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PABLO NERUDA

PIDO SILENCIO
Ahora me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos

Y sólo quiero cinco cosas,


cinco raices preferidas.

Una es el amor sin fin.

Lo segundo es ver el otoño.


No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno,


la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano


redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos,


Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero.


Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día


tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio


no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.
Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro


de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido


que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro,


nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano.


Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día.


Pido permiso para nacer.

PARA QUE TU ME OIGAS

PARA que tú me oigas


mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio


para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.


Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.


Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.


Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,


y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte


para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.


Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito


para tus blancas manos, suaves como las uvas.

AGUA SEXUAL
Rodando a goterones solos,
a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones,
cae el agua,
como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio,
cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del
alma,
rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,


un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo,
haciéndose, espesándose,
cae el agua,
a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano,
hacia su ola sin agua.

Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,


bodegas, cigarras,
poblaciones, estímulos,
habitaciones, niñas
durmiendo con las manos en el corazón,
soñando con bandidos, con incendios,
veo barcos,
veo árboles de médula
erizados como gatos rabiosos,
veo sangre, puñales y medias de mujer,
y pelos de hombre,
veo camas, veo corredores donde grita una virgen,
veo frazadas y órganos y hoteles.

Veo los sueños sigilosos,


admito los postreros días,
y también los orígenes, y también los recuerdos,
como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
estoy mirando.

Y entonces hay este sonido:


un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne,
y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.

Estoy mirando, oyendo,


con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma
en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro al mundo.

y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,


veo caer un agua sorda,
a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos.
AHORA ES CUBA
AHORA ES CUBA

Y luego fue la sangre y la ceniza.


Después quedaron las palmeras solas.

Cuba, mi amor, te amarraron al potro,


te cortaron la cara,
te apartaron las piernas de oro pálido,
te rompieron el sexo de granada,
te atravesaron con cuchillos,
te dividieron, te quemaron.

Por los valles de la dulzura


bajaron los exterminadores,
y en los altos mogotes la cimera
de tus hijos se perdió en la niebla,
pero allí fueron alcanzados
uno a uno hasta morir,
despedazados en el tormento
sin su tierra tibia de flores
que huía bajo sus plantas.

Cuba, mi amor, qué escalofrío


te sacudió de espuma la espuma,
hasta que te hiciste pureza,
soledad, silencio, espesura,
y los huesitos de tus hijos
se disputaron los cangrejos.

“Las Palabras”
de Pablo Neruda
Pablo Neruda (1904-1973) fue un importante poeta chileno cuyo verdadero nombre
era Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Recibió el premio Nobel de Literatura
en 1971 y un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Oxford. Fue también
embajador y senador de su país. Entre sus obras destacan “Veinte poemas de amor
y una canción desesperada” (1924), “Residencia en la tierra” (1935), “Canto
General” (1950) y “Los Versos del Capitán” (1952). En el siguiente texto nos brinda
su amor por el lenguaje y la palabra…
“Caballero y joven leyendo” del pintor inglés George Sheridan Knowles (1863-1931)

…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que
suben y bajan.

Me posterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito…
Amo todas las palabras. Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se
escuchan, hasta que de pronto caen…

Vocablos amados. Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces,
son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras…

Son tan hermosas que las quiero poner en mi poema. Las agarro al vuelo cuando van
zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento
cristalinas, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas,
como aceitunas… Y entonces, las revuelvo, las agito, me las bebo, las trituro, las
libero, las emperejilo…

Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como
carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola.

Todo está en la palabra. Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó
de sitio, o porque otra se colocó dentro de una frase que no la esperaba…

Tienen sombra, transparencia, peso, plumas. Tienen todo lo que se les fue agregando
de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son
antiquísimas y recientísimas. Viven en el féretro escondido y en la flor apenas
comenzada…

Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos.
Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas
encrespadas, buscando patatas, tabaco negro, oro, maíz con un apetito voraz.

Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías… Pero a los


conquistadores se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, como
piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí, resplandecientes… el
idioma. Salimos perdiendo… salimos ganando. Se llevaron el oro y nos dejaron el
oro. Se llevaron mucho y nos dejaron mucho…

Nos dejaron las palabras.

BODAS
De qué sirve un ciervo sin cierva,
de qué sirve un perro sin perra,
una abeja sin su abejo,
una tigresa sin su tigre,
o una camella sin camello,
o una ballena sin balleno
o un rinoceronte soltero ?

De que sirve un gato sin gata,


un ruiseñor sin ruiseñora,
una paloma sin palomo,
un caballito sin caballa,
una cangreja sin cangrejo,
un agujero sin raíces?

A casarse, peces del mar,


pumas de la pumería,
zorros de cola engañosa,
pulgas hambrientas de
provincia.

A procrear! dice la tierra


con una voz tan invisible
que todos la ven y la tocan
y todos la oyen, y esperan.
DE OTRO

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.


Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.


La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.


Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos


árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.


Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.


Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.


Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis


brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,


y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Te amo...
te amo de una manera inexplicable,
de una forma inconfesable,
de un modo contradictorio.
Te amo...
con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
por lo que ya sabes,
el tiempo, la vida, la muerte.
Te amo...
con el mundo que no entiendo,
con la gente que no comprende,
con la ambivalencia de mi alma,
con la incoherencia de mis actos,
con la fatalidad del destino,
con la conspiración del deseo,
con la ambigüedad de los hechos.
Aún cuando te digo que no te amo, te amo,
hasta cuando te engaño, no te engaño,
en el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte mejor.
Te amo...
sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente, espontáneamente,
involuntariamente, por instinto,
por impulso, irracionalmente.
En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por ti,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mí.
Te amo...
te amo con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.
Te amo ...
incomprensiblemente,
sin preguntarme por qué te amo,
sin importarme por qué te amo,
sin cuestionarme por qué te amo.
Te amo...
sencillamente porque te amo,
yo mismo no sé por qué te amo.
EL DESVIO
Si tu pie se desvía de nuevo,
será cortado.

Si tu mano te lleva
a otro camino
se caerá podrida.

Si me apartas de tu vida
morirás
aunque vivas.

Seguirás muerta o sombra,


andando sin mí por la tierra.

CIEN SONETOS DE AMOR


Amor mío, si muero y tú no mueres,
no demos al dolor más territorio:
amor mío, si mueres y no muero,
no hay extensión como la que vivimos.

Polvo en el trigo, arena en las arenas


el tiempo, el agua errante, el viento vago
nos llevó como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.

Esta pradera en que nos encontramos,


oh pequeño infinito! devolvemos.
Pero este amor, amor, no ha terminado,

y así como no tuvo nacimiento


no tiene muerte, es como un largo río,
sólo cambia de tierras y de labios.

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