Sei sulla pagina 1di 52

J" U

Dentro d
minutos todos lo
nuestra clase vam
para ir de viaje a
Yo, Ámba
alumna de terce
emocionada.
Mi mejor
niels, se va a sen
Ahora mi
el banco de al lad
Lo único
ve tic-tac, pero
supersegura de q
hacer alguna otr
10 11

Siempre que nuestra clase va a de chicles de fresa, mis calcomanías,


volar a algún lugar lejano nos senta- dos cintas para el pelo, siete gomas
mos juntos. de borrar, once clips, dos cuadernos
D e hecho, llevamos sentándo- de ejercicios y, finalmente, mi pasa-
nos juntos desde que nos conocimos porte y los pasajes, que he metido
en kinder, pero ésa es otra historia. dentro de una caja decorada espe-
N o es nada fácil encontrar mi cialmente por mí con un montón de
pasaporte y los pasajes, porque yo, calcomanías.
Ámbar Dorado, soy una alumna de —Rrring, cu-cu —empieza a
tercero muy desordenada. decir Justo, mientras se columpia pa-
Saco rápidamente las cosas de ra adelante y para atrás.
mi banco: el cuaderno en el que voy a Entonces le pego en la cabeza
escribir sobre el viaje, medio paquete con el pasaporte y los pasajes.
10 12

— ¿ S e puede saber qué estás ninguna otra persona de nuestra cla-


haciendo? se tiene carnet de conducir, pero yo
— S o y un reloj cucú — d i c e sé cuál es la verdadera razón por la
Justo, sin parar de columpiarse. que siempre hace de piloto. Es por-
Cuando una tiene a Justo Da- que quiere asegurarse de que llegue-
niels de mejor amigo, la vida es su- mos adonde tenemos que llegar. Una
perdivertida. vez dejó que Ricardo Curton hiciera
Lo mismo pasa con mi maes- de piloto, y cuando aterrizamos, Ri-
tro, el señor Coten. cardo anunció que nos había llevado
— D i s p ó n g a n s e a embarcar. a Disneylandia en lugar de a la Re-
Y el señor Coten apaga y en- pública del Congo.
ciende las luces para que sepamos Así que ahora el señor Coten
que se ha acabado una actividad y es- siempre es el piloto y elige cada vez
tá a punto de empezar otra. unos niños diferentes para que hagan
Hemos puesto todas las sillas de copilotos y auxiliares de vuelo.
de la clase en fda para que parezca Cuando me toque a mí quiero
un avión de verdad, con pasillos y un ser copilota. N o quiero tener que re-
sitio para el piloto, el copiloto y los partir bolsitas de maní porque hay al-
auxiliares de vuelo. gunos chicos que son unos niños chi-
El señor Coten siempre es el cos y hacen ruidos como los monos
piloto. Él dice que sólo es porque al comer el maní, y otras bobadas.
10 14

Pero Justo no hace bobadas. — E s una


Él y yo pasamos el tiempo leyendo la sé por qué no n
revista Tercero B en vuelo. (Los ar- una foto de casa
tículos los escribimos entre todos. Cada vez
También hacemos el crucigrama que estudiar un país
inventa el señor Coten). do » a conocerlo
Bueno, la verdad, si hay que de las veces, An
ser sincera, a veces Justo también ha- que tiene en el
ce ruidos de mono. —Estás m
Ahora la clase se ha puesto en go, mirando la f
fila, esperando a que el señor Coten Todos te
revise los pasaportes. nos hicieron en
Ana Burton se ha quedado Brenda Colvin,
mirando la foto de su pasaporte. ses cuando ya n
fotos. El pasapo
J M&Vm^zL I una foto que le
con su propia c
—Soy m
'•too 10 J
rrige Ana—, pe
2ss£Tr
horrorosa.
Hago co
que ha dicho. Ojos cast
—Ya sabes que el señor Coten sa... El pelo, ca
quiere que nuestros pasaportes de despeinado y lo
mentira parezcan de verdad. Acuér- trabas.
date de cuando nos enseñó su pasa- Voy vesti
porte de verdad. Estaba horrible, y rio. De hecho,
tampoco es tan feo. ta: una camiset
Ana hace una mueca y sonríe. trajo mi tía Pa
—Ámbar, sólo porque a ti se Londres y unas
te olvidó aquel día que nos iban a que no se ven,
hacer las fotos no significa que a los pantalones lleva
demás no nos importe cómo hemos do, tengo muy
salido en nuestra foto. En la tuya, No esto
parece que al salir de la cama te pu- que se me olvi
siste lo primero que encontraste y te hacernos las fot
peinaste con el rastrillo del jardín. Coten nos lo d
Me fijo en la foto de Ana. y lo escribió do
Lleva su largo pelo rubio muy bien la pizarra para
peinado y se ha puesto un cintillo de Es que s
colores muy bonito. Pero An
Me fijo en mi foto: da la razón. Y
10 18

rastrillo del jardín. Puede que a veces Cuando


me peine con los dedos, pero nunca sentado, Mario n
con un rastrillo. nos el cinturón
— A mí sí que me gusta tu fo- explica lo que te
to — m e dice Justo con una sonri- caso de emergenc
sa—. Estás idéntica. No estás como El señor
te vemos sino como realmente eres. ces su micrófono
—Es decir, desordenada —dice dice que nos pre
Ana riéndose. je más bonito de
Me gustaría arrancarle ese es- Y allá no
túpido cintillo que lleva en la cabeza. cielo azul.
— N i se te ocurra — m e dice Los alum
Justo, deteniendo mi brazo. mos despegado c
Me encanta que Justo casi
siempre adivine lo que estoy pensan-
do porque también .yo casi siempre
sé lo que él está pensando.
El señor Coten nos revisa los
pasaportes, comprueba las tarjetas de
embarque y Mario Fortunato nos
conduce a nuestros asientos.
J" D

