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Rosalind Driver et al
Investigando la comprensión de las fuentes de luz por los niños, Osborne et al.
encontraron que entre 7 y 11 años mostraban un conocimiento sobre un amplio
rango de fuentes pero hablaban de fuentes primarias casi cuatro veces más de las
que mencionaban fuentes secundarias de luz. Estos investigadores no encontraron
pruebas que sugieran que las ideas de los niños sobre las fuentes se desarrollan con
la edad. Este estudio consideraba también las representaciones usadas por los niños
para mostrar la luz y encontraba que casi todos los dibujos mostraban la luz en torno
a las fuentes representada con pequeñas líneas. El uso de un amplio número de
líneas que enlazaran la fuente y el objeto era muy limitado. Las representaciones
utilizadas por los niños de más edad resultaban más variadas y dependientes del
contexto. Muy pocos no daban representación de la luz, aunque para muchos de los
de primeros cursos de primaria ésta se limitaba a «líneas sencillas» rodeando a la
fuente.
Watts y Gilbert sugieren siete marcos conceptuales que abarcan «el grueso de
las respuestas de los jóvenes» sobre la luz:
luz ambiental en la que se hace una distinción entre luz directa y «luz del día»
normal (en una escala que va desde muy brillante a oscuridad, la luz del día
estaría en algún lugar próximo al punto medio y piensan que las sombras se
producen sólo con luz brillante);
luz compuesta en la que las respuestas describen la composición de la luz
(aunque algunos niños tratan la luz como una entidad única, muchos discuten
sus partes o trozos);
luz desconectada en la que las respuestas describen la «luz» como comple-
tamente separada de la «vista» (piensan que las situaciones requieren la luz
para que las cosas se iluminen pero no hay sugerencia de que se refleje luego
a los ojos, en vez de eso los ojos simplemente observan una escena bien
iluminada);
luz iluminativa en la que las respuestas describen la luz como diseñada
intencionadamente para permitirnos ver y que enfatizan la finalidad humana
general de la luz;
luz modal, en la que se identifican muchas clases diferentes de luz, derivadas
de circunstancias diferentes y que producen efectos diferentes;
luz obvia en la que piensan que es una propiedad sólo de los cuerpos lumi-
nosos grandes y llamativos;
luz proyectada en la que las respuestas tratan la luz como una sustancia que
es proyectada, transportando en algunos casos los colores. (La luz podría
describirse como un haz dirigido que puede ser detenido o frenado por los
obstáculos).
La visión científica de la luz no parece ser común entre los alumnos. En una
pregunta de respuesta múltiple sobre cómo ilumina una habitación una lámpara,
Anderson y Smith encontraron que más del 75 por 100 de la muestra de 227
sujetos no escogió la respuesta científicamente correcta sino que prefirió una res-
puesta que no especificaba ningún mecanismo por el que una lámpara iluminaba una
habitación.
Transmisión de la luz
Cuando tienen una noción de la luz como una entidad, los niños no piensan
necesariamente que la luz viaje -un punto señalado por Guesne. La Rosa et al.
sugieren que los alumnos que hablaban de que la luz iba de un punto A a otro punto
B podrían haber pensado en ella como en un alambre o una carretera que va de A a
B.
Watts describe a un niño que hablaba sobre los rayos de luz como «hebras de
una cuerda que formaban un haz de luz» y también sobre «luz en diferentes formas»,
como natural o eléctrica.
Stead y Osborne utilizaron diferentes contextos (como por ejemplo una veía,
una lámpara, un televisor y un espejo) para examinar la idea de que la luz existe en
el espacio. Encontraron que la mayoría de los estudiantes no pensaba que la luz
viajara muy lejos de la fuente, especialmente durante el día. Los alumnos pensaban
que la luz viajaba más lejos por la noche. Fetherstonhaugh y Treagust encontraron
que alrededor del 40 por 100 de los cuarenta y siete sujetos de entre 13 y 15 años de
su estudio pensaban que la luz recorre distancias diferentes dependiendo de si es de
noche o de día. Alrededor del 20 por 100 creía que la luz no viaja nada durante el
día. Una proporción más pequeña pensaba que la luz no viajaba por la noche.
Feher y Rice, a partir de su trabajo sobre las ideas de los niños respecto a las
sombras, concluyen que muchos de los niños más pequeños piensan en una sombra
como la presencia de algo que la luz nos permite ver, en vez de la ausencia de luz.
Pensaban que la sombra existe por sí misma, escondida en el objeto, hasta que la
luz la saca del objeto sobre la pared o el suelo. Estos investigadores sugieren que los
niños tienden a esperar que la sombra de un objeto tenga la misma forma que él. Las
explicaciones de los alumnos sobre sus predicciones se referían a menudo a la
sombra como un «reflejo», o como un «reflejo oscuro» sobre la pantalla.
El color
Cuando preguntaban a los niños por qué se ve salir luz roja de una diapositiva
de proyector roja, Zylbersztajn y Watts encontraron que sólo el 2 por 100 de la
muestra de 150 sujetos de 13 años daba una respuesta relacionada con la
transmisión de algunas frecuencias de luz, a pesar de haber recibido enseñanza
sobre el color recientemente. Alrededor de la mitad pensaban que la luz blanca del
proyector se había transformado de alguna manera, y un tercio de este grupo sugería
un mecanismo de tinción. Otro 13 por 100 del total ofrecía modelos en los que la luz
blanca proyectaba el color del filtro hacia adelante en una especie de efecto en
cadena.