Sei sulla pagina 1di 33
GEHL CG caminos de agua —Mira, es un pato golondrino; duran- te el afio nos visitan muchos de dife- rentes especies, como el atepalcatl, que llega con las lluvias. Y también hay paja- ros como el pipitzin, que anuncia la madu- racién del maiz, y los chupamirtos, que van de flor en flor para recoger la miel. Juan no salia de su asombro, cuando su nuevo amigo le dijo: “Ya es hora de almorzar”. Y diciendo y haciendo sacé de su morral tortillas, un guisado y dos tamalitos de juiles, —Prueba, es michimoli. —iMichi... qué? —pregunté Juanito. —Td come y luego me dices. Asi pues, comieron muy a gusto y bebieron agua fresca de un guaje. —Estuvo rico, sobre todo el guiso de nombre chistoso —le dijo Juan. —Pues era de ranas con chile —le contesté el amable lugarefio. —éRanas? Pobrecitas. —¢Por qué? Si por aqui hay muchas, son parientes de los ajolotes, que también son muy sabrosos. Hasta ese momento, Juan no habia pensado en su abuela, que del otro lado del ago se hacia cruces porque no encontraba a su nieto. Estaba muy afligida, y por mas que don Panchito le decia que tuviera paciencia, no lograba calmarla. “Es que ya hace mucho que se fue, hay que ir a buscarlo”, dijo ella. Y diciendo y haciendo, los dos salieron a buscarlo al pueblo. 10 (| Is En el camino se encontraron a un hombre que vendia petates, pero no les supo dar raz6n del nifio perdido. Tampoco una mujer que vendia chi- chicuilotitos vivos. Ya en el mercado encontraron a un grupo de mujeres enrebozadas que vendian verduras. La abuela les pregunté si habian visto a un chamaco con pantalén de mezclilla azul y un paliacate colo- rado en el cuello, que era su nieto Juanito: -Ni paliacate colorado, ni pantalén de mezclilla, ni nieto, ni Juanito —le contestaron a coro. -Ni Juanito, ni mezclilla, ni paliacate, ni nieto —dijo el sefior cura que pasaba por alli. it ie —Es que tengo perdido a mi nieto, padrecito, y como no somos de aqui me da apuro —dijo la abuela. —Nise preocupe ni se atarante dofia —respondi6 el sefior cura—, mejor serd si el Nifiopa la ayuda. Encomiéndeselo a él. jo don Pancho. ;Si el Niflopa es retemilagroso! Vamos pronto a pedirle que aparezca. —éComo no se me ocurrié antes? —: Y se fueron a todo correr a casa de Camilo, el mayordomo. Al llegar, y sin saludar apenas a los ahi reunidos, la abuela se fue derechito al altar y se hincé frente al Nifopa, la escultura de un lindo nifio Jesiis rodeado de flores y veladoras, pero también de dulces y ju- guetes, como carritos, canicas, pelotas y trompos. Un grupo de vecinas le cantaba canciones de cuna. Durante un buen rato la abuela le pidié al Nifiopa con mucha devo- cién que de favor apareciera a su nieto. Después, Chona la esposa de Camilo el mayordomo, le ofrecié atole de pinole y cocoles, diciéndole: “Dofilta, acuérdese que las penas con pan son menos”. ( ( ( 15 16 Mientras tanto, los dos nifios alcanzaban la orilla del canal. Juan se tro- naba los dedos, estaba muy ansioso porque la escapada habia durado mas de la cuenta, Pero su nuevo amigo, tranquilo y con una sonrisa, le dijo: “Vete por esa vereda y encontraras a tu abuela”. Juan, agradecido, eché a correr y no paré hasta llegar frente a la casa de Camilo el mayordomo, en el mismisimo momento en el que su abuela, afligida, salfa a tomar el fresco. Ella seguramente hubiera querido jalarle las orejas o agarrarlo a coscorrones, pero al verlo llegar sano y salvo sélo atiné a decirle: —iMuchacho travieso!, édénde te habias metido? iMe espantastel, pero qué bueno que ya estas aqui! Ahora tienes que darle las gracias al Niflopa que te trajo de regreso. —%EI nifio qué? —pregunté Juan. ce —El Nifiopa, el santo patron de los xochimilcas —dijo la abuela—, al tiempo que hacia entrar a su nieto a la casa del mayordomo. Ya aden- tro, Juan se acercé muy despacito al altar y al estar frente a la imagen, sorprendié a todos gritando: “iAbuela, a este nifio ya lo conozco, es el o que me invité a pasear en su canoal Y colorin colorado, el cuento del Nifiopa aun no ha terminado... 