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L161— 01096
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https://archive.org/details/primerlibrovenezOOasoc
FRIMER IIRRO fElZflliiO
DE
OFRENDA AL
CARACAS
Til* lú.C.ojo, I PariI'. - l'ii’. Mi'OI'KN.v, II Paími-.
MDCCCXCV. ^
CONTENIDO
1*RI3XERA. I^.VRTK:
SEGrXJlNDA, ;
La Antologia General;
Las Notas Biográficas;
Las últimas páginas;
El Indice.
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^AGlÓífAL
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DE
DISCURSO PRELIMIlsr^R
(Por el doctor Rafael Fernando SEIJAS)
que ninguna ofrenda parece mejor que la duradera, cuando lleva en sí,
como ^ta, el lesu-
men del progreso, del desenvolvimiento y de la civilización venezolanas. Las buenas
letras
bellas artes, hombres que
tienen aquí felices cultivadores; las ciencias, notables maestros; las
semejan genios y parecen predestinados á la gloria. Como casi todos ocupan puesto en estas
páginas, lo mejor es que en el Discurso preliminar no se haga especial
mención de ninguno,
primero', por no omitir á nadie, sobre todo cuando al fin está la
Bibliografía ; y segundo por no
nombres, de aptitudes o de
apoyar en el pretexto de la cortedad de tiempo ú otro usual, olvido de
notorio mérito. Como lo primero que hallará el lector es la gran revista de nuestra litera-
tura, allí comenzará á ver nombres, á leer juicios, á conocer la
escuela á que cada uno la
DISCURSO PRELIMINAR
pertenecido, quedando en todo satisfecha su curiosidad. Cuanto hay aquí reunido, es obra de
la perseverancia de la Asociación cuanto falta, es culpa de la indiferencia de los solicitados.
;
En cuanto ha sido posible, además de un juicio crítico y nota biográfica de cada uno de los
que aquí figuran, se da el retrato, algún modelo de lo que haya escrito, copia de las prin-
cipales telas de nuestros pintores
y de las estatuas ó monumentos de nuestros escultores.
Es indudable que, si la Asociación hubiese tenido á la mano mayor cantidad de elementos,
mejor cuenta diera de sus propósitos, y poco ó nada faltaría en un libro destinado á vivir largo
tiempo, á servir de consulta y de cuadro vivo de nuestro estado social. Porque, no lo dude-
mos, en él queda fotografiada la nación, como si se la hubiese colocado delante de un espejo;
sus escritores públicos, honrados; sus hombres de ciencia, premiados; sus artistas, dignamente
loados. Si es verdad que el cerebro refleja las impresiones de la naturaleza, debe este libro
contener mucho de bueno, mucho de bello, mucho de útil. La claridad del cielo, la belleza del
monte, del valle y del lago, la atmósfera siempre despejada de brumas, el día eternamente
claro y sereno, y el espectáculo de una primavera perpetua, forman lo que podría llamarse
perpetua fuente de frescura para el alma, de pintura para la imaginación, de viveza
y entu-
siasmo para el sentimiento. La poesía pindárica, por ejemplo, tiene en tan lozano cuadro,
inagotable manantial de color, de alegría y de éxtasis.
Nuestros hombres de letras han conservado con fervor el culto á los ideales que dieron
aliento á la patria en sus primeros días de libertad, explicándose así el profundo conocimiento
que tienen de la historia de la culta Grecia, de la elegante Atenas. Por ello escriben con en-
tusiasmo que arrebata, con esperanzas que embriagan, con fe incontrastable en mejor suerte ó
más alto destino para la nación. No palpan que esta civilización que tenemos, la recibimos
naturalmente, sin ningún esfuerzo, ni aún siquiera con la. manifestación del deseo; que el cable
y el vapor han acercado tanto á los pueblos, que ya no hay distancias que el europeo se con-
;
funde en todas partes con el americano y el americano en todas partes con el europeo; que
un progreso adquirido en cualquier ramo de las letras, de las ciencias ó de las artes, se hace
al punto universal, por la rapidez con que el cable, el vapor
y el periódico, lo trasmiten, lo llevan
y lo publican en todo el orbe, con la velocidad del rayo y del pensamiento; que el mundo tiende
á confundirse en un cosmopolitismo práctico
y experimental, porque el ansia industrial, la avi-
dez comercial, y el gusto clel lujo, no tienen barreras, ni se detienen ante ningún obstáculo.
Hoy mismo China y el Japón se hacen la guerra, como en [870 se la hicieron Francia y
Alemania; el lejano oriente adopta las costumbres del occidente,
y sigue paso á paso los pro-
gresos de la moda y los tentadores del refinamiento, en cuyos brazos se siente llena de molicie
la sociedad moderna.
El asesinato del Presidente de la República Francesa se supo en todo el universo horas
después de acaecido, de suerte que París recibió el pésame de todas las naciones de la tierra, como
un pésame de familia, ofrecido por todos y cada uno de sus deudos. Las sesiones de los parlamen-
tos se celebran á puerta abierta, con el mundo por espectador,
y los gobiernos atentos á las solu-
ciones políticas de sus oradores ;
las naciones viven en público, como en el escenario del teatro.
Nada se oculta á la civilización, cuya luz de relámpago se difunde doquiera en el mismo día y en
el mismo instante. Asistimos á las penas, á los goces y á los progresos de la comunidad
universal. Las exposiciones internacionales son grandes fiestas de la familia humana, adonde
concurren los viajeros por millares, llevados á las citas por millares de bajeles que rompen
el mar en línea recta, tienen día cierto de arribo
y forman calles inmensas trazadas con sus
quillas en los caudalosos océanos. A bordo se reconocen los propagadores de la civili-
zación, se hablan muchas lenguas, se confunden las costumbres
y se deja establecido fácil
acceso á la amistad, cariñosa comunicación de ideas y borradas las preocupaciones que sepa-
raban las razas. En la feria, se hallan acumuladas las producciones del comercio, de la
industria, de las artes y de la ciencia. Allí se pasa revista á todos los progresos y se ve
de bulto cumplido el destino de la humanidad. De allí se esparcen á todos los suelos
y
á todos los ])ueblos del universo, para que se asimilen y exploten y trasplanten, los
infinitos recursos de la inteligencia, del trabajo
y de la ambición del hombre, representados
en mil objetos diferentes de fondo y forma, en máquinas portentosas, en piedras teñidas de
mil colores, para suplantar las obras maestras de la pintura ;
en moldes donde se vacía el
yeso, ó el col)re, ó el hierro, ó el acero, ó el oro,
y salen copiadas con inimitable nitidez
las obras maestras de la escultura ;
en agujas y macpunillas de mano, que remedan los más
laboriosos tejidos y los bordados más bellos de la lenta mano; en telas de sorprendente
DISCURSO PRELIMINAR
de
belleza donde ven imitados todos los matices de la naturaleza en obras de vidrio,
se ;
tad ó á la seguridad individual ó pública. La falta que antes se castigaba con alguna pena
recia, se castiga ahora con palabras suaves, que hieren
más que el látigo del verdugo, pero
así como de las tuerzas
que, sin embargo, son ejemplo del refinamiento de las costumbres,
sér humano.
ocultas en el carácter, en el sentimiento y en el corazón del
Y el periódico que se imprime todos los días por millones de ejemplares, y es el pan
inteligencia, á todo cerebro, ya en la
espiritual de todo sér pensante, y lleva su luz á toda
hoja que publica noticias, ya en la ilustrada, que trae grabados y
enseña tanto como aquella ;
nombre del olvido, en cuanto sea posible ampararlo con la gracia de la justicia.
Puede acontecer que estas visiones se disipen; pero áun no se ven en el horizonte las
nubes precursoras del cambio, ni se columbran esperanzas fundadas en las observaciones de
la
zá esté turbada la razón con el ansia de mejores días quizá sufra la inteligencia la prematura
;
ofuscación del desaliento. ¡Ojalá sea todo lo contrario de lo predicho y se cumplan los más
altos destinos de la patria
La AsocíaciÓJi Venezolana de literatura, ciencias y bellas artes, al presentar esta obra a
los contemporáneos y á la historia, se descubre respetuosamente ante la
nación, y bendice el
momento propicio de desempeñar tan elevado papel, el día del Centenario de uno de los hé-
roes más virtuosos, dignos y excelsos de la independencia americana !
ABC
HISTORIADORES DE VENEZUELA
por ©1 Doctor Rafael SEIJA.S.
por Sin embargo, en éstas mismas siguen ducciones célebres sobre los mismos temas que de entonces aca
su duración siglos.
tiempos, se han hecho en el mundo culto.
escribiéndose con frecuencia historias de sus antiguos
de desde épocas muy remotas. un hombre que desdesu temprana edad, hasta el
y aún de otras que dejaron
existir Este es
Así vemos, por ejemplo, que los Griegos y Romanos
dan toda- año presente, época de su muerte, hizo de la Historia su ocupa-
vía asunto á obras de esta naturaleza, mas ó menos interesan-
ción favorita, de tal modo que, no sólo compuso las dos
dichas,
tes y copiosas. Tal es en Francia la muy extensa
del aventajado
sino también una Historia general de la antigüedad, la Edad
señor Víctor Duruy, de la cual se ha hecho recientemente tiempos modernos, hasta 1848; una introducción
autor media, v los
una edición espléndida, exornada de infinitos mapas ó planos, general á la Historia de Francia, esa misma Historia, otm an-
conocer
grabados, cromolitografías, &c., que concurren á dar á tigua de los pueblos de Oriente, un breve curso de
Historia
los países por todos los aspectos, principalmente
por el de su Universal, un curso de Historia redactado conforme á los
industrias,
y
Geografía política, el estado de sus ciencias, artes é programas franceses de 1880. Hemos visto también la noticia
que han figurado en el
su religión y costumbres, los personajes de haber formado, poco ha, una nueva Historia Santa.
conciuda-
Gobierno, ó levantádose sobre el nivel común de sus
género, La proporción de hacer viajes, de escudriñar importantes
danos, sus guerras, sus paces, sus vicisitudes de cualquier particulares,
hubo de trasladarse a los bibliotecas, la de inspeccionar archivos oficiales y
sus tratados, etc, etc. El historiador
otras mas, lo cual
museos, colecciones de objetos históricos, y
lugares que describe, á fin de estudiarlos muy detenidamente,
del fruto de sus investigaciones, presupone la posesión de riquezas, estima social y medios de
y con esto, y aprovechándose influjo, han dado á ese escritor una competencia especial, y
á que había dedicado más de media centuria, de los diversos
fecha de la muy difícil de hallarse en quien no reúna tantas circunstan-
libros publicados sobre la materia desde 1851,
resultas de varias excavaciones, hechas cias favorables.
primera edición, de las
últimamente en los territorios respectivos, pudo dar a luz, en A lo dicho han de agregarse las condiciones de capacidad,
ciencia y otras dotes indispensables que ha menester
de la Aca- el Histo-
1887, una nueva edición muy mejorada, y más digna
riador para desempeñarse satisfactoriamente.
demia Francesa, que corondel trabajo desde 1861. Esto por lo
que toca á la Historia de los Griegos. No es maravilla, por tanto, que no haya en este linaje de
Romanos mismo individuo, y composiciones, muchas que merezcan tenerse por acabadas. En
En cuanto á la de los del
más consta de siete grandes volúmenes,
como que España, con todo que es nación tan antigua, decía Jovellanos,
que es larga,
á fines del pasado siglo, que le faltaba una buena
Historia.
mientras la primera no pasa de tres, el Historiador le ha des-
II HISTORIADORES DE VENEZUELA
separado, lo cual se cree que nunca llegó á verificarse. En los Historia de Venezuela del mismo autor, que él dejó en poder
tomos precedentes, y conforme á orden alfabético, se halla la de sus herederos, y que no sabemos si ha sido_ adquirida por la
historia de los demás países de una y otra América, inclusive Nación, de lo cual se ha tratado con ellos varias^ veces. No es
diligencia
la ingerencia que en la de algunos cu })0 á Colombia, cuando fuera de propósito recordar que, señaladamente á su
se debe la publicación de los mencionados veinte y dos volú-
estaba incorporada á ella Venezuela.
Previa la bien estudiada demarcación de sus límites con menes de documentos para la vida pública del Libertador, que
IV HISTORIADORES DE VENEZUELA
patrios ingenios. Pero varones muy Bolívar y del Doctor Miguel Peña en
calificados notan rpre no se dió allí el la sociedad j^atriótica de Caracas el 4
desenvolvimiento indispensable á he- de julio de 1811 el acta de la indepen-
;
Granadinos le hacen cargo de haber tados de alianza entre los dos Estados
mostrado escaso aprecio á la coopera- etc., etc.
visto impreso. Apenas IK'ga al año de LSlfi. ó pa.sión ]K)lítica no podía amenguar la rectitud de su criterio.
En medio d(' las soUalades del campo, y dando el pensa- En el mismo género escribió la “Biogralía del General José
miento á la contemplación (U'l hombre y sus miserias, como Féli.x Rivas”, y unos “Apuntes para la historia militar del
nos indica en el prólogo, 1(> vinieron á la mente los recuerdos Genei’id Falcón”, á los cuales no dió remate. En la primera con-
V
POR EL DOCrOR RAFAEL SEIJAS
iireparados, cuando los perdió con la vida, en el nauíiagio
(lena con énfasis elmemorable decreto de la guerra a inuerte
sido estimado experimentado en 1873, por el vapor que le conducía a Fian-
expedido por Bolívar en Trujillo, y que ha haber chocado con otro in-
vanas han examinado. cia, y que se hundió á poco de
tan diferentemente por los que á luces lo
Poquísimos pasajeros se salvaron
opiniones glés del modo más imprevisto.
Por lo demás, en todo lo que se enlaza con las trasladándose á los botes del causador de la desgracia; j' se
muestra siempre imbuídc) de senti-
políticas del escritor, él se ser uno de ellos,
que privan de la serenidad nece- dice que el Doctor Larrazábal habría podido
mientos fogosos y exaltados, que con tanto e.smero
si el amor á los preciosos documentos
Aquella vehemen-
saria para formar apreciaciones imparciales. había recogido, no le hubiese emjie-
cia, aquellas acusaciones, aquellos de- ñado en el afán de sacarlos del bu-
nuestos, aquellos sarcasmos, que lee- que, evitando su ]>érdida en aquella
mos en oradores antiguos, así como I
situación premiosa.
1
El escritor, conducido por estos senti- Al recordar los actos de sus dos admnnstraciones, hace
glorias del triunfo.
mientos, por su vasta inteligencia y luces, y adiestrado
con memoria de especies notables, relativas particularmente a ne-
ha íormado gociaciones diplomáticas seguidas en aquellas épocas y que en
incesante ejercicio, y la lectura de los clásicos,
sino hasta con entusiasmo. Así, las páginas del presente li-
autobiografía arroja copiosa luz sobre los hechos a que
se
semejante
bro constituyen un hermoso panegírico de Bolívar, absolutamente dejai de poneila
nos Plinio, aunque exento contrae, v que no se podra
al que del Emperador Trajano dejo
á logro por el que emprenda la Historia de Venezuela.^
de los lunares que afean al último, dirigido a un hombm
que mas Tal obra es bastante conocida entre nosotros, no^ sólo por
vivo, y cuando áun no había ejecutado las hazañas
contribuyeron á inmortalizarle, para quien íue so- haberse difundido latamente la edición de Nueva ork, sino
adelante y de Caracas.
brado fastidioso.
también reproducídose en una imprenta
Desde 1875 está en circulación el Manual de Historia de
_ . ,
Cuenta con nuevas opiniones favorables de personas calificadas, Mendoza en defen.sa de la misma tesis, con motivo de un cer-
y que se están sirviendo fructuosamente de ella j>ara la ins- tamen que se abrió en 1878 sobre el tema de “si el decreto de
trucción de sus alumnos. El autor la ha traído hasta tiem- guerra á muerte expedido por el Libertador el 15 de julio
pos muy cercanos á los nuestros, aumpie reduciéndose á señalar (le 1813, fue ó no necesario ])ara llevar á cabo la independencia
en globo acontecimientos trascendentales. Todo lo cual
los de la patria.” El Jurado elegido para apreciar los trabajos se
aumentará importancia que ya logra, y que se dice haber-
la decidió por el del señor Mendoza, añadiendo con esto el peso
se extendido no .sólo j)or varias partes de la República, sino de .su dictamen al de los que sostienen el contra.
también fuera de ella. El .señor Miguel Tejera, dado á
En el ])i'ólogo de la primera edi- estudios físicos, matemáticos, geográ-
ción .se hizo de ella un breve análi- ficos, lingüisticos y diplomáticos, au-
sis, del cual .se extractan los })asajes tor del libro llamado “Origen y Cons-
que van en seguida: titución mecánica del mundo” con-
“Se ha limitado á compendiar lo forme á una nueva teoría cosmogó-
que otros han compuesto, siguién- nica y de otras obras, de un mapa
dolos no tan estrictamente (lue al- grande de Venezuela y varios pe-
gunas veces no se desvíe de ellos y queños, Comisionado por la Repúbli-
e.scriba de projirio marte. Divide la ca para la demarcación de sufroutera
Historia, previa una introducción con el Brasil, representantede élla en
sobro el descubrimiento de América, Río Janeiro y en Colombia, y por
su Geografía y los indios, en antigua fin. Ministro de Obras Públicas,
y moderna. La ju’imera se extiende imprimió en París el año de 1875
desde 148!), en (pie Alonso de Ojeda su “Venezuela pintore.sca é ilustrada,
recorrió las costas de Venezuela, relación histórica del descubrimiento
hasta el 5 de julio de 1811, fecha de la América hasta 1870, geográfica,
de la declaración de la Indepen- e.stadística, comercial é industrial,
dencia. Pasa rápidamente por lo usos, constumbres y literatura na-
más de este período; y se detiene ha- cional, ilustrada con numerosos gra-
blando de los pasos iniciativos de bados y cartas geográficas.” El tra-
los patriotas; y termina con un apén- bajo está dividido en dos tomos. El
dice sobre la literatura, las ciencias, primero trata del descubrimiento y
artes,caminos, comercio y población conquista, de la guerra de la Inde-
en tiempos de la Colonia. Subdivide j)endencia, de Venezuela constituida
la Moderna en cinco partes, y queda ya en República, con la descripción
en la tercera. Una llega á 1810, en general del país, inclusive su agri-
que se con.stituye Colombia ;
otra, cultura y cría, su mineralogía, su
á 1830, éimca de su disolución, y comercio é industria, sus rentas, po-
otra, á 1842, que presencia la entra- blación, inmigración, moneda, pesas
da de los restos de Bolívar á Cara- y medidas, división territorial, ins-
cas. También se introduce la Mo- trucción y todo lo concerniente al
derna con rasgos geográficos, que Distrito Federal. El segundo se des-
esta vez conciernen á Venezuela. MIGUEL TEJERA tina á su etnología, aguas termales,
De.sde 1811 á 1830, espacio el más antigüedades, maravillas de la natu-
importante, se descoge el hilo de raleza y curiosidades naturales, fo-
los sucesos, año por año. En lo ulterior anda más de prisa. mento del país, ó sean, sus obras públicas, instrucción popular
Cada sección va seguida de un resumen y de sincronismos, y é inmigración, su fauna, estadística de los Estados, territorios
al fin de todo hay un apéndice sobre literatura, ciencias, y Distrito Federal, y por fin á las lumbreras venezolanas en
artes y }>rogresos de la Patria.” las ciencias eclesiásticas, las sociales, las naturales, las huma-
Este apéndice se ha suprimido últimamente, en razón de nidades y las bellas artes.
haberse tratado de la materia, con más espacio, en el libro Movióle á esta tarea la circunstancia de haber observado,
llamado “Perfiles Venezolanos”, obra también .suya. durante algunos años de domicilio en París, donde redactaba
“Se verá (pie, sin embargo de ser un epítome, repara hasta un })criódico, que en Euro})a existía una inexplicable igno-
donde cabe en él, algunos de los olvidos que advertimos, v. g. rancia acerca de las cosas de América, de suerte que aun
el tocante al Congreso de Panamá. Agrega otro capítulo hombres, por otra parte muy ilustrados, cometían frecuentes
nuevo acerca de los efectos generales de la Independencia de errores, así en cuanto á la geografía, como á la historia, y
esta parte de América. Están allí narrados los })rincipales al y político (le e.stas nuevas nacionalidades,
estado social
acontecimientos en lenguaje por lo común ca.stizo, y cláusulas según comprueba con citas de Cantú, Balbi, Bouillet, los
lo
cortadas conforme al tipo del Manual de Historia Universal autores de la Biografía U^niversal de contemporáneos, y de
del })reclaro literato Juan Vicente González, y con aspiración á la conversación, el enciclopédico de Gaspar y Roig, el geo-
imitar á Baralt. Se emplean })arágrafos cortos ]ior encerrar gráfico universal y pintoresco, de Thiers, Lamartine, y Henrv
mucho en pocas ])alabras. Encuéntransc breves descripciones, Mayhew, que nos pinta como poblaciones semibárbaras,
teñidas, como varios otros pasajes, de colores tal vez más pro- desmoralizadas y disolutas. Y eso que no entra á exami-
])ios de la poeísa (pie de la Historia. El estilo es siempre nar la inexactitud de los datos que se encuentran, hasta
igual, claro, animado, expresivo del entusiasmo del jiatriota. en obras princij)ales, respecto de la geografía, estadística
Lo más re))arable nos j)arece (]ue en una obra en que no pue- etc., de estos países, cuyas riquezas y grado de civilización
den entrar disertaciones, el autor haya pronunciado fallos y aptitud para todo género de progreso son de todo pun-
rigorosos, algunas veces mal avenido con sus jiredecesores, to desconocidas en aquellas regiones (pie pasan por tan
sin ju.stificarse ab.‘5olutamcnte, como si ba.stara un epíteto para avanzadas.
abonar sus opiniones. Tal sucede en cuanto á la guerra á Agrupando en dos volúmenes no muy extensos las nociones
muerte y ejecuciones que se hicieron por mayor.” apropiadas para disipar esas tinieblas, el señor Tejera hizo
Mas es bueno advertir á los (pie de.seen formar juicio un servicio im¡)ortante, en especial á los extranjeros que de-
acerca de este i)Uuto, (pie en la citada obra “Perfiles Venezola- seen llenar laguna tan notable en e.sa parte esencial de su
nos” el señor lá'jera entra en discusión, y, haciendo mérito de instrucción científica.
diversos argumentos, procura vindicarse de tales críticas y sacar Por lo demás, á la exposición del señor Tejera, llena
iriunfantc su concepto. Además es de consultarse lo escrito de verdad en el fondo, la realza lo castigado de su íraseo-
por el muy imstruído abogado y literato señor Doctor Cristóbal logía, de la cual cuidaba esmeradamente, en el cultivo de
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS VII
Difícil parece decir más en el asunto. No liay lado por 3' de niñas; se incorpora en la “Sociedad de
del nacional
elcual no se le considere, ni documentos de cuantía que no se amigos del País” |)romueve con ,su influencia la fundación
;
hayan benefíciado. Sobradamente lo merecía el protagonista, de la Academia de matemáticas traduce el “Orbis Pictus”;
;
uno de los hombres que tanto glorifican á Vene/.uela, y en y escribe discursos inéditos sobre diversos ramos de educación.
quien todo fue grande, lo mismo el patriota que el filán- En
sexto res¡)landece como Médico Cirujano, que funda
el
tropo, el sabio, el diplomático, el filósofo, el
político, el la Anatomía en 1826, además de escribir sobre ella
clase de
amigo del bien ¡lúblico, el promotor é introductor de diversos una obra é instituir premios á favor de sus alumnos meri-
ramos de la ciencia, el religioso, el justo impertérrito, invenci- torios, y la de cirujía en 1832, acerca de la cual compone otra,
ble á las amenazas con cpie la fuerza brutal jiretendió extra- 3^ ])ara cu3’o estudio establece los mismos estímulos ;
que crea
viarle del cumplimiento de los deberes do alto cargo. Mucha la Facultad Médica y desyiués la “Sociedad Médica” ;
que
diligencia requería el intento en quesepusoel escritor; mas trabaja Alemorias sobre el mal de Lázaro, el cólera-morbo
debe de haber quedado satisfecho, porque lo finalizó cumplida- 3^ otras enfermedades, la pesca con barbasen
y otras plantas ve-
mente. nenosas, la higiene pública, la eifilepsía, la disentería 3’ la vacuna,
Puede de esto formarse idea por una hreve reseña del así como otras muchas monografías é informes respecto de
contenido. anatomía, cirujía, obstetricia y terapéutica, fuera de escri-
Está dividido en diez libros, á cada uno de los cuales si- tos varios de ciencias médicas que, yioligloto, traduce la obra
;
revolución de 1810, puestos que allí desempeñó, su vuelta al y de Ducamp, concerniente á la uretra que también ela-
la ;
lugar nativo y servicios prestados con ocasión del terremoto bora tratados de Obstetricia, de enfermedades de las mujeres y
de 1812, su nombramiento á la Asamblea general del Estado, los niños, de Patología 3’ Cirujía dentaria, 3’ de las enfermedades
regreso á Cumaná 3^ prisión, su viaje á Edimburgo en 1813, de los ojos; que y)ronuncia discursos 3^ da conferenciasen la
sus estudios en Eu]-opa, vuelta á América y residencia en Puer- Facultad de Aledicina y funda en Venezuela el método ex-
;
to Rico hasta 1825, sus labores científicas, su herbario, sus perimental 3^ á quien como Médico eminente se tributan ho-
;
relaciones con naturalistas europeos, destinos servidos en San nores en su ])atria 3' en Europa.
Juan, sus lecciones de historia universal allí, retorno á Vene- En el séptimo se le abre el campo de la escena política,
zuela en 1825, su elección de cirujano del Hospital Militar de donde brilla con luz esplendorosa. Los empleos, que él re-
Caracas, sus ideas religiosas, su voto en un jurado de impren- nuncia, le buscan desde 1829 en que el General Páez le nombra
ta, su matrimonio y su viudez. Prefecto del Departamento de Venezuela. Acepta el de Di-
En el segundo se le presenta como Rector de la Univer- putado al Congreso Constituyente de 1830, donde es hermoso
sidad Central, elegido en competencia con los Doctores Avila verle sosteniendo opiniones hijas de alto criterio, la integridad
3^ Narvarte; se dice loqueantes de Ahirgas había ella sido, y de Colombia 3Ua inconveniencia del decreto de expatriación
se hace el recuento de las innovaciones introducidas al reor- de El Libertador, contra la cual además yirotesta. En el
ganizarla en 1827, establecimiento de la clase de anatomía, mismo año va á Santomas, y en el siguiente, 3" desde allí
])rimera etaj)a en el progreso científico, pronunciamiento de renuncia el puésto de Consejero en él provisto por el Con-
la Universidad á favor de Colombia 3" Bolívar en 1828, y le- greso de 1831, y se retira de la política. Bolívar le había
gado que la hizo Miranda de los libros clásicos griegos de su instituido j)or uno de sus albaceas. En 1834 se proclama
Biblioteca. .su candidatura para la presidencia de la Rey)ública, eyue triun-
En el tercero hallamos al Vargas Botánico correspondién- fó, á |)e.sar de cuanto hizo para contrariarla, declarándose
dose con el yirofesor de Candolle, enviando colecciones de ])lan- desnudo de las dotes precisas yiara bien desempeñarla en aque-
tas á Ginebra, y)romoviendo aquí nuevos cultivos, recibiendo llas circunstancias. La revolución de 8 de julio de 1835 agi-
honores debidos á sus conocimientos, estudiando con A. Plee, ganta su estatura. Antes de su destierro organiza la resistencia
carteándose con Mercier, H. AV3nller de Suiza, el inglés Doc- del país, que sale victorioso. Se le restaura, y se muestra político
tor Ilamilton, Fermín Toro, el licenciado Benítez 3" el Doctor elevado. Renuncia una 3' otra vez, liasta que logra el deseado
Limardo, escribiendo sobre las orquídeas, })lantas de Puerto
3’' retiro en 1836; el Congreso le tributa honores, y más tarde se le
Rico, formando herbarios, clasificando las recogidas en el nombra Senador y Consejero de Estado.
Avila, esforzándose por fundaren Caracas un jardín botánico En el octavo se trazan su carácter moral, prácticas religio-
V viendo su nombre como Botánico inscrito en los anales de sas, costumbres, filantropía, amor á los estudios, su sabiduría,
la ciencia. su admiración con.stante á Bolívar, su nombramiento para la
Al cuarto da materia el Adargas Químico que funda en Comisión que en 1842 fué á buscar y trajo de Santa Alaría
1842 una clase en la Universidad 3" le forma un laboratorio, los restos de él, sus discursos 3’ arenga en la Universidad de
le escribe unas lecciones de Física como y)rej)aratorias, y le Caracas, en honor del Padre de la Patria.
traduce, condensándola en nueva forma, la Química })or Brande, El noveno dice relación ásu última enfermedad, testamen-
3^ le redacta de su y)uño 3^ letra las lecciones que explica to, viaje á Nueva A"ork, donde muere, y seyiractica la antoy>sia
á los más adelantados discípulos, hasta el número de 30; de su cadáver; con mención de los discursos 3' yioesías á él en-
que analiza las aguas del Batatal de Río Chico, el hierro tonces dedicados y los juicios de él por el Doctor Guillermo
especular de Cajraya, el asfalto del Delta del Orinoco; que Aíichelena, que rinde yiúblico homenaje á sus virtudes.
examina y clasifica minerales 3' })iezas geológicas de A^énezuela ;
Porel décimo incluye la enumeración de los actos
fin
que regala á la Universidad sn gabinete de Química que ;
laudatorios yUstumos decretados al hombre ilustre ywr el Con-
.suministra al Gobierno informes sobre el urao, los minera- greso, que en 1857 le aclama “Regenerador 3’ constante yn-otec-
les de Aroa 3' el manejo del alcohómetro de Ga3" Lussac; tor de las ciencias”, 3' manda trasladar sus cenizas á Caracas
<juc estudia la fabi'icación de velas esteáricas; y en su gabinete y tributarle honores fúnebres; y>or los Presidentes de la Reyni-
])articular solidifica varios aceites 3’^ })re})ara los ácidos nítrico 6 blica en 1864, 187(5 y 1877, año este último en que en el Pan-
hiponítrico. teón Nacional .se consuma su apoteosis.
Para el quinto se nos reserva el retrato de A’^argas De ella se da una de-scilyición magnífica, que menciona
Educacionista, ya en la Universidad, va en la Dirección de los yiormenores de la ceremonia desde la salida de La Guaira
instrucción y)ública, ya en el Senado, 3’a en la Pre.sidencia. Por hasta la inhumación de las reliquias, desymés de un discurso
vacar á sus ocupaciones favoritas desecha la pleni])otencia elocuentísimo, que sentimos no hallar incorymrado á los otros
en Londres. Protege la Academia de ])intura y la imstruc- documentos.
ción ])ública en 1835 v 183(1; trabaja infinito como Di- Feliz fue el Doctor Adargas en tener tal biógrafo, yior en-
rector lie ella, elabora provectos de leves orgánicas de la In.s- comiador de sus yu’ondas v virtudes á un Doctor Ildefonso
trucción JMblica y de los colegios nacionale.s, 3' sobre el estable- Riera Aguinagable, ywr relator de la ay>oteosis á un Doctor Je-
cimiento de la educación ¡n-imaria; colabora con la Junta sús Alaría Alorales Alarcano.
de la Universidad, v en los estatutos del colegio de Chaves El Ifoctor Laureano AJllanueva, conocido ventajosamente
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS
que se avanzar siempre, lo cual es condición inapreciable en toda
ciencias y practicas á
como escritor, y versado en las
obra literaria.”
los individuos
dedicó su protagonista, era sin duda uno de ^
austera quizás podrá echar de menos en al-
objeto que desenipp'ió superiormente “La crítica
«nás idóneos para el
gunos capítulos de este libro, la serena a])acibilidad del na-
Tenemos á la vista la segunda edición, lieclia en lbbo,^de
hoy Nueva Esparta o rrador absolutameuíte imparcial tal vez el filósofo observará
la “Historia de la Isla de Margarita,
;
,
General Juan B. Arismendi y de la spiora en ella cierto dejo amargo, resultado sin duda de patriotismo
“Biografías del
Mariano de Briceño. La exaltado; es posible que haya cuadros de uu colorido demasia-
Luisa Cáceres de Arismeiidi, por
Académico de la lengua, do vigoroso, en que los Españoles tienen siempre la peoi parte
antecede un muy discreto prólogo del
mérito
El tema está desarrollado en ciento pero estos pequeñísimos lunares, cpe en nada afean el
«eñor J M. Maiiricjue. explicación.
nueve más de notas de la obra, tienen fácil
noventa y dos páginas, con treinta y ^ _
tradiciones que liabría sido dificultoso recabar de Bautista Arismeiidi, por haber sido, en su carácter de Jefe
elementos y
ningún otro.
de Caracas en 1814, el ejecutor de terribles represalias de
t renovar heridas, y
la parte agraviada y naturalmente debió
- i
mero efectuó en Caracas. Le asombra ademas que hayan guar- trasladándola luego á las bóvedas de La Guaira, á Caracas, y _
juzgado con severidad exagerada y por tanto injusta. Con chano; obra de cuatrocientas ochenta páginas, honor de la
ese fin presenta crecido número de razonaniieutos, observa- República que produjo varón tan calificado y sin par mag-
ciones y ejemplos. nánimo, y del escritor que acertó á realzar sus glorias, hasta el
Adoptamos los siguientes conceptos del señor Manrique, punto de merecer encomios de V íctor Hugo.
por lo acertados. El mismo ha seguido la tarea, y le ha puesto digno com-
“Abunda esta historia en datos curiosísimos y pcrmenores plemento, con la refutación de los que han tratado de amen-
de gran interés, y su narración ingenua y fácil cautiva al lec- guar las nobles prendas del héroe coriano.
tor, conduciéndolo de acontecimiento en acontecimiento cada Es fama que la sabia pluma del Doctor Ildefonso Riera
A^ez más interesado en ella, de modo que éste sólo desea
Aguinagalde, tan demócrata como subido orador, esciibió los
X HISTORIADORES DE VENEZUELA
hechos del procer de la independencia General Francisco Me- nos de la procedencia 3" pruebas de la autenticidad de estos do-
jía libro que se ha ocultado á nuestra diligencia, })orque per-
;
cumentos, de los cuales no se tuvo noticia en Venezuela hasta
manecerá inédito. 1888, cosa Cjue él mismo extraña, afirmando que el protocolo de
El señor Doctor José María Rojas, Jurisconsulto, Oficial de la conferencia no se había publicado antes de dicho año.
Instrucción pública en Francia, Miembro de la Academia V ene- Como C|ue se trasluce haberse tomado del archivo del Ge-
zolana Correspondiente de la Real Española de la lengua. Ex- neral Miranda.
ministro Plenipotenciario de la República en las Cortes de No es de ponerse en duda su verdad, porcpie, atentas las
Londres, de París, y de Madrid, primer compilador de las circunstancias, no se concibe c^ue él se hubiera considerado
obras venezolanas de prosa y verso, y residente desde hace mu- con autoridad para firmar un acto que destruía de una vez el
chos años en Europa, publicó en París, en el de 1884, un libro edificio de la naciente República elevado á tanta costa, y los
que se intitula “ El General Mi- planes de inde})endencia que ha-
randa. ” En las primeras sesenta bían venido arraigándose en Ve-
y seis páginas describe la vida de nezuela, con el peligro además de
aquel expectable varón y eminen- C{ue España, como sucedió, tomara
tísimo repúblico, y en las demás, atroz venganza de los autores 3'
basta el número setecientos ochen- cómplices del malogrado movi-
ta y dos, inserta muchedumbre de miento.
documentos que constituyen irre- En la })laza del panteón de Ca-
fragable prueba de los altos ser- racas le fue erigida una estatua
vicios por él pre.stados á la Causa en 1883; 3 en 1889 el Gobierno
^
tuvo una conferencia secreta con los miemljros del Poder Eje- la lengua, cultivador de estudios históricos y gramaticales,
cutivo Federal, el dijnitado del Congreso y mayor /leí Ejér- novelista, dramático y catedrático de derecho en la Univer-
cito, un funcionario del Poder Judicial de la Provincia de sidad Central de Caracas.
Caracas y el Director General de Rentas; y que, habiéndoles Para bosquejar la vida del señor Santos Michelena, hacen-
descrito al vivo la situación, expuesto sus miras y pedídoles dista, diplomático, estadista lleno de virtudes, talento, instruc-
consejo, quedó resuelto por unanimidad que se llevara á ción V experiencia, 3 que dejó luminosas huellas de sus })asos
"
cabo una cajiitulación con el enemigo. Además de haberse ])or la vida pública, formó un libro apreciable su hijo el .señor
liecho con tal acuerdo jirevio, ella fue confirmada con la ulte- Tomás Michelena.
rior ratificación del Gobierno. Por tanto, es á éste á quien Muchos de .sus últimos años empleó el Doctor Aristides
incumbe la mayor suma de responsabilidad del acto y sus Rojas en e.sclarecer nuestra antigüedad, ])oniendo especial cui-
consecuencias. El resi)ectivo })rotocolo de la conferencia apa- dado en el examen de los rasgos característicos y anécdotas de
rece tíi'inado en el Cuartel General de La Victoria, á Bolívar, y tradiciones al mismo concernientes. Había contra-
12 de julio de 1812, ])or los señores Francisco de Miranda, tado, y estaba pendiente cuando falleció, la publicación de cre-
Antonio Fernández de León, Francisco Espejo, Juan Germán cido número de los cuadros llamados por él “ Orígenes hi.stóri-
Roscio, Francisco Paúl y José Sata y Bussy. Fue el Generalí- cos. ” Su lamentada muerte lo interrumpió todo; mas es de
simo ({uien consultó el medio de la negociación con el Coman- creerse (|ue no serán perdidos sus numerosos trabajos que, co-
dante de las fuerzas enemigas, como necesario en las ptligrosas mo él decía, convergen á un centro: la historia patria. Las
circunstancias en que se hallaba la libertad de Venezuela, ])ara letras lloran .sobre tamaña pérdida, (pie las ha privado de una
asegurar las personas y pro})iedades de todos los que áun no mina abundantísima.
habían caído en manos del enemigo, proponiéndole un armis- Corre con él j>arejas el señor General IManuel Landaeta
ticio y la corres])ondiente estipulación c|ue hiciese cesar el derra- Rosales, que también siega el mismo campo, 3' recoge abundosa
mamiento de sangre y trajese la ])az conforme á la mediación cosedla. Pondremos en jirimer lugar su “ Gran recopilación
ofrecida y publicada ])oi la generosa Nación Inglesa, ó su Go- geográfica, estadística é histórica de Venezuela ”, empezada á
bierno. El acta expre.sa (pie contestaron todos adhiriéndose á publicar por disposición del Gobierno de 1880, 3 que encierra
"
la proposición del Generalísimo, y dejando á su jirudencia y te.soros de datos importantísimos, no sólo jiara los funcionarios
jiericia militar 3 política la ejecución 3 cumplimiento.
’^ ^ de la nación, sino también para los .simples ciudadanos que no
De sentirse es (pie el señor Doctor haya omitido informar- (juieran mostrarse ignorantes de su país.
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS XI
A semejanteobra han sucedido muclias y muchas del mis- — Bioírraíia del Preslntero señor Doctor José Manuel Ale-
ellas algunas ^¡erteuecientes a cuestiones gría, por mismo.
el
mo compilador, entre
sobre la sepultura V paradero de los restos del
General Eze- — Bioo'rafía del Presbítero señor Doctor Cecilio Avila, .Io.se
Por no prolongar demasiadamente este artículo, habremos — La familia Jugo, por Doctor Eduardo Calcaño.
el
de limitarnos á enumerar sólo por su título otros libros ó folle- — Biografías de señores Fermín Toro, Valentín Espi-
los
nal y del Ilustrísimo señor Mariano
tos,inclusive algunos antiguos, sobre
Fortique, Obispo de Guayana, por
el particular que nos ocupa, y que
^ el señor F. Núñez de Aguiar.
ó hemos visto, ó han llegado á nues-
tra noticia. Antes de todo, séanos
_
— Biografías de Próceros, por el
señor Félix Soublette (inéditas).
permitido expresar nuestro senti-
miento ])Or la })érdida que en 1814,
— Escritores Venezolanos, por el
señor Doctor José M? de Rojas.
y á causa de
familias de
la emigración de las
Caracas, hizo de sus baú-
— Historia de Bolívar, por el
mismo.
les y papeles, en los cuales había
más de treinta pliegos de la Histo-
— Bosquejo histórico de Venezue-
la, desde Í830 hasta 1888, por el
ria de la Revolución de Venezuela
mismo.
que estaba escribiendo, el insigne
patriota señor Licenciado Miguel Jo-
—
Vida del General Francisco Mi-
randa, por el señor Miguel Tejera.
sé Sauz.
Se publicaron algunas entregas de
— Noticias históricas de Tierra
la obra, que se dice estar completa.
Firme, por Fray Pedro Simón.
— Décadas de Indias, por Herrera. —
Vida del General San Martín,
por el mismo.
— Historia de Indios, por Ovie-
los
—
Compendio de la Historia de
do y Valdez.
Venezuela, por el señor Alejandro
— Historia corográfica, natural y Peoli.
evangélica por Padre Caulín.
el
—Viaje á regiones equinoccia-
las
—Compendiode la Historia de
Venezuela, por la señoi’ita Antonia
les,por A. Humboldt.
— Diccionario geográfico, por Al- Esteller.
— Com|)endio de la Historia anti-
cedo.
gua de Venezuela, por los señores
— La Guayana ilustrada, por el
Baralt y Urbaneja.
Padre Gumilla.
— Historia de antigua provin-
la
—
Compendio de la Historia de
Venezuela, por el señor Amenodoro
cia de Venezuela, por
y Oviedo
Urdaneta.
Baños.
— Historia de las misiones de los
—
Compendio de Historia Sagrada
por el mismo, con aprobación de Su
llanos de Casanare, y los ríos Ori-
Santidad.
noco y Meta, por el Padre Juan Ri-
vero.
— Biografías de varios hombres
públicos, por el señor Rafael Her-
— Los indios Caribes de Venezuela, JACINTO RECIÑO PACHANO
nández Gutiérrez.
por Borreguero.
— Historia de Indios,
los por Fray —Trabajos por señor históricos, el
Vicente Coronado.
B. Las Casas.
— Memorias del General Miller. — Historia de Venezuela, por Doctor Núiiez de Cá- el J.
Pulido.
A. Zea, G. Roscio,
J. Mendoza yC. M. Salazar. J. el
— Memorias del Doctor Pedro Gual. — Biografía del General Venancio Pulgar, por señor el
Gaspar Marcano.
— Biografía del Licenciado Don Miguel José Sauz. —Historia del Gobierno de Rojas Paúl, señor Fran- el
zález.
XII HISTORIADORES DE VENEZUELA
— iMisayo sobre el Arte en Venezuela, por el General Ra- — Ofrendas literariasen el centenario de Bolívar.
món de la Plaza. — Biografía de Vicente Marcano, por Doctor Ga.spar
el
— Tradiciones populares, por el Doctor Teófílo Rodríguez. Marcano.
— Vida de los Obispos de Mérida, por el Pro. Doctor Enri- — Hombres de revolución de 1893,
la señor Lozada
poi- el
que jVP? Castro. Piñeres.
Historia de Barinas, por el mismo. — Lecciones orales de historia, por Dr. E. M. González.
el
— Un Cura santo, por el mismo. — Resumen de vida militar y política del Ciudadano
la
— Pío VII y Napoleón I, por el mismo. Esclarecido, General José Antonio Páez, por el señor Tomás
— Historia contemporánea, })or el General Luís Level de Michelena.
Goda. —
Apoteosis de Páez, por el Doctor Laureano Villanueva.
— Apuntes para la Historia patria, por el señor Miguel José —
A})oteosis de Páez, por el señor Marco-Antonio Saluzzo.
Romero. —
Memorias de la Academia Nacional de la Historia.
— El Libertador de Sur-Ainérica, porGuzmán Blanco. —
Rasgos biográficos del Mariscal de Ayacucbo, por el señor
— La Causa General Guzmán Blanco.
liberal, ])or el Vicente Pesquera Vallenilla, (se está haciendo la 2? edición).
— Biografía del Prebendado señor Leandro Aristeguieta, por —
Etnografía precolombiana de Venezuela, Valles de
el señor Cabrales y Cabrales.
S. Aragua y de Caracas, por el Doctor Gas])ar Marcano, 1889.
— Médicos Venezolanos, por señor Doctor José M. de
el París.
los Ríos. —Etnografía precolombiana de Venezuela, Región de los
— Geografía é Historia del Zulia, por señor Sánchez.
el S. raudales del Orinoco, })or el mismo, 1890. París.
— Anuario del Zulia, por mismo. el —Apuntes estadísticos de los Estados.
— Historia de Venezuela para niños, lecciones extractadas —Documentos de los Estados.
j)or Socorro González Guinán y aumentadas por Santiago Gon- —
Actos del Congreso y del Ejecutivo Nacional.
zález Guinán. —
Diarios de los debates legislativos.
— Diccionario geográfico, estadístico y biográfico
bi.stórico, —
Memorias anuales de los Ministerios, del Gobernador
del Estado Lara, por Telasco A. Macpherson. del Distrito Federal, del Consejo de Gobierno, de la Alta Corte
— Diccionario biográfico del Estado Miranda, por mismo. el Federal, de la Corte de Casación y del Gran Consejo Militar.
— Exposición universal Colombina de Chicago. Los Es- —Libros, folletos, hojas, periódicos, y demás publicaciones
tados Unidos de Venezuela en 1893. particulares.
— Documentos en honor del Gran Mariscal de Ayacucbo Todo esopuede servir para la historia de Venezuela que
coordinados por la comisión, que nombró de su seno, la Acade- estáen vía de formarse, y ha menester el apoyo del Gobierno,
mia Nacional de la Historia. que continúa prestándolo patrióticamente.
A ANDRES BELLO
I.A ASOCIACION VENEZOLANA 1>E LITERATURA, CIENCIAS Y BELLAS ARTES
LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA
ESTXJDIO SOBEE S XJ B B, O <3- E E S O ^ EST E O ^ C X XJ -A. E
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI LRITO
Parnaso, y casas llamadas sin lisonja y casi con propiedad la acepta, ni el público en su pereza de inquirir y juzgar
nidos de ruiseñores. Ynada de extraño ha de parecer esto, le consagra jamás un instante de seria consideración: más holga-
si consideramos que, por una parte, nación harto joven, no do y obvio es tolerar y aun reconocer y aplaudir generosamente
podemos sino estar en las primeras, fáciles y espontáneas cuantas falsas reputaciones se levanten. Así, cualquiera que
manifestaciones de la vida intelectual y por otra, que en nues-
;
se improvisa entre nosotros General, Doctor, hasta sabio, ve al
tros corazones bulle sangre de aquella estirpe, toda poesía, punto que sus simpatías y relaciones se apresuran á tener-
(jue brotó de la raza árabe en las fecundas márgenes del con- lo y preconizarlo como tal. Si el título adquirido tan fá-
quistado Betis. Con esos precedentes mal podríamos rpcojer cilmente es de literato, la vanidad se supina basta el ensi-
las riendas á la imaginación y excusarnos de prodigar, como mismamiento el individuo no piensa cosa que no le parezca
:
lo hacemos, sin tasa ni medida, sus encantadas concepciones. digna de ser e.scrita, ni escribe nada que no juzgue digno
De aquí, que en nuestra bibliografía habrán de aparecer más de la publicidad. La inq)renta recibe luégo una larga serie
colecciones de versos que de obras de cuakpiier otro género. de artículos haladles, esmaltados de tropos extravagantes y
Reducir esas legiones á los breves términos de un ar- chillones, vulgo sublimes, por lo incomprensibles; y tenemos
tículo de .seis ú ocho páginas, ya sería un extremo toar de en definitiva que cuánto sale de manos del literato es oro
forcé, si no se empeñara en hacerlo casi impo.sible nuestra y perlas y que, nuevo Miguel Angel, él, con tres ó cuatro
presunción legítimamente española, irritable en todos, ora por- rasgos produce cálamo cúrrente, obras que se disputan los
que se les calle, ora porque se les juzgue. conocedores. Y gracias, si Incgo nos \íi hace (\e\ plaudite sfulH
XIV LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA
no quiere tolerar disciplina ni freno, y más (]ue todo el res- excusa del entusiasmo que es arrebatado y por lo general
peto desatinado á modelos, que en modo alguno debiemn falto de calma y asiento; pero, tratándose de nuestros poe-
serlo, hacen que no nos curemos de dar á nuestras compo- ta.s, ¿cómo admitir que asuntos manejados, conforme lo pide
siciones el sentido y propósitos que ha de pedirles luego la su índole, en placidísima calma aparezcan en la expresión con
lectura de quien no puede estar en cuenta de las circun,stancias aquel facticio desorden? Nó, nadie podrá hallar nunca justi-
que urgían al autor, y que, por conocidas de él, le permitían ficado que la mente aparezca exaltada hasta el arrebato nebu-
muy justificadamente elipsis y reticencias que para el sinqrle loso de Píndaro cuando se trata sólo de pintar la naturaleza
lector }>erturban, dificultan y aun embrollan y borran todo en su apacible serenidad. La pasión misma arrebatada y vo-
el sentido. raz tiene en Safo, que es otro gran modelo, su lógica, su ila-
Por nuestra índole un tanto oriental nos ocupamos más en ción y sus grados racionalmente seguidos. Así, cuando se la
las galas y sonoridad de la estrofa que en el sustantivo de la lee, se columbra desde la primera estrofa el pasmo de la últi-
com])Osición; podría decirse que casi nos esmeramos únicamente ma. No sucede allí como con los que anteponen el ritmo ó la
en hechizar el oído con dulces cadencias y en deslumbrarla rima al plan adoptado, y anunciando que nos llevan á las
fantasía con hermosas imágenes, sin cuidarnos de dar al juicio, Hespéridas, urgidos por el consonante, tuercen el rumbo y nos
sosegadamente activo, el pasto de breves momentos. Cuando desembarcan, cuando menos lo esperábamos, en una playa hi-
entre nosotros se leen ciertas composiciones poéticas se asiste á perbórea tan extraña como desierta.
una verdadera fantasmagoría, se oyen, y casi como que se ven,
II
cascadas de perlas cayendo sobre sonorísimos cristales; pero
ah! lástima de esmero y arte! todo ese hechizo desaparece al Revelados esos escrúpulos para inteligencia del lector y hon-
cesar la lectura. Ningún recuerdo queda de tantas bellezas, y rada satisfacción mía, decido }"a principiar, y lo haré declarando
aquellos instantes han volado como los discurridos en un grato desde el primer instante mi escaso conocimiento de nuestra poe-
ensueño, cúmulo de encantadoras imágenes sucediéndose ca- sía anterior á la gloriosa guerra que nos separó de España.
prichosamente sin ilación ni plan. Y
fácil es de comprender- Apenas si he oído mencionar alguna vez las picarescas dono-
.se tan efímera fruición, sise recuerda que el galimatías, tan fa- suras del Padre Eguiarreta, las escocedoras maledicencias de los
vorecido por el vario acento y la sonora fluidez de nuestro her- vejámenes universitarios y uno que otro cantar e})igramático sal-
mo.so idioma, obra en nosotros con irresistible magia. Ya, si vado por la tradición, ninguno de los cuales, sin embargo, po-
los oídos, sin complicar al cerebro, se dejan insensiblemente he- dría pasar, sino como muestra de que para la época no era des-
chizar ¿qué mucho que se di.sipen horas enteras, oyendo con conocido el arte de rimar. Verdad es que, estancada y corrom-
agrado á cuantos hablen, curándose más déla música délas pida la literatura en la propia península, no debía sentirse,
palabras que de su sentido? aquende el Atlántico, inclinación ni estímulo suficientes para
Nos olvidamos harto voluntariamente de que cuanto se dar.se á la poesía y aspirar á sus lauros.
habla ó escribe }>ara que se a.sga al cerebro tiene que ser, no en También en la última mitad del siglo XVIII, como es sa-
absoluto un raciocinio, pero sí un razonamiento lúcido y bien bido generalmente, la literatura francesa privaba en todo el
seguido, que deje la impresión de una clara y definida inteli- mundo, menos .sin duda en la América española, donde el es-
gencia, Y por no atender á esto ¿cuántos, que poseen verdade- tudio de idiomas estaba limitado al latín. Eso no obstante, ya
ramente lastres condiciones exigidas por Horacio, aparecerán en los últimos años de aquél y en los primeros de éste, se men-
en este estudio sólo como nombres cuestionables, que mi in- cionaba como poetas al canónigo Montenegro, á García de Sena,
dulgente patriotismo ó mi escaso buen gusto ha dejado des- á Salías, á Tejera, á Nava.sSpínola, á Ramos, á Bello y otros, de
lizar? Por fortuna para éllos, y aun más para mí, ocurre los cuales apenas los dos últimos adquirieron sólida y verdadera
de súbito una incontrastable excusa: los Parnasianos, que fama.
meten tanto ruido en el mundo, admiten como suprema poesía Ya iniciada la guerra de la Independencia, á excitar á los
los versos simplemente musicales, capaces de producir esa va- patriotas que combatían, á cantar sus proezas y á lamentar sus
guísima fruición que he mencionado. En esa e.scuela, pues, martirios, fue á cuanto estuvo reducido todo el movimiento lite-
coloco desde ahora á los ruiseñores y cisnes que se me rechacen rario de la época. El Licenciado Don Gaspar Marcano llevó
y que por fortuna van haciéndose raros, gracias á la oportu- su entusiasmo hasta hacer una ci'ónica en verso de las hazañas
nísima invasión del naturalismo tomado, por .supuesto, en la de los margariteños y el coronel Quintero (Don Juan José)
;
]>ropia y debida acepción. cantaba las de los cumanesessus paisanos, en. llanas improvisa-
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XV
Arvelo que sólo pisó, y con toda fir- torciendo equivocadamente el rumbo,
meza y acierto, sobre las huellas de se hizo escritor de costumbres, acaso
cerse entre nosotros la moda de ese nía del egoísmo social, le asaltó des-
sectarismo literario que nos domina y de la adolescencia y cuando la ju- ;
que, al estudiárselo reflexivamente, toma casi el aspecto de ventud le sacudió por fin robusto y enardecido el nol)le
una competencia que, si alcanzara proventos, podría clasifi- corazón, apenas si pudo concebir otro goce que el doloroso
carse entre las meramente industriales como que cada cual se
;
de recordar
las flores de su cuna
afana por tomar la materia prima del modelo, por mejorarla
Con su gayo color y su fragancia.
á su juicio y ofrecerla luégo á nuestras preferencias. Se extra-
ñará que llame sectarismo el acuerdo unísono para seguir éste Tuvo así todos los martirios, inclusive el de la fantasía.
ó el otro modelo; pero verdaderamente, por esquivar una No haré alto en los nombres de José Antonio Maitín y
inmediata contradicción, no puedo llamarlo escuela, como que- Heriberto García de Quevedo, que han sido repetidas veces
rrían los sectarios. La escuela su}(one estudios fijos disci- juzgados con toda imparcialidad en cambio, me detendre a re-
:
y
plina, mientras que el rebaño de imitadores (nervam pecas) comendar, por ser la oportunidad, los cautos mesénicos de José
princi[)ia siem})re j>or blasonar de la más absoluta libertad, Hermenegildo García, el Tirteo de las huestes de su partido,
por declarar su decisión de roni})er con las reglas, por desco- y las bellas imitaciones del francés, inglés é italiano, que daba
nocer toda estética escolar. Ya de ese modo, sin trabas ni por entonces á la estampa el Dr. Rafael Agostini, conocido más
obstáculos, la tarea se facilita, amén de dciánsela abroquelada tarde como dono.so redactor del Diablo Asmodeo.
contra toda crítica. Y esto parece ser cuanto se lleva en mira ;
Tampoco echaré en olvido los nonibres de Silverio Gon-
puesto que nadie ha de comprender tal empeño de libertad en zález, Daniel y Carlos Mendoza, Fernando}’ Pedro P. Díaz y de
quien se esclaviza á la })álida imitación, y renuncia empeñada- los Coroneles Juan .José Illas y Gerónimo Pompa, cpie modestos
al movimiento literario
mente pretender aquella originalidad, dote la más brillante y y discretos contrihuyeron igualmente
buscada en las bellas artes. Pero, como he dicho, ese escrilñr de a(iuellos días. Pero sí omitiré toda opinión sobre Don An-
en coro es a.sunto de pura moda, y i>or lo mismo no resiste tonio Ros de Glano, Don Domingo Delmonte y Don José An-
al tiempo: la moda pasa y los escritos entran luégo en la tonio Echeverría (pie, si nacidos en Venezuela, la clejaron en la
categoría de los figurines viejos que, si no hacen reír, por lo infancia ó en la adolescencia, y más tarde la olvidaron total-
XVI LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA
Montes, Norberto Betancourt, Cecilio Acosta y Francisco Aranda elevación 3" estudio.
y Ponte, estos dos últimos más afectos á la prosa y con más hol- Ni puedeprescindir.se de nombrar inmediatamente con loa
gura 3^ acierto en él la. 3" aplauso á Simón Calcaño, Juan José I. Rodríguez, José Anto-
Juan Vicente Camacho, que figuró en esos días fue un no- nio Carrillo 3" Navas, Arístides Garviras, José Suárez Luzardo,
table poeta (jue se hizo de gran renombre, especialmente como Apálico Sánchez, Manuel María Silva Federico Arro3ml, quie-
3”^
humorista, senda pisada también con bastante acierto por el Dr. nes nos han legado mu3’’ bellas 3'' simpáticas producciones.
Jesús María Sistiaga, cuyas fábulas aún son leídas con bastante Manuel María Ramos, Francisco Antonio Silva, Luís F.
agrado. García Reverón, Eduardo Pérez, Joaquín Quintero, Manuel
Tengo que colocaras! mismo en esta época á Luís C. Calca- de Jesús Corrales, José María Oi'tega Martínez, Simón A. Es-
ño y Domingo N. Martínez, que desaparecieron cuando la fama cobar, Manuel Alaría Bermúdez, Francisco Tosta García, A’^icen-
comenzaba á lisonjearlos; á José María González, que escribía te A. Rendón, Juan Arícente Álendible, Epifanio Manrique,
le3^enditas leídas con placer 3^ solicitud; á Enricpie Alvarez Julio Guadalajara, Nicolás G. Ponce, Arbonio Pérez é Ildefonso
Ibarra, ])oeta tierno 3' sencillo que hace amables las selvas v el Meserón Aranda, bien por la poca fecundidad con que apa-
3’’
boscaje de su residencia; á Feli[)o Esteves. dotado de una mara- recen los unos, bien, porque el estro no se remonta con toda
villosa facilidad para la versificación, en especial si asonantada; holgura 3' amplitud en los otros, tienen que incluirse entre
á Ricardo O. Limardo, que limita al hogar sus sentidas inspi- aquellos aju’eciadísimos ]>oetas menores (Poefae minores), que
racione.s; al erudito José María Núñez de Cáceres, autor fecun- 3'a los Griegos y los Romanos entregaron á la fama con re-
dísimo que aún vive para deleite y provecho intelectual de putación de bellos ingenios.
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XVII
dejado de ser el monopolio de Caracas y las otras capitales, fuerce las lágrimas á mis ojos, sino las maldiciones á mis
necesitando pábulo, estimula los esfuerzos y promete, si no labios. Mi sér entero se subleva contra tan villana injusticia.
ya provecho, gloria y aplau- y acusando de ella al cielo
sos á cuantos la ocupen. y á la tierra, bendigo esta
No es tampoco la inclina- cuartilla de papel que hace
ción menos vehemente en la constar que nunca he sido
juventud la que inspiran los cómplice de tan inmerecida
tipos,dispensadores de noto- crueldad. Pero es tiempo de
riedad y brillo. Quién, que poner punto á mi dolor y
sepa leer, no ha deseado á continuar.
los 18 años oírse llamar au- Fue también en este pe-
tor y verse aplaudido como ríodo literario, cuando se
tal? Sumado este anhelo á dieron á conocer cuatro Cal-
la florescencia de las nobles caños más: Juan Baustista,
pasiones que guarda el cora- amartelado al principio de
zón, se comprende cpie la la prosa y de las obras de
poesía ha debido ganar adep- erudición; pero que última-
tos en una juventud, cuya mente suele publicar en ver-
^7CÉNTJ£ A. REN0ON.
alcurnia, como dejo dicho, so bellas traclucciones de di-
predestina inexorablemente versos ¡idiomas, como que
á su cultivo. es polígloto, y aun notables
Y Venezue-
así aconteció. composiciones de propio mar-
DiEGo JUGO RAMIREZ h\ cii csa opoca puede vana- te Eduardo que, encontran-
;
nos e.stro y fecundidad. la invasión, creciente cada día, de las verdades científicas
; y
En ningún país acaso tiene más vasta aplicación el “ Ilabent para lo tercero el talento que es prenda casi común en ella.
mafata libelli: recuérdamelo el injusto olvido que ha desterrado Pero, para mejor juzgar, démonos cuenta del singular
de nuestra literatura los versos de José Manuel Barceló, poeta escenario en que se mueven los nuevos protagonistas. En
correcto y delicado, muerto en la flor de los años. El jxobre los últimos años las necesidades del comercio exterior nos
su genial modestia le vedaba esas trazas completamente có- han imjmlsado maravillosamente! Lo fácil y multíplice de
micas que se dan algunos para alcanzar la notoriedad y ni las comunicaciones ha hecho transmigrar las lenguas
;
y los
como el griego de marras, se dedicó á enseñar })apagayos que conocimientos el método llevado al extremo en el filantrópico
;
lo })roclamasen Dios, ni, como se estila boy, estableció con designio de facilitar la com[)rensión ha hecho que toda verdad
sus colegas comercio de elogios recíprocos, ni menos pretendió se insinúe fácil y suavemente en nuestros cerebros, y la
de }>eriodistas indulgentes, basta con la propia incompetencia, ciencia, dejando caer así su semilla sobre el fecundo terreno
(jue lo concediesen iiiHcrcioiiritas anunciadas majestuosamente de mil cerebrosjóvenes, de mil fiintasías tropicales, ha modifica-
con trompetas y Ixombo, Y fue error ! Confió sólo en sumé- po })or completo nuestra pa.sada existencia literaria. Ya no
rito, y apenas si (jueda de él más nada que este recuerdo, estamos reducidos á leer .solamente los antiguos clásicos es-
que tamltién se hundirá en el olvido, arrastrado por la [)Oca au- })añoles, ni limitados á Zorrilla y á Espronceda. No, Goethe,
toridail de mi sola afirmación. Scbiller, Byron, Moore, Longfelíow, Víctor Hago, Lamartine,
Si los .señores Belisario Moneada y Domingo Garbán qui- De Musset, Leopardi, Carducci, Stecbetti, etc., etc., nos son
sieran consentir en ajiarecer venezolanos, yo me bolgaria familiares. La literatura del mundo actual nos es completa-
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XIX
mente conocida. No tenemos, pues, uno ó dos modelos de una que .sabemos, y va en este camino hasta ofrecernos l^ellamente
misma escuela sino ciento de las más varías y a})laudidas. disfrazados aquellos pensamientos comunes que la claridad im-
Detengámonos á estudiar ahora dec[ué manera han obrado pone sin alternativa. Si se presenta una mujer, debe dar.se
en nosotros la iniciación á la ciencia europea y ese vasto conoci- por admitido que la reputamos dotada de cuantas prendas y
miento de la literatura actual. sujeta á cuantos accidentes son la regla general del sexo.
¿ A qué enumerar, entonces, datos que el
solo nombre ha acu-
For el momento, como la ciencia incipiente unge á los
de hacer siquiera tolerables para el alma cosas y casos, cuya sucedido antes de ahora, se la contendrá sin mucho esfuerzo,
repulsión principia en el estómago ó que, i)or saludas de ante- en los acordados á la comedia y á la sátira. En la naturaleza
mano, inspiran sólo hastío. humana está que el pensamiento y la palabra arriesguen su
La literatura sensata tiene las discreción de no repetir lo templanza y delicadeza sólo cuando la corrupción sea hábito
XX LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA
varia, más perfecta y más pródiga en modelos líricos. verdad del asunto tiene que ir disimulada jDor la delicada ver-
Si se la estudia con detención, se la halla profundamente dad ó cuando menos por la aceptable verosimilitud de las be-
realista y no jiodía ser de otra manera, como que, contempo-
:
llas imágenes. Sólo ese doble verismo, si expresado en una
ránea y paralelamente, se veía á '
s pintores
'
y á los genios de dicción noble y sonora, llega á producir la sublime confidencia
la escultura haciendo esfuerzos por llegar al acabado realismo de Safo ó la decente y espiritualísima excusa de Ibico, impedi-
cpie logran al fin Parrhasio, Apeles y Protógenes Fidias, Praxí-
;
do por el momento (íe ceder á los halagos tentadores de una
teles y Policleto. Y el poeta tenía que hacer meiios esfuerzos, fresca hermosura. Agréguese á esto que, como parece muy
])uesto que su arte había partido de la ingenuidad primitiva bien haberse alcanzado á los griegos, lo más real que hay en la
de toda civilización,}'' que sus primeros ensayos, basados sim- naturaleza es la infinita y eterna variedad, sin que le esté per-
plemente en palabras de sentido fijamente propio, no podían mitida la copia y ni siquiera la imitación agréguese esto, repi-
;
ser otra cosa que el realismo desnudo de la percepción ó el to, y tendremos que el realismo en literatura, ])ara acabar de
naturalismo del sentimiento inspirado por é,sta. Había estado, serlo, requiere que cada autor exhiba una manera peculiar de
pues, en la senda desde sus })rimeros pasos le faltaba sólo ha-
: ver las cosas y los hechos y un estilo, pro])io también, en qué
cer adquirirá sus producciones la belleza sin tacha que imi>ri- traducir luégo esa manera.
mían los otros artistas á sus obras. Veamos de qué manera lo Y ya que hablo del estilo, cuya atención nadie negará ser
hicieron. Contrariamente á los hebreos, que habían hecho el imprescindible en toda poesía persuadido de que la forma tie-
;
hombre a semejanza de la Divinidad, los griegos hicieron ésta ne que rejnitarse taml)ién un elemento importante del natura-
á semejanza de aquél y en consecuencia, le atribuyeron todos
;
lismo, que para mí es sólo el realismo referido á la expresión
sus instintos, todas sus debilidades y arrebatos. El Olimpo de los sentimientos, aprovecharé la coyuntura para confesar
era el asiento del más grosero matei ialismo. Los Dioses co- (jue ni lo comprendo ni lo admito entre amplificaciones y ador-
mían y bel)ían, cantal)an y bailaban, tenían pasiones políticas nos accesorios, sino únicamente impregnado de la natural poe-
y amores infames. Zeus [ Júpiter ] el padre de los Dioses y sía, y, aun más, de la espontánea elocuencia de aquélhjs. Esas
délos hombres, si era el más poderoso de los primeros, ai>are- dotes le bastan para producir en su ingénua sencillez las obras
cía también el más ruin de los últimos. Tenía todos los vicios más conmovedoras y ofrecernos innegablemente el summum del
y defectos délos Joniosy Aticos (|uienes, para excusarlos en sí, arte; como que la misma desnudez favorece la fulguración po-
se esmeraban en aplaudiiJos como comunes á la Divinidad. derosamente dramática que luce en el fondo de toda exposición
Pero, de qué modo lograrlo sin que ésta apareciese despreciable? de un sentimiento vei’dadero: díganlo, si no, la súplica de Pria-
Simplemente con una ingeniosa treta: cubriéndolos de un mo á los pies de Aquilesy la introducción al salmo “svper flu-
”
diáfano y brillante velo de i>oesía, que pasaba la realidad del müna Bahylonis.
hecho como envuelta en un disfraz de gracia y de belleza y Jú-
:
Yll
})iter, si compraba los favores de Danae, descendía á su lecho
convertido en lluvia de oro; si violaba furtivamente á lo, era Creo haber hecho comprender que no rechazo ninguna
una nube (jue la envolvía y embriagaba de voluptuosidad; si escuela ni manera, si exhibe producciones que me liechicen ó
se pi-endaba de un éfebo (jue guardaba un rebaño en el Ida, hagan i)ensar y, dándolo por convenido, vuelvo á la actualidad
FERNANDO MORALES MARCANO CAELOS I. MARÍN
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XXI
Patria satisfecho de poder tributarles una excelsa ova- desdeñan sacrificar á las Musas; los Doctores Tomás Aguerre-
y á Ití
vere Pacaníns, Alejandro Urbaneja, Tomás Mármol y Juan
;
posibilidad, y dar cabal idea de ese Emilio Romero, cuyo solo genio,
si dejado llegar á la madurez, ha-
vasto movimiento, me limitaré á
apuntar los que lo impulsan en bría bastado á hacer la gloria de su
cada localidad. generación. Sebastián Alfredo Ro-
bles, poeta pensador que logró col-
La antigua Provincia de Caracas
(a) presenta inmediatamente á los gar de merecidos laureles su mo-
dos Méndez Mendoza, Eugenio y desto taller de artesano; Francisco
Juan de Dios, los dos Key, San- Hurtado Ayala, tierno y delicado,
tiago y Fernando, los dos Muñoz, como un huésped de breves mo-
Gabriel é Isaías, los dos Beltrán mentos que se despide de nuestro
Diez, Eduardo y Paulo Emilio, y cariño, y esquiva nuestros aplau-
á Simón Soublette, Eduardo Díaz sos; Telésforo Silva Miranda, caído
Lecuna, Luis López Méndez, Pe- en el destierro con sus ilusiones de
dro Fortoul Hurtado, César Zumeta, poeta y su fe de patriota José Tri-
;
asiento en su corte, á José Gil Fortoul, José como derivación de mi gusto que ni re-
Parra Pineda, Lisandro Alvarado, Ezequiel comiendo ni defenderé por acertado é infa-
Bujanda, Antonio J. Briceño, Pedro Mon- lible. Aunque honrados y firmes mis jui-
tesinos, Ricardo Gil Garmendia, Francisco ALFREDO ESTELLER cios, jamás me esfuerzo en hacerlos acep-
Jiménez Arraiz, Rogerio Alvarado, Andrés tar. Siempre he reputado una insensatez,
A. Delgado, J. Mármol Herrera, Gelacio , comparable á la de Jerjes haciendo azotar
Rivero, H. Luna y Lnna, Juan C. Alvarado y Santiago Pé las olas, el empeño de establecer entre nosotros la unifor-
rez Gil. midad de cualquiera opinión. Sin dejarnos poseer de un, des-
Trujillo y Mérida, pueblos] modestísimos, aunque honda- interesado altruismo, y por lo contrario celosamente egoístas
mente poseídos de la reconcentración á que lo; reducen sus de una soberanía que nos esmeramos en mezclar á todos los
montañas casi sin prensa que asuntos, podemos llegar hasta
y
los haga conocer, dejan sin em- acordarnos generalmente en
bargo llegar á mi noticia á G. que X es un buen poeta, pero
Picón Febres, Samuel D. Mal- seguiremos discutiendo por los
donado y Horacio Castro. siglos de los siglos, sobre si me-
Barinas, que después de la rece figurar ó nó en la lista que
guerra de los cinco años parece exalta el nombre de algún pa-
ingerida de una progresiva con- riente, coopartidario ó amigo
sunción, nos ofrece, que yo co- predilecto; comoque toda nues-
nozca, apenas á Cristóbal E. tra energía la ciframos en sos-
Rivera y L. Matías López, jó- tener opiniones baladíes y sin
venes estudiosos que se han objeto en el fondo, poseídos
ensayado con éxito. al parecer del furor inexorable
Cumaná, cuyas desgracias la de los peros.
habían aletargado, despierta y Y aquí pongo punto, sin pro-
se anima confiada en las risue- fanar ni por un momento el
ñas promesas que la hacen á nombre venerando de las quin-
una, Andrés A. Mata, Jo.sé ce ó veinte poetisas de que se
María Díaz R., Pedro Antonio envanece nuestro Parnaso.
Lara, Carlos M. Lares, Alejan- Presentarlas en una simple
dro Villanueva, José María lista no sería digno de éllas ni
POETISAS VENEZOLANAS
2SrOAd:i3SrA. FOE. el, C3í-ElSrBR.A.L IVEAISTUEL LAKTIDAETA ROSA-LES
Landaeta de Henríquez, escritora didáctica; Luisa Uzlarde Lu-
DE CORO
go, escritora.
Juana Zárraga y Heredia de Pilón, poetisa y escritora
DE CARACAS
notable (|ue esidió en Esj:)aña; Polita de Lima, escritora y poe-
l
tisa; Guadalu{)e Fortique, poetisa; Luisa Garcés, poetisa; Sor María Josefa de los Angeles; Lina López, novelista,
María Cli. Navarrete, poetisa V^irginia Gil, escritora Carmen
; ; Trinidad Fausta Ramos, poetisa; Isabel Freire, poetisa Ave- ;
a
TEATRO NACIONAL
FOE/ ETJOEITIO MEITUEZ TT MEITIDOZ-A.
K I
se han hecho hasta ahora,
uchos y laudables esfuerzos
aisladamente, por desgracia, para que reviva y rae-
dre entre nosotros el movimiento literario que tanto
se desea, y sin el cual expuestos estamos á que nos crea men-
guados el mundo intelectual, tanto más, cuanto que alguna
es
Mundo
opimo:
son
pequeña, de
del vagón.
á nosotros,
libros que de la península pasan al Nuevo
los
obras traducidas, en su mayor parte, y, en no
esa literatura liviana que llena las horas muertas
Debiéramos esforzarnos más porque, respecto
dejase de tener en esto influencia el abolengo.
En hondo desaliento nos harían caer las consideraciones
condición de nuestra raza, nuestra historia y la influencia
de la región hermosa en que habitamos, no son sino muy con que hemos empezado este escrito, si de otro lado no
propicias al buen éxito de toda labor á que se apliquen las viésemos cómo de día en día se determina, risueña prome-
fuerzas del espíritu. sa de hermoso porvenir, la tendencia al comercio intelec-
Al advenimiento de cada nueva generación sigue un co- tual entre los pueblos hispano-americanos.
nato de actividad intelectual que, sometida al parecer á ley Nunca más oportuna la aparición de este libro. Si
del hado, se hace á poco insostenible, y cesa, dejando apenas cada uno de los pueblos hermanos nuestros hiciese otro tanto
algunas piedras más al edificio en lenta y penosa construc- y en cada uno se pusiesen á logro los esfuerzos de los de-
ción de nuestra literatura nacional. No se nos esconde la más en el cultivo de las letras, se anticiparía el adveni-
causa, si no única, primaria de tan lamentable efecto. ¿No miento de la gran nacionalidad literaria latino-americana, y
nos la descubre lo que sucede en nuestra madre patria? con él la edad de gloria para el mundo de Colón.
El movimiento científico en España, aparte el de las cien- Por lo que toca á nuestra patria, la aparición de este
cias especulativas, no tiene en el de Europa el puesto honorí- libro es, sobre oportuna, necesaria. Causas particulares de
fico que de fijo tendría si hubiese razón bastante para ello; todos conocidas opónense al desenvolvimiento y primacía
y por lo que hace al literario actual, el fruto de éste no de las letras, tenidas, no sólo en menos que cuanto al in-
XXVI TEATRO NACIONAL
teres personal atañe, sinocomo opuestas al medro de educación cada cual entre los suyos; con mayor
artística,
los bienes materiales ;
como si no fuese uno de los fi- razón, si se atiende áque el drama, en cuanto á su objeto,
nes que con ellos se alcanzan, el vagar que dé ocasión al habrá de ser local entanto que razas, lenguas, religiones y
esparcimiento del espíritu, y que es peculiar de las letras costumbres sean diversas en el mundo.
y bellas artes. No nos explicamos, así, de manera decorosa Bien penetrada de estas razones, la Asociación Nacional
para la mayoría de los que entre nosotros se dan al ejer- de Literatura, Ciencias y Bellas Artes, ha querido destinar
cicio de profesiones lucrativas, el desprecio que demuestran en este libro, con separación de otras materias, algunas lí-
por las letras, ni la manifiesta repugnacia á qi:e tome in- neas al Teatro Nacional, bien que convencida de que aún
cremento y se propague cosa de incuestionable excelsiti:d, se halla éste en gestación, y de que sólo merced á general y
que, por orgullo nacional cuando menos, fomenta todo pueblo decidido empeño será de lograrse la viabilidad de nuestra
que aspira á que se le distinga como culto. literatura dramática empeño que ha de aplicarse, así á cap-
;
No queremos anotar más causas: harto dolorosa nos tar para el drama el gusto del público, como á fomentar el
ha sido ya la exposición de esta verdad, y nos acobarda arte escénico, para que de ello se derive el estímulo que han
el considerar otras de igual linaje. Basta eon lo dicho para menester en nuestra patria los autores.
que se comprenda la necesidad que había de una publicación No ha sido, entiéndase bien, el objeto de la Asocia-
como ésta, cual, con honra señalada para nosotros, se
á la ción, honrarnos con el encargo de dedicar algunas pa-
al
nos ha invitado á contribuir. Este libro, al mostrar el nú- labras á lo que, valiéndonos del lenguaje metafísico, lla-
mero de venezolanos cultivadores de las letras y lo alcanzado maremos nuestro teatro en potencia, el hacer de ello ma-
por ellos, hará que se otorguen el respeto y apoyo que teria de formal estudio, como el que con tanta ilustración
reclama el asunto á que tantos miembros útiles y dignos y acierto ha hecho de nuestra poesía lírica el diserto es-
de la sociedad vienen consagrando laudables y valiosisimos critor á quien le fue cometida la realización de tan nota-
esfuerzos. Descúbrase de hoy más el mercantilismo ante ble empresa sino evitar que pasen en silencio en este
;
las nobles labores del espíritu. libro los esfuerzos de aquellos de nuestros compatriotas que
* se han ensayado en la literatura dramática, á mayor abun-
La dramática es la parte de la literatura venezolana damiento cuando no es otro el móvil de esta obra que le-
que ha sentido más los efectos de las causas que dejamos vantar con ella un monumento en obsequio del esfuerzo
anotadas y los de algunas cuya exposición diferimos para otra intelectual de los venezolanos, con lo cual se dá al mundo,
al propio tiempo, una muestra de lo hecho en ciencias, le-
parte de este escrito.
Bien es verdad que, hasta ahora, no parece ser el dra- tras y artes, en la corta vida independiente del pueblo que
ma fruto que nazca con lozanía del ingenio americano. No supo heroicamente libertarse y libertar á sus hermanos.
hallamos qué nombre de autor dramático, hijo de la Amé- Merecen que en este libro se les dedique un recuerdo es-
rica española, pueda ponerse al lado del de ninguno de los ])ecial los autores dramáticos venezolanos. Culpa no es
poetas líricos que, bebiendo la inspiración de esta “natura- de ellos el qne á la hora presente se lleven á la escena úni-
leza colosal sobre la cual levantó Dios su trono de regalo camente obras extranjeras otra cosa no puede suceder
;
y pasatiempo,” emulan en los acordes de la lira los de desde que la escena sólo es ocupada, esto mismo de tarde
aquella que á Campoamor y Niiñez de Arce legaron festonea- en tarde, por empresas de fuera, que, atentas mayormente
da, Rioja, los Argensolas, Garcilaso. á la ganancia, repulsan todo lo que no sea atraer al pú-
No quiere esto decir que sea la América latina tierra blico con la ejecución de las más sonadas obras de los mo-
no propicia á la germinación de la literatura dramática, si- dernos repertorios francés y español; sin que sea parte á
no que no han llegado aún los pueblos que aquende el temperar lo riguroso de este aserto, el que una que otra vez,
Atlántico hablan la lengua de Castilla, al estado de cultura por vía de exploración, ó por motivo de carácter meramen-
artística que tiene su florecimiento en el teatro. Ni debe te personal, se represente alguna obra dramática de autor
ser esto parte á que se den á esperar el arribo á tal estado, venezolano.
que no está próximo, los que cou dotes para cultivar fruc- Cabe aquí denunciar, de modo permanente, el reclamo-
tuosamente el arte dramático están llamados á activar la de la atención que ha menester el Teatro Nacional. A
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXVII
menudo y con laudable ahinco, ocúpase la prensa en este asun- en su principio medio de escarnecimiento con que se hiere
to; pero su voz apenas si dura lo que la hoja del papel pe- á Feríeles mismo, y se hace nada menos que á Sócrates
riódico, que, ya leída, satisfecho el interés momentáneo que objeto de irrisión. Débese á que era forzoso reprimir ta-
la hace apetecible, cae de ordinario en el cesto de pape- les abusos, la generalización del objeto de la comedia; y to-
les inservibles, sin dejar en el espíritu huella de otra cosa ca al gran Menandro la gloria de dejar á las nuevas edades
que no sea el asunto de sensación^ la cuestión del día, la el modelo.
última noticia. El libro, que es perdurable, es el medio ¿Qué más? El modelo salió tal en la tragedia del si-
más adecuado á la indicación de ciertos males y á la per- glo de Feríeles, y en la comedía de las manos de Menandro;
manente demanda de remedios para ellos. Volveremos más y ora abrillantado en poder de imitadores felices, ora re-
adelante á este y otros puntos ya indicados, por la impor- bajado, glorificado ó combatido, inquebrantable en sus
tancia que les atribuimos para el porvenir de las letras en reglas viene pasando de pueblo á pueblo y de siglo en siglo
Venezuela. hasta llegar á la noche larga y triste de la Edad Media.
Insistimos en poner en claro que no vamos á ocuparnos Busquémosle después del Renacimiento donde por el hilo
en el examen crítico del Teatro Nacional. Obra sería esta de los sucesos se relaciona con los antecedentes de nues-
de mucho tiempo, prolijo estudio, asidua labor y exten- tra historia literaria: en España. Allí le encontraremos
sión no corta, y de la cual no se obtendría' en definitiva revivido en manos de los eruditos, vanamente empeñados en
otro resultado que la averiguación de qué obras dramáticas hacer que prevalezca el gusto de los antiguos en el pue-
han sido escritas conforme á las reglas del arte y cuáles blo. Entonces aparece el Fénix de los Ingenios, el por-
no. Esto no favorecería nuestro intento, encaminado en tentoso Lope de Vega, padre del teatro español, iniciador
primer lugar á apreciar en qué estado de la evolución que de la obra que á grande altura llevan Tellez, Rojas, Mo-
se viene efectuando en el arte dramático, le han halla- reto, Alarcón y por sobre todos el insigne Don Fedro Cal-
do las letras venezolanas al nacer; á discurrir sobre el de- derón de la Barca, el astro rey de los que poblaron el cielo
rrotero que seguirá esa evolución para llegar al perfec- dramático de España en el siglo XVII. Este es para el
cionamiento del arte, dependiente de la cabal corres- teatro moderno, lo que para el griego el siglo de Feríeles:
pondencia entre los medios y el objeto; y á examinar, por ábrenle, después de cerrar gloriosamante el XVI, Shakes-
último, los elementos con que para cooperar á la obra cuenta peare y Lope: “dos ingenios á igual altura, sólo que uno
Venezuela, el medio en que tales elementos habrán de “es el poder que sufre y obra, el otro el poder que goza
desenvolverse y la forma más conveniente á la aplicación “y abusa” ( 2 ). Rústranle en el teatro francés Corneille,
de ellos, para que no resulte, como hasta ahora, estéril el Racine y Moliere; y en el español los ingenios ya nom-
esfuerzo. brados y el ilustre Calderón que deja creado el drama mo-
No nos dispensa el logro de nuestro objeto de comen- derno y en sus obras un tesoro para España y para el
zar por una ojeada á la historia del teatro, para seguirlo mundo.
en la evolución desde su cuna, la epopeya y la sátira, hasta Fero este esplendor decae; la evolución se paraliza; se
su e.stado actual. Quizás después de haberlo hecho quede- hacen nuevos esfuerzos para volver á lo antiguo, las glo-
mos enterados de algo que mucho nos importa saber an- rias del teatro español del siglo XVII se esclipsan para
tes de que apartemos la vista de lo presente para dirigirla no revivir sino en el siglo XIX. Al fin se hace justicia
á lo porvenir, como que toca á él hacer del arte dramá- á Lope de Vega y sus discípulos, y recobra sus legítimas
tico fuente de muchos bienes para el hombre. glorias Calderón.
* El cetro de la tragedia pasa á manos del drama mo-
Aceptemos opinión de los críticos que se remontan
la derno; el romanticismo ocupa el trono del clasicismo; el
hasta Homero para hallar en él el origen de la tragedia teatro se transforma.
y la comedia griegas, que nacen, la una de la 1 liada y la El período de gestación del teatro empieza con Homero;
Odisea^ la otra del Margites. Ea epopeya y el poema sa- el de formación dura de Tespis á Esquilo y Aristófanes, y de
tírico, aquélla antes que éste, pasan del relato á la acción, éstos á Menandro; el de imitación, interrumpido por la Edad
y surgen, primero la tragedia y más tarde la comedia. Media, puede decirse que dura hasta el siglo XVII; la
El arte escénico (i) de origen tan antiguo como el hom- batalla de la última y más importante transformación em-
bre, porque tan antigua como él es su aptitud para repro- pieza entonces: ¿concluirá en el siglo XX?
ducir con la mímica los efectos exteriores de causas inte- Son los dioses los primeros en huir de la escena; á luego
riores, no cobró importancia sino con el hecho de haber huyen los héroes, reemplázanlos las pasiones, y reinan en el
encarnado en él el arte drámatico. Las fiestas de Baco hu- teatro hasta que entran á disputarles el reinado los sen-
bieran pasado á la historia como todas las religiosas de los timientos. Tales transformaciones, tan apreciables en el
pueblos paganos, con el mero carácter de costumbres, si en paso de la epopeya á la tragedia religiosa, de ésta á la
ellas no hubiera Tespis abierto el camino á Esquilo. No na- tragedia humana y de ésta al drama, no pueden tenerse
ció, pues, del escénico el arte dramático: antes es elevado por efectos caprichosos, no ha de considerárselas arbitra-
aquél por éste cuando Tespis interrumpe el himno sagrado rias. El teatro, de cuya esencia es el reflejar el estado so-
para que con él alterne el monólogo dramático, inspirado por la cial, tiene que modificarse con cada cambio de la sociedad.
epopeya. Así dan los tiempos heroicos la epopeya; el tránsito de
Esquilo, cuyas obras llama él mismo restos del gran ellos á los de la filosofía da la tragedia; el sentimentalismo
festín de Homero, es padre del teatro. Crea la escena, tal moderno da el drama. La intervención del genio ha con-
como hoy existe, decorándola y poblándola de personajes sistido y consistirá siempre en distinguir el momento en
á quienes viste y dá expresión, es decir, ensancha el me- que el estado social exige un cambio en el teatro y satis-
dio donde ha de vivir la acción dramática la vida del diá- facer tal exigencia.
logo, creación suya también. Sófocles, contemporáneo suyo Enestado de transformación han hallado el arte dra-
y continuador de su obra, empieza á humanizar el teatro; mático las letras venezolanas; vengamos á ellas para con-
y Eurípides alcanza tanto que hace retroceder los dioses al siderar lo que han alcanzado y cómo podrán cooperar más
fondo de la escena para que ocupe el primer término el eficazmente á la obra que parece tocar ya á su término.
hombre en lucha ya con sus pasiones. *
La comedia, de la que es Aristófanes en Grecia, si no el
creador, el padre histórico, diferénciase entonces de la tra- La
situación de Venezuela bajo el régimen colonial de
gedia esencialmente. Aquélla ensalza á los dioses y á los España, antes que propicia era de todo en todo contra-
héroes, en tanto que ésta, en forma de sátira personal, sólo es ria á la propagación de las luces; cuánto más al florecimien-
to de las letras, que sólo se efectúa después de alcanzado
(i) En el curso de este escrito designaremos siempre con los nombres
por los pueblos cierto grado de cultura intelectual, al que
de arte dramático y arte escénico, respectivamente, al de la producción
de la obra y al de la representación. (2) Cecilio Acosta.
XXVIII TEATRO NACIONAL
España, por sistema, no dejaba llegasen sus colonias. Fun- jación de un pasaporte; —
negándole la libertad de industria,
daba así, en práctica que ha sido y será siempre reprobada, la so pretexto de monopolio oficial ó por cualquier motivo;
conservación de sus po.sesiones en en el vasto territorio de la negándole la libertad de petición, so pena de graves con-
América. No conviene qne se ihistre á los americanos^ decía —
secuencias si se hace infractor; negándole finalmente la
en real cédula el monarca Carlos IV y el pacificador Mo-
;
libertad religiosa, porque sólo es permitido al colono ser
rillo no encontró después mejor medio de pacificación que católico, apostólico, romano, cualesquiera que sus creen-
cortar la cabeza á los americanos que supiesen leer y es- cias sean.’’
cribir. El, para nosotros, tristemente célebre conde de Car- “Demás de esto, no garantiza la metrópoli al colono
tagena, llegó á dirigir á su teniente coronel Ceruti estas la inviolabilidad de la vida, puesto que tolera que se le
palabras: “ Haga usted en ésa “ someta á tribunales desafo-
“ rados
“ (Guayana) que yo he hecho
lo y extraordinarios y aun
“ en Nueva Granada: cortar la “se le ejecute sin fórmula de
“ cabeza á todo el que sepa leer “juicio; —
no le garantiza la
“ escribir, así se logrará la “ propiedad, porque tolera el
y y ”
“ pacificación de América. “ despojo ó los embargos arbi-
No traemos aquí estos amar- ••
trarios, sin la posibilidad de
gos recuerdos por odio á Espa- “un juicio contencioso; no —
ña; no lo abriga nuestro cora- “ le garantiza el secreto de la
zón, bien que nuestro árbol ge- “ correspondencia, porque ésta
nealógico no sea sino larga lista “ es violada cada vez qúe la
de víctimas de la crueldad espa- —
“ autoridad lo dispone; ni le
ñola. Guardamos e.se timbre de “ garantiza la tranquilidad del
familia en el hogar, y cedemos “ hogar, porque éste puede ser
la palabra para que trace el cua- “ allanado sin fórmula alguna
dro del régimen colonial de Es- “ bajo el pretexto del orden
paña, á uno de nuestros galanos —
“ público; ni le garantiza la
escritores que tiene dadas á la “ seguridad individual, porque
madre patria no pocas pruebas “ el colono por idéntico pretex-
de amistad. “ to puede ser arrestado, preso-
‘
Preciso es confesar que de
‘ “ ó desterrado, á cualquiera ho-
“ todas las naciones europeas “ ra del día ó de la noche, sin
“ que tienen colonias en el Nue- “ apelación alguna.’’
“ vo Mundo, es España la úni-
‘
ca que ha perseverado, cosa al
‘ “ En tal estado de cosas,
“parecer increíble, en el siste- los colonos que han descollado
“ ma de gobierno que estable- en las ciencias ó en la lite-
“ ció desde un principio, que ya ratura, ora por haberse educa-
“ le dió por resultado la pérdida do fuera, ó por haberse forma-
“ de todas las que tenía en el do á esfuerzos propios, procu-
“ continente Americano y que rándose libros á hurtadillas,
‘
le hará perder irremisiblemen-
‘ son los que corren el mayor pe-
“ te, si de sistema no cambia, ligro, pues la autoridad los mi-
“ las que posee aún en las An- MANUEL A. MARIN, HIJO ra con recelo, y á poco andar,
“ tillas. Entonces, como aho- “ para no ser víctimas de la Dic-
“ ra, ha consistido su sistema de “ tadura, vense obligados á emi-
“ gobierno en considerar á sus colonos indignos de disfrutar “ grar á España ó á extranieras tierras, ó á^prostituir el ca-
“ de las regalías y privilegios que tan ampliamente concede “ rácter, poniéndose al servicio de la tiranía, en cambio de
“ á sus naturales, y en creer que las colonias .son simples lu- “ una salvación momentánea, pues de poco vale ese aisla-
“ gares de granjeria qxie la Providencia le ha dado para llenar “ miento y el desamparo si hasta ellos alcanzan la persecu-
“ sus necesidades. Su sistema se reduce en consecuencia á “ ción y la muerte.’’
“ gobernar la colonia por medio de un Virrey ó Capitán Gene- “ Esta era la situación gráfica de la colonia venezolana
“ ral, que es simplemeute un Dictador ab.soluto é irresponsa- “ en i8io.’’ (3)
“ ble, investido por tanto de facultades discrecionales é ilimi- El primer cuarto de este siglo es para Venezuela de lucha
—
“ tadas; á mantener en ella un ejército puramente español, y de desgracias; las manos fueron todas para
las armas, los
“ cuyo sostenimiento debe salir de las arcas de la colonia; — entendimientos para la generosa idea, los corazones para
“ enviar de España todos los empleados que necesita la co- holocausto por la patria. Honra será siempre^ de ésta el
“ lonia en el orden político, civil, militar, judicial haber presentado los primeros brotes del florecimiento litera-
y ecle-
“ siástico, dispensando simplemente á los nativos el honor rio, apenas trascurrida una década de vida independiente.
“ de desempeñar destinos secundarios, cuando los exiguos La llegada de la primera imprenta á nuestras playas
“ sueldos no permiten que vaya de España el propietario; casi coincide con los albores de la lucha; y apenas^ termina-
“á gravar al colono con contribuciones exorbitantes é ini- da ésta, el periodismo cobra pronta actividad, contribuye des-
“ cuas, no para qvie se cubra el presupuesto ordinario de la de 1830 á hacer trascendentales los estudios literarios, y seis
“ colonia, sino para que se cubran también grandes expen- años después aparece la primera revista de este género funda-
“ sas de la metrópoli, ó quede en las arcas, al finalizar el da por el célebre humanista José Luis Ramos.
“ ejercicio de cada año, un sobrante que pueda ser traspor- No es sino hácia el comienzo de la segunda mitad del
—
“ tado á la madre patria; á restringir la enseñanza pública siglo, cuando el advenimiento de los partidos políticos abre
—
“ por todos los medios imaginables; á negar al colono el el largo
y crueñto período de nuestras discordias
intestinas
“ goce de la libertad en sus múltiples formas de pensamiento que surge en hora para ella infausta la literatura dramática, al
“ y de acción, prohibiéndole el uso de la prensa sin previa estímulo quizás de la reciente construcción del primer teatro
“censura ó sin previa advertencia de lo que le será lícito que á las obras de nuestros ingenios podía ofrecer digno hos-
—
“decir; negándole la libertad de reunión y de asociación, pedaje.
“ sin permiso expreso de la autoridad, permiso que se re-
El drama romántico francés había pasado los Pirineos
—
“ quiere hasta para las reuniones más inocentes; negándole
“ la libertad de tránsito para salir de la colonia, ó de un y
sentado sus reales, bien que modificado, en la escena espa-
“ pueblo á otro, de un caserío á otro, sin someterlo á la ve- (3) Don José María de Rojas.
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXIX
jeron ensayos dramáticos en el género surgido del movi- ma que fue representado y aplaudido en 1879 ; y de Elias
miento literario francés de 1830. De ellos merecen especial Calixto Pompa, La dama de la careta, puesta en escena
mención, por el éxito que obtuvieron al ponerse en escena en la misma época con buen éxito notorio.
en Caracas por los años de 1850 á 1860, los dramas de Hera- A á las letras por la muerte los
deshora arrebatados
clio Martín de la Guardia, nuestro fecundo y renombrado
hermanos aquéllos que según Eloy Escobar es-
Esteller,
poeta, cuya inspiración se vigoriza en el ocaso de la vida, taban destinados á ser los Argensolas de nuestro parnaso,
probando así con cuanta razón dijo Cer- sólo dejaron un drama. La ley social,
vantes que “no se escribe con las ca- que el público conoce por haber sido
“ ñas sino con el entendimiento, el cual representado.
“ suele mejorarse con los años.” No hemos vuelto á ver en la esce-
De modo honroso para las letras na ninguna pieza de Bolet Peraza, des-
patrias, aparecieron ellas abriendo el pués de Luchas del Hogar, representa-
repertorio dramático venezolano con Cos- da en 1879, ni sabemos si ha continua-
me de Medicis^ Don Fadrique.^ Gran do cultivando el género para el cual
Maestre de Santiago., Parisina., Don revelaba felices aptitudes aquel donoso
Pedro de Portugal y Güelfos y Gibe- ingenio.
linos.,obras de Guardia. De Alfredo Rey se ha representado,
Uno de los poetas que por aquel Un crimmal inoce^ite de Julio Guada-
tiempo se dieron á conocer y á quien la lajara, El hijo del ajusticiado. El toque
musa elegiaca inspiró composiciones de de Ave María y La carta de tina 77iuer-
innegable mérito, Eloy Escobar, escribió ta y de Agustín García Pompa, recien-
á Nicolás de Rieiizi., drama en cuatro temente, Leonor ó El calvario de la
actos del mismo género de los citados. honra.
Pasado el furor del drama román- Es de justicia y de este instante
enviar nuestro aplauso y voz de aliento,
tico y hallado congruente para el gusto
de la época el drama moderno propia- por humilde que ésta sea, al poeta zu-
mente dicho, aquél en que se refleja la liano Manuel A. Marín, hijo, autor de
sociedad actual, los literatos venezola- varias obras dramáticas, calurosamente
nos no se han qiiedado rezagados en aplaudidas por el público, ante el cual se
el movimiento y la escena ha recibi- han repre.sentado en el Teatro Baralt de
do obras de este género de Heraclio Maracaibo, y muy favorablemente juz-
Martín de la Guardia, Aníbal Dominici, gadas por la prensa. Marín toma sus
F. Soublette, José María Manrique, E. argumentos de la vida actual, los expo-
Blanco, Elias Calixto Pompa, Manuel A. ne con conciencia y sitúa la escena en la
Marín, hijo, los hermanos Esteller, Nica- sociedad á que pertenece. No otra cosa
nor Bolet Peraza, Alfredo Rey, Julio Guadalajara, Agustín corresponde al autor dramático en la fundación del Teatro
García Pompa, y otros que no mencionamos ahora por que Nacional. Das obras de Marín, todas ellas representadas,
no tenemos certeza de que sus obras se hayan representado han sido reunidas en un volumen, que tenemos á la vista y
en la República. en el cual se encuentran: En el borde del abisjno (laureada),
José María Manrique, dotado de muy felices condiciones La copa de acíbar. El deber cimiplido. La espada de dos floSy
para ejercitarse en el género literario que nos ocupa, ha y Dios tarda pero no olvida.
publicado cuatro obras y varios entretenimientos dramáti- Cabe recordar aquí al poeta guaireño Juan J. Breca,
cos, cuyo elogio queda hecho al decir que su autor sería autor de varios dramas, uno de ellos representado por la cele-
una de las mejores columnas del Teatro Nacional, el día brada artista Adela Robreño, titulado: El amor de un libei'-
en que éste llegase á ser viable. El Divorcio., Un proble- tino. Ha compuesto también, El poder de un relicario y Un
ma social.. Los dos diamantes.. El Filántropo y una colec- artículo del código.
ción de eomedias infantiles, monólogos y juguetes cómicos, El género histórico y patriótico no ha dejado, como es
son las obras á que nos hemos referido. natural, de tener cultivadores en Venezuela de Pedro Aris- :
Vivacidad de ingenio, cultivado gusto y encariñamiento del celentes monólogos Virginia Gil de Hermoso y Bolita de
autor con Bretón de los Herreros, muestran las obras de Ma- Lima, hijas de Coro.
nuel María Fernández, en quien si para agotar la sal no han
sido poderosos los achaques ni las penas, sí lo han sido para El teatro, nadie podrá negarlo, está hoy en los pueblos
enervar la vena dramática y detener el vuelo de nn ingenio cuya literatura adoptamos por modelo de la nuestra, abocado
llamado á cosechar inmarcesibles lauros en el teatro. No al término de una transformación que habrá de quedar, sin
sabemos si han llegado á verse en escena todas las obras de di:da, en el siglo XX consumada.
Fernández, sólo sabemos que inéditas como están en su ma- Zola, cuya autoridad aceptamos en lo que concierne á
yor parte, sin que él mismo sepa cuál sea el paradero de sus la necesidad de suprimir el conveneionalismo en la escena,
originales, todo el mundo las celebra, las nombra ha declarado que ésta se halla desierta en Francia, á no ser
y apenas
que se acepten como capaces de poblarla, muñecos de cartón
(5). Es de este lugar que corre acerca de las obras de
rectificar el error
Domingo Santos Ramos. es original de Ramos, v El honor y
z'rtc/a
ó figuras de trapo rellenas de salvado; y cuenta que Francia
el dinero, arreglo de una obra de Ponsard al teatro venezolano.' está más avanzada en el verismo de los medios artísticos que
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXXI
morales necesarias á nuestro mejoramiento social, empleando proventos y el gobierno de la República conquistó prez que
para ello, en lo posible, como medio, lo que es verdad mate- sus hombres podrán ostentar siempre con orgullo.
rial entre nosotros. Esto requiere atenta observación del La agitación política en que vivimos y que tanta san-
medio social. El drama en Venezuela ha de ser esencial- gre y tantas lágrimas ha hecho verter sobre un suelo cu-
mente venezolano. ¿A qué llevar al teatro aquí lo exótico? yo riego no debiera ser otro que el sudor del hombre la-
¿A qué hablarle al pueblo de lo que no conoce ni le im- borioso, mantiene desde hace medio siglo, precisamente
porta ? ¿ Mejorará nuestras costumbres, corregirá nuestros desde los albores de nuestra literatura dramática, un estado de
vicios, levantará nuestros sentimientos lo que en nada á constante inquietud en los ánimos, opuesto al de serenidad
inspiración
ellos se refiere ? y satisfacción que es ambiente necesario de la
* artística y efluvio de la paz, portadora de alegría a los
corazones y de abundancia á los hogares. Es de esperar-
Bien que muy someramente, por requerirlo así tanto
se que la República, duramente trabajada por discordias
el carácter de ligero estudio que desde un principio nos
estériles, convaleciente después de cruelísimos dolores, alec-
propusimos dar á este trabajo, como el corto tiempo de que
cionada en medio siglo de experiencia, vuelva sobre sus
hemos podido disponer para llevarlo á cabo, hemos observado pasos, convencida de que no es la farmacia de la política,
en la historia del arte dramático, seguida en lo que sólo
ni la cirujía de las guerras intestinas, sino el aire puro de
concernía á nuestro propósito, las principales transforma-
la concordia y de la paz, lo que para su regeneración ha
ciones esenciales de aquel arte hasta llegar al estado en
menester el organismo social.
que se hallaba cuando ofrendóle sus primicias nuestra li-
teratura nacional. Harto compendiosos fuimos al narrar la Enero de 1895.
ESTUDIO SINTÉTICO
ACERCA DE LOS ORADORES SEGLARES DE VENEZUELA
ilustrar los pueblos por medio de la palabra escrita ó hablada. opone á la causa de 'nuestra Independencia, á la naturaleza vence-
Bien quisiéramos ámpliamente extendernos en todo cuan- remos : ó como cuando dijo españoles y canarios, contad con la
:
to á esta “Zovm 9'7/e el sol enamorado circunscribe," se refiere; nmerte aun siendo indiferentes : americanos, contad con la vida aun
empero hemos de conformarnos, en el presente escrito, coii el cuand,o seáis culpables porque esas frases, que al parecer arran-
modesto trabajo que, respecto de Venezuela, nuestra patria, can del consejo del odio y la venganza, fueron, por el contrario,
señaló á nuestra bienintencionada voluntad, la Junta Directi- la encarnación de la justicia revolucionaria que necesitaba en-
va de la Asociación Venezolana de Ciencias, Literatura y Be-
‘‘
frenar la crueldad con que, ora en el cadalso, ya en la tortura,
llas Artes,” es á saber: Los oradores seglares de Venezuela. unas veces en la gemonía, y otras en los trabajos forzados, se
Desde luego, hemos de reconocer, con cabal franqueza, que mataba, castigaba y anicjuilaba á los héroes que, en tierra ame-
trabajos de este linaje han menester tiempo, estudio, examen :
ricana, levantaban en alto el pabellón del derecho del hombre
vagar de es])íi'itu, y menos rudo afán de Icí lucha por la vida-, á ser libre, y pedían justicia para todos.
si bien no nos ha sido dado declinar el honor asignado
y ello, ;
Ese como rayo devastador de la guerra, que cayó sobre las
por deberá la Patria, á la Justicia y á la Amistad. huestes his])anas, dejó de aniquilarlas y trocóse en iris de per-
Nos ocuparemos, por tanto, únicamente, del tema á noso- dón y de clemencia, desde el punto en que el orgulloso conten-
tros cometido, aunque con suma desconfianza en el feliz éxito.
dor reconoció nuestro derecho de beligerantes y nuestro noble
IV anhelo de independencia j libertad.
Damos comenzamiento á ímproba y ardua labor, recha-
la Y para no citar más que otros dos rasgos de nuestra elo-
zando, desde luego, enérgicamente, la aseveración, de que Ve- cuencia militar, recordaremos el de la célebre orden del in-
:
nezuela sólo ha i>oseído tres ó cuatro oradores, y de que los victo Córdova, cuando el Ejército colombiano, comandado en
demás han sido ó son vulgares declamadores. jefe por el inmortal y glorioso Sucre, en la brillante batalla de
Y rechazamos tal aseveración y contra ella protestamos, Ayacucho, postrer esfuerzo del poder ibero en América, é in-
como ([uieia (jue es una [)rofanación de la verdad una falsedad ;
marcesible lauro (|ue coronó para siempre la frente de aquellos
histórica, y una mengua para la Patria, á la que, con soberana héroes recordaremos la orden de Paso de vencedores : armas á
;
:
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XXXV
/
división de su mando, éliizo
que, á la manera de poderosa
oratoria parlamentaria vene-
zolana como la honran y la
;
/
nube que el huracán no es ilustran muchos de los que
fuerte á combatir, cayera, si- hoy viven, entre ellos Lu- :
continente: La justicia de Colombia es la misma antes que des- Cristóbal Mendoza, Fermín Toro, Antonio Leocadio Guzmán,
pués de la victoria. Riera Aguinagalde, Morales Marcano y gran número de
otros, ya muertos; y tales como
VI lo son, al presente, Rafael Villa-
ORADORES PARLAMENTARIOS vicencio, Ricardo Ovidio Limar-
do, Juan Bautista Castro, Félix
Bastaría á Venezuela para Quintero, Cristóbal L. Mendoza,
ocupar primer rango en el tribu- etc.
nado del derecho y de la libertad, Si no todos ellos, la mayor
ostentarlos nombres de Juan Ger-
parte de estos oradores académi-
mán Roscio, tan brillante, tan aus- cos, por una singular prenda del
tero, tan enamorado de la justicia
patrio ingenio, hanse distingui-
y de la virtud como Vergniaud ;
do, así mismo, en el Parlamento ;
de Coto Paúl, tan elocuente y arre-
á lo que es fuerza añadir que,
batador como Dan ton, si bien con
gracias á nuestras necesidades, in-
la honradez de que carecía el te-
cipiente nacionalidad, vida social
rrible Jefe de la Montaña, y á
cuya sonora voz, como á la de éste, y política, y costumbres, menester
ha sido que, multiplicando sus fa-
el pueblo se conmovía agitado, á
cultades intelectuales, hayan obte-
la manera de las olas del mar por
nido iguales triunfos oratorios en
la tempestad azotadas; de Zea,
la tribuna académica y en la ]iar-
que habría podido rivalizar con
lamentaria probando, de eviden-
Demóstenes en elocuencia y en ;
I. RIERA AGUINAGALDE
ANTONIO LEOCADIO GÜZMAN
por tales han sido reputados por las personas doctas y el blea Constituyente de 1811 : Acta de Independencia, del 5
el
(¡ve
mundo ilustrado, no han pasado de ser unos pobres declama- de julio, del mismo año y de lamisma Asamblea: los princi-
decir, tribunos de ocasión. pios políticos y religiosos en ella establecidos la proclamación
:
dores; va á
de la República Federativa, son otros tantos monumentos de
XI gloria, de nacional orgullo, de sabiduría, de honra, de patrio-
A grandes pinceladas hemos trazado los varios géneros de tismo, que Venezuela puede ostentar en presencia del mundo,
oratoria en que han sobresalido todos aquellos ilustres ciuda- para comprobar, de un lado, la elocuencia de su tribuna, y,
danos, honra, timbre y orgullo de la República de Venezuela, del otro,que fue ella la iniciadora, la generatriz del trascen-
cuyos nombres hemos citado, sin que por ello queden excluidos dental movimiento de emancipación de la parte latino-ame-
ricana de este conti-
los que, por flaqueza de
nente.
nuestra memoria, ó por
carencia de datos, en es-
Hermoso y rico fru-
to de la insigne obra
te estudio no ai)arezcan.
acometida por aquellos
Vamos ahora á in- titanes de la libertad,
dicar, aunque en breve
son las diez y ocho Re-
forma, la escuela orato-
públicas soberanas é in-
ria á que esos diversos
dependientes, que pue-
grupos han pertenecido;
blan el dilatado territo-
los ideales que han per-
rio, que se extiende del
seguido los derechos
;
Orinoco al Seno Mejica-
que han reclamado los
y del Amazonas al
;
no,
errores que han comba-
Cabo de Hornos.
tido, y los bienes ó ma-
les que á la Patria han XII
producido el empleo de Emancipada de la
sus talentos y las doctri- España la gran Repú-
nas que han sustentado. blica de Colombia, crea-
Aquel primer gru- ción del genio de Bo-
po que aparece por los lívar,y con ella casi to-
años de 1808, 1810 y dos los otros países de la
1811, proclamando la In-
América española, so-
dependencia de la Amé- brevino la desmembra-
de Es-
rica, del coloniaje
ción de aquella y la
paña, entre los cuales constitución, por sí sola,
6
XXXVIII ORADORES SEGLARES— ESTUDIO SINTETICO
rra con que aquellos hom- buen nombre literario de Ve-
bres extraordinarios, no so- nezuela, no es la del aná-
lo exaltaron en el america- lisis de cada una y de to-
no el sentimiento de la Li- das las producciones del in-
bertad, que también em-
sí genio patrio de todos y ca-
;
dez dice á sus tenientes: los españoles que nos cercan son dos lo segundo, si bien constituirá una obra meritoria y patrió-
mil y más nosotros, mil escasos ; pero ¿ no sabéis, vosotros, que
: tica,combina y condensa, perfectamente, tiempo
el de
José Francisco Bermúdez vale por mil hombres? Y así lo pro- que podemos disponer, la oportunidad del objeto, y la re-
bó el bizarro cumanés, abriéndose paso, á punta de bayoneta, futación inmediata^ de juicios apasionados, inconsultos, par-
con su escasa hueste, por en medio del ciales, y, para decirlo de una vez, antipatrió-
enemigo que en más del doble número los ticos.
cercaba de improviso.
De allí, el que hayamos destacado, como XIII
conspicuos representantes del principio con-
servador, las figuras ilustres de Gual, Toro,
Nos ha sujerido las reflexiones que
Fortique, Espinal, Morales Marcano y otros;
en anterior capítulo dejamos consigna-
el
das, la errónea idea que algunos espíritus
y cuando decimos principio conservador, ha estrechos se han formado de nuestro es-
de entenderse, que ello se refiere á todo
tado intelectual.
cuanto comprenden las varias esferas del
pensamiento humano, así en política, como No señor: pasaron, felizmente, los tiem-
en religión, como en hacienda, como en le- pos en que pudo creerse que el talento,
gislación, como en lo social. el saber, el ingenio, las letras, las artes,
De allí, el que hayamos exhibido en la poesía, las ciencias, eran [u’ivilejio de
la primera fila de combate, á los grandes unos pocos; así como
también amor-
yace,
tribunos y elocuentes oradores del partido tajada, para siempre, la época en que ha-
liberal; Á. L. Guzmán, Rendón, Ecbean- bía señores y esclavos; porque el mundo,
día, Andueza, Banavria, Urbaneja, Lander, según la gráfica expresión de Pelletan,
Level, Ariza, Ocboa,- etc., etc., los cuales marcha; porque todos los hombres tie-
combatieron y lucharon por implantar y nen derecho á aprender, á discutir, á pro-
establecer en Venezuela, la libertad absolu- ducir; porque llegaron, al fin, las eda-
ta de la prensa; la religiosa; la abolición des que lian obligado á la humanidad
completa de la esclavitud la de la pena de
;
MARCO-ANTONIO SALUZZO á reconocer, que el Supremo Hacedor
mueite; la extinción de los conventos; de cuanto existe, dotó á los hombres,
la supresión de los privilegios el estableci-
; todos, que habitan la tierra, de alma,
miento definitivo de la República Federativa; el del po- inteligencia
y pensamiento; sin conceder á estos más que á
der municipal la independencia de los altos poderes nacio-
; aquellos, ni á aquellos más que á estos; sin ¡irivilejiar á
nales la autonomía de los Estados que componen la confede-
; ninguno; por manera que, cuantos cultivan su espíritu y su
ración venezolana; los adelantos de la ciencia económica, de inteligencia, pueden producir, y producen, obras meritorias,
y
las ciencias sociales; de la administración pública; unas, admirables, otras.
y, porUilti-
mo, todas aquellas reformas que la Democracia y los nuevos
Preguntad si Franklin, ó Foulton, ó Edison, en estos
ideales han ido realizando de uno á otro extremo" de la tierra,
tiempos ó Cervantes, ó Camoens, ó Milton, en otros, nacieron
sobre los intereses y las edades que ya fueron; sobre las [ireocu- ;
mortales.
Puesmismo acaece por acá, por estas tiei'ras que ilumi-
lo
preciado tesoro que Dios concedió al hombre. na el meridional; este sol, del cual dijo Garlos Y: que
sol
De allí, el que hayamos indicado los varios representantes' en sus dominios nunca se ponía el astro rey en sus do- ;
de las diversas escuelas literarias, que en la tribuna parlamen- minios, de aquende del Atlántico, que jamás visitó, por-
taria, en la académica, en la forense, han sostenido que él prefirió morir como monje, prior de un conven-
y defendido
sus ideas; las- unas, tendentes al clasicismo; las otras, al libre to, y no como Emperador de dos mundos triste prueba :
luego fue soberana del mundo y llevó las artes, la poesía, las
y en esta capital, el año anterior de 1893 del mismo modo
;
que todos los Congresos Legislativos, que durante setenta y letras y la elocuencia al más alto grado de esplendor, nos
cuatro años de vida so- ha trasmitido la arre-
berana é independiente batadora elocuencia de
cuenta la República de Catón, de Bruto, de Cé-
los Estados Unidos de sar, de Cicerón, que ya
publicación semejante al “ Libro de los oradores,” con que noble, y poseen una asombrosa facilidad de expresión, recoja
el señor Vizconde de Cormenin (limón), levantó monumento de en una obra nacional, edite y publique los brillantes discursos
perpetua gloria á la elocuencia de la moderna Francia. de sus oradores, en uno ú otro género, y haga conocer mejor del
Caudal con que formarlo, poseemos; y ¡ojalá! que la mundo á esta nación, tan combatida y tan mal juzgada, á las
Academia Nacional de la Historia, laboriosa y asidua como veces, por extraños y, lo que es aifii más sensible, por algunos
es, ó bien Gobierno de la República, iniciaran tan noble
el de sus propios hijos ?
empresa empresa que vendría á dar lustre y gloria á la Pa-
; Presentaría ello, además, la ventaja de dejar comprobados
tria, y á servir de modelo
y estímulo á las generaciones del pre- ante la historia universal, los esfuerzos, la heroicidad,
la cons-
sente y del porvenir. tancia, el ingenio, la elocuencia con que, en todo tiempo, los
XL ORADORESJSEGLARES— ESTUDIO SINTÉTICO
Incompleto, por fuerza, ha de ser este rápido trabajo, ya
que nos faltan tiempo y vagar para darle mayor amplitud, me-
jores formas y brillo tal, que pusiera, como de relieve, el tesoro
valiosísimo de nuestros grandes oradores.
Sobra de buena voluntad ponemos siempre en todo aquello
que contribuye á realzar el nombre de la Patria y por eso, á la ;
grandes no nos parecen tales, sino porque los demás estamos de ro-
dillas levantémonos ; ó aquella otra de Dantón, cuando excitaba
:
XVI
ción de la verdad á la justicia que se debe á los obreros todos,
:
Desde nuestra primera edad comprendimos la influencia que fueron y que son, del progreso intelectual, social y político
que sobre los ciudadanos y los pueblos ejerce la palabra habla- de Venezuela, para que, así la presente como las futuras gene-
da, cuando, inspirada por la creencia en Dios, por el amor de la
raciones, no nos hagan el cargo de habernos mostrado remisos
Patria, por la defensa de la Justicia y del Derecho, ó embelle-
ó cobardes, en la defensa del buen nombre de nuestrqs predece-
cida con los arreos de la Historia, de la Filosofía, de las Cien-
sores del de nosotros mismos, y del de la Patria, en suma pu-
; ;
cias, de la Literatura y de la Poética, se hace oir desde la sa-
diendo decir ála posteridad con el poeta latino
grada cátedra ó desde la tribuna profana.
Tuvimos la fortuna de presenciar los debates de nuestros Hic verum : hic justum
grandes oradores en Asambleas Constituyentes y Congresos le- Lie allí lo verdadero : he allí lo justo !
gislativos, y aun la de formar parte de alguno de estos así co-
;
mo la de haber oído repetidas veces á nuestros elocuentes pre- Caracas: 6 de junio de 1894.
dicadores, á nuestros ardientes tribunos populares, y, en suma,
á muchos de los que son honra del tribunado venezolano en
sus varias manifestaciones. NOMINA DE LOS ORADORES SEGLARES,
Así, de jóvenes, nos enamoramos de ese sublime don, por
FORMADA POR EL GENERAL MANUEL LANDAETA ROSALES
medio del cual el hombre trasmite al hombre las enseñanzas
de la Historia, las inspiraciones del talento y el progreso de las Cecilio Acosta, Elias Acosta, Raimundo Andueza, Rai-
Naciones; y pudimos estimar y valorar, hasta donde nuestra mundo Andueza Palacio, Vicente Amengual, Francisco Aran-
inteligencia lo ha permitido, la alta prez alcanzada por nues- da, José Victor Ariza, Pablo José Arocha, Napoleón S. Arteaga,
tros insignes oradores. Rafael Arvelo, Rafael Agostini, Fernando Arvelo, Antonio
Cumplimos, por tamo, no ya solamente el deber contraído Aranguren, Simón Bolívar, Angel Félix Barberil, Félix Esteban
con la Junta Directiva de la “ Asociación Venezolana de li- Bigotte, Gerónimo E. Blanco, Blas Bruzual, Claudio Bruzual
teratura, ciencias y bellas artes,” sí que tamliién un acto de Serra, Braulio Barrio.s, Francisco E. Bustamante, Nicanor Bo-
estricta justicia; un deseo de nuestra alma y, sobre todo, llena- let Peraza, Ensebio Baptista, Francisco Baptista, Mauricio Be-
mos el de concurrir, siquiera sea con nuestro humilde óbolo, al rrisbeitia, Jesús Blanco, José Vicente Boífil, Juan
desagravio del l)uen nombre de Venezuela, al restablecimiento Manuel Cagigal, Eduardo Calcaño, Juan Calcaño Ma-
de la verdad histórica, y al mejor conocimiento de nuestras le- thieu, Miguel Carmona, Fulgencio l\h? Carias, José Anto-
tras y de nuestra tribuna. nio Carrillo y Navas, Sebastian Casañas, Luis M‘l Castillo, Tri-
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XLI
nielad Celis Avila, Pedro José Coronado, Gonzalo Cárdenas, Manrique, Pedro Manrique, Juan Antonio Muñoz Tébar, Hila-
Pedro Bennúdez Cousin, Manuel Carrasquero, Pedro M. rión Nadal, José Ramón Núñez, José M? Núñez de Cáceres, Pe-
Pebres Cordero, Manuel Cadenas Delgado, Pascual Casanova, dro Naranjo, José Gabriel Ochoa, Fernando Olavarría, Domin-
Manuel C. Correa, Juan Francisco Castillo, Rafael Cabrera go A. Olavarría, Francisco Ochoa, Bartolomé Osorio Urdaneta,
Malo, Carlos Pérez Calvo, Pedro Pérez Calvo, Agustín Chipia, Jacinto Regino Pachano, Miguel Peña, Manuel J. Pardo,
Pedro Pablo Díaz Flores, Luis M'l Díaz, Aníbal Dominici, Enrique Pérez de Velazco, Jesús M*! Portillo, Manuel Porras,
Tomás A. Domínguez, Francisco Espejo, Manuel M*} Echean- Lucio Pulido, Tomás Ignacio Potentini, Ramón Palenzuela,
día, Simón Escobar, Eduardo Espelozín, Valentín Espinal, José de Jesús Paúl, Juan Tomás Pérez, Eloy Paredes, Ga-
Valentín Espinal, hijo, Mariano Espinal, Feli])e Estoves, briel Picón Pebres, Gonzalo Picón Pebres, Manuel A. Puli-
Alejo Fortique, Poción Pebres Cordero, Julio Pebres Cor- do y Pulido, Esteban Ponte, Arbonio Pérez, Francisco A. Paúl,
dero, Ramón F. Feo, José Antonio Fernández, Manuel Fom- Felipe Fermín Paúl, Jesús M. Paúl, Ramón Perera, Juan Pietri,
bona Palacio, José Gil Fortoul, Fancisco J. Fontainés, Nicanor Manuel Machín Quintero, Angel Quintero, Pedro Quinte-
Freites, Helímenas Pinol, Pedro Gual, José Gran, Julián García, ro, Benjamín Qüenza, Francisco Quintero, Félix Quintero,
José Hemenegildo García, José Silverio González, J uan M. Gonzá- Juan G. Rojas, Ramón Ramírez, Angel D. Ramos, Domingo
lez Varóla, Ezequiel M? González, Francisco González Guinán, Santos Ramos, Estanislao Rendón, José Rafael Revenga, Ilde-
Santiago González Guinán, Jacinto Gutiérrez, Antonio Leocadio fonso Riera Aguinagalde, José M. de los Ríos, Eugenio A. Ri-
Guzmán, Antonio Guzmán Blanco, A. M. de Guruceaga, Mateo vera, Juan Pablo Rojas Paúl, José Reyes Piñal, José M‘f Rojas,
Guerra Marcano, Miguel N. Guerrero, Arístides Garbiras, Luis Pedro José Rojas, Pedro Ezequiel Rojas, Juan G. Rojas, Teófilo
F. García Reverón, José A. Gando Bustamante, José Ensebio Rodríguez, Carlos Rangel Garbiras, José M^ Riyas, José An-
Gallegos, Eloy G. González, Heriberto Gordón, Nicolás Gil, José gel Ruiz, Francisco Antonio Rísquez, Gonzalo A. Ruiz,
M? Gil, Garlos F. Grisanti, Pedro José Hernández, Alejandro Iba- Marco-Antonio Saluzzo, Luis Sanoja, Antonio M? Soteldo,
rra, Carlos F. Irwing, Ricardo Labastida, León Lameda, Tomás Miguel J. Sanz, Rafael Seijas, Jesús M‘> Sistiaga, José Fé-
Lander, Manuel Tomás Lander, José Dolores Landaeta, Andrés lix Soto, Tomás J. Sanavria, José A. Serrano, Federico
Ensebio Level, José de la Cruz Limardo, José Ignacio Lares, Pe- Salas, Marco A. Silva Gandolphi, Juan V. Silva, Laurencio Sil-
dro Vicente López Fontainés, José de las Mercedes López, David va, Pedro Sederstrong, Miguel Tejera, Santiago Terrero Atien-
López Fonseca, Miguel Machado, José M?^ Manrique, Francisco za, Carlos Tirado, Fermín Toro, Pedro J. Tortolero, Diego L. Tro-
J. Mármol, Jesús M. Medina, Cristóbal Mendoza, Cristóbal conis, Diego B? Urbaneja, Modesto Urbaneja, Diego B*1 Urba-
L. Mendoza, Juan J. Mendoza, Juan de D. Morales, Francisco neja, hijo, Manuel Clemente Urbaneja, Alejandro Urbaneja,
Michelena y Rojas, Santos Michelena, Bartolomé Milá de la Ro- Wenceslao Urrutia, José M. Unda, José M. Unda Bárbara,
ca, Ramón Isidro Montes, José Manuel Montenegro, Manuel V. José M? Vargas, Ildefonso Vásquez, José R. Villasmil,
Montenegro, Ramón Montilla Troanes, Jesús M? Morales Mar- Rafael Villavicencio, Laureano Villanueva, Guillermo Tell Vi-
cano, Jesús Muñoz Tébar, Juan Martínez, Gregorio F. Méndez, llegas, José Gregorio Villafañe, José A. Velutini, Ramón Yepes,
Pedro Monsalve, Simón Montes, Manuel Montiel Pulgar, José de Nicomedes Zuloaga, hijo, Luis Zagarzazu.
J. Montesinos, Francisco J. Mármol, Tomás Mármol, Ejúfanio
ORADORES SAGRADOS-SOMERO ESTUDIO
IPOI^ EL LOCTOE EZ¡EQ;TJIEL (3-OZTZA.LEZ
SOMERO ESTUDIO patria maestros insignes del buen decir, después que la Liber-
tad abrió amplísimos horizontes á los anhelos del entendi-
SOBRE LA
miento y pudo el buen gusto formarse con los estudios de
IMPORTANCIA QUE LA ORATORIA SAGRADA HA TENIDO EN VENEZUELA retórica y con la lectura de los grandes escritores clásicos de
los siglos XVII y XVIII, ha resonado en todas las tribunas
con acentos vibrantes, la voz fascinadora de la elocuencia,
Imposible eludir el árduo intento que acometer me exi- sirviéndole de escenario el templo, el foro, el campamento,
ge la Junta de ilustrados compatriotas cultores de las letras, las academias y sociedades patrióticas, literarias y científicas,
que por la honra de la nacional literatura han resuelto volver, cuando no ha repercutido en las plazas públicas, electrizando
exhibiendo el rico tesoro que en todos los géneros de la elo- las multitudes con los nombres mágicos de patria, libertad,
cuencia han acumulado los ingenios venezolanos, desde la fueros sociales, soberanía, para lanzarlas inflamadas de entu-
época colonial hasta la presente. siasmo á conquistar triunfales palmas en heroicas lides.
Tal empresa ha sido encomendada á gallardos justadores, Ya en el período que antecedió á nuestra gloriosa emanci-
que á esfuerzos de su ingenio han conquistado palmas y co- pación, tuvo esta región de la tierra americana nombres que
ronas. Entre ellos se me asignó puésto á mí, simple aficio- dieron con el brillo de sus talentos, páginas de oro á nuestros
nado del buen decir, por la admiración que me inspira. Rese- fastos. Basta á demostrarlo citar los de Roscio y Sauz, ilus-
ñar la importancia que la elocuencia sagrada ha tenido en tres abogados y el de José Luis Ramos, el primero de loshuma-
;
Venezuela es el encargo que á mis humildes fuerzas se ha nistas venezolanos, que eii el “Correo del Orinoco” levantaron
confiado. Ni porla notoria incompetencia, ni por la escasez monumento inmortal, después de haber ilustrado los dos pri-
de datos, meera dable rehusarlo, tauto menos cuanto en la meros el Foro con sus triunfos oratorios y el tercero con sus
oratoria sagrada, como en la forense, en la parlamentaria, producciones literarias, enaltecedoras de la causa de la indepen-
en la académica y en la tribunicia, Venezuela ha producido dencia. Ya el insigne Bello había revelado las primeras fulgu-
ingenios, de quienes con legítimo orgullo puede envanecerse, raciones de su genio, predestinado á ceñir la corona de prín-
que con majestuoso vuelo se han remontado á las alturas, á cipe de los poetas americanos, que no había de impedirle
sorprender los misterios de la belleza y respirar las auras de conquistar la de escritor modelo, por la pureza del estilo y la
la gloria. Si en la época colonial, en que tan difícil era al- profundidad y variedad délos conocimientos ya ascendía los
:
canzar ilustración literaria y científica, por las trabas que á peldaños de la gloria el sabio Cagigal, fundador de los estu-
los vuelos del espíritu oponía el régimen imperante, tuvo mi dios de las ciencias exactas en Venezuela ya el doctor José
:
XLIV ORADORES SAGRADOS — SOMERO ESTUDIO
Antonio Montenegro, el amigo de Hnm- El orador profano es un luchador
boldt, poeta snave y orador diserto, que desciende á la arena ardiente del
había fundado escuela, en la que formó combate en que se agitan intere.ses y
discípulos como los Ilustrísimos Pontí- pasiones, disputándose con encarniza-
fices Talayera y Fortique, lumbreras miento el triunfo, sin otras armas que
de la iglesia venezolana, que habrían su dialéctica, sin otros estímulos que el
brillado con luz propia en aquellos tiem- entu.siasmo por su causa y el valor que
pos heroicos del cristianismo, en que le infunden sus convicciones la con-
:
llenaban con su gloria los ámbitos del tradicción le comunica supremas ener-
mundo católico los Gerónimos, los Ba- gías, la pasión lo enardece, las oposi-
silios, los Agustines y los Crisóstomos. ciones lo exaltan y lo fortalecen, comu-
Aun perduraba en la Iglesia de Caracas nicándole arranques de audacia domi-
la fama de los sacerdotes Lindo y nadora con que confunde y anonada á
Bello, que se renovaba en los nombres sus contrarios; y tal vez con un após-
de Maya, de Suárez Aguado, de Esca- trofo obtiene una victoria decisiva. Así
lona, de Échezuría y de Pablo Antonio triunfaron Demóstenes en Atenas, Ci-
Romero. cerón en Roma, Mirabeau, titán de la
Ycon esos nombres venerandos, que elocuencia, en Francia: así la palabra
inscritos conserva en sus fastos la igle- ardiente de O’Connell, condensó todas
sia venezolana, encontramos perpetua- las quejas y protestó contra todas las
dos otros de grata recordación el de ;
opresiones de que era víctima la Irlan-
aquel primer sacerdote que de origen da herida en su creencia, en su inde-
nativo americano ciñó la sacra mitra pendencia y en sus libertades.
de Guayana, de reciente fundación, al El orador sagrado se impone con la
final del siglo último y fue también
;
autoridad, no de su pensona sino de su
el primer metropolitano de la iglesia de Caracas, el Ilus- carácter, que le confiere la misión de enseñar. No habla
trísimo señor doctor don Francisco de Ibarra, honorable por en su nombre sino en nombre de Dios y su palabra tiene
la cuna, por el saber y por las virtudes de que estuvo adorna- prestigio sobrehumano, porque no defiende intereses terre-
do. Su elogio estaba sintetizado nales, sino intereses que tienen
en el epitafio grabado sobre el se- su centro más allá del espacio y
pulcro que en el pavimento de uno del tiempo, en la eternidad, en el
de los Monasterios de Caracas en- infinito, en el cielo, en la gloria
cerraba su lengua y sus entrañas : de Dios, que cantan los cielos y
disserta lingiia ac tenerrima vis- atiuncia con sublimes armonías el
cera ; y el de aquel otro sabio pon- Universo. Su auditorio está de
tífice, Ilustrísimo señor Mohedano, hinojos en el recogimiento, ha-
segundo Obispo de Guayana, que ciendo esfuerzos para reanimar su
dejó memorias imperecederas en fe y levantar sus esperanzas el ;
del buen decir, el señor Doctor Juan “Mis deberes como hombre y
Bautista Castro. como ciudadano están cumplidos, ha-
Y otros vendrán en pos, que no biendo ofrecido mi obediencia á la
se han agotado las fuentes del inge- ley y á las autoridades que emanan
nio en Venezuela. Ya ensaya sere- de ella, en todo lo que esta ley y
no vuelo un joven, talentoso levita, estas autoridades, no violen la ley pri-
el Doctor Borges. Nos empuja una mera del Univer.so creado; á saber:
generación, ávida de saber, que más amar, obedecer y adorar á su creador.
feliz que la nuestra, que ha vivido La Iglesia y su divino fundador, me
convulsa en las agitaciones de la at- han enseñado cuando es que esta ley
mósfera tempestuosa que la ha ro- originaria y sobrenatural es violada
deado, encuentra pasto para su inteli- y cual es la firmeza que como Obispo,
gencia en Bibliotecas y Liceos y ho- debo oponer á las maquinaciones de
rizontes abiertos en qué brillar, y en la impiedad é irreligión. Toda con-
los cuales la ciencia moderna avanza sideración, todo respeto, toda pruden-
disputadora, provocando nuevas lu- cia, que no sea sino humana, me está
chas á los dogmas evangélicos. La DOMINGO QUINTERO absolutamente prohibida y la misma
verdad católica, que infundió heroís- vida es el íuenor sacrificio que debo
mo á sus mártires, inspirará fuerza ofrecer, antes de concurrir de cual-
incontrastable á sus confesores. quier modo, ¿qué digo?, antes que
Probemos demostrar que en Oratoria Sagrada, Venezuela callar siquiera, al ver amenazadas y en peligro, la religión
ha tenido representación que la enaltece, como la ha tenido, y la iglesia.”
brillante, en los demás géneros de elocuencia. Austero en sus costumbres, afable en su trato, varón de
>!<
doctrina y de fe pura, que expuso en sus sermones y en si:s car-
* * tas pastorales y en su enseñanza, fue el Ilustrísimo señor Doc-
Tres sacerdotes de alta talla por su inteligencia y sus tor Ignacio Fernández Peña, cuarto Arzobispo de Caracas.
virtudes, tuvieron asiento en el primer Congreso constituyen- Como su predecesor, defendió hasta rendir por ellas la vida,
te de Venezuela; los Doctores Ramón Ignacio Méndez, Igna- las prerrogativas disciplinarias de la Iglesia. De él puede
cio Fernández Peña, más tarde, uno en pos del otro. Arzo- decirse como del heroico Macabeo GVa decessit^ universce
:
bispos de Caracas, y el Doctor José Vicente Unda, Obispo genti metnoriammoríii^ succ ad exemplum virtutis et fortitii-
de Mérida. Los tres po.seían vasta instrucción, los tres habían dinis dereliníjtiens.
7
L ORADORES SAGRADOS— SOMERO ESTUDIO
Una majestuosa figura emoción al auditorio, y es-
aparece, iluminando con res- to con tal naturalidad, que
plandores de astro la Iglesia no interrumpía jamás el hi-
venezolana, en los mismos lo de su narración.”
dias en que la regía como “Servíanle de comple-
Pastor, el Ilustrísimo señor mento á estas bellas cuali-
Doctor José Ce-
Méndez, el dades, la pureza y armonía
cilio Avila, de cuyos labios de su prosa.”
fluía en el pulpito, en los Presentemos algunos
Congresos, en la enseñanza rasgos del sublime orador.
universitaria y en sus escri- Así pinta los gloriosos
tos la sabiduría, en rasgos triunfos del Príncipe de los
de conmovedora elocuencia. apóstoles en Roma, en el
Su vida fue ejercicio cons- sermón que en 1832 predicó
tante de la palabra que vi- en la S. I. M. de Caracas,
vifica y de la virtud que in- en su reciente regreso de
funde admiración. Su nom- la expatriación que sufrió
bre constituye su elogio. en 1830 el episcopado vene-
Pero ninguuo entre los zolano.
oradores sagrados de Co-
‘
Pero un teatro más
‘
el orador sagrado de Colombia, era él, añade, “de cuantos ciñó á su frente aureola de confesor y mártir, el Ilustrísimo
había escuchado, quien más lo había acercado al tipo de la señor Manuel José Mosquera, exclamaba:
verdadera elocuencia.” “Una lección más, amados hermanos míos, una lección
El rasgo que de él hemos citado lo revela, como cual- más sobre la vanidad de las grandezas humanas, lo transito-
quiera otro que al acaso hubiésemos tomado de sus grandes rio de las terrenales glorias y la rapidez con que pasan las fi-
sermones de Patria; de sus pláticas morales, en que si no guras de este mundo. Ayer no más admirábamos la felici-
arrebataba con los vuelos de su imaginación, daba á sus dad del varón ilustre, cuya memoria nos ocupa tristemente en
discursos tono de naturalidad y sencillez accesibles á todas este día: ayer no más, le veíamos rodeado de todo el brillo
las inteligencias, que conmovían, enseñaban y modificaban que dan el nacimiento, la fortuna, la ciencia, las altas digni-
las costumbres, prodigando en ellas su espíritu apostólico. dades, sorprendido él mismo de su propia dicha. Y hoy ya
No tuvo tanto vuelo la elocuencia del señor Fortique, le vemos perseguido, desterrado y enfermo, rendirse al peso
su continuador en la Sede guayanesa; no obstante, era elo- de tantos infortunios y expirar por último en una tierra ex-
cuente su dicción, era afable y cultísimo su trato y conocía traña, lejos de su amada grey, sin el consuelo de dirigirle las
”
el lenguaje de los clásicos, que en sus escritos reproducía últimas palabras de su amor y darle su postrera bendición.
con galana dicción. Oigámosle cuando, fijas sus miradas an- “ Profundidades adorables de la divina sabiduría, que
i
te el túmulo que bajo la bóveda del Santuario metropoli- rige los destinos de la humanidad y donde no le es dado al
tano de Caracas, se había erigido para ofrendar obsequio fu- hombre penetrar Pero en que se descubre el designio de
!
neral á la memoria de aquel gran Arzobispo de Bogotá, que instruirnos sobre la necesaria dependencia de Dios en que
LII ORADORES SAGRADOS— SOMERO ESTUDIO
vivimos, el do- Dr. Juan Bau-
minio soberano tista Castro, cu-
que tiene en las yas dotes de ora-
criaturas, su ex- dor preexcelen-
celsa grandeza te confirman su
Numerosa es la pléyade de oradores sagrados que ha lar sus merecimientos y sus talentos oratorios y sus vir-
brillado en el cielo de la tudes eximias, en el san-
Iglesia venezolana. tuario de una modestia sin-
Cuánto sentimos no po- gular. Me refiero al canó-
der hacer de cada uno de nigo don Gregorio Seijas,
ellos específica mención; cuán- que cuantas veces ocupó la
tos nombres escapan á nues- cátedra sagrada, fue para de-
tra memoria, desde los de Uro- rramar en el estilo de los
sa y Moreno, hasta los de Ale- grandes modelos, luz en la
gría, Macario Yepes y Ral- inteligencia, consuelos en las
diris los de Barroeta y Ra- almas y confianza en las
;
PEDRO MAlíRIQUE
ONDEROSA deuda de gratitud pesa sobre nosotros por nes tenemos que hacer historia; por tanto, por más que nos
la honra que nos discierne la Junta Directiva de la tornemos sepultureros y exhumadores de oficio, alcanzaremos
'''‘Asociación Venezolana de Literatura, Ciencias y no hacer una revista, sino algo así como esos planos geográfi-
Bellas Artes" -pava hacer la reseña general de los Profeso-
,
cos que los niños llaman mapas-ciegos y en los cuales se de-
res, Institutores y Educacionistas, que desde los orígenes de terminan, sólo relativamente, por la práctica y tesonera repe-
la República, se han echado á cuestas el pesado fardo de la tición del profesor, la posición de ciudades, ríos, montañas,
enseñanza nacional. etc., etc; y tanto así lo creemos, que para no callar el nombre
Difícil, muy difícil, si no irrealizable tarea, es la que nos de ninguno y para hacer justicia merecida á todos, aquí con-
corresponde, si se tiene en cuenta la dificultad de las comuni- cluiríamos con una frase sintética, con el argumento magis-
caciones, la ausencia casi absoluta de archivos, la apatía del tral, con el golpe de gracia para vencer, dominar
y abatir á
carácter nacional, la oscuridad impuesta por la injusticia de los los ateos— no creéis en Dios, ni en su obra, ni en sus infini-
hombres y aceptada cristianamente por los humildes sacerdo- tos atributos, sabiduría, justicia, misericordia, etc., etc., mi-
tes del augusto é imprescindible ministerio de la enseñanza. rad arriba, abajo, á derecha, á izquierda, mirad en derredor !
Y sin embargo ¿ dónde, en qué época, en qué país, sea Pues bien, subid al Himalaya, más aun, elevaos hasta la
cual fuere su civilización, no se le tiene? “El nombre, ha luna, mirad hacia abajo, abarcad con una mirada todo el glo-
dicho un poeta español, es un clavo, una alca)^ata, una ar- bo, contemplad el campo cultivado, las ciudades, el mar po-
golla de la cual cuelga el que lo lleva” y todos tienen su blado, la materia en vertiginosa marcha, el alambre hablan-
—
nombre para el mundo y para la posteridad. Eos Instituto- do, la luz pintando, la industria creciendo, el hombre más
res no lo tienen ni para sus contemporáneos, ni para la his- —
hombre y contestad ¿ quién hizo todo eso? La casualidad
toria ellos no son conocidos como persona social, sino como
; — —
nó el maestro de escuela sí, él que encontró tinieblas por
una especie, por decir así, zoológica, todos con un solo nom- doquiera y sin más linterna que la cartilla, ha formado un
— —
bre maestro de escuela y algunos hay que para más de- foco de luz tan esplendoroso, tan útil para la familia humana,
primirlos, le quitan la preposición, quizás por lo que huele á como el sol, obra admirable de Dios, para la naturaleza toda.
grandeza y dicen simplemente máestro-escuela. No una revista sino un voluminoso diccionario, quisiéra-
Y es de esta especie, de estos seres innominati, de quie- mos poder hacer si allegáramos los datos, para sacar del ol-
LVI REVISTA DE AUTORES DIDACTICOS E INSTITUTORES
Rodrfo^uez [3], y en su época se refundieron ambos institu- para oficiar desde los primeros años de la República en los
tos y el “ Colegio Avila ” continuó bajo la dirección de Ma- altares, que
ellas saturaron con el exquisito y delicado
chado y el señor Emiliano Freire; Miguel Toro, Doctor perfume de sus sublimes virtudes, del Templo de Miner-
Juan P. Wohnsiedler, [Barquisimeto], Mariano Blanco, Jesús va? ¿Qué hogar tiene Caracas formado en los últimos
María Páez y Bernardo Baute, [Rio Chico], todos inteligen- cincuenta años, que no esté cubierto bajo la egida de alguno
tes, todos esforzados colaboradores de nuestra civilización, délos ángeles que ellas vivificaron con su cariño, educaron
y el Doctor Demetrio Aguerrevere, quien pudiendo gozar con su constancia é ilustraron con la sabiduría de sus máxi-
tranquilo de las dulzuras de su hogar, por amor á las letras, mas ?
por propia inclinación, cruza á diario las calles de la ciudad, Y de sus sucesoras, la señorita Antonia Esteller, heroina
para sostener mejor, para despertar en nuestra inteligente incansable, actual Directora de la primera Escuela Normal de
juventud el fervor al estudio del latín y del griego, tan mujeres, que hoy tiene la República de las señoras Dolores Gon-
:
decaído hoy entre nosotros; á Norberto José de Franchi, men- zález de Ibarra y Carolina Conde, las señoritas Amitesarove,
tor durante treinta años de toda la juventud de La Guaira; á tan virtuosas, tan abnegadas, tan patriotas las señoritas Tere.sa
:
Inés María Marcano, bajo cuya acertada dirección bebieron Eduardo, las Chitty, las niñas Limardo (Mercedes y Luisa),
en igual período en el mismo puerto, néctar de virtudes, quienes educadas en Europa, lo mismo hablan la lengua de
todas ó casi todas las matronas- Cervantes que saborean y ense-
modelo de aquella escogida socie- ñan la de Racine y Victor Hugo;
dad; á José Eladio Ruiz [hoy las señoritas González Guinán y
Presbítero y Doctor], quien fundó Carolina Thesdoríi de Vidal, Elo-
la primera escuela respetable de dia Pérez, Octavia B. de Coking
la aldea en que vimos la luz pri- , .
'•'aSí '
;• 1 y su virtuosa é ilustrada hija,
mera [4]; á Juan José I. Rodrí- Amelia Micaela O. de Baute, (Río
guez, fundador de “La Frater- Chico), y Virginia Lange de Ro-
nidad,” en La Guaira; al Doctor dríguez y las niñas Matilde y Lui-
Juan de la Cruz Carreño, por su sa Amitesarove y Avelina Dami-
carácter, yankee, nacido en Ca- rón, que son los precursores, V an-
racas, filólogo aventajado; al Doc- gellica farfalla^ que anuncia con
tor José Maria Núñez Cáceres, sus revoloteos la alborada de nues-
lingüista, orador y poeta, que por tra práctica civilización, ellas, que
vivir siempre en el Olimpo con niñas todavía, depuestas preocu-
las Musas y los Dioses de sus paciones ridiculas, van regando
ideales, se ha olvidado que es por todo el territorio nacional, co-
hombre, no ha estudiado la prác- mo el eterno sembrador, el polen
tica de la vida y por ende no ha fecundante de su saber y de sus
podido grangearse, sino por po- cristianas virtudes; ellas, quienes
cos amigos, toda la estimación han comprendido que el trabajo
que su talento, su erudición y su las indepeudiza, las dignifica y
laboriosidad merecen; ájosé l\Ia- las redime (á todo su sexo), de la
ría Martel, que por su carácter miseria y del vicio, y ellas las
y su constancia se ha hecho, lle- que con su último beso de amor
vando cuentas mercantiles y en en la eterna despedida del mori-
el mismo escritorio, escritor aven- bundo esposo, le dejarán morir
tajado, naturalista ya conocido y tranquilo, porque su trabajo ga-
citado allende el Atlántico; al se- rantizará á sus hijos, pedazos de
ñor Ramón Estudillo, [Píritu], á su alma, frutos puros de su legí-
Martínez Mata, (Carúpano), que timo cariño, que no tendrán que
hace treinta y cinco ó cuarenta ir de puerta en puerta á recibir la
años han monopolizado, cada uno JUAN JOSE MENDOZA
limosna amarga y nauseabunda
en su localidad, esta nobilísima que les ofrezca la mano sucia,
industria; á los señores Doctor ascosa, del infame seductor ó del
Luis Espelozín, Rafael Hermoso, (Coro), Eduardo Ochoa, explotador criminal de la renta pública.
Antonio Bello, Doctores Luis Felipe Castillo, (Mérida), Y llegados aquí, ¿podremos silenciar el nombre de un
Rafael Villavicencio, Luis María Díaz, Pedro Sederstrong varón, único entre nosotros, que después de vida honorabilí-
y Andrés Bello, inteligencia múltiple, poeta eximio, filó- sima, dechado de laboriosidad, de economía y de piadosas ac-
logo consumado, pensador profundo, astrónomo, juriscon- ciones, lega al morir B. 400.000 para fundar y sostener un
sulto, Mecenas de la juventud chilena Colegio de señoritas pobres que,. aunque tísico^ vive todavía
y escritor erudito,
cuyo nombre es timbre de honor y de gloria para Vene- después de medio siglo, inmortalizando y trasmitiendo á la
zuela, su patria, y para todos los pueblos de medio conti- posteridad su respetable y respetado nombre; “Chaves”?
nente; á tantos y tantos, en fin que por su saber, su mo- Nos honramos recordándolo y destacándolo ante tantos
destia, su constancia, su laboriosidad, sus virtudes públicas poderosos que podemos enumerar, para estimular á alguno á
y privadas, sirven y han servido este augusto sacerdocio, á imitarlo ó superarlo, ó siquiera para que al suyo asocie su
quienes nosotros, indignos, pero fervorosos imitadores suyos, nombre, salvando los restos de su obra, ya en vísperas de pe-
rendimos homenaje de cariño, de admiración
y de respeto.
Y ¿que decir de la señora viuda de Lozano, el antiguo
—
recer los B. 3. 000 de renta mensual asegurada que el filán-
8
LIV REVISTA DE AUTORES DIDACTICOS E INSTITUTORES
vuelcan el humus fecundante de la tierra y hacen con su B. Calcaño y Paniza y elDoctor Juan José Mendoza y los Doc-
esfuerzo, eficaz la civilización de la familia venezolana. tores Ramón Palenzuela y Juan déla Cruz Carreño hau publi-
A los nombres ya anotados conocidos como profesores, cado sendas obras para el estudio de la lengua fraucesa.
debemos agregar un lar- Y el Doctor Ernst,
el Doctor Antonio María
go catálogo de otros que
Soteldo, y Palenzuela, y
con sus trabajos didácti-
Carreño, y el General
cos los han ayudado efi-
Alejandro Ibarra, han es-
cazmente, y si no todos,
crito recomendables gra-
como complemento de lo
máticas inglesas y tam-
que precede, recordamos
bién el primero (Doctor
que Andrés Bello, Juan
Ernst) y el Doctor Juan
Vicente González y Jor-
B. Calcaño y Paniza, han
ge González Rodil, Doc-
escrito dos alemanas.
tor Gerónimo E. Blanco,
Del Doctor Diego Ca-
Ingeniero Olegario J. Me-
sabas Burguillos, de los
neses. Doctor José Tomás
señores Pedro Fortoul
González, Lucas Cuervo,
Hurtado, Julio Castro,
Doctor Ramón I. Mon-
Camejo, Antonio Jesús Silva, Ga-
tes y José R.
briel Núñez, Ramón de
Presbítero Juan Andrés
la Plaza y el Doctor
Domínguez, Amenodoro
Doctor Jesiis
Eduardo Calcaño, tene-
LTrdaneta,
mos, de los tres primeros,
María Portillo, Doctor
obras de dibujo, y de los
Ricardo O. Limardo, Doc-
restantes, obras sobre mú-
tor Guillermo Tell Vi-
llegas y otros, han escrito
sica y el Doctor Felipe
;
ó compatriotas
30 y Pedagogía, citaríamos
25 otro catálogo extenso, si
más, han escrito y pu-
no tuviéramos por cierto
blicado buenos tratados
que con lo expuesto hay
de Aritmética práctica y
ya suficiente para fatigar
razonada.
RICARDO OVIDIO LIMARDO albondadoso lector.
Recordamos que el
Al ocuparnos de este
Ingeniero Olegario J. Me-
Ra- somero opúsculo, sin tiem-
neses y los señores
po de qué disponer, sin datos á qué referirnos, sin la tranqui-
_ ^
I^^aka poder graduar la marcha, indicar los adelantos y colectivamente, el que tripuló las naves, infló sus velas, desig-
Y
demostrar el estado de nuestra instrucción popular, nó su derroterro y guió las expediciones que de Europa par-
forzoso es considerará Venezuela en sus cuatro esta- tieron hacia el Continente descubierto. —Y por eso fue que, con
dos ó faces políticas, y sucesivamente examinarlas porque es
;
algunas excepciones, ya en posesión de él, no se pensara en la
poderosa la influencia que la política ejerce en el adelanto, propagación de las luces sino en la conservación de la con-
;
paralización ó decadencia de los pueblos. Es una fuerza que quista y en la explotación de sus riquezas.
los impulsa ó un muro que los detiene un peso que los opri-
:
En la enseñanza primaria nada se hizo. Sólo los jesuítas,
me ó un germen que los desarrolla: un vicio que los corrom- fieles á las reglas de su orden, fundaron, de mota proprio, y sin
pe ó una luz que los civiliza. la más insignificante ayuda oficial, casas de enseñanza, que ellos
Estas cuatro épocas ó faces, son :
regentaban y que con ellos desaparecieron cuando, por real
—
Primera. La del tiempo que permaneció bajo el gobier- orden de Carlos III, fueron simultánea y bárbaramente ex-
no de España, ó séase la colonial, que principió el 1? de Agosto pulsados de toda la monarquía en la fúnebre noche del 31 de
de 1498, en que las carabelas ibéricas descubrieron nuestras —
marzo de 1767. Feo lunar que desperfecciona la hermosa fiso-
costas, y su jefe tomó posesión de nuestro país á nombre de la nomía de aquel glorioso reinado espectro horrible que, con la
:
corona de Castilla, hasta el 19 de Abril de 1810, en que el país, mano sobre el hombro del victimario, andará siempre detrás
iluminado políticamente por la antorcha de la revolución fran- de la gran figura del hijo coronado de Isabel de Farnesio.
cesa, y con la conciencia de su derecho, dio el primer paso que En cuanto á la instrucción secundaria, el primer ¡dantel que
lo separara de la madre patria. se abrió en Venezuela fue el Seminario de Santa Rosa que, pa-
—
Segunda. La de la guerra, comenzada por España, que re- ra la enseñanza del Latín, Filosofía Aristotélica y Ciencias
chazó la demanda, y terminada en el glorioso campo de Cara- Eclesiásticas, de los jóvenes que quisieran dedicarse al servicio
bobo el 24 de junio de 1821. de los altares, fundó por si solo en esta ciudad, el año de 1696,
—
Tercera. Laqueen 1821 principió en la cuna, y en 1830 su inolvidable obispo, Don Diego de Baños y Sotomayor, natu-
terminó en la tumba de Colombia, de esa colosal República que ral de Bogotá, y el mismo á quien se deben las constituciones
surgió para crear una ilusión y engendrar una esperanza. sinodales que rigen en nuestra Iglesia. —Y el segundo fue la
Cuarta.— La de su autonomía, que data desde 1830 en que, Ilustre Universidad Central que, después de reiteradas instan-
separándose de la unidad colombiana, tomó asiento entre las cias de los obispos, gobernadores y cabildos de Caracas, fue de-
naciones soberanas. cretada por Felipe V, en 1721, confirmada el siguiente año por
—
Primera época. Ninguna instrucción recibió el pueblo en el Pontífice Inocencio XIII, é instalada el de 1725. — Mandada
ella y eso era lógico.
;
agregar al Seminario, con el aumento único de una cátedra de
Al regresar Colón de su primer viaje, llevando muestras Derecho Civil y otra de Medicina, permanecieron unidos hasta
de los habitantes, de las riquezas y de las preciosidades de las que la ley de 22 de Abril de 1856 dispuso su separación. Y aun-
tierras con que extendió los dominios desús soberanos, y justi- que los vecinos de Mérida pidieron una Universidad, la negó Car-
ficó la generosa protección de Isabel, despertóse el espíritu de los IV, á principios de este siglo porque “S. M. no consideraba
;
”
conquista en los reyes, de ambición en los gobiernos, de aven- conveniente el que se hiciese general la ilustración en América.
turas en los hombres de mar, de proezas en los de corazón egre- En materia, pues, de instrucción, la colonia venezolana
gio, de codicia en todos, y de civilización en ninguno. —Fue el sólo recibió de la España la creación de una Universidad, de
espíritu del hombre, y no el espíritu de Dios ; el espíritu del escasa dotación y de estrecha entrada puesto que á ella sólo
;
error de España ;
ui de su Gobierno
de su época. Por-;
sino Española, Gramática Latina, Principios de Retórica, Filosofía
que las é{)Oca.s, como los hombres y
pueblos, tienen sus los 3^Matemáticas; facultando al mismo tiempo á los quej>udieran
creencias sus caprichos, su fanatismo 3' sus preocupaciones,
3'^ verificarlo, para la en.señanza del Derecho Civil, Patrio, Ca-
sus faltas 3^ sus errores, que ejercen absoluto imperio; 3^ á los nónico, Natural y de Gentes, y la Teología Dogmática.
<{ue, de grado ó por fuerza, tenemos todos que someternos. Y La de 2 de agosto del mismo año, mandando abrir parados
á tal llegó la preocupación de aquella época, que á la mujer, niños de ambos sexos, por lo menos, una escuela de primeras
j)uesta por Dios en la tierra bajo la protección del hombre, le letras en todas las ciudades, villa.s, j)arroquias 3' })ueblos que
estuvo vedado aprender á escribir, como un escudo para su pu- tuvieran de cien vecinos para arriba.
dor, 3" una medida preventiva para resguardo de su inocencia. La de 28 de julio de 1823 e.stableciendo la “Escuela de
,
Y si hombres instruidos y eminentes tuvo entonces Venezuela, Minería,” contratada en Londres por Zea.
C[ue ella, con orgullo, enumera entre sus hijos, débese única 3^ La de 7 de marzo de 182 5 creando “ E.scuelas de Nave-
.
,
”
exclusivamente á la acción privada, que pudo suplir á la inac- gación.
ción oficial. La de 18 de marzo de 1820 sobi'e organización 3" arreglo de
,
Y
para no abrigar queja contra la noble España, cuya la instrucción pública. Constante de doce caj)ítulos, es un ver-
sangre es la nuestra, que nos en.señó la lengua que hablamos, dadero código C{ue abraza todos los ramos de la instrucción
nos comunicó la religión que profesamos, y de la que hemos primaria y enseñanza secundaria, de.sde la creación de una
heredado sus costumbres y sus faltas, sus virtudes 3' sus erro- Academia Nacional en la capital de la República, ha.sta el esta-
res, es preciso no olvidar que en la Península misma, fue en blecimiento de escuelas primarias en todas las })arroquias para
los claustros donde tuvo su residencia el foco de las luces; 3' los niños de ambos sexos.
que, con exce[>ción de Cervantes, los Argensola, Quintana 3' Y otras le3^es 3^ algunos decretos protectores de la instruc-
otros, de ellos salieron los hombres ilustres que en las letras ción, que demuestran cuánto haluía hecho Colombia en otras
constituyeran su vei'íladero gloria, como Quevedo, Garcilaso, circunstancias 3' sin tantas contradicciones 3^ obstáculos, que em-
Fra3^ Luis de León, Era 3" Luis de Granada, Santa Teresa de Je- barazai'on su marcha atormentaron su existencia!
3’"
sús y miles más, (pie sería largo y ageno de esta ocasión enu- Yno sería justo cerrar esta sección sin dos recuerdos alta-
merar. mente Iionrosos para Bolívar. Es uno, el re.stablecimiento de
Y era tan imperioso el deseo de instniirse que en los vene- la Universidad de Caracas; ha.sta lo último abatida j)or la gue-
zolanos existía; 3"tanta la necesidad que de ello tenían, que la rra,proveyéndola de nuevas cátedras, creándola rentas, dándola
“Junta Patriótica ” de Mérida, foi-mada revolucionariamente á buenas leyes y poniéndola bajo la sabia dirección de hombres
consecuencia de los sucesos del 19 de Abril, creó bajo el título eminentes, como Vargas, que la llevaron al estado floreciente
de “ San Buenaventura de los Caballeros de Mérida,” la Uni- á que llegó. Y el otro, su noble empeño en plantear el sistema
versidad que había negado el sucesor de Carlos III, que desde de enseñanza de Lancaster, con los escasos recursos que le re.s-
entonces existe y de cu>'as aulas han salido tantos sabios ilus- taban de la cuantiosa fortuna que heredara de sus padres, 3’-
tres y tantos hombres eminentes. que, arruinado por la guerra, murió en una sublime pobreza,
—
Segunda época. Venezuela fue en ella un campo de ba- después de haber, por muchos años, ejercido un omnímodo po-
talla. Su necesidad imperiosa fue combatir su empeño, ven- : der en Colombia y fuera de Colombia.
cer, y su aspiración, independizar.se del Gobierno de España, —
Cuarta época. Venezuela principió en ella por crearlo
como independizar.se quiere todo hijo que, al llegar á su mayor todo gobierno, tesoro 3' hasta las prácticas republicanas, que
:
edad, se siente en aptitud para dirigirse 3' con elementos para habían quedado sepultadas en las ruinas de Colombia. Sus
sostenerse. Contrariada por la madre patria, la lucha fue lar- primeras é ingentes necesidades fueron, pues, políticas 3" eco-
ga, sostenida y terrible. Los venezolanos todos se armaron, los nómicas, que siempre es preciso atender con prescindencia de
alumnos de la Universidad trocaron los libros de su estudio todo, para que pueda funcionarla máquina social.
por el fusil del .soldado, la Academia quedó desierta 3^ en mar- Sancionada y puesta en práctica la le3" fundamental de
cha á su decadencia y durante once años, fue la guerra el
;
1830 quedaron atribuidas la educación secundaria á la nación,
,
necesidades déla guerra. Debía, pues, continuar el país, como es, catorce días después de sancionada la Constitución, creó 3^
continuó, en su estado de ignorancia, fuera de los resultados de puso bajo la dirección de los ingenieros Juan Manuel Cagigal
la acción privada, de suyo reducida.
y Rafael Acevedo, la Academia de Matemáticas, que tanto pros-
—
Tercera época. Careció Venezuela en ella de iniciativa, peró: .semillero fecundo de hombres importantes, cu3’os buenos
como .sometida al gobierno de Colombia, de que formaba parte. resultados está hoy [>alpandola República en la dirección cien-
Esta República, concebida por la gigantesca cabeza de Bolívar, tífica de sus obras ])úblicas.
sólo con él podía subsistir. Por lo extenso 3^ poco poblado de Las Diputaciones Provinciales, luego que se organizaron,
su territorio, la forma central de su sistema político y los ele- fueron paulatina 3^ prudentemente estableciendo escuelas muni-
mentos heterogéneos que la componían, su existencia necesa- cipales, regentadas por profesores mu3" competentes, que se
riamente debió ser precaria. Y así sucedió, cayendo, como aumentaban á proporción que las rentas locales crecían, hasta
cayó, con el hombre que la creara 3' que con su }>restigio la sos- haber dejado provi.sta de esta necesidad á la ma3’-or parte
tuviera no dejando detrás, sino el recuerdo de su corta vida,
;
de las parroquias, apesar de la indolencia é ignorancia de mu-
tan llena de dolorosas enseñanzas. Y á pesar de ello, de lo chos padres, que no podían comprender el beneficio que se les
exhausto de su te.soro y de los cuantiosos gastos que le ocasionara brindaba, ni graduar el bien que para sus hijos se les ofrecía.
la libertad de los pueblos que 1103^ constitU3^en las Re[)úblicas A la civilización preciso es trataría para conocerla, conocerla
del Perú y Bolivia, donde envió sus ejércitos, de los consecuentes para amarla 3" amarla para rendirla culto. Y por eso, los que
á la guerra que tuvo inmediatamente que so.stener contra la no la conocen y aman son los que la rehu3"en ó rechazan, los
primera, por su ingratitud 3^ la deslealtad de sus jefes y, sobre ;
que la calumnian ó maldicen.
todo, del estado caótico á que la condujeran las i)erfidias y las Debido á ello, Venezuela ha ido avanzando intelectual-
intrigas de los émulos de Bolívar, ella, aunque sin mucho éxi- mente de una manera visiblemente progre.siva, en términos
to, al menos para Venezuela, se ocupó del adelanto intelectual que si hasta la tercera y gran parte de la cuarta década de este
de .sus hijos. siglo, el pueblo no sabía leer, ni escribir, I103' contados serán los
Así ver
lo liacen venezolanos que lo ignoren. La semilla ha venido sembrándose
La de 12 de junio de 1821 mandando establecer en
le3" ,
desde que principió nuestra vida autonómica y fecundo como
;
legio ó “ Casa de educación, ” para la enseñanza de Gramática piensa y medita un hombre que discurre 3' discute un obrero
: :
:
<]ue traza y crea: una criatura inteligente y entendida que sa- El de 13 de junio de 1830, })or el General José Antonio
be lo que hace y se da razón por qué lo hace. Y esa trans- Páez, erigiendo el de Calabozo. Gaceta 430.
formación social es debida á la paternal acción del Poder Pú- El de 28 de abril de 1842, por el General José Antonio
blico, que en su niñez lo educó y en su juventud lo instruyó, y Páez, creando el de Barcelona. Gaceta 5ÍHJ.
muy notablemente á la es[)ontánea cooperación de tantos hom- El de 24 de febrero de 1860, por el Doctor Guillermo Tell
bres que han venido consagrándose á la enseñanza primaria Villegas, creando un Seminario en el convento de San Francisco,
y secundaria. de Coi’o. Gaceta Federal, número 56.
Hoy no hay en la República parrociuia ni caserío que no El de 8 de junio de 1875, por el General Antonio Guzmán
tenga escuela para niños de ambos sexos, del)ido al Poder Mu- Blanco, estableciendo un Colegio Federal en la capital de cada
nicipal, al esi)ontáneo concurso de los institutores y maestros, y uno de los Estados, en que, jjara entonces, estaba dividida la
últimamente al decreto del 27 de junio de 1870, exi>edido por República. Como por este decreto quedaban incluidos los Na-
el presidente General Antonio Guzmán Blanco, que hizo para cionales, antes creados, resultaron de nueva creación los de
todos obligatorio el aprendizaje, colocó la instrucción primaria Maturín, San Fernando, Petare, Ciudad de Cura, San Carlos,
entre las atribuciones del Ejecutivo Nacional, la organizó de San Felipe, Barinas, Mérida y San Cristóbal; formando un total
una manera conveniente, y la proveyó de fondos propios y sufi- de veinte Colegios que funcionan con regularidad.
cientes para su sostenimiento; todo en uso de las ilimitadas facul- El de 14 de marzo de 1884, por el General Antonio Guz-
tades con que lo invistiera la revolución victorio.sa de aquel año. máii Blanco, creando en Caracas la Escuela Politécnica Ve-
Pasando ahora, para concluir, á la in.strucción secundaria nezolana.
ó científica, haré de ella una, lijei'a reseña histórica, c|ue ya este El de 14 de marzo de 1884, por el Genera) Antonio Guzmán
informe se }>rolonga, y temo can.sar. Blanco, erigiendo en Caracas una Escuela de Artes y Oficios.
El decano de nue.stros colegios federales es el deGuanare, El de 2 de noviembre de 1886, por el General Antonio
fundado el 21 de junio de 1832, por el Pre.sbítero Doctor José Vi- Guzmán Blanco, estableciendo una Escuela Normal en cada
cente Unda, hijo de aquella ciudad, varón de ciencia y de vir- Estado ])arala formación de maestros, délas que hay cuatro en
tudes, hombre de iniciativa y de progre.so, ])atriota sincero y de actividad.
acción, y uno de los egregios diputados al Congreso de 1811, El de 4 de agosto de 1887, por el General Antonio Guzmán
que el 5 de julio proclamaron nuestra Independencia y firmaron Blanco, estableciendo en Caracas una Academia Nacional de
aquella célebre acta que debemos leer con re.speto, conservar Bellas Artes.
con veneración y ostentar con orgullo, y quien sirvió su recto- El de 21 de febrero de 1856, por el Doctor Guillermo Tell
rado basta 1837, en que fue consagrado obispo de Mérida. Villegas, como Gobernador de la antigua provincia de Cojedes,
Y aquí se asoma una consideración que es de oportuni- —
creando el “Colegio Provincial de Cojedes.” “Gaceta de Coje-
dad consignar. Hále dado Diosa la Iglesia Católica, legítima- des,” número 7.
mente representada en sus pastores y ministros, el ])rivilegio Al llegar aquí es de oportunidad cumplir un debei' que
de fundar, la primera, nuestras casas de enseñanza. Fueron impone la gratitud, y hacer un recuerdo que aconseja la jus-
los sacerdotes jesuítas, los que abrieron y regentaron en AYne- ticia.
zuela las primeras escuelas primarias: el .señor Baños y Soto- A princii)ios de la ])rimera década de nuestra nacionali-
mayor, obispo de Caracas y cuya efigie está en una de las dad, se fundaron en Caracas dos célebres colegio.s: el de “La
capillas de nuestra Catedral, el que fundó el primer Seminario Independencia”, por el señor Feliciano Montenegro Colón; y el
para la enseñanza secundaria los obispos de Caracas, los pri-
: de “La Paz”, por el señor José Ignacio Paz Castillo. A esos dos
meros que instaron á la Corte de España para la erección de grandes planteles, que de gran fama gozaron, débese la intro-
la Universidad Central: el señor Unda, obispo de Mérida, el ducción en el país del sistema de enseñanza moderna y, más
primero que estableció un Colegio: el señor Ponte, arzobispo que todo, su ampliación; pues que las cla.ses e.staban reducidas
de Caracas, el que, eliminados los Seminarios, creó en esta á una de latín y dos de filosofía. Eir estos dos institutos for-
ciudad la “Escuela Episcopal”, que buenos frutos ha producido máronse multitud de hombres que han enaltecido á la patria
ya y que muchas esperanzas promete; y el señor Uzcátegui, con su ilustración, la han elevado con su talento y la han hon-
actual Arzobispo de Caracas, el que creó la Escuela Episcopal rado con sus virtudes. De ellos han tomado, altos y distingui-
de Valencia, y le está haciendo construir un edificio para su dos funcionarios, la República: sabios y virtuosos ministros, la
residencia definitiva, después de haber levantado desde sus Igle.sia: útiles y honorables miembros, la Sociedad.
cimientos el hermo.so palacio que, como hogar propio, ocupa la Con no menos fama y éxito se fundaron en la década si-
de esta ciudad. Adoremos los juicios de Dios, y bendigámosle guiente, los de “Roscio” y “Caracas”, por los señores Manuel
en los instrumentos quee.scoje para realizarlos. Antíniio Carroño y Tomás V
íctor Bermúdez.
Constituida la República, fueron suce.sivamente instalán- Posteriormente se han ido fundando colegios particulares
dose los Colegios Nacionales mandados e.stablecer por los si- en Caracas y en otros muchos puntos de la República, que han
guientes decretos del Poder Ejecutivo. correspondido á las miras de sus autores; y seguirán surgiendo
El de 20 de noviembre de 1832, expedido por el Licenciado otros y otros y otros, porque la civilización, puesta por el Eter-
Diego Bauti.sta Urbaneja, erigiendo el de Trujillo. “Gaceta de no fuera del alcance de la ley común, no envejece con el tiem-
Venezuela” número lUI. po: con el ejercicio de su actividad, lejos de gastarse, crece
El de 5 de Julio de 1833, por el Doctor Andrés Narvarte, los años, en vez de debilitarla, la fortifican; y será siempre de
creando el de Margarita. Gaceta número 132. todas las épocas, amiga, y de todas las edades, contemporánea.
El de 21 de ago.sto de 1833, por el General José Antonio La civilización es el reflejo de Dios, y Dios es eterno.
Páez, estableciendo el del Tocuyo. Gaceta 141. La educación de la mujer no ha sido ni es simplemente
El de 11 de octubre de 1833, por el General Jo.sé Antonio rudimental: ella ha recibido un ensanche en armonía con su
Páez, erigiendo el de Carabobo. Gaceta 148. sexo y á la altura de .sus de.stinos. Una niña sale de los Co-
El de 26 de octubre de 1833, por el General José Antonio legios instruida en las letras, fortificada en la moral y enri-
Páez, creando el de Coro. Gaceta 152. quecida con útiles é indispensables conocimientos para lo
El de 28 de febrero de 1834, por el General José Antonio domé.stico.
Páez, estableciendo el de Cumaná. Gaceta 167. A más de los Colegios particulares, que .son muchos, y
El de 8 de abril de 1834, por el Doctor Airdrés Narvarte, que perfectamente bien servidos, hay diez nacionales,
e.stán
erigiendo el de Guayana. Gaceta 170. ocho en los Estados y los dos siguientes en Caracas, que fue-
El de 20 de enero de 1835, por el General José Antonio ron creados:
Páez, creando el de Barquisimeto. Gaceta 220. El “ Nacional de Niñas, ” por el decreto legislativo del 10
El de 2 de marzo de 1837, por el General José María Carro- de abril de 1840, reglamentado por el Poder Ejecutivo en su
ño, estableciendo el de Maracaibo. Gaceta 320. decreto del 19 del mismo mes, é instalado el 14 de enero de
El de 24 de abril de 1837, por el General Carlos Soublette, 1841, el cual se halla á cargo de una hábil directora y en
elevando á la categoría de Colegio Nacional el fundado en Gua- estado floreciente.
naro por el señor Unda. Gaceta 327. Y el “ Colegio de Chaves,” fundado por el señor Juan.
LVIII INSTRUCCION POPULAR
Nepomuceno Chaves; nombre que debe estar grabado en to- superior á la anterior. Ambas, en su mayor parte, siguen
dos los corazones, presente en todas las memorias, y ser bende- las doctrinas de Bello. La única edición que se hizo de
cido por todos los labios. Aquel hombre de sentimientos ella está agotada.
filantrópicos, que, con la paciencia del trabajo y la prudencia Gramática para niños, jior el Doctor Jorge Gonzá-
5.
que se encuentra su instrucción. De ello es evidente prue- las reglas gramaticales indispensables para el conocimiento de
ba el crecido número de textos de enseñanza cjue en el país este arte.
se han publicado, y que constan del catálogo ciue, en angus- 13. Nociones prácticas de Gramática Castellana, por el
tiado tiempo, be formado, por comisión del ciudadano Presi- Doctor Jesús MaríaPortillo. Es un opúsculo gramatical, como
dente de la República, Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Ma- su mismo autor lo llama. En los útiles apuntamientos que
gistrado modelo, como ya lo llaman sus compatriotas, y cuya contiene, hay al principio una importante lista de los galicis-
liberal, justiciera y progresista Administración, será conside- mos en que más frecuentemente se incurre, con buenas ex-
rada por la Historia patria como una de sus fechas civilizadoras; plicaciones y un curioso tratado de la terminología gramatical.
y que presento al ilustrado y muy digno Ministro de Instruc- Sólo una edición se ha hecho de e.ste pequeño libro, publicado
ción Pública, á quien respetuosamente tengo la honra de en Caracas, en 1880, aunque escrito en Maracaibo, de donde
dirigirme. era su autor.
Gramática castellana. —
Compendio de Gramática
1. 14. Compendio de Gramática Castellana de la Real
Castellana, por el Licenciado Juan Vicente González. Fue Academia Española, por el Doctor Ricardo Ovidio Limardo.
publicado en Caracas, el año de 1842, y se han hecho de Como su título lo indica, y como en ella se dice, esta Gra-
él 14 ediciones. Compuesto según la de Don Vicente Salvá, mática es un fidelísimo compendio de la última edición de
á quien tanto debe la lengua, sus primeras ediciones están la de la Real Academia ;y, según la expresión del autor, su
en un todo conformes con las de él. Modificadas las últi- objeto ha sido uniformar la enseñanza en toda la República.
mas con arreglo á la que en Chile escribió el distinguido El Gobierno la ha declarado texto nacional, y solo una edición
filólogo venezolano Don Andrés Bello, su nomenclatura fi- se ha publicado de ella.
losófica es la misma. Por muchos años fue el texto preferido 15. Gramática Castellana, por el Doctor Guillermo Tell
en nuestros colegios y escuelas, como que se mandó á adop- Villegas. Publicada en Caracas, en 1884, su edición está
tar por la Dirección General de In.strucción Pública; y hoy al agotarse. Entre otros fines, tuvo el autor el de hacer
lo es con otras Gramáticas escritas en el país, por autores conocer á la juventud el origen etimológico de las palabras,
que hicieron ó jirincipiaron el estudio de la lengua pati’ia y su orden gradual hasta el sánscrito, de las de procedencia
en el comj)endio de González. Está escrita en forma de diá- latina ó griega, creando en el niño el espíritu de investigación
logo, y las últimas de sus ediciones son, por lo metafísico, literaria.
superiores al alcance del niño. La mejor es la tercera, por 16. Comj>endio de Gramática Castellana, por el Doctor
su sencillezy claridad. Rafael Julián Castillo, quien lo publicó en San Cristóbal el
Gramática Castellana Elemental para niños, por el
2. año de 1866, con arreglo á los principios generales de la Fi-
Doctor Gerónimo E. Blanco. Fue publicada en Caracas el losofía de la lengua, poniéndolos al alcance de la capacidad
año de 1852, ha venido .sirviendo de texto en algunos ins- de los niños.
titutos, .se han hecho de ella ocho ediciones, y está en prensa 17. Gramática Elemental de la Lengua Castellana, por
la novena. el Licenciado Pedro Ca.stillo. El autor ha querido armonizar
3. Gramática Ca.stellana, jior el Ingeniero Olegario Me- la doctrina de Bello, que tomó por base, con la de la Aca-
neses. Pul)licada en Caracas, en 1854. demia y de otros gi’amáticos notables. Su plan es nuevo y bue-
4. Gramática de la Lengua Castellana, por el Doctor Geró- no pues dividió su estudio en dos partes; la primera, que
;
nimo E. Blanco. Fue publicada en 1850, y es más exten.sa y es estrictamente rudimental, está destinada á los niños que-
POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LIX
principian, redactada en forma de diálogo, y contiene las mismos autores y en el mismo lugar que la Gramática que
principales definiciones y las reglas más generales que es ocupa el número 9, se comprende que el completar aquella es
forzoso aprender; y la segunda, puesta en forma de adver- el objeto de este texto.
tencias, es para los jóvenes que poseen los rudimentos, y 35. Lecciones simultáneas y fáciles de Gramática Caste-
de la que los maestros pueden servirse como un auxiliar llana y Aritmética, por el General José Miguel Torres y An-
tonio Briceño Briceño. Escritas en Caracas, el año de 1880,
para sus explicaciones. Principióse á publicar en Valen-
cia, en 1875, y su impresión no está aún terminada, por haber- para los alumnos de las escuelas primarias de Venezuela, se-
la suspendido el autor, que piensa ya continuarla.
gún el sistema francés de Rapet, es un opúsculo ó prime-
18. Gramática Castellana para los principiantes, por Ju- ra parte de una obra no terminada aún, y que contiene,
lián Ramírez, quien la extractó de varios autores y puso en for- alternativamente colocados, ligeros conocimientos; en Gramá-
tica, del nombre, artículo y pronombre y en la Aritmética,
ma de diálogo, en Caracas, el año de 1886. ;
á conocer su contenido é importancia. cer las letras de que dehe hacerse uso, para que tenga el sig-
30. Análisis Gramatical, por Amenodoro Urdaneta. Con- nificado que se intenta la palabra que lo cambia ó tiene diver-
vencido el autor, como profesor que es, de que el objeto de la sos, vienen los homófonos á constituir parte de la ortografía.
Etimología ó Lexicología es dar á conocer las palabras y 43. Nociones de Pronunciación y Ortografía, por el Ba-
enseñarlas á avaluar, pone al alumno en camino de hacer- chiller Pedro Jo.sé Montesinos. Fueron publicadas en el Tocu-
lo con eficacia y facilidad. Fue publicada en Caracas, en yo, el año de 1887.
1876. 44. Lecciones de Ortografía Castellana, por el Doctor Je-
31. Manual de OrtografíaCastellana, por Amenodoro Ur- sús Muñoz Tébar. Su método es claro y sencillo, y de fácil
daneta. En publicado en Caracas en 1876, el autor,
este tratado, aprendizaje para el niño. Publicadas en Caracas, en 1878, esto
reconociendo la importancia de la Ortografía, reunió metó- es, antes de la última edición de la Academia, su acentuación
dica y minuciosamente en un libro todos los casos que pueden está arreglada á la que entonces regía.
ocurrir en el uso de las letras que se confunden, con sus respec- 45. Los verbos ca.stellanos que rigen preposición, por el
tivas excepciones y el uso gramatical de los acentos y pun- Doctor Juan Bautista Calcaño y Paniza. Este tratado, por
tuaciones. cierto de mucha utilidad, está ilustrado con ejemplos y ob-
32. Catálogo de los verbos irregulares, por Amenodo- servaciones críticas y textos de autores muy notables. Escrito
ro Urdaneta. Este es un laborioso trabajo, de mucha uti- en Caracas, fue mandado imprimir en Curasao.
lidad y de frecuente uso, porque, sin perder tiempo, se en- 46. Tratado de Oraciones Castellanas, por el Bachiller
cuentra la irregularidad del verbo que presente alguna duda José Antonio Infante. Se publicó en Maracaibo, en 1886.
ó se desée conocer; y porque el alumno encuentra allí un 47. Breve Tratado de Ortografía Castellana, para uso
modo cómodo de estudiarlo. Fue publicado en Caracas, el de las escuelas primarias, por Rafael María Leal. Fue publi-
año de 1877. cado en Maracaibo, el año de 1884.
33. Suplemento á la Ortografía, por Amenodoro Urda- —
Aritmética. 48. Conocimientos de las definiciones de
neta. Del mismo título se desprende que el objeto de este li- las tablas de sumar, restar, multiplicar y partir. Publicados
bro es completar el Manual que ocupa el número 31. No ex- en Valencia en 1840, sin expresión del autor.
presa la fecha de su publicación. 49. Compendio de Aritmética Razonada, según Lacroix,
34. Arte de hablar y escribir correctamente la lengua por Martín Chiquito, quien la escribió en Maracay y la hizo
castellana, por el Doctor Ramón Isidro Montes y José Ra- imprimir en Caracas, en 1842.
món Camejo. Publicado en el mismo año de 1880, por los 50. Compendio de Aritmética Razonada, por el Doctor Ma-
LX INSTRUCCION POPULAR
miel María Eclieandía, o^ue lo extractó de muy buenos autores, Aritmética Práctica, ¡)or el Ingeniero Olegario Mene-
64.
para los alumnos de los colegios y escuelas. Publicólo en Ca- ses. Publicada en Caracas, en 1847.
racas, el año de 1843; se lian hecho de él quince ediciones 65. Aritmética para niños, ¡)or el Ingeniero Juan José
y
sirve de texto en muchos institutos. Agúerrevere. Publicada en Caracas, en 1854.
51. Elementos de Aritmética Teórica y Práctica, ])or Juan 66. Nociones Elementales de Aritmética, por el Doctor
Bautista Montenegro. Deseoso el autor de que sus “Elemen- Juan JoséBracho. Fueron publicadas en Barquisimeto, el año
tos” íueran efectivamente provechosos á los niños que concu- de 1882, y eshin adoptadas como texto de enseñanza en algunas
rren á las escuelas, los extractó con mucha habilidad de Lacroix escuelas.
y otros autores, y de los cuadros de Veruter y Lamotte. Fue- 67. Compendio de Aritmética Práctica, para uso de las
ron publicados en Valencia, en 1844, se han hecho diez edicio- escuelas ¡)rimarias, por Rafael María Leal.— Fue publicado en
nes de ellos, y sirven de texto en varios ¡ríanteles. Maracaibo, en 1883.
52. Preliminares de Aritmética, ¡rara las escuelas prima- 68. Iirtroduccion al estudio de la Aritmética, ¡>or Julio
rias, por el Doctor Gerónimo Ensebio Blanco. El objeto prin- Castro, publicada en Valencia, en 1888. El autor, además de
cipal de estos Preliminares es facilitar, por un método sencillo la experiencia adquirida como Director de la Escuela Normal,
y práctico, la lectura y escritura de las cantidades. Fueron pu- número 2, consultó para su libro la obra de J. Johomot
y J. G.
blicados en Caracas, en 1849, y se han hecho muchas ediciones Fitchi, Director de los institutos de maestros de Nueva York,
de ellos. el primero, e Inspector de las Escuelas de la Gran Bretaña,,
53. Tratado de Aritmética Elemental, por el Presbítero el segundo.
Manuel Piñero Olivero. Escrito según el sistema moderno, 69. Aritmética práctica, por el Ingeniero Henrique Vil-
en sus definiciones, puestas al alcance de las inteligencias más ches. Se publicó en Maracaibo, en 1880, y es un texto muy
débiles, hay exactitud y precisión y contiene todo lo concer- adecuado en todo, para la íácil y eficaz enseñanza de niños,
niente á la aritmética comercial. Una respetable comisión, resultado de la práctica adquirida por su autor en el magisterio.
que lo examinó, dijo ser “un texto sencillo, brevísimo y claro, 70. Curso de Aritmética Práctica, por Bonifacio Coronado
para los niños, y un poderoso auxilio, para los maestros.” Fue Millán. Escrita para niños, su método es sencillo, sus defini-
publicado en Valencia, el año de 1850. Ha sido editado cinco ciones lacónicas y sus explicaciones claras. Impresa en Caracas,
veces, y sirve generalmente de texto. el año de 1882.
