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Diario docente

Para comenzar a redactar este diario docente quería partir por presentarme,
Soy Matías, tengo 25 años, hijo de Luis y Ana, Hermano de Francisco y José
Luis, el más pequeño de una familia semi-funcional, recibí una educación
variada ya que me eduque en dos países: Estados Unidos y Chile, mi primer
roce con el mundo pedagógico con una mirada más critica ocurrió el año
2011 durante los paros y tomas de la cual mi liceo, Liceo de cultura y difusión
artística de Talca, adhirió. Fui dirigente activo en la toma la cual duro 7 meses
y así en medio de la vorágine emocional, tome la decisión de seguir mis
estudios profesionales con miras a la educación. El año 2013 ingrese a la
carrera de Pedagogía en Música en la Universidad Mayor lleno de ilusiones
sobre generar un impacto en la pedagogía y en mis futuros estudiantes.

Salto en el tiempo hasta la actualidad, año 2018 y mis deseos de enseñar se


han limitado a realizar clases de manera particular y la enseñanza de mi hijo
pequeño Santiago Alue, en el pasar de estos 5 años pase por muchos
procesos personales y bastante reflexivos en los cuales cuestione mi vocación
y mis deseos de enseñar. Mis profesores en la enseñanza escolar, no fueron
impulsores en mis deseos de estudiar pedagogía, al menos no desde un
aspecto positivo, fue siempre mi mirada crítica de la educación la que me
motivo a tomar el camino de la enseñanza y así en un periodo de 5 años de
educación superior mis ganas se habían esfumado. Hoy en día me encuentro
retomando los estudios luego de un año (2017) en que congele mi carrera
para dedicarme a mi hijo y más de lleno a la música, me desempeñe como
músico callejero y además realizando clases en una academia como profesor
de guitarra eléctrica, mis estudiantes iban desde niños de 6 años hasta
adultos sobre 40, fue en este lugar en donde me reencontré con mi amor por
la enseñanza de cierta forma, tenía una libertad total de cátedra y mis
alumnos asistían con una motivación enorme por aprender el instrumento y
la teoría en algunos casos, este es uno de los factores de los cuales carece la
escuela tradicional y por lo que me veo en una constante lucha en mi interior
¿Por qué enseñar una materia a niños y jóvenes que no ven una retribución
en ella? y ¿Por qué hacerlo de manera exclusiva de la forma en que el
ministerio lo determina? siendo que existen y han existido tantos críticos y
pedagogos que han planteado distintas aproximaciones a la enseñanza
(Montessori, Waldorf, Lefebre Lever, etc.)

Al retomar mi educación superior me he encontrado con asignaturas que me


han ayudado en mi camino pedagógico, ramos como didáctica me han
ayudado a ver como los conocimientos acumulados pueden ser llevados a la
práctica de forma concreta, a través de la canción se puede llegar a motivar a
los niños con la educación musical y otros como profundización que me han
hecho ver que hasta el ambiente mas resilente al cambio educativo puede
ser intervenido de forma positiva replanteando los métodos educativos tan
arraigados en la institución. Hoy gracias a las experiencias vividas este último
tiempo he replanteado mi disposición con la escuela, aunque sigo
considerando la música como mi camino a seguir, pienso que hoy en día no
me encuentro tan cerrado a la opción de ser un profesor de escuela y espero
con el pasar del tiempo obtener las herramientas y vivencias que me
permitan afrontar aquella experiencia, espero que a través de este diario
docente se refleje como yo percibo esta ciencia de la educación y que sea
una ventana hacia la realidad de un estudiante común.

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