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Estudiante: Valeria Vélez Potes

Asignatura: Seminario de Filosofía y vida

Relatoría: Capítulo 4: las emociones y la primera infancia, apartados I, II Y III En: Paisajes
del pensamiento (Nussbaum, 2001)

Las emociones y la primera infancia

Martha C. Nussbaum pertenece al grupo de los filósofos1 que han abordado temas
relacionados con la psiquis del ser humano, es por esto por lo que resulta preciso para este
seminario estudiar algunos apartados del texto de la norteamericana: paisajes del
pensamiento (2001) consecuentemente, por medio del presente escrito me propongo dar
cuenta de los aspectos más relevantes presentes a lo largo del texto en cuestión, así como
también de la importancia de los mismos, el modo en que estos fueron desarrollados y, las
preguntas que han surgido a partir de la lectura de dicho escrito.

Nussbaum pretende defender que en las emociones2 se incorporan elementos cognitivos tales
como: intencionalidad, creatividad, evaluación e imaginación. En decir, para ella, existen
pensamientos en los estados anímicos ocasionados por las distintas emociones que el sujeto
experimenta. Para sustentar esta tesis la autora se refiere a temas como: las emociones en los
animales, las diferencias de las emociones entre las distintas sociedades y, las emociones en
la primera infancia. Es pues, esta ultima referencia la que estudiaré a continuación

La norteamericana retoma de los postulados de los estoicos la noción del juicio como la
aprobación de la apariencia de las cosas, ya que este es el concepto que compone el aspecto
evaluativo de las emociones. Es decir, mis emociones dan cuenta de cómo percibo al mundo,
si lo contemplo en su totalidad, o de manera parcial, como placentero o doloroso, como
atemorizante o acogedor, o de cualquier otra forma. No obstante, Nussbaum dirige este

1
Véase Aristóteles (384 a.C) Spinoza (1663) Hegel (1807) Nietzsche (1887), entre otros.
2
Estas surgen como representación del “reconocimiento de lo que importan dichos procesos junto con la
falta de control sobre ellos”
planteamiento hacia otra dirección, puesto que para ella las emociones son desarrolladas de
forma gradual y, por lo tanto, las vincula con el florecimiento de la persona. De ahí que ella
sostenga que el contenido cognitivo de las emociones llega envuelto en una historia narrativa
compleja que posibilita el conocimiento de estas (Nussbaum, 2001)

La filósofa empieza por realizar una crítica a aquellos que afirman que las emociones están
determinadas por el contexto actual de cada uno. Puesto que, para ella, estas no dependen
únicamente de la relación del yo con su entorno, sino de las situaciones pasadas que cada
persona ha enfrentado. En otras palabras, Nussbaum sostiene que “las emociones de un ser
humano adulto no pueden entenderse si no se comprende la historia de su primera infancia y
su niñez” (Nussbaum, 2001, p. 209).

Para argumentar su postura, la filósofa propone dos tesis directamente relacionadas: primero,
que las emociones que aparecen en determinados momentos de la vida surgieron por primera
vez en la infancia como relaciones cognitivas con objetos importantes para el bienestar
propio; y, segundo, que estos acercamientos en la primera infancia afectan el modo de
experimentar las emociones de forma posterior. Para demostrar estas hipótesis, Nussbaum se
remite a diferentes situaciones (las cuales mencionaré a lo largo del texto) que están
cimentadas bajo dos ítems: la ambivalencia y la omnipotencia; y que evidencian la
ontogénesis de las emociones en el ser humano y, por lo tanto, la vinculación del carácter de
cada persona con las emociones experimentadas en el periodo infantil. Esta tarea la lleva a
cabo desde de una convención entre la representación de las emociones según Lucrecio y, las
teorías psicoanalistas más relevantes desarrolladas en la modernidad.