54. Compendio de Aritmética, por Eduardo Ochoa. Fue 71. Lecciones de Aritmética Práctica, por José Fernando
escrito en Caracas, el año de 1852, y dedicado á la enseñanza Núñez. Las publicó en Cumaná.
de los alumnos dé las escuelas de Venezuela. En este texto 72. Aritmética Comercial, por el ciego Ramón Palacio.
hay método, sencillez y claridad, como escrito por un hombre Dictada por un hombre sin vista que, cual otro Homero, andu-
amaestrado en la enseñanza de niños. vo de puerta en puerta, vendiendo su libro para atender á su
55. Compendio de Aritmética Teórica y Práctica, por el subsistencia, esta Aritmética andará siempre cortejada por las
Doctor Alejandro Ibarra. El autor, práctico en la enseñanza, simpatías de la desgracia y el mérito de la virtud. Fue impre-
ha separado de una manera hábil lo teórico ó filosófico, de la sa en Puerto Cabello, el año de 1884.
ejecución. Hace que el niño, primero se instruya; é instruido, 73. Tratado de Aritmética Práctica, para uso de las es-
lo pone á ejecutar aquello que aprendió. Es un buen método, cuelas primarias, con un apéndice que contiene abreviaciones
escrito en Caracas y publicado en 1855. prácticas y desarrollo del cuadrado y cubo,
y extracción de las
5(). Compendio de Aritmética Práctica, ¡>or el Doctor Ra- raíces, por el Doctor José Antonio Hernández. Publicado en
món Isidro Montes. Lo escribió paralas escuelas primarias, Tovar, en 1887.
que en gran parte lo han adoptado como texto. Se publicó en 74. Compendio de Aritmética, por Rafael Gallegos Celis^
Ciudad Bolívar, el año de 1856, y se han hecho de él nueve Escrita en Valera, antigua ¡n-ovincia deTrujillo, que hace hoy
ediciones, y algunas de ellas en Euro¡)a. parte del Estado de los Andes, fue impresa en Maracaibo el
57. Aritmética Razonada, por el Bachiller José Miguel año de 1889. El autor, dedicado por más de veinte años á la
Crespo, de Maracaibo. Sin haberse podido averiguar dónde, enseñanza primaria de los niños, para ellos hizo su libro, con-
ni en qué fecha fue publicada, se sabe sólo que la tercera edi- signando en él las definiciones que creyó convenientes, de las
ción, ya agotada, se liizo en San Cristóbal, el año de 1867. Aritméticas de Echeandía y Crespo, y añadió algunas de Geo-
58. Tratado Elemental de Aritmética práctica, por el metría y Algebra, para facilitar anticipadamente el estudio de
Bachiller Egidio A. Montesinos, publicado en la ciudad del estas ciencias.
Tocuyo, el año de 1 873. 75. Tratado de Aritmética Práctica, por N. Hernández
59. Aritmética Comercial, por Ramón Irady. Contiene Otero, que está ya en prensa y que se publicará en San Cristó-
esta obrita varias noticias útiles á los principiantes,
y breves bal.
reglas para todos los cálculos que se efectúan con los núme- 76. Aritmética, según Lacroix otros avhores, por J. M.
y
ros. í\ie ¡mblicada en Caracas, el año de 1874. Carrera, de Coro. (En ejecución).
60. Tratado Elemental de Aritmética, por el Bachiller Sistema métrico. — 77. Lecciones de Sistema Métrico De-
José A vis. Fue publicado en Cumaná, el año de 1865, y adop- cimal, ¡)or Juan de Dios Bustamante, publicadas en San Cris-
tado como texto de enseñanza en casi todas las escuelas del tóbal, en 1873.
oriente déla Repúl)lica. De sus muchas ediciones, la última 78. Lecciones de Sistema Métrico, por el Doctor Gonzalo
fue adicionada con el Sistema Métrico y varias tablas útiles. Fajardo. Es un extracto de Moreno, que el autor, como profe-
61. Clave de la Aritmética, por el ingeniero Gualterio sor del “Colegio Ramírez,” compuso para sus alumnos y publicó
Cbitty. Conqmesta según el sistema de Jorge Darnell y con en Valencia, en 1883.
el fin de formar un texto de enseñanza inteligible para los 79. Catecismo del Sistema Métrico Decimal, por el Doctor
niños, ella se reduce á una reuirión de tablas muy útiles que Jesús Muñoz Tébar, quien lo compuso para el uso de las escue-
tienen su mérito especial. Fue ¡)ublicada en Caracas, el año las y lo publicó eu Caracas.
de 1876. 80. Ex¡)osición coin¡)leta, teórica y práctica, del Sistema
62. Principales definiciones de la Aritmética y Sistema Métrico, por el Ingeniero Gualterio Cbitty.
de medidas antiguas y modernas, ¡)or Bruno María González. Geometría. — 81. Nociones de Geometría para uso de las
El autor, benemérito en la enseñanza, que ha continuado con- escuelas, por el Ingeniero Doctor Jesús Muñoz Tébar. Publica-
sagrado á ella á ¡)esar de sus sufrimientos físicos de su abso- das el año de 1887.
y
luta im])osibilidad ¡)ara caminal-, ¡lor la amputación desús 82. Nociones (le Geometría, }>or el oficial de Marina, Eu-
¡liernas, consignó los tVutos de su exqieriencia logio S. Saldías, quo las dedicó á los alumnos de Instrucción
y el resultado de
sus observaciones, en este libro que escribió en Caracas, al al- Primaria de la Sección Zulia, y que el Presidente del Estado
cance de los niños, el año de 1876, y que ha sido editado dos veces. Falcón las declaró texto obligatorio de enseñanza en las escue-
<53. Prontuario de Aritmética Práctica, para el estudio de las de ambos sexos del Estado, ¡>or decreto del 23 de febrero de
las E.scuelas Primarias, ¡)or Juan de Dios González. Fue ¡)u- 1888, en cuyo año se publicó en la ciudad de Maracaibo.
hlicado en Caracas, el año de 1883. —
Te.neduria de libros. 83. Curso completo de Tenedu-
JOSÉ MANUEL ARROYO
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POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LXI
es aparente este libro para la enseñanza, ya por que empieza Sambrano.' Esta obra, que, por cierto, es buena para difundir
con demostraciones geroglíficas que hacen recordar los estudios en los niños las primeras nociones geográficas, se publicó en
egiptiológicos, ya porque, por lo mismo, contiene materias muy Barquisimeto, el año de 1889.
extrañas á su objeto, ya porque es muy avanzada la obra, en 101. Mapa délos Estados Unidos de Venezuela, por el Li-
que entra á formar asientos que no obedecen á las reglas de la cenciado Francisco de P. Acosta.
partida doble. 102. Mapa Físico y Político de los Estados Unidos de
87. Teneduría de libros, por José María Martel. Es una Venezuela, por el señor Miguel Tejera.
exposición completa de todos los principios y reglas. El autor, 103. Mapa Físico y Político é Histórico de Venezuela,
consagrado al comercio por muchos años, y profesor de Tene- por Bonifacio Coronado.
duría desde 1875 en el Colegio de Santa María, ha e.stado en Estos tres mapas tienen }>or base el de Codazzi, en menor
aptitud y contado con los suficientes elementos }>ara íormar, e.scala, y no expresan la fecha de su publicación.
como lo ha hecho, un tratado de en.señanza claro y sencillo, 104. Nociones de Geografía de Venezuela, por Rafael
para facilitar mucho su aprendizaje. En el método de llevar Luis Irady. Publicadas en Maracaibo.
los libros de comercio, allí está la forma moderna perfectamen-
—
Religión. 105. Catecismo razonado é histórico y dog-
te explicada. Se public/) en Caracas, en 1876. mático, por Manuel Antonio Carreño y el Doctor Manuel María
88. Teneduría de libros por partida doble, por José Tri- Urbaneja, quienes, tomando el catecismo’ del abate Thérou, lo
nidad Urdaneta. Fue publicada en Caracas en i880,ysere- adojitaron á la disciplina y á las costumbres de las diócesis de
siente del antiguo sistema de partida sencilla, ya abolido, por Venezuela y lo adicionaron notablemente con conocimiento y
la forma de las partidas, de las contrapartidas y de la liquida- de acuerdo con el Prelado de la Arquidiócesis. Publicado en
ción anual de una casa de comercio. Caracas, en 1850, la Dirección General de Instrucción Pública
89. Lecciones elementales de Teneduría de libros, por lo recomendó para la enseñanza en los institutos literarios y
partida doble, por José Silverio González. Fue publicada en escolares del país.
Cumaná, el año de 1856, y no se encuentra en Caracas. 106. Catecismo de Religión é Hi.storia Sagrada, por el
90. Teneduría de libros, ¡)or Rafael Malo. Publicada en Doctor Gerónimo Ensebio Blanco, quien tomó por liase para
Caracas. No se sabe la fecha. formar un solo libro los de Ripalda y Fleury. Publicado en Ca-
—
Geografía. 91. Compendio de la Geografía de Vene- racas, el año de 1853.
zuela, por el ingeniero Coronel Agustín Codazzi, autor de 107. Sinopsis de las pruebas de la verdadera religión, por
la Geografía General, y el mismo que levantó nuestro ma])a Bartolomé Milá de la Roca, hijo, quien la compuso para los
que de tanta utilidad ha sido oficial, privada y científicamente. alumnos del instituto escolar que regentaba en Cumaná. Pu-
Publicado en 1840. blicada en aquella ciudad, el año de 1856, fue acogida como tex-
92. Llave de Cronología, j)ara uso de las escuelas y co- to en muchas escuelas de la República.
legios, por Bartolomé Milá de la Roca, padre. La publicó 108. Educación del alma, por el Doctor Gerónimo En-
en Cumaná, el año de 1847, en forma de diálogo. En 1851 sebio Blanco. Publicada en Caracas en 1876 y dedicada, por
y en la misma ciudad, se hizo la segunda edición bajo un plan sus sanas máximas, á la lectura, para los alumnos de las escuelas.
filosófico, y sustituyendo el razonamiento al diálogo. 109. Extractos de los libros de la Biblia en forma de diá-
93. Primer libro de Geografía Elemental, por el Doc- logo, por Pedro José Hernández. Fueron publicados en Coro,
tor Arístides Rojas. El autor, tomando por base el método el año de 1875.
de Smith, lo escribió para la enseñanza de los niños, bajo 110. El Catecismo del Credo, por Amenodoro L^rdaiieta.
un nuevo plan y á la altura de los conocimientos actua- Es una clara y breve exposición del símbolo de los apóstoles,
les, ilustrándolo con mapas y figuras intercaladas en el puesta en forma de diálogo con las debidas explicaciones pa-
texto. Se publicó en Caracas, en 1889, se han hecho de ra la instrucción religio.sa de los niños. Lo publicó en Caracas,
él 10 ediciones, y es el texto generalmente aceptado en todo en 1878.
el país. 111. Instrucción sagrachi para la juventud, por el Doc-
94. Primer libro de Geografía de Venezuela, ])ormis-
el tor Ramón Julián Castillo. La publicó en Mérida, el año
mo autor. Está escrito según la Geografía de Codazzi y con de 1879.
arreglo á la última división política de la República, y ba sido 112. Catecismo de Religión Cristiana, }>or Amenodoro
editado cuatro veces. Está agotada la última edición. Fue Urdaneta. Es un libro que contiene la instrucción religiosa
publicado en 1869. que debe recibir un niño para conocimiento de su religión, y
95. Geografía de niños, para uso de las escuelas primarias, que lo pone en capacidad de adquirir mayores conocimientos
por el mismo Doctor Arístides Rojas. Por su sencillez, la clari- cuando éntre en la edad de la refiexión. Fue jiublicado en
dad y el laconismo de las definiciones es muy adecuada ó está Caracas, en 1881.
9
LXII INSTRUCCION POPULAR
grafiado y publicado en Caracas, el año de 1883, cuando el Fue publicado en Caracas, en 1869.
autor, á pesar de su edad septuagenaria, tiene el pulso firme 134. Catecismo de Urbanidad, por el Presbítero Juan An-
y la cabeza fresca, contiene diferentes muestras y reglas su- drés Domínguez, quien lo escribió para los alumnos de la “ Es-
ficientes para el laudable objeto que se propone como un ser- cuela del Niño Jesús”, que él regentaba en Caracas, donde se
vicio en favor de los niños á cuya educación moral publicó.
y li-
teraria estuvo por tanto tiempo y con tan feliz éxito con- 135. Historia. Lecciones Primaiias de la Historia de
sagrado. Venezuela, por Juan E.sté, quien las compuso en forma de diá-
^
—
Lectura. 118. Silabario de la Lengua Castellana, por logo, para los alumnos de la Escuela Munici])al de San Fer-
José Luis Ramos, el decano en Venezuela, de todos los au- nando de Apure, que él dirigía. Fué publicada en Caracas, en
tores. Tan modesto como ilustrado, y tan ilustrado como 1858.
humilde, dio humilde título á su ilustrado libro, que bien 136. Manual de Historia Universal, por el Licenciado
podría calificarse de ortológico. Fue impreso en Caracas, en- Juan Vicente González. Sirve de texto en Venezuela y aún
tre los años de 20 y 25,
y más de 25 ediciones se han he- fuera de ella. Obra completa y de un gran mérito. Publi-
cho de él. cóla en Caracas.
119. El Primer libro para aprender á deletrear con 137. Catecismo de la Historia de Venezuela, desde el
propiedad y según los principios de la Ortología Castellana, descubrimiento de su territorio en 1497, hasta su emancipación
por el Bachiller Benito Herrera. Publicada en San Carlos, política de la Monarquía Española, en 1811, por el Doctor Ma-
en 1857. nuel María Urbaneja, quien lo formó con vista de la Historia de
120. Citolegia ó Nuevo Método de lectura práctica sin Baralt, para ponerla al alcance de los niños de las escuelas
deletrear, para uso de las escuelas primarias.
y
Publicóse en Ca- colegios. Publicólo en Caracas, el año de 1865.
racas, en 1871, sin indicación de su autor. 138. Catecismo de Historia de Venezuela, desde su des-
121. Fábulas para los niños, por Amenodoro Urdaneta, cubrimiento hasta la muerte del Libertador, por la señorita
quien las publicó en Caracas, en 1874, para que sirvieran en las Antonia Estel 1er, quien lo compuso, recogiendo datos de nues-
escuelas, de texto de'lectura. tros historiadores, para la enseñanza de sus discípulas. Está
122. Silabario Castellano, por Dolores González de Iba- mandado por el Ejecutivo Nacional que se adopte como texto
rra, quien, como In,spectora de las escuelas de niñas del en las Escuelas Federales. Se publicó en 1885,
Distrito Federal, lo compuso para la enseñanza de sus alumnas
y se han hecho
dos ediciones de él.
y lo publicó en Caracas, el año de 1877. 139. Historia de Venezuela para niñas, por la señorita
123. El Consejero de la juventud, por el Licenciado Socorro González Guinán, quien la extractó para que los niños,
126.
Francisco González Guinán. Libro de profunda moral, que á los que ha cansagrado algunos años de su vida, conociendo
lia sido declarado texto de lectura
y se ha editado ya siete ve- las vi.scisitudes que ha sufrido nuestra patria
y las glorias que
ces. Fue impreso en Valencia, en 1878. ha alcanzado, se formen útiles ciudadanos estas son sus pala-
:
124. Consejos de un padre á su hijo, por el Bachiller bras y también su noble aspiración. Fue aumentada por su
Egidio Montesinos. Fue publicado en la ciudad del Tocuyo, hermano Santiago González Guinán. El Ejecutivo Nacional
en 1882, y en muchas escuelas se pone en las manos del niño lo declaró texto para la enseñanza de la historia, como antes lo
para que se ejercite en la lectura, impregnándose en sus saluda- había hecho también la Junta de Inspección déla Ilustre Uni-
bles máximas. versidad Central. Se publicó en Valencia, en 1883.
125. Libro de lectura, por el Bachiller Ananías Cote. 140. “ Reminiscencias Históricas, ” por el Licenciado
Fue impreso en Barquisimeto, en 1882, y escrito según el siste- Francisco González Guinán. El autor ha tenido especial tino
ma de Pestalozzi. Ha sido acogido como texto en algunos co- en recojer y pulilicar nuestras anécdotas históricas de gran in-
legios y escuelas, y es apreciado, por estar en él desarrollado con terés, para que, leyéndolas el niño con agrado
claridad y precisión, el método objetivo.
y avidez, las
grave en su corazón y las deposite en su memoria, á fin de que
Nuevo libro primario, por Clodomiro F. Hermo- su alma juvenil se inspire patrióticamente para el porvenir.
^
so. Está seguido del Diccionario primario, y es un nuevo mé- Fueron publicadas en Valencia, en 1866.
todo para enseñar á leer silabeando, según el generalmente 141. “ Catecismo de la Virgen, ” por Amenodoro Urda-
adoptado eu los Estados Unidos del Norte. Fue texto en la neta. Noble y piadoso ha sido el propósito del autor de este
Escuela Normal, número 19, en Barquisimeto, é impreso en Ca- interesante libro, porque á la vez que instruye al niño en la
racas, en 1887. vida de la verdadera madre de Dios, que todo cristiano tiene el
127. El A B C, por José Ignacio Paz Castillo. Rico imprescindible deber de conocer é imitar, impregna su alma
legado c|ue este viejo apó.stol de la causa educacionista deja de las máximas cristianas, que son el pedestal de la caridad y
á los niños, que paternalmente ama libro bueno que ha
: el derrotero á la Patria celestial. Fue publicado en Caracas,
_
merecido juicios fiivorables, y que su autor publicó en Cara- en 1887, previa la aprobación de nuestro dignísimo Prelado.
cas, en 1888. 142. Lecciones de Historia Patria, por el ingeniero Fran-
128- Libro Primario, que el Doctor Arístides Rojas escri- cisco de Paula Andrade. Publicadas en Maracaibo, en 1887.
bió según el sistema de Mandevil, aumentándolo con rico 143. Compendio de Historia y Geografía de la Sección
tratado sobre los principales deberes de los niños
y con nue- Zulia, por Silvestre Sánchez. Publicado en Maracaibo, en
vos cuentos que deleitan su espíritu y forman su tierno co- 1888.
razón en las máximas de la moral. Fue publicado en Caracas, 144. Elementos de Geografía de la Sección Zulia, por el
en 1870. ingeniero Francisco de Paula Andrade.
POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LXIII
145. Catecismo de Historia Antigua, por Amenodoro Ur- 167. Rudimentos de la música, por Jesús M. Suárez.
daneta. Publicado en Caracas, en 1888. 108. Teoría Elemental de Música, por el Dr. Eduardo Cal-
14G. Compendio de la Historia de Venezuela, por José caño.— Aún no ha sido impresa.
Ignacio Lares. Publicado en Mérida, ignorándose la fecha de 169. —
Economía. Rudimentos de economía política, por
su publicación. el Doctor AV enceslao Monserratte. El objeto de este libro, por
147. Compendio de la Historia de Venezuela, por Alejan- cierto bien interesante, es poner, en lo posible, esta ciencia al al-
dro Peoli. Publicado en Caracas. Se ignora también la fecha. cance de los niños, á la limitada inteligencia de su tierna edad ;
148. Clave de Historia Universal, por el Doctor Gerónimo y prepararlo así para un estudio serio. Publicados en Caracas,
Ensebio Blanco. el año de 1876.
140. —
Lengua FRANCESA. Mecanismo de la lengua fran- 170. Lecciones de Economía Doméstica, por Juan Anto-
cesa, por Adolfo de Tourreil. Escribiólo á fines de la 2? ó á nio Lossada Piñeres. El significativo título de este pequeño
])rincipios de la 3^ década de este siglo, para sus alumnos de libro está en armonía con su contenido.
Francés en la Ilustre Universidad Central. Su objeto es ense- 171. Catecismo de Economía Doméstica, por el Doctor
ñar la pronunciación con arreglo a la Gramática Francesa de Francisco Machado, quien, conociendo la importancia de esta
aquella Academia. Su 2*1 edición se publicó en 1848. virtud en la mujer, que es el jefe en el hogar, lo escribió para
150. Método simplificado para aprender á leer bien el escuelas de niñas el año de 1846, en la ciudad de Valencia. Se
francés, en quince lecciones, por el Doctor Rafael Domínguez. han hecho cinco ediciones.
Lo [)ublicó en Valencia, en 1852, y se han hecho de él tres edi- 172. —
Retóríga. Nociones de Retórica, por el Presbítero
ciones. Doctor José Octaviano González, elocuente orador sagrado que
151. Nuevo Método Práctico y fácil del idioma francés, con su importante libro ha llenado un vacío que se notaba.
por el Doctor Adolfo Ernst. Escrito según el sistema de Ahn, Publicadas en Maracaibo, en 1889.
y publicado en Caracas, en 1804. 173. —
Literatura. Prontuario de Literatura, según Her-
152. Tratado de pronunciación francesa, por el Doctor mosilla, Cam{)illo y otros autores, por Atanasio Cote. Publi-
Juan Bautista Calcaño y Paniza. ¡)ublicado en Maracaibo, en cado en Maracaibo, en 1885.
1871. 174. —
Morai,. Compendio de los Deberes Morales del
Nociones Elementales de la Lengua Francesa, por el
153. Hombre, por el Doctor Gregorio Fidel Méndez. Publicado en
Licenciado Juan José Mendoza. Están arregladas al método de Maracaibo, el año de 1877. Se han hecho dos ediciones de él.
Ollendorff. 175. —
Higiene. Principios elementales de Higiene, por
154. Método para aprender á leer, escribir y hablar el el Doctor José Manuel de los Ríos. El autor, al escribir este
francés, por los Doctores Ramón Palenzuela y Juan de la Cruz libro al alcance de la juventud, en una forma sencilla
y en un
Carreño. Está compuesto según el si.stema de Ollendorff, con estilo claro, ha querido que los niños en las escuelas los jóve-
y
un tratado de pronunciación al principio y un importante nes en los colegios, adquieran aquellos conocimientos que á la
apéndice al fin, que completa la obra. vez que los deleiten, los instruyan con utilidad. Publicados en
155. —
Lengua inglesa. Libro Primario de lenguaingle- Caracas.
sa, porDoctor Adolfo EriLst. El autor, al vertir el libro de
el 176. Consejos á las Madres, por el Doctor Laureano Vi-
A. T. Ahn, lo ha aumentado notablemente, y de una manera llanueva. Esta obra, que se está publicando en la “Gaceta de
conveniente al más fácil aprendizaje del inglés, para los jóvenes los Hospitales, ” de los que el Doctor Villanueva es Inspector,
que quieran dedicarse á su estudio. Publicado en Caracas, en tiene el mismo objeto que la del Doctor Ríos.
1880. 177. —
Taquigrafía ^Taquigrafía Castellana ó Método
•
Doctor Tomás Gil Yepes, cánones y leyes. Caracas, Dr. José Ignacio Herrera, maestro y doctor en teolo-
lo de noviembre de 1754 y 16 de octubre de^ 1757. gía. Caracas, 18 de abril de 1762 y 2 de febrero de 1767.
Doctor Antonio Urbina, doctor en teología. Caracas, Doctor Santiago Zuloaga, maestro y doctor en cáno-
nes. Caracas, 2 de febrero de 1767.
24 de febrero de 1755.
Doctor José Antonio Lindo, doctor en teología. Ca- Doctor Miguel I. Herrera, maestro y doctor en teolo-
racas, 24 de febrero de 1755. gía. Caracas, 18 de abril de 1762 y 15 de febrero de 1767.
Doctor Domingo Martel, doctor en teología. Caracas, Doctor Miguel Urosa, doctor en cánones. Caracas, 15
24 de febrero de 2755. de febrero de I767.
Doctor Félix Yepes, doctor en cánones. Caracas, 8 de Doctor José Antonio Cabrera, doctor en cánones. Ca-
diciembre de 1755. racas, 15 de febrero de 1767.
R. P. Fr. José Manuel Vizcaya, doctor en teología. Doctor José Lorenzo Borges, doctor en cánones. Ca-
Caracas, 8 de diciembre de 1755. racas, incorporado en 4 de mayo de 1768.
Doctor Diego Haedo, maestro y doctor en teología. Doctor Fernando Xerez Aristeguieta, maestro y doctor
Caracas, 7 de julio de 1754 y 27 de diciembre de 1756. en teología. Caracas, 2 de mayo de 1762 y 20 de noviem-
Doctor Juan Antonio Urbina, doctor en teología. Ca- bre de 1768.
racas, 3 de octubre de 1737. Doctor Ignacio Ramón Herrera, doctor en teología.
Doctor Juan Antonio Montero, doctoren leyes. Incor- Caracas, 20 de noviembre de 1768.
porado en 24 de noviembre de 1757. Doctor José Francisco Méndez, maestro y doctor en
Doctor Juan Félix Aristeguieta, maestro y doctor en teología y cánones. Caracas 10 de noviembre de 1765,
teología. Caracas, 24 de junio de 1751 y 26 de diciembre 5 de febrero de 1769 y 22 de enero de 1775.
de 1757.
Doctor José Ignacio Moreno, maestro y doctor en
.
Doctor Domingo Bnceño, doctor en cánones. Caracas, teología, leyes y cánones. Caracas, 28 de setiembre de 1766 ;
Doctor José Francisco Ibarra, maestro y doctor en teo- Doctor Domingo Fremarias, doctor en teología. Caracas,
logía. Caracas, 22 de mayo de 1774 y 31 de marzo 1777. 26 de diciembre de 1794.
Doctor Francisco A. Pimentel, maestro y doctor en teo- Doctor Marcos Cuesta, doctor en teología. Caracas, 27
logía. Caracas, 22 de mayo de 1774 y i? de abril de 1777. de diciembre de 1794.
Doctor Tomás Hernández Sanavria, maestro y doctor Doctor José Domingo Díaz, doctor en medicina. Caracas,
en leyes. Caracas, 29 de setiembre de 1772 y 17 de mayo 12 de abril de 1795.
de 1778. Doctor José Mateo Machillanda, doctoren medicina. Ca-
Doctor Ignacio Meneses, doctor en teología. Caracas, racas, 23 de agosto de 1795.
21 de noviembre de 1779. Doctor José Ignacio Briceño, doctoren teología. Caracas,
Doctor Francisco J. Fuenmayor, doctor en leyes. Ca- 17 de abril de 1796.
racas 21 de noviembre de 1779. Doctor José Carlos Monagas, doctor en teología. Cara-
Doctor José Fernández Feo, doctor en leyes. Caracas, cas, 34 de abril de 1796.
17 de abril de 1785. Doctor Vicente Tejera, doctor en teología. Caracas, 15
Doctor Francisco de Molina, doctor en medicina. Ca- de mayo de 1795.
racas, 17 de abril de 1785. Doctor José Cayetano Montenegro, maestro y doctor
Doctor Domingo Blandain, maestro y doctor en teolo- en teología. Caracas 9 de marzo de 1794 y 15 de mayo de
gía. Caracas, 26 de julio de 1778 y 26 de julio de 1785. 1796.
R. P. Fr. Joaquín Castilloveitía, maestro y doctor en Doctor Rafael Escalona, maestro y doctor en cáno-
teología. Caracas, 25 de julio de 1785 y 26 de julio de 1785. nes. Caracas, 8? de abril de 1793 y 18 de diciembre de
Doctor José Estanislao Veroes, doctor en teología. Ca- 179Ó.
racas, 21 de agosto de 1785. Doctor Pedro Martínez, maestro y doctor en cánones.
Doctor Juan José Herrera, doctor en teología. Cara- Caracas, 22 de diciembre de 1796.
cas, 23 de abril de 1786. Doctor Alejandro Echezuría, maestro y doctor en teo-
Doctor Felipe Tamariz, doctor en medicina. Caracas, logía. Caracas, 10 de marzo de 1793 y nde marzo de
28 de agosto de 1788. 1798.
Doctor Mariano Cova, maestro y doctor en leyes. Ca- Doctor Juan Antonio Monagas, doctor en cánones. Ca-
racas, 17 de abril de 1785 y 4 de enero de 1789. racas, 30 de setiembre de 1798.
Doctor Francisco José Rivas, maestro y doctor en teolo- Doctor José María Tovar, doctor en cánones. Caracas, 8
gía. Caracas, 17 de abril de 1785 y 4 de enero de 1789. de diciembre de 1798.
Doctor Nicolás Antonio Osío, maestro y doctor en Doctor Ramón I. Méndez, maestro y doctor en cánones
teología. Caracas, 13 de junio de 1778 y 22 de febrero de y en derecho civil. Caracas, 23 de agosto de 1825; ^2 de
1789. mayo de 1799 y 19 de octubre de 1800.
Doctor Luis Peraza, doctor en leyes. Caracas, 14 de Doctor José Vicente Unda, maestro y doctor en teo-
noviembre de 1790. logía. Caracas, iV de mayo de 1796 y 26 de mayo de
R. P. Fr. José Antonio Tinedo, doctor en teología. Ca- 1799.
racas, 14 de noviembre de 1790. Doctor José Manuel Padrón, doctor en cánones. Caracas,
R: P. Fr. Juan José Izasa, maestro y doctor en teolo- 24 de junio de 1799.
gía. Caracas, 15 de junio de 1788 y 3 de julio de 1790. Doctor José Vicente Vergara, maestro y doctor en
Doctor Luis Antonio Mendoza, doctor en teología. Ca- cánones. Caracas, 27 de diciembre de 1794 y 30 de junio
racas 8 de diciembre de 1791. de 1795.
Doctor José Antonio Montenegro, doctor en teología. Doctor Pedro M. Yepes, doctor en teología. Caracas, in-
Caracas, ii de diciembre de 1791. corporado en 7 de diciembre de 1799.
Doctor Juan de Rojas, maestro y doctor en cánones. Doctor Félix Fermín Paúl, doctor en teología y en
Caracas, 21 de marzo de 1788 y ii de diciembre de 1791. derecho civil. Caracas, 2 de febrero de 1800 y 4 de fe-
Doctor Rafael Castro, doctor en teología. Caracas, ii brero de 1809.
de diciembre de 1791. Doctor Francisco Llanos, doctor en teología. Caracas,
Doctor Domingo Lander, doctor en teología. Caracas, 9 de marzo de 1800.
II de diciembre de 1791. Doctor Félix Sosa, doctor en cánones. Caracas, 16 de
Doctor Domingo Gómez Rus, doctor en derecho civil. marzo de 1800.
Caracas, ii de diciembre de 1791. Doctor Francisco Javier Narvarte, maestro y doctor
Doctor Jo.sé Antonio Borges, doctor en cánones. Cara- en teología. Caracas, i? de mayo de 1796 y 23 de mar-
racas, i‘? de abril de 1793. zo de 1800.
Doctor Juan Francisco Zárate, doctor en cánones y en Doctor Juan Martínez, maestro y doctor en cánones.
derecho civil. Caracas, 28 de agosto de 1793 y 6 de enero Caracas, i? de mayo de 1796 y 13 de abril de 1800.
de 1789. Doctor Sebastián Gallegos, maestro y doctor en cá-
Doctor Manuel Vicente Maya, maestro y doctor en am- nones. Caracas, 15 de mayo de 1796 v 4 de mayo de
bos derechos y en teología. Caracas, 28 de agosto de 1793, 1800.
20 de octubre de 1793 y 26 de febrero de 1797. Doctor Juan Antonio Zárraga, doctor en cánones. Cara-
Doctor José Antonio Anzola, maestro y doctor en me- cas, 22 de mayo de 1800.
dicina. Caracas, 7 de octubre de 1787 y ii de mayo de Doctor Juan Antonio Zavala, doctor en cánones. Caracas,
1794. 22 de mayo de igoo.
Doctor Francisco Morales, doctoren medicina. Caracas, Doctor José Ignacio Zavala, doctor en derecho civil. Ca-
15 de mayo de 1794. racas, 22 de mayo de 1800.
Doctor Bernabé Díaz, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Nicolás Anzola, maestro y doctor en derecho
incorporado el 6 de abril de 1794. civil. Caracas, i‘? de mayo de 1796 y 20 de julio de 1800.
Doctor Juan de Dios Fernández, doctor en cánones. Ca- Doctor José María Aguado, doctor en cánones. Caracas,
racas, 21 de diciembre de 1794. 28 de setiembre de 1800.
Doctor Juan José Osío, doctor en cánones y en derecho Doctor Mariano Talavera, maestro y doctor en teo-
civil. Caracas, 21 de diciembre de 1794 y 28 de octubre de logía. Caracas, 8 de diciembre de 1797 y 23 de noviem-
1795- bre de 1800.
Doctor Juan Germán Roscio, en cánones y en dere- R. P. Fr. Felipe Espino.sa Mota, doctor en teología.
cho civil. Caracas, 21 de diciembre de 1794 y 19 de ene- Caracas, 25 de enero de 1801.
ro de 1800. Doctor Juan Nepomuceno Quintana, maestro y doctor
Doctor José Carvallo, doctor en cánones. Caracas, 24 en teología. Caracas, 8 de diciembre de 1797 y 8 de fe-
de setiembre de 1794. brero de 1801.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXYII
Doctor Domingo Maestri, doctor en teología. Caracas, R. P. Fr. Ramón Betancourt, doctor en teología. Cara-
8 de febrero de i8oi. cas, 23de agosto de 1807.
Doctor José M. Oropeza, maestro en derecho civil. Cara- Doctor Ramón García, doctor en derecho civil. Caracas,
cas, lo de mayo de i8oi. 8 de noviembre de 1807.
Doctor Leonardo García Espino.sa, doctor en cánones. Doctor José Ambrosio Llamozas, doctor en cánones. Ca-
Caracas, lo de noviembre de i8oi. racas, 13 de diciembre de 1807.
Doctor Salvador Delgado, doctor en teología. Caracas, R. P. Fr. Domingo Viana, doctor en teología. Caracas,
8 de noviembre de i8oi. 20 de diciembre de 1807.
Doctor Joaquín M. Quintana, doctor en cánones. Cara- Doctor José Manuel Sánchez, doctor en derecho civil.
cas, 8 de setiembre de 1802. Caracas, 25 de diciembre de 1807.
Doctor José Joaquín Hernández, doctor en medicina. Doctor Martín González, doctor en cánones. Caracas,
Caracas, 14 de noviembre de 1802. 26 de diciembre de 1807.
,
Doctor José Angel Alamo, doctoren medicina. Caracas, Doctor Manuel Miranda, doctor en derecho civil. Cara-
21 de noviembre de 1802. racas, 3 de enero de 1808.
Doctor Simón Herrera, doctor en teología. Caracas, 25 Doctor Antonio Gómez, doctor en medicina. Caracas,
de diciembre de 1802. 2 de febrero de 1808.
Doctor Manuel Rivas, doctor en teología. Caracas, 27 Doctor José Francisco Diepa, maestro y doctor en teo-
de diciembre de 1802. logía. Caracas 23 de agosto de 1795 y 10 de julio de
Doctor Juan Alvarez, doctoren cánones. Caracas, 21 de 1808.
junio de 1803. Doctor Mariano Fchezuría, doctor en teología. Caracas,
Doctor Manuel Narciso Falcón, doctor en teología. Ca- 20 de noviembre de I808.
racas, 20 de noviembre de 1803. Doctor José María Vargas, maestro y doctor en me-
Doctor Francisco Delgado Correa, doctor en teología. dicina. Caracas, 12 de marzo de 1806 y 27 de noviem-
Caracas, ii de noviembre de 1803. bre de 1808.
R. P. Fr. Rafael Avalos, maestro y doctor en teolo- Doctor José Cecilio Avila, maestro y doctor en cánones.
gía. Caracas, 30 de octubre de 1803 y 4 de marzo de Caracas, ii de agosto de 1805; 25 de diciembre de 1808 y
1804. 3 de octubre de 1814.
Doctor José Antonio Mendoza, doctor en teología. Ca- Doctor Rafael Bergoya, doctor en teología. Caracas. 26
racas, 10 de agosto de 1804. de diciembre de 1808.
Doctor Felipe Avila, doctor en teología. Caracas, ii de Doctor José Timoteo Llamozas, doctor en medicina. Ca-
noviembre de 1804. racas, 8 de enero de 1809.
Doctor Andrés Narvarte, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Ramón Pena, doctoren cánones. Caracas, 12 de
racas, 9 de diciembre de 1804. marzo de 1809.
R. P. Fr. Francisco Javier Sosa, doctor en teología. Doctor José María García Siverio, maestro y doctor
Caracas, 6 de diciembre de 1804. en teología. Caracas, 20 de enero de 1811 y 22 de oc-
Doctor José María Gedler, doctor en teología. Cara- tubre de 1809.
cas, 21 de diciembre de 1804. Doctor Domingo Quintero, doctor en teología y cá-
Doctor Miguel Peña, doctor en derecho civil. Caracas, nones. Caracas, 26 de diciembre de 1809 y 29 de junio
6 de enero de 1805. de 1834.
Doctor José Antonio Pérez, doctor en cánones. Caracas, Doctor Juan Antonio Garmendía, doctor en derecho ci-
lo de febrero de 1805. vil. Caracas, 25 de febrero de 1810.
Doctor Domingo Peláez, doctor en teología. Caracas, Doctor Pedro Pablo Romero, doctor en teología. Ca-
25 de marzo de 1805. racas, 4 de febrero de 1810.
Doctor José M. Villavicencio, doctor en cánones. Ca- Doctor Vicente López Méndez, maestro y doctor en
racas, 25 de Julio de 1805. teología. Caracas, 22 de febrero de 1807 y ii de marzo
Doctor Juan Antonio Rojas Queipo, doctor en teología. de iSio.
Caracas, 5 de agosto de 1805. Doctor Juan Buenaventura Núñez, doctor en teología.
Doctor Lorenzo Santander, doctor en teología. Caracas, Caracas, 30 de mayo de 1810.
24 de noviembre de 1805. Doctor Carlos Arvelo, doctor en medicina. Caracas, 10
Doctor Francisco X. Jaén, doctor en teología. Caracas, de julio de 1810.
15 de diciembre de 1805. Doctor J. Concepción Reyes Piñal, doctor en derecho
Doctor Francisco Rodríguez Tosta, doctor en derecho civil. Caracas, 14 de julio de 1811.
civil. Caracas, 25 de junio de 1806. Doctor Pablo Alavedra, doctor en teología. Caracas, 25
Doctor José García Garay, doctor en cánones. Caracas, de julio de 1811.
15 de agosto de 1806. Doctor Jo.sé Nicolás Márquez, doctor en teología. Cara-
Doctor P. Fchezuría Echeverría, doctor en teología. cas, 25 de julio de 1811.
Caracas, 23 de noviembre de 1806. Doctor José Félix Amestoy, doctoren teología. Caracas,
Doctor J. Lorenzo López Méndez, doctor en cánones. 17 de noviembre de 1811.
Caracas, 14 de diciembre de 1806. R. P. Fr. Juan García Padrón, maestro y doctor en
Doctor Bernardo Marrero, maestro y doctor en teolo- teología. Caracas, 5 de febrero de 1815 y 28 de julio de
gía. Caracas, 18 de diciembre de 1803 y 21 de diciembre 1816.
de 1806. R. P. Fr. Celestino Alemán, doctor en teología. Ca-
Doctor José Nicolás Díaz, maestro y doctor en teolo- racas, 28 de marzo de 1815.
gía, cánones y derecho civil. Caracas, 25 de diciembre Doctor Pablo A. Romero, doctor en cánones. Caracas,
de 1806, II de enero de 1807 y 2 de abril de 1820. 23 de julio de 1815.
Doctor Pedro Gual, doctor en teología. Caracas, 8 de Doctor José Antonio Armada, maestro y doctor en
febrero de 1807. cánones. Caracas, 17 de enero de 1813 y 6 de diciem-
Doctor Miguel Lauda, doctor en teología. Caracas, 26 bre de 1816.
de abril de 1807. R. P. Fr. Lorenzo Rivero, maestro y doctor en teo-
Doctor José Delgado, doctor en teología. Caracas, 24 de logía. Caracas, ii de agosto de 1816 y 14 de diciem-
mayo de 1807. bre de 1816.
Doctor Francisco Rafael Silva, doctor en cánones. Ca- Doctor Tomás José Sanavria, maestro y doctor en dere-
racas, 14 de junio de 1807. cho civil y canónico. Caracas, 13 de noviembre de 1814, 25
Doctor Gabriel Mata, doctor en teología. Caracas, de enero de 1818 y i? de febrero de 1818.
5 de ju-
lio de 1807. Doctor José Luis Montesinos, maestro y doctor en teo-
LXVIII INSTRUCCION SUPERIOR
logia. Caraca.s, 24 de junio de 1808 y 2 de agosto de Doctor Juan Díaz Avila, maestro y doctor en teolo-
1818. gía. Caracas, 28 de abril de 1824 y 30 de mayo de
Doctor Angel Perdoino, doctor en teología. Caracas, 1830.
8 de diciembre de 1818. Doctor José Julián Osío, doctoren teología. Caracas, 30
Doctor Jacinto Machado, doctoren teología. Caracas, 27 de mayo de 1830.
de diciembre de 1818. Doctor Medardo Medina, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor José Alberto Espinosa, maestro y doctor en cas, 30 de mayo de 1830.
teología. Caracas, 20 de noviembre de 1814 y 18 de ju-, Doctor Ramón Bermúdez, maestro y doctor en teo-
lio de 1819. logía. Caracas, 15 de noviembre de 1829 y 1? de agosto
Doctor Jo.sé Vicente Polacre, doctor en teología. Ca- de 1830.
racas, 18 de julio de 1819. Doctor José Manuel García, maestro y doctor en de-
Doctor José Manuel Avila, doctoren teología. Caracas, recho civil. Caracas, 4 de octubre de 1829 y 31 de ju-
16 de enero de 1820. lio de 1831.
Doctor José Ramón Hernández, doctor en teología. Ca- Doctor José Lorenzo Espinosa, maestro y doetor en
racas, 23 de enero de 1820. derecho civil. Caracas, 10 de agosto de 1828 y 4 de se-
Doctor Pedro Pineda, doctor en teología. Caracas, 24 de tiembre de 1831.
setiembre de 1820. Doctor Calixto Madrid, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor Valentín Osío, doctor en cánones. Caracas, 15 cas, 4 de setiembre de 1831.
de agosto de 1821. Doctor Sulpicio Frías, doctor en dereeho civil. Caracas,
R. P. Fr. J. Gregorio Betancourt, maestro y doctor 4 de setiembre de 1831.
en teología. Caracas, 29 de setiembre de 1823 y 12 de Doctor Luis Blanco, doctor en derecho civil. Caracas,
mayo de 1825. 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Manuel Alegría, maestro y doctor en teo- Doctor Luis López Méndez, doctor en derecho civil. Ca-
logía. Caracas, 23 de abril de 1821 y 18 de abril de racas, 11 de setiembre de 1831.
1824. Doctor Wenceslao Urrutia, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Hilario Bosset, maestro y doctor en teo- Caracas, 11 de setiembre de 1831.
logía. Caracas, 23 de abril de 1821 y 18 de abril de Doctor Rufino Blanco, doctor en derecho civil. Caracas,
1824. 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Félix Roscio, maestro y doctor en teología. Doctor Juan de Dios Ponte, doctor en derecho civil.
Caracas, 28 de abril de 1824. Caracas, 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Alejo Fortique, maestro y doctor en teo- Doctor Manuel Alfonzo, doctor en derecho civil. Cara-
logía. Caracas, 28 de abril de 1824. cas, 19 de julio de 1832.
Doctor Juan José Urbina, maestro y doctor en teolo- Doctor Matías González, doctor en teología. Caracas, 25
gía. Caracas, 28 de abril de 1824. de noviembre de 1832.
Doctor José Sistiaga, maestro y doctor en derecho ci- Doctor Jesús María Olachea, doctor en medicina. Cara-
vil. Caracas, 20 de noviembre de 1814 y 13 de julio cas, 25 de noviembre de 1832.
de 1824. Doctor Diego Sierra, doctor en medicina. Caracas, 25
Doctor Pedro Bárcenas, doctor en medicina. Caracas, de noviembre de 1832.
13 de junio 1824. Doctor Juan de la Cruz Macías, doctor en medicina.
Doctor José Joaquín González, doctor en medicina. Ca- Caracas, 25 de noviembre de 1832.
racas, 13 de junio de 1824. Doctor R. G. Rodríguez López, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Manuel Manzo, doctor en medicina. Ca- Caracas, 25 de marzo de 1833.
racas, 23 de junio de 1824. Doctor Juan Bautista Carreño, doctor en derecho civil.
Doctor José Manuel de los Ríos, doctor en derecho Caracas, 25 de marzo de 1833.
civil. Caracas, 12 de mayo de 1825. Doctor Joaquín Boton, doctor en derecho civil. Caracas,
Doctor Angel Quintero, doctor en derecho civil. Ca- 25 de marzo de 1833.
racas, 12 de mayo de 1825. Doctor Fernando Aurrecoechea, doctor en derecho civil.
Doctor Tomás Francisco Borges, doctor en teología y Caracas, 13 de mayo de 1833.
derecho civil. Caracas, 2 de febrero de 1826 y 4 de se- Doctor Liborio Colmenares, maestro y doctor en teo-
tiembre de 1831. logía. Caracas, 24 de junio de 1830, y 7 de diciembre
Doctor Félix M. Alfonso, doctor en derecho civil. Cara- de 1834.
cas, 25 de noviembre de 1827. Doctor Pedro José Silva, doctor en medicina. Cara-
Doctor José Nicolás Milano, doctor en derecho civil. cas, 7 de diciembre de 1834.
Caracas, 25 de noviembre de 1827. Doctor José María Vaamonde, maestro y doctor en de-
Doctor Pedro Quintero, doctor en derecho civil. Cara- recho civil. Caracas, 24 de junio de 1830 y 26 de diciem-
racas, 9 de diciembre de 1827. bre de 1834.
Doctor Juan José Herrera, doctor en derecho civil. Doctor Diego Córdova, maestro y doctor en cánones.
Caracas, 9 de diciembre de 1827. Caracas, 24 de junio de 1830 y 26 de abril de 1835.
Doctor Pedro Estoqnera, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Juan Francisco Rodríguez, maestro y doctor en
cas, 9 de diciembre de 1827. teología. Caracas, i9 de julio de 1832, y 26 de abril de 1835.
Doctor Antonio José Rodrígiiez, doctor en medicina. Doctor José María Raldiris, doctor en teología. Cara-
Caracas, 6 de abril de 1828. cas, 26 de abril de 1835.
Doctor P'rancisco Díaz, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Manuel Ledezma, doctor en medicina. Caracas,
20 de abril de 1828. 3 de mayo de 1835.
Doctor Santiago Hernández, doctor en derecho civil. Doctor Tomás Aguerrevere, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 24 de junio de 1828. cas, 3 de mayo de 1835.
Doctor Antonio María Vale, doctor en derecho civil Doctor Francisco Delgado, doctor en medicina. Cara-
y canónico. Caracas, 15 de noviembre de 1829 y 12 de cas, 16 de octubre de 1836.
mayo de 1831. Doctor Luis García, doctor en medicina. Caracas, 30
Doctor Miguel Anzola,- doctor en derecho civil. Caracas, de octubre de 1836.
22 de noviembre de 1831. Doctor José de Jesús Lucena, doctor en medicina. Ca-
Doctor Ramón Delgado, doctor en derecho civil. Cara- racas, 18 de junio de 1836.
cas, 22 de noviembre de 1831. Doctor Manuel Antonio Páez, maestro y doctor en de-
Doctor Isidro Vicente Osío, doctor en derecho civil. Ca- recho civil. Caracas, 20 de julio de 1834 y 30 de octubre
racas, 22 de noviembre de 1831. de 1838.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXIX
Doctor Pío Ceballos, maestro doctor en medicina. Doctor Calixto González, doctor en medicina. Caracas,
y
Caracas, 8 de marzo de 1845 y 28 de octubre de 25 de abril de 1841.
1838.
Doctor Francisco Carmona, doctor en medicina. Cara-
Doctor José Briceño, doctor en medicina. Caracas, 28 cas, 2 de febrero de 1842.
racas, 18 de octubre de 1838. Doctor Felipe Larrazábal, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Bernardo Páez, doctor en medicina. Caracas, racas, 9 de octubre de 1842.
28 de octubre de 1838. Doctor Pedro Medina, doctor en medicina. Caracas, 20
Doctor Ignacio Oropeza, doctor en derecho civil. Ca- de octubre de 1842.
racas, i 9 de noviembre 1838. Doctor Daniel Quintana, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Elias Acosta, doctor en derecho civil. Caracas, 30 de octubre de 1842.
i 9 de noviembre de 1838.
Doctor Miguel Oráa, doctor eu medicina. Caracas, 30 de
Doctor José Reyes Piñal, doctor en derecho civil. Ca- octubre de 1842.
racas, I? de noviembre de 1838. Doctor Manuel Porras, doctor gn medicina. Caracas,
Doctor Miguel López Umérez, doctor en derecho civil 30 de octubre de 1842.
Caracas, i 9 de noviembre de 1838. Doctor Vicente Cabrales, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Ignacio Célis, doctor en teología. Caracas, 4 30 de octubre de 1842.
de noviembre de 1838. Doctor Vicente Linares, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Fernando Tamayo, doctor en teología. Cara- 30 de octubre de 1842.
cas, II de noviembre de 1838. Doctor José Arnal, doctor en medicina. Caracas, 30 de
•
Carabas, 31 de marzo de 1839. Pro. doctor Martín Tamayo, doctor en teología. Cara-
Doctor Nicanor Bolet, doctor en medicina. Caracas, cas, II de diciembre de 1842.
16 de junio de 1839. Doctor José Antonio Rodríguez, doctor en teología.
Doctor José Domingo Fuentes, doctor en teología. Ca- Caracas, 18 de diciembre de 1842.
racas, 16 de junio de 1839. Doctor Joaquín Herrera, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Pedro Portero, doctor en medicina. Caracas, 22 de enero de 1843.
26 de julio de 1840. Doctor Manuel María Zuloaga, doctor en medicina. Ca-
Doctor Blas Balbuena, doctor en medicina. Caracas, 9 racas, 2 de febrero de 1843.
de agosto de 1840. Doctor Tomás Troconis, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Raimundo Andueza, doctor en derecho civil. 2 de febrero de 1843.
Caracas, ii de octubre de 1840. Doctor José Garbiras, doctor en medicina. Caracas, 6 de
Doctor Esteban Tellería, doctor en derecho civil. Cara- febrero de 1843.
cas, II de octubre de 1840. Doctor Jaime Bosch, doctor en medicina. Caracas, 6 de
Doctor Francisco de P. Arroyo, doctor en medicina. febrero de 1843.
Caracas, 25 de noviembre de 1840. Pro. doctor José Domingo Fuentes, doctor en derecho
Doctor Fernando Bolet, doctor en medicina. Caracas, civil. Caracas, 5 de marzo de 1843.
22 de noviembre de 1840. Doctor Juan Félix Hurtado, doctor en derecho civil,
Doctor Eliseo Acosta, doctor en medicina. Caracas, 22 Caracas, i 9 de octubre de 1843.
de noviembre de 1840. Doctor Andrés Villanueva, doctor en derecho civil.
Doctor Miguel González, doctor en medicina. Caracas, Caracas, i 9 de octubre de 1843.
22 de noviembre de 1840. Doctor Francisco Caracciolo Parra, doctor en derecho
Doctor Juan Tamayo, doctor en medicina. Caracas, 22 civil. Caracas, i 9 de octubre de 1843.
de noviembre de 1840. Doctor Nicolás García, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor José María Pelgrón, doctor en medicina. Cara- cas, i 9 de octubre de 1843.
cas, 13 de diciembre de 1840. Doctor Nicanor Borges, maestro en filosofía y doctor
Doctor Salvador Michelena, doctor en medicina. Ca- en derecho civil. Caracas, 13 de diciembre de 1843 Y G
racas, 13 de diciembre de 1840. noviembre de 1844.
Doctor Manuel María Echeandía, doctor en derecho Doctor Espíritu Santo Gil, doctor en derecho civil. Ca-
civil. Caracas, 13 de diciembre de 1840. racas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Fulgencio Vaamonde, doctor en medicina. Ca- Doctor Daniel Garmendia, doctor en derecho civil.
racas, 3 de enero de 1841. Caracas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Rafael Briceño, doctor en medicina. Caracas, Doctor Jesús María Goya, doctor en derecho civil. Ca-
3 de enero de 1841. racas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Pedro Pablo Castillo, doctor en derecho civil. Doctor Carlos Elizondo, doctor en derecho civil, ('ara-
Caracas, 12 de abril de 1841. cas, 22 de diciembre de 1844.
Doctor Luciano Arocha, doctor en medicina. Caracas, Doctor José Tomás González, doctor en derecho civil. ^
10
LXX INSTRUCCION SUPERIOR
Doctor Agustín Agüero, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Tito Alfaro, doctor en derecho civil. Caracas,
cas, i8 de mayo de 1844. 26 de mayo de 1850.
Doctor Toribio González, maestro en filosofía y doctor Doctor Modesto Urbaneja, doctor en derecho civil. Ca-
en medicina. Caracas, 17 de abril de 1842 y junio 20 de racas, 26 de mayo de 1850.
1845. Doctor Juan Bautista Cal caño, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Antonio León, doctor en medicina. Cara- Caracas, 26 de mayo de 1850.
cas, 20 de junio de 1845. Doctor Francisco Barreto, doctor en derecho civil. Ca-
Pro. doctor José Manuel Mendoza, maestro en filosofía racas, 8 de setiembre de 1850.
y doctor en teología. Caracas, 16 de octubre de 1836 y 21 Doctor Francisco de Paula Castro, doctor en derecho
de setiembre de 1845. civil. Caracas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Francisco Parejo, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Carlos Anderson; doctor en derecho civil. Ca-
racas, 28 de setiembre de 1845. racas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Fidel Ribas y Ribas, doctor en derecho civil. Doctor José Miguel Núñez, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 23 de noviembre de 1845. cas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Felipe Machado, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Antonio José Sotillo, doctor en medicina. Cara-
racas, enero 6 de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Rafael Luis Echezuría, doctor en medicina. Doctor José Antonio Frías, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 8 de febrero de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Ramón Palenzuela, doctor en derecho civil. Doctor Vicente Guánchez, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 31 de mayo de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Ramón Burguillos, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Tulio Alvarez de Lugo, doctor en derecho ci-
racas, 12 de julio de 1846. vil. Caracas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Tomás Gedler, doctor en medicina. Caracas, Doctor Diego Bautista Barrios, doctor en derecho civil.
22 de noviembre de 1846. Caracas, 29 de setiembre de 1850.
Doctor Antonio Parejo, doctor en medicina. Caracas, Doctor Carlos Tirado, doctor en derecho civil. Caracas,
22 de noviembre de 1846. 29 de setiembre de 1850.
Pro. doctor Manuel A. Briceño, doctor en teología. Doctor Mauricio Berrisbeitia, doctor en derecho civil.
Caracas, 13 de diciembre de 1846. Caracas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Pablo Arroyo Pichardo, doctor en medicina. Doctor Carlos Gómez, ^doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 13 de diciembre de 1846.
27 de octubre de 1850.
Doctor Marcos J. Gedler, doctor en medicina. Cara- Doctor Bonifacio Márquez, doctor en medicina. Cara-
cas, 27 de diciembre de 1846. cas, 27 de octubre de 1850.
Doctor José de Jesús Paúl, doctor en derecho civil. Doctor Martín Hernández, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 2 de febrero de 1847. cas, 27 de octubre de 1850.
Doctor José Gabriel Núñez, doctor en derecho civil. Doctor Silvestre Pacheco, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 2 de febrero de 1847. cas, 2 de noviembre de 1850.
Doctor Ezequiel Garmendia, doctor en medicina. Ca- Doctor Manuel Hernández, doctor en medicina. Cara-
racas, 4 de abril de 1847. cas, 2 de noviembre de 1850.
Doctor José María Pérez, doctor en medicina. Cara-
Doctor Joaquín León, doctor en medicina. Caracas,
cas, 4 de abril de 1847.
2 de noviembre de 1850.
Doctor Elias Acuña, doctor en derecho civil. Caracas,
Doctor Manviel Cárdenas, doctor en medicina. Caracas, 2
2 de mayo de 1847.
de noviembre de 1850.
Doctor José Antonio Montiel, doctor en derecho civil.
Doctor Juan E. Gando, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 3 de junio de 1847.
2 de noviembre de 1850.
Doctor Bartolomé Liendo, doctor en medicina. Recibi-
Doctor Benito Gordils, doctor en medicina. Caracas, 22
do en la Universidad Central de Colombia, en 26 de no-
de diciembre de 1850.
viembre de 1826 é incorporado en ésta, en 26 de junio de
Doctor Ignacio Carreño, doctor en medicina. Caracas,
1847.
22 de diciembre de 1850.
Pro. doctor José Andrés Riera, doctor en teología. Ca-
Doctor Felipe Cardier, doctor en medicina. Caracas,
racas, 26 dejunio de 1847.
22 de diciembre de 1850.
Doctor Angel María Unda, doctor en derecho civil.
Doctor Juan V. González Delgado, doctor en medi-
Caracas, 26 de junio de 1847.
cina. Caracas, 22 de diciembre de 1850.
Doctor Enrique Pérez de Velasco, doctor en derecho
civil. Caracas, 21 de mayo de 1848. Doctor Carlos Echenique, doctor en medicina. Cara-
Doctor Juan Luis Escalona, doctor en derecho civil. cas, 22 de diciembre de 1850.
Caracas, 21 de mayo de 1848. Doctor Eloy Montenegro, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Manuel María Alvarado, doctor en medicina. racas, 22 de diciembre de 1850.
Caracas, 15 de octubre de 1848. Doctor Gerónimo E. Blanco, doctor en medicina. Cara-
cas, 15 de diciembre de 1850.
Pro. doctor José María Céspedes, doctor en teología.
Caracas, 10 de diciembre de 1848. Doctor Jesús María Blanco, doctor en derecho civil.
Doctor Carlos Arvelo, hijo, doctor en medicina. Cara- Caracas, 15 de diciembre de 1850.
cas, I*? de enero de 1849. Doctor José Antonio Fernández, doctor en derecho
Doctor Diego Bautista Urbaneja, doctor en derecho ci- civil. Caracas, 15 de diciembre de 1850.
vil. Caracas, 25 de marzo de 1849.
Doctor Antonio José Urquinaona, doctor en derecho
Doctor Angel Jesurun, doctor en derecho civil. Cara- civil. Caracas, 15 de diciembre de 1850.
racas, 25 de marzo de 1849. Doctor Felipe Giménez, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Alejandro Ibarra, doctor en filosofía. Caracas, racas, 15 de junio de 1851.
Doctor Remigio Colmenares, doctor en medicina. Ca- Doctor Juan Rafael Hernández, doctor en derecho civil.
racas, i6 de noviembre de 1851. Caracas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Melitón Pérez, doctor en medicina. Caracas, Doctor Rudecindo Freites, doctor en derecho civil. Ca-
16 de noviembre de 1851. racas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Ramón Alejandro Ramos, doctor en medicina. Doctor Juan Lucena, doctor en derecho civil. Caracas,
Caracas, 16 de noviembre de 1851. 21 de noviembre de 1852.
Doctor Francisco Soto, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ezequiel María González, doctor en teología. Ca-
16 de noviembre de 1851. racas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Lope María Tejera, doctor en derecho civil. Doctor Joaquín Esteva, doctoren medicina. Caracas, 12
Caracas, 16 de noviembre de 1851. de diciembre de 1852.
Doctor Gonzalo A. Ruiz, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Jesús María González, doctor en medicina. Cara-
racas, 16 de noviembre de 1851. cas, 12 de diciembre de 1852.
Doctor José Lorenzo Llamozas, doctor en derecho ci- Doctor José María Pérez, doctor en medicina. Caracas,
vil. Caracas, 16 de noviembre de 1851. 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor Juan Pablo Cabrales, doctor en teología. Doctor José Antonio Zárraga, doctoren medicina. Cara-
Caracas, 16 de mayo de 1852. cas, 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor José Manuel Arroyo, doctor en teología. Doctor Cristóbal Rojas, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 16 de mayo de 1852. 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor José Manuel Rivero, maestro en filo.sofía Doctor Pedro Hurtado, doctor en medicina. Caracas, 12
y doctor en teología. Caracas, 17 de abril de 184.3 y 13 de de diciembre de 1852.
junio de 1852. Doctor Vidal vSiso, doctor en medicina. Caracas, 12 de
Doctor Ramón Tirado, doctor en derecho civil. Cara- diciembre de 1852.
cas, 27 de junio de 1852. Loctor Camilo Rotundo, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor Elias Borjes, doctor en derecho civil. Caracas, cas, 12 de diciembre de 1852.
27 de junio de 1852. Doctor Ramón P'eo, doctor en derecho civil. Caracas, 12
Doctor Tomás Martín Guardia, doctor en derecho ci- de diciembre de 1852.
vil. Caracas, 27 de junio de 1852. Doctor Nicolás Milano, hijo, doctoren medicina. Cara-
Doctor Ricardo O. Limardo, doctor en derecho civil. cas, 19 de diciembre de 1852.
Caracas, ii de julio de 1852. Doctor Carlos Pérez Calvo, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Jonás Alvarez, doctor en derecho civil. Caracas, racas, 23 de enero de 1852.
II de julio de 1852. Doctor Francisco A. Saudoval, doctor en derecho civil.
Doctor Florencio Guzmán, doctor en medicina. Cara- Caracas, 23 de enero de 1852.
cas, I? de agosto de 1852. Doctor Pablo María Briceño, doctor en medicina. Cara-
Doctor Fermín Medina, doctor en derecho civil. Cara- cas, 2 de febrero de 1853.
cas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Domingo H. Bello, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Guillermo Tell Villegas, doctor en derecho civil.
2 de febrero de 1853.
Caracas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Miguel Arismendi, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Gregorio Paz, doctor en derecho civil. Caracas,
2 de febrero de 1853.
5 de setiembre de 1852. Doctor Diego Bustillos, doctor en medicina. Caracas, 2
Doctor Canuto García, doctor en derecho civil. Cara-
de febrero de 1853.
cas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Benjamín Acuña, doctor en medicina. Caracas, 2
Doctor Mariano Herrera, doctor en derecho civil. Cara-
cas, 8 de setiembre de 1852.
de febrero de 1853.
Doctor José Nicolás Milano, doctor en derecho canó- Doctor Juan de Dios Monzón, doctor en medicina. Cara-
cas, 2 de febrero de 1853.
nico. Caracas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Miguel Toro, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Ramón Amestoy, doctor en medicina. Caracas, 2
de febrero de 1853.
3 de octubre de 1852. Doctor Angel María Alamo, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor José María Rojas, doctor en derecho civil. Ca-
racas, 2 de febrero de 1853.
racas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Ramón Narvarte, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Fernando Arvelo, doctor en ambos derechos. Ca-
racas, 27 de marzo de 1853.
cas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Atahualpa Domínguez, doctor en derecho civil. Doctor Martín Aguinagalde, doctor en medicina. Cara-
cas, 27 de marzo de 1853.
Caracas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Alejandro Wallis, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Manuel Montenegro, doctor en derecho civil. Ca-
racas, 24 de abril de 1853.
cas, 3 de octubre de 1852.
Pro. Doctor Andrés Riera, doctor en teología. Caracas,
Pro. Doctor José Juan García, doctor en teología. Cara-
cas, 10 de octubre de 1852. 24 de abril de 1853.
Pro. Doctor José Antonio Uzcátegui, doctor en derecho Pro. Doctor Salustiano Crespo, doctor en teología. Cara-
canónico. Caracas, 10 de octubre de 1852. cas, 24 de abril de 1853.
Pro. Doctor Manuel Egui, doctor en teología. Caracas, Doctor Aquilino Ponte, doctor en medicina. Caracas, 24
10 de octubre de 1852. de abril de 1853.
Doctor Manuel María Ortiz, doctor en medicina. Cara- Doctor Simón Landa, doctor en medicina. Caracas, 24
cas, 10 de octubre de 1852. de abril de 1853.
Doctor Alejo Montes de Oca, doctor en derecho civil. Doctor José Montesinos, doctor en medicina. Caracas, 5
Caracas, 21 de octubre de 1852. de julio de 1853.
Doctor Bartolomé Salazar, doctor en medicina. Caracas, Doctor Gabriel Camacho, doctor en medicina. Caracas,
21 de octubre de 1852. 14 de mayo de 1854.
Doctor Francisco Padrón, doctor en medicina. Caracas, Doctor Federico Ponce, doctor en medicina. Caracas, 14
21 de de octubre de 1852. de mayo de 1854.
Doctor Lope Guaderrama, doctor en medicina. Caracas, Pro. Doctor Víctor José Diez, doctor en teología. Cara-
31 de octubre de 1852. cas, 14 de mayo de 1854.
Doctor Angel Martínez, doctor en medicina. Caracas, Doctor José Eugenio Domínguez, doctor en derecho ci-
31 de octubre de 1852. vil. Caracas, 14 de mayo de 1854.
Doctor Arístides Rojas, doctor en medicina. Caracas, Doctor Félix F. Quintero, doctor en derecho civil. Ca-
31 de octubre de 1852. racas, 14 de mayo de 1854.
LXXII INSTRUCCION SUPERIOR
Doctor Celedonio Rodríguez, doctor en derecho civil. Doctor Angel E. Rivas, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 14 de mayo de 1854. I? de agosto de 1856.
Doctor Manuel F. Samuel, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Casimiro Vegas Herrera, doctor en medicina. Ca-
racas, 14 de mayo de 1854. racas, I? de agosto de 1856.
Doctor Domingo Montbrún, doctor en medicina. Cara- Doctor José de J. López Alcalá, doctoren medicina. Ca-
cas, 8 de setiembre de 1854. racas, 5 de octubre de 1856.
Doctor Manuel Norberto Vetancourt, doctor en derecho Doctor José R. Hernández Bastardo, doctor en medicina.
civil. Caracas, 8 de setiembre de 1854. Caracas, 5 de octubre de 1856.
Doctor Guillermo Michelena, doctor en medieina. Cara- Doctor Laureano Báez, doctor en medicina. Caracas, 5
cas, 17 de setiembre de 1854. de octubre de 1856.
Doctor Agustín Istóriz, doctor en ambos derechos. Cara-
Doctor José Manuel Berrisbeitia, doctor en medicina.
cas, 5 de octubre de 1856.
Caracas, 17 de setiembre de 1854.
Doctor Mauuel Hernández Bastardo, doctor en derecho
Doctor José Manuel de los Ríos, doctor en medicina. Ca-
civil. Caracas, 5 de octubre de 1856.
racas, 17 de setiembre de 1851.
Doctor Manuel Felipe García, doctor en medicina. Ca-
Doctor Nicanor Guardia, doctor en medicina. Caracas,
racas, 12 de octubre de 1856.
17 de setiembre de 1854.
Doctor Vicente Manzo, doctor en medicina. Caracas, 12
Doctor Pedro E. Hernández, doctor en medicina. Cara-
de octubre de 1856.
cas, 24 de setiembre de 1854.
Pro. Doctor Rafael Hernández, doctor en teología. Ca-
Doctor Ramón C. Delgado, doctor en medicina. Caracas, racas, 19 de octubre de 1856.
24 de setiembre de 1854. Pro. Doctor Juan Francisco Avis, doctor en teología.
Pro. Doctor José Antonio Ponte, doctor en teología. Ca- Caracas, 19 de octubre de 1856.
racas, I*? de octubre de 1854. Doctor Pedro Gómez, doctor en medicina. Caracas, 19
Doctor Luis Betancourt, doctor en medicina. Caracas, i 9 de octubre de 1856.
de octubre de 1854. Doctor Bernardo Bermúdez, doctor en medicina. Caracas,
Doetor Ezequiel Contreras, doctor en medicina. Caracas,
19 de octubre de 1856.
I? de octubre de 1854. Doctor José Miguel Alcalá, doctoren medicina. Caracas,
Doctor Pedro Gómez Izasi, doctor en medicina. Caracas, 19 de octubre de 1856.
I? de octubre de 1854. Doctor Félix Moreno, doctor en medicina. Caracas, 19 de
Doctor José Urbano, doctor en medicina. Caracas, i? de octubre de 1856.
octubre de 1854. Doctor Andrés Eloy Meaño, doctor en medicina. Cara-
Doctor Antero Cabrera, doctor en medicina. Caracas, i? cas, 19 de octubre de 1856.
de octubre de 1854. Pro. Doctor Manuel V. Irady, doctor en teología. Cara-
Doctor Carlos Sosa, doctor en medicina. Caracas, 5 de cas, 2 de noviembre de 1856.
noviembre de 1854. Pro. Doctor Hipólito Alexandre, doctor en teología. Ca-
Doctor Antonio Carreño, doctor en medicina. Caracas, racas, 2 de noviembre de 1856.
Pro. Doctor Cástor Silva, doctor en cánones. Caracas, 17 Doctor Mauricio Báez, doctor en derecho civil. Caracas,
de enero de 1858. 28 de abril de 1861.
Doctor José G. Rodríguez, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Eloy Lares, doctor en derecho civil. Caracas, 28
cas, 7 de febrero 1858. de abril de 1861.
Doctor José Francisco Solano, doctoren derecho civil. Doctor Felipe Lares, doctor en medicina. Caracas, 28 de
Caracas, 7 de febrero de 1858. abril de 1861.
Doctor Pablo Hernández, doctor en medicina. Caracas, Doctor Federico Villalobos, doctor en medicina. Caracas,
de julio de 1858. 28 de abril de 1861.
4
Doctor Facundo Vidal, doctoren derecho civil. Caracas, Doctor Tomás Tirado, doctor en medicina. Caracas, 28
de abril de 1861.
5 de diciembre de 1858.
Doctor Modesto Plaz, doctor en medicina. Caracas, 5 de Doctor Liborio Lovera, doctor en medicina. Caracas, 28
diciembre de 1851. de abril de 1861.
Doctor Rosendo Pérez, doctor en medicina. Caracas, 5 de Doctor Jorge Garrote, doctor en derecho civil. Caracas,
diciembre de 1858. 28 de abril de 1861.
Doctor José Vicente Rojas, doctor en medicina. Caracas, Pro. Doctor Miguel Antonio Baralt, doctor en cánones.
de diciembre de 1858. Caracas 5 de mayo de 1861.
5
Doctor Tomás Ruiz, doctor en derecho civil. Caracas, 5 Pro. Doctor Manuel J. Villanueva, doctor en teología.
Caracas, 5 de mayo de 1861.
de diciembre de 1858.
Doctor Fernando Key, doctor en medicina. Caracas, 16 Pro. Doctor Alberto González, doctor en teología. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
de enero de 1859.
Doctor Félix Ayala, doctor en derecho civil. Caracas, 16 Pro. Doctor Buenaventura Olivero, doctor en teología.
Caracas, 5 de mayo de 1861.
de enero de 1859.
Doctor Pedro Antonio Parra, doctor en medicina. Cara- Pro. Doctor José María Istúriz, doctor en teología. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Pro. Doctor Santiago Delgado, doctor en teología. Cara-
Doctor José de Jesús Freites, doctor en medicina. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Doctor Francisco Codecido Otálora, doctor en medicina.
Doctor Juan Bautista Gual, doctoren medicina. Caracas,
Caracas, 14 de julio de 1861.
6 de febrero de 1859.
Doctor Santiago Colom, hijo, doctor en medicina. Cara-
Doctor Manuel F. Pimentel, doctor en medicina. Cara-
cas, 14 de julio de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Doctor Felipe V. González, doctor en medicina. Caracas,
Pro. Doctor Antonio María Villoría, doctor en teología.
17 de noviembre de 1861.
Caracas, 25 de marzo de 1859.
Doctor Fernando Figueredo, doctor en derecho civil
Doctor Eloy Núñez, doctor en medicina. Caracas, 25 de
y canónico. Caracas, 13 de abril de 1862 y 22 de di-
marzo de 1859.
ciembre de 1877.
Pro. Doctor Efrén Cordero, doctor en teología. Caracas,
Doctor Miguel F. Sagarzazu, doctor en medicina. Cara-
25 de marzo de 1859. cas, 13 de abril de 1862.
Doctor Francisco Goicoechea, doctor en medicina. Ca-
Doctor Francisco de P. Acosta, doctor en medicina. Ca-
racas, 24 de abril de 1859.
racas, 13 de abril de 1862.
Doctor Ignacio Oropeza, hijo, doctor en medicina. Cara- Doctor Manuel María Ovalles, doctor en teología. Cara-
racas, 24 de abril de 1859.
cas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Leónidas Anzola, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Faustino Figueredo, doctor en medicina. Cara-
cas, 24 de abril de 1859.
cas, 8 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor Nicanor Rivero, doctor en teología. Cara- Doctor Fermín Lugo, doctor en medicina. Caracas,
cas, 17 de julio de 1859.
8 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor Gregorio Rodríguez, doctor en teología. Ca-
Doctor Manuel Vicente Montenegro, doctor en medici-
racas, 17 de julio de 1859.
na. Caracas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Aníbal Dominici, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Simón Silva, doctor en medicina. Caracas, 8
cas, 24 de julio de 1859.
de setiembre de I862.
Doctor Francisco C. Yepes, doctor en medicina. Caracas, Doctor Manuel María Urbaneja, doctor en filosofía.
2 de diciembre de 1860. Caracas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Manuel Durán, doctor en medicina. Caracas, 2 Doctor Wenceslao Monserrate, doctor en medicina.
de diciembre de 1860. Caracas, 28 de setiembre de 1862.
Doctor Manuel Dagnino, doctor en medicina. Caracas, 2 Doctor Sebastián Casañas, doctor en medicina. Cara-
de diciembre de 1860. cas, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Carlos L. Sánchez, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ramón E. Amitesarove, doctor en medicina.
2 de diciembre de 1860. Caracas, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Ramón López, doctor en medicina. Caracas, 2 de Doctor José Clavier, doctor en medicina. Caracas, 14
diciembre de 1860. de diciembre de 1862.
Doctor Francisco J. Narvarte, doctor en medicina. Cara- Doctor Carlos F. Cordero, doctor en medicina. Caracas,
cas, 16 de diciembre de 1S60.
14 de diciembre de 1862.
Doctor Rafael Villavicencio, doctor en medicina. Cara- Doctor Manuel Antonio Sifonte.s, doctor en medicina.
cas, 16 de diciembre de 1860. Caracas, 28 de diciembre de 1862.
Doctor Alejandro Frías, doctor en medicina. Caracas, 16 Doctor Florencio Oviedo, doctor en medicina. Caracas,
de diciembre de 1860. 28 de diciembre de 1862.
Doctor José Manuel Mancó, doctoren medicina. Caracas, Doctor Jorge González Rodil, doctor en cánones. Cara-
16 de diciembre de 1860. cas, 25 de marzo de 1863.
Doctor Carlos E. Rojas, doctor en medicina. Caracas, 16 Pro. doctor Antonio José Sucre, doctor en cánones.
de diciembre de 1860. Caracas, 25 de marzo de 1862.
Doctor José Antonio Méndez, doctoren medicina. Cara- Doctor Eulogio González, doctor en medicina. Cara-
cas, 16 de diciembre de 1860. cas, 31 de mayo de 1862.
Doctor Estanislao Landaeta, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ignacio Escobar, doctor en medicina. Caracas,
16 de diciembre de 1860. 31 de mayo de 1863.
Pro. Doctor Pedro León Lovera, doctor en teología. Ca- Doctor Lisandro Díaz, doctor en medicina. Caracas, 31
racas, 20 de enero de 1861. de mayo de 1863.
LXXIV INSTRUCCION SUPERIOR
Pro.doctor Manuel Alpizar, doctor en teología. Cara- Doctor Nicolás Delgado, doctor en derecho civil. Ca-
cas, 2 de agosto de 1863. racas, 4 de junio de 1865.
Doctor Agustín Rodríguez Trilla, doctor en derecho Doctor Pablo Borjas, hijo, doctor en derecho civil. Ca-
civil. Caracas, 30 de agosto de 1863. racas, 4 de junio de 1865.
Doctor Ramón Montilla Troanes, doctor en derecho Doctor Teófilo Villegas, doctor en medicina y cirujía.
civil. Caracas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 4 de junio de 1865.
Doctor Juan Manuel Velázquez Level, doctor en medi- Doctor Pro. Manuel José Avila, doctor en teología.
cina. Caracas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 9 de julio de 1865.
Doctor José María Ibarra, doctor en medicina. Cara- Doctor Pro. Francisco Guevara, doctor en teología.
cas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 9 de julio de 1865.
Maestro Jesús María Sistiaga, maestro en filosofía. Ca- Doctor Pro. Francisco Almeida, doctor en teología. Ca-
racas, 16 de abril de 1842. racas, 9 de julio de 1865.
Maestro Nicanor Cardier, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Jesús María Arroyo, doctor en teología. Cara-
9 de octubre de 1842. cas, 9 de julio de 1865.
Maestro Lino Hurtado, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Pro. Román Lovera, doctor en teología. Cara-
9 de octubre de 1842. cas, 21 de enero de 1866.
Maestro Carlos Piñero, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Agustín Contasti, doctoren derecho civil. Ca-
20 de noviembre de 1842. racas, 10 de junio de 1866.
Doctor Ignacio Dugarte, doctor en derecho civil. Doctor Francisco Díaz Grafe, doctor en medicina y
Caracas, 24 de lebrero de 1864. cirujía. Caracas, 10 de junio de 1866.
Doctor Feliciano Acevedo, doctor en medicina y ciru- Doctor Diego Eugenio Chacón, doctor en filosofía. Ca-
jía. Caracas, 15 de mayo de 1864. racas, I? de julio de 1866.
Doctor Manuel Antonio Michelena, doctor en derecho Doctor Bartolomé Ortiz, doctor en medicina y cirujía.
civil y canónico. Caracas, 15 de mayo de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Trinidad Acuña, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Ildefonso Vásquez, doctor en medicina y cirujía.
racas, 15 de mayo de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor José Antonio Ramos Martínez, doctor en dere- Doctor Jorge Nevado, doctor en medicina y cirujía.
cho canónico. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor José María Graterol, doctor en medicina y ciru- Doctor Maximiano Rincón, doctor en medicina y ciru-
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. jía. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Henrique Urdaneta, doctor en medicina y ciru- Doctor Baldomcro Benítez, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Pro. Juan José Bolet, doctor en teología. Ca- Doctor Paulino Balbuena, doctor en medicina y cirujía.
racas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Francisco E. Bustamante, doctor en medicina y Doctor Augusto Herrera, doctoren medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Andrés Riera Silva, doctor en medicina y ciru- Doctor Antonio R. Hernández, doctor en medicina y
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. cirujía. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Carlos González Bona, doctor en medicina y Doctor César Espino, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 30 de octubre de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Rosendo Pereira, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ignacio Ponte, doctor en medicina y ciru-
Caracas, 30 de octubre de 1864. jía. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Trinidad Figuera, doctor en teología. Caracas, Doctor Federico Tejera doctor en medicina y cirujía.
30 de octubre de 1864. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Pro. Elíseo Acuña, doctor en teología. Cara- Doctor Pablo A. Liendo, doctor en medicina y cirujía.
cas, 30 de octubre de 1864. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Alejandro Rotundo, doctor en medicina y ciru- Doctor Simón Vaamoude, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor José Eugenio Gómez, doctor en medicina y ci- Doctor Eladio L. Bello, doctor en medicina y cirujía.
rujía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor Manuel Antonio Urbina, doctor en medicina y Doctor Mariano Parra, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor Nicolás Reverón, doctor en medicina y cirujía. Doctor Juan Cuello, doctoren medicina y cirujía. Cara-
Caracas, 5 de febrero de 1865. cas, 31 de agosto de 1866.
Doctor Luis María Rodríguez Hernández, doctor en Doctor Pro. Antonio María Durán, doctor en derecho
medicina y cirujía. Caracas, 5 de febrero de 1865. canónico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel Isidro Osío, doctor en medicina y ci- Doctor Pro. Juan José Bolet, doctor en derecho canó-
rujía. Caracas, 5 de febrero de 1865. nico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Pro. José Angel García, doctor en teología. Ca- Doctor Pro. Pedro José Miserol, doctor en derecho ca-
racas, 5 de febrero de 1865. nónico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Andrés Antonio Silva, doctor en derecho ci- Doctor Pro. Juan Jo.sé Tovar, doctor en teología. Ca-
vil. Caracas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel Antonio Diez, doctor en medicina y Doctor Pro. Pedro León Lovera, doctor en cánones.
cirujía. Cai'acas, 4 de junio de 1865. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel María Urbaneja, doctor en derecho civil. Doctor Pro. Francisco Marvez, doctor en teología. Ca-
Caracas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Pedro Centeno, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Pro. José Regino Cuba, doctor en teología. Ca-
cas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Santiago Terrero, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Pro. Manuel Felipe Pereira, doctor en teología
racas, 4 de junio de 1865. y derecho canónico. Caracas, 13 de enero de 1867.
Doctor José Claro Tirado, doctor en medicina y ciru- Doctor Pro. Francisco Huerta, doctor en derecho canó-
jía. Caracas, 4 de junio de 1865. nico. Caracas, 31 de marzo de 1867.
Doctor José Luis Uzcanga, doctor en derecho civil. Doctor Pedro E. Campos, doctor en medicina y ciru-
Caracas, 4 de junio de 1865. jía. Caracas, 12 de julio de 1868.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXV
Doctor Fernando Tainayo, doctor en medicina y ciru- Doctor Alberto Guerra, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 12 de julio de 1868. Caracas, 20 de abril de 1873.
Doctor Salvador Plaza, doctor en medicina y cirujía. Doctor Fulgencio María Carias, doctor en derecho ci-
Caracas, 12 de julio de 1868. vil. Caracas, 15 de mayo de 1873.
Doctor Gerónimo Salazar, doctor en medicina y cirujía. Doctor Jesús María Portillo, doctor en derecho civil.
Caracas, 12 de julio de 1868. Caracas, 15 de mayo de 1873.
Doctor Antonio María Cárdenas, doctor en medicina y Doctor Diego Casañas Burguillos, doctor en derecho
cirujía. Caracas, 12 de julio de 1868. civil. Caracas, 10 de junio de 1873.
Doctor José de Jesús Gabaldón, doctor en medicina y Doctor Alfonso Rincón, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 2 de febrero de 1869. Caracas, 13 de julio de 1873.
Doctor Telésforo Oberto, doctor en medicina y cirujía. Doctor José María Núñez, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 2 de febrero de 1869. Caracas, 13 de julio de 1873.
Doctor Pro. Ladislao Amitesarove, doctor en teología. Doctor Alfredo Rincón, doctor en derecho civil. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 26 de octubre de 1873.
Doctor Simón W. Lazo, doctor en teología. Caracas, Doctor Pro. Virgilio L. Andrade, doctor en teología.
23 de mayo de 1869. Caracas, 23 de noviembre de 1873.
Doctor José déla Cruz Rodríguez, doctor en teología. Doctor Aguedo F. Alvarado, doctor en teología. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 23 de noviembre de 1873.
Doctor José Plaza, doctor en teología. Caracas, 23 de Doetor Manuel Russian, doctor en medicina y cirujía.
mayo de 1869. Caracas, 21 de diciembre de 1873.
Doctor Manuel Vicente Domínguez, doctor en teología. Doctor Tomás Lander, doctor en derecho civil. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 19 de abril de 1874.
Doctor Juan Pablo Wohnsiedler, doctor en teología. Doctor Raimundo Andueza Palacio, doctor en derecho
Caracas, 23 de mayo de 1869. civil. Caracas, 19 de abril de 1874.
Doctor Juan Bautista Castro, doctor en teología. Cara- Doctor Patricio Sánderson, doctor en medicina y ciru-
cas, 23 de mayo de 1869. jía. Caracas, 30 de mayo de 1874.
Doctor Jaime Antonio Picón, doctor en medicina y Doctor Gerónimo González, doctor en medicina y ciru-
cirujía. Caracas, 10 de marzo de 1870. jía. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Eugenio Morasso, doctor en medicina y cirujía. Doctor P. Daniel Rodríguez, doctor en medicina y
Caracas, 3 de abril de 1870. cirujía. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Teófilo Rodríguez, doctor en derecho canónico Doctor Pedro Arnal, doctor en medicina y cirujía.
y civil. Caracas, 4 de diciembre de 1870. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Manuel Escuin, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ignacio Cardozo, doctoren medicina y ciru-
Caracas, 4 de diciembre de 1870. jía. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor José María Rodríguez Armas, doctor en medici- Doctor Manuel M. Ponte, doctor en medicina y cirujía.
na y cirujía. Caracas, 4 de diciembre de 1870. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor Domingo Céspedes, doctor en medicina y ciru- Doctor Ignacio Benítez, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 19 de febrero de 1871. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor José María Velázquez, doctor en medicina y Doctor Miguel A. Troconis, doctor en medicina y ci-
cirujía. Caracas, 19 de febrero de 1871. rujía. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor Diego Cipriano Rodríguez, doctor en medicina Doctor Salvador Mena, doctor en medicina y cirujía.
y cirujía. Caracas, 19 de febrero de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Adolfo Frydensberg, doctor en medicina y ci- Doctor José Tomás Márquez, doctor en derecho civil.
rujía. Caracas, 16 de julio de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Santiago Gil, doctor en medicina y cirujía. Doctor Luis F. Guevara, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 16 de julio de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Pro. José Octaviano González, doctor en dere- Doctor Juan Francisco Castillo, doctor en derecho civil.
cho canónico. Caracas, 14 de abril de 1872. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Agustín Rodríguez, doctor en medicina y ciru- Doctor Manuel E. Uroza, doctor en cánones. Caracas,
jía. Caracas, 14 de abril de 1872. 25 de abril de 1875.
Doctor José Domingo Montero, doctor en medicina y Doctor Francisco Suárez, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 14 de abril de 1872. Caracas, 26 de mayo de 1875.
Doctor Lorenzo Figallo, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Jesús María Rivas Mundaráin, doctor en medicina
racas, 28 de julio de 1872. y cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor José Alejandro Serrano’, doctor en medicina y Doctor Federico R. Chirinos, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 8 de setiembre de 1872. cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor Leónidas Agüero, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ildefonso Torrealba, doctor en medicina y
Caracas, 20 de octubre de 1872. cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor Rafael Cortez, doctor en medicina y cirujía. Doctor Luis A. Ibarra, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 20 de octubre de 1872. Caracas, 26 de setiembre de 1875.
Doctor José Angel Ruiz, doctor en medicina y cirujía. Doctor Ignacio Núñez, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 20 de octubre de 1872. Caracas, 26 de setiembre de 1875.
Gabriel Briceño Picón, doctor en medicina y cirujía. Doctor Juan Marcos Imery Riissian, doctoren medici-
Caracas, 5 de noviembre de 1872. na y cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor José Francisco Rincón, doctor en medicina y Doctor Diego Bautista Barrios Parejo, doctor en derecho
cirujía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. civil. Caracas, 28 de noviembre de 1875.
Doctor Rafael Antonio García, doctor en medicina y Doctor Guillermo T. Villegas Pulido, doctor en dere-
cirujía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. cho civil. Caracas, 28 de noviembre de 1875.
Doctor Francisco Sánchez, doctor en medicina y ciru- Doctor Ceferino Hurtado, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Bogotá, incorporado en 2 de diciembre de 1875
Doctor Luis Mario Montero, doctoren medicina y ciru- Doctor Lorenzo Lucena, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Caracas, 23 de enero de 1876.
Doctor Juan de Jesús Rodríguez, doctor en derecho Doctor Francisco de Paula Méndez, doctor en teología.
civil. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Caracas, 23 de enero de 1876.
L XXVI INSTRUCCION SUPERIOR
Doctor Camilo S. Michelena, doctor en medicina y ci- Doctor José Antonio Chávez, doctor en derecho civil.
Caracas, de julio de 1876. Caracas, 27 de octubre de 1878.
rujía. 23
Doctor Rodolfo Basalo, doctor en medicina y cirujía. Doctor Jesús María Llavaneras, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 28 de octubre de 1878.
Caracas, 23 de julio de 1876.
Doctor Francisco A. Rísquez, doctor en medicina y ci- Doctor Pedro Ignacio González, doctor en derecho
civil. Caracas, 28 de octubre de 1878.
rnjía. Caracas, 30 de julio de 1876.
Doctor Eladio S. Matute, doctor en medicina y cirujía. Doctor Rafael María Castillo, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 15 de diciembre de 1878.
Caracas, 30 de julio de 1876.
Doctor José de Jesús Olivares, doctor en medicina y
_
Doctor Pedro Luengo, doctor en derecho civil. Cara- Doctor José C. Fnenmayor, doctor en derecho civil.
Caracas, 12 de marzo de 1882.
cas, 30 de agosto de 1878.
— — — — —
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I General José Antonio Pttez. 2 Dr. José María Vargas. 3 General Carlos Soublette.— 4 General José Tadeo Monagas. 5 General José Gregorio Monagas.
6 Manuel Felipe de Tovar. — 7 Mariscal Juan Crisóstomo Falcón. — 8 General Antonio Guzmán Blanco. 9 General Francisco Linares Alcántara.
10 General Joaquín Crespo. — ii Dr. Juan Pablo Rojas Paúl. 12 Dr. Raimundo Andueza Palacio.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXVII
Doctor Victoriano Márquez Bustillos, doctor en derecho Licenciado José Tomás Quintero, licenciado en teología,
civil. Caracas, sS de mayo de 1882. 28 de enero de 1813. /ii|K
Doctor Tulio Vásquez, doctor en medicina y cirujía. Licenciado Rafael Arvelo, licenciado en derecho civil, 29
Caracas, 30 de julio de 1882. de julio de 1820.
Doctor Ramón Hernández Matute, doctor en medicina Licenciado Antonio González, licenciado en teología, 9
de noviembre de 1820.
y cirujía. Caracas, 30 de julio de 1882.
Doctor Manuel Jiménez Cruz, doctor en medicina y Licenciado Juan Nepomuceno Orta, licenciado en derecho
cirujía. Caracas, 30 de julio de 1882. civil, 9 de julio de 1831.
Doctor Pedro María Brito González, doctor en derecho Licenciado José María Ramírez, licenciado en derecho ci-
civil. Caracas, 30 de julio de 1882. vil, 9 de noviembre de 1831.
Doctor Luis Aguerrevere Pacanins, doctor en medicina Licenciado Juan Jacinto Rivas, licenciado en derecho ci-
cirujía. Caracas, 6 de agosto de 1882. vil, 12 de noviembre de 1831.
y
Doctor Tomás Aguerrevere Pacanins, doctor en medi- Licenciado Manuel Rivas, licenciado en derecho civil, 5
cina y cirujía. Caracas, 6 de agosto de 1882. de noviembre de 1832.
Doctor Ramón Penzini, doctor en derecho civil. Cara- Licenciado José Francisco Cobos Fuertes, licenciado en
cas, 20 de agosto de 1882. derecho civil, 7 de febrero de 1833.
Doctor Nicomedes Zuloaga, doctor en derecho civil. Licenciado Andrés Oropeza, licenciado en derecho civil,
Caracas, 20 de agosto de 1882. 25 de mayo de 1833.
Doctor Antonio María Díaz, doctor en derecho civil. Licenciado Miguel G. Maya, licenciado en derecho civil,
Caracas, 20 de agosto de 1882. 15 de' octubre de 1834.
Doctor Maximiliano Iturbe, doctor en medicina y ciru- Licenciado Gerónimo Pérez, licenciado en derecho civil,
jía. Caracas, 20 de agosto de 1882. 24 de noviembre de 1834.
Doctor Luis Felipe Blanco, doctoren medicina y ciru- Licenciado José Cruz Monascal, licenciado en derecho ci-
jía. Caracas, 20 de agosto de 1882. vil, 25 de noviembre de 1834.
Doctor Juan Pedro Chuecos, doctor en medicina y Licenciado Francisco Gárate, licenciado en derecho civil,
cirujía. Caracas, 20 de agosto de 1882
24 de marzo de 1835.
Doctor Benigno Campos, doctor en medicina y cirujía. Licenciado Rodrigo Nicolás Briceño, licenciado en dere-
Caracas, 20 de agosto de 1882. cho civil, 19 de diciembre de 1835.
'
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, doctor en derecho ci- Licenciado Luis Arévalo, licenciado en derecho civil, 26
vil. Caracas, 2 de noviembre de 1882. de febrero de 1S36.
Doctor Rafael Seijas, doctor en derecho civil. Caracas, Licenciado Felipe Sojo, licenciado en derecho civil, ii de
2 de noviembre de 18S2. noviembre de 1836.
Doctor José Tomás Urdaneta, doctor en derecho civil. Licenciado Carlos Requena, licenciado en filosofía, 28 de
Caracas, 30 de noviembre de 1882. octubre de 1836.
Doctor José María Gil, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado Mariano Arteaga, licenciado en derecho civil,
Caracas, 3 de diciembre de 1882.
10 de diciembre de 1836.
Doctor Martín Herrera, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado Marcelino Rodríguez, licenciado en medicina,
Caracas, 3 de diciembre de 1882.
18 de enero de 1837.
Doctor Jesús María Sauce, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado José María Hurtado, licenciado en derecho ci-
Caracas, 23 de diciembre de 1882.
vil, II de febrero de 1837.
Licenciado Mateo Esteves, licenciado en derecho civil,
21 de abril de 1837.
CATÁLOGO DE LOS LICENCIADOS QUE NO HAN UECIBILO EL Licenciado Ramón Alcántara, licenciado en derecho ci-
GRADO DE DOCTOR EN ESTA ILUSTRE UNIVERSIDAD vil, 2 dejunio de 1837.
CENTRAL, DESDE SU FUNDACIÓN EN 1725 HASTA EL 3I Licenciado Francisco Javier Yanes, licenciado en derecho
civil, 14 de junio de 1837.
DE DICIEMBRE DE 1882, FORMADO DE ORDEN DE LA RES-
Licenciado Pedro Rafael Peraza, licenciado en derecho
PETABLE JUNTA DE INSPECCIÓN Y GOBIERNO.
civil, 5 de agosto de 1837.
Licenciado Miguel Morillo, licenciado en derecho civil, Licenciado Juan Antonio Jiménez, licenciado en medici-
na, 20 de setiembre de 1837.
13 de setiembre de 1747.
Licenciado Pedro Verois, licenciado en cánones, 23 de Licenciado Cristóbal Mendoza, licenciado en derecho ci-
vil, 27 de enero de 1838.
octubre de 1748.
Licenciado José Hernández, licenciado en teología, 27 Licenciado Miguel María de Casas, licenciado en derecho
civil, 3 de abril de 1838.
de junio de 1749.
Licenciado Francisco Oropeza, licenciado en cánones, Licenciado Juan Martínez, licenciado en derecho civil,
14 de noviembre de 1838.
25 de noviembre de 1751.
Licenciado Rafael Monserrate, licenciado en cánones, Licenciado Vicente Linares, licenciado en medicina, 15
18 de mayo de 1763. de diciembre de 1838.
Licenciado Pedro Muñoz, licenciado en cánones, i 9 de Licenciado José Ibarrolabnru, licenciado en derecho civil,
junio de 1763. 12 de diciembre de 1840.
Licenciado Mannel Tirado, licenciado en teología, 18 Licenciado Narciso Fragachán, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1765. vil, 6 de junio de 1840.
Licenciado Marcos Rivas, licenciado en teología, 6 de Licenciado Jesús María Sistiaga, licenciado en filosofía, 8
julio de 1791. de abril de 1842.
Licenciado José Rafael Naranjo, licenciado en teología, Licenciado Juan Jo.sé Mendoza, licenciado en derecho ci-
13 de de diciembre de 1797. vil, 9 de setiembre de 1842.
Licenciado Salvador Delgado, licenciado en teología, Licenciado Juan de la Cruz Carreño, licenciado en dere-
23 de agosto de 1798. cho civil, 6 de junio de 1842.
Licenciado Juan Antonio Zárraga, licenciado en derecho Licenciado Angel Aguerrevere, licenciado en medicina,
civil, 27 de julio de 1800. 6 de junio de 1S42.
Licenciado Manuel Monserrate, licenciado en teología, Licenciado Nicanor Cardier, licenciado en filosofía, 14 de
19 de noviembre de 1800. junio de 1842.
Licenciado José Félix Roscio, licenciado en teología, 27 Licenciado Lino Mercedes Hurtado, licenciado en filoso-
de noviembre de 1800. fía, 13 de setiembre de 1842.
LXXVIII INSTRUCCION SUPERIOR
Licenciado Gregorio Cegarra, licenciado en derecho civil, Licenciado Nicanor Cardier, licenciado en derecho ci-
16 de setiembre de 1842. vil, 30 de julio de 1847.
Licenciado Carlos Pinero, licenciado en filosofía, 17 de di- Licenciado Urbano Herrera, licenciado en derecho ci-
ciembre de 1842. vil, 14 de setiembre de 1847.
Licenciado Nicolás Toledo, licenciado en derecho civil, Licenciado Eugenio A. Rivera, licenciado en derecho
15 de octubre de 1842. civil, 18 de setiembre de 1847.
Licenciado Alberto Rojas, licenciado en derecho civil, 29 Licenciado Miguel R. García, licenciado en derecho
de octubre de 1842. civil, 9 de octubre de 1S47.
Licenciado Nicolás Garisa, licenciado en derecho civil, 10 Licenciado Ramón Sandoval, licenciado en derecho ci-
de noviembre de 1842. vil, 23 de noviembre de 1847.
Licenciado Manuel Acosta, licenciado en derecho civil, Licenciado Pablo Ucelai, licenciado en derecho civil,
12 de noviembre de 1842. 10 de enero de 1848.
Licenciado Cecilio Acosta, licenciado en filosofía, 15 de Licenciado Bonifacio Umanes, licenciado en medicina,
noviembre de 1842. 12 de enero de 1848.
Licenciado Miguel Herrera, licenciado en medicina, 22 Licenciado Domingo Villardiel, licenciado en derecho
de noviembre de 1842. civil, 27 de junio de 1848.
Licenciado Gabriel Ramos, licenciado en medicina, 18 Licenciado Eusebio Baptista, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1842. vil, 23 de setiembre de 1848.
Licenciado Francisco Siso, licenciado en medicina, 15 Licenciado Cecilio Acosta, licenciado en derecho civil,
de julio de 1843. 31 de octubre- de 1S48.
Licenciado Manuel Eusebio Irigoyen, licenciado en Licenciado Daniel Mendoza, licenciado en derecho ci-
medicina, 30 de julio de 1843. vil, 6 de diciembre de 184S.
Licenciado Rafael Martínez, licenciado en derecho civil, Licenciado Ramón Isidro Montes, licenciado en derecho
17 de octubre de 1843. civil, 12 de diciembre de 1848.
Licenciado Joaquín Hernández, licenciado en derecho Licenciado José María Machado, licenciado en derecho
civil, 24 de noviembre de 1843. civil, 13 de diciembre 1848.
Licenciado Diego Luis Troconis, licenciado en derecho Licenciado Ramón Ramírez, licenciado en derecho ci-
civil, 24 de enero de 1844. vil, 6 de febrero de 1849.
Licenciado Pedro Monsalve, licenciado en derecho ci- Licenciado Juan de Mata Ovalles, licenciado en derecho
vil, 9 de octubre de 1844. civil, 27 de marzo de 1849.
Licenciado Luis Sanojo, licenciado en derecho civil, 30 Licenciado Pablo Acosta, licenciado en derecho civil,
de octubre de 1844. 29 de marzo de 1849.
Licenciado Jesús María Sistiaga, licenciado en derecho Licenciado Leonardo Brito, licenciado en medicina, 26
civil, 20 de diciembre de 1844. de setiembre de 1849.
Licenciado José María Lucena, licenciado en derecho Licenciado José María Domínguez, licenciado en medici-
civil, 21 de diciembre de 1844. na, 7 de noviembre de 1849.
Licenciado Bartolomé Pebres Cordero, licenciado en Licenciado Jesús María González, licenciado en medici-
derecho civil, 14 de mayo de 1844. na, 6 de febrero de 1850.
Licenciado Antonio Pineda, licenciado en derecho civil, Licenciado Gerónimo González, licenciado en derecho
30 de mayo de 1844. civil, 21 de febrero de 1850.
Licenciado Mateo Agujlar, licenciado en teología, 3 de Licenciado Lucio Pulido, licenciado en derecho civil, 13
junio de 1844. de mayo de 1850.
Licenciado José Antonio Rodríguez, licenciado en de- LicenciadoFrancisco Sevillano, licenciado en medicina,
recho civil ,16 de setiembre de 1845. 29 de mayo de 1850.
Licenciado Manuel Delgado, licenciado en derecho civil, Licenciado Juan de la Trinidad Cazorla, licenciado en
14 de octubre de 1845. derecho civil, 5 de junio de 1850.
Licenciado Lucio Siso, licenciado en derecho civil, 18 Licenciado Marcelino Medina, licenciado en medicina, 8
de noviembre de 1845. de noviembre de 1850.
Licenciado Candelario Valera, licenciado en medicina, Licenciado Félix González Delgado, licenciado en dere-
29 de abril de 1846. cho civil, 19 de noviembre de 1851.
Licenciado Miguel Carmoua, licenciado en derecho ci- Licenciado Ramón Moreno, licenciado en derecho civil,
vil, 30 de abril de 1846.
5 de julio de 1851.
Licenciado Toribio Briceño, licenciado en derecho ci- Licenciado Juan de Dios Morales, licenciado en filosofía,
vil, 20 de octubre de 1846. 28 de julio de 1852.
Licenciado Carlos Piñero, licenciado en derecho civil, Licenciado Lino J. Revenga, licenciado en filosofía, 29
30 de setiembre de 1846. de julio de 1852.
Licenciado Juan de Dios Méndez, licenciado en derecho Licenciado Gregorio Fidel Méndez, licenciado en filosofía,
civil, I? de octubre de 1846. 30 de julio de 1852.
I/icenciado Rafael Echezuría, licenciado en medicina, Licenciado Eduardo Castro, licenciado en filosoíía, 31 de
21 de noviembre de 1846. de julio de 1852.
Licenciado Andrés Herrera, licenciado en medicina, 16 Licenciado José Antonio Huizi, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1846. vil, 2 de agosto de 1852,
Licenciado Lino Hurtado, licenciado en derecho civil, Licenciado Rafael González Delgado, licenciado en de-
5 de enero de 1S47. recho civil, 13 de setiembre de 1852.
Licenciado Francisco Pimentel y Roth, licenciado en Licenciado Antonio Ednardo, licenciado en derecho civil,
derecho civil, 6 de marzo de 1847. 25 de setiembre de 1852.
Licenciado Lorenzo Tamayo, licenciado en derecho ci- Licenciado José Félix Soto, licenciado en derecho civil,
vil, iV de mayo de 1847.
5 de octubre de 1852.
Licenciado Juan de Dios Morales, licenciado en derecho Licenciado Francisco J. Mármol, licenciado en derecho
civil, 22 de mayo de 1847. civil, 20 de octubre de 1S52.
Licenciado Rafael Lozada, licenciado en derecho civil, Licenciado Francisco G. Pardo, licenciado en derecho ci-
25 de mayo de 1847. vil, 23 de octubre de 1852.
Licenciado Abdénago Espinosa, licenciado en medici- Licenciado Carlos Moreno, licenciado en medicina, 6 de
na, 8 de julio de 1847. noviembre de 1832.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXIX
Licenciado Juan José Briceño, licenciado en medicina 23 Licenciado Rosendo Gómez, licenciado en medicina y ci-
de noviembre de 1852. rujía, 4 de marzo de 1859.
Licenciado Antonio Palacios, licenciado en filosofía, 29 Licenciado Domingo Céspedes, licenciado en medicina y
de noviembre de 1852. cirujía, 4 de mayo de i%9-
Licenciado Crii,z Llamozas, licenciado en medicina, 10 de Licenciado Pedro Blanco, licenciado en derecho civil, 21
diciembre de 1852. de setiembre de 1860.
Licenciado Isaías Herrera, licenciado en medicina, 16 de Licenciado Antonio Hernández, licenciado en derecho ci-
diciembre de 1852. vil, 22 de setiembre de 1860.
Licenciado Ceferino Bello, licenciado en medicina, 5 de Licenciado Pacífico Gual, licenciado en derecho civil, 9
de enero de 1853. de octubre de 1860.
Licenciado Rufino Reverón, licenciado en derecho civil, Licenciado Francisco Umérez, licenciado en derecho ci-
20 de enero de 1853. vil, 3 de noviembre de 1860.
Licenciado Paulo Emilio Pardo, licenciado en medicina, Licenciado Federico Pimentel, licenciado en derecho ci-
5 de febrero de 1853. vil, 24 de noviembre de 1860.
Licenciado Vicente Amparan, licenciado en medicina, 26 Licenciado Graciliano González, licenciado en medicina
de febrero de 1853. y cirujía, 30 de noviembre de 1860.
Licenciado Zacarías Briceño, licenciado en derecho civil, Licenciado Luis Mateo Céspedes, licenciado en derecho ci-
14 de junio de 1853. vil, II de diciembre de 1860.
Licenciado Antonio Palacios, licenciado en derecho civil, Licenciado Valentín Espinal, licenciado en derecho civil,
26 de noviembre de 1853. 5 de diciembre de 1860.
Licenciado Luis Rodríguez, licenciado en derecho civil, Licenciado Belisario Gallegos, licenciado en medicina y
16 de marzo de 1854. cirujía, 12 de enero de 1861.
Licenciado Juan Cazorla, licenciado en cánones, 18 de Licenciado Tomás Castillo Alvarenga, licenciado en de-
marzo de 1854. recho civil, 15 de enero de 1861.
Licenciado Ricardo Espinal, licenciado en medicina, 30 Licenciado Pedro Delgado, licenciado en derecho civil,
de mayo de 1854. 25 de enero de 1861.
Licenciado Juan de Dios Roo, licenciado en medicina, 15 Licenciado Manuel Ponce de León, licenciado en medi-
de julio de 1854. cina y cirujía, 20 de febrero de 1861.
Licenciado Gregorio Méndez, licenciado en medicina y Licenciado Juan Nepomuceno Urdaneta, licenciado en de-
cirujía, 25 de julio de 1854. recho civil, 6 de abril de 1861.
Licenciado José María Hurtado, licenciado en derecho Licenciado Francisco E. Caballero, licenciado en derecho
civil, 30 de setiembre de 1854. civil, 28 de junio de 1861.
Licenciado Ramón Antonio Parra, licenciado en teología, Licenciado José Cardozo, licenciado en medicina y cirujía,
25 de enero de 1855. II de julio de 1861.
Licenciado Jesús María Pérez, licenciado en derecho civil, Licenciado Santiago María Rodríguez, licenciado en de-
16 de marzo de 1855. recho civil, 19 de diciembre de 1861.
Licenciado Félix María Escorcha, licenciado en derecho Licenciado Antonio María Iriarte, licenciado en derecho
civil, 20 de junio de 1855. civil, 13 de junio de 1861.
Licenciado Vidal Pérez, licenciado en derecho civil, 27 de Licenciado Diego B. Urbaneja, licenciado en derecho ci-
junio de 1855. vil, 30 de julio de 1S62.
Licenciado Angel Fermín Ramírez, licenciado en derecho Licenciado Simón Zárraga, licenciado en derecho civil,
civil, 26 de octubre de 1855. 31 de julio de 1862.
Licenciado Eustaquio González, licenciado en medicina Licenciado Jesús María Morales Marcano, licenciado en
y cirujía, 17 de noviembre de 1855. derecho civil, 16 de setiembre de 1862.
Licenciado Ensebio Díaz, licenciado en derecho civil, 26 Licenciado Santiago Ibarra, licenciado en derecho civil,
de enero de 1856. 31 de octubre de 1862.
Licenciado Miguel Caballero Herrera, licenciado en me- Licenciado Heraclio Ortiz, licenciado en derecho civil,
dicina y cirujía, 23 de julio de 1856. 7
de noviembre de 1862.
Licenciado Eladio Lara, licenciado en medicina y cirujía, Licenciado Teófilo Hurtado, licenciado en derecho civil,
31 de julio de 1856. 16 de mayo de 1863.
Licenciado José Vallenilla Cova, licenciado en medicina Licenciado Federico Izaguirre, licenciado en derecho ci-
y cirujía, 15 de octubre de 1856. vil, 26 de mayo de 1863.
Licenciado Miguel Zárraga, licenciado en derecho civil, Licenciado Carlos Salom, licenciado en derecho civil, de
3
7 de noviembre de 1856. junio de 1863.
Licenciado José Rojas Paúl, licenciado en medicina y ci- Licenciado Francisco de P. Vásquez, licenciado en dere-
rujía, 12 de diciembre de 1856. cho civil, 27 de junio de 1863.
Licenciado Jorge Ríos, licenciado en medicina y cirujía, Licenciado Elias Reverón, licenciado en derecho civil, 25
25 de diciembre de 1856. de julio de 1863.
Licenciado Joaquín Caraballo, licenciado en medicina y Licenciado Eduardo Gárate, licenciado en derecho civil,
cirujía, 14 de enero de 1857.
4
de agosto de 1863.
Licenciado Manuel M. Martínez, licenciado en derecho Licenciado Jaime Roberto Sánderson, licenciado en dere-
civil, 6 de mayo de 1857. cho 22 de agosto de 1863.
civil,
Licenciado Carlos F. Bigott, licenciado en medicina y Licenciado Pedro Bermúdez, licenciado en derecho civil,
cirujía, 12 de agosto de 1857.
29 de agosto de 1863.
Licenciado Fernando G. Meza, licenciado en derecho ci- Licenciado Santiago Ponce de León, licenciado en medi-
vil, 10 de setiembre de 1857. cina y cirujía, 31 de octubre de 1863.
Licenciado Rafael Rodríguez, licenciado en medicina y Licenciado Juan Manuel Riera, licenciado en derecho ci-
cirujía, 30 de octubre de 1857. vil, 14 de noviembre de 1863.
Licenciado Carlos A. Rodríguez, licenciado en teología, Licenciado Arbonio Pérez, licenciado en derecho civil,
12 de diciembre de 1857. 3
de diciembre de 1863.
Licenciado José Gregorio Solano, licenciado en filosofía, Licenciado Brígido Natera, licenciado en derecho civil, 12
2 de marzo de 1858. de abril de 186^.
Licenciado Emeterio Fornes, licenciado en medicina licenciado Andrés González, licenciado en medicina
y y
cirujía, 23 de octubre de 1858. cirujía, 21 de mayo de 1864.
LXXX INSTRUCCION SUPERIOR
Licenciado Manuel María Díaz, licenciado en medici- Licenciado Miguel Carabaño, licenciado en derecho
na y cirnjía, i6 de julio de 1864. civil, 5 de setiembre de 1868.
Licenciado Manuel M. Anrrecoechea, licenciado en Licenciado Diego Amitesarove, licenciado en medicina
medicina y cirnjía, 20 de julio de 1864. y cirujía, 16 de diciembre de 1868.
Licenciado Santiago Izaguirre, licenciado en medicina Licenciado José Antonio Hernández, licenciado en me-
cirnjía, 20 de julio de 1864. dicina y cirujía, 23 de enero de 1869.
y
Licenciado José María González Tovar, licenciado en Licenciado Luis María Castillo, licenciado en derecho
derecho civil, 23 de julio de 1864. civil. 13 de mayo de 1869.
Licenciado Manuel L- Hurtado, licenciado en derecho Licenciado Cristóbal Mendoza, licenciado en derecho
civil, I? de setiembre de 1864. civil, II de junio de 1869.
Licenciado Nicolás Ascanio, licenciado en derecho ci- Licenciado Felipe Aguerrevere, licenciado en derecho
vil, 15 de setiembre de 1864. civil, 12 de junio de 1869.
Licenciado Froilán Correa, licenciado en medicina y Licenciado Juan Jo.sé Mendoza, hijo, licenciado en dere-
cirnjía, 22 de setiembre de 1865. cho civil, 30 de junio de 1869.
Licenciado Nicolás Anzola, licenciado en derecho civil, Licenciado Ramón Parra Picón, licenciado en medici-
22 de setiembre de 1864. na y cirujía, 22 de julio de 1870.
Licenciado IMiguel María Rodríguez, licenciado en Licenciado Carlos Urrutia, licenciado en derecho civil,
derecho civil, 22 de setiembre de 1864. 10 de diciembre de 1870.
Licenciado Pedro José Coronado, licenciado en derecho Licenciado Francisco María Villarroel, licenciado en
civil, 6 de octubre de 1864. derecho civil, 24 de marzo de 1871.
Licenciado Santos Ortega, licenciado en derecho civil, Licenciado Rómulo E. D’ Aubeterre, licenciado en
27 de octubre de 1864. medicina y cirujía, 21 de abril de 1871.
Licenciado Ramón Pompa, licenciado en derecho civil, Licenciado Asunción Farreras, licenciado en medicina
28 de octubre de 1864. y cirujía, 24 de julio de 1872.
Licenciado Angel María Díaz, licenciado en derecho Licenciado Ricardo M. Núñezy Núñez, licenciado en
civil, 12 de noviembre de 1864. derecho civil, 22 de octubre de 1872.
Licenciado Fernando Burgnillos, licenciado en derecho Licenciado Alfredo Machado, licenciado en medicina
civil, 30 de diciembre de 1864. Y cirujía, 16 de noviembre de 1872.
Licenciado Teóíilo Trujillo, licenciado en medicina y Licenciado Ensebio Bejarano, licenciado en cánones, 13
cirnjía, 31 de diciembre de 1864. de enero de 1873.
Licenciado José Urbano Olivares, licenciado en medi- Licenciado Lorenzo S. Mendoza, licenciado en medici-
cina y cirnjía, 24 de febrero de 1865. na y cirnjía, 5 de marzo de 1873.
Licenciado Miguel Gerónimo Arroyo, licenciado en Licenciado Francisco Izquierdo, licenciado en teología,
derecho civil, 28 de marzo de 1865. 11 de marzodei873.
Licenciado Laureano Villanueva, licenciado en medi- Licenciado José M. Cepeda Pinillo, licenciado en dere-
cina y cirnjía, 29 de abril de 1865. cho civil, 26 de abril de 1873.
Licenciado José Manuel Barceló, licenciado en derecho Licenciado Aniceto Ramírez, licenciado en medicina y
civil, 17 de mayo de 1865. cirujía, 28 de junio de 1873.
Licenciado Francisco Suárez, licenciado en medicina Licenciado Ramón Seijas, licenciado en derecho civil,
I? de abril de 1874.
y cirnjía, 2 de setiembre de 1865.
Licenciado Andrés A. Pérez, licenciado en medicina Licenciado Camilo Alfaro, licenciado en derecho civil,
y cirnjía, 2 de setiembre de 1865. 15 de abril de 1874.
Licenciado Jesfis María Pereira, licenciado en derecho Licenciado José Martínez Maíz, licenciado en derecho
civil, 18 de noviembre de 1865. civil, 21 de abril de 1874.
Licenciado José María Ruiz, licenciado en derecho ci- Licenciado José Rafael Pacheco, licenciado en derecho
vil, i” de diciembre de 1885. civil, 28 de abril de 1874.
Licenciado |osé Rafael Briceño, licenciado en medici- Licenciado Fernando Urdaneta, licenciado en derecho
na y cirnjía, 22 de diciembre de 1865. civil, 20 de junio de 1874.
Licenciado Domingo J. Guzmán Bastardo, licenciado Licenciado Luis Ortega, licenciado en medicina y ci-
en medicina y cirnjía, 14 de julio de 1866. rujía, 31 de octubre de 1874.
Licenciado Juan José Rangel, licenciado en medicina y Licenciado Francisco Trujillo Bello, licenciado en me-
dicina y cirujía, 12 de diciembre de 1874.
cirnjía, i? de agosto de 1866.
Licenciado Luis Ignacio Guevara, licenciado en teolo- Licenciado Federico Urbano, licenciado en derecho ci-
gía, 2 de agosto de 1866. vil, 24 de julio de 1875.
Licenciado Juan Lorenzo Cordero, licenciado en medi- Licenciado Luis Laloubie, licenciado en medicina y
cina y cirujía, 23 de febrero de 1867. cirujía, 31 de julio de 1875.
Licenciado Simón Barceló, licenciado en medicina y Licenciado Manuel Araujo, licenciado en medicina y
cirujía, 5 de abril de 1867. cirujía, 7 de setiembre de 1875.
Licenciado Vicente Benítez, licenciado en derecho ci- Licenciado Narciso López Camacho, licenciado en me-
vil, 14 de mayo de 1867. dicina y cirnjía, 19 de noviembre de 1875.
Licenciado Mariano Diez, licenciado en derecho civil, Licenciado Nicolás María Olivares, licenciado en teo-
I? de agosto de 1867.
.
logía, 20 de noviembre de 1875.
Licenciado Graciano Riera Aguinagalde, licenciado en Licenciado Eduardo Ezpelosín, licenciado en derecho
cánones, 10 de agosto de 1867. civil, 4 de diciembre de 1875.
Licenciado Juan Pablo Diez, licenciado en derecho ci- Licenciado Helímenas F'inol, licenciado en medicina y
vil, 13 de febrero de 186S. cirujía, 16 de diciembre de 1875.
Licenciado Manuel Castro, licenciado en medicina y Licenciado Miguel Villalobos, licenciado en medicina
cirujía, II de julio de 1868. y cirujía, 8 de abril de 1876.
Licenciado Andrés Agnerrevere, licenciado en medici- Licenciado José R. Mejías, licenciado en medicina y ci-
na y cirnjía, 16 de julio de 1868. rnjía, 15 de julio de 1876.
Licenciado Gerónimo A. Blanco, licenciado en medici- Licenciado Pedro José Saavedra, licenciado en derecho
na y cirnjía, 17 de julio de 1868. civil, 12 de agosto de 1876.
Licenciado Eduardo Célis, licenciado en medicina y Licenciado Manuel Palacios Renjifo, licenciado en me-
cirnjía, 6 de agosto de 1868. dicina y cirujía, 10 de agosto de 1877.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXI
Licenciado Eliodoro Pineda, licenciado en derecho ci- J.icenciado Manuel María Roo, licenciado en medicina
vil, 13 de agosto de 1877. y cirnjía, 26 de julio de 1882.
Licenciado Jnan de Dios Méndez, licenciado en derecho Licenciado Atilano Vizcarrondo, licenciado en medicina
civil, 14 de agosto de 1877. y cirujía, 2 de agosto de 1882.
Licenciado Miguel R. Ruiz, licenciado en medicina y Licenciado Francisco de Paula Quintero, licenciado en
cirnjía, 14 de agosto de 1877. derecho civil, 28 de agosto de 1882.
Licenciado Alberto Splieth, licenciado en medicina y Licenciado Cecilio Sarmiento, licenciado en medicina y
cirnjía, 17 de agosto de 1877. cirujía, 14 de setiembre de 1882.
Licenciado Timoteo Pérez Vanes, licenciado en medi- Licenciado José Félix Soto Silva, licenciado en medici-
cina y cirnjía, 18 de octubre de 1877. na y cirujía, 21 de setiembre de 1882.
Licenciado Juan Penzini, licenciado en filosofía, 17 de Licenciado Jesús María Sifontes, licenciado en teología,
noviembre de 1877. 23 de setiembre de 1882.
Licenciado Diego Bautista Urbaneja Padrón, licencia-
do en filosofía, 19 de noviembre de 1877.
Licenciado Daniel Mijares, licenciado en derecho civil, LISTA DE LOS MAESTROS EN FILOSOFIA GRADUADOS EN ESTA
I? de diciembre de 1877. ILUSTRE UNIVERSIDAD CENTRAL, DESDE SU FUNDACIÓN
Licenciado Jnan Pablo Tamayo, licenciado en medicina EN HASTA EL 20 DE NOVIEMBRE DE 1842 (*)
1725
julio de 1877.
y cirnjía, ii de
Licenciado Pedro Viceftte Mijares, licenciado en dere- Juan Antonio Ponce, maestro en filosofía. Caracas, 26
cho civil, 14 de agosto de 1878. de julio de 1730.
Licenciado Ignacio Páez Pumar, licenciado en derecho Ensebio Díaz, maestro en filosofía. Caracas, 30 de julio
civil, 9 de setiembre de 1878. de 1730.
Licenciado Eladio Lugo, licenciado en medicina y ci- Pedro Nicolás Monasterios, maestro en filosofía. Cara-
rujía, 22 de enero de 1879. cas, 13 de agosto de 1720.
Licenciado Francisco Pérez, licenciado en medicina y Clemente Ortiz, maestro en filosofía. Caracas, 15 de
cirnjía, 21 de febrero de 1879. agosto de 1733.
Licenciado Francisco José Acosta, licenciado en medi- Vicente Hermoso de Mendoza, maestro en filosofía. Cara-
cina y cirnjía, 24 de abril de 1879. cas, 4 de setiembre de 1733.
Licenciado Miguel Célis, licenciado en derecho civil, Diego Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, 13 de se-
21 de mayo de 1879.
tiembre de 1733.
Licenciado Emilio Pérez, licenciado en medicina y ci- José Atienza, maestro en filosotía. Caracas, 13 de se-
rujía, 6 de junio de 1879.
tiembre de 1733.
Licenciado Pedro Ignacio Aguerrevere, licenciado en Bartolomé Carrasquel, maestro en filosofía. Caracas, 10
medicina y cirnjía, 13 de junio de 1879. de octubre de 1874.
Manuel Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 25 de
Licenciado Juan Manuel Escalona, licenciado en medi-
julio de 1736.
cina y cirnjía, 18 de junio de 1879.
Luis José Vargas, maestro en filosotía. Caracas, 26 de
Licenciado Luis Ezpelosín, licenciado en medicina y
julio de 1736.
cirnjía, 19 de junio de 1879.
Licenciado Jnan Pietri, licenciado en medicina y cirnjía, José de Castro, maestro en filosofía. Caracas, 16 de se-
tiembre de 1736.
21 de junio de 1879.
Licenciado Manuel María Vargas, licenciado en medici- Juan de Castro, maestro en filosofía. Caracas, 23 de se-
tiembre de 1736.
na y cirnjía, 23 de julio de 1879.
Diego Aguado, maestro en filosofía. Caracas, 28 de octu-
Licenciado Miguel Parra, licenciado en medicina y
bre de 173Ó.
cirnjía, 26 de julio de 1879.
Licenciado José de jesús Vigas, licenciado en medicina Juan Sustaiza, maestro en filosofía. Caracas, 2 de di-
ciembre de 1736.
y cirnjía, 30 de julio de 1879. Cristóbal Chirinos, maestro en filosofía. Caracas, 23 de
Licenciado Francisco de Paula Quintero, licenciado en
diciembre de 1736.
filosofía, 30 de agosto de 1879.
Juan de Rada, maestro en filosofía. Caracas, 3 de no-
Licenciado Miguel Páez Pumar, licenciado en filosofía,
viembre de 1737.
31 de agosto de 1879. Francisco Chirinos, maestro en filosofía. Caracas, 16
Licenciado Francisco Villegas, licenciado en medicina
de julio de 1741.
y cirujía, 13 de setiembre de 1879. Francisco Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 18
Licenciado Pedro S. Barrios, licenciado en filosofía, 14
de febrero de 1742.
de setiembre de 1879. Blas Hernández, maestro en filosofía. Caracas, 26 de
Licenciado Julio Dugarte, licenciado en derecho civil,
diciembre de 1742.
4 de octubre de 1879.
Diego Camejo, maestro en filosofía. Caracas, 10 de fe-
Licenciado Rafael González, licenciado en derecho ci-
brero de 1743.
vil, 18 de noviembre de 1879.
Ambrosio Cena y Castillo, maestro en filosofía. Caracas,
Licenciado Alejandro Carrillo, licenciado en derecho
15 de agosto de 1744.
civil, 19 de noviembre de 1879.
Juan Marrón, maestro en filosofía. Caracas, 8 de noviem-
Licenciado Julio González, licenciado en derecho civil, bre de 1744.
20 de noviembre de 1879. Diego Mejías, maestro en filosofía. Caracas, 25 de di-
Licenciado Manuel María González, licenciado en me- ciembre de 1744.
dicina y cirujía, 29 dé noviembre de 1879. R. P. Fray Pedro Noguera, maestro en filosofía. Cara-
Licenciado Simón Montiel, licenciado en medicina y cas, 14 de agosto de 1746.
cirujía, 4 de noviembre de 1880. R. P. Fray José M. Vizcaya, maestro en filosofía. Cara-
Licenciado Rafael A. Pérez, licenciado en medicina y cas, 9 de octubre de 1746.
cirujía, II de noviembre de 1880.
Juan Borges, maestro en filosofía. Caracas, 15 de agosto
Licenciado Alejandro Andrade, licenciado en derecho de 1748.
civil, 7 de mayo de 1881.
José Cúrvelo, maestro en filosofía. Caracas, 15 de
Licenciado Leopoldo Sánchez, licenciado en derecho agosto de 1748.
civil, 7 de mayo de 1881.
Licenciado Pedro Celestino Muñoz, licenciado en me- (*) El grado de maestro en filosofía quedó abolido por el Código de Instruc-
dicina y cirujía, 25 de julio de 1882. ción Pública de 20 de junio de 1843.
LXXXII INSTRUCCION SUPERIOR
Juan José Oropeza, maestro en filosofía. Caracas, 1 8 de Miguel Vera, maestro en filosofía. Caraeas,
agosto de 1748. 7 de diciem-
bre de 1791.
Juan Luis Escalona, maestro en filosofía. Caracas, 19 Cristóbal Mendoza, maestro en filosofía. Caracas, i? de
de abril de 1750. abril de 1793.
Francisco Atienza, maestro en filosofía. Caracas, 19 de Juan José Maya, maestro en filosofía. Caracas, i9 de
abril de 1750. abril de 1793.
Simón Machado, maestro en filosofía. Caracas,
5 de José María Gárate, maestro en filosofía. Caracas,
23 de
abril de 1751. junio de 1794.
R. P. Fray Pedro Figueira. Caracas, 26 de diciembre Juan de Dios Fcharri, maestro en filosofía. Caraeas, 23
de 1751.
_
de junio de 1794.
Carlos Pulido, maestro en filosofía. Caracas, 30 de José Rafael Naranjo, maestro en filosofía. Caracas, 26 de
agosto de 1752. diciembre de 1794.
Diego Acosta, maestro en filosofía. Caracas, 22 de abril José Prudencio Lanz, maestro en filosofía. Caracas,
de 1753. 27
’
de diciembre de 1794.
Francisco Siso, maestro en filosofía. Caracas, 22 de Ramón García Roa, maestro en filosofía. Caracas 13
abril de 1753. ^
de mayo de 1796.
’
Bernardo Francisco Arias, maestro en filosoíía. Cara- Manuel Montenegro, maestro en filosofía. Caracas, 13
cas, 6 de junio de 1756. ^
de mayo de 1796.
Juan Lorenzo González, maestro en filosofía. Caracas, Manuel Cayetano Monserrate, maestro en filosofía. Ca-
6 de junio de 1756. racas, 27 de mayo de 1796.
R. P. Fray Bernardo de Castro, maestro en filosoíía. José Vicente Mercader, maestro en filosofía. Caracas 6
Caracas, 15 de julio de 1759. de enero de 1798. ’
Manuel Tirado, maestro en filosofía. Caracas, 21 de Tomás Serrano, maestro en filosofía. Caracas, n de
noviembre de 1762. mayo de 1799.
Mateo Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 21 de Francisco Antonio López, maestro en filosofía. Caracas
noviembre de 1762. II de mayo de 1799.
’
José Antonio López, maestro en filosofía. Caracas, 10 José Angel Machillanda, maestro en filosofía. Caracas
de julio de 1763. ’
23 de junio de 1799.
Francisco José Navarrete, maestro en filosofía. Cara- José Antonio Zagarzazu, maestro en filosofía. Caracas
cas, 7 de octubre de 1764. ’
31 de octubre de 1802.
Manuel José España, maestro en filosofía. Caracas, 20 Tomás Bermúdez, maestro en filosofía. Caracas, 17 de
de enero de 1765. noviembre de 1805.
Bartolomé Antique, maestro en filosofía. Caracas, 28 Tomás Montenegro, maestro en filosofía. Caracas, 24
de setiembre de 1766. de agosto de 1806.
Diego Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, i? de ene- Antonio Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, 20 de
ro de 1767. _
junio de 1808.
R. P. Fray Diego Muñoz. Caracas, maestro en filoso- Juan Bautista Riverol, maestro en filosofía. Caracas
fía, 10 de enero de 1767. 31 de julio de 1808.
’
Silvestre Méndez, maestreen filosofía. Caracas, 5 de fe- Juan Zubiría, maestro en filosofía. Caracas,
brero de 1769. ’ 9 de octubre
de 1808.
Juan José Lugo, maestro en filosofía. Caracas, 31 de José Francisco Azcue, maestro en filosofía. Caracas 2
marzo de 1771. de febrero de 1809.
'
Pedro Domingo Gil, maestro en filosofía. Caracas, 26 de José María Benítez, maestro en filosofía. Caraeas, 18
diciembre de 1771. de marzo de 1810.
’
José Antonio Mengo, maestro en filosofía. Caracas, 10 Tomás Sanes, maestro en filosofía. Caracas, 18 de ao-os-
de agosto de 1772. to de 1811.
Juan Pablo Marrero, maestro en filosofía. Caracas, 24 José Joaquín Freites, maestro en filosofía. Caracas, 17
de octubre de 1773. de enero de 1813.
Lucas Ladera, maestro en filosofía. Caracas, 25 de Pedro José González, maestro en filosofía. Caracas, 22
julio de 1775. de abril de 1821.
^
Nicolás Díaz Padrón, maestro en filosofía. Caracas, 25 Rafael Acevedo, maestro en filosofía. Caracas, 20 de
_
Rafael Verdes, maestro en filosofía. Caracas, 28 de di- Anselmo Méndez, maestro en filosofía. Caracas. 20 de
ciembre de 1777. abril de 1824.
Vicente Ascanio, maestro en filosofía. Caracas, 24 de José Macario Yepes, maestro en filosofía. Caracas, 24
junio de 1778. de junio de 1824.
José Estanislao Veroes, maestro en filosofía. Caracas, 24 Miguel Mujica, maestro en filosofía. Caracas,
de junio de 1778. 24 de ju-
nio de 1830.
Luis Escalona, maestro en filosofía. Caracas, 19 de no- Esteban Gómez, maestro en filosofía. Caracas,
viembre de 1780. 4 de se-
tiembre de 1831.
Martín Cova, maestro en filosofía. Caracas, 25 de julio Nicolás Anzola Tovar, maestro en filosofía. Caracas, i?
de 1785. de julio de 1832.
‘ ’
Jesús María Sistiaga, maestro en filosofía. Caracas, i6 Pro. Doctor Ramón González, doctor en ciencias ecle-
de de 1842.
abril siásticas. Caracas, 18 de mayo de 1884.
Nicanor Cardier, maestro en filosofía. Caracas, 9 de oc- Doctor Félix G. Montes, doctor en ciencias políticas.
tubre de 1842. Caracas, 16 de junio de 1884.
Lino Hurtado, maestro en filosofía. Caracas, 9 de octu- Doctor Gabriel Matheus, doctor en ciencias médicas.
bre de 1842. Caracas, 30 de julio de 1883.
Carlos Piñero, maestro en filosofía. Caracas, 20 de no- Doctor Francisco Mier y Terán, doctor en ciencias po-
viembre de 1842. líticas. Caracas, 31 de julio de 1883.
Doctor Mariano Herrera, doctor en ciencias políticas.
Caracas, 1° de agosto de 1883.
doctores y ijcenciados de la universidad central de Doctor Juan José Labié, doctor en ciencias médicas.
VENEZUELA DESDE 1883 HASTA 1889. Caracas, i? de agosto de 1883.
Doctor Fernando Yepes Peraza, doctor en ciencias
Licenciado Ramón Sosa Navarro, licenciado en cien- médicas. Caracas, i? de agosto de 1883.
cias médicas. Caracas, 9 de febrero de 1883. Doctor Francisco de Paula Reyes, doctor en ciencias
Licenciado Pedro Santiago Bárrios, licenciado en cien- políticas. Caracas, 2 de agosto de 1883.
cias médicas. Caracas, 17 de marzo de 1883. Doctor Lisandro Alvarado, doctor en ciencias médicas.
Licenciado José Tomás Sosa Saa, licenciado en derecho Caracas, 2 de agosto de 1883.
canónico. Caracas, 8 de junio de 1883.
Doctor Manuel E. Carreyó Luces, doctor en ciencias mé-
Licenciado Rafael Silveira, licenciado en ciencias filosó-
dicas. Caracas, 2 de agosto de 1883.
ficas. Caracas, 18 de junio de 1883.
Doctor Andrés A. Arreaza, doctor en ciencias eclesiás-
Licenciado Santiago Aguerrevere, licenciado en cien-
ticas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
cias filosóficas. Caracas, 28 de junio de 1883.
Pro. Doctor Elias Bello, doctor en ciencias eclesiásti-
Licenciado Jorge Nevett, licenciado en ciencias filosó-
cas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
ficas. Caracas, 6 de julio de 1883.
Doctor Luis Razetti Martínez, doctor en ciencias mé-
Licenciado Gustavo Nevett, licenciado en ciencias filo-
dicas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
sóficas. Caracas, 6 de julio de 1883.
Doctor Angel Martínez, doctor en ciencias médicas.
Licenciado José María Ortega Martínez, licenciado en
Caracas, 4 de agosto de 1883.
ciencias filosóficas. Caracas, 21 de julio de 1883.
Doctor Agustín Aponte, doctor en ciencias médicas.
Licenciado Torcuato Ortega Martínez, licenciado en
Caracas, 5 de agosto de 1883.
ciencias filosóficas. Caracas, 21 de julio de 1883.
Doctor Doroteo Armas, doctor en ciencias médicas. Ca-
Licenciado Miguel Angel Meoz, licenciado en ciencias
racas, 5 de agosto de 1883.
filosóficas. Caracas, 15 de agosto de 1883.
Licenciado Germán Giménez, licenciado en ciencias Doctor Nicanor Guardia, hijo, doctor en ciencias médi-
filosóficas. Caracas, 4 de julio de 1883. cas. Caracas, 5 de agosto de 1883.
Licenciado Manuel Felipe Herrera, licenciado en cien- Doctor Alejandro F. Feo, doctor en ciencias médicas.
cias filosóficas. Caracas, 22 de julio de 1883. Caracas, 6 de agosto de 1883.
Doctor Federico Pimenteí, doctor en ciencias políticas. Doctor Antonio J. Villegas, doctor en ciencias médi-
Caracas, 20 de julio de 1883. cas. Caracas, 6 de agosto de 1883.
Licenciado Manuel Silveira, licenciado en ciencias po- Doctor Andrés Rolando, doctor en ciencias médicas.
líticas. Caracas, 9 de agosto de 1883. Caracas, 6 de agosto de 1883.
Licenciado Trinidad Lavado, licenciado en ciencias Doctor Enrique Siso, doctor en ciencias médicas. Cara-
^
políticas. Caracas, 29 de agosto de 1883. cas, 7 de agosto de 1883.
Doctor Manuel Antonio Fonseca, doctor en medicina y Doctor Julio Olavarrieta, doctor en ciencias médicas.
cirujía. Caracas, i? de octubre de 1883. Caracas, 7 de agosto de 1883.
Doctor José Abel Montilla, doctor en ciencias políticas. Doctor Lorenzo José Mendible, doctor en ciencias mé-
Caracas, ii de octubre de 1883. dicas. Caracas, 7 de agosto de 1883.
Doctor Tomás Mármol, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Egidio Montesinos, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 30 de diciembre de 1883. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor José Trinidad Montiel, doctor en ciencias políti- Doctor Demetrio Aguerrevere, doctor en ciencias polí-
cas. Caracas, 3 de octubre de 1883. ticas. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor Miguel Angel Meoz, doctor en ciencias filosófi- Doctor Pablo Bujanda, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 3 de octubre de 1883. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor Ramón Sosa Navarro, doctor en medicina Doctor Tesalio Cadenas Delgado, doctor en ciencias po-
y ciru-
jía. Caracas, 9 de noviembre de 1883. líticas. Caracas, 9 de agosto de 1883.
Doctor Manuel Antonio Martínez, doctor en ciencias Doctor Emilio H. Velutini, doctor en ciencias políti-
^
políticas. Caracas, 6 de marzo de 1884. cas. Caracas, 9 de agosto de 1883.
Doctor Claudio Bruzual Serra, doctor en ciencias po- Doctor Arnaldo Morales, doctor en ciencias médicas.
líticas. Caracas, 19 de mayo de 1884. Caracas, 9 de agosto de 1884.
Doctor Rómulo Parías, doctor en medicina Doctor José Gregorio Domínguez, doctor en ciencias
y cirujía.
Caracas, 3 de abril de 1884. médicas. Caracas, n de agosto de 1884.
Doctor Carlos Grisanti, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor José Antonio Hernández, doctor en ciencias
racas, 17 de abril de 1884. médicas. Caracas, 12 de agosto de 1884.
Doctor Martín F. Feo, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor Jesús María Garmendia, doctor en ciencias mé-
racas, 19 de abril de 1884. dicas. Caracas, 13 de agosto de 1884.
Doctor Vicente Blanco Buroz, doctor en ciencias po- Pro. Doctor Jo.sé Antonio Lucena, doctor en ciencias
líticas. Caracas, 20 de abril de 1884. eclesiásticas. Caracas, 13 de agosto de 1885.
Doctor Temístocles N. Vaamonde, doctor en ciencias Doctor Pablo Osío, doctor en ciencias médicas. Caracas,
médicas. Caracas, 24 de abril de 1884.
14 de agosto de 1884.
Doctor José Policarpo Arreaza, doctor en ciencias mé- Doctor Jesús María Palacios, doctor en ciencias políticas.
dicas. Caracas,
5 de mayo de 1884. Caracas, 14 de agosto de 1884.
Doctor Manuel A. Carreyó, doctor en ciencias médicas. Doctor Teodomiro Ruiz, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 8 de mayo de 1884. Caracas, 14 de agosto de 1884.
Doctor Tomás Gibbs, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Dionisio Centeno Grau, doctor en ciencias mé-
racas, 14 de mayo de 1884. dicas. Caracas, 14 de agosto de 1884.
LXXXIV INSTRUCCION SUPERIOR
Doctor Antonio Sosa Saa, doctor en ciencias políticas. Doctor Henrique Razetti, doctor en ciencias filosóficas.
Caracas, 15 de agosto de 1884. Caracas, 13 de noviembre de 1885.
Doctor Elenterio Aguirre, doctor en ciencias eclesiás- Pro. Doctor Ricardo Arteaga, doctor en ciencias eclesiás-
ticas. Caracas, 15 de agosto de 1884. ticas. Caracas, 16 de noviembre de 1885.
Doctor Carlos Bujanda, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Carlos Esguerra, (graduado en Bogotá é incor-
racas, 15 de agosto de 1884. porado en esta Universidad), doctor en medicina. Caracas, 27
Doctor Carlos González, doctor en ciencias médicas. de noviembre de 1885.
Caracas, 16 de agosto de 1884. Doctor Elias Urdaneta, doctor en ciencias políticas. Ca-
Doctor José Antonio Romero, doctor en ciencias médi- racas, 28 de noviembre de 1885.
cas. Caracas, 16 de agosto de 1884. Doctor Casimiro Hernández, doctor en ciencias médicas.
Doctor Rómnlo Espino, doctor en ciencias eclesiásticas. Caracas, 30 de noviembre de 1885.
Caracas, 19 de agosto de 1884. Doctor Bernardo Herrera Vegas, doctor en ciencias médi-
Doctor Rafael Vera, doctor en ciencias médicas. Cara- cas. Caracas, 4 de diciembre de 1885.
cas, 20 de agosto de 1884. Doctor Manuel I. Ruiz, doctoren ciencias médicas. Cara-
Doctor Pedro M. Serrano, doctor en ciencias eclesiás- cas, 5 de diciembre de 1885.
ticas. Caracas, 15 de setiembre de 1884. Doctor Narciso de la Rosa, doctor en ciencias médicas.
Doctor José María Palacios, doctor en ciencias eclesiás- Caracas, 7 de diciembre de 1885.
ticas. Caracas, 9 de octubre de 1884.
Doctor José María Rodríguez Garmendia, doctor en cien-
Doctor Antonio Aguilar, doctor en ciencias eclesiásti- cias médicas. Caracas, 21 de diciembre de 1885.
Doctor Emilio Ochoa, doctor en ciencias médicas. Cara-
cas. Caracas, 5 de noviembre de 1884.
cas, 30 de diciembre de 1885.
Doctor Eugenio Lugo (Ingeniero), doctor en ciencias
políticas. Caracas, 15 de diciembre de 1884.
Doctor Enrique Tejera, doctor en ciencias políticas. Ca-
racas, II de enero de 1886.
Doctor Alberto Taboski, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 19 de enero de 1885.
Doctor Andrés Octavio Giménez, doctor en ciencias ecle-
Doctor José Gil Fortoul, doctor en ciencias políticas. siásticas. Caracas, 12 de enero de 1886.
Caracas, 19 de enero de 1885.
Doctor Rafael Medina Torres, doctor en ciencias políticas.
Doctor Andrés A. Arreaza, doctor en ciencias políticas. Caracas, 13 de enero de 1886.
Doctor Andrés Alfonzo, doctor en ciencias políticas. Ca-
Caracas, 27 de enero de 1885.
racas, 27 de enero de 1886.
Doctor Juan Rafael Fernández, doctoren ciencias po-
Doctor José Gregorio Sánchez, doctor en ciencias filosófi-
líticas. Caracas, 2 de febrero de 1885.
cas. Caracas, 30 de enero de 1886.
Doctor Juan Francisco Bustillos, doctor en ciencias po-
Doctor Canuto Ugueto, doctor en ciencias filosóficas. Ca-
líticas. Caracas, 6 de febrero de 1885.
racas, 6 de febrero de 1886.
Doctor Juan Antonio Paz Castillo, doctor en ciencias
Doctor Ramón Rojas Vale, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 6 de junio de 1885.
Caracas, 20 de febrero de 1886.
Doctor Gerónimo Pérez Marcano, doctor en ciencias
Doctor Ramón Sifuentes, doctor en ciencias médicas. Ca-
médicas. Caracas, 12 de junio de 1885.
racas, 23 de febrero de 1886.
Doctor Felipe L. Lebrún, doctor en ciencias médicas.
Doctor José Isidoro Arroyo, doctor en ciencias médicas,
Caracas, ii de julio de 1885.
Caracas, 24 de febrero de 1886.
Doctor Jnvenal Anzola, doctor en ciencias políticas. Doctor Emilio Vanes, doctoren ciencias médicas. Cara-
Caracas, 13 de julio de 1885. cas, 26 de febrero de 1886.
Doctor Rafael Cruz Guitián, doctor en ciencias filosófi- Doctor Fernando Calzadilla Valdés, doctor en ciencias
cas. Caracas, 31 de julio de 1885. médicas. Caracas, 27 de febrero de 1886.
Doctor Luis Pérez Bustamante, doctor en ciencias mé- Doctor Juan Bautista Posada, doctor en ciencias médicas.
dicas. Caracas, 3 de agosto de 1885. Caracas, 1? de marzo de 1886.
Doctor Diego García, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Lisandro Gil, doctor en ciencias médicas. Cara-
racas, 4 de agosto de 1885. cas, II de de marzo de 1886.
Doctor Tomás E. Llamozas, doctor en ciencias filosófi- Doctor Pedro Luis Briceño, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 5 de agosto de 1885. Caracas, 22 de marzo de 1886.
Doctor Miguel A, Seco, doctor en ciencias médicas. Doctor Hermógenes Rivero Saldivia, doctor en ciencias
Caracas, 29 de agosto de 1885. médicas. Caracas, 26 de marzo de 1886.
Doctor Pablo Hernández Cartagena, doctor en ciencias Doctor Antonio Rodil, doctor en ciencias médicas. Cara-
médicas. Caracas, i 9 de setiembre de 1885. cas, 27 de marzo de 1886.
Doctor Germán Jiménez, doctor en ciencias políticas. Doctor Víctor Mamrel Mago, doctoren ciencias políticas.
Caracas, 26 de setiembre de 1885. Caracas, 17 de abril de 1886.
Doctor Jnvenal Anzola, doctor en ciencias eclesiásti- Doctor Benjamín Blanco Plaza, doctor en ciencias médi-
cas. Caracas, 28 de setiembre de 1885. cas. Caracas, 24 de abril de 1886.
Doctor Vicente Carrasquero, doctor en ciencias médicas. Doctor David Villasmil, doctor en ciencias eclesiásticas.
Caracas, 30 de setiembre de 1885. Caracas, 14 de mayo de 1886.
Doctor Manuel Antonio Mujica, doctor en ciencias mé- Doctor Luis Rogerio Briceño, doctor en ciencas filósofi-
dicas. Caracas, 3 de octubre de 1885. cas. Caracas, 10 de julio de 18S6.
Doctor Francisco Monroy González, doctor en ciencias Doctor José Alfonso Ortega, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 19 de octulrte de 1885. Caracas, 15 de julio de 1886.
Doctor Henrique Palacios, doctor en ciencias médicas. Doctor Alejandro Urbaneja, doctoren ciencias políticas.
Caracas, 23 de octubre de 1885. Caracas, 16 de julio de 1886.
Doctor Pablo Acosta Ortiz, doctor en ciencias médicas. Doctor Eloy Calvo Cedeño, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 27 de octubre de 1885. Caracas, 17 de julio de 1886.
Doctor Juan Alberto Olivares, doctor en ciencias médi- Doctor Francisco Octavio,doctor en ciencias ecleciásticas,
cas. Caracas, 30 de octubre de 1885. Caracas, 22 de julio de 1886.
Doctor Juan Manuel Crespo, doctor en ciencias médicas. Doctor José Manuel Giménez, doctoren ciencias eclesiás-
Caracas, 2 de noviembre de 18S5. ticas. Caracas, 29 de julio de 1886.
Doctor Carlos A. Pérez, doctor en ciencias médicas. Doctor Francisco María Lucena, doctor en ciencias polí-
Caracas, 3 de noviembre de 1885. ticas. Caracas, 7 de agosto de 1886.
Doctor Miguel G. Ponce de León, doctor en ciencias Doctor Tertuliano Herrera, doctor en ciencias médicas.-
médicas. Caracas, 4 de noviembre de 1885. Caracas, 21 de de agosto de 1886.
CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIVO EN VENEZUELA
1 —
Dr. Diego Bautista Urbaneja.— 2 General Santiago Mariño.—3 General José M. Carreño. 4 Dr. Andrés Narvarte.—5 Santos Michelena.—6 Antonio Leocadio Guzmán.
— — —
7 Dr. Joaquín Herrera. 8 General Julián Castro. 9 Dr. Pedro Gual. 10 General José González.
h
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXV
DoctorTomás Michelena Díaz, doctor en ciencias médi- Doctor José Manuel de los Ríos Ll., doctor en ciencias mé-
cas. Caracas, 21 de agosto de 1886. dicas. Caracas, 21 de junio de 1888.
Doctor Ónillermo Hoyer, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Justiniano Graterol, doctor en ciencias médicas.
racas, 9 de setiembre de 1886. Caracas, 22 de junio de 1888.
Doctor Simón Wohnsiedler, doctor en ciencias médicas. Doctor Pedro Torres Borges, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 10 de setiembre de 1886. Caracas, 23 de junio de 1888.
Doctor Adriano Riera A, doctoren ciencias políticas. Ca- Doctor Jesús María González Lazo, doctor en ciencias
racas, 15 de setiembre de 1S86. médicas. Caracas, 25 de mayo de 1888.
Doctor Crispín Yepes, doctor en ciencias políticas. Cara- Doctor Elias Rodríguez, doctor en ciencias médicas. Ca-
cas, 18 de setiembre de 1886. racas, 26 de junio de 1888.
Doctor Pablo H. Carranza, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Manuel Antonio Ruiz, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 24 de setiembre de 1886. Caracas, 27 de junio de 1888.
Doctor Mannel P'. Henríquez, doctor en ciencias eclesiás- Doctor José Gregorio Hernández, doctor en ciencias mé-
ticas. Caracas, 16 de octubre de 1886. dicas. Caracas, 29 de junio de i888.
Doctor David Lobo, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Espíritu Carrizales, doctor en ciencias médicas.
18 de octubre de 1886. Caracas, 30 de junio de 1888.
Doctor Ascanio Negretti, doctor en ciencias políticas. Doctor Martín Ugueto, doctor en ciencias médicas. Ca-
Caracas, 18 de noviembre de 1886. racas, 2 de julio de 1888.
Doctor Camilo Negretti, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor José de Jesús Vallenilla Lanz, doctor en ciencias
racas, 18 de noviembre de 1886. médicas. Caracas, 14 dejnlio de 1888.
Doctor José Tomás Sosa Saa, doctor en ciencias políticas. Doctor Nicolás Silva, doctor en ciencias médicas. Cara-
Caracas, 21 de noviembre de 1886. cas, 6 de Julio de 1888.
Doctor José Antonio Baldó, doctor en ciencias médicas. Doctor Gabriel Muñoz, doctoren ciencias médicas. Cara-
Caracas, 4 de diciembre de 1886. cas, 6 de julio de 1888.
Doctor Pedro Hermoso Tellería, doctor en ciencias políti- Doctor Luis María Sierra, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 12 de diciembre de 1886. Caracas, 7 de julio de 1888.
Doctor Bernardo Esteves, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor José Manuel Prato, doctor en ciencias médicas.
racas, II de julio de 1887. Caracas, 9 de julio de 1888.
Pro. Doctor Francisco M. Arráiz, doctor en ciencias ecle- Doctor Manuel María Peraza, doctoren ciencias médicas.
siásticas. Caracas, 23 dejulio de 1887. Caracas, 12 de julio de 1888.
Doctor Abrahan Tirado, doctoren ciencias filosóficas. Ca- Doctor Manuel María Ponte, doctoren ciencias médicas.
racas, 3 de setiembre de 1887. Caracas, 13 de julio de 1888.
Doctor Henrique Delgado Palacios, doctor en ciencias fi- Doctor Francisco de Paula Meaño Rojas, doctor en cien-
losóficas. Caracas, 13 de setiembre de 1887. cias médicas. Caracas, 14 dejnlio de 1888.
Doctor Federico Parra, doctor en ciencias filosóficas. Ca- Doctor Agusto P'igueredo, doctor en ciencias médicas
racas, 22 de setiembre de 1885. Caracas, 14 de julio de 1888.
Doctor Francisco de Sales Breca, doctor en ciencias filo- Doctor Ramón Carcaño, doctor en ciencias médicas. Ca-
sóficas. Caracas, 6 de octubre de 1887. racas, 19 de julio de 1888.
Doctor Emeterio Gómez Franco, doctor en ciencias filosó- Doctor Belisario Plaza, doctor en ciencias médicas. Cara-
ficas. Caracas, 13 de octubre de 1887. cas, 28 de julio de 1888.
Doctor Pedro José Torres, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Ignacio González, doctor en ciencias médicas. Ca-
Caracas, 15 de octubre de 1887. racas, 30 de julio de 1888.
Doctor Tomás Antonio Domínguez, doctor en ciencias Doctor Gabriel Maya, doctor en ciencias políticas. Cara-
políticas. Caracas, 18 de agosto de 1887. cas, 6 de agosto de 1888.
Doctor Alfredo Ramírez, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor Manuel María Giraud, doctoren ciencias médicas.
racas, 10 de setiembre de 1887. Caracas, 7 de agosto de 1888.
Doctor Francisco L. Caballero, doctor en ciencias políti- Doctor Federico Yepes, doctor en ciencias políticas. Ca-
cas. Caracas, 17 de setiembre de 1887. cas, 9 de agosto de 1888.
Doctor Luis Soriano, doctor en ciencias filosóficas. Cara- Doctor Henrique Toro, doctor en ciencias médicas. Ca-
cas, 28 de enero de 1888. racas, 18 de agosto de 1888.
Doctor Carlos Toro, doctor en ciencias filosóficas. Cara- Doctor Jaime Sánderspn, doctor en ciencias filosóficas.
cas, 17 de marzo de 1888. Caracas, 20 de agosto de 1888.
Doctor Eleodoro Ríos Salazar, doctor en ciencias políti- Doctor Henrique Meier Flegel, doctor en ciencias médi-
cas. Caracas, 2 de abril de 1888. cas. Caracas, 22 de agosto de 1888.
Doctor Angel Poleo, doctor en ciencias médicas. Cara- Doctor Carlos Tamayo, doctor en ciencias médicas. Cara-
cas, 9 de mayo de 1888. cas, 22 de agosto de 1888.
Doctor Alberto Couturier, doctor en ciencias médicas. Doctor Eduardo Fernández, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 10 de mayo de 1888. Caracas, 23 de agosto de 1888.
Doctor Tomás González, doctor en ciencias médicas. Doctor Francisco F. Feo, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 19 de mayo de 1888. Caracas, 24 de agosto de 1888.
Doctor José de las Mercedes López, doctoren ciencias mé- Doctor Pablo Padrón García, doctor en ciencias médicas.
dicas. Caracas, 23 de mayo de 1888. Caracas, 24 de agosto de 1888.
Doctor Juan de Dios Villegas R., doctor en ciencias médi- Doctor Luis Alejandro Blanco Plaza, doctor en ciencias
cas. Caracas, 24 de mayo de 1888. médicas. Caracas, 25 de agosto de 1888.
Doctor Carlos Tovar, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Rafael Loreto Vautrai, doctor en ciencias médi-
25 de mayo de 1888. cas. Caracas, 27 de agosto de 1888.
Doctor Vicente Arvelo, doctoren ciencias médicas. Ca- Doctor Teodoro Frías, doctor en ciencias médicas. Cara-
racas, 26 de mayo de 1888. cas, 28 de agosto de 1888.
Doctor Manuel M. Hicher, doctor en ciencias médicas. Doctor Rodolfo Pérez, doctor en ciencias médicas. Cara-
Caracas, 30 de mayo de 1888. cas, 3 de setiembre de 1S88.
Doctor Juan Manuel Brito Salazar, doctor en ciencias Doctor José Vicente Zavala, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 2 de junio de 1888. Caracas, 3 de setiembre de 1888.
Doctor Francisco de Paula Orta, doctor en ciencias mé- Doctor Segundo Flores, doctor en ciencias médicas. Ca-
dicas. Caracas, 2 de junio de 1888. racas, 10 de setiembre de 1888.
12
LXXXVI INSTRUCCION SUPERIOR
Doctor Leopoldo Puche Fonseca, doctor en ciencias mé- Doctor José María Bracho, doctor en teología. Mérida, 6
dicas. Caracas, 17 de octubre de 1888. de enero de 1822.
’
Doctor Antonio Puche Fonseca, doctor en ciencias Pro. Doctor Ciríaco Piñero, doctor en teología. Mérida,
^
políticas. Caracas, 19 de setiembre de 1888. ’
7 de enero de 1822.
Doctor Francisco R. García, doctoren ciencias médicas. Doctor Agustín Chipia, doctor en teología. Mérida, 14 de
Caracas, 24 de octubre de 1888. julio de 1827.
Doctor Luis Mata, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Rafael Alvarado, doctor en teología. Mérida, 20
3
de diciembre de 1888. de mayo de 1832.
’
Doctor Carlos Eduardo Cruz, doctor en ciencias médicas. Pro. Doctor Antonio José Eraso, doctor en teología. Mé-
Caracas, 7 de diciembre de 1888. rida, 15 junio de 1832.
Doctor Manuel Massenet y Ballester, revalidado el grado Pro. Doctor Esteban Arias, doctor en teología. Mérida,
de doctor en ciencias médicas. Caracas, 18 de diciembre 22 de abril de 1884.
de 1888. Pro. Doctor Silvestre Durán, doctor en teología. Méri-
Doctor Agustín Alvarez, doctor en ciencias médicas. da, 20 de diciembre de 1884.
Caracas, 22 de diciembre de 1888. Pro. Doctor José Antonio Escalante, doctor en teología.
Doctor Francisco C. Betancourt Vigas, doctor en cien- Mérida, 5 de noviembre de 1842.
cias políticas. Caracas, 31 de enero de 1889. Pro. Doctor Amando Pérez, doctor eu teología. Mérida,
Doctor Eucario Araujo, doctor en ciencias politicas. Ca- 20 de junio de 1843.
racas, 6 de febrero de 1889. Doctor José de la Cruz Dugarte, doctor en teología.
Doctor Luis R. Rada, doctor en ciencias eclesiásticas. Mérida, 30 de junio de 1843.
Caracas, 14 de febrero de 1889. Pro. Doctor José Asunción Contreras, doctor en teología.
Doctor Tomás Garbiras, doctor en ciencias políticas. Ca- Mérida, 18 de julio de 1843.
racas, II de abril de 1889. Pro. Doctor José Antonio Moreno, doctor en teología.
Doctor Félix Francisco Quintero, doctor en ciencias filo- Mérida, 12 de agosto de 1843.
sóficas. Caracas, 26 de abril de 1889. Pro. Doctor Francisco Pacheco, doctor en teología. Mé-
Doctor Raúl Cuenca, doctoren ciencias filosóficas. Cara- rida, 20 de agosto de 1843.
cas, 17 de junio de 1889. Pro. Doctor Santiago Sánchez, doctor en teología. Mé-
Doctor Manuel Porras Ortiz, doctor en ciencias médicas. rida, I? de enero de 1^53.
Caracas, 19 de junio de 1889. Pro. Doctor Rafael Antonio González, doctor en teolo-
Doctor Pedro Veroes Rivas, doctor en ciencias médicas. gía. Mérida, 7 de diciembre de 1856.
Caracas, 21 de junio de 1889. Doctor José Rafael Almarza, doctor en teología. Méri-
Doctor Melchor Centeno Grau, doctor en ciencias filosó- da, 9 de diciembre de 1860.
ficas. Caracas, 19 de julio de 1889.
Pro. Doctor E:^equiel Arel laño, doctor en teología. Mé-
Doctor Jaime Luzardo Esteva, doctor en ciencias políti- rida, 28 de setiembre de 1862.
cas. Caracas, 29 de julio de 1889. Pro. Doctor Maximiano Hurtado, doctor en teología.
Doctor Deogracia Méndez, doctor en ciencias filosóficas. Mérida, 14 de diciembre de 1S62.
Caracas, 10 de agosto de 1889. Pro. Doctor Juan Ramón Chaparro, doctor en teología.
Doctor Luis Alfonso Blanco, doctoren ciencias filosóficas. Mérida, 14 de diciembre de 1862.
Caracas, 13 de agosto de 1889. Pro. Doctor Luis María Luzardo, doctor en teología.
Doctor José Herrera Manrique, doctor en ciencias filosó- Mérida, octubre de 1866.
ficas. Caracas, 24 de agosto de 1889.
Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en teología.
Doctor Víctor Manuel Rada, doctoren ciencias filosóficas. Mérida, 10 de marzo de 1872.
Caracas, 13 de agosto de 1S89. Pro. Doctor Miguel Lorenzo Gil, doctor en teología.
Doctor Antonio Sandoval, doctor en ciencias filosóficas. Mérida, 9 de diciembre de 1877.
Caracas, 2 de de setiembre de 1889.
Doctor Carlos Meyer, doctor en ciencias médicas. Cara- Doctor Lorenzo Reiner, doctor en derecho canónico.
cas, 25 de setiembre de 1889. Mérida, 4 de diciembre de 1808.
Doctor Juan Landaeta Llovera, doctor en ciencias políti- Doctor Nicolás Pumar, doctor en derecho canónico.
cas. Caracas, 26 de setiembre de 1889. Mérida, 10 de julio de 1810.
Doctor Filiberto Rodríguez, doctor en ciencias políticas. Pro. Doctor José Francisco Mas y Rubí, doctor en de-
Caracas, 27 de setiembre de 1S89. recho canónico. Mérida, 28 de abril de 1S36.
Doctor Carlos Madera, doctor en ciencias médicas. Cara- Pro. doctor Demetrio Briceño, doctor en derecho canó-
cas, 30 de setiembre de 1889. nico. Mérida, 14 de julio de 1849.
Doctor Anstides Landaeta, doctor en ciencias médicas. Pro. Doctor José Merced Pineda, doctoren derecho ca-
Caracas, i? de octubre de 1889. nónico. Mérida, 12 de octubre de 1851.
Doctor José María Carreño Pérez, doctor en ciencias mé- Pro. Doctor Federico Urtiz, doctor en derecho canónico.
dicas. Caracas, 2 de octubre de 18S9. Mérida, 14 de julio de 1852.
Doctorearlos Madriz Seijas, doctor en ciencias filosóficas. Doctor José Concepción Acevedo, doctor en derecho ca-
Caracas, 24 de octubre de 1889. nónico. Mérida, i 9 de enero de 1853.
Doctor Elias Landines, doctor en ciencias médica.s. Cara- Pro. Doctor Henrique María Castro, doctor en derecho
cas, 14 de noviembre de 1889. canónico. Mérida, 6 de octubre de 1855.
Pro. Doctor Juan Bautista Arias, doctor en derecho
canónico. Mérida, 7 de diciembre de 1856.
DOCTORES, LICENCIADOS Y MAESTROS DE LA UNIVERSIDAD
Doctor Pedro María Arellano, doctor en derecho ca-
DE MEHID'I, DESDE iSo8 Á 1889, (TOMADO DE LAS MEMO- nónico. Mérida,
15 de julio de 1860.
RIAS DE INSTRUCCIÓN PUBLICA.) Doctor Rafael J. Castillo, doctor en derecho canónico.
Mérida, 15 de julio de 1860.
Illmo. Sr. Doctor Buenaventura Arias, doctor en teolo- Pro. Doctor Eloy Caicedo, doctor en derecho canónico.
gía. Mérida, 4 de diciembre de 180S. IMérida, 27 de enero de 1861.
Pro. Doctor Mateo Mas y Rubí, doctor en teología. Méri- Pro. Doctor Maximiano Hurtado, doctor en derecho
da, 4 de diciembre de r8o8.
canónico. Mérida, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Miguel Navas, doctor en teología. Mérida, 10 de Doctor Mauricio del Pino, doctor en derecho canóni-
diciembre de 1809. co. Mérida, 18 de julio de 1S63.
Pro. Doctor Jo.sé de la Cruz Olivares, doctoren teología. Pro. Doctor José de Jesús Carrera, doctor en derecho
Mérida, 29 de julio de 1811. canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1S64.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXVII
Pro. Doctor José María Pérez Limardo, doctor en dere- Doctor Juan Nepomuceno Ochoa, doctor en derecho ci-
i 9 de enero de 1853.
cho canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1864. vil.
Doctor Antonio María Uzcátegui, doctor en derecho Doctor Manuel María Merchán, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1864. Mérida, 8 de diciembre de 1853.
Pro. Doctor Eduardo Briceño G., doctor en derecho Doctor Ensebio Baptista, doctor en derecho civil. Mé-
canónico. Mérida, octubre de 1866. rida, 23 de abril de 1854.
Pro. Luis María Luzardo, doctor en derecho
Doctor Doctor Mateo Troconis, doctor en derecho civil. Mérida,
canónico. Mérida, octubre de 1866. 26 de agosto de 1855.
Doctor José de Jesús Dávila, doctor en derecho canó- Doctor José de Jesús Betancourt, doctor en derecho ci-
nico. Mérida, 13 de diciembre de 1868. vil. Mérida, 6 de octubre de 1855.
Doctor Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en Doctor José de la Paz Fernández, doctor en derecho ci-
derecho canónico. Mérida, 10 de marzo de 1872. vil. Mérida, 30 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Francisco José Delgado, doctor en derecho Doctor Poción Pebres Cordero, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 26 de setiembre de 1872. Mérida, 30 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Luis María Gil Chipia, doctor en derecho Doctor Manuel María Salas, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 12 de julio de 1874. Mérida, 7 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Fernando Gil Mendoza, doctor en derecho Doctor Ignacio Dugarte, doctor en derecho civil. Méri-
canónico. Mérida, 23 de julio de 1876. da, 15 de diciembre de 1856.
Pro. Doctor Nicolás María Olivares, doctor en dere- Doctor Pedro de Jesús Godoy, doctoren derecho civil.
cho canónico. Mérida, 23 de julio de 1876. Mérida, 15 de julio de 1860.
Doctor Gabriel Picón Pebres, doctor en derecho civil.
Mérida, 15 de julio de 1860.
Licenciado Benjamín Qüenza, licenciado en derecho
Doctor Ramón Perdomo, doctor en derecho civil. Mé-
canónico. Mérida, 8 de agosto de 1856.
rida, 10 de marzo de 1861.
Licenciado Francisco A. Guerrero, licenciado en dere-
Doctor Alberto Contreras, doctor en derecho civil. Méri-
cho canónico. Mérida, 4 de agosto de 1862. da, 10 de marzo de 1861.
Licenciado José Federico Bazó, licenciado en derecho
Doctor Pío María León, doctor en derecho civil. Méri-
canónico. Mérida, 16 de agosto de 1862.
da, 23 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor José Ignacio Bereciartu, licenciado en dere-
Doctor Züsigo Jugo, doctor en derecho civil. Mérida,
cho canónico. Mérida, 31 de mayo de 1865.
14 de diciembre de 1862.
Pro. Doctor Antonio María Durán, licenciadoen dere-
Doctor José de Jesús Dávila, doctor en derecho civil.
cho canónico. Mérida, i? de junio de 1865. Mérida, 13 de diciembre de 1868.
Doctor Prancisco A. Parra Picón, doctor en derecho
Doctor Esteban Pebres Cordero, doctor en derecho ci- civil. Mérida, 16 de marzo de 1862.
vil. Mérida, 7 de octubre de 1827. Doctor Santiago Briceño, doctor en derecho civil. Mé-
Doctor Pedro Pablo Pebres Cordero, doctor en derecho rida, 8 de mayo de 1872.
civil. Mérida, 7 de octubre de 1827. Doctor Acisclo Bustamante, doctor en derecho civil.
Doctor Ricardo de Labastida, doctor en derecho civil. Mérida, 8 de mayo de 1872.
Mérida, 14 de setiembre de 1828. Doctor Miguel Parra Picón, doctor en derecho civil.
Doctor José María Rodríguez, doctor en derecho civil. Mérida, 21 de julio de 1S72.
Mérida, 7 de marzo de 1830. Doctor Manuel González Moreno, doctor en derecho
Doctor José Ramón Almarza, doctor en derecho civil. civil. Mérida, 21 de julio de 1872.
Mérida, 20 de mayo de 1832. Doctor Juan Antonio Paredes, doctor en derecho civil.
Doctor Agustín Chipia, doctor en derecho civil. Mérida, Mérida, 21 de julio de 1872.
2 de diciembre de 1832. Doctor Francisco Uchoa, doctor en derecho civil. Mé-
Doctor Hilarión Unda, doctor en derecho civil. Méfi- rida, 23 de agosto de 1874.
da, 2 de diciembre de 1832. Doctor Francisco Baptista, doctor en derecho civil.
Doctor Eloy Paredes, doctor en derecho civil. Mérida, Mérida, 10 de enero de 1875.
20 de junio de 1839. Doctor Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en
Doctor Manuel Ponce, doctor en derecho civil. Mérida, derecho civil. Mérida, 24 de julio de i88r.
2 de setiembre de 1841. Doctor Agustín Carrillo, doctor en derecho civil, hié-
Doctor Pedro Juan Arellano, doctor en derecho civil. nda, 24 de julio de i88r.
Mérida, 24 de abril de 1841. Doctor Juan Pebres Cordero, doctor en derecho civil.
Doctor José Emigdio González, doctor en derecho civil. iMérida, 3 de setiembre de 1882.
Mérida, 26 de mayo de 1842. Doctores desde 1883 á 1889, los señores Santiago Fon-
Doctor Pedro Mornsalve, doctor en derecho civil. Méri- tiveros, Federico Baptista, José A. Parra Picón, Manuel
da, 12 de octubre de 1851. Troconis, Fermín Orosco Suárez, Antonio Domínguez,
Doctor Juan de Dios Méndez, doctor en derecho civil. Juan A. Gil, Marcelino Román, Melquíades Parra, Hora-
Mérida, 12 de octubre de 1851. cio Briceño, Juan Bautista Chaves, Abel Santos, Diego
Doctor Gabriel Briceño, doctor en derecho civil. Méri- Matute, Jesús Rojas, Jesús Uzcátegui, doctores en derecha
da, 12 de octubre de 1851.
Doctor Víctor Alvarado, doctor en derecho civil. Méri-
civil. — Mérida.
Licenciado Mariano de J. Contreras, licenciado en dere- Maestro José Rafael González, maestro en filosofía. Mé-
cho civil. xMérida, 6 de diciembre de 1856. rida, 8 de diciembre de 1817.
Licenciado Isilio Peraza, licenciado en derecho civil. Maestro Esteban Febres Cordero, maestro en filosofía.
Mérida, 29 de agosto de 1858. Mérida, 4 de noviembre de 1821.
Licenciado José Manuel Gabaldón, licenciado en dere- Maestro Juan Crisóstomo Barrios, maestro en filo.sofía.
cho civil. Mérida, 28 de junio de 1860. Mérida, 4 de noviembre de 1821.
Licenciaílo Pedro María Uzcátegui, licenciado en dere- Maestro José María Rodríguez, maestro en filosofía.
cho civil. Mérida, 27 de noviembre de 1861. Mérida, 14 de julio de 1825.
Licenciado Froilán Gabaldón, licenciado en derecho Maestro Rafael Alvarado, maestro en filosofía. Mérida.
civil. Mérida, 19 de enero de 1862.
14 de julio de 1825.
Licenciado Buenaventura Lacruz, licenciado en derecho Maestro Francisco Rivas, maestro en filosofía. Mérida
civil. Mérida, 24 de julio de 1S62. ’
II de marzo de 1832.
Licenciado José Fernando Mendoza, licenciado en dere- Maestro Eloy Paredes, maestro en filosofía. Mérida
cho civil. Mérida, 18 de marzo de 1873. ’
25 de marzo de 1832.
Licenciado Juan Antonio Ovalles, licenciado en dere- RIaestro Pro. José Francisco Rías
cho civil. Mérida, 20 de julio de 1875. y Rubí, maestro en
filo.sofía. RIérida, 20 de mayo de 1832.
Licenciado Francisco Antonio Celis, licenciado en dere- Maestro Miguel RIaría Caudales, maestro en filosofía.
cho civil. Mérida, 17 de noviembre de 1878. ^
RIérida, 20 de mayo de 1832.
Licenciado José Rafael Pacheco, licenciado en derecho Maestro Buenaventura Arias, maestro en filo.sofía.
civil. Mérida, 17 de noviembre de 1878.
Mérida, 20 de mayo de 1832.
Rlaestro RIanuel Ponce, maestro en filosofía. RIérida ’
Doctor Hugo Sambelli, doctor en ciencias eclesiásticas. 17 de diciembre de 1836.
Mérida, 1888. Rlaestro Pedro Monsalve, maestro en filosofía. RIérida
’
Doctor Hemeterio Fornes, doctor en medicina. Mérida, 27 de junio de 1837.
’
15 de julio de 1860. ^
RIae.stro Pedro Juan Arrellano, maestro en
filosofía.
Doctor Jaime Antonio Picón, doctor en medicina. Mé- Mérida, 19 de agosto de 1837.
rida, J2 de noviembre de 1869. Rlaestro Pablo María Ríéndez, maestro en filosofía. Mé-
Doctor Ramón Parra Picón, doctor en medicina. Méri- rida, 24 de octubre de 1839.
da, 16 de marzo de 1872. Maestro Pro. Zoilo Troconis, maestro en filosofía.
Doctor Adolfo Briceño Picón, doctor en medicina. Mé- Mérida, 29 de octubre de 1841.
rida, 10 de febrero de 1878. Maestro Rafael Antonio Alvarez, maestro en filosofía.
^
Mérida, 7 de diciembre de 1842.
Rlaestro Juan de Dios Ríéndez, maestro en filo.sofía.
Maestro Pro. José de la Cruz Olivares, maestro en filo- ^
Mérida, 7 de diciembre de 1842.
sofía. Mérida, 10 de febrero de 1S08.
Maestro Domingo Vilardell, maestro en filosofía. RIé-
Maestro Fructo Santander, maestro en filosofía. Méri-
rida, 18 de diciembre de 1842.
da, 10 de febrero de 1808.
Rlaestro Felipe Méndez, maestro en filosofía. RIérida
Maestro José Antonio del Castillo, maestro en filosofía. ’
^
Mérida, ro de febrero de 1808. 13 de julio de 1S43.
Maestro Aurelio Ferrero, maestro en filosofía. RIérida,
Maestro Bartolomé Osorio, maestro en filosofía. Méri-
da, 10 de febrero de 1808. 13 de julio de 1843.
Maestro Mateo Troconis, maestro en filosofía. RIérida,
Maestro Pedro Pablo Payares, maestro en filosofía. Mé- ’
10 de agosto de 1843.
rida, de mayo de 1809.
i'.’
Licenciado Juan N. Urdaneta, licenciado en derecho Bachiller Manuel Silvestre Móntes, bachiller en filo-
civil.Mérida, 20 de setiembre de 1880. sofía, rector del colegio, licenciado Ramón Afanador, 24 de
Doctor Illmo. señor Román Lovera, doctor en teología. julio de 1834.
Mérida, 30 de abril de 1881. Bachiller Antonio Real, bachiller en filosofía, rector
Licenciado Francisco de Paula Vázquez, licenciado en del colegio, licenciado Ramón Afanador, 25 de julio de
derecho civil. Mérida, i 9 de mayo de 1852. 1854.
Bachiller Juan Vallés, bachiller en filosofía rector
del colegio, licenciado Ramón Afanador, 26 de julio de
Existen también en el archivo de la Universidad, no- 1854-
ticias dealgunos miembros de élla, sin que se conozca la Bachiller Ramón Natera, bachiller en filosofía, rec-
Facultad á que pertenecieron, ni la fecha y lugar en que tor del colegio, licenciado Ramón Afanador, 28 de julio
recibieron el grado éstos son los siguientes
: :
de 1854.
Illmo. señor doctor Santiago Hernández Milanés. Bachiller Ricardo Ortiz, bachiller en filosofía, rector del
Illmo. señor doctor Ramón Ignacio Méndez. colegio, doctor Manuel María Ortiz, 29 de julio de 1854.
Illmo. señor doctor Mariano de Talavera y Garcés. Bachiller Juan Bautista Perreras, bachiller en filoso-
Pro. Doctor Juan José Mendoza. fía, rector del colegio, licenciado Ramón Afanador, 2 de
Doctor Juan Marimón y Henríquez. agosto de 1854.
Doctor Antonio María Briceño. Bachiller Manuel Antonio Sifóntes, bachilleren filosofía,
Pro. Doctor Luis Ignacio Mendoza. rector del colegio, presbítero bachiller Luciano Zuera, 16 de
Pro. Doctor José Antonio Mendoza. julio de 1856.
Pro. Doctor Bartolomé Pagés Monsant. Bachiller José María Arismendi, bachiller en filosofía,
Pro. Doctor José Hipólito Pagés Monsant. rector del colegio, presbítero bachiller Luciano Zuera, 24 de
Pro. Doctor Francisco A. Uzcátegui. de julio de 1856.
Doctor J. María Unda. Bachiller Alejo Vallés, bachiller en filosofía, rector
Doctor Sulpicio Frías. del colegio, señor Alejandro Mantilla, 27 de julio de 1858.
R. P. Fray Agustín Ortiz. Bachiller Federico León, bachilleren filosofía, rector del
colegio, señor Alejandro Mantilla, 31 de julio de 1858.
Bachiller Franci.sco Antonio Serrano, bachiller en fi-
RELACIÓN NOMINAL DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTE- losofía, rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 10 de
NIDO GRADOS ACADÉMICOS EN EL COLEGIO NACIONAL agosto de 1858.
DE GUAYANA, HOY COLEGIO FEDERAL DEI. ESTADO Bachiller Luís Cedeño, bachiller en filosofía, rector del
BOLIVAR, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA HOY 31 DE colegio, señor Alejandro Mantilla, ii de agosto de 1858.
Bachiller José Manuel Barceló, bachiller en filosofía,
OCTUBRE DE 1882, CON EXPRESIÓN DEL GRADO OBTE-
rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 13 de agos-
NIDO, RECTOR QUE LO CONFIRIÓ Y FECHA DEL ACTO DE
to de 1858.
COLACIÓN DEL GRADO. Bachiller Cecilio Alemán, bachiller en filosofía, rector
del colegio, señor Alejandro Mantilla, 18 de agosto de 1858.
Bachiller Francisco Díaz, bachiller en filosofía, rector
Bachiller Manuel Antonio Urbina, bachiller en filo-
interino, bachiller Pedro M. Gómez [por ausencia temporal
sofía, rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 24 de
del rector, licenciado Ramón I. Móntes], 15 de agosto de
diciembre de 1858.
Í850.
Bachiller Mamerto Sifóntes, bachiller en filosofía, rec-
Henrique Volastero, bachiller en filosofía,
Bachiller
tor del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 28 de
rector interino, bachiller Pedro M. Gómez, 15 de agosto
junio de 1861.
de 1850.
Bachiller Luis Alcalá, bachiller en filosofía, rector Bachiller Ildefonso E. Núñez, bachiller en filosofía,
interino, bachiller Pedro M. Gómez, i8‘ de agosto de rector del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 19 de
1850. julio de 1861.
Bachiller José Ramón Alcalá, bachiller en filosofía,
Bachiller Fermín Ramos, bachiller en filosofía, rector
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 5 de diciem- del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 28 de julio
bre de 1850. de 1861.
Bachiller José Afanador, licenciado en filosofía, rector Bachiller Antonio Ezeiza, bachiller en filosofía, rector
del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 6 de diciembre de del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 30 de julio
1850. de 1861.
Bachiller Juan Martín Móntes, bachiller en filosofía, Bachiller Ramón Cordero, bachiller en filosofía, rector
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 7 de diciem- del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de setiem-
bre de 1850. bre de 1861.
Bachiller Julián García, bachiller en filosofía, rector del Bachiller Andrés Felipe Silva, bachiller en filosofía,
colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 3 de abril de 1851. rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de oc-
Bachiller Eugenio María León, bachiller en filosofía, tubre de 1861.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 12 de junio Bachiller Jo.sé Ramón Camejo, bachiller en filosofía,
de 1852. rector colegio,
del licenciado Francisco Mármol, 16 de oc-
Bachiller Antonio José Soublette, bachiller en filoso- tubre de 1861.
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
13 de Bachiller Manuel María Díaz, bachiller en medicina,
junio de 1852. rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de julio
Bachiller Carlos Salom, bachiller en filosofía, rector del de 1862.
colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 14 de junio de 1S52. Bachiller José E. Gómez, bachiller en medicina, rec-
Bachiller Luciano Zuera, bachiller en filosofía, rector tor del colegio,licenciado Francisco Mármol, 25 de julio
del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 15 de junio de de 1862.
1852. Bachiller Ramón María Mejías, bachiller en medicina,
Bachiller Esteban Jesús Móntes, bachiller en filosofía, rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 30 de ju-
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 16 de junio lio de 1862.
de 1852. Bachiller Carlos Vallés, bachiller en filosofía, rector
Bachiller Heraclio Ortiz, bachiller en filosofía, rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 4 de octubre de
del colegio, licenciado Ramón Afanador, 22 de julio de 1S62.
1854. Bachiller Justo Tomás Lezama, bachiller en filosofía.
xc INSTRUCCION SUPERIOR
rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 15 de no- Bachiller Ramón Bárrios Gómez, bachiller en filoso-
viembre de 1862. fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 20 de
Bachiller José María Arroyo, bachiller en filosofía, agosto de 1878.
rector del colegio, doctor W. Monserrate, 2 de setiembre Bachiller José María Aveledo, bachiller en filosofía,
de 1866. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 31 de agosto
Bachiller José Alejandro Reyes, bachiller en filosofía, de 1878.
rector del colegio, doctor W. Monserrate, 2 de setiembre Bachiller José Félix Armas Bazán, bachilleren filosofía,
de 1866. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, i? de setiem-
Bachiller Eduardo Machado, bachiller en filosofía, rec- bre de 1878.
tor del colegio, doctor José Miguel Núnez, 27 de julio Bachiller Onofre Pereira, bachiller en filosofía, rector
de 1869. del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, s de setiembre
Bachiller Juan Montes Dávila, bachiller en filosofía, de 1878.
rector del colegio, doctor José Miguel Núñez, 28 de julio Bachiller Guillermo Betancourt Sucre, bachiller en filo-
de 1869. sofía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 15 de
Bachiller Tomás Vásquez, bachiller en filosofía, rec- setiembre de 1878.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 29 de julio Bachiller Federico Antonio Hammer, bachilleren filoso-
de 1869. rector del colegio, licenciado
fía, Ramón I. Móntes, 23 de no-
Bachiller Hilarión Gambús, bachiller en filosofía, rec- viembre de 1880.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 30 de julio Bachiller Julián Mendoza, bachiller en filosofía, rec-
de 1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 5 de agosto
Bachiller Martín Batalla, bachiller en filosofía, rec- de 1882.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 10 de agosto Bachiller Rafael Monserrate, bachiller en filosofía, rec-
de 1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 6 de aeosto
Bachiller Juan Martín Flores, bachiller en filosoíía, de 1882.
rector del colegio, José Miguel Núñez, i 9 de octubre de Bachiller Rafael Monserrate, agrimensor público, rec-
1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 7 de agosto
Bachiller José Rodríguez Márquez, bachiller en filoso- de 1882.
fía, rector del colegio, doctor José Miguel Núñez, 22 de Bachiller Antonio García Romero, bachiller en filosofía,
diciembre de 1870. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 10 de aeosto
Bachiller Alfredo Machado, bachiller en medicina, de 1882.
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 7 de agos- Bachiller José María Emazábel, agrimensor público, rec-
to de 1871. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 13 de agosto de
Bachiller Asunción Perreras, bachiller en medicina, 1882.
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 28 de ju- Bachiller Rafael Antonio Marcano, bachiller en filosofía,
nio de 1872. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 16 de agosto
de 1882.
