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SECUNDARIA
SEPARATA
CIENCIAS
SOCIALES
COMPONENTE ESPECIALIDAD ACADÈMICA
EQUIPO DE CAPACITADORES:
INTRODUCCION A LA HISTORIA.
EVALUACIÓN FINAL
GLOSARIO.
BIBLIOGARAFÍA.
ANEXO.
OBJETIVO GENERAL.
Analizar y argumentar conceptos básicos sobre la historia como ciencia social y su importancia,
para aplicarla en su que hacer cotidiana y trabajo pedagógico.
OBETIVOS ESPECÍFICOS.
Al concluir la lectura del presente módulo, el docente estará en condiciones de:
*Identificar y aplicar la utilidad de la historia en beneficio de sus alumnos.
*Analizar científicamente los hechos históricos desde el punto de vista de sus causas, hechos y
consecuencias.
. Plantear y fundamentar su punto de vista sobre los hechos históricos en forma coherente.
PRIEMTA PARTE
MARCO TEÒRICO
INTRODUCION A LA HISTORIA
Dar una definición o un concepto exacto sobre la historia es tarea difícil, porque cada
tratadista cada pensador conceptúa según su sistema filosófico es decir, según su concepción
del mundo, desde el punto de vista de su generación, de sus circunstancia socio- histórica y del
espíritu de su vida nacional. .Es por ello que se han dado distintas y múltiples
conceptualizaciones, el caso específico del término de la historia. Así tenemos los siguientes
conceptos:
- Lombardo Radice presenta un concepto pedagógico. “ Es la construcción del pasado
en lo que subsiste la conciencia viva de la continuidad del pasado en el presente”.
Considera la historia sólo en dos dimensiones, pasado y presente.
- José Ortega y Gasset considera la historia,”como un sistema de experiencias humanas”
- La Conferencia Internacional de la Historia conceptúa “como el conocimiento integral
científico de la vida a través de las edades”
- Henri Berr nos dice: "La Historia es el estudio de los hechos humanos del pasado".
- Henri Pirenne afirma que: "El objeto del estudio de la Historia es el desarrollo de las
sociedades humanas en el espacio y en el tiempo".
- Raymond Aron sostiene que: "La Historia es la ciencia del pasado humano".
- Lesley Bird Simpson anota: "Historia es un resumen de la experiencia humana y su función es
enseñar".
-Johan Huizinga, concretamente, establece: "La Historia.es la forma espiritual en que una
cultura rinde cuentas de su pasado".
- Ernst Bernheim indica que: "La Historia es la ciencia que investiga y expone los hechos de la
evolución humana, determinados en el tiempo y en el espacio".
- Wilhelm Bauer, a su turno, nos dice: "Historia es la ciencia que trata de describir, explicar y de
comprender los fenómenos de la vida... dirigiendo su atención principal sobre los cambios que
no se repiten en el espacio y en el tiempo".
-
- El Doctor Luís E. Valcárcel conceptúa en tres dimensiones: “la Historia no sólo es el
pasado, sino también el futuro que tiene virtual existencia en el presente en el que el
historiador no es un pasadista sino contempla el presente y el futuro, con ello supera el
concepto tradicional y obsoleta definición, en el que cada una de ellas es producto y
consecuencia del anterior.
- Pablo Macera, establece una diferencia entre la historia como ciencia y la historia
como proceso social.
Por consiguiente, es un aporte valioso tanto de Valcárcel como de Macera, quienes analizan
desde el punto de vista de sus causas y consecuencias de los hechos históricos de la
humanidad, desde la sociedad primitiva hasta los tiempos actuales realizados en el espacio
geográfico y momento histórico que responde a las siguientes interrogantes: dónde- espacio
geográfico, cuándo- tiempo histórico, cómo- características de los hechos, por qué- explica las
causas que originan, para qué- objetivos y consecuencia.
La historia se reconstruye intelectualmente sobre las evidencias de los hechos acaecidos; sin
embargo, en el proceso de reconstrucción, después de recoger los datos, el historiador los
evalúa e interpreta de acuerdo con las premisas lógicas y los conceptos de que dispone, a fin
de organizarlos en una estructura de inteligibilidad, sin la cual la historia sólo sería un conjunto
de innumerables hechos aislados. De tal manera, la historia nunca es del todo objetiva aún
cuando el historiador sea imparcial y se proponga la mayor objetividad posible. Su manera de
entender el mundo, su apreciación de los valores, su forma comprender a la sociedad o sus
ideas políticas estarán condicionando su propia capacidad para juzgar y explicar los hechos del
pasado. La objetividad absoluta e intemporal de la historia es una abstracción irreal. No
obstante, el historiador es consciente de estos problemas frente a los cuales, la única salida
consiste en atenerse a las exigencias de un esclarecimiento en el que se especifique la
interpretación de los hechos así como los razonamientos que los enlazan, para de esta manera
poder distinguir con claridad las afirmaciones y someterlas a cualquier tipo de enjuiciamiento
racional.
