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L161— 01096
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https://archive.org/details/primerlibrovenezOOasoc
FRIMER IIRRO fElZflliiO

DE

OFRENDA AL

GRAN MARISCAL DE AYACUCHO

CONTIENE RETRATOS É ILUSTRACIONES

CARACAS
Til* lú.C.ojo, I PariI'. - l'ii’. Mi'OI'KN.v, II Paími-.
MDCCCXCV. ^
CONTENIDO

1*RI3XERA. I^.VRTK:

Las Buenas Letras;


Las Ciencias;
Las Bellas Artes;
La Bibliografía.

SEGrXJlNDA, ;

La Antologia General;
Las Notas Biográficas;
Las últimas páginas;
El Indice.
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^AGlÓífAL
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DE

LITERATURA, CIENCIAS Y BELLAS ARTES


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DISCURSO PRELIMIlsr^R
(Por el doctor Rafael Fernando SEIJAS)

otros parciales acerca de cada una


El título de este libro no significa la inexistencia de
publicado con los particulares caracteres que
de las materias que abarca pero ningún otro se ha
con tanto ahinco y calor perseguidos, corno
;

aquí se comprenden, ni con la universalidad de fines


los expuestos en las páginas siguientes, que
abrazan toda la historia de un pueblo que nació a la
ser, en lo futuro, rico por natuialeza,
vida independiente con gran suma de elementos para
en la practica, toca
mande por la probidad y respetable por la justicia. Si ello no se ha visto hallar el medio
profundo desengaño, y a patriotismo
al historiador descubrir la causa de tan
de la República y los amigos de
de retrotraer las cosas al estado que soñaron los fundadores
la libertad en el Nuevo Mundo. _ .
^ i n
literatura y bellas artes,
Al emprender este trabajo, la Asociación nacional de ciencias,
admiración y de afecto á los venezo-
ha querido, antes que todo, rendir culto de justicia, de
al progreso de la patria y a su
lanos que en cualquiera de estos ramos hayan contribuido
morales de no poca monta, y ap i-
cultura, venciendo constantemente dificultades materiales y
voluntad humana. Muchos
cando al estudio de la carrera elegida, el inmenso poder de la
una obra completa en el sentido
esfuerzos ha hecho la Asociación por presentar á Venezuela
con que el espíritu nacional
indicado; pero no ha podido vencer la asombrosa indiferencia
satisfacción de sus ne-
desdeña aplicarse al cumplimiento de sus deberes más simples y á la
publicación una novedad, que es
cesidades más apremiantes. Sin embargo, preséntase en esta
la bibliografía nacional, primer ensayo intentado, que,
á lo menos, servirá de modelo y esti-
simpático a la íamilia,
mulo para lo futuro. La Asociación deseaba ofrecer al público un libro
artes; un libro del hogar, que
á la patria, á las buenas letras, á las ciencias y á las bellas
los parientes, conocidos y amigos de los que llenan sus
páginas, sintiesen placer en poseer y en
celebran otra.s naciones li-
enseñar á todo el mundo. Deseaba que, cuando con Venezuela
bres el Centenario del Gran Mariscal de Ayacucho, se presentase
en este día de la posteridad,
el bien cultivado fruto de los dones que la independencia
ha debido procurar á la patria por- ;

que ninguna ofrenda parece mejor que la duradera, cuando lleva en sí,
como ^ta, el lesu-
men del progreso, del desenvolvimiento y de la civilización venezolanas. Las buenas
letras
bellas artes, hombres que
tienen aquí felices cultivadores; las ciencias, notables maestros; las
semejan genios y parecen predestinados á la gloria. Como casi todos ocupan puesto en estas
páginas, lo mejor es que en el Discurso preliminar no se haga especial
mención de ninguno,
primero', por no omitir á nadie, sobre todo cuando al fin está la
Bibliografía ; y segundo por no
nombres, de aptitudes o de
apoyar en el pretexto de la cortedad de tiempo ú otro usual, olvido de
notorio mérito. Como lo primero que hallará el lector es la gran revista de nuestra litera-
tura, allí comenzará á ver nombres, á leer juicios, á conocer la
escuela á que cada uno la
DISCURSO PRELIMINAR
pertenecido, quedando en todo satisfecha su curiosidad. Cuanto hay aquí reunido, es obra de
la perseverancia de la Asociación cuanto falta, es culpa de la indiferencia de los solicitados.
;

En cuanto ha sido posible, además de un juicio crítico y nota biográfica de cada uno de los
que aquí figuran, se da el retrato, algún modelo de lo que haya escrito, copia de las prin-
cipales telas de nuestros pintores
y de las estatuas ó monumentos de nuestros escultores.
Es indudable que, si la Asociación hubiese tenido á la mano mayor cantidad de elementos,
mejor cuenta diera de sus propósitos, y poco ó nada faltaría en un libro destinado á vivir largo
tiempo, á servir de consulta y de cuadro vivo de nuestro estado social. Porque, no lo dude-
mos, en él queda fotografiada la nación, como si se la hubiese colocado delante de un espejo;
sus escritores públicos, honrados; sus hombres de ciencia, premiados; sus artistas, dignamente
loados. Si es verdad que el cerebro refleja las impresiones de la naturaleza, debe este libro
contener mucho de bueno, mucho de bello, mucho de útil. La claridad del cielo, la belleza del
monte, del valle y del lago, la atmósfera siempre despejada de brumas, el día eternamente
claro y sereno, y el espectáculo de una primavera perpetua, forman lo que podría llamarse
perpetua fuente de frescura para el alma, de pintura para la imaginación, de viveza
y entu-
siasmo para el sentimiento. La poesía pindárica, por ejemplo, tiene en tan lozano cuadro,
inagotable manantial de color, de alegría y de éxtasis.
Nuestros hombres de letras han conservado con fervor el culto á los ideales que dieron
aliento á la patria en sus primeros días de libertad, explicándose así el profundo conocimiento
que tienen de la historia de la culta Grecia, de la elegante Atenas. Por ello escriben con en-
tusiasmo que arrebata, con esperanzas que embriagan, con fe incontrastable en mejor suerte ó
más alto destino para la nación. No palpan que esta civilización que tenemos, la recibimos
naturalmente, sin ningún esfuerzo, ni aún siquiera con la. manifestación del deseo; que el cable
y el vapor han acercado tanto á los pueblos, que ya no hay distancias que el europeo se con-
;

funde en todas partes con el americano y el americano en todas partes con el europeo; que
un progreso adquirido en cualquier ramo de las letras, de las ciencias ó de las artes, se hace
al punto universal, por la rapidez con que el cable, el vapor
y el periódico, lo trasmiten, lo llevan
y lo publican en todo el orbe, con la velocidad del rayo y del pensamiento; que el mundo tiende
á confundirse en un cosmopolitismo práctico
y experimental, porque el ansia industrial, la avi-
dez comercial, y el gusto clel lujo, no tienen barreras, ni se detienen ante ningún obstáculo.
Hoy mismo China y el Japón se hacen la guerra, como en [870 se la hicieron Francia y
Alemania; el lejano oriente adopta las costumbres del occidente,
y sigue paso á paso los pro-
gresos de la moda y los tentadores del refinamiento, en cuyos brazos se siente llena de molicie
la sociedad moderna.
El asesinato del Presidente de la República Francesa se supo en todo el universo horas
después de acaecido, de suerte que París recibió el pésame de todas las naciones de la tierra, como
un pésame de familia, ofrecido por todos y cada uno de sus deudos. Las sesiones de los parlamen-
tos se celebran á puerta abierta, con el mundo por espectador,
y los gobiernos atentos á las solu-
ciones políticas de sus oradores ;
las naciones viven en público, como en el escenario del teatro.
Nada se oculta á la civilización, cuya luz de relámpago se difunde doquiera en el mismo día y en
el mismo instante. Asistimos á las penas, á los goces y á los progresos de la comunidad
universal. Las exposiciones internacionales son grandes fiestas de la familia humana, adonde
concurren los viajeros por millares, llevados á las citas por millares de bajeles que rompen
el mar en línea recta, tienen día cierto de arribo
y forman calles inmensas trazadas con sus
quillas en los caudalosos océanos. A bordo se reconocen los propagadores de la civili-
zación, se hablan muchas lenguas, se confunden las costumbres
y se deja establecido fácil
acceso á la amistad, cariñosa comunicación de ideas y borradas las preocupaciones que sepa-
raban las razas. En la feria, se hallan acumuladas las producciones del comercio, de la
industria, de las artes y de la ciencia. Allí se pasa revista á todos los progresos y se ve
de bulto cumplido el destino de la humanidad. De allí se esparcen á todos los suelos
y
á todos los ])ueblos del universo, para que se asimilen y exploten y trasplanten, los
infinitos recursos de la inteligencia, del trabajo
y de la ambición del hombre, representados
en mil objetos diferentes de fondo y forma, en máquinas portentosas, en piedras teñidas de
mil colores, para suplantar las obras maestras de la pintura ;
en moldes donde se vacía el
yeso, ó el col)re, ó el hierro, ó el acero, ó el oro,
y salen copiadas con inimitable nitidez
las obras maestras de la escultura ;
en agujas y macpunillas de mano, que remedan los más
laboriosos tejidos y los bordados más bellos de la lenta mano; en telas de sorprendente
DISCURSO PRELIMINAR
de
belleza donde ven imitados todos los matices de la naturaleza en obras de vidrio,
se ;

del sol ó la tenue luz de otros asti os en alam-


cristal y de alambre, que remedan el brillo
,

nuestras familias la feliz llegada, en e


bres V pilas eléctricas, por cuyo medio decimos á
teléfono que, á largas distancias, nos pone al habla
con los demás, dejando oír nuestra propia
fonógrafo, que recoge y guarda la voz,
voz como si los interlocutores estuviesen presentes en el
;

la armonía y el canto, para reproducirlos á


voluntad. Y luégo, durante_ el viaje, -se va pa-
de una ciudad a una capital,
sando de una aldea á un pueblo, de un pueblo á una ciudad,
quintas, lo.s palacios de los
donde se cuentan por centenas y por millares, las casas, las
acumulando durante siglos,
hombres, representantes de capitales fabulosos, que se han venido
calles lujosamente pavimentadas y teatros primorosos,
donde el arte muestra sus seducciones,
sus atractivos y sus peligrosos encantos. Hé aquí que por tales medios se cumple, se rea
liza la confraternidad universal y viene el hombre á
;
moderar sus costumbres, a suavizar las
antes, cau
asperezas de la índole, á mostrar tan exquisita sensibilidad, que hoy, como nunca
y
cualquier atentado a la er-
san más pesar los crímenes, más dolor el escándalo, más duelo
i

tad ó á la seguridad individual ó pública. La falta que antes se castigaba con alguna pena
recia, se castiga ahora con palabras suaves, que hieren
más que el látigo del verdugo, pero
así como de las tuerzas
que, sin embargo, son ejemplo del refinamiento de las costumbres,
sér humano.
ocultas en el carácter, en el sentimiento y en el corazón del
Y el periódico que se imprime todos los días por millones de ejemplares, y es el pan
inteligencia, á todo cerebro, ya en la
espiritual de todo sér pensante, y lleva su luz á toda
hoja que publica noticias, ya en la ilustrada, que trae grabados y
enseña tanto como aquella ;

al alcance de todos por lo insignificante del precio á


que se vende, diíun-
y finalmente, puesto
de y esparce ideas apacibles ó temidas. . .

De tal suerte difúndese la civilización á raudales, é invade y penetra dominios en que


el suelo no está listo para recibirla, ofreciendo,
por consiguiente, antes que apetecidos bienes,
á todas partes en
temerosos peligros. En el momento actual, la humanidad tiende la vista ^

riquezas que adquirir. esa


solicitud de campos que cultivar, de tierras que poseer y de
demanda, se hja
mirada escrutadora de cuanto la ambición desea, la vida necesita y el lujo
trabajo puede ofrecer cuan-
extasiaría en los inhabitados territorios del Nuevo Mundo, donde el
continente inmenso, casi inculto, e
tas satisfacciones se le pidan y cuantas riquezas brota un
halagos tentadores á la actividad y á la inteligencia humana. , -i-
idioma, en
Así que, estamos amenazados de ser absorbidos por la inmigración y
el
á menor nú-
la casa y la ciudadanía, perdidas para nosotros, que quedaremos reducidos
que veridra a
mero. Casi desierto el país que habitamos, él será invadido por el extranjeio,
para cuando de-
conquistar lo que halle á su alcance y se adueñará de todo. Para ese día es
término de
seamos dejar consignada en este libro la actual literatura, de modo que sirva de
cumplido
comparación entre la civilización que se extinga y la que se implante. Así dejamos
óbolo á generacio-
nuestro deber como miembros activos de la sociedad; pagado nuestro
las

nes sucesivas consagrada la prueba de nuestra existencia como nación


;
y redimido nuestro
;

nombre del olvido, en cuanto sea posible ampararlo con la gracia de la justicia.

Puede acontecer que estas visiones se disipen; pero áun no se ven en el horizonte las
nubes precursoras del cambio, ni se columbran esperanzas fundadas en las observaciones de
la

temores del patriotismo qui-


historia yde la filosofía. Quizá estén vendados los ojos por los ;

zá esté turbada la razón con el ansia de mejores días quizá sufra la inteligencia la prematura
;

ofuscación del desaliento. ¡Ojalá sea todo lo contrario de lo predicho y se cumplan los más
altos destinos de la patria
La AsocíaciÓJi Venezolana de literatura, ciencias y bellas artes, al presentar esta obra a
los contemporáneos y á la historia, se descubre respetuosamente ante la
nación, y bendice el
momento propicio de desempeñar tan elevado papel, el día del Centenario de uno de los hé-
roes más virtuosos, dignos y excelsos de la independencia americana !

ABC
HISTORIADORES DE VENEZUELA
por ©1 Doctor Rafael SEIJA.S.

tinado mayor suma de faenas hasta la última edición, que


¡0 extraño que Venezuela no tenga todavía una His-
es
salió en 1885, y goza de reputación general y merecida.
toria completa. Nacida ayer no mas a la vidji propia
Bien se comprende todo lo que ha debido consultar res-
é independiente, pues los sesenta y cuatro anos tras-
- corridos desde 1830, apenas son un punto en la exis- pecto del asunto, principiando por los Historiadores naciona-
de uno y otro pueblo, y examinando igualmeiite las pro-
¿

tencia de las naciones, no puede equipararse á las que cuentan les

por Sin embargo, en éstas mismas siguen ducciones célebres sobre los mismos temas que de entonces aca
su duración siglos.
tiempos, se han hecho en el mundo culto.
escribiéndose con frecuencia historias de sus antiguos
de desde épocas muy remotas. un hombre que desdesu temprana edad, hasta el
y aún de otras que dejaron
existir Este es
Así vemos, por ejemplo, que los Griegos y Romanos
dan toda- año presente, época de su muerte, hizo de la Historia su ocupa-
vía asunto á obras de esta naturaleza, mas ó menos interesan-
ción favorita, de tal modo que, no sólo compuso las dos
dichas,
tes y copiosas. Tal es en Francia la muy extensa
del aventajado
sino también una Historia general de la antigüedad, la Edad
señor Víctor Duruy, de la cual se ha hecho recientemente tiempos modernos, hasta 1848; una introducción
autor media, v los
una edición espléndida, exornada de infinitos mapas ó planos, general á la Historia de Francia, esa misma Historia, otm an-
conocer
grabados, cromolitografías, &c., que concurren á dar á tigua de los pueblos de Oriente, un breve curso de
Historia
los países por todos los aspectos, principalmente
por el de su Universal, un curso de Historia redactado conforme á los
industrias,
y
Geografía política, el estado de sus ciencias, artes é programas franceses de 1880. Hemos visto también la noticia
que han figurado en el
su religión y costumbres, los personajes de haber formado, poco ha, una nueva Historia Santa.
conciuda-
Gobierno, ó levantádose sobre el nivel común de sus
género, La proporción de hacer viajes, de escudriñar importantes
danos, sus guerras, sus paces, sus vicisitudes de cualquier particulares,
hubo de trasladarse a los bibliotecas, la de inspeccionar archivos oficiales y
sus tratados, etc, etc. El historiador
otras mas, lo cual
museos, colecciones de objetos históricos, y
lugares que describe, á fin de estudiarlos muy detenidamente,
del fruto de sus investigaciones, presupone la posesión de riquezas, estima social y medios de
y con esto, y aprovechándose influjo, han dado á ese escritor una competencia especial, y
á que había dedicado más de media centuria, de los diversos
fecha de la muy difícil de hallarse en quien no reúna tantas circunstan-
libros publicados sobre la materia desde 1851,
resultas de varias excavaciones, hechas cias favorables.
primera edición, de las
últimamente en los territorios respectivos, pudo dar a luz, en A lo dicho han de agregarse las condiciones de capacidad,
ciencia y otras dotes indispensables que ha menester
de la Aca- el Histo-
1887, una nueva edición muy mejorada, y más digna
riador para desempeñarse satisfactoriamente.
demia Francesa, que corondel trabajo desde 1861. Esto por lo
que toca á la Historia de los Griegos. No es maravilla, por tanto, que no haya en este linaje de
Romanos mismo individuo, y composiciones, muchas que merezcan tenerse por acabadas. En
En cuanto á la de los del
más consta de siete grandes volúmenes,
como que España, con todo que es nación tan antigua, decía Jovellanos,
que es larga,
á fines del pasado siglo, que le faltaba una buena
Historia.
mientras la primera no pasa de tres, el Historiador le ha des-
II HISTORIADORES DE VENEZUELA

En el presente se lia dado allí á la estampa,


y figura como la que emprenda la labor consabida la persona á quien se con-
primera, la del señor Modesto de la Fuente, que ha recibido fíe laredacción de la historia de Venezuela; y, como se prosigue
al cabo infinidad de adiciones y complementos. la coordinación de los documentos indispensables al efecto, es
En Venezuela no son muchos los individuos que han po- de creerse que el mismo elegido lleve adelante el empeño, bien
dido dedicar sus conocimientos, su tiempo y sus recursos á las hasta el tiempo arriba fijado, bien hasta cualquier otro posterior
investigaciones históricas; y puede asegurarse que ninguno ha que se jirescriba por el Ejecutivo.
disfrutado de las inúltii)lcs ventajas (jue se han mencionado ha- No se contrae el decreto que fundó la Academia, á ninguna
blando del notable señor Duruy, elevado por sus méritos al época precedente á 1829, acaso porque la señalada en aquél
distinguido puesto de Miembro del era la que menos había ejercitado
Instituto de Francia, y al de Mi- la pluma de los historiadores de la
nistro de Instrucción Pública, ade- República, y por lo mismo se juz-
más de haber sido laureado y obte- garía que valía más esclarecerla,
nido otras singulares distinciones. ya que los acontecimientos ante-
Sin embargo de esto, y de los riores, hasta cierto punto remotos,
muchos inconvenientes con que se se hallaban más ampliamente dilu-
brega en Venezuela, para dar cima k f
y--'-'
vi cidados.
á tales empresas, y de que el }>aís Como quiera ciue sea, el his-
no puede competir en ellas con los toriador de ^^enezuela haría mal
demás á que nos hemos referido, en prescindir de lo que fue ella
es consolador observar que entre cuando colonia, y de las vici.situdes
nosotros se han hecho intensos y de lalucha de emancipación que
más ó menos felices esfuerzos para inició en 19 de Abril tle 1810; y
satisfacer la necesidad de semejante de su unión en 1819 con Nueva
obra, como se verá por la sucinta Granada y después con el Ecuador
enumeración que de ellos haremos }>ara con.stituir la gran República
luégo. Acaso se eche menos el re- que se denominó Colombia, di-
cuerdo de algunos; mas no podrá suelta en 1829.
notarse de voluntaria la omisión, Recon’amos pues, las princi-
como que se ha jniesto eficacísima pales obras que existen sobre los
diligencia })ara lograr cabal noticia sucesos primitivos del país.
de todos y no es imputable á la
; Creemos que se delie el primer
Asociación cpie ni las partes mis- lugar en ellas á los “Documentos
mas, ni sus deudos, ni los amantes para la vida pública del Liberta-
de las glorias patrias, hayan respon- dor, cuya recopilación se atribuye
))

dido á instantes excitaciones. ÍRANCI-SCO JAVIER VANES


al insigne patricio Doctor Francis-
Interesado en esto por su co Javier Yanes, á quien cupo un
l)arte el Gobierno de la Repúbli- papel importante en el drama de
ca, ha venido desde los primeros años de ella contribuyendo á nuestra política transformación, y que, sobre otras dotes, tenía
promover la consecución del objeto; y en 1888, se dictó una fama de magistrado tan inteligente é instruido como recto
y
medida de la cual se esperan provechosos resultados. Nos refe- austero.
rimos aDlecreto ejecutivo de 28 de octubre, en que se creó una Casi no se ven al presente! tales colecciones mas las han
;

coiqioración de carácter literario, con el sustituido las formadas por el General


nombre de Academia ‘Nacional de la His- José Félix Blanco, actor en la revolución
toria, á quien se atilbuyeron obligaciones
y testigo intachable por su ciencia, pro-
adecuadas al propósito, entre otras la de bidad y entereza, con la cooperación del
acopiar materiales para la Historia de diligente investigador y laboriosísimo
Venezuela en todas las diversas manifes- señor Ramón Azpurúa, por cuya inicia-
taciones de la actividad pública,
y de tiva se puso en efecto la reforma, y se
empezar luégo á formar los anales i)atrios, consumó la publicación de 1875 á 1877,
contando desde la fecha de su instalación. bajo los auspicios de los gobiernos de
Por un decreto posterior, de 31 de entonces.
julio de 1880, se dividió la tarea en va- La compilación apareció aumentada
rias secciones, determinándose el período considerablemente, empezando con actos
que ha de abrazar cada una, y fijándose de lejanos tiempos anteriores al descubri-
como primero el espacio de 1829 hasta miento del nuevo mundo, y compren-
la terminación de los trabajos del Con- diendo datos que no se ciñen sólo á
greso Constituyente de 1830, y como úl- Venezuela, sino corresponden á la historia
timo la administración civil iniciada el antigua de las Américas, y á la guerra de
5 de julio de 1888. independencia de la meridional.
Fuera de las otras ocupaciones de la El señor Azpurúa nos informa, en
Academia, entre las cuales merece lugar el prólogo, que la })rimitiva colección,
conspicuo la glorificación del Gran Maris- hecha por los jiatriotas señores Cristóbal
cal (le Ayacucho, que celebró en 1890, Mendoza, Francisco Javier Yanes y Anto-
anticipándose á la época del centenario, nio Leocadio Guzmán, y publicada de
se ha dedicado á coordinar, ilustrar 182G á 1830, se componía de veinte y dos
y
publicar la colección de documentos au- volúmenes pequeños; de suerte que no
ténticos que han de servir para escribir jiodía encerrar todos los datos existentes.
JOSÉ FÉLIX BLANCO
los^ anales de Venezuela incumbencia la
; Además, que no se había atendido al or-
más importante de las que se han })ue.sto den cronológico de ellos. El nuevo re-
á su cargo. pertorio consta de catorce tomos en cuar-
En cumplimiento de ella tiene impresos y circulando once to, abunda en documentos ]n’cciosos y metodizados.
^ y
voluiiK'ncs, (le los cuales el último llega al año de 1842, Se deben además al señor Azpurúa las muchas biografías
y ya
preparado el duodécimo, (jue espera dejar en breve concluido de personas que ya directa, ya indirectamente, han tenido
en la iiiq)r('nta. particijaición en los sucesos de AYnezuela, ú ocupado en
l'.n lo publicado hasta aquí hay
materiales suficientes’para ella puéstos señalados; biografías que reunió en cuatro vo-
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS III

Nueva Granada, el Brasil


lúmenes, y en donde se
y la Guayana
Inglesa,
hallan noticias interesan-
tes de ciertos varones. principia la narración de.s-
Acometió igualmente la de el primer viaje de des-
empresa de coleccionar pa- cubrimiento de América
peles para la historia de por Colón, y sigue tra-
Venezuela desde 1829 en tando de los ulteriores,_ y
adelante. Se ignora si al- de las nuevas expedicio-
canzó á realizar el plan en nes que fueron su conse-
toda su extensión; pero cuencia, y de los estable-
es sabido que, también con cimientos de los españoles
auxilio del tesoro público, en estas comarcas. Por
empezó á imprimir los }>ri- aquí pasa brevemente ;

meros de aquellos docu- mas, cuando entra en lo


mentos en un tomo. capital de su libro, que es
El espíritu investigador la lucha de la indepen-
que adornaba al General dencia de la colonia, se
José Félix Blanco, lo tenía detiene á contarla despa-
asimismo el señor Ramón cio y con la gravedad á
Azpuriia, quien á ñivor (jue es acreedora. Seiscien-
cuarenta y seis pági- FELICIANO MONTENEGRO Y COLON
RAMON AZPURUA de él y de un tesón y acti- tas
vidad harto raros, que nas en ello empleadas, aun-
conservó hasta el fin de que incluyendo las sesenta T T

tan abundantes írutos. de la introducción referida, prueban la tal cual amplitud


una larga existencia, pudo recoger
propia inclinación, constancia é infatigable estudio
dada al asunto.
De la
Empleado
,

del Gobierno Español como había sido en Ca-


i

participa el señor Doctor Julicán Viso, de


quien se cree que
racas, se halló en aptitud de conocer
puso su contingente en aquel trabajo,
muchas cosas por el lado de cada una
ha adqui-
y que, gracias á tales dotes, de las partes contendientes, y de uti-
rido mucha familiaridad con los ante- lizar testimonios de ambas.
cedentes históricos de Colombia y Ve- Sin ser elevado ni por demás
nezuela por manera que respecto de
;
castizo su estilo, tiene la claridad ape-
ellos posee caudales inestimables, y se tecible, la suficiente para despertar
da mucho peso á sus opiniones. Seje el interés de los lectores y convidarlos
encomendó, allá por los años de 18 r2 á seguir hasta el fin el libro, que nie-
explorar los
y 1873, la función de reció la buena acogida y patrocinio
antiguos archivos de la colonia, y de del Presidente General Páez. En su
los mismos sacó los materiales de los /
autobiografía él hace justo elogio de
veinte y ocho volúmenes en que cons- prendas del señor Montenegro
las
tan los “ títulos de AAnezuela en su ” como historiador, con las palabras si-
cuestión de límites con Colombia,
guientes.
muchos de los cuales corren impresos “ Feliciano Montenegro, Vene-
Don
en los tres tomos de la obra que lleva zolano de bastante imstrucción, dio
tal nombre, y que fué por él arreglada.
también á su patria un libro dedicado
Sin duda el conocimiento de esas ex-
á la juventud, libro que en pocas
cepcionales condiciones determino su
páginas i’ecorre todos los principales
entrada en la Academia Nacional de
RAFAEL BARA1.T. succsosde lu histoiía fie la indepen-
la Histoi'ia, donde desde el ju’incipio
.M. /

dencia, y de gran precio, pues el autor


desempeña el cargo de Analista, el presenció los hechos que refiere, y
más cónsono con ellas. como estuvo en las filas de los rea-
No sólo la comisión antedicha, sino listas con alta graduación militar, da
también su permanencia en Madiid
valiosas informaciones, que hoy sólo
durante varios años, con esmero in-
pudieran hallarse en los impenetra-
vertidos, en clase de Agente y Abo-
bles archivos Españoles.”
gado de Venezuela en aquel pleito de
De la imprenta que tuvo en Ca-
deslinde con Colombia, le pusieron en
racas el señor Antonio Damirón, y como propiedad suya,
_
^

situación de con.su Itar archivos sobrecosas de América y de Historia de


salió en 1840, anónimo, un «Compendio de la
acrecer el tesoro de los suyos particulares, llenos de libros,
á enezuela desde su descubrimiento hasta que se
declaio
manuscritos, mapas y planos. Fue asi como pudo escribir el
alegato de esta República, impugnar el de Colombia y añadir Estado independiente. » La breve narración va acompañada
otros libros oportunos á su intento. A tener el país muchos
de diez y ocho documentos, v de dos tablas cronológicas, una
sujetos como él y como el infatigable señor General Manuel
de los Gobernadores y Capitanes Generales de la Provincia
Landaeta Rosales, infinitamente más habría adelantado el de Caracas ó Venezuela, y otra, de sus Obispos y Arzobispos.
designio de formar una historia de Venezuela, en que no Se atribuye generalmente al Doctor Francisco Javier \a-
nes, y, á lo que se cree, no sin buen fundamento, pues
su estilo,
pudiera advertir ningún vacío la crítica exjgente. jurisconsulto
sus raciocinios y sus observaciones descubren al
Este lugar corresponde á la más antigua, ó sea la del señor
asunto sobre el cual escribe y en
Feliciano Montenegro Colón, á que él dio el modesto título de y patriota que domina el
“ Apuntes históricos,” al imprimirla el año de 183/ en el cuarto
,
que estaba profundamente versado.
tomo de su Geografía General y como parte de ella. Ofreció el Es lástima queáun no se conozca, por permanecer inédita,
la obra grande de
quinto, en que describiría geográficamente cada provincia ]>or la continuación de ese Resumen, ó más bien

separado, lo cual se cree que nunca llegó á verificarse. En los Historia de Venezuela del mismo autor, que él dejó en poder
tomos precedentes, y conforme á orden alfabético, se halla la de sus herederos, y que no sabemos si ha sido_ adquirida por la
historia de los demás países de una y otra América, inclusive Nación, de lo cual se ha tratado con ellos varias^ veces. No es
diligencia
la ingerencia que en la de algunos cu })0 á Colombia, cuando fuera de propósito recordar que, señaladamente á su
se debe la publicación de los mencionados veinte y dos volú-
estaba incorporada á ella Venezuela.
Previa la bien estudiada demarcación de sus límites con menes de documentos para la vida pública del Libertador, que
IV HISTORIADORES DE VENEZUELA

sirvieron de base á la mucho más de los más notables sucesos del


amj)lia colección de los señores Blan- mundo, entre ellos los que muy de
co y Azpurúa. cerca le tocaban á él por enlazarse
En 1841 salió á luz en París, si- con la patria (querida. Empiezan á
multáneamente con la Geografía de representársele los de.scubrimientos
Venezuela por el Coronel Agustín de Colón, la suerte de los poblado-
Codazzi, Geografía que, dicho sea de res del Nuevo Mundo, la conducta
])aso, no ha sido hasta hoy excedida para con ellos de España y los agen-
por ninguna otra, un “Resumen de tes de su autoridad, que la famo.sa
la historia de Venezuela,” obra del sentencia dada contra el rebelde
señor Rafael María Baralt, uno de José Gabriel Tupac Amaro por el
los hombres más sobresalientes de la licitado!’ general del reino del Perú
Rei)ública. pone de manifiesto.
La })recedc un tomo que trata con Eso le determina á escribir la
bastante latitud de la historia anti- insurrección de la colonia contra la
gua de la colonia ó capitanía general metró})oli y contar los hechos de que
de Caracas, y en que tuvo por eficaz tenía personal evidencia ó fidedig-
colaborador al señor Ramón Díaz. nos testimonios de personas respeta-
Los otros dos tomos, parto exclu- bles. Se produce en el tono severo
sivamente suyo, pci'tenecen á la his- de Tácito, mas con imparcialidad
toria moderna, ({ue trae, como el sin exageración.
y Menos habla el
señor Montenegro, liasta el término narrador que los documentos nu-
de la revolución de las reformas, merosos interpolados en el texto,
es decir, hasta 1837. donde da de lleno cabida á por-
De ella escribió alguien en 1875 menores curiosos, como el de los
estosconceptos, cuya reproducción funerales que el gobierno y el pue-
nos creemos permitida. blo de Caracas celebraron el 3 de
“Entre las historias de Venezuela descuella la de Baralt noviembre de 1810 á la memoria de las inocentes víctimas
porque, sobre tener un plan más comprehensivo y mejor orde- sacrificadas en Quito, con la colección de poesías, inscrip-
nado que las otras, la realzan el decir puro y las otras excelen- ciones, alegorías y demás que adornaron el templo y el monu-
cias que granjearon al autor fama de sabio, distinciones y mento fúnebre ;
nombres de todos los comprometidos en
ios
puéstü en Euro})a, y que le encumbran al primer orden de los la noche del 18 de abril los discursos del coronel Simón
;

patrios ingenios. Pero varones muy Bolívar y del Doctor Miguel Peña en
calificados notan rpre no se dió allí el la sociedad j^atriótica de Caracas el 4
desenvolvimiento indispensable á he- de julio de 1811 el acta de la indepen-
;

chos de suma imi)ortancia, ni se pu.so dencia; el manifiesto con que se pro-


en la mayor claridad la serie de accio- mulgó el 30 del mismo mes la función
;

nes de algunos prohombres cpie no


;
cívica de 2 de setiembre en que se
se ha repartido con igualdad la justicia hicieron honores fúnebres al capitán
distributiva entre los que obraron de Lorenzo Buroz, muerto en la reducción
propio movimiento y })or su cuenta y de Valencia con otros militares el dia-
;

riesgo en pro de la libertad, prestando rioy observaciones del presbítero José


coo])eración espontánea cuanto útil, Cortés Madariaga, en su regreso de
sino postergádose tales servicios, enal- Santa Fe á Caracas después de termi-
teciendo otros con solícita preferencia. nada la comisión de acordar los tra-

Granadinos le hacen cargo de haber tados de alianza entre los dos Estados
mostrado escaso aprecio á la coopera- etc., etc.

ción de su patria en favor nuestro. En De


las diversas obras producidas por
una palabra, se piensa (pre no llena el el sabio y literato señor Juan úheente
objeto de dar á conocer á Venezuela González, una es el « Manual de Histo-
lo bastante, en su estado cuando co- ria Universal», publicado por primera
lonia, y en todas y cada una de las vez en 1863, y que para entonces sólo
causas que prepararon, maduraron y comprendía la antigua y la de la edad
al fin produjeron transformación; sus
la media, pues lo concerniente á la mo-
])rogresos, atrasos, demoras, su corona- derna manifiestan los editores haberlo
miento, la formación de la gloriosa ellos extractado de un compendio (jue

Colombia y su disgregación, etc acababa de salir en Francia. Posterior-
“En su Autobiografía cuenta el Ge- mente el autor empezó á ocuparse en
neral Páez, muy á la larga, los hechos la última narte mas no pasó del año
;

en (pie fue actor, agregando (Aras noti- de 1603.


cias interesantes, y nota y corrige e(pii-
FHI.IPK U.^KRAZ.UlAI. De tal libro formó juicio muy favo-
vocacionos del señor Baralt, observan- rable el eminentísimo señor Fermín
do (pie nacii'i'on de haberse atenido á Toro, á quien otros han seguido. Ve-
los apuntes á vi entregados cuando ya se ])artía á Eiiro¡)a, mos, ])or ejemplo, (jue en unos estudios literarios hechos en
donde no le era posible consultar sus dudas con [lersonas (jue 1802, el Académico señor Marco-Antonio Saluzzo lo calificó
se las aclarasen.” de una de las obras más valiosas del ingenio patrio.
A Baralt sucedió en 1855 el señor Coronel José de Austria No dudamos (pie merezca ese conceiAo, pues por ^su ta-
(;on su “Bos(piejo de la Historia militar de Venezuela,” de (jue lento, variada in.Arucción y fina sindéresis, el señor Gonzá-
desgi'aciadamente no hay sino el primer tomo, y una entrega lez ])odía colocarse al lado de los notables historiadores de
del segundo. Acaso baya (pualado la continuaciihi entro los otras naciones, .sobre todo, tratándose de personas y cosas (jue
manuscritos del autor ello es (pie más de lo dicho no se ha le eran indiferentes, ó sobre las cuales el interés de partido
;

visto impreso. Apenas IK'ga al año de LSlfi. ó pa.sión ]K)lítica no podía amenguar la rectitud de su criterio.
En medio d(' las soUalades del campo, y dando el pensa- En el mismo género escribió la “Biogralía del General José
miento á la contemplación (U'l hombre y sus miserias, como Féli.x Rivas”, y unos “Apuntes para la historia militar del
nos indica en el prólogo, 1(> vinieron á la mente los recuerdos Genei’id Falcón”, á los cuales no dió remate. En la primera con-
V
POR EL DOCrOR RAFAEL SEIJAS
iireparados, cuando los perdió con la vida, en el nauíiagio
(lena con énfasis elmemorable decreto de la guerra a inuerte
sido estimado experimentado en 1873, por el vapor que le conducía a Fian-
expedido por Bolívar en Trujillo, y que ha haber chocado con otro in-
vanas han examinado. cia, y que se hundió á poco de
tan diferentemente por los que á luces lo
Poquísimos pasajeros se salvaron
opiniones glés del modo más imprevisto.
Por lo demás, en todo lo que se enlaza con las trasladándose á los botes del causador de la desgracia; j' se
muestra siempre imbuídc) de senti-
políticas del escritor, él se ser uno de ellos,
que privan de la serenidad nece- dice que el Doctor Larrazábal habría podido
mientos fogosos y exaltados, que con tanto e.smero
si el amor á los preciosos documentos
Aquella vehemen-
saria para formar apreciaciones imparciales. había recogido, no le hubiese emjie-
cia, aquellas acusaciones, aquellos de- ñado en el afán de sacarlos del bu-
nuestos, aquellos sarcasmos, que lee- que, evitando su ]>érdida en aquella
mos en oradores antiguos, así como I

situación premiosa.
1

en las arengas y diálogos que se No únicamente como historiador


dirigían los personajes de Homero, ocupó puésto él en la República de
por ejemplo, formaban desahogos com- las letras; también descollaba en la
patibles con la rusticidad de las cos- jurisprudencia, en la judicatura y en
tumbres de entonces, pero ({ue no ca- la política, sobre la cual escribió un
llen en el refinamiento de las mo- tratado que le sirviese de texto en
dernas. Según ellas, no es lícito insul- la que era catedrático en la
clase de
tar ni al enemigo que nos ofende y Universidad Central de Caracas. Re-
provoca, y autoriza con esto para
_

dactó periódicos, entre él los princi-


hacerle la guerra. palmente El Patriota, desempeño ele-
En año de 1865 y en la ciudad
el vados cargos y comisiones, y en la
de Nueva York, imprimió el señor
música, para la cual tenía raro talen-
Doctor Felipe Larrazábal, una obra to, subió hasta donde pocos han as-
constante de dos tomos, y cuyo titulo cendido, según lo pregonan los inte-
es ((Correspondencia General del Li- ligentes testigos de su consumada pe-
bertador Simón Bolívar, enriciuecida ricia en el ramo, y las composiciones
con la inserción de los manifiestos, que de él se conservan y aplauden.
mensajes, expo.siciones, proclamas, etc., En 1869, y en la ciudad de Nueva
etc.,publicados por el Héroe Colom- York, fue publicada en dos volúme-
biano desde de 1810 hasta 1830 ». nes, la Autobiografía del General
Debía preceder á la colección la vida .José Antonio Páez, c^uien, según se
de Bolívar, y ésta es lo único que la dice, se valió para esto de un escritor
obra incluye. cubano que diese forma y método á
En el prólogo él manifiesta el in- las apuntaciones y documentos de
terés que le inspiraron las cartas del FELIPE TEJERA que había sido constante en -pro-
Libertador, desde la primera que lle- veerse, y que á la sazón tenía consigo.
gó á su noticia, y la cual le eimantó Naturalmente, y como su título
en términos que lo decidieron a so- producción concierne sobre todo á
le íuera posible. mismo lo anuncia, esta
licitar todas las otras cuya consecución autor desde
des]iués á las restantes producciones los hechos en tjue personalmente tuvo parte su
Este empeño lo extendió Notorios son los muy
reunir cantidad sus primeros años hasta el de 1850.
del grande hombre, con lo cual alcanzó á prestados por él á la causa de la Ind e-
señalados servicios
considerable de éllas. En el rápido análisis que de las misiiias
escrutinio de su alto valor, con la ciencia, pendencia, por la cual ejecutó hazañas estupendas, y su va-
presenta, hace el eficazmente al
con lor, que en batallas decisivas contribuyó tan
erudición y sagacidad que eran peculiares de su ingenio, y de patriotas venezolanos. Allí
esfuerza en demostrar las no co- buen éxito de la empresa los
los propios adminículos se
que dieron a Bolívar la aptitud que necesitaba da también cuenta de los principios que adoptó como go-
munes prendas
emancipar bernante, explicando los motivos que á ello le indujeron.
para concebir y poner felizmente en efecto el plan de
América, de la dominación Es- No se avergüenza de manifestar su humilde origen, que no
á su patria, y aun á toda la
reconocer las faltas
le impidió elevarse á tanta altura, ni de
pañola empresa que estaba cercada de innumerables obstáculos,
;
dolo- en que cayó durante su larga vida pública, y que asegura
superados tras una larga lucha, llena de inmensos y
Admira, como es justo, al Caudillo á quien haber emanado, no de su voluntad, sino de error del en-
rosos sacrificios.
tendimiento.
cupo tanta parte en los reveses de la contienda, y en
las

El escritor, conducido por estos senti- Al recordar los actos de sus dos admnnstraciones, hace
glorias del triunfo.
mientos, por su vasta inteligencia y luces, y adiestrado
con memoria de especies notables, relativas particularmente a ne-
ha íormado gociaciones diplomáticas seguidas en aquellas épocas y que en
incesante ejercicio, y la lectura de los clásicos,

fino tejido de los hechos (|ue refiere, no sólo con


plac(?r, vano se buscarían en otras fuentes.
Por todas las observaciones hechas se patentiza que su
'

sino hasta con entusiasmo. Así, las páginas del presente li-
autobiografía arroja copiosa luz sobre los hechos a que
se
semejante
bro constituyen un hermoso panegírico de Bolívar, absolutamente dejai de poneila
nos Plinio, aunque exento contrae, v que no se podra
al que del Emperador Trajano dejo
á logro por el que emprenda la Historia de Venezuela.^
de los lunares que afean al último, dirigido a un hombm
que mas Tal obra es bastante conocida entre nosotros, no^ sólo por
vivo, y cuando áun no había ejecutado las hazañas
contribuyeron á inmortalizarle, para quien íue so- haberse difundido latamente la edición de Nueva ork, sino
adelante y de Caracas.
brado fastidioso.
también reproducídose en una imprenta
Desde 1875 está en circulación el Manual de Historia de
_ . ,

Ello es que no se juzga dotado de la imparcialidad re-


le
Venezuela, redactado por el señor Felipe Tejera, para enseñanza
querida en el historiador, el cual, si debe observar las leye.s
de este géneío de composiciones, tiene que presentar al tribunal en los Colegios y Escuelas. No tardaron en a]U'obarlo y adop-
tarlo para sus respectivos institutos los señores Doctores
Agustín
de la posteridad, así las buenas como las malas acciones de
los individuos, sobre cuya conducta le corresponde a
esotra Aveledo y C. Pérez Calvo, y además, los señores Juan José
Aguerrevere, Pedro Pablo Fontes Juan Manuel Gil, todos
y
fallar cándidamente.
servidores veteranos de la causa de las letras. Ha encontradíi
mip\
Sin embargo se piensa que rectificó no pocas inexactitudes
de sus predecesores. buena aceptación en otros establecimientos y entre el luiblico
Por lo demás, la obra á (jue nos contraemos, volumi- en general, de modo que .se hizo indispensable una segunda
momentos se prepara la tercera, que lU va
nosa y riquísima en datos, cuenta á lo menos dos ediciones edición, y en estos
cuantiosos
los ouiui ...o anteriores
sobre las .......j.. de exquisitas exornaciones, cua-
... ventaja
v... la
íuera del rais;
fuera uel duda nauria
País; y sin aiuta habría reciuiuo
recibido ios> ,
jv
autor llevaba les produce de día en día la acreditada imprenta de Ll ( ojo.
complementos incluidos en su título, que el
VI HISTORIADORES DE VENEZUELA

Cuenta con nuevas opiniones favorables de personas calificadas, Mendoza en defen.sa de la misma tesis, con motivo de un cer-
y que se están sirviendo fructuosamente de ella j>ara la ins- tamen que se abrió en 1878 sobre el tema de “si el decreto de
trucción de sus alumnos. El autor la ha traído hasta tiem- guerra á muerte expedido por el Libertador el 15 de julio
pos muy cercanos á los nuestros, aumpie reduciéndose á señalar (le 1813, fue ó no necesario ])ara llevar á cabo la independencia
en globo acontecimientos trascendentales. Todo lo cual
los de la patria.” El Jurado elegido para apreciar los trabajos se
aumentará importancia que ya logra, y que se dice haber-
la decidió por el del señor Mendoza, añadiendo con esto el peso
se extendido no .sólo j)or varias partes de la República, sino de .su dictamen al de los que sostienen el contra.
también fuera de ella. El .señor Miguel Tejera, dado á
En el ])i'ólogo de la primera edi- estudios físicos, matemáticos, geográ-
ción .se hizo de ella un breve análi- ficos, lingüisticos y diplomáticos, au-
sis, del cual .se extractan los })asajes tor del libro llamado “Origen y Cons-
que van en seguida: titución mecánica del mundo” con-
“Se ha limitado á compendiar lo forme á una nueva teoría cosmogó-
que otros han compuesto, siguién- nica y de otras obras, de un mapa
dolos no tan estrictamente (lue al- grande de Venezuela y varios pe-
gunas veces no se desvíe de ellos y queños, Comisionado por la Repúbli-
e.scriba de projirio marte. Divide la ca para la demarcación de sufroutera
Historia, previa una introducción con el Brasil, representantede élla en
sobro el descubrimiento de América, Río Janeiro y en Colombia, y por
su Geografía y los indios, en antigua fin. Ministro de Obras Públicas,
y moderna. La ju’imera se extiende imprimió en París el año de 1875
desde 148!), en (pie Alonso de Ojeda su “Venezuela pintore.sca é ilustrada,
recorrió las costas de Venezuela, relación histórica del descubrimiento
hasta el 5 de julio de 1811, fecha de la América hasta 1870, geográfica,
de la declaración de la Indepen- e.stadística, comercial é industrial,
dencia. Pasa rápidamente por lo usos, constumbres y literatura na-
más de este período; y se detiene ha- cional, ilustrada con numerosos gra-
blando de los pasos iniciativos de bados y cartas geográficas.” El tra-
los patriotas; y termina con un apén- bajo está dividido en dos tomos. El
dice sobre la literatura, las ciencias, primero trata del descubrimiento y
artes,caminos, comercio y población conquista, de la guerra de la Inde-
en tiempos de la Colonia. Subdivide j)endencia, de Venezuela constituida
la Moderna en cinco partes, y queda ya en República, con la descripción
en la tercera. Una llega á 1810, en general del país, inclusive su agri-
que se con.stituye Colombia ;
otra, cultura y cría, su mineralogía, su
á 1830, éimca de su disolución, y comercio é industria, sus rentas, po-
otra, á 1842, que presencia la entra- blación, inmigración, moneda, pesas
da de los restos de Bolívar á Cara- y medidas, división territorial, ins-
cas. También se introduce la Mo- trucción y todo lo concerniente al
derna con rasgos geográficos, que Distrito Federal. El segundo se des-
esta vez conciernen á Venezuela. MIGUEL TEJERA tina á su etnología, aguas termales,
De.sde 1811 á 1830, espacio el más antigüedades, maravillas de la natu-
importante, se descoge el hilo de raleza y curiosidades naturales, fo-
los sucesos, año por año. En lo ulterior anda más de prisa. mento del país, ó sean, sus obras públicas, instrucción popular
Cada sección va seguida de un resumen y de sincronismos, y é inmigración, su fauna, estadística de los Estados, territorios
al fin de todo hay un apéndice sobre literatura, ciencias, y Distrito Federal, y por fin á las lumbreras venezolanas en
artes y }>rogresos de la Patria.” las ciencias eclesiásticas, las sociales, las naturales, las huma-
Este apéndice se ha suprimido últimamente, en razón de nidades y las bellas artes.
haberse tratado de la materia, con más espacio, en el libro Movióle á esta tarea la circunstancia de haber observado,
llamado “Perfiles Venezolanos”, obra también .suya. durante algunos años de domicilio en París, donde redactaba
“Se verá (pie, sin embargo de ser un epítome, repara hasta un })criódico, que en Euro})a existía una inexplicable igno-
donde cabe en él, algunos de los olvidos que advertimos, v. g. rancia acerca de las cosas de América, de suerte que aun
el tocante al Congreso de Panamá. Agrega otro capítulo hombres, por otra parte muy ilustrados, cometían frecuentes
nuevo acerca de los efectos generales de la Independencia de errores, así en cuanto á la geografía, como á la historia, y
esta parte de América. Están allí narrados los })rincipales al y político (le e.stas nuevas nacionalidades,
estado social
acontecimientos en lenguaje por lo común ca.stizo, y cláusulas según comprueba con citas de Cantú, Balbi, Bouillet, los
lo
cortadas conforme al tipo del Manual de Historia Universal autores de la Biografía U^niversal de contemporáneos, y de
del })reclaro literato Juan Vicente González, y con aspiración á la conversación, el enciclopédico de Gaspar y Roig, el geo-
imitar á Baralt. Se emplean })arágrafos cortos ]ior encerrar gráfico universal y pintoresco, de Thiers, Lamartine, y Henrv
mucho en pocas ])alabras. Encuéntransc breves descripciones, Mayhew, que nos pinta como poblaciones semibárbaras,
teñidas, como varios otros pasajes, de colores tal vez más pro- desmoralizadas y disolutas. Y eso que no entra á exami-
])ios de la poeísa (pie de la Historia. El estilo es siempre nar la inexactitud de los datos que se encuentran, hasta
igual, claro, animado, expresivo del entusiasmo del jiatriota. en obras princij)ales, respecto de la geografía, estadística
Lo más re))arable nos j)arece (]ue en una obra en que no pue- etc., de estos países, cuyas riquezas y grado de civilización
den entrar disertaciones, el autor haya pronunciado fallos y aptitud para todo género de progreso son de todo pun-
rigorosos, algunas veces mal avenido con sus jiredecesores, to desconocidas en aquellas regiones (pie pasan por tan
sin ju.stificarse ab.‘5olutamcnte, como si ba.stara un epíteto para avanzadas.
abonar sus opiniones. Tal sucede en cuanto á la guerra á Agrupando en dos volúmenes no muy extensos las nociones
muerte y ejecuciones que se hicieron por mayor.” apropiadas para disipar esas tinieblas, el señor Tejera hizo
Mas es bueno advertir á los (pie de.seen formar juicio un servicio im¡)ortante, en especial á los extranjeros que de-
acerca de este i)Uuto, (pie en la citada obra “Perfiles Venezola- seen llenar laguna tan notable en e.sa parte esencial de su
nos” el señor lá'jera entra en discusión, y, haciendo mérito de instrucción científica.
diversos argumentos, procura vindicarse de tales críticas y sacar Por lo demás, á la exposición del señor Tejera, llena
iriunfantc su concepto. Además es de consultarse lo escrito de verdad en el fondo, la realza lo castigado de su íraseo-
por el muy imstruído abogado y literato señor Doctor Cristóbal logía, de la cual cuidaba esmeradamente, en el cultivo de
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS VII

diversos ramos de la literatura, entre ellos la poesía.


Sus da de Bolívar y se extienden á todos los sucesos de la
América que con ella tienen relación, ya próxima, ya remo-
versos ocupan por sí solos un tomo.
tamente.
Existe un libro de 1870 llamado “Venezuela heroica o sea
Escribióla su autor en el idioma inglés, que le era mas
cuadros históricos por Eduardo Blanco. Fue el primeio ©I de
Ribas; vienen en seguida familiar como el suyo nativo, y ciue por coinsiguiente podía
Ici deífeusci de Ici Victoriu por el Geuertil

Las Queseras, Boyacá y Carahobo. Se ha


manejar con mayor desembarazo. Así, lo que tenemos es la
el de San Mateo,
traducción de ella hecha al español por su hijo Simón y
aumentado desjiués con los de El Sitio de Valencia, Matuiín, otras personas.
la Invasión de los seiscientos, la Ca.sa
Es de apreciarse que un extran-
Fuerte, San Félix y Matasiete.
jero, sobre haber venido espontánea-
No son propiamente historias, .sino mente como muchos de sus compa-
epopeyas en que el estro patriótico del
triotas, á prestar sus servicios per.so-
escritorio arrebata á los e.spacios olím-
nales á la causa de la libertad que
picos para embellecer y sublimar los
so.stenía América contra España, hu-
intrépidos conatos de los luchadores Venezuela
biese cobrado tal afición á
por la independencia, con la vivísima moviese
tintura de una imaginación ardiente. y á su Libertador, que le
á ocuparse en hacer todos los estu-
No habla á las inteligencias impa- dios, y emprender todos los conatos,
sibles, sino mueve la fibra del senti-
necesarios para ponerse en situación
miento, trazando con pinceladas ma-
de ilustrar los anales de la República
gistrales loshechos siempre admira-
allegando documentos con que llevar
bles acabados por el empeño de los
á cabo designio harto noble y propio
que habían resuelto sacudir el yugo
de un espíritu tan inteligente como
extranjero ó morir en el trance.
desinteresado. Se identificó con la
Siendo tal el propósito de los cua-
Nación por la cual expuso su exis-
dros, parecidos al Guillermo Tell de
tencia; mas su interés no procedía
Alejandro Dumas, á las pinturas de
de ciego amor á la patria, sino de
Donoso Cortés, ó á ciertos arranques
un afecto racional y resultado de pro-
de Víctor Hugo, no hay que pedir
fundas convicciones. Años adelante
al autor conceptos ca]>aces de rebajar
juntó su suerte á la de una venezo-
en lo más mínimo la alteza de sus
lana de distinguida familia, y perte-
figuras. Esa tarea él la ha dejado á
neció á .los servidores diplomáticos de
los historiadores que se ]»ropongan
este país.
contar en términos pedestres las cosas
Debemos pues, graduar de espe-
que pasaron entre los combatientes á
cialmente meritorio su testimonio, no
muerte; porque su ol)jeto es, como EDUARDO BLANCO
sólo en vista de las causas indicadas,
lo indica el mismo título, referir las
sino también i>or la de su frecuente
heroicidades que ejecutaron los pa-
acceso á la persona de Bolívar.
triotas en prosecución de su noble an-
flaquezas Su libro es más que la vida de Bolívar, como que traza
helo, y de ningún modo registrar las deficiencias o
todos los sucesos de Venezuela, desde la época de^ su descu-
de ellos.
brimiento, y expone por completo los vicios y crímenes del
Por consiguiente, este libro se lee, no para entretenerse,
Gobierno de la Colonia, que prepararon y justificaron la in-
sino para caldear el patriotismo y extasiarse con el partido
quebrantable resolución de sacudir el odioso yugo de la Me-
que la enérgica concej)CÍón del señor Blanco ha saludo sacar trópoli. Descrilie con minuciosidad las peripecias dé la lucha,
del modo cómo los patriotas llevaron al cabo la determina- lo que tiene relación con el
ción que habían tomado, sin que los arredrasen ningunos y nada omite, particularmente de
Héroe. Bien se alcanza que no ha de faltar allí lo relativo á la
obstáculos, cualesquiera que fuesen.
expedición que salió de Colombia á libertar al Perú, ni á los es-
Después de la colección de los señores General Blanco y pléndidos triunfos obtenidos en Junín y Ayacucho, con el últi-
Azpurúa, vino la del señor General Daniel Florencio O Leary, mo de los cuales, debido al Gran Mariscal Sucre, acabo la domi-
impresa en 1883 con la [)roteccion del Gobierno y a expensas de nación española en América. No hay necesidad de decir que
los fondos públicos. La constituyen treinta y tantos tomos deno- el lector halla en el libro cuánto es necesario para
formarse
minados Memorias. Son }>arte de ellas, y muy de estimarse, por una idea cabal de lo que fue el Libertador Simón Bolívar,
lo importantes, correspondencias de los ])róceres de la
revolu- todo la de las
á quien presenta por todas sus fases, sobre
ción, ya entre sí, ya con su caudillo el General Bolívar, que va.stas concepciones de .su tan privilegiada inteligencia, por
ilustran no pocos i)untos de interés sumo, singularmente las las cuales arrebató la admiración del inundo, y- sobresale en
cartas de él emanadas. la historia de los primeros años de este siglo. ^ Aunque partíci-
de Bolívar, en ocasiones
Acompañóle el General O’Leary desde que en 1818 arribó pe en general délas ojiinionesy actos
á nuestras playas y, andando el tiempo, llegó á merecer en tan- disiente de ellos.

to grado su confianza, que fue elegido por uno de sus


primeros
El segundo tomo no concluye, como era de esperarse, con
edecanes. Nos cuenta cómo se apre.suró luégo á reunir datos y la muerte del protagonista, sino con la proclama en que anun-
documentos que tuvieran relación con la guerra de indepen- ció á los colombianos su vuelta á la Ca})ital de la República
dencia y la vitla del hombre extraordinario que la dirigió, pro- para encargarse del mando supremo; proclama que lleva la
pósito en que le ayudaV)an sus conmilitones Sucre, H eres, José
fecha de 23 de noviembre de 182(>.
Gabriel Pérez, Es[)inar y más que ninguno Pedro Briceño
Méndez cómo los albaceas del Libertador le dieron su archivo,
;
Inútil es añadir que el señor O’Leary retrate igualmente
obtuvo datos que pidió, mientras en Jamaica ordenaba sus- los demás personajes que figuraron al lado de Bolívar, lo mis-
y
j>apeles v escribía, de los Generales Soublette, Salom, Urdaneta, mo en Venezuela, que en las otras partes de qne se componía
Flores, Montilla, Heres, Lara y el Coronel V ilson. A lo cual la primitiva Repúl>lica de Colombia.
.se añaden documentos que en 1835 y en la
Coruña le pro])or-
cionó el General Don Pablo IMorillo, con ocasión de saber que
La Biografía del Doctor José áhirgas, publicada en Ca-
el año de 1883, es un libro en cuarto mayor de 375
racas pági-
trataba de escribir la vida de .su antiguo rival, de quien era
compañía del nas, escrito por el señor Doctor Laureano Villanueva, con moti-
grande admirador, en una visita que le hizo en
General Soublette; documentos tomados por los realistas en los vo de la apoteosis del egregio varón efectuada en princi})io de
campos de batalla de Venezuela. 1877 de orden del Presidente General Francisco Linares Alcán-
Dos de los tomos de esas Memorias contienen la vi- tara, siendo su Ministro de lo Interior el propio biógrafo.
VIII HISTORIADORES DE VENEZUELA

Difícil parece decir más en el asunto. No liay lado por 3' de niñas; se incorpora en la “Sociedad de
del nacional
elcual no se le considere, ni documentos de cuantía que no se amigos del País” |)romueve con ,su influencia la fundación
;

hayan benefíciado. Sobradamente lo merecía el protagonista, de la Academia de matemáticas traduce el “Orbis Pictus”;
;

uno de los hombres que tanto glorifican á Vene/.uela, y en y escribe discursos inéditos sobre diversos ramos de educación.
quien todo fue grande, lo mismo el patriota que el filán- En
sexto res¡)landece como Médico Cirujano, que funda
el
tropo, el sabio, el diplomático, el filósofo, el
político, el la Anatomía en 1826, además de escribir sobre ella
clase de
amigo del bien ¡lúblico, el promotor é introductor de diversos una obra é instituir premios á favor de sus alumnos meri-
ramos de la ciencia, el religioso, el justo impertérrito, invenci- torios, y la de cirujía en 1832, acerca de la cual compone otra,
ble á las amenazas con cpie la fuerza brutal jiretendió extra- 3^ ])ara cu3’o estudio establece los mismos estímulos ;
que crea
viarle del cumplimiento de los deberes do alto cargo. Mucha la Facultad Médica y desyiués la “Sociedad Médica” ;
que
diligencia requería el intento en quesepusoel escritor; mas trabaja Alemorias sobre el mal de Lázaro, el cólera-morbo
debe de haber quedado satisfecho, porque lo finalizó cumplida- 3^ otras enfermedades, la pesca con barbasen
y otras plantas ve-
mente. nenosas, la higiene pública, la eifilepsía, la disentería 3’ la vacuna,
Puede de esto formarse idea por una hreve reseña del así como otras muchas monografías é informes respecto de
contenido. anatomía, cirujía, obstetricia y terapéutica, fuera de escri-
Está dividido en diez libros, á cada uno de los cuales si- tos varios de ciencias médicas que, yioligloto, traduce la obra
;

guen comprobantes res}>ectivos.


los de Abercroml)ie relativa á las enfermedades del estómago,
El primero relata su nacimiento en La Guaira, sus es- la de Tissot, la de Roederer 3' AVegler sobre el morbus muco-
tudios y grados, su prisión en Cumaná, sus trabajos para la so, compendia las de fiebres por Beddoes y Armstrong,
3"

revolución de 1810, puestos que allí desempeñó, su vuelta al y de Ducamp, concerniente á la uretra que también ela-
la ;

lugar nativo y servicios prestados con ocasión del terremoto bora tratados de Obstetricia, de enfermedades de las mujeres y
de 1812, su nombramiento á la Asamblea general del Estado, los niños, de Patología 3’ Cirujía dentaria, 3’ de las enfermedades
regreso á Cumaná 3^ prisión, su viaje á Edimburgo en 1813, de los ojos; que y)ronuncia discursos 3^ da conferenciasen la
sus estudios en Eu]-opa, vuelta á América y residencia en Puer- Facultad de Aledicina y funda en Venezuela el método ex-
;

to Rico hasta 1825, sus labores científicas, su herbario, sus perimental 3^ á quien como Médico eminente se tributan ho-
;

relaciones con naturalistas europeos, destinos servidos en San nores en su ])atria 3' en Europa.
Juan, sus lecciones de historia universal allí, retorno á Vene- En el séptimo se le abre el campo de la escena política,
zuela en 1825, su elección de cirujano del Hospital Militar de donde brilla con luz esplendorosa. Los empleos, que él re-
Caracas, sus ideas religiosas, su voto en un jurado de impren- nuncia, le buscan desde 1829 en que el General Páez le nombra
ta, su matrimonio y su viudez. Prefecto del Departamento de Venezuela. Acepta el de Di-
En el segundo se le presenta como Rector de la Univer- putado al Congreso Constituyente de 1830, donde es hermoso
sidad Central, elegido en competencia con los Doctores Avila verle sosteniendo opiniones hijas de alto criterio, la integridad
3^ Narvarte; se dice loqueantes de Ahirgas había ella sido, y de Colombia 3Ua inconveniencia del decreto de expatriación
se hace el recuento de las innovaciones introducidas al reor- de El Libertador, contra la cual además yirotesta. En el
ganizarla en 1827, establecimiento de la clase de anatomía, mismo año va á Santomas, y en el siguiente, 3" desde allí
])rimera etaj)a en el progreso científico, pronunciamiento de renuncia el puésto de Consejero en él provisto por el Con-
la Universidad á favor de Colombia 3" Bolívar en 1828, y le- greso de 1831, y se retira de la política. Bolívar le había
gado que la hizo Miranda de los libros clásicos griegos de su instituido j)or uno de sus albaceas. En 1834 se proclama
Biblioteca. .su candidatura para la presidencia de la Rey)ública, eyue triun-

En el tercero hallamos al Vargas Botánico correspondién- fó, á |)e.sar de cuanto hizo para contrariarla, declarándose
dose con el yirofesor de Candolle, enviando colecciones de ])lan- desnudo de las dotes precisas yiara bien desempeñarla en aque-
tas á Ginebra, y)romoviendo aquí nuevos cultivos, recibiendo llas circunstancias. La revolución de 8 de julio de 1835 agi-
honores debidos á sus conocimientos, estudiando con A. Plee, ganta su estatura. Antes de su destierro organiza la resistencia
carteándose con Mercier, H. AV3nller de Suiza, el inglés Doc- del país, que sale victorioso. Se le restaura, y se muestra político
tor Ilamilton, Fermín Toro, el licenciado Benítez 3" el Doctor elevado. Renuncia una 3' otra vez, liasta que logra el deseado
Limardo, escribiendo sobre las orquídeas, })lantas de Puerto
3’' retiro en 1836; el Congreso le tributa honores, y más tarde se le
Rico, formando herbarios, clasificando las recogidas en el nombra Senador y Consejero de Estado.
Avila, esforzándose por fundaren Caracas un jardín botánico En el octavo se trazan su carácter moral, prácticas religio-
V viendo su nombre como Botánico inscrito en los anales de sas, costumbres, filantropía, amor á los estudios, su sabiduría,
la ciencia. su admiración con.stante á Bolívar, su nombramiento para la
Al cuarto da materia el Adargas Químico que funda en Comisión que en 1842 fué á buscar y trajo de Santa Alaría
1842 una clase en la Universidad 3" le forma un laboratorio, los restos de él, sus discursos 3’ arenga en la Universidad de
le escribe unas lecciones de Física como y)rej)aratorias, y le Caracas, en honor del Padre de la Patria.
traduce, condensándola en nueva forma, la Química })or Brande, El noveno dice relación ásu última enfermedad, testamen-
3^ le redacta de su y)uño 3^ letra las lecciones que explica to, viaje á Nueva A"ork, donde muere, y seyiractica la antoy>sia
á los más adelantados discípulos, hasta el número de 30; de su cadáver; con mención de los discursos 3' yioesías á él en-
que analiza las aguas del Batatal de Río Chico, el hierro tonces dedicados y los juicios de él por el Doctor Guillermo
especular de Cajraya, el asfalto del Delta del Orinoco; que Aíichelena, que rinde yiúblico homenaje á sus virtudes.
examina y clasifica minerales 3' })iezas geológicas de A^énezuela ;
Porel décimo incluye la enumeración de los actos
fin
que regala á la Universidad sn gabinete de Química que ;
laudatorios yUstumos decretados al hombre ilustre ywr el Con-
.suministra al Gobierno informes sobre el urao, los minera- greso, que en 1857 le aclama “Regenerador 3’ constante yn-otec-
les de Aroa 3' el manejo del alcohómetro de Ga3" Lussac; tor de las ciencias”, 3' manda trasladar sus cenizas á Caracas
<juc estudia la fabi'icación de velas esteáricas; y en su gabinete y tributarle honores fúnebres; y>or los Presidentes de la Reyni-
])articular solidifica varios aceites 3’^ })re})ara los ácidos nítrico 6 blica en 1864, 187(5 y 1877, año este último en que en el Pan-
hiponítrico. teón Nacional .se consuma su apoteosis.
Para el quinto se nos reserva el retrato de A’^argas De ella se da una de-scilyición magnífica, que menciona
Educacionista, ya en la Universidad, va en la Dirección de los yiormenores de la ceremonia desde la salida de La Guaira
instrucción y)ública, ya en el Senado, 3’a en la Pre.sidencia. Por hasta la inhumación de las reliquias, desymés de un discurso
vacar á sus ocupaciones favoritas desecha la pleni])otencia elocuentísimo, que sentimos no hallar incorymrado á los otros
en Londres. Protege la Academia de ])intura y la imstruc- documentos.
ción ])ública en 1835 v 183(1; trabaja infinito como Di- Feliz fue el Doctor Adargas en tener tal biógrafo, yior en-
rector lie ella, elabora provectos de leves orgánicas de la In.s- comiador de sus yu’ondas v virtudes á un Doctor Ildefonso
trucción JMblica y de los colegios nacionale.s, 3' sobre el estable- Riera Aguinagable, ywr relator de la ay>oteosis á un Doctor Je-
cimiento de la educación ¡n-imaria; colabora con la Junta sús Alaría Alorales Alarcano.
de la Universidad, v en los estatutos del colegio de Chaves El Ifoctor Laureano AJllanueva, conocido ventajosamente
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS
que se avanzar siempre, lo cual es condición inapreciable en toda
ciencias y practicas á
como escritor, y versado en las
obra literaria.”
los individuos
dedicó su protagonista, era sin duda uno de ^
austera quizás podrá echar de menos en al-
objeto que desenipp'ió superiormente “La crítica
«nás idóneos para el
gunos capítulos de este libro, la serena a])acibilidad del na-
Tenemos á la vista la segunda edición, lieclia en lbbo,^de
hoy Nueva Esparta o rrador absolutameuíte imparcial tal vez el filósofo observará
la “Historia de la Isla de Margarita,
;
,

General Juan B. Arismendi y de la spiora en ella cierto dejo amargo, resultado sin duda de patriotismo
“Biografías del
Mariano de Briceño. La exaltado; es posible que haya cuadros de uu colorido demasia-
Luisa Cáceres de Arismeiidi, por
Académico de la lengua, do vigoroso, en que los Españoles tienen siempre la peoi parte
antecede un muy discreto prólogo del
mérito
El tema está desarrollado en ciento pero estos pequeñísimos lunares, cpe en nada afean el
«eñor J M. Maiiricjue. explicación.
nueve más de notas de la obra, tienen fácil
noventa y dos páginas, con treinta y ^ _

“Cuando el Doctor Briceño escribió esta historia, todos


ampliativas del texto. a la exaltación pa-
estudioso jurisconsulto, sujeto los escritores Americanos pagaban tributo
Fue el Doctor Briceño
periodista ilustrado que penetia- triótica,porque aún manaban sangre las úlceras de las víctimas,
de opiniones independientes, üún do cicj^uol dr3,nici atcricidoi, de
vivÍRii los ¿ictoros
cuestiones políticas, manifestinido siempie porc[U6
ba fácilmente en las
que uno y otro bando agotaron
en sus juicios. aquella lucha en
titánica,
ami)lio conocimiento de ellas y gravedad incurrieron
todos sus esfuerzos, exhibieron todas sus virtudes é
^

Por diverso linaje de razones le excitaron sumo interés


en todas las faltas; aun humeaban amenazantes las iuina.s
las vicisitudes de la guerra de la Independencia
en la Isla de
de aquel cataclismo; aún corrían las lágrimas de las viudas y
Margarita, cuyos hechos le han conquistado con sobra de
jus-
que hoy lleva oficialmente. huérfanos, y se oía la voz gemebunda de la patria entris-
ticia el nombre de Nueva Esparta,
oído_ atento
tecida, no dejando vagar al ánimo para poner
Bien exigían trabajo especial y concienzudo los esfuer- de la completa imparcialidad,
incesantes y recias solamente á la voz inflexible
zos de aquellos insulares por rechazar, con
huestes españo- que acalla afectos, combate simpatías, domina pasiones, en
peleas, los ataques de numerosas y aguerridas
aras de la justicia estricta. Todavía la esponja de la
tole-
mas contra ella cuanto la
las, cuyos jefes se ensoberbecían tanto
rancia no había borrado benévola los rasgos vigorosos que
en
población escasez de pertrechos de^ la Isla les hacían
pequeña y hechos á la medi-
dominarla el cuadro de la contienda exageraban los
parecer como buenamente asequible el propósito de
afirmaba su estado de incomunica- da del sentimiento nacional aún estaba^ abierto el ^abismo
;

por entero; idea en que los


imposibi- amenazador en que se hundieron tantas victimas, y que luego
ción con los compañeros dé causa, y la consiguiente
de vadeó el instinto fraternal, y han colmado hoy los lazos de
lidad de obtener de éstos ni auxilios bélicos, ni otra especie los hijos heroi-
la amistad y del afecto, que existen entre
concurso. _
cos y la gloriosa madre.”
. .

Proporcionaba igualmente al Doctor Briceño íamiharidad


"“Además de estas poderosas razones que abonan al historia-
con los sucesos que narra, su conversación incesante acerca de la empresa
los que j>re- dor, debe advertirse que él acomete y lleva á cabo
ellos con su suegro el General Arismeiidi, uno de
de desvanecer los cargos de crueldad hechos al General Juan
sidieron las tenaces y gloriosas luchas, y que por lo mismo
po.seía

tradiciones que liabría sido dificultoso recabar de Bautista Arismeiidi, por haber sido, en su carácter de Jefe
elementos y
ningún otro.
de Caracas en 1814, el ejecutor de terribles represalias de
t renovar heridas, y
la parte agraviada y naturalmente debió
- i

También la esjiosa del General le instruyo individual- ;

lastimar recuerdos y remover cenizas para ^indagar la causa


mente de los trances del terrible episodio que la concieine.
explicación de aquellas medidas. De ahi^ la necesidad de
El historiador se propone, no sólo individualizar los acon- y
perseguir con acuciosa perseverancia la negra historia de los
crí-
tecimientos de la Isla y la extraordinaria ])articipacion del completo
menes enemigos de pintarlos con subidos colores y
General Arismeiidi en ellos, sino también y principalmente y
vindicarle de las acusaciones de crueldad en el cumplimiento
relieve.”
han “Deudo de la heroína y del héroe de quienes escribe la
estricto del formidable Decreto de guerra á niuerte que
otros historiadores. Después de es})ecificar historia, autor
el en esta empresa tenía empeñado su inge-
lanzado sobre él
nio y su corazón.”
los móviles que justificaban la rigorosa medida, el autor
de-
muestra satisfactoriamente que el General Arismeiidi no hizo Es de saber que el Doctor Briceño no solo se muestra
rigoroso cuando aprecia la conducta de Bolívar, á quien
por
sino obedecer en Caracas, como el señor^ Leandro Palacios en muerte del Gene-
otra parte admira, en la prisión, juicio y
La Guaira, las órdenes perentorias recibidas de Bolívar que, ;
condenadores
ral Piar, tomando puesto entre los acérrimos
lejos de propasarse en su observancia, limito sus efectos hasta
de tales actos, sino también al rastrear el origen de
ellos y
donde le fue posible; y que dichas acriminaciones descansan
en frívolos dichos, que no deben encontrar apoyo en la pluma en otros puntos, acreedores á graves disquisiciones.
Observa eso mismo que Porción muy conmovedora de la obra es la que cuenta
de un escritor serio y circunspecto. señora Luisa de
la serie de penalidades y tormentos de la joven
hubo exageración en el número de los sacrificados, el cual no padre un herniano, y sin
Arismeiidi, desde que, asesinados su y
fue de 1806, en que lo fija Restrepo, sino de poco más de 800,
más compañía que la de su madre y otro menor se vió constre-
á saber, 518 en La Guaira y el residuo en Caracas.
Advierte que los censores se han cebado en la persona ñida á emigrar, y fue llevada a Margarita, donde el enlace con
ocul-
del General Arismeiidi, desentendiéndose del Coronel Leandro su novio le prej)araba más infortunios. Se castigo en ella la
tación después la actitud bélica de su marido, recluyéndola
Palacios, sin embargo de que los fusilamientos ejecutados por y
en un sometiéndola a infinitas privaciones^} miserias,
el último en La Guaira superaron con mucho á los que el pri-
castillo,

mero efectuó en Caracas. Le asombra ademas que hayan guar- trasladándola luego á las bóvedas de La Guaira, á Caracas, y _

en fin á Cádiz, en donde, aliviados sus padecimientos y


dis-
dado silencio respecto de las proezas que el General Arismeiidi á efecto con el auxi-
llevó á cabo en los años de 1814, 1815 y 1816, que tanto le mag- puesto un plan de fuga, lo llevó felizmente
lio de algunos amigos, que la hicieron embarcar
en un buque
nifican, y que le granjearon extendida y temprana lama por Eu-
ropa; fama nacida delos hechos de que formó historia especial Americano destidado para Eiladelfia, de donde llegó a Marga-
inartirio.
el Doctor Francisco Javier Yanes. rita cuatro años después de principiado su atroz
Corriendo año de 1877, salió a luz en París la Biogia-
También aspiró el autor á desagraviar la memoria del el
” por Jacinto R. Pa-
señor Nicolás Briceño, otro deudo suyo, á quien cree que se ha fía del Mariscal Juan Crisóstonio Falcón

juzgado con severidad exagerada y por tanto injusta. Con chano; obra de cuatrocientas ochenta páginas, honor de la
ese fin presenta crecido número de razonaniieutos, observa- República que produjo varón tan calificado y sin par mag-
ciones y ejemplos. nánimo, y del escritor que acertó á realzar sus glorias, hasta el
Adoptamos los siguientes conceptos del señor Manrique, punto de merecer encomios de V íctor Hugo.
por lo acertados. El mismo ha seguido la tarea, y le ha puesto digno com-
“Abunda esta historia en datos curiosísimos y pcrmenores plemento, con la refutación de los que han tratado de amen-
de gran interés, y su narración ingenua y fácil cautiva al lec- guar las nobles prendas del héroe coriano.
tor, conduciéndolo de acontecimiento en acontecimiento cada Es fama que la sabia pluma del Doctor Ildefonso Riera
A^ez más interesado en ella, de modo que éste sólo desea
Aguinagalde, tan demócrata como subido orador, esciibió los
X HISTORIADORES DE VENEZUELA

hechos del procer de la independencia General Francisco Me- nos de la procedencia 3" pruebas de la autenticidad de estos do-
jía libro que se ha ocultado á nuestra diligencia, })orque per-
;
cumentos, de los cuales no se tuvo noticia en Venezuela hasta
manecerá inédito. 1888, cosa Cjue él mismo extraña, afirmando que el protocolo de
El señor Doctor José María Rojas, Jurisconsulto, Oficial de la conferencia no se había publicado antes de dicho año.
Instrucción pública en Francia, Miembro de la Academia V ene- Como C|ue se trasluce haberse tomado del archivo del Ge-
zolana Correspondiente de la Real Española de la lengua. Ex- neral Miranda.
ministro Plenipotenciario de la República en las Cortes de No es de ponerse en duda su verdad, porcpie, atentas las
Londres, de París, y de Madrid, primer compilador de las circunstancias, no se concibe c^ue él se hubiera considerado
obras venezolanas de prosa y verso, y residente desde hace mu- con autoridad para firmar un acto que destruía de una vez el
chos años en Europa, publicó en París, en el de 1884, un libro edificio de la naciente República elevado á tanta costa, y los
que se intitula “ El General Mi- planes de inde})endencia que ha-
randa. ” En las primeras sesenta bían venido arraigándose en Ve-
y seis páginas describe la vida de nezuela, con el peligro además de
aquel expectable varón y eminen- C{ue España, como sucedió, tomara
tísimo repúblico, y en las demás, atroz venganza de los autores 3'
basta el número setecientos ochen- cómplices del malogrado movi-
ta y dos, inserta muchedumbre de miento.
documentos que constituyen irre- En la })laza del panteón de Ca-
fragable prueba de los altos ser- racas le fue erigida una estatua
vicios por él pre.stados á la Causa en 1883; 3 en 1889 el Gobierno
^

de la Libertad en general, y par- envió á la Ex}) 0 sición de París


ticularmente á la de la Inde|)en- con nuestro querido amigo, recién
dencia de His])ano-América. muerto por desgracia. Doctor An-
De semejantes testimonios re- drés A. Silva, el libro en francés
sultan completamente desvaneci- dispuesto por otro sentido lite-
das las acusaciones hechas al Ge- rato, Doctor Arístides Rojas, en
neral Miranda por la desgraciada que se juntaron testimonios de
campaña de 1812, que dió en tie- aprecio 3 admiración al General
"

rra con el primer orden de cosas 3



sabio Francisco Miranda, con
establecido por los independientes más su correspondencia, notas ofi-
en 1811. Se le acriminaba seña- ciales 3 proclamas en la época
’’

ladamente por la capitulación que de la Revolución Francesa, de la


celebró con el Jefe realista Mon- cual y de la Anglo-americana,
teverde, y C|ue dió margen á su- triunfante en 1782, fue benemé-
mo descontento de los patriotas, rito, 3 su banda 3 bu.sto
' " todo lo
;

y fue causa de su arre.sto y de que ocupó en el respectivo Palacio


su posterior caída en poder de los (te la fiesta lugar conspicuo, y ob-
femeirtidos enemigos, y de su tuvo el reconocimiento del enton-
encierro en un calabozo de Puer- ces Primer Magistrado de aquella
to Cabello, de donde fue llevado ilustre nación señor Sadi Carnot,
al Castillo del Morro de Puerto víctima en junio último del furor
Rico, y finalmente al Arsenal de un anarquista.
DOCTOR -ARÍSTIDES ROJAS
Gaditano de la Carraca, donde per- Ha 3 una Biografía del General
"

maneció, víctima de rigoroso cauti- José Ensebio Acosta, impresa en


verio, hasta el día de su muerte, 1885, de cu 3m mérito puede juz-
(pie fue el 14 de julio de 1816. garse sabiendo que procede del Doctor Aníbal Domínici, ex-
Ahora bien, consta que el General Miranda no ])rocedió ministro de Instrucción Pública, jurisconsulto de nota, co-
por sí solo en el grave asunto de la capitulación, sino (pie mentador del Código de comercio 3 del civil, académico de
"

tuvo una conferencia secreta con los miemljros del Poder Eje- la lengua, cultivador de estudios históricos y gramaticales,
cutivo Federal, el dijnitado del Congreso y mayor /leí Ejér- novelista, dramático y catedrático de derecho en la Univer-
cito, un funcionario del Poder Judicial de la Provincia de sidad Central de Caracas.
Caracas y el Director General de Rentas; y que, habiéndoles Para bosquejar la vida del señor Santos Michelena, hacen-
descrito al vivo la situación, expuesto sus miras y pedídoles dista, diplomático, estadista lleno de virtudes, talento, instruc-
consejo, quedó resuelto por unanimidad que se llevara á ción V experiencia, 3 que dejó luminosas huellas de sus })asos
"

cabo una cajiitulación con el enemigo. Además de haberse ])or la vida pública, formó un libro apreciable su hijo el .señor
liecho con tal acuerdo jirevio, ella fue confirmada con la ulte- Tomás Michelena.
rior ratificación del Gobierno. Por tanto, es á éste á quien Muchos de .sus últimos años empleó el Doctor Aristides
incumbe la mayor suma de responsabilidad del acto y sus Rojas en e.sclarecer nuestra antigüedad, ])oniendo especial cui-
consecuencias. El resi)ectivo })rotocolo de la conferencia apa- dado en el examen de los rasgos característicos y anécdotas de
rece tíi'inado en el Cuartel General de La Victoria, á Bolívar, y tradiciones al mismo concernientes. Había contra-
12 de julio de 1812, ])or los señores Francisco de Miranda, tado, y estaba pendiente cuando falleció, la publicación de cre-
Antonio Fernández de León, Francisco Espejo, Juan Germán cido número de los cuadros llamados por él “ Orígenes hi.stóri-
Roscio, Francisco Paúl y José Sata y Bussy. Fue el Generalí- cos. ” Su lamentada muerte lo interrumpió todo; mas es de
simo ({uien consultó el medio de la negociación con el Coman- creerse (|ue no serán perdidos sus numerosos trabajos que, co-
dante de las fuerzas enemigas, como necesario en las ptligrosas mo él decía, convergen á un centro: la historia patria. Las
circunstancias en que se hallaba la libertad de Venezuela, ])ara letras lloran .sobre tamaña pérdida, (pie las ha privado de una
asegurar las personas y pro})iedades de todos los que áun no mina abundantísima.
habían caído en manos del enemigo, proponiéndole un armis- Corre con él j>arejas el señor General IManuel Landaeta
ticio y la corres])ondiente estipulación c|ue hiciese cesar el derra- Rosales, que también siega el mismo campo, 3' recoge abundosa
mamiento de sangre y trajese la ])az conforme á la mediación cosedla. Pondremos en jirimer lugar su “ Gran recopilación
ofrecida y publicada ])oi la generosa Nación Inglesa, ó su Go- geográfica, estadística é histórica de Venezuela ”, empezada á
bierno. El acta expre.sa (pie contestaron todos adhiriéndose á publicar por disposición del Gobierno de 1880, 3 que encierra
"

la proposición del Generalísimo, y dejando á su jirudencia y te.soros de datos importantísimos, no sólo jiara los funcionarios
jiericia militar 3 política la ejecución 3 cumplimiento.
’^ ^ de la nación, sino también para los .simples ciudadanos que no
De sentirse es (pie el señor Doctor haya omitido informar- (juieran mostrarse ignorantes de su país.
POR EL DOCTOR RAFAEL SEIJAS XI

A semejanteobra han sucedido muclias y muchas del mis- — Bioírraíia del Preslntero señor Doctor José Manuel Ale-
ellas algunas ^¡erteuecientes a cuestiones gría, por mismo.
el
mo compilador, entre
sobre la sepultura V paradero de los restos del
General Eze- — Bioo'rafía del Presbítero señor Doctor Cecilio Avila, .Io.se

ha entrado por la prensa en i)olé- })or el mismo.


quiel Zamora, para lo cual
i^^icas.
—Títulos de AAnezuela en sus límites con Colombia, por
r. 1 1 n 1
Doctor Julián Viso.
sus últimas labores citaremos la Biografía deJ General
,
el
De
Crespo, cjue compuso en 1893, y el primer tomo de
los docu- — Perfiles Venezolanos señor Felipe Tejera.
])or el

mentos (]ue deben acompañarla, impreso en 1849.


— Biografía del Coronel por señor Julio Calcaño.
-lugo, el

Por no prolongar demasiadamente este artículo, habremos — La familia Jugo, por Doctor Eduardo Calcaño.
el

de limitarnos á enumerar sólo por su título otros libros ó folle- — Biografías de señores Fermín Toro, Valentín Espi-
los
nal y del Ilustrísimo señor Mariano
tos,inclusive algunos antiguos, sobre
Fortique, Obispo de Guayana, por
el particular que nos ocupa, y que
^ el señor F. Núñez de Aguiar.
ó hemos visto, ó han llegado á nues-
tra noticia. Antes de todo, séanos
_
— Biografías de Próceros, por el
señor Félix Soublette (inéditas).
permitido expresar nuestro senti-
miento ])Or la })érdida que en 1814,
— Escritores Venezolanos, por el
señor Doctor José M? de Rojas.
y á causa de
familias de
la emigración de las
Caracas, hizo de sus baú-
— Historia de Bolívar, por el
mismo.
les y papeles, en los cuales había
más de treinta pliegos de la Histo-
— Bosquejo histórico de Venezue-
la, desde Í830 hasta 1888, por el
ria de la Revolución de Venezuela
mismo.
que estaba escribiendo, el insigne
patriota señor Licenciado Miguel Jo-

Vida del General Francisco Mi-
randa, por el señor Miguel Tejera.
sé Sauz.
Se publicaron algunas entregas de
— Noticias históricas de Tierra
la obra, que se dice estar completa.
Firme, por Fray Pedro Simón.
— Décadas de Indias, por Herrera. —
Vida del General San Martín,
por el mismo.
— Historia de Indios, por Ovie-
los

Compendio de la Historia de
do y Valdez.
Venezuela, por el señor Alejandro
— Historia corográfica, natural y Peoli.
evangélica por Padre Caulín.
el
—Viaje á regiones equinoccia-
las
—Compendiode la Historia de
Venezuela, por la señoi’ita Antonia
les,por A. Humboldt.
— Diccionario geográfico, por Al- Esteller.
— Com|)endio de la Historia anti-
cedo.
gua de Venezuela, por los señores
— La Guayana ilustrada, por el
Baralt y Urbaneja.
Padre Gumilla.
— Historia de antigua provin-
la

Compendio de la Historia de
Venezuela, por el señor Amenodoro
cia de Venezuela, por
y Oviedo
Urdaneta.
Baños.
— Historia de las misiones de los

Compendio de Historia Sagrada
por el mismo, con aprobación de Su
llanos de Casanare, y los ríos Ori-
Santidad.
noco y Meta, por el Padre Juan Ri-
vero.
— Biografías de varios hombres
públicos, por el señor Rafael Her-
— Los indios Caribes de Venezuela, JACINTO RECIÑO PACHANO
nández Gutiérrez.
por Borreguero.
— Historia de Indios,
los por Fray —Trabajos por señor históricos, el
Vicente Coronado.
B. Las Casas.
— Memorias del General Miller. — Historia de Venezuela, por Doctor Núiiez de Cá- el J.

— Leyes de Indias. ceres, (inédita).


—Memorias del General Rafael Urdaneta, por Ameno-
— Colección de tratados de Calvo.
—Viaje á parte oriental
la de Tierra Firme, por Depons. doro V Neptalí Urdaneta.
del Ilustre prócer General José Ignacio Pulido,
— Correo del Orinoco, 1818 á 1821 por L. Ramos, I por —Biografía
( ), J.
Doctor Lucio
.

Pulido.
A. Zea, G. Roscio,
J. Mendoza yC. M. Salazar. J. el

— Memorias del Doctor Pedro Gual. — Biografía del General Venancio Pulgar, por señor el

— Biografía del Libertador Bolívar. Barret de Nazaris.


— Esbozos de Isla de Margarita, por Andrés
— Correspondencia del General Miranda. — mismo
A. Level.
la

—Historia de Colombia, por Restrepo. Tradiciones de Margarita, por


— Nomenclátor de Venezuela, por Alfonso.
(Apuntes). el

— Descripción de honores fúnebres consagradosFermín


los á
— Pasado de
los
A^enezuela, por Luís
mismo. el
J.
restosdel Libertador Simón Bolivar, por señor el

Toro. — Estudios señor Pablo Giuseppi.


históricos, [>or el

— Historia de Terreros, sumario político — Perfiles


(inédita). biográficos del General José T. Monagas, por
— Exploración por señor
oficial, FranciscoelMichelena y Domingo Ramos. S.
— La abnegación, lealtad y clemencia de un soldado la la
Rojas.
— Biografías de varios próceros, por señor Doctor Jesús elde Colombia,

por
E.studios
mismo.
histórico-políticos, por
el
señor D. A. Olava- el
María Morales Marcano.
—Guei’ras de Margarita en octavas ( por señor (Luís Ruíz).
reales), el rría,
— Biografías de Carabobeños, por señorpor González Guinan. el
^ ,
• /

Gaspar Marcano.
— Biografía del Licenciado Don Miguel José Sauz. —Historia del Gobierno de Rojas Paúl, señor Fran- el

— Certamen del 28 de Octubre de 1878. cisco González Guinán.


— El Evangelio Liberal, por señor Antonio Leocadio
— La Exposición Nacional de Venezuela en 1883, por Guzmán.
el el

señor Doctor Adolfo A. Ernst.


— Apuntes sobre Táchira, por G. Villafañe.
el J. — Datos históricos suramericanos, por mismo.Suárez (en el

— Historia del Poder por señor


Civil,Juan V. Gon-el —Historia de
prensa
Música, por señor Jesús M*?
).
la el

zález.
XII HISTORIADORES DE VENEZUELA

— iMisayo sobre el Arte en Venezuela, por el General Ra- — Ofrendas literariasen el centenario de Bolívar.
món de la Plaza. — Biografía de Vicente Marcano, por Doctor Ga.spar
el
— Tradiciones populares, por el Doctor Teófílo Rodríguez. Marcano.
— Vida de los Obispos de Mérida, por el Pro. Doctor Enri- — Hombres de revolución de 1893,
la señor Lozada
poi- el
que jVP? Castro. Piñeres.
Historia de Barinas, por el mismo. — Lecciones orales de historia, por Dr. E. M. González.
el
— Un Cura santo, por el mismo. — Resumen de vida militar y política del Ciudadano
la
— Pío VII y Napoleón I, por el mismo. Esclarecido, General José Antonio Páez, por el señor Tomás
— Historia contemporánea, })or el General Luís Level de Michelena.
Goda. —
Apoteosis de Páez, por el Doctor Laureano Villanueva.
— Apuntes para la Historia patria, por el señor Miguel José —
A})oteosis de Páez, por el señor Marco-Antonio Saluzzo.
Romero. —
Memorias de la Academia Nacional de la Historia.
— El Libertador de Sur-Ainérica, porGuzmán Blanco. —
Rasgos biográficos del Mariscal de Ayacucbo, por el señor
— La Causa General Guzmán Blanco.
liberal, ])or el Vicente Pesquera Vallenilla, (se está haciendo la 2? edición).
— Biografía del Prebendado señor Leandro Aristeguieta, por —
Etnografía precolombiana de Venezuela, Valles de
el señor Cabrales y Cabrales.
S. Aragua y de Caracas, por el Doctor Gas])ar Marcano, 1889.
— Médicos Venezolanos, por señor Doctor José M. de
el París.
los Ríos. —Etnografía precolombiana de Venezuela, Región de los
— Geografía é Historia del Zulia, por señor Sánchez.
el S. raudales del Orinoco, })or el mismo, 1890. París.
— Anuario del Zulia, por mismo. el —Apuntes estadísticos de los Estados.
— Historia de Venezuela para niños, lecciones extractadas —Documentos de los Estados.
j)or Socorro González Guinán y aumentadas por Santiago Gon- —
Actos del Congreso y del Ejecutivo Nacional.
zález Guinán. —
Diarios de los debates legislativos.
— Diccionario geográfico, estadístico y biográfico
bi.stórico, —
Memorias anuales de los Ministerios, del Gobernador
del Estado Lara, por Telasco A. Macpherson. del Distrito Federal, del Consejo de Gobierno, de la Alta Corte
— Diccionario biográfico del Estado Miranda, por mismo. el Federal, de la Corte de Casación y del Gran Consejo Militar.
— Exposición universal Colombina de Chicago. Los Es- —Libros, folletos, hojas, periódicos, y demás publicaciones
tados Unidos de Venezuela en 1893. particulares.
— Documentos en honor del Gran Mariscal de Ayacucbo Todo esopuede servir para la historia de Venezuela que
coordinados por la comisión, que nombró de su seno, la Acade- estáen vía de formarse, y ha menester el apoyo del Gobierno,
mia Nacional de la Historia. que continúa prestándolo patrióticamente.
A ANDRES BELLO
I.A ASOCIACION VENEZOLANA 1>E LITERATURA, CIENCIAS Y BELLAS ARTES
LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA
ESTXJDIO SOBEE S XJ B B, O <3- E E S O ^ EST E O ^ C X XJ -A. E
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI LRITO

I Agréguese á esto, la inclinación natural en el hombre,


Arduo empeño será siempre dar una idea, siquier su- llevada á la exageración por el venezolano, de dar más crédito
cinta, de los progresos y estado actual de la Poesía entre nosotros. á la palabra altisonante que al hecho *mudo, y al simple aserto
En esta dulce patria, quién más, quién menos, todos somos que á la demo.stración requerida, y se verá que la crítica
poetas. Familias hay que parecen nacidas en las cumbres del bien intencionada tampoco tiene objeto ni el autor estudiado
:

Parnaso, y casas llamadas sin lisonja y casi con propiedad la acepta, ni el público en su pereza de inquirir y juzgar
nidos de ruiseñores. Ynada de extraño ha de parecer esto, le consagra jamás un instante de seria consideración: más holga-
si consideramos que, por una parte, nación harto joven, no do y obvio es tolerar y aun reconocer y aplaudir generosamente
podemos sino estar en las primeras, fáciles y espontáneas cuantas falsas reputaciones se levanten. Así, cualquiera que
manifestaciones de la vida intelectual y por otra, que en nues-
;
se improvisa entre nosotros General, Doctor, hasta sabio, ve al
tros corazones bulle sangre de aquella estirpe, toda poesía, punto que sus simpatías y relaciones se apresuran á tener-
(jue brotó de la raza árabe en las fecundas márgenes del con- lo y preconizarlo como tal. Si el título adquirido tan fá-
quistado Betis. Con esos precedentes mal podríamos rpcojer cilmente es de literato, la vanidad se supina basta el ensi-
las riendas á la imaginación y excusarnos de prodigar, como mismamiento el individuo no piensa cosa que no le parezca
:

lo hacemos, sin tasa ni medida, sus encantadas concepciones. digna de ser e.scrita, ni escribe nada que no juzgue digno
De aquí, que en nuestra bibliografía habrán de aparecer más de la publicidad. La inq)renta recibe luégo una larga serie
colecciones de versos que de obras de cuakpiier otro género. de artículos haladles, esmaltados de tropos extravagantes y
Reducir esas legiones á los breves términos de un ar- chillones, vulgo sublimes, por lo incomprensibles; y tenemos
tículo de .seis ú ocho páginas, ya sería un extremo toar de en definitiva que cuánto sale de manos del literato es oro
forcé, si no se empeñara en hacerlo casi impo.sible nuestra y perlas y que, nuevo Miguel Angel, él, con tres ó cuatro
presunción legítimamente española, irritable en todos, ora por- rasgos produce cálamo cúrrente, obras que se disputan los
que se les calle, ora porque se les juzgue. conocedores. Y gracias, si Incgo nos \íi hace (\e\ plaudite sfulH
XIV LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA

atribuido á Don Esteban Pero ni he de echar sólo


Manuel de Villegas ! En á este siglo y á los actua-
tal situación atrévase uno les parisienses la carga de
á decir siquiera que iro esa poesía resonante, como
entiende, })ara que le llue- habré de llamarla. Nó; ya
van los títulos de igno- los griegos tuvieron por
rante, atrasado, envidioso, acabada expresión de la
etc., ¿ cómo tener enton- tan célebres can-
lírica los
ces franca libertad para tos de Píndaro, descosidos
juzgar según el leal saber y oscuros al grado de que,
y entender? si previamente no se to-
Habría, es cierto, un ma noticia del propósito de
modo de hacer })asar los cada uno, mal puede luégo
escozores de tal juicio, y entendérselos. Creo que
yo, bailándolo justo, no nadie, al pretender que se
vacilaría en admitirlo al los explique, pueda recibir
mirarme ol)ligado : sería otra respuesta que la enu-
como premisa
establecer meración misma de los
ma}^!’ que en Venezuela hermosos, pero desatados
los que se resuelven á op- conceptos que sobre ven-
tar emj)eñadamente por el cedores, pueblos y Dioses,
lauro de Apolo casi siem- prodiga sin tregua ni des-
pre logran alcanzarlo. Los canso el arrebatado |)oeta.
versos que se imblican en Ni más ni menos que lo (|ue acontecerá con no pocas pro-
nuestras revistas literarias ducciones de algunos poetas nuestros, cautivadoras por la
se insinúan por lo general muy gratamente, y aun llegarían á rotundidad de la estrofa, la resonancia de las palabras y la
cautivarnos, si se les encontrase la factura y tendencias de brillantez de las imágenes, pero sin sentido asequible, sin uni-
intencionados poemas. Pero no la holgura del numen, que
: dad, .sin alma. Ciei'to, que en el caso de Píndaro se tiene la

no quiere tolerar disciplina ni freno, y más (]ue todo el res- excusa del entusiasmo que es arrebatado y por lo general
peto desatinado á modelos, que en modo alguno debiemn falto de calma y asiento; pero, tratándose de nuestros poe-
serlo, hacen que no nos curemos de dar á nuestras compo- ta.s, ¿cómo admitir que asuntos manejados, conforme lo pide

siciones el sentido y propósitos que ha de pedirles luego la su índole, en placidísima calma aparezcan en la expresión con
lectura de quien no puede estar en cuenta de las circun,stancias aquel facticio desorden? Nó, nadie podrá hallar nunca justi-
que urgían al autor, y que, por conocidas de él, le permitían ficado que la mente aparezca exaltada hasta el arrebato nebu-
muy justificadamente elipsis y reticencias que para el sinqrle loso de Píndaro cuando se trata sólo de pintar la naturaleza
lector }>erturban, dificultan y aun embrollan y borran todo en su apacible serenidad. La pasión misma arrebatada y vo-
el sentido. raz tiene en Safo, que es otro gran modelo, su lógica, su ila-
Por nuestra índole un tanto oriental nos ocupamos más en ción y sus grados racionalmente seguidos. Así, cuando se la
las galas y sonoridad de la estrofa que en el sustantivo de la lee, se columbra desde la primera estrofa el pasmo de la últi-

com])Osición; podría decirse que casi nos esmeramos únicamente ma. No sucede allí como con los que anteponen el ritmo ó la
en hechizar el oído con dulces cadencias y en deslumbrarla rima al plan adoptado, y anunciando que nos llevan á las
fantasía con hermosas imágenes, sin cuidarnos de dar al juicio, Hespéridas, urgidos por el consonante, tuercen el rumbo y nos
sosegadamente activo, el pasto de breves momentos. Cuando desembarcan, cuando menos lo esperábamos, en una playa hi-
entre nosotros se leen ciertas composiciones poéticas se asiste á perbórea tan extraña como desierta.
una verdadera fantasmagoría, se oyen, y casi como que se ven,
II
cascadas de perlas cayendo sobre sonorísimos cristales; pero
ah! lástima de esmero y arte! todo ese hechizo desaparece al Revelados esos escrúpulos para inteligencia del lector y hon-
cesar la lectura. Ningún recuerdo queda de tantas bellezas, y rada satisfacción mía, decido }"a principiar, y lo haré declarando
aquellos instantes han volado como los discurridos en un grato desde el primer instante mi escaso conocimiento de nuestra poe-
ensueño, cúmulo de encantadoras imágenes sucediéndose ca- sía anterior á la gloriosa guerra que nos separó de España.
prichosamente sin ilación ni plan. Y
fácil es de comprender- Apenas si he oído mencionar alguna vez las picarescas dono-
.se tan efímera fruición, sise recuerda que el galimatías, tan fa- suras del Padre Eguiarreta, las escocedoras maledicencias de los
vorecido por el vario acento y la sonora fluidez de nuestro her- vejámenes universitarios y uno que otro cantar e})igramático sal-
mo.so idioma, obra en nosotros con irresistible magia. Ya, si vado por la tradición, ninguno de los cuales, sin embargo, po-
los oídos, sin complicar al cerebro, se dejan insensiblemente he- dría pasar, sino como muestra de que para la época no era des-
chizar ¿qué mucho que se di.sipen horas enteras, oyendo con conocido el arte de rimar. Verdad es que, estancada y corrom-
agrado á cuantos hablen, curándose más déla música délas pida la literatura en la propia península, no debía sentirse,
palabras que de su sentido? aquende el Atlántico, inclinación ni estímulo suficientes para
Nos olvidamos harto voluntariamente de que cuanto se dar.se á la poesía y aspirar á sus lauros.
habla ó escribe }>ara que se a.sga al cerebro tiene que ser, no en También en la última mitad del siglo XVIII, como es sa-
absoluto un raciocinio, pero sí un razonamiento lúcido y bien bido generalmente, la literatura francesa privaba en todo el
seguido, que deje la impresión de una clara y definida inteli- mundo, menos .sin duda en la América española, donde el es-
gencia, Y por no atender á esto ¿cuántos, que poseen verdade- tudio de idiomas estaba limitado al latín. Eso no obstante, ya
ramente lastres condiciones exigidas por Horacio, aparecerán en los últimos años de aquél y en los primeros de éste, se men-
en este estudio sólo como nombres cuestionables, que mi in- cionaba como poetas al canónigo Montenegro, á García de Sena,
dulgente patriotismo ó mi escaso buen gusto ha dejado des- á Salías, á Tejera, á Nava.sSpínola, á Ramos, á Bello y otros, de
lizar? Por fortuna para éllos, y aun más para mí, ocurre los cuales apenas los dos últimos adquirieron sólida y verdadera
de súbito una incontrastable excusa: los Parnasianos, que fama.
meten tanto ruido en el mundo, admiten como suprema poesía Ya iniciada la guerra de la Independencia, á excitar á los
los versos simplemente musicales, capaces de producir esa va- patriotas que combatían, á cantar sus proezas y á lamentar sus
guísima fruición que he mencionado. En esa e.scuela, pues, martirios, fue á cuanto estuvo reducido todo el movimiento lite-
coloco desde ahora á los ruiseñores y cisnes que se me rechacen rario de la época. El Licenciado Don Gaspar Marcano llevó
y que por fortuna van haciéndose raros, gracias á la oportu- su entusiasmo hasta hacer una ci'ónica en verso de las hazañas
nísima invasión del naturalismo tomado, por .supuesto, en la de los margariteños y el coronel Quintero (Don Juan José)
;

]>ropia y debida acepción. cantaba las de los cumanesessus paisanos, en. llanas improvisa-
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XV

dones, que no dejaban de menos acusan las extra-


tener colorido y movi-
el vagancias de la época.
miento que podía darles Y la que nos ocupa tu-
su conciencia de actor en vo las suyas. Lozano, que,
aquellos combates. como lo demuestran sus
Siguieron por el mo- escasas odas, tenía una
mento disturbios, va-
los musa levantada y apta
cilaciones y malestar aca- para la más esplendorosa
n-eados por la disolución lírica, prefirió hacer ver-
de Colombia y el sólido sos gemebundos y lasti-

establecimiento de Vene- meros en que se quejaba


zuela, como también, más falsamente de un destino
tarde, la revolución lla- cruel y desleía el contra-
mada de la Reforma, y los sentido calderoniano de
espíritus no lograron la que la mayor ventura j)a-

calma precisa para pensar ra mortales sería no


los
en los lauros de Helicona haber nacido. Pues de
ó en las rosas del Pierio. ahí que se levantase un
Apenas si el inolvidable contagio de desdicha, y
Cajigal escribía algunos que de los cuatro puntos
romances y anacreónticas cardinales no llegasen sino
en el estilo de Meléndez lamentos y ayes que, por
Valdez, y señor Talavera, Obispo
si el
fortuna, no eran signos ele catastroie
alguna. Tuvimos, pues, con una co-
de Trícala, publicaba, bajo pseudó-
nimos, sonetos pálidos que nuirca lla- secha de Lozanistas, un buen período
maron la atención. de llantos que terminó ])or hacer mo-
Pero de 1840 á 46 nuestra cultura nótona y fastidiosa aquella literatura,
crece y se lozanea, y surgen á la
en la cual no escasean, por cierto,
lectura de todos las poesías de Fermín
ohras de mérito y singular atractivo,
Toro, Rafael M. Baralt, Cristóbal Men- como podrá haberlas en toda sazón,
doza, Juan Vicente González, Luís ya que el principio de que es helio lo
Alejandro Blanco, los dos Maitín, José que place también será siempre de ri-
Antonio y Fedeidco, Abigaíl Lozano, gurosa exactitud. Lástima, que poí-
Manuel Manrique Jerez, García de no darnos cuenta de que así mismo lo
Quevedo, Simón Carnacbo y las muy es sólo mientras place, incurramos en
apurar la belleza ha.'^ta prostituirla y
solicitadas del donoso y cáustico Don
Rafael Arvelo. De éstos, los cinco pri- hacerla tediosa
meros, que habían hecho estudios clá- Recuerdo que Simón Camacho, que
sicos, conservaron la forma correcta y
á la manía de llorar, cau-
se sustrajo

el gusto disciplinado de sus modelos,


tivado por las leyendas de Zorrilla,
lo que hace que se les busque y lea
ensayó con éxito escribir á su imita-
todavía los otros, con excepción de ción romances indios; pero á poco,
;

Arvelo que sólo pisó, y con toda fir- torciendo equivocadamente el rumbo,
meza y acierto, sobre las huellas de se hizo escritor de costumbres, acaso

Don Francisco de Quevedo, atraídos y con menos brillo y encanto.


deslumbrados por Zorrilla, cuya lec- Manuel Manric[ue Jerez fue un
tura tiranizaba entonces, se afiliaron poeta interesante para la generación
en el romanticismo que lo invadía de entonces. Sus quejas no arranca-
todo.
i

ban de la moda: una dolencia física


Fue en esta época, y á favor de e.sa á que cortejan todas las torturas mo-
JOSÉ ANTONIO CALCAÑO
invasión, cuando principió á estal>le- rales que impone la implacable tira-

cerse entre nosotros la moda de ese nía del egoísmo social, le asaltó des-
sectarismo literario que nos domina y de la adolescencia y cuando la ju- ;

que, al estudiárselo reflexivamente, toma casi el aspecto de ventud le sacudió por fin robusto y enardecido el nol)le

una competencia que, si alcanzara proventos, podría clasifi- corazón, apenas si pudo concebir otro goce que el doloroso
carse entre las meramente industriales como que cada cual se
;
de recordar
las flores de su cuna
afana por tomar la materia prima del modelo, por mejorarla
Con su gayo color y su fragancia.
á su juicio y ofrecerla luégo á nuestras preferencias. Se extra-
ñará que llame sectarismo el acuerdo unísono para seguir éste Tuvo así todos los martirios, inclusive el de la fantasía.
ó el otro modelo; pero verdaderamente, por esquivar una No haré alto en los nombres de José Antonio Maitín y
inmediata contradicción, no puedo llamarlo escuela, como que- Heriberto García de Quevedo, que han sido repetidas veces
rrían los sectarios. La escuela su}(one estudios fijos disci- juzgados con toda imparcialidad en cambio, me detendre a re-
:

y
plina, mientras que el rebaño de imitadores (nervam pecas) comendar, por ser la oportunidad, los cautos mesénicos de José
princi[)ia siem})re j>or blasonar de la más absoluta libertad, Hermenegildo García, el Tirteo de las huestes de su partido,
por declarar su decisión de roni})er con las reglas, por desco- y las bellas imitaciones del francés, inglés é italiano, que daba
nocer toda estética escolar. Ya de ese modo, sin trabas ni por entonces á la estampa el Dr. Rafael Agostini, conocido más
obstáculos, la tarea se facilita, amén de dciánsela abroquelada tarde como dono.so redactor del Diablo Asmodeo.
contra toda crítica. Y esto parece ser cuanto se lleva en mira ;
Tampoco echaré en olvido los nonibres de Silverio Gon-
puesto que nadie ha de comprender tal empeño de libertad en zález, Daniel y Carlos Mendoza, Fernando}’ Pedro P. Díaz y de
quien se esclaviza á la })álida imitación, y renuncia empeñada- los Coroneles Juan .José Illas y Gerónimo Pompa, cpie modestos
al movimiento literario
mente pretender aquella originalidad, dote la más brillante y y discretos contrihuyeron igualmente
buscada en las bellas artes. Pero, como he dicho, ese escrilñr de a(iuellos días. Pero sí omitiré toda opinión sobre Don An-
en coro es a.sunto de pura moda, y i>or lo mismo no resiste tonio Ros de Glano, Don Domingo Delmonte y Don José An-
al tiempo: la moda pasa y los escritos entran luégo en la tonio Echeverría (pie, si nacidos en Venezuela, la clejaron en la
categoría de los figurines viejos que, si no hacen reír, por lo infancia ó en la adolescencia, y más tarde la olvidaron total-
XVI LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA

mente, })ara adoptar cuantos le tratan y lo-


por [)atria, como esta- gran su intimidad, 3"
ba en su derecho, el finalmente á los ma-
suelo de nuestro origen racaiberos José de Je-
con el Gobierno de su sús Villasmil 3^ Víctor
predilección. Para mí R. Añez Casas.
no son en absoluto ve-
nezolanos; y hallo que IV
tampoco nos estaría La poesía es de su-
bien dis})utárselos á 3m estacionaria llega- :

Es]>aña. da á la perfección con-


vencional cjue el arte
III
puede hacerle adqui-
La exageración })i- rir, el tiempo discurre
de esfuerzos y, como sin traerle más altera-
es natural, tras éllos ciones que las adje-
viene la fatiga, en la tivas inspiradas por la
misma forma que si- diversa índole que po-
guen á ésta el reposo sea ó la manera de
j la calma. El ro- ver epe
tenga cada
manticismo, en fuerza cual. Así se explica
de esa ley, terminó por cómo, desde Homero
hacerse más sereno y hasta nuestros días,ha-
razonable sus proséli-
; 3’’a podido subsistir en-
tos tuvieron ocasión tre los poetas del mun-
de observar que no de- do esa eterna
culto
jaba de haber buena apelación al simbolis-
copia de bellezas en mo pagano, conocida
las obras clásicas y ;
con nombre de cla-
el
de ahí el feliz eclec- sicismo, 3" cómo, des-
ticismo á que se aspiró de que Víctor Hugo,
generalmente en segui- rompiendo con élla,
da; las ideas se depu- exaltó las ideas y fan-
raron, la forma .se hizo tasías románticas, se-
más y más correcta y guimos todos mendi-
el lenguaje aquilató gando de él, ora los
su propiedad y conci- asuntos, ora las formas,
sión. Por e.sto, José ora la violencia de las
Antonio Gaicano, He- expresiones 3^ tropos.
raclio Guardia, Fran- No es, pues, sino harto
cisco Guaicaipuro Par- natural que el período
do y José Ramón Te- que vá á ocuparnos
pes, que habían hecho aparezca como una
sus primeras armas en- mera continuación del
tre los románticos, apa- anterior.
recen luego poetas com- Preséntanse desde
parables á los mejores luégo, 3^a poseídos de
de la madre ])atria, 3' estro valiente 3" ha-
en modo alguno indig- ciendo gala de muy
FRANCISCO G. PARDO
nos de figurar al lado buenos estudios, 3"a
de Don Andrés Bello. dotados de singular
Acaso no eclipsados por la fecundidad ó la brillantez de é.s- gracia y blandísima filo.sofía, Ildefonso Vásquez, Arícente Coro-
tos, pero sí, no tan leídos ni tan famosos florecen contemporánea- nado, Jacinto Gutiérrez-Coll, Marco-Antonio Saluzzo, Julio
mente: Eloy Escobar, Félix Soublette, Arístides Calcaño, Li- Calcaño, ErmelindoRivodó, Domingo Santos Ramos, Diego Ju-
.sandro Ruedas, José María Salazar, Pedro José Hernández, go Ramírez, Domingo R. Hernández, Pablo José Arocha, 3" Ma-
Jesús María Morales Marcano, Gerónimo E. Blanco, José An- nuel María Fernández, quien de paso sea dicho siega mejores
tonio Pérez Coronado, Amenodoro Ui’daneta, Ramón I.sidro lauros en obras de buen humor gracejo, que en las de más
3’-

Montes, Norberto Betancourt, Cecilio Acosta y Francisco Aranda elevación 3" estudio.
y Ponte, estos dos últimos más afectos á la prosa y con más hol- Ni puedeprescindir.se de nombrar inmediatamente con loa
gura 3^ acierto en él la. 3" aplauso á Simón Calcaño, Juan José I. Rodríguez, José Anto-

Juan Vicente Camacho, que figuró en esos días fue un no- nio Carrillo 3" Navas, Arístides Garviras, José Suárez Luzardo,
table poeta (jue se hizo de gran renombre, especialmente como Apálico Sánchez, Manuel María Silva Federico Arro3ml, quie-
3”^

humorista, senda pisada también con bastante acierto por el Dr. nes nos han legado mu3’’ bellas 3'' simpáticas producciones.
Jesús María Sistiaga, cuyas fábulas aún son leídas con bastante Manuel María Ramos, Francisco Antonio Silva, Luís F.
agrado. García Reverón, Eduardo Pérez, Joaquín Quintero, Manuel
Tengo que colocaras! mismo en esta época á Luís C. Calca- de Jesús Corrales, José María Oi'tega Martínez, Simón A. Es-
ño y Domingo N. Martínez, que desaparecieron cuando la fama cobar, Manuel Alaría Bermúdez, Francisco Tosta García, A’^icen-
comenzaba á lisonjearlos; á José María González, que escribía te A. Rendón, Juan Arícente Álendible, Epifanio Manrique,
le3^enditas leídas con placer 3^ solicitud; á Enricpie Alvarez Julio Guadalajara, Nicolás G. Ponce, Arbonio Pérez é Ildefonso
Ibarra, ])oeta tierno 3' sencillo que hace amables las selvas v el Meserón Aranda, bien por la poca fecundidad con que apa-
3’’

boscaje de su residencia; á Feli[)o Esteves. dotado de una mara- recen los unos, bien, porque el estro no se remonta con toda
villosa facilidad para la versificación, en especial si asonantada; holgura 3' amplitud en los otros, tienen que incluirse entre
á Ricardo O. Limardo, que limita al hogar sus sentidas inspi- aquellos aju’eciadísimos ]>oetas menores (Poefae minores), que
racione.s; al erudito José María Núñez de Cáceres, autor fecun- 3'a los Griegos y los Romanos entregaron á la fama con re-
dísimo que aún vive para deleite y provecho intelectual de putación de bellos ingenios.
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XVII

Como avergonzadosde que nuel María Bermúdez Avila,


se tome por soñadores
les Maximiliano Iturbe, los dos
ó faltos de ocu])ación, han Tejeras, Felipe y Miguel,
cubierto con un espeso man- Francisco Pimentel hijo ,

to de modestia sus produccio- Juan Breca, Antonio


.José
nes y su ingenio, tres inte- Herrera, el delicado pintor,
gérrimos hombres, llenos de Fernando Morales, y dos, cu-
saber y buen gusto. Mal que yo recuerdo no viene á mi
haya de pesar á los dos que pluma, sino á través de lá-
aún viven, quiero estampar grimas.
aquí para honra y regocijo Cuantos me hayan conoci-
de la patria, los nombres de do, alcanzarán que voy á
los Doctores Ramón Montilla hablar de los gemelos Este-
Troanes, Pedro José Coro- 11er quiero, con todo, decla-
:

nado y José Manuel de los rar verazmente que mi cari-


Ríos. ño por ellos no ha de llevar
Hallando algunas veces mi pluma á las hi})érboles JEAN VICENTE

estrecha la prosa á la inspi-


ración que los domina, Fran-
usuales, en la apreciación es-
pecial cpie, justificado por la
\
cisco de Sales Pérez y Rafael muerte, más que por la amis-
Hernández Gutiérrez han tad, quiero consagrarles aquí,
tendido también las alas y cernídose deliciosamente en los con la venia del lector. Favorecidos singularmente por la
cielos de la poesía. Igual cosa podría decirse del Doctor An- naturaleza, poseían ambos, con un vastísimo talento,^ una
drés Antonio Silva, escritor de costumbres bien conocido. instrucción casi enciclopédica: eran políglotos, matemáticos,
Y no, porquesea hoy poderoso y pueda luégo atribuírseme de profundos conocimientos en literatura y filosofía. Acaso
una ruin lisonja, tendré la la serena posesión de esta
cobardía de callar el mnnbre última, estribándose en un
de José Antonio Velutini, cúmulo de virtudes entre las
que en tiempos casi remo- que descollaban la modestia
tos, en que la política no y el desinterés, les condenó
absorbía sus facultades, solía á una vida de ímprobo tra-
enviar á los periódicos ver- bajo manual, lo que, en una
,sos dignos de estimación y sociedad que tiene la idea de
a[)lauso. Por fortuna, para que todos los poetas deben
acabar de vencer mis escrú- ser desocupados, les valió
pulos, me ha ocurrido á la vivir luégo en una quietí-
par el de otro político, hoy sima penumbra. Cruel des- ¡

en desgracia, poeta siempre tino, llevando en las venas


levantado y bidllante: creo la sangre de Bolívar, reunir-
con esto haber nombrado ya lo todo, talento, instrucción,
al señor Marco A. Silva Gan- virtud, hasta esa prenda fal-
dolphi. sa esmaltada de sangre y lá-
grimas que llaman valor,
tan acatada y aplaudida, y
Según va progresando ma- vivir de cigarreros y morir
vicENTE CORONADO República, se
terialmeiite la cuidando sepulturas, cuando julio calcaño
nota que aumenta, como es nulidades de todo género,
natural, el número de los talentos, y que se ensancha el es- políticas, literarias, etc., se hacían casi deslumbradoras con
pacio en que se producen y brillan. La imprenta, que ha su fatuo brillo Ay al recordarlo, no siento que el pecho
! !

dejado de ser el monopolio de Caracas y las otras capitales, fuerce las lágrimas á mis ojos, sino las maldiciones á mis
necesitando pábulo, estimula los esfuerzos y promete, si no labios. Mi sér entero se subleva contra tan villana injusticia.
ya provecho, gloria y aplau- y acusando de ella al cielo
sos á cuantos la ocupen. y á la tierra, bendigo esta
No es tampoco la inclina- cuartilla de papel que hace
ción menos vehemente en la constar que nunca he sido
juventud la que inspiran los cómplice de tan inmerecida
tipos,dispensadores de noto- crueldad. Pero es tiempo de
riedad y brillo. Quién, que poner punto á mi dolor y
sepa leer, no ha deseado á continuar.
los 18 años oírse llamar au- Fue también en este pe-
tor y verse aplaudido como ríodo literario, cuando se
tal? Sumado este anhelo á dieron á conocer cuatro Cal-
la florescencia de las nobles caños más: Juan Baustista,
pasiones que guarda el cora- amartelado al principio de
zón, se comprende cpie la la prosa y de las obras de
poesía ha debido ganar adep- erudición; pero que última-
tos en una juventud, cuya mente suele publicar en ver-
^7CÉNTJ£ A. REN0ON.
alcurnia, como dejo dicho, so bellas traclucciones de di-
predestina inexorablemente versos ¡idiomas, como que
á su cultivo. es polígloto, y aun notables
Y Venezue-
así aconteció. composiciones de propio mar-
DiEGo JUGO RAMIREZ h\ cii csa opoca puede vana- te Eduardo que, encontran-
;

gloriarse de poseer á Juan do ya cansado segar de continuo brillantes lauros en nuestra


Antonio Pérez Bonalde, Manuel Fombona Palacio, Miguel tribuna, la desdeña casi, y seguro de su propicia estrella.
Sánchez Pesquera, Jesús María Monasterios Velásquez, Ma- disputa con éxito á sus propios hermanos la palma de la
XVIII LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA

poesía; Francis- mucho de ce-


co, menor que rrar con sus
los anteriores, nombres este
fácil y fecundo, lucido período
ensaya todos los de nuestra lite-
géneros; y final- ratura.
mente, Carlos
canta y se ex- VI
tingue como Hemos llega-
una avecilla do al punto SU.S-
inocente, que no tancial de este
se cura de ¡cen- escrito, como
sar que ya en la que ocurre ya la
enramada le es- revista de nues-
tá acechando la trosflamantes
muerte. poetas. Es mi
Como se ve, opinión, debo
la casa de la fa- confesarlo pala-
milia Cal caño dinamente, que
Paniza ha sido jamás había
un verdadero visto Venezuela
Senado de poe- un movimiento
Ocho de ese
tas. literario de tan-
nombre han fi- ta extensión ni
gurado larga- de tan general
mente como ta- excelencia: casi
JOSÉ NUÑEZ CÁCERES
les,en la prensa, no hay joven
en los certáme- que no escriba
nes, en las Academias y Sociedades literarias. Raro, si no algo que sea gratamente legible, y aun justificamento loa-
único caso, lo aduzco en honra de la Patria, y como un home- ble, en prosa, bien en verso. Por mi parte, muchas
bien
naje debido, pero aún no tributado por nadie que yo sepa, á veces, sorprendido de algunas admirables audacias, les he
los afortunados padres, hoy en la tumba. envidiado pensamientos, giros y aun expresiones. Ya se ve,
Cabe aquí mencionar á Eduardo Scanlan, .Juan Manuel dueños absolutos por su edad de la época, imponen la moda
González Varela, Arístides Garbiras hijo, Ramón y Ambrosio á la cual todos tenemos que sacrificar algo de nuestro gusto,
Aguirre, Eduardo Gallegos Celis, Salvador González Peña, Jo- mucho más, cuando para él hay vastísimo campo de elección,
sé María Reina, Santiago González Guinán, David Villasmil, porque, á no dudarse, tampoco se había visto jamás una
Miguel Luís García, Juan Miguel Gavazut, Jesús María Alas anarquía literaria, como la que presenciamos. Sí, y en fuer-
y Teodosio A. Blanco con buenas credenciales todos ellos ])ara za de ella tenemos una amenísima variedad de producciones,
tener pué.sto en el Parnaso y en esta reseña. desde sonetos y madrigales en c[ue aún se recuerda á A})olo
Hay hechos en el mundo real c^ue á las veces me hacen y á las musas, hasta silvas en que se dan nociones anatómicas
creer las fábulas más absurdas de la mitología. Por ejemplo, ó se desafía á Dios, desde poesías caballerescas y orientales
yo casi admito aquella invulnerabilidad que daban las aguas basta ruidosas baladas, en ese alambicamiento gongórico que
de la Estigia, desde que veo que algo más raro y de mayor en- llaman modestamente “Decadentismo.” Hay, según dicen entre
tidad producen las del Lago Coquivacoa. Pocos hay que se sí los mismos escritores, poetas que sólo dibujan
y otros de-
bañen en él desde la inñxncia,y á los veinte años no sean exce- cididamente coloristas, todos los cuales j)roducen siluetas, retra-
lentes poetas. Así únicamente puede comprenderse, como la tos, croquis, paisajes, acuarelas, pasteles, esfuminos, etc., hay
sola ciudad de Maracaibo baya producido en este })eríodo más melodistas })rendados sólo de la rima, y armoni.stas, que van
escritores que todo el resto de la República. Y ahí están para basta admitir la silva en versos blancos; en fin, hay todo lo
probarlo las obras de Abrabam Belloso, Ramón García, Jesús M? que pudiera permitir y anunciar la aparición de un génio
Portillo, Abrabam Ramírez, Manuel Salvador Soto, Simón Gon- capaz de sacar esplendores de semejante confusión.
zález Peña, Juan Crisóstomo Villasmil, José María Polanco, Y esa anarquía no ha sido oficiosamente inventada, es
Luís Urdaneta Valbuena, Guillermino y Sisóos Pinol, Manuel una coirsecuencia natural de la situación á que hemos lle-
Salvador Romero, Rafixel López, Clodomiro Rodríguez, Trini- gado. El republicanismo caído en marasmo tiempo ha, reac-
dad Bracbo Albornoz, Pablo Antonio Vilcbes, Octavio Her- ciona por fin en la juventud, y un ansia implacable de libertad
nández, Jo.sé Antonio Gando Bustamante, Belarmino Urdaneta, la excita á no aceptar jmgo alguno ni en jxolítica, ni en religión,
Adalberto Toledo, Alejandro Marcuccí Salinas, Antonio Acosta ni en literatura. Para lo primero alega los esfuerzos de sus
Medina, Bartolomé Osorio Urdaneta, y algunos otros de me- antepasados perdidos sin fruto basta hoy para lo segundo
;

nos e.stro y fecundidad. la invasión, creciente cada día, de las verdades científicas
; y
En ningún país acaso tiene más vasta aplicación el “ Ilabent para lo tercero el talento que es prenda casi común en ella.
mafata libelli: recuérdamelo el injusto olvido que ha desterrado Pero, para mejor juzgar, démonos cuenta del singular
de nuestra literatura los versos de José Manuel Barceló, poeta escenario en que se mueven los nuevos protagonistas. En
correcto y delicado, muerto en la flor de los años. El jxobre los últimos años las necesidades del comercio exterior nos
su genial modestia le vedaba esas trazas completamente có- han imjmlsado maravillosamente! Lo fácil y multíplice de
micas que se dan algunos para alcanzar la notoriedad y ni las comunicaciones ha hecho transmigrar las lenguas
;
y los
como el griego de marras, se dedicó á enseñar })apagayos que conocimientos el método llevado al extremo en el filantrópico
;

lo })roclamasen Dios, ni, como se estila boy, estableció con designio de facilitar la com[)rensión ha hecho que toda verdad
sus colegas comercio de elogios recíprocos, ni menos pretendió se insinúe fácil y suavemente en nuestros cerebros, y la
de }>eriodistas indulgentes, basta con la propia incompetencia, ciencia, dejando caer así su semilla sobre el fecundo terreno
(jue lo concediesen iiiHcrcioiiritas anunciadas majestuosamente de mil cerebrosjóvenes, de mil fiintasías tropicales, ha modifica-
con trompetas y Ixombo, Y fue error ! Confió sólo en sumé- po })or completo nuestra pa.sada existencia literaria. Ya no
rito, y apenas si (jueda de él más nada que este recuerdo, estamos reducidos á leer .solamente los antiguos clásicos es-
que tamltién se hundirá en el olvido, arrastrado por la [)Oca au- })añoles, ni limitados á Zorrilla y á Espronceda. No, Goethe,
toridail de mi sola afirmación. Scbiller, Byron, Moore, Longfelíow, Víctor Hago, Lamartine,
Si los .señores Belisario Moneada y Domingo Garbán qui- De Musset, Leopardi, Carducci, Stecbetti, etc., etc., nos son
sieran consentir en ajiarecer venezolanos, yo me bolgaria familiares. La literatura del mundo actual nos es completa-
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XIX

mente conocida. No tenemos, pues, uno ó dos modelos de una que .sabemos, y va en este camino hasta ofrecernos l^ellamente
misma escuela sino ciento de las más varías y a})laudidas. disfrazados aquellos pensamientos comunes que la claridad im-
Detengámonos á estudiar ahora dec[ué manera han obrado pone sin alternativa. Si se presenta una mujer, debe dar.se
en nosotros la iniciación á la ciencia europea y ese vasto conoci- por admitido que la reputamos dotada de cuantas prendas y
miento de la literatura actual. sujeta á cuantos accidentes son la regla general del sexo.
¿ A qué enumerar, entonces, datos que el
solo nombre ha acu-
For el momento, como la ciencia incipiente unge á los

neófitos de cierta varonil digni- mulado de un golpe en nuestro


dad, que .se hermana á loco con cerebro ? Las esj^ecialidades
¡

la natural pre.sunción, tenemos c^ue la distinguen de lo común,

que, llevados de los espejismos y que, por desconocidas é in-


que son el elemento de ésta, lo sospechadas, habría novedad en
primero que nos otorgamos, en dar á conocer, es cuanto me-
homenaje á la otra, es una ili- rece escribirse.
mitada comprensión ultraterre- Por otra parte, así como una
na, con la cual, sin tener en generosa aspiración del alma
cuenta que en el Globo mismo á elevarse y ennoblecer.se la
hay puntos que la razón no al- ha llevado hasta crear virtudes
canza, nos damos á creer cuan- contra la naturaleza, como la
tas hipótesis concebimos, no ya castidad en la mujer y el honor
sobre lo que vemos en torno y en el hombre, el arte urgido de
sobre nuestras cabezas, sino aun análogo impulso, por más que
más sobre aquello que se pier- su misión sea copiar la natura-
leza, .se ha impuesto una abierta
de en una lontananza vertigi-
nosa inaccesible á toda inteli- repulsión á ensayarse en asuntos
gencia. De propia voluntad nos que lo envilezcan, no importa lo
dotamos luégo de una fe cual- reales que puedan ser. De ahí
quiera positiva ó negativa, pero esas desnudeces de la escultura;
irremisiblemente edificada so- que parecen percibidas del alma
bre implacables dudas, y nues- sin intervención de los ojos,
tra razón tiene que vivir así de ahí la cuidadosa elección de
entre nieblas que invaden y líneas y movimientos que ])or
penetran nuestros juicios con no alterar la serenidad de la be-
inevitable pertinacia. lleza,contagian de élla nuestros
Entre tanto los sentidos, arre- nervios y músculos. La litera-
batados por el vértigo de un tura misma tendrá que admitir
progreso sin límite, no bastan, siempre, sin escrúpulos ni ru-
por su parte, á la concienzuda bor, el supremo paroxismo del
percepción que requiere un ati- placer, sipintado, como en los

nado juicio; y el pobre corazón, versos de Safo, con tal discre-


latiendo así en ese doble medio ción y sublimidad que ini})re-
de perpetua inquietud que se siona profundamente sin percep-
empeña en imponerle su celeri- ción ni sacudimiento alguno ma-
dad y sus veleidades, tiene que terial. Ese supremo idealismo,
enfermarse y, envenenado, sen- arrancado inmediatamente de
tir luégo la degeneración viciosa un realismo lato, pero circuns-
de sus inclinaciones y arrebatos. JACINTO GUTIÉRREZ COLE pecto, será bello eternamente y
Ya así, lo bueno no es lo bello probará de seguro que el arte
ni lo digno de la pluma. Un impresionismo insano encuen- puede })intarlo todo, sin apelar á esa intemperancia de imáge-
tra que toda imagen, evocada tan viva y claramente que apa- nes y palabras, más encaminadas á la conmoción del cuerpo
rezca casi visible, tiene una suprema belleza en esa ostensibili- que al deleite del alma.
dad. Sin hacer gran esfuerzo se alcanza que, j)or ese solo El arte })arece destinado sólo á llevar á ésta uno como vago
hecho, queda establecido, que lo bello no reside en una calidad aroma (pae obre, por su sola virtud, la serena inebriación que
especial de la cosa, á las veces hasta de pura convención, sino, j^recede á los éxtasis. Los movimientos del ánimo son entonces
sin más ni más, en la simple existencia de élla. Se escribe ca.si paradójicos: el dolor es un inefable placer; el horror nos
pues para los ojos y para los nervios, no para el juicio: y las atrae, no nos rechaza: en el Teatro sentimos frecuentemente
descri])ciones de todos los actos, por torpes que sean, tienen cabi- una ansia irresistible que nos obliga á pedir la repetición de
da en el libro y en los periódicos, con tal prodigalidad que baj' un pasaje que nos ha arrancado lágrimas ó suspendido de es-
momentos en que se cree ver despierta una verdadera emula- panto. El alma puede así desdeñar el consejo de los nervios,
ción por hacer el milagro de encontrar al fin la belleza de la é ir basta olvidar por completo la existencia délos sentidos que
fealdad; y no en la forma en que los químicos hacen surgir intervienen en la percepción. ¿A quién cuando oye una mú-
perfumes de los aceites corrompidos y fétidos; sino en la que los sica deliciosa, se le ocurre la vulgaridad de recordar que tiene
acróbatas, exagerando las deformaciones del contorsionismo, orejas?
logran ante el público, .sorprendido por la extrañeza, aplausos Los escritos, pues, que, lejos de producir esa inefable^eni-
que no se otorgarían á Apolo mismo, si apareciese en ese instan- briaguez, ocasionen sólo perturbaciones físicas, quedan, á no
te con las formas correctísimas que le dieron los escultores dudarse, fuera de los límites que el Ibuen gusto, secundando
griegos. cierto impulso natural, tiene fijados al arte. De modo que,
Y el mal entendido realismo cuando no toma por sistema, para su decidida implantación, el realismo descarnado tendrá
atento sólo á ese impresionismo, hacer contorsiones desimple que luchar antes que todo con esa ennoblecedora realidad viva
y militante, mientras una profunda degradación no la
exhibición, adopta, creyéndolo el summun de lo natural, una bastar-
sencillez y vaciedad que raya en tontería. Pero en ninguno de dee; y aun entonces no será por cierto la poesía lírica el campo
esos extremos existe el arte Yo no sé que baya estética capaz abandonado á esa lastimosa invasión sino que, como ha
!

de hacer siquiera tolerables para el alma cosas y casos, cuya sucedido antes de ahora, se la contendrá sin mucho esfuerzo,
repulsión principia en el estómago ó que, i)or saludas de ante- en los acordados á la comedia y á la sátira. En la naturaleza
mano, inspiran sólo hastío. humana está que el pensamiento y la palabra arriesguen su
La literatura sensata tiene las discreción de no repetir lo templanza y delicadeza sólo cuando la corrupción sea hábito
XX LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA

admitido y corriente en las so- era un águila(pie lo arrebataba


ciedades, tocadas, para entonces, al para que, como el Ba-
cielo,
de una ostensible decrepitud. tilo de Anacreonte, le escanciase
Las crudezas de Aristófanes han el néctar, vino de los Dioses.
sido precedidas por la toleran- Hera [Juno], que debía ser eter-
cia con que el pueblo ateniense namente virgen, lo lograba ba-
veía el cinismo de sus filósofos ñándose en la fuente Canathos.
y las abominaciones de su cen- La ciencia de hoy la supondría
tro elegante, así como las de de aguas ferruginosas ó heladas.
Juvenal aparecen excusadas por Como se ve, la poesía se esme-
la depravación sin freno ni di- raba en celebrar una debili-
simulo de los Emperadores y dad vituperable, pero lo hacía
magnates romanos. Ya sería exaltando una idea análoga, real
motivo de serio y largo estudio también, que ahogaba en su
calcular cuánto tiempo falte a belleza el descarnado materia-
Venezuela, i)ara que en sus lismo de la otra. Yo me ima-
teatros pueda representarse una gino que, si Safo hubiera toma-
comedia como ‘‘
Lisístrata ” ó do por asunto el caso de lo, por
en sus imprentas publicarse li- ejemplo, lo habría tratado de
bremente una traducción literal tal manera que, al caer bajo el
de las sátiras del poeta aqui- pincel de Timantes, éste se ha-
nense. bría limitado á pintar únicamen-
Y digo esto, para celebrar te los bustos de las dos figuras
o])ortunamente la circunspec- unidos en un abrazo y extasia-
ción con que la majmría, casi dos en un beso, envolviendo el.
totalidad, de nuestros jóvenes, resto de las formas en una nie-
á pesar de tener el estímulo bla irisada, bastante discreta pa-
de los maestros europeos, con- ra sólo dejar traslucir de trecho
servan, hasta ahora por lo me- en trecho las bellas líneas que
nos, como muestra de respeto el decoro permitiese. El hecho
a las sanas costumbres y pu- vulgarísimo en el fondo, nada
ros sentimientos de sus ma- tiene que pueda llamarse poéti-
dres y hermanas, una noble co, pero la forma en c|ue lo pre-
impasibilidad, sin aventurar senta el arte lo hace completa-
sus plumas en tópicos y expre- mente tal, bien, porque al agre-
siones vitandos. gar nube
la se lo engrandece
Como se va á ver, no es que denunciando al Dios del rayo,
yo me declare adverso al rea- bien,porque en la misma va-
lismo, no; es simplemente que lo quiero en la forma decorosa guedad que ella presta á las líneas hay cierto matiz dramático,
con que ha existido siempre en todas las literaturas. que preocupa los ojos y la fantasía. Ese, y no otro tiene que
Tomemos j)or ejemplo la literatura griega, que es la más ser el límite del realismo en la poesía lírica para élla la torpe
:

varia, más perfecta y más pródiga en modelos líricos. verdad del asunto tiene que ir disimulada jDor la delicada ver-
Si se la estudia con detención, se la halla profundamente dad ó cuando menos por la aceptable verosimilitud de las be-
realista y no jiodía ser de otra manera, como que, contempo-
:
llas imágenes. Sólo ese doble verismo, si expresado en una
ránea y paralelamente, se veía á '
s pintores
'
y á los genios de dicción noble y sonora, llega á producir la sublime confidencia
la escultura haciendo esfuerzos por llegar al acabado realismo de Safo ó la decente y espiritualísima excusa de Ibico, impedi-
cpie logran al fin Parrhasio, Apeles y Protógenes Fidias, Praxí-
;
do por el momento (íe ceder á los halagos tentadores de una
teles y Policleto. Y el poeta tenía que hacer meiios esfuerzos, fresca hermosura. Agréguese á esto que, como parece muy
])uesto que su arte había partido de la ingenuidad primitiva bien haberse alcanzado á los griegos, lo más real que hay en la
de toda civilización,}'' que sus primeros ensayos, basados sim- naturaleza es la infinita y eterna variedad, sin que le esté per-
plemente en palabras de sentido fijamente propio, no podían mitida la copia y ni siquiera la imitación agréguese esto, repi-
;

ser otra cosa que el realismo desnudo de la percepción ó el to, y tendremos que el realismo en literatura, ])ara acabar de
naturalismo del sentimiento inspirado por é,sta. Había estado, serlo, requiere que cada autor exhiba una manera peculiar de
pues, en la senda desde sus })rimeros pasos le faltaba sólo ha-
: ver las cosas y los hechos y un estilo, pro])io también, en qué
cer adquirirá sus producciones la belleza sin tacha que imi>ri- traducir luégo esa manera.
mían los otros artistas á sus obras. Veamos de qué manera lo Y ya que hablo del estilo, cuya atención nadie negará ser
hicieron. Contrariamente á los hebreos, que habían hecho el imprescindible en toda poesía persuadido de que la forma tie-
;

hombre a semejanza de la Divinidad, los griegos hicieron ésta ne que rejnitarse taml)ién un elemento importante del natura-
á semejanza de aquél y en consecuencia, le atribuyeron todos
;
lismo, que para mí es sólo el realismo referido á la expresión
sus instintos, todas sus debilidades y arrebatos. El Olimpo de los sentimientos, aprovecharé la coyuntura para confesar
era el asiento del más grosero matei ialismo. Los Dioses co- (jue ni lo comprendo ni lo admito entre amplificaciones y ador-
mían y bel)ían, cantal)an y bailaban, tenían pasiones políticas nos accesorios, sino únicamente impregnado de la natural poe-
y amores infames. Zeus [ Júpiter ] el padre de los Dioses y sía, y, aun más, de la espontánea elocuencia de aquélhjs. Esas
délos hombres, si era el más poderoso de los primeros, ai>are- dotes le bastan para producir en su ingénua sencillez las obras
cía también el más ruin de los últimos. Tenía todos los vicios más conmovedoras y ofrecernos innegablemente el summum del
y defectos délos Joniosy Aticos (|uienes, para excusarlos en sí, arte; como que la misma desnudez favorece la fulguración po-
se esmeraban en aplaudiiJos como comunes á la Divinidad. derosamente dramática que luce en el fondo de toda exposición
Pero, de qué modo lograrlo sin que ésta apareciese despreciable? de un sentimiento vei’dadero: díganlo, si no, la súplica de Pria-
Simplemente con una ingeniosa treta: cubriéndolos de un mo á los pies de Aquilesy la introducción al salmo “svper flu-

diáfano y brillante velo de i>oesía, que pasaba la realidad del müna Bahylonis.
hecho como envuelta en un disfraz de gracia y de belleza y Jú-
:
Yll
})iter, si compraba los favores de Danae, descendía á su lecho
convertido en lluvia de oro; si violaba furtivamente á lo, era Creo haber hecho comprender que no rechazo ninguna
una nube (jue la envolvía y embriagaba de voluptuosidad; si escuela ni manera, si exhibe producciones que me liechicen ó
se pi-endaba de un éfebo (jue guardaba un rebaño en el Ida, hagan i)ensar y, dándolo por convenido, vuelvo á la actualidad
FERNANDO MORALES MARCANO CAELOS I. MARÍN
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XXI

JUAN B. CALCAÑO Y PANIZA FRANCISCO PIMENTELjÍHIJO


MANUEL FOMBONA PALACIO

Patria satisfecho de poder tributarles una excelsa ova- desdeñan sacrificar á las Musas; los Doctores Tomás Aguerre-
y á Ití
vere Pacaníns, Alejandro Urbaneja, Tomás Mármol y Juan
;

ción. Sí que voy á hacer desfilar á sus ojos la interminable


Manuel Escalona, y aun algunos jóvenes que las cultivan mo-
;

Theoría de los hijos que el Cielo ha destinado á constituir su


gloria literaria en el primer tercio del siglo XX. de.stamente y huyen el ruido de la publicidad, tales como los
Ni me toca ni puedo hacer más. Siendo, como va á verse, señores Enrique Chaumer, Agustín Loynaz Méndez, Manuel
Benítez y los dos profesores de mú-
tál el cúmulo de aficionados á la
sica señores Francisco de Paula
Poesía, se comprende que tamaña
generalidad impide un juicio dete- Magdaleno y Narciso Salicrup.
nido sobre éllos. Ni para inten- Aún no he levantado la pluma
ni dejado á Caracas para tratar de
tarlo podría yo leer cuanto se ha
en los últimos diez años, otra provincia, y ante mis ojos pasa
escrito
rápida y siniestramente el dolo-
ni cualquiera crítica que aventurase
dejaría de producir una volumi-
roso cortejo de ocho féretros. En
éllos van dormidos para siempre
nosa Antología.
Así que, por demostrar esa im- ocho poetas, todos jóvenes Paulo !

posibilidad, y dar cabal idea de ese Emilio Romero, cuyo solo genio,
si dejado llegar á la madurez, ha-
vasto movimiento, me limitaré á
apuntar los que lo impulsan en bría bastado á hacer la gloria de su
cada localidad. generación. Sebastián Alfredo Ro-
bles, poeta pensador que logró col-
La antigua Provincia de Caracas
(a) presenta inmediatamente á los gar de merecidos laureles su mo-
dos Méndez Mendoza, Eugenio y desto taller de artesano; Francisco
Juan de Dios, los dos Key, San- Hurtado Ayala, tierno y delicado,
tiago y Fernando, los dos Muñoz, como un huésped de breves mo-
Gabriel é Isaías, los dos Beltrán mentos que se despide de nuestro
Diez, Eduardo y Paulo Emilio, y cariño, y esquiva nuestros aplau-
á Simón Soublette, Eduardo Díaz sos; Telésforo Silva Miranda, caído
Lecuna, Luis López Méndez, Pe- en el destierro con sus ilusiones de
dro Fortoul Hurtado, César Zumeta, poeta y su fe de patriota José Tri-
;

Pbro. Carlos Borges, Leopoldo To- nidad Blanco, que se exhala en


rres Abandero, Ramón Alfonzo, cantos sencillos, traducción de sus
Ismael Pereira Alvarez, Juan Fran- sentimientos y modestas aspiracio-
cisco Pérez Bermúdez, Manuel Ma- nes Luís R. Hernández, que acaso
;

ría Villalobos, Pedro Manuel Ruíz, había heredado el numen de su


Carlos Blunck Veloz, Luis Chu- padre el renombrado Domingo Ra-
rión, Lorenzo J. Mendible, Domin- món Luís Poleo Gonell que, á pe-
;

go Alas, Miguel Eduardo Pardo, sar de su cruel dolencia, cantaba


Rafael Medina Jiménez, Luís Ma- GONZALO PICON FEBRES dulcísimas trovas; y por último,
ría Ai’gote, Leopoldo Girón R., Agustín Loynaz Sucre, que desa-
Eduardo Luís Medina, Rafael Aré- parece antes de cumplir los veinte
valo González, Carlos Correa Flínter, José María Fernández, años, dejando dos ó tres composiciones que proclaman lo que
José Ignacio González Narváez, Octavio L. Orta, Rafael habría llegado á ser.
Esteves Buroz, Enrique García Flores, Guido Coronado, Rafael — —
Carabobo .siempre gloriosa da á nuestra pluma los nom-
de los Ríos, Eloy Escobar Llamozas, E. Navas, Carlos Montiel, bres de Manuel Pimentel Coronel, Alejandro Romanace, Rafael
Esteban D. González, Manuel Alzuru y Nicanor Arturo Díaz. Linárez Bernal, Víctor Racamonde, Francisco Betancourt Fi-
A estos debemos agregar cuatro hombres de ciencia que no gueredo, Luís Bouquet, José Antonio Marín, Félix Delfín Or-
tega, Felipe S. Cooper, C’ailos Fernández, José Antonio Pérez

[a] Si no adopto la geografía actual, es porque en el terreno literario ni la


Calvo, Julio Rodríguez, Joaquín Reverón, Manuel Avila .

conozco ni la reconozco. Mi corazón de patriota no admite más Geografía Blanco.


que la antigua, la consagrada por los sacrificios y el heroísmo sin remordi- Coro, que aparece hoy llevando la bandei'a de la cultura
mientos la mezquina de nuestras pasiones políticas me parece un atentado
literaria, presenta en torno de élla á Elias D. Curiel, Antonio
:

contra la sola gloria de que podemos envanecernos, y una ipsensata violación


de nuestra brillante Historia, ininteligible ya para la última generación. Smith Monzón, Felipe Valderrama, José D. Curiel, José Curiel
XXII LA POESIA LIRICA EN VENEZUELA

Al)enatar, Ramón Curiel Coutiño, Rafael Manuel Barceló antes de cum-


R., acaecida
Cayama Martínez, Faustino Fortique, Je- plir los veinte años. Ya
esa edad le bastó
sús G. Castillo, Justiniano Madriz y César para demostrar que era digno hijo de
Mármol. aquel poeta en el olvido, antes mencionado,
Maracaibo fjue, como hemos visto, posee y para hacer saber que llevaba un alma
una inmen.sa Hipocrene en su Lago, trae toda luz y poesía.
á esta glorio.sa Theoría á üdón A. Pérez, No me atrevo á pensar que Apure y
Manuel María Fernández, hijo, Armando Margarita carezcan de poetas, pero su pren-
Troconis, Víctor Raúl Sandoval, Enrique sa, órgano que pudiera hacérmelos conocer,
Vilchez, Carlos L. Marín, Manuel A. Marín, no llega desgraciadamente hasta mí. Sólo
hijo, Miguel María Chacín, Astolfo Paz, ayudado de los periódicos intenté y he lo-
Fernando Guerrero, José R. Yepes, hijo, grado hacer la vasta nómina, esencia de
Rafael Yepes, Carlos E. Echeverría, Telasco estos artículos.
A. Macpherson y Amando Barazarte. Acepto desde luégo cuanto vituperio pue-
Barquisimeto, la reina de Occidente, da da ella acarrearme no la presento, sino
;

asiento en su corte, á José Gil Fortoul, José como derivación de mi gusto que ni re-
Parra Pineda, Lisandro Alvarado, Ezequiel comiendo ni defenderé por acertado é infa-
Bujanda, Antonio J. Briceño, Pedro Mon- lible. Aunque honrados y firmes mis jui-
tesinos, Ricardo Gil Garmendia, Francisco ALFREDO ESTELLER cios, jamás me esfuerzo en hacerlos acep-
Jiménez Arraiz, Rogerio Alvarado, Andrés tar. Siempre he reputado una insensatez,
A. Delgado, J. Mármol Herrera, Gelacio , comparable á la de Jerjes haciendo azotar
Rivero, H. Luna y Lnna, Juan C. Alvarado y Santiago Pé las olas, el empeño de establecer entre nosotros la unifor-
rez Gil. midad de cualquiera opinión. Sin dejarnos poseer de un, des-
Trujillo y Mérida, pueblos] modestísimos, aunque honda- interesado altruismo, y por lo contrario celosamente egoístas
mente poseídos de la reconcentración á que lo; reducen sus de una soberanía que nos esmeramos en mezclar á todos los
montañas casi sin prensa que asuntos, podemos llegar hasta
y
los haga conocer, dejan sin em- acordarnos generalmente en
bargo llegar á mi noticia á G. que X es un buen poeta, pero
Picón Febres, Samuel D. Mal- seguiremos discutiendo por los
donado y Horacio Castro. siglos de los siglos, sobre si me-
Barinas, que después de la rece figurar ó nó en la lista que
guerra de los cinco años parece exalta el nombre de algún pa-
ingerida de una progresiva con- riente, coopartidario ó amigo
sunción, nos ofrece, que yo co- predilecto; comoque toda nues-
nozca, apenas á Cristóbal E. tra energía la ciframos en sos-
Rivera y L. Matías López, jó- tener opiniones baladíes y sin
venes estudiosos que se han objeto en el fondo, poseídos
ensayado con éxito. al parecer del furor inexorable
Cumaná, cuyas desgracias la de los peros.
habían aletargado, despierta y Y aquí pongo punto, sin pro-
se anima confiada en las risue- fanar ni por un momento el
ñas promesas que la hacen á nombre venerando de las quin-
una, Andrés A. Mata, Jo.sé ce ó veinte poetisas de que se
María Díaz R., Pedro Antonio envanece nuestro Parnaso.
Lara, Carlos M. Lares, Alejan- Presentarlas en una simple
dro Villanueva, José María lista no sería digno de éllas ni

Milá de la Roca, José Silverio de mí, mientras que hacer el


González Varela, Aniceto Gon- estudio de sus obras requeriría
zález, Bartolomé Pavera Acos- más espacio, mejor disposición
ta, Ramón B. Lirigi, Jesús M. de ánimo, y una pluma, espe-
Espíndola, Carlos Modesto Es- cialmeirte cortada para estam-
pín, Rafael I. Sánchez, Pedro par juicios que deben asomar
Vicente Silva, Lorenzo Rondón apenas entre el follaje de una
González, Andrés Franceschi discreta galantería.Yo no con-
Cedeño. Sin que, llegados aquí, cibo que una mujer pueda escri-
pueda yo callar tampoco los bir mal en ningún caso; cuando
nombres de los Doctores Clau- más admito que nuestro cere-
dio Bruzual Serra, Andrés An- bro, ó mejor nuestro corazón por
tonio Arcia, Víctor Manuel Ma- inferior al de éllas, no alcanza á
go y José de las Mercedes Ló- comprender su manera pecu-
pez, quienes de cuando en cuan- liar de pensar ó sentir. ¿Qué
do nos sorprenden con notables podemos nosotros, rudos seres,
producciones líricas. J. J. BRECA saber de qué modo piensa y
B ircelona,
contagiada del es- ama una virgen, de qué modo
píritu de la época, nos da los siente é idolatra una madre?
nombres de Tomás I. Poten ti ni, José M. Cova Maza, Eduardo
Méndez, Rafael Marcano Rodríguez, Celestino González Ortíz,
Cosme Daniel Maza, Eladio Grafe Calatrava, Tomás Astudillo
desconfianza con que he
Alfonso, Matías Núñezy Guillermo Vallenilla. y yo de recuperarme un poco de
la

Guayana, aspirando á algo más que ser un vasto mei’cado escrito.


de escala y una fuente inextinguible de oro, se da también á la
literatura y contribuye con los nombres de Luís Felipe Vargas,
Abelardo Gorrochotegui, .Juan Bautista Araujo, Federico á'^i-
llena W., J. M. Agosto Méndez y Félix Montes. Esta })rovin-
cia tendrá que llorar siem})re la prematura muerte de José
POR EL GENERAL PEDRO ARISMENDI BRITO XXIII

POETISAS VENEZOLANAS
2SrOAd:i3SrA. FOE. el, C3í-ElSrBR.A.L IVEAISTUEL LAKTIDAETA ROSA-LES
Landaeta de Henríquez, escritora didáctica; Luisa Uzlarde Lu-
DE CORO
go, escritora.
Juana Zárraga y Heredia de Pilón, poetisa y escritora
DE CARACAS
notable (|ue esidió en Esj:)aña; Polita de Lima, escritora y poe-
l

tisa; Guadalu{)e Fortique, poetisa; Luisa Garcés, poetisa; Sor María Josefa de los Angeles; Lina López, novelista,
María Cli. Navarrete, poetisa V^irginia Gil, escritora Carmen
; ; Trinidad Fausta Ramos, poetisa; Isabel Freire, poetisa Ave- ;

Brigé, poetisa Ana Brigé de Sasso, escritora.


; lina Rodríguez, poeti.sa; Elodia Pérez, escritora y poeti.sa
Antonia Esteller, novelista y escritora didáctica; Dolores Gon-
DE MARACAIBO
zález de Ibarra, escritora didáctica; Isabel González Rodil,
Hercilia Rincón Oropeza, poetisa; Inés Yepes, poetisa; escritora; Josefa Gordon de Jove, escritora y poetisa.
María Yepez, escritora; Ana Yepes, poetisa; Adelina Romero, DE BARCELONA
poetisa; Casimira Flores de Santana, poetisa; Soledad Hernán-
dez, poetisa; Bal domera Rincón, poetisa; Juana Añez, poetisa. Zoila de Núñez, escritora y poetisa; Blanca Angélica de
Armas, escritora y poetisa.
DE BARQUISIMETO
DE GUAYA NA
Nieves Jiménez, poetisa.
Magdalena Seijas, escritora; Elisa González de Alegría,
DE VALENCIA novelista; Concepción Acevedo de Taylhardat, poetisa y nove-
Socorro González Guinán, escritora didáctica; Mercedes lista; Emilia Maneiro, escritora.
%

a
TEATRO NACIONAL
FOE/ ETJOEITIO MEITUEZ TT MEITIDOZ-A.

EUGENIO MÉNDEZ Y MENDOZA

K I
se han hecho hasta ahora,
uchos y laudables esfuerzos
aisladamente, por desgracia, para que reviva y rae-
dre entre nosotros el movimiento literario que tanto
se desea, y sin el cual expuestos estamos á que nos crea men-
guados el mundo intelectual, tanto más, cuanto que alguna
es
Mundo
opimo:
son
pequeña, de
del vagón.
á nosotros,
libros que de la península pasan al Nuevo
los
obras traducidas, en su mayor parte, y, en no
esa literatura liviana que llena las horas muertas
Debiéramos esforzarnos más porque, respecto
dejase de tener en esto influencia el abolengo.
En hondo desaliento nos harían caer las consideraciones
condición de nuestra raza, nuestra historia y la influencia
de la región hermosa en que habitamos, no son sino muy con que hemos empezado este escrito, si de otro lado no
propicias al buen éxito de toda labor á que se apliquen las viésemos cómo de día en día se determina, risueña prome-
fuerzas del espíritu. sa de hermoso porvenir, la tendencia al comercio intelec-
Al advenimiento de cada nueva generación sigue un co- tual entre los pueblos hispano-americanos.
nato de actividad intelectual que, sometida al parecer á ley Nunca más oportuna la aparición de este libro. Si
del hado, se hace á poco insostenible, y cesa, dejando apenas cada uno de los pueblos hermanos nuestros hiciese otro tanto
algunas piedras más al edificio en lenta y penosa construc- y en cada uno se pusiesen á logro los esfuerzos de los de-
ción de nuestra literatura nacional. No se nos esconde la más en el cultivo de las letras, se anticiparía el adveni-
causa, si no única, primaria de tan lamentable efecto. ¿No miento de la gran nacionalidad literaria latino-americana, y
nos la descubre lo que sucede en nuestra madre patria? con él la edad de gloria para el mundo de Colón.
El movimiento científico en España, aparte el de las cien- Por lo que toca á nuestra patria, la aparición de este
cias especulativas, no tiene en el de Europa el puesto honorí- libro es, sobre oportuna, necesaria. Causas particulares de
fico que de fijo tendría si hubiese razón bastante para ello; todos conocidas opónense al desenvolvimiento y primacía
y por lo que hace al literario actual, el fruto de éste no de las letras, tenidas, no sólo en menos que cuanto al in-
XXVI TEATRO NACIONAL
teres personal atañe, sinocomo opuestas al medro de educación cada cual entre los suyos; con mayor
artística,
los bienes materiales ;
como si no fuese uno de los fi- razón, si se atiende áque el drama, en cuanto á su objeto,
nes que con ellos se alcanzan, el vagar que dé ocasión al habrá de ser local entanto que razas, lenguas, religiones y
esparcimiento del espíritu, y que es peculiar de las letras costumbres sean diversas en el mundo.
y bellas artes. No nos explicamos, así, de manera decorosa Bien penetrada de estas razones, la Asociación Nacional
para la mayoría de los que entre nosotros se dan al ejer- de Literatura, Ciencias y Bellas Artes, ha querido destinar
cicio de profesiones lucrativas, el desprecio que demuestran en este libro, con separación de otras materias, algunas lí-
por las letras, ni la manifiesta repugnacia á qi:e tome in- neas al Teatro Nacional, bien que convencida de que aún
cremento y se propague cosa de incuestionable excelsiti:d, se halla éste en gestación, y de que sólo merced á general y
que, por orgullo nacional cuando menos, fomenta todo pueblo decidido empeño será de lograrse la viabilidad de nuestra
que aspira á que se le distinga como culto. literatura dramática empeño que ha de aplicarse, así á cap-
;

No queremos anotar más causas: harto dolorosa nos tar para el drama el gusto del público, como á fomentar el
ha sido ya la exposición de esta verdad, y nos acobarda arte escénico, para que de ello se derive el estímulo que han
el considerar otras de igual linaje. Basta eon lo dicho para menester en nuestra patria los autores.

HEEACLIO MARTIN DE LA GUARDIA FÉLIX SOUBLETTE

que se comprenda la necesidad que había de una publicación No ha sido, entiéndase bien, el objeto de la Asocia-
como ésta, cual, con honra señalada para nosotros, se
á la ción, honrarnos con el encargo de dedicar algunas pa-
al
nos ha invitado á contribuir. Este libro, al mostrar el nú- labras á lo que, valiéndonos del lenguaje metafísico, lla-
mero de venezolanos cultivadores de las letras y lo alcanzado maremos nuestro teatro en potencia, el hacer de ello ma-
por ellos, hará que se otorguen el respeto y apoyo que teria de formal estudio, como el que con tanta ilustración
reclama el asunto á que tantos miembros útiles y dignos y acierto ha hecho de nuestra poesía lírica el diserto es-
de la sociedad vienen consagrando laudables y valiosisimos critor á quien le fue cometida la realización de tan nota-
esfuerzos. Descúbrase de hoy más el mercantilismo ante ble empresa sino evitar que pasen en silencio en este
;

las nobles labores del espíritu. libro los esfuerzos de aquellos de nuestros compatriotas que
* se han ensayado en la literatura dramática, á mayor abun-

La dramática es la parte de la literatura venezolana damiento cuando no es otro el móvil de esta obra que le-
que ha sentido más los efectos de las causas que dejamos vantar con ella un monumento en obsequio del esfuerzo
anotadas y los de algunas cuya exposición diferimos para otra intelectual de los venezolanos, con lo cual se dá al mundo,
al propio tiempo, una muestra de lo hecho en ciencias, le-
parte de este escrito.
Bien es verdad que, hasta ahora, no parece ser el dra- tras y artes, en la corta vida independiente del pueblo que

ma fruto que nazca con lozanía del ingenio americano. No supo heroicamente libertarse y libertar á sus hermanos.
hallamos qué nombre de autor dramático, hijo de la Amé- Merecen que en este libro se les dedique un recuerdo es-
rica española, pueda ponerse al lado del de ninguno de los ])ecial los autores dramáticos venezolanos. Culpa no es
poetas líricos que, bebiendo la inspiración de esta “natura- de ellos el qne á la hora presente se lleven á la escena úni-
leza colosal sobre la cual levantó Dios su trono de regalo camente obras extranjeras otra cosa no puede suceder
;

y pasatiempo,” emulan en los acordes de la lira los de desde que la escena sólo es ocupada, esto mismo de tarde
aquella que á Campoamor y Niiñez de Arce legaron festonea- en tarde, por empresas de fuera, que, atentas mayormente
da, Rioja, los Argensolas, Garcilaso. á la ganancia, repulsan todo lo que no sea atraer al pú-
No quiere esto decir que sea la América latina tierra blico con la ejecución de las más sonadas obras de los mo-
no propicia á la germinación de la literatura dramática, si- dernos repertorios francés y español; sin que sea parte á
no que no han llegado aún los pueblos que aquende el temperar lo riguroso de este aserto, el que una que otra vez,
Atlántico hablan la lengua de Castilla, al estado de cultura por vía de exploración, ó por motivo de carácter meramen-
artística que tiene su florecimiento en el teatro. Ni debe te personal, se represente alguna obra dramática de autor
ser esto parte á que se den á esperar el arribo á tal estado, venezolano.
que no está próximo, los que cou dotes para cultivar fruc- Cabe aquí denunciar, de modo permanente, el reclamo-
tuosamente el arte dramático están llamados á activar la de la atención que ha menester el Teatro Nacional. A
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXVII

menudo y con laudable ahinco, ocúpase la prensa en este asun- en su principio medio de escarnecimiento con que se hiere
to; pero su voz apenas si dura lo que la hoja del papel pe- á Feríeles mismo, y se hace nada menos que á Sócrates
riódico, que, ya leída, satisfecho el interés momentáneo que objeto de irrisión. Débese á que era forzoso reprimir ta-
la hace apetecible, cae de ordinario en el cesto de pape- les abusos, la generalización del objeto de la comedia; y to-
les inservibles, sin dejar en el espíritu huella de otra cosa ca al gran Menandro la gloria de dejar á las nuevas edades
que no sea el asunto de sensación^ la cuestión del día, la el modelo.
última noticia. El libro, que es perdurable, es el medio ¿Qué más? El modelo salió tal en la tragedia del si-
más adecuado á la indicación de ciertos males y á la per- glo de Feríeles, y en la comedía de las manos de Menandro;
manente demanda de remedios para ellos. Volveremos más y ora abrillantado en poder de imitadores felices, ora re-
adelante á este y otros puntos ya indicados, por la impor- bajado, glorificado ó combatido, inquebrantable en sus
tancia que les atribuimos para el porvenir de las letras en reglas viene pasando de pueblo á pueblo y de siglo en siglo
Venezuela. hasta llegar á la noche larga y triste de la Edad Media.
Insistimos en poner en claro que no vamos á ocuparnos Busquémosle después del Renacimiento donde por el hilo
en el examen crítico del Teatro Nacional. Obra sería esta de los sucesos se relaciona con los antecedentes de nues-
de mucho tiempo, prolijo estudio, asidua labor y exten- tra historia literaria: en España. Allí le encontraremos
sión no corta, y de la cual no se obtendría' en definitiva revivido en manos de los eruditos, vanamente empeñados en
otro resultado que la averiguación de qué obras dramáticas hacer que prevalezca el gusto de los antiguos en el pue-
han sido escritas conforme á las reglas del arte y cuáles blo. Entonces aparece el Fénix de los Ingenios, el por-
no. Esto no favorecería nuestro intento, encaminado en tentoso Lope de Vega, padre del teatro español, iniciador
primer lugar á apreciar en qué estado de la evolución que de la obra que á grande altura llevan Tellez, Rojas, Mo-
se viene efectuando en el arte dramático, le han halla- reto, Alarcón y por sobre todos el insigne Don Fedro Cal-
do las letras venezolanas al nacer; á discurrir sobre el de- derón de la Barca, el astro rey de los que poblaron el cielo
rrotero que seguirá esa evolución para llegar al perfec- dramático de España en el siglo XVII. Este es para el
cionamiento del arte, dependiente de la cabal corres- teatro moderno, lo que para el griego el siglo de Feríeles:
pondencia entre los medios y el objeto; y á examinar, por ábrenle, después de cerrar gloriosamante el XVI, Shakes-
último, los elementos con que para cooperar á la obra cuenta peare y Lope: “dos ingenios á igual altura, sólo que uno
Venezuela, el medio en que tales elementos habrán de “es el poder que sufre y obra, el otro el poder que goza
desenvolverse y la forma más conveniente á la aplicación “y abusa” ( 2 ). Rústranle en el teatro francés Corneille,
de ellos, para que no resulte, como hasta ahora, estéril el Racine y Moliere; y en el español los ingenios ya nom-
esfuerzo. brados y el ilustre Calderón que deja creado el drama mo-
No nos dispensa el logro de nuestro objeto de comen- derno y en sus obras un tesoro para España y para el
zar por una ojeada á la historia del teatro, para seguirlo mundo.
en la evolución desde su cuna, la epopeya y la sátira, hasta Fero este esplendor decae; la evolución se paraliza; se
su e.stado actual. Quizás después de haberlo hecho quede- hacen nuevos esfuerzos para volver á lo antiguo, las glo-
mos enterados de algo que mucho nos importa saber an- rias del teatro español del siglo XVII se esclipsan para
tes de que apartemos la vista de lo presente para dirigirla no revivir sino en el siglo XIX. Al fin se hace justicia
á lo porvenir, como que toca á él hacer del arte dramá- á Lope de Vega y sus discípulos, y recobra sus legítimas
tico fuente de muchos bienes para el hombre. glorias Calderón.
* El cetro de la tragedia pasa á manos del drama mo-
Aceptemos opinión de los críticos que se remontan
la derno; el romanticismo ocupa el trono del clasicismo; el
hasta Homero para hallar en él el origen de la tragedia teatro se transforma.
y la comedia griegas, que nacen, la una de la 1 liada y la El período de gestación del teatro empieza con Homero;
Odisea^ la otra del Margites. Ea epopeya y el poema sa- el de formación dura de Tespis á Esquilo y Aristófanes, y de
tírico, aquélla antes que éste, pasan del relato á la acción, éstos á Menandro; el de imitación, interrumpido por la Edad
y surgen, primero la tragedia y más tarde la comedia. Media, puede decirse que dura hasta el siglo XVII; la
El arte escénico (i) de origen tan antiguo como el hom- batalla de la última y más importante transformación em-
bre, porque tan antigua como él es su aptitud para repro- pieza entonces: ¿concluirá en el siglo XX?
ducir con la mímica los efectos exteriores de causas inte- Son los dioses los primeros en huir de la escena; á luego
riores, no cobró importancia sino con el hecho de haber huyen los héroes, reemplázanlos las pasiones, y reinan en el
encarnado en él el arte drámatico. Las fiestas de Baco hu- teatro hasta que entran á disputarles el reinado los sen-
bieran pasado á la historia como todas las religiosas de los timientos. Tales transformaciones, tan apreciables en el
pueblos paganos, con el mero carácter de costumbres, si en paso de la epopeya á la tragedia religiosa, de ésta á la
ellas no hubiera Tespis abierto el camino á Esquilo. No na- tragedia humana y de ésta al drama, no pueden tenerse
ció, pues, del escénico el arte dramático: antes es elevado por efectos caprichosos, no ha de considerárselas arbitra-
aquél por éste cuando Tespis interrumpe el himno sagrado rias. El teatro, de cuya esencia es el reflejar el estado so-
para que con él alterne el monólogo dramático, inspirado por la cial, tiene que modificarse con cada cambio de la sociedad.
epopeya. Así dan los tiempos heroicos la epopeya; el tránsito de
Esquilo, cuyas obras llama él mismo restos del gran ellos á los de la filosofía da la tragedia; el sentimentalismo
festín de Homero, es padre del teatro. Crea la escena, tal moderno da el drama. La intervención del genio ha con-
como hoy existe, decorándola y poblándola de personajes sistido y consistirá siempre en distinguir el momento en
á quienes viste y dá expresión, es decir, ensancha el me- que el estado social exige un cambio en el teatro y satis-
dio donde ha de vivir la acción dramática la vida del diá- facer tal exigencia.
logo, creación suya también. Sófocles, contemporáneo suyo Enestado de transformación han hallado el arte dra-
y continuador de su obra, empieza á humanizar el teatro; mático las letras venezolanas; vengamos á ellas para con-
y Eurípides alcanza tanto que hace retroceder los dioses al siderar lo que han alcanzado y cómo podrán cooperar más
fondo de la escena para que ocupe el primer término el eficazmente á la obra que parece tocar ya á su término.
hombre en lucha ya con sus pasiones. *
La comedia, de la que es Aristófanes en Grecia, si no el
creador, el padre histórico, diferénciase entonces de la tra- La
situación de Venezuela bajo el régimen colonial de
gedia esencialmente. Aquélla ensalza á los dioses y á los España, antes que propicia era de todo en todo contra-
héroes, en tanto que ésta, en forma de sátira personal, sólo es ria á la propagación de las luces; cuánto más al florecimien-
to de las letras, que sólo se efectúa después de alcanzado
(i) En el curso de este escrito designaremos siempre con los nombres
por los pueblos cierto grado de cultura intelectual, al que
de arte dramático y arte escénico, respectivamente, al de la producción
de la obra y al de la representación. (2) Cecilio Acosta.
XXVIII TEATRO NACIONAL

España, por sistema, no dejaba llegasen sus colonias. Fun- jación de un pasaporte; —
negándole la libertad de industria,
daba así, en práctica que ha sido y será siempre reprobada, la so pretexto de monopolio oficial ó por cualquier motivo;
conservación de sus po.sesiones en en el vasto territorio de la negándole la libertad de petición, so pena de graves con-
América. No conviene qne se ihistre á los americanos^ decía —
secuencias si se hace infractor; negándole finalmente la
en real cédula el monarca Carlos IV y el pacificador Mo-
;
libertad religiosa, porque sólo es permitido al colono ser
rillo no encontró después mejor medio de pacificación que católico, apostólico, romano, cualesquiera que sus creen-
cortar la cabeza á los americanos que supiesen leer y es- cias sean.’’
cribir. El, para nosotros, tristemente célebre conde de Car- “Demás de esto, no garantiza la metrópoli al colono
tagena, llegó á dirigir á su teniente coronel Ceruti estas la inviolabilidad de la vida, puesto que tolera que se le
palabras: “ Haga usted en ésa “ someta á tribunales desafo-
“ rados
“ (Guayana) que yo he hecho
lo y extraordinarios y aun
“ en Nueva Granada: cortar la “se le ejecute sin fórmula de
“ cabeza á todo el que sepa leer “juicio; —
no le garantiza la
“ escribir, así se logrará la “ propiedad, porque tolera el
y y ”
“ pacificación de América. “ despojo ó los embargos arbi-
No traemos aquí estos amar- ••
trarios, sin la posibilidad de
gos recuerdos por odio á Espa- “un juicio contencioso; no —
ña; no lo abriga nuestro cora- “ le garantiza el secreto de la
zón, bien que nuestro árbol ge- “ correspondencia, porque ésta
nealógico no sea sino larga lista “ es violada cada vez qúe la
de víctimas de la crueldad espa- —
“ autoridad lo dispone; ni le
ñola. Guardamos e.se timbre de “ garantiza la tranquilidad del
familia en el hogar, y cedemos “ hogar, porque éste puede ser
la palabra para que trace el cua- “ allanado sin fórmula alguna
dro del régimen colonial de Es- “ bajo el pretexto del orden
paña, á uno de nuestros galanos —
“ público; ni le garantiza la
escritores que tiene dadas á la “ seguridad individual, porque
madre patria no pocas pruebas “ el colono por idéntico pretex-
de amistad. “ to puede ser arrestado, preso-

Preciso es confesar que de
‘ “ ó desterrado, á cualquiera ho-
“ todas las naciones europeas “ ra del día ó de la noche, sin
“ que tienen colonias en el Nue- “ apelación alguna.’’
“ vo Mundo, es España la úni-

ca que ha perseverado, cosa al
‘ “ En tal estado de cosas,
“parecer increíble, en el siste- los colonos que han descollado
“ ma de gobierno que estable- en las ciencias ó en la lite-
“ ció desde un principio, que ya ratura, ora por haberse educa-
“ le dió por resultado la pérdida do fuera, ó por haberse forma-
“ de todas las que tenía en el do á esfuerzos propios, procu-
“ continente Americano y que rándose libros á hurtadillas,

le hará perder irremisiblemen-
‘ son los que corren el mayor pe-
“ te, si de sistema no cambia, ligro, pues la autoridad los mi-
“ las que posee aún en las An- MANUEL A. MARIN, HIJO ra con recelo, y á poco andar,
“ tillas. Entonces, como aho- “ para no ser víctimas de la Dic-
“ ra, ha consistido su sistema de “ tadura, vense obligados á emi-
“ gobierno en considerar á sus colonos indignos de disfrutar “ grar á España ó á extranieras tierras, ó á^prostituir el ca-
“ de las regalías y privilegios que tan ampliamente concede “ rácter, poniéndose al servicio de la tiranía, en cambio de
“ á sus naturales, y en creer que las colonias .son simples lu- “ una salvación momentánea, pues de poco vale ese aisla-
“ gares de granjeria qxie la Providencia le ha dado para llenar “ miento y el desamparo si hasta ellos alcanzan la persecu-
“ sus necesidades. Su sistema se reduce en consecuencia á “ ción y la muerte.’’
“ gobernar la colonia por medio de un Virrey ó Capitán Gene- “ Esta era la situación gráfica de la colonia venezolana
“ ral, que es simplemeute un Dictador ab.soluto é irresponsa- “ en i8io.’’ (3)
“ ble, investido por tanto de facultades discrecionales é ilimi- El primer cuarto de este siglo es para Venezuela de lucha

“ tadas; á mantener en ella un ejército puramente español, y de desgracias; las manos fueron todas para
las armas, los
“ cuyo sostenimiento debe salir de las arcas de la colonia; — entendimientos para la generosa idea, los corazones para
“ enviar de España todos los empleados que necesita la co- holocausto por la patria. Honra será siempre^ de ésta el
“ lonia en el orden político, civil, militar, judicial haber presentado los primeros brotes del florecimiento litera-
y ecle-
“ siástico, dispensando simplemente á los nativos el honor rio, apenas trascurrida una década de vida independiente.
“ de desempeñar destinos secundarios, cuando los exiguos La llegada de la primera imprenta á nuestras playas
“ sueldos no permiten que vaya de España el propietario; casi coincide con los albores de la lucha; y apenas^ termina-
“á gravar al colono con contribuciones exorbitantes é ini- da ésta, el periodismo cobra pronta actividad, contribuye des-
“ cuas, no para qvie se cubra el presupuesto ordinario de la de 1830 á hacer trascendentales los estudios literarios, y seis
“ colonia, sino para que se cubran también grandes expen- años después aparece la primera revista de este género funda-
“ sas de la metrópoli, ó quede en las arcas, al finalizar el da por el célebre humanista José Luis Ramos.
“ ejercicio de cada año, un sobrante que pueda ser traspor- No es sino hácia el comienzo de la segunda mitad del

“ tado á la madre patria; á restringir la enseñanza pública siglo, cuando el advenimiento de los partidos políticos abre

“ por todos los medios imaginables; á negar al colono el el largo
y crueñto período de nuestras discordias
intestinas
“ goce de la libertad en sus múltiples formas de pensamiento que surge en hora para ella infausta la literatura dramática, al
“ y de acción, prohibiéndole el uso de la prensa sin previa estímulo quizás de la reciente construcción del primer teatro
“censura ó sin previa advertencia de lo que le será lícito que á las obras de nuestros ingenios podía ofrecer digno hos-

“decir; negándole la libertad de reunión y de asociación, pedaje.
“ sin permiso expreso de la autoridad, permiso que se re-
El drama romántico francés había pasado los Pirineos

“ quiere hasta para las reuniones más inocentes; negándole
“ la libertad de tránsito para salir de la colonia, ó de un y
sentado sus reales, bien que modificado, en la escena espa-

“ pueblo á otro, de un caserío á otro, sin someterlo á la ve- (3) Don José María de Rojas.
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXIX

ñola. Eas traducciones de Víc-


“ ca. Del francés ha arregla-
tor Hugo y Alejandro Dumas
“ do varios, entre los cuales
alcanzaron boga en España,

podemos citar Miss Multon

\
donde la escuela tuvo imita- “ y Utia mujer sin corazón;
dores, entre otros Martínez de “además de otras piezas ori-
la Rosa, el duque de Rivas y “ ginales y traducidas, que con-
Antonio García Gutiérrez, “ serva aún inéditas.” (4)
quienes produjeron respecti- No se ha limitado Hera-
vamente La Conjuración de clio Martín de la Guardia á
Venecia^ Don Alvaro ó la las piezas de que ya hicimos
fuerza del sino y El Trovador. mención: sube á nueve el nú-
Fué sin duda, aun no pasada mero de las que de este renom-
la influencia de la dramática brado poeta ha aplaudido el
francesa en la española, in- público de Caracas. En 1863
fluencia que traspuso el Atlán- y 1878 revelóse con las mis-
tico para alcanzar en su pri- mas aptitudes en género di-
mera. infancia á nuestra lite- verso del que escogió para sus
ratura nacional, cuando agui- primeras obras; y con Luchas
joneados nuestros poetas por del Progreso y Fabricar sobre
el deseo de probar sus fuer- arena, añadió nuevos timbres
zas en campo tan propicio á los antes conquistados.
MANUEL MARIA FERNANDEZ
JOSÉ MARIA MANRIQUE De Eduardo Blanco es
al lucimiento del ingenio, se
dieron á la obra y produ- muy conocido Lio ifort, dra- 7

jeron ensayos dramáticos en el género surgido del movi- ma que fue representado y aplaudido en 1879 ; y de Elias
miento literario francés de 1830. De ellos merecen especial Calixto Pompa, La dama de la careta, puesta en escena
mención, por el éxito que obtuvieron al ponerse en escena en la misma época con buen éxito notorio.
en Caracas por los años de 1850 á 1860, los dramas de Hera- A á las letras por la muerte los
deshora arrebatados
clio Martín de la Guardia, nuestro fecundo y renombrado
hermanos aquéllos que según Eloy Escobar es-
Esteller,
poeta, cuya inspiración se vigoriza en el ocaso de la vida, taban destinados á ser los Argensolas de nuestro parnaso,
probando así con cuanta razón dijo Cer- sólo dejaron un drama. La ley social,
vantes que “no se escribe con las ca- que el público conoce por haber sido
“ ñas sino con el entendimiento, el cual representado.
“ suele mejorarse con los años.” No hemos vuelto á ver en la esce-
De modo honroso para las letras na ninguna pieza de Bolet Peraza, des-
patrias, aparecieron ellas abriendo el pués de Luchas del Hogar, representa-
repertorio dramático venezolano con Cos- da en 1879, ni sabemos si ha continua-
me de Medicis^ Don Fadrique.^ Gran do cultivando el género para el cual
Maestre de Santiago., Parisina., Don revelaba felices aptitudes aquel donoso
Pedro de Portugal y Güelfos y Gibe- ingenio.
linos.,obras de Guardia. De Alfredo Rey se ha representado,
Uno de los poetas que por aquel Un crimmal inoce^ite de Julio Guada-
tiempo se dieron á conocer y á quien la lajara, El hijo del ajusticiado. El toque
musa elegiaca inspiró composiciones de de Ave María y La carta de tina 77iuer-
innegable mérito, Eloy Escobar, escribió ta y de Agustín García Pompa, recien-
á Nicolás de Rieiizi., drama en cuatro temente, Leonor ó El calvario de la
actos del mismo género de los citados. honra.
Pasado el furor del drama román- Es de justicia y de este instante
enviar nuestro aplauso y voz de aliento,
tico y hallado congruente para el gusto
de la época el drama moderno propia- por humilde que ésta sea, al poeta zu-
mente dicho, aquél en que se refleja la liano Manuel A. Marín, hijo, autor de
sociedad actual, los literatos venezola- varias obras dramáticas, calurosamente
nos no se han qiiedado rezagados en aplaudidas por el público, ante el cual se
el movimiento y la escena ha recibi- han repre.sentado en el Teatro Baralt de
do obras de este género de Heraclio Maracaibo, y muy favorablemente juz-
Martín de la Guardia, Aníbal Dominici, gadas por la prensa. Marín toma sus
F. Soublette, José María Manrique, E. argumentos de la vida actual, los expo-
Blanco, Elias Calixto Pompa, Manuel A. ne con conciencia y sitúa la escena en la
Marín, hijo, los hermanos Esteller, Nica- sociedad á que pertenece. No otra cosa
nor Bolet Peraza, Alfredo Rey, Julio Guadalajara, Agustín corresponde al autor dramático en la fundación del Teatro
García Pompa, y otros que no mencionamos ahora por que Nacional. Das obras de Marín, todas ellas representadas,
no tenemos certeza de que sus obras se hayan representado han sido reunidas en un volumen, que tenemos á la vista y
en la República. en el cual se encuentran: En el borde del abisjno (laureada),
José María Manrique, dotado de muy felices condiciones La copa de acíbar. El deber cimiplido. La espada de dos floSy
para ejercitarse en el género literario que nos ocupa, ha y Dios tarda pero no olvida.
publicado cuatro obras y varios entretenimientos dramáti- Cabe recordar aquí al poeta guaireño Juan J. Breca,
cos, cuyo elogio queda hecho al decir que su autor sería autor de varios dramas, uno de ellos representado por la cele-
una de las mejores columnas del Teatro Nacional, el día brada artista Adela Robreño, titulado: El amor de un libei'-
en que éste llegase á ser viable. El Divorcio., Un proble- tino. Ha compuesto también, El poder de un relicario y Un
ma social.. Los dos diamantes.. El Filántropo y una colec- artículo del código.
ción de eomedias infantiles, monólogos y juguetes cómicos, El género histórico y patriótico no ha dejado, como es
son las obras á que nos hemos referido. natural, de tener cultivadores en Venezuela de Pedro Aris- :

“ Dominici ha escrito para el teatro La honra de la


:
mendi Brito, José Bernardo Gómez, Celestino Martínez,
mujer y El lazo indisohible., dramas originales que entra- F. Goúzález Guinán y Felipe Tejera, hay notables obra.s
“ ñan profunda intención fllosóflca y social y que han sido
“ representados con aplauso, dentro y fuera de la Repúbli- (41 Tej era— Venezolanos.
XXX TEATRO NACIONAL
de este género. Debe el repertorio venezolano á aquellos habra quien de oidas siquiera no conozca á Dos mujeres como
obreros de las letras, las siguientes piezas respectivas Bo- : hay pocas y dos hombres como hay muchos; Oros son triunfos-,
ves^ Eulalia Buroz^ Araure y Triimfar con la patria. Exis- Sin vergüenza, avaro y flojo; Zapatero á tus zapatos; El to-
ten, además, otras desconocidas en su mayor parte, no do de lina charada; El que despabila pierde y Bien por mal ó
porque hayan tenido vida efímera como consecuencia de la Caridad en acción.
éxito dudoso, sino por efecto, así de aquellas causas que Dos comedias de Francisco de Sales Pérez han sido re-
anotamos al principio de este escrito, como de otras de que presentadas con éxito lisonjero en diversas ocasiones: Lo que
más adelante hablaremos y que mantienen al Teatro Nacio- sienibres cogerás y Jugar con dos barajas; y de Felipe Este-
nal dentro de nn medio adverso á su actividad y desen- ves hemos oido celebrar la titulada: Para U 7t celoso it 7ta pmi-
volvimiento. dente, puesta en escena en el Teatro Caracas en 1879,
José Antonio y Eduardo Calcaño y el joven poeta Elias no recordamos.
Toro, han escrito y publica- En el mismo género
do excelentes monólogos en han probado sus fuerzas Ma-
verso sobre asuntos de his- nuel María Bermúdez, au-
toria patria. Policarpa Sa- tor de Don Brimo el litera-
lavarr ieta.^ Bolívar en San- to, Los recalcitrantes. La
ta Marta y Miranda en la escuela de los mtíchachos. La
Carraca., obras res[)cctivas redacción de un periódico ó
de los tres citados escritores, 7/i is colaboradores
y La pota
pueden ser presentadas co- del tallón; y Teodosio Adol-
mo muestras dignas de aplau- fo Blanco, Octavio Hernán-
so en un género que de- dez, Juan C. Fuenmayor y
biera ser el predilecto de Luis Urdaneta Hernández,
nuestros autores, así por la de quienes entendemos que
copia de buenos asuntos que conservan inéditas sus obras
ofrece nuestra historia, co- unos, y los otros aguardan
rno porque nada tiene tan- para presentarlas en el tea-
to poder para inflamar el en- tro, la existencia de éste co-
tusiasmo y dar alas á la ins- mo Teatro Nacional.
piración, como las glorias de
la patria.
Sólo tenemos noticia de
Lisandro Ruedas, Ra- dos zarzuelas cuya parte li-
teraria sea obra de escritores
fael Hernández Gutiérrez,
venezolanos: Doña Iñós ó la
José Antonio Arvelo, Do-
política en el hogar, de Fran-
mingo Santos Ramos, (5)
cisco Tosta García, con mú-
Francisco Pimentel, Eduar-
sica de José Angel Monte-
do Calcaño, Miguel Eduar-
ro; y Las dos deshonras, de
do Pardo, César Pont, Enri-
que Coronado, José Trini- Domingo Alas, con música
de Federico S. Villena. Am-
dad Blanco, Vicente Micolao
bas son conocidas del 'públi-
y Sierra, Amando Barazarte, co, por haberse ejecutado en
Luis M. Mármol, R. R.
los teatros de Caracas.
Hermoso, David Villasmil,
Santiago Vegas, Luis Poleo No terminaremos esta
Gonell y R. lunes Suárez, parte sin anotar los nom-
son los nombres de los ve- bres de otros autores dramá-
irezolanos autores de dramas ticos de cuyas obras no he-
que se conservan inéditos mos podido obtener noticia
los unos, ó que no han sido alguna. Tales son: Rafael
aún representados los otros. Agostini, F. de P. Pardo,
Lástima contemplar dur- Federico Maitín, Juan V.
miendo un sueño cuyo des- Camacho, Domingo Navas
pertar depende de causas que Spínola, F. Núñez de
no es fácil á los autores re- Aguiar, E. Gallegos Celis,
mediar, tantas obras, entre las que debe de haber no pocas Ildefonso Vásquez, Quintero Lizarraga y Briceño.
joyas de nuestra literatura. Y para que vengan como bello y digno remate de la lista
La musa chispeante, donosa y finamente irónica de Ma- que acabamos de hacer de nuestros ingenios dramáticos, los
nuel Bretón de los Herreros, el más fecundo de los modernos nombres de algunas hermosas flores que no son exóticas en
poetas cómicos españoles, no podía menos de cautivar á algu- nuestros campos literarios, recordemos á la inteligente es-
nos de nuestros ingenios; y no ha faltado entre éstos quien, critora hija del Zulia, Julia Añez Gabaldón, quien con
siguiendo las aguas del festivo autor de Marcela ó ¿cuál de El Premio y el Castigo y El sacrificio por oro, ha contri-
los tres?., revele que no escasea el donaire entre nosotros. buido al repertorio dramático venezolano así como con ex-
;