Bachiller José xúlejandro Serrano, bachiller en medi-
Bachiller José Rafael Payares, bachiller en filosofía,
cina, rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 29
de junio de 1872.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 19 de
agosto de 1882.
Bachiller José Angel Ruiz, bachiller en medicina, rec-
Bachiller Luis Antonio Natera, bachiller en filosofía,
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 30 de julio
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 24 de agos-
de 1869.
to de 1882.
Bachiller Diógenes Siverio, bachiller en filosofía, rec-
Bachiller Luciano Teófilo Holmquist, bachiller en filo-
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 3 de setiem-
sofía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
bre de 1872. 25
de agosto de 1882.
Bachiller Régulo Machado, bachiller en filosofía, rec-
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 5 de setiem-
Señor Julián Mendoza, maestro de instrucción primaria,
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
bre de 1872. 7 de setiem-
bre de 1882.
Bachiller Ramón Isidro Móntes Calderón, bachiller en
filosofía, rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 13 Ciudad Bolívar: 31 de octubre de 1882.
de setiembre de 1S72. El Rector,
Bachiller José María Emazábel, bachiller en filosofía,
rector de! colegio, doctor Luis María Luzardo, 22 de ju-
Ramón I. Móntes.
nio de 1874.
Bachiller José Evaristo Grimón, bachiller en filosofía, RELACIÓN DE LOS GRADOS CONFERIDOS EN EL COLEGIO FE-
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 27 de ju-
nio de 1874.
DERAL DE CARABOBO, DESDE SU INSTALACIÓN.
Bachiller Pedro Ledezma, hijo, bachiller en filosofía, Agrimensor Federico Fontainés, agrimensor público, 20
rector del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 4 de de junio de 1875.
agosto de 1876. Bachiller Claudio Ortega, bachiller en filosofía, 21 de ju-
Bachiller Félix Gregorio Móntes, bachiller en filoso- nio de 1875.
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 20 Licenciado Alejandro Machado, licenciado en derecho, 20
de agosto de 1876. de marzo de 1876.
Bachiller Máximo Hernández Pinto, bachiller en filoso- Licenciado Aureliano Villalobos, licenciado en derecho,
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 21 de se-
23 de marzo de 1876.
tiembre de 1876. Licenciado Pedro J. Arocha, licenciado en derecho, 23 de
Bachiller Carlos García Romero, bachiller en filosofía, abril de 1876.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 23 de agos- Licenciado Miguel Salazar, licenciado en derecho, 27 de
to de 1878. abril de 1876.
Bachiller José Felipe A. Silvia, bachiller en filosofía, Licenciado Silvestre Izaguirre, licenciado en derecho, 14
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 25 de agos- de mayo de 1S76.
to de 1878. Bachiller Ricardo Zuloag^a, bachiller en filosofía, 15 de
Bachiller José Tadeo Ochoa, bachiller en filosofía, rec- agosto de 1876.
tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 26 de agosto Bachiller Joaquín Alvarado E., bachilleren filosofía, 22
de 1878. de agosto de 1878.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCI
Bachiller Jacinto Armado, hijo, bachiller en filosofía, 22 Licenciado José María Guevara, licenciado en medicina,
de agosto de 187S. 15 de diciembre de 1880.
Bachiller Francisco de Paula Reyes, bachiller en filosofía, Licenciado Leopoldo Araujo Rojas, licenciado en dere-
22 de agosto de 1878. cho, 29 de diciembre de 1881.
Bachiller Froilán Rojas, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Francisco Flores, bachiller en filosofía, 14 de
agosto de 1878. marzo de 1882.
Bachiller Isidro Salvatierra, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Arístides Landaeta, bachiller en filosofía, 28 de
agosto de 1878. julio de 1882.
Agrimensor Ernesto L. Branger, agrimensor público, 25 Bachiller José I. González Lara, bachiller en filosofía, 22
de agosto de 1878. de julio de 1882.
Bachiller Luis Felipe López, bachiller en filosofía, 12 de Bachiller Felipe Fuentes, bachilleren filosofía, 31 de ju-
setiembre de 1878. lio de 1882.
Bachiller Julián López López, bachilleren filosofía, 12 Bachiller Matías Paz, bachiller en filosofía, i? de agosto
de setiembre de 1878. de 1882.
Agrimensor Antonio Alvarado, hijo, agrimensor público, Bachiller Luis Tomás García, bachiller en filosofía, 2 de
6 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Juan Alberto Olivares, agrimensor público, Bachiller Napoleón Araujo, bachiller en filosofía, 3 de
6 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Agustín Codazzi, hijo, agrimensor público, Bachiller Melquíades Landaeta, bachiller en filosofía, 4
6 de octubre de 1878. de agosto de 1882.
Agrimensor Andrés Octavio Giménez, agrimensor públi- Bachiller Miguel G. Herrera, bachiller en filosofía, 5 de
co, 2 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Juan Vicente Cedeño, agrimensor público, Bachiller Juan A. Vanes H., bachiller en filosofía, 7 de
17 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Manuel Quintana, agrimensor público, i? de Bachiller Rafael Linares Bernal, bachiller en filosofía, 8
abril de 1880. de agosto de 1882.
Licenciado Lorenzo Araujo, hijo, licenciado en medi- Bachiller Gabriel Castillo, bachiller en filosofía, 12 de
cina, 24 de julio de 1880. agosto de 1882.
Licenciado Leandro Herrera, licenciado en medicina, 27 Bachiller J. Nicanor Freytes, bachiller en filosofía, 13 de
de julio de 1880. agosto de 1882.
Bachiller Gonzalo Fajardo, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Adolfo Herrera, hijo, bachilleren filosofía, 16
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Manuel Quintana, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Rafael Guerra Méndez, bachiller en filosoíía, 17
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Simón Marrero, bachilleren filosofía, 3 de agos- Bachiller José Antonio Acosta, bachiller en filosofía, 19
to de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Manuel N. Barrios, bachiller en filosofía, 13 de Bachiller Miguel Bello Rodríguez, bachiller en filosofía,
mayo de 1880. 21 de agosto de 1882.
Bachiller Tiburcio Garrido, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Manuel Granadillo P. bachilleren filosoíía, 22
,
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Agustín Lavado, bachiller en filosofía, 3 de
Bachiller Angel María López, bachiller en filosoíía, 26
ag^osto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Rafael Medina, bachiller en filosoíía, ^ de agos-
Bachiller Rafael Ignacio Giménez, bachilleren filosofía,
to de 1880.
28 de agosto de 1882.
Bachiller Aquíles Antich, bachiller en filosofía, 3 de
Bachiller Ricardo Mazas, hijo, bachiller en filosofía, 28
agosto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller José de J. Arocha, bachiller en filosofía, 4 de
Bachiller Juan Fulco, bachiller en filosofía, 30 de agosto
agosto de 1880.
de 1S82.
Licenciado Joaquín H. Lamas, licenciado en medicina, 4
Bachiller Manuel Antonio Lizarraga, bachiller en filoso-
de agosto de 1880.
fía,30 de agosto de 1882.
Bachiller Tomás A. Coronel, bachiller en filosofía, 4 de
Agrimensor Rafael I. Giménez, agrimensor público, 31
de agosto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Francisco Ochoa Fuentes, bachiller en filoso-
Bachiller Antonio Sandoval, bachiller en filosofía, 31 de
fía, 5 de agosto de 1880.
agosto de 1882.
Bachiller Gaspar Castillo, hijo, bachiller en filosofía, 6 de
Bachiller Félix Delfín Ortega, bachiller en filosofía, 22
agosto de 1880.
de setiembre de 1882.
Bachiller Lisandro LecunaB., bachiller en filosofía,
7 de Licenciado presbítero José Tomás Urdaneta, licenciado
agosto de 1880.
en derecho, 16 de octubre de 1882.
Bachiller José Manuel Juliac, bachiller en filosofía, ii
de agosto de 1880. Valencia: 2 de noviembre de 1882.
Bachiller Trinidad S. Lavado, bachiller en derecho, 12 R. O. Limardo.
de agosto de 1880.
Bachiller Gustavo Rodríguez, bachiller en filosofía, 13
de agosto de 1880. RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTENIDO GRADOS
Bachiller Juan Vicente Cedeño, bachilleren filosofía, 14 ACADÉMICOS EN EL COLEGIO FEDEEAL DEL ESTADO FAL-
de agosto de 1883. CÓN-ZULIA, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA EL DIA 31 DE
Licenciado Rafael González Gómez, licenciado en medi-
OCTUBRE DE 1883.
cina, 19 de agosto de 1880.
Licenciado Juan Aponte, hijo, licenciado en medicina, 21 Bachiller Tomás Troconis, bachiller en filosofía, 22 de
de agosto de 1880. noviembre de 1839.
Bachiller Francisco de Paula Llanos, bachiller en filoso- Bachiller Blas Valbuena, bachiller en filosofía, 21 de di-
fía, 25 de agosto de 1880. ciembre de 1839.
Bachiller Luis María Llanos, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller José Ramón Garbiras, bachiller en filosofía, 24
agosto de 1880. de diciembre de 1839.
XCII INSTRUCCION SUPERIOR
Bachiller José Ramón Villasmil, bachiller en filosofía, 28 Bachiller Valerio Núñez, bachiller en filosoíía,
7 de julio
de diciembre de 1839. de 1855.
Bachiller Miguel Montero, bachiller en filosofía, 18 de- Bachiller Apálico Sánchez, bachiller en filosofía, 6 de
enero de 1840. agosto de 1855.
Bachiller Santiago Muñoz, bachiller en filosofía, 17 de Bachiller Enrique Urdaneta, bachiller en filosofía, 8 de
enero de 1841. agosto de 1856.
Pro. bachiller Zoilo Troconis, bachiller en filosofía, 28 de Bachiller Arbonio Pérez, bachilleren filosofía, 26 de ju-
enero de 841. lio de 1857.
Bachiller Antonio Montiel, bachiller en filosofía, 5 de Bachiller Francisco Bustamante, bachiller en filosofía,
enero de 1842. 27 de julio de 1857.
Bachiller Castor Silva, bachiller en filosofía, 10 de iulio Bachiller Miguel Parra, bachiller en filosofía, 28 de iulio
de 1843. de 1857.
Bachiller José Antonio Rincón, bachiller en filosofía, 17 Bachiller José Andrés Carrasquero, bachilleren filosofía,
de julio de 1843. 31 de agosto de 1857.
Bachiller José A. Urquiona Bracho, bachiller en filosofía, Bachiller José Manuel Garbiras, bachiller en filosofía, i9
18 de julio de 1843. de agosto de 1857.
Bachiller Miguel Antonio Baralt, bachiller en filosofía, Bachiller Francisco María Urdaneta, bachiller en filoso-
19 de julio de 1843. fía, 14 de agosto de 1857.
Bachiller Diego B. Gallegos, bachiller en filosofía, 20 de Pro. bachiller Víctor González, bachiller en filosofía, 24
julio de 1843. de setiembre de 1857.
Bachiller José Ignacio Valbuena, bachiller en filosofía, Licenciado José del Cármen Ramírez, licenciado en cien-
21 de julio de 1843. cias políticas, 7 de noviembre de 1881.
Bachiller Juan E. Gando, bachiller en filosofía, 22 de ju- Bachiller Rafael Osorio Petit, bachiller en filosofía, 15
lio de 1843. de octubre de 1857.
Bachiller Juan Carruyo, bachiller en filosofía, 23 de julio Bachiller Manuel Sánchez, bachiller en filosofía, 22 de
de 1843. octubre de 1857.
Bachiller Manuel R. Freitas, bachiller en filosofía, 24 de Bachiller Fulgencio Carias, bachiller en filosofía, 25 de
julio de 1843. octubre de ^857.
Bachiller Rafael Osorio, bachilleren filosofía, 25 de julio Bachiller Joaquín Piña, bachiller en filosofía, 28 de octu-
de 1843. bre de 1857 .
Bachiller Elias Añes, bachiller en filosofía, 26 de julio Pro. bachiller José del Cármen Ramírez, bachiller en de-
de 1843. recho civil, 23 de abril de 1863.
Bachiller Elias Sánchez, bachilleren filosofía, 30 de julio Bachiller Juan B. Valbuena, bachiller en filosofía, 8 de
de 1843. noviembre de 1857.
Bachiller Udón Pérez, bachiller en filosofía, 31 de julio Bachiller Bartolomé Ortíz, bachiller en filosofía,
9 de
de 1843. agosto de 1860.
Bachiller Andrés Iragorri, bachiller en filosofía, 2 de agos- Bachiller Jorge Nevado, bachiller en filosofía, 12 de agos-
to de 1843. to de 1860.
Bachiller Joaquín Euzardo, bachiller en filosofía, 4 de Bachiller Maximiano Rincón, bachiller en medicina,
3
agosto de 1843. de febrero de 1865.
Bachiller Juan Bautista Echeverría, bachiller en filosofía, Bachiller Mariano Parra, bachiller en medicina, 5 de
28 de agosto de 1844. marzo de 1865.
Bachiller Pro. Felipe N. Fremont, bachiller en filosoíía, Bachiller Ildefonso Vásquez, bachiller en medicina, 4 de
18 de junio de 1845. febrero de 1865.
Bachiller Joaquín Esteva, bachiller en filosofía, 6 de agos- Bachiller Andrés Antonio Pérez, bachiller en medicina,
to de 1846. I? de febrero de 1865.
Bachiller Carlos Mínchin, bachiller en filosofía, 9 de Bachiller José Antonio Hernández, bachiller en medici-
agosto de 1846. na, 2 de febrero de 1865.
Pro. bachiller Francisco Huerta, bachiller en derecho Bachiller Francisco Suárez, bachiller en filosofía, 21 de
canónico, 31 de agosto de 1866. enero de 1865.
Licenciado Trinidad Montiel, licenciado en ciencias po- Bachiller Guillermo Leiva, bachiller en filosofía, 23 de
líticas, 19 de octubre de 1881. mayo de 1863.
Bachiller Manuel Durán, bachiller en medicina, 15 de Bachiller Teolindo Navarrete, bachiller en filosofía, 24
agosto de 1860. de mayo de 1863.
Bachiller Antonio María Iriarte, bachiller en filosofía, 26 Bachiller Juan E. García, bachiller en filosofía, 24 de ma-
de agosto de 1854. yo de 1863.
Bachiller Manuel Dagnino, bachiller en medicina, 16 de Bachiller Ireneo Baptista, bachilleren filosofía, 25 de ma-
agosto de 1860. yo de 1863.
Bachiller Graciliano González, bachiller en medicina, 8 Bachiller Juan B. Ortiz, bachiller en filosofía, 26 de ma-
de setiembre de i86o. yo de 1863.
Bachiller Carlos L. Sánchez, bachiller en medicina, 17 Bachiller José María Casanova, bachilleren filosofía, 27
de agosto de 1860. de mayo de 1863.
Bachiller Juan N. Fría, bachiller en filosofía, 30 de agos- Bachiller Hermes Valbuena, bachiller en filosofía, 27 de
to de 1854. mayo de 1863.
Bachiller Pedro Luengo, bachiller en derecho civil, 1° Bachiller Manuel Bracho O., bachiller en filosofía, 28 de
de agosto de 1878. ma\ o de 1863.
Bachiller Luis F. Sánchez, bachilleren filo.sofía, i? de se- Bachiller Ramón R. Ball, bachiller en filosofía, 30 de ma-
tiembre de 1854. yo de 1863.
Bachiller José Antonio Yanes, bachilleren filosoíía, 2 de Bachiller Carlos Ball, bachiller en filosofía, 31 de mayo de
abril de 1855. 863-
Bachiller Ramón López, bachiller en medicina, 18 de Bachiller Ramón March, bachilleren filosofía, i 9 de junio
agosto de 1860. de 1863.
Bachiller Belisario Gallegos, bachiller en medicina, 9 de Bachiller Enrique Rincón, bachilleren filosofía, i9 de ju-
setiembre de 1860. nio de 1863.
CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIVO EN VENEZUELA
„ ^
General José Desiderio Trías.— 2 General Miguel Gil.—3 General León Colina.—4 Rafael Arvelo.-ó General Manuel E. Bruzual.
. T,^
, T
6 General José RupertoMonagas.—7 Dr. Guillermo Tell Villegas.—8 Dr. Juan V. González Delgado.—9 General Esteban Palacios.— 10 General José Ignacio Pulido.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCIII
Bachiller Nicolás María Olivares, bachiller en filosofía, 2 Bachiller Leopoldo Sánchez, bachiller en derecho civil,
de junio de 1S63. 5 de abril de 1881.
Bachiller Miguel Célis, bachilleren filosofía, 2 de junio Bachiller Enrique Fuenmayor, bachiller en medicina,
de 1863. 22 de agosto de 1873.
Bachiller José Giménez, bachilleren filosofía, 3 de junio Bachiller Jesús María Montiel, bachiller en medicina,
de 1863. 20 de setiembre de 1873.
Bachiller Salvador Durán, bachiller en filosofía, 6 de ju- Bachiller Jorge Urdaneta, bachiller en filo.sofía, 17 de
nio de 1863. agosto de 1869.
Bachiller Julio Rincón, bachiller en filosofía, 6 de junio Bachiller Diego Urquinaona, bachiller en filosofía, 19
de 1863. de agosto de 1869.
Bachiller Jesús María Portillo, bachiller en filosofía, 23 Bachiller Manuel S. Montero, bachiller en filosofía, 12
de junio de 1863. de diciembre de 1869.
Pro. bachiller Francisco J. Delgado, bachilleren derecho Bachiller Alejandro Andrade, bachiller en filosofía, 15
canónico, 7 de junio de 1872. de diciembre de 1869.
Bachiller Aniceto Ramírez, bachiller en filosofía, 24 de Bachiller Antonio María Montiel, bachiller en filosofía,
junio de 1863. 12 de diciembre de 1869,
Bachiller Juan B. Oquendo, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Eduardo Urquinaona, bachiller en filosofía,
julio de 1863. 13 de diciembre de 1869.
Bachiller Agustín Rodríguez, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Manuel Araujo, bachiller en medicina, 21 de
setiembre de 1863. agosto de 1873.
Bachiller José Aguedo Moutiel, bachiller en filosofía, 6 Bachiller Alberto Rincón, bachiller en filosofía, 7 de
de setiembre de 1863. mayo de 1872.
Bachiller Eduardo Portillo, bachiller en filosofía, 7 de se- Bachiller José Francisco Rincón, bachiller en medicina,
tiembre de 1S63. II de junio de 1872.
Bachiller José Antonio Infante, bachiller en filosofía, 7 Bachiller José Antonio Chaves, bachiller en filosofía,
de agosto de 1866. I? de juiio de 1872.
Licenciado Jesús María Luengo, licenciado en ciencias Bachiller Federico Troconis, bachiller eu filosofía, 10
polticas, 17 de noviembre de 1881. de julio de 1872.
Bachiller Guillermo Finol, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Manuel S. Romero, bachiller en filosofía, ii
agosto de 1866. de julio de 1872.
Bachiller Evilacio Puentes, bachiller en filosofía, n de Bachiller Rafael Rincón, bachiller en filosofía, 12 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Elias Portillo, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Rodolfo Lares, bachiller en filosofía, 12 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Severiano Bracho, bachiller en filosofía, 15 de Bachiller Simón Montiel, bachiller en medicina, 19
agosto de 1866. de octubre de 1880.
Bachiller Alfredo Rincón, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Jorge Valbuena, bachiller en filosofía, 27 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Alfonso Rincón, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Rafael López, bachiller en filosofía, 27 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Carlos S. Barrera, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller José Dolores Suárez, bachiller en filosofía,
agosto de 1866. 28 de julio de 1872.
Bachiller Sisóes Finol, bachiller en filosofía, 24 de agos- Bachiller José Antonio Pifia, bachiller en filosofía, 28
to de 1866. de julio de 1872.
Bachiller Andrés J. Manzano, bachiller en filosofía, 28 Bachiller Jeudah Delima, bachiller en filosofía, 29 de
de agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller José Miguel Cepeda, bachiller en derecho ci- Bachiller Carlos Wilson, bachiller en filosofía, 29 de
vil, 17 de febrero de 1871. julio de 1872.
Bachiller Antonio María Parra, bachiller en medicina, Bachiller Eucario Araujo, bachiller en filosofía, 30 de
12 de octubre de 1872. julio de 1872.
Bachiller José María Núñez, bachiller en filosofía, 30 de Bachiller Candelario Oquendo, bachiller en medicina,
agosto de 1866. 4 de agosto de 1872.
Bachiller Federico Valbuena, bachiller en filosofía, i? Bachiller Federico March, bachiller en filosofía, 9 de
de setiembre de 1866. agosto de 1872.
Bachiller José María Sánchez, bachiller en filosofía, 7 Bachiller José Trinidad Ortega, bachiller en filosofía, 10
de noviembre de 1866. de agosto de 1872
Bachiller Felipe Sandrea, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller Francisco J. Acosta, bachiller en medicina,
noviembre de 1866. 30 de agosto de 1878.
Bachiller Manuel Montiel, bachiller eu filosofía, 6 de Bachiller Manuel Bracho B., bachiller eu medicina, 15
agosto de 1S69. de febrero de 1880.
Bachiller José de Jesús Olivares, bachiller en medicina, Licenciado José Antonio Bracho, licenciado en ciencias
22 de diciembre de 1878. médicas, 18 de febrero de 1882.
Bachiller José Vicente Matos, bachiller en filosofía, 18 Bachiller Eduardo Petit, bachiller en filosofía, 31 de
de agosto de 1869. agosto de 1872.
Bachiller Miguel María Villalobos, bachiller en medi- Bachiller Manuel Sánchez Pefia, bachiller en filosofía, 25
cina, 23 de agosto de 1873. de agosto de 1872.
Bachiller Reyes Belloso, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Francisco Ochoa, bachiller en derecho civil,
agosto de 1S69. de octubre de 1872.
4
Bachiller Rafael L. Iriarte, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Helímenas Finol, bachiller en medicina, 13
agosto de 1869. de octubre de 1875.
Bachiller Joaquín Valbuena, bachiller en filosofía, i? Bachiller Fermín Orosco, bachiller en filosofía, ii de
de agosto de 1869. julio de 1876.
Bachiller Benito D’ Erizauz, bachilleren filosofía, 6 de Bachiller Joaquín Luzardo, bachiller en filosofía, 13
agosto de 1869. de julio de 1876.
13
XCIV INSTRUCCION SUPERIOR
_
Bachiller Hermágoras Isea, bachiller en filosofía, 14 Bachiller Guillermo Quintero, bachiller en filosofía,
de julio de 1876. 10 de agosto de 1882.
Bachiller Ramón A. Infante, bachilleren filosofía, 15 Bachiller J. Trinidad Sulvarán, bachiller en filosofía,
de julio de 1876. 10 de agosto de 1882.
Bachiller Luis Montel, bachiller en filosofía, 18 de ju- Bachiller Antonio Puche, bachiller en filosofía, iide
lio de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Rómulo Paría, bachiller en filosofía, iq de Bachiller Ezequiel Antonio Puche, bachiller en filoso-
julio de 1876. fía, II de agosto de 1882.
Bachilltr José Antonio Gando, bachiller en filosofía, Bachiller Leopoldo Antonio Puche, bachiller en filoso-
I? de agosto de 1S76. fía, 12 de agosto de 1882.
Bachiller Julio Augusto Rincón, bachiller en filosofía, Bachiller Renato Serrano, bachiller en filosofía, 12 de
16 de agosto de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Manuel Valbuena, bachiller en filosofía, 19 Bachiller Juan Prancisco Chazín Nava, bachiller en
de agosto de 1876. filosofía, 14 de agosto de 1882.
Bachiller Luis Curriel, bachiller en filosofía, 20 de agos- Bachiller Víctor M. Acosta, bachiller en filosofía, 14
to de 1876. de agosto de 1882.
Bachiller Alcibíades P'lores, bachiller en filosofía, 20 Bachiller Enrique Vílchez, bachiller en filosofía, 17 de
de agosto de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Temístocles N. Vaainonde, bachiller en filo- Bachiller Carlos R. Isea, bachiller en filosofía, 16 de
sofía, 25 de agosto de 1876. setiembre de 1S82.
Bachiller Mariano Hernández, bachiller en filosofía, 26 Bachiller Manuel Amonio Ponseca, bachiller en filoso-
de agosto de 1876. fía, 18 de setiembre de 1882.
Bachiller Rafael Pirela, bachiller en filosofía, 27 de Bachiller Veremnndo Montenegro, bachiller en filoso-
agosto de 1876. fía, 28 de setiembre de 1812.
Bachiller José Antonio Montiel P. bachiller en filoso-
,
Bachiller Rodolfo Ochoa, bachiller en filosofía. So de
fía, 2 de setiembre de 1876. setiembre de 1882.
Bachiller Rodolfo Pérez, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Abraham Belloso, bachiller en filosofía, i?
agosto de 1879. de octubre de 1882.
Bachill er Erasmo Meoz, bachiller en filosofía,
Bachiller Jaime Luzardo, bachiller en filosofía, 23 de 5 de oc-
agosto de 1879. tubre de 1882.
Bachiller Luis E. Esteva, bachiller en filosofía, 27 de Maestro Prancisco González Peña, maestro de instruc-
agosto de 1879. ción primaria, 13 de agosto de 1882.
Bachiller Pedro Gnzmán, bachiller en filosofía, 18 de Nota : —
En la precedente relación no va incluido el nombre del señor
diciembre de 1879. Pro. Carlos María Lizardo, que le consta al suscrito Rector recibió en este
Instituto el grado de Bachiller en derecho canónico, porque con motivo de
Bachiller Bartolomé Osorio, bachiller en filosofía, 23 las convulsiones políticas, de que ha sido teatro la ciudad de Maracaibo, re-
de agosto de 1879. petidas veces han ocupado tropas el local del Colegio, siendo esto causa de
ue se hayan perdido expedientes y libros en que se registraban los títulos
Bachiller Edecio Pinol, bachiller en filosofía, 30 de e grados conferidos en las distintas ciencias; de tal modo que, para formar
agosto de 1879. esta relación, ha sido necesario remover todo el archivo, buscando los expe-
dientes donde constan los datos exigidos por el Gobierno.
Bachiller Olimpiades Pinol, bachiller en filosofía, 27 de Maracaibo, octubre 31 de 1882.
diciembre de 1881. T. Montiel.
Licenciado Juan C. Pnenmayor, licenciado en ciencias
políticas, 17 de febrero de 1S82. NÓMINA DE LOS INDIVIDUOS GRADUADOS EN EL COLEGIO DE
Bachiller Enrique Acosta, bachiller en filosofía, 29 de
TRUJILLO, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA LA FECHA,
junio de 1882.
Bachiller Pro. J. Tomás Urdaneta, bachiller en filoso- SEGUX CONSTA DE DATOS QUE EXISTEN EN EL ARCHIVO
fía, 19 de iulio de 1882. DE LA SECRETARIA.
Bachiller Baldomero Barrios, bachiller en filosofía, 23 Bachiller Pranci.sco de Paula Martínez, bachilleren filo-
de julio de 1882.
sofía, 6 de diciembre de 1851.
Bachiller José Antonio Azpurúa, bachiller en filoso-
Bachiller Ro.sario de la T. Brieeño, bachiller en filosofía,
fía, 24 de julio de 1882.
7 de diciembre de 1851.
Bachiller Segundo Plores, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller Juan N. Urdaneta, bachilleren filosofía, 8 de
julio de 1882. junio de 1854.
Bachiller Antonio Acosta M.,
bachiller en filosofía, 26 Bachiller Cecilio Landaeta, bachiller en filo.sofía,
de julio de 1882. 9 de
junio de 1854.
Bachiller José Vicente Rodríguez, bachiller en filoso- Bachiller Pederico Pimentel, bachiller en filo.sofía, 10
fía, 2 de agosto de 1882. de junio de 1854.
Bachiller José Gregorio Osorio, bachiller en filosofía,
Bachiller Sálvano Velazco, bachiller en filosofía, ii de
4 de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Joaquín Criollo, bachiller en filosofía,
4 de Bachiller José Vicente Brieeño, bachilleren filosofía, 13
agosto de 1882. de junio de 1854.
Bachiller Pármenas Rosales, bachiller en filosofía, Bachiller Carlos Mendoza, bachiller en filosofía, 13 de
5
de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Enrique García, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Juan de Dios Castro, bachiller en filosofía,
agosto de 1882. 14 de junio de 1854.
Bachiller Jesús Carrnyo, bachiller en filosofía,
7 de Bachiller Juan N. Tirado, bachiller en filosofía, 16 de
agosto de 1882. junio de 1S54.
Bachiller Alejandro Osorio, bachiller en filosofía, 18 de Bachiller José María Rico, bachiller en filosofía, 17 de
agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Nectario Pinol, bachiller en filosofía, 18 de Bachiller Rafael María González, bachiller en filosofía,
agosto de 1882. 27 de junio de 1854.
Bachiller Emigdio A. Velazco, bachiller en filosofía, Bachiller Máximo Brieeño, bachiller en filosofía, 28 de
9 de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Hermócrates Parra, bachiller en filosofía, Bachiller Tomé Gil, bachiller en filosofía, 8 de julio
9
de agosto de 18S2. de 1854.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCV
Bachiller Fernando Gil, bachiller en filosofía, 9 de ju- Bachiller Tobías Contreras, bachilleren filosofía, 4 de
lio de 1854. julio de 18 74.
Bachiller Onofre Aguilera, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Carlos Luis González, bachiller en filosofía,
' junio de 1856. 18 de julio de 1874.
Bachiller Eurípides Carrillo, bachilleren filosofía, 17 de Bachiller Francisco Villegas, bachiller en filosofía, xi
junio de 1856. de agosto de 1874.
Bachiller Senen Urdaneta, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Pedro I. González, bachiller en filosofía, ii
agosto de 1856. de agosto de 1874.
Bachiller Francisco Bocaranda, bachiller en filosofía, Bachiller Alejandro Carrillo, bachiller en filosofía, 12
3 de setiembre de 1856. de agosto de 1874
Bachiller Hilarión Unda, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Juan B. Tamayo, bachiller en filosofía, 20 de
diciembre de 1856. agosto de 1874.
Bachiller José Lorenzo Briceño, bachiller en filosofía, Bachiller Manuel Silveira, bachiller en filosofía, 24 de
10 de diciembre de 1856. agosto de 1874.
Bachiller Arístides Labastida, bachiller en filosofía, 24 Bachiller Rafael Pérez, bachiller en filosofía, 24 de
de octubre de 1857. agosto de 1874.
Bachiller Fernando Urdaneta, bachiller en filosofía, 30 Bachiller José S. Giménez, bachiller en filosofía, 25 de
de mayo de 1862. agosto de 1874.
Bachiller Claudio Llavanéras, bachiller en filosofía, i? Bachiller José Antonio Lucena, bachiller en filosofía,
de julio de 1862. 25 de agosto de 1874.
Bachiller Ricardo Bermúdez, bachiller en filosofía, 2 de Bachiller Ladislao Castillo, bachiller en filosofía, 26 de
junio de 1864. agosto de 1874.
Bachiller Rafael Pacheco, bachiller en filosofía, 2 de ju- Bachiller Lisandro Alvarado, bachiller en filosofía, 26
nio de 1864. de agosto de 1874.
Bachiller Simón Viloria, bachilleren filosofía, 3 de ju- Bachiller Nemecio Sáez, bachiller en filosofía, 25 de
nio de 1864. julio de 1S76.
Bachiller Ignacio Fumar, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Francisco Hurtado, bachiller en filosofía, 26
junio de 1864. de julio de 1876.
Bachiller Ricardo Labastida, bachiller en filosofía, 7 de Bachiller José Ignacio Briceño, bachiller en filosofía,
junio de 1864. 28 de julio de 1874.
Bachiller Rafael Enríquez, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Juan Pedro Chuecos, bachiller en filosofía,
junio de 1864. 29 de julio de 1876.
Bachiller José Miguel Pimentel, bachiller en filosofía, Bachiller Arístides Carrillo, bachiller en filosofía, i?
2 de julio de 1864. de agosto de 1876.
Bachiller Antonio Briceño Pimentel, bachiller en filo- Bachiller Jo.sé María Núñez, bachiller en filosofía, 3 de
sofía, 28 de junio de 1865. agosto de 1876.
Bachiller Carlos Maldonado, bachiller en filosofía, 9 Bachiller José Antonio Barroeta, bachiller en filosofía,
de agosto de 1866. 5 de agosto de 1876.
Bachiller José Félix Fonseca, bachiller en filosofía, 4 Bachiller Delfin Castellanos, bachiller en filosofía, 10
de setiembre de 1866. de agosto de 1876.
Segundo Tomás Heredia, bachiller en filoso-
Bachiller Bachiller Antonio Braschi, bachiller en filosofía, 22 de
fía, 21de noviembre de 1866. junio de 1877.
Bachiller Mateo Trocónis Parra, bachiller en filosofía, Bachiller Modesto Bravo, bachiller en filosofía, 19 de
12 de enero de 1867. junio de 1S78.
Bachiller José Vicente Unda, bachiller en ciencias po- Bachiller Manuel Troconis, bachiller en filosofía, 20 de
líticas, 14 de agosto de 1868. julio de 1878.
Bachiller Juan Pablo Tamayo, bachiller en filosofía, Bachiller Juan Francisco Bustillos, bachiller en filoso-
4 de julio de 1872. fía, 10 de julio de 1880.
Bachiller Pedro José Saavedra, bachiller en filosofía, Bachiller Juan Florencio Ramírez, bachiller en filoso-
7 de julio de 1872. fía, 12 de julio de 1880.
Bachiller Carlos Briceño Vásquez, bachiller en filoso- Bachiller Zoilo Morillo, bachiller en filosofía, i¿\ de ju-
fía, 13 de julio de 1872. lio de 1880.
Bachiller Rafael María Castillo, bachiller en filosofía, Bachiller Guillermo Hoyer, bachiller en filosofía, 16 de
17 de julio de 1872. julio de 1880.
Bachiller Cristóbal Barroeta, bachiller en filosofía, 20 Bachiller Roque Luque, bachiller en filosoíía, 19 de
de julio de 1872. julio de 18S0.
Bachiller Cecilio Sarmiento, bachiller en filosofía, 22 Bachiller Estanislao Carrillo, bachiller en filosofía, 21
de julio de 1872. de julio de 1880,
Bachiller Jesús María Llavanéras, bachiller en filosofía, Bachiller Elias Urdaneta, bachiller en filosofía, 24 de
24 de julio de 1872. julio de 1880.
Bachiller Luis F. Castillo, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Rafael Baptista, bachiller en filosofía, 26 de
setiembre de 1872. julio de 1 880.
Bachiller Áíanuel Enríquez, bachiller en filosofía, 13 Bachiller Eliseo Peña, bachilleren filosofía, 28 de julio
’
mismo año de sus exámenes: faltan las copias de los diplomas Bachiller Andrés Marcano, graduado el 15 de junio
de once números anteriores y faltan los expedientes de los
los de 1846.
números 41 y 42. Bachiller Juan Bautista León, graduado el 5 de junio
Bachiller José Jesús Vallenilla, examinado y aprobado, el de 1886.
de agosto de 1881. Doctor Manuel María Ortiz, graduado el 6 de junio
7
Bachiller Manuel I. SalazarH., examinado y aprobado, el
de 1846.
Bachiller Juan Crisóstomo Bermúdez, graduado el 9 de
7 de agosto
de 1881.
Bachiller Arístides Briceño, examinado y aprobado, el 22
junio de 1846.
Doctor Bartolomé Salazar, graduado el ii de junio
de agosto de 1881.
Bachiller Blas E. Fariñas, examinado y aprobado, el 25 de
de 1846.
agosto de 1881.
Doctor Antonio José Sucre Alcalá, graduado el 7 de ju-
Bachiller Gerardo Sterling, examinado y aprobado, el 3 de nio de 1846.
Bachiller Rafael Calzadilla, graduado el 3 de junio
setiembre de 1881.
de 1846.
Bachiller Cleanto Hernández, examinado y aprobado, el
Bachiller José Antonio Márquez Fuentes, graduado el 16
8 de setiembre de 1881.
de junio de 1846.
Faltan las copias de los diplomas de los cinco últimos
Licenciado Jesús María Morales, graduado el 21 de
números.
junio de 1846.
Hay en el archivo 23 expedientes del Colegio de San Licenciado José Antonio Pérez Coronado, graduado el 23
Juan Bautista, en Aragua; 5 del 76, 10 del 78 y 8 del 82. de junio de 1846.
Barcelona: 31 de octubre de 1882. Bachiller Valentín Rívas, graduado el 24 de junio de
1846.
El Rector,
Bachiller Enrique Pérez Coronado, graduado el 28 de ju-
José Clavier. nio de 1846.
Bachiller José Jesús Martínez Barceló, graduado el 30 de
junio de 1846.
COLEGIO NACIONAL DE CUMANÁ, RELACIÓN NOMINAL DE
Farmacéutico José Félix Armas, graduado el 2 de julio
LOS INDIVIDUOS QUE HAN RECIBIDO EL GRADO DE BA- de 1846.
CHILLER EN FILOSOFÍA EN ESTE COLEGIO, DESDE LA Doctor José Manuel Berrizbeitía, graduado el 16 de julio
FUNDACIÓN DEL INSTITUTO HASTA EL 3I DE OCTUBRE de 1848.
DE 1882. Doctor Laureano Vallenilla, graduado el 18 de julio
de 1848.
Doctor Pedro María Ledesma, graduado el ii de julio Bachiller León Coronado, graduado el 21 de julio de
de 1844. 1848.
Licenciado José Manuel Gómez, graduado el 14 de julio Bachiller Vicente Coronado, graduado el 20 de junio
de 1844. de 1848.
Licenciado Matías Felipe Lovera, graduado el 16 de julio Presbítero Antonio Valery, graduado el 13 de junio
^^ 55 -
de 1850.
Doctor Mauricio Berrizbeitía, graduado el 17 de julio de Doctor Bernardo Bermúdez Grau, graduado el 15 de
1844. junio de 1850.
Doctor Francisco Hernández, graduado el 18 de julio Doctor José Cánnen Betancourt Rendón, graduado el
de 1844. 23 de junio de 1850.
Doctor J. Antonio Trías, graduado el 19 de julio de Doctor Miguel Vigas, graduado el 8 de julio de 1859.
1844.
Bachiller José Gerónimo Peinado, graduado el 29 de ju-
Doctor Antonio José Sotillo, graduado el 20 de julio lio de 1850.
Bachiller Francisco Gerónimo Ramos, graduado el -x de Bachiller Juan González Ramos, graduado el 7 de octu-
mayo de 1868. bre de 1882.
'
Bachiller Juan M. González Valera, graduado el ^ de ma- Según informes priyados, existen Bachilleres en Filo-
yo de 1868. ^
sofía, de que no hay constancia en el registro correspon-
Bachiller Blas Antonio Arcia, graduado el
4 de mayo diente, aunque se graduaron en este Colegio;
y otros que
de 1868. habiendo hecho aquí sus estudios filosóficos tuvieron que
Doctor Manuel Russian, graduado el 4 de mayo de graduarse fuera de esta ciudad por consecuencia del terremoto
1868.
^853, que arruinó y dispersó la población y acabó con el
Bachiller Tomás Jumas, graduado el s de mayo Instituto. Ignoro que títulos académicos posean actualmen-
de 1868. te muchos de los nombrados, de los cuales no pocos han
Bachiller José Miguel Font, graduado el s de mayo muerto.
de 1868.
Bachiller Diego Blanco Peñalver, Cumaná: 3 de noviembre de 1882.
graduado el 6 de
mayo de 1868. El Rector,
Bachiller Ricardo Núñez, graduado el 6 de mayo
de 1868. José Silverio González.
Bachiller José María Milá de la Roca, graduado el 8 de
julio de 1870.
Bachiller Víctor Modesto Cedeño, graduado
RELACIÓN DE LOS CIUDADANOS QUE HAN RECIBIDO GRADOS
el 8 de julio
de 1870. ADADÉMICOS EN ESTE INSTITUTO, DESDE SU FUNDACIÓN
Bachiller Manuel Urosa Blanco, graduado el 8 de julio HASTA LA FECHA.
de 1870.
Bachiller Marco Antonio Silya, graduado Bachiller Rafael R. Hermoso, bachilleren filosofía, 10 de
el 8 de julio
de 1870. julio de 1852.
Bachiller José Tomás Figueras, graduado el 8 de julio Bachiller Augusto Salcedo, bachiller en filosofía, 6 de se-
de 1873. tiembre de 1859.
Farmacéutico Amador Blanco, graduado 8 de julio Bachiller Néstor Arcaya, bachiller en filosofía,
el 4 de se-
de 1870. tiembre de 1859.
Bachiller Jacinto Alarcón, graduado el 8 de julio de Bachiller Francisco Arteaga, bachilleren filosofía, 10 de
1875- setiembre de 1859.
Bachiller Salyador N. Dlamozas, graduado Bachiller Víctor Brigé, hijo, bachiller en filosofía,
el 8 de julio 4 de
de 1870. junio de 1876.
Bachiller Ignacio Cornieles, graduado el 8 de julio Bachiller José M
9 Molina, bachiller en filo.sofía,
3 de ju-
de 1870. nio de 1878.
Bachiller Antonio Frías, graduado 8 de julio de Bachiller Alvaro R. Alvarez, bachiller en filosofía,
el
4 de
1870. junio de 1878.
Bachiller Manuel S. Salavarria, graduado el 8 de julio '
Bachiller Horacio Reyes, bachiller en filosofía,
5 de junio
de 1870. de 1878. Maestro de instrucción, i 9 de agosto de 1882.
Bachiller Manuel Antonio Martínez, graduado el i9 de Bachiller Ramón Curiel, bachiller en filosofía, 8 de junio
agosto de 1878. de 1878.
Bachiller Dominicio Centeno, graduado el i? de agosto Bachiller Pedro H. Tellería, bachiller en filosofía, 19 de
de 1878. junio de 1878.
Bachiller Rosalio Guillén, graduado el i9 de agosto Bachiller Justiniano Graterol, bachiller en filosofía, 21
de 1878. de junio de 1878.
Bachiller José Silverio Córdoya, graduado el i? de agos- Bachiller Josué López, bachilleren filo.sofía, 27 de junio
to de 1878. de 1878.
Bachiller Jacinto Rodríguez, graduado el i? de agosto Bachiller Antonino Zárraga, bachiller en filosofía, 19 de
de 1878. junio de 1878.
Bachiller Julio César Coya, graduado el iV de agosto Bachiller Pedro M. Tovar, bachiller en filosofía, i 9 de
de 1878. setiembre de 1880.
Bachiller Víctor Manuel Mago, graduado el i? de agosto Bachiller Ladislao Andara, bachiller en filosofía, 22 de
de 1878. octubre de 1880.
Bachiller Francisco C. Betancourt Vigas, graduado el 1 9 Bachiller José D. Curiel, bachiller en filosofía, 22 de oc-
de agosto de 1878. tubre de 1882.
Bachiller José Mercedes López, graduado el i 9 de agosto Bachiller Juan N. Curiel, bachilleren filosofía, 29 de oc-
de 1880. tubre de 1882.
Bachiller Celedonio Salcedo Salazar, graduado el i9 de
Coro: 31 de octubre de 1882.
agosto de 1880.
Bachiller Cándido Ramírez, graduado el i 9 de agosto El Rector,
de 1880. Luis Espelozín.
Bachiller Pedro Benito Núñez, graduado el i 9 de agosto
de 1880.
Bachiller José Jesús Fuentes, graduado el 1 de agosto RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTENIDO GRADOS
de 18S0. EN EL COLEGIO NACIONAL DEL GUÁRICO, DESDE SU
Bachiller José Silyerio González Varela, graduado el i9 FUNDACIÓN HASTA EL 31 DE OCTUBRE DE 1882.
de agosto de 1880.
Bachiller José Valentín Bruzual, graduado el 8 de agosto Bachiller Francisco de P. del Ahilar, bachiller en filosolía,
de 1880. 10 de junio de 1879.
Bachiller Juan Manuel Brito Salazar, graduado el 21 de Bachiller Francisco Monroy González, bachiller en filo-
setiembre de 1882. sofía, 15 de julio de 1879,
Bachiller Rafael R. Fant, graduado el 22 de setiembre Bachiller Pedro Veroes Rivas, bachiller en filosofía, 16
de 1882. de julio de 1879.
Bachiller Pedro Rafael Bastardo, graduado el
23 de octu- Bachiller Rafael González González, bachiller en filoso-
bre de 1882. fía, 27 de junio de 1881.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCIX
Bachiller Rafael Loreto Vautrai, bachiller en filosofía, 28 Licenciado Manuel Acosta, en el curso que terminó
de junio de 1881. en 1833.
Bachiller Jonás González González, bachilleren filosofía, Modesto Betancourt, en el curso que terminó en i8;)3.
29 de junio de 1881.
RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE OYERON LECCIONES DE Doctor Víctor Alvarado, en el curso que terminó
en 1842.
FILOSOFIA EX EL COLEGIO DE GUANARE SECCIONAL,
Ignacio Bustillo.s, en el curso que terminó en 1S42.
DESDE 1831, AÑO EN QUE FUE FUNDADO, HASTA 1857 ;
Licenciado Elias Huizi, en el curso que terminó en
Y QUE EN LOS DIFERENTES CURSOS RECIBIERON EL GRA- 1S42.
DO DE BACHILLER. Doctor Manuel Cárdenas, en el curso que terminó
en 1842.
Doctor Miguel Oráa, en el curso que terminó en 1833.
Doctor Gonzalo Cárdenas, en el curso que termi-
Doctor Joaquín Herrera, en el curso que terminó en
nó en 1842.
1833.
Federico Rodríguez, en el curso que terminó en 1842.
Doctor Juan Félix Hurtado, en el curso que terminó
José dej. Betancourt, en el curso que terminó en 1842.
en 1833.
Presbítero Manuel Silveira, en el curso que termi-
Doctor Daniel Quintana, en el curso que terminó en
nó en 1842.
1833-
Presbítero Rafael Ceballos, en el curso que terminó
Rafael Betancourt, en
el curso que terminó en 1833.
en 1842.
Doctor Fmigdio González, en el curso que terminó
en 1833.
^
Ramón Lozada, en el curso que terminó en 1833. Manuel Ramón Ichazú, en el curso que terminó en
Jesús María Osal, en el curso que terminó en 1833. i^45-
Manuel Valenzuela, en el curso que terminó en 1833. Doctor Diego Bustillos, en el curso que terminó en
Ramón María ligarte, en el curso que terminó en 1S33. 1845.
c INSTRUCCION SUPERIOR
4
\
'
Doctor Wenceslao Monserrate H., 1888, doctor en Doctor Lisandro Becuna, doctor en ciencias médicas,
ciencias políticas. 1889.
Doctor José M. Aveledo, doctor en ciencias políticas, Doctor Rafael Guevara Méndez, doctor en ciencias
1888. médicas, 18S9.
Doctor Julián Mendoza, doctor en ciencias políticas, Doctor Bernardo Pérez, doctor en ciencias médicas,
1888. 18S9.
Doctor Róinulo G. Natera, doctor en ciencias polí- Doctor Manuel J. Herrera, doctor en ciencias médi-
ticas, 1889. cas, 1890.
Doctor Félix R. Páez, doctor en ciencias políticas, Doctor José F. Chazin, doctor en ciencias médicas,
1S90. 1890.
Doctor Luis R. León, doctor en ciencias médicas, Doctor Rafael M. Istnrriza, doctor en ciencias médi-
1890. cas, 1890.
Doctor Jesús María Hernández Pinto, doctor en cien- Doctor Tulio Páez Correa, doctor en ciencias médi-
cias políticas, 1890. cas, 1S90.
Doctor Eduardo Oxford, doctor en ciencias médicas, Doctor Angel María Corao, doctor en ciencias polí-
1890. ticas, 1890.
Doctor Juan de Dios Homlquist, doctor en cien- Doctor Luis F. García, doctor en ciencias políticas,
cias médicas, 1890. 1890.
Doctor José A. Rosales, doctor en ciencias médicas, Doctor José Berrisbeitia, doctor en ciencias políticas,
1890. 1890.
Doctor Rafael Villanueva Mata, doctor en ciencias Doctor Rafael González Plaza, doctor en ciencias po-
médicas, 1890. líticas, 1890.
Doctor Joseph Boussignac, doctor en ciencias médicas, Doctor Víctor Alvarado E. ,
doctor en ciencias políti-
1S90. cas, 1891.
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias eclesiás- Doctor Francisco P. Caballero, doctor en ciencias po-
ticas, 1893. líticas, 1891.
Doctor Luis Felipe Vargas Pizarro, doctor en cien- Doctor Evaristo Díaz Lugo, doctor en ciencias médi-
cias médicas, 1S94. cas, 1891.
Doctor Luciano Teófilo Plomlquist, doctor en cien- Doctor Eudoro López, doctor en ciencias médicas,
cias médicas, 1894. 1891.
Doctor Luis F. Vargas, doctor en ciencias médicas,
1894.
Doctor Pedro E. Belisario, doctor en ciencias médi- COLEGIO DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO FALCON
cas, 1894. Doctor Antonio Acosta Medina, doctor en medicina,
Doctor J. M. Agosto Méndez, doctor en ciencias médi- 12 de setiembre de 1888.
cas, 1894. Doctor Federico Troconis (Revalidado), doctor en me-
Doctor Antonio Bello, doctor en ciencias médi- dicina, 25 de abril de 1893.
cas, 1894.
Doctor J. M. Torrealba García, doctor en ciencias
^
políticas, 1894. COLEGIO DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO MIRANDA
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
Doctor Francisco I. Carreño, doctor en medicina,
Doctor Andrés A. 1894.
Bello, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
Doctor Paulo F. Landaeta, doctor en medicina, 1S94.
Doctor Lino L. Doctor Carlos Hülsen, doctor en medicina, 1894.
Dnarte, doctor en ciencias políticas,
Doctor Rafael Parra Soto, doctor en medicina, 1894.
1894.
Doctor Guillermo Herrera, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
COLEGIO FEDERAL DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO
Doctor Antonio M. Delgado, doctor en ciencias polí-
ticas,
LARA
1894.
Doctor Luis Alcalá Sucre, doctor en ciencias políti- Doctor Francisco Seijas, doctor en ciencias políticas,
cas, 1894. 1890.
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias políticas, Doctor Ramón Montesinos, doctor en ciencias políti-
1S94. cas, 1890,
Doctor Rafael Domínguez, doctor en ciencias políti-
cas, 1890. ^
COLEGIO FEDERAL DE PRI3VIERA CATEGORIA DEL ESTADO Doctor Ananías Cote, doctor en ciencias políticas,
CARABOBO 1 890.
Doctor Tomás Barradas, doctor en ciencias políti-
Doctor Ricardo Znloaga, doctor en ciencias políticas,
cas, 1890.
1S84.
Doctor Benjamin Antich, doctor en ciencias políti-
Doctor Jaime Blanch, doctor en ciencias políticas, 1884.
cas, 1890.
Doctor Napoleón Aranjo, doctor en ciencias médicas,
Doctor Luis Fernández, doctor en ciencias políticas,
188S.
1890.
Doctor Gabriel Castillo, doctor en ciencias médicas Doctor Hilai'ión Seijas, doctor en ciencias médicas,
1888.
1890.
Doctor Juan A. Yanes, doctor en ciencias políti- Doctor Ezequiel Hernández, doctor en ciencias médi-
cas, 1888.
cas, 1890.
Doctor Miguel Bello R., doctor en ciencias politicas, Doctor Julio Irigoyen,
^ doctor en ciencias médicas,
1888,
1890.
Doctor Miguel G. Herrera, doctor en ciencias políti- Doctor Esteban Salas, doctor en ciencias médicas,
cas, 1889. 1890.
Doctor Gonzalo Fajardo, doctor en ciencias políticas, Doctor Jesús María Torrealba, doctor en ciencias mé-
1889. dicas, 1890.
14
CII INSTRUCCION SUPERIOR
— — —
1 Dr. Vicente Amengual.— 2 Dr. Nicanor Borges. 3 Dr. Juan de Dios Monzón. 4 Dr. Manuel Antonio Diez. 5 General Juan Tomás Pérez
6 — —
General Hermógenes López.— 7 Dr. Guillermo Tell Villegas Pulido. 8 Dr. Juan Pietri.— 9 General Manuel Guzmán Alvarez. 10 Dr. Feliciano Acevedo
DE LA INFLUENCIA DE LA LITERATURA
EN LA LEGISLACION DE LAS NACIONES Y EN LAS INSTITUCIONES POLITICAS
fcd:r
LEON LAMBDA
S O al
las
amor de
Musas
que fomentaron en mi intelecto
las letras,
á una presunción ajena de mi ca-
clásicas, ni
rácter, sino á la curiosidad que es incentivo para la
creación de toda obra, debo el temerario empeño de escribir
sobre esta materia tan vasta y espinosa.
danos, héroes. Adivinaba á Solón, soñaba á Pericles, esperaba
á Fidias, saludaba á Arístides, pensaba en Tucídides. Pero las
leyes no nacen al calor del entusiasmo, como brotan las flores
bajo la cálida luz del Sol. Era preciso que un espíritu superior,
dotado especialmente con los dones del estro y de la inspiración,
¿ Por qué no se detiene temblorosa la pluma ante tamaña se remontase al Empíreo y arrebatase á las deidades benefac-
empresa? Y no es atrevimiento mío, que bien compréndela toras la ciencia divina del vate y el arte de revelarla á los hom-
gravedad del caso. ¿Será que me constriñen las excitaciones bres en armoniosos cantos.
de la amistad y las seducciones del cariño? Homero fue el mortal afortunado á quien cupo tanta glo-
Sea de ello lo que fuere, sirvo mis antiguos anhelos y pago ria; y á su voz despertaron con la fuerza del grano henchido
en complacencia el concepto con que soy favorecido. bajo el suelo, todos los sentimientos que hacen grandes á los
Anímame, además, la esperanza de sostener el fervor i)or pueblos. La Grecia compaginó sus anales, fijó rumbo á sus
las leyes patrias y vivificar el entusiasmo por el estudio de la deseos, desgarró el velo del porvenir y comprendió su alto des-
literatura. Si esto logro, me diré feliz aun cuando la obra no tino. Sin temor de errar puede decirse que las leyes funda-
merezca por otros conceptos el aplauso de la opinión ilustrada. mentales de Atenas tienen su origen en la Riada y en la Odisea.
Tiempo es de entrar en materia. La Grecia tan justamente No importa que Dracón hubiese interpuesto como sombra fatí-
admirada desde su aparición sobre aquellas riberas encantadas dica, su código de sangre entre la luz de la imaginación délos
del mar Egéo, se debatía en as])iraciones sublimes al Cielo de la bijos del Pirco y los ])rinci[)ios do filantropía en que estaban
Gloria. ¿Qué ansiaba? An.siaba leyes, dioses, anales, ciuda- imbuidos. Y pruébalo que semejantes leyes fueron rechazadas
CIV DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
con liorror y puestas en desuso al simple correi’ de pocos lustros.
Las caitas de César, las pláticas que 03’eron en los campamentos
lyi misma personalidad de Solón es una prueba.
Poeta y roinano.s, las frases galantes que por primera
vez sonrojaron las
entusiasta admirador de las oluas de Homero, que divulguen
mejillas de las hijas de Armórica, si dejaban una
toda el Atica, la.s lejms con que doto á sus conciudadanos, no protesta en
sembraban mil halagos en los corazone.s.
los cerebros,
])odian menos que; llevaren su e.sencia el esiud’itu de benevoíen-
El senado romano oíi’ece al mundo un esjiectáculo
cia y de justicia que esj)arce como semillas de ro.sas en riue
ó de adelfas no se sabe qué admirar mas, si la integridad de sus
el sublime narrador de Chios. miembros ó)
la elocuencia con que eran defendidas las
Al calor de esas leyes la vida del pueblo heleno corre suave, leyes y la prudencia
serena, próspera, laboriosa, con el runior de la colmena
de sus resoluciones.Un senatus consultirs, emitido en pocas
y la dul- frases, era máxima de moral, princi[)io de derecho
zura ele la miel. La íilosoíia inventa sistemas y lección de
y tunda escuelas; filosofía y diplomacia. ¿Y^ quién negaría que esos sublimes
las ciencias
y las artes se señorean de los es])íritus, y esos ideales resultados son obra de la literatura derramada á manos
que brotaron á la par de los esfuerzos, crearon los dioses, consti- llenas
en libios,^ discuisos, cartas
tuyeron los templos y ofrecieron altares á la Naturaleza, á los y conferencias? Basta recordar á
Cicerón, a Catón, á Traseas jiara convencerse de esta
héroes, á todo lo que en esfera superior puede satisfacer las verdad.
al- Bajo el imperio, que se inicia con la dictadura de
mas ansiosas de impresiones inmortales. César,
la literatura alcanza un grado de perfección
Así se mira como van a]rareciendo los complementos al á que no ha lle-
gado pueblo alguno.^ Si Atenas tuvo historiadores como Hero-
compás de los adelantos. Ya no bastaba á aquel pueblo la doto, Plutarco y iucídides, Roma tuvo á Tácito
poesía modelada j)oruna mente casi divina; ni la legislación á v Quinto Cur-
cioy Salustio.
que debió la paz de tantos años, ni las tradiciones acumuladas
^Trgilio sembró de rosas los campos transtiberinos
3' traducidas en monumentos tan altos como en sus
su ánimo, y apare- poeinas de las Geoigicas y Bucólicas. En su Eneida revive
ció Herodoto justamente llamado el Padre de la Historia.— g- las
glorias de Homero, despierta las pasiones generosas, atrae al
cir el entu.siasmo V encanto de los atenienses al oír los
j)rimeros pueblo romano hacia la practica de las co.stumbres urbanas
acentos de aquel libro que parecía enviado desde el Olimpo
le hace digno del siglo de
y
Augusto. Ovidio inunda de láo-ri-
por los Genios mensajeros de Minei’va, es cosa su])ei ior á la
mas las orillas del Ponto, Horacio recorre el diapasón de*^su
humana inteligencia.
lira de oro para ofrecer á las Mu.sas en todos los
Solón, hábil en aprovechar los generosos movimientos del tonos los acen-
tos déla filosofía, los preceptos del arte, los deleites del
corazón, convocA A.sambleas solemnes 3" dio lectura á las amor v
pági- del vino y las promesas del Olimpo,
nas que contenían los hechos gloriosos de y Mecenas y Augusto,
los pueblos ante los enamorados de las Musas, consagran con la protección á las
cuales se contaban por mucho los hijos heroicos del Ática. bellas letras el reconocimiento que debían á las blancas
No más vacilaciones; no más sombras; todo es luz en la dades de Helicona.
dei-
tieiia 3' colores en el horizonte; Atenas contem])la realizados
3'
La fuente Castalia en que bebieron su inspiración los poe-
sus sueños de la infancia civil; brillan las artes, resuenan los tas de la Gi ecia, apaiecian como derramando sus linfas
cánticos de sus poetas, el cincel rompe crista-
el mármol 3^ crea héroes linas en el palacio de Augu.sto
dioses, las Musas aura de y en la Villa de Mecenas. Las
y sop)lan el la l)elleza desde el alto leyes por tanto seguían el curso de la literatura modificándolas
Parnaso y las virtudes cívicas
inspiradas por las leyes emulan costumbres al compás de la civilización, infundiendo la piedad
los corazones y fortifican el amor á la Patria.
y i)reparando el amor infinito que coirsagró el cristianismo.
A(|uel centro de acción intelectual que en lo antiguo ab-
1 ei o ¡ah! lagiandeza, la majestad, el Injo,
soi bio todas las civilizaciones exornándolas con el j)oder sin
las máximas freno, los j)laceres, los deleites de aquella época
de la filosofía 3' las gracias de las bellas artes aquel pueblo que hubieran co-
; rrompido también á los dioses si estos se hubieran dignado
todavía al través de tantos siglos es foco de in.s])iración univer-
descender del Empíreo para gobernar á los humanos. Mucho
sal, ese ])ueblo lo del)e todo a sus le3'es
y estas a la inspiración fue qimAugustoconserva.se la moral posible hasta su iiltimo
de la literatura.
día. iras él, i iberio 3' otros
h uera grato deh'iierse en la admiración de este panoi'ama y otros, monstruos de maldad,
encenagados en los vicios y entregados á crímenes estériles^
recamado de luces coloridas, en (jue la fanta.sía exaltada, sube
l)arecían liaber apostado á quien sacrificaba mayor número
hasta perderse en regiones inmensurables ]iara caer desfailecida de
víctimas al furor del odio ó á los a¡)etitos de la concupiscencia.
como bajo la influencia de un sueño magnético. Sinembargo, mitre tantos horrores
Entre tanto, en el corazón de Europa surgía un pueblo y disturliios brillaban
las ciencias, sonreían las artes y cubrían las bellas letras con
que desde las orillas delTíber extendía su dominio á naciones
sus flores, corno ])lantas trepadoras, los abismos del vicio,
vecinas, dictaba leyes, levantaba Magistrados y el
y procreaba gue- ter'i’or de la tiranía. La fiera mano de Nerón hiere á su *niaes-
ireios. Grecia como la espuma su poder por la compiista,
tr o Séneca, el purral fratricida de Caracalla
inqionía el vasallaje por la fum’za ;_})ero sujetaba á los vencidos mata á Papiniano,
el primer-o de los jurásconsultos,
por la [>rudencia. Los enemigos de ayer eran los amigos de y Lucano, el cantor de Earsalia’
cae también bajo la cuchilla de Nei’ón, por haberse levantado
ho3^ y los hermanos de mañana, hasta coirstituir una sola á
nacio- la altui-a de los grandes poetas. Era una guerra á muer-te en-
nalidad idéntica en usos, religión
y lenguaje. Ese pueblo fue tre el pueblo y sus tir-airos,
y los Eru])eradores pagabarr con su
Roma, que en sólo cuatro siglos llegó á hacerse respetable sangre la sangre que derramaban. Las le3ms, inspiradas
y por
lamoso del uno al otro extremo del mundo conocido. esas mismas víctirrras, seguían serenas, como la estatua
¿hue solo a la fuerza que debió Roma su poderío de la
3’' su justicia sobre el pede.stal de sus propios tesoros.
gloria? No; sus vates 3^ poetas, como legisladores ó como sim- Sucumbían
los literatos; pero no la literatura; antes bien, de
ples inspiradores cuidaron de afirmar por el derecho las adqui- cada rmevo
ejemjrlo de crueldad, del sepulcro de los sacrificados, brotaban
siciones déla guerra.
más errtusiastas los sacerdotes de Ternis.
Rajo la primeras monarquías, Roma tuvo que
le3'es inspi- Roma, dueña del muirdo, pero quebrantada j)or los horro-
raron sus diq.ses. Bajo el reinado de Numa, se formaron las
res de la guerra, descr-eída
Virtudes cívicas de (pie son brillante ejemplo Dedo, Fabricio, y asustada del porvenir, abre su pe-
cho gigantesco á nuevas asiriraciorres
Cincinato y otros. Bajo los Enpieradores, sometidas la Mace- y cr-cerreias. Atenta á
los sucesos
donia la Gi'ccia, Roma y cercada de tenrores, oye una voz rnistei'iosa que
3' por decirlo así, las cien-
trasjilantó, grita desde lo Alto; “7P¿ ahstnd” “los Dioses se varr,”
cias, las letras v se fue-
y las bellas
desde el Pireo al Monte pala-
artes, r-orr.
tino, y el boro, el senado
y las plazas de los comicios, retem- Había nacido rrrr hombr-e en Bethleeirr, pequeño jrueblo de la
blaron a la voz de sus oi'adores. El idioma latino sintético por Judea err la.s cer-canías de Jer'usaleirr. Habrtaba en Naza retir.
su índole, suave y dulce ])or la combinación de sus sílabas 3"
N:nlie le había visto r-eír, pero sí llor-ar alginras voces, seo'frn la
diptongos y elocuente ]»or el desenvolvimiento que siqfieron
imprimirle gramáticos y retóricos, llegó á la cima de la
gr aflea expresiorr del Cai’denal M
allorr. L rr día aharrdorra el
i.eríéc- hogar silencioso, errtr-a en las Sirragogas de Tiberiades, lée y ex-
ción é infundió encanto
y atractivo en los bárbaros. plica las escrituras v á todos sorpr-errde con la rrovedad
de sus
Aquellas Galias, duras como sus jieñascos, bravias 3' oscu-
rdeas, la elocuencia de su palabra, la ¡nireza de sus
ras como sus bosques, refractarias á todo 3'ugo que costumbres
no fuese la 3’ l;r belleza resplarrdeciente
de sir rostro. Se llarrrrdja Jesrrs, v
libertad salvaje, cedieron, sin saberlo, á los acentos del
Lacio. conrenzaba su divina nrisiórr eotrro Salvador del rrrrrtrdo. Era
POR LEON LAMEDA CA
lina doctrina nunca oída ysin embargo convincente. Desde la el templo de Teseo, de Minerva en Atenas; del Panteón
el
rramos nuestro camino trazado j)or la lógica y reanudemos et espiritas Deas ferebatar saper acpias, según la elocuente expre-
los sucesos históricos en el punto en que comienza el período sión de la Biblia. A unos horizontes sucedieron otros más
generador de la civilización moderna. extensos en el espacio infinito, y los poderes de la tierra dieron
Muerto el Emperador Constancio, su hijo Constantino, el ejemplo de respetar los primeros la civilización adquiri-
á la cabeza del Ejército ([ue como Pacificador de las dalias da nuevos edificios sobre los viejos cimientos. Nuevos ideales
:
tenía á sus órdenes, se declai-a en ejercicio del Poder su- sobre los antiguos principios; y las le}'es obedeciendo á las
premo. inspiraciones de las letras abríanse paso al través del escudo
Era Constantino un príncipe reflexivo y discreto. El de los guerreros.
servicio militar le había obligado á visitar muchas y di.stantes ¿Qué parece la Edad Media, ni qué pluma podrá descri-
provincias del Imperio, y en el manejo de los negocios }>ú- birla en cortas líneas? Pocos escritores han sido felices en
blicos aprendió á conocer hombres y cosas, aficiones y creen- esta tarea, y ninguno ha llegado á rendirla com¡)leta en
cias. A .su vista surgían lozanas las nuevas ideas como flores gruesos volúmenes. Diez siglos de ambiciones, de lucha.s, de
de ])rímavera, y sucedió que más de una vez chocaran con piedad y fanatismo á un tiempo, de luz y de tinieblas, de
estas las medidas gubernativas que su empleo y sus deberes rebeldías y contradicciones, de crímenes horribles cuyas hue-
le obligaran á dictar. Leía, observaba, meditaba. Nada se llas han perdurado en las conciencias; de ejemplos
y tradi-
oponía á sus })lanes, ni enemigos, ni siquiera émulos, y sin ciones que su])editan todavía los más sanos })rincipios; de
embargo luchaba contra una fuerza de.sconocida que pobla- virtudes llevadas ha.sta la abnegación más completa; dele
ba de obstáculos invisibles la ancha .senda de su })olítica. No é incredulidad; de odios y rencores infernales; de amor y
hay que admirarse, pues, de que aquella imaginación se exalta- dulcedumbre; de poesía y donaire, de gallardos paladines y
se hasta el delirio, y que entregada á sí i)ropia, viese representa- humildes monjes de fanatismo y despreocupación; de frui-
;
das sus secretas meditaciones en formas materiales. Vio, ])ues, ciones celestiales y amargas lágrimas. Vista en conjunto la
el lábaro romano iluminado por extraño fulgor, la Cruz se Edad Media aparece como un pandemónium: analizada en
dibujaba en el centro y al rededor se leían en letras de fuego sus partes principales es una lucha desesj)erada de la ver-
estas ¡)alabras “ In hoc signo vinces ” Con esta enseña ven-
: dad contra el error, de la libertad contra la esclavitud, de
cerás. la civilización contra la barbarie. Era una inmensa arena
No dudemos c[ue este ])rodigio.so suceso sea hijo del en que se dieron cita todos los intereses del mundo antiguo,
Cielo muchos hay más .sorprendentes; pero aun sin él los re-
:
aspirando al })redominio del porvenir en nombre de la mo-
sultados hubieran sido los mismos. El inundo había menester derna idea.
de ideales más cónsonos con la inmortalidad reconocida y Las letras en el silencio del gabinete, consagraban sus
proclamada ]>or los jiróceres de la misma filo.sofía pagana, y desvelos y esperanzas á la regula rización de la guerra, al me-
altravés de los velos de la ciencia y de las bellas letras asoma- joramiento de las co.stumbres, y traducían sus esperanzas, ya
ban las creencias modernas. en máximas ]>iadosas, ya en severos ])rinci]iios, ya en dulces
Apoyado en esta milagrosa visión, Constantino declara versos. El })oderoso se encontró sienqne provisto de .-¡anos
el ciLstianismo religión del Estado. Imagínese el lector la consejos: la ciencia y la moral se imjionían: vencedores y
conmoción que produjo en el mundo esta sorprendente medida. vencidos, señores y vasallos, pagaban [)or fin el tributo de-
El cristianismo pa.saba repentinamente de la pro.scripcióii bido á la filosofía inmaterial del cri.^tianismo y al Decálogo.
al poder, y los dioses que por tantos siglos señorearon las con- Y
cosa extraña
¡
el convencimii'nto y divulgación de la
!
ciencias y vertieron á raudales de generación en generación literatura pagana, así como la hi.storia y costumbres de los
los símbolos, las alegorías, los vaticinios, debían enmudecer an- })Ueblos que de.scollaron en la edad jia.snla, dél)cse en gran
te la nueva doctrina. )>arteá los monjes, que en la soledad de los clau.stros, ajenos
¿Qué había de ser de
famosos oráculos, de los au-
los al e.struendode la guerra y á las vanidades del mundo traduje-
gures, del arte y sus espléndidos monumento.s, la Acrópolis, ron á las lenguas locales, poetas, hiotoriadores, legisladores
y ti-
DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
losofos. Y mas pxtraiio aun CjUG esta difícil tarea fuese ejecu- escuela bebieron la inspiración o recibieron el estímulo.
tada con la más nimia fidelidad. Sea
de ello lo que fuere, no se puede prescindir de admirar á esos
No podemos deseo de ofrecer un ejemplo de
resistir al Injos del desierto,
esta aserción. Un
traductor de la» Eneida se halla con es-
y debe contarse con ellos como atletas del
progreso literario.
tas frases cjueel autor pone en boca de Dido después de
Aunque acaecidos en siglos di.stantes, cabe aquí recordar dos
la partida de Eneas “ Dulces exuvise dura
:
Jala deosque sine- hechos culminantes de la historia de la civilización
bant.” moderna.
Nos referimos á la codificación en los siglos 6V 13? Era Justi-
Fata y Deosque son los sujetos del verbo sinere y
y por con- niano un hombre superior á su época. Convencido de la necesi
oiguiente son nominativos; sin embargo deosque está en acu- dad de abrir horizontes á la civilización adquirida,
sativo dificultad gravísima para un traductor, sobre todo
;
y deseando
gobernar de un modo digno de su extenso poder, concibió el plan
en un idioma cuya virtud fundamental es la declinación de compilar la legislación esparcida de su tiempo.
y Trabajo
en que la terminación de una palabra decide de la inten- colosal y de fecundos resultados, que dio al vasto
ción del^ qne habla y hasta de la significación de la frase imperio or-
den, regularidad y rumbos ciertos, imjirimiendo á los
entera. Fácil le era al traductor enmendar el manuscrito princijiios
y el carácter de legislación universal
poner Diique ó Deusque, conservando á la vez la medida del y fijándolos de una manera
perdurable.
verso. Pero no fue así se tradujo, como debía ser
y se dejó Idéntica operación ejecuta Alfonso el Sabio, en el .siglo
:
que si en Europa seguían inflamados los combustibles que en manos de enemigos de la gloria
aglomeró la Edad Media, en Egipto corría la fuente de la y civilización cristiana.
Era preciso rescatar con toda la sangre de los hijos del Cri.sto, la
filosofía platónica, mística
y ecléctica á la vez. Era, pues, aque- patria de su nacimiento, pasión
y muerte.
lla escuela un antemural para la barbarie,
y una compensa- La Europa entera se conmovió al simple anuncio de tan
ción providencial para los es])íritus ávidos de luz
y bienan- altopropó.sito, y alzulronse legiones de cruzados que marcharon
danza. convencidos á la lejana Judea, venciendo obstáculos infinitos
Y como fuese éste un vínculo inquebrantable, debía re- rindiendo la vida al hambre, á la peste
y
sultar lógicamente la unión de dos grandes civilizaciones que y á las penalidades de
todo género.^ Cuánto entusiasmo, cuánta fe! Con este primer
¡
convergerían al gran fin de la Providencia: el progreso uni- intento basto pani el objeto, y la Pale.stina quedó libre de toda
versal.
profanación. Erigióse un trono
He aquí la literatura ejerciendo y principados cristianos, y se
funciones casi divinas, cantaron en el santo sepulcro las alabanzas del Salvador.
porque juntan lo fecundo con lo amable, lo útil lo justo. Pero el fanatismo es semejante á la hidra de la fábula.
y
En misma época
esta presenta un fenómeno histórico
se Los musulmanes amaban al profeta de Aláb como los cristianos
digno de meditación. La Arabia, descollante en literatura al hijo del Eterno, y las tradiciones de los ])ueblos, sus intereses
^
y filosofía, se ofrece á las naciones como conquistadora y y creencias oponen obstáculos invencibles á las más justas co-
se apodera de la Mesopotamia, de la Persia, del Africa seten-
sas. La conquista de la Palestina, su nuevo reinado, su orga-
trional, de la España y amenazando con varias invasiones
nización, todo (lesiq)areció como el humo,
á la Fraiícia. No eran conquistas como las de Atila, cu- y hubo menester una
nueva cruzada y otras más, basta que el turco cedió sin combate
yas numerosas liuestes no llevaban más fuerzas C|ue sus ar- la apetecida con(]uista, reservando para mejores días el triunfo
mas. Los árabes llevaban á todas partes su genio, sus ciencias del Profeta.
y su poesía. En efecto, boy existen tranquilamente la una al lado de la
Creese generalmente que tantos adelantos en una Nación otra, laMezquita de Ornar y la basílica de Santa Helena. ¡Co.sa
poco antes encerrada en sus arciiosas llanuras, nacieron en la singular y que]»intael espíritu de la época! Las ocho expedi-
Escuela (le Alejandría; pero esta creencia puede ser combatida. ciones que se denominaron las Cruzadas, que fueron sembrando
La poesía árabe era congénita á su vida, costumbres
y carácter de cadáveres los campos de la Siria, desde Constantinopla basta
y fue conocida antes de la l'undación de dicha Escuela; ]>ero la elJordán, no dieron ]>or re.sultado sino el mismo que se habría
filosofía, las matemáticas, la política no lucieron sino después
obtenido ])or un sim])le Mensaje del Pontífice católico al Co-
(]ue aípiel loco de luz difundió sus rayos por Oriente
y Occi- mendador de los civyentes. Saladillo, cuya generosidad v vir-
dente. Algeber, Avicena y Abei'ilioes florecieron en eí siglo tudes personales pudieron apreciar en el "trato Feli[>e Augusto
XII, y los inventos de las cifras, de la terapéutica del álge-
y
y Bicardo Corazón de León.
bra, que se deben á estos sabiospertenecen á una é])oca
áraljcs, Y no es (|ue .se desconociese la diplomacia lo que se des- :
innmíliatainente posterior á la del origen (pie se atribuye á la conocía era la virtud de la tolerancia (pie ])erniitió á Cristo pe-
civilización arabiga; luego esju.sto creer que en tal eminente dir de beber á la Samaritana en la fuente de Sieben.
POR LEON LAMEDA CVII
No píMlía ser que tan colosales empresas, como son las Clemente V, recoge las descripciones del Dante y funda en
Cruzadas quedasen sin repercusión en los horizontes de la poe- ellas bulas, regalías y promesas que influyeron directamente en
sía. Ellas fueron por sí solas y vistas por la simple forma ma- las conciencias y facilitaron las relaciones entre el pueblo y el
como las grandes cosas ins[)ii'aii grandes i>ensamient()s, Torcuato cielo sobre losdefensores de la verdad, es mi.sión (jue revela
Tasso concibió y ejecutó la obra de e.scribir el poema de la Jera- la virtud su[)erior de los escogidos de la Divinidad.
salen libertada, donde vertió á raudales .su estro y su entusiasmo. En la moderna escuela de la Democracia, resueltos todos
La Italia entera .se extremeció de gozo ante los héroes los problemas políticos, ex})licados y practicados todos los |>rin-
divinizados por la pluma del Tas.so, y .sobre él y .sobre ellos cipios que nacieron con \o^ derechos del hombre, el vaticinio no
cayeron á millares las lágrimas y bendiciones del laieblo. es ya una necesidad; pero quedan muchas más verdades [)or
La gloria de Tancredo reflejó con sus más puros rayos saber que las sabidas: el círculo donde .se agitan los intereses
sobre el Tasso, y la Italia iluminó al mundo desde Roma basta sociales es infinito; en muchos de sus radios perdura la Edad
las apaj’tadas regiones donde el verbo de la civilización Media, y los poetas tienen todavía focos de inspiración en este
apenas había traspasado la dura corteza de la barbarie. orden para ejercer su elevada misión.
Aproximábanse los tiempos en que los horrores de la ¡Quiera el cielo que el lirismo puro, tan .seductor y elegante
Edad Media, la tiranía feudal, el vasallaje de.samparado, como lo poseyeron Píndaro y Petrarca, vista los arreos de la
los barones verdugos, el poder absoluto, todo había de ins- filosofía moderna y se inspire más en la meditacióigde los pro-
pirar pavor á las conciencias, })rimer paso de la regeneración blemas sociale.s, que en la belleza de la naturaleza !No hay
social, primera luz que guía hacia la benevolencia, primera medio: nadie puede vivir impunemente en su época, y á los poe-
flor cuyo perfume convida á la paz y á la alegría. tas, que pueden remontarse á las regiones nehulo.sas, cuni])le
A.SÍ, en medio de aquella revuelta arena en que lucha- descorrer los velos que ocultan á las miradas del siin[)le mortal
ban las pasiones como vientos desencadenados, y en que la Igle- la mansión de la filosofía no editada.
sia, arca única del princi})io de unidad, era precipitada á ex- La Roma de los Papas, fortificada con el derecho que co-
traños rumbos, aparecían las ciencias y la literatura cada vez dificó .lustiniano, con las le}"es escritas y con el entusiasmo que
más radiantes, cautivando los entendimientos y atrayéndolos despertó la literatura, pudo dedicarse á consolidar la paz de
hacia la serena morada de la paz con honor y de la fé sin las conciencias, la de las Naciones, y á afirmar el principio de
fanatismo. autoridad como emanación de Dios.
Pudieron los Concilios conservar la unidad católica; pudo El feudalismo procreado al favor de la confusión y de la
la ciencia teológica explicar los misterio.^ y fundar las ver- fuerza, dobló la frente y cedió á la monarquía. La literatura
dades divinas en cimientos que no logró conmover la impiedad; tomó entonces la autoridad de la legislación y fue como el sa-
pero sólo á la literatura cu[)0 la hermosa facultad de domar cerdocio encargado de los homenajes en el templo de la Jus-
la barbarie, obligándola á trillar las sendas de la civilización ticia.
bajo arcos de flores. Mas como el hombre, secreto eterno de la Naturaleza,
Y
como si faltasen joyas á esta inmensa corona con que la hecho de barro, pero dotado con la más bella de las formas
Edad Media selló el triunfo de la unidad católica .sobre la here- animales; animal él mismo, pero lleno del espíritu divino de
gía, y de la civilización adecuada á la moderna idea, apareció su Creador, y los antiguos filósofos no hubiesen alcanzado á
el Dante, coloso de los siglo.s, más alto que las pirámides resolver la dualidad de esta criatura inmortal y mortal al mis-
y que todos los monumentos paganos. Como el faro de Ale- mo tiempo, natural era que los espíritus pensadores consagra-
jandría, Dante irradió su luz á largas distancias. No sólo .sen [)referentemente á élla sus talentos y pensamientos. na- Y
como poeta sino como teólogo y filó.sofo, Dante eleva á una cieron Descartes, Locke, Condillac, Leibnitz, Kant, Hegel y
altura inmensurable, derecho, moral, virtud, ciencia, gloria, otros muchos que han recorrido como estrellas el cielo de la
patria, religión y poesía. De él surgen como de fuente pu- filosofía, y crearon una atmósfera luminosa donde .sólo florecen
rísima, la abnegación, el ca.stigo del réprobo, el premio del los grandes pensamientos.
bueno, la purificación del débil, y así en las tres partes de A cada nueva aparición, á cada nueva doctrina brotaba
su obra. Paraíso, Purgatorio é Infierno, queda comprobado el la discusión, conmovíanse las escuelas y academias, y desde
dogma de la Iglesia. Si Tasso había encendido la fantasía las cortes de los poderosos hasta el bohío del jornalero, re-
y propagado el buen gusto, Dante exaltó el raciocinio, levantó sonaba el eco déla palabra filosófica: bien así comoá la aproxi-
el espíritu y puso el sello de la justicia á una civilización C[ue mación de la luz matinal despierta la naturaleza y se pueblan
venía tímida por entre innumerables escollos. de rumores, ciudades, prados y bosques.
Pruébalo la Corte pontificia en Aviñón. Allí brilla la La diversidad de doctrina, la diametral oposición entre
razón de Estado, la diplomacia, la autoridad rodeada del es- unas y otras opiniones, la distancia de los rumbos entre sí,
plendor de la fé y de la majestad correspondiente al Vicario de todo propendía al desenvolvimiento del espíritu, al estudio
Cristo. Cantaba Petrarca sus dulces y honestos amores, escri- de la ciencia. Parece que habían nacido esos hombres para
bía Bocaccio sus graciosísimos cuentos y se e.sparcia en ondas pagar á los pueblos en civilización, lo que habían perdido
de perfumes, como en inmenso jardín, circulando segura, una en sangre, infántando á la vez la libertad. Ni eran la me-
sociedad creyente y libre, donairosa y pulcra. tafísica y la psicología solamente el objeto único de sus estu-
•
Tasso, el Dante y Petrarca era la lectura favorita, y las gra- dios: era el Método, el Análisis, la Astronomía, las Matemáticas.
cias y las flores .sociales, y las altas inspiraciones de Magistra- Descartes halla el adminículo de los exponentes para descubrir
dos y padres de familia, eran insufladas en los pechos como la incógnita en las ecuaciones, y aplica el álgebra á la medida
una aura benigna, por aquellos casi divinos intérpretes del de las curvas. Leibnitz, para quien todo es infusorio, inclusive
Parnaso. el alma, resuelve y practica el cálculo diferencial, con cu3'o
Por más demedio siglo duró aquel maravillo.so e.spectáculo, estudio subieron las ciencias abstractas al pináculo de su glorio-
y cuando al fin la Sede apo.stólica volvió al Tíber famoso, di- so de.stino. Todos levantaron su pensamiento al infinito é
solviéronse al viento los torneos literarios, que procreó la ga- inundaron de luz los horizontes, di.si})ando las tinieblas del
lantería, para reaparecer condensados en leyes, breves y res- fanatismo y preparando la libertad de la conciencia, la inde-
•criptos, los principios teológicos y los augurios de la literatura. pendencia del espíritu y el reinado de la libertad civil.
Viene en este imstante á la mente un recuerdo del remoto Había llegado el mundo al apogeo de la civilización.
paganismo. Tarquino, el viejo, compra á la sibila de Cuines Sólo faltaba que á los rayos de ese sol cuajasen las mieses
los libros de su mi.steriosa ciencia, que anunciaban el porvenir madurasen las cosechas, y ese admirable progreso, nunca
de Roma, y los manda á depositar en el Capitolio. bien ponderado, se debe al cristianismo, como se debe á la
CVIII DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
RgvoIucÍüu fraiicGsa el triunfo definitivo de la dignidad
del adelantos alcanzados en la filología, imponen
lioinbre en su misión social. La Edad Media y la Revolución la claridad en la
expresión, la propiedad en los epítetos
francesa, son los extremos de una cadena cuyos
eslabones y la rectitud en la sig-
nincacion de todas las palabras.
están inundados en la sangre de los pueblos,
sobrenada la idea
pero en que Yno por orgullo patrio sino como prueba irrecusable,
cita-
y aparece resplandeciente la trinidad inmor- lemos a Venezuela, que ofrece á cada paso modelos
tal, 611 SU esencia: Dios, el Hombre de literatura
y la Libertad. oficial en los altos Despachos
ha.sta en las
1 an alta civilización no puede perecer.
El primero de y pequeñas oficinas
estos cataclismos corona sus esfuerzos con el
E.ste mismo movimiento literarioque agita á los venezo-
descubrimiento lanos del uno al otro extremo del paí.s,
de la imprenta y el de la América, que se deben al y que parece llovido de
arte y mas elevada esfera, es una inspiración de la literatura,
a la ciencia: el segundo con las instituciones políticas
de la De- acumu-
lada en las imaginaciones, como las aguas
mociacia, que tienen su origen en el estudio de la historia de la montaña que
descienden gota a gota, forman el tímido arroyuelo
y de la literatura. Guttemberg y Colón, representan
* la gloria bordan en el lago.
y se des-
de lo pasado y los progresos de lo porvenir.
En unas parte.s,
es la mujer que como las ninfas de
Estudiemos ahora los efectos de estas instituciones, v ve- Ceres
recoge matutino aljófar y leda curso por canales de flores'
el
remos cómo se mueven á compás todos los intereses,’ cómo en
otras, es el joven apasionado de todo
se multiplican los elementos de riqueza, cómo lo bello que ansia expan-
brotan de la siones y lanza al aire sus acentos como el
nada materias que parecen aplicadas de antemano por una ave en la mañana-
yen los grandes centros es el arte que conservó libre de de-
inteligencia superior á la idea embrionaria que
asoma. El cepciones el rincón de cielo donde se alberga la
vapor^ como fuerza motriz, fantasía, y pro-
y la hulla, el imán y la aguja rrunqie en ecos jmiféticos, enseña ó derrama
magiieticaj el telégrafo colores en la at-
y la electricidad, la (|uímica y los mosfera como el arco iris.
principios explosibles, las ciencias experimentales
y los ins- \ ed á la antigua Coro que, llevando en alto el pendón de
trumentos. El mundo marcha impelido rápidamente las
por los bellas letras domina sus horizontes de fuego
rnismos vehículos que creó su espíritu innovador, v cubre de verde
y la inte- follaje aquella tierra amada predilecta del cactus. Y es la mu-
ligencia provista de impresiones fecundantes,
vuela también jei coiiana que eleva templo á las Musas
como arrebatada por el vértigo. v mantiene el fuego
sagrado: es élla que cultiva el jardín de la^poesía:
La literatura se resiente igualmente de esta ley del movi- élla que lo
iiige con v aronil talento, acariciando los
miento universal: se piensa más hermosos idea-
y se escribe como por máquina, les y dando ejemplo de virtud
v entu.siasmo á las inteligencias
y las ideas so graban como por efecto de uii sello en plaiiclia adormidas.
de cera, fee creería que el hombre ha recibido
del genio Paia explicar e.stas fenomenales ansias literarias que iiren-
del progreso, una consigna que contiene esta
sola palabra: den aploros’as llamas en todos los pechos, es preci.so
Marcha! y marcha sin descanso. apelar á los
principrns de la biología, según los cuales las
Ni el saber, ni las riquezas, ui las comodidades fuerzas ocultas de
del lujo, ni el logro de todas .sus ambiciones,
y esplendor la sociedad estallan con tanto más
vigor, cuanto más tiempo
nada le sa- permanecen en inacción.
tisface, y marcha siempre. Sólo el poeta sueña v mira al Para terminar este período, dirijamos una rápida
cielo, sólo él reposa en las claridades de su ojeada á
fantasía, y se las orillas del Turbio, donde la Reina
atieve a vaticinar sobre el resultado ele los afanes, del Occidente, como la
los caminos que llevarían al hombre á
y sobre llmno Lozano, guarda encendido el hogar délas
letras y comu-
mejores fines. nica su ardor al bello sexo.
El poeta llegará^ como todos: coronado de adelfas Testimonio de esta verdad es la
ó aspii ación insinuada por sus inteligentes
de rosas, descenderá á la tumba hijas, de entregarse al
y dormirá en el Señor su : estudio de las ciencias filosóficas. Y allá, en los confines del
nombre y sus versos serán nuncios de paz
y recuerdos de Poniente, aquende el Táchira, distínguese el generoso
intento
bienandanza.
de culturar la literatura, á cuyo efecto se crean sociedades
Pero el sorprendente espectáculo que ofrece el mundo en
que la mujer es la virtud inspiradora á la vez apostólica.
realizando imposibles, venciendo al tiempo, agitando
los es-
y
Pal es la obra de la literatura suva propia, con la cual se
píritus, sacudiéndolas fuerzas de la naturaleza,
escudriñando impone al reconocimiento de la })Osteridad.
sus secretos en las entrañas de la tierra, pa.seando
por su Hemos recorrido en este desaliñado escrito
atmósfera ó penetrando en la infinita morada de las un vastísimo
estre- tiaj'ecto,piocurando no apartarnos de la verdad histórica,
llas, comunicando actividad hasta poner
en movimiento la ciendo uso de razonamientos únicamente nuestros. y ha-
ineicia misma, es debida a la fuerza creadora de Insignes
la demo- escritores han tratado esta materia
cracia. nosotros no hemos querido
;
el secreto de e.ste inmenso diorama en el y piiv ai á nuestro trabajo de la originalidad, único mérito
cual se miran en (pie podíamos aspirar. Nos ha sucedido como al la])idario que
múltiple giro, ciencia, jioesía, derechos, riquezas é industria.
labia una preciosa joya sin los instrumentos
Luégo, contémplese un momento el periodismo, luz per- necesarios: qui-
sieia lealzarsu lirillo por todos los medios del
manente, centinela celoso y clarín del jirogreso al libro en arte pero prefie-
;
CARACTER NACIONAL
3POI?. 12/A.FJLEIj SJL.XtAJL,T
AS costumbres públicas ó el conjunto de inclinaciones con lade los períodos fabulosos de la historia las proezas
:
y usos que forman el carácter distintivo de un pueblo, de laconquista estaban olvidadas, y también los hombres
no son bijas de la casualidad ni del capricho. Proceden que desplegaron en ella tanto valor y tan }>ocas virtudes:
del clima, de la situación geográfica, de la naturaleza de las por fin, en medio de la más perfecta igualdad en el idioma,
producciones, de las leyes y de los gobiernos, ligándose de en la legislación y en los usos, se veía con asombi-o con-
tal manera con estas diversas circunstancias, que es el nudo vertida la América en un gran pueblo sin tradiciones, sin
que las une indisoluble. Más ó menos arraigadas en la vínculos filiales, sin apego á sus mayores, obediente sólo
sociedad están ellas, según provienen de las cualidades in- por hábito é impotencia. ¿De qué provenía en Venezuela
variables que sólo la naturaleza puede dar al suelo, ó de tan extraña novedad ?
accidentes transitorios que son efecto de la voluntad ó del De la incomunicación casi absoluta en que por mucho
ingenio humano. Todo hecho físico de aplicación general, tiempo estuvo, como hemos visto, la colonia con todo el
determina, pues, una costumbre :todo hecho moral constante mundo y aun con la metrópoli incomunicación que piodujo
;
ó que por intervalos fijos se repite en el seno de la socie- á un tiempo el efecto de conservar sin mezclas extranjeras
dad, produce el mismo efecto; y este será general ó parti- las costumbres, y el de borrar los recuerdos españoles en el
cular si se aplica al pueblo ó á algunas de sus clases; pro- suelo de sus conquistas. Porque la igualdad del idioma y
fundo ó somero, si es pequeña ó grande su influencia en de las instituciones en países separados por inmensas di.s-
la dicha de los pueblos. Así que, lejos de ser inexacto di- tancias, puede dar á unos y otros hasta cierto punto, una gran
vidir las costumbres según las diversas circunstancias físicas semejanza en los hál)itosy usos; pero la perfecta analogía ejitre
y morales de un pueblo, es de ese modo como únicamen- los sentimientos y las opiniones, no pueden crearse
y conservar-
te deben considerarse, cuando se quiere estudiar su origen, se sino por medio de un comercio constante de ideas é inte-
fuerza y desarrollo. Tal ha sido hasta aquí nuestro método. reses.
Cuánto ini])orte semejante estudio al político y al legis- Otra causa de ello fue la falta de instrucción general,
lador, puede colegirse de que si bien las costumbres se crean y muy particularmente la del cultivo de las bellas letras.
y modifican por las leyes jn-imitivas, también, por una reac- En Venezuela no existió nunca una clase en donde se en-
ción necesaria, se oponen ellas al establecimiento de las nue- señaran la historia de España y su literatura, y aun á fines
vas, según que estas las contrarían más ó menos; esta lucha, del siglo XVIII, cuando el comercio y la educación públi-
larga siempre y en ocasiones sangrienta, no cesa hasta que, ca habían recibido mayor ensanche, las primeras ideas de
vencida ó vencedora, la costumbre se pliega á la ley, ó ésta los naturales acerca de las humanidades, las aprendieron en
á la costumbre. libros extranjeros. Los nombres de Eacine, Corneille, Vol-
“ Con leyes sabias han tenido siempre los hombres cos- taire y otros insignes autores franceses fueron conocidos
y
tumbres insensatas,” ha dicho Voltaire. Pero por más que ensalzados primero que los de Lope de Vega, Calderón, Gar-
la India oriental, que él cita como ejemplo, fuese desde los cilaso. Granada, León, Mariana
y tantos otros príncipes de
tiempos remotos un pueblo comerciante, industrioso y culto: la literatura castellana. Ningún lazo de unión y afecto en-
por más que Pitágoras viajase á él para instruirse, los usos tre dos pueblos será jamás tan fuerte como el del cultivo
bárbaros que ba conservado, claramente demuestran una per- de las mismas artes y del mismo idioma. Hace comunes
turbación en las leyes de la humanidad, inconciliable con un el historiador los grandes hechos patrios
y los fija con el
cierto grado de perfección en las instituciones morales. encanto del estilo en la memoria : en sus libros se apren-
Dos hechos al parecer contradictorios llaman desde lue- den los ejemplos de virtud y de heroísmo; ellos nos ense-
go la atención en las antiguas costumbres venezolanas es á ;
ñan á amar la nación que los produjo, y á poco de ha-
saber, la perfecta identidad de ellas con las de España en berlos meditado nos embebemos en sus principios, en sus
las clases principales de la sociedad,
y la falta total de re- sentimientos y pasiones. ¡
Cuánto no nos Iiace gozar el poeta
cuerdos comunes. Con él reímos ó lloramos, con él perfeccionamos el enten-
Entre los antiguos pueblos que tuvieron colonias, pasa- dimiento, con él bailamos consuelo en las desgracias de la
ban á estas del país materno las tradiciones, que perpetua- vida. Mucho debe faltar en el alma y en la inteligencia
das de edad en edad mantenían constantemente un influjo del hombre desgraciado que al leer el rico tesoro de la j)oesía
favorable sobre las opiniones y sentimientos de los habitan- española en todos sus ramos, no ame, aun sin conocerlos,
tes. Así sucedió, por ejemplo, á los fenicios los sitios que inspiraron sus dulces armonías, los usos
y á los griegos y
en las colonias que fundaron, siendo de advertir que estos costumbres que fueron, por decirlo así, nacimiento del rau-
últimos jamás impu.sieron por la fuerza su culto ni sus le- dal copiosísimo de su gracejo, y el cielo que inspiró,
y el
yes á las naciones vencidas; antes mezclados con ellas, en que produjo tantos, tan fecundos y sublimes vates. Así eL go-
muchas ocasiones adoptaron, á imitación de los romanos, sus bierno español, cuando privó á sus colonias de estos estu-
dioses, armas, u.sos y costumbres, dejando al tiempo dios, renunció neciamente á una de las más grandes simpa-
y al enla-
ce de los intereses el cuidado de perfeccionar la unión de tías que debían unir los pueblos de sus dominios, en beneficio
uno y otro pueblo. general y de sí mismo.
Loses{)añoles, por el contrario, trasplantaron de la ma- Si estos motivos hicieron olvidar en América los recuer-
dre patria á la colonia los hombres dos de la madre patria, otros igualmente desgraciados la
y las cosas, y á la
vuelta de pocos años el aspecto exterior de las poblaciones, privaron de tradiciones j)ropia.s. Las generaciones indígenas
la sociedad doméstica, la política, las creencias, las su[)ersti- extinguidas en su suelo, pasaron sin dejar huella de su exis-
ciones del Xuevo-Mundo, fueron con pocas excepciones las tencia. Las pinturas jeroglíficas, las esculturas y ruinas an-
mismas que tenía en la época de la conquista una parte tiguas de Méjico, Guatemala y el Perú, claramente manifies-
del antiguo. A
pe.sar de esto los criollos aj)enas se acorda- tan fjue en aquellos países vivió una raza, de hombres muy
ban de su origen. Los nombres europeos impuestos á las ciu- adelantada en la carrera de la civilización. Pero ¿(jué pue-
dades no despertaban en ellos ninguna memoria de la madre blo construyó acpiellos monumentos? ¿de dónde vino? ¿qué
patria: la gloria de los antiguos héroes españoles, si por vicisitudes lo hicieron desaparecer completamente de la tierra,
ventura^ resonaba una vez que otra en las montañas siendo así (pie en América no se halló una nación (pie
y selvas
de América, se confundía en la imaginación de las gentes jiudiera haberlos subyugado y destruido? Los europeos no
15
CARACTER NACIONAL
han encontmilo jamás una sola tribu indígena con tradicio- se multiplican y estrechan. Rudos é ignorantes debían ser
nes acerca de tan grandes sucesos: de ellas carecían tam-
y lo eran también agrestes, como el país en que vivían.
:
versa de los cuadros amenos y variados de las colonias an- canas ó europeas. El clima abra.sador de sus desiertos
tiguas, no era conocida; y (ai sus dulces y las
y enervadores inundaciones de su territorio, los obligan á adoptar un ve.s-
climas, donde la igualdad de las estaciones hace imperceptible tido inuy sencillo, y moran ordinaiáamente en cabañas á
el camino de la vida, gozaron
y olvidaron, sin dedicar un las i'iberas de los ríos
y los caños, en incesante lucha con los
pen.samiento al porvenir, ni una mirada á los pasados tiem- elementos y las fieras. Sus ocu[)aciones ])rincipales son la
pos. Por esto y por no haber tenido un vecino poderoso
y sabio crianza y pastoreo de los ganados, la }>esca
y la caza; si
({ue le sirviese de maestro, ni existencia política, ni parte alguna bien algunos cultivan pequeñas porciones de terreno pa-
en las agitaciones del mundo, vino á componerse áTnezuela ra obtener raíces comestibles. Esta vida activa y dura,
de criollos indolentes, de indios embrutecidos y de otras clases, sus marchas continuas y su necesaria frugalidad, desarrollan
cuyos únicos recuerdos se ligaban con una cadena de sufri- en ellos gran fuerza muscular
mientos á la servidumbre. y una agilidad extraordinaria.
Pobres en extremo y privados de toda clase de instrucción,
Las producciones del suelo, y princijialmente la natura- carecen de acjuellos medios que en las naciones civilizadas
leza de las plantas alimenticias, tienen un influjo notable en el aumentan el poder y disminuyen los riesgos del hombre en
estado de la sociedad, en los progresos de la cultura
y en el ca- la faena de la vida. A pie ó sobre el caballo que ha do-
rácter de hombres.
los mado él^ mismo, el llanero, á veces en pelo, casi siempre
En el antiguo mundo lucha el hombre sin ce.sar con con malísimos aparejos, enlaza á esca¡)e
una tiei'ra extenuada: todos los descubrimientos de las cien- y die.stramente el
toro mas bravio, ó lo deri'iba por la cola, ó á usanza es-
cias, los más delicados procederes de las artes, la observación pañola, lo capea con singular d(maire
constante, el ingenio, el trabajo, se aplican sin descan.so al y brío: un conocimiento
perfecto de las costumbres
grande objeto de hacerla productiva, sustituyendo á sus y organización de los animales del
y (le la tierra les ha enseñado, no sólo á precaverse de
gastados elementos, otros que la renueven
y conserven. Allí ello.s, sino á arrostrar con sus furores.
es [)equeña su exten.sión para el número (le hombres ejue la Acostumbrado al uso comstante de la fuerza
habitan, y la industria, utilizándose de sus partes más in- y de los
artificios para defender su existencia contra todo linaje de
gratas, no ha dejado sin aplicación el más pequeño espacio peligros, es por necesidad astuto
de ella. El trigo, la cebada, el centeno y cauteloso; pero injusta-
y otros cereales, mente se le ha comparado en todo á los beduinos. El llanero
cubren alternativamente los campos en perpetua rotación; jamás hace traición al que en él se confía, ni carece de fe
y
si dan al paisaje un aspecto monótono y uniforme, ju-cí-
y honor como aquellos bandidos del desierto: debajo de su
raueven entre los habitadores mayor actividad
y puntos de techo recibe hospitalidad el viajero,
y ordinariamente se le
contacto. ve rechazar con noble orgullo el precio de un servicio.
Al contrario en la zona tórrida, donde destituido el hom- No puede decirse de él que sea generoso; mas nunca
bre de necesidades y cuidados, vive feliz en suaves climas, por ainor al dinero se le ha visto prostituirse, como raza pros-
al abligo de una tierra feraz que le ofrece cosechas tem- crita, á villanos oficios. Igualmente diestros, valeroscjs y
pranas y abundantes. Bastan cortos terrenos para la sub- sobrios que las razas nómades del Africa, aman como ellas
sistencia de un gran número de familias,
y esca.sa industria el botín y la guerra, pero no asesinan cobardemente al ren-
al cultivo de jilantas generosa.s, que crecen
y prosperan sin dido, á menos que la necesidad de las represalias ó la fe-
el trabajo del hombre: virgen allí la naturaleza, no necesi- rocidad de algún caudillo, no les haga un deber de la crueldad.
ta de los auxilios de la ciencia para dar al cultivador fru- Tres sentimientos principales dominan en su carácter: des-
tos opimos, y á la sombra del plátano pasa el hombre la vida precio por los hombres que no pueden entn^garse á los mismos
dormitando, como el salvaje del Orinoco, al dulce murmurio ejercicios y método de vida, superstición
de sus palmas. Esta es la causa de que en América provincias y desconfianza. En
medif) de esto tiene el llanero prontitud
muy pobladas parecían casi desiertas las habitaciones yacían y agudeza en el
ingenio: sus dichos, festivos siempre
y en ocasiones profun-
:
desparramadas por los l)osques: cerca de las ciudades estaba damente epigramáticos, participan del donaire
la tierra cubierta de selvas, y gracejo na-
y las plantas espontáneas pre- tural de los hijos de la risueña Andalucía. Como todos los
dominaban por doquiera sobre las cultivadas. Tales circuns- pueblos pastores, son aficionadísimos á la música
tancias, así modificaban la apariencia física del país, como y al canto
é improvisan con mucha gracia
el carácter de las gentes, dando á uno
y facilidad sus jácaras y
y otro particular romances. Lo más común es que dos de ellos canten al-
fisonomía. El suelo agreste é inculto se ostentaba en toda ternativamente acompañándose con la guitarra v así con
la pompa y majestad del tiempo primitivo: aquí se veía el
;
freno de la sociedad; por eso ei\ el llanero descubrimos los la mejora intelectual y moral de sus habitadores. No hay
pues para qué disimularse el miserable estado de estos. La
vicios y virtudes del estado natural. En las montañas y
ínfima clase se hallaba embrutecida y pobre la más eleva-
en las costas la generalidad del pueblo, fuertemente modifi- :
cada, como hemos visto, por la legislación, el clima y las da era con pocas excepciones ignorante y vanido.sa. Por do
producciones de la [)rescntaba en su indolencia y apa-
tierra, quiera se veía enseñoreada la superstición en los ricos, el
:
esclavo afi-icano que labraba la tierra no tenía propiamente la libertad, y sin ella la virtud rara oscui’a, .se asemeja á
otra costumbre que la de trabajar y sufrir. “ Cuando al los fuegos pasajeros y sin calor cjue se levantan del suelo de
“ descender el río nos acercamos a algunas plantaciones, vi- las sepulturas.
“ mos las hogueras que los negros habían encendido un humo : La libertad, em})ero, alma de lo bueno, de lo bello y de
“ligero se levantaba sobre las cimas de las palmas y daba lo grande, diosa de las naciones, brilló por fin ¡sobra la pa-
“un color rojizo al di.sco de la luna. Era un domingo por tria nuestra; y en ese día ¡cuánta luz no brotó de aquellas
tinieblas, cuántos héroes no salieron de aquella generación
“ la noche,
y los esclavos bailaban al son desai)acible de una
“guitarra monótona y ruidosa. Los negros de raza aírica- de esclavos !¿
Dónde estaban entonces los que hoy ultrajan
“ na tienen tal su|)eral)undancia de actividad y de alegría en la memoria de los libertadores? Unos no liabían nacido,
“ su carácter, que después de haber desempeñado las peno- otros engrosaban las filas de sus antiguos enemigos, quiénes
“sas tareas de la semana, se entregan en los días festivos estaban á contemplar tranquilamente sus esfuerzos en países
“al placer de la música y la danza, prefiriéndolo á un sueño extranjeros, ó escondidos. Justos son muchos cargos, es ver-
“ sin cuidado. No reprobemos esa mezcla de abandono y
¡
dad pero la ingratitud que quiere hacer de ellos crímenes irre-
;
“liviandad que dulcifica la amargura de una vida llena misibles á los creadores de la república, es mil veces mas odio-
“ de penas y tristeza ” En cuanto al indio reducido, ya
! .sa que la conducta de estos en los tiempos aciagos para
le conocemos: también al pardo libre, menos embrutecido su gloria. Vosotros que buscáis sin odio la verdad, y que,
que él, menos oprimido que el esclavo, pero también vejado compadeciendo el error, ensalzáis la virtud y admiráis la gran-
por la opinión y por las leyes. deza vosotros que así como presenciásteis sus errores, visteis
;
¿Qué importaba que éstas fuesen mas generosas con el también sus magnos hechos; vo.sotros que hoy gozáis por ellos
criollo, si un sistema mezquino y erróneo de política le de una patria libre, gloriosa y llena de esperanzas, no olvidéis
impedía el disfrute de sus ventajas? Demás .sería repetir para juzgarlos que ellos la recibieron esclava, oscura y sin vida,
aquí lo que otras veces hemos dicho, al juzgar de los mu- de manos de sus dominadores.
chos motivos que .se oponían á la felicidad del país y á
INFORME SOBRE EL PERIODISMO EN VENEZUELA
E!I_.0^ G-.
HiLOY O* OO^ZALSZ
Primera parte samiento, extraño y raro este último cuando se refiere á la vida
política y económica de los pueblos.
I
INTRODUC(;iüN
La palabra, medio complementario de traducir las nece-
sidades, ya fue in.suficiente hablada, y aun lo fue escrita
Fue la necesidad, en
todos los órdenes, la determinante con la escritura de los ])rimeros tiempos, simbólica ó jero-
primordial de las Tirana y brutal en los días
acciones. glífica, como en la China y el Egipto.
genésicos del mundo, tuvo manifestaciones tan rudas como Hubo de simplificársela, haciéndola silábica, y progre-
rudos fueron los medios de existencia: orgánica, la lucha sar aún, á la par de todos los progresos, hasta llegar á
feroz por la vida material, la crueldad llevada hasta la an- la fonética ó alfabética. En ese estado, su difusión ya fue
tropofagia, la pujanza hasta lo inconcebible, fueron sus pri- trivial.
meras revelaciones; afectiva, fundó las primeras sociedades Guttenberg encontró el medio de hacerla rá})ida y fe-
humanas, la familia y la tribu, por la promiscuidad cunda y su invento dió j>ronto origen al periódico, después
y la
poligamia; é intelectual, dió origen á las tiernas, sencillas de la creación elemental de lashojas murales, los estatutos
y candorosas concepciones de todas las teogonias, sin excep- de lasórdenes religiosas, los reglamentos claustrales, los pro-
tuar las leyendas bíblicas. tocolos, las memorias, etc.
Al correr de los tiempos; por la multiplicación de sí El periódico fue la manifestación de una necesidad, sin
misma; ])or el progre.so estadístico; por virtud de las evo-
otro motivo. Fue el vocero universal oiganización política,
;
(le bienes. En los Estados Unidos, cuando se inició la lu- Segunda parte
dia entre ellos e Inglaterra por asuntos económicos, salió
de Boston el primer periódico, abogando por la reorgani-
zación racional de las tarifas aduaneras
y en sostenimiento I
de los intereses y derechos coloniales. Guando se llevó la
lucha á las armas y hubo la ¡iléyade de patriotas que se rKmonis.vo kx vexkzuei.a
dio por centro al general Washington, Patricio Henry, Adams,
Los precursores del periodismo en ^Vnezuela datan del
.lefí'erson y otro.^;, patrocinaron la fundación de otro perió-
siglo XVII. En 1606 el señor de Baños
dico que fue a discutir cuestiones políticas y Sotomayor, fun-
y se encargó de dó en esta ^ciudad el colegio de Santa Rosa, que una cédula
él á Benjamín Franklin, redactor
y editor á la vez. de^ Felipe V, en 1721, confirmada por Inocencio
XIII en
1722, convirtió en Universidad Real
y pontificia, “ con los mis-
mos jírivilegios que la de Salamanca".”
\ así se procedió en todos los pueblos de América cuando se
trabajaba por la emancipación. De ahí parte la historia del
movimiento intelectual en-
El violento despertar de los pailas de tres siglos, al nom- tre nosotro.s. Por una serie de conquistas .sobre el egoísmo
bre de una idea nueva, produjo tal excitación nei-viosa, que de los Sobeianos de España, se llego, a principios del siglo
estudiados aíjuellos tienqxis á la luz del método científico, actual, al punto en (pie docto.s vaixme.s v'enezolanos
se dieron
la Independevcia, su nacimiento á la obra de ilustrar en todo lo [losible al pueblo en sus
y desarrollo en los cerebros, principales.
clases
fue un verdadei'o estado patológico, un largo fenómeno mór-
bido, con todas sus nebulosidaíies al principio, con todos los Los patriotas de la Independencia fundaron el perio-
caractei-es y faces y crisis de la enfermedad, mientras no dismo nacional.
hizo su natural evolución y produjo la idea, la abstracción, Austeros aquellos hombres educados bajo el duro régimen
;
el concejito pleno en todas las inteligencias más ó menos culti- déla Colonia, aunque en España hicieran estudios los cjue tal
vadas. Entonces si fueron exactas las teorías, reflexiones giacia obtenían, participaron de la rígida organizacKin escolar
y de- de su tiempo. De ahí su seriedad, su vida tranquila en la
clamaciones de patria y libertad.
Eli medio de las agitaciones de la época, el periodis- ciudad y apacible y sencilla en los campos de labor
mo incipiente se vio expuesto á interrupciones de períodos agrícola.
enteros, sin contar con que, tormentas políticas de más de me- Esos caracteres entraron por mucho en el tono
y en el
dio siglo han arrebatado á los anales patrios, hojas, documentos, estilo de sus periódicos; la idea que los inspiraba "el ¡iro-
y
datos, llevados á extraños países en los azares del destierro, des- pósitoque perseguían, era empresa suficiente para cortar todo
truidos en bélicos asalto.s, consumidos en la pura voraz de las vuelo a la fantasía y sostener en todas las publicaciones
^
dición de los veinte años y por las circunstancias que rodean á fundamente de que eran los genuinos directores del movi-
quien hace apénas cuarenta días ha abandonado el aula miento emancipador, hablaban y obraban de modo (jue no
y las pudieran dejar campo^ á ningún golpe enemigo, social po-
atenciones universitarias, á la jwstre de duros estudios. ó
lítico, en una lucha á que entraban por vez primera.
Es casi efímera la vida de nuestros periódicos, porque La
ya descie su fundación aparecen con pocos elementos de per- prensa tuvo para ellos las dificultades de lo desconocido
les produj() el respeto y el temorcillo cuasi supersticioso
y
durabilidad fundados en momentos de entusiasmo por jóvenes
: de
casi siempre precedidí^s de naturales
un santuario, de un ejercicio augusto.
y disculpables irreflexio-
nes é inocentes candideces h ue útil y bien meritoria
;
salidos á luz precisamente en los y respetable esa convicción,
nomentos de crisis política ó económica cuando todo es exal- por mucho tiempo, ya (pie fueron periódicos jiolíticos los
tación ó angustias; y en medios de rápidos instantes fisio- jirimeros r|ue se fundaron.
psicológicos, no solo los jiolíticos, sino los periódicos literarios Los partidos tuvieron programas y aspiraciones defini-
y científicos también; meridionales no.sotros é individuos
das, pero —
nunca, en la vehemencia de los debates, ni en
de la “ raza latina,'’ tan ardorosa, tan violenta, tan hecha de la confusión de jiasiones é intereses contrapuestos,— se llegó
puros nervio.s, nuestras impaciencias y nuestras ilusiones nos á la profanación^ del sacerdocio, hasta que especies
funestas,
conducen á la tumba del periodismo. —
nacidas en el afán d(3 la competencia, lustros después de la
Luego, para obtener un ejemplar siquiera de un perió- —
disolución de Colombia, arrojaron á los periodistas por una
dicc) publicado (juince años atrás, es necesario contar con incon- senda de difamación y de vituperios incalificables. El pro-
venientes casi .Aempre insuperables: nuestros furores fratrici- ceso doloroso de la calumnia, de la diatriba
y del insulto
das arrastran en el vértigo de su c(51era quedó abierto y ya no hubo fueros inviolables adonde no
y de sus pasiones
todo cuanto pueda causar siquiera pena momentánea al ad- llegara la con pujos de poder. A menos vino la
intrusión
versario de un día, y así, se incineran archivos, se destru- e.stabilidad de las buenas instituciones, el lujoso concepto
yen bibliotecas, se violan todos los fueros, .se atacan todos histórico de la patria triunfante, el nombre republicano
y la
Us derechos,-excusándose con el que en Derecho Comstitu- reverencia y el acatamiento á la ley.
cional se llama de rebelión ;
se recorre en pocos días toda Las abstracciones se disijiaron al fragor de aquella tem-
la escala delictuo.sa, á cau.sa de la racha de criminalidad pestad de dicterios é imputaciones es(',am la losas. Siguió larga
que arrojan sobre los pueblos esos esfuerzos de la evolución. marcha el desbarajuste, ha,sta contaminar á buena parte de
Sería, pues, obra de meses,
y obra exclusiva, reunir una juventud excitada e irreflexiva, cpre e.sgrimió terribles
todos los datos indispensables á una tarea de este género. armas en sangrientos duelos.
Sin embargo, mi deber está cumjilido: á tiempo exigí todos Hasta allí el resultado de la primera irreverencia, de la
aquellos datos y si no los poseo, causas de que no es res )onsa-
;
primera licencia iiTespetuo.sa.
2
ble ninguno de entre nosotros, lo han impedido. Ante un triunfo abrumador é indiscutible, ante el ani-
Es ocasión, empero, jxira consignar categói’icamente que quilamiento de un gran partido, ya no se encontró objeto á
cualquiera omisión ({ue se note en el Informe, es independiente la prensa, distinto de la burla cobarde á la impotencia
del
de mezquinos intereses de bandería y sectarismo, no ocasionada vencimiento, de la ironía amarga á las protestas del honor
por cálculos miserables de exclusivismos más miserables aún, ni ultrajado, que desde las tristezas del infortunio salía á veces
á
efectuada á propósito do hacer silencio reclamar sus jirerrogativas.
y sombras para que
se oigan y brillen figurillas fosforescentes en un escenario de Y se encontró una brecha fuera de peligro, una lejana
Polichinelas. exjilanada en el combate por la vida, recurriendo á todas
las mas inesjieradas claudicaciones Por dicha, de esas
lizas nació el entusiasmo de las nuevas inteligencias
y ya
POR ELOY G. GONZALEZ cxv
la prensa presentó espectáculo enardecedor y espléndido en primeras armas los pujantes luchadores de I88<i. Sobre .sus
poder de esos fogosos tem[)eramentos de las generaciones producciones soj)laba todavía aliento del nsado, pero suaví-
]
nuevas: altivos y valientes luchadores dominaron el palen- simo y débil ya, á propósito j)ara desapai'ecei’, como aconte-
que y rasga el cielo y atruena los aires, en la historia in- ció tras los enardecimientos de las luchas políticas.
;
telectual y política de la América hispana, el relámpago de La evolución .se operó, trayendo á nuestra vida literaria
las batallas, la vocería de las victorias de esa juventud ar- virtualidades j)oderosas los ¡)rimeros revolucionarios asusta-
:
dorosa y grande, inspiradora de la patria, y honra y prez ron con la osadía de sus producciones y los coiáfeos del
del continente. romanticismo, inadvertidos por projfia cul[>a de lo que }»asa-
Así fue en lo relativo al periodismo de largas épocas de ba fuera de las academias y de los claustros, salieron en de-
dominación de determinadas fracciones políticas. Pero en fensa y rescate de sus ideas queridas, trajeadas .severa-
medio de ellas, la vieja patria, siem[)re noble y siempre mente.
gloriosa, tuvo digna representación en la prensa de hijos El primer ¡aiso se había dado y era incontenible (d pro-
beneméritos. Han ¡)odido los triunfos de banderías determi- greso; reducidos á sus bastiones, los viejos legionarios atis-
nar caracteres no satisfactorios á nuestros anales, durante baban brechas })ara sorprender la obra y los esfuerzos de
algún tiempo; pero cuando tal ha sucedido, el nombre in- las generaciones contemporáneas.
tocado de la madre augu.sta y el brillo de su historia han Aprovechó la última en Venezuela uno de los más há-
sido guardados cuidado.samente en periódicos que serón ho- biles y expertos pero el adversario tanto tiemi )0 atacado y
;
nor de la tierra venezolana. Hombres del [)artido que gober- sometido, no toleró ya más las imposiciones de una })otestad
nó la República á raíz de su separación de Cobutibia y per- largos días desautorizada é inútil.
s'jnalidades del partido luchador en cinco años de fratricidas
III
furores, coirservadores y liberales, han puesto siem]>re á un
lado domésticas rencillas y ju’eocupaciones accidentales, cuan- PERIODISMO CIENTIFICO
tas veces se ha tratado de dejar consignadas en las páginas
Todos los progresos científicos han llegado al retiro de
del continente nuestras glorias y el nombre de nuestros her-
nuestros hombres de estudio; los han seguido y los han apli-
manos ilustres. Eminente José María Vargas; grandes pa-
cado pero ])ocas veces, fuera de la cátedra, han tenido la
triotas Santos Michelena, Estanislao Rendón y cien más; ;
debida difusión.
heroicos en todo tiempo José Antonio Páez, Juan Crisósto-
Las atenciones de nuestra agitada vida política han ab-
mo Falcón y tantos otros, la pren.sa, cuando de esas glorias sorbido todas las otras y á excepción de la juventud uni-
se ha ocupado, ha sabido respetar el tabernáculo que las
versitaria, de los ¡rrofesores y de un determinado número
guarda, ha tejido la corona de su apoteosis y perpetuado su
de miembros de las facultades, el periodismo científico no
memoria.
cuenta con otro apoyo público, por la idea [)reconcebida de
Y cuando el des[)ecbo individual y los odios mezqui- que es inaccesible á los lectores profanos. Agrégase á esto,
nos han profanado el arca del honor nacional, los patriotas
la propaganda de exclusiva secta religiosa, cjue influye po-
de la prensa y de la cátedra, sin distinción de colores, pro-
derosamente en las conciencias débiles para ju'evenii- y de-
te.stan contra el ultraje y castigan la i'^reverencia
tener á su vez la influencia de las nuevas ideas el culto :
de nue.stros periódicos pero ellas se limitaron á .sinqiles in- hayan tenido que ser tan rabiosos, á veces impíos, nuestros
;
serciones de trabajos extranjeros y reproducciones de los po- esfuerzos por vencer y subir; de ahí esas vaciedades que
cos nuestros en ambos sentidos. forman el tema de nuestras tertulias; e.si literatura de de-
En el promedio de algunas épocas de normalidad, en licadas florecillas y de mariposas y nubes y celajes; las gran-
Caracas, Valencia, Maracaibo ó Ciudad Bolívar, se consti- des dificultades con que se tropieza en el camino de la vida
tuían sociedades literarias que tuvieron órganos quincenales nacional: las pocas ajititudes para el lujoso y fecundo ejer-
ó mensuales en los que se publicaban las producciones de cicio de las funciones públicas Hasta hace jiocos años
sus S(icios: principios de un movimiento que no tuvo efica- se temió que el escalpelo profanara la obra de la divini-
cia sino en años posteriores, cuando fue el elemento joven á dad
formar en aquellas asociaciones.
Desde luégo, la escuela literaria reinante no era tan
fecunda ni tan alentadora para dar estímulo y ocasión al Tercera parte
genio. El romanticismo caballen»,so é hidalgo, pue.sto en ma-
nos de las personalidades más distinguidas de las letras en
Venezuela, no produjo más de lo que había dado en Europa; PERIODICOS DE VENEZUELA
y acaso menos, dados nuestro carácter, nuestras costumbres y
nuestro género de vida. Va á continuación la lista, naturalmente incompleta, de
Nuevas ideas germinaban en los cerebros del Viejo Mun- acaso servirá para em-
nue.stros princi[)ales periódicos. Ella
do; la reacción de estos tiempos se preparaba y era la í^ran- prender, con más calma y vagar, la estadística de la pren
cia el Soldado de Dios una vez más, el abanderado de la sa venezolana.
revolución. Hasta nosotros llegaban, con el prestigio simpá- Véa.se en ella si es cierto que cuenta con abrumadora
tico de las grandezas que fueron, los nombres gloriosos de mayoría y obra fecunda la juventud, en la historia intelec-
los últimos repre.sentantes de la vieja escuela, que ungían tual de Venezuela.
las sociedades trasatlánticas con óleo de ajioteosis
y Dumas, ;
El A. B. C., Caracas, David Lobo, 1878.
Sue y Hugo, fueron inspiración y norma de nuestros inge- La Abeja, Caracas, Simón Montes, 1883.
nios muchos días. La época era propicia el medio social
: La Actualidad, Mérida, Rafael J. Castillo, 1875.
participaba de los caracteres de aristocrática majestad que La Aclamación, Caracas, 188(>.
le diera la perdurabilidad de una autocracia fastuosa Agencia Pumar, Caracas, Carlos Ruinar, 1887.
y pro-
longada. Por ello había de ser ruido.sa la reacción, la victo- Agencia Izaguirre, Valencia, Pedro IzaguirreIzagui-
ria de las tendencias nuevas sobre la augusta tranquilidad rre,1894.
de las viejas doctrinas. El Avisador, Maracaibo, 1894.
Los trabajos emprendidos en Caracas por algunos es- El Agora, Caracas, Cristóbal L. Mendoza, 1894.
tudiantes de la Central, en periódicos y revistas mensua- El Agricultor, Caracas, Manuel María Ecbeandía, 1843.
les casi siempre, renacieron en Valencia con la fundación El Agricultor, Caracas, Eduardo Ca Icaño y Martin J.
-de La Primera Piedra, en que se exhibieron é hicieron sus Sanavria, 1805.
CXVI EL PERIODISMO EN VENEZUELA
El Alba, Pariaguán, Romualdo Gómez, 1883.
El Bien Público, Río Chico, 1887.
El Álbum, Aragua de Barcelona, Rafael T. Camejo, 1887. El Lien Público, Carúpano, Aníbal Dominici, 1878.
El Albimi, Rubio, J. F. Mendoza, 1876.
El Bien, Mitare (Coro), 1891.
El Album, Caracas, Litografía de R. Neun, 1878. Biblioteca del Hogar, Caracas, Evari.sto Fombona,
Album Literario y 1867.
Musical, Caracas, Domingo Santos Ra- El Bolivarense, Caracas, M. A. Silva Gandolphi, 1876.
mos y Agustin Egui, 1854. El Bolivarense, Petare, 1875.
El Aguila, Chivacoa, H. D. Osuna, 1891. El Bolivarense, Ciudad Bolívar, J. M. Ortega, 1880.
ElAgnus, Barquisimeto, Juan Pablo Wohnsiedler, 1887. Boletín del Ministerio de Obras Públicas, Caracas, 1894.
ElAlacrán, Caracas, 1844. Boletin de la Riqueza Territorial, (Ministerio de
El
Alacrán, Ciudad Bolívar, Anónimo, 1878. Fomentol
Caracas, 1891.
E\Alacrán, Trujillo, Samuel D. Maldonado, 1890. Boletm Oficial, Liheritiú (Nútrias), 1870.
La Alianza Patriótica, Ciudad Bolívar, Trifón Landaeta Boletín de Sociedad Farmacéutica de Venezuela, Cara-
la
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16
CXVIII EL PERIODISMO EN VENEZUELA
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i
3ST
Ezequiel María González. I Romualdo Gómez. Manuel E. Narvarte. J. A. Nieto.
Eloy G. González. Eduardo Gárate. Manuel F. Núñez.
F. M. González. '
F. Gómez Ordaz.
.José I. González Narváez. José María Godoy. O
Antonio Guzmán Blanco. Wenceslao García. Francisco ücboa. Pablo A. Ortega.
Luis Ramón Guzmán. Pedro García A. Domingo A. Olavarría. A. L. Olmeta.
Heraclio M. Guardia. Franco Gómez Burcke. Eduardo O’Brien. H. D. 0.suna.
Rómulo M. Guardia. Eladio Grate Calatrava.
Jacinto Gutiérrez-Coll. Pedro M. Grate.
Jacinto R. Pachano. Juan B. Porras.
José A. Gando Bustamante. '
Amenodoro Urdaneta
Pedro A. Lara. E. Landaeta. Alejandro LTbaneja. Francisco Uzelay.
Lorenzo Matías López. M. de J. Lanza. LuisM. Urbaneja Archelpohl. i
Gibraltar, 1881, el Gobierno del Zulia. je cariñoso á memoria de nuestros beneméritos jóvenes
la
muertos, que se distinguieron en cruzadas redentoras contra
E todo lo que en Venezuela ultrajó el nombre ilustre que ilus-
Libertad de Zamora, 1870, Gobierno de Zamorita. tres progenitores nos dejaron, las esperanzas nacientes que
Lovatera, 1873, Gabriel Gómez, (Pro.) brotaron al empuje de la épica bravura de aquellos lidia-
dores, las promesas de ventura que el porvenir guardára
á Paüi.o Emilio Romero, el inspirado Paolo, inteligencia múl-
Maracaibo, 1821, general Lino de Clemente. ti})le, soldado atento al reclamo de nue.stras generosas luchas,
Maturín, 1870, doctor P. P. del Castillo é hijos. modesto ciudadano que la muerte arrebatára á la Patria
Mérida, 1845, Francisco Uzcátegui. en hora impía: á Luis López Méxdez y á Guillermo Mo-
O ríales, tan ingénuamente enamorados de la República y de
la Democracia: á Lucio Villeg.as Pulido, Telésforo Sil-
Obispos, 1885, el Consejo Municipal.
va Miranda y Luís Correa Flinter, de los primeros en
Ortíz, 1874, Gobierno del Guárico.
pisar audaces el palenque de la Revolución á Sebastián
Ospino, 1871, general Manuel Herrera. :
LUIS R. GUZMÁN
—
Vergara y Vergara que no se puede seguir la marcha
de aquella sin buscar la causa en éstos. La política de-
poderío que había cobrado en el silencio de los claustros ó
en el retiro de los gabinetes de estudio.
cide en estos países aun de las escuelas literarias, por más La ilustración fue casi un crimen, Carlos IV la pro-
extraño que parezca; y las relaciones internacionales que híbe aun en aquellas materias más apartadas, por su ari-
hemos tenido con los pueblos de Europa, de i8io hasta dez, de las sugestiones del entusiasmo. “ No conviene
la fecha, han ido marcando distintas faces á las letras, que se ilustre á los americanos,” es su frase; y si antes
por la imitación de los autores de la nación con quien se de pronunciarla había formado el código de los gobernan-
han estrechado relaciones, inspiradas en un principio por tes españoles, des[)ués sirvió para que se redoblasen los
necesidades políticas. esfuerzos en proscribir la ilustración.
Y el sabio Humboldt, al ocuparse de la introducción La Real Audiencia de Venezuela constituida en Tri-
de la imprenta en Venezuela llega á asignar á aquella tan bunal para el juicio de los revolucionarios de 1797, anota
decisiva influencia en la vida de los pueblos, que con- entre las causas de la rebelión: ‘‘la inevitable introduc-
sidera suceso extraordinario que su establecimiento no se- ción de papeles de las islas extranjeras y del viejo con-
ñale el proceso de una revolución trascendental. tinente, á pesar de la activa vigilancia de las autorida-
Ambas afirmaciones se encuentran confirmadas en nues- des.” Antes, en los espasmos de su celo, el Supremo Consejo
tra historia, desde 1808 hasta la fecha, en que á favor de Indias ordena al Capitán General de Venezuela que
17
CXXVI OJEADA AL PERIODISMO POLITICO
recoja todos los libros
y papeles que hayan entrado al país;
que se apodere hasta de la correspondencia p-do-
ta puede ser reveladora de planes
privada si és-
contra el sosiego v
mwóT/irLcST’™
obediencia de las colonias; revoluciones no se fomentan con la
y el confesionario v el clero rl^i sola razón
del periodismo. Vocero augusto de los
constituyen delatores para favorecer pueblos, expositor
esos designios. de sus dolores, jirecipita ó contiene
L1 secreto sorprendido, en el recogimiento las
las madres, á las esposas, á los hijos,
de la fe, á gún la expansión que se le dé. En el revoluciones se-
se convierte en arma esclavo amórda-
poderosa contra sus más cercanos deudos.
lación se hace virtud, el pecado de
La horrible de- láLlÜ
\ mientas,
á
y si esto acontece con el hombre, cuánto ma-
explosiones
Judas forma méritos, tremendo el silencio de una sociedad
y la armonía de las familias, resentida con el grosero ^ esclavi-
ul- periodismo, la insurrección de Panaquire
traje del registro, alienta los propósitos de pasa
reacción. de la forma del reclamo al de
Profundizando los motivos de aquella saña,
las avalanchas populares-
exami- sin periodismo, la revolución
nando con imparcial con
criterio,
la fría serenidad que
de Cual y de España po-
ne en conmoción la sociedad; con
da el alejamiento, los sucesos el periodismo de los
y la época, puede llegar á primeros anos de la patria, son menester
concebirse que los procedimientos no fueran
otros.
más de dos lus-
tros para asegurar la
^’bre es correlativa del Estado libre. independencia. Digámoslo franca-
•
Una mente, para advertencia de los
sociedad sin libertades es imposible que
disfrute de
gobernantes recelosos: el
primera y más preciada libertad de las sociedades
la campo natural de la pren.sa no es el déla
autóno- revolución en
e\ sentido técnico de la
mas; de la que las resume todas, defendiéndolas; frase, sino el de
de la la evolución
que representa, al propio_ tiempo que inalienables meesante, que con_ ella ó sin ella se
verifica fatalmente.
derechos Retardar su aparición en los pueblos, es
del hombre, su amplia jurisdicción para querer vivir en-
ejercerlos. ganado respecto de los sentimientos que
Para nadie está oculto cuál fue el régimen de aquellos abnVuen
la Co- Error funesto en que incurrieron, hasta
lonia, notoriamente incompatible con el reconocimiento 1S08, los <?ober-
iiantes españoles. Cuán tardía, para esta época, la pro-
de ^sos derechos. Lamentablemente oscurantista ¡
calificativo que merece de los historiadores Baralt y Díaz. ter desmentir calumnias; y cuando iudei)endizado el terri-
Otras consideraciones nos sujiere. torio, pero aún convulso, .sólo resten diferencias entre
Los editores Gallagher y Lamb, no son los respon- hermanos y celo por la patria. El Correo del Orinoco y
sables de esa volubilidad de la Gaceta en sus trece años El V^enezolano^ El Iris^ El Colombiano y la Gaceta del
de accidentada existencia, pero sí los primeros que nos Gobierno llenarán á cabal idad sus funciones, hasta cerrar
suministran el ejemplo del comercio de las letras con cual- este período de veinte años, del que ofuscan, por igual
quiera que pague sus elogios. Arrimados al Gobierno es- manera, el centellear de los discursos y la fulguración de
pañol, la editan desde 1808 hasta 1810; con los republi- los aceros.
canos hasta 1812; con Monteverde hasta 1813; pero al
aparecimiento de Bolívar, en agosto de este año, desapare-
cen de la escena. Otros les sustituyen, pero sus nombres
no importan al objeto de esta relación. Lo que sí im-
1830 ^ 1870
porta, para significar la influencia que el periódico llegó
á tener en la opinión, es recordar los nombres de sus Desde la iniciación de la Revolución en 1810 el ideal
redactores, de los patricios Sanz, Roscio, Muñoz Tébar, de los patriotas fue: autonomia de la nación, autonomía
Salia.s, García de Sena, los Paúl; el del irlandés Guiller- de las provincias, autonomía del ciudadano.
mo Burke, que tanta efervescencia levantó con sus es- Autonomía de la nación con el arreglo del Gobier-
critos sobre tolerancia religiosa; y el nombre de José Do- no, de la Administración que ella quisiera darse.
mingo Díaz, desertor de la Revolución, y enemigo de Autonomía de las provincias con la federación de las
ella, y de los republicanos, y de Bolívar, desde 1814. representadas en el Constituyente de i8xi y de las que se
Como muy bien afirma el doctor Rojas: “ entre las di- le agregasen.
versas publicaciones salidas durante el tiempo de la Re- Autonomía del ciudadano con el reconocimiento de to-
volución, la Gaceta de Caracas puede considerarse como el dos sus derechos.
mosaico tipográfico más curioso.” Periódico que asiste á El estatuto de 1811 es notable á este respecto: “nin-
los albores de la Revolución y á su triunfo en Carabo- guno debe ser acusado, preso ni detenido sino en los ca-
bo; que refleja, en las alternativas de una lucha sin cuar- sos determinados por la ley; todo acto ejercido sin las
tel, el pensamiento y las preocupaciones y los prejuicios formalidades de la ley es arbitrario y tiránico; el ma-
del Gobierno capitaleño; combatiente y combatido; con gistrado que decrete y haga ejecutar actos arbitrarios, se-
serenidades de oásis, cuando ponen la voz en sus colum- rá castigado con la severidad de la ley; la ley debe pro-
nas los filósofos del 19 de abril y del 5 de julio; con tejer la libertad pública ó individual contra la opresión
increibles acometidas rabiosas, cuando José Domingo Díaz
y tiranía; todo ciudadano deberá ser tenido por inocente,
le sopla sus odios; la Gaceta de Caracas es la encarna- mientras no se le declare culpable; si se cree indispen-
ción de las animosidades de la época y el contendor osa- sable asegurar su persona, todo rigor que no sea necesa-
do en la brega establecida entre el principio nuevo, razo- rio para ello debe ser reprimido por la ley; ninguno de-
nador y analítico, y el principio viejo, iracundo y bam- be ser juzgado ni castigado sino después de haber sido
boleante. oído legalmente, y en virtud de una ley promulgada an-
Notable contraste entre los representantes de las dos terior al delito; la ley que castigue delitos cometidos an-
opuestas tendencias; Díaz confiesa que para mantener la tes que ella exista, será tiránica; el efecto retroactivo da-
lucha mutila, desfigura é inventa, todo con el objeto de do á la ley, es un crimen; la ley no debe decretar sino
hacer daño á la Revolución j á sus hombres; Bolívar penas necesarias y estas deben ser proporcionadas al de-
elige, para contrapesar á aquel obsecado, enloquecido por lito y útiles á la sociedad; todo ciudadano tiene derecho
las derrotas de la causa que defiende, á los hombres más á adquirir propiedades y á disponer de ellas á su arbi-
virtuosos y sabios, á Zea, á Roscio, á José Luis Ramos, trio; ninguno puede ser privado de la menor porción de
“el hábil humanista caraqueño, cuyo único defecto era su propiedad sin su consentimiento, sino cuando la ne-
una modestia excesiva.” cesidad pública lo exija y bajo una justa compensación;
La Revolución se vá á los campamentos; sufrirá re- ningún género de trabajo, de cultura, de industria ó co-
veses; ganará batallas; triunfará en toda la línea. Pero mercio, puede ser prohibido á los ciudadanos; la libertad
antes, y en tanto que su triunfo no sea definitivo, pon- de reclamar sus derechos ante los depositarios de la pú-
drá las bases de su derecho á la República blica autoridad en ningún caso puede ser impedida ni li-
y justificará
la resistencia. Para ello el auxilio del periodismo; y el mitada; el derecho de manifestar sus pensamientos
periodismo nace, se desarrolla y multiplica, valiente se- y opi-
y niones por voz de la imprenta debe ser libre, haciéndose
reno, con transiciones de reposo y con mayores osadías responsable á la ley si en ellos se trata de perturbar
la
mientras mayor es el peligro. tranquilidad pública ó el dogma, la propiedad
y honor del
¿ Se trata de convencer, de fijar rumbos, de ganar adep- ciudadano.”
tos al partido revolucionario puesto en zozobra por la ig- Esta última libertad es aún más definida por una ley
norancia de los pueblos ? ¿ Se discute la forma de Gobier- especial del Congreso: “ todos los cuerpos
no; se preveen los obstáculos; se hace un llamamiento y personas par-
ticulares de cualquier condición estado que sean, tienen
al patriotismo?
y
Pues allí la prensa de 1811: la Gaceta la libertad de escribir, imprimir
de Caracas^ El Mercurio Venezolano^ El Semanario de Ca- y publicar sus ideas po-
liticas y demas no aceptadas, sin necesidad de
licencia, re-
racas^ El Publicista^ donde los mejores ingenios
y las más visión y aprobación alguna anteriores á la publicación.”
fuertes plumas colaboran al intento de los Libertadores. De ese modo entendían la libertad los legisladores
¿ Llegó el momento del fusil, del azar por los cam- de 1811; y del modo como la respetaban,
bastará á indicar-
pos, de las emigraciones en masa, de presentar el pecho lo un solo hecho.
á la pelea,^ de arriesgar las cabezas con el heroico reto En 1808 la Gaceta de Caracas “ dá al público la se-
de guerra a muerte ? Pues allí las hojas fugaces
y can- guridad de que nada saldrá de la prensa sin la previa ins-
dentes, estimulantes del valor, que pondrán cólera en las pección de las
personas que al efecto comisione el Gobierno
venas y entusiasmo en la acción. De nada han de valer
y que de consiguiente en nada de cuanto se publique se
contra ellas las ordenes de Boves, exigiendo que con el hallará la menor cosa ofensiva á la Santa Religión
último suplicio se pene á los que resistan entregarlas. Católi-
ca, á las leyes que gobiernan el país, á las
De nada buenas costum-
! Porque ya los muertos no se cuentan ni in- bres, 111 que pueda turbar el
reposo ó dañar la reputación
funden temor las amenazas; porque el suelo todo es un de ningún individuo;” en 1811, en poder ya esa
osario, campo sangriento de realistas, Gaceta
y de republicanos que de los hombres de la Revolución, admite los escritos de
perecen legando el modelo de su arrojo
y bendiciendo la Burke, que promueven la discusión religiosa.
República. Esta anticipación al criterio de la época, dio orio-en
Y así, cuando en días más propicios .sólo sea menes- entonces después á encontrados
y comentarios.
CXXVIII OJEADA AL PERIODISMO POLITICO
“El Congreso compuesto en lo general dice
estaba — encontramos la razón de los males que hayan podido sufrir
una autorizada opinión — de
los hombres más distinguidos desde la independencia hasta ahora, en la generosa inten-
de las provincias libres, por su saber
y su posición social. ción de los legisladores de dotar á estos pueblos con leyes
Algunos de sus miembros estaban adornados de conoci- liberales y sabias, con el sistema de Gobierno más adelan-
mientos teóricos en materias de gobierno, pero carecían tado y humano. Achaques han sido de leyes impreternii-
de los prácticos y positivos sobre la organización que de- tibles de progreso, de ninguna manera imputables á
bía darse al gobierno de los pueblos que representaban, los
que nos dieron libertad; y si bien se observa que no le-
teniendo en consideración sus costumbres, sus hábitos gislaron para su época, que quizás no legislaban para la
y
preocupaciones. Estos elementos para nada se traían á cuen- actual, motivos son estos para que se les bendiga
ta en aquella época y proclame
y sólo se trataba de plantear los sis- á ma5'or altura de la que están, reconociendo el excelso
temas que parecían más bellos á los corifeos de la Revo- valor del beneficio.
lución. He aquí, en nuestra humilde opinión, la fuente
Dos formas únicas tiene el progreso de los pueblos:
de los errores capitales que cometiera el Congreso de Ve- la una pausada y lenta; la otra precipitada
nezuela, y el origen fecundo de los males que han sufrido y revolucio-
naria. ¿A cuál de ellas podía acogerse una sociedad que
los pueblos de la América antes española, después que
había vivido tres siglos sin saber que vivía sino por la
se separaron de la madre patria.” falta de derechos, de representación, de libertad; que al
De tomar en consideración las costumbres, los hábi- nacer a la vida del comido, del parlamento
tos y preocupaciones del pueblo venezolano de comienzos y déla pren-
de este siglo, no se habría efectuado la emancipación.
sa, se sintió vigorosa
y madura para acometer grandes em-
presas; para borrar 'de su frente la marca del vasallaje;
Ella fue impuesta por la clase ilustrada, inteligente, selec- para rehabilitar el honor de la raza; para alejar la posibi-
ta; por una minoría contra la mayoría; por un puñado de
lidad de una reincidencia?
hombres de espíritu resuelto, á ese mismo pueblo que co- El trueno de los combates supedita transitoriamente
rría desbocado en los escuadrones de El Taita, de Boves; los efectos de la Constitución de 1811, pero no puede ava-
en los regimientos de Antoñanzas, de Zuazola
y Rósete, sallar sus previsiones.De éstas hace fuerza el periodismo
para ahogar la Revolución sembrando exterminio hasta para conquistarle opinión á la Revolución; para asomar
en las poblaciones indefensas; ella fue impuesta á los es- las primeras reformas racionales; para reclamar el cum-
clavos contrariando sus instintos de molicie; ella fue im- plimiento del programa revolucionario amenazado con los
puesta á las conciencias sobre las pavorosas ruinas del te- proyectos de una monarquía en Colombia y de gobiernos
rremoto del año 12. de la especie del de la Constitución Boliviana; para im-
Que los legisladores se anticipaban á su época no es pulsar el movimiento separatista; para justificarlo ante el
siquiera discutible; pero no hay nada tan grandioso, tan Libertador; y para llegar, con la Constitución del año 30,
admirablemente edificante, como esa serena majestad de á la plenitud de garantías que en treinta
los patricios colocados sobre el cráter de la Revolución que y cuatro años
más de labor festinada y persistente, completarían el ca-
debía consumirlos y desde allí dictando leyes á la poste- tecismo revolucionario transformando la conciencia na-
ridad y á la Democracia. cional.
En los tiempos modernos sólo un caso igual puede Es el más brillante período del periodismo patrio. El
citarse, de resultados definitivos semejantes; el de la Fran-
único en que se mueve prepotente, titán de cien cabezas,
cia. Allí también son los hombres expertos en el amor á
irradiando á todos los confines su inverecundia v su gran-
la libertad y a la igualdad, pero los inexpertos en el co- deza.
nocimiento de su época, los que empujan la Revolución. Desde La Aurora, periódico del partido reformista,
Para establecer dique infranqueable entre la Revolución predicador de excepcionales privilegios para el militarismo
y la Monarquía, entre el futuro y el pasado, montan la y para el clero, hasta El Reláinpago, que dá lugar á las
guillotina; y á los golpes de esta caen destrozados junto vergüenzas del 9 de febrero, y hasta El Rayo, que hace
con los cuerpos de Luis XVI y su familia, los de sus par- exhortaciones al crimen, al asesinato del Presidente; desde El
ciales y los de los revolucionarios tibios.
¿ Triunfa acaso por Venezolano, de lenguaje mesurado, hasta El Republicano, de
eso la Revolución ? Sobre la inmensa charca de sangre, de formas destempladas y agresivas, y hasta los periodiquitos
cabezas desprendidas del tronco, de miembros mutilados, menudos, abejoneo mordaz é inquieto, todos tuvieron en el
un oscuro oficial de artillería levanta el primer impe- respeto de los gobernantes no sólo el derecho de vivir sino
rio y, nuevo César, pasea sus legiones conquistadoras la impunidad de la licencia.
por todas las naciones de la Europa, sirviendo así, aun- Se peleaba en los montes con el plomo délas balas y
que ^por manera indirecta, á la independencia de Hispano- se realizaban en la ciudad jornadas con el plomo de los
America, a la causa de aquel Girondi 7io— Americano á quien tipos; blandían los militares la espada
rechaza porque “es un demagogo,” y de quien dice, cuando y esgrimían los perio-
distas la pluma. La lucha es tenaz porque hay sinceridad
lo halla inservible para sus planes de conquista, que es en ambos bandos, porque la estrategia no falta, porque
un “ criollo ardoroso, un don Quijote, que corre tras la el valor está repartido por igual entre los pertinaces com-
quimera de la libertad
universal.” A través de los ma- batientes.
res la pujanza de un mismo génesis dá allá opresión, dá Si en los campos de la lucha fratricida se derraman
aquí emancipación los mismos ejemplos, los mismos anhe-
; torrentes de sangre, en el choque de las opiniones é ideas
los de reputación y de gloria inmortalizan una época;
y en expresadas por medio de la imprenta, contados son los
el fondo de aquel desquiciamiento de la sociedad antigua, personajes á quienes el propio miramiento contiene en los
se agita esplendorosa la ascensión del contribuvente de la límites de la abstracción impersonal.
víspera, recargado de sinsabores
y de afanes, á las primeras El solo nombre de algunos periódicos es indicador de
dignidades de la magistratura y la milicia. Ni auu des- sus tendencias: esos que ya nombramos: El Relámpago
virtuada, como lo es, la Revolución queda negada. Los y
El Rayo; y otros como ellos implacables: El Torrente,
ejércitos con que Napoleón trastorna el globo
¿ no son los El Trabuco, Las Avispas, El Vegigatorio, El Diablo As-
que levanto la Convención; los que se nutrieron con sus modeo.
máximas; los que contuvieron al invasor en las fronteras En esta más
alta, pero no exenta de pasiones,
esfera
y llevaron en jaque, hasta el corazón de la Prusia, á las ^
están, cada cual defensa de su credo. La Nueva
en la
potencias coaligadas contra la República? Caídas que no Era y El Liberal, Las Catilinarias y El Patriota, El Lris
registra nuestra historia contienen los anales de aquel
y La Prensa, El Heraldo, El Eederalista y El Indepen-
pueblo; nías siempre sale de ellas victoriosa la República, diente.
y es al tino, al patriotismo de los republicanos franceses ¡Cuántaresponsabilidad y cuánta gloría representan
a los que queda encomendado sanar las heridas de la esos títulos! Cuánta también
está encerrada en la historia
patria. de los gobernantes de entonces! El periodismo llega al
En lo que se refiere á Venezuela y á la América, no desenfreno, porque la autoridad es timorata en la aplica-
POR LUIS R. GUZMAN CXXIX
ción severa de las leyes penales existentes; el general delirio. ¿Quién habría de creer que tras el costoso sacrifi-
Soublette se contenta, á raíz del atentado de febrero, con cio de vidas para pasar del coloniaje á la República, ven-
excitar á los pueblos á la conservación de la paz pública, dría otro horrendo de cinco años para afianzar principios
que tratan de turbar los periodistas. revelados por los constituyentes del año ii; que tras la
Las asonadas de cuartel, los golpes de Estado, las esperanza de haber comprado á tanto precio el sosiego y
insurrecciones, los levantamientos no hallan sanción penal la libertad republicana, sólo quedara una sociedad exan-
alguna cuando el éxito de los círculos les sirve de egida, güe, atacada por la anemia en sus energias de civismo?
aunque para llegar á él hayan atravesado los peldaños de Sin concierto y á zancadas se quiso asegurar la li-
la infidencia, de la traición, del crimen. bertad, y se produjo el caos político: en la administración,
Un relajamiento general conturba la sociedad de ex- el irrespeto á las obligaciones contraídas; en la ley, inno-
tremo á extremo. Tan pronto el delirio de sangre, tan vaciones que se desmienten en la práctica; en el ciuda-
pronto la clemencia hipócrita, para volver nuevamente al dano, el egoísmo; en la colectividad, la indiferencia.
ESCRITORES VENEZOLANOS
1=012/ EL O-ELTEE/^L LT^LTTJEL LA,ITL^ET^ EOS^LES
periodista.
y
Federico Arroyal, Valencia, escritor poeta.
y Francisco BetancourtF., San Carlos, poeta
Ramón Aguirre, Valencia, poeta. y escritor.
Aurelio Alcázar, Valencia, poeta. Eduardo Beltrán Diez, Guanare, escritor
y poeta.
General Onofre Aguilera, Guanare, escritor. Doctor Jesús María Blanco, Caracas, abogado, literato
y
General Daniel Angulo, Barinas, escritor. diplómata.
General Luis Felipe iVguillón, hijo. Nutrias, escritor Fernando Bosch Lauda, Ciudad de Cura, poeta.
y General J. M. Baquero Hurtado, Caracas, escritor público.
poeta.
José Trinidad Blanco, Caracas, escritor
José dej. Alcoita, Caracas, dramaturgo. y poeta.
José Vicente Bofifil, Ciudad de Cura, escritor
Ambrosio Aguirre, Valencia, poeta. y orador.
Rufino Blanco Fombona, Caracas, escritor público.
Jesús María Alas, Caracas, poeta.
Doctor Diego Bautista Barrios, Barcelona, abogado, dipló-
Ramón Alfonso, poeta.
mata y codificador.
Rafael Arévalo González, poeta.
General Pedro Briceño Méndez, Barinas, escritor.
Doctor Tomás Aguei-revere Pacanís, Caracas, médico y Doctor Francisco Barreto, Ciudad de Cura, abogado
poeta. y
escritor.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXIII
Andrés Blanco, Turra ero, poeta. Doctor Pedro José Coronado, Caracas, abogado, literato
Carlos Blanco Peñalver, Curaaná, escritor. y orador.
L. Blanco Planas, Caracas, escritor y poeta. Doctor Gonzalo Cárdenas, Guanare, abogado y orador.
Simón Barceló, Ciudad Bolívar, escritor y periodista. Pedro Bermúdez Cousín, Valencia, abogado y orador.
Bachiller Toribio Betancourt, Urumaco, poeta. Pedro M. Fébres Cordero, Mérida, abogado y escritor.
Etanislao Blasco, Caracas, literato y poeta. Manuel María Carrasquero, Trujillo, escritor público.
C. Blunk Veloz, Caracas, poeta. Doctor Agustín Cari'illo, Trujillo, abogado y escritor
Ciudad Bolívar, orador y público y orador.
José Manuel Barceló, escritor,
Doctor Eurípides Carrillo, Trujillo, médico y escritor
poeta.
público.
Juan Bautista Blanco, Ciudad Bolívar, poeta.
Ramón Barrios, Ciudad Bolívar, escritor. Eduardo Córser, Caracas, escritor })úblico.
Marcelino Bueno, Ciudad Bolívar, escritor. Manuel B. Celis, Maracaibo, escritor público.
Doctor Juan José Bracho, Carora, médico, poeta y es- Doctor Manuel Cadenas Delgado, Maracaibo, abogado,
codificador y orador.
critor.
Doctor Ezequiel Bujanda, Trujillo, médico, poeta y es- Pascual Casanova, Maracaibo, escritor, publicista, hacen-
crito i-.
dista y orador.
Doctor Antonio S. Briceño, Barquisimeto, abogado, poeta, Pbro. doctor Enrique M. Castro, Barinas, biógrafo é his-
toriador.
orador y escritor.
Eloy Benítez, Caracas, escritor. Manuel C. Correa, Victoria, escritor público y orador.
Sergio B. (Mldera, Calabozo, periodi.sta y escritor.
J. M. Baptista Briceño, Mérida, periodista.
Luis Correa Flínter, Caracas, escritor público y perio-
M. Briceño Picón, Mérida, periodista.
dista.
L. F. Briceño, San Cristóbal, periodista.
Ramón C. Curiel, Coro, escritor público.
Doctor Baldomcro Benítez, Cai'úpano, médico y escritor.
Luis F. Castillo, Mérida, periodista.
Francisco A. Barberii, Cumaná, literato, orador y poeta.
Pedro Emilio Coll, Caracas, escritor.
Andrés Betancourt, Cumaná, escritor.
Doctor Juan Francisco Castillo, Caracas, abogado y es-
Doctor Luis Felipe Blanco, Cumaná, médico y es-
critoi'.
critor.
Doctor Miguel Caballero, Caracas, abogado y escritor.
José Valentín Bruzual, Cumaná, periodista.
Doctor Pedro Centeno, Cumaná, abogado y escritor.
General Serjio Alfredo Bonnet, Ciudad de Cura, escritor.
Emilio Calcaño, Caracas, escritor.
Doctor Arrainio Borjas, San Carlos, abogado y escritor.
Doctor Rafael Cabrera Malo, Zaraza, abogado, orador
Luis Bouquet, Valencia, poeta.
y escritor.
Francisco Valbuena, Barinas, escritor y orador.
Rafael María Carabaño, Ciudad de Cura, escritor público.
Manuel María Betancourt, San Fernando, periodista.
Doctor Pedro Castillo, Valencia, escritor y filólogo.
Manuel Benítez, Caracas, poeta.
Doctor Antonio Carreyó Luces, Barcelona, abogado y
Doctor Jaime Bosch, Caracas, médico, músico y poeta.
escritor'.
Doctor Nicanor Cardier, Aragua, abogado y escritor.
c Bachiller .losé Ramón Camejo, Aragua, escritor di-
dáctico.
Juan Manuel Cajigal, Barcelona, literato, poeta y orador. Felipe Santiago Casanova, Maracaibo, escritor y orador.
Francisco de P. Calcaño, Cartagena, poeta y periodista. Doctor Agustín Contasti, Ciudad Bolívar, abogado y
José Antonio Calcaño, Cartagena, literato y poeta. orador.
Doctor Eduardo Calcaño, Cartagena, abogado, poeta, perio- Trino Celis Ríos, Ciudad de Cura, abogado y escritor.
dista, orador y publicista.
Ignacio Coll Otei’o, Cai-acas, escritor de costumbres.
Arístides Calcaño, Cartagena, poeta. Dionisio Centeno, Cumarrá, escritor y orador.
Doctor Luis Camilo Calcaño, Cartagena, abogado y poeta. Carlos Corr-ea Flírrter', Caracas, poeta.
Doctor Juan B. Calcaño y Paniza, Cartagena, abogado, li- Juan Manuel Corrales, iMai'acaibo, poeta.
terato j poeta. José Miguel Ci’espo H., Maracaibo, poeta.
Julio Calcaño, Caracas, literato, poeta y periodista. Jesús María Croker, Caracas, periodista.
Simón Calcaño, Caracas, literato, poeta y periodista. Doctor Francisco Cobos Fuertes, Caracas, abogado y
Carlos Calcaño, Caracas, poeta. orador.
Juan Calcaño Mathieu, Caracas, escritor y periodista. Doctor José Curiel Abenatar, Coro, médico y poeta.
Juan Vicente Cainacbo, literato y poeta. Bachiller José D. Curiel, Coro, poeta.
Simón Camacho, literato, jioeta y periodista. Bachiller Ramón Curiel Coutiño, Coro, poeta.
Doctor Miguel Carmena, Caracas, abogado, literato y General Silvestre Colina H., Paraguaná, poeta.
escritor. Juan Castillo Marsal, Coro, poeta.
Fulgencio María Carias, Maracaibo, abogado, literato y Jesús Castillo, Coro, poeta.
escritor. Bonifacio Coronado Millán, Cumaná, geógrafo y autor
Doctor Manuel Antonio Carreño, Caracas, literato y didáctico.
escritor. Bachiller Julio Castro, Caracas, autor didáctico.
José Antonio Carrillo y Navas, Caracas, literato y DoctorEzequiel Contreras, Carora, abogado escritor y
poeta. orador.
Doctor Sebastián Casabas, Caracas, escritor ¡Aiblico y Donato Capdeviela Url>aneja, Cumaná, literato poeta.
y
periodista.
José Concepción Cova, Cumaná, literato y escritor.
Pedro Pablo del Castillo, Caraca.s, abogado, autor del “ Tea- José Silverio Córdova, Cumaná, [leriodista.
tro de Legislación Venezolana.” Doctor Dionisio Centeno Gran, Cumaná médico y es-
Luis María Castillo, Barquisimeto, abogado, literato y critor.
orador. Mario Castro Díaz, Cumaná, escritor.
Pbro. doctor Juan B. Ca.stro, Caracas, escritor público y José M. Carreño Pérez, Calabozo, escritor.
orador. Doctor Manuel Carreyó Luces, Barcelona, médico y escri-
Trinidad Celis Avila, Ciudad de Cura, periodista v tor en ciencias médicas.
orador. Justo Germán Castillo, Valencia, escritor y poeta.
Vicente Coronado, Cumaná, literato, poeta, hacendista General Carlos J. Colón Fuentes, Ped raza, escritor.
y periodista. Francisco Cano, Libertad, escritor.
18
CXXXIV ESCRITORES VENEZOLANOS
Juan P'. Carstens, San Fernando, escritor. Eloy Escobar, Caracas, literato
Guido Coronado, poeta. y poeta.
General Simón A. Escovar, Barquisimeto, literato, poeta
Felipe S. Cooper, Valencia, poeta. periodista.
y
Rafael Cayania Martínez, Coro, poeta. Doctor Eduardo Espelozín, Caracas, abogado
y escritor
público.
CH Valentín Espinal, Caracas, literato, periodista
Pedro Espinal, Caracas, escritor público.
y orador.
Doctor Agustín Chipia, Mérida, abogado, literato
Doctor ^ alentín Espinal, hijo, Caracas, abogado
y y es-
orador. critor público.
GeJieral Julián Churión, Caracas, escritor en ciencias. Mariano Espinal, Caracas, orador
y periodista.
Miguel María Chacín, Maracaibo, escritor público. Benito Esteller, Caracas, poeta
y dramaturgo.
José Antonio Chaves, Maracaibo, escritor público. Alfredo Esteller, Caracas, jioeta
y dramaturgo.
Luis Churión, Caracas, escritor y poeta. General Felipe Esteves, La Guaira, literato, poeta, orador
Gualterio Chitty, Caracas, autor de obras científicas. y codificador.
General Jesús María Chirino Rodríguez, Coro, escritor Rafael E.steves Buroz, Caracas, poeta.
y Miguel Mana
poeta. E.scalante, La Grita, escritor público.
Claudio Teodosio Chirino, Coro, escritor. Doctor César Espino, Aragua, médico y escritor en
Doctor Diego E. Chacón, San Fernando, doctoren ciencias.
filo.sofía,
ingeniero y escritor. Andrés Esteves, Caracas, escritor,
Enrique Chaumer, Caracas, escritor. Juan Daniel Esteves, Caracas, e.scritor y poeta.
José A, Espino.sa, Caracas, escritor de costumbres.
é historiador.
F
Doctor Pedro César Dominici, Carúpano, escritor. Doctor Alejo Fortique, Caracas, abogado, diplómata y
Doctor Rafael Domínguez, Caracas, abogado, literato orador.
y Doctor J ocion Febres Cordero, Mérida, abogado, literato
autor dramático.
Pro. Francisco J. Delgado, Maracaibo, literato
y escritor. y orador.
Doctor Tomas A. Domínguez, Calabozo, abogado, orador, Julio Febres Cordero, Mérida, escritor público
y periodista.
escritor. Doctor Ramón F. Feo, Valencia, abogado
y y codificador.
Antero Delgado Esteves, Ciudad de Cura, escritor público. General Manuel M. Fernández, Maracaibo, literato, poeta
y periodista.
Luis Delgado Correa, Caracas, escritor público.
Nicanor Arturo Díaz, Caracas, escritor j)úblico. M. M. Fernández, hijo, Caracas, poeta.
Doctor Manuel A. Diez, Caracas, médico Doctor José A. Fernández, Caracas, abogado, literato
y escritor en
ciencias. y orador.
Doctor Manuel Vicente Díaz, Caracas, escritor en ciencias. José María ÍVrnández, hijo, Maracay, j)oeta
j periodista.
Santos Delgado, Maturín, escritor. Carlos Fernández, Valencia, escritor poeta. y
Doctor Francisco Díaz Grafe, Aragua, médico es- y
Manuel Fombona Palacio, Caracas, literato, poeta y
critor. orador.
Fernando A. Díaz, e.scritor y poeta. Doctor José Gil Fortoul, JVcuyo, abogado, poeta escri-
y
Doctor Francisco Díaz, Caracas, abogado tor público.
y orador.
Pbro. Juan Andrés Domínguez, Barquisimeto, escritor. Redro Fortoult Hurtado, Caracas, escritor público.
General Lino Duarte Level, Ciudad Bolívar, escritor José Angel Freire, Cu maná, escritor público
y periodi.sta.
público. J ran cisco J. Fontainés, Valencia, escritor
y periodista.
Bachiller Mariano Diez, Caracas, escritor y orador. Henrique Fánger, Caracas, escritor público
y periodista.
Andrés A. Delgado, Barquisimeto, poeta. Doctor Adolfo Frydensberg, Caracas, escritor en ciencias.
Doctor José Eugenio Domíngez, Calabozo, abogado Doctor Nicíuior Freites, Valencia, escritor público.
y es-
critor. Carlos Benito Figueredo, San Carlo.s, escritor
y periodista.
Doctor José G. Domínguez, Calabozo, médico Doctor Celestino Fonseca, Barcelona, abogado
y orador. y escritor.
Sisoes Finol, Maracaibo, poeta.
General Juan Bruno Delgado, Barinas, escritor.
General Rudecindo Dorante, Libertad, escritor. Guillermo Finol, Maracaibo, poeta.
Doctor Enrique Delgado Palacio, Caracas, médico Helímenas Finol, Maracaibo, escritor público.
y Antonio Febres Cordero, Maracaibo, escritor.
escritor.
Heraclio Fernández, Caracas, poeta.
Doctor Santos Dominici, hijo, Cariqjano, médico es-
y Mariscal Juan Crisóstomo
critor. Falcón, Santa Ana [Coro],
Eduardo Díaz Lecuna, Caracas, escritor.
poeta.
General Romualdo Falcón, Paraguaná, poeta.
José Hermenegildo García, Caracas, escritor público y Juan de Mata Guzmán, Caracas, orador.
periodista. Doctor José Manuel García, Caracas, abogado y es-
K LT.
SantiagoKey Ayala, Caracas, escritor y poeta.
Fernando Key Ayala, Caracas, escritor y poeta. Salvador N. Llamozas, Cumaná, escritor público.
I. M
Doctor Ricardo Labastida, Trujillo, abogado, escritor y General Francisco de Miranda, Caracas, escritor, orador
orador. y políglota.
León Lameda, Ciudad de Cura, abogado, escritor público Doctor Miguel Machado, Caracas, abogado, médico, orador
periodista. y lingüista.
y
General Ramón Lauda, Caracas, periodista. José Antonio Maitín, Puerto Cabello, literato y poeta.
Tomás Lander, Caracas, escritor público, orador y pe- Juan Manrique Jérez, Caracas, literato y poeta.
riodista. Manuel Manrique Jérez, Caracas, literato y poeta.
Doctor Manuel Tomás Lander, Caracas abogado, escritor, José María Manrique, Caracas, literato, novelista y autor
orador y diplómata. dramático.
Licenciado José D. Landaeta, Valencia, abogado, escritor Vicente Marcan o, Caracas, escritor en ciencias físicas y
público y hacen di.sta. periodista.
Doctor Felipe Larrazábal, Caracas, abogado, literato, Doctor Gaspar Marcano, Caracas, médico escritor en
y
periodista é historiador. ciencias.
Andrés Ensebio Level, El Pilar, Cumaná, literato y es- Licenciado Francisco J. Mármol, Ciudad Bolívar, abogado,
tadista. literato, publicista.
y
General Andrés Aurelio Level, Cumaná, estadista y escri- Domingo Narciso Martínez, Caraca,®, literato y poeta.
tor piiblico. General Antonio Mata, Barcelona, literato y escritor
General Luis Level de Goda, Cumaná, escritor público é público.
historiador. Jesús María Medina, Caracas, escritor público y orador.
Doctor Jo.sé de la Cruz Limardo, Tocuyo, literato y Doctor Juan Vicente Mendible, Caracas, literato y poeta.
orador. Doctor Cri.stóbal Mendoza, Trujillo, abogado, literato y
Doctoi' Ricardo 0. Limardo, Tocuyo, abogado, literato, pe- orador.
riodista y orador. Doctor Juan J. Mendoza, Caracas, abogado}" orador.
Abigaíl Lozano, Valencia, literato y poeta. Doctor Cristóbal L. Mendoza, Caracas, abogado, literato
Joaquín Luzardo, Maracaibo, poeta. y orador.
José Ignacio Lares, Mérida, escritor público y orador. Juan de Dios Morales, Caracas, abogado y orador.
Juan A. Lossada Piñeres, Cartagena, escritor, poeta é his- Eugenio Méndez y IMendoza, Caracas, literato y poeta.
toriador. Doctor Daniel Mendoza, Calabozo, abogado, literato y
Marcial López Baralt, Maracaibo, escritor j)úblico. periodista.
Doctor Pedro Vicente López F., San Carlos abogado y Olegario Meneses, Cumaná, escritor en ciencias.
escritor. Doctor Olegario J. IMeneses, Caracas, escritor en ciencias.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXVII
Doctor José Lorenzo Llamozas, Calabozo, abogado y pe- Godofredo Mallory, Guaira, literato y j)eriodi.sta.
poeta. critor.
Feliciano Montenegro Colón, Caracas, geógrafo é his- Doctor Guillermo Michelena, Caracas, médico, e.scritor en
toriador. ciencias médicas.
General José Manuel Montenegro, San Carlos, literato, Pro. Manuel Molina, Paraguaná, escritor sagrado.
periodi.sta y orador. Antonio Marsal, Coro, escritor.
Doctor Manuel V. Montenegro, San Carlos, médico y escri- Bachiller José M. Molina, La Vela, poeta.
tor público. Cé.sar Mármol, Cumarebo, poeta.
Doctor Ramón Montilla Troanes, Valencia, abogado y es- Justiniano Madriz, Paraguanare, poeta y escritor.
critor público. Rafael Malo, Caracas, escritor didáctico.
Doctor Jesús M. Morales Marcano, Cumaná, abogado, lite- Rafael Medina Jiménez, Caracas, escritor.
rato, orador. Domingo Montes, Ciudad Bolívar, escritor.
Fernando Morales Marcano, Cumaná, ¡)oeta. Doctor Wenceslao Monserrate, Barinas, escritor cien-
Doctor Jesús Muños Tébar, Caracas, escritor en ciencias tífico.
y
orador. Gil Parpacén, Calabozo, poeta.
José Fernando Núñez, Cumaná, escritor
y poeta. Piñango Ordóñez, La Victoria, literato
Angel M. Núñez, Obispo, escritor. y perio-
dista*^^'"*^^^
Ricardo Núñez Gómez, Cumaná, escritor.
Antonio Pérez Bonalde, Caracas, literato,
Pío. Doctor Buenayentura A. Olivero, Nirgua, poeta y
escritor en lingüisha^
ciencias.
Alejandro Peoli, Maquetía, literato
y poeta.
Doctor Enrique Pérez de Velazco, Caracas, abogado,
O to y orador.
General Ramón de la Plaza, Caracas, literato.
° litera-
Doctor Pedro Naranjo, Orituco, abogado General Gerónimo Pompa, Caracas, escritor.
y orador. Elias Calixto Pompa, Guatire, literato
General José Gabriel Ochoa, Ciudad Bolívar, escritor
pú- y poeta.
blico, periodista
y orador. J^sús María Portillo, Maracaibo, abogado
y escritor
General Pedro Obregón Silva, La Guaira, escritor público públP'^*^^°'"
_
v
periodista. Doctor Manuel Porras, Caracas, médico, literato, escritor
Doctor Francisco Ochoa, Maracaibo, abogado publico y orador.
y escritor
publico. Miguel Eduardo Pardo, Caracas, literato, escritor público y
^
bei liando Olayarria, San Carlos, economista periodista.
orador
Domingo Antonio Ola varría. Puerto Cabello, y escritor pú- Pulido, Barinas, abogado, escritor
blico, historiador mata^*^^^°^ y dijúó-
y orador.
C. Oquendo, Maracaibo, escritor público. Carlos Pumar, Barinas, periodista.
Rodolfo Ochoa, Maracaibo, escritor público Rafael Parra Pineda, Barquisimeto, poeta.
y poeta. Pomás Ignacio Potentini, Barcelona, escritor
Bartolomé Osorio U., Maracaibo, poeta.
iiúblico
^ y
Eduardo O Brien, Caracas, escritor público orador.
y periodista. Emilio Porras, Caracas, periodista.
Doctor Jesús María Olaechea, Guanare, médico
José MaiJa Ochoa, Maracaibo, escritor.
y orador. Manuel Pimentel Coronel, Bejuma, escritor jiúblico.
Geneial francisco Oriach, Barcelona, escritor Geneial Celestino Peraza, Chaguaramas, escritor
y orador. público y
Pablo Antonio Ortega, Caracas, escritor. periodista.
Eduardo Ochoa, Caracas, escritor didáctico. Ramón Marcelino Pérez, Barquisimeto, escritor público.
Santiago Ocampo, Caracas, poeta. A. Pietri Daudet, Carúpa no, escritor novelista
Doctor José Tadeo Ochoa, Ciudad Bolívar, abogado y
v Francisco Pimentel, hijo, Barinas, literato
escritor.
°
Doctor Antonio Parejo, Caracas, literato
y poeta.
y escritor.
Doctor Pompilio Oropeza, Carora, abogado Vicente Pesquera Vallendla, Cumaná, escritor
y escritor. público
' v
Doctoi Heraclio Ortiz, Ciudad Bolívar, abogado v es- literato.
critor. Ramón Pérez, Achaguas, literato
y escritor
General José M. Ortega Martínez, San Felipe,
abogado v
Doctor Ramón Palenzuela, Maracaibo, abogado, literato
v
escritor.
® escritor.
Doctor Félix Delfín Ortega, Valencia, abogado General Juan Tomás Pérez, Barquisimeto, escritor
y iioeta. pú-
General Rosendo Orta, A carigu escritor. blico.
a,
General Luis belipeOraa, Guanare, escritor. Udón Pérez,
Maracaibo, literato
y poeta.
Licenciado Jo.sé G. Orojieza, Tocuyo, abogado Joaquín Portocarrero. Maracaibo, poeta.
^
y ora-
Doctor Eloy Paredes, Mérida, abogado, literato
orador.
Octavio L. Orta, poeta. Doctor Gabriel Picón Febre.‘<, Mérida, abogado, y
oradoi-.
literato y
Gonzalo Picón Febres, IMérida, jioetay orador
Doctor Juan N. P. Monsant, Mérida, abogado
y escritor
General José A Páez, Acarigua, historiador. publico.
.
General Jacinto Regino Pachano, La Vela, Manuel A. Pulido y Pulido, Barinas, escritor público.
literato, histo-
riador y orador. Esteban Ponte, Puerto Cabello, escritor público
y poeta
General Arlionio Pérez, Maracaibo, literato
Doctor Migel Peña, Valencia, ahogado, historiador v y escritor pú- ^
blico.
orador.
Doctor Francisco Antonio Paúl, Caracas
Doctor José M. Perora, Tocuvo, abogado, abogado
^ v
literato v orador.
Doctoi Felipe Fermín Paúl, Caracas, abogado
y escritor
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXIX
Doctor José de J. Paúl, Caracas, abogado, literato y Angel D. Ramos, Guanaro, literato y orador.
orador. José María Reina, Caracas, poeta.
Doctor Jesús M. Paúl, Ciudad de Cura, abogado, literato Estanislao Rondón, Cumaná, literato, periodista y orador.
orador. Vicente Antonio Rondón, Barinitas, literato y poeta.
y
General Eduardo Pérez, Maracaibo, poeta. José Rafael Revenga, El Consejo, literato y escritor pú-
Doctor Ramón Perera, Barquisimeto, abogado, literato blico.
Doctor Manuel Ponce de León, Mérida, literato y es- Manuel Revenga, Caracas, escritor.
R y periodista.
Abraham Ramírez, Maracaibo, poeta.
Licenciado Juan José Romero, Caracas, abogado
y
Licenciado Ramón Ramírez, Caracas, abogado, literato y orador.
poeta. Licenciado José Santiago Rodríguez, Caracas, abogado
y
José Luis Ramos, Caracas, literato, periodista, políglota orador.
y poeta. José Leandro Requena, Caracas, escritor y orador.
Manuel María Ramos, Caracas, literato y poeta. Doctor Francisco de P. Reyes, Valencia, abogado, escritor
Domingo Santos Ramos, Caracas, literato, poeta, orador y orador.
y periodista. Cristóbal A. Rivera, Guanare, poeta.
CXL ESCRITORES VENEZOLANOS
Sebastián Alfredo Robles, Caracas, poeta. Doctor Jederico Salas, Merida, escritor público orador.
Pbro. Doctor Nicanor Rivero, Caracas, escritor
y
y pe- Doctor Martín J. Sanavria, Caracas, abogado
riodista. y orador..
General M. A. Silva Gandolphi, Nueva Esparta, literato,
José María Reyes, Pecaya, poeta. poeta y escritor público.
Angel C. Rivas, Cumaná, escritor. General Ricardo Silva, Valencia, escritor público.
Pedro M. Ruiz, Caracas, escritor. A. Eloy Sidney, San Felipe, escritor
Doctor José Lorenzo Renier, Tocuyo, y periodista.
abogado y es- Alfredo Sánchez, Maturín, poeta.
critor.
Manuel María Silva, Valencia, escritor público.
Juan Bautista Romero, Barquisimeto, periodista y orador. José Antonio Segrestáa, Puerto Cabello, escritor público
Gelacio Rivero, Tocuyo, poeta y escritor.
y periodista.
R. M. Rodríguez López, Tocuyo, poeta.
General José L. Silva, Valencia, escritor público.
Doctor Juan de J. Rodríguez, Tocuyo, abogado es-
y General Juan \ Ícente Silva, Valencia, escritor público
critor. y
orador.
Doctor Andrés Riera Silva, Carora, abogado,
é historiógrafo.
escritor A palico Sánchez, Maracaibo, poeta.
Simón Soublette, Caracas, escritor público.
A. Ruiz Miyares, Caracas, periodista.
Doctor M. Antonio Seco, Chaguaramas, médico
Doctor Francisco Esteban Rivas, Cumaná, abogado y escritor
y en ciencias médicas.
orador. Pedro Sederstrong, Ciudad Bolívar, escritor, periodista
José María Rodríguez, Cumaná, escritor. y
orador.
José Antonio Ramos, Cumaná, escritor
y orador. Doctor Alberto R. Smith, Caracas, escritor en ciencias.
General José Miguel Rubio, Cumaná, literato poeta. José Francisco Sánchez, Barcelona, escritor público.
y
Miguel E. Ramos, Cumaná, literato escritor. José R. Silva B., Cumaná, escritor.
y
Jerónimo Ramos, Cumaná, literato y escritor. José A. Silva B., Cumaná, escritor.
Juan José Riera, Coro, poeta. J. M. Seijas García, Caracas, escritor.
General Domingo Ramírez, Cumaná, poeta. José Antonio Salas, Caracas, escritor.
Valentín Rivas, Cumaná, literato y escritor. Félix Soublette, Cuba, literato
Doctor José M. Rivas Mundarain, Cumaná, médico y poeta.
y es- Doctor Francisco Soto, Caracas, abogado, escritor
critor. y orador.
Vicente Sánchez Chacín, Lezama, escritor
Máximo Rivero, Orituco, legista escritor filosófico.
y poeta.
y Doctor José María Salazar, Cumaná, abogado, orador v
Ignacio Ríos, Ciudad de Cura, periodista. escritor.
Guillermo Rodríguez Silva, Calabozo, escritor. Licenciado Lucio Siso, Caracas, abogado orador.
Atilano Rodríguez, Calabozo, poeta escritor. y
y Licenciado Pedro José Saavedra, Boconó, abogado,
Doctor Filiberto Rodríguez, Calabozo, abogado es-
y escritor y orador.
critor.
Pbro. Doctor Casto Silva, Maracaibo, escritor.
Joaquín Reveróii, Valencia, escritor y poeta. Manuel Sánchez Peña, Maracaibo, escritor.
Cástor Cosme Rodríguez, San Fernando, escritor. José Suárez Luzardo, Maracaibo, escritor.
Felipe S. Real, San Fernando, periodista. Silvestre Sánchez, Maracaibo, cronista é historiador.
José Manuel Rojas, Cumaná, escritor. Bartolomé Somosa, Ciudad Bolívar, escritor.
Manuel Salvador Romero, Maracaibo, poeta. Bachiller Rafael Saavedra, Tocuyo, literato
Clodomiro Rodríguez, Maracaibo, poeta. y poeta.
Francisco A. Silva, Nueva Es])arta, escritor.
Julio Rodríguez, Valencia, poeta. Manuel Silva Es[)ina, Nueva Esparta, escritor.
Ramón María Rodríguez, Caracas, escritor y poeta. Emiliano Soteldo, Barquisimeto, periodista.
J. F. Samuel Lara, Ban|UÍ.simeto, periodista.
s critor.
Doctor Antonio José Silva, Carúpano, abogado
y es-
Vicente Salias, Caracas, poeta. Doctor Cecilio Sarmiento, Calabozo, abogado escritor.
y
Pedro Sanojo, Calabozo, literato y lingüista. Doctor Manuel M. Sanojo, Pao, médico
y escritor en
Francisco de Sales Pérez, Caracas, literato ciencias.
y escritor de
costumbres. Manuel María Silva, Valencia, escritor y poeta.
Marco A. Saluzzo, Cumaná, literato, poeta Genei’al Julián Sosa, Nutrias, escritor.
y orador.
Miguel Sánchez Pesquera, Cumaná, literato General Rafael Silveira, Guanare, escritor.
y poeta.
Licenciado Luis Sanojo, Calabozo, abogado, comentador Manuel S. Soto, Maracaibo, poeta.
de Códigos Nacionales. Telésforo Silva Miranda, Caracas, escritor
y poeta.
Doctor Antonio María Soteldo, Yaritagua, abogado Antonio Smith Monzón, Coro, poeta.
y
escritor.
Doctor Miguel José Sauz, Valencia, abogado, literato, his-
toriador y legislador. T
Doctor Rafael Seijas, Caracas, abogado, publicista, filólogo
Doctor \ Ícente Tejera, Caracas, abogado, literato
y diplómata. y
poeta.
l)octor Rafael F. Seijas, Caracas, abogado, i)ublicista
y Miguel iejera, Caracas, literato, historiador escritor en
diplómata. y
ciencias.
Doctor Andrés Antonio Silva, Pam})atar, abogado, lite- Felipe Tejera, Caracas, literato, poeta é historiador.
rato y poeta.
Doctor Santiago Terrero Atienza, Caracas, abogado, perio-
Franci.sco Antonio Silva, Valencia, literatoy escritor. dista y orador.
Doctor Jesús María Sistiaga, Caracas, abogado, literato Doctor Carlos Tirado, Caracas, abogado, literato
y
y poeta. oi’ador.
Doctor José Félix Soto, Caracas, abogado y escritor Fermín Toro, Caracas, literato, poeta, orador y dipló-
})úblico. mata.
Doctor lomas J. Sanavria, Caracas, abogado, literato Doctor Pedro Julián Tortolero, Montalbán, abogado, lite-
y orador. rato y oi-ador.
José A. Serrano, Mai-acaibo, escritor público
y orador. General F. Tosta García, Caracas, literato y perio-
Eiluardo Scaulan, Maiquetía, e.scritor público
y poeta. dista.
Eduardo Sulbarán, Maracaibo, poeta. Adalberto Toledo, INIaracaibo, periodista.
Víctor Raúl Sandoval, Maracaibo, poeta. Doctor Diego Luis Troconis, Mérida, abogado v orador.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXLI
Gabriel Troconis Ui’daneta, Maracaibo, poeta. José Ramón Villasmil, Maracaibo, literato, poeta y pe-
Ramón Troconis Vale, Maracaibo, poeta. riodista.
Valerio P. Toledo, Maracaibo, escritor público y pe- Doctor Rafael Villavicencio, Caracas, médico, literato, es-
riodista. critor en ciencias y orador.
Leopoldo Torres Abandero, Caracas, poeta y escritor. Doctor Julián Viso, Valencia, abogado, publicista, histo-
Doctor Manuel V. Toledo, Caracas, escritor. riador, codificador y diplómata.
Elias Toro, Caracas, escritor. Doctor Laureano Villanueva, San Carlos, médico, literato,
Gustavo Terrero Atienza, Caracas, periodista. periodista, historiador y orador.
Miguel Trujillo, Orituco, escritor y orador. Doctor David Villasmil, Caracas, abogado, literato y pe-
Rómulo Terrero, Caracas, periodista. riodista.
J. M. Terrero Arias, Cai’acas, periodista. Doctor Guillermo Tell Villegas, Barinas, abogado y escri-
General Leopoldo Terrero, Caracas, escritor y periodista. tor público.
General Pedro Toledo Bermúdez, Curaaná, escritor pú- Doctor G. T. Villegas Pulido, Barinas, abogado, escritor y
blico. periodista.
Rafael Terán, Caracas, escritor. üroncio Valderrama, Coro, periodista.
Ramón Troconis, Maracaibo, escritor. José Gregorio Villafañe, Barinas, escritor público.
G. Troconis U., Maracaibo, poeta. Enrique Vilches, Maracaibo, poeta.
Juan Francisco Troconis, Maracaibo, poeta. Juan C. Villasmil, Maracaibo, poeta.
Doctor Esteban Tellería, Coro, abogado y orador. Leónidas Vargas, Maracaibo, escritor público.
Doctor José María Tellería, Coro, abogado y escritor. José de J. Villasmil, Maracaibo, escritor público y poeta.
General Pedro Torres, Coro, escritor. Antonio B. Barroso, Maracaibo, escritor público.
Rafael Torrealba, Ciudad Bolívar, escritor. Pablo A. Vilches, Maracaibo, escritor público y pe-
Amenodoro Torrealba, El Sombrero, escritor. riodista.