China.
Es un lug
visita.
Después d
señor Coten nos
la sobre China
nuestro cuaderno
empezar el traba
Justo y y
de los folletos qu
agencia de viajes
Convertim
tales para que pa
hemos estado en
cribimos en el
10

más importantes de cada sitio. — C o n el


Justo me enseña una foto en la mejor F-A-N-T-A-S-
que sale un panda gigante y me dice: Justo haciendo u
—Vamos a mandarle esto a preocupes. Dani
Dani el Mocoso. —Con e
—Te refieres a Dani el Moco- no puede leer —
so, tu hermano pequeño de cuatro da por los garab
años, con el que te horroriza com- —Yo me
partir la misma habitación — y pego to y tú de hac
la foto en una ficha de cartón. — m e dice Justo
—El mismísimo, sí, señora. El Me fijo e
único y extraordinario Dani el Mocoso pegamento y p
—me contesta Justo, haciendo un ges- «desordenada».
to afirmativo con la cabeza, al tiempo den sirvieran p
que coge la tarjeta y se pone a escribir: nota, yo sólo sac
Justo, sin
X o - JLAYey. / f U '
limpio y ordena
¿S-h-c^ru? xia. ¿y)* rrv-&- <uXju> x^c^'^^r^- pegar cosas.
Pero yo
— S e escribe F-A-N-T-Á-S-T-I-C-O cho más bonita
—le comento. Ése es o
24

han quedado aq
equipo que formamos. Nos ayudamos
para poder vend
el uno al otro. Además, aprendemos
Están ta
las cosas más o menos al mismo
venderla.
tiempo, y si uno de los dos aprende
Aunque-n
primero, siempre ayuda al otro.
me alegro.
Cuando aprendí a hacer la «e» hacia
A veces,
adelante (en vez de hacia atrás <o»),
co triste.
fui yo la que se lo enseñó a Justo. El
me ayuda con las fracciones, porque Eso no m
yo no acabo de entenderlas. Sé cómo
echa de menos a
Además, cuando hacemos
divorciaron los
grupos de lectura, los dos nos deci-
muy lejos, a otr
mos en voz baja las palabras si es que
lo veo y llama po
necesitamos ayuda. Somos un gran
sin embargo, ti
equipo.
viene a casa algu
Justo sigue pegando.
habla muchísim
Yo sigo escribiendo.
Pero aun
Le «mandamos» una postal al
menos a su pad
padre de Justo, que se ha cambiado
los dedos much
de trabajo y tiene que vivir él solo en
die les compre
Alabama. Justo, Dani y su madre se
señor Daniels encuentre otro trabajo que a ver cuánd
aquí y vuelva a vivir a esta ciudad. para dejar de hac
En el otro extremo de la me- ro parece que nu
sa, Jaime y Roberto han empezado a —El dora
pelearse. rado —repite Ja
—Escucha, cara de sapo, Roberto
quiero que me des el lápiz color do- blanco, le saca l
rado —le dice Jaime a Roberto tirán- lápiz contra el p
dole de la manga—. Ya te lo he pedido —¡Cara
cincuenta veces. Jaime, mientras
— Y yo te he contestado cin- —Si nece
cuenta veces que aún me hace falta, —dice Robert
cara de huevo —le contesta Roberto, ¿por qué no usa
que sigue sin darle el lápiz—. ¿Por que ella es ámba
qué no escoges otro color? Yo miro
—Porque me hace falta el do- le digo:
rado —dice Jaime y tira al suelo uno —Ámbar
de color azul.
piz de colores. Á
Jaime y Roberto llevan pe-
persona.
leándose desde preescolar. Y ahora
El señor Coten les ha dicho Estoy m
28

las personas se burlen de mí porque


me llamo Ámbar Dorado. Cuando
era más pequeña quería que mis pa-
dres me hubiesen puesto un nombre
normal, como Clara, Sara o Vanesa.
Ahora, sin embargo, me gusta
mucho mi nombre.
Pero aún tengo que soportar a
algunos bobos que se burlan de mí
porque hay un color al que llaman
también ámbar dorado.
El señor Coten apaga y en- el señor Burton
ciende las luces: La asocia
— E s hora de comer en Chi- traído comida
na. Despejen los bancos. chino y empezam
l o d o el mundo lo hace rápi- na, aunque no
damente. porque usamos
Me doy cuenta de que Rober- Yo, Ámba
to se guarda el lápiz dorado en el demasiado bien
bolsillo para tenerlo él después. nos. Los utilizo
Ahora entran la señora Armita, mida y el tenedo
10 30