Vivacidad de ingenio, cultivado gusto y encariñamiento del celentes monólogos Virginia Gil de Hermoso y Bolita de
autor con Bretón de los Herreros, muestran las obras de Ma- Lima, hijas de Coro.
nuel María Fernández, en quien si para agotar la sal no han
sido poderosos los achaques ni las penas, sí lo han sido para El teatro, nadie podrá negarlo, está hoy en los pueblos
enervar la vena dramática y detener el vuelo de nn ingenio cuya literatura adoptamos por modelo de la nuestra, abocado
llamado á cosechar inmarcesibles lauros en el teatro. No al término de una transformación que habrá de quedar, sin
sabemos si han llegado á verse en escena todas las obras de di:da, en el siglo XX consumada.
Fernández, sólo sabemos que inéditas como están en su ma- Zola, cuya autoridad aceptamos en lo que concierne á
yor parte, sin que él mismo sepa cuál sea el paradero de sus la necesidad de suprimir el conveneionalismo en la escena,
originales, todo el mundo las celebra, las nombra ha declarado que ésta se halla desierta en Francia, á no ser
y apenas
que se acepten como capaces de poblarla, muñecos de cartón
(5). Es de este lugar que corre acerca de las obras de
rectificar el error
Domingo Santos Ramos. es original de Ramos, v El honor y
z'rtc/a
ó figuras de trapo rellenas de salvado; y cuenta que Francia
el dinero, arreglo de una obra de Ponsard al teatro venezolano.' está más avanzada en el verismo de los medios artísticos que
POR EUGENIO MENDEZ Y MENDOZA XXXI

historia de ésta; mas bastaba ello á nuestro fin, que fue


España. En ésta, lucha solo Echegaray por darle en la
escena forma á algo que quizás no la tiene aún precisa en sólo determinar el momento en que el teatro empezó á atraer
la atención de nuestros ingenios, los que, simplemente cla-
_

su cerebro; pero que evidentemente es inspiración déla exi-


gencia social. El público no reconoce el retrato que de él se sificados por el género de cada uno de ellos preferido, han
desfilado delante del lector. Finalmente hemos discurrido, con
le ofrece en la escena; y aunque ésta llegase á tal grado de
perfección, que el telón' de boca se convirtiese en espejo, ó, la brevedad impuesta por las circunstancias y requerida por
como dice Zola, el tablado se prolongase dentro de la sala, nuestro exigüo saber, sobre el estado actual de la evolución
tanto que llegase á ser uno mismo el piso para actores y es- dramática y sobre la parte que, á nuestro humilde juicio,
pectadores, éstos no se contentarían con la copia, si los ele- toca á los autores venezolanos en la obra de perfeccionamiento
mentos de ella, cualquiera que fuese _ej carácter analí- de un arte llamado á ser, si bien se le entiende, para la socie-
tico que aisladamente tuviesen, no adquiriesen, por virtud dad, fecundo en bienes.
de la síntesis artística, determinado carácter final, grato al Réstanos sólo añadir á las consideraciones con que em-
público. pezámos este escrito, algunas otras que no creemos huel-
Si nos detenemos á pensar en la influencia que el ar- guen donde se habla de una enfermedad á cuyo diagnóstico
te en general ejerce en el hombre, hallamos que es efecto son ellas pertinentes.
e.sencial de aquél, obrar sobre los sentimientos, causa de los Es una verdad, deducida de la observación, y á diario
actos humanos, cuya ley es el orden moral. No ha de ser comprobada, que no tiene el público de Caracas por el tea-
otro el objeto del arte que la verdad moral ni otro el me- tro dramático la misma notable afición que j)or el lírico.
dio que la verdad material; aquella, el fundamento; ésta No entramos á indagar la causa, ni á averiguar si es ese tam-
el brillo de la belleza. Así se explica el desprestigio del bién achaque de otros pueblos. Apuntamos sólo el hecho
convencionalismo en los medios y el desprestigio de la obra y lo señalamos como rémora que debe hacerse desaparecer
que no tenga por objeto la verdad moral. Presentarla en del rumbo del Teatro Nacional. El remedio está en la
mano de los gobiernos: se puso en práctica con buen éxito
el esplendor de su imperio debe ser el resultado de la sín-
tesis artística. una vez, y creemos que al hacerse nuevo ensayo, nuevo y
Se quiere verdad en la escena y no convencionalismo. mayor éxito vendría á corroborar nuestra opinión. En 1879
el Gobierno de la República organizó el teatro nacional
Se lleva á ella la vida real y no queda el público contento.
La obra es incompleta: á la verdad material en los medios y subvencionó una compañía dramática española que fun-
no corresponde la verdad moral en el objeto; los ele- cionaba á la sazón en el Teatro Caracas y que se obli-
mentos, morales ó inmorales, conservan su carácter ana- gaba á representar, previo veredicto de jurado, las obras
lítico, sin adquirir el sintético ó Anal de moralidad. Lograr de autores venezolanos, á quienes correspondería parte de los
beneficios que con aquellas se alcanzasen. Así, en cosa de
esto en una obra es alcanzar en el arte la posible perfec-
ción. ¿Quién dictará en el siglo XX las reglas, quién fijará dos meses, si mal no recordamos, se ejecutaron dramas de
el procedimiento ? Heraclio Martín de la Guardia, Elias Calixto Pompa, Al-
Volviendo á Venezuela, al Teatro Nacional, á la parte fredo Rey, Eduardo Blanco, Nicanor Bolet Peraza, los her-
que nos toca de la obra, debemos reconocer que nada hare- manos Esteller, Felipe Esteves, Francisco Tosta García y
mos de provecho, si no cooperamos á la evolución asi en- Félix Soublette. Bastaron las relaciones sociales de los au-
tendida; si no llevamos á la escena la enseñanza de las verdades tores para llenar el teatro; ellos recibieron aplausos y
_

morales necesarias á nuestro mejoramiento social, empleando proventos y el gobierno de la República conquistó prez que
para ello, en lo posible, como medio, lo que es verdad mate- sus hombres podrán ostentar siempre con orgullo.
rial entre nosotros. Esto requiere atenta observación del La agitación política en que vivimos y que tanta san-
medio social. El drama en Venezuela ha de ser esencial- gre y tantas lágrimas ha hecho verter sobre un suelo cu-
mente venezolano. ¿A qué llevar al teatro aquí lo exótico? yo riego no debiera ser otro que el sudor del hombre la-
¿A qué hablarle al pueblo de lo que no conoce ni le im- borioso, mantiene desde hace medio siglo, precisamente
porta ? ¿ Mejorará nuestras costumbres, corregirá nuestros desde los albores de nuestra literatura dramática, un estado de
vicios, levantará nuestros sentimientos lo que en nada á constante inquietud en los ánimos, opuesto al de serenidad
inspiración
ellos se refiere ? y satisfacción que es ambiente necesario de la
* artística y efluvio de la paz, portadora de alegría a los
corazones y de abundancia á los hogares. Es de esperar-
Bien que muy someramente, por requerirlo así tanto
se que la República, duramente trabajada por discordias
el carácter de ligero estudio que desde un principio nos
estériles, convaleciente después de cruelísimos dolores, alec-
propusimos dar á este trabajo, como el corto tiempo de que
cionada en medio siglo de experiencia, vuelva sobre sus
hemos podido disponer para llevarlo á cabo, hemos observado pasos, convencida de que no es la farmacia de la política,
en la historia del arte dramático, seguida en lo que sólo
ni la cirujía de las guerras intestinas, sino el aire puro de
concernía á nuestro propósito, las principales transforma-
la concordia y de la paz, lo que para su regeneración ha
ciones esenciales de aquel arte hasta llegar al estado en
menester el organismo social.
que se hallaba cuando ofrendóle sus primicias nuestra li-
teratura nacional. Harto compendiosos fuimos al narrar la Enero de 1895.
ESTUDIO SINTÉTICO
ACERCA DE LOS ORADORES SEGLARES DE VENEZUELA

DOMINGO SANTOS RAMOS

I Sócrates, Aristóteles, Platón, el divino, cumplieron igual


destino en la Filosofía y la Política.
Hipócrates y Galeno, en las ciencias médicas.
NO de los más excelsos atributos con que el pródigo Homero, el sublime ciego de Smirua, y Virgilio, el Cisne
Hacedor del Universo quiso regalar al hombre, es el de Mantua, levantaron la poesía épica á la alta cumbre desde
de la palabra. donde irradia sus luces inmortales, y hace oir sus cantos sobe-
escrita ó hablada he allí la palanca poderosa
La palabra :
ranos. —Píndaro y Tirteo, la lírica; Tíbulo, la elejiaca, y Ana-
con la que el ingenio ó el genio humano, han conmovido, des- creonte, la erótica; todos con singular belleza.
de las más remotas edades hasta nuestros días, á pueblos y Esquilo, Sófocles, Eurípides, conmueven el corazón, flaje-
naciones. lan el crimen y ensalzan el valor, el talento y la virtud, en
El gran libro de la creación, la Biblia, es, como si dijéra- aquellas tragedias admirables, á cuya representación asistía el
mos, la primera palabra escrita que el Verbo deja oir á los pueblo en la plaza pública, sirviendo, al par, de espectador y
mundos. de actor.
Las religiones Orientales tienen, así mismo, sus libros sa- Así, Tácito y Tito Livio Confucio y Machiavelo
; ;
Newton
grados, donde están consignados los principios de sus creencias. y Galileo Metastasio,
;
Dante, Tasso y Petrarca;
Pascal, La Bru-
Zoroastro, Solón, Licurgo, llevaron la voz del derecho en yére; Descartes, Shakespeare, Calderón y Cervantes, en otras
los antiguos tiempos, dejándolo consignado en sus leyes escritas. edades como en las modernas, esa innúmera falanje de escrito-
;
XXXIV ORADORES SEGLARES— ESTUDIO SINTÉTICO
res que en ciencias, poesía, artes y letras llenan con sus obras elocuencia, han enaltecido en todos'los varios ramos de la ora-
todo el ámbito de la tierra, y tienen como representantes de toria, insignes oradores. Ya veremos de comprobarlo.
la palabra escrita á Goethe, Lamartine, Hugo: esto es, al genio Para mejor desempeño de este’ [sintético trabajo, vamos
el
que encarna la belleza y defiende la libertad. á metodizarlo; y de consiguiente, lo dividiremos en secciones
II que abarquen cada una, siquiera sea someramente, uno ó más
géneros de la oratoria.
La palabra hablada hace temblar los tronos de los déspo-
tas, enseña al ¡nieblo sus derechos, entusiasma, conmueve y Encomendado el trabajo de la elocuencia y oradores de la
arrebata alas multitudes; y, semejante á la voz del Sinaí, re- sagrada cátedra, á nuestro ilustrado y buen amigo, señor Doc-
suena con acento apocalíptico por toda la haz del mundo, tor Ezequiel María González, juez asaz competente en la mate-
cuando reclama la justicia, cuando defiende al débil, cuando ria, así por sus talentos como por su ilustración
y especiales
combate las tiranías. conocimientos, hemos de prescindir, en absoluto, de tratar de
Demóstenes impone con ella en este escrito, si bien en
su ])alabra y extremece al hijo otromás extenso, que conserva-
de Filipo Cicerón abate á Ca-
: mos aún inédito, ya lo hicimos.
tilina con su enérgico ¿Hasta :
Dividiremos, pues, el pre-
cuándo? (¿Quousque tándem? ) sente, así
Mi rabean, Siéyes y Bar- Oradores parlamentarios
nave, hacen la conquista de Oradores académicos
los Derechos del Hombre. Oradores que abarcan am-
Vergniaud y Valazé, eter- bos géneros
nizan el bello ideal de la Re- Tribunos populares:
pública serena, generosa y cle- Oradores forenses:
mente. Elocuencia militar.
Danton y Camilo Desmou-
lins, simbolizan el odio de las V
turbas sembrado á manos lle- ELOCUENCIA MILITAR
nas por las injusticias de la
rey edad y del fanático asce- Como tributo de admira-
tismo. ción y de respeto al genio im-
O’Conell, en la tribuna ponderable de Bolívar, y á la
inglesa, es valeroso defen-
el
preclara inteligencia de mu-
sor de la oprimida Irlanda.
chos de sus grandes capitanes,
Y
si luego venimos á nues-
diremos, que los anales de
tros días: allí están Manuel,
nuestra magna lucha de Inde-
pendencia, registran aquellas
y Perier, y Foy, y Thiers, y La- arrebatadoras arengas con que,
martine, y Cavour, y Mazzini,
antes ó después de la victoria,
y Gambetta, y Gladstone, y ellossabían entusiasmar al sol-
Castelar, y Pi Margal, derra-
mando á torrentes la sobera- dado, hacer amar la libertad,
na elocuencia de su palabra en y sembrar en el corazón del
vencedor, los nobles y excel-
defensa del derecho y de la li-
sos sentimientos del perdón ge-
bertad inmortalizando sus
;
neroso, de la cristiana clemen-
nombres y dejando prueba es-
cia y del amor á la justicia.
pléndida del inmenso 2>oder de
la tribuna.
Miranda, con pasmosa elo-
GENERALISIMO FRANCISCO DE] MIRANDA cuencia, disputó su vida al te-
III
rrible Tribunal revolucionario
América, la joya que tras francés único ejemplo, acaso,
;

escondidos mares descubrió Co- que registra la historia.


lón, para completar el mundo y dar nuevo espacio al día, Nunca, guerrero alguno, tuvo un arranque de tan atrevida
reclama para sí, con sobrada justicia, una parte en la obra de elocuencia,como cuando Bolívar exclamó Nf la naturaleza se
:

ilustrar los pueblos por medio de la palabra escrita ó hablada. opone á la causa de 'nuestra Independencia, á la naturaleza vence-
Bien quisiéramos ámpliamente extendernos en todo cuan- remos : ó como cuando dijo españoles y canarios, contad con la
:

to á esta “Zovm 9'7/e el sol enamorado circunscribe," se refiere; nmerte aun siendo indiferentes : americanos, contad con la vida aun
empero hemos de conformarnos, en el presente escrito, coii el cuand,o seáis culpables porque esas frases, que al parecer arran-
modesto trabajo que, respecto de Venezuela, nuestra patria, can del consejo del odio y la venganza, fueron, por el contrario,
señaló á nuestra bienintencionada voluntad, la Junta Directi- la encarnación de la justicia revolucionaria que necesitaba en-
va de la Asociación Venezolana de Ciencias, Literatura y Be-
‘‘
frenar la crueldad con que, ora en el cadalso, ya en la tortura,
llas Artes,” es á saber: Los oradores seglares de Venezuela. unas veces en la gemonía, y otras en los trabajos forzados, se
Desde luego, hemos de reconocer, con cabal franqueza, que mataba, castigaba y anicjuilaba á los héroes que, en tierra ame-
trabajos de este linaje han menester tiempo, estudio, examen :
ricana, levantaban en alto el pabellón del derecho del hombre
vagar de es])íi'itu, y menos rudo afán de Icí lucha por la vida-, á ser libre, y pedían justicia para todos.
si bien no nos ha sido dado declinar el honor asignado
y ello, ;
Ese como rayo devastador de la guerra, que cayó sobre las
por deberá la Patria, á la Justicia y á la Amistad. huestes his])anas, dejó de aniquilarlas y trocóse en iris de per-
Nos ocuparemos, por tanto, únicamente, del tema á noso- dón y de clemencia, desde el punto en que el orgulloso conten-
tros cometido, aunque con suma desconfianza en el feliz éxito.
dor reconoció nuestro derecho de beligerantes y nuestro noble
IV anhelo de independencia j libertad.
Damos comenzamiento á ímproba y ardua labor, recha-
la Y para no citar más que otros dos rasgos de nuestra elo-
zando, desde luego, enérgicamente, la aseveración, de que Ve- cuencia militar, recordaremos el de la célebre orden del in-
:

nezuela sólo ha i>oseído tres ó cuatro oradores, y de que los victo Córdova, cuando el Ejército colombiano, comandado en
demás han sido ó son vulgares declamadores. jefe por el inmortal y glorioso Sucre, en la brillante batalla de
Y rechazamos tal aseveración y contra ella protestamos, Ayacucho, postrer esfuerzo del poder ibero en América, é in-
como ([uieia (jue es una [)rofanación de la verdad una falsedad ;
marcesible lauro (|ue coronó para siempre la frente de aquellos
histórica, y una mengua para la Patria, á la que, con soberana héroes recordaremos la orden de Paso de vencedores : armas á
;
:
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XXXV

discreción, con que el gallar- tesy en nuestros Congresos,


do mancebo electrizó á la levantaron muy en alto la

/
división de su mando, éliizo
que, á la manera de poderosa
oratoria parlamentaria vene-
zolana como la honran y la
;
/
nube que el huracán no es ilustran muchos de los que
fuerte á combatir, cayera, si- hoy viven, entre ellos Lu- :

lenciosa, sobre el ejército es- cio Pulido,Eusebio Baptista,


pañol, lo deshiciera, lo sote- Laureano Villanueva, Vicen-
rrara, y le arrancara á su pe- te Amengual, Nicanor Bolet
ricia y á su valor, el disputa- Peraza, Antonio Guzmán
do triunfo, con el arrojo y la Blanco, Pedro Ezequiel Ro-
singular valentía de la co- jas, Juan Pablo Rojas Paúl,
lombiana hueste y el de Su-
;
Laurencio Silva, Raimundo
cre, cuando después de la cé- Andueza Palacio, etc., etc.,

lebre batalla de Tarqui, con- etc.


testó al Jefe del vencido ejér- VII
RKRMÍN TORO.
cito peruano, aquella subli- JtSUb a. MüRAI.J;S MARCAN»
ORADORES ACADÉMICOS
me frase, en que se revela
la elevación del alma del hé- Distinguidísimosloshan
- roe y la excelsitud de la cau- tenido nuestras Academias,
sa de la Independencia de un Ateneos y Liceos tales como
;

continente: La justicia de Colombia es la misma antes que des- Cristóbal Mendoza, Fermín Toro, Antonio Leocadio Guzmán,
pués de la victoria. Riera Aguinagalde, Morales Marcano y gran número de
otros, ya muertos; y tales como
VI lo son, al presente, Rafael Villa-
ORADORES PARLAMENTARIOS vicencio, Ricardo Ovidio Limar-
do, Juan Bautista Castro, Félix
Bastaría á Venezuela para Quintero, Cristóbal L. Mendoza,
ocupar primer rango en el tribu- etc.
nado del derecho y de la libertad, Si no todos ellos, la mayor
ostentarlos nombres de Juan Ger-
parte de estos oradores académi-
mán Roscio, tan brillante, tan aus- cos, por una singular prenda del
tero, tan enamorado de la justicia
patrio ingenio, hanse distingui-
y de la virtud como Vergniaud ;
do, así mismo, en el Parlamento ;
de Coto Paúl, tan elocuente y arre-
á lo que es fuerza añadir que,
batador como Dan ton, si bien con
gracias á nuestras necesidades, in-
la honradez de que carecía el te-
cipiente nacionalidad, vida social
rrible Jefe de la Montaña, y á
cuya sonora voz, como á la de éste, y política, y costumbres, menester
ha sido que, multiplicando sus fa-
el pueblo se conmovía agitado, á
cultades intelectuales, hayan obte-
la manera de las olas del mar por
nido iguales triunfos oratorios en
la tempestad azotadas; de Zea,
la tribuna académica y en la ]iar-
que habría podido rivalizar con
lamentaria probando, de eviden-
Demóstenes en elocuencia y en ;

te manera, cuánto ])ueden alcan-


sabiduría. Su grandioso discurso
zar el estudio y el ingenio, cuan-
en el Congreso de Colombia, reu-
do se hallan guiados }>or una
nido en Angostura, es una de
voluntad enérgica, inspirados en
aquellas piezas oratorias que, así
los grandes ideales de lo noble y
como el discurso de Bossuet, sobre
de lo bello, y caldeados al sacro
la Historia Universal, inva ovtíxlizan
fuego del amor de la Patria.
á un hombre y sirven de magnífi-
co y perpetuo modelo á las gene- Es esta la razón por qué,
raciones del porvenir; de Cristó- para no ser inútilmente prolijos,
bal Mendoza, el Prócer, y Miguel nos detenemos poco en este capí-
Peña, cumbres de la oratoria co- tulo, ya que, en el siguiente,
lombiana. comprendemos á los oradores que
Hemos tenido oradores par- han sobresalido en uno y otro
lamentarios como Pedro Gual, género; fuera de que sería fia-
Alejo Fortique y Valentín Espi- grante injusticia, la de no de-
nal, de sólido razonamiento, de VALENTIN ESPINAL cir, con cabal franqueza, que
frase convincente, de gesto aus- quien supo elevarse á las su-
tero, semejantes á oradores del blimes regiones del ideal poé-
Parlamento inglés; como Fermín Toro'y Jesús María Morales tico ;
ó de las árduas lucubraciones de las cuestiones filo-
Marcano, águilas de la tribuna, con todo el ardor y la elocuen- sóficas; ó de los nobles arranques de las pesquisiciones de
cia del tribunado francés. Y así como estos Manuel María
: la literatura y del arte, en la tribuna de la Academia, supo,
Echeandía, J. J. Contreras, Jo.sé G. Villafañe, Ramón Briceño, de igual manera, tener apóstrofos aterradores para el despo-
José Angel Ruiz, Alejandro Ibarra, Jacinto Gutiérrez, Barroeta, tismo; frases de poderoso entusia.smo para defender la Liber-
Ramón Perera, Quintero Angel, Quintero Manuel, Mauricio tad, y lavas de anatemas para calcinar la injusticia, el desafue-
Berrisbeitía, Ramón I. Montes, Pedro José Rojas, Jesús María ro ylos tiranos, en la tribuna parlamentaria.
Paúl, Braulio Barrios, Manuel Norberto Vetancourt, José Sil- VIII
verio González, .José Ensebio Gallegos, el venerable zuliano,
Labastida, José Antonio Fernández, Montel Baralt, José Víctor ORADORES QUE AB.'^RCAN AMBOS GÉNEROS
Ariza, José Gabriel Ochoa, Ildefonso Riera Aguinagalde, y, Hemos tenido y tenemos oradores, al par académicos y
por fin, la innúmera serie, por desgracia ya desaparecida, de parlamentarios, como Cecilio Acosta, el del ingenio peregrino,
aquellos ciudadanos que, en nuestras Asambleas constituyen- la natural modestia y la varia y sólida iiLstrucción, y el cual
XXXVI ORADORES SEGLARES— ESTUDIO SINTÉTICO

I. RIERA AGUINAGALDE
ANTONIO LEOCADIO GÜZMAN

habría podido platicar como Platón en de Aca-


los jardines del Derecho, tales como Antonio Leocadio Guzmán,
que así
demus. Su discurso de recepción en la “ Sociedad
de Cien- seducía^ con la dicción suave é insinuante, la acción ade-
cias, literatura y bellas artes,” fundada allá por los años de cuada ó el arranque entusiasta
y conmovedor, como sabía
1868 á 1861), y, por tanto, muy anterior á la correspondiente llevar la controversia en el Parlamento; como Etanislao
Ron-
Academia de la esi)añola, que ahora existe, es digno, por todo dón, Blas Bruzual, Manuel María Echeandía, José Angel
Ruiz,
concepto, de ser equiparado al del José Silverio González, Raimundo
ilustre don Juan Donoso Cortés, Andueza, Napoleón S. Arteaga, Ru-
cuando hizo su entrada en la de fino González, Tomás Lander, Ma-
Madrid ó como Rafael Seijas,
; nuel V. Betancourt, Raimundo An-
nuestro gran diplomático y emi- '

dueza Palacio, Mariano Espinal, En-


nente humanista, tan sabio como sebio Baptista, Nicanor Bolet Peraza,
modesto; ó como Gerónimo E. Blan- Mateo Guerra Marcano, Fernando
co, profundo en la ciencia médica y Arvelo y muchísimos más que, al
filólogo notable ó como aquel emi-
; combatir por los derechos del pue-
nentísimo hombre de ciencia, su blo, han mostrado cualidades tan
venerable maestro, el varón insig- brillantes, como las del tribunado
ne é ilustre, José María Vargas, en revolucionai’io que proclamó ante el
cuya frente brilló, con fulgores in- viejo mundo monárquico, los Dere-
mortales, la triple aureola del sa- chos del Hombre. La mayor parte de
ber, de la virtud y del patriotismo, aquellos tribunos, si nó todos, han
junto con el sumo ingenio; ó co- soliresalido también en el Parlamen-
mo Marco-Antonio Saluzzo, el de to ó en la Academia.
la dicción bruñida y correcta, que
cautiva, enamora, convence y ense- X
ña; ó como Nicanor Bolet Peraza, oradores forenses
el de la frase incisiva y la réplica Hemos tenido y tenemos, por
contundente, que hiere al contra- último, oradores forenses de la talla
rio con el punzante epigrama, y de los doctores Felipe F. Paúl, José
se atrae el auditorio con el razo- Miguel Unda (el Prócer), Pedro
namiento ó el gracejo; ó como Quintero, Juan Martínez, Pedro Nú-
Francisco Javier Mármol, erudito nez de Cáceres, Tomás J. Sanavria,
y elocuente ó como Eduardo Cal-
;
Pablo Arroyo Pichardo, Diego B.
caño, que prefiere la galanui'a en el Urbaneja [el Prócer], José de J.
decir; ó como Ricardo Ovidio Li- Paúl, Francisco J. Mármol, Manuel
mardo, R. Villavicencio, Cristóbal Cadenas Delgado, Ramón F. Feo,
L. Mendoza, Santiago Terrero Atien- Ensebio Baptista, J. M. Morales Mar-
za, Pedro Eze(juiel Rojas, Ezequiel
cano, Cristóbal L. Mendoza, José
María González, Teófilo Rodríguez, PEDRO JOSE ROJAS Antonio Fernández, Manuel C. ür-
M iguel Tej era La u r can o \b a n ueva
,
1 1
baneja, Pedro José Coronado, Ri-
que así es notable en el Parla- cardo O. Limardo, Francisco M?
mento, como en la Academia ó en la tribuna popular; ó como Villarroel, Carlos Tirado, Pedro Naranjo, Eduardo
Gárate, etc.
J. Pietri y Marco A. Silva Gandolphi, ardientes
y enérgicos etc., y entre los de la nueva generación, tan distinguidos como
en el discurso; ó como tantos otros que, hoy por ho}q dan lus- Bruzual Serra, Félix Quintero, Alejandro Urbaneja, Tomás
tre, renombre y gloria á la Patria, en su calidad de oradores Mármol, R. Cabrei-a Malo, Godoy, Miguel Unda, Galavizy mu-
distinguidos. chos otros cujms nombres suprimimos, no por falta de nuestra
IX voluntad, sino por falta de espacio y por el temor de ser en de-
masía prolijos.
Tliir.UXOS POPULARES
Y basta, ])ara dejar incontestablemente comprobada, la
Hemos tenido y tenemos tribunos populares, grandes gran sinrazón, la tanjible parcialidad de establecer; gae en Te-
luchadores en defensa de la Democracia, de la Libertad neznela, -mío tres ó cuatro oradores ha habido,
y qne todos los demás
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XXXVII

por tales han sido reputados por las personas doctas y el blea Constituyente de 1811 : Acta de Independencia, del 5
el
(¡ve
mundo ilustrado, no han pasado de ser unos pobres declama- de julio, del mismo año y de lamisma Asamblea: los princi-
decir, tribunos de ocasión. pios políticos y religiosos en ella establecidos la proclamación
:
dores; va á
de la República Federativa, son otros tantos monumentos de
XI gloria, de nacional orgullo, de sabiduría, de honra, de patrio-

A grandes pinceladas hemos trazado los varios géneros de tismo, que Venezuela puede ostentar en presencia del mundo,
oratoria en que han sobresalido todos aquellos ilustres ciuda- para comprobar, de un lado, la elocuencia de su tribuna, y,
danos, honra, timbre y orgullo de la República de Venezuela, del otro,que fue ella la iniciadora, la generatriz del trascen-
cuyos nombres hemos citado, sin que por ello queden excluidos dental movimiento de emancipación de la parte latino-ame-
ricana de este conti-
los que, por flaqueza de
nente.
nuestra memoria, ó por
carencia de datos, en es-
Hermoso y rico fru-
to de la insigne obra
te estudio no ai)arezcan.
acometida por aquellos
Vamos ahora á in- titanes de la libertad,
dicar, aunque en breve
son las diez y ocho Re-
forma, la escuela orato-
públicas soberanas é in-
ria á que esos diversos
dependientes, que pue-
grupos han pertenecido;
blan el dilatado territo-
los ideales que han per-
rio, que se extiende del
seguido los derechos
;
Orinoco al Seno Mejica-
que han reclamado los
y del Amazonas al
;
no,
errores que han comba-
Cabo de Hornos.
tido, y los bienes ó ma-
les que á la Patria han XII
producido el empleo de Emancipada de la
sus talentos y las doctri- España la gran Repú-
nas que han sustentado. blica de Colombia, crea-
Aquel primer gru- ción del genio de Bo-
po que aparece por los lívar,y con ella casi to-
años de 1808, 1810 y dos los otros países de la
1811, proclamando la In-
América española, so-
dependencia de la Amé- brevino la desmembra-
de Es-
rica, del coloniaje
ción de aquella y la
paña, entre los cuales constitución, por sí sola,

sobresalen Miranda, el de la nacionalidad ve-


venerable Néstor de nezolana.
nuestra redención po- En breve, cum-
lítica Bolívar, el genio pliéndose así una que
;

incomparable de las pa- pudiéramos llamar ley


sadas y de las futuras histórica, formáronse,
edades Roscio,
;
Goto del seno mismo de los
Paúl, Rodríguez del To- hombres eminentes que
ro, Isnardi, etc ese pri- contribuyeron con sus
;

mer grupo representa el luces, con sus esfuerzos,


movimiento de las nue- con sus talentos, con su
vas ideas políticas, reli- palabra, con su valor,
gio.sas sociales que, con sus intereses, con
y
arrancando de la Refor- el sacrificio de su vida,

ma, primero, y luego, de á la grande empresa de


las teorías que los En- redimir é independizar,
ciclopedistas del siglo la Patria ;
formáronse,
XVIII y la gran Revo- decimos, los dos partidos
CECILIO ACOSTA que son en to-
políticos
lución francesa hicieron
viajar, por medio del li- dos los países civili-
bro y del periódico, del zados del orbe, como
Continente Oriental al Occidental, de Europa á Améri- una necesidad para el equilibrio de la buena^ adminis-
ca, produjeron la sustitución de la monarquía por la Re- tración púlrlica para la controversia y discusión de las
;

pública Federativa la abolición de los privilejios, de la


;
árduas cuestiones económicas, sociales, religiosas, industria-
esclavitud y de los impuestos injustos; el establecimien- les; vale decir, que se formaron el partido liberal y el con-
to de la igualdad legal la libertad de la palabra, del pensa-
;
servador; con su caudal de doctrina, de hombres, de intereses,
miento, de la prensa, de la conciencia y, por ende, la religiosa; cada uno respectivamente; y, así mismo, en persecución desús
y, en suma, todas aquellas nobles conquistas que el espíritu propósitos é ideales.
humano ha ido alcanzando, tras largos y cruentos siglos de En igual forma constituyéronse las varias escuelas litera-
lucha, sobre las preocupaciones; sobre- los privilejios; sóbrelos rias ya en el libro o en el lolle-
oratorias, que, ora en la prensa,
y
monopolios; sobre el fanatismo; sobre la soberbia de los reyes to, ya en la tribuna, han ilustrado y enriquecido el tesoro inte-
y señores, hasta* dejar sentado en el trono de la Razón, de la ’lectual de Venezuela.
Justicia y del Derecho, al ciudadano, al hombre, que no formó
Deallí, el que hayamos citado y enumerado, dividiéndo-
Dios para ser siervo del homVjre; infeliz hijo de la gleba; pobre los en grupos, los nombres de todos aquellos ilustres ciudada-
desheredado de los tesoros de la Educación, del Hogar, de la nos, que, en primer término, han brillado por la •elocuencia do
Libertad, de la Fraternidad, sino, antes bien, el igual de sus
su palabra, en la oratoria, bajo las múltiples formas que ella
semejantes, en cuanto se halla dotado délos altísimos atrilmtos
abarca.
con que la Providencia sajúentísima y la próvida naturaleza
le enriquecieron.
De allí, el que, á manera de un singular y justo homenaje
á los heroicos gvierrei’os de nuestra clásica, epopeya de Indepen-
Los discur.sos, ó mejor, arengas, pronunciados en la Asam- dencia, hayamos mencionado las arengas y proclamas de gue-

6
XXXVIII ORADORES SEGLARES— ESTUDIO SINTETICO
rra con que aquellos hom- buen nombre literario de Ve-
bres extraordinarios, no so- nezuela, no es la del aná-
lo exaltaron en el america- lisis de cada una y de to-
no el sentimiento de la Li- das las producciones del in-
bertad, que también em-
sí genio patrio de todos y ca-
;

bargaron la admiración del da uno de los caracteres y


mundo. nombres de los ilustres ciu-
Con el poder de su ver- dadanos que son honra y
bo ardiente, Miranda acalla orgullo de este suelo, sino
y vence á la traición v al la de presentar, una vez más
odio. lo repetimos, en cuadro sin-
La palabra de Bolívar tético, abstracto y general,
electriza, conmueve y arre- como dijéramos, de re-
si
bata;
tiene la elocuencia de lieve, el caudal, no escaso,
César y el fuego de Napo- y el número mu}^ exten-
león Sucre discurre como
:
so de aquellas iiroducciones
Ulises_y arrebata como Aní- y de sus autores dado que, ;

bal: Mari ño. Ribas, Páez, para lo primero, se ha me-


tienen una frase para vencer nester el trabajo, largo, la-
toda dificultad y un gesto borioso y asiduo de aU'u-
|)ara anonadar todo peligro nos anos, y la consiguien-
GERONIMO E. BLANCO bay sobra de arrogancia, pe- te producción de una obra VICENTE AMENGUAL
ro no falta de verdad, cuan- que constaría, por fuerza, de
do José Francisco Bermú- volúmenes en tanto que,
;

dez dice á sus tenientes: los españoles que nos cercan son dos lo segundo, si bien constituirá una obra meritoria y patrió-
mil y más nosotros, mil escasos ; pero ¿ no sabéis, vosotros, que
: tica,combina y condensa, perfectamente, tiempo
el de
José Francisco Bermúdez vale por mil hombres? Y así lo pro- que podemos disponer, la oportunidad del objeto, y la re-
bó el bizarro cumanés, abriéndose paso, á punta de bayoneta, futación inmediata^ de juicios apasionados, inconsultos, par-
con su escasa hueste, por en medio del ciales, y, para decirlo de una vez, antipatrió-
enemigo que en más del doble número los ticos.
cercaba de improviso.
De allí, el que hayamos destacado, como XIII
conspicuos representantes del principio con-
servador, las figuras ilustres de Gual, Toro,
Nos ha sujerido las reflexiones que
Fortique, Espinal, Morales Marcano y otros;
en anterior capítulo dejamos consigna-
el
das, la errónea idea que algunos espíritus
y cuando decimos principio conservador, ha estrechos se han formado de nuestro es-
de entenderse, que ello se refiere á todo
tado intelectual.
cuanto comprenden las varias esferas del
pensamiento humano, así en política, como No señor: pasaron, felizmente, los tiem-
en religión, como en hacienda, como en le- pos en que pudo creerse que el talento,
gislación, como en lo social. el saber, el ingenio, las letras, las artes,
De allí, el que hayamos exhibido en la poesía, las ciencias, eran [u’ivilejio de
la primera fila de combate, á los grandes unos pocos; así como
también amor-
yace,
tribunos y elocuentes oradores del partido tajada, para siempre, la época en que ha-
liberal; Á. L. Guzmán, Rendón, Ecbean- bía señores y esclavos; porque el mundo,
día, Andueza, Banavria, Urbaneja, Lander, según la gráfica expresión de Pelletan,
Level, Ariza, Ocboa,- etc., etc., los cuales marcha; porque todos los hombres tie-
combatieron y lucharon por implantar y nen derecho á aprender, á discutir, á pro-
establecer en Venezuela, la libertad absolu- ducir; porque llegaron, al fin, las eda-
ta de la prensa; la religiosa; la abolición des que lian obligado á la humanidad
completa de la esclavitud la de la pena de
;
MARCO-ANTONIO SALUZZO á reconocer, que el Supremo Hacedor
mueite; la extinción de los conventos; de cuanto existe, dotó á los hombres,
la supresión de los privilegios el estableci-
; todos, que habitan la tierra, de alma,
miento definitivo de la República Federativa; el del po- inteligencia
y pensamiento; sin conceder á estos más que á
der municipal la independencia de los altos poderes nacio-
; aquellos, ni á aquellos más que á estos; sin ¡irivilejiar á
nales la autonomía de los Estados que componen la confede-
; ninguno; por manera que, cuantos cultivan su espíritu y su
ración venezolana; los adelantos de la ciencia económica, de inteligencia, pueden producir, y producen, obras meritorias,
y
las ciencias sociales; de la administración pública; unas, admirables, otras.
y, porUilti-
mo, todas aquellas reformas que la Democracia y los nuevos
Preguntad si Franklin, ó Foulton, ó Edison, en estos
ideales han ido realizando de uno á otro extremo" de la tierra,
tiempos ó Cervantes, ó Camoens, ó Milton, en otros, nacieron
sobre los intereses y las edades que ya fueron; sobre las [ireocu- ;

en cuna nobiliaria ó recibieron de alguien, que no fuese


paciones ya muertas, de la reyedad, que [>asa de la aiástocra-
Dios, el derecho de maravillar al orbe con sus obras in-
;

mortales.
Puesmismo acaece por acá, por estas tiei'ras que ilumi-
lo
preciado tesoro que Dios concedió al hombre. na el meridional; este sol, del cual dijo Garlos Y: que
sol
De allí, el que hayamos indicado los varios representantes' en sus dominios nunca se ponía el astro rey en sus do- ;

de las diversas escuelas literarias, que en la tribuna parlamen- minios, de aquende del Atlántico, que jamás visitó, por-
taria, en la académica, en la forense, han sostenido que él prefirió morir como monje, prior de un conven-
y defendido
sus ideas; las- unas, tendentes al clasicismo; las otras, al libre to, y no como Emperador de dos mundos triste prueba :

examen ya se trate de la })olítica, ya de la religión, ya de la


;
de lo que son la grandeza del mortal v la humana va-
literatura, ya de la jioesía, ya de las ciencias sociales, ya de las nidad.
bellas artes.
De donde se infiere, que la labor atribuida á los colabora-
dores de esta obra, que bien puede llamarse: Desagravio del
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XXXIX

XIV Así lo han practicado, desde los más apartados tiempos,


los pueblos todos de la tierra.
Los anales de nuestra vida política y parlamentaria,
La literatura griega nos conserva las arengas de Demós-
desde las célebres Asambleas Constituyentes de Angostura,
tenes, de Pericles, y de todos los grandes oradores del más culto,
Ocaña y Panamá, en tiempo de la Gran Colombia, hasta las del más artista y del más sabio de todos los pueblos.
de Venezuela, reunidas en Valencia, en el año de 1830; en
la misma ciudad, el año de 1858; en Caracas, el año de 1804; Roma, rival y sucesora de aquel pueblo Roma, la que :

luego fue soberana del mundo y llevó las artes, la poesía, las
y en esta capital, el año anterior de 1893 del mismo modo
;

que todos los Congresos Legislativos, que durante setenta y letras y la elocuencia al más alto grado de esplendor, nos
cuatro años de vida so- ha trasmitido la arre-
berana é independiente batadora elocuencia de
cuenta la República de Catón, de Bruto, de Cé-
los Estados Unidos de sar, de Cicerón, que ya

Venezuela; los Diarios en la tribuna pública,


de Debates-, el periodis- ya en el forum, ya en
mo la historia, en su- el Senado, riñeron las
;

ma, guardan el precia- batallas de la oratcnáa


do tesoro de nuestro en defensa de la justi-
parlamentarismo políti- cia, del derecho y de

co, de nuestro tribuna- la libertad,cuando aún


do, de la elocuencia pa- no había cegado la am-
tria. La prensa toda, el bición á alguno de ellos.
de nuestros tribunos po- España tiene orgu-
pulares. llo en mostrar al mun-
Las Academias y do imponderable elo-
la
Liceos nacionales con- cuencia de su tribuna
servan la riqueza de que, en los tiempos mo-
nuestra elocuencia lite- dernos, sobre todo, han
raria. elevado á excelsa cum-
Los archivos y ana- bre, Castelar y Cánovas
lesde nuestra magistra- del Castillo; Sagasta y
tura judicial, muestran Pi Margal; Moret y mu-
la alteza de miras del chos más.
tribunado forense en V e- Italia ha tenido á
nezuela. Mazzini, Cavour, Crispi
Respecto de la y tantos otros que en la
tedra sagrada, ya diji- suave música de su di-
mos, que la voz autori- vino idioma, han hecho
zada del señor Doctor admirar la tribuna de
Ezequiel María Gonzá- aquella gloriosa tierra.
lez, expresará cuán ele- Hasta la vieja Al-
vada, cuán sabia ha si- bión, ese país de la nie-
do la doctrina que de bla y del frío egoísmo,
los labios de sus princi- mantiene enhiesto y en
pales representantes ha alto el pabellón de sus
brotado en raudales de triunfos parlamentarios,
elocuencia. representados en O’Co-
nell, ó en Palmerston,
¿ Por qué tratar de
empequeñecer á la Pa- ó en Gladstone.
tria, en lo que tiene de todas, ó casi to-Y
más grande, de más no- das las naciones, conser-
ble, de más duradero la ; van, recogen é ilustran,
obra del ingenio de sus en obras de subido pre-
hijos, por el mundo ya cio y estima, el caudal de
reconocida elocuencia, de enseñan-
y procla- EDUAEDO CALCAÑO
mada ? zas y sabiduría que
¿Qué especie de jus- brota de los labios de
ticia cuál amor de la
;
sus grandes oradores, de
Patria es ese singular, mezquino sentimiento que en algunas sus grandes pensadores, de sus grandes tribunos, de sus gran-
almas germina, y así las ofusca, para hacer que amengüen des patriotas, de todos los esforzados campeones de la Democra-
la verdad, á la manera que el ciego de nacimiento negase cia y de la Libertad; de todos los que ilustran, con verbo
la luz del sol, únicamente porque la adversa suerte de ella ardiente y elocuente, las ciencias, las artes, la poesía, las le-
le privara? tras, el derecho de los pueblos esparcidos en toda la super-
ficie del mundo por el hombre habitado.
XV ¿Qué. mucho, pues, que Venezuela, cuyos hijos tienen ar-
Obra digna del ingenio patrio acometer una
sería la de diente imaginación meridional aman lo bello, lo grande y lo
;

publicación semejante al “ Libro de los oradores,” con que noble, y poseen una asombrosa facilidad de expresión, recoja
el señor Vizconde de Cormenin (limón), levantó monumento de en una obra nacional, edite y publique los brillantes discursos
perpetua gloria á la elocuencia de la moderna Francia. de sus oradores, en uno ú otro género, y haga conocer mejor del
Caudal con que formarlo, poseemos; y ¡ojalá! que la mundo á esta nación, tan combatida y tan mal juzgada, á las
Academia Nacional de la Historia, laboriosa y asidua como veces, por extraños y, lo que es aifii más sensible, por algunos
es, ó bien Gobierno de la República, iniciaran tan noble
el de sus propios hijos ?
empresa empresa que vendría á dar lustre y gloria á la Pa-
; Presentaría ello, además, la ventaja de dejar comprobados
tria, y á servir de modelo
y estímulo á las generaciones del pre- ante la historia universal, los esfuerzos, la heroicidad,
la cons-
sente y del porvenir. tancia, el ingenio, la elocuencia con que, en todo tiempo, los
XL ORADORESJSEGLARES— ESTUDIO SINTÉTICO
Incompleto, por fuerza, ha de ser este rápido trabajo, ya
que nos faltan tiempo y vagar para darle mayor amplitud, me-
jores formas y brillo tal, que pusiera, como de relieve, el tesoro
valiosísimo de nuestros grandes oradores.
Sobra de buena voluntad ponemos siempre en todo aquello
que contribuye á realzar el nombre de la Patria y por eso, á la ;

empresa acometida por muchos ilustrados compañeros, de es-


cribir un libro encaminado á mostrar á Venezuela, tal como ha
sido, tal como es, en ciencias, poesía, artes, historia, letras, ora-
toria,no hemos podido menos de contribuir con este sintético
estudio sobre los oradores seglares, que se nos encomendó.
j
Ojalá que en alguna manera contribuya á la reiviudica-

MAECO A. SILVA GANDOLPHI

venezolanos han defendido sus derechos, combatido las tiranías,


ilustrado las letras, enaltecido la Patria, luchado por la justicia
y levantado altares á la libertad.
Así mismo, serviría, como de espejo que reflejase la verdad
sobre los déspotas, y les hiciera comprender y estimar en su
verdadero valor, aquella atrevida expresión de Loustalot Los :

grandes no nos parecen tales, sino porque los demás estamos de ro-
dillas levantémonos ; ó aquella otra de Dantón, cuando excitaba
:

al pueblo á conquistar sus derechos Audacia, audacia y más


:

audacia, para pedir lo que la naturaleza os dio y el despotismo os EAMON PEEEEA


arrebata : la Libertad.

XVI
ción de la verdad á la justicia que se debe á los obreros todos,
:

Desde nuestra primera edad comprendimos la influencia que fueron y que son, del progreso intelectual, social y político
que sobre los ciudadanos y los pueblos ejerce la palabra habla- de Venezuela, para que, así la presente como las futuras gene-
da, cuando, inspirada por la creencia en Dios, por el amor de la
raciones, no nos hagan el cargo de habernos mostrado remisos
Patria, por la defensa de la Justicia y del Derecho, ó embelle-
ó cobardes, en la defensa del buen nombre de nuestrqs predece-
cida con los arreos de la Historia, de la Filosofía, de las Cien-
sores del de nosotros mismos, y del de la Patria, en suma pu-
; ;
cias, de la Literatura y de la Poética, se hace oir desde la sa-
diendo decir ála posteridad con el poeta latino
grada cátedra ó desde la tribuna profana.
Tuvimos la fortuna de presenciar los debates de nuestros Hic verum : hic justum
grandes oradores en Asambleas Constituyentes y Congresos le- Lie allí lo verdadero : he allí lo justo !
gislativos, y aun la de formar parte de alguno de estos así co-
;

mo la de haber oído repetidas veces á nuestros elocuentes pre- Caracas: 6 de junio de 1894.
dicadores, á nuestros ardientes tribunos populares, y, en suma,
á muchos de los que son honra del tribunado venezolano en
sus varias manifestaciones. NOMINA DE LOS ORADORES SEGLARES,
Así, de jóvenes, nos enamoramos de ese sublime don, por
FORMADA POR EL GENERAL MANUEL LANDAETA ROSALES
medio del cual el hombre trasmite al hombre las enseñanzas
de la Historia, las inspiraciones del talento y el progreso de las Cecilio Acosta, Elias Acosta, Raimundo Andueza, Rai-
Naciones; y pudimos estimar y valorar, hasta donde nuestra mundo Andueza Palacio, Vicente Amengual, Francisco Aran-
inteligencia lo ha permitido, la alta prez alcanzada por nues- da, José Victor Ariza, Pablo José Arocha, Napoleón S. Arteaga,
tros insignes oradores. Rafael Arvelo, Rafael Agostini, Fernando Arvelo, Antonio
Cumplimos, por tamo, no ya solamente el deber contraído Aranguren, Simón Bolívar, Angel Félix Barberil, Félix Esteban
con la Junta Directiva de la “ Asociación Venezolana de li- Bigotte, Gerónimo E. Blanco, Blas Bruzual, Claudio Bruzual
teratura, ciencias y bellas artes,” sí que tamliién un acto de Serra, Braulio Barrio.s, Francisco E. Bustamante, Nicanor Bo-
estricta justicia; un deseo de nuestra alma y, sobre todo, llena- let Peraza, Ensebio Baptista, Francisco Baptista, Mauricio Be-
mos el de concurrir, siquiera sea con nuestro humilde óbolo, al rrisbeitia, Jesús Blanco, José Vicente Boífil, Juan
desagravio del l)uen nombre de Venezuela, al restablecimiento Manuel Cagigal, Eduardo Calcaño, Juan Calcaño Ma-
de la verdad histórica, y al mejor conocimiento de nuestras le- thieu, Miguel Carmona, Fulgencio l\h? Carias, José Anto-
tras y de nuestra tribuna. nio Carrillo y Navas, Sebastian Casañas, Luis M‘l Castillo, Tri-
POR DOMINGO SANTOS RAMOS XLI

nielad Celis Avila, Pedro José Coronado, Gonzalo Cárdenas, Manrique, Pedro Manrique, Juan Antonio Muñoz Tébar, Hila-
Pedro Bennúdez Cousin, Manuel Carrasquero, Pedro M. rión Nadal, José Ramón Núñez, José M? Núñez de Cáceres, Pe-
Pebres Cordero, Manuel Cadenas Delgado, Pascual Casanova, dro Naranjo, José Gabriel Ochoa, Fernando Olavarría, Domin-
Manuel C. Correa, Juan Francisco Castillo, Rafael Cabrera go A. Olavarría, Francisco Ochoa, Bartolomé Osorio Urdaneta,
Malo, Carlos Pérez Calvo, Pedro Pérez Calvo, Agustín Chipia, Jacinto Regino Pachano, Miguel Peña, Manuel J. Pardo,
Pedro Pablo Díaz Flores, Luis M'l Díaz, Aníbal Dominici, Enrique Pérez de Velazco, Jesús M*! Portillo, Manuel Porras,
Tomás A. Domínguez, Francisco Espejo, Manuel M*} Echean- Lucio Pulido, Tomás Ignacio Potentini, Ramón Palenzuela,
día, Simón Escobar, Eduardo Espelozín, Valentín Espinal, José de Jesús Paúl, Juan Tomás Pérez, Eloy Paredes, Ga-
Valentín Espinal, hijo, Mariano Espinal, Feli])e Estoves, briel Picón Pebres, Gonzalo Picón Pebres, Manuel A. Puli-
Alejo Fortique, Poción Pebres Cordero, Julio Pebres Cor- do y Pulido, Esteban Ponte, Arbonio Pérez, Francisco A. Paúl,
dero, Ramón F. Feo, José Antonio Fernández, Manuel Fom- Felipe Fermín Paúl, Jesús M. Paúl, Ramón Perera, Juan Pietri,
bona Palacio, José Gil Fortoul, Fancisco J. Fontainés, Nicanor Manuel Machín Quintero, Angel Quintero, Pedro Quinte-
Freites, Helímenas Pinol, Pedro Gual, José Gran, Julián García, ro, Benjamín Qüenza, Francisco Quintero, Félix Quintero,
José Hemenegildo García, José Silverio González, J uan M. Gonzá- Juan G. Rojas, Ramón Ramírez, Angel D. Ramos, Domingo
lez Varóla, Ezequiel M? González, Francisco González Guinán, Santos Ramos, Estanislao Rendón, José Rafael Revenga, Ilde-
Santiago González Guinán, Jacinto Gutiérrez, Antonio Leocadio fonso Riera Aguinagalde, José M. de los Ríos, Eugenio A. Ri-
Guzmán, Antonio Guzmán Blanco, A. M. de Guruceaga, Mateo vera, Juan Pablo Rojas Paúl, José Reyes Piñal, José M‘f Rojas,
Guerra Marcano, Miguel N. Guerrero, Arístides Garbiras, Luis Pedro José Rojas, Pedro Ezequiel Rojas, Juan G. Rojas, Teófilo
F. García Reverón, José A. Gando Bustamante, José Ensebio Rodríguez, Carlos Rangel Garbiras, José M^ Riyas, José An-
Gallegos, Eloy G. González, Heriberto Gordón, Nicolás Gil, José gel Ruiz, Francisco Antonio Rísquez, Gonzalo A. Ruiz,
M? Gil, Garlos F. Grisanti, Pedro José Hernández, Alejandro Iba- Marco-Antonio Saluzzo, Luis Sanoja, Antonio M? Soteldo,
rra, Carlos F. Irwing, Ricardo Labastida, León Lameda, Tomás Miguel J. Sanz, Rafael Seijas, Jesús M‘> Sistiaga, José Fé-
Lander, Manuel Tomás Lander, José Dolores Landaeta, Andrés lix Soto, Tomás J. Sanavria, José A. Serrano, Federico
Ensebio Level, José de la Cruz Limardo, José Ignacio Lares, Pe- Salas, Marco A. Silva Gandolphi, Juan V. Silva, Laurencio Sil-
dro Vicente López Fontainés, José de las Mercedes López, David va, Pedro Sederstrong, Miguel Tejera, Santiago Terrero Atien-
López Fonseca, Miguel Machado, José M?^ Manrique, Francisco za, Carlos Tirado, Fermín Toro, Pedro J. Tortolero, Diego L. Tro-

J. Mármol, Jesús M. Medina, Cristóbal Mendoza, Cristóbal conis, Diego B? Urbaneja, Modesto Urbaneja, Diego B*1 Urba-
L. Mendoza, Juan J. Mendoza, Juan de D. Morales, Francisco neja, hijo, Manuel Clemente Urbaneja, Alejandro Urbaneja,
Michelena y Rojas, Santos Michelena, Bartolomé Milá de la Ro- Wenceslao Urrutia, José M. Unda, José M. Unda Bárbara,
ca, Ramón Isidro Montes, José Manuel Montenegro, Manuel V. José M? Vargas, Ildefonso Vásquez, José R. Villasmil,
Montenegro, Ramón Montilla Troanes, Jesús M? Morales Mar- Rafael Villavicencio, Laureano Villanueva, Guillermo Tell Vi-
cano, Jesús Muñoz Tébar, Juan Martínez, Gregorio F. Méndez, llegas, José Gregorio Villafañe, José A. Velutini, Ramón Yepes,
Pedro Monsalve, Simón Montes, Manuel Montiel Pulgar, José de Nicomedes Zuloaga, hijo, Luis Zagarzazu.
J. Montesinos, Francisco J. Mármol, Tomás Mármol, Ejúfanio
ORADORES SAGRADOS-SOMERO ESTUDIO
IPOI^ EL LOCTOE EZ¡EQ;TJIEL (3-OZTZA.LEZ

SOMERO ESTUDIO patria maestros insignes del buen decir, después que la Liber-
tad abrió amplísimos horizontes á los anhelos del entendi-
SOBRE LA
miento y pudo el buen gusto formarse con los estudios de
IMPORTANCIA QUE LA ORATORIA SAGRADA HA TENIDO EN VENEZUELA retórica y con la lectura de los grandes escritores clásicos de
los siglos XVII y XVIII, ha resonado en todas las tribunas
con acentos vibrantes, la voz fascinadora de la elocuencia,
Imposible eludir el árduo intento que acometer me exi- sirviéndole de escenario el templo, el foro, el campamento,
ge la Junta de ilustrados compatriotas cultores de las letras, las academias y sociedades patrióticas, literarias y científicas,
que por la honra de la nacional literatura han resuelto volver, cuando no ha repercutido en las plazas públicas, electrizando
exhibiendo el rico tesoro que en todos los géneros de la elo- las multitudes con los nombres mágicos de patria, libertad,
cuencia han acumulado los ingenios venezolanos, desde la fueros sociales, soberanía, para lanzarlas inflamadas de entu-
época colonial hasta la presente. siasmo á conquistar triunfales palmas en heroicas lides.
Tal empresa ha sido encomendada á gallardos justadores, Ya en el período que antecedió á nuestra gloriosa emanci-
que á esfuerzos de su ingenio han conquistado palmas y co- pación, tuvo esta región de la tierra americana nombres que
ronas. Entre ellos se me asignó puésto á mí, simple aficio- dieron con el brillo de sus talentos, páginas de oro á nuestros
nado del buen decir, por la admiración que me inspira. Rese- fastos. Basta á demostrarlo citar los de Roscio y Sauz, ilus-
ñar la importancia que la elocuencia sagrada ha tenido en tres abogados y el de José Luis Ramos, el primero de loshuma-
;

Venezuela es el encargo que á mis humildes fuerzas se ha nistas venezolanos, que eii el “Correo del Orinoco” levantaron
confiado. Ni porla notoria incompetencia, ni por la escasez monumento inmortal, después de haber ilustrado los dos pri-
de datos, meera dable rehusarlo, tauto menos cuanto en la meros el Foro con sus triunfos oratorios y el tercero con sus
oratoria sagrada, como en la forense, en la parlamentaria, producciones literarias, enaltecedoras de la causa de la indepen-
en la académica y en la tribunicia, Venezuela ha producido dencia. Ya el insigne Bello había revelado las primeras fulgu-
ingenios, de quienes con legítimo orgullo puede envanecerse, raciones de su genio, predestinado á ceñir la corona de prín-
que con majestuoso vuelo se han remontado á las alturas, á cipe de los poetas americanos, que no había de impedirle
sorprender los misterios de la belleza y respirar las auras de conquistar la de escritor modelo, por la pureza del estilo y la
la gloria. Si en la época colonial, en que tan difícil era al- profundidad y variedad délos conocimientos ya ascendía los
:

canzar ilustración literaria y científica, por las trabas que á peldaños de la gloria el sabio Cagigal, fundador de los estu-
los vuelos del espíritu oponía el régimen imperante, tuvo mi dios de las ciencias exactas en Venezuela ya el doctor José
:
XLIV ORADORES SAGRADOS — SOMERO ESTUDIO
Antonio Montenegro, el amigo de Hnm- El orador profano es un luchador
boldt, poeta snave y orador diserto, que desciende á la arena ardiente del
había fundado escuela, en la que formó combate en que se agitan intere.ses y
discípulos como los Ilustrísimos Pontí- pasiones, disputándose con encarniza-
fices Talayera y Fortique, lumbreras miento el triunfo, sin otras armas que
de la iglesia venezolana, que habrían su dialéctica, sin otros estímulos que el
brillado con luz propia en aquellos tiem- entu.siasmo por su causa y el valor que
pos heroicos del cristianismo, en que le infunden sus convicciones la con-
:

llenaban con su gloria los ámbitos del tradicción le comunica supremas ener-
mundo católico los Gerónimos, los Ba- gías, la pasión lo enardece, las oposi-
silios, los Agustines y los Crisóstomos. ciones lo exaltan y lo fortalecen, comu-
Aun perduraba en la Iglesia de Caracas nicándole arranques de audacia domi-
la fama de los sacerdotes Lindo y nadora con que confunde y anonada á
Bello, que se renovaba en los nombres sus contrarios; y tal vez con un após-
de Maya, de Suárez Aguado, de Esca- trofo obtiene una victoria decisiva. Así
lona, de Échezuría y de Pablo Antonio triunfaron Demóstenes en Atenas, Ci-
Romero. cerón en Roma, Mirabeau, titán de la
Ycon esos nombres venerandos, que elocuencia, en Francia: así la palabra
inscritos conserva en sus fastos la igle- ardiente de O’Connell, condensó todas
sia venezolana, encontramos perpetua- las quejas y protestó contra todas las
dos otros de grata recordación el de ;
opresiones de que era víctima la Irlan-
aquel primer sacerdote que de origen da herida en su creencia, en su inde-
nativo americano ciñó la sacra mitra pendencia y en sus libertades.
de Guayana, de reciente fundación, al El orador sagrado se impone con la
final del siglo último y fue también
;
autoridad, no de su pensona sino de su
el primer metropolitano de la iglesia de Caracas, el Ilus- carácter, que le confiere la misión de enseñar. No habla
trísimo señor doctor don Francisco de Ibarra, honorable por en su nombre sino en nombre de Dios y su palabra tiene
la cuna, por el saber y por las virtudes de que estuvo adorna- prestigio sobrehumano, porque no defiende intereses terre-
do. Su elogio estaba sintetizado nales, sino intereses que tienen
en el epitafio grabado sobre el se- su centro más allá del espacio y
pulcro que en el pavimento de uno del tiempo, en la eternidad, en el
de los Monasterios de Caracas en- infinito, en el cielo, en la gloria
cerraba su lengua y sus entrañas : de Dios, que cantan los cielos y
disserta lingiia ac tenerrima vis- atiuncia con sublimes armonías el
cera ; y el de aquel otro sabio pon- Universo. Su auditorio está de
tífice, Ilustrísimo señor Mohedano, hinojos en el recogimiento, ha-
segundo Obispo de Guayana, que ciendo esfuerzos para reanimar su
dejó memorias imperecederas en fe y levantar sus esperanzas el ;

sus labores apostólicas y en el crimen siente espasmos de terror,


cultivo que en el valle feraz de que despiertan el remordimiento,
Chacao implantó, del arbusto sa- y su voz resuena en el Santuario
beo, cuyo precioso fruto constituye augusto, donde en sombras de mis-
elemento principal de la riqueza terio está velada en el tabernáculo
agrícola nacional. la majestad divina. Son sus te-
Ni brilló con menor esplendor mas la grandeza de Dios, la nada
en aquel tiempo la cátedra univer- de las humanas glorias, la muerte
sitaria, en la que resonaba la elo- y el polvo de los sepulcros, la in-
cuencia de ilustres infulados. En mortalidad del alma y la santa
nuestra juventud oímos recitar al paz de la conciencia del justo, los
Ilustrísimo señor Obispo Talav'e- misterios de la religión, los secre-
ra, retazos de un discurso elocuen- tos del corazón humano, abismo
tísimo, pronunciado en una fiesta nunca bastantemente explorado,
de distribución de premios en la las excelencias de la humildad,
Universidad, real y pontificia en- las sublimes bellezas de la casti-
tonces, de Caracas, por el Dr. dad, las grandezas del perdón y
Juan Agustín de La Torre, caro- las heroicidades de la caridad. Si
reño. en sus labios la palabra divina se
MARIANO DE TALAYERA Y GAROES
Lo qi:e ha sido
elocuencia
la convierte en fulminante espada, es
civil en los días de la República, para herir los vicios, imponer hu-
ya lo ha puesto en evidencia, con mildad á los soberbios, el amor
los nombres y las obras de insignes oradores, nuestro dis- á sus semejantes al egoísta, conminar al impío, apartar de
tinguido literato General Domingo Santos Ramos, que con las sirtes del deleite al incauto adormecido en sus enervado-
su amistad me honra. Es juez competente; el estro ]ioético res halagos; es para mostrar á las conciencias espantadas el
ilumina su frente, el estilo castizo da forma á sus produc- abismo sin fondo y sin orillas de la eternidad y elevarlas del
ciones literarias, don natural en él, fue perfeccionado con temor á la esperanza y de la muerte á la vida de la inmorta-
los sabios consejos de su ilustre progenitor y con el estudio lidad, en alas de la fe, hasta las puertas eternales para mos-
de los maestros del buen decir y lo ha desplegado en escritos trarles las inefables visiones de la gloria divina.
y discursos, conquistando aplausos y renombre. Si inflamado de santa ira se acalora, se indigna y fulmi-
=i<
na anatemas contra los vicios, si asusta y aterra las concien-
He *
cias, nada puede limitar la autoridad imjionente de su pala-
Difiere la elocuencia .sagrada de todas las demás mani- bra, que se cierne sobre las miserias y flaquezas humanas,
festaciones en que la palabra convertida en verbo poderoso azotándolas almas ulceradas y punzándolas con el implacable
penetra como dardo, conmueve, persuade, convence, subyuga, aguijón de los remordimientos.
fascina y arrebata con trasportes de entusiasmo las multi- Eni})ero, para tratar tales asuntos, cuántas cualidades de-
tudes. ben realzar al orador sagrado !
Qué estudios tan profundos
POR EZEOUIEL MARIA GONZALEZ XLIX

debe hacer de los secretos del cooperado con patriótico entu-


corazón humano lleno de deva- siasmo á propagar en los pue-
neos, de aspiraciones, de ímpe- blos venezolanos, el movimien-
tus tumultuosos, de vagos de- to del 19 de abril de 1810, ge-
seos, tan continuos como sus nerador de la gran revolución de
pulsaciones Qué vastos cono- la independencia americana, los
!

cimientos ha de poseer de las tres siguieron con denodada cons-


grandezas de la Religión, de que tancia la cau.sa de la Libertad en
es oráculo su enseñanza !
todas sus peripecias de los años
Por más que su palabra se terribles del 12 al 19, de este si-
vela en la miseria humana del glo, los tres prestaron valiosísi-
ministro y se apoya en la autori- mos servicios en Iglesia, en
la
dad del carácter, sólo la hará los parlamentos, en los altos con-
fecunda y viva la gracia divina, sejos y en los campamentos de la
iluminando con sus esplendores Patria.
los esfuerzos del' ingenio y co- Si era vehemente el señor
municándole la fuerza persuasi- Méndez, ostentó hasta su muerte
va y conmovedora de la elocuen- el señor Fernández Peña, her-
cia. Fue así como conquistaron manadas en su alma, la discreción
victoria para la fe católica en los y la firmeza. Ambos rindieron
antiguos siglos los denodados hé- sus genero.sas vidas, sosteniendo
roes del Evangelio, fue a.sí como los fueros de la Iglesia. Unda,
se inmortalizaron Bourdaloue, manso y pacífico, si no comba-
Bossuet, Masillon y Flechier en tió en las campañas por la Inde-
el siglo XVII Lacordaire, Ra-
:
pendencia, la proclamó oportu-
vignan y el Padre Ventura, en na y necesaria en el discurso que
nuestro siglo; y fue a.sí que bri- en la mañana del 5 de julio de
llaron en nuestra Patria, Talave- 1811, pronunció en el seno del
ra, Méndez, Unda, Avila, P'or- Congreso constituyente.
tique. Peña, Pérez de Velasco, “No me preocupa, dijo en
Espinosa, Alegría, el dominico Ravelo, el Doctor José Ma- aquella crítica situación, mi estado, para inclinarme ciega-
nuel Rivero, el Doctor Zerpa, merideño, como Mas y Rubí; mente á favor de los reyes, ni oponerme á la felicidad de mi
el Doctor José Antonio Rincón, y el Patria, ni estoy imbuido en los pres-
Doctor Miguel A. Baralt, y el Doctor tigios y antiguallas que se quieren
Antonio José Sucre, y el Doctor José oponer contra la justicia de nuestra re-
Octaviano González, y José I. Gi- volución, que conozco y declaro.”
rón, y los Doctores Andrés María “Suscribo pues, á la independencia
Riera Aguinagalde y Perera, hijos absoluta de Venezuela.”
de Carora, y el Doctor Plaz, de Cu- De la firmeza de Méndez, enér-
maná, y Vizcaya y Espinoza (Miguel gica y razonada, sirva de muestra esta
Antonio), y Nicanor Rivero como ;
cita de la carta que en 2 de enero de
brilla todavía, manteniendo el esplen- 1831, dirigió al entonces Presidente
dor del púlpito en nuestra Iglesia, con de Venezuela, General José Antonio
la autoridad del talento y el brillo Paez :

del buen decir, el señor Doctor Juan “Mis deberes como hombre y
Bautista Castro. como ciudadano están cumplidos, ha-
Y otros vendrán en pos, que no biendo ofrecido mi obediencia á la
se han agotado las fuentes del inge- ley y á las autoridades que emanan
nio en Venezuela. Ya ensaya sere- de ella, en todo lo que esta ley y
no vuelo un joven, talentoso levita, estas autoridades, no violen la ley pri-
el Doctor Borges. Nos empuja una mera del Univer.so creado; á saber:
generación, ávida de saber, que más amar, obedecer y adorar á su creador.
feliz que la nuestra, que ha vivido La Iglesia y su divino fundador, me
convulsa en las agitaciones de la at- han enseñado cuando es que esta ley
mósfera tempestuosa que la ha ro- originaria y sobrenatural es violada
deado, encuentra pasto para su inteli- y cual es la firmeza que como Obispo,
gencia en Bibliotecas y Liceos y ho- debo oponer á las maquinaciones de
rizontes abiertos en qué brillar, y en la impiedad é irreligión. Toda con-
los cuales la ciencia moderna avanza sideración, todo respeto, toda pruden-
disputadora, provocando nuevas lu- cia, que no sea sino humana, me está
chas á los dogmas evangélicos. La DOMINGO QUINTERO absolutamente prohibida y la misma
verdad católica, que infundió heroís- vida es el íuenor sacrificio que debo
mo á sus mártires, inspirará fuerza ofrecer, antes de concurrir de cual-
incontrastable á sus confesores. quier modo, ¿qué digo?, antes que
Probemos demostrar que en Oratoria Sagrada, Venezuela callar siquiera, al ver amenazadas y en peligro, la religión
ha tenido representación que la enaltece, como la ha tenido, y la iglesia.”
brillante, en los demás géneros de elocuencia. Austero en sus costumbres, afable en su trato, varón de
>!<
doctrina y de fe pura, que expuso en sus sermones y en si:s car-
* * tas pastorales y en su enseñanza, fue el Ilustrísimo señor Doc-
Tres sacerdotes de alta talla por su inteligencia y sus tor Ignacio Fernández Peña, cuarto Arzobispo de Caracas.
virtudes, tuvieron asiento en el primer Congreso constituyen- Como su predecesor, defendió hasta rendir por ellas la vida,
te de Venezuela; los Doctores Ramón Ignacio Méndez, Igna- las prerrogativas disciplinarias de la Iglesia. De él puede
cio Fernández Peña, más tarde, uno en pos del otro. Arzo- decirse como del heroico Macabeo GVa decessit^ universce
:

bispos de Caracas, y el Doctor José Vicente Unda, Obispo genti metnoriammoríii^ succ ad exemplum virtutis et fortitii-
de Mérida. Los tres po.seían vasta instrucción, los tres habían dinis dereliníjtiens.

7
L ORADORES SAGRADOS— SOMERO ESTUDIO
Una majestuosa figura emoción al auditorio, y es-
aparece, iluminando con res- to con tal naturalidad, que
plandores de astro la Iglesia no interrumpía jamás el hi-
venezolana, en los mismos lo de su narración.”
dias en que la regía como “Servíanle de comple-
Pastor, el Ilustrísimo señor mento á estas bellas cuali-
Doctor José Ce-
Méndez, el dades, la pureza y armonía
cilio Avila, de cuyos labios de su prosa.”
fluía en el pulpito, en los Presentemos algunos
Congresos, en la enseñanza rasgos del sublime orador.
universitaria y en sus escri- Así pinta los gloriosos
tos la sabiduría, en rasgos triunfos del Príncipe de los
de conmovedora elocuencia. apóstoles en Roma, en el
Su vida fue ejercicio cons- sermón que en 1832 predicó
tante de la palabra que vi- en la S. I. M. de Caracas,
vifica y de la virtud que in- en su reciente regreso de
funde admiración. Su nom- la expatriación que sufrió
bre constituye su elogio. en 1830 el episcopado vene-
Pero ninguuo entre los zolano.
oradores sagrados de Co-

Pero un teatro más

lombia y Venezuela, desple- grande le llama. Es nece-


juAN B. CASTRO sario establecer en Roma el Ladislao amitbsaeove
g5 niayor vuelo en alas de
la elocuencia que el Ilustrí- reino de la Cruz, y la ca-
simo señor Obispo Mariano pital del mundo idólatra só-
de Talavera, á quien mi gratitud consagra en estas líneas lo espera á su vencedor para venir á ser la capital del
homenaje de respetuosa admiración. El terminó la obra de mundo cristiano. Un pueblo de fieles derrama lágri-
mi educación, que inició el venerable Arzobispo Fernández mas por su partida: Pedro le mira, le consuela, le tras-
Peña. El señor Talavera fue mite su espíritu con el de Je-
el gran orador sagrado de Co- sucristo 5^ se embarca para nue-
lombia. vas conquistas. Mares impla-
El sintió infiamarse su al- cables, someted vuestras olas;
ma con las inspiraciones de la vientos impetuosos, moderad
Libertad, cuando la Libertad vuestro furor; respetad un ba-
era la voz de la Patria, protes- jel que lleva los intereses del
tando contra tres siglos de ser- cielo y el destino de la tie-
vidumbre, que se alzaba á la rra! Pedro llega, la Italia re-
faz del mundo reclamando in- cibe á su conquistador, ¿ pero
dependencia aquella voz en qué estado ? Pobre, débil,
; y
conmovió su corazón y lo lan- sin otras armas que la Cruz,
zó denodado á las luchas que sin otros ornamentos que sus
era necesario acometer, para con- humildes vestiduras, sin otra
quistar los fueros de nación in- esperanza que la muerte. ¡Oh
dependiente. Roma! que diferencia de la
La emigración, el cautive- entrada de Pedro en tus mu-
rio, las persecuciones, las cár- ros á la de tus antiguos triun-
celes y las amenazas de pros- fadores! Entonces eran capi-
cripción no le hicieron desmen- tanes famosos coronados de
tir la profesión de sus princi- laureles; ahora es un Pontí-
pios, ni quebrantar su firmeza, fice perseguido, escapado por
que conservó íntegra hasta la un milagro de las cadenas de
edad en que las blancas canas Jerusalén. Entonces tus so-
cubrieron su cabeza venerable. berbios guerreros conducidos
Pero no es al gran patrio- en un carro de victoria, lle-
ta, esal gran orador al que vaban los reyes encadenados,
quiero en este estudio presen- los pueblos sometidos, las na-

tar en su singular grandeza. ciones tributarias, lisongeando


JOSE ANTONIO MOHEDANO
El retrato que de él hace la vanidad de una República
su biógrafo, el Doctor Francisco ambiciosa, por el espectáculo
Javier Mármol, otra gloria de de la humillación de los tro-
las letras venezolanas, nos hace recordar á San Pablo. nos: ahora un hombre desconocido, solo, rodeado de una
“Apesar de su estatura pequeña, él la engrandecía sobre plebe tumultuosa, es el vencedor que Dios prepara á
la cátedra: su semblante se inmutaba profundamente: era un Roma vencedora y triunfante. Ella ignora, dice San León,
hombre distinto.” que Pedro va á ser el autor de su exaltación. Los héroes de
“Su voz daba fácil y espontáneamente todas las modu- esta activa República subían con pompa al Capitolio y se
laciones que svi asunto requería.” presentaban en el templo con un aparato de grandeza digno
“ En los pasajes graves era solemne y majestuosa, como de la majestad de los Dioses, el apóstol de una ley santa
delicada y tierna en los sentimentales; y todo sin violentas aparece bajo las exterioridades de la humillación. Dado
transiciones.
” algún tiempo en espectáculo á un pueblo sediento de sangre,
“Era felicísimo en los apóstrofos que en él producían se le ocultará á su vista para ofrecerlo después en medio
la ilusión de aparecer como exclamaciones súbitas nacidas de los suplicios. Se le mirará como insensato, se le tratará
del momento.” como sedicioso, se le castigará como criminal, y es de es-
“ Pero sobre todo, y este era el gran resorte de su ta manera que él sabrá vencer. El morirá y por su muerte
poder oratorio, era imposible que llegase á una parte de se establecerá el imperio déla religión.”
su discurso, interesante al corazón bajo cualquier aspecto, Ese era el predicador á quien el eminente literato Juan
sin conmoverse hasta el enternecimiento sin comunicar
y su Vicente González, en un escrito sobre oratoria sagrada, llamó
POR EZEQUIEL MARIA GONZALEZ LI

el orador sagrado de Colombia, era él, añade, “de cuantos ciñó á su frente aureola de confesor y mártir, el Ilustrísimo
había escuchado, quien más lo había acercado al tipo de la señor Manuel José Mosquera, exclamaba:
verdadera elocuencia.” “Una lección más, amados hermanos míos, una lección
El rasgo que de él hemos citado lo revela, como cual- más sobre la vanidad de las grandezas humanas, lo transito-

MONSEÑOR NARCISO COLE Y PRAT


Segundo Arzobispo de Venezuela

quiera otro que al acaso hubiésemos tomado de sus grandes rio de las terrenales glorias y la rapidez con que pasan las fi-
sermones de Patria; de sus pláticas morales, en que si no guras de este mundo. Ayer no más admirábamos la felici-
arrebataba con los vuelos de su imaginación, daba á sus dad del varón ilustre, cuya memoria nos ocupa tristemente en
discursos tono de naturalidad y sencillez accesibles á todas este día: ayer no más, le veíamos rodeado de todo el brillo
las inteligencias, que conmovían, enseñaban y modificaban que dan el nacimiento, la fortuna, la ciencia, las altas digni-
las costumbres, prodigando en ellas su espíritu apostólico. dades, sorprendido él mismo de su propia dicha. Y hoy ya
No tuvo tanto vuelo la elocuencia del señor Fortique, le vemos perseguido, desterrado y enfermo, rendirse al peso
su continuador en la Sede guayanesa; no obstante, era elo- de tantos infortunios y expirar por último en una tierra ex-
cuente su dicción, era afable y cultísimo su trato y conocía traña, lejos de su amada grey, sin el consuelo de dirigirle las

el lenguaje de los clásicos, que en sus escritos reproducía últimas palabras de su amor y darle su postrera bendición.
con galana dicción. Oigámosle cuando, fijas sus miradas an- “ Profundidades adorables de la divina sabiduría, que
i

te el túmulo que bajo la bóveda del Santuario metropoli- rige los destinos de la humanidad y donde no le es dado al
tano de Caracas, se había erigido para ofrendar obsequio fu- hombre penetrar Pero en que se descubre el designio de
!

neral á la memoria de aquel gran Arzobispo de Bogotá, que instruirnos sobre la necesaria dependencia de Dios en que
LII ORADORES SAGRADOS— SOMERO ESTUDIO
vivimos, el do- Dr. Juan Bau-
minio soberano tista Castro, cu-
que tiene en las yas dotes de ora-
criaturas, su ex- dor preexcelen-
celsa grandeza te confirman su

y nuestra nada, oración fúnebre


y más que todo, en las exequias
sobi'e la iiicer- de Pío IX, su
tidumbre del panegírico en el
tiempo de nues- Centenario de
tra peregrina- Santa Teresa de
ción sobre la tie- Jesiisy su dis-
rra. Pero si esa curso de entrada
tumba es el sím- á la Academia
bolo de la que Venezolana Co-
contiene las hu- rrespondiente
mildes cenizas de la Real Espa-
del Prelado ilus- ñola.
tre que llora- Una última
mos; si nos está pincelada para
anunciando la terminar las de
miseria del hom- esta reseña tra-
bre y el triunfo zada con fuga-
de la muerte ;
ces recuerdos,
también
ella es como la memo-
á mis ojos un ria los ha ido
monumento de produciendo.
honor y de glo- En quere-
ella GREGORIO SEIJAS
ria en que me mos representar
parece ver escri- la figura vene-
” rable de un sacerdote que puso especial estudio en ve-
tas estas dos palabras de la Fe Cielo, Inmortalidad.
:

Numerosa es la pléyade de oradores sagrados que ha lar sus merecimientos y sus talentos oratorios y sus vir-
brillado en el cielo de la tudes eximias, en el san-
Iglesia venezolana. tuario de una modestia sin-
Cuánto sentimos no po- gular. Me refiero al canó-
der hacer de cada uno de nigo don Gregorio Seijas,
ellos específica mención; cuán- que cuantas veces ocupó la
tos nombres escapan á nues- cátedra sagrada, fue para de-
tra memoria, desde los de Uro- rramar en el estilo de los
sa y Moreno, hasta los de Ale- grandes modelos, luz en la
gría, Macario Yepes y Ral- inteligencia, consuelos en las
diris los de Barroeta y Ra- almas y confianza en las
;

fael María Al varado los de divinas misericordias. Vivió


;

los Ilustrísimos Arzobispos para la iglesia y formó con


José Antonio Ponte, discípu- su protección y sus consejos,
lo de Fortique y como él eru- sacerdotes que fueron lum-
ditísimo el Obispo de Bar- breras del santuario, como
;

quisimeto, Dr. Víctor José aquel malogrado suaví.simo


Diez y aquel de Guayaua de Obispo de Guaj'ana y aquel
dulce decir, tan temprana- otro, respetabilísimo Hipólito
mente malogrado para las le- Alexandre, de virtudes ejem-
trasy el apostolado, Manuel
plares y en su hogar de-
;

Felipe Rodríguez jó fragancia de inocencia


;y el pri-
mer Obispo de la Iglesia ca- angelical Rafael Rojas, que
labocense, el diserto Dr. Sa- nos parecía reencarnación
lustiano Crespo, mi amigo, de San Luis Gonzaga, co-
como hermano y el Dr. Rie-
;
mo él muerto eii florida ju-

ra Aguinagalde, también en- ventud, cuando apenas ha-


trañablemente caro á mi co- bía pisado las gradas del al-
razón, y el Dr. Amitesarove, tar.

cuya voz aún parece vibrar Humilde ensayo éste, es-


en las bóvedas sagradas, ta- crito sin pretensiones, abre
lento luminoso y })alabra de camino á estudios más for-
grandiosa resonancia y Es-
; males de la importancia, que
pinosa, Miguel Antonio, al- nadie revocará á duda, ha
ma apasionada de la verdad tenido la oratoria sagrada
católica, que difundió en el en Venezuela.
púlpito y defendió con dia- NICANOR Rm:RO
léctica contundente en la Así imperfecto, me atre-
prensa periódica.; y cien más vo á ofrendarlo como débil
que á la memoria escapan, testimonio de mi respeto á
hasta el Dr. Arteaga, en quien el esfuerzo intelectual su- la Academia Nacional de la Historia.
pera á la deficiencia de la voz, y el que en el piilpito
sagrado y en la prensa religiosa y en el sillón acadé-
mico, brilla por el talento y domina por la palabra.
POR EZEQUIEL MARIA GONZALEZ LUI

ORADORES SAGRADOS NOTABLES


ISr01SZtI3NT-A. el OE3SrERA.L IS^AnSTUEL LA.NIDA.ET A. EOSA-LES
Pro. Doctor José IManuel Alegría, Rafael María Alva- José Mas y Rubí, José Manuel Mendoza, limo. Doctor Ra-
rado, Aguedo F. Alvarado, limo. Doctor José Manuel Arro- món I.Méndez, Pros. Doctores Fernando Antonio de Me-
yo, Pros. Doctores Juan Francisco Avis, Leandro Ariste- riño, José Martiarena, Pedro Moratti, Fray Nicolás de Odena;
guieta, Antonio Patricio Alcalá, Francisco M. Arrais, José Pros Doctores Eduardo Olaechea, Rafael M? Osuna, José
Cecilio Avila, Ladislao Ainitesarove, Ricardo Arteaga, Fer- Plaz, José María Pérez Limardo, José Antonio Pérez de
nando Barreto, José I. Bereciartu, Diego Bolínos, Miguel An- Velazco, José Patricio Quintero, Fray Tomás Riera, José
tonio Baralt, José María Barroeta, José María Bobadilla, María Raldiris, Andrés M. Riera Aguinagalde, Andrés Rie-
Andrés A. Callejón, limo. Doctor José Salustiano Crespo, ra Montesdeoca, José Antonio Rincón, José Manuel Rive-
Pros. Doctores José Lorenzo Castro, José Cortés Madariaga, ro, Nicanor Rivero, limo. Doctor Manuel F. Rodríguez,
Juan Pablo Cabrales, Juan Bautista Castro, Martín de la Pro. Doctor José V. Ramírez, Juan Crisóstomo Rodríguez,
Cova, Liborio Colmenares, limo. Doctor Víctor José Diez, José Antonio Ramos Martínez, Antonio José de Sucre, limo.
Pro. Doctor Pascual Del Pueyo, José Alberto Espinosa, Mi- Doctor Felipe N. Sandua, Pro. Gregorio Seijas, canónigo
guel A. Espinosa, Alejandro Echezuría, José Félix Espi- honorario, Pro. Doctor Juan Agustín de la Torre, limo.
nosa, Cayetano Esteller, limo. Doctor Mariano Fernández Doctor Mariano Talavera y Garcés, Fray Arcángel de Tarra-
Fortique, Pros. Doctores Isidro Girón, Víctor González, Oc- gona, Pros. Doctores Emiliano Torres, Juan José Tovar,
taviano González, Maximiano Hurtado, limo. Doctor Fran- Fernando Tamayo, Pro. Doctor José María Urdaneta, Pro.
cisco de Ibarra, Ramón Lovera, Pro. Doctor Pedro León Doctor Daniel Vizcaya, Pro. Doctor Juan Pablo Wonsiedler,
León, Fray Marcelo Laguna, Pro. Doctor Luis María Lu- Pro. Doctor José Macario Yepes, Pro. -Doctor Tomás Zerpa.
zardo, limo. Doctor José Antono Mohedano, Pros. Doctores
REVISTA DE AUTORES DIDACTICOS E INSTITUTORES
1=01?, Mi^nsrE,iC2,’crE

PEDRO MAlíRIQUE

ONDEROSA deuda de gratitud pesa sobre nosotros por nes tenemos que hacer historia; por tanto, por más que nos
la honra que nos discierne la Junta Directiva de la tornemos sepultureros y exhumadores de oficio, alcanzaremos
'''‘Asociación Venezolana de Literatura, Ciencias y no hacer una revista, sino algo así como esos planos geográfi-
Bellas Artes" -pava hacer la reseña general de los Profeso-
,
cos que los niños llaman mapas-ciegos y en los cuales se de-
res, Institutores y Educacionistas, que desde los orígenes de terminan, sólo relativamente, por la práctica y tesonera repe-
la República, se han echado á cuestas el pesado fardo de la tición del profesor, la posición de ciudades, ríos, montañas,
enseñanza nacional. etc., etc; y tanto así lo creemos, que para no callar el nombre
Difícil, muy difícil, si no irrealizable tarea, es la que nos de ninguno y para hacer justicia merecida á todos, aquí con-
corresponde, si se tiene en cuenta la dificultad de las comuni- cluiríamos con una frase sintética, con el argumento magis-
caciones, la ausencia casi absoluta de archivos, la apatía del tral, con el golpe de gracia para vencer, dominar
y abatir á
carácter nacional, la oscuridad impuesta por la injusticia de los los ateos— no creéis en Dios, ni en su obra, ni en sus infini-
hombres y aceptada cristianamente por los humildes sacerdo- tos atributos, sabiduría, justicia, misericordia, etc., etc., mi-
tes del augusto é imprescindible ministerio de la enseñanza. rad arriba, abajo, á derecha, á izquierda, mirad en derredor !

Hemos leído alguna historia particular y general vidas


;
Esa bóveda azul, esa trasparencia de la atmósfera, esos
de hombres ilustres, no ilustres é inútiles y hasta dañinos ;
astros radiantes, ese cúmulo de rutilantes estrellas, ese sol,
biograíías de artistas, arquitectos, pintores, escultores ;
de ese mar, ese infinito de grandezas y ese otro infinito de peque-
mujeres bellas en lo físico y ascosas en lo moral hemos, en-
;
ñeces más admirable aún que el otro ¿ lo hizo un hombre, lo
fin, leído algo de todo ;
pero, con dolor lo decimos, en nuestras —
hizo la casualidad, lo hizo la inerte materia? Nó alguien
manos no ha caído un libro que ensalce, que honre, que esti- más sabio, muchísimo más sabio, sapientísimo, poderoso, muy
mule siquiera ese tipo especial, ese carácter sobrio, modesto, poderoso, mucho, muchísimo más sabio y poderoso es su au-
sufrido, ese mártir en fin, que se llama Maestro de Escuela. tor, su creador, su eterno ordenador !

Y sin embargo ¿ dónde, en qué época, en qué país, sea Pues bien, subid al Himalaya, más aun, elevaos hasta la
cual fuere su civilización, no se le tiene? “El nombre, ha luna, mirad hacia abajo, abarcad con una mirada todo el glo-
dicho un poeta español, es un clavo, una alca)^ata, una ar- bo, contemplad el campo cultivado, las ciudades, el mar po-
golla de la cual cuelga el que lo lleva” y todos tienen su blado, la materia en vertiginosa marcha, el alambre hablan-

nombre para el mundo y para la posteridad. Eos Instituto- do, la luz pintando, la industria creciendo, el hombre más
res no lo tienen ni para sus contemporáneos, ni para la his- —
hombre y contestad ¿ quién hizo todo eso? La casualidad
toria ellos no son conocidos como persona social, sino como
; — —
nó el maestro de escuela sí, él que encontró tinieblas por
una especie, por decir así, zoológica, todos con un solo nom- doquiera y sin más linterna que la cartilla, ha formado un
— —
bre maestro de escuela y algunos hay que para más de- foco de luz tan esplendoroso, tan útil para la familia humana,
primirlos, le quitan la preposición, quizás por lo que huele á como el sol, obra admirable de Dios, para la naturaleza toda.
grandeza y dicen simplemente máestro-escuela. No una revista sino un voluminoso diccionario, quisiéra-
Y es de esta especie, de estos seres innominati, de quie- mos poder hacer si allegáramos los datos, para sacar del ol-
LVI REVISTA DE AUTORES DIDACTICOS E INSTITUTORES

vido desde la remota anti- señor José Ignacio Paz Cas-


güedad hasta nosotros, el tillo, que fundaron poco des-
/- nombre de todos y cada nno pués, respectivamente. La
de esos que tan humilde, Independencia y La Paz^ que
tan caritativa, tan cristia- tantas notabilidades por su
namente, se han contentado talento,' su ciencia y su mo-
en el mundo con inscribir ralidad pública y pi'ivada,
su nombre en el gran mar- produjeron; á los señores Isi-
tirologio de los institutores. dro Espinosa, Manuel A. Ca-
Pero ya que trabajo tan ri'eño y Tomás Victor Ber-
árduo no está á nuestro al- múdez, director y fundador
cance, reseñemos, muy á la éste, del Colegio «Caracas))
lijera, los nombres de aque- á los Doctores Juan José
llos que más destacados en Agiierrevere y Juan José
nuestro país, son los verda- Mendoza, fundadores y di-
deros propulsores del capi- rectores del Colegio «Ros-
tal, chico ó grande, de civi- cio)); á Juan Vicente Gonzá-
lización que poseemos. lez y su hijo Jorge Gonzá-
Recordemos, en primer lez Rodil; á los Doctores
\
'•V \’

i>v término, á aquel señor Si- Ramón Isidro Montes y Ma-


món Rodríguez, Maestro de nuel María Urbaneja, fun-
AMENODOEO UEDANETA JUAN JOSE AGUEEEEVEEE
nuestro Libertador, tan bien dadores y directores del Co-
juzgado y estimado por éste legio «Santo Tomás»; al Doc-
en su correspondencia fami- tor C. Arvelo, hijo; Pedro
liar; Don Martín Soto, español, que en Barinas, en las pos- Pablo Fontes, quien por su simple carácter de letra [si no por
trimerías de la colonia y en las alboradas de este siglo, 64 años de profesión], trasmitido á millares y millares de dis-
fundó una escuela, en la cual se educaron con el General cípulos, es digno de una estatua, más que muchos que ya la
José I. Pulido, padre, todos aquellos hombres fuertes por tienen, por des-servicios prestados á la Patria, estimulan-
su inteligencia, por su valor y por su acendrado patriotismo, do las bastardas pasiones de los partidos políticos; al Doctor Pé-
que pusieron con sus pechos el pri- rez Calvo y al Doctor Jesús Muñoz
mer muro, en que vino á estrellarse Tébar y al Reverendo señor Doctor
la pujanza de los descendientes de José Antonio Ponte; Lisandro Pom-
nuestros conquistadores. pa, que fundó y regentó por luen-
Don Vicente Méndez, que re- gos años una escuela particidar en
gentó la primera escuela fundada esta ciudad, y el respetable Bruno
y pagada por la Municipalidad de María González, que hace cuarenta
Caracas. años es institutor y quien apesar de
El Libertador presidió, (i) ya la crueldad de la suerte, con su
en el ocaso de su existencia, un acto cuerpo mutilado por la sierra del
de distribución de premios en este cirujano, con medio cuerpo sola-
plantel, condecoró con medalla es- mente (3), aparece todavía en la
pecial al más digno de sus alum- empolvada silla de s\i escuela co-
nos, y para todos tuvo una pala- mo el retrato de la eterna Miner-
bra de aliento y una caricia de pa- va, y como protesta elocuente con-
dre. y la injusticia,
tra la indiferencia
Fray Ildefonso Aguinagalde, el de quienes debieron enaltecerle pa-
gran latinista de aquellos tiempos, ra estímulo de sus sucesores y para
á quien conocimos en su respetable modelo acabado de constancia, de
ancianidad; al Dr. Ramón Perera voluntad, de virtud y de sobrena-
(Barqnisimeto), yalDr. Ejidio Mon- tural heroísmo; Doctor Agustín Ave-
tesinos, fundador del Colegio «Con- ledo, fundador y director del Cole-
cordia)); el Presbítero Df. José Ma- gio “Santa María,” sabio y filántro-
cario Yepes y el Reverendo Dr. po, que no tendrá imitadores; al Doc-
Domingo Quintero, Canónigo y tor Angel Rivas Baldwin y Doc-
Deán de nuestra Catedral y Prela- tor Gerónimo E. Blanco; al Doc-
do Domésticode si: Santidad Pío IX; tor Adolfo Frydensberg, fundador
Dr. José Alberto Espinosa, Dr. Ale- del Colegio «Venezuela»; al Doctor
jandro Ibarra, catedrático de Físi- PEDED PABLO PONTES Guillermo Tell Villegas, fundador
ca en nuestra I. U. C. y en los del Colegio «Villegas»; á Eduar-
Colegios particulares de esta ciu- do Castro, que lucubró y escri-
dad, Doctor José Antonio Rodríguez, Doctor Nicanor Bor- bió miicho antes de 1870 las bases de nuestra ley vi-
ges. Doctor José Manuel García, ambos abogados y ambos gente de Instriicción Pública; al Doctor José F. Frías; á
rectores del citado instituto. Presbítero Doctor Montenegro los Doctores Miguel Páez Pumar, Jesús María Sifontes,
y Doctor Elias Rodríguez, el anciano-joven, honra de esta Miguel Villavicencio, Antonio José Villegas y Cruz Guitián,
sociedad, como hombre, como ciudadano y como sabio; al actuales directores de los principales institutos de educa-
Maestro Acevedo (Doctor Rafael (2), el precursor de las cien- ción qi:e cuenta la capital; á los señores Henry Wyrell y
cias matemáticas en Venezuela, y luégo, de Octubre de 1830 Carlos Zapp, ambos alemanes, y el cual [Zapp], desde muy
en adelante, co-director, con el inolvidable Juan Manuel Ca- joven, fundó un Colegio; y hoy, ya anciano, con familia ve-
jigal, de la Academia, simiente fecunda, origen de la actual nezolana, ostenta en si: cana cabeza los merecimientos de
pléyade de Ingenieros que poseemos; al Presbítero Doctor José sus relevantes virtudes; al Doctor Miguel Machado, funda-
Vicente Unda, decano fundador del primer Colegio federal dor de un Colegio bastante acreditado, y al Doctor Rafael
(Guanare, 1832); al señor Feliciano Montenegro y Colón y al Echeznría, director del “Colegio Avila.” Muerto éste
prematuramente, le sucedió el entonces Bachiller Teófilo
[ij vSinial lio recordamos, el año de 1827.
[2] Padre del Doctor P'eliciaiio Acevedo. [3] Hace más de 15 años que sufrió la amputación de ambas piernas.
POR PEDRO MANRIQUE LUI

Rodrfo^uez [3], y en su época se refundieron ambos institu- para oficiar desde los primeros años de la República en los
tos y el “ Colegio Avila ” continuó bajo la dirección de Ma- altares, que
ellas saturaron con el exquisito y delicado
chado y el señor Emiliano Freire; Miguel Toro, Doctor perfume de sus sublimes virtudes, del Templo de Miner-
Juan P. Wohnsiedler, [Barquisimeto], Mariano Blanco, Jesús va? ¿Qué hogar tiene Caracas formado en los últimos
María Páez y Bernardo Baute, [Rio Chico], todos inteligen- cincuenta años, que no esté cubierto bajo la egida de alguno
tes, todos esforzados colaboradores de nuestra civilización, délos ángeles que ellas vivificaron con su cariño, educaron
y el Doctor Demetrio Aguerrevere, quien pudiendo gozar con su constancia é ilustraron con la sabiduría de sus máxi-
tranquilo de las dulzuras de su hogar, por amor á las letras, mas ?
por propia inclinación, cruza á diario las calles de la ciudad, Y de sus sucesoras, la señorita Antonia Esteller, heroina
para sostener mejor, para despertar en nuestra inteligente incansable, actual Directora de la primera Escuela Normal de
juventud el fervor al estudio del latín y del griego, tan mujeres, que hoy tiene la República de las señoras Dolores Gon-
:

decaído hoy entre nosotros; á Norberto José de Franchi, men- zález de Ibarra y Carolina Conde, las señoritas Amitesarove,
tor durante treinta años de toda la juventud de La Guaira; á tan virtuosas, tan abnegadas, tan patriotas las señoritas Tere.sa
:

Inés María Marcano, bajo cuya acertada dirección bebieron Eduardo, las Chitty, las niñas Limardo (Mercedes y Luisa),
en igual período en el mismo puerto, néctar de virtudes, quienes educadas en Europa, lo mismo hablan la lengua de
todas ó casi todas las matronas- Cervantes que saborean y ense-
modelo de aquella escogida socie- ñan la de Racine y Victor Hugo;
dad; á José Eladio Ruiz [hoy las señoritas González Guinán y
Presbítero y Doctor], quien fundó Carolina Thesdoríi de Vidal, Elo-
la primera escuela respetable de dia Pérez, Octavia B. de Coking
la aldea en que vimos la luz pri- , .
'•'aSí '
;• 1 y su virtuosa é ilustrada hija,
mera [4]; á Juan José I. Rodrí- Amelia Micaela O. de Baute, (Río
guez, fundador de “La Frater- Chico), y Virginia Lange de Ro-
nidad,” en La Guaira; al Doctor dríguez y las niñas Matilde y Lui-
Juan de la Cruz Carreño, por su sa Amitesarove y Avelina Dami-
carácter, yankee, nacido en Ca- rón, que son los precursores, V an-
racas, filólogo aventajado; al Doc- gellica farfalla^ que anuncia con
tor José Maria Núñez Cáceres, sus revoloteos la alborada de nues-
lingüista, orador y poeta, que por tra práctica civilización, ellas, que
vivir siempre en el Olimpo con niñas todavía, depuestas preocu-
las Musas y los Dioses de sus paciones ridiculas, van regando
ideales, se ha olvidado que es por todo el territorio nacional, co-
hombre, no ha estudiado la prác- mo el eterno sembrador, el polen
tica de la vida y por ende no ha fecundante de su saber y de sus
podido grangearse, sino por po- cristianas virtudes; ellas, quienes
cos amigos, toda la estimación han comprendido que el trabajo
que su talento, su erudición y su las indepeudiza, las dignifica y
laboriosidad merecen; ájosé l\Ia- las redime (á todo su sexo), de la
ría Martel, que por su carácter miseria y del vicio, y ellas las
y su constancia se ha hecho, lle- que con su último beso de amor
vando cuentas mercantiles y en en la eterna despedida del mori-
el mismo escritorio, escritor aven- bundo esposo, le dejarán morir
tajado, naturalista ya conocido y tranquilo, porque su trabajo ga-
citado allende el Atlántico; al se- rantizará á sus hijos, pedazos de
ñor Ramón Estudillo, [Píritu], á su alma, frutos puros de su legí-
Martínez Mata, (Carúpano), que timo cariño, que no tendrán que
hace treinta y cinco ó cuarenta ir de puerta en puerta á recibir la
años han monopolizado, cada uno JUAN JOSE MENDOZA
limosna amarga y nauseabunda
en su localidad, esta nobilísima que les ofrezca la mano sucia,
industria; á los señores Doctor ascosa, del infame seductor ó del
Luis Espelozín, Rafael Hermoso, (Coro), Eduardo Ochoa, explotador criminal de la renta pública.
Antonio Bello, Doctores Luis Felipe Castillo, (Mérida), Y llegados aquí, ¿podremos silenciar el nombre de un
Rafael Villavicencio, Luis María Díaz, Pedro Sederstrong varón, único entre nosotros, que después de vida honorabilí-
y Andrés Bello, inteligencia múltiple, poeta eximio, filó- sima, dechado de laboriosidad, de economía y de piadosas ac-
logo consumado, pensador profundo, astrónomo, juriscon- ciones, lega al morir B. 400.000 para fundar y sostener un
sulto, Mecenas de la juventud chilena Colegio de señoritas pobres que,. aunque tísico^ vive todavía
y escritor erudito,
cuyo nombre es timbre de honor y de gloria para Vene- después de medio siglo, inmortalizando y trasmitiendo á la
zuela, su patria, y para todos los pueblos de medio conti- posteridad su respetable y respetado nombre; “Chaves”?
nente; á tantos y tantos, en fin que por su saber, su mo- Nos honramos recordándolo y destacándolo ante tantos
destia, su constancia, su laboriosidad, sus virtudes públicas poderosos que podemos enumerar, para estimular á alguno á
y privadas, sirven y han servido este augusto sacerdocio, á imitarlo ó superarlo, ó siquiera para que al suyo asocie su
quienes nosotros, indignos, pero fervorosos imitadores suyos, nombre, salvando los restos de su obra, ya en vísperas de pe-
rendimos homenaje de cariño, de admiración
y de respeto.
Y ¿que decir de la señora viuda de Lozano, el antiguo

recer los B. 3. 000 de renta mensual asegurada que el filán-

maestro de Capilla de la Catedral, la cual regentó la primera



tropo dejó, están reducidos á B. 348 el capital, el capital !....
El, el filántropo Chaves y su Colegio, se abrigan, se cu-
escuela de niñas fundada por el Municipio de Caracas; de bren de intemperie en un escombro y en él, como las Ves-
la
la señora Mercedes Meneses
y Estanislaa Gutiérrez, Direc- tales antiguas y como los últimos guardianes de su excelsa
tora de la primera escuela mixta que aquí conocimos; de la grandeza, la señora Amalia Amitesarove de Landáez y sus
señora Concepción Miyares deSmith; délas señoras Gui-
do, Luque, Monserratte, que alcanzaron venerable ancia-
virtuosas hijas últimas, —quizás, directoras del Colegio
Chaves.
nidad como proceres ilustres, como escojidas sacerdotisas A ellos y á ellas y á todos los que se escapan á nuestra
frágil memoria, les suplicamos nos envíen, cada uno de su
[3] Nuestro condiscípulo á quien le debemos y agradecemos altíunos
respectiva residencia, apuntes biográficos precisos, por si al-
de estos datos. gún día, con menos privaciones y más vagar, pudiéremos rea-
[4] Rio Chico. lizar una obra que halaga nuestro corazón. Salvar del olvi-

8
LIV REVISTA DE AUTORES DIDACTICOS E INSTITUTORES

do á los hombres y á mujeres que sin' pretensiones, ni


las la enseñanza; y señor Adolfo de Tourreil y el Doctor Rafael
el

ridicula ambición, como hormigas, trabajan en silencio,


las Domínguez y Doctor Adolfo Ernst y el Licenciado Juan
el

vuelcan el humus fecundante de la tierra y hacen con su B. Calcaño y Paniza y elDoctor Juan José Mendoza y los Doc-
esfuerzo, eficaz la civilización de la familia venezolana. tores Ramón Palenzuela y Juan déla Cruz Carreño hau publi-
A los nombres ya anotados conocidos como profesores, cado sendas obras para el estudio de la lengua fraucesa.
debemos agregar un lar- Y el Doctor Ernst,
el Doctor Antonio María
go catálogo de otros que
Soteldo, y Palenzuela, y
con sus trabajos didácti-
Carreño, y el General
cos los han ayudado efi-
Alejandro Ibarra, han es-
cazmente, y si no todos,
crito recomendables gra-
como complemento de lo
máticas inglesas y tam-
que precede, recordamos
bién el primero (Doctor
que Andrés Bello, Juan
Ernst) y el Doctor Juan
Vicente González y Jor-
B. Calcaño y Paniza, han
ge González Rodil, Doc-
escrito dos alemanas.
tor Gerónimo E. Blanco,
Del Doctor Diego Ca-
Ingeniero Olegario J. Me-
sabas Burguillos, de los
neses. Doctor José Tomás
señores Pedro Fortoul
González, Lucas Cuervo,
Hurtado, Julio Castro,
Doctor Ramón I. Mon-
Camejo, Antonio Jesús Silva, Ga-
tes y José R.
briel Núñez, Ramón de
Presbítero Juan Andrés
la Plaza y el Doctor
Domínguez, Amenodoro
Doctor Jesiis
Eduardo Calcaño, tene-
LTrdaneta,
mos, de los tres primeros,
María Portillo, Doctor
obras de dibujo, y de los
Ricardo O. Limardo, Doc-
restantes, obras sobre mú-
tor Guillermo Tell Vi-
llegas y otros, han escrito
sica y el Doctor Felipe
;

Larrazábal, quien más que


y publicado por su propio ningún otro compatrio-
esfuerzo otros tantos tra-
ta, ha escrito con entu-
tados de Gramática Cas-
siasmo y profundidad so-
tellana.
bre el arte musical.
Recordamos que los
señores Martín Chiqui-
Y en Eeonomía te-
nemos los trabajos del
to, Doctor Manuel María
Echeandía, Juan Bautis-
Doetor W. Monserrate,
Juan Antonio Losada Pi-
ta Montenegro, Doctor
ñenes Doctor Fran-
3" el
Gerónimo E. Blanco,
cisco Machado; yen Re-
Presbítero Piñero Olive-
tórica, Literatura, Mo-
ro, Eduardo Ochoa, Doc-
ral, Higiene, Taquigra-
tor Alejandro Ibarra, Doc-
fía, Constitución Política
tor Ramón
I. Montes y

ó compatriotas
30 y Pedagogía, citaríamos
25 otro catálogo extenso, si
más, han escrito y pu-
no tuviéramos por cierto
blicado buenos tratados
que con lo expuesto hay
de Aritmética práctica y
ya suficiente para fatigar
razonada.
RICARDO OVIDIO LIMARDO albondadoso lector.
Recordamos que el
Al ocuparnos de este
Ingeniero Olegario J. Me-
Ra- somero opúsculo, sin tiem-
neses y los señores
po de qué disponer, sin datos á qué referirnos, sin la tranqui-
_ ^

món Iradi, Jesús Iradi, B. Rivodó, Bonifacio Coronado Millan,


lidad de espíritu que requiere todo trabajo intelectual, esta-
Ramón M. Palacio, José M. Martel, José Trinidad Urdaneta,
obras mos muy lejos de creer que sea completo ni acabado, y
José Silverio González y Rafael Malo, han publicado
notables sobre Teneduría de libros.
declaramos que si él relativamente es de alguna utilidad,
Sobre Geografía han escrito; Doctor Arístides Rojas, Bar- no se nos agradezea el fruto que produzca, sino al amigo
insistente. Doctor Rafael F. Seijas, que nos ha puesto la
tolomé Milá de La Roca, padre. Doctor Alejo Zuloaga, se-
ñora Mercedes Landaeta de Henríquez, Francisco de Paula pluma en la mano para hacerlo y cuyo nombre es harto
Andrade, Pedro A. Lara, Juan Hilario Sambrano, Francisco conocido en el mundo de las letras, por sus obras literarias
diplomaeia, por sus servi-
de Paula Acosta, Miguel Tejera y Rafael Luis Iradi. y políticas, y en el mundo de la
cios á la República y sus estudios eruditos sobre nuestras
Y se han publicado obras de Historia Universal por Juan
cuestiones internacionales todavía pendientes.
Vicente González y de Venezuela por el Doctor Manuel M?
Urbaneja, señorita Antonia Esteller, señorita Socorro Gon- Para concluir, presentamos nuestra sincera gratitud a la
zález Guiiián, Francisco de Paula Andrade, Silvestre Sán- Junta Directiva de la Asociación Venezolana de Literatura,
Ciencias y Bellas Artes, por la honra que nos ha dispensado,
chez A., Amenodoro Urdaneta, José Ignacio Lares, Alejan-
escogiéndonos como uno de los colaboradores de su obra
dro Peoli y Doctor Gerónimo E. Blanco.
reinvindicadora y patriótica, la cual deseamos sea tan perfec-
El Doctor José María Núñez Cáceres ha piiblicado su estimulo
ta, como la necesita nuestra estudiosa juventud, para
Gramática latina con todo loque Burnouftrae en la suya, literario, que sean
y aliento en obras de alcance
científico y
aumentada con lo que este no tiene, ejercicios de traducción
alterna y trozos de los antiguos clásicos, de suma utilidad en honra propia y gloria para la Patria.
INSTRUCCION POPULAR
FOI?/ Ell-j IDOCTOE- OTTILI-iEliaiVCO TBIjI-. VILLEia-J^S

GUILLERMO TELL VILLEGAS

I^^aka poder graduar la marcha, indicar los adelantos y colectivamente, el que tripuló las naves, infló sus velas, desig-
Y
demostrar el estado de nuestra instrucción popular, nó su derroterro y guió las expediciones que de Europa par-
forzoso es considerará Venezuela en sus cuatro esta- tieron hacia el Continente descubierto. —Y por eso fue que, con
dos ó faces políticas, y sucesivamente examinarlas porque es
;
algunas excepciones, ya en posesión de él, no se pensara en la
poderosa la influencia que la política ejerce en el adelanto, propagación de las luces sino en la conservación de la con-
;

paralización ó decadencia de los pueblos. Es una fuerza que quista y en la explotación de sus riquezas.
los impulsa ó un muro que los detiene un peso que los opri-
:
En la enseñanza primaria nada se hizo. Sólo los jesuítas,
me ó un germen que los desarrolla: un vicio que los corrom- fieles á las reglas de su orden, fundaron, de mota proprio, y sin
pe ó una luz que los civiliza. la más insignificante ayuda oficial, casas de enseñanza, que ellos
Estas cuatro épocas ó faces, son :
regentaban y que con ellos desaparecieron cuando, por real

Primera. La del tiempo que permaneció bajo el gobier- orden de Carlos III, fueron simultánea y bárbaramente ex-
no de España, ó séase la colonial, que principió el 1? de Agosto pulsados de toda la monarquía en la fúnebre noche del 31 de
de 1498, en que las carabelas ibéricas descubrieron nuestras —
marzo de 1767. Feo lunar que desperfecciona la hermosa fiso-
costas, y su jefe tomó posesión de nuestro país á nombre de la nomía de aquel glorioso reinado espectro horrible que, con la
:

corona de Castilla, hasta el 19 de Abril de 1810, en que el país, mano sobre el hombro del victimario, andará siempre detrás
iluminado políticamente por la antorcha de la revolución fran- de la gran figura del hijo coronado de Isabel de Farnesio.
cesa, y con la conciencia de su derecho, dio el primer paso que En cuanto á la instrucción secundaria, el primer ¡dantel que
lo separara de la madre patria. se abrió en Venezuela fue el Seminario de Santa Rosa que, pa-

Segunda. La de la guerra, comenzada por España, que re- ra la enseñanza del Latín, Filosofía Aristotélica y Ciencias
chazó la demanda, y terminada en el glorioso campo de Cara- Eclesiásticas, de los jóvenes que quisieran dedicarse al servicio
bobo el 24 de junio de 1821. de los altares, fundó por si solo en esta ciudad, el año de 1696,

Tercera. Laqueen 1821 principió en la cuna, y en 1830 su inolvidable obispo, Don Diego de Baños y Sotomayor, natu-
terminó en la tumba de Colombia, de esa colosal República que ral de Bogotá, y el mismo á quien se deben las constituciones
surgió para crear una ilusión y engendrar una esperanza. sinodales que rigen en nuestra Iglesia. —Y el segundo fue la

Cuarta.— La de su autonomía, que data desde 1830 en que, Ilustre Universidad Central que, después de reiteradas instan-
separándose de la unidad colombiana, tomó asiento entre las cias de los obispos, gobernadores y cabildos de Caracas, fue de-
naciones soberanas. cretada por Felipe V, en 1721, confirmada el siguiente año por

Primera época. Ninguna instrucción recibió el pueblo en el Pontífice Inocencio XIII, é instalada el de 1725. — Mandada
ella y eso era lógico.
;
agregar al Seminario, con el aumento único de una cátedra de
Al regresar Colón de su primer viaje, llevando muestras Derecho Civil y otra de Medicina, permanecieron unidos hasta
de los habitantes, de las riquezas y de las preciosidades de las que la ley de 22 de Abril de 1856 dispuso su separación. Y aun-
tierras con que extendió los dominios desús soberanos, y justi- que los vecinos de Mérida pidieron una Universidad, la negó Car-
ficó la generosa protección de Isabel, despertóse el espíritu de los IV, á principios de este siglo porque “S. M. no consideraba
;

conquista en los reyes, de ambición en los gobiernos, de aven- conveniente el que se hiciese general la ilustración en América.
turas en los hombres de mar, de proezas en los de corazón egre- En materia, pues, de instrucción, la colonia venezolana
gio, de codicia en todos, y de civilización en ninguno. —Fue el sólo recibió de la España la creación de una Universidad, de
espíritu del hombre, y no el espíritu de Dios ; el espíritu del escasa dotación y de estrecha entrada puesto que á ella sólo
;

interés, y no el e.spíritu de caridad el espíritu del egoísmo, y


: podían penetrar los hijos de distinguido nacimiento, previa in-
—Y
no el espíritu del progreso. fue ese espíritu, individual ó formación de vida, co.stumbres y cuna. Pero esto no fué un
LVI INSTRUCCION POPULAR

error de España ;
ui de su Gobierno
de su época. Por-;
sino Española, Gramática Latina, Principios de Retórica, Filosofía
que las é{)Oca.s, como los hombres y
pueblos, tienen sus los 3^Matemáticas; facultando al mismo tiempo á los quej>udieran
creencias sus caprichos, su fanatismo 3' sus preocupaciones,
3'^ verificarlo, para la en.señanza del Derecho Civil, Patrio, Ca-
sus faltas 3^ sus errores, que ejercen absoluto imperio; 3^ á los nónico, Natural y de Gentes, y la Teología Dogmática.
<{ue, de grado ó por fuerza, tenemos todos que someternos. Y La de 2 de agosto del mismo año, mandando abrir parados
á tal llegó la preocupación de aquella época, que á la mujer, niños de ambos sexos, por lo menos, una escuela de primeras
j)uesta por Dios en la tierra bajo la protección del hombre, le letras en todas las ciudades, villa.s, j)arroquias 3' })ueblos que
estuvo vedado aprender á escribir, como un escudo para su pu- tuvieran de cien vecinos para arriba.
dor, 3" una medida preventiva para resguardo de su inocencia. La de 28 de julio de 1823 e.stableciendo la “Escuela de
,

Y si hombres instruidos y eminentes tuvo entonces Venezuela, Minería,” contratada en Londres por Zea.
C[ue ella, con orgullo, enumera entre sus hijos, débese única 3^ La de 7 de marzo de 182 5 creando “ E.scuelas de Nave-
.
,

exclusivamente á la acción privada, que pudo suplir á la inac- gación.
ción oficial. La de 18 de marzo de 1820 sobi'e organización 3" arreglo de
,

Y
para no abrigar queja contra la noble España, cuya la instrucción pública. Constante de doce caj)ítulos, es un ver-
sangre es la nuestra, que nos en.señó la lengua que hablamos, dadero código C{ue abraza todos los ramos de la instrucción
nos comunicó la religión que profesamos, y de la que hemos primaria y enseñanza secundaria, de.sde la creación de una
heredado sus costumbres y sus faltas, sus virtudes 3' sus erro- Academia Nacional en la capital de la República, ha.sta el esta-
res, es preciso no olvidar que en la Península misma, fue en blecimiento de escuelas primarias en todas las })arroquias para
los claustros donde tuvo su residencia el foco de las luces; 3' los niños de ambos sexos.
que, con exce[>ción de Cervantes, los Argensola, Quintana 3' Y otras le3^es 3^ algunos decretos protectores de la instruc-
otros, de ellos salieron los hombres ilustres que en las letras ción, que demuestran cuánto haluía hecho Colombia en otras
constituyeran su vei'íladero gloria, como Quevedo, Garcilaso, circunstancias 3' sin tantas contradicciones 3^ obstáculos, que em-
Fra3^ Luis de León, Era 3" Luis de Granada, Santa Teresa de Je- barazai'on su marcha atormentaron su existencia!
3’"

sús y miles más, (pie sería largo y ageno de esta ocasión enu- Yno sería justo cerrar esta sección sin dos recuerdos alta-
merar. mente Iionrosos para Bolívar. Es uno, el re.stablecimiento de
Y era tan imperioso el deseo de instniirse que en los vene- la Universidad de Caracas; ha.sta lo último abatida j)or la gue-
zolanos existía; 3"tanta la necesidad que de ello tenían, que la rra,proveyéndola de nuevas cátedras, creándola rentas, dándola
“Junta Patriótica ” de Mérida, foi-mada revolucionariamente á buenas leyes y poniéndola bajo la sabia dirección de hombres
consecuencia de los sucesos del 19 de Abril, creó bajo el título eminentes, como Vargas, que la llevaron al estado floreciente
de “ San Buenaventura de los Caballeros de Mérida,” la Uni- á que llegó. Y el otro, su noble empeño en plantear el sistema
versidad que había negado el sucesor de Carlos III, que desde de enseñanza de Lancaster, con los escasos recursos que le re.s-
entonces existe y de cu>'as aulas han salido tantos sabios ilus- taban de la cuantiosa fortuna que heredara de sus padres, 3’-

tres y tantos hombres eminentes. que, arruinado por la guerra, murió en una sublime pobreza,

Segunda época. Venezuela fue en ella un campo de ba- después de haber, por muchos años, ejercido un omnímodo po-
talla. Su necesidad imperiosa fue combatir su empeño, ven- : der en Colombia y fuera de Colombia.
cer, y su aspiración, independizar.se del Gobierno de España, —
Cuarta época. Venezuela principió en ella por crearlo
como independizar.se quiere todo hijo que, al llegar á su mayor todo gobierno, tesoro 3' hasta las prácticas republicanas, que
:

edad, se siente en aptitud para dirigirse 3' con elementos para habían quedado sepultadas en las ruinas de Colombia. Sus
sostenerse. Contrariada por la madre patria, la lucha fue lar- primeras é ingentes necesidades fueron, pues, políticas 3" eco-
ga, sostenida y terrible. Los venezolanos todos se armaron, los nómicas, que siempre es preciso atender con prescindencia de
alumnos de la Universidad trocaron los libros de su estudio todo, para que pueda funcionarla máquina social.
por el fusil del .soldado, la Academia quedó desierta 3^ en mar- Sancionada y puesta en práctica la le3" fundamental de
cha á su decadencia y durante once años, fue la guerra el
;
1830 quedaron atribuidas la educación secundaria á la nación,
,

pensamiento 3^ la ocupación de los venezolanos. No era propia y la primaria á las provincias.


aquella ocasión para fundar escuelas, ni habría habido recunsos Y fue en ejercicio de esa importante atribución que el mis-
para .so.stenerlas, que si podían arbitrarse, pocos eran })ara las mo Constitu3^ente, por decreto del 14 de octubre de 1830 esto ,

necesidades déla guerra. Debía, pues, continuar el país, como es, catorce días después de sancionada la Constitución, creó 3^
continuó, en su estado de ignorancia, fuera de los resultados de puso bajo la dirección de los ingenieros Juan Manuel Cagigal
la acción privada, de suyo reducida.
y Rafael Acevedo, la Academia de Matemáticas, que tanto pros-

Tercera época. Careció Venezuela en ella de iniciativa, peró: .semillero fecundo de hombres importantes, cu3’os buenos
como .sometida al gobierno de Colombia, de que formaba parte. resultados está hoy [>alpandola República en la dirección cien-
Esta República, concebida por la gigantesca cabeza de Bolívar, tífica de sus obras ])úblicas.
sólo con él podía subsistir. Por lo extenso 3^ poco poblado de Las Diputaciones Provinciales, luego que se organizaron,
su territorio, la forma central de su sistema político y los ele- fueron paulatina 3^ prudentemente estableciendo escuelas muni-
mentos heterogéneos que la componían, su existencia necesa- cipales, regentadas por profesores mu3" competentes, que se
riamente debió ser precaria. Y así sucedió, cayendo, como aumentaban á proporción que las rentas locales crecían, hasta
cayó, con el hombre que la creara 3' que con su }>restigio la sos- haber dejado provi.sta de esta necesidad á la ma3’-or parte
tuviera no dejando detrás, sino el recuerdo de su corta vida,
;
de las parroquias, apesar de la indolencia é ignorancia de mu-
tan llena de dolorosas enseñanzas. Y á pesar de ello, de lo chos padres, que no podían comprender el beneficio que se les
exhausto de su te.soro y de los cuantiosos gastos que le ocasionara brindaba, ni graduar el bien que para sus hijos se les ofrecía.
la libertad de los pueblos que 1103^ constitU3^en las Re[)úblicas A la civilización preciso es trataría para conocerla, conocerla
del Perú y Bolivia, donde envió sus ejércitos, de los consecuentes para amarla 3" amarla para rendirla culto. Y por eso, los que
á la guerra que tuvo inmediatamente que so.stener contra la no la conocen y aman son los que la rehu3"en ó rechazan, los
primera, por su ingratitud 3^ la deslealtad de sus jefes y, sobre ;
que la calumnian ó maldicen.
todo, del estado caótico á que la condujeran las i)erfidias y las Debido á ello, Venezuela ha ido avanzando intelectual-
intrigas de los émulos de Bolívar, ella, aunque sin mucho éxi- mente de una manera visiblemente progre.siva, en términos
to, al menos para Venezuela, se ocupó del adelanto intelectual que si hasta la tercera y gran parte de la cuarta década de este
de .sus hijos. siglo, el pueblo no sabía leer, ni escribir, I103' contados serán los
Así ver
lo liacen venezolanos que lo ignoren. La semilla ha venido sembrándose
La de 12 de junio de 1821 mandando establecer en
le3" ,
desde que principió nuestra vida autonómica y fecundo como
;

Bogotá, “un Colegio de ordenandos.” es el terreno, aceleradamente ha germinado, y ópimos frutos se


La de 28 de julio de 1821 estableciendo “ Escuelas de ni-
,
recogen.
ñas,” en los conventos de religiosas. Un artesano no es 3'a un autómata que maquinalmente le
La de la misma fecha, creando en cada provincia, un Co- da forma á la materia que toma en sus manos es un sér que
:

legio ó “ Casa de educación, ” para la enseñanza de Gramática piensa y medita un hombre que discurre 3' discute un obrero
: :
:

POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LYII

<]ue traza y crea: una criatura inteligente y entendida que sa- El de 13 de junio de 1830, })or el General José Antonio
be lo que hace y se da razón por qué lo hace. Y esa trans- Páez, erigiendo el de Calabozo. Gaceta 430.
formación social es debida á la paternal acción del Poder Pú- El de 28 de abril de 1842, por el General José Antonio
blico, que en su niñez lo educó y en su juventud lo instruyó, y Páez, creando el de Barcelona. Gaceta 5ÍHJ.
muy notablemente á la es[)ontánea cooperación de tantos hom- El de 24 de febrero de 1860, por el Doctor Guillermo Tell
bres que han venido consagrándose á la enseñanza primaria Villegas, creando un Seminario en el convento de San Francisco,
y secundaria. de Coi’o. Gaceta Federal, número 56.
Hoy no hay en la República parrociuia ni caserío que no El de 8 de junio de 1875, por el General Antonio Guzmán
tenga escuela para niños de ambos sexos, del)ido al Poder Mu- Blanco, estableciendo un Colegio Federal en la capital de cada
nicipal, al esi)ontáneo concurso de los institutores y maestros, y uno de los Estados, en que, jjara entonces, estaba dividida la
últimamente al decreto del 27 de junio de 1870, exi>edido por República. Como por este decreto quedaban incluidos los Na-
el presidente General Antonio Guzmán Blanco, que hizo para cionales, antes creados, resultaron de nueva creación los de
todos obligatorio el aprendizaje, colocó la instrucción primaria Maturín, San Fernando, Petare, Ciudad de Cura, San Carlos,
entre las atribuciones del Ejecutivo Nacional, la organizó de San Felipe, Barinas, Mérida y San Cristóbal; formando un total
una manera conveniente, y la proveyó de fondos propios y sufi- de veinte Colegios que funcionan con regularidad.
cientes para su sostenimiento; todo en uso de las ilimitadas facul- El de 14 de marzo de 1884, por el General Antonio Guz-
tades con que lo invistiera la revolución victorio.sa de aquel año. máii Blanco, creando en Caracas la Escuela Politécnica Ve-
Pasando ahora, para concluir, á la in.strucción secundaria nezolana.
ó científica, haré de ella una, lijei'a reseña histórica, c|ue ya este El de 14 de marzo de 1884, por el Genera) Antonio Guzmán
informe se }>rolonga, y temo can.sar. Blanco, erigiendo en Caracas una Escuela de Artes y Oficios.
El decano de nue.stros colegios federales es el deGuanare, El de 2 de noviembre de 1886, por el General Antonio
fundado el 21 de junio de 1832, por el Pre.sbítero Doctor José Vi- Guzmán Blanco, estableciendo una Escuela Normal en cada
cente Unda, hijo de aquella ciudad, varón de ciencia y de vir- Estado ])arala formación de maestros, délas que hay cuatro en
tudes, hombre de iniciativa y de progre.so, ])atriota sincero y de actividad.
acción, y uno de los egregios diputados al Congreso de 1811, El de 4 de agosto de 1887, por el General Antonio Guzmán
que el 5 de julio proclamaron nuestra Independencia y firmaron Blanco, estableciendo en Caracas una Academia Nacional de
aquella célebre acta que debemos leer con re.speto, conservar Bellas Artes.
con veneración y ostentar con orgullo, y quien sirvió su recto- El de 21 de febrero de 1856, por el Doctor Guillermo Tell
rado basta 1837, en que fue consagrado obispo de Mérida. Villegas, como Gobernador de la antigua provincia de Cojedes,
Y aquí se asoma una consideración que es de oportuni- —
creando el “Colegio Provincial de Cojedes.” “Gaceta de Coje-
dad consignar. Hále dado Diosa la Iglesia Católica, legítima- des,” número 7.

mente representada en sus pastores y ministros, el ])rivilegio Al llegar aquí es de oportunidad cumplir un debei' que
de fundar, la primera, nuestras casas de enseñanza. Fueron impone la gratitud, y hacer un recuerdo que aconseja la jus-
los sacerdotes jesuítas, los que abrieron y regentaron en AYne- ticia.
zuela las primeras escuelas primarias: el .señor Baños y Soto- A princii)ios de la ])rimera década de nuestra nacionali-
mayor, obispo de Caracas y cuya efigie está en una de las dad, se fundaron en Caracas dos célebres colegio.s: el de “La
capillas de nuestra Catedral, el que fundó el primer Seminario Independencia”, por el señor Feliciano Montenegro Colón; y el
para la enseñanza secundaria los obispos de Caracas, los pri-
: de “La Paz”, por el señor José Ignacio Paz Castillo. A esos dos
meros que instaron á la Corte de España para la erección de grandes planteles, que de gran fama gozaron, débese la intro-
la Universidad Central: el señor Unda, obispo de Mérida, el ducción en el país del sistema de enseñanza moderna y, más
primero que estableció un Colegio: el señor Ponte, arzobispo que todo, su ampliación; pues que las cla.ses e.staban reducidas
de Caracas, el que, eliminados los Seminarios, creó en esta á una de latín y dos de filosofía. Eir estos dos institutos for-
ciudad la “Escuela Episcopal”, que buenos frutos ha producido máronse multitud de hombres que han enaltecido á la patria
ya y que muchas esperanzas promete; y el señor Uzcátegui, con su ilustración, la han elevado con su talento y la han hon-
actual Arzobispo de Caracas, el que creó la Escuela Episcopal rado con sus virtudes. De ellos han tomado, altos y distingui-
de Valencia, y le está haciendo construir un edificio para su dos funcionarios, la República: sabios y virtuosos ministros, la
residencia definitiva, después de haber levantado desde sus Igle.sia: útiles y honorables miembros, la Sociedad.
cimientos el hermo.so palacio que, como hogar propio, ocupa la Con no menos fama y éxito se fundaron en la década si-
de esta ciudad. Adoremos los juicios de Dios, y bendigámosle guiente, los de “Roscio” y “Caracas”, por los señores Manuel
en los instrumentos quee.scoje para realizarlos. Antíniio Carroño y Tomás V
íctor Bermúdez.
Constituida la República, fueron suce.sivamente instalán- Posteriormente se han ido fundando colegios particulares
dose los Colegios Nacionales mandados e.stablecer por los si- en Caracas y en otros muchos puntos de la República, que han
guientes decretos del Poder Ejecutivo. correspondido á las miras de sus autores; y seguirán surgiendo
El de 20 de noviembre de 1832, expedido por el Licenciado otros y otros y otros, porque la civilización, puesta por el Eter-
Diego Bauti.sta Urbaneja, erigiendo el de Trujillo. “Gaceta de no fuera del alcance de la ley común, no envejece con el tiem-
Venezuela” número lUI. po: con el ejercicio de su actividad, lejos de gastarse, crece
El de 5 de Julio de 1833, por el Doctor Andrés Narvarte, los años, en vez de debilitarla, la fortifican; y será siempre de
creando el de Margarita. Gaceta número 132. todas las épocas, amiga, y de todas las edades, contemporánea.
El de 21 de ago.sto de 1833, por el General José Antonio La civilización es el reflejo de Dios, y Dios es eterno.
Páez, estableciendo el del Tocuyo. Gaceta 141. La educación de la mujer no ha sido ni es simplemente
El de 11 de octubre de 1833, por el General Jo.sé Antonio rudimental: ella ha recibido un ensanche en armonía con su
Páez, erigiendo el de Carabobo. Gaceta 148. sexo y á la altura de .sus de.stinos. Una niña sale de los Co-
El de 26 de octubre de 1833, por el General José Antonio legios instruida en las letras, fortificada en la moral y enri-
Páez, creando el de Coro. Gaceta 152. quecida con útiles é indispensables conocimientos para lo
El de 28 de febrero de 1834, por el General José Antonio domé.stico.
Páez, estableciendo el de Cumaná. Gaceta 167. A más de los Colegios particulares, que .son muchos, y
El de 8 de abril de 1834, por el Doctor Airdrés Narvarte, que perfectamente bien servidos, hay diez nacionales,
e.stán
erigiendo el de Guayana. Gaceta 170. ocho en los Estados y los dos siguientes en Caracas, que fue-
El de 20 de enero de 1835, por el General José Antonio ron creados:
Páez, creando el de Barquisimeto. Gaceta 220. El “ Nacional de Niñas, ” por el decreto legislativo del 10
El de 2 de marzo de 1837, por el General José María Carro- de abril de 1840, reglamentado por el Poder Ejecutivo en su
ño, estableciendo el de Maracaibo. Gaceta 320. decreto del 19 del mismo mes, é instalado el 14 de enero de
El de 24 de abril de 1837, por el General Carlos Soublette, 1841, el cual se halla á cargo de una hábil directora y en
elevando á la categoría de Colegio Nacional el fundado en Gua- estado floreciente.
naro por el señor Unda. Gaceta 327. Y el “ Colegio de Chaves,” fundado por el señor Juan.
LVIII INSTRUCCION POPULAR

Nepomuceno Chaves; nombre que debe estar grabado en to- superior á la anterior. Ambas, en su mayor parte, siguen
dos los corazones, presente en todas las memorias, y ser bende- las doctrinas de Bello. La única edición que se hizo de
cido por todos los labios. Aquel hombre de sentimientos ella está agotada.
filantrópicos, que, con la paciencia del trabajo y la prudencia Gramática para niños, jior el Doctor Jorge Gonzá-
5.

de economía, formó una honrosa fortuna, dejó, al morir en


la lez Rodil, hijodel primero, quien la publicó en Caracas el
temprana edad, la suma de setenta y siete mil pesos para la año de 1865, y de la que se han hecho ocho ediciones. Está
fundación de un Colegio de niñas pobres en esta ciudad, que pu- mandada observar como texto, y es la que más generalmente
so bajo la proteción y autoridad del Gobierno Nacional, quien, se sigue.
por un acto de justicia, le dio el nombre de su fundador. Este 6. Gramática Elemental de la Lengua Castellana, por
plantel tuvo su edad florida; y hoy por la pérdida de la ma- el Doctor José Tomás González. Escrita en San Felipe, ciudad
yor parte de sus capitales, se encuentra en abatida situación del Estado Lara, fue editada en Puerto Cabello, en 1866.
rentística. Y si boy funciona con todas sus clases y con La segunda edición, corregida y aumentada, aún no está
aprovechamiento de sus muchas alumnas, débese á la cons- impresa, por haberla presentado el autor al Ministerio de Ins-
tancia y abnegación de su virtuosa directora, la señora Ma- trucción Pública, pidiendo se la declare texto de enseñanza.
tilde Conde, y al patriotismo y desprendimiento de sus pro- 7. Compendio Sintético de Gramática Castellana. Fue
fesores y demás empleados, que por ello se han hecho me- escrito para los niños de siete á ocho años, por Lucas del
ritorios. Cuervo, y publicado en Caracas, en 1868.
Los ocho de los Estados fueron mandados establecer por 8. Compendio de Gramática Castellana, por Juan de Dios
los siguientes Decretos: Bustamante, publicado en San Cristóbal, en 1870.
El de 3 de octubre de 1874, del General Guzmán Blanco, 9. Compendio de Gramática Castellana para Escuelas
creando el de Carabobo. primarias, por el Doctor Ramón Isidro Montes y José Ra-
El de 25 de mayo de 1880, del General Guzmán Blanco, món Camejo. Fue publicado en 1870, en Ciudad Bolívar,
erigiendo el de Barquisimeto. capital de Guayana. Su única edición fue de 5.000 ejempla-
El de 16 de julio de 1880, del General Guzmán Blanco, res y está agotada. Ha servido y sirve de texto en muchas
estableciendo el de Mérida. casas de enseñanza.
El de 28 de setiembre de 1883, del General Guzmán Blan- 10. Compendio de Gramática Castellana, por el pres-
co, creando el de Trujillo, bítero Juan Andrés Domínguez. Fue publicado en Barqui-
El de 14 de febrero de 1884, del Doctor Juan de Dios Mon- simeto, en 1870, y se han hecho de él varias ediciones que
zón, erigiendo el de Coro. parecen haberse agotado; pues no se encuentra ningún
El de 25 de setiembre de 1884, del General Joaquín Crespo, ejemplar.
estableciendo el de Zaraza. 11. Guía Gramatical, por Amenodoro Urdaneta, quien la
El de 3 de octubre de 1884, del General Joaquín Crespo, publicó en esta ciudad, el año de 1870, con el laudable pro-
creando el de Calabozo. pósito de conducir al niño por una vía fácil en el estudio
El de 3 de junio de 1889, del Doctor Juan Pablo Rojas de la lengua madre.
Paúl, erigiendo el de San Cristóbal. 12. Principios de Gramática Castellana, por Amenodoro
A la eficaz protección de nuestras leyes, á la acción be- Urdaneta. Fue impresa en esta ciudad, en 1873, y realmente
néfica del Gobierno y á la espontánea cooperación de los insti- es una continuación de la Guía Gramatical, aunque en volu-
tutores y maesti’os, debe Venezuela el verdadero adelanto en men diverso puesto que el autor se propone enseñar al niño
;

que se encuentra su instrucción. De ello es evidente prue- las reglas gramaticales indispensables para el conocimiento de
ba el crecido número de textos de enseñanza cjue en el país este arte.
se han publicado, y que constan del catálogo ciue, en angus- 13. Nociones prácticas de Gramática Castellana, por el
tiado tiempo, be formado, por comisión del ciudadano Presi- Doctor Jesús MaríaPortillo. Es un opúsculo gramatical, como
dente de la República, Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Ma- su mismo autor lo llama. En los útiles apuntamientos que
gistrado modelo, como ya lo llaman sus compatriotas, y cuya contiene, hay al principio una importante lista de los galicis-
liberal, justiciera y progresista Administración, será conside- mos en que más frecuentemente se incurre, con buenas ex-
rada por la Historia patria como una de sus fechas civilizadoras; plicaciones y un curioso tratado de la terminología gramatical.
y que presento al ilustrado y muy digno Ministro de Instruc- Sólo una edición se ha hecho de e.ste pequeño libro, publicado
ción Pública, á quien respetuosamente tengo la honra de en Caracas, en 1880, aunque escrito en Maracaibo, de donde
dirigirme. era su autor.
Gramática castellana. —
Compendio de Gramática
1. 14. Compendio de Gramática Castellana de la Real
Castellana, por el Licenciado Juan Vicente González. Fue Academia Española, por el Doctor Ricardo Ovidio Limardo.
publicado en Caracas, el año de 1842, y se han hecho de Como su título lo indica, y como en ella se dice, esta Gra-
él 14 ediciones. Compuesto según la de Don Vicente Salvá, mática es un fidelísimo compendio de la última edición de
á quien tanto debe la lengua, sus primeras ediciones están la de la Real Academia ;y, según la expresión del autor, su
en un todo conformes con las de él. Modificadas las últi- objeto ha sido uniformar la enseñanza en toda la República.
mas con arreglo á la que en Chile escribió el distinguido El Gobierno la ha declarado texto nacional, y solo una edición
filólogo venezolano Don Andrés Bello, su nomenclatura fi- se ha publicado de ella.
losófica es la misma. Por muchos años fue el texto preferido 15. Gramática Castellana, por el Doctor Guillermo Tell
en nuestros colegios y escuelas, como que se mandó á adop- Villegas. Publicada en Caracas, en 1884, su edición está
tar por la Dirección General de In.strucción Pública; y hoy al agotarse. Entre otros fines, tuvo el autor el de hacer
lo es con otras Gramáticas escritas en el país, por autores conocer á la juventud el origen etimológico de las palabras,
que hicieron ó jirincipiaron el estudio de la lengua pati’ia y su orden gradual hasta el sánscrito, de las de procedencia
en el comj)endio de González. Está escrita en forma de diá- latina ó griega, creando en el niño el espíritu de investigación
logo, y las últimas de sus ediciones son, por lo metafísico, literaria.
superiores al alcance del niño. La mejor es la tercera, por 16. Comj>endio de Gramática Castellana, por el Doctor
su sencillezy claridad. Rafael Julián Castillo, quien lo publicó en San Cristóbal el
Gramática Castellana Elemental para niños, por el
2. año de 1866, con arreglo á los principios generales de la Fi-
Doctor Gerónimo E. Blanco. Fue publicada en Caracas el losofía de la lengua, poniéndolos al alcance de la capacidad
año de 1852, ha venido .sirviendo de texto en algunos ins- de los niños.
titutos, .se han hecho de ella ocho ediciones, y está en prensa 17. Gramática Elemental de la Lengua Castellana, por
la novena. el Licenciado Pedro Ca.stillo. El autor ha querido armonizar
3. Gramática Ca.stellana, jior el Ingeniero Olegario Me- la doctrina de Bello, que tomó por base, con la de la Aca-
neses. Pul)licada en Caracas, en 1854. demia y de otros gi’amáticos notables. Su plan es nuevo y bue-
4. Gramática de la Lengua Castellana, por el Doctor Geró- no pues dividió su estudio en dos partes; la primera, que
;

nimo E. Blanco. Fue publicada en 1850, y es más exten.sa y es estrictamente rudimental, está destinada á los niños que-
POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LIX

principian, redactada en forma de diálogo, y contiene las mismos autores y en el mismo lugar que la Gramática que
principales definiciones y las reglas más generales que es ocupa el número 9, se comprende que el completar aquella es
forzoso aprender; y la segunda, puesta en forma de adver- el objeto de este texto.
tencias, es para los jóvenes que poseen los rudimentos, y 35. Lecciones simultáneas y fáciles de Gramática Caste-
de la que los maestros pueden servirse como un auxiliar llana y Aritmética, por el General José Miguel Torres y An-
tonio Briceño Briceño. Escritas en Caracas, el año de 1880,
para sus explicaciones. Principióse á publicar en Valen-
cia, en 1875, y su impresión no está aún terminada, por haber- para los alumnos de las escuelas primarias de Venezuela, se-
la suspendido el autor, que piensa ya continuarla.
gún el sistema francés de Rapet, es un opúsculo ó prime-
18. Gramática Castellana para los principiantes, por Ju- ra parte de una obra no terminada aún, y que contiene,
lián Ramírez, quien la extractó de varios autores y puso en for- alternativamente colocados, ligeros conocimientos; en Gramá-
tica, del nombre, artículo y pronombre y en la Aritmética,
ma de diálogo, en Caracas, el año de 1886. ;

19. Compendio de Gramática Castellana, en forma de de sumar, restar y multiplicar.


diálogo, sin indicación de autor, lugar, fecha, ni imprenta. 36. Breves Nociones de Ortografía, por Pedro J. Bestard.
20. Compendio de Gramática Castellana, por José Zirí. Publicadas en Valencia, el año de 1880.
Publicado en Puerto Cabello. Se ignora la feclia. 37. Apuntes Lexicológicos, por Francisco María Hurtado.
21. Lexigrafía por José Silverio González. Publicada Fueron publicados en Barquisimeto, el año de 1882, y su autor
en Cumaná, en 1840, tiene el mérito de la iniciativa, la im- recibió por ellos una nota muy satisfactoria del Secretario de
portancia de su contenido y los títulos de su antigüedad. No ha la Real Academia Es])añola.
sido reimpresa. 38. Resumen Histórico de la Lengua Castellana, por el
22. Tratado de Ortología, por Pedro José Hernández. Doctor Gerónimo Ensebio Blanco. Publicado en Caracas, el
Fue publicado en Coro, el año de 1844. año de 1856, se han hecho de él ocho ediciones. El autor,
23. Métrica Castellana, por José Silverio González. Pu- movido del buen deseo de que el niño, desde temprano, adquie-
blicada en Cumaná, en 1849, su única edición está agotada. ra conocimientos que después han de serle de muchísima utili-
24. Arte Métrica, por el Doctor Gerónimo Ensebio dad, escribió en esta obrita, al alcance de su tierna inteligencia,
Blanco. Fue publicada en Caracas, en 1853, y ha sido mu- una breve y clara reseña de las lenguas que han dado origen
chas veces editada por el autor, y reimpresa particular- á la nuestra, de los escritores más notables desde el siglo XI
mente. hasta nuestros días, tanto españoles como de la América latina,
25. Conocimiento de los tiempos de la Conjugación Cas- y de los principales autores, españoles y americanos, que han
tellana, por el Bachiller Bartolomé Milá de la Roca, hijo, quien, escrito sobre los diversos ramos que comprende el arte de ha-
adoptando la nomenclatura de Bello, la compuso para el uso blar bien en prosa y verso.
de sus alumnos y la jmblicó en 1856. 39. Tratado de Ortografía Castellana, por José D. Medra-
26. Elementos de Ortología Castellana, por el Licenciado no. Fue publicado en Caracas, el año de 1884.
Juan Vicente González, quien con esta publicación quiso com- 40. Acentuación Ortográfica, por el Doctor Gerónimo
pletar su Gramática, enseñando la pronunciación de la palabra Ensebio Blanco, quien, penetrado de la importancia y urgen-
en un tratado especial. Es un cuaderno que sólo una vez se cia de su estudio, por las innovaciones contenidas en la
editó está agotado. última edición de la Gramática de la Real Academia, la
y
27. Reglas de Ortografía, por el Bachiller Egidio A. Monte- orden del Gobierno Nacional para que se observaran estric-
sinos. la ciudad del Tocuyo, en 1872.
Fueron publicadas en tamente en las oficinas públicas, publicó, en 1884, un cuader-
28. Prontuario de la Acentuación Castellana, por Baldo- no con arreglo á aquellas doctrinas, y al alcance de los niños,
mero Rivodó. Creyendo el autor encontrar entre la Gramá- que, en crecido número, distribuyó en los colegios y escuelas
tica de la Real Academia y la de algunos autores, contra- de la capital.
dicciones, pareceres opuestos, vaguedades y vacíos, ha queri- 41. Método práctico para aprender la Ortografía Caste-
do, como lo dice, coordinar y fijar las reglas establecidas, y llana, por el Bachiller Julio Castro. Publicado en Valencia,
llenar los huecos notados por él. Su única edición fue publi- el año de 1886.
cada en Caracas, en 1872. 42. Homófonos de la Lengua Castellana, por el Doctor
29. Nociones de Ortología Castellana, por Baldomero Guillermo Tell Villegas. Se publicaron en Caracas, el año de
Rivodó. Fueron publicadas en Caracas, en 1874, y el título da 1887- y como el fin que el autor se propuso fue hacer cono-
;

á conocer su contenido é importancia. cer las letras de que dehe hacerse uso, para que tenga el sig-
30. Análisis Gramatical, por Amenodoro Urdaneta. Con- nificado que se intenta la palabra que lo cambia ó tiene diver-
vencido el autor, como profesor que es, de que el objeto de la sos, vienen los homófonos á constituir parte de la ortografía.
Etimología ó Lexicología es dar á conocer las palabras y 43. Nociones de Pronunciación y Ortografía, por el Ba-
enseñarlas á avaluar, pone al alumno en camino de hacer- chiller Pedro Jo.sé Montesinos. Fueron publicadas en el Tocu-
lo con eficacia y facilidad. Fue publicada en Caracas, en yo, el año de 1887.
1876. 44. Lecciones de Ortografía Castellana, por el Doctor Je-
31. Manual de OrtografíaCastellana, por Amenodoro Ur- sús Muñoz Tébar. Su método es claro y sencillo, y de fácil
daneta. En publicado en Caracas en 1876, el autor,
este tratado, aprendizaje para el niño. Publicadas en Caracas, en 1878, esto
reconociendo la importancia de la Ortografía, reunió metó- es, antes de la última edición de la Academia, su acentuación

dica y minuciosamente en un libro todos los casos que pueden está arreglada á la que entonces regía.
ocurrir en el uso de las letras que se confunden, con sus respec- 45. Los verbos ca.stellanos que rigen preposición, por el
tivas excepciones y el uso gramatical de los acentos y pun- Doctor Juan Bautista Calcaño y Paniza. Este tratado, por
tuaciones. cierto de mucha utilidad, está ilustrado con ejemplos y ob-
32. Catálogo de los verbos irregulares, por Amenodo- servaciones críticas y textos de autores muy notables. Escrito
ro Urdaneta. Este es un laborioso trabajo, de mucha uti- en Caracas, fue mandado imprimir en Curasao.
lidad y de frecuente uso, porque, sin perder tiempo, se en- 46. Tratado de Oraciones Castellanas, por el Bachiller
cuentra la irregularidad del verbo que presente alguna duda José Antonio Infante. Se publicó en Maracaibo, en 1886.
ó se desée conocer; y porque el alumno encuentra allí un 47. Breve Tratado de Ortografía Castellana, para uso
modo cómodo de estudiarlo. Fue publicado en Caracas, el de las escuelas primarias, por Rafael María Leal. Fue publi-
año de 1877. cado en Maracaibo, el año de 1884.
33. Suplemento á la Ortografía, por Amenodoro Urda- —
Aritmética. 48. Conocimientos de las definiciones de
neta. Del mismo título se desprende que el objeto de este li- las tablas de sumar, restar, multiplicar y partir. Publicados
bro es completar el Manual que ocupa el número 31. No ex- en Valencia en 1840, sin expresión del autor.
presa la fecha de su publicación. 49. Compendio de Aritmética Razonada, según Lacroix,
34. Arte de hablar y escribir correctamente la lengua por Martín Chiquito, quien la escribió en Maracay y la hizo
castellana, por el Doctor Ramón Isidro Montes y José Ra- imprimir en Caracas, en 1842.
món Camejo. Publicado en el mismo año de 1880, por los 50. Compendio de Aritmética Razonada, por el Doctor Ma-
LX INSTRUCCION POPULAR

miel María Eclieandía, o^ue lo extractó de muy buenos autores, Aritmética Práctica, ¡)or el Ingeniero Olegario Mene-
64.
para los alumnos de los colegios y escuelas. Publicólo en Ca- ses. Publicada en Caracas, en 1847.
racas, el año de 1843; se lian hecho de él quince ediciones 65. Aritmética para niños, ¡)or el Ingeniero Juan José
y
sirve de texto en muchos institutos. Agúerrevere. Publicada en Caracas, en 1854.
51. Elementos de Aritmética Teórica y Práctica, ])or Juan 66. Nociones Elementales de Aritmética, por el Doctor
Bautista Montenegro. Deseoso el autor de que sus “Elemen- Juan JoséBracho. Fueron publicadas en Barquisimeto, el año
tos” íueran efectivamente provechosos á los niños que concu- de 1882, y eshin adoptadas como texto de enseñanza en algunas
rren á las escuelas, los extractó con mucha habilidad de Lacroix escuelas.
y otros autores, y de los cuadros de Veruter y Lamotte. Fue- 67. Compendio de Aritmética Práctica, para uso de las
ron publicados en Valencia, en 1844, se han hecho diez edicio- escuelas ¡)rimarias, por Rafael María Leal.— Fue publicado en
nes de ellos, y sirven de texto en varios ¡ríanteles. Maracaibo, en 1883.
52. Preliminares de Aritmética, ¡rara las escuelas prima- 68. Iirtroduccion al estudio de la Aritmética, ¡>or Julio
rias, por el Doctor Gerónimo Ensebio Blanco. El objeto prin- Castro, publicada en Valencia, en 1888. El autor, además de
cipal de estos Preliminares es facilitar, por un método sencillo la experiencia adquirida como Director de la Escuela Normal,
y práctico, la lectura y escritura de las cantidades. Fueron pu- número 2, consultó para su libro la obra de J. Johomot
y J. G.
blicados en Caracas, en 1849, y se han hecho muchas ediciones Fitchi, Director de los institutos de maestros de Nueva York,
de ellos. el primero, e Inspector de las Escuelas de la Gran Bretaña,,
53. Tratado de Aritmética Elemental, por el Presbítero el segundo.
Manuel Piñero Olivero. Escrito según el sistema moderno, 69. Aritmética práctica, por el Ingeniero Henrique Vil-
en sus definiciones, puestas al alcance de las inteligencias más ches. Se publicó en Maracaibo, en 1880, y es un texto muy
débiles, hay exactitud y precisión y contiene todo lo concer- adecuado en todo, para la íácil y eficaz enseñanza de niños,
niente á la aritmética comercial. Una respetable comisión, resultado de la práctica adquirida por su autor en el magisterio.
que lo examinó, dijo ser “un texto sencillo, brevísimo y claro, 70. Curso de Aritmética Práctica, por Bonifacio Coronado
para los niños, y un poderoso auxilio, para los maestros.” Fue Millán. Escrita para niños, su método es sencillo, sus defini-
publicado en Valencia, el año de 1850. Ha sido editado cinco ciones lacónicas y sus explicaciones claras. Impresa en Caracas,
veces, y sirve generalmente de texto. el año de 1882.
54. Compendio de Aritmética, por Eduardo Ochoa. Fue 71. Lecciones de Aritmética Práctica, por José Fernando
escrito en Caracas, el año de 1852, y dedicado á la enseñanza Núñez. Las publicó en Cumaná.
de los alumnos dé las escuelas de Venezuela. En este texto 72. Aritmética Comercial, por el ciego Ramón Palacio.
hay método, sencillez y claridad, como escrito por un hombre Dictada por un hombre sin vista que, cual otro Homero, andu-
amaestrado en la enseñanza de niños. vo de puerta en puerta, vendiendo su libro para atender á su
55. Compendio de Aritmética Teórica y Práctica, por el subsistencia, esta Aritmética andará siempre cortejada por las
Doctor Alejandro Ibarra. El autor, práctico en la enseñanza, simpatías de la desgracia y el mérito de la virtud. Fue impre-
ha separado de una manera hábil lo teórico ó filosófico, de la sa en Puerto Cabello, el año de 1884.
ejecución. Hace que el niño, primero se instruya; é instruido, 73. Tratado de Aritmética Práctica, para uso de las es-
lo pone á ejecutar aquello que aprendió. Es un buen método, cuelas primarias, con un apéndice que contiene abreviaciones
escrito en Caracas y publicado en 1855. prácticas y desarrollo del cuadrado y cubo,
y extracción de las
5(). Compendio de Aritmética Práctica, ¡>or el Doctor Ra- raíces, por el Doctor José Antonio Hernández. Publicado en
món Isidro Montes. Lo escribió paralas escuelas primarias, Tovar, en 1887.
que en gran parte lo han adoptado como texto. Se publicó en 74. Compendio de Aritmética, por Rafael Gallegos Celis^
Ciudad Bolívar, el año de 1856, y se han hecho de él nueve Escrita en Valera, antigua ¡n-ovincia deTrujillo, que hace hoy
ediciones, y algunas de ellas en Euro¡)a. parte del Estado de los Andes, fue impresa en Maracaibo el
57. Aritmética Razonada, por el Bachiller José Miguel año de 1889. El autor, dedicado por más de veinte años á la
Crespo, de Maracaibo. Sin haberse podido averiguar dónde, enseñanza primaria de los niños, para ellos hizo su libro, con-
ni en qué fecha fue publicada, se sabe sólo que la tercera edi- signando en él las definiciones que creyó convenientes, de las
ción, ya agotada, se liizo en San Cristóbal, el año de 1867. Aritméticas de Echeandía y Crespo, y añadió algunas de Geo-
58. Tratado Elemental de Aritmética práctica, por el metría y Algebra, para facilitar anticipadamente el estudio de
Bachiller Egidio A. Montesinos, publicado en la ciudad del estas ciencias.
Tocuyo, el año de 1 873. 75. Tratado de Aritmética Práctica, por N. Hernández
59. Aritmética Comercial, por Ramón Irady. Contiene Otero, que está ya en prensa y que se publicará en San Cristó-
esta obrita varias noticias útiles á los principiantes,
y breves bal.
reglas para todos los cálculos que se efectúan con los núme- 76. Aritmética, según Lacroix otros avhores, por J. M.
y
ros. í\ie ¡mblicada en Caracas, el año de 1874. Carrera, de Coro. (En ejecución).
60. Tratado Elemental de Aritmética, por el Bachiller Sistema métrico. — 77. Lecciones de Sistema Métrico De-
José A vis. Fue publicado en Cumaná, el año de 1865, y adop- cimal, ¡)or Juan de Dios Bustamante, publicadas en San Cris-
tado como texto de enseñanza en casi todas las escuelas del tóbal, en 1873.
oriente déla Repúl)lica. De sus muchas ediciones, la última 78. Lecciones de Sistema Métrico, por el Doctor Gonzalo
fue adicionada con el Sistema Métrico y varias tablas útiles. Fajardo. Es un extracto de Moreno, que el autor, como profe-
61. Clave de la Aritmética, por el ingeniero Gualterio sor del “Colegio Ramírez,” compuso para sus alumnos y publicó
Cbitty. Conqmesta según el sistema de Jorge Darnell y con en Valencia, en 1883.
el fin de formar un texto de enseñanza inteligible para los 79. Catecismo del Sistema Métrico Decimal, por el Doctor
niños, ella se reduce á una reuirión de tablas muy útiles que Jesús Muñoz Tébar, quien lo compuso para el uso de las escue-
tienen su mérito especial. Fue ¡)ublicada en Caracas, el año las y lo publicó eu Caracas.
de 1876. 80. Ex¡)osición coin¡)leta, teórica y práctica, del Sistema
62. Principales definiciones de la Aritmética y Sistema Métrico, por el Ingeniero Gualterio Cbitty.
de medidas antiguas y modernas, ¡)or Bruno María González. Geometría. — 81. Nociones de Geometría para uso de las
El autor, benemérito en la enseñanza, que ha continuado con- escuelas, por el Ingeniero Doctor Jesús Muñoz Tébar. Publica-
sagrado á ella á ¡)esar de sus sufrimientos físicos de su abso- das el año de 1887.
y
luta im])osibilidad ¡)ara caminal-, ¡lor la amputación desús 82. Nociones (le Geometría, }>or el oficial de Marina, Eu-
¡liernas, consignó los tVutos de su exqieriencia logio S. Saldías, quo las dedicó á los alumnos de Instrucción
y el resultado de
sus observaciones, en este libro que escribió en Caracas, al al- Primaria de la Sección Zulia, y que el Presidente del Estado
cance de los niños, el año de 1876, y que ha sido editado dos veces. Falcón las declaró texto obligatorio de enseñanza en las escue-
<53. Prontuario de Aritmética Práctica, para el estudio de las de ambos sexos del Estado, ¡>or decreto del 23 de febrero de
las E.scuelas Primarias, ¡)or Juan de Dios González. Fue ¡)u- 1888, en cuyo año se publicó en la ciudad de Maracaibo.
hlicado en Caracas, el año de 1883. —
Te.neduria de libros. 83. Curso completo de Tenedu-
JOSÉ MANUEL ARROYO

SISOES PINOL LISANDRO RUEDAS


FRANCISCO DE P. QUINTERO
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POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LXI

libros por partida doble, por Ramón


Irady, que lia sido al alcance de la tierna inteligencia de un niño de poca edad.
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el primero que en Venezuela ha publicado obra de


texto sobre Está arreglada al sistema de Smith, fue publicada en 1874 y
materia. Su primera edición fue en Cumaná, se han hecho 5 ediciones de ella.
esta im}iortante
Las siguientes, que han llegado á seis, son más 96. Lecciones de Geografía, para el “ Colegio Cagigal,”
el año de 1833.
extensas y están arregladas á las oficinas de Venezuela. En lo por su fundador y Director, el Doctor Alejo Zuloaga, hijo.
general, el autor ha acertado más en la contabilidad de Hacien- Fueron publicadas en Valencia, el año de 1878, y son un
da pública, en que estuvo siempre más versado, que en la prác- excelente tratado de esta ciencia, y en lo general, muy im-
tica mercantil, -que no fue su profesión. Tiene en esta materia portante, por lo esencialmente descriptivo y preciso en la parte
la gloria de la iniciativa.
de América. Es un buen texto de enseñanza.
84. Teneduría de libros y Conocimientos Generales de Co- 97. Compendio de Geografía Descriptiva Elemental, por
mercio. Por el Ingeniero Olegario Meneses. Publicada en Ca- Mercedes Landaeta de Henríquez. Fue escrito en Coro y edi-
racas, en 1854. tado en la i.sla de Curazao, el año de 1885. Dedicada su auto-
85.Teneduría de libros por partida doble, por Bonifacio ra al profesorado, su libro es bueno y muy adecuado á la
Coronado Millán. Seguida de un apéndice de conocimientos enseñanza de los niños. Sirve de texto en muchos colegios
generales de comercio y cálculos mercantiles, fue publicada en y escuelas y el gobierno lo ha mandado observar como tal
Caracas, el año de 1868. Examinada y aprobada por el Cole- para los niños principiantes. Se han hecho cuatro ediciones
gio de Ingenieros de la Rei)ública, está aceptada como texto en de este libro.
algunos de sus Colegios y en otros del extranjero Tiene buenas 98. Lecciones de Geografía Elemental, por el ingeniero
enseñanzas en el conjunto del método, y algo difiere de la^ doc- Francisco de Paula Andrade. Fueron publicadas en Maracaibo,
trina moderna en materia de forma de partidas y de análisis. en 1887.
86. Teneduría de libros por partida dolfie simplificada, 99. Geografía de Cumaná, por Pedro A. Lara. Publi-
por Ramón M. Palacio. Compue.sta y publicada en Caracas, el cada en 1887.
año de 1870; su autor aun no había tenido la irreparable des- 100. Elementos de Cosmografía y Geografía Física y Ci-
gracia de perder el sentido de la vista. Por razón del modo, no vil, y Nociones Particulares de Venezuela, por Juan Hilario

es aparente este libro para la enseñanza, ya por que empieza Sambrano.' Esta obra, que, por cierto, es buena para difundir
con demostraciones geroglíficas que hacen recordar los estudios en los niños las primeras nociones geográficas, se publicó en
egiptiológicos, ya porque, por lo mismo, contiene materias muy Barquisimeto, el año de 1889.
extrañas á su objeto, ya porque es muy avanzada la obra, en 101. Mapa délos Estados Unidos de Venezuela, por el Li-
que entra á formar asientos que no obedecen á las reglas de la cenciado Francisco de P. Acosta.
partida doble. 102. Mapa Físico y Político de los Estados Unidos de
87. Teneduría de libros, por José María Martel. Es una Venezuela, por el señor Miguel Tejera.
exposición completa de todos los principios y reglas. El autor, 103. Mapa Físico y Político é Histórico de Venezuela,
consagrado al comercio por muchos años, y profesor de Tene- por Bonifacio Coronado.
duría desde 1875 en el Colegio de Santa María, ha e.stado en Estos tres mapas tienen }>or base el de Codazzi, en menor
aptitud y contado con los suficientes elementos }>ara íormar, e.scala, y no expresan la fecha de su publicación.

como lo ha hecho, un tratado de en.señanza claro y sencillo, 104. Nociones de Geografía de Venezuela, por Rafael
para facilitar mucho su aprendizaje. En el método de llevar Luis Irady. Publicadas en Maracaibo.
los libros de comercio, allí está la forma moderna perfectamen-

Religión. 105. Catecismo razonado é histórico y dog-
te explicada. Se public/) en Caracas, en 1876. mático, por Manuel Antonio Carreño y el Doctor Manuel María
88. Teneduría de libros por partida doble, por José Tri- Urbaneja, quienes, tomando el catecismo’ del abate Thérou, lo
nidad Urdaneta. Fue publicada en Caracas en i880,ysere- adojitaron á la disciplina y á las costumbres de las diócesis de
siente del antiguo sistema de partida sencilla, ya abolido, por Venezuela y lo adicionaron notablemente con conocimiento y
la forma de las partidas, de las contrapartidas y de la liquida- de acuerdo con el Prelado de la Arquidiócesis. Publicado en
ción anual de una casa de comercio. Caracas, en 1850, la Dirección General de Instrucción Pública
89. Lecciones elementales de Teneduría de libros, por lo recomendó para la enseñanza en los institutos literarios y
partida doble, por José Silverio González. Fue publicada en escolares del país.
Cumaná, el año de 1856, y no se encuentra en Caracas. 106. Catecismo de Religión é Hi.storia Sagrada, por el
90. Teneduría de libros, ¡)or Rafael Malo. Publicada en Doctor Gerónimo Ensebio Blanco, quien tomó por liase para
Caracas. No se sabe la fecha. formar un solo libro los de Ripalda y Fleury. Publicado en Ca-

Geografía. 91. Compendio de la Geografía de Vene- racas, el año de 1853.
zuela, por el ingeniero Coronel Agustín Codazzi, autor de 107. Sinopsis de las pruebas de la verdadera religión, por
la Geografía General, y el mismo que levantó nuestro ma])a Bartolomé Milá de la Roca, hijo, quien la compuso para los
que de tanta utilidad ha sido oficial, privada y científicamente. alumnos del instituto escolar que regentaba en Cumaná. Pu-
Publicado en 1840. blicada en aquella ciudad, el año de 1856, fue acogida como tex-
92. Llave de Cronología, j)ara uso de las escuelas y co- to en muchas escuelas de la República.
legios, por Bartolomé Milá de la Roca, padre. La publicó 108. Educación del alma, por el Doctor Gerónimo En-
en Cumaná, el año de 1847, en forma de diálogo. En 1851 sebio Blanco. Publicada en Caracas en 1876 y dedicada, por
y en la misma ciudad, se hizo la segunda edición bajo un plan sus sanas máximas, á la lectura, para los alumnos de las escuelas.
filosófico, y sustituyendo el razonamiento al diálogo. 109. Extractos de los libros de la Biblia en forma de diá-
93. Primer libro de Geografía Elemental, por el Doc- logo, por Pedro José Hernández. Fueron publicados en Coro,
tor Arístides Rojas. El autor, tomando por base el método el año de 1875.
de Smith, lo escribió para la enseñanza de los niños, bajo 110. El Catecismo del Credo, por Amenodoro L^rdaiieta.
un nuevo plan y á la altura de los conocimientos actua- Es una clara y breve exposición del símbolo de los apóstoles,
les, ilustrándolo con mapas y figuras intercaladas en el puesta en forma de diálogo con las debidas explicaciones pa-
texto. Se publicó en Caracas, en 1889, se han hecho de ra la instrucción religio.sa de los niños. Lo publicó en Caracas,
él 10 ediciones, y es el texto generalmente aceptado en todo en 1878.
el país. 111. Instrucción sagrachi para la juventud, por el Doc-
94. Primer libro de Geografía de Venezuela, ])ormis-
el tor Ramón Julián Castillo. La publicó en Mérida, el año
mo autor. Está escrito según la Geografía de Codazzi y con de 1879.
arreglo á la última división política de la República, y ba sido 112. Catecismo de Religión Cristiana, }>or Amenodoro
editado cuatro veces. Está agotada la última edición. Fue Urdaneta. Es un libro que contiene la instrucción religiosa
publicado en 1869. que debe recibir un niño para conocimiento de su religión, y
95. Geografía de niños, para uso de las escuelas primarias, que lo pone en capacidad de adquirir mayores conocimientos
por el mismo Doctor Arístides Rojas. Por su sencillez, la clari- cuando éntre en la edad de la refiexión. Fue jiublicado en
dad y el laconismo de las definiciones es muy adecuada ó está Caracas, en 1881.

9
LXII INSTRUCCION POPULAR

113. El Catecismo de Fleury, aumentado con los viajes —


Urbanidad. 129. Lecciones de buena crianza, moi’al
y
de Jesucristo, por el Doctor Arístides Rojas, que quiso con mundo, por el Doctor Feliciano Montenegro Colón. Su úiiica
ello ilustrar al niño con el conocimiento de los principa- edición fue publicada en Caracas, en 1841.
les actos do su Divino Redentor. Publicado en Caracas, en 130. El libro de la juventud ó conocimientos esenciales
1881. para la buena crianza. Publicado en Cumaná, en 1849. Sin
114. Doctrina Cristiana, según Ripalda y otros autores, expresar el autor.
por el Presbítero Juan Andrés Domínguez. Se publicó en 131. Manual de Urbanidad y buenas maneras, para
Caracas, y como se ha agotado la edición, se ignora el año. el uso de la juventud de ambos sexos, por Manuel Anto-
115. Apéndice de la Doctrina Cristiana, por Rafael María nio Carroño. Se encuentran eu este interesante libro todas
Leal. Publicado en Maracaibo. las reglas de civilidad
— y etiqueta que deben observarse en
Escritura 116. Arte de Escribir, por José Ignacio Paz todos los actos de la vida pública
Castillo. Es una buena colección de muestras litografiadas y y privada, política y
religiosa, local
y doméstica. Fue iniblicado en Caracas, en
publicadas en Caracas, el año de 1843, y cuya edición está 1874.
agotada. 132. Compendio de urbanidad y buenas maneras, por el
117. Método sencillo para aprender á escribir
y leer á mismo autor. Publicado en Caracas"
un tiempo, por el mismo Paz Castillo. Este cuaderno, lito- 133. Catecismo de Urbanidad, por Evaristo Fombona.

grafiado y publicado en Caracas, el año de 1883, cuando el Fue publicado en Caracas, en 1869.
autor, á pesar de su edad septuagenaria, tiene el pulso firme 134. Catecismo de Urbanidad, por el Presbítero Juan An-
y la cabeza fresca, contiene diferentes muestras y reglas su- drés Domínguez, quien lo escribió para los alumnos de la “ Es-
ficientes para el laudable objeto que se propone como un ser- cuela del Niño Jesús”, que él regentaba en Caracas, donde se
vicio en favor de los niños á cuya educación moral publicó.
y li-
teraria estuvo por tanto tiempo y con tan feliz éxito con- 135. Historia. Lecciones Primaiias de la Historia de
sagrado. Venezuela, por Juan E.sté, quien las compuso en forma de diá-
^

Lectura. 118. Silabario de la Lengua Castellana, por logo, para los alumnos de la Escuela Munici])al de San Fer-
José Luis Ramos, el decano en Venezuela, de todos los au- nando de Apure, que él dirigía. Fué publicada en Caracas, en
tores. Tan modesto como ilustrado, y tan ilustrado como 1858.
humilde, dio humilde título á su ilustrado libro, que bien 136. Manual de Historia Universal, por el Licenciado
podría calificarse de ortológico. Fue impreso en Caracas, en- Juan Vicente González. Sirve de texto en Venezuela y aún
tre los años de 20 y 25,
y más de 25 ediciones se han he- fuera de ella. Obra completa y de un gran mérito. Publi-
cho de él. cóla en Caracas.
119. El Primer libro para aprender á deletrear con 137. Catecismo de la Historia de Venezuela, desde el
propiedad y según los principios de la Ortología Castellana, descubrimiento de su territorio en 1497, hasta su emancipación
por el Bachiller Benito Herrera. Publicada en San Carlos, política de la Monarquía Española, en 1811, por el Doctor Ma-
en 1857. nuel María Urbaneja, quien lo formó con vista de la Historia de
120. Citolegia ó Nuevo Método de lectura práctica sin Baralt, para ponerla al alcance de los niños de las escuelas
deletrear, para uso de las escuelas primarias.
y
Publicóse en Ca- colegios. Publicólo en Caracas, el año de 1865.
racas, en 1871, sin indicación de su autor. 138. Catecismo de Historia de Venezuela, desde su des-
121. Fábulas para los niños, por Amenodoro Urdaneta, cubrimiento hasta la muerte del Libertador, por la señorita
quien las publicó en Caracas, en 1874, para que sirvieran en las Antonia Estel 1er, quien lo compuso, recogiendo datos de nues-
escuelas, de texto de'lectura. tros historiadores, para la enseñanza de sus discípulas. Está
122. Silabario Castellano, por Dolores González de Iba- mandado por el Ejecutivo Nacional que se adopte como texto
rra, quien, como In,spectora de las escuelas de niñas del en las Escuelas Federales. Se publicó en 1885,
Distrito Federal, lo compuso para la enseñanza de sus alumnas
y se han hecho
dos ediciones de él.
y lo publicó en Caracas, el año de 1877. 139. Historia de Venezuela para niñas, por la señorita
123. El Consejero de la juventud, por el Licenciado Socorro González Guinán, quien la extractó para que los niños,
126.
Francisco González Guinán. Libro de profunda moral, que á los que ha cansagrado algunos años de su vida, conociendo
lia sido declarado texto de lectura
y se ha editado ya siete ve- las vi.scisitudes que ha sufrido nuestra patria
y las glorias que
ces. Fue impreso en Valencia, en 1878. ha alcanzado, se formen útiles ciudadanos estas son sus pala-
:

124. Consejos de un padre á su hijo, por el Bachiller bras y también su noble aspiración. Fue aumentada por su
Egidio Montesinos. Fue publicado en la ciudad del Tocuyo, hermano Santiago González Guinán. El Ejecutivo Nacional
en 1882, y en muchas escuelas se pone en las manos del niño lo declaró texto para la enseñanza de la historia, como antes lo
para que se ejercite en la lectura, impregnándose en sus saluda- había hecho también la Junta de Inspección déla Ilustre Uni-
bles máximas. versidad Central. Se publicó en Valencia, en 1883.
125. Libro de lectura, por el Bachiller Ananías Cote. 140. “ Reminiscencias Históricas, ” por el Licenciado
Fue impreso en Barquisimeto, en 1882, y escrito según el siste- Francisco González Guinán. El autor ha tenido especial tino
ma de Pestalozzi. Ha sido acogido como texto en algunos co- en recojer y pulilicar nuestras anécdotas históricas de gran in-
legios y escuelas, y es apreciado, por estar en él desarrollado con terés, para que, leyéndolas el niño con agrado
claridad y precisión, el método objetivo.
y avidez, las
grave en su corazón y las deposite en su memoria, á fin de que
Nuevo libro primario, por Clodomiro F. Hermo- su alma juvenil se inspire patrióticamente para el porvenir.
^
so. Está seguido del Diccionario primario, y es un nuevo mé- Fueron publicadas en Valencia, en 1866.
todo para enseñar á leer silabeando, según el generalmente 141. “ Catecismo de la Virgen, ” por Amenodoro Urda-
adoptado eu los Estados Unidos del Norte. Fue texto en la neta. Noble y piadoso ha sido el propósito del autor de este
Escuela Normal, número 19, en Barquisimeto, é impreso en Ca- interesante libro, porque á la vez que instruye al niño en la
racas, en 1887. vida de la verdadera madre de Dios, que todo cristiano tiene el
127. El A B C, por José Ignacio Paz Castillo. Rico imprescindible deber de conocer é imitar, impregna su alma
legado c|ue este viejo apó.stol de la causa educacionista deja de las máximas cristianas, que son el pedestal de la caridad y
á los niños, que paternalmente ama libro bueno que ha
: el derrotero á la Patria celestial. Fue publicado en Caracas,
_

merecido juicios fiivorables, y que su autor publicó en Cara- en 1887, previa la aprobación de nuestro dignísimo Prelado.
cas, en 1888. 142. Lecciones de Historia Patria, por el ingeniero Fran-
128- Libro Primario, que el Doctor Arístides Rojas escri- cisco de Paula Andrade. Publicadas en Maracaibo, en 1887.
bió según el sistema de Mandevil, aumentándolo con rico 143. Compendio de Historia y Geografía de la Sección
tratado sobre los principales deberes de los niños
y con nue- Zulia, por Silvestre Sánchez. Publicado en Maracaibo, en
vos cuentos que deleitan su espíritu y forman su tierno co- 1888.
razón en las máximas de la moral. Fue publicado en Caracas, 144. Elementos de Geografía de la Sección Zulia, por el
en 1870. ingeniero Francisco de Paula Andrade.
POR GUILLERMO TELL VILLEGAS LXIII

145. Catecismo de Historia Antigua, por Amenodoro Ur- 167. Rudimentos de la música, por Jesús M. Suárez.
daneta. Publicado en Caracas, en 1888. 108. Teoría Elemental de Música, por el Dr. Eduardo Cal-
14G. Compendio de la Historia de Venezuela, por José caño.— Aún no ha sido impresa.
Ignacio Lares. Publicado en Mérida, ignorándose la fecha de 169. —
Economía. Rudimentos de economía política, por
su publicación. el Doctor AV enceslao Monserratte. El objeto de este libro, por
147. Compendio de la Historia de Venezuela, por Alejan- cierto bien interesante, es poner, en lo posible, esta ciencia al al-
dro Peoli. Publicado en Caracas. Se ignora también la fecha. cance de los niños, á la limitada inteligencia de su tierna edad ;

148. Clave de Historia Universal, por el Doctor Gerónimo y prepararlo así para un estudio serio. Publicados en Caracas,
Ensebio Blanco. el año de 1876.
140. —
Lengua FRANCESA. Mecanismo de la lengua fran- 170. Lecciones de Economía Doméstica, por Juan Anto-
cesa, por Adolfo de Tourreil. Escribiólo á fines de la 2? ó á nio Lossada Piñeres. El significativo título de este pequeño
])rincipios de la 3^ década de este siglo, para sus alumnos de libro está en armonía con su contenido.
Francés en la Ilustre Universidad Central. Su objeto es ense- 171. Catecismo de Economía Doméstica, por el Doctor
ñar la pronunciación con arreglo a la Gramática Francesa de Francisco Machado, quien, conociendo la importancia de esta
aquella Academia. Su 2*1 edición se publicó en 1848. virtud en la mujer, que es el jefe en el hogar, lo escribió para
150. Método simplificado para aprender á leer bien el escuelas de niñas el año de 1846, en la ciudad de Valencia. Se
francés, en quince lecciones, por el Doctor Rafael Domínguez. han hecho cinco ediciones.
Lo [)ublicó en Valencia, en 1852, y se han hecho de él tres edi- 172. —
Retóríga. Nociones de Retórica, por el Presbítero
ciones. Doctor José Octaviano González, elocuente orador sagrado que
151. Nuevo Método Práctico y fácil del idioma francés, con su importante libro ha llenado un vacío que se notaba.
por el Doctor Adolfo Ernst. Escrito según el sistema de Ahn, Publicadas en Maracaibo, en 1889.
y publicado en Caracas, en 1804. 173. —
Literatura. Prontuario de Literatura, según Her-
152. Tratado de pronunciación francesa, por el Doctor mosilla, Cam{)illo y otros autores, por Atanasio Cote. Publi-
Juan Bautista Calcaño y Paniza. ¡)ublicado en Maracaibo, en cado en Maracaibo, en 1885.
1871. 174. —
Morai,. Compendio de los Deberes Morales del
Nociones Elementales de la Lengua Francesa, por el
153. Hombre, por el Doctor Gregorio Fidel Méndez. Publicado en
Licenciado Juan José Mendoza. Están arregladas al método de Maracaibo, el año de 1877. Se han hecho dos ediciones de él.
Ollendorff. 175. —
Higiene. Principios elementales de Higiene, por
154. Método para aprender á leer, escribir y hablar el el Doctor José Manuel de los Ríos. El autor, al escribir este
francés, por los Doctores Ramón Palenzuela y Juan de la Cruz libro al alcance de la juventud, en una forma sencilla
y en un
Carreño. Está compuesto según el si.stema de Ollendorff, con estilo claro, ha querido que los niños en las escuelas los jóve-
y
un tratado de pronunciación al principio y un importante nes en los colegios, adquieran aquellos conocimientos que á la
apéndice al fin, que completa la obra. vez que los deleiten, los instruyan con utilidad. Publicados en
155. —
Lengua inglesa. Libro Primario de lenguaingle- Caracas.
sa, porDoctor Adolfo EriLst. El autor, al vertir el libro de
el 176. Consejos á las Madres, por el Doctor Laureano Vi-
A. T. Ahn, lo ha aumentado notablemente, y de una manera llanueva. Esta obra, que se está publicando en la “Gaceta de
conveniente al más fácil aprendizaje del inglés, para los jóvenes los Hospitales, ” de los que el Doctor Villanueva es Inspector,
que quieran dedicarse á su estudio. Publicado en Caracas, en tiene el mismo objeto que la del Doctor Ríos.
1880. 177. —
Taquigrafía ^Taquigrafía Castellana ó Método

156. Gramática inglesa >ara los es})añoles, por el Doctor


]
rápido [)ara escribir la Lengua Española, por el Doctor Geróni-
Antonio María Soteldo. Publicada en 1889. mo Ensebio Blanco. Propónese el autor vulgarizar el conoci-
157. Método para aprender la lengua inglesa, por los miento de este Utilísimo arte, y al efecto le escribe con tal sen-
Doctores Juan de la Cruz Cai'reño y Ramón Palenzuela. Es- cillez 3^ claridad, que puede un niño a[irenderlo con facilidad.
tá escrito según el sistema de Ollendorff. Hase publicado en Caracas, el año de 1868.
158. Método práctico para aprender el inglés, por el Ge- 171. —
Constitución política. Catecismo Republicano,
neral Alejandro Ibarra. Ha merecido elogios de los profesores, por Amenodoro Urdaneta. El autor, (pie ha querido que la
quienes hacen uso de él como un excelente auxiliar. constitucicín de A^enezuela sea enseñada en las escuelas
y en
159. —
Lengua alemana. Primer curso de alemán, según forma de diálogo, la ha puesto al corto alcance de los niños.
el método de Ahn, por el Doctor Adolfo Ernst. Publicado en Publicada en Caracas, en 1870.
Caracas, el año de 1874. 179. Teoría Elemental de Tratado de Constitución Fede-
160. Gramática completa por el sistema de Ollendorff, pa- ral, publicada en Caracas en 1876. Sellan hecho tres edicio-
ra aprender en seis meses á leer, escribir, hablar y traducir el nes, y es su autor el Doctor Eduardo Calcaño.
alemán los españoles, por el Doctor Juan Bautista Calcaño y 180. Catecismo de Constitución nacional, por Rafael Ga-
Paniza, quien dice haberla escrito en 1858 y no haberla im- llegos Celis, que loesci'ibió en Valera, para el uso de los niños.
preso aún. 181. Elementos de Administración y de Gobierno, jiara
161. —
Bellas artes. Método de dibujo topográfico, por el las escuelas, por el ingeniero Francisco de Paula Andrade.
Doctor Diego Casañas Burguillos, el cual sirve de texto en los Publicados en Maracaibo, en 1888.
Colegios. Publicado en Caracas, en 1880. 182. —
Peüagíjgia. Método de enseñanza, por Alariano
162. Método fácil para dibujar los mapas de los cinco Blanco y Julio Castro: mandado imprimir en Nueva York, en
continentes, según el sistema de Apgar, para las escuelas pri- 1877.
marias, por Pedro Fortoult Hurtado. Publicado en Caracas, 183. Nociones del arte de enseñar dirigidas á los maestros
en 1881. y maestras de Instrucción Elemental, por el Doctor Manuel
163. Lecciones de Color, por Julio Castro, quien las ex- Velázqupz Level. Su objeto es la introducción en el país del
tractó para las escuelas primarias, de la obra que N. A. Colking método objetivo. Publicadas en Caracas, el año de 1880.
escribió bajo el título de Manual de Instrucción Elemental, pa- 184. Primeras lecciones de Pedagogía, por el Bachiller Ju-
ra padres y maestros. Fue publicada en Valencia, en 1886. lio Castro. Publicadas en A’’alencia, en 1887.
164. Tratado Teórico Musical, [>or Antonio Jesús Silva. 185. Nociones de Pedagogía, por el Bachiller Bartolomé
Publicado en Caracas, el año de 1884. Milá de la Roca, (piien, como Director de la Escuela Normal de
165. Tec'ría de la Música al alcance de todos, por José Cumaná, las escribió pai-a sus alumnos, en 1877, y fueron repro-
Gabriel Núñez, en Cumaná. ducidas ¡(or el periódico “La Escuela Normal, Número 2?,’^
166. Ensayo sobre el Arte en Venezuela, por el General que servía de órgano á dicho plantel.
Ramón de la Plaza. Publicado en 1883.
LXIV INSTRUCCION SUPERIOR

DOCTORES, LICENCIADOS Y MAESTROS


IDE LA. XJlSri VEDRSII3A.X3 CElSrTE.A.L. IDE VEZSTEZXJELA., EESEE SXJ EUISTE A.CI03ST HASTA. 1889

RELACION Doctor Miguel Muñoz, maestro y doctor en teología.