Diógenes Torrellas Urquiola, San Felipe, poeta y es- Adán Valenzuela, La Victoria, escritor público.
critor. Antonio Valero Lara, San Sebastián, escritor público
Tapia Baldó, Barinas, escritor.
J.
y periodista.
Doctor Pedro Julián Tortolero, Valencia, abogado, ora- General José A. Velutini, Zaraza, escritor y poeta.
dor y escritor. General León Van Praag, Caracas, escritor.
Vigas, Cumaná, escritor público.
u J. J.
Andrés J. Vigas, Cumaná, escritor y periodista.
Fernando Vizcarrondo Rojas, Caracas, escritor didáctico.
Doctor Diego Bautista Urbaneia, Barcelona, abogado, lite-
Manuel María Villalobos, La Guaira, literato y poeta.
Doctor Luis Felipe Vargas, Ciudad Bolívar, escritor.
rato y orador.
Doctor Diego B. Urbaneja, hijo, Caracas, abogado y es-
Federico Vicentini, Ciudad Bolívar, escritor.
critor. Tomás Vásquez León, Ciudad Bolívar, escritor.
Doctor Modesto Urbaneja, Caracas, abogado y escritor
Alfredo Valero Lara, San Sebastián, escritor.
público. Doctor Juan M. Velásquez Level, Cumaná, médico
y es-
Doctor Manuel María Urbaneja, Caracas, abogado, autor critor.
V critor.
Doctor Agustín Zárraga, Coro, abogado, literato
y periodista.
y
Doctor José María Vargas, La Guaira, literato, orador Doctor Alejo Zuloaga, Valencia, abogado, escritor orador.
y es- y
critor en ciencias.
Ildefonso Vásquez, Maracaibo, literato y poeta.
Federico C. Velásquez, Ciudad de Cura, literato, poeta
_ y
periodista
19
CXLII ESCRITORES VENEZOLANOS
uve
Fausto Teodoro de A Id rey, España, periodista. General Carlos E. Morton de Kératri, Francia, escritor
Doctor Alejandro Angulo Guridi, Santo Domingo, abo- y
periodista.
gado, literato y escritor. Francisco J. Machado, Santo Domingo, periodi.sta.
Juan Ignacio de Armas, Cuba, literato, poeta, perio- General Vicente S. Mestre, Colombia, abogado v publi-
dista y orador. cista militar.
Doctor Diógenes A. Arrieta, Colombia, abogado, literato, Belisario Moneada, Colombia, escritor
y poeta.
poeta, periodista y orador. Doctor Manuel M. Madiedo, Colombia, escritor.
Manuel Eudoro Aybar, Santo Domingo, escritor público.
nsr
B Doctor José Núñez de Cáceres, Santo Domingo, aboo'ado
Manuel Briceño, Colombia, literato y escritor. literato y escritor.
’
lista.
J ulio N. Galofre, Colombia, escritor.
V
n terato
Doctor José María Vargas Vila, Colombia, abogado
y periodista.
’
li-
Alejandro de Humboldt, Alemania, gran sabio naturalista Doctor R. del Valle, Puerto Rico, médico y escritor
y astrónomo. en ciencias.
Doctor Luis Pío Herrera, Islas Canarias, abogado Carlos Vallarino, Colombia, escritor.
y pe-
riodi.sta. Doctor Héctor F. Varela, Argentina, abogado, escritor
’
js:
orador y periodista.
Agustín de la Vergara, España, escritor.
Hermán Karsten, Alemania, escritor naturalista.
"sr
I
Doctor Francisco J. 1; anes, Cuba, abogado, historiador
Antonio José de Irizarri, Guatemala, escritor, historia- escritor.
dor y periodista. y
L z
Irancisco A. Zea, Colombia, escritor, orador
Coronel Manuel Antonio López, Colombia, escritor
y dinló-
^
é mata.
historiador.
Eulogio S. Zaldua, España, escritor en ciencias exactas.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXLIII
Advertencia. — Aunque la siguiente nómina figura en la página LUI de esta obra, se reproduce aquí por haber sa
lido allí con errores y omisiones.
JSZE
Pro. doctor José Manuel Alegría, San Carlos. Illmo. doctor José Antonio Mohedano, Caracas.
Pro. doctor Rafael María Alvarado, Barquisimeto. Pro. doctor Jo.sé F. Mas y Rubí, Maracaibo.
Pro. doctor Aguedo F. Alvarado, Bobare. Pro. doctor José Manuel Mendoza, Caracas.
Illmo. doctor José Manuel Arroyo, Carora. Illmo. doctor Ramón Ignacio Méndez, Barinas.
Pro. doctor Francisco Avis, Ciudad Bolívar. Pro. doctor Fernando Arturo de Meriño, Santo Domingo.
Pro. doctor Leandro Arestiguietu, Ciudad Bolívar. Pro. doctor José Martiarena, Cumaná,
Pro. doctor Antonio Patricio Alcalá, Cumaiiá. Pro. doctor Pedro Moratti, Francia.
Pro. doctor Francisco M. Arráiz, Quíbor.
Pro. doctor José Cecilio Avila, Güigüe.
O
Pro. doctor Ladislao Amitesarove, Caracas.
Fray Nicolás de Odena, España.
Pro. doctor Eduardo Olaechea, Guanare.
Pro. doctor Ricardo Arteaga, Cuba.
Pro. doctor Rafael M? Osuna, Guanare.
B
Pro. doctor Fernando Barreto, Trujillo.
Pro. doctor José Plaz, Cumaná.
Pro. doctor José Ignacio Bereciartu, Barquisimeto.
Pro. doctor José María Pérez Limardo, Carora.
Pro. doctor Diego Botinos, Cumaná.
Pro. doctor José Antonio Pérez de Velasco, Caracas.
Pro. doctor Miguel Antonio Baralt, Maracaibo.
Pro. doctor José María Barroeta, Trujillo.
Pro. doctor José María Bobadilla, Santo Domingo. Pro. doctor Jo.sé Patricio Quintero, Cumaná.
c B,
Pro. doctor Andrés A. Callejón, Cumaná. Fray Tomás Riera, Carora.
Illmo. doctor José S. Crespo, Río Tocuyo. Pro. doctor José María Raldiris, Caracas.
Pro. doctor José Lorenzo Castro. Pro. doctor Andrés M. Riera Aguinagalde, Carora.
Pro. doctor Juan Bautista Castro, Caracas. Pro. doctor Andrés Riera Montesdeoca, Carora.
Pro. doctor José Cortés Madariaga, Chile. Pro. doctor José Antonio Rincón, Maracaibo.
Pro. doctor Juan Pablo Cabrales, Carora. Pro. doctor José Manuel Rivero, Valencia.
Pro. doctor Diego Cova, Cumaná. Pro. doctor Nicanor Rivero, Caracas.
Pro. doctor Liborio Colmenares, Guanare. Illmo. doctor Manuel Felipe Rodríguez, Chacao.
ID Pro. doctor José V. Ramírez, Maracaibo.
Pro. doctor Juan Crisóstomo Rodríguez.
Pro. doctor Víctor José Diez, Coro.
Pro. doctor Pascual Del Pueyo, España.
Pro. doctor José Antonio Ramos Martínez, Cumaná.
E S
Pro. doctor Antonio José de Sucre, Cumaná.
Pro. doctor José Alberto Espinosa, Caracas.
Illmo. doctor Felipe N. Sendrea, Puertos de Altagracia,
Pro. doctor Miguel Antonio Espinosa, Valencia.
Pro. Gregorio Seijas, Caracas.
Pro. doctor Alejandro Echezuría, Caracas.
Pro. doctor Cayetano Esteller, Caracas. T
E Pro. doctor Juan Agustín de la Torre, Carora.
Illmo. doctor Mariano Talavera y Garcés, Coro.
Illmo. doctor Mariano Fernández Fortique, Caracas.
Fray Arcángel de Tarragona, España.
C3- Pro. doctor Emiliano Torres.
Pro. doctor Isidro Girón, Caracas. Pro. doctor Juan José Tovar, Caracas.
Pro. doctor Víctor González, Maracaibo. XJ
Pro. doctor Octaviano González, Maracaibo.
Pro. doctor José María Urdaneta, Maracaibo.
Semiiiai’ios J. i
1 1
“i 4
,
Universidades 0 0
z 4
Academia de Matemáticas 1 1
“ Náutica 1
1 1
Coleo-ios Nacionales de varones ( 2 ‘? cat(ío-oría
u
')
11 9 14 13
<• i i u
“ Darticnlares “ 6 6
“ 11 24 30
Nacionales de Niñas
“ 4 8 11 13
particulares de “ 1
6 15 17
Escuelas Er)iscopales
“Normales 4 2
Academia de Dibnio v Pintura. 4 2
1 1
“Bellas Artes
1 1
Escuela de Teleo-rafía
“ 1
Politécnica
“ 1 1
de Artes vOfícios 1
“ “ los Territorios 1 1
“ “ Música V Canto 1
“ “ Idiomas vivos niñas) 2 1
(
“ 1
Municiimles, seccionales v municii)ales 96 219
“
i
! 1
Institutos Superiores
1874
Observatorio Astronómico 1874 1889
LA IMPRENTA EN VENEZUELA
roí?. FEJXjIFE LE301T
A primera imprenta que vino á Venezuela, la trajo Hé aquí la relación cronológica de la instalación de
el General Francisco Miranda en sus expediciones á la imprenta en las principales ciudades de Venezuela, desde
^ Ocumare y Coro en 1806, la cual no desembarcó y 1808 hasta 1889:
tuvo que depositarla en la isla inglesa de Trinidad. Adquirida
luégo por los norte-americanos Mateo Gallagher y Jaime Lamb,
1808 — En Caracas, por Mateo Gallagher y Jaime
la establecieron en Caracas en 1808.
Lamb.
Se asegura que el General Pablo Morillo, General en
1811 En Valencia, por Baillis (sucursal de Caracas).
Jefe del Ejército expedicionario contra la América del Sur,
1812 En Cumaná, por Manuel José Rivas.
trajo una imprenta en 1815 ; y que el General Alejandro
1818 — En Ciudad Bolívar, por el Libertador Simón
Bolívar.
Petión, Presidente de Haití, mandó entregar una pequeña
imprenta al Libertador en los Cayos de San Luis en marzo 1821— En Maracaibo, por el General Lino de Clemente.
de 1816. —
1826 En Puerto Cabello, por N. Permañel (español).
Para esta fecha existía en Caracas la imprenta llama- 1829— En Barinas, por el Gobierno provincial.
da del “ Rey ” y la cual pertenecía al peninsular Don Juan 1830— En Guanare, por Tereso González.
Gutiérrez. En este establecimiento aprendieron los venezo- 1833— En Barquisimeto, por Pablo María Unda.
lanos Valentín Espinal y Tomás Antero, quienes fueron 1835— En Barcelona, por el Partido Reformista.
más tarde los maestros del arte en Venezuela. Establecido 1842— En Coro, por varios accionistas.
el señor Espinal, cultivó la Encuadernación con el insu- 1844 En San Cristóbal, por Domingo Guzmán^^
lar Don Juan Pey; luégo fué á los Estados Unidos, 1845 En Mérida, por Francisco Uzcátegui. f" -
y
trayendo de allá el cilindro con que sustituyó las imper- 1845— En La Guaira, por Baldomcro Rivodó é Isaac J.
fectas balas que se usaban en la prensa para dar tinta Pardo.
trajo además la prensa de rodillo y todas las mejoras que 1848— En La Victoria, por Diego Hurtado.
había en aquel tiempo, y creó el mejor establecimiento 1854— En Carúpano, por Basilio Agreda.
que tuvo el país por muchos años en el ramo tipográfico. 1854— En San Fernando, por Manuel María Betancourt.
De allí salieron los inteligentes Jesús María Soriano, Bar- 1856-^En San Carlos, por el Gobernador Doctor Guillermo
tolomé Valdez, Manuel María Zarzamendi, (que trajo la pri- Tell Villegas.
mera prensa para moverla al vapor), Camilo Machado, Juan 1856— En Calabozo, por el Doctor José Lorenzo Lia-
Carmen Martel, Manuel Antonio Castro, Jo.sé Antonio Ca- mozas.
rias y otros cajistas hábiles; y los encuadernadores Lucas 1856— En Asunción, por el Gobierno provincial de
Ortiz, notable en el arte, Santiago Alvarez, Vicente Ibarra, Margarita.
José de Jesús Sosa y otros más. 1858— En Upata, por Pedro Cova.
Siguió progresando el arte y aumentándose los talleres 1861— En San Antonio del Táchira, por el Doctor Manuel
de donde había de irradiar la luz de la civilización y ;
M. Marclián.
no sólo Caracas, sino las principales ciudades de la Repú- 1864— En Trujillo, por Juan Bautista Carrillo Guerra.
blica, recibieron los beneficios que á los ¡meblos viene dis- 1865— En Cabudare, por el Gobierno del Estado Bar-
pensando la imprenta desde que brotó esplendorosa del ins- quisimeto.
pirado cerebro de Guttenberg. 1866 En Urachiche, por el General Jacinto Anzola.
CXLVI LA IMPRENTA EN VENEZUELA
1868 — En Ciudad de Cura, por el General Miguel Anto- LISTA NOMINAL DE LAS PERSONAS QUE DESDE LOS PRIMEROS
nio Rojas.
TIEMPOS HASTA NUESTROS DIAS HAN EJERCIDO EL ARTE
1870— En Maturín, por el Doctor Pedro Pablo del Cas-
tillo é hijos. EN CARACAS, EN LOS DIVERSOS RAMOS QUE ÉL AP.ARC^.
1870— En Libertad, por el Gobierno del antiguo Esta-
do Zamora. JK.
1871 En Ospino, por el General Manuel Herrera. Antero, Tomás Albarracín, hijo, Ramón
1872 En Valera, por Vicente Briceiio Briceño. Antero, Santiago Alvarez, Santiago
1873 En Tocuyo, por Hermanos Colmenares. Antero hijo, Tomás. Amundaray, Ramón
1873— En Lobatera, por el Presbítero Gabriel Gómez. Antero, Miguel Arámburu, Ramón J.
1874 En Ortiz, por el Gobierno del Estado Guárico. Aguilar, Rafael Ascanio, Luis A.
1874 En Táriba, por el Instituto Dramático. Abreu, Froilán Arias Rodríguez, Fabriciano-
1875 — En San Felipe, por el Gobierno del Yaracuy. Abreu, Juan de Jesús Arocha, Juan Nephtalí
1875 — En Carora, por José Antonio Mármol Herrera. Alcalde Piña, Ramón Andrés A
Arrivillaga,
1875 En Petare, por el Gobierno Nacional. A riza, Plácido Arámburu, José V. de
1876 En Rubio, por el Licenciado F. Mendoza.1.
Arias Poleo, Rafael Arámburu, Luis Emilio de
y i
B
1878— En Píritu de Barcelona, por
j
1883 En La Vela, por el señor J. B. G. Cornet. Blanco, Ricardo Blanco, Juan de la Cruz
!
1884 En El Baúl, por el Gobierno Nacional. Bolívar, José María Bigott, José Gil
1884 — En Capatárida, por el Gobierno Nacional. Briceño Briceño, Alejandro
j
Benítez, Juan
1884 — En Acarigua, ¡)or el Doctor José Ignacio Ponte.
i
0
i
Cova, Pedro
Imprenta de Antero Hermanos. Coll, Pedro Emilio ‘
i
Carrasquero, Jacinto
Imprenta Editorial de Soriano Sucesores.
Imprenta Bolívar, de Pedro Coll Otero. H)
Imprenta Colón, de Luis F. Castillo. Damirón, Alfredo Díaz, Pablo W.
Centro Editorial, del Doctor Miguel Caballero. Díaz, Juan Bautista D’dios, Juan de la Cruz
Correo de Caracas, de F. de Arredondo. Delclisur, Guillermo Díaz Canelón, Jesús María
Tipografía Comercial, de Alfredo Damirón. Domínguez, Dionisio
i
Domínguez, Angel
Imprenta Caraqueña, de la viuda de Calcaño. Díaz G-, Pablo A. Díaz Leen na, Melecio
El Cojo Ilustrado, de J. M. Herrera Irigoyen y C? ! Depool, Luis Gabriel Díaz, Nicanor Arturo
Empre.sa Moderna, de Juan Francisco Hernández. |
o- 2ST
Tosta, Francisco
CXLVIII LA IMPRENTA EN VENEZUELA
Vanes, Esteban
Torres Páez, Pedro C. Toledo G., Alejandro Vanes, Rafael
¡
’Z
Zarzamendi, Manuel María
Urizaba, Sandalio Urdaneta, Octaviano
Uribe, Ramón Uribe, José MaxJa
Urbaneja, Manuel S.
Además de las personas cuyos nombres quedan anota-
dos, muchos jóvenes, por simple entretenimiento, se han
Valdez, Pbro. José María Valeri Rísquez, Pedro
ocupado en las labores del Arte, como también algunas se-
Villegas, Fermín ñoritas que han hecho de la tipografía su ocupación
Valdez, Ernesto habi-
Vargas, Pedro Nolasco Vera, Rafael
tual. Entre éstas figuran las señoritas Soriano, para quie-
Varguiílas, Rafael nes son conocidos todos los ramos de la i>rofesión.
Villanueva, Rafael
Velásquez, G. Francisco Vargas B., Rafael Caracas : 9 de enero de 1895.
RESUMEN HISTORICO DE VENEZUELA HASTA 1823
EL I30CT0I?/ CrUI-.I^3sr "VISO
JULIAN VISO
á figurar y gobernarse por sí, separado del Vii'reinato de los diputados de América presentaron once proposiciones
Santa Fe, de quien por muchos años dependió. en favor del derecho de representación nacional de las pro-
Respecto de esa erección, los historiadores Yanes y Ba- vincias, ciudades, villas y lugares de la Tierra Firme de
ralt dicen, sin duda con referencia á Montenegro, que fue América.
quien antes que ellos lo asentó en el tomo 4? de su Geo- El acta del 19 de abril, la de la instalación de la Junta
grafía, el primero al folio 57 de su obra “Compendio de la Suprema de Venezuela en aquel glorioso día y la alocución
Historia de Venezuela” y el segundo al folio 269 del tomo de ésta del siguiente día 20, demuestran las razones en que
de su “Historia antigua de Venezuela,” que en el año de 1731 fundó el pueblo de Caracas su conducta y pronunciamiento,
fue creada la dicha provincia y su Capitanía General. Pero para recobrar sus derechos y desconocer el Gobierno provi-
las cédulas de 12 de febrero de 1742 y 8 de setiembre sional de la Regencia.
de 1777 segregan del Virreinato de Santa Fe, en abso- El 24 del propio abril la patriota Junta publicó un
luto y para siempre, las provincias de Venezuela é islas manifiesto ofreciendo dar al nuevo Gobierno la forma pro-
adyacentes, á saber; Cumaná, Guayana y Maracaibo, y las visional que había de tener hasta que la representación na-
islas de Margarita y Trinidad, agregándolas en lo guberna- cional diese la Constitución del Estado. Al siguiente día
tivo y militará la Capitanía General de Venezuela; y en procedió la Junta á la ofrecida organización en los términos
lo jurídico á la Audiencia de Santo Domingo. En cuanto que describe el historiador Yanes al folio 88 de su citada obra.
á la Real Hacienda ya lo estaban á la nueva Intendencia La infatigable Junta en 27 de abril invitó á los Cabildos
de Venezuela creada en el propio año de 1777. de todas las ciudades capitales de Sud-América para for-
mar una gran Confederación Américo-Española, en defensa
de su soberano oprimido por el coloso de Europa.
Las comisiones de la Suprema Junta enviadas á Coro y
AvÑO 1810 Maracaibo, á los Estados Unidos de Norte América, Bogotá é
Inglaterra están especificadas en Restrepo, tomo 19 de su
“Historia de la República de Colombia,” nueva edición, folios
En el año de 1810 principió la regeneración política 538 y 540, 543 y 563.
de Venezuela. Tuvimos el establecimiento del Consejo de Re- Dicha Junta ofició en mayo á la Regencia de España y
gencia de España por decreto de la Junta Central Suprema á la Junta Superior de Gobierno de Cádiz exponiéndole los
de 29 de enero de dicho año, según su decreto y alocu- hechos, razones y fundamentos que tuvo Caracas para esta-
ción á los españoles en la isla de León, de la propia fecha, blecer su Gobierno propio el día 19 de Abril, á imitación de
que corre entre los folios 413 y 419 del tomo 2? do la las provincias y pueblos de la España europea.
historia del conde de Toreno. En 25 de mayo la Suprema Junta dirigió una alocu-
20
CL RESUMEN HISTORICO
ción á habitantes de los partidos comarcanos de Coro.
los su citada historia de Venezuela.
^ También se estableció un
Comisionó teniente coronel Carlos de la Plaza sobre la
al CoiLsejo Consultor del Gobierno.
provincia y costas de Coro con las Instrucciones de Paz Con motivo de un artículo publicado en la Gaceta Ofi-
que se léeii en su despacho dado en Caracas en aquella fecha; cial 19 de febrero por el irlandés don Guillermo Burke,
del
y escribió una carta al Cabildo de Coro. persuadiendo la conveniencia de la tolerancia de cultos en la
La mencionada Junta expidió en 11 de junio el regla- Re})ública, salieron tres impugnaciones contra dicho artículo :
mento para la elección de diputados al primer Congreso la 19 dirigida al Reverendísimo señor Arzobispo por unos
re-
constituyente de Venezuela independiente. ligiosos del Convento de San Francisco de Valencia, con fe-
Llegada del Reverendísimo señor Arzobispo doctor Nar- cha 2 del siguiente marzo la 29 publicada en esta capital
:
ciso Coll y Prat al puerto de La Guaira, en 31 de julio con igual fecha por el señor don Antonio Gómez;
y su y la 39
juramento incontinenti por orden de la Suprema Junta. acordada por la Real y Pontificia Universidad el 23 de febrero
La Regencia de España expidió inconsideradamente orden y dada á la luz pública en 6 de junio.
de bloquear la provincia de Caracas. Se estableció la Sociedad Patriótica en Caracas, eii los
Cur.só una importante correspondencia oficial entre el términos y con los discursos que trae el Bosquejo de la Hi.s-
marqués del Toro como general en Jefe del Ejército ex- toria militar del General Austria, en el tomo 19, á los folios 40
pedicionario contra Coro y el Ilustre Ayuntamiento de la á 41.
propia ciudad, desde el 6 de junio basta, el 13 de agosto, Merece mencionar.se aquí el acta del Tratado de amistad,
antes de abrir la campaña. Véase el bi.storial que sobre la alianza y unión federativa entre Venezuela
expedición militar contra Coro trae Restrepo en el citado to- y el E,stado de
Cundinamarca, celebradt) en Santa Fe de Bogotá, á 28 de
mo 1? de su ol)ra, folios 557 á 561. Y sobre la retii’ada del mayo. Puede leerse en el número 554 déla colección Blanco—
marqués, véase también al folio 564. Azpurúa.
La Suprema Junta dió dos importantes decretos; el
Fue un paso importantísimo el de la mediación inglesa,
primero prohibiendo la introducción de negros en el país
para la reconciliación de las provincias disidentes de Amé-
y el segundo estableciendo la sociedad patriótica de agri- rica^con la madre j»atria, la cual fue admitida por las Cortes
cultura y comercio; ambos en 24 de agosto. Y
otro decreto de España por su decreto de 19 de junio, bajo las 7 con-
de la misma fecha suprimió les derechos de exportación
diciones que trae Restrepo en su obra citada, tomo 29, folios
que se cobraban á varios frutos y producciones.
47 á 52.
Restrepo refiere en el tomo 19 de su citada obra, al folio Del capitán don Feliciano Montenegro Colón dice Res-
555, la revolución intentada por los españoles don Eranci.s- trepo al tobo 17 del dicho tomo 29, que salió de Vene-
co y don Manuel Linares y descubierta el 1? de octubre de zuela llevándose papeles importantes
1810 })or la Suprema Junta de Venezuela: á los folios 556 y los secretos militares
del nuevo Gobierno, y muy bien pueden estimarse las im-
á 557 otra revolución proyectada en los Valles de Aragua pol- pre.siones alarmantes que produjo esa evmsión.
los españoles Sierra, Elizalde, Valdez, etc., contra el nuevo
La independencia de Venezuela fue declarada el 5 de
Gobierno de Venezuela, ])or virtud de las sugestiones del pa-
julio por su Congreso Constituyente;
cificador regio don Antonio Cortabarria desde Puerto Rico. y se expidieron el
decreto y proclama subsecuentes del lYder Ejecutivo para
El Gobierno y pueblo de Caracas celebraron funerales
su publicación 3yjuramento el día 8 siguiente. Son mu3^ dig-
en memoria de las ilustres víctimas sacrificadas en Quito el
nas de mencionarse la ])roclama del Poder Ejecutivo al
día 2 de agosto.
pueblo de Caracas anunciándole haber declarado la inde-
Habiendo Suprema Junta recibido el oficio de 7 de
la
pendencia absoluta y la dirigida al ejército con igual anun-
diciembre comisionado regio Cortabarria, aquélla le
del
cio, fechadas el día 5 de julio.
contestó el 25 del propio mes en los términos razonados que
El Congreso nombró una comisión compuesta de los
trae Restrepo en su dicha obra, tomo 1?, folio 565, 566
y 567. diputados general Francisco Miranda, capitán de Fragata
La comisión que la referida Junta envió á Londres cerca Lino Clemente 3^ capitán de ingenieros, José de Sota 3^ Bussi
del Gobierno Británico, compuesta de los señores coronel para que le presentasen un diseño de la bandera
Simón Bolívar y doctor Luis López Méndez, solicitando la y escara-
pela que debiera establecer el nuevo escudo,
protección de la Gran Bretaña, en sostenimiento de su trans- y desde luego
exhibieron una muestra formada de los tres colores del arco
formación política, presentó el resultado; el cual consta en iris, que fue aceptado sin contradicción. El día 14 se pu-
la obra de Restrepo, tomo 19 folios 547 á 550. blicó solemnemente el acta de la independencia
y se enar-
boló el pabellón nacional, adornado con el emblema de una
india, concurriendo á la plaza ma3mr los cuerpos de todas
las armas, mandados por el Gobernador militar don .Juan
1811 Pablo Ayala. Véase la citada obra del general Austria,
folio 55.
zuela. Le preceden dos decretos del Consejo de Regencia fe- pedición contra la villa de Tenerife, fortificada por los es-
chados en 14 de febrero de 1810. pañoles y que obstruía la navegación del Alto Magdalena,
El Congreso Constituyente de Venezuela dió el 21 de di- Y sería muy acertado consultar el historial sobre los particu-
ciembre la Constitución, primera Constitución federal de Ve- lares cpie trae Restrepo en el citado tomo 19 á los folios 182
nezuela. á 184.
Merece particular aprecio “ El Patriotismo de Nirgua
doctor Juan
y abuso de los reyes,” célebre trabajo del señor
Germán Roscio.
Avisto isis
Restrepo en el mencionado tomo 2? de su obra, á los folios
45 y46, hace referencia á la representación de los 28 diputa-
dos americanos en las Cortes españolas, contenida y explica-
da en el manifiesto, que el diputado por la isla de Santo Este año corresponde principalmente á la campaña del
Domingo don José Alvarez Toledo, publicó en Philadelphia. ejército Libertador sobre Venezuela y con mucho éxito se
consultará el historial que trae el “ Bosquejo histórico mili-
tar de la revolución de Venezuela,” escrito por el general
José Félix Blanco, hallándose la parte relativa en el número
1812 748 de la colección Blanco-Azpurúa.
La campaña de Bolívar comenzada por la batalla del
28 de febrero contra el coronel don R. Correa en Cúcuta,
Este año se inició con la campaña y operaciones de las la describe muy bien Re.strepo en el citado tomo 19 del fo-
fuerzas republicanas sobre Orinoco y contra la capital de
el lio 108 al 203.
Guayana, ocupada por los españoles desde su pronunciamien- Será muy grata la lectura de la })roclama de Bolívar á
to contra la Suprema Junta de bJaracas. los habitantes de San Antonio del Táchira ó Cúcuta, dada
Importa mucho el estudio de lo escrito en el citado tomo 19 en el cuartel de la misma villa el 19 de marzo y que
del Bosquejo de Austria, desde el folio 125 basta el 167, para co- corre en la “Colección de documentos relativos á la vida pú-
nocer el historial de aquellas operaciones y la correspondencia blica del Libertador,” tomo 19, al folio 3 de la proclama á sus
;
presbítero doctor Juan Nepomuceno Quintana y don Joaquin beligerante, del dicho derecho, autoriza al otro á seguir su
Argos para ir á la Corte de Madrid á representar los derechos ejeni])lo.Por una singular coincidencia, dice Restre})o, al fo-
de esta capital y las provincias de Venezuela, conforme á lio144 del tomo 29 de su citada obra, el mismo 15 de junio en
las instrucciones que en doce artículos les fueron comunica- que Bolívar publicara su última proclama, anunciando que
das á 2 de octubre y al mismo tiempo Monteverde envió
;
la guerra se haría á muerte, fundado, entre otros motivos
otros dos comisionados que lo fueron el fraile Hernández de eimla-mui tanza ejecutada en Barinas, de Antonio Nicolás
la revolución de Valencia el arlo de 1811 y el presbítero Briceño y de sus compañeros de armas, en ese mismo día
Gamboa, j)ues según el parecer de Restrepo, aquel temía era cuando sucedía la ejecución.
que la Regencia de Cádiz improbara sus procedimientos. Las célebres {trocla mas de 8 de junio, á los valerosos
En el calamitoso estado en que se hallaban las co.sas merideños, en su Cuartel General de Mérida, y de 15 del
en el Bajo Magdalena, destrozándose los samarlos y carta- mismo mes, á los venezolanos sobre la guerra á muerte á
genenses, fue un gran consuelo para estos últimos y para su los españoles y canarios, en su Cuartel General en Trujillo,
gobierno el arribo á Cartagena de los venezolanos .salidos de pueden leerse la primera en el tomo 9 de la edición }»ri-
’
La Guaira. A Bolívar se le destinó al mando del Bajo Mag- mera de Restrepo, documento númeio 20, y la segunda en
dalena, y desde luégo decidido á hacer por su parte todo cuan- el citado tomo 19, ‘Adda Pública del Libertador,” folio 11.
to estuviese á su alcance para promover la independencia de Para e.stimar debidamente la ca})itulación concluida en-
Nueva Granada, como un paso necesario para la libertad de tre el general en jefe del ejército de la Unión y los en-
la oprimida Venezuela, comenzó á preparar una pequeña ex- viados ])or el Gobernador de Caracas (autoridad española).
CLII RESUMEN HISTORICO
fechada y firmada en la Victoria, á cuatro de agosto, es 2AÑO 1814
conveniente leer el oficio del dicho Gobernador brigadier
don Manuel Fierro, fechado el 3 de agosto; las bases para
la negociación pacífica sobre que habían de tratar los se-
En
este memorable año continuó la campaña del Ejér-
ñores marqués de Casa León, don José Vicente Galguera citn Libertador, cuyos pormenores han sido
y expuestos por el
deniás comisionados, con la de los generales en jefe de los señor general José Félix Blanco en su “Bosquejo histórico mi-
ejéi’citos enemigos;
y todos los demás oficios consecuentes á litar de la Revolución de Venezuela,” parte
copiada en el
su referida capitulación encontrándose esos documentos res-
; número 90o de la Colección Blanco— Azpurúa.
pectivamente en el referido tomo 1?, “Vida Pública del Liberta-
El 2 de enero celebróse en el convento de San Erancis-
dor,” folios 18 al 41
y Apéndice de dicho tomo, folio 243. co^ de Caracas una acta popular con motivo de la
presenta-
Son de mucha importancia la proclama del general en ción que hizo el general Bolívar de los informes
oficiales
jefe del Ejército Libertador de 8 de agosto, manifestando de sus tie.s Secretarios de Estado .sobre todos los ramos
el objeto de su misión
de
y el manifiesto del mismo jefe, de su administración.
9 de agosto, á sus conciudadanos; la proclama del mismo
El general Austria en el tomo 19 de su Bosquejo militar,
general en jefe del Ejército Libertador, excitando á los ve-
expone bien los embarazos c|ue sufrían las com-
al folio 255,
nezolanos al sostenimiento de la guerra con sus pérsonas
y binaciones del Libertador jau-a el servicio de la República,
bienes, de 11 de agosto; la relativa á empleos
y empleados trae la muy interesante comunicación dirigida al general Ma- y
civiles y militares, de 13 de agosto; la invitación á los ex-
rino por Bolívar sobre la urgente necesidad de la cooperación
tranjeros de cualquiera nación que sean, para que vinieran
de las tropas de su mando contra Puerto Cabello en el inte-
á establecerse en las provincias de A^enezuela. Esos docu- y
riorde Venezuela. El 31 de enero se recibió parte oficial del
mentos pueden consultarse en el citado tomo 1?, “Vida Pú-
coronel Ramón García de Sena sobre su forzosa retirada
blica del Libertador,” folios 42, 48, 52, 54 de
y 244. Barinas.
El sitio de Puerto Cabello ofrece buenos ejemplares en las El 12 de febrero se obtuvo un espléndido triunfo en la
contestaciones entre Monteverde y Bolívar por medio de sus ciudad de la Victoria, y con ese motivo, el Liberta ior en
mayores generales Quero y Urdaneta sobre canje de })ri- su Cuartel General de Valencia dirigió una proclama
á los
sioneros y el decreto del general en jefe, estableciendo soldados vencedores de Boves, fechada el 13 de dicho mes;
i)e-
na de muerte contra los traidores á la patria y
y }>erturba- el ilustre ayuntamiento de Caracas celebró un acuerdo’ f¿
dores del orden público, fechado el 6 de setiembre en su licitando al general José Félix Ribas, quien contestó aquel
Cuartel General de Puerto Cabello. Son muy d^l ca.so las satisfactorio acuerdo.
consideraciones expuestas por Restrepo en el tomo 29 de su El 24 del propio mes de febrero, en el Cuartel General
citada obra, á los folios 178 á 181, y puede leerse el dicho de- de San Mateo, el Secretario de Estado de Venezuela Antonio
creto en el referido tomo 1?, “Vida Pública del Libertador,” fo- Muñoz Tébar, de orden del Libertador, hizo un hermoso ma-
lio 56.
nifiesto al mundo. En él corre el oficio del cura don Juan
El general Bolívar levantó el sitio de Puerto Cabello de Orta al señor Provisor y Vicario General sobre las atro-
y trasladó el Cuartel General á la ciudad de Valencia. Allí cidades de Rósete en Ocumare. Consúltese el citado tomo 19
’
publicó con fecha 20 de setiembre una exposición notable “Vida Pública del Libertador,” folios 132 á 150.
y sucinta dirigida á las naciones del mundo sobre los he- El Cuerpo Legislativo del Estado de Cartagena declaró
chos del comandante español don Domingo Monteverde, du- el 15 de marzo al general Simón Bolívar “ Hijo
Benemérito
rante el año de su dominación en las provincias de Ve- de la Patria,” y dispuso_ que su nombre fuese colocado en
nezuela y la. que puede verse en el tomo 19 del Bosquejo de letras de oro en el archivo de la Legislatura. El Libertador
Austria, de los folios 225 á 238. contestó, cortés y agradecido, tan digno homenaje, con fecha
Es brillante la pi’oclama de Bolívar, fechada en su Cuar- 3 y 4 de mayo. Véase el citado tomo 19, “Vida Pública del
tel General de Valencia á 6 de octubre, á los soldados que, Libertador,” á los folios 150 y 255 á 257.
des])ués de ganadas las batallas de Bárbula Son célebres, por horribles, las circulares de Boves del
y las Trincheras,’
marchaban ]>ara Coro y Maracaibo. Y á pesar de las glorias 15 y 23 de ínayo que trae Restrepo en la nota 159 del referido
que cubrieron las armas nacionales el día treinta de se- tomo^ 29, folio 579, y también el bando del capitán general
tiembre, se declaró éste aciago ])ara la República
y un día Moxó poniendo á precio de diez mil pesos las cabezas de Bolí-
de luto para los venezolanos por la muerte del coronel Ata- var, Arismendi, Bermúdez, Mariño, Piar, Brión otros jefes
nacio Girardot en la célebre batalla de Bárbula. patriotas de que habla el mismo historiador en el folio 339
Las autoridades, municipalidad y pueblo de Caracas, en y en la nota 20 del folio 582 del mismo tomo 29
14 de octubre, confirieron el título de Libertador Fernando VII volvió al trono de España por virtud
y Capitán
General de los ejércitos de Venezuela al general Bolívar, del tratado celebrado con Napoleón en Valencey, á 11 de di-
y
éste aceptó el día 18 tan honorífica designación. ciembre de 1813.
Pueden consultarse el reglamento para los uniformes, El historial de la batalla de Carabobo, el 28 de mayo,
divisas y graduaciones de los ejércitos de Venezuela ganada por Bolívar al general Cagigal y el de la subsecuen-
y la te de la Puerta el 14 de junio, ganada por Boves á Bolívar,
institución de la orden militar de Libertadores de Venezue-
la, disposiciones dictadas en el Cuartel General de Caracas, ó mejor dicho, á Mariño, que fue el que la dispuso, constan
el 17 y el 22 de octubre respectivamente. Véase el ya tantas en las reflexiones de un militar que estuvo en el campo
veces mencionado tomo 19, “Vida Pública del Libertador,” folios de Carabobo después de la batalla del dicho 28 de mayo, que
104 y 250. trae el Bosquejo de Austria, tomo 19, folio 300.
Seráti siempre memorables
la proclama del Libertador El sitio y capitulación de Valencia de 19 de junio hasta
al batallón sin nombre día 5 de diciembre, de la ba-
el 10 de_ julio están perfectamente explicados en el Bosquejo
talla de Araure, restituyéndole con la bandera de Nu- histórico militar del general Blanco, parte copiada en el nú-
mancia tomada al enemigo, la que dicho cuerpo perdió en la mero 905 de la referida colección Illanco— Azpurúa,
y en el
acción del 10 de noviembre en Barquisimeto, Bosquejo del general Austria, tomo 19 citado, al final del
y confiriéndole
el glorioso título de “Vencedor en Araure,” folio 309 hasta el 315, con motivo de la pérdida de la batalla
y la proclama
del mismo “A los Americanos,” después de aquella célebre de la Puerta y subsecuente sitio de Valencia por Boves,
el general Urdaneta se retiró
bataUa, fechada en su Cuartel General de San Carlos á 7 y marchó el 29 de junio de
de diciembre. la. Villa de San Carlos hasta la ciudad de Trujillo. En esta
hizo un informe fechado el 27 de julio, con una triste pin-
tura del estado de Venezuela al Congreso de la Nueva Gra-
nada poniéndose con su división bajo su suprema autoridad.
Puede consultarse á Restrepo, obra citada, tomo 29, folios
267 á 270.
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLIII
que Páez entregara el caballo para montar otro oficial; en ra” y “Caracas,” y el de Granadinos llamado “La Unión”
vano le representó Páez á Chaves que se le despojaba del junto con un escuadrón de dragones, en los días 20 y 21 de
mismo caballo que el general en jefe le había dado para el enero para Honda. El general en jefe Bolívar marchó el
servicio y se le dejaba á pie siendo capitán de una compañía 24, y el 25 salieron el mayor general, coronel Miguel Cara-
de caballería. Páez salió de Bailadores y fué á presentarse á baño y el vicario general presbítero José Félix Blanco. En
las autoridades de Cúcuta, de donde siguió á la provincia de Honda se activó extraordinariamente el embarco de la tro]_)a.
Casanare; y Solano que era su Gobernador le confió 30Ü ca- Informado el general en jefe en Mompox, de las medidas
ballos para que los mandara. (Véase el § I del número 1.160 de hostiles que contra él tomaban las autoridades de Cartagena,
la colección Blanco-Azpurúa.) desi>achó á su secretario Rafael Revenga en comisión por
Baralt en el tomo 2? de su citada obra, folios 227 á 233, dos veces, y al teniente coronel Tomás Montilla por una, para
explica la fuerte causal de la desocupación de Caracas |)or persuadir á aquellas de los sentimientos pacíficos que lo ani-
Bolívar y la innumerable inmigración de sus habitantes por maban y de la necesidad de que le prestasen todos los auxi-
la costa insalubre hasta el oriente. lios que había prevenido el gobierno general para la campa-
Después de la insubordinación de algunos jefes en Carú- ña contra Santa Marta pero todo fue en vano.
;
pano, el Libertador allí mismo publicó su notabilísimo Mani- El ejército salió de Mompox, desembarcó en el pueblo
fiesto el día 7 de setiembre; y al siguiente día 8, partieron de Barrancas y siguió su marclaa hasta Turbaco; aquí recibió
para Cartagena el Libertador y el general Mariño. Véanse el general en jefe una orden singular del comisionado Ma-
el tomo 22 de la citada colección de documentos para la rimón, del gobierno supremo, en que le ordenaba entre otras
“Vida Pública del Libertador,” folios 201 á 205 y el referido cosas que dejase el mando del ejército al jefe de mayor gra-
tomo 1? del Bosquejo de Austria, folios 320 á 323. duación y fuese á embarcarse en el buque que él le prepa-
Cuando el Libertador pobre y vencido se presentó al Con- raría para que saliese del país. El general convocó inme-
greso de Nueva Granada en Tunja el 21 de noviembre, pidien- diatamente, el 26 de marzo, una junta de guerra para di-
do el examen y juicio de su conducta pública, refiere Baralt mitir el mando pero todos los jefes que la componían
;
en el citado tomo P?, folio 259, que todos los altos funciona- resistieron semejante orden, por falta de autoridad de parte
rios se apresuraron á tributar el homenaje debido á su virtud del comisionado que la expidió, y porque el general Bolí-
y á su valor. Nombrado el general Bolívar por el Gobierno var no podía entregar el ejército á otro jefe sin el superior
üeneral de Nueva Granada, comandante en jefe del ejército conocimiento del Poder Ejecutivo, y acordaron el sitio de la
sobre Santa Fe, desde el Campo de Techo y con fecha 8 de plaza, para por este medio mover á sus autoiádades á prestar
diciembre hizo intimación al Presidente Dictador de Santa los auxilios pedidos. En efecto, el día 27 de marzo se estre-
Fe; y después de varias medidas dictadas por el expresado co- chó el sitio por los destacamentos aportados debidamente; se
mandante en jefe para reducir á un avenimiento al dicho Pre- principiaron las hostilidades; se encarnizaron las pasiones;
sidente Dictador de Cundinamarca, se ajustó la capitulación se derramó sangre en abundancia; se abrieron negociaciones
de 12 de diciembre en que se i'indió al general Bolívar la que burló siempre la plaza, hasta que al fin almrrido el ge-
capital y provincia de Cundinamarca. Véase á Restrepo, to- neral Bolívar por la conducta de las autoridades, dejó el 8
mo 10 de la 1*1 edición, documentos números 34 y 35. de mayo el mando del ejército á su segundo el general Flo-
El doctor José Domingo Díaz en el folio 193 de sus Re- rencio Palacios y se embarcó en el bergantín inglés La Des-
cuerdos sobre la Rebelión de Caracas, refiere los despojos y alha- cubierta para irse á Jamaica, como lo verificó después de 42
jas de oro y de plata tomados en Maturín por consecuencia días de sitio á la plaza.
de la batalla que allí ganó Morales el 11 de diciembre, entre Casi las mismas hostilidades se declararon al general
los cuales comprende 36 quintales de plata labrada de las Palacios hasta obligarlo á dejar el mando del ejército al jefe
iglesias de Caracas. Esta plata perteneció á éstas y era la de mayor graduación, que era el comandante del batallón
que por virtud de una concordia de 11 de febrero anterior “Guaira,” Domingo Mesa; pero á pocos días retomó el man-
entre el Estado y el sacerdocio, había éste puesto en manos de do en Turbaco, porque la oficialidad y tropa le eran tan
Bolívar para las premiosas urgencias de la República, adictas, como desafectas á las autoridades de Cartagena;
y la y
misma que el propio Bolívar había depositado para mayor arrestando á Montilla y otros, el 22 de ma^m emj)reñd ió
seguridad á bordo de la escuadrilla mandada por Bianchi, marcha con dirección á Mompox, de donde se proponía par-
quien se apoderó de ella, dando apenas al mismo Bolívar una ticipar al gobierno general todo lo ocurrido. Mas eso no le
pequeña parte de que él hizo entrega á Ribas en Carúpano fue posible, entre otros motivos, porque desde el 29 de abril
á tiempo de embarcarse para Cartagena, y que Ribas condujo anterior el capitán español La-Cruz se había apoderado de
á Maturín, donde la encontró Morales. Véase lo que Baralt dicha ciudad de Mompox y del río Magdalena.
dice sobre este trágico suceso en el referido tomo 19, folios 231 Entretanto sobrevino la expedición del general Pablo
y 232 y las dos órdenes que el Libertador dictó en Carúpano Morillo.
el 4 de setiembre al comandante de la goleta Arrogante, co- Según Montenegro, en
el citado tomo 4? de su Geografía,
ronel Felipe Esteves, para asegurar dicha plata labrada, las folios 190 á 192, Morales atacó el 14 de febrero con 3.000 hom-
cuales corren al folio 320 del mencionado tomo 1? del Bos- bres el pueblo de Soro, en la boca de Güiria
y lo redujo á ceni-
quejo de Austria. zas. En seguida (el 15) cayó sobre el de Güiria, defendido por
Este año se cierra con los graves acontecimientos que tu- Bermúdez y Videau y también lo tomó á fuego y sangre. Ira[)a
vieron lugar en el Oriente de Venezuela, que fue el último
y Quebranta fueron pasados á cuchillo sin distinción de sexo
palmo de tierra que la República disputó á sus antiguos ni edad. Reguláronse en 3.000 las víctimas de tan horribles
dominadores. Léanse en dicho Bosqueio, tomo 1?, desde el matanzas.
folio 339 al 342. La expedición española al mando de Morillo salió de
Cádiz el 18 de febrero, compuesta de 15.000 hombres en 65
buques de trasporte y el navio San Pedro Alcántara. Fondeó
el 3 de abril en Puerto Santo á barlovento de Carúpano
y ;
CLIV RESUMEN HISTORICO
üquí se le incorporó Morales, que con 5.U00 lioinljres iba á
mosa expedición titulada de los Cavos. (Bosquejo de Austria
invadir la isla de Margarita, según Baralt, su citado tomo ‘
19, fo- tomo 2?, folios 10 á 14.) ’
sobre Venezuela : continuaron por San Francisco de Cara y cha con dirección á la capital de Angostura. El río Caura
Cainaguán hasta Chaguaramas. Aquí se obstino, el 28 de tuvieron que pasarlo á viva fuerza destruyendo al enemi-
julio, el general Mac-Gregor en rendir la casa fuerte, en que go que fué lanceado hasta el pueblo de San Pedro, dis-
estaban atrincherados unos españoles que cubrían aquella tante del río Caura como legua y media. Desde este pun-
parte del Llano pero fue en vano y perdió 80 hombres y to siguió la división sin obstáculo hasta las inmediaciones
;
10.000 cartuchos. Se les unió el comandante Braulio Belisario, de la capital, á la cual en 10 de enero de 1817 puso sitio
que continuó como práctico muy conocedor de aquellos ca- el mismo día de la feliz llegada.
minos. El día 30 acam])ó la división á 4 leguas de Chagua- Retrocedamos á la campaña
del general Páez, quien
ramas; removió del mando al general Mac-Gregor y se lo llegó el 16 de setiembre de 1816 al cuartel del general San-
dió al coronel Soublette ;
pero al día siguiente fue aquel tander. Una intriga de dos jefes echó á rodar el Gobier-
repuesto al mando en el sitio del Socorro. Aquí se incorporó no y la Comandancia General creada en la Villa de Arauca
el comandante Julián Infante con 80 hombres montados. y que después fue trasladada á Gua.sdualito. El Coman-
El 2 de agosto súbitamente se encontró con una división es- dante general, coronel Francisco de Paula Santander, pa-
jmñola de 1.200 hombres mandados por Juan Nepomuceno só luego al ¡nieblo de Arichuna, punto de reunión de los
fallero en el paso fragoso de “Quebrada Honda; ” y Soublette escuadrones de Apure y lugar de la intriga. Los jefes ó
en ausencia de Mac-Gregor que se había adelantado diri- comandantes de é.stos pretextaron que Santander era me-
gió las operaciones de la batalla y derrotó á Quero. En ramente un militar de pluma y que no lo querían por
esta acción murió el valiente comandante Francisco Piñango. jefe y únicamente se someterían al comandante Páez. Lue-
El día 3 se les reunió en el pueblo de Santa María de Ipire, go que Santander lo entendió, hizo reunir los comandan-
el general Pedro Zaraza (acabado de ascender por el Liberta- tes y con dignidad les dijo que no era decoro.so el paso
dor) con 50 carabineros, el cual reconoció por jefe al general que pen.saban dar desconociéndole su autoi'idad, que abriría
Mac-Gregor y siguió la marcha cubriendo la retaguardia hasta la jiuerta á ulteriores actos de insubordinación. Santander
San Diego de Cabrutica, donde hizo alto la expedición para con prudencia zanjó la dificultad y renunció el mando mili-
reorganizarse y reunir otras partidas dispersas. Efectivamente tar que ejercía. Entonces los dichos comandantes de cuer-
se reunió el general José Tadeo Monagas (también acabado pos se reunieron y nombraron á Páez comandante gene-
de ascender por el Libertador) y ya montaba la fuerza
;
ral del ejército de Apure. Véase lo dicho por el gene-
total á 000 infantes y 000 caballos mandados por los vale- ral Blanco en el § III del número 1.160 de la colección
rosos Monagas y Zaraza, con más 200 indios de flecha bajo Blanco Azpurúa.
los capitanes Manuare y Tupepe. En este año se dió la famo.sa batalla del Yagual con
Morales y Quero reunidos el 0 de setiembre en Santa que obtuvo el general Páez la plena po.sesión de todo el
María de Ipire marcharon en busca de los patriotas; pero territorio de Apui’e, excepto San Fernando que en el año
éstos encontraron el mismo día en el sitio del “Alacrán, ” al siguiente de 1817 cayó en su poder. Véa.se la exacta des-
teniente coronel español don Rafael López, que iba á. reunirse cripción que de esa acción campal hace el mismo gene-
con aquellos, y lo derrotaron completamente matándoles ral Blanco, que se encontró en ella, (en el § IV del citado nú-
sobre 800 hombres y tomándole más de 300 prisioneros, mero 1.160 de la colección Blanco-Az]iurúa.)
de los cuales, unos 80 venezolanos fueron agregados á la
división.Mac-Gregor mandó esta batalla.
En seguida marchó la división por el Chaparro y el
Carito hacia Barcelona, á cuya ciudad entró el día 13, en-
AUTO 1817
contrando sus calles cubiertas de cadáveres y despojos, por-
que López se vengó en sus habitantes de la derrota del
•día 6. (Orden general del ejército en los días 14, 17 y 23 Baralt en su tomo 19, folios 304 á 307, trae la des-
de setiembre. Bosquejo de Austria, tomo 2?, folios 46 y 47). cripción de las operaciones del general Piar sobre la pro-
Sabiendo el general Piar frente á Cumaná, cuya plaza vincia de Guayana su asalto á la plaza de Angostura
; ;
sitiaba elgeneral Mariño, la ocupación de Barcelona por la ocupación de las misiones del Carón í. Debe estudiarse
Mac-Gregor, y llamado por éste con instancia, voló á re- el historial del fatal suceso de la muerte de los capuchi-
forzarlo, y su reunión el día 20 fue tan feliz y oportuna, nos del Caroní, suceso que ha sufrido diferentes interpre-
como que ya marchaba Morales sobre dicha ciudad con taciones por no haber el general Bolívar castigado á los
una división de 3.000 infantes escogidos. Piar, que tomó oficiales reconocidos general y })úl)licamente por ejecutores
el mando por antigüedad, les salió al encuentro con 2.000 de tan enorme atentado. Véa.se lo que dice Larrazábal en
hombres de su mando, acompañado de Mac-Gregor con su el tomo 1?, folios 467 á 469 de su obra ‘Adda del Liber-
segundo, y en la salina llamada del “ Juncal ” se encon- tador” y lo que explica el general Blanco en el § III del
draron y batieron encarnizadamente, quedando la división número 1.235 de la colección Blanco-Azpurúa.
española derrotada. Como en el historial citado arriba, de Baralt, no se
dice ni tampoco en la obra de Montenegro, cómo, por dón-
Desde Barcelona despacharon los jefes republicanos al
señor Francisco Zea, para que fuese en busca del Liberta- de y cuándo bajaron á Guayana el general Urdaneta y los
dor á informarlo de todo lo ocurrido é invitarle á venir á coroneles Santander, Morales y Guevara (granadino.s), Lara,
dirigir de nuevo las operaciones de la guerra.
Carroño, Manrique y otros venezolanos, que hicieron la
Este se ha-
gloriosa campaña de Apure en el precedente año de 1816,
llaba en el Puerto Príncipe de Haití, por consecuencia del
véa.se la aclaración importante que hace el general Blanco
desconocimiento de su autoridad por Mariño y Bermúdez
en Güiria, á donde se había dirigido en 16 de agosto de en el número 1321 de la colección Blanco-Az})urúa.
Bonaire para emprender la campaña. Unido Bolívar con El asalto y toma de la casa fuerte de Barcelona el 10
Brión y protegido por Petion y teniendo á su dis])Osición la de abril, por la jirimera división al mando del coronel
respetable escuadrilla que este importante marino había for-
de dragones don Juan de Aldana. Véase el número 1.229
mado con sus buques y los de Villaret, dió la vela del Puer- de la colección Blanco-Azpurúa.
to de Jaemel el 21 de diciembre; y esta fué .su Mientras que el Libertador echaba los fundamentos de
la unidad del Gobierno, bajo la autoridad de un solo ma-
SEGUNDA EXPEDICIÓN DE LOS CAYOS gistrado revestido con plenitud de funciones, varios se pres-
taron á la reunión de un congreso venezolano, llamado
Esta llegó á Juan Griego el 28 de diciembre. El 31 “ Congreso de San Felipe de Cariaco,” instalado el 8 de
pasó el Libertador á Barcelona. Ya no e.staba allí el ge- mayo. Véanse Re.strepo, tomo 29, folios 395 á 397, §§ III al
neral Piar. Este se fué á unir con el general Cedeño pa- VII del número 1.237 de la colección Blanco-Azpurúa.
ra obrar contra la capital de Guayana, cuya provincia esta- El 17 de julio dió orden el general Morillo al coman-
ba casi toda dominada por e.ste segundo jefe. Reunidos dante de la fuerza armada de Margarita, en su Cuartel
Piar y Cedeño emprendieron el día 25 de Navidad su mar- General de los Varales, y Restrepo en el tomo 29 de su
CLVI RESUMEN HISTORICO
obra á los folios 411 á 418, describe la defensa de la isla, nando el día 6 de marzo
Pampatar, Mata-Siete y la Laguna de los Mártires. y se rindió el 8 en la retirada
por la orilla del Caño Viruaca bajo las garantías ofrecidas
Conviene leer los partes oficiales del general Morillo por el general Páez en persona.
al Ministro de la Guerra en Madrid sobre sus operacio- Al pie del fatal sitio de la Puerta, se dió el 16 la
nes militares en Margarita, dados en Cumaná, á 28 de gran batalla de Semen en la retirada que hizo Bolívar
agosto. Ellos están en el N? 3? del Correo del Orinoco ; de la parroquia del “Concejo” y del estrecho de la Ca-
_
é igualmente importa ver las observaciones del número 4? de brera, hasta cuyos puntos se avanzaron imprudentemente en
dicho periódico. Unos y otras fueron reproducidas en el nú- persecución de Morales. El general Morillo salió herido,
mero 1.2G2 de la colección Blanco-Azpurúa. pero ganó la batalla.
Bolívar, como Jefe Supremo, había dado un decreto El día 26 Bolívar y Páez, ya reunidos, presentaron ba-
y
reglamento con fecha 3 de setiembre, mandando confiscar talla en Ortiz al general La Torre que había reemplazado
para la República todas las propiedades de los españoles á Morillo; y la derrota de los primeros no paró hasta el
y americanos realistas que emigraran del territorio que Hato de San Pablo.
ocupase el Ejército Libertador. Estas propiedades y las del La sorpresa que el 29 López (Rafael López) dio al
gobierno español que se hallaran en el territorio libertado Libertador en la noche del 16 de abril en el sitio del
ó que en lo venidero se libertara en Venezuela, eran los “ Riimón de los^ Toros ”
y subsecuente batalla al amanecer
bienes que se llamaron nacionales. Por otro decreto de 10 del 17, que ganó aquél, pero que para fortuna de los pa-
de octubre, expedido cuando se actuaba el proceso contra triotas quedó muerto de un balazo.
Piar, se mandaron repartir dichos bienes entre los servi- Con fecha 2 de mayo se verificó la gran batalla de
dores de la patria. Cojedes entre Páez y La Torre, en la cual ambos jefes se
Es importanteel resumen sucinto, por orden cronoló- atribuyeron el triunfo pero fue lo cierto, que Páez perma-
;
AíÑrO 1819
.AlÑTú 1818
tador á las tro[>as de Páez, con la legión inglesa. Inme- del Orinoco, número 21). La ley fundamental de la Repú-
diatamente dispuso un reconocimiento sobre la isla de Acha- blica dada el 17 de diciembre y remisión que hizo de ella
guas pero habiendo sufrido su infantería un revés en el el Libertador al Vicepresidente de Nueva Granada. Véase
;
trapiche de La Gamarra,” determinó replegar hasta el lo que dice Restrepo en el tomo 19 de su obra, al folio 127.
otro lado del Arauca para atraer hacia allí al enemigo, Zea renunció la Vicepresidencia de Venezuela, y fue
y el L
de abril pasó aquel caudaloso río por el paso de reemplazado por el general Arisrnendi el 15 de setiembre.
los “ Potreros Marrereños.” El 16 de diciembre hace éste renuncia de la Vicepresiden-
El enemigo lo persiguió hasta la ribera izquierda del cia. Para conocer el origen, actores y medios que se [)U-
Arauca y se mantuvo al frente del ejército republicano. sieron en juego para obligar á Zea á renunciar, véase to-
El día 2, el general Páez burlando la vigilancia de su do lo que refiere Re.strepo en el tomo 29, folios 554 á 558.
adversario, repasó el dicho río ¡lor un paso superior con Fue triunfante la entrada del Libertador en Angostu-
150 valientes y denodados de sus caballerías, y cargando ra el 11 de diciembre. Presentóse ante el Congreso en la
impetuosamente á toda la caballería contraria en el sitio de sesión extraordinaria del 14 del mismo y pronunció un ad-
“Las Queseras del Medio,” la derrotó en guerra galana y mirable discurso, que fue contestado por el Presidente del
al favor de los movimientos estratégicos con que estuvo en- Congreso. (Correo del Orinoco, número 47.)
gañándola hasta sacarla fuera del apoyo de su infantería. En debe leerse lo que refiere Restrepo en el to-
fin,
(Correo del Orinoco, plana 1? del número 28 y § último mo 29, folios 558 á 560, acerca del fusilamiento del Coro-
del número LIGO de la colección Blanco Azpmrúa.) De nel Barreyro y 38 oficiales prisioneros en la batalla de Bo-
resulta de esta derrota. Morillo volvió á encerrarse en la yacá, ordenado por el Vicepresidente de la Nueva Granada..
isla de Achaguas y no salió de allí sino el 1? de mayo,
en que emprendió marcha para Calabozo.
La expedición gloriosa sobre Nueva Graiiada la resol-
vió ])or fin el Libertador en los Llanos de Apure y em- ^TÑO 18 20
prendió la campaña que desde noviembre de 1817 le había
indicado el vicario general José F. Blanco. En efecto, el
14 de mayo salió del pueblo de Rincón-Hondo el ejército Sin duda que es de justicia el recuerdo de los impor-
expedicionario compuesto de la división Anzoátegui y de tantes decretos del Congreso de Angostura, á sabei’ el de ;
la legión inglesa de Rook, cuyas fuerzas se acercaban á 3 de enero ap)i‘obando el acta de la Asamblea de Notables
1.800 infantes y 600 caballos. (Montenegro, tomo 39, de su de Bogotá, del 9 de setiembre del año precedente el de ;
de los grandes hechos y sublimes ideas que ella ofrece, pe- 11 de enero sobre libertad de los esclavos el de la mis- :
ro tenemos que limitarnos á la enumeración de rasgos su- ma fecha sobre liquidación y reconocimiento de la deuda
cintos })or la naturaleza de este escrito. nacional; el del 12 del propio mes, dando un indulto ge-
Es característico el parte oficial del jefe de vanguar- neral el del 13 del mismo mes creando
;
una Diputación
dia del ejército, general Francisco de Paula Santander, permanente para el despacho de los asuntos importantes y
desde la provincia de Casanare á 29 de abril, sobre sus urgentes, en receso del Congreso.
primeros triunfos contra el ejército español, por virtud de Es digno el Manifiesto del Presidente del Congreso y
los cuales éste desocupó aquella llanura y se sitió en la Se- Vicepresidente de la República, Francisco Antonio Zea, á
rranía. (Correo del Orinoco, número 33.) los pueblos de Colombia, fechado el 13 de enero. (Correo
El Libertador participó al Vicepresidente de Venezue- del Orinoco, mimero 50).
la su 19 Función de Armas contra el ejército español, en la
cual lo desalojó del pueblo de Paya, el 30 de junio. (Correo
del Orinoco, número 39.) UNIÓN DE VENEZUELA Y NUEVA GRANADA
En el primer Boletín del Ejército Libertador de Nue-
va Granada está la 29 Función de Armas en los “ Corra- El oficio del Libertador remitiendo la Ley fundamen-
les de Gámeza,” el 10 de julio. (Correo del Orinoco, nú- tal al Vicepresidente de la Nueva Granada en el año pa-
mero 39.) sado, dió motivo á la reunión de las autoridades de Bo-
El 29 Boletín trae la 39 Función de Armas en la bata- gotá para acordar sobre dicha Ley, verificada el 12 de fe-
lla del “ Pantano de Vargas, ” el 25 de julio. (Correo del brero, el decreto de su cumplimiento y publicación, dada
Orinoco, número 39.) Sobre dicha batalla debe leerse el par- en el Palacio de Bogotá el mismo día 12. Oficio del Vi-
te oficial del general Barreyro, inserto en la Gaceta Espa- cepresidente de Nueva Granada al Libertador, de 15 de
ñola de Santa Fé y fechado el 26 de julio. (Correo del Ori- febrero, acompañándole dichos documentos. (Correo del Ori-
noco, número 41, con las notas críticas al pie.) noco, número 60). Contestación del Libertador á 25 del mis-
El 3er. Boletín en que se refiere la ocupación de la mo mes y su proclama del 8 de marzo á los colombia-
ciudad de Tunja el 6 de agosto. (Correo citado, irúmero extra- nos sobre la })ublicación y proclamación de la República
ordinario, entre los 39 y 40.) de Colombia por el Congreso y su sanción por los ])ueblos li-
El 49 Boletíir sobre la 49 Función de Armas en la bata- bres de Cundinamarca y Venezuela. (Tomo 29, Vida Pú-
lla de Boyacá, el 17 de agosto. (Correo del Orinoco, número blica del Libertador, folio 129).
extraordinario entre los 39 y 40.) El general La Torre comunicó al Libertador, desde
El 59 Boletín se ocupa de la entrada triunfairte en la Bailadores, á 2 de julio, sobre los comisionados de paz que
capital de Santa Fe, el 10 de agosto. (Correo del Orinoco, núme- le dirigía el general Morillo, y el Libertador le contestó en
ro extraordinario citado.) San Cristóbal el 7 (Correo del Orinoco, número 76.) El ge-
El Libertador oficia con fecha 14 de agosto al Vice- neral Morillo indicó al Congreso nacional, con feclia 17 de
presidente de Venezuela recapitulando la gloriosa camparla junio, sus comisionados de paz, brigadier don Tomás Cires
que acababa de hacer. (Torrro 29, Vida pública del Liber- y el intendente don Domingo Duarte. (Correo citado, número
tador, folios 68 á 71.) 71.) El Congreso le contestó el 13 de julio (Correo y número
El Vicepresiderrte le contesta desde Angostura con fecha 71 citados;) Son importantes el artículo “Negociaciones de
22 de setieirrbr-e. Morillo” y los dos oficios del general Páez de 13 y 17 de
El Libertador norrrbró corr fecha 11 de setiembre al Ge- julio contestando en el 19 á otro del general Morillo sobre
neral Santarrder, Vicepresiderrte de las pi’ovincias de Nueva reconciliación y el 29 participando este sucoso al Vicepresi-
Granada. dente de Venezuela con su negativa (Correo del Orinoco, nú-
El Congreso expidió el decreto reglamerrtario para la mero 73.) En consecuencia, el Vicepresidente general Sou-
Presidencia de la República y los relativos á un iirdulto blette publicó una proclama á los soldados del ejército sobre
general y al Poder Judicial, en 15 y 25 de febrero ( Cbrreo la falacia del enemigo, general Morillo, en las gestiones de-
21
CLVIII RESUMEN HISTORICO
reconciliación y fechada en la capital de Gnayana á 17 de ción al oficio de éste desde Payara, puede ó debe verse en el
julio (CbíTco citado número 72.) Publicóse otro artículo “ Ne- citado Correo del Orinoco, número 112, al fin.
gociaciones del general Morillo en el número 77 del men- De la diplomacia política nos vemos' obligados á pasar
cionado Correo del Orinoco, con la res})uesta oficial del co- en revista lacampaña de 1821. Con fecha 12 de mayo, en
ronel Montes, comandante de las fortalezas de la Baja Gua- Barinas, el Ministro de la Guerra del Liberhidor comunicó
yaría, en que transci’ibe la contestación de los comisionados al Vicepresidente de A’^eirezuela los primeros movimientos
de Morillo, con fecha 10 de agosto. Puede consultarse el his- con que el ejército libertador iniciaba en Occidente la reno-
torial completo y bien ilustrado, que trae el númei'o 1753 vación de la guerra; y los oficios y jrartes ocurridos sobre
de la colección Blanco-Azpunia, de las confei'encias, comu- las operaciones del ejército de Barlovento en los meses de
nicaciones y tratados sobre armisticio y regularización de la mayo y junio bajo el general José Francisco Bermúdez pueden
guerra, entre los generales Morillo, La Torre, por parte de leerse en el número 1812 de la colección Blanco-Azpurúa.
Espaila, y el general Bolívar, por la República, de.sde el 17 Aquel oficio está en el número 1796 de la misma colección.
de abril hasta fin de diciembre de 1820, iirclusive las iir- El Libertador desde su cuaitel general en Valencia y con
teresantes irotas pasadas entre ellos en junio y julio que le fecha 25 de junio da parte oficial al Congre.so de Colombia en
faltan al historial del doctor José Domingo Díaz en un cua- Cúcuta participándole la gian batalla de Garabobo cjue ganó
deriro, que conservamos, y que se las han agregado, tomados al ejército español el día 24 anterior. En ese parte indicó
del Correo del Orinoco números 71, 72, 70, 77, 71, 81, 83, 80, f}ue la conducta del general Páez en la más glorio.sa victoria
90 á 92 y 100. (ie Colombia, le había hecho acreedor al último rango en la
Para conclusión de aquellos tratados se verificó la en- milicia y á nombre del Congreso le había ofrecido en el
trevista de los generales i^Iorillo, La Torre y Bolívar, el campo de batalla el empleo de general en jefe de ejército.
glorioso día 27 de noviembre, en el pueblo de éanta Ana, de Respecto del general Cedeño, á quien califica de “el bravo de
la })i'ovincia de Trujillo. {Correo del Orinoco, número 91.) los bravos de Colombia,” manifestó que con su muerte ésta
Por decreto legislativo de 9 de novieml)re se trasladó el había perdido un grande aj)oyo en paz ó en guerra, ninguno
Gobierno Sujiremo de la Repúlfiica de Guayana á la villa más valiente c^ue él, ninguno más obediente al gobierno. Del
del Ro.sario de Cócuta. Y el Vicepresidente de Colombia coronel Plaza dice, que lleno de un entusiasmo sin ejemplo,
doctor Juan Germán Roscio, dirigió una proclama el 14 del se precipitó sobre un batallón enemigo })ara rendirlo. Del coronel
mismo mes á los habitantes de Guayana. {Correo del Orino- Rangel dice, que hizo, como .siempre, prodigios, y que había mar-
co, número 87.) chaclo á establecer la línea contra Puerto Cabello. A" en
Y del año de 1820 mencio-
])ara concluir la exposición fin presentó al Congreso el homenaje de un ejército rendido,
namos proclama del Libertador de 7 de diciembre en su
la el más grande y más hermoso que había hecho armas en
Cuartel General de Barinas, anunciando que la paz hermo- Colombia en nn campo de batalla. (Tomo 29, ATda Pública
seaba con sus primeros y es})léndidos rayos el hemisferio de del Libertador, folios 274 á 277.)
Colombia. {Correo del Orinoco, número 92.) El ministro de Guerra del Libertador con fecha 29 de
junio comunicó al vicepresidente de Colombia el parte oficial
del brillante triunfo de las armas republicanas en Cara-
bobo .sobre el ejército español. (Tomo 29 citado, folios 279 á 287.)
.A570 1821 Y el Congreso expidió su decreto de 25 de julio conce-
diendo gracias y honores al ejército Libertador, vencedor en
Carabobo. (Tomo 29 citado, folio 287.)
El Vicepresidente de Colombia, doctor J. G. Roscio, .se di- El Libertador dirigió á los caraqueños, á .su entrada á
rigió con fecha 15 de febrero á los habitantes de Cúcuta. Caracas, victorioso, una j)roclama el día 30 de junio. (Tomo
Tomo 29, Vida Pública del Libertador, folio 226. 29 citado, folio 291.)
El primer Congreso de Colomlúa se instaló el 6 de mayo Luégo en decreto de 9 de julio mandó devolver á los
en la villa del Rosario de Cúcuta, (tomo 29 citado, folio 263). patriotas sus bienes que les fueron confiscados por Boves,
El Congreso se dirigió en una alocución, fechada el 6 de Morillo y demás jefes espaiñoles en los arlos 1814, 1815
junio, á todos los pueblos y tropas de mar y tierra de la
y si-
guientes de su dominación en Venezuela.
República, (tomo 29 citado, folio 269.)
Varios irotables de Caracas re])resentarorr al Libertador
El 4 de octubre el Presidente Bolívar y el Vicepresiden- en 28 de julio reclamando de la confiscación decretada pol-
•
te Santander jn-estaron el juramento ante el Congreso, con la ley del Congreso de Angostura del 16 de junio de 1819,
los demás que lo acompañaron. {Gaceta de Colombia, nú- sobre los bienes de los que emigraron en odio á la causa de
mero 9.) la independencia, y el Libertador jiasó la representación
El Congreso dió una alocución el 14 de octubre al con- al gobierno de la República para su resolución, el cual de-
cluir sus sesiones, y su Presidente pronunció el discurso de claró que no e.staba en sus ñicultades alterar la expresada
clausura. {Gaceta de Colombia, número 12.) ley. Aféase el número 1834 de la colección Blanco-Azpurúa.
El 27 de enero hubo un movimiento político en Mara-
La división española al mando coronel José Pe-
del
caibo con el objeto de unirse á Colombia. El número 1759
reira en la Guaira capituló, mediante 6 entre el Liber-
oficios
de la colección Blanco-Azpurúa contiene un historial de tan
tador y ese jefe desde el día 19 al 4 de julio, los cuales corren
importante suceso para Colombia y deben consultax’se tam-
en el tomo 29 citado, de la Vida Pública del Libertador, folios
bién los documentos que con el epígrafe de “Maracaibo libre,”
294 á 302.)
figuran en el citado tomo 29, “Vida Pública del Libertador,”
folios 213 á 219, é igualmente las comunicaciones pasadas
con ocasión de dicho suceso, entre el general don Miguel
de La Torre, de una parte, y los generales Bolívar y Urda- Ax570 18 22
neta, de la otra, las cuales corren en el Corrro del Orinoco,
número 106, plana l'í y 2” y número 112, }>lana l'l
El expresado Correo, en el número 101 trae un escrito Llaman la atención las actas del 29 de diciembre de
“Colombia y Renovación de la guerra,” que con la importante 1821 y del 3 de enero de 1822 sobre el juramento constitu-
correspondencia entre Libertador desde Trujillo y San
el cional con que la nrunicipalidad de Caracas juró la Consti-
Juan do Payara en 10 y 28 de marzo, y el general La Ton-e, tución de Colonrbia, decretada por sir congreso con.stituyerrte
de Caracas el 21 del propio mes, y las proclamas de este ge- en Cúcuta, con condicioires y cujms antecedentes pireden es-
neral en 23 de marzo, contiene el número 1775 de la citada tudiarse en el número 1961 de la colección Blairco-Azpurúa.
colecciónBlanco-Azpurúa. La lamosa carta conocida con el epígrafe “Carta de “Ga-
Además, la comunicación que el general La Torre diri- rabulla,” (Sinanraica) fechada en Santa Fe de Bogotá á 23 de
gió desde San Carlos el 7 de abril al Libertador en contesta- febrero de 1822, dio ocasión á varios escritos publicados en
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLIX
|)enüdicos de Caracas, como puede verse en el número 1989 la Gaceta de Colombia, número 47, con el epígrafe “ Suple-
de la citada colección Blanco-Azpurúa. mento al Patriota.”
Muy importantes son el mensaje del Presidente Monroe Merecen mención acta de la Municipalidad de Co-
el
al congreso de los Estados Unidos en 8 de marzo sobre reco- racas de 29 de julio contra el decreto y bando del ca-
nocimiento de la independencia de Colombia la noticia del
;
mandante general del Departamento, general Páez, sobre re-
reconocimiento de las provincias que pertenecían á la Es]m- cluta, y el Manifiesto de este general justificando dicha me-
ña en la cámara de representantes de los mismos Estados dida, con fecha 19 de agosto en Maracay.
Unidos el 19 de marzo; otro mensaje del Presidente Mon- Volvamos á Venezuela para mencionar la corresponden-
roe al senado en 20 de abril acompañando una nota diplo- cia sobre los singulares decretos del General español Fran-
mática del ministro español al Secretario de Estado de su cisco Tomás Morales, dados en Maracaibo el 15 de setiem-
Gobierno en 9 de marzo anterior contra la independencia bre y 22 de octubre, su comunicación al Gobernador de
del Sur-América, y su refutación por el ministro americano Curazao en 18 del mismo octubre, la respuesta de éste se-
Adams en 9 del dicho abril y el Manifiesto español que
;
ñor en 5 de noviembre, la que le pasó el comandante de
sobre esta cuestión circuló en Madrid en la propia época, y la fragata “ Ciani ” y de las fuerzas navales de los Esta-
su ré[)lica. Véanse la Gaceta de Colombia, número 30 y el dos Unidos sobre las Antillas en 10 del propio noviem-
grueso volumen “ Colombia por Zea,” folios XXXIV á bre, la proclama del General Páez contra tales decretos, da-
XXXVH, XLIX á LUI y LIV á LXI. da en Maracay en 30 del mismo mes, la representación
La batalla de Bomboná consta en el Boletín del Ejército del teniente inglés Ilenrique Wallis pidiendo nuevamente
el 7 de abril. El Libertador ofició al comandante general de servicio en el ejército de Colombia, después de licenciado,
Pasto, fecha 23 de mayo haciéndole j)i’oposiciones de paz y el para tomar las armas contra el funesto general Morales y
dicho jefe le contestó el 28 del mismo mes. Los términos el decreto del Gobierno accediendo á dicha solicitud, la pro-
de esos documentos con sus detalles pueden leerse en el nú- testa del Almirante de Jamaica, Rowley, en 5 de diciem-
mero 36 de la Gaceta de Colombia. bre, la ex})osición de extranjeros al Gobierno de Colombia
Después de la pequeña victoria en Riobamba los cuerpos contra los mencionados decretos, y la contestación de éste
de la división colombiana se movieron el 28 de abril y llegaron por órgano de su Ministro del Interior. Todos estos docu-
á Tucunga el 2 de mayo. Los resultados de la jornada del mentos pueden verse, los tres últimos, en El Iris de Vene-
Pichincha, dice el general Sucre en su comunicación del zuela, números 54, 60 y 65 y los restantes en El Venezolano,
28 de mayo «le 1822, han sido la ocupación de la ciudad de de 20 de noviembre, 1? y 16 de diciembre de 1822 y del
Quito y sus fuertes, el 2Ó por la tarde, la no.sesión y tran- 20 de enero de 1823 con los números 24, 25, 27 y 31.
(juilidad de todo el departamento y la toma de 1.100 prisio- El respetable señor Zea figura como negociador de la deuda
neros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de artillería 1.700 fu- de Colombia en Inglaterra en 1822. Dice el general Blan-
siles y cuantas elementos de guerra poseía el ejército es¡)añol. co “cuando el genio de Bolívar trazaba en Angostura la
:
Gaceta de Colombia, número 41. primera línea del Gran Edificio de Colombia, que se pro-
La campaña del Sur terminó feliz. Las armas de Co- ponía levantar, estimó como medida importante y vital al
lombia libertnron desde Popayán hasta los límites del Perú. intento, nombrar un Plenipotenciario que fuese inmediata-
Dos grandes batallas han decidido la suerte de aquellas mente á Euro}>a á fundar la opinión y el crédito en fa-
hermosas provincias, siendo la indómita ciudad de Pastóla vor de la Nueva República y para tan delicada comisión
;
última que se rindió á sus lil)ertadores. El 13 de diciembre eligió al sabio Zea, con poderes tan amplios y extraordi-
de 1821 pasó el Libertador de Bogotá á la ciudad de Popa- narios como lo exigía el sublime objeto de ella, y se leen
yán, dejando á su retaguardia los ¡jrincipales cuerpos del en su despacho del 24 de diciembre de 1819, insertos en
ejército que se reunieron en el cuartel general en todo el El Colombiano del 9 de julio de 1823, número 10 y en El
mes de marzo de 1822. Bomboná fue el teatro de gloria Venczedano del 2 de setiembre de 1822, número 13.” En ese
para la guardia del Libertador y la capitulación de Berrue- mismo número de El Colombiano está un largo escrito dado
cos, fue el monumento de honor á la generosidad y sabi- en Bogotá por Mr. W. Jones. El grueso volumen citado
duría de Bolívar. “ Colombia por Zea, ” del folio XXVIl al XXX, con-
El infatigable general Sucre pudo penetrar á la [>ro- tiene la nota diplomática pasada por Zea, en París, el 8
vincia de Cuenca venciendo grandes dificultades : reorga- de abril de 1822 al Ministro de Negocios Extranjeros en
nizó la división, recibió el auxilio de tropas peruanas, que Francia y á los Embajadores y Ministros Extranjeros re-
el Protector del Perú franqueó, y marchó hacia Quito en sidentes en dicha Corte.
tiempo oportuno. En el número 37 de la Gaceta de Co- El Vicepresidente de Colombia, general Santander,
lombia citan \os documentos concernientes, al oficio del se- decretó la suspensión de los poderes que tenía Zea respecto
cretario general del Libertador en Pasto, á 8 de junio, al de toda gestión y contrato del empréstito, por su decreto
Secretario de Guerra ;
las capitulaciones de Pasto en 2 de de 19 de junio, según se lee en el citado número 13 de
junio y de Quito el 25 de mayo ; y la proclama del Li- El Venezolano. El 17 del siguiente agosto se dió en el nú-
bertador en Pasto el citado 8 de junio. mero 11 del Aneih-Colombiano un artículo con el rubro de
Del 16 al 23 de junio se verificaron la entrada del “ Deuda de Colombia en Inglaterra.” En el inmediato se-
Libertador en Quito, la incorporación de esta provincia á tiembre se escribió el artículo que corre á continuación del
Colombia por acta de sus corporaciones y actos subsecuen- referido decreto del Poder Ejecutivo en el número 13 de
tes, entre ellos el decreto de 18 de junio del Libertador El Venezolano. El 4 de iroviembre del mismo año j)ublicó
manifestando la más justa gratitud del Gobierno de Co- Zea la carta cpre con el e[)ígrafe de “ Empréstito Colom-
lombia hacia los jefes, oficiales y tropa del Perú, que tra- biano ” corre en El Venezolano número 32. Los números
jeron sus armas á contribuir á la libertad del Sur de Co- 18, 19, 20, 34, 42 y 50 de El Colombiano, correspondientes
lombia. {Gaceta de Colombia, número 41 citado.) á las fechas de 3, 10 y 17 de setiembre de 1823 24 de —
El historial de la entrada del Libertador á Guayaquil —
diciembre del mismo año 18 do febrero y 14 de abril de
el 11 de julio y su proclama del 13 de julio, están en la 1824, contienen esciltos sobre la cuestión “ Empréstito Co-
Gaceta de Colombia, número 46, y en el 47 la acta de in- lombiano.”
corporación de Guayaquil á Colombia en 31 de julio.
El general San Martín, Protector del Perú, hizo renun-
cia de la Presidencia y del título de Generalísimo de di-
cha Re[>ública del Perú, ante la Representación Nacional, 1823
desde su hacienda de “La Magdalena,” el 20 de setiembre.
(Véase el número 65 de la Gaceta de Colombia.) Y como
la entrevista de San Martín y Bolívar el 25 <íe julio en Las relaciones exteriores tienen alguna importancia en
Guayaquil, puede tener importancia para apreciar la expre- este año y debemos consultar la nota de Lord Dudlev,
sada renuncia, indicamos que puede leerse un artículo de Des])acho de Relaciones Exteriores en Lóndres, 8 de maV-
CLX RESUMEN HISTORICO
zo (Tomo 22, Vida Pública del Libertador, folio 240); la del julio por la escuadra colombiana al mando del general Pa-
31 del mismo mes del Ministro de la Gran Bretaña al Em- dilla, sobre la española bajo Almirante Laborda {El Ve-
el
bajador inglés en Francia, {El Colombiano, número 7) extracto
;
nezolano, números 47, 53, 54 y 58 y El Colombiano, núme-
de un discurso sobre la independencia sud-americana pronun- ro 15.) Es notable el detal de las operaciones en el Lago
ciado por el ministro Mr. Canning en el Parlamento, el 12 de Maracaibo, que el general Padilla anunció al Gobierno
de abril, {El Colombiano, número citado) conferencia en-
;
de Colombia, diciendo que el día 24 de julio había atacado
tre el Príncipe de Polignac y Mr. Canning sobre la cues- y destrozado la escuadra enemiga, compuesta de 15 bucjues
tión de la independencia de la América del Sur, tenida el mayores y 17 menores. {Gaceta de Colombia, número 97).
9 de octubre, {El Colombiano, número 35) mensaje del Pre-
;
Conviene también leer el texto de la capitulación, conocer
sidente Monroe, de los Estados Unidos del Norte, al Con- los prisioneros enemigos y ver el diario de las operaciones
greso, en 12 de diciembre de 1823, sobre principios inter- en los días 21 á 24 de julio, en cjue la escuadra republicana
nacionales respecto á ocupaciones en América por las na- destrozó la española, todo lo cual consta en la Gaceta citada nú-
ciones europeas, {El Colombiano, número 51) notas diplo-
;
mero 98. Véanse igualmente eljuramento del general Morales
máticas del Conde de Ofalia, Ministro de Fernando VII, á ante el Gobierno de Maracaibo, en cumplimiento de artículos
Sir William Arcourt, Embajador inglés en Madrid, sobre las de la expresada capitulación, en la Gaceta número 102. El 15
colonias españolas en América, fecha 26 de dicho diciembre de agosto verificóse el embarco y salida de las tropas espa-
y la comunicación del referido Embajador al Ministro Ca- ñolas capituladas en Maracaibo con dirección á la Habana,
nning pasándole dichas notas. Madrid, fecliada en 30 de di- según |)arte oficial del general Padilla al Vicepresidente
ciembre citado. {El Colombiano, número 53.) y director de la guerra de Venezuela. {El Colombiano, nú-
Publicación del Presidente Buchanan sobre los planes mero 20) y el 31 del mismo mes el general Morales pasó
;
de Mr. Canning para oponerse á los pi’oyectos de la Santa una larga comunicación oficial al capitán general de Cu-
Alianza, que dieron- por resultado el renombrado mensaje ba. {Gaceta de tolombia, número 109.)
del Presidente Monroe. (Autobiografía del general Páez, to- El 3 de noviembre fue ocupada la Plaza de Puerto
mo 1? folios 263 á 270.) Mensaje, etc. Cabello por el general Páez, quien en esa ocasión mani-
El 8 de mayo el general Padilla ocupó con la escua- festó al Secretario de Guerra, con fecha 12 del mismo mes,
dra de Colombia la Laguna de Maracaibo. {El Colombiano, que al concluir la guerra de Venezuela y al depositar en
-número 6 y el número extraordinario del 13 de junio.) El manos del Gobierno la plaza fuerte de Puerto Cabello, que
general Manrique ocupó el 17 de junio la jdaza de Mara- ocupaba el enemigo, no le quedaba otra satisfacción que
caibo en consecuencia de un asalto y glorioso combate par- haber llenado las miras del mismo Gobierno, que depositó
cial. {El Colombiano, número extraordinario de 4 de julio.) en él el mando del’ departamento de Venezuela; que este
Comunicaciones importantes entre los generales Manrique estaba- tranquilo con un ejército aguerrido y afortunado,
y Morales sobre la infracción del armisticio })or éste, fechadas que no dejaría que ningún enemigo exterior pisara impune-
23 y 24 de junio. {El Colombiano, número 12.) La toma y mente este suelo libi’e á costa de tantos sacrificios y de tanta
completa ocupación de Maracaibo por capitulación, en con- sangre. {Gaceta de Colombia, número 113.)
secuencia del combate naval tenido en el Lago el 24 de
—
ALEJANDKO URBANEJA
EL DERECHO CONSTITUCIONAL viajan siempre por los caminos del progreso con aquella
celeridad que habría de ser como una consecuencia de la
superior elevación intelectual, moral ó social, de que hi-
— —
.'Sumario: Génesis del Derecho constitucional venezolano. La federación, cieron alarde en el estreno de sus actividades. Obedece
ideal de los primeros patricios, consagrado en la constitución de 1811. este retardo seguramente á que la evolución de los indi-
—
Incongruencia del sistema. Bolívar, adversario de la federación, acoge viduos ó de las naciones no persiguió como debía la nor-
la Dictadura. —
Díctanse constituciones centralistas en 1819, 1821, 1830 y
ma de la transformación gradual, sino á que apresuró su
1857. — —
Díctase en 1858 una Constitución ecléctica. Renace la Federación
— —
en 1864. Constituciones federales de 1864 y 1874. Comienza la reacción natural y tardío desenvolvimiento, sujetándose á los hol-
centralista en 1881 y se dictan con esta tendencia las Constituciones de gados moldes de un rápido proceso imitativo, con el cual,
1881, 1891 y 1893. si se consigue acaso coronar la meta de los progresos ad-
quiridos por la labor de otros factores de la gran familia
3SS humana, no lo será sino al cabo de largos días y sólo á
fuerza de lucha y de coraje, de sacrificios tendentes á amol-
dar las condiciones psíquicas del uno, del que copia ó imi-
Los individuos como los pueblos,las costumbres co- ta, á las mismas condiciones poseídas por el que es ejemplo
mo las instituciones, están sujetos á un proceso lento, pero ó patrón para el laborioso proceso. Así es que, por ejemplo,
necesario en sentido de una evolución ascensional ha-
el cuando un pueblo de cierta raza, con tradiciones y costum-
cia la que constituye, por así decir, la his-
perfectibilidad, bres propias, cuyo territorio especializan topografía y geo-
toria peculiar de cada raza y la de sus respectivos órdenes grafía determinadas, hallándose en un estado inferior de
sociales, éticos
y jurídicos. su evolución general, se apodera de repente, sin previos
En ninguno de estos órdenes caben ni se explican ensayos temporales, de las instituciones políticas de otro
las transformaciones per salturn^ porque en la naturaleza perteneciente á una distinta raza, situado en otra especial
todo asciende y se perfecciona gradualmente; y, cuando región del globo, y que se nutre de costumbres y tradi-
los individuos ó los pueblos comparecen improviso en ciones diversas; rompe desde luego el orden natural de
el seno de las colectividades sociales ó internacionales, \as cosas, el proceso gradual de las ideas, y se resiente
aparentemente provistos de los medios eficaces para em- de un desequilibrio fundamental por el choque á la brusque-
prender la grave contienda de la vida, obsérvase que no dad del movimiento asimilador. Nótase entonces una visi-
CLXII EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO
ble antonomía entre el pueblo cuya evolución no supera regidos por los héroes de la contienda transformados en dioses
ni con mucho las capas ó niveles medio psiquico socia- tutelares.
les de los países que parodia, con la existencia de una Pero desde el punto de vista de la verdad histórica
legislación que revela criterios más altos, conceptos su- cimentada en el criterio de las masas, los guerreros, los
periores de la vida de relaciones en las colectividades. héroes y los dioses .son entes superiores al común de los
De aquí la pugna secular entre el ideal, representado enton- hombres y de las clases bajas ó medianas; y cuando en
ces por las instituciones aprehendidas, y la realidad, re- un momento histórico determinado se constistuyen ellos en
presentada por las tendencias peculiares de la raza aprehen- clases directoras por el arrastre de los sucesos ó por el
sora, la cual termina siempre por amoldar las institucio- recurso expeditivo y constante de las revoluciones armadas,
nes prestadas á su temperamento, escogiendo por medio se esfuerzan en realizar y sólo alcanzan por de contado im-
de una lenta selección de los principios más conformes á poner á aquellas últimas el criterio de una civilización su-
aquél, lo que conviene positivamente á los intereses sociales, perior adquirida por el estudio de legislaciones
y habitu-
atendidas todas las circunstancias de origen, clima, cos- des políticas de países más avanzados en el camino de
tumbres, religión, etc. Luégo de copiar, el trabajo consiste sn evolución intelectual. De aquí la lucha, franca primero
en adaptar. La copia sufre á la postre modalidades del y decidida, como que es reacción más bien instintiva que
copista; pues si comiénzase porque en el terreno de la razonada de las clases dirigidas contra las gobernantes, ten-
práctica, los hechos manifiestan sn contradicción con la dente al desconocimiento y negación ab.solutos de los nue-
teoría, termínase por imponer á ésta las modificaciones vos criterios. Mas así como eu las bélicas peleas las armas
congruentes; porque las caídas y tropiezos en la vía dolo- que contienden se mellan en unos puntos y se aguzan
rosa de las experiencias, lo aconseja. en otros, en la lucha de las ideas especulativas es de no-
Así, pues, “el progreso de las ciencias tarse idéntico proceso, y de la misma manera en la pugna
políticas en
Venezuela” no viene á ser otra co.sa, sino la historia de de las costumbres. Las ideas invasoras, las costumbres,
las instituciones victoriosas, no imperarán vírgenes del con-
la difícil evolución de un puebio heterogéneo, mezcla de
tres razas diversas, de las cuales una, la conquistadora,
tacto y razonamientos de un medio en que les es forzoso
absolutista y decadente, había coronado sus esfuerzos en debatirse y contagiarse: deberán sus victorias á tran.sacio-
iies y componendas;
la ardua brega secular, por imponerse y dominar en ab- y aquellas que se sienten invadidas
soluto sobre las otras, imprimiéndoles el sello de su so- pondrán término á la obstinada resistencia, cediendo por
beranía con el culto á sus ritos y el acatamiento á sus su parte lo posible, pero es condición para que las unas
instituciones políticas y sociales. se amolden á las otras, la de que las razas menos fuertes
Pero se ve que estas mis-
mas instituciones, aun cuando hallaran terreno abonado lleven impreso el sello característico de la nacionalidad que
las asimila.
para dar todos los frutos exigidos por el deseo, en el ele-
mento ibérico, hubieron de sufrir las radicales variantes Al constituirse en república Venezuela, antigua colo-
aconsejadas por la superior consideración del medio en que nia ibera, porque venía divorciada de la raza conquistadora
habían de desenvolverse y cumplirse. en razón del paralelismo de sus tendencias, y porque veía
La legislación espa-
ñola, para ser trasplantable á las regiones y colonias de
en ella la fuente inmediata de sus humillaciones y pade-
la América, conquistada por aquella soberbia raza oriun-
cimientos, las clases directoras asomaron la pretensión de
da del Latió, debió de experimentar, y experimentó en imponer, y lo llevaron á las leyes, el criterio político que
les era más amable por cuanto respondía con mayor eficacia
efecto, las influencias éticas de las nacionalidades some-
á los sentimientos democráticos engendrados por el elemen-
tidas á su gobierno y señorío. Y
ella produjo una legis-
to indígena; criterio mantenedor por sí solo de la profunda
lación especial para las Indias, pero no tanto ni tan sa-
bia como pudiera haberlo sido: si la propia España no solución de continuidad existente entre los dos pueblos á
partir del glorioso día en que los siervos desconocieron la
hubiese para entonces marcado. -en el escalafón de las na-
ciones civilizadas, un nivel tan ínfimo como consecuencia legitimidad y la soberanía de sus señores y declararon la
de los despotismos teológicos y aristocráticos que la de- propia. Pero ¿ cuál era la fuente de ese criterio en los
primían, los cuales, unos, combatían por mantener apri- patricios pen.sadores? ¿Tan opuestas y radicales tenden-
sionada la razón, el libre pensamiento en la cárcel estrecha cias brotarían acaso del suelo americano? ¿En dónde be-
bieron ellos los principios fundamentales del sistema político
de los cerebros, y los otros, confabulábanse para acogotar
el .sentimiento de igualdad, principal genitor de las demo-
que exponían á los ojos atónitos y para norma de go-
cracias, que bullía de abajo arriba, como que es condición
bierno de los libertos ? No podía ser manantial á tan se-
de los que sufren atreverse primero á dudar de la excel- dientos espíritus la España monárquica y absolutista, nación
aristocrática por instintos de raza, cuyo ideal veíase sin-
situd cuasi divina de los que aprietan el lazo de las tor-
turas populares, y luégo á tomar en ellos el desquite de
tetizado en esta frase tradicional y gráfica: “mi Dios y
los martirios y dolores padecidos en largos siglos de opresión
mi rey;” fórmula concreta y en demasía estrecha para
descarada y de sorda resistencia. pueblos jóvenes que nacían á la vida de las naciones en
medio á una n aturaleza poderosa en savia, amplia en hori-
En las postrimerias de época de su vida colonial,
la zontes, rica en panoramas, })ródiga en medios de subsisten-
Venezuela hallábase ya imbuida
en los nsos y costum- cia y en maravillas fecunda; á más de que, por las arterias
bres generales de la metrópoli, pero estas costumbres y de los hijos de América, en .sangre brava y rebelde, dis-
aquellos usos estaban modificados á su vez por los de curría el rayo abrasador del luminar del trópico.
los elementos heterogéneos componentes de la nacionalidad Los patricios habían convertido al Norte la mirada
venezolana de los cuales habían de hacerse sentir los indí- atraídos por el admirable funcionamiento del mecani.smo po-
genas con mayor predominio, aportando el carácter nacional lítico del gran pueblo sajón; pero tales instituciones res-
el .sentimiento democrático de independencia, manifestada pondían á las exigencias de aquella raza; eran el producto
en la rebeldía secular, en las protestas sangrientas de esos de su temperamento, el reflejo de un estado superior de
autóctonos contra la invasión y las leyes de los conquis- su evolución intelectual y social; y no obstante optaron
tadores. Este aporte hereditario, encrudecido por las in- por trasponer las teorías y procedimientos yankees, libres
tolerancias y rudeza de la raza dominadora, había alguna
y sabios y fructíferos, al suelo de la patria incipiente;
vez de estallar en rebelión tenaz y sobrehumana y de dar al
y el Congreso reunido en Caracas el dos de marzo de iSii
traste con los yugos depresivos y tradicionales; sancionó en veintiuno de diciembre del mismo año la pri-
y sucedió
así en la epopeya de la Guerra Magna coronada con la mera Constitución venezolana, basada en el sistema repu-
independencia de la patria colombiana; y si es verdad que blicano federal por el nexo de las siete provincias repre-
con pérdida tan inesperada no sufrió el trono de Fernando —
sentadas en aquella Asamblea (Caracas Cumaná Barinas —
sino el cercén de sus gabelas y el menoscabo de sus
veneros surgió, sí, el Olimpo nacional de las fraguas de
Margarita, — —
Barcelona, Mérida y Trujillo). Obra de los
Toro, López IMéndez, Miranda, Tovar, Ustáriz, Alamo, Bri-
la cruenta labor, embellecido con sus mitos heroicos ceño, etc., etc,, la Constitución de i8ii rompíalos moldes tra-
y
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANP:jA CLXIII
dicionales dela colonia, chocaba decididamente con el nes de las futuras renovaciones. No; los legisladores de
costumbres políticas de las capas sociales mo-
criterio y las 1811,ilustrados, progresistas, más adelantados que su época,
tivos por los cuales no habría de convalecer á los recios echaron los cimientos de la República federal en el pre-
embates de adversarios poderosos que se agitaban aún en cioso Libro. Allí declaran como contraria á la naturale-
el seno mismo de las sectas republicanas y asociaciones za toda prerrogativa hereditaria; reconocen que los magis-
patrióticas. El error de los legisladores de i8ii consistió trados, hasta entonces tenidos como entes superiores, son
en suponer qim la grandeza, el poderío y la prosperidad meros agentes ó representantes del pueblo; estatuyen que
de la nación del Norte, eran el producto exclusivo de su la libertad consiste en el derecho de hacer lo (pie no da-
sabia organización política, sin tomar para nada en cuenta ñe ni á los demás individuos ni al organismo social; que
un factor de trascendencia é imprescindible, como lo es aque- nadie puede ser detenido, sino en los casos determinados
concurrencia de circunstancias físicas, psíquicas y socioló-
lla por la ley; que la inocencia del hombre se presume mien-
gicas que constituye el temperamento, carácter ó tipo de tras no se demuestre su culpabilidad. Consagran la libertad
una raza y que es lo que imprime el sello á sus institu- de las industrias, la inviolabilidad del hogar, la libertad
ciones. Puede decirse sin temor de errar, que la consti- de la imprenta sin censura previa; en igualdad ante la ley
tución de los Estados Unidos de Xorte-América, genito- de todos los ciudadanos borran de la frente de los hijos de
ra en primer término de la venezolana de iSii, no esotra cosa padres criminales, la nota de infamia que imprimen en
sino la expresión genuina de sus tendencias típicas llevadas ellos los fallos de los jueces; sancionan la abolición de la
á la estructiira de un sistema de organización política. Erra- trata; extinguen la tortura; proclaman, en fin, los inmorta
ron, pues, en creer nuestros patricios que por la sola vir- les principios que la Revolución francesa de 1789, grabó
tud de las leyes, es decir,de sus cualidades intrínsecas, lograrían en los mármoles firmes de la historia con aquella mis-
para la patria la prosperidad, el poder, la civilización, deci- ma mano austera y fuerte con que años más tarde, habría
diéndose á trasplantar el sabio sistema de un pueblo práctico del de echar al cesto la cabeza cuasi divina de los re3'es
Norte, á una República neo-latina de origen tan diverso y de destronando así los seculares prestigios consagrados por la
tan opuestas tradiciones. A más de que, el momento histórico tradición y el fetiquismo de las masas agobiadas. Pero es
no era muy congruente para ensayos de gobierno propio menester convenir en que el esfuerzo de los patricios, (tanto
en las federadas provincias, las cuales habían menester para menos prácticos ellos cuanto mas filósofos aparecían en sus
semejantes difíciles pinicos de una paz estable y sólida, declaraciones), era con mucho superior á su tiempo
y á los
que estaba muy lejos de poseer la República, abocada más conocimientos de los propios factores de la no lejana In-
bien á subrir las hondas, desastrosas convulsiones de una dependencia, dentro de los cuales, si los hubo desde el
guerra social larga y sordamente preparada en el corazón punto de vista científico eminentes, éranlo en muv esca-
de los pueblos y de término dudoso y muy remoto. Así sa minoría, porque nadie podrá negar que surjan del cáos
fue que, en febrero de 1812, designada Valencia para ca- de las revueltas armadas mayores genios bélicos que sabios
pital del Estado, el Congreso suspendió sus sesiones á fin pensadores: muchas más espadas, prontas á cortar el nudo
de proseguirlas allí en marzo siguiente, nombrando, en estas de los conflictos políticos, que plumas y cerebros avenidos
últimas, un Ejecutivo Constitucional, á quien, por razón á desatarlo golpeando sobre él con el "yunque eficaz de los
de las circunstancias que ya se hacían sentir, le fueron consejos. Mas, si la superioridad de aquellos hombres res-
acordadas ciertas extraordinarias facultades, de las que echó pecto de su pueblo y de su época se evidencia por la
mano, tan pronto como los reveses del ejército patriota excelsitud de la labor, el atraso del medio en que se de-
las hizo necesarias; y nació la Dictadura, rechazada al batían, compruébalo la necesidad en que se hallaron de
serle propuesta, por Fernando d'oro, y aceptada luégo por consignar en el artículo i? de la Constitución de 1811,
jNíiranda, bajo el título de Generalísimo. Con la Dicta- un principio absurdo y exclusivista, que respondía á la.s
dura había de morir por entonces aquel esfuerzo superior exigencias imperiosas del estado .social de Venezuela en aquel
hacia el sistema federativo, parto prematuro de insignes momento histórico, y que era como una muestra cabal de
patriotas en el albor de la República, pues que de las las influencias seculares de la España fanática é intolerante
fraguas del sangriento combate surgió Bolívar, adversario sobre los criterios éticos y religiosos de los pueblos neo-la-
decidido del criterio dominante en la Constitución de 1811; tinos. Por eso aun cuando en el artículo 180 se establece
soldado y pensador, que veía en la federación, para seme- el desafuero eclesiástico que motivó protestas vivas de va-
jantes momentos, un obstáculo á la unidad de la Patria rios diputados y la del clero en 1812, no vacilaron en e.s-
colombiana, un incentivo á las luchas fratricidas, la causa tatuir: que la religión única y exclusiva del Estado era la
de la anarquía, de las ambiciones y de las rivalidades in- católica, apostólica y romana; ni en asignar á la Repre-
testinas ó locales, por lo que juzgó más á propósito la sentación nacional, entre sus principales deberes, el de no
organización de un gobierno dictatorial, y por ende los permitir jamás en el territorio federado ningún otro culto
jefes militares ejercieron la autoridad en los territorios que público ni doméstico, ni doctrina contraria á tal credo re-
invadían. Mas, como al obedecer á procedimientos acon- ligioso; no teniendo así en cuenta los próceros sencillos
sejados por las circunstancias en el propio teatro de los que no es dado á los representantes de los pueblos com-
sucesos, fuesen violados los compromisos contraídos con el prometer éstos á vivir atados á ideas é instituciones que
Congreso granadino de 1813, de restituir el imperio de la habrán de hacerse caducas á luégo por virtud del empuje
Constitución venezolana de 1811, el Libertador dió cuenta de más nuevos y amplios conceptos de la vida
y de sus
al Congreso de la Nueva Granada de tales actos, expo- fines, adquiridos por los hombres en el trajín de los ca-
niendo Tas múltiples razones políticas que obraron en su minos de la observación y la experiencia; que no .se debe
ánimo para contentarse con un restablecimiento nominal legislar para las naciones como si hubiesen ellas de vivir
de aquel Código, mientras practicaba de hecho el sistema encadenadas á perpetuidad á los prejuicios, tradiciones
de Gobierno que respondía mejor á las necesidades del mo-
y costumbres mentales reinantes en un momento histórico-
mento y á su propio carácter; sistema que más tarde hubo porque tal pretensión envuelve el sostener y tiende á
de condensar Bolívar en un proyecto de constitución que proclamar, que los pueblos deberían no ensanchar el hori-
se sancionó por el Congreso de Angostura de 1819, opuesto zonte de sus conocimientos, el círculo de sus ideales
al federalista, y que fue el precursor del proyecto de cons-
y aun
el número de los factores que los componen
y fortalecen.
titución boliviana. No obstante, la Constitución de diciembre de 1811
Pero volvamos á los patricios de 1811 y á la considera- es el granero de las ideas democráticas y federalistas que]
ción de .su obra. Habríamos de consagrar uña falsedad his- al cabo de cincuenta años de porfinda contienda con las
tórica si sentásemos, que la labor de aquellos pensadores, unitarias y con.servadoras, apenas si logran en 1864, un
por carecer del mérito de la oportunidad, no lo tenía en ab- triunfo meramente teórico con la consagración en el Pacto
soluto; que el Código de diciembre pereció de raíz al fragor fundamental de algunos dogmas del sistema federativo.
de las batallas de independencia, sin dejar siquiera depo- Pero ya hemos dicho que el genio de la guerra ame-
sitados en el terreno de las ideas republicanas los gérme- ricana, el inmortal Bolívar, era el más ferviente adversario
CLXIV EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO
del sistema según consta en sus propias multiplicadas de- facía con cabalidad las necesidades visibles y existentes del
claraciones. Aspiraba él á fundar un gobierno fuerte y úno, momento y no cerraba las puertas á las modificaciones del
y juzgaba la federación incapaz de producir los resultados porvenir.
que se prometía. De aquí las reacciones posteriores en el Ellos conjuraron el conflicto religioso desarmando las
Congreso de Angostura de 1819, de aquí la Constitución pasiones intolerantes de los fanáticos y aquel no menos
centralista de 1821, la cual establecía casi los mismos prin- erizado de dificultades que creaba el desafuero militar. Ha-
cipios de la de 1811, pero borraba el artículo i? de esta bían menester un grande amor á la jnsticia y una inque-
última, relativo al exclusivismo religioso. Circunstancia és- brantable energía para atreverse á arrancar á los vetera-
ta que llama sobre sí la atención de los críticos, pues que nos de Colombia, soldados ensoberbecidos por la victoria,
denuncia una evolución bastante rápida en las ideas, que deificados por la gratitud y el asombro de las masas, las
acaso debiera su origen á las pretensiones clericales sostenidas franquicias judiciales acordadas hasta entonces en razón de
resueltamente y con mayor efervescencia desde 1812. sns grados; acto que juzgaron los semidioses violento des-
De 1810 á 1830, en nn período de veinte años, los pojo, “injuria” á los militares inferida por los civiles, y
padres de la Patria, previsores y discretos, esforzában.se en con la qne no se hubieran conformado fácilmente, si la
legárnosla constituida y bonancible; y así pusieron sus ma- influencia benéfica de Páez no se hubiera hecho sentir
yores bríos en desvanecer y conjurar los conflictos y difl- eficacísima hasta resolver en paz el complicado problema.
cnltades que, para estorbo á la obra ciclópea, sembraban Quedaba, pues, constituida la República, y al patrio-
en el camino de tan nobles triunfos, la rutina de los vie- tismo de los venezolanos encomendada sólo la prosperidad
jos siglos y las instituciones decadentes. Y vemos cómo de la nación por el florecimiento de las artes, las indns-
aquel siniestro legado que recibió la República de manos trias y las ciencias; que son siempre los más eficaces con-
—
de la colonia: la esclavitud obra, como es sabido, de la tingentes al poderío y bienestar de las sociedades humanas.
errónea caridad del padre Las Casas para con los aborígenes En el seno de una paz laboriosa y fecunda, debieron de-
—
oprimidos por el conquistador fue el primer objeto de sus senvolverse todas las actividades individuales y .sociales, para
miras, como que era el primer eslabón de aquella cadena fomentar el mayor progreso de las instituciones, transfor-
de martirios y vejaciones que pesaba sobre el lomo de los mando éstas según las necesidades nacientes y los criterios
pueblos: trató de romperlo la República naciente, cuando reinantes, aprendiendo de la naturaleza, la cual pone en la
en sn decreto de 14 de julio de 1810, declaró abolida la creación de sus obras, procesos complicados de éxitos fa-
trata; y la Constitución de 1811 no vaciló en sancionarlo; tales, aunque de lentitudes desesperantes á los sentidos míse-
y Bolívar en Ocumare y Páez en Apure, lo interpretaron ros del hombre. ¿Pero habíamos de exigir á pueblos jóvenes
patrióticamente cuando declararon libres á todos los esclavos á ráiz de la vida turbi:lenta y guerrera que acababan de
que se incorporasen al ejército republicano; pensamiento mag- abandonar, una sensatez de pueblos maduros, una sujeción
no que fue noblemente segundado por la ley de manumi- tranquila y confiada á los yugos de la ley y de las labo-
sión de 1821 y por la de 1830 á ella referentes, que aspi- res pacíficas? Catorce años de cruenta brega para resolver
raban por modo paulatino á reducir, ha.sta extingiiirlo, el los conflictos internacionales, les habían puesto el genio al-
número de las desgraciadas víctimas de la inicua ley de tivo y bravo, las manos prontas á empuñar la espada, tinta
esclavitud, estando sólo reservada la desaparición radical aún en sangre de godos; trocada en fácil cólera la pro-
de ella en el año de 1854, á inmortalizar el nombre del verbialmansedumbre, y la vida, antes activa, é industriosa,
general José Gregorio Monagas, á cuya frente fueron ce- ahora voluble y sin arraigos, reflejo de la nómade de re-
ñidos los laureles de una gloria hermosamente humana é motos aborígenes.
imperecedera. Las ambiciones más ó menos legítimas de algunos héroes
Así mismo, el e.scollo de la primacía clerical, amagador impacientes ó celosos, ¿aplazarían á más lejanas épocas la rea-
en 1811, erguido y amenazante en 1812, fue burlado fe- lización de esperanzas largo tiempo alimentadas, hasta oír que
lizmente con la ley del patronato en 1824, cuya ley rei- sonase solemnemente labora de la justicia patria, ó bien, espo-
vindica, para el gobierno de la República, para la potestad leados por el deseo, desconfiados de la equidad de los coetáneos,
civil, la supremacía de ésta y la libertad é independen- atropellarían el orden de los sucesos para adelantar las anhe-
cia legislativas; quedando también en el propio año afian- ladas consecuencias ?
zado el porvenir democrático del país con la supresión de El instinto de conservación por lo que mira á la inte-
mayorazgos y vinculaciones; supresión que, desde el punto gridad de la República ante la amenaza de las invasiones
de vista de la ciencia económica, garantiza además una externas, había piiesto vallas á las revueltas intestinas, aca-
más justa y mejor repartición de las riquezas y capi- llado los rencores de viejas rivalidades surgidas al fragor de los
tales. combates ó en el seno de las revolucionarias a.sambleas;
pero bien pronto romperíanse tales diques desaparecido el
temor á la reconquista; estallarían las pasiones, surgirían
los armados éstos primeros de razones más ó me-
bandos,
Llegó el año de 1830 en el preciso momento en que nos discutibles, pero muy luégo de sordos arcabuces y de
las naciones que componían la gran Colombia, hasta en- aceros implacables; y la guerra civil, encarnizada y sedienta,
tonces trabajadas por emulaciones sordas más ó menos dis- arrasaría presto lo que hubo dejado en pie la noble lucha
frazadas ó comprimidas, manifestábanse deseosas de vivir de Independencia, diezmaría los factores, mermaría las fuen-
vida independiente, de manejarse cada cual en la propia ca- tes de la producción nacional, empequeñecería las glorias
sa con sus hombres y sus leyes; momento supremo en el históricas de los .semidioses de Colombia, y forjaría, en el
que las ciudades, caseríos y provincias, discuten la nece- yunque de las fratricidas discordias, nuevos caudillajes genito-
sidad de la separación, que se hace sentir cada día con ma- res de férreas tiranías.
yor apremio, y se resuelve el problema, dándose Venezuela Los hombres de 1830 no creyeron terminada su labor
una Constitución apropiada á la época, á las circunstan- con la Constitución de setiembre. Declaradas las garantías
cias, á las necesidades y aspiraciones públicas, erigiendo individuales en agosto de aquel año éintroducidas en el Pacto
así un monumento legislativo en honra del talento, ilus- Fundamental, se reconoció la necesidad de establecer .sanciones
tración y patriotismo de sus autores, á quienes en vano penales contra los detentores arbitrarios, dictándose al efecto
la inquina de pasiones políticas posteriores, ha intentado en octubre siguiente la respectiva ley de responsabilidad.
empequeñecer y zaherir, aplicando á la crítica de aquellos Centralista, moderada y liberal la Constitución de se-
hombres y de aquellos hechos, no el criterio de los tiem- tiembre, por cnanto las diez provincias unidas componen-
})os que les eran coetáneos, sino el impropio de las ac- tes de la nación venezolana abdicaron su autonomía en favor
tualidades. Pero es menester convenir, desprendiéndonos del Estado con las reservas expresas de ciertas franquicias,
de prejuicios favorables ó adversos, que la obra de los hom- y eran regidas directamente por el Poder Central, organi-
bres de 1830 dejaba poco que desear para el tiempo en sóse el gobierno de éstas por medio de agentes constitu-
que se produjo y para el espacio en que había de regir: satis- cionales, naturales é inmediatos del Poder Ejecutivo de la
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANEJA CLXV
Nación, bajo el título de gobernadores, pero cuyas funcio- Mas aún, los errores cometidos, las pasiones sin freno
nes fueron señaladas y circunscritas por la ley de catorce en elcampo de la política nacional, las aspiraciones de los
de octubre del misino año, para garantía de los goberna- hombres prominentes de los Estados bajo la denominación
dos y dique de procederes arbitrarios. de Provincias, la prédica eficaz de los demócratas, compac-
Agobiados los pueblos bajo el peso del impuesto de- taban las masas al rededor de los oposicionistas qiie soste-
cimal, decláralo abolido la Ley de 6 abril de 1833, ordenando nían la necesidad de practicar el sistema federativo en toda
el pago del presupuesto eclesiástico á cargo del Tesoro pú- su pureza y vigor, dándose así una bandera, símbolo de
blico, cuya medida libró á la ciudadanía de tributos ex- dilatadas promisiones, para las posibles contiendas armadas.
cesivos, adversos siempre á la prosperidad de las indus- Los legisladores de 58, procuraron cuerdamente sortear el pe-
trias. ligro, alejar la catástrofe, haciendo eampo á las nuevas
Iniciase el año de 1836 con la promulgación en mayo ideas sin romper con la tradición constitucional, pues que
de las leyes de procedimiento mercantil, y del Código de no juzgaban todavía preparado el país para sufrir un cam-
Procedimiento judicial, que son fuentes originales de nues- bio radical en su sistema de régimen político. Era me-
tra actual legislación adjetiva. Decláranse en 1837 vigen- nester ensayar, conseguido esto, el nuevo pacto á fin de
tes las leyes de Colombia sobre supresión de Conventos. adquirir por la experiencia la convicción de su bondad ó
Refórmase en 1S38 varias del procedimento judicial y díc- ineficacia. Mas, que no había de lograrse á fuerza de pru-
tanse hasta 1857 multitud de Códigos, leyes y decretos que dencia y perseverancia la educación cívica de los pueblos,
sería largo é incongruente enumerar aquí, pero que no de- para que pudiesen llegar, corridos los tiempos, á compren-
jaremos de señalar cuando tratemos las materias á que co- der los resortes del sistema federativo, estaba escrito:
rrespondan por sus fines é índoles jurídica. los federalistas se aprestaron á decidir el conflicto de
A la Constitución de 1830 sucede la de 1857, que de- las ideas por la razón de las armas, y faltos de paciencia,
clara en su artículo 4'.’: “que el Estado es protector de pero sobrados de entusiasmo, se lanzaron al combate para
la Religión católica, apostólica y romana, y sostenedor del no apagar sus fuegos sino en 1863 con el célebre tratado
culto,” cuestiones éstas evitadas hábilmente en el Código de Coche.
de 1830; pero abóle la pena capital por razón de delitos El fruto de tan encarnizada y desastrosa contienda
políticos, (artículo 98) poniendo con esta cortapisa legal fue la Constitución de 1864. Ella extiende el sufragio
valla á las pasiones de bandería; consagra la extinción de á los mayores de 18 años, que las otras restringían más
la esclavitud como principio constitucional, pues que ya aún. Suprime la pena de muerte por razón de delitos co-
había sido acordada la libertad de los esclavos en 1854 por munes, ampliando la precedente, que la había suprimido
el general José Gregorio Monagas, según la ley de 24 de para los delitos políticos y aconsejaba restringirla para
marzo; y divide el Poder Público del Estado en Legislati- aquellos otros. Reconoce la libertad religiosa, á la vez
vo, Ejecutivo, Judicial y Municipal, no diferenciándose más que privilegia á la católica, concediéndole el ejercicio del
cuanto á garantías individuales de la precedente, sino en culto fuera de los templos. Resérvase la facultad de dic-
que establece la absoluta libertad de la imprenta. Por lo tar las leyes sustantivas, con lo que obliga por razón de
que respecta á elección presidencial, período de gobierno, fa- consecuencia á los Estados á mantener la unidad de la
cultades extraordinarias y otros puntos, aparece retrógrada legislación adjetiva, desconociendo de esta manera un prin-
y absorbente. cipio esencial al sistema que enaltece y preconiza, pues
A la de 1857, sucede la Constitución de 1858, ni fran- que el federalista obedece á uu criterio positivo de la
camente unitaria ni decididamente federalista, pero más li- ciencia política, según el cual, considérase que no todas
beral y avanzada que la de 1830. Divide el poder público las regiones de un país pudieran mantenerse á un mismo
en Nacional y Municipal, subdividiendo el primero en los nivel intelectual, moral y social, por razón de sus pecu-
tres ramos conocidos y atribuyendo el segundo á funcio- liares desarrollos; que los hechos que originan las múl-
narios y corporaciones independientes del Ejecutivo Nacional, tiples y diversas relaciones jurídicas de los ciudadanos en-
pues al contrario de las anteriores, la Constitución del 58 tre sí, no pueden ser comprendidos y analizados con un
dá á las provincias la elección directa de su gobernador, mismo criterio en las distintas localidades de una vasta
les reconoce la facultad de legislar en materias no reserva- República; que los procedimientos á emplear parala con-
das al poder público del Estado y determina los períodos secución del fin jurídico que conviene al caso, no respon-
de duración de aquel funcionario en acatamiento al princi- derán idénticamente en regiones no idénticas; por lo que
pio de alternabilidad que ella consagra. el derecho no puede ser uno ni unos mismos los proce-
Pero busquemos la razón histórica á la tendencia fe- dimientos en un momento histórico inicial; lo que no
deralista de la Constitución de 1858. Ya desde la elección niega ni quita, sinembargo, que pudieran serlo en ade-
de Vargas para Presidente de la República en 1835, Ma- lante, cuando un estudio más concienzudo, una observa-
riño, el viejo veterano de la Independencia, émulo del Li- ción mayor de todos los fenómenos jurídicos y sociales,
bertador Bolívar y que acababa de sufrir una derrota electoral, una experiencia asidua y victoriosa, trajesen al ánimo de
revolvió el país con Monagas, Canijo y otros, y desde en los legisladores la convicción de la necesidad de imitarse
tonces resucitó, repetida por el primero la frase y la idea recíprocamente hasta alcanzar á la postre la unidad en la
“federalista,” como opuestas al sistema unitario de que legislación sustantiva y adjetiva; unidad que sí responde-
había sido ferviente apóstol el Padre de la Patria y que ría, en ese momento, á todas las exigencias sociales y cri-
se con.servaba en las leyes. Además las reelecciones de terios jurídicos, por cuanto habría de ser entonces insen-
Páez y Soublette, desde 1839 para los dos siguientes sible el desnivel intelectual de los pueblos ó de las pro-
períodos, originaron profundas disidencias, oposiciones fran- vincias entre sí.
cas, y dieron ansas al nacimiento del partido democrático Acatando el principio federal la Constitución del 64
compuesto de federales y liberales^ fomentado por los Ren- deja á cada Estado la libre administración de sus produc-
dón, Guzmán, Lander y otros. Entonces surgió la califi- tos naturales y la de sus salinas; declara la independen-
cación de oligarcas para los hombres del Poder á quienes cia del poder judicial en cada Estado y la no sujeción
se acusaba de vincular éste en círculo estrecho de perso- al exámen de autoridades extrañas, las causas de su com-
nalidades conocidas, y se les echó sobre las frentes el es- petencia exclusiva iniciadas conforme á sns procedimien-
tigma de godos para hacerlos aborrrecibles y porque mu- tos especiales; prohíbe la intervención armada al Ejecu-
chos hombres importantes de 1811, que se habían mantenido tivo Nacional y á los de los Estados en las cuestiones
separados del país en las Antillas por temor á los desastres domésticas de éstos, permitiéndoles sólo el ofrecimiento de
de la guerra Magna, nna vez triunfante la Revolución de sus buenos oficios á fin de lograr soluciones pacíficas; y
la Independencia, habían regresado á Venezuela consagrándo- al primero el situar fuerzas y jefes militares con man-
se á la República, encauzándola con el contingente de sus do, sin el permiso del Gobierno del Estado en cuyo terri-
luces y patrióticos consejos y despertando con ésto el celo torio hayan de situarse los jefes ó las fuerzas.
de los soldados libertadores. El Pacto á que aludimos establece que los Estados
22
CLXVI EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO
constituyentes de la Federación venezolana, reconoeen sus hoy los nombres de Los Andes, Bermúdez, Bolívar, Ca-
autonomías recíprocas, conservan en toda su plenitud la rabobo, Faleón, Lara, Miranda, Zamora y Zulia. Equi-
soberanía no delegada expresamente en él, y se obligan páranse á los Territorios Amazonas y Goajira, por lo que
á organizarse conforme á los principios de gobierno po- mira á su administración por parte del Gobierno gene-
pular, electivo, federal, representativo, alternativo y res- ral, las islas pertenecientes á la República. Quítase allí
ponsable. á los Estados la administración de las minas, terrenos
No obstante la profesión de fe federalista, hecha en baldíos y salinas; la función de legislar en materia civil
la Constitución de 64, el bando polítieo llamado en Ve- y criminal y en materia de procedimientos, es ab-sorvida
nezuela “Partido Liberal,” y junto con él, todas las sec- por el Poder público de la Nación, borrando así del Có-
tas ó agrupaciones, ora aisladas, ora en fusión con las lla- digo político la última huella del federalismo en ese terre-
madas “ oligarcas, ” que posteriormente penetraron á la no; y, para mantener la unidad y fuerza de la legisla-
casa de Gobierno al amparo de la Constitución federal, ción patria, establece, además, un Supremo Tribunal de
no hicieron otra cosa que reaccionar solapadamente con- los Estados, á usanza de países unitarios ó centralistas:
tra el sistema federativo, sin tomar para nada en cuenta la Corte de Casación, cuyos buenos éxitos, en Venezue-
en semejantes retraetaciones, que los hijos del terruño desan- la, la recomiendan, sinembargo como una garantía contra
graron todas sus venas en cinco años de asoladora con- las influencias de los poderosos lugareños, quienes las más
tienda, cautivados por el bello espejismo de un sistema de las veces hicieron toreer el rumbo á la justicia, valién-
de que anduvieron enamorados sin comprenderlo y cuya dose al efecto de medios reprobados. Es esta Constitu-
realización ha ido desde entonees alejándo.se tanto más ción la conocida generalmente con el calificativo de “Sui-
cuanto mayor es el vociferar de aquellos que lo invocan, za,” porque tomó de la helvética alguna pieza de su me-
validos del prestigio de su nombre, para escudar las fe- canismo, como lo es el símil de Consejo Federal que se
lonías á la causa, á la doctrina y á la historia. ¿ Quién introdujo en ella, descartando las garantías del sistema
pudiera negar, sin negarse á sí propio, que la decantada suizo, con las que los personalismos son imposibles de con-
soberanía de los Estados, la neutralidad del Gobierno Na- valecer y se destruyen las supremacías individuales, de.sde
cional en materia de elecciones y demás asuntos de los luego que el Consejo Federal compuesto de siete mi» m-
domésticos de ellos, apenas si son un mito venerable, un bros, que ejereen conjuntamente las funciones de Ejecu-
ideal halagüeño consignado en Cartas magnas ? Teorías tivo, dura sólo tres años, siendo de su seno que debe ele-
seductoras que engañarán quizás á lectores extranjeros, girse, ])ara cada año, un Presidente de la Confederación
ignorantes de nuestras costumbres políticas, pero que cons- y un Vicepresidente del Consejo, sin atribueiones propias
tituyen el polo opuesto de las desarrolladas en la práctica. especiales, pues que los asuntos del Consejo F'ederal se re-
Un centralismo absorvente y sin límites, por cuanto se suelven distribuyéndolos entre sus miembros por Departa-
ha creído en la necesidad de los gobiernos fuertes para mentos y sólo con el fin de facilitar el exámen y despa-
todas las épocas de la vida nacional, por lo que se ha cho de los negocios. La Constitución de 81 restringe la
investido al Poder Ejecutivo de facultades extraordinarias libertad de la prensa, á la inversa de las del 74 y 64, que
corrientemente, ha desacreditado en Venezuela un sistema no le pusieron vallas, porque pensaron los legisladores de
de gobierno propio de países cultos y progresistas, y que entonces que más beneficios produce al país una prensa
no obstante las aseveraeiones de la pren.sa interesada y su independiente, vigilada sólo por la opinión pública, que
consagración en el Código Fundamental de la República, otra timorata y asustadiza, la cual degenera en libelista
todavía no se ha intentado ensayar con honradez, ó por-' ó en clandestino pasquín por rehuir el bulto á las respon-
que á las clases directoras arredra lo complicado del me- sabilidades legales, al celo de corchetes y mandarines, ca-
canismo, ó porque no se tiene fe en la eapacidad de los si nunca escrupulosos y siempre prontos á persecuciones
y
pueblos para vivir vida federal y sin tutelas; sin embargo represalias. Sinembargo, muéstrase más liberal que los
de que las condiciones morales, económicas, intelectuales anteriores Códigos, el de 81, en lo que toca á la libertad
y hasta geográficas de los Estados federados sean otras ó religiosa, que la consagra amplia y sin privilegios, como
deben de ser con mucho muy distintas de las existen- que es racional considerar una realidad la inexistencia
tes para 1811. del postulado exclusivista de ciertas sectas teológicas, con-
sistente en suponer la uniformidad absoluta de los cere-
bros y por consiguiente de los criterios éticos y religio-
sos de todos los hombres, no en un tiempo y en un es-
Sucedió á la Constitución de 1864 la dictada diez
pacio dados, sino en todos los espacios, tiempos y circuns-
años más tarde, en 23 de mayo de 1874, bajo el impe- tancias, lo que es absurdo y contrario á las leyes que
rio de los sectarios y de las ideas de la llamada Revolu-
rigen el desenvolvimiento de los organismos humanos.
ción de Abril. Difiere de la anterior en poeos puntos im-
Diez años después, en abril de 1891, se dictó la Cons-
portantes: el período presidencial fue disminuido en dos
titución que deroga la anterior, no trayendo la de esa fe-
años; excluyóse de la Presidencia de la República, para cha otra novedad que la modificación del artículo 118 re-
el período inmediato, á los parientes del Jete del Ejecu-
lativa á la reforma de la Constitución Nacional. Podía
tivo hasta el cuarto grado de consanguinidad y cuarto de
hacerse ésta, según aquel Código, total ó parcialmente,
afinidad civil (exclusión que reza la vigente hoy con al-
si lo .solicitare la mayoría de las Legislaturas de los Es-
guna variante.) El voto secreto que regía en la Consti- tados, haciendo obligatoria la reforma lo resuelto por la
tución del 64 fue sustituido por el voto público, firmado
mayoría, y sólo sobre los puntos en que eoincidiesen las
por el votante ú otro á su ruego, y se dió mayor latitud solicitude.s. La del 91, establece dos casos: i? “ La Cons-
á la responsabilidad de los funcionarios, por lo menos titución podrá ser reformada si lo solicitaren las Legisla-
eti teoría.
turas de los Estados, no haciéndose sino sobre los puntos
en que conenrriesen las solicitudes de la mayoría; 2? po-
drá hacerse también la reforma sobre uno ó más puntos
La Constitución de 1881 comienza una reacción' más cuando lo acordaren las dos terceras partes de los miem-
franca contra el sistema federativo que proclama; y un bros de la Legislatura Nacional, funcionando separada-
criterio más definidainente centralista la domina y se de- mente y por el procedimiento establecido para sancionar
nuncia en muchas délas reformas que introduce. So pre- las leyes ;
pero en este segundo caso, la enmienda acor-
texto de que los veinte Estados de la Constitueión del dada será sometida á las Legislaturas de los Estados y
64 earecían de población y poderío, se los redujo á nueve quedará sancionada en el punto ó puntos en que fuere ra-
grandes entidades políticas denominadas en el texto: Es- tificada por la mayoría de éllas.”
tado de Oriente, Estado Guzmán Blanco, Estado de Ca- Con la introdueción de este artículo (el iiS) sugerido
rabobo, Estado Sur de Occidente, Estado Norte de Occi- por las eircunstancias políticas del momento, se pensó evi-
dente, Estado Faleón y Estado Zulia, y que conservan tar las dificultades que hacía posible el mismo número
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANEJA CLXVII
de la Constitución de 8i, pues había sido práctica hasta y explicando muchas. Somete exclusivamente la ocupa-
entonces cuando convenía á los intereses de la política domi- ción de los papeles y correspondencia particulares á la
nante remitirá las Legislaturas de los Estados, elaborados, autoridad judicial, encargando el secreto respecto de lo do-
los proyectos de reforma, á fin de que coincidiesen las so- méstico y privado. De este modo el legislador ha preten-
licitudes en los puntos cuyo planteamiento se buscaba. dido contener ó corregir abu.sos inveterados, hijos del re-
Pero las dilaciones de tales procedimientos, las rebeldías celo y' suspicacia de nuestras administraciones de correos,
inesperadas de las Legislaturas locales, la desconfianza de que interesadas en el descubrimiento de conspiraciones
sus prohombres, todo eso podía eludirse y se eludió lo- imaginarias ó posibles, ó inducidas por funcionarios de
grando la iniciación de la reforma en la Legislatura Na- más alta gradación en la gerarquía política y adminis-
cional, cuya transitoria residencia en Caracas, centro de trativa, violaron á menndo el secreto de la correspon-
los poderes públicos y de un mayor núcleo de fuerzas y dencia.
cuarteles, son bastantes además para coaccionar la inde- En lo relativo á la libertad de expresión del pensa-
pendencia de un cuerpo colegiado, sin otros medios de miento de palabra ó por medio de la prensa, la vigen-
propia defensa, sin otras armas para imponer sus decisio- te modifica la Constitución del 91 en sentido más liberal
nes y contener arbitrariedades, que unos cuantos precep- por cuanto agrega que: “ el inculpado no podrá ser dete-
tos de purísima teoría, á los cuales hará siempre mofa nido ó preso, en ningtin caso^ sino después de dictada por
el maridaje de la fuerza y la ignorancia. El año de el Tribunal competente la sentencia que lo condene.”
1891 fue fecundo en reformas constitucionales. En el cur- Este aditamento se explica por una razón de historia pa-
so de dos meses se dictaron dos constituciones : la del 16 tria contemporánea. Es sabido que en Venezuela todos
de abril engendró el proyecto de 25 de junio. Esta últi- los ciudadanos pueden tratar asuntos comerciales, cientí-
ma vuelve á la del 64 por lo que toca al número de Es- ficos, históricos, etc., con entera libertad, sin que, por más
tados, que descompone en veinte; como ésta, declara la ágrios que se pongan los ánimos, ni por más crispados
absoluta libertad de la prensa, el sufragio directo y secre- que se tornen los puños, las discusiones iniciadas en los
to, diferenciándose en el escrutinio, que' lo hace propor- periódicos, busquen otras distintas soluciones en los Juz-
cional. Consagra: la libertad religiosa sin los privilegios gados del crimen. Pero no sucede así en tratándose de
de las anteriores á la del 81; el régimen municipal in- política, ni mucho menos en tratándose de sus hombres
dependiente; la inalterabilidad de los límites del territorio prominentes; y esto por un error qne es más bien un
nacional, excepción hecha de los casos dudosos, en que, atavismo colonial: porque nuestros comisarios se juzgan
decididos por la vía diplomática y en laudo arbitral, s;e entidades de un orden superior é intanjibles á la censirra
determinen otras demarcaciones. Abóle el Consejo Fede- y crítica de la ciudadanía, y al juzgarse aludidos en los
ral. Introduce la reforma del Pacto por enmiendas á más papeles públicos, aún cuando la alusión fuere envuelta
de la reforma total. Las enmiendas pueden hacerlas las en hojarascas de la retórica, castigan con mano fuerte el
Cámaras Legislativas cuando lo soliciten las Asambleas atentado; siendo esto el por qué los escritores y perio-
de los Estados en sesiones ordinarias, no haciéndose nun- distas han hecho más larga vida en prisiones y destierros
ca sino sobre los })untos señalados por la mayoría de las que en sus propios hogares y oficinas. Los legisladores
Legislaturas. También son factibles cuando lo acuerden del 93 tuvieron quizás en mientes tales consideraciones
las Cámaras Legislativas en sesiones ordinarias funcionan- para ampliar la garantía 6? entrabando los procederes ar-
do en Cámaras separadas por el procedimiento de elabo- bitrarios de ensoberbecidos mandarines; represen táronsele,
ración de las leyes, ó la enmienda ó enmiendas serán so- al disentiría, la clausura de las imprentas, la prisión de
metidas entonces á las Legislaturas de los Estados para directores y tijiógrafos, la per.=ecución de los granujas que
que las aprueben ó nieguen, sin admitirles modificación repartían al pueblo la hoja periódica como reminiscen-
alguna, mandándose por las Cámaras promulgar la en- cias de unas épocas bárbaras dignas de la reprobación
mienda en el punto en que la ratificación de la mayoría nacional.
de las Legislaturas concurriese. La reforma total de la Consagra, además, el Código del 93, la autonomía del
Constitución no puede llevar.se á cabo, según el proyecto Municipio, independizándolo del poder político del Esta-
que examinamos, sino por un acuerdo de las Cámaras do en todo lo concerniente á su régimen económico y
Legislativas con el voto de sus dos terceras partes, siem- administrativo, é introduce en las Bases de Unión de los
pre que esta declaratoria sea ratificada por las dos ter- Estados, la de no “emitir papel moneda, ni hacer válido
ceras partes de las Asambleas Legislativas de los Esta- para el pago de las deudas nada que no sea moneda de
dos; en cuyo caso el Ejecutivo Nacional convocará una oro ó de plata.” Evita esta medida los conflictos eco-
Asamblea Constituyente que hará la reforma dentro de nómicos que pudiera traernos la admisión de la especie,
doce meses á contar de la ratificación de las Legislatu- y de los cuales dan testimonio los países donde corre con
ras. ...Pero este proyecto, por causa de los sucesos políti- circulación forzosa el papel moneda. Interpónese así in-
cos que venían desenvolviéndose para aquella fecha, no franqueable barrera al ágio de mercaderes políticos, pres-
logró obtener la ratificación deseada, para la sanción con- tos á comprometer la suerte de la patria á trueque de
siguiente. acrecentar míseros dineros, y se matan de raíz las espe-
A la Constitución de abril de 1891 sucedió la de ranzas extranjeras, fincadas en la candidez ó la avaricia
junio de 1893, vigente hoy. En la parte relativa á en- de gobernantes indoctos.
miendas y reforma del Pacto Fundamental, asimiló, mo- El derecho constitucional, el que corre valedero en
dificándolos, los principios consignados en el Proyecto del textos oficiales y del que se hacen lenguas las prensas
91. Varía la elección de Presidente en el sentido de las oficiosas siempre que viene al cuento el pregonarlo má-
Constituciones del 64 y 74, pero conserva el Consejo Fe- ximo, no ha gozado, afín en el propio cielo de las teorías
deral bajo el nombre de Coinsejo de Gobierno con atri- especulativas, que es su habitual mansión, un solo día
buciones consultivas y deliberativas. Aumenta el período de descanso. Larga y combatida peregrinación la suya,
presidencial á cuatro años y el de las Cortes Federal y desde sus primeros pinicos en 1811. Su vida no ha sido
de Casación, á seis, dando á la primera entre sus atri- otra cosa que un agetreo de todos los momentos en el
buciones la de sustanciar y decidir las causas que por de- vaivén de los partidos. Cuántas mutilaciones dolorosas
litos políticos y comunes se sigan ante ella por acusación ha sufrido el sistema federalista, efectuadas en el flujo y
contra el encargado de la Presidencia de la República, reflujo de las pasiones y de los criterios del momento 1
Con.sejeros de Gobierno, Ministros del Despacho y Miem- Y sinembargo, de poco ha valido, para bien de los ciu-
bros de la Alta Corte Federal y de Casación, haciéndola, dadanos, la constante labor de los reformadores; porque
además, intervenir en la elección de Presidente en casos no todas las reformas inscritas han descendido todavía al
determinados y excepcionales. terreno de la práctica, debido quizás á la escasa idoneidad
En materia de garantías, la Constitución actual re- de los que mandan, ó á la falta absoluta de valor cívico
pite las tradicionales, restringiendo unas, ampliando otras en los que obedecen, ó mejor aún, á la carencia radical
CLXVIII EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO
en ambos, de ciertas cualidades y condiciones que no se sus propósitos, desde que en 1830 quedó constituida la pa-
adquieren, sino por una larga educación política en la tria venezolana; y que no es más que un fatigoso viaje
plaza, la prensa y los comicios, cuando nó por un siste- tras una realidad que satisfaga con tino á todas las nece-
mático entroncamiento con las razas cuyas instituciones se sidades de la sangre, de la historia y de los orígenes
y
importan, á ñu de asimilarlas con éxito durable, desde tendencias nacionales.
luego que estas (y es sabido) no son otra cosa que *el fide- ¿
Podríamos, por ventura, señalar un término más ó
lísimo reflejo de las tendencias y modalidades típicas del menos próximo á la dolorosa peregrinación ? Nos parece
pueblo que las dicta. que todavía anda lejos el momento histórico en que pu-
Confirmamos en esta opinión, la misma perenne bre- diera hacerse con acierto la misterio.sa profecía.
ga de nuestros pueblos, la inconstancia y volubilidad de
CODIGOS Y LEYES
1=01?/ EH, OOCTOE ISriCOnvCEIDES ZXTI-.OA.GjÍ^
NICOMEDES ZULOAGA
OS legisladores de Colombia, al constituir como na- esto ¡produce y por la fuerza con que esta i’émora detiene el
|é^w ción libre y soberana, regida por un sistema repu- movimiento nacional y la prosperidad. A tal extremo han
jo blicano democrático, á la que hasta entonces había llegado las cosa.s, que ninguna reforma dejará de ser buena.”
sido oscura colonia de la absolutista España, debían dirijir “
Mucho debe infiuir en el desorden el cuerpo de la
preferentemente su atención al orden político y administra- legislación porque diseminada en leyes de partida, de Castilla,
tivo, para crearlo todo ; y todo lo crearon en efecto, al calor de Indias, de Colombia, de Venezuela, en autos acordados,
de su ardiente patriotismo, y á pesar de los grandes disturbios cédulas, pragmáticas y órdenes reales, es imposible que ha-
que agitaron la vasta nación. Leyes de hacienda, de instrucción 3"a concordancia, orden, claridad y preci.sión en esa ciencia
pública, de división territorial, de manumisión, de extinción de que se creó para asegurar la vida, el honor y la prosperi-
mayorazgos y vinculaciones; de supresión de conventos; de dad del hombre, pero que ya caduca, representa entre noso-
imprenta; de patronato eclesiástico; de resguardo de indíge- tros todo el desarrollo y el horror de la decrepitud viciosa.
nas; de naturalización; de milicia; de tierras baldías; son Un Código civil, un procedimiento breve y preciso, una
la obra legislativa de los Congresos de 1821 á 1827, realiza- severa responsabilidad á los jueces, la libertad de arbitra-
da con tal discreción y ciencia, que la República en su des- miento y aún su necesidad, si una de las partes lo pide
y
envolvimiento político tan sólo ha ido acomodando esas leyes la prudente introducción del juicio por jurados en lo crimi-
á las nuevas exijencias de la época, pero respetándolas en nal son los grandes bienes que el pueblo y el Gobierno esperan
general en su Constitución primitiva y algunas de ellas for- de ella.”
man todavía parte de su legislación vijente. El Congreso Yel Ministro del Interior señor José Santiago Rodríguez,
Constituyente de 1830, al dar á Venezuela su hermoso Có- dice en .su memoria de 1835: “En orden al procedimien-
digo fundamental, coronó con gloria imperecedera ese pri- to, considero muy débil todavía la más vigorosa excitación
mero y difícil período de nuestra vida nacional. que el Gobierno hiciera por mi órgano al Cuerpo Legisla-
Mas si en el orden político la nación podía considerarse tivo con el fin de obtener reforma. Ha llegado á un extre-
ya definitivamente organizada, no sucedía así con las leyes mo el más alarmante la situación de los pueblos en el ra-
civiles que poseía
y que eran un verdadero caos. La le- mo. El clamor de los que piden justicia ha herido viva-
gislación española, que naturalmente continuó rigiéndonos, mente la sensibilidad del Jefe de la administración. Este
de por si difícil y complicada, y ya envejecida é incapaz clamor de todos, robustecido por la experiencia que hace
de servir á las nuevas exigencias sociales, debía hacerse cada preferible la pérdida de los derechos más claros á la me-
vez más extraña á un país inspirado en ideas muy distintas nor discu.sión judicial, por la eternidad de los trámites, pol-
de las que informaron aquella. la ruina que ellos preparan
y ¡lor la inseguridad en que
La opinión pública reclamaba con urgencia una reforma están las propiedades de todos, no es posible que halle en-
que diera más facilidades en los juicios y permitiera una sordecidos á los encargados de promover la dicha de sus
más pronta y .segura administración de justicia, de tal ma- comitentes. La tolerancia de los pueblos esperando en cinco
nera que el Ministro del Interior en 1834, doctor Diego legislaturas el remedio de un mal que se ha llamado la
Bautista Urbaneja, dice en su memoria al Congreso: “No gangrena de la República, no es concebible, señores, que se
es posible que en el extremo á que han llegado las cosas extienda á más. Nos hallamos á mi ver en el último punto á
en esta materia, haya un solo diputado á quien no afecte que la paciencia humana puede ser conducida.”
el asombro público por la perpetuidad de los pleitos por El Constituyente de 1830 había nomln-ado tres comi-
;
las sinuosidades del procedimiento; por la inseguridad con- sione.s, una para redactar el Código ])enal otra el de ]>ro-
;
.siguiente de las propiedades, por la falta de confianza que cedimiento criminal y otra para una ley- de jurados; pero
CLXX CODIGOS Y LEYES
sólo el señor Pedro Pablo Díaz, miembro de la última pre- mercantil po.sterior, algunas disposiciones de esas leyes revi-
sentó en el Congreso de 1832, un proyecto de ley para el es- vieron, aunque no las más importantes.
tablecimiento del juicio ])or jurados. Es también del año de 1836 la ley que e.stableció las
El Congreso de 1835, considerando que las leyes del oficinas de registro y suprimió las e,scribanías. En esta ley
antiguo sistema colonial que regían la República, eran “ ya que derogó la de anotación de hii)otecas de 1826, es digno
oscuras, ya complicadas, ya opuestas á los principios que de observarse, que la de 1826 ordenaba anotar en el libro
hacen la riqueza y la dicha de la nación;” “que la confu- de registro, los bautismos, matrimonios
y defunciones de
sión y el desorden de las leyes alteran la paz individual, los colombianos; para lo cual los párrocos remitirían las
alejan la confianza y obstruyen las vías de la prosperidad,” listas inensualmente al jefe político y éste las pasaría al
que era de absoluta necesidad que las leyes pudieran, ser secretario registrador; y la ley de 1836, que la derogó, creó
conocidas de todos los ciudadanos, y estas no estaban “escri- entre otros protocolos, las de nacimiento, de muertos
y de
tas en lenguaje nacional,” decretó el 0 de abril que se for- matrimonios, estableciendo que e.stos tres se extenderían “en
máran cuatro i)royectos de Códigos Civil, Criminal, Mili-
: la forma que determina el Código civil.” Modificación esta
tar y de Comercio, con sus respectivos procedimientos, encargan- que revela de modo manifie.sto que el legislador de 1836,
do la redacción de ellos á cinco individuos nombrados por separándose del espíritu del de 1824, aunque no quiso re-
el Congreso de dentro ó fuera de su seno, y luego nombró solver desde luego la creación de los registros civiles, abrió paso
á los señores licenciado Francisco Aranda, doctor Francisco á la idea para cuando se discutiera el proyecto de Código civil.
Díaz, general Francisco Carabaño, doc- No faltaban partidarios de los re-
tor Tomás Hernández Sanavria, señor gistros del estado civil desde princi-
Juan Nepomuceno Cbaves. pios de la República, pero son refor-
Nada })re.sentó tampoco esta comi- mas estas, que además de los intere-
sión, j)ero elCongreso de 1830, acome- ses que se ü})onen á su establecimien-
tió la obra de codificación con tanta to, necesitan tiempo para, su gestación.
urgencia reclamada y supo para su glo- En 1849, el Ministro del Interior entre
ria, ofrecer al país en el Código de otras reformas de urgente necesidad in-
|)i ocedimiento de 10 de ma}'o de 1836, dicaba á Cámara,
la la creación de
una ley de notable mérito por su cla- los registros del estado civil; sin em-
ridad y sencillez, rpie daba amplitud bargo largos años después, en 1867, el
á la eternizar los juicios
defensa, sin Grande Oriente Nacional y varias lo-
y evitaba en lo posible las ai'terías y una representación á la
gias hicieron
las dilaciones injustificadas. El proyec- Cámara de Diputados, j)idiendo que
to de ese Código fue del señor licencia- se creáran, y después de acalorada dis-
do Francisco Aranda, talento jurídico cusión, se aprobó informe de una
el
de jn’imer orden, quien como repre- Comisión de la Cámara que e.stuvo
sentante que era al Congreso, lo pre- ])or la negativa. El generalJosé An-
sentó á discusión. De tal manera fue '
greso ordinario de Venezuela, en 1831, el Ministro del In- se SU producto ó renta á fin de que ella no dejara de re-
terior, señor Santos Michelena, pidió la libertad de contra- presentar un capital que diera una renta anual que no exce-
tos y la supresión de la tasa del interés reiteróse la de-
;
diera del nueve por ciento, ni bajase del seis. El Código
manda en los posteriores hasta que en 1834, dictó el Con- de 1873, con el que es conforme en esto el de 1880
greso la célebre ley del lU de abril sobre libertad de con- que nos rije, dejó el interés convencional libre, pero e.sta-
tratos, en que se estal>leció que podía pactarse libremente, bleció (pie los bienes no podían ser rematados por menos
que para hacerse efectivo el pago de cualquiera acreencia, de la mitad de su valor, y para la e.stimación de los pe-
se rematasen los bienes del deudor, por la cantidad que se ritos dispuso, que si la cosa fuere un inmueble productivo,
ofreciera por ellos el día y la hora señalados para la su- tomaran además en consideración sus rendimiento.s, á fin
basta; y que en todos los demás contratos, así como el de que estos no dejen de representar un capital que pro-
interés que en ellos se estipulase, cualquiera que fuera, tam- duzca una renta anual de cuatro por ciento.
bién se ejecutaría estrictamente Esta disposición extraña, que
la voluntad de los contratantes. aplicada en todo rigor hace impo-
Con genei’al aplauso fue reci- sible el remate de inmuebles, no
bida esta ley, á la que no se le es otra cosa que el eco persistente
encontró otra imperfección que la de la rebelión contra la ley del 10
de permitir el remate por la can- Tí
de abril de 1834. Las trabas injus-
tidad que se ofreciera, en el caso tificadas al remate van haciendo
únicamente de que así se hubiese cada día más raro el uso de la
pactado, que fue también una de hipoteca entre nosotros; pero las
las pocas objeciones que se hizo al necesidades sociales para evadir la
Código arandillo. Pero si aquella disposición, han hecho que sea la
ley, tan universahnente pedida, venta con pacto de retracto la que
era conforme con los principios venga á suplir al contrato libre
económicos, sus mismos benéfícos anterior. Ligadas íntimamente con
efectos iban á ser causa de graves la ley del 10 de abril y como ella
conflictos. motivo de dificultades y trastor-
La fácil realización de la ga- nos son las leyes conocidas con el
rantía y la libertad del interés au- nombre de leyes de “ espera y
mentaron el crédito, y dieron por quita,” que nos legó la madre Es-
la transición y la inexperiencia paña. Las leyes de Partidas esta-
en el uso de éste, un inmodera- blecían que el deudor que no pu-
do impulso á las industrias; so- diere pagar sus deudas, podía acu-
metiéronse muchos al régimen de dir al juez, pidiendo que mandase
la nueva ley, y á las duras con- citar á sus acreedores con el ob-
diciones que prestamistas ávidos jeto de que le concedieran un pla-
quisieron imponerles, sin apreciar zo, y si los acreedores no estaban
sus consecuencias, animados por de acuerdo con él, decidiría la ma-
el deseo de la especulación mas ;
yoría, y caso de empate, prevale-
vino la crisis de 1842 y siguien- cería el querer de los que otorga-
tes años bajó el precio de los fru-
;
ran el plazo “ porque .semeja que
4os y si los acreedores habían sido van á facerlo por piedad que han
rehacios en el uso de su derecho, dél.” El Código de procedimiento
se resolvieron al fln á ello, oca- de 183G, conservó en e.sto la legis-
sionando el descontento y la saña lación española; pero no estaba de
de los que se creían despojados. LUIS SANOJO acuerdo esa espera con las ideas y
•Se acusó á la ley de lo que en propósitos que habían dictado la
gran parte era culpa de los mis- ley del 10 de abril sobre libertad
mos que sufrían sus efectos, y de contratos, y se la consideró
con la misma pasión con que antes fue sostenida, la ataca- como un desconocimiento de los legítimos derechos del acree-
ron como injusta y despojadora. (1) No le faltaron defenso- dor. La ley de 5 de mayo de 1841, estableció en vista de
res ardientes que trataron de hacer prevalecer los principios. estos reclamos que para conceder la espera era necesario
Inútil esfuerzo, sucumbió al fin al rudo golpe de pa- el asentimiento de todos los acreedores. A su vez protestaron
siones de pai'tido, y el Congreso de 1848, considerando: “1?, que los deudores, que se veían privados de un beneficio otorgado
la libertad de contratos no debe dañar la igualdad que la ley por leyes tan antiguas y juzgaban fundado en la equidad. Her-
debe protejer en ejercicio de todas las industrias; y 2? que mana como se vé de la ley de 10 de abril, la de 5 de mayo de
la moral pública se resiente del abuso que se ha hecho de 1841, debía correr su misma suerte, por lo (|ue la ley de 9 de
la ley del 10 de abril de 1834,” decretó: que los acreedores abril de 1849, considerando: “ que la medida de esperar que el
para el pago de sus acreencias estaban facultados para pactar con que ha caído en atraso sin su culpa se reponga de sus quebran-
sus deudores, que sus bienes pudieran rematarse por la cantidad tos para que pueda cumplir sus compromisos, es no sólo de con-
que .se ofreciera en pública subasta en el día y hora señalados, veniencia sino de justicia social,” decretó que la espera era un
con tal que no bajara de la mitad de su valor. Este valor se beneficio legal, que no podía renunciarse, y sería concedida al
fijaba por peritos por la estimación que se diera á los bienes deudor siempre que resultara favorable á ella, bien el mayor nú-
en el lugar donde existían, y en los inmuebles productivos, mero de acreedores ó bien la mayor suma de créditos (|ue ;
se tendría además en consideración su total producto á fin esta espera no sería menor de seis años y podía el juez au-
de que no dejara de representar un capital al respecto del mentarla á nueve, á menos que el deudor pidiera menos tiem-
nueve j)or ciento anual y limitó también el interés conven-
;
po. Triunfaron los deudores en 1849, en aquella lucha se-
cional al nueve i>or ciento mejante á la que conmoviera á la República romana, ob-
y el legal al cinco por ciento.
Esta ley fue á su vez reformada por la de ISGl, que fijó teniendo la espera, que llegó ser hasta de treinta y más años
el interés legal en seis por ciento
y dejó el convencio- como habían obtenido la supresión de los tribunales de comer-
nal á la libre fijación de las partes Sinembargo
y ordenó que en los cio, y la derogatoria de la ley de 10 de abril.
remates para e.stimar el valor del inmueble, se considera- el año siguiente de 1850, el Congreso moderó el tenor de la
ley de espera restableciendo el derecho de las ])artidas con-
(1) A lo que contribuyó muy eficazmente el escándalo de ver ejecuta- sagrado en 183G. La ley de G de julio de 18G0, dispuso
das algunas cándidas deudas, y vendidas á vil precio, algunas propiedades
por obligaciones en extremo usurarias. que por ninguna deuda contraida con po.sterioridad á la pu-
CLXXII CODIGOS Y LEYES
blicación de
pudiera pedirse espera ni quita, y el
ella, ridad al 15 de marzo de 1858, que ordenó el general en jefe pro-
Código de 1867, estableció, conservándolo los posteriores, visional de la República, Juan Crisóstomo Falcón, con su de-
que el deudor no puede obligar al acreedor á que le conceda creto de 8 de agosto de 1863 pero no tuvieron la misma fortu-
;
espera. Así terminó ese largo proceso de la espera que tantas na el Código civil de 28 de octubre de 1862, ni el Códi-
pasiones suscitára. go de procedimiento civil de 2 de marzo de 1863, ni los
Volviendo á la codificación, encontramos que el Eje- Códigos i'ienal y de })rocedimiento criminal, de 19 de abril
cutivo Nacional insistía en 1839 en la necesidad de con- de 1863, que sucumbieron ante aquel decreto suicida, hijo
tinuarla. El Congreso por decreto de 18 de abril de 1810 de la pasión de partido, que convierte en trabajo de Sísifo
mandó formar los Códigos por una comisión de tres miem- nuestro desenvolvimiento nacional, pues cada bando al su-
bros que los redactaran, pa.sán-
bir al poder destruye la obra de
dolos luégo al Ejecutivo para que
su antecesor para atribuirse ton-
examinados por el Consejo de tamente la gloria de ser su au-
Gobierno se publicaran con sus tor, rehaciéndola.
observaciones. La comisión nom-
brada se compuso
del licenciado El Código civil de 1862, del
Francisco Aramia, del doctor doctor Julián Viso, era un traba-
Francisco Díaz y del licenciado jo de mérito que obtuvo el ca-
Juan José Romero, todos de re-
luroso aplauso de la comisión
conocida idoneidad para el de- nombrada para revisarlo, com-
licadísimo encargo. Trabajó la puesta de los señores Francisco
comisión pero luégo otras fun- Conde, Pedro Núñez de Cáceres
;
nal. La comisión redactora del Código de comercio, pre- papeles manifiestamente seductores del enemigo ó de cual-
sentó su proyecto que no fue otro que el mismo de 1844 quiera otro contra el Estado, ó resistieren directamente cum-
de los señores Aramia, Díaz
y Romero, revisado. El Go- ])lir las providencias dictadas por el Gobierno para salvar
bierno^ lo aprobó y por decreto de 29 de agosto de 1862 lo el jiaís, á cuatro años de expulsión de Venezuela ó con-
mandó ejecutar. finación á un lugar determinado en ella. Estableció esa ley
Salyó.se este Código de comercio del naufragio de las que cuando no estuviesen plenamente jirobados los delitos
(lisj)osiciones legislativas
y ejecutivas dictadas con j)osterio- expresados, pero hubiera semiplena prueba ó graves fun-
POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXIII
damentos contra los acusados, los de primera clase serían fin en las doctrinas y prácticas de la codificación moderna,
condenados hasta ocho años de presidio, los de segunda á abandonando ropaje español, que tan mal llevábamos
el viejo
expulsión ó confinación hasta cuatro años y los de tercera y tanto estorbaba al natural desenvolvimiento nacional.
clase á confinación hasta dos años. El 27 de octubre de 1868, el Ejecutivo Nacional creó
El Congreso de 1831 reformó esta ley, y suprimió la una comisión compuesta de los señores doctor Jo.sé Ma-
pena si no estaba plenamente comprobado el delito, y tam- nuel García, doctor Mariano de Briceño y licenciado Fran-
bién los delitos de tercera clase referentes á los que espar- cisco Cobos Fuertes, para redactar el Código Penal; y otra
cen noticias contra el Estado. compuesta del licenciado Luis Sanojo, licenciado Manuel
El Congreso de 1849, impresionado por el doloroso es- Cadenas Delgado, licenciado Cecilio Acosta, licenciado Juan
pectáculo de la pena de muerte prodigada en aplicación Pablo Rojas Paúl y doctor Ramón Fernández Feo, para
de esta ley, la su}>rimió para todos los delitos en ella expre- que examinaran el Código civil vigente y proyectaran las
sados y sólo dejó el extrañamiento temporal ó perpetuo. reformas que debieran hacérsele y para que formulara un
La ley de 1860 derogó proyecto de Código de proce-
la de 1849 clasificando los de- dimientos judiciales. Inició
litos contra la seguridad del sus trabajos la comisión, y
Estado, en traición, relrelión aun el licenciado Acosta pre-
y sedición, é impirsoá los pri- sentó á la (áímara su proyec-
meros pena de presidio de 3 to ;
pero triunfante el general
á 10 años, a los segundos ex- Guzmán Blanco en 1870, de-
trañamiento hasta 10 años, y claró, por decreto de 27 de
á los terceros confinamiento abril de ese año, que “ que-
hasta 8 años. Pereció esta ley daban desconocidas por la Re-
con el decreto de 1863 de que volución las leyes, contratos,
ya hemos hablado, pero revi- decretos, resoluciones y demás
ve con la ley de junio de 1865, actos expedidos desde el 28
y clasifica estos delitos de trai- de junio de 1868, hasta ese
ción y rebelión, castigando á día,” que fue el de su ocupa-
los primeros hasta con 8 años ción de la capital. Este decre-
de presidio y á los segundos to inspirado en el mismo es-
hasta con 8 años de extraña- píritu de intransigencia que
miento. El Código de 1873 cla- el de 8 de agosto de 1863, anu-
sifica estos delitos de traición, ló algunas leyes y decretos im-
rebelión, sedición y motín ;
portantes del Congreso de 1869,
castiga á los primeros hasta y el decreto sobre codificación
con 10 años de presidio y á á que nos hemos referido.
los de rebelión, sedición y mo- Por decreto de setiembre
tín, con expulsión y confina- de 1872, el general Guzmán
miento y la ley de 1888 vi-
;
Blanco, con facultades dicta-
gente aumentando las penas toriales, creó otra vez una co-
para la rebelión, sedición y misión general de Códigos di-
motín, establece pai’a aquellos vidida en cuatro secciones y
presidio y para estos prisión. confió á los doctores Diego
Sin embargo de lo que esta- Bautista Barrios, José Reyes
blecen estas leyes, dice la Cons- \ Ramón
F. Feo, la reforma
titución que ningún venezola- del Código civil al licencia-
;
Destruida como ya hemos dicho gran parte de la obr¿i tal de Napoleón, sabiamente mejorado. Los codificadores de
de la codificación por el decreto de agosto de 1863, era 1873, jurisconsultos notables como eran, sabían muy bien
necesario completarla otra vez. El Congreso de 1867 comenzó que en esas materias no se improvisa, y no por la vana
L obra sancionando un nuevo Código civil que comenzó ostentación de [)arecer originales, iban á comprometer la le-
á rejir desde el 28 de octubre de ese mismo año. Este Có- gislación nacional. Al proceder así, á las ventajas de poseer
digo estaba modelado sobre el Proyecto español de Go- una legislación buena, se unía la de unificarla en gran
yena. Fue redactado por encargo del Congreso por los .señores parte con la de naciones poderosas, lo que debía contribuir
doctores Julián Viso, Angel Fermín Ramírez á nuestras más fáciles relaciones civiles y comerciales con
y Diego Bau-
tista Barrio.s, ellas y la mayor aún de poseer desde luego todo el tesoro
y á pesar de la timidez de sus autores para
consagrar reformas para las que el país estaba preparado de su doctrina jurídica y de su sabia jurisprudencia, j)ara
y se hacían necesarias, fija una nueva era en la historia de interpretar las leyes que íbamos á darnos.
nue.stro desenvolvimiento jurídico, pues con él entramos al No cojúaron sin embargo nuestros codificadores servil-
23
CLXXIV CODIGOS Y LEYES
Trento, han estorbado á la autoridad civil el ejercicio de minal en tanto se establece el Jurado.)) Esta ley considera-
dicha facultad.” “39 Si conviene á Venezuela establecer el Idemento ampliada ha venido al fin á formar un Código,
matrimonio civil.” Y la corporación casi por unanimidad pero ni el jurado se ha establecido, ni hay esperanza por
sostuvo la afirmativa de la 19 v 39 tesis v la de ahora de verlo formar parte de nuestra legislación sin ;
la 29 Entre los miembros presentes se hallaban los doc- de que no hay pueblo civilizado que no lo acep-
;
cional,
y ^mm.stras Con.stituciones posteriores han constituido
un Alto Tribunal nacional para conocer de él. Era indi.s- Nuestra bibliografía jurídica es e.scasa, pero no carece
pensable esta imstitución, no sólo por el objeto de su fun- de importancia. Debemos al licenciado Luis Sanojo, ilus-
dación, sino para servir á la mejor administración do ju.s-
trado codificador, un Comentario al Código de procedimiento
ticia en^ el país, no j)ocas veces comprometida })or las pa- judicial (1857); las de derecho civil venezolano
lasfitiicioncs
siones ó intereses lugareño,s. (1873); un Comentario Código de Comercio (1873) y un
al
El Congreso de 1894 honrando al fin la noble profe- Comentario al Código de procedimiento civil (1873), obras todas
sión del derecho, ha dictado una ley de abogados
y ])ro- que ricas de buena doctrina y e.scritas en estilo claro
cuiadores, que ha venido a satisfacer una necesidad urgente. y ele-
gante, ban sido el complemento indispensable á la nueva
Esa ley que tiende al fomento de la probidad
y el honor legislación que recibió el país también fue el doctor Sa-
de aquellos a quienes más directamente está confiada la ;
tor Pedro Pablo del Castillo, un Código de j^focedimiento Doctor J. B. Calcaño y Paniza, Caracas, 20 de junio
ilustrado (1851), de mucbo mérito por las notas de jurispru- de 1850.
dencia y de doctrina que forman el trabajo; y es autor el Doctor Tulio Alvarez de Lugo, Caracas, 20 de setiem-
doctor Viso solo, del Indice á los seis primeros tomos de la bre de 1850.
Recopilación de leyes y decretos de Venezuela, que es trabajo Doctor Elias Michelena, Caracas, 12 de diciembre de
de notable erudición é importancia. Del doctor Pedro Pablo 1850.
del Castillo es el Teatro de la Legislación Colombiana y Ve- Doctor Julián Vi.so, Caracas, 7 de agosto de 1851.
nezolana, en forma de diccionario, que todavía se consulta Doctor Ricardo O. Limardo, Caracas, 6 de febrero de
con provecho el doctor Aníbal Dominici ha escrito un buen
;
1852.
Tratado de derecho comercial; el doctor Francisco Ochoa, Doctor Félix F. Quintero, Caracas. 10 de febrero de
ha hecho la Exposición del Código Civil Venezolano, obra de 1852.
gran valer en la que no sólo se enseña cuál es la más Doctor Mariano Herrera, Caracas, 7 de agosto de 1852.
recta y justa interpretación de la ley, sino que se hace con Doctor Juan Rafael Fernández, Caracas, 7 de octubre
frecuencia su examen crítico, con notable criterio jurídico. de 1852.
La Filosofía Penal, del doctor José Gil Fortoul, es un vigo- Doctor José Félix Soto, Caracas, 30 de octubre de
roso alegato en favor de la doctrina determinista y antro- 1852.
pológica que él profesa, y en donde trata con ese su crite- Doctor Fernando Arvelo, Caracas, 24 de mayo de
rio, muchas graves cuestiones sociales él doctor Ramón F.
;
1854.
Feo, otro de nuestros codificadores, tiene escrito un extenso Doctor Vicente Betancourt, Caracas, 1? de diciembre
comentario al Código de procedimiento civil, que tiene toda de 1854.
la importancia que le dan la reconocida competencia de Doctor José Tadeo Monagas, Caracas, 10 de diciembre de
su autor, en este ramo del derecho, pero desgraciada- 1855.
mente no ha ofrecido todavía al público sino algunos ca- Doctor Miguel Zárraga, Caiaca.s, 27 de junio de 1856.
pítulos ]U’eli mi nares, acatando quizá el precepto del escri- Doctor Agustín Istúriz, Caracas, 3 de diciembre de
tor francés que aconseja al abogado en ejercicio, que no sea 1856.
expositor de doctrina. El doctor Pedro Febres Cordero, tiene Doctor Francisco Solano, Caracas, 27 de enero de 1857.
también inédito un comentario al Código civil, del cual Doctor Martín J. Sanavria, Caracas, 5 de mavo de
conocemos el tratado De la Prescripción, bastante extenso. 1857.
Algún otro libro de menor importancia que no recorda- Doctor Manuel María Martínez, Caracas, 7 de agosto
mos y folletos de oj)ortunidad, son la literatura jurídica que de 1857.
poseemos. Doctor Valentín Espinal, Caracas, 24 de diciembre de
1860.
Doctor Pedro Ramos, Caracas, 2 de noviembre de
Despejado está ya con el trabajo de nuestros mayores 1860.
el campo fecundo del derecho, y arrancados de cuajo ár- Doctor Antonio Iriarte, Caracas, 26 de junio de 1862.
boles venenosos que lo cubrían, y con su asfixiante eflu- Doctor Ramón F. Feo, Caracas, 9 de abril de 1863.
vio hacían poco menos que imposible el desarrollo nor- Doctor Jaime R. Sánderson, Caracas, 29 de agosto de
mal de la justicia algunas malezas subsisten, pero todo
; 1863.
anuncia que cualesquiera que sean las aparentes manifes- Doctor Eduardo Calcaño, Caracas, 18 de setiembre de
taciones del momento, se abre una nueva era en que la 1863.
ciencia de lo divino y humano, tendrá al fin el puésto que Doctor Eduardo Carreño, Caracas, 20 de noviembre de
le corresponde. El trabajo de nuestros padres ha sido rudo 1863.
y difícil pero la posteridad sabrá hacerles
;
justicia y aca- Doctor Federico Izaguirre, Caracas, 5 de abril de 1864.
tando su noble esfuerzo, continuará la labor. Doctor Alejandro F. Feo, Caracas, 13 de abril de
1864.
Doctor Pedro José Coronado, Caracas, 21 de abril de
1864.
Doctor Miguel María Rodríguez, Caracas, 9 de diciem-
MATRICULA GENERAL bre de 1864.
DE LOS ABOGADOS DE LA REPUBLICA Doctor Pedro Centeno, Caracas, 12 de enero de 1865.
Doctor S. Terrero Atienza, Caracas, 23 de mayo de
1865.
ABOGADOS RESIDENTES EN EL DISTRITO FEDERAL Doctor José Luis Uzcanga, Caracas, 16 de mavo de
1865.
( DOCTORES EN CIENCIAS POLITICAS )
Doctor Nicolás Delgado, Caracas, 26 de mayo de 1865.
Doctor José María Ruiz, Caracas, 10 de enero de
1866.
Doctor Miguel Umérez, Caracas, 5 de octubre de 1837. Doctor Teófilo Rodríguez, Caracas, 7 de enero de 1867.
Doctor F. López Méndez, Caracas, 17 de noviembre Doctor Mariano Diez, Caracas, 29 de abril de 1869.
<ie 1842. Doctor Eduardo Gárate, Caracas, 5 de junio de 1869.
Doctor Nicolás Toledo, Caracas, 17 de noviembre de 1842. Doctor Cristóbal L. Mendoza, Caracas, 17 de junio de
Doctor Rafael Martínez, Caracas, 23 de octubre de 1843. 1869.
Doctor Diego Luis Troconis G., Caracas, 14 de marzo Doctor Felipe Aguerrevere, Caracas, 18 de junio de
de 1844. 1869.
Doctor Nicanor Borges, Caracas, 15 de marzo de 1844. Doctor Carlos Urrutia, Caracas, 29 de diciembre de
Doctor Felipe Machado, Caracas, 10 de diciembre de 1845. 1870.
Doctor Juan de Dios Méndez, Caracas, 8 de octubre Doctor Manuel María Urbaneja, Caracas, 10 de octubre
de 1846. de 1873.
Doctor Lorenzo Tamayo, Caracas, 10 de mayo de 1847. Doctor Fulgencio María Carias, Caracas, 18 de julio 1874.
Doctor Ensebio Baptista, Caracas, 29 de setiembre de 1848. Doctor Miguel G. Arroyo, Caracas, 9 de setiembre
Doctor Pablo Acosta, Caracas, 23 de abril de 1849. de 1874.
Doctor Tito Alfaro, Caracas, 12 de junio de 1849. Doctor D. Casañas Burguillos, Caracas, 12 de setiem-
Doctor Lucio Pulido, Caracas, 4 de mayo de 1850. bre de 1874.
Doctor M. Cadenas Delgado, Caracas, 12 de junio de Doctor Juan Francisco Castillo, Caracas, 23 de enero
1850. de 1875.
POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXVII
Doctor Federico Urbano, Caracas, 9 de agosto de 1875. Doctor Rogerio Alyarado, Caracas, 5 de enero de 1894.
Doctor Eduardo Ezpelosín, Caracas, 21 de diciembre Doctor Juan José Herrera Toro, Caracas, 9 de marzo
de 1875. de 1894.
Doctor Francisco M. Villarroel, Caracas, 23 de diciembre Doctor Rafael Cabrera Malo, Caracas, 28 de julio
de 1876. de 1894.
Doctor Eduardo Basalo, Caracas, 14 de setiembre de 1878. Doctor Manuel María Galayís, Caracas, 28 de julio
Doctor Ignacio Páez Fumar, Caracas, 10 de octubre de 1894.
de 1878. Doctor Martín F. Feo, Caracas, 28 de julio de 1894.
Doctor Julio González Pacheco, Caracas, 2 de diciembre Doctor José Vicente Iribarren, Caracas, 28 de julio
de 1879. de 1894.
Doctor Andrés A. Albor E., Caracas, 9 de octubre Doctor Agustín Carrillo, Caraca.s, 30 de julio de 1894.
Doctor F. A. Guzmán Alíaro, Barcelona, 6 de diciem- Doctor Aureliano Villalobos, Valencia, 16 de abril de 1863.
bre de 1893. Doctor Pedro J. Tortolero, Valencia, 18 de abril de 1863.
Doctor Julián T. Maza, Barcelona, 7 de agosto de 1894. Doctor Pablo J. Arocha, Valencia, 17 de diciembre
Doctor Mariano D’Aubeterre, Barcelona, 8 de agosto de 1864.
de 1894. Doctor Miguel Salazar, Valencia, 20 de enero de 1877.
Doctor Pedro Ledezma, Barcelona, 14 de agosto de 1894. Doctor Trinidad S. Lavado, ALalencia, 23 de setiembre
Doctor Lorenzo Adrián Arreaza, Barcelona, 17 de setiem- de 1883.
bre de 1894. Doctor E. Enrique Tejera, Valencia, 23 de enero de
Doctor Severiano Hernández, Barcelona, 17 de setiembre 1886.
de 1894. Doctor Manuel N. Barrios, Valencia, 23 de enero de 1886.
Doctor Pedro M. Reyes, Aragua, 17 de noviembre Doctor Andrés O. Jiménez, Valencia, 28 de enero de 1886.
de 1894. Doctor Julián Mendoza, Distrito Miranda, 18 de mayo
Doctor Andrés A. Arreaza, Aragua, 17 de setiembre de 1888.
de 1894. Doctor Víctor Alvarado E., Valencia, 12 de octubre
Doctor Celestino Terrera, Barcelona, 17 de setiembre de 1891.
de 1894. Doctor Luis Pérez Carreño, Valencia, 12 de octubre
Doctor José Bernardo Gómez, Barcelona, 17 de setiem- de 1891.
bre de 1894.
Doctor Francisco M. Ledezma, Bai-celona, 22 de setiem-
bre de 1894. ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO 7/ALCÓN
Doctor Antonio M. Ledezma, Barcelona, 12 de octubre
de 1894.
Doctor Andrés Alfonzo, Porlamar, 17 de octubre de 1894. Doctor Rafael Monserrate, Coro, mayo de 1888.
Doctor Ramón Penzini, Aragua, 16 de noviembre Doctor Pedro Hermoso Tellería, Coro, 5 de octubre de
de 1894. 1889.
Doctor A. Ledezma Alvarenga, Aragua, 29 de noviem- Doctor Hilarión Núñez, Coro, 29 de julio de 1889.
bre de 1894.
Doctor Manuel L. Hurtado, Villa de Cura, IG de julio Doctor Jorge Valbuena, Maracaibo, 5 de .setiembre de 1894.
de 18G5, Doctor Fermín Orosco Suárez, Maracaibo, G do octubre
Doctor Juveual Anzola, Villa de Cura, 10 de noviembre de 1894.
de 1887. Doctor Pedro Luengo, Maracaibo, 15 de octubre de 1894.
Doctor Félix Montes, Villa de Cura, 0 de diciembre Doctor Antonio Pncbi Fonseca, Maracaibo, 17 de octubre
de 189 . de 1894.
Doctor Miguel V. Uuda, Ciudad de Cura, 0 de diciem-
bre de 1801.
Doctor Antonio María Díaz, La Guaira, 31 de diciem- ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO ZAMORA
bre de 1890.
de 1880.
Doctor Manuel S. Montero, Maracaibo, 23 de diciembre Abogados residentes en el Di.strito Federal 120
“ “ “
de 1890. “ Estado Los Andes 20
Doctor Pedro Guzmán, Maracaibo, 10 de marzo de 1891. “ “ “ “ “
Bermúdez 17
Bachiller Alberto Rincón, Maracaibo, 2 de marzo “ “ “ “ “ Bolívar 10
de 1894. “ “ “ “ “ Carabobo 2l
Doctor Jaime Luzardo Esteva, Maracaibo, 9 de agosto
“ “ “ “ “
de 1894. Falcón 3
“ “ “ “ “
Doctor Jesús María Luengo, Maracaibo, 11 de ago.sto Lara 16
de 1894. “ “ “ “ Miranda 12
Doctor José Vicente Mato.s, Maracaibo, 14 de agosto “ “ “ “ “ Zulia 2
de 1894. “ “ “ “ “ Zamora 7
Doctor Manuel Valbuena, Maracaibo, 14 de agosto
de 1894.
Doctor Edecio Finol, Maracaibo, 20 de agosto de 1894.
'
Total 247
Doctor Eucario Araujo, Maracaibo, 23 de agosto de 1894.
DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
eii_. idoctoí^ iFEí^isrA.iÑr-DO SEicr^'s
I ¡yy N vano busqué deferir á otro escritor el encargo de Perú y El Salvador, quedando allí firmado un tratado
hacer la presente revista; pues la benevolencia }' al efecto.
la amistad de mis cofrades quiere que me toque á El mismo día 23 de enero de 1865 se firmaba también
mí presentar á la posteridad el nombre de muchos de los en Lima, el tratado sobre la conservación de la ]iaz entre
hijos más ilustres de Venezuela por sus servicios á la Re- las mismas naciones dichas, allí re|)resentadas. Por el artículo
pública; -lo cual es })ara mí motivo de plácemes, por la honra 19 se obligaban solemnemente las altas partes contratantes
que con ello recibo. Entro, pues, en materia. á no hostilizarse, ni aún por vía de apremio y á no ocurrir
Bolívar es el primer diplómala venezolano en el cam- jamás al empleo de las armas, como medio de terminar sus
])0 de la idea y de los hechos. Su propósito de reunir diferencias, etc. Por el contrario, em])learían exclusivamente
en Panamá un Congreso de las naciones libertadas por los medios pacíficos })ara dirimir todo desacuerdo, sometién-
sus armas, cautivó la atención del universo por la gran- dolo al fallo inapelable de un árbitro, cuando no pudieran
deza del pensamiento, por las altas previsiones que envolvía, transigirlo de otro modo. Más aún se llegó á fijar el pro-
;
{)or la esperanza de días de ventura y de gloria, que su cedimiento que debía seguir el árbitro para desempeñar su
realización preparaba al bienestar del género humano. En papel. Se establecieron también reglas para la guarda de la
hermosos períodos y en frases expresivas, trazó á los pleni- neutralidad entre los países contratantes; y finalmente, se
potenciarios que debían acudir al istmo, las bases de un adoptaron procedimientos claros é inteligibles para llegar á
Código de derecho de gentes, que llevaba en la esencia y tan deseados fines.
en el espíritu el seci'eto principio cjue hace imperecederas Mas, al salir de 1824 para hablar de los progresos de
las ideas, y eternos los progresos fundados en la moral, en la nuestro derecho público en 1865, he salvado un espacio in-
equidad y en la justicia. menso, fecundado por las repetidas tentativas hechas desde
En enero de 1865 recibía solemne refrendación en Lima, entonces para hacer práctico y positivo el pensamiento de
uno de los puntos principales que debió haber resuelto el Bolívar, que fue el primer estadista que introdujo la novedad
Congreso de Panamá, á saber : la unión y la alianza ofensi- del arbitraje en el derecho de gentes. Para llegar á tan tras-
va y defensiva entre A’’enezuela, Colombia, Chile, Ecuador, cendental objeto, se han formado sociedades de paz, de ar-
24
CLXXXIÍ DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
bitramento, grupos socialistas, ligas internacionales, el Instituto moderación, después de fenecidas las hostilidades que asegu-
;
los han celebrado entre sí, del son los más avanzados textos de
misnn) modo que los de nave- gramática castellana. Bcdlo fue un
gación y comercio. hombre muy erudito, que halló
En todos ellos se ven, como en Chile respetables admiradores,
queda dicho, renovadas de la ma- consideraciones y honore.s. En la
nera más constante, las altas mi- plaza de la Universidad de la ca-
ras que sugirieron al Libertador pital, se ve un busto de mármol
el primer Congreso de Panamá. que le presenta á la posteridad.
Nuestra Constitución vigente En importantes documentos diplo-
y todas las anteriores desde la de mático.s; le he visto citado 3' sus
1864 inclusive, hace obligatoria aptitudes valiosamente apreciadas.
la cláusula del arbitramento en En 18G4 fue nombrado Bello
los tratados que celebre la re])ú- árbitro para decidir una diferencia
blica. entre los Estados Unidos de Amé-
Las grandes potencias recu- rica y la República del Ecuador
rren á él en demanda de armo- 3" en 1SG5, })ara dirimir otra entre
nía, de amistad y de paz. Rin- Colombia y el Perú. No aceptó el
den así digno homenaje á esta último encargo por el mal estado
victoria de razón, á e.sta tem-
la de su salud y su avanzada edad,
planza de nuevas costumbres
las casi nonagenaria.
y á esta j)az de que tanto nece- Antes de cerrar este primer
.sita la raza humana, después de capítulo, deseo hacer mención de
tantos siglos de lucha, de trabajo un notable venezolano, el señor
y de guerra. don Francisco de Michelena 3" Ro-
A la Asamblea que se reu- jas, quien, según documentos que
nió en Panamá don Pedro Gual y don Pedro Bri-
asistieron tengo á la vista, fue enviado por Venezuela á México en J835,
ceño Méndez, por Colombia; Don Antonio Larrazábal y con el carácter de cónsul, para establecer relaciones directas con
Don Pedro Molina, por Guatemala; Don Manuel de Vi- aquella república. Su nombramiento databa de 1833, 3' tenía
daurre y Don Manuel Pérez de Tudela, por el Perú; Don por objeto principal la celebración de un tratado. En tiem-
José Mariano de Michelena y Don José Domínguez, [)or po de Colombia había desempeñado la secretaría de la legación
México. Todos ocupaban puésto culminante en la lucha de de Lima, á cargo ésta del mariscal Antonio José de Sucre. Más
la independencia de las repúblicas centro y sud-americanas y tarde tuvo el carácter de ministro plenipotenciario de Venezuela
todos trabajaban por el progreso y la estabilidad de las nue- en España y en Roma}" del Ecuador en Europa. Le acompaña-
vas ]iacionalidades. Prevalecían entonces las ideas más .sanas, ron como secretarios los señores doctores Carlos Arvelo Echean-
la ambición más noble, el amor á la gloria. día 3' Ramón Alejandro Ramos. Gustaba mucho de viajar 3’ re-
De suerte que si íí'acasó el proyecto de Bolívai’, débese corrió todas las }>artes conocidas del globo. Hizo la exploración
á causas de otro orden, de todos conocidas, que no hay ]>ara del Amazonas, dejando escrita acerca de ella una obra importante.
que mencionar en e.sta lista de presente, que })asamos á los A semejanza del padre Las Casas, fue amigo 3" protector de los
beneméritos de la patria. indios.
¿Ha vencido el arbitramento? ¿No privan ya en los Separada Venezuela de Colombia en 1830, comenzó para
con.sejos internacionales los planes del Libertador? Pues coi'ra- ella la vida autonómica, con las necesidades inherentes al
mos, como los antiguos espartanos á dar gracias á los dioses nuevo estado. Fueron de las primeras el arreglo de la parte
A(juella época inmortal que tuvo tantos estremecimientos, de deuda de Colombia que le tocaba ]>agar: la fijación de
reveses y victorias 3" durante la cual se desplegó actividad límites territoriales; la reglamentación del comercio de tránsito
asombrosa, nunca antes vista ni sentida, tuvo también legisla- y la de estal)lecimiento de reglas j)ara abrir y cultivar rela-
dores, ])oetas V ])ublicistas. A Andrés Bello, le llegó su turno, ciones políticas y mercantiles con las potencias extranjeras.
