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Introducción
Diferentes estudios han sido realizados a los denominados discos de oro del
Cenote Sagrado de Chichén Itzá, los cuales contienen representaciones de
guerra, toma de cautivos y occisiones rituales entre lo que parece caballeros de
distintas ordenes. La mayoría de los estudios versan sobre su datación, material
arqueológico y la narrativa histórica inmersa en el discurso iconográfico, en la cual
se han identificado guerreros con atuendos tanto mayas como toltecas.
Éste esbozo de análisis de la representación de los personajes retratados en los
discos F, H y L, considera de que la indumentaria prehispánica además de cumplir
con el propósito de abrigar y cubrir el cuerpo, nos brinda información acerca de las
diferencias y semejanzas de procedencia geográfica, etnia, rango social y
creencias religiosas. Con base en ello, se sugiere en este trabajo que la
indumentaria observada en estos discos expresa la presencia cultural del sistema
“zuyuano”1 en la iconografía Chichén Itzá, la cual retrata el ejercicio de poder de
este sistema en los rituales celebrados en el Cenote Sagrado
1
Lo zuyuano de acuerdo con López Austin es una forma de organización sociopolítica multiétnica
que descansa en la ideología de serpiente emplumada, la cual se expandió en distintas etapas y
regiones entre el fin del Clásico y el Posclásico. (López Austin y López Lujan,1999: 9-10) De
acuerdo a lo expuesto por estos investigadores, esta forma de organización es manifestada en la
plástica mesoamericana del Posclásico.
Los discos F, H y L. Hallazgo, material y datación
Cerca de tres mil piezas fueron extraídas del Che´e´n Kú2 por Edward H.
Thompson en la primera década del siglo XX, entre ellas los discos F, H y L,
motivo del presente estudio. Los discos estuvieron bajo el resguardo del mismo
Thompson hasta 1920, cuando el Museo Peabody de la Universidad de Harvard,
que había financiado los trabajos arqueológicos, tomó posesión de ellos. Los
objetos fueron dados a conocer en dos obras: Metals from the Cenote of Sacrifice
en 1952 de Samuel K. Lothrop y los dos volúmenes de Chichén Itzá and its
Cenote of Sacrifice en 1957 de Alfred M.Tozzer (Chase y Orrin, 1989:25-27).
Los tres discos son de oro de hoja con recubrimiento en negro, fueron martillados
y repujados, el único que está completo es el F mientras que el H y L estaban
rotos y fragmentados, hoy podemos apreciarlos rearmados, las primeras
reconstrucciones a dibujo de estos discos fueron realizadas por Samuel K.
Lothrop3 y son las que aún se utilizan en la actualidad.
Estos discos pertenecen a diferentes etapas de ocupación ritual, ambas etapas
pertenece a la nombrada Fase Formativa (800- 1150 d.n.e.). La primera etapa
(800-950), caracterizada por la ofrenda de objetos similares a los del sitio Puuc de
Uxmal y por los objetos que representan a los llamados “toltecas” venciendo a la
elite maya, la segunda (950-1150) se caracteriza por la supremacía tolteca sobre
el estilo maya y por la representación de escenas de militarismo. Los discos F y H
se cree fueron depositados en el Cenote en la primera etapa de la fase formativa y
el L durante la segunda. (Chase y Orrin, 1989:28-97).
2 Traducido al castellano como Cenote Sagrado y llamado por los primeros exploradores e
investigadores como “Cenote de los Sacrificios”
3 Este trabajo ejemplifica los disco precisamente con los dibujos de Samuel.K.Lothrop,1952.
Las escenas de los discos y la iconografía semejante a los
atlantes y columnas de Tula
4
Una ave descendente es también encontrada sobre un tocado de tres plumas portado por los
comandantes toltecas en cinco personajes representados en las columnas de la pirámide B de
Tula (Viesca, Stocker:72-74).
