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Esto es, ¿quién vende a quién y qué vende? Hay casos muy fáciles de entender como
en lo referente a clima o recursos naturales, así por ejemplo se podría fácilmente afirmar
que Arabia Saudí vende petróleo y Brasil vende café. La cosa se complica al
preguntarnos por qué Japón vende o exporta coches a los Estados Unidos y éste
(US)exporta a su vez aviones. Ya en siglo XIX David Ricardo con el modelo que lleva su
nombre “Ricardiano” da una explicación del comercio a partir de las diferencias
internacionales de la productividad del trabajo. En el siglo XX surgen nuevas teorías,
algunas de éstas incorporan un importante componente aleatorio en los patrones de
comercio internacional.
El proteccionismo
El proteccionismo es una medida de política económica que los países utilizan para
proteger la producción local, imponiendo limitaciones a la entrada de productos
extranjeros similares, es el blanco preferido de los partidarios del librecambio, para los
que el comercio sin trabas facilita la división internacional del trabajo a la vez que
contribuye al progreso del producto nacional de un país y a la elevación del nivel de vida
de sus habitantes.
La balanza de pagos
Este tema es, sin lugar a dudas, una de las principales preocupaciones de reflexión de
la economía internacional, y de manera más específica de la teoría del comercio
internacional. Al respecto, una primera interrogante que viene a la mente es la siguiente:
¿de qué manera el comercio internacional genera beneficios o ganancias a los países
que participan en él? Los primeros en ensayar una respuesta fueron los economistas
ingleses Adam Smith y David Ricardo, cuyos modelos de comercio exterior veremos más
adelante.
Pero si bien para algunos el comercio internacional es benéfico para los distintos países
que participan en él, algunos más cuestionan la idea de que realmente el comercio entre
países sea mutuamente beneficioso para todos los países participantes. En este
contexto, para el estructuralismo latinoamericano o cepalino, cuyo enfoque revisaremos
más adelante, el comercio exterior beneficia a los países industrializados pero perjudica
sobremanera a los países productores de bienes primarios como la mayoría de los
latinoamericanos. Asistimos, pues, a un profundo debate acerca de si el comercio
internacional es beneficioso o no para todos los países que participan en él.
Este tema se relaciona muy de cerca con el anterior, y tiene que ver con la importante
cuestión de quién vende qué a quién; o alternativamente, quién compra qué a quién. O
más específicamente, ¿por qué México, por ejemplo, exporta tequila a los Estados
Unidos pero importa computadoras del Japón? ¿O por qué Estados Unidos exporta
aviones al Japón pero importa madera del Canadá? Algunos aspectos de los patrones
del comercio son fáciles de entender. El clima y los recursos naturales explican por qué
el Sur de México, por ejemplo, produce y exporta plátano y por qué Venezuela exporta
petróleo.
En este contexto, Adam Smith y David Ricardo explicarían los patrones de comercio a
partir de las diferencias internacionales en la productividad del trabajo. Si los trabajadores
mexicanos son más hábiles para producir zapatos que ventiladores, entonces México
como país exportará zapatos pero importará ventiladores de algún país cuyos
trabajadores sean más diestros para producir ventiladores que zapatos. La explicación
de Smith y Ricardo sigue siendo muy convincente al respecto.
El proteccionismo
Sin lugar a dudas, un tema totalmente opuesto a la idea de libre comercio internacional
y a las supuestas ganancias que éste genera para todos los países que participan en él.
No todos los países ganan con el libre comercio internacional, algunos o muchos pierden,
por lo que hay que recurrir a la protección de las industrias nacionales frente a las
respectivas del extranjero.
La balanza de pagos
Cada país tiene su propia moneda: México el peso, Estados Unidos el dólar, Alemania
el euro y antes el marco alemán, Arabia Saudí el riyal, Armenia el dram, Austria el euro
y antes el chelín austriaco, Brasil el real, China el yuan renminbi, Dinamarca la corona
danesa, El Salvador el colón, Gambia el dalasi, Honduras la lempira, Japón el yen, India
la rupia, Israel el shequel, Marruecos el dirham marroquí, Mónaco el euro y antes el
franco francés, Nicaragua el córdoba, Paraguay el guaraní, Rusia el rublo, Venezuela el
bolívar fuerte, Vietnam el dong, Yugoslavia el dinar yugoslavo y un largo etcétera.5 Por
tanto, y en el marco del comercio y de las finanzas internacionales, se establecen tipos
de cambio o paridades entre las distintas monedas del mundo, que en este caso en
particular reciben la denominación de divisas. Actualmente las divisas más importantes
de la economía mundial son el dólar americano y el euro.
En un mundo cada vez más integrado, en el que las relaciones comerciales y financieras
entre países son cada vez más pronunciadas y evidentes, lo que un país hace en materia
de política macroeconómica generalmente afecta a otras naciones, sobre todo si realiza
grandes transacciones comerciales y financieras con ellas. Por ejemplo, si la Reserva
Federal de los Estados Unidos decide un incremento en las tasas de interés con tal de
frenar la inflación, ello precipitará una desaceleración en la actividad económica de
México vía menores exportaciones hacia el coloso del norte. Efecto similar tendría para
México un recorte en el gasto público que pudiera decidir el encargado de la política fiscal
de aquel país: El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Este tema se relaciona directamente con los préstamos internacionales, así como
también con la Inversión Extranjera Directa (IED) y con la Inversión Extranjera de Cartera
(IEC).
Hemos señalado anteriormente, que cuando un país como México incurre de manera
frecuente en déficit en balanza comercial y en cuenta corriente debe financiarlo. ¿De qué
manera se financia un déficit en balanza comercial y en cuenta corriente? En la década
de los setentas, México recurrió particularmente a los mercados internacionales de
capital para tomar dinero prestado con el cual financiar el saldo negativo de su balanza
comercial y en cuenta corriente. Lo anterior, en un momento en el que los países árabes
estaban colocando sus cuantiosas ganancias provenientes del petróleo en bancos
comerciales de Londres y Nueva York, por lo que las tasas de interés internacionales
eran particularmente bajas al mismo tiempo en que los precios internacionales del
petróleo eran altos e iban en ascenso. Finalmente, toda esta bonanza petrolera para
México terminó cuando los precios internacionales del petróleo comenzaron a bajar y, en
consecuencia, las tasas de interés internacionales comenzaron a subir ya que los fondos
prestables en los mercados internacionales de capital comenzaron a escasear,
colocando a México y a otros países latinoamericanos en una grave situación de
insolvencia tanto para hacer frente al pago de intereses como del principal de la deuda
que en los años anteriores habían contratado con el exterior.
Conclusiones
• http://webdelprofesor.ula.ve/economia/oscared/materias/E_E_Mundial/Economia
_Internacional_Krugman_Obstfeld.pdf
• http://www.monografias.com/trabajos46/economia-internacional/economia-
internacional.shtml
• http://www.eumed.net/libros-gratis/2013a/1291/comercio.html
• https://www.gestiopolis.com/introduccion-economia-internacional/