Caracas, 8 de setiembre de 1733 y 22 de julio de 1736.
DE LOS GRADOS CONFERIDOS POR LA UNIVERSIDAD CENTRAL, Doctor Juan Fernández Quintana, doctor en teología.
DESDE SU FUNDACIÓN HASTA EL 3I DE DICIEMBRE DE 1882 Caracas, 29 de setiembre de 1736.
Doctor José Francisco Machado, doctor en teología.
Caracas, 30 de setiembre de 1736.
(CONTIENE EE NOMBRE, El- GRADO Y LA FECHA Y LUGAR DE LA COLACIÓN)
Doctor Francisco Lozano Mirabal, doctor en teología.
Caracas, 3 de febrero de 1737.
Doctor Francisco Martínez de Porras, maestro y doctor Doctor Luis José de Vargas, doctor en teología. In-
en teología. Santo Domingo, el 26 de febrero de 1709 y corporado en 10 de julio de 1737.
el 28 del mismo mes y año.
Doctor José Martínez Gordones, doctor en teología.
Caracas, 16 de agosto de 1739.
Doctor Félix de Acuña, doctor en teología. Santo
Domingo, el 21 de enero de 1690. Doctor Pedro González Figueredo, doctor en teología.
Caracas, 2 de febrero de 1741.
Doctor Gabriel M. de Ibarra, doctor en teología. Santo
Domingo, 2 de noviembre de 1693. Doctor Juan Pérez Hurtado, doctor en cánones. Cara-
cas, 13 de diciembre de 1741.
Doctor Angel de la Barreda, doctor en cánones. Avila,
Doctor Miguel Ledezma, maestro y doctor en teolo-
9 de mayo de 1708.
Doctor J. Mijares de Solórzano, maestro y doctor en gía. Caracas, 4 de noviembre de 1736 y 24 de agosto
teología. Santo Domingo, 9 de febrero de 1709 y el 16 de 1742.
del mismo mes y año. Doctor Bonifacio Frías Abadiano, maestro y doctor
Doctor J. Martínez de Porras, maestro y doctor en teo- en teología. Caracas, 28 de enero de 1742 y 24 de febrero
logía. Santo Domingo, 20 de diciembre de 1717 y el 26 de 1743.
del propio mes y año. Doctor Juan Eguiarreta, maestro y doctor en geo-
Doctor P'rancisco de Vargas, maestro y doctor en teo- logía. Caracas, 12 de setiembre de 1734 y 28 de agosto de
logía. Santo Domingo, 12 de diciembre de 1710 y 28 del 1743- ,
, ,

mismo mes de 1717. Doctor Juan de Arrechedera, doctor en teología. Ca-


Doctor Fernando Perera Lozano, doctor en teolo- racas, 4 de setiembre de 1743.
gía. Avila, 8 de octubre de 1723. Doctor Domingo Naranjo, doctor en teología. Cara-
Doctor Agustín de Istúrriz, doctor en ambos derechos. cas, 8 de setiembre de 1743.
Santo Domingo, 7 de noviembre de 1723. Doctor Juan de Mendoza, doctor en teología. Cara-
Doctor Antonio de Tovar y Bañes, doctor en teología. cas, 22 de octubre de 1743.
Caracas, 30 de agosto de 1725. Doctor Domingo Hermoso, doctor en teología. Cara-
Doctor Gerónimo de Rada, doctor en teología. Cara- cas, 2 de febrero de 1744.
cas, 28 de octubre de 1725. Doctor Lorenzo Hermoso, doctor en cánones. Caracas, 2
Doctor Fernando Gascón, doctor en teología. Caracas, de febrero de 1744.
II de agosto de 1726. Doctor Gabriel Ramón Ibarra, maestro y doctor en teo-
Doctor Pedro Tamarón, doctor en cánones. Caracas, 17 logía. Caracas, 10 de agosto de 1742 y 16 de agosto
de febrero de 1727. de 1744.
R. P. Fr. Juan Merentes, doctor en teología. Cara- Doctor José Francisco Gainza, maestro y doctor en
racas, 9 de noviembre de 1727. teología. Caracas, 13 de agosto de 1742 y 16 de agosto
Doctor Gabriel Martínez de Ibarra, doctor en cánones. de 1744.
Caracas, 24 de setiembre de 1730. Doctor Rafael Alvarado Serrano, doctor en teología.
R. P. Fr. Francisco Bello, maestro y doctor en teo- Caracas, 13 de junio de 1746.
logía. Caracas, 19 de octubre de 1730. Doctor Bartolomé de Vargas, maestro y doctor en
R. P. Fr. Tomás de Peralta, maestro y doctor en teo- teología. Caracas, 17 de febrero de 1743 y 22 de junio
logía. Caracas, 10 de octubre de 1730. de 1746.
Doctor Pedro Monasterio, doctor en teología. Cara- R. P. Fr. Tomás Somosa, doctor en teología. Incor-
cas, 29 de octubre de 1730. porado el I? de julio de 1746.
R. P. Fr. José Carpió, maestro y doctor en teología. R. P. Fr. Tomás Valero, doctor en teología. Cara-
Caracas, ii de noviembre de 1730. cas, 17 de julio de 1746.
Doctor Blas Arrais y Mendoza, maestro y doctor R. P. Fr. Juan B. Marrón, doctor en teología. Cara-
en teología. Caracas, 6 de julio de 1730 y 19 de noviembre cas, 26 de julio de 1746.
del mismo año. R. P. Fr. Juan Marcos Garaván, doctor en teología.
Doctor Antolino de Tiendo, doctor en cánones. Cara- Caracas, 25 de junio de 1747.
cas, 3 de noviembre de 1730. Doctor Francisco de Ibarra, doctor en cánones. Cara-
Doctor Pedro Juan Díaz Orgas, maestro y doctor en cas, 6 de enero de 1750.
teología. Caracas, 23 de julio de 1730 y 3 de diciembre Doctor Felipe Antonio Prado, maestro y doctor en
del mismo año. cánones. Caí icas, 22 de mayo de 1746 y 6 de enero de
Doctor Carlos de Fíerrera, maestro y doctor en teolo- 1750-
gía. Caracas, 25 de julio de 1730, y 8 de diciembre de Doctor José Blas Hernández, doctor en teología.
mismo año. Caracas, 6 de enero de 1750.
R. P. Francisco Véliz, doctor en teología. Caracas, 14 Doctor Domingo Velásquez, doctor en teología. Ca-
de enero de 1731. racas, I? de enero de 1751.
Doctor Juan Osorio, doctor en teología. Caracas, ii Doctor Sebastián Arrechedera, maestro y doctor en
de julio de 1733. teología. Caracas, 26 de abril de 1750, y 22 de setiembre
R. P. Fr. Bartolomé Villanueva, maestro y doctor eii de 1754. '
^
teología. Se incorporó con los grados recibidos en Santo R. P. Fr. Juan Ravelo, doctor en teología. Incorpora-
Domingo, el i? de febrero de 1735. do en 5 de octubre de 1754.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXV

Doctor Tomás Gil Yepes, cánones y leyes. Caracas, Dr. José Ignacio Herrera, maestro y doctor en teolo-
lo de noviembre de 1754 y 16 de octubre de^ 1757. gía. Caracas, 18 de abril de 1762 y 2 de febrero de 1767.
Doctor Antonio Urbina, doctor en teología. Caracas, Doctor Santiago Zuloaga, maestro y doctor en cáno-
nes. Caracas, 2 de febrero de 1767.
24 de febrero de 1755.
Doctor José Antonio Lindo, doctor en teología. Ca- Doctor Miguel I. Herrera, maestro y doctor en teolo-
racas, 24 de febrero de 1755. gía. Caracas, 18 de abril de 1762 y 15 de febrero de 1767.
Doctor Domingo Martel, doctor en teología. Caracas, Doctor Miguel Urosa, doctor en cánones. Caracas, 15
24 de febrero de 2755. de febrero de I767.
Doctor Félix Yepes, doctor en cánones. Caracas, 8 de Doctor José Antonio Cabrera, doctor en cánones. Ca-
diciembre de 1755. racas, 15 de febrero de 1767.
R. P. Fr. José Manuel Vizcaya, doctor en teología. Doctor José Lorenzo Borges, doctor en cánones. Ca-
Caracas, 8 de diciembre de 1755. racas, incorporado en 4 de mayo de 1768.
Doctor Diego Haedo, maestro y doctor en teología. Doctor Fernando Xerez Aristeguieta, maestro y doctor
Caracas, 7 de julio de 1754 y 27 de diciembre de 1756. en teología. Caracas, 2 de mayo de 1762 y 20 de noviem-
Doctor Juan Antonio Urbina, doctor en teología. Ca- bre de 1768.
racas, 3 de octubre de 1737. Doctor Ignacio Ramón Herrera, doctor en teología.
Doctor Juan Antonio Montero, doctoren leyes. Incor- Caracas, 20 de noviembre de 1768.
porado en 24 de noviembre de 1757. Doctor José Francisco Méndez, maestro y doctor en
Doctor Juan Félix Aristeguieta, maestro y doctor en teología y cánones. Caracas 10 de noviembre de 1765,
teología. Caracas, 24 de junio de 1751 y 26 de diciembre 5 de febrero de 1769 y 22 de enero de 1775.
de 1757.
Doctor José Ignacio Moreno, maestro y doctor en
.
Doctor Domingo Bnceño, doctor en cánones. Caracas, teología, leyes y cánones. Caracas, 28 de setiembre de 1766 ;

26 de diciembre de 1757. 25 de diciembre de 1769 ; 15 de agosto de 1778 y 16 de


Doctor Juan Antonio Monasterios, doctor en leyes. diciembre de 1778.
Incorporado en 31 de diciembre de 1757. Doctor Juan Pablo Montilla, doctor en cánones. Cara-
Doctor Luis Méndez, maestro y doctor en cánones. cas, 25 de diciembre de 1769.
Caracas, 22 de mayo de 1746 y 31 de diciembre de 1757. Doctor José Vicente Machillanda, doctor en teología.
R. P. Fr. Ventura de Castro, doctor en teología. Ca- Caracas, 25 de diciembre de 1769.
racas, 25 de julio de 1759. Doctor Nicolás Talavera, doctor en leyes. Caracas,
Doctor Carlos Chavert, doctor en cánones. Caracas, 25 25 de diciembre de 1769.
de julio de 1759. Doctor Lorenzo Fernández de León, doctor en cáno-
Doctor Vicente Pérez, doctor en leyes y cánones. nes. Caracas, 23 de junio de 1771.
Caracas, 25 de julio de 1759 y 23 de octubre de 1763. Doctor Dionisio Méndez, maestro y doctor en teolo-
Doctor Francisco José Urbina, maestro y doctor en gía. Caracas, 5 de febrero de 1769 y 25 de julio de 1771.
teología. Caracas, 23 de octubre de 1757 y i? de no- R. P. Fr. F. Antonio Castro, maestro y doctor en teo-
viembre de 1761. logía. Caracas, 26 de enero de 1766, y 26 de julio de 1771.
Doctor Gabriel José Lindo, maestro, doctor en teolo- Doctor Carlos Monasterios, maestro y doctor en teo-
gía y en ambos derechos. Caracas, 24 de agosto de 1755 ;
22 logía. Caracas, 21 de noviembre de 1762 y 26 de julio
de noviembre de 1761 y 12 de diciembre de 1762. de 1771.
Doctor Antonio Monserrate, doctor en teología. Cara- R. P. Fr. J. Antonio Rodríguez, maestro y doctor en
cas, 22 de noviembre de 1761. teología. Caracas, 25 de julio de 1771 y 26 de julio de
Doctor Sebastián Talavera, maestro y doctor en teolo- 1771-
, ,

gía y en ambos derechos. Caracas, 24 de julio de 1757 ;


22 Doctor Baltasar Marrero, maestro y doctor en teología.
de noviembre de 1761 y 3 de junio de 1764. Caracas, 24 de octubre de 1773 y 22 de mayo de 1774.
Doctor Agustín Herrera, doctor en teología. Caracas, Doctor Miguel A. Castro Marrón, maestro y doctor en
13 de diciembre de 1751. teología. Caracas, 31 de marzo de 1771 y 30 de octubre
Doctor José M. Belisario, maestro y doctor en teolo- de 1774.
gía. Caracas, 24 de agosto de 1755 y 13 de diciembre de 1751. Doctor Juan Rafael Rodríguez, doctor en cánones. Ca-
R. P. Fr. Pedro Hernández, maestro y doctor en teo- racas, 5 de marzo de 1775.
logía. Caracas, incorporado en 18 de diciembre de 1761. Doctor Diego Domínguez, doctor en cánones. Cara-
Doctor José Rafael Landaeta, maestro y doctor en cas, 18 de abril de 1775.
teología. Caracas, 21 de febrero de 1762. Doctor José Antonio Osío, doctor en cánones. Cara-
Doctor Fernando Monasterios, maestro y doctor en cas, 18 de abril de 1775.
teología. Caracas, 31 de diciembre de 1757 y 28 de fe- Doctor Domingo Díaz Argote, doctor en cánones. Ca-
brero de 1752. racas, 18 de abril de 1775.
Doctor Domingo Castro, maestro en cánones. Cara- Doctor Juan Agustín de la Torre, doctor en cánones,
cas, incorporado en 13 de octubre de 1762. Caracas, 18 de abril de 1775.
R. P. Fr. Domingo Blanco, maestro y doctor en teo- Doctor Juan Vicente Echeverría, maestro y doctor en
logía. Caracas, 12 de diciembre de 1762. teología. Caracas, 10 de agosto de 1772 y 8 de octubre de
R. P. Fr. Mateo Blanco, maestro y doctor en teología. 1775-
Caracas, 12 de diciembre de 1762 Doctor Agustín Arnal, maestro en Teología. Caracas, 8
R. P. Fr. Jacinto Puerta, maestro y doctor en teolo- de octubre de 1775.
gía. Caracas, 10 de julio de 1763. Antonio Díaz Argote, doctor en cánones. Caracas, 22
Doctor Lorenzo Campins, maestro y doctor en medici- de octubre de 1775.
na. Caracas, incorporado en 30 de julio de i j’,'63. R. P. Fr. Mateo Espinosa, maestro y doctor en teo-
Doctor Domingo Berroterán, maestro y doctor en cá- logía. Caracas, 8 de abril de 1776 y 26 de mayo de 1776.
nones. Caracas, incorporado en 15 de octubre de 1763. R. P. Fr. Y'icente Acosta, maestro y doctor en teolo-
Doctor Jacobo Montero, maestro y doctor en teología. gía. Caracas, 6 de mayo de 1776 y 26 de mayo de 1776.
Caracas, incorporado en 6 de junio de 1764. Doctor Juan Agustín González, maestro en cánones,
R. P. Fr. Lucas Martel, maestro y doctor en teología. Caracas, 30 de marzo de 1777.
Caracas, 31 de diciembre de 1766 y i 9 de enero de 1767. Doctor José D. Blanco, maestro y doctor en teología y
R. P. Fr. Juan Miguel Mérida, maestro y doctor en derecho civil. Caracas, 13 de febrero de 1774, 30 de mar-
teología. Caracas, 19 de enero de 1767. zo de 1777 é incorporado el 14 de febrero de 1785.
R. P. Fr. Pedro Figueira, maestro y doctor en teolo- Doctor José Suárez Aguado, maestro y doctor en teolo-
gía. Caracas, 19 de enero de 1767. gía. Caracas, 13 de febrero de 1774 y 30 de marzo de 1777.
LXVI INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor José Francisco Ibarra, maestro y doctor en teo- Doctor Domingo Fremarias, doctor en teología. Caracas,
logía. Caracas, 22 de mayo de 1774 y 31 de marzo 1777. 26 de diciembre de 1794.
Doctor Francisco A. Pimentel, maestro y doctor en teo- Doctor Marcos Cuesta, doctor en teología. Caracas, 27
logía. Caracas, 22 de mayo de 1774 y i? de abril de 1777. de diciembre de 1794.
Doctor Tomás Hernández Sanavria, maestro y doctor Doctor José Domingo Díaz, doctor en medicina. Caracas,
en leyes. Caracas, 29 de setiembre de 1772 y 17 de mayo 12 de abril de 1795.
de 1778. Doctor José Mateo Machillanda, doctoren medicina. Ca-
Doctor Ignacio Meneses, doctor en teología. Caracas, racas, 23 de agosto de 1795.
21 de noviembre de 1779. Doctor José Ignacio Briceño, doctoren teología. Caracas,
Doctor Francisco J. Fuenmayor, doctor en leyes. Ca- 17 de abril de 1796.
racas 21 de noviembre de 1779. Doctor José Carlos Monagas, doctor en teología. Cara-
Doctor José Fernández Feo, doctor en leyes. Caracas, cas, 34 de abril de 1796.
17 de abril de 1785. Doctor Vicente Tejera, doctor en teología. Caracas, 15
Doctor Francisco de Molina, doctor en medicina. Ca- de mayo de 1795.
racas, 17 de abril de 1785. Doctor José Cayetano Montenegro, maestro y doctor
Doctor Domingo Blandain, maestro y doctor en teolo- en teología. Caracas 9 de marzo de 1794 y 15 de mayo de
gía. Caracas, 26 de julio de 1778 y 26 de julio de 1785. 1796.
R. P. Fr. Joaquín Castilloveitía, maestro y doctor en Doctor Rafael Escalona, maestro y doctor en cáno-
teología. Caracas, 25 de julio de 1785 y 26 de julio de 1785. nes. Caracas, 8? de abril de 1793 y 18 de diciembre de
Doctor José Estanislao Veroes, doctor en teología. Ca- 179Ó.
racas, 21 de agosto de 1785. Doctor Pedro Martínez, maestro y doctor en cánones.
Doctor Juan José Herrera, doctor en teología. Cara- Caracas, 22 de diciembre de 1796.
cas, 23 de abril de 1786. Doctor Alejandro Echezuría, maestro y doctor en teo-
Doctor Felipe Tamariz, doctor en medicina. Caracas, logía. Caracas, 10 de marzo de 1793 y nde marzo de
28 de agosto de 1788. 1798.
Doctor Mariano Cova, maestro y doctor en leyes. Ca- Doctor Juan Antonio Monagas, doctor en cánones. Ca-
racas, 17 de abril de 1785 y 4 de enero de 1789. racas, 30 de setiembre de 1798.
Doctor Francisco José Rivas, maestro y doctor en teolo- Doctor José María Tovar, doctor en cánones. Caracas, 8
gía. Caracas, 17 de abril de 1785 y 4 de enero de 1789. de diciembre de 1798.
Doctor Nicolás Antonio Osío, maestro y doctor en Doctor Ramón I. Méndez, maestro y doctor en cánones
teología. Caracas, 13 de junio de 1778 y 22 de febrero de y en derecho civil. Caracas, 23 de agosto de 1825; ^2 de
1789. mayo de 1799 y 19 de octubre de 1800.
Doctor Luis Peraza, doctor en leyes. Caracas, 14 de Doctor José Vicente Unda, maestro y doctor en teo-
noviembre de 1790. logía. Caracas, iV de mayo de 1796 y 26 de mayo de
R. P. Fr. José Antonio Tinedo, doctor en teología. Ca- 1799.
racas, 14 de noviembre de 1790. Doctor José Manuel Padrón, doctor en cánones. Caracas,
R: P. Fr. Juan José Izasa, maestro y doctor en teolo- 24 de junio de 1799.
gía. Caracas, 15 de junio de 1788 y 3 de julio de 1790. Doctor José Vicente Vergara, maestro y doctor en
Doctor Luis Antonio Mendoza, doctor en teología. Ca- cánones. Caracas, 27 de diciembre de 1794 y 30 de junio
racas 8 de diciembre de 1791. de 1795.
Doctor José Antonio Montenegro, doctor en teología. Doctor Pedro M. Yepes, doctor en teología. Caracas, in-
Caracas, ii de diciembre de 1791. corporado en 7 de diciembre de 1799.
Doctor Juan de Rojas, maestro y doctor en cánones. Doctor Félix Fermín Paúl, doctor en teología y en
Caracas, 21 de marzo de 1788 y ii de diciembre de 1791. derecho civil. Caracas, 2 de febrero de 1800 y 4 de fe-
Doctor Rafael Castro, doctor en teología. Caracas, ii brero de 1809.
de diciembre de 1791. Doctor Francisco Llanos, doctor en teología. Caracas,
Doctor Domingo Lander, doctor en teología. Caracas, 9 de marzo de 1800.
II de diciembre de 1791. Doctor Félix Sosa, doctor en cánones. Caracas, 16 de
Doctor Domingo Gómez Rus, doctor en derecho civil. marzo de 1800.
Caracas, ii de diciembre de 1791. Doctor Francisco Javier Narvarte, maestro y doctor
Doctor Jo.sé Antonio Borges, doctor en cánones. Cara- en teología. Caracas, i? de mayo de 1796 y 23 de mar-
racas, i‘? de abril de 1793. zo de 1800.
Doctor Juan Francisco Zárate, doctor en cánones y en Doctor Juan Martínez, maestro y doctor en cánones.
derecho civil. Caracas, 28 de agosto de 1793 y 6 de enero Caracas, i? de mayo de 1796 y 13 de abril de 1800.
de 1789. Doctor Sebastián Gallegos, maestro y doctor en cá-
Doctor Manuel Vicente Maya, maestro y doctor en am- nones. Caracas, 15 de mayo de 1796 v 4 de mayo de
bos derechos y en teología. Caracas, 28 de agosto de 1793, 1800.
20 de octubre de 1793 y 26 de febrero de 1797. Doctor Juan Antonio Zárraga, doctor en cánones. Cara-
Doctor José Antonio Anzola, maestro y doctor en me- cas, 22 de mayo de 1800.
dicina. Caracas, 7 de octubre de 1787 y ii de mayo de Doctor Juan Antonio Zavala, doctor en cánones. Caracas,
1794. 22 de mayo de igoo.
Doctor Francisco Morales, doctoren medicina. Caracas, Doctor José Ignacio Zavala, doctor en derecho civil. Ca-
15 de mayo de 1794. racas, 22 de mayo de 1800.
Doctor Bernabé Díaz, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Nicolás Anzola, maestro y doctor en derecho
incorporado el 6 de abril de 1794. civil. Caracas, i‘? de mayo de 1796 y 20 de julio de 1800.
Doctor Juan de Dios Fernández, doctor en cánones. Ca- Doctor José María Aguado, doctor en cánones. Caracas,
racas, 21 de diciembre de 1794. 28 de setiembre de 1800.
Doctor Juan José Osío, doctor en cánones y en derecho Doctor Mariano Talavera, maestro y doctor en teo-
civil. Caracas, 21 de diciembre de 1794 y 28 de octubre de logía. Caracas, 8 de diciembre de 1797 y 23 de noviem-
1795- bre de 1800.
Doctor Juan Germán Roscio, en cánones y en dere- R. P. Fr. Felipe Espino.sa Mota, doctor en teología.
cho civil. Caracas, 21 de diciembre de 1794 y 19 de ene- Caracas, 25 de enero de 1801.
ro de 1800. Doctor Juan Nepomuceno Quintana, maestro y doctor
Doctor José Carvallo, doctor en cánones. Caracas, 24 en teología. Caracas, 8 de diciembre de 1797 y 8 de fe-
de setiembre de 1794. brero de 1801.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXYII

Doctor Domingo Maestri, doctor en teología. Caracas, R. P. Fr. Ramón Betancourt, doctor en teología. Cara-
8 de febrero de i8oi. cas, 23de agosto de 1807.
Doctor José M. Oropeza, maestro en derecho civil. Cara- Doctor Ramón García, doctor en derecho civil. Caracas,
cas, lo de mayo de i8oi. 8 de noviembre de 1807.
Doctor Leonardo García Espino.sa, doctor en cánones. Doctor José Ambrosio Llamozas, doctor en cánones. Ca-
Caracas, lo de noviembre de i8oi. racas, 13 de diciembre de 1807.
Doctor Salvador Delgado, doctor en teología. Caracas, R. P. Fr. Domingo Viana, doctor en teología. Caracas,
8 de noviembre de i8oi. 20 de diciembre de 1807.
Doctor Joaquín M. Quintana, doctor en cánones. Cara- Doctor José Manuel Sánchez, doctor en derecho civil.
cas, 8 de setiembre de 1802. Caracas, 25 de diciembre de 1807.
Doctor José Joaquín Hernández, doctor en medicina. Doctor Martín González, doctor en cánones. Caracas,
Caracas, 14 de noviembre de 1802. 26 de diciembre de 1807.
,
Doctor José Angel Alamo, doctoren medicina. Caracas, Doctor Manuel Miranda, doctor en derecho civil. Cara-
21 de noviembre de 1802. racas, 3 de enero de 1808.
Doctor Simón Herrera, doctor en teología. Caracas, 25 Doctor Antonio Gómez, doctor en medicina. Caracas,
de diciembre de 1802. 2 de febrero de 1808.
Doctor Manuel Rivas, doctor en teología. Caracas, 27 Doctor José Francisco Diepa, maestro y doctor en teo-
de diciembre de 1802. logía. Caracas 23 de agosto de 1795 y 10 de julio de
Doctor Juan Alvarez, doctoren cánones. Caracas, 21 de 1808.
junio de 1803. Doctor Mariano Fchezuría, doctor en teología. Caracas,
Doctor Manuel Narciso Falcón, doctor en teología. Ca- 20 de noviembre de I808.
racas, 20 de noviembre de 1803. Doctor José María Vargas, maestro y doctor en me-
Doctor Francisco Delgado Correa, doctor en teología. dicina. Caracas, 12 de marzo de 1806 y 27 de noviem-
Caracas, ii de noviembre de 1803. bre de 1808.
R. P. Fr. Rafael Avalos, maestro y doctor en teolo- Doctor José Cecilio Avila, maestro y doctor en cánones.
gía. Caracas, 30 de octubre de 1803 y 4 de marzo de Caracas, ii de agosto de 1805; 25 de diciembre de 1808 y
1804. 3 de octubre de 1814.
Doctor José Antonio Mendoza, doctor en teología. Ca- Doctor Rafael Bergoya, doctor en teología. Caracas. 26
racas, 10 de agosto de 1804. de diciembre de 1808.
Doctor Felipe Avila, doctor en teología. Caracas, ii de Doctor José Timoteo Llamozas, doctor en medicina. Ca-
noviembre de 1804. racas, 8 de enero de 1809.
Doctor Andrés Narvarte, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Ramón Pena, doctoren cánones. Caracas, 12 de
racas, 9 de diciembre de 1804. marzo de 1809.
R. P. Fr. Francisco Javier Sosa, doctor en teología. Doctor José María García Siverio, maestro y doctor
Caracas, 6 de diciembre de 1804. en teología. Caracas, 20 de enero de 1811 y 22 de oc-
Doctor José María Gedler, doctor en teología. Cara- tubre de 1809.
cas, 21 de diciembre de 1804. Doctor Domingo Quintero, doctor en teología y cá-
Doctor Miguel Peña, doctor en derecho civil. Caracas, nones. Caracas, 26 de diciembre de 1809 y 29 de junio
6 de enero de 1805. de 1834.
Doctor José Antonio Pérez, doctor en cánones. Caracas, Doctor Juan Antonio Garmendía, doctor en derecho ci-
lo de febrero de 1805. vil. Caracas, 25 de febrero de 1810.
Doctor Domingo Peláez, doctor en teología. Caracas, Doctor Pedro Pablo Romero, doctor en teología. Ca-
25 de marzo de 1805. racas, 4 de febrero de 1810.
Doctor José M. Villavicencio, doctor en cánones. Ca- Doctor Vicente López Méndez, maestro y doctor en
racas, 25 de Julio de 1805. teología. Caracas, 22 de febrero de 1807 y ii de marzo
Doctor Juan Antonio Rojas Queipo, doctor en teología. de iSio.
Caracas, 5 de agosto de 1805. Doctor Juan Buenaventura Núñez, doctor en teología.
Doctor Lorenzo Santander, doctor en teología. Caracas, Caracas, 30 de mayo de 1810.
24 de noviembre de 1805. Doctor Carlos Arvelo, doctor en medicina. Caracas, 10
Doctor Francisco X. Jaén, doctor en teología. Caracas, de julio de 1810.
15 de diciembre de 1805. Doctor J. Concepción Reyes Piñal, doctor en derecho
Doctor Francisco Rodríguez Tosta, doctor en derecho civil. Caracas, 14 de julio de 1811.
civil. Caracas, 25 de junio de 1806. Doctor Pablo Alavedra, doctor en teología. Caracas, 25
Doctor José García Garay, doctor en cánones. Caracas, de julio de 1811.
15 de agosto de 1806. Doctor Jo.sé Nicolás Márquez, doctor en teología. Cara-
Doctor P. Fchezuría Echeverría, doctor en teología. cas, 25 de julio de 1811.
Caracas, 23 de noviembre de 1806. Doctor José Félix Amestoy, doctoren teología. Caracas,
Doctor J. Lorenzo López Méndez, doctor en cánones. 17 de noviembre de 1811.
Caracas, 14 de diciembre de 1806. R. P. Fr. Juan García Padrón, maestro y doctor en
Doctor Bernardo Marrero, maestro y doctor en teolo- teología. Caracas, 5 de febrero de 1815 y 28 de julio de
gía. Caracas, 18 de diciembre de 1803 y 21 de diciembre 1816.
de 1806. R. P. Fr. Celestino Alemán, doctor en teología. Ca-
Doctor José Nicolás Díaz, maestro y doctor en teolo- racas, 28 de marzo de 1815.
gía, cánones y derecho civil. Caracas, 25 de diciembre Doctor Pablo A. Romero, doctor en cánones. Caracas,
de 1806, II de enero de 1807 y 2 de abril de 1820. 23 de julio de 1815.
Doctor Pedro Gual, doctor en teología. Caracas, 8 de Doctor José Antonio Armada, maestro y doctor en
febrero de 1807. cánones. Caracas, 17 de enero de 1813 y 6 de diciem-
Doctor Miguel Lauda, doctor en teología. Caracas, 26 bre de 1816.
de abril de 1807. R. P. Fr. Lorenzo Rivero, maestro y doctor en teo-
Doctor José Delgado, doctor en teología. Caracas, 24 de logía. Caracas, ii de agosto de 1816 y 14 de diciem-
mayo de 1807. bre de 1816.
Doctor Francisco Rafael Silva, doctor en cánones. Ca- Doctor Tomás José Sanavria, maestro y doctor en dere-
racas, 14 de junio de 1807. cho civil y canónico. Caracas, 13 de noviembre de 1814, 25
Doctor Gabriel Mata, doctor en teología. Caracas, de enero de 1818 y i? de febrero de 1818.
5 de ju-
lio de 1807. Doctor José Luis Montesinos, maestro y doctor en teo-
LXVIII INSTRUCCION SUPERIOR

logia. Caraca.s, 24 de junio de 1808 y 2 de agosto de Doctor Juan Díaz Avila, maestro y doctor en teolo-
1818. gía. Caracas, 28 de abril de 1824 y 30 de mayo de
Doctor Angel Perdoino, doctor en teología. Caracas, 1830.
8 de diciembre de 1818. Doctor José Julián Osío, doctoren teología. Caracas, 30
Doctor Jacinto Machado, doctoren teología. Caracas, 27 de mayo de 1830.
de diciembre de 1818. Doctor Medardo Medina, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor José Alberto Espinosa, maestro y doctor en cas, 30 de mayo de 1830.
teología. Caracas, 20 de noviembre de 1814 y 18 de ju-, Doctor Ramón Bermúdez, maestro y doctor en teo-
lio de 1819. logía. Caracas, 15 de noviembre de 1829 y 1? de agosto
Doctor Jo.sé Vicente Polacre, doctor en teología. Ca- de 1830.
racas, 18 de julio de 1819. Doctor José Manuel García, maestro y doctor en de-
Doctor José Manuel Avila, doctoren teología. Caracas, recho civil. Caracas, 4 de octubre de 1829 y 31 de ju-
16 de enero de 1820. lio de 1831.
Doctor José Ramón Hernández, doctor en teología. Ca- Doctor José Lorenzo Espinosa, maestro y doetor en
racas, 23 de enero de 1820. derecho civil. Caracas, 10 de agosto de 1828 y 4 de se-
Doctor Pedro Pineda, doctor en teología. Caracas, 24 de tiembre de 1831.
setiembre de 1820. Doctor Calixto Madrid, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor Valentín Osío, doctor en cánones. Caracas, 15 cas, 4 de setiembre de 1831.
de agosto de 1821. Doctor Sulpicio Frías, doctor en dereeho civil. Caracas,
R. P. Fr. J. Gregorio Betancourt, maestro y doctor 4 de setiembre de 1831.
en teología. Caracas, 29 de setiembre de 1823 y 12 de Doctor Luis Blanco, doctor en derecho civil. Caracas,
mayo de 1825. 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Manuel Alegría, maestro y doctor en teo- Doctor Luis López Méndez, doctor en derecho civil. Ca-
logía. Caracas, 23 de abril de 1821 y 18 de abril de racas, 11 de setiembre de 1831.
1824. Doctor Wenceslao Urrutia, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Hilario Bosset, maestro y doctor en teo- Caracas, 11 de setiembre de 1831.
logía. Caracas, 23 de abril de 1821 y 18 de abril de Doctor Rufino Blanco, doctor en derecho civil. Caracas,
1824. 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Félix Roscio, maestro y doctor en teología. Doctor Juan de Dios Ponte, doctor en derecho civil.
Caracas, 28 de abril de 1824. Caracas, 11 de setiembre de 1831.
Doctor José Alejo Fortique, maestro y doctor en teo- Doctor Manuel Alfonzo, doctor en derecho civil. Cara-
logía. Caracas, 28 de abril de 1824. cas, 19 de julio de 1832.
Doctor Juan José Urbina, maestro y doctor en teolo- Doctor Matías González, doctor en teología. Caracas, 25
gía. Caracas, 28 de abril de 1824. de noviembre de 1832.
Doctor José Sistiaga, maestro y doctor en derecho ci- Doctor Jesús María Olachea, doctor en medicina. Cara-
vil. Caracas, 20 de noviembre de 1814 y 13 de julio cas, 25 de noviembre de 1832.
de 1824. Doctor Diego Sierra, doctor en medicina. Caracas, 25
Doctor Pedro Bárcenas, doctor en medicina. Caracas, de noviembre de 1832.
13 de junio 1824. Doctor Juan de la Cruz Macías, doctor en medicina.
Doctor José Joaquín González, doctor en medicina. Ca- Caracas, 25 de noviembre de 1832.
racas, 13 de junio de 1824. Doctor R. G. Rodríguez López, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Manuel Manzo, doctor en medicina. Ca- Caracas, 25 de marzo de 1833.
racas, 23 de junio de 1824. Doctor Juan Bautista Carreño, doctor en derecho civil.
Doctor José Manuel de los Ríos, doctor en derecho Caracas, 25 de marzo de 1833.
civil. Caracas, 12 de mayo de 1825. Doctor Joaquín Boton, doctor en derecho civil. Caracas,
Doctor Angel Quintero, doctor en derecho civil. Ca- 25 de marzo de 1833.
racas, 12 de mayo de 1825. Doctor Fernando Aurrecoechea, doctor en derecho civil.
Doctor Tomás Francisco Borges, doctor en teología y Caracas, 13 de mayo de 1833.
derecho civil. Caracas, 2 de febrero de 1826 y 4 de se- Doctor Liborio Colmenares, maestro y doctor en teo-
tiembre de 1831. logía. Caracas, 24 de junio de 1830, y 7 de diciembre
Doctor Félix M. Alfonso, doctor en derecho civil. Cara- de 1834.
cas, 25 de noviembre de 1827. Doctor Pedro José Silva, doctor en medicina. Cara-
Doctor José Nicolás Milano, doctor en derecho civil. cas, 7 de diciembre de 1834.
Caracas, 25 de noviembre de 1827. Doctor José María Vaamonde, maestro y doctor en de-
Doctor Pedro Quintero, doctor en derecho civil. Cara- recho civil. Caracas, 24 de junio de 1830 y 26 de diciem-
racas, 9 de diciembre de 1827. bre de 1834.
Doctor Juan José Herrera, doctor en derecho civil. Doctor Diego Córdova, maestro y doctor en cánones.
Caracas, 9 de diciembre de 1827. Caracas, 24 de junio de 1830 y 26 de abril de 1835.
Doctor Pedro Estoqnera, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Juan Francisco Rodríguez, maestro y doctor en
cas, 9 de diciembre de 1827. teología. Caracas, i9 de julio de 1832, y 26 de abril de 1835.
Doctor Antonio José Rodrígiiez, doctor en medicina. Doctor José María Raldiris, doctor en teología. Cara-
Caracas, 6 de abril de 1828. cas, 26 de abril de 1835.
Doctor P'rancisco Díaz, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Manuel Ledezma, doctor en medicina. Caracas,
20 de abril de 1828. 3 de mayo de 1835.
Doctor Santiago Hernández, doctor en derecho civil. Doctor Tomás Aguerrevere, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 24 de junio de 1828. cas, 3 de mayo de 1835.
Doctor Antonio María Vale, doctor en derecho civil Doctor Francisco Delgado, doctor en medicina. Cara-
y canónico. Caracas, 15 de noviembre de 1829 y 12 de cas, 16 de octubre de 1836.
mayo de 1831. Doctor Luis García, doctor en medicina. Caracas, 30
Doctor Miguel Anzola,- doctor en derecho civil. Caracas, de octubre de 1836.
22 de noviembre de 1831. Doctor José de Jesús Lucena, doctor en medicina. Ca-
Doctor Ramón Delgado, doctor en derecho civil. Cara- racas, 18 de junio de 1836.
cas, 22 de noviembre de 1831. Doctor Manuel Antonio Páez, maestro y doctor en de-
Doctor Isidro Vicente Osío, doctor en derecho civil. Ca- recho civil. Caracas, 20 de julio de 1834 y 30 de octubre
racas, 22 de noviembre de 1831. de 1838.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXIX

Doctor Pío Ceballos, maestro doctor en medicina. Doctor Calixto González, doctor en medicina. Caracas,
y
Caracas, 8 de marzo de 1845 y 28 de octubre de 25 de abril de 1841.
1838.
Doctor Francisco Carmona, doctor en medicina. Cara-
Doctor José Briceño, doctor en medicina. Caracas, 28 cas, 2 de febrero de 1842.

de octubre de 1838. Doctor Francisco Unda, doctor en derecho civil. Cara-


Doctor Mariano Briceño, doctor en derecho civil. Ca- cas, 9 de octubre de 1842.

racas, 18 de octubre de 1838. Doctor Felipe Larrazábal, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Bernardo Páez, doctor en medicina. Caracas, racas, 9 de octubre de 1842.
28 de octubre de 1838. Doctor Pedro Medina, doctor en medicina. Caracas, 20
Doctor Ignacio Oropeza, doctor en derecho civil. Ca- de octubre de 1842.
racas, i 9 de noviembre 1838. Doctor Daniel Quintana, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Elias Acosta, doctor en derecho civil. Caracas, 30 de octubre de 1842.
i 9 de noviembre de 1838.
Doctor Miguel Oráa, doctor eu medicina. Caracas, 30 de
Doctor José Reyes Piñal, doctor en derecho civil. Ca- octubre de 1842.
racas, I? de noviembre de 1838. Doctor Manuel Porras, doctor gn medicina. Caracas,
Doctor Miguel López Umérez, doctor en derecho civil 30 de octubre de 1842.
Caracas, i 9 de noviembre de 1838. Doctor Vicente Cabrales, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Ignacio Célis, doctor en teología. Caracas, 4 30 de octubre de 1842.
de noviembre de 1838. Doctor Vicente Linares, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Fernando Tamayo, doctor en teología. Cara- 30 de octubre de 1842.
cas, II de noviembre de 1838. Doctor José Arnal, doctor en medicina. Caracas, 30 de

Doctor Julián Martínez, maestro y doctor en medicina. octubre de 1842.


Caracas, 8 de marzo de 1835 y ii de noviembre de 1838. Doctor Ramón Perera, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor Alejo Betancourt, doctor en medicina. Cara- cas, 30 de octubre de 1842.
cas, II de noviembre de 1838. Doctor José Miguel Blanco, doctor en medicina. Ca-
Doctor Juan José Jiménez, doctor en medicina. Cara- racas, II de diciembre de 1842.
cas, II de noviembre de 1838. Doctor Felipe Ascanio, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Fernando Basalo, doctor en medicina. Cara- II de diciembre de 1842.
cas, 9 de diciembre de 1836. Doctor Cosme Giménez, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Juan José Díaz, doctor en medicina. Caracas, II de diciembre de 1842.

19 de diciembre de 1838. Doctor Fabián Avila, doctor en derecho civil. Caracas,


Doctor Miguel Antonio González, doctor en derecho II de diciembre de 1842.
civil. Caracas, 16 de diciembre de 1838. Doctor Hilarión Nadal, doctor en derecho civil. Caracas,
Doctor Julián Tejera, doctor en medicina. Caracas, 16 II de diciembre de 1842.
de diciembre de 1838. Doctor Francisco López Méndez, doctor en derecho ci-
Doctor Miguel Antonio Montiel, doctor en medicina. vil. Caracas, ii de diciembre de 1842.

Carabas, 31 de marzo de 1839. Pro. doctor Martín Tamayo, doctor en teología. Cara-
Doctor Nicanor Bolet, doctor en medicina. Caracas, cas, II de diciembre de 1842.
16 de junio de 1839. Doctor José Antonio Rodríguez, doctor en teología.
Doctor José Domingo Fuentes, doctor en teología. Ca- Caracas, 18 de diciembre de 1842.
racas, 16 de junio de 1839. Doctor Joaquín Herrera, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Pedro Portero, doctor en medicina. Caracas, 22 de enero de 1843.
26 de julio de 1840. Doctor Manuel María Zuloaga, doctor en medicina. Ca-
Doctor Blas Balbuena, doctor en medicina. Caracas, 9 racas, 2 de febrero de 1843.
de agosto de 1840. Doctor Tomás Troconis, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Raimundo Andueza, doctor en derecho civil. 2 de febrero de 1843.
Caracas, ii de octubre de 1840. Doctor José Garbiras, doctor en medicina. Caracas, 6 de
Doctor Esteban Tellería, doctor en derecho civil. Cara- febrero de 1843.
cas, II de octubre de 1840. Doctor Jaime Bosch, doctor en medicina. Caracas, 6 de
Doctor Francisco de P. Arroyo, doctor en medicina. febrero de 1843.
Caracas, 25 de noviembre de 1840. Pro. doctor José Domingo Fuentes, doctor en derecho
Doctor Fernando Bolet, doctor en medicina. Caracas, civil. Caracas, 5 de marzo de 1843.
22 de noviembre de 1840. Doctor Juan Félix Hurtado, doctor en derecho civil,
Doctor Eliseo Acosta, doctor en medicina. Caracas, 22 Caracas, i 9 de octubre de 1843.
de noviembre de 1840. Doctor Andrés Villanueva, doctor en derecho civil.
Doctor Miguel González, doctor en medicina. Caracas, Caracas, i 9 de octubre de 1843.
22 de noviembre de 1840. Doctor Francisco Caracciolo Parra, doctor en derecho
Doctor Juan Tamayo, doctor en medicina. Caracas, 22 civil. Caracas, i 9 de octubre de 1843.
de noviembre de 1840. Doctor Nicolás García, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor José María Pelgrón, doctor en medicina. Cara- cas, i 9 de octubre de 1843.
cas, 13 de diciembre de 1840. Doctor Nicanor Borges, maestro en filosofía y doctor
Doctor Salvador Michelena, doctor en medicina. Ca- en derecho civil. Caracas, 13 de diciembre de 1843 Y G
racas, 13 de diciembre de 1840. noviembre de 1844.
Doctor Manuel María Echeandía, doctor en derecho Doctor Espíritu Santo Gil, doctor en derecho civil. Ca-
civil. Caracas, 13 de diciembre de 1840. racas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Fulgencio Vaamonde, doctor en medicina. Ca- Doctor Daniel Garmendia, doctor en derecho civil.
racas, 3 de enero de 1841. Caracas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Rafael Briceño, doctor en medicina. Caracas, Doctor Jesús María Goya, doctor en derecho civil. Ca-
3 de enero de 1841. racas, 17 de noviembre de 1844.
Doctor Pedro Pablo Castillo, doctor en derecho civil. Doctor Carlos Elizondo, doctor en derecho civil, ('ara-
Caracas, 12 de abril de 1841. cas, 22 de diciembre de 1844.
Doctor Luciano Arocha, doctor en medicina. Caracas, Doctor José Tomás González, doctor en derecho civil. ^

25 de abril de 1841. Caracas, 22 de diciembre de 1844.


Doctor Antonio Parra, doctor en medicina. Caracas, Pro. doctor Manuel Felipe Yepes, doctor £ii teología.
25 de abril de 1841. Caracas, 6 de abril de 1844.

10
LXX INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Agustín Agüero, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Tito Alfaro, doctor en derecho civil. Caracas,
cas, i8 de mayo de 1844. 26 de mayo de 1850.
Doctor Toribio González, maestro en filosofía y doctor Doctor Modesto Urbaneja, doctor en derecho civil. Ca-
en medicina. Caracas, 17 de abril de 1842 y junio 20 de racas, 26 de mayo de 1850.
1845. Doctor Juan Bautista Cal caño, doctor en derecho civil.
Doctor Juan Antonio León, doctor en medicina. Cara- Caracas, 26 de mayo de 1850.
cas, 20 de junio de 1845. Doctor Francisco Barreto, doctor en derecho civil. Ca-
Pro. doctor José Manuel Mendoza, maestro en filosofía racas, 8 de setiembre de 1850.

y doctor en teología. Caracas, 16 de octubre de 1836 y 21 Doctor Francisco de Paula Castro, doctor en derecho
de setiembre de 1845. civil. Caracas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Francisco Parejo, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Carlos Anderson; doctor en derecho civil. Ca-
racas, 28 de setiembre de 1845. racas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Fidel Ribas y Ribas, doctor en derecho civil. Doctor José Miguel Núñez, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 23 de noviembre de 1845. cas, 8 de setiembre de 1850.
Doctor Felipe Machado, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Antonio José Sotillo, doctor en medicina. Cara-
racas, enero 6 de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Rafael Luis Echezuría, doctor en medicina. Doctor José Antonio Frías, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 8 de febrero de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Ramón Palenzuela, doctor en derecho civil. Doctor Vicente Guánchez, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 31 de mayo de 1846. cas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Ramón Burguillos, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Tulio Alvarez de Lugo, doctor en derecho ci-
racas, 12 de julio de 1846. vil. Caracas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Tomás Gedler, doctor en medicina. Caracas, Doctor Diego Bautista Barrios, doctor en derecho civil.
22 de noviembre de 1846. Caracas, 29 de setiembre de 1850.
Doctor Antonio Parejo, doctor en medicina. Caracas, Doctor Carlos Tirado, doctor en derecho civil. Caracas,
22 de noviembre de 1846. 29 de setiembre de 1850.
Pro. doctor Manuel A. Briceño, doctor en teología. Doctor Mauricio Berrisbeitia, doctor en derecho civil.
Caracas, 13 de diciembre de 1846. Caracas, 22 de setiembre de 1850.
Doctor Pablo Arroyo Pichardo, doctor en medicina. Doctor Carlos Gómez, ^doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 13 de diciembre de 1846.
27 de octubre de 1850.
Doctor Marcos J. Gedler, doctor en medicina. Cara- Doctor Bonifacio Márquez, doctor en medicina. Cara-
cas, 27 de diciembre de 1846. cas, 27 de octubre de 1850.
Doctor José de Jesús Paúl, doctor en derecho civil. Doctor Martín Hernández, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 2 de febrero de 1847. cas, 27 de octubre de 1850.
Doctor José Gabriel Núñez, doctor en derecho civil. Doctor Silvestre Pacheco, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 2 de febrero de 1847. cas, 2 de noviembre de 1850.
Doctor Ezequiel Garmendia, doctor en medicina. Ca- Doctor Manuel Hernández, doctor en medicina. Cara-
racas, 4 de abril de 1847. cas, 2 de noviembre de 1850.
Doctor José María Pérez, doctor en medicina. Cara-
Doctor Joaquín León, doctor en medicina. Caracas,
cas, 4 de abril de 1847.
2 de noviembre de 1850.
Doctor Elias Acuña, doctor en derecho civil. Caracas,
Doctor Manviel Cárdenas, doctor en medicina. Caracas, 2
2 de mayo de 1847.
de noviembre de 1850.
Doctor José Antonio Montiel, doctor en derecho civil.
Doctor Juan E. Gando, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 3 de junio de 1847.
2 de noviembre de 1850.
Doctor Bartolomé Liendo, doctor en medicina. Recibi-
Doctor Benito Gordils, doctor en medicina. Caracas, 22
do en la Universidad Central de Colombia, en 26 de no-
de diciembre de 1850.
viembre de 1826 é incorporado en ésta, en 26 de junio de
Doctor Ignacio Carreño, doctor en medicina. Caracas,
1847.
22 de diciembre de 1850.
Pro. doctor José Andrés Riera, doctor en teología. Ca-
Doctor Felipe Cardier, doctor en medicina. Caracas,
racas, 26 dejunio de 1847.
22 de diciembre de 1850.
Doctor Angel María Unda, doctor en derecho civil.
Doctor Juan V. González Delgado, doctor en medi-
Caracas, 26 de junio de 1847.
cina. Caracas, 22 de diciembre de 1850.
Doctor Enrique Pérez de Velasco, doctor en derecho
civil. Caracas, 21 de mayo de 1848. Doctor Carlos Echenique, doctor en medicina. Cara-
Doctor Juan Luis Escalona, doctor en derecho civil. cas, 22 de diciembre de 1850.

Caracas, 21 de mayo de 1848. Doctor Eloy Montenegro, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Manuel María Alvarado, doctor en medicina. racas, 22 de diciembre de 1850.
Caracas, 15 de octubre de 1848. Doctor Gerónimo E. Blanco, doctor en medicina. Cara-
cas, 15 de diciembre de 1850.
Pro. doctor José María Céspedes, doctor en teología.
Caracas, 10 de diciembre de 1848. Doctor Jesús María Blanco, doctor en derecho civil.
Doctor Carlos Arvelo, hijo, doctor en medicina. Cara- Caracas, 15 de diciembre de 1850.
cas, I*? de enero de 1849. Doctor José Antonio Fernández, doctor en derecho
Doctor Diego Bautista Urbaneja, doctor en derecho ci- civil. Caracas, 15 de diciembre de 1850.
vil. Caracas, 25 de marzo de 1849.
Doctor Antonio José Urquinaona, doctor en derecho
Doctor Angel Jesurun, doctor en derecho civil. Cara- civil. Caracas, 15 de diciembre de 1850.

cas, 25 de marzo de 1849.


Doctor Félix Narciso Cordero, doctor en derecho ci-
Doctor Alejandro Romero, doctor en derecho civil. Ca- vil. Caracas, 15 de junio de 1850.

racas, 25 de marzo de 1849. Doctor Felipe Giménez, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Alejandro Ibarra, doctor en filosofía. Caracas, racas, 15 de junio de 1851.

3 de junio de 1849. Doctor Julián Viso, doctor en derecho civil. Caracas,


Doctor Hilarión Antich, doctor en derecho civil. Ca- 15 de junio de 1851.
racas, 3 de junio de 1849. Doctor José María Zamora, doctor en derecho civil.
Doctor Bartolomé Suárez, doctor en derecho civil y Caracas, 5 de julio de 1851.
canónico. Caracas, 17 de junio de 1849 Y 3° noviembre Doctor Juan B. Meza, doctor en derecho civil. Caracas,
de 1849. 5 de julio de 1851.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXI

Doctor Remigio Colmenares, doctor en medicina. Ca- Doctor Juan Rafael Hernández, doctor en derecho civil.
racas, i6 de noviembre de 1851. Caracas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Melitón Pérez, doctor en medicina. Caracas, Doctor Rudecindo Freites, doctor en derecho civil. Ca-
16 de noviembre de 1851. racas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Ramón Alejandro Ramos, doctor en medicina. Doctor Juan Lucena, doctor en derecho civil. Caracas,
Caracas, 16 de noviembre de 1851. 21 de noviembre de 1852.
Doctor Francisco Soto, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ezequiel María González, doctor en teología. Ca-
16 de noviembre de 1851. racas, 21 de noviembre de 1852.
Doctor Lope María Tejera, doctor en derecho civil. Doctor Joaquín Esteva, doctoren medicina. Caracas, 12
Caracas, 16 de noviembre de 1851. de diciembre de 1852.
Doctor Gonzalo A. Ruiz, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Jesús María González, doctor en medicina. Cara-
racas, 16 de noviembre de 1851. cas, 12 de diciembre de 1852.
Doctor José Lorenzo Llamozas, doctor en derecho ci- Doctor José María Pérez, doctor en medicina. Caracas,
vil. Caracas, 16 de noviembre de 1851. 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor Juan Pablo Cabrales, doctor en teología. Doctor José Antonio Zárraga, doctoren medicina. Cara-
Caracas, 16 de mayo de 1852. cas, 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor José Manuel Arroyo, doctor en teología. Doctor Cristóbal Rojas, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 16 de mayo de 1852. 12 de diciembre de 1852.
Pro. doctor José Manuel Rivero, maestro en filo.sofía Doctor Pedro Hurtado, doctor en medicina. Caracas, 12
y doctor en teología. Caracas, 17 de abril de 184.3 y 13 de de diciembre de 1852.
junio de 1852. Doctor Vidal vSiso, doctor en medicina. Caracas, 12 de
Doctor Ramón Tirado, doctor en derecho civil. Cara- diciembre de 1852.
cas, 27 de junio de 1852. Loctor Camilo Rotundo, doctor en derecho civil. Cara-
Doctor Elias Borjes, doctor en derecho civil. Caracas, cas, 12 de diciembre de 1852.
27 de junio de 1852. Doctor Ramón P'eo, doctor en derecho civil. Caracas, 12
Doctor Tomás Martín Guardia, doctor en derecho ci- de diciembre de 1852.
vil. Caracas, 27 de junio de 1852. Doctor Nicolás Milano, hijo, doctoren medicina. Cara-
Doctor Ricardo O. Limardo, doctor en derecho civil. cas, 19 de diciembre de 1852.
Caracas, ii de julio de 1852. Doctor Carlos Pérez Calvo, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor Jonás Alvarez, doctor en derecho civil. Caracas, racas, 23 de enero de 1852.
II de julio de 1852. Doctor Francisco A. Saudoval, doctor en derecho civil.
Doctor Florencio Guzmán, doctor en medicina. Cara- Caracas, 23 de enero de 1852.
cas, I? de agosto de 1852. Doctor Pablo María Briceño, doctor en medicina. Cara-
Doctor Fermín Medina, doctor en derecho civil. Cara- cas, 2 de febrero de 1853.
cas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Domingo H. Bello, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Guillermo Tell Villegas, doctor en derecho civil.
2 de febrero de 1853.
Caracas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Miguel Arismendi, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Gregorio Paz, doctor en derecho civil. Caracas,
2 de febrero de 1853.
5 de setiembre de 1852. Doctor Diego Bustillos, doctor en medicina. Caracas, 2
Doctor Canuto García, doctor en derecho civil. Cara-
de febrero de 1853.
cas, 5 de setiembre de 1852.
Doctor Benjamín Acuña, doctor en medicina. Caracas, 2
Doctor Mariano Herrera, doctor en derecho civil. Cara-
cas, 8 de setiembre de 1852.
de febrero de 1853.
Doctor José Nicolás Milano, doctor en derecho canó- Doctor Juan de Dios Monzón, doctor en medicina. Cara-
cas, 2 de febrero de 1853.
nico. Caracas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Miguel Toro, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Ramón Amestoy, doctor en medicina. Caracas, 2
de febrero de 1853.
3 de octubre de 1852. Doctor Angel María Alamo, doctor en derecho civil. Ca-
Doctor José María Rojas, doctor en derecho civil. Ca-
racas, 2 de febrero de 1853.
racas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Ramón Narvarte, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Fernando Arvelo, doctor en ambos derechos. Ca-
racas, 27 de marzo de 1853.
cas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Atahualpa Domínguez, doctor en derecho civil. Doctor Martín Aguinagalde, doctor en medicina. Cara-
cas, 27 de marzo de 1853.
Caracas, 3 de octubre de 1852.
Doctor Alejandro Wallis, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Manuel Montenegro, doctor en derecho civil. Ca-
racas, 24 de abril de 1853.
cas, 3 de octubre de 1852.
Pro. Doctor Andrés Riera, doctor en teología. Caracas,
Pro. Doctor José Juan García, doctor en teología. Cara-
cas, 10 de octubre de 1852. 24 de abril de 1853.
Pro. Doctor José Antonio Uzcátegui, doctor en derecho Pro. Doctor Salustiano Crespo, doctor en teología. Cara-
canónico. Caracas, 10 de octubre de 1852. cas, 24 de abril de 1853.
Pro. Doctor Manuel Egui, doctor en teología. Caracas, Doctor Aquilino Ponte, doctor en medicina. Caracas, 24
10 de octubre de 1852. de abril de 1853.
Doctor Manuel María Ortiz, doctor en medicina. Cara- Doctor Simón Landa, doctor en medicina. Caracas, 24
cas, 10 de octubre de 1852. de abril de 1853.
Doctor Alejo Montes de Oca, doctor en derecho civil. Doctor José Montesinos, doctor en medicina. Caracas, 5
Caracas, 21 de octubre de 1852. de julio de 1853.
Doctor Bartolomé Salazar, doctor en medicina. Caracas, Doctor Gabriel Camacho, doctor en medicina. Caracas,
21 de octubre de 1852. 14 de mayo de 1854.
Doctor Francisco Padrón, doctor en medicina. Caracas, Doctor Federico Ponce, doctor en medicina. Caracas, 14
21 de de octubre de 1852. de mayo de 1854.
Doctor Lope Guaderrama, doctor en medicina. Caracas, Pro. Doctor Víctor José Diez, doctor en teología. Cara-
31 de octubre de 1852. cas, 14 de mayo de 1854.
Doctor Angel Martínez, doctor en medicina. Caracas, Doctor José Eugenio Domínguez, doctor en derecho ci-
31 de octubre de 1852. vil. Caracas, 14 de mayo de 1854.
Doctor Arístides Rojas, doctor en medicina. Caracas, Doctor Félix F. Quintero, doctor en derecho civil. Ca-
31 de octubre de 1852. racas, 14 de mayo de 1854.
LXXII INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Celedonio Rodríguez, doctor en derecho civil. Doctor Angel E. Rivas, doctor en medicina. Caracas,
Caracas, 14 de mayo de 1854. I? de agosto de 1856.
Doctor Manuel F. Samuel, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Casimiro Vegas Herrera, doctor en medicina. Ca-
racas, 14 de mayo de 1854. racas, I? de agosto de 1856.
Doctor Domingo Montbrún, doctor en medicina. Cara- Doctor José de J. López Alcalá, doctoren medicina. Ca-
cas, 8 de setiembre de 1854. racas, 5 de octubre de 1856.
Doctor Manuel Norberto Vetancourt, doctor en derecho Doctor José R. Hernández Bastardo, doctor en medicina.
civil. Caracas, 8 de setiembre de 1854. Caracas, 5 de octubre de 1856.
Doctor Guillermo Michelena, doctor en medieina. Cara- Doctor Laureano Báez, doctor en medicina. Caracas, 5
cas, 17 de setiembre de 1854. de octubre de 1856.
Doctor Agustín Istóriz, doctor en ambos derechos. Cara-
Doctor José Manuel Berrisbeitia, doctor en medicina.
cas, 5 de octubre de 1856.
Caracas, 17 de setiembre de 1854.
Doctor Mauuel Hernández Bastardo, doctor en derecho
Doctor José Manuel de los Ríos, doctor en medicina. Ca-
civil. Caracas, 5 de octubre de 1856.
racas, 17 de setiembre de 1851.
Doctor Manuel Felipe García, doctor en medicina. Ca-
Doctor Nicanor Guardia, doctor en medicina. Caracas,
racas, 12 de octubre de 1856.
17 de setiembre de 1854.
Doctor Vicente Manzo, doctor en medicina. Caracas, 12
Doctor Pedro E. Hernández, doctor en medicina. Cara-
de octubre de 1856.
cas, 24 de setiembre de 1854.
Pro. Doctor Rafael Hernández, doctor en teología. Ca-
Doctor Ramón C. Delgado, doctor en medicina. Caracas, racas, 19 de octubre de 1856.
24 de setiembre de 1854. Pro. Doctor Juan Francisco Avis, doctor en teología.
Pro. Doctor José Antonio Ponte, doctor en teología. Ca- Caracas, 19 de octubre de 1856.
racas, I*? de octubre de 1854. Doctor Pedro Gómez, doctor en medicina. Caracas, 19
Doctor Luis Betancourt, doctor en medicina. Caracas, i 9 de octubre de 1856.
de octubre de 1854. Doctor Bernardo Bermúdez, doctor en medicina. Caracas,
Doetor Ezequiel Contreras, doctor en medicina. Caracas,
19 de octubre de 1856.
I? de octubre de 1854. Doctor José Miguel Alcalá, doctoren medicina. Caracas,
Doctor Pedro Gómez Izasi, doctor en medicina. Caracas, 19 de octubre de 1856.
I? de octubre de 1854. Doctor Félix Moreno, doctor en medicina. Caracas, 19 de
Doctor José Urbano, doctor en medicina. Caracas, i? de octubre de 1856.
octubre de 1854. Doctor Andrés Eloy Meaño, doctor en medicina. Cara-
Doctor Antero Cabrera, doctor en medicina. Caracas, i? cas, 19 de octubre de 1856.
de octubre de 1854. Pro. Doctor Manuel V. Irady, doctor en teología. Cara-
Doctor Carlos Sosa, doctor en medicina. Caracas, 5 de cas, 2 de noviembre de 1856.
noviembre de 1854. Pro. Doctor Hipólito Alexandre, doctor en teología. Ca-
Doctor Antonio Carreño, doctor en medicina. Caracas, racas, 2 de noviembre de 1856.

5 de noviembre de 1854. Doctor Rafael Domínguez, doctor en derecho civil. Ca-


Doctor Hermógenes Rivero, doctor en medicina. Caracas, racas, 16 de noviembre de 1856.

5 de noviembre de 1854. Doctor Rafael Torres, doctor en medicina. Caracas, 16


Doctor Rafael Osío, doctor en medicina. Caracas, 5 de de noviembre de 1856.
noviembre de 1854. Doctor Ildefonso Riera, doctor en medicina. Caracas, 16
Doctor José Ramón García, doctoren medicina. Caracas, de noviembre de 1856.
de noviembre de 1854. Doctor Evaristo Montenegro, doctor en medicina. Cara-
5
Doctor Vicente Betancourt, doctoren derecho civil. Ca- cas, 16 de noviembre de 1856.

racas, 6 de enero de 1855. Doctor Felipe A. Espinosa, doctor en medicina. Cara-


Doctor Víctor Molowny, doctor en medicina. Caracas, cas, 16 de noviembre de 1856.
Doctor Ezequiel Gelambi, doctor en medicina. Caracas,
5 de enero de 1855.
8 de diciembre de 1856.
Doctor José María Amítesarove, doctor en medicina. Ca-
Doctor Manuel María Hícher, doctor en medicina. Cara-
racas, 6 de enero de 1855.
cas, 8 de diciembre de 1856.
Doctor Mariano Ascanio, hijo, doctor en medicina. Ca-
Doctor Ramón Montes de Oca, doctor en medicina. Cara-
racas, 6 de enero de 1855.
cas, 8 de diciembre de 1856.
Doctor Francisco Rodríguez, doctor en medicina. Cara-
Doctor Rafael Pérez, doctor en medicina. Caracas, 8 de
cas, 6 de enero de 1855.
diciembre de 1856.
Doctor Juan Bautista Rodríguez, doctor en medicina.
Doctor Manuel Vicente Díaz, doctor en medicina. Cara-
Caracas, 6 de enero de 1855.
cas, 12 de abril de 1857.
Doctor Arístides Umérez, doctor en medicina. Caracas,
Doctor Argimiro Gabaldón, doctor en medicina. Caracas,
6 de enero de 1855.
12 de abril de 1857.
Doctor Jesús María Fernández, doctor en medicina. Ca- Pro. Doctor José Antonio Rincón, doctor en cánones. Ca-
racas, 6 de enero de 1855.
racas, 17 de mayo de 1857.
Doctor Juan Vicente Mendible, doctoren medicina. Ca- Pro. Doctor José Martiarena, doctor en cánones. Cara-
racas, 23 de diciembre de 1855.
cas, 17 de mayo de 1857.
Doctor Pablo Bufanda, doctor en medicina. Caracas, 23 Doctor Francisco Díaz Rojas, doctor en derecho civil.
de diciembre de 1855. Caracas, 17 de mayo de 1857.
Doctor Eduardo Ortíz, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Luis Calcaño, doctor en derecho civil. Caracas, 17
I? de enero de 1856.
de mayo de 1857.
Doctor José Tadeo Monagas, hijo, doctoren derecho civil. Doctor José Gabriel Lugo, doctoren medicina. Caracas,
Caracas, i 9 de enero de 1856. 17 de mayo de 1857.
Doctor Marco A. Rojas, doctor en medicina. Caracas, 2 Doctor Juan Antonio Báez, doctor en medicina. Caracas,
de marzo de 1856. 17 de mayo de 1857.
Doctor Paulo E. Morales, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Martín J. Sanavria, doctor en derecho civil. Cara-
cas, 6 de abril de 1856. cas, 14 de junio de 1857.
Doctor Félix Martínez Egaña, doctor en derecho civil. Pro. Doctor Buenaventura Soto, doctor en teología. Cara-
Caracas, 6 de abril de 1856. cas, 15 de noviembre de 1857.
Doctor José Antonio Díaz, doctor en medicina. Caracas, Doctor Crescencio Montero, doctor en medicina. Caracas,
6 de abril de 1856. 15 de noviembre de 1857.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXIII

Pro. Doctor Cástor Silva, doctor en cánones. Caracas, 17 Doctor Mauricio Báez, doctor en derecho civil. Caracas,
de enero de 1858. 28 de abril de 1861.
Doctor José G. Rodríguez, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Eloy Lares, doctor en derecho civil. Caracas, 28
cas, 7 de febrero 1858. de abril de 1861.
Doctor José Francisco Solano, doctoren derecho civil. Doctor Felipe Lares, doctor en medicina. Caracas, 28 de
Caracas, 7 de febrero de 1858. abril de 1861.
Doctor Pablo Hernández, doctor en medicina. Caracas, Doctor Federico Villalobos, doctor en medicina. Caracas,
de julio de 1858. 28 de abril de 1861.
4
Doctor Facundo Vidal, doctoren derecho civil. Caracas, Doctor Tomás Tirado, doctor en medicina. Caracas, 28
de abril de 1861.
5 de diciembre de 1858.
Doctor Modesto Plaz, doctor en medicina. Caracas, 5 de Doctor Liborio Lovera, doctor en medicina. Caracas, 28
diciembre de 1851. de abril de 1861.
Doctor Rosendo Pérez, doctor en medicina. Caracas, 5 de Doctor Jorge Garrote, doctor en derecho civil. Caracas,
diciembre de 1858. 28 de abril de 1861.
Doctor José Vicente Rojas, doctor en medicina. Caracas, Pro. Doctor Miguel Antonio Baralt, doctor en cánones.
de diciembre de 1858. Caracas 5 de mayo de 1861.
5
Doctor Tomás Ruiz, doctor en derecho civil. Caracas, 5 Pro. Doctor Manuel J. Villanueva, doctor en teología.
Caracas, 5 de mayo de 1861.
de diciembre de 1858.
Doctor Fernando Key, doctor en medicina. Caracas, 16 Pro. Doctor Alberto González, doctor en teología. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
de enero de 1859.
Doctor Félix Ayala, doctor en derecho civil. Caracas, 16 Pro. Doctor Buenaventura Olivero, doctor en teología.
Caracas, 5 de mayo de 1861.
de enero de 1859.
Doctor Pedro Antonio Parra, doctor en medicina. Cara- Pro. Doctor José María Istúriz, doctor en teología. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Pro. Doctor Santiago Delgado, doctor en teología. Cara-
Doctor José de Jesús Freites, doctor en medicina. Cara-
cas, 5 de mayo de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Doctor Francisco Codecido Otálora, doctor en medicina.
Doctor Juan Bautista Gual, doctoren medicina. Caracas,
Caracas, 14 de julio de 1861.
6 de febrero de 1859.
Doctor Santiago Colom, hijo, doctor en medicina. Cara-
Doctor Manuel F. Pimentel, doctor en medicina. Cara-
cas, 14 de julio de 1861.
cas, 6 de febrero de 1859.
Doctor Felipe V. González, doctor en medicina. Caracas,
Pro. Doctor Antonio María Villoría, doctor en teología.
17 de noviembre de 1861.
Caracas, 25 de marzo de 1859.
Doctor Fernando Figueredo, doctor en derecho civil
Doctor Eloy Núñez, doctor en medicina. Caracas, 25 de
y canónico. Caracas, 13 de abril de 1862 y 22 de di-
marzo de 1859.
ciembre de 1877.
Pro. Doctor Efrén Cordero, doctor en teología. Caracas,
Doctor Miguel F. Sagarzazu, doctor en medicina. Cara-
25 de marzo de 1859. cas, 13 de abril de 1862.
Doctor Francisco Goicoechea, doctor en medicina. Ca-
Doctor Francisco de P. Acosta, doctor en medicina. Ca-
racas, 24 de abril de 1859.
racas, 13 de abril de 1862.
Doctor Ignacio Oropeza, hijo, doctor en medicina. Cara- Doctor Manuel María Ovalles, doctor en teología. Cara-
racas, 24 de abril de 1859.
cas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Leónidas Anzola, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Faustino Figueredo, doctor en medicina. Cara-
cas, 24 de abril de 1859.
cas, 8 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor Nicanor Rivero, doctor en teología. Cara- Doctor Fermín Lugo, doctor en medicina. Caracas,
cas, 17 de julio de 1859.
8 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor Gregorio Rodríguez, doctor en teología. Ca-
Doctor Manuel Vicente Montenegro, doctor en medici-
racas, 17 de julio de 1859.
na. Caracas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Aníbal Dominici, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Simón Silva, doctor en medicina. Caracas, 8
cas, 24 de julio de 1859.
de setiembre de I862.
Doctor Francisco C. Yepes, doctor en medicina. Caracas, Doctor Manuel María Urbaneja, doctor en filosofía.
2 de diciembre de 1860. Caracas, 8 de setiembre de 1862.
Doctor Manuel Durán, doctor en medicina. Caracas, 2 Doctor Wenceslao Monserrate, doctor en medicina.
de diciembre de 1860. Caracas, 28 de setiembre de 1862.
Doctor Manuel Dagnino, doctor en medicina. Caracas, 2 Doctor Sebastián Casañas, doctor en medicina. Cara-
de diciembre de 1860. cas, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Carlos L. Sánchez, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ramón E. Amitesarove, doctor en medicina.
2 de diciembre de 1860. Caracas, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Ramón López, doctor en medicina. Caracas, 2 de Doctor José Clavier, doctor en medicina. Caracas, 14
diciembre de 1860. de diciembre de 1862.
Doctor Francisco J. Narvarte, doctor en medicina. Cara- Doctor Carlos F. Cordero, doctor en medicina. Caracas,
cas, 16 de diciembre de 1S60.
14 de diciembre de 1862.
Doctor Rafael Villavicencio, doctor en medicina. Cara- Doctor Manuel Antonio Sifonte.s, doctor en medicina.
cas, 16 de diciembre de 1860. Caracas, 28 de diciembre de 1862.
Doctor Alejandro Frías, doctor en medicina. Caracas, 16 Doctor Florencio Oviedo, doctor en medicina. Caracas,
de diciembre de 1860. 28 de diciembre de 1862.
Doctor José Manuel Mancó, doctoren medicina. Caracas, Doctor Jorge González Rodil, doctor en cánones. Cara-
16 de diciembre de 1860. cas, 25 de marzo de 1863.
Doctor Carlos E. Rojas, doctor en medicina. Caracas, 16 Pro. doctor Antonio José Sucre, doctor en cánones.
de diciembre de 1860. Caracas, 25 de marzo de 1862.
Doctor José Antonio Méndez, doctoren medicina. Cara- Doctor Eulogio González, doctor en medicina. Cara-
cas, 16 de diciembre de 1860. cas, 31 de mayo de 1862.
Doctor Estanislao Landaeta, doctor en medicina. Caracas, Doctor Ignacio Escobar, doctor en medicina. Caracas,
16 de diciembre de 1860. 31 de mayo de 1863.
Pro. Doctor Pedro León Lovera, doctor en teología. Ca- Doctor Lisandro Díaz, doctor en medicina. Caracas, 31
racas, 20 de enero de 1861. de mayo de 1863.
LXXIV INSTRUCCION SUPERIOR

Pro.doctor Manuel Alpizar, doctor en teología. Cara- Doctor Nicolás Delgado, doctor en derecho civil. Ca-
cas, 2 de agosto de 1863. racas, 4 de junio de 1865.
Doctor Agustín Rodríguez Trilla, doctor en derecho Doctor Pablo Borjas, hijo, doctor en derecho civil. Ca-
civil. Caracas, 30 de agosto de 1863. racas, 4 de junio de 1865.
Doctor Ramón Montilla Troanes, doctor en derecho Doctor Teófilo Villegas, doctor en medicina y cirujía.
civil. Caracas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 4 de junio de 1865.
Doctor Juan Manuel Velázquez Level, doctor en medi- Doctor Pro. Manuel José Avila, doctor en teología.
cina. Caracas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 9 de julio de 1865.
Doctor José María Ibarra, doctor en medicina. Cara- Doctor Pro. Francisco Guevara, doctor en teología.
cas, 30 de agosto de 1863. Caracas, 9 de julio de 1865.
Maestro Jesús María Sistiaga, maestro en filosofía. Ca- Doctor Pro. Francisco Almeida, doctor en teología. Ca-
racas, 16 de abril de 1842. racas, 9 de julio de 1865.
Maestro Nicanor Cardier, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Jesús María Arroyo, doctor en teología. Cara-
9 de octubre de 1842. cas, 9 de julio de 1865.
Maestro Lino Hurtado, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Pro. Román Lovera, doctor en teología. Cara-
9 de octubre de 1842. cas, 21 de enero de 1866.
Maestro Carlos Piñero, maestro en filosofía. Caracas, Doctor Agustín Contasti, doctoren derecho civil. Ca-
20 de noviembre de 1842. racas, 10 de junio de 1866.
Doctor Ignacio Dugarte, doctor en derecho civil. Doctor Francisco Díaz Grafe, doctor en medicina y
Caracas, 24 de lebrero de 1864. cirujía. Caracas, 10 de junio de 1866.
Doctor Feliciano Acevedo, doctor en medicina y ciru- Doctor Diego Eugenio Chacón, doctor en filosofía. Ca-
jía. Caracas, 15 de mayo de 1864. racas, I? de julio de 1866.
Doctor Manuel Antonio Michelena, doctor en derecho Doctor Bartolomé Ortiz, doctor en medicina y cirujía.
civil y canónico. Caracas, 15 de mayo de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Trinidad Acuña, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Ildefonso Vásquez, doctor en medicina y cirujía.
racas, 15 de mayo de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor José Antonio Ramos Martínez, doctor en dere- Doctor Jorge Nevado, doctor en medicina y cirujía.
cho canónico. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor José María Graterol, doctor en medicina y ciru- Doctor Maximiano Rincón, doctor en medicina y ciru-
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. jía. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Henrique Urdaneta, doctor en medicina y ciru- Doctor Baldomcro Benítez, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Pro. Juan José Bolet, doctor en teología. Ca- Doctor Paulino Balbuena, doctor en medicina y cirujía.
racas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i? de julio de 1866.
Doctor Francisco E. Bustamante, doctor en medicina y Doctor Augusto Herrera, doctoren medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 2 de octubre de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Andrés Riera Silva, doctor en medicina y ciru- Doctor Antonio R. Hernández, doctor en medicina y
jía. Caracas, 2 de octubre de 1864. cirujía. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Carlos González Bona, doctor en medicina y Doctor César Espino, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 30 de octubre de 1864. Caracas, i 9 de julio de 1866.
Doctor Rosendo Pereira, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ignacio Ponte, doctor en medicina y ciru-
Caracas, 30 de octubre de 1864. jía. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Trinidad Figuera, doctor en teología. Caracas, Doctor Federico Tejera doctor en medicina y cirujía.
30 de octubre de 1864. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Pro. Elíseo Acuña, doctor en teología. Cara- Doctor Pablo A. Liendo, doctor en medicina y cirujía.
cas, 30 de octubre de 1864. Caracas, 29 de julio de 1866.
Doctor Alejandro Rotundo, doctor en medicina y ciru- Doctor Simón Vaamoude, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor José Eugenio Gómez, doctor en medicina y ci- Doctor Eladio L. Bello, doctor en medicina y cirujía.
rujía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor Manuel Antonio Urbina, doctor en medicina y Doctor Mariano Parra, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 18 de diciembre de 1864. Caracas, 12 de agosto de 1866.
Doctor Nicolás Reverón, doctor en medicina y cirujía. Doctor Juan Cuello, doctoren medicina y cirujía. Cara-
Caracas, 5 de febrero de 1865. cas, 31 de agosto de 1866.
Doctor Luis María Rodríguez Hernández, doctor en Doctor Pro. Antonio María Durán, doctor en derecho
medicina y cirujía. Caracas, 5 de febrero de 1865. canónico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel Isidro Osío, doctor en medicina y ci- Doctor Pro. Juan José Bolet, doctor en derecho canó-
rujía. Caracas, 5 de febrero de 1865. nico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Pro. José Angel García, doctor en teología. Ca- Doctor Pro. Pedro José Miserol, doctor en derecho ca-
racas, 5 de febrero de 1865. nónico. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Andrés Antonio Silva, doctor en derecho ci- Doctor Pro. Juan Jo.sé Tovar, doctor en teología. Ca-
vil. Caracas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel Antonio Diez, doctor en medicina y Doctor Pro. Pedro León Lovera, doctor en cánones.
cirujía. Cai'acas, 4 de junio de 1865. Caracas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Manuel María Urbaneja, doctor en derecho civil. Doctor Pro. Francisco Marvez, doctor en teología. Ca-
Caracas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Pedro Centeno, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Pro. José Regino Cuba, doctor en teología. Ca-
cas, 4 de junio de 1865. racas, 23 de setiembre de 1866.
Doctor Santiago Terrero, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Pro. Manuel Felipe Pereira, doctor en teología
racas, 4 de junio de 1865. y derecho canónico. Caracas, 13 de enero de 1867.
Doctor José Claro Tirado, doctor en medicina y ciru- Doctor Pro. Francisco Huerta, doctor en derecho canó-
jía. Caracas, 4 de junio de 1865. nico. Caracas, 31 de marzo de 1867.
Doctor José Luis Uzcanga, doctor en derecho civil. Doctor Pedro E. Campos, doctor en medicina y ciru-
Caracas, 4 de junio de 1865. jía. Caracas, 12 de julio de 1868.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXV

Doctor Fernando Tainayo, doctor en medicina y ciru- Doctor Alberto Guerra, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 12 de julio de 1868. Caracas, 20 de abril de 1873.
Doctor Salvador Plaza, doctor en medicina y cirujía. Doctor Fulgencio María Carias, doctor en derecho ci-
Caracas, 12 de julio de 1868. vil. Caracas, 15 de mayo de 1873.
Doctor Gerónimo Salazar, doctor en medicina y cirujía. Doctor Jesús María Portillo, doctor en derecho civil.
Caracas, 12 de julio de 1868. Caracas, 15 de mayo de 1873.
Doctor Antonio María Cárdenas, doctor en medicina y Doctor Diego Casañas Burguillos, doctor en derecho
cirujía. Caracas, 12 de julio de 1868. civil. Caracas, 10 de junio de 1873.
Doctor José de Jesús Gabaldón, doctor en medicina y Doctor Alfonso Rincón, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 2 de febrero de 1869. Caracas, 13 de julio de 1873.
Doctor Telésforo Oberto, doctor en medicina y cirujía. Doctor José María Núñez, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 2 de febrero de 1869. Caracas, 13 de julio de 1873.
Doctor Pro. Ladislao Amitesarove, doctor en teología. Doctor Alfredo Rincón, doctor en derecho civil. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 26 de octubre de 1873.
Doctor Simón W. Lazo, doctor en teología. Caracas, Doctor Pro. Virgilio L. Andrade, doctor en teología.
23 de mayo de 1869. Caracas, 23 de noviembre de 1873.
Doctor José déla Cruz Rodríguez, doctor en teología. Doctor Aguedo F. Alvarado, doctor en teología. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 23 de noviembre de 1873.
Doctor José Plaza, doctor en teología. Caracas, 23 de Doetor Manuel Russian, doctor en medicina y cirujía.
mayo de 1869. Caracas, 21 de diciembre de 1873.
Doctor Manuel Vicente Domínguez, doctor en teología. Doctor Tomás Lander, doctor en derecho civil. Cara-
Caracas, 23 de mayo de 1869. cas, 19 de abril de 1874.

Doctor Juan Pablo Wohnsiedler, doctor en teología. Doctor Raimundo Andueza Palacio, doctor en derecho
Caracas, 23 de mayo de 1869. civil. Caracas, 19 de abril de 1874.
Doctor Juan Bautista Castro, doctor en teología. Cara- Doctor Patricio Sánderson, doctor en medicina y ciru-
cas, 23 de mayo de 1869. jía. Caracas, 30 de mayo de 1874.
Doctor Jaime Antonio Picón, doctor en medicina y Doctor Gerónimo González, doctor en medicina y ciru-
cirujía. Caracas, 10 de marzo de 1870. jía. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Eugenio Morasso, doctor en medicina y cirujía. Doctor P. Daniel Rodríguez, doctor en medicina y
Caracas, 3 de abril de 1870. cirujía. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Teófilo Rodríguez, doctor en derecho canónico Doctor Pedro Arnal, doctor en medicina y cirujía.
y civil. Caracas, 4 de diciembre de 1870. Caracas, 13 de agosto de 1874.
Doctor Manuel Escuin, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ignacio Cardozo, doctoren medicina y ciru-
Caracas, 4 de diciembre de 1870. jía. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor José María Rodríguez Armas, doctor en medici- Doctor Manuel M. Ponte, doctor en medicina y cirujía.
na y cirujía. Caracas, 4 de diciembre de 1870. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor Domingo Céspedes, doctor en medicina y ciru- Doctor Ignacio Benítez, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 19 de febrero de 1871. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor José María Velázquez, doctor en medicina y Doctor Miguel A. Troconis, doctor en medicina y ci-
cirujía. Caracas, 19 de febrero de 1871. rujía. Caracas, 3 de setiembre de 1874.
Doctor Diego Cipriano Rodríguez, doctor en medicina Doctor Salvador Mena, doctor en medicina y cirujía.
y cirujía. Caracas, 19 de febrero de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Adolfo Frydensberg, doctor en medicina y ci- Doctor José Tomás Márquez, doctor en derecho civil.
rujía. Caracas, 16 de julio de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Santiago Gil, doctor en medicina y cirujía. Doctor Luis F. Guevara, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 16 de julio de 1871. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Pro. José Octaviano González, doctor en dere- Doctor Juan Francisco Castillo, doctor en derecho civil.
cho canónico. Caracas, 14 de abril de 1872. Caracas, 6 de setiembre de 1874.
Doctor Agustín Rodríguez, doctor en medicina y ciru- Doctor Manuel E. Uroza, doctor en cánones. Caracas,
jía. Caracas, 14 de abril de 1872. 25 de abril de 1875.
Doctor José Domingo Montero, doctor en medicina y Doctor Francisco Suárez, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 14 de abril de 1872. Caracas, 26 de mayo de 1875.
Doctor Lorenzo Figallo, doctor en derecho civil. Ca- Doctor Jesús María Rivas Mundaráin, doctor en medicina
racas, 28 de julio de 1872. y cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor José Alejandro Serrano’, doctor en medicina y Doctor Federico R. Chirinos, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 8 de setiembre de 1872. cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor Leónidas Agüero, doctor en medicina y cirujía. Doctor José Ildefonso Torrealba, doctor en medicina y
Caracas, 20 de octubre de 1872. cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor Rafael Cortez, doctor en medicina y cirujía. Doctor Luis A. Ibarra, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 20 de octubre de 1872. Caracas, 26 de setiembre de 1875.
Doctor José Angel Ruiz, doctor en medicina y cirujía. Doctor Ignacio Núñez, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 20 de octubre de 1872. Caracas, 26 de setiembre de 1875.
Gabriel Briceño Picón, doctor en medicina y cirujía. Doctor Juan Marcos Imery Riissian, doctoren medici-
Caracas, 5 de noviembre de 1872. na y cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1875.
Doctor José Francisco Rincón, doctor en medicina y Doctor Diego Bautista Barrios Parejo, doctor en derecho
cirujía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. civil. Caracas, 28 de noviembre de 1875.
Doctor Rafael Antonio García, doctor en medicina y Doctor Guillermo T. Villegas Pulido, doctor en dere-
cirujía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. cho civil. Caracas, 28 de noviembre de 1875.
Doctor Francisco Sánchez, doctor en medicina y ciru- Doctor Ceferino Hurtado, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Bogotá, incorporado en 2 de diciembre de 1875
Doctor Luis Mario Montero, doctoren medicina y ciru- Doctor Lorenzo Lucena, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Caracas, 23 de enero de 1876.
Doctor Juan de Jesús Rodríguez, doctor en derecho Doctor Francisco de Paula Méndez, doctor en teología.
civil. Caracas, 22 de diciembre de 1872. Caracas, 23 de enero de 1876.
L XXVI INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Camilo S. Michelena, doctor en medicina y ci- Doctor José Antonio Chávez, doctor en derecho civil.
Caracas, de julio de 1876. Caracas, 27 de octubre de 1878.
rujía. 23
Doctor Rodolfo Basalo, doctor en medicina y cirujía. Doctor Jesús María Llavaneras, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 28 de octubre de 1878.
Caracas, 23 de julio de 1876.
Doctor Francisco A. Rísquez, doctor en medicina y ci- Doctor Pedro Ignacio González, doctor en derecho
civil. Caracas, 28 de octubre de 1878.
rnjía. Caracas, 30 de julio de 1876.
Doctor Eladio S. Matute, doctor en medicina y cirujía. Doctor Rafael María Castillo, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 15 de diciembre de 1878.
Caracas, 30 de julio de 1876.
Doctor José de Jesús Olivares, doctor en medicina y
_

Doctor Antonio Ramella, doctor en medicina y cirujía.


cirujía. Caracas, 15 de diciembre de 1878.
Caracas, 30 de julio de 1876.
Doctor Miguel Machado, doctor en derecho civil. Cara- Doctor Eduardo Briceño Gabaldón, doctor en derecho
canónico. Mérida, incorporado el 7 de enero de 1878 á la
cas, 27 de agosto de 1876.
Doctor José de Jesús Paúl, doctor en derecho civil. Ilustre Universidad Central.
Doctor Antonio R. Silva, doctor en teología. Caracas,
Caracas, 27 de agosto de 1876.
Doctor Jesús María Sanavria, doctor en medicina y 8 de setiembre de 1879.
Doctor Pedro Herrera Tovar, doctor en medicina y
cirujía. Caracas, 27 de agosto de 1876.
cirujía. Caracas, 8 de setiembre de 1879.
Doctor Miguel Machado, doctor en medicina y cirujía.
Doctor Crispido Uzcátegui, doctor en teología. Cara-
Caracas, 3 de setiembre de 1876.
cas, 8 de setiembre de 1879.
Doctor Joaquín Oropeza, doctor en medicina y cirujía.
Doctor Candelario Oquendo, doctor en medicina y ciru-
Caracas, 4 de setiembre de 1876.
jía. Caracas, 22 de enero de 1880.
Doctor Francisco Filomena, doctor en medicina y ciru-
Doctor Manuel Montiel Pulgar, doctor en derecho civil.
jía. Caracas, 4 de setiembre de 1876.
Doctor Juan Antonio Peña, doctor en teología. Cara- Caracas, 23 de mayo de 1880.
Doctor Arturo Ayala, doctor en medicina y cirujía.
cas, 29 de octubre de 1876.
Doctor Eusebio Bejarano, doctor en teología. Caracas, Caracas, 1° de agosto de 1880.
octubre de 1876. Doctor Juan Bautista Tamayo, doctor en medicina y
29 de
cirujía. Caracas, i 9 de agosto de 1880.
Doctor Antonio Guznián Blanco, doctor en derecho
Doctor Guillermo Morales, doctor en medicina y cirujía.
civil. Caracas, 3 de diciembre de 1876.
Doctor Manuel María Valverde, doctor en medicina y Caracas, i 9 de agosto de 1880.
Doctor Diógenes Siverio, doctor en teología. Caracas,,
cirujía. Caracas, 8 de diciembre de 1876.
de agosto de 1880.
Doctor Eustaquio González, doctor en medicina y ciru- 5
Doctor Ladislao Castillo, doctor en medicina y cirujía.
jía. Caracas, 27 de diciembre de 1876.
Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Francisco de Asís Mejía, doctor en medicina y
Doctor Lorenzo Araujo, doctor en medicina y cirujía.
cirujía. Caracas, 27 de diciembre 1876.
Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Gil Martínez, doctor en teología. Caracas, 22 de
Doctor Joaquín H. Lamas, doctor en medicina y cirujía.
abril de 1877.
Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Euis Felipe Esteves, doctoren teología. Caracas,
abril de 1877.
Doctor Juan Aponte, doctor en medicina y cirujía.
22 de
Doctor Miguel Salazar, doctor en derecho civil. Cara- Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Leandro Herrera, doctor en medicina y cirujía.
cas, 29 de julio de 1877.
Doctor Silvestre Izaguirre, doctor en derecho civil. Ca- Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Rafael González Gómez, doctor en medicina y
racas, 29 de junio de 1877.
cirujía. Caracas, 5 de setiembre de 1880.
Doctor Felipe Sandrea, doctor en teología. Caracas, 30
Doctor Simón Montiel, doctor en medicina y cirujía.
de setiembre de 1877.
Doctor Juan José Herrera, doctoren derecho civil. Ca- Caracas, 5 de noviembre de 1880.
Doctor Luis A. Piña, doctor en derecho canónico. Ca-
racas, 30 de noviembre de 1877.
racas, 30 de noviembre de 1880.
Doctor José León Aguilar, doctor en teología. Caracas,
Doctor Antonio P. Mora, doctor en teología. Caracas,
30 de noviembre de 1877.
Doctor Miguel E. Palacio, doctor en filosofía. Caracas, 30 de noviembre de 1880.
Doctor Calixto González, doctor en teología. Caracas,
30 de noviembre de 1877.
Doctor José Gregorio F. Cordero, doctor en cánones. 30 de noviembre de 1880.
Doctor Elias Rodríguez, doctor en medicina y cirujía.
Caracas, 30 de noviembre de 1877.
Doctor Alejo Zuloaga, doctor en cánones. Caracas, 30 Caracas, 15 de diciembre de 1880.
Doctor Manuel Cadenas Delgado, doctor en derecho
de noviembre de 1877.
civil. Caracas, 15 de diciembre de 1880.
Doctor Carlos Alvarez, doctor en medicina y cirujía.
Doctor Agustín Aveledo, doctor en filosofía. Caracas,
Caracas, 22 de diciembre de 1877.
de diciembre de 1880.
Doctor Jesús Muñoz Tébar, doctor en filosofía. Caracas, 15
Doctor Olegario José Meueses, doctor en filosofía. Cara-
22 de diciembre de 1877.
Doctor Miguel Parra Picón, doctor en derecho civil. cas, 15 de diciembre de 1880.
Doctor Eduardo Calcaño, doctor en derecho civil.
Mérida, incorporado en 27 de noviembre de 1877 en la Ilus-
Caracas, 15 de diciembre de 1880.
tre LTniversidad Central.
Doctor José de Jesús Dávila, doctor en' derecho civil y Doctor Manuel C. Urbaneja, doctor en derecho civil.
Caracas, 28 de febrero de 1878. Caracas, 15 de diciembre de r88o.
canónico.
Doctor Domingo Alas, doctor en derecho civil. Caracas, Doctor Luis R. Zamora, doctor en medicina y cirujía.
marzo de 1878. Caracas, 31 de diciembre de 1880.
25 de
Doctor Teodardo González, doctor en derecho civil. Doctor Alberto Sniith, doctor en filosofía. Caracas, 4
Caracas, 28 de julio de 1878.
de setiembre de 1881.
Doctor Angel Barreto Lima, doctor en medicina y Doctor Alfredo Ravard, doctor en filosofía. Caracas,
cirujía. Caracas, 28 de julio de 1878. 27 de noviembre de 1881.
Doctor José Rafael Revenga, doctor en medicina y ci- Doctor Manuel Felipe Rodríguez, doctor en teología.
Caracas, 30 de noviembre de 1881.
rujia. Caracas, 28 de julio de 1878.
Doctor Martín Tamayo Pérez, doctor en medicina y Doctor Leopoldo Araujo Rojas, doctor en derecho ci-
vil. Caracas, 17 de enero de 1882.
cirujía. Caracas, 28 de julio de 1878.
.

Doctor Pedro Luengo, doctor en derecho civil. Cara- Doctor José C. Fnenmayor, doctor en derecho civil.
Caracas, 12 de marzo de 1882.
cas, 30 de agosto de 1878.
— — — — —

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I?i*esiclciites Coiistitiicioiialos <le Voiioxiiolti iíü»:3i — lí^o^

I General José Antonio Pttez. 2 Dr. José María Vargas. 3 General Carlos Soublette.— 4 General José Tadeo Monagas. 5 General José Gregorio Monagas.
6 Manuel Felipe de Tovar. — 7 Mariscal Juan Crisóstomo Falcón. — 8 General Antonio Guzmán Blanco. 9 General Francisco Linares Alcántara.
10 General Joaquín Crespo. — ii Dr. Juan Pablo Rojas Paúl. 12 Dr. Raimundo Andueza Palacio.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXVII

Doctor Victoriano Márquez Bustillos, doctor en derecho Licenciado José Tomás Quintero, licenciado en teología,
civil. Caracas, sS de mayo de 1882. 28 de enero de 1813. /ii|K

Doctor Tulio Vásquez, doctor en medicina y cirujía. Licenciado Rafael Arvelo, licenciado en derecho civil, 29
Caracas, 30 de julio de 1882. de julio de 1820.
Doctor Ramón Hernández Matute, doctor en medicina Licenciado Antonio González, licenciado en teología, 9
de noviembre de 1820.
y cirujía. Caracas, 30 de julio de 1882.
Doctor Manuel Jiménez Cruz, doctor en medicina y Licenciado Juan Nepomuceno Orta, licenciado en derecho
cirujía. Caracas, 30 de julio de 1882. civil, 9 de julio de 1831.

Doctor Pedro María Brito González, doctor en derecho Licenciado José María Ramírez, licenciado en derecho ci-
civil. Caracas, 30 de julio de 1882. vil, 9 de noviembre de 1831.

Doctor Luis Aguerrevere Pacanins, doctor en medicina Licenciado Juan Jacinto Rivas, licenciado en derecho ci-
cirujía. Caracas, 6 de agosto de 1882. vil, 12 de noviembre de 1831.
y
Doctor Tomás Aguerrevere Pacanins, doctor en medi- Licenciado Manuel Rivas, licenciado en derecho civil, 5
cina y cirujía. Caracas, 6 de agosto de 1882. de noviembre de 1832.
Doctor Ramón Penzini, doctor en derecho civil. Cara- Licenciado José Francisco Cobos Fuertes, licenciado en
cas, 20 de agosto de 1882. derecho civil, 7 de febrero de 1833.
Doctor Nicomedes Zuloaga, doctor en derecho civil. Licenciado Andrés Oropeza, licenciado en derecho civil,
Caracas, 20 de agosto de 1882. 25 de mayo de 1833.
Doctor Antonio María Díaz, doctor en derecho civil. Licenciado Miguel G. Maya, licenciado en derecho civil,
Caracas, 20 de agosto de 1882. 15 de' octubre de 1834.
Doctor Maximiliano Iturbe, doctor en medicina y ciru- Licenciado Gerónimo Pérez, licenciado en derecho civil,
jía. Caracas, 20 de agosto de 1882. 24 de noviembre de 1834.
Doctor Luis Felipe Blanco, doctoren medicina y ciru- Licenciado José Cruz Monascal, licenciado en derecho ci-
jía. Caracas, 20 de agosto de 1882. vil, 25 de noviembre de 1834.
Doctor Juan Pedro Chuecos, doctor en medicina y Licenciado Francisco Gárate, licenciado en derecho civil,
cirujía. Caracas, 20 de agosto de 1882
24 de marzo de 1835.
Doctor Benigno Campos, doctor en medicina y cirujía. Licenciado Rodrigo Nicolás Briceño, licenciado en dere-
Caracas, 20 de agosto de 1882. cho civil, 19 de diciembre de 1835.
'
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, doctor en derecho ci- Licenciado Luis Arévalo, licenciado en derecho civil, 26
vil. Caracas, 2 de noviembre de 1882. de febrero de 1S36.
Doctor Rafael Seijas, doctor en derecho civil. Caracas, Licenciado Felipe Sojo, licenciado en derecho civil, ii de
2 de noviembre de 18S2. noviembre de 1836.
Doctor José Tomás Urdaneta, doctor en derecho civil. Licenciado Carlos Requena, licenciado en filosofía, 28 de
Caracas, 30 de noviembre de 1882. octubre de 1836.
Doctor José María Gil, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado Mariano Arteaga, licenciado en derecho civil,
Caracas, 3 de diciembre de 1882.
10 de diciembre de 1836.
Doctor Martín Herrera, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado Marcelino Rodríguez, licenciado en medicina,
Caracas, 3 de diciembre de 1882.
18 de enero de 1837.
Doctor Jesús María Sauce, doctor en medicina y cirujía.
Licenciado José María Hurtado, licenciado en derecho ci-
Caracas, 23 de diciembre de 1882.
vil, II de febrero de 1837.
Licenciado Mateo Esteves, licenciado en derecho civil,
21 de abril de 1837.
CATÁLOGO DE LOS LICENCIADOS QUE NO HAN UECIBILO EL Licenciado Ramón Alcántara, licenciado en derecho ci-
GRADO DE DOCTOR EN ESTA ILUSTRE UNIVERSIDAD vil, 2 dejunio de 1837.
CENTRAL, DESDE SU FUNDACIÓN EN 1725 HASTA EL 3I Licenciado Francisco Javier Yanes, licenciado en derecho
civil, 14 de junio de 1837.
DE DICIEMBRE DE 1882, FORMADO DE ORDEN DE LA RES-
Licenciado Pedro Rafael Peraza, licenciado en derecho
PETABLE JUNTA DE INSPECCIÓN Y GOBIERNO.
civil, 5 de agosto de 1837.

Licenciado Miguel Morillo, licenciado en derecho civil, Licenciado Juan Antonio Jiménez, licenciado en medici-
na, 20 de setiembre de 1837.
13 de setiembre de 1747.
Licenciado Pedro Verois, licenciado en cánones, 23 de Licenciado Cristóbal Mendoza, licenciado en derecho ci-
vil, 27 de enero de 1838.
octubre de 1748.
Licenciado José Hernández, licenciado en teología, 27 Licenciado Miguel María de Casas, licenciado en derecho
civil, 3 de abril de 1838.
de junio de 1749.
Licenciado Francisco Oropeza, licenciado en cánones, Licenciado Juan Martínez, licenciado en derecho civil,
14 de noviembre de 1838.
25 de noviembre de 1751.
Licenciado Rafael Monserrate, licenciado en cánones, Licenciado Vicente Linares, licenciado en medicina, 15
18 de mayo de 1763. de diciembre de 1838.
Licenciado Pedro Muñoz, licenciado en cánones, i 9 de Licenciado José Ibarrolabnru, licenciado en derecho civil,
junio de 1763. 12 de diciembre de 1840.
Licenciado Mannel Tirado, licenciado en teología, 18 Licenciado Narciso Fragachán, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1765. vil, 6 de junio de 1840.
Licenciado Marcos Rivas, licenciado en teología, 6 de Licenciado Jesús María Sistiaga, licenciado en filosofía, 8
julio de 1791. de abril de 1842.
Licenciado José Rafael Naranjo, licenciado en teología, Licenciado Juan Jo.sé Mendoza, licenciado en derecho ci-
13 de de diciembre de 1797. vil, 9 de setiembre de 1842.
Licenciado Salvador Delgado, licenciado en teología, Licenciado Juan de la Cruz Carreño, licenciado en dere-
23 de agosto de 1798. cho civil, 6 de junio de 1842.
Licenciado Juan Antonio Zárraga, licenciado en derecho Licenciado Angel Aguerrevere, licenciado en medicina,
civil, 27 de julio de 1800. 6 de junio de 1S42.
Licenciado Manuel Monserrate, licenciado en teología, Licenciado Nicanor Cardier, licenciado en filosofía, 14 de
19 de noviembre de 1800. junio de 1842.
Licenciado José Félix Roscio, licenciado en teología, 27 Licenciado Lino Mercedes Hurtado, licenciado en filoso-
de noviembre de 1800. fía, 13 de setiembre de 1842.
LXXVIII INSTRUCCION SUPERIOR

Licenciado Gregorio Cegarra, licenciado en derecho civil, Licenciado Nicanor Cardier, licenciado en derecho ci-
16 de setiembre de 1842. vil, 30 de julio de 1847.
Licenciado Carlos Pinero, licenciado en filosofía, 17 de di- Licenciado Urbano Herrera, licenciado en derecho ci-
ciembre de 1842. vil, 14 de setiembre de 1847.
Licenciado Nicolás Toledo, licenciado en derecho civil, Licenciado Eugenio A. Rivera, licenciado en derecho
15 de octubre de 1842. civil, 18 de setiembre de 1847.
Licenciado Alberto Rojas, licenciado en derecho civil, 29 Licenciado Miguel R. García, licenciado en derecho
de octubre de 1842. civil, 9 de octubre de 1S47.
Licenciado Nicolás Garisa, licenciado en derecho civil, 10 Licenciado Ramón Sandoval, licenciado en derecho ci-
de noviembre de 1842. vil, 23 de noviembre de 1847.
Licenciado Manuel Acosta, licenciado en derecho civil, Licenciado Pablo Ucelai, licenciado en derecho civil,
12 de noviembre de 1842. 10 de enero de 1848.
Licenciado Cecilio Acosta, licenciado en filosofía, 15 de Licenciado Bonifacio Umanes, licenciado en medicina,
noviembre de 1842. 12 de enero de 1848.
Licenciado Miguel Herrera, licenciado en medicina, 22 Licenciado Domingo Villardiel, licenciado en derecho
de noviembre de 1842. civil, 27 de junio de 1848.
Licenciado Gabriel Ramos, licenciado en medicina, 18 Licenciado Eusebio Baptista, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1842. vil, 23 de setiembre de 1848.
Licenciado Francisco Siso, licenciado en medicina, 15 Licenciado Cecilio Acosta, licenciado en derecho civil,
de julio de 1843. 31 de octubre- de 1S48.
Licenciado Manuel Eusebio Irigoyen, licenciado en Licenciado Daniel Mendoza, licenciado en derecho ci-
medicina, 30 de julio de 1843. vil, 6 de diciembre de 184S.
Licenciado Rafael Martínez, licenciado en derecho civil, Licenciado Ramón Isidro Montes, licenciado en derecho
17 de octubre de 1843. civil, 12 de diciembre de 1848.
Licenciado Joaquín Hernández, licenciado en derecho Licenciado José María Machado, licenciado en derecho
civil, 24 de noviembre de 1843. civil, 13 de diciembre 1848.
Licenciado Diego Luis Troconis, licenciado en derecho Licenciado Ramón Ramírez, licenciado en derecho ci-
civil, 24 de enero de 1844. vil, 6 de febrero de 1849.
Licenciado Pedro Monsalve, licenciado en derecho ci- Licenciado Juan de Mata Ovalles, licenciado en derecho
vil, 9 de octubre de 1844. civil, 27 de marzo de 1849.
Licenciado Luis Sanojo, licenciado en derecho civil, 30 Licenciado Pablo Acosta, licenciado en derecho civil,
de octubre de 1844. 29 de marzo de 1849.
Licenciado Jesús María Sistiaga, licenciado en derecho Licenciado Leonardo Brito, licenciado en medicina, 26
civil, 20 de diciembre de 1844. de setiembre de 1849.
Licenciado José María Lucena, licenciado en derecho Licenciado José María Domínguez, licenciado en medici-
civil, 21 de diciembre de 1844. na, 7 de noviembre de 1849.
Licenciado Bartolomé Pebres Cordero, licenciado en Licenciado Jesús María González, licenciado en medici-
derecho civil, 14 de mayo de 1844. na, 6 de febrero de 1850.
Licenciado Antonio Pineda, licenciado en derecho civil, Licenciado Gerónimo González, licenciado en derecho
30 de mayo de 1844. civil, 21 de febrero de 1850.
Licenciado Mateo Agujlar, licenciado en teología, 3 de Licenciado Lucio Pulido, licenciado en derecho civil, 13
junio de 1844. de mayo de 1850.
Licenciado José Antonio Rodríguez, licenciado en de- LicenciadoFrancisco Sevillano, licenciado en medicina,
recho civil ,16 de setiembre de 1845. 29 de mayo de 1850.
Licenciado Manuel Delgado, licenciado en derecho civil, Licenciado Juan de la Trinidad Cazorla, licenciado en
14 de octubre de 1845. derecho civil, 5 de junio de 1850.
Licenciado Lucio Siso, licenciado en derecho civil, 18 Licenciado Marcelino Medina, licenciado en medicina, 8
de noviembre de 1845. de noviembre de 1850.
Licenciado Candelario Valera, licenciado en medicina, Licenciado Félix González Delgado, licenciado en dere-
29 de abril de 1846. cho civil, 19 de noviembre de 1851.
Licenciado Miguel Carmoua, licenciado en derecho ci- Licenciado Ramón Moreno, licenciado en derecho civil,
vil, 30 de abril de 1846.
5 de julio de 1851.
Licenciado Toribio Briceño, licenciado en derecho ci- Licenciado Juan de Dios Morales, licenciado en filosofía,
vil, 20 de octubre de 1846. 28 de julio de 1852.
Licenciado Carlos Piñero, licenciado en derecho civil, Licenciado Lino J. Revenga, licenciado en filosofía, 29
30 de setiembre de 1846. de julio de 1852.
Licenciado Juan de Dios Méndez, licenciado en derecho Licenciado Gregorio Fidel Méndez, licenciado en filosofía,
civil, I? de octubre de 1846. 30 de julio de 1852.
I/icenciado Rafael Echezuría, licenciado en medicina, Licenciado Eduardo Castro, licenciado en filosoíía, 31 de
21 de noviembre de 1846. de julio de 1852.
Licenciado Andrés Herrera, licenciado en medicina, 16 Licenciado José Antonio Huizi, licenciado en derecho ci-
de diciembre de 1846. vil, 2 de agosto de 1852,
Licenciado Lino Hurtado, licenciado en derecho civil, Licenciado Rafael González Delgado, licenciado en de-
5 de enero de 1S47. recho civil, 13 de setiembre de 1852.
Licenciado Francisco Pimentel y Roth, licenciado en Licenciado Antonio Ednardo, licenciado en derecho civil,
derecho civil, 6 de marzo de 1847. 25 de setiembre de 1852.
Licenciado Lorenzo Tamayo, licenciado en derecho ci- Licenciado José Félix Soto, licenciado en derecho civil,
vil, iV de mayo de 1847.
5 de octubre de 1852.
Licenciado Juan de Dios Morales, licenciado en derecho Licenciado Francisco J. Mármol, licenciado en derecho
civil, 22 de mayo de 1847. civil, 20 de octubre de 1S52.
Licenciado Rafael Lozada, licenciado en derecho civil, Licenciado Francisco G. Pardo, licenciado en derecho ci-
25 de mayo de 1847. vil, 23 de octubre de 1852.
Licenciado Abdénago Espinosa, licenciado en medici- Licenciado Carlos Moreno, licenciado en medicina, 6 de
na, 8 de julio de 1847. noviembre de 1832.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXIX

Licenciado Juan José Briceño, licenciado en medicina 23 Licenciado Rosendo Gómez, licenciado en medicina y ci-
de noviembre de 1852. rujía, 4 de marzo de 1859.
Licenciado Antonio Palacios, licenciado en filosofía, 29 Licenciado Domingo Céspedes, licenciado en medicina y
de noviembre de 1852. cirujía, 4 de mayo de i%9-
Licenciado Crii,z Llamozas, licenciado en medicina, 10 de Licenciado Pedro Blanco, licenciado en derecho civil, 21
diciembre de 1852. de setiembre de 1860.
Licenciado Isaías Herrera, licenciado en medicina, 16 de Licenciado Antonio Hernández, licenciado en derecho ci-
diciembre de 1852. vil, 22 de setiembre de 1860.
Licenciado Ceferino Bello, licenciado en medicina, 5 de Licenciado Pacífico Gual, licenciado en derecho civil, 9
de enero de 1853. de octubre de 1860.
Licenciado Rufino Reverón, licenciado en derecho civil, Licenciado Francisco Umérez, licenciado en derecho ci-
20 de enero de 1853. vil, 3 de noviembre de 1860.
Licenciado Paulo Emilio Pardo, licenciado en medicina, Licenciado Federico Pimentel, licenciado en derecho ci-
5 de febrero de 1853. vil, 24 de noviembre de 1860.
Licenciado Vicente Amparan, licenciado en medicina, 26 Licenciado Graciliano González, licenciado en medicina
de febrero de 1853. y cirujía, 30 de noviembre de 1860.
Licenciado Zacarías Briceño, licenciado en derecho civil, Licenciado Luis Mateo Céspedes, licenciado en derecho ci-
14 de junio de 1853. vil, II de diciembre de 1860.
Licenciado Antonio Palacios, licenciado en derecho civil, Licenciado Valentín Espinal, licenciado en derecho civil,
26 de noviembre de 1853. 5 de diciembre de 1860.
Licenciado Luis Rodríguez, licenciado en derecho civil, Licenciado Belisario Gallegos, licenciado en medicina y
16 de marzo de 1854. cirujía, 12 de enero de 1861.
Licenciado Juan Cazorla, licenciado en cánones, 18 de Licenciado Tomás Castillo Alvarenga, licenciado en de-
marzo de 1854. recho civil, 15 de enero de 1861.
Licenciado Ricardo Espinal, licenciado en medicina, 30 Licenciado Pedro Delgado, licenciado en derecho civil,
de mayo de 1854. 25 de enero de 1861.
Licenciado Juan de Dios Roo, licenciado en medicina, 15 Licenciado Manuel Ponce de León, licenciado en medi-
de julio de 1854. cina y cirujía, 20 de febrero de 1861.
Licenciado Gregorio Méndez, licenciado en medicina y Licenciado Juan Nepomuceno Urdaneta, licenciado en de-
cirujía, 25 de julio de 1854. recho civil, 6 de abril de 1861.
Licenciado José María Hurtado, licenciado en derecho Licenciado Francisco E. Caballero, licenciado en derecho
civil, 30 de setiembre de 1854. civil, 28 de junio de 1861.
Licenciado Ramón Antonio Parra, licenciado en teología, Licenciado José Cardozo, licenciado en medicina y cirujía,
25 de enero de 1855. II de julio de 1861.
Licenciado Jesús María Pérez, licenciado en derecho civil, Licenciado Santiago María Rodríguez, licenciado en de-
16 de marzo de 1855. recho civil, 19 de diciembre de 1861.
Licenciado Félix María Escorcha, licenciado en derecho Licenciado Antonio María Iriarte, licenciado en derecho
civil, 20 de junio de 1855. civil, 13 de junio de 1861.
Licenciado Vidal Pérez, licenciado en derecho civil, 27 de Licenciado Diego B. Urbaneja, licenciado en derecho ci-
junio de 1855. vil, 30 de julio de 1S62.
Licenciado Angel Fermín Ramírez, licenciado en derecho Licenciado Simón Zárraga, licenciado en derecho civil,
civil, 26 de octubre de 1855. 31 de julio de 1862.
Licenciado Eustaquio González, licenciado en medicina Licenciado Jesús María Morales Marcano, licenciado en
y cirujía, 17 de noviembre de 1855. derecho civil, 16 de setiembre de 1862.
Licenciado Ensebio Díaz, licenciado en derecho civil, 26 Licenciado Santiago Ibarra, licenciado en derecho civil,
de enero de 1856. 31 de octubre de 1862.
Licenciado Miguel Caballero Herrera, licenciado en me- Licenciado Heraclio Ortiz, licenciado en derecho civil,
dicina y cirujía, 23 de julio de 1856. 7
de noviembre de 1862.
Licenciado Eladio Lara, licenciado en medicina y cirujía, Licenciado Teófilo Hurtado, licenciado en derecho civil,
31 de julio de 1856. 16 de mayo de 1863.
Licenciado José Vallenilla Cova, licenciado en medicina Licenciado Federico Izaguirre, licenciado en derecho ci-
y cirujía, 15 de octubre de 1856. vil, 26 de mayo de 1863.
Licenciado Miguel Zárraga, licenciado en derecho civil, Licenciado Carlos Salom, licenciado en derecho civil, de
3
7 de noviembre de 1856. junio de 1863.
Licenciado José Rojas Paúl, licenciado en medicina y ci- Licenciado Francisco de P. Vásquez, licenciado en dere-
rujía, 12 de diciembre de 1856. cho civil, 27 de junio de 1863.
Licenciado Jorge Ríos, licenciado en medicina y cirujía, Licenciado Elias Reverón, licenciado en derecho civil, 25
25 de diciembre de 1856. de julio de 1863.
Licenciado Joaquín Caraballo, licenciado en medicina y Licenciado Eduardo Gárate, licenciado en derecho civil,
cirujía, 14 de enero de 1857.
4
de agosto de 1863.
Licenciado Manuel M. Martínez, licenciado en derecho Licenciado Jaime Roberto Sánderson, licenciado en dere-
civil, 6 de mayo de 1857. cho 22 de agosto de 1863.
civil,
Licenciado Carlos F. Bigott, licenciado en medicina y Licenciado Pedro Bermúdez, licenciado en derecho civil,
cirujía, 12 de agosto de 1857.
29 de agosto de 1863.
Licenciado Fernando G. Meza, licenciado en derecho ci- Licenciado Santiago Ponce de León, licenciado en medi-
vil, 10 de setiembre de 1857. cina y cirujía, 31 de octubre de 1863.
Licenciado Rafael Rodríguez, licenciado en medicina y Licenciado Juan Manuel Riera, licenciado en derecho ci-
cirujía, 30 de octubre de 1857. vil, 14 de noviembre de 1863.
Licenciado Carlos A. Rodríguez, licenciado en teología, Licenciado Arbonio Pérez, licenciado en derecho civil,
12 de diciembre de 1857. 3
de diciembre de 1863.
Licenciado José Gregorio Solano, licenciado en filosofía, Licenciado Brígido Natera, licenciado en derecho civil, 12
2 de marzo de 1858. de abril de 186^.
Licenciado Emeterio Fornes, licenciado en medicina licenciado Andrés González, licenciado en medicina
y y
cirujía, 23 de octubre de 1858. cirujía, 21 de mayo de 1864.
LXXX INSTRUCCION SUPERIOR

Licenciado Manuel María Díaz, licenciado en medici- Licenciado Miguel Carabaño, licenciado en derecho
na y cirnjía, i6 de julio de 1864. civil, 5 de setiembre de 1868.
Licenciado Manuel M. Anrrecoechea, licenciado en Licenciado Diego Amitesarove, licenciado en medicina
medicina y cirnjía, 20 de julio de 1864. y cirujía, 16 de diciembre de 1868.
Licenciado Santiago Izaguirre, licenciado en medicina Licenciado José Antonio Hernández, licenciado en me-
cirnjía, 20 de julio de 1864. dicina y cirujía, 23 de enero de 1869.
y
Licenciado José María González Tovar, licenciado en Licenciado Luis María Castillo, licenciado en derecho
derecho civil, 23 de julio de 1864. civil. 13 de mayo de 1869.
Licenciado Manuel L- Hurtado, licenciado en derecho Licenciado Cristóbal Mendoza, licenciado en derecho
civil, I? de setiembre de 1864. civil, II de junio de 1869.
Licenciado Nicolás Ascanio, licenciado en derecho ci- Licenciado Felipe Aguerrevere, licenciado en derecho
vil, 15 de setiembre de 1864. civil, 12 de junio de 1869.

Licenciado Froilán Correa, licenciado en medicina y Licenciado Juan Jo.sé Mendoza, hijo, licenciado en dere-
cirnjía, 22 de setiembre de 1865. cho civil, 30 de junio de 1869.
Licenciado Nicolás Anzola, licenciado en derecho civil, Licenciado Ramón Parra Picón, licenciado en medici-
22 de setiembre de 1864. na y cirujía, 22 de julio de 1870.
Licenciado IMiguel María Rodríguez, licenciado en Licenciado Carlos Urrutia, licenciado en derecho civil,
derecho civil, 22 de setiembre de 1864. 10 de diciembre de 1870.
Licenciado Pedro José Coronado, licenciado en derecho Licenciado Francisco María Villarroel, licenciado en
civil, 6 de octubre de 1864. derecho civil, 24 de marzo de 1871.
Licenciado Santos Ortega, licenciado en derecho civil, Licenciado Rómulo E. D’ Aubeterre, licenciado en
27 de octubre de 1864. medicina y cirujía, 21 de abril de 1871.
Licenciado Ramón Pompa, licenciado en derecho civil, Licenciado Asunción Farreras, licenciado en medicina
28 de octubre de 1864. y cirujía, 24 de julio de 1872.
Licenciado Angel María Díaz, licenciado en derecho Licenciado Ricardo M. Núñezy Núñez, licenciado en
civil, 12 de noviembre de 1864. derecho civil, 22 de octubre de 1872.
Licenciado Fernando Burgnillos, licenciado en derecho Licenciado Alfredo Machado, licenciado en medicina
civil, 30 de diciembre de 1864. Y cirujía, 16 de noviembre de 1872.
Licenciado Teóíilo Trujillo, licenciado en medicina y Licenciado Ensebio Bejarano, licenciado en cánones, 13
cirnjía, 31 de diciembre de 1864. de enero de 1873.
Licenciado José Urbano Olivares, licenciado en medi- Licenciado Lorenzo S. Mendoza, licenciado en medici-
cina y cirnjía, 24 de febrero de 1865. na y cirnjía, 5 de marzo de 1873.
Licenciado Miguel Gerónimo Arroyo, licenciado en Licenciado Francisco Izquierdo, licenciado en teología,
derecho civil, 28 de marzo de 1865. 11 de marzodei873.
Licenciado Laureano Villanueva, licenciado en medi- Licenciado José M. Cepeda Pinillo, licenciado en dere-
cina y cirnjía, 29 de abril de 1865. cho civil, 26 de abril de 1873.
Licenciado José Manuel Barceló, licenciado en derecho Licenciado Aniceto Ramírez, licenciado en medicina y
civil, 17 de mayo de 1865. cirujía, 28 de junio de 1873.

Licenciado Francisco Suárez, licenciado en medicina Licenciado Ramón Seijas, licenciado en derecho civil,
I? de abril de 1874.
y cirnjía, 2 de setiembre de 1865.
Licenciado Andrés A. Pérez, licenciado en medicina Licenciado Camilo Alfaro, licenciado en derecho civil,
y cirnjía, 2 de setiembre de 1865. 15 de abril de 1874.
Licenciado Jesfis María Pereira, licenciado en derecho Licenciado José Martínez Maíz, licenciado en derecho
civil, 18 de noviembre de 1865. civil, 21 de abril de 1874.
Licenciado José María Ruiz, licenciado en derecho ci- Licenciado José Rafael Pacheco, licenciado en derecho
vil, i” de diciembre de 1885. civil, 28 de abril de 1874.
Licenciado |osé Rafael Briceño, licenciado en medici- Licenciado Fernando Urdaneta, licenciado en derecho
na y cirnjía, 22 de diciembre de 1865. civil, 20 de junio de 1874.
Licenciado Domingo J. Guzmán Bastardo, licenciado Licenciado Luis Ortega, licenciado en medicina y ci-
en medicina y cirnjía, 14 de julio de 1866. rujía, 31 de octubre de 1874.

Licenciado Juan José Rangel, licenciado en medicina y Licenciado Francisco Trujillo Bello, licenciado en me-
dicina y cirujía, 12 de diciembre de 1874.
cirnjía, i? de agosto de 1866.
Licenciado Luis Ignacio Guevara, licenciado en teolo- Licenciado Federico Urbano, licenciado en derecho ci-
gía, 2 de agosto de 1866. vil, 24 de julio de 1875.
Licenciado Juan Lorenzo Cordero, licenciado en medi- Licenciado Luis Laloubie, licenciado en medicina y
cina y cirujía, 23 de febrero de 1867. cirujía, 31 de julio de 1875.
Licenciado Simón Barceló, licenciado en medicina y Licenciado Manuel Araujo, licenciado en medicina y
cirujía, 5 de abril de 1867. cirujía, 7 de setiembre de 1875.
Licenciado Vicente Benítez, licenciado en derecho ci- Licenciado Narciso López Camacho, licenciado en me-
vil, 14 de mayo de 1867. dicina y cirnjía, 19 de noviembre de 1875.
Licenciado Mariano Diez, licenciado en derecho civil, Licenciado Nicolás María Olivares, licenciado en teo-
I? de agosto de 1867.
.
logía, 20 de noviembre de 1875.

Licenciado Graciano Riera Aguinagalde, licenciado en Licenciado Eduardo Ezpelosín, licenciado en derecho
cánones, 10 de agosto de 1867. civil, 4 de diciembre de 1875.
Licenciado Juan Pablo Diez, licenciado en derecho ci- Licenciado Helímenas F'inol, licenciado en medicina y
vil, 13 de febrero de 186S. cirujía, 16 de diciembre de 1875.
Licenciado Manuel Castro, licenciado en medicina y Licenciado Miguel Villalobos, licenciado en medicina
cirujía, II de julio de 1868. y cirujía, 8 de abril de 1876.
Licenciado Andrés Agnerrevere, licenciado en medici- Licenciado José R. Mejías, licenciado en medicina y ci-
na y cirnjía, 16 de julio de 1868. rnjía, 15 de julio de 1876.
Licenciado Gerónimo A. Blanco, licenciado en medici- Licenciado Pedro José Saavedra, licenciado en derecho
na y cirnjía, 17 de julio de 1868. civil, 12 de agosto de 1876.
Licenciado Eduardo Célis, licenciado en medicina y Licenciado Manuel Palacios Renjifo, licenciado en me-
cirnjía, 6 de agosto de 1868. dicina y cirujía, 10 de agosto de 1877.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXI

Licenciado Eliodoro Pineda, licenciado en derecho ci- J.icenciado Manuel María Roo, licenciado en medicina
vil, 13 de agosto de 1877. y cirnjía, 26 de julio de 1882.
Licenciado Jnan de Dios Méndez, licenciado en derecho Licenciado Atilano Vizcarrondo, licenciado en medicina
civil, 14 de agosto de 1877. y cirujía, 2 de agosto de 1882.
Licenciado Miguel R. Ruiz, licenciado en medicina y Licenciado Francisco de Paula Quintero, licenciado en
cirnjía, 14 de agosto de 1877. derecho civil, 28 de agosto de 1882.
Licenciado Alberto Splieth, licenciado en medicina y Licenciado Cecilio Sarmiento, licenciado en medicina y
cirnjía, 17 de agosto de 1877. cirujía, 14 de setiembre de 1882.
Licenciado Timoteo Pérez Vanes, licenciado en medi- Licenciado José Félix Soto Silva, licenciado en medici-
cina y cirnjía, 18 de octubre de 1877. na y cirujía, 21 de setiembre de 1882.
Licenciado Juan Penzini, licenciado en filosofía, 17 de Licenciado Jesús María Sifontes, licenciado en teología,
noviembre de 1877. 23 de setiembre de 1882.
Licenciado Diego Bautista Urbaneja Padrón, licencia-
do en filosofía, 19 de noviembre de 1877.
Licenciado Daniel Mijares, licenciado en derecho civil, LISTA DE LOS MAESTROS EN FILOSOFIA GRADUADOS EN ESTA
I? de diciembre de 1877. ILUSTRE UNIVERSIDAD CENTRAL, DESDE SU FUNDACIÓN
Licenciado Jnan Pablo Tamayo, licenciado en medicina EN HASTA EL 20 DE NOVIEMBRE DE 1842 (*)
1725
julio de 1877.
y cirnjía, ii de
Licenciado Pedro Viceftte Mijares, licenciado en dere- Juan Antonio Ponce, maestro en filosofía. Caracas, 26
cho civil, 14 de agosto de 1878. de julio de 1730.
Licenciado Ignacio Páez Pumar, licenciado en derecho Ensebio Díaz, maestro en filosofía. Caracas, 30 de julio
civil, 9 de setiembre de 1878. de 1730.
Licenciado Eladio Lugo, licenciado en medicina y ci- Pedro Nicolás Monasterios, maestro en filosofía. Cara-
rujía, 22 de enero de 1879. cas, 13 de agosto de 1720.
Licenciado Francisco Pérez, licenciado en medicina y Clemente Ortiz, maestro en filosofía. Caracas, 15 de
cirnjía, 21 de febrero de 1879. agosto de 1733.
Licenciado Francisco José Acosta, licenciado en medi- Vicente Hermoso de Mendoza, maestro en filosofía. Cara-
cina y cirnjía, 24 de abril de 1879. cas, 4 de setiembre de 1733.

Licenciado Miguel Célis, licenciado en derecho civil, Diego Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, 13 de se-
21 de mayo de 1879.
tiembre de 1733.
Licenciado Emilio Pérez, licenciado en medicina y ci- José Atienza, maestro en filosotía. Caracas, 13 de se-
rujía, 6 de junio de 1879.
tiembre de 1733.
Licenciado Pedro Ignacio Aguerrevere, licenciado en Bartolomé Carrasquel, maestro en filosofía. Caracas, 10
medicina y cirnjía, 13 de junio de 1879. de octubre de 1874.
Manuel Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 25 de
Licenciado Juan Manuel Escalona, licenciado en medi-
julio de 1736.
cina y cirnjía, 18 de junio de 1879.
Luis José Vargas, maestro en filosotía. Caracas, 26 de
Licenciado Luis Ezpelosín, licenciado en medicina y
julio de 1736.
cirnjía, 19 de junio de 1879.
Licenciado Jnan Pietri, licenciado en medicina y cirnjía, José de Castro, maestro en filosofía. Caracas, 16 de se-
tiembre de 1736.
21 de junio de 1879.
Licenciado Manuel María Vargas, licenciado en medici- Juan de Castro, maestro en filosofía. Caracas, 23 de se-
tiembre de 1736.
na y cirnjía, 23 de julio de 1879.
Diego Aguado, maestro en filosofía. Caracas, 28 de octu-
Licenciado Miguel Parra, licenciado en medicina y
bre de 173Ó.
cirnjía, 26 de julio de 1879.
Licenciado José de jesús Vigas, licenciado en medicina Juan Sustaiza, maestro en filosofía. Caracas, 2 de di-
ciembre de 1736.
y cirnjía, 30 de julio de 1879. Cristóbal Chirinos, maestro en filosofía. Caracas, 23 de
Licenciado Francisco de Paula Quintero, licenciado en
diciembre de 1736.
filosofía, 30 de agosto de 1879.
Juan de Rada, maestro en filosofía. Caracas, 3 de no-
Licenciado Miguel Páez Pumar, licenciado en filosofía,
viembre de 1737.
31 de agosto de 1879. Francisco Chirinos, maestro en filosofía. Caracas, 16
Licenciado Francisco Villegas, licenciado en medicina
de julio de 1741.
y cirujía, 13 de setiembre de 1879. Francisco Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 18
Licenciado Pedro S. Barrios, licenciado en filosofía, 14
de febrero de 1742.
de setiembre de 1879. Blas Hernández, maestro en filosofía. Caracas, 26 de
Licenciado Julio Dugarte, licenciado en derecho civil,
diciembre de 1742.
4 de octubre de 1879.
Diego Camejo, maestro en filosofía. Caracas, 10 de fe-
Licenciado Rafael González, licenciado en derecho ci-
brero de 1743.
vil, 18 de noviembre de 1879.
Ambrosio Cena y Castillo, maestro en filosofía. Caracas,
Licenciado Alejandro Carrillo, licenciado en derecho
15 de agosto de 1744.
civil, 19 de noviembre de 1879.
Juan Marrón, maestro en filosofía. Caracas, 8 de noviem-
Licenciado Julio González, licenciado en derecho civil, bre de 1744.
20 de noviembre de 1879. Diego Mejías, maestro en filosofía. Caracas, 25 de di-
Licenciado Manuel María González, licenciado en me- ciembre de 1744.
dicina y cirujía, 29 dé noviembre de 1879. R. P. Fray Pedro Noguera, maestro en filosofía. Cara-
Licenciado Simón Montiel, licenciado en medicina y cas, 14 de agosto de 1746.
cirujía, 4 de noviembre de 1880. R. P. Fray José M. Vizcaya, maestro en filosofía. Cara-
Licenciado Rafael A. Pérez, licenciado en medicina y cas, 9 de octubre de 1746.
cirujía, II de noviembre de 1880.
Juan Borges, maestro en filosofía. Caracas, 15 de agosto
Licenciado Alejandro Andrade, licenciado en derecho de 1748.
civil, 7 de mayo de 1881.
José Cúrvelo, maestro en filosofía. Caracas, 15 de
Licenciado Leopoldo Sánchez, licenciado en derecho agosto de 1748.
civil, 7 de mayo de 1881.
Licenciado Pedro Celestino Muñoz, licenciado en me- (*) El grado de maestro en filosofía quedó abolido por el Código de Instruc-
dicina y cirujía, 25 de julio de 1882. ción Pública de 20 de junio de 1843.
LXXXII INSTRUCCION SUPERIOR

Juan José Oropeza, maestro en filosofía. Caracas, 1 8 de Miguel Vera, maestro en filosofía. Caraeas,
agosto de 1748. 7 de diciem-
bre de 1791.
Juan Luis Escalona, maestro en filosofía. Caracas, 19 Cristóbal Mendoza, maestro en filosofía. Caracas, i? de
de abril de 1750. abril de 1793.
Francisco Atienza, maestro en filosofía. Caracas, 19 de Juan José Maya, maestro en filosofía. Caracas, i9 de
abril de 1750. abril de 1793.
Simón Machado, maestro en filosofía. Caracas,
5 de José María Gárate, maestro en filosofía. Caracas,
23 de
abril de 1751. junio de 1794.
R. P. Fray Pedro Figueira. Caracas, 26 de diciembre Juan de Dios Fcharri, maestro en filosofía. Caraeas, 23
de 1751.
_

de junio de 1794.
Carlos Pulido, maestro en filosofía. Caracas, 30 de José Rafael Naranjo, maestro en filosofía. Caracas, 26 de
agosto de 1752. diciembre de 1794.
Diego Acosta, maestro en filosofía. Caracas, 22 de abril José Prudencio Lanz, maestro en filosofía. Caracas,
de 1753. 27

de diciembre de 1794.
Francisco Siso, maestro en filosofía. Caracas, 22 de Ramón García Roa, maestro en filosofía. Caracas 13
abril de 1753. ^
de mayo de 1796.

Bernardo Francisco Arias, maestro en filosoíía. Cara- Manuel Montenegro, maestro en filosofía. Caracas, 13
cas, 6 de junio de 1756. ^
de mayo de 1796.
Juan Lorenzo González, maestro en filosofía. Caracas, Manuel Cayetano Monserrate, maestro en filosofía. Ca-
6 de junio de 1756. racas, 27 de mayo de 1796.
R. P. Fray Bernardo de Castro, maestro en filosoíía. José Vicente Mercader, maestro en filosofía. Caracas 6
Caracas, 15 de julio de 1759. de enero de 1798. ’

Manuel Tirado, maestro en filosofía. Caracas, 21 de Tomás Serrano, maestro en filosofía. Caracas, n de
noviembre de 1762. mayo de 1799.
Mateo Monasterios, maestro en filosofía. Caracas, 21 de Francisco Antonio López, maestro en filosofía. Caracas
noviembre de 1762. II de mayo de 1799.

José Antonio López, maestro en filosofía. Caracas, 10 José Angel Machillanda, maestro en filosofía. Caracas
de julio de 1763. ’

23 de junio de 1799.
Francisco José Navarrete, maestro en filosofía. Cara- José Antonio Zagarzazu, maestro en filosofía. Caracas
cas, 7 de octubre de 1764. ’

31 de octubre de 1802.
Manuel José España, maestro en filosofía. Caracas, 20 Tomás Bermúdez, maestro en filosofía. Caracas, 17 de
de enero de 1765. noviembre de 1805.
Bartolomé Antique, maestro en filosofía. Caracas, 28 Tomás Montenegro, maestro en filosofía. Caracas, 24
de setiembre de 1766. de agosto de 1806.
Diego Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, i? de ene- Antonio Muñoz, maestro en filosofía. Caracas, 20 de
ro de 1767. _

junio de 1808.
R. P. Fray Diego Muñoz. Caracas, maestro en filoso- Juan Bautista Riverol, maestro en filosofía. Caracas
fía, 10 de enero de 1767. 31 de julio de 1808.

Silvestre Méndez, maestreen filosofía. Caracas, 5 de fe- Juan Zubiría, maestro en filosofía. Caracas,
brero de 1769. ’ 9 de octubre
de 1808.
Juan José Lugo, maestro en filosofía. Caracas, 31 de José Francisco Azcue, maestro en filosofía. Caracas 2
marzo de 1771. de febrero de 1809.
'

Pedro Domingo Gil, maestro en filosofía. Caracas, 26 de José María Benítez, maestro en filosofía. Caraeas, 18
diciembre de 1771. de marzo de 1810.

José Antonio Mengo, maestro en filosofía. Caracas, 10 Tomás Sanes, maestro en filosofía. Caracas, 18 de ao-os-
de agosto de 1772. to de 1811.
Juan Pablo Marrero, maestro en filosofía. Caracas, 24 José Joaquín Freites, maestro en filosofía. Caracas, 17
de octubre de 1773. de enero de 1813.
Lucas Ladera, maestro en filosofía. Caracas, 25 de Pedro José González, maestro en filosofía. Caracas, 22
julio de 1775. de abril de 1821.
^
Nicolás Díaz Padrón, maestro en filosofía. Caracas, 25 Rafael Acevedo, maestro en filosofía. Caracas, 20 de
_

de julio de 1775. abril de 1824.


Luis Méndez, maestro en filosofía. Caracas, ii de mayo Manuel Félix Huizi, maestro en filosofía. Caracas, 20
de 1777. de abril de 1824.

Rafael Verdes, maestro en filosofía. Caracas, 28 de di- Anselmo Méndez, maestro en filosofía. Caracas. 20 de
ciembre de 1777. abril de 1824.
Vicente Ascanio, maestro en filosofía. Caracas, 24 de José Macario Yepes, maestro en filosofía. Caracas, 24
junio de 1778. de junio de 1824.
José Estanislao Veroes, maestro en filosofía. Caracas, 24 Miguel Mujica, maestro en filosofía. Caracas,
de junio de 1778. 24 de ju-
nio de 1830.
Luis Escalona, maestro en filosofía. Caracas, 19 de no- Esteban Gómez, maestro en filosofía. Caracas,
viembre de 1780. 4 de se-
tiembre de 1831.
Martín Cova, maestro en filosofía. Caracas, 25 de julio Nicolás Anzola Tovar, maestro en filosofía. Caracas, i?
de 1785. de julio de 1832.
‘ ’

José María Terrero, maestro en filosofía. Caracas,


7 de Alejandro Ibarra, maestro en filosofía. Caracas,
29 de
octubre de 1787. junio de 1834.
Marcos Rivas, maestro en filosofía. Caracas, 27 de ene- Martín Herrera, maestro en filosoíía. Caracas,
ro de 1788. 29 de
junio de 1834.
Luis de Castro, maestro en filosofía. Caracas, 2 de marzo Pedro Nolasco Amestoy, maestro en filosofía. Caracas,
de 1788. 26 de diciembre de 1834.
\ Bernabé Otamendi, maestro en filosofía. Caracas, 2=^ de Manuel Mendoza, maestro en filosofía. Caracas, 16 de
julio de 1788. abril de 1836.
Juan José Iribárren, maestro en filosoíía. Caracas, 6 de Nicanor Borges, maestro en filosoíía. Caracas, 13 de di-
enero de 1789. ciembre de 1840.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXIII

Jesús María Sistiaga, maestro en filosofía. Caracas, i6 Pro. Doctor Ramón González, doctor en ciencias ecle-
de de 1842.
abril siásticas. Caracas, 18 de mayo de 1884.
Nicanor Cardier, maestro en filosofía. Caracas, 9 de oc- Doctor Félix G. Montes, doctor en ciencias políticas.
tubre de 1842. Caracas, 16 de junio de 1884.
Lino Hurtado, maestro en filosofía. Caracas, 9 de octu- Doctor Gabriel Matheus, doctor en ciencias médicas.
bre de 1842. Caracas, 30 de julio de 1883.
Carlos Piñero, maestro en filosofía. Caracas, 20 de no- Doctor Francisco Mier y Terán, doctor en ciencias po-
viembre de 1842. líticas. Caracas, 31 de julio de 1883.
Doctor Mariano Herrera, doctor en ciencias políticas.
Caracas, 1° de agosto de 1883.
doctores y ijcenciados de la universidad central de Doctor Juan José Labié, doctor en ciencias médicas.
VENEZUELA DESDE 1883 HASTA 1889. Caracas, i? de agosto de 1883.
Doctor Fernando Yepes Peraza, doctor en ciencias
Licenciado Ramón Sosa Navarro, licenciado en cien- médicas. Caracas, i? de agosto de 1883.
cias médicas. Caracas, 9 de febrero de 1883. Doctor Francisco de Paula Reyes, doctor en ciencias
Licenciado Pedro Santiago Bárrios, licenciado en cien- políticas. Caracas, 2 de agosto de 1883.
cias médicas. Caracas, 17 de marzo de 1883. Doctor Lisandro Alvarado, doctor en ciencias médicas.
Licenciado José Tomás Sosa Saa, licenciado en derecho Caracas, 2 de agosto de 1883.
canónico. Caracas, 8 de junio de 1883.
Doctor Manuel E. Carreyó Luces, doctor en ciencias mé-
Licenciado Rafael Silveira, licenciado en ciencias filosó-
dicas. Caracas, 2 de agosto de 1883.
ficas. Caracas, 18 de junio de 1883.
Doctor Andrés A. Arreaza, doctor en ciencias eclesiás-
Licenciado Santiago Aguerrevere, licenciado en cien-
ticas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
cias filosóficas. Caracas, 28 de junio de 1883.
Pro. Doctor Elias Bello, doctor en ciencias eclesiásti-
Licenciado Jorge Nevett, licenciado en ciencias filosó-
cas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
ficas. Caracas, 6 de julio de 1883.
Doctor Luis Razetti Martínez, doctor en ciencias mé-
Licenciado Gustavo Nevett, licenciado en ciencias filo-
dicas. Caracas, 4 de agosto de 1883.
sóficas. Caracas, 6 de julio de 1883.
Doctor Angel Martínez, doctor en ciencias médicas.
Licenciado José María Ortega Martínez, licenciado en
Caracas, 4 de agosto de 1883.
ciencias filosóficas. Caracas, 21 de julio de 1883.
Doctor Agustín Aponte, doctor en ciencias médicas.
Licenciado Torcuato Ortega Martínez, licenciado en
Caracas, 5 de agosto de 1883.
ciencias filosóficas. Caracas, 21 de julio de 1883.
Doctor Doroteo Armas, doctor en ciencias médicas. Ca-
Licenciado Miguel Angel Meoz, licenciado en ciencias
racas, 5 de agosto de 1883.
filosóficas. Caracas, 15 de agosto de 1883.
Licenciado Germán Giménez, licenciado en ciencias Doctor Nicanor Guardia, hijo, doctor en ciencias médi-
filosóficas. Caracas, 4 de julio de 1883. cas. Caracas, 5 de agosto de 1883.

Licenciado Manuel Felipe Herrera, licenciado en cien- Doctor Alejandro F. Feo, doctor en ciencias médicas.
cias filosóficas. Caracas, 22 de julio de 1883. Caracas, 6 de agosto de 1883.
Doctor Federico Pimenteí, doctor en ciencias políticas. Doctor Antonio J. Villegas, doctor en ciencias médi-
Caracas, 20 de julio de 1883. cas. Caracas, 6 de agosto de 1883.

Licenciado Manuel Silveira, licenciado en ciencias po- Doctor Andrés Rolando, doctor en ciencias médicas.
líticas. Caracas, 9 de agosto de 1883. Caracas, 6 de agosto de 1883.
Licenciado Trinidad Lavado, licenciado en ciencias Doctor Enrique Siso, doctor en ciencias médicas. Cara-
^
políticas. Caracas, 29 de agosto de 1883. cas, 7 de agosto de 1883.
Doctor Manuel Antonio Fonseca, doctor en medicina y Doctor Julio Olavarrieta, doctor en ciencias médicas.
cirujía. Caracas, i? de octubre de 1883. Caracas, 7 de agosto de 1883.
Doctor José Abel Montilla, doctor en ciencias políticas. Doctor Lorenzo José Mendible, doctor en ciencias mé-
Caracas, ii de octubre de 1883. dicas. Caracas, 7 de agosto de 1883.
Doctor Tomás Mármol, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Egidio Montesinos, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 30 de diciembre de 1883. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor José Trinidad Montiel, doctor en ciencias políti- Doctor Demetrio Aguerrevere, doctor en ciencias polí-
cas. Caracas, 3 de octubre de 1883. ticas. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor Miguel Angel Meoz, doctor en ciencias filosófi- Doctor Pablo Bujanda, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 3 de octubre de 1883. Caracas, 8 de agosto de 1883.
Doctor Ramón Sosa Navarro, doctor en medicina Doctor Tesalio Cadenas Delgado, doctor en ciencias po-
y ciru-
jía. Caracas, 9 de noviembre de 1883. líticas. Caracas, 9 de agosto de 1883.
Doctor Manuel Antonio Martínez, doctor en ciencias Doctor Emilio H. Velutini, doctor en ciencias políti-
^
políticas. Caracas, 6 de marzo de 1884. cas. Caracas, 9 de agosto de 1883.
Doctor Claudio Bruzual Serra, doctor en ciencias po- Doctor Arnaldo Morales, doctor en ciencias médicas.
líticas. Caracas, 19 de mayo de 1884. Caracas, 9 de agosto de 1884.
Doctor Rómulo Parías, doctor en medicina Doctor José Gregorio Domínguez, doctor en ciencias
y cirujía.
Caracas, 3 de abril de 1884. médicas. Caracas, n de agosto de 1884.
Doctor Carlos Grisanti, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor José Antonio Hernández, doctor en ciencias
racas, 17 de abril de 1884. médicas. Caracas, 12 de agosto de 1884.
Doctor Martín F. Feo, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor Jesús María Garmendia, doctor en ciencias mé-
racas, 19 de abril de 1884. dicas. Caracas, 13 de agosto de 1884.
Doctor Vicente Blanco Buroz, doctor en ciencias po- Pro. Doctor Jo.sé Antonio Lucena, doctor en ciencias
líticas. Caracas, 20 de abril de 1884. eclesiásticas. Caracas, 13 de agosto de 1885.
Doctor Temístocles N. Vaamonde, doctor en ciencias Doctor Pablo Osío, doctor en ciencias médicas. Caracas,
médicas. Caracas, 24 de abril de 1884.
14 de agosto de 1884.
Doctor José Policarpo Arreaza, doctor en ciencias mé- Doctor Jesús María Palacios, doctor en ciencias políticas.
dicas. Caracas,
5 de mayo de 1884. Caracas, 14 de agosto de 1884.
Doctor Manuel A. Carreyó, doctor en ciencias médicas. Doctor Teodomiro Ruiz, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 8 de mayo de 1884. Caracas, 14 de agosto de 1884.
Doctor Tomás Gibbs, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Dionisio Centeno Grau, doctor en ciencias mé-
racas, 14 de mayo de 1884. dicas. Caracas, 14 de agosto de 1884.
LXXXIV INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Antonio Sosa Saa, doctor en ciencias políticas. Doctor Henrique Razetti, doctor en ciencias filosóficas.
Caracas, 15 de agosto de 1884. Caracas, 13 de noviembre de 1885.
Doctor Elenterio Aguirre, doctor en ciencias eclesiás- Pro. Doctor Ricardo Arteaga, doctor en ciencias eclesiás-
ticas. Caracas, 15 de agosto de 1884. ticas. Caracas, 16 de noviembre de 1885.
Doctor Carlos Bujanda, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Carlos Esguerra, (graduado en Bogotá é incor-
racas, 15 de agosto de 1884. porado en esta Universidad), doctor en medicina. Caracas, 27
Doctor Carlos González, doctor en ciencias médicas. de noviembre de 1885.
Caracas, 16 de agosto de 1884. Doctor Elias Urdaneta, doctor en ciencias políticas. Ca-
Doctor José Antonio Romero, doctor en ciencias médi- racas, 28 de noviembre de 1885.
cas. Caracas, 16 de agosto de 1884. Doctor Casimiro Hernández, doctor en ciencias médicas.
Doctor Rómnlo Espino, doctor en ciencias eclesiásticas. Caracas, 30 de noviembre de 1885.
Caracas, 19 de agosto de 1884. Doctor Bernardo Herrera Vegas, doctor en ciencias médi-
Doctor Rafael Vera, doctor en ciencias médicas. Cara- cas. Caracas, 4 de diciembre de 1885.
cas, 20 de agosto de 1884. Doctor Manuel I. Ruiz, doctoren ciencias médicas. Cara-
Doctor Pedro M. Serrano, doctor en ciencias eclesiás- cas, 5 de diciembre de 1885.
ticas. Caracas, 15 de setiembre de 1884. Doctor Narciso de la Rosa, doctor en ciencias médicas.
Doctor José María Palacios, doctor en ciencias eclesiás- Caracas, 7 de diciembre de 1885.
ticas. Caracas, 9 de octubre de 1884.
Doctor José María Rodríguez Garmendia, doctor en cien-
Doctor Antonio Aguilar, doctor en ciencias eclesiásti- cias médicas. Caracas, 21 de diciembre de 1885.
Doctor Emilio Ochoa, doctor en ciencias médicas. Cara-
cas. Caracas, 5 de noviembre de 1884.
cas, 30 de diciembre de 1885.
Doctor Eugenio Lugo (Ingeniero), doctor en ciencias
políticas. Caracas, 15 de diciembre de 1884.
Doctor Enrique Tejera, doctor en ciencias políticas. Ca-
racas, II de enero de 1886.
Doctor Alberto Taboski, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 19 de enero de 1885.
Doctor Andrés Octavio Giménez, doctor en ciencias ecle-
Doctor José Gil Fortoul, doctor en ciencias políticas. siásticas. Caracas, 12 de enero de 1886.
Caracas, 19 de enero de 1885.
Doctor Rafael Medina Torres, doctor en ciencias políticas.
Doctor Andrés A. Arreaza, doctor en ciencias políticas. Caracas, 13 de enero de 1886.
Doctor Andrés Alfonzo, doctor en ciencias políticas. Ca-
Caracas, 27 de enero de 1885.
racas, 27 de enero de 1886.
Doctor Juan Rafael Fernández, doctoren ciencias po-
Doctor José Gregorio Sánchez, doctor en ciencias filosófi-
líticas. Caracas, 2 de febrero de 1885.
cas. Caracas, 30 de enero de 1886.
Doctor Juan Francisco Bustillos, doctor en ciencias po-
Doctor Canuto Ugueto, doctor en ciencias filosóficas. Ca-
líticas. Caracas, 6 de febrero de 1885.
racas, 6 de febrero de 1886.
Doctor Juan Antonio Paz Castillo, doctor en ciencias
Doctor Ramón Rojas Vale, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 6 de junio de 1885.
Caracas, 20 de febrero de 1886.
Doctor Gerónimo Pérez Marcano, doctor en ciencias
Doctor Ramón Sifuentes, doctor en ciencias médicas. Ca-
médicas. Caracas, 12 de junio de 1885.
racas, 23 de febrero de 1886.
Doctor Felipe L. Lebrún, doctor en ciencias médicas.
Doctor José Isidoro Arroyo, doctor en ciencias médicas,
Caracas, ii de julio de 1885.
Caracas, 24 de febrero de 1886.
Doctor Jnvenal Anzola, doctor en ciencias políticas. Doctor Emilio Vanes, doctoren ciencias médicas. Cara-
Caracas, 13 de julio de 1885. cas, 26 de febrero de 1886.
Doctor Rafael Cruz Guitián, doctor en ciencias filosófi- Doctor Fernando Calzadilla Valdés, doctor en ciencias
cas. Caracas, 31 de julio de 1885. médicas. Caracas, 27 de febrero de 1886.
Doctor Luis Pérez Bustamante, doctor en ciencias mé- Doctor Juan Bautista Posada, doctor en ciencias médicas.
dicas. Caracas, 3 de agosto de 1885. Caracas, 1? de marzo de 1886.
Doctor Diego García, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Lisandro Gil, doctor en ciencias médicas. Cara-
racas, 4 de agosto de 1885. cas, II de de marzo de 1886.
Doctor Tomás E. Llamozas, doctor en ciencias filosófi- Doctor Pedro Luis Briceño, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 5 de agosto de 1885. Caracas, 22 de marzo de 1886.
Doctor Miguel A, Seco, doctor en ciencias médicas. Doctor Hermógenes Rivero Saldivia, doctor en ciencias
Caracas, 29 de agosto de 1885. médicas. Caracas, 26 de marzo de 1886.
Doctor Pablo Hernández Cartagena, doctor en ciencias Doctor Antonio Rodil, doctor en ciencias médicas. Cara-
médicas. Caracas, i 9 de setiembre de 1885. cas, 27 de marzo de 1886.
Doctor Germán Jiménez, doctor en ciencias políticas. Doctor Víctor Mamrel Mago, doctoren ciencias políticas.
Caracas, 26 de setiembre de 1885. Caracas, 17 de abril de 1886.
Doctor Jnvenal Anzola, doctor en ciencias eclesiásti- Doctor Benjamín Blanco Plaza, doctor en ciencias médi-
cas. Caracas, 28 de setiembre de 1885. cas. Caracas, 24 de abril de 1886.
Doctor Vicente Carrasquero, doctor en ciencias médicas. Doctor David Villasmil, doctor en ciencias eclesiásticas.
Caracas, 30 de setiembre de 1885. Caracas, 14 de mayo de 1886.
Doctor Manuel Antonio Mujica, doctor en ciencias mé- Doctor Luis Rogerio Briceño, doctor en ciencas filósofi-
dicas. Caracas, 3 de octubre de 1885. cas. Caracas, 10 de julio de 18S6.
Doctor Francisco Monroy González, doctor en ciencias Doctor José Alfonso Ortega, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 19 de octulrte de 1885. Caracas, 15 de julio de 1886.
Doctor Henrique Palacios, doctor en ciencias médicas. Doctor Alejandro Urbaneja, doctoren ciencias políticas.
Caracas, 23 de octubre de 1885. Caracas, 16 de julio de 1886.
Doctor Pablo Acosta Ortiz, doctor en ciencias médicas. Doctor Eloy Calvo Cedeño, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 27 de octubre de 1885. Caracas, 17 de julio de 1886.
Doctor Juan Alberto Olivares, doctor en ciencias médi- Doctor Francisco Octavio,doctor en ciencias ecleciásticas,
cas. Caracas, 30 de octubre de 1885. Caracas, 22 de julio de 1886.
Doctor Juan Manuel Crespo, doctor en ciencias médicas. Doctor José Manuel Giménez, doctoren ciencias eclesiás-
Caracas, 2 de noviembre de 18S5. ticas. Caracas, 29 de julio de 1886.
Doctor Carlos A. Pérez, doctor en ciencias médicas. Doctor Francisco María Lucena, doctor en ciencias polí-
Caracas, 3 de noviembre de 1885. ticas. Caracas, 7 de agosto de 1886.
Doctor Miguel G. Ponce de León, doctor en ciencias Doctor Tertuliano Herrera, doctor en ciencias médicas.-
médicas. Caracas, 4 de noviembre de 1885. Caracas, 21 de de agosto de 1886.
CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIVO EN VENEZUELA

1 —
Dr. Diego Bautista Urbaneja.— 2 General Santiago Mariño.—3 General José M. Carreño. 4 Dr. Andrés Narvarte.—5 Santos Michelena.—6 Antonio Leocadio Guzmán.
— — —
7 Dr. Joaquín Herrera. 8 General Julián Castro. 9 Dr. Pedro Gual. 10 General José González.

h
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXV

DoctorTomás Michelena Díaz, doctor en ciencias médi- Doctor José Manuel de los Ríos Ll., doctor en ciencias mé-
cas. Caracas, 21 de agosto de 1886. dicas. Caracas, 21 de junio de 1888.
Doctor Ónillermo Hoyer, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor Justiniano Graterol, doctor en ciencias médicas.
racas, 9 de setiembre de 1886. Caracas, 22 de junio de 1888.
Doctor Simón Wohnsiedler, doctor en ciencias médicas. Doctor Pedro Torres Borges, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 10 de setiembre de 1886. Caracas, 23 de junio de 1888.
Doctor Adriano Riera A, doctoren ciencias políticas. Ca- Doctor Jesús María González Lazo, doctor en ciencias
racas, 15 de setiembre de 1S86. médicas. Caracas, 25 de mayo de 1888.
Doctor Crispín Yepes, doctor en ciencias políticas. Cara- Doctor Elias Rodríguez, doctor en ciencias médicas. Ca-
cas, 18 de setiembre de 1886. racas, 26 de junio de 1888.
Doctor Pablo H. Carranza, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Manuel Antonio Ruiz, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 24 de setiembre de 1886. Caracas, 27 de junio de 1888.
Doctor Mannel P'. Henríquez, doctor en ciencias eclesiás- Doctor José Gregorio Hernández, doctor en ciencias mé-
ticas. Caracas, 16 de octubre de 1886. dicas. Caracas, 29 de junio de i888.
Doctor David Lobo, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Espíritu Carrizales, doctor en ciencias médicas.
18 de octubre de 1886. Caracas, 30 de junio de 1888.
Doctor Ascanio Negretti, doctor en ciencias políticas. Doctor Martín Ugueto, doctor en ciencias médicas. Ca-
Caracas, 18 de noviembre de 1886. racas, 2 de julio de 1888.
Doctor Camilo Negretti, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor José de Jesús Vallenilla Lanz, doctor en ciencias
racas, 18 de noviembre de 1886. médicas. Caracas, 14 dejnlio de 1888.
Doctor José Tomás Sosa Saa, doctor en ciencias políticas. Doctor Nicolás Silva, doctor en ciencias médicas. Cara-
Caracas, 21 de noviembre de 1886. cas, 6 de Julio de 1888.
Doctor José Antonio Baldó, doctor en ciencias médicas. Doctor Gabriel Muñoz, doctoren ciencias médicas. Cara-
Caracas, 4 de diciembre de 1886. cas, 6 de julio de 1888.
Doctor Pedro Hermoso Tellería, doctor en ciencias políti- Doctor Luis María Sierra, doctor en ciencias médicas.
cas. Caracas, 12 de diciembre de 1886. Caracas, 7 de julio de 1888.
Doctor Bernardo Esteves, doctor en ciencias médicas. Ca- Doctor José Manuel Prato, doctor en ciencias médicas.
racas, II de julio de 1887. Caracas, 9 de julio de 1888.
Pro. Doctor Francisco M. Arráiz, doctor en ciencias ecle- Doctor Manuel María Peraza, doctoren ciencias médicas.
siásticas. Caracas, 23 dejulio de 1887. Caracas, 12 de julio de 1888.
Doctor Abrahan Tirado, doctoren ciencias filosóficas. Ca- Doctor Manuel María Ponte, doctoren ciencias médicas.
racas, 3 de setiembre de 1887. Caracas, 13 de julio de 1888.
Doctor Henrique Delgado Palacios, doctor en ciencias fi- Doctor Francisco de Paula Meaño Rojas, doctor en cien-
losóficas. Caracas, 13 de setiembre de 1887. cias médicas. Caracas, 14 dejnlio de 1888.
Doctor Federico Parra, doctor en ciencias filosóficas. Ca- Doctor Agusto P'igueredo, doctor en ciencias médicas
racas, 22 de setiembre de 1885. Caracas, 14 de julio de 1888.
Doctor Francisco de Sales Breca, doctor en ciencias filo- Doctor Ramón Carcaño, doctor en ciencias médicas. Ca-
sóficas. Caracas, 6 de octubre de 1887. racas, 19 de julio de 1888.
Doctor Emeterio Gómez Franco, doctor en ciencias filosó- Doctor Belisario Plaza, doctor en ciencias médicas. Cara-
ficas. Caracas, 13 de octubre de 1887. cas, 28 de julio de 1888.
Doctor Pedro José Torres, doctor en ciencias filosóficas. Doctor Ignacio González, doctor en ciencias médicas. Ca-
Caracas, 15 de octubre de 1887. racas, 30 de julio de 1888.
Doctor Tomás Antonio Domínguez, doctor en ciencias Doctor Gabriel Maya, doctor en ciencias políticas. Cara-
políticas. Caracas, 18 de agosto de 1887. cas, 6 de agosto de 1888.
Doctor Alfredo Ramírez, doctor en ciencias políticas. Ca- Doctor Manuel María Giraud, doctoren ciencias médicas.
racas, 10 de setiembre de 1887. Caracas, 7 de agosto de 1888.
Doctor Francisco L. Caballero, doctor en ciencias políti- Doctor Federico Yepes, doctor en ciencias políticas. Ca-
cas. Caracas, 17 de setiembre de 1887. cas, 9 de agosto de 1888.
Doctor Luis Soriano, doctor en ciencias filosóficas. Cara- Doctor Henrique Toro, doctor en ciencias médicas. Ca-
cas, 28 de enero de 1888. racas, 18 de agosto de 1888.
Doctor Carlos Toro, doctor en ciencias filosóficas. Cara- Doctor Jaime Sánderspn, doctor en ciencias filosóficas.
cas, 17 de marzo de 1888. Caracas, 20 de agosto de 1888.
Doctor Eleodoro Ríos Salazar, doctor en ciencias políti- Doctor Henrique Meier Flegel, doctor en ciencias médi-
cas. Caracas, 2 de abril de 1888. cas. Caracas, 22 de agosto de 1888.
Doctor Angel Poleo, doctor en ciencias médicas. Cara- Doctor Carlos Tamayo, doctor en ciencias médicas. Cara-
cas, 9 de mayo de 1888. cas, 22 de agosto de 1888.
Doctor Alberto Couturier, doctor en ciencias médicas. Doctor Eduardo Fernández, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 10 de mayo de 1888. Caracas, 23 de agosto de 1888.
Doctor Tomás González, doctor en ciencias médicas. Doctor Francisco F. Feo, doctor en ciencias médicas.
Caracas, 19 de mayo de 1888. Caracas, 24 de agosto de 1888.
Doctor José de las Mercedes López, doctoren ciencias mé- Doctor Pablo Padrón García, doctor en ciencias médicas.
dicas. Caracas, 23 de mayo de 1888. Caracas, 24 de agosto de 1888.
Doctor Juan de Dios Villegas R., doctor en ciencias médi- Doctor Luis Alejandro Blanco Plaza, doctor en ciencias
cas. Caracas, 24 de mayo de 1888. médicas. Caracas, 25 de agosto de 1888.
Doctor Carlos Tovar, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Rafael Loreto Vautrai, doctor en ciencias médi-
25 de mayo de 1888. cas. Caracas, 27 de agosto de 1888.
Doctor Vicente Arvelo, doctoren ciencias médicas. Ca- Doctor Teodoro Frías, doctor en ciencias médicas. Cara-
racas, 26 de mayo de 1888. cas, 28 de agosto de 1888.
Doctor Manuel M. Hicher, doctor en ciencias médicas. Doctor Rodolfo Pérez, doctor en ciencias médicas. Cara-
Caracas, 30 de mayo de 1888. cas, 3 de setiembre de 1S88.
Doctor Juan Manuel Brito Salazar, doctor en ciencias Doctor José Vicente Zavala, doctor en ciencias médicas.
médicas. Caracas, 2 de junio de 1888. Caracas, 3 de setiembre de 1888.
Doctor Francisco de Paula Orta, doctor en ciencias mé- Doctor Segundo Flores, doctor en ciencias médicas. Ca-
dicas. Caracas, 2 de junio de 1888. racas, 10 de setiembre de 1888.

12
LXXXVI INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Leopoldo Puche Fonseca, doctor en ciencias mé- Doctor José María Bracho, doctor en teología. Mérida, 6
dicas. Caracas, 17 de octubre de 1888. de enero de 1822.

Doctor Antonio Puche Fonseca, doctor en ciencias Pro. Doctor Ciríaco Piñero, doctor en teología. Mérida,
^
políticas. Caracas, 19 de setiembre de 1888. ’

7 de enero de 1822.
Doctor Francisco R. García, doctoren ciencias médicas. Doctor Agustín Chipia, doctor en teología. Mérida, 14 de
Caracas, 24 de octubre de 1888. julio de 1827.
Doctor Luis Mata, doctor en ciencias médicas. Caracas, Doctor Rafael Alvarado, doctor en teología. Mérida, 20
3
de diciembre de 1888. de mayo de 1832.

Doctor Carlos Eduardo Cruz, doctor en ciencias médicas. Pro. Doctor Antonio José Eraso, doctor en teología. Mé-
Caracas, 7 de diciembre de 1888. rida, 15 junio de 1832.
Doctor Manuel Massenet y Ballester, revalidado el grado Pro. Doctor Esteban Arias, doctor en teología. Mérida,
de doctor en ciencias médicas. Caracas, 18 de diciembre 22 de abril de 1884.
de 1888. Pro. Doctor Silvestre Durán, doctor en teología. Méri-
Doctor Agustín Alvarez, doctor en ciencias médicas. da, 20 de diciembre de 1884.
Caracas, 22 de diciembre de 1888. Pro. Doctor José Antonio Escalante, doctor en teología.
Doctor Francisco C. Betancourt Vigas, doctor en cien- Mérida, 5 de noviembre de 1842.
cias políticas. Caracas, 31 de enero de 1889. Pro. Doctor Amando Pérez, doctor eu teología. Mérida,
Doctor Eucario Araujo, doctor en ciencias politicas. Ca- 20 de junio de 1843.
racas, 6 de febrero de 1889. Doctor José de la Cruz Dugarte, doctor en teología.
Doctor Luis R. Rada, doctor en ciencias eclesiásticas. Mérida, 30 de junio de 1843.
Caracas, 14 de febrero de 1889. Pro. Doctor José Asunción Contreras, doctor en teología.
Doctor Tomás Garbiras, doctor en ciencias políticas. Ca- Mérida, 18 de julio de 1843.
racas, II de abril de 1889. Pro. Doctor José Antonio Moreno, doctor en teología.
Doctor Félix Francisco Quintero, doctor en ciencias filo- Mérida, 12 de agosto de 1843.
sóficas. Caracas, 26 de abril de 1889. Pro. Doctor Francisco Pacheco, doctor en teología. Mé-
Doctor Raúl Cuenca, doctoren ciencias filosóficas. Cara- rida, 20 de agosto de 1843.
cas, 17 de junio de 1889. Pro. Doctor Santiago Sánchez, doctor en teología. Mé-
Doctor Manuel Porras Ortiz, doctor en ciencias médicas. rida, I? de enero de 1^53.
Caracas, 19 de junio de 1889. Pro. Doctor Rafael Antonio González, doctor en teolo-
Doctor Pedro Veroes Rivas, doctor en ciencias médicas. gía. Mérida, 7 de diciembre de 1856.
Caracas, 21 de junio de 1889. Doctor José Rafael Almarza, doctor en teología. Méri-
Doctor Melchor Centeno Grau, doctor en ciencias filosó- da, 9 de diciembre de 1860.
ficas. Caracas, 19 de julio de 1889.
Pro. Doctor E:^equiel Arel laño, doctor en teología. Mé-
Doctor Jaime Luzardo Esteva, doctor en ciencias políti- rida, 28 de setiembre de 1862.
cas. Caracas, 29 de julio de 1889. Pro. Doctor Maximiano Hurtado, doctor en teología.
Doctor Deogracia Méndez, doctor en ciencias filosóficas. Mérida, 14 de diciembre de 1S62.
Caracas, 10 de agosto de 1889. Pro. Doctor Juan Ramón Chaparro, doctor en teología.
Doctor Luis Alfonso Blanco, doctoren ciencias filosóficas. Mérida, 14 de diciembre de 1862.
Caracas, 13 de agosto de 1889. Pro. Doctor Luis María Luzardo, doctor en teología.
Doctor José Herrera Manrique, doctor en ciencias filosó- Mérida, octubre de 1866.
ficas. Caracas, 24 de agosto de 1889.
Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en teología.
Doctor Víctor Manuel Rada, doctoren ciencias filosóficas. Mérida, 10 de marzo de 1872.
Caracas, 13 de agosto de 1S89. Pro. Doctor Miguel Lorenzo Gil, doctor en teología.
Doctor Antonio Sandoval, doctor en ciencias filosóficas. Mérida, 9 de diciembre de 1877.
Caracas, 2 de de setiembre de 1889.
Doctor Carlos Meyer, doctor en ciencias médicas. Cara- Doctor Lorenzo Reiner, doctor en derecho canónico.
cas, 25 de setiembre de 1889. Mérida, 4 de diciembre de 1808.
Doctor Juan Landaeta Llovera, doctor en ciencias políti- Doctor Nicolás Pumar, doctor en derecho canónico.
cas. Caracas, 26 de setiembre de 1889. Mérida, 10 de julio de 1810.
Doctor Filiberto Rodríguez, doctor en ciencias políticas. Pro. Doctor José Francisco Mas y Rubí, doctor en de-
Caracas, 27 de setiembre de 1S89. recho canónico. Mérida, 28 de abril de 1S36.
Doctor Carlos Madera, doctor en ciencias médicas. Cara- Pro. doctor Demetrio Briceño, doctor en derecho canó-
cas, 30 de setiembre de 1889. nico. Mérida, 14 de julio de 1849.
Doctor Anstides Landaeta, doctor en ciencias médicas. Pro. Doctor José Merced Pineda, doctoren derecho ca-
Caracas, i? de octubre de 1889. nónico. Mérida, 12 de octubre de 1851.
Doctor José María Carreño Pérez, doctor en ciencias mé- Pro. Doctor Federico Urtiz, doctor en derecho canónico.
dicas. Caracas, 2 de octubre de 18S9. Mérida, 14 de julio de 1852.
Doctorearlos Madriz Seijas, doctor en ciencias filosóficas. Doctor José Concepción Acevedo, doctor en derecho ca-
Caracas, 24 de octubre de 1889. nónico. Mérida, i 9 de enero de 1853.
Doctor Elias Landines, doctor en ciencias médica.s. Cara- Pro. Doctor Henrique María Castro, doctor en derecho
cas, 14 de noviembre de 1889. canónico. Mérida, 6 de octubre de 1855.
Pro. Doctor Juan Bautista Arias, doctor en derecho
canónico. Mérida, 7 de diciembre de 1856.
DOCTORES, LICENCIADOS Y MAESTROS DE LA UNIVERSIDAD
Doctor Pedro María Arellano, doctor en derecho ca-
DE MEHID'I, DESDE iSo8 Á 1889, (TOMADO DE LAS MEMO- nónico. Mérida,
15 de julio de 1860.
RIAS DE INSTRUCCIÓN PUBLICA.) Doctor Rafael J. Castillo, doctor en derecho canónico.
Mérida, 15 de julio de 1860.
Illmo. Sr. Doctor Buenaventura Arias, doctor en teolo- Pro. Doctor Eloy Caicedo, doctor en derecho canónico.
gía. Mérida, 4 de diciembre de 180S. IMérida, 27 de enero de 1861.
Pro. Doctor Mateo Mas y Rubí, doctor en teología. Méri- Pro. Doctor Maximiano Hurtado, doctor en derecho
da, 4 de diciembre de r8o8.
canónico. Mérida, 14 de diciembre de 1862.
Doctor Miguel Navas, doctor en teología. Mérida, 10 de Doctor Mauricio del Pino, doctor en derecho canóni-
diciembre de 1809. co. Mérida, 18 de julio de 1S63.
Pro. Doctor Jo.sé de la Cruz Olivares, doctoren teología. Pro. Doctor José de Jesús Carrera, doctor en derecho
Mérida, 29 de julio de 1811. canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1S64.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXVII

Pro. Doctor José María Pérez Limardo, doctor en dere- Doctor Juan Nepomuceno Ochoa, doctor en derecho ci-
i 9 de enero de 1853.
cho canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1864. vil.

Doctor Antonio María Uzcátegui, doctor en derecho Doctor Manuel María Merchán, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 20 de noviembre de 1864. Mérida, 8 de diciembre de 1853.
Pro. Doctor Eduardo Briceño G., doctor en derecho Doctor Ensebio Baptista, doctor en derecho civil. Mé-
canónico. Mérida, octubre de 1866. rida, 23 de abril de 1854.
Pro. Luis María Luzardo, doctor en derecho
Doctor Doctor Mateo Troconis, doctor en derecho civil. Mérida,
canónico. Mérida, octubre de 1866. 26 de agosto de 1855.
Doctor José de Jesús Dávila, doctor en derecho canó- Doctor José de Jesús Betancourt, doctor en derecho ci-
nico. Mérida, 13 de diciembre de 1868. vil. Mérida, 6 de octubre de 1855.

Doctor Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en Doctor José de la Paz Fernández, doctor en derecho ci-
derecho canónico. Mérida, 10 de marzo de 1872. vil. Mérida, 30 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Francisco José Delgado, doctor en derecho Doctor Poción Pebres Cordero, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 26 de setiembre de 1872. Mérida, 30 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Luis María Gil Chipia, doctor en derecho Doctor Manuel María Salas, doctor en derecho civil.
canónico. Mérida, 12 de julio de 1874. Mérida, 7 de diciembre de 1855.
Pro. Doctor Fernando Gil Mendoza, doctor en derecho Doctor Ignacio Dugarte, doctor en derecho civil. Méri-
canónico. Mérida, 23 de julio de 1876. da, 15 de diciembre de 1856.
Pro. Doctor Nicolás María Olivares, doctor en dere- Doctor Pedro de Jesús Godoy, doctoren derecho civil.
cho canónico. Mérida, 23 de julio de 1876. Mérida, 15 de julio de 1860.
Doctor Gabriel Picón Pebres, doctor en derecho civil.
Mérida, 15 de julio de 1860.
Licenciado Benjamín Qüenza, licenciado en derecho
Doctor Ramón Perdomo, doctor en derecho civil. Mé-
canónico. Mérida, 8 de agosto de 1856.
rida, 10 de marzo de 1861.
Licenciado Francisco A. Guerrero, licenciado en dere-
Doctor Alberto Contreras, doctor en derecho civil. Méri-
cho canónico. Mérida, 4 de agosto de 1862. da, 10 de marzo de 1861.
Licenciado José Federico Bazó, licenciado en derecho
Doctor Pío María León, doctor en derecho civil. Méri-
canónico. Mérida, 16 de agosto de 1862.
da, 23 de setiembre de 1862.
Pro. Doctor José Ignacio Bereciartu, licenciado en dere-
Doctor Züsigo Jugo, doctor en derecho civil. Mérida,
cho canónico. Mérida, 31 de mayo de 1865.
14 de diciembre de 1862.
Pro. Doctor Antonio María Durán, licenciadoen dere-
Doctor José de Jesús Dávila, doctor en derecho civil.
cho canónico. Mérida, i? de junio de 1865. Mérida, 13 de diciembre de 1868.
Doctor Prancisco A. Parra Picón, doctor en derecho
Doctor Esteban Pebres Cordero, doctor en derecho ci- civil. Mérida, 16 de marzo de 1862.
vil. Mérida, 7 de octubre de 1827. Doctor Santiago Briceño, doctor en derecho civil. Mé-
Doctor Pedro Pablo Pebres Cordero, doctor en derecho rida, 8 de mayo de 1872.
civil. Mérida, 7 de octubre de 1827. Doctor Acisclo Bustamante, doctor en derecho civil.
Doctor Ricardo de Labastida, doctor en derecho civil. Mérida, 8 de mayo de 1872.
Mérida, 14 de setiembre de 1828. Doctor Miguel Parra Picón, doctor en derecho civil.
Doctor José María Rodríguez, doctor en derecho civil. Mérida, 21 de julio de 1S72.
Mérida, 7 de marzo de 1830. Doctor Manuel González Moreno, doctor en derecho
Doctor José Ramón Almarza, doctor en derecho civil. civil. Mérida, 21 de julio de 1872.
Mérida, 20 de mayo de 1832. Doctor Juan Antonio Paredes, doctor en derecho civil.
Doctor Agustín Chipia, doctor en derecho civil. Mérida, Mérida, 21 de julio de 1872.
2 de diciembre de 1832. Doctor Francisco Uchoa, doctor en derecho civil. Mé-
Doctor Hilarión Unda, doctor en derecho civil. Méfi- rida, 23 de agosto de 1874.
da, 2 de diciembre de 1832. Doctor Francisco Baptista, doctor en derecho civil.
Doctor Eloy Paredes, doctor en derecho civil. Mérida, Mérida, 10 de enero de 1875.
20 de junio de 1839. Doctor Juan Nepomuceno Pagés Monsant, doctor en
Doctor Manuel Ponce, doctor en derecho civil. Mérida, derecho civil. Mérida, 24 de julio de i88r.
2 de setiembre de 1841. Doctor Agustín Carrillo, doctor en derecho civil, hié-
Doctor Pedro Juan Arellano, doctor en derecho civil. nda, 24 de julio de i88r.
Mérida, 24 de abril de 1841. Doctor Juan Pebres Cordero, doctor en derecho civil.
Doctor José Emigdio González, doctor en derecho civil. iMérida, 3 de setiembre de 1882.
Mérida, 26 de mayo de 1842. Doctores desde 1883 á 1889, los señores Santiago Fon-
Doctor Pedro Mornsalve, doctor en derecho civil. Méri- tiveros, Federico Baptista, José A. Parra Picón, Manuel
da, 12 de octubre de 1851. Troconis, Fermín Orosco Suárez, Antonio Domínguez,
Doctor Juan de Dios Méndez, doctor en derecho civil. Juan A. Gil, Marcelino Román, Melquíades Parra, Hora-
Mérida, 12 de octubre de 1851. cio Briceño, Juan Bautista Chaves, Abel Santos, Diego
Doctor Gabriel Briceño, doctor en derecho civil. Méri- Matute, Jesús Rojas, Jesús Uzcátegui, doctores en derecha
da, 12 de octubre de 1851.
Doctor Víctor Alvarado, doctor en derecho civil. Méri-
civil. — Mérida.

da, 12 de octubre de 1851.


Doctor Bartolomé Pebres Cordero, doctor en derecho Licenciado Rafael Alvarado, licenciado en dereeho ci-
civil. Mérida, 4 de enero de 1852. vil. Mérida, 21 de octubre de 1830.
Doctor Miguel N. Guerrero, doctor en derecho civil. Licenciado Fermín Medina, licenciado en derecho civil.
Mérida, 4 de enero de 1832. Mérida, 24 de julio de 1844.
Doctor Francisco Jugo, doctor en derecho civil. Méri- Licenciado Antonio María Soteldo, licenciado en de-
da, 29 de febrero de 1852. recho civil. Mérida, 23 de agosto de 1845.
Doctor José Benedicto Gálviz, doctor en derecho civil. Licenciado Aurelio Perrero, licenciado en derecho ci-
Mérida, 29 de febrero de 1852. vil. Mérida, 13 de diciembre de 1845.
Doctor José María Salas, doctoren derecho civil. Mé- Licenciado Rafael María Rodríguez, licenciado en de-
rida, I? de enero de 1853. recho civil. Mérida, 3 de noviembre de 1846.
Doctor Candelario Contreras, doctor en derecho civil. Licenciado Rafael Antonio Alvarez, licenciado en dere-
Mérida, i? de enero de 1853. cho civil. Mérida, 26 de agosto de 1847.
LXXXVIII INSTRUCCION SUPERIOR
Licenciado Agustín Camargo, licenciado en derecho Maestro José Manel Díaz de Hevia, maestro en filoso-
civil. Mérida, 5 de diciembre de 1847. fía. Mérida, 8 de diciembre de 1817.
Licenciado Felipe Méndez, licenciado en derecho civil. Maestro Francisco Oberto, maestro en filosofía. Mérida
Mérida, 18 de enero de 1848. 8 de diciembre de 1817.

Licenciado Mariano de J. Contreras, licenciado en dere- Maestro José Rafael González, maestro en filosofía. Mé-
cho civil. xMérida, 6 de diciembre de 1856. rida, 8 de diciembre de 1817.
Licenciado Isilio Peraza, licenciado en derecho civil. Maestro Esteban Febres Cordero, maestro en filosofía.
Mérida, 29 de agosto de 1858. Mérida, 4 de noviembre de 1821.
Licenciado José Manuel Gabaldón, licenciado en dere- Maestro Juan Crisóstomo Barrios, maestro en filo.sofía.
cho civil. Mérida, 28 de junio de 1860. Mérida, 4 de noviembre de 1821.
Licenciaílo Pedro María Uzcátegui, licenciado en dere- Maestro José María Rodríguez, maestro en filosofía.
cho civil. Mérida, 27 de noviembre de 1861. Mérida, 14 de julio de 1825.
Licenciado Froilán Gabaldón, licenciado en derecho Maestro Rafael Alvarado, maestro en filosofía. Mérida.
civil. Mérida, 19 de enero de 1862.
14 de julio de 1825.
Licenciado Buenaventura Lacruz, licenciado en derecho Maestro Francisco Rivas, maestro en filosofía. Mérida
civil. Mérida, 24 de julio de 1S62. ’
II de marzo de 1832.
Licenciado José Fernando Mendoza, licenciado en dere- Maestro Eloy Paredes, maestro en filosofía. Mérida
cho civil. Mérida, 18 de marzo de 1873. ’

25 de marzo de 1832.
Licenciado Juan Antonio Ovalles, licenciado en dere- RIaestro Pro. José Francisco Rías
cho civil. Mérida, 20 de julio de 1875. y Rubí, maestro en
filo.sofía. RIérida, 20 de mayo de 1832.
Licenciado Francisco Antonio Celis, licenciado en dere- Maestro Miguel RIaría Caudales, maestro en filosofía.
cho civil. Mérida, 17 de noviembre de 1878. ^
RIérida, 20 de mayo de 1832.
Licenciado José Rafael Pacheco, licenciado en derecho Maestro Buenaventura Arias, maestro en filo.sofía.
civil. Mérida, 17 de noviembre de 1878.
Mérida, 20 de mayo de 1832.
Rlaestro RIanuel Ponce, maestro en filosofía. RIérida ’
Doctor Hugo Sambelli, doctor en ciencias eclesiásticas. 17 de diciembre de 1836.
Mérida, 1888. Rlaestro Pedro Monsalve, maestro en filosofía. RIérida

Doctor Hemeterio Fornes, doctor en medicina. Mérida, 27 de junio de 1837.

15 de julio de 1860. ^
RIae.stro Pedro Juan Arrellano, maestro en
filosofía.
Doctor Jaime Antonio Picón, doctor en medicina. Mé- Mérida, 19 de agosto de 1837.
rida, J2 de noviembre de 1869. Rlaestro Pablo María Ríéndez, maestro en filosofía. Mé-
Doctor Ramón Parra Picón, doctor en medicina. Méri- rida, 24 de octubre de 1839.
da, 16 de marzo de 1872. Maestro Pro. Zoilo Troconis, maestro en filosofía.
Doctor Adolfo Briceño Picón, doctor en medicina. Mé- Mérida, 29 de octubre de 1841.
rida, 10 de febrero de 1878. Maestro Rafael Antonio Alvarez, maestro en filosofía.
^
Mérida, 7 de diciembre de 1842.
Rlaestro Juan de Dios Ríéndez, maestro en filo.sofía.
Maestro Pro. José de la Cruz Olivares, maestro en filo- ^
Mérida, 7 de diciembre de 1842.
sofía. Mérida, 10 de febrero de 1S08.
Maestro Domingo Vilardell, maestro en filosofía. RIé-
Maestro Fructo Santander, maestro en filosofía. Méri-
rida, 18 de diciembre de 1842.
da, 10 de febrero de 1808.
Rlaestro Felipe Méndez, maestro en filosofía. RIérida
Maestro José Antonio del Castillo, maestro en filosofía. ’
^
Mérida, ro de febrero de 1808. 13 de julio de 1S43.
Maestro Aurelio Ferrero, maestro en filosofía. RIérida,
Maestro Bartolomé Osorio, maestro en filosofía. Méri-
da, 10 de febrero de 1808. 13 de julio de 1843.
Maestro Mateo Troconis, maestro en filosofía. RIérida,
Maestro Pedro Pablo Payares, maestro en filosofía. Mé- ’
10 de agosto de 1843.
rida, de mayo de 1809.
i'.’

Maestro Pro. Esteban Arias, maestro en filosofía. Méri-


da, 24 de setiembre de 1809. INCORPORACIONES
Maestro Juan Nepomuceno Rubio, maestro en filosofía.
Licenciado^ Luis Troconis, licenciado en derecho civil.
Mérida, 24 de setiembre de 1809.
Maestro Agustín Chipia, maestro en filosofía. Mérida
RIérida, 17 de junio de 1844.
’ Doctor Caracciolo Parra, doctor en derecho civil. RIéri-
24 de setiembre de 1809.
da, 20 de setiembre de 1844.
Maestro Pro. Salvador León, maestro en filosofía. Mé-
Licenciado Gregorio Cegarra, licenciado en derecho ci-
rida, 24 de setiembre de 1809.
vil. RIérida, 14 de enero de 1845.
Maestro Pro. Miguel Palacios, maestro en filosofía. Mé- Doctor Juan José Cosme Giménez, doctoren medicina.
rida, 24 de setiembre de 1809.
RIérida, 2 de junio de 1845.
Maestro Antonio Rangel, maestro en filosofía. Mérida, Doctor RIanuel Hernández Sosa, doctor en medicina.

24 de setiembre de 1809. RIérida, 30 de junio de 1852.