Ahora bien, parece ser que, a partir del nacimiento el ser humano este se halla inmerso en un
sinfín de emociones ; esto es un hecho, no sólo desde un punto de vista poético, tal como lo
expresa Lucrecio ( 99 a.C), sino también desde una perspectiva científica, ya que está
comprobado que el recién nacido llora debido a la desesperación que experimenta al
encontrarse carente de la cobertura y complacencia que le brindaba estar dentro de la placenta
(Kelly, 2009) Esta conjetura, da cuenta a su vez, de la percepción que el bebé tiene de si
mismo como una entidad débil y necesitada de protección, afirmación que sirve a Nussbaum
para apoyar la idea de que desde la primera infancia se evidencia la ontogénesis de las
emociones en el hombre.
Por otro lado, el ser humano al pertenecer al grupo de los seres vivos está constituido por un
deseo de supervivencia intrínseco en él (Darwin, 1859) esta capacidad es la que posibilita la
adaptación del hombre a su entorno, es por esto por lo que desde el nacimiento surge el
requerimiento de protección y satisfacción, lo que, a su vez, explica el aparecimiento y la
relevancia de la figura paterna3 . Puesto que, son estas necesidades las que, a medida que el
niño pueda percibir objetos definidos y ser consciente de sus límites, “hacen que en el
<<mundo objeto>> del niño adquieran una gran importancia aquel o aquellos objetos que
son percibidos como los agentes del restablecimiento del orden del mundo”

En el momento en que el niño adquiera conciencia de su entorno, la figura paterna actúa


como “un objeto de transformación”, el cual, según Bollas (1991), actúa como facilitador de
la relación entre el infante y su entorno y, por lo tanto, como transformador de la realidad.
Es pues, a causa de la dependencia del infante, de las acciones que realice el objeto
transformador, es decir, a las llegadas y desapariciones de este; que el recién nacido
visualizará a su mundo como un lugar azaroso. Lo que, en mi opinión, aportará al desarrollo
del sujeto en el entorno, ya que lo prepara para lo impredecible de la experiencia humana en
el mundo.

Esta dependencia del recién nacido de su cuidador explica la importancia de este en la vida
de todo hombre. Ya que de la forma en que este “objeto transformador” se relacione con el
infante, dependerá gran parte del desarrollo cognitivo de las emociones y de la forma en que
estas elaboren el carácter del sujeto. Para esclarecer esta afirmación, Nussbaum propone
reflexionar en torno a las consecuencias que podrían presentarse si el ser humano se
encontrase inmerso en el mito de la Edad de Oro4. En este escenario, la exorbitante
abundancia de recursos requeridos para la vida humana ocasionaba una innecesaria y, por lo
tanto, nula búsqueda de esfuerzo por encontrar comida y refugio, lo que repercute en el
carácter del sujeto, puesto que en un contexto en el que todo está ya dado, el hombre se
apodera de una sensación de omnipotencia de que el mundo gira alrededor de sus necesidades
y existe únicamente en función de satisfacerlas.

3
Con figura paterna, la autora afirma, se refiere a cualquier instancia que proporcione cuidado al niño en su
primera infancia, puede ser su padre, su madre, su nodriza o cualquier otro (Nussbaum, 2989292, p. 216)
4
Término proveniente y tratado por la mitología griega
Ahora bien, un recién nacido, al estar equipado con un bajo nivel de conciencia que le permite
a penas distinguir los objetos recurrentes en su vida, podría creerse en la Edad de Oro sí su
cuidador se esforzara por satisfacer todas sus necesidades en todo momento. Con respecto a
esta situación, Nussbaum asegura que el niño se encuentra entre la alternación de un mundo
perfecto y uno en el que exista el hambre, las dificultades, etc. No obstante, aunque la autora
no ahonda mucho en esta situación hipotética, considero preciso reflexionar acerca de ¿cómo
podría alterar la vida de un niño, sí durante su primera infancia este permaneciese en un
mundo similar al de la Edad de Oro? ¿Acaso desarrollaría un sentimiento de narcicismo que
rebase los límites de lo normal?

Poco después, la autora introduce la necesidad de alivio como la fuerza actuante a la hora de
satisfacer una necesidad básica en el infante tal como: el ser alimentado, protegido, querido,
etc. Esta necesidad de alivio me resulta confusa, pues aun cuando en el bebé reina un
sentimiento de omnipotencia que lo conduce a preocuparse únicamente por sus deseos y
requerimientos, “la necesidad de soulagement5 contra los dolorosos estímulos que proviene
de un mundo extraño es, en tanto que vínculo entre adultos y niños, más potente que el
vinculo derivado de la nutrición” (Nussbaum, 9398, p.219) ¿Cómo actúa entonces el instinto
de supervivencia ante la necesidad de alivio? Pues, aunque la autora manifiesta que el niño
en su percepción subjetiva no es consiente de su relación con la supervivencia, también
asegura que este instinto es necesario para explicar y comprender el desarrollo evolutivo del
bebé ¿Acaso en el instinto de supervivencia predomina la protección ante estímulos
dolorosos antes que una necesidad tan básica como la de alimentarse? Y si no, ¿qué es
aquello que orienta el instinto de supervivencia?

