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Proceso de Independencia Centroamericano (1811-1824)

Desde el punto de vista de los intereses económicos, en la primera década del


siglo XIX, las autoridades coloniales españolas, realizaron una serie de medidas
fiscales y económicas que limitaban aún más el desarrollo de las Oligarquías
criollas centroamericanas, como el aumento de tributos y la consolidación de
deudas estatales, para financiar las guerras europeas de la Corona española.
Estas medidas acrecentaron el sentimiento pro independencia entre diferentes
sectores criollos.

A esta situación le sirvió como detonante y catalizador la Invasión Napoleónica


a España en 1808, que significó el colapso temporal de la autoridad real y el
inicio del proceso de independencia mexicano y centroamericano.

En el período de 1808 a 1814, se produjeron alzamientos en el territorio de la


Intendencia de San Salvador:

El Alzamiento del 5 de noviembre de 1811, conocido como el Primer Grito de


Independencia, fue encabezado por José Matías Delgado, Manuel José Arce y los
hermanos Aguilar en San Salvador. Se extendió en los días siguientes del mes
de noviembre a las ciudades de Santiago Nonualcos, Usulután, Chalatenango,
Santa Ana, Tejutla y Cojutepeque. Hubo dos alzamientos relacionados con éste
que adquirieron relevancia, el del 20 de diciembre de 1811, ocurrido en
Sensuntepeque, y el del 24 de noviembre de 1811, ocurrido en la ciudad de
Metapán. Este último fue vencido en diciembre de 1811.

El Alzamiento de 24 de enero de 1814, ocurrido en San Salvador, no tuvo éxito


y la mayoría de los líderes independentistas fueron arrestados; siendo uno de
ellos, Santiago José Celís, fusilado por las autoridades españolas. En este
movimiento hubo una amplia participación popular.

En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e inmediatamente


restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos de
las medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General
de Guatemala, José de Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra
de los independentistas y los defensores de las ideas liberales, que se
prolongaría hasta su destitución en 1817.

Es en esta situación de aparente retroceso de las luchas independentistas que


en 1820 se produce la Revolución de Riego, en España, la cual restableció la
vigencia de la Constitución de Cádiz y “…provocó la reacción de la aristocracia
criolla, el alto clero y la burocracia peninsular…”[1] opuestas a la aplicación de
las leyes liberales españolas y preocupados por las demandas de comercio e
intercambio libre con los comerciantes ingleses en Belice, lo cual perjudicaba sus
intereses monopólicos con relación al comercio.

El Capitán General de Guatemala, Carlos Urrutia, juró la Constitución en julio de


ese año y poco después se convocó a elecciones para elegir ayuntamientos y
diputaciones provinciales, además de permitirse la libertad de prensa en el
territorio del Reino de Guatemala.

En junio de 1821, el Capitán General Urrutia fue sustituido por Gabino Gaínza.
En agosto llegaron a Centroamérica las noticias de la Independencia de México,
bajo los términos establecidos en el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Ante
esta nueva realidad, Gaínza convocó a la reunión de notables del 15 de
septiembre.

Desde febrero de 1821, Agustín de Iturbide [2] había proclamado el Plan de


Iguala, que dispuso la independencia de los territorios que hasta 1820 habían
formado el Virreinato de Nueva España. Nació entonces el Imperio Mexicano, en
un intento de monarquía que lo mantuviese bajo una bandera única, católica y
conservadora, opuesta a las medidas liberales que se implementaban en España.
El Congreso mexicano de 1822 proclamó Emperador a Iturbide como Agustín I.
Para entonces, gran parte de Centroamérica, incluyendo a la Provincia de
Guatemala, había proclamado su anexión a México.

El 15 de septiembre de 1821, en una reunión en la Ciudad de Guatemala, los


representantes de las provincias centroamericanas declararon su independencia
de España y conformaron una Junta Gubernativa provisional, presidida por el
antiguo Capitán General español, Gabino Gaínza. La noticia de la independencia
llegó a San Salvador el 21 de septiembre.

Destacamos que en momentos que los sectores más radicales apoyados por la
gran masa de campesinos se inclinó por la inmediata independencia y la
adopción del sistema republicano, es que se declaró formalmente el texto
redactado por José Cecilio del Valle, siendo en estas condiciones que la propia
Declaración de Independencia expuso que ocurría “…para prevenir…las
consecuencias que serían temibles en el caso que las proclamase de hecho el
mismo pueblo…”[3] Clásico ejemplo del temor de la oligarquía criolla a cualquier
cambio de su preponderancia en cualquier terreno.

Al concretarse la independencia centroamericana, se dieron tres opciones a la


naciente unión de provincias: primero, conservar la unidad de las provincias;
segundo, independizarse en naciones bien definidas; o tercero, anexarse al
Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Opción esta última que cobró gran
fuerza entre la aristocracia conservadora guatemalteca, encabezada por el
Márquez de Aycinena, como opción para frenar a los republicanos y como forma
de defender los privilegios económicos de los sectores más reaccionarios.

Por lo tanto, la noticia de la independencia desconcertó a la mayoría de los


grupos conservadores en las distintas provincias y ayuntamientos de
Centroamérica. La preocupación de los sectores, temerosos de perder sus
privilegios, se tranquilizó cuando las autoridades de Guatemala recibieron una
carta de Iturbide, quien se había proclamado Emperador de México, invitando a
Centroamérica a unirse al imperio, como garante de sus interese económicos.

