Después de leer o escuchar un discurso, frecuentemente nos es posible
señalar el tema o los temas de ese discurso. También usamos términos
como asunto, idea general, o locuciones como lo importante/esencial de lo que se dijo. Al usar tales términos, nos referimos a alguna propiedad del significado o del contenido del discurso. Por lo general, no nos referimos al sentido de las oraciones individuales, sino al del discurso como un todo. Este tema del discurso (o de la conversación) se hará explícito, por lo tanto, en términos de un cierto tipo de estructura semántica. Puesto que tales estructuras semánticas aparentemente no se expresan en oraciones individuales sino en secuencias completas de oraciones, hablaremos de macroestructuras semánticas' Las macroestructuras semánticas son la reconstrucción teórica de nociones como "tema" o "asunto" del discurso. Como hemos introducido el término técnico "macroestructura" para poder dar cuenta de este tipo de contenido global de un discurso también emplearemos el de microestructura para denotar la estructura local de un discurso, es decir, la estructura de las oraciones y las relaciones de conexión y de coherencia entre ellas. En la conferencia anterior explicamos esto último, es decir, la supuesta coherencia semántica lineal de un discurso. Ahora diremos que un discurso es coherente sólo si es también coherente en un nivel más global, y que esta coherencia global se da en cuanto se pueda asignarle un tema o asunto al discurso. En otras palabras, sólo si nos es posible construir una macroestructura para un discurso, puede decirse que ese discurso es coherente globalmente. Quizás el tipo de discurso más conocido que ilustra esta interacción sea el cuento. Aparte de las varias estructuras textuales descritas en la primera conferencia el cuento tiene, además, otro tipo de estructura: una estructura esquemática que llamaremos superestructura. Una superestructura puede caracterizarse intuitivamente como la forma global de un discurso, que define la ordenación global del discurso y las relaciones (jerárquicas) de sus respectivos fragmentos. Entre las categorías del cuento figuran, por ejemplo: la introducción, la complicación, la resolución, la evaluación y la moraleja. Las reglas determinan el orden en que las categorías aparecen. Así, el orden canónico (normal) de la superestructura de un cuento es el orden en que acabamos de mencionar las categorías narrativas. A la estructura de un cuento que se obtiene de esta manera se le llama esquema narrativo o superestructura narrativa.