Nussbaum reconoce en el asombro que experimenta el niño hacia el mundo desde el


momento de su nacimiento, la manifestación del interés por adquirir capacidades cognitivas,
de ahí que, según ella, el infante sea capaz de realizar distinciones entre los objetos que lo
rodean. Dicha capacidad se ve estimulada por los impulsos creativos del niño, así como
también por el que este encuentra al darle inicio a su actividad imaginativa.

Por otro lado, con el objetivo de mostrar la importancia de la relación entre el cuidador y el
bebé y, claro está, las repercusiones de esta relación en la vida adulta del ser humano;

5
Palabra en francés para referirse al concepto de “alivio”
Nussbaum introduce otra situación en el que se evidencian las consecuencias de las
emociones de la primera infancia en la adultez de cierto sujeto. En este escenario se estudia
en un paciente B, las vinculaciones con su cuidador que expliquen por qué este se encuentra
en constante búsqueda de la perfección; luego de un laborioso análisis a la discusión entre el
paciente B y Winnicott (1965), se pueden concluir que dicho estudio arrojó dos resultados
importantes: por un lado, si un bebé no recibe un apoyo lo suficientemente estable, o si dicho
sostenimiento es en exceso controlador, el infante no tendrá espacio para desarrollar una
relación de confianza con los demás y, por lo tanto se negará a tolerar imperfecciones tanto
en sus relaciones de objeto como en su propio mundo interior; por otro lado, “ a la vez que
el niño va reconociendo que su cuidador no cumple con todo lo que él quiere, va surgiendo
en su interior una cólera que está estrechamente emparentada con un cariño también
impaciente” conclusión que a su vez, da cuenta de la relación entre el amor y el odio y, cómo
estos conviven de forma casi de forma permanente en las interacciones del hombre con otros
seres humanos.

En la ultima sección de los apartados en cuestión, la norteamericana aborda el tema de la


vergüenza originaria, esta surge a partir de la demanda de perfección a causa de la
omnipotencia y el narcicismo del infante y, la confrontación con la realidad en la que el ser
carece de algunas capacidades que lo hacen incapaz de solucionar sus necesidades de forma
independiente. Con un correcto desarrollo del niño, este aceptará esta realidad solo como las
limitaciones físicas o psíquicas presentes en cualquier ser humano, es decir, como algo
normal. Sin embargo, en ciertos casos la relación de ambivalencia del infante hacia su propia
falta omnipotencia puede conformarse para mal, por las relaciones los otros, lo que agrava
su estado de vulnerabilidad y de vergüenza.

Conclusiones:

Para Nussbaum, el significado de las emociones se capta totalmente sólo a través del arte, en
particular de la literatura, en la que se da una unión casi armoniosa de forma y contenido que
posibilita expresar los mensajes más complejos. Su valor por la literatura dependerá del tipo
de conocimiento que esta nos comunica, el cual no es únicamente cognitivo sino también
afectivo.
Por otro lado, el desarrollo de su teoría de las emociones parece presuponer un dualismo entre
mente y cuerpo. Imaginando que esto fuese así ¿Cómo respaldaría dicho presupuesto? Y
¿Existe una prioridad ontológica de alguno de estos sobre el otro?

Por último, la norteamericana da gran importancia a las emociones ya que las considera
evaluaciones cognitivas embrionarias que funcionan como fundamento de la moral. sin
embargo, los elementos que presenta como los componentes de las emociones, tales como:
el sentimiento, el deseo, el instinto y la historia. Hacen de las emociones una realidad
compleja en la que se experimentan cambios psíquicos, físicos y conductuales. Esto suscita
en mí la pregunta acerca de ¿qué tipo de relación tienen los componentes de las emociones?

Referencias:

-Aristóteles (1988). Acerca del alma (T. Calvo, Trad.). Madrid: Gredos.

- Hegel, G. (1951). Fenomenología del Espíritu, México: Fondo de Cultura Económica

-Nietzsche, F. (2003) La genealogía de la moral. Madrid: Editorial Tecnos

-Nussbaum, M. (2008). Paisajes del pensamiento: la inteligencia de las


emociones. Barcelona: Paidós.

-Spinoza, B. (2006). Principios de filosofía de Descartes / Pensamientos metafísicos,


Madrid: Alianza

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