3' escribió un tratado de derecho de gentes, que [)arocía servir En prime)' término ^Ynezuela hizo suyos los ti-atados de
de modelo para un código internacional que rigiese las relacio- ai'inisticio v de regulai'ización de la gueri-a, celebrados con
nes de los pueblos 3' los mantuvie.se en ])az; que fijase los Esjiaña, en Trujillo, el 2o y 2G de noviembi'e de 1820, debida-
derechos de la guerra i)ara cortar abusos; que reimplantase mente autoi'izados por Ramón Correa, J. Rodríguez de Toi'o,
los princi})ios ele la benevolencia, de la caridad y de la F. González de Linai'es, Antonio José de Sucre, Pedro Bri-
:
ceño Méndez y José Gabriel Pérez, plenipotenciarios espa- menos acoger con algunas reservas los celebrados con In-
ñoles los tres [)riineros y colombianos los tres últimos, apro- glaterra, Países Bajos y Estados Unidos, porque estas ¡poten-
bado por Libertador Presidente.
el El tratado celebrado por cias, interesadas |en conservar las ventajas adquiridas por
Sncre, dice Bolívar, es digno del alma de aquel negociador dichos pactos, podían, llegado el caso, contribuir, si no á
la benignidad, la clemencia, el génio de la beneficencia lo frustrar, por lo menos, á debilitar, los conatos de España por la
dictaron: él será tan eterno como es el más bello monumen- reivindicación de sus perdidas colonias.
to de la piedad aplicada á la guej'ra, él será tan eterno como En junio y agosto de 1835 quedaban canjeadas en Ca-
el nombre del vencedor de Ayacucbo. racas las ratificaciones de la convención celebrada entre Ve-
El de unión, liga y confederación perpetua, celebrado nezuela y la Gran Bretaña, sobre el tratado con Colom-
el 0 de julio de 1822. entre Coloml)ia y el Períi, firmado bia ;
convención firmada en Londres en 29 de octubre de
por Bernardo Monteagudo y Joac|UÍn Mosquera, adicionado 1834 por lord Palmenston y el general Mariano Montilla.
con otro en la misma fecha, aprobado por el vicepresiden- El artícúlo 1? establece que: “Habrá perpetua, firme
te de Colombia. y sincera ami.stad entre la República y puertos de Colom-
El de unión, liga y confederación bia y los dominios y súbditos de S.
perpetua, entre Colombia y Chile, ce- M. el rey del Reino Unido de la Gran
lebrado en 21 de octubre de 1822, fir- Bretaña é Irlanda, sus herederos y su-
mado por Joaquín Mosquei’a y Arbo- cesores.” Se ha pretendido con este ai’-
leda, Joaquín de Echeverría y José An- tículo inicial dar sello de ¡perpetuidad
tonio Rodríguez, aprobado por el vice- á las relaciones comerciales y políticas
presidente de Colombia. existentes entre ambos países. Sin em-
El de amistad y alianza, entre Co- bargo, semejante interpretación queda
lombia y Buenos Aires, celebrado en 8 negada por el artículo 11, que preveo
de mayo de 1823, entre los ])leni[>oten- el caso de interrupción de la correspon-
ciarios Joaquín Mosquera y Bernardino dencia comercial amistosa, ó algún rom-
Rivadavia, aprobado por el vicepresi- pimiento entre los contredantes, y esta-
dente de Colombia. blece, al efecto, los principios del dere-
El de unión, liga y confederación, cho de gentes aplicables á las circuns-
entre Colombia y México, celebrado el tancias. Los tratadistas opinan que:
tres de octubre de 1823, firmado [)or toda cláusula de doble .sentido, debe
Miguel Santamaría y Lúeas Alamán. interpretarse y entenderse de la mane-
Lo ratificó previa a[)robación del Con- i’a más favoi'able
y fácil, y no en el que
greso el vicepresidente de Colombia, en la baria im|>racticable, más onerosa ó
30 de junio de 1824. menos útil. El deseo de que la amistad
El de paz, amistad, navegación y que baya entre dos naciones sea per»
comercio con los Estados Unidos, de S })etua, firme y sincera, es noble, es hu-
de octubre de 1824, celebrado por Pe- mano, es filantrópico pero no se pue-
;
dro Gual, secretario de relaciones ex- de imponer como una obligación in-
teriores de Colombia y Ricardo Clougb definida, ni ¡permanente, ni invariable.
Anderson, júnior. Fue ratificado, con El trato internacional está sujeto, como
el consentimiento del Congreso, en 20 el de los individuos, á mutaciones ne-
de marzo de 1825. cesarias, exigidas por las circunstancias
El de unión, liga y confederación el mutuo interés de los contratan-
y
perpetua, de 15 de marzo de 1825, tes. En 1835 no se conocían los bu-
entre Colombia y las Provincias Unidas de Centro América, ques de vapor, ni el cable eléctrico al través del océano, que
firmado por Pedro Gual y Pedro Molina, y ratificado, pre- tanto han mejorado las relaciones mercantiles y ¡políticas de los
via aprobación del Congreso colombiano, en 12 de abril de 1825. pueblos civilizados. Los gobiernos se hacen muy esforzada-
El vigente entre Colombia y la Gran Bretaña, de amistad, mente lo que se llama guerra de tarifas aduaneras, en vir-
comercio y navegación, de 18 de abril de 1825, firmado })or tud del derecho que cada uno tiene de reglar sus negocios
Pedro Gual y Pedro Briceño Méndez, y John Potter Hamil- comerciales del modo que más le coiavenga, sin intervención
ton y Patrick Campbell, con un artículo adicional, canjeado extraña de ninguna especie. Todos abren ó cierran sus ¡puertos
por el vicepresidente de Colombia, después de ratificado por el al comercio exterior, á voluntad. A ningún comerciante ni
Congreso, en 23 de mayo de 1825. persona ¡particular ó pública, se puede obligar á consumir
La declaratoria de los artículos II y III del tratado y mercancías de procedencia determinada, ni á comerciar pi-eci-
convención entre Colombia y los Estados Unidos, de 30 de samente con tal ó cual nación, ni á embarcarse en bajeles pri-
enero de 1826, autorizada por Francisco de Paula Santander, vilegiados, ni á visitar cierto país.
vicepresidente de Colombia, y José R. Revenga, secretario de En 1839, apercibido el gobierno del error cometido con la
relaciones exteriores de la misma república. célebre creación de dicho tratado, dió instrucciones al doctor
El tratado de amistad, comercio y navegación, entre Co- Alejo Fortique, representante de Venezuela en Londres, ¡para
lombia y los Países Bajos, del? de mayo de 1829, firmado en que buscase repararlo. Era este diplómata hombre sagaz, muy
Londres por los plenipotenciarios J. F. Madrid y A. R. Falck, ¡perito para esta clase de negocios, laborioso
y ordenado, ¡pro-
ratificado por el Libertador Presidente de Colombia, con el fundo en el conocimiento del derecho público, muy patriota
carácter de jefe supremo de la república, en la ciudad de Gua-
y hábil. Hablaba varios idiomas, era insinuante, culto y afec-
yaquil, el 10 de setiembre de 1829
y habiendo sido comu-
;
tuoso; ¡prendas que le granjearon las simpatías del gobierno in-
nicado á Venezuela después de su transformación política, el glés, y le facilitaron el arreglo favorable de los varios asuntos
Congreso expidió un decreto aprobándolo
y lo declaró obli- confiados á su tacto.
gatorio para esta república desde su ratificación. Este acto le- Mencionado el general Mariano Montilla en el ¡párrafo
gislativo fue sancionado por el ejecutivo en 15 de junio dp 1831. anterior, cabe decir de una vez, ¡pues no le volveremos á hallar
Tal es el origen, nacimiento
y fuente del derecho pú- en el curso de esta revista, que fue él el enviado ¡por parte de
blico venezolano. Separada de Colombia, Venezuela ]>ubli- Venezuela á Londres, con el fin de renovar el tratado de
caba su mayoridad, extendía á todas partes los brazos que se habla. Era e.ste plenipotenciario cabal cortesaiup.
y hacía
suyos los pactos que parcialmente la habían ligado antes, Por fortuna, el tratado antedicbcp .será sustituido con
corno ]>arte integrante de aquella, con otras naciones extran- otro ipuevo (¡ue será el preliminar de la i’eanudacióu de las
jeras. El aceptar los tratados vigentes con las repúblicas relaciones di¡plomáticas, alupra interrunqpidas, con la Gran
hermanas, era lógico, era necesario, era previsor, porque en Bretaña. De tal concierto pende la nueva amistad. Con la
ello le iba la conservación de la independencia. No lo era nueva Colombia se reenqplazó con (Ptro tenqporal desde 1866.
CLXXXIV DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE \^ENEZUELA
Durante su pei'manencia eii Inglaterra aprovechó el solicitaron con calor. En la resolución de 23 de junio de 1830,
general Montilla la oportunidad para iniciar el tratado de el Congreso decía :
])az y amistad con España, en conferencias con el marqués “ Muchas sesiones ha ocupado la discusión
de esta im-
de Mii'aliores, representante de ésta, á cuyas buenas dis- portante y grave materia, en que se han visto siempre los
posiciones debió la satisfacción de que llegasen al gabinete sentimientos de amistad, fraternidad y simpatía de que están
de Madrid sus notas diplomáticas animados cada uno de los miem-
sobre tan interesante objeto. bros del cuerpo, combatidos por los
En 1835 el Congreso aprobaba dictados de la justicia y del deber
el tratado de la Gran Bretaña con nacional: en ninguna ocasión ha
Colombia, que Venezuela hacía su- parecido más contrariado el hom-
yo y en 183b negaba su consen-
;
bre público con el hombre privado,
timiento y aprobación al tratado so- ó el delrer por los afectos. Todos
bre extinción del tráfico de esclavos, se han convencido y confiesan la
firmado en (laracas el 19 de mayo grande utilidad que resultaría á
de 1837, por falta de medios para nuestro Estado de tan o[)ortuna
cumplirlo. Lástima que no hubiese agregación mayor conjunto de lu-
:
da majestad y fuerza ¡)ara rechazar sus desde que alguna de ellas esté animada
abusos con un brazo forcejea contra la
;
por la secreta influencia de algún agra-
opresión, con el otro contra la licencia, vio.”
manteniendo ileso en el medio el bien El Congreso venezolano no aceptó
del Estado. la agregación de la provincia de Casa-
El ilustre literato é historiador Ra- francisco a. zea nare y los fundamentos de su resolución
fael M. Baralt, dijo de la Constitución que quedan copiados, son la mejor prue-
de 1830, que fue el triunfo más esplén- ba del patriotismo, de la ¡irobidad y de
dido do la razón ¡lública, que contiene cuanto ¡Hiede bastar la justicia de aquellos ciudadanos.
á la felicidad del ¡lueblo y que res¡ilandece en ella el pa-
triotismo y la ciencia de los más ilustres hijos de Venezuela. III
Esa Constitución (¡uedó luego solemnemente ratificada en
la práctica ¡>or un acto que honra tanto al Congreso cons- El 11 de marzo de 1833, celebró Venezuela con Francia
tituyente de Venezuela, como á los di¡)utados Soublette, Var- un tratado de amistad, comercio y navegación. El principal
gas y Narvarte, que combatieron la anexión á esta Re¡)ública objeto que buscó en él la república, fue el reconocimiento
(le la ¡irovincia granadina de Casanare, que sus habitantes de su independencia y consta a¡ienas de cuatro artículos. Lo
:
nos de la ciencia diplomática. F. DE MICHELENA A’ ROJAS 12 Que la sentencia no verse sobre bie-
Así, [)or el artículo 62 de nuestro Có- nes inmuebles situados en Venezuela
digo civil vigente, la autoridad de la ley se 2? Que la sentencia lunui sido pronun-
extiende á todos los habitantes de la República, inclüsos los ciada poruña autoridad judicial competente:
extranjeros. 3? Que haya sido pronunciada, halfiéndose citado regu-
Por el 72, las leyes concernientes al estado y capacidad larmente las partes ;
de las personas obligan á los venezolanos, aunque residan 42 Que la obligación, para cuyo cumplimiento se ha^ui
ó tengan domicilio en país extranjero. procedido, sea lícita en Venezuela, y que la sentencia no
Por el 82, los bienes inmuebles, aunque estén poseídos contenga disposiciones contrarias al orden público ó al de-
por extranjeros, se regirán jror las leyes venezolanas. recho público interior de la República.
Por el 02, la forma extrínseca de los actos entre vivos y Por el artículo 558, para que se declare ejecutoriada la
de última voluntad se rigen por las leyes del país donde se sentencia, es menester que se cite á aquél contra quien
hacen pero los venezolanos podrán seguir las disposiciones
;
ella obre para el décimo día, y que se admita á las j)ar-
de las leyes veiiezolana.s, en cuanto á la misma forma ex- tes á informar de palabra, en audiencia pública, lo que
trínseca cuando el acto sea otorgado ante el empleado com- crean conveniente á la defensa de sus derechos.
petente de la República en el lugar del otorgamiento. La parte que promueve el juicio debe presentar la sen-
En todo caso la ley de Venezuela que haya e.stablecido tencia en forma auténtica.
como necesaria una fórmula especial, deberá ser cumplida. Por el 559, las providencias de los tribunales extran-
Por el 172, los extranjeros gozan en Venezuela de los jeros concernientes al examen de testigos, experticias, jura-
mismos derechos civiles que los venezolanos, con las excep- mentos, interrogatorios y otros actos de mera instrucción
•ciones establecidas ó que se establezcan. Esto no impide la que ha}’an de practicarse en la Re})ública, se ejecutarán con
CLXXXVI DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
de la Constitución vigente dice que los extranjeros gozan de terés público celebrado por
el gobierno nacional ó por el
:
todos los derechos civiles de que gozan los nacionales; de los podrá ser tra.spasado, en todo ni en parte,
E.stados,
y
pueden hacer uso de ellos en el fondo, la forma ó proce- á gobierno extranjero. En todo contrato de interés público
dimiento, y en los recursos ó que dén lugar, al)Solutamente se establecerá la cláusula de que “ las dudas
en los mismos términos que dichos nacionales. y controver-
sias que puedan suscitarse sobre .su inteligencia
El artículo 10 dice que; la nación no tiene ni reco- y ejecución,
serán decididas por los tribunales venezolanos
noce á favor de los extranjeros, ningunas otras obligacio- y conforme
á las leyes de la República, sin que puedan tales contra-
nes ó responsabilidades que las c{ue, á favor de los nacio- tos ser, en ningún caso, motivo de reclamaciones interna-
nales, se hallen establecidas en igual ca.so por la Constitu- cionales.”
ción y las leyes. Y el artículo 150 que “ las pre.scripciones del dere-
;
El artículo 11 dice que; el gobierno de Venezuela no cho de gentes hacen parte de la legislación nacional ellas ;
celebrará con otras naciones ninguna especie de tratados, regirán especialmente en los casos de guerra civil. En con-
sin^ que reconozcan los principios establecidos en los dos .secuencia, puede ponerse término á ésta por medio de tra-
artículos anteriore,s. tados entre los beligerantes, quienes deberán aceptar las prác-
Y el 12 que la ley determinará los derechos y debe-
;
ticas de las naciones civilizadas, siendo en todo caso in-
res que correspondan á los extranjeros no domiciliados. violable la garantía de la vida.”
En el título III, que trata de las bases de la unión, Acerca del dei-echo de expulsión de los extranjeros co-
los Estados se obligan ;
piaré lo que be escrito en el [)rimer tomo de las Prácticas
3? A
defender.se contra toda violencia que dañe su in- del Mini.sterio Venezolano de Relaciones Exteriores, á
dependencia ó la integridad de la nación. saber
4? A no enagenar á potencia extranjera parte alguna “ Los dei’echos que }>or la CoiLstitución, leyes y trata-
de su territorio, ni implorar su protección, ni establecer ni dos, gozan los extranjeros en la República, soiZ únicamente
cultivar relaciones políticas con otras iraciones. los civiles, })ues están reservados ó los venezo-
los jiolíticos
59 A no agregarse ni aliarse á otra nación, ni sepa- lanos por nacimiento ó naturalización. Así (¡ue, un extran-
rarse de V^enezuela menoscabando su nacionalidad ni su jero que ejerza cuabjuiei'a de brs últimos, se equiparadlos
territorio. nacionales para todos los efectos de su conducta, quedando
Entre las atribuciones del Congreso se cuenta la 159, á juicio del ejecutivo el aceptarle ipso facto como ciuda-
por la cual le incuml)e aprobar ó negar los tratados dano ó no, por ser uno de los medios de adquirir la na-
y
convenios diplomáticos, los cuales sin el requisito de .su apro- cionalidad del país en que se vive. Pero, como ese derecho
bación no serán válidos, ni podrán ratificarse ni canjearse. político puede ejercerse con fines aviesos, el ejecutivo tiene
Entre las atribuciones del Presidente de la República, el de exi>ul.sar al extranjero que se baile en tal caso y
se^ cuenta la que le faculta, con el voto consultivo del con- evitar que se turbe la paz.
sejo de gobierno, para dirigir las negociaciones diplomá,ti- El artículo 39 del decreto ejecutivo de 14 de febrero
cas y celebrar toda esj)ecie de ti’atados con otras naciones, de 1873, declara á los extranjeros domiciliados sujetos á
por medio de los agentes diplonuíticos de la República, .so- las mismas obligaciones que los venezolanos en sus ¡perso-
_
metiendo dichos tratados al Congreso Nacional para su apro- nas y jiropiedade.s. Los exonera, sin embargo, del servicio
bación ó improbación. militar, de las contribuciones forzosas
y extraordinarias de
La de declarar la guerra, cuando la baya decretado el guerra, en los casos de conmoción interior á mano ar-
Congreso. mada.
La de arrestar ó expulsar á los individuos de la na- El artículo 4? de la misma ley, declara que pierden
ción con quien .se esté en guerra,
y que sean contrarios á su carácter de neutrales, considerámíolos identificados á los
la defensa del país. nacionales para el efecto de soportar los gi'avámenes con-
La de suspendei- las garantías individuales incompati- siguientes al estado de guerra, tanto en sus personas como
bles con ladefensa nacional, excepto la de la vida. en sus pro})ie(lades, los extranjeros que tomen parte en las
La de ex[)edir |)atentes de corso y re})resalias y seña- contiendas domé.sticas de los venezolanos. Patente se ve en
lar las leyes que hayan de seguir.se en los casos de apre- lo (pre queda dicho la diferencia d(' derechos atribuidos á
.samiento. los extranjeros, los cuales están además exce})tuados de al-
El artículo 78 inviste al Presidente de la facultad de gunos deberes imj)uestos á los nacionale.s.
jirohibir la entrada en territorio nacional, ó expulsar de él Abora
Ipien ¿ puede un extranjei'o, por ejemplo, crear
;
cuya conservación ó menoscabo incumbe sólo á los nacio- sean estos buques públicos ó privados.
nales, que tienen relaciones y propiedades en la República, Al triunfar la íederación en 1863, se halló con que el
nexos estrechos de familia, amistades que nacieron con la gobierno de la dictadura que acababa de sucumbir, había
razón, y cierta homogeneidad de aspiraciones, .sentimientos celebrado con la Santa Sede un concordato, firmado el 26
é ideas con los comi)atriotas, que no tienen los extranjeros. de julio de 1862. Sometido á la discu.sión de la Asamblea
En el segundo, es decir, si acusa al gobierno, obra mal constituyente, ella re.solvió que se le devolviese al ejecu-
y sus producciones parecen chocantes y di.sociadoras, sobre tivo para que lo coordina.se con la nueva Constitución
y le-
todo porque teniéndosele yes y abriese nuevas ne-
por especulador ó aventu- gociaciones con la silla
2’ero, causa pena ver <á un apostólica antes de volver-
extranjero meterse en asun- lo á someter al Congreso.
tos que no le conciernen, El Ejecutivo resolvió en-
fallar en causa de que no tonces acreditar una lega-
es juez, aplaudir cosas que ción ante el Vaticano, y
no conoce, censurar á per- eligió para el difícil y ele-
sonas á quienes ni siquiera vado cargo al señor doctor
ha visto, y de todos mo- Lucio Pulido, persona muy
dos, turbar con su oposi- calificada, que ya antes ha-
ción la paz deun país que bía ejercido empleos diplo-
puede abandonar en cual- máticos con mucho luci-
quier instante, sin pena, miento. Misión delicada,
porque nada tiene en él.
que requería en el electo,
Claro es, por tanto, cjue tacto probado, dón de gen-
conviene expulsar á esta tes y amable fiexibilidad
especie de cosmopolitas sin de discusión. La política
credo, sin fe, ni conciencia que se inauguraba en Ve-
de lo que hacen, siempre nezuela, precisamente era
que e.sto les produzca pro- antagónica á la que había
vecho ó les dé fama de de- fenecido, porque ésta ten-
sordenados ó perversos. día á centralizar en el Eje-
Ese derecho de ex[)ul- cutivo todos los resortes de
sión está incorporado en la
la administración pública
ley fundamental vigente,
requiere para su ejercicio
y esotra brindaba á las sec-
ciones con la autonomía y
el voto deliberativo del Con-
con el establecimiento del
sejo de gobierno y se limita
sistema federativo de go-
á los extranjeros no domi-
bierno, que no admite pri-
ciliados.”
vilegio de poderes seglares
El importante princi- ó espirituales, sino que más
pio de irresponsabilidad del
bien busca la cohesión ne-
Estado en cuanto á daños cesaria en la autonomía
causados por facciones, san- y
libertad de acción de todas
cionado en nuestras leyes,
las fuerzas que, juntas, coo-
muchas veces sostenido por peran ála más libre, des-
el gobierno, embebido en RAFAEL ACEVEDO
nuda y franca acción del
convenios é incorporado ya
Eístado.
en obras de célebres publi-
En la discusión que el
cistas, ha adquirido alta concordato sufrió, la comi-
trascendencia en la República. sión respectiva de la A.samblea constituyente había objetado al-
La ley venezolana de 14 de febrero de 1873 dice, ar- gunos artículos acerca de los cuales el cardenal .secretario
ticulo 9? En ningún caso podrá pretenderse que la na- de Estado declaraba no poder la Igle,sia aceptar ninguna
ción_ ni los Estados indemnizen daños, perjuicios ó expro-
modificación; mucho menos cuando tenía en la mano una
piaciones, que no se hubieren ejecutado por autoridades le- prueba tan valiosa como la de la aprobación del Concorda-
gitimas, obrando en su carácter público. Y por el artículo to por la dictadura vencida. Pero el negociador, en ésta y
11? se declara, como complemento de la regla, que con otras otras emergencias del mismo asunto, supo aprovecharse de
palabras es la misma anglo-americana, la responsabilidad
de daños ó perjuicios, así
los resortes
y secretos de la ciencia diplomática, jiara dis-
“Todos los que sin carácter pú-
:
cutir todos los puntos del convenio, unos después de otros,
blico decretaren contribuciones ó empréstitos forzosos, ó co-
cediendo á veces á las indicaciones de la cancillería de su
metan actos de despojo de cualquiera naturaleza, así como santidad; y otra.s, utilizando cada ojiortunidad que se le
los ejecutantes, serán responsables directa y personalmente ofrecía para discutir artículos, perentoriamente excluidos de
con .sus bienes al perjudicado.” toda controversia, al abrirse la negociación. El princi[)io tu-
La propia ley, saliendo de los límites del rigoro.so de- telar de nuestro derecho público, que dispone se sometan al
recho y situándose en el de la equidad, impone al tesoro
Congreso los tratados celebrados [lor el gobierno, sin cuya
público el gravámen de los daños, [)erjuicios ó ex[)ropiacio- aprobación carecen éstos de validez, quedó á salvo, como era
nes que causen a quien quiera que .sea, empleados nacio-
natural, desde el primer momento. Ese principio es una
nale.s ó de los Estados, en guerra civil ó internacional, ó garantía de nuestra independencia, la salvaguardia de los
en tiempo de paz, siempre que se deduzca la acción den-
intereses nacionales y la mejor prenda de acierto en cuanto
tro del plazo
y con los trámites señalados v ante la Alta se refiere á los ¡lactos internacionales. Admitido como era
Corte Federal.
lógico, el concordato quedaba negado,
Cada vez que ha habido alguna insurrección en el paí,s, y salvado el decoro
de ambas partes contratantes. El cardenal Antonelli pidió
ha ejercido el gobierno el derecho que le da el Código á nue.stro negociador la i)ublicación y cumplimiento por jiarte
CLXXXVIII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
de Venezuela, del referido concordato, sin dejar de recono- zaba para decir (jue el gobierno de S. M. no opinaba que
cer cjue algunos artículos de la Constitución no se halla- se sometieseá arbitramento el límite entre esta república y
ban en arinonía con algunas disposiciones contenidas en él, la Guayana británica; mas al mismo tiempo manifestaba la
lo que equivalía á reconocer su esperanza de que se escogitase al-
invalidez. gún otro medio [lara traer este
La cuestión pendiente con In- antiguo asunto á un desenlace sa-
glaterra acerca de las Guayanas tisfactorio para ambas potencias.
venezolana y británica, ha sido En la respuesta que se dió á esta
tratada en Londres por varios mi- negativa, se recordaron los princi-
nistros plenipotenciarios y otros pios constitucionales que prohíben
agentes especiales, entre quienes se la enagenación de territorio; la
cuenta; [)riinero al doctor Alejo proposición de lord Alberdeen al
Foi'tique; .segundo al doctor José doctor Fortique, en julio de 1841,
María Rojas tercero al señor ge-
;
de recurrir al arbitramento para
neral Antonio Guzmán Blanco resolver la disputa; que de resultas
cuarto al señor doctor Modesto Ur- de lo conven! (lo en la conferencia
baneja; (luinto al señor doctor Lu- de París, en 1850, á propuesta del
cio Pulido; y sesto al señor Tomás plenipotenciario de la Gran Bre-
Miclielena. Los tres últimos, in- taña, su legación en Caracas excitó
vestidos del carácter de agentes al gobierno de Venezuela á valerse
conñdenciales, carácter que es una de los buenos oficios de una po-
mera ])re.sentación oficial, no lle- tencia amiga, para [(revenir con-
gai“f)u ádesplegar el de enviados tiendas internacionales; las pala-
extraordinarios y ministros pleni- bras del primer mini.stro inglés de
potenciarios, de que iban })rovis- la Gran Bretaña en la Cámara de
tos, porque el gobierno inglés se los Comunes encaminando como
ha negado constantemente, desde un grandísimo triunfo, la [)ro[)ue.s-
que en 18S7 se interrumpieron las ta ele someter á arbitraje los des-
relaciones diplomáticas, á aceptar acuerdos de las naciones y otras
;
2? La propuesta por lord Aberdeen, al doctor Fortique, .sido una parte del pilan por mi expiuesto en el “Proyecto
en 30 de marzo de 1844. de Solución ” al asunto límites con Guayana, pmblicado en 1888,
3? La indicada en 21 de mayo del mismo año por el que dice así:
consejo <le gobierno en el acta que refutó la proposición El envío de agentes dipilomáticos á Colombia, Ecuador,
“
del gobiei'iio de Su Majestad, y proi>úso otra línea de tran- l^erú y Brasil, podría si no a.segurarnos el concurso material
sacción. de estos piaíses, sí por lo menos el concurso moral de sus
4° Las que res})ectivamente se propusieron en 1881, el simpatías, como aconteció ya en la guerra que Espiaña pro-
agente diplomático de la República en Londres señor doctor movió al Perú y Chile en 48G5, que hizo á é.stas formar
José María Rojas, y el ministro de relaciones exteriores de Su causa común con las repúblicas agi’edidas y á otras protestar
Majestad Británica, lord Granville. enérgicamente contra el bomliardeo de Valparaíso. ^Tnezuela
oV La indicada [>or lord en piresencia de la expioliación
pública, acreditar legaciones de prrimera clase ante los gobiernos nota del gran Bayard, dando frente ante la Gran Bretaña
de cada una de ellas, y nombró al seiror doctor Juan Pietri, en la cuestión á solicitud mía, como repireseutante de Vene-
piara enviado extraordinario y ministro plenipiotenciario en zuela. Escribí entonces oficialmente que sólo había un p)aso
los Estados Unidos Mexicanos; al señor doctor Rafael Villa- más epue dar p:>ara obtener el más satisfactorio y mejor arre-
vicencio, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario glo pjosible de la cuestión de límites de Guayana, urgí la
en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa- necesidad de no retirar al ministro inglés St. John, pero todo
Rica. en vano, y mi trabajo p:>erdido. La suspensión de las rela-
Al seiior doctor Fernando Burguillos, para enviado ex- ciones dipolomáticas con la Gran Bretaña y mi retiro al mis-
traordinario y ministro pdenipiotenciario en el Ecuador; mo tiemp:) 0 malograron los trabajos de tanto tiempjo, é hicie-
,
Al señor general Marco A. Silva Gandolphi, piara en- ron impiosible lo que se tenía, p)or mis piropios informes nunca
viado extraordinarifi y ministro p)lenipotenciario en el Perú fallidos, p)or consumado felizmente.”
y Bol i vi a. El gobierno inglés había manifestado al doctor Modesto
Al señor Domingo Santos Ramos, para enviado ex- Urbaneja, ministro plenipotenciario de Venezuela en París
traordinario y ministro ])lenipiotenciario en los Estados Uni- y agente confidencial en Londres en su pro rticmoria de 10
dos del Brasil, en la Rep)ública oriental del Uruguay y en la de febrero de 1890 y en su memorándum de 19 de mayo
del Paraguay. del mismo año, que la Gran Bretaña no admite discusión
Al señor Pedro Ezequiel Rojas, piara enviado extraor- en cuantos á sus derechos sobre los territorios de la Guaya-
dinai’io y ministro pileidpiotenciario en Chile y la Repiública na epue se encuentran dentro de la línea de Schonbuigk;
Argentina ;
p)ero que consentiría en someter á arbitramento sus pi-ctcn-
Y señor general Jacinto R. Pachano, piara enviado
al siones acerca de los territorios que .se encuentran fuera de
extraordinario y ministro pilcnipiotenciario en las Repiúblicas esta línea.
Dominicana y de Ilaytí. El doctor Lucio Pulido, reemplazó en el mes de junio del
Todas estas legaciones fueron muy bien acojidas y aten- mi.smo año al doctor Urbaneja.
dido ef objeto principial de su encargo, el cual parece haber En una conferencia que tuvo él, el 30 de agosto con
25
cxc DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
relaciones exteriores, y ios señores Manuel Felipe de Tovar fija penas contra los que de una manera manifiesta hayan
y Fermín Toro, dimitían el mismo día, las de lo interior exajerado el monto de los perjuicios sufridos. Estas leyes
y de hacienda, })or no haber tenido conocimiento, hasta tienen la fecha de 14 de febrero de 1873,
y fueron obje-
el 6, protocolo hecho por el señor LTi-rutia, el cual con-
del tada.s^ por algunas de las legaciones de la capital, dando lu-
tradecía sus opiniones y actos oficiales. No se acepto la di- gar a una discusión tan ilustrada como decisiva de nues-
misión delosdos últimos, y el ministro señor Toro, trató de fijar la tros derechos como potencia libre.
verdadera significación del ]>rotocolo. El señor Urrutia se En 1856 la legación france.sa en Caracas invitó al go-
había antes asegurado del concurso mo- bierno de Venezuela á adoptar los prin-
ral del general José Ramón Soto, minis- cipios de la conferencia de París, redu-
tro de guerra. cidos á los puntos siguientes:
A consecuencia de estos actos vinie- 19 Queda abolido el cor.so.
ron á La Guaira dos buques de gueri-a, 29 El pabellón neutral cubre la mer-
francés uno, y británico otro, á })edir sa- cancía enemiga, con excepción del con-
tisfacción por la pretensa violación délas trabando de guerra.
legaciones francesa é inglesa. Al ultimá- 39 La mercancía neutral, con ex-
tum pasado por los jefes de ambos se cepción del contrabando de guerra, no
contestó que la cuestión del protocolo e.stá sujeta á captura bajo j)abellón ene-
de 26 de marzo no justificaba de ningu- migo.
na manera la intervención de los gobier- 49 Los bloqueos, para ser obligato-
nos extranjeros, como ya lo habían de- deben ser
rios, efectivos, es decir, man-
clarado cuatro de los ministros firman- tenidos con una fuerza suficiente para
tes; y que ni por su forma, ni por su prohibir realmente el acceso á la costa
materia, podía dicho protocolo afectarlos del enemigo.
derechos, los intereses ó el honor de Fran- Los gobiernos de
los plenipotenciailos
cia y de la Gran Bretaña; que la pro- infraescritos se obligan á poner esta de-
mesa que contenía era hecha al general claración en conocimiento de los Estados
Monagas ;
que no había sido ni sería vio- que no han tenido parte en el Congreso
lada ;
pero que de la oportunidad de su de París, é invitarlos á acceder á ella.
cumplimiento, que nunca llegaría por la Convencidos deque las máximas que
vía de ai)remios, sólo el gobierno de Ve- acaban de proclamar no pueden menos
nezuela era juez com[)etente. Que el ca- que ser acogidas con gratitud por el mun-
so era de discusión de derechos, de ex- do entero, los plenipotenciarios infraes-
plicaciones conciliatorias y de justa ave- critos no dudan que los esfuerzos c|ue
nencia entre gobiernos amigos, después ANGEL QUINTERO
harán sus gobiernos para generalizar su
de las inevitables perturbaciones que na- aplicación, sean coronados del más feliz
cen de un gran tra.storno político; que resultado.
de ninguna manera era aceptable el uso de otros medios que La presente declaración no es ni será obligatoria, sino
no podrían conducir sino á una manifiesta violación del dere- entre las potencias que han accedido
ó que accedieren á
cho, de la justicia y de la paz interior de una nación amiga. ella.
Con el protocolo realizó el señor Urrutia De la res[)uesta dada por nuestro minis-
su designio de salvar al general Monagas del tro de relaciones exteriores, señor Jacinto Gu-
conflicto en que su situación le colocaba
y los ;
tiérrez, se copian los párrafos siguientes ;
señores Tovar y Toro alcanzaron fijar el ver- “El poder ejecutivo, haciendo justicia á
dadero sentido del protocolo y salvar el prin- las elevadas miras que presidieron en la con-
cipio de que las legaciones extranjeras no pue- ferencia de París, al declarar como reglas obli-
den ni deben mezclarse en los asuntos internos gatorias y permanentes de conducta aquellas
de la nación. máximas, considera su adojieión, y sin duda
El señor Jacinto Gutiérrez se condujo en parecerá al mundo, un nuevo éLmportante
este trance con el decoro que convenía á un
progreso del derecho de gentes. Estima igual-
ciudadano digno })or todos respectos de la es- mente de mucho pe.so los argumentos con que
tima pública, pues no vaciló un momento en se recomienda á la accesión de Venezuela se-
abandonar el asilo para evitar ser causa de mejante convenio jiero conoce que desde lue-
:
mo un ])recepto apoyado en los más sanos fundamentos, á vagar luego, sin i’umbo fijo, ha.sta que abandonó las
y parte de casi todos sus tratados, más ó menos ex-
lia ce aguas venezolanas y fué á refugiarse en uno de los puer-
plícita mente. tos de la República Dominicana, seguido siempre de cerca
Pero parece al gobierno que la abolición del corso, por por uno de los buques de guerra venezolanos. E.ste bu-
apetecible (jue sea y por más que en que se llamaba “Justicia”; el gobiei-
algún tiempo, acaso no distante, bajm no de Venezuela le bahía declarado pi-
de ser decretada por todas las nacio- rata y comunicado esta resolución á to-
nes, ofrece actualmente á las menos das las })utencias amigas; y tan luego
fuertes diñcultades de no jiequeño mo- como su })0 el ])aradero del referido bu-
mento, y tendría por consecuencia la (jue, acreditó una legación de primera
diminución de sus medios de defeu-sa. clase ante la República Dominicana, y
No se le ocultan los laudables esfuerzos noml)ró para desempeñarla al doctor
que se han hecho en Francia y otros Benjamín Qüenza, (pie era entonces
jtaíses liara destruir una práctica con- ministro de relaciones exteriores.
denada por eminentes publicistas, in- Enti'e los ])a])eles que con las ins-
separable de los abusos, fecunda en mo- trucciones se dieron al nuevo funcio-
tivos de queja, y destructiva del co- nario, .se hallan las pruebas siguientes:
mercio. Sin embargo, como se conserva P‘ Una ])roclama del jefe del bu-
el uso de perseguir el que se hace por que, asumiendo el carácter de jefe de
mar en buques particulares, si no pu- la revolución y su|)remo director de la
diese este país recurrir al cor.so en el —
guerra contra Venezuela. 2‘1 Un bole-
evento desgraciado de una guerra in- tín oficial de la revolución; y 3‘7 Un •
ción. En apoyo de este sentir, fácil fuera citar autores muy en que ordenó y activó .su persecución ;
en que lo notificó
respetables, á quienes, tratando el á todas las naciones ;
en que por úl-
})unto de que se hal)la, no se ha timo, ya habían ocurrido casos aná-
escapado aquel peligro, y que en vir- logos favorables á esta })rctensión ;
parte de su gente en Carúpano, en Margarita y en algún á la parte agraviada interviniente en el proceso, previa
puerto del Orinoco. Perseguido de cerca por la escuadrilla indemnización de los gastos ocasionados por la detención y
del gobierno, sostuvo con ella un ligero tiroteo, y se dió adobo del buque, así como por el depósito y custodia del
;
armamento, quedando las costas del juicio á cargo de ambos el artículo 59, por el cual se convino en que los represen-
gobiernos litigantes, por no haber sucumbido ninguno en tantes diplomáticos de las partes contratantes no interven-
la demanda. El 10 de diciembre de 1885 se cumplía esta drían en materia de reclamaciones ó quejas de los particu-
sentencia por parte del gobierno dominicano. lares sobre asuntos que son de la competencia de la justi-
Con este }>aso dio Venezuela al mundo un alto ejem- cia civil ó penal, conforme á las leyes locales, á menos
plo de moderación y de respeto que .se trate de denegación de jus-
á la soberanía y leyes de un país ticia ó de dilaciones judiciales con-
vecino y amigo. Señala e.ste ¡)ro- trarias al uso ó á la ley, de la
ceso uno de los adelantos más no- falta de cumplimiento de una sen-
tables de nuestro derecho ])úblico. tencia definitiva, ó en fin, de ca-
En un tratado firmado en Ca- sos en que, á j)esar de haberse ago-
racas el 24 de diciembre de 1883, tado los medios legales, hay vio-
entre los gobiernos de Venezuela lación evidente de los tratados ó
El Salvador, autorizado por el de las reglas del derecho de gentes.
y
doctor Martín J. Sanavria y el se- Por este tratado se creó una
ñor doctor Luciano Hernández, ade- comisión mixta, que conocie.se de
más de estipular.se el arbitramento ciertas reclamaciones france.sas con-
pai’a el arreglo de las diferencias tra esta República, y fueron comi-
que puedan ocurrir, se e.stablece por sionados de ella primero el señor
jn-iinera vez en nuo.stro derecho in- •José Andrade, segundo el doctor
ternacional, la cláusula de que las Rafael Seijas y tercero el doctor
})artes contratantes se comprome- Elias Michelena, quienes corres-
ten á no apropiar.se la una ninguna pondieron eficazmente á la con-
porción del territorio de la otra, á fianza en ellos depositada.
título de conquista ni como indem- El doctor Pedro Naranjo con-
nización de guerra. También fija currió, en representación de Ve-
el artículo 43, los más sanos prin- nezuela, al Congreso de juriscon-
cipios del derecho de la guerra, sultos instalado en Lima el 0 de
para el caso fatal de sobrevenir ésta diciembre de 1877, y firmó allí,
entre ambas naciones. Incluye el con los plenipotenciarios de otras
princij)io muy conveniente que pro- naciones del nuevo mundo ;
1?, el
hibe fundar reclamaciones contra el JOSE LUIS RAMOS tratado para establecer reglas uni-
tesoro en las sentencias judiciales. formes en punto á derecho inter-
El mismo doctor Martín J. Sa- nacional privado ;
2?, un tratado
navria y el señor doctor Luciano especial de extradición, que des-
Hernández, firmaron una convención consular aprobada por cansa .sobre las estipulaciones más liberales, de suerte que,
el Congreso, y que contiene los principios más avanzados del asegurando el castigo de algunos crímenes con beneficio de
derecho en cuanto se i’efiere á derechos j deberes de cón- la sociedad de los contratantes, hace todas las conce.siones po-
sules. sibles á los reos, ya en lo concerniente á la moderación ó
En marzo de 1885 se celebró entre Ve- á la simplicidad de la pena, ya en la pre-
nezuela y Bélgica un tratado autorizado por ferencia asignada á las judicaturas de su
el señor A. L. Guzmán, y rectificado en sus patria, ya en la exclusión de los delitos po-
artículos 12 y 10? por el señor Vicente Amen- líticos, que no pueden ser materia de juicio,
gual, ministro de relaciones exteriores. Es no- aun cuando se acceda á la entrega de per-
table el artículo G?, porque define de una sona que haya cometido delitos de otro ca-
manera precisa y explícita los delitos por que rácter.
puede ser perseguido el delincuente y conce- Establécese en dicho tratado, artículo
dida su extradición. Aunque el artículo 17?, 5?, que :
“ cuando la pena del crimen ó delito
por el cual se pretende comprender ciertos que motiva la extradición, no sea igual en la na-
principios de humanidad, es sin embargo ción reclamante y en la del refugio, sufrirá
muy vago en la definición de esos princi- el delincuente la menor y en ningún caso
pios. se le impondrá la de muerte.” Sin descen-
En un tratado de amistad, comercio y der á la cuestión de si ese castigo terrible
navegación, celebrado entre la República y es ó no necesario para la conservación del
el reino de Bélgica, se halla un artículo por orden social, ha parecido impolítico y aun
el cual se conviene en someter á arbitrage el odioso deferir sin reserva alguna á la exti-a-
arreglo de cualquier litigio que ocurra entre dición del hombre á quien se persigue para
ambas partes contratantes otro por el cual,
;
llevarlo al cadalso. Ciertamente en todas las
si un venezolano en Bélgica ó un belga en repúblicas signatarias, dicen aquellos juriscon-
Venezuela, llegare á tomar parte en la gue- sultos, exceptuando la de los Estados Unidos
rra civil, puede ser tratado, juzgado y con- de Venezuela, se conserva la pena capital co-
denado, como lo sería igualmente un indí- mo un recurso supremo para ciertos deli-
gena en caso semejante, sin poder recurrir á la intervención to's, bien que todos convienen en que no debe ser a[)li-
diplomática sino en caso de denegación de justicia, ó de infrac- cada .sino á los asesinos, á los bandidos, y en una pala-
ción manifiesta del procedimiento judicial ó injusticia notoria bra, á los autores de esos atentados que excitan un sen-
y otra en que se conviene en no indemnizar á los habitantes timiento de horror y merecen el castigo más ejemplar. Pe-
de uno y otro país por pérdida, deterioro y perjuicios sufridos ro esta restricción saludable no se aplica con la misma
por guerra exterior ó civil, y que no fueren causados ni por el exactitud en todas partes, ni se emplea la misma medida
gobierno ni sus dependientes, sino en el caso en que los para graduar la magnitud de los delitos. En algunas le-
naturales tuvieren este derecho. Está firmado este tratado gislaciones, ¡)or ejemplo, se aplica la pena de muerte á cier-
por el señor Antonio L. Guzmán y el señor Ernesto Van tos hechos que se consideran de la más alta gravedad por
Bruyssel. motivos puramente políticos, mientras que según otros có-
En 1885 celebró el señor general Antonio Guzmán digos no se castiga á sus autores sino con la pena de ex-
Blanco con el gobierno de la República Francesa, un con- patriación. A la vista de estas desigualdades era conve-
venio sobre ajuste de reclamaciones, que tiene de particular niente adoptar una resolución que, sin desviarse del fin á
cxav DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
que debe dirigirse el tintado, evitase toda contradicción con fensa que hizo de los derechos de corre impresa
ella, en
dominantes en algunas de las repúblicas contratantes.
las ideas sendos volúmenes.
No se conceda una protección escandalosa á los criminales El señor José Gregorio Villafañe, que falleció en San
entregúeseles a la justicia represiva del país que los recla- Cri.stübal en setiembre de 1894, era también por sus cono-
ma, para que ella ejerza sus severas atribuciones. Este es cimientos especiales de los límites de \^enezuela
el ])]'incipio fundamental de la extradición, es también el y Colom-
bia, juzgado como persona á propósito [)ara tratar
acerta-
objeto a que tiende en la actualidad todo el mundo civili- damente el punto y cuando .se publicó el laudo, lo trató
;
zado pero que al menos, los que .se refugien en algunas en un^ folleto con tal lucidez
;
y previsión, que llamó la
de nuestras repúblicas, queden libres de un ca.stigo tan atención de los que se ocupaban en este asunto.
irreparable y tremendo como la pena de muerte. Uno de los hechos más grandiosos de nuestra historia
La extradición, en mi concepto, y en el de algunos ^
política, fue la abolición de la esclavitud, declarada por el
publicistas, no es sino una gracia que se concede al sobe- Congreso el 23 de marzo de 1854, con el apoyo del presidente
rano del territorio en que se comete el de la república, general José Gregorio
delito, para (|ue lo juzgue éste, renun-
Monagas, quien la [)idió á aquel cuerpo
ciando aquél al derecho que tiene de en mensaje del mismo mes y año. La
juzgarle según su jurisprudencia, en ley fue autorizada ]>or el presidente del
virtud
de su soberanía, con vista de senado, señor Jíafael Enríc|uez por el
pruebas de culj)abilidad del reo.
las ;
cio)ies, que les persigue donde quiera (|ire van, sin tregua El señor Casanova, cuando estuvo de ministro de relaciones
ni descanso. exteriores, de.spachó todos los asuntos que halló pendien-
El otro tratado que .se menciona al principio de e.ste tes, y salió airoso de todo punto. No es un buen secreta-
capítulo, encaminado á fijar reglas uniformes sobre princi- rio de Estado, el que deja la solución de los negocios á
pios de derecho internacional privado, será irn día, en la sus sucesores y al tiempo, .sino quien, inspirándose en el
])iáctica, íruto trascendental de las labores del Congreso sentimiento de sus altos deberes, procura llenarlos con tacto
de jurisconsultos reirnido en Lima en 1877
y en todo tiem- y firmeza; porque sólo así se deja bien puesto el nombre,
;
blico. Mas, os citaré dos casos. Por una cribía de su ])uño y letra las pruebas
puldicación que ha seis ó siete meses que debían abonarlo, falsificaba las fir-
hizo <d gobierno de Venezuela, se sabe mas de las autoridades, imaginaba y
(jue })actó con el re])resentante de los escribía las reclamaciones y nombres de
Estados Unidos en Caracas el someti- los testigos, de los jueces y de todos los
miento á arbitraje de una reclamación que de alguna manera habían de con-
que se llama Hancox. En el compro- tribuir al esclarecimiento de la verdad.
miso se estipuló que, si se sentenciase Acontecía esto en medio de la guerra
á favor de los Estados Unidos, se les civil, viéndose nuestros gobiernos aco-
tos que tiene con los demás acreedo- del globo. Se ha llegado hasta á bom-
re.s, lo que equivaldría á multiplicar bardear un caserío que apenas tenía
¡)ormil su actual deuda diplomática. seis ú ocho ranchos de paja, habitados
digo, de que nos harán justicia. justicia, que llegamos á dudar que aún existie.seentre los
El otro caso es este. Hace como cuarenta años ¡lOCO más hombres. Si pensáis, señores, en que el e.stampido del ca-
ó menos, que se falló en perjuicio de una de nuestras re- ñón, derribando unos cuantos vidrios viejos, y las conmocio-
públicas un negocio sometido á arbitraje, fundándose el terce- nes de las naturaleza, deteriorando alguna casa arruinada,
ro en la declaración do guerra hecha á consecuencia de un eran fundado oljjeto de reclamo, comprendereis mejor la since-
acto bélico de la otra parte, como lo fue el bombardeo de un ridad de mis palabras y la fuerza irresistible de los hechos.
fuerte. Con una de las naciones tiene el árbitro muchos nexos, Nuestros hombres públicos, como queda dicho, se han
relaciones de vecindad, relaciones })olíticas y las altas consi- imbuido en las mejores fuentes del derecho, para buscp en
deraciones que ligan á ])otencias comprometidas á respetar la sabiduría de sus consejos la defensa de la causa americana.
la }>az continental y los sagrados derechos de muchos millones Pruébanlo nuestros documentos diplomáticos, (|ue pueden te-
de súbditos. nerse como modelo de argumentación, de buena lógica y
Señores: al penetrar en el fomlo de todas estas cosas, de buenos principios. Pruébalo que ya, en una hora tan avan-
descubrimos en él ese horroro.so abismo, envuelto en la no- zada del presente siglo, los que ántes se nos hacían sordos,
che do la iniíjuidad, (jue se llama reclamaciones. He aquí comienzan á oirnos, que ya cae por tierra el ídolo de oro
la gangrena de la América; he a(|uí el hierro con que se la de las reclamaciones, y que se reconoce á imestros tribunales
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CXCVII
1 ;
La experiencia nos convence de la exactitud de la teoría de por lo mismo, señores, no comprendo lo que pasa en Demerara.
Benthan cuando nos descubre el ])rincipio maléfico que Porque, si lo que se quiere es mercado para el comercio bri-
existe en toda sociedad humana. Las re})úblicas de la Améi’ica tánico, el nuestro le está abierto sin restricciones, como lo
latina ofrecen de ello tantos ejemplos, que si se escribiesen, está generalmente en toda América, en donde la manufac-
llenarían más volúmenes que los que se quemaron en la tura inglesa es preferida á otras muchas si es colocación ;
biblioteca de Alejandría. Las cenizas de estos las esparció para sus capitales, en Venezuela hay canq)0 para todo y se
el viento ;
la lectura de los nuestros descubriría el sepul- están haciendo ferrocarriles y puertos con dinero inglés; si
cro de la razón humana. es oro, lo buscan y hallan en nuestras minas, y más ha-
Señores: Teilgo necesariamente que volver al arbitraje, llarían en nuestra agricirltrrra, si lo empleasen en el cultivo
centro adonde converjen todas las diferencias internaciona- de la tierra más feraz del mundo. Agrego, por resjieto á
les, cuahjuiera que sea su causa. Tengo que mostraros otro la imparcialidad, que en Demorara hay pocos ingleses y
escollo (jue ha presentado á la vida externa de nuestras que los es})eculadores de allí, sin .serlo, buscan medrar con
26
CXCVIII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
para imponernos la instrucción, nos han exigido garantía las pretensiones de los reclamantes y de sus agentes, he-
á la proj)iedad intelectual para imponernos su política, no
;
mos tropezado á cada paso con una resistencia tenaz é in-
nos han permitido junica tener razón y cuando no ha sido
;
concebible al reconocimiento de nuestro derecho. Es como
posible la violencia, nos han administrado ju.sticia, como dá- si cada pretendiente llevase en las es[)aldas una máquina
diva de su libei'alidad. infernal, dispuesta á estallar á la primera contradicción, y
Los tratados i>úbhcos han sido una de las fuentes más á hacer saltar en mil pedazos esas aberraciones del enten-
fecundas de calamidades y de disgustos. Hau sido muy dimiento que se llaman piáncipios y esa quimera de la mo-
útiles á las })artes con quienes los hemos hecho nos han
;
ral que se llama justicia.
causado á nosotros los mayores perjuicios. Ha sucedido lo Nosotros aun en este tiempo en que la electricidad eli-
iiistroPlenipotenciario en Francia para obtener el reconoci- Mini.stro Plenipotenciario á las Repúblicas del Sur. Legación
miento de Colombia. 1828. — ordinaria. —
1853.
General Daniel F. O’Leary, Ministro Plenipotenciario al Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro
Perú, i)ara arreglar las diferencias ixilíticas entre Colombia y Plenipotenciario á Francia é Inglaterra. —
Varios asuntos.
el Perú.— 1820. 1853.
José Fernández Madrid, Enviado Extraordinario y Minis- Ramón Azpurúa, Encargado de Negocios en los Estados
tro Pleni{)Ot('iiciarioen Europa, para fírmar en Londres un Unidos de América, á estrechar las relaciones de amistad y
tratado de amistad, paz y comercio con Holanda. 1820. — comercio. —
1854.
General Francisco Carabaño y José E. Gallegos, comi.sio- Licenciado Francisco Aranda, Ministro Plenipotenciario á
nados á la Nueva Granada para tratar sobre las divergencias los E.stados Unidos de América. Varios asuntos. 1855. —
de Venezuela con aquel jjaí.s. 1832.— Francisco Micbelena y Rojas, Agente á las naciones de
Félix María Alfon.so y Juan N. Chaves, comi,sionados al la América del Sur, á explorar sus grandes ríos. 1855. —
mismo país y con el mismo objeto. 1832. — Fortunato Corvaia, Enviado Extraordinario }’ Mini.stro
Santos Micbelena, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario á Francia. Varios asuntos y á enviar inmi-
Plenipotenciario á la Nueva Granada, á reconocer y dividirlos grados. —
1855.
créditos activos y [)asivos de la antigua Colomlúa. 1833. — General Carlos Luis Castelli, Enviado Extraordinario y
General Mariano Montilla, Enviado Extraordinario y Mini,stro Plenipotenciario á la Nueva Granada y Estados Uni-
Ministro Plenipotenciario á Londres, á celebrar un tratado de dos de América. A tratar sobre la paz de Venezuela y Nue-
reconocimiento de Venezuela por la Gran Bretaña. 1834. — va Granada. 1855. —
General Carlos Soublette, Enviado Extraordinario y Minis- Doctor Modesto Urbaneja y Juan Ginsejipi, Agentes fisca-
tro Plenipotenciario á España, á fijar las bases del reconoci- les en Londres. A celebrar arreglos con el Comité de vales
miento de Venezuela por España. 1835. — liispano-ameri canos. 1857.—
Santos Micbelena, Enviado Extraordinario y Ministro Doctor Mariano de Briceño, Ministro Plenipotenciario á
Plenipotenciario á Nueva Granada, á terminar los asuntos los Estados Unidos de América, á arreglar la cuestión Isla de
pendientes que dejó en 1833. —
1837. Aves y los Hebreos residentes en Coro. 1857. —
Doctor Alejo Fortique, Agente Fiscal en Londres para Licenciado José Santiago Rodríguez, Agente fiscal en Eu-
practicar arreglos con los acreedores de Venezuela por las deu- ropa. A celebrar arreglos con los tenedores de la deuda de Ve-
das que le tocaron. 1837.— nezuela en el exterior. —
1858.
Coronel Sebastián Boquier, comisionado á Haití, para per- Doctor Mauricio Berrisbeitia, Enviado Extraordinario y
seguir á los rei^olucionarios de Venezuela a.silados allí. 1837. — Ministro Plenipotenciario en Francia. A arreglar la cuestión
Reid Irwingy C’.', Agentes Fiscales en Londres para tra- franco-inglesa con Venezuela. 1858.—
tar con los tenedores de la deuda colombiana. 1839. — Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
Doctor José María Vargas, general José María Carreño, potenciario á España, firmó un tratado con Italia. 1859. —
Mariano Ustáriz y prebendado Manuel C. Sánchez, comisiona- Fi-ancisco Micbelena y Rojas, Ministro Plenipotenciario á
dos á Santa Marta á traerlos restos del Libertador. 1842. — la Nueva Granada y Ecuador. A reclamar lo que adeuda-
Doctor Alejo Fortique, Enviado Extraordinario y Minis- ban ])or los créditos de Colombia. — 18b0.
tro Plenipotenciario en Londres. Firmar un tratado sobre co- General José A. Páez, Enviado Extraordinario y Ministro
rreos y asunto Bocas del Orinoco. 1843. — Plenipotenciario en los Estados Unidos de América. Arreglar
Rafael Mai'ía Barait, Agente confidencial en Londres para asunto internacional con España. 1800. —
auxiliar anterior plenipotenciario.
al 1843. — Doctor Hilarión Nadal, Agente fi.scal en Londres para con-
Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- tratar como contrató un empré.stito. 1801. —
potenciario en Nueva Granada. Tratar sobre límites con Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y
aquella nación. — 1844. Venezuela, Mini,stro Plenipotenciario á la Corte Pontificia.
General Rafael Urdaneta, murió en París antes de llegar Celebrar un concordato con el Papa Pío IX, el cual quedó
á España, á donde iba á canjear el tratado de reconocimiento, sin ejecución. —
1802.
paz y ami.stad con aquella nación. 1845. — General Antonio Guzmán Blanco, Agente fiscal en Lon-
Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- dres, á contratar como contrató un empréstito de £. 1.500.000.
potenciario á España á la misma comisión que llevaba el ge- —1803 y 1804.
neral Urdaneta, en sustitución del señor Santos Micbelena, Antonio L. Guzmán, Ministro Plenipotenciario en Lima,
—
que renunció. 184b. á representar á Venezuela en el Congreso americano reunido
José Julián Ponce, i’epresentante de la Municipalidad de allí. —
1804.
Caracas en Lima, á reclamar del Perú el millón de pesos que Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro
—
donó al Libertador en 1825. 1851. Plenipotenciario á la Corte Pontificia, á hacer anular el Con-
; Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro cordato celebrado por el Arzobispo Guevara en 1802. 1804. —
Plenipotenciario á los Estados Unidos de América, á estrechar Antonio L. Guzmán, Comisionado fiscal en Londres, para
las relaciones políticas y mercantiles con aquella nación. negociar las modificaciones del empréstito de la Dictadura
1851. Páez. —
1805.
Juan Crisóstomo Hurtado, Enviado Extraordinario y Mi- Blas Bruzual, Ministro Plenipotenciario á los Estados Uni-
nistro Plenipotenciario en España y otras Cortes de Europa. dos de América, á varios asuntos y á ti'atar sobre inmigración.
Entre otros asuntos, algunos de comercio con aquella nación —1805.
y arreglo de la deuda recíproca. 1852. — General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordi-
Francisco Micbelena y Rojas, Enviado Extraordinario nario y Ministro Plenipotenciario en cuatro Cortes Europeas.
y
Ministro Plenipotenciario á España y Corte Pontificia. Al Unificar en un solo tipo la deuda de Wnezuela en el exte-
primer país á arreglar las reclamaciones de Venezuela por los rior. — 1800.
secuestros de la independencia y á Roma sobre asuntos de la Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y
—
;
Iglesia. No fue recibido por el Sumo Pontífice. 1852. Venezuela, doctor Juan Hilario Bosset, Obis})o de Mérida y
José Gregorio Villafañe, Enviado Exti'aordinario doctor José Antonio Ponte, á asistir á la Corte Pontificia en el
y IMi-
nistro Plenipotenciario á la Nueva Granada, á tratar sobre la Concilio que declaró la infalibilidad del Sumo Pontífice.
cuestión límites de Venezuela con acjuella re})ública. 1853. — 1809.
Federico Hutb, Agente Fiscal en Londres, para reclamar Doctor Lucio Pulido, Ministro Plenipotenciario á Holan-
^sumas de Venezuela. — 1853. da, á tratar .sobre el restablecimiento de las i’elaciones de Ve-
~V Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro nezuela con aquella potencia. 1871. —
Plenipotenciario al Perú, ó
arreglar a.suntos pendientes de Doctor Jo.sé María Rojas, IMinistro Plenij)otonciario en
tiempo de la antigua Colombia. 1853. — España, Holanda y Gran Bretaña. An-eglar el asunto deuda
Antonio Leocadio Guzmán, Enviado Extraoi’dinario
y exterior de á'cnezuela y otros asuntos. 1874. —
f
General Venancio Pulgar, Enviado Extraordinario y Mi- José Antonio Olavarría, Encargado de Negocios en
nistro Plenipotenciario á Francia. —
Legación ordinaria. 1874. Washington. Terminar el asunto de la Comisión mixta. 1887. —
Juan Bautista Dalla Costa, Enviado Extraordinario y Mi- Genei’al Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina-
nistro Pleni])otenciario en los Estados Unidos de América, á rio y Ministro Plenipotenciario en las mismas 7 cortes de Eu-
demandar la nulidad de los fallos de la Comisión mixta. ropa en que estuvo acreditado anteriormente. Legación or-
1874. dinaria. — 1887.
General Rafael Márquez, Enviado Extraordinario y Mi- Antonio Silva, Encargado de Negocios en
Francisco
nistro Plenipotenciario en Colombia, a tratar sobre el asunto Washington. Legación ordinaria. 1886. —
límites de Venezuela con aquella nación. —
1875. General Francisco de Paula Páez, Correo de Gabinete á
Doctor Eliseo Acosta, Ministro Plenipotenciario en París, Francia. — 1887.
á asistir á la Convención universal que unificó el sistema mé- Doctor Modesto Urbaneja, Enviado Extraordinario y Mi-
trico. — 1875. nistro Plenipotenciario en Francia. Legación ordinaria.
Mateo Guerra Marcano, Comisionado Nacional á Quito, 1889.
á solicitar los restos mortales del Mariscal Sucre, sin resultado General Nicanor Bolet Peraza, Enviado Extraordinario
—
alguno. 1875. y Ministro Plenipotenciario en Washington. Legación ordina-
Doctor Gerónimo E. Blanco, Comisionado Nacional á Bo- ria. — 1889.
gotá, á conducir documentos de límites de Venezuela con Doctor Lucio Pulido, Agente Confidencial en los Estados ;
Nueva Colombia. 187(3. — Unidos y Londres, á tratar sobre el asunto límites de Vene-
zuela con la Guayana británica. —
1890.
^
Generales Vicente Ibarra y Jacinto Lara, Comisionados
al Ecuador, Perú y Bolivia. A solicitar los restos mortales Carlos Rangel Garbiras, Enviado Extraordinario y Minis-
del Mariscal Sucre y llevar obras históricas y literarias de tro Plenipotenciario á España, á obtener documentos para el
Venezuela á las bibliotecas de aquéllas nacione.s. 1876. — asunto límites de Venezuela con la Guayana inglesa y activar
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- el fallo del soberano español en la cuestión límites de Vene-
rio y Ministro Plenipotenciario á España, Alemania, Fran- zuela con Colombia. —
1890.
cia, Gran Bretaña Roma, Bélgica y Corte Pontificia. Lega- Doctor Fernando Burguillos, á Colombia y Ecuador.
ción ordinaria. — 1877. 1890.
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Comi.sionado Nacional á General Marco A. Silva Gandolphi, al Perú y Bolivia. —
Haití, á cimentar las relaciones de amistad, comercio y nave- 1890.
gación. —1877. Pedro Ezequiel Rojas, á la Argentina y Chile. 1890. —
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- General Jacinto Regino Pachano, á Haití y Santo Do-
rio y Ministro Plenipotenciario en las mismas Cortes que en mingo.
1877. Legación ordinaria. 1879.— General Domingo Santos Ramos, al Brasil, Uruguay y
Doctor José María Rojas, Ministro Plenipotenciario en —
Paraguay. 1890.
Londres y París. Varios asuntos y entre otros el protocolo Doctor Juan Pietri, á México.
—
Roj as-Perei ra. 187 9 Doctor Rafael Villavicencio, á las cinco repúblicas cen-
Miguel Tejera, doctor Miguel G. Oropeza y Rafael Rojas, trales. — 1890.
miembros de la Comisión de límites de Venezuela con el Bra- Doctor Pedro Naranjo, delegado al congreso de juristas
sil, á demarcar los dichos límites. —
1880. reunido en Lima, en 1877.
Simón Bolívar O’Leary, Enviado Extraordinario y Mi-
nistro Plenipotenciario á Bogotá, á tratar sobre el asunto lími-
tes de Venezuela con Colombia. 1881.— General Luis Level de Goda, Enviado Extraordinario y
Miguel Tejera, Ministro Plenipotenciario al Brasil á tra-
tar sobre los reparos hechos por el Brasil á la línea que divide Ministro Plenipotenciario en Franeia. Legación ordinaria.
á Venezuela con aquella nación. 1881.— 1891.
Doctor Fernando Arvelo, Enviado Extraordinario y Mi-
Doctor Eduardo Calcaño, Enviado Extraordinario y Mi-
nistro Plenipotenciario á España, á obtener del Rey Alfon-
nistro Plenipotenciario enEspaña. Misión ordinaria. 1891. —
so XII, la aceptación como árbitro en la cuestión límites de General Rafael Carabaño, Enviado Extraordinario y Mi-
Venezuela con Colombia. 3882. — nistro Plenipotenciario en Francia. Legación ordinaria.
Doctor Julián Viso, Agente Abogado de Venezuela en 1892.
España para abogar en el mismo asunto que llevó el anterior Doctor Francisco E. Bustamante, Enviado Extraordinario
Plenipotenciario Calcaño. 1882.— y Ministro Plenipotenciario en los Estados Unidos de América.
Legación ordinaria. 1892. —
Carlos ü’Leary, Agente fiscal en Londres para varios asun-
to.s. —1883. Tomás Michelena, Agente Confidencial á Londres, á la
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- cuestión límites de la Guayana. —
1893.
rio Ministro Plenipotenciario en las 7 cortes en que estuvo en José Antonio Unda, Enviado Extraordinario y Ministra
y
Europa en 1879. Legación ordinaria. 1884. — Plenipotenciario en Colombia. Legación ordinaria. 1893. —
Emilio Dusart, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- José Andrade, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
potenciario á Persia. Establecer relaciones de amistad y co- potenciario en los Estados Unidos. Legación ordinaria.
mercio con aquella nación. 1884. — 1893.
Doctor Antonio María Soteldo, Encargado de Negocios Martín J. Sanavria, Encargado de Negocios en Alema-
en Washington. Terminar la demanda contra los fallos déla nia. — 1884.
Comisión mixta. 1885. — Simón Camacho, Mini.stro Residente en los Estados Lhii-
Doctor Benjamín (¿üenza. Enviado Extraordinario y Mi- dos de América. —
1884.
nistro Plenipotenciario en Haití y Santo Domingo, á reclamar Doctor Rafael Fernando Seijas, Encargado de Negocios
el vapor Justicia j otros elementos de guerra de los revolu- en España. —
1891. —
A.suntos generales.
cionarios de 1885. —
1885. Doctor David Lobo, Encargado de Negocios en Was-
Doctor Francisco de Paula Matheus y General A. B. Cuer- hington.
vos, Ministros Plenij)otenciarios en París y Londres, interina- Jacinto Gutiérrez Coll, Encargado de Negocios interino
—
mente. 1886. en Francia. Asuntos generales.
Correos de Gabinete que llevaron el fascímile del monu- Marco Antonio Saluzzo, Enviado Extraordinario y Mi-
mento que se pensó erigir á Bolívar en Panamá doctor Pedro
;
nistro Plenipotenciario en España. Asuntos generales.
Hermoso Telleria, á Colombia; Leandro Eortique, al Ecuador; Doctor José Gil Fortoul, Encargado de Negocios en Fran-
y doctor Francisco de Paula Reyes al Perú y Bolivia. 1887 — —
cia. Asuntos generale.s.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCIII
Doctor José Gil Fortoul, Encargado de Negocios en Suiza, La América volvió á existir de nuevo, desde que pudo
para atender á la reclamación de Fabiani. y debió tomar á su cargo su suerte y su conservación ;
Doctor José de Jesús Paúl, Ministro Residente en las como la España pudo reconocer, ó no, los derechos de un
Repúblicas de la América .Central. Asuntos generales. rey, que había apreciado más su existencia que la dignidad
Doctor Antonio José de Sucre, Encargado de Negocios en de la nación que gobernaba.
Chile. Asuntos generales. Cuantos Borbolles concurrieron á las inválidas estipu-
El mismo, Encargado de Negocios en el Ecuador, promo- laciones de Bayona, abandonando el territorio español con-
vido después á Enviado Extraordinario y Ministro Plenipo- tra la voluntad de los pueblos, faltaron, despreciaron y ho-
tenciario. Para solicitar los restos del Gran Mariscal de llaron el deber sagrado que contrajeron con los españoles
Ayacucho. de ambos mundos, cuando con su sangre y sus tesoros los
General Francisco Tosta García, primero Agente Confi- colocaron en el trono, á despecho de la casa de Austria ;
dencial y después Enviado Exti-aordinario y Ministro Pleni- por esta conducta quedaron inhábiles é incapaces de gober-
potenciario en Holanda. Restablecimiento de las relaciones nar á un pueblo libre, á quien entregaron como un re-
diplomáticas. baño de esclavos.
Encargado de Negocios interino
Nicolás Veloz Goiticoa, Los intrusos gobiernos que se arrogaron la representa-
allímismo. ción nacional, aprovecharon pérfidamente las dispo.si clones
Doctor Federico R. Cliirinos, Ministro Residente en que la buena fe, la distancia, la opresión y la ignorancia
Alemania. Asuntos generales. daban á los americanos contra la nueva dinastía que se
introdujo en España por la fuerza ; y contra sus mismos
jirincipios, sostuvieron entre nosotros la ilusión á favor de
Fernando, para devorarnos y vejarnos impunemente cuando
HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA más nos prometían la libertad, la igualdad y la íi'aterni-
III nad, en discursos jiomposos y frases e.studiadas, para encu-
brir el lazo de una representación amañada, inútil y de-
ACTA DE INDEPENDENCIA gradante.
Luego que se disolvieron, sustituyeron y destruyeron
entre .sí las varias formas de gobierno de España, y que
.
—
En el nombre de Dios Todopoderoso Nosotros los repre- la lej' imperiosa de la necesidad dictó á Venezuela el con-
sentantes de las provincias unidas de Caracas, Cumaná, Ba- servarse á sí misma, para ventilar y conservar los derechos
rinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman de su rey y ofrecer un asilo á sus hermanos de Europa,
la confederación americana de Venezuela en el continente contra los males que les amenazaban, se. desconoció toda
meridional, reunidos en congreso, y considerando la plena su anterior conducta, se variaron los principios y se llamó
y absoluta jiosesión de nuestros derechos, (pie recobramos insurrección, perfidia é ingratitud, á lo mismo que sirvió
justa y legítimamente de.sde el 19 de abril d,e ISIO, en con- de norma á los gobiernos de España, porque ya se les ce-
secuencia de la jornada de Bayona, y la ocupación del trono rraba la puerta al monopolio de administración que que-
español, por la conquista y sucesión de otra nueva dinas- rían perpetuar á nombre de un rey imaginario.
tía, constituida sin nuestro consentimiento queremos antes
;
A pesar de nuestras protestas, de nue.stra moderación,
de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros
por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden polí- principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de
tico de los acontecimientos humanos, patentizar al universo Europa, se nos declara en estado de rebelión se nos blo-
;
las razones que han emanado de estos mismos aconteci- quea; se nos ho.stiliza se nos envían agentes á amotinarnos
;
mientos, y autorizar el libre uso que vamos á hacer de unos contra otros y se procura desacreditarnos entre todas
;
nuestra soberanía. las naciones del mundo, implorando sus auxilios para de-
No queremos, sin embargo, empezar alegando los de- primirnos.
rechos C{ue tiene todo país conquistado })ara recuperar su Sin hacer el menor aprecio de nuestras razones, sin
estado de propiedad é independencia olvidamos generosa-
;
presentarlas al imparcial juicio del mundo, y sin otros
mente la larga serie de males, agravios y privaciones, que jueces que nuestros enemigo.s, se nos condena á una dolo-
el derecho funesto de conqui.sta lia causado indistintamente rosa incomunicación con nuestros hermanos ; y para añadir
á todos los descendientes de los descubridores, conquistado- el desprecio á la calumnia, se nos nombran apoderados con-
res y pobladores de estos países, hechos de peor condición tra nuestra expresa voluntad, para que en sus cortes dis-
por la misma razón que debía favorecerlos y corriendo un
;
pongan arbitrariamente de nuestros intereses, bajo el in-
velo sobre los trescientos años de dominación española en flujo y la fuerza de nuestros enemigos.
América, sólo presentaremos los hechos auténticos y noto- Para sufocar y anonadar los efectos de nuestra repre-
rios que han debido desprender y han desprendido de de- sentación cuando se vieron obligados á concedérnosla, nos
recho á un mundo de otro, en el trastorno, desorden y con- sometieron á una tarifa mezquina y diminuta _y sujetaron
quista que tiene ya disuelta la nación española. á la voz pasiva de los ayuntamientos, degradados por el
Este desorden ha aumentado los males de la América, despotismo de los gobernadores, las formas de la elección ;
inutilizándole los recursos y reclamaciones, y autorizando lo que era un insulto á nuestra sencillez y buena fe, más
la impunidad de los gobernantes de España para insultar bien que una consideración á nuestra incontestable impor-
y oprimir esta parte de la nación, dejándola sin el ampa- tancia política.
ro y garantía de las leyes. Sordos siempre á los gritos de nuestra ju.sticia, han
Es contrario al orden, imposible al gobierno de España procurado los gobiernos de España desacreditar todos nues-
y funesto á la América, el que teniendo esta un territo- tros esfuerzos, declarando criminales y sellando con la in-
rio infinitamente más extenso y una población incompara- famia, el cadalso y la confiscación, todas las tentativas que,
blemente más numerosa, dependa y esté sujeta á un ángulo en diversas épocas, han hecho algunos americanos para la
peninsular del continente europeo. felicidad de su país, como lo fue la que últimamente nos
Las cesiones y abdicaciones de Bayona las jornadas
;
dictó la propia, seguridad, para no ser envueltos en el des-
del Escorial y de Aranjuez, y las órdenes del lugarteniente orden que })resentíamos, y conducidos á la horroro.sa suerte
duque de Berg á la América, debieron poner en uso los que vamos ya á apartar de nosotros [lara siempre : con
derechos que hasta entonces habían sacrificado los america- esta atroz política han logrado hacer á nuestros hermanos
nos á la unidad é integridad de la nación e.spañola. insensibles á nuestras desgracias, armarlos contra no.sotros,
Venezuela antes que nadie reconoció y conservó gene- borrar de ellos las dulces impresiones de la amistad y de
rosamente esta integridad, por no abandonar la cau.sa de la consanguinidad, y convertir en enemigos una parte de
sus hermanos mientras tuvo la menor apariencia de sal- nuestra gran familia.
•.vación. Cuando nosotros fieles á nuestras })romesas sacrificába-
CC'IV DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
mos nuestra seguridad y dignidad civil, por no abandonar representantes ;y que, como tal Estado libre é independiente,
los derechos que generosamente conservábamos á Fernando tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que
de Borbón, hemos visto, que á las relaciones de la fuerza .sea conforme á
la voluntad general de sus pueblos; decla-
que lo ligaban con el emperador de los franceses, ha aña- rar la guerra, bacer la paz, formar alianzas, arreglar trata-
dido los vínculos de sangre y amistad por lo que, hasta
;
dos de comercio, límites y navegación bacer y ejecutar to-
;
los gobiernos de España han declarado ya su resolución de dos los demás actos que hacen y ejecutan las naciones li-
no reconocerlo sino condicionalmente. bres é independientes. Y
para bacer válida, firme y sub-
En esta dolorosa alternativa hemos permanecido tres sistente esta nuestra solemne declaración, damos
y empeña-
«Vi
años en una indecisión y ambigüedad política tan funesta mos mútuamente unas provincias á otras nuestras vidas, -*«,»
y peligrosa, que ella sola bastaría á autorizar la resolu- nuestras fortunas y el sagrado de nuestro honor nacional.
ción, que la fe de nuestras promesas y los vínculos de la Dada en el palacio federal de Caracas, firmada de núes- i
fraternidad nos habían Irecho diferir, hasta que la necesi- tras manos, sellada con el gran sello provisional de la confede-
^
dad nos ha obligado á ir más allá de lo que nos propu- ración, y refrendada por el secretario del Congreso, á cinco r
simos, imj^elidos por la conducta hostil y desnaturalizada de días del mes de julio del año de 1811, primero de nuestra '
el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos de Miranda, diputado del Pao, Francisco Policarpo Ortíz,
asignan y á que nos llama la sucesión de los aconteci- diputado de San Diego, José María Ramírez, dipu.tado de
mientos humanos y nue.stro propio bien y utilidad. Aragua. Por la provincia de Margarita: Manuel Plácido
Sin embargo de que conocemos las dificultades que Maneiro, diputado de Margarita. Por la provincia de Méri-
trae consigo y las obligaciones que nos imjrone el rango da Antonio Nicolás Briceño^ diputado de Mérida, Manuel
;
Luis José de Rivas y Tovar. Bajo mi protesta del acuerdo FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1830
de diez y seis de los corrientes, Salvador Delgado. Sulxs-
cribo á todo excejjto el desafuero, José Vicente Unda. Subscri-
bo la })resente Constitución, con exclusión del ai'tículo 180, Esta constitución fue firmada por Miguel Peña, J. de
y con arreglo á la protesta que hice en cinco del corriente Dios Picón, Ramón Delgado, Francisco Javier Vanes, Alejo
y acompaña la Constitución y en los mismos términos que
; Fortique, Ramón Troconis, Juan Jo.sé Osío, José Manuel de
corre la de don Juan Quintana, Luis Ignacio Mendoza. Subs- los Ríos, -Manuel Olavarría, Jo.sé F. Unda, Andrés Narvarte,
cribo á todo lo sancionado en e.sta Constitución, á exce[)ción José E. Gallego.s, Francisco Conde, Carlos Soublette, J. José
del capítulo que habla del fuero ecle.siástico, según las pro- Pulido, José María Tellería, Vicente Michelena, Ramón Ayala,
te.stas que he bocho en las actas del día cinco del presente. José Grau, Manuel Vicente Huizi, J. Manuel Lauda, Andrés
Juan Antonio Díaz Arg<Ae, Francisco Isnardy, secretario. G. Albizu, Francisco T. Pérez, José Luis Cabrera, Manuel
de Urbina, Francisco Avendaño, Rafael de Guevara, Juan de
Dios Ruiz, Angel Quintero, Hilario Cistiaga, Francisco Me
jía, Manuel Cala, Eduardo A. Hurtado, Martín Tovar, Matías
DIPÜ'IWDÜS AL CONGRESO DE ANGOSTURA, INSTALADO EL 15
Lovera, B. Balda, A. J. Soublette, Manuel Quintero, Juan
DE FEBRERO DE 1819
E. González, José Vargas, J. Alvarez, S. Navas S[)ínola, P. P.
Díaz, Lucio Troconis, Antonio Pebres Cordero, Rafael Acevedo.
Le puso el cúmplase el presidente José Antonio Páez, y la
Por la provincia de Caracas; doctor Juan Germán Roscio, refrendaron los secretarios del despacho del interior, Antonio
doctor Luis Tomás Peraza, licenciado José de España, Ono- Leocadio Guzmán, del de guerra y marina, Santiago Mariño,
fre Ba.salo, Francisco Antonio Zea. Por la provincia de
y del de hacienda y relaciones exteriores, Santos Michelena.
Barcelona; coronel Francisco Vicente Parejo, presbítero
Eduardo Antonio Hurtado, licenciado Diego Bautista Urbaneja,
licenciado Ramón García Cádiz, Diego Antonio Alcalá. Por
la provincia de Cumaná; general Santiago Mariño, general FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DK 1857
Tomás Montilla, doctor Juan Martínez, Diego de Vallenilla.
Por la provincia de Barinas: doctor Nicolás Pumar, pre.sbítero
doctor Ramón Ignacio Méndez, coronel Miguel Guerrero, El presidente del Senado, diputado por Caracas, T. Paz
general Rafael Urdaneta, doctor Antonio María Briceño. Por Castillo. —El pre.sidente de la Cámara de Rejiresentantes, di-
la provincia de Guayana: Eu.sebio Afanador, Juan Vicente
Cardozo, doctor Fernando Peñalver, general Pedro León To-
})utado por Maracaibo, Rafael Urdaneta. — El vicepre.sidente del
Senado, senador por la provincia de CVyedes, Guillermo Tell
rres. Por la provincia de Margarita licenciado Gaspar Mar-
:
Villegas. — El vicepresidente de la CYunara de Represen-
cano, doctor Manuel Palacio, licenciado Domingo Alzuru,
—
tantes, diputa<lo por Trujiillo, 1), Bustillos. Senador por Ca-
Jo.sé de Jesús Guevara. Secretarios en la é[>oca (le .sesiones:
licenciado Diego Bautista Urbaneja, Diego de Vallenilla, José
rabobo, R. Arvelo. — Representante por Barinas, Felipe Agui-
llón, repre.sentante por la Portuguesa, Juan E. Arias, senador
Luis Ramo.s, Felipe Delipiani. por Aragua, Francisco J. Alfonzo, senador por Guayana,
Leandro Aristeguieta, reprt-*.sentante por Coro, Félix Arteaga,
senador por Maracaibo, Franci.sco Balbuena, representante por
FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1821 Guayana, Miguel AiÁsteguieta, .senador [lor el Yaracuy, J. G.
Lugo, senador ¡)or el Táchira, P. Casanova, senador por Cu-
maná, Manuel A. Castro, repre.sentante por Barinas, Daniel
Angulo, senador por Barinas, Lucio M‘.' Celio, representante
El pre.8Ídente del Congreso, doctor Miguel Peña y el vice- por Barqui.si meto, Manuel Alvistur, representante por Caracas,
presidente del Congreso, Rafael, obispo de Mérida
y de Ma- Jesús M“ Blanco, repre.sentante por Aragua, Jaime Bosch,
racaibo, Luis Ignacio Mendoza, Vicente Azuero, Diego F. senador por Barinas, Juan V. González Delgado, senador por
Gómez, José I. (le Márquez, Antonio María Briceño, Joaquín Barcelona, F. Hurtado, senador por Mérida, Pascual Luces,
Fernández de Soto, José Antonio Borrero, Miguel de Zárraga, representante por la Portugue.sa, bachiller Juan Francisco Bes-
Diego B. Urbaneja, José Antonio Yáñez, Manuel Benítez, canza, representante por Barcelona, B. Barrios, re}>resentan-
Pedro F. Carbajal, Alejandro Osoiio, José Cornelio Valencia, te por la provincia de Barquisimeto, J. Cayetano Bastía,
Joaquín Borrero, Salvador Camacbo, Franci.sco de P. Orbe- senador por Maturín, J. Antonio López, senador por Apure,
goso, doctor Ramón Ignacio Méndez, Mariano Escovar, Il- José M“ Lapalma, senador por Barcelona, Pacífico Monagas,
defonso Méndez, José F. Blanco, Domingo B. y Briceño, José senador por Barquisimeto, Fermín Medina, '-epresentante por
María Hinestro.sa, Miguel Domínguez, Bartolomé Osorio, José Cojedes, G. Cárdenos, senador por Guayana, Geraldo Monagas,
Antonio Paredes, Juan Ronderos, Jo.sé Prudencio Lanz, Manuel representante por Mérida, M. de J. Contreras, senador por
María Quijano, Sinforoso Mutis, Miguel de Tovar, José Gabriel el Guárico, Seba.stián Martin, senador por Caracas, Francisco
de Alcalá, J. Francisco Pereira, Joaquín Plata, doctor Félix Vicente Parejo, senador por la provincia de Trujillo, Valen-
Restrepo, Pedro Gual, Jo.sé Manuel Restrepo, Casimiro Calvo, tín Machado, nqiresentante por Maturín, Agustín Coll, re-
Juan Bautista Estoves, Gabriel Briceñ(j, Francisco Jo.sé Otero, ]>re.sentante por Maracaibo, Juan Celis, senador por Coro, José
Lorenzo Santander, Jo.sé Ignacio Balbuena, Nicolás Bailen Falcón, re])re.sentante por la provincia de Cojeiles, Juan José
de Guzmán, Pacífico Jaime, Bernardino Tovar, Miguel Ibañe.s, Apolonio Cruces, rej)re.sentante por Maracaibo, Francisco Ca-
José de Quintana Navarro, IMlicarpo Uricoechea, José A. Men- rabaño, senador por Margarita, José Aniceto Narváez, repre-
doza, Carlos Alvarez, Vicente A. Borrero, Andrés Rojas, Fran- sentante por Barinas, Eladio Delgado, senador por Aragua,
ci.sco Gómez, Cerbclión Urbina, Francisco Conde. El dipu- Jesús M“ Paúl, representante por Caracas, Feliiie Estoves, se-
tado secretario, Francisco Soto. El diputado secretario, Miguel nador por Trujillo, Miguel Pimentel, senador por el Táchira, C.
Santamaría. El di{>utado secretario, Antonio José Caro. Pala- Rangel, representante por el Guárico, Ignacio Esnal, repre-
cio del gobierno de Colombia, en el Ro.sario de Cúcuta, á G
sentante })or el Guárico, Joaquín Fernández, senador por Coro,
de octubre de 1821. — —11? Cúmplase, publícjuese
y circúle.se. José Antonio Rincón, senador por Maracaibo, Roque Rebo-
Dado, firmado de mi mano, sellado con el sello provisional lledo, representante ]ior Barinas, Juan Bautista Franco, re-
de la República y refrendado i)or los ministros secretarios pre.sentante por Barcelona, Pedro Mai’ía Freites, senador por
del despacho.— Simón Bolívar, (hay un sello). —
El ministro el Guárico, Mateo Rubín, senador por la Portuguesa, R. M.
de guerra y marina, Pedro Briceño Méndez .
—
El ministro de Rodríguez, representante ]>or Apure, Francisco Flores, repre-
hacipida y relaciones exteriores, Pedro Gual —
El ministro
.
sentante por el Guárico, Félix González Delgado, senailor por
del interior y de justicia, B. Urbaneja. la Portugue.sa, José A. Uzcátegui, .senador por Barquisimeto,
José D. Trías, representante j)or Carabobo, Rafael González
Delgado, re{)reseiitante por el Guárico, J. M. González, .se-
27
CCVI DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
nador por Cumaiiá, Jesús María Vallenilla, senador por Ca-
rabobo, Fernando Vera, representante por Coro, José González,
J. Gil, Fernando Adames, José A. Colmenares. Diputados —
por la provincia de Carabobo, P. J. Estoquera, Carlos P.
senador por Apure, Manuel Betancourt, representante por Calvo, h., Francisco Machado, Francisco González, Francisco
Yaracuy, Francisco A. González, representante por Guayana, Codecido, J. M. Pérez Marcano, Miguel G. Maya, A. F.
—
•
S. Gaspar!, rei)resentante por el Táchira, Argimiro Gabaldón, Castillo. Diputados por la provincia de Caracas, J. Bri-
representante }>or Guayana, Hilarión Gambus, representante ceño, Rufino González, Valentín Espinal, Carlos Tirado, Pe-
por Cumauá, A. J. Silva, representante por Coro, Pastor
García, representante por Guayana, Manuel Yanes, represeii-
dro Naranjo, Epifanio Manrique, Mariano Ustáriz. Dipu- —
tados por la {irovincia de Cojedes, Juan J. Herrera, Ma-
tantante por la Portuguesa, })resbítero bachiller Domingo An- teo Estoves, Daniel Quintana, Manuel Cárdenas, .José León
tonio Yepes, representante por Barquisimeto, Ramón C. Yepes,
representante por Barquisimeto, Gregorio Yanes, representante
Romero, Salustiano Crespo, Felipe Lara Vásquez. Dipu- —
tados por la provincia de Coro, Nicolás M. Gil, Víctor J.
por Aragua, J. Manuel Luque, representante por Barquisimeto, Diez, Pedro Romero y Rivero, Juan de D. Monzón, Luis
Salvador Luyando, representante por Caracas, Diego Bautista —
M. Hermoso. Diputados por la provincia de Cumaná, A.
Barrios, representante por Barquisimeto, Juan P. Lara, re- •J. Sotillo, J. M. Morales Marcano, Bartolomé Milá de la
presentante por Carabobo, Juan Martínez, representante por —
Roca. Diputados por la provincia del Guárico, Pedro Mo-
Caracas, José Tadeo Monagas, hijo, representante por Yaracuy, ratí, Pedro Bermúdez, J. M. Rubín, Carmelo Montenegro,
Francisco Montes, representante por Maturín, José Ruperto Bonifacio Gómez, D. Mendoza, Alejandro Belisario
y Beli-
Monagas, representante por Coro, Carlos Navarro, represen- sario. —
Diputados por la provincia de Guayana, Carlos Ma-
tante por Cumaná, Domingo Navarro, reju’esentante por Cojedes,
Florencio Navarro, representante jior la Portuguesa, Ramón
chado, Olegario Meneses, Ramón I. Montes. Diputados por —
la {irovinciade Maracaibo, José E. Gallegos, José A. Montiel,
M^ Oraa, representante por Aragua, J. Nepomuceno Orta,
representante por Barquisimeto, Eduardo Ortíz, representante
Raíael Losada, .J. E. Gando, A. J. Urí^uinaona. Diputados —
por la provincia de Margarita, Ramón Martiarena, Manuel
por el Yaracuy, José M. Ortega Martínez, representante por V. Maneiro. —
Diputados por la provincia de Maturín, A.
Caracas, G. Pompa, re])resentante por Cojedes, José M'l Peña,
representante poi- Maracaibo, Andrés Antonio Pérez, repre-
Millán, José Rafael Núñez, José Fernández. —
Diputados por
la provincia de Mérida, Eloy Paredes, Pedro Monsalve, IMa-
sentante ]'or Trujillo, Francisco Pimentel y Roth, represen-
tante por Barcelona, Luis Blanco, representante por Barquisi-
riano Uzcátegui, M. N. Guerrero. —
Diputados por la provin-
cia de la Portuguesa, Juan E. Arias, Miguel Oraa, Fede-
meto, José María Pérez, representante por Trujillo, José M.
Perozo, representante por Barquisimeto, Juan Tomás Pérez,
rico Rodríguez, Dionisio Goizueta. —Diputados por la pro-
vincia del Táchira, J. E. Andrade, Camilo Otero, José I.
representante por Barcelona, Manuel Planchart, representante Cárdenas. —
Diputados por la provincia de Trujillo, Ricardo
por Margarita, Angel V. Mata, representante por el Guárico,
José L. Requena, representante por Caracas, Gonzalo Antonio
Labastida, Argimiro Gabaldón, M. M. Carrasquero. Dipu- —
tados por la provincia del Yaracuy, Elias Acosta, J. To-
Ruiz, i’e presentante por Barinas, Eugenio A. Rivera, representan- más González, Hilarión Antich, Candelario Varela, Manuel
te por Barcelona, José Ruiz, re})reseutante por Barquisimeto, Olivero. — —
El .secretario, R. Ramírez. Valencia, diciembre .41
Andrés M. Riera, representante por Yaracuy, Agustín Rivero, —
de 1858. Cúm[)lase, publíquese y circúlese como lo pre-
representante por Caracas, José Sotillo, diputado por Carabobo, viene el artículo 105 de esta misma constitución. El jefe —
Manuel María Silva, representante por Barcelona, Miguel A. provisional del Estado, Jalián Castro. —
Por S. E. El S? de —
Sotillo, diputado del Yaracuy, Antonio María Salón, repre- E. en los DD. del interior y justicia, Lucio Siso. El S? de —
sentante por Maracaibo, comandante de artillería, Tiburcio E. en el D. de hacienda, Miguel Herrera. —
El S? de E. en
Troconis, representante por Aragua, Antonio Valero, repre-
sentante por Cumaná, Manuel N. Vetancourt, representante
el D. de R. E. —
Luis Sanojo. El S? de E. en los DD. de
G. y M., León de Febres Cordero.
por Barinas, Manuel Venegas, representante por Carabobo, P.
Bermúdez, representante por Carabobo, J. A. Zárraga, repre-
sentante por Barquisimeto, Cosme Urrutia, representante por
la Portuguesa, Lnis Ugarte. El secretario del Senado, J. A. FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1864
Pérez. El Secretario de la Cámara de Representantes, J. Padi-
—
lla. Caracas; 18 de abril de 1857, año 47? de la Indepen-
<lencia. —Cúmplase, publíquese y circúlese, José T. Mo\.\gas. El presidente de la asamblea constituyente, Eugenio A.
(L. S.) El S. de E. en los D.D. del interior y justicia, Fran- Rivera, diputado por Barinas. —
El vicepre.sidente, Manuel
cisco Aranda. El S. de E. en los DD. de hacienda
y R. E., N. Vetancourt, diputado por Cumaná. —
Ramón Alcántara,
Jacinto Gutiérrez. El S. de E. en los DD. de G. y M., Car- diputado por Aragua; Elias Acuña, diputado por Cojedes;
los S. Castelli. R. Ago.stini, diputado por Apure Tito Alfaro, diputado por
;
El ))residente, di{)utado por la provincia de Caracas, diputado por Aragua P. M. Brito, diputado por el E.stado
—
Pedro Cual. El vice[)residente, diputado por la provincia
;
Toro, Jesús M. González, Sabino Rasco, Ramón Núñez, dez, diputado por Cumaná; Manuel Durán, di})utado por el
—
Aureliano Otañez, José L. Rodríguez. Diputados por la pro- Estado Zulia Pbro. Rafael Díaz, diputado por Carabobo
; ;
vincia de Barcelona, José M. Sucre Hernández, Manuel Ma- José Miguel Font, diputado por Cumaná; Bernardo Ferrer,
tute, Manuel Sánchez, José Ruiz, José Antonio Trías, Die- dijmtado por Barinas; Juan B. García, diputado por Por-
—
go Samarra, J. Rafael Luna, Manuel Figuera. Diputados tuguesa; J. de M. Guzmán Bastardo, diputado por Aragua;
por la provincia de Barinas, Pedro F. Cordero, Fernando José M. García, diputado por Caracas; Emeterio Gómez,
Barreto, Nicolás M. Pumar, Hipólito de la Cueva, Miguel di})utado por Barinas; Nicolás M. Gil, diputado por Coro;
R. García, Juan J. Illas, Bartolomé Delgado, Manuel Mon- José Ruperto Gómez, diputado por Maturín Mateo Guerra
—
tilla. Diputados por la provincia de Barquisimeto, J. M. Marcano, diputado por Cumaná; José D. Landaeta, dipu-
;
Raldíriz, Riidecindo Freites, Bernardo Tovar, Ezequiel Gar- tado por Carabobo; José María Luyando, diputado por Ca-
mendia, Pablo Judas, José Manuel Perera, Basilio Roque, rabobo Pbro. Manuel M. Lizardo, diputado por Táchira
; ;
— C —L ——
José Tiburcio Mazon, diputado por Portuguesa; Joaquín cón, Néstor Arcaya, José T. Valles, Rafael Petit, José M,
Machado, diputado por Barcelona Santos C. Mattey, dipu-
tado por el Guárico; Juan A. Michelena, diputado por la
;
Gil, —
Juan de D. Monzón. Senador por el Estado Guárico.
Canuto García L.— Diputados por el Estado Guárico, Luis
Portuguesa Juan de D. Morales, diputado por Caracas
; C. ;
María León, Buenaventura Soto.— Senadores por el Estado
Montero, diputado por el Yaracuy Juan M. Matute, dipu-
tado por Cojedes Pablo Morales, diputado por Nueva Es-
; —
Guaya na, J. M. Sucre, J. Berenguel. Diputados por el Es-
; tado Guayana, Heraclio Ortiz, José Martínez Maiz, Carlos
parta; José María Lapahna, dijnitado por Apure; Conrado —
Arvelo. Senador por el Estado Guzmán Blanco, Andrés
Orta, diputado por Portuguesa Ramón María Oraa, dipu-
;
Ibarra. Diputados por el Estado Guzmán Blanco, Raimundo
tado por Poi'tuguesa Maxi miaño Pérez, diputado por Ca-
; Andueza Palacio, M. W. Alvarez, Felipe Agreda, F. Barrete,
rabobo Diego Mái(|uez, diputado por Apure; José M? Or-
;
—
Rafael B. Urbaneja. Senador por el Estado Guzmán, José
tega Martínez, diputado ]')or el Yaracuy J. G. Ochoa, di- ;
—
Félix Soto. Diputados [)or el E.stado Guzmán, Román Tre-
j)utado por el Guárico; R. A. Parra, diputado por Barqui- jo, Frmicisco Lima, Sósimo Jugo. —
Senadores por el Estado
simeto José del Rosario Petit, diputado por
; Coro; José —
Maturín, Mateo Sosa, J. Manuel García. Diputado ’por el
Ignacio Pulido,^diputado por Mérida Manuel Plaiichart,
diputado [)or Barcelona Lucio Pulido, "diputado por el Tá-
; —
Estado Maturín, Francisco Guzmán, Senador por el Esta-
do Nueva E.sparta, Pedro Salazar Dumoulin.— Diputados
;
cbira ;
1. Riera Aguinagalde, diputado por Barquisimeto; por el Estado Nueva Esparta, P. M. Brito, J. Manuel Ve-
Pbro. Jesús María Romero, dijnitado por Coro; Rufo Ro- —
lasquez Level. Senadores por el Estado Portuguesa, Nata-
jas, diputado por el Guárico; A. M. Salom, diputado por
el Yaracuy; Antonio Russián, diputado por Maturín
lio Gómez, Ramón Viñas. —
Diputados por el Estado Portu-
Ra- ;
guesa, Miguel M. Saenz, Rosendo Orta, Juan M. González,
fael M. Soto, diputado por Barinas José A. Rincón, dipu-
;
José T. Roldán, Manuel Escobar, M. I. Valenzuela.— Dipu-
tado poi’ Maracaibo licenciado Andrés A. Silva, dij)utado
; tados por el E.stado Táchira, Rafael A. Rincones, Vicente
]X)r Nueva Es¡)arta; Ricardo Silva, diputado por Apmre R. Ibarra, Evaristo Martínez.— Diputados por el Estado Tru-
;
cio Andrade. — El secretario del Senado, M. Caballero. El — Odoardo León Ponte, el diputado por el Estado Lara, J.
secretario de la cámara de diputados, diputado por el Dis- M. Garmendia, el diputado por el Estado Lara, Eze([uiel
trito Federal, N. Augusto Bello. —
Palacio Federal en Cara- María González, el diputado por el Estado Miranda, Jesús
cas, á 27 de abril de 1881. —Año 189 de la ley y 239 de María Rojas Paúl, el diputado por el Estado Miranda, José
la federación. —Ejecúte.se y cuídese de su ejecución. Guz- Manuel Montenegro, el diputado por el Estado Miranda,
— —
mán Bl.'VNco. Refrendado. El ministro de relaciones in- Ramón Ayala, el diputado por el Estado Miranda, J. E.
teriores, Diego B. Urbaneja. —El mini.sti’o de relaciones ex- Linares, el diputado por el Estado Miranda, F. Monroy
teriores, Pedro J. Saavedra. —
El ministro de hacienda, ,/. P. González, el diputado por el E.stado Miranda, Rómulo jNI.
Pojas Paúl. — El ministro de crédito público, N. Ramírez . Guardia, el diputado por el Estado Miranda, Manuel M“ Ber-
—
El ministro de fomento, Aníbal Dominici. El ministro de múdez, el diputado por el Estado Miranda, J. A. Hernández
obras j)úblicas, P. Azimrúa .
—
El ministro de guerra y ma- Ron, el diputado por el Estado Miranda, A. Alfonzo, el di-
rina, Eladio Para. putado por el Estado Miranda, Francisco de P. Páez, el dipu-
tado por el Estado Miranda T. I. Potentini, el diputado por
el Estado Miranda, Rafael Carabaño, el diputado por el Es-
tado Miranda, Germán Pérez, h., el diputado por el Estado
FIRMANTES DE LA CONSTITUCION DE 1891 Zamora, Teodosio Estrada, el diputado por el Estado Zamora,
Francisco Batalla, el diputado por el Estado Zamora, J. B.
Gutiérrez, el diputado por el Estado Zamora, G. Silva G.,
El presidente del Senado, senador por el Estado Miranda, el diputado por el Estado Zamora, C. Uzcátegui Padrón, el
Vicente Amengual, el pre.sidente de la Cámara de Diputados, diputado por el Estado Zamoi'a, S. A. Mendoza, el secretario
diputado por el Distrito Federal, Marco-Antonio Saluzzo. de la Cámara del Senado, Pedro Sederstrong, el secretario
El primer vicepresidente del Senado, senador por el Estado de la Cámara de Diputados, Luis A. Blanco Plaza. — Pala-
Lara, León Colina. El primer vicepresidente de la Cámara cio Federal en Caracas, á 16 de abril de 1891. — Año 28 de
de Diputados, di[)utado por el Estado Miranda, Pedro Vicente la ley y 33 de la —
Federación. Ejecútese y cuídese de su
Mijares. El segundo vicepresidente del Senado, senador por ejecución, R. Andueza Palacio. — Refrendado, el ministro de
el Estado Los Andes, Je.sús Rojas Fernández. El segundo relaciones interiores, José 0. Aguilera, el ministro de relaciones
vicepresidente de la Cámara de Diputados, diputado por el exteriores, Manuel Fombona Palacio, el ministro de hacien-
Estado Zulia, doctor R. López Baralt, el senador pqr el Es- da, Vicente Coronado, el ministro de crédito público, José
tado Los Andes, José Manuel Gabaldón, el senador por el Tadeo Monagas, el ministro de fomento, Nicolás Atizóla, el
Estado Bermúdez, Fernando Arvelo, el senador jior el Estado ministro de obras públicas, Germán Giménez, el ministro de
Bermúdez, P. D. Beauperthuy, el senador por el Estado Ber- guerra y marina, Luis R. Caspers, el ministro de instrucción
múdez, S. Carrera, el senador por el Estado Bolívar, Matías pública, Eduardo Blanco.
Alfaro, el senador por el Estado Bolívar, Je.sús Muñoz Te-
bar, el senador por el Estado Bolívar, h. Level de Goda, el
senador por el Estado Carabobo, Laurencio Silva, el senador por
el Estado Carabobo, Luis Sagarzazu, el senador por el Estado
Falcón, A. Riera A., el senador por el Estado Falcón, José G.
Riera, el senador ])or el Estado Falcón, C. D. Costero, el
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCIX
;
visional se encargó también del ejecutivo al regre-sarde Euro-
Lara, C. Yepes; el diputado por el Estado Miranda, Fe-
pa el 1? de diciembre de 1879.
derico R. Chirinos el diputado por el Estado Miranda,
Medardo Medina; el diputado por el Estado Miranda, Luis
;
—
General Francisco Linares Alcántara. Fue el undéci-
mo presidente de Venezuela, y tercero de la federación, elec-
María León el diputado por el Estado Miranda, Jorge
;
to el 2 de marzo de 1877. Como designado ejerció también
Anderson el diputado por el Estado Miranda, A. Hellmund;
;
el poder ejecutivo por unos días en el año de 1874.
el diputado por el Estado Miranda, H. Rivero
tado por el Estado Miranda, J. Francisco Castillo
el dipu-
el di-
;
—
General Joaquín Crespo. Décimo cuarto y décimo oc-
;
tavo presidente de la república, por elecciones de 27 de abril
putado por el Estado Miranda, Eladio Simón Matute; el
de 1884 y 5 de marzo de 1894. Siendo ministro de guerra
diputado por el Estado Miranda, José R. Núñez; el dipu-
tado por el Estado Miranda, Francisco R. Núñez el di-
y marina en 1876, y en 1877 ejerció también el poder ejecuti-
;
vo de Venezuela. Como jefe de la revolución legalista, asu-
putado por el Estado Miranda, W. Casado; el di[)utado
mió el mando al entrar el ejército en Caracas, el 8 de octubre
por el Estado Miranda, Venancio A. Morín el diputado ;
de 1892.
por el Estado Miranda, R. Guerra el diputado por el Es-
tado Miranda, Heriberto Gordon el diputado ])or el Esta-
;
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl. —
Ha sido el décimo
;
sexto presidente por elección del conseio federal el 5 de iulio
do Miranda, C. Guillén el diputado por el Estado Zulia, ;
de 1888.
José Andrade; el diputado por el Estado Zulia, A. Arangu-
ren el diputado por el Estado Zamora, Sixto Sánchez el
Doctor Raimundo Andueza Palacio. —
Décimo sé[>timo
;
;
presidente de Venezuela nombrado el 7 de marzo de 1890.
diputado por el Estado Zamora, Manuel M. Gallegos; el
También ejerció el poder en 1877 siendo ministro de hacienda.
diputado por el Estado Zamora, J. Macías Inchauspe el ;
después se hizo la elección del general José Gregorio Mo- Del 20 de febrero al 2 de marzo de 1877 gobernó el
nagas por los cuatro años que ordenaba la ley, hasta el general Jacinto Gutiérrez, siendo presidente de la Alta
20 de enero de 1855. Corte Federal; y el año de 1878, por muerte del general
Era vicepresidente para entonces el doctor Joaquín Francisco Linares Alcántara.
Herrera y entró á ejercer la presidencia el mismo día 20 En 1877, durante la ausencia del general Alcántara,
de enero del 55. ocupó la presidencia el doctor R. Andueza Palacio.
Tre.s años de conmociones políticas interrumpen la En el mismo año de 78 se encargó de la presidencia
trasmisión legal del mando, hasta 1858, años en que re- el ministro del interior doctor Laureano Villanueva y duran-
nunciando la presidencia el general José Tadeo Monagas te los días de 1879 la ocuparon;
que por segunda vez la ocupara, el congreso nombró un
gobierno plural que duró muy poco, pues inmediatamente El general José Gregorio Valera, á quien antes, en
1878, la asamblea revolucionaria había nombrado ler. de-
triunfó la revolución llamada de marzo y asumió el man-
do el general Julián Castro, jefe de aquella revolución, el signado y que reasumió el poder el i 9 de enero de 1879;
18 de marzo de 1858; en julio del mismo año el gene- El general Eleazar Urdaneta, 2? designado en el gobierno
ral Castro es nombrado jefe provisional del país del general Valera, encargado el 7 de enero de 1879
y se con- j
pasa á manos del general León Colina, designado para De nuevo se separó temporalmente el primer magis-
entonces y del doctor Rafael Arvelo, ministro de ha- trado constitucional é hizo sus veces por algunos días, el
cienda. doctor J[uan de Dios Monzón, consejero federal, que murió
Notables generales de la federación habían ejercido á principios de 18S4.
el poder hasta entonces, tocándole en abril de 1868 al Terminado el período legal del general Joaquín Cres-
que entre ellos obtuvo renombre de valiente, el general po en 1886, mientras llegaba de Europa el presidente
Manuel Ezequiel Bruzual, ministro de la guerra, que dejó electo, lo fue interinamente el doctor Manuel Antonio Diez,
de ocuparlo el 27 de junio de aquel año, día en que to- desde el 27 de abril.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCXI
Enjunio y julio de 1887 desempeñó el mando el ge- peñar interinamente la presidencia el doctor Juan Pietri,
neral Juan Tomás Pérez, miembro del consejo federal, ministro de hacienda.
hasta que regresó el presidente, quien separándose para Ausente de nuevo el jefe del ejecutivo, ocupó la pri-
Europa, dejó encargado al general Plermógenes López, el
mera magistratura el presidente del consejo de gobierno,
8 de agosto de 1887. general Manuel Guzmán Alvarez, el 7 de octubre de
Durante la última guerra se encargó del poder el doc- 1893.
tor Guillermo Tell Villegas Pulido, consejero federal, el Durante estos meses, separado temporalmente del po-
2 de setiembre de 1892. der su jefe constitucional, ha ocupado el puesto interina-
Triunfante la revolución acaudillada por el general mente el doctor Feliciano Acevedo, miembro del consejo
Joaquín Crespo, habiéndose ausentado éste por unos días de gobierno, desde setiembre último.
de enero del año próximo pasado, fue elegido para desem-
:-.itaAhr
LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
FOE/ EL LOCTOE. LJ^UEEA-ISTO "VILL^ITXJE'V"^
LAUREANO VILLANUEVA
^ i^)°ara empezar el trabajo que nos ha encomendado y Mechel, don Francisco deUrbina y el teólogo don Gabriel
I la Asociación Nacional de Literatura^ Ciencias de Lindo. Cumplido lo pactado y leído el tercer curso, ocu-
y Bellas Artes^ de escribir una revista sobre el rrió Campins, en 1775, al rey para que le concediera la
progreso de nuestras ciencias médicas, creemos permitido cátedra en propiedad gracia que le fue otorgada, por cédu-
;
valernos de lo que publicamos sobre esta materia, cuando la e.xpedida en Aranjuez, á 14 de mayo de 1777. Con mo-
en I(S83 historiamos en un volumen de cerca de 400 páginas tivo de su muerte, ocupó la cátedra su discípulo el doctor
la vida del señor doctor José Vargas, fundador de estos Francisco Molina, primer doctor en medicina de la Univer-
estudios en Venezuela :
páginas preparadas con vista de sidad de Venezuela, graduado en 1785. Después de la muer-
documentos fidedignos conservados en el archivo de nues- te de éste, entró á dar la clase, como interino, el doctor Fe-
tra Universidad. lipe Tamariz, el 6 de junio de 1788, con $ 100 de sueldo al
El estudio de la medicina, dijimos, estaba circunscrito año. Concediósela en propiedad el rey, el ii de diciembre
á una sola clase, que fundó en 1766 el doctor don Lorenzo de 1802, y no fue sino en 1811 cuando la Universidad le
Campins Vallester, con licencia concedida por cédula del aumentó $ 50 más. A Tamariz reemplazó, en 1815, el
rey ; y en la que se adquirían algunas nociones elementa- doctor José Joaquín Hernández, discípulo suyo. Desde 1824
les de higiene, fisiología, patología y terapéutica. El curso en adelante, el curso se leyó en dos clases, la de Higiene y
duraba dos años, y era obligatorió combinarlo con una pa- Fisiología, como ya hemos dicho, á cargo del doctor Her-
santía de cuatro, por lo menos, en los hospitales. Esta or- nández, y la de Patología y Terapéutica, regentada por el
ganización subsistió hasta 1824 se establecieron dos francés doctor Santiago Bonneau, que solía dar algunas lec-
clases de medicina : una llamada de medicina teórica, para ciones de Anatomía práctica. Estos fueron los cinco profe-
estudiar higiene y fisiología ; y otra que se denominó de me- sores de medicina, que sirvieron de maestros en nuestra Uni-
dicina práctica, en la cual se enseñabau la patología y la versidad desde 1766 hasta 1827.
terapéutica. Para formar los textos de estudios, se nombró en co-
El doctor don Lorenzo Campins Vallester fundó aquella misión, por los años de 1819, á los doctores J. Joaquín Her-
clase, como acabamos de decir comprometiéndose con la Uni- nández, José Domingo Díaz y Carlos Arvelo. Eran tan es-
versidad á leer dos cursos de medicina, de tres años cada casos los facultativos, que de ordinario había que cerrar la
uno, debiendo aquella, por su parte, incorporarlo al claus- clase cuando el profesor se enfermaba.
tro con los grados de maestro en artes y de doctor en medi- De lo dicho se colije, que no se enseñaba Anotomía ni
cina, que había obtenido en las Universidades de Gandia y Cirujía, Obstetricia, Química, Botánica, ni Farmacia, re-
Mayorca. En caso de no cumplir el profesor este pacto, duciéndose los conocimientos en este último ramo de las
quedaba obligado á pagar á las rentas los derechos corres- ciencias médicas, á la Farmacopea Militar, escrita y manda-
pondientes á los dos grados que se le conferían, por lo cual da observar por el doctor don Juan Nieto Samaniego, vocal
debía otorgar una fianza á satisfacción del rector, del maes- déla Suprema Junta de Sanidad de las provincias de Ve-
tre Escuela y del Claustro de Conciliarios. Sirviéronle á nezuela y primer cirujano del ejército de Morillo. (*)
este propósito don Felipe Ovelmejía y su esposa doña Rita Algún tiempo después fue importada en el país la Far-
Cardozo, con una casa que dieron en fianza, á la Univer- macopea matritense.
sidad. Previ nosele también que sostuviera una tésis sobre Nuestros operadores se distinguían en dos clases, deno-
los aforismos de Hipócrates, en la capilla universitaria, co- minados cirujanos romancistas y cirujanos latinos eran :
tiérrez Díaz. —
Calle de San Felipe Nery. 1819. N. del A.
28
CCXIV LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
éstos los doctores graduados en la Universidad desde los tica de la medicina, perfeccionar sus métodos de observa-
tiempos de Campins y aquellos, hombres que sin estudios ción, rectificar sus juicios, ordenar su conducta
;
y amenizar
preparatorios, se dedicaban á la práctica, dentro y fuera de aquellos grandes y difíciles estudios á que se consagraba,
los hospitales, y á quienes se expedían títulos de suficiencia, con todas sus facultades, para conocer las enfermedades
por una Junta examinadora, que en los principios se compo- y
curarlas. En efecto, la medicina, ciencia y arte á la vez,
nía de dos diputados del Cabildo Eclesiástico y Secular, de requiere en quien aspira á ejercerla con acierto, talentos es-
algunos prelados de las distintas religiones, deí rector de la peciales y extensísimos conocimientos.
Universidad, que como hemos dicho, nunca era médico, del En verdad, quien se dedique al ministerio de esta cien-
proto-médico y del capitán general, que la presidía. Era cia eminente, ha menester la lógica inductiva, para cono-
el proto-medicato un tribunal médico encargado de todo lo cer la Naturaleza por la filosofía experimental, las l\íate-
relativo á la sanidad pública, y autorizado para regulari- máticas, para llegar por el raciocinio, al descubrimiento
zar el ejercicio de esta profesión en la provincia de Vene- de otras verdades en el espacio y en el tiempo. Necesita
zuela ;
el cual no se permitía sino á los facultativos gradua- de la Geometría, que le enseñará la figura y propiedades
dos, y á los curanderos que, mediante un examen, hubie- de los órganos de la Dinámica, para comprender el juego
;
ran obtenido licencia legal. Fue nuestro primer proto-mé- de las palancas, de las fuerzas y las resistencias y de la Hi-
dico el humanitario Campins, natural draúlica, para darse cuenta del curso
de Mayorca, cu}"a memoria debe flore- de la sangre.
cer entre nosotros, por haber procurado La Cosmografía le hará entender
con abnegación el bien de la colonia ; la influencia de los cuerpos celestes en
el segundo, Francisco Molina el terce- el curso de las enfermedades
;
y la Geo-
;
ro, Felipe Tamariz desde 1788 hasta grafía física, la de la temperatura, vien-
1815, en que fue reemplazado por el tos y demás condiciones peculiares de
doctor José Joaquín Hernández. cada localidad.
Para obtener en el protomed icato Para alcanzar correctamente la es-
el título de boticario, era menester ser tructura y las funciones del oído, ne-
católico, caritativo, honesto, blanco, hijo cesita conocer las leyes de la Acústica;
legítimo y cumplidor de las prácticas así como para explicarse
y entender la
religiosas, y haber estudiado con algún estructura y las funciones del ojo, las
farmacéutico, por cierto número de leyes de la Optica. Por la Química ana-
años. Al graduarse juraba el candidato liza los líquidos, estudia las acciones
y
no vender á precios excesivos ni cobrar reacciones, las composiciones y des-
nada á los pobres, obedecer las leyes, composiciones de los cuerpos orgáni-
guardar los preceptos del tribunal y cos; y por ella y por la Botánica y las
defender la original pureza de María otras ciencias naturales, entra en nue-
Santísima. vas investigaciones en materia médica,
El proto-médico tenía además los Toxicología y Farmacia de lo cual se
;
mo la inglesa, francesa, alemana é italiana, debe observarse en la parte moral y en la salud del hombre. Y por último,
que no las estudió sino como medios para beber en fuentes la política, que enseña la gobernación de los Estados,
y las
puras las ciencias de los médicos antiguos y modernos. Si relaciones jurídicas de los individuos entre sí, debe merecer
aprendió las Matemáticas y el Dibujo, fue para entender con del médico, no sólo el interés y la atención que obligan al
pertección las leyes de las afinidades químicas, la figura de ciudadano patriota, pero también la consagración generosa
los cuerpos, sus relaciones geométricas, y la acción regular á los debates, aplicaciones y desarrollo general de las tésis
délas fuerzas musculares sobre las palancas óseas. políticas, como elementos modificadores de los afectos y pa-
Si penetró á fondo en la Historia, la Filosofía racional, siones. Además de que la observación de la naturaleza nos
la Lógica y la Etica, fue para aplicar sus principios á la prác- revela tan misteriosas armonías, entre la política y la me-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXV
dicina, entre la patogenia Bonells y Lacaba, que ade-
de las enfermedades corpo- más de no corresponder á
rales y la patogenia de las los progresos de la época,
calamidades políticas, entre era difusa para texto, y es-
los síntomas diatésicos de casa de doctrina sobre Ana-
las unas y de las otras, en- tomía general, base funda-
tre la marcha, los acciden- mental de la descriptiva.
tes, el pronóstico y el trata- A fuerza de paciencia
miento de los estados mor- y asiduidad logró Vargas
bosos que aflijen y matan al organizar un pequeño an-
hombre, y los signos indi- fiteatro,en un departamen-
cadores de los quebrantos de to del antiguo convento de
la vida pública, que debili- San Francisco, en donde
tan, empobrecen y destru- demostraba, sobre el cadá-
yen las naciones que, bien ver, la descripción de los
podemos asegurar, por la órganos completando la
;
El capítulo tercero de estos estatutos trataba de la 1 Memoria escrita en colaboración con el doctor J. J.
organización del tribunal de la F'acnltad; el cuarto del Hernández, .sobre el Mal de Lázaro.
modo de elegir los ministros; en el quinto se reglamen- 2 Informe en 1837 sobre unas muestras de kermes, en-
taban las Juntas ordinarias generales y las extraordinarias; viadas para sn exámen por el jefe político de Mérida.
y en el .sexto las deliberaciones del cuerpo. Todo lo re- 3 Descripción de una ptósis en el ojo derecho de nn hom-
lativo á exámenes, recepciones é incorporaciones, se tra- bre, 3 de noviembre de 1829.
taba en el artículo séptimo. 4 Memoria en colaboración con los doctores Cabrera y
La Facultad podría nombrar Miembros Honorarios^ González, sobre el Dengue.^ 18 de agosto de 1S28.
pero solamente á los profesores eminentes en el arte de
5 Traducción de Los Deberes, de los Afédieos, del doctor
curar ó en las ciencias accesorias de la medicina. Los fon- Fercival, 16 de setiembre de 1829.
dos de la Facultad se componían de los derechos de re- 6 Monografía sobre casos prácticos de insectos en las fo-
cepción é incorporación de sus miembros, y de las sus- sas nasales, febrero de 1828.
cripciones anuales de estos; de los derechos de visita de
7 Historia de la medicina en Caracas, y bosquejo biográ-
botica, de los auxilios del gobierno, de las donaciones de los fico de nuestros médicos, febrero 16 de 1S29.
bienhechores, y de las multas á los socios. 8 Monografía sobre la epilepsia, 1831.
Instalada, al fin, en 21 de julio de 1S27 esta útil 9 Clasificación que deben llevar los estudios médi-
Corporación, en la capilla de la Universidad, en ejecución cos, 1S30.
del decreto antes dicho, prestóle Vargas, sin reservas, to- 10 Memoria sobre los perjuicios de la pesca, por medio
do su concurso á fin de darle crédito y prestigio, den- del barbasco., y otros venenos, 23 de febrero de 1828.
CCXVIII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
tare, Lucas Amaya; Valencia, Pedro Gnillén; Ricardo Mnrfi; casos de enfermedades pulmonares diversas; disección de
Nueva York, Santiago Sniith; Cnmaná, Sántos Gaspari; una ballena; observación de un ca.so de aracnitis crónica;
Caracas, doctor Espino.sa, Rafael Revenga, licenciado Claudio y de varios de laringitis edematosa; muchísimos manus-
Viana, M. Echeandía, doctor Escalona, Juan Manuel Cagigal, critos sobre cólicos, leucorrea, tos-ferina, cáncer, lombri-
Pedro Pablo Díaz, Vicente Arámburu, José Austria, doctor ces, baile de San Vito, paperas, estrecheces de la uretra;
Nicolás Díaz, doctor José Rosario Sistiaga; Bogotá, Pedro las memorias sobre el tifus, mal venéreo y disentería; y
Herrera, doctor José María Céspedes, doctor José Joaquín un sin número de traducciones de capítulos de obras ingle-
García. sas, francesas y alemanas.
—
Socios Ordinarios. Señores doctor José Vargas, doctor Segundando los deseos de la Facultad, aceptó el encargo
José Joaquín Hernández, doctor Pedro Bárcenas, doctor Juan de bibliotecario, con el objeto de formar una buena colección
José Jiménez, doctor Antonio José Rodríguez, Silvestre Gar- de libros, periódicos y folletos de ciencias y artes, y de re-
cía, Manuel Ledezma, Diego Sierra, Cárlos Bello, doctor Je- lacionar, por su mediación, este instituto de Caracas con
sús María Ochoa, Claudio Rocha, Eduardo Mac Llong, José sus análogos de Europa y ambas Américas, corno en efecto
de Jesús Madera, Carlos Félix Bigott, licenciado Francisco lo llevó á ejecución, en parte, abriendo correspondencia
Ignacio Carrera, Julián Martínez, J. J. Lucena, Juan An- con sociedades científicas de Bogotá, Santiago de Chile,
tonio Jiménez, Alejo Betancourt, L. Tamayo, Manuel Porras, Nueva York, Londres, París y otros lugares; \ como fue-
N. Calderón, doctor Lacombe, Tomás Aguerrevere, Felipe ran escasas las rentas de la Facultad, se suscribió á expensas
Romero, Jerónimo Pompa, Julián Tejera, Eliseo Acosta, propias, á muchos periódicos médicos que puso al servicio
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXIX
de todos sus consocios. De- putrefacción. Por lo que ha-
bemos agregar que por me- ce á las aguas de uso pú-
dio del señor José María de blico excitaba á la Junta á
Rojas, ilustrado librero de que velara, por la abundan-
esta ciudad, y excelente ami- cia y limpieza de éstas, y
go suyo, hacía venir trimes- á que fijase lugares adecua-
tralmente las mejores obras dos, para baños y lavaderos.
científicas, los lamínarios, La pesca, por medio del
modelos, é instrumentos de barbasco, debía prohibir.se.
última invención que se ex- Sobre esta materia había di-
pendían en Nueva York, rigido á la Facultad, en
Londres y París, para lo 1828, un informe de que
cual conservaba quinientos daremos cuenta más ade-
pesos en depósito, en cada lante.
una de estas ciudades, que Proponía, además, co-
tenía el cuidado de re]Doner mo medida rigurosa, el exa-
á medida que los iba em- men diario y constante de
pleando. Como fruto de esta los alimentos y licores que
labor podemos citar, entre se ofrecieran al consumo, por
otras comunicaciones curio- lo cual opinaba que se esta-
ANTONio PARRA .sísiiiias é Í 11 tcrcsantes, las blecieran laboratorios quí- Antonio josé rodríguez
del RealColegio de Mé- micos subvencionados por
dicos de Londres, el cual sometió á la consideración y- las rentas del Municipio.
estudio de nuestra Facultad muchas cuestiones sobre Es- La vacunación debía organizarse en toda forma.
tadística, Fisiología, Higiene, Botánica, Química Para proporcionar gratuitamente á los pobres, consejos
y pidió
á nuestros facultativos noticias exactas de nuestro clima, en- médicos, proponía á la Junta la creación de dispensarios, sos-
fermedades endémicas y plantas medicinales. tenidos por el tesoro de la municipalidad.
En retribución de tantos servicios la Facultad le con- Aseo, ventilación y otras medidas de higiene, consti-
firió, en 1840., el título de miembro honorario. Después, tuían sus reglas para el buen servicio de los asilos, cárceles,
el 19 de marzo de 1855 colocó en el sa- colegios, cuarteles, lazaretos y demás luga-
lón de sus sesiones el retrato de tan emi- res donde se aglomeran muchos indivi-
nente académico, y pidió á las Cámaras Le- duos.
gislativas que le decretasen honores pú- La mendicidad pública debía prohibir-
blicos. se; á este efecto se establecerían casas de
Además de todo esto que bastaría para inválidos.
la reputación de muchos médicos; tradujo En su propósito de discurrir sobre cada
correctamente la obra del doctor Juan una de estas cuestiones de interés proco-
Abercrornbie sobre las enfermedades del munal, con el tino y erudición propios de
estómago, canal intestinal, hígado y otras su gran doctrina, escribió como ya lo he-
visceras del abdómen, y la publicó en iS^jq; mos indicado, un informe sobre los perjui-
de ella fue editor uno de sus discípulos más cios de la pesca por medio de plantas ve-
notables, el doctor Pedro Medina. nenosas; ya se tratara del manzanillo, que
En el curso de esta obra intercala el produce efectos de veneno corrosivo, ora
doctor Vargas muchas citas, sobre obser- del jugo del maguey, de la parapara, del
vaciones respecto de las fiebres intermi- barbasco, del javillo, ó de otros vegetales
tentes y remitentes de Cumaná
y sobre más ó ménos nocivos, que tienen la pro-
las hipertrofias miasmáticas del bazo
y del piedad de aturdir los peces, sin causar
hígado, tratadas por él en su estada en en ellos un envenenamiento formal que
aquella ciudad, por los años de 1809 pueda traer la muerte de quien los coma.
y
1810; sus opiniones sobre la administra- Estas carnes son alimentos dañados,
ción del mercurio en la tumefacción cró-
MANUEL PORRAS provicucn dc animales enfermos;
nica del bazo y del hígado proveniente de
y en esta virtud debe prohibirse su con-
inflamación, en contra de los asertos del
sumo. Para instrucción del lector hemos
doctor Aberdeen: y muchas notas para ilustrar
y confirmar el colocado esta comunicación á la Facultad entre los docu-
tratamiento de esta enfermedad, por la yodina, propuesto por mentos respectivos.
Abercrornbie: observaciones sobre la hemorragia de sangre ar- Otra enseñanza clínica, igualmente provechosa, es la
terial del recto, recogidas en Puerto Rico: su tratamiento
del observación sobre la fiebre llamada cerebral ó maligna, que
ileus^ y de la disentería, sóbrelo cual trae casos curiosos
obser- reina en Caracas en la estación del otoño. De esta enfer-
vados en Cumaná: una nota muy importante sobre una medad recogió muchos casos, cuyas descripciones coleccionó
afección inflamatoria de la membrana mucosa del estómago, en cuadernos, que hemos tenido ocasión de leer en un ar-
de género particular, que frecuentemente ocurre en la prác- chivo de propiedad particular. Vargas procedió en este
tica, unida con una condición inflamatoria general
de toda género de estudios, como eu los demás, ajustado perfecta-
la extensión de la mucosa, desde la faringe abajo,
y de la mente al método experimental. Reunió hechos, y después
cual vio muchos casos eu Puerto Rico
y en Caracas, con- de haberlos observado y comprendido,
y de haberlos com-
secutivos a pneumonías y fiebres mucosas;
y muchos otros parado entre sí eon el mayor cuidado, notando sus seme-
hechos de observación curiosos é interesantes, de su ilustra- janzas
da y extensa práctica. y diferencias, formó una entidad patológica, é instauró
el tratamiento terapéutico.
Entre sus escritos sobre higiene mencionaremos la Etiología, síntomas, curso, terminaciones, resultados
comunicación, en 1829, á la gran Junta de Sanidad de Ca- de los
diversos métodos curativos, anatomía patológica, to-
racas, en que traza el cuadro de los trabajos
á que, en su do fue estudiado con aquella sagacidad propia de un profesor
sentir, debieran contraerse los estudios de aquella
corpora- de clínica, que sabe sorprender la naturaleza eu sus .secretos
ción. De las cuestiones principales de higiene pública con-
y misterios. Lo que distingue priucipalmeute esta fiebre,
cernientes á la atmósfera, recomendó á la junta todo lo
según Vargas, es su carácter tifoideo, enteramente funcio-
relativo á cloacas, cementerios, curtiembres, basureros,
ma- nal en unos cas.os, y sintomático, eu otros, de una lesión
taderos y demas lugares donde se depositan materias
en de la base del cerebro. Como tratamiento recomendaba
ccxx LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
29
CCXXII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
Esforzábase principalmente en hacernos conocer la mar- bían deplorado la falta de íe, leyes y principios en la te-
cha de las enfermedades, que es la noción, según Trous- rapéutica, hasta el punto de definir esta rama de la medici-
seau más importante y más capital para el práctico: pues na como un conjunto incoherente de opiniones igualmente
conocer, dice, la marcha natural de las enfermedades, es incoherentes, como una reunión informe de ideas inexactas,
conocer más de la mitad de la medicina. de observaciones por lo común pueriles, de medios ilusorios,
Sabía combinar la enseñanza de la cátedra universi- de fórmulas tan extravagantes en su concepción como fasti-
taria con la de la clínica en el hospital. La una comple- diosas en su ejecución.
taba la otra. En la clase, nos daba una lección, por ejem- Así se explica que el doctor Porras buscase en la ho-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXIII
Esta opinión de nuestro maestro quedó en el olvido entre Esta conversión, aun siendo extravagante, le fue útil,
nuestros parteros, sin que nadie se ocupara de ella. pues de incrédulo se transformó en religioso; y creyó en lo
A los cien años, esto es, de 1770 á 1880, algunos ci- que nunca había creído, á saber, en la inmortalidad del
rujanos italianos, entre los cuales sobresalía Morisani, pro- alma.
pusieron esta operación y empezaron á practicarla con su- Al igual del doctor Michelena figuró como cirujano
ceso vario, hasta que al fin fue adoptada por Pinard en el doctor Eliseo Acosta, formado como él en las clases
Francia, quien la practicó por primera vez en febrero de del doctor Vargas, primero, y después en las más acre-
1892. Nosotros se la vimos hacer una vez en 1893 en ditadas de Europa.
la Clínica de la Facultad, y otra al doctor Porak en el Acosta regentó por algún tiempo nuestra clase de Pa-
hospital Lariboissiére. En los dos ca- tología externa, ejerció con brillo la pro-
sos el resultado fue satisfactorio; á lo fesión en esta ciudad y nos ha dejado
cual contribuyeron en gran parte los cui- coleccionadas en un libro las lecciones
dados antisépticos. Y ya que nuestro de Cirujía de nuestro sabio V argas. Con-
Maestro y compatriota no pudo ver im- fiado en sus aptitudes buscó mejor teatro
perantes sus ideas sobre esta atrevida para su práctica, y lo encontró primero
operación, por habérnoslo arrebatado la en Nueva York y después en París. En
muerte en la edad más adecuada para uno y otro lugar adquirió bien mereci-
los trabajos científicos, goze á lo me- da fama, y clientela numerosa y pro-
nos la patria venezolana del legítimo. ductiva.
V noble orgullo de haber tenido un hijo El señor doctor Acosta ha sido uno
tan señalado por su ingenio de ciruja- de los cirujanos más atrevidos, ilustra-
no y sus trascendentales servicios en el dos y diestros de América, y dejó á su
campo de las ciencias. país discípulos distinguidos que siguie-
En confirmación de lo dicho baste ron laborando con fruto en el arte de
saber, que los parteros modernos han es- curar.
tablecido en estos últimos años de modo Profesores de ese tiempo fueron tam-
claro y terminante las indicaciones de bién el doctor José de Briceño, que re-
esta operación. gentó por muchos años con gran copia
Obra suya fue también la invención de conocimientos la cátedra de Anato-
del dilatado}' de la uretra, de que habló mía; el doctor Toribio González, seña-
en su tesis hecha en París en 1847 y que lado como clínico de vasta instrucción;
mereció las alabanzas de J. Cloquet, ci- el experto Dr. Calixto González, que popu-
rujano del hospital de las clínicas de larizó entre nosotros la Fisiología mo-
París, profesor de la Facultad y ciru- NICANOR GUARDIA derna, queriendo siempre abrir nuevos
jano consultor del rey Lnis Felipe, y rumbos á los estudios, ora con el em-
las de Roux, cirujano en jefe del Hotel- peño de tener abastecidos de cadáveres
Dieu de París y profesor de clínica los anfiteatros, ora con el otro igual-
quirúrgica en la Facultad. Más tarde otros cirujanos han mente loable de fundar un laboratorio de Fisiología, lo
pretendido apropiarse este invento, presentando el mismo cual ha conseguido en parte; el doctor Pedro Medina, que
instrumento con variaciones que por desgracia en vez de sustituyó al doctor Vargas en la cátedra de Química, y
mejorarlo lo desperfeccionan. Es un hecho fuera de toda que fue célebre por su habilidad como especialista de las
duda que antes de 1847 no .se conocía este instrumento, vías iirínarías; el doctor Antonio José Rodríguez, catedrá-
por lo cual no vacilamos en asegurar que el honor de la tico de Terapéutica y materia médica. Hablaba el doctor
invención corresponde en justicia á nuestro compatriota. Rodríguez el latín como lengua propia; sabía de memo-
El doctor Michelena era ria las obras de Hipócrates;
organicista, sobre lo cual pu- leía mucho á Sydenham, y
blicó un folleto, á fin de di-
vulgar esta doctrina entre los —— —
conocía tan á fondo la Tera-
péutica que daba de repente
médicos jóvenes, defendiendo una lección sobre cualquier
sus principios con calor y per- medicación con facilidad y elo-
severancia. cuencia. Con sus teorías en la
DiLATADOR DE LA URETRA— Del üoctoi' Guillermo Michelena
No teniendo materialmen- clase y sus enseñanzas clínicas
te tiempo para juzgar cien- á la cabecera de los enfermos
tíficamente cada una de las obras de este inteligente maes- en el hospital militar de esta ciudad, formó discípulos de pro-
tro, nos limitamos á dar cuenta de ellas, reservando nues- vecho que se han hecho notables en la práctica. Era un sabio
tros juicios críticos para otra ocasión. Diremos sin em- modesto, benévolo y extremadamente amigo de los estudian-
bargo que no obstante sus ideas sobre el Orga}iicismo y su tes. Fue elevado á la dignidad de Rector de la Univer-
inclinación habitual á materializarlo todo, como cirujano sidad, como Arvelo, Michelena, C. González, en tiempos
y partero, sujeto á medidas y líneas matemáticas y al en que este destino se obtenía por el voto de los acadé-
cumplimiento de leyes físicas, llegó en cierta edad de su micos en claustro universitario. Bien merece el señor doc-
vida profesional á imbuirse en ciertas ideas, no ya de vi- tor Rodríguez un puésto de honor entre los varones ilus-
talismo sino de idealismo, de espiritualismo que lo indu- tres que han trabajado por la mejora de nuestros estudios
jeron á apasionarse de los maravillosos fenómenos del mag- científicos, y nosotros, discípulos suyos, cumplimos este
netismo, y aun más, de los fantásticos desvarios del es- grato deber para con su venerada memoria en las líneas
piritismo. de esta Revista, escrita á vuela pluma.
Dotado de gran talento, lógico insigne, pen.sador sa- Otro de los médicos que han colaborado con más cons-
pientísimo, acostumbrado á resolver todos los problemas tancia y abnegación en la obra de nuestro progreso científico
con la razón, como de.sataba con el cuchillo todas las di- es el doctor Jerónimo E. Blanco. Mientras desempeñó la
ficultades quirúrgicas, como explicaba el mecanismo del cátedra de Terapéutica y materia médica publicó sus lec-
parto, ora normal, ora artificial, por los principios de la ciones de IMedicina Legal, Química y Toxicología y so-
mecánica, tuvo una vez, acaso por exceso de talento, la bre los principios generales de Historia natural médica, de
singular pretensión de evocar el alma inmortal de Var- Farmacia y Terapéutica.
gas y otros sabios para interrogarlos sobre los misterios Escribió varios artículos sobre oftalmología; publicó uu
de la eternidad, el porvenir del hombre y los destinos de bello trabajo sobre la Flora médica de Venezuela en co-
la especie humana. laboración con el doctor Lino J. Revenga, y muchas mono-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXV
cuya descripción corre en La Revista, periódico que se pu- una casa de baños públicos medicinales con lo que nos ha pro-
blicaba en esta ciudad, y la Jistole 7 -a ó chivatera de cuyas porcionado un remedio potentísimo para tratar las dispepsias,
propiedades terapéuticas dió cuenta en El Naturalista que la diabetes azucarada, la clorosis, la anemia, los engurgi-
redactaba el doctor Jerónimo E. Blanco. tamientos viscerales, el histerismo, y otras enfermedades en
Tradujo del inglés dos memorias sobre la fiebre ama- que es necesario como en estas, estimular las funciones
rilla, una del doctor Stillé, catedrático de medicina prácti- asimilatrices: con lo cual ha venido á demostrar la eficacia
ca y de clínica médica de la Universidad de Pensilvania, positiva de la hidroterapia cuando está dirigida según los
sobre el origen, propagación, naturaleza y anatomía pato- principios de la ciencia.
lógica^ de esta enfermedad, y otra del doctor Kunt presen- En este establecimiento pueden tomarse duchas de lan-
tada á la Asociación de salud pública de Richmond sobre za movible, de regadera de varias formas, en columna,
la profilaxis de esta fiebre y otras enfermedades infectivas. circular, de asiento, (perineal, rectal), de vapor, filiformes,
Queremos hablar ahora de adelantos de otro género ascendentes, de pulverización para los ojos, la garganta
en la práctica á saber, de la áplicación de la elec- y
:
otras regiones.
tricidad al tratamiento de gran número de dolencias. A este El señor doctor Carlos Arvelo es hijo del señor doctor
efecto ha montado el señor doctor Pedro M. Garda en Arvelo, de quien ya. hemos hablado. Perfeccionó sus estu-
esta capital un gabinete electro-terápico dios en Europa, á donde fue enviado por
con todas las máquinas y aparatos que el gobierno con un empleo diplomático.
producen la electricidad de alta tensión, Se dedicó con perseverancia á la ciru-
las de inducción ó las de corrientes gal- gía, en cuya práctica sobresalió dentro
vánicas, electro-térmicas, electro-quími-
y fuera de Caracas, por su pericia, pul-
cas, y galvano-cáusticas. Hállanse en es- so, y serenidad y por su fecundo ingenio
te gabinete instrumentos para la medida para remediar accidentes ires] erados
del fluido ;
para interrumpir y atenuar en un acto operatorio. Sirvió por mu-
su fuerza, y para provocar intermitencias chos años la clase de patología externa
que pueden ser desde una hasta mil por
y el Rectorado de la Universidad. Pu-
segundo. blicó muchos casos prácticos y artículos
El señor doctor García puede apli- varios sobre nuestras fiebres, y sobre al-
car con aparatos á propósito, que maneja gunos procedimientos operatorios. Poseía
con grande habilidad, las duchas eléctri- razón poderosa, palabra fácil y dotes pri-
cas y los baños farádicos y galvánicos. morosas para la enseñanza. Formó bue-
Para esto ha montado un aparato de cin- nos discípulos y ha dejado una memoria
cuenta pilas de Daniel modificadas por grata en la conciencia pública.
Siemens y Valls con un hermoso colec- Otro cultivador bien inspirado en
tor en donde se recoge el gran volúmen nuestro campo científico fue el señor doc-
de la electricidad producida, para llevar- tor Luis Daniel Beauperthuy, quien se
lo al cuerpo del paciente, que lo recibe dedicó á estudiar en Cumaná con el mi-
cómodamente en un sillón electrode, ora croscopio las alteraciones de la sangre y
quiera electrizarse con la electricidad elec- otros fluidos de la economía animal en
tro-farádica ó de tensión media, ora con las fiebres: y llegó á afirmaren 1856 en
la galvánica que es la que se genera en
una memoria que mandó á la Academia
esta gran máquina llamada de electrici- de Ciencias de París, que la cau.sa gene-
dad constante porque siempre tiene fluido. radora del cólera asiático, del vómito
Hay en este gabinete máquinas para negro y de las fiebres en general, no
operaciones quirúrgicas como cauterizaciones era un miasma, sino un parásito. Lo mismo dijo de la
y extirpacio-
nes; para la electrólisis de la uretra
y para operar fistolas. lepra. Describió el microbio del cólera en La Gaceta Ofi-
Tiene el gran imán de forma de herradura semejante al cial de Cumaná, de 1? de diciembre de 1855, número 70, y
que usaba Charcot, del poder de treinta quilogramos
y un jue- en su obra, inédita aún, está la descripción del de la fiebre
go de imanes cefálicos. amarilla y el tratamiento raeional de la enfermedad con el
El gabinete esra provisto de cuanto pueda necesitarse eual salvó muchos pacientes.
para las diversas aplicaciones electro-terápicas, indicadas hoy Entre nuestros más constantes trabajadores nos es grato
en la ciencia, pudiendo citarse en esta rica colección la Bo- citar al señor doctor Manuel María Ponte, á cuj'O robusto-
bina de Dubois Re3’inond ;
la máquina de inducción de pén- desarrollo en el campo de la ciencia hemos venido asistiendo
dulo para regularizar a voluntad las intermitencias un desde los elaustros de la Universidad. Apénas graduado
;
motor eléctrico para mover la máquina estática; una má- de doctor e.scribió un libro titulado: Historia Natural de
quina de cuarenta elementos para la electrólisis; la máquina la mujer; estudio curioso de antropología con que abrió
de rieles de Chardain la grande
; hermosa de Carré para sú carrera en el profesorado de la Ciencia Ginecológica.
generar la electricidad estática, que se usa en los baños; En 1875 dió á la estampa sus Consejos á la mujer,
y
muchos acumuladores eléctricos para producir la luz; el exci- en que revela su interés compasivo y generoso por el ser
tador rectal el tubo de Debove; otros aparatos para la galvani-
; más noble de la creación, á quien debemos la dulce vida
zación del estomago y los intestinos en casos de vómitos del hogar y de la sociedad: y que debiera merecer siempre
persistentes, de dolores, agudos gastrálgicos en las múltiples de los médicos los cuidados más atentos exquisitos.
manifestaciones del histerismo gástrico, en la oclusión intes- En Puerto Cabello publicó su obra sobre fiebres pe-
tinal, y en las pseudo-extrangulaciones debidas á la parálisis riódicas; enfermedad endémica de aquella costa, á cuyo
de las fibras musculares del intestino, y aun en las com- estudio hubo de dedicar por muchos años casi toda su
presiones de este órgano por tumores ó degeneraciones. actividad profesional. Esta excelente monografía contiene
El señor doctor García á fuerza de laboriosidad, inteli- gran número de observaciones encaminadas á ilustrar la
gencia y estudio ha logrado adquirir conocimientos exac- patología y la terapéutica de nuestras fiebres, que á v^eces
tos en la complexa ciencia de la electricidad,
y gran pericia diezman las poblaciones, haciéndose superiores á todos los re-
en el manejo de los aparatos, con lo cual se ha hecho un cursos de la medicina.
electricista ilustrado y hábil,
y capaz de suministrar en cual- En 1876 y 1877 tuvo á su cargo la Gaceta Científica
quier caso este recurso terapéutico con prontitud efica- de i^enezuela; publicación quincenal que circuló con crédito,
cia; pues el buen servicio de esta especialidad es un au.xi- dentro y fuera del país, en la que escribió mu\' buenos
lio á todas luces precioso para tratar cierto número de en- artículos sobre ramos diversos de su práctica; aí tiempo
fermedades rebeldes á los demás agentes de la medicina. que colaboraba en otros periódicos del país y del exterior
El señor doctor F. Dubreuil ha establecido en Caracas con una asiduidad digna del mayor encomio; de modo que
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXX\1I
bien puede decirse que es uno de maestros escritores científi- sarcoma de la parótida, rememora el caso de la extirpación
cos más fecundos. completa de esta glándula hecha por el doctor Michelena,
y
Fundó una Sociedad Médica titulada Unión Médica^ que cita el informe que sobre qsta materia leyó Malgaigne en la
duró mucho tiempo, y enriqueció con estudios sobre
la ciencia academia, en la sesión del 26 de octubre de 1858:
y emite
nuestros climas, enfermedades y plantas. además sus opiniones apoyado en grandes autoridades sobre el
Es el primero que ha practicado eti Venezuela la opera- punto de aquella ruidosa controversia, de que antes hemos
ción de la ovariotomía, para lo cual se ajustó con la más hablado, de si el doctor Michelena había extirpado la pa-
rigurosa precisión al método antiséptico de Ifister y Pasteur. rótida sin cortar el nervio facial y la carótida externa.
Y en seguida se dedicó con labor infatigable á escribir una Asunto científico es este muy discutido, que dejó
obra .sobre la patología y cirujía ginecológica, de la cual una estela resplandeciente en nuestros anales quirúrgi-
ha publicado el primer volumen que consta de 475 páginas. cos, para aumentar la fama de nuestro maestro ilustre, cuya
La obra ha sido dedicada al señor doctor Péan y se divide memoria vivirá siempre en la conciencia de sus discípulos.
en tres secciones ; comprende la primera, las enfermedades
Rodríguez
es un profesor de espíritu reflexivo
y asiduo
de los órganos genitales externos de la mujer; en la segun-
en estudio; trabaja en su especialidad con perfe-ccióu
el
da se describen las enfermedades déla vagina: y en la ter- y
se ocupa con entusiasmo en todo lo que puede redundar en
cera las de la uretra.
favor de nuestros adelantos médicos. Es sobre todo modes-
El segundo tomo está preparado para ser impreso como tísimo y honrado.
lo fue el primero en el acreditado establecimiento de tipo-
Asiento de honor ocupó en nuestro gremio médico el se-
grafía de los editores Betancourt, de Curazao.
ñor doctor Manuel María Zuloaga, por haber iniciado junto
El doctor Ponte goza de una bien merecida fama
con otros facultativos los estudios médicos en el colegio de
y sostiene correspondencia con profesores muy notables de Valencia. Allí se formaron bajo su ilustrada dirección va-
Europa y América.
rios doctores que han prestado buenos servicios á la huma-
Posee una cabeza luminosa; y está dotado del talento
nidad doliente.
de observación y de rara constancia en el trabajo.
El señor doctor Zuloaga era un práctico muy instruido,
El doctor Luis Rodríguez, sobrino de un médico de nota,
observador, y siempre dispuesto á dar consejos y explicacio-
el doctor Manuel Hernández Sosa, y nieto del benemérito
nes á sus alumnos, á la cabecera de los enfermos. Nos ha
doctor J. Joaquín Hernández, á quien debemos principalmente
dejado algunas páginas sobre el tratamiento del cólera, del
la propagación de la vacuna, figura con justo renombre como
tifus y de las fiebres perniciosas dé la Laguna de Valencia.
especialista de las vías urinarias. Es doctor de las Universi-
dades de Caracas y París y revalidó su título en Nueva York El doctor Juan Cuello, oculista, el doctor R. Villavi-
en el Bellevue Hospital Medical College. cencio, de ilustración vastísima, el doctor J. Esteva, tan mo-
Ha servido en nuestra Universidad la clase de Patolo- desto como sabio, el doctor Dagnino, á quien debe la ciencia
gía externa. Escribió una monografía sobre la composición discípulos excelentes y libros útile.s, los Doctores Bolet,
química y las propiedades curativas de las aguas termales de J. J. Briceño y su sobrino Rafael que perfeccionó sus estu-
Guarume, San Juan de los Morros y el Tuy. dios en Europa, el doctor S. Vaamonde, catedrático muy
ilustrado de Patología eu nuestra Universidad
En 1876 en sesión pública de la sociedad llamada y práctico
Escnela Médica hizo el primer ensayo práctico de que hay de inteligencia investigadora, el doctor F. Padrón, que ha
utilizado para la ciencia en la estación balnearia que fundó en
memoria en Caracas de \a. galvano —cáustico— térmica^ sobre lo
las Trincheras las aguas sulfurosas llamadas de agua caliente,
cual dijo el ili.stre sabio doctor Vicente Marcano en las colum-
el doctor A. Frías, maestro de anatomía de casi todas nues-
nas de nuestro diario El Demócrata-, “la operación que con
tras generaciones médicas en los últimos treinta años, Rís-
feliz éxito llevó á cabo el doctor Luis Rodríguez ante un
público numeroso y competente, tiene un doble mérito: el de quez y Ruiz son obreros beneméritos de nuestra medicina.
mostrar prácticamente un sistema operatorio hasta hoy des- Ocupan los claros que dejan los viejos maestros en el
conocido en el país y el propender á imprimir á los estudios profesorado y en la práctica, muchos jóvenes de luces amor
y
médicos su verdadera marcha: el déla experimentación.” á la sabiduría educados en Europa, y empapados en los
Obra suya es una memoria sobre las propiedades del conocimientos del mundo científico moderno, como Mos-
benzoato de soda en la tisis pulmonar, en que hizo conocer quera, Aguerrevere, Seco, Ramella, los Herrera, Escalona,
los trabajos químicos del doctor Schüller. Colaboró en la Chirinos, Lobo, los hermanos Villegas. J. R. Revenga, E.
redacción del Código de Salubridad Pública que encargó el Celis, López Baralt, Acosta Ortíz, Ríos, Carreyó Luces,
gobierno en 1880 á una comisión de facultativos: ha dado á Couturier, Razetti, Hernández, N. Guardia, hijo, Elias
la estampa artícailos sobre el microscopio como medio de Rodríguez, hijo, Dominici, Myer Flegel, Ackers, de los
diagnóstico y sobre el crup. De algunos de sus trabajos en cuales algunos sirven actualmente cátedras eu la Univer-
cirujía han dado cuenta con juicios favorables el doctor Ma- sidad, otros las clínicas del Hospital Vargas v trabajan
llet en su obra Thérapeutique des maladies de l' appareil otros por fundar un laboratorio de fisiología
y bacteriología,
urinciire, 1872 y Duplay y Paul Reclus en sn obra titulada dando todos pruebas diariamente de talento é instrucción.
Traité de Chirurgie. Estos son los maestros de lo porvenir.
Fuera de numerosas operaciones en el aparato urina- Hoy llegan á Caracas innumerables periódicos de cien-
rio, ha practicado otras de alto mérito en la- región del cuello, cias médicas de todo el globo; las obras europeas
y ame-
la talla prerectal y la extirpación de las mamas. ricanas circulan en manos de los estudiantes; el método
Ha esparcido entre los estudiantes muchos conocimien- e.xperimental se impone en la enseñanza; tenemos especia-
ros modernos, ha introducido en la práctica remedios listas en varios ramos; se ejecutan todas las operaciones de
y pro-
cedimientos nuevos como el Stronger ether cirujía^ y estamos hora por hora al corriente de los progre-
sustituir el
cloroformo, el aparato de Esmarch, la inoculación de la linfa sos médicos del mundo.
de Koch, y otros muchos de diferente género que corresponden Algunos de nuestros profesores han concurrido á los
á la especialidad á que se ha dedicado. congresos médicos de Nueva York, Roma, Berlín
y París, y
El doctor Luis Rodríguez pertenece al curso notabilísi- otros llaman actualmente la atención en .sabias corporaciones
mo de Ponte, de Osío, que brilla en España como oculista extranjeras por sus escritos y trabajos de orden vario en di-
y á quien debe la ciencia la invención de un instrumento versos ramos de la ciencia.
para la irrigación de los ojos; de Bustamante que se ha No es nuestro intento escribir noticias biográficas de los
consagrado á la cirujía con talento y ciencia; de Aurrecochea médicos venezolanos, sino apuntar algunos esfuerzos hechos
que ha atesorado en las clínicas de París caudal de cono- en favor de los adelantos de la ciencia en nuestro país.
cimientos en las enfermedades de los niños
y en la práctica Si hemos dejado de citar obras de mérito, debe atri-
de los partos. buirse, sólo, á que no las hemos tenido á la mano, no obstante
En su tesis para el doctorado en París al hablar sobre el haberlas pedido por la prensa.
CCXXVIII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
Poseemos una biblioteca médica para uso público for- feísima. A aquellos techos se han sustituido otros de ma-
mada de donaciones particulares. Sirvióle de núcleo la deras sólidas, de tirantes de hierro y materiales de primera
biblioteca del señor doctor Vargas, y se ha enriquecido clase, cubiertos en los salones y demás piezas y en algunos
en tiempos posteriores con las de los doctores Acosta, Aro- corredores con cielos rasos muy bien hechos. Las colum-
cha y Guillermo Morales, joven distinguido por sus estu- nas son hoy todas iguales entre sí, de forma cónica, con
dios y aptitudes. capiteles y bases elegantes, pintadas al óleo, color verde
Tenemos el hospital Vargas, construido recientemente, claro, lo cual luce bien sobre el fondo de las paredes pin-
y que será cou el tiempo un buen centro de estudios prác- tadas de rosado, con zócalos azules de dos metros de alto.
ticos,cuando se le organice convenientemente en concor- “Las antiguas ventanillas de los salones se han cam-
dancia cou los estudios teóricos de la Universidad. biado por puertas que vienen hasta el suelo, altas y anchas
Esta es sin embargo una escuela de medicina práctica para dar constantemente salida al aire de las capas inferiores
de que vienen reportando muchos beneficios los dolientes y que está siempre corrompido en los ho.spitales. No siendo
los estudiantes. Entre los principales trabajos llevados posible ventilar el establecimiento con máqiiinas se tuvo
á cabo por sus profesores, podemos citar el tratamiehto que apelar á la ventilación natural por medio de ventanas, si-
de la tuberculosis por la linfa Kock-Straus y los estudios tuadas á propósito, de patios de luz y de espaciosas en-
sobre el paludismo en el servicio del doctor E. Meyer tradas al Sur y al Norte; de esta manera habrá siempre
Elejel. corrientes bien combinadas que atraviesen los salones y
El señor doctor A. Couturier, que ha tenido hasta ha- los patios, para llevar á cabo la renovación del aire en
ce poco á su cargo el de cirugía, ha practicado todas las toda la casa. Para resguardar los enfermos del aire frío,
operaciones, ayudado por los doctores Acosta Ortiz y Ra- ó húmedo, ó de corrientes molestas se han puesto cortinas
zetti, desde las am}»utacioues de las extremidades hasta la corredizas en las puertas y en las ventanas, de modo que
craneotomía, la laparotomía, la resección del maxilar su- en un momento puede quedar un salón cerrado y á media
perior, y la ligadura de la iliaca 'primitiva. Pero las ope- luz, ó abierto y del todo iluminado según sea la necesi-
raciones que han merecido mayor interés al inteligente doctor dad que haya que satisfacer.
(fouturier son las que podríamos llamar de cirugía de la es- “La sacristía se ha convertidoen pieza para la botica;
tética, para remediar los defectos de la fisonomía, ya re- y en el lado Sur, en donde estaban la cocina y unos cuar-
poniendo partes perdidas como se logra por la rinoplastia, titos bajos, húmedos y oscuros se han hecho dos salas,
ya usando el método de Tierch. separadas por un patio, que favorece la entrada de los rayos
Fruto de nobles esfuerzos de esta nueva generación solares para secar, alumbrar y ventilar los dos salones y el
médica es la creación de La Gaceta Médica de Cai'acas^ claustro respectivo. Por este patio se pasa al solar, en don-
que ha venido á sustituir La Gaceta de los Hospitales^ fun- de se ha fabricado un anfiteatro y varios otros servicios in-
dada por nosotros en 1889. El señor doctor Razetti, di- dispensables para el establecimiento.
rector de este nuevo y útil periódico, ha publicado en sus “ En la unión del corredor Sur con el corredor del Oeste
columnas sus notables conferencias sobre partos, nutrido se ha abierto un pasadizo anchísimo, que separa la sala Her-
como está con las doctrinas de la moderna escuela obs- nández de la .sala Micheleua, y que da paso al solar en
tetricia! de que es jefe el profesor Tarnier: en este periódico donde están la cocina, los baños, la despensa, el lugar para
corren también las conferencias del señor doctor Acosta aplanchar, los estanques y otros servicios.
Ortiz, dotado de recomendables cualidades para el pro- “La sala Vargas contiene, cumplidas las reglas de hi-
fesorado, y las del doctor Carreyó Luces, sobre oftalmo- giene 18 enfermas; la sala Arvelo 10, la de Mici.elena 15,
logía. la de Hernández 18 y la de Porras 10, de manera que pue-
Este joven oculista, trabaja en su clientela particular den ser asistidas con comodidad 61 enfermas por ahora;
con crédito,y esparce .sana simiente de conocimientos por la cada una tiene su cama de hierro, ó de madera; cou col-
prensa. chones, almohadas dobles, v un tren completo de sábanas,
Entre otros artículos suyos hemos leído cou interés su colchas, frazadas, á razón de tres pares por cada una: y ade-
conferencia sobre la iritis serosa, otra sobre la ambliopia más su mesita de noche, para guardar la vasinilla y los za-
alcohólica y los artículos sobre la tuberculosis meningea patos, una mesita de hierro para comer, y sobre la cual
y sobre los desordenes oculares en la ataxia, la esclerosis en tiene cada una un azafate con un vaso de cristal, su loza
placas y la histeria. y su correspondiente cubierto para la comida. Delante de
Mencionamos con gusto eii estas páginas, como primer cada cama hay una alfombra.
contingente del joven doctor S. A. Dominici al tesoro de “ Todo el edificio está pavimentado con cimento romano
y
nuestra medicina, su tésis Angiocolitis publicada en París alumbrado con gas.
el año próximo pasado, para obtener el doctorado, y la cual “ La fachada principal está al Norte. Se entra en el local
ha merecido el honor de ser citada en obras serias de por en medio de un jardín, que está separado de la calle
medicina. por una verja de hierro. Mas allá del jardín está el vestí-
Tenemos también un hospital para niños, que servirá bulo, formado por columnas disminuidas que sostienen una
de base para formar una excelente casa de enseñanza en esté portada de orden jónico: sobre este frontis se lee este letre-
importante ramo de la Medicina. ro, formado con grandes letras doradas de relieve, sobre un
Hasta 1888 los hospitales de Caracas eran casas inmun- fondo azul Hospital de Mujeresd'
das, en donde se hacinaban los infelices que no tenian donde Al entregar esta casa al gobierno, dijimos entre otras
morir, tiran lugares de depósitos para proveer los cemen- cosas: No hay para que recordar el estado de ruina y mise-
terios, pues, todos estaban mal servidos eii la parte fa- ria en que se encontraba esta casa: lo que nos correspo 7ide
cultativa, sin administración, higiene, ni recursosde ninguna es congratularnos cordialmente por haberla salvado^ y por
especie, sucios, hediondos y con edificios en ruina. haber organizado el serzdcio hospitalario con todos los ele-
En tal estado emprendimos la reforma de estas casas mentos 7iecesarios para la asistencia de las enp'ennas y para
por orden del gobierno á fines de aquel año. Reconstrui- la mejora de los estudios médicos del país.
mos el hospital de mujeres en cuatro meses, y de uii mu- Enseguida se formó en el establecimiento tina sociedad
ladar hicimos uii pequeño hospital cou salones espaciosos, médica llamada Instituto Vargas, pero destinada á perecer
aire y luz bastante, formado al estilo de lo que ordena la como todas las sociedades científicas de Venezuela.
ciencia en la construcción de este género de edificios. La De este hospital pasamos á reformar el civil de hombres,
Gaceta de los hospitales de Caracas dijo en su número co- el de lázaros, el militar y el manicomio. Este fue trasladado á
rre.spondiente al mes de marzo de 1889 lo siguiente: Catia por nuestros consejos publicados en la “Gaceta Oficial’’,
“Este hospital tiene hoy un edificio enteramente dis- y aunque no se le han hecho aun todas las mejoras indi-
tinto de lo que antes existía: los techos y los pilares son cadas desde entonces, se consiguió no obstante convertir la
nuevos, aquellos estaban podridos, como que tenían más horrenda casa de Los Teques en otra, sita en esta ciudad
de cien años, y estos desplomados, torcidos y de forma siquiera aseada y con algunos recursos para asistir á los
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXIX
pacientes, de acuerdo con lo que pide en estos hospitales la tañas, la presión aumenta. La presión media es de 16.000
filantropía y la medicina. quilogramos.
Para cada hospital escribimos un reglamento: en cada Condiciones eléctricas.— La electricidad decrece del
uno de ellos instalamos las hermanas de la Caridad y á Ecuador á los polos, y no se manifiesta más allá del
todos se proveyó de camas, ropas, botiquines, médicos, ins- 68° de latitud norte. Las auroras boreales que se ven en
trumentos de cirujía y cuanto se consideró menester para el las regiones polares, son probablemente debidas, dice un
servicio de los enfermos. sabio físico, al derrame y acumulación en el aire de la
Antes de levantar la pluma queremos tornar la mirada electricidad de una parte del globo. La falta de electri-
al mundo de los muertos para rendir un homenaje de culto cidad en estos lugares explica el empobrecimiento de su
reverente á la memoria de facultativos beneméritos, recor- vegetación: allí sólo se encuentra el pino de los Alpes,
dados con cariño en casi todos nuestros hogares y con res- que como se sabe es mal conductor.
peto por todos los hombres de saber. Nos referimos á los El agua de estas regiones en estado de nieve es siem-
señores doctores Pedro E. Hernández y Angel Martínez pre positiva; cuando cae en forma de lluvia, es de ordi-
Sauz, á Marco Aurelio Rojas y Jesús María González, á nario tanto positiva como negativa.
Francisco Narvarte y Francisco de P. Acosta, á Antonio En general su agua meteórica está siempre débilmente
Parra y Adolfo Fridensberg, á Daniel Quintana, Vicente electrizada.
Cabrales, Francisco Machado y Manuel Cárdenas. Ilustrados En estas regiones hay mucho ozono; lo que explica
y filántropos, trabajaron todos en atesorar ])ara la juventud la rareza de las epidemias, que son al revés muy frecuen-
que marchaba tras ellos una experiencia ilustradísima en tes en las regiones tropicales.
las enfermedades propias de los climas tropicales, en obste- Mientras más nubes tiene el aire, como en las tem-
tricia y ciencias naturales. Cada uno de ellos llevó su con- pestades, más cargado está de electricidad. Pero aunque
tribución de ideas, de práctica, de consejos y observación esté puro y sin nubes, siempre está más ó menos cargado
para formar nuestra patología y terapeútica, por lo cual bien de este finido, que se aumenta cuando llueve.
merecen un puésto de honor entre los más instruidos, ab- En tiempo sereno la atmósfera contiene siempre elec-
negados y talentosos padres de las ciencias médicas de Ve- tricidad positiva libre.
nezuela. La superficie de la tierra está electrizada negativamen-
En cuantoá no.sotros, desprovistos de todo mérito, ape- te, y esto se siente más, mientras más elevados estamos
nas alguna vez hemos podido llevar algún grano de are-
si del suelo.
na á los cimientos de nuestra medicina; y hoy mismo, no En la orilla del mar, como en Macuto, la atmósfera
es sino con gran desconfianza de nosotros mismos, que en- está cargada de electricidad positiva por otra razón también,
tresacamos de nuestros cuadernos de uso particular unos apun- á saber por la evaporación de la gran masa de aguas. Poui-
:
tes sobre el clima de Macuto, para publicarlos en estas pági- 11 ha demostrado que la evaporación de aguas con sus-
et
nas, como una demostración de que no nos es indiferente el tancias salinas en disolución, produce siempre electricidad
movimiento progresivo de la éj)Oca, al cual contribuiremos positiva, que se va al aire la negativa se esparce por la
;
so
ccxxx LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
rebro. Para combatir este efecto, se recomienda el arseniato lidad del agua, sino también por el choque de las olas,
de cafeina. y ’
A la humedad combinada con el calor, á la frialdad I? Las personas que sufran de debilidad general, co-
de las noches después de un día de alto calor, y á la mo resultado de un trabajo intelectual demasiado largo y
suspensión de la perspiración por las brisas del mar, atri- fuerte; ó de la vida sedentaria, ó como consecuencia de una
buyen algunos médicos los casos de tétanos infantil, de falta de asimilación, pero sin alteraciones en los órganos.
elefancía y disentería en los climas marítimos.
2*? Los que sufren de neuropatías, ó de debilidad ner-
El exceso en el uso de bebidas heladas y de frutas viosa.
acuosas eu los grandes calores, produce muchas veces ca-
sos de cólera esporádico. 3? Los que sufren de debilidad cutánea con tenden-
cia á los resfriamientos y á la impresionabilidad anormal
El agua helada de que tanto se abusa en estos cli-
mas, ocasiona de ordinario gastralgias y enteralgias. de la piel.
Por lo común mientras más fuerte es el calor del día 4? Los enfermos de reumatismos crónicos, musculares y
más fresca es la brisa de la tarde: porque esta brisa de- aun articulares.
pende de que demasiado enrarecido el aire de tierra sube 5*? Los atacados de escrofulosis, sobre todo, cuando
en la tarde, y viene á ser reemplazado por un aire más no hay localizaciones graves, como tumores de los gánglios
demso, y por supuesto más fresco, como es el del mar á linfáticos, etc.
esa hora. Pues, debe saberse que el aire del mar es más 6 ? Conviene usar los baños de mar en las dispepsias
caliente por la mañana que el de tierra, porque su en- simpáticas de afecciones de la matriz; como en las des-
friamiento nocturno es menor, al paso que el aire de tie- viaciones de este órgano con inflamación catarral crónica.
rra es máscaliente en la noche que el del mar, por la En este caso además del tratamiento local, debe insistirse
razón ya dicha. en el general por medio de los baños. Estos deben ser muy
De aquí viene la brisa de la mañana que va de tierra cortos de dos ó tres minutos á lo más.
:
*
Regla general. — Los individuos muy pálidos, ané-
* * micos, deprimidos, en los cuales haya un mal estado de
la nutrición, no deben habitar á orillas del mar, ni bañarse
En Macuto se aprovecha principalmente el aire marítimo en sus aguas.
y después la acción de los baños de mar, no sólo por la ca-
LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA
EL LOCTOE. E^E-A.EL "VI LL^E lOE IT CIO
RAFAEL VILLAVICENCIO
A Junta directiva de
la «Asociación Venezolana de en Venezuela hay que comenzar por rendir homenaje de
Literatura, Ciencias
y Bellas Artes « ha tenido á profundo respeto y veneración al sabio distinguido, al ilus-
bien designarnos para hacer un resumen del estado tre patriota, al, en nuestra patria fundador del estudio ra-
en que se encuentra en nuestra patria el estudio de las cional de la medicina é introductor del método exjieri-
ciencias naturales y aunque sabemos que hay aquí personas
; mental en el modo de tratar las ciencias que á la naturaleza
más autorizadas para llevar á cabo esta tarea, no hemos se refieren, al Bacon venezolano, al eminente doctor José
querido negar nuestro concurso, ya que se nos cree suficien- María \ argas, en una palabra. No hubo ramo de las cien-
tes, á la obra patriótica que ha emprendido la Asociación.
cias naturales que le fuese desconocido así ahondaba en las
Como Venezuela es un país incipiente, y sus habitan- ;
los inconvenientes del trabajo para proporcionárselos, unían Carlos Arvelo, hijo, Toribio González, Nicolás Milano, hi-
el de la multiplicación de los errores cometidos por los co- jo, Julián Martínez, Pedro Medina, José de Briceño, Angel
])istas al reproducirlos sucesivamente; nos referimos al señor Martínez Sanz, Rafael Osío, Vicente G. Guánchez, Pío Ce-
doctor Alejandro Ibarra. ballos, Calixto González y Nicanor Guardia. Además de los
Cultivaron también por arpiellos tiempos las ciencias artículos médicos, que forman el fondo del periódico, se en-
natui’ales, ya por su propia cuenta, ya como discípulos de cuenti’an en él muchos otros sobre las ciencias naturales.
Vargas y de Cajigal, algunos hombres distinguidos rjue han El j)roblema que más apasionó en aquella época, tanto á
sido honra de la patria en distintos los miembros de la Academia como
ramos del sabei- liumano. Nos es á los redactores del periódico, fue uno
grato citar, entre otros, al licenciado de cirugía que nació á propósito de
Benítez, en La Victoria, que escribió la descripción publicada en el núme-
una obrita de botánica médica; al ro 30 de El Yatnralista por el señor
doctor Limardo, en el Tocuyo; y Modesto Plaz, de una operación prac-
en Caracas, al señor Montenegro y ticada por el señor doctor Guillermo
Colón, autor de una obra muy esti- Michelena. Aunque no entra esto pro-
mada de geografía de Venezuela, piamente en el cuadro de las cien-
educacionista que formó una gran cias naturales, no podemos menos de
parte de los hombres notables que recordar sucintamente los términos de
ha tenido nuestra patria ;
al señor la cuestión, porque ella fue motivo
Codazzi que compuso la mejor obra de una discusión vivísima y apasio-
existente sobre la geografía de Ye- nada entre los contendores. El pro-
nezuela al señor doctor Rafael Ace-
;
blema comprendía dos partes; 1? ¿Es
vedo, que además de su cronología, posible practicar la extirpación com-
escribió sobre geografía ; y en la his- pleta de la glándula parótida sin cor-
toria natural, al doctor Antonio José tar la arteria carótida externa ni el
Rodríguez, que á una vastísima eru- nervio facial? ¿ Es posible colocar
dición unía un corazón de oro fundó
: una ligadura lateral sobre la vena
la primera clase de botánica en la yugular interna en el espacio com-
Universidad de Caracas; al señor prendido entre el ángulo de la man-
Olegario Meneses que publicó en dis- díbula y la base del cráneo ? La dis-
tintos periódicos artículos sobre bo- cusión, como sucede casi siempre,
tánica ;
al eminente Fermín Toro, dejó á cada una de las partes con-
tan elocuente orador como sabio bo- tendientes en las mismas opiniones
tánico y un poco más tarde, al doc-
;
con que la iniciaron y sólo tuvo
;
tor Elias Rodríguez, tan querido de por resultado producir divisiones sen-
todo el mundo por su habilidad como sibles entre colegas.
ALEJANDKO IBARRA
médico, y su trato afable y distin- Hacia los años de 1862 ó 63 nos
guido, uno de los que con más pro- reunimos en el Colegio que regentaba
vecho haya seguido el estudio de la el señor doctor Jerónimo E. Blanco y
botánica y de la zoología; estableció una clase de botánica en á excitación de éste,varios hombres de letras, con el fin de
el Colegio de Santa María, de que tuvimos la honra de foi-mar fundar una sociedad científico-literaria; recordamos ahora
parte; al doctor Lino J. Revenga, entendido en mineralogía, entre los concurrentes á dicha reunión, además del doctor
geología y botánica ;
al general Luciano Urdaneta, perito en Blanco, á los doctores Manuel Porras, Agustín Aveledo, An-
mineralogía y geología; á Marco Aurelio Rojas, que cultivó gel Ribas Baldwin, Adolfo Ernst, Arístides Rojas, Manuel
especialmente la zoología y la anatomía comparada y escribió Vicente Díaz, Teófilo Rodríguez y algunos más. La socie-
una obrita de historia natural; á nuestro nunca bien senti- dad se dividió en secciones según los distintos ramos del sa-
do Arístides Rojas, tan galano en el decir como profundo ber humano aquello era como un embrión del Instituto
;
en el concepto, y que antes de ser historiógrafo, se había de Francia. Una de las secciones, la de ciencias físicas y
<ledicado á todos los ramos de la historia natural y había naturales, fue la única que tuvo larga vida y dió frutos
escrito artículos que cautivaban por sus bellezas, artículos de provecho en lo sucesivo, después de haberse transforma-
que fueron reunidos en su obra Un libro en prosa á Ma- do en la Sociedad de ciencias físicas y naturales de Caracas.
nuel Vicente Díaz, químico consumado, naturalista instruido Su presidente por muchos años, el doctor Adolfo Ernst,
en toda la historia natural, tan desgraciado como sabio ;
á alemán de nacimiento y venezolano por el corazón y por
Carlos Rojas, el más aventajado entomologista que he- su muy estimable familia, ha sido uno de los hombres que
mos tenido, y cuya colección de insectos sería una preciosa han hecho más en esta tierra por el adelanto de la histo-
joya en cualquier museo, y á tantos otros que se escapan ria natural. Fueron vicepresidentes en distintas ocasiones
en este momento á nuestra memoria. los doctores Manuel Vicente Díaz y Agustín Aveledo, y se-
En abril de 1857 se fundó en Caracas una sociedad cretarios el doctor Carlos Rojas y el que estas líneas escri-
científica bajo el nombre de Academia de ciencias físicas y be. Esta sociedad sacó á luz un periódico científico muy
naturales. La mesa fue así constituida ;
presidente doctor interesante. La Vargasia pero como sus condiciones econó-
Cardos Arvelo, padre, vicepi-esidente doctor Antonio José Ro- micas no le permitieran re[)roducir, con la frecuencia ape-
dríguez, secretario doctor Nicolás Milano, hijo, bibliotecario tecida, los números de aquella publicación, se valía de los
doctor Rafael Osío. La Junta económico-administrativa la periódicos diarios, especialmente de La Opinión Nacional,
com[)onían los tres funcionarios principales, y los doctores del señor Aldrey, para hacer conocer sus trabajos. Entre
Manuel Porras y José de Briceño. La comisión de redac- los miembros que más sobresalieron por la importancia de
ción estaba formada por los doctores Manuel Porras, Carlos sus estudios y publicaciones citaremos, además de los doc-
Arvelo, hijo, José de Briceño, Julián Martínez, Nicolás Mi- tores Ernst, Díaz y Aveledo, al simpático doctor Francisco
lano, liijo, y Calixto González. Aunque esta asociación se de Paula Acosta, talento brillante, arrebatado por la muerte
ocupó principalmente de medicina, no le fueron extrañas en lo mejor de su vida á una carrera que prometía ser fecunda
las ciencias naturales, como se deduce de su título. en bienes para su patria; al doctor Jesús Muñoz Tébar, tan
Conjuntamente con esta sociedad se fundó un periódico modesto como aprovechado al señor José María Martel, que
;
<pre llevaba el nombre de Eco científico de Venezuela, cuya de tenedor de libros, se transformó como por encanto en un
redacción estuvo á cargo de una junta de pi’ofesores de los naturalista aventajado, prueba de lo que pueden una firme
más distinguidos era su presidente el sabio y talentoso voluntad y la constante aplicación al trabajo; al señor Mon-
;
doctor Manuel Porras, y los demás miembros, los doctores tolieu, francés hecho venezolano por el afecto, y otros más.
;
La fundación de la sociedad de cienciasfísicas y na- luégo á Caracas por la carretera, en coch(>. Nos detuvimos
turales, además de los trabajos cumplidos porsus miembros, en todos los puntos notables del camino para tomar las al-
tu\a- dos resultados importantísimos y de gran progreso pa- turas y esta operación nos dió un resultado sorprendente
ra Venezuela. Fue el primero el gusto que !se desarrolló encontramos que aquellos puntos, cuya altura había sido me-
por las excursiones científicas, y que á su vez fue causa dida por Humboldt á princijfios del siglo, tenían, en la
de (¡ue llegaran á ser perfectamente conocidos, bajo el pun- época de nue.stra excursión, cinco metros de más aproxima-
to de vista de la historia natural, todos los alrededores de damente. Como el barómetro de Aveledo estaba probado
Caracas. En 1872 se ve- ser de primer orden, co-
rificó la primera excur- mo debemos suponer que
sión al pico del Naiguatá Humboldt sólo se valía
por el .señor .James S[)ence, de insti'umentos precisos,
inglés de paso por Vene- y como todo esto .se
á
zuela, (jue tan gratos re- agrega circunstancia de
la
cuerdos dejó entre noso- que la diferencia de al-
tro.s.En 1878, si la me- turas tenía siempre el mis-
moria no nos es infiel, el mo .signo, hubimos de con-
señor Agustín Valarino cluir que la cordillera de
organizó una nueva as- la costa se levanta, y que
censión al Naiguatá, de ha subido cinco metros en
que formaron parte los setenta y cinco años, ó
señores doctores Ernst, Ma- sean seis centímeti'os y
nuel Vicente Díaz y Ave- dos tercios por año. Com-
ledo. El doctor Ernst se parando este resultado con
hizo cargo de la flora y otros obtenidos en Colom-
su estudio consta de sus bia, en donde parece que
publicaciones que citare- la cordillera desciende,
y
mos más adelante. Al doc- con los que .se han ob-
tor Díaz tocó la geología servado en los Andes del
y la mineralogía, y com- Perú y de Chile en don-
probó, entre otras cosas, de asciende, llegamos á la
que la montaña está for- conclusión, muy impor-
mada desde la mitad de tante para el conocimiento
la altura ha.sta la cima, de la vida general del
ca.si exclusivamente por globo, de que la gran cor-
el granito. El doctor Ave- dillera de los Andes está
ledo tuvo como parte la animada de un movimien-
hipsometría, la meteoro- to ondulatorio lentísimo,
logía y la física, y valién- pero constante.
dose de un magnífico ba- Si reunimos e.ste lie-
rómetro de Gay-Lus.sac cho á los observados en
con la modificación de otras cordilleras, á los com-
Emiten, puso en claro, á })robados por la geografía
favor de la fórmula de física respecto á otras va-
Laplace, el hecho de que riaciones de la superficie
la altura del pico de Nai- terrestre, y á los que la
guatá es exactamente de geología ha puesto en cla-
2.782 metros sobre el ni- ro referentes á los cambios
vel del mar. Poco antes sufridos ])or el planeta á
los mismos señores Ernst, través de los tieni})os, com-
Díaz y Aveledo y algu- prenderemos cuán irracio-
A. ERNST
nos otros, habían hecho nal es la antigua doctrina
una ascensión á la Silla que colocaba los astros en-
de Caracas. tre los cuerpos inertes, bru-
Varias otras excursiones hemos hecho cerca de Cara- tos, desprovistos de vida y que crecen sólo por yuxtaposición.
cas, aquellos tres señores, el doctor Arístides Rojas, el doc- No, nada hay inerte en la naturaleza, nada muerto. Todo
tor Jesús Muñoz Tébar, el general Luciano Urdaneta, el vive porque todo se mueve perpetuamente y la vida uni-
;
que estas líneas escribe y algunas personas más. Una, por versal es el soplo divino difundido por doquiera en el
ejemplo, á la cueva del Encantado que recordaremos siem- Universo.
pre, no solamente por el provecho que de ella sacamos, El segundo benéfico resultado obtenido por la fundación
sino por el rato tan agradable que nos hizo pasar en Pe- de la sociedad de ciencias físicas y naturales de Caracas, fue
tare la exquisita cortesanía del señor doctor Fernando Bo- que sus trabajos llamaron la atención [)ública y la del go-
let, y las espléndidas varas de nardo con que nos obsequió, bierno, y dieron motivo á la creación de la cátedra de historia
llenó nuestro coche y perfumó el ambiente que nos envol- natural en la Universidad, y al establecimiento del museo
vía hasta el punto de creernos trasportados á los jardines nacional, hechos que .se debieron al general Guzmán Blanco
de Semíramis. Pero, entre las excursiones en que hemos to- en su })rimera administración. Nombrado j)rofesor de la pri-
mado parte, tenemos por la más interesante una que hici- mera y director del segundo el doctor Adolfo Ernst, coirsagró
mos en unión de los doctores Manuel Vicente Díaz y Agus- todas sus facultades á la difusión de los conocimientos lefe-
tín Aveledo en enero de 1875. Nuestra familia temperaba rentes á la naturaleza y al adelanto y ])erfeccionamiento del
en Maiquetía y un domingo, á las seis de la mañana,
;
museo. La manera cabal con que el doctor Ernst ha licua-
después de haber tomado en la casa del doctor Díaz un ca- do sus deberes, lo demuestran, por una parte, la numerosa
fé tan aromático como que era preparado por un químico juventud que se ha formado en su escuela y que es hoy hoiim
aventajado, partimos á pié los tres viajeros por el camino de la patria y esperanza del porvenir y por otra, el rico mu-
;
viejo de La Guaira, cargando con varios instrumentos: al- seo que posee la Universidad de Caracas, y que es, en su ma-
morzamos en la Cumbre y llegamos á las seis de la tar- yor parte, obra suya ;
pues á las colecciones legadas por el
de á Maiquetía en donde pasamos dos días, para regresar doctor Vargas, ha reunido gran número de objetos valiosos;
CCXXXIV LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA
y lo que es más importante, ha clasificado y ordenado todos considerar á los partidarios más resueltos de la doctrina
estos objetos de manera que se facilita notablemente el estu- de
la fijezade las formas vivientes como los precursores nece-
dio al investigador. .sarios de la doctrina de la evolución. Ellos
han preparado
El señor doctor Ernst ha sido el principal propagador en su advenimiento sin pensarlo ni quererlo. Se les debe, en
Venezuela de la doctrina de la evolu- efecto, el haber establecido netamente un
ción en biología, y esto le ha valido las ^
problema que no existía antes de ellos,
.
acerbas censuras "de los que critican sin el problema de las especies
y por con-
[
la idea de C[ue los seres vivientes proceden de la materia inerte, en capacidad de hacer variar las plantas, y llega á pensar
y que han sufrido transformaciones más que sus especie.s, al principio poco nume-
ó menos numerosas antes de llegar á
su forma actual. Nos bastará citar los — t-
rosas, han podido multiplicarse y diver-
sificarsepor vía de crecimiento. Las re-
nombres de Anaximandro, discípulo de servas de Linneo fueron abandonadas por
Tales de Mileto que vivió de 611 á 526 I sus discípulos, quienes afirman poco á
antes de Jesucristo; de Diógenes de Apo- poco, de una manera absoluta, la inmo-
louia; de Jenófanes de Colofón; de los vilidad completa de las formas e.specí ti-
eleatas Parménides y Zenón de Empé-
; cas, y esta i<lea halla finalmente en Cu-
docles de Agrigento que se aventura á vier un defensor elocuente, cuya autori-
describir los primeros seres; de Demó- dad se impone á una numero.sa y poderosa
crito, Anaxágoras y Metrodoro. Aristó- escuela que ha contado en su seno, por
teles, después de haberse expuesto la cues- ciei’to tiempo, á casi todos los naturalistas
tión del origen de los .seres, acaba por franceses.
rechazar la idea transformista ante el Cierto número de espíritus se mues-
temor de su[ioner que aquellos fuesen el tran, sin embargo, en todas las épocas
producto de la acción de fuerzas ciegas poco .satisfechos de la explicación común
que obran sin fin determinado. Pero del origen de los seres vivientes. El mo-
Lucrecio, en (juien se encuentran en ger- do de aparición y el desenvolvimiento de
men todas las grandes concepciones de la vida sobi’e la tieria es un problema
la moderna ciencia, la desenvuelve con que ha tentado á muchas inteligencias,
una amplitud magnífica en su poema
y como siempre, se ha ]>edido desde lue-
I)e natura reriirii. Allí e.stá la primera go á la imaginación una solución que
manifestación de la idea que expue.sta en I
herencia á sus descendientes las modifícaci(anes adiiuiridas. de Saint-\ incent, del doctor M ells, del profesor Grant, Richard,
Aun cuando Robinet y de Maillet estaban lejos de sei' otra Owen, Wallace, (leí doctor 1* reke, del ilustre embriologista
cosa (lue unos sofiadores (jue escribían sobre las cosas de la von Bacr, del profesor Huxley entre los geólog(js, él cita hom-
;
naturaleza, Cuvier les hizo la honra de refutar sus doctrinas bres como Leopold de Buch, d’ A Iton, el comíe Kay.seit
pei’o fue poi'íjue el ilusti-e anatómico encontiA en ello un
ng, v i
dio cinnodo de dcvsacreditar las doctrinas opuestas á las suyas los (Vs/íyc-s- of rreaflon, el Rd. Badén Powel
por dos de sus colearas del Mu- y sobre todo, Her-
bert Spencer.
seum el caballero de Lamarck y
;
que con Etienne Geoííroy 8aint-Hilairc, su colega en el Mu- es una cuestión biológica; el materialismo
seum, deben ser considerados como los fundadores del trairs- y el espiritualismo
es una cuestión filosófica.
formismo en Francia. Cuvier parece haber tratado con (Jesdén Aceptadanoción de f[ue las especies animales
la
las ideas de Lamarck, al jai.so (pie emprendió con Geoffroy y ve-
getaleshan surgido por transformaciones graduales
Saint-LIilaire una polémica que ha (piedado célebre. y sucesivas
y U() por actos separados de creación, nos queda aún por
No entraremos ahora en el análisis de las ideas de La- explicar cuáil es el origen primero de la vida,
marck y de Geoffroy Saint-IIilaire, (jue no eran del todo se- y aquí hay
cabida, bien para la idea de la generación espontánea
mejantes, ponjue esto nos llevaría demasiado lejos; ba.ste de- ó para
la de la creación sobrenatural; la segunda es evidentemente
cir que los dos profesan que los animales actuales descienden
una hipótesis espiritualista, y aun en el supuesto de que
poruña serie no interrumpida de filiaciones de los animales optemos por la piámera, nos restaría por saber cual fue el
fósiles; rechazan toda idea de cataclismo general, de creacio- origen primero de la materia
des sucesivas, y toman así una posición opuesta á la del autor y nos volvemos á encontrar ó
con la eternidad de ella, hip(5tesis materialista, ó con la creación
del fioljve ¡m revoluciones del (/lobo.