Maestro Juan de Dios Picón, maestro en filosofía. Mé- Doctor Domingo Hernández Bello, doctor en medici-
rida, 23 de setiembre de 1810.
na. RIérida, 12 de noviembre de 1853.
Maestro José Miguel Pimentel, maestro en filosofía. Doctor Juan E. Gando, doctor en medicina. RIérida, 10
Mérida, 25 de setiembre de 1810. de abril de 1854.
Maestro Juan José Maldonado, maestro en filosofía. Licenciado Gregorio Fidel Ríéndez, licenciado en medi-
Mérida, 6 de enero de 1811. cina y filosofía. RIérida, 7 de diciembre de 1855.
Maestro Joaquín Lozano, maestro en filosofía. Mérida, Doctor Guillermo Tell Villegas, doctor en derecho ci-
29 de noviembre de 1817. vil. RIérida, 29 de mayo de 1860.
Maestro José Isidro Silva, maestro en filosofía. Mérida, Doctor Gabriel Briceño Picón, doctor en medicina. RIé-
2 de diciembre de 1817.
rida, 2 de diciembre de 1872.
Maestro Pro. José de Jesús Romero, maestro en filosofía. Doctor Pro. RIanuel Felipe Perera, doctor en teología
Mérida, 8 de diciembre de 1817.
y derecho canónico. RIérida, ii de setiembre de 1873.
Maestro Pro. José María Angulo, maestro en filosofía. Doctor Pro. Pedro José Rliserol, doctor en ciencias ecle-
Mérida, 8 de diciembre de 1817. siásticas. RIérida, 18 de octubre de 1S78.
Maestro Pro. Ciriaco Piñeiro, maestro en filosofía. Licenciado Fernando Urdaneta, licenciado en derecho
Mérida, 8 de diciembre de -1817. civil. RIérida, 10 de mayo de 18S0.
GRADOS UNIVERSITARIOS LXXXIX

Licenciado Juan N. Urdaneta, licenciado en derecho Bachiller Manuel Silvestre Móntes, bachiller en filo-
civil.Mérida, 20 de setiembre de 1880. sofía, rector del colegio, licenciado Ramón Afanador, 24 de
Doctor Illmo. señor Román Lovera, doctor en teología. julio de 1834.
Mérida, 30 de abril de 1881. Bachiller Antonio Real, bachiller en filosofía, rector
Licenciado Francisco de Paula Vázquez, licenciado en del colegio, licenciado Ramón Afanador, 25 de julio de
derecho civil. Mérida, i 9 de mayo de 1852. 1854.
Bachiller Juan Vallés, bachiller en filosofía rector
del colegio, licenciado Ramón Afanador, 26 de julio de
Existen también en el archivo de la Universidad, no- 1854-
ticias dealgunos miembros de élla, sin que se conozca la Bachiller Ramón Natera, bachiller en filosofía, rec-
Facultad á que pertenecieron, ni la fecha y lugar en que tor del colegio, licenciado Ramón Afanador, 28 de julio
recibieron el grado éstos son los siguientes
: :
de 1854.
Illmo. señor doctor Santiago Hernández Milanés. Bachiller Ricardo Ortiz, bachiller en filosofía, rector del
Illmo. señor doctor Ramón Ignacio Méndez. colegio, doctor Manuel María Ortiz, 29 de julio de 1854.
Illmo. señor doctor Mariano de Talavera y Garcés. Bachiller Juan Bautista Perreras, bachiller en filoso-
Pro. Doctor Juan José Mendoza. fía, rector del colegio, licenciado Ramón Afanador, 2 de
Doctor Juan Marimón y Henríquez. agosto de 1854.
Doctor Antonio María Briceño. Bachiller Manuel Antonio Sifóntes, bachilleren filosofía,
Pro. Doctor Luis Ignacio Mendoza. rector del colegio, presbítero bachiller Luciano Zuera, 16 de
Pro. Doctor José Antonio Mendoza. julio de 1856.
Pro. Doctor Bartolomé Pagés Monsant. Bachiller José María Arismendi, bachiller en filosofía,
Pro. Doctor José Hipólito Pagés Monsant. rector del colegio, presbítero bachiller Luciano Zuera, 24 de
Pro. Doctor Francisco A. Uzcátegui. de julio de 1856.
Doctor J. María Unda. Bachiller Alejo Vallés, bachiller en filosofía, rector
Doctor Sulpicio Frías. del colegio, señor Alejandro Mantilla, 27 de julio de 1858.
R. P. Fray Agustín Ortiz. Bachiller Federico León, bachilleren filosofía, rector del
colegio, señor Alejandro Mantilla, 31 de julio de 1858.
Bachiller Franci.sco Antonio Serrano, bachiller en fi-
RELACIÓN NOMINAL DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTE- losofía, rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 10 de
NIDO GRADOS ACADÉMICOS EN EL COLEGIO NACIONAL agosto de 1858.
DE GUAYANA, HOY COLEGIO FEDERAL DEI. ESTADO Bachiller Luís Cedeño, bachiller en filosofía, rector del
BOLIVAR, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA HOY 31 DE colegio, señor Alejandro Mantilla, ii de agosto de 1858.
Bachiller José Manuel Barceló, bachiller en filosofía,
OCTUBRE DE 1882, CON EXPRESIÓN DEL GRADO OBTE-
rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 13 de agos-
NIDO, RECTOR QUE LO CONFIRIÓ Y FECHA DEL ACTO DE
to de 1858.
COLACIÓN DEL GRADO. Bachiller Cecilio Alemán, bachiller en filosofía, rector
del colegio, señor Alejandro Mantilla, 18 de agosto de 1858.
Bachiller Francisco Díaz, bachiller en filosofía, rector
Bachiller Manuel Antonio Urbina, bachiller en filo-
interino, bachiller Pedro M. Gómez [por ausencia temporal
sofía, rector del colegio, señor Alejandro Mantilla, 24 de
del rector, licenciado Ramón I. Móntes], 15 de agosto de
diciembre de 1858.
Í850.
Bachiller Mamerto Sifóntes, bachiller en filosofía, rec-
Henrique Volastero, bachiller en filosofía,
Bachiller
tor del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 28 de
rector interino, bachiller Pedro M. Gómez, 15 de agosto
junio de 1861.
de 1850.
Bachiller Luis Alcalá, bachiller en filosofía, rector Bachiller Ildefonso E. Núñez, bachiller en filosofía,
interino, bachiller Pedro M. Gómez, i8‘ de agosto de rector del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 19 de
1850. julio de 1861.
Bachiller José Ramón Alcalá, bachiller en filosofía,
Bachiller Fermín Ramos, bachiller en filosofía, rector
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 5 de diciem- del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 28 de julio
bre de 1850. de 1861.
Bachiller José Afanador, licenciado en filosofía, rector Bachiller Antonio Ezeiza, bachiller en filosofía, rector
del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 6 de diciembre de del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 30 de julio
1850. de 1861.
Bachiller Juan Martín Móntes, bachiller en filosofía, Bachiller Ramón Cordero, bachiller en filosofía, rector
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 7 de diciem- del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de setiem-
bre de 1850. bre de 1861.
Bachiller Julián García, bachiller en filosofía, rector del Bachiller Andrés Felipe Silva, bachiller en filosofía,
colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 3 de abril de 1851. rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de oc-
Bachiller Eugenio María León, bachiller en filosofía, tubre de 1861.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 12 de junio Bachiller Jo.sé Ramón Camejo, bachiller en filosofía,
de 1852. rector colegio,
del licenciado Francisco Mármol, 16 de oc-
Bachiller Antonio José Soublette, bachiller en filoso- tubre de 1861.
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
13 de Bachiller Manuel María Díaz, bachiller en medicina,
junio de 1852. rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 12 de julio
Bachiller Carlos Salom, bachiller en filosofía, rector del de 1862.
colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 14 de junio de 1S52. Bachiller José E. Gómez, bachiller en medicina, rec-
Bachiller Luciano Zuera, bachiller en filosofía, rector tor del colegio,licenciado Francisco Mármol, 25 de julio
del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 15 de junio de de 1862.
1852. Bachiller Ramón María Mejías, bachiller en medicina,
Bachiller Esteban Jesús Móntes, bachiller en filosofía, rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 30 de ju-
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 16 de junio lio de 1862.
de 1852. Bachiller Carlos Vallés, bachiller en filosofía, rector
Bachiller Heraclio Ortiz, bachiller en filosofía, rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 4 de octubre de
del colegio, licenciado Ramón Afanador, 22 de julio de 1S62.
1854. Bachiller Justo Tomás Lezama, bachiller en filosofía.
xc INSTRUCCION SUPERIOR

rector del colegio, licenciado Francisco Mármol, 15 de no- Bachiller Ramón Bárrios Gómez, bachiller en filoso-
viembre de 1862. fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 20 de
Bachiller José María Arroyo, bachiller en filosofía, agosto de 1878.
rector del colegio, doctor W. Monserrate, 2 de setiembre Bachiller José María Aveledo, bachiller en filosofía,
de 1866. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 31 de agosto
Bachiller José Alejandro Reyes, bachiller en filosofía, de 1878.
rector del colegio, doctor W. Monserrate, 2 de setiembre Bachiller José Félix Armas Bazán, bachilleren filosofía,
de 1866. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, i? de setiem-
Bachiller Eduardo Machado, bachiller en filosofía, rec- bre de 1878.
tor del colegio, doctor José Miguel Núnez, 27 de julio Bachiller Onofre Pereira, bachiller en filosofía, rector
de 1869. del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, s de setiembre
Bachiller Juan Montes Dávila, bachiller en filosofía, de 1878.
rector del colegio, doctor José Miguel Núñez, 28 de julio Bachiller Guillermo Betancourt Sucre, bachiller en filo-
de 1869. sofía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 15 de
Bachiller Tomás Vásquez, bachiller en filosofía, rec- setiembre de 1878.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 29 de julio Bachiller Federico Antonio Hammer, bachilleren filoso-
de 1869. rector del colegio, licenciado
fía, Ramón I. Móntes, 23 de no-
Bachiller Hilarión Gambús, bachiller en filosofía, rec- viembre de 1880.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 30 de julio Bachiller Julián Mendoza, bachiller en filosofía, rec-
de 1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 5 de agosto
Bachiller Martín Batalla, bachiller en filosofía, rec- de 1882.
tor del colegio, doctor José Miguel Núñez, 10 de agosto Bachiller Rafael Monserrate, bachiller en filosofía, rec-
de 1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 6 de aeosto
Bachiller Juan Martín Flores, bachiller en filosoíía, de 1882.
rector del colegio, José Miguel Núñez, i 9 de octubre de Bachiller Rafael Monserrate, agrimensor público, rec-
1869. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 7 de agosto
Bachiller José Rodríguez Márquez, bachiller en filoso- de 1882.
fía, rector del colegio, doctor José Miguel Núñez, 22 de Bachiller Antonio García Romero, bachiller en filosofía,
diciembre de 1870. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 10 de aeosto
Bachiller Alfredo Machado, bachiller en medicina, de 1882.
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 7 de agos- Bachiller José María Emazábel, agrimensor público, rec-
to de 1871. tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 13 de agosto de
Bachiller Asunción Perreras, bachiller en medicina, 1882.
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 28 de ju- Bachiller Rafael Antonio Marcano, bachiller en filosofía,
nio de 1872. rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 16 de agosto
de 1882.
Bachiller José xúlejandro Serrano, bachiller en medi-
Bachiller José Rafael Payares, bachiller en filosofía,
cina, rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 29
de junio de 1872.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 19 de
agosto de 1882.
Bachiller José Angel Ruiz, bachiller en medicina, rec-
Bachiller Luis Antonio Natera, bachiller en filosofía,
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 30 de julio
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 24 de agos-
de 1869.
to de 1882.
Bachiller Diógenes Siverio, bachiller en filosofía, rec-
Bachiller Luciano Teófilo Holmquist, bachiller en filo-
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 3 de setiem-
sofía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
bre de 1872. 25
de agosto de 1882.
Bachiller Régulo Machado, bachiller en filosofía, rec-
tor del colegio, doctor Luis María Luzardo, 5 de setiem-
Señor Julián Mendoza, maestro de instrucción primaria,
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes,
bre de 1872. 7 de setiem-
bre de 1882.
Bachiller Ramón Isidro Móntes Calderón, bachiller en
filosofía, rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 13 Ciudad Bolívar: 31 de octubre de 1882.
de setiembre de 1S72. El Rector,
Bachiller José María Emazábel, bachiller en filosofía,
rector de! colegio, doctor Luis María Luzardo, 22 de ju-
Ramón I. Móntes.
nio de 1874.
Bachiller José Evaristo Grimón, bachiller en filosofía, RELACIÓN DE LOS GRADOS CONFERIDOS EN EL COLEGIO FE-
rector del colegio, doctor Luis María Luzardo, 27 de ju-
nio de 1874.
DERAL DE CARABOBO, DESDE SU INSTALACIÓN.
Bachiller Pedro Ledezma, hijo, bachiller en filosofía, Agrimensor Federico Fontainés, agrimensor público, 20
rector del colegio, bachiller Juan Bautista Perreras, 4 de de junio de 1875.
agosto de 1876. Bachiller Claudio Ortega, bachiller en filosofía, 21 de ju-
Bachiller Félix Gregorio Móntes, bachiller en filoso- nio de 1875.
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 20 Licenciado Alejandro Machado, licenciado en derecho, 20
de agosto de 1876. de marzo de 1876.
Bachiller Máximo Hernández Pinto, bachiller en filoso- Licenciado Aureliano Villalobos, licenciado en derecho,
fía, rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 21 de se-
23 de marzo de 1876.
tiembre de 1876. Licenciado Pedro J. Arocha, licenciado en derecho, 23 de
Bachiller Carlos García Romero, bachiller en filosofía, abril de 1876.
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 23 de agos- Licenciado Miguel Salazar, licenciado en derecho, 27 de
to de 1878. abril de 1876.
Bachiller José Felipe A. Silvia, bachiller en filosofía, Licenciado Silvestre Izaguirre, licenciado en derecho, 14
rector del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 25 de agos- de mayo de 1S76.
to de 1878. Bachiller Ricardo Zuloag^a, bachiller en filosofía, 15 de
Bachiller José Tadeo Ochoa, bachiller en filosofía, rec- agosto de 1876.
tor del colegio, licenciado Ramón I. Móntes, 26 de agosto Bachiller Joaquín Alvarado E., bachilleren filosofía, 22
de 1878. de agosto de 1878.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCI

Bachiller Jacinto Armado, hijo, bachiller en filosofía, 22 Licenciado José María Guevara, licenciado en medicina,
de agosto de 187S. 15 de diciembre de 1880.
Bachiller Francisco de Paula Reyes, bachiller en filosofía, Licenciado Leopoldo Araujo Rojas, licenciado en dere-
22 de agosto de 1878. cho, 29 de diciembre de 1881.
Bachiller Froilán Rojas, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Francisco Flores, bachiller en filosofía, 14 de
agosto de 1878. marzo de 1882.
Bachiller Isidro Salvatierra, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Arístides Landaeta, bachiller en filosofía, 28 de
agosto de 1878. julio de 1882.
Agrimensor Ernesto L. Branger, agrimensor público, 25 Bachiller José I. González Lara, bachiller en filosofía, 22
de agosto de 1878. de julio de 1882.
Bachiller Luis Felipe López, bachiller en filosofía, 12 de Bachiller Felipe Fuentes, bachilleren filosofía, 31 de ju-
setiembre de 1878. lio de 1882.
Bachiller Julián López López, bachilleren filosofía, 12 Bachiller Matías Paz, bachiller en filosofía, i? de agosto
de setiembre de 1878. de 1882.
Agrimensor Antonio Alvarado, hijo, agrimensor público, Bachiller Luis Tomás García, bachiller en filosofía, 2 de
6 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Juan Alberto Olivares, agrimensor público, Bachiller Napoleón Araujo, bachiller en filosofía, 3 de
6 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Agustín Codazzi, hijo, agrimensor público, Bachiller Melquíades Landaeta, bachiller en filosofía, 4
6 de octubre de 1878. de agosto de 1882.
Agrimensor Andrés Octavio Giménez, agrimensor públi- Bachiller Miguel G. Herrera, bachiller en filosofía, 5 de
co, 2 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Juan Vicente Cedeño, agrimensor público, Bachiller Juan A. Vanes H., bachiller en filosofía, 7 de
17 de octubre de 1878. agosto de 1882.
Agrimensor Manuel Quintana, agrimensor público, i? de Bachiller Rafael Linares Bernal, bachiller en filosofía, 8
abril de 1880. de agosto de 1882.
Licenciado Lorenzo Araujo, hijo, licenciado en medi- Bachiller Gabriel Castillo, bachiller en filosofía, 12 de
cina, 24 de julio de 1880. agosto de 1882.
Licenciado Leandro Herrera, licenciado en medicina, 27 Bachiller J. Nicanor Freytes, bachiller en filosofía, 13 de
de julio de 1880. agosto de 1882.
Bachiller Gonzalo Fajardo, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Adolfo Herrera, hijo, bachilleren filosofía, 16
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Manuel Quintana, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Rafael Guerra Méndez, bachiller en filosoíía, 17
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Simón Marrero, bachilleren filosofía, 3 de agos- Bachiller José Antonio Acosta, bachiller en filosofía, 19
to de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Manuel N. Barrios, bachiller en filosofía, 13 de Bachiller Miguel Bello Rodríguez, bachiller en filosofía,
mayo de 1880. 21 de agosto de 1882.
Bachiller Tiburcio Garrido, bachiller en filosofía, 3 de Bachiller Manuel Granadillo P. bachilleren filosoíía, 22
,
agosto de 1880. de agosto de 1882.
Bachiller Agustín Lavado, bachiller en filosofía, 3 de
Bachiller Angel María López, bachiller en filosoíía, 26
ag^osto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Rafael Medina, bachiller en filosoíía, ^ de agos-
Bachiller Rafael Ignacio Giménez, bachilleren filosofía,
to de 1880.
28 de agosto de 1882.
Bachiller Aquíles Antich, bachiller en filosofía, 3 de
Bachiller Ricardo Mazas, hijo, bachiller en filosofía, 28
agosto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller José de J. Arocha, bachiller en filosofía, 4 de
Bachiller Juan Fulco, bachiller en filosofía, 30 de agosto
agosto de 1880.
de 1S82.
Licenciado Joaquín H. Lamas, licenciado en medicina, 4
Bachiller Manuel Antonio Lizarraga, bachiller en filoso-
de agosto de 1880.
fía,30 de agosto de 1882.
Bachiller Tomás A. Coronel, bachiller en filosofía, 4 de
Agrimensor Rafael I. Giménez, agrimensor público, 31
de agosto de 1880.
de agosto de 1882.
Bachiller Francisco Ochoa Fuentes, bachiller en filoso-
Bachiller Antonio Sandoval, bachiller en filosofía, 31 de
fía, 5 de agosto de 1880.
agosto de 1882.
Bachiller Gaspar Castillo, hijo, bachiller en filosofía, 6 de
Bachiller Félix Delfín Ortega, bachiller en filosofía, 22
agosto de 1880.
de setiembre de 1882.
Bachiller Lisandro LecunaB., bachiller en filosofía,
7 de Licenciado presbítero José Tomás Urdaneta, licenciado
agosto de 1880.
en derecho, 16 de octubre de 1882.
Bachiller José Manuel Juliac, bachiller en filosofía, ii
de agosto de 1880. Valencia: 2 de noviembre de 1882.
Bachiller Trinidad S. Lavado, bachiller en derecho, 12 R. O. Limardo.
de agosto de 1880.
Bachiller Gustavo Rodríguez, bachiller en filosofía, 13
de agosto de 1880. RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTENIDO GRADOS
Bachiller Juan Vicente Cedeño, bachilleren filosofía, 14 ACADÉMICOS EN EL COLEGIO FEDEEAL DEL ESTADO FAL-
de agosto de 1883. CÓN-ZULIA, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA EL DIA 31 DE
Licenciado Rafael González Gómez, licenciado en medi-
OCTUBRE DE 1883.
cina, 19 de agosto de 1880.
Licenciado Juan Aponte, hijo, licenciado en medicina, 21 Bachiller Tomás Troconis, bachiller en filosofía, 22 de
de agosto de 1880. noviembre de 1839.
Bachiller Francisco de Paula Llanos, bachiller en filoso- Bachiller Blas Valbuena, bachiller en filosofía, 21 de di-
fía, 25 de agosto de 1880. ciembre de 1839.
Bachiller Luis María Llanos, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller José Ramón Garbiras, bachiller en filosofía, 24
agosto de 1880. de diciembre de 1839.
XCII INSTRUCCION SUPERIOR

Bachiller José Ramón Villasmil, bachiller en filosofía, 28 Bachiller Valerio Núñez, bachiller en filosoíía,
7 de julio
de diciembre de 1839. de 1855.
Bachiller Miguel Montero, bachiller en filosofía, 18 de- Bachiller Apálico Sánchez, bachiller en filosofía, 6 de
enero de 1840. agosto de 1855.
Bachiller Santiago Muñoz, bachiller en filosofía, 17 de Bachiller Enrique Urdaneta, bachiller en filosofía, 8 de
enero de 1841. agosto de 1856.
Pro. bachiller Zoilo Troconis, bachiller en filosofía, 28 de Bachiller Arbonio Pérez, bachilleren filosofía, 26 de ju-
enero de 841. lio de 1857.
Bachiller Antonio Montiel, bachiller en filosofía, 5 de Bachiller Francisco Bustamante, bachiller en filosofía,
enero de 1842. 27 de julio de 1857.
Bachiller Castor Silva, bachiller en filosofía, 10 de iulio Bachiller Miguel Parra, bachiller en filosofía, 28 de iulio
de 1843. de 1857.
Bachiller José Antonio Rincón, bachiller en filosofía, 17 Bachiller José Andrés Carrasquero, bachilleren filosofía,
de julio de 1843. 31 de agosto de 1857.
Bachiller José A. Urquiona Bracho, bachiller en filosofía, Bachiller José Manuel Garbiras, bachiller en filosofía, i9
18 de julio de 1843. de agosto de 1857.
Bachiller Miguel Antonio Baralt, bachiller en filosofía, Bachiller Francisco María Urdaneta, bachiller en filoso-
19 de julio de 1843. fía, 14 de agosto de 1857.
Bachiller Diego B. Gallegos, bachiller en filosofía, 20 de Pro. bachiller Víctor González, bachiller en filosofía, 24
julio de 1843. de setiembre de 1857.
Bachiller José Ignacio Valbuena, bachiller en filosofía, Licenciado José del Cármen Ramírez, licenciado en cien-
21 de julio de 1843. cias políticas, 7 de noviembre de 1881.
Bachiller Juan E. Gando, bachiller en filosofía, 22 de ju- Bachiller Rafael Osorio Petit, bachiller en filosofía, 15
lio de 1843. de octubre de 1857.
Bachiller Juan Carruyo, bachiller en filosofía, 23 de julio Bachiller Manuel Sánchez, bachiller en filosofía, 22 de
de 1843. octubre de 1857.
Bachiller Manuel R. Freitas, bachiller en filosofía, 24 de Bachiller Fulgencio Carias, bachiller en filosofía, 25 de
julio de 1843. octubre de ^857.
Bachiller Rafael Osorio, bachilleren filosofía, 25 de julio Bachiller Joaquín Piña, bachiller en filosofía, 28 de octu-
de 1843. bre de 1857 .

Bachiller Elias Añes, bachiller en filosofía, 26 de julio Pro. bachiller José del Cármen Ramírez, bachiller en de-
de 1843. recho civil, 23 de abril de 1863.
Bachiller Elias Sánchez, bachilleren filosofía, 30 de julio Bachiller Juan B. Valbuena, bachiller en filosofía, 8 de
de 1843. noviembre de 1857.
Bachiller Udón Pérez, bachiller en filosofía, 31 de julio Bachiller Bartolomé Ortíz, bachiller en filosofía,
9 de
de 1843. agosto de 1860.
Bachiller Andrés Iragorri, bachiller en filosofía, 2 de agos- Bachiller Jorge Nevado, bachiller en filosofía, 12 de agos-
to de 1843. to de 1860.
Bachiller Joaquín Euzardo, bachiller en filosofía, 4 de Bachiller Maximiano Rincón, bachiller en medicina,
3
agosto de 1843. de febrero de 1865.
Bachiller Juan Bautista Echeverría, bachiller en filosofía, Bachiller Mariano Parra, bachiller en medicina, 5 de
28 de agosto de 1844. marzo de 1865.
Bachiller Pro. Felipe N. Fremont, bachiller en filosoíía, Bachiller Ildefonso Vásquez, bachiller en medicina, 4 de
18 de junio de 1845. febrero de 1865.
Bachiller Joaquín Esteva, bachiller en filosofía, 6 de agos- Bachiller Andrés Antonio Pérez, bachiller en medicina,
to de 1846. I? de febrero de 1865.
Bachiller Carlos Mínchin, bachiller en filosofía, 9 de Bachiller José Antonio Hernández, bachiller en medici-
agosto de 1846. na, 2 de febrero de 1865.
Pro. bachiller Francisco Huerta, bachiller en derecho Bachiller Francisco Suárez, bachiller en filosofía, 21 de
canónico, 31 de agosto de 1866. enero de 1865.
Licenciado Trinidad Montiel, licenciado en ciencias po- Bachiller Guillermo Leiva, bachiller en filosofía, 23 de
líticas, 19 de octubre de 1881. mayo de 1863.
Bachiller Manuel Durán, bachiller en medicina, 15 de Bachiller Teolindo Navarrete, bachiller en filosofía, 24
agosto de 1860. de mayo de 1863.
Bachiller Antonio María Iriarte, bachiller en filosofía, 26 Bachiller Juan E. García, bachiller en filosofía, 24 de ma-
de agosto de 1854. yo de 1863.
Bachiller Manuel Dagnino, bachiller en medicina, 16 de Bachiller Ireneo Baptista, bachilleren filosofía, 25 de ma-
agosto de 1860. yo de 1863.
Bachiller Graciliano González, bachiller en medicina, 8 Bachiller Juan B. Ortiz, bachiller en filosofía, 26 de ma-
de setiembre de i86o. yo de 1863.
Bachiller Carlos L. Sánchez, bachiller en medicina, 17 Bachiller José María Casanova, bachilleren filosofía, 27
de agosto de 1860. de mayo de 1863.
Bachiller Juan N. Fría, bachiller en filosofía, 30 de agos- Bachiller Hermes Valbuena, bachiller en filosofía, 27 de
to de 1854. mayo de 1863.
Bachiller Pedro Luengo, bachiller en derecho civil, 1° Bachiller Manuel Bracho O., bachiller en filosofía, 28 de
de agosto de 1878. ma\ o de 1863.
Bachiller Luis F. Sánchez, bachilleren filo.sofía, i? de se- Bachiller Ramón R. Ball, bachiller en filosofía, 30 de ma-
tiembre de 1854. yo de 1863.
Bachiller José Antonio Yanes, bachilleren filosoíía, 2 de Bachiller Carlos Ball, bachiller en filosofía, 31 de mayo de
abril de 1855. 863-
Bachiller Ramón López, bachiller en medicina, 18 de Bachiller Ramón March, bachilleren filosofía, i 9 de junio
agosto de 1860. de 1863.
Bachiller Belisario Gallegos, bachiller en medicina, 9 de Bachiller Enrique Rincón, bachilleren filosofía, i9 de ju-
setiembre de 1860. nio de 1863.
CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIVO EN VENEZUELA

„ ^
General José Desiderio Trías.— 2 General Miguel Gil.—3 General León Colina.—4 Rafael Arvelo.-ó General Manuel E. Bruzual.
. T,^
, T
6 General José RupertoMonagas.—7 Dr. Guillermo Tell Villegas.—8 Dr. Juan V. González Delgado.—9 General Esteban Palacios.— 10 General José Ignacio Pulido.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCIII

Bachiller Nicolás María Olivares, bachiller en filosofía, 2 Bachiller Leopoldo Sánchez, bachiller en derecho civil,
de junio de 1S63. 5 de abril de 1881.
Bachiller Miguel Célis, bachilleren filosofía, 2 de junio Bachiller Enrique Fuenmayor, bachiller en medicina,
de 1863. 22 de agosto de 1873.
Bachiller José Giménez, bachilleren filosofía, 3 de junio Bachiller Jesús María Montiel, bachiller en medicina,
de 1863. 20 de setiembre de 1873.
Bachiller Salvador Durán, bachiller en filosofía, 6 de ju- Bachiller Jorge Urdaneta, bachiller en filo.sofía, 17 de
nio de 1863. agosto de 1869.
Bachiller Julio Rincón, bachiller en filosofía, 6 de junio Bachiller Diego Urquinaona, bachiller en filosofía, 19
de 1863. de agosto de 1869.
Bachiller Jesús María Portillo, bachiller en filosofía, 23 Bachiller Manuel S. Montero, bachiller en filosofía, 12
de junio de 1863. de diciembre de 1869.
Pro. bachiller Francisco J. Delgado, bachilleren derecho Bachiller Alejandro Andrade, bachiller en filosofía, 15
canónico, 7 de junio de 1872. de diciembre de 1869.
Bachiller Aniceto Ramírez, bachiller en filosofía, 24 de Bachiller Antonio María Montiel, bachiller en filosofía,
junio de 1863. 12 de diciembre de 1869,
Bachiller Juan B. Oquendo, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Eduardo Urquinaona, bachiller en filosofía,
julio de 1863. 13 de diciembre de 1869.
Bachiller Agustín Rodríguez, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Manuel Araujo, bachiller en medicina, 21 de
setiembre de 1863. agosto de 1873.
Bachiller José Aguedo Moutiel, bachiller en filosofía, 6 Bachiller Alberto Rincón, bachiller en filosofía, 7 de
de setiembre de 1863. mayo de 1872.
Bachiller Eduardo Portillo, bachiller en filosofía, 7 de se- Bachiller José Francisco Rincón, bachiller en medicina,
tiembre de 1S63. II de junio de 1872.
Bachiller José Antonio Infante, bachiller en filosofía, 7 Bachiller José Antonio Chaves, bachiller en filosofía,
de agosto de 1866. I? de juiio de 1872.
Licenciado Jesús María Luengo, licenciado en ciencias Bachiller Federico Troconis, bachiller eu filosofía, 10
polticas, 17 de noviembre de 1881. de julio de 1872.
Bachiller Guillermo Finol, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Manuel S. Romero, bachiller en filosofía, ii
agosto de 1866. de julio de 1872.
Bachiller Evilacio Puentes, bachiller en filosofía, n de Bachiller Rafael Rincón, bachiller en filosofía, 12 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Elias Portillo, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Rodolfo Lares, bachiller en filosofía, 12 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Severiano Bracho, bachiller en filosofía, 15 de Bachiller Simón Montiel, bachiller en medicina, 19
agosto de 1866. de octubre de 1880.
Bachiller Alfredo Rincón, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Jorge Valbuena, bachiller en filosofía, 27 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Alfonso Rincón, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Rafael López, bachiller en filosofía, 27 de
agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller Carlos S. Barrera, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller José Dolores Suárez, bachiller en filosofía,
agosto de 1866. 28 de julio de 1872.
Bachiller Sisóes Finol, bachiller en filosofía, 24 de agos- Bachiller José Antonio Pifia, bachiller en filosofía, 28
to de 1866. de julio de 1872.
Bachiller Andrés J. Manzano, bachiller en filosofía, 28 Bachiller Jeudah Delima, bachiller en filosofía, 29 de
de agosto de 1866. julio de 1872.
Bachiller José Miguel Cepeda, bachiller en derecho ci- Bachiller Carlos Wilson, bachiller en filosofía, 29 de
vil, 17 de febrero de 1871. julio de 1872.
Bachiller Antonio María Parra, bachiller en medicina, Bachiller Eucario Araujo, bachiller en filosofía, 30 de
12 de octubre de 1872. julio de 1872.
Bachiller José María Núñez, bachiller en filosofía, 30 de Bachiller Candelario Oquendo, bachiller en medicina,
agosto de 1866. 4 de agosto de 1872.
Bachiller Federico Valbuena, bachiller en filosofía, i? Bachiller Federico March, bachiller en filosofía, 9 de
de setiembre de 1866. agosto de 1872.
Bachiller José María Sánchez, bachiller en filosofía, 7 Bachiller José Trinidad Ortega, bachiller en filosofía, 10
de noviembre de 1866. de agosto de 1872
Bachiller Felipe Sandrea, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller Francisco J. Acosta, bachiller en medicina,
noviembre de 1866. 30 de agosto de 1878.
Bachiller Manuel Montiel, bachiller eu filosofía, 6 de Bachiller Manuel Bracho B., bachiller eu medicina, 15
agosto de 1S69. de febrero de 1880.
Bachiller José de Jesús Olivares, bachiller en medicina, Licenciado José Antonio Bracho, licenciado en ciencias
22 de diciembre de 1878. médicas, 18 de febrero de 1882.
Bachiller José Vicente Matos, bachiller en filosofía, 18 Bachiller Eduardo Petit, bachiller en filosofía, 31 de
de agosto de 1869. agosto de 1872.
Bachiller Miguel María Villalobos, bachiller en medi- Bachiller Manuel Sánchez Pefia, bachiller en filosofía, 25
cina, 23 de agosto de 1873. de agosto de 1872.
Bachiller Reyes Belloso, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Francisco Ochoa, bachiller en derecho civil,
agosto de 1S69. de octubre de 1872.
4
Bachiller Rafael L. Iriarte, bachiller en filosofía, 10 de Bachiller Helímenas Finol, bachiller en medicina, 13
agosto de 1869. de octubre de 1875.
Bachiller Joaquín Valbuena, bachiller en filosofía, i? Bachiller Fermín Orosco, bachiller en filosofía, ii de
de agosto de 1869. julio de 1876.
Bachiller Benito D’ Erizauz, bachilleren filosofía, 6 de Bachiller Joaquín Luzardo, bachiller en filosofía, 13
agosto de 1869. de julio de 1876.

13
XCIV INSTRUCCION SUPERIOR

_
Bachiller Hermágoras Isea, bachiller en filosofía, 14 Bachiller Guillermo Quintero, bachiller en filosofía,
de julio de 1876. 10 de agosto de 1882.
Bachiller Ramón A. Infante, bachilleren filosofía, 15 Bachiller J. Trinidad Sulvarán, bachiller en filosofía,
de julio de 1876. 10 de agosto de 1882.
Bachiller Luis Montel, bachiller en filosofía, 18 de ju- Bachiller Antonio Puche, bachiller en filosofía, iide
lio de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Rómulo Paría, bachiller en filosofía, iq de Bachiller Ezequiel Antonio Puche, bachiller en filoso-
julio de 1876. fía, II de agosto de 1882.
Bachilltr José Antonio Gando, bachiller en filosofía, Bachiller Leopoldo Antonio Puche, bachiller en filoso-
I? de agosto de 1S76. fía, 12 de agosto de 1882.
Bachiller Julio Augusto Rincón, bachiller en filosofía, Bachiller Renato Serrano, bachiller en filosofía, 12 de
16 de agosto de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Manuel Valbuena, bachiller en filosofía, 19 Bachiller Juan Prancisco Chazín Nava, bachiller en
de agosto de 1876. filosofía, 14 de agosto de 1882.
Bachiller Luis Curriel, bachiller en filosofía, 20 de agos- Bachiller Víctor M. Acosta, bachiller en filosofía, 14
to de 1876. de agosto de 1882.
Bachiller Alcibíades P'lores, bachiller en filosofía, 20 Bachiller Enrique Vílchez, bachiller en filosofía, 17 de
de agosto de 1876. agosto de 1882.
Bachiller Temístocles N. Vaainonde, bachiller en filo- Bachiller Carlos R. Isea, bachiller en filosofía, 16 de
sofía, 25 de agosto de 1876. setiembre de 1S82.
Bachiller Mariano Hernández, bachiller en filosofía, 26 Bachiller Manuel Amonio Ponseca, bachiller en filoso-
de agosto de 1876. fía, 18 de setiembre de 1882.
Bachiller Rafael Pirela, bachiller en filosofía, 27 de Bachiller Veremnndo Montenegro, bachiller en filoso-
agosto de 1876. fía, 28 de setiembre de 1812.
Bachiller José Antonio Montiel P. bachiller en filoso-
,
Bachiller Rodolfo Ochoa, bachiller en filosofía. So de
fía, 2 de setiembre de 1876. setiembre de 1882.
Bachiller Rodolfo Pérez, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Abraham Belloso, bachiller en filosofía, i?
agosto de 1879. de octubre de 1882.
Bachill er Erasmo Meoz, bachiller en filosofía,
Bachiller Jaime Luzardo, bachiller en filosofía, 23 de 5 de oc-
agosto de 1879. tubre de 1882.
Bachiller Luis E. Esteva, bachiller en filosofía, 27 de Maestro Prancisco González Peña, maestro de instruc-
agosto de 1879. ción primaria, 13 de agosto de 1882.
Bachiller Pedro Gnzmán, bachiller en filosofía, 18 de Nota : —
En la precedente relación no va incluido el nombre del señor
diciembre de 1879. Pro. Carlos María Lizardo, que le consta al suscrito Rector recibió en este
Instituto el grado de Bachiller en derecho canónico, porque con motivo de
Bachiller Bartolomé Osorio, bachiller en filosofía, 23 las convulsiones políticas, de que ha sido teatro la ciudad de Maracaibo, re-
de agosto de 1879. petidas veces han ocupado tropas el local del Colegio, siendo esto causa de
ue se hayan perdido expedientes y libros en que se registraban los títulos
Bachiller Edecio Pinol, bachiller en filosofía, 30 de e grados conferidos en las distintas ciencias; de tal modo que, para formar
agosto de 1879. esta relación, ha sido necesario remover todo el archivo, buscando los expe-
dientes donde constan los datos exigidos por el Gobierno.
Bachiller Olimpiades Pinol, bachiller en filosofía, 27 de Maracaibo, octubre 31 de 1882.
diciembre de 1881. T. Montiel.
Licenciado Juan C. Pnenmayor, licenciado en ciencias
políticas, 17 de febrero de 1S82. NÓMINA DE LOS INDIVIDUOS GRADUADOS EN EL COLEGIO DE
Bachiller Enrique Acosta, bachiller en filosofía, 29 de
TRUJILLO, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA LA FECHA,
junio de 1882.
Bachiller Pro. J. Tomás Urdaneta, bachiller en filoso- SEGUX CONSTA DE DATOS QUE EXISTEN EN EL ARCHIVO
fía, 19 de iulio de 1882. DE LA SECRETARIA.
Bachiller Baldomero Barrios, bachiller en filosofía, 23 Bachiller Pranci.sco de Paula Martínez, bachilleren filo-
de julio de 1882.
sofía, 6 de diciembre de 1851.
Bachiller José Antonio Azpurúa, bachiller en filoso-
Bachiller Ro.sario de la T. Brieeño, bachiller en filosofía,
fía, 24 de julio de 1882.
7 de diciembre de 1851.
Bachiller Segundo Plores, bachiller en filosofía, 26 de Bachiller Juan N. Urdaneta, bachilleren filosofía, 8 de
julio de 1882. junio de 1854.
Bachiller Antonio Acosta M.,
bachiller en filosofía, 26 Bachiller Cecilio Landaeta, bachiller en filo.sofía,
de julio de 1882. 9 de
junio de 1854.
Bachiller José Vicente Rodríguez, bachiller en filoso- Bachiller Pederico Pimentel, bachiller en filo.sofía, 10
fía, 2 de agosto de 1882. de junio de 1854.
Bachiller José Gregorio Osorio, bachiller en filosofía,
Bachiller Sálvano Velazco, bachiller en filosofía, ii de
4 de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Joaquín Criollo, bachiller en filosofía,
4 de Bachiller José Vicente Brieeño, bachilleren filosofía, 13
agosto de 1882. de junio de 1854.
Bachiller Pármenas Rosales, bachiller en filosofía, Bachiller Carlos Mendoza, bachiller en filosofía, 13 de
5
de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Enrique García, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Juan de Dios Castro, bachiller en filosofía,
agosto de 1882. 14 de junio de 1854.
Bachiller Jesús Carrnyo, bachiller en filosofía,
7 de Bachiller Juan N. Tirado, bachiller en filosofía, 16 de
agosto de 1882. junio de 1S54.
Bachiller Alejandro Osorio, bachiller en filosofía, 18 de Bachiller José María Rico, bachiller en filosofía, 17 de
agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Nectario Pinol, bachiller en filosofía, 18 de Bachiller Rafael María González, bachiller en filosofía,
agosto de 1882. 27 de junio de 1854.
Bachiller Emigdio A. Velazco, bachiller en filosofía, Bachiller Máximo Brieeño, bachiller en filosofía, 28 de
9 de agosto de 1882. junio de 1854.
Bachiller Hermócrates Parra, bachiller en filosofía, Bachiller Tomé Gil, bachiller en filosofía, 8 de julio
9
de agosto de 18S2. de 1854.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCV

Bachiller Fernando Gil, bachiller en filosofía, 9 de ju- Bachiller Tobías Contreras, bachilleren filosofía, 4 de
lio de 1854. julio de 18 74.
Bachiller Onofre Aguilera, bachiller en filosofía, 14 de Bachiller Carlos Luis González, bachiller en filosofía,
' junio de 1856. 18 de julio de 1874.
Bachiller Eurípides Carrillo, bachilleren filosofía, 17 de Bachiller Francisco Villegas, bachiller en filosofía, xi
junio de 1856. de agosto de 1874.
Bachiller Senen Urdaneta, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Pedro I. González, bachiller en filosofía, ii
agosto de 1856. de agosto de 1874.
Bachiller Francisco Bocaranda, bachiller en filosofía, Bachiller Alejandro Carrillo, bachiller en filosofía, 12
3 de setiembre de 1856. de agosto de 1874
Bachiller Hilarión Unda, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Juan B. Tamayo, bachiller en filosofía, 20 de
diciembre de 1856. agosto de 1874.
Bachiller José Lorenzo Briceño, bachiller en filosofía, Bachiller Manuel Silveira, bachiller en filosofía, 24 de
10 de diciembre de 1856. agosto de 1874.
Bachiller Arístides Labastida, bachiller en filosofía, 24 Bachiller Rafael Pérez, bachiller en filosofía, 24 de
de octubre de 1857. agosto de 1874.
Bachiller Fernando Urdaneta, bachiller en filosofía, 30 Bachiller José S. Giménez, bachiller en filosofía, 25 de
de mayo de 1862. agosto de 1874.
Bachiller Claudio Llavanéras, bachiller en filosofía, i? Bachiller José Antonio Lucena, bachiller en filosofía,
de julio de 1862. 25 de agosto de 1874.
Bachiller Ricardo Bermúdez, bachiller en filosofía, 2 de Bachiller Ladislao Castillo, bachiller en filosofía, 26 de
junio de 1864. agosto de 1874.
Bachiller Rafael Pacheco, bachiller en filosofía, 2 de ju- Bachiller Lisandro Alvarado, bachiller en filosofía, 26
nio de 1864. de agosto de 1874.
Bachiller Simón Viloria, bachilleren filosofía, 3 de ju- Bachiller Nemecio Sáez, bachiller en filosofía, 25 de
nio de 1864. julio de 1S76.
Bachiller Ignacio Fumar, bachiller en filosofía, 6 de Bachiller Francisco Hurtado, bachiller en filosofía, 26
junio de 1864. de julio de 1876.
Bachiller Ricardo Labastida, bachiller en filosofía, 7 de Bachiller José Ignacio Briceño, bachiller en filosofía,
junio de 1864. 28 de julio de 1874.
Bachiller Rafael Enríquez, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Juan Pedro Chuecos, bachiller en filosofía,
junio de 1864. 29 de julio de 1876.
Bachiller José Miguel Pimentel, bachiller en filosofía, Bachiller Arístides Carrillo, bachiller en filosofía, i?
2 de julio de 1864. de agosto de 1876.
Bachiller Antonio Briceño Pimentel, bachiller en filo- Bachiller Jo.sé María Núñez, bachiller en filosofía, 3 de
sofía, 28 de junio de 1865. agosto de 1876.
Bachiller Carlos Maldonado, bachiller en filosofía, 9 Bachiller José Antonio Barroeta, bachiller en filosofía,
de agosto de 1866. 5 de agosto de 1876.
Bachiller José Félix Fonseca, bachiller en filosofía, 4 Bachiller Delfin Castellanos, bachiller en filosofía, 10
de setiembre de 1866. de agosto de 1876.
Segundo Tomás Heredia, bachiller en filoso-
Bachiller Bachiller Antonio Braschi, bachiller en filosofía, 22 de
fía, 21de noviembre de 1866. junio de 1877.
Bachiller Mateo Trocónis Parra, bachiller en filosofía, Bachiller Modesto Bravo, bachiller en filosofía, 19 de
12 de enero de 1867. junio de 1S78.
Bachiller José Vicente Unda, bachiller en ciencias po- Bachiller Manuel Troconis, bachiller en filosofía, 20 de
líticas, 14 de agosto de 1868. julio de 1878.
Bachiller Juan Pablo Tamayo, bachiller en filosofía, Bachiller Juan Francisco Bustillos, bachiller en filoso-
4 de julio de 1872. fía, 10 de julio de 1880.
Bachiller Pedro José Saavedra, bachiller en filosofía, Bachiller Juan Florencio Ramírez, bachiller en filoso-
7 de julio de 1872. fía, 12 de julio de 1880.
Bachiller Carlos Briceño Vásquez, bachiller en filoso- Bachiller Zoilo Morillo, bachiller en filosofía, i¿\ de ju-
fía, 13 de julio de 1872. lio de 1880.
Bachiller Rafael María Castillo, bachiller en filosofía, Bachiller Guillermo Hoyer, bachiller en filosofía, 16 de
17 de julio de 1872. julio de 1880.
Bachiller Cristóbal Barroeta, bachiller en filosofía, 20 Bachiller Roque Luque, bachiller en filosoíía, 19 de
de julio de 1872. julio de 18S0.
Bachiller Cecilio Sarmiento, bachiller en filosofía, 22 Bachiller Estanislao Carrillo, bachiller en filosofía, 21
de julio de 1872. de julio de 1880,
Bachiller Jesús María Llavanéras, bachiller en filosofía, Bachiller Elias Urdaneta, bachiller en filosofía, 24 de
24 de julio de 1872. julio de 1880.
Bachiller Luis F. Castillo, bachiller en filosofía, 22 de Bachiller Rafael Baptista, bachiller en filosofía, 26 de
setiembre de 1872. julio de 1 880.
Bachiller Áíanuel Enríquez, bachiller en filosofía, 13 Bachiller Eliseo Peña, bachilleren filosofía, 28 de julio

de junio de 1874. de 1880.


Bachiller Julio González, bachiller en filosofía, 17 de Bachiller Antonio Araujo, bachiller en filosofía, 30 de
junio de 1874. julio de 1880.
Bachiller Rafael González Pacheco, bachiller en filoso- Bachiller Evaristo Balza, bachiller en filosofía, 3 de
fía, 18 de junio de 1874. agosto de 1880.
Bachiller Victorino Márquez, bachiller en filosofía, 20 Bachiller Casildo Cañizales, bachiller en filosofía, 5 de
de junio de 1874. agosto de 1880.
Bachiller Juan E. Iturrieta, bachiller en filosofía, 23 de Bachiller Adriano Valera, bachiller en filosofía, ii de
junio de 1874. julio de 1880.
Bachiller Manuel González, bachiller en filosofía, 27 Bachiller Benjamin Salas, bachiller en filosofía,
9 de
de junio de 1874. octubre de 1880.
XCVI INSTRUCCION SUPERIOR

Bachiller Leónidas Valero, bachiller en filosofía, 2a de Bachiller Antonio Gómez, examinado


octubre de 1880. y aprobado, el
3 de julio de 1852.
Bachiller Atanacio Maldonado, bachilleren filosofía, 10 Bachiller José Francisco Sánchez, examinado v apro-
de julio de 1880. bado, el 4 de julio de 1852.
Bachiller Marcelino Román, bachiller en filosofa, 19 De cada uno de los números anteriores consta en el
de julio de 1880. libro respectivo el acta de examen
Bachiller Juan A. Gil, bachiller en filosofía, iq de ju-
y la copia del diplo-
ma; pero falta en el archivo el correspondiente expediente.
lio de 1882. Bachiller Napoleón Dominici, examinado
Bachiller Abrahain González, bachiller en filosofía, 20 y aprobado,
el 21 de mayo de 1856.
de julio de 1882. Bachiller Pedro Montbrun Otero, examinado
Bachiller Melquíades Parra, bachiller en filosofía, 21 de y apro-
bado, el 23 de mayo de 1856.
julio de 1882. Bachiller Sántos Dominici, examinado
Bachill er Rafael Rosales, bachiller en filosofía, 22 de y aprobado, el
24 de mayo de 1S56.
julio de 1882. Bachiller José Jesús Solano, examinado
Bachill er Rafael García, bachiller en filosofía, 22 de ju- y aprobado,
el 2Q de mayo de 1856.
lio de 1882. Bachiller Jo.sé Clavier, examinado
y aprobado, el 30
Bachill er Gabriel Maya, bachiller en filosofía, 2a de ju- de mayo de 1856,
lio de 1882. Bachiller Justiniano Balladares, examinado aproba-
y
Bachill er Horacio Briceño, bachiller en filosofía,
5 de do, el 5 de junio de 1856.
agosto de 1882. Bachiller Juan Miguel Lares, examinado
Bachiller Julio Sánchez, bachiller en filosofía, 13 de
y aprobado,
el 1 1 de junio de 1856.
agosto de 1882. Bachiller Pedro Gómez, examinado aprobado, el 12
y
Bachiller Antonio Domínguez, bachiller en filosofía, de junio de 1856.
23 de setiembre de 1882. De estos los nueve últimos fueron examinados en las
Bachiller Santos Viloria, bachiller en filosofía, 25 de fechas mencionadas, pero los grados les fueron conferidos
setiembre de 1882. el 31 de agosto de 1856.
Bachiller Pro. Hugo Zambelli, bachiller en filosofía, 26 Bachiller Juan José Bolet, examinado aprobado, el
y
de setiembre de 1882. 20 de mayo de 1859.
Bachiller Esteban Salas, bachiller en filosofía, 30 de Bachiller José Antonio Velutini, examinado
setiembre de 1882. y apro-
bado, el 23 de mayo de 1859.
Bachiller Blas I. Chuecos, bachiller en filosofía, 14 de Bachill er Leoncio D’ Aubeterre, examinado
octubre de 1882. y apro-
bado, el 24 de mayo de 1859.
Los individuos que á continuación se expresan, según Bachiller Pedro V. Guzmán, examinado
y aprobado,
testimonios fidedignos, son bachilleres en ciencias filosóficas, el 23 de mayo de 1859.
graduados en este Instituto, pero no hay constancia en el Bachiller Manuel Ramírez, examinado y aprobado, el
archivo de la Secretaría. 26 de ma\o de 1839.
Francisco Que vedo. Bachill er Lorenzo Adrián, examinado y aprobado, el
Santiago Pérez. 30 de mayo de 1839.
Domingo Mateus. Bachiller Ildefonso Itriago, examinado
y aprobado, el
Víctor Braschi. i 9 de junio de 1839.
Bachiller Mariano D’ Aubeterre, examinado
Trujilio: 31 de octubre de 1882. y aproba-
do, el 10 de junio de 1839.
El Bachiller Antonio Carreyó, examinado
Rector, y aprobado, el
II de junio de 1839.
José E. González.
Bachiller Cleto Silva, examinado y aprobado, el 13 de ju-
nio de 1839.
KELACION DE LOS GRADOS DE BACHILLER CONFERIDOS POR Los diez números que preceden recibieron los grados
el^ 26 de junio de 1839; falta la copia del diploma del
EL COLEGIO SECCIONAL DE BARCELONA, DESDE SU FUN-
número 23; falta el acta de exámen y la copia del di-
DACION HASTA EL 31 DE OCTUBRE DE 18S2. NO CONS-
ploma del número 23; la copia del diploma del número
TA EN LOS LIBROS DE ESTE COLEGIO QUE SE HAYA CON- 26 está duplicada.
FERIDO OTRO GRADO QUE EL MENCION.ADO. Bachiller Severiano Hernández, examinado
y aprobado,
el 14 de julio de 1878.
Bachiller Miguel José Romero, examinado
y aprobado, Bachiller Manuel E. Carreyó, examinado
y aprobado, el
el 3 de agosto de 1847. 13 de julio de 1878.
Bachiller Sántos D’ Aubeterre, examinado y apro- Bachiller José R. Llovera, examinado
bado, el 4 de agosto de 1847. y aprobado, el 16
de julio de 1878.
Bachiller Andrés A. Silva, examinado
y aprobado, el Bachiller Juan José Lavié, examinado
y aprobado, el 17
5 de agosto de 1847. de 1878.
Bachiller José Bernardo Gómez, examinado
y aproba- Bachiller Guillermo Morales, examinado
y aprobado, el
do, el 6 de agosto de 1874. 18 de julio de 1878.
Bachill er Fernando Solano, examinado
y aprobado el 7 Bachill er Pablo Schiaffino, examinado
y aprobado, el 19
de agosto de 1847. de julio de 1S78.
Bachil'er Pedro M. Toledo, examinado
y aprobado, el 12 Bachiller Leonardo Gómez Jiménez, examinado
y apro-
de agosto de 1847. bado, el 20 de julio de 1878.
Bachiller José Genaro Pérez, examinado
y aprobado, el Bachiller Epaminóndas Cova, examinado
y aprobado, el
30 de julio de 1850. 21 de julio de 1878.
Bachiller Napoleón D’ Aubeterre, examinado aprobado, Bachiller Manuel A. Carreyó Arrendó, examinado
y y apro-
el 28 de junio de 1852. bado, el 22 de julio de 1S78.
Bachiller Aníbal Dominici, examinado
y aprobado, 0130 Bachiller José Antonio Sánchez Beliran, examinado
y
de junio de 1852. aprobado, el 23 de julio de 1878.
Bachiller Francisco Solano, examinado v aprobado, el Bachiller Vicente Castillo Rivas, examinado
I? de julio de 1852. y aprobado,
el 30 de julio de 187S.
Bachiller Antonio M. Ledesma, examinado A todos los anteriores con excepción de los números 41
y aproba-
do, el 2 de julio de 1852.
y 42, les fueron conferidos los grados el 28 de julio del
GRADOS UNIVERSITARIOS XCVII

mismo año de sus exámenes: faltan las copias de los diplomas Bachiller Andrés Marcano, graduado el 15 de junio
de once números anteriores y faltan los expedientes de los
los de 1846.
números 41 y 42. Bachiller Juan Bautista León, graduado el 5 de junio
Bachiller José Jesús Vallenilla, examinado y aprobado, el de 1886.
de agosto de 1881. Doctor Manuel María Ortiz, graduado el 6 de junio
7
Bachiller Manuel I. SalazarH., examinado y aprobado, el
de 1846.
Bachiller Juan Crisóstomo Bermúdez, graduado el 9 de
7 de agosto
de 1881.
Bachiller Arístides Briceño, examinado y aprobado, el 22
junio de 1846.
Doctor Bartolomé Salazar, graduado el ii de junio
de agosto de 1881.
Bachiller Blas E. Fariñas, examinado y aprobado, el 25 de
de 1846.
agosto de 1881.
Doctor Antonio José Sucre Alcalá, graduado el 7 de ju-
Bachiller Gerardo Sterling, examinado y aprobado, el 3 de nio de 1846.
Bachiller Rafael Calzadilla, graduado el 3 de junio
setiembre de 1881.
de 1846.
Bachiller Cleanto Hernández, examinado y aprobado, el
Bachiller José Antonio Márquez Fuentes, graduado el 16
8 de setiembre de 1881.
de junio de 1846.
Faltan las copias de los diplomas de los cinco últimos
Licenciado Jesús María Morales, graduado el 21 de
números.
junio de 1846.
Hay en el archivo 23 expedientes del Colegio de San Licenciado José Antonio Pérez Coronado, graduado el 23
Juan Bautista, en Aragua; 5 del 76, 10 del 78 y 8 del 82. de junio de 1846.
Barcelona: 31 de octubre de 1882. Bachiller Valentín Rívas, graduado el 24 de junio de
1846.
El Rector,
Bachiller Enrique Pérez Coronado, graduado el 28 de ju-
José Clavier. nio de 1846.
Bachiller José Jesús Martínez Barceló, graduado el 30 de
junio de 1846.
COLEGIO NACIONAL DE CUMANÁ, RELACIÓN NOMINAL DE
Farmacéutico José Félix Armas, graduado el 2 de julio
LOS INDIVIDUOS QUE HAN RECIBIDO EL GRADO DE BA- de 1846.
CHILLER EN FILOSOFÍA EN ESTE COLEGIO, DESDE LA Doctor José Manuel Berrizbeitía, graduado el 16 de julio
FUNDACIÓN DEL INSTITUTO HASTA EL 3I DE OCTUBRE de 1848.
DE 1882. Doctor Laureano Vallenilla, graduado el 18 de julio
de 1848.
Doctor Pedro María Ledesma, graduado el ii de julio Bachiller León Coronado, graduado el 21 de julio de
de 1844. 1848.
Licenciado José Manuel Gómez, graduado el 14 de julio Bachiller Vicente Coronado, graduado el 20 de junio
de 1844. de 1848.
Licenciado Matías Felipe Lovera, graduado el 16 de julio Presbítero Antonio Valery, graduado el 13 de junio
^^ 55 -
de 1850.
Doctor Mauricio Berrizbeitía, graduado el 17 de julio de Doctor Bernardo Bermúdez Grau, graduado el 15 de
1844. junio de 1850.
Doctor Francisco Hernández, graduado el 18 de julio Doctor José Cánnen Betancourt Rendón, graduado el
de 1844. 23 de junio de 1850.
Doctor J. Antonio Trías, graduado el 19 de julio de Doctor Miguel Vigas, graduado el 8 de julio de 1859.
1844.
Bachiller José Gerónimo Peinado, graduado el 29 de ju-
Doctor Antonio José Sotillo, graduado el 20 de julio lio de 1850.

de 1844. Doctor José Jesús López, graduado el 30 de julio de


Doctor Carlos Gómez, graduado el 21 de julio de 1S50.
1844. Doctor Andrés Eloy Meaño, graduado el 31 de julio
de 1850.
Doctor Pedro Gómez, graduado el 22 de julio de
Bachiller José Jesús Martínez Mata, graduado el 31 de
1844.
julio de 1850.
Doctor Martín Hernández, graduado el 23 julio de
Doctor José Vallenilla Cova, graduado el 21 de setiembre
1844.
de 1852.
Doctor José María Grau, graduado el 24 de julio
Doctor Juan Francisco Aviz, graduado el 14 de junio
de 1844.
de 1852.
Doctor Eduardo Vargas, graduado el 25 de julio
Bachiller J. Vicente Franceschi, graduado el 22 de
de 1844
junio de 1852.
Doctor Bonifacio IMárquez, graduado el 26 de julio
Doctor José Martiarena.
de 1844.
Doctor Modesto Plaz.
Bachiller José P'rancisco Plaz, graduado el 27 de julio
Doctor Vicente Rojas.
de 1844.
Licenciado Brígido Natera.
Bachiller Andrés Antonio López, graduado el 29 de
General Bartolomé Milá de la Roca.
julio de 1844.
Bachiller Pedro Vicente Guevara.
Bachiller Ramón Castro, graduado el 30 de julio de
Bachiller Genaro Pérez.
1844. Bachiller Manuel López Alcalá.
^

Licenciado Ramón Pérez Coronado, graduado el 11 de Bachiller Casimiro Calzadilla.


agosto de 1844. Presbítero Juan José Castillejo.
Bachiller José Avis, graduado el 15 de agosto de Bachiller José Jesús Grau.
1844. Bachiller José Antonio Grau, graduado el i9 de agosto
Bachiller Adolfo Plaz, graduado el 9 de setiembre de de 1852.
1844. Bachiller Pedro Sotillo.
Agrimensor Enrique Pérez, graduado el 25 de mayo Bachiller Antonio Pragedes Fariña.
de 1844. Bachiller Mariano Calzadilla.
Bachiller José Joaquín Marcano, graduado el 7 de julio Bachiller Diego Prada, graduado el 2 de diciembre
-de 1846. de 1852.
XCVIII INSTRUCCION SUPERIOR

Bachiller Francisco Gerónimo Ramos, graduado el -x de Bachiller Juan González Ramos, graduado el 7 de octu-
mayo de 1868. bre de 1882.
'

Bachiller Juan M. González Valera, graduado el ^ de ma- Según informes priyados, existen Bachilleres en Filo-
yo de 1868. ^
sofía, de que no hay constancia en el registro correspon-
Bachiller Blas Antonio Arcia, graduado el
4 de mayo diente, aunque se graduaron en este Colegio;
y otros que
de 1868. habiendo hecho aquí sus estudios filosóficos tuvieron que
Doctor Manuel Russian, graduado el 4 de mayo de graduarse fuera de esta ciudad por consecuencia del terremoto
1868.
^853, que arruinó y dispersó la población y acabó con el
Bachiller Tomás Jumas, graduado el s de mayo Instituto. Ignoro que títulos académicos posean actualmen-
de 1868. te muchos de los nombrados, de los cuales no pocos han
Bachiller José Miguel Font, graduado el s de mayo muerto.
de 1868.
Bachiller Diego Blanco Peñalver, Cumaná: 3 de noviembre de 1882.
graduado el 6 de
mayo de 1868. El Rector,
Bachiller Ricardo Núñez, graduado el 6 de mayo
de 1868. José Silverio González.
Bachiller José María Milá de la Roca, graduado el 8 de
julio de 1870.
Bachiller Víctor Modesto Cedeño, graduado
RELACIÓN DE LOS CIUDADANOS QUE HAN RECIBIDO GRADOS
el 8 de julio
de 1870. ADADÉMICOS EN ESTE INSTITUTO, DESDE SU FUNDACIÓN
Bachiller Manuel Urosa Blanco, graduado el 8 de julio HASTA LA FECHA.
de 1870.
Bachiller Marco Antonio Silya, graduado Bachiller Rafael R. Hermoso, bachilleren filosofía, 10 de
el 8 de julio
de 1870. julio de 1852.
Bachiller José Tomás Figueras, graduado el 8 de julio Bachiller Augusto Salcedo, bachiller en filosofía, 6 de se-
de 1873. tiembre de 1859.
Farmacéutico Amador Blanco, graduado 8 de julio Bachiller Néstor Arcaya, bachiller en filosofía,
el 4 de se-
de 1870. tiembre de 1859.
Bachiller Jacinto Alarcón, graduado el 8 de julio de Bachiller Francisco Arteaga, bachilleren filosofía, 10 de
1875- setiembre de 1859.
Bachiller Salyador N. Dlamozas, graduado Bachiller Víctor Brigé, hijo, bachiller en filosofía,
el 8 de julio 4 de
de 1870. junio de 1876.
Bachiller Ignacio Cornieles, graduado el 8 de julio Bachiller José M
9 Molina, bachiller en filo.sofía,
3 de ju-
de 1870. nio de 1878.
Bachiller Antonio Frías, graduado 8 de julio de Bachiller Alvaro R. Alvarez, bachiller en filosofía,
el
4 de
1870. junio de 1878.
Bachiller Manuel S. Salavarria, graduado el 8 de julio '
Bachiller Horacio Reyes, bachiller en filosofía,
5 de junio
de 1870. de 1878. Maestro de instrucción, i 9 de agosto de 1882.
Bachiller Manuel Antonio Martínez, graduado el i9 de Bachiller Ramón Curiel, bachiller en filosofía, 8 de junio
agosto de 1878. de 1878.
Bachiller Dominicio Centeno, graduado el i? de agosto Bachiller Pedro H. Tellería, bachiller en filosofía, 19 de
de 1878. junio de 1878.
Bachiller Rosalio Guillén, graduado el i9 de agosto Bachiller Justiniano Graterol, bachiller en filosofía, 21
de 1878. de junio de 1878.
Bachiller José Silverio Córdoya, graduado el i? de agos- Bachiller Josué López, bachilleren filo.sofía, 27 de junio
to de 1878. de 1878.
Bachiller Jacinto Rodríguez, graduado el i? de agosto Bachiller Antonino Zárraga, bachiller en filosofía, 19 de
de 1878. junio de 1878.
Bachiller Julio César Coya, graduado el iV de agosto Bachiller Pedro M. Tovar, bachiller en filosofía, i 9 de
de 1878. setiembre de 1880.
Bachiller Víctor Manuel Mago, graduado el i? de agosto Bachiller Ladislao Andara, bachiller en filosofía, 22 de
de 1878. octubre de 1880.
Bachiller Francisco C. Betancourt Vigas, graduado el 1 9 Bachiller José D. Curiel, bachiller en filosofía, 22 de oc-
de agosto de 1878. tubre de 1882.
Bachiller José Mercedes López, graduado el i 9 de agosto Bachiller Juan N. Curiel, bachilleren filosofía, 29 de oc-
de 1880. tubre de 1882.
Bachiller Celedonio Salcedo Salazar, graduado el i9 de
Coro: 31 de octubre de 1882.
agosto de 1880.
Bachiller Cándido Ramírez, graduado el i 9 de agosto El Rector,
de 1880. Luis Espelozín.
Bachiller Pedro Benito Núñez, graduado el i 9 de agosto
de 1880.
Bachiller José Jesús Fuentes, graduado el 1 de agosto RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTENIDO GRADOS
de 18S0. EN EL COLEGIO NACIONAL DEL GUÁRICO, DESDE SU
Bachiller José Silyerio González Varela, graduado el i9 FUNDACIÓN HASTA EL 31 DE OCTUBRE DE 1882.
de agosto de 1880.
Bachiller José Valentín Bruzual, graduado el 8 de agosto Bachiller Francisco de P. del Ahilar, bachiller en filosolía,
de 1880. 10 de junio de 1879.
Bachiller Juan Manuel Brito Salazar, graduado el 21 de Bachiller Francisco Monroy González, bachiller en filo-
setiembre de 1882. sofía, 15 de julio de 1879,
Bachiller Rafael R. Fant, graduado el 22 de setiembre Bachiller Pedro Veroes Rivas, bachiller en filosofía, 16
de 1882. de julio de 1879.
Bachiller Pedro Rafael Bastardo, graduado el
23 de octu- Bachiller Rafael González González, bachiller en filoso-
bre de 1882. fía, 27 de junio de 1881.
GRADOS UNIVERSITARIOS XCIX

Bachiller Rafael Loreto Vautrai, bachiller en filosofía, 28 Licenciado Manuel Acosta, en el curso que terminó
de junio de 1881. en 1833.
Bachiller Jonás González González, bachilleren filosofía, Modesto Betancourt, en el curso que terminó en i8;)3.

29 de junio de 1881.

Doctor Antonio Varela, en el curso que terminó en


MAESTROS DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA 1836.
Doctor Fermín Medina, en el curso que terminó en 1836.
IMaestro Rafael González González, maestro de instruc-
Presbítero Gaspar Vanes, en el curso que terminó
ción primaria, ii de julio de 1879.
en 1836.
Maestro Francisco Monroy González, maestro de instruc-
Doctor Candelario Valera, en el curso que terminó en
ción primaria, ii de julio de 1879.
1836.
Maestro Pedro Veroes Rivas, maestro de instrucción pri-
maria, II de julio de 1879.
Tomás Yepes, en el curso que terminó en 1836.
Doctor Bartolomé F. Cordero, en el curso que terminó
Maestro Raíael Loreto Vautrai, maestro de instrucción
en 1836.
primaria, n de julio de 1879.
Doctor Antonio María F. Cordero, en el curso que ter-
Maestro Jonás González González, maestro de instruc-
minó en 1836.
ción primaria, ii de julio de 1879.
Terencio Pon, en el curso que terminó en 1836.
Maestro Guillermo Rodríguez Silva, maestro de instruc-
ción primaria, 14 de agosto de 1882.
Maestro Vicente Viana Camacho, maestro de instrucción Licenciado Manuel Delgado, en el curso que terminó
primaria, 14 de agosto de 1882. en 1839.
Vicente Posada, en el curso que terminó en 1839.
Doctor Antonio María Soteldo, en el curso que terminó
COLEGIO NACIONAL DE NUEVA ESPARTA
en 1839.
He aquí la lista nominal de dichos ciudadanos, y las Manuel María Sdva, en el curso que terminó en 1839.
fechas de sus exámenes de opción á los grados respectivos, Nicolás García Velazco, en el curso que terminó en
de acuerdo con los registros de los libros del Colegio. 1839.
Bachiller Juan José Mata, bachilleren filosofía, 26 de Doctor Canuto García, en el curso que terminó en 1839.
junio de 1880. Doctor Eugenio A. Rivera, en el curso que terminó
Bachiller Eliodoro Ríos Salazar, bachiller en filosofía, en 1839.
20 de junio de 1880. Licenciado José A. Huizi, en el curso que terminó en
Bachiller Juan Miguel Lares, bachiller en filosofía, 27 1839.
de junio de 1880. Manuel Matute, en el curso que terminó en 1839.
Bachiller Mercedes Carrasquero, bachiller en filosofía, Presbítero Tomás Sutil, en el curso que terminó en
20 de junio de 1880. 1839.
Bachiller Henrique Albornoz Lares, bachiller en filoso- Manuel Hernández, en el curso que terminó en 1839.
fía, 27 de junio de 1880. Doctor Guillermo T. Villegas, en el curso que temí inó
en 1839.
Presbítero José Andrés Octavio, en el curso que termi-
Maestro Genaro Hernández, maestro en filosofía, 6 nó en 1839.
de julio de 1881. Doctor Ramón Moreno, en el curso que terminó en
Maestro Ramón González, maestro en filosofía, 6 de 1839.
julio de 1881.
Presbítero Eloy Colmenares, en el curso que terminó
en 1839.
Licenciado Francisco Fajardo, en el curso que terminó
Bachiller Asunción B. Díaz, bachiller en filosofía, 6
en 1839.
de jnlio de 1882.
Licenciado Rafael María Rodríguez, en el curso que
Bachiller Melchor Rivas, bachiller en filosofía, 6 de ju-
terminó en 1839.
lio de 1882.
Epitacio Colmenares, en el curso que terminó en 1839.
Bachiller Manuel Lares, bachiller en filosofía, 5 de julio
de 1882.
Andrés Villanueva, en el curso que terminó en 1839.

RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE OYERON LECCIONES DE Doctor Víctor Alvarado, en el curso que terminó
en 1842.
FILOSOFIA EX EL COLEGIO DE GUANARE SECCIONAL,
Ignacio Bustillo.s, en el curso que terminó en 1S42.
DESDE 1831, AÑO EN QUE FUE FUNDADO, HASTA 1857 ;
Licenciado Elias Huizi, en el curso que terminó en
Y QUE EN LOS DIFERENTES CURSOS RECIBIERON EL GRA- 1S42.
DO DE BACHILLER. Doctor Manuel Cárdenas, en el curso que terminó
en 1842.
Doctor Miguel Oráa, en el curso que terminó en 1833.
Doctor Gonzalo Cárdenas, en el curso que termi-
Doctor Joaquín Herrera, en el curso que terminó en
nó en 1842.
1833.
Federico Rodríguez, en el curso que terminó en 1842.
Doctor Juan Félix Hurtado, en el curso que terminó
José dej. Betancourt, en el curso que terminó en 1842.
en 1833.
Presbítero Manuel Silveira, en el curso que termi-
Doctor Daniel Quintana, en el curso que terminó en
nó en 1842.
1833-
Presbítero Rafael Ceballos, en el curso que terminó
Rafael Betancourt, en
el curso que terminó en 1833.
en 1842.
Doctor Fmigdio González, en el curso que terminó
en 1833.
^
Ramón Lozada, en el curso que terminó en 1833. Manuel Ramón Ichazú, en el curso que terminó en
Jesús María Osal, en el curso que terminó en 1833. i^45-
Manuel Valenzuela, en el curso que terminó en 1833. Doctor Diego Bustillos, en el curso que terminó en
Ramón María ligarte, en el curso que terminó en 1S33. 1845.
c INSTRUCCION SUPERIOR

Licenciado Manuel R. Palacio, en el curso que ter- COLEGIO NACIONAL DE BARCELONA


minó en 1845.
Licenciado Antonio M. Palacio, en el curso que ter- Han recibido grados de Bachiller en ciencias filosóficas
minó en 1845.
los alumnos siguientes :

Elias Quintana, en curso que terminó en 1845.


el Bachiller Ramón Hernández Matute, bachiller en filo-
Juan N. Guillén, en curso que terminó en 1845.
el sofía, 23 de junio de 1876.
Benito Márquez, en el curso que terminó en 1845. Bachiller Ramón Penzini, bachiller en filosofía,
24 de
Jaime Nadal, en el curso que terminó en 1845. junio de 1876.
Aureliano Ruiz, en el curso que terminó en 1845. Bachiller Narciso Fragachán, bachiller en filosofía,
25
Rudecindo Virgüez, en el curso que terminó en 1845. de junio de 1876.
Doctor Ramón Castellanos, en el curso que terminó Bachiller Alonzo Calatrava, bachiller en filosofía, 26
en 1845. de junio de 1876.
Presbítero Pedro Prat, en el curso que terminó en Bachiller Emilio César Santodomingo, bachiller en fi-
1845. losofía, 27 de junio de 1876.
Juan F. Bescanza, en el curso que terminó en 1845. Bachiller Próspero Aponte, bachiller en filosofía, 28
Manuel I. Oráa, en el curso que terminó en 1845. de junio de 1876.
Presbítero Eladio Alvarado, en el curso que terminó Bachiller Policarpo Arreaza, bachiller en filosofía, 30
en 1845. de mayo de 1878.
Bachiller Manuel Lander Barroso, bachiller en filoso-
fía, 31 de mayo de 1878.
Miguel Ferrer, en el curso que terminó en 1854. Bachiller José Clemente Hernández Matute, bachiller
Ezequiel Gómez, en el curso que terminó en 1854. en filosofía, 19 de junio de 1878.
Rafael Silveira, en el curso que terminó en 1854. Bachiller Pedro Ignacio Romero, bachiller eu filosofía,
Lilis Felipe Oráa, en el curso que terminó en 1854. 2 de junio de 1878.
Presbítero Rafael María Osuna, en el curso que termi- Bachiller Pedro Antonio Medina, bachiller en filoso-
nó en 1854. fía, 3 de junio de 1878.
Presbítero Isidoro Artiles, en el curso que terminó Bachiller Tomás Gibbs Rojas, bachiller en filosofía,
4
en 1854. de junio de 1878.
Bachiller Doroteo de Armas, bachiller en filosofía,
3
de junio de 1878.
Presbítero Daniel Vargas, en el curso que terminó en Bachiller Manuel María xArreaza, bachiller en filosofía,
1857. 6 de junio de 187S.
Remigio Vargas, en el curso que terminó en 1857. Bachiller Guillermo Gibbs Rojas, bachiller en filo.so-
Raimundo Gómez, en el curso que terminó en 1857. fía, 7 de junio de 1878.
Presbítero Angel María Gómez, en el curso que ter- Bachiller Alejandro Barrios Calatrava, bachiller en
minó en 1857. filosofía, 8 de junio de 1878.
Manuel Olaechea, en el curso que terminó en 1857. B:tchiller Manuel Lanza, hijo, bachiller en filosofía,
Presbítero Eduardo Olaechea, en el curso que terminó 21 de junio de 1882.
en i857._ Bachiller Manuel Méndez, hijo, bachiller en filosofía,
Benito G. Andueza, en el curso que terminó en 1857. 2.2 de junio de 1882.
Doctor Raimundo Andueza Palacio, en el curso que Bachiller Carlos Manuel Fragachán, bachiller en filo-
terminó en 1857. sofía, 23 de junio de 1882.
Candelario Navarro, en el curso que terminó en 1857. Bachiller Pedro Calatrava, bachiller en filosofía,
_ 24 de
Ascensión Alvarez, en el curso que terminó en 1857. junio de 1882.
Pedro Fajardo, en el curso que terminó en 1857. Bachiller Miguel José Romero, bachiller en filosofía,
Presbítero Hilarión Delgado, en el curso que terminó 25 de junio de 1882.
en 1857. Bachiller Francisco María Ledezma, bachiller en filoso-
fía, 26 de junio de 1882.
Guanare : noviembre 6 de 1882.
Bachiller Antonio María Ledezma, bachiller en filoso-
Miguel Oráa. fía, 27 de junio de 1882.
Bachiller Eduardo Méndez, bachiller en filosofía, 28 de
_

RELACIÓN NOMINAL DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN OBTENIDO junio de 1882.


Dejo así cumplida la orden de ese ministerio.
GRADO ACADÉMICO EN EL COLEGIO SECCIONAL DIíL TÁ-
CHIILA, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA HOY. Dios y Federación,
D. J. Guzmán Bastardo.
Bachiller Tomás Garbiras, bachiller en filosofía, 16 de
julio de 1882.
Bachiller Arístides Garbiras, bachiller en filosofía, 17 de COLEGIO FEDERAL DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO
julio de 1882.
BERMUDEZ
Bachiller José Rafael León, bachiller en filosotía, 18
de julio de 1882. Doctor Alariano DLÁubeterre, doctor en ciencias po-
Bachiller Abel Santos, bachiller en filosofía, 19 de líticas, 1893.
julio de 1882. Doctor Julián T. Maza, doctor en ciencias políti-
Bachiller José Manuel Semidey, bachiller en filosofía, cas, 1894.
20 de julio de 1882.
Bachiller Germánico Martínez, bachiller en filosofía,
21 de julio de 1882. COLEGIO FEDERAL DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO
San Cristóbal : noviembre 31 de 1882. BOLIVAR

El Rector, Doctor Luis Natera Ricci, doctor en ciencias polí-


ticas, 1888.
R. J. Castillo.
Doctor Antonio García Romero, doctor en ciencias po-
El Vicerrector, líticas, 1888.
Pío León. Doctor Rafael IMonserrate, doctor en ciencias políti-
cas. 1888.
.

4
\
'

CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIV^O EN VENEZUELA


GRADOS UNIVERSITARIOS CI

Doctor Wenceslao Monserrate H., 1888, doctor en Doctor Lisandro Becuna, doctor en ciencias médicas,
ciencias políticas. 1889.
Doctor José M. Aveledo, doctor en ciencias políticas, Doctor Rafael Guevara Méndez, doctor en ciencias
1888. médicas, 18S9.
Doctor Julián Mendoza, doctor en ciencias políticas, Doctor Bernardo Pérez, doctor en ciencias médicas,
1888. 18S9.
Doctor Róinulo G. Natera, doctor en ciencias polí- Doctor Manuel J. Herrera, doctor en ciencias médi-
ticas, 1889. cas, 1890.
Doctor Félix R. Páez, doctor en ciencias políticas, Doctor José F. Chazin, doctor en ciencias médicas,
1S90. 1890.
Doctor Luis R. León, doctor en ciencias médicas, Doctor Rafael M. Istnrriza, doctor en ciencias médi-
1890. cas, 1890.
Doctor Jesús María Hernández Pinto, doctor en cien- Doctor Tulio Páez Correa, doctor en ciencias médi-
cias políticas, 1890. cas, 1S90.
Doctor Eduardo Oxford, doctor en ciencias médicas, Doctor Angel María Corao, doctor en ciencias polí-
1890. ticas, 1890.
Doctor Juan de Dios Homlquist, doctor en cien- Doctor Luis F. García, doctor en ciencias políticas,
cias médicas, 1890. 1890.
Doctor José A. Rosales, doctor en ciencias médicas, Doctor José Berrisbeitia, doctor en ciencias políticas,
1890. 1890.
Doctor Rafael Villanueva Mata, doctor en ciencias Doctor Rafael González Plaza, doctor en ciencias po-
médicas, 1890. líticas, 1890.
Doctor Joseph Boussignac, doctor en ciencias médicas, Doctor Víctor Alvarado E. ,
doctor en ciencias políti-
1S90. cas, 1891.
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias eclesiás- Doctor Francisco P. Caballero, doctor en ciencias po-
ticas, 1893. líticas, 1891.
Doctor Luis Felipe Vargas Pizarro, doctor en cien- Doctor Evaristo Díaz Lugo, doctor en ciencias médi-
cias médicas, 1S94. cas, 1891.
Doctor Luciano Teófilo Plomlquist, doctor en cien- Doctor Eudoro López, doctor en ciencias médicas,
cias médicas, 1894. 1891.
Doctor Luis F. Vargas, doctor en ciencias médicas,
1894.
Doctor Pedro E. Belisario, doctor en ciencias médi- COLEGIO DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO FALCON
cas, 1894. Doctor Antonio Acosta Medina, doctor en medicina,
Doctor J. M. Agosto Méndez, doctor en ciencias médi- 12 de setiembre de 1888.
cas, 1894. Doctor Federico Troconis (Revalidado), doctor en me-
Doctor Antonio Bello, doctor en ciencias médi- dicina, 25 de abril de 1893.
cas, 1894.
Doctor J. M. Torrealba García, doctor en ciencias
^
políticas, 1894. COLEGIO DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO MIRANDA
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
Doctor Francisco I. Carreño, doctor en medicina,
Doctor Andrés A. 1894.
Bello, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
Doctor Paulo F. Landaeta, doctor en medicina, 1S94.
Doctor Lino L. Doctor Carlos Hülsen, doctor en medicina, 1894.
Dnarte, doctor en ciencias políticas,
Doctor Rafael Parra Soto, doctor en medicina, 1894.
1894.
Doctor Guillermo Herrera, doctor en ciencias políti-
cas, 1894.
COLEGIO FEDERAL DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO
Doctor Antonio M. Delgado, doctor en ciencias polí-
ticas,
LARA
1894.
Doctor Luis Alcalá Sucre, doctor en ciencias políti- Doctor Francisco Seijas, doctor en ciencias políticas,
cas, 1894. 1890.
Doctor Adrián M. Gómez, doctor en ciencias políticas, Doctor Ramón Montesinos, doctor en ciencias políti-
1S94. cas, 1890,
Doctor Rafael Domínguez, doctor en ciencias políti-
cas, 1890. ^
COLEGIO FEDERAL DE PRI3VIERA CATEGORIA DEL ESTADO Doctor Ananías Cote, doctor en ciencias políticas,
CARABOBO 1 890.
Doctor Tomás Barradas, doctor en ciencias políti-
Doctor Ricardo Znloaga, doctor en ciencias políticas,
cas, 1890.
1S84.
Doctor Benjamin Antich, doctor en ciencias políti-
Doctor Jaime Blanch, doctor en ciencias políticas, 1884.
cas, 1890.
Doctor Napoleón Aranjo, doctor en ciencias médicas,
Doctor Luis Fernández, doctor en ciencias políticas,
188S.
1890.
Doctor Gabriel Castillo, doctor en ciencias médicas Doctor Hilai'ión Seijas, doctor en ciencias médicas,
1888.
1890.
Doctor Juan A. Yanes, doctor en ciencias políti- Doctor Ezequiel Hernández, doctor en ciencias médi-
cas, 1888.
cas, 1890.
Doctor Miguel Bello R., doctor en ciencias politicas, Doctor Julio Irigoyen,
^ doctor en ciencias médicas,
1888,
1890.
Doctor Miguel G. Herrera, doctor en ciencias políti- Doctor Esteban Salas, doctor en ciencias médicas,
cas, 1889. 1890.
Doctor Gonzalo Fajardo, doctor en ciencias políticas, Doctor Jesús María Torrealba, doctor en ciencias mé-
1889. dicas, 1890.

14
CII INSTRUCCION SUPERIOR

Doctor Francisco Veracocliea B. ,


doctor en ciencias po- Doctor Ramón de la C. Torres, doctor en ciencias po-
líticas, 1891. líticas, 9 de febrero de 1890.
• Doctor Roberto Insausti, doctor en ciencias políticas, Doctor Estanislao Carrillo, doctor en ciencias políti-
1891. cas, 9 de noviembre de 1890.
Doctor Hipólito Liicená, doctor en ciencias políticas, Doctor Delfín Castellanos, doctor en ciencias políticas,
1891. II de noviembre de 1890.
Doctor Sixto Cárdenas, doctor en medicina, 24 de
noviembre de 1891.
COLEGIO DE PRIMERA CATEGORIA DEL ESTADO ZULIA Doctor Pedro Luis Godoy, doctor en medicina, 1891.
Doctor Edecio Finol, doctor en Doctor Eliseo Delgado, doctor en ciencias políticas,
ciencias políticas, 7
1889.
de agosto de 1891.
Doctor Carlos María Lizardo, doctor en ciencias Doctor Henrique Urdaneta Maya, doctor en ciencias
ecle- ^

siásticas, políticas, 18 de setiembre de 1891.


1890.
Doctor Eduardo Dagnino, doctor en ciencias Doctor Amílcar Fonseca, doctor en ciencias políticas,
J. i)olíti-
cas, 1891. 23 de setiembre de 1891.
Doctor Manuel S. Montero, doctor en
Doctor Rafael Espinoza Paredes, doctor en ciencias
ciencias polí-
ticas, 1891.
médicas, 21 de enero de 1891.
Doctor Jorge Valbuena, doctor en ciencias
Doctor Pedro Luis Godoy, doctor en ciencias médi-
políticas-,
cas, 1891.
1891.
Doctor Julio Fonseca, Doctor Félix María Pernia, doctor en ciencias ecle-
doctor en ciencias médicas,
siásticas, 1892.
1891.
Doctor Venancio Hernández, doctor en ciencias médi- Doctor Miguel Castillo, doctor en ciencias médicas,
cas, 1891. 1892.
Doctor Eliodoro Romero, Doctor Pedro L. Godoy, doctor en ciencias médicas,
doctor en ciencias médi-
cas, 1891. 1892.
Doctor José M. González D. -Doctor Poción Febres Cordero T., doctor en ciencias
,
doctoren ciencias médi-
cas, 1891.
médicas, 1892.
Doctor Rodolfo A. Montiel, doctor en
Doctor Antonio Justo Silva, doctor en ciencias médi-
ciencias médi-
cas, 1892.
cas, 1891.
Doctor Hermágoras Araujo, doctor en ciencias Doctor Francisco Chaparro, doctor en ciencias médi-
médi-
cas, 1892.
cas, 1891.
Doctor Carlos Luis Ortega, doctor Doctor Pedro Vivas, doctor en ciencias médicas, 1892.
en ciencias políti-
cas, 1892.
Doctor Napoleón Febres Cordero, doctor en ciencias
Doctor Temilo médicas, 1892.
Cohén, doctor en ciencias médicas,
Doctor Ernesto Delgado, doctor en ciencias médicas,
1894.
Doctor Octavio Lnzardo, doctor en ciencias médicas, 1892.
Doctor Lucio Oquendo, doctor en ciencias médicas,
1894.
Doctor Manuel Leiba, 1892.
doctor en ciencias médicas,
Doctor Francisco Urena, doctor en ciencias médi-
1894.
cas, 1S92.
Doctor Gustavo Flores, doctor en ciencias médicas,
Doctor Sixto Cárdenas, doctor en ciencias médicas,
1894-
Doctor José María Gutiérrez, doctor en 1892.
ciencias médi-
cas, 1894.
Doctor Francisco V. Gutiérrez, doctor en ciencias mé-
dicas, 1892.
Doctor Felipe S. Montero, doctor en ciencias ecle-
siásticas, 1894.
Doctor Alfonso Baso, doctor en ciencias políticas,
Doctor Francisco 1892.
Suárez, doctor en ciencias farma-
céuticas,
Doctor Eliseo Delgado, doctor en ciencias políticas,
1894.
1892.
Doctor Florencio Carrillo, doctor en ciencias polí-
universidad de mérida ticas, 1892.
Doctor Alfredo Carrillo, doctor en ciencias políticas,
Doctor Juan A. Gil, doctor en ciencias políticas, 16 1892.
de julio de 1888. Doctor Inocente de T. Quevedo, doctor en ciencias po-
Doctor Marcelino Román, doctor en ciencias políticas, líticas, 1892.
20 de julio de 1888. Doctor Rafael María Torres, doctor en ciencias políti-
Doctor Melquíades Parra, doctor en ciencias políticas, cas, 1892.
25 de julio de 1888. Doctor Ramón Sánchez, doctor en ciencias políticas,
Doctor Horacio Briceño, doctor en ciencias políticas, 1892.
3 de agosto de 1888. Doctor Marcial Hernández S., doctor en ciencias
^
Doctor Juan Bautista Chaves, doctor en ciencias po- políticas, 1892.
líticas, 23 de diciembre de 1888. Doctor Gonzalo Bernal, doctor en ciencias políticas,
Doctor Jesús Uzcátegui, doctor en ciencias políticas, 1892.
3 de marzo de 1889. Doctor Severiano Hernández, doctor en ciencias polí-
Doctor Leónidas Urdaneta, doctor en ciencias políti- cas, 7 de junio de 1S93.
cas, 14 de setiembre de 1889. Doctor Angel María Godoy, doctor en ciencias polí-
Doctor Rafael A. Uzcátegui, doctor en ciencias polí- ticas, 22 de abril de 1894.
ticas, 13 de octubre de 1889. Doctor Salvador de J. Ribas, doctor en ciencias polí-
Doctor Juan E. Trejo, doctor en ciencias políticas, 21 ticas, 21 de agosto de 1894.
de noviembre de 1889. Doctor Víctor M. Ramírez, doctor en ciencias políti-
Doctor Abel Santos, doctor en ciencias políticas, 19 cas, 1894.
de enero de 1889. Doctor Zacarías A. Sánchez, doctor en ciencias polí-
Doctor Diego Matute, doctor en ciencias políticas, 21 ticas, 1894.
de enero de 1889
Doctor Jesús Rojas Fernández, doctor en ciencias po-
líticas, 21 de febrero de 1889.
CIUDADANOS QUE HAN EJERCIDO EL PODER EJECUTIVO EN VENEZUELA

— — —
1 Dr. Vicente Amengual.— 2 Dr. Nicanor Borges. 3 Dr. Juan de Dios Monzón. 4 Dr. Manuel Antonio Diez. 5 General Juan Tomás Pérez
6 — —
General Hermógenes López.— 7 Dr. Guillermo Tell Villegas Pulido. 8 Dr. Juan Pietri.— 9 General Manuel Guzmán Alvarez. 10 Dr. Feliciano Acevedo
DE LA INFLUENCIA DE LA LITERATURA
EN LA LEGISLACION DE LAS NACIONES Y EN LAS INSTITUCIONES POLITICAS
fcd:r

LEON LAMBDA

S O al
las
amor de
Musas
que fomentaron en mi intelecto
las letras,
á una presunción ajena de mi ca-
clásicas, ni
rácter, sino á la curiosidad que es incentivo para la
creación de toda obra, debo el temerario empeño de escribir
sobre esta materia tan vasta y espinosa.
danos, héroes. Adivinaba á Solón, soñaba á Pericles, esperaba
á Fidias, saludaba á Arístides, pensaba en Tucídides. Pero las
leyes no nacen al calor del entusiasmo, como brotan las flores
bajo la cálida luz del Sol. Era preciso que un espíritu superior,
dotado especialmente con los dones del estro y de la inspiración,
¿ Por qué no se detiene temblorosa la pluma ante tamaña se remontase al Empíreo y arrebatase á las deidades benefac-
empresa? Y no es atrevimiento mío, que bien compréndela toras la ciencia divina del vate y el arte de revelarla á los hom-
gravedad del caso. ¿Será que me constriñen las excitaciones bres en armoniosos cantos.
de la amistad y las seducciones del cariño? Homero fue el mortal afortunado á quien cupo tanta glo-
Sea de ello lo que fuere, sirvo mis antiguos anhelos y pago ria; y á su voz despertaron con la fuerza del grano henchido
en complacencia el concepto con que soy favorecido. bajo el suelo, todos los sentimientos que hacen grandes á los
Anímame, además, la esperanza de sostener el fervor i)or pueblos. La Grecia compaginó sus anales, fijó rumbo á sus
las leyes patrias y vivificar el entusiasmo por el estudio de la deseos, desgarró el velo del porvenir y comprendió su alto des-
literatura. Si esto logro, me diré feliz aun cuando la obra no tino. Sin temor de errar puede decirse que las leyes funda-
merezca por otros conceptos el aplauso de la opinión ilustrada. mentales de Atenas tienen su origen en la Riada y en la Odisea.
Tiempo es de entrar en materia. La Grecia tan justamente No importa que Dracón hubiese interpuesto como sombra fatí-
admirada desde su aparición sobre aquellas riberas encantadas dica, su código de sangre entre la luz de la imaginación délos
del mar Egéo, se debatía en as])iraciones sublimes al Cielo de la bijos del Pirco y los ])rinci[)ios do filantropía en que estaban
Gloria. ¿Qué ansiaba? An.siaba leyes, dioses, anales, ciuda- imbuidos. Y pruébalo que semejantes leyes fueron rechazadas
CIV DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
con liorror y puestas en desuso al simple correi’ de pocos lustros.
Las caitas de César, las pláticas que 03’eron en los campamentos
lyi misma personalidad de Solón es una prueba.
Poeta y roinano.s, las frases galantes que por primera
vez sonrojaron las
entusiasta admirador de las oluas de Homero, que divulguen
mejillas de las hijas de Armórica, si dejaban una
toda el Atica, la.s lejms con que doto á sus conciudadanos, no protesta en
sembraban mil halagos en los corazone.s.
los cerebros,
])odian menos que; llevaren su e.sencia el esiud’itu de benevoíen-
El senado romano oíi’ece al mundo un esjiectáculo
cia y de justicia que esj)arce como semillas de ro.sas en riue
ó de adelfas no se sabe qué admirar mas, si la integridad de sus
el sublime narrador de Chios. miembros ó)
la elocuencia con que eran defendidas las
Al calor de esas leyes la vida del pueblo heleno corre suave, leyes y la prudencia
serena, próspera, laboriosa, con el runior de la colmena
de sus resoluciones.Un senatus consultirs, emitido en pocas
y la dul- frases, era máxima de moral, princi[)io de derecho
zura ele la miel. La íilosoíia inventa sistemas y lección de
y tunda escuelas; filosofía y diplomacia. ¿Y^ quién negaría que esos sublimes
las ciencias
y las artes se señorean de los es])íritus, y esos ideales resultados son obra de la literatura derramada á manos
que brotaron á la par de los esfuerzos, crearon los dioses, consti- llenas
en libios,^ discuisos, cartas
tuyeron los templos y ofrecieron altares á la Naturaleza, á los y conferencias? Basta recordar á
Cicerón, a Catón, á Traseas jiara convencerse de esta
héroes, á todo lo que en esfera superior puede satisfacer las verdad.
al- Bajo el imperio, que se inicia con la dictadura de
mas ansiosas de impresiones inmortales. César,
la literatura alcanza un grado de perfección
Así se mira como van a]rareciendo los complementos al á que no ha lle-
gado pueblo alguno.^ Si Atenas tuvo historiadores como Hero-
compás de los adelantos. Ya no bastaba á aquel pueblo la doto, Plutarco y iucídides, Roma tuvo á Tácito
poesía modelada j)oruna mente casi divina; ni la legislación á v Quinto Cur-
cioy Salustio.
que debió la paz de tantos años, ni las tradiciones acumuladas
^Trgilio sembró de rosas los campos transtiberinos
3' traducidas en monumentos tan altos como en sus
su ánimo, y apare- poeinas de las Geoigicas y Bucólicas. En su Eneida revive
ció Herodoto justamente llamado el Padre de la Historia.— g- las
glorias de Homero, despierta las pasiones generosas, atrae al
cir el entu.siasmo V encanto de los atenienses al oír los
j)rimeros pueblo romano hacia la practica de las co.stumbres urbanas
acentos de aquel libro que parecía enviado desde el Olimpo
le hace digno del siglo de
y
Augusto. Ovidio inunda de láo-ri-
por los Genios mensajeros de Minei’va, es cosa su])ei ior á la
mas las orillas del Ponto, Horacio recorre el diapasón de*^su
humana inteligencia.
lira de oro para ofrecer á las Mu.sas en todos los
Solón, hábil en aprovechar los generosos movimientos del tonos los acen-
tos déla filosofía, los preceptos del arte, los deleites del
corazón, convocA A.sambleas solemnes 3" dio lectura á las amor v
pági- del vino y las promesas del Olimpo,
nas que contenían los hechos gloriosos de y Mecenas y Augusto,
los pueblos ante los enamorados de las Musas, consagran con la protección á las
cuales se contaban por mucho los hijos heroicos del Ática. bellas letras el reconocimiento que debían á las blancas
No más vacilaciones; no más sombras; todo es luz en la dades de Helicona.
dei-
tieiia 3' colores en el horizonte; Atenas contem])la realizados
3'
La fuente Castalia en que bebieron su inspiración los poe-
sus sueños de la infancia civil; brillan las artes, resuenan los tas de la Gi ecia, apaiecian como derramando sus linfas
cánticos de sus poetas, el cincel rompe crista-
el mármol 3^ crea héroes linas en el palacio de Augu.sto
dioses, las Musas aura de y en la Villa de Mecenas. Las
y sop)lan el la l)elleza desde el alto leyes por tanto seguían el curso de la literatura modificándolas
Parnaso y las virtudes cívicas
inspiradas por las leyes emulan costumbres al compás de la civilización, infundiendo la piedad
los corazones y fortifican el amor á la Patria.
y i)reparando el amor infinito que coirsagró el cristianismo.
A(|uel centro de acción intelectual que en lo antiguo ab-
1 ei o ¡ah! lagiandeza, la majestad, el Injo,
soi bio todas las civilizaciones exornándolas con el j)oder sin
las máximas freno, los j)laceres, los deleites de aquella época
de la filosofía 3' las gracias de las bellas artes aquel pueblo que hubieran co-
; rrompido también á los dioses si estos se hubieran dignado
todavía al través de tantos siglos es foco de in.s])iración univer-
descender del Empíreo para gobernar á los humanos. Mucho
sal, ese ])ueblo lo del)e todo a sus le3'es
y estas a la inspiración fue qimAugustoconserva.se la moral posible hasta su iiltimo
de la literatura.
día. iras él, i iberio 3' otros
h uera grato deh'iierse en la admiración de este panoi'ama y otros, monstruos de maldad,
encenagados en los vicios y entregados á crímenes estériles^
recamado de luces coloridas, en (jue la fanta.sía exaltada, sube
l)arecían liaber apostado á quien sacrificaba mayor número
hasta perderse en regiones inmensurables ]iara caer desfailecida de
víctimas al furor del odio ó á los a¡)etitos de la concupiscencia.
como bajo la influencia de un sueño magnético. Sinembargo, mitre tantos horrores
Entre tanto, en el corazón de Europa surgía un pueblo y disturliios brillaban
las ciencias, sonreían las artes y cubrían las bellas letras con
que desde las orillas delTíber extendía su dominio á naciones
sus flores, corno ])lantas trepadoras, los abismos del vicio,
vecinas, dictaba leyes, levantaba Magistrados y el
y procreaba gue- ter'i’or de la tiranía. La fiera mano de Nerón hiere á su *niaes-
ireios. Grecia como la espuma su poder por la compiista,
tr o Séneca, el purral fratricida de Caracalla
inqionía el vasallaje por la fum’za ;_})ero sujetaba á los vencidos mata á Papiniano,
el primer-o de los jurásconsultos,
por la [>rudencia. Los enemigos de ayer eran los amigos de y Lucano, el cantor de Earsalia’
cae también bajo la cuchilla de Nei’ón, por haberse levantado
ho3^ y los hermanos de mañana, hasta coirstituir una sola á
nacio- la altui-a de los grandes poetas. Era una guerra á muer-te en-
nalidad idéntica en usos, religión
y lenguaje. Ese pueblo fue tre el pueblo y sus tir-airos,
y los Eru])eradores pagabarr con su
Roma, que en sólo cuatro siglos llegó á hacerse respetable sangre la sangre que derramaban. Las le3ms, inspiradas
y por
lamoso del uno al otro extremo del mundo conocido. esas mismas víctirrras, seguían serenas, como la estatua
¿hue solo a la fuerza que debió Roma su poderío de la
3’' su justicia sobre el pede.stal de sus propios tesoros.
gloria? No; sus vates 3^ poetas, como legisladores ó como sim- Sucumbían
los literatos; pero no la literatura; antes bien, de
ples inspiradores cuidaron de afirmar por el derecho las adqui- cada rmevo
ejemjrlo de crueldad, del sepulcro de los sacrificados, brotaban
siciones déla guerra.
más errtusiastas los sacerdotes de Ternis.
Rajo la primeras monarquías, Roma tuvo que
le3'es inspi- Roma, dueña del muirdo, pero quebrantada j)or los horro-
raron sus diq.ses. Bajo el reinado de Numa, se formaron las
res de la guerra, descr-eída
Virtudes cívicas de (pie son brillante ejemplo Dedo, Fabricio, y asustada del porvenir, abre su pe-
cho gigantesco á nuevas asiriraciorres
Cincinato y otros. Bajo los Enpieradores, sometidas la Mace- y cr-cerreias. Atenta á
los sucesos
donia la Gi'ccia, Roma y cercada de tenrores, oye una voz rnistei'iosa que
3' por decirlo así, las cien-
trasjilantó, grita desde lo Alto; “7P¿ ahstnd” “los Dioses se varr,”
cias, las letras v se fue-
y las bellas
desde el Pireo al Monte pala-
artes, r-orr.
tino, y el boro, el senado
y las plazas de los comicios, retem- Había nacido rrrr hombr-e en Bethleeirr, pequeño jrueblo de la
blaron a la voz de sus oi'adores. El idioma latino sintético por Judea err la.s cer-canías de Jer'usaleirr. Habrtaba en Naza retir.
su índole, suave y dulce ])or la combinación de sus sílabas 3"
N:nlie le había visto r-eír, pero sí llor-ar alginras voces, seo'frn la
diptongos y elocuente ]»or el desenvolvimiento que siqfieron
imprimirle gramáticos y retóricos, llegó á la cima de la
gr aflea expresiorr del Cai’denal M
allorr. L rr día aharrdorra el
i.eríéc- hogar silencioso, errtr-a en las Sirragogas de Tiberiades, lée y ex-
ción é infundió encanto
y atractivo en los bárbaros. plica las escrituras v á todos sorpr-errde con la rrovedad
de sus
Aquellas Galias, duras como sus jieñascos, bravias 3' oscu-
rdeas, la elocuencia de su palabra, la ¡nireza de sus
ras como sus bosques, refractarias á todo 3'ugo que costumbres
no fuese la 3’ l;r belleza resplarrdeciente
de sir rostro. Se llarrrrdja Jesrrs, v
libertad salvaje, cedieron, sin saberlo, á los acentos del
Lacio. conrenzaba su divina nrisiórr eotrro Salvador del rrrrrtrdo. Era
POR LEON LAMEDA CA

lina doctrina nunca oída ysin embargo convincente. Desde la el templo de Teseo, de Minerva en Atenas; del Panteón
el

Judea hasta Mesopotainia, desde el Jordán hasta el Eufrates,


la y el Circo en Roma
y de tantas maravillas fine creó el pa-
palpitai’on unísonos tos corazones. ganismo? Y esos genios que recibían directamente la inspi-
Todos conocen la carta de Léntulo al Senado romano, y ración de las Musas, Fidias, Praxiteles, Apeles, y el Areópago,
Roma tuvo Iden pronto la noticia de la aparición, el retiato del centro de viitudes y ciencia, debían enmndc cer tainbién y olvi-
hombre y el perfil de sus ideas. Luego vinieron al través de dai'se de que habían existido.
los mares esos ecos misteriosos cuyo origen nadie conoce y C|ue El Empirco mismo se rasgó como un velo de gasa ó
todos acogen como ciertos. No hay duda, se acerca un reinado como una decoración fantasmagórica.
nuevo que no es de ninguna familia, ni se funda con la espada. Pero con los grandes de la tierra, jierecederos también,
Es una inteligencia superior r¡ue llevadlos entendimientos la marchaba la idea, y la literatura germinaba en los nuevos
fe, la esperanza á los corazones y el amor á los espíritus. Los campos recogiendo los despojos esjjarcidos y fundando las le-
que lloran seráir consolados, los que han hambre y sed de jus- yes que fuesen adecuadas á las necesidades de la civilización
ticia, satisfechos, los perseguidos, amparados. Aquella doctri- futura.
na era defensora de vida y vencedora de la muerte. El
la La traslación de la capital del Imperio á la antigua
hombre se sintió poseedor de una alma inmortal y se convirtió Bizancio, no fue una medida menos desfavorable al paganis-
en deidad, los muertos descansaron en el seno de Abraham, mo que la exaltación del elemento cristiano; ni la Italia,
mientras llegaba para éllos la resurrección, y laqnirpura, el ce- centro de podeiío, de heroísmos y de riejuezas })odía evitar los
tro y la corona debían caer un día ante los limpios de corazón. disturbios y sacudimientos que estallaron á poco. Roma sem-
Unos pobres pescadores fueron los primeros testigos de bró en el camino de sus conquistas, odios y oLstáculos que
la vida, acciones y sacrificio del Salvador, y estos, hasta aj'er ni la fuerza, ni la política, ni el tiempo pudieron extinguir.
indoctos y tímidos jornaleros, fueron llenos de sabiduría in- En el recóndito seno de las Gallas vivía la tradición de Ir-
fusa á enseñar á las gentes. A^encieron, porque germinó la minsul y el recuerdo de Vercingetorix. En el }>echo de los
simiente, y vencieron porque afrontaron serenos y resigna- antiguos ])uel)los latía vigoroso el amor á la libertad. Lejos
dos el martirio. de la acción del Poder, todos concibieron la esperanza de
De aquí los mártires flagelados en las cárceles, devorados sacudir el yugo por tanto tiempo so})ortado, y la Euro¡)a toda
por las fieras en el circo y por el fuego en las hogueras. debía convertirse en otro campo de Agramante.
Qué haya hecho la })osteridad de esa celestial doctrina Ante ese horizonte de nubes sombrías retrocedían aterra-
y qué beneficios haya derivado la humanidad, es cosa fácil dos los espíritus. ¿Qué había de ser de la ciencia, de la fi-
de reconocer comparando las éj)ocas y las costumbres. La losofía ? ¿qué de la literatui'a, de sus flores y hermosos vaticinos?
impiedad ha muerto: los derechos viven defendidos por la ¿qué de las in.stituciones políticas apenas entrevi.stas en la pol-
conciencia pública los tiranos se envuelven en su manto
: vareda de las constantes guerras?
de púr})ui-a para caer mejor. Pero e.stá ))robadoque la idea sobrenada en los cataclismos:
Pero volviendo á la materia principal de este escrito, reco- la idea es como el espíritu de Dio.s, que era llevado sobre las aguas :

rramos nuestro camino trazado j)or la lógica y reanudemos et espiritas Deas ferebatar saper acpias, según la elocuente expre-

los sucesos históricos en el punto en que comienza el período sión de la Biblia. A unos horizontes sucedieron otros más
generador de la civilización moderna. extensos en el espacio infinito, y los poderes de la tierra dieron
Muerto el Emperador Constancio, su hijo Constantino, el ejemplo de respetar los primeros la civilización adquiri-
á la cabeza del Ejército ([ue como Pacificador de las dalias da nuevos edificios sobre los viejos cimientos. Nuevos ideales
:

tenía á sus órdenes, se declai-a en ejercicio del Poder su- sobre los antiguos principios; y las le}'es obedeciendo á las
premo. inspiraciones de las letras abríanse paso al través del escudo
Era Constantino un príncipe reflexivo y discreto. El de los guerreros.
servicio militar le había obligado á visitar muchas y di.stantes ¿Qué parece la Edad Media, ni qué pluma podrá descri-
provincias del Imperio, y en el manejo de los negocios }>ú- birla en cortas líneas? Pocos escritores han sido felices en
blicos aprendió á conocer hombres y cosas, aficiones y creen- esta tarea, y ninguno ha llegado á rendirla com¡)leta en
cias. A .su vista surgían lozanas las nuevas ideas como flores gruesos volúmenes. Diez siglos de ambiciones, de lucha.s, de
de ])rímavera, y sucedió que más de una vez chocaran con piedad y fanatismo á un tiempo, de luz y de tinieblas, de
estas las medidas gubernativas que su empleo y sus deberes rebeldías y contradicciones, de crímenes horribles cuyas hue-
le obligaran á dictar. Leía, observaba, meditaba. Nada se llas han perdurado en las conciencias; de ejemplos
y tradi-
oponía á sus })lanes, ni enemigos, ni siquiera émulos, y sin ciones que su])editan todavía los más sanos })rincipios; de
embargo luchaba contra una fuerza de.sconocida que pobla- virtudes llevadas ha.sta la abnegación más completa; dele
ba de obstáculos invisibles la ancha .senda de su })olítica. No é incredulidad; de odios y rencores infernales; de amor y
hay que admirarse, pues, de que aquella imaginación se exalta- dulcedumbre; de poesía y donaire, de gallardos paladines y
se hasta el delirio, y que entregada á sí i)ropia, viese representa- humildes monjes de fanatismo y despreocupación; de frui-
;

das sus secretas meditaciones en formas materiales. Vio, ])ues, ciones celestiales y amargas lágrimas. Vista en conjunto la
el lábaro romano iluminado por extraño fulgor, la Cruz se Edad Media aparece como un pandemónium: analizada en
dibujaba en el centro y al rededor se leían en letras de fuego sus partes principales es una lucha desesj)erada de la ver-
estas ¡)alabras “ In hoc signo vinces ” Con esta enseña ven-
: dad contra el error, de la libertad contra la esclavitud, de
cerás. la civilización contra la barbarie. Era una inmensa arena
No dudemos c[ue este ])rodigio.so suceso sea hijo del en que se dieron cita todos los intereses del mundo antiguo,
Cielo muchos hay más .sorprendentes; pero aun sin él los re-
:
aspirando al })redominio del porvenir en nombre de la mo-
sultados hubieran sido los mismos. El inundo había menester derna idea.
de ideales más cónsonos con la inmortalidad reconocida y Las letras en el silencio del gabinete, consagraban sus
proclamada ]>or los jiróceres de la misma filo.sofía pagana, y desvelos y esperanzas á la regula rización de la guerra, al me-
altravés de los velos de la ciencia y de las bellas letras asoma- joramiento de las co.stumbres, y traducían sus esperanzas, ya
ban las creencias modernas. en máximas ]>iadosas, ya en severos ])rinci]iios, ya en dulces
Apoyado en esta milagrosa visión, Constantino declara versos. El })oderoso se encontró sienqne provisto de .-¡anos
el ciLstianismo religión del Estado. Imagínese el lector la consejos: la ciencia y la moral se imjionían: vencedores y
conmoción que produjo en el mundo esta sorprendente medida. vencidos, señores y vasallos, pagaban [)or fin el tributo de-
El cristianismo pa.saba repentinamente de la pro.scripcióii bido á la filosofía inmaterial del cri.^tianismo y al Decálogo.
al poder, y los dioses que por tantos siglos señorearon las con- Y
cosa extraña
¡
el convencimii'nto y divulgación de la
!

ciencias y vertieron á raudales de generación en generación literatura pagana, así como la hi.storia y costumbres de los
los símbolos, las alegorías, los vaticinios, debían enmudecer an- })Ueblos que de.scollaron en la edad jia.snla, dél)cse en gran
te la nueva doctrina. )>arteá los monjes, que en la soledad de los clau.stros, ajenos
¿Qué había de ser de
famosos oráculos, de los au-
los al e.struendode la guerra y á las vanidades del mundo traduje-
gures, del arte y sus espléndidos monumento.s, la Acrópolis, ron á las lenguas locales, poetas, hiotoriadores, legisladores
y ti-
DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
losofos. Y mas pxtraiio aun CjUG esta difícil tarea fuese ejecu- escuela bebieron la inspiración o recibieron el estímulo.
tada con la más nimia fidelidad. Sea
de ello lo que fuere, no se puede prescindir de admirar á esos
No podemos deseo de ofrecer un ejemplo de
resistir al Injos del desierto,
esta aserción. Un
traductor de la» Eneida se halla con es-
y debe contarse con ellos como atletas del
progreso literario.
tas frases cjueel autor pone en boca de Dido después de
Aunque acaecidos en siglos di.stantes, cabe aquí recordar dos
la partida de Eneas “ Dulces exuvise dura
:
Jala deosque sine- hechos culminantes de la historia de la civilización
bant.” moderna.
Nos referimos á la codificación en los siglos 6V 13? Era Justi-
Fata y Deosque son los sujetos del verbo sinere y
y por con- niano un hombre superior á su época. Convencido de la necesi
oiguiente son nominativos; sin embargo deosque está en acu- dad de abrir horizontes á la civilización adquirida,
sativo dificultad gravísima para un traductor, sobre todo
;
y deseando
gobernar de un modo digno de su extenso poder, concibió el plan
en un idioma cuya virtud fundamental es la declinación de compilar la legislación esparcida de su tiempo.
y Trabajo
en que la terminación de una palabra decide de la inten- colosal y de fecundos resultados, que dio al vasto
ción del^ qne habla y hasta de la significación de la frase imperio or-
den, regularidad y rumbos ciertos, imjirimiendo á los
entera. Fácil le era al traductor enmendar el manuscrito princijiios
y el carácter de legislación universal
poner Diique ó Deusque, conservando á la vez la medida del y fijándolos de una manera
perdurable.
verso. Pero no fue así se tradujo, como debía ser
y se dejó Idéntica operación ejecuta Alfonso el Sabio, en el .siglo
:

intacto el original. XHI


formando las Siete Partidas. A ese poderoso esfuerzo debe Es-
Como comprenderá, este caso no debía ser el único;
se
paña su indisputable prestigio dentro fuera de la célebre pe-
pero en todos los que se presentaron se guardó á las obras y
nínsula ibérica. Si conquisto pueblos, si extendió sus domi-
clásicas el^ más }>rofundo respeto. Y no al honesto Virgilio nios por Ja fuerza de las armas, las Siete Partidas dieron
es-
y al filosófico Horacio sino al sensual Ovidio y al desafo-
; plendor á esas conqui.stas y títulos de gloria inmarcesible á sus
rado Ju venal. autores. Colón, descubriendo la América, cumplió una obra
Pero volvamos á nuestro interrumpido tema,
y mencio- admirable, providencial, digámoslo de una vez. Pero Alfonso
nemos la escuela de Alejandría que llevó á Egipto la ciencia el Sabio, formando las Siete Partidas puso sello
á la civilización
y la literatura del Oriente, y en cuya fuente bebió Europa la cristiana de su patria y echo los cimientos del progreso futuro
hermosa y fecunda poesía que hasta hoy se transpira en las más en el hemisferio descubierto. Las Siete Partidas encierran la
elevadas obras del ingenio, desde Chipre hasta el Cabo de moral y el derecho, la filosofía la jirsticia bajo la inspiraciérn
Finisterre y desde la antigua Creta hasta las columnas de y
del (Cristianismo. Asi, no es extraño que un siglo después se
Hércules. hubiesen le\antado en los valles antes desiertos ciudades
Con ser tan poderosas y tan antiguas, la ciencia v la li- y mo-
uumento.s, leyes y costumbres, sociedad, fraternidad, erario.
teratura paganas ajienas eran conocidas en Italia, por los hom- No hay pueblo en la historia que baya llegado tan pronto
bres ilustres del patririado y por los filósofos
y retóricos. a la inteligencia de sus deberes, á la posesión de sus derechos
La fundación de la escuela de Alejandría, fue un centro y
á la adquisicioii de las materiales comodidades de la vida civili-
de propaganda y un foco de luz para aquellos pueblos que zada. Es gloria de Colón sólo el descubrimiento de la Améri-
supieron entonces con sorpresa todos los tesoros que el mundo ca; es gloria de Espaila sóla la hermosa civilización con que
la
antiguo había acumulado en ambas riberas del Egeo
y del dotó.
Helesponto. Así que el siglo XI de nuestra era hallóse "'exci- ¿Invocaremos recuerdo de las Cruzadas? Bajo los aus-
el
tado por la sed de conocimientos y la admiración de tantas pici(js del Pontificado, se acomete
una de esas empresas que el
maravillas. No traía nada nuevo aquella Escuela, para evitar sentimiento justifica aumjue no las corone el éxito.
las actuales dificultades que parecían perdurables pero traía ; A la verdad, el sepulcro del Dios hombre, los sagrados lu-
cimientos sólidos, leyes practicadas y i^roblemas resueltos pa- gares que oyeron de sus labios la voz del cielo, la ciudad que
ra la estructura definitiva de la moderna sociedad de modo presenció su doloroso martirio é ignominioso .siqfiicio, yacía
;

que si en Europa seguían inflamados los combustibles que en manos de enemigos de la gloria
aglomeró la Edad Media, en Egipto corría la fuente de la y civilización cristiana.
Era preciso rescatar con toda la sangre de los hijos del Cri.sto, la
filosofía platónica, mística
y ecléctica á la vez. Era, pues, aque- patria de su nacimiento, pasión
y muerte.
lla escuela un antemural para la barbarie,
y una compensa- La Europa entera se conmovió al simple anuncio de tan
ción providencial para los es])íritus ávidos de luz
y bienan- altopropó.sito, y alzulronse legiones de cruzados que marcharon
danza. convencidos á la lejana Judea, venciendo obstáculos infinitos
Y como fuese éste un vínculo inquebrantable, debía re- rindiendo la vida al hambre, á la peste
y
sultar lógicamente la unión de dos grandes civilizaciones que y á las penalidades de
todo género.^ Cuánto entusiasmo, cuánta fe! Con este primer
¡

convergerían al gran fin de la Providencia: el progreso uni- intento basto pani el objeto, y la Pale.stina quedó libre de toda
versal.
profanación. Erigióse un trono
He aquí la literatura ejerciendo y principados cristianos, y se
funciones casi divinas, cantaron en el santo sepulcro las alabanzas del Salvador.
porque juntan lo fecundo con lo amable, lo útil lo justo. Pero el fanatismo es semejante á la hidra de la fábula.
y
En misma época
esta presenta un fenómeno histórico
se Los musulmanes amaban al profeta de Aláb como los cristianos
digno de meditación. La Arabia, descollante en literatura al hijo del Eterno, y las tradiciones de los ])ueblos, sus intereses
^
y filosofía, se ofrece á las naciones como conquistadora y y creencias oponen obstáculos invencibles á las más justas co-
se apodera de la Mesopotamia, de la Persia, del Africa seten-
sas. La conquista de la Palestina, su nuevo reinado, su orga-
trional, de la España y amenazando con varias invasiones
nización, todo (lesiq)areció como el humo,
á la Fraiícia. No eran conquistas como las de Atila, cu- y hubo menester una
nueva cruzada y otras más, basta que el turco cedió sin combate
yas numerosas liuestes no llevaban más fuerzas C|ue sus ar- la apetecida con(]uista, reservando para mejores días el triunfo
mas. Los árabes llevaban á todas partes su genio, sus ciencias del Profeta.
y su poesía. En efecto, boy existen tranquilamente la una al lado de la
Creese generalmente que tantos adelantos en una Nación otra, laMezquita de Ornar y la basílica de Santa Helena. ¡Co.sa
poco antes encerrada en sus arciiosas llanuras, nacieron en la singular y que]»intael espíritu de la época! Las ocho expedi-
Escuela (le Alejandría; pero esta creencia puede ser combatida. ciones que se denominaron las Cruzadas, que fueron sembrando
La poesía árabe era congénita á su vida, costumbres
y carácter de cadáveres los campos de la Siria, desde Constantinopla basta
y fue conocida antes de la l'undación de dicha Escuela; ]>ero la elJordán, no dieron ]>or re.sultado sino el mismo que se habría
filosofía, las matemáticas, la política no lucieron sino después
obtenido ])or un sim])le Mensaje del Pontífice católico al Co-
(]ue aípiel loco de luz difundió sus rayos por Oriente
y Occi- mendador de los civyentes. Saladillo, cuya generosidad v vir-
dente. Algeber, Avicena y Abei'ilioes florecieron en eí siglo tudes personales pudieron apreciar en el "trato Feli[>e Augusto
XII, y los inventos de las cifras, de la terapéutica del álge-
y
y Bicardo Corazón de León.
bra, que se deben á estos sabiospertenecen á una é])oca
áraljcs, Y no es (|ue .se desconociese la diplomacia lo que se des- :

innmíliatainente posterior á la del origen (pie se atribuye á la conocía era la virtud de la tolerancia (pie ])erniitió á Cristo pe-
civilización arabiga; luego esju.sto creer que en tal eminente dir de beber á la Samaritana en la fuente de Sieben.
POR LEON LAMEDA CVII

No píMlía ser que tan colosales empresas, como son las Clemente V, recoge las descripciones del Dante y funda en
Cruzadas quedasen sin repercusión en los horizontes de la poe- ellas bulas, regalías y promesas que influyeron directamente en

sía. Ellas fueron por sí solas y vistas por la simple forma ma- las conciencias y facilitaron las relaciones entre el pueblo y el

terial, la expresión más alta del esfuerzo humano, y contempla-


Pontificado.
das á laluz de la fé y del derecho, ai)arecen como un espléndido Esta hermosa época déla historia moderna, es una de las
testimonio de la encarnación del cristianismo en Europa, y del que dehian fijar la atención de la juventud. Contem[)lar á los
poderío que en nombre de la Cruz habían alcanzado aquellas poetas conveitidos en vates, cantando las glorias eonqui.stadas
Naciones. Ealtáhales solamente el .sello de la poesía, para con- y definiéndolas en vigorosos ve rso.s; anunciando los futuros su-
signarlas cubiertas de laureles en el temi)lo déla hi.storia. Y cesos, como los oráculos paganos, é invocando los favores del

como las grandes cosas ins[)ii'aii grandes i>ensamient()s, Torcuato cielo sobre losdefensores de la verdad, es mi.sión (jue revela
Tasso concibió y ejecutó la obra de e.scribir el poema de la Jera- la virtud su[)erior de los escogidos de la Divinidad.
salen libertada, donde vertió á raudales .su estro y su entusiasmo. En la moderna escuela de la Democracia, resueltos todos
La Italia entera .se extremeció de gozo ante los héroes los problemas políticos, ex})licados y practicados todos los |>rin-

divinizados por la pluma del Tas.so, y .sobre él y .sobre ellos cipios que nacieron con \o^ derechos del hombre, el vaticinio no
cayeron á millares las lágrimas y bendiciones del laieblo. es ya una necesidad; pero quedan muchas más verdades [)or
La gloria de Tancredo reflejó con sus más puros rayos saber que las sabidas: el círculo donde .se agitan los intereses
sobre el Tasso, y la Italia iluminó al mundo desde Roma basta sociales es infinito; en muchos de sus radios perdura la Edad
las apaj’tadas regiones donde el verbo de la civilización Media, y los poetas tienen todavía focos de inspiración en este
apenas había traspasado la dura corteza de la barbarie. orden para ejercer su elevada misión.
Aproximábanse los tiempos en que los horrores de la ¡Quiera el cielo que el lirismo puro, tan .seductor y elegante
Edad Media, la tiranía feudal, el vasallaje de.samparado, como lo poseyeron Píndaro y Petrarca, vista los arreos de la
los barones verdugos, el poder absoluto, todo había de ins- filosofía moderna y se inspire más en la meditacióigde los pro-
pirar pavor á las conciencias, })rimer paso de la regeneración blemas sociale.s, que en la belleza de la naturaleza !No hay
social, primera luz que guía hacia la benevolencia, primera medio: nadie puede vivir impunemente en su época, y á los poe-
flor cuyo perfume convida á la paz y á la alegría. tas, que pueden remontarse á las regiones nehulo.sas, cuni])le
A.SÍ, en medio de aquella revuelta arena en que lucha- descorrer los velos que ocultan á las miradas del siin[)le mortal
ban las pasiones como vientos desencadenados, y en que la Igle- la mansión de la filosofía no editada.
sia, arca única del princi})io de unidad, era precipitada á ex- La Roma de los Papas, fortificada con el derecho que co-
traños rumbos, aparecían las ciencias y la literatura cada vez dificó .lustiniano, con las le}"es escritas y con el entusiasmo que
más radiantes, cautivando los entendimientos y atrayéndolos despertó la literatura, pudo dedicarse á consolidar la paz de
hacia la serena morada de la paz con honor y de la fé sin las conciencias, la de las Naciones, y á afirmar el principio de
fanatismo. autoridad como emanación de Dios.
Pudieron los Concilios conservar la unidad católica; pudo El feudalismo procreado al favor de la confusión y de la
la ciencia teológica explicar los misterio.^ y fundar las ver- fuerza, dobló la frente y cedió á la monarquía. La literatura
dades divinas en cimientos que no logró conmover la impiedad; tomó entonces la autoridad de la legislación y fue como el sa-
pero sólo á la literatura cu[)0 la hermosa facultad de domar cerdocio encargado de los homenajes en el templo de la Jus-
la barbarie, obligándola á trillar las sendas de la civilización ticia.
bajo arcos de flores. Mas como el hombre, secreto eterno de la Naturaleza,
Y
como si faltasen joyas á esta inmensa corona con que la hecho de barro, pero dotado con la más bella de las formas
Edad Media selló el triunfo de la unidad católica .sobre la here- animales; animal él mismo, pero lleno del espíritu divino de
gía, y de la civilización adecuada á la moderna idea, apareció su Creador, y los antiguos filósofos no hubiesen alcanzado á
el Dante, coloso de los siglo.s, más alto que las pirámides resolver la dualidad de esta criatura inmortal y mortal al mis-
y que todos los monumentos paganos. Como el faro de Ale- mo tiempo, natural era que los espíritus pensadores consagra-
jandría, Dante irradió su luz á largas distancias. No sólo .sen [)referentemente á élla sus talentos y pensamientos. na- Y
como poeta sino como teólogo y filó.sofo, Dante eleva á una cieron Descartes, Locke, Condillac, Leibnitz, Kant, Hegel y
altura inmensurable, derecho, moral, virtud, ciencia, gloria, otros muchos que han recorrido como estrellas el cielo de la
patria, religión y poesía. De él surgen como de fuente pu- filosofía, y crearon una atmósfera luminosa donde .sólo florecen
rísima, la abnegación, el ca.stigo del réprobo, el premio del los grandes pensamientos.
bueno, la purificación del débil, y así en las tres partes de A cada nueva aparición, á cada nueva doctrina brotaba
su obra. Paraíso, Purgatorio é Infierno, queda comprobado el la discusión, conmovíanse las escuelas y academias, y desde
dogma de la Iglesia. Si Tasso había encendido la fantasía las cortes de los poderosos hasta el bohío del jornalero, re-

y propagado el buen gusto, Dante exaltó el raciocinio, levantó sonaba el eco déla palabra filosófica: bien así comoá la aproxi-
el espíritu y puso el sello de la justicia á una civilización C[ue mación de la luz matinal despierta la naturaleza y se pueblan
venía tímida por entre innumerables escollos. de rumores, ciudades, prados y bosques.
Pruébalo la Corte pontificia en Aviñón. Allí brilla la La diversidad de doctrina, la diametral oposición entre
razón de Estado, la diplomacia, la autoridad rodeada del es- unas y otras opiniones, la distancia de los rumbos entre sí,
plendor de la fé y de la majestad correspondiente al Vicario de todo propendía al desenvolvimiento del espíritu, al estudio
Cristo. Cantaba Petrarca sus dulces y honestos amores, escri- de la ciencia. Parece que habían nacido esos hombres para
bía Bocaccio sus graciosísimos cuentos y se e.sparcia en ondas pagar á los pueblos en civilización, lo que habían perdido
de perfumes, como en inmenso jardín, circulando segura, una en sangre, infántando á la vez la libertad. Ni eran la me-
sociedad creyente y libre, donairosa y pulcra. tafísica y la psicología solamente el objeto único de sus estu-

Tasso, el Dante y Petrarca era la lectura favorita, y las gra- dios: era el Método, el Análisis, la Astronomía, las Matemáticas.
cias y las flores .sociales, y las altas inspiraciones de Magistra- Descartes halla el adminículo de los exponentes para descubrir
dos y padres de familia, eran insufladas en los pechos como la incógnita en las ecuaciones, y aplica el álgebra á la medida
una aura benigna, por aquellos casi divinos intérpretes del de las curvas. Leibnitz, para quien todo es infusorio, inclusive
Parnaso. el alma, resuelve y practica el cálculo diferencial, con cu3'o
Por más demedio siglo duró aquel maravillo.so e.spectáculo, estudio subieron las ciencias abstractas al pináculo de su glorio-
y cuando al fin la Sede apo.stólica volvió al Tíber famoso, di- so de.stino. Todos levantaron su pensamiento al infinito é
solviéronse al viento los torneos literarios, que procreó la ga- inundaron de luz los horizontes, di.si})ando las tinieblas del
lantería, para reaparecer condensados en leyes, breves y res- fanatismo y preparando la libertad de la conciencia, la inde-
•criptos, los principios teológicos y los augurios de la literatura. pendencia del espíritu y el reinado de la libertad civil.
Viene en este imstante á la mente un recuerdo del remoto Había llegado el mundo al apogeo de la civilización.
paganismo. Tarquino, el viejo, compra á la sibila de Cuines Sólo faltaba que á los rayos de ese sol cuajasen las mieses
los libros de su mi.steriosa ciencia, que anunciaban el porvenir madurasen las cosechas, y ese admirable progreso, nunca
de Roma, y los manda á depositar en el Capitolio. bien ponderado, se debe al cristianismo, como se debe á la
CVIII DE LA LITERATURA EN LA LEGISLACION NACIONAL
RgvoIucÍüu fraiicGsa el triunfo definitivo de la dignidad
del adelantos alcanzados en la filología, imponen
lioinbre en su misión social. La Edad Media y la Revolución la claridad en la
expresión, la propiedad en los epítetos
francesa, son los extremos de una cadena cuyos
eslabones y la rectitud en la sig-
nincacion de todas las palabras.
están inundados en la sangre de los pueblos,
sobrenada la idea
pero en que Yno por orgullo patrio sino como prueba irrecusable,
cita-
y aparece resplandeciente la trinidad inmor- lemos a Venezuela, que ofrece á cada paso modelos
tal, 611 SU esencia: Dios, el Hombre de literatura
y la Libertad. oficial en los altos Despachos
ha.sta en las
1 an alta civilización no puede perecer.
El primero de y pequeñas oficinas
estos cataclismos corona sus esfuerzos con el
E.ste mismo movimiento literarioque agita á los venezo-
descubrimiento lanos del uno al otro extremo del paí.s,
de la imprenta y el de la América, que se deben al y que parece llovido de
arte y mas elevada esfera, es una inspiración de la literatura,
a la ciencia: el segundo con las instituciones políticas
de la De- acumu-
lada en las imaginaciones, como las aguas
mociacia, que tienen su origen en el estudio de la historia de la montaña que
descienden gota a gota, forman el tímido arroyuelo
y de la literatura. Guttemberg y Colón, representan
* la gloria bordan en el lago.
y se des-
de lo pasado y los progresos de lo porvenir.
En unas parte.s,
es la mujer que como las ninfas de
Estudiemos ahora los efectos de estas instituciones, v ve- Ceres
recoge matutino aljófar y leda curso por canales de flores'
el
remos cómo se mueven á compás todos los intereses,’ cómo en
otras, es el joven apasionado de todo
se multiplican los elementos de riqueza, cómo lo bello que ansia expan-
brotan de la siones y lanza al aire sus acentos como el
nada materias que parecen aplicadas de antemano por una ave en la mañana-
yen los grandes centros es el arte que conservó libre de de-
inteligencia superior á la idea embrionaria que
asoma. El cepciones el rincón de cielo donde se alberga la
vapor^ como fuerza motriz, fantasía, y pro-
y la hulla, el imán y la aguja rrunqie en ecos jmiféticos, enseña ó derrama
magiieticaj el telégrafo colores en la at-
y la electricidad, la (|uímica y los mosfera como el arco iris.
principios explosibles, las ciencias experimentales
y los ins- \ ed á la antigua Coro que, llevando en alto el pendón de
trumentos. El mundo marcha impelido rápidamente las
por los bellas letras domina sus horizontes de fuego
rnismos vehículos que creó su espíritu innovador, v cubre de verde
y la inte- follaje aquella tierra amada predilecta del cactus. Y es la mu-
ligencia provista de impresiones fecundantes,
vuela también jei coiiana que eleva templo á las Musas
como arrebatada por el vértigo. v mantiene el fuego
sagrado: es élla que cultiva el jardín de la^poesía:
La literatura se resiente igualmente de esta ley del movi- élla que lo
iiige con v aronil talento, acariciando los
miento universal: se piensa más hermosos idea-
y se escribe como por máquina, les y dando ejemplo de virtud
v entu.siasmo á las inteligencias
y las ideas so graban como por efecto de uii sello en plaiiclia adormidas.
de cera, fee creería que el hombre ha recibido
del genio Paia explicar e.stas fenomenales ansias literarias que iiren-
del progreso, una consigna que contiene esta
sola palabra: den aploros’as llamas en todos los pechos, es preci.so
Marcha! y marcha sin descanso. apelar á los
principrns de la biología, según los cuales las
Ni el saber, ni las riquezas, ui las comodidades fuerzas ocultas de
del lujo, ni el logro de todas .sus ambiciones,
y esplendor la sociedad estallan con tanto más
vigor, cuanto más tiempo
nada le sa- permanecen en inacción.
tisface, y marcha siempre. Sólo el poeta sueña v mira al Para terminar este período, dirijamos una rápida
cielo, sólo él reposa en las claridades de su ojeada á
fantasía, y se las orillas del Turbio, donde la Reina
atieve a vaticinar sobre el resultado ele los afanes, del Occidente, como la
los caminos que llevarían al hombre á
y sobre llmno Lozano, guarda encendido el hogar délas
letras y comu-
mejores fines. nica su ardor al bello sexo.
El poeta llegará^ como todos: coronado de adelfas Testimonio de esta verdad es la
ó aspii ación insinuada por sus inteligentes
de rosas, descenderá á la tumba hijas, de entregarse al
y dormirá en el Señor su : estudio de las ciencias filosóficas. Y allá, en los confines del
nombre y sus versos serán nuncios de paz
y recuerdos de Poniente, aquende el Táchira, distínguese el generoso
intento
bienandanza.
de culturar la literatura, á cuyo efecto se crean sociedades
Pero el sorprendente espectáculo que ofrece el mundo en
que la mujer es la virtud inspiradora á la vez apostólica.
realizando imposibles, venciendo al tiempo, agitando
los es-
y
Pal es la obra de la literatura suva propia, con la cual se
píritus, sacudiéndolas fuerzas de la naturaleza,
escudriñando impone al reconocimiento de la })Osteridad.
sus secretos en las entrañas de la tierra, pa.seando
por su Hemos recorrido en este desaliñado escrito
atmósfera ó penetrando en la infinita morada de las un vastísimo
estre- tiaj'ecto,piocurando no apartarnos de la verdad histórica,
llas, comunicando actividad hasta poner
en movimiento la ciendo uso de razonamientos únicamente nuestros. y ha-
ineicia misma, es debida a la fuerza creadora de Insignes
la demo- escritores han tratado esta materia
cracia. nosotros no hemos querido
;

consultar niguno; temerosos de ser cautivados ])or


El concurso de todas las aptitudes sin trabas, he aquí .su talento

el secreto de e.ste inmenso diorama en el y piiv ai á nuestro trabajo de la originalidad, único mérito
cual se miran en (pie podíamos aspirar. Nos ha sucedido como al la])idario que
múltiple giro, ciencia, jioesía, derechos, riquezas é industria.
labia una preciosa joya sin los instrumentos
Luégo, contémplese un momento el periodismo, luz per- necesarios: qui-
sieia lealzarsu lirillo por todos los medios del
manente, centinela celoso y clarín del jirogreso al libro en arte pero prefie-
;

; re al es[dendor la pureza de la piedra.


la cabana y en el palacio, á la máquina multiplicando
las dé- De intento hemos dejado en .silencio muchos de los acon-
biles fuerzas del liombre, á los instrumentos que ora
graban el tecimientos que, como otnas tantos reflectoi'es, hubieran
sonido, ora la palabra, ora los diversos espectáculos .suuiinis-
con un tiado á nue.sti'a délfil pluma, cojúa de pruebas
rayo de luz; y retrocederéis de sorpre.sa creyendo que se irrefragables en
han aj)oyo de nue.stra tc'sis; pero hemos creído que la
mención de
iCcihzado los cueiitos de las flL/
y uuct noches, A
ciertamente uno.s ])ocos hechos traería el recuerdo de otros
muchos á la me-
los palacios flotantes, los tesoi'os de Sésamo, los
cantos oídos 11101 ia del lector. lanexten.sa materia en tan corto espacio
desde lejanas tierras, las repentinas metamórfosis, todo .se
ha im pone la síntesis, y esta misma está reducida á límites
logrado con el estudio de la ciencia (pie no
y el auxilio de la li- ])uede disminuir .so jiena de renunciar á la claridad.
tcratui-a. Es la lámpara, de A ladino. \ luégo, lo coníésamos, nos sobrecogía el temor de
Ante una civilización .semejante, no se concille que las pene-
trar en el campo de la (jidáctica,
instituciones jiolíticas y la legislación nacional marchasen y no acejúanios que en las
á obras do amena expansión asome el dedo índice de
fii zaga, jiaralizando la rápida acción requerida ú obligando la iieda-
gogia.
á los pueblos á mirar hacia atrás. Tampoco ]iodía esperar- Hemos pen.sado, quizá soñado, y vertimos al panel núes-
se que las leyes, decretos. alocucione.s, etc., fue.sen escritas en tros nen.samientos.
idioma vulgar, cuando el conocimiento (le las lenguas y los
!

CARACTER NACIONAL
3POI?. 12/A.FJLEIj SJL.XtAJL,T

AS costumbres públicas ó el conjunto de inclinaciones con lade los períodos fabulosos de la historia las proezas
:

y usos que forman el carácter distintivo de un pueblo, de laconquista estaban olvidadas, y también los hombres
no son bijas de la casualidad ni del capricho. Proceden que desplegaron en ella tanto valor y tan }>ocas virtudes:
del clima, de la situación geográfica, de la naturaleza de las por fin, en medio de la más perfecta igualdad en el idioma,
producciones, de las leyes y de los gobiernos, ligándose de en la legislación y en los usos, se veía con asombi-o con-
tal manera con estas diversas circunstancias, que es el nudo vertida la América en un gran pueblo sin tradiciones, sin
que las une indisoluble. Más ó menos arraigadas en la vínculos filiales, sin apego á sus mayores, obediente sólo
sociedad están ellas, según provienen de las cualidades in- por hábito é impotencia. ¿De qué provenía en Venezuela
variables que sólo la naturaleza puede dar al suelo, ó de tan extraña novedad ?
accidentes transitorios que son efecto de la voluntad ó del De la incomunicación casi absoluta en que por mucho
ingenio humano. Todo hecho físico de aplicación general, tiempo estuvo, como hemos visto, la colonia con todo el
determina, pues, una costumbre :todo hecho moral constante mundo y aun con la metrópoli incomunicación que piodujo
;

ó que por intervalos fijos se repite en el seno de la socie- á un tiempo el efecto de conservar sin mezclas extranjeras
dad, produce el mismo efecto; y este será general ó parti- las costumbres, y el de borrar los recuerdos españoles en el
cular si se aplica al pueblo ó á algunas de sus clases; pro- suelo de sus conquistas. Porque la igualdad del idioma y
fundo ó somero, si es pequeña ó grande su influencia en de las instituciones en países separados por inmensas di.s-
la dicha de los pueblos. Así que, lejos de ser inexacto di- tancias, puede dar á unos y otros hasta cierto punto, una gran
vidir las costumbres según las diversas circunstancias físicas semejanza en los hál)itosy usos; pero la perfecta analogía ejitre
y morales de un pueblo, es de ese modo como únicamen- los sentimientos y las opiniones, no pueden crearse
y conservar-
te deben considerarse, cuando se quiere estudiar su origen, se sino por medio de un comercio constante de ideas é inte-
fuerza y desarrollo. Tal ha sido hasta aquí nuestro método. reses.
Cuánto ini])orte semejante estudio al político y al legis- Otra causa de ello fue la falta de instrucción general,
lador, puede colegirse de que si bien las costumbres se crean y muy particularmente la del cultivo de las bellas letras.
y modifican por las leyes jn-imitivas, también, por una reac- En Venezuela no existió nunca una clase en donde se en-
ción necesaria, se oponen ellas al establecimiento de las nue- señaran la historia de España y su literatura, y aun á fines
vas, según que estas las contrarían más ó menos; esta lucha, del siglo XVIII, cuando el comercio y la educación públi-
larga siempre y en ocasiones sangrienta, no cesa hasta que, ca habían recibido mayor ensanche, las primeras ideas de
vencida ó vencedora, la costumbre se pliega á la ley, ó ésta los naturales acerca de las humanidades, las aprendieron en
á la costumbre. libros extranjeros. Los nombres de Eacine, Corneille, Vol-
“ Con leyes sabias han tenido siempre los hombres cos- taire y otros insignes autores franceses fueron conocidos
y
tumbres insensatas,” ha dicho Voltaire. Pero por más que ensalzados primero que los de Lope de Vega, Calderón, Gar-
la India oriental, que él cita como ejemplo, fuese desde los cilaso. Granada, León, Mariana
y tantos otros príncipes de
tiempos remotos un pueblo comerciante, industrioso y culto: la literatura castellana. Ningún lazo de unión y afecto en-
por más que Pitágoras viajase á él para instruirse, los usos tre dos pueblos será jamás tan fuerte como el del cultivo
bárbaros que ba conservado, claramente demuestran una per- de las mismas artes y del mismo idioma. Hace comunes
turbación en las leyes de la humanidad, inconciliable con un el historiador los grandes hechos patrios
y los fija con el
cierto grado de perfección en las instituciones morales. encanto del estilo en la memoria : en sus libros se apren-
Dos hechos al parecer contradictorios llaman desde lue- den los ejemplos de virtud y de heroísmo; ellos nos ense-
go la atención en las antiguas costumbres venezolanas es á ;
ñan á amar la nación que los produjo, y á poco de ha-
saber, la perfecta identidad de ellas con las de España en berlos meditado nos embebemos en sus principios, en sus
las clases principales de la sociedad,
y la falta total de re- sentimientos y pasiones. ¡
Cuánto no nos Iiace gozar el poeta
cuerdos comunes. Con él reímos ó lloramos, con él perfeccionamos el enten-
Entre los antiguos pueblos que tuvieron colonias, pasa- dimiento, con él bailamos consuelo en las desgracias de la
ban á estas del país materno las tradiciones, que perpetua- vida. Mucho debe faltar en el alma y en la inteligencia
das de edad en edad mantenían constantemente un influjo del hombre desgraciado que al leer el rico tesoro de la j)oesía
favorable sobre las opiniones y sentimientos de los habitan- española en todos sus ramos, no ame, aun sin conocerlos,
tes. Así sucedió, por ejemplo, á los fenicios los sitios que inspiraron sus dulces armonías, los usos
y á los griegos y
en las colonias que fundaron, siendo de advertir que estos costumbres que fueron, por decirlo así, nacimiento del rau-
últimos jamás impu.sieron por la fuerza su culto ni sus le- dal copiosísimo de su gracejo, y el cielo que inspiró,
y el
yes á las naciones vencidas; antes mezclados con ellas, en que produjo tantos, tan fecundos y sublimes vates. Así eL go-
muchas ocasiones adoptaron, á imitación de los romanos, sus bierno español, cuando privó á sus colonias de estos estu-
dioses, armas, u.sos y costumbres, dejando al tiempo dios, renunció neciamente á una de las más grandes simpa-
y al enla-
ce de los intereses el cuidado de perfeccionar la unión de tías que debían unir los pueblos de sus dominios, en beneficio
uno y otro pueblo. general y de sí mismo.
Loses{)añoles, por el contrario, trasplantaron de la ma- Si estos motivos hicieron olvidar en América los recuer-
dre patria á la colonia los hombres dos de la madre patria, otros igualmente desgraciados la
y las cosas, y á la
vuelta de pocos años el aspecto exterior de las poblaciones, privaron de tradiciones j)ropia.s. Las generaciones indígenas
la sociedad doméstica, la política, las creencias, las su[)ersti- extinguidas en su suelo, pasaron sin dejar huella de su exis-
ciones del Xuevo-Mundo, fueron con pocas excepciones las tencia. Las pinturas jeroglíficas, las esculturas y ruinas an-
mismas que tenía en la época de la conquista una parte tiguas de Méjico, Guatemala y el Perú, claramente manifies-
del antiguo. A
pe.sar de esto los criollos aj)enas se acorda- tan fjue en aquellos países vivió una raza, de hombres muy
ban de su origen. Los nombres europeos impuestos á las ciu- adelantada en la carrera de la civilización. Pero ¿(jué pue-
dades no despertaban en ellos ninguna memoria de la madre blo construyó acpiellos monumentos? ¿de dónde vino? ¿qué
patria: la gloria de los antiguos héroes españoles, si por vicisitudes lo hicieron desaparecer completamente de la tierra,
ventura^ resonaba una vez que otra en las montañas siendo así (pie en América no se halló una nación (pie
y selvas
de América, se confundía en la imaginación de las gentes jiudiera haberlos subyugado y destruido? Los europeos no

15
CARACTER NACIONAL
han encontmilo jamás una sola tribu indígena con tradicio- se multiplican y estrechan. Rudos é ignorantes debían ser
nes acerca de tan grandes sucesos: de ellas carecían tam-
y lo eran también agrestes, como el país en que vivían.
:

bién las naciones indianas más civilizadas;


y aun en el La soledad, la benignidad del clima
y la carencia de nece-
suelo de estas mismas se perdió pronto la memoria de su sidades, desarrollaron en ellos varios sentimientos jirincipales
propia existencia y la de su conquista. Ninguna tradición que pueden considerarse como basa de su carácter: desape-
amei'icana i'cmonta á más de un siglo, y los indígenas, auiuiue go a toda especie de sujeción y de trabajo, indiferencia ])or
coiLservaron su idioma y su carácter nacional, peixlieron con la cosa pública, el amor genial del hombre salvaje [(or la
la introducción del cristianismo, el régimen de las misiones independencia; y una dulzura de carácter que {U'ovenía á
y otras circunstancias, sus recuerdos históricos y religiosos. un tiempo de indolencia, falta de energía
Por otra parte los colonos de raza europea no tuvieron re- y bondad del
corazón.
laciones con el pueblo conquistado: este, mantenido en tu- Estas cualidades eran comunes á los habitantes de la
tela y despreciado, continuo siendo extranjero para la nueva región de los bosques y del litoral. Mucho diferían de ellos
sociedad. Por lo que hace á sí mi.smos, miraron con igual los de las llanuras, que en el país decían por esto llaveros;
indiferencia las membranzas del i>aís de su origen v las hombres cuyas costumbres y carácter por una singularidad
de aquel en que nacieron su historia monótona, tan di- curiosa, eran y ,son aun tártaras
y árabes más que ameri-
:

versa de los cuadros amenos y variados de las colonias an- canas ó europeas. El clima abra.sador de sus desiertos
tiguas, no era conocida; y (ai sus dulces y las
y enervadores inundaciones de su territorio, los obligan á adoptar un ve.s-
climas, donde la igualdad de las estaciones hace imperceptible tido inuy sencillo, y moran ordinaiáamente en cabañas á
el camino de la vida, gozaron
y olvidaron, sin dedicar un las i'iberas de los ríos
y los caños, en incesante lucha con los
pen.samiento al porvenir, ni una mirada á los pasados tiem- elementos y las fieras. Sus ocu[)aciones ])rincipales son la
pos. Por esto y por no haber tenido un vecino poderoso
y sabio crianza y pastoreo de los ganados, la }>esca
y la caza; si
({ue le sirviese de maestro, ni existencia política, ni parte alguna bien algunos cultivan pequeñas porciones de terreno pa-
en las agitaciones del mundo, vino á componerse áTnezuela ra obtener raíces comestibles. Esta vida activa y dura,
de criollos indolentes, de indios embrutecidos y de otras clases, sus marchas continuas y su necesaria frugalidad, desarrollan
cuyos únicos recuerdos se ligaban con una cadena de sufri- en ellos gran fuerza muscular
mientos á la servidumbre. y una agilidad extraordinaria.
Pobres en extremo y privados de toda clase de instrucción,
Las producciones del suelo, y princijialmente la natura- carecen de acjuellos medios que en las naciones civilizadas
leza de las plantas alimenticias, tienen un influjo notable en el aumentan el poder y disminuyen los riesgos del hombre en
estado de la sociedad, en los progresos de la cultura
y en el ca- la faena de la vida. A pie ó sobre el caballo que ha do-
rácter de hombres.
los mado él^ mismo, el llanero, á veces en pelo, casi siempre
En el antiguo mundo lucha el hombre sin ce.sar con con malísimos aparejos, enlaza á esca¡)e
una tiei'ra extenuada: todos los descubrimientos de las cien- y die.stramente el
toro mas bravio, ó lo deri'iba por la cola, ó á usanza es-
cias, los más delicados procederes de las artes, la observación pañola, lo capea con singular d(maire
constante, el ingenio, el trabajo, se aplican sin descan.so al y brío: un conocimiento
perfecto de las costumbres
grande objeto de hacerla productiva, sustituyendo á sus y organización de los animales del
y (le la tierra les ha enseñado, no sólo á precaverse de
gastados elementos, otros que la renueven
y conserven. Allí ello.s, sino á arrostrar con sus furores.
es [)equeña su exten.sión para el número (le hombres ejue la Acostumbrado al uso comstante de la fuerza
habitan, y la industria, utilizándose de sus partes más in- y de los
artificios para defender su existencia contra todo linaje de
gratas, no ha dejado sin aplicación el más pequeño espacio peligros, es por necesidad astuto
de ella. El trigo, la cebada, el centeno y cauteloso; pero injusta-
y otros cereales, mente se le ha comparado en todo á los beduinos. El llanero
cubren alternativamente los campos en perpetua rotación; jamás hace traición al que en él se confía, ni carece de fe
y
si dan al paisaje un aspecto monótono y uniforme, ju-cí-
y honor como aquellos bandidos del desierto: debajo de su
raueven entre los habitadores mayor actividad
y puntos de techo recibe hospitalidad el viajero,
y ordinariamente se le
contacto. ve rechazar con noble orgullo el precio de un servicio.
Al contrario en la zona tórrida, donde destituido el hom- No puede decirse de él que sea generoso; mas nunca
bre de necesidades y cuidados, vive feliz en suaves climas, por ainor al dinero se le ha visto prostituirse, como raza pros-
al abligo de una tierra feraz que le ofrece cosechas tem- crita, á villanos oficios. Igualmente diestros, valeroscjs y
pranas y abundantes. Bastan cortos terrenos para la sub- sobrios que las razas nómades del Africa, aman como ellas
sistencia de un gran número de familias,
y esca.sa industria el botín y la guerra, pero no asesinan cobardemente al ren-
al cultivo de jilantas generosa.s, que crecen
y prosperan sin dido, á menos que la necesidad de las represalias ó la fe-
el trabajo del hombre: virgen allí la naturaleza, no necesi- rocidad de algún caudillo, no les haga un deber de la crueldad.
ta de los auxilios de la ciencia para dar al cultivador fru- Tres sentimientos principales dominan en su carácter: des-
tos opimos, y á la sombra del plátano pasa el hombre la vida precio por los hombres que no pueden entn^garse á los mismos
dormitando, como el salvaje del Orinoco, al dulce murmurio ejercicios y método de vida, superstición
de sus palmas. Esta es la causa de que en América provincias y desconfianza. En
medif) de esto tiene el llanero prontitud
muy pobladas parecían casi desiertas las habitaciones yacían y agudeza en el
ingenio: sus dichos, festivos siempre
y en ocasiones profun-
:

desparramadas por los l)osques: cerca de las ciudades estaba damente epigramáticos, participan del donaire
la tierra cubierta de selvas, y gracejo na-
y las plantas espontáneas pre- tural de los hijos de la risueña Andalucía. Como todos los
dominaban por doquiera sobre las cultivadas. Tales circuns- pueblos pastores, son aficionadísimos á la música
tancias, así modificaban la apariencia física del país, como y al canto
é improvisan con mucha gracia
el carácter de las gentes, dando á uno
y facilidad sus jácaras y
y otro particular romances. Lo más común es que dos de ellos canten al-
fisonomía. El suelo agreste é inculto se ostentaba en toda ternativamente acompañándose con la guitarra v así con
la pompa y majestad del tiempo primitivo: aquí se veía el
;

frecuencia se oyen resonar sus trovas en las caserías, en los


bo.sque no talado, allí la selva umbría, las llanuras inmen- hatos, en las riberas de los ríos, ora los días festivos, ora
sas, la sierra, el valle, con todos sus primores; naturaleza cuando en las noches de vela, al suave resplandor de la lu-
colosal en sus formas, sublime en su abandono, digna de na, rumia el ganado tranquilamente en la pradera. El lla-
razas más felices. Estas cultivaban una ])orción [lequeñísi- nero, en fin, ama como su verdadera
ma del campo á la falda de las cordilleras: cada familia y única patria las
llanuras. A ellas se acostumbraba fácilmente el habitador
proletaria ó un grupo reducido de ellas, separada de las de las iU(Dntañas; pero fuera de ellas sus hijos hallan es-
otras por distancias considerables, que hacían mayores los
pésimos caminos y la falta de fuentes. Así una población
trecha la tierra, el agua desabrida, triste el cielo. A semejanza
de los árabes beduinos, un amor ardiente por la libertad
de suyo limitada vivía sin comunicaciém, y pol-
y como si dijéra- la vida errante, les hace mirar las ciudades como prisiones en
mos perdida en un país va.stísimo; y la civilización era nula que los señores encierran á sus siervos.
porque e.sta no adelanta .sino á proporción (|ue el suelo El influjo de la autoridad y de las leyes era casi nulo
y
los hombres se equilibran,
y que las relaciones entre ellos en las llanuras, donde el hombre se sustraía fácilmente al
POR RAFAEL MARIA BARALT CXI

freno de la sociedad; por eso ei\ el llanero descubrimos los la mejora intelectual y moral de sus habitadores. No hay
pues para qué disimularse el miserable estado de estos. La
vicios y virtudes del estado natural. En las montañas y
ínfima clase se hallaba embrutecida y pobre la más eleva-
en las costas la generalidad del pueblo, fuertemente modifi- :

cada, como hemos visto, por la legislación, el clima y las da era con pocas excepciones ignorante y vanido.sa. Por do
producciones de la [)rescntaba en su indolencia y apa-
tierra, quiera se veía enseñoreada la superstición en los ricos, el
:

tía los caracteres de servidumbre.


la lujo y los vicios que este engendra. Amor al saber, genero-
No hay para qué hablar de las clases envilecidas. El sidad, valor, patriotismo, había en aquellos pechos pero faltaba
;

esclavo afi-icano que labraba la tierra no tenía propiamente la libertad, y sin ella la virtud rara oscui’a, .se asemeja á

otra costumbre que la de trabajar y sufrir. “ Cuando al los fuegos pasajeros y sin calor cjue se levantan del suelo de
“ descender el río nos acercamos a algunas plantaciones, vi- las sepulturas.
“ mos las hogueras que los negros habían encendido un humo : La libertad, em})ero, alma de lo bueno, de lo bello y de
“ligero se levantaba sobre las cimas de las palmas y daba lo grande, diosa de las naciones, brilló por fin ¡sobra la pa-
“un color rojizo al di.sco de la luna. Era un domingo por tria nuestra; y en ese día ¡cuánta luz no brotó de aquellas
tinieblas, cuántos héroes no salieron de aquella generación
“ la noche,
y los esclavos bailaban al son desai)acible de una
“guitarra monótona y ruidosa. Los negros de raza aírica- de esclavos !¿
Dónde estaban entonces los que hoy ultrajan
“ na tienen tal su|)eral)undancia de actividad y de alegría en la memoria de los libertadores? Unos no liabían nacido,
“ su carácter, que después de haber desempeñado las peno- otros engrosaban las filas de sus antiguos enemigos, quiénes
“sas tareas de la semana, se entregan en los días festivos estaban á contemplar tranquilamente sus esfuerzos en países
“al placer de la música y la danza, prefiriéndolo á un sueño extranjeros, ó escondidos. Justos son muchos cargos, es ver-
“ sin cuidado. No reprobemos esa mezcla de abandono y
¡
dad pero la ingratitud que quiere hacer de ellos crímenes irre-
;

“liviandad que dulcifica la amargura de una vida llena misibles á los creadores de la república, es mil veces mas odio-
“ de penas y tristeza ” En cuanto al indio reducido, ya
! .sa que la conducta de estos en los tiempos aciagos para
le conocemos: también al pardo libre, menos embrutecido su gloria. Vosotros que buscáis sin odio la verdad, y que,
que él, menos oprimido que el esclavo, pero también vejado compadeciendo el error, ensalzáis la virtud y admiráis la gran-
por la opinión y por las leyes. deza vosotros que así como presenciásteis sus errores, visteis
;

¿Qué importaba que éstas fuesen mas generosas con el también sus magnos hechos; vo.sotros que hoy gozáis por ellos
criollo, si un sistema mezquino y erróneo de política le de una patria libre, gloriosa y llena de esperanzas, no olvidéis
impedía el disfrute de sus ventajas? Demás .sería repetir para juzgarlos que ellos la recibieron esclava, oscura y sin vida,
aquí lo que otras veces hemos dicho, al juzgar de los mu- de manos de sus dominadores.
chos motivos que .se oponían á la felicidad del país y á
INFORME SOBRE EL PERIODISMO EN VENEZUELA
E!I_.0^ G-.

HiLOY O* OO^ZALSZ

Primera parte samiento, extraño y raro este último cuando se refiere á la vida
política y económica de los pueblos.
I
INTRODUC(;iüN
La palabra, medio complementario de traducir las nece-
sidades, ya fue in.suficiente hablada, y aun lo fue escrita
Fue la necesidad, en
todos los órdenes, la determinante con la escritura de los ])rimeros tiempos, simbólica ó jero-
primordial de las Tirana y brutal en los días
acciones. glífica, como en la China y el Egipto.
genésicos del mundo, tuvo manifestaciones tan rudas como Hubo de simplificársela, haciéndola silábica, y progre-
rudos fueron los medios de existencia: orgánica, la lucha sar aún, á la par de todos los progresos, hasta llegar á
feroz por la vida material, la crueldad llevada hasta la an- la fonética ó alfabética. En ese estado, su difusión ya fue
tropofagia, la pujanza hasta lo inconcebible, fueron sus pri- trivial.
meras revelaciones; afectiva, fundó las primeras sociedades Guttenberg encontró el medio de hacerla rá})ida y fe-
humanas, la familia y la tribu, por la promiscuidad cunda y su invento dió j>ronto origen al periódico, después
y la
poligamia; é intelectual, dió origen á las tiernas, sencillas de la creación elemental de lashojas murales, los estatutos
y candorosas concepciones de todas las teogonias, sin excep- de lasórdenes religiosas, los reglamentos claustrales, los pro-
tuar las leyendas bíblicas. tocolos, las memorias, etc.
Al correr de los tiempos; por la multiplicación de sí El periódico fue la manifestación de una necesidad, sin
misma; ])or el progre.so estadístico; por virtud de las evo-
otro motivo. Fue el vocero universal oiganización política,
;

luciones, —orgánica, intelectual y socialmente, —


el arte de vivir
conveniencia de los pueblos, intereses materiales, ventajas so-
ciales, problemas económicos, las reacciones
fue inventando nombres y cubriendo con bellas mentiras y las evoluciones,
la cepa terriblemente animal todo lo tradujo, todo llegó á la oficina ])eriodística, respetada
de donde procedieron todas
las naciones. como un santuario.

Y se reservó, con risibles temores, el nombre de necesi- II


dad para bien |)ocas y .sencillas; viniéronlas otras á nom- Tras los adelantos sucesivos de la civilización europea,
brarse por neologismos simpáticos : aspiración, sentimiento, pen- llegó la im])ronta á la América y no tarde ejerció su misión
CXIV EL PERIODISMO EN VENEZUELA

(le bienes. En los Estados Unidos, cuando se inició la lu- Segunda parte
dia entre ellos e Inglaterra por asuntos económicos, salió
de Boston el primer periódico, abogando por la reorgani-
zación racional de las tarifas aduaneras
y en sostenimiento I
de los intereses y derechos coloniales. Guando se llevó la
lucha á las armas y hubo la ¡iléyade de patriotas que se rKmonis.vo kx vexkzuei.a
dio por centro al general Washington, Patricio Henry, Adams,
Los precursores del periodismo en ^Vnezuela datan del
.lefí'erson y otro.^;, patrocinaron la fundación de otro perió-
siglo XVII. En 1606 el señor de Baños
dico que fue a discutir cuestiones políticas y Sotomayor, fun-
y se encargó de dó en esta ^ciudad el colegio de Santa Rosa, que una cédula
él á Benjamín Franklin, redactor
y editor á la vez. de^ Felipe V, en 1721, confirmada por Inocencio
XIII en
1722, convirtió en Universidad Real
y pontificia, “ con los mis-
mos jírivilegios que la de Salamanca".”
\ así se procedió en todos los pueblos de América cuando se
trabajaba por la emancipación. De ahí parte la historia del
movimiento intelectual en-
El violento despertar de los pailas de tres siglos, al nom- tre nosotro.s. Por una serie de conquistas .sobre el egoísmo
bre de una idea nueva, produjo tal excitación nei-viosa, que de los Sobeianos de España, se llego, a principios del siglo
estudiados aíjuellos tienqxis á la luz del método científico, actual, al punto en (pie docto.s vaixme.s v'enezolanos
se dieron
la Independevcia, su nacimiento á la obra de ilustrar en todo lo [losible al pueblo en sus
y desarrollo en los cerebros, principales.
clases
fue un verdadei'o estado patológico, un largo fenómeno mór-
bido, con todas sus nebulosidaíies al principio, con todos los Los patriotas de la Independencia fundaron el perio-
caractei-es y faces y crisis de la enfermedad, mientras no dismo nacional.
hizo su natural evolución y produjo la idea, la abstracción, Austeros aquellos hombres educados bajo el duro régimen
;

el concejito pleno en todas las inteligencias más ó menos culti- déla Colonia, aunque en España hicieran estudios los cjue tal
vadas. Entonces si fueron exactas las teorías, reflexiones giacia obtenían, participaron de la rígida organizacKin escolar
y de- de su tiempo. De ahí su seriedad, su vida tranquila en la
clamaciones de patria y libertad.
Eli medio de las agitaciones de la época, el periodis- ciudad y apacible y sencilla en los campos de labor
mo incipiente se vio expuesto á interrupciones de períodos agrícola.
enteros, sin contar con que, tormentas políticas de más de me- Esos caracteres entraron por mucho en el tono
y en el
dio siglo han arrebatado á los anales patrios, hojas, documentos, estilo de sus periódicos; la idea que los inspiraba "el ¡iro-
y
datos, llevados á extraños países en los azares del destierro, des- pósitoque perseguían, era empresa suficiente para cortar todo
truidos en bélicos asalto.s, consumidos en la pura voraz de las vuelo a la fantasía y sostener en todas las publicaciones
^

guerras internas. la uniformidad de carácter, que á la larga se hizo


monotonía
Así, empero, habré de cumplir, en lo posible, el encargo fatigante.
de la Asociación Venezolana de Literatura, Ciencias Pero antes se propusieron
tarea circunspecta
y Bellas Ar- y digna,
ies, excusado desde luego por las naturales deficiencias de eru- de muy y graves re.sponsabilidades convencidos pro-
serias :

dición de los veinte años y por las circunstancias que rodean á fundamente de que eran los genuinos directores del movi-
quien hace apénas cuarenta días ha abandonado el aula miento emancipador, hablaban y obraban de modo (jue no
y las pudieran dejar campo^ á ningún golpe enemigo, social po-
atenciones universitarias, á la jwstre de duros estudios. ó
lítico, en una lucha á que entraban por vez primera.
Es casi efímera la vida de nuestros periódicos, porque La
ya descie su fundación aparecen con pocos elementos de per- prensa tuvo para ellos las dificultades de lo desconocido
les produj() el respeto y el temorcillo cuasi supersticioso
y
durabilidad fundados en momentos de entusiasmo por jóvenes
: de
casi siempre precedidí^s de naturales
un santuario, de un ejercicio augusto.
y disculpables irreflexio-
nes é inocentes candideces h ue útil y bien meritoria
;
salidos á luz precisamente en los y respetable esa convicción,
nomentos de crisis política ó económica cuando todo es exal- por mucho tiempo, ya (pie fueron periódicos jiolíticos los
tación ó angustias; y en medios de rápidos instantes fisio- jirimeros r|ue se fundaron.
psicológicos, no solo los jiolíticos, sino los periódicos literarios Los partidos tuvieron programas y aspiraciones defini-
y científicos también; meridionales no.sotros é individuos
das, pero —
nunca, en la vehemencia de los debates, ni en
de la “ raza latina,'’ tan ardorosa, tan violenta, tan hecha de la confusión de jiasiones é intereses contrapuestos,— se llegó
puros nervio.s, nuestras impaciencias y nuestras ilusiones nos á la profanación^ del sacerdocio, hasta que especies
funestas,
conducen á la tumba del periodismo. —
nacidas en el afán d(3 la competencia, lustros después de la
Luego, para obtener un ejemplar siquiera de un perió- —
disolución de Colombia, arrojaron á los periodistas por una
dicc) publicado (juince años atrás, es necesario contar con incon- senda de difamación y de vituperios incalificables. El pro-
venientes casi .Aempre insuperables: nuestros furores fratrici- ceso doloroso de la calumnia, de la diatriba
y del insulto
das arrastran en el vértigo de su c(51era quedó abierto y ya no hubo fueros inviolables adonde no
y de sus pasiones
todo cuanto pueda causar siquiera pena momentánea al ad- llegara la con pujos de poder. A menos vino la
intrusión
versario de un día, y así, se incineran archivos, se destru- e.stabilidad de las buenas instituciones, el lujoso concepto
yen bibliotecas, se violan todos los fueros, .se atacan todos histórico de la patria triunfante, el nombre republicano
y la
Us derechos,-excusándose con el que en Derecho Comstitu- reverencia y el acatamiento á la ley.
cional se llama de rebelión ;
se recorre en pocos días toda Las abstracciones se disijiaron al fragor de aquella tem-
la escala delictuo.sa, á cau.sa de la racha de criminalidad pestad de dicterios é imputaciones es(',am la losas. Siguió larga
que arrojan sobre los pueblos esos esfuerzos de la evolución. marcha el desbarajuste, ha,sta contaminar á buena parte de
Sería, pues, obra de meses,
y obra exclusiva, reunir una juventud excitada e irreflexiva, cpre e.sgrimió terribles
todos los datos indispensables á una tarea de este género. armas en sangrientos duelos.
Sin embargo, mi deber está cumjilido: á tiempo exigí todos Hasta allí el resultado de la primera irreverencia, de la
aquellos datos y si no los poseo, causas de que no es res )onsa-
;
primera licencia iiTespetuo.sa.
2
ble ninguno de entre nosotros, lo han impedido. Ante un triunfo abrumador é indiscutible, ante el ani-
Es ocasión, empero, jxira consignar categói’icamente que quilamiento de un gran partido, ya no se encontró objeto á
cualquiera omisión ({ue se note en el Informe, es independiente la prensa, distinto de la burla cobarde á la impotencia
del
de mezquinos intereses de bandería y sectarismo, no ocasionada vencimiento, de la ironía amarga á las protestas del honor
por cálculos miserables de exclusivismos más miserables aún, ni ultrajado, que desde las tristezas del infortunio salía á veces
á
efectuada á propósito do hacer silencio reclamar sus jirerrogativas.
y sombras para que
se oigan y brillen figurillas fosforescentes en un escenario de Y se encontró una brecha fuera de peligro, una lejana
Polichinelas. exjilanada en el combate por la vida, recurriendo á todas
las mas inesjieradas claudicaciones Por dicha, de esas
lizas nació el entusiasmo de las nuevas inteligencias
y ya
POR ELOY G. GONZALEZ cxv

la prensa presentó espectáculo enardecedor y espléndido en primeras armas los pujantes luchadores de I88<i. Sobre .sus
poder de esos fogosos tem[)eramentos de las generaciones producciones soj)laba todavía aliento del nsado, pero suaví-
]

nuevas: altivos y valientes luchadores dominaron el palen- simo y débil ya, á propósito j)ara desapai'ecei’, como aconte-
que y rasga el cielo y atruena los aires, en la historia in- ció tras los enardecimientos de las luchas políticas.
;

telectual y política de la América hispana, el relámpago de La evolución .se operó, trayendo á nuestra vida literaria
las batallas, la vocería de las victorias de esa juventud ar- virtualidades j)oderosas los ¡)rimeros revolucionarios asusta-
:

dorosa y grande, inspiradora de la patria, y honra y prez ron con la osadía de sus producciones y los coiáfeos del
del continente. romanticismo, inadvertidos por projfia cul[>a de lo que }»asa-
Así fue en lo relativo al periodismo de largas épocas de ba fuera de las academias y de los claustros, salieron en de-
dominación de determinadas fracciones políticas. Pero en fensa y rescate de sus ideas queridas, trajeadas .severa-
medio de ellas, la vieja patria, siem[)re noble y siempre mente.
gloriosa, tuvo digna representación en la prensa de hijos El primer ¡aiso se había dado y era incontenible (d pro-
beneméritos. Han ¡)odido los triunfos de banderías determi- greso; reducidos á sus bastiones, los viejos legionarios atis-
nar caracteres no satisfactorios á nuestros anales, durante baban brechas })ara sorprender la obra y los esfuerzos de
algún tiempo; pero cuando tal ha sucedido, el nombre in- las generaciones contemporáneas.
tocado de la madre augu.sta y el brillo de su historia han Aprovechó la última en Venezuela uno de los más há-
sido guardados cuidado.samente en periódicos que serón ho- biles y expertos pero el adversario tanto tiemi )0 atacado y
;

nor de la tierra venezolana. Hombres del [)artido que gober- sometido, no toleró ya más las imposiciones de una })otestad
nó la República á raíz de su separación de Cobutibia y per- largos días desautorizada é inútil.
s'jnalidades del partido luchador en cinco años de fratricidas
III
furores, coirservadores y liberales, han puesto siem]>re á un
lado domésticas rencillas y ju’eocupaciones accidentales, cuan- PERIODISMO CIENTIFICO
tas veces se ha tratado de dejar consignadas en las páginas
Todos los progresos científicos han llegado al retiro de
del continente nuestras glorias y el nombre de nuestros her-
nuestros hombres de estudio; los han seguido y los han apli-
manos ilustres. Eminente José María Vargas; grandes pa-
cado pero ])ocas veces, fuera de la cátedra, han tenido la
triotas Santos Michelena, Estanislao Rendón y cien más; ;

debida difusión.
heroicos en todo tiempo José Antonio Páez, Juan Crisósto-
Las atenciones de nuestra agitada vida política han ab-
mo Falcón y tantos otros, la pren.sa, cuando de esas glorias sorbido todas las otras y á excepción de la juventud uni-
se ha ocupado, ha sabido respetar el tabernáculo que las
versitaria, de los ¡rrofesores y de un determinado número
guarda, ha tejido la corona de su apoteosis y perpetuado su
de miembros de las facultades, el periodismo científico no
memoria.
cuenta con otro apoyo público, por la idea [)reconcebida de
Y cuando el des[)ecbo individual y los odios mezqui- que es inaccesible á los lectores profanos. Agrégase á esto,
nos han profanado el arca del honor nacional, los patriotas
la propaganda de exclusiva secta religiosa, cjue influye po-
de la prensa y de la cátedra, sin distinción de colores, pro-
derosamente en las conciencias débiles para ju'evenii- y de-
te.stan contra el ultraje y castigan la i'^reverencia
tener á su vez la influencia de las nuevas ideas el culto :

II de los abuelos, que vence con su impasibilidad de momia


la religión de los cjue van resueltamente por el rumbo de
PERIODISMO J.ITERARIO
otros ideales.
La literatura figuraron en todas la jiortadas
las ciencias De ahí defectos de nuestra educación
los de ahí que
y ;

de nue.stros periódicos pero ellas se limitaron á .sinqiles in- hayan tenido que ser tan rabiosos, á veces impíos, nuestros
;

serciones de trabajos extranjeros y reproducciones de los po- esfuerzos por vencer y subir; de ahí esas vaciedades que
cos nuestros en ambos sentidos. forman el tema de nuestras tertulias; e.si literatura de de-
En el promedio de algunas épocas de normalidad, en licadas florecillas y de mariposas y nubes y celajes; las gran-
Caracas, Valencia, Maracaibo ó Ciudad Bolívar, se consti- des dificultades con que se tropieza en el camino de la vida
tuían sociedades literarias que tuvieron órganos quincenales nacional: las pocas ajititudes para el lujoso y fecundo ejer-
ó mensuales en los que se publicaban las producciones de cicio de las funciones públicas Hasta hace jiocos años
sus S(icios: principios de un movimiento que no tuvo efica- se temió que el escalpelo profanara la obra de la divini-
cia sino en años posteriores, cuando fue el elemento joven á dad
formar en aquellas asociaciones.
Desde luégo, la escuela literaria reinante no era tan
fecunda ni tan alentadora para dar estímulo y ocasión al Tercera parte
genio. El romanticismo caballen»,so é hidalgo, pue.sto en ma-
nos de las personalidades más distinguidas de las letras en
Venezuela, no produjo más de lo que había dado en Europa; PERIODICOS DE VENEZUELA
y acaso menos, dados nuestro carácter, nuestras costumbres y
nuestro género de vida. Va á continuación la lista, naturalmente incompleta, de
Nuevas ideas germinaban en los cerebros del Viejo Mun- acaso servirá para em-
nue.stros princi[)ales periódicos. Ella
do; la reacción de estos tiempos se preparaba y era la í^ran- prender, con más calma y vagar, la estadística de la pren
cia el Soldado de Dios una vez más, el abanderado de la sa venezolana.
revolución. Hasta nosotros llegaban, con el prestigio simpá- Véa.se en ella si es cierto que cuenta con abrumadora
tico de las grandezas que fueron, los nombres gloriosos de mayoría y obra fecunda la juventud, en la historia intelec-
los últimos repre.sentantes de la vieja escuela, que ungían tual de Venezuela.
las sociedades trasatlánticas con óleo de ajioteosis
y Dumas, ;
El A. B. C., Caracas, David Lobo, 1878.
Sue y Hugo, fueron inspiración y norma de nuestros inge- La Abeja, Caracas, Simón Montes, 1883.
nios muchos días. La época era propicia el medio social
: La Actualidad, Mérida, Rafael J. Castillo, 1875.
participaba de los caracteres de aristocrática majestad que La Aclamación, Caracas, 188(>.
le diera la perdurabilidad de una autocracia fastuosa Agencia Pumar, Caracas, Carlos Ruinar, 1887.
y pro-
longada. Por ello había de ser ruido.sa la reacción, la victo- Agencia Izaguirre, Valencia, Pedro IzaguirreIzagui-
ria de las tendencias nuevas sobre la augusta tranquilidad rre,1894.
de las viejas doctrinas. El Avisador, Maracaibo, 1894.
Los trabajos emprendidos en Caracas por algunos es- El Agora, Caracas, Cristóbal L. Mendoza, 1894.
tudiantes de la Central, en periódicos y revistas mensua- El Agricultor, Caracas, Manuel María Ecbeandía, 1843.
les casi siempre, renacieron en Valencia con la fundación El Agricultor, Caracas, Eduardo Ca Icaño y Martin J.
-de La Primera Piedra, en que se exhibieron é hicieron sus Sanavria, 1805.
CXVI EL PERIODISMO EN VENEZUELA
El Alba, Pariaguán, Romualdo Gómez, 1883.
El Bien Público, Río Chico, 1887.
El Álbum, Aragua de Barcelona, Rafael T. Camejo, 1887. El Lien Público, Carúpano, Aníbal Dominici, 1878.
El Albimi, Rubio, J. F. Mendoza, 1876.
El Bien, Mitare (Coro), 1891.
El Album, Caracas, Litografía de R. Neun, 1878. Biblioteca del Hogar, Caracas, Evari.sto Fombona,
Album Literario y 1867.
Musical, Caracas, Domingo Santos Ra- El Bolivarense, Caracas, M. A. Silva Gandolphi, 1876.
mos y Agustin Egui, 1854. El Bolivarense, Petare, 1875.
El Aguila, Chivacoa, H. D. Osuna, 1891. El Bolivarense, Ciudad Bolívar, J. M. Ortega, 1880.
ElAgnus, Barquisimeto, Juan Pablo Wohnsiedler, 1887. Boletín del Ministerio de Obras Públicas, Caracas, 1894.
ElAlacrán, Caracas, 1844. Boletin de la Riqueza Territorial, (Ministerio de
El
Alacrán, Ciudad Bolívar, Anónimo, 1878. Fomentol
Caracas, 1891.
E\Alacrán, Trujillo, Samuel D. Maldonado, 1890. Boletm Oficial, Liheritiú (Nútrias), 1870.
La Alianza Patriótica, Ciudad Bolívar, Trifón Landaeta Boletín de Sociedad Farmacéutica de Venezuela, Cara-
la
1889. cas, Vicente Mai’cano, 1883.
La Alondra, Coro, Zoraida, 1885. Boletín Mercantil, Caracas, Pedro Briceño Palacios
El Aldeano, Caracas, 1883. v H.
Fánger, 1885.
La América Llustrada y Pintoresca, Caracas, P. Martel Boletín Biográfico, Mérida, M. Briceño Picón, 1878.
Larruscain, 1889.
El Ancora, Caracas, Juan Bautista Castro, Daniel Viz-
Boletín de la Agencia General, Puerto Cabello, J.
reía Sutil, 1878.
Pi- M
caya y Antonio R. Silva, 1887. Boletín Comercial, Táriba, de la casa mercantil de J.
El Angel Guardián, Caracas, Juan Bautista Castro, AVen- T.
Colmenares, 1894.
ceslao Amitesarove y Daniel Vizcaya, 1881.
Boletín de Noticias, Puerto Cabello.
Anales del Centro Científico Literario d.e Coro, J. L. An- El Buen Sentido, Caracas, Gerónimo E. Blanco, 1862.
dará, 1894.
El Buen Zuliano, Maracaibo, M. T. Pardo, 1878.
Anales de la Junta de Aclimatación
y Perfeccionamiento El Buscapié, Caracas, Miguel Eduardo Pardo, 1892.
Industrial, Caracas, 1894.
Brisas del Orinoco, Ciudad Bolívar, Concepción de Tav-
El Anunciador, Caracas, Telésforo Silva Miranda y Cé- Ihardat, {Rebeca), 1888.
sar Zumeta, 1883.
El Carácter, Caracas, Rafael Terán, Carlos León
El Apureño, Síin Fernando, Manuel M. Betancourt, 1854. y Rafael
M. Carabaño, 1891.
El Aprendiz, Valencia, 1876. La Causa Nacional, Caracas, Eduardo Blanco,
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POR ELOY G. GONZALEZ CXXI

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Un Venezolano, Valencia, Sebastián Casañas y Benjamín Claudio Bruzual Serra. Olimpo Borrero Poveda.
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La Voz de Cojedes, Tinaco, Escolástico Flores, 1888. Francisco E. Bustamante. Manuel M. Bejarano.
El Vigía, La Guaira, Baldomero Rivodó é Isaac Pardo. Nicanor Bolet Peraza. Ramón Barboza.
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Juan B. Calcaño y Paniza. J. R. Camejo.
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El Voto Libre, Coro, Isaac López Fonseca, V. Brigé, h.,
Vicente Coronado. José Isidoro Curiel.
Manuel Montiel, J. M. Capriles, J. D. Cu riel, 1887.
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Enrique M. Castro, (Pro.) Guillermo Tell Carranza.
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Manuel C. Correa. José D. Curiel.
rras, Agustín Aveledo, Angel Rivas Baldwin, Adolfo Ernst,
Sergio B. Caldera. A. Crespo Gutiérrez.
Arístides Rojas, Manuel V. Díaz, Teófilo Rodríguez, Rafael
Ramón C. Curiel. A. Carnevalli Monreal.
Villavicencio, Carlos Rojas, Francisco de Paula Acosta, Jesús
Luis F. Castillo. Manuel Pimentel Coronel.
Muñoz Tébar, Jesús María Martel, 1863.
Pedro Emilio Coll. D. Casañas Burguillos.
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Nicanor Arturo Díaz. Manuel Dagnino.

Cuarta parte Carlos E. Echeverría. José Antonio Espinosa.


Eduardo Ezpelosín. Miguel María Escalante.
Valentín Espinal. Teodosio Estrada.
PERIODISTAS DE VENEZUELA EN 1894 Valentín Espinal H. César Espino.
Rafael Esteves Buroz.
F
Luis E. Agostini. Ju venal Anzola.
!

Manuel María Fernandez, Pedro Fortoult Hurtado.


Delfín Aurelio Aguilera, (D. Jacinto Añez.
(Don Simón.) Gonzalo Fajardo.
Anselmo). Doroteo de Armas.
Tulio Febres Cordero. Juan Ignacio Figueredo.
José María Agudelo. Antonio Aranguren. José María Fernández, h. Carlos B. Figueredo.
Manuel Eudoro Aybar. J. L. Andara.
Manuel Fombona Palacio. E,scolástico Flore.s.
Francisco de Paula Alamo. Luis M. Argotte.
H. Fánger. J. M. Figuera, b.
Juan Manuel Alamo. Uli.ses An.selmi.
Adolfo Frvdensberg.
Domingo Alas. Diógenes A. Arrieta.
Lisandro Acosta. F rancisco de Arredondo. Gt
Teófilo Aldrey Jiménez. Pedro Arismendi Brito. José Gil Fortoult. Carlos F. Grisanti.
Mario Aldrey Jiménez. Pablo J. A rocha. Francisco González Guinán. Abelardo Gorrochotegui.
Rafael E. Albarracín. Francisco Arrillaga Gallego.s. Santiago González Guinán. Argimiro Gabaldón.
CXXII EL PERIODISMO EN VENEZUELA

3ST
Ezequiel María González. I Romualdo Gómez. Manuel E. Narvarte. J. A. Nieto.
Eloy G. González. Eduardo Gárate. Manuel F. Núñez.
F. M. González. '

F. Gómez Ordaz.
.José I. González Narváez. José María Godoy. O
Antonio Guzmán Blanco. Wenceslao García. Francisco ücboa. Pablo A. Ortega.
Luis Ramón Guzmán. Pedro García A. Domingo A. Olavarría. A. L. Olmeta.
Heraclio M. Guardia. Franco Gómez Burcke. Eduardo O’Brien. H. D. 0.suna.
Rómulo M. Guardia. Eladio Grate Calatrava.
Jacinto Gutiérrez-Coll. Pedro M. Grate.
Jacinto R. Pachano. Juan B. Porras.
José A. Gando Bustamante. '

I^uis Tomás García.


José Manuel Gabaldón. R. García González,
León Paz Guerra. Celestino Peraza.
Félix M. García Medina. Alberto González B.
Juan Piñango Ordoñez. Raimundo M. Pérez.
j

Miguel Eduardo Pardo. Antonio Pietri Daudet.


José María Gil. ‘
Emilio Constantino Guerrero.
Lucio Pulido.
ü Carlos Pumar.
Francisco Pimentel, hijo.
Vicente Pesquera Vallenilla.
Octavio Hernández. Gualberto Hernández. R. Parra Pineda. Gonzalo Picón Pebres.
Juan Hernández.
F. Felipe J. Henríquez. Tomás Ignacio Potentini. Eduardo Pepper.
Natalio Hernández. J. J. Hernández. Ismael Pereira Alvarez. Salvador Presas.
Antonio Herrera Toro. Ratael M. Hernández. Emilio Porras. José A. Pérez Calvo.
J. M. Herrera Irigoyen. Juan C. Hernández Nadal.
Luis Pío Herrera. Felipe J. Henríquez.
Domingo Quintero.
R. Hernández Vázquez.

Domingo Santos Ramos. Miguel J. Romero.


Pedro Izaguirre Izaguirre. I
Rodolfo lunes Suárez.
Manuel Revenga. M. V. Romerogarcía.
r Ratael de los Ríos. Luis Razzeti.
Diego Jugo Ramírez. Francisco Jiménez Arráiz. José M. Rivas. Francisco de P. Reyes.
J. M. Jáuregui, [Pro]. Gumersindo Rivas. P. M. Ruiz.
Horacio Reyes. Hermanos Ruíz, (De la Em-
Alejandro Romanace. presa Gnífenherg.)
Santiago Rey Ayala. Fernando Rey Ayala. ^Tctor M. Racamonde.
s
F. de Sales Pérez. L. Silva.
León Lameda. Eduardo López Rivas. .1.

J. Landaeta Llovera. José Mercedes López. M. A. Saluzzo. Simón Soublette.


P. V. López Fontainés. José Ramón López. M. A. Silva Gandolphi. J. M. Seijas García.
Tomás Lander. D. López Fonseca. J. A. Segrestáa.
Ricardo O. Limardo. Carlos León.
Odoardo León Ponte. Salvador N. Llamozas.
S. Teri’ero Atieny.a. L. Torres xCbandero.
H. Luna y Luna. Tritón Landaeta.
!

