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DIAGNÓSTICO

Evaluación clínica

 Es necesaria una evaluación traumatológica completa porque la mayoría


de las fracturas de la cabeza del fémur son por traumatismos de alta
energía.
 Además de la fractura de la cabeza del fémur, el 95% de los pacientes
presentan otras lesiones que requieren ingreso hospitalario.
 Las fracturas de la cabeza del fémur no sólo se asocian a luxaciones de
cadera, sino también a fracturas del acetábulo, lesiones de los
ligamentos de la rodilla, fracturas de la rótula y fracturas de la diáfisis del
fémur.
 Es esencial realizar una detallada evaluación neurovascular, pues una
luxación posterior de cadera puede producir un compromiso
neurovascular.

Cuadro Clínico:

Se trata de una clínica muy típica, que permite un diagnóstico intuitivo, donde
podemos encontrar:

En el decúbito (obligado) presentar el miembro inferior “acortado” y en rotación


externa, sobre todo en las fracturas laterales. Se comprueba la elevación del
trocánter mayor (por el desplazamiento en varo) y el dolor que generalmente
no suele ser demasiado intenso.

En estas condiciones se debe realizar el estudio (anteroposterior de pelvis y de


perfil de la cadera afectada) para determinar con precisión el trazo fracturario y
su clasificación. En algunas ocasiones no se aprecia la fractura en la
radiografía, pero con una clínica sugestiva y con signos mínimos (imposibilidad
de elevar el miembro extendido), y aun por el solo hecho de la caída en una
persona de edad avanzada, se debe proceder con cautela.

El paciente se quedará en reposo con control periódico, y se debe repetir las


radiografías, incluso con nuevas incidencias y recurrir a otros exámenes
complementarios como la centellografía. (Anexo #)
Es importante señalar esto por cuanto a veces en fracturas encajadas, los
pacientes han podido hasta caminar, pero es necesario tener presente que en
el lapso de 15 días se produce la reabsorción de los extremos fracturarios y es
entonces cuando se hace evidente por la complicación del desplazamiento. Así
lo que podría ser pasible de un tratamiento menos agresivo, como una
osteosíntesis in situ, puede llegar a requerir una operación no exenta de
complicaciones.

Es importante dejar constancia de las condiciones clínicas del paciente: estado


de lucidez, arteriosclerosis, condiciones cardiorrespiratorias, diabetes, etc.

Evaluación por imágenes

 Solicitar proyecciones anteroposterior y de Judet (oblicua a 45°) de la


pelvis.
 Casi siempre hay una luxación de cadera.
 La radiografía anteroposterior de la pelvis puede demostrar la existencia
de fragmentos de la cabeza del fémur retenidos en el interior del
acetábulo.
 Si se consigue la reducción cerrada, es necesario realizar una TAC para
valorarla y descartar la presencia de fragmentos intraarticulares que
puedan alterar la congruencia articular.
 Algunos autores recomiendan realizar una TAC, incluso si no se
consigue la reducción cerrada, para evaluar posibles fracturas del
acetábulo asociadas.
 Las reconstrucciones sagitales de TAC son útiles para delimitar las
fracturas de la cabeza del fémur.

Para el diagnóstico la radiografía convencional de proyección anteroposterior


que incluya las dos caderas. Debida a su alta sensibilidad permite un
diagnóstico definitivo y clasificación de la fractura. Si existe rotación se ve muy
bien porque se proyecta el trocánter menor

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