La Junta decidió consultar a los ayuntamientos y respondieron dos tercios de


ellos, de los cuales 168 aprobaron la anexión, y dos, San Salvador y San Vicente,
rehusaron unirse a México. La Junta de Guatemala declaró la anexión a México
el 5 de enero de 1822. Iturbide envió tropas mexicanas al mando del general
Vicente Filisola para someter a las provincias rebeldes de San Salvador y San
Vicente. El general Filisola entró con sus tropas a San Salvador en febrero de
1823, luego de derrotar a los salvadoreños en los combates de Guazapa y
Guayabal y tras varios meses de resistencia.
Cuando Filisola regresó a Guatemala, recibió la noticia de que Iturbide había sido
derrocado y que México se había constituido en República, entonces Filisola le
pidió a la Junta de Guatemala que convocara a los diputados centroamericanos
para que tomaran una decisión. La Asamblea Centroamericana proclamó, el 1
de julio de 1823, la independencia de España, de México o cualquier otra nación
y se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica.

Analizando este hecho, se nos hace evidente que la oligarquía criolla,


conservadora y católica, de los diferentes territorios centroamericanos, primero
declararon la Independencia de España ante el temor de la proclamación y
vigencia de la Constitución de Cádiz (luego del “Pronunciamiento de Riego”) y
su incorporación al Imperio Mexicano de Iturbide, para en un segundo acto y
ante la caída de este último y la proclamación de la República en México;
entonces proclamar la soberanía de cualquier tutela externa, primando la
defensa de sus interés de clases y aprensión a cualquier situación política que
pudiese afectarlos.

El 22 de diciembre de 1823 la Alcaldía Mayor de Sonsonate y la Intendencia de


San Salvador acuerdan unirse, Ahuachapán se rehúsa hasta el 7 de febrero de
1824, cuando las dos provincias se unen totalmente y forman el Estado de El
Salvador, perteneciente a las Provincias Unidas de Centroamérica. La Asamblea
Constituyente fue presidida por José Matías Delgado y promulgó la primera
Constitución federal, el 22 de noviembre de 1824.

Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró una


comisión para redactar un proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por
cuatro diputados, trabajó primero en un documento denominado Bases de
Constitución Federal, en el que se recogían los principios fundamentales de la
futura Carta fundamental y se delineaba la organización del gobierno.
Documento entregado el 25 de octubre de 1823al plenario de la Constituyente.

El 17 de diciembre siguiente, la Asamblea dispuso hacer circular el texto, e invitó


a las Provincias Unidas a formular y presentar observaciones o propuestas de
modificación. Las Bases de Constitución federal se dividían en 45 artículos,
distribuidos en diez partes o secciones sin numeración.
En marzo de 1824 tomaron asiento en la Asamblea los representantes
costarricenses, y a solicitud suya, el 4 de ese mes el cuerpo constituyente
declaró que la Provincia de Costa Rica quedaba incorporada a la República del
Centro y era una parte integrante de ella bajo el sistema adoptado en las Bases.
La misma declaratoria indicó que las autoridades establecidas en Costa Rica
continuarían en sus funciones hasta que se estableciesen las que debían regirla
conforme a las Bases.

En Chiapas, por el contrario, se efectuó un plebiscito que resultó en la decisión


de integrarse definitivamente a México, en septiembre de 1824.

Desde el punto de vista económico, los Estados centroamericanos, incluido El


Salvador, se inician como países independientes como propietarios de grandes
extensiones de tierras baldías (antiguas tierras realengas o de propiedad de la
corona), en coexistencia con las otras formas reconocidas de dominio, en este
caso las tierras de los indígenas, de carácter comunal, las tierras entregadas a
los “encomenderos”, facilitante de una apropiación privada y los llamados
“ejidos” o tierras de propios, terrenos adscritos a los municipios o autoridades
locales.

Sobre esta base y a tenor del ascenso al poder político de la Oligarquía de


Hacendados criollos, descansó el posterior conflicto por la propiedad de la tierra,
en el proceso de surgimiento y consolidación de las relaciones de producción
capitalistas en el agro salvadoreño.

24 febrero 1821 se proclama el Plan de Iguala en México

24 febrero 1821 se proclama el Plan de Iguala en México. La Guerra de


Independencia estaba dando sus últimos coletazos. Y por ese motivo,
se empieza a decidir que hay que garantizar unas bases que sustenten
la independencia de México.

Por ello, el 24 de febrero de 1821, en la ciudad de Iguala, si firma el Plan de


Iguala. Éste constaba de 17 artículos, aunque 3 eran los objetivos principales.
El primero de ellos era consolidar la religión católica, como la religión del país.
24 febrero 1821 se proclama el Plan de Iguala en México, promovido por Iturbide
y Guerrero

El segundo punto era declarar la independencia de México del Imperio Español.


Y el tercer punto, y por ello no menos importante, asegurar la igualdad de todos
los grupos sociales y étnicos. Por este motivo, el Plan, también recibió el nombre
de Plan de las Tres Garantías. La formación de un nuevo ejército, llamado
Ejército Trigarante, sería el encargado de llevar a buen puerto la consecución
del Plan.

Los dos principales promotores del Plan de Iguala, fueron Agustín de Iturbide y
Vicente Guerrero. Según el documento, México debía convertirse en una
monarquía constitucional, cuya corona sería entregada a Fernando VII de España
o a otro monarca europeo. Una Junta de Gobierno sería la encargada de llevar
la regencia del país, hasta que llegase la persona que ocupase el trono del
Imperio Mexicano.

El 24 de agosto de 1821 Iturbide y Juan O’Donojú, virrey español, firman el


Tratado de Córdoba. Mediante este tratado reconocían el de Iguala y por tanto,
la independencia de México. El 13 de febrero de 1822 España declara nulo este
tratado. Pero México declara que ya es un país libre y aunque España intentará
recuperar el país azteca, no lo logrará. Lo que hace que se cree el Primer Imperio
Mexicano y que Agustín de Iturbide sea proclamado el 18 de mayo de 1822
Emperador de México.

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