F. To.sta García. G. Terrero Atienza.


José Ignacio Lares. Ratael Lovera, (Pro.)
Valerio Toledo, h. Ratael Tovar.
Juan A. Lossada P. Eloy Lares S.
M. Lói>ez Baralt. Ratael Linares Bernal. XJ
David Lobo. Antonio B. Linares. Manuel Clemente Urbaneja. '

Amenodoro Urdaneta
Pedro A. Lara. E. Landaeta. Alejandro LTbaneja. Francisco Uzelay.
Lorenzo Matías López. M. de J. Lanza. LuisM. Urbaneja Archelpohl. i

R. López Baralt. Isaac López Fonseca.


Jacinto López. Lorenzo Matías Ló[>ez.
F. Lope Lyón. Laureano Villanueva. Felipe Valderrama.
Ildefonso Vázquez. Pablo A. Vilches.
David Villasmil. Antonio Valero Lara.
José María Manrique. Samuel D. Maldonado. Ratael Villavicencio. Andrés J. Vigas.
Cristóbal L. Mendoza. José Manuel Montenegro. Julián Viso. J. J. Vigas.
Eugenio Méndez Mendoza. J. M. Monasterio Velázquez. G. Tell Villegas Pulido. Antonio Vargas Hícher.
Tomás Micbelena. Andrés A. Mata. Oroncio Valderrama.
Bartolomé Milá de la Roca.
A. Macías del Real.
Juan Macías Inchauspe.
Ramón G.”Marquiz. W
Luis F. Mauquier. Telasco A. Macpherson. Juan P. Wonhsiedler, (Pro.) I

Pedro Montesinos. J. N. P. Monsant. z


J. de J. Montesinos. Carlos S. Madera.
Nicomedes Zuloaga. Víctor A. Zerpa.
José M'.‘ Martel. R. Medina Jiménez.
César Zumeta. Luis Zagarzazu.
Pedro Martel Larruscáin. José del C. Manzanares.
Segundo A. Mendoza. J.Abel Montilla.
José E. Mendoza. Fernando Mendoza.
Francisco J. Machado. A. J. Mata Medina. En el Indice Altabético figuran periodistas de este año
Carlos L. Marín. J. Mármol Herrera. cuyos nombres he recibido después determinada la lista an-
terior.
Tomás Mármol. Pedro Vicente Mijares,
Lorenzo J. Mendible. Vicente Moreno. II
Gerónimo Maldonado, hijo. M. A. Matute. PIU M EK A S I M l'K EX T A
Antonio L. Mendoza, (Pro.) Miguel Machado.
L. M. Monasterio. Julio Mayodón. De la Recopiladón del general Landaeta Rosales, tomo
Julián T. Maza. Belisario Moneada. los siguientes datos, relativos á la introducción de la im-
Eladio Méndez. prenta á varias poblaciones de Venezuela.
Trascribo aquellas anotaciones, colocando por orden alta-
POR ELOY G. GONZALEZ CXXIIl

hético los nombres de las ciudades, seguidos de la fecha de in-


s
troducción y del nombre del introductor. San Antonio, 1861, Manuel María Merchán.
A. San Carlos, 1856, doctor Guillermo Tell Villegas, (.siendo
Gobernador.)
Acarigua, 1884, doctor José Ignacio Ponte. San Cristóbal, 1844, Domingo Guzmán.
Altagracia de Orituco, 1882, varios accionistas.
San Felipe, 1875, Gobierno del Yaracuy.
Aragua de Barcelona, 187(3, doctor César Esj)ino. San Fernando, 1854, Manuel M®! Bermúdez.
Asunción, 1856, el Gobierno Provisorio de Margarita.
B T
Táriba, 1874, El Instituto Dramático.
Barcelona, 1835, el Partido Reformista.
Tinaco, 1889, Manuel María y Rafael Méndez Figue-
Barinas, 1829, el Gobierno Provisorio de la Provincia.
redo.
Barquisimeto, 1833, Pablo M. Unda.
Tocuyo, 1873, Hermanos Colmenares.
Baúl, 1850, el Gobierno Nacional.
Tovar, 1885, Ilarael Salas.
c Trujillo, 1864, J. B. Carrillo Guerra.
Caracas, 1808, Mateo Gallagher y Jaime Lamb, (Ale- XJ
manes.)
Upata, 1858, Pedro Cova, hijo.
Carora, 1875, José Mármol Herrera.
Urachiche, 1866, general Jacinto Anzola.
Carúpano, 1854, Basilio Agreda.
Cabudare, 1865, Gobierno del Estado Barquisimeto.
Caicara, 1879, el Gobierno Nacional. Valencia, 1811, Bailío, (Sucursal de Caracas.)
Capatárida, 1884, id. id. Valera, 1872, Vicente Briceño Briceño.
Calabozo, 1856, doctor José Lorenzo Llamozas. La Vela, 1883, J. B. G. Cornet.
Callao, 1884, J. Francisco, Gómez Burke. ATctoria, 1848, Diego Hurtado.
Cumaná, 1812, Manuel Kivas.
Coro, 1842, varios accionistas.
Ciudad Bolívar, 1818, General Simón Bolívar. Yaritagua, 1886, Sociedad Pecuaria “ Fraternidad.”
Ciudad de Cura, 1868, general Miguel Antonio Rojas. z
Chaparro, 1888, doctor Doroteo de Armas.
Zaraza, 1881, Luis María Aguirre.
E
Escuque, 1888, Club Bolivarense.
C3-
APENDICE
Guaira, 1845, Baldomero Rivodó é Isaac Pardo.
Guanare, 1830, Teresio González.
Guasipati, 1876, Pedro Coll Pérez. Fuerza en esta ocasión dejar consignado un homena-
e.s

Gibraltar, 1881, el Gobierno del Zulia. je cariñoso á memoria de nuestros beneméritos jóvenes
la
muertos, que se distinguieron en cruzadas redentoras contra
E todo lo que en Venezuela ultrajó el nombre ilustre que ilus-
Libertad de Zamora, 1870, Gobierno de Zamorita. tres progenitores nos dejaron, las esperanzas nacientes que
Lovatera, 1873, Gabriel Gómez, (Pro.) brotaron al empuje de la épica bravura de aquellos lidia-
dores, las promesas de ventura que el porvenir guardára
á Paüi.o Emilio Romero, el inspirado Paolo, inteligencia múl-
Maracaibo, 1821, general Lino de Clemente. ti})le, soldado atento al reclamo de nue.stras generosas luchas,
Maturín, 1870, doctor P. P. del Castillo é hijos. modesto ciudadano que la muerte arrebatára á la Patria
Mérida, 1845, Francisco Uzcátegui. en hora impía: á Luis López Méxdez y á Guillermo Mo-
O ríales, tan ingénuamente enamorados de la República y de
la Democracia: á Lucio Villeg.as Pulido, Telésforo Sil-
Obispos, 1885, el Consejo Municipal.
va Miranda y Luís Correa Flinter, de los primeros en
Ortíz, 1874, Gobierno del Guárico.
pisar audaces el palenque de la Revolución á Sebastián
Ospino, 1871, general Manuel Herrera. :

Alfredo Robles y Carlos Fernandez, los })oetas de la


E musa triste, que lloraron su muerte por lo que amaban á
Petare, 1875, Gobierno Nacional. la Patria: á Manuel Marquiz, el adolescente luchador, el
Píritu de Barcelona, 1878, José Félix Rivas. redactor inolvidable de La GuiUofma: á Rafael Arráiz, siem-
Píritu de Falcón, 1882, Gobierno Nacional. pre celoso de la integridad de sus convicciones republicanas,
Puerto Cabello, 1826, N. Permañel. por sobre los halagos del oro y las amenazas pavorosas del
sacrificio! y á esos dos corazones })uros, á e.sas dos gran-
des almas que contuvieron los afectos de la juventud lucha-
Quíbor, 1879, varios ciudadanos. dora, esas dos grandes inteligencias (pie supieron alentar á las
intelijencias nuevas: Aristides Ro.ias y Juan Antonio Pé-
B,
rez Bonalde!
Río Caribe, 1886, Sociedad “ Asilo de las Virtudes.”
Río Chico, 1887, Gobierno Nacional.
Rubio, 1876, doctor J. F. Mendoza y otros.
OJEADA AL PERIODISMO POLITICO
LUIS le. CS-UZLC^IT

LUIS R. GUZMÁN

ia08 -A. 1830 del maravilloso invento de Guttenberg se multiplica la


actividad del pensamiento y se hace solidaria con todas
las transformaciones efectuadas.
La literatura en América está de tal modo enlazada Antes de aquella época nada es capaz de dar idea de

á los sucesos políticos dice un escrito de don José María la intelectualidad de la nación, de su vigor fecundo, del


Vergara y Vergara que no se puede seguir la marcha
de aquella sin buscar la causa en éstos. La política de-
poderío que había cobrado en el silencio de los claustros ó
en el retiro de los gabinetes de estudio.
cide en estos países aun de las escuelas literarias, por más La ilustración fue casi un crimen, Carlos IV la pro-
extraño que parezca; y las relaciones internacionales que híbe aun en aquellas materias más apartadas, por su ari-
hemos tenido con los pueblos de Europa, de i8io hasta dez, de las sugestiones del entusiasmo. “ No conviene
la fecha, han ido marcando distintas faces á las letras, que se ilustre á los americanos,” es su frase; y si antes
por la imitación de los autores de la nación con quien se de pronunciarla había formado el código de los gobernan-
han estrechado relaciones, inspiradas en un principio por tes españoles, des[)ués sirvió para que se redoblasen los
necesidades políticas. esfuerzos en proscribir la ilustración.
Y el sabio Humboldt, al ocuparse de la introducción La Real Audiencia de Venezuela constituida en Tri-
de la imprenta en Venezuela llega á asignar á aquella tan bunal para el juicio de los revolucionarios de 1797, anota
decisiva influencia en la vida de los pueblos, que con- entre las causas de la rebelión: ‘‘la inevitable introduc-
sidera suceso extraordinario que su establecimiento no se- ción de papeles de las islas extranjeras y del viejo con-
ñale el proceso de una revolución trascendental. tinente, á pesar de la activa vigilancia de las autorida-
Ambas afirmaciones se encuentran confirmadas en nues- des.” Antes, en los espasmos de su celo, el Supremo Consejo
tra historia, desde 1808 hasta la fecha, en que á favor de Indias ordena al Capitán General de Venezuela que

17
CXXVI OJEADA AL PERIODISMO POLITICO
recoja todos los libros
y papeles que hayan entrado al país;
que se apodere hasta de la correspondencia p-do-
ta puede ser reveladora de planes
privada si és-
contra el sosiego v
mwóT/irLcST’™
obediencia de las colonias; revoluciones no se fomentan con la
y el confesionario v el clero rl^i sola razón
del periodismo. Vocero augusto de los
constituyen delatores para favorecer pueblos, expositor
esos designios. de sus dolores, jirecipita ó contiene
L1 secreto sorprendido, en el recogimiento las
las madres, á las esposas, á los hijos,
de la fe, á gún la expansión que se le dé. En el revoluciones se-
se convierte en arma esclavo amórda-
poderosa contra sus más cercanos deudos.
lación se hace virtud, el pecado de
La horrible de- láLlÜ
\ mientas,
á
y si esto acontece con el hombre, cuánto ma-
explosiones
Judas forma méritos, tremendo el silencio de una sociedad
y la armonía de las familias, resentida con el grosero ^ esclavi-
ul- periodismo, la insurrección de Panaquire
traje del registro, alienta los propósitos de pasa
reacción. de la forma del reclamo al de
Profundizando los motivos de aquella saña,
las avalanchas populares-
exami- sin periodismo, la revolución
nando con imparcial con
criterio,
la fría serenidad que
de Cual y de España po-
ne en conmoción la sociedad; con
da el alejamiento, los sucesos el periodismo de los
y la época, puede llegar á primeros anos de la patria, son menester
concebirse que los procedimientos no fueran
otros.
más de dos lus-
tros para asegurar la
^’bre es correlativa del Estado libre. independencia. Digámoslo franca-

Una mente, para advertencia de los
sociedad sin libertades es imposible que
disfrute de
gobernantes recelosos: el
primera y más preciada libertad de las sociedades
la campo natural de la pren.sa no es el déla
autóno- revolución en
e\ sentido técnico de la
mas; de la que las resume todas, defendiéndolas; frase, sino el de
de la la evolución
que representa, al propio_ tiempo que inalienables meesante, que con_ ella ó sin ella se
verifica fatalmente.
derechos Retardar su aparición en los pueblos, es
del hombre, su amplia jurisdicción para querer vivir en-
ejercerlos. ganado respecto de los sentimientos que
Para nadie está oculto cuál fue el régimen de aquellos abnVuen
la Co- Error funesto en que incurrieron, hasta
lonia, notoriamente incompatible con el reconocimiento 1S08, los <?ober-
iiantes españoles. Cuán tardía, para esta época, la pro-
de ^sos derechos. Lamentablemente oscurantista ¡

pre- tección que prestan á la imprenta


tendió hacer un feudo de la América, cerrado
á todo co-
! Los libros y pie-
les clandestinamente introducidos habían abierto ya los
mercio exterior, pero no pudo impedir la alada
invasión OJOS a horizontes más dilatados que
de las ideas. El cordón sanitario estaba tendido desde el la obediencia v el
trabajo; que el deber sin derechos;
Paraguay hasta Méjico. Que nadie entre que la sumisión ab-
¡ Que nadie
!
¡ soluta, so pena de recibir azotes,
penetre en estos dominios Inútil previsión ó arrastrar cadenas ó
!
El enemi- morir en el patíbulo. El mismo carácter oficial que ve-
!

go había tomado asiento tiempo hacía de los más


conno- nia a tener el primer periódico,
tados hogares; tascaba el freno; resultaba contraproducente
y en su negra noche de por su tardanza. El Generalísimo
infortunios cavilaba, incesante, buscando en Miranda, precursor en
lo ignoto la todo, se habla pticipado á sus
razón de su miseria. El enemigo había penetrado contrarios. El hombre-
en es- idea, providencialmente predestinado
tos dominios con la sangre, para simbolizar en
y el temperamento, y el ca- ambos mundos la libertad universal, había unido,
rácter de sus conquistadores; se había quedado, al acer-
sobre las carse a nuestras costas, á la acción
rumas del grande hogar indígena, al asecho; lejos de
eficiente de la espa-
ser aniquilado con el orden de la nueva
y cia, Ja de^ la persuación
por medio de la imprenta.
sociedad, forta-
lecióse con sus leyes. A qué el recelo sin El Generalísimo Miranda merecía bien
tregua; á qué de la patria
el tormento; á qué las deportaciones por este sólo hecho: por haber contribuido
y el cadalso? No ha- convicción en favor de la prensa; por
á establecer la
bía de venir de fuera la chispa que prendiera haber armado la
el montón
revolucionario pronto á arder. La constitución República con ese poder sin igual en las
social lo ^ sociedades mo-
había formado; y á poder de la mayor ilustración dernas, que asi como enfrena los
del despotismos del error
pueblo sena incontenible en sus efectos. De aquí y tiene premios para todas las virtudes, ni aun cuando
el em-
peño en impedir que ella se propagase á todas las se envilece
clases-
y prostituye deja de servir á la verdad.
que se forniara^la razón popular; empeño reagravado La imprenta por él traída vino á parar á
en Venezue-
los postieros años del siglo i8, con la
tendencia revolu-
m por singulares disposiciones del acaso;
con ella se fun-
cionaria que batía los baluartes de todas las do el primer periódico de ella son sustraídos los tipos
vieias so- ;

ciedades. que multiplican las proclamp


y los papeles incendiarios de
Especialmente en lo que se refiere á este punto, 1014; ella, en^ fin, al servicio de revolucionarios
Ve- y realis-
nezuela fue la huérfana del Continente. La tas, condensará las opiniones
imprenta ha- y formará la opinión ^ inde-
bía penetrado ya en los demás países, cuando pendiente.
aquí se
recrudecen las suspicacias En
octubre de 1808 aparece la Gaceta de
y los temores, las persecucio- Caracas.
nes contra ella. Cierto que su introducción se había efec- “ Curiosa por demás—
dice don Arístides Rojas— es la
tuado, amparada por las autoridades, en
épocas tranqui- historia de esta Gaceta desde 1810 en
que se da el o-rito
las, cuando aún la Rev^olución Francesa
no había desatado rev'olucionario, hasta 1821 en que las tropas
las lenguas y hecho crujir el periodismo españolas de-
con el verbo de jan Ja capital, después de una honrosa
las nuevas doctrinas; pero cierto también capitulación. Apa-
que la extrema rece el 24 de octubre de 1808
vigilancia y los rigores de 1787 y continúa sin interrup-
á 1808 sólo implican ción hasta el 19 de abril de 1810.
inexcusable ceguedad. Entre los factores de la Establécese el nuevo
Revolu- Gobierno el siguiente día
ción que palpitaba en los ánimos, la prensa y la Gaceta reaparece en su
no era más segunda época para continuar sin interrupción
que uno. Suprimiéndola á ella, estableciendo el secues- hasta la
capitulación de Miranda, á fines de julio
Vo para sus productos, no quedaban suprimidos los otros de 1812. Mon-
teverde entra en Caracas en julio
En pie los singulares monopolios, los privilegios á com- 30 y la Gaceta reapa-
rece en su tercera época el 4 de octubre, para continuar
pañías explotadoras, la falta de personalidad en hasta mediados de 1813.
los natu- El 7 de agosto de este año en-
rales para ocujrar los puestos públicos,
el continuo traba- tra Jiolivar en Caracas,
jar como parias para pagar^ situados á la Península y la Gaceta reaparece en su cuar-
y man- tea época el 26 del niismo_ mes. Más tarde Bolívar aban-
tener funcionarios ultramarinos; en pie los dona a Caracas, en
abusos, deque
la primera víctima era España, con la 7 de julio de 1814, entra en ella Bo-
información arti- ws, el 16, y el primero de febrero de
ficiosa de los gobernantes que elegía, 1815 reaparece la
la Revolución mar- Gciceta en su quinta época, para continuar
chaba por si misma sin necesidad de extrañas sin interrun-
andaderas. cion hasta 1821.’’ ^
La prensa quizas habría servido para dirigir por otros
rumbos el curso de los acontecimientos, por la discusión ^
Agreguemos que todavía después de esta fecha tornó
a reaparecer la Gaceta, pero que tales
franca de los medios de curación de aquel habían sido sus
estado. ¿ No últimos seis anos de existencia, que no
la patrocinan
y utilizan los gobernantes de 1808 jiara dar hubo quien se
encargara de la empresa, sino acabando con el título del
noticias favorables al sistema de las colonias
? No es esto periódico. “Centón insípido de mentiras é injurias” es el
POR LUIS R. GUZMAN CXXVII

calificativo que merece de los historiadores Baralt y Díaz. ter desmentir calumnias; y cuando iudei)endizado el terri-
Otras consideraciones nos sujiere. torio, pero aún convulso, .sólo resten diferencias entre
Los editores Gallagher y Lamb, no son los respon- hermanos y celo por la patria. El Correo del Orinoco y
sables de esa volubilidad de la Gaceta en sus trece años El V^enezolano^ El Iris^ El Colombiano y la Gaceta del
de accidentada existencia, pero sí los primeros que nos Gobierno llenarán á cabal idad sus funciones, hasta cerrar
suministran el ejemplo del comercio de las letras con cual- este período de veinte años, del que ofuscan, por igual
quiera que pague sus elogios. Arrimados al Gobierno es- manera, el centellear de los discursos y la fulguración de
pañol, la editan desde 1808 hasta 1810; con los republi- los aceros.
canos hasta 1812; con Monteverde hasta 1813; pero al
aparecimiento de Bolívar, en agosto de este año, desapare-
cen de la escena. Otros les sustituyen, pero sus nombres
no importan al objeto de esta relación. Lo que sí im-
1830 ^ 1870
porta, para significar la influencia que el periódico llegó
á tener en la opinión, es recordar los nombres de sus Desde la iniciación de la Revolución en 1810 el ideal
redactores, de los patricios Sanz, Roscio, Muñoz Tébar, de los patriotas fue: autonomia de la nación, autonomía
Salia.s, García de Sena, los Paúl; el del irlandés Guiller- de las provincias, autonomía del ciudadano.
mo Burke, que tanta efervescencia levantó con sus es- Autonomía de la nación con el arreglo del Gobier-
critos sobre tolerancia religiosa; y el nombre de José Do- no, de la Administración que ella quisiera darse.
mingo Díaz, desertor de la Revolución, y enemigo de Autonomía de las provincias con la federación de las
ella, y de los republicanos, y de Bolívar, desde 1814. representadas en el Constituyente de i8xi y de las que se
Como muy bien afirma el doctor Rojas: “ entre las di- le agregasen.
versas publicaciones salidas durante el tiempo de la Re- Autonomía del ciudadano con el reconocimiento de to-
volución, la Gaceta de Caracas puede considerarse como el dos sus derechos.
mosaico tipográfico más curioso.” Periódico que asiste á El estatuto de 1811 es notable á este respecto: “nin-
los albores de la Revolución y á su triunfo en Carabo- guno debe ser acusado, preso ni detenido sino en los ca-
bo; que refleja, en las alternativas de una lucha sin cuar- sos determinados por la ley; todo acto ejercido sin las
tel, el pensamiento y las preocupaciones y los prejuicios formalidades de la ley es arbitrario y tiránico; el ma-
del Gobierno capitaleño; combatiente y combatido; con gistrado que decrete y haga ejecutar actos arbitrarios, se-
serenidades de oásis, cuando ponen la voz en sus colum- rá castigado con la severidad de la ley; la ley debe pro-
nas los filósofos del 19 de abril y del 5 de julio; con tejer la libertad pública ó individual contra la opresión
increibles acometidas rabiosas, cuando José Domingo Díaz
y tiranía; todo ciudadano deberá ser tenido por inocente,
le sopla sus odios; la Gaceta de Caracas es la encarna- mientras no se le declare culpable; si se cree indispen-
ción de las animosidades de la época y el contendor osa- sable asegurar su persona, todo rigor que no sea necesa-
do en la brega establecida entre el principio nuevo, razo- rio para ello debe ser reprimido por la ley; ninguno de-
nador y analítico, y el principio viejo, iracundo y bam- be ser juzgado ni castigado sino después de haber sido
boleante. oído legalmente, y en virtud de una ley promulgada an-
Notable contraste entre los representantes de las dos terior al delito; la ley que castigue delitos cometidos an-
opuestas tendencias; Díaz confiesa que para mantener la tes que ella exista, será tiránica; el efecto retroactivo da-
lucha mutila, desfigura é inventa, todo con el objeto de do á la ley, es un crimen; la ley no debe decretar sino
hacer daño á la Revolución j á sus hombres; Bolívar penas necesarias y estas deben ser proporcionadas al de-
elige, para contrapesar á aquel obsecado, enloquecido por lito y útiles á la sociedad; todo ciudadano tiene derecho
las derrotas de la causa que defiende, á los hombres más á adquirir propiedades y á disponer de ellas á su arbi-
virtuosos y sabios, á Zea, á Roscio, á José Luis Ramos, trio; ninguno puede ser privado de la menor porción de
“el hábil humanista caraqueño, cuyo único defecto era su propiedad sin su consentimiento, sino cuando la ne-
una modestia excesiva.” cesidad pública lo exija y bajo una justa compensación;
La Revolución se vá á los campamentos; sufrirá re- ningún género de trabajo, de cultura, de industria ó co-
veses; ganará batallas; triunfará en toda la línea. Pero mercio, puede ser prohibido á los ciudadanos; la libertad
antes, y en tanto que su triunfo no sea definitivo, pon- de reclamar sus derechos ante los depositarios de la pú-
drá las bases de su derecho á la República blica autoridad en ningún caso puede ser impedida ni li-
y justificará
la resistencia. Para ello el auxilio del periodismo; y el mitada; el derecho de manifestar sus pensamientos
periodismo nace, se desarrolla y multiplica, valiente se- y opi-
y niones por voz de la imprenta debe ser libre, haciéndose
reno, con transiciones de reposo y con mayores osadías responsable á la ley si en ellos se trata de perturbar
la
mientras mayor es el peligro. tranquilidad pública ó el dogma, la propiedad
y honor del
¿ Se trata de convencer, de fijar rumbos, de ganar adep- ciudadano.”
tos al partido revolucionario puesto en zozobra por la ig- Esta última libertad es aún más definida por una ley
norancia de los pueblos ? ¿ Se discute la forma de Gobier- especial del Congreso: “ todos los cuerpos
no; se preveen los obstáculos; se hace un llamamiento y personas par-
ticulares de cualquier condición estado que sean, tienen
al patriotismo?
y
Pues allí la prensa de 1811: la Gaceta la libertad de escribir, imprimir
de Caracas^ El Mercurio Venezolano^ El Semanario de Ca- y publicar sus ideas po-
liticas y demas no aceptadas, sin necesidad de
licencia, re-
racas^ El Publicista^ donde los mejores ingenios
y las más visión y aprobación alguna anteriores á la publicación.”
fuertes plumas colaboran al intento de los Libertadores. De ese modo entendían la libertad los legisladores
¿ Llegó el momento del fusil, del azar por los cam- de 1811; y del modo como la respetaban,
bastará á indicar-
pos, de las emigraciones en masa, de presentar el pecho lo un solo hecho.
á la pelea,^ de arriesgar las cabezas con el heroico reto En 1808 la Gaceta de Caracas “ dá al público la se-
de guerra a muerte ? Pues allí las hojas fugaces
y can- guridad de que nada saldrá de la prensa sin la previa ins-
dentes, estimulantes del valor, que pondrán cólera en las pección de las
personas que al efecto comisione el Gobierno
venas y entusiasmo en la acción. De nada han de valer
y que de consiguiente en nada de cuanto se publique se
contra ellas las ordenes de Boves, exigiendo que con el hallará la menor cosa ofensiva á la Santa Religión
último suplicio se pene á los que resistan entregarlas. Católi-
ca, á las leyes que gobiernan el país, á las
De nada buenas costum-
! Porque ya los muertos no se cuentan ni in- bres, 111 que pueda turbar el
reposo ó dañar la reputación
funden temor las amenazas; porque el suelo todo es un de ningún individuo;” en 1811, en poder ya esa
osario, campo sangriento de realistas, Gaceta
y de republicanos que de los hombres de la Revolución, admite los escritos de
perecen legando el modelo de su arrojo
y bendiciendo la Burke, que promueven la discusión religiosa.
República. Esta anticipación al criterio de la época, dio orio-en
Y así, cuando en días más propicios .sólo sea menes- entonces después á encontrados
y comentarios.
CXXVIII OJEADA AL PERIODISMO POLITICO
“El Congreso compuesto en lo general dice
estaba — encontramos la razón de los males que hayan podido sufrir
una autorizada opinión — de
los hombres más distinguidos desde la independencia hasta ahora, en la generosa inten-
de las provincias libres, por su saber
y su posición social. ción de los legisladores de dotar á estos pueblos con leyes
Algunos de sus miembros estaban adornados de conoci- liberales y sabias, con el sistema de Gobierno más adelan-
mientos teóricos en materias de gobierno, pero carecían tado y humano. Achaques han sido de leyes impreternii-
de los prácticos y positivos sobre la organización que de- tibles de progreso, de ninguna manera imputables á
bía darse al gobierno de los pueblos que representaban, los
que nos dieron libertad; y si bien se observa que no le-
teniendo en consideración sus costumbres, sus hábitos gislaron para su época, que quizás no legislaban para la
y
preocupaciones. Estos elementos para nada se traían á cuen- actual, motivos son estos para que se les bendiga
ta en aquella época y proclame
y sólo se trataba de plantear los sis- á ma5'or altura de la que están, reconociendo el excelso
temas que parecían más bellos á los corifeos de la Revo- valor del beneficio.
lución. He aquí, en nuestra humilde opinión, la fuente
Dos formas únicas tiene el progreso de los pueblos:
de los errores capitales que cometiera el Congreso de Ve- la una pausada y lenta; la otra precipitada
nezuela, y el origen fecundo de los males que han sufrido y revolucio-
naria. ¿A cuál de ellas podía acogerse una sociedad que
los pueblos de la América antes española, después que
había vivido tres siglos sin saber que vivía sino por la
se separaron de la madre patria.” falta de derechos, de representación, de libertad; que al
De tomar en consideración las costumbres, los hábi- nacer a la vida del comido, del parlamento
tos y preocupaciones del pueblo venezolano de comienzos y déla pren-
de este siglo, no se habría efectuado la emancipación.
sa, se sintió vigorosa
y madura para acometer grandes em-
presas; para borrar 'de su frente la marca del vasallaje;
Ella fue impuesta por la clase ilustrada, inteligente, selec- para rehabilitar el honor de la raza; para alejar la posibi-
ta; por una minoría contra la mayoría; por un puñado de
lidad de una reincidencia?
hombres de espíritu resuelto, á ese mismo pueblo que co- El trueno de los combates supedita transitoriamente
rría desbocado en los escuadrones de El Taita, de Boves; los efectos de la Constitución de 1811, pero no puede ava-
en los regimientos de Antoñanzas, de Zuazola
y Rósete, sallar sus previsiones.De éstas hace fuerza el periodismo
para ahogar la Revolución sembrando exterminio hasta para conquistarle opinión á la Revolución; para asomar
en las poblaciones indefensas; ella fue impuesta á los es- las primeras reformas racionales; para reclamar el cum-
clavos contrariando sus instintos de molicie; ella fue im- plimiento del programa revolucionario amenazado con los
puesta á las conciencias sobre las pavorosas ruinas del te- proyectos de una monarquía en Colombia y de gobiernos
rremoto del año 12. de la especie del de la Constitución Boliviana; para im-
Que los legisladores se anticipaban á su época no es pulsar el movimiento separatista; para justificarlo ante el
siquiera discutible; pero no hay nada tan grandioso, tan Libertador; y para llegar, con la Constitución del año 30,
admirablemente edificante, como esa serena majestad de á la plenitud de garantías que en treinta
los patricios colocados sobre el cráter de la Revolución que y cuatro años
más de labor festinada y persistente, completarían el ca-
debía consumirlos y desde allí dictando leyes á la poste- tecismo revolucionario transformando la conciencia na-
ridad y á la Democracia. cional.
En los tiempos modernos sólo un caso igual puede Es el más brillante período del periodismo patrio. El
citarse, de resultados definitivos semejantes; el de la Fran-
único en que se mueve prepotente, titán de cien cabezas,
cia. Allí también son los hombres expertos en el amor á
irradiando á todos los confines su inverecundia v su gran-
la libertad y a la igualdad, pero los inexpertos en el co- deza.
nocimiento de su época, los que empujan la Revolución. Desde La Aurora, periódico del partido reformista,
Para establecer dique infranqueable entre la Revolución predicador de excepcionales privilegios para el militarismo
y la Monarquía, entre el futuro y el pasado, montan la y para el clero, hasta El Reláinpago, que dá lugar á las
guillotina; y á los golpes de esta caen destrozados junto vergüenzas del 9 de febrero, y hasta El Rayo, que hace
con los cuerpos de Luis XVI y su familia, los de sus par- exhortaciones al crimen, al asesinato del Presidente; desde El
ciales y los de los revolucionarios tibios.
¿ Triunfa acaso por Venezolano, de lenguaje mesurado, hasta El Republicano, de
eso la Revolución ? Sobre la inmensa charca de sangre, de formas destempladas y agresivas, y hasta los periodiquitos
cabezas desprendidas del tronco, de miembros mutilados, menudos, abejoneo mordaz é inquieto, todos tuvieron en el
un oscuro oficial de artillería levanta el primer impe- respeto de los gobernantes no sólo el derecho de vivir sino
rio y, nuevo César, pasea sus legiones conquistadoras la impunidad de la licencia.
por todas las naciones de la Europa, sirviendo así, aun- Se peleaba en los montes con el plomo délas balas y
que ^por manera indirecta, á la independencia de Hispano- se realizaban en la ciudad jornadas con el plomo de los
America, a la causa de aquel Girondi 7io— Americano á quien tipos; blandían los militares la espada
rechaza porque “es un demagogo,” y de quien dice, cuando y esgrimían los perio-
distas la pluma. La lucha es tenaz porque hay sinceridad
lo halla inservible para sus planes de conquista, que es en ambos bandos, porque la estrategia no falta, porque
un “ criollo ardoroso, un don Quijote, que corre tras la el valor está repartido por igual entre los pertinaces com-
quimera de la libertad
universal.” A través de los ma- batientes.
res la pujanza de un mismo génesis dá allá opresión, dá Si en los campos de la lucha fratricida se derraman
aquí emancipación los mismos ejemplos, los mismos anhe-
; torrentes de sangre, en el choque de las opiniones é ideas
los de reputación y de gloria inmortalizan una época;
y en expresadas por medio de la imprenta, contados son los
el fondo de aquel desquiciamiento de la sociedad antigua, personajes á quienes el propio miramiento contiene en los
se agita esplendorosa la ascensión del contribuvente de la límites de la abstracción impersonal.
víspera, recargado de sinsabores
y de afanes, á las primeras El solo nombre de algunos periódicos es indicador de
dignidades de la magistratura y la milicia. Ni auu des- sus tendencias: esos que ya nombramos: El Relámpago
virtuada, como lo es, la Revolución queda negada. Los y
El Rayo; y otros como ellos implacables: El Torrente,
ejércitos con que Napoleón trastorna el globo
¿ no son los El Trabuco, Las Avispas, El Vegigatorio, El Diablo As-
que levanto la Convención; los que se nutrieron con sus modeo.
máximas; los que contuvieron al invasor en las fronteras En esta más
alta, pero no exenta de pasiones,
esfera
y llevaron en jaque, hasta el corazón de la Prusia, á las ^
están, cada cual defensa de su credo. La Nueva
en la
potencias coaligadas contra la República? Caídas que no Era y El Liberal, Las Catilinarias y El Patriota, El Lris
registra nuestra historia contienen los anales de aquel
y La Prensa, El Heraldo, El Eederalista y El Indepen-
pueblo; nías siempre sale de ellas victoriosa la República, diente.
y es al tino, al patriotismo de los republicanos franceses ¡Cuántaresponsabilidad y cuánta gloría representan
a los que queda encomendado sanar las heridas de la esos títulos! Cuánta también
está encerrada en la historia
patria. de los gobernantes de entonces! El periodismo llega al
En lo que se refiere á Venezuela y á la América, no desenfreno, porque la autoridad es timorata en la aplica-
POR LUIS R. GUZMAN CXXIX

ción severa de las leyes penales existentes; el general delirio. ¿Quién habría de creer que tras el costoso sacrifi-
Soublette se contenta, á raíz del atentado de febrero, con cio de vidas para pasar del coloniaje á la República, ven-
excitar á los pueblos á la conservación de la paz pública, dría otro horrendo de cinco años para afianzar principios
que tratan de turbar los periodistas. revelados por los constituyentes del año ii; que tras la
Las asonadas de cuartel, los golpes de Estado, las esperanza de haber comprado á tanto precio el sosiego y
insurrecciones, los levantamientos no hallan sanción penal la libertad republicana, sólo quedara una sociedad exan-
alguna cuando el éxito de los círculos les sirve de egida, güe, atacada por la anemia en sus energias de civismo?
aunque para llegar á él hayan atravesado los peldaños de Sin concierto y á zancadas se quiso asegurar la li-
la infidencia, de la traición, del crimen. bertad, y se produjo el caos político: en la administración,
Un relajamiento general conturba la sociedad de ex- el irrespeto á las obligaciones contraídas; en la ley, inno-
tremo á extremo. Tan pronto el delirio de sangre, tan vaciones que se desmienten en la práctica; en el ciuda-
pronto la clemencia hipócrita, para volver nuevamente al dano, el egoísmo; en la colectividad, la indiferencia.
ESCRITORES VENEZOLANOS
1=012/ EL O-ELTEE/^L LT^LTTJEL LA,ITL^ET^ EOS^LES

MANUEL LANDAETA ROSALES

ADVERTENCIA Luis Jerónimo Alfonzo, Caracas, e.scritor público.


General Telasco A. Macplierson, Maracaibo, poeta, perio-
dista é historiador.
El presente Cuadro, por su naturaleza
y extensión, dará General Vicente Amengual, Cabudare, abogado, escritor,
á conocer á los lectores la gran dificultad que ha tenido su
legislador y orador.
autor para presentarlo como una obra completa. Teme, pues,
que no estén contenidos en él precisamente todos los lite- Francisco Añez Gabaldón, Maracaibo, literato
y poeta.
ratos y escritores del país
Licenciado Francisco Aranda, Caracas, abogado, publicis-
;
siendo así que es casi imposible
ta, legislador, estadista
que no_ haya omisiones involuntarias, que deben disculparse. y orador.
— J rancisco Aranda
y P onte, Caracas, literato y poeta.
Cualquiera falta será remediada así lo esperamos por la
Bibliografía que formó el señor doctor Frydensberg.
— General Pedro Aismendi Brito, Carúpano, literato
y poeta.
Doctor José Víctor Ariza, Cabudare, literato
g^Téngase también entendido que no hemos dado pués- y periodista.
^ Doctor Pablo José Arocha, Valencia, abogado, literato
to á las personas por categorías literarias, sino que las hemos y
poeta.
colocado en la letra correspondiente á la primera de su ape-
General Napoleón S. Arteaga, Barinas, escritor público.
llido conforme han venido á nuestra imaginación.
Licenciado Rafael Arvelo, Valencia, poeta satírico é im-
M. L. R. provisador.
José Antonio Arvelo, Caracas, poeta.
Ramón Azpurúa, San Carlos, historiador.
General José Austria, Caracas, historiador.
Enrique Alvarez Ibarra, Caracas, poeta.
Juan Alfonzo, Victoria, escritor público.
Doctor Angel María Alamo, Barquisimeto, escritor pú- Doctor Rafael Agostini, Caracas, abogado, escritor y
blico. orador.
Rafael Acevedo, Caracas, escritor en ciencias. Víctor R. Añez, Maracaibo, poeta.
Doctor Cecilio Acosta, Caracas, abogado, literato Doctor Alejandro Andrade, Maracaibo, escritor público.
y poeta.
Doctor Elias Acosta, Caracas, abogado José A. Acosta M., Maracaibo, escritor público.
y orador.
Doctor Raimundo Andueza, Guanare, abogado, literato
y Doctor Pedro María Arellano, Mérida, abogado, literato
periodista y
periodista.
Doctor R. Andueza Palacio, Guanare, abogado, literato, Doctor Fernando Arvelo, Caracas, abogado, literato v
orador y periodista.
orador.
CXXXII ESCRITORES VENEZOLANOS
Teófilo Aldrey Jiménez, Caracas, periodista.
Juan Manuel Alamo, Barquisimeto, escritor público.
Francisco de Paula Alamo, Caracas, escritor en ciencias.
Francisco Arrillaga G., Valencia, escritor público.
Libertador Simón Bolívar, Caracas, gran escritor, le-
gislador y orador.
Ramón E. Albarracín, Caracas, periodista.
Andrés
Bello, Caracas, literato, gran poeta
Delfín A. Aguilera, Guanare, escritor público. y publicista.
Rafael María Baralt, Maracaibo, literato, poeta, publicista,
Doctor Lisandro Alvarado, Tocuyo, médico, poeta é histo-
historiador y periodista.
riador.
General Angel Félix Barberii, Cumaná, literato, orador
Juan C. Alvarado, Barquisimeto, poeta
y escritor. y
periodista.
Doctor Domingo Alas, Caracas, abogado escritor.
y Manuel María Bermúdez Avila, Maracaibo, literato y
Br. J. La,dislao Andara, Coro, escritor público
y periodista. poeta.
R. Arestiguieta Montero, \alencia, escritor público.
General Manuel María Bermúdez, Caracas, literato, drama-
Doctor Juvenal Anzola, Tocuyo, abogado
y escritor. turgo y poeta.
Doctor Doroteo de Armas, Chaparro, médico
y escritor. Licenciado José Mana Benitez, La Victoria, escritor en
Manuel Avila Blanco, El Baúl, escritor y poeta.
ciencias médicas.
Jacinto Añez, Valencia, periodista.
Doctor Manuel N. Vetancourt, Cumaná, abogado, literato
Antonio Aranguren, Maracaibo, escritor
y orador. poeta y orador.

Doctor Pablo Arroyo Picliardo, Caracas, abogado


y General Félix Esteban Bigotte, La Victoria, escritor, perio-
orador.
dista, filólogo
Luis Maria Aguirre, Zaraza, periodista. y orador.
Doctor Hilarión Antich, Yaracuy, abogado General José Félix Blanco, Caracas, historiador.
y escritor. Doctor Gerónimo E. Blanco, Caracas, médico, literato, poe-
Licenciado Rafael A. Alvarez, Carora, abogado es-
y ta
critor. y orador.
Doctor Lorenzo Adrián Arreaza, Barcelona, abogado, Luis Alejandi’o Blanco, Caracas, literato
es- y poeta.
critor y periodista. Eduardo Blanco, Caracas, literato, historiador novelista.
y
Francisco J. Astudillo Alfonzo, Barcelona, escritor. Mariano Blanco, Caracas, escritor didáctico.
Pbro. Víctor Reparado AñesC., Maracaibo, poeta. Juan José Breca, La Guaira, literato y poeta.
Doctor Carlos Arvelo, Caracas, médico orador. Domingo Briceño Briceño, Trujillo, escritor público.
y Doctor Mariano de Briceño, Caracas, abogado, historiador
José Andrade, Maracaibo, escritor.
Camilo Arcaya, Coro, poeta satírico é historiador. y periodista.
General Juan José Aguerrevere, Caracas, escritor Doctor José de Briceño, Caracas, médico
di- y escritor público.
dáctico. Br. Alejandro Briceño Briceño, San Cristóbal, escritor.
Bachiller José A vis, Cumaná, escritor didáctico. Blas Bruzual, Cumaná, escritor público
y periodista.
Francisco de Paula Andrade, Maracaibo, ingeniero es-
Doctor Claudio Bruzual Serra, Cumaná, abogado v orador.
y
critor. Julio H. Bermúdez, La Victoria, escritor público.
Luis María Argote, Caracas, poeta. Braulio Barrios, Turmero, literato
y orador.
Antonio R. Alvares, Caracas, escritor. General Próspero María Barrios, Río Caribe, escritor pú-
Franci.sco xArias Rodríguez, Caracas, escritor. blico.
Juan Bautista Araujo, Ciudad Bolívar, poeta. Doctor Francisco E. Bustamante, Maracaibo, médico, escri-
José María Arroyo, Barquisimeto, escritor. tor público y orador.
Blas Acevedo, Ciudad Bolívar, escritor. Jorge Balbuena, Maracaibo, escritor público.
Licenciado Andrés G. Alvízur, Zarare, abogado es- Trinidad Bracho A., Maracaibo, escritor público.
y
critor. Abraham Belloso, Maracaibo, poeta.
Doctor Joñas Alvarez, Carora, abogado General Nicanor Bolet Peraza, Barcelona, literato
y orador. y pe-
Bachiller Rafael Arráiz, Barquisimeto, escritor riodista.
y pe-
riodista. Ramón Nonato Badía, Cumaná, poeta.
Doctor Antonio Alamo, Barquisimeto, Rafael Bolívar, Cagua, escritor jiúblico
abogado, orador y orador.
y escritor. Amando Barazarte, Barinas, escritor público y poeta.
Doctor Juan Manuel Alamo Dávila, Barquisimeto, aboga- Doctor Teodosio A. Blanco, Caracas, literato
y poeta.
do y periodista. Doctor Ensebio Baptista, Trujillo, abogado, literato
y ora-
Doctor José I. Arroyo, Barquisimeto, médico es-
dor.
y
critor. Doctor Diego Bustillos, Guanare, médico y escritor pú-
Bachiller Rogerio Alvarado, Urachiche, poeta. blico.
General Julián Avelino Arroyo, Barquisimeto, escritor. Doctor Francisco Baptista, Trujillo, abogado, literato y
León Leonardo Armas, Calabozo, periodista. orador.
Miguel Aristeguieta, Cumaná, escritor. Francisco B ocaranda, Boconó, poeta.
Manuel Alzuru, Caracas, poeta. Doctor Mauricio Berrisbeitia, Cumaná, abogado, escritor
Bachiller Esteban Alvarez público y orador.
Meza, Calabozo, escritor y
orador. Manuel de J. Barrera, Maracaibo, literato y poeta.
José Ramón Betancourt, San Carlos, escritor público
Doctor Elias Acuña, San Carlos, abogado
y orador.
_

periodista.
y
Federico Arroyal, Valencia, escritor poeta.
y Francisco BetancourtF., San Carlos, poeta
Ramón Aguirre, Valencia, poeta. y escritor.
Aurelio Alcázar, Valencia, poeta. Eduardo Beltrán Diez, Guanare, escritor
y poeta.
General Onofre Aguilera, Guanare, escritor. Doctor Jesús María Blanco, Caracas, abogado, literato
y
General Daniel Angulo, Barinas, escritor. diplómata.
General Luis Felipe iVguillón, hijo. Nutrias, escritor Fernando Bosch Lauda, Ciudad de Cura, poeta.
y General J. M. Baquero Hurtado, Caracas, escritor público.
poeta.
José Trinidad Blanco, Caracas, escritor
José dej. Alcoita, Caracas, dramaturgo. y poeta.
José Vicente Bofifil, Ciudad de Cura, escritor
Ambrosio Aguirre, Valencia, poeta. y orador.
Rufino Blanco Fombona, Caracas, escritor público.
Jesús María Alas, Caracas, poeta.
Doctor Diego Bautista Barrios, Barcelona, abogado, dipló-
Ramón Alfonso, poeta.
mata y codificador.
Rafael Arévalo González, poeta.
General Pedro Briceño Méndez, Barinas, escritor.
Doctor Tomás Aguei-revere Pacanís, Caracas, médico y Doctor Francisco Barreto, Ciudad de Cura, abogado
poeta. y
escritor.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXIII

Andrés Blanco, Turra ero, poeta. Doctor Pedro José Coronado, Caracas, abogado, literato
Carlos Blanco Peñalver, Curaaná, escritor. y orador.
L. Blanco Planas, Caracas, escritor y poeta. Doctor Gonzalo Cárdenas, Guanare, abogado y orador.
Simón Barceló, Ciudad Bolívar, escritor y periodista. Pedro Bermúdez Cousín, Valencia, abogado y orador.
Bachiller Toribio Betancourt, Urumaco, poeta. Pedro M. Fébres Cordero, Mérida, abogado y escritor.
Etanislao Blasco, Caracas, literato y poeta. Manuel María Carrasquero, Trujillo, escritor público.
C. Blunk Veloz, Caracas, poeta. Doctor Agustín Cari'illo, Trujillo, abogado y escritor
Ciudad Bolívar, orador y público y orador.
José Manuel Barceló, escritor,
Doctor Eurípides Carrillo, Trujillo, médico y escritor
poeta.
público.
Juan Bautista Blanco, Ciudad Bolívar, poeta.
Ramón Barrios, Ciudad Bolívar, escritor. Eduardo Córser, Caracas, escritor })úblico.
Marcelino Bueno, Ciudad Bolívar, escritor. Manuel B. Celis, Maracaibo, escritor público.
Doctor Juan José Bracho, Carora, médico, poeta y es- Doctor Manuel Cadenas Delgado, Maracaibo, abogado,
codificador y orador.
critor.
Doctor Ezequiel Bujanda, Trujillo, médico, poeta y es- Pascual Casanova, Maracaibo, escritor, publicista, hacen-
crito i-.
dista y orador.
Doctor Antonio S. Briceño, Barquisimeto, abogado, poeta, Pbro. doctor Enrique M. Castro, Barinas, biógrafo é his-
toriador.
orador y escritor.
Eloy Benítez, Caracas, escritor. Manuel C. Correa, Victoria, escritor público y orador.
Sergio B. (Mldera, Calabozo, periodi.sta y escritor.
J. M. Baptista Briceño, Mérida, periodista.
Luis Correa Flínter, Caracas, escritor público y perio-
M. Briceño Picón, Mérida, periodista.
dista.
L. F. Briceño, San Cristóbal, periodista.
Ramón C. Curiel, Coro, escritor público.
Doctor Baldomcro Benítez, Cai'úpano, médico y escritor.
Luis F. Castillo, Mérida, periodista.
Francisco A. Barberii, Cumaná, literato, orador y poeta.
Pedro Emilio Coll, Caracas, escritor.
Andrés Betancourt, Cumaná, escritor.
Doctor Juan Francisco Castillo, Caracas, abogado y es-
Doctor Luis Felipe Blanco, Cumaná, médico y es-
critoi'.
critor.
Doctor Miguel Caballero, Caracas, abogado y escritor.
José Valentín Bruzual, Cumaná, periodista.
Doctor Pedro Centeno, Cumaná, abogado y escritor.
General Serjio Alfredo Bonnet, Ciudad de Cura, escritor.
Emilio Calcaño, Caracas, escritor.
Doctor Arrainio Borjas, San Carlos, abogado y escritor.
Doctor Rafael Cabrera Malo, Zaraza, abogado, orador
Luis Bouquet, Valencia, poeta.
y escritor.
Francisco Valbuena, Barinas, escritor y orador.
Rafael María Carabaño, Ciudad de Cura, escritor público.
Manuel María Betancourt, San Fernando, periodista.
Doctor Pedro Castillo, Valencia, escritor y filólogo.
Manuel Benítez, Caracas, poeta.
Doctor Antonio Carreyó Luces, Barcelona, abogado y
Doctor Jaime Bosch, Caracas, médico, músico y poeta.
escritor'.
Doctor Nicanor Cardier, Aragua, abogado y escritor.
c Bachiller .losé Ramón Camejo, Aragua, escritor di-
dáctico.
Juan Manuel Cajigal, Barcelona, literato, poeta y orador. Felipe Santiago Casanova, Maracaibo, escritor y orador.
Francisco de P. Calcaño, Cartagena, poeta y periodista. Doctor Agustín Contasti, Ciudad Bolívar, abogado y
José Antonio Calcaño, Cartagena, literato y poeta. orador.
Doctor Eduardo Calcaño, Cartagena, abogado, poeta, perio- Trino Celis Ríos, Ciudad de Cura, abogado y escritor.
dista, orador y publicista.
Ignacio Coll Otei’o, Cai-acas, escritor de costumbres.
Arístides Calcaño, Cartagena, poeta. Dionisio Centeno, Cumarrá, escritor y orador.
Doctor Luis Camilo Calcaño, Cartagena, abogado y poeta. Carlos Corr-ea Flírrter', Caracas, poeta.
Doctor Juan B. Calcaño y Paniza, Cartagena, abogado, li- Juan Manuel Corrales, iMai'acaibo, poeta.
terato j poeta. José Miguel Ci’espo H., Maracaibo, poeta.
Julio Calcaño, Caracas, literato, poeta y periodista. Jesús María Croker, Caracas, periodista.
Simón Calcaño, Caracas, literato, poeta y periodista. Doctor Francisco Cobos Fuertes, Caracas, abogado y
Carlos Calcaño, Caracas, poeta. orador.
Juan Calcaño Mathieu, Caracas, escritor y periodista. Doctor José Curiel Abenatar, Coro, médico y poeta.
Juan Vicente Cainacbo, literato y poeta. Bachiller José D. Curiel, Coro, poeta.
Simón Camacho, literato, jioeta y periodista. Bachiller Ramón Curiel Coutiño, Coro, poeta.
Doctor Miguel Carmena, Caracas, abogado, literato y General Silvestre Colina H., Paraguaná, poeta.
escritor. Juan Castillo Marsal, Coro, poeta.
Fulgencio María Carias, Maracaibo, abogado, literato y Jesús Castillo, Coro, poeta.
escritor. Bonifacio Coronado Millán, Cumaná, geógrafo y autor
Doctor Manuel Antonio Carreño, Caracas, literato y didáctico.
escritor. Bachiller Julio Castro, Caracas, autor didáctico.
José Antonio Carrillo y Navas, Caracas, literato y DoctorEzequiel Contreras, Carora, abogado escritor y
poeta. orador.
Doctor Sebastián Casabas, Caracas, escritor ¡Aiblico y Donato Capdeviela Url>aneja, Cumaná, literato poeta.
y
periodista.
José Concepción Cova, Cumaná, literato y escritor.
Pedro Pablo del Castillo, Caraca.s, abogado, autor del “ Tea- José Silverio Córdova, Cumaná, [leriodista.
tro de Legislación Venezolana.” Doctor Dionisio Centeno Gran, Cumaná médico y es-
Luis María Castillo, Barquisimeto, abogado, literato y critor.
orador. Mario Castro Díaz, Cumaná, escritor.
Pbro. doctor Juan B. Ca.stro, Caracas, escritor público y José M. Carreño Pérez, Calabozo, escritor.
orador. Doctor Manuel Carreyó Luces, Barcelona, médico y escri-
Trinidad Celis Avila, Ciudad de Cura, periodista v tor en ciencias médicas.
orador. Justo Germán Castillo, Valencia, escritor y poeta.
Vicente Coronado, Cumaná, literato, poeta, hacendista General Carlos J. Colón Fuentes, Ped raza, escritor.
y periodista. Francisco Cano, Libertad, escritor.

18
CXXXIV ESCRITORES VENEZOLANOS

Juan P'. Carstens, San Fernando, escritor. Eloy Escobar, Caracas, literato
Guido Coronado, poeta. y poeta.
General Simón A. Escovar, Barquisimeto, literato, poeta
Felipe S. Cooper, Valencia, poeta. periodista.
y
Rafael Cayania Martínez, Coro, poeta. Doctor Eduardo Espelozín, Caracas, abogado
y escritor
público.
CH Valentín Espinal, Caracas, literato, periodista
Pedro Espinal, Caracas, escritor público.
y orador.
Doctor Agustín Chipia, Mérida, abogado, literato
Doctor ^ alentín Espinal, hijo, Caracas, abogado
y y es-
orador. critor público.
GeJieral Julián Churión, Caracas, escritor en ciencias. Mariano Espinal, Caracas, orador
y periodista.
Miguel María Chacín, Maracaibo, escritor público. Benito Esteller, Caracas, poeta
y dramaturgo.
José Antonio Chaves, Maracaibo, escritor público. Alfredo Esteller, Caracas, jioeta
y dramaturgo.
Luis Churión, Caracas, escritor y poeta. General Felipe Esteves, La Guaira, literato, poeta, orador
Gualterio Chitty, Caracas, autor de obras científicas. y codificador.
General Jesús María Chirino Rodríguez, Coro, escritor Rafael E.steves Buroz, Caracas, poeta.
y Miguel Mana
poeta. E.scalante, La Grita, escritor público.
Claudio Teodosio Chirino, Coro, escritor. Doctor César Espino, Aragua, médico y escritor en
Doctor Diego E. Chacón, San Fernando, doctoren ciencias.
filo.sofía,
ingeniero y escritor. Andrés Esteves, Caracas, escritor,
Enrique Chaumer, Caracas, escritor. Juan Daniel Esteves, Caracas, e.scritor y poeta.
José A, Espino.sa, Caracas, escritor de costumbres.

D Pbro. Miguel A. Esjúnosa, Valencia, periodista.


General Juan Esté, San Fernando,
Mariano Espinal, Caracas,
escritor.
escritor y orador.
DoctoiMosé Domingo Díaz, Caracas, escritor i)úblico. •
Pedro Encinoso, Barinas, escritor.
Pedro Pablo Díaz, Caracas, escritor público.
Eloy Escobar Llamozas, Caracas, poeta.
Ramón Díaz, Caracas, literato é historiador.
Juan Manuel Escalona, Caracas, poeta.
Fernando A. Díaz, Caracas, escritor público.
General Luis María Díaz, Tinaco, escritor público.
Doctor Aníbal Dominici, Barcelona, abogado, literato
^

é historiador.
F
Doctor Pedro César Dominici, Carúpano, escritor. Doctor Alejo Fortique, Caracas, abogado, diplómata y
Doctor Rafael Domínguez, Caracas, abogado, literato orador.
y Doctor J ocion Febres Cordero, Mérida, abogado, literato
autor dramático.
Pro. Francisco J. Delgado, Maracaibo, literato
y escritor. y orador.
Doctor Tomas A. Domínguez, Calabozo, abogado, orador, Julio Febres Cordero, Mérida, escritor público
y periodista.
escritor. Doctor Ramón F. Feo, Valencia, abogado
y y codificador.
Antero Delgado Esteves, Ciudad de Cura, escritor público. General Manuel M. Fernández, Maracaibo, literato, poeta
y periodista.
Luis Delgado Correa, Caracas, escritor público.
Nicanor Arturo Díaz, Caracas, escritor j)úblico. M. M. Fernández, hijo, Caracas, poeta.
Doctor Manuel A. Diez, Caracas, médico Doctor José A. Fernández, Caracas, abogado, literato
y escritor en
ciencias. y orador.
Doctor Manuel Vicente Díaz, Caracas, escritor en ciencias. José María ÍVrnández, hijo, Maracay, j)oeta
j periodista.
Santos Delgado, Maturín, escritor. Carlos Fernández, Valencia, escritor poeta. y
Doctor Francisco Díaz Grafe, Aragua, médico es- y
Manuel Fombona Palacio, Caracas, literato, poeta y
critor. orador.
Fernando A. Díaz, e.scritor y poeta. Doctor José Gil Fortoul, JVcuyo, abogado, poeta escri-
y
Doctor Francisco Díaz, Caracas, abogado tor público.
y orador.
Pbro. Juan Andrés Domínguez, Barquisimeto, escritor. Redro Fortoult Hurtado, Caracas, escritor público.
General Lino Duarte Level, Ciudad Bolívar, escritor José Angel Freire, Cu maná, escritor público
y periodi.sta.
público. J ran cisco J. Fontainés, Valencia, escritor
y periodista.
Bachiller Mariano Diez, Caracas, escritor y orador. Henrique Fánger, Caracas, escritor público
y periodista.
Andrés A. Delgado, Barquisimeto, poeta. Doctor Adolfo Frydensberg, Caracas, escritor en ciencias.
Doctor José Eugenio Domíngez, Calabozo, abogado Doctor Nicíuior Freites, Valencia, escritor público.
y es-
critor. Carlos Benito Figueredo, San Carlo.s, escritor
y periodista.
Doctor José G. Domínguez, Calabozo, médico Doctor Celestino Fonseca, Barcelona, abogado
y orador. y escritor.
Sisoes Finol, Maracaibo, poeta.
General Juan Bruno Delgado, Barinas, escritor.
General Rudecindo Dorante, Libertad, escritor. Guillermo Finol, Maracaibo, poeta.
Doctor Enrique Delgado Palacio, Caracas, médico Helímenas Finol, Maracaibo, escritor público.
y Antonio Febres Cordero, Maracaibo, escritor.
escritor.
Heraclio Fernández, Caracas, poeta.
Doctor Santos Dominici, hijo, Cariqjano, médico es-
y Mariscal Juan Crisóstomo
critor. Falcón, Santa Ana [Coro],
Eduardo Díaz Lecuna, Caracas, escritor.
poeta.
General Romualdo Falcón, Paraguaná, poeta.

E Fautino Fortique, Coro, poeta.


Antonio Frías V^igas, Cumaná, poeta.
Juan Bautista Farrera, Ciudad Bolívar, escritor.
Doctor Francisco Espejo, Caracas, abogado
y orador. Juan Francisco Flores, Carera, poeta.
Doctor Manuel M. Echeandía, Caracas, abogado, literato Antonio Pragedes Fariñas, Carera, poeta humorístico.
y escritor.
Doctor Faustino Figueredo H., San Carlos, médico escri-
Juan Manuel Echeverría, Maracaibo, literato poeta.
y
y tor en ciencias.
General Carlos E. Echeverría, Maracaibo, literato, poe- Escolástico Flores, Tinaco, escritor.
ta y periodista.
Bachiller José P. García, Valencia, poeta.
Daniel Echeverría Ponte, Caracas, escritor público. Benito Fernández, Guanare, escritor.
Agustín Egui, Caracas, literato y poeta. Domingo Fuentes, Victoria, escritor.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXV

Gr Doctor Domingo Guzmán Bastardo, Aragua, médico y es-


critor en ciencias.

diplomata Bachiller Eladio Grafe Calatrava, Aragua, escritor y


Doctor Pedro Gual, Caracas, abogado, literato,
poeta.
y orador.
Doctor José Grau, Cumaná, abogado y orador. Ramón García, Puertos de Altagracia, poeta.
Julián García, Coro, literato y poeta. José Gutiérrez Fernández, Maracaibo, poeta y escritor.
I.

José Hermenegildo García, Caracas, escritor público y Juan de Mata Guzmán, Caracas, orador.
periodista. Doctor José Manuel García, Caracas, abogado y es-

J. Heriberto García de Quevedo, Coro, poeta, literato, autor critor.


dramático y periodista. Doctor Rafael González Delgado, Caracas, abogado y
]\Iiguel Luis García, Caracas, poeta. escritor.
Licenciado Juan Vicente González, Caracas, literato, poeta, Doctor Juan Vicente González Delgado, Caracas, médico y
periodista é historiador. escritor.
Doctor Jorge González Rodil, Caracas, literato y escritor. Doctor Teodardo González, Caracas, abogado y orador.
José Silverio González, Cumaná, literato, poeta, periodista Luis Guinán Heimández, Caracas, escritor.
y orador. E. García Flores, Caracas, escritor y poeta.
Doctor Juan M. González Valera, Cumaná, literato y Andrés Galindo, Barcelona, escritor.
poeta. General Pablo Guissej)pi M., Caracas, escritor.
Doctor Ezequiel María González, San Carlos, literato, ora- General Nicolás Mariano Gil, Coro, estadista y escritor.
dor é historiador. Fermín García, Coro, escritor.
Francisco González Guinán, Valencia, literato y pe- Simón González Chacón, Caracas, poeta.
riodista. General Ezequiel Gondelles Ayala, Calabozo, escritor
Santiago González Guinán, Valencia, periodista. público.
José I. González Narváez, Caracas, escritor y poeta. Doctor José Tomás González, San Felipe, abogado, literato
•Julio Guadalajara, Caracas, poeta. escritor.
y
Heraclio Martín de la Guardia, Caracas, literato, poeta y Bachiller Juan A. Guillén, Guanare, escritor y orador.
autor dramático. Bachiller Ramón Gualdrón, Barquisimeto, periodista.
Jacinto Gutiérrez, Cumaná, literato, estadista, orador y Bachiller R. Gil Garmendia, Tocuyo, poeta y escritor.
hacendista. Fi-ancisco Manuel González, Carúpano periodista.
.Jacinto Gutiérrez-Coll, Caracas, jioeta y escritor público. Gumersindo González, Calabozo, escritor y poeta.
Antonio Leocadio Guzmán, Caracas, publicista, periodista Justiniano Graterol y Morles, Coro, escritor.
y orador. Juan Miguel Gavazut, Caracas, poeta.
General A. Guzmán Blanco, Caracas, abogado, escritor, Manuel A. Granado, Nirgua, escritor.
estadista", legislador y orador. Leopoldo Girón R., poeta.
Luis R. Guzmán, Caracas, escritor público y periodista. Estéban D. González, poeta.
A. M. de Guruceaga, Maracaibo, literato, orador y poeta.
Mateo Guerra Marcano, Carúpano, literato y escritor.
Doctor Miguel N. Guerrero, Mérida, publicista, periodista
orador.
H
y Pedro José Hernández, Maracaibo, literato y poeta.
Doctor Arístides Garbiras, San Carlos, médico, literato
poeta.
(JctavioHernández, Maracaibo, literato y poeta.
y Domingo Ramón Hernández, Caracas, poeta.
José Bernardo Gómez, Barcelona, poeta.
Rómulo Guardia, hijo, Caracas, escritor y periodista. Juan Francisco Hernández, Caracas, periodista.
José del Cármen García, Calabozo, poeta. Rafael Hernández Gutiérrez, Caracas, literato, poeta, perio-
Luis F. García Reverón, Valencia, dista é historiador.
escritor, poeta y
orador. Rafael María Hernández, Caracas, escritor público.
Simón González Peña, Maracaibo, escritor público Juan Carlos Hernández Nadal, Caracas, escritor pú-
y
poeta. blico.
José A. Gando
Maracaibo, abogado, literato y poeta.
B., José Ramón Henríquez, Coro, literato periodista.
José Ensebio Gallegos, Maracaibo, escritor público v General Natalio Hernández, Calabozo, escritor público
orador. y periodista.
José I. Gutiérrez, Maracaibo, literato y poeta. Antonio Herrera Toro, Caracas, pintor, poeta y literato.
Eduardo Gallegos Celis, Maracaibo, literato Pedro Hernández A., Maracaibo, escritor.
y poeta.
Eloy G. González, Tinaco, escritor público. Doctor Juan José Herrera, San Carlos, abogado, escritor y
Doctor José Manuel Gabaldón, Boconó, abogado y orador.
es-
critor. Luis Ramón Hernández, Caracas, poeta.
Abelardo Gorrochotegui, Ciudad Bolívar, escritor público. Rafael Henríquez, Maracaibo, orador.
F. de P. Guevara Santander, Turmero, poeta. Rafael Hermoso, Coro, escritor é historiador.
Félix María García Medina, Caracas, escritor público. Pedro Hermoso, Coro, orador.
Doctor Heriberto Gordón, Maturín, abogado y escritor General Víctor Hansen, Coro, escritor.
público. Doctor Pedro Hermoso Tellería, Coro, abogado y escritor.
Agustín García I^ompa, Caracas, dramaturgo. Doctor Severiano Hernández, Nueva Esparta, abogado, es-
Doctor José María Gil, Coro, escritor piiblico. critor y orador.
Nicolás Gil, Coro, escritor público. José Benito Hurtado, Tocuyo, escritor en ciencias ju-
Domingo Garbán, Gran Canaria, poeta. ,
rídicas.
Doctor Eduardo Gárate, Caracas, abogado y escritor. Francisco M“ Hurtado, Tocuyo, j)eriodista.
Doctor Carlos F. Grisanti, Río Caribe, abogado y escritor. Bachiller Benito Herrera, Maracaibo, escritor en ciencias
General Ramón García de Sena, Caracas, poeta. exactas.
General José Victorio Guevara, Cumaná, literato, escri- Doctor Juan José Herrera, San Carlos, abogado
y orador.
tor y orador. Calixto Huizi, Guanare, escritor.
Doctor Carlos Gómez, Barcelona, médico y escritor en José Manuel líerrera, Carora, poeta y escritor.
ciencias. Licenciado Francisco de Ibaula Herrera, San Carlos, abo-
Doctor Rdfino González, Caracas, abogado, escritor y gado y escritor.
orador. Francisco Hurtado Ayala, Caracas, poeta.
CXXXVI ESCRITORES VENEZOLANOS

I General Lino López Méndez, Caracas, escritor público.


Luis López Méndez, Caracas, escritor y poeta.
Doctor Alejandro Ibarra, Caracas, escritor en ciencias Eduardo López Rivas, Maracaibo, e.scritor y poeta.
y orador. Doctor Odoardo León Ponte, Cabudare, abog-ado v pe-
General Carlos T. Invin, Maracaibo, literato, poeta, ora- riodista.
dor y codificador. Lisandro Lameda, Ciudad de Cura, periodista.
Ramón A. Infante, Maracaibo, escritor público y |»oeta. Antonio L. Lizarraga, Caracas, escritor público.
Melicio Infante, Maracaibo, poeta. Jo.sé Agustín Loinaz, Caracas, escritor público.
Rodolfo Innes, Caracas, escritor. Nicanor G. Linares, Caracas, escritor público.
Coronel Juan José Illas, Puerto Cabello, e.scritor y poeta. Doctor José Mercedes López, Cumaná, médico
y escritor.
Manuel Isaba Guevara, Maturín, escritor. David López Fonseca, Coro, escritor y periodista.
Doctor Maximiliano Iturbe, La Vela, médico, poeta, y Ramón B. Luigi, Carúpano, periodista.
escritor. Ramón López, Maracaibo, escritor.
Ramón Irady, Caracas, escritor de teneduría de libros. Rafael López Baralt, Maracaibo, e.scritor y poeta.
Doctor Julio Irigoyen, Barquisimeto, médico y escritor. Jacinto López, San Carlos, escritor y periodi.sta.
Doctor Juan Marcos Iméry, Carúpano, médico y es- Doctor Carlos León, Trujillo, abogado y escritor.
critor. Doctor Pío León, Boconó, abogado y orador.
Mateo Inojo.sa, Cumaná, j)oeta. Felipe Lope León, Caracas, escritor y poeta.
Felipe S. Iturzaeta, Cumaná, escritor. Salomón López Fonseca, Coro, poeta.
Francisco Lazo Martí, San Fernando, escritor.
J Eugenio María León, Ciudad Bolívar, escritor.
Andrés Marcelo Level, Ciudad Bolívar, escritor.
Diego Jugo Ramírez, Maracaibo, literato y poeta. Bachiller H. Luna y Luna, Tocuyo, poeta y escritor.
Pro. doctor J. M. Jáuregui, Mucuchíes, literato y escritor. Doctor David Lobo, Caracas, médico y escritor en ciencias.
Doctor Felipe Jiménez San Carlos, abogado y escritor. Doctor Andrés Level de Goda, Cumaná, abogado y es-
Domingo Jiménez, San Sebastián, escritor. critor.
Pablo II. Jiménez Mendoza, Quíbor, escritor. General Manuel López Alcalá, Cumaná, escritor.
Manuel Jiménez A., Quíbor, e.scritor. Andrés Antonio López, Cumaná, esciátor y orador.
Bachiller F. Jiménez Arráiz, Barquisimeto, escritor, ora- Bachiller Félix Loreto C., Calabozo, escritor y orador.
dor y [)oeta. Doctor Paulo E. Landaeta, Calabozo, médico y es-
Norberto Jiménez, hijo, Quíbor, escritor. critor.
General Ramón Jiménez Gómez, Cumaná, escritor. Pro. Doctor Simón Lazo, Maracaibo, periodista.
Doctor Jermán Jiménez, San Carlos, escritor en ciencias. Doctor E. Landaeta, Calabozo, médico y escritor.
Doctor José M. Juliac, Valencia, abogado y escritor. Doctor Andrés Landaeta, Calabozo, escritor.
Rafael Linares Bernal, Valencia, poeta.

K LT.
SantiagoKey Ayala, Caracas, escritor y poeta.
Fernando Key Ayala, Caracas, escritor y poeta. Salvador N. Llamozas, Cumaná, escritor público.

I. M
Doctor Ricardo Labastida, Trujillo, abogado, escritor y General Francisco de Miranda, Caracas, escritor, orador
orador. y políglota.
León Lameda, Ciudad de Cura, abogado, escritor público Doctor Miguel Machado, Caracas, abogado, médico, orador
periodista. y lingüista.
y
General Ramón Lauda, Caracas, periodista. José Antonio Maitín, Puerto Cabello, literato y poeta.
Tomás Lander, Caracas, escritor público, orador y pe- Juan Manrique Jérez, Caracas, literato y poeta.
riodista. Manuel Manrique Jérez, Caracas, literato y poeta.
Doctor Manuel Tomás Lander, Caracas abogado, escritor, José María Manrique, Caracas, literato, novelista y autor
orador y diplómata. dramático.
Licenciado José D. Landaeta, Valencia, abogado, escritor Vicente Marcan o, Caracas, escritor en ciencias físicas y
público y hacen di.sta. periodista.
Doctor Felipe Larrazábal, Caracas, abogado, literato, Doctor Gaspar Marcano, Caracas, médico escritor en
y
periodista é historiador. ciencias.
Andrés Ensebio Level, El Pilar, Cumaná, literato y es- Licenciado Francisco J. Mármol, Ciudad Bolívar, abogado,
tadista. literato, publicista.
y
General Andrés Aurelio Level, Cumaná, estadista y escri- Domingo Narciso Martínez, Caraca,®, literato y poeta.
tor piiblico. General Antonio Mata, Barcelona, literato y escritor
General Luis Level de Goda, Cumaná, escritor público é público.
historiador. Jesús María Medina, Caracas, escritor público y orador.
Doctor Jo.sé de la Cruz Limardo, Tocuyo, literato y Doctor Juan Vicente Mendible, Caracas, literato y poeta.
orador. Doctor Cri.stóbal Mendoza, Trujillo, abogado, literato y
Doctoi' Ricardo 0. Limardo, Tocuyo, abogado, literato, pe- orador.
riodista y orador. Doctor Juan J. Mendoza, Caracas, abogado}" orador.
Abigaíl Lozano, Valencia, literato y poeta. Doctor Cristóbal L. Mendoza, Caracas, abogado, literato
Joaquín Luzardo, Maracaibo, poeta. y orador.
José Ignacio Lares, Mérida, escritor público y orador. Juan de Dios Morales, Caracas, abogado y orador.
Juan A. Lossada Piñeres, Cartagena, escritor, poeta é his- Eugenio Méndez y IMendoza, Caracas, literato y poeta.
toriador. Doctor Daniel Mendoza, Calabozo, abogado, literato y
Marcial López Baralt, Maracaibo, escritor j)úblico. periodista.
Doctor Pedro Vicente López F., San Carlos abogado y Olegario Meneses, Cumaná, escritor en ciencias.
escritor. Doctor Olegario J. IMeneses, Caracas, escritor en ciencias.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXVII

Doctor José Lorenzo Llamozas, Calabozo, abogado y pe- Godofredo Mallory, Guaira, literato y j)eriodi.sta.

riodista. Muñoz, Caracas, poeta.


Isaías E.
General Antonio Mendoza, Cabudare, escritor público José Mármol y Muñoz, Ciudad Bolívar, e.scritor, poeta y
músico.
y periodista.
General Vicente Micolao y Sierra, Valencia, literato, poeta, Francisco J. Mármol, Ciudad Bolívar, abogado, escritor y
autor dramático y periodista. poeta.
Francisco Michelena y Rojas, Maracay, geógrafo, escritor Doctor Miguel Gerónimo Maya, Valencia, abogado y
orador. escritoi'.
y
Santos Michelena, Maracay, literato, orador y estadista. Doctor Fermín Medina, Caracas, abogado y orador.
Tomás Michelena, Caracas, escritor, periodista, historia- Licenciado Juan Martínez, hijo, Caracas, abogado y orador.
dor y novelista. Valentín Machado, Cumaná, ingeniero, e.scritor y orador.
General Bartolomé Mílá de la Roca, Cumaná, literato y Doctor Franci.sco Machado, Valencia, médico y orador.
periodista. Francisco de P. Meoz, Maracaibo, poeta.
Doctor Ramón Isidro Montes, Ciudad Bolívar, abogado, li- Luis Montel Baralt, Maracaibo, poeta.
terato, poeta y orador. Andrés Mata Alfonzo, Píritu, escritor y poeta.
Pro. Doctor José A. Montenegro, Caraca.s, literato y Doctor Manuel Antonio Matute, Aragua, abogado y es-

poeta. critor.
Feliciano Montenegro Colón, Caracas, geógrafo é his- Doctor Guillermo Michelena, Caracas, médico, e.scritor en
toriador. ciencias médicas.
General José Manuel Montenegro, San Carlos, literato, Pro. Manuel Molina, Paraguaná, escritor sagrado.
periodi.sta y orador. Antonio Marsal, Coro, escritor.
Doctor Manuel V. Montenegro, San Carlos, médico y escri- Bachiller José M. Molina, La Vela, poeta.
tor público. Cé.sar Mármol, Cumarebo, poeta.
Doctor Ramón Montilla Troanes, Valencia, abogado y es- Justiniano Madriz, Paraguanare, poeta y escritor.
critor público. Rafael Malo, Caracas, escritor didáctico.
Doctor Jesús M. Morales Marcano, Cumaná, abogado, lite- Rafael Medina Jiménez, Caracas, escritor.
rato, orador. Domingo Montes, Ciudad Bolívar, escritor.
Fernando Morales Marcano, Cumaná, ¡)oeta. Doctor Wenceslao Monserrate, Barinas, escritor cien-
Doctor Jesús Muños Tébar, Caracas, escritor en ciencias tífico.

exactas y políti(;as. Doctor Félix G. Montes, Ciudad Bolívar, médico y es-


Licenciado Juan Martínez, Caracas, abogado y orador. critor.
Manuel A. Marín, Mai’acaibo, escritor dramático. Hilario Machado, Ciudad Bolívar, escritor y orador.
José Domingo Medrano, Maracaibo, poeta y escritor pú- Régulo Machado, Ciudad Bolívar, escritor.
blico. José María Mestre, Ciudad Bolívar e.scritor y orador.
Doctor Gregorio F. Méndez, Caracas, escritor público, ora- Rafael Monserratte, Ciudad Bolívar, esciltor.
dor, abogado, médico é ingeniero. Bachiller Ejidio A. Montesinos, Tocuyo, escritor científico,
Doctor Pedro Monsalve, Mérida, abogado, literato y literato y poeta.
orador. Juan de Dios Meleán, Cabudare, literato y poeta.
Doctor Felipe Méndez Díaz, Caracas, abogado y filólogo. Angel Víctor Mata, Nueva Es¡)arta, escritor.
Pedro Elias Marcano, Cumaná, poeta y literato. Doctor Ramón Montesinos, Tocuyo, abogado y orador.
Simón Montes, Caracas, escritor público y orador. José Mármol Herrera, Carora, poeta y escritor.
Carlos Luis Marín, Maracaibo, [>oeta, escritor y periodista. Julio Mármol Herrera, Carora, periodista.
Doctor Manuel Montiel Pulgar, Maracaibo, abogado y es- Juan de Dios Meleán, Cabudare, j)oeta, orador y es-
critor público. critor.

J. M. Monasterio Velá.squez, Caracas, periodista y poeta. Ramón Machado, Cumaná, poeta.


Juan Macías Inchauspo, Guanare, escritor público y pe- Doctor José Martínez Maíz, abogado y esciltor.
riodista. José Antonio Márquez Fuentes, Cumaná, escritor.
Manuel D. Marquíz, Caracas, periodista. Doctor Manuel Antonio Martínez, Cumaná, médico y
Ramón G. Marquíz, Caracas, periodista. periodista.
Luis F. Mauquer, Carúpano, periodista. José de Jesús Martínez Mata, Cumaná, escritor.
Pedro Montesino.s, Tocuyo, escritor })úblico. Laureano Morales, Caracas, poeta.
Doctor José de J. Montesinos, Tocuyo, abogado y escritor Serapio Marcano, Cumaná, escritor.
público. Doctor Víctor Manuel Mago, Cumaná, abogado y escritor.
Andrés A. Mata, Carúpano, escritor y poeta. José Cecilio Mendoza, Cumaná, escritor*.
Pedro María Morante, San Cristóbal, poeta. Doctor Andrés Eloy Meaño, Cumaná, médico y escritor.
José María Martel, Maracay, escritor en ciencias. Doctor Francisco Monroy González, Calabozo, médico, es-
Pedro Martel Larruscáin, Caracas, escritor en ciencias. critor y periodista.
Doctor Antonio P. Mora, Caracas, escritor en ciencias. Doctor Francisco María Terán, Calabozo, abogado y
Doctor Tomás Mármol, Caracas, orador. orador.
Doctor Gabriel E. Muñoz, Caracas, médico y escritor pú- Carlos S. Madera, Calabozo, escritor.
blico. Pedro P. Montenegro, Calabozo, escritor y orador.
Luis María Monasterios, Caracas, escritor. Bachiller H. Mondragón, Calabozo, escritor.
General Francisco Mejías, Cumaná, escritor público é Doctor Guillermo Morales, Caracas, médico y escritor.
historiador. Doctor Carlos Morales, San Carlos, escritor.
Doctor Juan de Dios Méndez, hijo, Caracas, abogado José Eduvigis Mendoza, Valencia, escritor.
y escritor. Bachiller Julio Mayodón, Barinas, escritor.
Epifanio Manrique, Caracas, poeta v orador. Doctor Paulo E. Morales, Mérida, abogado y escritor.
Pedro Manri(jue, Río Chico, literato, escritor y orador. Antolín Mora, Guanare, escritor.
Mcserón y Aramia, Caracas, literato y poeta.
Ildefon.so Eduardo Méndez, Aragua, escritor y ])oeta.
Julián T. Maza, Barcelona, e.scritor. Alejandro Marcuccí Salinas, Maracaibo, poeta.
Segundo A Mendoza, Urachiche, escritor público y pe- Manuel Antonio Melendez, San Felipe, historiógrafo y
riodista. escritor.
Juan Antonio Muñoz Tébar, Caracas, orador. Carlos CésarMontezuma, Maracaibo, escritor.
Licenciado Gaspar Marcano, Cumaná, poeta. Luis Medina, poeta.
Tomás Martínez Austria, Caracas, poeta. José Antonio Marín, Valencia, }>oeta.
CXXXVIII ESCRITORES VENEZOLANOS

N' Doctor Manuel María Ponte, Caracas,


médico y escritor
en ciencias medicas.
Doctor Hilarión Nadal, Guanare, abogado, literato, poeta Manuel María Poleo, Caracas, poeta.
y periodista. Antonio Poleo Gonell, Caracas, escritor
Federico Núñez de Aguiar, Caracas, literato, poeta y pe- Ismael Pereira Alvarez, Calabozo, escritor
y periodista.
_

riodista. Doctoi Aleólas I umar, abogado


General José Ramón Núñez, Ortiz, escritor y escritor.
y orador. Doctor Miguel Palacio, Calabozo, abogado
Ildefonso Núñez, Maturín, poeta. biiiion Planas, Barqui.sinieto, escritor
y orador.
José María Núñez, Maturín, escritor público. Hilario
y orador.
Parra, Caracas, escritor.
Manuel Felipe Núñez, Caracas, escritor público. Doctor Francisco Pimentel, Trujillo, abogado
Domingo Navas y escritor.
Spínola, Caracas, escritor público y José Mana Polanco, Maracaibo, poeta.
periodista. Doctor José A. Pérez M., Barcelona, abogado
escritor, y
Doctor José Núñez de Cáceres, Maracaibo, historiador, Denaro Pérez,
li- Barcelona, abogado es-
terato, poeta y novelista. critor y
José Antonio Carrillo Tomás
y Navas, Maracaibo, literato. J osé Pereira, Coro, escritor.
Manuel Eliodoro Narvarte, Caracas, e.scritor público. María Pereira, Coro, abogado, poeta,
^
José Rafael Núñez, Maturín, escritor. oradoi°^^^*^ y
Doctor .José Andrés Narvarte, Caracas, abogado José Antonio Paz Castillo, Caracas,
Doctor Ramón G. Natera, Ciudad Bolívar, abogado
y orador. escritor didáctico.
y Manuel J. Pardo, Maracaibo, escritor público
escritor. Licenciado Francisco G. Pardo, Caracas, abogado,
y poeta
® literato
Doctor Brigido Natera, Cumana, abogado, escritor y poeta.

y
orador. Gil Parpacén, Calabozo, poeta.
José Fernando Núñez, Cumaná, escritor
y poeta. Piñango Ordóñez, La Victoria, literato
Angel M. Núñez, Obispo, escritor. y perio-
dista*^^'"*^^^
Ricardo Núñez Gómez, Cumaná, escritor.
Antonio Pérez Bonalde, Caracas, literato,
Pío. Doctor Buenayentura A. Olivero, Nirgua, poeta y
escritor en lingüisha^
ciencias.
Alejandro Peoli, Maquetía, literato
y poeta.
Doctor Enrique Pérez de Velazco, Caracas, abogado,
O to y orador.
General Ramón de la Plaza, Caracas, literato.
° litera-

Doctor Pedro Naranjo, Orituco, abogado General Gerónimo Pompa, Caracas, escritor.
y orador. Elias Calixto Pompa, Guatire, literato
General José Gabriel Ochoa, Ciudad Bolívar, escritor
pú- y poeta.
blico, periodista
y orador. J^sús María Portillo, Maracaibo, abogado
y escritor
General Pedro Obregón Silva, La Guaira, escritor público públP'^*^^°'"
_
v
periodista. Doctor Manuel Porras, Caracas, médico, literato, escritor
Doctor Francisco Ochoa, Maracaibo, abogado publico y orador.
y escritor
publico. Miguel Eduardo Pardo, Caracas, literato, escritor público y
^
bei liando Olayarria, San Carlos, economista periodista.
orador
Domingo Antonio Ola varría. Puerto Cabello, y escritor pú- Pulido, Barinas, abogado, escritor
blico, historiador mata^*^^^°^ y dijúó-
y orador.
C. Oquendo, Maracaibo, escritor público. Carlos Pumar, Barinas, periodista.
Rodolfo Ochoa, Maracaibo, escritor público Rafael Parra Pineda, Barquisimeto, poeta.
y poeta. Pomás Ignacio Potentini, Barcelona, escritor
Bartolomé Osorio U., Maracaibo, poeta.
iiúblico
^ y
Eduardo O Brien, Caracas, escritor público orador.
y periodista. Emilio Porras, Caracas, periodista.
Doctor Jesús María Olaechea, Guanare, médico
José MaiJa Ochoa, Maracaibo, escritor.
y orador. Manuel Pimentel Coronel, Bejuma, escritor jiúblico.
Geneial francisco Oriach, Barcelona, escritor Geneial Celestino Peraza, Chaguaramas, escritor
y orador. público y
Pablo Antonio Ortega, Caracas, escritor. periodista.
Eduardo Ochoa, Caracas, escritor didáctico. Ramón Marcelino Pérez, Barquisimeto, escritor público.
Santiago Ocampo, Caracas, poeta. A. Pietri Daudet, Carúpa no, escritor novelista
Doctor José Tadeo Ochoa, Ciudad Bolívar, abogado y
v Francisco Pimentel, hijo, Barinas, literato
escritor.
°
Doctor Antonio Parejo, Caracas, literato
y poeta.
y escritor.
Doctor Pompilio Oropeza, Carora, abogado Vicente Pesquera Vallendla, Cumaná, escritor
y escritor. público
' v
Doctoi Heraclio Ortiz, Ciudad Bolívar, abogado v es- literato.
critor. Ramón Pérez, Achaguas, literato
y escritor
General José M. Ortega Martínez, San Felipe,
abogado v
Doctor Ramón Palenzuela, Maracaibo, abogado, literato
v
escritor.
® escritor.
Doctor Félix Delfín Ortega, Valencia, abogado General Juan Tomás Pérez, Barquisimeto, escritor
y iioeta. pú-
General Rosendo Orta, A carigu escritor. blico.
a,
General Luis belipeOraa, Guanare, escritor. Udón Pérez,
Maracaibo, literato
y poeta.
Licenciado Jo.sé G. Orojieza, Tocuyo, abogado Joaquín Portocarrero. Maracaibo, poeta.
^
y ora-
Doctor Eloy Paredes, Mérida, abogado, literato
orador.
Octavio L. Orta, poeta. Doctor Gabriel Picón Febre.‘<, Mérida, abogado, y
oradoi-.
literato y
Gonzalo Picón Febres, IMérida, jioetay orador
Doctor Juan N. P. Monsant, Mérida, abogado
y escritor
General José A Páez, Acarigua, historiador. publico.
.

General Jacinto Regino Pachano, La Vela, Manuel A. Pulido y Pulido, Barinas, escritor público.
literato, histo-
riador y orador. Esteban Ponte, Puerto Cabello, escritor público
y poeta
General Arlionio Pérez, Maracaibo, literato
Doctor Migel Peña, Valencia, ahogado, historiador v y escritor pú- ^
blico.
orador.
Doctor Francisco Antonio Paúl, Caracas
Doctor José M. Perora, Tocuvo, abogado, abogado
^ v
literato v orador.
Doctoi Felipe Fermín Paúl, Caracas, abogado
y escritor
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXXXIX

Doctor José de J. Paúl, Caracas, abogado, literato y Angel D. Ramos, Guanaro, literato y orador.
orador. José María Reina, Caracas, poeta.
Doctor Jesús M. Paúl, Ciudad de Cura, abogado, literato Estanislao Rondón, Cumaná, literato, periodista y orador.
orador. Vicente Antonio Rondón, Barinitas, literato y poeta.
y
General Eduardo Pérez, Maracaibo, poeta. José Rafael Revenga, El Consejo, literato y escritor pú-
Doctor Ramón Perera, Barquisimeto, abogado, literato blico.

y orador. Lino J. Revenga, Caracas, ingeniero y escritor en cien-


Eduardo Pepper, La Guaira, escritor público. cias.

Doctor Manuel Ponce de León, Mérida, literato y es- Manuel Revenga, Caracas, escritor.

critor público. Doctor I. Riera Aguinagalde, Carora, médico, literato y


Manuel Antonio Pachano, Caracas, escritor. orador.
Pro. Manuel Piñero Olivares, Valencia, autor didác- Doctor José Manuel de los Ríos, Caracas, médico y escri-
tico. tor público.
Ramón Palacio, Calabozo, escritor mercantil. Eugenio A. Rivera, Guanare, abogado, legislador y
General Federico Párraga, Valencia, escritor pe- orador.
y
riodista. Ermelindo Rivodó, La Guaira, literato y poeta.
Licenciado Jesús María Pérez, Barquisimeto, abogado y Baldomero Rivodó, La Guaira, literato y filólogo.
literato. Juan José I. Rodríguez, La Guaira, literato y poeta.
Doctor Antonio M? Pineda, Barquisimeto, médico y es- Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Caracas, abogado, literato,
critor científico. codificador y hacendista.
Licenciado Eliodoro F. Pineda, Barquisimeto, abogado, Doctor José Reyes Piñal, Coro, literato, escritor y codifi-
cador.
literato y poeta.
José Parra Pineda, Barquisimeto, poeta y e.scritor. Doctor Arístides Rojas, Caracas, médico, literato, astró-
Doctor Lázaro Perera, Barquisimeto, abogado y lite-
nomo é historiador.

rato. Doctor José María Rojas, Caracas, abogado, literato é his-


Doctor José Antonio Pérez Coronado, Cu maná, abogado, toriador.
Doctor Marco Aurelio Rojas, Caracas, médico y escritor en
literato y orador.
ciencias naturales.
Bachiller Ramón Pérez Coronado, Cumaná, escritor pú*
blico.
Doctor Pedro José Rojas, Cumaná, literato, periodista
y orador.
José .Jerónimo Peinado, Cumaná, literato y orador.
Pedro Ezequiel Rojas, Cumaná, literato y escritor.
Nicolás G. Porras, Caracas, literato y poeta.
Pedro José Rojas, hijo, Cumaná, literato y periodista.
Alberto Pérez Carreño, Caracas, escritor.
Paulo Emilio Romero, Caracas, poeta y periodista.
Juan F. Pérez Bermúdez, Caracas, escritor.
Doctor Juan Germán Roscio, San Francisco de Tiznados,
Doctor Manuel Palacio, Mijagual, médico y escritor.
abogado, literato y orador.
General Antonio María Palacio, Mijagual, abogado y
escritor.
Licenciado Lisandro Ruedas, Valencia, abogado, literato
Bachiller Rosendo Perdomo, Barbacoas, escritor y orador. y poeta.
Bachiller J. Pérez Veracoechea, Tocuyo, escritor. Rafael Rojas, San Carlos, escritor público y perio-
dista.
Ramón Peñuela,
I. Tocuyo, escritor y poeta.
José Antonio Pérez Calvo, Valencia, poeta. Doctor Fidel Rivas y Rivas, Caraca.s, abogado y es-
critor.
Doctor Domingo A. Perera, Carora, abogado y orador.
Bachiller Rosendo Perdomo, Barquisimeto, periodista Manuel J. Rivas, Cumaná, escritor público.
y Rafael de Caracas,
orador. los Ríos, escritor público y pe-
Bachiller Pérez Veracoechea, Tocuyo, escritor. riodista.
J.
Bachiller Santiago Pérez Gil, Tocuyo, poeta y es- Doctor Teófilo Rodríguez, Caracas, abogado, escritor y
critor. orador.
Carlos Mauricio Pérez, Tinaco, escritor y poeta. Alfredo Rey, Caracas, literato y poeta.
León Paz Guerra, Valencia, escritor. Carlos Rangel Garbiras, La Grita, escritor público.
José María Rivas, Maracaibo, escritor público y orador.
Horacio Reyes, La Vela, literato y poeta.
Q José Angel Ruiz, Pao de Barcelona, literato y orador.
Horacio Ruiz, Río Chico, escritor público.
Doctor Francisco de P. Quintero, Caracas, abogado y orador.
Víctor Manuel Racamonde, Valencia, poeta.
Doctor Benjamín Qüenza, Barinas, abogado, literato, ora-
M. V. Romero García, Valencia, escritor público y pe-
dor y diplómata.
riodista.
Doctor Angel Quintero, Caracas, abogado, literato y es-
Alejandro Roinanace, Valencia, escritor público y poeta.
critor.
Miguel José Romero, Barcelona, escritor público.
Doctor Pedro Quintero, Caracas, abogado, escritor público
Doctor E. A. Rísquez, Juan Griego, médico y escritor
y orador. en ciencias.
Manuel M. Quintero, Caracas, literato, escritor y orador. Filógono Rivodó, La Guaira, poeta.
Domingo Quintero, Caracas, periodista. Doctor Luis Razzeti, Caracas, escritor en ciencias.
Doctor Félix Quintero, Caracas, ingeniero, abogado y Trinidad Romero Bello, Orituco, escritor })úblico.
orador. Doctor Gonzalo A. Ruiz, Caracas, abogado y escritor.
Coronel Juan José Quintero, Cumaná, poeta. General Antonio Ros de Glano, Caracas, literato, escritor

R y periodista.
Abraham Ramírez, Maracaibo, poeta.
Licenciado Juan José Romero, Caracas, abogado
y
Licenciado Ramón Ramírez, Caracas, abogado, literato y orador.
poeta. Licenciado José Santiago Rodríguez, Caracas, abogado
y
José Luis Ramos, Caracas, literato, periodista, políglota orador.
y poeta. José Leandro Requena, Caracas, escritor y orador.
Manuel María Ramos, Caracas, literato y poeta. Doctor Francisco de P. Reyes, Valencia, abogado, escritor
Domingo Santos Ramos, Caracas, literato, poeta, orador y orador.
y periodista. Cristóbal A. Rivera, Guanare, poeta.
CXL ESCRITORES VENEZOLANOS

Sebastián Alfredo Robles, Caracas, poeta. Doctor Jederico Salas, Merida, escritor público orador.
Pbro. Doctor Nicanor Rivero, Caracas, escritor
y
y pe- Doctor Martín J. Sanavria, Caracas, abogado
riodista. y orador..
General M. A. Silva Gandolphi, Nueva Esparta, literato,
José María Reyes, Pecaya, poeta. poeta y escritor público.
Angel C. Rivas, Cumaná, escritor. General Ricardo Silva, Valencia, escritor público.
Pedro M. Ruiz, Caracas, escritor. A. Eloy Sidney, San Felipe, escritor
Doctor José Lorenzo Renier, Tocuyo, y periodista.
abogado y es- Alfredo Sánchez, Maturín, poeta.
critor.
Manuel María Silva, Valencia, escritor público.
Juan Bautista Romero, Barquisimeto, periodista y orador. José Antonio Segrestáa, Puerto Cabello, escritor público
Gelacio Rivero, Tocuyo, poeta y escritor.
y periodista.
R. M. Rodríguez López, Tocuyo, poeta.
General José L. Silva, Valencia, escritor público.
Doctor Juan de J. Rodríguez, Tocuyo, abogado es-
y General Juan \ Ícente Silva, Valencia, escritor público
critor. y
orador.
Doctor Andrés Riera Silva, Carora, abogado,
é historiógrafo.
escritor A palico Sánchez, Maracaibo, poeta.
Simón Soublette, Caracas, escritor público.
A. Ruiz Miyares, Caracas, periodista.
Doctor M. Antonio Seco, Chaguaramas, médico
Doctor Francisco Esteban Rivas, Cumaná, abogado y escritor
y en ciencias médicas.
orador. Pedro Sederstrong, Ciudad Bolívar, escritor, periodista
José María Rodríguez, Cumaná, escritor. y
orador.
José Antonio Ramos, Cumaná, escritor
y orador. Doctor Alberto R. Smith, Caracas, escritor en ciencias.
General José Miguel Rubio, Cumaná, literato poeta. José Francisco Sánchez, Barcelona, escritor público.
y
Miguel E. Ramos, Cumaná, literato escritor. José R. Silva B., Cumaná, escritor.
y
Jerónimo Ramos, Cumaná, literato y escritor. José A. Silva B., Cumaná, escritor.
Juan José Riera, Coro, poeta. J. M. Seijas García, Caracas, escritor.
General Domingo Ramírez, Cumaná, poeta. José Antonio Salas, Caracas, escritor.
Valentín Rivas, Cumaná, literato y escritor. Félix Soublette, Cuba, literato
Doctor José M. Rivas Mundarain, Cumaná, médico y poeta.
y es- Doctor Francisco Soto, Caracas, abogado, escritor
critor. y orador.
Vicente Sánchez Chacín, Lezama, escritor
Máximo Rivero, Orituco, legista escritor filosófico.
y poeta.
y Doctor José María Salazar, Cumaná, abogado, orador v
Ignacio Ríos, Ciudad de Cura, periodista. escritor.
Guillermo Rodríguez Silva, Calabozo, escritor. Licenciado Lucio Siso, Caracas, abogado orador.
Atilano Rodríguez, Calabozo, poeta escritor. y
y Licenciado Pedro José Saavedra, Boconó, abogado,
Doctor Filiberto Rodríguez, Calabozo, abogado es-
y escritor y orador.
critor.
Pbro. Doctor Casto Silva, Maracaibo, escritor.
Joaquín Reveróii, Valencia, escritor y poeta. Manuel Sánchez Peña, Maracaibo, escritor.
Cástor Cosme Rodríguez, San Fernando, escritor. José Suárez Luzardo, Maracaibo, escritor.
Felipe S. Real, San Fernando, periodista. Silvestre Sánchez, Maracaibo, cronista é historiador.
José Manuel Rojas, Cumaná, escritor. Bartolomé Somosa, Ciudad Bolívar, escritor.
Manuel Salvador Romero, Maracaibo, poeta. Bachiller Rafael Saavedra, Tocuyo, literato
Clodomiro Rodríguez, Maracaibo, poeta. y poeta.
Francisco A. Silva, Nueva Es])arta, escritor.
Julio Rodríguez, Valencia, poeta. Manuel Silva Es[)ina, Nueva Esparta, escritor.
Ramón María Rodríguez, Caracas, escritor y poeta. Emiliano Soteldo, Barquisimeto, periodista.
J. F. Samuel Lara, Ban|UÍ.simeto, periodista.

s critor.
Doctor Antonio José Silva, Carúpano, abogado
y es-

Vicente Salias, Caracas, poeta. Doctor Cecilio Sarmiento, Calabozo, abogado escritor.
y
Pedro Sanojo, Calabozo, literato y lingüista. Doctor Manuel M. Sanojo, Pao, médico
y escritor en
Francisco de Sales Pérez, Caracas, literato ciencias.
y escritor de
costumbres. Manuel María Silva, Valencia, escritor y poeta.
Marco A. Saluzzo, Cumaná, literato, poeta Genei’al Julián Sosa, Nutrias, escritor.
y orador.
Miguel Sánchez Pesquera, Cumaná, literato General Rafael Silveira, Guanare, escritor.
y poeta.
Licenciado Luis Sanojo, Calabozo, abogado, comentador Manuel S. Soto, Maracaibo, poeta.
de Códigos Nacionales. Telésforo Silva Miranda, Caracas, escritor
y poeta.
Doctor Antonio María Soteldo, Yaritagua, abogado Antonio Smith Monzón, Coro, poeta.
y
escritor.
Doctor Miguel José Sauz, Valencia, abogado, literato, his-
toriador y legislador. T
Doctor Rafael Seijas, Caracas, abogado, publicista, filólogo
Doctor \ Ícente Tejera, Caracas, abogado, literato
y diplómata. y
poeta.
l)octor Rafael F. Seijas, Caracas, abogado, i)ublicista
y Miguel iejera, Caracas, literato, historiador escritor en
diplómata. y
ciencias.
Doctor Andrés Antonio Silva, Pam})atar, abogado, lite- Felipe Tejera, Caracas, literato, poeta é historiador.
rato y poeta.
Doctor Santiago Terrero Atienza, Caracas, abogado, perio-
Franci.sco Antonio Silva, Valencia, literatoy escritor. dista y orador.
Doctor Jesús María Sistiaga, Caracas, abogado, literato Doctor Carlos Tirado, Caracas, abogado, literato
y
y poeta. oi’ador.
Doctor José Félix Soto, Caracas, abogado y escritor Fermín Toro, Caracas, literato, poeta, orador y dipló-
})úblico. mata.
Doctor lomas J. Sanavria, Caracas, abogado, literato Doctor Pedro Julián Tortolero, Montalbán, abogado, lite-
y orador. rato y oi-ador.
José A. Serrano, Mai-acaibo, escritor público
y orador. General F. Tosta García, Caracas, literato y perio-
Eiluardo Scaulan, Maiquetía, e.scritor público
y poeta. dista.
Eduardo Sulbarán, Maracaibo, poeta. Adalberto Toledo, INIaracaibo, periodista.
Víctor Raúl Sandoval, Maracaibo, poeta. Doctor Diego Luis Troconis, Mérida, abogado v orador.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXLI

Gabriel Troconis Ui’daneta, Maracaibo, poeta. José Ramón Villasmil, Maracaibo, literato, poeta y pe-
Ramón Troconis Vale, Maracaibo, poeta. riodista.
Valerio P. Toledo, Maracaibo, escritor público y pe- Doctor Rafael Villavicencio, Caracas, médico, literato, es-
riodista. critor en ciencias y orador.
Leopoldo Torres Abandero, Caracas, poeta y escritor. Doctor Julián Viso, Valencia, abogado, publicista, histo-
Doctor Manuel V. Toledo, Caracas, escritor. riador, codificador y diplómata.
Elias Toro, Caracas, escritor. Doctor Laureano Villanueva, San Carlos, médico, literato,
Gustavo Terrero Atienza, Caracas, periodista. periodista, historiador y orador.
Miguel Trujillo, Orituco, escritor y orador. Doctor David Villasmil, Caracas, abogado, literato y pe-
Rómulo Terrero, Caracas, periodista. riodista.
J. M. Terrero Arias, Cai’acas, periodista. Doctor Guillermo Tell Villegas, Barinas, abogado y escri-
General Leopoldo Terrero, Caracas, escritor y periodista. tor público.
General Pedro Toledo Bermúdez, Curaaná, escritor pú- Doctor G. T. Villegas Pulido, Barinas, abogado, escritor y
blico. periodista.
Rafael Terán, Caracas, escritor. üroncio Valderrama, Coro, periodista.
Ramón Troconis, Maracaibo, escritor. José Gregorio Villafañe, Barinas, escritor público.
G. Troconis U., Maracaibo, poeta. Enrique Vilches, Maracaibo, poeta.
Juan Francisco Troconis, Maracaibo, poeta. Juan C. Villasmil, Maracaibo, poeta.
Doctor Esteban Tellería, Coro, abogado y orador. Leónidas Vargas, Maracaibo, escritor público.
Doctor José María Tellería, Coro, abogado y escritor. José de J. Villasmil, Maracaibo, escritor público y poeta.
General Pedro Torres, Coro, escritor. Antonio B. Barroso, Maracaibo, escritor público.
Rafael Torrealba, Ciudad Bolívar, escritor. Pablo A. Vilches, Maracaibo, escritor público y pe-
Amenodoro Torrealba, El Sombrero, escritor. riodista.
Diógenes Torrellas Urquiola, San Felipe, poeta y es- Adán Valenzuela, La Victoria, escritor público.
critor. Antonio Valero Lara, San Sebastián, escritor público
Tapia Baldó, Barinas, escritor.
J.
y periodista.
Doctor Pedro Julián Tortolero, Valencia, abogado, ora- General José A. Velutini, Zaraza, escritor y poeta.
dor y escritor. General León Van Praag, Caracas, escritor.
Vigas, Cumaná, escritor público.

u J. J.
Andrés J. Vigas, Cumaná, escritor y periodista.
Fernando Vizcarrondo Rojas, Caracas, escritor didáctico.
Doctor Diego Bautista Urbaneia, Barcelona, abogado, lite-
Manuel María Villalobos, La Guaira, literato y poeta.
Doctor Luis Felipe Vargas, Ciudad Bolívar, escritor.
rato y orador.
Doctor Diego B. Urbaneja, hijo, Caracas, abogado y es-
Federico Vicentini, Ciudad Bolívar, escritor.
critor. Tomás Vásquez León, Ciudad Bolívar, escritor.
Doctor Modesto Urbaneja, Caracas, abogado y escritor
Alfredo Valero Lara, San Sebastián, escritor.
público. Doctor Juan M. Velásquez Level, Cumaná, médico
y es-
Doctor Manuel María Urbaneja, Caracas, abogado, autor critor.

de obras literarias y didácticas. Doctor Francisco Vetancourt Vigas, Cumaná, abogado


Doctor Manuel C. Urbaneja, Caracas, abogado y escritor y literato.

público. Alejandro Villanueva, Cumaná, escritor.


Doctor Alejandro Urbaneja, Caracas, abogado y escritor Doctor Angel D. Volcán, Calabozo, escritor en ciencias
público. y poeta.
Luis Urbaneja A., Caracas, escritor. Felipe Valderrama, Coro, poeta.
Doctor Wenceslao Urrutia, Caracas, abogado, estadista
orador.
Doctor José Miguel Unda, Guanare, abogado, literato
y
y
Y
orador. Ramón Yepes, Maracaibo, escritor y orador.
Amenodoro Urdaneta, Bogotá, literato, poeta y autor de General José Ramón Yepes, Maracaibo, literato y
obras didácticas. poeta.
Belarmino Urdaneta, Maracaibo, poeta. Doctor Emilio A. Yanes, Caracas, médico y escritor pú-
Luis Urdaneta V., Maracaibo, poeta. blico.
Luis Urdaneta H., Maracaibo, literato y poeta. Ramón Yejies, hijo, Caracas, escritor.
Pbro. José Tomás Urdaneta, Maracaibo, escritor. Doctor Manuel Ramón Yepes, Tocuyo, literato.
Licenciado Carlos Urdaneta, Maracaibo, abogado, escritor Licenciado Inocencio Yepes, Barquisimeto, literato
y
y orador. poeta.
Pedro Urbina, Orituco, poeta popular. Domingo Yepes, Barquisimeto, escritor y orador.
Clodomiro Urrieta, Quíbor, escritor y orador.
Justiniano Unda, Carora, poeta.
M. E. Urosa, Coro, escritor. z
Merced V. Tapia, Barinas, escritor.
Doctor Nicomedes Zuloaga, Caracas, abogado pe-
Doctor José Francisco Unda, Guanare, escritor v abo- y
riodista.
gado.
César A. Zumeta, Caracas, escritor público.
Licenciado Ramón María Ugarte, Ospino, abogado y es- Doctor Víctor A. Zerpa, Bejuraa, abogado
critor. y escritor.
General Luis Zagarzazu, Valencia, escritor público.

V critor.
Doctor Agustín Zárraga, Coro, abogado, literato

Bachiller Antonino Zárraga, Coro, escritor


es-

y periodista.
y

Doctor José María Vargas, La Guaira, literato, orador Doctor Alejo Zuloaga, Valencia, abogado, escritor orador.
y es- y
critor en ciencias.
Ildefonso Vásquez, Maracaibo, literato y poeta.
Federico C. Velásquez, Ciudad de Cura, literato, poeta
_ y
periodista

19
CXLII ESCRITORES VENEZOLANOS

EXTRANJEROS QUE HAN ESCRITO EN VENEZUELA

uve
Fausto Teodoro de A Id rey, España, periodista. General Carlos E. Morton de Kératri, Francia, escritor
Doctor Alejandro Angulo Guridi, Santo Domingo, abo- y
periodista.
gado, literato y escritor. Francisco J. Machado, Santo Domingo, periodi.sta.
Juan Ignacio de Armas, Cuba, literato, poeta, perio- General Vicente S. Mestre, Colombia, abogado v publi-
dista y orador. cista militar.
Doctor Diógenes A. Arrieta, Colombia, abogado, literato, Belisario Moneada, Colombia, escritor
y poeta.
poeta, periodista y orador. Doctor Manuel M. Madiedo, Colombia, escritor.
Manuel Eudoro Aybar, Santo Domingo, escritor público.
nsr
B Doctor José Núñez de Cáceres, Santo Domingo, aboo'ado
Manuel Briceño, Colombia, literato y escritor. literato y escritor.

Doctor Ricardo Becerra, Colombia, abogado, escritor


periodista.
y O
General Daniel F. O’Leary, Irlanda, historiador
General Víctor Barret de Nazarís, Francia, literato, es- y com-
pilador.
critor y orador.
Olimpo Borrero Bóveda, Colombia, escritor. Simón Bolívar O’Leary, Colombia, historiador
y compilador.
Doctor Luis Daniel Beaupberthuy, Francia, médico
y
escritor en ciencias. Isaac José Pardo, Alemania, literato, economista, esta-
c dista y lingüista.

Doctor N. Camacho, Colombia, escritor. Salvador Presas, Puerto Rico, periodista.


Coronel Agustín Codazzi, Italia, autor de la Geografía
y Atlas de Venezuela. José María de Rojas, Santo Domingo, literato
Juan Claussell, Puerto Rico, periodista. y periodista.
Lola R. de Tió, Puerto Rico, poetisa.
Juan Coronel, Colombia, escritor. Aníbal Ruiz, Colombia, escritor.
CU Antonio Díaz Rodríguez, Colombia, escritor poeta.
y
Juan Chaffangon, Francia, escritor naturalista.
Gumersindo Rivas, Puerto Rico, jieriodista"
Diego Brito Real, Islas Canarias, escritor
ID y poeta.
A. Macías del Real, España, periodista.
Francisco Davegno, Italia, escritor en ciencias.
Doctor Manuel Dagnino, Italia, médico, escritor en
s
cien-
Isaac^ Salas,Holanda, escritor jiúblico
cias, literato y orador. y periodista.
Alirio Díaz Guerra, Colombia, escritor Einilia Serrano, Baronesa de \Filson, España,
escritora
y poeta. ^
é hi.storiadora.
D’ Olmo, Puerto Rico, orador conferencista.
Coronel Guillermo Smitb, Escocia, economista.
E James
C. Spencer, Inglaterra, e.scritor naturalista.
Doctor Adolfo Ernst, Alemania, escritor naturalista. Doctor José María Samper, Colombia, abogado, literato

poeta y orador.
E José Antonio Silva, Colombia, literato poeta. y
Evaristo Fombona, España, literato, poeta, periodista
orador.
y T
G Mucio Teixeira, Brasil, literato
y poeta.

Domingo Guzmán, Colombia, escritor y periodista. XJ


Doctor Alfredo de Guzmán, Colombia, escritor Alberto Urdaneta, Colombia, escritor
y perio- y periodista.
dista. Doctor Juan de Dios Uribe, Colombia, abogado, literato
Doctor Renato de Grossourdi, Francia, escritor natura- poeta y escritor. ’

lista.
J ulio N. Galofre, Colombia, escritor.
V
n terato
Doctor José María Vargas Vila, Colombia, abogado
y periodista.

li-

Alejandro de Humboldt, Alemania, gran sabio naturalista Doctor R. del Valle, Puerto Rico, médico y escritor
y astrónomo. en ciencias.
Doctor Luis Pío Herrera, Islas Canarias, abogado Carlos Vallarino, Colombia, escritor.
y pe-
riodi.sta. Doctor Héctor F. Varela, Argentina, abogado, escritor

js:
orador y periodista.
Agustín de la Vergara, España, escritor.
Hermán Karsten, Alemania, escritor naturalista.
"sr
I
Doctor Francisco J. 1; anes, Cuba, abogado, historiador
Antonio José de Irizarri, Guatemala, escritor, historia- escritor.
dor y periodista. y

L z
Irancisco A. Zea, Colombia, escritor, orador
Coronel Manuel Antonio López, Colombia, escritor
y dinló-
^
é mata.
historiador.
Eulogio S. Zaldua, España, escritor en ciencias exactas.
POR MANUEL LANDAETA ROSALES CXLIII

ORADORES SAGRADOS NOTABLES

Advertencia. — Aunque la siguiente nómina figura en la página LUI de esta obra, se reproduce aquí por haber sa
lido allí con errores y omisiones.

JSZE

Pro. doctor José Manuel Alegría, San Carlos. Illmo. doctor José Antonio Mohedano, Caracas.
Pro. doctor Rafael María Alvarado, Barquisimeto. Pro. doctor Jo.sé F. Mas y Rubí, Maracaibo.
Pro. doctor Aguedo F. Alvarado, Bobare. Pro. doctor José Manuel Mendoza, Caracas.
Illmo. doctor José Manuel Arroyo, Carora. Illmo. doctor Ramón Ignacio Méndez, Barinas.
Pro. doctor Francisco Avis, Ciudad Bolívar. Pro. doctor Fernando Arturo de Meriño, Santo Domingo.
Pro. doctor Leandro Arestiguietu, Ciudad Bolívar. Pro. doctor José Martiarena, Cumaná,
Pro. doctor Antonio Patricio Alcalá, Cumaiiá. Pro. doctor Pedro Moratti, Francia.
Pro. doctor Francisco M. Arráiz, Quíbor.
Pro. doctor José Cecilio Avila, Güigüe.
O
Pro. doctor Ladislao Amitesarove, Caracas.
Fray Nicolás de Odena, España.
Pro. doctor Eduardo Olaechea, Guanare.
Pro. doctor Ricardo Arteaga, Cuba.
Pro. doctor Rafael M? Osuna, Guanare.
B
Pro. doctor Fernando Barreto, Trujillo.
Pro. doctor José Plaz, Cumaná.
Pro. doctor José Ignacio Bereciartu, Barquisimeto.
Pro. doctor José María Pérez Limardo, Carora.
Pro. doctor Diego Botinos, Cumaná.
Pro. doctor José Antonio Pérez de Velasco, Caracas.
Pro. doctor Miguel Antonio Baralt, Maracaibo.
Pro. doctor José María Barroeta, Trujillo.
Pro. doctor José María Bobadilla, Santo Domingo. Pro. doctor Jo.sé Patricio Quintero, Cumaná.
c B,
Pro. doctor Andrés A. Callejón, Cumaná. Fray Tomás Riera, Carora.
Illmo. doctor José S. Crespo, Río Tocuyo. Pro. doctor José María Raldiris, Caracas.
Pro. doctor José Lorenzo Castro. Pro. doctor Andrés M. Riera Aguinagalde, Carora.
Pro. doctor Juan Bautista Castro, Caracas. Pro. doctor Andrés Riera Montesdeoca, Carora.
Pro. doctor José Cortés Madariaga, Chile. Pro. doctor José Antonio Rincón, Maracaibo.
Pro. doctor Juan Pablo Cabrales, Carora. Pro. doctor José Manuel Rivero, Valencia.
Pro. doctor Diego Cova, Cumaná. Pro. doctor Nicanor Rivero, Caracas.
Pro. doctor Liborio Colmenares, Guanare. Illmo. doctor Manuel Felipe Rodríguez, Chacao.
ID Pro. doctor José V. Ramírez, Maracaibo.
Pro. doctor Juan Crisóstomo Rodríguez.
Pro. doctor Víctor José Diez, Coro.
Pro. doctor Pascual Del Pueyo, España.
Pro. doctor José Antonio Ramos Martínez, Cumaná.
E S
Pro. doctor Antonio José de Sucre, Cumaná.
Pro. doctor José Alberto Espinosa, Caracas.
Illmo. doctor Felipe N. Sendrea, Puertos de Altagracia,
Pro. doctor Miguel Antonio Espinosa, Valencia.
Pro. Gregorio Seijas, Caracas.
Pro. doctor Alejandro Echezuría, Caracas.
Pro. doctor Cayetano Esteller, Caracas. T
E Pro. doctor Juan Agustín de la Torre, Carora.
Illmo. doctor Mariano Talavera y Garcés, Coro.
Illmo. doctor Mariano Fernández Fortique, Caracas.
Fray Arcángel de Tarragona, España.
C3- Pro. doctor Emiliano Torres.
Pro. doctor Isidro Girón, Caracas. Pro. doctor Juan José Tovar, Caracas.
Pro. doctor Víctor González, Maracaibo. XJ
Pro. doctor Octaviano González, Maracaibo.
Pro. doctor José María Urdaneta, Maracaibo.

Pro. doctor Maximiano Hurtado, Tocuyo.


V
Pro. doctor Daniel Vizcaya, Cabudare.
I
'W
Illmo. doctor Francisco de Ibarra, Caracas.
Pro. doctor Juan Pablo Wonsiedler, Barquisimeto.
E
Illmo. doctor Román Lovera, Guacara.
Pro. José Macario Yepes, Barquisimeto.
Pro. doctor Pedro León Lovera, Caracas.
Fray Marcelo Laguna, Cumaná. z
Pro. doctor Luis María Luzardo, Ciudad Bolívar. Pro. doctor Tomás Zerpa, Mérida.

Escritoras nacionales.— Este es el título que debe llevar la lista de la


página XXIII, y no el de poetisas, que equivocadamente se le puso.
CXLIV ESCRITORIOS VENEZOLANOS
Establecimientos de Instrucción Publica en Venezuela en distintas
épocas
1

NOMBKE DE I,OS ESTABI.ECIMIENTOS 1831 1841 1871 00 00


80 1895
1

Semiiiai’ios J. i

1 1
“i 4
,

Universidades 0 0
z 4
Academia de Matemáticas 1 1
“ Náutica 1
1 1
Coleo-ios Nacionales de varones ( 2 ‘? cat(ío-oría
u
')
11 9 14 13
<• i i u
“ Darticnlares “ 6 6
“ 11 24 30
Nacionales de Niñas
“ 4 8 11 13
particulares de “ 1
6 15 17
Escuelas Er)iscopales
“Normales 4 2
Academia de Dibnio v Pintura. 4 2
1 1
“Bellas Artes
1 1
Escuela de Teleo-rafía
“ 1
Politécnica
“ 1 1
de Artes vOfícios 1

“ “ los Territorios 1 1
“ “ Música V Canto 1
“ “ Idiomas vivos niñas) 2 1
(

“ 1
Municiimles, seccionales v municii)ales 96 219

i

241 645 720


Federales '
1

1,60 1.334 1.003


'

! 1

Institutos Superiores

NOMBRE DE ELLOS FECHA DE CREACIÓN

Colegio de Abogados 1 701


“ “ Médicos 1883 1894
1
“ “ Ingenieros 1883
1861
Academia Venezolana Correspondiente de la Real Academia
Española 1883
Academia Nacional de la Historia... 1888
Ateneo de Caracas 1893
Biblioteca Nacional
iOOO lo 4
Museo Nacional 1836
<

1874
Observatorio Astronómico 1874 1889

SOCIEDADES CIENTÍFICAS A' LITERARIAS

J8 ociedad Venezolana de Ingenieros Civiles


,
Cagigal.
,
“ de Geografía de Venezuela.
“ de Aclimatación y Perfeccionamiento Industrial.
“ Científico-literaria Amantes del Saber.

Manuel Landaeta Rosales.


; —

LA IMPRENTA EN VENEZUELA
roí?. FEJXjIFE LE301T

FELIPE A. LEÓN ELIODORO LOPEZ


Presidente del Gremio de Impresores Decano de los impresores de Venezuela

A primera imprenta que vino á Venezuela, la trajo Hé aquí la relación cronológica de la instalación de
el General Francisco Miranda en sus expediciones á la imprenta en las principales ciudades de Venezuela, desde
^ Ocumare y Coro en 1806, la cual no desembarcó y 1808 hasta 1889:
tuvo que depositarla en la isla inglesa de Trinidad. Adquirida
luégo por los norte-americanos Mateo Gallagher y Jaime Lamb,
1808 — En Caracas, por Mateo Gallagher y Jaime
la establecieron en Caracas en 1808.
Lamb.
Se asegura que el General Pablo Morillo, General en
1811 En Valencia, por Baillis (sucursal de Caracas).
Jefe del Ejército expedicionario contra la América del Sur,
1812 En Cumaná, por Manuel José Rivas.
trajo una imprenta en 1815 ; y que el General Alejandro
1818 — En Ciudad Bolívar, por el Libertador Simón
Bolívar.
Petión, Presidente de Haití, mandó entregar una pequeña
imprenta al Libertador en los Cayos de San Luis en marzo 1821— En Maracaibo, por el General Lino de Clemente.
de 1816. —
1826 En Puerto Cabello, por N. Permañel (español).
Para esta fecha existía en Caracas la imprenta llama- 1829— En Barinas, por el Gobierno provincial.
da del “ Rey ” y la cual pertenecía al peninsular Don Juan 1830— En Guanare, por Tereso González.
Gutiérrez. En este establecimiento aprendieron los venezo- 1833— En Barquisimeto, por Pablo María Unda.
lanos Valentín Espinal y Tomás Antero, quienes fueron 1835— En Barcelona, por el Partido Reformista.
más tarde los maestros del arte en Venezuela. Establecido 1842— En Coro, por varios accionistas.
el señor Espinal, cultivó la Encuadernación con el insu- 1844 En San Cristóbal, por Domingo Guzmán^^
lar Don Juan Pey; luégo fué á los Estados Unidos, 1845 En Mérida, por Francisco Uzcátegui. f" -
y
trayendo de allá el cilindro con que sustituyó las imper- 1845— En La Guaira, por Baldomcro Rivodó é Isaac J.
fectas balas que se usaban en la prensa para dar tinta Pardo.
trajo además la prensa de rodillo y todas las mejoras que 1848— En La Victoria, por Diego Hurtado.
había en aquel tiempo, y creó el mejor establecimiento 1854— En Carúpano, por Basilio Agreda.
que tuvo el país por muchos años en el ramo tipográfico. 1854— En San Fernando, por Manuel María Betancourt.
De allí salieron los inteligentes Jesús María Soriano, Bar- 1856-^En San Carlos, por el Gobernador Doctor Guillermo
tolomé Valdez, Manuel María Zarzamendi, (que trajo la pri- Tell Villegas.
mera prensa para moverla al vapor), Camilo Machado, Juan 1856— En Calabozo, por el Doctor José Lorenzo Lia-
Carmen Martel, Manuel Antonio Castro, Jo.sé Antonio Ca- mozas.
rias y otros cajistas hábiles; y los encuadernadores Lucas 1856— En Asunción, por el Gobierno provincial de
Ortiz, notable en el arte, Santiago Alvarez, Vicente Ibarra, Margarita.
José de Jesús Sosa y otros más. 1858— En Upata, por Pedro Cova.
Siguió progresando el arte y aumentándose los talleres 1861— En San Antonio del Táchira, por el Doctor Manuel
de donde había de irradiar la luz de la civilización y ;
M. Marclián.
no sólo Caracas, sino las principales ciudades de la Repú- 1864— En Trujillo, por Juan Bautista Carrillo Guerra.
blica, recibieron los beneficios que á los ¡meblos viene dis- 1865— En Cabudare, por el Gobierno del Estado Bar-
pensando la imprenta desde que brotó esplendorosa del ins- quisimeto.
pirado cerebro de Guttenberg. 1866 En Urachiche, por el General Jacinto Anzola.
CXLVI LA IMPRENTA EN VENEZUELA
1868 — En Ciudad de Cura, por el General Miguel Anto- LISTA NOMINAL DE LAS PERSONAS QUE DESDE LOS PRIMEROS
nio Rojas.
TIEMPOS HASTA NUESTROS DIAS HAN EJERCIDO EL ARTE
1870— En Maturín, por el Doctor Pedro Pablo del Cas-
tillo é hijos. EN CARACAS, EN LOS DIVERSOS RAMOS QUE ÉL AP.ARC^.
1870— En Libertad, por el Gobierno del antiguo Esta-
do Zamora. JK.

1871 En Ospino, por el General Manuel Herrera. Antero, Tomás Albarracín, hijo, Ramón
1872 En Valera, por Vicente Briceiio Briceño. Antero, Santiago Alvarez, Santiago
1873 En Tocuyo, por Hermanos Colmenares. Antero hijo, Tomás. Amundaray, Ramón
1873— En Lobatera, por el Presbítero Gabriel Gómez. Antero, Miguel Arámburu, Ramón J.
1874 En Ortiz, por el Gobierno del Estado Guárico. Aguilar, Rafael Ascanio, Luis A.
1874 En Táriba, por el Instituto Dramático. Abreu, Froilán Arias Rodríguez, Fabriciano-
1875 — En San Felipe, por el Gobierno del Yaracuy. Abreu, Juan de Jesús Arocha, Juan Nephtalí
1875 — En Carora, por José Antonio Mármol Herrera. Alcalde Piña, Ramón Andrés A
Arrivillaga,
1875 En Petare, por el Gobierno Nacional. A riza, Plácido Arámburu, José V. de
1876 En Rubio, por el Licenciado F. Mendoza.1.
Arias Poleo, Rafael Arámburu, Luis Emilio de
y i

Alas, Jesús María


otros. Arámburu, Eliseo de

1876 En Guasipati, por Pedro Coll Pérez. ¡
Acosta, Pedro Alayón, Rafael
1876 — En Aragua de Barcelona, por el Doctor César
Espino.
i

B
1878— En Píritu de Barcelona, por
j

Burguillos, Luis Blanco, Sergio


el General José F. í

Rivas. Barrosa, Benigno Blanco, Juan Bautista


1879 — En Quíbor, por varios ciudadano,s. ¡
:

Blanco, Ramón Adriano Bonacía, Carlos


1879 En Caicara,por el Gobierno Nacional. Blanco, Federico S. Benítez, Eloy^
1879 En Boconó, por el Licenciado Pedro Blanco, Rodolfo A. Borges, José Rafael
J. Saave- i

dra. Boza, Félix Buroz Urrutia, Evaristo


j !

1881 En Gibraltar, por el Gobierno del Zulla. !


Boza, Alejandro I
Brasicort, Alberto
1882 En Píritu, por el Gobierno Nacional. :
Blanco, Valentín Bértoli, Guillermo
1882 En Altagracia, por varios accionistas. Bigotte, Félix E. Bello, Luis A.
I

1883 En La Vela, por el señor J. B. G. Cornet. Blanco, Ricardo Blanco, Juan de la Cruz
!

1884 En El Baúl, por el Gobierno Nacional. Bolívar, José María Bigott, José Gil
1884 — En Capatárida, por el Gobierno Nacional. Briceño Briceño, Alejandro
j

Benítez, Juan
1884 — En Acarigua, ¡)or el Doctor José Ignacio Ponte.
i

Bello, Antonio H. Blanco, Ricardo R.


I

1884 En El Callao, por G. Francisco Gómez Burke. Bello, Apolinario


1885 En Tovar, por Harael Salas.
1885 En Obispos, por el Concejo Municipal.
I

0
i

1886 En El Tinaco, por Hermanos Méndez. Córser, George Claussell, Juan


1886 En Yaritagua, por la Sociedad Pecuaria Fra- Córser George
hijo, Claussell,Lorenzo
1

ternidad. Carias, José Antonio Coronado, Alayón Martín


1887 En Río Chico, por el Gobierno Nacional. Castro, Manuel Antonio Cortés, Ramón
1888 En El Chaparro, por el Doctor Doroteo de Armas. Castillo, Pedro P. del Castro, Juan Francisco
1888 En Escuque, por el Club Bolivarense. Castillo, hijo, P. P. del Candamo y Manás, Andrés
1889— En Río Caribe, ])or la Sociedad “Asilo de las Castro, José de Jesús Cuevas, Joaquín
Virtudes.” Castillo, Juan José I
Correa, I. Mariano
j

Coll Otero, Agustín Chara, Pedro


En la actualidad exi.sten en Caracas los siguientes es-
Pedro
I

Coll Otero, Cabrera, Tomás


tablecimientos tij)Ográficos
Coll Otero, Ignacio Cardozo, Juan Bautista
Imprenta de Espinal é hijos. Coll Otero, Delicio
j

Cova, Pedro
Imprenta de Antero Hermanos. Coll, Pedro Emilio ‘
i
Carrasquero, Jacinto
Imprenta Editorial de Soriano Sucesores.
Imprenta Bolívar, de Pedro Coll Otero. H)
Imprenta Colón, de Luis F. Castillo. Damirón, Alfredo Díaz, Pablo W.
Centro Editorial, del Doctor Miguel Caballero. Díaz, Juan Bautista D’dios, Juan de la Cruz
Correo de Caracas, de F. de Arredondo. Delclisur, Guillermo Díaz Canelón, Jesús María
Tipografía Comercial, de Alfredo Damirón. Domínguez, Dionisio
i

Domínguez, Angel
Imprenta Caraqueña, de la viuda de Calcaño. Díaz G-, Pablo A. Díaz Leen na, Melecio
El Cojo Ilustrado, de J. M. Herrera Irigoyen y C? ! Depool, Luis Gabriel Díaz, Nicanor Arturo
Empre.sa Moderna, de Juan Francisco Hernández. |

Mi Empresa, de Jo.sé R. Borges. |

Imprenta Guttenberg, de Ruiz Hermanos. Espinal, Valentín Echeverría, Jacinto


Imprenta Nacional, del Gobierno Nacional. f

Espinal, Felipe Espinal, Carlos


El Noticiero, de Porras Hermanos. \ Espinal, Mariano Estulain, Rafael
Imprenta Oriental, de Vicente Coronado. !

Espinal, Pablo Escobar, José Gabriel


El Pregonero, del Doctor Odoardo León Ponte. Es})inal, Valentín H. Endara, Luis F.
El Republicano, dé A. Valero Lara.
j

Echeverría, León E.spino, Manuel María


El Siglo, de Santiago Sosa. ;
Echeverría, Cecilio Echeverría Díaz, Cecilio
El Tiempo, de Carlos Pumar.
Agencia Purnar,(\o Carlos Pumar.
Imprenta Venezolana, de J. M. Monasterios Velásquez. Figueira, Andrés Febres Cordero, Tulio
Impronta Comercial, de Guillermo F. Fierre. Franco, Epifanio Fajardo, Esteban
Fernández, Manuel M. Fortoult, Pbro. José María
Fernández, Pedro Foinbona Palacio, Manuel
Fuenmayor, Juan Francisco Fernández, hijo, Manuel M.
Fuen mayor, Eduvigis Flores, Adolfo
Ferrer, Ildefonso Ferrer, Eduardo
Figuera, Ensebio Flores, Salvador
POR FELIPE A, LEON CXLVII

o- 2ST

Gedler, Narciso Genovés, Ladislao


,
Navas, Antonio ¡
Núñez, Constantino
Gedler, Fi-ancisco de P. García, Francisco A. Núñez de Aguiar, Federico Núñez, Alfredo
Gedler, Diego Guevara, Rafael. Núñez, Federico
Gárate, Antonio Guzmán, Arístides
Guerrero, Francisco de P.
O
García, Dionisio
Guerrero, Fernando Ortiz, Lucas Ojeda, Manuel Felipe
Guzmán Blanco, Antonio |

Ovalles, Felipe Orosco Quintero, Eduardo


García, Rómulo A. García, Tulio
i

Ortega y R., Jesús María Ortega, Carmelo


García, Jacinto Guzmán Pinto, Arturo
García Saloin, José M? Ochoa, Santiago Oliver Rivera, Ramón
González, Salvador
García Pompa, Agustín Ocboa, Pedro Ochoa, Vicente
García, Luis María
González, Enrique A. Ochoa, Guillermo Olaizola,Pedro
García, Julio Alejo
González, Ramón Ortiz, Federico Ochoa, Juan
García, Elíseo
Galarraga, Juan Bautista Otero Vigas, Miguel
González, Gaspar A.
González, Genaro González, Rafael
Guzmán, Eduardo E. Gorrín, Jesús M?
González, B. Francisco Peoli, José de Jesús Ponte, Jesús María
Peoli, Diego Perozo, Ensebio
Pereira, Carlos Ramón Pantoja, Luis Felipe
Hernández, Manuel M. Hernández, Rafael M?' Peoli,Juan Bautista Pereira, Ignacio Enrique
Hijuelo, Andrés Hernández Bello, Antonio Peña, Nicomedes Ponte, Illmo. señor José A.
Hernández, Juan Francisco Hernández, F. Nicolás Pérez, Luis Perdomo Zamoin, Domingo
Henríquez, José Ramón Hostos, Sebastián Ponce, Luis Felipe Pérez Ponte, Pablo
Hernández, Juan Bautista Hostos, Ramón Pumar, Carlos Palacios, Esteban
Hernández, Segundo A. Pumar, Ignacio Petit, EliezerD.
Palacios, Carlos G. Pascual, Francisco
Pardo, Eduardo I, Pérez, Angel María
I barra, Lisandro. Ibarra, Aureliano Palacios, Eliodoro Ponce Morales, L. F.
I barra,Rodolfo Isturriaga, Nicolás Patrullo, General Carlos Príncipe, Rafael
Ibarra, Vicente Izquierdo, Jesús M^ Pardo, Miguel Eduardo Piñate, Salvador
Porras, Emilio Pérez, Alberto
Porras, Juan Bautista Pérez, Pedro Manuel
Judas, Pablo Judas García, Juan Porras, Pablo Pool, Juan Bautista
Porras, Juan José Patrullo, Gerardo
Pereira, Belisario Pardo, Octaviano
López, Eliodoro Lagonell, Manuel A
López, Antonio J.
Polanco, Tomás A. Peña, Julio F.
López, Rafael
Pesquera Vallenilla, Vicente Fierre, Guillermo F.
Lozano, Benjamín Loreto, Manuel S.
Parra Almenar, Pbro. M. Parra, Pbro. Mariano
León, Miguel Landaeta, José
Leira, Jorge Matías León, Juan Antonio
León, Felipe A. León, Manuel A. Quintero, Francisco J.
Lozano, Ramón
j

Lozano Pompa, Alejandro


Leal, Teófilo
TI
Romero, Fermín Rodríguez Lh, Francisco
1
Rivas, Manuel José Ruterland, Juan de la C.
Llaguno, Zacarías Llaguno, Vidal Rodríguez, Luis R. Risson, Manuel
Llaguno, Jerónimo Lliliado, Vicente Rodríguez, Wenceslao Rojas Piar, Domingo
2 Rasco, Félix Rojas, Carlos
Rodríguez, coronel Avelino Ravelo, Manuel J.
Martel,Juan Carmen Mattey, Leopoldo
Rodríguez Tirado, Salvador Rodríguez Ba}mn, Antonio
Machado, Camilo Mata, Andrés A.
Rodríguez, Rafael Rivas, Juan Ramón
Maestre, Pío Magdaleno, Eleuterio
Romero, Rufino Ramos, Fulgencio E.
Martínez, Daniel Matute Loreto, Dr. Delfín
Rodríguez Tirado, Manuel Renjifo, Carlos
Monasterios, José Félix Micolao y Sierra, Vicente
Ramírez Coll, Pedro Rodríguez, Paulo J.
Mondragón, Manuel Morales, Angel
Ribotta, Francisco F. Rodríguez, Pbro. Wenceslao
Monasterios Velásquez, J. M. Morales, F rancisco
Mendoza, Juan
Reiquez Blanco, Antonio R. Ramos, Juan
Martínez, Pedro
Marrero Valdez, Emeterio May ora, José F. s
Martínez Girón, Lino Martínez, Saturnino R. Soriano, Jesús María Salas, Rodolfo
Martínez Girón, Manuel Martínez T., Rafael Soso, José de Jesús Serrano, Bernabé
Martínez Girón, Domingo Mijares, José María Suárez, Dionisio Sadó, Joaquín
Martínez Girón, Luis Marcano, Juan Bautista Sidney, Alejandro Eloy Sanojo, José María
Mejías, Miguel G. Magdaleno, Néstor A. Suárez, Gregorio Suárez, José
Manrique, Ricardo Magdaleno, Francisco A. Segrestáa, J. A. Salazar, Carlos Luis
Manrique, Juan Francisco Mejías, Eliezer Soriano, Melquíades Sosa Muñoz, Elpidio
Moreno, Leoncio Marrero, Manuel M. Salazar, Domingo Soto, Francisco de P.
Magdaleno, Francisco de P. Madriz, Pablo Salas Páez, Tomás Sánchez B. Angel María
,

Morales, Mariano Martínez, M. Gregorio Sifontes, D. Ramón Sabino, Francisco L.


Merchán, Tomás Mendoza, Rosalio E. Salas, C. Manuel Soriano, hijo, Jesús M?
Mármol, Dr. Tomás Martínez, Teodoro V. Soriano, Elias Santana, Pablo A.
Mendoza, Clodomiro A. Maldonado, Lino
Martínez, José A. Munar, Rafael T
Martínez Kristen, Pedro Montesdeoca, Miguel Torrealba, José de Jesús Terrero, Rafael
Mendible, Eliodoro Muñoz, Víctor Terrero, Rómulo
j

I Terife Hernández, Cecilio


Marquís, Manuel D. Martínez Kristen, Daniel Terrero, José María j
Terife, hijo, Cecilio
Montero, Manuel Mendoza, Segundo A. Terrero, Luis ‘

Tosta, Francisco
CXLVIII LA IMPRENTA EN VENEZUELA

Toisén, Angel María Torres Polanco, Tomás Vanes, Cosme D.


!

Vanes, Esteban
Torres Páez, Pedro C. Toledo G., Alejandro Vanes, Rafael
¡

Trujillo Piña, Manuel


¡

’Z
Zarzamendi, Manuel María
Urizaba, Sandalio Urdaneta, Octaviano
Uribe, Ramón Uribe, José MaxJa
Urbaneja, Manuel S.
Además de las personas cuyos nombres quedan anota-
dos, muchos jóvenes, por simple entretenimiento, se han
Valdez, Pbro. José María Valeri Rísquez, Pedro
ocupado en las labores del Arte, como también algunas se-
Villegas, Fermín ñoritas que han hecho de la tipografía su ocupación
Valdez, Ernesto habi-
Vargas, Pedro Nolasco Vera, Rafael
tual. Entre éstas figuran las señoritas Soriano, para quie-
Varguiílas, Rafael nes son conocidos todos los ramos de la i>rofesión.
Villanueva, Rafael
Velásquez, G. Francisco Vargas B., Rafael Caracas : 9 de enero de 1895.
RESUMEN HISTORICO DE VENEZUELA HASTA 1823
EL I30CT0I?/ CrUI-.I^3sr "VISO

JULIAN VISO

^ÑOS 1742-1777 Por decreto de 14 de febrero del mismo año el Con-


sejo de Regencia dió á las Provincias de América una repre-
sentación diminuta en las Cortes Extraordinarias convocadas
Los primeros documentos son las cédulas de erección de para el 1? de marzo siguiente.
la de Venezuela y su Capitanía General, porque
[)i’ovincia El mismo Consejo por otro decreto declaró que los do-
ellas son las que le dan el carácter principal y la repre- minios de América formaban y eran parte integrante de la
sentación de un nuevo ser político ó Estado que comenzó Monarquía española y en consecuencia de esa disposición
;

á figurar y gobernarse por sí, separado del Vii'reinato de los diputados de América presentaron once proposiciones
Santa Fe, de quien por muchos años dependió. en favor del derecho de representación nacional de las pro-
Respecto de esa erección, los historiadores Yanes y Ba- vincias, ciudades, villas y lugares de la Tierra Firme de
ralt dicen, sin duda con referencia á Montenegro, que fue América.
quien antes que ellos lo asentó en el tomo 4? de su Geo- El acta del 19 de abril, la de la instalación de la Junta
grafía, el primero al folio 57 de su obra “Compendio de la Suprema de Venezuela en aquel glorioso día y la alocución
Historia de Venezuela” y el segundo al folio 269 del tomo de ésta del siguiente día 20, demuestran las razones en que
de su “Historia antigua de Venezuela,” que en el año de 1731 fundó el pueblo de Caracas su conducta y pronunciamiento,
fue creada la dicha provincia y su Capitanía General. Pero para recobrar sus derechos y desconocer el Gobierno provi-
las cédulas de 12 de febrero de 1742 y 8 de setiembre sional de la Regencia.
de 1777 segregan del Virreinato de Santa Fe, en abso- El 24 del propio abril la patriota Junta publicó un
luto y para siempre, las provincias de Venezuela é islas manifiesto ofreciendo dar al nuevo Gobierno la forma pro-
adyacentes, á saber; Cumaná, Guayana y Maracaibo, y las visional que había de tener hasta que la representación na-
islas de Margarita y Trinidad, agregándolas en lo guberna- cional diese la Constitución del Estado. Al siguiente día
tivo y militará la Capitanía General de Venezuela; y en procedió la Junta á la ofrecida organización en los términos
lo jurídico á la Audiencia de Santo Domingo. En cuanto que describe el historiador Yanes al folio 88 de su citada obra.
á la Real Hacienda ya lo estaban á la nueva Intendencia La infatigable Junta en 27 de abril invitó á los Cabildos
de Venezuela creada en el propio año de 1777. de todas las ciudades capitales de Sud-América para for-
mar una gran Confederación Américo-Española, en defensa
de su soberano oprimido por el coloso de Europa.
Las comisiones de la Suprema Junta enviadas á Coro y
AvÑO 1810 Maracaibo, á los Estados Unidos de Norte América, Bogotá é
Inglaterra están especificadas en Restrepo, tomo 19 de su
“Historia de la República de Colombia,” nueva edición, folios
En el año de 1810 principió la regeneración política 538 y 540, 543 y 563.
de Venezuela. Tuvimos el establecimiento del Consejo de Re- Dicha Junta ofició en mayo á la Regencia de España y
gencia de España por decreto de la Junta Central Suprema á la Junta Superior de Gobierno de Cádiz exponiéndole los
de 29 de enero de dicho año, según su decreto y alocu- hechos, razones y fundamentos que tuvo Caracas para esta-
ción á los españoles en la isla de León, de la propia fecha, blecer su Gobierno propio el día 19 de Abril, á imitación de
que corre entre los folios 413 y 419 del tomo 2? do la las provincias y pueblos de la España europea.
historia del conde de Toreno. En 25 de mayo la Suprema Junta dirigió una alocu-

20
CL RESUMEN HISTORICO
ción á habitantes de los partidos comarcanos de Coro.
los su citada historia de Venezuela.
^ También se estableció un
Comisionó teniente coronel Carlos de la Plaza sobre la
al CoiLsejo Consultor del Gobierno.
provincia y costas de Coro con las Instrucciones de Paz Con motivo de un artículo publicado en la Gaceta Ofi-
que se léeii en su despacho dado en Caracas en aquella fecha; cial 19 de febrero por el irlandés don Guillermo Burke,
del
y escribió una carta al Cabildo de Coro. persuadiendo la conveniencia de la tolerancia de cultos en la
La mencionada Junta expidió en 11 de junio el regla- Re})ública, salieron tres impugnaciones contra dicho artículo :
mento para la elección de diputados al primer Congreso la 19 dirigida al Reverendísimo señor Arzobispo por unos
re-
constituyente de Venezuela independiente. ligiosos del Convento de San Francisco de Valencia, con fe-
Llegada del Reverendísimo señor Arzobispo doctor Nar- cha 2 del siguiente marzo la 29 publicada en esta capital
:

ciso Coll y Prat al puerto de La Guaira, en 31 de julio con igual fecha por el señor don Antonio Gómez;
y su y la 39
juramento incontinenti por orden de la Suprema Junta. acordada por la Real y Pontificia Universidad el 23 de febrero
La Regencia de España expidió inconsideradamente orden y dada á la luz pública en 6 de junio.
de bloquear la provincia de Caracas. Se estableció la Sociedad Patriótica en Caracas, eii los
Cur.só una importante correspondencia oficial entre el términos y con los discursos que trae el Bosquejo de la Hi.s-
marqués del Toro como general en Jefe del Ejército ex- toria militar del General Austria, en el tomo 19, á los folios 40
pedicionario contra Coro y el Ilustre Ayuntamiento de la á 41.
propia ciudad, desde el 6 de junio basta, el 13 de agosto, Merece mencionar.se aquí el acta del Tratado de amistad,
antes de abrir la campaña. Véase el bi.storial que sobre la alianza y unión federativa entre Venezuela
expedición militar contra Coro trae Restrepo en el citado to- y el E,stado de
Cundinamarca, celebradt) en Santa Fe de Bogotá, á 28 de
mo 1? de su ol)ra, folios 557 á 561. Y sobre la retii’ada del mayo. Puede leerse en el número 554 déla colección Blanco—
marqués, véase también al folio 564. Azpurúa.
La Suprema Junta dió dos importantes decretos; el
Fue un paso importantísimo el de la mediación inglesa,
primero prohibiendo la introducción de negros en el país
para la reconciliación de las provincias disidentes de Amé-
y el segundo estableciendo la sociedad patriótica de agri- rica^con la madre j»atria, la cual fue admitida por las Cortes
cultura y comercio; ambos en 24 de agosto. Y
otro decreto de España por su decreto de 19 de junio, bajo las 7 con-
de la misma fecha suprimió les derechos de exportación
diciones que trae Restrepo en su obra citada, tomo 29, folios
que se cobraban á varios frutos y producciones.
47 á 52.
Restrepo refiere en el tomo 19 de su citada obra, al folio Del capitán don Feliciano Montenegro Colón dice Res-
555, la revolución intentada por los españoles don Eranci.s- trepo al tobo 17 del dicho tomo 29, que salió de Vene-
co y don Manuel Linares y descubierta el 1? de octubre de zuela llevándose papeles importantes
1810 })or la Suprema Junta de Venezuela: á los folios 556 y los secretos militares
del nuevo Gobierno, y muy bien pueden estimarse las im-
á 557 otra revolución proyectada en los Valles de Aragua pol- pre.siones alarmantes que produjo esa evmsión.
los españoles Sierra, Elizalde, Valdez, etc., contra el nuevo
La independencia de Venezuela fue declarada el 5 de
Gobierno de Venezuela, ])or virtud de las sugestiones del pa-
julio por su Congreso Constituyente;
cificador regio don Antonio Cortabarria desde Puerto Rico. y se expidieron el
decreto y proclama subsecuentes del lYder Ejecutivo para
El Gobierno y pueblo de Caracas celebraron funerales
su publicación 3yjuramento el día 8 siguiente. Son mu3^ dig-
en memoria de las ilustres víctimas sacrificadas en Quito el
nas de mencionarse la ])roclama del Poder Ejecutivo al
día 2 de agosto.
pueblo de Caracas anunciándole haber declarado la inde-
Habiendo Suprema Junta recibido el oficio de 7 de
la
pendencia absoluta y la dirigida al ejército con igual anun-
diciembre comisionado regio Cortabarria, aquélla le
del
cio, fechadas el día 5 de julio.
contestó el 25 del propio mes en los términos razonados que
El Congreso nombró una comisión compuesta de los
trae Restrepo en su dicha obra, tomo 1?, folio 565, 566
y 567. diputados general Francisco Miranda, capitán de Fragata
La comisión que la referida Junta envió á Londres cerca Lino Clemente 3^ capitán de ingenieros, José de Sota 3^ Bussi
del Gobierno Británico, compuesta de los señores coronel para que le presentasen un diseño de la bandera
Simón Bolívar y doctor Luis López Méndez, solicitando la y escara-
pela que debiera establecer el nuevo escudo,
protección de la Gran Bretaña, en sostenimiento de su trans- y desde luego
exhibieron una muestra formada de los tres colores del arco
formación política, presentó el resultado; el cual consta en iris, que fue aceptado sin contradicción. El día 14 se pu-
la obra de Restrepo, tomo 19 folios 547 á 550. blicó solemnemente el acta de la independencia
y se enar-
boló el pabellón nacional, adornado con el emblema de una
india, concurriendo á la plaza ma3mr los cuerpos de todas
las armas, mandados por el Gobernador militar don .Juan
1811 Pablo Ayala. Véase la citada obra del general Austria,
folio 55.

El siguiente 10 de julio asomó en Caracas la revolu-


Comienzan los sucesos del año con
decreto del Paci-
el
ción de los isleños y el P2 se supo también la de Valencia,
ficador regio Cortabarria del 21 de enero, mandando á
suscitadas por los frailes y españoles agentes unos
efectuar el bloqueo decretado por la Regencia el 19 de agosto y otros
del comisionado 3' Pacificador Cortabarria que atizaba el
del año precedente.
incendio de nuestra República. Ambas revoluciones pueden
Para juzgar la misión del capitán don Feliciano Mon-
estudiarse conforme las trae Yanes en los folios 115 á 117.
tegro Colón a Caracas, su comitente
y objeto, y para conocer El día 11, el Poder Ejecutivo expidió su proclama sobre la
la respuesta de la Junta Suprema en 19 de febrero, conven-
revolución de los isleños 3^ el historial sucinto de la de Va-
drá leerá Restrepo, tomo 29 de su citada obra, á los folios 6 á 8, ;

lencia; de la rendición de esta ciudad 3" sus rebeldes al ejér-


El 2 de marzo se in.staló el Congreso General Constitu- cito del Gobierno de la República del decreto del Poder-
yente de las provincias de Venezuela con 3U diputados ha- ;

Ejecutivo estableciendo en élla una Sala de Justicia para


biendo correspondido á la de Caracas 24, á la de Barinas 9, juzgar á los culpables, dado en Caracas el 10 de agosto; todo
a la^ de Cumaná 4, á la de Barcelona 3, á la de Mérida
2, á la puede leerse en la mencionada obra de Austria á los folios 56
de Trujillo 1 3^ á la de Margarita 1, cuya distribución 3^ no-
y 57 y 83 á 84.
menclatura se ven en la nota 1? del tomo 29 de la dicha obra
\ no puede olvidarse el manifiesto que hizo al mundo
de Restrepo, folio 567.
la Confederación de Venezuela de las razones en que fundó
El juramento fue ])restado j)or dichos individuos, 3" se la declaración de su absoluta independencia de la Esparta,
hizo nombramiento de su Presidente, Vicepresidente, Secre-
el
fechada el 30 de julio. Puede verse err la citada Geografía
tario y Vicesecretario. El Congreso nombró inmediatamente de IMontcnegro, tonro 4, folios 77 á 114.
las personas que debían componer el Poder Ejecutivo,
(pie Coirviene leer el manifiesto del comisionado Cortabarri-
lo fueron los que trae el historiador Yanes al folio
111 de de techa 20 de setierrrbre contra la independerreia de Venea
;

POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLI

zuela. Le preceden dos decretos del Consejo de Regencia fe- pedición contra la villa de Tenerife, fortificada por los es-
chados en 14 de febrero de 1810. pañoles y que obstruía la navegación del Alto Magdalena,
El Congreso Constituyente de Venezuela dió el 21 de di- Y sería muy acertado consultar el historial sobre los particu-
ciembre la Constitución, primera Constitución federal de Ve- lares cpie trae Restrepo en el citado tomo 19 á los folios 182
nezuela. á 184.
Merece particular aprecio “ El Patriotismo de Nirgua
doctor Juan
y abuso de los reyes,” célebre trabajo del señor
Germán Roscio.
Avisto isis
Restrepo en el mencionado tomo 2? de su obra, á los folios
45 y46, hace referencia á la representación de los 28 diputa-
dos americanos en las Cortes españolas, contenida y explica-
da en el manifiesto, que el diputado por la isla de Santo Este año corresponde principalmente á la campaña del
Domingo don José Alvarez Toledo, publicó en Philadelphia. ejército Libertador sobre Venezuela y con mucho éxito se
consultará el historial que trae el “ Bosquejo histórico mili-
tar de la revolución de Venezuela,” escrito por el general
José Félix Blanco, hallándose la parte relativa en el número
1812 748 de la colección Blanco-Azpurúa.
La campaña de Bolívar comenzada por la batalla del
28 de febrero contra el coronel don R. Correa en Cúcuta,
Este año se inició con la campaña y operaciones de las la describe muy bien Re.strepo en el citado tomo 19 del fo-
fuerzas republicanas sobre Orinoco y contra la capital de
el lio 108 al 203.

Guayana, ocupada por los españoles desde su pronunciamien- Será muy grata la lectura de la })roclama de Bolívar á
to contra la Suprema Junta de bJaracas. los habitantes de San Antonio del Táchira ó Cúcuta, dada
Importa mucho el estudio de lo escrito en el citado tomo 19 en el cuartel de la misma villa el 19 de marzo y que
del Bosquejo de Austria, desde el folio 125 basta el 167, para co- corre en la “Colección de documentos relativos á la vida pú-
nocer el historial de aquellas operaciones y la correspondencia blica del Libertador,” tomo 19, al folio 3 de la proclama á sus
;

entre sus jefes de 20 de enero á 21 de marzo los cuerpos que


;
soldados de Cartagena y de la Unión, dada en su Cuartel
componían el ejército del general Miranda, nombrado genera- General de Cúcuta el 19 de marzo, tomo citado, folio 4; del
lísimo y el historial de este nombramiento en 27 de abril oficio de Bolívar al Gobernador, Presidente del Estado de
la proclama del general Miranda á las provincias de Vene- Cartagena en su Cuartel General de Cúcuta, á 2 de marzo,
zuela, Maracay, 21 de mayo comisión de mr. L. Delpecb
;
tomo citado, folio 12; de los oficios al Congreso de la
conferida por el general Miranda cerca del gobernador de Nueva Granada y al Presidente, del Poder Ejecutivo de
Curazao; pretendida expulsión del señor Arzobispo Coll y la Unión y al Secretario de Estado del Gobierno de la
Prat y la correspondencia oficial fechada en julio, sobre este Unión, al Excelentísimo señor Presidente del Estado de
punto; capitulación de Miranda con Monteverde en julio de Cundinamarca y al señor Presidente de la LTnión. Todos
1811 ;
patriotas que no se atuvieron á élla y se salieron de esos oficios fueron firmados en su Cuartel General de Cú-
La Guaira; prisión del general Miranda en La Guaira y su cuta, respectivamente con las fechas de 4 de marzo, 8 de
historial individuos mandados por Monteverde á España,
;
abril, 19 de mayo y 8 del mismo mes y se hallan en Restre-
como reos de Estado; comisión militar establecida por Mon- po, tomo 9 de la primera edición de su obra, documentos nú-
teverde para juzgar y acabar con los patriotas, la lista de és- mero 19, folios 115, 118, 124, 127.
Merece mención la proclama del Congreso de la Nueva
tos y su hi.storial.
Respecto de la correspondencia oficial entre el Gobierno Granada al mundo
con motivo de la expedición sobre Vene-
y el señor Arzobispo sobre que éste diese una pastoral, en zuela del general Bolívar, elevado ya á brigadier de la
que se hiciese conocer á los pueblos que el terremoto del 26 Unión, dada en Tunja el 20 de mayo y la cual corre en el
de marzo era un efecto natural y no un castigo de lo alto citado tomo 19, “Vida Pública del Libertador,” folio 6.
como pro})alaba la ignorancia, y la que versó de parte del Consideramos de importancia la proclama de Montever-
generalísimo Miranda como dictador para la prisión y ex- de en su marcha de Caracas sobre Maturín, dada en Barce-
pulsión de aquel prelado, creemos conveniente estudiar los lona el 3 de mayo, la intimación del mismo á los defensores
documentos de la “Relación documentada” de don Pedro Ur- de Maturín, frente á dicha plaza el 25 de mayo é inmediata
quinaona, á los folios 70 á 85. contestación de aquellos valientes en su Cuartel General de
Ocupado todo el territorio de Venezuela por Monteverde Maturín, á 25 de mayo. Estos tres documentos se léen en la
y después de lo sucedido en el castillo de San Felipe de Puerto mencionada obra de Austria, tomo 19, folios 189 á 190. El resul-
Cabello, el coronel Simón Bolívar logró escaparse para em- tado de estas comunicaciones se explica por Restrepo en el to-
prender en el extranjero los grandes proyectos que meditaba. mo 29 de la segunda edición al folio 123.
Se consultará con [¡rovecbo lo que dice Baralt, en el tomo 19 La declaración de la guerra á muerte, ó la orden de-
folios 120 y 321 del “Re.sumen de la Historia de Venezuela” no dar cuartel, es una medida que prohibe la civilización
El ilustre Ayuntamiento de Caracas nombró álos señores de derecho de la guerra pero la violación por parte de un
;

presbítero doctor Juan Nepomuceno Quintana y don Joaquin beligerante, del dicho derecho, autoriza al otro á seguir su
Argos para ir á la Corte de Madrid á representar los derechos ejeni])lo.Por una singular coincidencia, dice Restre})o, al fo-
de esta capital y las provincias de Venezuela, conforme á lio144 del tomo 29 de su citada obra, el mismo 15 de junio en
las instrucciones que en doce artículos les fueron comunica- que Bolívar publicara su última proclama, anunciando que
das á 2 de octubre y al mismo tiempo Monteverde envió
;
la guerra se haría á muerte, fundado, entre otros motivos
otros dos comisionados que lo fueron el fraile Hernández de eimla-mui tanza ejecutada en Barinas, de Antonio Nicolás
la revolución de Valencia el arlo de 1811 y el presbítero Briceño y de sus compañeros de armas, en ese mismo día
Gamboa, j)ues según el parecer de Restrepo, aquel temía era cuando sucedía la ejecución.
que la Regencia de Cádiz improbara sus procedimientos. Las célebres {trocla mas de 8 de junio, á los valerosos
En el calamitoso estado en que se hallaban las co.sas merideños, en su Cuartel General de Mérida, y de 15 del
en el Bajo Magdalena, destrozándose los samarlos y carta- mismo mes, á los venezolanos sobre la guerra á muerte á
genenses, fue un gran consuelo para estos últimos y para su los españoles y canarios, en su Cuartel General en Trujillo,
gobierno el arribo á Cartagena de los venezolanos .salidos de pueden leerse la primera en el tomo 9 de la edición }»ri-

La Guaira. A Bolívar se le destinó al mando del Bajo Mag- mera de Restrepo, documento númeio 20, y la segunda en
dalena, y desde luégo decidido á hacer por su parte todo cuan- el citado tomo 19, ‘Adda Pública del Libertador,” folio 11.
to estuviese á su alcance para promover la independencia de Para e.stimar debidamente la ca})itulación concluida en-
Nueva Granada, como un paso necesario para la libertad de tre el general en jefe del ejército de la Unión y los en-
la oprimida Venezuela, comenzó á preparar una pequeña ex- viados ])or el Gobernador de Caracas (autoridad española).
CLII RESUMEN HISTORICO
fechada y firmada en la Victoria, á cuatro de agosto, es 2AÑO 1814
conveniente leer el oficio del dicho Gobernador brigadier
don Manuel Fierro, fechado el 3 de agosto; las bases para
la negociación pacífica sobre que habían de tratar los se-
En
este memorable año continuó la campaña del Ejér-
ñores marqués de Casa León, don José Vicente Galguera citn Libertador, cuyos pormenores han sido
y expuestos por el
deniás comisionados, con la de los generales en jefe de los señor general José Félix Blanco en su “Bosquejo histórico mi-
ejéi’citos enemigos;
y todos los demás oficios consecuentes á litar de la Revolución de Venezuela,” parte
copiada en el
su referida capitulación encontrándose esos documentos res-
; número 90o de la Colección Blanco— Azpurúa.
pectivamente en el referido tomo 1?, “Vida Pública del Liberta-
El 2 de enero celebróse en el convento de San Erancis-
dor,” folios 18 al 41
y Apéndice de dicho tomo, folio 243. co^ de Caracas una acta popular con motivo de la
presenta-
Son de mucha importancia la proclama del general en ción que hizo el general Bolívar de los informes
oficiales
jefe del Ejército Libertador de 8 de agosto, manifestando de sus tie.s Secretarios de Estado .sobre todos los ramos
el objeto de su misión
de
y el manifiesto del mismo jefe, de su administración.
9 de agosto, á sus conciudadanos; la proclama del mismo
El general Austria en el tomo 19 de su Bosquejo militar,
general en jefe del Ejército Libertador, excitando á los ve-
expone bien los embarazos c|ue sufrían las com-
al folio 255,
nezolanos al sostenimiento de la guerra con sus pérsonas
y binaciones del Libertador jau-a el servicio de la República,
bienes, de 11 de agosto; la relativa á empleos
y empleados trae la muy interesante comunicación dirigida al general Ma- y
civiles y militares, de 13 de agosto; la invitación á los ex-
rino por Bolívar sobre la urgente necesidad de la cooperación
tranjeros de cualquiera nación que sean, para que vinieran
de las tropas de su mando contra Puerto Cabello en el inte-
á establecerse en las provincias de A^enezuela. Esos docu- y
riorde Venezuela. El 31 de enero se recibió parte oficial del
mentos pueden consultarse en el citado tomo 1?, “Vida Pú-
coronel Ramón García de Sena sobre su forzosa retirada
blica del Libertador,” folios 42, 48, 52, 54 de
y 244. Barinas.
El sitio de Puerto Cabello ofrece buenos ejemplares en las El 12 de febrero se obtuvo un espléndido triunfo en la
contestaciones entre Monteverde y Bolívar por medio de sus ciudad de la Victoria, y con ese motivo, el Liberta ior en
mayores generales Quero y Urdaneta sobre canje de })ri- su Cuartel General de Valencia dirigió una proclama
á los
sioneros y el decreto del general en jefe, estableciendo soldados vencedores de Boves, fechada el 13 de dicho mes;
i)e-
na de muerte contra los traidores á la patria y
y }>erturba- el ilustre ayuntamiento de Caracas celebró un acuerdo’ f¿
dores del orden público, fechado el 6 de setiembre en su licitando al general José Félix Ribas, quien contestó aquel
Cuartel General de Puerto Cabello. Son muy d^l ca.so las satisfactorio acuerdo.
consideraciones expuestas por Restrepo en el tomo 29 de su El 24 del propio mes de febrero, en el Cuartel General
citada obra, á los folios 178 á 181, y puede leerse el dicho de- de San Mateo, el Secretario de Estado de Venezuela Antonio
creto en el referido tomo 1?, “Vida Pública del Libertador,” fo- Muñoz Tébar, de orden del Libertador, hizo un hermoso ma-
lio 56.
nifiesto al mundo. En él corre el oficio del cura don Juan
El general Bolívar levantó el sitio de Puerto Cabello de Orta al señor Provisor y Vicario General sobre las atro-
y trasladó el Cuartel General á la ciudad de Valencia. Allí cidades de Rósete en Ocumare. Consúltese el citado tomo 19

publicó con fecha 20 de setiembre una exposición notable “Vida Pública del Libertador,” folios 132 á 150.
y sucinta dirigida á las naciones del mundo sobre los he- El Cuerpo Legislativo del Estado de Cartagena declaró
chos del comandante español don Domingo Monteverde, du- el 15 de marzo al general Simón Bolívar “ Hijo
Benemérito
rante el año de su dominación en las provincias de Ve- de la Patria,” y dispuso_ que su nombre fuese colocado en
nezuela y la. que puede verse en el tomo 19 del Bosquejo de letras de oro en el archivo de la Legislatura. El Libertador
Austria, de los folios 225 á 238. contestó, cortés y agradecido, tan digno homenaje, con fecha
Es brillante la pi’oclama de Bolívar, fechada en su Cuar- 3 y 4 de mayo. Véase el citado tomo 19, “Vida Pública del
tel General de Valencia á 6 de octubre, á los soldados que, Libertador,” á los folios 150 y 255 á 257.
des])ués de ganadas las batallas de Bárbula Son célebres, por horribles, las circulares de Boves del
y las Trincheras,’
marchaban ]>ara Coro y Maracaibo. Y á pesar de las glorias 15 y 23 de ínayo que trae Restrepo en la nota 159 del referido
que cubrieron las armas nacionales el día treinta de se- tomo^ 29, folio 579, y también el bando del capitán general
tiembre, se declaró éste aciago ])ara la República
y un día Moxó poniendo á precio de diez mil pesos las cabezas de Bolí-
de luto para los venezolanos por la muerte del coronel Ata- var, Arismendi, Bermúdez, Mariño, Piar, Brión otros jefes
nacio Girardot en la célebre batalla de Bárbula. patriotas de que habla el mismo historiador en el folio 339
Las autoridades, municipalidad y pueblo de Caracas, en y en la nota 20 del folio 582 del mismo tomo 29
14 de octubre, confirieron el título de Libertador Fernando VII volvió al trono de España por virtud
y Capitán
General de los ejércitos de Venezuela al general Bolívar, del tratado celebrado con Napoleón en Valencey, á 11 de di-
y
éste aceptó el día 18 tan honorífica designación. ciembre de 1813.
Pueden consultarse el reglamento para los uniformes, El historial de la batalla de Carabobo, el 28 de mayo,
divisas y graduaciones de los ejércitos de Venezuela ganada por Bolívar al general Cagigal y el de la subsecuen-
y la te de la Puerta el 14 de junio, ganada por Boves á Bolívar,
institución de la orden militar de Libertadores de Venezue-
la, disposiciones dictadas en el Cuartel General de Caracas, ó mejor dicho, á Mariño, que fue el que la dispuso, constan
el 17 y el 22 de octubre respectivamente. Véase el ya tantas en las reflexiones de un militar que estuvo en el campo
veces mencionado tomo 19, “Vida Pública del Libertador,” folios de Carabobo después de la batalla del dicho 28 de mayo, que
104 y 250. trae el Bosquejo de Austria, tomo 19, folio 300.
Seráti siempre memorables
la proclama del Libertador El sitio y capitulación de Valencia de 19 de junio hasta
al batallón sin nombre día 5 de diciembre, de la ba-
el 10 de_ julio están perfectamente explicados en el Bosquejo
talla de Araure, restituyéndole con la bandera de Nu- histórico militar del general Blanco, parte copiada en el nú-
mancia tomada al enemigo, la que dicho cuerpo perdió en la mero 905 de la referida colección Illanco— Azpurúa,
y en el
acción del 10 de noviembre en Barquisimeto, Bosquejo del general Austria, tomo 19 citado, al final del
y confiriéndole
el glorioso título de “Vencedor en Araure,” folio 309 hasta el 315, con motivo de la pérdida de la batalla
y la proclama
del mismo “A los Americanos,” después de aquella célebre de la Puerta y subsecuente sitio de Valencia por Boves,
el general Urdaneta se retiró
bataUa, fechada en su Cuartel General de San Carlos á 7 y marchó el 29 de junio de
de diciembre. la. Villa de San Carlos hasta la ciudad de Trujillo. En esta
hizo un informe fechado el 27 de julio, con una triste pin-
tura del estado de Venezuela al Congreso de la Nueva Gra-
nada poniéndose con su división bajo su suprema autoridad.
Puede consultarse á Restrepo, obra citada, tomo 29, folios
267 á 270.
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLIII

¿ Por qué se separó Páez de Urdaneta y se fué á Ca- AxTÑO 1815


sauare ?
Páez se presentó á Urdaneta en Mérida, y éste le dió
orden de formar una compañía de caballería y reunirse al Es muy instructivo el historial que trae Restrepo en
ejército. Cumplida esta orden, se le incorporó al escuadrón la 2*) edición de su obra, tomo 49, desde el folio 310 al prin-
del comandante López, y la división de Urdaneta continuó su cipio del folio 341.
retirada sobre los Valles de Cúcuta. El general Urdaneta comi- La expedicióndel general Bolívar sobre el Magdalena
sionó á Páez para tomar más bestias en el ejido de Mérida, y y lade Morillo sobre Cartagena, merecen la especial narración
habiéndolas traído, le dió un caballo que venía entre ellas. que de ellas formuló el general Blanco. De la capital de
Estando ya la división en Bailadores, dispuso el comandan- Bogotá salieron los cuerpos del Ejército de la Unión, á sa-
te Chaves, que era el comandante general de la caballería, ber los 3 batallones de venezolanos de “ Barlovento,” “ Guai-
:

que Páez entregara el caballo para montar otro oficial; en ra” y “Caracas,” y el de Granadinos llamado “La Unión”
vano le representó Páez á Chaves que se le despojaba del junto con un escuadrón de dragones, en los días 20 y 21 de
mismo caballo que el general en jefe le había dado para el enero para Honda. El general en jefe Bolívar marchó el
servicio y se le dejaba á pie siendo capitán de una compañía 24, y el 25 salieron el mayor general, coronel Miguel Cara-
de caballería. Páez salió de Bailadores y fué á presentarse á baño y el vicario general presbítero José Félix Blanco. En
las autoridades de Cúcuta, de donde siguió á la provincia de Honda se activó extraordinariamente el embarco de la tro]_)a.
Casanare; y Solano que era su Gobernador le confió 30Ü ca- Informado el general en jefe en Mompox, de las medidas
ballos para que los mandara. (Véase el § I del número 1.160 de hostiles que contra él tomaban las autoridades de Cartagena,
la colección Blanco-Azpurúa.) desi>achó á su secretario Rafael Revenga en comisión por
Baralt en el tomo 2? de su citada obra, folios 227 á 233, dos veces, y al teniente coronel Tomás Montilla por una, para
explica la fuerte causal de la desocupación de Caracas |)or persuadir á aquellas de los sentimientos pacíficos que lo ani-
Bolívar y la innumerable inmigración de sus habitantes por maban y de la necesidad de que le prestasen todos los auxi-
la costa insalubre hasta el oriente. lios que había prevenido el gobierno general para la campa-
Después de la insubordinación de algunos jefes en Carú- ña contra Santa Marta pero todo fue en vano.
;

pano, el Libertador allí mismo publicó su notabilísimo Mani- El ejército salió de Mompox, desembarcó en el pueblo
fiesto el día 7 de setiembre; y al siguiente día 8, partieron de Barrancas y siguió su marclaa hasta Turbaco; aquí recibió
para Cartagena el Libertador y el general Mariño. Véanse el general en jefe una orden singular del comisionado Ma-
el tomo 22 de la citada colección de documentos para la rimón, del gobierno supremo, en que le ordenaba entre otras
“Vida Pública del Libertador,” folios 201 á 205 y el referido cosas que dejase el mando del ejército al jefe de mayor gra-
tomo 1? del Bosquejo de Austria, folios 320 á 323. duación y fuese á embarcarse en el buque que él le prepa-
Cuando el Libertador pobre y vencido se presentó al Con- raría para que saliese del país. El general convocó inme-
greso de Nueva Granada en Tunja el 21 de noviembre, pidien- diatamente, el 26 de marzo, una junta de guerra para di-
do el examen y juicio de su conducta pública, refiere Baralt mitir el mando pero todos los jefes que la componían
;

en el citado tomo P?, folio 259, que todos los altos funciona- resistieron semejante orden, por falta de autoridad de parte
rios se apresuraron á tributar el homenaje debido á su virtud del comisionado que la expidió, y porque el general Bolí-
y á su valor. Nombrado el general Bolívar por el Gobierno var no podía entregar el ejército á otro jefe sin el superior
üeneral de Nueva Granada, comandante en jefe del ejército conocimiento del Poder Ejecutivo, y acordaron el sitio de la
sobre Santa Fe, desde el Campo de Techo y con fecha 8 de plaza, para por este medio mover á sus autoiádades á prestar
diciembre hizo intimación al Presidente Dictador de Santa los auxilios pedidos. En efecto, el día 27 de marzo se estre-
Fe; y después de varias medidas dictadas por el expresado co- chó el sitio por los destacamentos aportados debidamente; se
mandante en jefe para reducir á un avenimiento al dicho Pre- principiaron las hostilidades; se encarnizaron las pasiones;
sidente Dictador de Cundinamarca, se ajustó la capitulación se derramó sangre en abundancia; se abrieron negociaciones
de 12 de diciembre en que se i'indió al general Bolívar la que burló siempre la plaza, hasta que al fin almrrido el ge-
capital y provincia de Cundinamarca. Véase á Restrepo, to- neral Bolívar por la conducta de las autoridades, dejó el 8
mo 10 de la 1*1 edición, documentos números 34 y 35. de mayo el mando del ejército á su segundo el general Flo-
El doctor José Domingo Díaz en el folio 193 de sus Re- rencio Palacios y se embarcó en el bergantín inglés La Des-
cuerdos sobre la Rebelión de Caracas, refiere los despojos y alha- cubierta para irse á Jamaica, como lo verificó después de 42
jas de oro y de plata tomados en Maturín por consecuencia días de sitio á la plaza.
de la batalla que allí ganó Morales el 11 de diciembre, entre Casi las mismas hostilidades se declararon al general
los cuales comprende 36 quintales de plata labrada de las Palacios hasta obligarlo á dejar el mando del ejército al jefe
iglesias de Caracas. Esta plata perteneció á éstas y era la de mayor graduación, que era el comandante del batallón
que por virtud de una concordia de 11 de febrero anterior “Guaira,” Domingo Mesa; pero á pocos días retomó el man-
entre el Estado y el sacerdocio, había éste puesto en manos de do en Turbaco, porque la oficialidad y tropa le eran tan
Bolívar para las premiosas urgencias de la República, adictas, como desafectas á las autoridades de Cartagena;
y la y
misma que el propio Bolívar había depositado para mayor arrestando á Montilla y otros, el 22 de ma^m emj)reñd ió
seguridad á bordo de la escuadrilla mandada por Bianchi, marcha con dirección á Mompox, de donde se proponía par-
quien se apoderó de ella, dando apenas al mismo Bolívar una ticipar al gobierno general todo lo ocurrido. Mas eso no le
pequeña parte de que él hizo entrega á Ribas en Carúpano fue posible, entre otros motivos, porque desde el 29 de abril
á tiempo de embarcarse para Cartagena, y que Ribas condujo anterior el capitán español La-Cruz se había apoderado de
á Maturín, donde la encontró Morales. Véase lo que Baralt dicha ciudad de Mompox y del río Magdalena.
dice sobre este trágico suceso en el referido tomo 19, folios 231 Entretanto sobrevino la expedición del general Pablo
y 232 y las dos órdenes que el Libertador dictó en Carúpano Morillo.
el 4 de setiembre al comandante de la goleta Arrogante, co- Según Montenegro, en
el citado tomo 4? de su Geografía,
ronel Felipe Esteves, para asegurar dicha plata labrada, las folios 190 á 192, Morales atacó el 14 de febrero con 3.000 hom-
cuales corren al folio 320 del mencionado tomo 1? del Bos- bres el pueblo de Soro, en la boca de Güiria
y lo redujo á ceni-
quejo de Austria. zas. En seguida (el 15) cayó sobre el de Güiria, defendido por
Este año se cierra con los graves acontecimientos que tu- Bermúdez y Videau y también lo tomó á fuego y sangre. Ira[)a
vieron lugar en el Oriente de Venezuela, que fue el último
y Quebranta fueron pasados á cuchillo sin distinción de sexo
palmo de tierra que la República disputó á sus antiguos ni edad. Reguláronse en 3.000 las víctimas de tan horribles
dominadores. Léanse en dicho Bosqueio, tomo 1?, desde el matanzas.
folio 339 al 342. La expedición española al mando de Morillo salió de
Cádiz el 18 de febrero, compuesta de 15.000 hombres en 65
buques de trasporte y el navio San Pedro Alcántara. Fondeó
el 3 de abril en Puerto Santo á barlovento de Carúpano
y ;
CLIV RESUMEN HISTORICO
üquí se le incorporó Morales, que con 5.U00 lioinljres iba á
mosa expedición titulada de los Cavos. (Bosquejo de Austria
invadir la isla de Margarita, según Baralt, su citado tomo ‘
19, fo- tomo 2?, folios 10 á 14.) ’

lio 240, que debe leerse. El día 7 de abril llegó la


expedición al A principios de este año marchó Páez contra la división
puerto de Pampatar y el 9 desembarcó Morillo. El clel comandante Peña que se hallaba
24, el situada en el Paso de
navio Pedro voló cerca de la isleta de Coche. El 19 de Apure, titulado Pahnarito, la cual derrotó
mayo pasó el general Morillo á Cumaná dejando al coronel completamente.
En el ines de febrero, día 16, Paez y los suyos encontraron al
don Antonio Érraiz de Grobernador con las instrucciones que enemigo en la Mata de la Miel Paez formó en dos
trajo, según Restrepo, su referido tomo 29, folio 299. y líneas su
El 11 de pequeña fuerza y avanzó sobre el enemigo á paso lento
mayo llegó dicho general á Caracas y se hizo sentir con las si- cargóle ;
al oscurecer con la primera línea, (|ue
era compuesta de vene-
guientes medidas 1? Creación de la junta de secuestros, el día
:
zo aims, y logró arrancar de su formación
la mayor parte
Í9 y su instalación el día 24. 2? Formación de un tribunal espe- del ejm-cito enemigo
cial de apelaciones, el día 27, y ¡wnerlo en fuga, y en seguida, cargó
y supresión de la Real Audien- con la segunda, desalojó
cia. 39 Impuso un empréstito forzoso de 200.000 pesos y puso también en fuga á 400
_
para hombres de caballería cj[ue quedaban. (Véanse
el ejército. § § 2 y 3 del nú-
mero l.lbO de la colección Blanco-Azpurúa.)
El 19 de junio se despidió el general Morillo de Cara-
Volvamos á la 19 expedición de los Cayos. Esta se com-
cas por una proclama y marchó para Puerto Cabello se despi-
puso de 7 goletas mercantes armadas en guerra
y de 250
;

dió de éste el día 19 de julio por otra proclama siguió para


y hombres de desembarco, según Baralt, tomo 1?, folio
Santa Marta. El 20 avista las costas de Cartagena y da una 265, ó
de sólo 164 según el general Salom en su Diario
])i’oclama a habitantes de Nueva Granada. El 22 desem-
los de campaña.
1 lai, Mac— Gregor, Soublette, Briceño
barcó en Santa Marta con 5.000 expedicionarios Méndez, Zea, eran los
y 3.000 crio- principales. Con tales elementos dió la vela
del Puerto de
llos de Morales. El 20 de agosto desembarcó á barlovento Aguin el día 20 de marzo. El 2 de mayo á las nueve de la
de la plaza de Cartagena y seguidamente estrechó el sitio. mañana avistó la expedición 2 buques españoles que lilo-
En la noche del día 24, la divúsión Palacios que volvía de queaban la isla^^de Margarita, el bergantín “Intrépido”
las orillas del Cauca, rompió la línea sitiadora
y entró á la la goleta Rita, á
y

los cuales hizo prisioneros. Fondeó la
plaza con 400 hombres de los 000 que componían aquel cuer- expedición en Juan Griego ó Villa del Norte. Véanse sus
po valiente, quedando los demás muertos ó prisionero.s. El procilamas y boletine.s, de 3 á 23 de mayo, en
11 de noviembre. Morillo atacó fuertemente el cerco el Bosquejo
y con- de Austria, tomo 2?, folios 23 á 30 inclusive.
vento de la Iá)pa, (pie guarnecían los venezolanos de la di- El 7 de dicho mes los jefes
visión Palacios. Los venezolanos que defendían la plaza de y oficiales de la isla,,
sus más respetables vecinos
Cartagena, muertos ya de hambre y los emigrados del continente
y faltos de todo recurso, el ríe V enezuela,^ reunidos en la iglesia de la Villa del Norte,
día 5 de diciembre desocuparon aquel paladión de libertad
lecouociieron a Bolívar por jefe supremo de
para entonces,^ y al siguiente día 6 salieron para Bocachica Venezuela y
a Mariño por su segundo. Con tal carácter proclamó
con dirección á Jamaica como jiunto más cercano, á donde á los
venezolanos el día 8.
llegaron algunos hacia el 21 de dicho mes; pero otros fueron
hechos prisicineros de los bucpies españoles en la travesía. \ 11
- Carúpano sin resi.stencia.
Allí dicto el memorable decreto que llamaba los esclavos
Morillo entró á Cartagena en medio de minas
y cadáveres. a las armas, ofreciéndoles la libertad con indemnización
á sus
108 días sufrieron el horroroso sitio de Cartagena, prin-
¡
dueños.^ Bosquejo de Austria, tomo 29, folio 31.
cipiado desde el 20 de agosto (Véanse los § § 29 y 39 del El 25, Monagas, Zamora
!

número 1.037 y el 1.084 de la colección Blanco-Azpurúa.) y demás jefes de partidas ar-


madas^ del oriente, reconocieron la autoridad de Bolívar
Continuó Páez sus servicios en Casanare á las órdenes como
Jefe Supremo, inmediatamente que supieron
del comandante Francisco Olmedilla, que mandaba las tro- su llegada á
Margarita. Obra citada de Austria, tomo 29, folio 32. Una
pas en aquella provincia. Junta
General celebrada en Carúpano el 28, con la dirección del licen-
A principios del año 1815 la división de Casanare com- ciado Diego Bautista Urbaneja,
puesta, de 1.200 caballos, ocupó la ciudad de Guasdualito. y aquie.scencia del ayunta-
El miento, reconoció la autoridad de Bolívai-.
regimiento de Páez tuvo la gloria de destruir las tropas La expedición se aumentó en Carúpano hasta 1.000
españolas, sin que ningún otro cuerpo del ejército hubiera hombres. Jefes expertos, valerosos
tenido parte en la acción. Murieron más de 300 hombres y de gran Hombradía mar-
charon de allí á reanimar la opinión
en el combate y se hicieron 228 pj’i.sioneros. Páez se opuso y hacer gente armada
en las provincias_ del interior, en acuerdo con Monagas,
á la matanza (le los prisioneros, que había ordenado Orme- Za-
mora y demás jefes orientales.
dilla, consiguieinlo que se revocara la terrible orden. La El 19 de julio salió la expedición de Margarita
división regre.só á Ca.sanare á con.secuencia de que se hallaba
Carúpano, con destino á Ocumare de la Costa, y de
el día 6
Calzada muy inmediato con una fuerza superior á la de los tomó tierra en ella. Inmediatamente publicó Bolívar su y
patriotas.
decreto sobre libertad de esclavos;
Después de esta acción se encontró Páez en la de Chire, _ y expidió otro propo-
niendo a los jetes españoles suspensión de la guerra á muer-
á fines del año, contra Cúdzada. Este perdió en el combate te, pero esto quedó sin buen éxito.
dos })iezas de artillería é igualmente la caballería (Cuaderno de sus procla-
y un corto mas, folio 15. Austria, en el citado tomo 29, folio 42.)
número de infantes. En la Villa de Arauca batieron des- El 15 de julio sufrió una derrota la fuerza de Bolívar por
y
truyeron completamente á 400 hombres de caballería que Morales en la cumbre de Iqs “Aguacates.” El día 16 hubo
encciutraron en a(|uellas llanuras. E.sa división enemiga pe- junta de guerra celebrada en ücumare, en la cual se acordó
reció en parte
y fue ])risionera la otra. la expedición por los Valles de Ai-agua,
por los Llanos, y
que el general Bolívar se reembarcase, por ser necesaria su
conservación para el porvenir. En efecto, se logró á firerza
(le riesgos
Alvo 1816 y peligros, que dicho geireral tornase el bergantín
de girerra que rrrarrdaha el francés Vil laret la expediciórr
y ;
sa-
lió par’a Chororrí, bajo que srrs jefes y oficiales coir-
el rrrarrdo
fiarorr al gerreral Gregorio Mac-Gregor de
allí descerrdió al Va-
;
El 15 de enero se hizo el heroico levantamiento de la lle de Onoto, donde encontró
isla de Margarita, bajo el general Juan Bautista y deri’otó la colurrrrra qire mandaba
Arismendi. Juarr Nepornuceno Quero, continuó su nrarcha
La ciudad de la Asunción y el pueblo del Valle de San por Güere
err donde eircorrti'arorr aúir palpitantes
Juan, íueron incendiados por el brigadier Pardo 29 cadáveres de pa-
y el teniente triotas de degollar el feroz Chepito Gorrzález
(jue acal)aba
coronel Urreiztieta. (Véase Bo.squejo de Austria, tomo, 2? fo-
}>r osiguierorr por la
ciudad de la Victoria v bajaron por el
lios 5 á 9.)
Pao de Sárate o de Montilla, hasta la ciudad de Sarr Sebas-
El General Bolívar llegó á los Cayos de San Luis en tián, donde batiei’on la guarnición que
busca del corsarista L. Ihlón, el cual puso á su disposi- mandaba Rósete, y
fehzirrerrte tairrbien supieron la ocirpaciórr de
ción cuanto poseía, Nireva Grarrada
y a(]uí comenzó á organizarse la 19 fa- por Morillo y que verría rurevanrente por Casarrare
y Apure
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLV

sobre Venezuela : continuaron por San Francisco de Cara y cha con dirección á la capital de Angostura. El río Caura
Cainaguán hasta Chaguaramas. Aquí se obstino, el 28 de tuvieron que pasarlo á viva fuerza destruyendo al enemi-
julio, el general Mac-Gregor en rendir la casa fuerte, en que go que fué lanceado hasta el pueblo de San Pedro, dis-
estaban atrincherados unos españoles que cubrían aquella tante del río Caura como legua y media. Desde este pun-
parte del Llano pero fue en vano y perdió 80 hombres y to siguió la división sin obstáculo hasta las inmediaciones
;

10.000 cartuchos. Se les unió el comandante Braulio Belisario, de la capital, á la cual en 10 de enero de 1817 puso sitio
que continuó como práctico muy conocedor de aquellos ca- el mismo día de la feliz llegada.
minos. El día 30 acam])ó la división á 4 leguas de Chagua- Retrocedamos á la campaña
del general Páez, quien
ramas; removió del mando al general Mac-Gregor y se lo llegó el 16 de setiembre de 1816 al cuartel del general San-
dió al coronel Soublette ;
pero al día siguiente fue aquel tander. Una intriga de dos jefes echó á rodar el Gobier-
repuesto al mando en el sitio del Socorro. Aquí se incorporó no y la Comandancia General creada en la Villa de Arauca
el comandante Julián Infante con 80 hombres montados. y que después fue trasladada á Gua.sdualito. El Coman-
El 2 de agosto súbitamente se encontró con una división es- dante general, coronel Francisco de Paula Santander, pa-
jmñola de 1.200 hombres mandados por Juan Nepomuceno só luego al ¡nieblo de Arichuna, punto de reunión de los
fallero en el paso fragoso de “Quebrada Honda; ” y Soublette escuadrones de Apure y lugar de la intriga. Los jefes ó
en ausencia de Mac-Gregor que se había adelantado diri- comandantes de é.stos pretextaron que Santander era me-
gió las operaciones de la batalla y derrotó á Quero. En ramente un militar de pluma y que no lo querían por
esta acción murió el valiente comandante Francisco Piñango. jefe y únicamente se someterían al comandante Páez. Lue-
El día 3 se les reunió en el pueblo de Santa María de Ipire, go que Santander lo entendió, hizo reunir los comandan-
el general Pedro Zaraza (acabado de ascender por el Liberta- tes y con dignidad les dijo que no era decoro.so el paso
dor) con 50 carabineros, el cual reconoció por jefe al general que pen.saban dar desconociéndole su autoi'idad, que abriría
Mac-Gregor y siguió la marcha cubriendo la retaguardia hasta la jiuerta á ulteriores actos de insubordinación. Santander
San Diego de Cabrutica, donde hizo alto la expedición para con prudencia zanjó la dificultad y renunció el mando mili-
reorganizarse y reunir otras partidas dispersas. Efectivamente tar que ejercía. Entonces los dichos comandantes de cuer-
se reunió el general José Tadeo Monagas (también acabado pos se reunieron y nombraron á Páez comandante gene-
de ascender por el Libertador) y ya montaba la fuerza
;
ral del ejército de Apure. Véase lo dicho por el gene-
total á 000 infantes y 000 caballos mandados por los vale- ral Blanco en el § III del número 1.160 de la colección
rosos Monagas y Zaraza, con más 200 indios de flecha bajo Blanco Azpurúa.
los capitanes Manuare y Tupepe. En este año se dió la famo.sa batalla del Yagual con
Morales y Quero reunidos el 0 de setiembre en Santa que obtuvo el general Páez la plena po.sesión de todo el
María de Ipire marcharon en busca de los patriotas; pero territorio de Apui’e, excepto San Fernando que en el año
éstos encontraron el mismo día en el sitio del “Alacrán, ” al siguiente de 1817 cayó en su poder. Véa.se la exacta des-
teniente coronel español don Rafael López, que iba á. reunirse cripción que de esa acción campal hace el mismo gene-
con aquellos, y lo derrotaron completamente matándoles ral Blanco, que se encontró en ella, (en el § IV del citado nú-
sobre 800 hombres y tomándole más de 300 prisioneros, mero 1.160 de la colección Blanco-Az]iurúa.)
de los cuales, unos 80 venezolanos fueron agregados á la
división.Mac-Gregor mandó esta batalla.
En seguida marchó la división por el Chaparro y el
Carito hacia Barcelona, á cuya ciudad entró el día 13, en-
AUTO 1817
contrando sus calles cubiertas de cadáveres y despojos, por-
que López se vengó en sus habitantes de la derrota del
•día 6. (Orden general del ejército en los días 14, 17 y 23 Baralt en su tomo 19, folios 304 á 307, trae la des-
de setiembre. Bosquejo de Austria, tomo 2?, folios 46 y 47). cripción de las operaciones del general Piar sobre la pro-
Sabiendo el general Piar frente á Cumaná, cuya plaza vincia de Guayana su asalto á la plaza de Angostura
; ;

sitiaba elgeneral Mariño, la ocupación de Barcelona por la ocupación de las misiones del Carón í. Debe estudiarse
Mac-Gregor, y llamado por éste con instancia, voló á re- el historial del fatal suceso de la muerte de los capuchi-
forzarlo, y su reunión el día 20 fue tan feliz y oportuna, nos del Caroní, suceso que ha sufrido diferentes interpre-
como que ya marchaba Morales sobre dicha ciudad con taciones por no haber el general Bolívar castigado á los
una división de 3.000 infantes escogidos. Piar, que tomó oficiales reconocidos general y })úl)licamente por ejecutores
el mando por antigüedad, les salió al encuentro con 2.000 de tan enorme atentado. Véa.se lo que dice Larrazábal en
hombres de su mando, acompañado de Mac-Gregor con su el tomo 1?, folios 467 á 469 de su obra ‘Adda del Liber-
segundo, y en la salina llamada del “ Juncal ” se encon- tador” y lo que explica el general Blanco en el § III del
draron y batieron encarnizadamente, quedando la división número 1.235 de la colección Blanco-Azpurúa.
española derrotada. Como en el historial citado arriba, de Baralt, no se
dice ni tampoco en la obra de Montenegro, cómo, por dón-
Desde Barcelona despacharon los jefes republicanos al
señor Francisco Zea, para que fuese en busca del Liberta- de y cuándo bajaron á Guayana el general Urdaneta y los
dor á informarlo de todo lo ocurrido é invitarle á venir á coroneles Santander, Morales y Guevara (granadino.s), Lara,
dirigir de nuevo las operaciones de la guerra.
Carroño, Manrique y otros venezolanos, que hicieron la
Este se ha-
gloriosa campaña de Apure en el precedente año de 1816,
llaba en el Puerto Príncipe de Haití, por consecuencia del
véa.se la aclaración importante que hace el general Blanco
desconocimiento de su autoridad por Mariño y Bermúdez
en Güiria, á donde se había dirigido en 16 de agosto de en el número 1321 de la colección Blanco-Az})urúa.
Bonaire para emprender la campaña. Unido Bolívar con El asalto y toma de la casa fuerte de Barcelona el 10
Brión y protegido por Petion y teniendo á su dis])Osición la de abril, por la jirimera división al mando del coronel
respetable escuadrilla que este importante marino había for-
de dragones don Juan de Aldana. Véase el número 1.229
mado con sus buques y los de Villaret, dió la vela del Puer- de la colección Blanco-Azpurúa.
to de Jaemel el 21 de diciembre; y esta fué .su Mientras que el Libertador echaba los fundamentos de
la unidad del Gobierno, bajo la autoridad de un solo ma-
SEGUNDA EXPEDICIÓN DE LOS CAYOS gistrado revestido con plenitud de funciones, varios se pres-
taron á la reunión de un congreso venezolano, llamado
Esta llegó á Juan Griego el 28 de diciembre. El 31 “ Congreso de San Felipe de Cariaco,” instalado el 8 de
pasó el Libertador á Barcelona. Ya no e.staba allí el ge- mayo. Véanse Re.strepo, tomo 29, folios 395 á 397, §§ III al
neral Piar. Este se fué á unir con el general Cedeño pa- VII del número 1.237 de la colección Blanco-Azpurúa.
ra obrar contra la capital de Guayana, cuya provincia esta- El 17 de julio dió orden el general Morillo al coman-
ba casi toda dominada por e.ste segundo jefe. Reunidos dante de la fuerza armada de Margarita, en su Cuartel
Piar y Cedeño emprendieron el día 25 de Navidad su mar- General de los Varales, y Restrepo en el tomo 29 de su
CLVI RESUMEN HISTORICO
obra á los folios 411 á 418, describe la defensa de la isla, nando el día 6 de marzo
Pampatar, Mata-Siete y la Laguna de los Mártires. y se rindió el 8 en la retirada
por la orilla del Caño Viruaca bajo las garantías ofrecidas
Conviene leer los partes oficiales del general Morillo por el general Páez en persona.
al Ministro de la Guerra en Madrid sobre sus operacio- Al pie del fatal sitio de la Puerta, se dió el 16 la
nes militares en Margarita, dados en Cumaná, á 28 de gran batalla de Semen en la retirada que hizo Bolívar
agosto. Ellos están en el N? 3? del Correo del Orinoco ; de la parroquia del “Concejo” y del estrecho de la Ca-
_

é igualmente importa ver las observaciones del número 4? de brera, hasta cuyos puntos se avanzaron imprudentemente en
dicho periódico. Unos y otras fueron reproducidas en el nú- persecución de Morales. El general Morillo salió herido,
mero 1.2G2 de la colección Blanco-Azpurúa. pero ganó la batalla.
Bolívar, como Jefe Supremo, había dado un decreto El día 26 Bolívar y Páez, ya reunidos, presentaron ba-
y
reglamento con fecha 3 de setiembre, mandando confiscar talla en Ortiz al general La Torre que había reemplazado
para la República todas las propiedades de los españoles á Morillo; y la derrota de los primeros no paró hasta el
y americanos realistas que emigraran del territorio que Hato de San Pablo.
ocupase el Ejército Libertador. Estas propiedades y las del La sorpresa que el 29 López (Rafael López) dio al
gobierno español que se hallaran en el territorio libertado Libertador en la noche del 16 de abril en el sitio del
ó que en lo venidero se libertara en Venezuela, eran los “ Riimón de los^ Toros ”
y subsecuente batalla al amanecer
bienes que se llamaron nacionales. Por otro decreto de 10 del 17, que ganó aquél, pero que para fortuna de los pa-
de octubre, expedido cuando se actuaba el proceso contra triotas quedó muerto de un balazo.
Piar, se mandaron repartir dichos bienes entre los servi- Con fecha 2 de mayo se verificó la gran batalla de
dores de la patria. Cojedes entre Páez y La Torre, en la cual ambos jefes se
Es importanteel resumen sucinto, por orden cronoló- atribuyeron el triunfo pero fue lo cierto, que Páez perma-
;

gico, episodio de la división del general Piar, desde


del neció en el campo y La Torre se retiró herido.
enero hasta agosto de 1817, y de su muerte en octubre; debién- El 20 de mayo se dió batalla en la “ Laguna de los
dose consultar, para mejor inteligencia de lo dicho allí res- Patos” junto á Calabozo, contra Morales y la perdió el ge-
pecto de la acción en el Llano de la Misión de San Félix, neral Cedeño por una insubordinación del coronel Ara-
los detalles de Baralt, tomo 1?, folios 309 á 312. mendi. Y el 28, Páez sorprende á Morales en el Gua-
También lo es el juicio de los siguientes historiadores y ^
yabal, á donde se había retirado después de la acción an-
del biógrafo del general Piar, á saber terior, y en la cual lo destrozó con su guardia
:
de honor.
— Baralt, tomo 1?, folios 324 y 325, con las explica- El 4 de junio llegaron á la ciudad de Angostura el
ciones del general Blanco acerca del retiro del servicio, que Libertador, que se enfermó gravemente en San Fernando,
el general Piar obtuvo del Jefe Supremo en fin de junio Morales, Urdaneta y Valdez, heridos en Semen
y los restos
de 1817, de su ida á la Villa de Upata, capital del De- del ejército que aquel dirigía en persona.
partamento de las Misiones del Caroní, sus primeros pasos El Libertador dispuso en 26 de agosto una expedición
contra la autoridad suprema de Bolívar, reconocida en el á Casanare al mando del general Santander, como van-
país, y de su marcha, en fin, para Maturín. (Número 1.312 guaT'dia del ejército, con que se proponía dar libertad á
de la Colección Blanco-Azpurúa). Nueva Granada por con.secuencia de los ventajosos informes
—Restrepo, tomo 2?, folios 421 á 426— Carlos Benedetti, que le dirigió de Pore el general Blanco.
Historia de la República de Colombia, folio 189. En fin, el 20 de diciembre el Libertador formó una
— Mitre, Historia de' la emancipación Sud— Americana, nueva expedición al Apure, saliendo de Angostura ha.sta el
tomo 3?, folios 469 á 470. Caujaral. Y aunque tenía en ese mes que instalar el 2?
—Juan José Conde, Apuntes ó relación del carácter, Congreso Constituyente, quiso dar personalmente algunas
méritos y servicios del general Piar y de todo lo ocurrido disposiciones en el Apure sobre las primeras operaciones
en la capilla y últimos momentos de la vida del benemé- de la j)róxima campaña. Consúltense los números 1.268
rito héroe de San Félix. (Número 1.311 de la colección
y
1.476 de la colección Blanco-Azpurúa.
Blanco-Azpurúa.)