Cuando acabamos de comer, Esto es lo


Justo y yo luchamos con los palillos
Dentro de
como si fueran espadas.
a un nuevo luga
Después, el señor Coten re-
una nu
parte los papelitos que van con las
galletas chinas de la suerte. Vuelvo a
Al abrir el mío, leo: el banco.
De repent
Experiencia es la mejor profesora.
masiado bien.
Le muestro el papelito al se- De repent
ñor Coten. ahogo con los tro
— Y o creía q u e USTED era el suerte que he com
mejor profesor. ¿Quién es esa tal Se- Yo, Ámbar
ñora Experiencia? las galletas de la s
El señor Coten sonríe y luego
se va a separar a Jaime y Roberto,
que siguen peleándose.
Justo deja su papelito de la
suerte en el banco.
Se queda mirando a la piza-
rra. Lo recojo.
J" T

—Hora d
Justo, poniendo
tas rellenas en la
—Súper
abro el paquete,
como el relleno
¡as galletas a Jus
—Súper
se las come.
Saco otra
el centro.
Justo y yo
así las galletas re
Lo llamamos tra
Ana Bur
ordinariez».
De repent
La señora Daniels entra en-
ni ya no me par
tonces en la cocina. Detrás aparece
De repente, es mu
Dani y le dice a Justo:
cruzar los dedos
— Q u i e r o que juegues al me-
mis fuerzas (con
cano conmigo.
zas) que a esa per
—Mecano, la mano. Me pa-
ca feísima, que c
rece que es igual —dice Justo y se
grande o demasi
acerca a su hermano y le da la mano.
tenga dinero par
Dani el Mocoso se enoja.
Suena el
Ojalá tuviera yo un hermani-
—¿Les i
to o una hermanita para hacerle ra-
rato con Dani? —
biar. C o m o soy hija única no hay
ñora Daniels, q
manera, pero supongo que no pasa
la puerta.
nada porque siempre puedo hacer
—Arrg, g
rabiar a Dani.
ni, imitando al
—Ya jugarás después —le di-
lletas que sale e
ce a Dani la señora Daniels—. Ahora
—Claro
no quiero que desordenes nada por-
Bartolom
que el señor de la agencia inmobilia-
se llama Dani, p
ria va a traer a alguien a ver la casa.
ño le costaba pr
10 36

decía que se llamaba «Dani Dani». —chillo cuando


Y se ha quedado con ese nom- borde y cae dent
bre. Ahora todo el mundo lo llama —Buen t
Dani, menos Justo y yo cuando que- extraña.
remos hacerlo rabiar. Levanto
Entonces, Dani empieza a señora embaraza
cantar: ver mi hazaña d
—Ámbar Dorado es un lá- — A lo m
piz... un lápiz... un lápiz... de colores presentarse a la m
estropeado. Olimpiadas Gal
A veces me parece que nunca con una sonrisa.
debería haberle contado que me da ra- — A lo m
bia que los niños se burlen de mi nom- en otra habitació
bre. Supongo que no es buena idea la cocina a la señ
burlarse del nombre de otra persona ce la señora Dan
cuando ellos pueden burlarse del tuyo. para que salgam
Nos comemos unas cuantas — N o se
galletas más; después colocamos un ver niños en la
pote de plástico y empezamos a tirar uno de cuatro a
galletas dentro. se una palmadit
—Dos puntos. ¡Canasta! núa—: Y éste e
pocos meses. Por
de una cocina lle
Y entonc
nar con detenim
Dudo si
dragones en el s
las paredes y ect
— L o ha
de maravilla
Brandy, que est
armario con esta
—Gracia
Daniels—. Hem
to aquí y espera
familia también
Pero yo n
na «otra familia
Me acuer
todos sentados v
y otras cosas cu
cocina.
10

La señora Daniels dijo que co- —Cocodr


mo todos los que estábamos en la casa baño. Eso es una
íbamos a ver la cocina todos los días, Ella y la s
también teníamos que ayudar todos a ran y sonríen.
decorarla. Además, dijo que como yo
Está claro
era prácticamente una más de la fami-
Los may
lia, también podía ayudarles.
de la habitación
Pero no escogieron el papel
guimos jugando
de
las galletas. Ha
jugadores de baloncesto que nos
ha pasado nada
gustaba a Justo y a mí.
Yo inten
Ahora la pared está llena de
masiado nervios
flores por todas partes.
ha venido un
—Si no le importa —dice la
ver la casa y na
señora Brandy—, me gustaría que mi
A lo me
marido viniera pronto a ver la casa.
señora Brandy
Pronto. Parece que van en serio.
Espero estar a
—Espero que no le importe que
verla. Entonces
haya cocodrilos en el cuarto de baño
de las termitas
—suelto entonces sin poder contenerme.
La seño
La señora Brandy parece sor-
vez en la habit
prendida, pero rápidamente sonríe.
10 42

—Ámbar, ¿te gustaría que- Normalm


darte a cenar? Voy a llamar a tu los Daniels hasta
madre para ver si quiere venir ella ve a casa de tra
también. Pediremos una pizza. cenamos todos
— S í —le digo, y me siento comida favorita
un poco mejor. también.
Lo de cenar aquí lo hacemos La señor
con frecuencia sobre todo desde que
teléfono. Mi ma
se divorciaron mis padres.
Entonces
llama a los de la
—Una e
piñones y salam
—¡Y que
na anchoa, que
llamos Justo y y
Y de repe
nándonos al tipo
Y, duran
olvida que a lo
J* CU