I)¡ .iciirso
ex nihilo, hipótesis espirituali.sta.
Lamarck y Geoffroy dejaron varios discípulos que conti- La
cuestión del transformismo es una cuestión científica,
nuaron sus doctrinas mr^dilicáiidolas en j)ai'te; tales, entre otros I)or(]ue no es de origen primero,
Isidoro Geoííroy Saint-IIilaire, hijo de Etienne, y en realidad la verdadera
Fierre Lé- ciencia no entra á discutir las cuestiones de este último or-
ronx. A medida (jue las generaciones se suceden,y un gran nú- den, ya que declina con humildad toda competencia en la
mero de zoologistas, botánicos, geólogos, íih'isofos entre los más materia, y deja a cada cual en libertad para ex[)licársela.s
CCXXXVI LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA
de la América del Sur. (Revista Científica de la Universidad, 29 Del doctor Marco A. Rojas. Artículos de entomo- —
vol. I). logía publicados en los Anales de la sociedad entomológica de
/. antiguos habitantes de la Cordillera de Mérida.
Lo.s —
Francia (1855 1856 1857). —
tículos antropológicos
de Obras Públicas, 1891) y varios ar-
(Boletín del Ministerio 3? Del doctor R. Villavicencio —
Artículos sobre la langos-
.
a. Noticias filológicas sobre laslenguas del Territorio Ama- a. Sobre la savia saccharina del caruto (Memoria de la
zonas. (La Opinión Nacional, setiembre 1875). sociedad de «Amigos del Pais,» 1854).
La Vida indiana. El Ca-
b. b. Varias cartas referentes á
cique. (El iJernócrata, 1875 y 1877. cuestiones botánicas en «Villanueva,
c. De Caracas á San Carlos del Biografía del doctor Vargas,)) 1883.
Río Negro. (A« 3? Del doctor Arístides Rojas
enero á marzo, 187(3. Plantas de leche vegetal y de
d. Una Excursión entre los caucho. (Diario de Avisos, 1857).
Maquiritales. (El Demócrata, marzo 4? De Rojas y Díaz
y abril 1877. Apuntes para el Repertorio de
e. Viaje al Inírida. (El Demó- plantas útiles de Venezuela, (1866)
crata, setiembre y octubre de 1875. sólo se publicaron 2 pliegos.
4? Del doctor Arístides Rojas; 59 Del doctor Francisco de P.
Ensayos de un Diccionario de Acosta
vocablos indígenas de uso frecuente a. El achiote ú onoto. (La Var-
en Venezuela, edc., 1881. gasia).
59 Vocabulario de varias len- b. El añil ó índigo, (id.)
guas indígenas, publicado en el Re- 6? De J. A. Díaz
sumen de las actas de la Academia El Agricultor Venezolano, 29 ed.,
\Anezolana correspondiente de la 1887.
Real Academia Española, 1880, pol- 79 Del doctor A. Ernst :
los señores José Ignacio Erares, Julio a. Forma característica de la
Pebres Cordero, general José Ramón Flora venezolana; Las Palmas, (Par-
Tepes, general Juan Tomás Pérez, te literaria de El I^orvenir, 1866.
Sixto Melgarejo y otros. b. Plantas interesantes de la
Etnografía precolombiana de Ve- Flora caracasana, (La JArgasia, 1870.
nezuela, por Gaspar Marcano, 1889. c. La fécula y las plantas fa-
0? El señor Vicente Marcano rináceas del
nuevo mundo. (Alma-
recogió en varios viajes costeados naque de Rojas Hermanos, 1874.
l>or el erario |)úblico, los materiales Reimpreso en Anales de la Socie-
({ue sirvieron á su hermano el doc- dad de Farmacia de Santiago, vol.
tor Gaspar Marcano para escribir su
73 y 94.
7,
“ Ethnograpbie précolombienne du d. Estudio sobre la Flora de
Vénézuéla,” publicada en París. Venezuela. (Primer Anuario esta-
7? Del doctor R. Villavicencio. dístico, 1877 en parte reproducido
;
f. Sobre varios helmintos. (La. Unión Médica, 1881). Cartas de^ P. Loeflins, [El Co.tü Ilustrado, 1883].
g. Resumen del curso de zoología, 1882. 99 De Vicente ARcrcano:
h. Artículos sobre las langostas
y los enemigos y parásitos (Abservations et expériences sur la circulation de la séve des
de e.ste insecto. (La Opinión Nacional, 1884, etc.) végétaux Sons les tropiques. [Comptes Rendus de 1’ Acad. de
i. Catálogo de aves en el Museo Nacional de Caracas. (Re- Paris, 1883], y varios otros artículos.
vista de la Universidad, I. 1887.) — 1U9 Gaceta Científica publicada por el doctor Manuel Ma-
Lacerti lia Venezolana (id. I.)
j. ría Ponte.
Y
otros varios escritos relativos á la fauna de Venezuela \m-
blicados en el exterior.
V. Mineralogía y Geologi.\. — 19 doctor Lino J. Revenga.
Estudio seismolójico, 1866.
31
CCXXXVIII LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA
2? Doctor Aristides Rojas, a. Artículos varios sobre tem- c. El suelo de Caracas. [Id. 1889].
blores, 1866-67. d. La formación del lago de Maracaibo. (El Zubia Ilus-
b. Noticias sobre las aguas termales de Venezuela. 1874. trado, 1889).
3? Doctor Gaspar Marcano. Las aguas minerales de ^^e- e. Los temblores y su estudio. (Boletín del Ministerio de
nezuela, \_Gacda Científica, 1877]. obras públicas, 1892).
49 V. Marcano y Frydensherg, hijo. Estudio químico so- /. Las minas de Aroa, (id. 1892).
bre las aguas que abastecen la ciudad de Caracas. (Escuela 109 Inalados y Mora, Manual del Ensayador, 1892.
Médica). 1 19 José María Martel. Varios artículos de geología y
5? General Julián Churión. Consideraciones sobre el seismología, publicados en los periódicos de Caracas.
lago de Valencia [“Recopilación” de Landaeta Rosales]. 129 l^ra^icisco de Paula Alamo. Artículos sobre diversos
69 Alfredo Jahn, hijo. Alturas tomadas en la República puntos de geología.
en 1885. [Recopilación de id. id]. La mayor parte de estas VI. METEOROLOGIA. — 19 Doctor Agustín Aveledo. Observa-
alturas .son tomadas por el doctor A. Aveledo, especialmente la ciones meteorológicas practicadas en Caracas, en el Colegio de
de la silla de Caracas. Santa María. Trabajos comenzados en enero de 1868 y se-
79 Vicente Marcano. Geología publicada en 1873 y re-
: guidos hasta el presente publicados diariamente en varios
;
que en lo antiguo servían de asilo á esas bandas errantes piraba de su angustiado pecho el comprimido aliento que
que trafican por los desiertos, proponiéndose los viajeros ha- les permitía una atmósfera enrarecida por el caldeamiento
cer exploraciones en aquellas grutas, sospechando que en al- de la ardiente arena del desierto.
gunas de sus criptas pudiesen hallar vestigios de objetos En muv vecino del sopor, hiere de
este crítico estado,
históricos y antropológicos que los })usiesen en capacidad de improviso el oído de los viandantes un raro murmullo que
deducir estudios, ya sobre geroglíficos de pasadas edades, y se les parece mucho á la voz humana : detiénense en la
ya en fósiles que guardasen escondidos aquellas solitarias vía que llevaban para prestar atención al ruido
y, cuál
mansiones del silencio y del olvido. sería su sorpresa cuando distintamente oyen un sonido que
Ya el sol declinaba al ocaso; pero, más amante del articulaba esta frase :
“ Oh vosotroí^, pasajeros de estos
desier-
hombre que la humanidad misma, dejaba á los esforzados tos ! deteneos ahí I ” cuyo final no pudieron compren-
viajeros el consuelo de la suave lumbrera de la ¡mpila de der, porque se perdió en lontananza, como si hubiese sido
la noche, como llama Píndaro á la luna, que en su ple- llevado en el vuelo de un ave mensagera del desierto, que
no aparecía acompañada de un hermoso cortejo de fúlgidos penetraba en el piélago aéreo, buscando las regiones del in-
diamantes estelares, en un cielo matizado de albas nubeci- finito.
llas de gasa, irisadas con esos últimos destellos de luz que No obstante la postración y angustia de los viajeros,
el sol envía sobre el gran ropaje de la tierra, en ese in.s- reaccionan sus escasas fuerzas pulmonares ante un fenóme-
tante indefinido de su po.strimería crepuscular. no que afectaba todos los caractéres de un milagro, y lle-
Impresionados los dos viajeros en ese momento de sua- nos de ese valor que inspira un inminente peligro en la
ve melancolía en que (jueda envuelta la naturaleza al des- suprema necesidad de atender al amparo de la existencia,
pedirse el astro vivificador; y abstraída su imaginación al gritan á la vez “ quién habla, dónde estás, que no te ve-
CCXL LOS ZAPADORES DE LA CIENCIA
mos.” Al segundo reclamo se oyó como bajado de lo alto llevaba e.sculpido el sello de una noble
y franca fisonomía
esta respuesta: “En trato el humanóme he llamado Ciro : en la respetable figura de un anciano, en quien el retiro
en esta apartada mansión del desierto llevo el nombre de la meditación habían impreso ese carácter
y
de austeridad,
Erevius: ocupo una estancia á donde
no llegan los huma- que se parece á irn sér divino, mensajero del destino en eí
nos con su punzante lengua, sus pasiones feroces y su mi- sendero de la vida. A cierta distancia se detuvo la figu-
serable vanidad me veo libre de esa peste negra que lla-
:
ra y antes que los viajeros pudiesen conocerla, les dijo que
;
man que no sabe vivir sino del engaño, de la bajeza, siguieran sus pasos y fueron encaminados hacia una her-
;
de la adulación, de la soberbia de la vida y de todas las mosa y^ elevada gruta que se presentó á su vista,
concupiscencias. Y vosotros, ¿qué queréis?: si os bailáis y que
no habían distinguido préviamente porque la ocultaba una
inocentes de todas aquellas faltas de que son reos casi to- bruma, ó sea ese velo funiforme con que la naturaleza vis-
dos los hombres si sois humildes
y prudentes y amáis la
; te sus anfiteatros en las noches de su descanso, cuyo re-
justicia, confesaos ante la divinidad, que se os hace acce- poso le causa ese sudor de gases cálidos, que de sus inter-
sible en la inmensidad de este océano de arena nos vasos hace brotar la fiebre que le produce la insolación
y polvo,
en que nada se opone al contacto de los polos de la tierra del desierto. Al encontrarse los viajeros en el vestíbulo de
y del cielo; y entonces, si queréis el bien, yo os condu- aquel coloso de arquitectura con que la naturaleza o.stenta
ciré hablad.”
:
sus armónicas obras en las dilatadas estepas del planeta
El Filósofo y el Naturalista, ante e.sa imponente voz ya en aquella forma, y ya también en oásis; siempre repa-
del desierto, buscnban cómo explicarse ese milagro físico, radores de la cruel fatiga del viandante, penetraron en un
cuya solución fijaron en lo que pudiera decirse u-n fonole- salón en que lucía una luz opaca, como de lámpara que
lismo del desierto; la repercusión bajo la bóveda atmosfé- se extingue: allí se cambiaron una mirada investigadora:
rica en calefacción ellos gritaron de nuevo “ somos inocen- buscaron su guía y se hallaron solos
: :
aquélla había des-
:
tes, y sólo deseamos que Eremm nos albergue.” Dejóse oir aparecido; y por toda señal oyeron una voz como salida
la voz del de.sierto que decía: “haced rumbo al Oeste obe- de una cripta que les mandó albergarse en unas como ca-
deciendo á la muestra de la brújula: á la media noche una mas, á manera de sillares colocados en orden arquitectónico.
luz en lo alto de una colina os indicará que debéis dete- Instalados en el salón, dirigieron ambos una escrutadora
neros esperad ahí que yo os vea.”
:
mirada á sus alrededores, y con una sorpresa, mezclada de
El reloj marcaba las once en ese momento: una hora plácido regocijo, se les presentó á su vista una hilera de
más, y ya los viajeros llegarían á la etapa inesperada, que divanes naturales, labrados en las mismas rocas componen-
por cierto no estaba en el itinerario de su meditada excur- tes de aquel albergue: allí se instalaron para pasar el res-
sión. Sería Haurán el lugar de la cita ? No podrían estar to que quedaba de aquella noche de portentos.
allá en una hora ? Qué otro sitio podría ser, si caminaban Al amanecer fueron llamados á un extremo del salón,
sobre una dilatada planicie en un desierto sin amparo, con
y allí se les presentó el providente hospedero, anunciándose
excepción de las criptas, cuya visita en hora tan incompe- con el nombre de Eremus. Fueron obsequiados con una li-
tente podría serles más peligrosa que favorable? En estas jera refacción, servida con productos de vegetales farináceos,
refiexiones marchaban entretenidos, corrigiendo de vez en
y leche; cultivados aquéllos en una huerta, y ésta, producto
cuando el rumbo que debían llevar y que les marcaba el de una vaca traída de Damasco para el servicio de la es-
compás y aunque fijaban el oído para percibir cualquier tancia. Concluido e.se acto reparador del cansancio
;
final no alcanzaron á percibir ni él, ni su compañero. Tam- atención prestada en este estado atmosférico, á las ondula-
bién ardía en el deseo de llegar al término de un enigma ciones longitudinales del aire que comunican el sonido á
que no prestaba hasta ese momento síntoma alguno de ra- grandes distancias, pudo él (Eremus) percibir el eco que los
cional solución pues aquél debía ser un ente humano, su-
; denunciaba; y que si no oyeron el completo de la fra-
bordinado á las necesidades de la existencia y en aquel ;
se, como lo han observado ahora, es debido á que al-
árido y enjuto desierto que pisaban, no se descubrían ves- guna corriente eléctrica atravesó en ese momento el hilo
tigios de vegetación alguna para los reclamos de la vida. conductor del sonido y como también acontece, siempre
;
Ni una hierba, ni una gota siquiera del rocío del cielo, que que una nube acuosa interrumpe con los varios gases que
humedeciese un milímetro de superficie epidérmica. Arena contiene el enrarecimiento de la atmósfera.
solamente una que otra concreción calcárea que iba prove-
; Satisfechos los viajeros de la explicación científica da-
yendo indicios de próximas cavernas, como vecino tránsito da al fenómeno, manifestaron que el objeto de su viaje en-
del plano del desierto, á esas arquitecturas de la naturaleza volvía fines investigadores en favor de la historia
que admiramos en el sistema de grutas que construyen los y de las
ciencias físicas y naturales, para aumentar los conocimien-
monarcas de las profundidades déla tierra, el poderoso deís- tos humanos con nuevos descubrimientos en el campo de la
mos y el incendiario Pluión. filosofía y de la naturaleza.
Con ese mismo objeto, continuó Eremus, he venido á
II este sitio que lleva el nombre de Haurán, atraído por el
deseo de estudiar la constitución geológica del lugar, que
¡
Una luz
la vez el gritaron á
Filósofo y el Natura- de antiguo era reputado como el resultado definitivo de
lista : ambos observan
muestra de su reloj" era mediala : conmociones seísmicas y volcánicas, cuyos estragos llegan
noche. Sujetándose á la orden dada antes, se detuviei’on. al fin á resolvei-se en espaciosas é inextricables grutas, co-
No pasó mucho tiempo sin (jue viesen acercarse una som- mo la que actualmente ocupamos ó en elevadas y escar-
;
bra que aparecía como un espectro, y á medida que avan- padas montañas con señales de extinguidos volcanes, como
zaba se iban descubriendo facciones humanas de un sér que las de la Auvernia ó en grandes y altas planicie.s, coro-
;
!
nadas de lagos, mas ó menos extensos, según liaya sido el cio orgullo del hombre, engendrado por su ignorancia, le
tamaño del cráter de eyección del volcán, invadido por la ha hecho crear la palabra sobrenatural para todo lo que ¡su
masa de aguas cpie, ascendiendo por el cono desde su ba- nesciencia no com})rende, rodeándose al mismo tiempo de
se, haya terminado en la superficie, para reemplazar con e.sa atmósfera de misticismo de remotas edades, con la que
esta última determinación, la corriente lávica que arroja el los supremos directores de temperamentos hústéricos, se ha-
volcán al entrar en actividad. cían pasar como oráculos de todo aquello de que pudiesen
Aquí, pues, no tenemos otra cosa que admirar, sino la sacar algún provecho en los varios procesos de la vida.
artística composición de este monumento levantado por la Ciertamente, se interpuso á decir el naturalista, lo que
naturaleza, en donde con variada distribución hallamos for- acaba de enunciar mi compañero de viaje no tiene réplica,
mas distintas en los diversos departamentos que se conocen y no comprendo cómo as que hoy mismo andan por el mun-
hasta ahora, j)ues no es de fácil acceso el escrutinio com- do que se llama ilustrado y sensato, apoderándo.se de la cá-
pleto de este laberinto de piezas sin salida posible para el tedra popular, ciertas ideas que no tienen otro objeto que
hombre, por la estrechez de la vía ele comunicación en al- el de hacerse eco y poner.se, sin advertirlo, al servicio de
gunas, y también por la interminable continuidad y suce- fines sociales, políticos y místicos de ciertos espíritus .sec-
sión de cuartos más ó menos oscuros, que van presentán- tarios de un centro común, antiguo y resi.stente, que viene
dose á proporción que se interna en la investigación, no tiempo ha sosteniendo cruda y empecinada lucha contra el
sabiéndo.se adonde vayan á terminar esos o.scuros y secre- progreso de las ideas reinantes en el campo de la política,
tos caminos. de ía ciencia y de la sana razón, para hacernos retroceder
Los viajeros exigieron á Eremus que les mostrase algu- á los tiempos medioevales del poder supremo de .soberanos
nas de las celdas de este gran Capitolio del desierto, en las absohitos, de monarquías de origen divino, de enseñanzas
cuales, á su juicio, pudiesen encontrar sorprendentes nove- monásticas, y de toda oposición á los estudios científicos, que
dades que someter á estudio, pues eso era el objeto de .su incluyen análisis, experimentación, y esa lux rnater que lle-
viaje. va al cerebro humano el gérmen de vida con que ilumi-
Complaciente anduvo Ereinm, y empezó por llevarlos namos el camino de los conocimientos con que deliemos en-
á un salón de la gruta, en donde contemplaron una gran noblecer nuestra existencia.
periferia de terreno pa.stoso, llamado consaniidcro en el len- Esos astros que se sostienen por sí .solos en su rotación,
guaje vulgar, porque á medida que se camina desde la sin caer, á los ojos del vulgo, milagro !
orilla al centro, se va sumiendo la planta gradualmente Ese vapor acuoso que se mantiene encerrado en la nube y
hasta perder toda acción para retroceder, .siendo esta la cau.sa no cae por más que aumenta en volumen, milagro !
de hallarse allí esqueletos de grandes animales que han pe- Ese fuego fatuo que nos invade á veces en los cemen-
recido, cogidos en aquella prisión de humedad. Averiguada terios, en las altas montañas, en los maderos de los buques,
y no
la caiLsa de este reblandecimiento del terreno, se encontró nos quema, milagro !
en la constante filtración de las aguas depositadas en la cú.s- Ese carbono que llevamos en nuestros pulmones, y esc fós-
pide de aquel departamento que penetrando en las varias foro que se acumula en nuestro cerebro, y aquel no nos mata,
hendiduras de las suturas de las rocas, destilan desde tiem- ni e.ste nos incendia, milagro !
pos remotos sobre aquel pi.so, formando así e.se peligroso E.sos y otros más son milagros para el que no compren-
sumidero, oculto á los rayos del sol que lo desecaría por la diéndolos como fenómenos naturales, no .sabe explicarlos ;
evaporación. todo lo cual llega sinembargo á analizarse por el estudio
De pasó á otra celda de la gruta, menos es-
allí se de las ciencias físicas y naturales, y entonces nos reímos de
pacio.sa, pero más
notable por su constitución arquitectóni- nuestra propia ignorancia.
ca : á un extremo de la entrada se encontró colgante, co- La física y la química son los enemigos declarados
mo piedra preciosa montada })or un joyero, una roca geódica, del oscurantismo, del absolutismo, del egoísmo y hasta del
á manera de campana. Con una varita la tocaron y sonó ateísmo. El que no comprende los portentosos é importan-
como un timbre. Ese es un fenómeno, dijo Eremus, que tes fenómenos que enseñan á conocer aquellas ciencias, no
se explica por la rotura que ha sufrido la hueca roca, pues puede saber amar á Dios, ni alcanzar la inmensidad de su
ha jjerdido la parte que le completaba la figura esférica que grandeza
en su origen tuvo, quedando agrietadas sus paredes á que Y si á e.sto agregara yo, dijo Eremus, que entre aquellas
tiene adheridas concreciones calcáreas que en estado perfecto maravillas contamos mil otras más que cada vez nos ponen
de cristalización ad(|uieren esa sonoridad en tiempo seco más distantes de .su término, como son las medidas quQ te-
y
aire reposado. A otro lado de aquella misma celda se ob- nemos aforadas en el portafolio de las operaciones númericas,
.servó iin nuevo objeto de admiración tallados en una roca
;
¿ no sería también para el profano, motivo de encantamiento,
inclinada, se vieron peldaños toscos de una escalera que con- de milagro ó de iluminación ? Medir las distancias de uno á
ducía en plano ascendente á otra roca cuadrada, cuyo cen- otro astro, su volumen, su densidad, su }>eso; observarles sus
tro ahuecado afectaba la forma de una cátedra. evoluciones astronómicas, su meteorología endógena, y exógena,
Un Ateneo! exclamó el Filósofo: con la campana lla- no es menos causa de burla ó de desprecio para el que, care-
mamos á cla.se ó á sesión; y á la cátedra sube el que va ciendo de toda noción científica, lo tenga como saltimban-
á discurrir. Estas maravillas me han traído un recuerdo, queria de la ciencia, ó por lo menos como cosa inaveriguable.
el de la Estatua de Memnón en Tebas, esa gran roca divi- Si pasamos á las velocidades, mayor motivo de incredulidad:
dida en dos, en las que el escultor Amenhotep grabó las ¿cómo puede medirse lo que no se vé ? dirá el nesciente. Pues
estatuas, retratos de su rey, una de las cuales llegó á co- no obstante ya sabemos con qué velocidad se mueve el sonido
nocerse con el nombre de Memnón parlante, porque emitía en el aire á razón de 340 metros ])or .segundo en ondulacio-
por las mañanas sonidos musicales, atribuyendo la fantasía nes longitudinales, según el grado de temperatura de la atmós-
de aquellos tiempos al milagro de que aquel héroe de las fera : la luz en el etér á razón de 77.000 leguas de 5 kilóme-
bandas guerreras, convertido en dios, liablaba á los huma- tros por segundo, ó sea 308.000 kilómetros, en ondulaciones
nos no siendo el tal milagro otra co.sa que un fenómeno
; transversales. Para la velocidad de la electricidad se han hecho
físico, causado por la caída de la parte superior de la es- cálculos de la que lleva en hilo de cobre. Ahora si se qui-
tatua, en una conmoción .seísmica, alterando así el re.sto de siera conocer la (pie emplea en el espacio libre, no apreciada
la piedra, de tal modo que .sus moléculas adquirieron las hasta ahora (jue sej)amos, {)odríamos atrevernos á demostrarla
condiciones acústica.s, que más tarde debían servir de ali- del modo siguiente.
mento á un público, ávido de querer .siempi-e ver en todo El ex{)erimento del físico Wheatstone, en su espejo girato-
fenómeno natural la encarnación de un milagro, al cual tri- rio, asigna á la electricidad 403.000 kilómetros por segundo
butarle culto idolátrico en las exageradas demostraciones de en un hilo de cobre. La del sonido en los tubos de fundición
creencias supersticio.sas. se calcula en 3.500 metros por segundo, y tenemos que compa-
Ya es tiempo, continuó el Eiló.sofo, do que se supiese rada una con otra, resulta la primera 132.280 veces más ve-
-que nada hay sobrenatural en la naturaleza, sino que el ne- loz cpie la segunda.
CCXLII LOS ZAPADORES DE LA CIENCIA
Puédense considerar idénticos los medios conductores en les sirviesen en la nueva existencia con que iban á aparecer
esta comparación pero es necesario tener presente que la
;
en otro mundo. De manera, pues, que el Filósofo no supo sa-
velocidad de la electricidad está en razón directa de su distan- car más datos de aquel Aposento de los Sarcófagos, que el ya
cia, y la del sonido en razón inversa del medio en que obra, conocido, de que grandes caravanas de árabes vagaban por
pues en el aire sólo camina á razón de 340 metros por segun- aquellos desiertos, de lasque muchas de ellas tomaban sitio en
do, como ya se ha dicho, y en el agua pasa como en 1.435 determinados puntos, que pudiesen servirles para sus estable-
metros jror segundo. cimientos de labor y cría, allegándose algunas tribus á e.sas
Si eleváramos al cuadrado las veces que excede la velocidad grutas, como la presente, para proporcionar.se albergue.
de la electricidad á la del sonido, tomando por base los medios Llegó la hora de la comida del mediodía, por lo cual que-
propuestos de conductibilidad, comparada precedentemente; y dó interrumpida la sesión.
eleváramos también al cuadro la velocidad del sonido en el
aire (340 metros), tendríamos que la velocidad de la elec- III
tricidad enalambre de cobre (463.()00 kilómetros), sería 151,381
veces mayor que la del sonido en el aire, y resultaría })ara Antes de ir á la mesa, Eremus condujo á los viajeros á un
la velocidad de la electricidad en el espacio libre la enor- espacio de la gruta en el cual había preparado su alojamiento.
me cifra de 70.089.403.000 kilómetros por segundo, ó sean Una pequeña cabaña construida con delgadas planchas de
17.522.350.750 leguas de 4 kilómetros por segundo. madera, y llenos sus extremos de palmas, con techos de las
Aún el mínimum de velocidad de la electricidad en hilo de mismas, era toda su habitación. Al frente grandes palmeras
cobre {medio resistente que no deja pasar toda la electricidad al {coco nucífera), ostentaban sus elegantes formas en aquel des-
mismo tiempo), es mayor que la de la luz, que está calculada canso del árido desierto
y su nutrida carga del fruto del coco
en 308.000 kilómetros, casi tres octavas partes. Cabe, pues, ofrendaba en el abastecimiento del sér humano toda la va-
suponer que saliendo la electricidad de un nTedio resistente á riedad de exquisitas comidas y bebidas con que iban á ser
bogaren el es})acio libre, deba alcanzar una velocidad que po- obsequiados los Imé.spedes por aquel solitario del yermo que
dría decirse mstamtánea. la providencia les deparaba en su trabajosa
y peligrosa jor-
En mi concepto la electricidad es el motor univei'sal que nada.
rige y gobierna todas las manifestaciones de existencia, basta A un extremo de la casa se vió la vaca damascena, refe-
el átomo infinitésimo como, si se dijera el delegado del Crea- rida antes, guardada en lijera dehesa con su tierna prole;
;
y
dor Supremo, que rige en todas aquellas el gran concierto de á otro lado la pequeña huerta, de que se sirvió en el primer
sus infinitas obras, en todos los reinos de la naturaleza. refrigerio que brindó á los huéspedes.
El Filósofo y el Naturalista excitaron á Eremus á la conti- Ya en la mesa, fueron los viajeros sorprendidos con vinos
nuación del examen de la gruta, en que sólo habían visitado y manjares delicados, y no pudieron resistir á la tentación
dos departamentos, por lo cual fueron conducidos á otra cel- de inquirir de su generoso anfitrión, la procedencia de tan
da de mayor tamaño. Esta tenía la forma de una elevada to- ciudadana comida, allí, en un lugar tan estéril, tan despro-
rre, y en su cúspide se observó una hendidura, por la cual
.
visto de todo recurso de vida, al que sólo podía considerarse
penetraba un rayo de luz, que permitía ver distintamente los como esos providentes oásis con que la naturaleza interrumpe
varios componentes de su suelo. Rocas de basalto y traquito la desolación de los dilatados desiertos.
enseñaban que aquel lugar había sido en sus primitivos tiem- Eremus con una sonrisa de agradable satisfacción, les
pos un volcán de gran potencia, cuyas erupciones del interior informó que todo aquello que iban á saborear era extraído de
de su base, en ese flujo y reflujo de ascensiones y hundimien- la fruta y tallo de aquellos cocoteros que acababan devenios
tos, habían terminado por dejar sobre aquel inmenso cráter, vasos para beber se proveen con la corteza dura del coco ; el
esas moles artísticamente dispuestas, unas calzando á otras, vino lo suministra, la incisión hecha en el tierno tallo, la
y
todas entre sí ayudándose á mantener ese portentoso equilibrio comida está preparada con la carne que se cría dentro de
que admiramos en aquellas construcciones de la naturaleza tan la nuez, ya sea tierna, ó ya madura, según lo que se quiera
mecánicamente combinadas. disponer. De esa misma carne se extrae por presión el aceite
En medio de aquel suelo emergido de lo profundo del crá- para el condimento y también para el alumbrado. El tallo
ter volcánico, se vió una fuente hidro-sulforosa de 60° C de endurecido por la edad, y las hermosas palmas que la brisa
calor, manantial que corría suavemente hacia un extremo de hace columpiar majestuosamente en la imponente soledad de
la cripta, é iba á perderse por entre los intersticios de las pa- este vasto desierto, han servido para la construcción de la hu-
redes de rocas aglutinadas, colindantes con otras celdas de milde cabaña que ya conocen.
aquel inmenso laberinto de cuevas. Los viajeros habían quedado muy satisfechos de la bon-
Luego Ereriivs condujo los viajeros á otra apartada estan- dadosa acogida que les hizo jErmrís de.sde antes de llegará la
cia, diciéndoles;
“ vamos á entrar en el Aposento de los Sarcó- gruta, y deseando continuar su viaje hacia Damasco, quisie-
fagos.” Esto era lo que yo deseaba, interrumpió el filósofo, ron previamente imponerse de la manera cómo pudo aquel
pues ahí debemos hallar notaciones -que nos demuestren algo llegar á esa gruta, en la que, por lo visto, parece haber fija-
con que podamos descubrir la raza humana que en esta apar- do su residencia y así .se lo manifestaron.
tada y dilatada soledad haya habitado en colonias pobladoras AVemas, que había llegado á profe.sarles un cariño franco
ó conquistadoras. Entraron todos, pues, en el /Ljoscííío délos y abierto, que ellos su¡>ieron inspirarle, les conte-stó
Sarcófagos. ¿ Habría fósiles en aquel cementerio del desierto, “La gran región de la Siria, Turquía asiática, fue dividida
que hiciera conocer restos humanos prehi.stóricos ;
ó sería eso en. la época grecorromana en seis provincias, Auranitide, T¡-a-
únicamente el depó.sito de seres de la época cuaternaria, cuyos canítide, Gaulanítide, Iturea, Eatanea En el centro
y Perca.
despojos mortales fueran religiosamente guardados en aquellas de la región se alza el macizo volcánico llamado Yehel-Hau-
fosas, cubiertas á manera de dólmenes? Esto último era lo rán. Esta del //rt»rú a es habitada i)or árabes pastores, por nó-
cierto, pues el filósofo ,se contrajo á examinar con la debida mades, árabes cultivadores y drusos. Las tribus .sedentarias
e.scru[)ulosidad aquellos dej)ósitos, en que las osamentas con- viven en algunas comarcas del Yahel-Hanrán y en el Leyá,
servaban las formas blanquecinas que les da el fosfato de cal y ;
que se extiende ha.sta Damasco. Los diusos están al S. E. del
de toda averiguación adcjuirió el conocimiento de cjue aquellos Lega, y ocupan las escarpadas laderas y las cumbres de las
restos pertenecían á esa raza de árabes que vagaba por el de- rocas.
sierto en aquellos tiempos de las conquistas de pueblos hele- “Dada toda esta de.scrijición, no es extraño que en el
nos y romanos, hallándose además en algunas de aquellas tum- constreñimiento de mi espíritu, me sintiese halagado por aque-
bas varios instrumentos de labor, antiguos, como que fueran lla as[)ereza salvaje
y solitaria con la (pie esos lugares convi-
colocados allí en ])rueba de la propiedad del finado siguien-
;
dan á vivir una vida abstraída, aislada y contemplativa, des-
do en esto la costumbre de los tiempos ¡>rimitivos de la épo- j)ués ipie hemos pa.sado j)or los de.strozos de ese continuado
ca prehistórica de las edades de la piedra, en que los cadáveres ciclón de la vida, á que se dan los nombres de adversidad,
de los hombres notables como guerreros, eran sepultados con decepcione.s, injusticias; en fin, de todo lo que acarrea al rede-
todos los utensilios que habían usado en su vida, i)ara que dor de nuestra alma un conjunto de maitirios y pesares que.
;
en caractéres de bajo temple, puede llevarlos al descreimiento especie humana, viviendo y dejando vivir á todos honrada-
de una providencia que lo mantenga siempre al nivel de su mente, sin dañará otro y dando á cada uno su derecho. ¡
Qué
ignorada, pero meritoria recompensa. bello sería vivir así
! sin pecar en la tierra ; y al fin de la
“Esa aspiración, pues, á la vida solitaria, me trajo á esta jornada, subir al cielo rodeado de esa aureola de gracia, como
gruta que se me presentó al paso en el propósito que me guia- una cuna de perfumado ramillete que Dios haga bajar al
ba. En ella fijé mi residencia hace algún tiempo, en la que acto de la despedida, para que reciba en ella su espíritu,
y
me hallo bien á mi gusto, interrumpiendo de vez en cuando lo ascienda á su excelso destino. ¿ Se despedirán de mí e.stos
mi apartamiento con salidas á los campos de los Dru.sos, para mis huéspedes creyéndome enagenado ? Pues no lo estoy. Es
darle variedad á las escenas de la vida. Aquí quisiera fun- que así se piensa en el desierto. ¿ Y siendo así, no sería me-
dar una colonia de ciudadanos, como si dijéramos una peque- jor que el mundo fue.se un gran desierto ?”
ña república, en que aprendiera el hombre su verdadero des- Los viajeros tomaron la ruta de Damasco, llevando allá
tino en el planeta y supiera que el jefe deesa familia-tribu
;
dentro de su alma un gran caudal de experiencia, de luz en el
reflejaría en ella el deber, el amor, la concordia, el respeto al porvenir y de esperanzas en el mejoramiento del hombre, si
derecho, y el derecho á la po.sesión de los bienes sociales con lograra preceptores y directores como Erevins, en el ti-abajo de
que la naturaleza ha dotado á ese pedazo de ella que se llama la selección moral y social.
. 4.
LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VEiNEZUELA
FOE/ EXj IDOCTOI?, IPELIFE ^C3-TJEI?/E,E'VE¡I2,E
FELIPE AGÜEHEEVERE
ODEROSisiMO atractivo siente la naturaleza humana ha- Casi nulos fueron los estudio.s matemáticos en
cia la posesión de la verdad,
Venezuela
y ninguna ciencia por cier- durante la colonia apenas, según nos cuenta
:
el malogrado
to, se la brinda tan cabal
y satisfactoria como la de las historiógrafo Arístides Rojas, estableció en 1760
en su casa
cantidades. Desde que por modo induetivo inventó el hombre el coronel de ingenieros don Nicolás
de Castro, una academia
un sistema de numeración, abstrayéndose en absoluto de los de geometría y fortificación, únicamente dedicada á
los oficia-
objetos materiales, entro en el ilimitado campo délas matemáti- les su
d^e mando, escuela que duró sólo siete año.s. Cuando
cas, donde ideó luego símbolos que generalizan las cuestiones. en 1785, el padre Andújar ofreció regentar
gratis una cátedra
La necesidad de mensurar las tierras originó la comparación de de matemáticas y lo puso por obra con la venia del
las figuras y por abstracción también, produjo la geometría goberna-
y dor, hubo de suspender pronto sus tareas,
junto con la sublime coneepción de Descartes de representar
:
pues una real cé-
dula de Carlos IV negó la licencia pedida, ]iorque wo
.simbólicamente las líneas, combinando íntimamente las dos convenia
tlustrar a (os americanos, Según el mismo autor existió
grandes ciencias, álgebra y geometría, en
y la invención de los Cumana antes de 1810, una escuela de carácter privado, re-
logaritmos, del calculo de las diíerencias, el de variaciones, gida por el ingeniero español don Juan Pires, quien
el de probabilidades adoctri-
y otros cálculos trascendentales, forman nó en los estudios de matemáticas, entre otros
venezolanos "
el inmenso depósito de ciencias llamadas exactas con
toda á Sucre, Avendaño, Sojo, etc.
propiedad. Esto por lo que hace á la enseñanza doctrinal, pues
Es de lamentar que al aplicarlas á los usos de la vida, te- en
cuanto á la practica profesional, dejaron los ingenieros
niendo que ponerlas en contacto con la materia, pierda por españoles
buena copia de datos importantes en planos corográficos
torpeza de los sentidos, algo de su prístina virtud, dando sin de
mérito, que sirvieron á Codazzipara su gran mapa,
embargo, resultados admirables en las grandiosas obras de que y abninas
solidas y filmes construcciones, entre las que se
puede ufanarse el mundo civilizado. Su estudio, sostenido en distinguen las
fortificaeiones de nuestros puertos.
el campo de las ideas abstractas, enseña
verdades absolutas, El Ayuntamiento constituido en gobierno el 19 de
que nos sustraen de las miserias mundanas, abril
y en el de las apli- de 1810, creó la Academia de matemáticas, pero durante
la te-
caciones es ya indiscutiblemente una necesidad para las in-
rrible guerra contra la madre patria
dustrias, viviendas, vestido.s, locomoción, defensa y la angustiosa existen-
y demás cia de la gran Colombia, fue imposible instituir
estos es-
exigencias de la vida social. tudios, apesar del buen deseo de las autoridades.
Comenzó
sin embargo, el señor Rafael Acevedo en los
* últimos años de
* * aquella república, la enseñanza de parte del primer
bienio
32
CCXLVI LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA
que se exige la cosecha casi al tiempo de los cursos de ciencias exactas se siguieran
arrojar por tieri-a la semilla. en la Universidad Central. El gobierno
Grande entusiasmo hacia las ciencias exactas y naturales del general Alcántara restableció la academia en 14 de di-
des[)ertó el acontecimiento de la instalación de la academia, ciembre de 1877 mas Guzuián Blanco, vuelto al poder, la
;
dos catedráticos, que fueron los señores Cajigal y Acevedo, el tas, elevando el espíritu á la contemplación de la verdad en todo su es-
plendor, inspira sentimientos de honor y aversión á las artes odiosas déla
primero de los cuales organizó el plan de estudios ;
pero adulación. Hubiera podido inspirarse en la conducta de Napoleón III, cuan-
pronto tuvo el señor Cajigal que pedir á sus discípulos del do después del golpe de estado, se negó Aragoá jurarle obediencia honróse :
gobierno, recoger y discutir observaciones sobre la carta de minación de la longitud de Caracas por el mismo; tablas
CCL LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA
Para terminar esta breve revista doy á continuación la En 1865. J. J. Mendoza Aguerrevere f, Diego E. Chacón
—
Murillo, Surbarán, Rivera, y otros no menos raros de la tudio que emprendió sin el auxilio de aquellos medios indis-
escuela flamenca; y que forman unidos la reducida colec- pensables á obtener en la práctica los resultados que el ar-
ción que de los tiempos de la colonia ha venido imponién- te requiere, por valiosas que sean las disposiciones
y el amor
dose como base del arte en el país; sin que por ello há- por la interpretación de sus obras. Lovera luchó sin embargo,
yase conocido su importancia, ¡)or el poco ó ningún jiro- con e.sas dificultades y pudo lograr, merced á su persistente
vecho que de su estudio se haya derivado, contracción, cierto grado de perfección relativa.
y antes más
bien tomándola de preferencia como objeto de antigüedad Dedicado de preferencia al conocimiento del dibujo na-
arqueológica^ y de admiración de las viejas devotas,
y no tural, optó así por el género en que podía con mejor éxito
como de estímulo á la gente que en el beneflcio de su estu- probar sus facultades. De los retratos hechos por este ar-
dio ha debido pensar. tista, nada hemos que señale una esmerada corrección
visto
Durante la é])oca de la colonia, algunos profesores ve- en el dibujo, ni un colorido que podamos calificar de pro-
nidos de España y de otros países, iniciaron la enseñanza pio y natural hay con todo en su obra algo de
^ ; esa fuerza
del dibujo y la pintura sin resultado de mayor provecho que descubre en el artista la intención, el deseo de inter-
al parecer ya sea por la insuficiencia de los maestros, ya pretar lo desconocido que siente, pero que le fiilta la
;
luz.
por la desfavorable disposición de los que á tales estudios para realizarlo. En Lovera sucedió lo de siempre no basta :
CCLIV EL ARTE EN VENEZUELA
grar, quedando la ñxmilia al cuidado de su excelente es Carranza; y así hubo de abandonar por el arte sus estu-
posa, y con tan escasos medios de subsistencia que, con la- dios de jurisprudencia, no obstante el buen deseo mostrado
bor diligente, proporcionábase los recursos para atender á la })or su madre de verle terminar sus estudios científicos y
educación de sus numerosos hijos, entre los cuales contába- obtener el grado de doctor, creyendo que por tal coyuntura
se como el penúltimo, Antonio José. habría de alcanzar el hijo más honrosa y brillante carrera
Dado éste muy de joven á los es- sin embargo, hubo al fin de acceder á
tudios universitarios, cursó las clases de las razones de éste, y dejarle libremente
latinidad y filosofía, como también, y — -I- en el empeño de su determinación.
á manera de entretenimiento, ocupóse : . Acontecía esto á tiempo que la familia
Carranza no contaba, que digamos, con
'
Abierta tenía por entonces una es- por lo que mayormente insistió en el
cuela de dibujo y pintura el señor Joa- propósito de abandonar los estudios
quín Sosa, algo entendido en el arte, científicos que le prometían una espe-
y de (juien recibió Carranza deferente ranza lejana, y darse á la jiráctica del
acogida, siendo luégo uno de sus más arte cuyos resultados favorables tocaba
queridos alumnos. de la mano, colmando así á par que
Bebió allí el joven los primeros y sus naturales aspiraciones artísticas, las
más elementales rudimentos de la geo- íntimas y placenteras satisfacciones del
metría, el dibujo lineal y natural de amor filial.
manera á alcanzar mayor estudio y ade- Desde entonces viósele consagrado
lanto bajo la dirección de otros más en- exclusivamente al profesorado, como que
tendidos profesores y así crecían de
;
era éste el de mejor provecho en cir-
punto con los estudios sus vehementes cunstancias en que escaseaban los maes-
inclinaciones por el arte que por tal tros, y creces tomaba el gusto por la
modo le absorbía, como para consa- pintura. Ocurrió, pues, que á la con-
grarle todas sus vigilias dándose de lleno tinua fue solicitado por los padres de
y con insistencia á su estudio. Así familia y establecimientos de enseñan-
hubo luégo de señalarse muy notable- para educar la juventud en las ar-
za,
CRISTOBAL ROJAS
mente en las obras que emj)rendía, cre- dibujo y de la pintura, así como
tes del
ciendo cada vez más las esperanzas en también profesaba en la Academia ins-
él puestas para suplir al maestro al tituida por la sociedad Aviigos del País.
ocurrir, como era de esperarse, la vacante. Ya para el año de 1840 aceptó el nombramiento de
Con efecto, muerto Sosa, fue nombrado Carranza pro- jueceptor de una escuela normal de dibujo, creada por una
fesor de la Academia por la dirección de la Sociedad de ordenanza de la di])utación provincial nombramiento pro-
:
venido creciendo en estudio,s, y que, á no dudarlo, estable- sino un mártir del divino arte. Con el amor entrañable que
cerá para lo porvenir ba.se sólida de estabilidad para el ar- por él tengo, día no pasa sin que embadurne algo con mi
te do la pintura. Tocan á la época de Carranza las dis- jialeta; así y todo, nunca me ha sonreído nada de lo
que
posiciones y leyes que los gobiernos de entonces expidie- hago, y juzgo por esto que mi vocación es nula
ron protectores déla enseñanza y cultivo del arte. y que de-
bo resignarme á vivir ignorado en este pueblo.”
Notorios fueron el interés y cuidado puestos ])or los po- Muchos son los cuadros que á medio hacer tiene pin-
deres nacionales en difundir los conocimientos del arte, con- tados el artista entre otros. La bajada de los reyes en el
:
dor Simón Bolívar. Este cuadro, que al parecer mide co- el largo período de preparación de esta obra, que corrió
mo dos metros y más de longitud por uno y medio de al- de 1833 á 1810, Fe rnández puso sin tregua su cooperación
tura, está concebido en proporciones menores que el tamaño ya privada, ya oficialmente, trazando una gran parte de las
natural. Iluminados ¡)or los vivos resplandores del incen- cartas geográficas y muy señaladamente la gran carta de
dio [)uesto en las chozas de los indígenas, yacen tendidos Venezuela, en cuya labor invirtió largo tiem])o.
aquí y allá en el siniestro campo el cacique Guacaipuro A su proyecto unió Codazzi la publicación de la His-
y sus compañeros, mientras que la gente castellana huye toria de Venezuela, e.scrita por Baralt
y Díaz y Fernán- ;
preci])itada por entre el monte. Con aptitud sobrada en la dez formó parte de la empre.sa, asociando su nombre con
composición y e.studio de las condiciones propias del arduo los retratos de litografía que para la dicha liistoria hizo
asunto, Cruz ha trasmitido á su tela el interés sombrío del de los hombres más notables. Tx’asladado á Francia por tal
sangriento y i)avoro.so hecho histórico. Seguro como siem- motivo, tomó ocasión para frecuentar amistad con algunos
pre de la línea y del modelado de sus figuras, sobrevive artistas pintores y litógrafos, entre ellos el célebre Vigne-
la muerte en aquellos cadáveres de ron, de quien recibió algunas leccio-
formas yertas y desvíos naturales en nes, las cuales contribuyeron en gran
el movimiento vario de las actitudes. modo á lograr la perfección á que
La entonación general del colorido y Fernández aspiraba de suerte que,
;
y militar y otras materias anexas. partida de la nave que llevaba el sagrado dejxósito todo lo ;
En 1820, encontrándose de guarnición en la ciudad de renlizó el artista con tal verdad de .sentimiento, que el go-
Bogotá, se le encomendó dibujar una gran carta geográfica biernó satisfecho grandemente del encargo, ordenó su pui)li-
del territorio, de 7nucha importancia,
y luégo, al año si- cación.
guiente, fue destinado al estado mayor general del ejército Tornó Fernández á Bogotá por el año de 1849, donde se
de Colombia en la sección de topografía, de que era jefe ocupó nuevamente en dar lecciones particulares y en los cole-
el teniente coronel italiano Montebrune. Cinco años después gios militares de Santo Tomás y del Espíritu Santo y ocu- ;
regreso Fernández á Venezuela hacia la época en que el rrió que, á ])oco de su llegada á esta ciudad y á solicitud del
teniente coronel Codazzi emprendía sus trabajos geográficos ingeniero señor Agustín Codazzi, fue incorporado como miem-
con el fin de escribir la geografía de Venezuela. Durante bro activo de la comisión corográfica de la Nueva Granada,
CCLVIII EL ARTE EN VENEZUELA
en cuyas labores cooperó suministrando dibujos, planos, tipos dos tintes que realzan la belleza femenina de sus retratos.
de las razas pobladoras, monumentos de artes, y tantos otros Con tan poderosos elementos y al favor de la contracción
datos interesantes que aun existen en los archivos de la ca- y el esUrdio, ha podido Tovar fundir los varios caracteres de
pital. Vuelto á Venezuela, hizo rumbo á Maracaibo, donde las escuelas que ha estudiado. Así como propia, es franca su
obtuvo la cátedra de dibujo é idiomas en manera su colorido sin ser fuerte es bri-
:
el colegio del señor Pedro Bracho. llante, natural y pastoso; sus localidades
Con la disposición y amor por el arte, son armoniosas su dibujo firme
:
y correcto r
conocimientos con el estudio de los grandes aunque muy de ordinario nuestros pinto-
maestros. En 1876 tornó á su patria á ocu- res la toman por el lado de los retratos,
par un puésto en el ministerio de obras Martínez sin dejar de ensayar el género, se
públicas, como ingeniero científico, el cual dió al de la pintura histórica y de costum-
empleo ha desempeñado con asidua labo- bres difícil labor por cierto, cuando el ar-
;
y tomaron á empeño el que cultivase de las más -bellas conquistas del progreso
preferencia su educación este ramo de la civilización.
y
la enseñanza. Fue en el colegio de la Con
Celestino Alartínez hizo sus pri-
Paz, regentado por el señor José Ignacio meros en el dibujo su hermano
e.studios
Paz del Castillo, y bajo la dirección del Jerónimo. Más luégo cursó la clase de
profesor Carmelo Fernández donde adqui- dibujo bajo la dirección del señor Car-
rió el joven los primeros conocimientos melo Fernández en el colegio de la Paz.
de dibujo lineal y natural, dando mues- Mostraba por entonces mucha inclina-
tras sobradas de un adelantamiento que ción el joven por el estudio de la geo-
revelaba las fuerzas de aquellas natu- metría, y así hubo de aplicarse de pri-
rales disposiciones que habían de alcan- mero á este género de dibujo, por cuyo
zar más luego, con mejores y más com- aprovechamiento obtuvo con frecuencia
pletos estudios, el desenvolvimiento de los premios de laclase. Empeñado en el
facultades creadas j)ara realizar las ma- estudio de la ingeniería, cursó en la
ravillas que el arte y solamente el arte Academia de matemáticas la parte de
entraña en sus obras ideales. No se en- dibujo que con aquella se relaciona, y
JULIO MICHELENA
gañaron por tanto sus padres en conce- tomó ocasión para darle algunos ratos
bir en el joven a<lolescente los gérmenes al estudio del grabado, cuando estable-
fecundos de su organización artística, y cida })or entonces la })rimera litografía en
con amorosa instancia allanarle el camino que había de lle- Caracas, tenida por los alemanes Müller yStapler; y probó á
varle á la meta de sus deseos y aspiraciones. manifestar sus ensayos en la primera obra ilustrada que se
Terminados sus estudios en el colegio de la Paz, Tovar ])ublicó en esta ciudad, y que no fue otra que los Misterios de
trasladóse á París,' donde fue admitido como alumno en los París. Así, con ésta y otra mayor ju'áctica, adquirió Martí-
talleres del célebre i)iiitor Cogniet. Allí tomó de la escuela nez en breve tiempo el completo conocimiento del grabado
francesa el vigor del dibujo, la robu.stez del colorido y el sen- sobre ])iedra, que á la larga hubo de serle útil grandemente.
timiento propio de la expresión. No satisfecho, sin embargo, Vueltos á su país los indicados alemanes litógrafos, sin ha-
el artista con la adquisición de estos ya muy notables cono- ber trasmitido á persona alguna los procedimientos del arte
cimientos, le vino el deseo de visitar á Madrid, conocer sus que poseían, sucedió que, caído el establecimiento en manos de
museos é instruirse de la manera que en la fuerza del co- algunos jóvenes entusiastas aunque inexpertos, decayó de tal
lorido afecta á la escuela española. Discípulo de Madrazo, modo, que hubo luego á luego de hundirse en ruina lamen-
apropióse de este colorista eminente los suaves y delica- table. Fue pai’a esta época cuando los hermanos Celestino y Ge-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLIX
años, empezó á cursar la clase de dibujo lineal y natural que Madrazo, quien le inicia en los secretos del colorido. De
las
á la sazón regentaba, en el colegio de la Paz, el teniente de muchas copias que de los cuadros maestros hizo, envió á su
ingenieros señor Carmelo Fernández. Desde luego, las dispo- patria La aparición de San Francisco, de Murillo, cuadro
que
siciones del joven se manifestaron por la rápida percepción y fue colocado en el hoy ya extinguido' convento de las Re-
la facilidad con que del uno al otro estudio avanzaba verendas monjas Carmelitas, y que pasóduégo al museo de pin-
prontamente advirtiéndose en él la contracción que á toda
;
tura de la academia de Bellas Artes.
hora ponía en la práctica de aquellos conocimientos que con Tanta vocación por el arte parecía deber dársela ex-
el arte se relacionaban, pansión en los estudios
mostrando tal insistencia serios de la pintura histó-
en este entretenimiento, rica sin embargo, Cha-
;
esos sueños de; la gloria que el arte promete á sus escogi- zados por la belleza de un colorido en que se trasparenta todo
dos como galardón de sus triunfos. el misterio, toda la majestad melancólica del paisaje.
Con medios más eficaces pudo Chaquert en España con- Debido á la generosa protección del caballero inglés se-
sagrarse al estudio de la [)intura bajo la dirección del célebre ñor Spence, pudo Bolet efectuar su viaje á Europa y per-
: : »
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Nücs vijiia-encore amcuc.^. fUici,Uit aB
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de ixistesse la cliambi ettc oü soulTre son.eu-
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'visde M. Miólt lejiix que vis-u-'v-isí- de Journal:
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Bilinaka. —
L’ovaíion faite -k cutte cipr- "•
b.ard en tournée, dóbite son boniment á, un niére a été un triompbc roérité.
paysan perplexe, qui s'est assismur le bórdi
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tMÍ:
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXI
manecer en^ Inglaterra practicando la acuarella por algún ha sido por demás menguada su escuela,
tiempo. Así se explica cómo con tales estudios, sufrió su obra y escaso de cono-
cimientos en este linaje de estudios. Por mucho que sea el
ana, notoria transformación, corregida en mucho la
manera es- esfuerzo y grande
el empeño, no es posible llegar <al fiir
cogida de su dibujo, y en posesión de la amplia combinación
deseado, para ello no se cuenta con acjuellos elementos
si
del colorido. Iodo ello lo te.stifican las obras que en gran imprescindibles que en el arte sólo pueden lograrse á merced
número pintó después de su arribo al país. Otro nobilísimo de una practica asidua, basada en la observación
caballero inglés, el señor R. T. C. Middleton, ministro y discer-
en- nimiento de los rasgos de la fisonomía, en el poder de con-
tonces residente de la Gran Bretaña en Caracas, prodigó
á Bolet centración, en la trasparencia del colorido
sn benevolencia, proporcionándole trabajos que retril)uía y la naturalidad
lar- de las formas, en la expresión propia del carácter, en la inter-
gamente. ue Middleton para Bolet lo que Lord Howden,
I
pretación, en fin, concreta que comporta la ¡)intura de la figura
embajador de Inglaterra en IMadrid, fue j)ara el pintor Bande. humana.
Ambos protegieron el arte, y estimularon
y dieron á conocer Lastima da (pie Mancó, con .sus buenas disiiosiciones, no
los artistas.
ha^’a podido, darlas útil aplicación, trasladarse á Euro-
[)ai'a
José Manuel Manco corresponde, como artista pintor á pa^ como lo lian hecho otros artistas nacionales,
la escuela de Carranza. Pi'ofesor desde hace algún ticanpo y adquirir
allí lo que le taita para dar á su obra todo el valor á
de la Academia de dibujo
y pintura, lo es taml)iéu de mu- (lue aspira su voluntad y deseo por alcanzarlo. Esto no obs-
chos establecimientos particulaivs de educación;
así es que, tante, |»ro luce a voces el artista trabajos que merecen crédito,
muy de tarde en tarde, y cuando las labores del profesorado
y (jue determinan liien la medida de sus facultades para rea-
se lo permiten, ocupase en pintar
retratos, muy especialmen- lizar mejores obras,
te conocidos por la semojaiiza en
si la práctica do estudios más completos no
sus modelos. En e.ste gé- le faltara.
nero del arte. Manco, no obstante su conti’acción
y facilidades Nace el hombre con la facultad intuitiva ([ue le arra.s-
naturales, no ha podido derivar mayor
provecho, como que tra hacia su destino, no obstante el sesgo que por ojme.sto
34
CCLXII EL ARTE EN VENEZUELA
rumbo haya de dársele á sus inclinaciones; mayormente si joven, que traslucía ya en su obra el esfuerzo persistente de sus
esa facultad se destina para la obra del arte, porque entonces aspiraciones.
ella impera bajo el doble poder de la imaginación y del La observación y el estudio de los buenos maestros se
sentimiento que crean en la forma sensible la belleza, que manifestaron luégo en los primeros cuadros que expuso en
es reflejo de Dios y aspiración constante del alma á lo in- los salones del Palacio de la Industria, en el año de 1878.
finito. Organizaciones privilegiadas de esta suerte fueron Ro- Pasó después á Italia á instruirse en los secretos de sus
busti, llamado el Tintorero, por el empleo que de muy jo- escuelas, y en las exposiciones de Roma lucieron sus prime-
ven le señaló su pa- ros trabajos.
dre, abandonándolo Circunstancias
luégo para lucir co- lamentables que pu-
mo una de las más sieron estorbo á su es-
grandes ilustraciones tada en Europa, le
de la pintura en la obligaron, á su pesar,
italiana.AndreaVan- á regresar al suelo
nucci, que alcanzó ])atrioen 1879, cuan-
igualmente fama y do más le sonreía el
nombradla después halago de su aprove-
de haber repudiado el chamiento, bebiendo
oficio de .sastre á que en las fuentes puras
se le destinaba, de é inagotables del arte
donde toma el sobre- clásico en la Roma
nombre del Sarto. moderna.
Rembrandt, hijo de De los estudios
un labriego, trueca hechos, faltóle á su
el arado por los }>in- llegada demostrar to-
celes para ser la más do el provecho alcan-
brillante gloria de la zado en la obra seria,
escuela holandesa; y consideración habida
Rubens, hijo de un á la absoluta caren-
magistrado eminen- cia de los trabajos que,
te, desdeña los estu- en este sentido, puede
dios de la carrera pa- sólo hacer necesario
ra darse todo á enno- al par que el hábito,
blecer su patria con el buen gusto y el
sus obras inmortales, amor por las obras
siendo el maestro del arte así hubo de
;
Michelena
Arturo
De
PENTESILEA—
CCLXIV EL ARTE EN VENEZUELA
Miclielena
Arturo
De
CARA!
VUELVAN
POR RAMON DE LA PLAZA V LA ASOCIACION CCLXV
i-
If-L- ^
Tovar
y
%
Tovar
De
AYACUCHO
Wf-g*' •
íl V
CCLXVI EL ARTE EN VENEZUELA
dadosamente de su propio peculio suple la diferencia de aquel ra, “El Ticiano merece ser servido por César.” Tiempos
gasto en que le cupo la mayor parte. aquellos en que surgieron Rafael, Perugino, Vinci, Miguel An-
Dispuestas asi las cosas, partió Herrera para Roma con gel, apóstoles creyentes que buscaron con ahinco la más
el encargo de pintar los grandes cuadros que habían de orna-
pura
expresión de las visiones místicas, guiados únicamente por la
-
mentar el presbiterio de la Metropolitana, de esta manera: inspiración, por la conciencia; estableciendo así por encima de
para la superficie del tecbo-raso La Asunción,
y para los todas las miserias humanas, la independencia del corazón la y
lados laterales La Fe, La Esperanza La Caridad. Cerca emancipación de
y la inteligencia.
de dos años permaneció el artista en Roma en la ejecución Estas breves reflexiones nos las ha sugerido el cuadro de
del encargo que se le había confiado, aprovechando la oca- la Fe del joven Herrera. Artista de verdadera vocación, pa-
sión al propio tiempo para ex-
rece haber nutrido su espíritu
poner nuevamente sus trabajos en esos modelos inmortales de
en aquella ciudad.
los Renacimiento;
artistas del
La obrade Herrera nos
revela las múltiples facultades y con vuelo de su talento
el
elástico y creador, alcanzado la
de su talento y el entusiasmo
expresión y el colorido propios
y amor que acrecen en el artis- de aquellos tiempos. Una mu-
ta el poder de darlas mayor
jer bella, puramente humana,
vuelo. En el cuadro de La como son las virtudes, se des-
Asunción, nos viene sin que-
taca sobre el trono inconmo-
rerlo una reminiscencia de la
vible de la Fe, rodeada de gra-
última manera de Murillo: la
grupos prosternados ante
ciosos
gracia de la composición, la
la que espande sobre las
luz
naturalidad en el movimiento
almas las dulces emociones de
de las figuras, la amplitud en
un éxtasis beatífico. La com-
el modelado de las cabezas, la
posición es feliz, verdad mu-
nobleza del dibujo siempre vi-
cha hay en las actitudes, sim-
goroso, la suavidad del colori-
plicidad y nobleza en el estilo,
do, la energía de la expresión
amplitud sobrada en la ejecu-
y la difícil manera de estable- ción, y el encanto de un colo-
cer los contrastes, no por la
rido que se impone, á manera
oposición fuei'te del colorido,
del de Tiépolo, por los efectos
sino por la agrupación de lí-
suaves y radiantes de la com-
neas magistrales y las degra-
binación armónica de las tin-
daciones suaves de la luz, todo
tas débiles y oscuras, con las
concurre de un modo armónico
más claras, brillantes y traspa-
a que se destaque espléndida la
rentes.
casta madona, coronada por los
Herrera ha pintado tam-
esplendores que envuelven al
biéndos cuadros para el bau-
Eterno Padre, y sostenida en
tisterio del templo de Nuestra
la atmósfera trasparente por la
Señora de Altagracia. Bellísi-
gracia aérea de los ángeles que
mas composiciones ambas; La
la arrullan en ágil revoloteo.
Inmaculada Concepción y el
Si el arte de la pintura
Bautizo del ¡Salvador, encomen-
entraña el projAsito de elevar
dadas al artista por el cura pá-
el alma por la dignidad de la
rroco, doctor Críspulo Uzcá-
idea y del sentimiento en los
tegui, sacerdote muy digno de
objetos reproducidos, dirigién-
elogio, por el interés y con-
dose más señaladamente al es-
tracción que guarda por la
píritu que á los sentidos, nada
grandeza del culto, en el em-
más favorable á este noble de- bellecimiento del templo y sus
signio, que el dar de preferen-
necesidades. Pudieran otros se-
cia á las labores del ingenio
guir con la muy loable inicia-
las creaciones del arte sagrado, en cuya fuente bebe peren- tiva del ilustrado prelado que encabeza nuestra iglesia, el
ne la inspiración, entre los esplendores de la luz que irra- ejemplo del padre Uzcátegui, que así quedarían remediados
dia en lo infinito las aspiraciones que confortan
y satisfacen en sus males otros templos, desprovistos como están del atractivo
el alma.
poderoso de la pintura, que instruye deleitando el esj)íritu en la
No de otra manera lo comprendieron aquellos artistas mística historia de nuestra Redención.
piadosos como Era Angélico, recluidos en la austeridad sombría Cuando el arte predomina como asjúración del sentimien-
de los clau.stros, en íntima comunión con los divinos mode- to creador, fuerza es que el espíritu viva constante en el amor de
los que inspiraron sus obiüs. Para ellos la atmósfera del la naturaleza, y en la fe que nutre la inteligencia
arte y su destino no era el deseo de la fortuna, ni el an- y confía en los
resultados del esfuerzo. No es fructuosa espontáneamente la vo-
helo del buen éxito que la sustenta. Embebidos en la fe cación sin el auxilio de tan poderoso medio, pues como ha dicho
ardorosa de sus creencias, no hacían sino obedecer ciega- acertadamente Bacon, “es necesario que el que aprenda crea.”
mente a los impulsos de su vocación, sin cuidarse de la re- La creencia es la base^del arte, la duda es la desconfianza, la ne-
putación, ni de la fama que en su provecho pudiera pro- gación del éxito. ' I
clamar la crítica. Tiempos singulares esos en que el artista No un terreno para dar cosecha de opi-
basta la feracidad á
era un creyente que abarcaba el ideal en toda su f)lenitud mo fruto, si á ello no contribuye el cuidado y asiduidad del culti-
,
por no haber penetrado aún en su corazón la duda, que vador, más señaladamente en las regiones del arte donde se im-
ha esterilizado luégo los fértiles campos donde crecían fe- pone el cultivo con mayor esmero. Si á la fe falta la educación
cundos los bienes es[)ii'ituales;
y de las esperanzas y del que guía y da vuelo á las facultades, los esfuerzos desfallecen
amor trocó los sueños por la ingrata realidad de la ma- enervados por el desaliento, y al fin sucumben en la atmósfera
teria.
asfixiante del abandono.
Tiempos esos en que se premiaba al artista con
felices Dotado José Antonio Salas de una oi'ganización singu-
la honra,
y suma del gran caudal era para el célebre pin- lar para
las obras del sentimiento
y de la inteligencia, bebió
tor de la escuela veneciana, aquella frase del duepre de Ferra- en los estudios clásicos la savia que vigoriza en el espíritu el
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXVII
amor por todo lo que de brande y bello entraba el pensamiento Aun tiempo si quisiera.
es ¿Quién podrá darle la constan-
humano en más altas creaciones. Naturaleza inquieta, in-
sus cia y que
la fe le faltan?
35
CCLXX EL ARTE EN VENEZUELA
cutado obras por las cuales ha merecido el aplauso o'e- ron las clases en mejor forma, apoyadas por la misma dipu-
neral. tación provincial y el gobierno nacional, continuando Ca-
Rivero Sanavria tiene vocación rranza hasta 1863 al frente de la academia de pintura, v
y trabaja con entusias-
mo. Una inclinación natural le condujo al retrato luégo^ otros maestros, tales como el general José I. Chaqúert
y nos
ha dado efigies admirables la del padre Madariaga que
:
y José Manuel Mancó.
adorna el salón del Concejo Municipal ofrece la elevación En 17 de febrero de 1873, el presidente de la república de-
y elocuencia de la estatua. cretó el establecimiento en la Universidad Central de un
E.ste ramo de la pintura que vulgarmente se aprecia museo y jardín botánico, y una sección de dibujo, grabado
por la simple facultad de reproducir la semejanza entre el y pintura é historia natural, lo cual no se llevó á cabo.
original y la copia, e.s, sin embargo, uno de los más difí- En 1874, Eloy Palacios, de Maturín, regentó en la Lmi-
ciles en el arte pictórico. Porque no se ve en el cuadro versidad Central una escuela de escultura, que duró pocos
sino una figura humana, porque carece de argumento os- meses.
tensible y nada presta á la curiosidad del espectador diva- El^ 3 de abril de 1877, se creó por el presidente de
gaciones imaginativas, se cree que la semejanza es todo, la república, el instituto nacional de Bellas Artes, cuyo
y di-
el publico se contenta con decir ;
“ Está ^uuy parecido.” rector lo fue el señor Ramón Lorenzo de la Plaza, 'amioo
No^ es así en esa figura hay un pensamiento decidido de las bellas artes.
;
y con él la
estética. Esa frente piensa, esos ojos miran, esa actitud re- En 1886 y 1887, se establecieron en Caracas las escue-
vela una intención en armonía con la virtud saliente de lasde piano y canto por cuenta de la nación.
la individualidad reproducida. Precisamente porque no hay El 4 de agosto de 1887, se organizó definitivamente la
argumento, el pintor se ve obligado á crearlo en las faccio- academia de bellas artes con las clases siguientes: dibujo,
nes liumanas, sin adulterar la verdad. Los detalles de un pintura, escultura, arquitectura, piano, solfeo, canto, músi-
paisaje, por ejemplo, complementan la idea del autor.
En ca en general y declamación.
el retnito todo debe decirlo el retrato
mismo.
Si, como lo deseamos, hay exactitud en
esta aprecia-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXI
DIBUJANTES, PINTORES Y ESCULTORES NOTABLES se dedicó desde muy temprana edad á la estatuaria, pro-
DE VENEZUELA duciendo entre otras obras de gran mérito, el grupo en
bronce del egregio general José Félix Riba.s, (|ue se halla
colocado en la plaza principal de La Victoria la estatua en :
puso al dicho Ayuntamiento establecer una ción, son de bastante mérito y aun se ejecu-
escuela, y entre las materias de enseñanza, tan boy con frecuencia.
figura el canto llano. Por esta misma época vinieron de la
El mismo Ayuntamiento, en
8 de agosto península algunos maestros en són de edu-
de 15h3, acordó á don Juan de Arteaga car en el arte de la música á la gente aco-
treinta ]>esos anuales para la misma escuela modada. Don Franci.sco Javier Ustáriz, de
que había fundado Cárdenas Saavedra, con- familia ilustre, descuella entre los alumnos
tinuando en ella los estudios establecidos de de esa época, como uno de los más sobresa-
gramática, lectura, escritura, catecismo y can- lientes, por su aprovechamiento
y disposicio-
to. Esta cantidad de treinta pesos se libró nes favorables para abordar la carrera de ar-
sobre los productos de un navio que á la tista con buen éxito, si las preocupaciones
sazón bacía su descarga en el puerto de La de entonces no le privaran de entregar.se á
Guaira. tales estudios, sino á manera de mero en-
Enlas constituciones del Colegio Semi- tretenimiento.
nario, hechas por el doctor don Diego de Entre varias de las composiciones que
Baños y Sotomayor, obispo de ATnezuela y escribió, ha soljrevivido una Misa que forma
Caracas en 1698, se encuentra, entre otros parte del repertorio moderno, por su indisjru-
capítulos, el siguiente capítulo 89 “A cuya
:
table mérito así en la forma propia de la
hora, (á las diez) acudirá el maestro de mú- sencillez como en la espontaneidad de la
sica á dar lecciones de canto llano á los semi- idea del sentimiento que eleva
y plegaria
la
narios y demás que quisieren, gobernándo.se santa de amor y reconocimiento hasta el tro-
FEDERICO VILLENA
])orampolleta, en cuya lección ga.starán me- no de Dios.
dia hora.” Al recorrer la historia naciente del arte
El 11 de agosto de 1725 se inauguró la Real y Pontificia dn la música en Venezuela, vemos al padre don Pedro Sojo
Universidad de Santiago de León de Caracas, siendo su primer como el infatigable protector, que vive en el recogimiento
rector el doctor don Francisco Martínez de Porras; y éntrelas de los claustros, embebecido de unción divina,
y entregado
materias de enseñanza en cátedra, figura la música, cuyo pro- al fervoroso culto del arte. No como los sacerdotes de la edad
fesorado se le confió á don Francisco media que guardaban cuidadosos los
Pérez Camacho, con la asignación tesoros de las ciencias y de las ar-
anual de ciento y cincuenta peso,=;, tes para explotar exclusivos sus mis-
en esta forma ciento de las cajas
:
terios, el padre Sojo, por el contrario,
reales y cincuenta con que contri- dialanizaba en la enseñanza sus se-
buía el seminario. cretos divinos, como medio más efi-
Venezuela ensayó también de caz de comprender la grandeza de
preferencia la obra mística, como Dios y sus obras.
la más poderosa manifestación de En el propósito de fundar á sus
sus deseos y aspiraciones religiosas ; expensas en Caracas un monasterio
así esque para aquellos tiempos, el de neristas, hizo viaje á Roma en
arte sagrado asumía mayormente to- 1770,0 tiempo que ocupaba el pon-
dos los esfuerzos de la actividad in- tificado Clemente XIV. Obtenida la
telectual y producía compositores bula y de regreso á Caracas, se ocu-
que han vivido y viven aún en la pó en la construcción de la iglesia
posteridad por el recuerdo de sus
y convento conocidos con el nom-
obras. bre de San Felipe Neri.
De algunas de esas obras que Amor y mucho guardaba el pa-
guarda archivo de la catedral de
el dre Sojo por las bellas artes, muy
Caracas, se encuentran varias que señaladamente por la música; así
fueron escritas por N. Gamarra en hubo en su viaje á la ciudad santa
el siglo pasado; como también las de ampliar sus conocimientos y pen-
de José Antonio Caro de Boesi, na- sar en el establecimiento de una aca-
tural de Chacao, artista que figura demia, cuando vuelto á Caracas; á
como cantor, ejecutante en la guita- cuyo fin adquirió no .solamente un
rra y compositor de fáciles faculta- buen archivo de la música clásica,
des. Para entonces no existían en sino también textos de enseñanza,
el país los instrumentos de viento instrumentos de cuerdas y los pri-
y así es que la instrumentación de meros de viento que se conocieron
las composiciones de este artista era en el país. Valióse el padre Sojo
pai’a cuerdas, conservándose de és- de la ocasión para llevará buen tér-
tas, tres misas para dos, tres y cuatro mino su pro\’ecto, de poner la direc-
voces, un oficio de difiintos y una ción de la academia en manos de
infinidad de motetes. En todas ellas Juan Manuel Olivares, que á esfuer-
se trasluce la fuerza de la concep- zos propios había logrado alguna su-
MARÍA B. DE LAS CASAS
ción, debilitada por la insuficiencia perioridad en el manejo del piano, el
de los medios de que disponía en violín y la composición.
su instrumentación para darle for- Fueron tan felices los primeros
ma vigorosa al pensamiento. ensayos de Olivares dirigidos por el Padre Sojo, que á poco
Iniciada la cruda guerra de nuestra independencia, Caro andar, los alumnos de la"^ academia sobresalían en el estudio,
de Boesi no tardó en cooperar activamente á los planes de daban muestras de un adelantamiento que exigía medios más
insurrección que se urdían en Caracas
y fue objeto de tal
;
eficaces en la enseñanza, para alcanzar todo el provecho que
persecución, que liubo de ponerse á salvo refugiándose en la dichos alumnos prometían. Fácil es concebir cómo el abne-
ciudad de Cumaná, donde la fatalidad le hizo caer en manos gado sacerdote, poniendo cada vez mayor empeño en su obra,
de Morales, quien le fusiló el año de 1814. coronó sus esfuerzos con los resultados obtenidos. Ya los
Contemporáneo de Caro de Boesi fue Pedro Nolasco Colón, efectos de la orquesta, hasta entonces débiles por el uso es-
artista de alguna Hombradía como compositor. Dos obras que clusivo de las cuerdas, pudieron producirse ajustados al gra-
de él .se conocen. La lloraYwn Motete á la Inmaculada Concep- do de intensidad y fuerza necesarios á la verdadera inter-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA “ASOCIACION” CCLXXIII
pretación de la música. La ciencia del arte afición por la mú.sica, un incidente singu-
tomó mayores proporciones con el estudio lar vino á contribuir ma\mrmente á su
de la armonía y el contrapunto. Las jus- de.sen volví miento. Enviados }>or el empe-
tas filarmónicas, que en la misma morada rador de Austria, vinieron á Caracas va-
delpadre Sojo se .sucedían con frecuencia, rios naturali.stas alemanes á practicar ex-
dieron pie al estímulo de los arti.stas y ploraciones científicas en estas regiones y ;
aficionados para probar sus aptitudes en como quiera que fue en la estancia del
la composición. El arte creció y se desen- padre Sojo, á inmediaciones de Chacao, don-
volvió en esa atmósfera beneficente de pro- de recibieron cordial y generosa hospitali-
pósitos nobles, de ideas .saludables, de con- dad, cuando vueltos éstos á su país, infor-
vicciones sinceras, de voluntad persistente, maron á su .soberano de los obsequios re-
de fácil y espontánea inspiración. cibidos y de la gran afición que por la
Díaz, en su obra “ El Agricultor,” al música tenía Sojo, el emperador le honró
hablar de las primeras fundaciones de café luégo con una carta muy cordial, envián-
en Venezuela, dice “ Según Codazzi, para
: dole al propio tiempo, como una muestra
el año de 1784, el presbítero don José An- de .su agradecimiento, una colección com-
tonio Mohedano, cura de Chacao, y después pleta de las mejores obras de los grandes
obispo de Guayana, recogió la semilla de maestros Mozart, Beethoven, Haydn y otros;
algunas matas de café que se encontraban un número no escaso de excelentes instru-
esparcidas en Venezuela, sin especial culti- mentos, y una buena provisión, además,
vo, fundando con ellas el primer estable- LEOPOLDO SUCRE de ricos vinos del Rhin y de Champagne.
cimiento. Al mismo tiempo tenemos datos Estos instrumentos y sobre todo la mú-
que por la misma fecha vino de la isla .sica clásica alemana, puestos al uso de los
de Martinica el e.stimable agricultor don Bartolomé Blan- discípulos de la academia, contribuyeron grandemente á
dín, trayendo la semilla con que fundó la hacienda en el su mayor adelanto y progreso. La ciencia profunda
y es-
mismo Chacao que aun conservan sus herederos, y que de píritu filo.sófico que reina en esa música, fue objeto de con-
este cafetal se proveyó el padre don Pedro Sojo, de la con- sideraciones y e.studios muy serios entre los artistas de
gregación del oratorio de San Fe- aquella época díganlo todas aque-
;
cuerdo. Después de la muerte del padre Sojo continuaron consérvanse, sin embargo, una que otra misa, una salve y un
las reuniones filarmónicas en la hacienda de su amigo miserere en re menor. En ellas, aunque la inspiración no
y
vecino el señor Blandín no ya de aprendices, sino de pro-
; es sostenida, hay mucho de intención en la idea, de .se-
fe.sores y diestros aficionados.” veridad en la forma y de sentimiento en la expresión.
Preparado, por los esfuerzos del padre Sojo, el gusto y De los alumnos de Olivares, descuella entre los 'prime-
CCLXXIV EL ARTE EN VENEZUELA
ros, José Angel Lamas, gran artista, de ponía en zozobra todos los corazones,
inspiración franca y verdad de sentimien- y
guiado por el piadoso instinto del suyo
to. Nacido en Caracas en los últimos propio,
concibió la idea de reunir á algu-
años del siglo pasado, revelo, muy de de sus colegas y hablarles en el pro-
iros
joven, ardiente inclinación por la mú- pósito de componer
sica, siendo entretenimientos ocurridos de y ejecutar las piezas
que fuesen necesarias {lara servir los
su natural ingenio, el ocuparse, las más
veces del tiempo, en la fabricación de
oficios del jueves
y viernes santos. No
se hicieron esperar los compañeros en la
instrumentos qne probaba á manejar, realización de aquel loable intento, pues
sacando sones y concertando frases, más todos á una se apresuraron á tomar pués-
para tenidos ])or anuncios de una preco- to en la fervorosa justa. Lamas, Carro-
cidad maravillosa, que por ligero pasa- ño y Colón fueron los escogidos para
tiempo infantil, así andaban de ajusta- llevar á término las composiciones sa-
dos y melodiosos. gradas. Ellos, al escribirlas, no pensaron
No quedó en esto su empeño, que, sino en la humilde obia impuesta como
más luego viósele aplicado al propio es- tributo á sus cristianos sentimientos ha- :
tudio con singular provecho; de tal suer- bían sido, sin embargo, insj)iradas por la
te, que, cuando Olivares hubo de traerle
divina gracia, y crearon tres obras maes-
á su lado y aleccionarle en las reglas
y tras. Carreño, La Oración del Huerto,
doctrinas del arte, á tanto llegó su sor- Colón, El Pésame á la Vmjcii,
presa y admiración por la extraordina- y Lamas,
el grandioso Popule meus.
ria intuición del joven Lamas, que ex-
Celebrados los oficios de la mañana
clamó entusiasmado, á manera del maes- del viernes santo, cuentan las crónicas
tro de Scliubert “¿Qué podré yo ense-
;
que el canónigo magistral obsequió con
ñarte que no sepas?”
un modesto ambigú á Lainas y á sus com-
Asiduo por demás se mostraba el dis- pañeros y que habiendo libado estos
cíj)ulo en el estudio de algunos instru- RAMÓN DELGADO PALACIOS ;
ronle los carceleros conmovidos por la su- La música de Gallardo descuella por la
blimidad de su canto, y se dieron priesa originalidad, la gracia y cierto sabor lo-
en participar á Morales la excelencia del cal que trasciende en todas sus composi-
flautista que iban á fusilar. Inmediata- ciones.
mente el jefe realista, imis por curiosi- PudoGallardo, con sus maneras y ta-
dad que por complacencia, le hizo com- lento, atraerse labenevolencia y simpatía
parecer á su presencia, y le ordenó eje- de todos, muy especialmente del general
cutar algo en la flauta para oirle. El pri- José Antonio Páez, que, amante del arte,
sionero lo hizo, comunicando á su instru- le dió todo su cariño yprotección.
mento todo el acento de una expresión Atanasio Bello, Manuel Peña Alba,
conmovedora á la cual no pudo re.sistir entre otros que nuestra memoria no al-
Morales, cuando en el trasporte de su canza, terminan el ciclo que llamaremos
emoción le puso en la mano algunas mo- del padre Sojo. Atanasio Bello, el sol-
nedas de oro diciéndole: “Un hombre dado arti.sta, poseía extensos conocimien-
de la habilidad de usted no debe morir. en la música, siendo el primero que
tos
Usted está en libertad y puede marchar- ensayó poner para orquesta las óperas de
se. Si usted lo desea y quiere, puedo Rossini. Consagrado á la carrera del arte,
darle colocación en la banda del ejér- tomó 'parte en toda ocasión en los con-
cito.” ciertos y funciones teatrales, componien-
FRANCISCO M. TEJERA
En efecto, el artista sufrió esta hu- do á las veces algunas piezas y ejecu-
millación, más |)oi- un sentimiento de gra- tando siempre como jnámer violín en la
titud que })or su.straerse á los peligros orquesta. Fue director de la escuela de
de nuevas persecuciones, habiendo permanecido en la banda del música fundada en Caracas por la Honorable Diputación en
ejército español por algún tiempo, basta el momento en que una el año de 184b. Privado de la vista en los últimos años de
ocasión íavorablo le íacilitó el unir.se á .sus compañeros los su vida, inactivo y pobre, consolábase oyendo en su propio
patriotas. bogar aquellas melodías que en otros tiem|)Os habían hala-
Juan IMeserón fue uno de los músicos que en Venezue- gado su espíritu, para levantarlo de la postración mortal en
la contribuyeron mas á líi propagación del arte. Con gran- que cayera en los tenebrosos y últimos días de su existencia.
des conocimientos de la teoría musical, po.seyendo al pro- Dejó algunas obras manuscritas que han corrido la
y
]iio tiempo el conocimiento de varios instrumentos, muy se- suerte de ser olvida<las, como otras de nuestro re[)ertorio
ñaladamente el de la flauta, en la cual sobre.salía, pudo con clásico.
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXVII
36
CCLXXVIII EL ARTE EN VENEZUELA
y un himno patrió-
fónico, entre nosotros {Presentan se-
tico La Regeneración., escrito con motivo de un concurso, en mejantes em{)re.sas.
que obtuvo el juámei' ju-emio y una medalla de oro acordada Dedícase Hernández de {preferencia á la enseñanza, en cu-
por el jurado. La melodía del him- yo ejercicio ha obtenido lo.s más
no es fácil, es{)ontánea, algo origi- brillantes resultados, en una gran
nal, desviándose de la común mo- {Parte de los establecimientos {públi-
notonía del ritmo con que se suele, cos de educación y en las casas {pri-
á falta de una inspiración vigorosa, vadas de las familias.
caracterizar la entonación propia de Fue miembro activo de la Aca-
tales aires. demia de música en el Instituto
En la organización del Institu- Nacional de Bellas Artes de Cara-
to Nacional de Bellas Artes de Ca- cas.
racas fue nombrado Silva profesor Paz Abren, como Lamas, {Po-
de de teoría musical y sol-
la clase seía notables dis{POsiciones {Por la
feo, siendo, además, miembro acti-
música. Muy de joven aficionó.se al
vo de la Academia de música. arte con singular {provecho; y, en-
Los hermanos Hernández, Do- tre otros instrumentos, manejó el
mingo Ramón y Manuel, crecieron {piano con rara habilidad. Podero-
Y se educaron en esa atmósfera en so de numen y rico de ciencia daba
que el arte todo lo absorbe, como vida á su obra en las formas más
fuerza impulsiva. Domingo Ramón variadas y bellas del arte. Cono-
no es únicamente el poeta inspirado cía el lenguaje de los sonidos con
que natural v sentido tañe la lira toda la revelación de sus misterios,
de los acoi’des .sonoros, sino tam-
con toda la magia de sus combi-
bién el músico que interpreta en naciones, con todo el encanto y
su lenguaje la belleza de las ideas atractivo del sentimiento: así {Por
y la expresión del .sentimiento. La ello, las más veces, con ins{piración
lira del poeta, .sin embargo, vibra
sostenida, improvisaba .su obra em-
sólo para la gloria y para las ínti- bebida siem{pre de originalidad, así
mas satisfacciones; que no le es da- en el fondo filosófico de la idea co-
do al mundo comprender,
para mo en la forma y desenvolvimien-
apreciarhus, esas notas que arranca to pro{PÍos de la medida. Exube-
el hombre á sus propias entrañas
rante de imaginación, vagaba {por
{para arrojarlas al viento y fecun- todas las atmósferas im{pelido por
dar el espíritu en el
dilatado cam- una fuerza que le atraía irresistible.
{po de las aspiraciones ideales. Buscaba la luz con empeño; mas
DomingíP Ramón Hernández al mirarla, el deslumbramiento tur-
vive del arte y conqparte el tiem- bóle luego. Inquieto y anhelante,
po entre las laboivs del {profesora- FRANCISCO DRAGONE atropellábanle los deseos ardientes
do y el em{)leo de acora {pañante de las satisfacciones ligeras y efí-
con el violín en las ca{pillas y or- meras; por lo que vino en darlas
questas de teatros. Abunda en el artista la buena doctrina, el {Preferencia sobre las que sólidas y eternas el arto le brindaba:
ejein{plo correcto, la ex{presión fiel de los sentimientos que inter- achaques estos de una educación viciada y que quebrantó tris-
{preta. Sometido á los recursos que le brinda el arte espe- temente las creencias y propósitos del artista, arrastrándole por
culativo, no ha {pensado llevar más sus esfuerzos {para
allá una {pendiente vertiginosa en que, mal su grado, debilitóse el
hacerse de una re{putación realnrente notoria; así vive resigna- vigor de las fuerzas y ocasionó su prematura decadencia.
do en la {penumbra y descansa tranquilo sobre los laureles que Caso harto común es e.ste de ver inutilizadas las bue-
en {Profusión ha derramado en su camino la misma musa que nas facultades de un artista, {Por no haberse hermanado
ciñó con ellos las sienes de Canqpoamor. con ellas la educación que fortifica los instintos y dóciles
Manuel Hernández, con señalada contracción estudio, los guía {Por la senda de sus nobles tendencias. Así como
ha figurado en la orquesta como muy hábil instrumentista. crece débil el árbol si la naturaleza propicia no le atiende en
Es, además, compositor de estro fácil
y ciencia conocida. Sus su desarrollo, y de poco valer sería la {piedra del diamante
com{posiciones de salón trascienden cierta originalidad sa- sin la labor del pulimento que le da brillo: de igual modo
y
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXIX
Emilio Agramonte, de cuya amistad derivó muy útiles (jue esfuerzos hubo de su parte por familiarizarse con la prác-
y
CCLXXX EL ARTE EX VENEZUELA
ca
del canto, su voz no dio entusiasmo \ amor por el arte,
•
r' de sí todo lo que el gran Tejera se distinguió como uno
maestro de antes se había fi- de los artistas más notables de
gurado para ocupar j)uésto de su é])oca. Su muerte jrrema-
distinción en la escena líiáca, tuia deja desvanecida una es-
y continuó como instrumen- peranza para la patria y sus
tista, pasmosa en la ejecución triunfos legítimos.
y compositora de numen le- Entre los pianistas que
vantado. con Tejera han sobresalido, se
De Francia pasó á Ingla- cuentan Leopoldo Sucre, dies-
terra y de allí á España, don- tro, muv diestro, en la ejecu-
de la acogen con frenético en- ción; Saumell, notable en el
tusiasmo. Hija de la Améri- conocimiento del mecanismo,
ca, al ¡)isar los maternos la- y algunos otros cuyo recuerdo
res, caminos de flores se abrie- nos falta.
ron á su carrera triunfal;
y Y ya que hablamos de
honores y consideraciones llo- Saumell, justo es hacer cono-
vieron abundosos para la ar- cer uno de los portentos que
tista hermana en cuya gloria bajo el cielo patrio ha produ-
ponía España la suya propia, cido el arte. Su hija, la infan-
PEDRO GOMEZ al levantarla con los pi'emios
JOSÉ MÁRMOL Y MUÑOZ
tilcriatura que ha nacido con
que de las academias é insti- el alma de los ángeles para
tuciones artísticas recibiera generosamente. cantal' en elpiano las melodías celestes; María, la que ha
De.stinada para el arte, ella ha sufrido todas las incon- llenado de admiración todos los públicos
y recogido en abun-
veniencias y dificultades inlierentes á una carrera en que dancia aplausos y coronas.
se funden, con las [)enalida-
da verla interpre-
Ginsto
des y los sacrificios, los pedes- tando con
sus manecitas las
tales de la gloria. Sobre sus más difíciles piezas de concier-
sienes brilla diadema; y
esa to, con tal firmeza
y fuerza de
Venezuela se honra teniendo expresión, que ])arece no ser
entre sus hijos una de las ella la que toca, sino más bien
más simpáticas y distinguidas algún hábil maestro. ¡Quépro-
reputaciones artísticas de ambos jiiedad, qué estilo, qué ejecu-
mundos. ción se hermanan en esta cria-
Francisco M. Tejera nació tura para arrebatarnos con el
en Caracas á fines del año de extraordinario poder de sus fa-
1840. Hizo sus e.studios has- cultades Y decir que á la edad
!
hábil en la dirección de la orque.sta. de arrancarles sus secretos 3' dar al viento las sentidas me-
Con tales excelencias no daban vagar al artista sus ocu- lodías de su fecunda inspiración. Ciego como Homero, can-
paciones, que, en cambio, buen provecho le retribuían
y ase- ta con amarga melancolía la ausencia de la luz 3- trina
guraban una existencia holgada de modo á permanecer por como el ave, ;
;
y murmura como el agua, y silba corno el
CCLXXXII EL ARTE EN VENEZUELA
Suárez, que repugnaba instintivamente las luchas de los par- plicaciones y más extensos rudimentos sobre la música ha
tidos, recrudecidas más y más por la violencia de las pa- visto la luz pública por lo que de mucha utilidad ha si-
;
siones que habían de encender la guerra, renunció decidi- do para la enseñanza, que de antes carecía de tan impor-
damente la carrera militar y dióse á pensar en los estu- tante estudio.
dios de la música que tanto halagaban sus deseos
y aspb Entre las composiciones de Suárez publicadas, figuran
raciones. Así hubo de entregarse á ellos con ardor fer- algunas romanzas, elegías, fantasías, muchos aires naciona-
viente por tal modo, que muy en breve adquirió conoci- les y marchas escritas para piano,
;
y tantas otras del mismo
mientos muy ventajosos en el mecanismo del piano, bajo género que guarda aún inéditas. El carácter de las com-
la inteligente dirección de su maestro Julio Hohene, pia- posiciones de este artista es franco, espontáneo hay en ellas
:
nista alemán, muy versado en los buenos métodos de en- la expresión de un sentimiento nutrido en la savia de las
señanza, de donde derivó Suárez más luego aquellas apti- ideales aspiraciones del arte
y piensa como siente, para re-
;
tudes especiales que le distinguieron como maestro de gran vestir su obra con la magia de las combinaciones armó-
notabilidad. nicas, que prestan al relieve melódico toda su fuerza
Con tan favorables medios, dióse el artista por algún y
atractivo.
tiempo al profesorado en Caracas; y ya para el año de C(^mo su malogrado hermano Cesáreo, el artista ha pres-
1862 le vemos abandonar el suelo patrio y trasladarse á la tado .siempre su contingente á las obras de beneficencia ;.
ESTATUA DEL GENERAL JOSE FELIX RIBAS EN LA VICTORIA— Por Eloy Palacios
floresmas perfumadas de nuestro jardín instrumental. Cuan- beneficio de la buena escuela que ha jiodido fundar, a})0-
do todo se haya acabado para Mosquera, aun guardará su
yada en sus estudios serios y en la practica de los mode-
violín como talismán que ha de precaverle de las penasen
los que le son familiares, para lograr c.sa ]>erfección irre-
las amarguras del mundo y del hastío en el otoño de la prochable que en el violín se impone, más que en cual-
vida. Con la conciencia, el sentimiento
y el e.stilo elevado quiera otro un modo absoluto.
instrumento, de
de un verdadero arti.sta, él se ha resignado, sin embargo,
El pues, a manera de esas delicadísimas flores
artista,
a su pesar, á abandonar la carrera del arte, que
tantos que realzan la belleza del ¡jensil, guanla misterioso el se-
triunfos le prometía, jirivando por ello al arte patrio del creto de su perfume embriagador,
y del encanto irresi.sti-
CCLXXXIV EL ARTE EN VENEZUELA
ble de la gracia de la forma y de la brillantez del co- Nuevos horizontes .se le abren al artista cuando vuelto
lorido. á Caracas en 1858. Ya su nombre no era elde un des-
Muy de notarse es, como aficionado al difícil instru- conocido ;
su contracción, ,su estudio, sus adelantos progre-
mento del violín, Pedro Ramos, cuya
disposición y estu- sivos, su carácter y manera simpáticos, su conducta irrepro-
dios le dan }>uésto entre los más aventajados. Su ejecución chable, todo ello fue motivo de benevolente atención, y de
es limpia y abunda en ella el buen estilo, la afinación y solícito interés por parte de los entendidos, para que Vi-
el sentimiento de lo que interpreta. Entregado por nece- llena encontrara halago en la acogida que le dieron los se-
sidad á otras labores que le j)rivan darse al exclusivo es- ñores Fermín Tovar, di.stinguido violini.sta, Julio Hohene,
tudio del arte, préstale sin embargo sus momentos de ocio, célebre pianista, José Austria, los hermanos Felipe y Ma-
y atiende solícito á los conciertos públicos y privados, toda nuel Larrazábal, Carreño, José A. Mo.s(prera; y entre los
vez que su arco se baga indispensable, así para una obra profesores, Velásquez, Monteros, Isaza y Bello. Fue, sin
de beneficencia como para el mutuo entretenimiento. Bajo embargo, á Hohene y á Tovar á quienes debió Villena el ini-
la doble faz del mérito artístico y de la bondad del carác- ciarse en la música chísica de los grandes maestros, e.stimu-
tei'. Ramos descuella en la atmósfera de nuestra orquesta lándole á tocar los trios y cuartetos de Haydn, Beethoven,
como uno de los ejecutantes más apreciables y distin- Mozart, Humniel, Russiger y tantos otros f[ue sirvieron de
guidos. entretenimiento á las veladas musicales abiertas en la casa
Como la mariposa que nace y en inquieto revoloteo del señor Fermín Tovar, especie de academia culta donde
liba el sustento de llor en ñor, así nació Federico Villena se reunían profesores y aficionados de los más entendidos
en las soledades del campo, envuelto en los pañales del ar- de la época, y cuyo provecho hubo de ser muy satisfactorio
te, acariciado por las armonías del canto de la naturaleza para Villena, por quien mostraba Tovar el pah>rnal cuida-
que despiertan y nutren su espíritu creciente en el halago do y la benévola insistencia por .su instrucción, dándole con-
de una esperanza que le sostiene, y que le guía ]>or en- y ejemplos que ¡mdieran serle útiles en el
sejos saludables
tre la varia suerte de la vida á su único y forzoso destino. camino emprendido. Por ello la gratitud y reconocimiento
Nació Federico Villena en el pueblo de Turmero, por de Villena han sido grandes, como para mantener vivo en
el mes de mayo del año de 1835, á tiempo que sus }>a- toda ocasión el recuerdo de tan caballeroso como sincero
dres, pobres por todo extremo, ImbieTOU de resignarse a edu- protector.
carle en el seno del hogar instruyéndole en la lectura, la Empezó por esta época Villena á producir composicio-
escritura y las reglas fundamentales de la aritmética. No nes ligeras de baile, que por su índole y carácter original
bien el niño había alcanzado estos conocimientos, cuando ad- gustaron mucho y estuvieroir en boga con singular éxito.
virtieron en él la inclinación decidida que por la música Ya para el año de 18GÜ, de paso por el puerto de La
tenía. Entretenido á toda hora con singular empeño en la
j Guaira, determinó fijar allí su residencia, por las propo.si-
organización de orquestas cuyos instrumentos fabricaba para ciones que se le hicieron de prestarse á la enseñanza del
él y sus compañeros, de aquellos utensilios que á la mano piano y á la organización de una orquesta de cobres, [>ara
tenía, como más propios á darles los sonidos de pitos, trom- lo cual ponían á su disposición los jóvenes aprendices que
pas, bajos; reservándose siempre la dirección y tomando debían componerla. Hecho e.sto, y logrados los resultados
parte como primer violín, el cual era las más veces de caña satisfactorios de su enseñanza, hubo de trasladarse á Ciu-
de maíz. dad Bolívar, de donde le llamaban con instancia como maestro
Siguió Villena así, de propia cuenta y á escondidas ya acreditado de piano, solfeo, instrumentos de cuerdas y
sus estudios de música, hasta que le vino en suerte trasla- muchos de los de viento.
darse á Caracas en 1853 y conseguir allí una colocación Por circunstancias políticas en 18G3 hizo viaje á la isla
como escribiente en una oficina pública, de donde derivó de Trinidad y de allí á otras antillas, que recorrió en su
muy exiguo provento para la subsistencia. Esto, sin embargo, mayor parte, dando conciertos que le valieron crédito y es-
le valió el relacionarse con varios jóvenes que se aplicaban tima eutre sus habitantes. Vuelto á Caracas en 1863, tomó
al estudio del violín, con un aventajado profesor, cuya en- asiento en la orquesta del teatro de la ópera, donde perma-
señanza sorprendía Villena á la continua para irse luégo neció en la temporada alternando entre el violín y el vio-
á su casa á practicar lo que oía. De esta suerte, inqui- loncelo. Con esto daba tiempo á f][ue los incidentes que
riéndolo todo, y listo siempre para tocar su violín en toda le obligaron á abandonar á Ciudad Bolívar tornasen de
ocasión, llegó por fin á instruirse en el manejo de este manera á poder regre.sar. Al fin pudo llegar á aquella ciu-
instrumento, sin los vicios que de antes había adquirido, dad en 18G5 y obtener el nombramiento de mae.stro de ca-
como también alcanzó más amplios y .sólidos conocimientos pilla y organista de la Catedral, como también el empleo
de la música. de director de la banda militar y profesor de música del
Pobre por todo extremo como era Villena, debido á es- colegio de aquella capital.
fuerzos heroicos pudo ponerse en un mal violín y en el Después de larga estancia en Ciudad Bolívar, Villena
método de Allard para emprender estudios serios en los cua- ha regresado á Caracas, la ciudad (jue le anidó en los pri-
les muy en Vjreve hizo rápidos jirogresos. Comprénde.se la meros albores de su carrera, y se ocupa en todo lo relativo
situación penosa del joven artista, dado á las labores de su al arte, con aquella fe y constancia que han marcado siem-
empleo, sin vagar ni reposo para las que debía destinar á pre en su vida [)eregrina la [(endiente (que le arrastra irre-
la música, como el más podeiuso atractivo de su pensa- sistible á los de.stinos del arte.
miento. Sin dinero con qué pagar un maestro, sin amigo.s, Ha fundado Villena varias sociedades filarmónicas con
sin ]>rotectores, huérfano en el lugar, desam])arado de toda éxito brillante. Cuando establecido en 18G2 el conserva-
ayuda, sólo la fuerza intuitiva del arte le sirvió de egida torio de música, fue nombrado miemlu’o honorario, y más
en esa lucha encarnizada de las necesidades y obstáculos tarde miembro corres[)ondiente del instituto de bellas
sin cuento (pie se interponen, á manera de muros de ca- artes.
licanto, en la vida de a((uellos llamados á soportar las prue- Exteirso es el catálogo de las obras de Villena. Abar-
bas para hacer más meritorio su triunfo. cando todos los géneros, ha [(roducido zarzuelas, misas de
Vista la insuficiencia de los recursos cpie le ])roporcio- re(juiem, himnos, plegarias, romanzas, [>iezas concertadas q)a-
naba el enqdeo de escribiente, á par que faltábale el tiem- violoncelo, ober-
ra canto, fantasías [)ara violín, elegías [>ara
po para sus estudios, renunció aipiel y dióse al conoci- turas [)ai’a cuerdas y [>ara cobres, música de salón y tan-
miento de muchos instrumentos para ejercer por tal medio tas otras cuyo número no sería fácil consignar sino en un
el profesorado. Torna luego al suelo nativo, donde fue nom- volumen. Sus dos últimas com[>osiciones estrenadas en el
l)rado maestro de capilla de la iglesia del lugar, aprove- teiu[)lo de N. S, de las Mercedes, en las festividades de
chando al [)roj)io tiempo las ventajas que .se le abrían en 1881 y 1882, han llamado la atención [>or su mérito real-
la enseñanza. Algún tiempo pasó de esta manera consa- mente sobresaliente. Es la una, un Ave J/nria q>ara tres vo-
grado en todo momento al arte en cuyo estudio era ver- ces con acompañamiento de sexteto, y la otra, una misa
(íaderamente incansable. en mi bemol [tara soprano, contralto, tenor y bajo, con co-
!
noches de luna, tibias las auras besan las linfas del Man-
estas excelencias que el público ha aplaudido espléndida- zanares, la nueva Venecia despierta al són de esas serena-
mente la composición del artista. tas, cuyos cantos perpetúan las gloriosas tradiciones de la
Al suave armllo del undoso Manzanares, levántase la que fue en un tiempo reina y .señora del oriente.
ciudad de Cumaná, enaltecida por el valor legendario de Cargado de años y merecimientos murió Gómez Car-
sus hijos, por el renombre de .sus proezas, por la luz y la diel en el año de 1872, dejando hijos que heredaron to-
altivez decorosa de sus ingenios, por la grandeza del sufri- dos, del venerable maestro, el talento
y j)asión por el arte,
miento en la inmensidad de su infortunio.
y que á su vez continuaron la labor em[>i'endida por su
Centro de la civilización oriental antes del funesto te- progenitor.
rremoto de 1853, la ciudad de Cumaná brilló esplendorosa Distinguióse Antonio como pianista de mucha ha-
Jo.sé
en medio de una población floreciente, engalanada con los bilidad, excelente y compositor delicado.
mae.stro Pedro,
arreos de una sociedad cuya cultura sustentaron con esme- aunque dedicado á la ciencia médica, alcanzó tal grado de
ro así las ciencias como las letras y las artes. Si en el de- superioridad en el conocimiento del violín, que muy raros,
sarrollo intelectual de los pueblos cuéntase por mucho la entre los artistas del país, han podido igualarlo. José Ma-
robustez y energía de las fuerzas i)roductoras de los indi- ría, instrumentista del mismo modo, las obras de su com-
viduos, ningún otro con mejores pruebas que el cumanés posición revelan gusto exqui.sito y, en materia de en.señan-
;
ha manife.stado la excelencia de esas dotes naturales que le za, obtuvo muy favorables resultados en Barcelona, donde
han valido [>uésto muy honro.so entre los más esclarecidos organizó una banda marcial.
del suelo |)atrio. Tocaba en frenesí el gusto y entusiasmo de los cuma-
Así por ello la del Manzanares dio hijos ilustres al neses por la música, antes de la catástrofe de 1853. Sin
campamento, al foro, á la tribuna .sagrada, al parnaso, al academias y escasos de profesores entendidos, así y todo,
arte y á todos los ramos en que se agita la actividad in- era de especial predilección el estudio de la música por
telectual. Foco de luz espontánea, i)lácida espande sus cla- parte de la juventud de ambos sexos, tanto en las prime-
ridades, señaladamente sobre el genio melódico, cuya obra ras esferas sociales como en las más modestas, ]>oniendo en
crece y se desenvuelve al impulso de la propia inspiración. toda ocasión su contingente en las festividades públicas, re-
Entre los primeros que con sus esfuerzos contribuyeron liglo.sas ó profanas. A cuánto llegó el adelanto de esos es-
eficazmente á la pro|)agación del arte musical en Cumaná, fuerzos, dará la medida el teatro de Santa Inés donde se
debemos recordar á -José María Gómez Cardiel, nacido ha- dieron representaciones líricas con aficionados distinguidos,
cia el comienzo del siglo en esta ciudad,
y dado muy de entre los cuales figuraban los Rojas, los Ramírez, los Plaz,
joven al estudio del arte, en cuyo conocimiento alcanzó las Martínez, los Rubios. Entre oti-as, diose en aquella oca-
gran saber y notable maestría en el manejo de muchos ins- sión El Barbero de Sevilla, de Rossini,
trumentos. Obrero fervoroso de la enseñanza, dio funda-
y Romeo ¡j Julieta,
de Bellini, causando justo elogio y admiración la propiedad
mento á esa pléyade de artistas que fue el encanto y la relativa de la interpretación.
delicia del país nativo, y más luégo, propagadora en suelo Ya para el año de 1853, año de eterno duelo para los
extraño del divino arte. cumaneses, se cantaron las Siete Palabras de Haydn con
Como artista y como hombre de generosos sentimien- toda la i)ompa y majesta<l requeridas, ocupando la cáte-
tos, la memoria de Gómez es venerada en todo el oriente. dra sagrada, para la explicación del sublime canto, el pres-
Ejerció el profesorado en Margarita, Barcelona
y Trinidad, bítero Valentín de San .Juan, cura por entonces de la parro-
en cuya isla recibió hospitalaria acogida. Visitó también á quia de Santa Inés. Aquella grandiosa solemnidad fue como
Caracas, donde trabó amistad con personas de valer,
y es- el último canto del cisne, el adiós de una gloriosa des-
tuvo en contacto con los profesores de más nota de aquellos pedida.
tiempos. Reducida luégo á escombros la perla del oriente, la
Gómez Cardiel, como compositor, se inspiraba en la es- música que la había acompañado en sus días de triunfo,
cuela clásica y seguía la manera de Haydn, Mozart debía consolarla también en sus horas de duelo. A mane-
y
Beethoven. En el género religioso dejó escritas varias obras ra de Anfión, que construía las ciudades con los sonidos
de mérito entre otras, una misa solemne, otra fúnebre, de la lira, así erguirían de nuevo sus cúpulas los derrui-
;
y
un miserere á cuatro voces, cuyas obras aun se cantan en dos edificios al grato concierto de las sociedades filarmó-
todas las iglesias de oriente. Las D'enodias compuestas pa- nicas.
ra los funerales masónicos de la logia Perfecta Armrmía, dan Restablecida la calma, desde luego pensóse en i’econs-
testimonio^ sobrado de la elevada inspiración
y del profun- truir las obras de mayor necesidad y con tal propósito,
do sentimiento religioso del artista. Los himnos y cancio-
;
palpita la memoria de las épocas. la antigua Cumaná, digna, por cierto, do mejores destinos.
Recordamos por el momento el Himno á los milicia- Grato recuerdo mei'ece la conducta del muy benemérito pa-
nos en su coro entusia.sta. triota doctor Andrés E. Meaño, presidente de la Sociedad
Armas y pólvora, Benéfica de Santa Inés, cuyo empeño por el progreso de su
¡
Guerra á los Césares país tanto lo enaltece; mayormente, cuando sólo en su la-
Señor de América, bor mediaba el desinterés y el de.s[)i-(’ndimiento.
i
37
CCLXXXYI el arte EN VENEZUELA
nes por la música, por lo que sus padres determinaron de- zolana, periódico destinado á la propagación del arte déla
dicarle al estudio del piano, bajo la acertada dirección del
mirsica.
hábil profesor José Antonio Gómez. Ya para la edad de
Otro artista de nota es José G. Núñez, nacido en
diez años vencía admirablemente las dificultades del instru- la
ciudad de Maturín el día 7 de julio de 1834. En
mento, y exhibíase con la Jernsalén de Gottschalk en los edad
tempiana mostro afición por el estudio de la música
famosos conciertos que su maestro había organizado con el v no
tardó su padre, que era un excelente arti.sta,
fin de contribuir á la reedificación del templo de la iglesia en trasmitir-
le los conocimientos elementales,
matriz.
probando á medir sus dis-
posiciones en el estudio de la flauta. Muchos
No bien había cumplido tres años de aprendizaje, cuan- fueron los obs-
táculos que se opusieron al joven para dar
do el maestro Gómez, por razones de conveniencia, tuvo regularidad á
sus estudios, pue.s, apenas empezados, viose
que domiciliarse en la isla de Trinidad, quedando luégo privado de las
lecciones de .su padre que, por causas políticas,
Llamozas entregado á sus propios esfuerzos. Sin embargo, obligado es-
tu\m á abandonar su casa para peregrinar por
no era la vocación en Llamozas de aquellas que desmayan suelo ex-
tiano. Esto no fue bastante, sin embargo, á desanimar
al
y abandonan la senda emprendida, al faltarles la dirección joven, y puso por obra continuar el aprendizaje
de propia
y los elementos indispensables al logro de terminar su carre- cuenta, con tan buen provecho que, cuando vuelto
del des-
ra artística que muy al contrario, cobró nuevas fuerzas pa-
; tieiio su padre, causóle a este admiración
el jirogreso al-
ra procurarse por sí mismo los medios necesarios de com- canzado, así en el conocimiento del arte como en el
]>lementaria, haciéndose de un buen repertorio de los pia- hábil
maiiqjo del instrumento que había elegido para
ni.'ítas modernos
su (vstudio.
y clásicos, siendo objeto de su predilección Con tal aprovechamiento ein|)rendió luégo por sí solo
bis obras de Gottschalk
y de Chopin, como también aten- el e.studio del piano á tiempo que,
asuntos políticos obli-
día con esmero al estudio de la composición. Así, de esta gaion nuevamente al padre y toda la familia á trasladarse
suerte, fue adquiriendo Llamozas los muy extensos conoci- á Trinidad. Allí, bajo la inteligente dirección del jirofesor
mientos que posee, con la singularísima circunstancia de no Webekind, organista de la catedral católica de aquella ciu-
haber jamás oído en su país nativo artista alguno de nom- dad, emprendió los e.studios prácticos de la armonía
bradía que pudiera iniciarle en los secretos de la ejecución estu- :
que se emplearían para su forma plástica los que fuesen de una clave; cómo evitar que se intercalen entre las no-
necesariamente imprescindibles. tas; é inventar á la vez una nueva combinación que, sin
Los elementos del lenguaje hablado no se represen- alterar la forma original de la nota, represente en ella misma
tan en la escritura con igual número sus alteraciones.
de caracteres ;
para los sonidos mu- Si á las notas se les agregaren
sicales se usan también varios signos signos especiales con el nombre de fi-
esa profusión prueba lo desviado que guras para dar á aquellas valor mu-
se anda de la sencillez de las reglas sical, podrán igualmentesufriruna mar-
primitivas, analizadas y estatuidas por ca que indique gráficamente que ellas
las respectivas ciencias. Por lo tanto, tienen otro sonido, que son notas alte-
no se sigue una natural caracteriza- radas: de modo que conservan su for-
ción para las voces, como tampoco en ma primitiva con sus rayas significa-
la signatura musical, para los soni- tivas, según este sistema, que permite
dos; á pesar de ser tendencia en los denominarlas con sus alteraciones co-
adelantos científicos llegar á la sim- rrespondientes.
plificación de signos ó caracteres. Como el objeto de los acciden-
Concretándome en especial á lo tes sencillos es indicar que el sonido
que en música dice relación con las está alterado en un semitono más alto
notas alteradas, refundo primero la ó más bajo; como el de los accidentes
teoría conocida para en seguida de- dobles indica su alteración en un tono
ducir y justificar la reforma escritu- de diferencia; y como el signo que
ral que someto á la consideración de llaman becuadro se usa para hacer des-
los que, en los países civilizados, cul- aparecer los efectos de los .sonidos
tivan el divino arte, como de los que alterados, resulta una aglomeración de
hacen las publicaciones de sus obras. signos embarazosos para escribirlos,
Las notas, que son representación leerlos y aprenderlos. A simplificar,
gráfica de los sonidos musicales, se pues, esos inconvenientes, es á lo que
escriben en un pentagrama y debajo conduce la presente reforma.
y encima de él, tomando ellas su La nota original escrita en cual-
nombre propio según el lugar en don- quiera línea ó espacio tendrá siempre
de estén anotadas, de acuerdo con la la misma representación de su sonido
clave que rija. Conforme sea el grado natural: la marcada con una pequeña
que tengan los sonidos así se anota- JOSE FRANCISCO SANCHEZ
línea diagonal que la atraviese por su
rán en las líneas ó en los espacios; centro, la representa alterada en un
pero como existen sonidos interme- semitono: la atravesada por dos pe-
dios y en el pentagrama no hay lugar destinados para ano- queñas líneas^diagonales la representa alterada en un tono;
tarlos, se ocurrió al arbitrio de otros signos más para in- la dirección de': esas líneas indica al mismo tiempo la deí
dicar esas alteraciones, que son: el sos- sonido, bien sea ascendente ó descenden-
tenido, el bemol, el doble sostenido, el te: la oblicüidad de izquierda á derecha
doble bemol y el becuadro escribiendo,
;
F. — “Dicea
tonces sus maestros Guil-
gentil — M.
” S. maut, Gibaut otros org'a-
-sentiré” — M. — Terzetto O
)
S. S. nistas.
“ Se tu m’amassi ” — F. B. S.
— Preghiera — “Oh Dio pos- A SU
ó F. — Dúo —
regreso
sente ” —
!
al país nos
S. ha proporcionado el gratí-
“ Guardava entrambi ciel” — il simo placer de admirar la
F. ó — Romanza — “ Era
S. la majestad y belleza de tan
iiotte placida ” — F. — Terzetto grandioso
— “ Tutto, tutto intorno” — B. ‘
f
cutado^ por
instrumento,
él
eje-
con tanta
S. M. S. maestría, que personas enten-
Pedro Larrazábal cuenta hoy didas y otras que han asis-
28 años; hizo sus estudios en , W' tido en Europa á las audi-
el colegio de la Ascención re- ciones de los grandes órganos,
gentado por el doctor Mon- no han podido menos que ad-
tilla Troanes y después cursó mirar los extensos conocimien-
idiomas y contabilidad bajo tos dcl joven Delgado. A él
la dirección del profesor Car- se debe, que hayan podido
los Zapp. utilizarse los buenos órganos
que aquí tenemos y que se
Desde temprana edad se de-
vaya comprendiendo que el
dicó al estudio de la música,
órgano ejecutado como lo hace
haciendo rápidos progresos en
Delgado, encierra bellezas ina-
el dominio del piano. El año
preciables.
de 1883 publicó sus primeras
composiciones editadas en Lei-
pzig y Nueva York; más tarde
A Delgado se le debe que ha-
yamos conocido y gustado
se dedicó á la reforma del
de las entusiastas y arrebatado-
nuevo piano de seis (6) te- IGNACIA P. DE FOMBONA ras armonías del genio de Listz,
clados conocido en las veladas
los magistrales conceptos de
que dió en Caracas antes de
Semuncus y Gigoud, y él
partir para Milán, como cónsul de Venezuela, nombramiento mismo ha hecho que el órgano haya producido con sor-
.con que le honró el gobierno. prendente fidelidad lo que el gran ^Mozart escribió para
CCXC EL ARTE EN VENEZUELA
Se inaugura
Teatro Caracas á fines de 1855.
el
y fundó una escuela de música y canto en la esquina de la Fal-
Desde 1850 formó en Orituco una orquesta por Eri-
se triquera en Caracas.
gido Oclioa, donde sobresalieron Juan Urbina, conocedor José María Montero, que por espacio de más de medio
de todos los instrumentos, Pedro María Hurtado, violinista siglo formó multitud de discípulos en Caracas, entre ellos
etc. sus hijos y nietos, familia de filarmónicos aventajados. J.
la misma época se fundó en Ocumare por el fa-
Desde M. Montero conocía todos los instrumentos con perfección.
moso violinista Benigno Monasterios, otra orquesta que se Murió en 1869 á los 87 años de edad.
extendió á los Valles del Tuy, 1859. Juan Francisco Meserón, compositor.
En los mismos años sobresalen como músicos en Lezama, José María Mendible Isaza, flauta y canto.
Dionisio Zurita, Bonifacio Soto, y más tarde Gumercindo Zu- Dionisio Montero, compositor.
rita, lujo,Trinidad Romero, etc. Licenciado José Lorenzo Montero, compositor sagrado.
De 1854
á 1870 sobresalen en el Sombrero como profeso- .José María Gómez Cardier, músico cumanés que ejer-
res acreditados, Severo Guillén, Vicente Inciarte y Nicolás Al- ció el arte en el oriente de la república.
varado, fundadores de muchas escuelas de música en el Som- Francisco Bello Montero, compositor.
brero, Orituco, etc. Nicanor Meserón, compositor.
Los mejores trovadores populares de Venezuela los han da- Atanasio Bello, músico, director de una escuela de mú-
do pueblos del occidente del Guárico, entre ellos el famoso
los sica y canto.
Juan Falcón. Manuel Peña Alba.
Los mejores bandolistas de Venezuela están en Maturín y José de Jesús Alas, violinista.
Barcelona. José G. Núñez, de Míituríu, compositor y pianista que
Se organizan las bandas marciales “ Convención,” “ 5 de dió conciertos en Bogotá y las antillas.
marzo” y la de oriente, 1859. Román y Rafael Isaza, compositores y músicos.
Las primeras zarzuelas se estrenaron en Caracas en 18C)]. Antonio José Silva, cumanés que extendió la música en el
El primer piano que se hizo en el país lo fabricó Lorenzo oriente de la república.
Rodríguez Colina, en Caracas, en 1865. Fermín Tovar, violinista exquisito.
El teatro déla zarzuela en Caracas se inauguró en 1866. José Antonio Mosquera, que estudió en Europa, vio-
El señor Feli{)e Larrazábal fundó en Caracas el conserva- linista.
torio de música, 18(i8.
Doctor Felipe Larrazábal, músico y compositor.
La primera ópera compuesta en Venezuela fue “ Virgi-
Manuel Larrazábal, compositor y músico.
nia,” por José Angel Montero, y puesta en ejecución en mayo
Doctor Eduardo Calcaño, abogado, compositor.
de 1873.
Ramón L. de la Plaza, artista.
Viene á Caracas el famoso violinista Brindis de Sa-
Ildefonso Meserón y Aranda, músico y coni})ositor.
las, 1876.
Sebastián Lozano, compositor y organista de la catedral
El gran Teatro Municipal de Caracas se inauguró el 28 de
de Caracas.
octubi-e de 1880.
Se declara Himno Nacional la canción “Gloria al Bravo José Angel Montero, compositor y músico.
Pueblo, ” que había compuesto en la guerra magna Juan Lan- Ramón Montero, violinista.
daeta, 25 de mayo de 1881. Carlos Montero, violinista.
POPULE MEUS
¿TOSE A.3STGEL LA.IVEA.S
P(3PULE MEUS— POR JOSE ANGEL LAMAS CCXCV
CCXCVI EL ARTE EN VENEZUELA
MELOPEYA
Música de la señora Isabel P. de Mauri, letra del señor Diego Jugo Ramírez
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39
MATERIALES PARA LA BIBLl OGRAFIA NACIONAL
EL LOOTOE ^LOLEO EEELEETSBEEO-
ADOLFO PRYDENSBERG
Caracas: *25 de noviembre de 1894. rio de uno de sus más preclaros hijos, ¿podía dejar de
ofrecerlo?
Señor Presidente y demás miembros de la Asociación Veneso- Por otra parte, lo limitado del tiempo de que era da-
lana de literatura^ ciencias y bellas artes. ble disponer, constituye un obstáculo invencible para llevar
á cima la obra, por rica que fuese la inteligencia á quien
hubiera de encomendarse, circunstancia que reduce el trabajo
La formación de la “Bibliografía Nacional” es una
á una mera recopilación de datos bibliográficos.
obra muy superior á mis débiles fuerzas, pues requiere co-
nocimientos no escasos en los diferentes ramos del saber En
este sentido resolví emprenderla, y con tal fin di-
humano, y para llevarla á cabo es necesario tener al al- rigí por la prensa á los escritores patrios una excitación
cance las producciones tanto literarias como científicas que suplicándoles me remitiesen notas referentes á las publica-
han sido publicadas eu nuestra patria, á fin de leerlas, medi- ciones literarias y científicas que hubiesen hecho. Desde luego
tarlas y conocer el objeto que cada una de ellas desarrolla,
palpé la primera dificultad, pues la excitación no fue corres-
pues sólo así sería posible clasificarlas debidamente. Este pondida sino por un corto número de escritores; y, por consi-
trabajo, aun suponiendo las aptitudes nesesarias, exige mu-
guiente, la deficiencia tenía que ser el carácter más notable
cho tiempo y más constancia, so pena de quedar muy dis- de la recopilación.
tante del fin á que debe estar destinado. Los datos que pude obtener en los catálogos de las bi-
Tales fueron mis reflexiones al recibir el encarg-o con bliotecas públicas, además de carecer de referencias nota-
que me honró esa respetable y patriótica Asociación y bles, apenas se encuentra indicado en ellos el título
[)ues
desde luego atendiendo á mi reconocida insuficiencia y á de obra y su autor, son insuficientes y sólo darían una
la
la escasez de los elementos con que podía contar, pensé idea muy vaga sobre la extensión é importancia de la li-
no aceptar tan honorífica distinción. Pero lo que se exigía teratura venezolana.
era en pro de la patria, y ante este título ¿es posible la nega- A de disminuir en cuanto fuese posible esta difi-
fin
tiva? Si mi óbolo, dada su insignificancia, puede servir cultad, artículos y escritos nacionales en publica-
solicité
de sombra eu el luminoso cuadro de la literatura venezo- ciones periódicas y en algunas revistas, habiendo podido
lana, una de las galas con que se presentará ataviada nues- reunir de esa manera mayor número de autores.
tra querida patria en la celebración del primer centena- Los “Materiales para la Bibliografía Nacional,” único
CCCIV MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL
título que he encontrado adaptable al trabajo que tengo el ho- González de 1 barra, Dolores. Silabario castellano. Cara-
nor de presentar á esa respetable Asociación, 'están divididos cas,1877.
en agrupaciones de acuerdo con los diferentes ramos de González Rodil, doctor Jorge. Gramática para niños. (_'a-
los conocimientos humanos, conteniendo cada una de ellas racas, 1865; hasta 1889 se han hecho varias ediciones.
dos secciones. La primera encierra la nómina de los vo- Adoptada como texto.
lúmenes y folletos impresos é inéditos referentes al grupo Hernández, Pedro [osé. Tratado de ortología. Coro, 1844.
literario ó científico á que corresponden. En la segunda Hurtado, Francisco María. Apuntes lexicológicos. Barqui-
lie colocado publicaciones hechas en periódicos, revistas, simeto, 1882.
colecciones, etc., las cuales contribuirán á hacer menos Infante, bachiller .José Antonio. Tratado de oraciones cas-
deficientes estos datos bibliográficos. tellanas. Maracaibo, 1886.
Innumerables deben ser los errores de que adolece este Larrazábal, doctor Felipe. Filología, estudios sobre la len-
trabajo, pero acompañados como van de mi buena voluntad gua castellana. Diminutivos.
y de mi amor patrio, no dudo que obtendrán de esa respe- Leal, ¡iajael María. Breve tratado de ortografía caste-
table Asociación la indulgencia que me permito implorar. llana para uso de las escuelas primarias. Maracaibo,
Dios guarde á ustedes muchos años. 1881.
Limardo, doctor Ricardo Ovidio. Compendio de gramática
Adolfo Frydensberg. castellana de la Real Academia Española. Fue declarada
texto por el gobierno nacional.
Medrano, José Ihmingo. Apuntamientos sobre el lengua-
je maracaibero. Tratado de ortografía castellana. Ca-
I racas, 1884.
Meneses, ingeniero Olegario. Gramática castellana.
CIENCIAS FILOLOGICAS cas, 1854.
Cara-
Michelena^ Tomás. Débora, novela. Barcelona de España, griego. Ifigenia, traducida del griego. Riada, de Ho-
1884. La Libertad parala mujer. Barcelona de España, mero,^ traducida del griego. La Nave, de Horacio, tra-
1884. Tres gotas de sangre en tres siglos. Caracas, 1800. ducción. Las odas de Anacreonte, traducidas del
Un Tesoro en Caracas. Margarita Rubinstein, novelas. griego. Odisea, de Homero, traducida del griego.
Caracas, 1801. Ilivas, José María. Costumbres zulianas, ofrenda al Liber-
Montesinos., doctor J. J. Recuerdos. Puerto Cabello, 1803. tador Maracaibo, 1883. El 13 de junio
y L. Q.., no-
Páez en su centenario, folleto. vela
Montiel., Carlos R. César ó Patria ? Caracas 1801. Piodriguez, doctor Teójilo. Tradiciones populares.
Morales Marcano., licenciado Jesús María. Apoteosis del Rojas, doctor Arístides. Cien vocablos indígenas de sitios,
eminente ciudadano doctor José María Vargas, celebra- ríos, alturas, vecindarios, pueblos, ciudades y nacio-
da en Caracas el día 27 de abril de 1887. Caracas, 1887. nes, en los valles de Caracas, del Tuy
y de la costa
Metamorfosis de Ovidio, traducción. venezolana, ofrenda al Libertador. Caracas, 1882. El
Navarrete., María Ch. ¿Castigo ó redención ? Novela ori- rayo azul en la naturaleza y en la historia. Caracas,
ginal. Maracaibo, 1804. 1808. Religión y moral. Un libro en prosa. Was-
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racaibo, 1801. Coppée, precedida de un estudio crítico-literario de la
Olivares., Francisco. Flores y espinas, ensayos literarios en obra. Caracas, 1888.
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Pachano, generalJacinto R. Mi óbolo, apoteósis del gran traducción. Charles Saville, traducción. El Federalista,
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Revoltillo. ¡Ya es hora Novela.
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Piñango Ordóñez, Juan. A esfuerzos propios, novela alema- tículos de costumbres.
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mán. Gertrudis, novela alemana, traducción. Hermann, Toro, Fermin. América y Europa. Descripción de los ho-
novela alemana, traducción. Luchas domésticas, novela nores fúnebres consagrados á los restos del libertador
alemana, traducción. Simón Bolívar, en cumplimiento del decreto legislativo
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de una excursión á España. Tosta García, general Francisco. Costumbres caraqueñas.
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Poder del corazón, Caracas, 1890. Urdaneta, Amenodoro. Bolívar y Washington. Caracas,
Ramírez, Ramón. El cristianismo y la libertad, en.sayo so- 1865. Cervantes y la crítica. El libro de la infancia.
bre la civilización americana. Caracas, 1855. Caracas, 1865. Fábulas para los niños. Caracas, 1874.
—
Ramos, Domingo Santos El reinado de Satanás ó los ricos Urdaneta, Relarmino. Ensayos literarios.
y los pobres, traducción del francés. La lealtad, la ab- Urdaneta, ,/. F. Colección de escritos.
negación y la clemencia de un soldado de Colombia. Ca- Vargas, doctor .José María. Bibliografía. Noticias sobre li-
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latín. De las historias invisibles de Palifasto, traduc- Villanueva, doctor Laureano. Apoteósis de Páez. Vida de
ción del griego. De los chistes de Hierocles, tradu- Sucre.
cidos del griego. Diálogos de Luciano, traducidos del Tepes, .losé Ramón. Anaida, novela. Estudios literarios.
griego. Discursos de Cicerón á favor de Marcelo, Novelas y estudios literarios.
pronunciados en el senado, delante de César, traduc- 'Áerpa, doctor Víctor A. Centenario del libertador Simón Bo-
ción del latín. Educación de Ciro por Jenofonte, tra- lívar en Curazao. Descripción de las fiestas. Cura-
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POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCVII
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Esteller^ Benito. Ayer y hoy. Carnaval. El barril encan- Lares, José Ignacio. Amor de madre.
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Pebres Cordero.^ Tnho. A la memoria de Andrés Bello. indígenas.
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Gámez, pbro. Manuel. Ante el cádaver de mi prelado mon- nólogo.
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Gando Bustamante, José Antonio. Las angustias de nn ner- de autores didácticos é institutores. Tres horas de viaje.
vioso. Un retrato.
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Gil Fortoul, doctor José. A un joven que empieza á es- Marcano, Vicente. Conversaciones sobre industrias. Las agu-
cribir. Cartas á Pascual. Crónica literaria. Diletan- jas. Ch. Sainte-Claire Develle. El primer aniversario
tismo. Prólogo para las obras póstnmas de Luis López de “ La Unión Médica.” Historia científica de una
Méndez. Ratos perdidos. Viajando. gota de rocío. La botica. Ciencia amena. Las sustan-
Gimón Sterling, Fmilio. Pasión y resurrección. cias explosibles. Los perfumes.
González, Eloy G. Ataracea. El copo de nieve. La hora Marcano Rodríguez, R. Reflexiones.
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nen los pueblos de una literatura propia. cados en “El Cojo Ilustrado.” El día del santo.
González Rodil, doctor Jorge. Prólogo de la obra titulada Manuel Fombona Palacio. Retrato del doctor Arístides
“ Blanca de Torrestella,” por Julio Calcaño. Rojas. Tacoa.
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Gtiadalajara, Julio F. A Clemente. Mendoza, doctor Cristóbal L. A Bolívar en el primer cen-
Guadalajara, Manuel. Recuerdos á la memoria de mi adora- tenario de su natalicio. La gloria de Isabel la Cató-
do amigo Clemente Istnrriaga. lica. Composición premiada por la I. U. C. de V. en el
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te Istnrriaga. Los muchachos á la moda. Palmarote en San Fernando.
Gtizmán Blanco, general Antonio. La moral de las armas. Un llanero en la capital.
Ilennquez, Joaé Ramón. Artículos de costumbres. Mendoza, José Cecilio. Deber del patriotismo.
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monía.” El ojito de vidrio. La popularidad. Morieses, ingeriier-o Olegario. Bellas artes. Caracas. El
Henderá Toro, Antonio. Bohemia. ¡Qué me importa! puente de la Trinidad. Una visita al cantón Upata.
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rácter de Beethoven. Michelena, Tomás. Artículos en prosa, filosóficos lite-
y
lunes Suárez, Rodoljo. Sobre la tumba de mi amigo Clemen- rarios.
te Istnrriaga. Milá de la Roca, Bartolomé. El centenario de Bolívar. La
Irzvin, general Carlos T. A Arístides Rojas. Pedazos del gloria de Sucre. La misión de Bolívar.
corazón. Milá de la Roca, Juan Francisco. A Cumaná. A mi patria
Isava Guevara, Manuel. Heroísmo de Bermúdez. en el centenario de Bolívar. Bolívar!! Bolív’arse mag-
.íiménez Ai'ráiz, Francisco. Rasgo heroico. nifica en sus obras. El ilustre caudillo de América.
.Jiménez il/. Pablo //. Pensamientos.
, Milá de la Roca, José María. En homenaje al gran Bo-
.Jurado, Sanios. El enfermo. Un episodio de la insurrec- lívar.
ción india. Milá de la Roca, Marros. El Moisés de la América. La Gran
ATy Ay ala, Fernando. ¡
Sin esperanza ! Semana.
!
40
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La Ilortensiada, poema humorístico en verso. Veinte Brito González, Pedro M. A Adiós !
Lilis Rodríguez. Al pie del altar. Al señor José Ra- colegio López” en Barquisinieto. Oh Dante Voz sin
Yepes. A María.
!
Bautista Guevara. A mi amigo don L. G. F. Amorosa. Henríquez, José Ramón. Composiciones poéticas.
Ausente. Camino del cielo. Contrastes. De cuonio el Hernández, Domingo Pam'on Al firmamento. Clemente Is-
auctor, etc. Déjame soñar. Despedida. A Alejandrina. turriaga. Los ángeles.
Dolor y consuelo. El año de mil. El cautivo. El con- Hernández, Octavio. A dos pimpollos. A la memoria del
cierto universal. El día de los muertos. El niño muer- presbítero, doctor José Antonio Ricón. Treno. La cerda
to. El secreto de la vida. El vencedor. El vencedor
y sus hijos, (fábula).
del vencedor. En el álbum de la señorita doña Cán- Hernández, Pedro José. Lágrimas del destierro. Querella
dida R. Cordero. Ilusiones. La cabaña. La fie- de un triste.
bre. La fiesta del amor. La mujer adúltera. La rosa Herrera Toro, Antonio. A mi novia. A un cerdo. Jo-
y el ruiseñor. La sortija. Las flores de cera. Las hijas sé Antonio Calcaño. Montepío. Querría morir. Re-
de Caracas, (laureada). Lo que va de ayer á hoy. No tamas.
eres tú. ¡Nuncal Para las cajetillas de “El Co- Illas, Juan J. El 28 de octubre.
jo.” Que se irá, que se vá, que se fué. Quien ca- lunes Siiarez, Rodolfo. El poeta moribundo. Romance leí-
lla Quinceaños. Ramilletera candorosa. Rever- do en el “Hospital Linares.”
so de una composición de Bermúdez. Tú me puedes Inojosa, Alateo AI. La señora del Manzanares. En el cente-
salvar. Tú me puedes perder. Sábado. Domingo. Lu- nario del Libertador. Mi ofrendad Bolívar.
nes. Tu recuerdo. Una queja á la virgen. Irzt’in, Garlos T. Bolívar.
Esteves, general Felipe. A la memoria del general Rafael Iturbe, Alaximiliano. Para álbum de
el Polita J. De Lima.
Urdaneta. La comedia humana. Materialismo.
Fortique.^ A7ia Guadalupe. Poesías. Iturbe, hijo, Alaximiliano.En la muerte de mi condiscípu-
Fariñas, Afitonio P. A Bolívar. Acróstico. Clemente Isturriaga.
lo
Fernández, Majiuel Majúa. La flor de duende. La mojigata. Jugo Ramírez, Diego. El porvenir de la América, oda.
La niña triste. Las coquetas. Oda á la libertad del viejo mundo, (laureada).
Fernández hijo, José Maiúa. Dies Irae. No puedo más. Key Ay ala, Fernando. Vespertina.
Fí7iol, Sisoes. A Dios. A Sofía. A la juventud estudiosa Filien, Carlos. A Bolívar.
del Zulia. Ayer y hoy. La campesina de Tonchalá. Mis Lara, Pedro A. Pobre niño!
deseos. Finares P>ernal, R. Amaro-uras.
Freyre, Isabel. Un mirto y un laurel. En la corona del Liscano, Clemente. Nuevos laureles.
libertador. Lizarraga A. L. A
mi amigo Ambrosio Isturriaga, en la muer-
Gando Bustaniante, José Antonio. Amor de madre. Con- te de su hijo Clemente..
fianza y fe. El gusano. Excelsior. Loinaz, Alejandro. A un ciprés. Mi madre.
Garbán, Do7ningo. A Colón. A Isabel la católica. Al pa- Loinaz José Agustín {padre). Soneto en el 19 de abril de
dre Marchena. A una flor de mayo. Elegía en la 1811.
muerte del presbítero doctor Nicanor Rivero. La cruz. López Aléndez, Luis. A Julio Lobo, (muerto á la edad de
Soneto. Napoleón y el Cristo. 17 años). Crepúsculo. El viento de la noche. Ino-
GarbFas, Aiústides. A Méjico. El chocolate. En la muer- cencia. La mendiga. La ventana abierta. Los ré-
te de mi esposa la señora Josefa G. de Garbiras. La probos.
limosna. Lozano, Abigail. Al “ya acabó.” El amor de la niñez.
García, Carlos R. Reminiscencias. En muerte del venerable sacerdote señor doctor .losé
la
García, José Hermenegildo. A la imaginación, oda. A la Antonio Espinosa. Páez !!
luna. El sacrificio de Ricaurte, oda. Alac Pherson, Telasco A. A la señorita Concepción Gadea.
García, Miguel Luis. Himno á Bolívar. Melodía. Ante la estatua de Bolívar.
García Flores, E. Sobre la tumba de Clemente Isturriaga. Alaitín, José Antonio. Al ciudadano esclarecido José Anto-
Gil Fortoult, doctor José. La gruta, (fragmentos). La obra nio Páez. El hogar campestre. La noche. Uu adiós
de Colón. Netui. á Catuche. Al Avila. A la ciudad. Un pensamiento.
Gómez, José Bernardo. Oda en memoria y loor del doctor Maldonado, Samuel Darío. Ardiendo. Hija pródiga. Ideal.
José Vargas. Redención.
González, doctor Ezequiel Alalia. A la memoria del ilus- Alarca no Rodríguez, R. Durmiendo Estío. Miste-
trado sacerdote Rafael María Alvarado. rioso.
González, licenciado J. F. Amor y paz. Alarín, Carlos L. Canto á la libertad. Manuel D. Marquiz.
González, doctor Teodardo. Dios y América. Tempestad.
González de Ibarra, Dolores. Soneto. Alármol, doctor Francisco Javier. Himno de maitines (tra-
González Peña, Simón. A Maracaibo. Dos rosas. Florinda ducción en verso).
y la mariposa. Mármol, doctor Tomás. Ante la estatua de San ^’'icente
González Yarela, M. A la paz, oda. Al caer la tarde. El de Paúl.
porvenir de la América, oda. Temor y angustia. Alármol Herrera, José. Noche lóbrega.
Granado, M. A. A la memoria del rvmo. arzobispo, doctor Alármol Aluñoz, José. En la inauguración de la estatua del
José A. Ponte, en el primer aniversario de su muerte. libertador en Caracas. Himno á Bolívar.
Guardia. Heraclio AI. de la. Apólogo leído en la fiesta de Alartínez, Domingo N. A la venerable memoria del presbí-
distribución de premios del “Colegio Villegas” el 8 tero doctor José Alberto Espinosa. Al sol, canto místico,
agosto de 1881. Bolívar. Dolor eterno. Himno nacio- te!! La fortuna. La Virgen del Valle.
nal, (laureado). La ascención al Naiguatá, oda. La pri- Alata, Andrés A. Muerte del libertador. Un libro pa
mavera, oda. Los dos cortejos. Oda á la libertad del ra tí.
viejo mundo, (laureada). Afea ño Velásquez, José A. En Carabobo.
Guevara Santander, Francisco de Paula. A mi esposa. Re- Aléndez, Domingo A. Oda á Guayana.
cuerdos. Al inteligente joven bachiller Delfín Ponce Amor que
Aléndez y Mendoza, Eugenio. dura. Dolora
Córdoba. En mar.
el Presentimiento. Su llanto. Un recuerdo á
Gutiérrez Coll, Jacinto. Alas A mi ángel guardián. A una
! Venezuela.
novia. Ausente. Consolación. Dios sea contigo. Glo- Alendible, doctor Juan llcente. Varias composiciones.
ria. La azucena y el arroyo. La brisa del Avila. Las Mendoza, Carlos. La flor de pascua. Para el álbum de la
golondrinas. Las palomas. La tumba y la rosa. Los señorita
dos cortejos. Nada, nada. Nocturno. Noche triste. Mendoza, doctor Cristóbal. A Elaviuio. Mi rosal. A Tere-
Oda escrita para celebrar el primer aniversario de “El sa Carreño.
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCXIII
Mendosa^ Daniel. A Dalmira en la reja. Madrigal. A Ri- de mi cariño. La amistad. Siempre el dolor. Situa-
caurte en San Mateo. Soneto. Despedida de nn poeta ción crítica.
y su coqueta. Impresiones del llanero. Ramírez, Cándido. A Bolívar.
Mendoza.^ Julián. Ofrenda á Bolívar. Ramos, Domingo Santos. A \"íctor Hugo. La esposa adúl-
3Ieneses, mgeniero Olegario. El cumpleaños de una señori- tera. La justicia divina. La justicia humana. A Bo-
ta. El romanticismo. lívar. A Colón. A
Chile. Adiós al Brasil. .-V ella, can-
Meserón y A randa, Ildefonso. Si yo mandara. ción. A señora Adriana Defane. A la caridad.
la artista
Mtlá de la Roca, Bartolomé. A Cnmaná, en la apoteosis de A la libertad. A la república del Paraguay. A las
Bolívar. caraqueñas. Al ilustre doctor .José Vargas. Al pueblo.
Milá de la Roca, Marcos. A Bolívar. A Cnmaná. En el A mi hija Rita Eleonora. A mi hija Trina. A mi
centenario de Bolívar. madre. Junto á su tumba. A mi padre. A una niña.
Monasterios Velásquez, Jesús M. Las bodas de oro de Su Canción, imitación de Víctor Hugo. Canto de guerra,
Santidad León XIII, (laureada). oda. Carabobo. Colombia y la libertad, oda. Dolo-
Montero Herrera, Miguel. El revólver. ras. El castigo. El Cristo. El cuerpo y el alma. El
Montes, Félix. Imprecación de un árbol. Viaje del alma. hijo, la madre, el ángel. El misterio de la vida, imi-
Montes, doctor Ramón I. En la vuelta á mi patria. La tación de Víctor Hugo. El poder de la idea, oda. En
muerte del Salvador. La palma moriche. Las fiestas el mar. En nn álbum. Epigramas. Fantasía. Genio
religiosas de Cai'acas. Soneto. Páezü de la libertad. Horas amargas. La bendición á mi
Montesinos, Pedro. A Póstumo. Madrigal. Vértigo. hija Carmen. La cólera divina. La flor mustia. A
Montilla Troanes, doctor Ramón. A la memoria del Illmo. la señorita Carmen Fombona Palacio. La hoja, imi-
señor doctor José A. Ponte, arzobispo de Caracas y Ve- tación de Arnaulte. La tempestad. La tumba y la rosa,
nezuela. (de Víctor Hugo). Medicina y caridad. Piensa en no-
Morales Marcano, Fer7iando. A la siempreviva. A un gue- sotros. Serenata. Venganza.
rrero. Eres tú. La rosa del Guaire. Oda alegórica. Ramos, José Luis. A
Colombia, oda. A la boca de Nise.
Morales Marcano, licenciado Jesús María. José Luis Ra- A la memoria del doctor José Cecilio Avila. A la me-
mos. Elegía. moria del doctor José Félix Alas. Al doctor .1. A. Be-
Muñoz, Gabriel E. A todo. En el cementerio. Helénica. nítez. A una niña muerta. El 8 de jnlid de 1835,
Muñoz Tébar, doctor Jesús. A la libertad del viejo mun- poema. El poder del tiempo. En un convite. Epís-
do, Oda. tola en verso á nn amigo. Felicitación al progreso,
Nadal, Hilarión. El adiós. oda. La primavera, poema. Silva en elogio de las ma-
temáticas.
Navarrete, María Ch. Plegaria á la Inmaculada Concep-
ción.
Reina, José María. Al gallo. A mi apreciado necrólogo
Navas de “El año nuevo. ” Himno. Penumbra.
Spinola, Domingo. Oda á la libertad. Traducción
de oda XXII, libro
Rendón, JCcente A. La flor del valle. Odaájehovah.
la de las de Horacio.
I
Reyes, Inés I. de. La roca seca.
Núñez de Cáceres, doctor José María. El infierno prenn-
Rivero, G. A Hercilia. Nupciales. Rimas.
merando.
Rivodó, Ermelindo. Al doctor G. Knoche. Al ilustre o eene-
Oherto, José. A mi madre. Insomnio. '
,
Solo, Ma?me¿ S. En el centenario de don Andrés Bello, Calcaño, doctor Eduardo. En pos de la gloria, monólogo en
príncipe de los poetas hispano-americanos. Insomnio. verso. Caracas, 1890. Policarpa Salavarrieta, monólogo
A Maracaibo. El geómetra y el asno. en verso.
Souhlette^ Félix. A Bolívar. Himno nacional. La gloria Calcaño, .Tose Antonio. Bolívar en Santa Marta, monólogo. Ca-
del libertador, racas, 1886.
Sotiblette^ Simón. Adelante. A los alumnos del “colegio Coronado, Enrique. Angélica, diálogos dramáticos divididos en
franco-inglés.” Auroras. En el centenario del gran poe- tres actosy escritos en prosa. Caracas.
ta Andrés Bello. Delima, Polita. Monólogo.
Tejera, Felipe. A Vargas, oda. La gloria de Sucre, oda Dominici, doctor Aníbal. El lazo indisoluble, drama. La hon-
laureada. ra de la mujer, drama en tres actos
y en prosa. Carú-
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Tejera, doctor Vicente. Poesías compuestas en la isla de Escobar, Eloy. Nicolás Rienzi, drama en cuatro actos.
Saint Thomas el año de i 8 i 6 . Esteres, general Felipe. Para un celoso una prudente, comedia
Toledo, Valerio Perpetuo. A Juanita. ^
las autoridades de La Guaira, en la noche del 24 de abril inmigural del año académico de 1866 en la Academia
de 1877, en el acto de recibir, en la capilla ardiente, médico-quirúrgica matritense, verificada el 31 de diciem-
los restos del inmortal Vargas. Discurso pronunciado el bre de 1865.
1? de setiembre de 1886, en el certamen literario reglamen- Dominguez L, Henrique. Discurso en favor del sistema pro-
tado por la academia venezolana. teccioni.sta pronunciado en la sociedad “ Amigos del Sa-
Blanco Buroz, Vicente. Discurso de orden pronunciado en ber, ” el día 8 de enero de 1882.
la sociedad “ Amigos del Saber,” el 20 de junio de Delima, Bolita. Confei-encia histórica.
1883. Discurso pronunciado en la clase de medicina Delima Salceelo, Carmen. Palabras pronunciadas en Coro, en
legal que regenta eu la J. U. C. de Caracas el doctor J. E. la velada de la sociedad “ Alegría,” el 28 de abril de
Blanco, 1884. 1894.
Bosque^ Pedro Jone. Pieza de arq.’.. (Logia Unanimidad, de La Escalona, doctor Juan Manuel. Discurso pronunciado en el
Guaira.) 1861. acto de la celebración del segundo aniversario de la so-
Breca., Juan José. Discurso j)ronunciado en el acto de la repar- ciedad “ Escuela Médica ” el 19 de marzo de 1876. Dis-
tición de premios á las alumnas del colegio “San Antonio” curso pronunciado en la felicitación que hizo la juven-
el 18 de diciembre de 1877. Caracas. tud á monseñor Guevara, el 15 de ago.sto de 1177. Dis-
Breca, hijo, Juan José. Discurso pronunciado en la sociedad curso de orden pronunciado en el “Colegio Bolívar”
“Amigos del Saber,” el día 28 de junio de 1882. en Puerto España (Trinidad) el 6 de diciembre de 1866.
Brito Go)izález, doctor Pedro María. Discurso pronunciado al Discurso de orden pronunciado en el Teatro Caracas el
recibir el grado de doctor en derecho civil, el 30 de julio 31 de diciembre de 1888. Discurso de orden ])ronun-
de 1882. ciado en el Teatro Municipal el 23 de febrero de 1890.
Brnzual Serra, doctor Claudio. Discurso de orden pronuncia- Espinal, Valentin. Discursos en Asambleas constituyentes
do en el Teatro Municipal en la velada artística celebrada
^ y
legislativas.
el 10 de noviembre de 1895 á beneficio de las víctimas del Faría, Eleazar. Conferencias.
ciclón en Santo Domingo. Bombona Palacio, Mcenucl, Discurso ante
leído la Aca-
Bustamante, doctor Francisco E. Discurso pronunciado para demia Venezolana, correspondiente de Real Española
la
abrir la solemne del 18 de marzo en la sociedad “Mutuo en junta solemne el 27 de octubi-e de 1884. Discurso
Auxilio ”
de Maracaibo, 1880. pi'onuiiciado en el acto solemne de ser depositadas en el
Cabrera, doctor José Luis. Discurso pronunciado en la “Socie- Panteón Nacional, las cenizas del ilustre prócer de la inde-
dad médica,” en la apertura del tercer año. pendencia general José Antonio Páez, 1888. Discurso
Cadenas Delgado, licenciado Manuel. Discurso pronunciado en pronunciado en la solemne inauguración de la “ Academia
las execpiias del general Carlos Soublette, 1870. Nacional de Bellas Artes,” el 2 de octubre de 1887.
Cadenas Delgado, doctor Tesalio. Discurso pronunciado en la Frías, Sulplicio. Discurso pronunciado en la capilla de la
clase de medicina legal que regenta en la I. U. C. de V. Universidad de Mérida, después de haber sostenido fa-
el doctor J. E. Blanco, 1884. vorablemente sus alumnos en la clase de derecho de gen-
Calcaño, doctor Eduardo. Discursos escogidos. Discurso pro- tes, algunos asertos sobre dicha ciencia, 1834.
nunciado en el Panteón Nacional, el 28 de octubre de Gallegos Celis, Eduardo. Discurso pronunciado en el 5? ani-
1880. Panegírico del doctor Francisco de Ibarra y He- versario de la sociedad “ Mutuo Auxilio ” de Maracaibo.
rrera, leído en el Panteón Nacional el 15 de enero de 1881. Gómez, .losé M. Discurso pronunciado en la “Sociedad Fi-
Calcaño, Julio. Discurso leído en la Academia Venezola- lantrópica de Amigos” el 28 de octubre de 1841. Ca-
na, correspondiente de la real española, en contestación racas.
del leído por el señor presbítero Daniel Vizcaya, el día García, Carlos M. Discurso de orden pronunciado el 18 de mar-
25 de mayo de 1890. zo de 1880, en la celebración del 49 aniversario de la sociedad
Casernas Burguillos, doctor Diego. Discurso de orden en el ac- “Mutuo Auxilio” de Maracaibo.
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Caracas, en el cuarto aniversario de su fundación, el 24 de la sociedad “Amigos del Saber” el día 19 de abril de
julio de 1882. Discurso de orden en el acto de la re- 1883.
partición de premios de la I. U. C. de V. el 8 de di- González, José Silverio. Discurso pronunciado sobre la tumba
ciembre de 1876. Discurso de orden en el acto de la re- de Estanislao Rendón.
partición de premios de la “Escuela de Artes y Oficios” González Bona, doctor Carlos. Discurso pronunciado en el ac-
de Caracas, en octubre de 1888. Discurso pronunciado to de conferirle la I. U. C. de V. el grado de doctor en cien-
á nombre de la Corte de Casación en el acto de la inhu- cias médicas, el 24 de octubre de 1864.
mación del cadáver del doctor Leónidas Anzola, diciem- González Peña, Simón. Conferencia leida en la “ Escuela Noc-
bre de 1888. Discunso pronunciado en el acto de conferirle turna de Artesanos” de la parroquia de Chiquinquirá, el
la I. U. O. de V. el grado de doctor en ciencias polí- 19 de mayo de 1881. Maracaibo. Segunda conferencia
ticas, el 1? de junio de 1873. Discurso pronunciado en leída en la “ Escuela Nocturna de Artesanos ” de la pa-
el acto de la inhumación del cadáver de la señora Elena rroquia de Chiquinquirá, el 24 de junio de 1881. Ma-
Monteverde de Narvarte. Discurso pronunciado en la racaibo.
celebración del 8? aniversario del Centro Católico Ve- Guardia, IL M. de la. Discurso leído en la Academia ve-
nezolano, el 25 de abril de 1894. nezolana correspondiente de la real española el día de su
Castro, ¡yresbítero doctor Juan Bautista Discurso leído en la recepción, 1889.
Academia venezolana, correspondiente de la real es- Guznián, Antonio Leocadio. Cuestión eclesiástica. Discurso
pañola, en el acto de su recepción [¡ública el día 13 de del señor A. L. Guzmán, senadoi' por el Estado Guá-
setiembre de 1893. rico en la sesión del Senado de Venezuela el 31 de mar-
Dagnino, doctor Manuel. Confei'encia segunda de las estable- zo de 1876. Discurso pronunciado en la fiesta nacional del
cidas por la “Junta Propagandista de la Historia Pa- 21 de octubre de 1851.
tria” en Maracailio, leída el 24 de febrero de 1883. Guzmáu Blanco, Antonio. Discunso inaugural de la acii-
Conferencia leída, en la Escuela de Artesanos de Mara- demia venezolana correspondiente de la real española
caibo, dirigida por el señor bachiller Rafael Pirela, en pronunciado })or su director el día 27 de julio de
la noche del 23 de abril de 1881. T^a mujer, conferen- 1883. Di.scursos pronunciados de 1870 á 1882. Cara-
cias leídas en el Instituto de Chiquinquirá. Maracaibo cas, 1883.
1883. Ilernández, doctor José Gregorio, üi.scurso pronunciado al [>re-
Delgado, presbítero Francisco José. Discurso pronunciado con sentar exámen de bachiller en ciencias médicas en la I. U.
motivo de la distribución de ])remios en el “Colegio San C. de V. 1888.
Jmis.” Hernández Sanarna, doctor Tomás José. Discurso pronuncia-
Delgado Jugo, Francisco de yl-sás'. Di.scur.so leído en la sesión do en la función triunfol que la Universidad Central
POR EL rX)CT()R ADOLFO FRYDLNSBLRG CCCXVII
(leVenezuela eonsagrú á la errata memoria del héroe Vargas, Discurso de orden [u-onunciado (4 2íl de
188(5.
sud-americano genei-al Siimai Bolívar, el día 1!> de febre- julio de 4883, en el acto científico celebrado jior la Fa-
ro de 1843. cultad Médica de Caracas con motivo del centenario del
Irwin^ fieneral Carlos F. Discurso de orden pronunciado el día Libertador. Discur.so pronunciado después de haberle con-
ñ (le julio de BS83 en la inauguración de la estatua del se- fei-ido la I. U. C. de V. el grado de doctoi- en ciencias mé-
ñor Antonio Leocadio CJuzmán. dicas, 1855.
hiues Siiárez, lUxlolfo. Discurso })ronunciado en el “Asilo Mendiblc, doctor Lorenzo José. Discurso pronunciado en el acto
de Huérfanos” el año de 187S. de ser recibido como miembro de la sociedad “Amio-os
Midi, presbítero doctor M. l'icente. Discurso pronunciado en del Saber,” 1883.
la I. U. C. de V. después de haber recibido el grado de doc- Mendoza, doctor Cristóbal. Discurso leído en la Ilustre Uni-
tor en teología. vei’sidad Central de Caracas en el acto de oposición á la
Jelambi, doctor Ésccpiiel. Discui'so pronunciado en la sesión cátedra deliteratura en noviembre de 1841.
de la 4 acuitad Medica de Caracas el día 22 de enero de Mendoza, doctor Oristéjial Ij. Discurso de orden ¡)rouuncia-
1878. do en la I. U. C. de V. el día en que .se celebró el
M. Discurso pronunciado en el Colegio
León, bachiller Eiificnio centenarie de Andrés Bello. Discunso de orden pronun-
Nacional de Guayana, 1854. ciado en el acto de la distribución de })remios del “Colegio
Lobo, doctor David. Discurso de orden pronunciado en la ádllegas” el 8 de ago.sto de l88l.
sesión de la sociedad “Amigos del Saber” el día 13 de Mendoza,, Juan J. Discurso ])ronunciado al optar al grado de
setiembre de 1882. bachiller en ciencias filo.sófica.s.
Lobo, Jacobo N. Discurso pronunciado en la sociedad “Ami- Mijares, doctor Pedro Vicente. Discur.so ])ronunciado en el ac-
gos del Saber” acerca del tema “¿ Qué matrimonio de- to de la di.stribuci(jn de premios, el 28 de octubre de
be considerarse mas vali(lo ante ha sociedad, el civil ó 1883.
el eclesiástico?” Moriroy González, Francisco. Discurso leído en la sociedad
Ljobo, Julio. Di.scurso de orden pronunciado en la sociedad “Amigos (leí Saber,” el día 14 marzo de 1883 .sobre el
“Amigos del Saber” el 1? de abril de 1882. tema: “¿Tiene el pueblo de Venezuela la suficiente educa-
López, José María. Discurso de orden [u-onunciado el día 1? ción para regirse [>or el si.stema federal?”
de marzo de 1882 en la sociedad “Amigos del Saber.” Montenegro, doctor José Dolores. Conferencia leída eji el “Hos-
Discurso de apertura pronunciado en la sociedad “Amigos pital de Núñez” el día 8 de abril de 1894.
del Saber” en la sesión extraordinaria del día 19 de abril Montes, licenciado Ramón Isidro. Discurso de orden leído en
de 1883 el acto de la inauguraci(ón de la estatua del libertado)-
Si-
López Baralt, doctor Rafael. Conferencia sexta de las esta- imón Bolívar en la plaza principal del Estado Guayana
blecidas por la “Junta propagandista de la Historia Pa- el 28 de octubre de 1809. Discurso pi’onunciado al ni.stá-
tria ” en Maracaibo, leída el 24 de junio de 1883. Discur- larlas clases de jui-isprudencia en el “Colegio Nacional de
so pronunciado en la “ Sociedad Filotécnica Latino-ame- Guayana ”de setiembre de 1852.
el 1?
ricana ” de París, el 28 de octubre de 1879. Montesinos, doctor J. de
Di.scurso de oi-den en la .sociedad
J.
Lópjcz Méndez, Luis. Breves apuntes acerca del tema “¿Por (jué “Mutuo Auxilio” de la Guaii-a, 1892. Di.scur.so de oi-d'en
e)i la .sociedad “Científico-literaria” de Cai-acas,
no se ha escrito todavía una buena historia de Améri- 1885
ca?” Discurso ])onunciado en la sociedad “Amigos del Montiel Pulgar, doctor Manuel. Confereiicia leída en ’la no-
Saber ” el 10 de .setiembre de 1882. Elogio de las letras. che del 5 de julio de 1881 en la “Escuela nocturna
de
Discurso pronunciado en la sociedad “ Amigos del Saber” Artesanos” de la pari'oquia de Santa Bárbai-a, dirioifia
el día 3 de febrero de 1882.
poi el bachiller Rafael Pirela. Maracaibo. Discurso i)ro-
Mac-Carthy, Daniel. Discurso pronunciado en la sociedad nunciado en el “Colegio San Luis” el 8 de julio de
“Amigos del Saber” el día 18 de abril de 1882. 1889, con motivo de la distribución de premio.s. Tei--
Mac-Pherson, Telasco A. Discurro pronunciado en la vela- cera conferencia de las establecidas por la “Junta
pi-o-
da literaria (jue se verificó el 30 de julio de 1883 en ])agandista de la Historia Patria” en Mai-acaibo
leída
el 18 de marzo de 1883.
el palacio de gobierno de Barquisinieto, para cerrar las
fiestas del centenario del Libertador. Narrmijo, doctor Pedro. Discurso de orden pronunciiido en
el acto de la distribución de pi-emios en el “Colegio
Manrirpie José ]\Laria. Discurso de orden pronunciado en la ”
Santa Mai-ía” el 8 de agosto de 1865.
Academia Venezolana correspondiente de la real espa-
Navarro, Domingo iV. Discui’so de orden pronunciado en
ñola en conte.stación del leído por H. M. de la Guar-
el acto de_ la .sesión celel)rada por el “Cíi-culo
dia. Caracas, 1889. Discurso leído ante la “Academia de la
Junta Católica de Caracas,” en homenaje á la memoria
Venezolana (*orrespondiente de la real española” en jun-
de los presbíteros doctores Nicanor Rivei-o
ta solemne celebrada en .setiembre de 1800. y Miouel
^ A
Espinosa, 2l de ago.sto de 1894.
Mármol, licenciado Francisco Javier. Discurso pronunciado en
Nnñez, José LVrnando. Discui-so de orden pronunciado
el acto de la colocación de los restos del doctor
José en
la velada literaria de la sociedad “ Gloi-ias
María Vargas en el teni|)lo de San Francisco para ser á Suci-e ” el
29 de octubre de 1890.
conducidos al Panteón Nacional el 25 de abril de 1877.
Niíñez_ doctor José M.
Cáceres, Discin-so de oi-den [u-onun-
Mármol, doctor Fonias. Discurso de orden ju’onunciado en ciado en el acto de la di.sti-ibuci(m de ]»-emios en el
el acto literario con motivo de la repartición de “Co-
premios legio \ai-gas” en Curazao, el 8 de diciembre
en la “ E.scuela la Guía.” Caracas, 1882. de 1867.
Ocboa, doctor LGancisco. Confei-encia leída en
el “Ateneo
Meaño Rojas, Francisco de Paula. La vida, discurso pronun- del Zulia” el 11 de mai-zo de 1889 .«obi-e e.sta tesis:
ciad(^ en el acto de 0 {)ción al grado de doctor en ciencias
“¿Tuvo Maracaibo en el te)-i-eno del derecho piildico la
médicas, 1888. facultad inmanente de unirse á Colombia,
Méndez, doctor Gregorio Fidel. no obstante
Conferencia leída en la escue- el armisticio?”
la nocturna de Santa Bárbara el 0 de agosto de 1881.
Oclioa, Ltodoljo. Discurso de orden pronunciado el 18 de
Maracaibo. Conferencia, primera de las establecidas pol- mai'zo de 1883, con ujotivo de la celebiación
la “ Junta Propagandi.sta de la Historia Patria ” en del 7?
Ma- aniversai'io de la .sociedad “Mutuo Auxilio”
de Mara-
racaibo, leída el 28 de octubre de 1882. Di.scurso pro- caibo.
nunciado en la repartici(ai de premios del “Colegio Nacio- Oquendo, doctor Candelario.
Conferencia hada en la “E.scue-
nal del Zulia” el 28 de do octuln-e de 1879.
la Nocturna” de Santa Lucía, el 9 de junio de 1881.
Mendiblc, doctor Juan. ]hcciite. Conferencia celebrada el 22 Maracaibo. Di.scui-so pronunciado e)i (4 acto de
de junio (le 1879 en el “Colegio de la Ascensi(ai,” de Cii- i-ecibir
la investidui'a de doctoi- en medicina
raca.s. Di.scur.so de orden á nombre de la Facultad y cii-ujía en la '
41
CCCXVlII MATERIALES PARA LA BIBEIOCxRAEIA NAHONAl.
Saína, Fcflfriro. Piscurso promiiiciiuio ol 1? <1 (í diciombro do •se de ci rujia de la I. U. C. de V. Discurso intrí^xlucti-
1881 011 l;i ilusti’o nnivorsidnd do Móridu, oon mulivo dol vo del curso de (piímica refoi-mado, para la apertura.
contoimrio do Andrés Bello. d(! (!sta cla.se, pronunciado el 19 de setiendu'í! do 1852.
S(tla::zo, Marco A. Discurso do orden pronunciado on ol 'roa- Di.scur.so pronunciado cmi el “('ongi’oso (.Unstituyenfi! el
tro (éaracas on ol acto do la, distribución de proinios dol día 15 de mayo do 1830 sosteniendo la modificación (jue
“Colegio Santa María,” el 7 de agosto do 1881. Dis- propuso á esta proposición hecha por otro honoi'able re-
curso en contestación al leído por el jiresbítero doctor I)resentante: “Que se solicite del Congreso de Bogotá
Juan Bautista Castro, en el acto de su recepción en la el reconocindento de la separación de Venezuela, enten-
academia venezolana correspondiente de la real espa- diéndo.se <|ue la negativa se tendrá como una declara-
ñola. 181)3. Discurso |)ronunciado en ol Panteón Na- toria de guerra.” Discurso pronunciado en la e.squina
cional, con motivo de la traslación do los restos del L do La Palma, do la ciudad tie Caracas, el día 11 de no-
P. Jo.sé Luis Ramos. Discurso leído en la junta públi- viemhro de 1830. Di.scurso pronunciado en la junta ge-
ca y solemne que se celebró el 28 de octubre de 188Í), neral del día 3 de febrero de 1833, de la “ Sociedad eco-
con motivo do la inaugui'ación do la academia nacio- nómica de amigos del país,” de Caracas. Di.scurso que
nal de la histoi’ia. Discurso pronunciado en el acto como ])residente del Congreso pronunció en el acto de
de la distribución do pi’emios (leí “ Cobígio del Sagra- prestar el juramento ante aquella corporación el pre-
do Corazón de Jesús,” el lo do diciembre de 1881. Dis- sidente de la república general Carlos Soublette, el día 28
cur.so j)ronunciado en el cemontoi'io del sur sobre la do enero de 1843.
tumba del ilu.stre |)rócer goiK'i'al Carlos Soublette, el 15 Mllasmil, doctor David. Discur.so pronunciado en la felicita-
•
do diciembre do 1883, con motivo de la, celebración del ción ([ue hizo la juventud al arzobispo Cuovai'a, el 15 de
primei- centenario de dicho general. Discurso pronunciado agosto de 1877.
on el concierto artístico (jue se llamó de “La Cari- l/id larieencio, doctor Rafael. Di.scur.so pronunciado en el acto
dad,” efectuado en el Teatro Caracas, en beneficio de de la reijartición de preniicjs de la L U. C. el día 8 de ene-
las víctimas de la inundación de Andalucía. Discur- ro de 1809.
,so pronunciado en ol Panteón Nacional el í) de enero M llegas, dexior Gaillermo Tell. Di.scur.so jironunciado en el ac-
de 1878, con motivo de la celebración de la apoteosis to de la distribución do premios del “Colegio Chaves” el
del genei'al Juan A. Sotillo. Discurso pronunciado en el 0 de enero de 1808. Discurso pronunciado en el acto de la
Teatro Caracas el 2 de octubre de 1887, con motivo de inauguración del “ Colegio de la Paz, ” el día 23 de enero
la repartición de premios del “Colegio Santa Alaría.” do 1870.
Discurso pronunciado en ol T(;atro Caracas, en el acto de Villegas, doctor Juan de Dios. Conferencia dada en el “ Ho.s-
la de premios dol “Colegio Santa María,” efec-
rei)artición játal Linares” el 11 de marzo de 1894.
tuado el 7 do agosto
de 187D. Palabras pronunciadas Vizcaga, presbítero Daniel. Discur.so leído en la “Academia
en la academia nacional do la historia on el acto de venezolana correspondiente de la real española” en su re-
tomar posesión del puesto de director de dicho insti- cepción pública, el día 25 de mayo de 1890.
tuto, el 30 de mayo de 1803. Palabi'as pronunciadas Tepes, José Ramón. Conferencia leída en la, “ E.scuela noctur-
en la celebración del (1? aniversario de la instalación de na de artesanos” de la [>arroquia Santa Bárlrara, el 5 de
la academia nacional do la historia, como director de junio de 1881. Maracaibo.
dicho cuerpo,
Seijna, ductor Rafael. Discurso de orden pronunciado el 8
do agosto de 1800 en la Academia de ciencias sociales
y hollas letras de Caracas, en ohse(]uio de la real aca- E
donda cs[)añola de la lengua, por haher esta ilustre
corporación distinguido con el título de niiend)ro corres- ORATORIA ECLESIASTICA
pondiente extranjero al señor licenciado Cecilio Acosta.
Claracas, 18GÍ). Discurso pronunciado ol 19 de setiembre
de 1877 en la Universidad de Caracas al reabrirse los Al mra.d o, presbítero Rafael María. Discur.so sobre la ambición,
estudios. ])ronunciado en la iglesia metropolitana de Caracas,
Scijaa, doctor Rafael Fernando. Discurso leído ante el ins- el domingo 21 de marzo de 1852. Oración fúnebre rpm
de dei'ocho internacional, en Hamburgo, 1891.
tituto ])ronunció el 5 de junio de 1851 en el templo de San
Sifuentea, Ramón. Discurso de orden pronunciado en la so- F'ranciscoen las exequias del señor Juan Gregorio Muñoz
ciedad “Amigos del Saber” él día 11 de marzo de
y Funes. Panegírico de San Antonio de Padua pro-
1882. nunciado en el templo de San Francisco, de la ciudad de
Siiiith, doctor Alberto. Discurso de orden ])ronunciado en el Caracas, el 19 de julio do 1851. Sermón do Nue.stra Se-
acto literario con (|ue el “Colegio de Ingenieros” solemni- ñora de las Mercedes, predicado en la iglesia de su títu-
zó el cíintímario del Libertador, 1883. lo (lo la ciudad de Caraca.s, el 28 de .setiembre de 1850.
Solano, doctor José Gregorio. Discurso fúnebre pronunciado el An'síegaieta, presbítero deán Leandro. Elogio fúnebre pronun-
1!) de agosto de 1850 en las exeíjuias rpre el “Liceo de Li- ciado el 0 de diciembre de 1883, en la iglesia Catedral
teratura” celebró en memoria del malogrado joven Juan de Guayana, en las honras celebradas por el descamso del
Ramón Uzcanga. alma del señor doctor .José A. l’onte, dignísimo arzobis-
Talavera g Garcés, obispo, doctor Mariano. Discurso j)ronuncia- po de Caracas y Venezuela. Elogio fúnebre })ronunciado
do en el salón de la “Escuela Bolívar” el 28 de octubre en las honras á la memoria del señor doctor Mariano Eor-
de 1853. tique, celebradas en la santa iglesia Catedral de Guayana,
Toro, Julio. Discurso de orden pronunciado en la fiesta lite- el 15 de diciembre de 1800.
rario-artística celebrada por el “ Centi'o católico venezola- Arteaga, presbítero doctor Ricardo. Discurso de Nuestra Se-
no” en honor del soberano })ontífice León XIII, con ñora de la Paz. Caracas. Discurso laudatorio en el
motivo de su jubileo episcopal. centenario del señor i)resbítero doctor Jo.sé Cecilio Avila,
Urhaneja, doctor Alejandro. Discurso á la “ Unión Democrá- Caracas. Discur.so [)ronunciado en la celebración de las
tica.” Discurso |)ronunciado en (d “Asilo de Ifuérfanos” bodas de oro, en el jubihío episcopal de su Santidad León
el 24 de julio de 1887. Palabi'as ant(' los restos de Ló- XIJI. Caracas. Discurso .sobre la inílueucia de la ()i'-
pez Méndez. den Franciscana en la sociedad. Di.scurso .sobre la obra d('
Vargas, doctor José M. Alocución del [)residcnte do la n*- los misioneros. Discui’so .sobro .santa Angola do Mérici,
|)ública, doctor J. M. Vargas, á sus conciudadanos, el lundadora de las Ursulinas. Nikívo conferencias .sobre (4
día 28 de agosto de 1835. Alocución pronunciada (mi naturalismo. Oración lúnebre (ui las e.xcapiias del e.xcidentí-
la instalación de la “ Facultad Médica de Caracas.” Dis- simo señor man(ués del Duero, don Manuel de la Concha
curso inaugural pronunciado en la apertura de la cla- ca|»itán general ‘lelos ('jérci tos españoles. Habana. Ora-
C'CCXX MATERIALES IWRA LA RIBLIOGRAEIA NACIONAL
ción íVmobm on exequias del doctor Manuel Felipe Ro-
las metro[)olitana de Caracas día de su
el fiesta del año de
drígiu'z, obis|X) de Guayana. ^'a, rucas, (traeión fúnel)re 1856.
en las exequias del señor doctor José A. Ponte, arzobispo Forres, presbítero bachiller A arehano. Sermón j)redicado en la
de Caracas y ^ enezuela. Claracíu^. Oi’ación fúnetu’e en fiesta del patrono del “Colegio san Agustín” de Barquisi-
las exequias de nuestro sentido santo padre Pío IX. Ca- meto, el día 30 de setiembre de 1883.
racas. Oratoria sagrada de Venezuela. Sermón predicado illalobos, presbítero José de Jesús.
I Oración fúnebre en las hon-
el día Ib de setieiul)re de 1894; último del solemne triduo
ras del senoi’ preshítero d()ctor don Tomás Zerpa, pronun-
en que los reverendos padres capuchinos celebraron en la ciada en la iglesia parroquial de Michelena. Marzo 29
iglesia de las Mercedes, la beatificación del venerable fray de 1886, Mérida.
Diego José de Cádiz.
Castro, presbítero doctor Idtiriqae Afaría. Sermón de la In-
maculada Concepción predicado en la ciudad del Tocuyo,
en 1S()2. Sermón de la pasión de nuestro Señor Jesu- II
cristo, [)redicado en la Villa de ^b^lera (Trujillo) el viernes
santo (le 1870. Sermón en honor del sagrado corazón de CIENCIAS TEOLOGICAS. -ASUNTOS
Jesús, predicado en la iglesia parroquial de Güigiieen 1893.
Sermón sobre el Pontificado Romano, con motivo del Ju-
ECLESIASTICOS
bileo Sacerdotal de León XIII, predicado en Valemfia, I
1887. Sermón sobre la Santa Infancia, predicado en
Valencia en 1887. LIBJIOS Y FOLLETOS
Castro, presbítero doctor Juan Baatlsta. Discurso pronunciado
el día 24 de abril de 1877, en La Guaira, en el acto
de la entrega de los restos del eminente sabio doctor Alvarado, presbítero Rafael Alaría. Festividades de Cúa, so-
José María Vargas, á la comisión nombrada al efecto. lemnizadas [)or los doctores Silvestre Guevara y Lira
Oración fúnebre pronunciada en las exeíiuias celel)ra- y
doctor Mariano de Talavera y Garcés. Caracas, 1885.
das |)oi' el Gobierno Nacional, en memoria
y honor del A'/aras, doctor Rnenaventnra. Exposición .sobre patronato ecle-
excelentísimo señor F. S. Carnot, presidenteXpie fue de siástico dirigida al ])rimer congreso coiustitucional de Ve-
la República Francesa. Oración sagrada pi’onuneiada con nezuela. Caracas, 1831.
motivo de la bendición de la imagen de San Vicente Arteaga, presbítero doctor Ricarxlo. Rosario para las flores de
de Paúl, el 24 de octubre de 1880. mayo. Lérida, 1894.
Esp'hiosa, presbítero doctor M¡(ja,el A. María Blanco, doctor Jerímrmo FJ.
y el Sacerdote. Catecismo de religión é historia
Sermón ju-edicado en la fiesta patronal "^de la “ Escuela sagrada. Caracas, 1853. El arte de la virtud ó preceptos
Arzobis[)al de Valencia” el 16 de setiembre de 1888. de religión y moral ordenados jiara los alumnos del cole-
Iradi, presbítero doctor Aíaorael Vicente. Oraciiui
])ronuncia.da gio de Vargas, 1860.
en el templo de San Francisco el 26 de agosto de 1864, Bosset, doctor Juan Hilario. Instrucción para el ejercicio de
en los honores fúnebres al general Rafael Urdaneta. las cuarenta horas. Mérida, 1868.
Sermón sobre el transite) de Santa Rosalía de Palermo. Bracho, presbítero. Conte.stación al anónimo “Muchos maso-
Gara cas, 1867. ne.s.” San Felipe, 1856.
Jáurepai, presbítero Jesús A/anael. Oracicbi pronunciada en la Carreño, Aíannel Antonio y Alanuel AL Urbaneja. Catecismo
Iglesia Matriz de la ciudad de “ La Grita” en las honras i'azonado, histórico y dogmático, j)or el abate Theriou.
fúnebres del ilustrísimo señor doctor Tomás Zerpa, obis))o (Traducción.) Caracas. 1849.
preconizado de Mérida, el 26 de marzo de 1886. Castillo, Ramón Jnlicht. In.strucción sagrada para la juventud.
Ponte, presl)ítero dosé Antonio
doctor Oración fúnebre Mérida. 1879.
})ronunciada. en las exerpiias del general José Tadeo Castro, preshítero doctor LJnricpie Alaría. Contestación á los ma-
Monagas. Valencia, 1868. sones de Caracas. Curazao, 1890. El matrimonio civil
Pi/ncím, prestntero bachiller José A'idonio. Sermón predicado en Venezuela. Barinas, 1857. Galileo. Puerto Cabello.
en la .santa iglesia mayor de Coro, el día 19 de al)ril 1893. Historia de Samuel, profeta, juez de Israel, con un
de 1806. apéndice sobre los demás jueces ó magistrados de luna-
Rivero, presbítero doctor José Manuel. Oración pronunciada ción e.scogida. Valencia, 1892. La masonería sin velo.
en las execpiias del señor doctor Nicolás Anzola. Caracas. Puerto Cabello, 1860. Re.spuestas cortas y familiares á
1856. las objeciones más comunes de la religión, por monseñor
Piivero, presbitero doctor Nicanor. Oración fúnebre pronun- de Segur. (Traducción).
ciada el 20 de noviembre de 1868 en los funerales del Castro, presbítero doctor Juan Bautista. Los grandes santuarios
general Jo.sé Tadeo Monagas. Caracas. Oración pronun- del catecismo.
ciada en la festividad religiosa dedicada á nuestra se- Domínguez, preslntero Juan Andrés. Doctrina cristiana, según
ñora del Carmen, en el templo de San Franci.sco. Ripalda y otros autores. Caracas.
Caracas, 1863. Oración fúnebre que ¡pronunció en las exe- Espinosa., presbítero doctor Aíiguel A. El Cristo y la reforma
quias hechas al ilustrísimo .señor doctor Mariano Fei-- social, por Julián Villecrose. (Traducción.) Caracas, 1892.
nández Fortique, antiguo ohispo de Guayana, en la Fortique, Aluriano F. Instrucción pastoral al clero de su dió-
santa iglesia metropolitana de Caracas, el 11 de diciem- cesis. Caracas, 1847.
bre do 1866. Sermón panegíiico de San Francisco de Guevara y Lira, doctor ¡Silvestre. Instrucción pastoral sobre
Asís, pnalicado en la Capilla del “Cok^gio de áVelgele- “El espiritismo.” Caracas, 1857. Observaciones que el
gen.” Curazao 1892. Sermón ju’edicado en la solem- arzobis })0 de Caracas hace al ejecutivo nacional sobre el
ne fiesta con (]uo k\s músicos de Caracas ob.secpiiaron á “Código civil.” Caracas, 1868. Observaciones .sobre el
su ])atrona santa Cecilia, en la iglesia parroquial de concordato de A'enezuela celebrado en Roma en julio de
Santa Rcasalía, el 22 de noviembre de 1892. Caracas. 1862 y ratificado por su santidad en el palacio del Vatica-
'falavera y (larcés, doctor Alarkmo. Oración ju’onunciada en no, el día 25 de mayo de 1863. Caracas, 1864. Primera
el acto de la bendición del cementerio católico de los “Hi- carta pastoral al clei'o y fieles de la arquidiócesis. Cara-
jos de Dios.” 1? de noviembre de 1856. Caracas. Om- cas, 1853.
ción pronunciada, en la santa iglesia metropolitana, de Hermoso, R. U. Extracto de la biblia, ó .sea, la sagrada escri-
Bogotá, el 7 de ago.sto de 1824, anivei'sario de la victoria tura para la enseñanza, de la juventud. Coro, 1866. 4 edi-
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racas, 1889. Cai'ta política al doctor Juan Pablo Rojas Principios gerrerales de historia rratur’al nrédica, tár-uracia
Paúl, presidente de la república, .sobre la situación polí- y terapéutica. Esta obra ha .servido de texto, marruscrita,
tica de Venezuela en 1888. Expo.sieión preliminar al li- etr la r-espectiva a.sigrratur-a de la ilustr-e univer-sidad de
bro amarillo de 1870, como ministro de relaciones exterio- Car-acas. Materia médica y ter-apéutica especial. Quí-
res. trrica legal
y toxicología. Ajmntaciones oftalmobigicas,
Urhaneja, doctor A/ejandro. Carta de García Nieto, .so.steniendo recogidas en la clírrica del pr-ofesor Cardos J. F. Carrón
la nece.sidad de un partido nuevo. Veintidós artículos Villar-du. Compt-errde la bigierre, la patología y la tera-
sóbrela prensa, los poderes piiblicos, los }>artidos, el siste- péutica ocular-. De ésta se hau publicado algurras entre-
ma autocrático, el criterio y la trascendencia del delpinis- gas. 1857. Tr-atado de las enfermedades de los ojos cau-
mo y })i‘oíecías .sobre la suerte de las libertades públicas, .sadas por anirrrales vivos. 1857. Apuirtaciones par-a la
insertados en “El Yunque” bajo el j)seudónimo Alejandro dor-a médica de Venezirela. Obra e.scrita ert colabor-aciórr
García Nieto. corr. el doctor Lino J. Reverrga. Sólo se lia publicado la
L'rrntia,
]\'enceslao. A sus conciudadanos. Caracas, 1869. parte [rrirrrer-a, que tr-ata de la botánica general. 1857.
Zuloaga, doctor Nico'niedes. Artículos de reforma constitucional Botárrica médica veirezolarra. Irrforme .sobr-e las errferme-
de |jolítica. El 1? y el 2 de agosto de 1859. dades r-eirrantes (fiebr-e tifoidea y fíelrr-e arrrarilla), pr-eserr-
tado al poder ejecutivo. 1853. Memoria sobre el cólera
nrorbirs. 185(!. Mettroria sobre la oftalnría de los r-ecién
rracidos. 1857. Menroria sobr-e la extir-pación corrrpleta
V de la glárrdula jrarotidea y sobre la ligadura de la verta
yugular iirterna. Este trabajo fue reirroducido err París
CIENCIAS MEDICAS con especial apr-obación del irr.stituto imperial de rnedici-
rra, pt-ecedido de urr juicio cr-ítreo de Velpeau, Bógitr,
I
Nelatorr, Lagreair y Malgaigrre, muy horrroso jrara el autor,
I.IBKOS Y FOLLETOS cu}m escrito fue calificado de interesarrte y muy bien he-
cho. 1857. Corr.sejos para pr-eca verse del sarampión
y par-a
curar’se de esta enfermedad y de sus más temibles compli-
Acosta, dador Eliseo. Lecciones orales sobre las enfermedades caciorre.s. 1873.
de los ojos, dadas en la sociedad de “Instrucción médica ” Polet, doctor Fernando. De febti iirtermittente bt-evis disser-
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1885. lera asiático. 1849. Casos de hipertrofia del hígado con
Montiel, doctor Miguel A. De uretriti. Caracas, 1838. hidropesía, (hir.so de lecciones
y demostraciones anató-
42
CCCXXVI MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL
(ínardia, doctor Nicanor, l’reñez extrn-uteriiiíi. Extracción A'/ilano, doctor Nicolás. Envenenamiento pta' el o])io. Pi inie-
del feto al través de las paredes del vientre. Gasti'otoinía. i'os auxilios (jue deben ju-estai’.se á los envenenados. Hi-
(iaardin, doctor Nicanor ¡/ doctor -J G. Hernández. Sobre la an-
. giene. líeglas fjue deben ob.servai’se con los iiiño<. Ne-
gina de ))echo de naturaleza {taludosa. frori'agia.