AíÑrO 1819
.AlÑTú 1818

La última campaña del Libertador en Venezuela fue


Desde 15 de setiembre del año anterior, el Liber-
el la que emprendió el 20 de diciembre del año anterior des-
tador escribió en su cuartel General de Angostura al ge- de Angostura hasta el Apure, remontando por el Orinoco
neral José Antonio Páez manifestándole la importante ad-
y el Arauca ha.sta el Caujaral, de donde marchó por tierra
quisición de la provincia de Guayana haber aprobado el
; hasta fean Juan de Payara, Cuartel General dél general
plan de operaciones que Páez había adoptado para entrar Páez y al cual llegó el 16 de enero. Allí se trató de obrar-
por el Occidente á las inmediaciones de Caracas, tomando contra San Fernando, ocupado por el general La Torre,
de paso la provincia de Barinas; ser el momento precioso pero el Libertador que vió asegurado ya el objeto princi-
para acercarse á los Llanos de Calabozo, en que Páez en- pal de su expedición, qrre fué la de poner íntegras á ór-
contraría al general Bermúdez á la cabeza de 3.000 á 4.000 denes del general Páez la división de infantería al man-
hombres de tropa aguerrida, é incorporado el general Zá- do del general Anzoátegui y la de caballería bajo el ge-
riaga con 2.000 hombres más que el resto del Ejército neral Cedeño
;
; y teniendo que instalar por sí el Congreso
Libertador marcharía en dos divisiones, la una embarcada Constituyente de la República en la capital de Girayana,
para tomar á Saii Fernando, la otra por tierra á reunirse dejó al general Páez sus instrucciones precisas para las pri-
con la del general Bermúdez. meras o¡)eraciones de la campaña y regresó á Angostura.
En efecto, el día 1? de enero de 1818 salió de Ciu- Efectivamente, se instaló el Congreso en Angostura el
dad Bolívar la división que el Libertador dirigía para 15 de febrero. El Libertador pronunció un magnífico di.s-
reunirse con el general Páez y para el dia 31 se junta-
;
curso.
ron con el ejército en San .Juan de Payara. Entretanto el general Páez cumpliendo estrictamente
El 12 de febrero Bolívar sorprende á Morillo en Ca- las órdenes y deseos del Libertador, pasó con su ejército
labozo y le obliga á reiirai’se precipitadamente. En el })a- el Arauca conduciendo á la vez una inmensa emigración
so del Guárico en el j)ueblo del Sombrero se baten, v Mo- de íamilias jiati'iotas hasta situarla con seguridad en Ara-
rillo es forzado de nuevo á retirarse por varios imeblos pa- guaquen y él se apostó con sus carabineros en Curaviche
ra salir á Villa de Cura, donde dejó apostado á Morales. hasta esi)enu- el regreso de Bolívar. (Véase á Baralt, tomo
La guarnición española desocupó la plaza de San Fer- 19, folios 351 á 356). El 17 de marzo se reunió el Liber-
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLVII

tador á las tro[>as de Páez, con la legión inglesa. Inme- del Orinoco, número 21). La ley fundamental de la Repú-
diatamente dispuso un reconocimiento sobre la isla de Acha- blica dada el 17 de diciembre y remisión que hizo de ella
guas pero habiendo sufrido su infantería un revés en el el Libertador al Vicepresidente de Nueva Granada. Véase
;

trapiche de La Gamarra,” determinó replegar hasta el lo que dice Restrepo en el tomo 19 de su obra, al folio 127.
otro lado del Arauca para atraer hacia allí al enemigo, Zea renunció la Vicepresidencia de Venezuela, y fue
y el L
de abril pasó aquel caudaloso río por el paso de reemplazado por el general Arisrnendi el 15 de setiembre.
los “ Potreros Marrereños.” El 16 de diciembre hace éste renuncia de la Vicepresiden-
El enemigo lo persiguió hasta la ribera izquierda del cia. Para conocer el origen, actores y medios que se [)U-
Arauca y se mantuvo al frente del ejército republicano. sieron en juego para obligar á Zea á renunciar, véase to-
El día 2, el general Páez burlando la vigilancia de su do lo que refiere Re.strepo en el tomo 29, folios 554 á 558.
adversario, repasó el dicho río ¡lor un paso superior con Fue triunfante la entrada del Libertador en Angostu-
150 valientes y denodados de sus caballerías, y cargando ra el 11 de diciembre. Presentóse ante el Congreso en la
impetuosamente á toda la caballería contraria en el sitio de sesión extraordinaria del 14 del mismo y pronunció un ad-
“Las Queseras del Medio,” la derrotó en guerra galana y mirable discurso, que fue contestado por el Presidente del
al favor de los movimientos estratégicos con que estuvo en- Congreso. (Correo del Orinoco, número 47.)
gañándola hasta sacarla fuera del apoyo de su infantería. En debe leerse lo que refiere Restrepo en el to-
fin,

(Correo del Orinoco, plana 1? del número 28 y § último mo 29, folios 558 á 560, acerca del fusilamiento del Coro-
del número LIGO de la colección Blanco Azpmrúa.) De nel Barreyro y 38 oficiales prisioneros en la batalla de Bo-
resulta de esta derrota. Morillo volvió á encerrarse en la yacá, ordenado por el Vicepresidente de la Nueva Granada..
isla de Achaguas y no salió de allí sino el 1? de mayo,
en que emprendió marcha para Calabozo.
La expedición gloriosa sobre Nueva Graiiada la resol-
vió ])or fin el Libertador en los Llanos de Apure y em- ^TÑO 18 20
prendió la campaña que desde noviembre de 1817 le había
indicado el vicario general José F. Blanco. En efecto, el
14 de mayo salió del pueblo de Rincón-Hondo el ejército Sin duda que es de justicia el recuerdo de los impor-
expedicionario compuesto de la división Anzoátegui y de tantes decretos del Congreso de Angostura, á sabei’ el de ;

la legión inglesa de Rook, cuyas fuerzas se acercaban á 3 de enero ap)i‘obando el acta de la Asamblea de Notables
1.800 infantes y 600 caballos. (Montenegro, tomo 39, de su de Bogotá, del 9 de setiembre del año precedente el de ;

citada obra, folio 362.) 6 de enero dando un testimonio de reconocimiento nacio-


Merece bien la campaña de este año una descripción nal al jefe y ejército libertador de Cundinamarca el de ;

de los grandes hechos y sublimes ideas que ella ofrece, pe- 11 de enero sobre libertad de los esclavos el de la mis- :

ro tenemos que limitarnos á la enumeración de rasgos su- ma fecha sobre liquidación y reconocimiento de la deuda
cintos })or la naturaleza de este escrito. nacional; el del 12 del propio mes, dando un indulto ge-
Es característico el parte oficial del jefe de vanguar- neral el del 13 del mismo mes creando
;
una Diputación
dia del ejército, general Francisco de Paula Santander, permanente para el despacho de los asuntos importantes y
desde la provincia de Casanare á 29 de abril, sobre sus urgentes, en receso del Congreso.
primeros triunfos contra el ejército español, por virtud de Es digno el Manifiesto del Presidente del Congreso y
los cuales éste desocupó aquella llanura y se sitió en la Se- Vicepresidente de la República, Francisco Antonio Zea, á
rranía. (Correo del Orinoco, número 33.) los pueblos de Colombia, fechado el 13 de enero. (Correo
El Libertador participó al Vicepresidente de Venezue- del Orinoco, mimero 50).
la su 19 Función de Armas contra el ejército español, en la
cual lo desalojó del pueblo de Paya, el 30 de junio. (Correo
del Orinoco, número 39.) UNIÓN DE VENEZUELA Y NUEVA GRANADA
En el primer Boletín del Ejército Libertador de Nue-
va Granada está la 29 Función de Armas en los “ Corra- El oficio del Libertador remitiendo la Ley fundamen-
les de Gámeza,” el 10 de julio. (Correo del Orinoco, nú- tal al Vicepresidente de la Nueva Granada en el año pa-
mero 39.) sado, dió motivo á la reunión de las autoridades de Bo-
El 29 Boletín trae la 39 Función de Armas en la bata- gotá para acordar sobre dicha Ley, verificada el 12 de fe-
lla del “ Pantano de Vargas, ” el 25 de julio. (Correo del brero, el decreto de su cumplimiento y publicación, dada
Orinoco, número 39.) Sobre dicha batalla debe leerse el par- en el Palacio de Bogotá el mismo día 12. Oficio del Vi-
te oficial del general Barreyro, inserto en la Gaceta Espa- cepresidente de Nueva Granada al Libertador, de 15 de
ñola de Santa Fé y fechado el 26 de julio. (Correo del Ori- febrero, acompañándole dichos documentos. (Correo del Ori-
noco, número 41, con las notas críticas al pie.) noco, número 60). Contestación del Libertador á 25 del mis-
El 3er. Boletín en que se refiere la ocupación de la mo mes y su proclama del 8 de marzo á los colombia-
ciudad de Tunja el 6 de agosto. (Correo citado, irúmero extra- nos sobre la })ublicación y proclamación de la República
ordinario, entre los 39 y 40.) de Colombia por el Congreso y su sanción por los ])ueblos li-
El 49 Boletíir sobre la 49 Función de Armas en la bata- bres de Cundinamarca y Venezuela. (Tomo 29, Vida Pú-
lla de Boyacá, el 17 de agosto. (Correo del Orinoco, número blica del Libertador, folio 129).
extraordinario entre los 39 y 40.) El general La Torre comunicó al Libertador, desde
El 59 Boletín se ocupa de la entrada triunfairte en la Bailadores, á 2 de julio, sobre los comisionados de paz que
capital de Santa Fe, el 10 de agosto. (Correo del Orinoco, núme- le dirigía el general Morillo, y el Libertador le contestó en
ro extraordinario citado.) San Cristóbal el 7 (Correo del Orinoco, número 76.) El ge-
El Libertador oficia con fecha 14 de agosto al Vice- neral Morillo indicó al Congreso nacional, con feclia 17 de
presidente de Venezuela recapitulando la gloriosa camparla junio, sus comisionados de paz, brigadier don Tomás Cires
que acababa de hacer. (Torrro 29, Vida pública del Liber- y el intendente don Domingo Duarte. (Correo citado, número
tador, folios 68 á 71.) 71.) El Congreso le contestó el 13 de julio (Correo y número
El Vicepresiderrte le contesta desde Angostura con fecha 71 citados;) Son importantes el artículo “Negociaciones de
22 de setieirrbr-e. Morillo” y los dos oficios del general Páez de 13 y 17 de
El Libertador norrrbró corr fecha 11 de setiembre al Ge- julio contestando en el 19 á otro del general Morillo sobre
neral Santarrder, Vicepresiderrte de las pi’ovincias de Nueva reconciliación y el 29 participando este sucoso al Vicepresi-
Granada. dente de Venezuela con su negativa (Correo del Orinoco, nú-
El Congreso expidió el decreto reglamerrtario para la mero 73.) En consecuencia, el Vicepresidente general Sou-
Presidencia de la República y los relativos á un iirdulto blette publicó una proclama á los soldados del ejército sobre
general y al Poder Judicial, en 15 y 25 de febrero ( Cbrreo la falacia del enemigo, general Morillo, en las gestiones de-

21
CLVIII RESUMEN HISTORICO
reconciliación y fechada en la capital de Gnayana á 17 de ción al oficio de éste desde Payara, puede ó debe verse en el
julio (CbíTco citado número 72.) Publicóse otro artículo “ Ne- citado Correo del Orinoco, número 112, al fin.
gociaciones del general Morillo en el número 77 del men- De la diplomacia política nos vemos' obligados á pasar
cionado Correo del Orinoco, con la res})uesta oficial del co- en revista lacampaña de 1821. Con fecha 12 de mayo, en
ronel Montes, comandante de las fortalezas de la Baja Gua- Barinas, el Ministro de la Guerra del Liberhidor comunicó
yaría, en que transci’ibe la contestación de los comisionados al Vicepresidente de A’^eirezuela los primeros movimientos
de Morillo, con fecha 10 de agosto. Puede consultarse el his- con que el ejército libertador iniciaba en Occidente la reno-
torial completo y bien ilustrado, que trae el númei'o 1753 vación de la guerra; y los oficios y jrartes ocurridos sobre
de la colección Blanco-Azpunia, de las confei'encias, comu- las operaciones del ejército de Barlovento en los meses de
nicaciones y tratados sobre armisticio y regularización de la mayo y junio bajo el general José Francisco Bermúdez pueden
guerra, entre los generales Morillo, La Torre, por parte de leerse en el número 1812 de la colección Blanco-Azpurúa.
Espaila, y el general Bolívar, por la República, de.sde el 17 Aquel oficio está en el número 1796 de la misma colección.
de abril hasta fin de diciembre de 1820, iirclusive las iir- El Libertador desde su cuaitel general en Valencia y con
teresantes irotas pasadas entre ellos en junio y julio que le fecha 25 de junio da parte oficial al Congre.so de Colombia en
faltan al historial del doctor José Domingo Díaz en un cua- Cúcuta participándole la gian batalla de Garabobo cjue ganó
deriro, que conservamos, y que se las han agregado, tomados al ejército español el día 24 anterior. En ese parte indicó
del Correo del Orinoco números 71, 72, 70, 77, 71, 81, 83, 80, f}ue la conducta del general Páez en la más glorio.sa victoria
90 á 92 y 100. (ie Colombia, le había hecho acreedor al último rango en la
Para conclusión de aquellos tratados se verificó la en- milicia y á nombre del Congreso le había ofrecido en el
trevista de los generales i^Iorillo, La Torre y Bolívar, el campo de batalla el empleo de general en jefe de ejército.
glorioso día 27 de noviembre, en el pueblo de éanta Ana, de Respecto del general Cedeño, á quien califica de “el bravo de
la })i'ovincia de Trujillo. {Correo del Orinoco, número 91.) los bravos de Colombia,” manifestó que con su muerte ésta
Por decreto legislativo de 9 de novieml)re se trasladó el había perdido un grande aj)oyo en paz ó en guerra, ninguno
Gobierno Sujiremo de la Repúlfiica de Guayana á la villa más valiente c^ue él, ninguno más obediente al gobierno. Del
del Ro.sario de Cócuta. Y el Vicepresidente de Colombia coronel Plaza dice, que lleno de un entusiasmo sin ejemplo,
doctor Juan Germán Roscio, dirigió una proclama el 14 del se precipitó sobre un batallón enemigo })ara rendirlo. Del coronel
mismo mes á los habitantes de Guayana. {Correo del Orino- Rangel dice, que hizo, como .siempre, prodigios, y que había mar-
co, número 87.) chaclo á establecer la línea contra Puerto Cabello. A" en
Y del año de 1820 mencio-
])ara concluir la exposición fin presentó al Congreso el homenaje de un ejército rendido,
namos proclama del Libertador de 7 de diciembre en su
la el más grande y más hermoso que había hecho armas en
Cuartel General de Barinas, anunciando que la paz hermo- Colombia en nn campo de batalla. (Tomo 29, ATda Pública
seaba con sus primeros y es})léndidos rayos el hemisferio de del Libertador, folios 274 á 277.)
Colombia. {Correo del Orinoco, número 92.) El ministro de Guerra del Libertador con fecha 29 de
junio comunicó al vicepresidente de Colombia el parte oficial
del brillante triunfo de las armas republicanas en Cara-
bobo .sobre el ejército español. (Tomo 29 citado, folios 279 á 287.)
.A570 1821 Y el Congreso expidió su decreto de 25 de julio conce-
diendo gracias y honores al ejército Libertador, vencedor en
Carabobo. (Tomo 29 citado, folio 287.)
El Vicepresidente de Colombia, doctor J. G. Roscio, .se di- El Libertador dirigió á los caraqueños, á .su entrada á
rigió con fecha 15 de febrero á los habitantes de Cúcuta. Caracas, victorioso, una j)roclama el día 30 de junio. (Tomo
Tomo 29, Vida Pública del Libertador, folio 226. 29 citado, folio 291.)
El primer Congreso de Colomlúa se instaló el 6 de mayo Luégo en decreto de 9 de julio mandó devolver á los
en la villa del Rosario de Cúcuta, (tomo 29 citado, folio 263). patriotas sus bienes que les fueron confiscados por Boves,
El Congreso se dirigió en una alocución, fechada el 6 de Morillo y demás jefes espaiñoles en los arlos 1814, 1815
junio, á todos los pueblos y tropas de mar y tierra de la
y si-
guientes de su dominación en Venezuela.
República, (tomo 29 citado, folio 269.)
Varios irotables de Caracas re])resentarorr al Libertador
El 4 de octubre el Presidente Bolívar y el Vicepresiden- en 28 de julio reclamando de la confiscación decretada pol-

te Santander jn-estaron el juramento ante el Congreso, con la ley del Congreso de Angostura del 16 de junio de 1819,
los demás que lo acompañaron. {Gaceta de Colombia, nú- sobre los bienes de los que emigraron en odio á la causa de
mero 9.) la independencia, y el Libertador jiasó la representación
El Congreso dió una alocución el 14 de octubre al con- al gobierno de la República para su resolución, el cual de-
cluir sus sesiones, y su Presidente pronunció el discurso de claró que no e.staba en sus ñicultades alterar la expresada
clausura. {Gaceta de Colombia, número 12.) ley. Aféase el número 1834 de la colección Blanco-Azpurúa.
El 27 de enero hubo un movimiento político en Mara-
La división española al mando coronel José Pe-
del
caibo con el objeto de unirse á Colombia. El número 1759
reira en la Guaira capituló, mediante 6 entre el Liber-
oficios
de la colección Blanco-Azpurúa contiene un historial de tan
tador y ese jefe desde el día 19 al 4 de julio, los cuales corren
importante suceso para Colombia y deben consultax’se tam-
en el tomo 29 citado, de la Vida Pública del Libertador, folios
bién los documentos que con el epígrafe de “Maracaibo libre,”
294 á 302.)
figuran en el citado tomo 29, “Vida Pública del Libertador,”
folios 213 á 219, é igualmente las comunicaciones pasadas
con ocasión de dicho suceso, entre el general don Miguel
de La Torre, de una parte, y los generales Bolívar y Urda- Ax570 18 22
neta, de la otra, las cuales corren en el Corrro del Orinoco,
número 106, plana l'í y 2” y número 112, }>lana l'l
El expresado Correo, en el número 101 trae un escrito Llaman la atención las actas del 29 de diciembre de
“Colombia y Renovación de la guerra,” que con la importante 1821 y del 3 de enero de 1822 sobre el juramento constitu-
correspondencia entre Libertador desde Trujillo y San
el cional con que la nrunicipalidad de Caracas juró la Consti-
Juan do Payara en 10 y 28 de marzo, y el general La Ton-e, tución de Colonrbia, decretada por sir congreso con.stituyerrte
de Caracas el 21 del propio mes, y las proclamas de este ge- en Cúcuta, con condicioires y cujms antecedentes pireden es-
neral en 23 de marzo, contiene el número 1775 de la citada tudiarse en el número 1961 de la colección Blairco-Azpurúa.
colecciónBlanco-Azpurúa. La lamosa carta conocida con el epígrafe “Carta de “Ga-
Además, la comunicación que el general La Torre diri- rabulla,” (Sinanraica) fechada en Santa Fe de Bogotá á 23 de
gió desde San Carlos el 7 de abril al Libertador en contesta- febrero de 1822, dio ocasión á varios escritos publicados en
POR EL DOCTOR JULIAN VISO CLIX

|)enüdicos de Caracas, como puede verse en el número 1989 la Gaceta de Colombia, número 47, con el epígrafe “ Suple-
de la citada colección Blanco-Azpurúa. mento al Patriota.”
Muy importantes son el mensaje del Presidente Monroe Merecen mención acta de la Municipalidad de Co-
el

al congreso de los Estados Unidos en 8 de marzo sobre reco- racas de 29 de julio contra el decreto y bando del ca-
nocimiento de la independencia de Colombia la noticia del
;
mandante general del Departamento, general Páez, sobre re-
reconocimiento de las provincias que pertenecían á la Es]m- cluta, y el Manifiesto de este general justificando dicha me-
ña en la cámara de representantes de los mismos Estados dida, con fecha 19 de agosto en Maracay.
Unidos el 19 de marzo; otro mensaje del Presidente Mon- Volvamos á Venezuela para mencionar la corresponden-
roe al senado en 20 de abril acompañando una nota diplo- cia sobre los singulares decretos del General español Fran-
mática del ministro español al Secretario de Estado de su cisco Tomás Morales, dados en Maracaibo el 15 de setiem-
Gobierno en 9 de marzo anterior contra la independencia bre y 22 de octubre, su comunicación al Gobernador de
del Sur-América, y su refutación por el ministro americano Curazao en 18 del mismo octubre, la respuesta de éste se-
Adams en 9 del dicho abril y el Manifiesto español que
;
ñor en 5 de noviembre, la que le pasó el comandante de
sobre esta cuestión circuló en Madrid en la propia época, y la fragata “ Ciani ” y de las fuerzas navales de los Esta-
su ré[)lica. Véanse la Gaceta de Colombia, número 30 y el dos Unidos sobre las Antillas en 10 del propio noviem-
grueso volumen “ Colombia por Zea,” folios XXXIV á bre, la proclama del General Páez contra tales decretos, da-
XXXVH, XLIX á LUI y LIV á LXI. da en Maracay en 30 del mismo mes, la representación
La batalla de Bomboná consta en el Boletín del Ejército del teniente inglés Ilenrique Wallis pidiendo nuevamente
el 7 de abril. El Libertador ofició al comandante general de servicio en el ejército de Colombia, después de licenciado,
Pasto, fecha 23 de mayo haciéndole j)i’oposiciones de paz y el para tomar las armas contra el funesto general Morales y
dicho jefe le contestó el 28 del mismo mes. Los términos el decreto del Gobierno accediendo á dicha solicitud, la pro-
de esos documentos con sus detalles pueden leerse en el nú- testa del Almirante de Jamaica, Rowley, en 5 de diciem-
mero 36 de la Gaceta de Colombia. bre, la ex})osición de extranjeros al Gobierno de Colombia
Después de la pequeña victoria en Riobamba los cuerpos contra los mencionados decretos, y la contestación de éste
de la división colombiana se movieron el 28 de abril y llegaron por órgano de su Ministro del Interior. Todos estos docu-
á Tucunga el 2 de mayo. Los resultados de la jornada del mentos pueden verse, los tres últimos, en El Iris de Vene-
Pichincha, dice el general Sucre en su comunicación del zuela, números 54, 60 y 65 y los restantes en El Venezolano,
28 de mayo «le 1822, han sido la ocupación de la ciudad de de 20 de noviembre, 1? y 16 de diciembre de 1822 y del
Quito y sus fuertes, el 2Ó por la tarde, la no.sesión y tran- 20 de enero de 1823 con los números 24, 25, 27 y 31.
(juilidad de todo el departamento y la toma de 1.100 prisio- El respetable señor Zea figura como negociador de la deuda
neros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de artillería 1.700 fu- de Colombia en Inglaterra en 1822. Dice el general Blan-
siles y cuantas elementos de guerra poseía el ejército es¡)añol. co “cuando el genio de Bolívar trazaba en Angostura la
:

Gaceta de Colombia, número 41. primera línea del Gran Edificio de Colombia, que se pro-
La campaña del Sur terminó feliz. Las armas de Co- ponía levantar, estimó como medida importante y vital al
lombia libertnron desde Popayán hasta los límites del Perú. intento, nombrar un Plenipotenciario que fuese inmediata-
Dos grandes batallas han decidido la suerte de aquellas mente á Euro}>a á fundar la opinión y el crédito en fa-
hermosas provincias, siendo la indómita ciudad de Pastóla vor de la Nueva República y para tan delicada comisión
;

última que se rindió á sus lil)ertadores. El 13 de diciembre eligió al sabio Zea, con poderes tan amplios y extraordi-
de 1821 pasó el Libertador de Bogotá á la ciudad de Popa- narios como lo exigía el sublime objeto de ella, y se leen
yán, dejando á su retaguardia los ¡jrincipales cuerpos del en su despacho del 24 de diciembre de 1819, insertos en
ejército que se reunieron en el cuartel general en todo el El Colombiano del 9 de julio de 1823, número 10 y en El
mes de marzo de 1822. Bomboná fue el teatro de gloria Venczedano del 2 de setiembre de 1822, número 13.” En ese
para la guardia del Libertador y la capitulación de Berrue- mismo número de El Colombiano está un largo escrito dado
cos, fue el monumento de honor á la generosidad y sabi- en Bogotá por Mr. W. Jones. El grueso volumen citado
duría de Bolívar. “ Colombia por Zea, ” del folio XXVIl al XXX, con-
El infatigable general Sucre pudo penetrar á la [>ro- tiene la nota diplomática pasada por Zea, en París, el 8
vincia de Cuenca venciendo grandes dificultades : reorga- de abril de 1822 al Ministro de Negocios Extranjeros en
nizó la división, recibió el auxilio de tropas peruanas, que Francia y á los Embajadores y Ministros Extranjeros re-
el Protector del Perú franqueó, y marchó hacia Quito en sidentes en dicha Corte.
tiempo oportuno. En el número 37 de la Gaceta de Co- El Vicepresidente de Colombia, general Santander,
lombia citan \os documentos concernientes, al oficio del se- decretó la suspensión de los poderes que tenía Zea respecto
cretario general del Libertador en Pasto, á 8 de junio, al de toda gestión y contrato del empréstito, por su decreto
Secretario de Guerra ;
las capitulaciones de Pasto en 2 de de 19 de junio, según se lee en el citado número 13 de
junio y de Quito el 25 de mayo ; y la proclama del Li- El Venezolano. El 17 del siguiente agosto se dió en el nú-
bertador en Pasto el citado 8 de junio. mero 11 del Aneih-Colombiano un artículo con el rubro de
Del 16 al 23 de junio se verificaron la entrada del “ Deuda de Colombia en Inglaterra.” En el inmediato se-
Libertador en Quito, la incorporación de esta provincia á tiembre se escribió el artículo que corre á continuación del
Colombia por acta de sus corporaciones y actos subsecuen- referido decreto del Poder Ejecutivo en el número 13 de
tes, entre ellos el decreto de 18 de junio del Libertador El Venezolano. El 4 de iroviembre del mismo año j)ublicó
manifestando la más justa gratitud del Gobierno de Co- Zea la carta cpre con el e[)ígrafe de “ Empréstito Colom-
lombia hacia los jefes, oficiales y tropa del Perú, que tra- biano ” corre en El Venezolano número 32. Los números
jeron sus armas á contribuir á la libertad del Sur de Co- 18, 19, 20, 34, 42 y 50 de El Colombiano, correspondientes
lombia. {Gaceta de Colombia, número 41 citado.) á las fechas de 3, 10 y 17 de setiembre de 1823 24 de —
El historial de la entrada del Libertador á Guayaquil —
diciembre del mismo año 18 do febrero y 14 de abril de
el 11 de julio y su proclama del 13 de julio, están en la 1824, contienen esciltos sobre la cuestión “ Empréstito Co-
Gaceta de Colombia, número 46, y en el 47 la acta de in- lombiano.”
corporación de Guayaquil á Colombia en 31 de julio.
El general San Martín, Protector del Perú, hizo renun-
cia de la Presidencia y del título de Generalísimo de di-
cha Re[>ública del Perú, ante la Representación Nacional, 1823
desde su hacienda de “La Magdalena,” el 20 de setiembre.
(Véase el número 65 de la Gaceta de Colombia.) Y como
la entrevista de San Martín y Bolívar el 25 <íe julio en Las relaciones exteriores tienen alguna importancia en
Guayaquil, puede tener importancia para apreciar la expre- este año y debemos consultar la nota de Lord Dudlev,
sada renuncia, indicamos que puede leerse un artículo de Des])acho de Relaciones Exteriores en Lóndres, 8 de maV-
CLX RESUMEN HISTORICO
zo (Tomo 22, Vida Pública del Libertador, folio 240); la del julio por la escuadra colombiana al mando del general Pa-
31 del mismo mes del Ministro de la Gran Bretaña al Em- dilla, sobre la española bajo Almirante Laborda {El Ve-
el
bajador inglés en Francia, {El Colombiano, número 7) extracto
;
nezolano, números 47, 53, 54 y 58 y El Colombiano, núme-
de un discurso sobre la independencia sud-americana pronun- ro 15.) Es notable el detal de las operaciones en el Lago
ciado por el ministro Mr. Canning en el Parlamento, el 12 de Maracaibo, que el general Padilla anunció al Gobierno
de abril, {El Colombiano, número citado) conferencia en-
;
de Colombia, diciendo que el día 24 de julio había atacado
tre el Príncipe de Polignac y Mr. Canning sobre la cues- y destrozado la escuadra enemiga, compuesta de 15 bucjues
tión de la independencia de la América del Sur, tenida el mayores y 17 menores. {Gaceta de Colombia, número 97).
9 de octubre, {El Colombiano, número 35) mensaje del Pre-
;
Conviene también leer el texto de la capitulación, conocer
sidente Monroe, de los Estados Unidos del Norte, al Con- los prisioneros enemigos y ver el diario de las operaciones
greso, en 12 de diciembre de 1823, sobre principios inter- en los días 21 á 24 de julio, en cjue la escuadra republicana
nacionales respecto á ocupaciones en América por las na- destrozó la española, todo lo cual consta en la Gaceta citada nú-
ciones europeas, {El Colombiano, número 51) notas diplo-
;
mero 98. Véanse igualmente eljuramento del general Morales
máticas del Conde de Ofalia, Ministro de Fernando VII, á ante el Gobierno de Maracaibo, en cumplimiento de artículos
Sir William Arcourt, Embajador inglés en Madrid, sobre las de la expresada capitulación, en la Gaceta número 102. El 15
colonias españolas en América, fecha 26 de dicho diciembre de agosto verificóse el embarco y salida de las tropas espa-
y la comunicación del referido Embajador al Ministro Ca- ñolas capituladas en Maracaibo con dirección á la Habana,
nning pasándole dichas notas. Madrid, fecliada en 30 de di- según |)arte oficial del general Padilla al Vicepresidente
ciembre citado. {El Colombiano, número 53.) y director de la guerra de Venezuela. {El Colombiano, nú-
Publicación del Presidente Buchanan sobre los planes mero 20) y el 31 del mismo mes el general Morales pasó
;

de Mr. Canning para oponerse á los pi’oyectos de la Santa una larga comunicación oficial al capitán general de Cu-
Alianza, que dieron- por resultado el renombrado mensaje ba. {Gaceta de tolombia, número 109.)
del Presidente Monroe. (Autobiografía del general Páez, to- El 3 de noviembre fue ocupada la Plaza de Puerto
mo 1? folios 263 á 270.) Mensaje, etc. Cabello por el general Páez, quien en esa ocasión mani-
El 8 de mayo el general Padilla ocupó con la escua- festó al Secretario de Guerra, con fecha 12 del mismo mes,
dra de Colombia la Laguna de Maracaibo. {El Colombiano, que al concluir la guerra de Venezuela y al depositar en
-número 6 y el número extraordinario del 13 de junio.) El manos del Gobierno la plaza fuerte de Puerto Cabello, que
general Manrique ocupó el 17 de junio la jdaza de Mara- ocupaba el enemigo, no le quedaba otra satisfacción que
caibo en consecuencia de un asalto y glorioso combate par- haber llenado las miras del mismo Gobierno, que depositó
cial. {El Colombiano, número extraordinario de 4 de julio.) en él el mando del’ departamento de Venezuela; que este
Comunicaciones importantes entre los generales Manrique estaba- tranquilo con un ejército aguerrido y afortunado,
y Morales sobre la infracción del armisticio })or éste, fechadas que no dejaría que ningún enemigo exterior pisara impune-
23 y 24 de junio. {El Colombiano, número 12.) La toma y mente este suelo libi’e á costa de tantos sacrificios y de tanta
completa ocupación de Maracaibo por capitulación, en con- sangre. {Gaceta de Colombia, número 113.)
secuencia del combate naval tenido en el Lago el 24 de

EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO


EL JDOOTOE ^LECT^InTLEO

ALEJANDKO URBANEJA

EL DERECHO CONSTITUCIONAL viajan siempre por los caminos del progreso con aquella
celeridad que habría de ser como una consecuencia de la
superior elevación intelectual, moral ó social, de que hi-
— —
.'Sumario: Génesis del Derecho constitucional venezolano. La federación, cieron alarde en el estreno de sus actividades. Obedece
ideal de los primeros patricios, consagrado en la constitución de 1811. este retardo seguramente á que la evolución de los indi-

Incongruencia del sistema. Bolívar, adversario de la federación, acoge viduos ó de las naciones no persiguió como debía la nor-
la Dictadura. —
Díctanse constituciones centralistas en 1819, 1821, 1830 y
ma de la transformación gradual, sino á que apresuró su
1857. — —
Díctase en 1858 una Constitución ecléctica. Renace la Federación
— —
en 1864. Constituciones federales de 1864 y 1874. Comienza la reacción natural y tardío desenvolvimiento, sujetándose á los hol-
centralista en 1881 y se dictan con esta tendencia las Constituciones de gados moldes de un rápido proceso imitativo, con el cual,
1881, 1891 y 1893. si se consigue acaso coronar la meta de los progresos ad-
quiridos por la labor de otros factores de la gran familia
3SS humana, no lo será sino al cabo de largos días y sólo á
fuerza de lucha y de coraje, de sacrificios tendentes á amol-
dar las condiciones psíquicas del uno, del que copia ó imi-
Los individuos como los pueblos,las costumbres co- ta, á las mismas condiciones poseídas por el que es ejemplo
mo las instituciones, están sujetos á un proceso lento, pero ó patrón para el laborioso proceso. Así es que, por ejemplo,
necesario en sentido de una evolución ascensional ha-
el cuando un pueblo de cierta raza, con tradiciones y costum-
cia la que constituye, por así decir, la his-
perfectibilidad, bres propias, cuyo territorio especializan topografía y geo-
toria peculiar de cada raza y la de sus respectivos órdenes grafía determinadas, hallándose en un estado inferior de
sociales, éticos
y jurídicos. su evolución general, se apodera de repente, sin previos
En ninguno de estos órdenes caben ni se explican ensayos temporales, de las instituciones políticas de otro
las transformaciones per salturn^ porque en la naturaleza perteneciente á una distinta raza, situado en otra especial
todo asciende y se perfecciona gradualmente; y, cuando región del globo, y que se nutre de costumbres y tradi-
los individuos ó los pueblos comparecen improviso en ciones diversas; rompe desde luego el orden natural de
el seno de las colectividades sociales ó internacionales, \as cosas, el proceso gradual de las ideas, y se resiente
aparentemente provistos de los medios eficaces para em- de un desequilibrio fundamental por el choque á la brusque-
prender la grave contienda de la vida, obsérvase que no dad del movimiento asimilador. Nótase entonces una visi-
CLXII EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO

ble antonomía entre el pueblo cuya evolución no supera regidos por los héroes de la contienda transformados en dioses
ni con mucho las capas ó niveles medio psiquico socia- tutelares.
les de los países que parodia, con la existencia de una Pero desde el punto de vista de la verdad histórica
legislación que revela criterios más altos, conceptos su- cimentada en el criterio de las masas, los guerreros, los
periores de la vida de relaciones en las colectividades. héroes y los dioses .son entes superiores al común de los
De aquí la pugna secular entre el ideal, representado enton- hombres y de las clases bajas ó medianas; y cuando en
ces por las instituciones aprehendidas, y la realidad, re- un momento histórico determinado se constistuyen ellos en
presentada por las tendencias peculiares de la raza aprehen- clases directoras por el arrastre de los sucesos ó por el
sora, la cual termina siempre por amoldar las institucio- recurso expeditivo y constante de las revoluciones armadas,
nes prestadas á su temperamento, escogiendo por medio se esfuerzan en realizar y sólo alcanzan por de contado im-
de una lenta selección de los principios más conformes á poner á aquellas últimas el criterio de una civilización su-
aquél, lo que conviene positivamente á los intereses sociales, perior adquirida por el estudio de legislaciones
y habitu-
atendidas todas las circunstancias de origen, clima, cos- des políticas de países más avanzados en el camino de
tumbres, religión, etc. Luégo de copiar, el trabajo consiste sn evolución intelectual. De aquí la lucha, franca primero
en adaptar. La copia sufre á la postre modalidades del y decidida, como que es reacción más bien instintiva que
copista; pues si comiénzase porque en el terreno de la razonada de las clases dirigidas contra las gobernantes, ten-
práctica, los hechos manifiestan sn contradicción con la dente al desconocimiento y negación ab.solutos de los nue-
teoría, termínase por imponer á ésta las modificaciones vos criterios. Mas así como eu las bélicas peleas las armas
congruentes; porque las caídas y tropiezos en la vía dolo- que contienden se mellan en unos puntos y se aguzan
rosa de las experiencias, lo aconseja. en otros, en la lucha de las ideas especulativas es de no-
Así, pues, “el progreso de las ciencias tarse idéntico proceso, y de la misma manera en la pugna
políticas en
Venezuela” no viene á ser otra co.sa, sino la historia de de las costumbres. Las ideas invasoras, las costumbres,
las instituciones victoriosas, no imperarán vírgenes del con-
la difícil evolución de un puebio heterogéneo, mezcla de
tres razas diversas, de las cuales una, la conquistadora,
tacto y razonamientos de un medio en que les es forzoso
absolutista y decadente, había coronado sus esfuerzos en debatirse y contagiarse: deberán sus victorias á tran.sacio-
iies y componendas;
la ardua brega secular, por imponerse y dominar en ab- y aquellas que se sienten invadidas
soluto sobre las otras, imprimiéndoles el sello de su so- pondrán término á la obstinada resistencia, cediendo por
beranía con el culto á sus ritos y el acatamiento á sus su parte lo posible, pero es condición para que las unas
instituciones políticas y sociales. se amolden á las otras, la de que las razas menos fuertes
Pero se ve que estas mis-
mas instituciones, aun cuando hallaran terreno abonado lleven impreso el sello característico de la nacionalidad que
las asimila.
para dar todos los frutos exigidos por el deseo, en el ele-
mento ibérico, hubieron de sufrir las radicales variantes Al constituirse en república Venezuela, antigua colo-
aconsejadas por la superior consideración del medio en que nia ibera, porque venía divorciada de la raza conquistadora
habían de desenvolverse y cumplirse. en razón del paralelismo de sus tendencias, y porque veía
La legislación espa-
ñola, para ser trasplantable á las regiones y colonias de
en ella la fuente inmediata de sus humillaciones y pade-
la América, conquistada por aquella soberbia raza oriun-
cimientos, las clases directoras asomaron la pretensión de
da del Latió, debió de experimentar, y experimentó en imponer, y lo llevaron á las leyes, el criterio político que
les era más amable por cuanto respondía con mayor eficacia
efecto, las influencias éticas de las nacionalidades some-
á los sentimientos democráticos engendrados por el elemen-
tidas á su gobierno y señorío. Y
ella produjo una legis-
to indígena; criterio mantenedor por sí solo de la profunda
lación especial para las Indias, pero no tanto ni tan sa-
bia como pudiera haberlo sido: si la propia España no solución de continuidad existente entre los dos pueblos á
partir del glorioso día en que los siervos desconocieron la
hubiese para entonces marcado. -en el escalafón de las na-
ciones civilizadas, un nivel tan ínfimo como consecuencia legitimidad y la soberanía de sus señores y declararon la
de los despotismos teológicos y aristocráticos que la de- propia. Pero ¿ cuál era la fuente de ese criterio en los
primían, los cuales, unos, combatían por mantener apri- patricios pen.sadores? ¿Tan opuestas y radicales tenden-
sionada la razón, el libre pensamiento en la cárcel estrecha cias brotarían acaso del suelo americano? ¿En dónde be-
bieron ellos los principios fundamentales del sistema político
de los cerebros, y los otros, confabulábanse para acogotar
el .sentimiento de igualdad, principal genitor de las demo-
que exponían á los ojos atónitos y para norma de go-
cracias, que bullía de abajo arriba, como que es condición
bierno de los libertos ? No podía ser manantial á tan se-
de los que sufren atreverse primero á dudar de la excel- dientos espíritus la España monárquica y absolutista, nación
aristocrática por instintos de raza, cuyo ideal veíase sin-
situd cuasi divina de los que aprietan el lazo de las tor-
turas populares, y luégo á tomar en ellos el desquite de
tetizado en esta frase tradicional y gráfica: “mi Dios y
los martirios y dolores padecidos en largos siglos de opresión
mi rey;” fórmula concreta y en demasía estrecha para
descarada y de sorda resistencia. pueblos jóvenes que nacían á la vida de las naciones en
medio á una n aturaleza poderosa en savia, amplia en hori-
En las postrimerias de época de su vida colonial,
la zontes, rica en panoramas, })ródiga en medios de subsisten-
Venezuela hallábase ya imbuida
en los nsos y costum- cia y en maravillas fecunda; á más de que, por las arterias
bres generales de la metrópoli, pero estas costumbres y de los hijos de América, en .sangre brava y rebelde, dis-
aquellos usos estaban modificados á su vez por los de curría el rayo abrasador del luminar del trópico.
los elementos heterogéneos componentes de la nacionalidad Los patricios habían convertido al Norte la mirada
venezolana de los cuales habían de hacerse sentir los indí- atraídos por el admirable funcionamiento del mecani.smo po-
genas con mayor predominio, aportando el carácter nacional lítico del gran pueblo sajón; pero tales instituciones res-
el .sentimiento democrático de independencia, manifestada pondían á las exigencias de aquella raza; eran el producto
en la rebeldía secular, en las protestas sangrientas de esos de su temperamento, el reflejo de un estado superior de
autóctonos contra la invasión y las leyes de los conquis- su evolución intelectual y social; y no obstante optaron
tadores. Este aporte hereditario, encrudecido por las in- por trasponer las teorías y procedimientos yankees, libres
tolerancias y rudeza de la raza dominadora, había alguna
y sabios y fructíferos, al suelo de la patria incipiente;
vez de estallar en rebelión tenaz y sobrehumana y de dar al
y el Congreso reunido en Caracas el dos de marzo de iSii
traste con los yugos depresivos y tradicionales; sancionó en veintiuno de diciembre del mismo año la pri-
y sucedió
así en la epopeya de la Guerra Magna coronada con la mera Constitución venezolana, basada en el sistema repu-
independencia de la patria colombiana; y si es verdad que blicano federal por el nexo de las siete provincias repre-
con pérdida tan inesperada no sufrió el trono de Fernando —
sentadas en aquella Asamblea (Caracas Cumaná Barinas —
sino el cercén de sus gabelas y el menoscabo de sus
veneros surgió, sí, el Olimpo nacional de las fraguas de
Margarita, — —
Barcelona, Mérida y Trujillo). Obra de los
Toro, López IMéndez, Miranda, Tovar, Ustáriz, Alamo, Bri-
la cruenta labor, embellecido con sus mitos heroicos ceño, etc., etc,, la Constitución de i8ii rompíalos moldes tra-
y
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANP:jA CLXIII

dicionales dela colonia, chocaba decididamente con el nes de las futuras renovaciones. No; los legisladores de
costumbres políticas de las capas sociales mo-
criterio y las 1811,ilustrados, progresistas, más adelantados que su época,
tivos por los cuales no habría de convalecer á los recios echaron los cimientos de la República federal en el pre-
embates de adversarios poderosos que se agitaban aún en cioso Libro. Allí declaran como contraria á la naturale-
el seno mismo de las sectas republicanas y asociaciones za toda prerrogativa hereditaria; reconocen que los magis-
patrióticas. El error de los legisladores de i8ii consistió trados, hasta entonces tenidos como entes superiores, son
en suponer qim la grandeza, el poderío y la prosperidad meros agentes ó representantes del pueblo; estatuyen que
de la nación del Norte, eran el producto exclusivo de su la libertad consiste en el derecho de hacer lo (pie no da-
sabia organización política, sin tomar para nada en cuenta ñe ni á los demás individuos ni al organismo social; que
un factor de trascendencia é imprescindible, como lo es aque- nadie puede ser detenido, sino en los casos determinados
concurrencia de circunstancias físicas, psíquicas y socioló-
lla por la ley; que la inocencia del hombre se presume mien-
gicas que constituye el temperamento, carácter ó tipo de tras no se demuestre su culpabilidad. Consagran la libertad
una raza y que es lo que imprime el sello á sus institu- de las industrias, la inviolabilidad del hogar, la libertad
ciones. Puede decirse sin temor de errar, que la consti- de la imprenta sin censura previa; en igualdad ante la ley
tución de los Estados Unidos de Xorte-América, genito- de todos los ciudadanos borran de la frente de los hijos de
ra en primer término de la venezolana de iSii, no esotra cosa padres criminales, la nota de infamia que imprimen en
sino la expresión genuina de sus tendencias típicas llevadas ellos los fallos de los jueces; sancionan la abolición de la
á la estructiira de un sistema de organización política. Erra- trata; extinguen la tortura; proclaman, en fin, los inmorta
ron, pues, en creer nuestros patricios que por la sola vir- les principios que la Revolución francesa de 1789, grabó
tud de las leyes, es decir,de sus cualidades intrínsecas, lograrían en los mármoles firmes de la historia con aquella mis-
para la patria la prosperidad, el poder, la civilización, deci- ma mano austera y fuerte con que años más tarde, habría
diéndose á trasplantar el sabio sistema de un pueblo práctico del de echar al cesto la cabeza cuasi divina de los re3'es
Norte, á una República neo-latina de origen tan diverso y de destronando así los seculares prestigios consagrados por la
tan opuestas tradiciones. A más de que, el momento histórico tradición y el fetiquismo de las masas agobiadas. Pero es
no era muy congruente para ensayos de gobierno propio menester convenir en que el esfuerzo de los patricios, (tanto
en las federadas provincias, las cuales habían menester para menos prácticos ellos cuanto mas filósofos aparecían en sus
semejantes difíciles pinicos de una paz estable y sólida, declaraciones), era con mucho superior á su tiempo
y á los
que estaba muy lejos de poseer la República, abocada más conocimientos de los propios factores de la no lejana In-
bien á subrir las hondas, desastrosas convulsiones de una dependencia, dentro de los cuales, si los hubo desde el
guerra social larga y sordamente preparada en el corazón punto de vista científico eminentes, éranlo en muv esca-
de los pueblos y de término dudoso y muy remoto. Así sa minoría, porque nadie podrá negar que surjan del cáos
fue que, en febrero de 1812, designada Valencia para ca- de las revueltas armadas mayores genios bélicos que sabios
pital del Estado, el Congreso suspendió sus sesiones á fin pensadores: muchas más espadas, prontas á cortar el nudo
de proseguirlas allí en marzo siguiente, nombrando, en estas de los conflictos políticos, que plumas y cerebros avenidos
últimas, un Ejecutivo Constitucional, á quien, por razón á desatarlo golpeando sobre él con el "yunque eficaz de los
de las circunstancias que ya se hacían sentir, le fueron consejos. Mas, si la superioridad de aquellos hombres res-
acordadas ciertas extraordinarias facultades, de las que echó pecto de su pueblo y de su época se evidencia por la
mano, tan pronto como los reveses del ejército patriota excelsitud de la labor, el atraso del medio en que se de-
las hizo necesarias; y nació la Dictadura, rechazada al batían, compruébalo la necesidad en que se hallaron de
serle propuesta, por Fernando d'oro, y aceptada luégo por consignar en el artículo i? de la Constitución de 1811,
jNíiranda, bajo el título de Generalísimo. Con la Dicta- un principio absurdo y exclusivista, que respondía á la.s
dura había de morir por entonces aquel esfuerzo superior exigencias imperiosas del estado .social de Venezuela en aquel
hacia el sistema federativo, parto prematuro de insignes momento histórico, y que era como una muestra cabal de
patriotas en el albor de la República, pues que de las las influencias seculares de la España fanática é intolerante
fraguas del sangriento combate surgió Bolívar, adversario sobre los criterios éticos y religiosos de los pueblos neo-la-
decidido del criterio dominante en la Constitución de 1811; tinos. Por eso aun cuando en el artículo 180 se establece
soldado y pensador, que veía en la federación, para seme- el desafuero eclesiástico que motivó protestas vivas de va-
jantes momentos, un obstáculo á la unidad de la Patria rios diputados y la del clero en 1812, no vacilaron en e.s-
colombiana, un incentivo á las luchas fratricidas, la causa tatuir: que la religión única y exclusiva del Estado era la
de la anarquía, de las ambiciones y de las rivalidades in- católica, apostólica y romana; ni en asignar á la Repre-
testinas ó locales, por lo que juzgó más á propósito la sentación nacional, entre sus principales deberes, el de no
organización de un gobierno dictatorial, y por ende los permitir jamás en el territorio federado ningún otro culto
jefes militares ejercieron la autoridad en los territorios que público ni doméstico, ni doctrina contraria á tal credo re-
invadían. Mas, como al obedecer á procedimientos acon- ligioso; no teniendo así en cuenta los próceros sencillos
sejados por las circunstancias en el propio teatro de los que no es dado á los representantes de los pueblos com-
sucesos, fuesen violados los compromisos contraídos con el prometer éstos á vivir atados á ideas é instituciones que
Congreso granadino de 1813, de restituir el imperio de la habrán de hacerse caducas á luégo por virtud del empuje
Constitución venezolana de 1811, el Libertador dió cuenta de más nuevos y amplios conceptos de la vida
y de sus
al Congreso de la Nueva Granada de tales actos, expo- fines, adquiridos por los hombres en el trajín de los ca-
niendo Tas múltiples razones políticas que obraron en su minos de la observación y la experiencia; que no .se debe
ánimo para contentarse con un restablecimiento nominal legislar para las naciones como si hubiesen ellas de vivir
de aquel Código, mientras practicaba de hecho el sistema encadenadas á perpetuidad á los prejuicios, tradiciones
de Gobierno que respondía mejor á las necesidades del mo-
y costumbres mentales reinantes en un momento histórico-
mento y á su propio carácter; sistema que más tarde hubo porque tal pretensión envuelve el sostener y tiende á
de condensar Bolívar en un proyecto de constitución que proclamar, que los pueblos deberían no ensanchar el hori-
se sancionó por el Congreso de Angostura de 1819, opuesto zonte de sus conocimientos, el círculo de sus ideales
al federalista, y que fue el precursor del proyecto de cons-
y aun
el número de los factores que los componen
y fortalecen.
titución boliviana. No obstante, la Constitución de diciembre de 1811
Pero volvamos á los patricios de 1811 y á la considera- es el granero de las ideas democráticas y federalistas que]
ción de .su obra. Habríamos de consagrar uña falsedad his- al cabo de cincuenta años de porfinda contienda con las
tórica si sentásemos, que la labor de aquellos pensadores, unitarias y con.servadoras, apenas si logran en 1864, un
por carecer del mérito de la oportunidad, no lo tenía en ab- triunfo meramente teórico con la consagración en el Pacto
soluto; que el Código de diciembre pereció de raíz al fragor fundamental de algunos dogmas del sistema federativo.
de las batallas de independencia, sin dejar siquiera depo- Pero ya hemos dicho que el genio de la guerra ame-
sitados en el terreno de las ideas republicanas los gérme- ricana, el inmortal Bolívar, era el más ferviente adversario
CLXIV EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO

del sistema según consta en sus propias multiplicadas de- facía con cabalidad las necesidades visibles y existentes del
claraciones. Aspiraba él á fundar un gobierno fuerte y úno, momento y no cerraba las puertas á las modificaciones del
y juzgaba la federación incapaz de producir los resultados porvenir.
que se prometía. De aquí las reacciones posteriores en el Ellos conjuraron el conflicto religioso desarmando las
Congreso de Angostura de 1819, de aquí la Constitución pasiones intolerantes de los fanáticos y aquel no menos
centralista de 1821, la cual establecía casi los mismos prin- erizado de dificultades que creaba el desafuero militar. Ha-
cipios de la de 1811, pero borraba el artículo i? de esta bían menester un grande amor á la jnsticia y una inque-
última, relativo al exclusivismo religioso. Circunstancia és- brantable energía para atreverse á arrancar á los vetera-
ta que llama sobre sí la atención de los críticos, pues que nos de Colombia, soldados ensoberbecidos por la victoria,
denuncia una evolución bastante rápida en las ideas, que deificados por la gratitud y el asombro de las masas, las
acaso debiera su origen á las pretensiones clericales sostenidas franquicias judiciales acordadas hasta entonces en razón de
resueltamente y con mayor efervescencia desde 1812. sns grados; acto que juzgaron los semidioses violento des-
De 1810 á 1830, en nn período de veinte años, los pojo, “injuria” á los militares inferida por los civiles, y
padres de la Patria, previsores y discretos, esforzában.se en con la qne no se hubieran conformado fácilmente, si la
legárnosla constituida y bonancible; y así pusieron sus ma- influencia benéfica de Páez no se hubiera hecho sentir
yores bríos en desvanecer y conjurar los conflictos y difl- eficacísima hasta resolver en paz el complicado problema.
cnltades que, para estorbo á la obra ciclópea, sembraban Quedaba, pues, constituida la República, y al patrio-
en el camino de tan nobles triunfos, la rutina de los vie- tismo de los venezolanos encomendada sólo la prosperidad
jos siglos y las instituciones decadentes. Y vemos cómo de la nación por el florecimiento de las artes, las indns-
aquel siniestro legado que recibió la República de manos trias y las ciencias; que son siempre los más eficaces con-

de la colonia: la esclavitud obra, como es sabido, de la tingentes al poderío y bienestar de las sociedades humanas.
errónea caridad del padre Las Casas para con los aborígenes En el seno de una paz laboriosa y fecunda, debieron de-

oprimidos por el conquistador fue el primer objeto de sus senvolverse todas las actividades individuales y .sociales, para
miras, como que era el primer eslabón de aquella cadena fomentar el mayor progreso de las instituciones, transfor-
de martirios y vejaciones que pesaba sobre el lomo de los mando éstas según las necesidades nacientes y los criterios
pueblos: trató de romperlo la República naciente, cuando reinantes, aprendiendo de la naturaleza, la cual pone en la
en sn decreto de 14 de julio de 1810, declaró abolida la creación de sus obras, procesos complicados de éxitos fa-
trata; y la Constitución de 1811 no vaciló en sancionarlo; tales, aunque de lentitudes desesperantes á los sentidos míse-

y Bolívar en Ocumare y Páez en Apure, lo interpretaron ros del hombre. ¿Pero habíamos de exigir á pueblos jóvenes
patrióticamente cuando declararon libres á todos los esclavos á ráiz de la vida turbi:lenta y guerrera que acababan de
que se incorporasen al ejército republicano; pensamiento mag- abandonar, una sensatez de pueblos maduros, una sujeción
no que fue noblemente segundado por la ley de manumi- tranquila y confiada á los yugos de la ley y de las labo-
sión de 1821 y por la de 1830 á ella referentes, que aspi- res pacíficas? Catorce años de cruenta brega para resolver
raban por modo paulatino á reducir, ha.sta extingiiirlo, el los conflictos internacionales, les habían puesto el genio al-
número de las desgraciadas víctimas de la inicua ley de tivo y bravo, las manos prontas á empuñar la espada, tinta
esclavitud, estando sólo reservada la desaparición radical aún en sangre de godos; trocada en fácil cólera la pro-
de ella en el año de 1854, á inmortalizar el nombre del verbialmansedumbre, y la vida, antes activa, é industriosa,
general José Gregorio Monagas, á cuya frente fueron ce- ahora voluble y sin arraigos, reflejo de la nómade de re-
ñidos los laureles de una gloria hermosamente humana é motos aborígenes.
imperecedera. Las ambiciones más ó menos legítimas de algunos héroes
Así mismo, el e.scollo de la primacía clerical, amagador impacientes ó celosos, ¿aplazarían á más lejanas épocas la rea-
en 1811, erguido y amenazante en 1812, fue burlado fe- lización de esperanzas largo tiempo alimentadas, hasta oír que
lizmente con la ley del patronato en 1824, cuya ley rei- sonase solemnemente labora de la justicia patria, ó bien, espo-
vindica, para el gobierno de la República, para la potestad leados por el deseo, desconfiados de la equidad de los coetáneos,
civil, la supremacía de ésta y la libertad é independen- atropellarían el orden de los sucesos para adelantar las anhe-
cia legislativas; quedando también en el propio año afian- ladas consecuencias ?
zado el porvenir democrático del país con la supresión de El instinto de conservación por lo que mira á la inte-
mayorazgos y vinculaciones; supresión que, desde el punto gridad de la República ante la amenaza de las invasiones
de vista de la ciencia económica, garantiza además una externas, había piiesto vallas á las revueltas intestinas, aca-
más justa y mejor repartición de las riquezas y capi- llado los rencores de viejas rivalidades surgidas al fragor de los
tales. combates ó en el seno de las revolucionarias a.sambleas;
pero bien pronto romperíanse tales diques desaparecido el
temor á la reconquista; estallarían las pasiones, surgirían
los armados éstos primeros de razones más ó me-
bandos,
Llegó el año de 1830 en el preciso momento en que nos discutibles, pero muy luégo de sordos arcabuces y de
las naciones que componían la gran Colombia, hasta en- aceros implacables; y la guerra civil, encarnizada y sedienta,
tonces trabajadas por emulaciones sordas más ó menos dis- arrasaría presto lo que hubo dejado en pie la noble lucha
frazadas ó comprimidas, manifestábanse deseosas de vivir de Independencia, diezmaría los factores, mermaría las fuen-
vida independiente, de manejarse cada cual en la propia ca- tes de la producción nacional, empequeñecería las glorias
sa con sus hombres y sus leyes; momento supremo en el históricas de los .semidioses de Colombia, y forjaría, en el
que las ciudades, caseríos y provincias, discuten la nece- yunque de las fratricidas discordias, nuevos caudillajes genito-
sidad de la separación, que se hace sentir cada día con ma- res de férreas tiranías.
yor apremio, y se resuelve el problema, dándose Venezuela Los hombres de 1830 no creyeron terminada su labor
una Constitución apropiada á la época, á las circunstan- con la Constitución de setiembre. Declaradas las garantías
cias, á las necesidades y aspiraciones públicas, erigiendo individuales en agosto de aquel año éintroducidas en el Pacto
así un monumento legislativo en honra del talento, ilus- Fundamental, se reconoció la necesidad de establecer .sanciones
tración y patriotismo de sus autores, á quienes en vano penales contra los detentores arbitrarios, dictándose al efecto
la inquina de pasiones políticas posteriores, ha intentado en octubre siguiente la respectiva ley de responsabilidad.
empequeñecer y zaherir, aplicando á la crítica de aquellos Centralista, moderada y liberal la Constitución de se-
hombres y de aquellos hechos, no el criterio de los tiem- tiembre, por cnanto las diez provincias unidas componen-
})os que les eran coetáneos, sino el impropio de las ac- tes de la nación venezolana abdicaron su autonomía en favor
tualidades. Pero es menester convenir, desprendiéndonos del Estado con las reservas expresas de ciertas franquicias,
de prejuicios favorables ó adversos, que la obra de los hom- y eran regidas directamente por el Poder Central, organi-
bres de 1830 dejaba poco que desear para el tiempo en sóse el gobierno de éstas por medio de agentes constitu-
que se produjo y para el espacio en que había de regir: satis- cionales, naturales é inmediatos del Poder Ejecutivo de la
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANEJA CLXV

Nación, bajo el título de gobernadores, pero cuyas funcio- Mas aún, los errores cometidos, las pasiones sin freno
nes fueron señaladas y circunscritas por la ley de catorce en elcampo de la política nacional, las aspiraciones de los
de octubre del misino año, para garantía de los goberna- hombres prominentes de los Estados bajo la denominación
dos y dique de procederes arbitrarios. de Provincias, la prédica eficaz de los demócratas, compac-
Agobiados los pueblos bajo el peso del impuesto de- taban las masas al rededor de los oposicionistas qiie soste-
cimal, decláralo abolido la Ley de 6 abril de 1833, ordenando nían la necesidad de practicar el sistema federativo en toda
el pago del presupuesto eclesiástico á cargo del Tesoro pú- su pureza y vigor, dándose así una bandera, símbolo de
blico, cuya medida libró á la ciudadanía de tributos ex- dilatadas promisiones, para las posibles contiendas armadas.
cesivos, adversos siempre á la prosperidad de las indus- Los legisladores de 58, procuraron cuerdamente sortear el pe-
trias. ligro, alejar la catástrofe, haciendo eampo á las nuevas
Iniciase el año de 1836 con la promulgación en mayo ideas sin romper con la tradición constitucional, pues que
de las leyes de procedimiento mercantil, y del Código de no juzgaban todavía preparado el país para sufrir un cam-
Procedimiento judicial, que son fuentes originales de nues- bio radical en su sistema de régimen político. Era me-
tra actual legislación adjetiva. Decláranse en 1837 vigen- nester ensayar, conseguido esto, el nuevo pacto á fin de
tes las leyes de Colombia sobre supresión de Conventos. adquirir por la experiencia la convicción de su bondad ó
Refórmase en 1S38 varias del procedimento judicial y díc- ineficacia. Mas, que no había de lograrse á fuerza de pru-
tanse hasta 1857 multitud de Códigos, leyes y decretos que dencia y perseverancia la educación cívica de los pueblos,
sería largo é incongruente enumerar aquí, pero que no de- para que pudiesen llegar, corridos los tiempos, á compren-
jaremos de señalar cuando tratemos las materias á que co- der los resortes del sistema federativo, estaba escrito:
rrespondan por sus fines é índoles jurídica. los federalistas se aprestaron á decidir el conflicto de
A la Constitución de 1830 sucede la de 1857, que de- las ideas por la razón de las armas, y faltos de paciencia,
clara en su artículo 4'.’: “que el Estado es protector de pero sobrados de entusiasmo, se lanzaron al combate para
la Religión católica, apostólica y romana, y sostenedor del no apagar sus fuegos sino en 1863 con el célebre tratado
culto,” cuestiones éstas evitadas hábilmente en el Código de Coche.
de 1830; pero abóle la pena capital por razón de delitos El fruto de tan encarnizada y desastrosa contienda
políticos, (artículo 98) poniendo con esta cortapisa legal fue la Constitución de 1864. Ella extiende el sufragio
valla á las pasiones de bandería; consagra la extinción de á los mayores de 18 años, que las otras restringían más
la esclavitud como principio constitucional, pues que ya aún. Suprime la pena de muerte por razón de delitos co-
había sido acordada la libertad de los esclavos en 1854 por munes, ampliando la precedente, que la había suprimido
el general José Gregorio Monagas, según la ley de 24 de para los delitos políticos y aconsejaba restringirla para
marzo; y divide el Poder Público del Estado en Legislati- aquellos otros. Reconoce la libertad religiosa, á la vez
vo, Ejecutivo, Judicial y Municipal, no diferenciándose más que privilegia á la católica, concediéndole el ejercicio del
cuanto á garantías individuales de la precedente, sino en culto fuera de los templos. Resérvase la facultad de dic-
que establece la absoluta libertad de la imprenta. Por lo tar las leyes sustantivas, con lo que obliga por razón de
que respecta á elección presidencial, período de gobierno, fa- consecuencia á los Estados á mantener la unidad de la
cultades extraordinarias y otros puntos, aparece retrógrada legislación adjetiva, desconociendo de esta manera un prin-
y absorbente. cipio esencial al sistema que enaltece y preconiza, pues
A la de 1857, sucede la Constitución de 1858, ni fran- que el federalista obedece á uu criterio positivo de la
camente unitaria ni decididamente federalista, pero más li- ciencia política, según el cual, considérase que no todas
beral y avanzada que la de 1830. Divide el poder público las regiones de un país pudieran mantenerse á un mismo
en Nacional y Municipal, subdividiendo el primero en los nivel intelectual, moral y social, por razón de sus pecu-
tres ramos conocidos y atribuyendo el segundo á funcio- liares desarrollos; que los hechos que originan las múl-
narios y corporaciones independientes del Ejecutivo Nacional, tiples y diversas relaciones jurídicas de los ciudadanos en-
pues al contrario de las anteriores, la Constitución del 58 tre sí, no pueden ser comprendidos y analizados con un
dá á las provincias la elección directa de su gobernador, mismo criterio en las distintas localidades de una vasta
les reconoce la facultad de legislar en materias no reserva- República; que los procedimientos á emplear parala con-
das al poder público del Estado y determina los períodos secución del fin jurídico que conviene al caso, no respon-
de duración de aquel funcionario en acatamiento al princi- derán idénticamente en regiones no idénticas; por lo que
pio de alternabilidad que ella consagra. el derecho no puede ser uno ni unos mismos los proce-
Pero busquemos la razón histórica á la tendencia fe- dimientos en un momento histórico inicial; lo que no
deralista de la Constitución de 1858. Ya desde la elección niega ni quita, sinembargo, que pudieran serlo en ade-
de Vargas para Presidente de la República en 1835, Ma- lante, cuando un estudio más concienzudo, una observa-
riño, el viejo veterano de la Independencia, émulo del Li- ción mayor de todos los fenómenos jurídicos y sociales,
bertador Bolívar y que acababa de sufrir una derrota electoral, una experiencia asidua y victoriosa, trajesen al ánimo de
revolvió el país con Monagas, Canijo y otros, y desde en los legisladores la convicción de la necesidad de imitarse
tonces resucitó, repetida por el primero la frase y la idea recíprocamente hasta alcanzar á la postre la unidad en la
“federalista,” como opuestas al sistema unitario de que legislación sustantiva y adjetiva; unidad que sí responde-
había sido ferviente apóstol el Padre de la Patria y que ría, en ese momento, á todas las exigencias sociales y cri-
se con.servaba en las leyes. Además las reelecciones de terios jurídicos, por cuanto habría de ser entonces insen-
Páez y Soublette, desde 1839 para los dos siguientes sible el desnivel intelectual de los pueblos ó de las pro-
períodos, originaron profundas disidencias, oposiciones fran- vincias entre sí.
cas, y dieron ansas al nacimiento del partido democrático Acatando el principio federal la Constitución del 64
compuesto de federales y liberales^ fomentado por los Ren- deja á cada Estado la libre administración de sus produc-
dón, Guzmán, Lander y otros. Entonces surgió la califi- tos naturales y la de sus salinas; declara la independen-
cación de oligarcas para los hombres del Poder á quienes cia del poder judicial en cada Estado y la no sujeción
se acusaba de vincular éste en círculo estrecho de perso- al exámen de autoridades extrañas, las causas de su com-
nalidades conocidas, y se les echó sobre las frentes el es- petencia exclusiva iniciadas conforme á sns procedimien-
tigma de godos para hacerlos aborrrecibles y porque mu- tos especiales; prohíbe la intervención armada al Ejecu-
chos hombres importantes de 1811, que se habían mantenido tivo Nacional y á los de los Estados en las cuestiones
separados del país en las Antillas por temor á los desastres domésticas de éstos, permitiéndoles sólo el ofrecimiento de
de la guerra Magna, nna vez triunfante la Revolución de sus buenos oficios á fin de lograr soluciones pacíficas; y
la Independencia, habían regresado á Venezuela consagrándo- al primero el situar fuerzas y jefes militares con man-
se á la República, encauzándola con el contingente de sus do, sin el permiso del Gobierno del Estado en cuyo terri-
luces y patrióticos consejos y despertando con ésto el celo torio hayan de situarse los jefes ó las fuerzas.
de los soldados libertadores. El Pacto á que aludimos establece que los Estados

22
CLXVI EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO

constituyentes de la Federación venezolana, reconoeen sus hoy los nombres de Los Andes, Bermúdez, Bolívar, Ca-
autonomías recíprocas, conservan en toda su plenitud la rabobo, Faleón, Lara, Miranda, Zamora y Zulia. Equi-
soberanía no delegada expresamente en él, y se obligan páranse á los Territorios Amazonas y Goajira, por lo que
á organizarse conforme á los principios de gobierno po- mira á su administración por parte del Gobierno gene-
pular, electivo, federal, representativo, alternativo y res- ral, las islas pertenecientes á la República. Quítase allí
ponsable. á los Estados la administración de las minas, terrenos
No obstante la profesión de fe federalista, hecha en baldíos y salinas; la función de legislar en materia civil
la Constitución de 64, el bando polítieo llamado en Ve- y criminal y en materia de procedimientos, es ab-sorvida
nezuela “Partido Liberal,” y junto con él, todas las sec- por el Poder público de la Nación, borrando así del Có-
tas ó agrupaciones, ora aisladas, ora en fusión con las lla- digo político la última huella del federalismo en ese terre-
madas “ oligarcas, ” que posteriormente penetraron á la no; y, para mantener la unidad y fuerza de la legisla-
casa de Gobierno al amparo de la Constitución federal, ción patria, establece, además, un Supremo Tribunal de
no hicieron otra cosa que reaccionar solapadamente con- los Estados, á usanza de países unitarios ó centralistas:
tra el sistema federativo, sin tomar para nada en cuenta la Corte de Casación, cuyos buenos éxitos, en Venezue-
en semejantes retraetaciones, que los hijos del terruño desan- la, la recomiendan, sinembargo como una garantía contra
graron todas sus venas en cinco años de asoladora con- las influencias de los poderosos lugareños, quienes las más
tienda, cautivados por el bello espejismo de un sistema de las veces hicieron toreer el rumbo á la justicia, valién-
de que anduvieron enamorados sin comprenderlo y cuya dose al efecto de medios reprobados. Es esta Constitu-
realización ha ido desde entonees alejándo.se tanto más ción la conocida generalmente con el calificativo de “Sui-
cuanto mayor es el vociferar de aquellos que lo invocan, za,” porque tomó de la helvética alguna pieza de su me-
validos del prestigio de su nombre, para escudar las fe- canismo, como lo es el símil de Consejo Federal que se
lonías á la causa, á la doctrina y á la historia. ¿ Quién introdujo en ella, descartando las garantías del sistema
pudiera negar, sin negarse á sí propio, que la decantada suizo, con las que los personalismos son imposibles de con-
soberanía de los Estados, la neutralidad del Gobierno Na- valecer y se destruyen las supremacías individuales, de.sde
cional en materia de elecciones y demás asuntos de los luego que el Consejo Federal compuesto de siete mi» m-
domésticos de ellos, apenas si son un mito venerable, un bros, que ejereen conjuntamente las funciones de Ejecu-
ideal halagüeño consignado en Cartas magnas ? Teorías tivo, dura sólo tres años, siendo de su seno que debe ele-
seductoras que engañarán quizás á lectores extranjeros, girse, ])ara cada año, un Presidente de la Confederación
ignorantes de nuestras costumbres políticas, pero que cons- y un Vicepresidente del Consejo, sin atribueiones propias
tituyen el polo opuesto de las desarrolladas en la práctica. especiales, pues que los asuntos del Consejo F'ederal se re-
Un centralismo absorvente y sin límites, por cuanto se suelven distribuyéndolos entre sus miembros por Departa-
ha creído en la necesidad de los gobiernos fuertes para mentos y sólo con el fin de facilitar el exámen y despa-
todas las épocas de la vida nacional, por lo que se ha cho de los negocios. La Constitución de 81 restringe la
investido al Poder Ejecutivo de facultades extraordinarias libertad de la prensa, á la inversa de las del 74 y 64, que
corrientemente, ha desacreditado en Venezuela un sistema no le pusieron vallas, porque pensaron los legisladores de
de gobierno propio de países cultos y progresistas, y que entonces que más beneficios produce al país una prensa
no obstante las aseveraeiones de la pren.sa interesada y su independiente, vigilada sólo por la opinión pública, que
consagración en el Código Fundamental de la República, otra timorata y asustadiza, la cual degenera en libelista
todavía no se ha intentado ensayar con honradez, ó por-' ó en clandestino pasquín por rehuir el bulto á las respon-
que á las clases directoras arredra lo complicado del me- sabilidades legales, al celo de corchetes y mandarines, ca-
canismo, ó porque no se tiene fe en la eapacidad de los si nunca escrupulosos y siempre prontos á persecuciones
y
pueblos para vivir vida federal y sin tutelas; sin embargo represalias. Sinembargo, muéstrase más liberal que los
de que las condiciones morales, económicas, intelectuales anteriores Códigos, el de 81, en lo que toca á la libertad

y hasta geográficas de los Estados federados sean otras ó religiosa, que la consagra amplia y sin privilegios, como
deben de ser con mucho muy distintas de las existen- que es racional considerar una realidad la inexistencia
tes para 1811. del postulado exclusivista de ciertas sectas teológicas, con-
sistente en suponer la uniformidad absoluta de los cere-
bros y por consiguiente de los criterios éticos y religio-
sos de todos los hombres, no en un tiempo y en un es-
Sucedió á la Constitución de 1864 la dictada diez
pacio dados, sino en todos los espacios, tiempos y circuns-
años más tarde, en 23 de mayo de 1874, bajo el impe- tancias, lo que es absurdo y contrario á las leyes que
rio de los sectarios y de las ideas de la llamada Revolu-
rigen el desenvolvimiento de los organismos humanos.
ción de Abril. Difiere de la anterior en poeos puntos im-
Diez años después, en abril de 1891, se dictó la Cons-
portantes: el período presidencial fue disminuido en dos
titución que deroga la anterior, no trayendo la de esa fe-
años; excluyóse de la Presidencia de la República, para cha otra novedad que la modificación del artículo 118 re-
el período inmediato, á los parientes del Jete del Ejecu-
lativa á la reforma de la Constitución Nacional. Podía
tivo hasta el cuarto grado de consanguinidad y cuarto de
hacerse ésta, según aquel Código, total ó parcialmente,
afinidad civil (exclusión que reza la vigente hoy con al-
si lo .solicitare la mayoría de las Legislaturas de los Es-
guna variante.) El voto secreto que regía en la Consti- tados, haciendo obligatoria la reforma lo resuelto por la
tución del 64 fue sustituido por el voto público, firmado
mayoría, y sólo sobre los puntos en que eoincidiesen las
por el votante ú otro á su ruego, y se dió mayor latitud solicitude.s. La del 91, establece dos casos: i? “ La Cons-
á la responsabilidad de los funcionarios, por lo menos titución podrá ser reformada si lo solicitaren las Legisla-
eti teoría.
turas de los Estados, no haciéndose sino sobre los puntos
en que conenrriesen las solicitudes de la mayoría; 2? po-
drá hacerse también la reforma sobre uno ó más puntos
La Constitución de 1881 comienza una reacción' más cuando lo acordaren las dos terceras partes de los miem-
franca contra el sistema federativo que proclama; y un bros de la Legislatura Nacional, funcionando separada-
criterio más definidainente centralista la domina y se de- mente y por el procedimiento establecido para sancionar
nuncia en muchas délas reformas que introduce. So pre- las leyes ;
pero en este segundo caso, la enmienda acor-
texto de que los veinte Estados de la Constitueión del dada será sometida á las Legislaturas de los Estados y
64 earecían de población y poderío, se los redujo á nueve quedará sancionada en el punto ó puntos en que fuere ra-
grandes entidades políticas denominadas en el texto: Es- tificada por la mayoría de éllas.”
tado de Oriente, Estado Guzmán Blanco, Estado de Ca- Con la introdueción de este artículo (el iiS) sugerido
rabobo, Estado Sur de Occidente, Estado Norte de Occi- por las eircunstancias políticas del momento, se pensó evi-
dente, Estado Faleón y Estado Zulia, y que conservan tar las dificultades que hacía posible el mismo número
POR EL DOCTOR ALEJANDRO URBANEJA CLXVII

de la Constitución de 8i, pues había sido práctica hasta y explicando muchas. Somete exclusivamente la ocupa-
entonces cuando convenía á los intereses de la política domi- ción de los papeles y correspondencia particulares á la
nante remitirá las Legislaturas de los Estados, elaborados, autoridad judicial, encargando el secreto respecto de lo do-
los proyectos de reforma, á fin de que coincidiesen las so- méstico y privado. De este modo el legislador ha preten-
licitudes en los puntos cuyo planteamiento se buscaba. dido contener ó corregir abu.sos inveterados, hijos del re-
Pero las dilaciones de tales procedimientos, las rebeldías celo y' suspicacia de nuestras administraciones de correos,
inesperadas de las Legislaturas locales, la desconfianza de que interesadas en el descubrimiento de conspiraciones
sus prohombres, todo eso podía eludirse y se eludió lo- imaginarias ó posibles, ó inducidas por funcionarios de
grando la iniciación de la reforma en la Legislatura Na- más alta gradación en la gerarquía política y adminis-
cional, cuya transitoria residencia en Caracas, centro de trativa, violaron á menndo el secreto de la correspon-
los poderes públicos y de un mayor núcleo de fuerzas y dencia.
cuarteles, son bastantes además para coaccionar la inde- En lo relativo á la libertad de expresión del pensa-
pendencia de un cuerpo colegiado, sin otros medios de miento de palabra ó por medio de la prensa, la vigen-
propia defensa, sin otras armas para imponer sus decisio- te modifica la Constitución del 91 en sentido más liberal
nes y contener arbitrariedades, que unos cuantos precep- por cuanto agrega que: “ el inculpado no podrá ser dete-
tos de purísima teoría, á los cuales hará siempre mofa nido ó preso, en ningtin caso^ sino después de dictada por
el maridaje de la fuerza y la ignorancia. El año de el Tribunal competente la sentencia que lo condene.”
1891 fue fecundo en reformas constitucionales. En el cur- Este aditamento se explica por una razón de historia pa-
so de dos meses se dictaron dos constituciones : la del 16 tria contemporánea. Es sabido que en Venezuela todos
de abril engendró el proyecto de 25 de junio. Esta últi- los ciudadanos pueden tratar asuntos comerciales, cientí-
ma vuelve á la del 64 por lo que toca al número de Es- ficos, históricos, etc., con entera libertad, sin que, por más
tados, que descompone en veinte; como ésta, declara la ágrios que se pongan los ánimos, ni por más crispados
absoluta libertad de la prensa, el sufragio directo y secre- que se tornen los puños, las discusiones iniciadas en los
to, diferenciándose en el escrutinio, que' lo hace propor- periódicos, busquen otras distintas soluciones en los Juz-
cional. Consagra: la libertad religiosa sin los privilegios gados del crimen. Pero no sucede así en tratándose de
de las anteriores á la del 81; el régimen municipal in- política, ni mucho menos en tratándose de sus hombres
dependiente; la inalterabilidad de los límites del territorio prominentes; y esto por un error qne es más bien un
nacional, excepción hecha de los casos dudosos, en que, atavismo colonial: porque nuestros comisarios se juzgan
decididos por la vía diplomática y en laudo arbitral, s;e entidades de un orden superior é intanjibles á la censirra
determinen otras demarcaciones. Abóle el Consejo Fede- y crítica de la ciudadanía, y al juzgarse aludidos en los
ral. Introduce la reforma del Pacto por enmiendas á más papeles públicos, aún cuando la alusión fuere envuelta
de la reforma total. Las enmiendas pueden hacerlas las en hojarascas de la retórica, castigan con mano fuerte el
Cámaras Legislativas cuando lo soliciten las Asambleas atentado; siendo esto el por qué los escritores y perio-
de los Estados en sesiones ordinarias, no haciéndose nun- distas han hecho más larga vida en prisiones y destierros
ca sino sobre los })untos señalados por la mayoría de las que en sus propios hogares y oficinas. Los legisladores
Legislaturas. También son factibles cuando lo acuerden del 93 tuvieron quizás en mientes tales consideraciones
las Cámaras Legislativas en sesiones ordinarias funcionan- para ampliar la garantía 6? entrabando los procederes ar-
do en Cámaras separadas por el procedimiento de elabo- bitrarios de ensoberbecidos mandarines; represen táronsele,
ración de las leyes, ó la enmienda ó enmiendas serán so- al disentiría, la clausura de las imprentas, la prisión de

metidas entonces á las Legislaturas de los Estados para directores y tijiógrafos, la per.=ecución de los granujas que
que las aprueben ó nieguen, sin admitirles modificación repartían al pueblo la hoja periódica como reminiscen-
alguna, mandándose por las Cámaras promulgar la en- cias de unas épocas bárbaras dignas de la reprobación
mienda en el punto en que la ratificación de la mayoría nacional.
de las Legislaturas concurriese. La reforma total de la Consagra, además, el Código del 93, la autonomía del
Constitución no puede llevar.se á cabo, según el proyecto Municipio, independizándolo del poder político del Esta-
que examinamos, sino por un acuerdo de las Cámaras do en todo lo concerniente á su régimen económico y
Legislativas con el voto de sus dos terceras partes, siem- administrativo, é introduce en las Bases de Unión de los
pre que esta declaratoria sea ratificada por las dos ter- Estados, la de no “emitir papel moneda, ni hacer válido
ceras partes de las Asambleas Legislativas de los Esta- para el pago de las deudas nada que no sea moneda de
dos; en cuyo caso el Ejecutivo Nacional convocará una oro ó de plata.” Evita esta medida los conflictos eco-
Asamblea Constituyente que hará la reforma dentro de nómicos que pudiera traernos la admisión de la especie,
doce meses á contar de la ratificación de las Legislatu- y de los cuales dan testimonio los países donde corre con
ras. ...Pero este proyecto, por causa de los sucesos políti- circulación forzosa el papel moneda. Interpónese así in-
cos que venían desenvolviéndose para aquella fecha, no franqueable barrera al ágio de mercaderes políticos, pres-
logró obtener la ratificación deseada, para la sanción con- tos á comprometer la suerte de la patria á trueque de
siguiente. acrecentar míseros dineros, y se matan de raíz las espe-
A la Constitución de abril de 1891 sucedió la de ranzas extranjeras, fincadas en la candidez ó la avaricia
junio de 1893, vigente hoy. En la parte relativa á en- de gobernantes indoctos.
miendas y reforma del Pacto Fundamental, asimiló, mo- El derecho constitucional, el que corre valedero en
dificándolos, los principios consignados en el Proyecto del textos oficiales y del que se hacen lenguas las prensas
91. Varía la elección de Presidente en el sentido de las oficiosas siempre que viene al cuento el pregonarlo má-
Constituciones del 64 y 74, pero conserva el Consejo Fe- ximo, no ha gozado, afín en el propio cielo de las teorías
deral bajo el nombre de Coinsejo de Gobierno con atri- especulativas, que es su habitual mansión, un solo día
buciones consultivas y deliberativas. Aumenta el período de descanso. Larga y combatida peregrinación la suya,
presidencial á cuatro años y el de las Cortes Federal y desde sus primeros pinicos en 1811. Su vida no ha sido
de Casación, á seis, dando á la primera entre sus atri- otra cosa que un agetreo de todos los momentos en el
buciones la de sustanciar y decidir las causas que por de- vaivén de los partidos. Cuántas mutilaciones dolorosas
litos políticos y comunes se sigan ante ella por acusación ha sufrido el sistema federalista, efectuadas en el flujo y
contra el encargado de la Presidencia de la República, reflujo de las pasiones y de los criterios del momento 1

Con.sejeros de Gobierno, Ministros del Despacho y Miem- Y sinembargo, de poco ha valido, para bien de los ciu-
bros de la Alta Corte Federal y de Casación, haciéndola, dadanos, la constante labor de los reformadores; porque
además, intervenir en la elección de Presidente en casos no todas las reformas inscritas han descendido todavía al
determinados y excepcionales. terreno de la práctica, debido quizás á la escasa idoneidad
En materia de garantías, la Constitución actual re- de los que mandan, ó á la falta absoluta de valor cívico
pite las tradicionales, restringiendo unas, ampliando otras en los que obedecen, ó mejor aún, á la carencia radical
CLXVIII EL DERECHO CONSTITUCIONAL VENEZOLANO

en ambos, de ciertas cualidades y condiciones que no se sus propósitos, desde que en 1830 quedó constituida la pa-
adquieren, sino por una larga educación política en la tria venezolana; y que no es más que un fatigoso viaje
plaza, la prensa y los comicios, cuando nó por un siste- tras una realidad que satisfaga con tino á todas las nece-
mático entroncamiento con las razas cuyas instituciones se sidades de la sangre, de la historia y de los orígenes
y
importan, á ñu de asimilarlas con éxito durable, desde tendencias nacionales.
luego que estas (y es sabido) no son otra cosa que *el fide- ¿
Podríamos, por ventura, señalar un término más ó
lísimo reflejo de las tendencias y modalidades típicas del menos próximo á la dolorosa peregrinación ? Nos parece
pueblo que las dicta. que todavía anda lejos el momento histórico en que pu-
Confirmamos en esta opinión, la misma perenne bre- diera hacerse con acierto la misterio.sa profecía.
ga de nuestros pueblos, la inconstancia y volubilidad de
CODIGOS Y LEYES
1=01?/ EH, OOCTOE ISriCOnvCEIDES ZXTI-.OA.GjÍ^

NICOMEDES ZULOAGA

OS legisladores de Colombia, al constituir como na- esto ¡produce y por la fuerza con que esta i’émora detiene el
|é^w ción libre y soberana, regida por un sistema repu- movimiento nacional y la prosperidad. A tal extremo han
jo blicano democrático, á la que hasta entonces había llegado las cosa.s, que ninguna reforma dejará de ser buena.”
sido oscura colonia de la absolutista España, debían dirijir “
Mucho debe infiuir en el desorden el cuerpo de la
preferentemente su atención al orden político y administra- legislación porque diseminada en leyes de partida, de Castilla,
tivo, para crearlo todo ; y todo lo crearon en efecto, al calor de Indias, de Colombia, de Venezuela, en autos acordados,
de su ardiente patriotismo, y á pesar de los grandes disturbios cédulas, pragmáticas y órdenes reales, es imposible que ha-
que agitaron la vasta nación. Leyes de hacienda, de instrucción 3"a concordancia, orden, claridad y preci.sión en esa ciencia
pública, de división territorial, de manumisión, de extinción de que se creó para asegurar la vida, el honor y la prosperi-
mayorazgos y vinculaciones; de supresión de conventos; de dad del hombre, pero que ya caduca, representa entre noso-
imprenta; de patronato eclesiástico; de resguardo de indíge- tros todo el desarrollo y el horror de la decrepitud viciosa.
nas; de naturalización; de milicia; de tierras baldías; son Un Código civil, un procedimiento breve y preciso, una
la obra legislativa de los Congresos de 1821 á 1827, realiza- severa responsabilidad á los jueces, la libertad de arbitra-
da con tal discreción y ciencia, que la República en su des- miento y aún su necesidad, si una de las partes lo pide
y
envolvimiento político tan sólo ha ido acomodando esas leyes la prudente introducción del juicio por jurados en lo crimi-
á las nuevas exijencias de la época, pero respetándolas en nal son los grandes bienes que el pueblo y el Gobierno esperan
general en su Constitución primitiva y algunas de ellas for- de ella.”
man todavía parte de su legislación vijente. El Congreso Yel Ministro del Interior señor José Santiago Rodríguez,
Constituyente de 1830, al dar á Venezuela su hermoso Có- dice en .su memoria de 1835: “En orden al procedimien-
digo fundamental, coronó con gloria imperecedera ese pri- to, considero muy débil todavía la más vigorosa excitación
mero y difícil período de nuestra vida nacional. que el Gobierno hiciera por mi órgano al Cuerpo Legisla-
Mas si en el orden político la nación podía considerarse tivo con el fin de obtener reforma. Ha llegado á un extre-
ya definitivamente organizada, no sucedía así con las leyes mo el más alarmante la situación de los pueblos en el ra-
civiles que poseía
y que eran un verdadero caos. La le- mo. El clamor de los que piden justicia ha herido viva-
gislación española, que naturalmente continuó rigiéndonos, mente la sensibilidad del Jefe de la administración. Este
de por si difícil y complicada, y ya envejecida é incapaz clamor de todos, robustecido por la experiencia que hace
de servir á las nuevas exigencias sociales, debía hacerse cada preferible la pérdida de los derechos más claros á la me-
vez más extraña á un país inspirado en ideas muy distintas nor discu.sión judicial, por la eternidad de los trámites, pol-
de las que informaron aquella. la ruina que ellos preparan
y ¡lor la inseguridad en que
La opinión pública reclamaba con urgencia una reforma están las propiedades de todos, no es posible que halle en-
que diera más facilidades en los juicios y permitiera una sordecidos á los encargados de promover la dicha de sus
más pronta y .segura administración de justicia, de tal ma- comitentes. La tolerancia de los pueblos esperando en cinco
nera que el Ministro del Interior en 1834, doctor Diego legislaturas el remedio de un mal que se ha llamado la
Bautista Urbaneja, dice en su memoria al Congreso: “No gangrena de la República, no es concebible, señores, que se
es posible que en el extremo á que han llegado las cosas extienda á más. Nos hallamos á mi ver en el último punto á
en esta materia, haya un solo diputado á quien no afecte que la paciencia humana puede ser conducida.”
el asombro público por la perpetuidad de los pleitos por El Constituyente de 1830 había nomln-ado tres comi-
;

las sinuosidades del procedimiento; por la inseguridad con- sione.s, una para redactar el Código ])enal otra el de ]>ro-
;

.siguiente de las propiedades, por la falta de confianza que cedimiento criminal y otra para una ley- de jurados; pero
CLXX CODIGOS Y LEYES

sólo el señor Pedro Pablo Díaz, miembro de la última pre- mercantil po.sterior, algunas disposiciones de esas leyes revi-
sentó en el Congreso de 1832, un proyecto de ley para el es- vieron, aunque no las más importantes.
tablecimiento del juicio ])or jurados. Es también del año de 1836 la ley que e.stableció las
El Congreso de 1835, considerando que las leyes del oficinas de registro y suprimió las e,scribanías. En esta ley
antiguo sistema colonial que regían la República, eran “ ya que derogó la de anotación de hii)otecas de 1826, es digno
oscuras, ya complicadas, ya opuestas á los principios que de observarse, que la de 1826 ordenaba anotar en el libro
hacen la riqueza y la dicha de la nación;” “que la confu- de registro, los bautismos, matrimonios
y defunciones de
sión y el desorden de las leyes alteran la paz individual, los colombianos; para lo cual los párrocos remitirían las
alejan la confianza y obstruyen las vías de la prosperidad,” listas inensualmente al jefe político y éste las pasaría al
que era de absoluta necesidad que las leyes pudieran, ser secretario registrador; y la ley de 1836, que la derogó, creó
conocidas de todos los ciudadanos, y estas no estaban “escri- entre otros protocolos, las de nacimiento, de muertos
y de
tas en lenguaje nacional,” decretó el 0 de abril que se for- matrimonios, estableciendo que e.stos tres se extenderían “en
máran cuatro i)royectos de Códigos Civil, Criminal, Mili-
: la forma que determina el Código civil.” Modificación esta
tar y de Comercio, con sus respectivos procedimientos, encargan- que revela de modo manifie.sto que el legislador de 1836,
do la redacción de ellos á cinco individuos nombrados por separándose del espíritu del de 1824, aunque no quiso re-
el Congreso de dentro ó fuera de su seno, y luego nombró solver desde luego la creación de los registros civiles, abrió paso
á los señores licenciado Francisco Aranda, doctor Francisco á la idea para cuando se discutiera el proyecto de Código civil.
Díaz, general Francisco Carabaño, doc- No faltaban partidarios de los re-
tor Tomás Hernández Sanavria, señor gistros del estado civil desde princi-
Juan Nepomuceno Cbaves. pios de la República, pero son refor-
Nada })re.sentó tampoco esta comi- mas estas, que además de los intere-
sión, j)ero elCongreso de 1830, acome- ses que se ü})onen á su establecimien-
tió la obra de codificación con tanta to, necesitan tiempo para, su gestación.
urgencia reclamada y supo para su glo- En 1849, el Ministro del Interior entre
ria, ofrecer al país en el Código de otras reformas de urgente necesidad in-
|)i ocedimiento de 10 de ma}'o de 1836, dicaba á Cámara,
la la creación de
una ley de notable mérito por su cla- los registros del estado civil; sin em-
ridad y sencillez, rpie daba amplitud bargo largos años después, en 1867, el
á la eternizar los juicios
defensa, sin Grande Oriente Nacional y varias lo-
y evitaba en lo posible las ai'terías y una representación á la
gias hicieron
las dilaciones injustificadas. El proyec- Cámara de Diputados, j)idiendo que
to de ese Código fue del señor licencia- se creáran, y después de acalorada dis-
do Francisco Aranda, talento jurídico cusión, se aprobó informe de una
el
de jn’imer orden, quien como repre- Comisión de la Cámara que e.stuvo
sentante que era al Congreso, lo pre- ])or la negativa. El generalJosé An-
sentó á discusión. De tal manera fue '

tonio Páez, en su autobiografía escrita


importante la obra de Aranda, y del en 1867, indica la necesidad del esta-
Congreso de 1836, completada luego en blecimiento de los registros civiles y
el (le 1838, que el jurisconsulto Sa- agrega (jue era de esperarse que en las
nojo en sus comentarios al Código de primeras se.siones (1868) se aprobara
procedimiento civil de 1873, dice: “El el jH’oyecto, “ pues se decía que tenía
sistema que domina en él es el mis- muchos partidarios.”
mo que inauguró en 1836 y que
se El Código civil de 1867, á ])csar
en cuarenta años de práctica ha salido de su timidez para establecer refor-
triunfante y con tal aj)robación de parte MIGUEL JOSÉ SANZ mas, avanzó sin embargo, pues aun-
de todos, que no ha faltado quien haya que dejó á los párrocos el delicado en-
visto mal la refundición C|ue ahora se cargo de llevar los registros, reglamentó
ha hecho de él, mejorándolo notable- la manera de hacerlo. Mas sólo en 1873,
blemente así en su plan como en sus disposiciones.” Y
vino á dictar’,se esta importa nfi; reforma por el general Guz-
efectivamente no .son el Código de 1873 y el actual de 1880, mán Blanco en virtud de facultades dictatoriales.
otra cosa que aquel primitivo Código con las mejoras que La naturaleza de este trabajo nos obligai’á con frecuen-
sus largos anos de aplicación habían indicado y que la juris- cia, á ir y venir de los primei’os tienrpos de la República á
prudencia y la doctrina venían consagrando. nue.stros días, para considerar el de.sarrollo de las diversas par-
También dictó el Congreso de 1836 una ley sobre tri- tes de la legislación.
bunales mei‘cantiles y su procedimiento, notable" por el es- Reirrontándonos otra vez á la primera época para es-
píritu de liberal sencillez que la inspira. Esta ley estable- tudiarla, tócanos hablar de una de las nrás graves y tras-
ció jurado para los asuntos mercantiles, como lo hizo la
el cendentales cuestiones que hayan trabajado al país; los
que en la materia había dictado anteriormente Colombia en reclamos de la opinión })ública ]»oi' lo interminable de los
1824, disponiendo que “en estos pleitos (mercantiles) se debía jn’ocesos eran, como ya hemos visto, por demás enérgicos
proceder á estilo llano, verdad sabida y buena fe guarda- pero lo que especialmente llamaba la atención de todos y
da ;” y Colombia la había tomado de los antiguos Consulados para lo que se pedía una pronta reforma, eran la ley espa-
de mercaderes de las ordenanzas de Bilbao. La ley á (jue ñola que prohibía que los bienes del deudor pudiesen ser
nos referimos, fue reformada en los Congresos de 1839,1841 rematados poi’ menos de las dos terceras partes de su valor
y 1846 ampliándola considei’ablemente pero moderando la
; y la disposición legal que limitaba el interés del dinero á
acción del jurado y la forma de su elección. .seis por ciento en lo comercial y á cinco por ciento en lo
En 1845, el Congreso había pretendido derogarla; pe- demás. Decíase que los derechos de los acreedores queda-
lo el Ejecutivo objetó el proyecto de supresión haciendo ban completamente ilusorios, pues á las dificultades del pro-
notar al Congreso, que las causas mercantiles sufrirían no- cedimiento se agregaba que en definitiva el remate de los
table paralización confiadas á la jurisdicción ordinaria, con bienes del deudor se hacía imposible en las condiciones es-
grave perjuicio del comercio. Los Tribunales mercantiles, tablecidas y que así este podía burlar impunemente á aque-
encargíulos en mucha parte de aplicar la ley de 10 de abril, llos sin temoi' á la acción judicial. Respecto á la tasa legal
sobre libertad de contratos, recogieron todo el odio que esta del interés del dinero, observábase que ella estaba de un todo
ley suscitara, como luego veremos, en desacuerdo con los preceptos económicos sobre la oferta y
y por decreto de 18 de abril
del Congreso de 1849, fueron suprimidos. Retroceso fue éste la demanda, y con el precio real del capital. De tal ma-
que destruyó una buena institución, mas en la legislación nera consideróse urjente la reforma que en el primer Con-
POR EL DOCTOR NTCOMEDES ZULOAGA CLXXI

greso ordinario de Venezuela, en 1831, el Ministro del In- se SU producto ó renta á fin de que ella no dejara de re-
terior, señor Santos Michelena, pidió la libertad de contra- presentar un capital que diera una renta anual que no exce-
tos y la supresión de la tasa del interés reiteróse la de-
;
diera del nueve por ciento, ni bajase del seis. El Código
manda en los posteriores hasta que en 1834, dictó el Con- de 1873, con el que es conforme en esto el de 1880
greso la célebre ley del lU de abril sobre libertad de con- que nos rije, dejó el interés convencional libre, pero e.sta-
tratos, en que se estal>leció que podía pactarse libremente, bleció (pie los bienes no podían ser rematados por menos
que para hacerse efectivo el pago de cualquiera acreencia, de la mitad de su valor, y para la e.stimación de los pe-
se rematasen los bienes del deudor, por la cantidad que se ritos dispuso, que si la cosa fuere un inmueble productivo,
ofreciera por ellos el día y la hora señalados para la su- tomaran además en consideración sus rendimiento.s, á fin
basta; y que en todos los demás contratos, así como el de que estos no dejen de representar un capital que pro-
interés que en ellos se estipulase, cualquiera que fuera, tam- duzca una renta anual de cuatro por ciento.
bién se ejecutaría estrictamente Esta disposición extraña, que
la voluntad de los contratantes. aplicada en todo rigor hace impo-
Con genei’al aplauso fue reci- sible el remate de inmuebles, no
bida esta ley, á la que no se le es otra cosa que el eco persistente
encontró otra imperfección que la de la rebelión contra la ley del 10
de permitir el remate por la can- Tí
de abril de 1834. Las trabas injus-
tidad que se ofreciera, en el caso tificadas al remate van haciendo
únicamente de que así se hubiese cada día más raro el uso de la
pactado, que fue también una de hipoteca entre nosotros; pero las
las pocas objeciones que se hizo al necesidades sociales para evadir la
Código arandillo. Pero si aquella disposición, han hecho que sea la
ley, tan universahnente pedida, venta con pacto de retracto la que
era conforme con los principios venga á suplir al contrato libre
económicos, sus mismos benéfícos anterior. Ligadas íntimamente con
efectos iban á ser causa de graves la ley del 10 de abril y como ella
conflictos. motivo de dificultades y trastor-
La fácil realización de la ga- nos son las leyes conocidas con el
rantía y la libertad del interés au- nombre de leyes de “ espera y
mentaron el crédito, y dieron por quita,” que nos legó la madre Es-
la transición y la inexperiencia paña. Las leyes de Partidas esta-
en el uso de éste, un inmodera- blecían que el deudor que no pu-
do impulso á las industrias; so- diere pagar sus deudas, podía acu-
metiéronse muchos al régimen de dir al juez, pidiendo que mandase
la nueva ley, y á las duras con- citar á sus acreedores con el ob-
diciones que prestamistas ávidos jeto de que le concedieran un pla-
quisieron imponerles, sin apreciar zo, y si los acreedores no estaban
sus consecuencias, animados por de acuerdo con él, decidiría la ma-
el deseo de la especulación mas ;
yoría, y caso de empate, prevale-
vino la crisis de 1842 y siguien- cería el querer de los que otorga-
tes años bajó el precio de los fru-
;
ran el plazo “ porque .semeja que
4os y si los acreedores habían sido van á facerlo por piedad que han
rehacios en el uso de su derecho, dél.” El Código de procedimiento
se resolvieron al fln á ello, oca- de 183G, conservó en e.sto la legis-
sionando el descontento y la saña lación española; pero no estaba de
de los que se creían despojados. LUIS SANOJO acuerdo esa espera con las ideas y
•Se acusó á la ley de lo que en propósitos que habían dictado la
gran parte era culpa de los mis- ley del 10 de abril sobre libertad
mos que sufrían sus efectos, y de contratos, y se la consideró
con la misma pasión con que antes fue sostenida, la ataca- como un desconocimiento de los legítimos derechos del acree-
ron como injusta y despojadora. (1) No le faltaron defenso- dor. La ley de 5 de mayo de 1841, estableció en vista de
res ardientes que trataron de hacer prevalecer los principios. estos reclamos que para conceder la espera era necesario
Inútil esfuerzo, sucumbió al fin al rudo golpe de pa- el asentimiento de todos los acreedores. A su vez protestaron
siones de pai'tido, y el Congreso de 1848, considerando: “1?, que los deudores, que se veían privados de un beneficio otorgado
la libertad de contratos no debe dañar la igualdad que la ley por leyes tan antiguas y juzgaban fundado en la equidad. Her-
debe protejer en ejercicio de todas las industrias; y 2? que mana como se vé de la ley de 10 de abril, la de 5 de mayo de
la moral pública se resiente del abuso que se ha hecho de 1841, debía correr su misma suerte, por lo (|ue la ley de 9 de
la ley del 10 de abril de 1834,” decretó: que los acreedores abril de 1849, considerando: “ que la medida de esperar que el
para el pago de sus acreencias estaban facultados para pactar con que ha caído en atraso sin su culpa se reponga de sus quebran-
sus deudores, que sus bienes pudieran rematarse por la cantidad tos para que pueda cumplir sus compromisos, es no sólo de con-
que .se ofreciera en pública subasta en el día y hora señalados, veniencia sino de justicia social,” decretó que la espera era un
con tal que no bajara de la mitad de su valor. Este valor se beneficio legal, que no podía renunciarse, y sería concedida al
fijaba por peritos por la estimación que se diera á los bienes deudor siempre que resultara favorable á ella, bien el mayor nú-
en el lugar donde existían, y en los inmuebles productivos, mero de acreedores ó bien la mayor suma de créditos (|ue ;

se tendría además en consideración su total producto á fin esta espera no sería menor de seis años y podía el juez au-
de que no dejara de representar un capital al respecto del mentarla á nueve, á menos que el deudor pidiera menos tiem-
nueve j)or ciento anual y limitó también el interés conven-
;
po. Triunfaron los deudores en 1849, en aquella lucha se-
cional al nueve i>or ciento mejante á la que conmoviera á la República romana, ob-
y el legal al cinco por ciento.
Esta ley fue á su vez reformada por la de ISGl, que fijó teniendo la espera, que llegó ser hasta de treinta y más años
el interés legal en seis por ciento
y dejó el convencio- como habían obtenido la supresión de los tribunales de comer-
nal á la libre fijación de las partes Sinembargo
y ordenó que en los cio, y la derogatoria de la ley de 10 de abril.
remates para e.stimar el valor del inmueble, se considera- el año siguiente de 1850, el Congreso moderó el tenor de la
ley de espera restableciendo el derecho de las ])artidas con-
(1) A lo que contribuyó muy eficazmente el escándalo de ver ejecuta- sagrado en 183G. La ley de G de julio de 18G0, dispuso
das algunas cándidas deudas, y vendidas á vil precio, algunas propiedades
por obligaciones en extremo usurarias. que por ninguna deuda contraida con po.sterioridad á la pu-
CLXXII CODIGOS Y LEYES
blicación de
pudiera pedirse espera ni quita, y el
ella, ridad al 15 de marzo de 1858, que ordenó el general en jefe pro-
Código de 1867, estableció, conservándolo los posteriores, visional de la República, Juan Crisóstomo Falcón, con su de-
que el deudor no puede obligar al acreedor á que le conceda creto de 8 de agosto de 1863 pero no tuvieron la misma fortu-
;
espera. Así terminó ese largo proceso de la espera que tantas na el Código civil de 28 de octubre de 1862, ni el Códi-
pasiones suscitára. go de procedimiento civil de 2 de marzo de 1863, ni los
Volviendo á la codificación, encontramos que el Eje- Códigos i'ienal y de })rocedimiento criminal, de 19 de abril
cutivo Nacional insistía en 1839 en la necesidad de con- de 1863, que sucumbieron ante aquel decreto suicida, hijo
tinuarla. El Congreso por decreto de 18 de abril de 1810 de la pasión de partido, que convierte en trabajo de Sísifo
mandó formar los Códigos por una comisión de tres miem- nuestro desenvolvimiento nacional, pues cada bando al su-
bros que los redactaran, pa.sán-
bir al poder destruye la obra de
dolos luégo al Ejecutivo para que
su antecesor para atribuirse ton-
examinados por el Consejo de tamente la gloria de ser su au-
Gobierno se publicaran con sus tor, rehaciéndola.
observaciones. La comisión nom-
brada se compuso
del licenciado El Código civil de 1862, del
Francisco Aramia, del doctor doctor Julián Viso, era un traba-
Francisco Díaz y del licenciado jo de mérito que obtuvo el ca-
Juan José Romero, todos de re-
luroso aplauso de la comisión
conocida idoneidad para el de- nombrada para revisarlo, com-
licadísimo encargo. Trabajó la puesta de los señores Francisco
comisión pero luégo otras fun- Conde, Pedro Núñez de Cáceres
;

ciones públicas de importancia y Juan Martínez. Calcado sobre


que el Código civil chileno, de nues-
se confiaron á los miembros
de ella, fueron rémora al pronto tro ilustre compatriota señor don
término de su cometido. En 1842, Andrés Bello, satisfacía en gene-
presentó la comisión los dos })ri- ral las exigencias del país.
meros libros y en 1843 los dos El proyecto de Código }>e-
últimos del Código de comercio nal de la dictadura es también
que había redactado. del señor doctor Viso, y le había
Los graves trastornos ])olíti- ser /ido de base el Código penal
cos que conmovieron al país im- de España, y merece ser notado
pidieron que aquél laborioso tra- entre otros motivos porque la
bajo fuera considerado poi- el l)ena de muerte se reservó exclu-
Congreso en los años siguientes. sivamente á los parricidas. Las
El 23 de alu'il de 1853, el penas infamantes habían sido
Congreso accediendo á una soli- suj)rimidas por la Constitución
citud del señor doctor Julián Vi- de 1867 y la pena de muerte
;

so, lo auxilia con un sueldo men- para los delitos de traición y


sual para que pueda “continuar” conspiración por la ley de 3 de
sus Códigos civil y penal con abril de 1849, como veremos
sus respectivos procedimientos, luégo. También es del doctor Vi-
debiendo entregarlos al término so el Código de procedimiento
de dos años. Presentó efectiva- criminal de esa época.
mente el doctor Julián Viso en Al hablar de la pena de
1854 el Código Civil que había muerte debemos ocuparnos de la
redactado, pero este quedó tam- ley de 1849 que la suprimió en
JOSE REYES PIÑAL
bién en proyecto. los delitos de traición
y conspi-
Por resolución de 29 de di- ración, y de los antecedentes de
ciembre de 1857, el Ejecutivo esta ley.
nombró una comisión redactora del Código de Comer- El Congreso constituyente de 1830 había dictado una
cío, compuesta del licenciado José Isidoro Rojas, que la ley de conspiradores para derogar, por considerarlo “ominoso
presidiiJa, y de los señores Guillermo Espino, Casiano San- á la libertad y á la seguridad iiuli vidual que la Constitu-
tana y Manuel Muñoz y Castro, comerciantes, pero nada ción garantizaba,” el decreto del Libertador sobre conspira-
liizo la comisión así corno tampoco que sepamos la nom-
; ción, dado en Bogotá el 20 de febrero de 1828, que esta-
brada por decreto ejecutivo de 22 de noviembre de 1860; blecía juicios sumarios militares para conocer de estos de-
cpie estábil compueshi de los señores doctor José Reyes, litos, penados en su mayor parte con la muerte y confis-
licenciado Lucio Siso y licenciado Juan José Mendoza. cación de bienes. La ley de 1830, dividió esos delitos en
En 1861 una junta de comerciantes de Caracas tomó tres clases, penando los de la primera, que comprendía los que
la iniciativa de hacer redactar un Código de Comercio pa- tomaban las armas á favor de los enemigos de la patria,
ra someterlo á la aprobación del Gobierno, que ejercía en- ó para^ destruir las bases del Gobierno establecido, ó im-
tonces el general José Antonio Páez, con facultades dicta- pedir ó disolver las reuniones constitucionales del Congre-
toriales ;
el Gobierno acogió la idea y por resolución de so y demás corporaciones del Estado, ó para deponer cual-
octubre de ese año nombró á la misma comisión que ha- quier magistrado ó coartarle el ejercicio de sus atribuciones
bían elegido los comerciantes, compuesta de los señores legales, con la pena capital; á la segunda, que eran los que
doctor José Reyes, Isaac J. Pardo, Fernando Antonio Díaz sabiendo quese tramaba una rebelión ó sedición de primera
y Modesto Urbaneja y nombró en esa misma fecha á los
;
clase no la descubrieran ó denunciaran, con cinco años de pre-
•señores doctores J ulián Viso
y Elias Acosta para que ela- sidio y separación perpetua de la provincia en que come-
boraran un proyecto de Código civil
y otro de Código Pe- tieran el delito los de la tercera, de los que esparcen noticias ó
;

nal. La comisión redactora del Código de comercio, pre- papeles manifiestamente seductores del enemigo ó de cual-
sentó su proyecto que no fue otro que el mismo de 1844 quiera otro contra el Estado, ó resistieren directamente cum-
de los señores Aramia, Díaz
y Romero, revisado. El Go- ])lir las providencias dictadas por el Gobierno para salvar
bierno^ lo aprobó y por decreto de 29 de agosto de 1862 lo el jiaís, á cuatro años de expulsión de Venezuela ó con-
mandó ejecutar. finación á un lugar determinado en ella. Estableció esa ley
Salyó.se este Código de comercio del naufragio de las que cuando no estuviesen plenamente jirobados los delitos
(lisj)osiciones legislativas
y ejecutivas dictadas con j)osterio- expresados, pero hubiera semiplena prueba ó graves fun-
POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXIII

damentos contra los acusados, los de primera clase serían fin en las doctrinas y prácticas de la codificación moderna,
condenados hasta ocho años de presidio, los de segunda á abandonando ropaje español, que tan mal llevábamos
el viejo
expulsión ó confinación hasta cuatro años y los de tercera y tanto estorbaba al natural desenvolvimiento nacional.
clase á confinación hasta dos años. El 27 de octubre de 1868, el Ejecutivo Nacional creó
El Congreso de 1831 reformó esta ley, y suprimió la una comisión compuesta de los señores doctor Jo.sé Ma-
pena si no estaba plenamente comprobado el delito, y tam- nuel García, doctor Mariano de Briceño y licenciado Fran-
bién los delitos de tercera clase referentes á los que espar- cisco Cobos Fuertes, para redactar el Código Penal; y otra
cen noticias contra el Estado. compuesta del licenciado Luis Sanojo, licenciado Manuel
El Congreso de 1849, impresionado por el doloroso es- Cadenas Delgado, licenciado Cecilio Acosta, licenciado Juan
pectáculo de la pena de muerte prodigada en aplicación Pablo Rojas Paúl y doctor Ramón Fernández Feo, para
de esta ley, la su}>rimió para todos los delitos en ella expre- que examinaran el Código civil vigente y proyectaran las
sados y sólo dejó el extrañamiento temporal ó perpetuo. reformas que debieran hacérsele y para que formulara un
La ley de 1860 derogó proyecto de Código de proce-
la de 1849 clasificando los de- dimientos judiciales. Inició
litos contra la seguridad del sus trabajos la comisión, y
Estado, en traición, relrelión aun el licenciado Acosta pre-
y sedición, é impirsoá los pri- sentó á la (áímara su proyec-
meros pena de presidio de 3 to ;
pero triunfante el general
á 10 años, a los segundos ex- Guzmán Blanco en 1870, de-
trañamiento hasta 10 años, y claró, por decreto de 27 de
á los terceros confinamiento abril de ese año, que “ que-
hasta 8 años. Pereció esta ley daban desconocidas por la Re-
con el decreto de 1863 de que volución las leyes, contratos,
ya hemos hablado, pero revi- decretos, resoluciones y demás
ve con la ley de junio de 1865, actos expedidos desde el 28
y clasifica estos delitos de trai- de junio de 1868, hasta ese
ción y rebelión, castigando á día,” que fue el de su ocupa-
los primeros hasta con 8 años ción de la capital. Este decre-
de presidio y á los segundos to inspirado en el mismo es-
hasta con 8 años de extraña- píritu de intransigencia que
miento. El Código de 1873 cla- el de 8 de agosto de 1863, anu-
sifica estos delitos de traición, ló algunas leyes y decretos im-
rebelión, sedición y motín ;
portantes del Congreso de 1869,
castiga á los primeros hasta y el decreto sobre codificación
con 10 años de presidio y á á que nos hemos referido.
los de rebelión, sedición y mo- Por decreto de setiembre
tín, con expulsión y confina- de 1872, el general Guzmán
miento y la ley de 1888 vi-
;
Blanco, con facultades dicta-
gente aumentando las penas toriales, creó otra vez una co-
para la rebelión, sedición y misión general de Códigos di-
motín, establece pai’a aquellos vidida en cuatro secciones y
presidio y para estos prisión. confió á los doctores Diego
Sin embargo de lo que esta- Bautista Barrios, José Reyes
blecen estas leyes, dice la Cons- \ Ramón
F. Feo, la reforma
titución que ningún venezola- del Código civil al licencia-
;

no puede ser privado de su do Manuel Cadenas Delgado


libertad por causas políticas,
y señor Isaac J. Pardo, la re-
sin previa información suma- visión del Código de comer-
ria, de la cual resulte compro- cio; al doctor Juan Pablo Ro-
metido en perturbaciones del jas Paúl y licenciado Cecilio
orden público y sirviendo de Acosta, la formación del pe-
obstáculo á su restablecimiento. En
casos no podrá ser
tales nal ; y general Felipe Esteves el Código militar, debiendo
al
confundido en la misma prisión con los reos de delitos comu- cada sección formar el respectivo Código de procedimiento.
nes, ni seguir preso nna vez restablecido el orden. Se ve por esta A la comisión del Código civil y de procedimiento ci-
rápida anotación de las leyes dictadas en materia de traición vil, se incorporaron luego los doctores Luis Sanojo
y Diego
y conspiración y la disposición constitucional vigente, cuán Bauti.sta Urbaneja.
embrollado ha sido este asunto de los conspiradores y de La comisión redactó los* Códigos y el 27 de abril de
los delitos políticos entre nosotros. 1873, empezaron todos á regir.
La Constitución, por un radicalismo extremo, ha lle- La comisión del Código civil adoptó como modelo, en
gado á declarar que no es ninguna insurrección ni
delito nuestra opinión con notable acierto, el Código civil italiano.
rebelión contra las autoridades, por legítimas que sean pe-
;
Este Código redactado en 1864, por los más ilustres juris-
ro las leyes más discretas, aunque inconstitucionales, con- consultos de aquella gran patria del derecho civil, era el
tienen una doctrina más justa social. mejor de la época y quizá lo es aún es el Código inmor-
y :

Destruida como ya hemos dicho gran parte de la obr¿i tal de Napoleón, sabiamente mejorado. Los codificadores de
de la codificación por el decreto de agosto de 1863, era 1873, jurisconsultos notables como eran, sabían muy bien
necesario completarla otra vez. El Congreso de 1867 comenzó que en esas materias no se improvisa, y no por la vana
L obra sancionando un nuevo Código civil que comenzó ostentación de [)arecer originales, iban á comprometer la le-
á rejir desde el 28 de octubre de ese mismo año. Este Có- gislación nacional. Al proceder así, á las ventajas de poseer
digo estaba modelado sobre el Proyecto español de Go- una legislación buena, se unía la de unificarla en gran
yena. Fue redactado por encargo del Congreso por los .señores parte con la de naciones poderosas, lo que debía contribuir
doctores Julián Viso, Angel Fermín Ramírez á nuestras más fáciles relaciones civiles y comerciales con
y Diego Bau-
tista Barrio.s, ellas y la mayor aún de poseer desde luego todo el tesoro
y á pesar de la timidez de sus autores para
consagrar reformas para las que el país estaba preparado de su doctrina jurídica y de su sabia jurisprudencia, j)ara
y se hacían necesarias, fija una nueva era en la historia de interpretar las leyes que íbamos á darnos.
nue.stro desenvolvimiento jurídico, pues con él entramos al No cojúaron sin embargo nuestros codificadores servil-

23
CLXXIV CODIGOS Y LEYES

mente Código italiano, j)ues se separaron en no pocos pun-


el tores Aranda y Reyes, á cjuienes .se encargó que recapitu-
tos ya para amoldarlo á nuestras costumbres ó para
de él, laran los trabajos para que formasen un compendio ú
hacerle aquellas reformas que juzgaron lo mejoraban. Así opúsculo que se publicase, y los doctores Ramón G. Ro-
por ejemplo, en el contrato de matrimonio, el Código ita- dríguez, Pedro Rafael Peraza y Mariano de Briceño.
liano tiene establecido como regla el régimen de la se])a- Sin embargo en los Códigos ([ue posteriormente se ha-
ración de bienes y la administración por la esposa de sus bían promulgado, dejóse el matrimonio reglamentado
y va-
bienes ])ro]»ios;en el nuestro, la regla es la comunidad. lidado por la iglesia, á pesar de que escritores distinguidos
más conforme con nuestras ideas y carácter en la orga-
;
repetidas veces sostuvieron el principio de la plenitud de
nización de la herencia, el cónyuge sobreviviente sólo tiene la facultad del poder civil para organizar la fainilia y
por el derecho italiano el usufructo de una porción autorizar la celebración del matrimonio, (¡ue es su ba.se.
á la de un hijo en nues- ; No fueron las leyes
tro derecho tiene la pro- sobre matrimonio civil y
piedad de esta misma j)ar- registros civiles, promul-
te en el derecho italiano
; gadas junto con el Códi-
los hijos naturales concu- go civil, pues las decretó
rren con los legítimos á el general Guzmán Blanco
la herencia ;
en el nuestro el 19 de enero de 1873,
nó ;
en el Código italiano, incor|)orándolas luego en
el título preliminar con- el Código civil de e.se
tiene varias disposiciones año; })i‘ovino esto princi-
determinando las reglas palmente de que la comi-
que deben regir (d dere- sión codificadora no estu-
cho internacional privado ; vo de acuerdo con el ge-
el nuestro, e.stimando con neral Guzmán Blanco, con
razón que en esta materia el título “De l(is Espon-
la ciencia no bahía fijado que establecía un
.sales ”
suficientemente los princi- matrimonio por mini.sterio
pios, no adoptó esos artícu- de la ley en favor de la
los, y el tiempo ha dado mujer dándole acción ci-
la razón á los codificado- vil para ello en los casos
res de 1873, pues la doc- de seducción, y creando
trina más moderna no en su favor cuando era
acepta todas las declara- hone.sta, una }>resunción
ciones italianas. El título jnris et de jvre de que
sobre cesión de bienes, gran había sido seducida con
parte del i’eferente á la promesa de matrimonio.
adopción y multitud de Esta ley injusta y ve-
artículos diversos, son ori- jatoria, que sin reparar el
ginales de los codificado- mal que tiende á corregir,
res venezolanos, ó antiguas es al contrario fuente de
leyes de la República in- otros mayores, y contraria
cluidas en el texto, como ])or demás á los sanos
por ejemplo el artículo principios del derecho y ;

1525 y siguientes sobre con- la disposición que fija las


tratos verbales por arren- reglas para el remate de
damiento de casas, que .son los bienes del deudor, es-
la ley de abril de 1840, pecialmente en la parte
sobre esa materia. que se refiere á la manera
Al hacer estas indica- de hacer los expertos la
ciones es sólo con el obje- estimación de ellos, son
to de anotar el criterio in- en nuestro concepto gra-
dependiente de nuestros ves lunares del Código ci-
codificadores, de ninguna vil de 1873, que aunque
manera entrar en un aná- MANUEL CADENAS DELGADO en 1880 fue reformado, no
lisis crítico del Código ci- lo fue en punto tan sus-,
vil, que sería obra dema- tancial y ho}" nos rige.
siado vasta para la naturaleza de e.ste trabajo. El Código de comercio de 1873, es el mismo Código de
Entre las reformas que el Código civil vino á estable- comercio de 1863 ó de la dictadura, notablemente mejora-
cer, deben notarse ])or su gran trascendencia social, el es-
. do y ampliado, de acuerdo con los progresos de la doc-
tablecimiento del matrimonio civil y la creación de los re- trina jurídica.
gistros civiles. Ambas habían sido reclamadas desde tiempo El Código de procedimiento civil, es como ya hemos
atrás aunque n fluctuosamente, como lo hemos visto para
i dicho, el Código de Aranda de 1836, con las reformas que
los registros civiles. luégo se le hicieron y teniendo en cuenta el ¡proyecto de
Rara conocer cuál era el sentimiento de las personas Código de procedimiento civil de 1862, de Sanojo.
ilustradas en la materia del matrimonio civil, basta saber El Código penal está basado sobre el de España, y es
que en 1842, la Academia de Jurisprudencia de Caracas, en consecuencia en su conjunto el mismo de 1862, de
que era una asociación de abogados, discutió las sisfuien- y^iso. Y el de procedimiento criminal tuvo su origen en la
tes tesis :

“ 17 Si la autoridad civil ba tenido y ejercido ley única, título XII, del Código de ])rocedimiento judicial
siempre la facultad de arreglar los matrimonios.”- 29 Si de Aranda, incorporado á él en el Senado á petición del
las doctrinas eclesiásticas, especialmente las del Concilio de señor IVIariano de Briceño, con el título de ((Del juicio cri-
:

Trento, han estorbado á la autoridad civil el ejercicio de minal en tanto se establece el Jurado.)) Esta ley considera-
dicha facultad.” “39 Si conviene á Venezuela establecer el Idemento ampliada ha venido al fin á formar un Código,
matrimonio civil.” Y la corporación casi por unanimidad pero ni el jurado se ha establecido, ni hay esperanza por
sostuvo la afirmativa de la 19 v 39 tesis v la de ahora de verlo formar parte de nuestra legislación sin ;

la 29 Entre los miembros presentes se hallaban los doc- de que no hay pueblo civilizado que no lo acep-
;

POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXV


te. Ambos, el de procedimiento civil y el penal, son brado ya una numerosa comisión de su seno, para que se
por demás imperfectos, debido esto, no á los autores de ocupe del estudio de la materia penal.
ellos en 1S73, sino á las disposiciones constitucionales que, Los Congresos de estos últimos años, han nombrado
fundadas en un mal entendido liberalismo, hacen imposi- con frecuencia comisiones legislativas, para revisar nue.stros
ble toda legislación penal. Por demás absurdo es, y con- Códigos y leyes pero como e.sas comisiones nada han he-
trario á lo que
; _
se reconoce y acej)ta en los pueblos más cho de importancia, y en general ni aún han estado cons-
cultos, establecer lo que hizo la Constitución de 1858
y ha con- tituidas de manera propia para acometer empresa tan im-
tinuado después, que nadie puede ser obligado á sufrir in- portante, no creemos que se debe hacer mención de éllas.
terrogatorio en causa criminal contra sí mismo. Nuestras
Constituciones anteriores tenían esa disposición,, pero sólo para
prohibir que se hiciera el interrogatorio, con juramento. El De la reseña histórica que acabamos de hacer, se evi-
artículo constitucional da por resultado, en la mayor parte de dencia que á pesar de nuestra angustiosa existencia polí-
los casos, la burla de la justicia y el escarnio de la socie- tica y con.stantes conmociones
y disturbios, se ha trabajado
dad. Enhorabuena que se condene como bárbaro é in- con fruto por dar al país una legislación, apropiada á sus
quisitorial cualquiera clase de tormento para arrancar una necesidades y tendencias y digna de un pueblo culto. De
confesión ;
enhorabuena que no se exija el juramento al los Congresos ó Gobiernos ha partido en general, como
reo, pero ¿ qué motivo justificado puede haber para que un era forzoso, la iniciativa para el trabajo pei'o mucho de- ;
ciudadano sindicado de ser el autor bemos á esos sabios modestos y pa-
de un delito, tenga el derecho de en- triotas que en todas las épocas
cararse audazmente con el representan-
y cua-
lesquiera que hayan sido las circuns-
te de la justicia y negarse con desdén tancias, han concurrido presurosos á
á responder á sus preguntas? De esta ofrecer los caudales de su inteligencia
manera quedan en la impunidad la
y de sus estudios á la obra común. Ellos
mayor parte de los delitos. Si el en- en la discusión serena del gabinete, al
causado criminalmente es inocente, no hacer prevalecer los principios que la
debe temer el interrogatorio, sino muy razón y la justicia tienen por verda-
al contrario desearlo para que brille su deros, han obtenido triunfos más dura-
inocencia, y si es culpable no hay mo- deros y fecundos que los que reciben
tivo para inducirlo á que calle las :
el bullicio.so aplauso de las multitude.s.
leyes no se dictan para |)roteger y en-
cubrir el delito, sino para ca.stigarlo.
Y
establecer como lo dijo la Coirs- Suprimir el diezmo, prohibir las
titución de 1864 y las posteriores, que vinculaciones, destruir los fueros de
nadie puede ser condenado á una pena clases privilegiadas, extender la mano
mayor de diez años, es destruir toda á una raza atrozmente agraviada para
base seria de penalidad. Es condición colocarla al nivel de los demás hom-
inherente á la pena que ella .sea ]>ro- bres, establecer igual respeto para to-
porcional al delito y si el máximum dos los hogares, cualquiera que sea el
es de diez años, aplicable sólo á los Dios á que en él se rinda culto, por
parricidas ó traidores á la patria, al
elestablecimiento del matrimonio civil
descender en la escala del delito, al ho- desti’uir las tralias que nociones anti-
micidio con alevosía, á la riña, al robo, económicas conservaban á la libre tras-
al hurto, á la e.stafa, al abuso de con-
misión de la jiropiedad ó su u.so, son
fianza, nos encontramos con que al fin
los triunfos que la razón admira
la })ena es ilusoria precisamente })ara
DIEGO BAUTISTA URBANEJA y que
los pueblos tienen que ensalzar; porque
los delitos más frecuentes y si se agre-
; sólo a.sí se sirve eficazmente á la patria
ga que en la aplicación de la pena es
y á la civilización.
necesario fijar un máximum y un mínimum reservando el Bien se ve que mucho hay todavía por hacer para
máximun de
correspondiente al delito en cada caso al que
la completar la codificación emprendida la materia penal
reúna todas las causas agravantes; ;
y
y que luego la ley es- militar necesita una reforma fundamental
y completa; el
tablece la rebaja de una cuarta parte de la pena para el Código de comercio ha envejecido ya, en mucha ¡larte,
reo que olxserve buena conducta, hay que convenir en que _ y
el considerable desarrollo del crédito, los nuevos
el liberalismo de nuestra disposición constitucional, y podero-
es la li- sos medios de comunicación
bertad para el delito y la opresión
y de tra.sporte, las más íntimas
y alarma para la ciuda- y comstantes relaciones internacionale.s, imponen la necesi-
danía honrada. dad de hacerle importantes reformas la legislación toda
Con po.sterioridad á 1873, aunque en 1880 se reformó ;

en fin, exige un concienzudo examen para darle más uni-


el Código civil, el de Procedimiento civil
y el de Procedi dad y armonía. ¡Feliz el país, si de acuerdo con las ideas
miento criminal, y este también en 1884, nada importante que hasta ahora han prevalecido, la nueva comisión legis-
encontramos en esas reformas. ladora se elige de entre los más ilustrados
La ley de 13 de junio de 1876, creó el Recurso de y capaces al ob-
jeto para llegar al fin
Casación, [)ara mantener la unidad de la jurisprudencia na- y felizmente á la meta deseada !

cional,
y ^mm.stras Con.stituciones posteriores han constituido
un Alto Tribunal nacional para conocer de él. Era indi.s- Nuestra bibliografía jurídica es e.scasa, pero no carece
pensable esta imstitución, no sólo por el objeto de su fun- de importancia. Debemos al licenciado Luis Sanojo, ilus-
dación, sino para servir á la mejor administración do ju.s-
trado codificador, un Comentario al Código de procedimiento
ticia en^ el país, no j)ocas veces comprometida })or las pa- judicial (1857); las de derecho civil venezolano
lasfitiicioncs
siones ó intereses lugareño,s. (1873); un Comentario Código de Comercio (1873) y un
al
El Congreso de 1894 honrando al fin la noble profe- Comentario al Código de procedimiento civil (1873), obras todas
sión del derecho, ha dictado una ley de abogados
y ])ro- que ricas de buena doctrina y e.scritas en estilo claro
cuiadores, que ha venido a satisfacer una necesidad urgente. y ele-
gante, ban sido el complemento indispensable á la nueva
Esa ley que tiende al fomento de la probidad
y el honor legislación que recibió el país también fue el doctor Sa-
de aquellos a quienes más directamente está confiada la ;

nojo redactor de El Foro, periódico jurídico de importan-


suerte del derecho, servirá también, lo creemos, muy efi-
cia, donde se dilucidaron muchas cuestiones de derecho pa-
cazmente al más ilu.strado desenvolvimiento de éstos. El trio. El señor doctor Julián Viso, otro de nuestros más
Colegio de Aljogados del Distrito, apenas instalado, ba nom-
laboriosos codificadores, publicó, en unión del señor doc-
CLXXVI CODIGOS Y LEYES

tor Pedro Pablo del Castillo, un Código de j^focedimiento Doctor J. B. Calcaño y Paniza, Caracas, 20 de junio
ilustrado (1851), de mucbo mérito por las notas de jurispru- de 1850.
dencia y de doctrina que forman el trabajo; y es autor el Doctor Tulio Alvarez de Lugo, Caracas, 20 de setiem-
doctor Viso solo, del Indice á los seis primeros tomos de la bre de 1850.
Recopilación de leyes y decretos de Venezuela, que es trabajo Doctor Elias Michelena, Caracas, 12 de diciembre de
de notable erudición é importancia. Del doctor Pedro Pablo 1850.
del Castillo es el Teatro de la Legislación Colombiana y Ve- Doctor Julián Vi.so, Caracas, 7 de agosto de 1851.
nezolana, en forma de diccionario, que todavía se consulta Doctor Ricardo O. Limardo, Caracas, 6 de febrero de
con provecho el doctor Aníbal Dominici ha escrito un buen
;
1852.
Tratado de derecho comercial; el doctor Francisco Ochoa, Doctor Félix F. Quintero, Caracas. 10 de febrero de
ha hecho la Exposición del Código Civil Venezolano, obra de 1852.
gran valer en la que no sólo se enseña cuál es la más Doctor Mariano Herrera, Caracas, 7 de agosto de 1852.
recta y justa interpretación de la ley, sino que se hace con Doctor Juan Rafael Fernández, Caracas, 7 de octubre
frecuencia su examen crítico, con notable criterio jurídico. de 1852.
La Filosofía Penal, del doctor José Gil Fortoul, es un vigo- Doctor José Félix Soto, Caracas, 30 de octubre de
roso alegato en favor de la doctrina determinista y antro- 1852.
pológica que él profesa, y en donde trata con ese su crite- Doctor Fernando Arvelo, Caracas, 24 de mayo de
rio, muchas graves cuestiones sociales él doctor Ramón F.
;
1854.
Feo, otro de nuestros codificadores, tiene escrito un extenso Doctor Vicente Betancourt, Caracas, 1? de diciembre
comentario al Código de procedimiento civil, que tiene toda de 1854.
la importancia que le dan la reconocida competencia de Doctor José Tadeo Monagas, Caracas, 10 de diciembre de
su autor, en este ramo del derecho, pero desgraciada- 1855.
mente no ha ofrecido todavía al público sino algunos ca- Doctor Miguel Zárraga, Caiaca.s, 27 de junio de 1856.
pítulos ]U’eli mi nares, acatando quizá el precepto del escri- Doctor Agustín Istúriz, Caracas, 3 de diciembre de
tor francés que aconseja al abogado en ejercicio, que no sea 1856.
expositor de doctrina. El doctor Pedro Febres Cordero, tiene Doctor Francisco Solano, Caracas, 27 de enero de 1857.
también inédito un comentario al Código civil, del cual Doctor Martín J. Sanavria, Caracas, 5 de mavo de
conocemos el tratado De la Prescripción, bastante extenso. 1857.
Algún otro libro de menor importancia que no recorda- Doctor Manuel María Martínez, Caracas, 7 de agosto
mos y folletos de oj)ortunidad, son la literatura jurídica que de 1857.
poseemos. Doctor Valentín Espinal, Caracas, 24 de diciembre de
1860.
Doctor Pedro Ramos, Caracas, 2 de noviembre de
Despejado está ya con el trabajo de nuestros mayores 1860.
el campo fecundo del derecho, y arrancados de cuajo ár- Doctor Antonio Iriarte, Caracas, 26 de junio de 1862.
boles venenosos que lo cubrían, y con su asfixiante eflu- Doctor Ramón F. Feo, Caracas, 9 de abril de 1863.
vio hacían poco menos que imposible el desarrollo nor- Doctor Jaime R. Sánderson, Caracas, 29 de agosto de
mal de la justicia algunas malezas subsisten, pero todo
; 1863.
anuncia que cualesquiera que sean las aparentes manifes- Doctor Eduardo Calcaño, Caracas, 18 de setiembre de
taciones del momento, se abre una nueva era en que la 1863.
ciencia de lo divino y humano, tendrá al fin el puésto que Doctor Eduardo Carreño, Caracas, 20 de noviembre de
le corresponde. El trabajo de nuestros padres ha sido rudo 1863.
y difícil pero la posteridad sabrá hacerles
;
justicia y aca- Doctor Federico Izaguirre, Caracas, 5 de abril de 1864.
tando su noble esfuerzo, continuará la labor. Doctor Alejandro F. Feo, Caracas, 13 de abril de
1864.
Doctor Pedro José Coronado, Caracas, 21 de abril de
1864.
Doctor Miguel María Rodríguez, Caracas, 9 de diciem-
MATRICULA GENERAL bre de 1864.
DE LOS ABOGADOS DE LA REPUBLICA Doctor Pedro Centeno, Caracas, 12 de enero de 1865.
Doctor S. Terrero Atienza, Caracas, 23 de mayo de
1865.
ABOGADOS RESIDENTES EN EL DISTRITO FEDERAL Doctor José Luis Uzcanga, Caracas, 16 de mavo de
1865.
( DOCTORES EN CIENCIAS POLITICAS )
Doctor Nicolás Delgado, Caracas, 26 de mayo de 1865.
Doctor José María Ruiz, Caracas, 10 de enero de
1866.
Doctor Miguel Umérez, Caracas, 5 de octubre de 1837. Doctor Teófilo Rodríguez, Caracas, 7 de enero de 1867.
Doctor F. López Méndez, Caracas, 17 de noviembre Doctor Mariano Diez, Caracas, 29 de abril de 1869.
<ie 1842. Doctor Eduardo Gárate, Caracas, 5 de junio de 1869.
Doctor Nicolás Toledo, Caracas, 17 de noviembre de 1842. Doctor Cristóbal L. Mendoza, Caracas, 17 de junio de
Doctor Rafael Martínez, Caracas, 23 de octubre de 1843. 1869.
Doctor Diego Luis Troconis G., Caracas, 14 de marzo Doctor Felipe Aguerrevere, Caracas, 18 de junio de
de 1844. 1869.
Doctor Nicanor Borges, Caracas, 15 de marzo de 1844. Doctor Carlos Urrutia, Caracas, 29 de diciembre de
Doctor Felipe Machado, Caracas, 10 de diciembre de 1845. 1870.
Doctor Juan de Dios Méndez, Caracas, 8 de octubre Doctor Manuel María Urbaneja, Caracas, 10 de octubre
de 1846. de 1873.
Doctor Lorenzo Tamayo, Caracas, 10 de mayo de 1847. Doctor Fulgencio María Carias, Caracas, 18 de julio 1874.
Doctor Ensebio Baptista, Caracas, 29 de setiembre de 1848. Doctor Miguel G. Arroyo, Caracas, 9 de setiembre
Doctor Pablo Acosta, Caracas, 23 de abril de 1849. de 1874.
Doctor Tito Alfaro, Caracas, 12 de junio de 1849. Doctor D. Casañas Burguillos, Caracas, 12 de setiem-
Doctor Lucio Pulido, Caracas, 4 de mayo de 1850. bre de 1874.
Doctor M. Cadenas Delgado, Caracas, 12 de junio de Doctor Juan Francisco Castillo, Caracas, 23 de enero
1850. de 1875.
POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXVII

Doctor Federico Urbano, Caracas, 9 de agosto de 1875. Doctor Rogerio Alyarado, Caracas, 5 de enero de 1894.
Doctor Eduardo Ezpelosín, Caracas, 21 de diciembre Doctor Juan José Herrera Toro, Caracas, 9 de marzo
de 1875. de 1894.
Doctor Francisco M. Villarroel, Caracas, 23 de diciembre Doctor Rafael Cabrera Malo, Caracas, 28 de julio

de 1876. de 1894.
Doctor Eduardo Basalo, Caracas, 14 de setiembre de 1878. Doctor Manuel María Galayís, Caracas, 28 de julio
Doctor Ignacio Páez Fumar, Caracas, 10 de octubre de 1894.
de 1878. Doctor Martín F. Feo, Caracas, 28 de julio de 1894.
Doctor Julio González Pacheco, Caracas, 2 de diciembre Doctor José Vicente Iribarren, Caracas, 28 de julio
de 1879. de 1894.
Doctor Andrés A. Albor E., Caracas, 9 de octubre Doctor Agustín Carrillo, Caraca.s, 30 de julio de 1894.

de 1880. Doctor Rafael Fernando Seijas, Caracas, 4 de agosto


Doctor Manuel C. Urbaneja, Caracas, 16 de marzo de 1894.
Doctor Luis Pío Herrera, Caracas, 18 de setiembre
de 1881.
Doctor Domingo Alas, Caracas, 7 de febrero de 1882. de 1894.
Doctor Nicomedes Zuloaga, Caracas, 9 de diciembre Doctor Angel Rada, Caracas, 18 de setiembre de 1894.
Doctor A. Briceño Martín, Caracas, 21 de setiembre
de 1883.
Doctor Claudio Bruzual Serra, Caracas, 22 de mayo de 1894.
Doctor Trino Celis Ríos, Caracas, 21 de setiembre
de 1884.
Doctor Tesalio C. Delgado, Caracas, 14 de agosto de 1884. de 1894.
Doctor Emilio Horacio Velutini, Caracas, 27 de setiem- Doctor Arístides Tello, Caracas, 25 de .setiembre de 1894.
bre de 1884. Doctor Víctor Manuel Mago, Caracas, 12 de octubre
Doctor Francisco de P. Reyes, Caracas, 22 de octubre de 1894.
de 1881. Doctor Félix F. Quintero, Caracas, 27 de octubre de 1894.
Doctor Aníbal Dominici, Caraca.s, 7 de febrero de 1885. Doctor Teodardo González, Caracas, 18 de diciembre
Doctor Juan R. Fernández, hijo, Caracas, 26 de marzo de 1894.
de 1885. Doctor F. C. Herrera Vegas, Caracas, 29 de diciembre
Doctor Germán Jiménez, Caracas, 5 de diciembre de 1894.
de 1885. Doctor Juan Bautista Blanco, Caracas, 29 de diciembre
Doctor Fernando Figueredo, Caracas, 4 de mayo de 1886. de 1894.
Doctor José Ignacio Arnal, Caracas, 4 de octubre de 1886.
Doctor Alejandro Urbaneja, Caracas, 11 de octubre
de 1886. ABOGADOS EESIDENTES EX EL ESTADO LOS AXDES
Doctor José Tomás Sosa Saa, Caracas, 6 de diciembre
de 1886.
Doctor Ascanio J. Negretti, Caracas, 13 de diciembre Doctor Caracciolo Parra, Mérida, 31 de julio de 1844.
de 1886. Doctor Lope María Tejera, Mérida, 2 de diciembre
Doctor Camilo Negretti, Caracas, 16 de diciembre de de 1851.
1886. Doctor Juan N. Urdaneta, Trujillo, 2 de abril de 1861.
Doctor José M. Tosta García, Caracas, 4 de junio Doctor José de Jesús Dáyila, Mérida, 1? de abril de 1878.
de 1887. Doctor Abel Santos, Mérida, 5 de abril de 1889.
Doctor Adolfo Tamayo León, Caracas, 12 de noyiembre Doctor Ignacio Carrillo, Trujillo, 17 de marzo de 1890.
de 1887. Doctor Foción Febres Cordero, Mérida, 26 de setiembre
Doctor A. Riera Aguinagalde, Caracas, 10 de enero de 1894.
de 1888. Doctor Pedro de J. Godoy, Mérida, 26 de setiembre
Doctor Dayid Villasmil, Caracas, 4 de febrero de 1889. de 1894.
Doctor L. Báez Elizondo, Caracas, 20 de marzo de 1890. Doctor Angel María Godoy, Mérida, 27 de setiembre
Doctor Juan de D. Méndez, hijo, Caracas, 15 de julio de 1894.
de 1890. Doctor Víctor Manuel Ramírez, Mérida, 28 de setiem-
Doctor Carlos F. Grisanti, Caracas, 3 de octubre de 1890. bre de 1894.
Doctor Francisco de P. Quintero, Caracas, 26 de enero Doctor Gonzalo Bernal, Mérida, 28 de setiembre
de 1890. de 1894.
Doctor Rómulo Espino, Caracas, 9 de marzo de 1891. Doctor M. González Moreno, Mérida, 1? de octubre
Doctor Jesús María Goya Argote, Caracas, 23 de setiembre de 1894.
de 1891. Doctor Jesús Uzcátegui U., Mérida, 19 de octubre
Doctor F. Cadenas Delgado, Caracas, 25 de setiembre de 1894.
de 1891. Doctor Rafael A. Uzcátegui, Mérida, 19 de octubre
Doctor Emilio Sosa Báez, Caracas, 7 de octubre de 1891. de 1894.
Doctor Carlos León, Caracas, 18 de noyiembre de 1891. Doctor Salyador de I. Riyas, Mérida, 3 de octubre
Doctor P. V. López Fontainés, Caracas, 18 de diciem- de 1894.
bre de 1891. Doctor Antonio J. Silya, Mérida, 5 de octubre de 1894.
Doctor Jesús María Báez, Caracas, 28 de diciembre Doctor Gabriel Briceño, Mérida, 16 de octubre de 1894.
de 1891. Doctor Florencio M, Carrillo, Mérida, 16 de octubre
Doctor Manuel A. Ponce C., Caracas, 14 de mayo de 1894.
de 1892. Doctor Santiago Briceño, San Cristóbal, 17 de octubre
Doctor José Loreto Arismendi, Caracas, 19 de noyiem- de 1894.
bre de 1892. Doctor Juan B. Chayes, (No consta).
Doctor José Miguel Oliyeros, Caracas, 24 de noyiembre
de 1892.
Doctor Ezequiel Jelambi, hijo, Caracas, 10 de febrero ABOGADOS RESIDENTES EX EL ESTADO BERMUDEZ
de 1893.
Doctor Crispín Yepes, hijo, Caracas, 9 de octubre
de 1893. Doctor Narciso Fragachán, Aragua, 21 de julio de 1841.
Doctor Juan Bauti.sta Pérez, Caracas, 30 de diciembre Doctor J. A. Pérez Mena, Barcelona, 5 de octubre de
•de 1893. 1891.
CLXXVIII CODIGOS Y LEYES

Doctor F. A. Guzmán Alíaro, Barcelona, 6 de diciem- Doctor Aureliano Villalobos, Valencia, 16 de abril de 1863.
bre de 1893. Doctor Pedro J. Tortolero, Valencia, 18 de abril de 1863.
Doctor Julián T. Maza, Barcelona, 7 de agosto de 1894. Doctor Pablo J. Arocha, Valencia, 17 de diciembre
Doctor Mariano D’Aubeterre, Barcelona, 8 de agosto de 1864.
de 1894. Doctor Miguel Salazar, Valencia, 20 de enero de 1877.
Doctor Pedro Ledezma, Barcelona, 14 de agosto de 1894. Doctor Trinidad S. Lavado, ALalencia, 23 de setiembre
Doctor Lorenzo Adrián Arreaza, Barcelona, 17 de setiem- de 1883.
bre de 1894. Doctor E. Enrique Tejera, Valencia, 23 de enero de
Doctor Severiano Hernández, Barcelona, 17 de setiembre 1886.
de 1894. Doctor Manuel N. Barrios, Valencia, 23 de enero de 1886.
Doctor Pedro M. Reyes, Aragua, 17 de noviembre Doctor Andrés O. Jiménez, Valencia, 28 de enero de 1886.
de 1894. Doctor Julián Mendoza, Distrito Miranda, 18 de mayo
Doctor Andrés A. Arreaza, Aragua, 17 de setiembre de 1888.
de 1894. Doctor Víctor Alvarado E., Valencia, 12 de octubre
Doctor Celestino Terrera, Barcelona, 17 de setiembre de 1891.
de 1894. Doctor Luis Pérez Carreño, Valencia, 12 de octubre
Doctor José Bernardo Gómez, Barcelona, 17 de setiem- de 1891.
bre de 1894.
Doctor Francisco M. Ledezma, Bai-celona, 22 de setiem-
bre de 1894. ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO 7/ALCÓN
Doctor Antonio M. Ledezma, Barcelona, 12 de octubre
de 1894.
Doctor Andrés Alfonzo, Porlamar, 17 de octubre de 1894. Doctor Rafael Monserrate, Coro, mayo de 1888.
Doctor Ramón Penzini, Aragua, 16 de noviembre Doctor Pedro Hermoso Tellería, Coro, 5 de octubre de
de 1894. 1889.
Doctor A. Ledezma Alvarenga, Aragua, 29 de noviem- Doctor Hilarión Núñez, Coro, 29 de julio de 1889.
bre de 1894.

ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO DARA


AGOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO BOLIVAR
Doctor Agu.stín Agüero, (No consta), Barquisimeto.
Doctor José Gervasio Rodríguez, Ciudad Bolívar, 1? de Doctor Federico Yepes, (No consta), Barquisimeto.
febrero de 1858. Doctor Benjamín Antich, (No consta), Barquisimeto.
Doctor Heraclio Ortiz, Ciudad Bolívar, 4 de diciembre Doctor Juan M. Alamo Dávila, Barquisimeto, 30 de di-
de 1862. ciembre de 1891.
Doctor Brígido Natera, Ciudad Bolívar, 30 de abril Doctor Luis María Castillo, Barquisimeto, 1? de noviem-
de 1864. bre de 1894.
Doctor W. Monserrate H., Ciudad Bolívar 16 de mayo Doctor Félix Lander, Barquisimeto, 1? de noviembre
de 1888. de 1894.
Doctor Luis A. Natera Ricci, Ciudad Bolívar, 19 de mayo Doctor Tomás Barradas, Barquisimeto, 1? de noviem-
de 1888. bre de 1894.
Doctor Antonio García Romero, Ciudad Bolívar, 14 de Doctor Ramón Montesinos, Barquisimeto, 1? de noviem-
agosto de 1888. bre de 1894.
Doctor Andrés Avelino Bello, Ciudad Bolívar, 29 de Doctor Hipólito Lucena M., Tocuyo, 1? de noviembre
octubre de 1894. de 1894.
Doctor Lino Level Duarte G., Ciudad Bolívar, 29 de Doctor Ananías Cote, Barquisimeto, 1? de noviembre
octubre de 1894. de 1894.
Doctor Luis Alcalá Sucre, Ciudad Bolívar, 5 de no- Doctor Juan P. Colmenares, Barquisimeto, 17 de no-
viembre de 1894. viembre de 1894.
Doctor Antonio María Delgado, Ciudad Bolívar, 8 de Doctor Telésforo Montero, Barquisimeto, 22 de noviem-
noviembre de 1894. bre de 1894.
Doctor Eliodoro Pineda, Barquisimeto, 29 de noviem-
bre de 1894.
ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO CARABOBO Doctor Carlos María Castillo, Barquisimeto, 29 de no-
viembre de 1894.
Doctor Antonio Alamo, Barquisimeto, 29 de noviembre
Doctor José J. Hernández, Puerto Cabello, 26 de ago.sto de 1894.
de 1846. .
Doctor Francisco Seijas, Barquisimeto, 29 de noviembre
Doctor José Antonio Montiel, Valencia, 25 de junio de 1894.
de 1847. Doctor Daniel Mijares, Barquisimeto, 7 de agosto de 1882.
Doctor Canuto García, Puerto Cabello, 25 de junio Doctor Agustín Rodríguez T., Barquisimeto, 26 de setiem-
de 1847. bre de 1894.
Doctor Víctor Alvarado, Valencia, 16 de marzo de 1850. Doctor Juan Bautista Bance, (No consta), Barquisimeto.
Doctor Ramón Sandoval, Valencia, 12 de marzo de 1850. Doctor José M. Hernández, (No consta), Barquisimeto.
Doctor Rafael González D., I^uerto Cabello, 12 de se- Doctor Eleodoro R. Salazar, Barquisimeto, 2 de agosto
tiembre de 1853. de 1894.
Doctor JYrnando G. Meza, Puerto Cabello, 28 de se-
tiembre de 1857.
Doctor Francisco E. Caballero, Valencia, 16 de abril ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO MIRANDA
de 1863.
Doctor Miguel Sagai-zazu, Puerto Cabello, 16 de abril
de 1803. Doctor V. A. Betancourt A., Villa de Cura, 14 de agosto
Doctor Alejo Machado, Puerto Cabello, 16 de abril de 1891.
de 1863. Doctor Lucio H. Siso, (No consta). Villa de Cura.
POR EL DOCTOR NICOMEDES ZULOAGA CLXXLX

Doctor Manuel L. Hurtado, Villa de Cura, IG de julio Doctor Jorge Valbuena, Maracaibo, 5 de .setiembre de 1894.
de 18G5, Doctor Fermín Orosco Suárez, Maracaibo, G do octubre
Doctor Juveual Anzola, Villa de Cura, 10 de noviembre de 1894.
de 1887. Doctor Pedro Luengo, Maracaibo, 15 de octubre de 1894.
Doctor Félix Montes, Villa de Cura, 0 de diciembre Doctor Antonio Pncbi Fonseca, Maracaibo, 17 de octubre
de 189 . de 1894.
Doctor Miguel V. Uuda, Ciudad de Cura, 0 de diciem-
bre de 1801.
Doctor Antonio María Díaz, La Guaira, 31 de diciem- ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO ZAMORA
bre de 1890.

Doctor J. María González Tovar, San Carlos, año


ABOGADOS RESIDENTES EN EL ESTADO ZULIA de 18G4.
Doctor Trinidad S. Lavado, Guanaro, año de 1883.
Doctor .José del C. Ramírez, Maracaibo, 1? de octubre Doctor Ovidio A. Abren Grado, Guanai’e, IG de enero
de 18G7. de 1882.
Doctor Trinidad Moutiel, Maracaibo, 3 de octubre de 18G7. Doctor Rafael Medina Torres, Guanare, 16 de enero
Doctor Francisco Ochoa, Maracaibo, 30 de diciembre de 1S8G.
de 1873. Doctor Francisco .J. Machado, Guanare, 16 de enero
Doctor Alfredo Rincón, Maracaibo, 10 de setiembre de 188G.
de 1875. Doctor Juan A. Adanes Herrera, Guanare, 16 de enero
Doctor J. M. C. Piuillo, Santa Rita, 21 de .setiembre de 1890.
de 1875. Doctor Víctor Manuel Heredia, Guanare, 16 de enero
Doctor Jo.sé Antonio Chaves, Altagracia, 27 de setiem- de 1891.
bre de 1878.
Doctor Miguel Celis, Maracaibo, 2 de junio de 1879.
Doctor Leopoblo Sánchez, Maracaibo, 17 de setiembre RESUMEN :

de 1880.
Doctor Manuel S. Montero, Maracaibo, 23 de diciembre Abogados residentes en el Di.strito Federal 120
“ “ “
de 1890. “ Estado Los Andes 20
Doctor Pedro Guzmán, Maracaibo, 10 de marzo de 1891. “ “ “ “ “
Bermúdez 17
Bachiller Alberto Rincón, Maracaibo, 2 de marzo “ “ “ “ “ Bolívar 10
de 1894. “ “ “ “ “ Carabobo 2l
Doctor Jaime Luzardo Esteva, Maracaibo, 9 de agosto
“ “ “ “ “
de 1894. Falcón 3
“ “ “ “ “
Doctor Jesús María Luengo, Maracaibo, 11 de ago.sto Lara 16
de 1894. “ “ “ “ Miranda 12
Doctor José Vicente Mato.s, Maracaibo, 14 de agosto “ “ “ “ “ Zulia 2
de 1894. “ “ “ “ “ Zamora 7
Doctor Manuel Valbuena, Maracaibo, 14 de agosto
de 1894.
Doctor Edecio Finol, Maracaibo, 20 de agosto de 1894.
'
Total 247
Doctor Eucario Araujo, Maracaibo, 23 de agosto de 1894.
DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
eii_. idoctoí^ iFEí^isrA.iÑr-DO SEicr^'s

RAFAEL FERNANDO SEIJAS

I ¡yy N vano busqué deferir á otro escritor el encargo de Perú y El Salvador, quedando allí firmado un tratado
hacer la presente revista; pues la benevolencia }' al efecto.
la amistad de mis cofrades quiere que me toque á El mismo día 23 de enero de 1865 se firmaba también
mí presentar á la posteridad el nombre de muchos de los en Lima, el tratado sobre la conservación de la ]iaz entre
hijos más ilustres de Venezuela por sus servicios á la Re- las mismas naciones dichas, allí re|)resentadas. Por el artículo
pública; -lo cual es })ara mí motivo de plácemes, por la honra 19 se obligaban solemnemente las altas partes contratantes
que con ello recibo. Entro, pues, en materia. á no hostilizarse, ni aún por vía de apremio y á no ocurrir
Bolívar es el primer diplómala venezolano en el cam- jamás al empleo de las armas, como medio de terminar sus
])0 de la idea y de los hechos. Su propósito de reunir diferencias, etc. Por el contrario, em])learían exclusivamente
en Panamá un Congreso de las naciones libertadas por los medios pacíficos })ara dirimir todo desacuerdo, sometién-
sus armas, cautivó la atención del universo por la gran- dolo al fallo inapelable de un árbitro, cuando no pudieran
deza del pensamiento, por las altas previsiones que envolvía, transigirlo de otro modo. Más aún se llegó á fijar el pro-
;

{)or la esperanza de días de ventura y de gloria, que su cedimiento que debía seguir el árbitro para desempeñar su
realización preparaba al bienestar del género humano. En papel. Se establecieron también reglas para la guarda de la
hermosos períodos y en frases expresivas, trazó á los pleni- neutralidad entre los países contratantes; y finalmente, se
potenciarios que debían acudir al istmo, las bases de un adoptaron procedimientos claros é inteligibles para llegar á
Código de derecho de gentes, que llevaba en la esencia y tan deseados fines.
en el espíritu el seci'eto principio cjue hace imperecederas Mas, al salir de 1824 para hablar de los progresos de
las ideas, y eternos los progresos fundados en la moral, en la nuestro derecho público en 1865, he salvado un espacio in-
equidad y en la justicia. menso, fecundado por las repetidas tentativas hechas desde
En enero de 1865 recibía solemne refrendación en Lima, entonces para hacer práctico y positivo el pensamiento de
uno de los puntos principales que debió haber resuelto el Bolívar, que fue el primer estadista que introdujo la novedad
Congreso de Panamá, á saber : la unión y la alianza ofensi- del arbitraje en el derecho de gentes. Para llegar á tan tras-
va y defensiva entre A’’enezuela, Colombia, Chile, Ecuador, cendental objeto, se han formado sociedades de paz, de ar-

24
CLXXXIÍ DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

bitramento, grupos socialistas, ligas internacionales, el Instituto moderación, después de fenecidas las hostilidades que asegu-
;

de Derecho Internacional, la Asociación para la codificación rase, sin obstáculo, la navegación


y el comercio, y fijase
y reforma del derecho público universal, etc. fronteras según la equidad. A Wheaton, célebre abogado
Se han adoptado re.soluciones especiales en el congreso y diplómata anglo-americano, le pareció tan buena la obra
de obreros franceses é ingleses, en el escandinavo de la paz, de Bello, que le tomó muchas citas para su Diyesfo del
en los congresos universales promovidos para conservar la derecho de presas marítimas y para su tratado de laUii.storia
tranquilidad general, en las conferencias interparlamentarias, del derecho de gentes en Euroj>a
y en América desde los
y en el Congreso franco-americano de Washington. tiempos mas remotos hasta el tratado de Washington de
Al mismo fin, se han hecho proposiciones en los parla- 1842; y otros. Bello, .según don Carlos Calvo, erudito pu-
mentos de diversos países, encaminadas sencillamente á recomen- blicista bonaerense, fue el precursor de Wheaton. Agrega
dar el arbitraje para el arreglo de las cuestiones ó disputas in- que: Bello fue el primero que .señaló la insuficiencia délos
ternacionales; ya por medio de cláusula compsomisoria en principios expuestos por Vattel
y el primero que intentó
los tratados; ya invitando á los gobiernos á celebrar conve- llenar tan serios vacíos. Bello nació en Caracas en 1780,
nios permanentes de arbitraje. y murió en Santiago en 1873. La patria celebró con algu-
Tanto esta república, como las del sur, del centro
y del nas fiestas su primer centenario y de él hay en nue.stro mi-
;

norte, han ocurrido ya varias ve- nisterio de relaciones exteriores un


ces al arbitramento para zanjar buen retrato al óleo, regalado por
dificultades, según se ve en los ya el señor Francisco de Michelena
numerosos pactos celebrados. y Rojas. A contar de 1829 y años
Lo mismo puede decirse acer- siguientes fue largo tiempo rector
ca de los tratados de unión, liga de la universidad de Santiago. El
y confederación, porque todos es- Código civil chileno es obra suya;
tos paíse.sdel nue\omundo, á ex- los eruditos dijdómatas chilenos,
cepción de los Estados Unidos, han .sido sus discí[)ulos 3’ suyos
;

los han celebrado entre sí, del son los más avanzados textos de
misnn) modo que los de nave- gramática castellana. Bcdlo fue un
gación y comercio. hombre muy erudito, que halló
En todos ellos se ven, como en Chile respetables admiradores,
queda dicho, renovadas de la ma- consideraciones y honore.s. En la
nera más constante, las altas mi- plaza de la Universidad de la ca-
ras que sugirieron al Libertador pital, se ve un busto de mármol
el primer Congreso de Panamá. que le presenta á la posteridad.
Nuestra Constitución vigente En importantes documentos diplo-
y todas las anteriores desde la de mático.s; le he visto citado 3' sus
1864 inclusive, hace obligatoria aptitudes valiosamente apreciadas.
la cláusula del arbitramento en En 18G4 fue nombrado Bello
los tratados que celebre la re])ú- árbitro para decidir una diferencia
blica. entre los Estados Unidos de Amé-
Las grandes potencias recu- rica y la República del Ecuador
rren á él en demanda de armo- 3" en 1SG5, })ara dirimir otra entre
nía, de amistad y de paz. Rin- Colombia y el Perú. No aceptó el
den así digno homenaje á esta último encargo por el mal estado
victoria de razón, á e.sta tem-
la de su salud y su avanzada edad,
planza de nuevas costumbres
las casi nonagenaria.
y á esta j)az de que tanto nece- Antes de cerrar este primer
.sita la raza humana, después de capítulo, deseo hacer mención de
tantos siglos de lucha, de trabajo un notable venezolano, el señor
y de guerra. don Francisco de Michelena 3" Ro-
A la Asamblea que se reu- jas, quien, según documentos que
nió en Panamá don Pedro Gual y don Pedro Bri-
asistieron tengo á la vista, fue enviado por Venezuela á México en J835,
ceño Méndez, por Colombia; Don Antonio Larrazábal y con el carácter de cónsul, para establecer relaciones directas con
Don Pedro Molina, por Guatemala; Don Manuel de Vi- aquella república. Su nombramiento databa de 1833, 3' tenía
daurre y Don Manuel Pérez de Tudela, por el Perú; Don por objeto principal la celebración de un tratado. En tiem-
José Mariano de Michelena y Don José Domínguez, [)or po de Colombia había desempeñado la secretaría de la legación
México. Todos ocupaban puésto culminante en la lucha de de Lima, á cargo ésta del mariscal Antonio José de Sucre. Más
la independencia de las repúblicas centro y sud-americanas y tarde tuvo el carácter de ministro plenipotenciario de Venezuela
todos trabajaban por el progreso y la estabilidad de las nue- en España y en Roma}" del Ecuador en Europa. Le acompaña-
vas ]iacionalidades. Prevalecían entonces las ideas más .sanas, ron como secretarios los señores doctores Carlos Arvelo Echean-
la ambición más noble, el amor á la gloria. día 3' Ramón Alejandro Ramos. Gustaba mucho de viajar 3’ re-
De suerte que si íí'acasó el proyecto de Bolívai’, débese corrió todas las }>artes conocidas del globo. Hizo la exploración
á causas de otro orden, de todos conocidas, que no hay ]>ara del Amazonas, dejando escrita acerca de ella una obra importante.
que mencionar en e.sta lista de presente, que })asamos á los A semejanza del padre Las Casas, fue amigo 3" protector de los
beneméritos de la patria. indios.
¿Ha vencido el arbitramento? ¿No privan ya en los Separada Venezuela de Colombia en 1830, comenzó para
con.sejos internacionales los planes del Libertador? Pues coi'ra- ella la vida autonómica, con las necesidades inherentes al
mos, como los antiguos espartanos á dar gracias á los dioses nuevo estado. Fueron de las primeras el arreglo de la parte
A(juella época inmortal que tuvo tantos estremecimientos, de deuda de Colombia que le tocaba ]>agar: la fijación de
reveses y victorias 3" durante la cual se desplegó actividad límites territoriales; la reglamentación del comercio de tránsito
asombrosa, nunca antes vista ni sentida, tuvo también legisla- y la de estal)lecimiento de reglas j)ara abrir y cultivar rela-
dores, ])oetas V ])ublicistas. A Andrés Bello, le llegó su turno, ciones políticas y mercantiles con las potencias extranjeras.
3' escribió un tratado de derecho de gentes, que [)arocía servir En prime)' término ^Ynezuela hizo suyos los ti-atados de
de modelo para un código internacional que rigiese las relacio- ai'inisticio v de regulai'ización de la gueri-a, celebrados con
nes de los pueblos 3' los mantuvie.se en ])az; que fijase los Esjiaña, en Trujillo, el 2o y 2G de noviembi'e de 1820, debida-
derechos de la guerra i)ara cortar abusos; que reimplantase mente autoi'izados por Ramón Correa, J. Rodríguez de Toi'o,
los princi})ios ele la benevolencia, de la caridad y de la F. González de Linai'es, Antonio José de Sucre, Pedro Bri-
:

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CLXXXIII

ceño Méndez y José Gabriel Pérez, plenipotenciarios espa- menos acoger con algunas reservas los celebrados con In-
ñoles los tres [)riineros y colombianos los tres últimos, apro- glaterra, Países Bajos y Estados Unidos, porque estas ¡poten-
bado por Libertador Presidente.
el El tratado celebrado por cias, interesadas |en conservar las ventajas adquiridas por
Sncre, dice Bolívar, es digno del alma de aquel negociador dichos pactos, podían, llegado el caso, contribuir, si no á
la benignidad, la clemencia, el génio de la beneficencia lo frustrar, por lo menos, á debilitar, los conatos de España por la
dictaron: él será tan eterno como es el más bello monumen- reivindicación de sus perdidas colonias.
to de la piedad aplicada á la guej'ra, él será tan eterno como En junio y agosto de 1835 quedaban canjeadas en Ca-
el nombre del vencedor de Ayacucbo. racas las ratificaciones de la convención celebrada entre Ve-
El de unión, liga y confederación perpetua, celebrado nezuela y la Gran Bretaña, sobre el tratado con Colom-
el 0 de julio de 1822. entre Coloml)ia y el Períi, firmado bia ;
convención firmada en Londres en 29 de octubre de
por Bernardo Monteagudo y Joac|UÍn Mosquera, adicionado 1834 por lord Palmenston y el general Mariano Montilla.
con otro en la misma fecha, aprobado por el vicepresiden- El artícúlo 1? establece que: “Habrá perpetua, firme
te de Colombia. y sincera ami.stad entre la República y puertos de Colom-
El de unión, liga y confederación bia y los dominios y súbditos de S.
perpetua, entre Colombia y Chile, ce- M. el rey del Reino Unido de la Gran
lebrado en 21 de octubre de 1822, fir- Bretaña é Irlanda, sus herederos y su-
mado por Joaquín Mosquei’a y Arbo- cesores.” Se ha pretendido con este ai’-
leda, Joaquín de Echeverría y José An- tículo inicial dar sello de ¡perpetuidad
tonio Rodríguez, aprobado por el vice- á las relaciones comerciales y políticas
presidente de Colombia. existentes entre ambos países. Sin em-
El de amistad y alianza, entre Co- bargo, semejante interpretación queda
lombia y Buenos Aires, celebrado en 8 negada por el artículo 11, que preveo
de mayo de 1823, entre los ])leni[>oten- el caso de interrupción de la correspon-
ciarios Joaquín Mosquera y Bernardino dencia comercial amistosa, ó algún rom-
Rivadavia, aprobado por el vicepresi- pimiento entre los contredantes, y esta-
dente de Colombia. blece, al efecto, los principios del dere-
El de unión, liga y confederación, cho de gentes aplicables á las circuns-
entre Colombia y México, celebrado el tancias. Los tratadistas opinan que:
tres de octubre de 1823, firmado [)or toda cláusula de doble .sentido, debe
Miguel Santamaría y Lúeas Alamán. interpretarse y entenderse de la mane-
Lo ratificó previa a[)robación del Con- i’a más favoi'able
y fácil, y no en el que
greso el vicepresidente de Colombia, en la baria im|>racticable, más onerosa ó
30 de junio de 1824. menos útil. El deseo de que la amistad
El de paz, amistad, navegación y que baya entre dos naciones sea per»
comercio con los Estados Unidos, de S })etua, firme y sincera, es noble, es hu-
de octubre de 1824, celebrado por Pe- mano, es filantrópico pero no se pue-
;

dro Gual, secretario de relaciones ex- de imponer como una obligación in-
teriores de Colombia y Ricardo Clougb definida, ni ¡permanente, ni invariable.
Anderson, júnior. Fue ratificado, con El trato internacional está sujeto, como
el consentimiento del Congreso, en 20 el de los individuos, á mutaciones ne-
de marzo de 1825. cesarias, exigidas por las circunstancias
El de unión, liga y confederación el mutuo interés de los contratan-
y
perpetua, de 15 de marzo de 1825, tes. En 1835 no se conocían los bu-
entre Colombia y las Provincias Unidas de Centro América, ques de vapor, ni el cable eléctrico al través del océano, que
firmado por Pedro Gual y Pedro Molina, y ratificado, pre- tanto han mejorado las relaciones mercantiles y ¡políticas de los
via aprobación del Congreso colombiano, en 12 de abril de 1825. pueblos civilizados. Los gobiernos se hacen muy esforzada-
El vigente entre Colombia y la Gran Bretaña, de amistad, mente lo que se llama guerra de tarifas aduaneras, en vir-
comercio y navegación, de 18 de abril de 1825, firmado })or tud del derecho que cada uno tiene de reglar sus negocios
Pedro Gual y Pedro Briceño Méndez, y John Potter Hamil- comerciales del modo que más le coiavenga, sin intervención
ton y Patrick Campbell, con un artículo adicional, canjeado extraña de ninguna especie. Todos abren ó cierran sus ¡puertos
por el vicepresidente de Colombia, después de ratificado por el al comercio exterior, á voluntad. A ningún comerciante ni
Congreso, en 23 de mayo de 1825. persona ¡particular ó pública, se puede obligar á consumir
La declaratoria de los artículos II y III del tratado y mercancías de procedencia determinada, ni á comerciar pi-eci-
convención entre Colombia y los Estados Unidos, de 30 de samente con tal ó cual nación, ni á embarcarse en bajeles pri-
enero de 1826, autorizada por Francisco de Paula Santander, vilegiados, ni á visitar cierto país.
vicepresidente de Colombia, y José R. Revenga, secretario de En 1839, apercibido el gobierno del error cometido con la
relaciones exteriores de la misma república. célebre creación de dicho tratado, dió instrucciones al doctor
El tratado de amistad, comercio y navegación, entre Co- Alejo Fortique, representante de Venezuela en Londres, ¡para
lombia y los Países Bajos, del? de mayo de 1829, firmado en que buscase repararlo. Era este diplómata hombre sagaz, muy
Londres por los plenipotenciarios J. F. Madrid y A. R. Falck, ¡perito para esta clase de negocios, laborioso
y ordenado, ¡pro-
ratificado por el Libertador Presidente de Colombia, con el fundo en el conocimiento del derecho público, muy patriota
carácter de jefe supremo de la república, en la ciudad de Gua-
y hábil. Hablaba varios idiomas, era insinuante, culto y afec-
yaquil, el 10 de setiembre de 1829
y habiendo sido comu-
;
tuoso; ¡prendas que le granjearon las simpatías del gobierno in-
nicado á Venezuela después de su transformación política, el glés, y le facilitaron el arreglo favorable de los varios asuntos
Congreso expidió un decreto aprobándolo
y lo declaró obli- confiados á su tacto.
gatorio para esta república desde su ratificación. Este acto le- Mencionado el general Mariano Montilla en el ¡párrafo
gislativo fue sancionado por el ejecutivo en 15 de junio dp 1831. anterior, cabe decir de una vez, ¡pues no le volveremos á hallar
Tal es el origen, nacimiento
y fuente del derecho pú- en el curso de esta revista, que fue él el enviado ¡por parte de
blico venezolano. Separada de Colombia, Venezuela ]>ubli- Venezuela á Londres, con el fin de renovar el tratado de
caba su mayoridad, extendía á todas partes los brazos que se habla. Era e.ste plenipotenciario cabal cortesaiup.
y hacía
suyos los pactos que parcialmente la habían ligado antes, Por fortuna, el tratado antedicbcp .será sustituido con
corno ]>arte integrante de aquella, con otras naciones extran- otro ipuevo (¡ue será el preliminar de la i’eanudacióu de las
jeras. El aceptar los tratados vigentes con las repúblicas relaciones di¡plomáticas, alupra interrunqpidas, con la Gran
hermanas, era lógico, era necesario, era previsor, porque en Bretaña. De tal concierto pende la nueva amistad. Con la
ello le iba la conservación de la independencia. No lo era nueva Colombia se reenqplazó con (Ptro tenqporal desde 1866.
CLXXXIV DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE \^ENEZUELA

Durante su pei'manencia eii Inglaterra aprovechó el solicitaron con calor. En la resolución de 23 de junio de 1830,
general Montilla la oportunidad para iniciar el tratado de el Congreso decía :

])az y amistad con España, en conferencias con el marqués “ Muchas sesiones ha ocupado la discusión
de esta im-
de Mii'aliores, representante de ésta, á cuyas buenas dis- portante y grave materia, en que se han visto siempre los
posiciones debió la satisfacción de que llegasen al gabinete sentimientos de amistad, fraternidad y simpatía de que están
de Madrid sus notas diplomáticas animados cada uno de los miem-
sobre tan interesante objeto. bros del cuerpo, combatidos por los
En 1835 el Congreso aprobaba dictados de la justicia y del deber
el tratado de la Gran Bretaña con nacional: en ninguna ocasión ha
Colombia, que Venezuela hacía su- parecido más contrariado el hom-
yo y en 183b negaba su consen-
;
bre público con el hombre privado,
timiento y aprobación al tratado so- ó el delrer por los afectos. Todos
bre extinción del tráfico de esclavos, se han convencido y confiesan la
firmado en (laracas el 19 de mayo grande utilidad que resultaría á
de 1837, por falta de medios para nuestro Estado de tan o[)ortuna
cumplirlo. Lástima que no hubiese agregación mayor conjunto de lu-
:

aj)licado el mismo criterio al otro !


ces en el Congreso, más fuerzas,
más recursos ofrecidos voluntaria-
II mente por una provincia entera,
excitada al movimiento por j)rinci-
Los ciudadanos que con su va- pios identificados con los de Vene-
lor,su prestigio y su patriotismo ha- zuela y dispuesta á sostenerlos á
bían logrado la independencia de costa de sus propiedades y de su
estos países, fueron los mismos (|ue sangre.
después de la victoria y la disolu- “ El Congreso, que ha tenido
ción de Colombia, trabajaron por presentes las ventajas y conven'en-
dotar á la patria de una Constitu- cias de la agregación, ha conside-
ción que tuviese en sus capítulos rado ¡)or otra parte con madurez
los mismos sanos principios que ha- los deberes y derechos que deben
bían aprendido durante la guerra, guardarse y exigirse las naciones
con las lecciones de la experiencia. entre sí. Casanare nunca ha per-
Había durado tanto la lucha, que tenecido á Venezuela si ocupáse-:

los guerreros necesitaban descanso mos aquella provincia con nuestras


y sosiego asegurados por una paz fuerzas por vía de protección, ha-
estable, firme, sólida, que les ga- méndez
lópez ríamos un acto hostil, sin haber de-
rantizase la tranquilidad y bienes- clarado la guerra, ó ¡irovocaríamos
tar que tanto habían menester, des- con ello á la Nueva Granada, cu-
})ués de tan largas fatigas. Acostumbrados á la austeridad yas medidas actuales no parece que tienen otro objeto que
de aquellos, temerosos tiempos, se sentían dominados por la conservar la paz. La Nueva Granada no vería con indife-
influencia de todas las virtudes patrióticas y las nobles as- rencia debilitar su sér moi’al, ni desmembrar sus fuerzas
piraciones que sirven de fundamento á y resistiría el agravio cuando no pudie-
la justicia de un gran pueblo. Eran, por se vengarlo. Si se resolvía á este últi-
consiguiente, capaces de fundar la estabi- mo extremo, comprometeríamos la suerte
lidad pública con una útil y bien medi- de la nación, la sangre y propiedades
tada Constitución, que reflejase grande- venezolanas en una guerra sin provoca-
mente los principios que en los Estados ción y lo que es peor, sin justicia. La
Unidos del Norte consolidaban la ])az y Nueva Granada, por venganza, ¡>odría
hacían de aquel país el baluarte de la sustiaer de nuestro territorio, por medios
libertad, de la unión y de la fuerza. aparentemente iguales, alguna ¡>rovincia
Por fruto de estos empeños, dióse la Cons- que reemplazase su ¡)érdida y nosotros
titución de 1830. Por imperfecto que sea no ¡(odríamos reclamar actos justificados
este Código de nuestras libertades, de- por nuestra ¡)ro]iia conducta. Tenemos,
cía la alocución del Congreso constitu- además, que arreglar con ella asuntos
yente (le Venezuela, á los pueblos sus generales y que entrar en negociaciones
comitentes, él enciei’ra cuanto pueda con- sobremanera interesantes á la dicha, tran-
tribuir á afianzar nuestra tranquilidad quilidad y honor de los venezolanos, cu-
y bienestar. Proteje la libertad dentro del yos bienes se dificultarían faltando la
círculo de la justicia y ])one límites al buena fe y franqueza entre las ¡>artes
poder para que no la oprima; ¡aero le contratantes estas bases desaparecerán
:

da majestad y fuerza ¡)ara rechazar sus desde que alguna de ellas esté animada
abusos con un brazo forcejea contra la
;
por la secreta influencia de algún agra-
opresión, con el otro contra la licencia, vio.”
manteniendo ileso en el medio el bien El Congreso venezolano no aceptó
del Estado. la agregación de la provincia de Casa-
El ilustre literato é historiador Ra- francisco a. zea nare y los fundamentos de su resolución
fael M. Baralt, dijo de la Constitución que quedan copiados, son la mejor prue-
de 1830, que fue el triunfo más esplén- ba del patriotismo, de la ¡irobidad y de
dido do la razón ¡lública, que contiene cuanto ¡Hiede bastar la justicia de aquellos ciudadanos.
á la felicidad del ¡lueblo y que res¡ilandece en ella el pa-
triotismo y la ciencia de los más ilustres hijos de Venezuela. III
Esa Constitución (¡uedó luego solemnemente ratificada en
la práctica ¡>or un acto que honra tanto al Congreso cons- El 11 de marzo de 1833, celebró Venezuela con Francia
tituyente de Venezuela, como á los di¡)utados Soublette, Var- un tratado de amistad, comercio y navegación. El principal
gas y Narvarte, que combatieron la anexión á esta Re¡)ública objeto que buscó en él la república, fue el reconocimiento
(le la ¡irovincia granadina de Casanare, que sus habitantes de su independencia y consta a¡ienas de cuatro artículos. Lo
:

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CLXXXY

firmaron señores José E. Gallegos y Agustín Machélin y


los aplicación de las leyes extranjeras relativas al estado y ca-
canjearon en Caracas el 3 de enero de 1834.
las ratificaciones se j)acidad de las personas en los casos autorizados por el de-
Con Nueva Granada se trató de la división de la deuda recho internacional privado.
de Colombia el 23 de diciembre de 1834, reconociéndo.se los Por el 182, la extranjera que se casare con un vene-
empréstitos de París y de Hamburgo y obligándose Vene- zalano, adquirirá los derechos civiles propios de los vene-
zuela á pagar })or su pai’te veintiocho y media unidades; zolanos, y los conservará, mientras permanezca casada.
Por venezolana que se ca-
19?, la
y por cuenta del pré.stamo ó suplemen-
el

to hecho por los Pistados Uni-


sin interés sare con se reputará como
un extranjero
dos Mexicanos á Colombia, en Londres, en extranjera respecto de los derechos pro-
1826, £17.655. Por el artículo 26 se e.s- pios de los venezolanos, .siempre que por
ti])ulaba :
el hecho del matrimonio adquiera la na-

Las acreencias de Colombia contra


“ cionalidad del marido, y mientras per-
las Re})úblicas del Perú y Bolivia por los manezca casada.
diferentes auxilios que les prestó en la Por el 232, laley y el contrato pue-
guerra de independencia las acciones y
;
den establecer un domicilio e.special para
derechos de la misma Colombia res[)ecto ciertos ó actos.
efectos
de los de los dos emprésti-
contratistas Cuando domicilio especial se ha
el
tos negociados en París y Hamburgo en fijado por contrato, debe hacerse constar
los años de 1822 y 1824, y cualesquie- por escrito.
ra otras, serán divididas entre las tres Por el 24?, la mujer casada no divor-
Rejuiblicas en las j)roporciones correspon- ciada tiene el mismo domicilio que su
dientes á la base fijada en el artículo 1? marido. Si enviuda, lo conserva, mien-
de esta convención, tan luego como se tras no adquiera otro.
aseguren y liquiden tales créditos, acciones Por el 262, pueden ser demandados
y derechos. La división se hará j)or la co- en Venezuela aun los no domiciliados en
misión de ministros ó por los respectivos ella, por obligaciones contraídas en la Re-
gobiernos.” pública, ó que deban tener ejecución en
Firmada esta convención por los se- á'enezuela.
ñores Santos Micbelena y Lino de i’om- Por el 272, el demandante no domi-
bo, fue aprobada por las tres repúblicas ciliado en Venezuela debe afianzar el pa-
intere.sadas, y las ratificaciones respecti- PEDRO BRICEÑO MENDEZ go de lo que fuere juzgado y sentenciado,
vas canieadas en 7 y 22 de febrero de á no ser que posea en el país bienes en
1838. cantidad suficiente.
Ya en 1833 había el mismo señor Micbelena celebrado Por el artículo 124, el matrimonio celebrado en país ex-
en Bogotá un tratado de amistad, alianza, comercio, nave- tranjero entre venezolanos, ó entre venezolanos y extrange-
gación y límites con Nueva Granada, tratado (jue obtuvo la ros, con las formalidades establecidas por lasle 3 'es del país en
aprobación del Congre.so granadino, pero que que se celebre, ó por las leyes venezolanas,
no fue a})robado por el venezolano, por ha- producirá en Venezuela los mismos efectos ci-
ber hecho é.ste algunas .salvedades sobre las viles que si se hubiera celebrado en territo-
estipulaciones relativas á los límites de am- rio venezolano.
bos ])aíses y otras materias. Por el 125. si el venezolano ó venezola-
Sucesos posteriores han confirmado las na contrae matrimonio en país extranjero,
altas [)revisiones del negociador venezolano y contraviniendo de algún modo á las leyes
venido á demostrar la utilidad que la repú- venezolanas, la contravención producirá en
blica habría derivado de la aprobación de ’\’’enezuela los mismos efectos que si se hubie-
aquel convenio. Era el señor Micbelena ciu- ra cometido en ella.
dadano de gran probidad personal y política, Por el artículo 556 del Código de pro-
patriota á toda prueba y capaz de sostener cedimiento civil, corresponde á la Alta Corte
sus convicciones, ya como particular, ya co- Federal declarar la fuerza ejecutoria de las
mo magistrado, ora como diplómata, ora co- sentencias de las autoridades extranjeras.
mo hombre de gobierno. Por el 557, para que á una sentencia
En materia de derecho internacional pri- dictada por un tribunal extranjero ]>ueda dár-
vado, la práctica venezolana está equiparada .sele fuerza ejecutoria en la República, se re-
con los adelantamientos y progresos moder- quiere :

nos de la ciencia diplomática. F. DE MICHELENA A’ ROJAS 12 Que la sentencia no verse sobre bie-
Así, [)or el artículo 62 de nuestro Có- nes inmuebles situados en Venezuela
digo civil vigente, la autoridad de la ley se 2? Que la sentencia lunui sido pronun-
extiende á todos los habitantes de la República, inclüsos los ciada poruña autoridad judicial competente:
extranjeros. 3? Que haya sido pronunciada, halfiéndose citado regu-
Por el 72, las leyes concernientes al estado y capacidad larmente las partes ;
de las personas obligan á los venezolanos, aunque residan 42 Que la obligación, para cuyo cumplimiento se ha^ui
ó tengan domicilio en país extranjero. procedido, sea lícita en Venezuela, y que la sentencia no
Por el 82, los bienes inmuebles, aunque estén poseídos contenga disposiciones contrarias al orden público ó al de-
por extranjeros, se regirán jror las leyes venezolanas. recho público interior de la República.
Por el 02, la forma extrínseca de los actos entre vivos y Por el artículo 558, para que se declare ejecutoriada la
de última voluntad se rigen por las leyes del país donde se sentencia, es menester que se cite á aquél contra quien
hacen pero los venezolanos podrán seguir las disposiciones
;
ella obre para el décimo día, y que se admita á las j)ar-
de las leyes veiiezolana.s, en cuanto á la misma forma ex- tes á informar de palabra, en audiencia pública, lo que
trínseca cuando el acto sea otorgado ante el empleado com- crean conveniente á la defensa de sus derechos.
petente de la República en el lugar del otorgamiento. La parte que promueve el juicio debe presentar la sen-
En todo caso la ley de Venezuela que haya e.stablecido tencia en forma auténtica.
como necesaria una fórmula especial, deberá ser cumplida. Por el 559, las providencias de los tribunales extran-
Por el 172, los extranjeros gozan en Venezuela de los jeros concernientes al examen de testigos, experticias, jura-
mismos derechos civiles que los venezolanos, con las excep- mentos, interrogatorios y otros actos de mera instrucción
•ciones establecidas ó que se establezcan. Esto no impide la que ha}’an de practicarse en la Re})ública, se ejecutarán con
CLXXXVI DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

el simple decreto del juez Alta Corte Federal, compren-


de primera instancia que ten- de entre éstas la de conocer
ga jurisdicción en el lugar de las causas civiles ó cri-
en que hayan de verificarse minales que se formen á los
tales actos. empleados diplomáticos, en
Por
el artículo 5G0, las los casos permitidos por el
,

disposiciones del artículo an- derecho público de las na-


terior son aplicables á las ciones.
citaciones c|ue se hagan á La de conocer de los
individuos residentes en la juicios civiles, cuando sea
República, para comparecer demandada la nación
y lo
ante autoridades extranjeras determine la ley.
y á las notificaciones de ac- El artículo 141 di.spone
tos procedentes de país ex- que; en los tratados inter-
tranjero. nacionales se ponga la cláu-
Por el 5G1, las dispo- sula de que “ Todas las di-
;

sicionesde este título que- ferencias entre las partes con-


dan subordinadas á las de tratantes se decidirán, sin
los tratados y convenciones apelación á la guerra, [)or
internacionales y á las de las arbitramento de potencia ó
leyes particulai-es. potencias amigas.”
LINO DE CLEMENTE
En cuanto á nue.stro de- El artículo 149 dispone RAFAEL REVENGA
recho público, el artículo 9? (;[ue ningún contrato de in-
;

de la Constitución vigente dice que los extranjeros gozan de terés público celebrado por
el gobierno nacional ó por el
:

todos los derechos civiles de que gozan los nacionales; de los podrá ser tra.spasado, en todo ni en parte,
E.stados,
y
pueden hacer uso de ellos en el fondo, la forma ó proce- á gobierno extranjero. En todo contrato de interés público
dimiento, y en los recursos ó que dén lugar, al)Solutamente se establecerá la cláusula de que “ las dudas
en los mismos términos que dichos nacionales. y controver-
sias que puedan suscitarse sobre .su inteligencia
El artículo 10 dice que; la nación no tiene ni reco- y ejecución,
serán decididas por los tribunales venezolanos
noce á favor de los extranjeros, ningunas otras obligacio- y conforme
á las leyes de la República, sin que puedan tales contra-
nes ó responsabilidades que las c{ue, á favor de los nacio- tos ser, en ningún caso, motivo de reclamaciones interna-
nales, se hallen establecidas en igual ca.so por la Constitu- cionales.”
ción y las leyes. Y el artículo 150 que “ las pre.scripciones del dere-
;

El artículo 11 dice que; el gobierno de Venezuela no cho de gentes hacen parte de la legislación nacional ellas ;

celebrará con otras naciones ninguna especie de tratados, regirán especialmente en los casos de guerra civil. En con-
sin^ que reconozcan los principios establecidos en los dos .secuencia, puede ponerse término á ésta por medio de tra-
artículos anteriore,s. tados entre los beligerantes, quienes deberán aceptar las prác-
Y el 12 que la ley determinará los derechos y debe-
;
ticas de las naciones civilizadas, siendo en todo caso in-
res que correspondan á los extranjeros no domiciliados. violable la garantía de la vida.”
En el título III, que trata de las bases de la unión, Acerca del dei-echo de expulsión de los extranjeros co-
los Estados se obligan ;
piaré lo que be escrito en el [)rimer tomo de las Prácticas
3? A
defender.se contra toda violencia que dañe su in- del Mini.sterio Venezolano de Relaciones Exteriores, á
dependencia ó la integridad de la nación. saber
4? A no enagenar á potencia extranjera parte alguna “ Los dei’echos que }>or la CoiLstitución, leyes y trata-
de su territorio, ni implorar su protección, ni establecer ni dos, gozan los extranjeros en la República, soiZ únicamente
cultivar relaciones políticas con otras iraciones. los civiles, })ues están reservados ó los venezo-
los jiolíticos
59 A no agregarse ni aliarse á otra nación, ni sepa- lanos por nacimiento ó naturalización. Así (¡ue, un extran-
rarse de V^enezuela menoscabando su nacionalidad ni su jero que ejerza cuabjuiei'a de brs últimos, se equiparadlos
territorio. nacionales para todos los efectos de su conducta, quedando
Entre las atribuciones del Congreso se cuenta la 159, á juicio del ejecutivo el aceptarle ipso facto como ciuda-
por la cual le incuml)e aprobar ó negar los tratados dano ó no, por ser uno de los medios de adquirir la na-
y
convenios diplomáticos, los cuales sin el requisito de .su apro- cionalidad del país en que se vive. Pero, como ese derecho
bación no serán válidos, ni podrán ratificarse ni canjearse. político puede ejercerse con fines aviesos, el ejecutivo tiene
Entre las atribuciones del Presidente de la República, el de exi>ul.sar al extranjero que se baile en tal caso y
se^ cuenta la que le faculta, con el voto consultivo del con- evitar que se turbe la paz.
sejo de gobierno, para dirigir las negociaciones diplomá,ti- El artículo 39 del decreto ejecutivo de 14 de febrero
cas y celebrar toda esj)ecie de ti’atados con otras naciones, de 1873, declara á los extranjeros domiciliados sujetos á
por medio de los agentes diplonuíticos de la República, .so- las mismas obligaciones que los venezolanos en sus ¡perso-
_

metiendo dichos tratados al Congreso Nacional para su apro- nas y jiropiedade.s. Los exonera, sin embargo, del servicio
bación ó improbación. militar, de las contribuciones forzosas
y extraordinarias de
La de declarar la guerra, cuando la baya decretado el guerra, en los casos de conmoción interior á mano ar-
Congreso. mada.
La de arrestar ó expulsar á los individuos de la na- El artículo 4? de la misma ley, declara que pierden
ción con quien .se esté en guerra,
y que sean contrarios á su carácter de neutrales, considerámíolos identificados á los
la defensa del país. nacionales para el efecto de soportar los gi'avámenes con-
La de suspendei- las garantías individuales incompati- siguientes al estado de guerra, tanto en sus personas como
bles con ladefensa nacional, excepto la de la vida. en sus pro})ie(lades, los extranjeros que tomen parte en las
La de ex[)edir |)atentes de corso y re})resalias y seña- contiendas domé.sticas de los venezolanos. Patente se ve en
lar las leyes que hayan de seguir.se en los casos de apre- lo (pre queda dicho la diferencia d(' derechos atribuidos á
.samiento. los extranjeros, los cuales están además exce})tuados de al-
El artículo 78 inviste al Presidente de la facultad de gunos deberes imj)uestos á los nacionale.s.
jirohibir la entrada en territorio nacional, ó expulsar de él Abora
Ipien ¿ puede un extranjei'o, por ejemplo, crear
;

a los extranjeros que no tengan su


domicilio en el país, periódicos de cualquier clase (pie sean, para encomiar ó
y (|ue sean^ nobnla mente perjudiciales al orden público. acusar al gobierno existente? Clames (pie no, j)orc]ue ejer-
El artículo 110, (pie trata do las atribuciones de la cería un derecho jiolítico rpic no le pertenece,
y que le está
;

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CLXXXVII


expresamente negado ; y en uno ú otro caso, hay motivo fiscal,de^ cerrar los puertos que se hallan en poder de una
para considerarle como disociador y expulsarle del país. facción é impedir su comercio exterior. Ya no .se disputa
En el ])rimero, si encomia los actos del gobierno, hace este derecho al gobierno, ni .tampoco el de declarar piratas
mal, porque hiere lo.- intereses políticos y sociales creados, los buques insurrectos que cometan actos de hostilidad, bien
i

cuya conservación ó menoscabo incumbe sólo á los nacio- sean estos buques públicos ó privados.
nales, que tienen relaciones y propiedades en la República, Al triunfar la íederación en 1863, se halló con que el
nexos estrechos de familia, amistades que nacieron con la gobierno de la dictadura que acababa de sucumbir, había
razón, y cierta homogeneidad de aspiraciones, .sentimientos celebrado con la Santa Sede un concordato, firmado el 26
é ideas con los comi)atriotas, que no tienen los extranjeros. de julio de 1862. Sometido á la discu.sión de la Asamblea
En el segundo, es decir, si acusa al gobierno, obra mal constituyente, ella re.solvió que se le devolviese al ejecu-
y sus producciones parecen chocantes y di.sociadoras, sobre tivo para que lo coordina.se con la nueva Constitución
y le-
todo porque teniéndosele yes y abriese nuevas ne-
por especulador ó aventu- gociaciones con la silla
2’ero, causa pena ver <á un apostólica antes de volver-
extranjero meterse en asun- lo á someter al Congreso.
tos que no le conciernen, El Ejecutivo resolvió en-
fallar en causa de que no tonces acreditar una lega-
es juez, aplaudir cosas que ción ante el Vaticano, y
no conoce, censurar á per- eligió para el difícil y ele-
sonas á quienes ni siquiera vado cargo al señor doctor
ha visto, y de todos mo- Lucio Pulido, persona muy
dos, turbar con su oposi- calificada, que ya antes ha-
ción la paz deun país que bía ejercido empleos diplo-
puede abandonar en cual- máticos con mucho luci-
quier instante, sin pena, miento. Misión delicada,
porque nada tiene en él.
que requería en el electo,
Claro es, por tanto, cjue tacto probado, dón de gen-
conviene expulsar á esta tes y amable fiexibilidad
especie de cosmopolitas sin de discusión. La política
credo, sin fe, ni conciencia que se inauguraba en Ve-
de lo que hacen, siempre nezuela, precisamente era
que e.sto les produzca pro- antagónica á la que había
vecho ó les dé fama de de- fenecido, porque ésta ten-
sordenados ó perversos. día á centralizar en el Eje-
Ese derecho de ex[)ul- cutivo todos los resortes de
sión está incorporado en la
la administración pública
ley fundamental vigente,
requiere para su ejercicio
y esotra brindaba á las sec-
ciones con la autonomía y
el voto deliberativo del Con-
con el establecimiento del
sejo de gobierno y se limita
sistema federativo de go-
á los extranjeros no domi-
bierno, que no admite pri-
ciliados.”
vilegio de poderes seglares
El importante princi- ó espirituales, sino que más
pio de irresponsabilidad del
bien busca la cohesión ne-
Estado en cuanto á daños cesaria en la autonomía
causados por facciones, san- y
libertad de acción de todas
cionado en nuestras leyes,
las fuerzas que, juntas, coo-
muchas veces sostenido por peran ála más libre, des-
el gobierno, embebido en RAFAEL ACEVEDO
nuda y franca acción del
convenios é incorporado ya
Eístado.
en obras de célebres publi-
En la discusión que el
cistas, ha adquirido alta concordato sufrió, la comi-
trascendencia en la República. sión respectiva de la A.samblea constituyente había objetado al-
La ley venezolana de 14 de febrero de 1873 dice, ar- gunos artículos acerca de los cuales el cardenal .secretario
ticulo 9? En ningún caso podrá pretenderse que la na- de Estado declaraba no poder la Igle,sia aceptar ninguna
ción_ ni los Estados indemnizen daños, perjuicios ó expro-
modificación; mucho menos cuando tenía en la mano una
piaciones, que no se hubieren ejecutado por autoridades le- prueba tan valiosa como la de la aprobación del Concorda-
gitimas, obrando en su carácter público. Y por el artículo to por la dictadura vencida. Pero el negociador, en ésta y
11? se declara, como complemento de la regla, que con otras otras emergencias del mismo asunto, supo aprovecharse de
palabras es la misma anglo-americana, la responsabilidad
de daños ó perjuicios, así
los resortes
y secretos de la ciencia diplomática, jiara dis-
“Todos los que sin carácter pú-
:
cutir todos los puntos del convenio, unos después de otros,
blico decretaren contribuciones ó empréstitos forzosos, ó co-
cediendo á veces á las indicaciones de la cancillería de su
metan actos de despojo de cualquiera naturaleza, así como santidad; y otra.s, utilizando cada ojiortunidad que se le
los ejecutantes, serán responsables directa y personalmente ofrecía para discutir artículos, perentoriamente excluidos de
con .sus bienes al perjudicado.” toda controversia, al abrirse la negociación. El princi[)io tu-
La propia ley, saliendo de los límites del rigoro.so de- telar de nuestro derecho público, que dispone se sometan al
recho y situándose en el de la equidad, impone al tesoro
Congreso los tratados celebrados [lor el gobierno, sin cuya
público el gravámen de los daños, [)erjuicios ó ex[)ropiacio- aprobación carecen éstos de validez, quedó á salvo, como era
nes que causen a quien quiera que .sea, empleados nacio-
natural, desde el primer momento. Ese principio es una
nale.s ó de los Estados, en guerra civil ó internacional, ó garantía de nuestra independencia, la salvaguardia de los
en tiempo de paz, siempre que se deduzca la acción den-
intereses nacionales y la mejor prenda de acierto en cuanto
tro del plazo
y con los trámites señalados v ante la Alta se refiere á los ¡lactos internacionales. Admitido como era
Corte Federal.
lógico, el concordato quedaba negado,
Cada vez que ha habido alguna insurrección en el paí,s, y salvado el decoro
de ambas partes contratantes. El cardenal Antonelli pidió
ha ejercido el gobierno el derecho que le da el Código á nue.stro negociador la i)ublicación y cumplimiento por jiarte
CLXXXVIII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

de Venezuela, del referido concordato, sin dejar de recono- zaba para decir (jue el gobierno de S. M. no opinaba que
cer cjue algunos artículos de la Constitución no se halla- se sometieseá arbitramento el límite entre esta república y
ban en arinonía con algunas disposiciones contenidas en él, la Guayana británica; mas al mismo tiempo manifestaba la
lo que equivalía á reconocer su esperanza de que se escogitase al-
invalidez. gún otro medio [lara traer este
La cuestión pendiente con In- antiguo asunto á un desenlace sa-
glaterra acerca de las Guayanas tisfactorio para ambas potencias.
venezolana y británica, ha sido En la respuesta que se dió á esta
tratada en Londres por varios mi- negativa, se recordaron los princi-
nistros plenipotenciarios y otros pios constitucionales que prohíben
agentes especiales, entre quienes se la enagenación de territorio; la
cuenta; [)riinero al doctor Alejo proposición de lord Alberdeen al
Foi'tique; .segundo al doctor José doctor Fortique, en julio de 1841,
María Rojas tercero al señor ge-
;
de recurrir al arbitramento para
neral Antonio Guzmán Blanco resolver la disputa; que de resultas
cuarto al señor doctor Modesto Ur- de lo conven! (lo en la conferencia
baneja; (luinto al señor doctor Lu- de París, en 1850, á propuesta del
cio Pulido; y sesto al señor Tomás plenipotenciario de la Gran Bre-
Miclielena. Los tres últimos, in- taña, su legación en Caracas excitó
vestidos del carácter de agentes al gobierno de Venezuela á valerse
conñdenciales, carácter que es una de los buenos oficios de una po-
mera ])re.sentación oficial, no lle- tencia amiga, para [(revenir con-
gai“f)u ádesplegar el de enviados tiendas internacionales; las pala-
extraordinarios y ministros pleni- bras del primer mini.stro inglés de
potenciarios, de que iban })rovis- la Gran Bretaña en la Cámara de
tos, porque el gobierno inglés se los Comunes encaminando como
ha negado constantemente, desde un grandísimo triunfo, la [)ro[)ue.s-
que en 18S7 se interrumpieron las ta ele someter á arbitraje los des-
relaciones diplomáticas, á aceptar acuerdos de las naciones y otras
;

una línea cualquiera de límites, ó gestiones de la mayor importancia


el fallo de un árbitro, á (piien se hechas por miembros del pai lamen-
sometería el desacuerdo. to británico y consagradas por el
El doctor Alejo Fortique ha- gobierno de "S. M. en algunos tra-
bía ])roi>uesto las bases de un tados públicos. De esta suerte con-
arreglo, que no se adelantó, poi' tinuó la discusión de la materia
haber fallecido súbitamente. Al durante mucho tiempo, con gran
doctor José María Rojas se le pro- JUAN MANUEL MANEKJUE acopio de buenos é irrecusables
puso una línea arbitraria de de- argumentos por [larte de nuestro
marcación, que no distaba mucho mini.sterio de relaciones exteriores,
de la primitivamente presentada por Venezuela. y de una manera muy restringida [)or [larte de la legación bri-
Al general Guzmán Blanco, otra un poco diferente en tánica; hasta que en febrero de 1887, siendo presidente de
la costa, i)ero menos perjudicial en lo demás. la República el general Antonio Guzmán Blanco, y minis-
En 1850, siendo mini.stro de relacio- tro de relaciones exteriores, el (.loctor Die-
nes exteriores el señor Vicente Lecuna, el go Bautista Urbaneja, declaró el gobierno
encargado de negocios de S. M. B. en de Venezuela suspendidas las relaciones
Caracas, en comunicación firmada en 18 diplomáticas entre ambos países, á con-
de noviembre del mismo año, declaró que secuencia de las invasiones constantemente
la Gran Bretaña no intentaba reclamar la hechas á nuestro territorio por gentes y
provincia de Guayana, y que nunca pensó autoridades de la Guayana británica. Este
en ocupar ni usurpar el territorio di.s- acto fue en sí muy patriótico, pero fatal-
putado. mente se convirtió en deplorable en la
En 14 de noviembre de 1876 co- práctica, por no haber sido seguido del
menzó de nuevo estas gestiones el minis- empleo de medidas coercitivas, impuestas
teiio de relaciones exteriores, escribiendo por una resolución tan grave. Mucho an-
al ministerio respectivo de Inglaterra una tes se había mandado á Demorara con el
nota relativa á los límites venezolanos de carácter de comisionados, al licenciado José
la Guayana colindante con la inglesa. Santiago Rodríguez y al señor Juan José
En octutn-e de 1883, la legación bri- Romero; más tarde, en 18ÍI0 se mandó al
tánica en Caracas se dirigió al ministerio suscrito con el mismo carácter; y sus pasos
de relaciones exteriores, participándole que é informes se hallan inqu-esos en el tomo
por el último jiaquete había recibido de XV de la reco[)ilación de leyes de Vene-
lord Granville una comunicación de con- zuela. Adelantados con la inercia de nues-
siderable importancia en la (jue se le orde- tro procedimiento, los especuladores de
naba llamar la atención del Gobierno al Demerara han invadido nuestras tierras,
arreglo de las cuestiones pendientes, sobre las han declarado suyas por actos oficiales,
todo la de límites. En respuesta se le modificado sus anuarios, levantado nue-
dijo que una sentencia jiiris impondría- MARIANO MONTILLA vos mapas y conseguido que el gobierno
solución obligatoria y feliz á dicho nego- metropolitano se niegue, no sólo á aceptar
cio, y se le encarecía la urgencia del nom- el arbitramento, sino aún á toda discusión
bramiento de un árbitro, de modo (pie de allí á febrero del punto. En 18!*0 se publicó aquí un mapa especial, con-
quedasen satisfechos los deseos do ambos gobiernos. Dicha tentivo de las diferentes líneas de demarcación propuestas en
rcs[»uesta está firmada por el doctor Rafael Seijas. Sobre varias épocas, tanto [lor parte de Venezuela, cuanto por el
esta misma materia continuó la discusión entre el mismo gobierno de S. M. Británica, y son.
funcionario y la legación británica, hasta que por fin en 19 La que el [ilenipotenciario de Venezuela en Euro-
2fi de marzo escribió la última (pie lord Granville, lo autori- pa, señor doctor Alejo Forti(iue sometió al gobierno de S. M. B.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CLXXXIX

2? La propuesta por lord Aberdeen, al doctor Fortique, .sido una parte del pilan por mi expiuesto en el “Proyecto
en 30 de marzo de 1844. de Solución ” al asunto límites con Guayana, pmblicado en 1888,
3? La indicada en 21 de mayo del mismo año por el que dice así:

consejo <le gobierno en el acta que refutó la proposición El envío de agentes dipilomáticos á Colombia, Ecuador,

del gobiei'iio de Su Majestad, y proi>úso otra línea de tran- l^erú y Brasil, podría si no a.segurarnos el concurso material
sacción. de estos piaíses, sí por lo menos el concurso moral de sus
4° Las que res})ectivamente se propusieron en 1881, el simpatías, como aconteció ya en la guerra que Espiaña pro-
agente diplomático de la República en Londres señor doctor movió al Perú y Chile en 48G5, que hizo á é.stas formar
José María Rojas, y el ministro de relaciones exteriores de Su causa común con las repúblicas agi’edidas y á otras protestar
Majestad Británica, lord Granville. enérgicamente contra el bomliardeo de Valparaíso. ^Tnezuela
oV La indicada [>or lord en piresencia de la expioliación

Rosebery en 1880 al plenipo- británica, tiene derecho á la re-


tenciario de Venezuela en Lon- cipirocidad, con mayor razón si
dres, señor general Antonio Guz- se atiende á que los ingleses apio-
mán Blanco. derados del Orinoco, pmeden, por
El año último (1804) con canalizaciones poco costo.-as, co-
” municar esta gran vía fluvial
el seudónimo de “ Veridicus
publicó durante seis meses, el con el Meta, en Colombia con ;

doctor Rafael Seijas, en el Dia- el Ucayali, en el Perú y Bolivia;

rio de Caracas de esta ciudad, con el Ñapo y el Blanco, en el


noventa y cuatro artículos sobre Ecuador; con el Blanco, Río
esta cuestión de límites, contan- Negro, Marañón ó Amazonas,
do desde su origen el p>roceso en el Brasil con los afluentes
;

comi)leto de su curso político del Marañón, por conexión con


el Orinoco, con el Paraguay y
y diplomático hastasu estado ac- ”
tual. Dicho estudio revela pu’o- Montevideo
fundos conocimientos del autor En estos días agítase de
en la ciencia del gobierno y del nuevo esta cuestión en la p>ren-
derecho público délas naciones; sa de los E.stados Unidos de
hábil manejo de los negocios en América y p^robablemente en
que se ventilan los grandes in- algunas cancillerías, con moti-
tereses de las patencias; un gran vo de lo que acerca de ella es-
sentimiento de amor á la p>a- cribió el Presidente de aque-
tria p)i uebas irrecusables de llos en su mensaje al Congreso.
;

nuestro derecho fundados en an- El doctor Antonio M. So-


tecedentes históricosy en hechos teldo, nuestro antiguo agente di-
p)ositivos, que no dejan ninguna plomático en Wasliington, en
duda acerca del derecho que nos una revista escrita para El Tievi-
asiste, y este derecho p)robado po, p^eriódico caraqueño, escribe
sostenido p>or actos interna- lo .siguiente:
y “ La declaratoria
cionales de los p»aíses má,s ci- de Mr.
vilizados, como convenciones y Cleveland en su mensaje, pendie-
tratados; y finalmente la sólida ra hacernos gran perovecho en
instrucción y p:>ráctica de de los la euestión de la usurpeación de

negocios con que suelen mos- nue.stra Guayana, de epue es con-


trarse al mundo los máshábiles traparte la de Nicaragua. Es el
estadistas. peasomás avanzado que se ha
En con el fin de
1891, y dado hasta hoy y merece la más
buscar la mediación amistosa profunda gratitud de Venezuela
de las repúblicas hermanas para el arreglo de este nego- y de todo el venezolano de corazón.
cio con la Gran Bretaña, resolvió el Presidente de la Re- Lo mejor que había hasta entonces era la memorable-

pública, acreditar legaciones de prrimera clase ante los gobiernos nota del gran Bayard, dando frente ante la Gran Bretaña
de cada una de ellas, y nombró al seiror doctor Juan Pietri, en la cuestión á solicitud mía, como repireseutante de Vene-
piara enviado extraordinario y ministro plenipiotenciario en zuela. Escribí entonces oficialmente que sólo había un p)aso
los Estados Unidos Mexicanos; al señor doctor Rafael Villa- más epue dar p:>ara obtener el más satisfactorio y mejor arre-
vicencio, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario glo pjosible de la cuestión de límites de Guayana, urgí la
en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa- necesidad de no retirar al ministro inglés St. John, pero todo
Rica. en vano, y mi trabajo p:>erdido. La suspensión de las rela-
Al seiior doctor Fernando Burguillos, para enviado ex- ciones dipolomáticas con la Gran Bretaña y mi retiro al mis-
traordinario y ministro pdenipiotenciario en el Ecuador; mo tiemp:) 0 malograron los trabajos de tanto tiempjo, é hicie-
,

Al señor general Marco A. Silva Gandolphi, piara en- ron impiosible lo que se tenía, p)or mis piropios informes nunca
viado extraordinarifi y ministro p)lenipotenciario en el Perú fallidos, p)or consumado felizmente.”
y Bol i vi a. El gobierno inglés había manifestado al doctor Modesto
Al señor Domingo Santos Ramos, para enviado ex- Urbaneja, ministro plenipotenciario de Venezuela en París
traordinario y ministro ])lenipiotenciario en los Estados Uni- y agente confidencial en Londres en su pro rticmoria de 10
dos del Brasil, en la Rep)ública oriental del Uruguay y en la de febrero de 1890 y en su memorándum de 19 de mayo
del Paraguay. del mismo año, que la Gran Bretaña no admite discusión
Al señor Pedro Ezequiel Rojas, piara enviado extraor- en cuantos á sus derechos sobre los territorios de la Guaya-
dinai’io y ministro pileidpiotenciario en Chile y la Repiública na epue se encuentran dentro de la línea de Schonbuigk;
Argentina ;
p)ero que consentiría en someter á arbitramento sus pi-ctcn-
Y señor general Jacinto R. Pachano, piara enviado
al siones acerca de los territorios que .se encuentran fuera de
extraordinario y ministro pilcnipiotenciario en las Repiúblicas esta línea.
Dominicana y de Ilaytí. El doctor Lucio Pulido, reemplazó en el mes de junio del
Todas estas legaciones fueron muy bien acojidas y aten- mi.smo año al doctor Urbaneja.
dido ef objeto principial de su encargo, el cual parece haber En una conferencia que tuvo él, el 30 de agosto con

25
cxc DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

sir T. H. Sanderson, subse- (lente de los E.stados Unidos


cretario de relaciones exte- al Presidente de Venezuela,
riores, éste convino en abrir cuando se trató este asunto
de nuevo las negociaciones, con motivo del nombramien-
retirando así de hecbo los to del señor Baker.
dos memorándum que se La Constitución vigen-
habían pasado al doctor Ur- te, así como todas las ante-
baneja. Al efecto [proponía i'iores, han declarado vene-
devolver á Venezuela las bo- zolanos por nacimiento á to-
cas del Orinoco y sus terri- das las personas que hayan
torios adyacentes, (pie se en- nacido ó nacieren en el te-
cuentran dentro de la línea ri'itorio de Venezuela, cual-
de Scbonburgk. Con este ob- (juieraque sea la nacionali-
jeto propuso (pie el límite dad de sus [)adres. Pero la
con la Guayana Británica novísima, que es de 21 de
por este lado se formaría por junio de 1893, dispone ade-
una línea que saliese de Pun- más (|ue son también vene-
ta Mocomoco, entre Punta zolanos por nacimiento los
Barina y el río Guaima hijos de padre ó madre ve-
y
que tocase por el S. Ü. al nezolanos [)or nacimiento que
PEDEO GUAL río Amacuro. En cambio exi- nazcan en país extranjero,
SANTOS MICHELENA
gía una compensación en siempre (pie al venir al país
los territorios del alto Páiyu- se domicilien en él
,
111 .
.

