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HUARAZ - PERÚ
2018
pág. 1
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
MONOGRAFÍA
AUTORES:
DOCENTE:
URPY GAIL ESPÍNOZA SILVA
HUARAZ - PERÚ
2018
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DEDICATORIA
pág. 3
INDICE
I. Introducción ................................................................................... 5
pág. 4
INTRODUCCION
Perú pertenece al grupo de países más centralizados del mundo. En la última década, mientras
la mayoría de los países en Latinoamérica empezaron en conjunto con la democratización de
sus sociedades la reducción del peso de sus gobiernos centrales, el Perú vivía una etapa de
hipercentralismo y autocracia. El Gobierno de Transición y, después de las elecciones de
junio 2001, el Gobierno de Toledo han re institucionalizado la democracia en el país y, de
este modo, la descentralización se empieza a encontrar nuevamente en la agenda.
La descentralización fue una de las principales ofertas del presidente Toledo durante su
campaña electoral. Una vez instalado, el gobierno no ha tenido un concepto definido de
descentralización pero de a pocos a partir de su gobierno el tema de la descentralización tomo
fuerza la cual hasta el presente año se sigue trabajando en este tema.
La Constitución no es una obra acabada, sino que evoluciona de acuerdo con las fuerzas
políticas, sociales y económicas del actual momento histórico. Más aún la Constitución debe
permanecer incompleta porque, si bien pretende encausar los procesos sociales de la Nación,
también se encuentra sometida a los cambios históricos actuales. La necesidad de estos
cambios democráticos y constitucionales obedece a la voluntad general ciudadana de romper
con el sistema de gobierno autocrático y corrupto que se implementó durante la década
pasada, bajo el régimen del ex-presidente Fujimori. Sin embargo, el pueblo debe ejercer su
poder constituyente no de manera absoluta, sino mediante los mecanismos de la reforma
constitucional. En ese sentido, debe tenerse en consideración la necesidad de adecuación de
la voluntad política democrática del pueblo con la norma jurídica suprema, sobre todo
teniendo en cuenta que ésta no se encuentra expresada plenamente en la Constitución de
1993. Asimismo, cabe señalar que la eventual reforma constitucional debería partir de
reconocer los actos políticos, jurídicos y económicos legítimos, que la ciudadanía haya
aceptado de buena fe y que hayan tenido vigencia en el tiempo. Por ello, si bien la
continuidad jurídica es una garantía de toda reforma constitucional, ésta será válida en tanto
se hayan respetado los principios y valores fundamentales de una sociedad democrática,
basada en el respeto de los derechos fundamentales, el control y balance entre los poderes del
Estado, así como la garantía de una economía al servicio de la persona humana.
EL PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ
La segunda etapa del proceso se desarrollará, según este proyecto de ley, una vez
que los gobiernos regionales sean instalados. Las transferencias del gobierno
central se harían en forma progresiva, ordenada y en coordinación entre los
diferentes niveles de administración. En su Artículo 29 está prevista la creación de
un Fondo de Compensación Regional, que se constituye mediante el 50% de los
recursos provenientes de los tributos cuya recaudación y administración será de
cuenta directa de los gobiernos regionales y un monto equivalente asignado por el
gobierno nacional. Resulta interesante en este Proyecto de Ley Nº 1800 de la
Comisión de Descentralización que se proponga la creación del Ministerio de la
Descentralización, que estaría encargado de las acciones de capacitación,
promoción y difusión del proceso, así como de la transferencia de funciones,
recursos, programas y organismos del gobierno central hacia los gobiernos
regionales y locales. Este Ministerio puede asumir, según el proyecto, los recursos
técnicos y los bienes del Ministerio de la Presidencia que no son objeto de
transferencia hacia los gobiernos regionales y locales. La propuesta de crear un
Ministerio de Descentralización, como aparece mencionado en el Proyecto de
Ley, ya circuló una vez en septiembre entre algunos políticos, pero sin resultado
alguno. La importancia del proceso justifica tal propuesta y probablemente
encontrará resistencia por parte de otras entidades del Estado que prefieren una
entidad reguladora con el supuesto beneficio de despolitizarla, la cual dependería
de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). El asunto no carece de
importancia, porque si no se tratara de un Ministerio, de acuerdo con el
ordenamiento constitucional no estaría sujeto a censura por parte del Congreso.