Gnzináii, Lnin IL Combustiones espontáneas. Afonrog ({onzález, doctor Francisco. Anastomosis arteriales.
Hernández, doctor -Joú Gregorio. Sobre el número de glóbulos Aíontenegro, doctor José Dolores. Amamantación. E.studio .so-
i’f)jos. bi'e la (juinina. Hidi’ocefalia. Valor diagnóstico del
Hernández, doctor Pedro Eduardo. (Juración de una aneurisma véi’tigo.
por la compre.sión. Del (jftalmo.scopo. Montenegro, doctor A/annel Vicente. El sueño. La célula. La
Herrera Tocar, doctor I*cdro. Del de.s])cño bilio.so, de la di.sentc- imaginación. Los ane.stésico.s. Quemaduras. Vacunación
ría específica y de la colitis palúdica. y i'evacunación.
Herrera, 'Tocar, doctor ¡’edro g doctor Bernardo líerrera l ’egas. .líontero, doctor de distinea inten.sa cui'a-
ínús Mario. Ca.so
Sobi'í! una faz rara del ))aludismo. <!a con el bi'omui'o deCaso de mola carnosa.
potasio.
Herrera. \'egafí, haclúller Andrés. Patogenia de la t‘clampsia. De la costumbre de vendar el vienti’e después del par-
Herrera \'cga^, doctor Bernardo, \bicuna animal. to. Edema de la glotis. ¿ En qué casos debe pi’acticar-
hnerg Pu^.'iián, doctor Jnan Ai. Elefancía. se la histerotomía? Glucogenia. M. Pasteur ante la
Jelamhi, doctor EzegnieJ. Eclampsia pucri)eral. academia france.sa y el positivismo impenitente. Pronós-
Jiménez, doctor Juan Tm. Diarrea producida poi' lesión del hí- tico médico, pi'es(‘iitimiei)to fune.sto de algunos enfermos,
gado y su método. 'rumor íibro.so (libroiuaj de enormes dimensiones, de.sa-
hiendo, doctor Bartolom.c. Memoria .soijre (d origen y curso de i'rollado en la eaviilad del vientre.
la fiebre de Apure. .i/onfesnios, doctor Fgt.dio .!. Ca.so d(! histéi'ico localizado en
Lobo, doctor Dacid. Algunas ctm.sideracioiu's acerca de la glán- la i'egión del ojo.
dula hepática. Caso curioso de un feto que permaneció Montiel, Simón. La :u'ti[)i ri na.
ób años en el seno materno. Caso raro de aneurisma. Morales, doctor Giullerm.o. Algo más sobi'c el hi.stei'ismo.
De la a]) 0 plegíaen la hemoi'ragia cerebi'al. Enfermedad (Ji.stitis blenorrágica rebelde. Hemorragia continua. Do-
curio.sa. Estudio clínico do la fiebre remitenC' prolonga- loi'es intolerables. Talla su[)rapubiaua, cui'ación. Del tra-
gada. La antifebrina. tamiento del histerismo.
López Baralt, doctor Bafael. Escrófula. .i/osquera, doctor Bernardino. La histerotomía cesái'ea, ó sea la
Lucelia, doctor Jone de JesiU. Otro caso de aneurisma. Parálisis. extii'[)ación del útero gi'ávido.
Tumor aneurismal de la región epigástiáca curado con el J*ércz, doctor José Bajad, tíignos de la muei'te.
acetato de plomo neutro. Pérez Carreño, Alberto. El jarabe de Ea.sf.on. lodoformo. Los
Machado, doctor Alfredo. Envenenamiento por el ácido fénico. venenos. Mixtur’a .salina.
La hematurídica (>n los Llanos de Venezue-
fiebre biliosa ISn-ez Díaz, bachiller Manuel. Observaciones sobre un ab.sce.so
la. Fiebre paludosa larvada. Ligeras apreciaciones so- hepático operado en el “Hospital Vargas.”
bre el tratamiento de la erisipida por la aplicación local Piel ri, doctor Jnan. Del tei'inocauterio como medio de diéri.sis
de un sapo. La hematuria (juímica y la fiebre bilio.sa (MI eii'njía.
hematúrica. Pineda, doctor Antonio María. De la ti’ansíbi'mación de las fuer-
Aíarcano, doctor Ga^ipar. De la contusión del [)ulmón en zas. Del vestido que debe u.sarse en Bai'quisimeto y otros
las heridas del tórax [>or armas de fuego. De las he- lugai'es isotéi'inicos. El croup. La compresión. Qui.stes
ridas de la excavación isquio-rectal, por anuas de fue- sebá.seo.s.
go. De los extrangulamientos rotatorios de la tí ilía- Plaza, doctor Salvador, La estatura del hombre.
ca. De los trayectos intra-nursculares del miembro in- Pmice Córdoba, bach iller Delj'ín. Pleurotornía. Opei'ación {)i-ac-
ferior [)roducidos por las armas de fuego.El dedo de ticada poi' el d(K!tor Pedro Heri'ei'a Tova)' en el “hos[)ital
re.sorte. Estudio .sobre las hemorragias quirúrgicas .secun- )uilita)'” el día 7 de julio de 1804.
darias. Las aguas minerales de ATnezuela. Lujación ponte, doctor Manuel María. Cistocele vagi))al, conio cau.sa
incompleta de la extremidad su[)crior del radio hacia de distocia. A|)licacióii dd foi'cc'ps. Exito feliz pa)'a la
adelante. mad)'e y pai-a el niño. Clí))ica ginecológica. Tumor fi-
Marcauo, Vicente. Las aguas de alimentación de la ciudad broso del úto'o. Histerotomía, ([)ri)ne)'a operació)) de es-
de Caracas en sus relaciones con la salubridad de la ta es[)ecie (pie so practie eu V^enezuela). i Co))sid(M'acione.s
población, tíobre un detalle importante bajo el punto aco'ca de la locura puiM'[)oi'al. Cont¡'ibuciones al estu-
de vista médico, en el reconocimiento de las quinas V('- dio de la ginecología. Notas ci'onol(')gica.s. Cont)'ibucio-
nezolanas. )ies á l;i hi.sto)'ia d(> la meu.st)'uació)). /.Cuáles son las
Marcano, l'icente g doctor Ad.olfo Frgden^hcrg. Estudios .sobre i))dici)cioues <|ue tiene el médico (¡ue llenar en pi'('se))-
la acción del Guachamacá. eia d(' una uterina?
lie!noi')’agia D(d at)’elÍMuo utM'ino.
Martinez, Joaéi Baininndo. Datos pi'ácticos sol>re la [)reparación Ejo'cicio y (Mi.señanza de la medicina. El uso del foi'ce[)s.
del extracto de ratania. Estudio clí)iico acei'ca de la )net)'itis cró))ica e)) Ca)'acas.
Afurcéii, Antonio B. Morfina. Estudio ace¡'ca de la nnieite i'epe)iti)¡i) oi el e.^tado puo'-
Macía-s, doctor [aan de la Cruz. Causas del isterisino, 1830. })eral. F'lemón peri-vaginal
y peri-uterino. Ilematocele
A/eaño Pojan, doctor Francisco de Paula, ( Vntra indicaciones pcri-utei'i))o. Higioie pública. La viruela. La cura-
del cornezuelo de centeno. ció)) del sí))to)na dolor por )nedio de i)iyecciones hipodér-
Medina, doctor Clemente. Memoria sobre el mal venéreo d(> los niicas de agua pura. Las ano)nalías de la a)'ter'ia r-adial,
niños, 1832. como causa de erro)'es de diag))ó.stico. Lección clí)hca
A/edina, doctor Pedro. Aneurisma [arpliteo. solu'o la prepa)'ación pai'a lii ovariotomía Me)))oria .sobre
A/eier Flegel, doctor Enrique, tíobre un caso de atrofia del la e.structiD'a, fu)icio)ies
y eníérniedades de las men)bi'a-
deltoides por neuritis del circunñejo. Tratamiento del nas )nuco.sas del ajairato sexual de la )nujei'. Relació)) de
myxoedema. un caso de i'(T(micíóii de u)i feto ))iuerto dentro de la )natriz.
Alej'ta,doctor Francisco de A. La ruptura del equilibrio entre el du)'ante .seis nu-.ses.
ingreso y egreso de la. .sangre es la condición patogé- Porras, doctor Mannel. (Jo)'izii ó fielu'e catarral. Deglución
nica general de la hiperemia. involuntiiiia de una aguja y de lui alfiler. Conducta del
Mend.ihle, doctor Juan Vicente. Homeopatía. Carta al .señor ])iédico y su éxito. Empleo de una catai)las)na estupe-
docto)' V. G. Guánchez. Notables efectos de las impi'c- facicMite en ¡'ou)))ática aguda.
la a]'tr¡tis Hemor)'agia de
siones morales sobre el oi'ganismo. Muertes repentinas. iuocia del úto'o.
sob)'e|)arto po)' Monoria .solu'c la s;)))-
La güeña. g)'í;i. iModos de )no)'ir, pí)tología. .Mordediu’a de la lo))-
Afichclena, doctor (iaillernw. Influencia p.scológica y patológi- gua po)' uiiii scM'piente de ca)'.!p;)])illa (ca.scabel). Apli-
ca de las regiones intortroi)icales. cació)) del amoniaco co)no cáustico á hi heridii
y su
CCCXXVIII MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAEIA NACIONAL
administración aj interior; curación. Oftalmía j)U mienta el tratamiento de la hidropesía. Las aguas de Margarita
de los reciénnacidos. Tétano de los recién nacidos. en relación con sus enfermedades. Las lombrice.>ír La
IHamella, doctor Antonio. Anomalía congénita. Aplicación terapéutica en 1885. Lección inaugural del curso de
del fórceps. Desgarradura incompleta del periné. Infec- patología general comenzado en 1890. Lección sobre el
ción consecutiva, erisi}>ela gangrenosa y eriútica como tratamiento de la diarrea, basado en el carácter de las cá-
maniíestación de aquélla. Empleo de la i'esorcina, cura- mara.s. Lo que vale el iodoformo. Los enemas sublima-
ción. Caso de aplicación del fórceps. Fiebre puei peral con- dos en los estados disentéricos. Los idiotas. Los neuras-
secutiva curada por la resorcina. ténicos. Los peligros del cloroformo. Notas sobre el tra-
llamos, doctor Ramón Alejandro. Apuntamientos sobre el fór- bajo del doctor Freedland sobre elephantiasis grsecoruin.
ceps obstetricial. Casos de aplicación del fórceps con éxito Nota terapéutica. Eritema polinurfo. ¿ Paludosa ó ama-
feliz para la madre
y el niño. Cornezuelo de centeno, rilla? ¿ Paludosas ó tifoideas ? Ptomaínas, Cricomainas
sus ventajas y peligros. Inyecciones hipodérmicas de agua v^ microbios. Remedios secretos. Tétanos morfímico.
pura para combatir el elemento dolor. Posición que debe Tratamiento de la tuberculosis pulmonar. Tuberculosis
.
ocupar la mujer en el acto del parto. Riñones otantes ó locales. Un ca.so de eritromelalgia. Valor diagnóstico
fluctúa lites. de la melanemia.
Razetti, doctor Luis. Del abandono del cornezuelo de centeno Rivera, doctor Francisco II. De.scripción de un caso de bubas
en obstetricia. Del tratamiento quirúrgico déla epilepsia y ccarsideraciones relativas á la etiología y patogenia de
traumática. El testículo paludoso. La siníi.scotomía. esta enfermedad.
Osteosarcoma del maxilar superior. Sobre el empleo de Rocha, Claudio. Cómo obra la digital purpúrea en la hidro-
la .sangría en el tratamiento de los accesos eclámpticos. pesía y submuriato de hidrargirio, 1832.
el
Sobre el tratamiento de las hemorragias puerperales. Rodrigo Chacón, doctor. Ultima enfermedad del Libertador.
Razetti, doctor Lms y doctor Nicanor Guardia, hijo. Estudio clí- Rodríguez, doctor Elias. Midriasis verminosa.
nico de la buba. Rodríguez, hijo, doctor Elias. Del empleo del cistocopio como
Ríos, doctor José Manuel de los. Absceso hepático consecutivo medio de exploración y de diagnóstico en las enferme-
a la fiebre tifoidea. Acción del clorato de potasa en las dades del aparato génito-urinarias.
enfermedades del feto y de la placenta. Antitérmicos. Rodríguez Hernández, doctor Luis. Agua mineral sulfurosa de
Apreciaciones clínicas sobre el valor de los agentes tera- Venezuela. Descripción de un caso de e.strofia de la ve-
jiéuticos en la tos ferina. Apreciaciones sobre la grippe. giga. Hermafrodita masculino, observado en París. Ojea-
Apuntes clínicos sobre el tétano. Hemorragia intestinal da sobre la importancia del microscojiio en medicina. Tri-
en dicha enfermedad. Su impoi'tancia en el pronéistico. quinosis.
Apuntes clínicos .sobre la tisis pulmonai-. Apuntes clíni- Ruiz, doctor Miguel R. Absceso hejiático. Del prolapso uteri-
cos sobre un caso de enfermedad de Brigbt con.secutiva á no. Fibroma del ligamento redondo.
la e.scarlatina. Ascitis. Berruga del Perú, ó botón de Miguel A.
Seco, doctor Hamamelis virgínica. La tela de ara-
los Andes. Ainhun. Caso de tumor fibroso uterino cu- ña como febrífugo.
rado |)or inyecciones hipodéianicas de extracto líquido Soto, doctor Francisco. Análisis de la orina como elemento
de cornezuelo de centeno. Conferencia clínica sobre algu- diagnóstico. Asuntos de arte tocológica puramente prác-
nas afecciones hepáticas comunes en este país. De la fie- ticq.s. Fiebre puerperal. Bacilo de la tuberculosis. Bac-
bre y su tratamiento. De la quinina en la fiebre remi- teriología. Descubrimiento interesantísimo á la patogenia
tente. Del bicarbonato de soda en la leche que u.san los del cólera. Consideraciones ginecológicas. Esterilidad
niño.s. Dispe|)sia. Eclampsia. Enfermedades frecuentes facultativa. Cordón umbilical. Cuadro sinóptico. Diag-
en Caraca.s. Sus causa.s. Apreciaciones. Erisipela. Dif- nóstico de la apoplegía. Diagnóstico de la tisis como en-
teria. Estudio sobre las enfermedades á que han sucum- fermedad bacilar. Difteria según el tratamiento nosoco-
bido en el presente semestre de este año (1880) las ])er.so- mial parisiense. ¿El iodoformo será un antiséptico ?
nas que han .sido sepultadas por la sociedad “Ti'ibuto á El microbio del Fiebre cerebral.
tétano. Guachanacá
los pobres.” Falso croup. Laringitis estudalosa, laringitis Hemofilia.
curare.^ La giippe. La nona. Literatu-
y
específica. Fiebre amarilla. Hipertrofia crónica del hí- ra micróbica. Materiales médicos obtenidos en los hospi-
gado con ictericia y fiebre, curada por el muriato de mor- tales de Caracas en 1848
y 1849, al lado del venerable
fina. La antipirina. Paralelo con los demás antitérmicos. Vargas. Nefritis. Uremia. Eclampsia. Oxiuro ver-
La clínica. La disentería de Caracas. La epidemia de micular. Para la rigurosa observancia con el fin de evi-
fiebre reinante en Caracas. La fiebre amarilla. La ti si.s. tar el peligro de quedar ciegos por el contagio recibido
Su extensión y terapéutica. La vacuna. Lecciones ora- de los ojos purulentos de los recién nacidos. Recetario
les de psediatria en la “ Clínica de niños pobre.s.” Leccio- preventivo contra la triquinosis. Sinopsis del diagnósti-
nes orales sobre las fiebres, recogidas por el doctor Vicen- co diferencial entre el mal de Basedoro
te Arvelo. Mordeduras de culebras. Nictalopia, curada y otras afeccio-
nes. Peptona.s, pepsina y cliso-alimento. Tétano. Coii-
por el sulfato de quinina. Enfermedades intestinales de sejo higiénico importante. Tétanos. Tocodietética ó ré-
los niños. Rectitis gangrenosa. Tos ferina. Observa- gimen Tratamiento del cólera. Triquina es-
del parto.
ciones clínicas sobre la antipirina. Tubaje laringeo, entu- ])inal, cisticerco
celuloso y cerdos. Versión pelviana com-
bación. Tuberculosis. Método de Koch. Climato-tera- binada, como tratamiento de la placenta previa.
pia. Viruela hemorrágica. Vómito negro en la fiebre Soto Pereda, bachiller Manuel. El jialudismo y su trata-
_
Linneo. 18G1. Botánica médica venezolana. Hormigas agrícolas. Idea general de la fauna de Venezuela.
Briceño, Ramón y Elíseo Peña. Estudio antro]!ológico. Bar- La América pre-histórica. Lacertilia venezolana. La
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leído en la Universidad Central de Venezuela. Los antiguos habitantes de la cordillera de Mérida. Los
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la flora delEstado Zulia. Maraca! bo, 1891. Plantas interesantes de la flora caracasana. Sertulum atú-
Revenga, doctor Lino José. Estudio seismológico. Considera- rense ó sea lista de una pequeña colección de plantas
ciones sobre la revolución seísmica del año 1865 á 1866. que recogió Alfredo Jahn cerca de Atures. Sobre el mas-
Caracas, 1866. todonte de San Juan de los Morros. Sobre varios hele-
Rojas, doctor Arístides. El lago de asfalto en la isla de Trini- mentos. ¿Teñe el Orinoco un delta? Una cabeza de
dad. Estudio geológico. El rey de los volcanes. Cara- indio momificada. Un cráneo de motilón. Vargas con-
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blores de tierra en Venezuela, 1865. Recuerdos de Hum- Freitcs Pinedo, R. Estudio sobre una planta de la familia de
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Toro, Fermín. Flora venezolana. la circulation de la séve des végétaux sous les tropiques.
Vargas, doctor José M. Sobre museos, principalmente el de la Recherches sur la transpiration des végétaux sous les tro-
universidad de Edimburgo. Algunas líneas acerca de la piques. Sur la metallurgie précolombienne au Véné-
disección de una ballena.
zuela.
Martel, .José María. Curiosidad geológica. El “Asphodelus
ramosus” y la “Passiflora cíerulea”. Metereología
y filo-
II logía. Estragos de una tromba. ¿Por qué .se dice tromba?
Seismología. Uranolitos.
ARTÍCULOS .SUELTOS Muñoz Fenómeno eléctrico del Zulia (Fa-
Tébar, doctor .Jesús.
rol de Maracaibo).Teoría general de las vibraciones en
las sensaciones animales.
Aguerrevere, doctor Pedro Ignacio. Savia parásita. Ponte, doctor Manuel María. Historia natural. Plantas útiles
Alamo, doctor Angel Moría. La perla de la nuez de coco. de Venezuela. Plantas alimenticias de Venezuela.
Alamo, Francisco de Paula. Curiosidades geológicas de Vene- Ricart, general José Rafael. Demostración de la riqueza meta-
zuela. El Encantado. Descripción de la línea del ferroca- lúrgica en las regiones de los Estados Cara bobo, Lara v
rril central
y de la región que ésta atraviesa. Destruc- Zulia.
ción de la langosta. Destrucción de nuestros bosques. Rivai^ Mundarain, doctor Jesús Mario. Pruebas de la sujierio-
cccxxx MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL
rielad del hombre sobre los otros animales, sacadas del cha”. tíobre una nueva fuente de solanina. Sobre el nue-
estudio com[>arativo de su organización. vo cuerpo. El cloruro de estibonio. Sur la composition
ílodríguez, doctor AnUmin José. Historia natural médica. Var- chimique du ve.sou de la canne á sucre. Sur la fermen-
gasia, 1857. tation alcoolique du vesou de la canne á sucre. Sur la
Rojas, doctor Arístides. Noticias sobre las aguas termales de fermentation alcoolique .sous les tropiques. Sur la fer-
Venezuela. Plantas de leche vegetal y de caucho. So- mentation peptonique. Sur la fermentation peptonique
bre la tempestad seísmica de las Antillas de 1867 á 1868. de la viande. Sur la formation de quantités notables
Rojas, doctor (Jarlos E. Observaciones entomológicas. d’alcool dans la íermentation panaire. Sur le yaraque.
Spence, James S. Primera ascensión al pico de Naiguatá. (Boisson fermentée des tribus sauvagesdu Haut Urénoque).
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Uparte, SimJn. Una visita á las grutas del Peñón. ble por medio de la fermentación.
Villcivícencio, doctor Rafael. Las ciencias naturales en Vene- Marrano, Vicente y doctor Adolfo Prgdeibsberg. Estudio quími-
zuela. Sobre la antigüedad del hombre. co sobre las aguas que alimentan la ciudad de Ca-
racas.
A/arcano, ] Ícente
y Af. Afantz. L’ ammoniaque dans 1’ atmos-
vri phére et dans les i)luies des régions tropicales. Sur la
composition déla baiiane et sur les essais d’ utilisation de
CIENCIAS FISICAS ce truit. Sur la foimation des terres nitrée.s. Sur la per.séite..
Sur laproportion des intrates contenus dans les piules des
I
régions tropicales. Sur les eaux noires des régions équa-
toriale.s.
Linuos Y FOLLIÍTOS
Martínez, José Raimundo. Densidad de las soluciones sacari-
nas saturadas ó subsaturadas.
A/nTioz Tébar, doctor Jesús. Sobre el étei'.
Fnjdensherg, doctor Adolfo. Introducción al estudio ib‘ la ([UÍ-
Toro, Fermín. Divisibilidad de la materia.
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43
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f
l
í ,
ANTOLOGIA GENERAI
Prinjer Libro Vepezolapo de Literatura, Ciepcias Bellas ^rtes.
y
f
Agil salga 3" festiva la jauría,
Atraviese del valle á la ladera.
Luzcan tus tardes de zafir y grana ;
al río
Y al tiempo del ordeño, en eco blando.
Se queje la paloma en la hondonada !
Y fruta en que el color es de oro 3' gualda. Que el aire luego con su .soplo espesa.
Temblar haciendo la movible nata !
Y
frutas que en sazón maduren,
Que tengas
vayas con tu cesta á recogerlas ;
DISCURSO
Que tengas fuentes que salpiquen perlas ;
Ante el altar que en sacras llamas arde. bendigan en este trance. La bendición de los padres, (lo sé por
Por tu madre su oración eleve.
tí experiencia), allana todos los caminos y fecunda todas las obras.
Que grato á Dios hasta su trono lleve :
Vosotros no váis á hallar mal el haberme vi.sto pagar así esta deuda
Y Él mismo en urna misteriosa guarde !
del corazón.»
Pon Miguel Antonio Caro. ll certamen de ingenio que acabamos de presenciar, como una especie
de aspiración á la gloria el sexo encantador asi.stiendo como un
;
¡
I
juez llamado á distribuiría la reunión especial de ho>y hecha con
;
cuentro.
En globo pequeñuelo.
Sobre hoja que ya dora ¿ Por qué no tengo 3^0 á mi disposición la elocuencia varonil
La prima luz de la rosada aurora. de Jovellanos, que supo siempre encerrar en cláusulas de oro tánta
Soy breve suma del fulgor del cielo. rica joya de pensamiento sublime, ó la palabra fácil, abundante y
Que, en vastos horizontes. tensa de nuestro malogrado Baralt, abeja querida de todas las flo-
Se ve en valles lucir, y se ve en montes.
‘
res, cuando ambos en su recepción llenaron el recinto de aquella
Y soy también, para mayor decoro
I
misma ilustre Real Academia con .su voz, para llenar yo ahora este
De mi almo origen y mi cuna de oro. salón con la mía y poder así dar noble hospedaje al noble obsequio
Delicado vapor que en ondas sube. académico ?
'
De la hoja desprendida.
gildo García, pluma encarnada en alma de romano
el carácter
;
3'
Llegó á y disiparse luego con epidérmis de acero á los dos P'ortique, los tn!e;:lc.s de h; diplo-
Tal vi una vez en mi jardín acaso :
;
á la antigua Colombia, que nos pertenece haría ostentación de; Tácito, y Eurípides fue tan grande, que había de ser corona hi.s-
sus hombres, su historia y su esplendor levantaría en alto todo
; tórica suya que el adusto Sócrates, a.sistie.se á la representación de
ese conjunto, como para colgar en el espacio la gran vía láctea de sus obras y que más tarde hubiese de inmortalizar sus páginas la
nuestro espléndido cielo y ya así y hombreándome hasta donde
; sangre preciosa de Tulio, que las leía, derramada .sobre ellas por
me fuese posible con la Real Academia Española, podría decirle lo.s sicarios de Antonio. Hermosos días esos, en que los juegos
|
con justo orgullo pátrio: «El orador es pequeño, pero Venezuela es olímpicos fueron también palestra á ingenios lidiadores, hubo en
grande y puesto que para ella es esa condecoración con que se
;
-
'
varones
que, si la civilización va bien por todas partes, va mejor de letras de su época y .su mejor título á la vida póstera en
y gana
'
la
más por el camino de las letras. inmortal lisonja de Horacio y de Virgilio. El reinado de Isabel
de Inglaterra se nombra menos por su infame conducta con
Eas letras lo son todo. Las letra.s viajan, .son la ley que inun- María
Estuardo, que por Francisco Bacon y Shakespeare. El de Luis
da en un instante el espacio y lo colora, la arista que lleva el grano es célebre por el e.splendor del espíritu, que iluminó
XIV
de la idea y que es arrebatada por el viento de las edades, para lle- más su gusto
regio que sus triunfos; todavía después de casi dos centurias,
var á todas partes germen, árbol, ñor y frutos. ese
Las letras crean : faro se alcanza a ver lo mi.smo; la soberbia pa.só, el rastro
Homero ha dado origen á mundos en que él no soñó y que hoy de luz
se mira aún; y si el gran monarca hace gran figura en
ruedan en el vacío de la gloria .sin la palabra de Demóstenes la la historia,
; es porque lleva de la mano al gran Bossuet. Ese mismo
suerte de Grecia no llega á Queronea siglo XVII
sin la de Cicerón, Catilina
:
fue el siglo de las ciencias, asi como lo fue también el .siglo
suplanta á César y precipita el tiempo de Farsalia XVIII
y el siglo de siendo este además, por lo que hace á la religión
Julio II y León X
es grande, y Cánovas hubiera podido poblar el
;
letras han engendrado el canto y la armonía dicho de ella que el sol se fatigaba para recorrerla. De Carlos V
Beethowen, Haydn :
y Mozart, los maestros profundos, y Rossini, Bellini y Donizetti, en quien recayó de hecho por muerte de su abuelo materno,
pudó
los maestros melodio.sos, creadores todos ellos de un p’oder escribir en significativ’a frase Montesquieu, aunque
incon- comprendiendo
trastable que va derecho a! alma y la cautiva la Alemania también, que la tierra se había
después que la cau- _v', ensanchado para dar
tiva, hi ensmla, han calcado en su mayor parte las obras espacio á su grandeza. Felipe II, su hijo, salvo la dignidad impe-
maestras
que los ilustran, en las obras mae.stras de la poe.sía rial que lucó á Femando su tío, todo lo demás
lo heredó dominios
y de las letras; colosales que se extendían á la Península, aumentados
;
¿ Qué de la Italia hnmi- nubes Fray Luis de León, rival de Horacio hasta en la
liada del siglo XV
I?— Ariosto y Tas.so Ved hay en la lar^^a :
-
i
;
:
Iléine aquí, señores, de vuelta ya de mi largo, si bien
} ^ historia deja más para la Grecia y para el mundo, que las simo viaje por el ancho campo de la historia. \'engo contento,
rapidí-
batallas de Maratón
y Salamina Tucídides casi fue el maestro de
;
|
muy contento, porque os traigo lo que buscaba. Os traigo, (jué
4 ANTOLOGIA GENJiRAL
eso que hemos aprendido y leemos diariamente en los libros del como viene, llamar el capital con halagos, que es como viaja,
progreso, es todo cierto que la civilización marcha que la con-
;
I
de todos los siglos y todos me han respondido lo mismo. He atra- blo, y yo asisto en idea al e.spectáculo.
vesado la espesa noche de la barbarie y .solo silencio he hallado Kntre tanto, y en cierto
sentido, el genio nacional duerme, las alas
plegadas,' el aliento
allí la historia misma c.alla.
: He extendido á la humanidad de- ansioso, aguardando solo aire en que sostenerse
lante de mi, como si fuese un mapa de estudio, para examinar lo
,
v
"
e.spacio que
^
devorar.
que contiene, y he visto, de un lado fósiles solo, osamentas, las
petrificaciones y cenizas del error, que no sabe dejar por donde Hé aquí por qué debemos estrechar alianzas y cultivar rela-
pasa sino escombros, cementerios, osarios; y del otro, el panteón Clones y por que celebro yo, y debemos celebrar todos,
í
este nuevo
de la inmortalidad, donde se ven viviendo en galerías espléndidas vinculo que por medio de la Real Academia Española
nos une
todas las conquistas del trabajo y del talento la industria que in- ahora de un modo más estrecho con E.spaña. Cau.sas ya
:
I
olvidadas
dependiza, la riqueza que sustenta, las ciencias que ilustran, las nos pusieron un tiempo en de.sacuerdo pero ahí está la
historia
;
artes que adornan, el libro que en.seña, el periódico que difunde, el para decirnos que somos una misma raza,
y el destino que nos
vapor que viaja, el rayo que obedece, y el derecho que va siendo promete que seremos una misma familia.
ya^, por los triunfos que cuenta, patrimonio común,
y, lo que es Ha llegado ya el momento de poner punto. Este mío no es
más, bla.són acariciado de las clases oprimidas, Qué porvenir, ¡
un discurso de incorporación, ni es tampoco el discurso de orden,
.señores Qué gloria !
¡
!
!
que ha tocado hacer con tanto brillo y .sabiduría á mi digno é ilus-
Bste es el punto adonde yo deseaba llegar para apostrofaros trado colega, caro amigo y condiscípulo .señor doctor Rafael
;
,
Seijas,
ahí lo teneis esas son /as letras, qtie representa^i realmente en el pue-
:
i
en los cuales caoe materia mas amplia, exornación más pulida,
blo que las cultiva, el cultivo de su espíritu. Aunque con desmaña, i y compromisos mas serios, sino meramente una expresión de gra-
que debe perdonárseme en gracia siquiera del noble empeño que titud, en que las palabras deben ser .sencillas, el tiempo
de que se
he puesto, no me ha sido difícil el haber logrado confirmar, si bien I
disponga modesto y los sentimientos candorosos. Esta gratitud es
por modos diversos, el tema del certamen. Yo hubiera querido la que me empeña, por una parte, con la Academia
de Ciencias
otra cosa. Hubiera querido tener voz de hechizo para evocar de Sociales y Bellas Tetras, que se ha dignado con tal generosidad
sus tumbas los muertos ilustres, ojos de águila para penetrar desde colmarme de favores y por otra, con la Real Academia Española,
;
tarco, que cuenta con candor. Tito Bivio que pinta con elegancia, bamos de hacer a los estudios, todos los dones han sido ricos, me-
Tácito que castiga con azote, Bossuet que crea v magnifica, nos el mío; solo que es puro y el único tesoro de mi casa no tengo
y :
deducir leyes y amontonar fastos, para de esta manera, nunciarse, he oído á mi favor muchos é inmerecidos elogios, que
y con tal
mundo grandioso a nue.stra vista, poderos decir: esa luz que deja yo quiero consideiar como eso.s ramilletes de flores que algunas
como un rastro de estrellas detrás y lleva como un camino de es- veces se dan por ob.sequio ó porque hay de sobra en los jardines.
trellas delante, es la luz de la civilización ved, no .se extingue ; ;
A mi no me toca otra cosa que tejer con esas flores guirnaldas,
ese esplendor de las ciudades, ese afán de los mercados, ese hervir para colgarlas en los muros de este que yo quLsiera llamar templo
de los caminos, esa facilidad de tener cada uno, por su salario, pan del saber, á fin de que mañana, cuando venga la posteridad,
pueda
y goces, es el aprovechamiento de la naturaleza por la industria y decir con justicia, que, si no hubo quien las mereciese, sí
hubo
el rescate del hombre infeliz por el trabajo ved ni la una .se :
quien las prodigase, por generoso culto del espíritu. Y ya al des-
;
cansa, ni el otro cede ese espíritu que va es la, libertad este con-
;
cender de esta tribuna, he de expresar un voto que me sale de lo
;
derecho. Después de todo lo cual, .si me alcanzaran las fuerzas en mi país, que formen como una atmósfera social que mis con-
;
para tanto, salvando el tiempo pre.sente y ahondando más, divisan- ciudadanos respiren por toda.s parte.s el aire de la civilización v
;
do más y viendo abrirse en sucesión continua, como para dar paso que sobrevenga por fin el reinado de paz, dicha
y gloria á que está
al progre.so, horizonte tras horizonte
y bóveda tras bóveda, hasta llamado, por índole y por suerte, un pueblo tan espiritual como
lucaí con el linde tcn^pGvnl de lo ÍMtiirn r)odT{n ríP'rí'p'Ero.E Tior iil- Venezuela.
timo con voz de aliento y esperanza ese camino inmenso, casi :
He di- desencantos
cho mal este no es un accidente, sino un hallazgo voluntario y
:
feliz, porque yo la buscaba adrede, á fin de decir sobre ella algu- Una fresca amapola
nas cosas que siento aquí, aquí dentro del pecho. ¿Cómo, en el Bellísima crecía
gran festín del espíritu, quedarse ella sin entrar, cuando tiene cu- Entre las gayas flores
bierto y silla ? ¿ Como, en el vi.stoso alarde de la civ'ilización, no Que primavera cría,
formar en fila ella, cuando tiene honra ganada y prez que lleva al Y al verse tan galana
pecho? Yo la amo con ese cariño que se tiene al lugar donde uno Al céfiro esquivaba su corola
nació donde atravesó en infantiles juegos el verde alfombrado de
; Colmada de ambrosía ;
se ve subir el humo dcl hogar y le sale á uno al eiieuenlro el perro GiiE i cApis nciortfS
visible en e.ste lugar donde hablo ? Dios, que levantó su trono de Hermana, oh qué delirio.
! .
. . .
regalo y pa.satiempo sobre esta naturaleza colosal. Aquí son los Pensar que en este mundo
cielos palacios de luz y de zafir, tienen los mares por asiento per-
No suceda á la dicha atroz martirio ! . .
las, pisan las bestias oro
y es pan cuanto se toca con las manos. En silencio pasaron breves horas
¿ Sabéis lo demás que tenemos ? Casi todo aquí se conocen las :
^
vapor; aquí hay una precocidad que adivina, un gusto que pule,
Amargo es vuestro duelo .
un entendimiento que abarca, una imaginación que pinta Y
. .
Entonces, tristemente
para dejar el oro puro, llamar la industria con garantías, que es
,
El es El es
! Con triste pompa y grave
! . . .
Se alejó ya, frágil se apaga, y debe
A
la ciudad nativa Espirar por los años ahogada.
El triunfador preclaro.
Por los años ahogada, 3* por los hechos
El Padre de Colombia, al fin arriba !
Del Campeón inmortal. Oh patria ilustre.
Resuene el parche en la enlutada calle . .
!
Oh patria, él fué
! Proclama ! . . .
!
Justa los timbres que cantar la historia
El es ! . . Mas ay no 3 a ! cual vino un día Del>e, y consigna á la parlera fama
Con el brillo del triunfo }• de la gloria Su credencial de gloria.
A restaurar la paz 3- la alegría
De un pueblo que en su seno le acogía Reinaba el despotismo. Ay debelados . . . !
Avila, que contrastas con la nube. Sólo resta morir ¿ Qué digo insano
! . . . . ?
Hacia cima colosal 3-3 sube
la Oíd !suena una voz al Oriente
La pompa que en silencio se encamina. L'n Dios vibra la espada refulgente
Al monte, ciudadanos Toda acuda ! . . . Con vengadora mano :
liiiLia ci iiu>D.;e m
ciiinGíl: desiertas \ \fritK- t,.i i.M.r-i .vr UGUIiia ;
Queden las casas ;
3-ertas Combate, aterra, doma,
Las plazas 3- las calles. . . Guaicaipuro ! Y arranca la melena al León hispano
Sal de la tumba inerte !
.
6 ANTOLOGIA GENERAL
Al Sur Al Sur
! . . Nuevas hazañas piden
. ! . . Que el mérito desprecia y los servicios ;
Mas nada apaga el grande e.spíritu 5^ fiero Del orbe de Colón tu amor retira ;
Que á libertar le arrastra un mundo entero. Y niega con tu aspecto que da vida.
Tus anchurosas playas Tus torrentes de líquido diamante !
Inca !
prepara
imperial peana la ;
Pero no basta á su virtud y fama :
Y pródigo de bienes
A la tierra que aun ama,
De sus riejuezas derramó el te.soro,
A. ALAMO, DR. A. M. ALAMO, DR. D. ALAS Y J. M. ALVARADO 7
Y^lamo, YViitomo. j
de los combates y la instabilidad de los comicios populares, por
Miranda, Bolívar, Sucre, Zea, Ro.scio y tantos varones preclaros que
ostentan en sus manos los instrumentos del martirio, mientras que
sus frentes esplenden con la aureola de la gloria.
LA CUNA Forman allí contrastes sublimes desde las escenas de la natu-
raleza, hasta las pasiones humanas en todas sus gradaciones se ;
deleitarán desde ahora con vuestros trinos matinales. Columpiad De la amplitud del punto de vista y del superior criterio con
que están escritos esos verdaderos cantos, fluj^en la forma original
las ramas, árbol más viejo y querido del corral desde hoy jugará
;
en vuestra sombra otro niño de rubia cabellera. Hay encendida y la encantadora naturalidad que admiramos en la producción del
publicista venezolano.
una luz más en el altar del amor.
Acércate, Euis, llega á e.sa cuna blanca, como pomos de
Como .senderos iluminados con la luz de la verdad, se destacan
en los cuadros del señor Rojas, grandes tipos, y luego, el escritor,
nieve virgen ve en ella sonreír á un destello de tu corazón bé-
; ;
con singular habilidad y maestría, va agrupando .sucesos en insen-
salo, y en un be.so confunde tu alma con la de ese reciennacido
sible progresión ha.sta que se presentan patentes al espíritu las
celestial.
afinidades históricas para concentrarse en las ideas capitales que
La cuna es el preludio del poema santo de la familia. Salve,
constituyen el pensamiento dominante en sus estudios. Tal es el
mensajero de días felices para los padres virtuosos.
proceso lógico de las inteligencias creadoras.
Canta con tus hermanitos queridos el himno de todas las
Entre los divulgadores de la ciencia acaso ninguno ha encon-
alegrías.
trado la unidad en la variedad, comprendiendo mayor e.spacio de
Canta la plegaria de las armonías filiales.
tiempo y más vastos horizontes, por lo que la obra de Arístides
Se abrieron los cortinajes azules de la alcoba nupcial y ya se
Rojas, si cautiva la atención de las pre.sentes generaciones, está
oye el ósculo cariñoso de la madre en la frente del hijo idolatrado.
llamada á perdurar, como que lleva en sí la investidura de lo me-
morable.
Antonio Alamo.
Junio 26 de 1894. Caracas, 12 de Octubre de 1880.
—
Alamo, doctor Angel M. Alas, doctor Domingo.
formular á algunos amigos, hasta que leí en La Opinión Nacional, Y dijo éste —Yo .soy todo consuelo
:
que hemos visto de.senvolverse en esas lecturas, bellísimas en la Ternísimo suspiro en lo profundo
forma, pintore.scas en la expresión, profundas y trascendentales en De aquellas almas que el dolor azota,
los conceptos.
Brotó un beso sublime, sin segundo.
Como la ciencia abarca el mundo físico y el mundo moral en Beso divino la primera nota,
:
América meridional, evoca el autor los recuerdos de tres civiliza- Y absorto en su poder, presume erguido
ciones y en análisis y síntesis basados en la filosofía de la historia, Con su copa tocar el firmamento.
marca los vestigios aún exi.stentes, anota las coincidencias y fija la
tendencia de los hechos para fundirlos en la turquesa de la idea
El trueno ruje con fragor violento
cristiana y proclamar triunfantes un solo Dios, una ley moral y la
Retumbando en el valle estremecido,
Mientras rayo de potencia henchido
el
verdadera sabidmía que tiene por fuente el Evangelio.
Furibundo le arranca de su asiento.
En esas páginas pasa en majestuosa revista, la civilización
.
ma-
nifestándose de.sde temprano la locura de las ideas. Su falleci-
porque no es fácil obtener ciertos datos, por decirlo así críticos, qué
miento tuvo lugar en París el 24 de Marzo de 1882.
revelarían á las claras casos patológicos ó servarían de fuertes indi-
cios para establecerlos, este ensayo tiene tal vez su razón de ser. Poco antes de esto decía de él el .señor Tejera «En varios
Hoy el concepto que se tiene del alcoholista di.sminuye su :
^
artículos de Riera advertimos que el e.scritor flaquea cuando
:
le
I
relámpagos
huinanidad y en todo caso es de nue.stro deber el examen del
;
;
'
7
res-
zo de la enfermedad). «Toda impre.sión moral extraordinaria pro-
pecto de las causas que mantienen vivo el horror á la enfermedad
y duce en mí el mismo efecto de la ráfaga tempestuosa sobre la
el interés en disimularla de parte de las familias que tienen la
mala
'
suerte de abrigar enfermos en su seno. antorcha encendida ó la luz vacila en agitación constante, ó ce-
Nadie piensa ahora con ;
mo, y que las penas eran .severí.simas para el mal aventurado en- del náuta cuya brújula fue rota, e.sta nave del alma, desmantelada,
_
fermo, y que la responsabilidad se trasmitía á lejanas generaciones. arroja su ancla, para quedar inmóvil .sobre el mar muerto del dolor
Esto .sentado, vamos á nuestro objeto. en que desfallece. Similis factiis siwi cum pdlicano solitudinis
; fac-
tus sum sient nydicora in domicilio: me he vuelto semejante
I Este estudio lo comenzaremos con el distinguido ingeniero :
al
don Juan Manuel Cajigal, en quien hubo un desarrollo tan carac- pelícano que habita en la soledad parézcomo al triste buho en su
;
terístico de la meningo-perieiicefalitis difu.sa, que ba.sta un poco albergue (Ps. loi). Pero el sufrimiento se mitiga, la reflexión nos
de conforta y en toda su altivez la dignidad humana, tornamos á la
atención para reconocerla. Es muy cierto que en la biogiafía pu-
blicada por uno de^sus discípulos, el señor O. Mene.ses? hay \in '
calma de la conciencia SULisfecnH. F'ue todo ello una nube inter-
manto de discreción que sienta bien al género literario en boga puesta ante el sol de nuestro camino y es de ley que las .sombras
;
en Venezuela (a); pero una reciente publicación del señor Á. huyan y la luz permanezca.» El e.studio de la Biblia parecía influir
Rojas (b) pone fuera de toda duda el carácter de la lesión, que es, poderosamente en sus ideas y en su estilo oriental !
por lo demás, una de las más comunes de nuestro siglo. Cajigal El General León de Febres Cordero sentó plaza en 1812
III.
nació en Barcelona en 1802. Es muy probable que hayan existfdo :
á la edad de quince años y dejó el seiaficio en 1863. A los 69 años
antecedentes hereditarios en los varios miembros de su familia, es- I'
fue atacado de una congestión cerebral, que dos meses más tarde
tablecida en el Oriente de la República lo que .sí .se sabe es’que
;
'
á la escena en sus ricos trajes y propios coloridos, lo mismo á Eu- su arte, conoce el derecho público, la ciencia de administración,
¡
y
elides que á Descartes lo mismo á Homero que á Camóens lo
;
; i
los libros han sido su vagar como .se refiere de otros generales de
mismo á Fidias que á Miguel Angel y Canova á Rafael
y á Mu- ;
nombre. Es por lo dicho hombre de pensamiento, y el orden,
,
rillo; á Herrera, Calderón y á Cervantes, como al chistoso Bretón )! que es cualidad de organización y que él posee, hace que su pen-
al satírico Larra de nuestros días.«
3''
A los ocho años, es decir, á ^
sar se vueK'a en oura por eso es tan movible y al mismo tiempo
:
las 37 de su edad, .se efectuó en él un gran cambio. tan minucioso. Sus maneras .son insinuantes, sus conocimientos
'I
Torna á París como Secretario del .señor P'ortique, Mini.stro de f varios, su patriotismo probado y tiene una cosa que vale mucho-
;
el delirio de las persecuciones. «En Cajigal, dice Rojas, la de.sgra- cho, de rostro ancho y facciones abultadas, color trigueño encen-
cia comenzaba por la monomanía tranquila, tímida. Creía que dido, ojo.s pequeños 3' vivaces, labios gruesos, pelo liso 3- negro;
iban á perseguirle, que querían a.sesinarle,
y estas ideas tomando nunca usó barba. Vestía siempre de negro, como si tuviese que
creces en un cerebro que tanto había trabajado en el -estudio
y en entraren cualquier momento á la Academia, y andaba por la calle
(a) Diografmde J. M. Cajigal, fundador de lo.s estudios matemáticos en Venezuela.
(¿) Recuerdos de Cajigal Caracas, 1892. 169
;
(f) «Perfiles Venezolanos» pág. 257.
DOCTOR LISANDRO ALVARADO
9
ba de creer que al tragar la carne de pescado .se malvado el mónstruo el ignorante el usurpador
:
:
el impío y :
causaba, hasta produ- nes que era un corazón sin virtudes el alma
cirle, aun a la edad de 8o años, un
acceso de epilepsia inmediata- y más feroz que se hu-
biera conocido.» De igual modo le trató el general Morillo antes
mente. No es de extrañar que en estas condiciones tanto las
causas determinantes del mal como las obsesiones del armisticio.
variasen hasta Por otra parte, las anécdotas referentes á Casacoima
imitar ba.stante bien un estado histero-epiléptico. (h) v al
En el combate banquete dado á Irwing en Ango.stura, en que manifestó
de Cliire (1815), provoca las convulsiones una impulsos
serpiente v después ^nos de imtarse, se dan la mano con las cartas publicadas
de ellas y del liiecho de armas, vaga todo el en el
día en el campo con
«Diario de Debates» de 1826 {g). Es, además,
.síntomas manifiestos de locura epiléptica.
En una de las exhibi- un hecho notable
ciones de Barnum en Nueva York excita las que el Libertador no tuvo .sucesión, siendo él mismo
convulsiones una boa descendiente
de una antigua y numero.sa familia
y «sm perder el uso de la razón,» manifie.sta en medio de ellas qué y muriendo tuberculo.so á los
muchas serpientes le estrangulaban y bajaban enro.scándo.se 47 años de edad.
en los este ligero e.sbozo con parte del retrato
pulmone.s corazón, vientre
y piernas, pidiendo á gritos que le T -u
Libertador hecho por el Dr. Roulin. «Era Bolívar hombre de talla
físico del
libraran de los horribles animales. En el curso del acceso reco-
noce al Doctor Beales que le asistía. poco menos que mediana, pero no exento de gallardía
Otra vez, en 1858 fue la en sus moce-
íractura de una pierna el motivo del ataque. dades delgado y sin musculación vigorosa de
Por lo demás parece
:
temperamento esen- ;
que en ocasiones se limitaba este á la aura, mientras cialmente nervioso y bastante bilioso, inquieto en
que en otras todos sus movi-
era completo hasta aparecer la espuma mientos indicativos, de un carácter .sobrado impresionable,
en la boca pero antes ó impacien-
te e imperioso. En su juventud había sido
después del mismo, acaecía de ordinario que despertase
dando voces
;
muy blanco (aquel blanco
de mando, o con el grito de guerra «mi lanza mate del venezolano de raza e.spañola), pero al cabo le
mi caballo » : había queda-
Escribe el en sus memorias
! '
excitación nerviosa, que me impelía á lanzarme que mesurado, pero con frecuencia cruzaba los brazos
contra el enemigo actitimes e.sculturales, sobretodo en los momentos y tomaba
para recibir los primeros golpes lo que .solemnes. Tenía
habría hecho siempre si ;
la cabeza de regular volumen, pero
mis compañeros con grandes esfuerzos no me admirablemente conformada
hubieran retenido.» (/)
No terminaremos sin manifestar la opinión del Doctor Rojas deprimida en las sienes, prominente en las partes anterior
rior, y mas abultada aún en la posterior.
y supe-
en este punto. «Refieren las crónicas de El de.sarrollo de la frente
familia (dice él), que Páez,
en sus tiernos años, fue mordido primero era enorme, pues ella sola comprendía bastante
por un perro hidrófobo y más de un tercio del
meses mas tarde por una serpiente venenosa, sin rostro, cuyo óvalo era largo, anguloso, agudo
que nadie hubiera en la barba y de pó-
podido sospechar que en un mozo acostumbrado mulos pronunciados. Casi siempre estuvo el Libertador
al ejercicio corpo- totalmente
a eitado, fuese por si.stema
ral hubieran quedado manifestaciones
ocultas, consecuencia de las ó por no tener barba graciosa ni abun-
heridas que recibiera, dante. Tenia los cabellos crespos y los llevaba siempre
y que los años corrieran sin que ningún .sín- entre una mecha enro.scada .sobre la parte
divididos
toma se presentara en la comstitución sana superior de la frente y
y robusta del joven guedejas .sobre las sienes peinadas hacia adelante.
llanto, hasta que fue presa de cruel idiosincracia Algunos escri-
(.se refiere á la
ohdiotobia ya mencionada) que le acompañó tores han dicho que Bolívar tenía la nariz aguileña,
hasta el fin de la vi- .seguramente por
da.» Lronica y opinion las creo muy dudo.sas. no dar a este adjetivo su acepción verdadera, que es lo
de lo corvo
i^talles característicos he podido obtener del céle-
como el pico del águila. Lejos de esto, el Libertador tenía el
perfil
,
bre Ministro de E.stado, don Simón Planas. Nació en enteramente va.scongado y griego, principalmente por
Barquisimeto el corte del
en 1818 muño en Caracas el 16 de junio de 1864, en momentos i
IX Con la misma vacilación apuntaré por último el nombre «Por esclavos -les dice-ym nos cuenta))
del afamado médico Doctor Guillermo Michelena, en quien, sin «En su ambición audaz el extranjero » :
embargo, es posible seguir el curso de los caracteres 3' condiciones
«Vamos á combatir con brazo fuerte,))
ideológicas por medio de una familia un tanto numerosa. El Doctor «Y ser por siempre libres, ó la muerte.))
Michelena tuvo ataques, á no dudar, de alucinaciones, abrazando
con calor las doctrinas espiritistas en un tiempo en que estuvieron
en boga en nuestro país. Viósele en otra ocasión confundirse con Dice, y los vientos raudos condujeron
los cargadores de una imagen en las procesiones que se estilan en Sus ecos de furor, de monte en monte,
el rito hispánico, andando descalzo por la calle en semejante faena. Y es fama que de sangre .se tiñeron
Los celajes del límpido horizonte.
¡
i
En medio sus conciertos espantosos.
! . .
Y su alma en patrio amor arrebatada. Digno hijo del sol que nos alumbra.
La vida misma la valora en nada. Duerme por siempre en paz. Yo, reverente
He querido cantarte. me deslumbra
. . .
á todos ilumina.
Revélame cariño.so,
Un a/£-o con que deliro ; III
Pero escoge silencioso
El lenguaje del su.spiro. Quién más útil que tú ?
¿
Colón de.scubrió la América, pero tú has descubierto el secreto
de multiplicar en poco tiempo los adelantos del espíritu.
Pl.se lenguaje que al alma El trabajó solo por un mundo ;
Ora la arrulle la calma. E.SOS conquistadores afamados, e.sos genios poderosos, cuyas
Ora la abata el dolor. hazañas nos refiere la historia, hicieron cosas estupendas, levanta-
ron ó abatieron imperios, pero e.sclavizando degollando á millares
de hombres, que tenían derecho á la libertad y á la vida.
«Fueron grandes (dice un e.scritor al hablar de estos genios de
A.fiez Casas, F íctor*Fepauaclo. de la destrucción;, pero lo fueron como los huracanes, como las
tempestades, como las convulsiones de la tierra en las erupciones
de los volcanes.
De esta grandeza no queda á los pueblos, sino tumbas y vani-
dades estériles.»
MI CREDO Tu gloria es más legítima.
Esa gloria es tan pura y hermosa como el lampo de las es-
trellas ;
los
Lejos del mundo y de su pompa vana. !
?
Tu
invento ha dado á la inteligencia un poder que no tenía,
un poder casi infinito.
j
'
Falsas son para mí sus alegrías. Gracias á tí el hombre puede ya hablar al universo
Mentira todo lo que arrastra al hombre
i
y á los
I siglos.
Todo, fuera de Dios, locura humana. Genio inmortal ! Yo te saludo !
I i
12 ANTOLOGIA GENIÍRAL
TVraiida, Francisco.
Alegres fiestas reclaman tu presencia ¿por qué has olvidado
DISCURSO tus diamantes y adornos ? ¿ No amas ya tus cabellos
;
? ¿ Perdieron
para tí su belleza las gasas de tus ve.stidos ?
¿ No es ya el vals ese
placer inefabje que ayer te tra.sportaba impaciente lía.sta
los más
Intérprete de los sentimientos de esta respetable reunión, creo agitados sueños del delirio ? Tu planta lijera se desliza, como
las
que lo soy también de los de toda Venezuela al manifestar, señores, brisa.s de la mañana, al compás de la armonía
la gentileza de ;
por respeto á vuestro mandato, las ideas que me ocupan en este tu talle es la de las sílfides, cuando te enrregas á los
torbellinos
momento y que han producido la satisfacción de todos los corazo- fantá.sticos de la danza
¿ por qué falta tu figura en ella? ¿ Por qué
:
nes y un jiibilo general. Consagrado el ilu.stre Páez al .servicio de se ausenta pensativa la reina deseada del festín ? Ay
nada de eso !
su patria, llevó las armas contra sus enemigos, logró triunfos es- halaga } a tu fantasía ¿ que cambio hace morir así tu animación
;
pléndidos ;
la libertad le coronó con el laurel de Marte. Denodado, en un su.spiro?
intrépido, constante, adquirió en los campos de batalla los más Alza a ese cielo la mirada que dulcemente alumbra su.s es- :
justos títulos de la inmortalidad su nombre .se repetirá con sus pacios la Jimpia luz de esa hermosa luna
¡
:
esa apacible claridad de la e.speranza, cuando se eleva á lo
alto de
durante su vida, y hará, re.splandecer su memoria en los fa.stos mili- nuestra existencia disipando las sombras de la melancolía.
tares de la América y del mundo. Pero no es esta su única reco-
Mira
esa ciipula sin termino, en que rielan estrellas innumerables
mendación. A
los triunfos de la Independencia, sucedieron las
como
las lámparas de una fiesta univensal
á que sirve de templo el fir-
discusiones domésticas y las calamidades de la guerra civil. La mamento. Levanta los hermo.sos ojos; un rayo delastro de la
hermosa Colombia fue dividida por los errores y la discordia y ; noche iluminara tu corazón, como ilumina esa lágrima que corre
Páez, en medio de los partidos enfurecidos, se encarga de presidir por tu mejilla. Así, asi. ¿no sientes que delante de ese e.spec-
. .
comstitucionalmente á Venezuela. El tiene la dicha de que el pe- táculo respira mejor tu pecho? ¿No te embriaga ese aire como un
ríodo desu administración .sea llamado el primero de la Ley, y que sueño de la fantasía adormecida ? Para tan sublimes encantos no
en realidad haya sido el de la tranquilidad y el de la e.speranza. tienes una palabra de admiración la inmensidad de ese firma-
Este magistrado, desempeñando dignamente el principal deber de mento, que derrama á torrentes el deleite, no te envía á tí sino un
¡
de dificultades, de incertidumbres y peligros, él ha trillado la .sen- tu bella alma, como ese lago, refleja el cielo en su pureza
y flores
da que deben seguir sus suce.sores en todos tiempos, y principal- brotarán á tu paso y trazarán sobre la tierra tu camino. Mi voz,
mente en cualquier conflicto, porque él prueba que en toda circuns- demasiado áspera para tus oídos, no puede consolarte háblente :
tancia la fuerza del Gobierno no. consiste tanto en la extensión de en su lenguaje mi,sterioso las armonías interminables de esa alegre
sus facultades, como en el uso económico y acertado de las que les corriente. Oye ella se desliza entre saludos mil á sus orillas
están concedidas. Páez ha tenido, por fin, la fortuna de ser hasta para detenerse extasiada y silenciosa reflejando en su seno las es-
ahora el único que entre nosotros de.sciencle sin azares del primer trellas ella te promete una felicidad como la suya
;
y te invita á
puesto, cumpliendo la ley que le colocó en él. El desprendimiento continuar la vida sin que asome á tu frente la tristeza, ¿ También
de este esclarecido ciudadano es hoy su mérito más eminente, ese arroyo te hace mal ? ¿ vuelves el rostro ? ¿ suspiras ? . . .
los días han espirado unos tras otros dejándote para adornar tu
lo que los hace dignos de vos y de los que me han obligado' á emi-
frente el más puro de sus rayos tus recuerdos son bellos como
tirlos. No he dicho más que lo que he oído á otros, lo que nadie esperanzas y tus esperanzas podrían formar un cielo á la más aérea
;
Inocente virgen, quéteaflije? ¿Porqué brilla una lágrima él .seres divinos que se parecen á tí la existencia, desde el naci- ;
en tus ojos abatidos ? Ayer rizabas tu negra y reluciente cabellera, miento hasta la muerte, os debe sus días de felicidad, la re.signa-
radiante la frente de esplendores y llenos los labios de sonrisas ción, la esperanza, el olvido del pe.sar. ¿ Por qué abatirte, por qué
¿ por qué inclinas ahora la cabeza, como si fuese un peso su her- buscar la soledad para derramar en ella, en suspiros que así te rin-
mosura, y descuidadas de.scienden por tu seno las trenzas de tus den, lo más precioso de tu vida ? Hablas? Ya te escucho com- ;
cabellos? Las melodías de una música seductora animan las dan- prendo ahora tus tristezas. ¿ Lloras, porque amas demasiado iodo
. .
siasmo y apartada de tus amigas buscas la soledad ? Tú no lo medio de todos Uis amores, aun se halla tu alma demasiado sola ? . . .
sabes y al preguntárselo á tu alma .se hace tu tristeza más profun- \hrgen encantadora, yo te prometo por existencia un paraíso en
da y sólo me respondes con un suspiro nombre de tu sensibilidad angelical y por premio de ese suspiro.
F. ARANDA, F. ARANDA Y PONTE, B. A. DE ARMAS Y P. ARISMENDI BRITO
empañar un instante la faz risueña de esa luna, pero qué importa, nía, ocultándose en forma de nubecillas en las hondonadas déla
si basta el menor soplo del viento para disipar la negra sombra
montaña, como esquivas damiselas enamoradas, al sentir el agota-
y miento en las caricias de la Aurora, al a.somarse majestuoso é
restituirle su esplendor ? Una hoja seca, desprendida de un árbol
de sus orillas, ha borrado las estrellas en el cristal de esa fuente, :
imponente el Astro-Rey, aunque éste .se decidiera, en sus prefe-
pero no ves ? Al tranquilizar su seno, brilla más bello el firma- :
los cei- I
bos gigantescos del talado monte.
Las nubes nacaradas, de púrpura y como copos de nieve, en
alegórico conjunto, pre.sentaban en nuestro cielo aspecto de cor- En la falda del Avila gigante.
tinaje en la alcoba del a.stro— rey, completando el dosel
empíreo Del Anauco pausado á los rumores.
un cielo azul, como el de Andalucía, tachonado con estrellas bri-
Abre una flor la córola fragante
lladoras que asomaban pudorosas. Mal escondida entre las otras flores.
'
Momentos después el manto de la noche cubrió Sin nombre, sin historia en la pureza
ia llanura. ;
Los seres que demostraban alegría y tanta actividad, cedieron, Su vanidad cifrando y su contento.
vaporosos, como absortos antela grandio.sidad, en tales horas, dé En vano el sol denuncia su belleza
las leyes del Universo. Y el aire se embalsama con su aliento.
La perínclita madre natura engalanóse con los atavíos soño-
lientos é hizo imperar de augusta manera el silencio.
Flor de los cielos Quien la vista encanta.
!
^
Pero no obstante, alguien se sustrajo de aquella influencia, Espiando cómo en la penumbra asoma.
demostrando evidentemente que se sentía impresionada con el es- Siente hecho el corazón un arca santa
pectáculo la Soy—sola.
•
Su cauto cadencioso y sentido conver-
Que guarda sus colores y su aroma.
giendo desde los bosques lejanos que limitan la .sabana
sir\'en de residencia, oyéndolo aun en mi alcoba
y que le Un día la vi ; su padre sonreído
en hora avanzada Afanoso del sol la defendía,
de la noche, me sirvió de testimonio fiel para creer que
se entrega
ala misma contemplación que me retuvo en esa tarde por algunas
Y sin saber por qué yo enternecido
Tal sonrisa y afán agradecía.
horas abstraída. De allí el cariño con que siempre he distinguido
a la Soy-sola. ^
Otra vez en el templo ruborosa.
Medio oculta entre gasas y entre cintas
La vi y la amé como amaría á una rosa.
Por extasiar los ojos en sus tintas.
ACUARELA
Por perseguir su aroma en el ambiente,
Y en memoria atesorar constante
la
La imagen de su córola ríente.
Vista, amada, y perdida en un instante.
Cuando con sus dos mejillas, Huésped cruel que las córolas tempranas
Do leve carmín bañadas, En desgarrar se place,
Dos rosas aún no tocadas Y su botín de miel y aromas hace
Que guarda inquieto el pudor. Saqueando las más puras y galanas :
¿ Por qué burlaste la esperanza mía ? Cuando en tus negros y .serenos ojos
¿ Por qué tan tarde descender al suelo ? Abrasado de amor arder pudiera.
Cuántas veces, perdido caminante,
Al oír en la choza no lejana
El ladrido del perro vigilante.
Cazando, esperé verte como Diana.
LECCION DE FLORES
Cuántas, dormido del nativo río,
Y su ribera en la esmaltada alfombra.
Tendí los brazos y estreché el vacío.
Corriendo al despertar tras de tu sombra. Aun es niña mas lucha ya indecisa
;
Y si te ama ó si te adora,
no sabe
Y pida amor, ó bien sencillo
si te
Ore á tus plantas de ángel, cual se ora LUZ DELA SOMBRA
Ante un cuadro de Dolce ó de Murillo.
Que, cuando incierta el ánima así j^erra.
Te cree la virgen, en su vago anhelo. Los esplendores del cielo
De la postrer pasión aquí en la tierra, Va sorbiendo el horizonte,
Y del primer amor allá en el cielo. Y sobre el llano y el monte
Tiende la noche su velo.
El orbe se entenebrece.
Mas para el alma que guía
MADRIGALES La fe á su Dios, nuevo día
De entre la sombra amanece.
I
Que cada objeto que encierra Sobre ellas tiende fada benigna
El universo, así en calma, Velo lijero de gasa azul.
Presenta asidero al alma Cuando contempla la virgen índica
Para alzarse de la tierra. Del .sol poniente la última luz.
Mi barquilla varada
LOS PIRAGÜEROS Dejé en la arena
Por venir á cantarte
á 111 i a in i g o Ij ti i s IP é !• e z. Cabe tu reja,
P'lorperegrina.
Que creces á la margen
Del Tacarigua.
I
Suelta la marra !
Meciendo está
La brisa mi piragua.
Si entre las ondas se alza Ven á bogar.
Cruda tormenta
Y nos arroja náufragos Mas tú no me amas como solías ;
'
Y el ave ya impaciente. Y i
quién no lo creyera !
Eleva, Madre tierna.
Ahora mismo te miro, Nuestra contrita prez
Quiso besar la riente
Corola de la flor.
Y pieiLSO que eres ella A la man.sión eterna
¡
Aycuando ver creía
!
Consuelo y esperanza.
De gracia y de belleza. Oh qué traición, qué afrenta Dios te salve María !
! !
Pues de tí vino al mundo
Tributó á sus encantos Mi hijo, el que á los hombres,
Propiciatoria ofrenda
La paz, la fe, la luz.
: Subyirga con mi fuerza : Hoy que adora,
el cielo te Cuando nació á .salvarnos.
Rindióla el arco de oro. El que á los seres todos Detén, Virgen clemente, De tu vientre, Jesús.
El aljaba y las flechas, A .su poder sujeta, La diestra vengadora
Y aspiró á sus caricias. Y cuyas dulces leyes De Dios omnipotente.
Prosternado ante ella. En el Olimpo imperan, Quebranta la cabeza
A una mortal humilla
.se ;
Al Leviatán del Asia,
Lo cierto es que celosa A una mortal entrega Pues para obrar portentos
La altiva Citerea, Sus dardos. . . . !
I
I
Llena eres de gracia.
¡
Ay !
que el aire inflama No el que bu.scas ansioso.
De alígeras centellas lluvia ardiente : Mundo perdido en tártaras regiones ;
i
Ay abismo brama
!
que el ;
Mundo nuevo, coloso
Y el trueno zumba y el bajel tremente ;
De los mundos, sin par en perfecciones.
Cruge, y restalla, y sucumbir se siente. De innumerables climas 3’ naciones.
i
Ay triste !
que arra.strado De la altiva palmera
De pérfida esperanza, al indo suelo En la gallarda copa dulce e.spira
Remoto y olvidado, Perenne primavera ;
j
Colón
cláva la entena !
;
La nube fulminante
Corre, vuéla no atrás, avante mira ;
;
Su terrífica voz lanzará luégo,
Al remo no des paz no temas ira ;
! Y tinieblas, y horror, y Ihrvia, 3' fuego.
Y aunque fiero, atronado Y del mar al bramido
Ruj a el mar, clame el hombre y brame el viento Unirá contra la envidia artera tí
j
Oh noble, oh claro día Todo será el delirio :
'
De ínclita hazaña 3- la ma3’or victoria De pérfido anhelar que vence, 3' llora
De la humana osadía. Gozo, gloria, martirio ;
Angel te llama 3' como Dios te adora. Al polo alcanza, hasta el empíreo asciende.
¡
Qué humana fantasía Del incógnito clima
Dirá tu pasmo, 3’ cuánto el pecho encierra ¡
Oh
rey de Lusitania los portentos !
Feudali.smo y la Conquista.
¿ Ba.stará tu corona, que empeñada
Con todo .su poder .se vió en Granada?
II
Dilo tú, que en el templo
Vagas inulta en medio á los despojos,
¡
Oh .sombra de alto ejemplo ! Del lado acá del Atlántico no había pueblos. Hallábase como
En cuya mano y .sien miran los ojos perdido entre las brumas de dos mares un vasto territorio, habitado
Grillos por cetro, y por corona abrojos ! por una raza considerada infecunda para la civilización.
La bandera de San Quintín y de Lepanto flameaba orgullo.sa
Mas no á la gran Castilla diciendo á las naciones que desde el Anahuac hasta la Tierra del
El ro.stro vuelvas, ni á Isabel, ceñudo
Fuego, la América era propiedad de aquella monarquía española,
No es .suya la mancilla ;
altiva y fiera, valerosa y déspota, que extendió su dominio por todo
Que á tí fue abrigo cuando más desnudo ; el Univenso.
Al indio madre al africano escudo.
¿ Podía el re.splandor que .se extinguió fugaz en Europa ilumi-
;
Y unirá .su alta gloria nar la tierra americana, nacida bajo el azote de la conquista cruel
A tu gloria la tierra agradecida 3" aleccionada en las durezas del de.spotismo sombrío ?
Al contemplarlo, en el Edén primero maravillas del Despotismo han cegado las almas. Obedeciendo á
Volando .se creía la predestinación de su genio, visita la ciudad del Capitolio, para
;
Y Edén .seráen el tiempo venidero, pedir á su sagrado polvo inspiraciones, 3' las ruinas mismas de la
De la cansada humanidad postrero. ciudad eterna están mudas la sombra de los Emperadores pesa
;
Donde busquen asilo blica 3" la Libertad parecen e.scondidas en el más lejano crepúscu-
Hombres y leyes, sociedad y culto, lo ! Duda terrible ! ¿ Qué re.sponderá él al grito de su
Cuando otra vez al filo conciencia que no le habla sino de Libertad y de República ? ¿ Ha-
Pa.sen de la barbarie, en el tumulto brá de llorar desalentado, confe.sándose el juguete de un Dios im-
De un pueblo vengador con fiero insulto. placable que le empuja sin ce.sar hacia horizontes engañosos, cuya
Ay de ellas, las comarcas realidad ha .sido para los pueblos una mentira de.sesperante, como
¡
Viejas en el delito y la mentira para el viajero los mirajes del desierto? No, porque él es déla
:
De pueblos, de monarcas. verdadera estirpe de los héroes y los héroes no tienen lágrimas
;
Cuando el Señor, que torvo ya los mira, sino de fe y de entusia.smo. Como Eneas, que .salvó sus penates
De.scoja el raj'o y .se desate en ira por entre las llamas que devoraban la ciudad de Príamo como ;
!
Paz clamando, y altares ; las tinieblas que le rodean, .se envuelve en las centellas ardientes
Y después de las culpas y el castigo de .su e.spíritu, recuerda la palabra sublime que brotó del Calvario :
Nuevo mundo hallarán cordial y amigo. « Razas de la tierra, libres .sois,« jura ante el Dios que le posee sal-
var el Credo de la Libertad, y darle por templo la vastísima región
1
Colón ! I'll mundo hermo.so
Que de .su .seno á las hinchadas olas
que circundan el Atlántico 3^ el Pacífico.
Arrancaste animo.so,
Coronando de eternas aureolas IV
Las invencibles armas españolas.
Así de polo á polo Un maravillo.so espectáculo .sorprende al Univer.so. Un hom-
Resuena el canto extiende tu renombre ; bre ha osado acometer lo imposible, contrariar el mundo en su
Por los cielos Apolo : camino el mundo marcha sojuzgado por la senda del despotismo
:
;
Y, emblema de virtud y gloria al hombre, y e.se hombre quiere conducirlo á los campos déla libertad. El
De una edad á otra edad lleva tu nombre. despotismo tiene por atleta al más pujante campeón que hayan visto
20 ANTOLOGIA GENERAL
las edades. La Europa está anonadada con los prodigios de su genio. '
Bello, -A-iadvés.
El nuevo gladiador no tiene para oponér.sele más arma que su pa- i
ben juntas en el ámbito del globo. Su lucha es solemne, porque I A la agricultura de la Zona Tórrida.
ella decide la grancau.sa de la humanidad, que ha venido debatién- !
do.se al través de los .siglos y en esa crisis del bien y del mal, hasta
;
Que
!
;
al sol enamorado circunscribes
minios del Trópico, la tierra los despedaza con estremecimientos
El vago curso, y cuanto sér se anima
volcánicos. Creeríase que, como en la epopeya del viejo Homero,
En cada vario clima.
hay verdaderamente dio.ses apasionados que han puesto los elemen-
Acariciada de su luz, concibes !
luz rasga la atmósfera de tormentas que envuelve el mundo? Si- Das á la hirviente cuba ;
lencio !Es que la faz del Universo cambia Esa luz es la e.spada
!
No de pi:rpúrea fruta, ó roja, ó gualda,
de Bolívar que centellea e.se fragor es la caída de los baluartes del
; A tus florestas bellas
despotismo. Los opresores de América huyen, mudos de espanto, Falta matiz alguno y bebe en ellas ;
como huyeron del templo los sacerdotes de la Roma pagana al lucir Aromas mil el viento ;
se alfombran de flores los campos, un sol deslumbrador refleja sus Bulle carmín viviente en tus nopales.
rayos en horizontes de ópalo y zafir ? ¿No ves los altos montes ca- Que afrenta fuera al múrice de Tiro ;
rescatar una verdad que es tesoro, no de una raza, ni de un de pue- Que cuando de süave
blo, sino de todos los pueblos y de todas las razas. Humo en espiras vagarosas hu}’a.
Solazará el fastidio al ocio inerte.
Tú vistes de jazmines
VI El arbu.sto .sabeo (2)
Y el perfume le das, que en los festines
Desciende, oh Aguila conquistadora y ve á repo.sarte herida
¡
! La fiebre insana templará á Lieo.
sobre el árido peñón de Santa Helena. Deja que el Cóndor de la Para tus hijos la procera palma (3)
Libertad cruce sin rival el espacio y dé sombra á los pueblos por Su vario feudo cría,
sobre los cuales ha pa.sado tu vuelo como un soplo terrible Y el ananás sazona su ambrosía.
Cuando el recuerdo de tu amo, el atrevido Corso, aparezca Su blanco pan la yuca, (4)
contigo en la oscura región de las edades, las naciones se agitarán Sus rubias pomas la patata educa,
angustiadas, temiendo que otra vez las fascinen tu fuerza prodigiosa Y algodón despliega al aura leve
el
Las rosas de oro y el vellón de nieve.
y la majestad de tu grandeza.
ave de los Andes, símbolo del genio de Bolívar,
Tendida para ti la fresca parcha (5)
Cuando el
haya penetrado más allá, en la infinita lontananza de la Historia, :
En enramadas de verdor lozano.
Cuelga de sus sarmientos trepadores,
uno y otro hemisferio le saludarán como el Numen benéfico que
Nectáreos globos 3" franjadas flores
vino á realizar promesas inmortales, reviviendo en el Universo la
:
El banano, primero
Embellécete oh Patria¡
Regocíjate y sé dicho.sa bajo la es-
!
'
los tiempos. Pero tuj'a es la gloria de haber reflejado en su alma E.scasa industria bástale, cual puede
la enérgica grandeza de tus maravillas y las claridades de tus lím-
pidos horizontes, en cuya contemplación .se emancipa, audaz, el Maguey ó pita [Ag.-U’E americana L.] queda el pulque. El Autor.)
[1]
pen.samiento. [2] El café es originario de Arabia, y el más estimado en el comercio viene
todavía de aquella parte del Yemen en que estuvo el reino de Sabá, que es cabal-
Atormenta con el cincel al mármol y al bronce, pide al genio
mente donde hoy está Moka. [El Autor.]
que creó el Partenón inspiraciones, y á los Andes sus bases graní- Ninguna familia de vegetales puede competir con las palmas en la variedad
[3]
ticas para levantarle monumentos é iluminarlos con el brillo de tus de productos útiles al hombre pan, leche, vino, aceite, fruta, hortaliza, cera, leña,
;
mil .soles. Cauta orgullosa, canta el himno de su inmortalidad, cuerdas, vestido, etc. [El Autor.]
sin temor de fatigar á la Eama, porque su nombre irá de siglo en |
[4] No se debe confundir [como se ha hecho en un diccionario de grande y
merecida autoridad] la planta de cuya raíz se hace el pan de cazabe [que es la Jatro-
siglo resonando en la memoria de los hombres, hasta que el Crea- |
'
de yuca] con la YuccA de los botánicos. [El. Autor.] —
Este nombre se da en Venezuela á las Pasifloras ó Pasionarias, género
[5]
Y aun después, si en los designios de su mente soberana, estu- abundantísimo en especies, todas bellas y algunas de suavísimos frutos. [E l Autor.]
El banano es el vegetal que principalmente cultivan para sí los esclavos de
—
viese rehacer el Universo con los fragmentos del planeta despeda- [6]
las plantaciones ó haciendas, y de que sacan mediata ó inmediatamente su subsisten-
zado, aca.so .sobre la cumbre de algún monte, aparecería una roca cia, casi todas las cosasles hacen tolerable la vida.
que Sabido es que el bananal
y
del Chimborazo que conservase impresa la huella de Bolívar. no sólo da, á proporción del terreno que ocupa, más cantidad de alimento que nin-
guna otra siembra ó plantío, sino que de todo? los vegetales alimenticios, éste es el
que pide menos trabajo y menos cuidado. [El Autor.]
; —
ANDRES BELLO 21
j
Do el interés barata.
En la dudosa
verá sereno lid
Tirano del deseo.
O animo.so hará frente
al genio altivo
;
A la tiernateobroma en la ribera
Que os tiene entre murallas prisioneros. La sombra maternal de su bticare ;
(i)
El vulgo de las artes laborio.so. Aquí el verjel, allá la huerta ría. .
’.
¿ Es ciego
error de ilusa fantasía? No a.sombran erizadas soledades.
Ya dócil á tu voz, agricultura, Do campos fueron, do ciudades ?
cultos
Nodriza de las gentes, la caterva De muertes, proscripciones.
Servil armada va de corvas hoces. Suplicios, orfandades,
¿ Quién contará
la pavoro.sa suma ?
Miróla ya que invade la e.spesura
De la floresta opaca oigo las voces, :
Saciadas duermen ya de sangre ibera
vSiento el rumor confuso el hierro suena. :
Las .sombras de Atahualpa 3" Motezuma.
Los golpes el lejano i
Ah ! de.sde el alto asiento.
Déla dicha mortal, burla del viento. Baldón estime sólo y vituperio
Mas al vulgo bravio El prez que de la patria no reciba, ,
El ramo de victoria
Y hurta el día
á los rollizos tallos
Colgado al ara de la patria sea,
Ya la primera flor desvuelve el seno.
Bello á la vista, alegre á la esperanza :
Y sola adorne al mérito la gloria.
A la e.speranza, que riendo enjuga De su triunfo entonces. Patria mía.
Verá paz el suspirado día
la
Del fatigado agricultor la frente, ;
i
Buen Dios ! no en vano sude. Oh jóvenes naciones, que ceñida
i
Del Ecuador, que del desmayo triste Honrad el campo, honrad la simple vida
Con renovado aliento vuelve ahora, Del labrador y su frugal llaneza.
Y tras tanta zozobra, ansia, tumulto. Así tendrán en vos perpetuamente
Tantos años de fiera La libertad morada,
Devastación y militar insulto. Y freno la ambición, y la ley templo.
Aun más que tu clemencia antigua implora. Las gentes á la senda
Su rústica piedad, pero sincera, De la inmortalidad ardua 3^ frago.sa.
Halle á tus ojos gracia no el risueño ;
_
Se animarán, citando vuestro ejemplo.
Porvenir que las penas le aligera. Lo emulará celosa
Cual de dorado sueño Vuestra posteridad y nuevos nombres
;
No es el laurel teñido en
Kn la lucha homicida
sangre hirviente
IBeumiiclez, Gr*al. JVTaiiiiel M.
El que orla vuestra frente,
Ni en pos de vuestro carro de victoria
Van ruidosos trofeos ; NOSTALGIA
Realizáis de una empresa bendecida
Los ardientes deseos,
Y veis la recompensa merecida
Que el noble empeño y decisión alcanza Las .soledades del mar Atlántico
Y en las
;
De bárbara anarcjuía. ¡
Almas de hielo Sórdido abismo, !
En patria ajena la última hora, Así cual su.spiran las castas palomas.
Y desamparo que la rodea,
el Suspiran sus senos, do reina el candor
Sin ver aquellos que tanto amamos. Sus senos que exhalan siiaves aromas.
Es trance amargo, hora tremenda. Aromas que embriagan de púdico amor.
Por eso es grato para el que muere. Sus negras melenas, manojos de seda.
Soñar que flores en torno siembran, Semejan, meciéndose al aura sutil.
Y que los sauces de su sepulcro Que cruza los aires brevísima y leda.
Tienen por riego lágrimas tiernas. Que halaga las flores del verde pensil.
Por eso mismo los corazones
Ostenta en sus tersas mejillas, riente.
Que habitan juntos playa extranjera
La flor de canela su rojo matiz
Pronto se aman, se enlazan pronto. ;
Que amor impone Dios por doquiera, Y errantes visiones que cruzan su esfera
Rocío del cielo que fecundiza Mecidas en ondas de gasa y de tul
Las .soledades del mar Atlántico Por ellas, que ofrecen también el encanto
Que adorna excelsa virtud.
la pura, la
Surca mi barca, .surca lijera,
Dirige el rumbo, busca las playas Por ellas entono mi tímido canto.
Que el Mar Caribe con ondas besa. Acorde perdido de pobre laúd.
Las ninfas indianas, las hijas del sol Traspasar azul del firmamento
el !
Remedan sus voces, }'a un canto, ya un ruego Arbol frondoso en árido desierto.
Que á el alma seduce, le inspira placer. Faro esplendente en el revuelto océano.
!
Blanco, Ediiavdo.
Y en mi entusiasmo loco y delirante.
Creo ver tus ojos reflejarse en ellas.
LAS QUESERAS
Y me parece oír en cada ruido
El eco de tu voz, vana demencia ¡ ! . . .
FRAGMENTOS
( )
Te llamo, no respondes y abatido
¡ !
«Y el alma de los justos su morada.» é.sos,los que mediante el superior designio del Genio poderoso que
preside y dirige el destino de naciones y pueblos, alcanzan un de-
.sarrollo .sorprendente. De resto, cuando el huracán ha dejado de
duda en tinieblas te sepulta,
«Si la agitar sus alas formidables, cuando el sacudimiento revolucionario
«Si buscas á tu Dios tarde y mañana, desfallece por impotencia ó se pierde en la serenidad de los hechos
«La oración rompe el velo que le oculta :
radicalmente consumados, el polvo ordinario vuelve al polvo co-
«Ven y póstrate á orar, alma cristiana.» mo la espuma, las medianías encuentran su sepulcro en la norma-
;
— Parcialidad de ;
la fortuna —
exclaman los no favorecidos, y,
Porque era el mismo Dios que hablaba á el alma !.
como siempre, se refiere al acaso lo que viene de Dios.
Carga y dispara con valor, soldado. Zaragoza y en Gerona. Ejército dominador de la Nueva Granada,
No temas ni un momento en la pelea. ,
triunfador en Venezuela en la anterior campaña .soldados orgu- ;
i
de su grandeza 3’ poderío !
'
por Os.sián, de ser llorado como Eneas Y Manrique, de denuedo Veinte mil espectadores, dominados por encontradas impre-
brillante. Y Salom, de virtud sostenida. Y Páez, en fin, que siones, la contemplan en silencio.
nuestra historia eleva hasta la fábula, y le di.sputa á Hércules sus A la
izquierda del Arauca, todo el ejército español, banderas
portentosos lauros. desplegadas y alineado en batalla, la espalda protegida por un
Como dos gladiadores dispuestos al combate, los dos ejércitos bo,sc|ue y haciendo ángulo recto con el río.
impetuoso Arauca. Tras él, como un torrente, se precipitan á la 3" el enojo que }>roduce en su ánimo la audacia de aquel in.sólito
vez, presuro-sos, revueltos, 150 jinetes escogidos la flor de los
; reto, no encuentra explicación satisfactoria al propósito oculto de
j
lanceros del Apure. Cruzan á nado, y sin ser vistos, á dos millas aventura tan descabellada. Sin perder de vista al escuadrón repu-
del enemigo, el caudaloso río, se alinean en la opue,sta ribera, y blicano, vigila el grueso de las tropas de Bolívar, hasta entonces
saludando con un grito de guerra al a,sombrado ejército republi- inmóviles pero de donde espera un movimiento reservado que
;
cano, que le contesta con ruidosos aplausos, parten veloces tras debe coincidir con la provocación de que es objeto.
las huellas de Páez, sobre la fila formidable de relucientes bayo- No se le ocurría, ni sospechar siquiera, como más tarde lo
netas que cubre el horizonte. confesó al Libertador en la entrevista de Santa-Ana, al hacer el
¡
Osadía sin ejemplo !
elogio del caudillo de Apure, que aquella inexplicable al par que
¿ A
dónde va aquel sublime enagenado ? ¿ Por ventura se es- audaz operación, fue.se otra cosa que una prueba más del carácter
tima superior al destino que así lo desafía ? ¿ Qué anhela ? ¿ Qué resuelto 3" de la heroica temeridad de Páez.
pretende ? ¿ Librar él solo una batalla ? ¿ Destruir él, con su Tales fueron las impresiones que dominaron en el primer mo-
lanza, lo que todo un ejército tiene por alta empresa ? ¿ Dar á la mento á los opuestos bandos.
América, con la medida de su arrójo inaudito, el espectáculo de Entre tanto, ni un grito, ni un disparo, ni otra provocación en
los juegos olímpicos de la remota antigüedad? ¿Lo que pretende las filas de Páez, que la del hecho en .sí que ejecutaba. En ambos
¿ No es un suicidio estrepito.so
es acaso aceptable ? aquella acome- ejércitos solemne silencio, perturbado tan .sólo por el chasquido
tida? ¿Quién lo sabe? ¿Quién lo puede saber? El mi.smo, metálico de las espadas 3" las lanzas, 3" por el esforzado galopar de
acaso, no"^odría contestarnos. Los ímpetus heroicos no .se expli- los caballos que avanzaban sobre las huestes españolas.
can, ellos se ven, se admiran y producen deslumbramiento j pasmo. Dada la rapidez de tan impetuosa acometida, la sorpre.sa é
En vano la prudencia se fatiga gritando —
«Detenéos, insen-
:
indecisión de los realistas no dura largo tiempo.
satos, porque vais á morir.» La temeridad contesta enardecida :
Una vez por todas, era necesario escarmentar á aquellos teme-
— «Canta, si puedes, que vamos á vencer.» rarios que tanta sangre costaban al ejército. Al efecto. Morillo se
Y aquel atrevimiento no es una quimera los ojos lo ven ma-
:
apresura á poner por obra un plan preconcebido, para el ca.so fre-
ravillados, los corazones todos palpitan poseídos de embargante cuente, de una de aquellas embestidas de Páez, furiosas como las
emoción. muchas de que habían sido víctimas los soldados del rc3’.
Allá va, á la cabeza de sus intrépidos llaneros, el héroe afortu- Apenas llegan desenfrenados los llaneros de Páez á cien pasos
nado todos le ven, todos le reconocen por sir marcial deniredo,
; de la línea e.spañola, el e.struendo de una descarga re.suena formida-
por aquella figura atlética, imponente, con que plugo á la natu- ble ;
mézclase el polvo que levantan los caballos con el humo que
raleza asemejarle al rey de las selvas, al soberano del desierto. arrojan los cañones 3^ densa nube se extiende presurosa .sobre el en-
Figura prestigiosa que aún vive en la memoria del pueblo ameri- sangrentado campo de aquel duelo terrible.
cano, exornada de atributos olímpicos, cual la de los héroes in- Siete mil fusiles seis piezas de artillería disparan sin cesar.
3'-
Dos regi-
ellos aquel grupo de insolentes que osan combatirlo.
mente de hacer gala de agilidad y de destreza, disipan con su he-
mientos al mando de Calzada vuelan á ocupar la orilla del Arauca,
roica indolencia las sombras que acumula el terror sobre las hue-
para impedirá Páez ganar de nuevo el campo de los su3'OS, mien-
llas del desastre, se burlan del peligro y transfiguran la muerte en
tras la quinta división que dirige La Torre, describe extensa curva
apoteosis.
con el fin de rodearle por la izquierda.
Desde la margen opuesta, el ejército republicano divisa con
Semejante acometida, más que de una batalla, guarda las apa- profunda ansiedad aquel puñado de valientes circunvalados por ful-
riencias de un duelo colectivo, de un torneo caballeresco. minantes enemigos.
Ella es el reto inaudito de lo pequeño á lo inconmensurable ;
Cada vez más furiosos, nuestros intrépidos lanceros embisten
la insolencia elevada al sublime el arrojo convertido en guarismo.
;
sobre el centro que sostiene Morillo, repliegan sobre uno de los
Aquella empre.sa temeraria tenía, en verdad, todo el realce flancos, acometen al otro, provocan con insultos la numerosa caba-
mitológico de los tiempos heroicos de la Grecia. llería realista, que principia á moverse, 3' retroceden al cabo, tra-
»
EDUARDO BLANCO 27
tando de escapar de aquel círculo de fuego que los oprime y Tras rastro sangriento deja en la llanura
ella, despojos re- ;
el eco de los rugidos del cañón y el trueno de la fusilería. contra las bayonetas, rompe las filas de sus propios compañeros, 3-
Los bravos apureños galopan en una .sola línea paralela al ho- juntos, 3" revueltos, infantes y jinetes, ganan la espesura, favoreci-
rizonte que tienen frente á ellos. dos por la noche que extiende sus protectoras sombras .sobre aque-
A su espalda, en medio del espacio que los .separa de los regi- lla escena pavorosa de confusión y de desastre.
mientos españoles, se ve á Páez, ladeado en la silla hacia el enemi- Nuestros guerreros impetuosos arrojando estentóreo grito de
go, á quien provoca y enardece con su actitud y sus sarcasmos. victoria, clavan sus lanzas en los primeros árboles del bosque.
De esta manera, perseguidos y perseguidores, recorren largo Luégo, en la oscuridad, se cuentan, se organizan 3' abandonan
trecho. El ejército realista, nuevamente formado en batalla, se di- aquel campo de muerte para las tropas españolas de luz radiante ;
visa á dos millas de .su caballería. y de perpetua gloria para Páez y demás héroes de aquella jornada
Los llaneros acortan la carrera la distancia que los .separa de
; I
memorable.
_
Tres cuerpos de caballo apenas los separan del codiciado instan- tan clásico día, la siguiente proclama corona tan gloriosa jornada :
mosa rapidez del ra}'o. que puede celebrar la historia militar de las naciones. Ciento y
Aquella orden suprema, aquel heroico grito, encerraba esta cincuenta hombres, mejor diré, ciento y cincuenta héroes, guiados
fra.se estupenda: « Vuelvan cara ! !
por el impertérrito general Páez, de propósito deliberado, han ata-
Lo que entonces pa,só no tiene un solo ejemplo en los fastos del cado de frente á todo el ejército español de Morillo. Artillería, in-
heroísmo humano. fantería, caballería, nada ha bastado al enemigo para defender.se
testable alabanza, 3^ los mismos émulos de Páez que no se atreven á cañones han cesado delante de los pechos de nue.stros caballos.
negarlo. Sólo las tinieblas habrían preservado ese ejército de viles tiranos
Con la velocidad del pensamiento, los llaneros revuelven sus
de una completa 3" absoluta destrucción.
caballos ;
centellean las enristradas lanzas, y un choque terrible, i
«Soldados Lo que se ha hecho no es más que un preludio
!
formidable, como el encuentro de dos rápidas nubes, de dos furiosas de lo que podéis hacer. Preparáos al combate, y contad con la
victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas
tempestades, hace temblar la tierra. y de vuestras
La primera
fila de la caballería española queda en el sitio re-
bayonetas.
volcada segunda vacila nuestros lanceros la acuchillan el
;
la
Cuartel General en los Potreritos Marrereños,
;
Narciso López echa pie á tierra con sus carabineros, pero ape- i no pero iluminado de .súbito por un rayo de luz que brota de su
;
ñas tiene tiempo para quemar un cartucho. Rondón los des- I; fecundo ingenio, revuelve su caballo, lo lanza á toda brida, trepa
barata con el pecho de sus caballos, degüella á cuantos le resisten, :
los Andes^ y corre entre relámpagos hasta detenerlo sobre el puente
pasa por .sobre cien cadáveres 3' vuela á incorporarse con su cuadri- de Boyacá, sellando allí, con lauro inmarcesible, la independencia
lla en.sangrentada, á los lanceros de Aramendi,
enfrentados á los del pueblo granadino.
dragones de la Unión que mueren como bravos. Así, á la vez que Páez permanece en las llanuras del Apure,
E.stos, y el segundo de hú.sares del re3^ que Figueredo
y Mina i
cerniéndo.se como el cóndor en los espacios conquistados por su
destrozan a porfía, son los ixltimos que riñen la batalla. atrevido vuelo, la libertad respira el velo de tres siglos de oscuri-
j ;
La derrota se declara completa. !
En vano ciegas pasiones tratarán de amenguar la prestigiosa Para dar del infelice. Mas, ¿qué mortal, que sintiendo
luz que resplandece en torno á su memoria. Cual llama inextin- La Gloria, inmortal ejemplo. En su alma celeste llama
guible, la gloria de Páez fatigará los vientos que se empeñen en Le admite un día en su templo Que el tiempo, al volar, inflama
apagarla, y cada día más viva y más radiante, flotará sobre las olas Y allí le inmola en su
i altar ! Sin turbar .su claridad.
tumultuosas del mar inmenso del olvido que eu vano pretenden Y por esa recompensa Morir prefiere en el seno
sumergirla. Ser pre.sa de la injusticia. De las tinieblas, sin gloria,
Ea nube de polvo que huracán levanta de la tierra, puede
el Del odio, que le acaricia A vivir en la memoria
un instante velar el .sol á nuestros ojos empañarlo, jamás
; ! Cuando lo va á devorar ! De honrosa posteridad ?
Ser héroe es ser águila, y á la altísima serenidad de los e.spa-
cios donde aquella se cierne, no alcanzan ni saetas ni dardos. Ser víctima generosa ¡
Ah, que unida á la ignorancia,
Si algo en la humanidad puede estimarse de derecho divino, De una humanidad caída. Cruel la envidia te persiga,
son los atributos del espíritu, quehiadie puede arrebatar. De todas De una raza envilecida. Y la calumnia te siga
lumbrados, admirarán las insignes proezas del vencedor en «Las seguridad, conservación y orden, que la política demandaba respec-
Queseras, w to del país. Fue la principal de é.stas la imstalación de su primer
Su nombre será siempre timbre de orgullo para la tierra que Congreso el dos de marzo, conforme al reglamento dictado en el pre-
le vió nacer. cedente j linio por la Suprema Junta y entraron á componer aquel
;
Cual otro Aquiles, vivirá eu la leyenda, y se tendrán por mitos Cuerpo, depositario de ía soberanía, durante la cautividad del mo-
sus hechos prodigiosos. narca, lose.scogidosdel pueblo venezolano, los diputados de las siete
Como tributo de mi veneración por su memoria, permite, oh ¡ provincias que entonces lo constituían. Margarita, Cumaná, Bar-
patria que e.sta corona de laureles, mal tejida por mi pluma,
! celona, Barinas, Mérida, Trujillo y Caracas, reuniéndose en esta
pero perfumada con el incienso de un corazón reconocido, ocupe ciudad como su antigua capital, como punto céntrico y el que me-
el sitio donde medra el extranjero césped, sobre la tumba de aquel jores proporciones brindaba al intento.
héroe inolvidable. Ha.sta aquí, ni en los principios proclamados, ni en sus actos
públicos, ni en sus protestas escritas, ni en ninguna de sus opera-
ciones políticas, desmintió Venezuela su conducta leal y sumisa
respecto de la madre patria. De todos modos se esforzó en acredi-
Blanco, doctor* Greróirimo En tar á e.sta y al mundo entero, la pureza de sus intenciones, la bue-
na fe de su amistad y obediencia y hasta solicitó, como queda
; ¡
En cuyo peregrino
.sér Viendo al águila altanera.
De su mirada hechicera do regio llamado Pacificador, minaban el país, socavaban los fun-
Se ve arder rayo divino
Del e.spíritu de Dios En vano pretende huir. damentos de la paz 3' prosperidad pública, abrasaban la tierra con
infernal de la sedición, pues por todas partes germina-
!
el fuego
Desdichado Su existencia
! Si vuela de rama en rama,
i
Ella es buitre encarnizado. Si ve al fin brillar su aurora. cada día el mortal odio 3" deseo de venganza de la España, era ine-
Que castiga haber hallado. Si su frente al fin decora vitable su ruina bajo aquella dominación, se determinaron resuelta
En él, fuego celestial. El prometido laurel 3’ denodadamente á separarse de la metrópoli 3' correr una suerte
El ve á lo lejos la Gloria, Que en sus días inmortales. distinta de la que amenazaba á aquel reino, harto agitado entonce.s
Fanta.sma que raudo vuela, Ya la ignorancia insolente. de las más violentas convulsiones 3' reducido casi en su totalidad a
Y el poder funesto anhela Ya la envidia, impunemente extranjera dina.stía. Así el pueblo de Caracas proclamó el 5 de ju-
De su sonrisa imperial. Derraman amarga hiel. lio su independencia absoluta de España, 3' lo hicieron sucesiva-
DR. G. K. BLANCO, J. F. BLANCO Y N. BOLET PERAZA 29
ción de los canarios en Caracas, de acuerdo con los españoles de ciones con los pueblos cultos 3- ricos de la tierra, por el aislamiento
Valencia, contando con la cooperación pronta y eficaz de los rea- en que la España había mantenido la América, negados sus puer-
listas de Coro, .se hizo sentir el ii de julio pero los miserables tos a los extranjeros 3' en la necesidad de proveer á los gastos
;
; ¡ !
atacados inmediatamente por el pueblo de la capital, fueron arre.s- públicos incurrió aquel bizoño cuerpo en el error de crear un pape/
;
tados, sentenciados jurídicamente por el tribunal de vigilancia, moneda, garantido con la renta del tabaco medida que por sí sola
y ;
verá en el .siguiente.
ticos sacerdotes, bien armado y mejor dirigido por los rebeldes
españoles. Mas al fin, el 13 de ago.sto sucumbió el poder coligado
del fanatismo y del godismo la ciudad inundada de sangre de
;
Re.stituidas las co.sas al orden, fácil fue restablecer la confianza Cuando el ángel hermoso y predilecto, cogido in fragranti de-
entre los individuos de la familia venezolana, por la identidad de lito de conspiración .se vió arrojado de las regiones de la luz á las
carácter, de sentimientos y de intereses que los unían pero no .se tenebrosa.s del Báratro y tuvo que formar allí casa aparte para vivir
;
obtuvo este precioso bien de parte de los españoles, porque en la del exclusivo fruto de su ingenio, comenzó pobremente á trabajar,
esperanza de llevar á cabo los proditorios proyectos de su saña en mu3" reducida escala, y con tan' mezquinos recursos, que con
y de
.su encono ofendidos, sus propias manos angélicas .se encontró forzado á fabricar los más
y atizados constantemente por el mal llamado
Pacificador, se comúnieron en que, exigiendo su empresa mayor indi.spen.sables emseres de .su empresa, tales como los pailones para
meditación y cálculo, y planes más .sabiamente combinados, era derretir el plomo, las ollas colo.sales para hervir la pez
prudente engañar á los crédulos americanos con .su fingida adhe-
y fundir el
azufre los garfios, pinchos, tridentes, espeteras
;
y parrillas, y
sión á los principios proclamados por Venezuela cuanto se requiere para recibir con alguna decencia
y .seguir trabajando y despachar
en .secreto para destruirlos de firme. Así las súplicas, las protestas, con prontitud á la numero.sa clientela, que, como era natural, debía
los juramentos, mejor dicho, los más infames perjurios .se pusieron atraer un e.stabItcimiento de aquella utilidad
y trascendencia.
en juego para adormecer la vigilancia del Gobierno No obstante la admirable contracción que Luzbel de.splegara
y de los pa-
triotas, los cuales, en la infancia de la política, carecían de la as- en furnlar y atender á su empresa, los negocios marcharon al co-
tucia y finura de .sus arteros enemigos
y el Congre.so, compue.sto
; mienzo muy encalmados, como es de rigor en toda industria nueva;
casi en su totalidad de pechos nobles pero seguro de que vendrían mejores tiempos para su (ístableci-
y candoro.sos, fue clemente y
magnánimo, concediendo una amni.stía que cre3’ó á propósito para miento, Lnzbel no se estaba mano sobre mano durante la forzo.sa
ganar pro.sélitos á la causa de la independencia. calma, sino que entretenía sus ocios en aumentar con nuevas hor-
nillas y calderas las baterías en fabricar una gran variedad de
Hacia este mismo tiempo .salió .sobre Guayana otra expedición, ;
ron Estados,^
añadió « Estos cerros servirán á nuestros guerreros para .sus tan fatigantes llegaron á .serle sus tareas infer-
3'
: ¡
que se batan con les tira-
nos que dominan nuestro suelo » ! Así sucedió puntualmente el 19 de julio del año nales, que pensó en abdicar, si Dios no le sugería algún
ha.sta
siguiente, en cuyo sitio rompieron el fuego los españoles
insurrectos de Valencia contra medio expedito para la operación de calificar á los condenados
la Divisfón del General
Toro, y allí se trabó el primer combate. según los méritos y circunstancias de cada cual, pues empeñado
o ANTOLOGIA GENERAL
renuncia no cuajaría, porque no era Satán de la estofa de los tira- LIBERTADOR, PRESIDENTE DE COLOMBIA, & & &.
nos que se retiran á un monasterio por enojillos de pura adminis-
tración.
Diez años de libertad se .solemnizan en este día. Diez años
Y Quitóse de ruidos el Zar de la Rinsia ardiente,
así sucedió.
consagrados á los combates, á los sacrificios heroicos, á una muerte
y para ahorrarse tiempo y jaleos en la distribución de su real justi-
'
gloriosa. Pero diez años que han librado del oprobio, del
. . . ! !
El mundo desconocía al
;
bella porción era esclava y 3'a es libre.
como quien mete la pe.sa de mayor calibre, y en otro iba echando :
te, que siempre era el matador de Abel, luego iba echando en el táis diez años de vida.
otro lado faginas de malvados, y al estar al fiel la romana, á las >
Cuartel general Libertador de San Cristóbal, á 19 de abril de
—
¡
no, y fue que se apareció una mujer arrebujada hasta los ojos en
j|
&.
tando siempre las nobles actitudes de tales 3' tan santas entidades ;
nes blasfemas. Por último, resuelto á acabar con aquel insolente podido encargar á los hombres la de salvar un mundo entero de :
la esclavitud.
— ¿ Con qué clase de gente quieres que se te pese, malvada de Soldados ! Los enemigos que váis á destruir, .se jactan de cator-
los demonio.s ? ce años de triunfos ellos, pues, serán dignos de medir sus armas
— Con todo lo peor que tengas en tus dominios ;
fue la cínica con las vuestras, que han brillado en mil combates.
re.spuesta ;
3* luégo añadió con altivo de.sprecio : Soldados El Perú la América toda aguardan de vosotros la
!
3’-
jí
SIMON BOLIVAR,
maldita, y se la oyó decir :
—
!
Satanás estaba lívido de cólera. Sus ojos reverberaban como una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria :
nes nada más que arrojar en tu balanza ? Echa ahora á la En- el Perú, vida, libertad v'paz. La Plata 3" Chile también os .son deu-
vidia, á la Venganza, á la Alevosía, á la Traición, á cuanta infamia dores de inmensas ventajas. La buena causa, la causa de los dere-
tengas en tu infernal imperio. Ninguna de ellas, ni todas juntas chos del hombre, ha ganado con vue.stras armas su terrible con-
igualarán mi pe.so ni mi poder en el mundo. tienda contra los opresores. Contemplad, pues, el bien que habéis
Y así diciendo, de un brinco de rapo.sa se plantó en el suelo ;
hecho á la humanidad con vuestros heroicos sacrificios.
empedrado de brasas, se rasgó el funerario embozo, descubrió su Soldados Recibid la ilimitada gratitud que os tributo á nom-
!
figura de vieja horrenda 3" fosca, 3^ con hilaridad convulsa ex- bre del Perú. Yo os ofrezco igualmente que seréis recompensados
clamó :
como merecéis, antes de volveros á vuestra hermosa patria. Mas
— Soy la Cauumni.v !
no. . jamás .seréis recompensados dignamente vuestros servi-
.
.
:
Sesimilo ilisciirso promiíiclmlo por ^Bolívar ante la AsamWea mayor general Urdaneta, el más constante 3' sereno oficial del ejér-
popular reiMiiiia on Caracas el 2 4e Lnero de 1814. cito. El intrépido D’Elhu3’ar, vencedor de Monteverde en las
Trincheras. El bravo comandante Elias, pacificador del Tuy 3'
libertador de Calabozo. El bizarro coronel Villapol, que desris-
cado en Vigirima, contuso 3" desfallecido, no perdió nada de su
No lie podido oir sin rubor, sin confusión, llamanne liéroe y valor, que tanto contribuyó á la victoria de Araure. El coronel
tributarme tantas alabanzas. Exponer mi vida por la patria es un Palacios, que en una larga serie de encuentros terribles, .soldado
deber que han llenado nuestros hermanos en el campo de batalla esforzado 3- jefe sereno, ha defendido con firme carácter la libertad
sacrificar todo á la Libertad, lo habéis hecho vosotros mismos, com- de su patria. El ma3’or Manrique, que dejando sus soldados ten-
patriotas generosos. Los sentimientos que elevan mi alma exaltan didos en el campo .se abrió paso por en medio de las filas enemigas,
también la vuestra. La Providencia, 3' no mi heroísmo, han opera- con sólo sus oficiales Planas, Monagas, Canelón, Luque, Fernán-
do los prodigios que admiráis. dez, Buroz, 3" pocos más, cuyos nombres no tengo presentes, 3'
Luégo que la demencia ó la cobardía os entregaron á los tira- cuyo ímpetu 3' arrojo publican Niquitao, Barqui.simeto, Bárbula,
nos, traté de alejarme de este país desgraciado. Yo vi al pérfido las Trincheras 3" Araure.
que os atraía á sus brazos, para dejaros prendidos en las cadenas. Compatriotas yo no he venido á oprimiros con mis armas
:
Fui testigo de los primeros sacrificios que dieron la alarma general. vencedoras he venido á traeros el imperio de ]asle3'es he venido
;
:
En mi indignación resolví perecer antes de despecho ó de miseria con el designio de conserv^aros vue.stros sagrados derechos. No es
en el último rincón del globo, que presenciar las violencias del dé.s- el despotismo militar el que puede hacer la felicidad de un pueblo
;
pota. Huí de la tiranía, no para ir á .salvar mi vida, ni esconderla niel mando que obtengo puede convenir jamás, sino temporaria-
en la o.scuridad, sino para exponerla en el campo de batalla, en mente, á la República Un soldado feliz no adquiere ningún de-
busca de la gloria y de la Libertad. Cartagena, al abrigo de las recho para mandar á su patria. No es el árbitro de las leyes ni del
banderas republicanas, fue elegida para mi asilo. Este pueblo vir- gobierno es el defensor de su libertad. vSus glorias deben con-
;
tuo.so defendía por las armas sus derechos contra un ejército opre- fundirse con las de la República 3" su ambición debe quedar sa- ;
sor que había pue.sto el yugo á casi todo el Estado. Algunos tisfecha al hacer la felicidad de su país. He defendido vigorosa-
compatriotas nuestros y yo llegamos en el momento del conflicto, mente vuestros intereses en el campo del honor, 3" os protesto los
cuando ya las tropas españolas se acercaban á la capital y le intima- sostendré ha.sta el último período de mi vida. Vuestra dignidad,
ban la rendición. Los esfuerzos délos caraqueños contribuyeron vuestras glorias, serán siempre cáras á mi corazón mas el peso de ;
poderosamente á arrojar á los enemigos de todos los puntos. La la autoridad me agobia. Yo os suplico me eximáis de una carga
sed de los combates, el deseo de vindicar los ultrajes de mis compa- .superior á mis fuerzas. Elegid vuestros representantes, vuestros
triotas, me hicieron alistar en aquellos ejércitos, que consiguieron magistrados, un gobierno justo y contad con que las armas que
;
victorias .señaladas. Nuevas expediciones se hicieron contra otras han salvado la República, protejerán siempre la libertad 3" la gloria
provincias. Ya en aquella época era 3-0 en Cartagena coronel, ins- nacional de Venezuela.
pector y consejero, 3- no obstante pedí servicio en calidad de simple
voluntario á las órdenes del coronel Labatut que marchaba contra
Santa Marta. Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba
á un destino más honroso derramar mi sangre por la Libertad
mi patria.
:
\
Tan felices sucesos me hicieron obtener del gobierno de la Que niira.ste, me dicen. Domina, pues, el fuego
Nueva Granada el mando de una expedición contra la provincia '
Una amapola, De tu mirada.
de Cúcuta y Pamplona. Nada pudo detener allí el ímpetu de los Y llevaron tus ojos Para que no te llamen
.soldados que mandaba. Vencieron 3" de.spedazaron álos enemigos Su gracia toda. Ladrona de almas.
en donde quiera que los encontraban y esta provincia fue libertada. Si de las flores Pero antes, niña.
Pin medio de estos triunfos, an.siaba sólo por aquellos que de- Toda gracia llevan,
la Di á tus ojos que roben
bieran dar la libertad á Venezuela constante mira de todos mis
:
í>í son ladrones. El alma mía.
conatos. Las dificultades no ])odían aterrarme la grandeza de la
; Dicen que no te miras Y déjame que bese
empresa excitaba mi ardor. Las cadenas que arrastrábais, los ul- En espejo
el Tu frente, niña,
trajes que recibíais, inflamaban más mi celo. Mis .solicitudes al Porque al mirarte un día. Y cuando esté saciando
fin obtuvieron algunos .soldados, y el permiso de poder hacer frente Tus ojos bellos Mi sed de dicha.
al poder de Monteverde. Marché entonces á la cabeza de ellos, y Acostumbrados Mátame entonces.
mis primeros pasos me hubieran de.salentado, si 3-0 no hubiese A robarse las almas. Que mi Dios murió en medio
preferido vuesti a .salud á la mía. La de.serción fue continua y mis Te de.sahnaron. De dos ladrones.
tropas habían quedado reducidas á 111113" corto número, cuando ob-
tuve los primeros triunfos en el territorio de Venezuela.
Ejércitos grandes oprimían la República, y visteis, compa-
triotas, un puñado de soldados libertadores volar desde la Nueva
Granada hasta esta capital, venciéndolo todo, 3- restituyendo á Breca, fJiiaii J.
Mérida, Trujillo, Barinas 3- Caracas á .su primer dignidad política.
Esta capital no necesitó de nue.stras armas para .ser libertada. Su
patriotismo sublime no había decaído en un año de cadenas
y ve- A LA MUERTE
jaciones. Las tropas españolas huyeron de un pueblo desarmado
I
cu3’o valor temían, 3' ciu’a venganza merecían. Grande 3" noble
en el .seno mismo del oprobio, se ha cubierto de ma3’or gloria en su dónde e.stás oh Muerte que no vienes
<: lín ¡ !
soldados; e.sos jefes impertérritos. El general Ribas, cuyo valor Apresúrate, amiga, y ven á oírme
—
!
32 ANTOLOGIA GEN3ÍRAL
III
XVI
Aúlla el fiel alano, allá en el monte ; Mas no te hago cargos, que tu vienes
no,
Gimiendo está la brisa allá en las vegas Cuando envía aquel que en todo manda
te :
Opaca nube envuelve el horizonte Poder, voluntad propia .... no los tienes,
Y están tristes las flores .... Es que llegas ! Y es por eso que el ruego no te ablanda.
IV XVII
Muy bien Viniste ! ! Gracias Toma asiento !
Así .son en la tierra, cual tú eres.
Hé aquí la alfombra,
Tus descariiados pies,
á fin de que coloques —
Eos hombres los de toga y los de espada.
que un momento
Tengas dulce quietud .
3-
1 . mas no me toques.
,
Eos sabios y los necios pobres seres
Que imaginan .ser algo, y no son nada.
—
V XVIII
Aunque que en el mundo estás malquista,
sé Tú triunfas siempre
que tu oficio ejerces.
Porque piensa que piensa tu cerebro, Pues paciente acaso .se resiste.
si el
Orgulloso me tiene esta entrevista Con mano dura el cuello le retuerces
Que con alma y corazón celebro. Aunque Esculapio rabie ó quede triste.
VI XIX
i
Cuál te suenan los huesos al moverte !
Ríes 3" dejas que en tu faz y cráneo
i
Cuán cóncavatu boca sin encías !
Amarillentos, el orgullo irradie.
Por ventura ¿ me ves, cual puedo verte ? . . . .
Porque sabes muy bien que á tu in.stantáneo
Tus cuencas ¿ cómo ven, si están vacías ? Golpe mortal no se re.siste nadie.
VII XX
¿ Eres tú como tantos avechuchos Y ¿ no es verdad oh Muerte ! lo que pienso
¡
Que intimidan con sólo la presencia? De tu poder y del poder del hombre ?
j
VIH i XXI
Y ¿ á qué viene esa mueca, gesto horrible Tema el infame que de sí destila
Que en tu boca sin piel, ni labios veo ? 1
Mortal veneno el que ejerció el engaño ;
Que llevan ante el orbe ilustres nombres. Teman muerte los que arrojan lodos
la
Tutean, sin respeto á todo el mundo. A donde quiera que los pies dirigen.
X
XXIII
Y
como aspiro á .ser hombre importante 1
XII
XXV
Yo adoro la verdad. PArviente culto
A su esplendor rendí su amor me inspira — Tranquilo espera
Quien nunca pu.so la maldad en obra
el postrimer momento
Y siempre á todos la mostré de bulto. ;
Excepto .... cuando dije una mentira. Por e.so junto á tí no experimento
Ni turbación, ni miedo, ni zozobra.
XIII
XXVI
¿ Buscas presas ? No es cosa que me asombre,
Que en tu oficio no cabe disimulo. Mas si cumplir quisieres tu faena.
Poniendo sobre mí tu horible dedo
¿ Presas quieres ? Pues llévate á aquel hombre
Que aunque tiene dinero, es hombre nulo. Para extinguir mi aliento .... enhorabuena !
XIV !
XXVII
No
con tiros á diestro y á siniestro No tengo niños Pues Decirte quiero
! . . . ! . . .
XXXIII Por eso no anhelo para tí la fragante rama del mirto adónico,
símbolo de vulgar inspiración quiero contemplarte diosa en trono
:
Así, saber te hago, desde luego. color de castidad quiero que el dedo del genio se hunda en la rosa
;
Que mi silla en el patio es inmutable, de tus sienes; quiero para tus formas la serena inmortalidad que
Y que además de todo siento apego da el cincel.
A esta vida que llaman miserable.
XXXIV
Y sonreída, en la excelsitud de la apoteosis, si esplende
así,
en tu faz fulgor del estro ó si .se agita trémulo en tu seno el silfo
el
Soy á mi modo actor en esta e.scena del deseo, verás cómo es sublime, en su evolución genésica, el pro-
Que algunos juzgan larga, y yo, muy corta ceso de este ensueño-luz que hoy me embelesa y me hace agotar
;
XXXV
Y ahora ¡
oh Muerte ! hagamos un convenio !
sas para el pudor velado haga subir los tintes del jazmín en tus
mejillas que el inquieto, aleve duendecillo de la ilu.sión pose las
;
alas tenues sobre el ara sonrosada que cubre tu corazón, para que
LA VIDA Y EL MAR este palpite en raudo ritmo todo eso-reflejo de vulgar conato aní-
;
Cual se entusia.sma la mente La ilusión, como la espuma morbidez tentadora de tus mejillas, porque me trae la remini.scencia
Al contemplar la vislumbre Se disipa y son las penas de las madonas y admiro las combas opulentas que se alzan en
;
;
Del sol, que tras alta cumbre Inmensas cual las arenas tu seno, porque ellas servir pudieran de modelo á las copas en las
Se oculta con majestad ;
Que sirven de lecho al mar. que Hebe hacía libar á los dioses del Olimpo la ambrosía.
Como vuela el pensamiento Un momento realizada
En pos de mundos ideales Vemos la dulce
esperanza :
Así escucho los murmurios Olas que vienen y bullen. pensamiento con el albor de gracia 3’ vida que .se esparce en torno
Que causan melancolía. Van y chocan fuertemente. tuyo; dejaque vague en éter de dicha 3' gloria, idealizándola
Del océano, cuando el día Así una chispa en la mente armonía de tu busto e.scultórico, tallado en divino molde !
Derrama su claridad ;
También las hay para el alma alma el divino aroma de bendición ? Entonces, tal vez contigo,
Turban recios aquilones . . .
y .sólo tal vez por tí, aprenderé por amor al arte, el arte del amor.»
Son abismos insondables Si el alma sufre tormentos
Los humanos corazones Exhalamos mil gemidos :
IBLnziial Sen*a, doctor* C. porfiadores estuvo siempre el joven Sucre en puéstode vanguardia,
atento á la voz de la patria, apercibido al desigual combate con la
fe viva del más invariable republicano.
hubiera podido disputar á su corona la palma de A3'acucho, el más Y acaeció Junín. ¿Quién o.sará ni remedar siquiera el estro
vistoso y el postrero laurel de la victoria, e.se fue Sucre alma no- :
sublime del bardo guayaquileño ? Junín merecía homérica epo- . .
.
ble donde residió siempre la justicia y no pudo penetrar jamás la pC3’a, 3' fue Olmedo el autor de la Ilíada americana . . .
flaca envidia sí, porque Sucre supo llevar atadas al carro triunfal
;
Y
para colmo de tanto heroí.smo 3" de tan altas virtudes, falta-
de su gloria las mezquinas pasiones con que de ordinario empañan ba elúltimo 3' más grande ejemplo de valor y de clemencia con
los grandes hombres el brillo de sus excelsos blasones.
que las armas nacionales habían de rematar la continuada lucha
Si me fuera dable describir, á manera de cuadro alegórico, los
de catorce años y sellar para siempre la independencia america-
hechos magnos de nuestra independencia, presentaría á vosotros na. ... Y Sucre es otra vez el escogido por el numen tutelar de
el argumento más digno de este acto. Pero, ¿ cómo intentar, se- América para librar la batalla decisiva con las armas castellanas,
ñores, empresa semejante, si por más que me dilatase, apenas po- vencidas pero no humilladas por el hidalgo vencedor. A3"acu- . . .
dría hacer aquí el índice de nuestros próceros, 3" aun quedaría cho será siempre el más alto testimonio del patriotismo, solemne
cortísima hasta la más expla3mda elocuencia que pretendiera exal- manifestación del heroísmo de Córdova, del valor sereno de La Mar
tar tanta grandeza ? 3^ de Lara el brillo de las armas de Colombia, la divina inspira-
;
Pero, Sucre, señores, es el complemento de Bolívar. Cuán ritos. Aquella noble alma, templada al rigor de las batallas, supo
ilustre flgura Qué vida tan preciosa toda ella ofrendada en aras
!
sentarse bien y sin mancilla en el trono de las grandezas humanas.
¡
desde niños á balbucir su nombre con toda la veneración 3" suma merced del mando por gracia 3" privilegio vitalicios, el agraciado,
alteza que inspiran los seres legendarios. de snyo esquivo á todo exceso, no hubo de aceptar á título de goce
Desde el principio de la tremenda guerra de nuestra emancipa- perpetuo lo que únicamente como deber definido le imponían su
ción, surgió Sucre, adolescente aún, empuñando con mano fuerte probado patriotismo 3' su conciencia honesta.
y ánimo sereno el estandarte de los independientes. El venerable Quién atesoró nunca prendas más puras de virtudes cívicas ?
anciano que en las remotas pla^rns de Europa había segado tántos ¿
constantes ánimos que, desafiando los caprichosos 3' duros reveses aquella maldita selva, e.scogida por alevosa envidia, quedó
En
de la extraviada fortuna, lograron, á poder de sacrificios infinitos, tronchada en temprana edad la preciosa existencia que tantos fru-
enderezar su rueda al camino de la libertad. Y entre los firmes tos había dado á la América 3' de quien tantos otros prometía en
flores la esperanza.
(i) Cecilio Acosta.
I
Bolívar, cargado de tristezas, oprimido .su e.spíritu con cruelí-
;
I
Y de la llama de rubor extraño?. . . .
e.scúchan.se alegres acordes de música celestial entonando nn him- Apariencia no más qué de.scon.suelo i
!
Caracas hau entretegido las más lu'eciadas ñores tropicales para '
TJiisíaiiiíinte, l^^i*aiicisco
exornar el templo de la fama. Todo un continente, ]>odero.so y
grande, se de.scubre ])ara rendirte homenaje de eterna gratitud. Y
Cumaná, á quien dió la fortuna hijo tan eminente, agitada por ine-
fables emociones de maternal orgullo, me encarga decirte que mires
rr TJ ID TJ 3D ^
por ella y por la patria (juc de.sde las regiones olímpicas donde
;
Venezuela el ardor ])atrio y las virtudes exquisitas que con tus i\ la tícfu-'rita N,
obras afamaron á Colombia y á la América, y con que supiste dar ¡
venciste con hidalguía las armas de Castilla y donaste á la liber- Niña, (lime, ¿porqué, amaiulo
tad un continente. I
Kn alas de la ilusión,
Vives de mi amor dudando ?
BiijaiLíla líl>^e(£niel. Angel de amor que enajenas Sí lo .sabes, dueño mío ....
Con una tierna mirada Mas aj^ ! dudas de mi amor
El corazón, Y mi ilusión,
LAS DOS COPAS Y que disipas las penas Y ese extraño desvarío
De mi alma tri.ste, can.sada Causa á mi pecho dolor,
De su aflicción ;
F'iera opresión.
Virgen pura, embellecida Que tu duda es un tormento
Ln
fuente de plata cinoelada
la
!
Por la virtud más radiante Para el alma que te adora
Tienen dos cópasele cristal asiento Y
;
Es un negro sufrimiento
Otra azul como el claro nrmamento. ¡j
Sube
e.spuma en ambas, .sube lenta
la i
Y tropical ;
un martirio. lis
Cual seno que levanta hondo .suspiro ;
Niña que animas mi .sér Niña amada, por piedad
Rubí parece en ésta, (jue fermenta, j
Con e.se tu puro amor No dudes más del amor
Y en a([uella, fermento de zafiro. Que es mi alegría, Que te juré ;
Como
en la mía? Tu firme fe.
brinda
encendida aurora.
I
lista le la
Tú no cuanto te ama
.sabes Cálmalo, bella, por Dios,
Eter, espacio, firmamento aquélla.
Mi corazón. que te adoro
. .
. Que una misma es nuestra vida
dejó morena encantadora
A(iiií '
'
rayo de luz jamás .se extingue I.o <¡ue el amor anima no perece !
triste palidez de los mármoles funerarios en cambio pagabas con .sonri.sas y con be.sos mis cuidados. Me
y de las azucemas que .se
mueren. Entre sus manos oprimió ráiridamente las mías, y alzán- encontrabas valiente, .sabio, apasionado. ¿Oh qué dulces tiempos !
l‘'iIúos Todavía e.scucho las fugitivas .sonoridades de aquel .soñando con flores, con jiájaros, con levantarnos muy de mañanita,
be.so de agonía vibrando en mis oídos, á ver si estaban grandes las av'es aprisionadas la ví.spera si en la
y siento que algo frío me 1
:
baja poco á poco al corazón. noche habían abierto los botones de tu ro.sal querido !
se con
ausencia, surgían cada vez más puros, más brillantes,
la —Tarda tanto me dijo entre dos suspiros, mien-
la primavera !
como iluminados por algún sol oculto que se levantara en mi alma. tras movía amargamenteadorable cabecita rubia y un haz de ri-
la
Tuyos fueron mis primeros versos tuya era la imagen que miraba ; zos de oro, cayéndole hacia adelante, me ocultó su rostro.
en sueños, y hacia tí .se iban las ansias de mi espíritu como mis Oh no, amada mía la respondí los inviernos no son eternos.
! ! :
boca, se habían ido muy lejos ó estaban muertas, como también .se ¡
mé Mi Angélica se había dormido en un sueño bien dulce, del
!
habían ido muy lejos ó estaban muertas las primeras ilusiones de que no bastarían á despertarla ni la amargura de mis lágrimas, ni
mi infancia. 1
el poder de mis sollozos Eterno invierno . . . ¡
!
Calcaíio, LVrístides.
otro cielo y otro sol. Era que el tedio llamaba á nuestras almas,
Angélica Que estábamos enfermos de la nostalgia de lo deseo-
MADRIGAL LAS NUBES
:
nocido. I
Como bandada
correr sin cesar, sobre la dura tierra !
La rosa que, fragante. De blancos paj arillos
En uno de nuestros frecuentes paseos nos encontramos un Llena de lozanía. Que el viento arrastra ;
nido. Debía ser de otra clase de pájaros, tal vez de aquellos ma- Sobre tu seno amante Y tú las sigues
ravillosos pájaros de plumaje azul y rojo que tanto nos gustaba Rico perfume y esplendor vertía, Con ojos que revelan
ver en tu libro de lectura. Bajé la rama en mis hombros te apo- :
Cuánto te afligen !
yaste anhelosa, y á impulsos del mismo deseo contemplamos un Dime ¿ piensas acaso
momento las desnudas aves. Después. ? nuestras miradas se . .
i
Que en tal manera
encontraron mudas, interrogantes, y por la vez primera el rubor ii
Pasará por mi alma
encendió nuetras mejillas, y bajamos cono anonadados la cabeza. De tu mano adorada
||
Siempre adorada.
desdeñoso apartamiento y la soledad en que vivíamos. Ellas parten mas vuelven
— —
j
Una vez, al fin era un domingo nos encontramos en los al- '
dos del brazo bajo los enrojecidos bucares. Nos internaremos en lo han cesado súbitamente; los ángeles dejan caer sus alas con tris-
más oscuro, en lo más fresco y silencio.so de los bo.sques, y allí ten- teza las inmensas claridades del infinito se han empañado, como
didos sobre la verde grama permaneceremos horas enteras evocan-
í ;
mo antes, y . . . i i
sangre siempre fresca.
:
Medio oculto en sombra fatídica que forma con sus alas ne- LA SIEGA
gras, y de espaldas al cielo, está de pie un sér lúgubre 5^ sombrío
esperando la hora vil del acusador, terrible, inexorable. En su — E DI0§
rostro, lineamientos de perfidia, mirada de asechanza y sonrisa
malévola que hiere como puñal. Tú
eres el dueño, el mundo es tu plantío :
juez .sino de padre y hay no .sé qué ternura en aquellos ojos de Míname en mi raíz, hiere mi frente.
cordero y en la dulce inclinación de su cabeza, que deja entrever
No me riegue la nube ni la fuente.
mucho de inconsulta piedad y de imprudente misericordia. Luégo, Dame por primavera el seco estío.
|
hay marcados en su frente golpes de caída y en sus manos cicatri- Mas cuando el campo á la zizaña vea
ces de suplicio, —
y el corazón adivina que no ha de ser implacable
:
prolongados de tristeza inmortal que denuncian el pesar supremo Háblame de muerte apena hay hora
la !
de los esfuerzos inútiles y de la e.speranza en derrota. En que del árbol de mi amor no corte
Hablómaldito, y se elevó hasta la agonía la suspen.sión de
el Rama ó flor la impasible segadora.
las legiones celestiales, que cubrieron sus rostros inocentes con sus No me hables de la vida en balde rumbo !
manos de armiño. Cada palabra era una culpa cada culpa caía ;
Quiero en ella encontrar, sin que lo acierte !
en el platillo de la balanza con enorme pesadumbre, inclinándola Esperanzas, amor, de tumbo en tumbo
siniestramente del lado del abismo. Van al profundo abismo de la muerte.
Allí cayó la liviandad, la impureza, el deshonor. ... y la ba-
Un un dolor más, otra amargura
pa.so,
lanza se inclinaba hacia el abismo.
De la vida en el cáliz fementido,
El platillo de los merecimientos estaba vacío. Y en la fría, insaciable sepultura
Allí cayó la torpeza de los pensamientos, el deleite funesto, el También mi corazón habrá caído.
goce inmundo. ... y la balanza se inclinó hacia el abismo con lú-
gubre crugido.
Y
esa hora será, sólo esa hora.
La que dé fin á mi pe.sar profundo,
Calla el acusador, —
el silencio es pavoroso, la balanza va- — A este intenso dolor que me devora,
cila,— el vértigo invade todos los espíritus. ¿ No hay quien de- . . . A esta eterna agonía en que me hundo.
fienda al alma infortunada ? ¿ Quién, generoso, toma la voz de
quien la pierde ahogada entre nudos de remordimiento ? '
No me hables de la vida están colgadas !
Hacer que al mundo tu maldad asombre. A m estimado amigo el doctor A, Aveledo, director del Asilo de Hiiéríanos,
Sólo á llorar ? La caridad. Que á otras mirabas riente. Séate propicio el viento,
Cuando en .súbito einbolismo Y al conducirte veloz.
La mar con furia inclemente No acibare tu contento
I
Las sepultó en el abismo ! Con los ecos de mi voz.
Que felices son los mnertos.
Y tú, en .sus ondas llevada, Florida encuentres la alfombra
:
En otra playa te hallaste ;
Verde que ciñen tus mares,
Un
apacible .sueño Ya el pensamiento, inerte.
i
¡
Pobre concha nacarada, Y cuando en nuevos pesares
Cierra los ojos No filosofa.
Que te viste de.solada Estés soñando, á la sombra
Sonrisa de inocencia
;
Ni en delicados versos
j
Ni
Que arrastras memoria impía En alas de brisa pura.
los otros tampoco Ni sátiras medita. De aquellas con que .solía Te envíen del alto cielo
Decir agravios. Ni honra quebranta. Juntarte la onda .serena. Preludios de tu ventura.
A UNA CONCHA
ULTIMA LUZ
Concha que del mar salado Mas dicen que el sol luciente.
Salistecon tanta .sal. Cuando te vió tal te.soro. Poco me resta de vida
Yo sé que el mar te ha dotado ! En mitad de mi carrera
De envidia tornóse en lloro, Las fuerzas van deca3’endo, Llegando al límite V03'
De un talismán encantado Y al derramarlo en tu frente Y el alma va pre.sintiendo
De perlas y de coral La luz que mirando est03',
Trocóse en hebras de oro ; La funesta despedida. Es qui.ás mi luz postrera.
; 1
No
será el postrero, no ;
í/i vida, fulgor fie un día, tianos.» (*)
Si la vida transitoria i
Ay ! si mañana mi ¡jrenda Como la llama eterna fie tu mirada, oh Dios ¡
!
Se va, cual al mar un río, Seflienta á una jjuerta toca, Te ofrezco en desagravio, postrado de rodillas.
^uita, ]>or pieflad. Dios mío, Calmafl la sefl fie su boca Purísima y eterna la llama de mi amor.
A mi mente la memoria ! De mi memoria en ofremla. y al mundo que me mira morir en la confianza
De jjo.seer tu gracia como
vSupremo Lien,
No mi jiensamiento
a.salte Y si el viento fiel flestino l.e ofrezco para ejemplo que aliente su esperanza.
j
Ay imagen de mi hija.
! la Contra mi hija se levanta, Purísima y eterna la llama de mi fe.
Mi hora jjostrera no aflija, i
Ay ! airancafl fie su jdanta
Así, cobrando ftierzas en éxtasis cri.stianos.
Santo Dios, ese tormento ! Las es]ánas fiel camino.
Oraba un moribundo jrostrado ante el altar,
Niña fjue al muiiflí; flesj>ierta. Allá en f)rilla lejana, Y así rindió la vifla, legaiiflo á sus hermanos
Y que á la vifla .se lanza, Cf)ii alma pura fie niñf), Kjemplf) fie esperanza, tle fe y fie earidad.
Ilallauflo fie la esperanza Me guarfla tieriu) cariño
Cerrafla, al .salir, la ])uerta. Una santa y iu;ble anciana ;
me
también
llora,
aflora
CJíivíuiia M íii*1 íne>?:, I luíael.
^ue la voluntafl fie Dios? Conif) á su i>erfliflf) bien.
lín mi jteehí) íonuó nidf) Piensf) en Difts y en ellas jticnso. De la agreste montaña á la espesura!
Mucho sti frí : estfty rendido Pues es mi anutr tan imnen.so
Pajo el peso fiel fhdftr. Cual triste mi flesjteflic’a. Ruge Caín como chacal ya ducho
Kn devorar sus víctimas. Retumba
Llevo en jtacicncia mi cruz . . . La salvaje exi)losión. ¡
Cielos, qué e.scuclio !
i
Oh Dios (pie mi óltima Intra
I
A MIRANDA EL CONDOR
Y pana eolino de tu inmensa gloria Devora espacio yal través del viento
Los brazos son dos palancas. Lo vendo caro á las viejas Y acumulando triunfos y conquistas
Las manos dos garabatos. Y á las muchachas barato. Que forman la alta, inmarcesible gloria
Dos medios pies sin zapatos Del eterno proceso de la historia,
Porque las viejas sen.sibles Al empuñar el cetro soberano.
En dos descarnadas zancas. Tal vez rogarán por mí, Exhibe en su esplendor y su grandeza
El pecho cual un cartón. Y prolongarán a.sí. Todo el emporio del progreso humano.
La barriga un hondo charco. Mis sufrimientos horribles.
La caña espinal un arco ¿ Qué vibra en esa gestación sublime
armazón.
Y
aquí el autor considera
De donde emerge, alth’o, el pensamiento
Sosteniendo la
Que las jóvenes dirán
?
Un cúmulo
:
Con dos conchas por orejas, Quiera Dios que pronto muera !
i
El pentélico mármol
Que al aliento del genio se estremece.
Cual los seres al beso de la aurora,
Con la vida ideal que lo embellece.
Á LA SEÑORITA C. B. Allí el rayo de luz aprisionado.
Del iris en la cárcel brilladora :
Estudia y mide los inmensos mundos, «Yo me dije cuando aquella mujer pura y hermosa apareció
Flores de luz del sideral palacio. ,
de repente ante mi vista, á tra\ és de un rayo de luz, de un relámpa-
Y
baja á las entrañas de la tierra, go que la entre.sacó como por encanto de las sombras de una noche
Y desciende hasta el fondo de los mares I
serena y apacible ;
—
Cómo es po.sible que la naturaleza haya traí-
Para estudiar las leyes de la vida. do al mundo una mujer que sólo en los sueños olímpicos de mi
Que empieza cou el átomo ardiente fantasía pudo tener cabida ?
Y á la atracción molecular siguiendo. «En seguida añadí :
Y en alas de la audaz filosofía. «¿Quién no ofrece su amor todo entero y sin reservas á una
Persigue diligente
mujer cual esa que posee tan sobresalientes cualidades ?
«Así, corriendo el tiempo y tras larga y reñida lucha de con-
Del ser humano el ignorado origen
trariedades y de consoladoras a.spiraciones, de temores y de espe-
Y resuelve problemas
I
Roba á la nube el fuego que destruye. mos á vivir el uno para el otro.
Acorta las distancias. «Sus palabras ejercían .sobre mí una mágica infiuencia eran :
Fustiga al fanatismo. j
como melodías divinas, arpegios inefables notas dulcí.simas con :
las cuales sabe ella recorrer deleitando, el infinito diapasón del sen-
Hace la luz de la conciencia 5' llama i
Serían poco más ó menos las siete de una noche clara y serena, — ¿ Dime, por Dios, esposo mío :
al último de sus pequeñitos,— preciosos pedazos de mi corazón de Esa mujer celestial, ese ángel de luz, de belleza y hermosura,
—
amantísimo padre, á quien procuraba dormir al són de una linda eres tú, mi adorada chucha.
cántiga que en aquel momento recordaba, y que había aprendido
de boca de su buena madre, por ser la misma que ésta le cantara
en los días felices de su tierna infancia.
Luégo que mi esposa logró dormir á aquella graciosa y adora-
da criatura, aco.stóla con el mayor cuidado y colocándola entre
blandos y diminutos cojines y abrigándola convenientemente cone.sa
;
CLiTiel Coiitifio, Ramón.
delicadeza y ese exquisito tacto de que sólo es capaz el cariño inefa-
ble de una madre, cerró la cortina que cubría la cuna. Cumplien-
do tan sagrado deber maternal, ella .se reclinó muellemente en un
TUS OJOS
cómodo mecedor que allí cercano estaba, á fin de de.scánsar de las
laboriosas tareas del día.
En cuanto á mí, grato me es confesarlo. Embriagado de amor De pura luz manojos.
yo contemplaba en silencioso recogimiento esa sencilla y encanta- Saetas por amor envenenadas.
dora escena, representada en el seno de mi hogar querido. Tales .son, de tus ojos
Pero saliendo de súbito de aquella muda contemplación Elena, las miradas :
—
«Cuando recuerdo, la dije, — á aquel ángel bellísimo de amor
:
—
y de ternura, que un día que jamás podré olvidar bajó del cielo
a la tierra, envuelto en diáfana nube de nácar
— Eljmás ardiente corazón se enfría.
y oro para mi dicha Si un corazón tuviera
y mi consuelo, siéntome como tra.sportado á regiones de esplenden- Que pura llama fuera,
te luz y de mística alegría. A tus ojos la nieve pediría ;
en alegre romería de un pesebre para otro. Desde luego, .señores dejan sorprender todavía los ca.stos sentimientos de un pecho todo
míos, una reflexión se me ocurre, que á fuer de lógico y de amigo virginal 3" en su frente inmaculada, se ven agitar, como en una
;
que ustedes no andaban en espíritu viendo tales pesebres, creo que rayos de luz febea que deja entrever al través de sus caprichos y
u.stedes andarían más bien viendo lo que se aco.stumbra ver en .sus colores, son los resplandores de la verdad que iluminan su tier-
ellos que al fin y al cabo, los muñecos, y las casitas, y los peñas- na inteligencia.
;
cos, por curio.sos y e.smerados que sean, son más bien para la piado- ¿Qué más? Cada día no tiene más de una aurora así
. . .
;
sa curiosidad de los niños que para los que al encontrarse la cinta mismo cada mujer no tiene quince años sino una .sola vez, quizás
mágica de alguna beldad, se les ocurre preguntarle á uno de voz en por un solo día, quizás por menos aun. Ea mañana de la mujer, —
cuello, nada menos que por la prensa | Que edad tie 7ieuna mujer de :
lo mismo que su zenit y su ocaso, pueden prolongarse por mucho
—
quince arios ? Esto significa con evidencia que ustedes tenían su tiempo pero la aurora, que son los quince años, es rápida, instan-
;
que la naturalaza ha adornado á las hijas del lago. Algo apostaría — .sencillas imágenes y los nítidos colores de la virgen Diosa, así la
yo á que ustedes se han .sonreído, al ver que les he atrapado en su luz del mundo 3" del tiempo, más cruel que la febea, aniquila los
picardihuela pero ustedes deben tener en cuenta que nosotros los castos sentimientos, los inocentes caprichos, los tiernos pensamien-
;
pobres hijos de Esculapio, nos remontamos muchas veces por sínto- tos de la mujer en la aurora de su vida.
mas ligeros á cau.sas profundas y lejanas.
III
Basta, amigos, de despique, y entremos en el terreno de la
condescendencia, tratando de satisfacer esa anfibológica pregunta
que en mala hora se les ocurrió hacerme. Digo también que una mujer de quince años tiene la edad de las
flores.
Qué edad una mujer de quince aTios ! ...
/ tiene .
penco !
go a’'mónico que tanto admira la ciencia biológica. bien podrá ser una rosa ó una violeta, una magnolia ó una azuce-
na pero la prerrogativa de la flor nadie podrá disputársela.
Si yo fuera negociante en chismes, les diría una mujer de ;
:
Su corazón puro y virginal, agitado por esos delicados senti-
quince años es la que agota las cintas y las gasas, los bordados y mientos de la inocencia 3" la ca.stidad es, sin duda alguna, el ve-
los tules, las flores y los perendengues de las canastillas y uste- ;
hículo más á propó.sito para trasmitir los ruegos al Dios de la
des tendrían que convenir en que esto es una triste verdad. inocencia y de la virtud. De cada corazón de una mujer de quince
Pero bien entiendo que á u.stedes no les interesa ninguna de años, deben, cual del incensario sagrado, subir al trono del Excel-
estas soluciones, por .sesudas que fuesen ustedes nos hablan de : ,sobellísimas espirales de los efluvios cel candor 3" de las más puras
ramilletes de jloi'es para ofrecer á las beldades de esta tierra risueña. aspiraciones. ¿ Y
qué otro altar más privilegiado en el teatro de la
Quiere decir esto, que ustedes nos han hecho esa pregunta, para vida que el corazón de una mujer de quince años?
que nos situemos en el arnenísinro verjel de la dulce poesía. Qué ¡
El céfiro del amor en todas sus variedades, de.sde el paternal
temeridad !Pedir poe.sía, que es el néctar de los dioses, á quien
¡
hasta el de mera simpatía el aura del hogar, el ambiente de la
:
como yo, no .se ha atrevido nunca á trepar al Pindó, por lo menos virtud, el ángel mismo de los castos amores, como dice Chateau-
de buena gana Pedir poesía, que es como si dijéi'amos sueños
! . . . briand, rinden gustosos su homenaje ante la mujer que goza de la
dorados, sonidos armonio.sos, simpáticas .sombras, baladas pastori- i
prerrogativa de esa edad.
les, fantasmas de la juventud, á quien sólo se ha acostumbrado á Ella forma, en fin, la ilusión más pura del corazón de un padre
lo descarnado de la realidad Pero ya que así lo habéis que-
! . . . 3" una madre, que se embeben extasiados en el púdico semblante
rido, seré dócil hasta daros gu.sto en lo que no me siento con la ne- I de su hija encantadora. Ella embalsama el hogar con su inocente
ce.saria vocación para quedar yo satisfecho, ni mucho menos á alegría ella es, en fin, el ángel del consuelo para cuantos la
;
¡
Oh edad afortunada ! ¡ Cuánto más fueras envidiable si fueras Yo rujo en el combate de la borrasca fiera
más duradera !
Que empeña con huracán
las olas el hórrido ;
Pero desííraciadamente, así como gozas de los encantos de las Encienden los relámpagos mi ardiente cabellera ;
flores, también eres solidaria de su fugacidad precoz. Yo gozo en la tormenta que al hombre de.sespera,
La flor se abre con la aurora, y al ocaso ya no es la misma. Y surjo maje.stuo.sa del cráter de un volcán.
Sus colores y sus matices, su aroma y sus encantos, de un momen-
to á otro se desvanecen.
La luz del .sol y la acción del aire marchitan sus bellezas, y á Yo soy aurina de forma caprichosa
la rosa
poco la flor ya no existe. Que nace en los verjeles del genio del amor.
Así la mujer de guiñee aTios, con la acción del tiempo pierde su Yo soy de en.sueño místico la ca.sta mariposa,
frescura y su belleza infantil, los perfumes de su alma 3" de su co- Y soy alambre rítmico de lira quejumbrosa.
razón pueden evaporar.se, en vez de un ángel, de un encanto, de Yo soy hondo gemido de incógnito dolor.
una bellísima aurora, de una preciosísima flor, puede quedar. . , .
De manera, pues, que ?{na mujer de quince años tiene la edad Yo sov' hija del cielo Yo so>’ la inspiración ; ¡
!
D LA SUGESTION LITERARIA
Alados querubines me cercan invisibles hecho vibrar células dormidas, han contribuido á la embriaguez
;
Los .sueños y quimeras los vuelvo yo posibles, poética, al refinamiento de la danza, de la mú.sica, del canto, á la
Y el antro más .sombrío tran.sformo en un Edén. idealización rítmica de la voluptuo.sidad han perfeccionado ías im- ;
Cuando extendió la noche su funeral capuz. y no vacila ante quienes debe seguir, si á los que proclaman la edu-
cación griega empapada en las aberraciones del misticismo pagano,
Del mundo en los jardines las vírgenes violetas ó á los que oran ante las estatuas de las creencias teúrgicas si á ;
Mi mano justiciera del tallo desprendió, los iniciados bíblicos qne .se conforman con los residuos de su'díos
Para ceñir con ellas la sien de los poetas. y con las jerarquías de los espíritus celestes, ó á los científicos mo-
De aquellos que cantaron de amor ansias secretas, dernos, que adoran la emanación final de la materia, el germen su-
Estrofas inmortales que el tiempo respetó. blime, la santificación ab.soluta de la naturaleza, beoda de ciencia
de verdad si á los que cantan el amor, la fe, el éxtasis, ó á los que
;
vSemira á la belleza marmórea palpitar ; la línea clásica, ó á los que an.sían la sensación nueva hasta el has-
Si poso en el teclado mi mano temblorosa, tío del e,scepticismo animal, hasta el abandono á la impre.sión hi-
Ascienden de la gloria la e.scala mi.steriosa riente, fatigosa y enervante del .sen.sualismo si á los que .sueñan ;
Beethoven y Bellini y Gotschalk y Mozart. con I0.S terrores y las recompensas póstumas, ó á los que pietisan en
¡
el sepulcro como el final de la especie, el de.sgarramiento de la per-
De.sciendo á lo profundo del antro de los mares :
fección humana, la nota racional de la transformación orgánica,
;
Por Dios quizá in.spirado Colón buscóme allí i La condenación trágica de la especie á transformarse en la vía
Palpito en la armonía de cuentos populares. animal, á perfeccionarse en la vía orgánica, ha rechazado por igual
Inspiro el sorprendente Capilar de los Cantares, el e.stoicismo y el epicuri.smo rechaza lo metafísico como rechaza
;
Profética y divina me escucha el Sinaí. lo absurdo, como rechaza lo aéreo, como rechaza lo .sobrenatural.
Nadie crea ni ha creado nunca, tanto la ciencia como el arte obede-
Yo vibro en el poema del bardo florentino cen á una ley evolucioni.sta las leyes aparecen de acuerdo con es-
;
Cuando á su amada canta, Beatrice la inmortal ta evolución, y los que las descubren no las crean las oLservan y ;
;
Animo los pinceles de Rafael de Urbino las comprenden, las estudian y las progagan lo propio sucede con ;
;
Sorprendo de las aves el secretear divino la literatura en la literatura no .se crea, .se imita siempre, .se obe-
;
I
Y canto la luz nueva del astro matinal. dece á una k’y que podríamos llamar de sugestión se obedece á ;
de allí se oiiginan las nuevas fórmulas que van á ser discutidas, en cada frase pesimi.smo de una vida que no se comprende, ni se
el
que van á crear luchas, luchadores, acontecimientos, debilidades y desea, que hereda en gérmenes de placer, 3" .se apaga entre som-
.se
que encierra la literatura, para pensar en imitar, para buscar el creer ó dudar, son dos enfermedades de un mismo origen, aunque
estilo de éste ó aquel escritor y sin embargo, de.sde sus primeros
;
de dústintos diagnósticos.
artículos se de.scubre que está sugestionado, que imita á alguien Recordemos á nue.stros poetas que no basta cantar, que no bas-
que probablemente no ha leído nunca, j' cuyo luanbre tal vez no ta soñar, que no bastan las armonías de la risa 3' del .sollozo, que
conoce, que .sigue una escuela cuyas tendencias ignora, y cuyos no bastan las sedncciot.e de la belleza 3' del misterio.
;
principios le son completamente desconocidos. Es necesario ser útiles, es necesario el análisis, es necesaria la
Es indudable que esto obedece á la sugestión de los libros, á fórmula científica, que
que puede engrandecer á la joven
es la
la base de .sus conocimientos pero también influye notablemente América es necesario menos imaginación y más entendimiento, es
;
;
está caduca, como ellos aseguran, y que en Francia existe una gran
plétora de savia productora, inmen.sa é inagotable, para irradiar, 1
patriarcas de Tebas, á robarse á Helena, á respirar la mirra del A tu bondad ocurro en tanta angu.stia ;
morada de las Musas á de.senterrar cadáveres, para ir á buscar Herido 3' anhelante
fuego sagrado en los santuarios de las divinidades pelásgicas, ins- Mi triste corazón, esquivo huye
piración en los altares de la poesía helénica nuestros poetas poseen
Del común alborozo, ni aun percibo 3'’
humedad de la tierra fértil revestida de verdes hierbas, el pomposo No oigo el rumor universal y activo
traje de los árboles, la eterna trasparencia de los recuerdos, la mís-
Que en toda parte fluye,
tica penumbra de las rev^elaciones las bacanales, las formas de- Expresión de placer 3" de esperanza.
;
testablemente hermosas de la mujer, la luz, el éter, los colores de Llanto sólo á mis ojos 3' á mi pecho
nuestros cielos, las bellezas todas de nuestra naturaleza, rica, fe-
Hondo su.spiro es dado. Dios clemente !
artes y las ciencias .se originan de un engranaje de ideas sugestio- Se a.sienta la congoja 3' un quejido :
nadas, que aparecen desde lo infinitamente pequeño ha.sta lo in- Lánguido 3’ melancólico, parece
finitamente grande ;
las obras del ingenio humano son productos El tiempo remedar en que vivía. . . .
como poetas una tendencia y como pensadores otra las más de las
;
El aire que rodea
veces esas tendencias son contrarias, 3^ vemos que un mismo escri- Todo este globo en próvida abundancia,
tor como ^•ersificador es exageradamente romántico, 3' como prosa- A su anhelar ardiente se escasea.
dor implacable naturalista, cruel anatomista de la idea ésto se;
Penosa contracción, rígido pasmo
observa hasta en los que no escriben versos. Sus miembros tuerce en pertinaz constancia.
Cuando soñamos, cuando echamos al viento nue.stros sufri- Cual horrible sarcasmo
mientos y nuestras luchas, no podemos .sentir del mismo modo que Parece que la muerte
cuando juzgamos las luchas ajenas, cuando analizamos las dudas Suspende el golpe de descanso, en tanto
do otro j'í?, las enfermas vacilaciones de otro espíritu. . Que bárbara .sonríe, 3^ se divierte
Si es malsana la literatura que busca destrucción de la reali- Con la escena de duelo y de quebranto ;
dad, el olvido del origen de la existencia, el hipnoti.smo .sensualista Del hijo analizándola agonía
de la incon.sciencia, la variabilidad de las .sensaciones de la inteli- Con feroz alegría,
gencia, para dar una forma original á las luchas internas 3' marcar Retarda al padre apetecido llanto. . . .
; — ——
Angel que en esta terrenal esfera Así se vieran las cubanas musas,
Por ásperos senderos me acompañas Vistiendo en vez del opolulento arreo
Venciendo las malezas de la vida: Con que plugo á natura ataviarlas.
Consuelo á mi dolor, fiel compañera, De la ignorancia el mi.serable andrajo
Mi fuerza y esperanza luz querida Con que sus miembros cándidos afean :
Luégo en negro laúd con graves cuerdas Cada cual tuvo empleo señalado.
Que del dolor la mu.sa inspiraría, «Señores dijo entonces el jumento,
!))
Y al ver del e.spañol llorando al hijo. «Burro de los demonios, ¿ cómo es eso ?))
Benigno el mártir su perdón nos diera. Exclamó el Presidente. «Date pre.so,
«Picaro 7na7iganzÓ7i, que el otro día
Mas no que el Señor Dios el estro santo
! «Digiste no entenderla letanía,
Negóme y nunca prez alcanzar puedo. «é Y
ahora sabes leyes ? Pero baste . . .
;
o ID ^ Agitado cual
Del Almendar .sonante,
El noble genio de la rica Habana
él ; cuando á la orilla
A la Infanta de Castilla, Daña María Isañel Lnísa de Bordón. Solitario llegó. Tiende la vista
Por el inmen.so piélago, y las ondas
Las índicas arenas
Bañar tan .sólo vió fugaz sonrisa :
Qué entu-siasmo,
oh placer en desusada
— Cuándo, cuándo mi anhelo
« ¡
¿ !
¡
Sati.sfecho veré Tú, poderoso. !
Es el amor ? Oh no —
Será que el día
¡
Rumor con que la España entusia.smada Descubrí un nuevo mundo, que escondido
Celebra á su Isabel ? Sah'e, divina — ¡
Al otro mundo estaba. Tus clamores
Estrella de la paz anunciadora !
En radiante
él brilla
El nombre de Isabel en grato agüero.
Inclitos vates que la hermosa Cuba Como brilla triunfante
En su regazo aduerme, Tras fiera tempestad algún lucero.»
Y del fértil, mansísimo Ahnendares,
En el raudal .sonoro
Dijo: súbito trueno
Bebéis la inspiración las liras de oro ;
Retumba en la alta e.sfera la sagrada :
Pero antes e.scuchad, hijos del canto, Y de onda en onda vaga repetido.
Los últimos concentos , La nota errante del valiente Soto (i)
De mi dichosa lira que ha podido I.a escuchó 3' conmovido. ;
Que deja entre las nubes la tormenta, Contempla un punto la apiñada gente
Y cual trofeo espléndido y brillante Que en torno está del alto mausoleo,
La ofrece al sol que su victoria ostenta ;
Y eu el dolor del fúnebre trofeo.
La inesperada voz de ausente amante ; La faz serena y el pen.sar doliente :
Aquel suspiro que al nacer la aurora Y el Genio augusto, como blanca nube.
La estatua de Memnón dicen que lanza ; Suelto el manto triunfal, al cielo sube.
Un sonido que tiembla y se evapora,
Y cuanto dulce el pensamiento alcanza
O la idea puede concebir del hombre.
Es menos dulce, oh lira, que su nombre.
!
ADIOS
Sea ese nombre oración sagrada
la
Que santiñque nuestro bello canto
El sea la luz secreta, inmaculada.
;
Nube que vas por el viento.
Que alumbre el templo con su brillo santo !
Como descarriada y .sola,
El la palabra augusta, consagrada. Llevalé mi tri.ste acento,
Que con místico acento sacrosanto. Llevalé mi adiós á Lola,
Cien voces puras en celeste bando Nube que vas por el viento !
Cual los himnos será puro y hermoso Y tú, dulce 3 tierno amor, '
Cerca de mí, que me miran. Retumba ya. el cañón ! . . . . Sin vaga turbación.
Pobres flores y suspiran
Sacude con denuedo Ningún peligro teme.
!
Que es Lola luz suave y pura, No más humillación. Del mundo de Colón !
En tu seno, murmurantes.
Como de lágrimas llenas.
Van las fuentes, inserenas,
Y las auras, .suspirantes.
EL INVIERNO
En mí murmura y espira
de inmenso dolor
P' líente !
Pardas nubes se apiñan en el monte.
Y son suspiros de amor Un olor de humedad la tierra exhala.
Estas notas de mi lira ! . .
Entre la densa oscuridad re.sbala
Mas ay que la excelsa lumbre Relámpago que incendia el horizonte.
!
¿qué
. pidiera Rosalía?
. . te yan verificado lentamente, ó venido de súbito como violentos cata-
Si no sé qué pedir. clismos. Un exten.so hundimiento del suelo dió origen al Golfo
— Algo que en esta ausencia dolorosa Triste y separó la isla de Trinidad del continente sud-americano.
Te haga pensar en mí. Este hundimiento se tra.smitio hacia el Sud hasta el Orinoco,
— Dame esa que llevas en flor produjo un vasto plano inclinado y de poquí.sima elevación. y
el .seno. Nada
Es un rojo clavel. mas natural que por él se desparramasen las aguas del Orinoco,
— Aroma ni color tendrá mañ.ana, cavando poco á poco el tortuoso lecho de la intrincada red de caños
Será tu amor como
¿ él ? que se dirigieion hacia el Norte eu busca de la nueva depre.sión
— Dices que no tendrá color ni vida. invadida por las olas del océano. La tierra comprendida entre
los
Cuando pierda su olor. . . .
,
caños de Bagre y la Boca de Araguao no la trajo por
consiguiente
Qi-ié tendré yo en el pecho y en la mente. el Orinoco ella exi.stía de muy atrás á su banda Norte,
. ¿
no forma un
;
y por eso
Cuando olvide tu amor? ji delta, tal como la ciencia moderna comprende
esta
palabra. El Oruioeo uo ticiie delta eu este sentido acaso podría
llamarse seudo-delta el terreno al que generalmente se
da aquel ^
nombre.
El hundimiento de que hemos hablado, iba di.sniinu3’endo en
Eriist, doctor Y^dolfd. fuerza hacia el Sud, y ce.só por completo al llegar al Orinoco
pues ;
a su banda derecha empieza el terreno granítico de Guayaná,
con
sus rocas de origen ígneo, repre.sentadas en la misma orilla
del río
¿TIENE EL ORINOCO UN DELTA? por minerales de hierro oligista tan rica en la sierra de Iniataca.
Esta importante transformación geológica tuvo lugar al prin-
cipio de la época cuartaria, en la que ocurrió también el
hundi-
miento de la cuenca del Lago de Maracaibo
Supeiflua paiecera sin duda a todos nuestro.s lectores esta pre- y acaso el cataclismo
gunta, ya que en cada texto de geografía se habla del Delta que diera origen a la profunda depresión ocupada hoy por el pin-
del i
rritorio de este nombre, con su capital, gobernador etc., separado, ¿ Pre.sencio el hombre
estas grandes revoluciones del suelO'
no hace mucho, del extenso y antes tan floreciente Estado de
Gua-
americano ?
^
No podemos
afirmarlo, y meno.s aún queremos ne-
yana. Ademá.s^¿ no basta una mirada al mapa para ver que allí garlo. Según Humboldt hubo entre los indios guaiqueríes de la
hay un gran triángulo, cual inmen.sa mayú.scula delta griega, con costa de Cumana uu recuerdo tradicional de la irrupción
de las
'
su ápice de Barrancas, sus dos lados fluviales, aguas que forman ahora el golfo de Cariaco, acontecimiento que e.s
y su base marítima
i
íÍ
to aún la existencia del hombre al principio de la época
bra, tampoco es delta todo pedazo de tierra :
cuartaria
de forma triangular, ¡i
es un hecho incontestable
aunque esté situado en la boca de algún río. La palabra delta
es
y por otra parte no faltan indicios de
;
derable de sustancias .sólidas, ó .sea arenas Tengo tres perlas, Cuánta inocencia.
y polvo muy fino, en 1
segundo lugar, debe existir la po.sibilidad de que este material y Blancas como la nieve. Cuánta bondad y gracia
sóli-
do se deposite gradualmente en la embocadura ó fuera de *
Bellas, muy bellas Las tres o.stentan
ella. Do No envidio al potentado
; !
que haya í
7
50 ANTOLOGIA GENliRAL
ill distingui<iopintox' venezolano, señor vion Emilio Maury, Crece la luz, el lienzo .se agiganta,
con motivo del magnífico retrato de la señora Isal'el La imagen tiembla j el color palpita.
P. de Pachano, debido á su pincel.
Rendida en alto anhelo
A tal poder, el alma no concibe,
Si la imagen alienta en el modelo
Cómo
en anhelo tanto.
¿
Noble alumno del arte y de la idea.
O es la deidad la que en el lienzo vive.
Yinflamar tu mente.
al Eras la rosa en botón Eras el ala que al cielo
De tez ebúrnea y de rasgados ojos. Yermo está mi corazón. Ya no puedo alzar el vmelo.
No con mayor grandeza Eras la lumbre febea Eras ay del pecho mío
¡
!
Ostentar á Nausica su belleza. Se extinguió tu claro día : Y hoy que te siento apagado
Del rodio artista al inmortal conjuro. Negra noche me rodea ! Me estoy muriendo de frío !
Ni en la región preclara
Do el fresco Tíber su raudal enfrena,
Al evocar de Ludio .se mostrara
RECUERDOS
Más rica en dones la oriental Helena.
ABNEGACION A BOLITA
— Mi espíritu vaga
iiuleciso por el inundo de los recuerdos. — i
¡
Ah ! ¡
Cómo
agolpan todos en confuso tropel á mi memoria
se !
El aura de la gloria
Cuántas impresiones Cuántos dolores ! Cuántas sonrisas y
¡ !
Mece los sueños de tu mente inquieta ;
¡
presenta á mi imaginación sin conmover mi alma. El hastío la Con resplandor de cielo y de cometa.
embarga por completo. Nada hace palpitar mi corazón. El por-
venir no me ofrece halago alguno. Sola en el mundo, no encuentro
De la agreste llanura
una mirada cariñosa que deshaga el hielo que me oprime. Triste Que el sol de Coro con sus rayos quema.
Partió el acento de tu lira pura.
y desventurada ¿ qué espero ya en la vida ? Cual lumino.sa y fúlgida diadema.
Así hablaba una mujer, bella, con esa belleza que si no des-
lumbra á primera vista, á medida que se la contempla, subyuga el Ytraspa.só los mares,
alma con encanto irresistible. Vestida de negro, su blancura re- Y en extraña región detuvo el vuelo,
.salta de una manera .sobrenatural. La débil luz de una bujía ba- Y al esparcir .sus blancos azahares,
ñaba apenas su pálido ro.stro, y sus ojos, grandes y sombríos, Atrajo aplauso, admiración y celo. . .
mensidad del cielo y la serena superficie del agua, que nada dijeron Ah ! i
quién seguir pudiera
á su espíritu abatido. La clara estela de tu pie brillante
Una voz dulce y armoniosa hirió de pronto su oído. Aquella Y bañarse en la lumbre de la esfera,
voz de mujer la hace estremecer, y como por obra de magia se í Al eco de tu cítara sonante !
blorosa quiere apartar de su mente aquella visión que conmueve A una amiga con un ramillete en el <lía de su natalicio.
de tan extraña manera su espíritu. ¡Pero en vano! Allí están,
los ve, escucha aquella voz dulcísima, que en otro tiempo fue su
encanto y ahora tortura su pobre corazón. Quierealejar.se de allí, Al derramar la aurora de tu cía
mas una fuerza superior la detiene y sus miradas siguen con dolor Sus risueños fulgores.
el rumbo de la frágil barquilla que se aleja lentamente. Ya ape- Nacieron esas flores
nas .se divisa y aun sus ojos la ven. Al fin desaparece por com- Que mi cariño sin igual te envía.
pleto. Tristes sollozos se escapan de su pecho y queda luégo su- ¡
Qué olorosas y bellas !
che amontonó en la cima de la montaña, la joven, en presencia de Que si tu labio con amor las toca,
la ventura de aquellos dos seres, siente desvanecerse en su alma Y si á mirarlas vuelves sin enojos,
las sombras de la indiferencia y del hastío. Su corazón se ve en- El ámbar de tu boca
tonces combatido por encontradas pasiones, mas al cabo triunfa la Y el refulgente brillo de tus ojos.
genero.sidad de sus sentimientos, la vii'tud de su abnegación. Sí : Devolverán á las marchitas flores
quiere sufrir, sufrir por los que ama. Su exquisita fragancia y sus colores.
— Oh Elvira murmura tú ó yo e.stábamos condenadas á
! ;
ha sido escrito,
tan voluble. Ante mi aparente frialdad, .sus agasajos, que repar-
tía entre las dos, fueron al fin para tí .sola,
y entonces los celos
desgarraron mi alma y la inundaron de amargura. Me alejé de Al rosal florecido.
tu lado, temerosa de descubrir mi amor y aquí he vivido en la ; Que áDeidad del Gave rumoro.so.
la
soledad, con mi dolor por único compañero y la muerte por única Envuelve en galas de arrebol visto.so.
esperanza. Al contemplar hoy tu dicha, siento brotar en mi co- Tornasolado picaflores vuela
razón la llama del consuelo, y al pensar que tú has podido padecer Del cielo descendido :
lo que he padecido yo, bendigo como purísimo holocau.sto mis lá- Llega, y fugaz con zumbador ruido.
grimas y mis tristezas que te han librado de tan tremendo martirio.
La joven enmudece; y con .sereno pa.so, alta la frente, ilumi-
nado el semblante por los nobles sentimientos que la animan, se (*) Ha dado asunto á esta composición un picaflore.5 que, durante el «Te Deum>/
celebrado el 5 del que cursa, penetró en el templo de la Inmaculada,
dirige hacia una imagen del Redentor, cae de hinojos y picó al vuelo
y exclama varias veces en el rosal de imitación que adorna el altar de Nuestra
—
:
Señora de Lour-
Me quedas tú. Dios mío !
52 ANTOLOGIA GENERAL
De rosa en rosa va, que ávido anhela Torna el mancebo por la vereda.
Libar su néctar y aspirar su aliento ;
La niña queda
Mas fatigado al fin, trémulo asiento Llorosa 3" triste,
En las hojas le da verde ramilla : Y entre que el árbol viste.
el follaje
Torna á saciar el malogrado intento, Su tierna queja la turca da
Y con las alas en redor trazando Lloró la niña, cual llora el sauce.
Círculos mil la débil avecilla. Como en su cauce
Ni licor dulce, ni fragancia hallando. Limpio arroyuelo,
Zumba y zumba, 3^ aléjase volando. Pues vió de amores nublar su cielo.
¡
Aun al ave sencilla La campe.sina de Tonchalá.
Mostró el mundo con vividos colores.
El engaño en el seno de las ñores !
FLORES CUCUTEÑAS En
Ven, mi noble corcel, fiel compañero
la ruda fatiga 3’ los combates ;
Una mañana del verde mayo, Cuando cabalgo en tí, noble bridón ?
Al débil rayo En la infinita pampa, en la pradera.
Del alba inquieta, Más rápidcs que el viento abra.sador.
Llevando en hombros limpia escopeta Caza demos al tigre, que es la fiera
Gallardo mozo cazando va ; Que infunde e.spanto al mísero pastor.
Tras él un perro ladrando pisa ¿ Qué le valdrán su fuerza no domada.
Y al dueño avisa Ni de sus garras el agudo filo.
Que, en sus alcores. Si cual regio tapiz su piel manchada
Va, sobre el césped hollando flores. Pondré á la puerta de mi hogar tranquilo ?
La campesina de Tonchalá. Galopa, mi bridón, que allí reposa
La amarguras ha sufrido tántas,
c|ue
Al verla el joven, ansio.so rueda Y de mi au.sencia cuidadosa
aca.so
Por la vereda Cree divisar el polvo que levantas.
De la campiña, Corre, noble corcel quiero la vida
Enamorado de aquella niña Distante del bullicio y la ambición.
;
De amor la estrella
Nos quiere al carro uncir de su ambición.
Dios nueva fuerza prestará á mi brazo
Fúlgida brilla,
Para vencer la bárbara opresión.
Y velo de su mejilla
el terso
Teñido en rosas ardiendo está ;
Yá la muerte, al combate volaremos.
Que el ígneo dardo de amor, derecho, Apellidando guerra á los tiranos,
La hirió en el pecho Y con sangre 3' dolor consagraremos
Que herido e.sconde, De la patria los fueros soberanos.
Y entre suspiros : <(yo soy,» responde Que en el suelo inmortal de heroica gente.
La campesina de Tonchalá. No podrá dominar tirano impuro.
Mientras el sol alumbre nuestra frente
La brisa entonces, que entre ellos juega, El sol del indomable Guaicaipuro.
Las alas plega Mas si permite el sér que al orbe alienta
De boca en boca, Que alce aquí su pendón la tiranía.
Y el niño ciego los labios choca
Esta tierra de luz que nos sustenta.
De los que juran amanse allá ;
Reguemos con tu sangre 3' con la mía.
Y entrelazados, al estallido.
Vuela, corcel, que allá mi tierna esposa.
Su adiós .sentido
La da el amante, La que amarguras ha sufrido tántas.
Y «adiós,» repite tri.ste, anhelante,
Me e.sperade mi ausencia cuidadosa,
La campesina de Tonchalá. Y ya divisa el polvo que levantas.
!
De mi ribera nativa. Su voz y mirada olímpicas ; Que las tinieblas del pa.sado alumbre,
Todo en el aire es repo.so. Y «i Viva la Independencia !« Y el Hombre— Dios, amparo á los que gimen
Todo silencio en la orilla. Con acento airado grita, Del dolor bajo eterna pesadumbre.
Mientras en el pecho braman Y viva » repite el eco
«¡ !
Entre la tierra y el cielo Y lo repiten las palmas Los ecos del Parnaso en donde el estro ;
Y en los ojos centellea Tritones que del mar brotan A3' otro tiempo los tranquilos goces
!
La
Con fuerza mayor hinchan flor 3' el río, el trovador ufano
En las ondas cristalinas. .se
;
Cantaba con
Y mientras Padilla avanza, el arpa peregrina.
álo lejos,
Allá, distante, Laborde e.spera á Padilla,
Cual tromba que anuncia ruina, El ancla puesta en el fondo.
Y
eran sus ver.sos como rubio grano.
Se vé la flota que luce
Como grato dulzor de miel hiblea.
En la popa las e.spías. Como follaje de verdor lozano.
La bandera de Castilla. El rencor en la mirada
En ella el bravo Laborde Y en el corazón la ira. Preguntaal rui.señor por qué gorgea
;
Da voces, alienta, anima Ya las distancias .se estrechan. A fuente por qué tiene rumores
la
A los bravos marinero.s Ya los contrarios se miran Por qué la bri.sa al retozar cimbrea
;
vacía
Y pues expande su fulgor de estrella.
Y sobre el bravo Laborde
No al cálculo procaz pienses llevarla.
Es que descubre á distancia. Se lanza el bravo Padilla.
Que bu.sca otro ideal la virgen bella.
Cual banda de aves marinas. Penóles contra penóles Bu.scará á la virtud para cantarla
Las blancas lonas que al viento Se ven las naves unidas, A la noble ambición
;
por sostenerla
Dan naves de Padilla.
las Y campos de sangre y muerte A la maldad ruin para execrarla.
;
Por el brillo de su espada Allá destrozos las picas, Inri en la frente que manchó el delito.
Y el brillo de .sus conqui.stas. Y unos gritan «j por España !» Jamás brindó la prez sin merecerla.
Las olas del manso lago Y otros «i por Colombia !» gritan. Mas numen paréceme pro.scrito.
el
Rompen las cortantes quillas Ayes de dolor .se mezclan
De las naves colombianas Porque lo quema de la fragua el fuego.
Con estertor de agonía, Porque lo asusta del
Que aquél al combate guía. vapor el grito.
Y votos y maldiciones
Flotando va en las cangrejas Lleva en sus alas la bri.sa. Que siglo es material,
el
y el hombre, ciego,
La bandera que en Pichincha Y en tanto el cañón retumba Si atento escucha el resonar del oro,
Sobre campos de victoria Del lago en la onda tranquila. Al ritmo sordo le verás más luégo.
Lució sus franjadas cintas. Voces de triunfo resuenan
Cargada va hasta la boca Por Colombia y por Padilla Y aunque el siglo defienda su decoro
La luciente artillería, Y se ve flotar en lo alto
;
Con los Hugos, Manzonis y Zorrillas,
Y los chuzos y las hachas De las naves enemigas Yo del Parnaso protección imploro.
A la lumbre del .sol brillan El iris de krz y gloria Y
;
quisiera llegará las orillas
El coraje hierve en todos. Qrre alzó en los Andes Bolívar Del blando Ili.so, do el divino Homero
De .sus héroes cantó las maravillas.
Y
seguir por el fúlgido sendero
De Petrarca, de Milton, de Quintana,
Para inundar de luz el mundo entero.
54 ANTOLOGIA GENERAL
Que lo llevm entre dudas á la muerte. Sólo decide el juez del infinito.
Irán mis cantares cual trémulo y vago Yen, que anhelo.so entre tus brazos quiero
Murmurio apacible del aura fugaz. Sofocar de mi mente enloquecida.
Que riza la tersa planicie del lago. Los infaustos recuerdos de mi vida.
Espejo en que mira la aurora su faz. El llanto inmenso de mis ojos, ven.
A
mí desciende y compasivo mira
Murmurio que en torno recorre la playa,
Ay del pesar las huellas en mi frente,
!
De cosas muy graves tal vez se hablarán, Ven á e.scuchar tristísima la historia
Uniendo armoniosas los ecos veloces Que guarda entre su seno el corazón.
Al són de las olas que vienen y van.
Una madre perdí de cuyo afecto
El encanto formé de la existencia
Suspiros del viento, canturias de amores
Rendíale por culto mi obediencia,
Que lanzan las aves la aurora al rayar.
Divino concierto de leves rumores
Y sus sanos consejos escuché.
Que en A^ano el poeta quisiera imitar.
Porque ella tierna en mis primeros años,
Con su cariño perennal, profundo.
Mas tú la de suaves y blondos cabellos. De ese Dios me inspiró que rige el mundo,
La de ojos que lanzan miradas de amor. Sublime amor y religiosa fe.
Sin duda eres digna de versos tan bellos
Que bardo ninguno los cante mejor. Jamás ocultos con.servé en mi pecho
Los íntimos secretos para ella.
Que fue su amor la luminosa estrella
Que mis inciertos pasos alumbró.
M IDK.IG;rjPLL
Y esa luz me faltó., que en la honda sima
De la tumba silente y misteriosa,
Muerte cruel la .sepultó impetuosa
Si yo siempre te he querido !
Y su alma pura á su destino huyó.
Si tu fuiste
Quien me heriste Y ho3% cual la nave que en desiertcs mares
¿ En qué, dime, te he ofendido Vaga al furor de tempestad violenta.
Con quererte? Con esta v'ida que mi sér alienta.
.\y ! más valiera la muerte Vago sin rumbo por el mundo j'o.
O más bien no haber nacido.
Te he perdido I Falta á mi pecho fe, falta á mi anhelo
Y no obstante de perderte, La dulce paz que el corazón ansia ;
Hijo sin madre, en soledad tan triste, Ven hasta mí, sofoca mi desvelo.
¿ Qué haré en vida sin tn afecto santo ?
la Quiero en tus brazos mi dolor calmar.
Ni un sér encuentro que sensible al llanto
Venga á enjugar mis lágrimas por tí. Cubre mi frente con tus niveas alas,
Y haz que sumido en delicioso sueño.
Lloro yme afano, pero el mundo mira Pueda .siquiera en mi ardoroso empeño.
Con cruel desdén mi dolorosa pena Mis inten.sos pesares olvidar.
Sin una madre como tú, tan buena.
Que haré en la tierra solitario, di?
Rendí sin vacilar mi corazón. Del trabajo que es árbol que florece
!
A MÉJICO Cautiva !
¿ qué te espera ? La picota
Donde se está el esclavo anonadado,
No desmayes
Y que fijan los déspotas al lado
! Levántate ! No cedas De sus tionos cubiertos de esplendor !
En que esa ingrata que mi amor desdeña Y nunca armó su prepotente diestra
Llenó mi vida de inefable dicha, El odio, ni el temor, ni la \ enganza ;
Dando á mis labios del placer la copa, Jamás para vencer urdió asechanza
Copa divina. Ni usó traidor puñal !
i
Es.a es la libertad !
Mil émulos y mil tinua contradicción de las ideas, las diarias batallas de las pasiones
;
dora, donde la.s ideas que quieren salir á luz, ganosas de volar por
Vosotros, sí, los pérfidos .soldados
cielos desconocidos, .se sienten detenidas por las ideas que entran
Del crimen y el error :
en tropel, como enjambre de abejas locas que vienen buscando el
No ha
menester la libertad, bandidos. calor de un nido para entregarse á las primeras orgías.
Del estruendo y rencor del fiero Marte Soldado de todas las batallas, profeta de todos los ideales ;
;
Símbolo del perdón es su estandarte, juez, verdugo y víctima á la vez en los dramas de la pasión, el
Su blando imperio, amor
¡ !
artista de la pluma es hoy Proteo que no sabe qué formas tomará
mañana para continuar su viaje por las curveas de la vida. El im-
Y pero en leal palestra
lidia, sí ; :
perio que cae, el pueblo que ,se subleva, la mujer que le ama
Atacada, jamás provocadora y la
mujer que le engaña, las carcajadas de la fiesta y el hipo de la
Siempre grande en la lid, nunca opre.sora, agonía, el re.splandor de los palacios y las podredumbres de la mi-
Que es numen celestial ; :
seria, van dejando huellas imborrables en el espejo de .su ingenio.
58 ANTOLOGIA GENERAL
tarrros.»
Kn el mismo día, como en el cielo, la diana alegre cuando á los Pirineos, esa historia anterior á toda
apunta el alba, la marcha fúnebre cuando se muere el sol. Ni un historia, prodigiosa epope}'a geológica, en el momento en que la
momento de tranquilidad absoluta, ni una sola noche de sueño sin masa abrasada del globo levantó su eje, se estrelló la tierra
ensueños. y en los
dolores de un parto titánico, lanzó contra el cielo la negra v calva
Hay todos los días algunos instantes de alegría loca, de em- Maladetta f
briaguez de placeres. Pero esos in.stantes .son elímeros. Con la Es, sin embargo, desde la montaña maldita de.sde donde el
7-
sonrisa de la mujer amada puede confundirse la mueca del desdén Homero de los Pirineos vió de.saparecer las contrariedades, cubrir-
—
encada mirada, luz cargada de alma, como decía Balzac, puede —
;
.... Cuando el ruido de los combates y la música de las fie.s- I modera la .severidad y un color trasparente 3^ puro, un pardo claro
;
10. —
La barrera formidable de E.spaña son les Pirineos, guar-
quema los labios, el dolor del alumbramiento difícil ó las torturas dados al Oeste por los vascones, y al Este por los catalanes, porte-
del aborto. ros irritables y caprichosos ui;os y otros, que abren á Abderrahman
Hacer vibrarlas frases como vibraron los nervios al recibir la 3" cierran á Roland.
vivo, caliente, con las palpitaciones de la carne virgen ! a.semeja al antiguo Egipto. Fue supersticiosa como él, 3* como él,
En la lucha con las dificultades de la forma el ingenio realiza e.stá dividida por climas, u.sos, leyes, costumbres
y lenguas dife-
á menudo un verdadero milagro. Del nombre vulgar y o.scuro que rentes. Sus códigos son privilegios. Todo pueblo la conquista :
aparece por primera vez en las columnas de un diario ó en la cará- Tiro explotó sus minas Grecia pobló sus puertos Cartago le im-
; ;
tula de un libro, el ingenio puede hacer algo real prestigioso, que puso le3'es Roma la sujetó á su civilización los godos á su bar-
; ;
atrae la atención, promueve simpatías y agrupa, como al pie de barie los árabes la quebrantaron en uno batalla, en otra perdió su
;
una bandera, las inteligencias unidas por analogías morales. libertad, gobernada sucesivamente por extranjeros flamencos, ;
Es muy grande la influencia de los intereses positivos, es muy austríacos 3’- borbones.
grande el valor de las co.sas materiales pero nada tan grande y tan
hermoso como el prestigio que se adquiere pensando y conven-
;
12. —
Pero superior á Egipto, ella ha sembrado estas diversas
épocas de monumentos tan imperecederos como las pirámides. Sa-
ciendo.
gunto, Numancia, Covadonga, Calatañazor, las Navas de Tolosa,
Cada chispa que se e.scapa del choque entre dos células cere- los mures de Granada, el Fuero Juzgo, las Partidas, el Justicia de
brales se disfunde como luz que va á besar otros cerebros cada ; |
Aragón.
emoción que nos conmueve en la gestación de las ideas, se propaga
como canto que va á de.spertar otras almas. 13. —
Lo que la encumbra sobre todos los pueblos de la tierra
es constancia vencerla no es someterla, su murmullo acompa-
.su :
2. —
«El sistema territorial de España es una isla por el Medi-
De Lauria, desplegadas sus banderas.
Saludaron las costas del Levante,
terráneo, y con más razón una isla por los Pirineos.» Así figura
Monteil que enamoraba un francés' á una española de ojos negros. Y mudo el arrogante
Alíjero León, las vió Venecia
3. —
Cuántos recuerdos enlazados con el nombre poético de
i
arlos, esa tierra de castillos que caerr, de torres moriscas, de eircan- 16. —
Sí, recuerdos de inaudita gloria bañan con su luz tu his-
tados palacios, llenos de hi.storias trágicas, de leyendas de santos, toria antigua. Auir no mandaban .sobre tu suelo, y ya los godos
de crrentos de niños, de melancólicos arrrores, es la tierra clásica de habían atravesado vencedores el desfiladero de las Termópilas 3' el
la imaginación y la poesía. Corrarrros err peregrinaje á esta Jenr- istmo de Corinto, perdonado á Tebas, abrasado el Atica, mancilla-
salén del corazón. do la gloria de Argos 3' de E.sparta. Reyes hacían la corte á Eu-
5. —
Qrri.sier a contemplarla de.sde Gavarnie, prrente de España rico, que extendía su poder sobre las Galias, y Ataúlfo, protector
y pasaje terrrpestu.oso donde el hijo no espera á su padre, límite in- del imperio, sentó en su trono á la hija de los Césares. Rival de
rrrenso de dos mirndos, desde donde podría ver.se á Zaragoza en Accio, el último romano, Teodorico antes que San León, salvó á
España y á Tolo.sa en F'rancia. Allí el vascón innrutable, primo- Roma, en los campos cataláunicos, de los furores de Atila. Y Es-
génito de las razas célticas, qrre ha vi.sto pasar todas las rraciones, paña matidó en Italia y Portugal, y en Borgoña 3' Holanda, y en
carta gine.ses, celtas, romanos, godos 3’ .san'acenos. «Debéis saber Alemania é Inglaterra, y en Asia, 3’ en Africa 3* la América fue ;
qrre no.sotros datairros de mil años atrás,» decía rrn Montrrrorencv' á sin-a.
JUAN VICENTE, DR. TEODARDO Y ELOY G. GONZALEZ 59
17. Ocho siglos de lucha habían hecho de España la nación oponga rayo luminoso, veréis cómo se provecta la sombra
al
más belicosa del mundo fue también la más noble y generosa. la •
;
y biaron las cataratas de sangre de la guerra á muerte
sos. así atravesaste muchos siglos vestida de sayal, pobre por el elíxir
^ y
.
sublime de la clemencia y déla vida fue aquel, en fin, que después
España, á la siniestra luz de las hogueras de tu Inquisición. . . Y de una esplendida batalla como la batalla de A3^acucho,
;
aún así triunfa-te en San Quintín y diste al héroe que libertó en que es
«cumbre de gloria americana y la obra del general Sucre,’ que
Lepanto la Europa de la Media Luna. fue
la dese.speración de nuestros enemigos,
20. Y aun así, cuando el gigante de Occidente pro3^ectó su
y que semejante á Water-
loo que decidió de los destino.s de Eurora, fijó la suerte
sombra colosal sóbrela Europa, de las na-
y todos los reyes, los tU3'OS, depu- ciones americanas,» (i) cubrió con el manto de una
sieron á sus pies las coronas, mendigando esposas, osaste .sola honrosísima
capitulación á los vencidos, como para abrir una válvula
hacerle frente, hiriéndole con las mismas cadenas que te había ála gene-
rosidad del corazón, y aliviarse un tanto de aquella carga
impue.sto, mientras tocadas por invisibles manos, las campanas lla- subime
de inmarcesible laurel .... ¿ Quien podrá levantar su
maban al combate, 3' tus sacerdotes v tus mujeres y tus niños palabra
contra Sucre en los hechos de su corta pero muy fecunda vida
abrían con sus puñales la honda sima en que fue á hundirse su ? Los
bienhechores de los pueblos tienen ciertos momentos durante la
poderío.
misión que de.sempeñan, ni previstos ni buscados, que expresan
21. —
Grandes pueblos han estado esperando por largo tiempo por sí solos toda la alteza del mérito,
á que despertaras. Borgoña, la parte más guerrera de la Francia, y son como los imstrumentos
fehacientes é irrecusables de la gloria.
nervio 3' fuerza de los ejércitos de Napoleón, te aguardó un siglo
entero en odio a la conquista francesa, .sus sencillos 3’ enérgicos
:
habitantes se han .sepultado el rostro contra la tierra. Estabas Y no quiero recordar la escena pavorosa .... La b.ala homi-
muerta, pero tu cadáver como el del Cid, animaba á tus amigos 3’ cida e.stá juzgada .... Silencio! Toda tumba es inviolable, porque
espantaba todavía a los contrarios, que tu espada había herido. la tumba es el principio de la eternidad ....