El doctor Pulido no pudo ocuparse en esta proposición y de-


claren ante la autoridad corai)etente la voluntad
porque no tenía instrucciones al efecto; de serlo.
y se limitó á pro- 1 novedad constitu 3’'e un ])rivilegio iicsólito en pro de
al
testar de nuevo contra la ocujiación inglesa
que como la exclusiva posesión de las bocas y á manifestar nuestia nacionalidad
y en contra de los derechos ad([uiridos
del Orinoco por la nación en cuyo territorio haya ocurrido el
cía una cuestión capital para Venezuela, la nacimiento,
comunicaría á i ue(le sei también un peligro para
su gobierno, y se le contestaría ojiortuiiamente jior nuestra inde|)endeneia,
otro coii- ]»or la latitud del derecho que contiene
uuctOj pues él desde el nioiiieiito C[ue no se había el artículo que con-
aceptado cede el inusitado privilegio porque, abierta á los
poi la Gran Bretaña la proiiosicion de arbitramento, ; venezola-
dalia mas por nacimiento la puerta de los más elevados
por terminada su misión empleos
y regresaba á A^enezuela. públicos, podría acontecer (|ue el hijo de padres
Mas tai de, liabieiido ingresado en la direccicin del gobierno venezolanos
nacido, criado y educado en Francia, embebido en
ingles el partido liberal de cpiien se esperaban las ideas
mejores con- y costumbres del pueblo francés, con amigos y relaciones en
cliciones, lord Rosebery, primer ministro, se
retractó y volvió el lugar donde ha crecido
oe nuevo a sostenei el improbado derecho de Inglaterra sobre y se ha formado, viniese á A^ene-
zuela, se aprovechase del derecho
los límites que se encuentran dentro de la
línea de Schon- y jirerrogativa de venezo-
lano por nacimiento,
burgk, y por consiguiente sobre las bocas del Orinoco y entrase como tal á la Alta Corte
y sus lederal ó á la de Casación ó á un ministerio de
estado ó
bocas adyacentes.
a la presidencia de la república.
El señor Tomas Micbelena, atento á la respuesta dada
^ En cuanto á la naturalización de extranjeros, se derogó
a sus gestiones por lord Rosebery, creyó conveniente no con-
la le}^ de 20 de mayo de 1844 firmada
tratando con el gobierno inglés; por el doctor José
y en G de octubre de A argas y el señor José Macario Yepes, presidentes
de las
1893, al avisar recibo de la nota c]ue el primer secretario
camaras legislativas, y los señores José Angel Freire Juan
de Estado le escribió en 22 de setiembre anterior, y
protestó Antonio Pérez, secretario de las mismas; mandada ejecutar
de nuevo contra el proceder de las autoridades coloniales
de por el presidente de la república, general Carlos Soublette
Demerara.
refrendada por el secretario de interior
El señoi Micbelena, hijo del venerable don Santos, que y justicia señor Juan
tan buenos servicios i:)restó á la patria, heredó las
Manuel Manri(jue._
^
Y
en 1865 se expidió otra que facilita
vii'tudes mucho la adquisición de la nacionalidad venezolana.
patiioticas de su padre, y, a su turno, la ha servido
también En materia^ de nacionalidad he escrito }^a en una obra
ventajosamente en la tribuna de la prensa, mereciendo la esti-
de derecho publico que hemos corrido el riesgo de ver
mación y aprecio de los hombres de bien. conver-
tida la patria^ americana en pequeñas agrupaciones
Acostumbrábase antiguamente, como aún se acostumbra colonia-
les europeas, á no haber sostenido con
con los Estados ^berberiscos entereza el principio
y otros destituidos de los beneficios de que son americanos todos los nacidos
de la civilización, sujetos á protectorados extranjeros, y que nazcan en
ó go- el hemisfei'io, sea cual fuere la nacionali(lad
de sus padres.
bernados por cónsules europeos, acreditarse á los represen-
El asilo de empleados políticos venezolanos en las lega-
tantes de las naciones amigas de Venezuela, con el
doble ciones extranjeras de Caracas dió ocasión á un
caiáctei de cónsules proceso rui-
y agentes diplomáticos, confundiendo doso, porque el 15 de marzo de 1858, el general
de tal suerte funciones c|ue se excluyen, por manifiesta in- José Tadeo
Monagas, que acabada de dimitir la presidencia,
compatibilidad; porque unas carecen de todo privilegio per-
Jacinto Gutiérrez, que cesaba de hecho en el puésto de
y el señor
sonal, como las consulares, que sólo miran á asuntos secre-
mer- tario de relaciones exteriores, se trasladaron
á la casa de la
cantiles, y las diplomáticas, que invisten de las
más altas legación francesa, para sustraerse de las persecuciones
pieiiogativas e inmunidades, a las personas de los del
agentes partido vencedor, que deseaba someterlos
púlilicos. fein esta discriminación legal de ambos á juicio.
caracteres, El señor A\ enceslao Llrrutia, secretario de relaciones ex-
no se habría podido nunca deslindar unas funciones de otras,
teriores^ del nuevo orden de cosas, convocó el
ni desembarazar la administración de justicia de 26 al cuerpo
un obstácuU diplomático, á una conferencia en la casa de gobierno, con
casi insuperal)le. A quebrantarlo se encamina una el
ley nacio- fin de facilitar la salida del país del general
nal publicada el 23 de mayo de 1876. Por el artículo José Tadeo
1? se Monagas y su familia,^ sin menoscabo del decoro de los pa-
(li.sj)one .C]ue el Ejecutivo Federal, para el nombramiento
de bellones extranjeros, ni de la dignidad del gobierno.
Con-
niinistros diplomáticos
y de cónsules, tenga por regla inva- vínose en ella en que el general se sometiese por escrito
liable la se])aracion de unas á
y otras funciones, de modo que la autoridad, protestando no tomar parte en
ningún plan que
siempre estén a cargo de distintas personas;
v {lor el 2?, se opusiese á las miras de la revolución.
Se convenía al
que el |ucsidente de la república no admita en lo sucesivo
mismc) tiempo en que el asilado no fuese sometido
la prcimiscuidad aludida, á juicio,
y que se ciña á reconocer sólo ni vejado, sino antes bien, tratado con decoro
uno (le los dos eai'actéres. Además de la consagración de y miramien-
to. El general Alonagas se sometió á este arreglo;
la práctica, tuvo formal reconocimiento
en carta del Presi- de abril siguiente renunciaba el señor Urrutia la cartera
y el 9
de
PDR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CXCI

relaciones exteriores, y ios señores Manuel Felipe de Tovar fija penas contra los que de una manera manifiesta hayan

y Fermín Toro, dimitían el mismo día, las de lo interior exajerado el monto de los perjuicios sufridos. Estas leyes
y de hacienda, })or no haber tenido conocimiento, hasta tienen la fecha de 14 de febrero de 1873,
y fueron obje-
el 6, protocolo hecho por el señor LTi-rutia, el cual con-
del tada.s^ por algunas de las legaciones de la capital, dando lu-
tradecía sus opiniones y actos oficiales. No se acepto la di- gar a una discusión tan ilustrada como decisiva de nues-
misión delosdos últimos, y el ministro señor Toro, trató de fijar la tros derechos como potencia libre.
verdadera significación del ]>rotocolo. El señor Urrutia se En 1856 la legación france.sa en Caracas invitó al go-
había antes asegurado del concurso mo- bierno de Venezuela á adoptar los prin-
ral del general José Ramón Soto, minis- cipios de la conferencia de París, redu-
tro de guerra. cidos á los puntos siguientes:
A consecuencia de estos actos vinie- 19 Queda abolido el cor.so.
ron á La Guaira dos buques de gueri-a, 29 El pabellón neutral cubre la mer-
francés uno, y británico otro, á })edir sa- cancía enemiga, con excepción del con-
tisfacción por la pretensa violación délas trabando de guerra.
legaciones francesa é inglesa. Al ultimá- 39 La mercancía neutral, con ex-
tum pasado por los jefes de ambos se cepción del contrabando de guerra, no
contestó que la cuestión del protocolo e.stá sujeta á captura bajo j)abellón ene-
de 26 de marzo no justificaba de ningu- migo.
na manera la intervención de los gobier- 49 Los bloqueos, para ser obligato-
nos extranjeros, como ya lo habían de- deben ser
rios, efectivos, es decir, man-
clarado cuatro de los ministros firman- tenidos con una fuerza suficiente para
tes; y que ni por su forma, ni por su prohibir realmente el acceso á la costa
materia, podía dicho protocolo afectarlos del enemigo.
derechos, los intereses ó el honor de Fran- Los gobiernos de
los plenipotenciailos
cia y de la Gran Bretaña; que la pro- infraescritos se obligan á poner esta de-
mesa que contenía era hecha al general claración en conocimiento de los Estados
Monagas ;
que no había sido ni sería vio- que no han tenido parte en el Congreso
lada ;
pero que de la oportunidad de su de París, é invitarlos á acceder á ella.
cumplimiento, que nunca llegaría por la Convencidos deque las máximas que
vía de ai)remios, sólo el gobierno de Ve- acaban de proclamar no pueden menos
nezuela era juez com[)etente. Que el ca- que ser acogidas con gratitud por el mun-
so era de discusión de derechos, de ex- do entero, los plenipotenciarios infraes-
plicaciones conciliatorias y de justa ave- critos no dudan que los esfuerzos c|ue
nencia entre gobiernos amigos, después ANGEL QUINTERO
harán sus gobiernos para generalizar su
de las inevitables perturbaciones que na- aplicación, sean coronados del más feliz
cen de un gran tra.storno político; que resultado.
de ninguna manera era aceptable el uso de otros medios que La presente declaración no es ni será obligatoria, sino
no podrían conducir sino á una manifiesta violación del dere- entre las potencias que han accedido
ó que accedieren á
cho, de la justicia y de la paz interior de una nación amiga. ella.
Con el protocolo realizó el señor Urrutia De la res[)uesta dada por nuestro minis-
su designio de salvar al general Monagas del tro de relaciones exteriores, señor Jacinto Gu-
conflicto en que su situación le colocaba
y los ;
tiérrez, se copian los párrafos siguientes ;

señores Tovar y Toro alcanzaron fijar el ver- “El poder ejecutivo, haciendo justicia á
dadero sentido del protocolo y salvar el prin- las elevadas miras que presidieron en la con-
cipio de que las legaciones extranjeras no pue- ferencia de París, al declarar como reglas obli-
den ni deben mezclarse en los asuntos internos gatorias y permanentes de conducta aquellas
de la nación. máximas, considera su adojieión, y sin duda
El señor Jacinto Gutiérrez se condujo en parecerá al mundo, un nuevo éLmportante
este trance con el decoro que convenía á un
progreso del derecho de gentes. Estima igual-
ciudadano digno })or todos respectos de la es- mente de mucho pe.so los argumentos con que
tima pública, pues no vaciló un momento en se recomienda á la accesión de Venezuela se-
abandonar el asilo para evitar ser causa de mejante convenio jiero conoce que desde lue-
:

complicaciones internacionales. go, y mientras dure su situación actual, ella


Uno de los grandes triunfos alcanzados será un obstáculo al cumplimiento de estos «ló-
por nue.stro ministerio de relaciones exteriores seos. Siéntelo el gobierno tanto más, cuanto,
por medio de sus agentes en los E.stados Uni- amigo de la política civilizadora y humani-
dos de América, especialmente los señores Si- taria que ]>roclaina la necesidad de mitigar
món Camacho, a quien primero se acreditó SIMÓN PLANAS hasta donde sea po.sible, ya que no es dado
de encargado de negocios
y luego de minis- hacerlos desaparecer completamente, los males
tro residente, y del señor doctor Antonio M.
de la guerra ansioso de conceder al comer-
;
Soteldo, firmante del tratado corresjiondiente, fue el obtener CIO ^V deniás industrias todas las ventajas que influyan
en
del gabinete de V
ashiugton y del Congreso de aquella nación, su seguridad y libertad, y habiendo reconocido en el derecho
que conviniese en i'evi.sar los fallos de la comisión mixta reu- convencional de Venezuela la
mayor parte de esos cánones;
nMa en CíU’acas, en cumplimiento de la convención firmada el no i»uede sin embargo asentir á ellos, por haber.se con.^idera-
25 de abril de 1866; jmes descubierto el fraude, el gobierno do necesario unirlos indivisiblemente,
de Venezuela gestionó de la manera más perseverante la ante- y proponerse la ace}>-
ción de todos al mismo tiempo.
dicha revisión, hasta lograrla. El señor Camacho cumplió En efecto, el segundo y tercer principios, convenidos de.s-
con actividad é inteligencia las instrucciones que se le dieron de el primer cuarto de 1855 en una declaración canjeada
y el doctor Soteldo firmó el nuevo tratado de conocimiento con los Estados Unidos de América,
y aprobada ya [)or el
y revisión de la sentencia de la comisión de que se Ul Congreso Nacional, [)udieran sin dificultad ninguna hallar
hablado. cabida en cualesquier otros tratados de la República, (pie,
Otra de la.s cuestiones victoriosamente sostenidas por el sobre anhelar la uniformidad en su legislación, está asi-
mismo mini.sterio, es la relativa á las reclamaciones de ex- mismo pronta á tratar de igual modo á las potencias a mioas.
tranjeros contra la nación, (jue e.stablece los casos
y forma- El 49 tan conforme á los principios del derecho iider-
lidades con que han de intentarse, al mismo tiempo que nacional, ha sido mirado en todo tiempo por Venezuela co-
CXCII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

mo un ])recepto apoyado en los más sanos fundamentos, á vagar luego, sin i’umbo fijo, ha.sta que abandonó las
y parte de casi todos sus tratados, más ó menos ex-
lia ce aguas venezolanas y fué á refugiarse en uno de los puer-
plícita mente. tos de la República Dominicana, seguido siempre de cerca
Pero parece al gobierno que la abolición del corso, por por uno de los buques de guerra venezolanos. E.ste bu-
apetecible (jue sea y por más que en que se llamaba “Justicia”; el gobiei-
algún tiempo, acaso no distante, bajm no de Venezuela le bahía declarado pi-
de ser decretada por todas las nacio- rata y comunicado esta resolución á to-
nes, ofrece actualmente á las menos das las })utencias amigas; y tan luego
fuertes diñcultades de no jiequeño mo- como su })0 el ])aradero del referido bu-
mento, y tendría por consecuencia la (jue, acreditó una legación de primera
diminución de sus medios de defeu-sa. clase ante la República Dominicana, y
No se le ocultan los laudables esfuerzos noml)ró para desempeñarla al doctor
que se han hecho en Francia y otros Benjamín Qüenza, (pie era entonces
jtaíses liara destruir una práctica con- ministro de relaciones exteriores.
denada por eminentes publicistas, in- Enti'e los ])a])eles que con las ins-
separable de los abusos, fecunda en mo- trucciones se dieron al nuevo funcio-
tivos de queja, y destructiva del co- nario, .se hallan las pruebas siguientes:
mercio. Sin embargo, como se conserva P‘ Una ])roclama del jefe del bu-
el uso de perseguir el que se hace por que, asumiendo el carácter de jefe de
mar en buques particulares, si no pu- la revolución y su|)remo director de la
diese este país recurrir al cor.so en el —
guerra contra Venezuela. 2‘1 Un bole-
evento desgraciado de una guerra in- tín oficial de la revolución; y 3‘7 Un •

ternacional, quedaría colocado en una expediente formado ¡lor un empleado


posición muy desventajosa respecto de venezolano sobre la llegada del vapor
la potencia con (]ue luchase, y que se á un punto no habilitado y sobre las
.sirviese de su fuerza naval. Comenzan- gestiones hechas por el cónsul de Vene-
do ahora la carrera de la vida, sin ha- zuela en Santo Domingo para conseguir
ber todavía adquirido la estabilidad ne- su detención.
cesaria para dedicarse á de.senvolvei- sus Nuestro ministro plenipotenciario
elementos de riqueza y poder, y falta pidió desde luego la entrega, por la
por lo mismo de marina de gueri-a, ve- vía administrativa, del vapor “Justicia,”
ría la república capturar la propiedad con todo el armamento, elementos de
privada de sus ciudadanos, no por los JOSE SANTIAGO RODRIGUEZ guerra, objetos y enseres que tenía á
corsarios, pero sí por las naves j)úblicas bordo, fundando la reclamación en que
de su enemigo; no podría o[)oner á la ley venezolana reconoce y determina
este género de hostilidad, ninguna semejante, y á su infe- el delito de piratería de acuerdo con los principios generales
rioridad intrínseca, añadiría la consiguiente á dicha priva- del derecho de gentes ;
en que declaró pirata á dicho buque ;

ción. En apoyo de este sentir, fácil fuera citar autores muy en que ordenó y activó .su persecución ;
en que lo notificó
respetables, á quienes, tratando el á todas las naciones ;
en que por úl-
})unto de que se hal)la, no se ha timo, ya habían ocurrido casos aná-
escapado aquel peligro, y que en vir- logos favorables á esta })rctensión ;

tud de él creen muy difícil que los y, en segundo lugar la declaratoria


Estados })equeños consientan en pro- ])or parte de la República domini-
hibirse echar mano de un medio efi- cana, de que Venezuela se avocaba
caz de defensa. el conocimiento del juicio del vapor
Cediendo, pues, á una necesidad “Justicia.”
tan j)oderosa, hay que conservarlo El ministro dominicano de rela-
aquí como único recurso en los casos ciones exteriores declaró que esta cues-
extremos contra un enemigo superior, tión debía definirse, no administrati-
si bieji es de esperarse que })or las í &- vamente, sino por la autoridad judi-
k cial, porque el “Justicia” había sido
restricciones provenientes de la se- Á

gunda y la tercera máximas, las de- •4


hallado en una ensenada desampa-
más usuales, y cualesquiera otras que A
,^ 5
rada, no abierta al comercio exterior,
se juzgasen oportunas, suj)uesto que y en que el buque carecía de ban-
se adoptaran mutuamente, se logra- k-. Y dera y matrícula.
ría j)recaver muchos de aquellos abu- Sometida en efecto esta causa á
sos. A eso se encontrará siempre dis- los tribunales dominicanos, el gobier-
puesto el gobierno, el cual celebra no de Venezuela se hizo parte en el
verse de acuerdo con la ilustrada juicio por medio de su cónsul gene-
nación francesa en puntos tan im- ral en Santo Domingo, y se obtuvo
portantes como los derechos de los por resultado final de la suprema cor-
neutrales: materia en que los uso.s, te de justicia, una sentencia de se-
los antecedentes y las disposiciones gunda instancia revocatoria de la del
de los tratados han sido diversos has- tribunal de primera según la cual
;

ta en unos mismos Estados, y que los expedicionarios venezolanos esta-


ya queda invariablemente fija, y del PEDRO QUINTERO ban, como refugiados políticos, bajo
modo más liberal, por la declaración el amparo de las leyes dominicanas
de las grandes potencias de Europa.” ordenaba que el vapor “Justicia” y
Durante el año de 1875, presentóse en las costas orien- sus elementos de guerra fuesen restituidos á la jurisdicción
tales de la República un vapor mercante, armado en gue- del gobierno de Venezuela, á que quedaron irrevocablemente
rra, tripulado por venezolanos é izando algunas veces el pa- obligados por los actos ilícitos cometidos contra la soberanía
bellón nacional y otras el británico. Amenazó desembarcar de esta naedón y al efecto que se hiciese entrega de todo
;

parte de su gente en Carúpano, en Margarita y en algún á la parte agraviada interviniente en el proceso, previa
puerto del Orinoco. Perseguido de cerca por la escuadrilla indemnización de los gastos ocasionados por la detención y
del gobierno, sostuvo con ella un ligero tiroteo, y se dió adobo del buque, así como por el depósito y custodia del
;

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CXCIII

armamento, quedando las costas del juicio á cargo de ambos el artículo 59, por el cual se convino en que los represen-

gobiernos litigantes, por no haber sucumbido ninguno en tantes diplomáticos de las partes contratantes no interven-
la demanda. El 10 de diciembre de 1885 se cumplía esta drían en materia de reclamaciones ó quejas de los particu-
sentencia por parte del gobierno dominicano. lares sobre asuntos que son de la competencia de la justi-
Con este }>aso dio Venezuela al mundo un alto ejem- cia civil ó penal, conforme á las leyes locales, á menos
plo de moderación y de respeto que .se trate de denegación de jus-
á la soberanía y leyes de un país ticia ó de dilaciones judiciales con-
vecino y amigo. Señala e.ste ¡)ro- trarias al uso ó á la ley, de la
ceso uno de los adelantos más no- falta de cumplimiento de una sen-
tables de nuestro derecho ])úblico. tencia definitiva, ó en fin, de ca-
En un tratado firmado en Ca- sos en que, á j)esar de haberse ago-
racas el 24 de diciembre de 1883, tado los medios legales, hay vio-
entre los gobiernos de Venezuela lación evidente de los tratados ó
El Salvador, autorizado por el de las reglas del derecho de gentes.
y
doctor Martín J. Sanavria y el se- Por este tratado se creó una
ñor doctor Luciano Hernández, ade- comisión mixta, que conocie.se de
más de estipular.se el arbitramento ciertas reclamaciones france.sas con-
pai’a el arreglo de las diferencias tra esta República, y fueron comi-
que puedan ocurrir, se e.stablece por sionados de ella primero el señor
jn-iinera vez en nuo.stro derecho in- •José Andrade, segundo el doctor
ternacional, la cláusula de que las Rafael Seijas y tercero el doctor
})artes contratantes se comprome- Elias Michelena, quienes corres-
ten á no apropiar.se la una ninguna pondieron eficazmente á la con-
porción del territorio de la otra, á fianza en ellos depositada.
título de conquista ni como indem- El doctor Pedro Naranjo con-
nización de guerra. También fija currió, en representación de Ve-
el artículo 43, los más sanos prin- nezuela, al Congreso de juriscon-
cipios del derecho de la guerra, sultos instalado en Lima el 0 de
para el caso fatal de sobrevenir ésta diciembre de 1877, y firmó allí,
entre ambas naciones. Incluye el con los plenipotenciarios de otras
princij)io muy conveniente que pro- naciones del nuevo mundo ;
1?, el

hibe fundar reclamaciones contra el JOSE LUIS RAMOS tratado para establecer reglas uni-
tesoro en las sentencias judiciales. formes en punto á derecho inter-
El mismo doctor Martín J. Sa- nacional privado ;
2?, un tratado
navria y el señor doctor Luciano especial de extradición, que des-
Hernández, firmaron una convención consular aprobada por cansa .sobre las estipulaciones más liberales, de suerte que,
el Congreso, y que contiene los principios más avanzados del asegurando el castigo de algunos crímenes con beneficio de
derecho en cuanto se i’efiere á derechos j deberes de cón- la sociedad de los contratantes, hace todas las conce.siones po-
sules. sibles á los reos, ya en lo concerniente á la moderación ó
En marzo de 1885 se celebró entre Ve- á la simplicidad de la pena, ya en la pre-
nezuela y Bélgica un tratado autorizado por ferencia asignada á las judicaturas de su
el señor A. L. Guzmán, y rectificado en sus patria, ya en la exclusión de los delitos po-
artículos 12 y 10? por el señor Vicente Amen- líticos, que no pueden ser materia de juicio,
gual, ministro de relaciones exteriores. Es no- aun cuando se acceda á la entrega de per-
table el artículo G?, porque define de una sona que haya cometido delitos de otro ca-
manera precisa y explícita los delitos por que rácter.
puede ser perseguido el delincuente y conce- Establécese en dicho tratado, artículo
dida su extradición. Aunque el artículo 17?, 5?, que :
“ cuando la pena del crimen ó delito

por el cual se pretende comprender ciertos que motiva la extradición, no sea igual en la na-
principios de humanidad, es sin embargo ción reclamante y en la del refugio, sufrirá
muy vago en la definición de esos princi- el delincuente la menor y en ningún caso
pios. se le impondrá la de muerte.” Sin descen-
En un tratado de amistad, comercio y der á la cuestión de si ese castigo terrible
navegación, celebrado entre la República y es ó no necesario para la conservación del
el reino de Bélgica, se halla un artículo por orden social, ha parecido impolítico y aun
el cual se conviene en someter á arbitrage el odioso deferir sin reserva alguna á la exti-a-
arreglo de cualquier litigio que ocurra entre dición del hombre á quien se persigue para
ambas partes contratantes otro por el cual,
;
llevarlo al cadalso. Ciertamente en todas las
si un venezolano en Bélgica ó un belga en repúblicas signatarias, dicen aquellos juriscon-
Venezuela, llegare á tomar parte en la gue- sultos, exceptuando la de los Estados Unidos
rra civil, puede ser tratado, juzgado y con- de Venezuela, se conserva la pena capital co-
denado, como lo sería igualmente un indí- mo un recurso supremo para ciertos deli-
gena en caso semejante, sin poder recurrir á la intervención to's, bien que todos convienen en que no debe ser a[)li-
diplomática sino en caso de denegación de justicia, ó de infrac- cada .sino á los asesinos, á los bandidos, y en una pala-
ción manifiesta del procedimiento judicial ó injusticia notoria bra, á los autores de esos atentados que excitan un sen-
y otra en que se conviene en no indemnizar á los habitantes timiento de horror y merecen el castigo más ejemplar. Pe-
de uno y otro país por pérdida, deterioro y perjuicios sufridos ro esta restricción saludable no se aplica con la misma
por guerra exterior ó civil, y que no fueren causados ni por el exactitud en todas partes, ni se emplea la misma medida
gobierno ni sus dependientes, sino en el caso en que los para graduar la magnitud de los delitos. En algunas le-
naturales tuvieren este derecho. Está firmado este tratado gislaciones, ¡)or ejemplo, se aplica la pena de muerte á cier-
por el señor Antonio L. Guzmán y el señor Ernesto Van tos hechos que se consideran de la más alta gravedad por
Bruyssel. motivos puramente políticos, mientras que según otros có-
En 1885 celebró el señor general Antonio Guzmán digos no se castiga á sus autores sino con la pena de ex-
Blanco con el gobierno de la República Francesa, un con- patriación. A la vista de estas desigualdades era conve-
venio sobre ajuste de reclamaciones, que tiene de particular niente adoptar una resolución que, sin desviarse del fin á
cxav DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

que debe dirigirse el tintado, evitase toda contradicción con fensa que hizo de los derechos de corre impresa
ella, en
dominantes en algunas de las repúblicas contratantes.
las ideas sendos volúmenes.
No se conceda una protección escandalosa á los criminales El señor José Gregorio Villafañe, que falleció en San
entregúeseles a la justicia represiva del país que los recla- Cri.stübal en setiembre de 1894, era también por sus cono-
ma, para que ella ejerza sus severas atribuciones. Este es cimientos especiales de los límites de \^enezuela
el ])]'incipio fundamental de la extradición, es también el y Colom-
bia, juzgado como persona á propósito [)ara tratar
acerta-
objeto a que tiende en la actualidad todo el mundo civili- damente el punto y cuando .se publicó el laudo, lo trató
;
zado pero que al menos, los que .se refugien en algunas en un^ folleto con tal lucidez
;
y previsión, que llamó la
de nuestras repúblicas, queden libres de un ca.stigo tan atención de los que se ocupaban en este asunto.
irreparable y tremendo como la pena de muerte. Uno de los hechos más grandiosos de nuestra historia
La extradición, en mi concepto, y en el de algunos ^
política, fue la abolición de la esclavitud, declarada por el
publicistas, no es sino una gracia que se concede al sobe- Congreso el 23 de marzo de 1854, con el apoyo del presidente
rano del territorio en que se comete el de la república, general José Gregorio
delito, para (|ue lo juzgue éste, renun-
Monagas, quien la [)idió á aquel cuerpo
ciando aquél al derecho que tiene de en mensaje del mismo mes y año. La
juzgarle según su jurisprudencia, en ley fue autorizada ]>or el presidente del
virtud
de su soberanía, con vista de senado, señor Jíafael Enríc|uez por el
pruebas de culj)abilidad del reo.
las ;

de la cámara de representantes, señor


Es pues, natural, que al hacer esta re- J. A. Eernández; por el secretario del
nuncia defiriendo el juicio al solicitante, senado, señor J. A. Pérez por el de
no se haga con menoscabo de la pro- ;

la cámara de reju’esentantes, señor José


tección de nuestra bandera, de nuestras Padilla
instituciones, de nuestra independencia.
y el ejeciite.se se le ¡mso el
;

24, refrendado por el ministro de in-


El derecho no es sino uno, y se ha man- terior, señor Simón Planas. Las con.s-
tenido incólume al través de los tiem- tituciones po.steriores declaran libres los
pos, aunque haya vai'iado mucho de esclavos que entren en territorio de Ve-
forma. El fuero eclesiástico se exten- nezuela.
día antiguamente á los reos que se re- Otro suceso político, también de
fugiaban en los templos y lugares sa- grande importancia, fue el decreto de
grados por c|ué no ha de extenderse
; garantías de los venezolano.s, expedido
hoy, por privilegio del [¡abellón, á los por mariscal Juan Cri.sóstomo Fal-
el
delincuentes, que á su sombra buscan cón, en 18G3, al entrar triunfante en
ser protegidos ? La infinencia de las Caiacas, como jefe de la federación,
leyes es tan grande, que nadie logra y
después de cruda guerra que había du-
escapar á su acción tarde ó temprano. rado cinco años. El decreto fue refren-
Ya sean las circunstancias, ya los acci- dado por el ministro del ramo, doctor
dentes imprevistos de la vida, ora el Guillermo Tell Villegas, y lo más par-
temor de ser castigado, ora el arre[)enti- ticular y esencial que contiene, es la
JOSÉ GREGORIO VILLAFAÑE
miento que la comisión del crimen suele abolición de la pena de muerte para
producir, pocos reos, si algunos, escapan todos los delitos. Se le ha adoptado
á la sanción penal. Y con ese castigo como capítulo inmudable en todas las
queda cumplido el principal objeto de la extradición, que constituciones de 1863 acá.
consiste en impedir la impunidad del delito. Uno de los El .señor Pascual Casanova, presidente del consejo de
grandes bienes del progreso actual del universo, es. el ase- Estado, firmó con tal carácter, un luminoso informe acerca
guramiento de los criminales, qrre no hallan refugio segirro de las reclamaciones de extranjeros contra la
nación in-
en ningrrna parte, vigilados por la justicia de todas las na- forme que ha adquirido en la práctica grande autoridad.
;

cio)ies, que les persigue donde quiera (|ire van, sin tregua El señor Casanova, cuando estuvo de ministro de relaciones
ni descanso. exteriores, de.spachó todos los asuntos que halló pendien-
El otro tratado que .se menciona al principio de e.ste tes, y salió airoso de todo punto. No es un buen secreta-
capítulo, encaminado á fijar reglas uniformes sobre princi- rio de Estado, el que deja la solución de los negocios á
pios de derecho internacional privado, será irn día, en la sus sucesores y al tiempo, .sino quien, inspirándose en el
])iáctica, íruto trascendental de las labores del Congreso sentimiento de sus altos deberes, procura llenarlos con tacto
de jurisconsultos reirnido en Lima en 1877
y en todo tiem- y firmeza; porque sólo así se deja bien puesto el nombre,
;

po, digna muestra de sir ilustración é inteligencia,


y del bien servido el empleo y allanadas para lo futuro enojosas
conocimiento que tuvieroir de la verdadera situación, de la dificultades.
verdadera índole y de las verdaderas nece.sidades de estos
])ueblos latino-americanos, destinados en día no remoto, á
recibir y á guardar los inmensos tesoros de la cultura uni-
versal. DISCURSO
El laudo pronunciado por la reina regente de España LEIDO EN FEANCÉS POR EL SEÑOR DOCTOR R. F. SEIJAS, ANTE
en la cuestión de límites c|ue con ColomVfia estuvo pen- EL ‘YnSTITUT DE DROIT INTERNATIONAL, ”, REUNIDO EN
diente durante largos año.s, originó amplia discusión del LA CIUDAD DE IIAMBURGO DEL 7 AL 12 DE SETIEMBRE
punto controvertido, por jiersonas que desde atrás habían DE 18!»1, POR INVITACIÓN DEL SENADO DE LA MISMA.
hecho estudios profundos de la materia, y encontraron des-
concertada la sentencia del árbitro. Pretendían algunos que Señores :

convenía pedir al juez la revisión mas lo que convenía


; Agradezco calurosamente á M. Rolin-Jaequemins, emi-
á las ])artes interesadas era acatar
y cumplirlo, si
el fallo nente e.stadista belga, uno de los fundadores de este insti-
no resultaba objetable. Cuando un árbitro sentencia, ha con- tuto, mi presentación á vosotros, que tan noble concurso
cluido su encargo y no hay más nada c{uc hacer con él. a[iortais ála obra de la civilización, con vuestros profun-
Si el arbitro juzga de materia que no le ha sido someti- dos conocimientos en la ciencia del derecho público. Lo
da por el compromiso, ninguna de las partes está obliga- agradezco también á los ilirstres juristas españoles .señores
da á cum{»lir el fallo. Lo mismo sucede en otros casos que D. iManuel Torres Campos y D. .José Maluquer
los publicistas enumeran. y Salvador,
que, de la manera más espontánea
El doctor Julián Viso bahía .sido antes enviado á Ma- y galante, se sirvieron
recomendarme á la consideración de mi distinguido colega
drid con el carácter de abogado de la república, v la. de- M. Rolin-Jaequemyns.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CXCV
Por supuesto que no dejaré escapar tan singular oca- de llegar al objeto, pues uno ha buscado el camino de la
sion á que parece invitarme el señalado acto de vuestra industria,del comercio y del arbitraje, el otro fué direc-
y
benevolencia, ]>ara deciros que las repúblicas americanas no tamente a la alianza ofensiva y defensiva entre la genera-
lian sido indiferentes al estudio ni á los progresos del de- lidad de las naciones latino-americanas. No quedó é.sta tan
recho internacional, y que más de una vez, mil veces quizá, letra muerta, que se escondiese durante la de.sgraciada gue-
se han visto obligadas á buscar en su fuente saludable, la rra surgida en 1866 entre Chile
y España, porque enton-
defensa de su causa y el sostenimiento de la justicia. ces se aliaron muchas á la causa de la primera. El pan-
Desde que esas rei)úblicas se declararon independientes americano de AVashington fue, sin duda, una palabra de
y lograron su autonomía, pensó Bolívar que Estados pequeños paz dicha por los Estados Unidos á las re])úljlicas americanas.
y ai.slado.s, debían de buscar Suele el gobierno de ellos
en la unión y en las alian- pre.star más atento oido á
zas efectivas, la garantía de nuestra justicia, como ha
la libertad y la fuerza del
sucedido ya accediendo á
derecho. Sabía (jue las na- revi.sar los fallos <le comi-
ciones se componen de fa- siones mixtas prevaricado-
milias y estas de indivi- ras, á rechazar las i>reten-
duos, con todos los vicios y siones de sus ciudadanos
todas las virtudes inheren- cuando se ha probado su
tes á la condición huma-
inconsistencia con el dere-
na, con todo el j)restigio
y cho, cuando se ha .sosteni-
vanidad que da la fuerza do en la j)i'áctica, con argu-
y el temor ó recelos que á mentos de su propia le-
los pueblos jiequeños in.s-
la necesidad
gislación, de
pira casi siemj)re el conoci-
aplicarnos sus propias le-
miento de su flaqueza. Así,
])ara obviar esos peligros,
yes, y no las arbitrarias é
inicuas de que con.stante-
ideó reunir en el i.stmo de
mente fueron víctimas esas
Panamá una asamblea de repúblicas libres, en su tra-
plenipotenciarios de las nue-
to con naciones más fuertes.
vas repúblicas, con el objeto Quiero aprovechar esta oca-
de que nos sirviese de con-

sión para decir que los Es-
sejo en los grandes conflic- tados LTnidos, cuando por
tos, de punto de contacto
virtud de reclamaciones re-
en los peligros comunes, de conocidas, han recibido más
fiel intérprete de los tra- dinero del que era ju.sto
tados públicos cuando ocu-
distribuir entre reclaman-
rran dificultades, y de con-
tes, han tenido la delicade-
ciliador, en fin, de nue.stras za de devolverlo, como ha
diferencias.” Su primer acto sucedido con el Brasil y
debía ser la confederación,
con México, cosa que no
como fianza do seguridad sé si en igualdad de cir-
para lo futuro. Desde di-
cunstancias, han hecho otras
ciembre de 1824, en que naciones. No he tenido tiem-
se hizo la formal invita- po para averiguar si se nos
ción oficial, se extasiaba
ha entregado el dinero que
Bolívar en la contempla-
hemos dado de más, ó jiara
ción de la nueva empresa,
saber si se le ha aplicado
y escribía al fin de ella es- á la satisfacción de otras
tos memorables conceptos:
‘‘
necesidades
El día que nuestros
JUAN BAUTISTA DALLA COSTA
Al hablar de los con-
plenipotenciarios hagan el
gresos ántes citados y de
canje de sus poderes, se
sus fines, salta á la vista
fijará en la historia diplo-
la aceptación del arbitra-
mática de América una época inmortal. Cuando, después de
mento por todas las naciones del nuevo mundo, y su aplicación
cien siglos, la po.steridad busque el origen de nuestro
derecho á la práctica ya en comisiones mixtas internacionales, ya por la
público y recuerde los pactos que consolidaron su destino,
elección de un árbitro á quien se haya sometido la decisión defi-
registrará con respeto los protocolos del istmo. En él
encon- nitiva de un litigio. Este medio protector de terminar deco-
trará el plan de las primeras alianzas, que trazará
la mar- rosamente penosas cuestiones, no deja de tener peligros pa-
cha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entón-
ra las repúblicas americanas, para las cuales parece haberse
ces el istmo de Corinto comparado con el de
Panamá?” inventado un nuevo derecho y fabricádose una nueva justicia.
Tan nobles esfuerzos se perdieron por el momento, pero Ese medio
es para ellas una espada de dos filos, que siempre
no se borraron ni del pensamiento ni del corazón de los
deja lastimada nuestra conducta, por más honorable que sea,
americanos. Grande empeño se ha puesto ya por resucitar
aquellas ideas en los diferentes congresos en que ora y castigada la temeridad de meternos á discutir lo que quie-
Colombia, ren los demás. El arbitramento es, sin embargo, un puente
oía el Perú, ya México, ya Chile, ya otras repúblicas,
han de plata, por donde se pasa de los extremos al término me-
buscado hacer practicable el designio del Libertador.
El dio y por donde esas repúblicas salen mejor libradas de las
germen de tan elevada tendencia existe no obstante, más
pretensiones de terceros. El arbitramento, señores, es una
arraigado en el cerebro de los pensadores,
v más firme en }úedra de toque del derecho, porque va precedido de lo que
el pecho de los jiatriotas.
se llama el compromiso, que sirve de punto de partida á la
Ya hemos visto como setenta años después, en 1882
en 1890, repercute en el Gabinete de AVashington
>
y decisión. Otro de los escollos que se presentan á nue.stras
el pensa repúblicas es la elección de árbitros para resolver cuestiones
miento de Bolívar,
y se lanzan invitaciones para el congre e- que, como los contratos, deben nacer
so que se llamó de paz, diferido y morir en el lugar en
luego y últimamente rea- que ocurren. Si los Estados Unidos tienen diferencias con
lizado en 1889
y 1890 en la conferencia pan-americana. Del L’hile, ¿ no es más acertado designar para árbitro á otra na-
•que se reunió en Lima en 1865 difiere
aquel en el modo ción americana? Yo creo que sí, jiorque ninguna conoce
CXCVI DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

mejor nuestra legislación, ha marcado de esclava de


nuestras costumbres, nues- la fuerza he aquí la cau-
;

tro carácter, nuestro tem- sa de mayores males


los
peramento. Ninguna pue- que le han caído encima,
de, por tanto, apreciar me- de las ahominaciones de
jor los hechos, porque es que ha sido víctima, de
como si hubieran pasado las afrentas con que se la
en su territorio. En tanto ha humillado. No hay go-
que, si se elije un tercero hierno de América que no
que no está en cuenta de tenga en su presupuesto
ese conjunto de circuns- una enorme partida con
tancias que se necesita que atender al pago del
apreciar ántes del fallo, y capital é intereses de las
que solo ve un medio de reclamaciones reconocidas.
agradar á los Estados Uni- No hay gobierno ameri-
dos, con quienes tiene más cano que no haya pagado
afinidades de razaj más muchos millones, que aún
afinidades científicas, es- no deba algunos y que aún
peculativas y políticas, la no esté amenazado de te-
balanza de la justicia tie- ner más que pagar.
LUCIO PULIDO ne necesariamente que in- Hubo otra época, se- WENCESLAO URRUTIA
clinarse mucho del lado ñores, en que las reclama-
opuesto á nuestros intere- ciones amenazaron desen-
ses. Podría citaros muchos antecedentes ilustrativos de mi volverse como sistema, época en que se las falsificaba, se
aserción, pero temo tener apenas tiempo de tocar lijeramente las inventaba, se las fabricaba de cualquier modo, por más
escaso número de las disputas que en América han puesto re])Ugnante que fuese. Se hacían expedientes con una fa-
en aprieto los mejores y más sanos principios del derecho pú- cilidad asombro.sa el interesado inventaba el reclamo, es-
;

blico. Mas, os citaré dos casos. Por una cribía de su ])uño y letra las pruebas
puldicación que ha seis ó siete meses que debían abonarlo, falsificaba las fir-
hizo <d gobierno de Venezuela, se sabe mas de las autoridades, imaginaba y
(jue })actó con el re])resentante de los escribía las reclamaciones y nombres de
Estados Unidos en Caracas el someti- los testigos, de los jueces y de todos los
miento á arbitraje de una reclamación que de alguna manera habían de con-
que se llama Hancox. En el compro- tribuir al esclarecimiento de la verdad.
miso se estipuló que, si se sentenciase Acontecía esto en medio de la guerra
á favor de los Estados Unidos, se les civil, viéndose nuestros gobiernos aco-

pagaría el importe de la indemnización sados, asediados por los reclamantes,


en títulos de tres por ciento de deuda quienes casi siempre obtenían un re-
diplomática de Venezuela, que es el conocimiento más ó menos formal de
pai>el con que esta república ha pa- una pretensión que aún en plena bar-
gado muchos millones de pesos por barie, merecería por lo menos el presi-
reclamaciones. Como ese papel vale el dio ó la cadena peri)étua.
cincuenta por ciento de su valor no- Las reclamaciones nos han con-
minal, el gobierno de Vbishington ha ducido á las exacciones más temera-
desechado el artículo, porque no se le rias, al bloqueo, al bombardeo de nues-

ofrece por su valor real. Si Venezuela tros puertos, á la intei'vención armíida.


aceptara esta modificación, se presen- Lo que ha pasado con ellas en Amé-
taría ella misma novando los contra- ca, no ha pasado en ninguna otra parte

tos que tiene con los demás acreedo- del globo. Se ha llegado hasta á bom-
re.s, lo que equivaldría á multiplicar bardear un caserío que apenas tenía
¡)ormil su actual deuda diplomática. seis ú ocho ranchos de paja, habitados

Pero estoy seguro de que á esta fecha por trabajadores de playa.


se haya aceptado en Washington el De todos estos abusos ha surjido
compromiso general, tal como se firmó la necesidad de ocurrir al derecho de

en Caracas. Los Estados Unidos, lo he gentes en busca de ai’gumentos con


oido decir tanto, (jue ya la costumhi’e que defendernos de tantas iniquidades,
ha obrado en el alma sus efectos, no y de aquí que, de tal caos, hallamos
desdeñan volver sobre sus pasos cuando TOMÁS JOSÉ SANAVRIA alcanzado importantes progresos en su
se les explican con buenas razones los fértil campo. Verdad es que hemos vis-

motivos de la réplica. Estoy seguro, to tan vilipendiada y maltratada la

digo, de que nos harán justicia. justicia, que llegamos á dudar que aún existie.seentre los
El otro caso es este. Hace como cuarenta años ¡lOCO más hombres. Si pensáis, señores, en que el e.stampido del ca-
ó menos, que se falló en perjuicio de una de nuestras re- ñón, derribando unos cuantos vidrios viejos, y las conmocio-
públicas un negocio sometido á arbitraje, fundándose el terce- nes de las naturaleza, deteriorando alguna casa arruinada,
ro en la declaración do guerra hecha á consecuencia de un eran fundado oljjeto de reclamo, comprendereis mejor la since-
acto bélico de la otra parte, como lo fue el bombardeo de un ridad de mis palabras y la fuerza irresistible de los hechos.
fuerte. Con una de las naciones tiene el árbitro muchos nexos, Nuestros hombres públicos, como queda dicho, se han
relaciones de vecindad, relaciones })olíticas y las altas consi- imbuido en las mejores fuentes del derecho, para buscp en
deraciones que ligan á ])otencias comprometidas á respetar la sabiduría de sus consejos la defensa de la causa americana.
la }>az continental y los sagrados derechos de muchos millones Pruébanlo nuestros documentos diplomáticos, (|ue pueden te-
de súbditos. nerse como modelo de argumentación, de buena lógica y
Señores: al penetrar en el fomlo de todas estas cosas, de buenos principios. Pruébalo que ya, en una hora tan avan-
descubrimos en él ese horroro.so abismo, envuelto en la no- zada del presente siglo, los que ántes se nos hacían sordos,
che do la iniíjuidad, (jue se llama reclamaciones. He aquí comienzan á oirnos, que ya cae por tierra el ídolo de oro
la gangrena de la América; he a(|uí el hierro con que se la de las reclamaciones, y que se reconoce á imestros tribunales
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CXCVII

el derecho de iidniini.straf i’epública.s, probando que to-


justicia. No podemos sin em- das las co.sas del hombre ó
bargo, lisonjearnos de la vic- de la sociedad están llenas
toria, porcjue a[)enas se abre de invisibles peligros. Ese
á nuestros fatigados ojos la peligro consiste en la no ad-
nueva época, que aún no de- misión del arbitramento por
jamos de ver pendiente sobre alguna potencia. La repú-
nuestra cabeza la amenaza- blica de Venezuela lo ha
dora espada de Damocles. f>ropuesto en vano á la Gran
Señores: los extranjeros Bretaña como medio de re-
gozan en América todos los solver una disputa de lími-
bienes al alcance del hom- tes. El gobierno inglés no
bre. Invaden nuestras in- ha querido aceptarlo, á pe-
dustrias y las monopolizan; sar de que naciones ami-
invaden el comercio y lo gas de ambas han inter-
hacen su}m; penetran en el puesto al efecto su bonda-
vedado campo de la política dosa mediación. Ha dicho,
y llegan á los primeros pués- en respuesta, que prefiere un
tos de la repúlrlica. Las ciu- arreglo amistoso y directo
dades, los })ueblos, los mares con Venezuela, pero no se
PEDRO NARANJO y ríos de la América latina ha. podido llegar á ninguno. JOSE MARIA ROJAS
están llenos de extranjeros, Entretanto la autoridad co-
donde ellos tienen las mejores casas, los mejores buques, las lonial de Deinerara invade nuestro territorio, lo ocupa y
propiedades más pingües. Ellos han gozado todas las ven- dispone de él como cosa propia La república lia pro-
tajas de la emigración, sin ninguno de los azares de nuestras testado muchas veces contra un procedimiento tan irre-
guerras civiles. Por .sujaresto, se han aj)oderado de todo y gular; ha oído y discutido las proposiciones hechas; ha
nosotros nos alegramos de srr diclia. ocurrido á los gobiernos de la tie-
Si se abriese el istmo de Panamá, rra y hallado en todos un sentimien-
-
ese reflujo de la emigración que ¡ .
. to de simpatía á su justo de.seo ha
ahora se siente, tomaría con creces
,

1 ;

publicado las negociaciones y me-


el camino de América y llevaría su •
. recido el aplauso de la prensa uni-
poder, su energía y su fuerza á esos versal. De todos modos ha inten-
campos fértilísimos del mar Pacífi- tado llegar al arbitraje, y no lo ha
co, donde la pródiga naturaleza con- logrado. ¿No señores, una
es esto,
vida al reposo de la vista y á la decepción ? ¿ No es esto una pro-
paz del alma. Señores, al hablar de testa contra los costosos progresos
Panamá, dejaría yo de ser latino- del derecho público ? ¿No es des-
americano, si en este momento para consolador saber que una nación
mí feliz, en que tengo la honra de grande y generosa niegue á un
hablar ante los hombres más emi- pueblo libre elgoze de los benefi-
nentes en la ciencia de la justicia, cios de lacivilización? Yo me
no tributase á M. de Lesseps, el ho- siento perj)lejo al considerar el pun-
menaje de respeto, de cariño y de to á que ha llegado este negocio con
amor que merece, por haber lleva- la Iliberal Inglaterra; porque siesta
do á la América la iniciativa de su nación buscase territorios que escla-
poderosa voluntad y el prestigio de vizar, ó países adonde extender per-
su constancia, de su fe y de su ta- petuamente su dominio, ó presidios
lento. Su nombre quedará asociado adonde sepultar para siempre á sus
á esa gran marca de la civilización criminales, yo me explicaría los mó-
americana, trazada en el punto de viles de su conducta con nosotros.
contacto de los dos mayores mares Pero cuando pienso que Inglaterra
del globo. gusta de libertar á pueblos oj)rimi-
Señores Ya veis cuán grande
:
dos, de darles vida propia é inde-
influencia adquiere el extranjerismo pendiente, de inundarlos con la ci-
en América y cuántos hechos im- vilización que de sus centros pro-
borrables de la historia, nos recor- ductores se desborda, hasta colocar-
darán perpetuamente lo que cuesta los al nivel de las naciones más ade-
tratar con los más ambiciosos ó los lantadas, no hallo qué [)onsar de lo
más fuertes. Es verdad que hemos que hace con Venezuela. Yo admi-
avanzado bastante pero no es me-
;
ro á la nación inglesa, su carácter
nos cierto que cada paso adelante TOMAS MICHELENA práctico, su independencia en el
nos cuesta muchas amarguras, mu- obrar, y la firmeza del fundamento
chas dece})CÍones y mucho dinero. que sostiene tan vasto imperio y ;

La experiencia nos convence de la exactitud de la teoría de por lo mismo, señores, no comprendo lo que pasa en Demerara.
Benthan cuando nos descubre el ])rincipio maléfico que Porque, si lo que se quiere es mercado para el comercio bri-
existe en toda sociedad humana. Las re})úblicas de la Améi’ica tánico, el nuestro le está abierto sin restricciones, como lo
latina ofrecen de ello tantos ejemplos, que si se escribiesen, está generalmente en toda América, en donde la manufac-
llenarían más volúmenes que los que se quemaron en la tura inglesa es preferida á otras muchas si es colocación ;

biblioteca de Alejandría. Las cenizas de estos las esparció para sus capitales, en Venezuela hay canq)0 para todo y se
el viento ;
la lectura de los nuestros descubriría el sepul- están haciendo ferrocarriles y puertos con dinero inglés; si
cro de la razón humana. es oro, lo buscan y hallan en nuestras minas, y más ha-
Señores: Teilgo necesariamente que volver al arbitraje, llarían en nuestra agricirltrrra, si lo empleasen en el cultivo
centro adonde converjen todas las diferencias internaciona- de la tierra más feraz del mundo. Agrego, por resjieto á
les, cuahjuiera que sea su causa. Tengo que mostraros otro la imparcialidad, que en Demorara hay pocos ingleses y
escollo (jue ha presentado á la vida externa de nuestras que los es})eculadores de allí, sin .serlo, buscan medrar con

26
CXCVIII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

líi ])aiii]era Los que van á nuestro territorio, con


inglesa. En nuestros mercados se consumen muchos artefactos
]>ase no son sino aventureros allí llevados por el an-
inglés, y producciones extranjeros, en mayor número de los que
sia (le la riqueza. Por ello es que creo que allí se abusa nosotros estamos en aptitud de exportar. La América latina
de la hospitalidad inglesa y que se toma el nombre inglés es un mercado inmenso, inagotable, abierto al comercio del
para ocultar especulaciones industriales. Por ello es que globo, que los productores extranjeros no explotan aun ám-
creo que el gobierno británico, que ya em])ieza á ver los jdiamente, por defectos de su propia organización. Créese
secretos que hay en el fondo de todo esto, abandona á su que nuestros aranceles son fuertes, cuando apenas puede ca-
pro[)ia suerte á aquellos especuladores, que tan poco ca.so lificárseles de equitativos. ¿ (pieréis reducirlos á la tercera
han hecho de la honorabilidad, de la respetabilidad 5^ de parte, ó mejor dicho, á la cuarta parte? Suprimid á los
la. del gobierno metropolitano.
alta justificación comisionistas, que son las verdaderas aduanas, los verdade-
En arbitramento, con todos los honores que
fin, el se ros peajes, las verdaderas Ijarreras del comercio. Fundad
le vienen tributando des- jen nuestras ciudades es-
de el ])rimer congreso de tablecimientos de mue.s-
Panamá, de 1824, hasta tras y de informes, (pie
el pan-americano de 1890, vendan á ]>recios de fá-
se impone la adopción
á brica, sin recargos de ter-
formal de gobiernos de
los ceras manos, y vuestro co-
la tierra, como se ha im- mercio con América val-
puesto á la conciencia de drá más de lo que vale
la humanidad: por el con- el de los anglo-america-
vencimiento. Ahora bien : nos con Inglaterra y con
para convertir esa as[)ira- toda Europa. Somos cin-
ción universal en verdad cuenta millones de ameri-
])Ositiva, falta la sanción canos, que no producimos
de un congreso general de ni el cinco por ciento de
las nacione.s, que puede los artículos que hemos
reunirse en cualquier par- mene.ster. Luego tenenujs
te y perfeccionar una obra que recibir el 95 por 100.
que tiene por base con- Se nos piden tratados
servación de la paz, la fe- de propieíiad literaria,
licidad social y las ben- cuando de hecho en Amé-
diciones del género hu- rica no se lee sino el li-

mano. bro extranjero, general-


Estamos en una épo- mente el escrito en lengua
ca de re[)aración, de ga- extraña. Los que nosotros
rantías y de paz todo hacemos apenas se ven en
tiende por ahora al espar- alguna biblioteca ultra-
cimiento de los bienes de marina, tales como han
la civilización y á ver ter- salido de la prensa, pues
miirarse este siglo en me- pocos sienten curiosidad
dio de los alborozos de la de leer lo que no está en
paz universal, precursores su idioma. Así que para
de días más serenos y apa- que nuestro libro saliese
cibles para la libertad, pa- cíe casa, sería preciso es-
ra la igualdad y para la cribirlo en francés, inglés
fraternidad humana, Se- j
ó alemán.
ñores : Hagamos votos Todo productor cpie-
porque á América se ex- rría introducir sus arte-
tiendan tan altos benefi- factos y manufacturas en
nuestros sin
y podamos también
cios países, cpie
sentir allá las alegrías de pagasen derechos de im-
la justicia! portación pero no tra-
;

Señores: Registrando tan de eliminar el primer


la historia diplomática de inconveniente, que es el
América, de.S(le sus prime- comisionista, es decir, el
ros })asos en la vida libre, interés privado, y preten-
hasta hoy, cuando parecen calmarse las tempestades de la revo- den eliminar el púl)lico, que son las aduanas. Las repú-
lución, veo con pesar cómo ha sido en todo tributaria de las de- blicas americanas no tienen otra renta de qué vivir, y si
más potencias. En la literatura, en el comercio, en la po- las suprimiesen, se expondrían á sufrir perturbaciones eco-
lítica, se la ha juzgado inferior á otros pueblos y ni si- nómicas de la mayor trascendencia. Todos sabéis que no
quiera se le ha permitido que alegue en su favor la razón puede alterarse de un día á ráro la forma de las contri-
y los pi’incipios que para sí invocan los otros. Así que, buciones.
para imponernos el comercio, nos han imiiuesto tratados; Señores En esa lucha en cpie hemos vivido contra
:

para imponernos la instrucción, nos han exigido garantía las pretensiones de los reclamantes y de sus agentes, he-
á la proj)iedad intelectual para imponernos su política, no
;
mos tropezado á cada paso con una resistencia tenaz é in-
nos han permitido junica tener razón y cuando no ha sido
;
concebible al reconocimiento de nuestro derecho. Es como
posible la violencia, nos han administrado ju.sticia, como dá- si cada pretendiente llevase en las es[)aldas una máquina
diva de su libei'alidad. infernal, dispuesta á estallar á la primera contradicción, y
Los tratados i>úbhcos han sido una de las fuentes más á hacer saltar en mil pedazos esas aberraciones del enten-
fecundas de calamidades y de disgustos. Hau sido muy dimiento que se llaman piáncipios y esa quimera de la mo-
útiles á las })artes con quienes los hemos hecho nos han
;
ral que se llama justicia.
causado á nosotros los mayores perjuicios. Ha sucedido lo Nosotros aun en este tiempo en que la electricidad eli-

que en los negocios ordinarios de los ciudadanos (pie los


: mina las distancias y el pensamiento humano se difunde á
más fuertes so han creído con mejores derechos y han he- la misma hora y en el mismo día en todas las partes del
cho su gusto. globo, tenemos de la civilización una idea muy superior á
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SP:iJAS CXCIX

lo que realmente es. Se efectivamente debe exis-


nos antoja que las cosas tir y hallarse. No niego
andan mejor en los demás que en alguna par-
exi.sta
hemisferios, sin (|ue bas- te ;
afirmo que en
pero
ten á mudar nue.stra opi- América no se ven, no se
nión las revoluciones y palpan, no se sienten, lle-
guerras que coiLSumen en gando de fuéra, .sus salu-
pocos días mayor número dables efectos. Tengo, sin
de hombres, (le dinero y embargo, grande esperan-
de fuerzas que las nue.s- za de que dentro de po-
tras en años de duración. cos años, la América po-
Ahora mismo somos tes- blada, ]>róspera y unida,
tigos de la revolución obre- ofrezca al universo el e.s-
ra, (|ue gana batallas en pectáculo de un gran pue-
las huelgas,suaviza la ru- blo con la honra por ley,
deza del trabajo y parti- la virtud por guía y la
cipa de los beneficios del justicia protegiendo todos
capital. Es un gran mo- los derechos del hombre.
vimiento social, político
y económico, destinado
quizá á cambiar el aspec-
to do la civilización.

Creemos que los edi-


ficios, las ciudades, los pe-
riódicos, los libros, las El Instituto, á pro-
ma(|uinai’ias, adelan-
los puesta de su presidente,
tos de las artes y de las
ciencias, la riqueza par-
aprueba la siguiente reso-
ticular y la pública, el lución :

telégrafo, el teléfono, el fe-


rrocarril, el vapor, los tea- “ El Instituto de de-
tros y museos, etc., son la recho internacional agra-
civilización misma, cuan-
dece al señor Seijas su
do apenas descubren su
im{)ortante comunicación,
existencia y sin embar-
;

go, no la vemos en la y simpatiza con los de-


aplicación de la moral al seos que ha expresado.”
gobierno de la sociedad
humana, que es donde
FRANCISCO ARANDA Y PONTE

SECRETARIOS DE ESTADO EN EL DESPACHO DE RELACIONES Juan Manuel Manrique 44 á 46-

EXTERIORES DE LA ANTIGUA COLOMBIA Miguel Herrera 47


Rafael Acevedo 47 “ 48
Diego A. Caballero 49
José Rafael Revenga 1820 Ramón Yepes 49
General Luis Eduai’do Azuola 1821 Jo.sé Rafael Revenga 49
Doctor Pedro Gual 21 á 2o Fernando Olavarría ,
49
José Rafael Revenga 25 “ 2t> Manuel Machín Quintero 50
José Manuel Restrepo 26 “ 27 Vicente Lecuna 50
José Rafael Revenga 27 “ 28 Jo.sé María de Heres 50
Esteban Ibarra 50 “ 51
Doctor Estanislao Vergara 28
José Joaquín de Olmedo 28 Licenciado Francisco Aranda 51
Doctor Estanislao Vergara 29 “ 30 Doctor Lucio Pulido 51
General Domingo Caicedo 30 Doctor Joaquín Herrera 51 “ 53
Doctor Vicente Borrego 30 Ramón Yepes 53
Simón Planas 53 “
54
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl 55
Licenciado Francisco Aranda 55
MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES DE VENEZUELA, Jacinto Gutiérrez 55 “ 58
DESDE 1830 HASTA 1895 Doctor Wenceslao Urrutia 58
Fermín Toro , 58
Miguel Herrera 58
Doctor Diego Bautista Urbaneja, p 1830 Licenciado Luis Sanojo 58 “ 59
Santos Michelena 30 á 33 Estanislao Rendón 59
Pedro Pablo Díaz 33 “ 34 Doctor Manuel Machín Quintero 59
Santos Michelena 34 “ 35 Licenciado Juan Jo.sé Mendoza 59 “ (iO
José E. Gallegos 35 “ 36 Licenciado Pedro de las Casas (5u
Coronel Guillermo Smith 37 “ 40 Licenciado Rafael Seijas 60 “ 61
Licenciado Francisco A randa 41 “ 43 General Carlos Souhlette 61
cc DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

Doctor Hilarión Nadal 01 Juan Vicente Bolívar y Telesforo Oréa, comisionados á


Licenciado Jesús M. Morales Marcano... 01 losEstados Unidos de América, á solicitar protección para la
Doctor Pedro José Rojas, (Secretario Gral.)
General Antonio Guzmán Blanco
02 á 03 Independencia de Venezuela. 1810. —
03 Álariano Montilla y Vicente Salinas, comisionados á las
General José Gabriel Ochoa
Licenciado Rafael Seijas
03 “ 04 Antillas con el mismo fin de los anteriores. 1810. —
05 Pro. doctor José Cortés Madariaga, comisionado á la Nue-
General Antonio Guzmán Blanco
Licenciado Rafael Seijas
05 va Granada con el mismo objeto que los anteriores. 1811. —
00 “ 07 Generales Lino de Clemente y Juan Robertson, Agentes
Doctor Jesús María Sistiaga 07 en Londres con el objeto de solicitar protección para Vene-
Jacinto Gutiérrez 07 zuela. — 1814.
Licenciado Rafael Arvelo 08 José Rafael Revenga,Agente en los Estados Unidos de
Doctor Guillermo Tell Villegas 08 “ 09 < América, con el mismo objeto. 1815. —
Doctor Ildefonso Riera Aguinagalde 09 General Lino de Clemente, Agente en el mismo país v
Licenciado Rafael Seijas 09 —
con el ])ro{)io objeto. 1817.
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl 09 Luis López Méndez, Agente en Londres para solicitar re-
Doctor Felipe Jiménez 09 “ 7U cursos y tropas para libertar á Venezuela. 1817. —
Doctor Hilarión Antich 70 Fernando Peñalver, Agente en Londres para solicitar un
Doctor Diego Bautista ürbaneja, h 70 empréstito y el ai)oyo del gobierno británico en favor de Co-
Antonio L. Guzmán 70 “ 72 lombia. — 1819.
Doctor Diego Bautista Barrios 72 “ 73 General José María Vergara, comisionado á Londres á
Jacinto Gutiérrez
Doctor Jesús María Blanco Arnal
73 estudiar la legislación criminal y el juicio por jurados. 1819. —
74 Coronel Manuel Cortés Cainpomanes, Agente en Francia
Jacinto Gutiéi'rez
Doctor Jesús María Blanco Arnal “
74 para .solicitar elementos de guerra j)ara Venezuela. 1819. —
74 70 Ductor Francisco A. Zea, Enviado Extraordinario y Mi-
Doctor Canuto García 70 nistro Plenipotenciario en Erancia, para establecer relaciones
Doctor Eduardo Gaicano
Doctoi' Raimundo Andueza Palacio
76 “ 77 diplomáticas y fundar el crédito de Colombia. 1820. —
77 Manuel Torres, Enviado Extraordinario y Ministro Ple-
Doctor Ildefonso Riera Aguinagalde 77 nipotenciario en los Estados Unidos de América, con el objeto
Doctor Rafael Seijas 77 de solicitar elementos de guerra, etc., etc. 1820. —
Marco A. Saluzzo 77 “ 78 José Rafael Revenga y doctor Tiburcio de Echeverría,
Doctor Sebastián Casabas 78 Plenipotenciarios á Madrid para negociar la paz entre Vene-
Doctor Raimundo Andueza Palacio 78 zuela y Es[)aña. —
1821.
Trinidad Celis Avila 78 Miguel Santamaría, Enviado Extraordinario y Ministro
Doctor Carlos Arvelo 79 Plenipotenciario á México para firmar un tratado de liga
y con-
Jacinto Gutiérrez 79 federación .
— 1821.
Pedro Eze(|uiel Rojas 79 Joaquín Mosquera y Arboleda, Enviado Extraordinario
Doctor Eduardo Calcaño 79 y Ministro Plenipotenciario al Perú, Chile y el Plata, el mis-
General Angel Félix Barberii 79 mo olijeto del anterior })lenipotenciario. — 1821.
Doctor Julián Viso 79 “ SO José Rafael Revenga, Agente Fiscal en Londres, para
Doctor Pedro José Saavedra 80 “ 81 arreglar la deuda de Colombia. —
1822.
Doctor Rafael Seijas 81 “ 84 Doctor José Tiburcio de Echeverría, Ministro Plenipoten-
Doctor Benjamín Qüenza 84 ciario á la Corte Pontificia, para arreglar asuntos de la Iglesia
Doctor Vicente Amengua! 84 de Colombia. —
1822.
Doctor Manuel T. Lander 85 Doctor Manuel José Hurtado, Enviado Extraordinario y
Doctor Benjamín Qüenza 85 “ 86 Ministro Plenipotenciario en Londres, para establecer relacio-
Doctor Ezequiel María González 86 nes políticas y comerciales. —
1823.
Doctor Julián Viso 84 General Antonio José de Sucre, Ministro Plenipotenciario
Doctor Diego B. Ürbaneja 86 “ 88 en Lima, para apoyar al general colombiano Manuel Valdés,
Doctor Rafael Seijas 87 mientras Bolívar iba á libertar el Perú. —
1823.
Doctor Agustín Istúriz 88 General Daniel F. O’Leary, Plenipotenciario á Chile, á
Doctor Nicanor Borges 88 “ 89 solicitar recursos para libertar al Perú. —
1823.
Doctor Antonio Parejo 89 José María Salazar, Ministro Plenipotenciario en los Esta-
Pascual Casanova 89 “ 90 dos Unidos de América, á varios asuntos públicos de Colom-
Doctor Rafael Seijas 90 bia. — 1823.
Doctor Rafael Fernando Seijas 90 Francisco Antonio Arrublas y Francisco Montoya, Agen-
Marco A. Saluzzo 90 “ 91 tes Fiscales en Francia, para contratar un empréstito para
Doctor Carlos F. Grisanti 91 —
Colombia. J 824.
Manuel Fombona Palacio 91 Ignacio Tejada, Ministro Plenipotenciario en la Corte Pon-
Marco Antonio Saluzzo
Doctor Feliciano Acevedo
91 tificia para arreglar asuntos de la Iglesia Colombiana. 1824. —
91 Manuel María Ayala, Ministro Plenipotenciario á Centro
Doctor Manuel Clemente ürbaneja
General Marco A. Silva Gandolphi
92 América, á solicitar recursos para libertar al Perú. 1824. —
92 General Francisco Carabaño, comisionado á las Antillas
Pedro Ezequiel Rojas 92 “ 95 francesas jiara agenciar asuntos sobre la paz de Colombia.
Doctor Lucio Pulido 95 ^ 1824.
Coronel Juan Salvador Narváez, Ministro Plenipotencia-
rio á Haití, á felicitar al
gobierno de aquel país por su inde-
CUADRO DE LOS COMISIONADOS, AGENTES FISCALES, PLENIPO- pendencia. —1825.
TENCIARIOS Y ENVIADOS EXTRAORDINARIOS A' ENCARGADOS Javier Morales, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
DE NEGOCIOS, (JUE HAN TENIDO EN EL EXTERIOR LA ANTI- potenciario á Centro América. Varios asuntos. 1825. —
GUA COLOMBIA Y VENEZUELA DESDE 1810. Mariscal Antonio José de Sucre, Enviado Extraordinario
y Ministro Plenipotenciario al Perú para arreglar el asunto lí-
Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés
mites de la antigua Colombia. 1825. —
Bello, eo- Santos Michelena, Enviado Extraordinario y Ministro
misionados á Londres para solicitar protección de la Gran Plenipotenciario á Londres. Varios asunto-s. 1826. —

Bretaña en favor de la Independencia de Venezuela. 1810. General Leai\dro Palacio, Enviado Extraordinario
y l\Ii-
— ——

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCI

iiistroPlenipotenciario en Francia para obtener el reconoci- Mini.stro Plenipotenciario á las Repúblicas del Sur. Legación
miento de Colombia. 1828. — ordinaria. —
1853.
General Daniel F. O’Leary, Ministro Plenipotenciario al Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro
Perú, i)ara arreglar las diferencias ixilíticas entre Colombia y Plenipotenciario á Francia é Inglaterra. —
Varios asuntos.
el Perú.— 1820. 1853.
José Fernández Madrid, Enviado Extraordinario y Minis- Ramón Azpurúa, Encargado de Negocios en los Estados
tro Pleni{)Ot('iiciarioen Europa, para fírmar en Londres un Unidos de América, á estrechar las relaciones de amistad y
tratado de amistad, paz y comercio con Holanda. 1820. — comercio. —
1854.
General Francisco Carabaño y José E. Gallegos, comi.sio- Licenciado Francisco Aranda, Ministro Plenipotenciario á
nados á la Nueva Granada para tratar sobre las divergencias los E.stados Unidos de América. Varios asuntos. 1855. —
de Venezuela con aquel jjaí.s. 1832.— Francisco Micbelena y Rojas, Agente á las naciones de
Félix María Alfon.so y Juan N. Chaves, comi,sionados al la América del Sur, á explorar sus grandes ríos. 1855. —
mismo país y con el mismo objeto. 1832. — Fortunato Corvaia, Enviado Extraordinario }’ Mini.stro
Santos Micbelena, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario á Francia. Varios asuntos y á enviar inmi-
Plenipotenciario á la Nueva Granada, á reconocer y dividirlos grados. —
1855.
créditos activos y [)asivos de la antigua Colomlúa. 1833. — General Carlos Luis Castelli, Enviado Extraordinario y
General Mariano Montilla, Enviado Extraordinario y Mini,stro Plenipotenciario á la Nueva Granada y Estados Uni-
Ministro Plenipotenciario á Londres, á celebrar un tratado de dos de América. A tratar sobre la paz de Venezuela y Nue-
reconocimiento de Venezuela por la Gran Bretaña. 1834. — va Granada. 1855. —
General Carlos Soublette, Enviado Extraordinario y Minis- Doctor Modesto Urbaneja y Juan Ginsejipi, Agentes fisca-
tro Plenipotenciario á España, á fijar las bases del reconoci- les en Londres. A celebrar arreglos con el Comité de vales
miento de Venezuela por España. 1835. — liispano-ameri canos. 1857.—
Santos Micbelena, Enviado Extraordinario y Ministro Doctor Mariano de Briceño, Ministro Plenipotenciario á
Plenipotenciario á Nueva Granada, á terminar los asuntos los Estados Unidos de América, á arreglar la cuestión Isla de
pendientes que dejó en 1833. —
1837. Aves y los Hebreos residentes en Coro. 1857. —
Doctor Alejo Fortique, Agente Fiscal en Londres para Licenciado José Santiago Rodríguez, Agente fiscal en Eu-
practicar arreglos con los acreedores de Venezuela por las deu- ropa. A celebrar arreglos con los tenedores de la deuda de Ve-
das que le tocaron. 1837.— nezuela en el exterior. —
1858.
Coronel Sebastián Boquier, comisionado á Haití, para per- Doctor Mauricio Berrisbeitia, Enviado Extraordinario y
seguir á los rei^olucionarios de Venezuela a.silados allí. 1837. — Ministro Plenipotenciario en Francia. A arreglar la cuestión
Reid Irwingy C’.', Agentes Fiscales en Londres para tra- franco-inglesa con Venezuela. 1858.—
tar con los tenedores de la deuda colombiana. 1839. — Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
Doctor José María Vargas, general José María Carreño, potenciario á España, firmó un tratado con Italia. 1859. —
Mariano Ustáriz y prebendado Manuel C. Sánchez, comisiona- Fi-ancisco Micbelena y Rojas, Ministro Plenipotenciario á
dos á Santa Marta á traerlos restos del Libertador. 1842. — la Nueva Granada y Ecuador. A reclamar lo que adeuda-
Doctor Alejo Fortique, Enviado Extraordinario y Minis- ban ])or los créditos de Colombia. — 18b0.
tro Plenipotenciario en Londres. Firmar un tratado sobre co- General José A. Páez, Enviado Extraordinario y Ministro
rreos y asunto Bocas del Orinoco. 1843. — Plenipotenciario en los Estados Unidos de América. Arreglar
Rafael Mai'ía Barait, Agente confidencial en Londres para asunto internacional con España. 1800. —
auxiliar anterior plenipotenciario.
al 1843. — Doctor Hilarión Nadal, Agente fi.scal en Londres para con-
Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- tratar como contrató un empré.stito. 1801. —
potenciario en Nueva Granada. Tratar sobre límites con Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y
aquella nación. — 1844. Venezuela, Mini,stro Plenipotenciario á la Corte Pontificia.
General Rafael Urdaneta, murió en París antes de llegar Celebrar un concordato con el Papa Pío IX, el cual quedó
á España, á donde iba á canjear el tratado de reconocimiento, sin ejecución. —
1802.
paz y ami.stad con aquella nación. 1845. — General Antonio Guzmán Blanco, Agente fiscal en Lon-
Fermín Toro, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- dres, á contratar como contrató un empréstito de £. 1.500.000.
potenciario á España á la misma comisión que llevaba el ge- —1803 y 1804.
neral Urdaneta, en sustitución del señor Santos Micbelena, Antonio L. Guzmán, Ministro Plenipotenciario en Lima,

que renunció. 184b. á representar á Venezuela en el Congreso americano reunido
José Julián Ponce, i’epresentante de la Municipalidad de allí. —
1804.
Caracas en Lima, á reclamar del Perú el millón de pesos que Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro

donó al Libertador en 1825. 1851. Plenipotenciario á la Corte Pontificia, á hacer anular el Con-
; Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro cordato celebrado por el Arzobispo Guevara en 1802. 1804. —
Plenipotenciario á los Estados Unidos de América, á estrechar Antonio L. Guzmán, Comisionado fiscal en Londres, para
las relaciones políticas y mercantiles con aquella nación. negociar las modificaciones del empréstito de la Dictadura
1851. Páez. —
1805.
Juan Crisóstomo Hurtado, Enviado Extraordinario y Mi- Blas Bruzual, Ministro Plenipotenciario á los Estados Uni-
nistro Plenipotenciario en España y otras Cortes de Europa. dos de América, á varios asuntos y á ti'atar sobre inmigración.
Entre otros asuntos, algunos de comercio con aquella nación —1805.
y arreglo de la deuda recíproca. 1852. — General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordi-
Francisco Micbelena y Rojas, Enviado Extraordinario nario y Ministro Plenipotenciario en cuatro Cortes Europeas.
y
Ministro Plenipotenciario á España y Corte Pontificia. Al Unificar en un solo tipo la deuda de Wnezuela en el exte-
primer país á arreglar las reclamaciones de Venezuela por los rior. — 1800.
secuestros de la independencia y á Roma sobre asuntos de la Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y

;

Iglesia. No fue recibido por el Sumo Pontífice. 1852. Venezuela, doctor Juan Hilario Bosset, Obis})o de Mérida y
José Gregorio Villafañe, Enviado Exti'aordinario doctor José Antonio Ponte, á asistir á la Corte Pontificia en el
y IMi-
nistro Plenipotenciario á la Nueva Granada, á tratar sobre la Concilio que declaró la infalibilidad del Sumo Pontífice.
cuestión límites de Venezuela con acjuella re})ública. 1853. — 1809.
Federico Hutb, Agente Fiscal en Londres, para reclamar Doctor Lucio Pulido, Ministro Plenipotenciario á Holan-
^sumas de Venezuela. — 1853. da, á tratar .sobre el restablecimiento de las i’elaciones de Ve-
~V Doctor Lucio Pulido, Enviado Extraordinario y Ministro nezuela con aquella potencia. 1871. —
Plenipotenciario al Perú, ó
arreglar a.suntos pendientes de Doctor Jo.sé María Rojas, IMinistro Plenij)otonciario en
tiempo de la antigua Colombia. 1853. — España, Holanda y Gran Bretaña. An-eglar el asunto deuda
Antonio Leocadio Guzmán, Enviado Extraoi’dinario
y exterior de á'cnezuela y otros asuntos. 1874. —
f

CCII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

General Venancio Pulgar, Enviado Extraordinario y Mi- José Antonio Olavarría, Encargado de Negocios en
nistro Plenipotenciario á Francia. —
Legación ordinaria. 1874. Washington. Terminar el asunto de la Comisión mixta. 1887. —
Juan Bautista Dalla Costa, Enviado Extraordinario y Mi- Genei’al Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina-
nistro Pleni])otenciario en los Estados Unidos de América, á rio y Ministro Plenipotenciario en las mismas 7 cortes de Eu-
demandar la nulidad de los fallos de la Comisión mixta. ropa en que estuvo acreditado anteriormente. Legación or-
1874. dinaria. — 1887.
General Rafael Márquez, Enviado Extraordinario y Mi- Antonio Silva, Encargado de Negocios en
Francisco
nistro Plenipotenciario en Colombia, a tratar sobre el asunto Washington. Legación ordinaria. 1886. —
límites de Venezuela con aquella nación. —
1875. General Francisco de Paula Páez, Correo de Gabinete á
Doctor Eliseo Acosta, Ministro Plenipotenciario en París, Francia. — 1887.
á asistir á la Convención universal que unificó el sistema mé- Doctor Modesto Urbaneja, Enviado Extraordinario y Mi-
trico. — 1875. nistro Plenipotenciario en Francia. Legación ordinaria.
Mateo Guerra Marcano, Comisionado Nacional á Quito, 1889.
á solicitar los restos mortales del Mariscal Sucre, sin resultado General Nicanor Bolet Peraza, Enviado Extraordinario

alguno. 1875. y Ministro Plenipotenciario en Washington. Legación ordina-
Doctor Gerónimo E. Blanco, Comisionado Nacional á Bo- ria. — 1889.
gotá, á conducir documentos de límites de Venezuela con Doctor Lucio Pulido, Agente Confidencial en los Estados ;

Nueva Colombia. 187(3. — Unidos y Londres, á tratar sobre el asunto límites de Vene-
zuela con la Guayana británica. —
1890.
^
Generales Vicente Ibarra y Jacinto Lara, Comisionados
al Ecuador, Perú y Bolivia. A solicitar los restos mortales Carlos Rangel Garbiras, Enviado Extraordinario y Minis-
del Mariscal Sucre y llevar obras históricas y literarias de tro Plenipotenciario á España, á obtener documentos para el
Venezuela á las bibliotecas de aquéllas nacione.s. 1876. — asunto límites de Venezuela con la Guayana inglesa y activar
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- el fallo del soberano español en la cuestión límites de Vene-
rio y Ministro Plenipotenciario á España, Alemania, Fran- zuela con Colombia. —
1890.
cia, Gran Bretaña Roma, Bélgica y Corte Pontificia. Lega- Doctor Fernando Burguillos, á Colombia y Ecuador.
ción ordinaria. — 1877. 1890.
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl, Comi.sionado Nacional á General Marco A. Silva Gandolphi, al Perú y Bolivia. —
Haití, á cimentar las relaciones de amistad, comercio y nave- 1890.
gación. —1877. Pedro Ezequiel Rojas, á la Argentina y Chile. 1890. —
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- General Jacinto Regino Pachano, á Haití y Santo Do-
rio y Ministro Plenipotenciario en las mismas Cortes que en mingo.
1877. Legación ordinaria. 1879.— General Domingo Santos Ramos, al Brasil, Uruguay y
Doctor José María Rojas, Ministro Plenipotenciario en —
Paraguay. 1890.
Londres y París. Varios asuntos y entre otros el protocolo Doctor Juan Pietri, á México.

Roj as-Perei ra. 187 9 Doctor Rafael Villavicencio, á las cinco repúblicas cen-
Miguel Tejera, doctor Miguel G. Oropeza y Rafael Rojas, trales. — 1890.
miembros de la Comisión de límites de Venezuela con el Bra- Doctor Pedro Naranjo, delegado al congreso de juristas
sil, á demarcar los dichos límites. —
1880. reunido en Lima, en 1877.
Simón Bolívar O’Leary, Enviado Extraordinario y Mi-
nistro Plenipotenciario á Bogotá, á tratar sobre el asunto lími-
tes de Venezuela con Colombia. 1881.— General Luis Level de Goda, Enviado Extraordinario y
Miguel Tejera, Ministro Plenipotenciario al Brasil á tra-
tar sobre los reparos hechos por el Brasil á la línea que divide Ministro Plenipotenciario en Franeia. Legación ordinaria.
á Venezuela con aquella nación. 1881.— 1891.
Doctor Fernando Arvelo, Enviado Extraordinario y Mi-
Doctor Eduardo Calcaño, Enviado Extraordinario y Mi-
nistro Plenipotenciario á España, á obtener del Rey Alfon-
nistro Plenipotenciario enEspaña. Misión ordinaria. 1891. —
so XII, la aceptación como árbitro en la cuestión límites de General Rafael Carabaño, Enviado Extraordinario y Mi-
Venezuela con Colombia. 3882. — nistro Plenipotenciario en Francia. Legación ordinaria.
Doctor Julián Viso, Agente Abogado de Venezuela en 1892.
España para abogar en el mismo asunto que llevó el anterior Doctor Francisco E. Bustamante, Enviado Extraordinario
Plenipotenciario Calcaño. 1882.— y Ministro Plenipotenciario en los Estados Unidos de América.
Legación ordinaria. 1892. —
Carlos ü’Leary, Agente fiscal en Londres para varios asun-
to.s. —1883. Tomás Michelena, Agente Confidencial á Londres, á la
General Antonio Guzmán Blanco, Enviado Extraordina- cuestión límites de la Guayana. —
1893.
rio Ministro Plenipotenciario en las 7 cortes en que estuvo en José Antonio Unda, Enviado Extraordinario y Ministra
y
Europa en 1879. Legación ordinaria. 1884. — Plenipotenciario en Colombia. Legación ordinaria. 1893. —
Emilio Dusart, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni- José Andrade, Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-
potenciario á Persia. Establecer relaciones de amistad y co- potenciario en los Estados Unidos. Legación ordinaria.
mercio con aquella nación. 1884. — 1893.
Doctor Antonio María Soteldo, Encargado de Negocios Martín J. Sanavria, Encargado de Negocios en Alema-
en Washington. Terminar la demanda contra los fallos déla nia. — 1884.
Comisión mixta. 1885. — Simón Camacho, Mini.stro Residente en los Estados Lhii-
Doctor Benjamín (¿üenza. Enviado Extraordinario y Mi- dos de América. —
1884.
nistro Plenipotenciario en Haití y Santo Domingo, á reclamar Doctor Rafael Fernando Seijas, Encargado de Negocios
el vapor Justicia j otros elementos de guerra de los revolu- en España. —
1891. —
A.suntos generales.
cionarios de 1885. —
1885. Doctor David Lobo, Encargado de Negocios en Was-
Doctor Francisco de Paula Matheus y General A. B. Cuer- hington.
vos, Ministros Plenij)otenciarios en París y Londres, interina- Jacinto Gutiérrez Coll, Encargado de Negocios interino

mente. 1886. en Francia. Asuntos generales.
Correos de Gabinete que llevaron el fascímile del monu- Marco Antonio Saluzzo, Enviado Extraordinario y Mi-
mento que se pensó erigir á Bolívar en Panamá doctor Pedro
;
nistro Plenipotenciario en España. Asuntos generales.
Hermoso Telleria, á Colombia; Leandro Eortique, al Ecuador; Doctor José Gil Fortoul, Encargado de Negocios en Fran-
y doctor Francisco de Paula Reyes al Perú y Bolivia. 1887 — —
cia. Asuntos generale.s.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCIII

Doctor José Gil Fortoul, Encargado de Negocios en Suiza, La América volvió á existir de nuevo, desde que pudo
para atender á la reclamación de Fabiani. y debió tomar á su cargo su suerte y su conservación ;

Doctor José de Jesús Paúl, Ministro Residente en las como la España pudo reconocer, ó no, los derechos de un
Repúblicas de la América .Central. Asuntos generales. rey, que había apreciado más su existencia que la dignidad
Doctor Antonio José de Sucre, Encargado de Negocios en de la nación que gobernaba.
Chile. Asuntos generales. Cuantos Borbolles concurrieron á las inválidas estipu-
El mismo, Encargado de Negocios en el Ecuador, promo- laciones de Bayona, abandonando el territorio español con-
vido después á Enviado Extraordinario y Ministro Plenipo- tra la voluntad de los pueblos, faltaron, despreciaron y ho-
tenciario. Para solicitar los restos del Gran Mariscal de llaron el deber sagrado que contrajeron con los españoles
Ayacucho. de ambos mundos, cuando con su sangre y sus tesoros los
General Francisco Tosta García, primero Agente Confi- colocaron en el trono, á despecho de la casa de Austria ;

dencial y después Enviado Exti-aordinario y Ministro Pleni- por esta conducta quedaron inhábiles é incapaces de gober-
potenciario en Holanda. Restablecimiento de las relaciones nar á un pueblo libre, á quien entregaron como un re-
diplomáticas. baño de esclavos.
Encargado de Negocios interino
Nicolás Veloz Goiticoa, Los intrusos gobiernos que se arrogaron la representa-
allímismo. ción nacional, aprovecharon pérfidamente las dispo.si clones
Doctor Federico R. Cliirinos, Ministro Residente en que la buena fe, la distancia, la opresión y la ignorancia
Alemania. Asuntos generales. daban á los americanos contra la nueva dinastía que se
introdujo en España por la fuerza ; y contra sus mismos
jirincipios, sostuvieron entre nosotros la ilusión á favor de
Fernando, para devorarnos y vejarnos impunemente cuando
HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA más nos prometían la libertad, la igualdad y la íi'aterni-
III nad, en discursos jiomposos y frases e.studiadas, para encu-
brir el lazo de una representación amañada, inútil y de-
ACTA DE INDEPENDENCIA gradante.
Luego que se disolvieron, sustituyeron y destruyeron
entre .sí las varias formas de gobierno de España, y que
.

En el nombre de Dios Todopoderoso Nosotros los repre- la lej' imperiosa de la necesidad dictó á Venezuela el con-
sentantes de las provincias unidas de Caracas, Cumaná, Ba- servarse á sí misma, para ventilar y conservar los derechos
rinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman de su rey y ofrecer un asilo á sus hermanos de Europa,
la confederación americana de Venezuela en el continente contra los males que les amenazaban, se. desconoció toda
meridional, reunidos en congreso, y considerando la plena su anterior conducta, se variaron los principios y se llamó
y absoluta jiosesión de nuestros derechos, (pie recobramos insurrección, perfidia é ingratitud, á lo mismo que sirvió
justa y legítimamente de.sde el 19 de abril d,e ISIO, en con- de norma á los gobiernos de España, porque ya se les ce-
secuencia de la jornada de Bayona, y la ocupación del trono rraba la puerta al monopolio de administración que que-
español, por la conquista y sucesión de otra nueva dinas- rían perpetuar á nombre de un rey imaginario.
tía, constituida sin nuestro consentimiento queremos antes
;
A pesar de nuestras protestas, de nue.stra moderación,
de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros
por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden polí- principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de
tico de los acontecimientos humanos, patentizar al universo Europa, se nos declara en estado de rebelión se nos blo-
;

las razones que han emanado de estos mismos aconteci- quea; se nos ho.stiliza se nos envían agentes á amotinarnos
;

mientos, y autorizar el libre uso que vamos á hacer de unos contra otros y se procura desacreditarnos entre todas
;

nuestra soberanía. las naciones del mundo, implorando sus auxilios para de-
No queremos, sin embargo, empezar alegando los de- primirnos.
rechos C{ue tiene todo país conquistado })ara recuperar su Sin hacer el menor aprecio de nuestras razones, sin
estado de propiedad é independencia olvidamos generosa-
;
presentarlas al imparcial juicio del mundo, y sin otros
mente la larga serie de males, agravios y privaciones, que jueces que nuestros enemigo.s, se nos condena á una dolo-
el derecho funesto de conqui.sta lia causado indistintamente rosa incomunicación con nuestros hermanos ; y para añadir
á todos los descendientes de los descubridores, conquistado- el desprecio á la calumnia, se nos nombran apoderados con-
res y pobladores de estos países, hechos de peor condición tra nuestra expresa voluntad, para que en sus cortes dis-
por la misma razón que debía favorecerlos y corriendo un
;
pongan arbitrariamente de nuestros intereses, bajo el in-
velo sobre los trescientos años de dominación española en flujo y la fuerza de nuestros enemigos.
América, sólo presentaremos los hechos auténticos y noto- Para sufocar y anonadar los efectos de nuestra repre-
rios que han debido desprender y han desprendido de de- sentación cuando se vieron obligados á concedérnosla, nos
recho á un mundo de otro, en el trastorno, desorden y con- sometieron á una tarifa mezquina y diminuta _y sujetaron
quista que tiene ya disuelta la nación española. á la voz pasiva de los ayuntamientos, degradados por el
Este desorden ha aumentado los males de la América, despotismo de los gobernadores, las formas de la elección ;

inutilizándole los recursos y reclamaciones, y autorizando lo que era un insulto á nuestra sencillez y buena fe, más
la impunidad de los gobernantes de España para insultar bien que una consideración á nuestra incontestable impor-
y oprimir esta parte de la nación, dejándola sin el ampa- tancia política.
ro y garantía de las leyes. Sordos siempre á los gritos de nuestra ju.sticia, han
Es contrario al orden, imposible al gobierno de España procurado los gobiernos de España desacreditar todos nues-
y funesto á la América, el que teniendo esta un territo- tros esfuerzos, declarando criminales y sellando con la in-
rio infinitamente más extenso y una población incompara- famia, el cadalso y la confiscación, todas las tentativas que,
blemente más numerosa, dependa y esté sujeta á un ángulo en diversas épocas, han hecho algunos americanos para la
peninsular del continente europeo. felicidad de su país, como lo fue la que últimamente nos
Las cesiones y abdicaciones de Bayona las jornadas
;
dictó la propia, seguridad, para no ser envueltos en el des-
del Escorial y de Aranjuez, y las órdenes del lugarteniente orden que })resentíamos, y conducidos á la horroro.sa suerte
duque de Berg á la América, debieron poner en uso los que vamos ya á apartar de nosotros [lara siempre : con
derechos que hasta entonces habían sacrificado los america- esta atroz política han logrado hacer á nuestros hermanos
nos á la unidad é integridad de la nación e.spañola. insensibles á nuestras desgracias, armarlos contra no.sotros,
Venezuela antes que nadie reconoció y conservó gene- borrar de ellos las dulces impresiones de la amistad y de
rosamente esta integridad, por no abandonar la cau.sa de la consanguinidad, y convertir en enemigos una parte de
sus hermanos mientras tuvo la menor apariencia de sal- nuestra gran familia.
•.vación. Cuando nosotros fieles á nuestras })romesas sacrificába-
CC'IV DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

mos nuestra seguridad y dignidad civil, por no abandonar representantes ;y que, como tal Estado libre é independiente,
los derechos que generosamente conservábamos á Fernando tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que
de Borbón, hemos visto, que á las relaciones de la fuerza .sea conforme á
la voluntad general de sus pueblos; decla-
que lo ligaban con el emperador de los franceses, ha aña- rar la guerra, bacer la paz, formar alianzas, arreglar trata-
dido los vínculos de sangre y amistad por lo que, hasta
;
dos de comercio, límites y navegación bacer y ejecutar to-
;

los gobiernos de España han declarado ya su resolución de dos los demás actos que hacen y ejecutan las naciones li-
no reconocerlo sino condicionalmente. bres é independientes. Y
para bacer válida, firme y sub-
En esta dolorosa alternativa hemos permanecido tres sistente esta nuestra solemne declaración, damos
y empeña-
«Vi

años en una indecisión y ambigüedad política tan funesta mos mútuamente unas provincias á otras nuestras vidas, -*«,»

y peligrosa, que ella sola bastaría á autorizar la resolu- nuestras fortunas y el sagrado de nuestro honor nacional.
ción, que la fe de nuestras promesas y los vínculos de la Dada en el palacio federal de Caracas, firmada de núes- i
fraternidad nos habían Irecho diferir, hasta que la necesi- tras manos, sellada con el gran sello provisional de la confede-
^
dad nos ha obligado á ir más allá de lo que nos propu- ración, y refrendada por el secretario del Congreso, á cinco r
simos, imj^elidos por la conducta hostil y desnaturalizada de días del mes de julio del año de 1811, primero de nuestra '

los gobiernos de España, que nos ba relevado del jura- independencia.


mento condicional con (pie hemos sido llamados á la augusta Juan Antonio Rodríguez Domínguez, presidente, diputa-
representación que ejercemos.
do de Nidrias, Luis Ignacio Mendoza, vicepresidente, dipu-
Mas nosotros que nos gloriamos de fundar nuestro pro- tado de la villa de Obispo. Por la |)rovincia de Caracas
ceder en mejores principios, y que no queremos establecer Isidoro Antonio López ^Iéndez, dipiúado de la capital, Fer-
nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestro.-^ semejantes, nando Toro, diputado de Caracas, Martín Tovar Ponte, diputado
miramos y declaramos como amigos ‘nuestros, compañeros de San Sebastián, Juan Toro, diputado de Valencia, Juan Germán
de nue.stra suerte, y partícipes de nuestra felicidad, á los Roscio, diputado por Calabozo, Felipe Fermín Paúl, diputado
que unidos con nosotros i>or los vínculos de la sangi-e, la de San Sebastián, José Angel Alamo, diputado de Banpiisi-
lengua y la religión, han sufrido los mismos males en el rneto, Franci.sco Javier de ,Vstür\z, diputado por San Sebastiáin,
anterior orden siempre que, reconociendo nuestra absoluta
;
Nicolás de Castro, diputado de Caracas, Francisco Hernández,
independencia de él y de toda otra dominación extraña, diputado de San Carlos, Fernando Peñalver, diputado de Va-
nos ayuden á sostenerla con su vida, su fortuna y su opi- lencia, Gabriel Pérez de Pagóla, diputado de Ospino, Lino
nión, declarándonos y reconociéndonos (como á todas las de Clemente, diputado de Caracas, Salvador Delgado, diputado
demás naciones) en guerra, enemigos y en paz, amigos,
;
de Nirgun, El Marqués del Toro, diputado del Tocuyo, Juan
hermanos y compatriotas. Antonio Díaz Argote, diputado de ]dlla de Cura, Juan Jo.sé
Enatención á todas estas sólidas, públicas é incontes-
Maya, diputado de San Felipe, Luis José de Casería, diputado
tables razones de política, que tanto persuaden la necesidad
de Valencia., José Vicente VudaSdiputado de Guanare, Fran-
de recobrar la dignidad natuial, que el orden de los su- cisco Javier Yanes, diputado de Araure. Por la provincia de
cesos nos ha restituido; en uso de los imprescriptibles de- Cumaná: Francisco Javier de Maíz, diputado de la capital,
rechos que tienen los pueblos para destruir todo })acto, con-
José Gabriel de Alcalá, diputado de la capital, Mariano de
venio ó asociación que no llena los fines para que fueron la Cova, diputado del Norte, Juan Bermúdez, diputado del Sur.
instituidos los gobiernos, creemos que no podemos, ni de- Por la provincia de Barínas: Juan Nepomuceno Quintana,
bemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de diputado de Achaguas, Ignacio Fernández, diputado de Bo-
España y que, como todos los pueblos del mundo, esta-
;
vinas, José de Lata y Bussi, diputado de San Fernando, José
mos libres y autorizados para no depender de otra autori- Luis Cabrera, diputado de Gaanarito, Manuel Palacios, dipu-
dad que la nuestra, y tomar entre las potencias de la tierra tado de Mijagual. Por la provincia de Barcelona Francisco
:

el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos de Miranda, diputado del Pao, Francisco Policarpo Ortíz,
asignan y á que nos llama la sucesión de los aconteci- diputado de San Diego, José María Ramírez, dipu.tado de
mientos humanos y nue.stro propio bien y utilidad. Aragua. Por la provincia de Margarita: Manuel Plácido
Sin embargo de que conocemos las dificultades que Maneiro, diputado de Margarita. Por la provincia de Méri-
trae consigo y las obligaciones que nos imjrone el rango da Antonio Nicolás Briceño^ diputado de Mérida, Manuel
;

que vamos á ocupar en el orden político del mundo, y la


influencia poderosa de las formas y habitudes á que hemos
Vicente de Maya, diputado de la Grita. —
El Secretario, Fran-
cisco Isnardi.
estado, á. nuestro pesar, acostumbrados también conoce-
;

mos, que la vergonzosa, sumisión á ellas, cuando podemos 1811


sacudirla, sería más ¡.ignominiosa para nosotros, y más fu-
nesta para nuestra, ¡losteridad, que nuestra larga y penosa Firmantes de la Con.stitución de 1811, dada en el Pala-
servidumlu’e y que es ya de nuestro indispensable deber,
; cio Federal de Caracas, á veintiuno de diciembre de mil
proveer á nuestra conservación, seguridad y felicidad, va- ochocientos once, primero de nuestra Independencia. Juan —
riando esencialmente todas las formas de nuestra anterior Toro, j)residente, Isidoro Antonio López Méndez, Juan José
constitución. de Maya, Nicolás de Castro, Lino de Clemente, José María
Por tanto, creyendo con todas estas razones satisfecho Ramírez, Domingo de Alvarado, Manuel Plácido Maneiro,
el respeto quedebemos á las opiniones del género humano, Mariano de la Cova, Francisco Javier de Maiz, Antonio Ni-
á la dignidad de las demás naciones, en cuyo número va- colás Briceño, Francisco J. Yanes, Manuel Palacio, José de
mos á entrar, y con cuya comunicación y amistad conta- Sata y Bussy, José Ignacio Briceño, José Gabriel de Alcalá,
mos nosotros, los re])resentantes de las provincias unidas
:
Bartolomé Blandín, Francisco Policarpo Ortíz, Martín Tovar,
de Venezuela, poniendo por te.stigo al Ser Supremo de la Feli[>e Fermín Paúl, José Luis Cabrera, Francisco Hernández,
justicia de nuestro proceder y de la rectitud de nuestras in- Francisco del Toro, José Angel de Alamo, Gabriel Pérez de
tenciones, im¡)lorando sus divinos y celestiales auxilios, y Pagóla, Francisco X. Ustáriz, Juan Germán Ro.scio, Fernando
ratificándole, en el momento en que nacemos á la digni- Peñalver. —
L. S. —
Bajo los rej)aros que se expresan al pie de
dad que su providencia nos restituye, el deseo de vivir y esta acta número 2, firmo e.sta constitución, Francisco de Miran-
morir lil)res, creyendo y defendiendo la santa, católica y da, vicepresidente. Subscribo á todo, menos al artículo 180, rein-
apostólica religión de Jesucri.sto, como el primero de nues- terando mi protesta hecha en cinco del corriente, Juan Nepo-
tros deberos nosotros pues, á nombre y con la voluntad
; muceno Quintana. Subscribo á todo, menos al artículo 180,
y autoridad cpre tenemos dol virtuoso pueblo de Venezuela, que trata de abolir el fuero personal de los clérigos, sobre
declaramos .solemnemente al mundo, que sus provincias el que he protestado solemnemente, lo que se in.sertará á con-
unidas son y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, tinuación de esta constitución, Manuel Vicente de Maya.
Estados libres, soberanos é independientes, y cpie están ab- Subscribo en los mismos términos que el señor Maya, acom-
sueltos de toda sumisión y dependencia déla corona de Es- pañándose la prote.sta que he entregado ho^q Luis José Cazorla.
paña, ó de los que se dicen ó dijeren sus apoderados, ó Subscribo á toda la constitución menos al capítulo del fuero.

Pr)R el doctor RAFAEL FERNANDO SEIJAS ccv

Luis José de Rivas y Tovar. Bajo mi protesta del acuerdo FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1830
de diez y seis de los corrientes, Salvador Delgado. Sulxs-
cribo á todo excejjto el desafuero, José Vicente Unda. Subscri-
bo la })resente Constitución, con exclusión del ai'tículo 180, Esta constitución fue firmada por Miguel Peña, J. de
y con arreglo á la protesta que hice en cinco del corriente Dios Picón, Ramón Delgado, Francisco Javier Vanes, Alejo
y acompaña la Constitución y en los mismos términos que
; Fortique, Ramón Troconis, Juan Jo.sé Osío, José Manuel de
corre la de don Juan Quintana, Luis Ignacio Mendoza. Subs- los Ríos, -Manuel Olavarría, Jo.sé F. Unda, Andrés Narvarte,
cribo á todo lo sancionado en e.sta Constitución, á exce[)ción José E. Gallego.s, Francisco Conde, Carlos Soublette, J. José
del capítulo que habla del fuero ecle.siástico, según las pro- Pulido, José María Tellería, Vicente Michelena, Ramón Ayala,
te.stas que he bocho en las actas del día cinco del presente. José Grau, Manuel Vicente Huizi, J. Manuel Lauda, Andrés
Juan Antonio Díaz Arg<Ae, Francisco Isnardy, secretario. G. Albizu, Francisco T. Pérez, José Luis Cabrera, Manuel
de Urbina, Francisco Avendaño, Rafael de Guevara, Juan de
Dios Ruiz, Angel Quintero, Hilario Cistiaga, Francisco Me
jía, Manuel Cala, Eduardo A. Hurtado, Martín Tovar, Matías
DIPÜ'IWDÜS AL CONGRESO DE ANGOSTURA, INSTALADO EL 15
Lovera, B. Balda, A. J. Soublette, Manuel Quintero, Juan
DE FEBRERO DE 1819
E. González, José Vargas, J. Alvarez, S. Navas S[)ínola, P. P.
Díaz, Lucio Troconis, Antonio Pebres Cordero, Rafael Acevedo.
Le puso el cúmplase el presidente José Antonio Páez, y la
Por la provincia de Caracas; doctor Juan Germán Roscio, refrendaron los secretarios del despacho del interior, Antonio
doctor Luis Tomás Peraza, licenciado José de España, Ono- Leocadio Guzmán, del de guerra y marina, Santiago Mariño,
fre Ba.salo, Francisco Antonio Zea. Por la provincia de
y del de hacienda y relaciones exteriores, Santos Michelena.
Barcelona; coronel Francisco Vicente Parejo, presbítero
Eduardo Antonio Hurtado, licenciado Diego Bautista Urbaneja,
licenciado Ramón García Cádiz, Diego Antonio Alcalá. Por
la provincia de Cumaná; general Santiago Mariño, general FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DK 1857
Tomás Montilla, doctor Juan Martínez, Diego de Vallenilla.
Por la provincia de Barinas: doctor Nicolás Pumar, pre.sbítero
doctor Ramón Ignacio Méndez, coronel Miguel Guerrero, El presidente del Senado, diputado por Caracas, T. Paz
general Rafael Urdaneta, doctor Antonio María Briceño. Por Castillo. —El pre.sidente de la Cámara de Rejiresentantes, di-
la provincia de Guayana: Eu.sebio Afanador, Juan Vicente
Cardozo, doctor Fernando Peñalver, general Pedro León To-
})utado por Maracaibo, Rafael Urdaneta. — El vicepre.sidente del
Senado, senador por la provincia de CVyedes, Guillermo Tell
rres. Por la provincia de Margarita licenciado Gaspar Mar-
:
Villegas. — El vicepresidente de la CYunara de Represen-
cano, doctor Manuel Palacio, licenciado Domingo Alzuru,

tantes, diputa<lo por Trujiillo, 1), Bustillos. Senador por Ca-
Jo.sé de Jesús Guevara. Secretarios en la é[>oca (le .sesiones:
licenciado Diego Bautista Urbaneja, Diego de Vallenilla, José
rabobo, R. Arvelo. — Representante por Barinas, Felipe Agui-
llón, repre.sentante por la Portuguesa, Juan E. Arias, senador
Luis Ramo.s, Felipe Delipiani. por Aragua, Francisco J. Alfonzo, senador por Guayana,
Leandro Aristeguieta, reprt-*.sentante por Coro, Félix Arteaga,
senador por Maracaibo, Franci.sco Balbuena, representante por
FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1821 Guayana, Miguel AiÁsteguieta, .senador [lor el Yaracuy, J. G.
Lugo, senador ¡)or el Táchira, P. Casanova, senador por Cu-
maná, Manuel A. Castro, repre.sentante por Barinas, Daniel
Angulo, senador por Barinas, Lucio M‘.' Celio, representante
El pre.8Ídente del Congreso, doctor Miguel Peña y el vice- por Barqui.si meto, Manuel Alvistur, representante por Caracas,
presidente del Congreso, Rafael, obispo de Mérida
y de Ma- Jesús M“ Blanco, repre.sentante por Aragua, Jaime Bosch,
racaibo, Luis Ignacio Mendoza, Vicente Azuero, Diego F. senador por Barinas, Juan V. González Delgado, senador por
Gómez, José I. (le Márquez, Antonio María Briceño, Joaquín Barcelona, F. Hurtado, senador por Mérida, Pascual Luces,
Fernández de Soto, José Antonio Borrero, Miguel de Zárraga, representante por la Portugue.sa, bachiller Juan Francisco Bes-
Diego B. Urbaneja, José Antonio Yáñez, Manuel Benítez, canza, representante por Barcelona, B. Barrios, re}>resentan-
Pedro F. Carbajal, Alejandro Osoiio, José Cornelio Valencia, te por la provincia de Barquisimeto, J. Cayetano Bastía,
Joaquín Borrero, Salvador Camacbo, Franci.sco de P. Orbe- senador por Maturín, J. Antonio López, senador por Apure,
goso, doctor Ramón Ignacio Méndez, Mariano Escovar, Il- José M“ Lapalma, senador por Barcelona, Pacífico Monagas,
defonso Méndez, José F. Blanco, Domingo B. y Briceño, José senador por Barquisimeto, Fermín Medina, '-epresentante por
María Hinestro.sa, Miguel Domínguez, Bartolomé Osorio, José Cojedes, G. Cárdenos, senador por Guayana, Geraldo Monagas,
Antonio Paredes, Juan Ronderos, Jo.sé Prudencio Lanz, Manuel representante por Mérida, M. de J. Contreras, senador por
María Quijano, Sinforoso Mutis, Miguel de Tovar, José Gabriel el Guárico, Seba.stián Martin, senador por Caracas, Francisco
de Alcalá, J. Francisco Pereira, Joaquín Plata, doctor Félix Vicente Parejo, senador por la provincia de Trujillo, Valen-
Restrepo, Pedro Gual, Jo.sé Manuel Restrepo, Casimiro Calvo, tín Machado, nqiresentante por Maturín, Agustín Coll, re-
Juan Bautista Estoves, Gabriel Briceñ(j, Francisco Jo.sé Otero, ]>re.sentante por Maracaibo, Juan Celis, senador por Coro, José
Lorenzo Santander, Jo.sé Ignacio Balbuena, Nicolás Bailen Falcón, re])re.sentante por la provincia de Cojeiles, Juan José
de Guzmán, Pacífico Jaime, Bernardino Tovar, Miguel Ibañe.s, Apolonio Cruces, rej)re.sentante por Maracaibo, Francisco Ca-
José de Quintana Navarro, IMlicarpo Uricoechea, José A. Men- rabaño, senador por Margarita, José Aniceto Narváez, repre-
doza, Carlos Alvarez, Vicente A. Borrero, Andrés Rojas, Fran- sentante por Barinas, Eladio Delgado, senador por Aragua,
ci.sco Gómez, Cerbclión Urbina, Francisco Conde. El dipu- Jesús M“ Paúl, representante por Caracas, Feliiie Estoves, se-
tado secretario, Francisco Soto. El diputado secretario, Miguel nador por Trujillo, Miguel Pimentel, senador por el Táchira, C.
Santamaría. El di{>utado secretario, Antonio José Caro. Pala- Rangel, representante por el Guárico, Ignacio Esnal, repre-
cio del gobierno de Colombia, en el Ro.sario de Cúcuta, á G
sentante })or el Guárico, Joaquín Fernández, senador por Coro,
de octubre de 1821. — —11? Cúmplase, publícjuese
y circúle.se. José Antonio Rincón, senador por Maracaibo, Roque Rebo-
Dado, firmado de mi mano, sellado con el sello provisional lledo, representante ]ior Barinas, Juan Bautista Franco, re-
de la República y refrendado i)or los ministros secretarios pre.sentante por Barcelona, Pedro Mai’ía Freites, senador por
del despacho.— Simón Bolívar, (hay un sello). —
El ministro el Guárico, Mateo Rubín, senador por la Portuguesa, R. M.
de guerra y marina, Pedro Briceño Méndez .

El ministro de Rodríguez, representante ]>or Apure, Francisco Flores, repre-
hacipida y relaciones exteriores, Pedro Gual —
El ministro
.
sentante por el Guárico, Félix González Delgado, senailor por
del interior y de justicia, B. Urbaneja. la Portugue.sa, José A. Uzcátegui, .senador por Barquisimeto,
José D. Trías, representante j)or Carabobo, Rafael González
Delgado, re{)reseiitante por el Guárico, J. M. González, .se-

27
CCVI DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
nador por Cumaiiá, Jesús María Vallenilla, senador por Ca-
rabobo, Fernando Vera, representante por Coro, José González,
J. Gil, Fernando Adames, José A. Colmenares. Diputados —
por la provincia de Carabobo, P. J. Estoquera, Carlos P.
senador por Apure, Manuel Betancourt, representante por Calvo, h., Francisco Machado, Francisco González, Francisco
Yaracuy, Francisco A. González, representante por Guayana, Codecido, J. M. Pérez Marcano, Miguel G. Maya, A. F.

S. Gaspar!, rei)resentante por el Táchira, Argimiro Gabaldón, Castillo. Diputados por la provincia de Caracas, J. Bri-
representante }>or Guayana, Hilarión Gambus, representante ceño, Rufino González, Valentín Espinal, Carlos Tirado, Pe-
por Cumauá, A. J. Silva, representante por Coro, Pastor
García, representante por Guayana, Manuel Yanes, represeii-
dro Naranjo, Epifanio Manrique, Mariano Ustáriz. Dipu- —
tados por la {irovincia de Cojedes, Juan J. Herrera, Ma-
tantante por la Portuguesa, })resbítero bachiller Domingo An- teo Estoves, Daniel Quintana, Manuel Cárdenas, .José León
tonio Yepes, representante por Barquisimeto, Ramón C. Yepes,
representante por Barquisimeto, Gregorio Yanes, representante
Romero, Salustiano Crespo, Felipe Lara Vásquez. Dipu- —
tados por la provincia de Coro, Nicolás M. Gil, Víctor J.
por Aragua, J. Manuel Luque, representante por Barquisimeto, Diez, Pedro Romero y Rivero, Juan de D. Monzón, Luis
Salvador Luyando, representante por Caracas, Diego Bautista —
M. Hermoso. Diputados por la provincia de Cumaná, A.
Barrios, representante por Barquisimeto, Juan P. Lara, re- •J. Sotillo, J. M. Morales Marcano, Bartolomé Milá de la
presentante por Carabobo, Juan Martínez, representante por —
Roca. Diputados por la provincia del Guárico, Pedro Mo-
Caracas, José Tadeo Monagas, hijo, representante por Yaracuy, ratí, Pedro Bermúdez, J. M. Rubín, Carmelo Montenegro,
Francisco Montes, representante por Maturín, José Ruperto Bonifacio Gómez, D. Mendoza, Alejandro Belisario
y Beli-
Monagas, representante por Coro, Carlos Navarro, represen- sario. —
Diputados por la provincia de Guayana, Carlos Ma-
tante por Cumaná, Domingo Navarro, reju’esentante por Cojedes,
Florencio Navarro, representante jior la Portuguesa, Ramón
chado, Olegario Meneses, Ramón I. Montes. Diputados por —
la {irovinciade Maracaibo, José E. Gallegos, José A. Montiel,
M^ Oraa, representante por Aragua, J. Nepomuceno Orta,
representante por Barquisimeto, Eduardo Ortíz, representante
Raíael Losada, .J. E. Gando, A. J. Urí^uinaona. Diputados —
por la provincia de Margarita, Ramón Martiarena, Manuel
por el Yaracuy, José M. Ortega Martínez, representante por V. Maneiro. —
Diputados por la provincia de Maturín, A.
Caracas, G. Pompa, re])resentante por Cojedes, José M'l Peña,
representante poi- Maracaibo, Andrés Antonio Pérez, repre-
Millán, José Rafael Núñez, José Fernández. —
Diputados por
la provincia de Mérida, Eloy Paredes, Pedro Monsalve, IMa-
sentante ]'or Trujillo, Francisco Pimentel y Roth, represen-
tante por Barcelona, Luis Blanco, representante por Barquisi-
riano Uzcátegui, M. N. Guerrero. —
Diputados por la provin-
cia de la Portuguesa, Juan E. Arias, Miguel Oraa, Fede-
meto, José María Pérez, representante por Trujillo, José M.
Perozo, representante por Barquisimeto, Juan Tomás Pérez,
rico Rodríguez, Dionisio Goizueta. —Diputados por la pro-
vincia del Táchira, J. E. Andrade, Camilo Otero, José I.
representante por Barcelona, Manuel Planchart, representante Cárdenas. —
Diputados por la provincia de Trujillo, Ricardo
por Margarita, Angel V. Mata, representante por el Guárico,
José L. Requena, representante por Caracas, Gonzalo Antonio
Labastida, Argimiro Gabaldón, M. M. Carrasquero. Dipu- —
tados por la provincia del Yaracuy, Elias Acosta, J. To-
Ruiz, i’e presentante por Barinas, Eugenio A. Rivera, representan- más González, Hilarión Antich, Candelario Varela, Manuel
te por Barcelona, José Ruiz, re})reseutante por Barquisimeto, Olivero. — —
El .secretario, R. Ramírez. Valencia, diciembre .41
Andrés M. Riera, representante por Yaracuy, Agustín Rivero, —
de 1858. Cúm[)lase, publíquese y circúlese como lo pre-
representante por Caracas, José Sotillo, diputado por Carabobo, viene el artículo 105 de esta misma constitución. El jefe —
Manuel María Silva, representante por Barcelona, Miguel A. provisional del Estado, Jalián Castro. —
Por S. E. El S? de —
Sotillo, diputado del Yaracuy, Antonio María Salón, repre- E. en los DD. del interior y justicia, Lucio Siso. El S? de —
sentante por Maracaibo, comandante de artillería, Tiburcio E. en el D. de hacienda, Miguel Herrera. —
El S? de E. en
Troconis, representante por Aragua, Antonio Valero, repre-
sentante por Cumaná, Manuel N. Vetancourt, representante
el D. de R. E. —
Luis Sanojo. El S? de E. en los DD. de
G. y M., León de Febres Cordero.
por Barinas, Manuel Venegas, representante por Carabobo, P.
Bermúdez, representante por Carabobo, J. A. Zárraga, repre-
sentante por Barquisimeto, Cosme Urrutia, representante por
la Portuguesa, Lnis Ugarte. El secretario del Senado, J. A. FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1864
Pérez. El Secretario de la Cámara de Representantes, J. Padi-

lla. Caracas; 18 de abril de 1857, año 47? de la Indepen-
<lencia. —Cúmplase, publíquese y circúlese, José T. Mo\.\gas. El presidente de la asamblea constituyente, Eugenio A.
(L. S.) El S. de E. en los D.D. del interior y justicia, Fran- Rivera, diputado por Barinas. —
El vicepre.sidente, Manuel
cisco Aranda. El S. de E. en los DD. de hacienda
y R. E., N. Vetancourt, diputado por Cumaná. —
Ramón Alcántara,
Jacinto Gutiérrez. El S. de E. en los DD. de G. y M., Car- diputado por Aragua; Elias Acuña, diputado por Cojedes;
los S. Castelli. R. Ago.stini, diputado por Apure Tito Alfaro, diputado por
;

Barcelona; Leónidas Anzola, diputado por Barquisiniito ;

Manuel Amador, diputado por Maracaibo; J. M. Ariste-


guieta, diputado por el Guárico José Víctor Ariza, dipu-
FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DEL AÑO DE 1858 ;

tado por el Yaracuy; Fernando Arvelo, diputado por Ca-


racas; J. Vicente Briceño, diputado por el Estado Trujillo
Ramón Briceño, diputado por Trujillo Francisco Barreto,
;

El ))residente, di{)utado por la provincia de Caracas, diputado por Aragua P. M. Brito, diputado por el E.stado

Pedro Cual. El vice[)residente, diputado por la provincia
;

de Nuev^a Esparta; José María Balza, diputado ])or Mé-



de Caracas, Manuel M. Quintero. El vicepre.si dente, dipu- rida S. Carrera, diputado por Maturín Cruz Eduardo Cé-

tado por la provincia de Apure, M. Palacio. Diputados
; ;

sares, diputado por Nueva Esparta; P. Casanova, diputado


])or la provincia de Apure, José F. Arciniega, José Fran- por Trujillo Máximo F. Castillo, diputado por Yaracuy
cisco Delgado. —
Di[)utados por la provincia de Aragua, F.
;

Gregorio Cegarra, diputado por Trujillo; José A. Fernán-


;

Toro, Jesús M. González, Sabino Rasco, Ramón Núñez, dez, diputado por Cumaná; Manuel Durán, di})utado por el

Aureliano Otañez, José L. Rodríguez. Diputados por la pro- Estado Zulia Pbro. Rafael Díaz, diputado por Carabobo
; ;

vincia de Barcelona, José M. Sucre Hernández, Manuel Ma- José Miguel Font, diputado por Cumaná; Bernardo Ferrer,
tute, Manuel Sánchez, José Ruiz, José Antonio Trías, Die- dijmtado por Barinas; Juan B. García, diputado por Por-

go Samarra, J. Rafael Luna, Manuel Figuera. Diputados tuguesa; J. de M. Guzmán Bastardo, diputado por Aragua;
por la provincia de Barinas, Pedro F. Cordero, Fernando José M. García, diputado por Caracas; Emeterio Gómez,
Barreto, Nicolás M. Pumar, Hipólito de la Cueva, Miguel di})utado por Barinas; Nicolás M. Gil, diputado por Coro;
R. García, Juan J. Illas, Bartolomé Delgado, Manuel Mon- José Ruperto Gómez, diputado por Maturín Mateo Guerra

tilla. Diputados por la provincia de Barquisimeto, J. M. Marcano, diputado por Cumaná; José D. Landaeta, dipu-
;

Raldíriz, Riidecindo Freites, Bernardo Tovar, Ezequiel Gar- tado por Carabobo; José María Luyando, diputado por Ca-
mendia, Pablo Judas, José Manuel Perera, Basilio Roque, rabobo Pbro. Manuel M. Lizardo, diputado por Táchira
; ;
— C —L ——

POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCVII

José Tiburcio Mazon, diputado por Portuguesa; Joaquín cón, Néstor Arcaya, José T. Valles, Rafael Petit, José M,
Machado, diputado por Barcelona Santos C. Mattey, dipu-
tado por el Guárico; Juan A. Michelena, diputado por la
;
Gil, —
Juan de D. Monzón. Senador por el Estado Guárico.
Canuto García L.— Diputados por el Estado Guárico, Luis
Portuguesa Juan de D. Morales, diputado por Caracas
; C. ;
María León, Buenaventura Soto.— Senadores por el Estado
Montero, diputado por el Yaracuy Juan M. Matute, dipu-
tado por Cojedes Pablo Morales, diputado por Nueva Es-
; —
Guaya na, J. M. Sucre, J. Berenguel. Diputados por el Es-
; tado Guayana, Heraclio Ortiz, José Martínez Maiz, Carlos
parta; José María Lapahna, dijnitado por Apure; Conrado —
Arvelo. Senador por el Estado Guzmán Blanco, Andrés
Orta, diputado por Portuguesa Ramón María Oraa, dipu-
;
Ibarra. Diputados por el Estado Guzmán Blanco, Raimundo
tado por Poi'tuguesa Maxi miaño Pérez, diputado por Ca-
; Andueza Palacio, M. W. Alvarez, Felipe Agreda, F. Barrete,
rabobo Diego Mái(|uez, diputado por Apure; José M? Or-
;

Rafael B. Urbaneja. Senador por el Estado Guzmán, José
tega Martínez, diputado ]')or el Yaracuy J. G. Ochoa, di- ;

Félix Soto. Diputados [)or el E.stado Guzmán, Román Tre-
j)utado por el Guárico; R. A. Parra, diputado por Barqui- jo, Frmicisco Lima, Sósimo Jugo. —
Senadores por el Estado
simeto José del Rosario Petit, diputado por
; Coro; José —
Maturín, Mateo Sosa, J. Manuel García. Diputado ’por el
Ignacio Pulido,^diputado por Mérida Manuel Plaiichart,
diputado [)or Barcelona Lucio Pulido, "diputado por el Tá-
; —
Estado Maturín, Francisco Guzmán, Senador por el Esta-
do Nueva E.sparta, Pedro Salazar Dumoulin.— Diputados
;

cbira ;
1. Riera Aguinagalde, diputado por Barquisimeto; por el Estado Nueva Esparta, P. M. Brito, J. Manuel Ve-
Pbro. Jesús María Romero, dijnitado por Coro; Rufo Ro- —
lasquez Level. Senadores por el Estado Portuguesa, Nata-
jas, diputado por el Guárico; A. M. Salom, diputado por
el Yaracuy; Antonio Russián, diputado por Maturín
lio Gómez, Ramón Viñas. —
Diputados por el Estado Portu-
Ra- ;
guesa, Miguel M. Saenz, Rosendo Orta, Juan M. González,
fael M. Soto, diputado por Barinas José A. Rincón, dipu-
;
José T. Roldán, Manuel Escobar, M. I. Valenzuela.— Dipu-
tado poi’ Maracaibo licenciado Andrés A. Silva, dij)utado
; tados por el E.stado Táchira, Rafael A. Rincones, Vicente
]X)r Nueva Es¡)arta; Ricardo Silva, diputado por Apmre R. Ibarra, Evaristo Martínez.— Diputados por el Estado Tru-
;

Nicolás Silva, diputado por Carabobo Amenodoro ürda- ;


jillo, José Antonio R. Rincón, Juan A. Paredes,
Juan Bautis-
neta, diputado por el Guárico Julio Sosa, diputado por
Barinas; Tirso Salaverría, diputado por Coro
;
ta Pm’edes, J. J. Bracho. —
Senador por el Estado Yaracuy,
Juan Vicente Eladio Lara.— Diputados por el E.stado Yaracuy, Rafael
Silva, diputado por Aragua. —
£1 secretario, Jesús María
;

M. Arráiz, Emilio Asuaje, Jorge Vidosa, Sotero Alvarado.


Chirinos, diputado j)or Coro. Senadores por el Estado Zamora, Basilio Sosa, Raimundo
Despacho del gobierno general. Santa Ana de Coro, — Andueza. Diputados por el Estado Zamora, Fidel Escobar,
abril trece del año de mil ochocientos sesenta y cuatro,
. Juan F. Altuna, Francisco de P. Ahreu, Daniel Angulo,'
sexto de la federación y primero de la ley. Publíquese y — —
Juan B. Arvelo, R. Olavarría. Senadores por el Estado Zu-
circúlese. Ju.4n C. Falcóx. —
aracas, ahril 22 de 1804. — lla, Fulgencio M. Carias, Jo.sé R. Yepes.— Diputados por el
de la ley y 0? de la federación. Refrendado. —
El minis- — Estado Zulia, A. Pérez, Jacinto Lara, Eduardo Urdaneta,
tro de lo interior y justicia, Simón Planas. El ministro de — —
Manuel Carias, Jesús M. Portillo. Diputado por el Dis-
relacioiies exteriores, ./. G. Och/ja. —
El ministro de hacienda, trito Federal, E. J. Flinter. —
El secretario de la cámara del
Odaviann Urdaneta. —
El mini,stro de fomento, J[. Arisfe- senado, .senador {)or el Estado Guárico, Braulio Barrios.—
giúda. — El ministro de guerra y marina, José González. El secretario de la cámara de diputado.s, diputado por el
Estado GuáiTco, Nicanor Bolet Peraza.— Palacio federal en
Caracas, á ’2/ (le mayo de 1874. —
Año 11? de la ley y 16?
FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1874 —
de la federación. Ejecútese y cuídese de su ejecución.
— —
Guz.mán Blanco. Refrendado. El ministro de interior, Tri-
nidad Celis Avila. —
El mini.stro de relaciones exteriores, Je-
séis María Blanco. —
El ministro de hacienda, Santiago Goiti-
El presidente del senado, senador por el Estado Bolí- coa. — El ministro de crédito público, J. G. Ochoa.— PA mi-
var, J. R. —
Pacheco. El presidente de la cámara de dipu- nistro de tomento, Jesús Jínñoz Téhar. —
El ministro de guerra
tados, diputado por el Distrito Federal, Diego B. Urbaneja.
y marina, M. Gil.
El primer vicepresidente de la cámara del senado, sena-
dor por el Estado Cumaná, José Victorio Guevara. El pri- —
mer vicepresidente de la cámara de diputados, diputado por
el Estado Bolívar, Tomás Lander. El segundo vicepresi-— FIRMANTES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1881
dente de_ la cámara del senado, senador por el Estado Tá-
chira, Isilio Peraza. —
El segundo vicepresidente de la cá-
mara de diputados, dij)utado por el Estado Apure, José O. El presidente del senado, senador por el Estado Bolí-
Aguilera.— Senadores por el Estado Ai)ure, Simón Martínez
Egaña, José V. Bofill.— Diputado por el Estado Apure.
var, Nicanor Borges. —
El jiresidente de la cámara de dipu-
tados, diputado por el Estado Bolívar, Vicente Amengual.

Candelario Padrón. Senadores por el Estado Barcelona, J. El tu'imer vicepresidente del senado, senador por el Estado
A. Velutini, D. Monagas. —
Diputados jior el Estado Bar- Trujillo, M. M. Carrasquero. —
El primer vicepresidente de
celona, José Vallenilla Cova, Camilo Alfaro, B. Rendón, la cámara de diputados, diputado por el Estado Nueva Es-
Lorenzo Adrián Arreaza, Pedro María Freites. Senadores — parta, J. M. Irazábal. —
El segundo vicepresidente del sena-
por el Estado Barquisimeto, Fernando Adames, Aquilino Juá- do, senador por el Estado Yaracuy, Eduardo O. Martínez.

rez. Diputados por el Estado Barquisimeto, F. A. Gadea, El segundo vicejiresidente de la cámara de diputados, di-
F. M. Gutiérrez, J. B. Romero, Toribio Silva, Pilar Bra- putado por el Estado Yaracuy, R. Elizondo. Senador por —
cho, Agustín Agüero, Juan F. Pérez, Ramón Escovar, An-
drés Marruío, F. Anzola, F. Veracoechea. Diputados por —
el Estado Apure, Francisco Díaz Graté. —
Diputado por el
Estado Apure, áh Fernández Sayol.— Senadores por el Es-
el Estado Bolívar, P. Toledo Bermúdez, Juan Quevedo, J. tado Barcelona, Domingo Castro, Pedro J. Ovalles.— Dipu-
M. Navarrete, Domingo Martínez Egaña. Senadores por el — tados por el Estado Barcelona, D. J. Guzmán Ba.stardo,
Estado Carabobo, R. Arvelo, Marcos López. Diputados por — E. Santodomingo, José Vallenilla Cova, M. A. Sánchez.
el Estado Carabobo, Ramón de la Plaza, Manuel Gonzá- Senadores por el Estado Barquisimeto, Felipe Falcón, Leóni-
lez, J. M. Ortega Martínez, Rafael D. Henríquez, Jesús
Ortega.— Senadores por el E.stado Cojedes, José M. Mon-
M. —
das Anzola. Diputados por el Estado Barquisimeto, Juan
Tomás Pérez, G. Gil, Juan M. Alamo, Agustín Agüero, Luis
tenegro, Jacinto López Gutiérrez. —
Diputados por el E.stado —
M. Castillo, F. C. Ponte. Senador por el Estado Bolívar,
Cojedes, J. de J. Herrera, E. Lima. Senador por el Es-— J. R. Pacheco. —
Diputados i)or el Estado Bolívar, Manueí
tado Cumaná, Juan Larrazábal. Diputados por el Estado — D. Rivero, J. M. Arestiguieta, J. J. Herrera. —
Senador por
Cumaná, Miguel Ramos, Manuel F. Urosa, Matías Parra
Alcalá, Félix Palacios. —
Senadores por el Estado Falcón, J.
el Estado Carabobo, M. Cárdenas. —
Diputados por el Esta-
do Carabobo, Encarnación Quijano, P. P. Calvo, Francisco

R. Pachano, Nicolás M. Gil. Diputados j)or el Estado Fal-

González, p., Luis Sagarzazu. Senadores por el Estado Co-
CCVIII DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA

jedes, E. Pulgar, J. Ramos. —


Diputados por el Estado Co- senador por el Estado Lara, Juan Tomás Pérez, el senador
jedes, A. Barreto Lima, G. Tovar, Evaristo Lima. Sena- — por el Estado Lara, Ramón Giménez Gómez, el senador por
dores por el Estado Cumaná, Manuel J. Guzmán Bastar- el Estado Miranda, José Maria Lares, el senador por el Estado
do, .Julio F. Sarria. —
Diputados por el Estado Cumaná, Justo Miranda, Andrés A. Silva, el senador por el Estado Zamora,

Antonio Arcia, H. de Otero, J. M. Peñaloza. Diputado por Feliciano Acevedo, el senador por el E-stado Zamora, J. Lean-
el Distrito Federal, J. Nicomedes —
Ramírez. Senadores por dro Martínez, el senador ])or el Estado Zamora, presbítero
el Estado Falcón, Nicolás M. Gil, A. F. Blanco. —Diputa- Francisco A. Garrido, el senador por el Estado Zulia, A.
dos por el Estado Falcón, J. E. Gómez, G. Rivero, Zaca- Aranguren, el senador por el E.stado Zulia, R. Blanco Toro,
rías Mora, Jesús M. Pereira. —
Senadores por el Estado Guá- el senador por el Estado Zulia, doctor Francisco E. Busta-
rico, Phro. Juan José Tovar, Francisco Pimentel y Roth. mante, el diputado por el Estado Los Andes, Juan N. Urdane-
Di[)utados por el Estado Guárico, Manuel Alvarado, F. ta, el diputado por el Estado Los Andes, P. M. Febres Cor-
Tosta García, Rufino Rengifo, Manuel González Gil, Nés- dero, el diputado por el Estado Los Andes, A. Salinas,
tor Jiménez. — Senadores por el Estado Guayana, S. Jurado, el diputado por el Estado Los Andes, Francisco M. Casas,

Braulio Barrios. Diputado por el Estado Guayana, J. F. el diputado por el Estado Los Andes, Julio F. Sarria, el

Alicanda. Senadores por el Estado Guzmán Blanco, Fer- diputado por el Estado Los Andes, Rafael Linares, el dipu-

mín Udis, Félix E. Bigotte. Diputados por el Estado Guz- tado por el Estado Los Andes, Avelino Briceño, el diputado
máu Blanco, Narciso Rangel, Rafael E. Aponte, Adolfo por el E.stado Los Andes, D. A. Arrieta, el diputado por
Olivo, Miguel Machado. —Senadores j)or el Estado Guzmán, el Estado Bolívar, R. Fonseca, el diputado por el Estado

José T. Arria, José de Jesús Dávila. Diputados por el Es- Bolívar, J. M. Bermúdez Grau, el diputado por el Estado
tado Guzmán, Ramón Parra Picón, V. (fonzález. Senado- — Bermúdez, A. Calatrava, el diputado por el Estado Bermúdez,
res i)or el Estado Maturín, P. P. del Castillo, h., Publio Braulio Yaguaracuto, el diputado por el Estado Bermúdez,

María González. Diputados por el Estado Maturín, Miguel E. Otero Vigas, el diputado por el Estado Bermúdez, D.
R. Várgas Peraza, Airdrés Rossi. —
Senadores jmr el Estado Monagas, el diputado por el Estado Bermúdez, D. Arreaza
Nueva Esparta, P. Toledo Bermúdez, Elias Villalba. Se- — Monagas, el diputado por Estado Bermúdez, Francisco de P.

nador por el Estado Portugue.sa, Q. Zúñiga. Diputados por Re}"es, el diputado por el Estado Bermúdez, Victor Manuel
el Estado Portuguesa, Angel D. Ramos, J. I. Ponte, José Mago, el diputado por el Estado Bermúdez, Carlos Herrei'a,
T. Roldán. — Senadores por el Estado Táchira, Pío León, R. el diputado por el Estado Carabobo, S. Casañas, el diputa-

Medina. Diputados por el E.stado Táchira, Leónidas Mén- do por el Estado Carabobo, Francisco Codecido O., el dipu-
dez, B. Macabeo Maldonado, —
Marco A. Jácome. Senador tado por el Estado Carabobo, M. Pimentel Coronel, el diputado

por el E.stado Trujillo, Ensebio Baptista. Diputados por el por el Estado Carabobo, Ignacio de la Plaza, el diputado
Estado Trujillo, D. Bustillo, M. S. La Riva, D. L. Tro- el Estado Carabobo, L. Blanco Espinosa, el diputado por el
cónis, Trinidad Baptista. —Senador por el Estado Yaracuy, Distrito Federal, C. Vanes, el diputado por el Estado Fal-

Hermógenes López. Diputado jmr el Estado Yaracuy, Ro- cón, J. R. Pachano, el di[>utado por el Estado Falcón, David
gerio Freites. —Senadores por el Estado Zamora, Félix Ferrer, López Fonseca, el diputado por el Estado Lara, Agu.stín

M. Rodríguez. Diputado por el Estado Zamora, Miguel R. Rivero, el diputado por el Estado Lara, C. Yepes, el dipu-

Guevara. Senadores por el Estado Zulia, J. I. Arnal, A. tado por el Estado Lara, Juvenal Anzola, el diputado }>or

Aranguren. Diputados por el Estado Zulia, F. Puga, Igna- el Estado Lara, P. Casanova, el diputado por el Estado Lara,

cio Andrade. — El secretario del Senado, M. Caballero. El — Odoardo León Ponte, el diputado por el Estado Lara, J.
secretario de la cámara de diputados, diputado por el Dis- M. Garmendia, el diputado por el Estado Lara, Eze([uiel
trito Federal, N. Augusto Bello. —
Palacio Federal en Cara- María González, el diputado por el Estado Miranda, Jesús
cas, á 27 de abril de 1881. —Año 189 de la ley y 239 de María Rojas Paúl, el diputado por el Estado Miranda, José
la federación. —Ejecúte.se y cuídese de su ejecución. Guz- Manuel Montenegro, el diputado por el Estado Miranda,
— —
mán Bl.'VNco. Refrendado. El ministro de relaciones in- Ramón Ayala, el diputado por el Estado Miranda, J. E.
teriores, Diego B. Urbaneja. —El mini.sti’o de relaciones ex- Linares, el diputado por el Estado Miranda, F. Monroy
teriores, Pedro J. Saavedra. —
El ministro de hacienda, ,/. P. González, el diputado por el E.stado Miranda, Rómulo jNI.
Pojas Paúl. — El ministro de crédito público, N. Ramírez . Guardia, el diputado por el Estado Miranda, Manuel M“ Ber-

El ministro de fomento, Aníbal Dominici. El ministro de múdez, el diputado por el Estado Miranda, J. A. Hernández
obras j)úblicas, P. Azimrúa .

El ministro de guerra y ma- Ron, el diputado por el Estado Miranda, A. Alfonzo, el di-
rina, Eladio Para. putado por el Estado Miranda, Francisco de P. Páez, el dipu-
tado por el Estado Miranda T. I. Potentini, el diputado por
el Estado Miranda, Rafael Carabaño, el diputado por el Es-
tado Miranda, Germán Pérez, h., el diputado por el Estado
FIRMANTES DE LA CONSTITUCION DE 1891 Zamora, Teodosio Estrada, el diputado por el Estado Zamora,
Francisco Batalla, el diputado por el Estado Zamora, J. B.
Gutiérrez, el diputado por el Estado Zamora, G. Silva G.,
El presidente del Senado, senador por el Estado Miranda, el diputado por el Estado Zamora, C. Uzcátegui Padrón, el
Vicente Amengual, el pre.sidente de la Cámara de Diputados, diputado por el Estado Zamoi'a, S. A. Mendoza, el secretario
diputado por el Distrito Federal, Marco-Antonio Saluzzo. de la Cámara del Senado, Pedro Sederstrong, el secretario
El primer vicepresidente del Senado, senador por el Estado de la Cámara de Diputados, Luis A. Blanco Plaza. — Pala-
Lara, León Colina. El primer vicepresidente de la Cámara cio Federal en Caracas, á 16 de abril de 1891. — Año 28 de
de Diputados, di[)utado por el Estado Miranda, Pedro Vicente la ley y 33 de la —
Federación. Ejecútese y cuídese de su
Mijares. El segundo vicepresidente del Senado, senador por ejecución, R. Andueza Palacio. — Refrendado, el ministro de
el Estado Los Andes, Je.sús Rojas Fernández. El segundo relaciones interiores, José 0. Aguilera, el ministro de relaciones
vicepresidente de la Cámara de Diputados, diputado por el exteriores, Manuel Fombona Palacio, el ministro de hacien-
Estado Zulia, doctor R. López Baralt, el senador pqr el Es- da, Vicente Coronado, el ministro de crédito público, José
tado Los Andes, José Manuel Gabaldón, el senador por el Tadeo Monagas, el ministro de fomento, Nicolás Atizóla, el
Estado Bermúdez, Fernando Arvelo, el senador jior el Estado ministro de obras públicas, Germán Giménez, el ministro de
Bermúdez, P. D. Beauperthuy, el senador por el Estado Ber- guerra y marina, Luis R. Caspers, el ministro de instrucción
múdez, S. Carrera, el senador por el Estado Bolívar, Matías pública, Eduardo Blanco.
Alfaro, el senador por el Estado Bolívar, Je.sús Muñoz Te-
bar, el senador por el Estado Bolívar, h. Level de Goda, el
senador por el Estado Carabobo, Laurencio Silva, el senador por
el Estado Carabobo, Luis Sagarzazu, el senador por el Estado
Falcón, A. Riera A., el senador por el Estado Falcón, José G.
Riera, el senador ])or el Estado Falcón, C. D. Costero, el
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCIX

FIRMANTES DE LA CONSTITUCION DE 1893 PRESIDENTES CONSTITUCIONALES DE VENEZUELA

diputado por el Estado Bolívar, Feli-


El presidente, 1831—1894
ciano Acevedo primer vicepresidente, diputado por el
;
el
Estado Miranda, P. Febres Cordero; el segundo vicepresi-
dente, diputado por el Estado Carabobo, J. Berrío el se- ;
General José Antonio Páez. — Ha
sido el primero y el ter-
cretario, diputado por el Estado Los Andes, F. Tosta Gar-
cía el diputado por el Estado Los Andes, R. G. Contre-
cer presidente constitucional de Venezuela. —
La primera vez
;
fue electo el 26 de marzo de 1831, la segunda, el 10 de febrero
ras el diputado por el Estado Los Andes, Celestino Or-
;
de 1839. Fue también dictador y como tal entró á ejercer el
tiz
: el diputado por el Estado Los Andes, Esteban Cbal- poder el 10 de agosto de 1861.
baud Cardona el diputado ¡>or el Estado Los Andes, Sa-
;

lomón Delgado el diputado por el Estado Los Andes, B.



Doctor José Vargas. Segundo presidente de la repú-
;
blica, nombrado el 9 de febrero de 1835.
Macabeo Maldonado el diputado por el Estado Los An- ;

General Carlos Soublette. Cuarto presidente electo el 28
des, Rafael Linares; el diputado por el Estado Los Andes,
de enero de 1843. Siendo vicepresidente de la república en
J. Elíseo Araujo el diputado por el Estado Los Andes, ;
1837, fue encargado del poder ejecutivo al regresar de Espa-
José M. Baptista el diputado por el Estado Bolívar, Ma- ;
ña el 11 de mayo.
nuel González Gil; el diputado por el Estado Bolívar, Fran-
cisco A. Arnao; el diputado por el Estado Carabobo, Eduardo

General José Tadeo Monagas. Fue el quinto y ¡séptimo
pre.sidente de Venezuela por elecciones del 1? de marzo de
Celis el diputado por el Estado Carabobo, Atilano Viz-
;
1847 y 31 de enero de 1855. Fue también el jefe de la revo-
carrondo; el diputado por el Estado Carabobo, TiUis Sagar- lución que ocupó á Caracas el 27 de junio de 1868.
zazu; el diputado j)or el Estado Carabobo, Julio Montene-
gro; el diputado por el Distrito Federal, Jesús Muñoz Té-
General José Gregorio Monagas. —
Sexto [)residente, nom-
brado el 18 de febrero de 1851.
bar; el diputado por el Distrito Federal, Carlos S. Fombo-
na Palacio el diputado por el Estado Bermúdez, P. A costa

Manuel Felipe de Tovar. Octavo presidente, electo el 12
; ;
de abril de 1860. También ejerció el poder ejecutivo en el
el diputado por el Estado Bermúdez, Pedro J. Mago el ;
año de 1859, siendo entonces viceiu’esidente de la rei)ública.
diputado por el Estado Bermúdez, M. Guzinán Alvarez;
el diputado por el Estado Bermúdez, J. V. Hernández Pa-

General Juan Crisó.stomo Falcón. Fue el noveno presi-
dente de la república y el primero de la federación electo en
el diputado por el Estado Bermúdez, José Manuel Her-
;
lés;
marzo de 1865. La asamblea de La Victoria le había nom-
nández; el diputado por el Estado Bermúdez, J. A. Velu- brado en junio de 1863, presidente provisional.
tini el diputado por el Estado Bermúdez, José María Ro-
;

dríguez López; el diputado por el Estado Bermúdez, Mar-



General Antonio Guzmán Blanco. Ha sido el décimo,
duodécimo, décimo tercero y décimo quinto presidente de Ve-
co Tullo Saluzzo el diputado por el Estado Bermúdez,;
nezuela, nombrado sucesivamente el 15 de abril de 1873, 17 de
Pedro Pablo Meló; el diputado poi’ el Estado Falcón, Gre-
marzo de 1880, 17 de marzo de 1882 y 27 de marzo de 1886. Tam-
gorio Segundo Riera el diputado por el Estado Falcón, ;
bién ejerció el poder ejecutivo, como vicepresidente en 1863, y
Diego A. Arcay el diputado por el Estado Falcón, Cefe- ;
durante la ausencia del general Falcón en 1867. El 27 de abril
rino Castillo el diputado por el Estado Lara, M. Tamayo
;
de 1870 entró á Caracas tomándola á viva fuerza un congreso :

Pérez el diputado por el Estado Lara, José G. Riera el


; ;
de plenipotenciarios le nombró ¡^residente jirovisional y como
diputado por el Estado Lara, Ignacio Montesdeoca el di- ;
tal reasumió el mando el 22 de julio de 1870. También en-
diputado por el Estado Lara, E. Jelambi el diputado por ;
tró á ejercer el poder el 25 de febrero de 1879 como jefe
el Estado Lara-, Ensebio Díaz el diputado por el Estado de la revolución reivindicadora y como presidente pro-
;

Lara, José Nicomedes Ramírez el diputado por el Estado ;

;
visional se encargó también del ejecutivo al regre-sarde Euro-
Lara, C. Yepes; el diputado por el Estado Miranda, Fe-
pa el 1? de diciembre de 1879.
derico R. Chirinos el diputado por el Estado Miranda,
Medardo Medina; el diputado por el Estado Miranda, Luis
;

General Francisco Linares Alcántara. Fue el undéci-
mo presidente de Venezuela, y tercero de la federación, elec-
María León el diputado por el Estado Miranda, Jorge
;
to el 2 de marzo de 1877. Como designado ejerció también
Anderson el diputado por el Estado Miranda, A. Hellmund;
;
el poder ejecutivo por unos días en el año de 1874.
el diputado por el Estado Miranda, H. Rivero
tado por el Estado Miranda, J. Francisco Castillo
el dipu-
el di-
;

General Joaquín Crespo. Décimo cuarto y décimo oc-
;
tavo presidente de la república, por elecciones de 27 de abril
putado por el Estado Miranda, Eladio Simón Matute; el
de 1884 y 5 de marzo de 1894. Siendo ministro de guerra
diputado por el Estado Miranda, José R. Núñez; el dipu-
tado por el Estado Miranda, Francisco R. Núñez el di-
y marina en 1876, y en 1877 ejerció también el poder ejecuti-
;
vo de Venezuela. Como jefe de la revolución legalista, asu-
putado por el Estado Miranda, W. Casado; el di[)utado
mió el mando al entrar el ejército en Caracas, el 8 de octubre
por el Estado Miranda, Venancio A. Morín el diputado ;
de 1892.
por el Estado Miranda, R. Guerra el diputado por el Es-
tado Miranda, Heriberto Gordon el diputado ])or el Esta-
;
Doctor Juan Pablo Rojas Paúl. —
Ha sido el décimo
;
sexto presidente por elección del conseio federal el 5 de iulio
do Miranda, C. Guillén el diputado por el Estado Zulia, ;
de 1888.
José Andrade; el diputado por el Estado Zulia, A. Arangu-
ren el diputado por el Estado Zamora, Sixto Sánchez el
Doctor Raimundo Andueza Palacio. —
Décimo sé[>timo
;
;
presidente de Venezuela nombrado el 7 de marzo de 1890.
diputado por el Estado Zamora, Manuel M. Gallegos; el
También ejerció el poder en 1877 siendo ministro de hacienda.
diputado por el Estado Zamora, J. Macías Inchauspe el ;

diputado por el Estado Zamora, Raimundo Olavarría el ;

diputado por el Estado Zamora, José Manuel Montenegro; el


diputado por el Estado Zamora, R. A^illavicencio el di|)utado LOS ENCARGADOS DEL PODER EJEGUTIYO

;

por el Estado Zamora, E. Ibarra Herrera. Palacio federal en


Caracas, á 21 de junio de 1893. Año 83? de la independen- — Encabeza la galería de vicepresidentes, por orden crono-
cia y 35? de la federación. Ejecútese y cuíde,se de su eje- — Diego Bautista Urbaneja, prócer de la
cución. J. Crespo. — Refrendado. El ministro de relaciones — — lógico, el señor doctor
independencia, colaborador en la magna obra con los ilustres
interiores, León Colina. El ministro de relaciones exterio- — varones que la consumaron á través de los supremos esfuer-
res, P. Ezcqníel Rojas. El mini.stro de hacienda, J. A. Ve- — zos y de los grandes sacrificios que la historia inmorta-
lutini. —
El ministro de fomento, A. Ramella. El ministro de — liza y la posteridad consagra; secretario de estado en los
obras públicas, Ignacio Andrade. El ministro de guerra y mari- — despachos de hacienda y de relaciones exteriores durante
na, R. Guerra. —
El mini.stro de in.strucción pública, J. Rerrío.
la Gran Colombia, renuncia estos
— El gobernador del Distrito Federal, J. Francisco Castillo.
ministerios en 1830 y
se encarga del mando al año siguiente, mientras el gene-
ral José Antonio Páez, presidente, dirige la campaña eii
ccx DIPLOMATAS Y HOMBRES PUBLICOS DE VENEZUELA
aquella época. Segunda vez, cuando el general Carlos mó á Caraca.s el general José Tadeo Monagas
Soublette termina su período presidencial, asume el po- y consti-
tuyó un gobierno plural, compuesto de los señores doc-
der, el 20 de enero de 1847 y nuevamente el i? de mar- tor Mateo Guerra Marcauo, Marcos San tana, general Do-
zo de 1848. mingo Monagas, doctores Guillermo Tell Villegas
y An-
En 1835 una revolución militar triunfa en el país y tonio Parejo.
proclama jefe supremo de la república al general San- De entre ellos, gobernó como presidente, el doctor
tiago Mariño, el 8 de julio. El general José María Ca- ViUegas, en febrero de 1869; con el mismo carácter en
rroño es elegido vice-presidente y veinte días después de julio del propio año 69
y enero de 1870, como presiden-
esta elección entra á ejercer el poder ejecutivo hasta el te del consejo federal en enero y febrero de 1891
mes de agosto del mismo año, para reasumirlo el 20 de y en
junio de 1892.
enero de 1837.
Después de la presidencia del doctor Villegas en 1870,
Ese día lo recibió el doctor Andrés Narvarte, que lo durante las campañas que siguieron á este año, la tuvie-
desempeñaba desde el 24 de abril del año anterior, por ron interinamente; el doctor Juan Vicente González Del-
renuncia del presidente, doctor José María Vargas. gado como 2° designado, en marzo de 1870;
Después del gobierno del general Soublette en 1837 El general Esteban Palacios como ler. designado, el ii
y del gobierno del general Páez en 1839, ocupa la pri- de abril de 1870;
mera magistratura el señor Santos Michelena, el 20 de
enero de 1843. El señor Michelena había reemplazado al El general José Ignacio Pulido como ler. designado,
doctor Urbaneja en los ministerios de hacienda y del ex- el mismo año de 1870;
terior en 1830, á pesar de la renuncia que hizo de esos El general Juan Bautista García como ministro de la
altos puéstos cuando le comunicaron su elección; había guerra, durante la campaña del general Guzmán Blanco
sido ministro plenipotenciario de Venezuela en la Nueva en 1871 y durante la de los generales Valera
y Urdaneta,
Granada y el Ecuador en 1833 y ya antes de poseer el el 22 de enero de 1879;
mando el 43 como vice-presidente, lo tuvo dos veces, en El general Juan Francisco Pérez, también
marzo y mayo de 1841 por separación temporal del ge- como minis-
tro de la guerra en 1872.
neral Páez.
Para el año de 1875 doctor Diego Bauti.sta Urba-
En
1847 había sido nombrado presidente constitucio- neja era ministro del interior,
nal el general José Tadeo Monagas; pero habiendo cum- y ocupó el poder algunos
días durante la ausencia del general Guzmán Blanco, así
plido su período legal, el señor Antonio Leocadio Guz-
como el 30 de mayo de 1879 U misma causa.
mán ocupó aquel puésto, el 20 de enero de 1851. Días P®’’

después se hizo la elección del general José Gregorio Mo- Del 20 de febrero al 2 de marzo de 1877 gobernó el
nagas por los cuatro años que ordenaba la ley, hasta el general Jacinto Gutiérrez, siendo presidente de la Alta
20 de enero de 1855. Corte Federal; y el año de 1878, por muerte del general
Era vicepresidente para entonces el doctor Joaquín Francisco Linares Alcántara.
Herrera y entró á ejercer la presidencia el mismo día 20 En 1877, durante la ausencia del general Alcántara,
de enero del 55. ocupó la presidencia el doctor R. Andueza Palacio.
Tre.s años de conmociones políticas interrumpen la En el mismo año de 78 se encargó de la presidencia
trasmisión legal del mando, hasta 1858, años en que re- el ministro del interior doctor Laureano Villanueva y duran-
nunciando la presidencia el general José Tadeo Monagas te los días de 1879 la ocuparon;
que por segunda vez la ocupara, el congreso nombró un
gobierno plural que duró muy poco, pues inmediatamente El general José Gregorio Valera, á quien antes, en
1878, la asamblea revolucionaria había nombrado ler. de-
triunfó la revolución llamada de marzo y asumió el man-
do el general Julián Castro, jefe de aquella revolución, el signado y que reasumió el poder el i 9 de enero de 1879;
18 de marzo de 1858; en julio del mismo año el gene- El general Eleazar Urdaneta, 2? designado en el gobierno
ral Castro es nombrado jefe provisional del país del general Valera, encargado el 7 de enero de 1879
y se con- j

firma este nombramiento el 5 de enero de 1859, en unión


El general Gregorio Cedeño, jefe de la revolución triun-
del señor Manuel Felipe de Tovar como vicepresidente
y fante, el 12 de febrero de 1S69;
del doctor Pedro Gual como designado.
El doctor Nicolás Mariano Gil, ministro del interior, que
Este último empieza á gobernar el 2 de agosto, al- sólo irnos días estuvo en la presidencia;
ternando con el señor Tovar, vicepresidente y presidente
sucesivamente hasta el 20 de mayo de 1861, día en que El general José Rafael Pacheco, presidente de la Alta
renuncia y de nuevo ejerce sus funciones el doctor Corte Federal, el 8 de mayo de 1879.
Gual. Habiendo regresadode Europa el general Guzmán
De 61 64 la guerra federal suma triunfos y con-
á Blanco, encargó del mando el i? de diciembre de 1879;
se
el Congreso perfeccionó su elección
quistas; en 1863 el general Páez resigna la dictadura
y y se reencargó el 17
los generales Falcón y Guzmán Blanco ocupan la jefatura de marzo de 18S0. Ausente unos días, frre llamado á des-
del país, como })residente empeñarlo el ministro del interior, doctor Vicente Amen-
y vicepresidente, respectiva-
mente, hasta el 4 de mayo de 1864, en que el general gual.
José González, 2'’ designado y ministro de la guerra, se Después de la reforma constitucional de 1881, el
encarga de ella, para trasmitirla por unos meses el mis- consejo federal eligió al general Guzmán Blanco presi-
mo año al general José Desiderio Trías, hasta 1865. dente y durante rrna corta ausencia de aquél, el presi-
Durante este año y el siguiente de 1866 desempeña dente del con.sejo federal, doctor Nicanor Borges, ocupó
la magistratura el general Miguel Gil, hasta 1867 en que la presidencia de la república en 1882.

pasa á manos del general León Colina, designado para De nuevo se separó temporalmente el primer magis-
entonces y del doctor Rafael Arvelo, ministro de ha- trado constitucional é hizo sus veces por algunos días, el
cienda. doctor J[uan de Dios Monzón, consejero federal, que murió
Notables generales de la federación habían ejercido á principios de 18S4.
el poder hasta entonces, tocándole en abril de 1868 al Terminado el período legal del general Joaquín Cres-
que entre ellos obtuvo renombre de valiente, el general po en 1886, mientras llegaba de Europa el presidente
Manuel Ezequiel Bruzual, ministro de la guerra, que dejó electo, lo fue interinamente el doctor Manuel Antonio Diez,
de ocuparlo el 27 de junio de aquel año, día en que to- desde el 27 de abril.
POR EL DOCTOR RAFAEL FERNANDO SEIJAS CCXI

Enjunio y julio de 1887 desempeñó el mando el ge- peñar interinamente la presidencia el doctor Juan Pietri,
neral Juan Tomás Pérez, miembro del consejo federal, ministro de hacienda.
hasta que regresó el presidente, quien separándose para Ausente de nuevo el jefe del ejecutivo, ocupó la pri-
Europa, dejó encargado al general Plermógenes López, el
mera magistratura el presidente del consejo de gobierno,
8 de agosto de 1887. general Manuel Guzmán Alvarez, el 7 de octubre de
Durante la última guerra se encargó del poder el doc- 1893.
tor Guillermo Tell Villegas Pulido, consejero federal, el Durante estos meses, separado temporalmente del po-
2 de setiembre de 1892. der su jefe constitucional, ha ocupado el puesto interina-
Triunfante la revolución acaudillada por el general mente el doctor Feliciano Acevedo, miembro del consejo
Joaquín Crespo, habiéndose ausentado éste por unos días de gobierno, desde setiembre último.
de enero del año próximo pasado, fue elegido para desem-
:-.itaAhr
LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA
FOE/ EL LOCTOE. LJ^UEEA-ISTO "VILL^ITXJE'V"^

LAUREANO VILLANUEVA

^ i^)°ara empezar el trabajo que nos ha encomendado y Mechel, don Francisco deUrbina y el teólogo don Gabriel
I la Asociación Nacional de Literatura^ Ciencias de Lindo. Cumplido lo pactado y leído el tercer curso, ocu-
y Bellas Artes^ de escribir una revista sobre el rrió Campins, en 1775, al rey para que le concediera la
progreso de nuestras ciencias médicas, creemos permitido cátedra en propiedad gracia que le fue otorgada, por cédu-
;

valernos de lo que publicamos sobre esta materia, cuando la e.xpedida en Aranjuez, á 14 de mayo de 1777. Con mo-
en I(S83 historiamos en un volumen de cerca de 400 páginas tivo de su muerte, ocupó la cátedra su discípulo el doctor
la vida del señor doctor José Vargas, fundador de estos Francisco Molina, primer doctor en medicina de la Univer-
estudios en Venezuela :
páginas preparadas con vista de sidad de Venezuela, graduado en 1785. Después de la muer-
documentos fidedignos conservados en el archivo de nues- te de éste, entró á dar la clase, como interino, el doctor Fe-
tra Universidad. lipe Tamariz, el 6 de junio de 1788, con $ 100 de sueldo al
El estudio de la medicina, dijimos, estaba circunscrito año. Concediósela en propiedad el rey, el ii de diciembre
á una sola clase, que fundó en 1766 el doctor don Lorenzo de 1802, y no fue sino en 1811 cuando la Universidad le
Campins Vallester, con licencia concedida por cédula del aumentó $ 50 más. A Tamariz reemplazó, en 1815, el
rey ; y en la que se adquirían algunas nociones elementa- doctor José Joaquín Hernández, discípulo suyo. Desde 1824
les de higiene, fisiología, patología y terapéutica. El curso en adelante, el curso se leyó en dos clases, la de Higiene y
duraba dos años, y era obligatorió combinarlo con una pa- Fisiología, como ya hemos dicho, á cargo del doctor Her-
santía de cuatro, por lo menos, en los hospitales. Esta or- nández, y la de Patología y Terapéutica, regentada por el
ganización subsistió hasta 1824 se establecieron dos francés doctor Santiago Bonneau, que solía dar algunas lec-
clases de medicina : una llamada de medicina teórica, para ciones de Anatomía práctica. Estos fueron los cinco profe-
estudiar higiene y fisiología ; y otra que se denominó de me- sores de medicina, que sirvieron de maestros en nuestra Uni-
dicina práctica, en la cual se enseñabau la patología y la versidad desde 1766 hasta 1827.
terapéutica. Para formar los textos de estudios, se nombró en co-
El doctor don Lorenzo Campins Vallester fundó aquella misión, por los años de 1819, á los doctores J. Joaquín Her-
clase, como acabamos de decir comprometiéndose con la Uni- nández, José Domingo Díaz y Carlos Arvelo. Eran tan es-
versidad á leer dos cursos de medicina, de tres años cada casos los facultativos, que de ordinario había que cerrar la
uno, debiendo aquella, por su parte, incorporarlo al claus- clase cuando el profesor se enfermaba.
tro con los grados de maestro en artes y de doctor en medi- De lo dicho se colije, que no se enseñaba Anotomía ni
cina, que había obtenido en las Universidades de Gandia y Cirujía, Obstetricia, Química, Botánica, ni Farmacia, re-
Mayorca. En caso de no cumplir el profesor este pacto, duciéndose los conocimientos en este último ramo de las
quedaba obligado á pagar á las rentas los derechos corres- ciencias médicas, á la Farmacopea Militar, escrita y manda-
pondientes á los dos grados que se le conferían, por lo cual da observar por el doctor don Juan Nieto Samaniego, vocal
debía otorgar una fianza á satisfacción del rector, del maes- déla Suprema Junta de Sanidad de las provincias de Ve-
tre Escuela y del Claustro de Conciliarios. Sirviéronle á nezuela y primer cirujano del ejército de Morillo. (*)
este propósito don Felipe Ovelmejía y su esposa doña Rita Algún tiempo después fue importada en el país la Far-
Cardozo, con una casa que dieron en fianza, á la Univer- macopea matritense.
sidad. Previ nosele también que sostuviera una tésis sobre Nuestros operadores se distinguían en dos clases, deno-
los aforismos de Hipócrates, en la capilla universitaria, co- minados cirujanos romancistas y cirujanos latinos eran :

mo lo acostumbraban los opositores á las cátedras. Hizolo


así, eu un discurso que duró una hora, y en la discusión so-
*) Esta obrita fue impresa en Caracas, en la imprenta de don Juan Gu-
bre los argumentos que le propusieron los médicos Socarrás
(

tiérrez Díaz. —
Calle de San Felipe Nery. 1819. N. del A.