«Boing. B
salta de un lado
mos de la escuel
Estoy de
Sé que los dedo
cionado porque
saber nada de la
—¿Y qué
para el trabajo?
normal, como
haciendo nada r
«Boing.
saltando a mi a
— N o con
lo ha escrito? —
burla, mirándolo a los ojos. ce Justo sin dejar
Pero no es nada fácil mirar a Entonces
los ojos a alguien que está saltando —Estás h
de arriba abajo mientras da vueltas a Sabes que hicimo
tu alrededor. do preparamos
Seguimos andando un par de descubrimiento d
manzanas. Yo hablo. Justo sigue con dar saltos y hábl
su «Boing. Boing» y habla también. —Boing.
—Yo voy a leer El Superzorro Pero Justo
y luego haré un diaporama —le co- pido para poder a
mento, mientras voy dando saltitos —¡Basta y
detrás de él. ja de hacer eso.
—Boing. Boing. Boing —di- loca. ¿A qué está
Por fin, se para. zándolo con el d
—Estoy practicando para ha- algún gusano asqu
cer de canguro cuando vayamos a da su baba encim
Australia. El señor Coten dice que ha dejado caer alg
iremos dentro de tres semanas. —Basta —
— ¿ N o pensarás estar tres se- piendo trocitos d
manas haciendo el canguro, verdad? No soy c
—le digo meneando la cabeza—. Ámbar Dorado,
Justo, a veces parece que estás un po- ñor Coten llama
quito loco. desbordada».
Él se acerca a un árbol y reco- — N i si h
ge una hoja del suelo. mientras la hoja
— N o , si quieres que te diga — Q u é as
la verdad, también he pensado ser un do una mueca.
koala parte del tiempo.
Le hago u
—¡No! —le grito al ver que se
hablando.
ha puesto a masticar la hoja.
— N i si
Justo sonríe y se mete un tro-
dra venenosa, ni
cito más en la boca.
fermedad de los
—Justo Daniels, deja de hacer
como se llame la
eso ahora mismo —le digo, amena-
jo mi madre que
10 50

Justo menea la cabeza. —¿Quie


—Ámbar Dorado, eres una — m e dice Justo
preocupona. —Claro
—Pues ya ves cómo me preo- lado—. En sus
cupa serlo — y le saco la lengua. dos..., salten.
Yo muevo las orejas, frunzo la Y vamos
nariz y le saco la lengua. su casa.
Ana Burton y Brenda Colvin —¡Gané
pasan a nuestro lado. delante de su c
— ¡ Q u é tontos! —comenta Justo de
Ana para que la oigamos. —¡Gané
—¡Gracias por el piropo, do- noces las regla
ña Perfecta! —gritamos los dos, y le «Has ganado»,
hacemos una reverencia. eructar. Sabes
— ¡ Q u é tontos son! —repite mos así.
Ana, moviendo la cabeza como con Justo no
pena. No eruc
Brenda nos sonríe y nos salu- Pero no
da con la mano, y las dos se alejan que hay en el ja
caminando. Yo me d
—Boing. Boing. Boing. qué está miran
52

El cartel de SE VENDE del jar-


dín tiene encima un letrero que dice
J" CI

VENDIDO.
De repente, ya no me siento
como debería sentirse una ganadora.

—¿Y dón
es que se puede s
me, que se ha ac
miércoles por la
me rabiar—. ¿Có
días sin aparecer
que se ha cansad
—Déjala
Brenda—. Lo qu
una crueldad. El
cho que Justo, su
no han ido en av
Daniels y a busc
Empiezo
chón de pelo.
10 54

—Anoche volvieron tardísimo. ciende las luces.


Hubo niebla, o algo por el estilo, y no —Contin
pudieron aterrizar en seguida, y luego sobre China.
perdieron la conexión o algo así y no Meto la
llegaron a casa hasta las tres de la saco medio san
madrugada. Eso es lo que la señora mantequilla de
Daniels le dijo a mi madre cuando M&M. Lo invent
llamó por teléfono esta mañana. Y dre se quedó dor
también le dijo que iban a intentar me preparase yo
dormir un poco. Mirando
—¡Vaya! Eso suena MUY emo- acuerdo del chis
cionante —dice Brenda—. El viaje, to antes de mar
quiero decir, no lo de irse a dormir. un empleado al
—Sí, claro, emocionante —di- su trabajo en la
go yo con una voz que mi madre llama tirar a la basura
«la voz sarcàstica de la señorita Ám- nas que llevaban
bar». Y pienso: «Justo va y se monta en
un avión DE VERDAD antes que yo. Te
digo que la vida no es justa a veces...,
muchas veces.»
El señor Coten apaga y en-
10 56