5 Aleación de cobre y oro, material que era importado del litoral de Costa Rica.
6 Diez lunas crecientes de oro fueron halladas en el Cenote por Thompson, estas lunas también
pueden observarse en el registro del Templo inferior de los jaguares, lo que avala la existencia de
este ornamento representado en los discos.
Todo acontece sobre una representación del inframundo y es atestiguado por una
serpiente enroscada y con las fauces abiertas, dicha serpiente podría simbolizar a
Míxcoatl serpiente nube, que se cree fue el padre de Quetzatcoátl y fue
identificado como conquistador de las tierras mayas de acuerdo con la historia
tolteca7 (Kelley, 1983:169-171), Míxcoatl es según Taube y Miller una
representación de la Vía Lactea (Jenkis, 1995:s/p)
7De acuerdo con Kelley, en Xochicalco “la serpiente nube” representa a Mixcoatl, Ignacio
Marquina señala que estas representaciones caracterizan a Xochicalco.
El Disco H (fig.5), claramente nos muestra un sacrificio humano de extracción de
corazón realizada por un guerrero tolteca, a quien identificamos porque porta un
tocado de aguila y otros elementos como los ya mencionados en la descripción
anterior, éste sostiene en la mano derecha el corazón de la víctima y en la
izquierda un cuchillo sacrificial, lo que posiblemente alude a que es zurdo, además
tiene bigote y nariguera de cuentas, en la rodilla porta cuatro cascabeles de oro
cuatro ayudantes, los chaak, que son los cuatro ayudantes del nakom sostienen al
cautivo sobre la piedra del sacrificio de las extremidades simbolizando los cuatro
rumbos cósmicos.
Es curioso que estos chaak están ornamentados en la representación con
elementos toltecas como los cintillos de lentejuelas en la cabeza y los discos
flexibles en la espalda, observamos a otros ayudantes del sacrificador uno de
ellos ataviado como el ayudante del disco F, con capa de plumas y con la banda
de lentejuelas, dicho individuo está sujetando a otro cautivo, mientras tanto el
ayudante de la izquierda sostiene el átlatl, las lanzas del guerrero aguila y un
bulto de tela con pendientes en forma de flor.
semejantes entre los atlantes y los guerreros toltecas representados en los discos de oro del
Cenote Sagrado.
10 Colores asociados al fuego y al sol.
Las semejanzas entre las ciudades Chichén Itzá y Tula fueron notadas desde las
exploraciones de Désire de Charnay, las cuales fueron publicadas en la obra Les
anciennes villes du Nouveau Monde en 1885, desde entonces investigadores
como Alfred M. Tozzer (1957), Lindsay Jones(1995), Daniel Brinton (1882),
George Kubler(1961), Piña Chan (1980) y Eric Thompson (1975) han planteado
interrogantes e hipótesis acerca de estas similitudes lo que también se ha
convertido en debate, pues siguiendo los paralelismos en los relatos históricos, la
escultura, los mitos, los artefactos encontrados y las formas arquitectónicas hay
varias teorías que explican el fenómeno dos de ellas completamente
contrastantes, más las hipótesis contemporáneas.
Charnay, Brinton y Tozzer forman la primera corriente, que postula que un grupo o
varios grupos toltecas o de influencia tolteca habían invadido a los mayas de
Chichén- Itzá en una o más ocasiones y que éstos habían introducido el estilo
arquitectónico; forma de pirámide templo, el tzompantli, salas hipóstilas, y los
estilos escultóricos manifestados en las columnas de serpientes emplumadas, los
portaestandartes, la representación de guerreros de venus, los chacmool además
de introducir la práctica de sacrificio humano y el culto fálico (Tozzer, 1957:53),
Morley y Proskouriakoff propusieron que los invasores no venían directamente a
Chichén del centro de México sino que antes se habían establecido en otras áreas
de la Península de Yucatán.