22. Mi dolor por las de.sgracias de España fue causa de que Si las cenizas de Sucre .se perdieron, hay de ello una doble ex-
la llamara «fragmento etiópico incrinstado en Europa.» Si visto
:
plicación ó desaparecieron por un rapto de la gloria que
desde el mar, mediodía de la Península .se asemeja á Marruecos,
el
:
no qui.so
esperar el largo proceso de lo.s tiempos para llevarlas á los
es que el cielo da con frecuencia á las aves potentes el chillido dé altares
del Olimpo, ó quizá por la postrer plegaria del héroe de
sus víctimas. España po.see todos climas
Ayacucho
lo.s ;
¿debería faltarle el que acaso ultimo ra.sgo de su abnegación, confundir sus
qui.so poi el
de la patria de San Agustín ?
cenizas con los de aquellos millares de soldados que no nos
23. Y España debía s;r el pueblo de la elocueneia. ¿Qué dejaron
ni .su nombre ni .sus hue.sos para colocarlos en el Panteón
nación habla niia lengua más noble inmortal,
y .sonora que la suya ? Los peio que en cambio no.s dejaron como .solemne testamento, escrito
pechos robustos, los órganos nuevos
y fuertes de sus hijos la for- con sangre en los campos de batalla, el derecho de ser libres 3^ la.s
rnaron en las regiones del alma, bajo un cielo puro, templándola
al ejecutorias hermosas de un brillante porvenir ....
son de sus guerreras trompas,
y marcándola con el sello de su in-
trepidez y entusia.smo. El hombre del Norte a.spira sus palabras
entre la leitgua y los labios, entreabierta la boca, para no respirar
la fría atmósfera de sus nieblas. La lengua castellana, nutrida de
vocales, mezcla de la .sensación 3' la idea, pronúncia.se al aire
libre,
ore rotundo, respiración del alma, de sonidos
como la lengua griega.
sonoros 3' graciosos 0-oi^2¡ález¡, ^1037-
24. ¿ Por qué, oh España no recoges tus hijos en tu regazo
¡ !
con nuestros propios dolores 3' con los dolores de los que nos han
precedido. Y coino terrible 3’ ulterior clausura del tremendo ciclo,
La historia tiene sus días de dese.speración de agonía, así presentimos las tristezas del porvenir somos un punto de embates
como los tiene de júbilo indecible, porque así comoy debe castigar el 3'
;
Hoy nos alimentamos de mamas fiácidas y estériles nuestro llanto Entre el temor, la duda 3^ la esperanza ?
;
de recién nacidos es acallado pronto por el rumor de los combates ¿ Qué extraño .sentimiento
cívicos, por las voces del escándalo y por el murmullo del tunudto
Es este que convierte
callejero. La dicha y la confianza
En acerbo dolor, aura de muerte,
No hace mucho
las preocupaciones no traspasaban los linderos
Y ora suspire ó gima atribulado.
del hogar ahora, por resurrecciones atávicas implacables, abando-
;
Ora goce de plácida alegría.
namos el solar paterno cuando 3'a somos suficientemente robustos Nunca el bien anhelado ,
para disputar la presa
De la quietud encuentra el alma mía ?
Apenas removemos un poco nuestros papeles y nuestras pro- Tras un leve placer, amargo llanto
piedades de adole.scentes, nos salen recuerdos y testigos de los días Corre por las mejillas presuroso,
de infancia, de la mañana anterior hay un empuje furioso de pre- ;
Y tras alegre canto
cocidad, porque necesitamos vivir de prisa para llegar pronto á la Se sucede silencio pavoroso.
cumbre antes de que suene la hora suprema la longevidad ha lle- :
Si asoma entre mis labios la .sonrisa,
gado á ser un fenómeno de estadística. Di.sípase al instante
Por todo eso sufrimos de veras. Los viejos se resisten á creer- Y me parece que la núsma brisa
nos, porque en cincuenta años ha_v desarrollos de tal magnitud, Murmura agonizante.
que en otros tiempos necesitaron un siglo para presentarse. Por Todo á mi lado es duelo,
•eso contestan á nuestros aj'es, creyéndolos debilidad ó puerilidades, O placer, ó ventura ;
cada hora el eterno buitre rasga las entrañas sin pie- El límpido cristal y la belleza.
plicio es de ;
Y truécanse en enojos
Los encantos del pecho conmovido.
tes en empeño nobilísimo y vemos que arrebatan el laurel manos A veces á la gloria noble aspiro
brutales, cada juramento desgarra el pecho y quema los labios!
Con indecible aspiración con.stante,
—
¿Jurar qué ? —
Una venganza sin nombre á las brutalidades ¡ Y con la fama 3' el poder deliro ;
del destino !
Y luégo en un instante.
Se nos llama impacientes. Es claro, no nos han enseñado, ni Fama, gloria 3' poder, todo lo olvido.
fuera posible, la satisfacción austera, el renombre modesto. . . . ¿ Y por qué de tal modo el pecho ufano
¿Comprendéis quedé tri.steza incurable subir cuando hielo más Se conmueve agita ?
3’
frío que el de la cima haya matado todas las ilusiones, cuando falte Ah bien lo sabes tú. Dios soberano
!
;
ya vigor y mu.sculatura y entusiasmos para realizar los bellos Mil \’eces sea tu voluntad bendita !
de una mujer encantadora, tiene un nombre halagador, nos aguar- Yeu placeres la angustia convertida.
da pero cuando acaso lleguemos á su trono .... ¡3'a no habrá luz
;
Los ecos de mi alma
en estas miradas, ni emociones arrebatadoras en estos corazo- Llevarán á tu trono en oradores
nes ! . . . .
Su perfume de amor y bendiciones.
;
Que posáis vuestras alas virginales ¿ Has muerto por desgracia, ciudad mía ?
el cristal de la laguna ;
Sin poder comprenderlo aunque lo estudia. Y que callen las brisas y ni un eco
El misterioso arcano de la vida Del éter mueva la vibrante onda.
;
agitan en germen
.se
Do crecen las palmeras y los macos, los primeros principios de mi consagración en mi nombre Platón
Y va entre bucarales
:
V
Yo tengo apóstoles fervientes que han llenado con hechos lu-
Grraterol y M oales, doctoa J. minosos las páginas más bellas de la historia. Ludovico Pío, Vi-
cente de Paúl, Santa Isabel de Hungría, Margarita de válois,
Isabel de Baviera, Esteban Girard y una pléyade más de nombres
venerables para quienes la gloria tiene himnos de amor, coronas
inmarcesibles la justicia y altares la eterna gratitud de las ge-
neraciones.
Todasesas corporaciones que ha fundado y sustenta el espí-
ritu de fraternidad, nacieron bajo mis inspiraciones. Por mí hay
hospitales de .sangre para el soldado, manicomios para los tristes
MONÓLOGO ESCRITO POR EL DOCTOR J. GRATEROL Y MORLES PARA ciegos de la inteligencia, lazaretos para el infeliz proscripto de la
LA VELADA BPINÉEIC.A DE LAS SOCIEDADES «ARMONÍA)) Y «ALE- sociedad que expía en su inocencia la injusticia de.sesperante de un
hecho rebelde al ideal, casas de corrección para la.s conciencias en-
GRÍA)) Y DPtSEMPEÑADO POR LA SEÑORITA CLARA M. TELLERÍA. tenebrecidas por el eclipse de la virtud, y asilos de huérfanos
y
clínicas para la infancia de.svalida.
Que no sólo dar limosna es caridad. . .
VI
Vengo en nombre de Aquél que tiene en sus manos la clave de ,
amor.
vn
No me importan las regias vanidades ni el orgullo soberbio
con que los hombres .se fabrican e.sas soledades siniestras, rodeadas
por doquiera del abismo, que apellidan sus imperios y sus reinos Hry otros acontecimientos de causa inevitable, que están
allí se vive odiando y de.spreciando
;
fuera del hombre, que llevan el .sello irrevocable de la fatalidad,
en aquel árido ambiente de y
;
ambición sólo medran la intriga y la calumnia, se respira glacial que asumen por esto cierto carácter de majestad y de grandeza
indiferencia, los más nobles e.spíritus flaquean ó se pervierten,
Cuando la tierra se estremece con fragor y derriba el suntuoso
y I
Por más que en ver me concentro. Cuando la flor en el peinsil, sus galas
Sólo en torno de mí encuentro Luce orgullosa y sus perfumes vierte,
El desencanto, el hastío !
Hasta el púdico céfiro en las alas
Llévale aliento 3" vida jamás muerte. ;
III
¿Dónde el templo y el altar ? . .
Entreabierto botón los labios rojos ; Cuando ha3' en el hogar un padre anciano
Cintura y pie dos breves maravillas
Que en nuestro apo3’o en su vejez confía.
Así pa.só ante mí y tras de ella ;
Morir, dejando sin so.stén su mano.
Fueron mis ojos con ardiente anhelo,
Es la angustia mayor de la agonía.
Y al suave aroma que dejó su huella.
El alma despertó pen.sé en el cielo : ! Pero morir cuando una tierna esposa
Mas vi después mi frente Rendida ha de quedar á dura suerte,
De cuidados cargada y desengaños ;
Y verla en nuestro lecho quejumbro.sa.
Y su.spiré mirando tristemente Es la angustia más grande de la muerte.
Cómo .se van los juveniles años,
Y dejan la pasión y los afanes Tú, amigo mío,
al espirar palpaste
En nuestras sienes sus cenizas luégo, Como espadas de fuego esos dolores.
Cual lava de volcanes Que en la memoria, niá tu padre ahogaste.
Do oculto vive inextinguible fuego. Ni á la bella deidad de tus amores.
64 ANTOLOGIA GENERAL
Yen dos porciones con tu propia mano Conmigo está mi dulce compañera ;
Partiste el corazón junto á la fosa ;
Conmigo están los hijos de mi alma;
La una mitad para tu padre anciano, Y 3'0 los miro con amor profundo.
La otra mitad para tu tierna esposa.
Para colmar mi anhelo, quién me diera ¡
Esa alma noble que anidó en tu pecho. Y el cielo se cubrió de nubes negras,
Y .se llevó la arena el torbellino.
II
Canté
del bien las glorias inmortales ; donde permaneció 12 años; ... en tanto que de.sde el Atlántico
De la virtud los inefables gozos ; hasta el Pacífico, desde el man.so Guaire, que le vió nacer, hasta
Canté la libertad, y, al otro día, el remoto La Plata, que ciñe los antiguos dominios del .sol, sólo se
Kn olvidado erial me hallaba solo. encuentran sus magníficas hechuras cinco naciones independien- :
1
tes y para siempre libres naciones con glorio.sos trofeos, con ejem-
:
I.K
plos soberbios de hazañas y de proezas, con historias heroicas que
Romeo, bajo el mármol de la tumba emulan las páginas doradas de la señora del mundo, con anales
Yerta descamsa tu infeliz Julieta :
políticos que leerían con encanto en las plazas de Tebas y de Ate-
Mi dulce prometida es más hermosa, :
ñas los antiguos genios déla libertad.
i\Iás pálida y tranquila .... y es eterna Allí, cruzada al pié del sepulcro, allí venía \aespada redentora.
Y los ojos de toda la población, con an.sia desconsolada, bus-
!
Gime en la noche el piélago sombrío ; Tendida sobre un cojín funerario, sola, para siempre envai-
Yo soy como la mar y como el ave nada, sin movimiento intencional, entraba por las puertas de Ca-
Yo no tengo más canto que un gemido. racas y atrave.saba sus calles, lenta y silenciosamente, la estrella
que condujo al pueblo venezolano en su larga y sangrienta pere-
XI
grinación, de.sde las cavernas de la esclavitud hasta el paraíso de
Ante la muchedumbre el sacerdote la libertad. . .
Dejaron al lucir de la mañana, ciudadanos para hacer la última guardia al Padre de la patria, y
Y sé también que nunca regresaron :
adivinando los sentimientos que animaron el pecho del antiguo
Pues así sucedió con mi esperanza. '
Ejército Libertador, si le hubiera cabido en .suerte el acto tremendo
délas exequias de su general, los semblantes graves y entristecidos
de nuestros voluntarios revelaban las impre.siones amargas del co-
XJLXIMjPl LUZ. razón.
Pa.saban los colegios, y los tiernos infantes, asidos de las ma-
’
Y
tendrás, pues no tengo otra ventura. aquel momento una época entera de grandezas y prodigios Allí !
—--V — y Bomboná. Y
aquella marcha lenta, que el dolor hacía vacilante,
nos recordaba en contraste la marcha arrogante de los días de san-
gre y gloria, cuando esas frentes andaban erguidas 3- esas espadas
Onzmáii, A.ntonio Leocadio. ¡
empuñadas .... Pero, ah Entonces os presidía el hom-
¡
! . . . .
[
bre de la victoria .... que I103’ .... tendido en un sepulcro ....
Sí, debéis llorar á torrentes, 3' como esos ángeles que van delante
LAS CENIZAS DE BOLIVAR de vosotros, 3’ agregar vuestras lágrimas á las suyas, porque con
lágrimas debe ablandarse la carrera de ese sepulcro, 3' porque en
torno suyo deberían derramar lágrimas todas las generaciones ame-
Pasó ya pa.só para no volver más.
el 17 de diciembre. . . . . ricanas. Empapad en lágrimas e.sas in.signias que el Gran Capitán
Sumióse en
pasado con sus recuerdos patéticos, con su di-
lo ; puso sobre vuestros hombros en los días del heroísmo .... Y
luvio de lágrimas, con sus profundas emociones, con su lúgubre cuidad que no se .sequen esas lágrimas, las últimas 3' más sublimes
magnificencia. . . pruebas de vuestra virtud ....
¿ Lo describiremos ? . . ¿ Eíay mano venezolana que /loy pueda Pero yo he vuelto al 17 de diciembre .... al día que ya pa-
de.scribir ? . . Cuando
contener el volumen de el alma no ba.sta á só ... Es que lo veo, lo contemplo, e.stoy en él ...
.
No el . :
los afectos, cuando se cierran los ojos para reconcentrarnos en la 17 de diciembre no ha pasado ni pasará nunca. Le tendremos
contemplación de los más tiernos y los más grandes sentimientos, siempre delante de nirestros ojos ... .
¿ dónde hay pulso para dibujar cortinas, columnas ni catafalcos ? Pasaban esos cuerpos 3' esos grupos, al triste compás de tam-
^
Queden esas relaciones de los sentidos, para cuando el co-
¡ bores en.sordecidos y músicas funerarias, 3' en cada pa.so, en cada
razón se haya descargado de esta gravitación que lo comprime ! golpe, el alma sentía una emoción, cada vez más profunda, siempe
Vimos. sí. vimos entrar en la cuna de la Independencia
. . . . inexplicable, inten.sa, misteriosa.
la e.spada que la conquistó. Rendía .su largo viaje. Cumplida . . Allí está la ciudad entera, allí está Caracas, pero sin voz
. .
el :
su mi.sión, vino á de.scansar perpetuamente en la tierra de donde dolor embarga todas las facultades ni aun se suspira, porque el :
salió. . .
corazón, avaro de su propio .sentimiento, lo concentra todo, y en ,su
No
venía ahora de conc[uistar nuevas regiones para la liber- propia nobleza, busca el único consuelo que le queda, el consuelo
tad ;
ni orlada
con laureles acabados de arrancar .sobre los Andes. . de .sentir ....
No. j’a no hay pueblos e.sclavos en América, ni ejércitos, ni pen-
.
. No
llaman la atención las ninfas hermo.sas, ni sus costoso.s
dones opresores. Bolívar en su tránsito sobre la tierra los extirpó, lutos, ni el adorno de las calles, ni las pirámides y columnas trun-
y fundó el imperio perpetuo de la libertad. ,1 cadas que simbolizan de trecho en trecho el imperio de la muerte.
9
66 ANTOLOGIA GENERAL
Las lámparas funerarias no se ven arder ¿qué son sus llamas tem- : de gloria, vestidas de ángeles, os presentábais como genios divinos
blorosas, imagen del desconsuelo, al lado del quebranto de todos delante del carro triunfador, con cestas de flores exquisitas, con
los corazones desolados ? Aquellos largos y aguzados estandartes, primorosas palmas, con coronas de laurel, con guirnaldas capri-
cu3'a figura recuerda las amargas prolongadas desgracias d$l chosas, dirigiendo al héroe gracias enternecidas y alabanzas ange-
pueblo del señor, y cin'O color denota el dolor profundo, nada nos licales. Vosotras recordáis sin duda aquellas arengas, que Bo-
decían, nada significaban. La vista desdeñaba los trofeos, y se lívar contestaba con tanta sublimidad, con tanta gracia v elo-
apartaba de los colores del iris que refleja el pabellón de Vene- cuencia. » Dos coronas me prescrita un ángel: (decía una” vez)
zuela él había perdido sus encantos
: temíamos que pudiera di.s- : esta de plores representa los dei-echos de los colombianos ; esta corona
traernos de la honda contemplación del espectáculo tremendo. . .
\
corresponde al pueblo,» y la arrojaba sobre el inmenso gentío, em-
Bolívar muerto !!!... '
brillantes colores de Colombia, Perú y Bolivia, .se gastaron en los canto de los sacerdotes, las cruces, los cirios, 3- las insignias con
soles del Ecuador y se acabaron de gastar en Santa Marta. En- . . .
que las iglesias quieren endulzar el acto despedazante? No son
tra por las calles de Caracas, y no.se levanta en alto saludando al himnos de victoria. no son canciones de libertad.
. .
son plega- . .
pueblo soberano. . .
rias al Sér Omnipotente por el descanso eterno del Padre de la
Madres enternecidas, llorad. sí. llorad. El no existe. . . . . . . . .
patria. En este momento vemos correr.se enteramente el velo
. .
le buscáis en vano. Hallad un con.suelo en la misma profundidad del de.sengaño las puertas de la muerte parecen abiertas de par
:
de vuestro dolor. Lo que binscáis ansiosa 3’ olvidando cuanto os en par: un espacio indefinido, la misma eternidad nos separa de
rodea, viene en aquel monumento que divisáis á lo lejos, di.sputan- Bolívar para siempre. Rompe eirtonces el dolor todos los diques,
. .
do su altura á los edificios, y que todavía ocultan tantos lúgubres 3' el llanto univer.sal .se levanta en ruido lastimero, 3’ llena los aires,
emblemas, geroglíficos 3' corporaciones. 3' par'ece levantarse hasta los cielos.
¿ A qué (diréis) á qué interponer tantos objetos entre Bolívar Si el caballo de batalla, con los jaeces que lucieron en Junín,
3' su pueblo? Que llegue: llegue al galope en su caballo de bata- cubierto de .sedas negi'as 3* entristecido, había sido un objeto de
lla ; oigamos los gritos de victoria que siempre re.sonaron á su general consternación, ¿cuán impetuoso no .sería el torrente de
alrededor veamos sus ojos, sus ojos que inspiraban el heroísmo
: : amarguras que produjo la presencia del terrible monumento?. . .
un mundo de otro mundo, y ministro del Omnipotente, le fijaba mentales de cinco pueblos: allí venían sus antiguos edecanes, sus
para siempre nuevos y magníficos destinos. secretarios, sus tenientes y generales, sus más tiernos 3' queridos
¿ No os véis enlutadas? ¿ No véis las lágrimas del pueblo en- amigos, fieles 3’ constantes compañeros. Uno nombraiemos entre
tero? ¿Ni e.se .silencio i;niversal? ¿Ni e.se compás sordo y de.spe- todos: allí venía Ibarra el que re.sistió todas las campañas, todas
:
dazante que atormenta las potencias ? . . . . las expediciones famo.s^s, todos los grandes hechos. Sin más in-
¿Qué tiene de extraordinario, qué, de grande 3" mi.sterioso signias que sus antiguos bigotes, venía al lado de su general,
este día terrible ? Es que se combaten, se mezclan 3" van á de- exhaustos ya de lágrimas los ojos, asiendo con ambas manos la
vorarse dentro del pecho dos afectos, dos pasiones, dos delirios base del carro funeral él no veía nada de cuanto le rodeaba tira-
: :
contrapuestos. Caracas recibe á su hijo, tantos años ausente, tan- ba á veces del carro, absorto 3' encantado, como si él sólo nos tra-
tos años llorado nosotros recibimos á nuestro padre querido él
: : jera aquel depó.sito precioso; 3' en otras lo contenía con filial
viene á la tierra en que nació el honor de nue.stro nombre parece : ciudado, como si temiera que se lastimara su general ....
recuperado la verdad y la justicia son redimidas en este día re-
: :
¡
Ay cuántos ayes hizo exhalar aquel espectáclo lamentable
! !
integramos la gloria nacional ! . . . . Si volviendo la vista en torno nuestro, hubiésemos visto un ojo
¿ Pero qué recibimos? Cenizas yertas .... Un sepulcro .... enjuto, un ge.sto indiferente, habríamos huido de horror, nos habría
Vamos á pisar los umbrales del templo de la gloria, alzamos espantado la salvaje tranquilidad.
los ojos, y encontramos las puertas de la eternidad .... Por todas partes, manos angelicales aco.stumbradas á regar flo-
Por intervalos nos imaginamos á Bolívar tal como le vimos, res al paso del Libertador, gozan el doble placer de regarlas sobre su
tal como le concebimos siempre, como se nos ha representado vein- sepulcro. Son ángeles los que se disputan esas flores para regarlas,
te años recordamos que entra en Caracas después de sus desgra-
: al tiempo mi.smo que sollozos abundantes desahogaban el corazón.
cias, triunfando de todas ellas 3" atenta el gozo al corazón, y ; En fln, pasó el féretro, 3’ el Gobierno, 3' los altos funcionarios,
asoma en el .semblante un ra3'o de placer instantáneamente e.ste : con la Esta diplomática, las Cortes y Concejo, con el resto de aque-
relámpago desaparece, y vuelven las tinieblas del dolor. No es lla lúgubre 3" enternecida procesión 3- nada vieron en las calles, ;
esta una noche oscura solamente, sino una noche tenebrosa cór- : balcones 3' galerías; sino rostros bañados en lágrimas, ro.stros ocul-
tanla centellas de placer para hacer más profunda .su o.scuridad, tos, que devoraban su sentimiento. Los ilu.stres extranjeros que
para más cenfundírnos 3- anonadarnos. naciones poderosas encargaron de tributar un honor tan singular
¿ Por qué son dorados e.sos emblemas de las provincia de Ve- á las cenizas del Libertador de América, no pudieron contener sus
nezuela, que marchan delante del féretro de Bolívar ? ¿Por qué lágrimas. . .
han dorado ese tvhnulo gigante, que atormenta nuestra impaciencia ¿ Yqué, si hubieran vi.sto después de todo, la entrada del fé-
con su extraordinaria lentitud ? ¿A qué .se figuran trofeos, na- retro en el 3’ enlutado templo?
espacio.so Abierto el gran túmulo,
ciones libertadas, cadenas rotas, ni mirto ni laurel, cuando viene 3' sacado sepulcro por los marineros de la Constitución, los anti-
el
Bolívar muerto ? Si él no existe, nada queremos ver sus glorias : guos jefes militares simultáneamente .se arrojaron á él, lo tomaron
las sabemos uo.sotros, sus hechos los sabe el mundo él es .superior : en brazos, lo levantaron sobre sus viejas charreteras, y Bolívar fue
á todas las alegorías, á todas las imágenes á todo lo que se . . . . .sobre las e.strellas desús generales por entre aquellas naves enluta-
puede concebir .... dss ha.sta el magnífico catafalco. . .
unción divina vinieron á contener nuestros e.spíritus desfallecidos. Felicito á Carabobo por sus demostraciones en momentos en
qué le digo adiós al poder y ló felicito, porque todo e.sto revela
;
_
Abatidos, sin embargo, extenuados, abrumados de dolor, sólo que en este pueblo están latentes todas las virtudes de un grande
nos consuela la idea de tener entre nosotros las cenizas de Bolí- y magnífico porvenir. Valencia, Carabobo, en las épocas futuras
var .... representarán todo lo que hay de .severo y todo lo que hay de ele-
gante, hermano del buen gusto. Dios no podía haberse equivocado
Sí, la voluntad de la nación, convertida en ley, ha vindicado :
Heiivíquiez, José JR. del guerrero paj arillo que en doradas prisiones gime v trina,
: el
mira y mide espacio, recuerda de los bo.sques la arboleda, el
el
nido, los amores, y recuerda que un día á mi impulso agitara las
alas vigorosas dueño del aire y de la selva umbría
PERCANCE — El lirio de los valles, de montaña á mí deben la her-
la ro.sa
!
¿ Cómo .salir podré de él ? el espacio con la mirada, mira las olas del mar agitarse como
sus
Por más que pienso no encuentro pasiones que impa.sibles presencian su infinita agonía, entonces,
Cómo llenar el Micseo : sólo entonces, al cambiar su corona imperial por la e.spinosa del
Discurro — recuerdo— leo, martirio, reconoce el valor del derecho que quitara á los demás !
Y nada dice el magín. Y mirad ahora al hombre agigantarse bajo el dulce calor de
Y aun no llega .... voto á san !
los pliegues del manto de púrpura.
¿Qué diré á los suscritores ? Moisés iluminado por la luz divina del monte Horeb, marcha
Que por falta de editores sereno á salvar el pueblo hebreo, que gemía entristecido bajo el
Yo por ellos pondré fin. cautiverio del Faraón, y con la antorcha de mis altares en la mano
lleva á los israelitas hasta mostrarles la tierra prometida, hermosa
y deliciosa, tendida á las riberas del Jordán.
— Washington luchando con un puñado de hombres para de-
Hermoso, Virginia Gril de. fender los hogares de aquella tierra virgen, creando de las .sombras
un mundo de luz, formando la república más grande
y más per-
fecta, me la ofrece por patria
y me nombra heredera de su gloria 1
y goces con mis dones el león : vino Redentor con su sangre preciosa me comsagró al servicio de
es con mi aliento el re}’ de las montañas en mi imperio no tasca la humanidad, dándome por leyes las prácticas sublimes del
freno el corcel y corre indómito por la llanura sin sentir el
;
Evan-
acicate gelio : allí en aquella acta .sacro.satAa levantada al pie de la
cruz.
68 ANTOLOGIA GEN3ÍRAL
alzó la era cristiana su estandarte que colocó en mis manos para yo como una autómata, sin oponerme y sin .saber adónde iba, por
servir de norte al hombre ! entre las gentes que dese.speradas imploraban misericordia Carlos !
He limado las férreas ligaduras del cautivo: he arrancado estaba allí, á mi lado, reanimando mi espíritu cou los consuelos del
al sér humano de la postración vergonzosa de la esclavitud, amor divino con palabras afectuosas
y 3'
de Bolívar.
la que .separó á Carlos de mi lado Cómo ? No puedo ! . . . . . . . .
.
! . . . .
petido entre los lamentos de aquellos que oprimidos por las tiranías Ruinas E.scombros 8í, eso es yo volví á la vida ! . . . ! . . .
!
—
S03' diosa en las Américas, la patria de Bolívar 3' de Was- un cadáver En todos los semblantes, las huellas del dolor, del
!
hington, de aquellos que por fuertes llegaron á ser libres 3' por abatimiento, del asombro Qué va á .ser de tantos infelices que !
libres llegaron á .ser grandes han quedado sin pan 3' sin hogar? De tantos huérfanos que no
—
!
— i
Yo S03" la libertad !
tiera pero no 3'a me habría encontrado, porque 3-0 he vagado
! . . !
mucho tiempo por entre las minas, 3' ni una señal siquiera de su
paso Para qué quiero ahora esta vida, que no ha de tener más
!
caría mis ideas, 3’ aliviaría este peso que me oprime, como la losa
de un sepulcro !
Y qué es la vida ? . . . Un
beneficio para los dicho.sos, 3- una
MONÓLOGO ESCRITO POR LA SEÑORA JOSEFINA HERMOSO DE carga enojosa para quien, como
yo, ha3'a de soportarla, sin ningún
A-LVAREZ para la VELADA BENÉFICA, Y DESEMPEÑADA atractivo. Cuando está satisfecho el corazón, cuando al pre.sente
todo nos sonríe 3' podemos vislumbrar el porvenir por el prisma de
POR LA SEÑORITA MARÍA HERMOSO GHARDIA. nuestras ilusiones. entonces. ... la vida es un paraúso, 3’ mar- . . .
Sueño? .... Deliro acaso 1 ... Dónde estoy ? ... Por qué . .
si estamos en el pleno goce de la felicidad, si creemos que en ese
me rodea tan profunda soledad ? Por qué se oscurece mi ra- . . . .
eterno día, el sol de la ventura no ,se pondrá jamás 3’ vemos de ;
extemso verjel por donde vamos recogiendo flores, .sin saber aún,
horas
que entre ellas se esconden las espinas !
sí cuanto ha3^ en ella, .... la lluvia cae á torrentes, .... las más
e.spe.sas tinieblas me envuelven
mundo de delicias. dónde estás ahora ? cómo es que no te veo,
y en medio de ellas, mi ex-
. . .
traviada pupila cree distinguir inmensas bocas que amenazan se- cuando tú rae decías «viviremos siempre juntos, 3' nada podrá .se-
pultarme pararnos?)) Ah! Es que en la felicidad no pensamos nunca en
los cambios de la humana suerte
Cómo me hallé de improviso en una plaza, en medio de perso- !
nas extrañas ? Cómo voy á empezar una nueva vida, sola sin una mano !
Por qué ahora no recuerdo qué fue de mi madre 3’ mi herma- amiga que me sostenga, 3' guíe mis inexpertos pasos? No tengo ¡
nita, que al empezar la catástrofe, estaban á mi lado? fuerzas Las alas de mi espíritu se han roto al rudo golpe del in-
!
salgamos !!« Ese grito agudo, fue la primera impresión de horror rias de este mundo ;
pero la razón flaquea 3- la siento oscilar como
que recibí aquella terrible noche. Por eso está aun repercutiendo una luz que se extingue !
en mi oído, 3^ no han ba.stado á borrarlo tantos como he e.scuchado Aquí no ha3' más que un torbellino, y van pasando con ver-
¡
de.spués. tiginosa rapidez los mil detalles de un pasado feliz, mezclados con
Huimos juntos, y al tra.spasar el umbral de nuestra casa, la ayes la.stimeros, gritos de desesperación, estruendos de hundimien-
sentimos desplomarse con la misma rapidez con que derriba el tos, desolación y ruinas mi madre mandándome salir 3- Callos que ;
niño un castillo de naipes. me lleva por la mano 3- el terremoto que todo lo destrin-e ! ! !
Ya las sacudidas de la tierra eran tan fuertes, que casi no po- Piedad, Dios mío Tengo miedo! mucho miedo ¡va á tem- ! . . .
díamos permanecer en pie .... Carlos me sostenía .... mi madre blar otra vez ¡Oh! .... e.se ruido sordo .... ya empieza ! ! . . . .
¡ !
Y
sola me quedé. Que aquellas aves arrulladoras
Con que inocente me divertía.
{Termina el canto con otra carcajada.)
De tantas noches encantadoras.
Mi paz turbaran 3' mi alegría.
Yo era mu3' niño, 3’ un buen aldeano
Con quien amenos días pasaba.
Hernáiidez, Doming-o Ramóii. De estas montañas como baqueano.
Por todas partes me acompañaba ;
Y en una noche ¡
triste memoria !
arrullos .sentimentales.
e.sos
Que, según dices, forman tu gloria
Por estas breñas 3' matorrales.
( EN sr INArórRACIóN ) Bajo ese faro de luz mortuoria ?
¿ Qué sol no pasa, qué gloria dura ? cuando se le calienta al abrigo del aire, y que sólo arde en el gas
¿ Cuál de los .seres que el mundo encierra oxígeno ó en el foco de un espejo mstorio.
Nunca ha probado la desventura ? Pero ni e.stas cualidades, ni la de ser infusible, desvirtúan la
¿ Qué ave olvidada, cautivadora. semejanza que entre él y el ingenio existe.
Sobre los campos en donde mora Ved, si no, cómo el diamante crece en las oscuridad de las
No halla alevoso plomo encendido. minas de Oural, de Vi.sapor y de Golconda, lo mismo que el inge-
Que le arrebata la luz que adora. nio crece en la .soledad y el retiro del mundo.
Sus verdes ramas, .su blando nido. El cuarzo diamantífero se lava para buscar el precioso grano :
De su garganta la voz canora ? como la crítica es necesaria para hallar el verdadero ingenio.
El poder refringente, dice la física, es el que da al diamante el
Así de impuras tierras lejanas
brillo deslumbrador de sus aguas.
Presto llegaron conquistadores
Así como el poder de la instrucción es el qne levanta el nu-
Que se llamaban huestes cristianas.
men del poeta y hace brillar al escritor.
Siendo falanges de salteadores.
El diamante, que resplandece como el lucero de la mañana en
La noble raza que aquí vivía la corona de un monarca, es menos precioso que la luz que fulgura
Perdió por ellos en tri.ste día
en la frente del ingenio.
Patria y hogares, campos y frutos,
Y halló, donde antes tuvo alegría.
Un diamante en bruto es un ingenio sumido en la ignorancia.
Miseria y pestes, llantos y lutos.
Y así como la mano del tallador pule al primero y le convierte
en una joya preciosa, la in.strucción hace del segundo una antorcha
Robo y matanza y alevosía.
de la humanidad
Hijas y esposas en sus angustias. El ingenio da lustre á su patria, como el diamante da realce
Ante ese cuadro de horror sangriento. al oro.
Sensibles doblan las frentes mu.stias I
La codicia humana ha arrancado de las entrañas de la tierra el
Y el alma exhalan en un lamento ;
oro y los diamantes para enriquecerse, y ha concedido más valor á
Pero, si muertas aquí quedaron. un pedazo de piedra ó de metal, que á la virtud y al ingenio.
Sus almas nunca de aquí volaron, Los monarcas de la tierra han cuidado más de .sus joyas y dia-
Y de.sde entonces con sus dolores mantes que de los hombres ilustres de su país.
Fúnebres quejas aquí lanzaron. Porque la vanidad humana es superior á todas las buenas in-
Cuando la luna brilla en las flores clinaciones del hombre.
De estos recintos donde moraron. El Gran Mogol lleva en su corona un diamante que se llama
el KoJii-Noor, Monte de luz, que pesa dos onzas.
Tal es ¡
oh niño ! la triste hi.storia El Radjah de Matán en la i.sla de Borneo, posee otro que pe.sa
De esos arrullos sentimentales dos onzas y ochenta y siete quilates.
Que, según dices, forman tu gloria El de Nizán pesa en bruto dos onzas y ciento veinte quilates.
Por e.stas breñas y matorrales ; El del Emperador de Rusia es del tamaño de un huevo de
Si tú al oírlos gozas dulzura, paloma.
A mí me brindan sólo amargura. ¿ Pero no estarían más honrados estos soberanos adornando su
Pues me recuerdan que en esta vida corte con los astros de la ciencia 3' de la literatura de su patria?
De eterna infamia, de guerra impura. ¿ O el ingenio es inferior al chamante ?
Ni de los bosques la paz querida ¿ Ha3" más luz en éste que en aquél ?
De las perfidias está segura !« !
Cue.stión es e.sta que el siglo décimonono, con toda la ciencia
de que hace soberbio alarde, resolvería en favor del diamante, por-
Oh
de mi vida memorias cáras !
i
que el ingenio es una luz divina que consume al que la lleva, sin
En otro tiempo, .sobre estas lomas
hacerle rico.
Me divertía las noches claras.
Con el arrullo de las palomas. Los diamantes .se hallan en la casa de los jo3’eros, délos ricos,
3' de las damas opulentas, 3- por antítesis, el ingenio .se halla co-
Yo las buscaba, }’o las veía.
Mas ay que entonces nunca creía munmente en las chozas 3- bohardillas.
El ingenio 3’ el diamante marchan en dirección opuesta el
¡ !
Con que inocente me divertía. uno al palacio de los reves 3- de los grandes, el segundo á la mise-
ria ó al hospital.
De tantas noches encantadoras.
Mi paz turbaran y mi alegría.
La historia sin embargo conserva un magnífico ejemplo de he-
roicidad y de gloria en que tomaron parte el ingenio de un gran-
Que ho3’ pa.seando por estos montes. de hombre 3" los diamantes de una gran reina.
Lágrimas broto de .sentimiento ;
Queremos hablar de Cristóbal Colón 3' Doña I.sabel L' de
Cuando al cerrarse los horizontes. Castilla.
De aquellas aves oigo el lamento .... El inmortal viajero se retiraba de la corte de los Re3'es Cató-
Bardo, si acaso de mí te ríes. licos, lleno de tristeza 3' de.saliento, cuando un correo le alcanzó en
Ven á estos montes, no desconfíes. el camino 3- le condujo de nuevo á Santa Fe, donde le esperaban
Que al mustio rayo del .sol que vuela. aquellos monarcas.
Verás palomas entre cujíes. ¿ Qué había .sucedido ?
De pies y alas como canela. Que Quintainlla, Santángel 3* la Marque.sa de Morfa, amigos
De pico y cuello como rubíes. de Colón, habían movido el ánimo de la Reina Isabel en favor de
los colosales piw’ectos del ilustre aventurero.
Fernando el Católico, que era avaro 3' gustaba madurar dema-
.siado los planes, re.sistía á las suge.stiones de su magnánima esposa
para que protegiese la empresa de Colón.
R. HERNANDEZ GUTIERREZ Y PEDRO -JOSE Y OCTAVIO HERNANDEZ 71
II
, «¡ Pues bien le dijo Isabel, no expongáis el tesoro de vuestro
!
¡
Ya
ves cuántos sonrojos ! . . .
,idea.
Pero si quieres más porque á mi pecho
‘
Isabel la realizó con aquellas sublimes palabras «empeñaré :
El tuyo corresponda.
mis alhajas para ocurrir á los gastos de la empre.sa.»
Disponga tu querer, que ya está hecho.
I Lina vez por todas, se ha visto á los diamantes cooperando tá-
I citamente á los designios de un ingenio.
III
Y aunque .se ha dicho por hombres sabios que la historia se
repite, el ejemplo que hemos citado no ha vuelto á reproducirse.
ESPERANZA
i
Oh de tus ojos púdicos destellos !
Que de amor, con mirarme. Mas hora, como nunca. Si es esta una ilusión, no me lo digas.
Me vuelves loco ;
Los compadezco ; Que fuera el colmo ya de tanto daño.
Mas, si lo cierras, Que es más penoso Mi esperanza trocar en desengaño.
Reflexiona que el día Que no mirar el cielo.
Queda en tinieblas. No ver tus ojos. IV
Mucho ponderan. Jamás de sombras Yen, acércate más los ojos cierra ;
Como bellos, los ojos La dicha .se ve e.xenta Donde el rubor se encierra ;
De .sus gacelas ;
Que el hombre goza. Bañe mi sien tu abrasador aliento.
Mas tus miradas Mucho me temo Que el fuego avive que en mi pecho siento ;
V
Hernández, Octavio.
S í
I R. E LT h;
Dulcísima palabra
I
Con que tu labio mi ventura labra !
Vulgaridad
No más el orbe alumbre luz febea.
!
¡
i
Los que tal piensan, no conocen el sentimiento de que hablan.
Para que eterna sea
Yo te aseguro que puede existir, que existe y presta las emo-
Esta noche de amor y poesía ciones más dulces, puras y desinteresadas, como que vive de abne-
Que fue mi sueño
tutelar un día !
gación.
i
Oh mía
Irene, Irene !
Esa argentada luna y juzgamos mal á los que so.stienen que no existe la verdadera
amistad.
Que tenue claridad nos da oportuna ;
He llegado, pues al principal objeto de mi carta.
Esa brisa galana En mi triste vida, vida que tú conoces, hay un consuelo que
Que penetra á favor de tu persiana ;
mitiga mis pesares. Tengo un amigo en quien si creo. Tú le co-
El éxta.sis .sublime de tus ojos .... noces y debes comprender que esté orgullosa de su amistad.
Que al confundir mi aliento con tu aliento. Me guía con sus comsejos, me instruye con su amena conversación
Se trueca en languidez de arrobamiento
y, .sobre todo, me ha dicho: «Yo la estimo y la acon.sejo á usted
0 en expresión de púdicos sonrojos. como sifuera mi hija.»
Todo eso, Irene mía, Ves, pues, si no hay desamparo que no pueda hallar un gran
¿
¿No dice á gritos á tu pecho amante. apoyo?
Que no pase este instante. Perdí mi padre, cuyo solícito amor me trazaba la senda que
Que no luzca otra vez el claro día ? debía seguir en tan escabro.sa vida y de.sde entonces no oía un ;
Ya va á rayar el día ;
La
amistad ! E.se .sentimiento puro, nobilísimo, ajeno de todo
egoísmo, que, bien conocido hace la felicidad del que lo posee que ;
EL HONGO Y Lñ. MARIPOSA
mitiga las penas más acerbas tú has sabido pintármela con carac-
;
teres tan decidores, que no he podido menos que gozar muy viva-
Viendo la burla que hacía Ni quién, que néctar divino
mente, leyendo embelesada una identificación de mis propios senti-
De su figura asquero.sa, Te dieran en sus corolas.
mientos.
Enojado, esto decía. El jazmín alabastrino
Entu.siasta, como so}' de todo lo que dignifica y engrandece
elalma, .siendo la amistad para mí el primero de los afectos y
El hongo á la mariposa : Y las rojas amapolas !
teniendo hoy especiales motivos para ensalzarla, he de complacerme «Tú, que del limo nacida. Quién pudo envidiar tu suerte,
¿
en participártelos. De seguro que te conplacerás también en co- Nunca soñaste con galas. Cuando es tu cárcel prendida.
nocerlos. Vas mostrando envanecida. Indicios dabas de muerte
Me dirás que no alcanzas, cómo rindiéndole culto á ese senti-
El zafiro de tus alas. Más que señales de vida ?
miento, he tenido en mi vida tantos .sinsabores.
Por lo mismo que para mí es un sentimiento sublime, muy Y
en tanto que el vulgo necio pues, humilde es tu cuna,
Si,
pocos .seres habíanlo satisfecho en mi corazón. Se admira de tu hermosura. Y esos colores tan leves,
Yo di.stingo. Risa provoca y desprecio De la inconsciente fortuna
Al hablar de la amistatl no hablo de e.se juego ceremonio.so Mi malhadada figura. Sólo al capricho los debes.
de visitas y cumplimientos de ese comercio social, en que cuando
:
.sella tratado por vez primera á una persona se dice: «es mi amiga. « i
Quién .so.spechara que un día Tú, que pasas desdeñosa.
No hablo de aquella armonía de afectos que da expansión al
;
Tus encendidos colores Recuerda, y pese á tu orgullo,
e.spíritu de aquella que inspira á las personas que gozan con nues-
;
Emularan á porfía Que antes de .ser mariposa
tros goces, que sufren con nuestros sufrimientos que aceptan por : La brillantez de las flores ;
Fuiste grosero capullo.»
,
I
Ibarra, doctor Y^lejaiidro. Ibarra, doctor Lliís
SISTEMAS Y MÉTODOS FILOSOFICOS ENSAYOS LITERARIOS
Realizar la idea de la filosofía como ciencia, es hallar el ideal LA .-MUSICA
que debe constituir. Para esto es necesario primero, fijar una
la :
idea fundamental, que sirviendo de punto de vista general, de ra- La minsica debiera ocupar el primer puésto entre las bellas
zón ó de principio universal de todo conocimiento, venga á servir artes por ser la que proporciona al hombre el único placer que no
de ba.se, de fundamento, aun de criterio á dicho ideal y segundo,
; es mundano.
determinar el modo y la marcha más co7iveniente para que sin per-
Para experimentar este placer, es necesario tener oído, y como
der nunea de vista la idea que sirve de ba.se á la investigación, nos
hay algunos que carecen de él absolutamente y que se consideran
proporcione el medio de llegar con más facilidad, menos sacrificios
imperfectos en la verdadera organización humana, hacen lo posible
y más exactitud á la perfecta realización de dicho ideal. Lo pri- por aparentar que lo tienen, para lo cual, unos se aprenden de me-
mero es propiamente lo que se llama la base de un sistema : lo se- moria la técnica del divino arte y sueltan en los periódicos revistas
gundo, su método, y el resultado de la combinación de ambas co-
líricas refiriéndose á repre.sentaciones de óperas, que si es verdad
sas, un sistema completo de filosofía. De manera que la idea de un que han visto, también es cierto que no han oído. Otros oyen con
sistema envuelve en este sentido dos ideas particulares primera, :
za que ejecutan.
mite ninguna idea que afecte su fundamento, y en que no .se hace
más uso del método, que el necesario para explicar, ó mejor dicho, Esos sacerdotes de Apolo, por lo mal que se llevan unos con
para subordinar á ella toda especie de conocimiento á que .se refiera, otros, podrían compararse con los de Esculapio y es muy posible
no obstante que ella sea insuficiente é impracticable esto último. que la mortalidad de Caracas disminuyera un tanto si los médicos en
El sistema, en su .sentido etimológico, es lo que propiamente sus juntas se sometieran á una batuta como los músicos.
constituye el carácter formal de una ciencia porque no hay cien-
;
Los aficionados ó que quieren figurar haciendo ruido, eligen el
cias donde los conocimientos aparecen como agregados y no rela- canto ó el piano .sin dedicarse mucho que digamos, sino sólo dando
cionados hasta el punto de pódense reducir todos ellos á una uni- rienda al ingenio, que .según ellos. Dios les dió, y los que los oyen
dad, debiendo estar contenidos en la idea fundamental de dicha se lo envidian, pues nunca son aplaudidos como desean.
ciencia, como la última razón ó el principio de donde .se deriva el No hay duda que tener voz es una grandísima ventaja para
enlace y trabazón de dichos conocimientos. poder pertenecer al gremio de aficionados, pues con pocas leccio-
Por todo e.sto no será difícil comprender por qué se ha lle- nes ya cualquiera se cree con derecho de tomar la palabra en una
gado á confundir muchas veces y aun con frecuencia el método reunión para cantar ó gritar una aria.
con la base de los .sistemas y con e.stos mi.smos, refiriendo al primero Esta especie de cantante cifra su mínima aspiración en ser él
las cualidades pertenecientes á e.stos últimos. En general, el mé- la causa de un caldeión en el sostenido entusiasmo de la fiesta,
y
todo determina la marcha y la forma regular de la especulación y ;
como juzga de tono que haya un intetxalo lírico en el largo espacia
la base de un si.stema, su fundamento y su punto de vista princi- de liempo que se invierte en un baile, afectando un aire moderado,
pal el método la dirige y la arregla .según las leyes formales de la
:
se dirige al piano y hace que su sensible voz sea la única dominante
razón, y el sistema la subordina á su ba.se fundamental presupues- en la sala para que su futura mitad si sólo le ha dado un si {be-
ta. Pero como no sea posible la ciencia, faltando la materia y la mol ) de.spués de haberla ob.sequiado con una fineza tan precio.sa le
forma, .se llama generalmente un sistema filosófico completo, el i'e- dé un si natural afinado. Pero bien puede suceder que á propor-
S7dtado de todo trabajo regular de la razón, sometido á un punto de ción que vaya crescendo su esperanza en la codiciada nota, vaj-a
vista particular, pero suficientemente general, para la e.specie de también diminuendo el amor de su pretendida hasta el punto de
especulación que .se establece según él. que por la breve declaración de algún oj-ente se clave el cantante y
Los sistemas filosóficos .son propiamente verdaderas pruebas quede t) asportado á la insignificante estala de amigo.
formales, que hace la razón por sí, para llegar al conocimiento Los aficionados al piano principian por aprender e.ste instru-
regular de las cosas, partiendo de una idea madre y sirviéndose de mento con todas las reglas del arte, pero apenas reciben algunas
sus propias leyes, para conocer la capacidad ó incapacidad de di- lecciones, quieren tocar la «Traviata» por fantasía, porque eso de
chos sistemas, no tan solamente en el curso de la e.speculación, tocar por música no es cosa de hombres, 3 así pasan algún tiempo
-
sino en la práctica apMcación de sus principios á la regular expli- ridiculizando á Verdi y fa.stidiando á sus vecinas que degraciada-
cación de los hechos. Así es que la razón humana es la que crea, mente tocan por música y tienen oído.
desarrolla, rolm.stece, .sostiene, combate y destruye los .sistemas, Con el tiempo se convencen de que la fantasía no les da para
obedeciendo á sus tendencias para .sati.sfacer sus necesidades, las óperas resueh-en fulminantemente aprender á acompañar val-
y
obrando .según la exactitud de sus propias leyes. ses, pues lo bueno del piano es tocar con una ella.
74 ANTOLOGIA GENERAL
tocar.
una cabeza blanca como las cumbres del Mérida, se presentaba á
la vista del observador, cada vez que aquel hombre se descubría
Varias veces un acompañante no sabe qué debe tocar, ni cuán-
do debe dejarlo, ni seguirlo ni nada, pues uno le dice, «una polkita,»
humildemente, para pedir una limosna por el amor de Dios.
otro, «sigue el valse que está espléndido.» LTn pareja descontento
A pe.sar de la apariencia triste 3- del estado de abatimiento á
«pára, que ya no puedo» y la mitad «ligero» y la otramitad, «despa-
que se encontraba redu''ido aquel viejo mendigo, algo de noble, al-
cio.» En este caso lo mejor es no hacer caso y tocar lo que venga go de venerable y augusto se revelaba en .su semblante, severamen-
te ofendido por los ultrajes de la edad, por las tribulaciones del es-
al caso.
píritu 3' por el veneno corrosivo de la mi.seria. Sus ojos de un azul
En fin, la música siempre agrada, bien sea ejecutada por
suave, colocados en órbitas magníficas, anunciaban haber .servido
maestros ó bien por aficionados, y con respecto al lector me parece
dee.spejo á un alma de elevado temple, 3' dado paso á los destellos
oírle decir «bien puede irse este autor con su música á otra parte.»
;
del genio sus labios, ese órgano característico del sentimiento .subli-
;
Xiafaiite, Irlamóia L^^iitonio. producidos por la costumbre del elevado pensamiento 3- de las me-
ditaciones más profundas.
De muv alto debía haber
de.scendido aquella forma humana,
para poder conservar tanta majestad de carácter, en medio de tan-
ta degradación de la miseria.
Cuando pasaba, las madres le salían al encuentro ylepresenta-
La noche tendiendo su fúnebre velo ban sus hijos para que los bendijera los ancianos se le descubrían
;
Prestóle un instante su ayuda á mi amor, respetuosamente, y los jóvenes de ambos sexos besaban con ternu-
ra su descarnada mano, al depositar en ella el óbolo de la caridad.
Y solo en pre,sencia del lúgubre cielo.
Llevóse la brisa nocturna en su vuelo Todos lo amaban, porque era dulce 3' compasivo como el án-
De un beso el rumor. gel de la misericordia todos lo veneraban, porque era anciano, sa-
;
Dulcísimo cáliz que j’o en desvarío «Dadme, por el amor de Dios,» murmuraba cuando pedía «to- :
Libaba, sediento de nuestro amorío. mad en nombre de la Reina del Cielo,» decía cuando daba.
De nuestra pasión. Al rededor de aquel hombre había siempre un perfume de san-
tidad.
El día á que nos venimos refiriendo, el infeliz anciano iba llo-
El néctar preciado que yo codiciaba. rando, porque acababa de ver llorar á un niño, cuya madre tenía
En cáliz de rosa me diste á beber. secas las fuentes de la vida.
En tanto que al mundo la noche velaba
Y yo entre las sombras, mi bien, apuraba II
Tan puro placer.
Tres apuestos mancebos se encontraban parados platicando en
Aun siento en mis labios tu fuego incesante. la misma vía que llevaba el sacerdote loco. Dirigióse á ellos, 3'
Aun siento en mi oído tan grato rumor ;
quitándose como siempre su raído sombrero, extendió en medio de
Yo siento- tu seno feliz, palpitante, los tres la de.scarnada mano, 3- con su acostumbrada dulzura «dad-
Y á cada latido se aumenta constante — —
me les dijo una limosna, por el amor de Dios.»
La fe de mi amor. Dos de aquellos jóvenes colocaron su ofrenda en la mano del
sagrado mendigo el tercero ;
e.scupió la mano del sacer-
dote
No temas. Un beso de castos amores !
No empaña, bien mío, tu sien virginal Quedó por un instante con la mano extendida el hombre de la
;
caridad, inclinada sobre el pecho la venerable cabeza luégo, le-
No besa la brisa las púdicas flores ?
<;
;
Dulcísima copa que lleva el consuelo había hendido su cráneo en parte noble 3 se le escapaba la vida.
Al .sér que en constante, fatídico anhelo. Allí, tendido .sobre el suelo, lívido como uno de los espectros
Devora el dolor.
del Dante, la víctima inocente fijó su vista sobre el ro.stro satánico
del asesino.
Es cita que se hacen dos almas, bien mío. —
«Yo te perdono, hijo mío le dijo, pero Dios te herirá en su
•
Ver, cuando el monte se dora Si en esas noches tranquilas, Y en tanto al alma no cuadre
Con matutinos lampos.
los Y á solas con mis desvelos. Tender á otro mundo el vuelo.
Engalanarse los campos Dirijo en vano á los cielos. Tu bendición desde el cielo
Con lágrimas de la aurora; Buscándote, mis pupilas ; Dirige á tus hijos madre !
¡
Al poeta Pedro Montesinos. Cuanta flor que ayer vi, fresca y lozana,
Por los besos del céfiro entreabierta.
Hoy de.shojada, muerta.
Ni ba.sta á darle aromas la mañana.
Blanca es su nombre y blanco
Ni vida el sol á su corola y'erta.
Es el color de sus virgíneas formas,
Blanco es el traje que gallardo ostenta
Y blanco el velo y la nupcial corona, II
Divina ofrenda del amor que llora. En vano nivea gasa trasparente
Fragmentos de aquel .seno desprendidos Tu faz oculta que el carmín colora ;
¡
Sudario del honor .son esas galas
76 ANTOLOGIA GENIÍRAL
K
K ey A.yala, Santiago. !'
y los últimos rayos del
fulgores la Venus de cristal.
bor, transfigurada.
.sol poniente penetraban, bañando en mil
Ea diosa parecía erguirse en su Ta-
Las cuencas de sus ojos fulminaban sobre mí.
Sus mejillas macizas, sus labic«s abultados, sonreían con sonri.sasde
LA TENES TE CKISTAL luz. La brillante cabellera e.scintilaba, poblada de zafiros, esme-
raldas, topacios y rubíes. En el redondo, opulento seno, á un lado
imperaba el azul, en tanto al otro jugueteaban el verde y c-1 vio-
leta, que iban á confundirse desmayados en un pálido ro.sa de
Al extremo del oscuro salón, sobre un zócalo frío severo, se
yergue silenciosa la Venus de cristal. L,a he visto muchas veces, :
capullo. La luz se saciaba en la diosa, la penetraba, la be.saba en
perdida en el claro oscuro de la luz que por las rendijas de las ce- su mismo seno y después de besarla, se asomaba á las combas y se
rradas ventanas entra. Y huyo de ella, creo que me llama, que va derramaba por los miembros en cascadas centelleantes.
á saltar del zócalo y á besarme 5' estrecharme con sus brazos fríos Creí oír que la dio.sa me llamaba, y obedeciendo á un extraño
de cristal, deseo, á ella me acerqué. Y
á cada paso veía cambiar de sitio los
colores, besando las cristalinas redondeces, profanando en danza li-
cenciosa, los encantos de la Venus púdica.
Jamás me olvidaré de aquella
tarde. Reposaba yo, echado en
un bien lejos déla Venus.
sillón, Sensaciones indefinibles, deseos Y llegué hasta ella : Ah El sol .se había puesto en ese in.s-
!
vagos cruzaban por mi alma. El ángel del amor, sus alas blancas tante. La luz huía, lIevándo.se consigo la vida de la Venus. Miré
sobre mí batía. Y pensaba «Oh Amor
: Oh Hermosura
! !
la estatua : estaba sombría y silenciosa. La toqué, y estaba fría !
Al fin os comprendí. He penetrado todos los misterios de vuestro Y me alejé pensando Oh Hermosura Eres como la Venus
: !
resplandecientes». ... Y
de pronto, como si los dioses respondie- formas frías y redondeces incoloras.
ran á mi deseo, me vi sumergido en un piélago de luz. El salón
todo resplandecía. Las telarañas parecían de diamante.
Miré hacia el fondo un postigo mal cerrado se había abierto
:
U
Lares, J osé Ignacio. de .su .semidiós 3" los titanes que deben llevar á cabo aquel trabajo
de gigantes.
— —
Habrá caído para siempre ? Nó que en las llanuras apare-
!
Venezuela, cabeza de las naciones del Sur, lanzó la primera sus llaneros esos héroes.
e.se grito poderoso, y los Andes de montaña en montaña repitieron ; Para alLstarse en las filas de ese ejército se necesitaba e.star á
Libertad ! prueba de toda privación, de todo sufrimiento, de todo hecho
La revolución del 19 de abril es la precursora de la repúbli- arriesgado, de todo heroísmo.
ca su luz, remisa en ese día, se ensancha y se abrillanta hasta
;
El ejército de Apure es la república convertida en Laocoonte,
convertirse en .sol el 5 de julio. que forcejea con aliento de titán ha.sta romper los anillos formida-
El 19 de abril es el amanecer de la libertad en la patria, el 5 bles con que lo envuelve el monstruo ibero.
de julio es el día. Ese ejército 3’ e.sa emigración ilustre que le sigue, es todo lo
El 19 de abril concibe al Dios, el 5 de julio lo da al mundo ! que ha quedado de la patria reliquias, cu3’a exi.stencia ha3' por
;
Pero no es sin agotar sus fuerzas como el antiguo hemisferio fuerza que jugar á cada imstante, ora á la claridad del día como en
abandona al nuevo. Pabnarito y Chire, ora en las tinieblas de la noche como en la Ma-
Empieza la lucha entre oprimidos y opre.sores, y se enfurece la ta de la Miel y en el Paso del Frío, para salir siempre ilesa .sobre las
rabia de los unos y se sublima el patriotismo de los otros. alas del triunfo que la victoria, enamorada déla primera lanza
:
En medio de la empeñada lucha, los cimientos de la tierra .se del mundo, se ha convertido en lengua de fuego en la potente ma-
conmueven, caen las ciudades y entre el polvo y los escomlrros de no del genio de las pampas.
tanto estrago, y entre el humo que ahoga y la sangre que corre, Ese resto de la república, que en confusión de hermanos lleva
queda sepultada la reptiblica. Mas, si queda sepultada, no ha matronas honorables, niños y varones insignes, cual pueblonóma-
muerto ella con nuevo fuego y podero.so aliento, reaparece en las
;
de vaga por los desiertos, sin más hogar que su propio calor, .sin
claridades del oriente, en los fulgores de Mosquiteros, y en el volcán otro techo que el azul del cielo \-estido de harapos, de.scalzo 3' sin
;
ele San Mateo. más alimento que carne cruda ese pequeño pueblo migratorio no
;
Venezuela, de cuyo cerebro de diosa ha partido la idea, brota desespera de su suerte, que va sostenido por la fe que lleva en la
SANTIAGO KEY AVALA, JOSE IGNACIO LARES Y DR. FELIPE LARRAZABAL / /
saTitidad de su causa y la confianza que tiene en el sagaz y valeroso humedad de la habitación en que de noche se sepulta .... y la
Moisés que le conduce. mi.seria desenvuelve con rapidez los gérmenes multiplicados cíe la
Pero la terrible situación de aquel puñado de patriotas .se hace mortalidad. Las privaciones, el hambre, matan un .sér racional
cada vez más crítica. Los tercios españoles, después de arrojar del por cada dos de los que vienen al mundo en Inglaterra }• en
patrio suelo á Napoleón el Grande, en formidable expedición acau- Francia !
dillada por Morillo, arriban orgullosos á las costas del Caribe, y se La miseria es el triste lote de los proletarios europeos !
lanzan por el territorio americano para cargar de nuevas cadenas á Ante el terrible cuadro de la indigencia, de e.sa indigencia es-
sus invictos hijos que quieren libertad. pantosa que tiene su asiento en Londres, en París, en Viena, en
Aquel girón de pueblo, que lo ha perdido todo, soporta sin Dnblín, en Edimburgo, toda filantropía, todo .sistema económico-
embargo sereno su infortunio. Es que le queda algo todavua le ;
político, no es sino una miserable utopia. La tierra se ostenta á
queda la esperanza y le queda Páez. I los ojos de las poblaciones proletarias europeas, como un teatro de
Mientras más feroz se muestra el español, mientras más san- suplicios crueles, en que la multitud espira bajo el peso del dolor 5’
gre hace verter en el cadalso y las prisiones, más ánimo cobra el de las angustias de toda suerte la tierra no es para ellas sino un
;
desnudo pero acerado pecho del indomable Páez. lugar de de.solación y de abominación, en que la vida y la muerte
Perdido todo para la cau.sa de la república y a.sediado por las se di.sputan eternamente el imperio el e.stado social es como un
;
huestes españolas, Páez crece en pujanza á medida que los peli- campo de batalla en que la universalidad de las le3’es se resume
gros se multiplican. No parece sino que el riesgo con.stante es una en este horrible grito «Sálve.se quien pueda. «
: Malthus, Sismondi
necesidad de su e.spíritu, y que el ejercicio que su cuerpo necesita y otros economistas de primer orden, heridos de espanto á vista de
es la lucha permanente con el peligro y los tiranos. esas grandes masas de población que perecen en un abismo de mi-
Nada imperta que las cantábricas legiones inunden el territo- .serias, no han encontrado otro medio capaz para salvarlo, que in-
rio de la patria, siempre será libre la tierra que pise su caballo y ;
terdecir el himeneo al infeliz hombre del pueblo. Otros, como
hasta donde domine con su vista de cóndor, hasta allí llevará la li- Fourrier Saint Simón, han indicado la promiscuidad de los .sexos,
bertad con la punta de su lanza. como un medio propio para contener el arranque de la población.
Su sagacidad, su audacia, su bravura, a.sí como lo llevan á I
Santo Dios
La ciencia .social abdicando su misión, mostran-
!
proveerse de los elementos que necesita, sin medir el peligro ni te- do á humanidad el modo de contrariar el primer precepto que
la
ner en cuenta el imposible, así acomete al enemigo .sin contarlo ni Dios mismo impuso al hombre en el Paraí.so crcscite et multipli-
:
déla viúa, pero no todos pueden hallar puésto en la sala del festín les diríamos Venid á América. Dejad vuestra patria inhospitala-
:
inmenso. ria 3' no creáis hallar un cimenterio en los valles amenos del nue-
;
Analicemos.
Los cuadros estadísticos que se han publicado en Europa, de La dilatada extensión de nuestras .setecientas leguas de co.stas,
sesenta años á esta parte, demuestran todos esta espanto.sa verdad:
en que abundan puertos seguros 3- espaciosos, aca.so de los primeros
La miseria ejerce crueles venganzas en el seno de las grandes po- del mundo, .se halla provista con largueza de ricas salinas 3' de
blaciones.
abundante y variada pesca.
Y e.sta otra no menos terrible :
La zona agricultora de
Venezuela, dice un acreditado geógrafo extranjero, consta hoy, Xil comscire sibi ; iiulla palléscere culpa.
apenas, de cincuenta legua.s cuadradas de cultivo permanente, al
paso que faltan poi rozar y cultivar, cuatro mil quinientas leguas iHoratd)
cuadradas de montañas vírgenes, en climas .‘anos, que darían un Satisfecho de su inocencia intacta
producto noventa veces mayor que el actual. Esta zona bastaría . y de su vida .sin mancha
inquirió el conocimiento de las co.sas: amo la observación
para mantener, con mucha comodidad, más de siete millones de profunda
de los ejemplos pasados y pre.sentes, como Temístocles, se dedicó
habitantes, cuando apenas tiene en el día poco más de medio mi- al e-studio severo que da la prudencia,
llón de individuos regados sobre una extensión de nueve mil le- y que conduce al gobierno
de la paz y de la guerra. Sus proclamas, .sus meirsajes, .sus
guas cuadradas. Las .selvas de Giia3’ana reducidas á cultivo, cartas ofi-
ciales o familiares son te.soros de belleza
pueden mantener la Gran Bretaña y los pingues y de verdad, que revelan al
;
y feracísimos hombre nutrido de lecturas importante.s. En esos precio.so.s docu-
terrenos que Venezuela po.see, pueden ' alimentar coií descamso la
mentos, que con los grandes y notables .sucesos de Colombia
Francia, parte de la Alemania y la Inglaterra entera. Peiu, pasaran a la memoria de la posteridad en e.sos
y del
Hay, pues, lugar para todos en el banquete de la vida; lo hay ; escritos en
que luce una elevación sin pompa y una cultura sin afectación,
en la América, en la América del Sur, y lo hay holgado, fre.sco to-
y do es grave y serio todo es noble, altiv’o
lleno de comodidades y ventajas. Aquí no falta tierra, ni trabajo
;
y elegante, cay’éndose de
la pluma, con prolusión, discretas
para el hombre. El proletario no tiene que luchar contra la fecun- y saludables máximas políticas y
pensamientos .sublimes que ilustran los consejos
didad de su e.specie, porque la masa de subsistencias es mayor que y que reciben,
unos de otros, mayor realce y majestad. Esas .sentencias, sembra-
el total de los consumidores. El límite fatal de la vida no lo cons- das con abundancia, en que centellean los más puros
tituyen el hambre ni la miseria. sentimientos
El alimento, al contrario, es mol ales, dicen mas que muchas paginas estudiadas penosamen-
abundante, sano, igual para todo.s los individuos, que se visten y
te elaboradas. Como .su ardiente corazón dictaba las expresiones,
cómodamente. Aquí, los viejos, las viudas, los huérfanos, tienen asilas vertía el Libertador y su estilo v'uela como su pluma,
socorros constantes que les dulcifican la desgracia irremediable de acu-
.saiido sus ra.sgos, trazando con vistosa
su suerte. Aquí, el hombre se casa por elección, sin interés; y natural gallardía, las
y pinceladas de una mano atareada, aunque firme
la multitud de hijos, lejos de .ser un peso que le abrume, es un y vigorosa.
consuelo que llena su existencia de delicias. Aquí, la industria
es libre, el comercio es común, el trabajo cómodo, la riqueza ase-
quible. Nada hay que contraríe los propósitos de la razón las
costumbres son humanitarias, y la vindicta pública, por un raro
accidente, se ve en la triste necesidad de condenar un criminal á
;
Level, Andrés A.
muerte, o a la ignominia de las penas degradantes v aflictivas.
Hay, pues, lugar para todo.s en el banquete de la vida. Sí; la EL DELTA T SLS HABITANTES
América es la sala del festín, en donde el huésped que llega últi-
mo, encuentra una estancia tan holgada como el que llegó primero.
Venid á América ; abandonad vuestra Europa inhospitalaria de-
;
más propia para agrandar el pen.samiento y la expresión Bolívar, ! arreglo a todas las formas, cuando carece de gente que sostengan,
de pie .sobre el Chimborazo, que él llamaba en su estilo de Home- no 3’a el tren de tal, pero ni siquiera el relevo que la lej' supone
ro, la escala de los titanes, la corona de la tierra, la almena inexpug- para los jueces de paz. Y esa contradicción no es el mayor de los
nable dcl universo nuevo, abarcando con su vista la creación ameri- males de e.se distrito. Ni preci.sa es, hablando á un gobierno en-
cana y .sometiendo á .sus ideas la tierra que oprimieron Pizarro tendido, la enumeración de las consecuencias que de ese estado de
y
sus tenientes, no podía menos que ser sublime y desarrollar esa elo- despoblación civil v' dejación territorial se hacen sentir, aunque se
cuencia que nos arroba y que nos electriza. tarde en conocer. Colocada e.sa región al inmediato alcance de un
Crescit enim cuín amplitudine rerum, visingenii. poderoso limítrofe por el E. y por el S., dos colonias florecientes se
Asu ingenio devorante, que comprendía tantas co.sas en la sorben, por familias la una, } por capitanías la otra, los indios que
e.sfera de su actividad, coirservando siempre aquella superioridad
trafican por el mar con la inmediata Trinidad, ó vagan por los ríos,
de razón que lo elevaba sobretodo lo que hacía y sobretodo lo cuv'as cabeceras dicen á los terrenos jurisdiccionales de Demerara.
que le rodeaba, nada le era extraño, nada difícil y con la misma
; Esa porción, la principal de Venezuela en todos .sentidos, tiene eu
.soltura que destruía el torrente godo que inundó esta tierra, a.sí es-
sí las importantes puertas de la Gtiav’ana. Guardadora de las nu-
cribía ásus amigos y conmilitones .sus pen.samientos, en un idioma merosas bocas del Orinoco, señora exclusiv’a del litoral marítimo
de fuego que envidiarían los más bellos e.spíritus del mundo . . de esa provincia desembocadero de caudalosos afluentes del Sur,
:
Augusto escribió versos para \'irgilio Carlos IX los e.scribió cuv’a.s cabeceras y enlaces están en tierras limitáneas
;
con nav’ega-
:
para Ronsard. Pero Augusto estaba manchado con las pro.scrip- s ción interior tal que no se conoce el uso, ni la necesidad de andar
ciones } Carlos IX con la Saint Barthélénn', más cruel que aqué- por tierra con un delta que da dos lados de su extenso contorno
;
|j
ANDRES A. EEVEL Y DR. RICARDO OVIDIO LIMARDO 79
nuestras hermanas continentales, han de descansar en la confianza dos en el delta pantano.so del Orinoco, .serán como las bellas cam-
que inspire aquella á cuyo cargo ha puesto la providencia unas piñas de la Holanda. «Allí los tiene en gran parte sin pantanos.
entradas, por donde á de.specho de la di.stancia pueden ser mal he- Que sean para Venezuela, lo que sin duda alguna vendrían á ser en
ridas en el desapercibimiento. De manera que no es asunto éste manos de un príncipe europeo ó potencia inteligente, si los pose-
de sólo integridad territorial. 3@“Ea seguridad americana
J de las 3'eran.
bocas del Orinoco puede .ser reclamada como un derecho conti- La circunstancia misma que lamentamos, de haber quedado
nental."^ Venezuela no es más que la tenedora como en intangi- el Bajo Orinoco despoblado y de estar I103’ en completa incapaci-
ble y religioso depósito y siempre aparejada á rendir buena cuenta
; dad de sostener ninguna cla.se de tren gubernativo en el régimen
de él. Ba.stará que no .se dé lugar á que en tiempo alguno se le civil, concurre á dar al Gobierno el mejor de los puntos de
partida.
pida por la congregación de intereses políticos y mercantiles de
cuya preservación está encargada.
Como nada existe, todo puede emprender.se sin obstáculos. La —
obduración misma de los que han traído este e.stado de co.sas, ha-
Para la propia 'Venezuela en el bajo Orinoco, considerado brá de ceder ante los de.sengaños palpables. Los intereses ilegíti-
bajo el punto de vista de sólo la integridad territorial, .se in- mos se han aniquilado por los medios mismos empleados para
teresa la independencia misma del Estado. Una agresión contra agrandarlos en un día 3' casi nada ó nada queda
; de ellos que
él casi siempre debe esperarse preconizada por los aprestos ó el es- pudiera embarazar la ejecución de lo que .se disponga. Todas las
trépito que la precede ó con que estalle, y que en uno alarman medidas convenientes pueden .ser dictadas sin más consideración
y predisponen. Pero una usurpación interior que ataque esa que alcanzar el fin. Con tal que los medios sean adecuados, la
independencia, puede perpetrarse astuta y mañosamente á favor de materia se presta de tal modo, que lo que pudiera decirse trabajar,
la despoblación ó la dejación, y cuando viene á ser conocida, la no es más que plasmar, ni en lo mínimo obran sobre mis convic-
ocupación está consumada, y la consumación e.s el aviso. Y aun ciones los malos resultados del .sistema que .se intentó plantear, 3'
limitando toda la importancia del Bajo Orincco á sólo sus tierras ciu'o fracaso dejo explicado. Los ensa3'os desgraciados son preci-
contiguas, hay que tener muy en cuenta que por uno de los lados samente los que guían por el camino deí acierto, á la prosecución.
del Delta fluyen los muchos ríos navegables del corazón de las El milagro de la «Reducción,» demostradas como están sus causas,
provincias de Cumaná y Barcelona al gran Mánamo. es una antorcha para el plan de «Civilización.» Que la prudencia
Si estas ob.servaciones acoinsejan que .se organice ese distrito, retroceda, enhorabuena, ante el mal éxito de tentativas que se di-
sus ventajas naturales estimulan la población de él. Canalizado rigen á un fin cuestionable ó eventual pero el poder público no es
;
naturalmente hasta el punto de que sería difícil hallarse semejante quien pueda de.salentarse ante los obstáculos que se opongan á un
por ese respecto, sobreabunda en producciones naturales, primeras :
objeto de no contestada importancia.
materias valiosas ya, de la mayor estima, como bálsamos, aceites,
resinas, etc. que se tienen allí á la mano. Posee minas de asfalto
analizado y reconocido 3'a como excelente por nuestro ilustrado
doctor Vargas, que ha creido la posesión de esas minas de más
importancia para Venezuela que las de oro y plata. Se cuenta Limai'do, doctor Iticardo O.
allí con superiores maderas apropiadas á toda construcción civil
y
naval, de la más fácil extracción 3' tra.sporte. Es en donde .se palpa
la realidad de lo que Humbodt dijo de los demás que conoció de Caracas: octubre 31 de 1892.
la Gua3’ana ; «Después del Amazonas, no ha3' río alguno, en que
délos mi.smos montes por donde pasa, no pueda surtir la madera de ;
Señor D. Emilio Casteiar.
construcción más preciosa para la arquitectura naval. . .Estas
.
:
maderas ofrecen todas las variedades que pueden desearse, en den- Madrid.
sidad. pesantez específica y cualidades más ó menos resinosas. ... Min- estimado señor mío y amigo ;
he deseado no hacer difu.so, todas las peculiares grandezas y ri- dudablemente con él ha prestado usted tin servicio á las letras
queza elemental del delta, no omitiré para complemento de lo que patrias.» La aprobación de usted, .señor Casteiar, e.s gran título,
rápidamente he indicado, la circunstancia de más trascendencia
y se lo agradezco infinito.
que le favorezca. Como para que nada faltase á su fácil pro.spe- Mucho aprendo en las obras de u.sted, prefiriendo siempre las
ridad, posee un puerto marítimo de lo más av'entajado en Vene- que miran á nuestro idioma y literatura, á la filo.sofía
de la hi.sto-
zuela, y que podría pasar por una obra mandada hacer á beneplá- ria y á de los pueblos. Tengo actualmente en mi
las instituciones
cito de todas las exigencias. En efecto. Pedernales avanzado hacia
el mar, está como destacado en la medianía del Golfo de Paria.
estudio La Ilustración Artística de Barcelona: ¡Cuánto he gozado
leyendo en ella las «Murmuraciones europeas» de usted
—
Montado en piedra de que carece cuanto del delta se conoce,
Cuán !
¡
8o ANTOLOGIA GENERAL
corazón y del pensamiento, con la autoridad de su inteligencia, de in.spirándose, así en la secta cirenaica, ba.sada en
el deleite por
su saber y hasta de su solo nombre, los buenos principios en mate- única di-^ha, como en de Helvecio 3' otros, que pre-
las doctrinas
rias de literatura y filosofía, de moral
y política. Y tanto más lo gonaban el interés per.sonal por único móvil de las acciones. Im-
celebro, cuanto cpie esos principios .son los mismos que 0 acaricio buido, por otra parte, en las ideas de la revolución francesa, é
3
de.sde joven, y en que vengo creyendo muy de veras, no tan sólo identificado con algunos de sus principales hombres, acometió la
por convicción íntimamente adquirida, sino también por una espe- loable empre.sa de reformar la legislación
cie de in.stintiva proclividad, acaso favorecida por tradiciones de
y la política de su patria ;
pero levantando para ello el colosal edificio .sobre la base de la
abolengo. utilidad como norma única en materias de moral,
Después de haber tenido que de.saprender, en la e.scuela del ta de la escuela de Epicuro y de Hobbes.
—
principio egoís-
Escritas, pues," sus
niundo, no pocas de las ingeniosas j' halagadoras teorías que me obras para remediar tamaños males, y esto apenas transformada la
vi obligado a repetir en las aulas, y habituádome á considerar los monarquía limitada de la edad feudal en otra de ideas más adelan-
hechos constantes, á no ceder súbito á las impre.siones en mí pro- tadas, tenía por fuerza que campear en ellas un espíritu extrema-
ducidas por ellos, sino á meditarlos antes con calma 3' discernirlos damente reaccionario, y venir algunos de sus principios, como de
con imparcial criterio, para luégo encaminar derechamente los jui- índole transitoria, á pasar.se con el tiempo,
cios determinantes de toda acción mía, confie.so á usted con inge- y otros á sufrir modifi-
caciones esenciales con la eventualidad de los sucesos
nuidad que tengo arrimados, de gana y por juro de heredad, á y con las
creces de la civilización. Pero asentada ya la sociedad moderna
Bentham 3- Austin con todos los demás autorizados maestros de la sobre bases más firmes y de más subidos quilates, es tan fuera de
escuela utilitaria, que tuve en mis manos, ó que desfilaron á mi razón eiuseñarnos hoy la legislación universal y la ciencia de la
vista, en los mejores años de mi vida e.scolar. moral por las tablas y cómputos aritméticos de bienes y males, de
^
Kn pacífica posesión, así, de los principios fundamentales del placeres y dolores, del eminente jurisconsulto inglés, como pere-
espíritu humano, y de la ley eterna que preside á las sociedades, grino .seguir infantilmente cre3'endo algunos monárquicos euro-
he venido siempre impugnando aquellas sutiles é insidiosas teorías peos, que la descendencia femenina no tiene derecho á la corona
en escritos de índole varia, 3" miu' particularmente en mis trabajos de Francia, de.spués de aplicada la Ley Sálica, por los Estados Ge-
tocantes á la ciencia que profeso. Cada vez como que me siento nerales de 1316, en favor de Felipe el Largo, con expresa exclu-
con más bríos para combatir á campo abierto, por lo ab.surdos, to- sión de las mujeres.
dos e.sos sistemas congéneres rebautizados con el alti.sonante nom- A la exposición de estas ideas y principios, que constituyen
bre de moda el socialismo. Esta palabra, si bien trae perdido, mi profesión de fe en orden á los puntos arriba asomados, debo
desde el promedio del presente siglo, algo de su violenta 3' enojosa añadir algo tocante á la superficial literatura que diariamente irra-
significación de otro tiempo, es ho3’ técnica del lenguaje económi- dia de los grandes centros europeos, —
sobre todo desde París, su
co-político europeo sirve de contraseña en el campo de la polémica
; principal í/'izr/f, —
y manufacturada, digámoslo así, en la forma
y el combate á sectarios de diversos matices y ofrece á la literatu-
; de algo como productos industriales de fácil propaganda y segura
ra ligera de nuestros días fecundo tema de producciones malsanas salida, se despacha de.sde hace más de medio .siglo en alas del va-
y contrarias á todo buen .sentido en orden á ideas, .sentimientos é por, y ho3^ día con la instantaneidad del fluido eléctrico, á los cen-
intereses. Con semejante símbolo, en efecto, comienzan los propa- tros consumidores de entrambos continentes. Bien sé que mate-
gandistas por relajar todos los vínculos de la familia minan por ; rias como ésta .son para tratadas en la forma magistral del libro, no
su base la sociedad civil, cuvo fin desconocen y virtualmente nie- en la sencilla de una carta pero al decidirme por é.sta, no podien-
;
varum,-» acerca del .socialismo de Su Santidad León XIII. Recor- planteados en los pueblos 3’ Estados de la Europa moderna, á fe
demos, .si no, al genio de Aristófanes, transformando la escena en que lo comprueba. En efecto, la organización del trabajo y el su-
arena política, y erigiendo la musa cómica en tribunal supremo de fragio universal —
ya casi descreídos, 3’ entrambos reclamando el
.
minos subterráneos que nadie puede prever, infiltraciones inespe- entrando en éste, como para estudiar, digámoslo así, en páginas
radas que las hacen reaparecer enteramente transformadas á dis- geognósicas, las instituciones de Roma, cristalizadas á impulsos
tancia de su origen» y se aviene también con la opinión de Vico
;
del Pueblo-Rey en más de mil años y, abriendo los libros de las
;
haciendo mover al espíritu humano en el eterno círculo de la ley letras antiguas, atraído por las obras de la inteligencia
y del alma,
de su C07'S0 y ricorso. que, al través de las tinieblas del pagani.smo, trasminaron con su
Sería de averiguar ahora si, á una con este movimiento cientí-
mágico brillo, cual precioso metal al través de las perecederas es-
corias, y vienen dando así te.stimonio de lo elevado de su origen.
fico, y á imitación déla literatura de la Grecia antigua, cuyo domi-
nio para dirigir bien al hombre fue ilimitado y universal, así en la
escena como en la tribuna y en sus demás formas ó manifestacio-
Bendigo el patriotismo, rara avis hi — térra, — en musa có-
la
mica de Aristófanes y confunde á todos la .santa re.signación de
—
;
Gracia, — sufriendo
nes, la literatura contemporánea acude á libertar nuestras clases Sócrates, especie denuncio de la Ley de el
obreras de la miseria en que yacen, y á fijar las condiciones con que martirio por amor á la ley natural y por respeto á la le}' de los
el sufragio universal seguirá al servncio, así en los países de tradi-
hombres. El lenguaje de Aristófanes, juzgado por el criterio de
ción hereditaria, como en los países de constitución monárquica. su tiempo, no le condeno ni tampoco me choca la oda de Horacio
;
Pero tal investigación, sobre exigir de mí mayor esfuerzo, no cua- acerca de Lálage, de la cual tomo e.sta expresión figurada:
dra al asunto de este escrito. Ásí, debo limitarme á las flamantes
producciones de algunos escritores que, desertando de la cohorte
de los huero; novelistas franceses de nuestra época, recorren de i
.... «7¿ra iyalet') tauri 7'ue7itis
¡71 Ve7ierc77i tolc7'a7'e p07idus.n
tropel el boidevard exterior de París, agitando una bandera tiznada
con esta divisa :
—
make 7iioney by all i/ieniis. Son ellos de quienes
dicen M. Drioux y M. Jousset, en obra magistral de hi.storia con- Juzgar lo antiguo por
el criterio de hoy, es errar de gana,
temporánea «Esti es una escuela malsana donde todo in.spira el
:
i
Cuán que dice M. A. Thiérry
cierto es lo «No es de extrañar
! :
más profundo desprecio de la humanidad.» que nuestras ideas en política estén todavía tan mal fijadas, cuan-
Pero obtenida la venia de tan ilustres historiadores y filósofos, do no encontramos, para darles una forma, sino expresiones de
aquí me alzo yo á mayores, y, con seguridad tanto más grande edad de veinte siglos sobera/iía, su77iisiÓ7i, gobier7io, pueblo, p7'Í7i-
:
literaria nos viene enseñando también, que este género de compo- Ya se explica, por tal clave, el sorprendente fenómeno de que
sición ha tenido siempre un fin instructivo á la par que moral
y :
cada uno de esos escritores de enti'emés pueda producir anual-
por eso cualquiera contravención á ley tan severa de su carácter mente al pie de doce volúmenes, y alcance una profusa circula-
peculiar, ya se funde en el solo placer de la curiosidad, ya sea su- ción, parodia del mérito ó de la estimación general. Pero á todos
gerida por el interés personal ú otro incentivo de mala ley, vicia
en su origen la «novela», y de consiguiente la bastardea y la .sesga.
e.sos escritores tenemos que hacerles justicia seca, la mi.snia que —
Boileau hizo al de.sgraciado novelista Scudéri en estos satíricos
La «novela» inspirada en el realismo no es una historia Jicticia, .sino versos :
Los asuntos ó primeras materias de esos e.scritos, son, por su Bic7iheu7-eux Scudé7d, do7it la fe7iile plu77ie
mayor parte comunes ó extravagantes El vientre de París, : — — Peut toas le 77iois sa7is pei7ie €7ifa7iter im
— — —
Una página de amor, Nana, La bestia humana, El hombre de
volu77ie.
rechazo el realismo por sucio.» «Pero me disgusta la carencia de clasificados esos novelistas de la sediciente secta realista.
ideal de la escuela realista, semejante á perdurable noche sin es-
El diálogo de usted, en 1868 con una familia imperialista,
,
trellas.»
prueba más y más la gran per.spicacia de usted y sus acertados
Con primeras materias tan insulsas y pobres, ya no hay para presentimientos acerca de la política particular de Francia y la ge-
qué hablar de plan ni trama. En esos escritos domina el tono neral de la Europa «armada hasta los dientes,» .según la expresión
bajo el lenguaje es descomedido y obsceno, si bien atenuado con
, del ilustre Núñez de Arce, «á modo de un guerrero de la edad-
lo elegante del e.stilo. La forma de los pensamientos es la de.scrip- —
media.» Le acompaño de corazón en sus nobles .sentimientos ha-
tiva, siempre avivada con la nativa gracia del legendario esp 7 it cia esa gran nación, que me dió hospitalidad durante largos años,
gaulois. Con tales premisas esa parcialidad reclama, por derecho y también en su grito intensísimo de «paz, paz, siempre paz !»
propio, su verdadero nombre y apellido uEsciccla po7'7iog7'áfica :
II
82 ANTOLOGIA GENJÍRAL
López Méndez, Luis. pación americana, ocuparon posiciones dignas de sus merecimien-
tos, por lo menos hasta qite el furor de las pasiones políticas á
todos los arrastró al vórtice de la anarquía. Pero á Urdaneta le to-
caron de ordinario las situaciones más difíciles y complicadas en
EL ÜELEEAL EAEAEl ÜETAKETA que se agotaron sus esfuerzos sin resonancia mayor, y .se puso á
prueba la respetabilidad de .su carácter v aun la gloria tan traba-
josamente adquirida. Era que él no rehuía las responsabilidades
ni excu.saba los conflictos, exponiendo con igual valor su cuerpo
nombre recibe en estos
Si al hablar del egregio guerrero cuj’O á las balas enemigas, 3" .sti reputación á los ataques de la calumnia.
momentos consagración de la inmortalidad, nos dejamos llevar
la Bien se evidenció esto en los tres últimos años de la existencia de
de la admiración que nos inspiran sus hechos heroicos y su vida Colombia, cuando las funciones del puésto que contra .su voluntad
inmaculada, no haremos sino obedecer á un instinto espontáneo de ejercía, le impusieron deberes terribles que él supo cumplir sin
nuestra alma, que vive llena del amor de la gloria y del respeto á vacilación alguna, y cuando, desbordadas las iras de la guerra
la virtud. civil, amenazando consumir en sus llamas gloria, hombres é insti-
tuciones, él, erguido como un gigante ante la ola de fuego devas-
Nunca mejor justificada la indulgencia del escritor para con cier- tadora, protegió con su pecho hasta el último momento á la hija
tos errores inherentes á la flaqueza humana, como cuando al tratarse del genio y de la gloria, 3' no cedió sino cuando vió conciliada la
de una figura como la del general Urdanela, que tuvo tantos mo- í
necesidad con las exigencias del honor.
mentos brillantes en su existencia, que llevó siempre en el corazón
tan indómitas energías y que al través de las más difíciles y varia- '
i
Hombre verdaderamente superior, que impulsado por fuerzas
das circunstancias, ni en la embriaguez legítima de la gloria ni al fatales hasta el abismo en que otros perecieron, sale de él ileso 3’
contacto de las pasiones bastardas que muchas veces se agitaron en sin mancilla, para dejar en la historia un ejemplo de cómo saben
su rededor, dejó extinguir jamás en su alma aquel sólido y puro triunfar la probidad 3' el patriotismo de todas las pasiones coniu-
patriotismo, tan digno de ser presentado como ejemplo á las nue- radas
vas generaciones.
Cúpole en de- la escena del mundo el
suerte, al desaparecer
Lo que más sorprende, en efecto, al c ) si Ix'i.' 1 1 carrer pú-
i
hombre que había llenado con su fama, hacer en nombre SU3'0
lo
blica de este hombre ilustre, es no encontrarle nunca desviado un á los colombianos el último llamamiento á la unión, v convidarlos
punto de la línea del deber, sino por el contrario, dispuesto siempre á ahogaren la fraternidad las disensiones 3" las rencillas depar-
al sacrificio, siempre dispuesto á la lucha por desigual que fuese, tido. Su voz se perdió en medio del estruendo que dominaba de
adicto siempre á la causa de la libertad con una comstancia inque- un extremo á otro de la república, porque hablaba entonces más
brantable, de.sde que en 1813 ofrecía á Bolívar ser el segundo hom- alto la ambición que la virtud desinteresada pero ha quedado re-
bre en caso de que dos basta.sen para emancipar la patria, hasta ;
sonando al través del tiempo, cómo eco fiel de las palabras pro-
que cargado de años y padecimientos, pobre y con una familia nunciadas por el mártir de Santa Marta, y llegará día en que,
numerosa, á quien no dejaba más patrimonio que su nombre, bajó grabada en todos los corazones, aprendan nuestros conciudadanos
á la tumba ordenando antes que se devolviesen á la nación los suel- que la cooperación colectiva es la única fuerza que da vida real á
dos que se le habían anticipado para el desempeño de una misión I
Y en el período de treinta y cinco años que duró su carrera, Venezuela vive hoy de los recuerdos de su grandeza pasada, 3-
¡cuán rica su hoja de servicios! Apenas hay una página de la
vivirá aún por mucho tiempo, porque su provisión de gloria es ina-
historia de Colombia en que no .se encuentre el nombre de Urda-
neta, asociado á los acontecimientos más importantes, 5’a próspe-
gotable. De otros pueblos nos habla la historia que han salido de
sus dominios 3- pa.seado sus armas victoriosas por el mundo, lle-
ros, ya adversos á las armas republicanas. Suspende el ánimo ver
vando en el arco de sus flechas ó en la punta de sus aceros el espí-
cómo en los tiempos en que la guerra adquirió mayor encarniza-
ritu de la civilización, como consecuencia accesoria tan sólo, de
miento, él, bajo la suprema iinspiración de Bolívar, va por todas
las ideas de conquista, del deseo de aumentar sus pose.siones ó de
partes agitando el incendio de la revolución, y con una tenacidad
:
liación, para allanar dificultades, y sufocar, al nacer, rivalidades la inmemsa carga de laureles recogida en su camino.
esencial al éxito de las operaciones. tiva,viene desde la ciudad del lago, á anunciarnos que el pueblo
de Venezuela es todavía digno de los bravos capitanes que tantas
Los padecimientos físicos que hicieron presa de su organismo, veces le condujeron á la victoria
nunca abatieron la entereza de su alma, ni nublaron la concepción
clarísima que tenía de las necesidades de la república y de los es- Dormido está en la tumba el lidiador heroico 3' su espada que ;
fuerzos que las circunstancias exigían de .sus hijos: y .si más de tan hondamente penetró en las entrañas del de.spotismo, 3-ace ho3'
una vez estuvo ausente del teatro de la guerra, precisamente cuan- abandonada, sin una mano que la empuñe 3' la levante para mos-
do coronaba á las hue.stes republicana.ss, culpa fue de la
la victoria trar á los hombres, como en otro tiempo, la senda del honor 3' de
fortuna que 110 siempre le sonreía, y de la cual .se quejaba él la gloria. ¿ Qué importa, si su ejemplo vive, 3' si inspirándonos en
amargamente cuando en 1825 manife.staba al Libertador su aflicción él, aun podemos templar nuestros corazones desfallecidos, 3' encon-
por no haber podido acompañarlo á la campaña de Sur, y apelaba trar de nuevo sus huellas luminosas?
á la resignación />ara no vivir con tanto fastidio, frase esta iiltinia
digna de todo un guerrero para quien la vida de los campamen-
tos, la cercanía del peligro y el ardor de los combates, se han con-
vertido en una segunda naturaleza.
Otros, con tan justos títulos como los suyos, pero acaso con me-
jor suerte, unieron su nombre á acciones decisivas para el porveiair
de Colombia y aun del continente, 3- de.spués de .sellada la emanci-
LUIS LOPEZ MENDEZ, ABIGAIL LOZANO Y SALVADOR N. LLAMOZAS 83
Lozano, EVbigaíl. La
VI
libertad en su radiante carro.
Tirado por el dios de la batalla.
Apagó les volcanes de metralla
BOLIVjPlK. Que en torno vió del adalid arder ....
Sobre mármol, Bolívar, de tu gloria
el
IV XI
Seco ya de la vida el ancho río.
Acaso la deidad de esas montañas
Vuelta la tierra al primitivo caos.
Que la América ostenta por doquiera.
Dirá una voz de trueno ¡ Levantáos !
En las ramas colgó de una palmera Y una palma en los mares se alzará
:
UU
Llamozas, Salvador que traduce la aspiración de España á la libertad republicana
de la misma manera los demás cantos patrióticos, que despiertan
y ;
Así nació La Marsellesa, en medio de las convulsionespolíticas agrega «El tambor mismo, lejos de .ser para mí una caja vacía, es
:
de la Francia, en aquella tremenda época del 93, iluminada por una urna llena de entusiasmo. Como esos niños que lo siguen por
destellos de gloria y siniestros re.splandores así el Himno de Riego
;
las calles cuando precede nuestros batallones marcando el pa.so
84 ANTOLOGI A GENERAL
guerrero, lo seguiría yo también hasta llegar á las puntas de las l| sagrado del honor, asiste también á esos tumultuosos debates en
bayonetas ó á las igníferas fauces del cañón sin reparar en la muer- Ij
que se libra la suerte de la patria. Ya la elocuencia había agotado
te ó sin sentirla.» !
sus arranques, y se experimentaba la nece.sidad de algo que tra-
Tales apreciaciones nos sugiere el Gloria al bravo pueblo adop- dujera mejor la excitación de los e.spíritus y fundiera en un solo
tado por el Gobierno de Venezuela como himno nacional. acorde las vibraciones de tantps pechos entirsiastas. Faltaba un
himno.
Cuando de.spuntaba en el horizonte, después de una noche de
tres siglos, la aurora esplendorosa de la mdepeiideyicia americana,
A aquel reclamo imperioso del momento contesta el poeta D.
Vicente Sallas, que se hallaba presente, prestándo,se á escribir in-
era nece.sario saludar con tra.sportes de júbilo aquella hermosa
nuevo mundo labora suspirada continenti la letra.
mensajera que venía á anunciar al ¡j
de su emancipación. I
Improvisada ésta, se requería la música.
¿ Faltaría acaso en
aquella numero.sa reunión quien interpretara la inspiración del
El Gloria al bravo pueblo fue compuesto allá por el año de '
i8ii, en i
la se limitara á desconocer la autoridad del capitán general Em- extremo al otro del continente, como nuncio de redención y de
paran, quedando siempre bajo la tutela del poder español. Indis- |
gloria. Sus autores debían pagar más tarde con la vida el crimen
pensable era que, hallándose reunido el primer Congreso nacional, '
En una de sus acaloradas sesiones fue improvisado el que es Bautizado con el humo de cien combates, compañeros de los
hoy nuestro Himno Nacional. A/irajida preside con su figura impo- I triunfos y reveses de la patria, el himno Gloria
al bravo pueblo
líente y severa Bolívar, en toda la exuberancia de la juventud,
;
|
aparece hoy' exornando las producciones de nuestros composito-
exalta los ánimos con rasgos de vigorosa elocuencia Coto Paúl,
;
res, escritas en honor del Padre de la Patria, cuyo primer
Macj^liersoii,- Telasco poleón, elevarse á fuerza de genio 3' de valor 3' aprovechar el en-
tusiasmo del valiente pueblo francés, para dominarlo, narcotizán-
dolo con la gloria, y llevarlo de nación en nación, haciéndole cam-
biar su libertad y su sangre por laureles, y encadenarle con esla-
PARALELO bones dorados pero de acero. Veo á Washington, el modesto
habitador de Mount-Vernon, retirándose á la vida privada, después
de haber independizado su patria á la cabeza de sus conciudada-
No sé en qué consiste que cada vez que voy á ocuparme de nos. Y veo á Bolívar, rico, noble, de la raza privilegiada, aban-
Bolívar siento en mi .sét algo extraño, algo que me conmueve y donarlo todo, todo, para ponerse al servicio de la causa de los
que me excita á retroceder en presencia de la imposibilidad de pueblos luchar sin descanso, él, de los grandes, para ponerse al
;
explicarme; es una mezcla de temor y de respeto, de tristeza y de nivel de los pequeños él, de los fuertes, para igualarse con los
;
entusiasmo, de admiración y de vergüenza, de orgullo y de dolor débiles sacrificarlo todo, riquezas, honores, tranquilidad, tradi-
; j
;
sentimientos que batallando confundidos en mi corazón invaden ciones, en aras de la emancipación de sus conciudadanos. Acaso
en tropel mi mente. W
Me acuerdo de lo que fue como patriota, y el sea a,shingran el único en la historia, que pueda parangonarse con
respeto llena mi corazón ;
me acuerdo de lo que fue como guerrero Bolívar, pero es indispensable para establecer el paralelo saberlos
3' el temor invade mi espíritu ;
me acuerdo de sus hechos, y me en- comparar, .saber examinar respectivamente, su índole, su raza, 3'
tusiasmo me acuerdo de su fin, 3' me entristezco me acuerdo de
;
;
sobre todo, el carácter de sus conciudadanos. Washington no tuvo
i
gullo y me acuerdo de lo que le hicieron, y todas las fibras de mi sacrificaba lo que Bolívar en esa obra de redención, ni tuvo que
alma se conmueven á impulsos del dolor. Paso revista á la his- sostener una lucha dolorosa dentro de sus mismes campamentos,
toria, y veo descollar á Gengi.skhan, á Alejandro, á César, á Na- formando ciudadanos, como tuvo que sostenerla Bolívar con sus
poleón, á Wa.shington, que fatigaron la fama con sus hechos y han propios compañeros. Washington no pasó por la amargura que
llenado el mundo con su gloria. Empero, veo á Gengiskhan, el Bolívar en Güiria, cuando desconocido por Ribas 3' Bermúdez, se
conquistador mogol, extendiendo su dominación desde el río Ama- retiró á las Antillas no á hostilizar á .sus ingratos amigos, sino á
rillo hasta las estepas de Kirghiz y de los Huiguros, asolando las buscar elementos para ayudarlos. Washington no hubiera firma-
I
provincias del norte de la China hasta Pekin 3’ apoderar.se de do, es verdad, el decreto úq guerra á muerte, pero tampoco hubiera
aquella capital pasea sus lanzas por Lezghis, Circacia, Kipi-
;
vencido á los leones castellanos, y menos á aquellas panteras que
chaks, ha.sta las riberas del Nieper 3’ del mar Caspio, para fundar se llamaron Boves 3' Autoñanzas, ni á aquellos chacales que se
el imperio que legó á sus hijos. Veo á Alejandro, el di.scípulo de llamaban Zoazola 3^ Morales, á quienes hubieran visto con horror
Aristóteles, salir de su reino de Macedonia después de la muerte los Howe 3' los Cornvallis, nobles antagonistas del más noble de
de P'ilipo, su padre, á conqui.star el mundo, llevando por doquiera los guei reros. Wa.shington muere rodeado de su familia, de sus
el exterminio en alas de su ambición de la gloria del conquistador, amigos, de sus compañeros todos, oyendo condensada en un so-
poniendo, es verdad, las bases de una nueva civilización, pero á llozo inmenso la de.spedida de sus conciudadanos y* sonriendo
costa de la esclavitud del mundo occidental, 3' que entregado á espira murmurando
,
«Está bien» Bolívar, ca.si solo, de camino : . . .
las orgías, muere de.struido por la intemperancia en una edad para el ostracismo, agobiado por el dolor, poco menos que en la
j
en (jue otros héroes no han principiado todavía. \''eo á César miseria, repleto el corazón por el acíbar del desengaño, sumido en
^
d.s.struyendo las Galias, arruinándolas, para conseguir los mi- angu.stias indecibles, exclama en despedida y con sus últimos
i
millones con que comprar la esclavitud de su patria. \Yo á Na- suspiros e.stas palabras: «Si mi muerte contribuye á que cesen los
'
T. A. MACPHERSON, JOSE A. MAITIN Y DR. GASPAR MARCANO 85
una tempestad de pasiones en 1833, aparece }'a e.splendoroso en Un gran número de ornamentos eran enterrados con les huesos.
1842 y el Perú, \- Colombia >' Venezuela, le alzan estatuas dig-
; Los más comunes son piezas de collares preparados con mucha re-
nas de él, 5’ el continente americano se prepara para solemnizar su gularidad y flgurándo sobre todo huesos de pájaros. De una lon-
primer centenario, y medio mundo solemnizará el segundo, y gitud media de tres centímetros y con el canal medular perfecta-
todo, el tercero. mente perforado, se han escogido y trabajado estos huesos de modo
que formasen collares completamente .simétricos. A un milímetro
de cada extremidad se han practicado pequeiias ranuras circulares,
decoraciones sencillas, pero que no carecen de cierto gusto. En
Maitíri, José Antonio. otros casos los diafi.sos están cortados en piezas de tres milímetros
de diámetro. Estos di.scos apilados dan al collar el a.specto de un
grosero rosario.
Muchos fragmentos son de una materia blanca muy dura y
LA FUENTECILLA como de marfil, presentando en algunas partes una especie de des-
agregación terrosa al parecer, que podría tomarse por una sustan-
cia mineral. Analizándola químicamente se la encuentra compues-
Fuentecilla solitaria Tu corriente retozona ta principalmente de carbonato y fosfato de cal y de una materia
De aqueste bosque sombrío, Pasa libre entre las flores orgánica que indica su origen animal su pequeña cantidad confir-
;
Si vas á morir al río, Y desdeña los amores ma la antigüedad de los objetos. El trabajo de estos collares es
Para qué corres así ?
¿. Los campos, aves y flores ;
mucho más acabado los agujeros son practicados con un cuidado
;
4 A
quién el presente llevas Mas ¡ay de tu curso grato! que revela cuánta importancia .se atribuía á dicha su.stancia.
De esas perlas que derramas ? Que el bien se torna en fatiga, La forma de los fragmentos es también mu}' diversa. Allí
Fuentecilla, si no amas, Cuando en el seno .se abriga encontramos desde la simple perla esférica ó el disco circular hasta
4 A dónde las llevas, di ? Un pensamiento de amor. unos cilindros cuidadosamente perforados y pulidos, que varían de
I á 6 centímetros. Estas dimensiones no son debidas á la casuali-
Entre sus pliegues undosos Cerca de mi ingrata, ¡oh fuente! dad. Series del todo iguales indican que cada collar estaba com-
Recoge ambicioso el viento, Al pasar tus ondas bellas. puesto de piezas semejantes ó que alternaban simétricamente.
El embalsamado aliento No la retrates en ellas. Nosotros hemos podido rehacer muchos de ellos.
De la flor matutinal ;
Para no mirarla yo; Los botones de hueso que acompañan los cadáveres son dignos
Y, al escuchar el concierto Porque .si distante lloro. de atención. Unos son cuadrados, otros circulares. Los cuadrados
De tu inocente murmullo, Si lejos de ella .suspiro, son pequeñas placas ligeramente convexas de un lado y con dos
Lo ¿ Qué haré, si en tu fondo miro
aspira con un arrullo agujeros .separados por un espacio de ocho milímetros en cada una
Sobre tu onda de cristal. Su retrato encantador ? de las faces. Algunos llevan ligeras muescas en sus bordes y en
el centro un rombo grabado. Los botones circulares son descoides
Tu corriente cristalina Muerte es para mí la noche. y tienen un .solo agujero en la faz convexa y dos en la cóncava.
El campo fecunda hermoso, Muerte para mí el día claro, Son los mismos tipos de Calais Wold descritos y figurados por J.
Y tu giro capricho.so Y muerte es el desamparo Evans.
Placer á la vista da : En que me tiene mi bien. El más grande mide 39 milímetros de diámetro. Unos veinte
Tu linfa clara y serena Turbio me parece el cielo ;
absolutamente iguales tienen 8 milímetros de diámetro .se parecen
A tu curso triunfador. Y por su cuerpo gentil. era aplicada de plano sobre la piel. El hilo ligaba los botones entre
Allí te halaga amorosa Mientras ella indiferente. .sí tocándose por su circunferencia. En el espacio que separa las
La vaga, la blanda bri.sa, De su pena no se cura. dos perforaciones, no se ve huella de hilo, porque el ansa abrazaba
Y tu faz tranquila riza Ni de su horrible amargura, la .superficie convexa y los extremos estaban de plano en las ranu-
Con sus suspiros de amor. Ni de su dolor .sin fin. ras de las partes laterales de la faz cóncava. Otras placas rectangu-
lares mu>' alargadas, agujeradas en los bordes, estaban destinadas
Así corres, fuente clara, Maldición en la mujer á losmismos usos.
Entre auríferas arenas. Que turba nuestro sosiego Los indios se adornaban también con caracolillos, y natural-
De tus márgenes amenas Con su niiarada de fuego. mente buscaban los más raros, los que se hallaban en las paí.ses
Delicia á la vez y honor. Con su sonri.sa de amor, más apartados.
Mas ¡ay del bien que di.sfrutas! Y después alegre ríe. No hemos visto más que una
sola concha de tierra perforada
¡A}" de tu correr sereno! Mientras el amante llora. para ser colgada, y como ésta no exi.stía en el conti-
stropliia uva,
Si llega á agitar tu seno Mientras el pecho devora nente, es preciso admitir que había sido traída de alguna de las
Un pen.samiento de amor. En silencio su dolor. antillas. Todas las demás son conchas marinas. La oliva jas-
pidea era frecuentemente empleada en los collares. Entre las que
¡Oh fuente! si no has amado, eran traídas de la costa, las Asúrelas y neritas eran muy e.stimadas,
Huj'e de amor el veneno :
puesto que abundan en las tumbas. Otras, muy raras, colgaban
Triste de tí, si en el .seno aisladamente. Tal como la extremidad de la espira ds un gran es-
Fácil cabida le das ;
trombo, gigas ó acespitrinus. En la superficie de sección se ha
Que, si encuentras por acaso. dejado una hoja regularmente tallada y de relieve. En e.sta placa
Quien á tu amor no responda. .se han practicado cuatro agujeros .separados por distancias de 6, 7
Más vale que turbe tu onda y 8 milímetros. Lns conchas colgadas al cuello por hilos adaptan
El cierzo y el vendaval. su cavidad contra el pecho, sobre el cual la espira sobre.sale á ma-
nera de pezón. Las perforaciones son hechas como con sacabo-
cados.
Lo mismo que el hue.so, las conchas han servido de materia
primitiva para fabricar objetos de ornamentación, porque el arte
del precolombiano no se limitaba á perforar y á pulir. Numerosas
86 ANTOLOGIA GENERAL
esculturas hau venido á revelarnos la destreza de su buril y las agraviada de la edad media, espera solo un campeón que unifique
tendencias de su sentimiento artístico. Este último .se contrae, es su aun militante.
filo.sofía
verdad, á la reproducción de animales que les eran familiares pero Inútil sería buscar en hechos aislados, en cambios parciales,
;
es preciso convenir en que eran copiados con gran fidelidad. las causas de los progresos que admiramos y que no pueden meno.s
Los ornamentos de piedra más simples .son pequeños guijarros que con.secuencias de reformas tan generales como radicales.
.ser
muy duros, pulidos y perforados por una de sus extremidades. La humanidad obedece en sus transformaciones á una misma
Uno de ellos, hecho en greda, es sin duda imitación de un diente ley, á una sola tendencia ;
que se de.sarrolla de dos modos muy
de ciervo. distintos según se la considere en el orden social ó en el intelectual.
Se fabricaban también perlas con las diferentes rocas, así como En el primero, esa inmen.sa fuerza latente, que semejante á la que
cilindros de cuarzo con un canal central. Ellos reproducen la for- traslada en conjunto nuestro .sistema planetario, arrastra las .so-
ma de los huesos de pájaros que hacen parte de los collares de que ciedades hacia su ideal, se hace sentir de tiempo en tiempo
hemos hablado al principio. y en
lugares muy di.stantes bajo la forma de violentas revoluciones, en
Entre las imágenes de los animales que se llevaban pendientes, las que el pueblo .se levanta en masa, y con la impetuosidad que
las de las ranas .son las más comunes. Los indios las reproducían es su triunfo, reivindica de algr'in modo sus derechos.
con gusto y en actitudes varias. En el .segundo, sin ser menos efectivo, el cambio tiene lugar
Al lado de los ornamentos completamente hechos encontramos lenta y progre.sivamente, porque hermano del otro tiene siempre
muchos fragmentos de huesos, de piedras y de materia ebúrnea que colocar.se á su lado después de luchas sangrientas ó triunfos
que nos indican las faces por las cuales pasaba su fabricación. que parecen efímeros, para llevarlo de la mano por el camino que
Largos huesos de aves á los cuales se han quitado las epífisis traza la reflexión é ilumina la inteligencia. Recuérdese la historia
y cuyo canal medular está intacto pequeños cilindros de materia
; de los que, no sólo á cada cambio social de alguna consideración
dura completamente pulidos y todavía no perforados perlas de .se .sucede otro en el espíritu científico, .sino que además, este
; últi-
marfil le fondeadas por un solo lado y por el otro con la forma que mo es siempre proporcional á la importancia y extensión del pri-
tenían al comenzar la labor en el diente, si tal es su origen otras; mero.
cubiertas de pequeñas facetas cuya fusión ulterior habría redon- Prueba irrecusable de lo que dejamos dicho es la Revolución
deado la .superficie de perla, prueban hasta la evidencia que los Francesa de 1793, consecuencia indispensable de la perfectibilidad
indios del lago de Valencia hacían ellos mismos las joyas con que humana. Llegó el día en que una nación señalada por la Provi-
se adornaban. Otros fragmentos mal cortados, han sido abandona- dencia se hizo apóstol del género humano, derramó á torrentes la
dos como inútiles. Por desgracia no hemos encontrado ninguna .sangre de sus hijos, para lavar con ella la ignominia de tres siglos
;
pieza incompletamente agujerada. hacinó montañas de cadáveres, para protestar de.sdesu cima contra
La arcilla era también empleada en la confección de los orna- las hogueras, suplicios y prisiones que amedrentaban el raciocinio;
mentos. De ella se hacían perlas y cilindros análogos á los que se
y proclamó en medio de la admiración universal la autoridad de
:
fabricaban con otras materias. la razón, la igualdad ante la justicia, y la aristocracia de los me-
La obra más singular es una e.specie de medalla de tierra coci- recimientos.
da con cuatro puntos hundidos en la parte cóncava, rodeados de ,
materia explican que no se hayan podido encontrar en ma^'or nú- blime en que fueron actores, por lo que nos detendremos sólo á
mero. No sucede lo mismo con objetos más voluminosos pues considerar uno de ellos, brillante sol del mundo científico, que in-
.siendo más duraderos por sus dimensiones, se ha podi lo comservar
;
troduciendo en la ciencia la revolución transformaba la sociedad,
una gran cantidad de ellos, como vamos á verlo. hizo de la química una joya de su inteligencia 3' atavío de nue.stro
siglo. Nacido de padres nobles, miembro de la Academia de
ciencias de París á la edad de veinte 3" cinco años, A. L. Lavoisier
echó por tierra la teoría del flogístico, puso fin á la e.speranza secu-
M arcano, \^icente.
lar de la trasmutación de los metales, moralizó la ciencia pre.sen-
tando como locura la tentativa de la piedra filosofal que por tanto
tiempo había di.sfrazado la verdadera aspiración de las ideas espe-
culativas, y por fin, fomentando en la química el método admira-
ble que consiste en la aplicación de la balanza al estudio de todas
La v^iímica auto la Livilizadáii Múdania. las reacciones, abrió un campo inmenso á la inteligencia.
Tantos merecimientos 3" el patriotismo de que dió prueba no
bastaron á hacer olvidar su cuna ilustre, 3^ la vorágine revoluciona-
Si recorremos el áspero camino que la ciencia ha seguido en ria que se alimentó de .sangre del mismo pueblo, después de agota-
su desarrollo durante el presente siglo, y si una vez llegados á la ¡
da la de los nobles, hizo subir al cadal.so á tan grande hombre, 3’ á
eminencia alcanzada dirigimos miradas imparciales hacia los vsatos i
.se rozan más directamente con química, las que bastan á nues-
la que iluminó con los destellos de su talento infinito, los ámbitos del
tro propósito. Por una parte, vemos á la medicina romper los estre- mundo intelectual fue el águila caudal que cerniéndose por sobre
;
chos lazos del empirismo, desprenderse de todo sistema exclusivis- el azul del firmamento, recorrió con .su mirada los conjuntos que
ta dar un va.sto campo á la experiencia razonada fundar .sus
; ;
en variado panorama .se destacaban á su vista, allí mismo donde
diagnó.sticos en lo que .se aprende en la mesa de disección, y .sus aves rastreras á quienes no es dado levantar su vuelo más allá de
pronósticos en la dura cuanto útil enseñanza recibida á la cabece- los objetos arraigados en al suelo, se vieron confundidas en la mez-
ra del enfermo. La cirugía alcanza una precisión envidiable sus : quindad délos detalles.
indicaciones .son .seguras sus pronósticos infalibles sus medios de
; ;
Inmen.sas fueron las con.secuencias que el creador del duali.s-
operación infinitos y obliga al cirujano á no tomar el bisturí sino
; mo irradió en la ciencia, 3' por lo tanto, en la industria 3’ en la ci-
después de muchos años de continua práctica del escalpelo. So- vilización, pues habiendo dotado á la química de una nomenclatu-
bre el grupo anterior derraman abundantes efluvios de luz intensa, ra de acuerdo cou la teoría, le dió una nueva existencia elevándola
la química y la física. La química ha abandonado ya las oscuras á la categoría de ciencia propiamente dicha. Sin embargo, inex-
cárceles de la alquimia se ha engalanado con una filo.sofía propia;
; plicable parecerá la prontitud con que se hizo sentir la reforma
no contenta con adueñarse de los materiales de la creación, quiere llevada á cabo por Lavoisier. —
Por esto no queremos pasar
crear á su vez, y formula ya en el laboratorio su.stancias que pare- adelante sin dirigir una rápida ojeada al estado excepcional del
cían del dominio exclusivo de la misterio.sa fuerza vital brillante
;
país que tiene la gloria de contarlo entre sus hijos. La PTancia,
maripo.sa recién salida de la crisálida, recibe sus alas matizadas, ai.slada entonces del mundo civilizado, combatida por do quiera,
aún húmedas, el vivificante calor del .sol. La física ha participado bloqueados sus puertos del Océano y del Mediterráneo, .se vió pri-
de los adelantos de su hermana gemela, 3’ semejante áuna dama vada de materiales para fabricar armas, pólvora en una palabra
;
VICENTE MARCANO 87
de lodos los elementos que alimentando su industria habitual da- naturales,- extendiendo sus medios de acción más allá de la natura-
ban vida al país y pan al ciudadano: En necesidad tan suprema, leza realizada, dando al hombre un poder ilimitado 3' .siempre cre-
Marte no desdeñó buscar inspiraciones en el templo de Miner\'a, y ciente sobre el mundo material é imprimiendo á sus métodos 3’'
la benigna diosa mostró su omnipotencia haciendo ver lo que de re.sultados una influencia decisiva .sobre el progre.so de la inteli-
ella podía esperarse en co\’untura semejante enseñó á sacar azu-
: gencia humana.
fre de las piritas; sal de nitro, de los muros derruidos 3' caballerizas; Phi 1838,un químico italiano, Piria, preparaba en su labora-
alumbre, de los esquistos piritosos soda, de la sal marina que el
; torio, por medio de reacciones in.spiradas por la teoría, una aldehi-
mar ofrecía con profusión etc, etc. ¡
Coincidencia singuiar en ! da salicílico que resultó ser la esencia de «reina de los prados,)) per-
aquella ocasión como en otra semejante mu}' reciente, los re}’es fume muy apreciado por su agradable suavidad. Algunos años
que habían querido anular por la fuerza la autonomía nacional después, Cahours de.scubrió sintéticamente el éter metil-salicílico
de la Francia republicana, tavieron 111113' luego que adoptar para 3’ lo encontró idéntico á la esencia conocida con el nombre de
sus respectii'os paí.ses las importantes mejoras 3' descubrimientos «Winter green.)) De estos hechos cuyo número podríamos exten-
que el patriotismo había hecho brotar simultáneamente en toda la der considerablemente, .sacó nuu' pronto partido la indu.stria 3’ ho3'
extensión del suelo invadido. .se fabrican artificialmente 3^ á bajo precio muchos aceites esencia-
Fue, pues, aquella .sed de inventos, característica de la crisis les. Así la esencia de peras, empleada para aromatizar dulces, no
aludida, la causa eficiente de los progresos vertiginosos que ha es sino una solución alcohólica de éter amil-acético. La esencia
hecho la química y con ella las ciencias, las artes 3' las industrias. de manzanas se obtiene con el éter amil-valérico, la de piña es
Lanzados los espíritus en una nueva vía de estudios que contras- el éter butírico ordinario, 3' la esencia de almendras amargas se
taba singularmente con las erróneas lucubraciones de la alquimia, reemplaza por la nitro-benzina.
tomó la ciencia el carácter que le convenía en su calidad de ex- Wertheim, preparando el éter alilsulfociánico obtuvo la esen-
perimental. El raciocinio tuvo como siempre una parte inmensa, cia de mostaza,la que tratada á su vez por el potasio ó el sulfuro
pero no trabajaba 3^ sino sujeto á le3'es verificadas por la expe- de este metal, se tranforma en sulfuro de alila que es precisa-
riencia, que era también árbitro de las conclusiones. mente la esencia de ajos. No tardó la farmacia en aprovechar.se
Basta para convencerse de la efectividad de la nueva reforma, de los trabajos de Wertheim, con un nuevo método de aplicación
recordar la discusión sostenida por Bertholet con Proust y Dalton de los sinapismos bajo forma de hojas, lo que ha simplificado tanto
de 1801 á 1808, en la que triunfó la le3^ de las proporciones múl- el empleo del primero de los revulsivos.
tiples opuesta por el último á principios de este siglo. Un año Si nos trasportamos ahora á otro campo de investigaciones,
después, descubre Ga3’— Lussac la importa;ite le3’ sobre las combi- vemos que la acción del cloro sobre el alcohol, e.studiada por Lie-
naciones de los gases, que lleva su nombre 3' que fijó, por decirlo big, da lugar al descubrimiento del cloroformo 3' más después del
así, el número de moléculas contenidas en un volumen dado de va- doral, sustancias que aun no se han encontrado en la naturaleza
por. Poco tiempo tra.scurre y Berzelius, distinguido químico sue- 3' que son para el cirujano una arma preciosa. Treinta años antes
co, completa la teoiía del duali.smo, creando el uso de fórmulas el éter debido á Morton había comenzado ya á prestar grandes ser-
aplicadas á la nomenclatura de Lavoisier, explica la teoría de é.ste vicios como anestésico.
por medio de la hipótesis electro-química y por fin, destruye la El arte del tintorero ha recibido del nuevo método muchos
carrera que inmotivadamente .separaba la química orgánica de la servicios importantes, entre los que puede citarse la producción de
mineral. la alizarina artificial, idéntica con la materia roja que da su valor
La nueva filosofía, cu3'a aurora comenzaba apenas á despuntar, á la garanda y que .se fabrica ya en la industria. Ultimamente,
necesitó datos para ensanchar sus concepciones, 3' como éstas no por la acción de la potasa sobre el doro-cresil-sulfato de potasio se
podían sacarse sino de la experiencia, pobláron.se los laboratorios y ha realizado la síntesis de la orcina, materia colorante de los li-
de ellos surgieron descubrimientos importantes de que muy luégo qúenes.
debían aprovecharse las artes, las ciencias y las industrias. Los La historia de los colores llamados de anilina es fecunda en
químicos necesitaban cuerpos, y fue de sus trabajos analíticos sobre enseñanza de este género. Esta sustancia, retirada antes en pe-
los minerales, jugos de las plantas y sustancias animales de los que queña cantidad del añil 3' del carbón de piedra, era conocida apenas
la medicina, sobre todo, aprovechó de sus adelantos. De.scúbren.se en los laboratorios especiales. Por otra parte, Zinin, tratando la
así, en poco tiempo, el clo)v, el bromo, el iodo, el boro, nitrobenzina por el hidrógeno naciente obtuvo un alcaloide, la feni-
y el silicio,
todos cuerpos simples, 3- de importancia infinita. Aplícase mu3' lamina, cuya identidad con la anilina no fue demostrada sino más
luégo el primero, á la desinfección del aire confinado, 3’ á la desco- tarde por Hoft'mann. Tan brillante éxito en la producción sinté-
loración de las telas, con lo que contrajo la agricultura una deuda tica de un alcaloide, animó á muchos químicos en el propósito de
inmetnsa para con el inmortal Bertholet. Los otros dos ejercieron hacer otro tanto con las ba.ses extraídas del reino vegetal y Parkins,
;
en terapéutica una influencia que han conservado hasta el día. El entre otros, hacía esfuerzos para tran.sformar en quinina un alca-
aluminio se populariza, gracias á los brillantes trabajos de St. loide artificial. Su experimento en lugar de producir quinina in-
Claire Deville, 3' .se hace entre sus manos, el oro de los pobres. colora, engendró uii polvo rojizo. Queriendo explicar tan anóma-
Las investigaciones de Berzelius sobre silicio tienen un eco inmemso lo resultado, e.scogió otra base de comstitucióii más sencilla, es
en las fábricas de vidrio 3' esta importante industria se perfecciona. decir, Ix anilina, y cb'uvo un producto perfectamente negro, el que
El ácido bórico, el agua ga.seo.sa artificial, el blanco de zinc, etc., después de lavado, secado 3' disuelto eu alcohol, dió un magnífico
etc., han servido de ba.se á tantas manufacturas origindas del estu- tinte color de malva. Había de.scubierto una base orgánica llama-
dio de los minerales en el laboratorio 3' cuya enumeración no nos da malveína, que sirvió de punto de partida á una de las industrias
permite hacer el corto espacio que nos hemos trazado. más productivas. Para probarlo, recordemos que data tan sólo de
La química orgánica á su vez, en.señó á conocer el principio 1856 y que en la actualidad hay tanto en Europa como en América,
activo de las plantas, empleadas antes con buen éxito en la medicina inmensas fábricas de.stinadas á producir colores de anilina y que se
3’ que sólo el empirismo había hecho conocer. Estudió.se el jugo conocen con los nombres de magenta, escarlata, azul de Lvon,
coagulado de las papaveráceas que los médicos con el nombre de violado, verde de aldehida, coralina, etc., etc. Según el informe
opio admini.straban como .soporífico 3' para calmar los dolores, que el doctor Hoffmann presentó á la última exhibición de París,
y se
descubren en él la existencia de diez alcaloides y un ácido, diferen- la importación de esta fabricación se elevó para 1862. de o á 10
tes todos entre sí, tanto por su composición como por sus propie- millones de francos, poco más de 400 mil libras esterlinas en 1870,
;
dades. Pelletier y Caventou extraen de la corteza de quina, la la producción alcanzó á 1.250.000 libras esterlinas.
cinconina, 3' la quinina, y de la nuez vómica, la estricnina. Veamos ahora la influencia ejercida sobre otro orden de ideas
Un estudio sobre el té y el café dió por resultado el descubri- por los hechos que rápidamente hemos enumerado. Por una parte,
miento de la teína y de la cafeína, y el de la veratrina y la atropina la autocracia ridicula que servía de base al misterio.so prestigio de
en la cebadilla y la belladona. que .se rodeaban los hombres de ciencia, tuvo que caer y con ella
Imposible .sería tra.scribir siquiera, la li.sta 3^ larguísima de los desaparecieron los galones del ve.stido del profe.sor la organización
:
principios extraídos hasta el día de los vegetales, pues puede decir- de los cuarteles no cuadraba ya en los laboratorios.
se que no hay planta, flor, fruto ó raíz en que no se ba3'a de.scu- Por otra parte, la ingerencia de la química en todos los ramos
bierto algún cuerpo, y sin embargo, faltan tántos por estudiar ! del saber humano, fue cau.sa de que el artista, el artesano, el mé-
Pero mu3' pronto la química cobra un nuevo impulso, de.spués dico, el abogado tuvieran necesidad de conocerla, al menos en sus
de haber estudiado los cuerpos destru3'éndolos, quiere dominarlos partes más e.seuciales y la ciencia, que no era ya el monopolio de
;
que rigen la materia orgánica son las mismas á que obedece la rimentalmente. Por e.so la ciem ia ha sido durante todo este siglo
naturaleza mineral. Ue la síntesis ha tomado la química un ca- la compañera in.separable del poder, no para prosternarse ante él,
rácter propio, completamentente de.sconocido á las demás ciencias sino para dirigirle, en el propósito de hacer el bien de la comuni-
88 ANTOLOGIA GENERAL
Con que el .santuario de mi hogar inundas, marchó el ejército con prontitud 3^ se apoderó en el Pa.so de Gar-
Cumplido tu deber, brilla tu historia. ves, del río Guárico, de 25 hombres que componían la avanzada
Mas tu santa misión no está cumplida : con que los españoles cubrían á Calabozo por aquella avenida, 3* de
¡
Te falta aún c[Ufc tu virtud infundas cuyas re.sultas fue sorprendido Morillo en el ii de febrero, á tiem-
En mis hijos también, madre querida ! po que su caballería de húsares 3' una parte del batallón de Cas-
tilla se hallaban en la Misión de Abajo no habiendo podido esca-
;
La escuadrilla no había llegado todavía á pesar de sus prevencio- « — El enemigo las tiene,» dijo Páez, mirando los buques rea-
nes y de las órdenes de Páez, ni había á la mano otras embarca- listas.
ciones para el paso de las tropas. Contrariado éste con la tardan- «Adivinó el Libertador el atrevido pensamiento del bizarro
za de la escuadrilla, ofreció al punto remover e.ste obstáculo, y en llanero pero con todo, viendo las cosas sujetas á una maniobra tan
;
efecto, seiralando al coronel Aramendi una lancha cañonera y tres arriesgada, comenzó á lamentar.se de que su plan fraca.saría por la
buques desarmados que los enemigos tenían al lado opuesto del tardanza en conseguir medios para pasar la tropa. Páez entonces,
río, le dio orden de traerlos. Desnudos, lanza en mano y á caballo se arrojó al caudalo.so Apure con Aramendi, bravo sin segundo,
y
en pelo, Aramendi con §0 vHúsa?rs de Apure» se arrojó al agua, se cincuenta lanceros más, que motaban todos caballos en pelo ....
apoderó de los buques en medio del aplauso y adtnlración del ejército Acción e-xtrordinaria que dejó admirado á Bolívar y .sorprendidos
patriota y delfuego nutrido de la lancha, y los condujo á su gcnc 7 'al. y casi muertos de miedo á los e.spañoles. Con todo, éstos .se defen-
El río Apure en frente de San Fernando mide 206 toesas de an- dieron por cuantos medios les .sugería la de.sesperación pero Páez :
y que pre-
día inmortalizar con su lápiz una mentira, y por la descripción que .senció la toma de las flecheras, en .su libro intitulado Recollections :
de dicha acción hemos trascrito de Montenegro, que es una auto- oj a Service oj tluee years during the tvar-of-extermination in the re-
ridad muy imparcial por haber militado con los españoles, pudié- publics of Venezuela and Colombia, edición de Londres, de 1828
ramos dejar comprobado el error en que O’Leary ha quizá invo- trae lo siguiente :
luntariamente incurrido, al ocuparse en el asunto de que tratamos, «S. PL (El Libertador) le el mundo entero por
dijo : «daría
queremos y debemos ocurrir á otras fuentes á beber la verdad de apoderarme de la e.scuadrilla porque sin ella no puedo
e.spañola,
los hechos, para dejar demostrado, por modo incontestable, cómo cruzar el río 3^ las tropas no pueden marchar.» «Dentro de una
es al Aquiles de nuestras pampas 3’ exclusivamente á él á quien hora será de msted,» replicó Páez. «Impo.sible dijo Bolívar,
y la !
pertenece aquella gloria, porque fue su cerebro el creador de tan gente debe perecer.» «De mi cuenta corre,» dijo Páez, y se alejó
atrevido y arriesgado pensamiento, 3’ por haber sido él el primero á galope. A
los pocos minutos volvió trayendo su guardia de ho-
en ponerlo en práctica, arrojándose, en un arranque de locura pa- nor, compuesta de trescientos lanceros, escogidos entre los princi-
triótica, á las torrentosas aguas del Apure, para arrebatar á los pales por .su ya experimentado valor y fuerza, y llevándolos á la
realistas las embarcaciones en que pasó el ejército patriota que orilla del río les dijo e.stas breves palabras «Debemos apoderarnos :
debía atacar á Morillo en Calabozo. de esas flecheras ó morir. Sigan á .su Tío (*) los que quieran.»
Sean los primeros historiadores patrios á quienes acudimos en Al mismo tiempo, picando espuelas á su caballo, SE lanzó con ée
solicitud de pruebas para dejar en su puésto la verdad, en el a.sunto AL RÍO Y LE HIZO NADAR EN DIRECCIÓN k LA ESCUADRILLA.
que nos ocupa, los señores Baralt3' Díaz, cuya autoridad histórica, Siguióle la guardia con las lanzas en la boca, nadando con un bra-
de todos reconocida 3' acatada, nos merece entera fe. zo 3- acariciándolos á nadar contra la corriente, y dando voces para
Veamos que traen ellos en el tomo ahuyentar la multitud de caimanes que había en el río. Llegaron
lo II de su Historia de Vc-
nezuela, á las páginas 332 así á los botes, y montando los caballos .se lanzaron de sus lomos á
y 333 :
hecho, dejadas algunas tropas para continuar el sitio de San Fer- turas de Páez, refiriéndose á una de ellas pinta así la perplejidad
nando, y pasado el Apure en embarcaciones tomadas á los enemi- en que e.ste jefe ponía á los españoles cuando le tenían de frente,
gos por Páez y Aramendi con 25 lanceros y otros tantos carabine- pues á cada instante temían una inesperada é inconcebible hazaña
ros, se acercó á pa.so largo hacia Calabozo, presentándose delante
de este hombre extraordinario :
de la plaza el 12 de febrero. Gracias á la celeridad con que su !
« . intense curiosity and perhaps a feeling of respect for
. . .
rnarcha había sido ejecutada, hasta entonces no tuvo Morillo noti- '
su Vida de Bolívar, lo que va á leerse «Impaciente Bolívar por comenzar la campaña, e.stuvo tres ó cua-
:
y
«Lo de pre.sentarse el Libertador repentinamente ^n Calabozo, tro días en San Juan de Payara, meditando de qué manera pasaría
lo cuenta el historiógrafo realista, (Torrente, mal juez para juzgar el río de Apure con el ejército, no teniendo embarcaciones con qué
de los hechos del Libertador) tan por encima, que parece un he- hacerlo, y estando las del enemigo guardando el único lugar por
—
cho cualquiera .... No es así. Fsa aparición en Calabozo tuvo
sus ribetes y circunstancias que la hacen memorable.
donde podíamos pa.sarlo sin riesgo del cañón de la plaza. En gran
incertidumbre .se hallaba por no encontrar el medio de allanar
«San Fernando estaba dominado por los realistas allí estaba ;
aquel obstáculo, mientras yo le animaba á que .se pusiera en mar-
Quero con 600 hombres que .se .sostuvieron denodadamente. El cha, a.segurándole que le daría las embarcaciones necesarias. Ivl
Libertador no cpiería dar asalto á San Fernando, porque .su intento me preguntaba: pero hombre ¿ dónde las tiene usted ?
era caer sobre Morillo en Calabozo y pulverizarlo. Páez apo3’ó «Yo le contesté que las había en el paso del río para oponér-
este plan é indicó el paso del Diamatite para atrave.sar el río. Bo- senos.
lívar lo de.spachó delante y le previno que tuvie.se listas embarca- «— ¿ Y de qué manera podemos apoderarnos de ellas ?
cionp .suficientes para pasar con prontitud el ejército. Llegando « Con caballería.
el Libertador al paso designado, no halló barca alguna, pues sólo
se veían á la parte opuesta una cañonera, tres flecheras
«
¿ Dónde está esa caballería de agua ? me preguntó — él,
desarmadas. Asombrado Bolívar, dijo c|ue si él mismo no hubie- Genio de libertad, víctima infausta
Por último, Arístides Rojas, autoridad de gran fuerza, puesto Heredia Heredia
! escucha la voz mía
! . . . .
que nadie como él .se ha esforzado tanto en remover el sarcófago de Que alza á tu nombre lúgubre cantar.
nue.stra historia para con recto criterio desvanecer errores y .sacar á
la luz de nuestros días la verdad de los hechos, en su Leyenda His- Primer vate de América divina.
ióí'ica sobre Aramendi, recientemente publicada, trae á cuenta la
De Cuba hermosa el pintore.sco cielo
toma de las flecheras, y con aquella difícil facilidad y aquel brillan- Cual matizado y trasparente velo
te decir que son propios de los hombres versados en los asuntos de Sobre tu cuna fúlgido flotó :
que tratan 3^ de los que sienten arder dentro del pecho el sacro El astro protector de un continente
amor de la patria y respetan sus glorias, consigna lo que á conti- Su fuego tropical vertió en tu pecho.
nuación trascribimos :
Te dió su aliento el huracán deshecho
«... Ha llegado el momento en que Páez, escogiendo cin- Y el mar tus ilusiones arrulló.
cuenta de sus centauros 3^ á la cabeza de éstos Aramendi, va á dar
cima á una empresa desconocida. Ya las monturas han rodado
por tierra sin que los jinetes hayan tenido que apearse de los ca- Hijo de la borrasca, en la tormenta
ballos y sólo .se aguarda la orden de Páez, cuando éste dice á sus Entre el furor del piélago marino
compañeros : —
«Debemos apoderarnos de esas flecheras ó morir. El rayo de tu fúnebre destino
Sigan á su 77í?.» Al instante salen del monte jinetes y caballos 3^ Al soplo de los vientos se apagó.
se lanzan al río y nadan en dirección de la escuadrilla e.spañola. ¡
Destino singular tu ardiente numen
!
«Al ver la velocidad con la cual Páez se lanza al agua, Bolí- Brotó á orillas del líquido elemento,
var, que desde la orilla asistía á todos los preparativos de la em- Y al exhalar tu generoso aliento
presa, .sin poder darse cuenta de si era realidad ó .sueño lo que pa- En su seno terrífico te abrió.
saba, exclama, dirigiéndose á Páez: —
«Usted es un loco, usted es
un loco.»— Y abriendo los ojos y fijando toda su atención ob.serva
cómo los llaneros llevaban las lanzas en la boca, nadaban con un Padre fue de tu genio prepotente.
brazo, mientras que con la mano que .sostenía la rienda, acaricia-
,
ban los cuellos de los corceles, animándoles á vencer la corriente, Y en la extensión inmensa de los mares
al mismo tiempo que, según el relato de un inglés testigo de este
Ecos mil dió á tu voz de tempestad :
« Mi General, si usted pone la mano sobre la flechera primero Apóstol de su fe, valiente atleta
que yo, se la corto. Contra la .servidumdre y la opresión
—A
« te pertenece esta gloria— contesta Páez.
tí —Ninguno Y si en la lucha perecer le toca
;
De propósito hemos dejado la cita de Rojas para sellar esta De tu agitada 3- borrascosa vida.
réplica á O’Leary, pues además de hallarse suficientemente ilus- Terrible cual tu estrella maldecida.
trada su palabra por los ricos archivos de que está en po.sesión, Inmenso, libre, cual tu genio audaz :
como de todos es sabido, tuvo la suerte de tratar á casi todos los li- Te dió en su inmensidad lecho profundo
bertadores que sobrevivieron á Bolívar, 3" de oír de sus propios la- Cual tu sublime 3’ postrimer suspiro ;
bios la narración verídica de los hechos más .señalados de nuestra Y sobre ese magnífico zafiro
historia, en los cuales fueron ellos actores. Como á Montilla, á Su vuelo alzó tu espíritu fugaz.
Carreño, á Gómez, á Paredes, á Arisinendi, á Urdaneta, á Mariño
3’ muchos otros, trató también íntimamente á Páez, 3^ cuando él
describe, como se ha visto, la toma de las flecheras en el Apure, es ¿ A dónde, á dónde fué ? Su dulce lira
.seguro que así lo oyó de boca del héroe de esta hazaña. ¿ En dónde pulsa con celeste encanto?
Quede, pues, Páez, el que de propósito deliberado, según la í En qué mansión .su .sonoroso canto
expresión de Bolívar, con sorpresa de los republicanos y pasmo de Entona con acento angelical?
¿ En qué cielo de gloria y poesía
¡
¿ Dónde
eleva .su cántico ? Re.sponde,
Di.sipa, Heredia, este dudar fatal.
batalla, sí decidido en ella el triunfo de las armas republicanas
;
'
Abajo, .sangre corrompida, cieno. V''a de Obando .se dibuja Y misteriosa señal
Atmósfera preñada de veneno. La .sonrisa de Satán De armas viles que se montan
Montón de horruras que la .senda obstruye; En los labios quefse mueven Sordo y lento rechinar.
Y arriba, alturas donde el viento brama.
El sol su regia claridad derrama
Y entre peñascos el torrente fluye. Asi llamó liolivar á Sucre en ocasión solemne.
92 ANTOLOGIA GENliRAL
;
asaz ¿Quiénes son los que, medrosos.
;!
IVIeiTcloza, Ci^istólQal.
Triste y pálido silente,
;
Corren y huyen y no dan
'
Una nube vagaba por el cielo, ¿Qué resta oh Dios al corazón amante
¡
!
Apróntase á partir ;
re.side en ella Rosal que te embelesa en su hermosura,
La enérgica potencia de la vida, Flavinio amado, en mi pensil descuella
Y va á dejarla, cual fecunda huella. Y ostenta su riqueza su frescura.
}'•
PAliz aquel que á comprender alcanza Luce esta aquí como á una joven madre
;
Que rápidas girando en el espacio Sin patria, sin salud, letal tristeza
Al encontrado empuje de los vientos. Me oprime el corazón, me arranca el llanto.
Se chocan y se inflaman, y violentos Que tras las sombras de su negro manto
Van los rayos el mundo á conmover. El sol de mi esperanza .se ocultó.
Sañudo el mar rebrama enfurecido. Se ocultó ¿ Pero nunca ante mis ojos
¡ !
Y á su flébil, tristísima armonía, laindependencia de las opinione.s. Los que ahogan este senti-
Arrancada al compás de crudas penas, miento .se dejan llevar á situaciones
Notas mil seguirán de fuego llenas.
muy tristes, en cambio de al-
gunas ventajas transitorias ó aparentes. El hombre que desdeñan-
En fácil y poético raudal, do su albedrío y olvidando su propia dignidad, se somete á los
A la aurora primera que ilumine dictámenes de otro, movido por el temor, merece un epíteto
De mi existencia el porvenir sombrío. que
afrenta en todas las lenguas conocidas; movido por el interés,
Mil himnos dando con ingente brío hace
un comercio ignominio.so. Entonces la degradación es doble: la
Al ángel que disipe tanto mal. del que vende .su conciencia la del que compra un alma. :
su conducta, necesita el hombre conocerlas relaciones de perfec- donde la opre.sión .se ejerce, imperceptible es despojarle de su se- :
ción, que .se derivan de la sensibilidad, de la inteligencia, de la mejanza con el Creador: es mancillar en su noble faz el soplo de
voluntad libre en una palabra, de todos los poderes que le distin-
; vida que la ilumina desde su origen.
guen. La ciencia que estudia las relaciones de perfección se llama No la libertad política no puede exi.stir allí donde el hombre
!
:
moral: su objeto es el bien, que está unido con la belleza por lleva al mercado su libertad moral.
vínculos mu3M'ntimos.
No hubo Pociones ni Traíií-
Así como admiramos las voces humanas bulos en la Grecia degenerada no hubo Cincinatos ni Publicólas:
cuando sus acentos .se acompañan unísonos formando un conjunto en la Roma de los Ce.sares. ¿ Se concibe la gloriosa epopc3m de
lleno de agradables consonancias así como admiramos los astros
; nuestra emancipación con todos sus dolores, con todos sus heroís-
en sus giros tan maravillosamente concentrados así también ad- ; mos, sin aquel temple de los caracteres que creó legiones de solda-
miramos las acciones del hombre, cuando regidas por la razón re- dos y mártires para regar copiosamente con sangre los surcos de la
velan la serena armonía del alma que las produce. No ha3' nada patria, á fin de que ía semilla calentada con su esfuerzo germinase
tan hermoso, dice Kant, como el cielo estrellado, fuera de noso- I
toma de sí mismo la materia de su obra, el mármol de sus estatuas, dad si la pobreza le aflije .si la enfermedad le postra si la injus-
:
;
Al consultar la idea del bien comprende el hombre que ha sido «Pero entonces,)) replicó el sofista atónito, «¿no podrías tampoco de-
creado para la vida espiritual y para unirse á la personalidad mis- cirme si el rey de los Persas, el gran rey, es ó no venturoso)) ?
terio.sa que es su principio, á Dios, verbo de toda excelencia, de I
«¿ Cómo quieres que te lo diga » repu.so Sócrates, «si no .sé nada de
toda vida y así como el arte es el amor á la belleza, que se revela
;
su virtud, ni de su ciencia, ni de su estado intelectual
en la creación de las obras maestras, el sentimiento del bien es la y moral?)»
Este breve diálogo comprendía toda la noción del bien, como
pasión generosa de cuanto es noble y grande pasión que anda ; fuente de la dicha humana, que el pensador atenien.se hace con-
movida por la- razón 3^ .se resuelve en hechos útiles á la humanidad. sistir en el más alto grado de la vida, no de la exterior
Asi define Cicerón el tipo ideal del bien, que comprende sobre y aparente,
todo la dominación del espíritu sobre el cuerpo, la creación de la
sino de la interior 3- real. Y esta no es pura teoría ni declamación
¿ Quién no sabe que los ricos son frecuentemente más des-
vacía.
personalidad libre, el vuelo poderoso del alma hacia la grandeza graciados, en su opulencia, que los pobres en la brega silenciosa
eterna y
y coino consecuencia, la templanza, la fortaleza, la justi-
;
valiente de todos los días para obtener el sustento lograr la edu-
cia, la prudencia, y coronándolo todo,- aquella máxima virtud que
cación de sus hijos que ha3' más ventura en el hogar modesto
;
exi.sten lasverdades matemáticas á la creación de estas ciencias, de lo.s placeres ilegítimos, como cu el palacio del Rey Sol, aquel
deriva el hombre el .sentimiento de su dignidad personal, que se que dijo «el Estado
: so3’ \-o ?))
debe mantener vivo, para conservar la noble altivez del carácter v Es tan vivo
li el sentimiento de la belleza de la virtud, y
— —
de la fealdad del mal, que entre el malvado que se enorgullece nocida. Así, pues, en cuanto á e.sa parte, la diferencia está en pie.
sobre el pavés, y el labrador honesto que abre trabajosamente Por que hace á los maridos, los celos de .sus espo.sas ya nos e.stán
lo
el surco, lo riega con el sudor de su frente colmado aquél ;
indicando hasta dónde podemos contar con su fidelidad. Y los
de riquezas y honores mundanos, y harto de complacencias .servi- amigos? y los hijos? y los padies? ¿en qué estriban e.sos dulces
les abrumado éste por labor tan afanosa, que á duras penas lleva
; lazos de la vida, .sino en la fidelidad? Quítese la fidelidad, .se dirá,
sustento escaso á la desabrigada choza entre estos dos tipos de ; y queda roto el vínculo de la familia. Vamos allá. Ea providencia
hombres, la conciencia humana, bien que deslumbrada á veces por ha sido más sabia de lo que generalmente se cree. Eba creó un
el brillo de las apariencias, acaba de concentrarse
y dice que la : principio eterno este principio es el interés, gran eje sobre que
:
ventura es más amiga de la alquería honrada, que del soberbio al- rueda todo el mundo moral. He aquí la base de todas las relacio-
cázar que la virtud es la verdadera dicha, porque da la paz de la
;
•
nes sociales. La amistad y el amor de los hijos hacia los padres y
'
conciencia !
viceversa, estriban en el interés.
Sí, la paz de la conciencia, que procede de la armonía de los
Aquí está la sabiduría de la providencia .sometió al hombre á
:
poderes anímicos, á la cual puede el hombre llegar, si dejándose una ley que no .se deroga nunca
guiar por la razón, cultiva su entendimiento para de.scubrir la y que sólo sufre á veces algunas
modificaciones pero modificaciones que conservan su mismo espí-
;
verdad, y dirige su voluntad á la práctica del bien. ritu y que llevan su misma tendencia. Así cuando .se traiciona á
¿ Quién podrá negar que el hombre es feliz cuando ama, y un amigo ó se desobedece á un padre en virtud de las sugestiones
que es tanto más venturo.so, dilatada la órbita de sus cuánto más de la mujer que amamos, no hacemos más que sucumbir á otro in-
afectos? ¿No es verdad que la malevolencia enferma el alma, y terés mayor y más individual todavía. El interés siempre queda
la entristece, y llena de sombras el horizonte de la vida, cuando el
vigente.
bien, emanación del amor, lo ilumina con resplandecientes clari-
Probado, pues, que el hombre no siempre es fiel, réstanos aho-
dades ?
ra probar que muerde siempre y á todo el mundo. Pero como ha-
Sí : Jl/efis sa?ia in corpore sano es la síntesis de la dicha huma-
bríamos de .ser sobremanera fastidio.sos si le siguiéramos en todos
na mens sana, esto es, el espíritu libre de toda servidumbre, exen-
:
gar común, la patria porque la gloria no consiste en dejar piedras «Está claro, responde un tercero. ¿ Qué ,se puede esperar de redac-
;
esculpidas, con letras de oro, que recuerden nuestro nombre á otras tores de bigotes ?» porque aquí hacen consistir la capacidad en no
edades. Al pie de la Acrópolis yacen en confusa ruina las obras llevar pelos en la cara. ¿ Y de qué trata ? pregunta otro. Jesús !
amiga del bien rinde culto á la virtud es el fervor del alma para ;
Se publica un drama. ¿Quiénes el autor ? Esta pregunta
amar la belleza moral, lo que consagra ejecutorias de veneración entra como elemento principal en el juicio porque aquí no se exa-
;
para los hombres y timbres de inmortalidad para los pueblos. mina la cosa, sino el origen de donde viene. De modo que, si no
dan con el iiombre del autor no hay juicio; se .suspende para
— 'S'' mejor ocasión; Pero lo más singular es que nadie sabe por qué se
detienen pues el resultado va á parar siempre en que el drama es
;
3Xeii<loza, IXaiiiel. infernal y las razones que se aducen son las siguientes: primera,
que no sirve y segunda, que entre nosotros nadie debe saber escri-
;
castumbre de fabricar miel, nos dirá, para que otros ,se la beban.» de oirlas ? responde. ¿ No ven ustedes que entonces corro el rie.sgo
Este animal tiene muchos puntos de contacto con el avaro trabaja :
}'o de que me convenzan, y no puedo seguir renegando de ustedes,
y guarda para que otro descanse y bote. En fin, no adoptamos la que es mi propósito ? Y no oye razones y raja y destroza y muer-
definición porque no caracteriza bien la especie. Si se nos pregun- de y .... el proyecto .se archiva.
tase cómo definiríamos al hombre, diríamos que el hombre es un Un padre ó un maestro publican una obra. El hijo ó el di.scí-
animal que muerde. Admitida e.sta definición ¿quién no distingue pulo por querer aparecer independientes y libres, .son los primeros
al hombre entre todos los demás animales ? «Pero el perro también en gritar «tiene muclios defectos,» y uno y otro creen .ser indepen-
:
muerde, se nos contestará y eso sería confundirnos con él.» Ya ; dientes, cuando no son más que necios dependientes de una preocu-
quisieran los racionales poderse confundir con el perro pero hay pación.
;
dos diferencias que los separan y distinguen primera, el perro, .si : Una hermosa quiere tener en su álbum recuerdos de un amigo.
bien muerde, no muerde siempre ni á todo el mundo hay muchos El amigo e.stá comprometido y escribe una poe.sía. ¡Jesús dicen
;
!
individuos que gozan, con respecto á .sus dientes, de una aEsoluta todos. / Cómo llueven allí el Zorrilla y el Larra ! Ya eso no es pla-
inmunidad .segunda, el perro es esencialmente fiel de tal manera
; : giar : eso es robar descaradamente. Esto si su conciencia les grita
hace parte de su ser esta envidiable cualidad, que puede conside- que^ la poe.sía es intere.sante porque si le notan algún defecto,
;
rarse como el espíritu que lo anima. Ahora bien, ¿quién es fiel adiós, poeta Tiene que colgar la lira en el primer .sauce que en-
!
entre todos los animales de razón f «Eas mujeres,» nos dirá algún cuentre.
marido, f^sí será pero los dramas y las comedias, que son el es-
;
¿ Escribió usted alguna novela? pues nació en hora menguada:
pejo donde se reflejan las escenas domésticas, dicen otra cosa. todos .se creen en el deber de encontrarla defectuosa. Esta coma ¡
No.sotros no creemos ciegamente en las novelas; pero basta que está demás dice con alegría un amigo del autor.
!
Eli dice des- !
una verdad sea contradicha por muchos y la contradicción .so.steni- pués devolver la lioja no sirve, no sirve porque dijo aquí que
:
¡
da y celebrada por casi todos, para que tal verdad no quede reco- cuando debió decir como. Corre el defecto de boca en boca, y una
96 ANTOLOGIA GENERAL
sola palabra, ¡quién lo creyera! viene á decidir del mérito de una te virtuoso .se necesita una gran luz de inteligencia para ver la ver-
pieza que contiene millares de palabras. dad, una gran fuerza en el corazón para ser justo á pesar de todo
i
y
Añadan nue.stros lectores que esos mi.smos críticos de que ve- una bondad tan pura y tan severa que anteponga siempre la pie-
nimos tratando son los que hablan de los Misterios de París de la
¡
dad al interés y aun á la mi.sma vida. Y
.si es raro, rarísimo, en-
generalidad la opinión ventajosa que otro procura adquirirse, en lor, vive sumido en él, y vuelve, también al través del dolor, ó á
una palabra, contra e.sa insufrible critico-manía, que .se ha de.sa- vivir en la eternidad ó á extinguirse en la nada. El hombre exis-
rrollado con más fuerza entre no.sotros, que en cualquiera otro país. te 3' vive en el dolor, luego su primero 3' casi único pensamiento
Pero es lo peor que, necesitando la crítica de sólidos fundamentos debe ser la esperanza de otra condición mejor. Esta no puede
para que .se llame tal, nuestros críticos no se detienen en eso. E.sto fundar.se sino en la existencia de un Dios bueno de la inmortali-3’-
sobre ese dolor y sobre ese mal es lo que constituye la virtud. Así
juicio, si conociéramos bien la materia á que éste .se contrae, si como sin la exi.stencia de una lucha es imposible la existencia de
supiéramos apreciar las dificultades que un autor ha tenido que I
un triunfo así, sin la exi.stencia del mal es imposible la existencia
;
tar taló cual tropiezo, si dijé''amos, en fin, cómo ha debido deseni- '
hubie.se existido en Sócrates, en Catón y Bruto, no existiría ho3"
peñar tal ó cual argumento, entonces nue.stro juicio sería vale- esa e.specie de religión que el mundo se hace de sus virtudes, si no
dero, entonces se aplaudiría nuestra crítica y no se vería en ella el los hubiésemos visto triunfar siempre de la lucha en que vivieron
sello de la parcialidad. con el dolor natural 3' con la maldad de los hombres. Virtud
Creemos, pues, que, al leer el presente artículo, cualquiera quiere decir victoria del bien, y como no ha3" victoria sin lucha ni
debe deducir, por poco versado que esté en esto de deducciones, lucha del bien sin el mal, claro es que el mal que es la causa de la
que el hombre tiene siempre una tendencia morder, sin curarse lucha es también la causa del triunfo del bien, es decir, de la vir-
del objeto á que aplica sus dientes tud. Así, aunque en este momento pudiéramos deplorar todas las
y mientras no .se nos persuada
;
de lo contrario, mientras lo veamos criticar, como se critica en amarguras que afligieron el corazón de Vargas, sin embargo, I103’
Caracas, es decir, sin tomarse el trabajo de presentar razones j^ra debiéramos, antes bien, alegrarnos de que el destino lo hubie.se
justificar su hidrofobo-manía, mientras lo veamos censurándolo pa.sado por el crisol de las pruebas, pues de otro modo no podría-
todo, como censura las publicacicnes racionales de la prensa, nos mos hablar tan alto de sus virtudes, ni ponerlo tan por encima del
quedaremos repitiendo que el hombre es un animal que muerde. común de los hombres.
Comparemos las grandezas de la virtud con otras grandezas
humanas.
Grandes conquistadores, grandes sabios, grandes libertadores
3" grandes virtuo.sos he aquí las cuatro faces de la grandeza de los
Miclieleiia, doctoi" Qnillermo. :
El hombre vale más por su valor, y sobre todo por sus virtudes, de los hombres de .su tiempo 3^ que lo probó llevando la castidad de
que por su propia existencia así, el que le forma ese saber y e.sa
: I
su virtud hasta tomar la cicuta y morir, podiendo salvar.se, por no
virtud, es decir, el alma, es, sin duda el verdadero padre de la parecer de.sobediente á la le3', como la Virginia de Chateaubriand
parte más preciosa de .su sér. que prefirió ahogarse antes que la vista profanase sus encantos. O
como el estoico Junio Bruto que sacó con su puñal una república
J
pechos formó los .severos principios de honor y de virtud que exis- !| .salvación de la humanidad pendía de que él se desgarrase de ese
ten en todos sus discípulos. J modo sus propias entrañas. O como el severo Catón (46 años an-
Vargas es, puede decirse, el padre de nuestras inteligencias y i, tes de Cri.sto), que vencido en los campos de batalla .se atravesó él
sobretodo de nue.stras virtudes y por eso nue.stra inteligencia y i' mismo el corazón .sobre la mortaja de la libertad romana asesinada
nuestras virtudes .se encuentran en una orfandad tan triste que por César. O como el otro Bruto que mató á Cé.sar por salvar la
la creación entera les parece envuelta en duelo. t libertad 3' que vencido al fin por Antonio 3' Octavio sintió tal de-
Pero ¿ qué es la virtud? Es la religión de la razón, es la ,
se.speración al contemplar la esclavitud de la patria, que se mató
fuerza con que el alma, superior á las pasiones }• á las preocupa- ,
e.xclamando «¡ Oh virtud, tú no eres .sino un nombre ....!»
: O
dones, en absoluta libertad, cumple con placer las le}-es que ,
en fin, como Jesucristo, que después delegarnos el decálogo, que
Diosle dicta por medio de la conciencia. Para ser verdaderamen- 1 .son los diez mandamientos re la virtud, e.spiró en la cruz pidiendo
f
DOCTOR GUILLERMO MICHELENA 97
á Dios la salvación de sus propiss asesinos. Para esto necesitaba la razón fne siempre superior á las pasiones, y cuya pasión más
del esfuerzo más .sobrehumano, la esencia más pura de la bon- ardiente fue la virtud, son lumbreras que marcan la senda del
dad de Dios. bien; y cuando estas se apagan, la .senda del bien .se sume en las
Estos grandes héroes de la virtud no nos hablaron de esos de- tinieblas }' los hombres buenos deben todos sumirse en el dolor.
rechos ^\\ que el hombre bu.sca la inhallable felicidad mundana nos : Ea virtud es con respecto á Dios lo que el aroma con respecto á la
hablaron de nuestros deberes, única cosa que nos da derecho á espe- I
flor. Un ciego conoce estar en un jardín por ese olor nectáreo
rar la sola felicidad positiva, la que existe tras la muerte y la que que sólo es emanación de las flores así, la razón, aunque ciega
:
nos anuncia de continuo ese vago anhelar en que vivimos. Nos I sobre la verdad deflnitiva, al ver la vida y la muerte de Sócrates,
dijeron que la virtud es la ley de Dios y muriendo por ella nos pro- i de Bruto y de Vargas y al sentir la divina fragancia de .sus virtu-
baron que ella es más .santa y más dulce que la vida. Es verdad ¡
des, concluye en absoluto la existencia de Dios.
que Bruto al matarse dijo que la virtud no es sino un nombre pero ; I
Ea virtud es el alma de la existencia universal .... Eas co-
el sublime dolor de ese filántropo prueba más que nada la existen- i
sas cuya existencia nos es más dulce son Dios, la vida, la dicha,
:
Dios grabada en el corazón ? En esta, como el castigo es el sola esperanza posible, es la déla nada en ó la de rodar
el .sepulcro
remordimiento, y que el juez es la infalible conciencia que es como de caos en caos al través de la eternidad en fin, sin la existencia
:
un ojo de Dios puesto en el alma de cada hombre, el culpable sufre de la virtud como esencia inmutable de Dios y como ley absoluta de
siempre su pena. Hay una hora tremenda, y es, cuando envuelto la razón universal, ese mismo Dios .sería por fuerza ó un monstruo
ya el espíritu en las sombras de la muerte, se vé, con los ojos de la ó un imposible .... Es, pues, evidente que ni la vida, ni la di-
fe frente á frente con Dios Ay entonces del que, crédulo ó
¡
cha, ni la esperanza, ni el mismo Dios son po.sibles sin la existencia
incrédulo ha pasado su vida haciendo mal ! Mientras tanto, de la virtud. Eos conquistadores como César y Napoleón, lo.s
ese trance lo pasa el justo envuelto en las delicias de la e.speran- libertadores como Washington y los sabios como Franklin y New-
za ! . .Bien podría sufrirse una vida entera de dolores por morir
. . ton, tienen grandezas puramente humanas, pero lo.s virtuosos co-
como Sócrates, como Catón, como Bruto. Y
nuestro Vargas tam- mo Sócrates, Catón y Bruto, tienen una grandeza divina, pues la
bién, estoy cierto de que al sentirse entre las dos vidas, no encontró fundan en la virtud que es la esencia absoluta de la grandeza de
en la que dejaba un solo motivo de remordimiento ni en la que iba Dios Y la grandeza del hombre que aquí honramos es la
á conocer un solo motivo de temor. grandeza de la virtud, la única que es común entre algunos hom-
En los tiempos primitivos, la naturaleza en su grandeza virgi- bres y Dios.
nal ofreció en todo producciones gigantescas. Véanse los porten- Por el estoicismo que puso en .ser útil y por la fuerza con que
tos que nos enseña la historia natural. Ea virtud tuvo también en vivió y murió á pe.sar de sus mil amarguras. Vargas es, sin duda,
aquel tiempo .sus gigantes: los dos Brutos, Catón, Sócrates y en fin, digno de colocar.se entre los Sócrates y Catones y si lo colocamos
;
Jesucristo, cuya inimitable grandeza confundió la virtud de los en el cuadro de esos hombres sublimes, que no parecen ya sino
hombres con la virtud de Dios. seres de transición entre la condición humana y otra condición .su-
Ea virtud es pensamiento de Dios, que penetrando los corazo- perior, claro está que con eso sólo habremos hecho la apoteosis del
nes humanos y llenándolos de toda su piedad y su ju.sticia formula !
corazón de Vargas, y haremos que esta efigie refleje la virtud del
allí las leyes inmutables del deber Si la virtud no fuera la mismo Dios y que por tanto se sientan muy humildes ante ella
.suprema ley de la razón lo .sería el crimen, al cual lo arrastran .sin Farsalia y Austerlitz, la ley de atracción y aun el mismo pararra-
cesar las nece.sidades que .son las pasiones naturales del hombre. yo. Señores, cuando .se habla de los hombres virtuosos, que .son
Si e.sas necesidades ó pasiones naturales que nos reducen á vivir los ángeles de Dios en la tierra, la humanidad toda entera con su.s
los unos de las expensas de los otros, fue.sen la le}' natural de grandezas y con sus miserias debe doblar la frente }’ hacerles los
nuestras acciones, claro e.stá que el robo y el homicidio .serían mo- i
honores de la admiración sin mezcla alguna de envidia.
dos naturales y por tanto inocentes de vivir, y la revolución social !
Nuestro divino arte de dar vida no pudo .salvar la existencia
y la extinción del hombre serían la coinsecuencia inevitable I
de Vargas pero á favor del arte de la pintura, un feliz pincel robó
;
si por una horrible abstracción lo imagináramos sin virtud. En plarla un instante para .sentir en ella una completa lección de mo-
definitiva, pues, ó no hay Dios bueno ó si lo hay, la virtud es su ral y un memento de todos nuestros deberes,
.sola ley posible, y en consecuencia Sócrates, Catón, etc., represén- Señores, al presentarme ante la tumba del gran Vargas para
tantes de Dios .... Y
César y Alejandro, e.sos grandes degolla-
j
I
borrar con mis sinceras lágrimas la tinta con que le ofendí por de-
dores, son los representantes de las pasiones, del crimen y del mal. fenderme, creo probar á esta .sociedad que la naturaleza no hizo mi
Ahora comparad todas las lágrimas y la sangre que arrancaron e.sos corazón como para luchar por gusto con la virtud, y que si lo hice
héroes del puñal, comparadlas, digo, con todas las lágrimas que fue impelido por la fatalidad que me puso á escoger entre esa lu-
enjugó y con toda la .sangre que restañó el gran Vargas, y decidme cha y mi propia humillación. Yo siento entre no.sotros el aliento
á quién debería honrar más la razón humana .... aun caliente de nuestro maestro, su espíritu nos pre.side aún, y yo
Hay dos grandes bienhechores de la humanidad. Jesucristo declaro ante él y ante Dios, que jamás el honor me impuso un sa-
que nos formuló el decálogo y la ley de Dios y Colón, cuyo genio crificio más terrible que el de luchar con e.se hombre que mi cora-
hizo parir á nuestro globo al través del ánimos oceánico la tierra zón había tomado por modelo, cuando en su fervor juvenil se atre-
de promisión, esta América feliz, este mundo virgen é inocente vió á soñar en las glorias de la virtud. Ya él e.stá en el mundo
. .
como el recién nacido, para que Washington y Bolívar pudieran de la verdad ya la calumnia no puede transformar.se á sus ojos
: :
realizar en él ese decálogo y con él la felicidad de los hombres. ahora verá en quién hubo más amor y más lealtad hacia él si en :
Eas tradiciones y la autoridad y con ellas el error y las preocupa- mí que antepuse mi honor á su amistad, ó si en aquellos que con
ciones y la explotación del hombre por el hombre no pasaron el insidia hicieron que él me redujese á la alternativa de e.scoger en-
océano, la maldición de Dios no siguió al pro.scrito del paraíso tre .su amistad y mi honor. Al reconciliarme ante la sociedad con
hasta la tierra de promisión, pues ella era el anuncio de su recon- esa sombra sagrada, mi alma se siente descargar del peso inmenso
ciliación con él. Y
los hombres destinados á e.stablecer esta rela- que la oprimía, y mi razón siente más su propia estimación, pues
ción entre el Criador y la criatura .son .sin duda aquellos pocos que, á pesar de creer que la defensa es inocente, mi razón dudaba de
como Vargas, han realizado en la tierra la virtud, único puente de ! ellami.sma á fuerza de la fe que tenía en la justicia de Vargas. . .
son tan amargas como las mías. El espiró en paz con vo.sotros y
car el de.sdén con que siempre vió los altos puestos de los hombres. I
amándoos y bendiciéndoos mientras que de mí lo alejaban pa-
;
En algunas cabezas pone Dios una razón tan poderosa que el '
sión superior á todas las pasiones que aloja el humano corazón. causa la doble tristeza de mi alma ... Si él hubiera muerto aquí,
!
j|
generoso, se elevaba sobre las humanas pasiones en el supremo Eiitusia.miada la Academia, como hemos dicho, á la contem-
instante de j)resentarse ante Dios. Me habría perdonado, }’ vuel-
. . plación de la honra nacional enaltecida por el benévolo nombra-
to á su ami.stad, yo habría .sentido con menos horror á la eternidad mienlo 3' agradecida á tan inesperado favor, conferido á uno de
poniéndose entre los dos. Pero vo.sotros todos sus di.scípulos que
. . 1 sus socios ^más meritorios, acordó por unanimidad, como la demo.s-
os encargásteis de su defensa, vosotros á quienes él legó su cora- tración más expresiva de sus .sentimientos, la celebración de un
zón con todos sus afectos, vosotros tenéis derecho de arreglar sus certamen_ literario proporcionado á sus humildes fuerzas; designó
cuentas de honor y lo tenéis por tanto para absolver en su nombre para la discusión un tema que no vacilo en calificar de histórico,
al que venga á deponer sus pasiones todas ante esa imagen vene- científico y altamente moral hizo los nombramientos de orden y
;
randa y que lleno de recogimiento y de lágrimas .se haga el subli- dispu-so los modestos preparativos para aquella fiesta del e.spíritu.
me esfuerzo de confesar.se arrepentido. Esta se verificó como era deseado, con lucimiento sin igual hasta
Yo veo vuestros pechos conmovidos y creo que olvidaréis para entonces por la novedad del acto y por la cordial efusión que la
siempre mi pugna con nuestro maestro creo que para colmo de
:
I
caracterizó, el día ocho de agosto en el gran salón de la H. Cámara
honor de Vargas permitiréis que .se coloque también en el altar de del Senado. El retrato de Bolívar colocado en el testero principal,
las ofrendas el único corazón que osó luchar con él, y creo en fin parecía presidir el certamen ;
Bolívmr, emblema 3’ personificación
que no rechazaréis mis lágrimas sinceras como indignas de mez- :
magnífica de toda la grandeza y de todas las glorías de Venezuela,
clar.se con las vuestras en la urna cineraria del gran Vargas. profeta sublime de su porvenir :allí estaban también confortando
j
’
vidiable ornato de nuestro país, modelo perfecto para la juventud.
Otros faltaban allí .se echaba de menos á Toro 3' á García, á Avi-
:
Bellas Letras» para continuar sus ejercicios interrumpidos por al- honor el vicedirector, .señor Eduardo Calcaño, el Ministro de Fo-
gún tiempo, á cau.sa de .sucesos harto dolorosos, vino á sorpren- I
tado por desgracias nacionales que hacen más que difícil, casi im- tampoco era reunión parcial de porción alguna de e.sta sociedad :
po.sible, todo estudio serio y hasta el cultivo de las letras amenas. fue indudablemente ovación popular generosa al feliz laureado
Así lo comprendió la Academia, y regocijada qui.so hacer pública fue manifestación fervoro.''a de la población caraqueña, que corre.s-
la nueva dichosa, para satisfacción de todos y quiso también
; pondiendo entusiasta al llamamiento de una asociación literaria,
rendir tributo de justo reconocimiento á la sabia sociedad extran- quiso hacer en aquel momento gustosa o.stentación de su reconoci-
jera, que con espontaneidad generosa había conferido lauro de miento al cuerpo científico 3- á la nación que había honrado á
honra á un venezolano di.stinguido, miembro á la vez de los más nuestro compatriota. Serias refiexiones acerca del porvenir 3’
dignos de la Academia. Tan bello pensamiento no podía quedar mancomunidad de los pueblos, 3- sobre la infiuencia duradera de
sin efecto: un acto tuvo lugar, e.spléndidoy consolador de inmen- ; sus antecedentes tradicionales, todas consolatorias al espíritu de la
sa trascendencia, no obstante la severa sencillez con que fuera suerte feliz de la humanidad, me ocurrieron allí, puestas de relieve
adrede preparado. Y en cumplimiento de un encargo no fácil por circunstancias significativas para mí, agrupadas en tal oca-
para mí, por más que me .sea grato y honroso, voy á ser de él mero sión. Pero su exposición me llevaría mu3’ lejos del encargo que
narrador. desempeño, 3^ he de silenciarlas. Por otra parte ¿ á quién no se
El 6 de julio fue recibida en esta capital la nueva placentera ¡ presentarían allí ? ¿ Quién en aquel acto de candorosa expansión
de que la Real Academia E.spañola de la lengua había nombrado 3- de inocentes solaces del espíritu, no sintió con íntima satisfac-
socio correspondiente extranjero al venezolano .señor Cecilio Acos- ción que el mundo será un día patria común del hombre. . por
.
ta, la cual era comunicada en los documentos siguientes : obra de la civilización cri.stiana?
Continuemos. El Presidente hizo introducir con el ceremo-
ACADEMIA ESPAÑOLA
nial de etiqueta al agraciado, .señor licenciado Cecilio Acosta.
«A propuesta de los individuos de número de esta Academia Desde entonces pudo adivinarse lo que había de suceder después
Excelentísimo seTior don Eugenio de Ochoa, Excelentísimo seTior don la inspiración más encumbrada se revelaba en sus ojos, en su pá-
Leopoldo Augusto de Cueto y señor don Rmnón de Campoamor, fue ¡
lida frente 3' movimientos casi extáticos. Feliz momento aquel
¡
U. S. nombrado en junta de ayer, miembro de la misma Corpora- premio de inefable delicia, suficiente él solo á una vida de tantos
ción en la clase de Correspondiente extranje 7 'ox afanes, de tantas privaciones 3' .no quisiera decirlo, de tantas
. .
«Lo participo á U. S. para su sati.sfacción, teniéndola yo muy decepciones. Era tiempo de empezar Caracas, mu3^ bien repre-
;
cumplida en que la Academia pueda contar con la cooperación de sentada por ilustres próceres de nuestra magea lucha, por venera-
persona tan ilustrada.» i
bles sacerdotes, por magistrados 3' juri.sconsultos, por médicos é
«Son adjuntos al diploma del expresado cargo, un ejemplar ingenieros, por publicistas 3U itera tos, por .su espiritual juventud
y por mucho número de artesanos é industriales, porción inteli-
|
rio. Del recibo de estos documentos ruego á U. S. tenga á bien gente de este pueblo, inclinado siempre á lo bueno y á lo bello;
darme aviso. Caracas, no bien restañada de doloro.sas desgracias, resucitaba con
«Dios guarde á U. S. muchos años. — Madrid, 14 de mayo regocijo á días más dichosos. Y no era la vez primera ni había
de 1869.» de ser la última, porque el suave calor de las letras, una vez pro-
(Firmado.) Manuel Bretó^i de los Herreros.
ducido, vivifica y reanima cuanto toca. Pocos días antes alegró
los ánimos el acto científico del examen de la escuela de matemá-
«Señor do?i Cecilio Acosta.» ticas, preparado 3' realizado por el Gobierno Nacional con el de-
coro de otros tiempos. Con motivo de una conmemoración pia-
COPIA EXACTA DEL DIPLOMA
dosa en la parroquia de San Pablo, recogieron prez de honor las
«La Real Academia E.spañola, en con.sideración á las relevan- letras sagradas en un orador justamente afamado 3^ los encantos
tes circun.stanciasy reconocida ciencia del .señor don Cecilio Acos- de la más bella armonía, los sones imponentes del oratorio sagrado,
ta, residente en Caracas, se ha servido nombrarle en la junta ordi- confortaron los espíritus. Más tarde habían de venir también los
naria de 13 del que rige. Académico correspondiente extranjero, magníficos homenajes á Humboldt el sabio 3' á Bolívar el héroe,
acordando que se le expida el pre.sente diploma firmado por el grandes ambos y admirados en el corazón de los americanos. Pero
señor Director, refrendado por el Excelentísimo señor Secretario volvamos á mi deber de simple cronista, que no otra cosa puedo
y autorizado con el sello mayor de la Academia.» ser en pre.sencia de los elocuentes documentos que todos en su
«Dado en Madrid, á catorce de ma3"o de mil ochocientos sesen- esfera 3' razón cautivaron los ánimos 3' arrancaron entusiastas
ta y nueve.» aplau.sos de aquel escogido auditorio.
«El Director, Abrió el certamen literario el erudito señor doctor F. Larra-
(Firmado) Marques de ñlolins. zábal con breves conceptos que no por eso desmerecieron de su
vasto talento 3’ bien conocida ilu.stración:
«El Secretario,
Como .se vé, la Academia de Bellas Letras acordó celebrar un
«Maiuicl Bretím de los Her?r?vs.» . certamen en honra de su 3er. \'icedirector, licenciado Cecilio
LICENCIADO JUAN JOSE MENDOZA
Acosta, } eii agradecimiento á la Academia española, que ha dis- Llamó mi atención al punto la parsimonia estudiada, el tono
tinguido á aquél con un título honorificente. rigurosamente didáctico de esta expo.sición. ¿Porqué Calcaño,
Estas justas literarias, en que se abre vasto campo al talento y tan afluente siempre, cuya palabra no sólo convence sino que an-
á la inspiración estas luchas del espíritu, conocidas desde la más
: tes .seduce 3’ cautiva de imaginación inagotable y atrevida por
;
;
remota antigüedad, brillantes de emulación y de saber, ceden en qué el poeta sinrima, el de la voz de canto cuando razona tranqui-
bien de todos y en gloria del país. A
ellas debió Sófocles su re- lo, de trueno cuando le enardece el sentimiento por qué Calcaño se
;
nombre inmortal, cuando compitiendo con Esquilo, quedó vence- eclip-saba de aquella irranera ? Pronto lo vimos 3" admiramos, en
dor en el teatro de Atenas. A ellas debió Herodoto su gloria, honra de las letras y en honra del mérito real que ni siente envi-
cuando en los juegos olímpicos, los aplausos de la Grecia entera le dia ni tiene rivalidades aquel voluntario olvido de sí mismo en
:
hicieron conocer que era el Padre de la Historia. ! ¿Y qué . . el joven orador, que pudiendo luchar 3" aspirar todavía con amplio
efectos producirán entre nosotros ? Venezuela, señores, esta Gre- caudal de merecimiento, llevaba la noble intención de proporcio-
cia moderna, suelo feliz, donde los dones del Creador se derrama- nar campo franco á otros jóvenes, que tras él habían de entrar en
ron abundantes; Venezuela, que tiene poetas como Bello: orado- el palenque : no era que le faltase .seguridad en su planta, pero
res sagrados, como Espinosa, Fortique y Talavera hombres de : justo era 3’ loable alentarles en aquella prueba.
letras, como Sauz, Mendoza, Ramos, Toro historiadores, como :
Terrero Atienza fue el primero. En su vivaz réplica como en
Baralt y Yanes escritores elegantes, delicados, numerosos como
:
la que le .siguió de Iriarte, ambas elocuentes, ambas nutridas de
Avila epigramáticos y agudos como Lander disertos como Sa-
;
; elevados pensamientas como de sanas doctrinas, pudo verse de
navria Venezuela, que cuenta entre sus hijos á Bolívar, el a.som-
;
el estilo es el hombre. Cada cual tomó divenso rumbo ;
bro de los mortales Bolívar, el hijo de las Musas y de Marte,
;
cada cual se acomodó á su estudio especial, á .sus ocupaciones or-
legi-slador, guerrero, poeta vehemente é impetuoso, orador irre-
sistible. Venezuela no pide más que paz para su desenvolvi-
dinarias 3" hasta á su carácter y modales personales. Y no obs-
. . .
tante, ninguno fue inferior á la tarea encomendada
miento, y asociaciones para multiplicar hasta el infinito sus recunsos y los dos .sa-;
que es el fruto más dulce é inocente del .saber, pierde el alma sus
PRONUNCIADO POR EL LICENCIADO AnTONIO M. IriARTE EN EL
resortes. Excitemos, pues, el talento, ya que entre nosotros no
certamen literario que la «Academia de Ciencias Socia-
escasea y, si algo vale la promesa sincera de un hombre sin mé-
;
les Y Bellas Letras» celebró el 8 de agosto.á causa de
rito, yo ofrezco que, para engrandecer á Venezuela, empujando á
HABER SIDO NOMBRADO EL SEÑOB DOCTOR CECILIO AcOSTA
sus hijos á la cima de la fama excelsa, emplearé los cortos años
Socio Correspondiente de la Real Academia Española.
que me re.stan, como he empleado hasta aquí los que pasaron.
Propuso luégo la tesis el .señor Vicepresidente de la Acade-
mia, señor licenciado E. Calcaño, que debía sostenerla. Señores de la Aeademia de Ciencias Sociales y Bellas Letras.
Señores :
«Separado de vosotros, y desde el recinto de mi hogar, hacía
fervientes votos por vuestra con.solidación y adelanto, siendo más
«Entrelos varios detalles que constituirán reunidos el acto que vivas mis simpatías mientras fueron más prolongadas vuestras
celebra hoy esta Academia en testimonio de gratitud á la Real ausencias, que tanto me aquejaron como amigo de las letras, é
Española, por la honro.sa justicia que ha hecho á uno de nuestros interesado por estas labores de la inteligencia.
compatriotas ilustres, y en honor á los talentos y merecimientos
Vue.stros últimos esfuerzos de reorganización y los resultados
literarios de este escritor, figura el certamen que va á abrirse, en el
que habéis conseguido y seguiréis cosechando, así lo e.spero, disi-
cual me ha tocado sustentar una proposición que formularé en bre-
paron mis angustias, porque me dan la medida de vuestras inten-
ves términos, para que la peséis en vuestra consideración 3' la exa-
minéis en vuestro criterio.
ciones, y me revelan el temple de vuestras almas. —
Habéis mani-
fe.stado que sois entusiastas con la juventud eterna del espíritu
La naturaleza peculiar del acto, y el e.strecho tiempo que me ;
tu, el campo de las investigaciones, donde ha ido recogiendo como pues si como exactamente se ha dicho, las clases ilustradas, las que
co.secha la verdad, que es la última fórmula del progreso inmate- viven entre el deleite de las letras 3' las contemplaciones de la cien-
rial y que es
; en política, la libertad en moral, el deber en el
; cia, no con.stitu3^en la nación, sí « la caracterizan,» dándole forma
; ;
la belleza la.s más elevadas facultades del alma, .sería fastidiosa tarea,
y en la naturaleza y en la filosofía y en los orbes
; tanto
Dios ! mas inútil 3’ distante de mi competencia si la emprendiera, cuanto
La literatura, que no puede contar con belleza durable si no que en el tema presentado, y más ó menos explícitamente contenido
bebe en la fuente de la moral más delicada que está condenada á en la proposición que ha defendido y defenderá con las galas de su
;
la esterilidad y al olvido si no fecunda su palabra con el estilo el orador que, no una vez sino siempre, deseamos todos oir
verbo
palpitante de las acciones nobles y de los sentimientos generosos con impaciencia.
;
que habla en el desiertos! no obliga al corazón á ser su auditorio, Las funciones de que particularmente est03' investido, son de
hiriendo las fibras más delicadas de su sensibilidad, que se mueve mera cortesía, y las pocas frases que debo pronunciar, se reducen á
en el vacío si se sustrae á la atmó.sfera vivificante de la razón más una réplica breve que reclame la oportunidad del di.scurso enco-
pura, -—la literatura, digo, domesticando con la dulce magia de su mendado al sustentante, que 3'o os prometo, que3 00sa.segur0.se-
voz el instinto áspero y rebelde del espíritu inculto, predispone el rá, como de ello ya tenéis pruebas, brillante de imaginación
alma al bien obrar, despierta los afectos generosos, hace de la vir- y vi-
goro.so de raciocinio.
tud un impulso espontáneo, 3' fundando en el interior del hombre
¿ Es concebible que después de las lecciones de la experiencia,
el culto solemne de la belleza ideal, inspira
irresistible aborreci- sin amor ninguno hacia la paradoja, de.sprovi.sto del ingenio
miento á la fealdad del mal, á la mon.struo.sidad del crimen 3- á la y dé
las dotes necesarias para hacerlo si no aceptable, deslumbradora-
repugnante fisonomía de la mentira moral. mente verosímil, intentara negar entre
Por eso creo poder sostener: «que las bellas letras son, para el
vo.sotros, que sois prueba
elocuente de lo contrario, la verdad de lo aseverado en el tema del
pueblo que las cultiva, el cultivo de su espíritu.»
certamen, e.sto es «Las bellas letras .son para el pueblo que las cul-
:
lOO ANTOLOGIA GENERAL
hasta la altura de las epopeyas olímpicas. calidad por ese medio. ¿Y habrá quien dude del progreso general
Yo no sé cuáles sou los signos que revelan la aproximación y del uno, y de la e.síagnación parcial del otro? Será preferible la
el advenimiento de las épocas literarias, de los que comunmente se democracia de la Francia espiritual á la libertad robusta 3' vigoro.sa
llaman siglos de oro pero una duda casi equivalente á la suspica-
; de la Unión americana? ¿Estará la una más .segura que la otra
cia del peligro, se insinúa en el ánimo cuando le\'endo los anales del mañana ?
de la historia, 3' á la luz de sus enseñanzas, .se observan coincidir Sí lo estáporque la Gran República ha comprendido sus exi-
casi todos los períodos más animados de las glorias intelectuales
;
Y la culta, la bella Italia, ¿uo brilló con fulgor extraordinario, fuerza van también sólo hasta otra barrera in.salvable: lo moral
3' no fue Florencia el centro de la inteligencia, cuando oía entonar de manera que lo indispensable y lo moral .son los dos ejes .sobre
dulces cantares por las orillas del Arno, 3' .se reflejaban en .sus on- que gira la educación popular. Todo lo demás es una vocación de
das los portentos del mármol embellecido, como ofrendas dedicadas carácter, una adquisición por el esfuerzo de cada cual, á que la so-
ála magnificencia de Cosme, demócrata encumbrado .sobre las rui- ciedad, el Estado, la nación, deben .ser extraños, 3' que no piden
nas de la libertad, cu3'os altares .sepultó bajo el montón de flores inmediatamente sus sacrificios en presencia de otro género de nece-
íle .sus gustos artísticos, y bajo el pe.so de los escudos atraídos con sidades más apremiantes.
un comercio del lujo floreciente ? Descuidad, que no faltarán por eso quienes dotados de felices
Algunos se consuelan con ver en los resplandores innegables disposiciones, con el estímulo de uu amor verdadero 3' no de una
<la esas épocas las llamaradas de la libertad, apenas pro.scrita. Su superfluidad de la instrucción uniforme, mantengan cual vestales
aliento divino aun imspiraba á los poetas del César primogénito las: ,
encendido el fuego sagrado de las bellas letras, del buen decir, 3’
guerras de la Fronda y de la Liga, y sus desordenadas libertades, sobre todo, de la sana filosofía, madre de la verdad 3' el recto pro-
jrrepararon las antorchas que después encendieron Corneille 3^ Ra- ceder. Ellos como vosotros entonces, genero.sos 3’ entusiastas, se
cine, Bos.suet 3" Pa.scal ;lasdi.sputas inagotables 3^ complejas de las