muy tonto no se dio cuenta de que Creí que


una «M» al revés se lee «W». ir peor cuando
Por fin encuentro el cuaderno ron a pelearse*m
de actividades debajo de un libro Creí que
que debía haber devuelto a la biblio- ir peor cuando
teca hace tiempo. ron conmigo en
Paso las hojas del cuadernillo y y me dijeron qu
me doy cuenta de que es posible que Durante
Justo ya no se quede conmigo el tiem- pués de ese día,
po necesario para terminarlo. Dentro da vez que me s
de poco es muy posible que incluso Creí que
tenga que mandarle a él las postales. peor cuando m
Intento seguir con el trabajo* su empresa lo
pero no hay manera. No puedo. Es- durante un año
toy demasiado triste. Las cosa
Cuando sea mayor y me poquito mejor,
acuerde de cuando estaba en tercero, tero de que al
intentaré olvidarme de este año. ofrecido un tra
Este es sin duda el peor año Justo y
de mi vida..., el más peor de todos, vor que no lo a
todos los peores. se ofreció a qu
10 58

semanal. Yo incluso me ofrecí a dar- le gustó. El señ


le al señor Daniels parte de la mía. pués y también
Pero no. Él aceptó el trabajo. compraron.
Nos dijo que era una oferta que no po- Hace dos
día rechazar, que para él suponía un ra de que el día
gran ascenso y muchísimo más dinero. de VENDIDO fue
Creo que uno de los peores Pero no
días de mi vida fue cuando la señora pio de los días
de la agencia inmobiliaria puso el Justo y
cartel de SE VENDE en el jardincito de tan ocupados q
la casa de los Daniels. cho tiempo par
Pero luego mejoraron algo las cluso aunque si
cosas, porque pasaban los meses y colegio a su ca
nadie la quería comprar. siempre está me
La verdad es que me sentía un Y Justo sí quier
poquito culpable por alegrarme tan- ro no quiere ha
to de que no vendieran la casa, pero marchar para s
en verdad, tampoco es que me sintie- Me pon
ra demasiado culpable. pensar que Jus
Y ahora, ya está. por eso intent
La señora Brandy vio la casa y buena de que
siempre me dice que intente encon- Y no m
trar por lo menos una cosa buena en lo que siento.
todo lo malo que me pase.) Sin dud
Me cuesta mucho encontrar Dorado, soy
algo bueno, pero de repente se me desgraciado.
ocurre. Cuando Justo se marche po-
dré guardar parte de mis cosas en su
banco. Así no tendré que ordenar ni
limpiar el mío.
Pero aunque soy una desorde-
nada, yo, Ámbar Dorado, limpiaría y
ordenaría mi banco todos los días si
Justo se quedara.
Intento pensar en más razo-
nes para estar contenta de que se
marche Justo. No se me ocurre nin-
guna.
Justo lleva fuera todo el fin de
semana, más dos días de colegio, y
empiezo a ver cómo van a ser las co-
sas cuando se marche de verdad.
J

Estoy
de fracciones
la clase.
Me pon
sólo de que h
bién de que p
qué se puede h
?/6 = 2
Justo se
Yo le p
de madera qu
nos a entender
—Bienv
Justo m
mi cuaderno.
puesto que no
—La solución es «4» —me dice.
no lo deseas, p
Se nos acerca el señor Coten,
que lo compart
le da una hoja de ejercicios y le dice:
—Claro
—Bienvenido. ¿ Q u é tal van
El señor
las cosas?
yo pienso que o
—Genial —dice Justo. Mete
dido eso a Just
la mano en la mochila y saca un lá-
cuente a mí pri
piz en el que dice Alabama—. Se lo
mundo se enter
he traído para su colección, señor
Miro a J
Coten.
Está hac
¿Genial? ¿Cómo que geni al? matemáticas m
Yo me paso aquí todo el tiempo Miro mi
echándolo de menos y él va y dice ticas y me pon
que todo va genial. de lápiz. Ojalá
— H a n pasado un montón de galado un lápiz
cosas —dice Justo con una sonrisa. Cuando
El señor Coten se agacha para Justo revisa mi
pedirle una cosa en voz baja a Justo: Encuentr
—¿Te gustaría contarle den- ña cómo se hace
tro de un rato al resto de la clase lo Las fracc
que has estado haciendo? Por su-
10 66

cicio favorito. De hecho, son una de haciendo y par


las cosas que menos me gustan. El quieren que va
resto de las cosas que no soporto son: quier cosa. Pue
1) Los repollitos de bruselas. cicios después,
2) Ver a un niño meterse el de- Como J
do en la nariz y comerse los mocos. terminado, juga
3) Q u e se marche la gente a la Gano yo
que más quiero. Apuntam
El señor Coten apaga y en- hoja que guarda
ciende las luces. Llevamo
—Tienen un minuto más pa- tados desde pri
ra terminar el problema que están ganando yo. Do
rias contra cien
Las luce
—Despejen el banco. Prepá- bien me dier
rense. Atención. Justo nos va a con- me las pusiera
tar su viaje. —Igua
l o d o s se preparan y Justo se Jaime—, ¿per
coloca en un extremo de la clase. halo?
Estoy segura de que no va a —Jaim
contarlo todo, de que habrá alguna utilizando su
cosa que me cuente sólo a mí. que significa «
—Salimos muy temprano el Las
sábado por la mañana —empieza a Justo, señaland
contar Justo. en la camiseta
Lleva una camiseta nuevecita mos, y el avión
en la que dice «Alabama». señora que iba
Personalmente, a mí no me pezó a vomitar
gusta esa camiseta. Ojalá llevara una «Uaau»
camiseta de las que yo conozco. riez» y «qué as
—El viaje en avión fue muy comentarios q
divertido —sigue diciendo Justo—. El com
Antes de despegar, la azafata me de- ren se limita a
jó ir a la parte delantera para ver la —Por
cabina y conocer al piloto. Y tam- pero sin ese ti
10 70