La segunda corriente encabezada por Kubler y después por Piña Chan,
explicaron la semejanza de forma contraria, argumentando que habitantes del
norte de la Península de Yucatán habían fundado una colonia en Tula e intentado
copiar el modelo de Chichén Itzá.
11 Los innovadores son uno de los dos grupos con concepciones políticas opuestas que
caracterizan al Posclásico. Los llamados innovadores fueron erróneamente llamados “mexicanos,
toltecas o putunes” pero estos términos obedecen a factores étnicos y los llamados innovadores
están conformados por un gran número de grupos incluyendo a algunos mayas.
El control, por parte de un órgano hegemónico complejo, de
las poblaciones de diversas etnias que habitan una región
dada, mediante un sistema que asignaba a cada una de las
entidades políticas subordinadas un lugar y una función
económico-política. Este sistema tendía a la conservación del
orden político interno de cada una de las unidades y
respetaba en ellas los sustentos ideológicos de poder; pero
superponía un aparato multiétnico como cabeza de la
organización global (Ibid:41).
López Lujan y López Austin señalan que las semejanzas entre Tula y Chichén Itzá
deben ser analizadas desde un ángulo que trascienda el espacio específico de
estas dos ciudades, lo que implica investigar y comparar los fenómenos
semejantes que se dieron dentro de Mesoamérica entre el 900 y 1500. Lo que trae
la comparación de diferentes escenarios; Cholula, Tula y la Cuenca de México en
el Altiplano, Michoacán con la expansión tarasca, Oaxaca con los conflictos entre
los señoríos mixtecos, en los Altos de Guatemala con la expansión de quiches,
cakchiqueles y rabinales y en el norte de Yucatán con Chichén Itzá (Ibid:31-38).
Este periodo que abarca del Epiclásico al Posclásico tardío, caracterizado por la
llegada de agricultores provenientes del septentrión mesoamericano y de
cazadores recolectores también del norte, lo que resultó en un ambiente de
rivalidades y agresiones que causaron el nacimiento de ideologías militaristas, que
buscaban un nuevo orden regional supraétnico, de aquí la creación de las ordenes
de guerreros, que hoy nosotros observamos ataviados como animales en la
escultura de diferentes ciudades (López Austin y López Luján, 2010:194-196).
Desde el periodo Clásico estos grupos emigraron desde la Costa del golfo a territorios de Chiapas
y el Petén, de ahí estos grupos tomaron diferentes rutas; la selva, el norte de Yucatán y los valles
de Guatemala (López Austin y López Luján, 2010, 273-274).
12 Las teselas también eran utilizadas para decorar algunos discos, estas eran de turquesa y piedra
verde.
armados con átlatl y dardos, semejantes a los representados en las cariátides13
denominadas atlantes y las figuras esculpidas en las columnas de la pirámide B de
Tula Xicocotitlan.
Se piensa que estos zuyuanos llegaron al norte de la Península de Yucatán
alrededor del siglo X d.n.e y se establecieron en la ciudad Uucil Abnal14 Al llegar
vencieron a los pobladores, a partir de entonces la ciudad se volvió el centro rector
del Puuc, López y Austin y López Luján consideran que de acuerdo a las
representaciones cortesanas halladas en el templo de los guerreros, existió en
Chichén Itzá un gobierno doble formado por mayas y zuyuanos. Tiempo después
llegarían a Chichén Itzá una segunda ola de pobladores, que son llamados itzaes,
quienes cambian el nombre a la ciudad en un Kátun 4 ahaw guiados por su
deidad Kukulkan –serpiente emplumada- según el Chilam Balam de Chumayel los
itzaes al terminar su peregrinaje declaran:
Y aquellos pusieron nombre al país y a los pueblos, pusieron nombre a
los pozos donde se establecían y pusieron nombre a las tierras altas
que poblaron y pusieron nombre a los campos en que hacían sus
moradas. Porque nunca había llegado nadie aquí…
(Libro del Chilam Balam de Chumayel, 1985:46).