19 Primera edici6n: 2012 bk. © Pascuala Corona br. © 2012, Ediciones Tecolote, s.a. de c.v. General Juan Cano 180 Colonia San Miguel Chapultepec, 11850, México, 0. 5272 8085 / 8139 tecolote@edicionestecolote.com wwimedicionestecolote.com D.r. © 2012, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Direccién General de Publicaciones Avenida Paseo de la Reforma 175, Col. Cuauhtémoc, 06500, México, O-F www.conaculta.gob.mx Coordtnacién editorial: Ma. Cristina Urrutia Tlustractones: Dibujos de Pascuala Corona, lifo de Xochimilco del Cédice Mendocino y emblema de los xochimitcas del Museo Arqueolégico de Xochimilco, realizados por la maestra popotera Leticia Cardenas. Fotografias: Tachi Correccién: Claudia Herndndez Disefto: Gabriela G. Luque ISBN Ediciones Tecolote: 978-607-7656-38-8 ISBN CNCA: 978-607-455-915-6 Impreso y hecho en México * Printed in Mexico Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccién total © parcial de esta obra por cualquier medio 0 procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informatica, la fotocopia o la grabacién, sin la previa autorizaci6n por escrito de los editores. Xochimilco, caminos de agua se imprimié en el mes de mayo de 2012, en los talleres de Offset Rebosan. Se tiraron 9000 ejemplares (5000 sin valor comercial. Este libro se publicé con el apoyo de la Direccién General de Publicaciones del Conaculta. 20 Para los que quieren saber mds... ocos saben que la conquista espiritual de Xochimilco fue iniciada por fray Martin de Valencia, monje franciscano, en 1523. Y que en 1535 se construyeron la iglesia y el convento de San Bernardino de Siena, tal vez por influencia de fray Bernardino de Sahagtin, quien al descubrir en el fondo del lago un idolo de piedra (una representacién de Tlaloc, sefior de la lluvia), lo sacé y puso en su lugar una cruz. Afios mas tarde, hacia 1552, fue escrito el Cédice Badiano, uno de los cédices mas importantes sobre hierbas medicinales, en el que aparece el emblema de Xochimilco: un suelo mullido del que emergen dos matas en flor. El texto en nahuatl estuvo a cargo del xochimilca Martin de la Cruz, médico asociado al Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. La traduccién al latin fue hecha por Juan Badiano, también xochimilca y contemporéneo del primero en dicho Colegio. De Xochimilco y sus pobladores sabemos varias cosas gracias a docu- mentos histéricos, como el anterior, o bien, de crénicas, anécdotas y festividades muy antiguas. Por ejemplo, en un texto anénimo de 1864, sobre Maximiliano y Carlota, El viaje de Miramar a México se cuenta que en el trayecto de Veracruz a la Ciudad de México los soberanos fueron recibidos con grandes muestras de alegria, como bailes, canciones y mas de 770 arcos de flores. El que ms les gust6 fue un arco decorado con claveles rojos y blancos realizado por indigenas xochimil- cas. Para que Maximiliano y Carlota pudieran verlo por segunda ver, el arco fue trasladado a la puerta principal de la Catedral de la Ciudad de México. Tenfa esta inscripcién: Xochimilco su Emperador Maximiliano |, Junio 11 de 1864. El arco parecia de terciopelo y su aroma se percibia en todo el atrio. El nombre de Xochimilco significa “lugar de la sementera florida” o “don- de se siembran flores”, como la dalia (del nahuatl acocoxochiti), flor de ocho pétalos que aparece esculpida sobre la piedra de cantera de la iglesia de Xochimilco. Por toda esa riqueza natural, que sus habitan- tes han sabido aprovechar y conservar, en 1987 la zona de las chinampas donde se cultiva gran variedad de flores y hortalizas fue declarada Pa- trimonio Mundial de la Humanidad por la Organizacién de las Naciones Unidas para la Educacién, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Asi como el cultivo y el arte floral han distinguido por siglos a los habi- tantes de Xochimilco, la celebracién que adn perdura en nuestros dias se debe a la imagen mas venerada por todos los xochimilcas: la del Niflopa, ak 22 también llamado Nifio del Lugar o Nifio Peregrino. Es una escultura det nifio Jestis, muy querida por todos porque pertenece al pueblo. Fue