Justo continúa. en su habitació


Nos habla de cómo su padre concito en el p
los estaba esperando en el aeropuerto; canasta de balo
nos habla del hotel al que fueron, que —¿Hay
tenía una sala de juegos, piscina-, —pregunta An
servicio de habitaciones... y de todo. Brenda
Luego nos cuenta que el se- Ana.
ñor Daniels había estado viendo un —¿Por q
montón de casas y que, al llegar to- Ana que se frot
dos, fueron a ver las que más le ha- hubiera pasado
bían gustado. encima—. He
Y encontraron una que les inofensiva.
gustaba a todos. Brenda m
La escogieron el primer día. Yo mant
Yo creía que comprar una casa cia delante, com
llevaba mucho, muchísimo tiempo. diera igual.
Justo nos dice que la casa es Para dem
muy grande, que él y Dani podrán preocupada, yo
tener una habitación para cada uno, gunta de Ana.
que su madre dijo que podía poner —¿Hay
papel mural con jugadores de béisbol —Un m
10 72

asintiendo con la cabeza—. La fami- Luego


lia que vive en la casa del lado tiene que estuvieron
cinco hijos, dos ya tan mayores que de poco será-su
hasta podrían hacer de canguros con Después
Dani, uno de mi edad (se llama José, tienen sólo ban
pero le dicen Pepe) y también otro tienen sus prop
de la edad de Dani, Juan Pedro. dar las cosas, q
—¿Son gemelos? —pregunta legio hace poco
tener sólo un t
Tifany.
— N o — y Justo se lo expli- sotros, tienen c
de que no hay
ca—. Allí hay mucha gente que tiene
de casa, porque
dos nombres en vez de uno.
sirve comidas y
«Genial», pienso. «Dentro de
co, tienen hasta
poco tendremos que empezar a lla-
Justo sig
marle Justo José».
Yo sigo
Justo sigue contando.
cione una cosa
Nos habla de la universidad
no tienen ni su
en la que trabaja su padre, de que allí
nuevo barrio: A
también tienen una gran sala de jue-
Pero no
gos y que hay montones de cosas que
puedes hacer.
J*

En la ca
rece como si ac
racán, seguido
tornado y de u
caer encima.
—Esto
cos —dice la
su cocina.
Hay cos
Cacerolas, sart
comida. Espec
Está to
un poco como
habitación, pe
los Daniels no
Pero supongo que ya no tiene
mucho sentido hablar de «normali-
dades» cuando todo el mundo está
metiendo todo en cajas.
La señora Daniels lanza un
suspiro.
—Niños, por favor, no se pon-
gan en medio. Dentro de dos semanas
y media tenemos que haber dejado la
casa vacía. Sigue ha
Ojalá yo no tuviera que estar hubiese cambia
aquí ni siquiera ahora, pero mi ma- riendo hablar s
dre ha tenido que ir a trabajar un par Pero él s
de horas, a pesar de que es sábado.
Me estoy
Dos semanas y media. Cada ve
El día que me enteré de que se
él sugiere que
iban a mudar de verdad, me quedaban
mos algún vide
cinco semanas para hacerme a la idea.
Cada ve
Ahora ya ha pasado la mitad del tiempo.
quiero hablar
Justo no quiere hablar conmigo
testa: «Yo no q
de que se va a marchar.
No sé q
A veces creo que debería ha- a poder regala
blar con mi madre, pero ella también la abuela.
está triste de pensar que los Daniels —Rayos
se van a marchar. to, frunciendo
Ella y la señora Daniels son —Te ec
amigas desde que Justo y yo estába- go, mientras m
mos en kinder. convertí en la «
—Niños, les repito. Hágan- Para en
me hoy el favor de no ponerse en de Justo y Da
medio —dice la señora Daniels—. por encima de
Tengo que empaquetar todo esto. He quetadas.
puesto unas cuantas cajas en tu dor- Justo re
mitorio, Justo. Quiero que revises loncesto y me
todas tus cosas. lira las que no sir- Yo se la
van, las rotas. Las que todavía sirvan, En segu
ponías en una caja para dárselas al juego de
después a los niños necesitados. «P
—¡Súper! —grita Justo. la pelota a otra
Nos in
—Justo Daniels —le dice su
cuando estábam
madre mirándolo de una forma espe-
Un pun
cial—. Ni se te ocurra pensar que vas
el pecho.
10 80

