Sei sulla pagina 1di 4

Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Humanidades
Profesorado en Letras
Literatura Argentina I
Profesora: Rojo Guiñazú, Milagros
Alumna: Alarcón, Yamila E.
TRABAJO PRÁCTICO

Ensayo: María, mujer ejemplar de vida.


En “La Cautiva”.

En el precedente ensayo trataré de mostrar algunas características que hacen


a María una mujer ejemplar de vida en su época, tanto por sus sentimientos como por
ciertas actitudes que adopta debido a las diferentes dificultades que le toca atravesar
para lograr su objetivo. Además por lo que representa en la obra como personaje de
características contrarias a lo establecido socialmente en cuanto a su género de mujer.
A simple vista y en una primera lectura vemos que María recién aparece en la
tercer parte de la historia, dejando las dos primeras para ubicarnos contextualmente y
hacernos entrar en esa atmósfera de violencia y cautiverio en la cual se desarrollan los
acontecimientos. El dato previo que esto nos ofrece con respecto a María es que ella
estaba “presa” en un cautiverio del cual se escapa y va en busca de su Brian, que se
convierte en fundamento de su existencia y esperanza de vida. Cabe resaltar a esto el
coraje y atrevimiento que ella adopta para escapar sabiendo que corría el riesgo de
ser descubierta.
Es con esta primera acción que María cobra protagonismo y se convierte en el
eje del resto de la historia.
Su papel de protectora la incrimina de alguna manera a un cierto grado de
responsabilidad y con ello además se le agrega la adopción del rol masculino:
“Huyamos, mi Brian, huyamos;
que en el áspero camino
mi brazo, y mi poder divino
te servirán de sostén”.

Rol que ella asume y que desde el punto de vista cultural es contrario a los
estratos sociales, ya que esa función de proteger y cargar con la vida de los suyos es
designada para el hombre como cabeza de familia. Es el hombre el que lucha hasta
las últimas consecuencias por el bien de sus pares, lo cual se asimila a este modelo
de mujer presentada en la obra. Esto, en contraste con la figura de la mujer que
socialmente está designada a cumplir el rol de ama de casa, esposa y cría de los hijos,
se diferencia de María que adopta ciertas actitudes salvajes ajenas a su género y a su
condición.
Lo salvaje viene también de la mano de la descripción hecha arriba; el hecho
de asumir y cumplir con ese rol masculino que no le pertenece, pero que las
circunstancias y su furor la obligan a hacerlo, la manchan con ese tinte salvaje:
“Ella le responde:-Advierte,
que en este acero está escrito
mi pureza y mi delito,
mi ternura y mi valor”.

