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BRONQUIOLITIS

La bronquiolitis es la inflamación de las vías aéreas pequeñas, fundamentalmente en niños menores


de 2 años. Se caracteriza por secreción nasal, tos y dificultad para respirar en lactantes con o
sin fiebre, precedido por una infección respiratoria alta, tal como una coriza o una otitis media. La
causa más frecuente es viral (coronavirus, virus sincitial respiratorio, Paramyxoviridae y otros). En
adultos, la bronquiolitis es una lesión que se desarrolla en los pulmones de pacientes fumadores y
aunque en general tiene buen pronóstico, tiende a evolucionar hacia la fibrosis pulmonar y
ocasionar en el paciente franca limitación funcional y muerte. (1-2)

Epidemiología
La bronquiolitis suele ser una infección estacional característica de las temporadas frías—
principalmente en invierno y primavera, afecta por igual a lactantes en ambos géneros, (leve
tendencia a los varones 1,25-1.7:1. La bronquiolitis aguda viral es una enfermedad común en la
infancia que afecta a niños menores de 2 años en quienes representa la causa más frecuente de
consulta hospitalaria durante las épocas de invierno. Es la afección respiratoria más frecuente en
lactantes (11 - 12%), de los cuales 2% se hospitaliza. El pico de incidencia es entre los 3 y 6 meses
(50% de los casos) y el período de incubación es de 7 días. (3)

Etiología
La bronquiolitis ocurre con un previo cuadro infeccioso por el virus sincitial respiratorio (VSR) (60
- 80%). Otros microorganismos incluyen influenza, parainfluenza, coronavirus, virus de la
parotiditis, rinovirus. Mycoplasma pneumoniae puede ser causante del 5% de los casos.
Los adenovirus suelen ser los causantes de los cuadros más graves y floridos de bronquiolitis.
La fuente de infección suele ser un niño mayor con una infección respiratoria superior y que una
semana antes le transmite la infección al entrar en contacto con el lactante. (4)

Patogenia
La bronquiolitis es un proceso inflamatorio infeccioso en los bronquiolos de las vías aéreas más
distantes, conlleva a la producción excesiva de moco, muerte de células epiteliales, infiltrado de
células linfocitarias y neutrofílicas y edema de la submucosa. Todo ello estrecha las vías
respiratorias causando trastorno en la ventilación: perfusión y suministro inadecuado de oxígeno.
En casos más graves hay necrosis del epitelio bronquiolar. Las células epiteliales
liberan citocinas y quimiocinas que amplifican la respuesta de reclutamiento de células inmunes a
las vías aéreas provocando una regulación anormal de LTs-T, hiperproducción de IgE y liberación
de mediadores inmunitarios adicionales. El interferón y las interleucinas 4, IL-8 e IL-9 se
encuentran en elevadas concentraciones en las secreciones. En infecciones por el virus sincitial
respiratorio, se pueden aislar IgE específica contra el virus, así como IgA secretora contra el virus
en la mucosa nasal. Los niños con elevados niveles de IgE pudieran tener factores genéticos y
ambientales que los predisponen a tener asma en los primeros años de vida. (5)

Cuadro clínico
En un caso típico, la bronquiolitis se presenta en un niño menor de dos años quien presenta un
cuadro agudo de obstrucción de las vías respiratorias inferiores, caracterizado por tos, silbidos en el
pecho, crepitantes, subcrepitantes y respiración entrecortada y rápida de varios días de evolución,
habitualmente precedido de sintomatología respiratoria de las vías altas (como un resfriado común).
Otros síntomas incluyen piel azulada por falta de oxígeno, falta de respiración o dificultad
respiratoria, fiebre, tiraje intercostal y aleteo nasal en bebés. Los datos radiológicos pueden mostrar
atrapamiento aéreo y aplanamiento de los arcos costales. Los factores de riesgo para el desarrollo de
la enfermedad son: edad menor de 6 meses, falta de lactancia materna, hacinamiento, asistencia
a guarderías y convivientes fumadores.10 Los factores de riesgo para enfermedad severa son: edad
menor de 3 meses,10 antecedente de nacimiento prematuro, y presencia de enfermedades asociadas
(cardiopatías congénitas, enfermedad pulmonar o neuromuscular crónica, o inmunodeficiencias).
(1-5)