Dos puntos por un impacto el favor de actu


directo en el trasero. Justo ba
Tres puntos por pegar en el Me gus
dedo gordo del pie, el pequeño y el cuando los adu
ombligo. mo que «te es
También se pueden perder una persona m
puntos. Se pierden cinco puntos si le sintiendo como
das a la otra persona en la cabeza o La seño
en'otros sitios. —Te ec
—¡Tres puntos, sí, señor! vuelvo a decir
—grita Justo cuando me da un pelo- Empeza
tazo en el zapato, justo donde tengo que tiene en lo
el dedo gordo del pie. En la ca
—Y veinte menos por no ha- mos su colecci
cer lo que te he mandado —le dice la bol, tres cintas
señora Daniels—. Escucha, aún tene- a tres patas de
mos que guardar muchas cosas. He las ganamos),
mandado a Dani a casa de su amigo nes y todas nu
para que pudiéramos trabajar más rá- —Voy a
pido. Ahora te estoy tratando como a Porque si se e
una persona mayor, Justo; así que haz un ataque.
Justo me
estamos hacien
medio con los c
—Pero'e
hecho entre los
Y pienso
que iba a tirar
guardé en una s
medo y luego
que siguiera pe
mos añadir a la
Justo su
hombros.
—Mi m
tante mal humo
—Pero e
— N o es
chicle —dice Ju
enojado—. Ám
mas tan a pech
Ésa es la
84

vaso. Justo se ha pasado de la raya. ^


—Si la tiras, nunca en la vida
te volveré a hablar —le digo, mirán-
dolo fijamente.
El me devuelve la mirada. Y
entonces, coge la bola, dobla las ro-
dillas y, como si fuese un balón de No es f
baloncesto, la lanza sin decir palabra mejor amigo o
al montón para tirar a la basura. la cama, conce
Nunca en la vida volveré a ha- de mis compañ
blar con Justo Daniels. Para em
mucho tiempo
¿qué pasa si la
ya tiene un me
que yo sea su m
Los nom
dos con tinta a
lígrafo rojo pa
personas que n
amigo. Alicia S
yer son ya mej
86

la otra. Lo mismo les pasa a Fredi


Romano y a Gregorio Bronson. Hay
un par de chicos que son una lata y
los he tachado. Prefiriría a un gusano
con rabia antes que a ellos. Ana
Burton es demasiado ordenada y se
preocupa demasiado de andar linda.
Nunca podría ser la mejor amiga de
alguien que en la puerta de su habita-
Lo mismo que M
ción ha colocado una lista de lo que
Federico
lleva puesto cada día para no volver a
es un N O de to
ponerse lo mismo al menos en las dos
de esas persona
semanas siguientes. Una vez nos invi-
do en la nariz
tó a una fiesta de disfraces en su casa
que encuentran
y vi que tiene las cosas del armario
ordenadas por colores y por su longi- Alguien
tud: camisas, faldas, > pantalones y —Ámbar
vestidos. Ana está SUPERTACHADA. trar?
A Brenda Colvin le he puesto una es- Pongo la
trella de color violeta al lado del nom- mohada.
bre. Está claro que es una POSIBILIDAD. —Claro.
Entra mi madre con un plato
y dos cucharas.
— S é que no es una comida
muy sana y que no deberíamos co-
mer estas cosas. Pero hoy ya no pue-
do hacer más cosas —suspira y se
sienta en mi cama.
— M i plato favorito —le di-
go, al ver que dentro están los ingre-
dientes para hacer una torta de cho-
—Ámba
colate con doble ración de chocolate,
tigo. ¿ Q u é les
pero sin cocinar—. Gracias, mamá
qué han dejad
—le digo, dándole un abrazo.
¿Cómo
—Prométeme que durante el
ta de chicles, o
resto de la semana te llevarás una
conmigo de s
fruta de postre al colegio — m e dice,
como si irse
manteniendo la cuchara lejos de mí.
cosa más fácil
-—Te lo prometo.
Digo q
Entonces me da la cuchara.
Si emp
Las dos nos ponemos a comer
me pondré a l
durante un rato, hasta que mi madre
Mi ma
90

cucharas encima de mi mesa y me


abraza.
—Ámbar — m e dice, dándo-
me un beso en la cabeza.
Esta vez no me aparto, aunque
casi siempre lo hago cuando ella me
besa así delante de los demás.
—Ámbar — y me da otro be- Mi linda, ahora
so en la cabeza—. Sé que vas a echar sabes que Justo
de menos a Justo. La verdad es que —No l
ustedes tienen una amistad muy es- —Pues
pecial. —me dice, ac
—No, ahora ya no —le digo, Será más fácil s
empezando a hacer pucheros—. Es un Digo q
bruto, un bruto del porte de un buque. Ella sigu
— E s duro ver que alguien te — A ve
abandona — m e sigue ^diciendo. nas tienen que
— L o odio —digo, y empie- rido, hacen co
zan a caerme unas lágrimas. o buscan pel
—No, eso no es verdad —me cueste tanto i
dice mi madre mirándome a los ojos—. que han pasa
piensa en todos los buenos ratos que —¿Prefi
se están perdiendo Justo y tú sólo — m e pregunta
porque has dejado de hablarle. Digo qu
Empiezo a llorar más. —Estaré
Odio llorar. cesitas — m e v
A veces, tengo miedo de em- de la habitació
pezar y no poder parar nunca. Yo me q
Y ahora he empezado. Tengo m
Mi madre me abraza. mi madre tome
Y me abraza. pienso, y no ha
Yo lloro. que no consid
Y lloro. sus hijas porqu
Nos quedamos así sentadas Saco la
un rato y luego yo me aparto. De repe
—El señor Coten dice que es- dazos.
tamos hechos hasta de un ochenta Buscar
por ciento de líquido. He llorado como hacer un
tanto que los de la oficina meteoro- Saco la
lógica anunciarán inundaciones. Justo del cajón
Gracias por abrazarme, mamá —le Está un
digo—. Ahora ya estoy bien. día en que le p
después puntit
piera sarampión
Miro la
y pienso... Me
¿Ahora quién l
correcta en la
¿Quién va a ha
do algún adult
que tú eres ju
que andaba bu
darle la parte d
rellenas? ¿Qui
aunque pierda
a convencer a
manos menore
sus hermanos
Voy a d
Justo m
Voy a d
Yo tamb
menos.
^ N