Tampoco se puede pensar en una versión permanentemente válida de la historia, porque la
historia también envejece y, se acomoda a los intereses y planteamientos de la época, en la
que es escrita. Con el transcurso del tiempo se convertiría en una versión esclerosada de
hechos convencionales. Cada generación debe replantear la historia, puesto que como
experiencia vital se ocupa de los hombres y de las sociedades, de sus luchas y de su progreso.
Su objetivo fundamental es ayudarnos a comprender el mundo en que vivimos y proveernos
de las herramientas que nos ayuden en la construcción del futuro. La historia que no es
repensada de tiempo en tiempo pierde su razón de ser, poco a poco, de visión inquietante del
devenir social se va transformando en un desvanecido panorama de antigüedades.
Hoy ya nadie discute el carácter científico de la Historia. Su sistematización y metodología
aplicadas en el proceso de investigación, interpretación y explicación de los hechos y
acontecimientos del pasado así lo determinan.
• En este sentido el desarrollo y evolución de la Historia ha sido evidente. Del relato, más o
menos interesante, de sus comienzos, a la exposición académica, erudita y literaria posterior,
ha sucedido, ahora, la rigurosidad científica de nuestra disciplina, puesto que "la Historia como
toda ciencia en formación, se encontró con un montón de materia prima con la que tenía que
trabajar documentos -de archivos o no-, testimonios, prensa, objetos de arte, utensilios, etc.
que debía analizarlos para lograr la
recomposición del pasado. De este modo el historiador buscó saber no sólo cómo ocurrió
aquello, sino por qué ocurrió". Partiendo, pues, de esa realidad (la materia prima), se ha ido
creando el objeto teórico de la Historia, que, a su vez, comprende el aparato conceptual, las
categorías del pensar histórico y las relaciones que surgen entre ellos, de tal modo que cuando
así se opera ya se está incursionando en el verdadero terreno de la ciencia.
Sistematizar es ordenar, actuar en base a leyes y normas. La Historia es un sistema y como tal
encuadra su accionar dentro de este contexto. Sistema, orden y ley se necesitan para
investigar, llegar a conclusiones y emitir juicios críticos. En la actualidad ese es el camino que si-
gue la Historia. Esto es fundamental por cuanto se opera en base a lo concreto, real y efectivo
en busca o clarificación de una verdad que va a servir para la mejor estructuración del destino
de la humanidad.
La metodología, por su parte, en el proceso investigatorio, acentúa aún más el carácter
científico de la Historia. Método para observar, describir, explicar y comparar el hecho y el
acontecimiento, para arribar a conclusiones valederas, sobre todo para efectuar las
exposiciones del tema histórico. No podemos avanzar en la búsqueda de la luminosidad del
pasado si actuamos en medio de la imprevisión y de la improvisación. Todo debe obedecer -y
de hecho obedece-, a un conjunto armonioso, sistemático y metodológicamente trazado para
lograr la cabal interpretación del conjunto de elementos que constituyen metodología, unos
principios rigurosos que hay que aplicar para comprobar la veracidad o la inexactitud de las
hipótesis que se hacen. De la metodología surgen las reglas concretas de las técnicas de trabajo
del historiador, que se aplican al manejo de aquella materia prima a que hemos hecho
referencia.
Existen, sin embargo, algunos escépticos que cuestionan el carácter científico de la Historia
aduciendo que:
1. La Historia se ocupa solamente de lo particular, en tanto que la ciencia estudia lo general.
2. La Historia no puede pronosticar.
3. La Historia es subjetiva porque el hombre se está observando a sí mismo.
4. En la Historia juegan papel importante la política y religión.
La Historia en la Edad Antigua servía para guardar, a través de mitos y leyendas, el pasado de
una nación o imperio. No se veía muy necesario anotar sistemáticamente todos los
acontecimientos, sino que se privilegiaban aquellos que interesaban en una determinada
época. Es decir, que el pasado era maleable, podía ser cambiado de acuerdo a las necesidades
políticas de un invasor. Recordemos que las tradiciones se pasan de una genera ción a otra
oralmente. Había acontecimientos o ceremonias especiales en los que ciertos personajes, a
través de cantos e himnos, repasaban la memoria colectiva de un grupo. Evidentemente, la
información que se transmite de esa manera cambia de contenido con el transcurrir del
tiempo.
