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¿SOMOS PÁMPANOS?

Juan 15:5

Todo depende si nuestro ser está alineado con Cristo. Si quiero buenas manzanas,
necesito tener un buen manzano. Si cuido la salud del manzano, el manzano me dará
buenas manzanas. Y es así con nuestra vida y trabajo cristiano: si nuestra vida con Cristo
está bien, todo estará bien. En la larga carrera de la vida, lo más esencial es tener la vida
plena en Cristo; en otras palabras, tener a Cristo en nosotros.

¡Qué cosa simple es ser un pámpano, el pámpano de una vid! El pámpano sale de la vid,
vive y crece, y en su debido tiempo lleva fruto. No tiene ninguna responsabilidad, excepto la
de recibir la savia que llega desde la raíz, del tallo, siendo también su alimento. A pesar del
privilegio que tenemos al ser llamados “pámpanos” muchas veces nuestras tareas son un
motivo para separarnos de la vid, de tal forma que terminamos secándonos y dañando el
fruto. Ahora, unos pocos pensamientos acerca del deseo de Dios para nosotros:

DEPENDENCIA ABSOLUTA
1 En primer lugar, nuestra vida debe ser una vida de dependencia absoluta. El
pámpano no tiene nada; depende de la vid para todo. Dependencia absoluta es uno
de los más solemnes y preciosos pensamientos. Si yo puedo aprender en cada momento
del día a depender de Dios, todo saldrá bien. Usted tendrá la vida más elevada si depende
absolutamente de Dios. Un escritor afirmó que la dependencia absoluta, inalterable de
Dios, es la esencia de la religión de los ángeles, y debería ser también la de los hombres.
Dios es todo para los ángeles, y está deseoso de ser todo para el cristiano.

Debemos aprender éste principio: si soy algo, luego Dios no es todo; pero cuando me
convierto en nada, Dios puede convertirse en todo, y el Dios eterno en Cristo puede
revelarse a sí mismo completamente. La dependencia de Dios absoluta es el secreto de
todo el poder en acción. El pámpano no tiene nada, excepto lo que recibe de la vid.
Depender total y absolutamente de Dios, es confiarle totalmente el control de todas las
cosas.

Meditemos:
¿Estás pegado(a) a la vid?

DESCANSO PROFUNDO
2 La vida del pámpano no es solo una vida de entera dependencia, sino

también de

1
Inspirado en el libro: Entrega absoluta – Andrew Murray
profundo descanso. Lo cierto es que estamos tan preocupados por hacer cosas en éste
mundo, que nos olvidamos que el descanso hace parte de los mandamientos, la doctrina y
la necesidad humana; y nada en este mundo puede dar el descanso que proviene de la vid
que es Cristo, por tanto, sumergirnos en dicho descanso, es la invitación de Dios para
nosotros cada día.

Tal vez seas ágil, tengas el don de liderazgo y seas muy inteligente, sin embargo, con todo
tu apuro y esfuerzo en la obra de Dios, nunca prosperarás. Lo primero que debes hacer es
venir y descansar en el Señor Jesús. En tiempos buenos o en tiempos malos, Cristo siempre
ofrece descanso y paz. Un poeta expresó: en tu fuerte mano me rindo de manera que la
tarea sea hecha; pues ¿Quién puede trabajar tan maravillosamente como el Poderoso?.

MUCHO FRUTO
3 A menudo confundimos el trabajo con el fruto, pero son dos conceptos totalmente
distintos. ¿Qué es el fruto? El fruto puede significar dos cosas: primero, el carácter
del cristiano. Segundo, personas. Cuando digo carácter, me refiero al crecimiento espiritual
de cada individuo cuando permanece adherido a la vid. Nadie que lleve dentro de sí la
“savia de Cristo” puede ser el mismo. Dicha persona es trasformada para convertirse en un
fiel reflejo del carácter de Cristo. No hay mejor camino para crecer a semejanza de Cristo,
que permanecer pegado a Él.

Cuando digo personas, me refiero al testimonio de nuestra fe. Llevar fruto significa ganar a
otros y conectarlos a la vid verdadera. Dios desea usarnos para cumplir Su propósito en la
tierra; recordemos que nosotros no tenemos nada por nuestra cuenta, pero tenemos todo
por cuenta de Dios. Tal vez tu trabajo no haya dado el fruto que esperabas, seguramente tus
horas extras no han sido suficientes; recuerda que la clave no está en cuanto tú haces, sino
en lo unido que estés a Cristo.

Aplicación

1. Confesemos a Dios nuestros intentos fallidos de independencia y


dispongamos con humildad nuestros corazones para él.

2. Libérate de los afanes y descansa en el poder de Dios .

Para concluir la reunión


Dedica tiempo para hacerte consciente que realmente estás alimentándote de la vid que es
Cristo. Esto se logra a través de la oración y la lectura de las Escrituras.

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