Ese acero que nombra quiere representar las actitudes que ella toma frente a
determinadas situaciones; la más específica es cuando mata a uno de los hombres
para poder escaparse, hecho determinativo para calificarla como asesina. Ella es
conciente de que lo que hizo era un delito, pero es a través de esto que cobra valor y
coraje para llevar adelante lo que tiene en mente: salvarse y salvar a Brian.
Además este hecho es lo que da sustento para la defensa de sus próximos
acontecimientos de peligro que le depara el desierto, encontrándola sola con su
amado herido; con esa primera experiencia María está en condiciones de enfrentar
cualquier cosa para salir adelante.
También aquí se nota una dualidad de María, por un lado tenemos a lo que le
concierne como mujer: su pureza, su ternura; y por otro tenemos esas características
salvajes: su delito, su valor. Esta doble faz le atribuye cierta fortaleza que, mezclado a
su carácter de mujer, configura su resistencia ante las adversidades. Estas cualidades
son prueba de que además de su valentía, aún su amor corresponde a Brian, quien
insiste en que lo abandone ya que él no se cree digno de ella.
Frente a la “fragilidad” de Brian, vemos que en contraste con ello se resalta la
valentía y esperanza de María. Él lo da todo por perdido, es un soldado ya vencido con
ideales muertos antes que él, entonces no le encuentra sentido a lo que su amada
hace.
Ella insiste en seguir a pesar de las dificultades y riesgos, seguir en esa pampa
inmensa, desierto que no ofrece esperanza alguna, pero que el corazón de María
presiente la presencia cercana de la libertad añorada. Esa esperanza es alimentada
del amor que tiene por su amado y por su hijo que espera verlo con vida.
El amor es considerado el fundamento de todas las cosas, y en estos casos es
cuando se lo pone en prueba. A pesar de ello Brian prefiere morir sin hacer el intento
de salvarse; lo cual también puede ser una forma de amor recíproco al desear que se
salve solo María, pero lo que quizás él no entienda es que ella sin él no tiene nada, no
tiene familia, no tiene casa, sin él no podría vivir, por eso es tan importante para ella
salvarlo; es su sustento y es todo lo que le queda después del atroz ataque hecha por
cristianos.
A pesar de que la figura y el papel de María representan en la obra una especie
de modelo deseado intencionalmente, de que todas tendríamos que tener algo de
coraje sin depender nuestra condición, este modelo pertenece a lo que se denomina
“heroína del romanticismo” que se opone a ese héroe mitológico que se nos viene a la
mente, héroe con ciertas cualidades atribuidas por su condición de hijo de alguna
diosa o cosas parecidas. En este caso ella no tiene ningún ser superior que la ayude
más que Dios al que le ruega mínima pero necesaria protección para ambos para
poder llevar a cabo así su contienda.
La protagonista pierde a su amado, ya no le queda nada más que esperar ver a
su hijo; se encuentra sola, su motivo de esperanza ha muerto y con esto parte de ella
también murió. A estos sentimientos de pérdida y dolor se le agrega la noticia de que
su hijo fue muerto en manos de los indios. Todo está perdido, ella se entrega a la
muerte que la lleva sin esfuerzo alguno, se entrega y aún dormida dulcemente sueña
con esos días de felicidad que el amor le prometió junto a su amado:

“Entonces el que la viera,


dormida, ¡oh Dios!, la creyera;
deleitándose en el sueño
con memorias de su dueño,
llenas de felicidad (...)”.

Muestra, sin duda alguna, del inagotable esfuerzo que más allá de la muerte
esta mujer se llevó, esfuerzo por encontrar la felicidad y la libertad teniendo como
fundamento el amor, el valor y la valentía que se apoderaron de ella.
Por otra parte, el hecho de ser María la que encarna estas características
descritas en lo párrafos anteriores, alude a pensar que el autor de la obra la utiliza
como instrumento para comunicar las situaciones políticas y sociales de la época y de
esa zona, porque el desierto y lo que se vivía allí era muy distinto a la ciudad, llena de
comodidades y lujos con ese toque bien marcado de estilo europeo.
Anteriormente mencioné el papel de la protagonista como modelo social y
cultural deseado, aludiendo a la idea de que, además de querer exaltar sus
cualidades, se quiere proponer en cierta medida un estilo nuevo de hábitos e inculcar
en el corazón de la población femenina ese sentimiento y fervor de animarse a luchar,
a enfrentar.
Considero a María como ejemplo de vida, porque en ella y en sus acciones se
ve todo eso que una mujer es capaz: amar, luchar, vencer y hasta morir por defender
sus ideales y derechos. Su insistencia ante los deseos de vivir pudo contra cada uno
de los enfrentamientos que padeció, es más parecían fortalecer su condición y renovar
sus fuerzas para seguir.
En la actualidad, quizás como huellas del pasado, encontramos mujeres
parecidas a María, por cierto teniendo en cuenta que el contexto no es el mismo, pero
ese honor de lucha no cambia, no tiene tiempos ni edades. Todos tenemos esa llama
en nuestro interior que fundamenta nuestro existir, que no se apaga aún después de la
muerte.

Potrebbero piacerti anche