Este Proyecto de Ley no va a ser la única propuesta.
El artículo antes indicado, restringe las atribuciones del Congreso en materia de tratados
internacionales, empleándose automáticamente con ello la facultad del Presidente de la
República de celebrar o ratificar tratados, o adherirse a ellos sin el requisito de la
aprobación previa del Congreso, tal como se desprende de la lectura del artículo 57 de la
Carta vigente. La Constitución precedente establecía con claridad en su artículo 102:
«Que todo tratado internacional debía ser aprobado por el Congreso, antes de su
ratificación por el presidente de la República». El texto es claro no necesita de mayores
comentarios.
Lo mismo ocurre con la aprobación de los ascensos a los rangos superiores de las
Fuerzas Armadas o altos rangos militares, sin necesidad de ratificación del Congreso
(Art. 172). El Texto fundamental de 1979, señalaba en su artículo 281: «Que los
ascensos de los altos rangos de las Fuerzas Armadas eran previamente ratificados por el
Senado». De esta manera evitaremos en el futuro, la corrupción en las Fuerzas Armadas,
especialmente, en los altos rangos, restituyendo la facultad de ratificación de los
ascensos al Congreso. Asimismo, y en lo que se refiere a las relaciones con las Fuerzas
Armadas. La Constitución y las leyes han preferido una subordinación de éstas al
Presidente de la República, antes que a la propia legalidad constitucional.
Creemos, que no hay exageración en el análisis crítico que hemos formulado al modelo
político de la Constitución de 1993 y que concluye en el carácter concentrado del poder
que en su conjunto esboza. Cualquier duda a este respecto debe ser resuelta acudiendo a
la realidad política del Perú en el pasado reciente.
de la reforma constitucional
En la hora actual en que se busca establecer las bases del Estado de Derecho para un
horizonte temporal de largo plazo, se deberían estudiar cuidadosamente los mecanismos
técnicos de la reforma constitucional. La Comisión de Estudio de las Bases para la
Reforma Constitucional, creada por el gobierno transitorio del presidente Paniagua, ha
diseñado las siguientes alternativas: Primera, se postula declarar la nulidad de la
Constitución de 1993, pero convalidando todos sus actos, aunque dejándolos sujetos a
revisión futura, así como se restablecería la vigencia de la Constitución de 1979.
Segunda, se plantea la reforma de la Constitución de 1993, sustituyéndola por la Carta
de 1979 de manera total o parcial. Tercera, se requeriría de una ley de referéndum para
que el pueblo decida si quiere retornar a la Constitución de 1979 o que se dicte una
nueva Constitución y entonces se convoque a una Asamblea Constituyente. En realidad,
las transiciones democráticas asumen usualmente una de esas tres vertientes: la
caducidad, la revisión o la continuidad del régimen jurídico precedente. Es del caso
precisar que la opción de la reforma constitucional al ser un asunto jurídico-político por
excelencia, debe asumirse diferenciando entre lo que es necesario, lo que es real y lo
que es posible. Por un lado, el gobierno entrante del electo presidente Toledo necesita
un nuevo marco institucional de naturaleza democrática y, por otro, el pueblo tiene
expectativas legítimas de que éste cumpla con sus promesas electorales. Si la voluntad
política sintoniza con la opinión pública, la reforma de la Constitución de 1993 no sólo
es necesaria, sino también es realista utilizar sus propios mecanismos de reforma
constitucional y además es posible llegar a un consenso político sobre los contenidos de
la reforma, siempre que se actúe simultáneamente honrando la esperanza ciudadana y
actuando con responsabilidad gubernamental.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Bernales Ballesteros, E. (1996). La Constitución de 1993. Fundación Honrad. Lima:
Adenauer
Bernales Ballesteros, E. (1999). La Constitución de 1993: Análisis comparado. RAO.