Tomemos un ejemplo
La civilización cretense, ubicada en el centro del mar Mediterráneo, sintetizaba toda su historia
en el mito del Minotauro. Se decía que los dioses habían castigado al gran rey Minos y habían
hecho que su esposa concibiera un hijo con un toro, de modo que el resultado de tal unión fue
un ser espantoso, con el cuerpo de un hombre pero la cabeza de un toro, que además pedía
todo el tiempo víctimas para satisfacer su hambre. Para que no hiciera daño, el rey encerró al
Minotauro en un laberinto diseñado por un sabio llamado Dedalus. Héroes de todas partes del
mundo helénico llegaban a Creta para desafiar a este ser, pero morían en el intento. Hasta que
llegó a la isla un extranjero, un guerrero aqueo llamado Teseo, que sedujo a la hija del rey,
Ariadna, quien le mostró la forma de no perderse en el laberinto atando un hilo a la entrada.
Teseo logró vencer al Minotauro y luego de su victoria se llevó a Ariadna a la isla de Naxos, en
donde un tiempo después la abandonó.
Este mito, que era relatado por los encargados de conservar la memoria minoica, sintetiza de
manera genial toda la historia de esta civilización. La primera parte que exalta la fuerza del
Minotauro que no podía ser vencido se interpretaría como la época del auge comercial de
Creta en el Mediterráneo.
La segunda parte, la llegada de un extranjero que no sólo derrota al Minotauro sino que se
burla de la hija del rey, puede interpretarse como la invasión de los guerreros aqueos a Creta.
Este hecho causó la destrucción y extinción de la cultura minoica. Así lo descubrieron los
arqueólogos.
En este caso observamos que un mito puede sintetizar de forma breve y fácil de recordar toda
la historia de un pueblo. Notemos además que cuando se habla del mundo, no significa todo el
globo terrestre, sino únicamente el área en el que ellos se desenvolvían y que constituía «su
mundo».
En este sentido, la visión que la gente tenía de todas las cosas cambió radicalmente, pues la
tierra y el universo eran materia y no espíritu, nuestro cuerpo era materia y no extensión
sagrada de la divinidad. Los humanistas decían que cuando un hombre se moría su alma o
espíritu se iría al cielo o al infierno, pero su cuerpo, que era material, no. De esta manera,
empezó a verse lo material con otros ojos, pues al quitarles a las cosas su ánima, su alma, su
carácter sagrado, entonces se les podía manipular, romper, clasificar, observar, etc.
En consecuencia, la curiosidad, que antes estaba explicado, quedó libre para ayudar a observar
el mundo con los ojos de un científico.
La historia como acaecer y suceder, y aún como disciplina científico-cultural, ha sido objeto de
interpretaciones en un afán de deslindar su contenido, fijar con claridad sus límites y plantear
los "modos de ver la historia". Así:
Tanto Herodoto como Tucídides conciben la Historia como la sucesión y repetición cíclica de los
hechos. El primero va más al relato, en tanto que el segundo aporta ya un contenido
explicativo. Aristóteles, a su vez, sostiene que en la investigación histórica se hace necesario
poner cierto caudal de emoción artística.
Los filósofos latinos Cicerón y Tácito "consideran a la Historia como un encadenamiento de los
actos sociales y su mayor preocupación consistió en buscar el nexo que una dichos actos.
Fueron los primeros historiadores que consignaron en sus obras verdaderas deducciones
lógicas extraídas de los acontecimientos.
3.2.- EL PROVIDENCIALISMO:
3.3.- EL RACIONALISMO:
Corriente interpretativa, que habiendo surgido en el siglo XVI, tiene su mayor expresión en el
siglo XVII con Voltaire, Descartes y, posteriormente, Condorcet.
Según la actitud racionalista el acontecer histórico debe ser explicado bajo el libre ejercicio de
la razón, y debe verse como una consecuencia racional del hombre en su lucha por su progreso
y desarrollo dentro de la colectividad. El hombre se mueve bajo el impulso de la razón y no
bajo un designio providencial. Así, la Historia se desvincula de la religión e inicia su
estructuración como una ciencia.