Diagnóstico
El diagnóstico se determina fundamentalmente por el examen clínico, debiéndose cumplir los
siguientes requisitos, siguiendo los criterios de McConnochie: (4)

1. Edad < 1 año: algunos autores la alargan a los 18-24 meses.


2. Primer episodio: criterio indispensable.
3. Cuadro clínico: tos, rinorrea, fiebre y dificultad respiratoria. En la exploración destacarán
la taquipnea, tiraje intercostal y la auscultación de sibilancias espiratorias.
Habitualmente no se necesitan exámenes complementarios para realizar el diagnóstico, puede ser
necesario realizar radiografías de tórax para descartar una posible neumonía u otras complicaciones.
No todos los pacientes con bronquiolitis necesitan una radiografía de tórax, solo aquellos niños en
los que se considere que presentan una complicación o se esté estableciendo otros diagnósticos
diferenciales. (6) Es posible realizar la detección de antígeno de VSR por técnicas de
inmunofluorescencia sobre secreciones de la nasofaringe. El hemograma puede mostrar un conteo
de glóbulos blancos variable con cierta neutrofilia inicial.
Después de un cuadro agudo, puede ser que las vías respiratorias continúen muy sensibles durante
varias semanas, contribuyendo a la aparición recurrente de tos y silbidos torácicos. Existe una
relación con la aparición de asma a una edad más avanzada: posibles explicaciones son que la
bronquiolitis causa asma debido a que produce una inflamación por un período largo de tiempo, o
los niños que están destinados a ser asmáticos son más propensos a desarrollar bronquiolitis.
El diagnóstico diferencial cuenta con otras causas de dificultad respiratoria, como una laringitis o
un cuerpo extraño incrustado en las vías respiratorias altas, adenoides hipertróficas, intoxicación
con aspirina y fibrosis quística, entre otras patologías.
En menores de dos años que persisten con el cuadro obstructivo o tienen evolución atípica obligan a
tener en cuenta: Asma bronquial; aspiración de contenido gástrico; malformaciones intratorácicas
(quiste broncógeno o anillo vascular); Insuficiencia cardíaca; Neumonía multifocal; displasia
broncopulmonar; y las ya mencionadas fibrosis quística y cuerpo extraño. (3-4)

Tratamiento

Criterios de hospitalización de niños con bronquiolitis:


Edad: Menores de 3 meses
Edad gestacional: Menor de 34 semanas
Inmunodeficiencia o patología cardiopulmonar de base
Frecuencia respiratoria: > 70 respiraciones por minuto
Distrés respiratoria con oxigenoterapia, letargo
El tratamiento para los recién nacidos con bronquiolitis incluye oxigenoterapia, succión nasal, toma
de abundantes líquidos. El uso de corticosteroides sigue siendo una medida controvertida.
En la mayoría de los niños, la bronquiolitis es una enfermedad autolimitada y puede ser manejada
en casa. Sin embargo, para niños con factores de riesgo considerables o severos, incluyendo
enfermedades concomitantes o preexistentes, bajo peso, prematuridad o desnutrición, entre otros, el
manejo de la infección debe ser supervisado por un entorno médico.
La terapia es principalmente de apoyo donde la oxigenación e hidratación constituye el pilar
fundamental. En ocasiones se precisa la administración de terapia intravenosa, especialmente en
niños muy pequeños en los que la dificultad respiratoria puede ser tan importante que dificulte la
alimentación. También puede ser necesario suministrar oxígeno para mantener los niveles de
oxígeno en la sangre, y en casos severos el niño puede necesitar ventilación mecánica. Se deben
usar antipiréticos para el control de la fiebre.
No se ha demostrado si la nebulización o la humidificación templada sea beneficiosa, y tampoco
existen pruebas de que la humidificación en sí misma tenga ningún efecto positivo en el tratamiento
de la bronquiolitis. El uso de nebulizaciones con suero salino hipertónico parece mostrar
resultados contradictorios a la hora de disminuir las hospitalizaciones o la duración de estas. (7)
La ribavirina es una droga antiviral que tiene cierto efecto en las infecciones por VSR, utilizado
hace unos años pero que se encuentra en desuso en el momento actual porque su efectividad es
controvertida. Generalmente no está admitido el uso de antibióticos salvo que se sospeche
infección bacteriana. Las drogas brocodilatadoras pueden producir cierto efecto en algunos niños,
así como el anticolinérgico bromuro de ipratropio. La adrenalina nebulizada parece producir
mejoría en estos niños pero al terminar su período de acción puede producir un efecto de rebote, en
que aumenta el cuadro obstructivo de las vías respiratorias, por lo cual su utilización sigue siendo
controvertida. No está indicada la administración de corticoides de forma rutinaria, para ayudar a
desinflamar los bronquiolos y aliviar el proceso obstructivo. (8)