ta- llada en madera de colorin en el siglo xvi o xvii por un fraile franciscano, a quien lo asistié un indigena del lugar. Su culto es muy original, pues el Nifiopa no se venera en la iglesia, sino en la casa de algin lugarefio, que por tener en resguardo al be el nombre de mayordomo. Para conseguir el cuidado del Nifiopa debe solicitarlo con afios de anticipacién. Cuando por fin lo recibe de manos del obispo, en el templo de San Bernardino, el 2 de febrero, dia de la Candelaria, se organiza una gran celebracién popular con masica, cuetes y danzantes que van por los barrios dando a conocer la noticia. El mayordomo lo cuida durante un afio y tiene la obligacién de rezarle un rosario todos los dias, al que asisten familiares, vecinos y amigos. También tiene el compromiso de llevarlo a visitar al enfermo 0 devoto que se lo solicite, En su casa, debe mantener al Nifiopa a la vista de todos en un altar adornado con flores y velas, asi como ponerle sus dulces y juguetes, casi todos regalo de sus fieles. En la Navidad es tradi- ci6n llevarlo al templo de San Bernardino para celebrar las posadas y recordar su nacimiento. Otra fecha importante para el Nifiopa correspon- de a la fiesta de Corpus Christi, en la que lo visten de indigena y le ponen su huacalito con frutas colgado a la espalda. EI Nifio Peregrino mantiene unidos a todos los xochimilcas, sin distincién de clases ni de barrios, y esta presente tanto en la vida cotidiana como en la ceremonial de este lugar. Desde 1995, en febrero de cada afio, el mayordomo en turno lo lleva al taller de la Coordinacién Nacional del Patrimonio Cultural, del ivaH (Instituto Nacional de Antropologia e Historia), para su conservacién y restauracién. El mayordomo y su familia, asi como miembros del pueblo de Xochimilco, forman una procesién para entregarlo y otra procesién con cuetes y miisica para recogerlo. Durante el tiempo que permanece al cuidado de los restauradores, el Nifiopa es visitado y cuidado por una persona allegada al mayordomo, quien procura que el pequefio tenga sus dulces y juguetes cerca y “no extrafie”. Otra buena raz6n para visitar Xochimilco, ademas de ir a comprar plan- tas, pasear en trajinera o llevarle un regalo al Nifopa, es visitar su Par- que Ecolégico, donde se puede ir de dia de campo, pescar o alquilar una lancha. l pt 24 Por si quieres saber todavia mas... uentan que la artesanfa que consiste en hacer figuras o paisa- jes con popotes se inspir6 en el arte plumario, de origen prehispanico, en el que se utilizaban plumas de distintas aves, como guacamayas y quetzales, para adornar escudos y penachos. Para trabajar esta artesania se utiliza el popote de cambray o mijo, que es una planta graminea con la que se acostumbraba hacer escobas en Topilejo y en Tejupilco (Hidalgo) y que se vendian en la Ciudad de Mé- xico. Todavia existen campesinos que se dedican a cortar popote para venderlo, aunque lo hacen con mucho cuidado, pues las viboras suelen enredarse 0 anidar en sus ramas. El popote (del nahuatl popot!) es un tallo hueco y delgado que antigua- mente se tefifa con colorantes naturales, como la grana cochinilla, el palo de tinte, la nuez, el afil y otros. Hoy en dia los tifien con anilinas 0 colorantes vegetales, de los que se usan para preparar alimentos, disueltos en agua caliente con sal. La forma tradicional para hacer un mosaico, nombre que se le da a las imagenes elaboradas con popotes, consiste en dibujar primero el tema, paisaje o figura con un lapiz suave, sobre un papel blanco. Después el artesano empieza lo laborioso: cubrir la imagen con los popotes. Trabaja del centro a las orillas, extendiendo poco a poco una capa delgada de cera de Campeche, reblandecida a mano. Enseguida, corta los popotes y con cuidado los acomoda sobre el dibujo, delineando las figuras y ori- llas con popotes de color mas oscuro. Una vez terminado, el mosaico se recorta y se pega en un papel mas grueso o cart6n. En otros tiempos, los mosaicos se barnizaban con miel caliente de abeja para conservarlos en buen estado. Hoy dia se les aplica un