Francisco María Arouet, Voltaire (1694-1778), en su obra "Ensayo sobre las costumbres y el
espíritu de las naciones", toma como objeto de la Historia los progresos del espíritu humano, a
los que atribuye más hondo contenido y mayor eficacia ilustrativa que a los hechos políticos,
pero al mismo tiempo, no concibe que la razón haya sufrido cambios en su naturaleza. Hizo
gala de un notable sentido crítico para estudiar el pasado de los pueblos a luz de un
racionalismo mesurado sin caer en los extremismos de la ilustración, periodo en el que le tocó
vivir.
3.4.- EL POSITIVISMO.
Corriente interpretativa de los siglos XIII y XIX, cuyo iniciador Augusto Comte, sostiene que
el núcleo de su filosofía de la historia lo constituye la ley de los tres estadíos en el desarrollo de
la humanidad: El teológico, el metafísico y el positivo. Sus obras son: Curso de Filosofía Positiva
y Sistema de Política Positiva. A través de ellas afirma que la historia debe ser esencialmente
científica y basarse sólo en el estudio de los hechos, por tanto, la imaginación del investigador
queda fuera de toda actitud explicativa e interpretativa. Convierte así, a la historia en una fría y
fiel averiguación del pasado, exenta de cualquier factor subjetivo
3.5. MARXISMO.
Para Marx… es de importancia una sola cosa, a saber: encontrar la ley de los fenómenos que
investiga, siendo para él de enorme importancia la ley del cambio, del desarrollo de estos
fenómenos, de su tránsito de una forma a otra, de un régimen de relaciones sociales a otro.
Por eso Marx se preocupa de una circunstancia: demostrar por medio de investigaciones
científicas exactas la necesidad de determinados regímenes de relaciones sociales, dejando
constancia, con la mayor exactitud posible, de los hechos que le sirven de puntos de partida y
de apoyo: para esta finalidad basta y sobra si, al demostrar la necesidad de otro régimen
actual, demuestra a la vez la necesidad de otro régimen, que inevitablemente debe brotar del
precedente, lo mismo da que los hombres, crean o no en esto, que tengan o no conciencia de
ello.
Marx considera el movimiento social como un pro0ceso histórico natural, sujeto a leyes que
no sólo dependen de la voluntad, de la conciencia y de los propósitos de los hombres, sino
que, por el contrario, determinan la voluntad, la conciencia y las aspiraciones de éstos: (Tomen
nota los señores subjetivistas que separan la evolución social de la evolución histórico-natural,
precisamente porque el hombre se plantea “objetivos” concientes y se orienta por ideales
determinados). Si el elemento conciente desempeña un papel tan subordinado en la historia
de la cultura, se sobrentiende que la crítica de esta misma cultura, menos que ninguna otra,
puede basarse en cualquier forma o cualquier resultado de la conciencia. Dicho de otro modo,
en manera alguna le puede servir de punto de partida una idea, sino solamente un fenómeno
exterior y objetivo.
La crítica debe consistir en comparar y confrontar un hecho determinado, no con una idea
sino con otro hecho, lo único importante para la crítica es que los dos hechos sean en lo
posible investigados con exactitud y que representen, uno con respecto a otro, distintos
momentos del desarrollo, siendo especialmente necesario que sea investigada con la misma
exactitud toda la serie de situaciones determinadas, su continuidad y el vínculo entre los
diversos grados de desarrollo. Marx niega precisamente la idea de que las leyes de la vida
económica sean las mismas para el pasado que para el presente. Por el contrario, cada período
histórico tiene sus propias leyes. La vida económica es un fenómeno similar a la historia del
desarrollo en otros campos de la biología. Los economistas anteriores no comprendían la
naturaleza de las leyes económicas, cuando las comparaban con las leyes químicas y físicas.
Un análisis más profundo demuestra que los organismos sociales se diferencian en forma
tan radical uno del otro como los organismos animales organización económica capitalista,
Marx formula con ello de un modo rigurosamente científico el objetivo que debe plantearse
todo estudio exacto de la vida económica. La significación científica de semejante investigación
consiste en aclarar las leyes especiales (históricas) que rigen el surgimiento, la existencia, el
desarrollo y la muerte de un organismo social determinado y su reemplazo por otro, por un
organismo superior.
