que se efectuaran.
Cabe señalar que si nada se dice se presume que todas las cuotas son iguales.

3º A propósito del Beneficio de división y excusión de que goza el fiador.

El beneficio de división es aquel en virtud del cual existiendo varios codeudores


subsidiarios cada uno de ellos puede exigir que se le cobre su cuota o la parte en la
deuda (Art. 2367).

El beneficio de excusión, en cambio, consiste en la facultad que tiene el fiador para


exigir al acreedor que se dirija primeramente en contra del deudor principal antes de
dirigirse contra él.

En ambos casos estamos ante excepciones aparentes al principio de indivisibilidad del


pago, dado que al momento de contraer la obligación el fiador conoce la ley y, por
consiguiente, los beneficios que ésta le otorga en materia de fianza.

4º Hipótesis del Art. 1592 del C.C.

Este artículo se refiere a aquella situación en que existe controversia acerca del monto
de la deuda, caso en el cual el juez puede autorizar que se pague la suma no discutida.

Esta es entonces una excepción real al principio de identidad del pago.

5º La compensación.
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La compensación es un modo de extinguir las obligaciones recíprocas hasta la


concurrencia del menor valor.

En consecuencia, si opera este modo de extinguir las obligaciones el deudor está


obligado a recibir pagos parciales o fraccionados. Es entonces una excepción real.

6º Caso de insolvencia del deudor

El acreedor en caso de insolvencia del deudor recibe pagos parciales, porque no hay
más bienes que puedan satisfacer el pago. En consecuencia, se trata de una excepción
real.

7º Art. 54 de la ley 18.092 sobre Letras de cambio y pagarés. Esta norma señala que el
portador de una letra de cambio no está obligado a recibir pagos parciales, de modo que
se trata de otro caso de excepción real al principio de indivisibilidad del pago.

¿CUÁNDO DEBE PAGARSE?

Como se ha señalado anteriormente la obligación debe cumplirse en los términos


convenidos por lo que debe pagarse en la época estipulada en la convención.

En este sentido se debe distinguir si la obligación es pura o simple o es una obligación


sujeta a modalidad.

Si la obligación es pura o simple deberá pagarse al momento en que se contrajo la


obligación, sin perjuicio del plazo tácito del Art. 1494 que es aquél indispensable para
el cumplimiento de la obligación.

En cambio, si la obligación es a plazo o se trata de una obligación condicional, el


pago debe efectuarse verificado el plazo o cumplida la condición.

¿DÓNDE DEBE PAGARSE?

Para determinar el lugar en que debe efectuarse el pago hay que efectuar el siguiente
distingo:

1º Si se ha establecido un lugar en la convención. En este caso el pago deberá


efectuarse en el lugar convenido. (Art. 1587 del C.C.)

2º Si en la convención no se ha estipulado el lugar dónde debe efectuarse el pago el


Art. 1588 señala que hay que distinguir:
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a.) Si se trata de una obligación de dar una especie o cuerpo cierto, el pago debe
efectuarse en el lugar donde se encuentra la especie o cuerpo cierto al momento
de contraerse la obligación.
b.) Si la obligación es de dar una cosa que no consista en una especie o cuerpo
cierto o de hacer o no hacer, el pago debe efectuarse en el domicilio del
deudor.

Se ha discutido cuál es el domicilio del deudor; el que tenía al momento de la


convención o en el momento del pago. La mayoría de la doctrina y jurisprudencia
estima que el domicilio del deudor corresponde a aquél que ha tenido al momento
de la convención por aplicación del Art. 1589 que prescribe que si hubiere mudado de
domicilio el acreedor o el deudor entre la celebración del contrato y el pago, se hará
siempre en el lugar en que sin mudanza correspondería, salvo que las partes dispongan
otra cosa.

PRUEBA DEL PAGO

En primer lugar cabe señalar que le corresponde al deudor acreditar que efectivamente
ha pagado, toda vez que el Art. 1698 prescribe que corresponde probar la extinción de
las obligaciones a quien lo alega.

Por regla general el deudor dispone de todos los medios de prueba para acreditar el
pago, salvo las limitaciones contenidas en los Arts. 1709, 1710 y 1711 del C.C. que
establecen que no se admitirá prueba testimonial para acreditar la existencia del acto o
contrato que contienen la entrega o promesa de una cosa que valga más de 2 UTM,
salvo que exista un principio de prueba por escrito o haya existido imposibilidad de
hacerse de una prueba escrita.

Según el Art. 1711 existe principio de prueba por escrito en todo acto escrito del
demandado o de su representante que haga verosímil el hecho litigioso.

La forma normal que tiene el deudor para acreditar el pago es la carta o recibo de pago.
El C.C. no se preocupó de consagrar la facultad del deudor de exigir la carta de pago ni
la obligación del acreedor de otorgarla. Fue el Código de Comercio en su Art. 119 que
estableció que el deudor tiene derecho a recibir la carta de pago y no está obligado a
conformarse con la devolución del título de la deuda.