esmalte acrili- co comercial. Los mosaicos mas elaborados se hacian en Tlalpujahua (Michoacan) y en Cacaxtla (Tlaxcala), donde todavia adornan con esta técnica imagenes religiosas, cajitas y llaveros. Td también puedes aprender esta artesania para que no se pierda la tradici6n, 25 26 Manualidades La ranita de Xochimilco ara decorar esta rana necesitas comprar una escoba de mijo en algiin mercado. Luego le cortas unos cuantos popotes con unas tijeras chatas y los tifies de verde con colorante vegetal (pide a un adulto que te ayude), Hay que poner a hervir una taza de agua con una cucharada de vinagre, media cucharadita del colorante y una pizca de sal, y luego meter los popotes al agua hasta que se pinten de verde. Después se sacan y se dejan enfriar y secar sobre un periddico. Mientras se secan, calca la rana de la siguiente pagina y pasala a un cartén. Por dltimo, recorta los popotes al tamafio necesario, y con pegamento col6calos para ir formando la figura de la rana como se ve en el modelo. Si no puedes conseguir los popotes, usa estambre verde. 28 Alegrias de amaranto “Alegria, lleve alegria, alegria para los tristes”. ara hacer este rico dulce necesitas la ayuda de un adulto y los siguientes ingredientes: 3 tazas de semillas de amaranto reventado 2 cucharadas de miel de piloncillo 1 cucharada de miel de abeja Unas gotas de limén Puedes conseguir la semilla de amaranto en cualquier mercado, pero con seguridad en el de Tulyehualco, pequefia poblacién ubicada en la delegacién Xochimilco. Acompafiado de una persona mayor, calienta con mucho cuidado las dos mieles y unas gotas de lim6n. La miel no debe estar ni muy ligera ni muy condensada. Si esta muy liquida, la alegria se desmorona; si esta muy espesa, el dulce se quiebra. Mezcla el amaranto reventado con la miel. Revuélvelo perfectamente con una cuchara de madera para que la miel quede bien distribuida. Coloca la masa en una charola o tabla de madera y presiénala con un rodillo para que quede muy bien compactada. Déjala enfriar y cértala con un cuchillo hdmedo antes de que seque per- fectamente. Puedes cortarla en cuadros, recténgulos o hacer bolitas. 2g Este cuento se lo dedico a mi hijo Alfonso, quien me trajo de Cacaxtla, Tlaxcala, una linda cajita decorada con un paisaje hecho de popotes. Su regalo me sirvié de inspiracién para ilustrar con la técnica de esta artesania el cuento de Xochimilco. También lo dedico a todos los artesanos que a través de los afios han continuado con esta tradicién: Eleazar Moreno, Guillermo Olay, Simén Torres, Luis Hormigo, Mario L6pez, Luz Maria Salinas y, en especial, a la maestra popotera Leticia Cardenas, quien supo interpretar mis dibujos, al reatizar los mosaicos que ilustran el libro, con talento y sensibilidad. La coleccién Por memoria busca rescatar del olvido nuestras tradiciones, leyendas y costumbres, para que los nifios mexicanos las conozcan y puedan transmitirlas a nuevas generaciones. Mi agradecimiento a: Noé Coquis Salcedo, chinampero de Xochimilco; Androna Linartas, especialista en tintes naturales; Fernanda Mufioz Castillo Manterola, restauradora; Lic. Lilia Rivero Weber, Coordinadora Nacional de Conservaci6n del Patrimonio Cultural, INAH; Dr. Erwin Stephan-Otto Parrodi, Director del Parque Ecolégico de Xochimilco. Y muy especialmente agradezco a mi querida hija Beatriz su apoyo generoso para la realizaci6n de este libro. 30 Palabras nuevas y viejas: Ahuejote (vet nahuatl ahuexot). Arbol de la familia del sauce. Los antiguos mexicanos lo sembraron en Xochimilco, sobre todo en las orillas de las chinampas para que fijaran sus raices en el fondo del lago. El ahuejote tiene la cualidad de no quitar el sol a los cultivos, pues su ramaje es vertical. Ajolote (el néhuat! axolotl. Anfibio de agua dulce de los lagos mexicanos, actualmente en vias de extincion. “Es bueno de comer, es comida de sefiores”, escribid sobre ellos fray Bernardino de Sahagiin. AYCOS También llamados “portadas”. Se acostumbran poner en las tra- jineras y calles de Xochimilco. Se elaboran sobre un armaz6n de madera y tule