He aquí una descripción del método dialéctico que Marx ha recogido de entre una infinidad
de notas de revistas y periódicos sobre “El Capital” y que ha traducido al alemán, porque esta
característica de su método, según el mismo afirma, es completamente exacta… y Marx,
después de esa descripción, dice con toda claridad que su método es “directamente opuesto”
al método de Hegel. Según Hegel de la tríada determina la realidad. Sólo en este caso, desde
luego, puede hablarse de la importancia de las tríadas, de la ineluctabilidad del proceso
dialéctico. Por el contrario, a mi modo de ver – dice Marx-. “lo ideal no es más que el reflejo de
lo material”. Y todo esto se reduce entonces a una “concepción positiva del presente y de su
desarrollo necesario”: Las tríadas quedan así reducidas al papel de la tapa y de la piel (“yo he
coqueteado con el lenguaje de Hegel”, dice Marx en el mismo prólogo), papel por el que sólo
son capaces de interesarse los filisteos. (V. I. Lenin)
Quien pretenda obligarnos a renunciar al método de Marx, que tan brillantemente se ha
justificado y se justifica en la práctica, debe elegir entre dos caminos: o renuncia por completo
a la idea de la ley, de la necesidad del proceso histórico – y entonces arroja por la borda todas
las tentativas de dar a la sociología una base científica- o bien debe demostrar cómo, partiendo
de otros factores ( por ejemplo de concepciones éticas), se puede llegar a la conclusión de que
el proceso histórico es necesario, debe demostrarlo por un análisis que sea capaz de resistir la
más lejana confrontación con el análisis que hace Marx en “El Capital”. (V. I. Lenin)
…la historia se hace de tal modo que el resultado final siempre deriva de los conflictos entre
muchas voluntades individuales, cada una de las cuales, a su vez, es lo que es, por efecto de
una multitud de condiciones especiales de vida; son, pues, innumerables fuerzas que se
entrecruzan las unas con las otras, un grupo infinito de paralelogramos de fuerzas, de las que
surge una resultante –el acontecimiento histórico- que, a su turno, puede considerarse
producto de una potencia única, que, como quiere tropieza con la resistencia que le opone
otro y lo que resulta de todo ello es algo que nadie ha querido. De este modo, hasta aquí toda
la historia ha discurrido a manera de un proceso natural y sometida también, sustancialmente,
a las mismas leyes dinámicas. Pero del hecho de que loas distintas voluntades individuales –
cada una de las cuales apetece aquello a que le impulsa su constitución física y una serie de
circunstancias económicas (o las suyas propias personales o las generales de la sociedad) –no
alcancen lo que desean, sino que se fundan todas en una media total, en una resultante
común, no debe inferirse que estas voluntades sean iguales a cero. Por el contrario, todas
contribuyen a la resultante y se hallan, en consecuencia, incluidas en ella. (F.Engels).
Cuando se aprecian sucesos y series de sucesos de la historia diaria, jamás podemos
remontarnos hasta las últimas causas económicas. Ni siquiera hoy, cuando la prensa
especializada suministra materiales tan abundantes, se podría, ni aún en Inglaterra, seguir día a
día la marcha de la industria y del comercio en el mercado mundial y los cambios operados en
los métodos de producción, hasta el punto de poder, en cualquier momento, hacer el balance
general de estos factores, complejos en grado sumo y constantemente cambiantes; máxime
cuando los más importantes de ellos actúan, en la mayoría de los casos, escondidos durante
largo tiempo antes de salir repentinamente y de un modo violento a la superficie.
Una visión clara de conjunto sobre la historia económica de un período dado no puede
conseguirse nunca en el momento mismo, sino sólo con prosperidad, después de haber
reunido y verificado los materiales. La estadística es un medio auxiliar necesario para esto y la
estadística va siempre a la zaga. Por eso, cuando se trata de la historia contemporánea
corriente, se verá uno forzado con harta frecuencia a considerar este factor, el decisivo, como
un factor constante, a considerar como dada para todo período y como invariable la situación
económica con que nos encontramos al comenzar el período en cuestión, o a no tener en
cuenta sino aquellos cambios operados en esta situación, que por derivar de acontecimientos
patentes sean también patentes y claros. Por esta razón, aquí el método materialista tendrá
que limitarse, muy a menudo, a reducir los conflictos políticos a las luchas de intereses de las
clases sociales y fracciones de clases existentes, determinadas por el desarrollo económico, y a
poner de manifiesto que los partidos políticos son la expresión política más o menos adecuada
de estas mismas clases y fracciones de clases.