PRESUNCIONES DEL PAGO

Existen al menos tres presunciones de pago. Estas presunciones son las siguientes:

1º La presunción contenida en el inc 2 del Art. 1595: Recibo de Capital


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El inciso 2 del Art. 1595 prescribe que el recibo otorgado por el acreedor por el capital
sin mencionar los intereses hace presumir su pago.

Tratándose de una operación de crédito de dinero el Art. 17 de la ley 18.010 establece


que el recibo del capital hace presumir el de los reajustes e intereses según el caso.

2º La presunción contenida en el Art. 1570: Pagos Periódicos

El Art. 1570 dispone que el recibo de pago por tres períodos consecutivos y
determinados hace presumir el pago de los anteriores, siempre que hayan debido
efectuarse entre el mismo acreedor y deudor.

El Art. 18 de la ley 18.010 establece que el recibo por los intereses correspondientes a
tres períodos consecutivos de pago hace presumir que los anteriores han sido cubiertos.
Lo mismo se aplica a los recibos de capital cuando se deben pagar en cuotas.

3º La presunción contenida en el Art. 120 del Código de Comercio: Finiquito de una


cuenta

El Art. 120 del Código de Comercio indica que el finiquito de una cuenta hace presumir
el de las anteriores cuando el comerciante que lo ha dado arregla sus cuentas en
períodos fijos.

IMPUTACIÓN DEL PAGO

La imputación al pago consiste en determinar cual de las obligaciones o accesorios de


ellas quedan extinguidas con el pago efectuado por el deudor si no es suficiente para
cancelar todas las obligaciones de la misma naturaleza que existan entre las partes.

Esta reglamentada en el párrafo 6 del Título 14 del Libro IV (Arts. 1595-1597).

Requisitos para que opere la imputación al pago

1º Que existan varias obligaciones o que se deba el capital y sus accesorios entre las
mismas personas estando en una misma situación jurídica, esto es, actuando como
acreedor o deudor, según el caso.

2º Que se trate de obligaciones de la misma naturaleza.

3º Que el pago efectuado por el deudor no alcance a cubrir todas las obligaciones que se
deben y el capital y sus accesorios, según el caso.
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La regla general es que la ley otorgue preferencia al deudor quien deberá determinar que
obligación debe entenderse extinguida en virtud del pago efectuado, siempre que el
pago no cubra los intereses o el capital.

En esta materia la ley establece las siguientes limitaciones:

1º Limitación del Art. 1595 . Este precepto prescribe que si se debe el capital y los
intereses el pago deberá imputarse primeramente a los intereses, salvo que el acreedor
consienta en lo contrario.

Esta regla se justifica toda vez que el capital seguirá generando intereses y los intereses
no devengan intereses y si el deudor pudiera imputar libremente el pago que efectúa al
capital causaría un perjuicio injusto al acreedor que sin recibirlos dejaría de percibirlos.

2º Limitación del Art. 1596 parte primera. Esta norma establece que existiendo una
obligación devengada y otra que no lo esté el pago deberá imputarse a la obligación que
se encuentre devengada, salvo que medie consentimiento del acreedor en contrario.

El concepto de devengado dice relación con la adquisición de un derecho a percibir en


virtud de cualquier título.

3º Limitación del Art. 1591 que se refiere a la indivisibilidad del pago. Según esta
disposición el pago debe imputarse a aquella obligación que quede extinguida
completamente con él, porque el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales en
virtud del principio de la indivisibilidad del pago.

Si el deudor no hace la imputación del pago teniendo presente las limitaciones antes
señaladas podrá hacerlo el acreedor en la carta de pago y si el deudor lo acepta no podrá
reclamar después (Art. 1596 inc. 2).

Ahora, si el deudor y acreedor no han realizado la imputación al pago la ley establece


una regla contenida en el Art. 1597 en virtud de la cual deberá preferirse la obligación
que se encuentra devengada. Sino es posible aplicar este criterio se el deudor decidirá.

EFECTOS DEL PAGO

Los efectos del pago son los siguientes:

1° El pago extingue la obligación


2° El pago extingue los accesorios de la obligación.

Sin embargo existen dos excepciones a estos efectos:

1) El Pago parcial, dado que solamente se extingue la parte de la obligación que ha


sido satisfecha en virtud del pago.
2) El Pago por subrogación, puesto que en este caso el crédito no se extingue en
virtud del pago efectuado por el tercero sino que subsiste en su patrimonio a fin
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que el tercero pueda dirigirse contra el deudor para que éste le reembolse el pago
de la deuda.

APUNTE Nº 22 OBJETOS DEL DERECHO (CLASE DE MARTES 6 DE JUNIO DE 2006)

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