Prevención
Hasta la fecha, no hay una vacuna disponible para prevenir la infección por el virus sincitial
respiratorio. Sin embargo, la profilaxis en lactantes con palivizumab, un anticuerpo
monoclonal para bebés que estén en alto riesgo de desarrollar enfermedad severa a partir del
VSR,1como los recién nacidos prematuros, ofrece una reducción del riesgo de hospitalización en un
45-55% de los casos Por lo general se indica una vez al mes por inyección intramuscular en una
dosis de 15 mg/kg, durante la época estacional de mayor riesgo.
Otra opción para bebés con alto riesgo de infección por el virus sincitial respiratorio, es la
inmunoglobulina anti RSV por vía intravenosa (RSV-di [RespiGam]). La Academia estadounidense
de Pediatría (AAP) recomienda profilaxis con palivizumab o RSV-IG en lactantes y niños de alto
riesgo.La rentabilidad de la profilaxis de la bronquiolitis es incierta. Un estudio sugiere que la
profilaxis proporciona ahorros verdaderos, mientras que otros informes estiman costos mucho más
altos al prevenir los casos. El uso de medidas de control de infecciones puede reducir la
transmisión nosocomial de infecciones del virus sincitial respiratorio. (1-5)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Harrison Principios de Medicina Interna 18a edición (2008). «Capítulo 170. Infecciones
respiratorias virales comunes y síndrome respiratorio agudo grave (SARS)». Harrison
online en español. McGraw-Hill.
2. GARRIDO, L, GLEDHILL, T, FUENTES, Z et al. Bronquiolitis Respiratoria como causa
de Fibrosis Pulmonar (Br-Fp): Estudio Histopatológico y Ultraestructural de tres casos.
RFM. [online]. jul. 2003, vol.26, no.2, p.112-115.
3. Orejón de Luna G, Fernández Rodríguez M. Bronquiolitis aguda. Pediatría Atención
Primaria. junio de 2012;14:45-9
4. Guía práctica clínica: Bronquiolitis / A practical clinical guide: bronchiolitis | Baquero
Rodríguez | Revista Científica Salud Uninorte [Internet]. [citado 24 de mayo de 2018].
Disponible en:
http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/salud/article/viewArticle/1832/5775

5. Pérez Rodríguez MJ, Otheo de Tejada Barasoain E, Ros Pérez P. Bronquiolitis en pediatría:
puesta al día. Información Terapeutica del Sistema Nacional de Salud. 2010;34(1):3-11.

6. García García ML, Calvo Rey C, Quevedo Teruel S, Martínez Pérez M, Sánchez Ortega F,
Martín del Valle F, et al. Radiografía de tórax en la bronquiolitis: ¿es siempre necesaria?
Anales de Pediatría. 1 de enero de 2004;61(3):219-25

7. Santamaría AB, Álvarez JCB, Dios JG de. El suero salino hipertónico nebulizado puede
disminuir la duración del ingreso hospitalario en lactantes con bronquiolitis aguda.
Evidencias en pediatría. 2009;5(1):2.

8. Martinón-Torres F, Rodríguez Núñez A, Martinón Sánchez JM. Bronquiolitis aguda:


evaluación del tratamiento basada en la evidencia. Anales de Pediatría. 1 de enero de
2001;55(4):345-54.

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