Huelga decir que esta desestimación inevitable de los cambios que se operan al mismo en la
situación económica –verdadera base de todos los acontecimientos que se investigan- tiene
que ser necesariamente una fuente de errores. (F. Engels)
La historia es una ciencia social que estudia el pasado para tratar de comprender el presente y,
en consecuencia, proyectarse al futuro. Es decir, el objeto de estudio de un historiador es el
pasado de una sociedad y uno podría preguntarse cuál es el sentido de aquello, ¿Acaso sólo **
por la mera observación o contemplación de lo que hicieron nuestros antepasados?, ¿Acaso
para refugiarnos en museos o en bibliotecas y archivos aislados del presente?, ¿Sólo por el
placer de estar de excavación en excavación desenterrando cadáveres y cerámica rota?, o ¿Sólo
para exhibir una erudición desmedida y una gran memoria?
Pensamos que no. La Historia, muy por el contrario, es una ciencia que está absolutamente
vinculada al presente, a los problemas de la actualidad. Los hombres y las sociedades tenemos
asuntos por resolver, preguntas, dudas que requieren respuestas y que generalmente afloran
en momentos de crisis. En estos casos, es sintomática la necesidad de saber las causas que han
producido o han conducido a determinadas situaciones, y es cuando la historia demuestra su
utilidad al " brindar explicaciones del por qué de las cosas. La historia suele dar respuestas a las
interrogantes del presente. En consecuencia, podemos concluir que cada generación de
historiadores ofrece respuestas diferentes a las inquietudes propias de una época.
Los hombres y las sociedades solemos ser conformes y constantemente estamos soñando con
un futuro mejor en el que los problemas estén resueltos. En este sentido, la historia al ofrecer
explicaciones del por qué de las cosas, indirectamente está ofreciendo soluciones para mejorar
o intentar una mejor construcción de las sociedades. Por ello, si bien es cierto, la historia
estudia el pasado, está comprometida con las vicisitudes del presente y con los sueños del
futuro.
¿Qué es entonces la Historia y para qué sirve?; hagamos una pequeña encuesta entre nuestros
amigos, profesores y parientes, y preguntémosles: ¿Qué es la Historia? Nuestros abuelos,
incluso nuestros padres y maestros tal vez nos digan que la historia es la narración de los
grandes sucesos como batallas, .descubrimientos geográficos, fundaciones de ciudades.
También dirían que trata acerca de los grandes hombres que fueron presidentes, reyes, explo-
radores, generales. Y podrían afirmar que estudiar historia es aprender de memoria,, una serie
de fechas y nombres.
Se recomienda antes de desarrollar el cuestionario debe haber hecho una lectura reflexiva y
minuciosa de la separata.
1.- Previa a la lectura del módulo,¿Qué concepto tenía Ud. sobre la historia? Y ahora que has
analizado diversos conceptos ¿Cómo definiría Ud. a la historia?
2.- Argumente Ud “El objeto legítimo del conocimiento histórico es ayudar a la gente a
comprender su situación, haciéndole inteligible el pasado”.
3.-En un cuadro comparativo, explica las visiones del mundo y las maneras de hacer historia en
la antigüedad, medioevo y en la modernidad.
4.-Identifica los momentos de coyuntura y explica la manera en que se produce los cambios en
ellos.
5.-Evalúe la importancia de la enseñanza de la historia en la formación de un espíritu analítico
y crítico en los educandos.
GLOSARIO:
BIBLIOGRAFÍA:
1. GUARDIA MAYORGA César A. “Cultura Humana” Edit. Lima-Perú 1980
2. SILVA SANTISTEBAN Fernando. “Historia del Perú Antiguo”, Edic. Buho T-1 -1995
3. CASTILLO MORALES Juan. “La Historia Teoría y Técnica de su enseñanza” Edit. Bruño-
1995
4. MEJIA BACA Juan. “Historia del Perú Antiguo” Edic.1995
5. ROSENTAL E IUDIN. “Diccionario Filosófico” Edic. Universo Lima-Perú.
6. LEXUS “Diccionario Enciclopédico” Edic. Trébol 1996
7. V. AFANASIEV. “Manual de Filosofía” Edit. Latinoamericana 1998
ANEXO:
- Esperamos cualquier tipo de sugerencia de parte de Ud., respecto al presente
módulo.