13
Gabriel Espinosa los nombra cariátides al considerar que éstos sostenían sobre sus cabezas las vigas de
uno de los templos de Tula (Espinosa, 2003:84).
14
Antiguo nombre de la conocida Chichén Itzá
la estrella de la mañana le prepara el camino al sol y a las fuerzas nocturnas,
llamado entre los toltecas Tlahuizcalpantecuhtli, desdoblamiento guerrero de la
deidad (López Austin y López Luján,1999:47-54).
Por su parte Tollan ha recibido diferentes nombres entre éstos zuyua y la
existencia de este lugar es polémica, hoy en día se cree que es un lugar mítico
que no tiene correspondencia geográfica pero que su modelo es representado en
diferentes sitios, como lo son Cholula, Tula y Chichén Itzá entre otros. Es el hogar
de Serpiente Emplumada, donde se origina el orden temporal, espacial y social, de
esta forma Serpiente Emplumada es en Tollan-Zuyua ordenador y gobernante. El
al ser abandonada Tollan se fragmenta y se distribuye para convertirse en los
dioses patronos, reparte lenguas y oficios.
Bajo este concepción Tollan-Quetzatcoátl descansa el aparato político zuyuano,
que se caracterizaba por respetar los regímenes internos de los pueblos
dominados, que dependían de la formación de una instancia política superior que
va del centro a la periferia y que aglutina las diferencias étnicas y lingüisticas, este
sistema se establecía en cada región, en donde las unidades políticas
independientes eran incluidas dentro de una institución gubernamental. Esta
organización política proyectaba la geometría del cosmos mesoamericano, pues
las capitales hegemónicas tenían un gobierno interno dual, formaba
confederaciones de tres capitales reproduciendo los tres estratos cósmicos y el
territorio solía segmentarse en cuatro partes como los cuatro rumbos del cosmos
con sus respectivos colores, funciones de poder y linajes (ibid: 57-63).
Al ser los gobernantes los portadores de la esencia de los dioses patronos, el
máximo dirigente zuyuano tenía la fuerza del creador mismo de la especie
humana, Serpiente emplumada.
La abrumadora presencia de elementos del sistema zuyuano en la iconografía de
los discos F,H y L, así como en estilos escultóricos y en formas arquitectónicos,
nos retratan la necesidad de un sustento ideológico en las formas de poder. Las
cuales son legitimadas por la celebración del culto a las deidades por parte de los
vencedores, en el caso de los discos de oro por los guerreros de Venus o
Serpiente Emplumada, quienes mediante una actividad sacra como la guerra
obtienen el derecho a la Conquista de territorios y mediante la celebración de
rituales como la occisión del disco H, se hacen merecedores a ostentar el poder y
a la continuidad de éste.
Obras de referencia
Barrera, Vásquez , Alfredo (coordinador) (2007). Diccionario Maya 2. México:
Porrúa.
López Austin, Alfredo y López Lújan, Leonardo (1999) Mito y realidad Zuyuá.
Serpiente emplumada y las transformaciones mesoamericanas del Clásico al
Posclásico. México: El Colegio de México y Fondo de Cultura Económica
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Knórosov, Yuri (1999) Compendio Xcaret de la escritura jeroglífica maya.
Quintana Roo México: Universidad de Quintana Roo.
Stepone, Osvaldo (2003) “Erase una vez Tollan” en Laura Elena Sotelo Santos
(coordinadora) Tula Más allá de la zona arqueológica, pp. 69-80. Pachuca, Hidalgo
México. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Stocker, Terrence (2001) “Nexos iconográficos entre las columnas de Tula y los
discos de oro de Chichén Itzá” en Revista de la Coordinación Nacional de
Arqueología INAH. Vol XVI, núm 20,pp. 71-87. México: Segunda Época
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Vail, Gabrielle and Hernández, Christine (2011) The Maya Codices
Database, version 4.0 en línea en http;//www.mayacodices.org/.
[ 01 de junio del 2014]