Hoy en
lebrar una fiest
Esa es la buena
La mala
mos dando una
mi ex mejor a
con el que aún
He esta
me dijera: «Lo
hace. No sé qu
Así que
dos juntos en c
otro, sin decirn
Bueno,
palabra.

•' /
98

Confieso que un día le dije:


—Oye, cabezón, ¿te importa-
ría pasarme la goma?
Y él contestó:
—Cabeza de chorlito, búscate
tú tu propia goma.
Me duele mucho, pero no
pienso ceder.
Justo es muy porfiado.
Hoy la clase «volvió» del viaje
a China. —Eh,
El siguiente «vuelo» es a Aus- de que cuand
tralia. vamos a senta
Me muero de ganas de ir. Entonc
Justo, sin embargo, no va a dice a Ana.
«volar». El se marcha a Alabama, de —Te p
verdad. Ojalá Alabama fuera una postales desde
persona de verdad para que yo pu- Bostezo
diera decirle que no la soporto. dísimo, en fre
Veo pasar a Brenda Colvin al que se note q
lado de nuestros bancos y la llamo: luego hago co
100

Entonce
—¡Dígal
le escape ning
nos gustan! — y
haciendo como
tón de anchoas
Justo se
Yo hago
anchoa.
El hace
en mi hoja de ejercicios para que no
—Vamo
se dé cuenta de que estoy a punto de
momento —di
echarme a llorar.
ge la mochila.
El señor Coten apaga y en-
Los dos
ciende las luces.
tá el señor Cote
—Las pizzas estarán aquí
so para salir al
dentro de cinco minutos. Extra de
—Claro
queso, champiñones y demás.
nos la puerta.
Levanto la cabeza y miro a
Cuando
Justo.
que oigo al señ
N o me parece mucho más
—Por f
contento que yo.
102

¿Te parece que


legio es grand
nadie. ¿Y qué
combinación'
' r

niños que hay


padres dicen
liente, que deb
ni. Q u e va a s
que mi madre
Cuando ya estamos en el pasi- con lo de la m
llo, nos quedamos de pie y callados contaba a tu m
durante unos minutos. masiado tarde
Entonces los dos decimos «lo quier equipo d
siento» al mismo tiempo y enlaza- a todos les par
mos nuestros dedos meñiques. to gracioso po
— N o quiero que te vayas —le yo, y tendré
digo, y empiezo a llorar un poquito. como ellos...
Justo respira profundamente —¿Y?
y dice: — Y te
—Yo tampoco quiero irme, -dice Justo,
Yo son
104

Me parece que llevaba años


sin sonreír.
Nos quedamos un rato y lue-
go le digo:
—¿Por qué no me lo habías
dicho antes?
—Porque ya no me hablabas
— m e contesta.
—Pero tú no querías hablar
conmigo — m e defiendo—. N o de
las cosas importantes.
— E s difícil —dice, mirándo-
se los zapatos.
— Q u i e r o que te quedes —le pezar a practicar
digo. Entonces
—Yo también —dice Jusj:o, de la mochila.
levantando la vista—,;pero no pue- Es un reg
do. Mis padres me obligan a ir. Pero Es una c
dicen que tú y tu madre podrán ve- papel.
nir a visitarnos en verano. Dentro d
En verano. Más me vale em- de chicle.
106

—Gracias. Es el mejor regalo A lo mej


que he recibido en mi vida —le digo, alrededor del mu
sabiendo que siempre lo guardaré sabores para los
como un tesoro. chicle crecerá tan
En ese momento, llega el tipo construir una ca
del restaurante con diez pizzas. Me Hasta e
llega el olor del queso y mi estómago puedo ahorrar
reclama su ración. Entonces sale el manal para llam
señor Coten de la clase. no de vez en cu
— M á s vale que entren antes Creo que
de que todo el mundo se coma las nuevo número d
pizzas. Es tu fiesta, Justo. Cada ve
Al entrar, pienso en cómo serán mi tercer año e
las cosas cuando Justo y yo seamos ma- en Justo, y est
yores y él no tenga que irse a otro sitio siempre va a pe
sólo porque se vayan sus padres.
A lo mejor algún día podremos
abrir nuestra propia empresa. Yo seré
presidenta una semana y él será presi-
dente la semana siguiente. Vamos a
vender tarros de miel y cajas de galletas.

Potrebbero piacerti anche