y se decoran con flores naturales. Si se hace a devocién de algan Santo, es para pedirle buenas cosechas. Chichicuilote (vet nahuatt tzitzicuilot). avecita acuatica que se acostumbraba tener en las cocinas para “papar moscas” (comerlas). Chinampa (cet nahuatl chinamit). isla artificial para el cultivo de hortalizas y flores. Guaje (el nahuatl huaxin). Fruto del Arbol del tecomate, se le llama también bule o tecomate y sirve como recipiente para guardar agua. Los campesinos acostumbran taparlo con un olote, es decir la parte central de las mazorcas de maiz (del nahuatl olotl: coraz6n). Juil (Get nahuatl xovil). Pez de agua dulce en vias de extincién. Tra- dicionalmente lo pescaban las mujeres para hacer tamales o guisos. at El Nifiopa se ha perdido en el cielo no aparece, esta en la orilla del lago platicando con los peces. Dicho popular uentan que habia una vez una abuelita a la que le gustaba mucho sembrar, un dia decidié ir a Xochimilco a comprar plantas, pues alli tenia un marchante llamado Pancho, al que acostumbraba comprar- le tierra de hoja para sus macetas y hierbas de olor. Pensando, pensan- do, pensé llevar a su nieto Juanito para que la acompafiara, y juntos se pusieron en camino. A don Pancho se le alegré el corazén al verla, pues en tantos afios se habia hecho entre ellos una relacién como de compadres. Asi que se enredaron en la platica de los geranios, el romero y la albahaca, mien- tras que el nieto, inquieto, fue poco a poco alejandose de ellos y acer: candose al lago. Ahi se encontré con un nifio de su misma edad que tenia una pe- quefia canoa y lo convid6 a subirse para dar una vuelta. Juan se olvid6 de su abuela y de un brinco se embarcé en busca de lo desconocido. Al poco tiempo se cruzaron con una trajinera muy grande adorna- da con un arco de flores que decia Viva Lupita, en la que iba una familia muy contenta, risa y risa, seguida por otra con mariachis, misicos que acompafiados de sus guitarras iban cantando: Una indita en su chinampa andaba cortando flores y un indito le decia regdlame tus amores. Mas adelante se encontraron con un campesino que en su chalupa lle- vaba su cosecha de flores y verduras, quien los saludé. —tLo conoces? —le pregunté Juan. —iClaro!, es Chucho, el chinampero. Yo conozco a todos y casi todos me conocen a mi. —2Y qué es eso de chinampero? —pregunt6 Juanito. —iNo me digas que no sabes lo que es una chinampa! —Ni chinampa ni chinampero —respondié Juan. —Pues te voy a contar nuestra historia, porque se ve que eres fuerefio. En la chinampa de Chucho te contaré lo que sé sobre Xochimilco, ésale? —iSale! —respondié juanito, que se sentia feliz al descu- brir un mundo nuevo. Al llegar a esa especie de isla flotante que es una chinampa, Juan aprendi6 que los xochimilcas llegaron del norte, de Aztlan, para establecerse en el valle de México. Que su primer Sefor, Acatonalli, era muy inteli- gente, pues fue él quien propuso al consejo de ancianos hacer islas sobre el lago. Asi tuvieron tierras donde sembrar y, al mismo tiempo, agua para regarlas; de _yplieg esa manera no les faltaron alimentos. Juanito abria los ojos como platos y trataba de jar ‘en su memoria el relato de aquel nifio tan listo. Asi que paré las orejas para escuchar lo que éste le siguié contando sobre los habitantes del lago. De cémo empezaron a construir las chinampas que hicieron sobre un armazén de carrizos. Agregaban poco a poco capas de lodo que sacaban del fondo del lago, seguidas de capas de tule, de lirios acuaticos y de tierra que aca- rreaban de la orilla. Y sembraron en las orillas ahuejotes, arboles que crecen muy derechos como si quisieran llegar al cielo y que al mismo tiempo, al enraizar, fijaban los bordes de las chinampas. Después, si- guiendo un ritual, colocaban al centro el maiz, para que tuviera mucho sol. Después, lo protegian de las plagas, rodeandolo con hierbas de olor o flores y enseguida sembraban frijol, chile, calabazas y jitomate. z: Sorpresivamente un pato sacé la cabeza llamando su atencion; era gris con blanco. ~— =— —

Potrebbero piacerti anche