28
CCXIV LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

éstos los doctores graduados en la Universidad desde los tica de la medicina, perfeccionar sus métodos de observa-
tiempos de Campins y aquellos, hombres que sin estudios ción, rectificar sus juicios, ordenar su conducta
;
y amenizar
preparatorios, se dedicaban á la práctica, dentro y fuera de aquellos grandes y difíciles estudios á que se consagraba,
los hospitales, y á quienes se expedían títulos de suficiencia, con todas sus facultades, para conocer las enfermedades
por una Junta examinadora, que en los principios se compo- y
curarlas. En efecto, la medicina, ciencia y arte á la vez,
nía de dos diputados del Cabildo Eclesiástico y Secular, de requiere en quien aspira á ejercerla con acierto, talentos es-
algunos prelados de las distintas religiones, deí rector de la peciales y extensísimos conocimientos.
Universidad, que como hemos dicho, nunca era médico, del En verdad, quien se dedique al ministerio de esta cien-
proto-médico y del capitán general, que la presidía. Era cia eminente, ha menester la lógica inductiva, para cono-
el proto-medicato un tribunal médico encargado de todo lo cer la Naturaleza por la filosofía experimental, las l\íate-
relativo á la sanidad pública, y autorizado para regulari- máticas, para llegar por el raciocinio, al descubrimiento
zar el ejercicio de esta profesión en la provincia de Vene- de otras verdades en el espacio y en el tiempo. Necesita
zuela ;
el cual no se permitía sino á los facultativos gradua- de la Geometría, que le enseñará la figura y propiedades
dos, y á los curanderos que, mediante un examen, hubie- de los órganos de la Dinámica, para comprender el juego
;

ran obtenido licencia legal. Fue nuestro primer proto-mé- de las palancas, de las fuerzas y las resistencias y de la Hi-
dico el humanitario Campins, natural draúlica, para darse cuenta del curso
de Mayorca, cu}"a memoria debe flore- de la sangre.
cer entre nosotros, por haber procurado La Cosmografía le hará entender
con abnegación el bien de la colonia ; la influencia de los cuerpos celestes en
el segundo, Francisco Molina el terce- el curso de las enfermedades
;
y la Geo-
;

ro, Felipe Tamariz desde 1788 hasta grafía física, la de la temperatura, vien-
1815, en que fue reemplazado por el tos y demás condiciones peculiares de
doctor José Joaquín Hernández. cada localidad.
Para obtener en el protomed icato Para alcanzar correctamente la es-
el título de boticario, era menester ser tructura y las funciones del oído, ne-
católico, caritativo, honesto, blanco, hijo cesita conocer las leyes de la Acústica;
legítimo y cumplidor de las prácticas así como para explicarse
y entender la
religiosas, y haber estudiado con algún estructura y las funciones del ojo, las
farmacéutico, por cierto número de leyes de la Optica. Por la Química ana-
años. Al graduarse juraba el candidato liza los líquidos, estudia las acciones
y
no vender á precios excesivos ni cobrar reacciones, las composiciones y des-
nada á los pobres, obedecer las leyes, composiciones de los cuerpos orgáni-
guardar los preceptos del tribunal y cos; y por ella y por la Botánica y las
defender la original pureza de María otras ciencias naturales, entra en nue-
Santísima. vas investigaciones en materia médica,
El proto-médico tenía además los Toxicología y Farmacia de lo cual se
;

títulos de alcalde mayor de leprosos, colige que el médico, para desempeñar


visitador, examinador, y juez mayor cumplidamente sus deberes profesiona-
de todos los médicos, cirujanos, boti- les, debe atesorar gran copia de cono-
carios, destiladores, algebristas y ocu- JOSÉ VARGAS cimientos, cual no se requiere para lle-
listas de Venezuela. gar á poseer ninguna otra de las ciencias
En sustitución de este tribunal creó que forman el vasto cuadro de la sabi-
Bolívar, como pronto hemos de ver, la Facultal médica duría del hombre. Además de que, ha de viajar, para
de Caracas, en 1827, Y ^ cuya organización y desarrollo conocer los climas, las aguas, y las enfermedades endé-
consagró el doctor Vargas gran parte de su actividad, apti- micas de otros países, sus plantas medicinales y las condi-
tudes y patriotismo. ciones de su higiene ;
ha de ser Farmacéutico, para preparar
La persona histórica del doctor Vargas, en su calidad sus remedios en los bosques, ó en el curso de sus navega-
de sabio, no puede apreciarse en su justa grandeza, sino ciones. Debe conocer la pintura, para formar sus laminarios
estudiándola en su actividad de médico, para cuyo desem- de plantas, de animales y de Anatomía patológica ;
debe
peño ln;bo de dotarlo singularmente la Providencia, de in- ser músico, para aplicar, á veces, las armonías en la tera-
genio clarísimo, de ánimo firme y corazón magnánimo. péutica de las enfermedades ;
debe tener las cualidades bri-
Empero, era menester conocerlo primero en sus detalles, llautísimas de los héroes, para amputar un miembro ó ligar
como Naturalista, Filósofo y Educador doctísimo, para abar- una arteria entre el humo y el estruendo del campo de
carlo fácilmente después en su conjunto. batalla : filó.sofo para consolar á sus enfermos : filántropo
Hasta ahora hemos visto sólo fragmentos de la vida para socorrer todas las necesidades ; y generoso y compa-
científica de Vargas, de su labor en la Universidad de Ca- sivo, para acompañar á los moribundos, como un sér angé-
racas, y en el Despacho de la Dirección Nacional de Ins- lico, hasta los umbrales pavorosos de la tumba.
trucción Pública; pero el tiempo es llegado de contem- Ni debe ser extraño á los dominios del médico la ciencia
plarlo en sus justas y armónicas proporciones, esto es, en su que enseña el cultivo de los campos, porque de ella ha de
unidad perfecta, característica y monumental; pues sus sacar nociones útiles para la etiología de los estados mór-
estudios de Botánica, Química, Mineralogía y Física, sus co- bidos, y aún para la materia médica y las indicaciones tera-
nocimientos profundísimos en Anatomía y en otras ciencias péuticas. La economía política, instruyéndole en el cono-
á la par difíciles, no fueron sino elementos accesorios para cimiento de las fuerzas generadoras de la riqueza pública,
formar al médico, fin principal de su saber inmenso. le suministrará ideas fecundas, para cambiar las condiciones
Aunque podríamos llamarle polígloto, porque era hele- generales de la salubridad de los pueblos y sus medios de
nista, y perito en el latín y en muchas lenguas vivas, co- subsistencia y de trabajo causas todas que obran eficazmente
;

mo la inglesa, francesa, alemana é italiana, debe observarse en la parte moral y en la salud del hombre. Y por último,
que no las estudió sino como medios para beber en fuentes la política, que enseña la gobernación de los Estados,
y las
puras las ciencias de los médicos antiguos y modernos. Si relaciones jurídicas de los individuos entre sí, debe merecer
aprendió las Matemáticas y el Dibujo, fue para entender con del médico, no sólo el interés y la atención que obligan al
pertección las leyes de las afinidades químicas, la figura de ciudadano patriota, pero también la consagración generosa
los cuerpos, sus relaciones geométricas, y la acción regular á los debates, aplicaciones y desarrollo general de las tésis
délas fuerzas musculares sobre las palancas óseas. políticas, como elementos modificadores de los afectos y pa-
Si penetró á fondo en la Historia, la Filosofía racional, siones. Además de que la observación de la naturaleza nos
la Lógica y la Etica, fue para aplicar sus principios á la prác- revela tan misteriosas armonías, entre la política y la me-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXV
dicina, entre la patogenia Bonells y Lacaba, que ade-
de las enfermedades corpo- más de no corresponder á
rales y la patogenia de las los progresos de la época,
calamidades políticas, entre era difusa para texto, y es-
los síntomas diatésicos de casa de doctrina sobre Ana-
las unas y de las otras, en- tomía general, base funda-
tre la marcha, los acciden- mental de la descriptiva.
tes, el pronóstico y el trata- A fuerza de paciencia
miento de los estados mor- y asiduidad logró Vargas
bosos que aflijen y matan al organizar un pequeño an-
hombre, y los signos indi- fiteatro,en un departamen-
cadores de los quebrantos de to del antiguo convento de
la vida pública, que debili- San Francisco, en donde
tan, empobrecen y destru- demostraba, sobre el cadá-
yen las naciones que, bien ver, la descripción de los
podemos asegurar, por la órganos completando la
;

razón y la experiencia, que clase con lecciones orales,


mientras más profunda y que los estudiantes escri-
general es la instrucción del bían las cuales, coleccio-
;

médico, y más poderosas nadas más tarde, y aumen-


CARLOS ARVELO sus facultades mentales, tadas, rectificadas é ilustra- JOsé joaquín Hernández
mayor es la fuerza secreta das por el catedrático, fue-
que le atrae al estadio ardiente y tempestuoso de la polí- ron publicadas en dos tomos, con el título de Curso de Lec-
tica trascendental. ciones Demostraciones Anatómicas en la Universidad de
j)/
El mismo
Vargas, semejante en esta parte del nuevo Caracas ; de las que se hicieron dos ediciones, una en 1837,
mundo al ilustre
griego, padre de la Medicina, nos ha
y otra en 1847.
dejado ejemplos brillantes de amor á la sabiduría
y de IMra dar idea de esta obra, que por más de 40 años
consagración nobilísima á la causa de la patria
y unien- ;
sirvió de texto en nuestra Universidad, observaremos, de
do al ejemplo la doctrina, nos ha legado en páginas in- acuerdo con su autor, que para el tratado de Osteología
mortales, la educación del médico per- tuvo á la vista la obra del doctor Mon-
fecto las que, una vez más recomenda-
ró, para el de Miología las descripciones
mos á los jóvenes que sientan vocación de Albino, según los métodos de Fyfe,
por este sacerdocio, el más augusto del lunes y otros. Las lecciones sobre los
sér inteligente y libre.
ligamentos son extractos de la obra clá-
Pero no basta haber consagrado todas sica de Weibrech en la Esplanología si-:

las horas de la existencia al estudio, ni guió á Bichat, Lacaba, Soemmering y


haber conseguido, por este medio, la sabi- Portal para la Angiología, le sirvió de
;
duría sino que para ser médico exce- norma
;
Barclay, y para los otros sistemas
lente, se necesitan dotes intelectuales ri-
vasculares, Bichat; y en cuanto á la Neu-
quísimas, que nos guíen en la aplicación
rología tomó lo principal de Soemmering,
délos conocimientos; y más todavía, pues ilustrando siempre las lecciones con las
siendo la medicina como hemos dicho,
últimas experiencias de los autores clá-
ciencia y arte, es menester haber nacido
sicos, como Cruvelheir
con aptitudes adecuadas para el desempeño y Beclard, Cloquet,
Bell y otros más, de justo renombre en
de su práctica con lo cual queremos ex-
;
aquellos tiempos.
presar, que médico ha de ser un sabio
el
En los exámenes de esta clase, desde
y un artista mejor dicho, que además de
;
el año de 1827 hasta el último en que la
la ciencia debe poseer lo que Paracelso regentó, premiaba de su peculio, á los
llamaba inspiración del Cielo.
discípulos más aprovechados, con libros ó
Antes de considerar al doctor Vargas medallas de oro
bajo esta faz, digamos lo que hizo ]>ara y en su testamento legó
;

ELISEO ACOSTA ^ Uuiversidad una finca, para instituir


establecer y vulgarizar los estudios mé-
un premio anual, de cien pesos, que de-
dicos en Venezuela, y adelantarlos con
bía adjudicarse por oposición.
método y ventajas, en los diversos ramos que los constituyen; Luego que se instruyeron algunos estudiantes en esta
y en seguida, el sistema de Medicina á que obedeció en Fi- ciencia difícil, que debía servir de base á otro género de
siología, en Terapéutica
y en su Clínica crítica indispensa-
: estudios médicos, hizo hincapié Vargas en abrir la clase
ble para conocer en su perfecta integridad á este Maestro de Cirujía lo que llevó á ejecución el 31 de octubre
;
admirable, que no ha tenido quien lo supere en la vasta de 1832.
extensión de la America Meridional pues sin querer ser
; Inauguróla, en efecto, con una de aquellas grandes
sus panegiristas, sino únicamente sus historiadores, tene- arengas con que acostumbraba solemnizar la apertura de
mos forzosamente que darle el primer puésto entre los Mé- los cursos.
dicos de esta mitad del nuevo continente. “ El celo de de la ilustración de Vene-
los progresos
En noviembre de 1826 abrió en su casa, y á sus ex- zuela, dice, interés por
el bien público, y el amor
el
pensas, chorno ya lo hemos escrito, la clase de Anatomia,
compasivo de la humanidad, anhelaban ya por esta ins-
que al año siguiente, fue incorporada en la Universidad, titución. Abrense, por fin, las puertas del templo de las
en cumplimiento de los estatutos de esta Corporación, de-
luces^ y de la moral, para dar entrada en su recinto á la
cretados por el Libertador en 1827.
Cirujía, y colocarla entre las ciencias, á que hace mu-
Tan escasos é insuficientes eran los conocimientos ana- cho tiempo que se tributa culto. Después de haber res-
tómicos en aquel tiempo, que no hay exageración en afir- tablecido el edificio de los conocimientos médicos .sobre
mar que esta ciencia era completamente ignorada en Ve- sus fundamentos naturales, después de haberlo sentado so-
nezuela, pues las lecciones prácticas dadas á algunos jó- bre las firmes y seguras bases de la ciencia de los órga-
venes por el dinamarqués doctor Mayer,
y el francés doc- nos y funciones del cuerpo humano, faltaba todavía coin-
tor Santiago Bonnau, no pasaron de meras
nociones ru- pletar una de sus mitades, extendiendo los recursos be-
dimentarias ni habla en el país otros libros en que apren-
;
néficos del arte de curar, al vasto campo de los procesos
derlas, sino algunos ejemplares de la obra española de operatorios. Faltaba á la Medicina de nuestro país la
CCXVI LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

enseñanza de estos medios Como en 1826 fuera


prontos, felices y seguros, Adargas llamado por el go-
de salvar ó aliviar al hom- bernador de Puerto Rico
bre, de multitud de dolen- para que volviera á residir
cias y daños de accidentes en aquella isla, hubo de re-
exteriores. ” husar las comodidades y bie-
Al enumerar los servi- nes que le ofreciera aquel
cios que el Cirujano puede respetable magistrado, “por-
prestar á los individuos, á que después de haber entra-
la sociedad y á la patria, do en su país, contestó, no
describe con frases breves le era permitido volver á

y pintorescas, las funciones los dominios de España, sin


del cirujano militar en un que ésta hubiera reconocido
campo de guerra: “con- la independencia de Colom-
fundidos á veces, dice, en la biii.”
misma vanguardia de la Aquel discunso que co-
sangrienta lid, entre nubes piamos íntegro en la parte
de humo, polvo y vapor de última de este libro, con-
sangre, batallan por salvar cluye, recomendando á sus
vidas preciosas, y por arran- discípulos el amor al próji-
FRANCISCO DE P. ACOSTA car víctimas al acero y plo- mo, la probidad profesional, JOSE MARIA BENlTEZ
mo devastadores. ’ ’
la beneficencia y modes-
la
Cuando habla de los especialistas, del que bate una tia. Para precaver á los jóvenes doctores de indignas pa-
catarata, del que hace una amputación ó pasa un catéter, siones hacia los romancistas y profesores del antiguo pro-
ó liga una arteria ó practica la talla exclama, como
;
tomedicato, les dirije estas palabras, severas cuanto jus-
arrobado de inefable complacencia “ Ah
: qué dulce sa-
!
tas y discretas: “ Basta, dice, para reprimir la tentación
tisfacción es la de restituir un hombre útil á sus ocupa- de este orgullo malhadado, refiexionar un momento qtie
ciones, á los cuidados de su familia, á las relaciones de la en las ventajas que han favorecido vuestro sistema actual
sociedad.” de enseñanza, ningún mérito tenéis así como ellos, nin-
;

Si se refiere á los tocólogos, pinta guna parte en los obstáculos insuperables


con pincel maestro, propio de su elocuen- á su educación, y en el vituperio de las
cia de orador, una de las escenas más antiguas instituciones. Los progresos de las
difíciles y .solemnes del campo operatorio : ciencias han mejorado las luces y sus mé-
con elocución correcta, forma un cuadro todos de adquisición: la libertad de un
de colores vivos, penetrantes, que hieren gobierno paternal ha abierto sus sendas,
la imaginación y arrebatan de entusiasmo y promovido la enseñanza; y la Univer-
á los hombres del arte: “ Acá, dice, la sidad, esta ilustre madre, os facilita, os
desolada esposa, en el acto sagrado de la prodiga los medios: sedle benévolos y re-
maternidad, se bate en los tormentos y conocidos.”
agonías de un parto laborioso ;
el apesa- Pocas veces ha resonado la palabra
rado e.sposo, los hijos, toda la familia, los de un profesor, en las aulas de la Uni-
circunstantes, todos forman un cuadro las- versidad, con más belleza en las imáge-
timero de amargas inquietudes, de sobre- nes, con más amplitud en el número, con
salto, de la más melancólica desespera- mejor filosofía en el concepto, ni más elo-
ción ;
llega un hábil sacerdote de Lucina, cuencia en el discurso.
y ayudando á la naturaleza ó completando .
En esta clase, como en la de Ana-
su función, cambia la escena de penas y tomía, hubo también necesidad de copiar,
ansiedades en una de satisfacción y iú- por no haber obras elementales á propó-
bilo.” sito, las lecciones del maestro: y de cuyo
Excita á los jóvenes al estudio, y les mérito podrán las generaciones de hoy
aconseja que consulten la vocación, por- luciano arocha formar juicio cabal, le3^endo en los docu-
que si bien la destreza se adquiere con mentos lo que, al editar la primera parte
el ejercicio, no debían olvidar que la fir- de la obra, escribió su eminente discí-
meza del alma es un don de la naturaleza. pulo el doctor Elíseo Acosta.
Entra después en un orden de consideraciones sobre Parte de esta asignatura era la enseñanza de la Obs-
la moral médica ;
tema fecundo sobre el cual trataba á tetricia; sobre lo cual nos ha dejado un Tratado completo,
menudo en sus discursos y lecciones, porque era preferi- para los estudiantes, y un Manual para las parteras, con
ble, decía, á formar sabios, formar hombres de honor y un apéndice sobre las enfermedades de las mujeres y de
moralidad. “ Acordaos, exclama, refiriéndose á Hipócrates, los niños.
que no fueron sus luces, ni el prodigioso suceso de sus Compendió, con claridad y precisión, varias obras de
curaciones, los principales motivos de la admiración que Cirujía; escribió un Tratado de Patología y Cirnjía den-
inspiró á los hombres ;
que el amor del bien público lo taria, precediéndolo de una memoria sobre la porcelana,
elevó sobre la generalidad, y que su candor compitió con á propósito de la fabricación de los dientes artificiales;
su sabiduría. Imitad su piedad y no olvidéis que los
; y dejó en su archivo gran copia de cuadernos, con casos
más insignes médicos han sido los creyentes más sinceros.” prácticos de medicina operatoria, recogidos en los hospitales
Al inculcar á sus alumnos el amor á la patria, el y en su clientela jiarticular.
más santo y noble de los afectos del ciudadano, se pinta Por decreto del Libertador, de 25 de junio de 1827,
á sí mismo, en un pasaje de la vida del Padre de la j\Ie- fue creada la Facultad Médica de Caracas, cuyas atribu-
dicina. Como Artajerjes, rey de los persas, le convidara ciones eran: promover el estudio de las ciencias médicas:
á vivir en su corte, con dádivas inmensas y los honores llevar á su perfección la Academia de Emulación, en lo
de un príncipe, le contesta Hipócrates, con estas palabras relativo á aquellas, y cuidar del aprovechamiento de los
inmortales: ‘‘‘‘Decid á vuestro amo, que soy bastante ri- estudiantes: promover la impresión de textos adecuados á
co, que el honor me veda aceptar síis dones y pasar á los estudios médicos, los cuales habían de ser escritos de
Asia para socorrer, abandonando mi patria, á ¡os persas acuerdo con el clima, constitución médica y enfermedades
que son enemigos de los griegos.'’'' comunes de este país; debiendo contener lo mejor que
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANULVA CCX\'I 1

sobre la materia se hubiera tro y fuera del país, y cons-


publicado en los países cul- tituirla en una escuela bri-
tos: formar y publicar mé- llante de ciencias médicas y
todos curativos para las en- quirúrgicas.
fermedades epidémicas ó Desempeñó varias co-
contagiosas; y publicar mé- misiones importantes, y sir-
todos, para precaver á los vió, con ejemplar contrac-
jnieblos de las enfermedades ción, los empleos' que en
más comunes ó propias de varias ocasiones le enco-
estos lugares, y para curar mendaron sus consocios. Su
á los afectados de ellas. discurso inaugural es una
La J^’acultad debía for- obra maestra de erudición,
mar una colección de todos en los diversos ramos de las
los artículos de la materia ciencias médicas.
médica pertenecientes á los Fueron fundadores de
tres reinos, animal, vegetal la Facultad, los señores doc-
y mineral ;y además una tores Vargas, José Luis Ca-
Í)iblioteca pública, anfitea- brera, Alamo, Antonio José
tros y gabinetes anatómi- Rodríguez, J. J. Hernán-
cos, un laboratorio químico dez, C. Arvelo, Anzola,
FIÍUNANJ» BOLET y farmacéutico, colecciones Bárcenas y Bolinean. JOSÉ DE BKICEÑO
de instrumentos quirúrgicos Por el decreto del Li-
y un jardín de plantas medicinales. bertador, sólo eran miembros de la Facultad los médicos
Concedióse á esta Corporación el derecho de expe- del antiguo protoniedicato, los doctores que .se incorpo-
dir títulos de Cirujanos previo examen, á los que hubie- raron á ella y los farmacéuticos latinos. Pero autorizada
ran cursado en la Universidad las clases establecidas por la Facultad, por el artículo 46, para reformar en todo ó
la ley; á los farmacéuticos colombianos, á los flebotoniis- en parte los estatutos, propuso el filántropo doctor Var-
tas y á las parteras, para cuya instrucción la Facultad gas, en la sesión del 23 de enero de 1834, que tomase la
adoptaría las medidas más eficaces; los flebotomistas y las Facultad en consideración la conveniencia de incorporar
parteras no podían ejercer su oficio sin en sn seno á los cirujanos del antiguo
la licencia que la municipalidad del lugar protoniedicato que expre.saran por escrito
les extendiera, en virtud del certificado de el deseo de serlo, sujetándose á los esta-
exámen y aproba ;ión de la Facultad ó tutos de la Facultad como miembros ordi-
de los cuerpos examinadores nombrados al narios, proposición que fue apoyada por
efecto en las provincias. los doctores J. J. González y J. A. An-
También correspondía á la Facultad zola, y aceptada por unanimidad.
visitar por sí ó por delegados, anualmente, Este pensamiento acreditará una vez
las boticas del Distrito de la Universidad ;
más los sentimientos liberales de Vargas
y proponer á la Junta de sanidad los re- y su anhelo, siempre ardiente, de exten-
glamentos é instrucciones más convenien- der los conocimientos en el arte de curar.
tes, según el clima y circunstancias del Léjos de propender á que se formara una
país, para conservar la salud pública, ó aristocracia científica en la Facultad, re-
restablecerla cada vez que se hubiese al- duciendo el número de socios á los tér-
terado; sostener la vacunación y fijar el minos precisos de los estatutos, abrió las
arancel de drogas. puertas para que entraran en la Corpora-
Por el mismo decreto quedó autori- ción á ilustrarse y á prestar sus servicios,
zada para permitir el ejercicio de la pro- los cirujanos que por no haber tenido di-
fesión, previo exámen correspondiente, á nero y las demás circunstancias qne antes
los graduados en el extranjero. exigía la Universidad para expedir los gra-
La Facultad era una sección de la dos, ocupaban nn lugar subalterno en lage-
Universidad, que debía proceder en lo re- rarqnía profesional; siendo de notar qne en-
lativo á los estudios médicos, de acuerdo tre ellos los había de talento, y práctica ilus-
con el claustro y con la snbdirección de trada y de moralidad en el ejercicio del arte.
instrucción pública, y extendía sn jurisdicción .sobre De los trabajos de Vargas presentados á esta Corpo-
los departamentos de Venezuela, Maturín, Orinoco y ración, y que se conservan inéditos, pueden citarse como muy
Zulia. notables los siguientes :

El capítulo tercero de estos estatutos trataba de la 1 Memoria escrita en colaboración con el doctor J. J.
organización del tribunal de la F'acnltad; el cuarto del Hernández, .sobre el Mal de Lázaro.
modo de elegir los ministros; en el quinto se reglamen- 2 Informe en 1837 sobre unas muestras de kermes, en-
taban las Juntas ordinarias generales y las extraordinarias; viadas para sn exámen por el jefe político de Mérida.
y en el .sexto las deliberaciones del cuerpo. Todo lo re- 3 Descripción de una ptósis en el ojo derecho de nn hom-
lativo á exámenes, recepciones é incorporaciones, se tra- bre, 3 de noviembre de 1829.
taba en el artículo séptimo. 4 Memoria en colaboración con los doctores Cabrera y
La Facultad podría nombrar Miembros Honorarios^ González, sobre el Dengue.^ 18 de agosto de 1S28.
pero solamente á los profesores eminentes en el arte de
5 Traducción de Los Deberes, de los Afédieos, del doctor
curar ó en las ciencias accesorias de la medicina. Los fon- Fercival, 16 de setiembre de 1829.
dos de la Facultad se componían de los derechos de re- 6 Monografía sobre casos prácticos de insectos en las fo-
cepción é incorporación de sus miembros, y de las sus- sas nasales, febrero de 1828.
cripciones anuales de estos; de los derechos de visita de
7 Historia de la medicina en Caracas, y bosquejo biográ-
botica, de los auxilios del gobierno, de las donaciones de los fico de nuestros médicos, febrero 16 de 1S29.
bienhechores, y de las multas á los socios. 8 Monografía sobre la epilepsia, 1831.
Instalada, al fin, en 21 de julio de 1S27 esta útil 9 Clasificación que deben llevar los estudios médi-
Corporación, en la capilla de la Universidad, en ejecución cos, 1S30.
del decreto antes dicho, prestóle Vargas, sin reservas, to- 10 Memoria sobre los perjuicios de la pesca, por medio
do su concurso á fin de darle crédito y prestigio, den- del barbasco., y otros venenos, 23 de febrero de 1828.
CCXVIII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

11 Memoria sobre los Fernando Bolet, Antonio Pa-


nervios de los ganglios cer- rra,Miguel González, Lu-
vicales y de los cardiacos, ciano Arocha, P. T. Siso,
observados en im loco el 20 Francisco de P. Alegría, Mar-
de abril de 1828. celino Rodríguez, Isidro Oli-
12 Memoria sobre dos vares.
fetos monstruosos, 3 de ma- Redactó el Reglamento
yo de 1828. el doctor Vargas, y por sus
14 Cuadro sucinto de los cánones podían ser admiti-
trabajos de la gran Junta de dos á ella los romancistas y
Sanidad,
16 3 de abril de 1829. las personas extrañas que lo
14 Memoria sobre una desearan ;
en virtud de lo
aneurisma de la arteria he- cual fueron más tarde incor-
pática, cuyo estudio ocupó porados como socios los pres-
á la Facultad durante mu- bíteros doctores José Alberto
chas sesiones, 17 de mayo Espinosa y Nicolás Díaz, Ca-
de 1828. gigal, el general Mac Gregor
i'5 Memoria sobre el Có-
y muchas otras personas de
lera morbits^ 8 de octubre afición á las ciencias y á las
de 1831. artes.
JESUS M. GONZALEZ Instrucción popular Era esta corporación un JOSE DE LA CRUZ LIMARDO
sobre el Cólera, en 1832. instituto anexo á la Facul-
17 Meínoria sobre las aneurismas, primero de abril de tad médica, y por las diversas cuestiones que en ella lle-
1828. garon á tratarse, puede muy bien ser considerado como
18 Memoria sobre uua singular distribución de los uré- un foco de conocimientos útiles para la mejora del país
teres, observada en un cadáver disecado en el anfiteatro de la en las diferentes esferas de su actividad moral é intelec-
clase de Anatomía, 3 de noviembre de 1829. tual, y en letras y artes, agricultura y comercio.
19 Informe, por encargo de la Facultad, de las épocas Merced á los esfuerzos de Vargas, creó la Sociedad
más lucidas de la medicina y sobre sus médica un periódico científico, cuya redac-
adelantos por aquel tiempo en Europa y ción se encomendó á él y á los señores
en América. Arvelo, Cabrera, Hernández, González,
El 3 de noviembre de 1827 se insta- Bárcenas, Velázquez, P. P. Díaz, Aceve-
ló la Sociedad Médica de Caracas, en con- do. Navas Espinóla, Emeterio Volcán y
formidad con el decreto del Libertador, con José Manuel García.
asistencia de muchos doctores en medici- Además de esto, pueden mencionarse
na, cirujanos romancistas y otras personas como trabajos de Vargas, de mérito rele-
instruidas en ciencias y artes diversas. vante, el discurso sobre la Fiebre Ama-
Fueron sus fundadores los señores doc- rilla., pronunciado en una sesión de la Fa-
tor José María Vargas, doctor José Luis cultad, con motivo de una memoria sobre
Cabrera, doctor José Angel Alamo, doctor esta entidad mórbida, escrita por el doc-
José Joaquín Hernández, doctor Carlos tor Antonio J. Rodríguez: otros trabajos
Arvelo, doctor José Antonio Anzola, doc- publicados en distintas épocas, como el
tor José Joaquín González, doctor Pedro epítome, sobre la vacuna, en 1826: su me-
Bárcenas, doctor Santiago Sniith, Fran- moria sobre la viruela, ilustrada con mu-
cisco Velázquez, Isidro Olivares, José Fé- chos casos prácticos: otra en colaboración
lix Alas, José Antonio Landaeta, Lázaro con los señores Cagigal y C. Machado, so-
Núñez de Infante, Juan José Jiménez, doc- bre medidas de higiene pública, para que
tor Antonio José Rodríguez, José Silves- no se disminuyeran las aguas de Caracas:
tre García, Emeterio Volcán, licenciado otra sobre las fiebres del Pao: su tratado
Manuel Ledezma, doctor Diego Antonio de enfermedades de los ojos: sus compen-
Sierra, Manuel María Blanco, Cárlos Bello, GUILLBRMO MICHELENA dios de las obras de Beddoes y de Armstrong
Mariano Herrera, doctor Juan de la Cruz sobre fiebres: su tratado sobre el morbo
Macías. Mnco:,o: la monografía sobre la peste de

Socios Corresponsales. En La Guaira, señor Félix bestias.^ conocida con el nombre de derrengadera: muchos
Guaderrama, doctor Manuel Alamo; Calabozo, Juan José cuadernos inéditos sobre hidropesías, fiebres bilio.sas; exá-
Sierra; Victoria, José María Benítez ;
Barquisimeto, doctor men químico de las orinas: apuntes sobre materia médica,
Antonio María Pineda; Tocuyo, doctor Cruz Limardo; Pe- patología y toxicología observaciones sobre autopsias en
;

tare, Lucas Amaya; Valencia, Pedro Gnillén; Ricardo Mnrfi; casos de enfermedades pulmonares diversas; disección de
Nueva York, Santiago Sniith; Cnmaná, Sántos Gaspari; una ballena; observación de un ca.so de aracnitis crónica;
Caracas, doctor Espino.sa, Rafael Revenga, licenciado Claudio y de varios de laringitis edematosa; muchísimos manus-
Viana, M. Echeandía, doctor Escalona, Juan Manuel Cagigal, critos sobre cólicos, leucorrea, tos-ferina, cáncer, lombri-
Pedro Pablo Díaz, Vicente Arámburu, José Austria, doctor ces, baile de San Vito, paperas, estrecheces de la uretra;
Nicolás Díaz, doctor José Rosario Sistiaga; Bogotá, Pedro las memorias sobre el tifus, mal venéreo y disentería; y
Herrera, doctor José María Céspedes, doctor José Joaquín un sin número de traducciones de capítulos de obras ingle-
García. sas, francesas y alemanas.

Socios Ordinarios. Señores doctor José Vargas, doctor Segundando los deseos de la Facultad, aceptó el encargo
José Joaquín Hernández, doctor Pedro Bárcenas, doctor Juan de bibliotecario, con el objeto de formar una buena colección
José Jiménez, doctor Antonio José Rodríguez, Silvestre Gar- de libros, periódicos y folletos de ciencias y artes, y de re-
cía, Manuel Ledezma, Diego Sierra, Cárlos Bello, doctor Je- lacionar, por su mediación, este instituto de Caracas con
sús María Ochoa, Claudio Rocha, Eduardo Mac Llong, José sus análogos de Europa y ambas Américas, corno en efecto
de Jesús Madera, Carlos Félix Bigott, licenciado Francisco lo llevó á ejecución, en parte, abriendo correspondencia
Ignacio Carrera, Julián Martínez, J. J. Lucena, Juan An- con sociedades científicas de Bogotá, Santiago de Chile,
tonio Jiménez, Alejo Betancourt, L. Tamayo, Manuel Porras, Nueva York, Londres, París y otros lugares; \ como fue-
N. Calderón, doctor Lacombe, Tomás Aguerrevere, Felipe ran escasas las rentas de la Facultad, se suscribió á expensas
Romero, Jerónimo Pompa, Julián Tejera, Eliseo Acosta, propias, á muchos periódicos médicos que puso al servicio
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXIX
de todos sus consocios. De- putrefacción. Por lo que ha-
bemos agregar que por me- ce á las aguas de uso pú-
dio del señor José María de blico excitaba á la Junta á
Rojas, ilustrado librero de que velara, por la abundan-
esta ciudad, y excelente ami- cia y limpieza de éstas, y
go suyo, hacía venir trimes- á que fijase lugares adecua-
tralmente las mejores obras dos, para baños y lavaderos.
científicas, los lamínarios, La pesca, por medio del
modelos, é instrumentos de barbasco, debía prohibir.se.
última invención que se ex- Sobre esta materia había di-
pendían en Nueva York, rigido á la Facultad, en
Londres y París, para lo 1828, un informe de que
cual conservaba quinientos daremos cuenta más ade-
pesos en depósito, en cada lante.
una de estas ciudades, que Proponía, además, co-
tenía el cuidado de re]Doner mo medida rigurosa, el exa-
á medida que los iba em- men diario y constante de
pleando. Como fruto de esta los alimentos y licores que
labor podemos citar, entre se ofrecieran al consumo, por
otras comunicaciones curio- lo cual opinaba que se esta-
ANTONio PARRA .sísiiiias é Í 11 tcrcsantes, las blecieran laboratorios quí- Antonio josé rodríguez
del RealColegio de Mé- micos subvencionados por
dicos de Londres, el cual sometió á la consideración y- las rentas del Municipio.
estudio de nuestra Facultad muchas cuestiones sobre Es- La vacunación debía organizarse en toda forma.
tadística, Fisiología, Higiene, Botánica, Química Para proporcionar gratuitamente á los pobres, consejos
y pidió
á nuestros facultativos noticias exactas de nuestro clima, en- médicos, proponía á la Junta la creación de dispensarios, sos-
fermedades endémicas y plantas medicinales. tenidos por el tesoro de la municipalidad.
En retribución de tantos servicios la Facultad le con- Aseo, ventilación y otras medidas de higiene, consti-
firió, en 1840., el título de miembro honorario. Después, tuían sus reglas para el buen servicio de los asilos, cárceles,
el 19 de marzo de 1855 colocó en el sa- colegios, cuarteles, lazaretos y demás luga-
lón de sus sesiones el retrato de tan emi- res donde se aglomeran muchos indivi-
nente académico, y pidió á las Cámaras Le- duos.
gislativas que le decretasen honores pú- La mendicidad pública debía prohibir-
blicos. se; á este efecto se establecerían casas de
Además de todo esto que bastaría para inválidos.
la reputación de muchos médicos; tradujo En su propósito de discurrir sobre cada
correctamente la obra del doctor Juan una de estas cuestiones de interés proco-
Abercrornbie sobre las enfermedades del munal, con el tino y erudición propios de
estómago, canal intestinal, hígado y otras su gran doctrina, escribió como ya lo he-
visceras del abdómen, y la publicó en iS^jq; mos indicado, un informe sobre los perjui-
de ella fue editor uno de sus discípulos más cios de la pesca por medio de plantas ve-
notables, el doctor Pedro Medina. nenosas; ya se tratara del manzanillo, que
En el curso de esta obra intercala el produce efectos de veneno corrosivo, ora
doctor Vargas muchas citas, sobre obser- del jugo del maguey, de la parapara, del
vaciones respecto de las fiebres intermi- barbasco, del javillo, ó de otros vegetales
tentes y remitentes de Cumaná
y sobre más ó ménos nocivos, que tienen la pro-
las hipertrofias miasmáticas del bazo
y del piedad de aturdir los peces, sin causar
hígado, tratadas por él en su estada en en ellos un envenenamiento formal que
aquella ciudad, por los años de 1809 pueda traer la muerte de quien los coma.
y
1810; sus opiniones sobre la administra- Estas carnes son alimentos dañados,
ción del mercurio en la tumefacción cró-
MANUEL PORRAS provicucn dc animales enfermos;
nica del bazo y del hígado proveniente de
y en esta virtud debe prohibirse su con-
inflamación, en contra de los asertos del
sumo. Para instrucción del lector hemos
doctor Aberdeen: y muchas notas para ilustrar
y confirmar el colocado esta comunicación á la Facultad entre los docu-
tratamiento de esta enfermedad, por la yodina, propuesto por mentos respectivos.
Abercrornbie: observaciones sobre la hemorragia de sangre ar- Otra enseñanza clínica, igualmente provechosa, es la
terial del recto, recogidas en Puerto Rico: su tratamiento
del observación sobre la fiebre llamada cerebral ó maligna, que
ileus^ y de la disentería, sóbrelo cual trae casos curiosos
obser- reina en Caracas en la estación del otoño. De esta enfer-
vados en Cumaná: una nota muy importante sobre una medad recogió muchos casos, cuyas descripciones coleccionó
afección inflamatoria de la membrana mucosa del estómago, en cuadernos, que hemos tenido ocasión de leer en un ar-
de género particular, que frecuentemente ocurre en la prác- chivo de propiedad particular. Vargas procedió en este
tica, unida con una condición inflamatoria general
de toda género de estudios, como eu los demás, ajustado perfecta-
la extensión de la mucosa, desde la faringe abajo,
y de la mente al método experimental. Reunió hechos, y después
cual vio muchos casos eu Puerto Rico
y en Caracas, con- de haberlos observado y comprendido,
y de haberlos com-
secutivos a pneumonías y fiebres mucosas;
y muchos otros parado entre sí eon el mayor cuidado, notando sus seme-
hechos de observación curiosos é interesantes, de su ilustra- janzas
da y extensa práctica. y diferencias, formó una entidad patológica, é instauró
el tratamiento terapéutico.
Entre sus escritos sobre higiene mencionaremos la Etiología, síntomas, curso, terminaciones, resultados
comunicación, en 1829, á la gran Junta de Sanidad de Ca- de los
diversos métodos curativos, anatomía patológica, to-
racas, en que traza el cuadro de los trabajos
á que, en su do fue estudiado con aquella sagacidad propia de un profesor
sentir, debieran contraerse los estudios de aquella
corpora- de clínica, que sabe sorprender la naturaleza eu sus .secretos
ción. De las cuestiones principales de higiene pública con-
y misterios. Lo que distingue priucipalmeute esta fiebre,
cernientes á la atmósfera, recomendó á la junta todo lo
según Vargas, es su carácter tifoideo, enteramente funcio-
relativo á cloacas, cementerios, curtiembres, basureros,
ma- nal en unos cas.os, y sintomático, eu otros, de una lesión
taderos y demas lugares donde se depositan materias
en de la base del cerebro. Como tratamiento recomendaba
ccxx LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

las extracciones de sangre aplicación al estudio y jus-


al principio, y después an- ticia al mérito del profesor.
tiperiódicos ó alterantes, se- De la misma manera, dice
gún la variedad que se ha- la historia, asistía Hum-
bía de combatir. Como re- boldt, en su vejez, á las lec-
sinnen de estos hechos clí- ciones de uno de sus discí-
nicos hemos escogido, para pulos que había alcanzado
colocarla en los documentos reputación universal.
de este libro, una lección De sus trabajos de ana-
que escribió con motivo de tomía patológica merece
un caso observado en una mención especial su memo-
mujer de i8 años de edad. ria sobre la epilepsia, la cual
Los innumerables estu- concluye con estas proposi-
dios prácticos de Vargas so- ciones deducidas de un exa-
bre enfermedades propias de men riguroso: primero, la
nuestro país, le valieron el falta de desarrollo de los
crédito justísimo de que go- lóbulos posteriores del cere-
zó entre nosotros como mé- bro es causa de imbecili-
dico hábil y discreto. Su re- dad segundo, el estado im-
;

putación llegó á ser gene- perfecto de las funciones in-


M. M. zxjLOAGA ral en toda la República, telectuales no arguye im- B. VALBUENA
hasta el extremo de venir perfección en el desarrolle
enfermos, de poblaciones lejanas, á solicitar sus consejos mé- completo de los nervios.
dicos. Escribió y publicó un epítome sobre la vacunación
La correspondencia en que le pedían recetas era tan gran- que fue reimpreso en 1841, por orden de la Junta de
de, en sus iil timos años, que Sanidad de la provincia de
no tenía tiempo para contes- Caracas. En él trató de la
tarla ni aún para leerla. historia del descubrimiento
Como cirujano hizo Var- y origen de aquel fluido: des-
gas en Caracas gran ni'imero cribió los granos del cowpox,
de operaciones en los hospi- ó viruela de las vacas; y al
tales del gobierno que tenía discurrir sobre el gabarro de
á su cargo, y en su clientela los caballos, como generador
particular: amputaciones, de- de la vacuna, se inclinó á la
sarticulaciones, dilataciones de opinión de Jenner, asentando
la uretra, la talla perineal, la que, si este fluido no traía su
ligadura de las arterias, ope- origen exclusivamente de
raciones en los ojos, extrac- aquel divieso, á lo menos po-
ción de los ma.xilares, versio- día asegurarse que el fluido
nes, y otras de las que cons- de este producía en las vacas
tituyen la parte más difícil el cowpox y en el hombre la
déla medicina operatoria; pe- vacuna. En la sintomatolo-
ro nunca procedía á una ope- gía describe corretamente la
ración sino en casos riguro- marca su carácter pa-
pústula,
samente necesarios, pues su tognomónico para distinguir
principio invariable era no la de erupciones falsas, y la
ocurrir al cuchillo sino cuan- sigue en su curso desde la
do estaban agotados los reme- formación de la vegiguilla
dios internos ó cuando las in- hasta la caída de la costra.
dicaciones eran claras é impe- En las indicaciones terapéu-
riosas. ticas no se aparta nunca de
Escribió sobre estreche- la doctrina vitalista. Para él,
ces de la uretra muchas ob- la vacuna como la viruela,
servaciones que hemos tenido el sarampión como la escar-
á la vista, lo mismo que las latina, no .son sino la forma
instrucciones á sus discípulos externa de una modificación
sobre el arte de sondear. Tra- del organismo, determinada
dujo la obra de Uucamp, co- por la absorción de un prin-
mo ya lo hemos dicho, sobre cipio extraño, pero distinto
la uretra y la compendió, para y específico; sin que ningún
uso de sus estudiantes. tratamiento fuera capaz de
Recordaremos que en Lon- cambiar una erupción en
dres siguió su curso de enfer- otra, ni de eliminar á volun-
medades de los ojos, y que tad el principio morbífico. En
LUIS RODRIGUEZ HERNANDEZ la fiebre eruptiva, decía con
obtuvo el título de oculista
en nno de los hospitales me- profundo saber: el gérmen de
jor organizados. Como no hu- la enfermedad se incuba, y
biera en Caracas un libro á propósito para texto en este nace en el cuerpo, y se manifiesta, y se reproduce como una
ramo de la cirugía, preparó uno, según los mejores autores semilla en el seno de la tierra. La pústiila de la vacuna
de aquel tiempo. Siendo de notar, que muchos años des- como la forma externa de cualquiera otra de las enferme-
pués, cuando uno de sus discípulos, el señor doctor Acosta, dades de este orden, es un fruto necesario y fatal, y siempre
de regreso de Europa, fundó eu Caracas una clase, para semejante, cualquiera que sea el organismo, el clima y las con-
dar lecciones sobre las enfermedades de estos órganos, iba diciones de la constitución médica.
Vargas á oirlas con la mayor atención y respeto; con lo En estos tiempos en que la propaganda contra la va-
cual daba ejemplo edificante á los alumnos, de modestia. cunación cuenta con el favor de grandes celebridades me-
— s

POR EL DOCTOR LxA.UREANO VILLANUEVA CCXXI

dicas y de sociedades podero- no llegó nunca á publicarse.


sas, no ha de tacharse de ino- Del saber de Vargas como
portuno exhumar las opinio- médico nos dan testimonio, ade-
nes de nuestro Hipócrates, so- más de la Universidad de Ca-
bre los principios fundamen- racas, que le declaró Catedrá-
tales de esta materia, que es tico DE MÉRITO EMINENTE, y
en la actualidad, tésis obliga- la Facultad de medicina que le
da de muchos gobiernos y de tributó altos honores durante su
casi todas las Academias de vida y después de su muerte :

medicina y ciencias naturales. muchas Sociedades científicas


Estas son, en términos ge- del extranjero que le nombra-
nerales, las conclusiones de su ron miembro honorario, como
clínica en Venezuela y Puerto la Academia médico-quirúrgica
Rico. de Cádiz, la Sociedad médica
El Epítome termina con de Trinidad, la Real Sociedad
algunos preceptos sobre el mo- médica de Stokolmo, la Socie- MANUEL MARIA PONTE
RAMÓN ALEJANDRO RAMOS do de practicar la vacunación, dad Económica de “Amantes
las condiciones en que deben de la Patria” de Puerto Rico, y
estar las personas que van á vacunarse, y el método para con- otras que sería largo enumerar. En su correspondencia se en-
ducir el virus de un lugar á otro. cuentran cartas de profesores distinguidos, con los cuales
Enumeradas sucintamente las más notables obras con estuvo en comunicación hasta sus últimos días, y de los
que Vargas enriqueció los anales de nuestra medicina, nos que algunos le dedicaron sus obras, como á maestro célebre
toca ahora dar cuenta del sistema que le cautivó entre entre los sabios de la época: de estas mencionaremos la del
los muchos que se han disputado el doctor Juan Vicente y Hedo titulada
predominio de las e.scuelas; noción pre- Clhnca Médico-Quirtirgica de los Hos-
cisa de que su historiador no debe pitales de París, en cuya portada se
prescindir, si se propone dar á sus lec- leen estas frases que honrarán en todo
tores iin concepto formal y filosófico tiempo al Fundador de la medicina
del profesor; pues no .se podría com- en Venezuela : “Al célebre Catedráti-
prender al doctor Vargas en la clíni- co de la Facultad de medicina de Ca-
ca, sin tener conocimiento de su doc- racas, señor doctor José Vargas, ex-
trina medical, porque aquella es for- presidente y actual consejero de Esta-
zosamente consecuencia de esta. Así, do de la República de Venezuela, etc.,
por ejemplo, los animistas, siguiendo etc. -Juan Idcente y HedoP
á Stahl, recomiendan la expectación Kn la obra de Neill y Smith ti-
para las fiebres, por calificarlas, segiin tulada: An analytical conipendiuni oj
su sistema, de esfuerzos saludables de tile various branches of medical Scien-
la 7iaturaleza medicatriz; de la misma ce, publicada en Filadelfia en 1S52, al
manera, los humoristas obedeciendo á hablar sus autores en el Hand Book
otros principios, se empeñan en curar of Obstetrics, de la influencia de las
todas las dolencias por medio de los razas en el flujo catamenial, copian en
evacuantes. Muy diferentes tienen que confirmación de sus ideas, las opinio-
ser los remedios del que sigue la doc- nes que el doctor Vargas había comu-
trina vitalista de la escuela de Mont- nicado sobre esta materia al Profesor
pellier, á los del quimiátrico que ex- Meigs, y que corren en Dunglisoti'
plica la Fisiología, la Patología y la Human Phys, Seventli Edition. “Z>r.
Terapéutica por las simples leyes de largas, of Caracas, dice en la página
las afinidades químicas; ni procede del 23, indee,in a letter to Professor Meigs,
mismo modo el facultativo que sigue op Philadelphia, affirms, that pi'eco-
á Bazin en sus diatésis, que el homeó- cious menstruation is more common
pata, el esencialista, ó el organicista. in the zvhite than in the coloured.
En cuanto á Vargas, debemos decir, CALIXTO GONZÁLEZ Psto, y la tradicional veneración
á juzgar por lo que nos ha dejado es- de sus discípulos, la fama con que sus
crito, que era sectario de la escuela contemporáneos glorificaron su nom-
vitalista: Hipócrates y Sydenham eran sus inspiradores. bre, y los e.xcelsos honores póstumos que le han tributado en
Desterró, ó por lo ménos modificó aquel sistema de nombre de la Patria, las Cámaras Legislativas y el Go-
sangrías y de drásticos con que nuestros humoristas querían bierno de la Nación, son títulos qne en todas las edades han
yugular la viruela y otras enfermedades eruptivas de carác- de confirmar la sabiduría del maestro amado, y sus influen-
ter invariable: enseñó la Química como un medio de diag- cias trascendentales en la cultura del país.
nóstico, y un auxiliar terapéutico, no como ciencia que Después del doctor Vargas podemos citar entre los pro-
explica y domina las leyes del organismo vivo; y sobre todo fesores que más han contribnido al progreso de las ciencias
instauró el método de la observación, atento sólo á las in- médicas en nuestro país á los siguientes:
dicaciones de la sábia naturaleza. Médico pensador, fundaba — Doctor Carlos Arvelo, autor de una obra de Patología
su filosofía en la Sicología fisiológica, y de esta manera llegó interna, para uso de las clases de esta asignatura que regen-
á establecer en su clínica una escuela nueva, de incontestables taba en la Universidad. También escribió nna obra de ma-
ventajas y de resultados sorprendentes. teria médica y Terapeútica. Era vitalista, y adquirió gran
Ño terminaremos esta sección sin dar noticia de los práctica en el conocimiento de las fiebres propias del país.
trabajos que preparó para la Farmacopea Venezolana.
este propósito había coleccionado las mejores fórmulas su-
En — El doctor José María Benítez, autor de un libro titu-
lado Principios para la materia médica del país, en que re-
yas y las de otros médicos venezolanos, y modificado en veló las propiedades medicinales de muchas de nuestras plan-
consonancia con el clima y otras circunstancias del país, mu- tas, de las cuales clasificó 105, por el método de Jussieu,
chas de profesores extranjeros. Para esto le sirvieron opor- con la descripción correspondiente á cada nna. Dió en
tunamente sus conocimientos de Química y sus estudios es- seguida á la estampa nna memoria sobre el árbol de vaca
peciales sobre nuestras plantas. Muchas de estas recetas son ( laclo dendrum):
y otra .sobre el matapalo, árbol de la fami-
de uso común en Venezuela, aunque la obra, por desgracia. lia de las urticeas, género peus, en la que da cuenta del

29
CCXXII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

descubriiniento de la goma plo, sobre fiebres eruptivas,


de este árbol, y de la apli- ó sobre las neurosis, que
cación industrial que puede un taquígrafo escribía para
hacerse de ella para encau- repartirla después impresa
char telas, según ensayos entre los discípulos. En ella
practicados por él mismo. pintaba con su grande y her-
Otro trabajo científico mosa inteligencia el tipo de
suyo de grande importan- la enfermedad; daba á co-
cia es su monografía sobre nocer su naturaleza; traza-
el sistema de Broussais, del ba el cuadro de sus sínto-
cual era partidario. Y aun- mas, é indicaba en térmi-
que este sistema, fundado nos generales el tratamien-
en la teoría de la irritación, to respectivo.
ha sido abandonado en la Pero en la clínica, si-
ciencia en cuanto á medi- tuado á la cabecera de los
caciones terapéuticas, vive enfermos, procedía de otra
aún impera en lo que tie-
é manera. Atento al cuadro
ne de fundamental la doc- de la dolencia, marcaba ca-
trina, pues como dice Vir- da detalle de la enferme-
chow, sólo un agente ?'rr/- dad, traía á la memoria to-
tante puede p07iei' en jnego do su caudal de experien-
la actividad pj'opia de las cia, exploraba uno por uno
JOSÉ MANUEL DE LOS RÍOS células. todos los órganos, nos hacía
MARCO AURELIO ROJAS
Llamamos la atención distinguir minuciosamente
sobre esta memoria del doc- los síntomas, explicaba las
tor Benitez porque ella contribuyó á generalizar entre noso- complicaciones, y nos hacía conocer las varias formas de
tros la medicina fisiológica del Vaí de Grace, una misma enfermedad bajo las diversas influencias de los
y á inculcarla en
la conciencia de nuestro público, quien á causa de estas no- individuos y de las constituciones médicas, y las concor-
ciones vulgarizadas desde la primera época de nuestra me- dancias y las diferencias entre las descripciones clásicas
y
dicina, no quiere ver en las enfermedades sino irritaciones los casos prácticos, y ahondando, por decirlo así, en la
más ó menos profundas; así como no profunda oscuridad del organismo, nos
quiere reconocer en los medicamentos hacía ver hasta el fondo de cada caso
otras propiedades, que las de caliente, T ,;.»
i I '

para plantear el diagnóstico diferen-


fresco ó frío, irritante ó no irritante. cial y la fórmula del tratamiento.
El doctor Cruz Limardo, natura- Empero, dotado de espíritu inves-
lista, clasificó algunos minerales
y plan- tigador y progresista, contrariábale á
tas de la antigua provincia de Bar- cada paso esa escasez de medios tera-
quisimeto. Estudió las diversas espe- péuticos que obliga al práctico en gran
cies de quina de este lugar, y exami- número de casos á una inacción deses-
nó químicamente el alumbre del To- perante: bebía la ciencia en los libros
cuyo. de los más grandes maestros para bus-
El doctor Manuel Porras, desem- car en ellos la mayor suma de recur-
peñó la cátedra de Patología interna sos con que curar ó aliviar y fati- ;

en nuestra Universidad y la médica- gado, al fin, de una labor siemi)re es-


tura en jefe del gran hospital militar téril, oprimido por el predominio del
de esta ciudad, cuando la guerra civil empirismo sobre las doctrinas cientí-
de los cinco años, tiempo en que este hos- ficas, llegó un día á exclamar en la
pital llegó á tener hasta mil enfermos. tribuna de nuestra Universidad, como
Ha sido uno de nuestros médicos más Cl. Bernard, el inmortal creador de la
instruidos y de más clara y penetran- Fisiología moderna, en la tribuna del
te inteligencia. A la cabecera de los Colegio de Francia: Sin la Terapéuti-
enfermos era un médico humano, que ca el arte de curar no existe,
y des-
los trataba con afecto é interés, sin g7'aciadamente 7to hay Terapéutica en
entristecerlos, mortificarlos, ni quitar- el estado actual de la Medicma.
les laesperanza de curarse. Respetable Cierto. La Terapétitica, dice Fon-
por su saber, era igualmente respetuo- sagrives en su obra titulada Prmeipios
so con los pacientes y con los estu- de Terapéutica ge7ieral, 710 sigue el
diantes. 77iovÍ77iie7ito del p7'og7'eso; el espíritu
MANUEL ISIDRO OSÍO
Nos enseñaba á examinar los en- 77ioder7io sehace escéptico cua7ido e7itra
fermos ;
nos obligaba á escribir diaria- eni el ca77ipo de la terapéutica.
mente una observación con la historia, Baile añade.- Lejos de haberse C7i-
causa y síntomas de cada caso, y á formular su diagnós- 7'iquecido la terapéíitica al te7ior de los ot7'os ra77ios de la
tico, pronóstico y tratamiento. Rectificaba lo que le pa- 77tedicÍ7ia, ha retrogradado cierta77ie7ite.
recía equivocado, explicaba el motivo de nuestros errores, E71 los trata77tic7itos, dice Germán See, parece se ha per-
aclaraba los puntos oscuros, y todo lo hacía con la sen- dido el ve7'dade7'o objetivo del ho7ior del a7'te que es la cura-
cillez y precisión de un práctico sagaz, instruido y de- ciÓ7i del e7ifer77io.
seoso de hacer el bien al enfermo y á sus discípulos. Y
anteriormente Malgaigne Andral, Bichat 5 otros ha- -

Esforzábase principalmente en hacernos conocer la mar- bían deplorado la falta de íe, leyes y principios en la te-
cha de las enfermedades, que es la noción, según Trous- rapéutica, hasta el punto de definir esta rama de la medici-
seau más importante y más capital para el práctico: pues na como un conjunto incoherente de opiniones igualmente
conocer, dice, la marcha natural de las enfermedades, es incoherentes, como una reunión informe de ideas inexactas,
conocer más de la mitad de la medicina. de observaciones por lo común pueriles, de medios ilusorios,
Sabía combinar la enseñanza de la cátedra universi- de fórmulas tan extravagantes en su concepción como fasti-
taria con la de la clínica en el hospital. La una comple- diosas en su ejecución.
taba la otra. En la clase, nos daba una lección, por ejem- Así se explica que el doctor Porras buscase en la ho-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXIII

meopatía lo que no podían darle laciones y los vasos como si la


los alópatas. persona fuera un maniquí de
Pero fue nn homeópata ad- cristal.
mirable. Sus conferencias en la Aveces en las lecciones en
Universidad eran brillantes, co- el anfiteatrotomaba el cuchillo
mo sus lecciones en la clínica y desarticulaba una extremidad
llenas de sabiduría, pues le gus- desde las pequeñas articulacio-
taba espaciarse con un lenguage nes falangianas hasta la esca-
siempre florido por el campo de pulo-humoral en la superior, y
la fisiología, de la química y otras
la coxo-femoral en la inferior,
ciencias accesorias. sin equivocarse nunca.
Disponiendo á un tiempo de En otras ocasiones hacía to-
dos tribunas creó un apostolado das las amputaciones, con virtien-
científico, y puede decirse en ver-
do propiamente el cadáver en un
dad que ha sido el fundador de picadillo.
la homeopatía en Venezuela. De
Como partero era doctísimo.
sus discípulos algunos se hicie- A sus conocimieutos anatómicos
ron homéopatas y otros dosime- añadía una grandísima habilidad
tristas, convencidos unos
y otros en los ejercicios mecánicos y en
que era menester buscar por dife- las maniobras instrumentales.
rentes vías los recursos á propó- Nos enseñaba á manejar los fe-
sito para la curación de las en-
tos, y á reconocer las fontane-
fermedades; pues no es adhirién- las. Y en el maniquí ó sobre el
dose á un sistema como se ha
cadáver nos daba la lección prác-
de llegar en medicina á la ver- tica de las operaciones.
dad, sino utilizando sabiamente
En seguida empezaba la lec-
en bien de los entermos todas las
ción de clínica obstetricial.
fuerzas medicamentosas creadas
Era el modelo del verdade-
por el ingenio humano: teniendo ro maestro; que unía á la sabi-
como debemos tener por cierto, duría la magnificencia del len-
que en la alopatía, en la homeo- guaje.
patía, en la dosimetría, en la me- FBA.NCISCO PADRÓN
Cuando muchos años des-
taloterapia y metaloscopia, en la
[)ués, ya envejecidos, hemos tra-
electroterapia, en la hidroterapia,
bajado día y noche, como estu-
en el perkinismo y en cuantos métodos de curar se han in- diantes en la maternidad de Laribois.siére,
ventado, sin excluir á los magnetizadores, hay un fondo de y hemos oido en
la clínica obstetricial de la Facultad (Maternidad Baudeloc-
verdad, cierto y positivo que responde á las misteriosas que) las lecciones de IMr. Pinard, debemos confesar que se nos
y ocultas condiciones de la existencia. venían á la memoria las nociones y consejo.^,
Délos discípulos de Vargas puede decirse que el doctor enseñaba aquí el doctor Michelena y cuanto nos
Porras ha sido uno de los más trascen- y fue entonces cuando
:

pudimos apreciar con justicia y eu to-


dentales en el profesorado médico de
do su mérito á este proíesor en el arte
Venezuela, porque supo abrir nuevos de los partos; y pensar cuanto le de-
rumbos a la inteligencia de nuestras ben las generaciones médicas que se
nuevas generaciones médicas.
— £1 doctor Guillermo Michelena.
educaron en sus doce años de enseñan-
za, pues pocos han contribuido en el
Este ha sido nuestro más descollante
mismo grado que él al progreso en
cirujano. Graduado de doctor en Cara-
nuestro país de estos ramos dificilísimos
cas y París, fundó en nuestra Univer-
en el arte de la medicina.
sidad la cátedra de obstetricia
y me- Una de sns operaciones más sor-
dicina operatoria, que regentó desde
prendentes fue la extirpación completa
1852 hasta 1864, y de la cual salieron de la parótida, por la cual se promovió
discípulos señalados, que han seguido
una ruidosa discusión, que pasó de los
la senda del hábil maestro. Publicó un
periódicos de Caracas á la Academia de
tratado sobre aneurismas y ligaduras
medicina de París.
de las arterias, una obra de partos,
y Queremos apuntar aquí su opinión
un folleto sobre nuestras fiebres. En sobre la operación de la symjisioíomia
periódicos de su tiempo vieron la luz
cuando casi nadie hablaba de ella en
muchos artículos su\ os sobre higiene Europa.
pública, y casos prácticos de cirujía
y Esta operación ideada en 1777 por
partos.
Sigault, para facilitar el paso del feto
Practicó en el viv'o la mayor parte
eu un caso en que el fórceps era ine-
de las grandes operaciones con destre-
ficaz para vencer una estrechez del ca-
za y elegancia, revelando siempre uu
nal pelviano, fue enteramente desecha-
conocimiento perfecto de la anatomía
da en la práctica desde Baudelocque
de las regiones. Más de una vez le vi-
hasta Cazeaux. Así se vió que todos
mos resecar el maxilar superior y des- JUAN CURLLO los parteros franceses, Mine Lachape-
articular el inferior, ligar las carótidas,
lle, P. Dubois, Desormeaux, Velpeau,
las subclavias, las iliaca.s, las femora-
Jaequemier preferían la operación ce-
le.^
y otros gruesos troncos con una precisión correctísima, sárea eu igualdad de circuustaucias.
sin dar un corte ni de más ni de menos, para llegar
á la Siu embargo de esta general prescripción de los grandes
arteria.
maestros del arte, opinó siempre en contrario el doctor IMi-
Las trabajo.sas operaciones de Chopart
y Lisfranc las ha- chelena eu su enseñanza en la Universidad de Caracas; di-
cia con tanto acierto que nunca dejaba de llegar con prontitud
ciéudonos que al presentársele una estrechez insuperable
á la llave de las articulaciones. Parecía que tenía un ojo en la por el fórceps, ensayaría siu temor la sección déla articu
punta del cuchillo. .Jamás erraba un corte. Veía las articu- lación pubiana para ensanchar los diámetros de la pelvis
CCXXIV LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

Esta opinión de nuestro maestro quedó en el olvido entre Esta conversión, aun siendo extravagante, le fue útil,
nuestros parteros, sin que nadie se ocupara de ella. pues de incrédulo se transformó en religioso; y creyó en lo
A los cien años, esto es, de 1770 á 1880, algunos ci- que nunca había creído, á saber, en la inmortalidad del
rujanos italianos, entre los cuales sobresalía Morisani, pro- alma.
pusieron esta operación y empezaron á practicarla con su- Al igual del doctor Michelena figuró como cirujano
ceso vario, hasta que al fin fue adoptada por Pinard en el doctor Eliseo Acosta, formado como él en las clases
Francia, quien la practicó por primera vez en febrero de del doctor Vargas, primero, y después en las más acre-
1892. Nosotros se la vimos hacer una vez en 1893 en ditadas de Europa.
la Clínica de la Facultad, y otra al doctor Porak en el Acosta regentó por algún tiempo nuestra clase de Pa-
hospital Lariboissiére. En los dos ca- tología externa, ejerció con brillo la pro-
sos el resultado fue satisfactorio; á lo fesión en esta ciudad y nos ha dejado
cual contribuyeron en gran parte los cui- coleccionadas en un libro las lecciones
dados antisépticos. Y ya que nuestro de Cirujía de nuestro sabio V argas. Con-
Maestro y compatriota no pudo ver im- fiado en sus aptitudes buscó mejor teatro
perantes sus ideas sobre esta atrevida para su práctica, y lo encontró primero
operación, por habérnoslo arrebatado la en Nueva York y después en París. En
muerte en la edad más adecuada para uno y otro lugar adquirió bien mereci-
los trabajos científicos, goze á lo me- da fama, y clientela numerosa y pro-
nos la patria venezolana del legítimo. ductiva.
V noble orgullo de haber tenido un hijo El señor doctor Acosta ha sido uno
tan señalado por su ingenio de ciruja- de los cirujanos más atrevidos, ilustra-
no y sus trascendentales servicios en el dos y diestros de América, y dejó á su
campo de las ciencias. país discípulos distinguidos que siguie-
En confirmación de lo dicho baste ron laborando con fruto en el arte de
saber, que los parteros modernos han es- curar.
tablecido en estos últimos años de modo Profesores de ese tiempo fueron tam-
claro y terminante las indicaciones de bién el doctor José de Briceño, que re-
esta operación. gentó por muchos años con gran copia
Obra suya fue también la invención de conocimientos la cátedra de Anato-
del dilatado}' de la uretra, de que habló mía; el doctor Toribio González, seña-
en su tesis hecha en París en 1847 y que lado como clínico de vasta instrucción;
mereció las alabanzas de J. Cloquet, ci- el experto Dr. Calixto González, que popu-
rujano del hospital de las clínicas de larizó entre nosotros la Fisiología mo-
París, profesor de la Facultad y ciru- NICANOR GUARDIA derna, queriendo siempre abrir nuevos
jano consultor del rey Lnis Felipe, y rumbos á los estudios, ora con el em-
las de Roux, cirujano en jefe del Hotel- peño de tener abastecidos de cadáveres
Dieu de París y profesor de clínica los anfiteatros, ora con el otro igual-
quirúrgica en la Facultad. Más tarde otros cirujanos han mente loable de fundar un laboratorio de Fisiología, lo
pretendido apropiarse este invento, presentando el mismo cual ha conseguido en parte; el doctor Pedro Medina, que
instrumento con variaciones que por desgracia en vez de sustituyó al doctor Vargas en la cátedra de Química, y
mejorarlo lo desperfeccionan. Es un hecho fuera de toda que fue célebre por su habilidad como especialista de las
duda que antes de 1847 no .se conocía este instrumento, vías iirínarías; el doctor Antonio José Rodríguez, catedrá-
por lo cual no vacilamos en asegurar que el honor de la tico de Terapéutica y materia médica. Hablaba el doctor
invención corresponde en justicia á nuestro compatriota. Rodríguez el latín como lengua propia; sabía de memo-
El doctor Michelena era ria las obras de Hipócrates;
organicista, sobre lo cual pu- leía mucho á Sydenham, y
blicó un folleto, á fin de di-
vulgar esta doctrina entre los —— —
conocía tan á fondo la Tera-
péutica que daba de repente
médicos jóvenes, defendiendo una lección sobre cualquier
sus principios con calor y per- medicación con facilidad y elo-
severancia. cuencia. Con sus teorías en la
DiLATADOR DE LA URETRA— Del üoctoi' Guillermo Michelena
No teniendo materialmen- clase y sus enseñanzas clínicas
te tiempo para juzgar cien- á la cabecera de los enfermos
tíficamente cada una de las obras de este inteligente maes- en el hospital militar de esta ciudad, formó discípulos de pro-
tro, nos limitamos á dar cuenta de ellas, reservando nues- vecho que se han hecho notables en la práctica. Era un sabio
tros juicios críticos para otra ocasión. Diremos sin em- modesto, benévolo y extremadamente amigo de los estudian-
bargo que no obstante sus ideas sobre el Orga}iicismo y su tes. Fue elevado á la dignidad de Rector de la Univer-
inclinación habitual á materializarlo todo, como cirujano sidad, como Arvelo, Michelena, C. González, en tiempos
y partero, sujeto á medidas y líneas matemáticas y al en que este destino se obtenía por el voto de los acadé-
cumplimiento de leyes físicas, llegó en cierta edad de su micos en claustro universitario. Bien merece el señor doc-
vida profesional á imbuirse en ciertas ideas, no ya de vi- tor Rodríguez un puésto de honor entre los varones ilus-
talismo sino de idealismo, de espiritualismo que lo indu- tres que han trabajado por la mejora de nuestros estudios
jeron á apasionarse de los maravillosos fenómenos del mag- científicos, y nosotros, discípulos suyos, cumplimos este
netismo, y aun más, de los fantásticos desvarios del es- grato deber para con su venerada memoria en las líneas
piritismo. de esta Revista, escrita á vuela pluma.
Dotado de gran talento, lógico insigne, pen.sador sa- Otro de los médicos que han colaborado con más cons-
pientísimo, acostumbrado á resolver todos los problemas tancia y abnegación en la obra de nuestro progreso científico
con la razón, como de.sataba con el cuchillo todas las di- es el doctor Jerónimo E. Blanco. Mientras desempeñó la
ficultades quirúrgicas, como explicaba el mecanismo del cátedra de Terapéutica y materia médica publicó sus lec-
parto, ora normal, ora artificial, por los principios de la ciones de IMedicina Legal, Química y Toxicología y so-
mecánica, tuvo una vez, acaso por exceso de talento, la bre los principios generales de Historia natural médica, de
singular pretensión de evocar el alma inmortal de Var- Farmacia y Terapéutica.
gas y otros sabios para interrogarlos sobre los misterios Escribió varios artículos sobre oftalmología; publicó uu
de la eternidad, el porvenir del hombre y los destinos de bello trabajo sobre la Flora médica de Venezuela en co-
la especie humana. laboración con el doctor Lino J. Revenga, y muchas mono-
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXV

grafías sobre química, botánica, higiene, la fiebre amarilla y tos ferina,


las enfermedades de Caracas en colaboración
el cólera, oftalmía de los reciennacidos, y sobre mate-
la con doctor Calixto González, la metalopia, y algunas ob-
el
rias varias de patología y terapéutica. servaciones de casos prácticos, como el de un abceso he-
El señor doctor Blanco dió un gran paso en nuestra ci- pático consecutivo ála fiebre tifoidea, y el de un fibroma uteri-
vilización, fundando el primer periódico médico de Venezue- no curado por medio de inyecciones hipodérmicas de ergotina.
la en 1857. Este periódico se llamó El Naturalista. El señor doctor Ríos ha escrito además un tratado de fiebres,
Publicó una memoria sobre las enfermedades de los ojos una obra elemental de higiene y varias instructivas con-
causadas por animales vivos: otra sobre la extirpación com- ferencias de ginecología sobre las cuales publicó el señor
pleta de la parótida, que mereció elogios de ilustres maes- doctor Paul Rodet un favorable juicio crítico en el .Journal de
tros de París; otra sobre el sa- Médecine de París. Es actual-
rampión, y varias sobre diver- mente el principal redactor de
sas materias de medicina y ci- la Clínica de Niños Pobres.^
y
rugía. fue de los mejores colabora-
A otra generación de mé- dores de la “Unión Médi-
dicos pertenece el señor doc- "V f é'/ ca.” Es uno de nuestros prác-
tor Nicanor Guardia, que sir- ticos que dejará á la posteiidad
vió con brillo la clase de me- mayor suma de escritos útiles
dicina operatoria y partos. Prác- sobre varios ramos de las cien-
tico excelente por sus conoci- cias médicas. Facultativo jui-
mientos y su talento verdade- cioso, sagaz, ateuto á todos
ramente médico. Es uno de los los detalles, piensa con inde-
profesores que vienen contri- pendencia, estudia incesante-
buyendo en primera línea al mente, y cuida sus enfermos
adelanto de nuestras ciencias con ejemplar consagración. Es
médicas. un médico habilísimo incapaz
Goza el doctor Guardia de de hacer mal.
crédito como práctico sabio en- Débesele el Código de sa-
tre médicos muy renombrados nidad de puertos que rige en
de París, que le han tratado, la actualidad; sirve de balde
y han trabajado con él á la un Consultorio en el Colegio
cabecera de enfermos de nues- de Santa María, y trabaja con
tro país. abnegación en todo lo que juz-
Algunos de nuestros ]>ro- ga conveniente á la mejora de
fesores son aficionados á la li- nuestros estudios médicos.
teratura, otros á las bellas ar- Ultimamente ha dado á la
tes, y muchos á la política estampa una colección de bio-
y á la guerra. Guardia no es grafías de algunos médicos ve-
sino médico: pero gran médi- nezolanos, la cual tenemos á la
co que honra la profesión y vista, para rectificar algunas
•el país. Tiene la rara cualidad noticias de la presente revista.
de saber penetrar con el en- Esta obra ha sido premiada por
tendimiento el organismo, co- la Academia venezolana Co-
mo un marino el fondo del rrespondiente de la Española.
mar con la sonda, y plantea Médico de gran capacidad
sus tratamientos con lógica y y estudios sérios, al igual de
con resolución á veces atrevi-
da. Es un maestro sin presun-
w
,
1!
'
los más descollantes es el se-
ñor doctor R. A. Ramos, dis-
ción, que dice grandes cosas cípulo de Vargas, y envejecido
con la mayor sencillez, y á ve- en una práctica extensa y va-
ces con simpático tono festivo; riada en la cual ha esparcido
ilumina las discusiones; acla- IRRIC4ADOR OCULAR— Del grandísimo caudal de conoci-
doctor Manuel Isidro Osío
ra los diagnósticos, y está siem- mientos preciosos á los jóvenes
pre previendo los rumbos de que han querido educarse á su
las enfermedades, para no de- lado. Es muy experto en la
jarse sorprender. ciencia del diagnóstico, y en las maniobras obstectriciales.
Es, como todos los médicos de grande inteligencia, una Publicó una memoria sobre el cólera asiático en 1855,
esperanza en medio de los mayores conflictos, porque com- otra sobre la operación de la catarata por el procedimiento
bate la enfermedad sin tregua y acompaña á su doliente del doctor Notta, esto es, la extracción lineal sin iridecto-
hasta su última palpitación. Nunca se declara vencido. mia ó corte del iris, la cual corre inserta en La Escuela
En este grupo ocupa con justicia un lugar muy emi- Médica., de que era colaborador activo, y en la cual dió
nente el sabio doctor Elias Rodríguez, que enseña la tera- también á la estampa artículos sobre los progresos de las
péutica moderna en la Universidad, y sirve de guía inteli- ciencias, entre otros, el referente á las inyecciones hipodéruii-
gentísima á los jóvenes que se dedican al arte de curar. cas de ácido fénico en el flegmon difuso.
Ni el señor doctor Rodríguez, ni el señor doctor Guar- En otro periódico cientifico que contribuyó á fundar,
dia, han querido publicar ningún trabajo sobre medicina, llamado La Unión Médica publicó artículos sobre obste-
aunque les bastarían algunas horas dedicadas diariamente tricia y casos prácticos de aplicación del fórceps con éxito
á esta labor para dejarnos en bellas páginas el fruto de una feliz para la madre y el niño.
larga práctica, ilustrada como pocas, rectificada por estudios Obras muy interesantes son la memoria sobre la posición
magníficos y profundos. que debe ocupar la mujer en el acto del parto, sobre la his-
El señor doctor Luciano Arocha, puso en manos de la toria del fórceps, su importancia y 'Utilidad, su acción, prin-
juventud la obra de Patología de William, traducida por él. cipios cardinales en que está basado su uso, indicaciones
Profesor de concienzudos estudios y de razón ilus-
y condiciones indispensables para su aplicación.
trada y penetrante es el señor doctor José Manuel de los Ha hecho buenos estudios de botánica que le han pro-
Ríos, al cual debemos memorias sobre la fiebre amarilla, porcionado clasificar algunas plantas del país: entre las cua-
sobre las inhalaciones de yodo en la tisis pulmonal, la les podemos citar la caraña, familia de las terebintáceas,
CCXXVI LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

cuya descripción corre en La Revista, periódico que se pu- una casa de baños públicos medicinales con lo que nos ha pro-
blicaba en esta ciudad, y la Jistole 7 -a ó chivatera de cuyas porcionado un remedio potentísimo para tratar las dispepsias,
propiedades terapéuticas dió cuenta en El Naturalista que la diabetes azucarada, la clorosis, la anemia, los engurgi-
redactaba el doctor Jerónimo E. Blanco. tamientos viscerales, el histerismo, y otras enfermedades en
Tradujo del inglés dos memorias sobre la fiebre ama- que es necesario como en estas, estimular las funciones
rilla, una del doctor Stillé, catedrático de medicina prácti- asimilatrices: con lo cual ha venido á demostrar la eficacia
ca y de clínica médica de la Universidad de Pensilvania, positiva de la hidroterapia cuando está dirigida según los
sobre el origen, propagación, naturaleza y anatomía pato- principios de la ciencia.
lógica^ de esta enfermedad, y otra del doctor Kunt presen- En este establecimiento pueden tomarse duchas de lan-
tada á la Asociación de salud pública de Richmond sobre za movible, de regadera de varias formas, en columna,
la profilaxis de esta fiebre y otras enfermedades infectivas. circular, de asiento, (perineal, rectal), de vapor, filiformes,
Queremos hablar ahora de adelantos de otro género ascendentes, de pulverización para los ojos, la garganta
en la práctica á saber, de la áplicación de la elec- y
:
otras regiones.
tricidad al tratamiento de gran número de dolencias. A este El señor doctor Carlos Arvelo es hijo del señor doctor
efecto ha montado el señor doctor Pedro M. Garda en Arvelo, de quien ya. hemos hablado. Perfeccionó sus estu-
esta capital un gabinete electro-terápico dios en Europa, á donde fue enviado por
con todas las máquinas y aparatos que el gobierno con un empleo diplomático.
producen la electricidad de alta tensión, Se dedicó con perseverancia á la ciru-
las de inducción ó las de corrientes gal- gía, en cuya práctica sobresalió dentro
vánicas, electro-térmicas, electro-quími-
y fuera de Caracas, por su pericia, pul-
cas, y galvano-cáusticas. Hállanse en es- so, y serenidad y por su fecundo ingenio
te gabinete instrumentos para la medida para remediar accidentes ires] erados
del fluido ;
para interrumpir y atenuar en un acto operatorio. Sirvió por mu-
su fuerza, y para provocar intermitencias chos años la clase de patología externa
que pueden ser desde una hasta mil por
y el Rectorado de la Universidad. Pu-
segundo. blicó muchos casos prácticos y artículos
El señor doctor García puede apli- varios sobre nuestras fiebres, y sobre al-
car con aparatos á propósito, que maneja gunos procedimientos operatorios. Poseía
con grande habilidad, las duchas eléctri- razón poderosa, palabra fácil y dotes pri-
cas y los baños farádicos y galvánicos. morosas para la enseñanza. Formó bue-
Para esto ha montado un aparato de cin- nos discípulos y ha dejado una memoria
cuenta pilas de Daniel modificadas por grata en la conciencia pública.
Siemens y Valls con un hermoso colec- Otro cultivador bien inspirado en
tor en donde se recoge el gran volúmen nuestro campo científico fue el señor doc-
de la electricidad producida, para llevar- tor Luis Daniel Beauperthuy, quien se
lo al cuerpo del paciente, que lo recibe dedicó á estudiar en Cumaná con el mi-
cómodamente en un sillón electrode, ora croscopio las alteraciones de la sangre y
quiera electrizarse con la electricidad elec- otros fluidos de la economía animal en
tro-farádica ó de tensión media, ora con las fiebres: y llegó á afirmaren 1856 en
la galvánica que es la que se genera en
una memoria que mandó á la Academia
esta gran máquina llamada de electrici- de Ciencias de París, que la cau.sa gene-
dad constante porque siempre tiene fluido. radora del cólera asiático, del vómito
Hay en este gabinete máquinas para negro y de las fiebres en general, no
operaciones quirúrgicas como cauterizaciones era un miasma, sino un parásito. Lo mismo dijo de la
y extirpacio-
nes; para la electrólisis de la uretra
y para operar fistolas. lepra. Describió el microbio del cólera en La Gaceta Ofi-
Tiene el gran imán de forma de herradura semejante al cial de Cumaná, de 1? de diciembre de 1855, número 70, y
que usaba Charcot, del poder de treinta quilogramos
y un jue- en su obra, inédita aún, está la descripción del de la fiebre
go de imanes cefálicos. amarilla y el tratamiento raeional de la enfermedad con el
El gabinete esra provisto de cuanto pueda necesitarse eual salvó muchos pacientes.
para las diversas aplicaciones electro-terápicas, indicadas hoy Entre nuestros más constantes trabajadores nos es grato
en la ciencia, pudiendo citarse en esta rica colección la Bo- citar al señor doctor Manuel María Ponte, á cuj'O robusto-
bina de Dubois Re3’inond ;
la máquina de inducción de pén- desarrollo en el campo de la ciencia hemos venido asistiendo
dulo para regularizar a voluntad las intermitencias un desde los elaustros de la Universidad. Apénas graduado
;

motor eléctrico para mover la máquina estática; una má- de doctor e.scribió un libro titulado: Historia Natural de
quina de cuarenta elementos para la electrólisis; la máquina la mujer; estudio curioso de antropología con que abrió
de rieles de Chardain la grande
; hermosa de Carré para sú carrera en el profesorado de la Ciencia Ginecológica.
generar la electricidad estática, que se usa en los baños; En 1875 dió á la estampa sus Consejos á la mujer,
y
muchos acumuladores eléctricos para producir la luz; el exci- en que revela su interés compasivo y generoso por el ser
tador rectal el tubo de Debove; otros aparatos para la galvani-
; más noble de la creación, á quien debemos la dulce vida
zación del estomago y los intestinos en casos de vómitos del hogar y de la sociedad: y que debiera merecer siempre
persistentes, de dolores, agudos gastrálgicos en las múltiples de los médicos los cuidados más atentos exquisitos.
manifestaciones del histerismo gástrico, en la oclusión intes- En Puerto Cabello publicó su obra sobre fiebres pe-
tinal, y en las pseudo-extrangulaciones debidas á la parálisis riódicas; enfermedad endémica de aquella costa, á cuyo
de las fibras musculares del intestino, y aun en las com- estudio hubo de dedicar por muchos años casi toda su
presiones de este órgano por tumores ó degeneraciones. actividad profesional. Esta excelente monografía contiene
El señor doctor García á fuerza de laboriosidad, inteli- gran número de observaciones encaminadas á ilustrar la
gencia y estudio ha logrado adquirir conocimientos exac- patología y la terapéutica de nuestras fiebres, que á v^eces
tos en la complexa ciencia de la electricidad,
y gran pericia diezman las poblaciones, haciéndose superiores á todos los re-
en el manejo de los aparatos, con lo cual se ha hecho un cursos de la medicina.
electricista ilustrado y hábil,
y capaz de suministrar en cual- En 1876 y 1877 tuvo á su cargo la Gaceta Científica
quier caso este recurso terapéutico con prontitud efica- de i^enezuela; publicación quincenal que circuló con crédito,
cia; pues el buen servicio de esta especialidad es un au.xi- dentro y fuera del país, en la que escribió mu\' buenos
lio á todas luces precioso para tratar cierto número de en- artículos sobre ramos diversos de su práctica; aí tiempo
fermedades rebeldes á los demás agentes de la medicina. que colaboraba en otros periódicos del país y del exterior
El señor doctor F. Dubreuil ha establecido en Caracas con una asiduidad digna del mayor encomio; de modo que
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXX\1I

bien puede decirse que es uno de maestros escritores científi- sarcoma de la parótida, rememora el caso de la extirpación
cos más fecundos. completa de esta glándula hecha por el doctor Michelena,
y
Fundó una Sociedad Médica titulada Unión Médica^ que cita el informe que sobre qsta materia leyó Malgaigne en la
duró mucho tiempo, y enriqueció con estudios sobre
la ciencia academia, en la sesión del 26 de octubre de 1858:
y emite
nuestros climas, enfermedades y plantas. además sus opiniones apoyado en grandes autoridades sobre el
Es el primero que ha practicado eti Venezuela la opera- punto de aquella ruidosa controversia, de que antes hemos
ción de la ovariotomía, para lo cual se ajustó con la más hablado, de si el doctor Michelena había extirpado la pa-
rigurosa precisión al método antiséptico de Ifister y Pasteur. rótida sin cortar el nervio facial y la carótida externa.
Y en seguida se dedicó con labor infatigable á escribir una Asunto científico es este muy discutido, que dejó
obra .sobre la patología y cirujía ginecológica, de la cual una estela resplandeciente en nuestros anales quirúrgi-
ha publicado el primer volumen que consta de 475 páginas. cos, para aumentar la fama de nuestro maestro ilustre, cuya
La obra ha sido dedicada al señor doctor Péan y se divide memoria vivirá siempre en la conciencia de sus discípulos.
en tres secciones ; comprende la primera, las enfermedades
Rodríguez
es un profesor de espíritu reflexivo
y asiduo
de los órganos genitales externos de la mujer; en la segun-
en estudio; trabaja en su especialidad con perfe-ccióu
el
da se describen las enfermedades déla vagina: y en la ter- y
se ocupa con entusiasmo en todo lo que puede redundar en
cera las de la uretra.
favor de nuestros adelantos médicos. Es sobre todo modes-
El segundo tomo está preparado para ser impreso como tísimo y honrado.
lo fue el primero en el acreditado establecimiento de tipo-
Asiento de honor ocupó en nuestro gremio médico el se-
grafía de los editores Betancourt, de Curazao.
ñor doctor Manuel María Zuloaga, por haber iniciado junto
El doctor Ponte goza de una bien merecida fama
con otros facultativos los estudios médicos en el colegio de
y sostiene correspondencia con profesores muy notables de Valencia. Allí se formaron bajo su ilustrada dirección va-
Europa y América.
rios doctores que han prestado buenos servicios á la huma-
Posee una cabeza luminosa; y está dotado del talento
nidad doliente.
de observación y de rara constancia en el trabajo.
El señor doctor Zuloaga era un práctico muy instruido,
El doctor Luis Rodríguez, sobrino de un médico de nota,
observador, y siempre dispuesto á dar consejos y explicacio-
el doctor Manuel Hernández Sosa, y nieto del benemérito
nes á sus alumnos, á la cabecera de los enfermos. Nos ha
doctor J. Joaquín Hernández, á quien debemos principalmente
dejado algunas páginas sobre el tratamiento del cólera, del
la propagación de la vacuna, figura con justo renombre como
tifus y de las fiebres perniciosas dé la Laguna de Valencia.
especialista de las vías urinarias. Es doctor de las Universi-
dades de Caracas y París y revalidó su título en Nueva York El doctor Juan Cuello, oculista, el doctor R. Villavi-
en el Bellevue Hospital Medical College. cencio, de ilustración vastísima, el doctor J. Esteva, tan mo-
Ha servido en nuestra Universidad la clase de Patolo- desto como sabio, el doctor Dagnino, á quien debe la ciencia
gía externa. Escribió una monografía sobre la composición discípulos excelentes y libros útile.s, los Doctores Bolet,
química y las propiedades curativas de las aguas termales de J. J. Briceño y su sobrino Rafael que perfeccionó sus estu-
Guarume, San Juan de los Morros y el Tuy. dios en Europa, el doctor S. Vaamonde, catedrático muy
ilustrado de Patología eu nuestra Universidad
En 1876 en sesión pública de la sociedad llamada y práctico
Escnela Médica hizo el primer ensayo práctico de que hay de inteligencia investigadora, el doctor F. Padrón, que ha
utilizado para la ciencia en la estación balnearia que fundó en
memoria en Caracas de \a. galvano —cáustico— térmica^ sobre lo
las Trincheras las aguas sulfurosas llamadas de agua caliente,
cual dijo el ili.stre sabio doctor Vicente Marcano en las colum-
el doctor A. Frías, maestro de anatomía de casi todas nues-
nas de nuestro diario El Demócrata-, “la operación que con
tras generaciones médicas en los últimos treinta años, Rís-
feliz éxito llevó á cabo el doctor Luis Rodríguez ante un
público numeroso y competente, tiene un doble mérito: el de quez y Ruiz son obreros beneméritos de nuestra medicina.
mostrar prácticamente un sistema operatorio hasta hoy des- Ocupan los claros que dejan los viejos maestros en el
conocido en el país y el propender á imprimir á los estudios profesorado y en la práctica, muchos jóvenes de luces amor
y
médicos su verdadera marcha: el déla experimentación.” á la sabiduría educados en Europa, y empapados en los
Obra suya es una memoria sobre las propiedades del conocimientos del mundo científico moderno, como Mos-
benzoato de soda en la tisis pulmonar, en que hizo conocer quera, Aguerrevere, Seco, Ramella, los Herrera, Escalona,
los trabajos químicos del doctor Schüller. Colaboró en la Chirinos, Lobo, los hermanos Villegas. J. R. Revenga, E.
redacción del Código de Salubridad Pública que encargó el Celis, López Baralt, Acosta Ortíz, Ríos, Carreyó Luces,
gobierno en 1880 á una comisión de facultativos: ha dado á Couturier, Razetti, Hernández, N. Guardia, hijo, Elias
la estampa artícailos sobre el microscopio como medio de Rodríguez, hijo, Dominici, Myer Flegel, Ackers, de los
diagnóstico y sobre el crup. De algunos de sus trabajos en cuales algunos sirven actualmente cátedras eu la Univer-
cirujía han dado cuenta con juicios favorables el doctor Ma- sidad, otros las clínicas del Hospital Vargas v trabajan
llet en su obra Thérapeutique des maladies de l' appareil otros por fundar un laboratorio de fisiología
y bacteriología,
urinciire, 1872 y Duplay y Paul Reclus en sn obra titulada dando todos pruebas diariamente de talento é instrucción.
Traité de Chirurgie. Estos son los maestros de lo porvenir.
Fuera de numerosas operaciones en el aparato urina- Hoy llegan á Caracas innumerables periódicos de cien-
rio, ha practicado otras de alto mérito en la- región del cuello, cias médicas de todo el globo; las obras europeas
y ame-
la talla prerectal y la extirpación de las mamas. ricanas circulan en manos de los estudiantes; el método
Ha esparcido entre los estudiantes muchos conocimien- e.xperimental se impone en la enseñanza; tenemos especia-
ros modernos, ha introducido en la práctica remedios listas en varios ramos; se ejecutan todas las operaciones de
y pro-
cedimientos nuevos como el Stronger ether cirujía^ y estamos hora por hora al corriente de los progre-
sustituir el
cloroformo, el aparato de Esmarch, la inoculación de la linfa sos médicos del mundo.
de Koch, y otros muchos de diferente género que corresponden Algunos de nuestros profesores han concurrido á los
á la especialidad á que se ha dedicado. congresos médicos de Nueva York, Roma, Berlín
y París, y
El doctor Luis Rodríguez pertenece al curso notabilísi- otros llaman actualmente la atención en .sabias corporaciones
mo de Ponte, de Osío, que brilla en España como oculista extranjeras por sus escritos y trabajos de orden vario en di-
y á quien debe la ciencia la invención de un instrumento versos ramos de la ciencia.
para la irrigación de los ojos; de Bustamante que se ha No es nuestro intento escribir noticias biográficas de los
consagrado á la cirujía con talento y ciencia; de Aurrecochea médicos venezolanos, sino apuntar algunos esfuerzos hechos
que ha atesorado en las clínicas de París caudal de cono- en favor de los adelantos de la ciencia en nuestro país.
cimientos en las enfermedades de los niños
y en la práctica Si hemos dejado de citar obras de mérito, debe atri-
de los partos. buirse, sólo, á que no las hemos tenido á la mano, no obstante
En su tesis para el doctorado en París al hablar sobre el haberlas pedido por la prensa.
CCXXVIII LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

Poseemos una biblioteca médica para uso público for- feísima. A aquellos techos se han sustituido otros de ma-
mada de donaciones particulares. Sirvióle de núcleo la deras sólidas, de tirantes de hierro y materiales de primera
biblioteca del señor doctor Vargas, y se ha enriquecido clase, cubiertos en los salones y demás piezas y en algunos
en tiempos posteriores con las de los doctores Acosta, Aro- corredores con cielos rasos muy bien hechos. Las colum-
cha y Guillermo Morales, joven distinguido por sus estu- nas son hoy todas iguales entre sí, de forma cónica, con
dios y aptitudes. capiteles y bases elegantes, pintadas al óleo, color verde
Tenemos el hospital Vargas, construido recientemente, claro, lo cual luce bien sobre el fondo de las paredes pin-
y que será cou el tiempo un buen centro de estudios prác- tadas de rosado, con zócalos azules de dos metros de alto.
ticos,cuando se le organice convenientemente en concor- “Las antiguas ventanillas de los salones se han cam-
dancia cou los estudios teóricos de la Universidad. biado por puertas que vienen hasta el suelo, altas y anchas
Esta es sin embargo una escuela de medicina práctica para dar constantemente salida al aire de las capas inferiores
de que vienen reportando muchos beneficios los dolientes y que está siempre corrompido en los ho.spitales. No siendo
los estudiantes. Entre los principales trabajos llevados posible ventilar el establecimiento con máqiiinas se tuvo
á cabo por sus profesores, podemos citar el tratamiehto que apelar á la ventilación natural por medio de ventanas, si-
de la tuberculosis por la linfa Kock-Straus y los estudios tuadas á propósito, de patios de luz y de espaciosas en-
sobre el paludismo en el servicio del doctor E. Meyer tradas al Sur y al Norte; de esta manera habrá siempre
Elejel. corrientes bien combinadas que atraviesen los salones y
El señor doctor A. Couturier, que ha tenido hasta ha- los patios, para llevar á cabo la renovación del aire en
ce poco á su cargo el de cirugía, ha practicado todas las toda la casa. Para resguardar los enfermos del aire frío,
operaciones, ayudado por los doctores Acosta Ortiz y Ra- ó húmedo, ó de corrientes molestas se han puesto cortinas
zetti, desde las am}»utacioues de las extremidades hasta la corredizas en las puertas y en las ventanas, de modo que
craneotomía, la laparotomía, la resección del maxilar su- en un momento puede quedar un salón cerrado y á media
perior, y la ligadura de la iliaca 'primitiva. Pero las ope- luz, ó abierto y del todo iluminado según sea la necesi-
raciones que han merecido mayor interés al inteligente doctor dad que haya que satisfacer.
(fouturier son las que podríamos llamar de cirugía de la es- “La sacristía se ha convertidoen pieza para la botica;
tética, para remediar los defectos de la fisonomía, ya re- y en el lado Sur, en donde estaban la cocina y unos cuar-
poniendo partes perdidas como se logra por la rinoplastia, titos bajos, húmedos y oscuros se han hecho dos salas,
ya usando el método de Tierch. separadas por un patio, que favorece la entrada de los rayos
Fruto de nobles esfuerzos de esta nueva generación solares para secar, alumbrar y ventilar los dos salones y el
médica es la creación de La Gaceta Médica de Cai'acas^ claustro respectivo. Por este patio se pasa al solar, en don-
que ha venido á sustituir La Gaceta de los Hospitales^ fun- de se ha fabricado un anfiteatro y varios otros servicios in-
dada por nosotros en 1889. El señor doctor Razetti, di- dispensables para el establecimiento.
rector de este nuevo y útil periódico, ha publicado en sus “ En la unión del corredor Sur con el corredor del Oeste
columnas sus notables conferencias sobre partos, nutrido se ha abierto un pasadizo anchísimo, que separa la sala Her-
como está con las doctrinas de la moderna escuela obs- nández de la .sala Micheleua, y que da paso al solar en
tetricia! de que es jefe el profesor Tarnier: en este periódico donde están la cocina, los baños, la despensa, el lugar para
corren también las conferencias del señor doctor Acosta aplanchar, los estanques y otros servicios.
Ortiz, dotado de recomendables cualidades para el pro- “La sala Vargas contiene, cumplidas las reglas de hi-
fesorado, y las del doctor Carreyó Luces, sobre oftalmo- giene 18 enfermas; la sala Arvelo 10, la de Mici.elena 15,
logía. la de Hernández 18 y la de Porras 10, de manera que pue-
Este joven oculista, trabaja en su clientela particular den ser asistidas con comodidad 61 enfermas por ahora;
con crédito,y esparce .sana simiente de conocimientos por la cada una tiene su cama de hierro, ó de madera; cou col-
prensa. chones, almohadas dobles, v un tren completo de sábanas,
Entre otros artículos suyos hemos leído cou interés su colchas, frazadas, á razón de tres pares por cada una: y ade-
conferencia sobre la iritis serosa, otra sobre la ambliopia más su mesita de noche, para guardar la vasinilla y los za-
alcohólica y los artículos sobre la tuberculosis meningea patos, una mesita de hierro para comer, y sobre la cual
y sobre los desordenes oculares en la ataxia, la esclerosis en tiene cada una un azafate con un vaso de cristal, su loza
placas y la histeria. y su correspondiente cubierto para la comida. Delante de
Mencionamos con gusto eii estas páginas, como primer cada cama hay una alfombra.
contingente del joven doctor S. A. Dominici al tesoro de “ Todo el edificio está pavimentado con cimento romano
y
nuestra medicina, su tésis Angiocolitis publicada en París alumbrado con gas.
el año próximo pasado, para obtener el doctorado, y la cual “ La fachada principal está al Norte. Se entra en el local
ha merecido el honor de ser citada en obras serias de por en medio de un jardín, que está separado de la calle
medicina. por una verja de hierro. Mas allá del jardín está el vestí-
Tenemos también un hospital para niños, que servirá bulo, formado por columnas disminuidas que sostienen una
de base para formar una excelente casa de enseñanza en esté portada de orden jónico: sobre este frontis se lee este letre-
importante ramo de la Medicina. ro, formado con grandes letras doradas de relieve, sobre un
Hasta 1888 los hospitales de Caracas eran casas inmun- fondo azul Hospital de Mujeresd'
das, en donde se hacinaban los infelices que no tenian donde Al entregar esta casa al gobierno, dijimos entre otras
morir, tiran lugares de depósitos para proveer los cemen- cosas: No hay para que recordar el estado de ruina y mise-
terios, pues, todos estaban mal servidos eii la parte fa- ria en que se encontraba esta casa: lo que nos correspo 7ide
cultativa, sin administración, higiene, ni recursosde ninguna es congratularnos cordialmente por haberla salvado^ y por
especie, sucios, hediondos y con edificios en ruina. haber organizado el serzdcio hospitalario con todos los ele-
En tal estado emprendimos la reforma de estas casas mentos 7iecesarios para la asistencia de las enp'ennas y para
por orden del gobierno á fines de aquel año. Reconstrui- la mejora de los estudios médicos del país.
mos el hospital de mujeres en cuatro meses, y de uii mu- Enseguida se formó en el establecimiento tina sociedad
ladar hicimos uii pequeño hospital cou salones espaciosos, médica llamada Instituto Vargas, pero destinada á perecer
aire y luz bastante, formado al estilo de lo que ordena la como todas las sociedades científicas de Venezuela.
ciencia en la construcción de este género de edificios. La De este hospital pasamos á reformar el civil de hombres,
Gaceta de los hospitales de Caracas dijo en su número co- el de lázaros, el militar y el manicomio. Este fue trasladado á
rre.spondiente al mes de marzo de 1889 lo siguiente: Catia por nuestros consejos publicados en la “Gaceta Oficial’’,
“Este hospital tiene hoy un edificio enteramente dis- y aunque no se le han hecho aun todas las mejoras indi-
tinto de lo que antes existía: los techos y los pilares son cadas desde entonces, se consiguió no obstante convertir la
nuevos, aquellos estaban podridos, como que tenían más horrenda casa de Los Teques en otra, sita en esta ciudad
de cien años, y estos desplomados, torcidos y de forma siquiera aseada y con algunos recursos para asistir á los
POR EL DOCTOR LAUREANO VILLANUEVA CCXXIX

pacientes, de acuerdo con lo que pide en estos hospitales la tañas, la presión aumenta. La presión media es de 16.000
filantropía y la medicina. quilogramos.
Para cada hospital escribimos un reglamento: en cada Condiciones eléctricas.— La electricidad decrece del
uno de ellos instalamos las hermanas de la Caridad y á Ecuador á los polos, y no se manifiesta más allá del
todos se proveyó de camas, ropas, botiquines, médicos, ins- 68° de latitud norte. Las auroras boreales que se ven en
trumentos de cirujía y cuanto se consideró menester para el las regiones polares, son probablemente debidas, dice un
servicio de los enfermos. sabio físico, al derrame y acumulación en el aire de la
Antes de levantar la pluma queremos tornar la mirada electricidad de una parte del globo. La falta de electri-
al mundo de los muertos para rendir un homenaje de culto cidad en estos lugares explica el empobrecimiento de su
reverente á la memoria de facultativos beneméritos, recor- vegetación: allí sólo se encuentra el pino de los Alpes,
dados con cariño en casi todos nuestros hogares y con res- que como se sabe es mal conductor.
peto por todos los hombres de saber. Nos referimos á los El agua de estas regiones en estado de nieve es siem-
señores doctores Pedro E. Hernández y Angel Martínez pre positiva; cuando cae en forma de lluvia, es de ordi-
Sauz, á Marco Aurelio Rojas y Jesús María González, á nario tanto positiva como negativa.
Francisco Narvarte y Francisco de P. Acosta, á Antonio En general su agua meteórica está siempre débilmente
Parra y Adolfo Fridensberg, á Daniel Quintana, Vicente electrizada.
Cabrales, Francisco Machado y Manuel Cárdenas. Ilustrados En estas regiones hay mucho ozono; lo que explica
y filántropos, trabajaron todos en atesorar ])ara la juventud la rareza de las epidemias, que son al revés muy frecuen-
que marchaba tras ellos una experiencia ilustradísima en tes en las regiones tropicales.
las enfermedades propias de los climas tropicales, en obste- Mientras más nubes tiene el aire, como en las tem-
tricia y ciencias naturales. Cada uno de ellos llevó su con- pestades, más cargado está de electricidad. Pero aunque
tribución de ideas, de práctica, de consejos y observación esté puro y sin nubes, siempre está más ó menos cargado
para formar nuestra patología y terapeútica, por lo cual bien de este finido, que se aumenta cuando llueve.
merecen un puésto de honor entre los más instruidos, ab- En tiempo sereno la atmósfera contiene siempre elec-
negados y talentosos padres de las ciencias médicas de Ve- tricidad positiva libre.
nezuela. La superficie de la tierra está electrizada negativamen-
En cuantoá no.sotros, desprovistos de todo mérito, ape- te, y esto se siente más, mientras más elevados estamos
nas alguna vez hemos podido llevar algún grano de are-
si del suelo.
na á los cimientos de nuestra medicina; y hoy mismo, no En la orilla del mar, como en Macuto, la atmósfera
es sino con gran desconfianza de nosotros mismos, que en- está cargada de electricidad positiva por otra razón también,
tresacamos de nuestros cuadernos de uso particular unos apun- á saber por la evaporación de la gran masa de aguas. Poui-
:

tes sobre el clima de Macuto, para publicarlos en estas pági- 11 ha demostrado que la evaporación de aguas con sus-
et
nas, como una demostración de que no nos es indiferente el tancias salinas en disolución, produce siempre electricidad
movimiento progresivo de la éj)Oca, al cual contribuiremos positiva, que se va al aire la negativa se esparce por la
;

siempre á medida de nuestras fuerzas. Mas, deseando ampa- tierra.


rarlos de alguna sombra amiga, queremos dedicarlos al único tín Macuto, por lo mismo que el aire está siempre
de nuestros maestros que vive aún, á quien amamos con húmedo, tensión eléctrica es menor. Los cuerpos se dese-
la
noble gratitud y á quien veneramos por su recta inteligen- lectrizan allí más fácilmente.
cia, su saber, modestia y patriotismo, el señor doctor Ca- Otra causa poderosa de producción de electricidad en Ma-
lixto González, ex-Rector y antiguo catedrático de Fisiolo- cuto es la vegetación de la montaña.
gía en nuestra Universidad. El aire seco es mal conductor; el húmedo es bueno.

Ozono. El ozono es una modificación del oxígeno
condensado. Se produce en Macuto, como en todas las
orillas del mar, por la rápida evaporación de grandes can-
TEMPERAMENTO DE MACUTO tidades de agua. También se genera cuando caen rayos.
La ozonización del oxígeno se revela por un olor es-
pecial, y por el color azul que toma una disolución de
En una de las temporadas de Macuto, escribimos estos almidón expuesta al aire.
apuntes que consentimos en publicar en el presente libro, El ozonómetro de Schnlein consiste en una hoja de
no obstante su imperfección, por llamar la atención y papel empapada en una mezcla de engrudo de almidón y
cuidado de los hombres de ciencia hacia los diversos estu- una pequeña cantidad de yoduro de potasio. Si hay ozono
dios que reclama aquella estación balnearia, digna por más el papel se pone azul violeta, porque el ozono descompone
de un respecto de ser favorecida como lugar de descanso, el yoduro y deja el yodo libre el cual va á obrar sobre el
de placer y de temperamento. almidón para formar yoduro de almidón.
Humboldt define el clima en estos términos El con- : El ozono esparcido en abundancia en la atmósfera de.s-
junto de variaciones atmosféricas que afectan nuestros ór- truye los organismos inferiores que se producen por las
ganos de una manera sensible : la temperatura^ la hume- putrefacciones, y purifica el aire. Por tanto, una atmós-
dad^ los cambios barométricos^ la calma de la atmósjera^ lo% fera rica en ozono como la de Macuto, es muy favorable
vientos^ la tensión eléctrica^ la pureza del aire^ la presencia á la salud.
de miasmas más ó menos deletéreos^ y pot iiltimo el grado
ordinario de trasparencia y de serenidad del cielo.

Calor. Cuando hace mucho calor la presión atmos-
(Cos- férica disminuye; esto es, baja el barómetro, y como con-
mos, tomo 19) á lo cual puede agregarse, la naturaleza secuencia se experimenta una sensación de fatiga y de
del suelo^ las agitas.^ los cultivos., las devastaciones entorpecimiento, con inclinación al reposo, al tiempo que
y la luz.
Los terrenos volcánicos son impermeables; de lo cual la circulación se hace más rápida. Se dice de ordinario
resulta que no siendo absorvidos los miasmas por la tierra, entonces que el aire está pesado., siendo todo lo contra-
lo son por la gente. Así se producen en estos lugares rio, pues el aire en este caso es más ligero. Lo que
fiebres constantes. sucede es que es insuficiente para la respiración, y el cuer-
Presión atmosférica. —
Es preciso considerar la pre- po siente necesidad de aspirar otra atmósfera; es decir,
.sión atmosférica del lugar. La falta de presión atmosfé- una atmósfera más rica, que satisfaga las necesidades de
rica produce la cloro-anemia, porque la oxidación de los la economía animal.
glóbulos rojos de la sangre, exije una presión determi- En las tempestades acontece lo mismo, porque la presión
nada :si esta presión disminuye, la .sangre se pone clo- también disminuye.
rótica. A orillas del mar la presión es menor, [>orque La presión ejercida por la atmósfera sobre el cuerpo de un
el aire á causa del calor
y de la humedad está más en- hombre de talla mediana es de 16.000 quilogramos.
rarecido. Cuando el aire es frío y seco, como en las mon- El calor tiene una acción estupefaciente sobre el ce-

so
ccxxx LAS CIENCIAS MEDICAS EN VENEZUELA

rebro. Para combatir este efecto, se recomienda el arseniato lidad del agua, sino también por el choque de las olas,
de cafeina. y ’

por lo bajo de la temperatura del agua.


En estas temperaturas muy
grande. Contra
la excitabilidad nervn'osa es
enervaciones ó sideraciones nerviosas,
las

Contraindicaciones. Las personas que sufren algu-
na lesión orgánica no deben bañarse en el mar: sobre "lio-
lo más eficaz es el uso del arseniato de estricnina.
do los cardiópatas, porque la hidroterapia exige grandes
Como dijimos arriba el calor hace más lenta la nutrición. movimientos musculares y reacciones bruscas.
El frío la activa.
El sueño en estos sitios es más corto y menos profundo. Hay uu estado de las señoras que sólo los médicos
El calor influencia de tal modo los centros nerviosos pueden apreciar, en el que se disminuyen los glóbulos rojos,
la hemoglobina, la albúmina, el hierro, las sales del sue-
que el suicidio, el homicidio y las afecciones mentales son
ro y el poder respiratorio de la sangre,
más frecuentes cuando la temperatura sube. y en que se pre-
En Macuto, como en todo país cálido, los pulmones sentan diversas neurosis por el aumento de impresionabi-
lidad del .sistema nervioso. Las señoras en esta ocasión
trabajan mal, porque el aire es rarefacto; esto es, insufi-
no^ deben ir á temperar á Macuto, porque el calor hace
ciente para las oxidaciones en los fenómenos químicos in-
tra-orgáuicos, porque tiene menos oxígeno; más lentos sus movimientos nutritivos, y lo que conviene
y entonces su- en estos ca.sos es activarlos.
cede que el hígado se carga de grasa, y el pareiiquima Igualmente contraindicada es-
tará su permanencia en cualquier otro lugar cálido, si á
del órgano se ingurgita. De esto provienen, á veces, eva-
cuaciones negruzcas, pegajosas, gomosas. todo esto se añaden señales ciertas de diabetis albuminú-
Por esta razón es
rica, pues entonces debe procurarse que la enferma res-
conveniente eu climas semejantes tomar laxantes con fre-
pire un aire bien cargado de oxígeno,
cuencia para descargar el hígado; y refrescantes como ácidos y aun se reco-
de pina, de limón, de tamarindo, etc. miendan eu este caso las inhalaciones dé este gas.
Hay una correlación de acción entre el hígado y los En tal estado las señoras deben tomar mucha leche
pulmones. Cuando la respiración es poco activa, el hígado y sustancias éxito-motoras. Se ha comprobado también eu
se pone voluminoso, como en el embrión semejantes casos que el hígado se pone grasoso, á lo cual atri-
y los pescados.
Al contrario, cuando la respiración es activa, el hígado es buye el profesor Tarnier la glycosuria que se observa en ellos.
pequeño como en los pájaros. Indicaciones.— Deben irá Macuto :

A la humedad combinada con el calor, á la frialdad I? Las personas que sufran de debilidad general, co-
de las noches después de un día de alto calor, y á la mo resultado de un trabajo intelectual demasiado largo y
suspensión de la perspiración por las brisas del mar, atri- fuerte; ó de la vida sedentaria, ó como consecuencia de una
buyen algunos médicos los casos de tétanos infantil, de falta de asimilación, pero sin alteraciones en los órganos.
elefancía y disentería en los climas marítimos.
2*? Los que sufren de neuropatías, ó de debilidad ner-
El exceso en el uso de bebidas heladas y de frutas viosa.
acuosas eu los grandes calores, produce muchas veces ca-
sos de cólera esporádico. 3? Los que sufren de debilidad cutánea con tenden-
cia á los resfriamientos y á la impresionabilidad anormal
El agua helada de que tanto se abusa en estos cli-
mas, ocasiona de ordinario gastralgias y enteralgias. de la piel.

Por lo común mientras más fuerte es el calor del día 4? Los enfermos de reumatismos crónicos, musculares y
más fresca es la brisa de la tarde: porque esta brisa de- aun articulares.
pende de que demasiado enrarecido el aire de tierra sube 5*? Los atacados de escrofulosis, sobre todo, cuando
en la tarde, y viene á ser reemplazado por un aire más no hay localizaciones graves, como tumores de los gánglios
demso, y por supuesto más fresco, como es el del mar á linfáticos, etc.
esa hora. Pues, debe saberse que el aire del mar es más 6 ? Conviene usar los baños de mar en las dispepsias
caliente por la mañana que el de tierra, porque su en- simpáticas de afecciones de la matriz; como en las des-
friamiento nocturno es menor, al paso que el aire de tie- viaciones de este órgano con inflamación catarral crónica.
rra es máscaliente en la noche que el del mar, por la En este caso además del tratamiento local, debe insistirse
razón ya dicha. en el general por medio de los baños. Estos deben ser muy
De aquí viene la brisa de la mañana que va de tierra cortos de dos ó tres minutos á lo más.
:

al mar, y la brisa de la tarde que va del mar á tierra.


7? Recomiéndase con buen suceso el temperamento
En los países cálidos, ó en las estaciones cálidas de de Macuto á las personas de una gran susceptibilidad mór-
los países templados, son muy frecuentes las afecciones bida, en las cuales las variaciones de la temperatura son
agudas del tubo digestivo. Para evitarlas se aconseja usar ocasión de catarros uterinos, corizas, anginas, catarros pul-
el agua con vinagre puro: esto es, una cucharada de vi-
monares, etc.
nagre por medio litro de agua. El vinagre puro de vi-
no, de cerveza, de glucosa, etc., es antifennentativo
89 Es de grande utilidad también en las fiebres palú-
y re- dicas rebeldes: en las gastralgias y enteralgias.
frescante. El vinagre se debe á la transformación del al-
cohol en ácido acético por el oxígeno del aire y un fer- Sucede que á consecuencia de los baños de mar el
mento propio ó mycoderma aceti. tegumento externo se hace el sitio de una erupción par-
Es costumbre indígena y muy saludable beber agua ticular que se llama urticaria marítima. La temperatura
de papelón con limón. El jugo de esta fruta es un exce- de la piel se eleva, y se convierte en asiento de una reacción
lente microbicida y antifermentativo. poderosa.

*
Regla general. — Los individuos muy pálidos, ané-
* * micos, deprimidos, en los cuales haya un mal estado de
la nutrición, no deben habitar á orillas del mar, ni bañarse
En Macuto se aprovecha principalmente el aire marítimo en sus aguas.
y después la acción de los baños de mar, no sólo por la ca-
LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA
EL LOCTOE. E^E-A.EL "VI LL^E lOE IT CIO

RAFAEL VILLAVICENCIO

A Junta directiva de
la «Asociación Venezolana de en Venezuela hay que comenzar por rendir homenaje de
Literatura, Ciencias
y Bellas Artes « ha tenido á profundo respeto y veneración al sabio distinguido, al ilus-
bien designarnos para hacer un resumen del estado tre patriota, al, en nuestra patria fundador del estudio ra-
en que se encuentra en nuestra patria el estudio de las cional de la medicina é introductor del método exjieri-
ciencias naturales y aunque sabemos que hay aquí personas
; mental en el modo de tratar las ciencias que á la naturaleza
más autorizadas para llevar á cabo esta tarea, no hemos se refieren, al Bacon venezolano, al eminente doctor José
querido negar nuestro concurso, ya que se nos cree suficien- María \ argas, en una palabra. No hubo ramo de las cien-
tes, á la obra patriótica que ha emprendido la Asociación.
cias naturales que le fuese desconocido así ahondaba en las
Como Venezuela es un país incipiente, y sus habitan- ;

ciencias abstractas, ó sea aquellas cuyo propósito es encon-


tes están lejos de poseer las fortunas que se hallan en Europa trar las leyes generales que rigen los fenómenos, la física,
y los Estados Unidos, es claro que las ciencias naturales la química, la biología, como en las ciencias concretas que
no han podido ser cultivadas sino por un pequeño número a[)lican estas leyes al estudio de los cuerpos que componen
de aficionados, ya que la mayor parte de los que se de- lo que se llama el Universo exterior, la geología, la mine-
dican a los e.studios ha debido consagrar sus esfuerzos á ralogía, la botánica, la zoología.
liis ciencias que, ]>or sus aplicaciones, habían de abrirles Compañero de Vargas en la investigación de la natu-
carreras lucrativas, como la jurispnidencia, la medicina íue
y raleza, el sabio fundador
de las ciencias matemáticas en
las ciencias eclesiásticas. Las mismas matemáticas, que no Venezuela, el ilusti’e Cajigal. Este hombre eminente, no
han venido á constituir una profesión productiva sino en sólo fundó en nuestra patria el estudio de las matemáticas,
los últimos tiempos en que el progi'eso de la nación ha he-
sino que estableció la primera cátedra de física experimen-
cho necesaria construcción de obras públicas, fueron en
la tal, y tuvo la honra de contar entre sus oyentes al
mismo
su principio patrimonio de muy pocas personas; y sola-
el doctor Varga.s.
mente de algunos años acá, vemos una numerosa juventud Justo es hacer aquí mención de un hombre que fue
(pie concurre á las aulas con el propósito de ad(juirir los siempre amante decidido de las ciencias, colaborador de Var-
conocimientos (jue hicieron la gloria de Descai'tes, de New- gas y de Cajigal en la obra patriótica de la rogularización
ton, de Leibnitz, de Lagrange, de Laplace, de Leverricr
y de de los estudios, y tuvo el mérito incuestionable de susti-
tantos otros. tuir, en el de la física, un libro impreso compuesto
por él,
Cuando .se habla del cultivo de las ciencias naturales á los cuadernos manuscritos en uso ha.sta entonces que, á
CCXXXII LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA

los inconvenientes del trabajo para proporcionárselos, unían Carlos Arvelo, hijo, Toribio González, Nicolás Milano, hi-
el de la multiplicación de los errores cometidos por los co- jo, Julián Martínez, Pedro Medina, José de Briceño, Angel
])istas al reproducirlos sucesivamente; nos referimos al señor Martínez Sanz, Rafael Osío, Vicente G. Guánchez, Pío Ce-
doctor Alejandro Ibarra. ballos, Calixto González y Nicanor Guardia. Además de los
Cultivaron también por arpiellos tiempos las ciencias artículos médicos, que forman el fondo del periódico, se en-
natui’ales, ya por su propia cuenta, ya como discípulos de cuenti’an en él muchos otros sobre las ciencias naturales.
Vargas y de Cajigal, algunos hombres distinguidos rjue han El j)roblema que más apasionó en aquella época, tanto á
sido honra de la patria en distintos los miembros de la Academia como
ramos del sabei- liumano. Nos es á los redactores del periódico, fue uno
grato citar, entre otros, al licenciado de cirugía que nació á propósito de
Benítez, en La Victoria, que escribió la descripción publicada en el núme-
una obrita de botánica médica; al ro 30 de El Yatnralista por el señor
doctor Limardo, en el Tocuyo; y Modesto Plaz, de una operación prac-
en Caracas, al señor Montenegro y ticada por el señor doctor Guillermo
Colón, autor de una obra muy esti- Michelena. Aunque no entra esto pro-
mada de geografía de Venezuela, piamente en el cuadro de las cien-
educacionista que formó una gran cias naturales, no podemos menos de
parte de los hombres notables que recordar sucintamente los términos de
ha tenido nuestra patria ;
al señor la cuestión, porque ella fue motivo
Codazzi que compuso la mejor obra de una discusión vivísima y apasio-
existente sobre la geografía de Ye- nada entre los contendores. El pro-
nezuela al señor doctor Rafael Ace-
;
blema comprendía dos partes; 1? ¿Es
vedo, que además de su cronología, posible practicar la extirpación com-
escribió sobre geografía ; y en la his- pleta de la glándula parótida sin cor-
toria natural, al doctor Antonio José tar la arteria carótida externa ni el
Rodríguez, que á una vastísima eru- nervio facial? ¿ Es posible colocar
dición unía un corazón de oro fundó
: una ligadura lateral sobre la vena
la primera clase de botánica en la yugular interna en el espacio com-
Universidad de Caracas; al señor prendido entre el ángulo de la man-
Olegario Meneses que publicó en dis- díbula y la base del cráneo ? La dis-
tintos periódicos artículos sobre bo- cusión, como sucede casi siempre,
tánica ;
al eminente Fermín Toro, dejó á cada una de las partes con-
tan elocuente orador como sabio bo- tendientes en las mismas opiniones
tánico y un poco más tarde, al doc-
;
con que la iniciaron y sólo tuvo
;

tor Elias Rodríguez, tan querido de por resultado producir divisiones sen-
todo el mundo por su habilidad como sibles entre colegas.
ALEJANDKO IBARRA
médico, y su trato afable y distin- Hacia los años de 1862 ó 63 nos
guido, uno de los que con más pro- reunimos en el Colegio que regentaba
vecho haya seguido el estudio de la el señor doctor Jerónimo E. Blanco y
botánica y de la zoología; estableció una clase de botánica en á excitación de éste,varios hombres de letras, con el fin de
el Colegio de Santa María, de que tuvimos la honra de foi-mar fundar una sociedad científico-literaria; recordamos ahora
parte; al doctor Lino J. Revenga, entendido en mineralogía, entre los concurrentes á dicha reunión, además del doctor
geología y botánica ;
al general Luciano Urdaneta, perito en Blanco, á los doctores Manuel Porras, Agustín Aveledo, An-
mineralogía y geología; á Marco Aurelio Rojas, que cultivó gel Ribas Baldwin, Adolfo Ernst, Arístides Rojas, Manuel
especialmente la zoología y la anatomía comparada y escribió Vicente Díaz, Teófilo Rodríguez y algunos más. La socie-
una obrita de historia natural; á nuestro nunca bien senti- dad se dividió en secciones según los distintos ramos del sa-
do Arístides Rojas, tan galano en el decir como profundo ber humano aquello era como un embrión del Instituto
;

en el concepto, y que antes de ser historiógrafo, se había de Francia. Una de las secciones, la de ciencias físicas y
<ledicado á todos los ramos de la historia natural y había naturales, fue la única que tuvo larga vida y dió frutos
escrito artículos que cautivaban por sus bellezas, artículos de provecho en lo sucesivo, después de haberse transforma-
que fueron reunidos en su obra Un libro en prosa á Ma- do en la Sociedad de ciencias físicas y naturales de Caracas.
nuel Vicente Díaz, químico consumado, naturalista instruido Su presidente por muchos años, el doctor Adolfo Ernst,
en toda la historia natural, tan desgraciado como sabio ;
á alemán de nacimiento y venezolano por el corazón y por
Carlos Rojas, el más aventajado entomologista que he- su muy estimable familia, ha sido uno de los hombres que
mos tenido, y cuya colección de insectos sería una preciosa han hecho más en esta tierra por el adelanto de la histo-
joya en cualquier museo, y á tantos otros que se escapan ria natural. Fueron vicepresidentes en distintas ocasiones
en este momento á nuestra memoria. los doctores Manuel Vicente Díaz y Agustín Aveledo, y se-
En abril de 1857 se fundó en Caracas una sociedad cretarios el doctor Carlos Rojas y el que estas líneas escri-
científica bajo el nombre de Academia de ciencias físicas y be. Esta sociedad sacó á luz un periódico científico muy
naturales. La mesa fue así constituida ;
presidente doctor interesante. La Vargasia pero como sus condiciones econó-
Cardos Arvelo, padre, vicepi-esidente doctor Antonio José Ro- micas no le permitieran re[)roducir, con la frecuencia ape-
dríguez, secretario doctor Nicolás Milano, hijo, bibliotecario tecida, los números de aquella publicación, se valía de los
doctor Rafael Osío. La Junta económico-administrativa la periódicos diarios, especialmente de La Opinión Nacional,
com[)onían los tres funcionarios principales, y los doctores del señor Aldrey, para hacer conocer sus trabajos. Entre
Manuel Porras y José de Briceño. La comisión de redac- los miembros que más sobresalieron por la importancia de
ción estaba formada por los doctores Manuel Porras, Carlos sus estudios y publicaciones citaremos, además de los doc-
Arvelo, hijo, José de Briceño, Julián Martínez, Nicolás Mi- tores Ernst, Díaz y Aveledo, al simpático doctor Francisco
lano, liijo, y Calixto González. Aunque esta asociación se de Paula Acosta, talento brillante, arrebatado por la muerte
ocupó principalmente de medicina, no le fueron extrañas en lo mejor de su vida á una carrera que prometía ser fecunda
las ciencias naturales, como se deduce de su título. en bienes para su patria; al doctor Jesús Muñoz Tébar, tan
Conjuntamente con esta sociedad se fundó un periódico modesto como aprovechado al señor José María Martel, que
;

<pre llevaba el nombre de Eco científico de Venezuela, cuya de tenedor de libros, se transformó como por encanto en un
redacción estuvo á cargo de una junta de pi’ofesores de los naturalista aventajado, prueba de lo que pueden una firme
más distinguidos era su presidente el sabio y talentoso voluntad y la constante aplicación al trabajo; al señor Mon-
;

doctor Manuel Porras, y los demás miembros, los doctores tolieu, francés hecho venezolano por el afecto, y otros más.
;

POR EL DOCTOR RAFAEL VILLAVICENCIO CCXXXIII

La fundación de la sociedad de cienciasfísicas y na- luégo á Caracas por la carretera, en coch(>. Nos detuvimos
turales, además de los trabajos cumplidos porsus miembros, en todos los puntos notables del camino para tomar las al-
tu\a- dos resultados importantísimos y de gran progreso pa- turas y esta operación nos dió un resultado sorprendente
ra Venezuela. Fue el primero el gusto que !se desarrolló encontramos que aquellos puntos, cuya altura había sido me-
por las excursiones científicas, y que á su vez fue causa dida por Humboldt á princijfios del siglo, tenían, en la
de (¡ue llegaran á ser perfectamente conocidos, bajo el pun- época de nue.stra excursión, cinco metros de más aproxima-
to de vista de la historia natural, todos los alrededores de damente. Como el barómetro de Aveledo estaba probado
Caracas. En 1872 se ve- ser de primer orden, co-
rificó la primera excur- mo debemos suponer que
sión al pico del Naiguatá Humboldt sólo se valía
por el .señor .James S[)ence, de insti'umentos precisos,
inglés de paso por Vene- y como todo esto .se
á
zuela, (jue tan gratos re- agrega circunstancia de
la
cuerdos dejó entre noso- que la diferencia de al-
tro.s.En 1878, si la me- turas tenía siempre el mis-
moria no nos es infiel, el mo .signo, hubimos de con-
señor Agustín Valarino cluir que la cordillera de
organizó una nueva as- la costa se levanta, y que
censión al Naiguatá, de ha subido cinco metros en
que formaron parte los setenta y cinco años, ó
señores doctores Ernst, Ma- sean seis centímeti'os y
nuel Vicente Díaz y Ave- dos tercios por año. Com-
ledo. El doctor Ernst se parando este resultado con
hizo cargo de la flora y otros obtenidos en Colom-
su estudio consta de sus bia, en donde parece que
publicaciones que citare- la cordillera desciende,
y
mos más adelante. Al doc- con los que .se han ob-
tor Díaz tocó la geología servado en los Andes del
y la mineralogía, y com- Perú y de Chile en don-
probó, entre otras cosas, de asciende, llegamos á la
que la montaña está for- conclusión, muy impor-
mada desde la mitad de tante para el conocimiento
la altura ha.sta la cima, de la vida general del
ca.si exclusivamente por globo, de que la gran cor-
el granito. El doctor Ave- dillera de los Andes está
ledo tuvo como parte la animada de un movimien-
hipsometría, la meteoro- to ondulatorio lentísimo,
logía y la física, y valién- pero constante.
dose de un magnífico ba- Si reunimos e.ste lie-
rómetro de Gay-Lus.sac cho á los observados en
con la modificación de otras cordilleras, á los com-
Emiten, puso en claro, á })robados por la geografía
favor de la fórmula de física respecto á otras va-
Laplace, el hecho de que riaciones de la superficie
la altura del pico de Nai- terrestre, y á los que la
guatá es exactamente de geología ha puesto en cla-
2.782 metros sobre el ni- ro referentes á los cambios
vel del mar. Poco antes sufridos ])or el planeta á
los mismos señores Ernst, través de los tieni})os, com-
Díaz y Aveledo y algu- prenderemos cuán irracio-
A. ERNST
nos otros, habían hecho nal es la antigua doctrina
una ascensión á la Silla que colocaba los astros en-
de Caracas. tre los cuerpos inertes, bru-
Varias otras excursiones hemos hecho cerca de Cara- tos, desprovistos de vida y que crecen sólo por yuxtaposición.
cas, aquellos tres señores, el doctor Arístides Rojas, el doc- No, nada hay inerte en la naturaleza, nada muerto. Todo
tor Jesús Muñoz Tébar, el general Luciano Urdaneta, el vive porque todo se mueve perpetuamente y la vida uni-
;

que estas líneas escribe y algunas personas más. Una, por versal es el soplo divino difundido por doquiera en el
ejemplo, á la cueva del Encantado que recordaremos siem- Universo.
pre, no solamente por el provecho que de ella sacamos, El segundo benéfico resultado obtenido por la fundación
sino por el rato tan agradable que nos hizo pasar en Pe- de la sociedad de ciencias físicas y naturales de Caracas, fue
tare la exquisita cortesanía del señor doctor Fernando Bo- que sus trabajos llamaron la atención [)ública y la del go-
let, y las espléndidas varas de nardo con que nos obsequió, bierno, y dieron motivo á la creación de la cátedra de historia
llenó nuestro coche y perfumó el ambiente que nos envol- natural en la Universidad, y al establecimiento del museo
vía hasta el punto de creernos trasportados á los jardines nacional, hechos que .se debieron al general Guzmán Blanco
de Semíramis. Pero, entre las excursiones en que hemos to- en su })rimera administración. Nombrado j)rofesor de la pri-
mado parte, tenemos por la más interesante una que hici- mera y director del segundo el doctor Adolfo Ernst, coirsagró
mos en unión de los doctores Manuel Vicente Díaz y Agus- todas sus facultades á la difusión de los conocimientos lefe-
tín Aveledo en enero de 1875. Nuestra familia temperaba rentes á la naturaleza y al adelanto y ])erfeccionamiento del
en Maiquetía y un domingo, á las seis de la mañana,
;
museo. La manera cabal con que el doctor Ernst ha licua-
después de haber tomado en la casa del doctor Díaz un ca- do sus deberes, lo demuestran, por una parte, la numerosa
fé tan aromático como que era preparado por un químico juventud que se ha formado en su escuela y que es hoy hoiim
aventajado, partimos á pié los tres viajeros por el camino de la patria y esperanza del porvenir y por otra, el rico mu-
;

viejo de La Guaira, cargando con varios instrumentos: al- seo que posee la Universidad de Caracas, y que es, en su ma-
morzamos en la Cumbre y llegamos á las seis de la tar- yor parte, obra suya ;
pues á las colecciones legadas por el
de á Maiquetía en donde pasamos dos días, para regresar doctor Vargas, ha reunido gran número de objetos valiosos;
CCXXXIV LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA

y lo que es más importante, ha clasificado y ordenado todos considerar á los partidarios más resueltos de la doctrina
estos objetos de manera que se facilita notablemente el estu- de
la fijezade las formas vivientes como los precursores nece-
dio al investigador. .sarios de la doctrina de la evolución. Ellos
han preparado
El señor doctor Ernst ha sido el principal propagador en su advenimiento sin pensarlo ni quererlo. Se les debe, en
Venezuela de la doctrina de la evolu- efecto, el haber establecido netamente un
ción en biología, y esto le ha valido las ^
problema que no existía antes de ellos,
.
acerbas censuras "de los que critican sin el problema de las especies
y por con-
[

conocimientos, á veces ni aun elemen- I siguiente el de su origen.


tales en la materia de que hablan, con
Es de Ray la hipótesis de la fijeza
un aplomo digno de mejor causa. Les de las esjiecies, idea que Linneo expresó
bastaba á tales críticos echar una ojea- más dogmáticamente cuando dijo: “Nos-
da á la historia de la doctrina, para otros contamos tantas especies cuantas
comprender que debe encerrar un fondo j)arejas han .salido de manos del Crea-
de verdad incontrastable cuando ha lo- dor.” En el siglo anterior, Francisco
grado triunfar, en un tiempo relativa-
mente corto, de los innumerables obs-

Lacón (1501 1628) había propue.sto en
.su Nova Atlnntis, fundar una vasta ins-
táculos opuestos po)’ la superstición, por titución de.stinada principalmente á fa-
ideas profundamente arraigadas en las
vorecer el progreso de las ciencias na-
inteligencias, y por el espíritu esencial-
turales, y .se habría intentado mefamor-
mente conservador que anima siempre fosear los órganos, y haciendo variar las
á las clases directivas, todo apoyado en especies se habría buscado el cómo se han
la grande autoridad de Ray, de Linneo,
multiplicado y diversijicado. Parece que
y sobre todo de Cuvier. Pascal, según una írase que le presta
Ha pasado con la doctrina de la Etienne Geoffroy Saint— Hilai re, ha pen-
evolución algo parecido á lo que con sado también que “los séres animados
la del movimiento de la tierra. La hi- no eran en su principio sino individuos
pótesis de la fijeza de las especies era informes y ambiguos, cuya constitución
universalmente admitida, no solamente ha sido originariamente decidida por las
como una verdad demostrada, sino como circunstancias permanentes en medio de
la única compatible con la autoridad de
las cuales vivían.” Ray
las escrituras, y lo que es más grave, con y Linneo, no
obstante sus declaraciones en contrario,
los principios de la filosofía espiritua- VICENTE MARCANO
han conservado en el fondo las ideas
lista. En todos los tiempos, sin em- de Bacon y de Pascal, ya que el primero
bargo, hubo filósofos ó naturalistas que admite que, por excepción, la semilla de
creyeran en la variabilidad posible de las formas orgánicas. una especie de vegetales puede producir vegetales que tengan
Encuéntrase hasta entre los filósofos griegos de la escuela jónica, nuevos caracteres y [el segundo busca la causas que están
;

la idea de C[ue los seres vivientes proceden de la materia inerte, en capacidad de hacer variar las plantas, y llega á pensar
y que han sufrido transformaciones más que sus especie.s, al principio poco nume-
ó menos numerosas antes de llegar á
su forma actual. Nos bastará citar los — t-
rosas, han podido multiplicarse y diver-
sificarsepor vía de crecimiento. Las re-
nombres de Anaximandro, discípulo de servas de Linneo fueron abandonadas por
Tales de Mileto que vivió de 611 á 526 I sus discípulos, quienes afirman poco á
antes de Jesucristo; de Diógenes de Apo- poco, de una manera absoluta, la inmo-
louia; de Jenófanes de Colofón; de los vilidad completa de las formas e.specí ti-
eleatas Parménides y Zenón de Empé-
; cas, y esta i<lea halla finalmente en Cu-
docles de Agrigento que se aventura á vier un defensor elocuente, cuya autori-
describir los primeros seres; de Demó- dad se impone á una numero.sa y poderosa
crito, Anaxágoras y Metrodoro. Aristó- escuela que ha contado en su seno, por
teles, después de haberse expuesto la cues- ciei’to tiempo, á casi todos los naturalistas
tión del origen de los .seres, acaba por franceses.
rechazar la idea transformista ante el Cierto número de espíritus se mues-
temor de su[ioner que aquellos fuesen el tran, sin embargo, en todas las épocas
producto de la acción de fuerzas ciegas poco .satisfechos de la explicación común
que obran sin fin determinado. Pero del origen de los seres vivientes. El mo-
Lucrecio, en (juien se encuentran en ger- do de aparición y el desenvolvimiento de
men todas las grandes concepciones de la vida sobi’e la tieria es un problema
la moderna ciencia, la desenvuelve con que ha tentado á muchas inteligencias,
una amplitud magnífica en su poema
y como siempre, se ha ]>edido desde lue-
I)e natura reriirii. Allí e.stá la primera go á la imaginación una solución que
manifestación de la idea que expue.sta en I

.sólo })odía venir de un estudio riguroso


toda su lucidez, ha hecho la gloria de
y ])aciente de los heclios.
Charles Oanvin : la de la concurrencia Un natui'alista eminente, el genovés
vital y de sus consecuencias referentes Charles Bonnet, supone (|ue nuestro mun-
á la .selección natural. do es el teatro de espanto.sos cataclismos
La creencia en la generación espon- que destruyen to<lo lo que tiene vida so-
GASP.AR MARCANO
tánea de los organismos inferiores .se ha bre la tierra. Esta destrucción es sola-
])crpetuado des(le la antigüedad ha.sta mente momentánea, ya que i)one en liber-
poco tiempo ha en que las admirables tad gérmenes que bastan jiara poblar de
inve.stigaciones de Pa.steur han reducido al silencio á los úl- nuevo nue.stro globo cuando .se re.stai)lece la calma. En cuanto
timos partidarios de la heterogenia. Durante este largo pe- á los gérmenes, pilos remontan al origen de bascosas: han
ríodo, se han jirestado á los animales las metamórfosis más ex- sido creados directamente ¡lor Dios y encerrados por él en los
trañas, y es claro que en tanto (pie se ha supuesto semejante primeros .seres vivientes.
origen o tal movilidad á las formas vivientes, no podía ni Dos obras de Robinet, la una, /te /a Ndure, la otra, Con-
aun ponei'se la cuestión de una. evolución regular v continua sxleratious philosnphiijucs sur la uature et forme de l'ctre con-
del mundo orgánico. Bajo este punto de vista, honos de

tienen ideas sobre el perfeccionamiento y la cadena continua.
; ;

POR EL DOCrOR RAFAEL MLLAVICEAXIO CCXXXV


(le los s("t(“.s, Jas de Bonnet, pero (jue de-
(jue se iqM-oxiinaii ú grandes, se afilian á la doctrina de la evolución. Charles
jaii más parte á la
accAai de la naturaleza sohre los ^ériiie- Daiavin en su Notidn histórica, enumera entre los botánicos, los
nes. Hacia la misma época, dt; Maillet admite (¡ue los seres nombres (le W. llerbert, Patrick Matthew, Unger, Rafine.sque,
se transíorman por la acciíui de los medios
y trasmiten por (’h. Naudin, Lecocq, Hooker entre los zoologistas los de Bory
;

herencia á sus descendientes las modifícaci(anes adiiuiridas. de Saint-\ incent, del doctor M ells, del profesor Grant, Richard,
Aun cuando Robinet y de Maillet estaban lejos de sei' otra Owen, Wallace, (leí doctor 1* reke, del ilustre embriologista
cosa (lue unos sofiadores (jue escribían sobre las cosas de la von Bacr, del profesor Huxley entre los geólog(js, él cita hom-
;

naturaleza, Cuvier les hizo la honra de refutar sus doctrinas bres como Leopold de Buch, d’ A Iton, el comíe Kay.seit
pei’o fue poi'íjue el ilusti-e anatómico encontiA en ello un
ng, v i

me- (1 (íniiilius de Halloy entre los filósofos, el autor aiKanimode


;

dio cinnodo de dcvsacreditar las doctrinas opuestas á las suyas los (Vs/íyc-s- of rreaflon, el Rd. Badén Powel
por dos de sus colearas del Mu- y sobre todo, Her-
bert Spencer.
seum el caballero de Lamarck y
;

Es, empei'o, á Challes Dar-


Ktienne (feoífroy 8aint-Ililaii'c. win á quien la doctrina de la
Hombres de alto valer parti-
cipHii de las ideas de iíobinet
r evolución debe el haber entrado
y definitivamente en un terreno
de Maillet, Maupertuis, Dideroit, científico. El amplió
y demostró
y especdalmente Bulfon cpiien de una manera irrefutable la idea
abandona poco á poco su primera emitida por Lucrecio y reprodu-
creencia en la fijeza, de las espe-
cida j)or Bufíuii acei’ca de la lu-
cies, y acaba por admitir (pie la
cha por la exi.stencia y la selec-
fauna del globo es rcínovada sin ción natural. En su obra funda-
cesar. Buíibn tiene una concep-
mental El origen de las especies y
cicai clai'a do la lucha ])or la vida
en otras varias jmblicaciones he-
y (h; la sele(;ci(ai natural que (‘s chas en diversas épocas, .son dilu-
su consecuencia; pero como no
cidadas una multitud (le cuestio-
desenvuelvi' esta idea fundamen-
nes biológicas de primera impor-
tal, y presta al hombre una paite
tancia. Después de Darwin, la
exagerada en las modiíicaciones doctrina de la evolución se ha
(pie sufre la snperíiiao del globo,
adueñado de todos los natura-
que traen variaciones correspon- listas.
(liimtes de las formas animales,
Es forzoso hacer
mención,
su concepcicni pasa desa|)orcibida
como uno de que más han
los
y su discí])ulo, Lamarck, busca contribuido con Darwin ái a.sentar
en otra dii'ccciini, la expíicaciíai
sobre bases científicas esta doc-
de las formas vivientes. trina, del nombre de Alfred Ru-
En Alemania, gran número ssellWallace; y entre los conti-
de naturalistas y fihwofos con-
nuadores del maestro deben te-
tinúan en creer en una diviirsifi-
nerse presentes á Heeckel, Ilenry
caciún incesante do las ibi'inas
Milne Edwards, Dugé.s, Edmond
('specílicas, salidas todas de un
Perrier, etc., etc.
origen común. Kant, Trcviraniis, No nos toca entrar ahora á
Leopold de Buch, von Baert, inc|uirir cuáles sean las ideas filo-
Schleiden, IJnger, Schaalfhausen,
sóficas del señor doctor Ernst
Víctor Caru.s, Oken, (!X{)rc.san más
pero si creemos ojiortuno dejar
ó menos netamente la idea de
establecido que los (pie aseguran
(pie todas las formas animadas
que la doctrina evolucionista es
han salido de una forma común, contraria á los ]>rincipios de la
FRANCISCO DE P. ALAMO
jiero sin dar á su o|)ini(>n una
filosofía espiritualista están en un
justificación jierentoria.
Goethe, error capital nacido de la con-
])or el contrario, llega á una con-
fusión que se hace entre la natu-
cepción inuy metódica de las relaciones que presentan entre raleza de ambos problemas. Puede muy bien un individuo,
sí los seres vivientes.
y ejemjdo se nos viene á la mano en dos hombres ilus-
el
Un poco ante.s, en Inglaterra, el doctor Erasmo Darwin, trados y elocuente.s, Alfred Russell Wallace
abuelo del eminente renovador del transformismo, ensavó en y Camilo Flam-
marion, ser al mismo tiempo,
su /oonovvía exj)licar metódicamente la aparicicni de las espe- y sin faltar á la lógica y á
la unidad de sus creencias, partidario de la doctrina de la
cies animales y vegotale.s. Sus ideas son análogas á las .soste- evolución y eminentemente espiritualista,
nidas con tanto brillo como ciencia por el ilustre Lamarck y esto porque la
naturaleza de los dos problemas es distinta el transformismo :

que con Etienne Geoííroy 8aint-Hilairc, su colega en el Mu- es una cuestión biológica; el materialismo
seum, deben ser considerados como los fundadores del trairs- y el espiritualismo
es una cuestión filosófica.
formismo en Francia. Cuvier parece haber tratado con (Jesdén Aceptadanoción de f[ue las especies animales
la
las ideas de Lamarck, al jai.so (pie emprendió con Geoffroy y ve-
getaleshan surgido por transformaciones graduales
Saint-LIilaire una polémica que ha (piedado célebre. y sucesivas
y U() por actos separados de creación, nos queda aún por
No entraremos ahora en el análisis de las ideas de La- explicar cuáil es el origen primero de la vida,
marck y de Geoffroy Saint-IIilaire, (jue no eran del todo se- y aquí hay
cabida, bien para la idea de la generación espontánea
mejantes, ponjue esto nos llevaría demasiado lejos; ba.ste de- ó para
la de la creación sobrenatural; la segunda es evidentemente
cir que los dos profesan que los animales actuales descienden
una hipótesis espiritualista, y aun en el supuesto de que
poruña serie no interrumpida de filiaciones de los animales optemos por la piámera, nos restaría por saber cual fue el
fósiles; rechazan toda idea de cataclismo general, de creacio- origen primero de la materia
des sucesivas, y toman así una posición opuesta á la del autor y nos volvemos á encontrar ó
con la eternidad de ella, hip(5tesis materialista, ó con la creación
del fioljve ¡m revoluciones del (/lobo.
I)¡ .iciirso
ex nihilo, hipótesis espirituali.sta.
Lamarck y Geoffroy dejaron varios discípulos que conti- La
cuestión del transformismo es una cuestión científica,
nuaron sus doctrinas mr^dilicáiidolas en j)ai'te; tales, entre otros I)or(]ue no es de origen primero,
Isidoro Geoííroy Saint-IIilaire, hijo de Etienne, y en realidad la verdadera
Fierre Lé- ciencia no entra á discutir las cuestiones de este último or-
ronx. A medida (jue las generaciones se suceden,y un gran nú- den, ya que declina con humildad toda competencia en la
mero de zoologistas, botánicos, geólogos, íih'isofos entre los más materia, y deja a cada cual en libertad para ex[)licársela.s
CCXXXVI LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA

por un acto de fé como más convenga á su conciencia. CIENCIAS CONCRETAS


Afirmar cualquiera otra cosa es desconocer en su esencia
el espíritu científico. El hombre, con motivo de la limita-
ción de sus facultades, está en la imprescindible necesidad I. Generalidades. 19 Memorias de
la Sociedad Ami-
de colocar siempre un acto de fé en el origen de sus co- gos del País. — Caracas, 1831 35 — 27
números. Contienen
á
nocimientos. Tan acto de fé es creer que la materia es etei'- varios trabajos de historia natural, entre otros el viaje á la
na como asegurar que ha sido creada de la nada, porque Silla de Caracas por J. M. Cajigal (número 8.)
una y otra creencia son indemostrables y nos ponen en pre- 2? IIi.storia y Geografía de Venezuela por Feliciano Mon-
sencia de dificultades insolubles por nuestra inteligencia. No tenegro C'o/ó«, ])ublicada nos parece, en 1835.
queremos dejar pasar la ocasión sin decir que, sea por la 39 La importante obra sobre la Geogi'afía de Venezuela
natui'aleza de nuestro espíritu, ó por la forma de nuestra por el coronel Agustín Codazzi. 1841. —
Contiene estudios sobre
educación ó por ambas, creemos que el Universo es la ma- toda la Historia Natural.
nifestación de un Poder Supremo ó incomprensible ó lo
;
49 El Eco Científico de Venezuela. 1857. —
que tanto vale, sirviéndonos de la fórmula de Sir Herbert 59 El Naturalista, redactado por el doctor Gerónimo E.
Spencer, que el espíritu y la materia son dos aspectos bajo Blanco. — 1857.
los cuales se nos ofrece la realidad 09 Revista Científica del Colegio de
desconocida. Diremos con Sir William Ingenieros. 1861.—
Ilamilton, que “ una revelación ma- 79 Exploración oficial por Fran-
ravillosa nos inspira la creencia en la ciscoMichelena y Rojas. 1867. —
existencia de algo incondicionado su- Primera Ascensión al pico de
89
perior á la esfera de toda realidad Naiguatá, por James S. Spence. Cara- —
comprensible.” cas, 1872.
Después de la Sociedad de cien- 99 Ascensión al pico de Naiguatá
cias y naturales debemos citar
físicas |)or los doctores M. V. Díaz, A. Ave-
al Colegio de Ingenieros, que se reúne ledo y A. Ernst, en el Repertorio Ca-
todavía, que tiene una sección de física raqueño. — Caracas, 1879.
y ba producido trabajos importantes. 109 Tercera ascensión, por Alfre-
Terminaremos esta mal redactada do Jahn. — 1884 en El Siglo.
reseña con una lista de los trabajos 119 Los siguientes trabajos del
que .sobre ciencias naturales se han doctor A. Ernst:
publicado en Venezuela y recordamos a. Catálogo de los objetos envia-
ahora. Para mayor claridad dividi- dos á la Exposición Internacional de
remos estas ciencias en abstractas, ó Viena. — 1873.
que se ocupan de la investigación de b. Id. á la —
de Br-emen. 1874.
las generales de la naturaleza,
leyes c. Id. á la de Santiago de Chile.—
y concretas que son la que aplican 1875.
estas leyes al estudio de los cuerpos, d. Id. á lade Filadelfia. 1876.—
que forman el Univenso exterior. e. Id. á la de Nueva Orleans.
1884.
f Id. á la de Chicago. — 1893.
!/ Ernst.
Nació- La Exposición
CIENCIAS ABSTRACTAS nal de Venezuela en 1883.
129 Cartas de Humboldt por el
doctor Arístides Rojas en La Vargasia.
I. Astronomía. El señor doctor 139 Venezuela Pintoresca é ilus-
GUILLERMO DELGADO PALACIOS
Nicanor Borges publicó un tratadito trada, por Miguel Tejera. París, 1875. —
de Cosmografía, no recordamos la fe- 149 Los trabajos del general An-
cha, pero fue antes de 1850, que sir- drés A. Level á saber:
vió por muchos años de texto eu la Universidad de Caracas. a. Esbozos de Venezuela, Isla de Margarita, 1881.
Después del año de 51 llegó á Caracas el bellísimo tra- b. Los Apuntes estadísticos de los Estados y Territo-
tado de Cosmografía de don Andrés Bello, que sustituyó al del rios y del Distrito Federal, así como los Anuarios Estadísticos
doctor Borges y continuó de texto j)or muchos años. que contienen numerosos estudios de hi.storia natural.
Omnipotencia de Eros. Estudios sobre la gravitación uni- 159 El general Julián Churión ba publicado distintos tra-
versal publicado en El Cojo Ilustrado, 1892, por el doctor bajos sobre varios ramos de la hi.storia natural, que no hemos po-
Villavicencio. dido proporcionarnos.
Nueva teoría cosmogónica de la formación de los mundos, 169 La República de Venezuela bajo el punto de vista de
por Miguel Tejera. la geografía y topografía médicas
y de la demografía, por el doc-
II. Fisk.'a. Curso elemental de Física por el doctor Aíc- tor Rafael Villavicencio. Caracas, 1880.
jandro [barra, 1 847. 179 Gran Recopilación geográfica, estadística é histó-
FUica trascendental. Estudios sobre el calor, la luz y la rica de Venezuela, por Manuel Landaeta Rosales. Caracas,
electricidad publicados en El Siglo XIX
en 1873 ó Í874 1889.
por el doctor R. Villavicencio. ir. Etnografía y Antroi'ologia. 19 El señor Andrés
III. (¿uiMiCA. Elementos de filosofía química por Vicen- E. Level publicó un artículo titulado El Delta del Orinoco
y
te Marcano, 1881. sus habitantes, no sabemos cuándo ni en qué periódico; pe-
(finmica trascendental. Estudios sobre la afinidad pu- ro está re})i’oducido en la “ Recopilación ” del señor Landaeta
blicado en El Siglo A/A en 1873 ó 1874 por el doctor Rosales.
R. Villavicencio. 29 Los siguientes estudios del doctor A. Ernst
IV. BiolüíxIA. Aunque el curso de lecciones y demos- a. La América prehistórica (/c Opinión Xacional, de junio
traciones anatómicas del doctor José María Wrgas, publicado 3 á julio 3 de 1885).
en 1847, .se refiere princi])abnente á la Anatomía humana b. Un ci'áneo de motilón {Revista Científica de la Universi-
descriptiva; sin embargo, por sus Nociones ])reliminares y los dad de Caracas, 1887 ; y en El Zulia Ilustrado, 1889).
Elementos de Anatomía general creemos que merecen un pué.s- c. La [losición etnográfica de los Goagii’os {El Cojo Ilustra-
to en esta sección de Biología general. do, 1892).
Fisiología trascendental. Estudio sobre la vida, publicado d. El Hoyo de los Goagiros {El Zulia Ilustrado, 1889).
en El Siglo XIX
en 1872 ó 1873 ¡lor el doctor R. Villavicencio. €. Del empleo de la Coca en los paí.ses Ínter-tropicales
: : : :

POR EL DOCTOR RAFAEL VILLAVICENCIO CCXXXVII

de la América del Sur. (Revista Científica de la Universidad, 29 Del doctor Marco A. Rojas. Artículos de entomo- —
vol. I). logía publicados en los Anales de la sociedad entomológica de
/. antiguos habitantes de la Cordillera de Mérida.
Lo.s —
Francia (1855 1856 1857). —
tículos antropológicos
de Obras Públicas, 1891) y varios ar-
(Boletín del Ministerio 3? Del doctor R. Villavicencio —
Artículos sobre la langos-
.

y etnográficos publicados en Revistas ta publicados en Los Ecos del Zulia (1881).


del extranjero v. g. Zeitschrift für Ethnologie; Berliu Verhan- ;
IV. Botánica.— 19 Del licenciado J. M. Renítoz.— Princi-
dlnngen der Berliner Anthrop. Gesellschaft; Comptes Rendus pios de la materia médica del país, 1844, 29 ed., aumentada con
des Congres des Americanistes á Berliu et á París The American;
una noticia biográfica y un apéndice botánico por A.
Anthropologist, etc. Ernst, 1869.
3? Del señor 3[ontolien: 29 Del doctor José M. Vargas :

a. Noticias filológicas sobre laslenguas del Territorio Ama- a. Sobre la savia saccharina del caruto (Memoria de la
zonas. (La Opinión Nacional, setiembre 1875). sociedad de «Amigos del Pais,» 1854).
La Vida indiana. El Ca-
b. b. Varias cartas referentes á
cique. (El iJernócrata, 1875 y 1877. cuestiones botánicas en «Villanueva,
c. De Caracas á San Carlos del Biografía del doctor Vargas,)) 1883.
Río Negro. (A« 3? Del doctor Arístides Rojas
enero á marzo, 187(3. Plantas de leche vegetal y de
d. Una Excursión entre los caucho. (Diario de Avisos, 1857).
Maquiritales. (El Demócrata, marzo 4? De Rojas y Díaz
y abril 1877. Apuntes para el Repertorio de
e. Viaje al Inírida. (El Demó- plantas útiles de Venezuela, (1866)
crata, setiembre y octubre de 1875. sólo se publicaron 2 pliegos.
4? Del doctor Arístides Rojas; 59 Del doctor Francisco de P.
Ensayos de un Diccionario de Acosta
vocablos indígenas de uso frecuente a. El achiote ú onoto. (La Var-
en Venezuela, edc., 1881. gasia).
59 Vocabulario de varias len- b. El añil ó índigo, (id.)
guas indígenas, publicado en el Re- 6? De J. A. Díaz
sumen de las actas de la Academia El Agricultor Venezolano, 29 ed.,
\Anezolana correspondiente de la 1887.
Real Academia Española, 1880, pol- 79 Del doctor A. Ernst :
los señores José Ignacio Erares, Julio a. Forma característica de la
Pebres Cordero, general José Ramón Flora venezolana; Las Palmas, (Par-
Tepes, general Juan Tomás Pérez, te literaria de El I^orvenir, 1866.
Sixto Melgarejo y otros. b. Plantas interesantes de la
Etnografía precolombiana de Ve- Flora caracasana, (La JArgasia, 1870.
nezuela, por Gaspar Marcano, 1889. c. La fécula y las plantas fa-
0? El señor Vicente Marcano rináceas del
nuevo mundo. (Alma-
recogió en varios viajes costeados naque de Rojas Hermanos, 1874.
l>or el erario |)úblico, los materiales Reimpreso en Anales de la Socie-
({ue sirvieron á su hermano el doc- dad de Farmacia de Santiago, vol.
tor Gaspar Marcano para escribir su
73 y 94.
7,
“ Ethnograpbie précolombienne du d. Estudio sobre la Flora de
Vénézuéla,” publicada en París. Venezuela. (Primer Anuario esta-
7? Del doctor R. Villavicencio. dístico, 1877 en parte reproducido
;

Sobre la antigüedad del hombre. con aumentos en el Boletín del Mi-


(Varios artículos publicados en El nisterio de obras públicas, 1891).
Diario de Avisos). e. Vargas considerado como bo-
89 ^Algunos otros artículos sobre antropología de los doc- tánico (Apoteósis del doctor Adargas, 1877).
tores José Gil Eortoult
y Lisandro Alvarado, publicados en varios Estudio sobre las deformaciones, enfermedades
periódicos.
f. y ene-
migos del árbol del café, Venezuela, (Certamen nacional, cien-
III. —
Zoología. 1? Trabajos del doctor A. Ernst: tífico y literario, 1878).
a. Los mamíferos de Venezuela. (La Varqasia, pág. Las familias más importantes del reino vegetal, 1881.
J i & > g.
33 á 36.) h. Enumeración sistemática de las plantas observadas en
b. Apuntes para la fauna ornitológica de Venezuela (id. Margarita. [Level. La Margarita].
195-198). i. Embai'bascar, [id].
Idea general de la Fauna de Venezuela. (Anuario
c.
j. Sertulum atúrense, ó sea lista de una pequeña colección
estadístico de Venezuela, 1877; 29 ed. aumentada en el Bo- de plantas que recojió Alfredo Jabn cerca de Atures. [Revista
letín del Ministerio de Obras Públicas, 1891). de la Universidad Central, 1888].
d. Catálogo sistemático de las especies de aves que han si-
.
k. Contribuciones botánicas, [id].
do observadas basta ahora en los Estados Unidos de Venezuela. l. Varios artículos en el Boletín del Ministerio de (Abras
[Anuario estadístico, 1877]. Públicas, 1891, también en El Co.jo Ilustrado, [Flor de Ma-
e. Enumeración sistemática de las especies de moluscos yo] y jhnezuela Pintoresca é Llustrada, por Martel,
terrestres y de agua dulce, hallados hasta ahora en los alrede- y muchas pu-
blicaciones sobre plantas de Venezuela que han visto la luz
dores de Caracas. (Apuntes Estadísticos del Distrito Fede- en el exterior.
ral, 1876). 89 Del doctor Lisandro Alvarado :

f. Sobre varios helmintos. (La. Unión Médica, 1881). Cartas de^ P. Loeflins, [El Co.tü Ilustrado, 1883].
g. Resumen del curso de zoología, 1882. 99 De Vicente ARcrcano:
h. Artículos sobre las langostas
y los enemigos y parásitos (Abservations et expériences sur la circulation de la séve des
de e.ste insecto. (La Opinión Nacional, 1884, etc.) végétaux Sons les tropiques. [Comptes Rendus de 1’ Acad. de
i. Catálogo de aves en el Museo Nacional de Caracas. (Re- Paris, 1883], y varios otros artículos.
vista de la Universidad, I. 1887.) — 1U9 Gaceta Científica publicada por el doctor Manuel Ma-
Lacerti lia Venezolana (id. I.)
j. ría Ponte.
Y
otros varios escritos relativos á la fauna de Venezuela \m-
blicados en el exterior.
V. Mineralogía y Geologi.\. — 19 doctor Lino J. Revenga.
Estudio seismolójico, 1866.

31
CCXXXVIII LAS CIENCIAS NATURALES EN VENEZUELA

2? Doctor Aristides Rojas, a. Artículos varios sobre tem- c. El suelo de Caracas. [Id. 1889].
blores, 1866-67. d. La formación del lago de Maracaibo. (El Zubia Ilus-
b. Noticias sobre las aguas termales de Venezuela. 1874. trado, 1889).
3? Doctor Gaspar Marcano. Las aguas minerales de ^^e- e. Los temblores y su estudio. (Boletín del Ministerio de
nezuela, \_Gacda Científica, 1877]. obras públicas, 1892).
49 V. Marcano y Frydensherg, hijo. Estudio químico so- /. Las minas de Aroa, (id. 1892).
bre las aguas que abastecen la ciudad de Caracas. (Escuela 109 Inalados y Mora, Manual del Ensayador, 1892.
Médica). 1 19 José María Martel. Varios artículos de geología y
5? General Julián Churión. Consideraciones sobre el seismología, publicados en los periódicos de Caracas.
lago de Valencia [“Recopilación” de Landaeta Rosales]. 129 l^ra^icisco de Paula Alamo. Artículos sobre diversos
69 Alfredo Jahn, hijo. Alturas tomadas en la República puntos de geología.
en 1885. [Recopilación de id. id]. La mayor parte de estas VI. METEOROLOGIA. — 19 Doctor Agustín Aveledo. Observa-
alturas .son tomadas por el doctor A. Aveledo, especialmente la ciones meteorológicas practicadas en Caracas, en el Colegio de
de la silla de Caracas. Santa María. Trabajos comenzados en enero de 1868 y se-
79 Vicente Marcano. Geología publicada en 1873 y re-
: guidos hasta el presente publicados diariamente en varios
;

producida en la “Recopilación” de Landaeta Rosales. periódicos de Caracas, especialmente en La Opinión Nacional


89 Doctor EL. Karsten. Estructura geognóstica de las mon- y Im Religión.
tañas de la antigua provincia de Caracas. Trad. por A. Ernst 29 Alfredo Jahn, hijo. Temperatura media de algunos
y reproducido en la “Recopilación” citada. puntos de Venezuela. (“Recopilación” Landaeta Rosales).
99 Trabajos del doctor A Ernst. a. Sobre el mastodonte Con esto hemos terminado e.ste imperfecto bosquejo que
de San Juan de los Morros. [La OpÍ7iidn Nacional, 1874]. hemos escrito para complacer á la Junta directiva de la
b. ¿Tiene el Orinoco un Delta ? [La Améiñca Ilustrada “ Asociación Venezolana de Literatura, Ciencias y Bellas
y
Pintoi'esca, 1884. Artes.”
LOS ZAPADORES DE LA CIENCIA
1=01;. JOSE JJ^A-ETEL

JOSÉ MARÍA MARTEL

I contemplar la salvaje austeridad de aquella tierra, como si


navegasen en un inmenso y desconocido océano, llevados
al acaso de ola en ola,
y de esperanza en esperanza, sin
YLT^‘'ra ya mediado el mes de agosto de 1886, cuando un Fi- alcanzar puerto alguno en que rendir la dilatada jornada,
l^sofo y un Naturalista llevaban camino de Haurán en caminaban aquellos zapadores del saber como si fue.sen arras-
Siria, en solicitud de ciertas cavernas de la Auranitida, trados por ignorada corriente y sólo de vez en cuando es-
;

que en lo antiguo servían de asilo á esas bandas errantes piraba de su angustiado pecho el comprimido aliento que
que trafican por los desiertos, proponiéndose los viajeros ha- les permitía una atmósfera enrarecida por el caldeamiento
cer exploraciones en aquellas grutas, sospechando que en al- de la ardiente arena del desierto.
gunas de sus criptas pudiesen hallar vestigios de objetos En muv vecino del sopor, hiere de
este crítico estado,
históricos y antropológicos que los })usiesen en capacidad de improviso el oído de los viandantes un raro murmullo que
deducir estudios, ya sobre geroglíficos de pasadas edades, y se les parece mucho á la voz humana : detiénense en la
ya en fósiles que guardasen escondidos aquellas solitarias vía que llevaban para prestar atención al ruido
y, cuál
mansiones del silencio y del olvido. sería su sorpresa cuando distintamente oyen un sonido que
Ya el sol declinaba al ocaso; pero, más amante del articulaba esta frase :
“ Oh vosotroí^, pasajeros de estos
desier-
hombre que la humanidad misma, dejaba á los esforzados tos ! deteneos ahí I ” cuyo final no pudieron compren-
viajeros el consuelo de la suave lumbrera de la ¡mpila de der, porque se perdió en lontananza, como si hubiese sido
la noche, como llama Píndaro á la luna, que en su ple- llevado en el vuelo de un ave mensagera del desierto, que
no aparecía acompañada de un hermoso cortejo de fúlgidos penetraba en el piélago aéreo, buscando las regiones del in-
diamantes estelares, en un cielo matizado de albas nubeci- finito.
llas de gasa, irisadas con esos últimos destellos de luz que No obstante la postración y angustia de los viajeros,
el sol envía sobre el gran ropaje de la tierra, en ese in.s- reaccionan sus escasas fuerzas pulmonares ante un fenóme-
tante indefinido de su po.strimería crepuscular. no que afectaba todos los caractéres de un milagro, y lle-
Impresionados los dos viajeros en ese momento de sua- nos de ese valor que inspira un inminente peligro en la
ve melancolía en que (jueda envuelta la naturaleza al des- suprema necesidad de atender al amparo de la existencia,
pedirse el astro vivificador; y abstraída su imaginación al gritan á la vez “ quién habla, dónde estás, que no te ve-
CCXL LOS ZAPADORES DE LA CIENCIA

mos.” Al segundo reclamo se oyó como bajado de lo alto llevaba e.sculpido el sello de una noble
y franca fisonomía
esta respuesta: “En trato el humanóme he llamado Ciro : en la respetable figura de un anciano, en quien el retiro
en esta apartada mansión del desierto llevo el nombre de la meditación habían impreso ese carácter
y
de austeridad,
Erevius: ocupo una estancia á donde
no llegan los huma- que se parece á irn sér divino, mensajero del destino en eí
nos con su punzante lengua, sus pasiones feroces y su mi- sendero de la vida. A cierta distancia se detuvo la figu-
serable vanidad me veo libre de esa peste negra que lla-
:
ra y antes que los viajeros pudiesen conocerla, les dijo que
;

man que no sabe vivir sino del engaño, de la bajeza, siguieran sus pasos y fueron encaminados hacia una her-
;

de la adulación, de la soberbia de la vida y de todas las mosa y^ elevada gruta que se presentó á su vista,
concupiscencias. Y vosotros, ¿qué queréis?: si os bailáis y que
no habían distinguido préviamente porque la ocultaba una
inocentes de todas aquellas faltas de que son reos casi to- bruma, ó sea ese velo funiforme con que la naturaleza vis-
dos los hombres si sois humildes
y prudentes y amáis la
; te sus anfiteatros en las noches de su descanso, cuyo re-
justicia, confesaos ante la divinidad, que se os hace acce- poso le causa ese sudor de gases cálidos, que de sus inter-
sible en la inmensidad de este océano de arena nos vasos hace brotar la fiebre que le produce la insolación
y polvo,
en que nada se opone al contacto de los polos de la tierra del desierto. Al encontrarse los viajeros en el vestíbulo de
y del cielo; y entonces, si queréis el bien, yo os condu- aquel coloso de arquitectura con que la naturaleza o.stenta
ciré hablad.”
:
sus armónicas obras en las dilatadas estepas del planeta
El Filósofo y el Naturalista, ante e.sa imponente voz ya en aquella forma, y ya también en oásis; siempre repa-
del desierto, buscnban cómo explicarse ese milagro físico, radores de la cruel fatiga del viandante, penetraron en un
cuya solución fijaron en lo que pudiera decirse u-n fonole- salón en que lucía una luz opaca, como de lámpara que
lismo del desierto; la repercusión bajo la bóveda atmosfé- se extingue: allí se cambiaron una mirada investigadora:
rica en calefacción ellos gritaron de nuevo “ somos inocen- buscaron su guía y se hallaron solos
: :
aquélla había des-
:

tes, y sólo deseamos que Eremm nos albergue.” Dejóse oir aparecido; y por toda señal oyeron una voz como salida
la voz del de.sierto que decía: “haced rumbo al Oeste obe- de una cripta que les mandó albergarse en unas como ca-
deciendo á la muestra de la brújula: á la media noche una mas, á manera de sillares colocados en orden arquitectónico.
luz en lo alto de una colina os indicará que debéis dete- Instalados en el salón, dirigieron ambos una escrutadora
neros esperad ahí que yo os vea.”
:
mirada á sus alrededores, y con una sorpresa, mezclada de
El reloj marcaba las once en ese momento: una hora plácido regocijo, se les presentó á su vista una hilera de
más, y ya los viajeros llegarían á la etapa inesperada, que divanes naturales, labrados en las mismas rocas componen-
por cierto no estaba en el itinerario de su meditada excur- tes de aquel albergue: allí se instalaron para pasar el res-
sión. Sería Haurán el lugar de la cita ? No podrían estar to que quedaba de aquella noche de portentos.
allá en una hora ? Qué otro sitio podría ser, si caminaban Al amanecer fueron llamados á un extremo del salón,
sobre una dilatada planicie en un desierto sin amparo, con
y allí se les presentó el providente hospedero, anunciándose
excepción de las criptas, cuya visita en hora tan incompe- con el nombre de Eremus. Fueron obsequiados con una li-
tente podría serles más peligrosa que favorable? En estas jera refacción, servida con productos de vegetales farináceos,
refiexiones marchaban entretenidos, corrigiendo de vez en
y leche; cultivados aquéllos en una huerta, y ésta, producto
cuando el rumbo que debían llevar y que les marcaba el de una vaca traída de Damasco para el servicio de la es-
compás y aunque fijaban el oído para percibir cualquier tancia. Concluido e.se acto reparador del cansancio
;

sonido que pudiese trasmitir el ambiente enrarecido bajo cu- y ayuno


del día anterior, inició la conferencia el Filósofo, reclaman-
ya presión áun estaban, un profundo silencio contestaba al do de su noble hospedero noticias que le hiciesen conocer
cuidado prestado. el motivo de su vida yerma, como si fuese la última
ba-
Ansiaba el Filósofo salir cuanto antes de las preocu- talla librada en la cruda lucha por la existencia en los campos
paciones que asaltaban su ánimo respecto de la existencia de la tumultuosa vida.
misteriosa de un sér en aquellos apartados destierros de to- Eremus, con pausada voz y grave continente, contestó
do humano concurso ¿ quién era Eremus, y qué aconteci-
: que deseaba saber antes el objeto de tan atrevido viaje de
miento lo había hecho inquilino de esos desamparados ho- sus huéspedes, por un desierto sin rutas conocidas,
gares que no podían tener otro dueño que la voluntad del y en que
pudieron haber tropezado con ciertos antros de esa gran
])rimer ocupante, si no fuese también el cubil de fieras tras- planicie, habitados por bestias feroces, de que no habrían
1 mina lites? podido precaverse, si afortunadamente no hubieran camina-
Inquieto andaba el Naturalista por descubrir de qué do cobijados por esa capa de aire, de extremada trasparen-
manera pudo Eremm saber que álguien traficaba por el de- cia, que ]U’oduce el sorprendente fenómeno de hacer sonora
sierto, para hacer oír una prevención tan acentuada, cuyo la atmósfera á cuyo favor, y en virtud de la constante
;

final no alcanzaron á percibir ni él, ni su compañero. Tam- atención prestada en este estado atmosférico, á las ondula-
bién ardía en el deseo de llegar al término de un enigma ciones longitudinales del aire que comunican el sonido á
que no prestaba hasta ese momento síntoma alguno de ra- grandes distancias, pudo él (Eremus) percibir el eco que los
cional solución pues aquél debía ser un ente humano, su-
; denunciaba; y que si no oyeron el completo de la fra-
bordinado á las necesidades de la existencia y en aquel ;
se, como lo han observado ahora, es debido á que al-
árido y enjuto desierto que pisaban, no se descubrían ves- guna corriente eléctrica atravesó en ese momento el hilo
tigios de vegetación alguna para los reclamos de la vida. conductor del sonido y como también acontece, siempre
;

Ni una hierba, ni una gota siquiera del rocío del cielo, que que una nube acuosa interrumpe con los varios gases que
humedeciese un milímetro de superficie epidérmica. Arena contiene el enrarecimiento de la atmósfera.
solamente una que otra concreción calcárea que iba prove-
; Satisfechos los viajeros de la explicación científica da-
yendo indicios de próximas cavernas, como vecino tránsito da al fenómeno, manifestaron que el objeto de su viaje en-
del plano del desierto, á esas arquitecturas de la naturaleza volvía fines investigadores en favor de la historia
que admiramos en el sistema de grutas que construyen los y de las
ciencias físicas y naturales, para aumentar los conocimien-
monarcas de las profundidades déla tierra, el poderoso deís- tos humanos con nuevos descubrimientos en el campo de la
mos y el incendiario Pluión. filosofía y de la naturaleza.
Con ese mismo objeto, continuó Eremus, he venido á
II este sitio que lleva el nombre de Haurán, atraído por el
deseo de estudiar la constitución geológica del lugar, que
¡
Una luz
la vez el gritaron á
Filósofo y el Natura- de antiguo era reputado como el resultado definitivo de
lista : ambos observan
muestra de su reloj" era mediala : conmociones seísmicas y volcánicas, cuyos estragos llegan
noche. Sujetándose á la orden dada antes, se detuviei’on. al fin á resolvei-se en espaciosas é inextricables grutas, co-
No pasó mucho tiempo sin (jue viesen acercarse una som- mo la que actualmente ocupamos ó en elevadas y escar-
;

bra que aparecía como un espectro, y á medida que avan- padas montañas con señales de extinguidos volcanes, como
zaba se iban descubriendo facciones humanas de un sér que las de la Auvernia ó en grandes y altas planicie.s, coro-
;
!

POR JOSE MARIA MARTEL CCXLI

nadas de lagos, mas ó menos extensos, según liaya sido el cio orgullo del hombre, engendrado por su ignorancia, le
tamaño del cráter de eyección del volcán, invadido por la ha hecho crear la palabra sobrenatural para todo lo que ¡su
masa de aguas cpie, ascendiendo por el cono desde su ba- nesciencia no com})rende, rodeándose al mismo tiempo de
se, haya terminado en la superficie, para reemplazar con e.sa atmósfera de misticismo de remotas edades, con la que
esta última determinación, la corriente lávica que arroja el los supremos directores de temperamentos hústéricos, se ha-
volcán al entrar en actividad. cían pasar como oráculos de todo aquello de que pudiesen
Aquí, pues, no tenemos otra cosa que admirar, sino la sacar algún provecho en los varios procesos de la vida.
artística composición de este monumento levantado por la Ciertamente, se interpuso á decir el naturalista, lo que
naturaleza, en donde con variada distribución hallamos for- acaba de enunciar mi compañero de viaje no tiene réplica,
mas distintas en los diversos departamentos que se conocen y no comprendo cómo as que hoy mismo andan por el mun-
hasta ahora, j)ues no es de fácil acceso el escrutinio com- do que se llama ilustrado y sensato, apoderándo.se de la cá-
pleto de este laberinto de piezas sin salida posible para el tedra popular, ciertas ideas que no tienen otro objeto que
hombre, por la estrechez de la vía ele comunicación en al- el de hacerse eco y poner.se, sin advertirlo, al servicio de
gunas, y también por la interminable continuidad y suce- fines sociales, políticos y místicos de ciertos espíritus .sec-
sión de cuartos más ó menos oscuros, que van presentán- tarios de un centro común, antiguo y resi.stente, que viene
dose á proporción que se interna en la investigación, no tiempo ha sosteniendo cruda y empecinada lucha contra el
sabiéndo.se adonde vayan á terminar esos o.scuros y secre- progreso de las ideas reinantes en el campo de la política,
tos caminos. de ía ciencia y de la sana razón, para hacernos retroceder
Los viajeros exigieron á Eremus que les mostrase algu- á los tiempos medioevales del poder supremo de .soberanos
nas de las celdas de este gran Capitolio del desierto, en las absohitos, de monarquías de origen divino, de enseñanzas
cuales, á su juicio, pudiesen encontrar sorprendentes nove- monásticas, y de toda oposición á los estudios científicos, que
dades que someter á estudio, pues eso era el objeto de .su incluyen análisis, experimentación, y esa lux rnater que lle-
viaje. va al cerebro humano el gérmen de vida con que ilumi-
Complaciente anduvo Ereinm, y empezó por llevarlos namos el camino de los conocimientos con que deliemos en-
á un salón de la gruta, en donde contemplaron una gran noblecer nuestra existencia.
periferia de terreno pa.stoso, llamado consaniidcro en el len- Esos astros que se sostienen por sí .solos en su rotación,
guaje vulgar, porque á medida que se camina desde la sin caer, á los ojos del vulgo, milagro !
orilla al centro, se va sumiendo la planta gradualmente Ese vapor acuoso que se mantiene encerrado en la nube y
hasta perder toda acción para retroceder, .siendo esta la cau.sa no cae por más que aumenta en volumen, milagro !
de hallarse allí esqueletos de grandes animales que han pe- Ese fuego fatuo que nos invade á veces en los cemen-
recido, cogidos en aquella prisión de humedad. Averiguada terios, en las altas montañas, en los maderos de los buques,
y no
la caiLsa de este reblandecimiento del terreno, se encontró nos quema, milagro !
en la constante filtración de las aguas depositadas en la cú.s- Ese carbono que llevamos en nuestros pulmones, y esc fós-
pide de aquel departamento que penetrando en las varias foro que se acumula en nuestro cerebro, y aquel no nos mata,
hendiduras de las suturas de las rocas, destilan desde tiem- ni e.ste nos incendia, milagro !
pos remotos sobre aquel pi.so, formando así e.se peligroso E.sos y otros más son milagros para el que no compren-
sumidero, oculto á los rayos del sol que lo desecaría por la diéndolos como fenómenos naturales, no .sabe explicarlos ;
evaporación. todo lo cual llega sinembargo á analizarse por el estudio
De pasó á otra celda de la gruta, menos es-
allí se de las ciencias físicas y naturales, y entonces nos reímos de
pacio.sa, pero más
notable por su constitución arquitectóni- nuestra propia ignorancia.
ca : á un extremo de la entrada se encontró colgante, co- La física y la química son los enemigos declarados
mo piedra preciosa montada })or un joyero, una roca geódica, del oscurantismo, del absolutismo, del egoísmo y hasta del
á manera de campana. Con una varita la tocaron y sonó ateísmo. El que no comprende los portentosos é importan-
como un timbre. Ese es un fenómeno, dijo Eremus, que tes fenómenos que enseñan á conocer aquellas ciencias, no
se explica por la rotura que ha sufrido la hueca roca, pues puede saber amar á Dios, ni alcanzar la inmensidad de su
ha jjerdido la parte que le completaba la figura esférica que grandeza
en su origen tuvo, quedando agrietadas sus paredes á que Y si á e.sto agregara yo, dijo Eremus, que entre aquellas
tiene adheridas concreciones calcáreas que en estado perfecto maravillas contamos mil otras más que cada vez nos ponen
de cristalización ad(|uieren esa sonoridad en tiempo seco más distantes de .su término, como son las medidas quQ te-
y
aire reposado. A otro lado de aquella misma celda se ob- nemos aforadas en el portafolio de las operaciones númericas,
.servó iin nuevo objeto de admiración tallados en una roca
;
¿ no sería también para el profano, motivo de encantamiento,
inclinada, se vieron peldaños toscos de una escalera que con- de milagro ó de iluminación ? Medir las distancias de uno á
ducía en plano ascendente á otra roca cuadrada, cuyo cen- otro astro, su volumen, su densidad, su }>eso; observarles sus
tro ahuecado afectaba la forma de una cátedra. evoluciones astronómicas, su meteorología endógena, y exógena,
Un Ateneo! exclamó el Filósofo: con la campana lla- no es menos causa de burla ó de desprecio para el que, care-
mamos á cla.se ó á sesión; y á la cátedra sube el que va ciendo de toda noción científica, lo tenga como saltimban-
á discurrir. Estas maravillas me han traído un recuerdo, queria de la ciencia, ó por lo menos como cosa inaveriguable.
el de la Estatua de Memnón en Tebas, esa gran roca divi- Si pasamos á las velocidades, mayor motivo de incredulidad:
dida en dos, en las que el escultor Amenhotep grabó las ¿cómo puede medirse lo que no se vé ? dirá el nesciente. Pues
estatuas, retratos de su rey, una de las cuales llegó á co- no obstante ya sabemos con qué velocidad se mueve el sonido
nocerse con el nombre de Memnón parlante, porque emitía en el aire á razón de 340 metros ])or .segundo en ondulacio-
por las mañanas sonidos musicales, atribuyendo la fantasía nes longitudinales, según el grado de temperatura de la atmós-
de aquellos tiempos al milagro de que aquel héroe de las fera : la luz en el etér á razón de 77.000 leguas de 5 kilóme-
bandas guerreras, convertido en dios, liablaba á los huma- tros por segundo, ó sea 308.000 kilómetros, en ondulaciones
nos no siendo el tal milagro otra co.sa que un fenómeno
; transversales. Para la velocidad de la electricidad se han hecho
físico, causado por la caída de la parte superior de la es- cálculos de la que lleva en hilo de cobre. Ahora si se qui-
tatua, en una conmoción .seísmica, alterando así el re.sto de siera conocer la (pie emplea en el espacio libre, no apreciada
la piedra, de tal modo que .sus moléculas adquirieron las hasta ahora (jue sej)amos, {)odríamos atrevernos á demostrarla
condiciones acústica.s, que más tarde debían servir de ali- del modo siguiente.
mento á un público, ávido de querer .siempi-e ver en todo El ex{)erimento del físico Wheatstone, en su espejo girato-
fenómeno natural la encarnación de un milagro, al cual tri- rio, asigna á la electricidad 403.000 kilómetros por segundo
butarle culto idolátrico en las exageradas demostraciones de en un hilo de cobre. La del sonido en los tubos de fundición
creencias supersticio.sas. se calcula en 3.500 metros por segundo, y tenemos que compa-
Ya es tiempo, continuó el Eiló.sofo, do que se supiese rada una con otra, resulta la primera 132.280 veces más ve-
-que nada hay sobrenatural en la naturaleza, sino que el ne- loz cpie la segunda.
CCXLII LOS ZAPADORES DE LA CIENCIA

Puédense considerar idénticos los medios conductores en les sirviesen en la nueva existencia con que iban á aparecer
esta comparación pero es necesario tener presente que la
;
en otro mundo. De manera, pues, que el Filósofo no supo sa-
velocidad de la electricidad está en razón directa de su distan- car más datos de aquel Aposento de los Sarcófagos, que el ya
cia, y la del sonido en razón inversa del medio en que obra, conocido, de que grandes caravanas de árabes vagaban por
pues en el aire sólo camina á razón de 340 metros por segun- aquellos desiertos, de lasque muchas de ellas tomaban sitio en
do, como ya se ha dicho, y en el agua pasa como en 1.435 determinados puntos, que pudiesen servirles para sus estable-
metros jror segundo. cimientos de labor y cría, allegándose algunas tribus á e.sas
Si eleváramos al cuadrado las veces que excede la velocidad grutas, como la presente, para proporcionar.se albergue.
de la electricidad á la del sonido, tomando por base los medios Llegó la hora de la comida del mediodía, por lo cual que-
propuestos de conductibilidad, comparada precedentemente; y dó interrumpida la sesión.
eleváramos también al cuadro la velocidad del sonido en el
aire (340 metros), tendríamos que la velocidad de la elec- III
tricidad enalambre de cobre (463.()00 kilómetros), sería 151,381
veces mayor que la del sonido en el aire, y resultaría })ara Antes de ir á la mesa, Eremus condujo á los viajeros á un
la velocidad de la electricidad en el espacio libre la enor- espacio de la gruta en el cual había preparado su alojamiento.
me cifra de 70.089.403.000 kilómetros por segundo, ó sean Una pequeña cabaña construida con delgadas planchas de
17.522.350.750 leguas de 4 kilómetros por segundo. madera, y llenos sus extremos de palmas, con techos de las
Aún el mínimum de velocidad de la electricidad en hilo de mismas, era toda su habitación. Al frente grandes palmeras
cobre {medio resistente que no deja pasar toda la electricidad al {coco nucífera), ostentaban sus elegantes formas en aquel des-
mismo tiempo), es mayor que la de la luz, que está calculada canso del árido desierto
y su nutrida carga del fruto del coco
en 308.000 kilómetros, casi tres octavas partes. Cabe, pues, ofrendaba en el abastecimiento del sér humano toda la va-
suponer que saliendo la electricidad de un nTedio resistente á riedad de exquisitas comidas y bebidas con que iban á ser
bogaren el es})acio libre, deba alcanzar una velocidad que po- obsequiados los Imé.spedes por aquel solitario del yermo que
dría decirse mstamtánea. la providencia les deparaba en su trabajosa
y peligrosa jor-
En mi concepto la electricidad es el motor univei'sal que nada.
rige y gobierna todas las manifestaciones de existencia, basta A un extremo de la casa se vió la vaca damascena, refe-
el átomo infinitésimo como, si se dijera el delegado del Crea- rida antes, guardada en lijera dehesa con su tierna prole;
;
y
dor Supremo, que rige en todas aquellas el gran concierto de á otro lado la pequeña huerta, de que se sirvió en el primer
sus infinitas obras, en todos los reinos de la naturaleza. refrigerio que brindó á los huéspedes.
El Filósofo y el Naturalista excitaron á Eremus á la conti- Ya en la mesa, fueron los viajeros sorprendidos con vinos
nuación del examen de la gruta, en que sólo habían visitado y manjares delicados, y no pudieron resistir á la tentación
dos departamentos, por lo cual fueron conducidos á otra cel- de inquirir de su generoso anfitrión, la procedencia de tan
da de mayor tamaño. Esta tenía la forma de una elevada to- ciudadana comida, allí, en un lugar tan estéril, tan despro-
rre, y en su cúspide se observó una hendidura, por la cual
.
visto de todo recurso de vida, al que sólo podía considerarse
penetraba un rayo de luz, que permitía ver distintamente los como esos providentes oásis con que la naturaleza interrumpe
varios componentes de su suelo. Rocas de basalto y traquito la desolación de los dilatados desiertos.
enseñaban que aquel lugar había sido en sus primitivos tiem- Eremus con una sonrisa de agradable satisfacción, les
pos un volcán de gran potencia, cuyas erupciones del interior informó que todo aquello que iban á saborear era extraído de
de su base, en ese flujo y reflujo de ascensiones y hundimien- la fruta y tallo de aquellos cocoteros que acababan devenios
tos, habían terminado por dejar sobre aquel inmenso cráter, vasos para beber se proveen con la corteza dura del coco ; el
esas moles artísticamente dispuestas, unas calzando á otras, vino lo suministra, la incisión hecha en el tierno tallo, la
y
todas entre sí ayudándose á mantener ese portentoso equilibrio comida está preparada con la carne que se cría dentro de
que admiramos en aquellas construcciones de la naturaleza tan la nuez, ya sea tierna, ó ya madura, según lo que se quiera
mecánicamente combinadas. disponer. De esa misma carne se extrae por presión el aceite
En medio de aquel suelo emergido de lo profundo del crá- para el condimento y también para el alumbrado. El tallo
ter volcánico, se vió una fuente hidro-sulforosa de 60° C de endurecido por la edad, y las hermosas palmas que la brisa
calor, manantial que corría suavemente hacia un extremo de hace columpiar majestuosamente en la imponente soledad de
la cripta, é iba á perderse por entre los intersticios de las pa- este vasto desierto, han servido para la construcción de la hu-
redes de rocas aglutinadas, colindantes con otras celdas de milde cabaña que ya conocen.
aquel inmenso laberinto de cuevas. Los viajeros habían quedado muy satisfechos de la bon-
Luego Ereriivs condujo los viajeros á otra apartada estan- dadosa acogida que les hizo jErmrís de.sde antes de llegará la
cia, diciéndoles;
“ vamos á entrar en el Aposento de los Sarcó- gruta, y deseando continuar su viaje hacia Damasco, quisie-
fagos.” Esto era lo que yo deseaba, interrumpió el filósofo, ron previamente imponerse de la manera cómo pudo aquel
pues ahí debemos hallar notaciones -que nos demuestren algo llegar á esa gruta, en la que, por lo visto, parece haber fija-
con que podamos descubrir la raza humana que en esta apar- do su residencia y así .se lo manifestaron.
tada y dilatada soledad haya habitado en colonias pobladoras AVemas, que había llegado á profe.sarles un cariño franco
ó conquistadoras. Entraron todos, pues, en el /Ljoscííío délos y abierto, que ellos su¡>ieron inspirarle, les conte-stó
Sarcófagos. ¿ Habría fósiles en aquel cementerio del desierto, “La gran región de la Siria, Turquía asiática, fue dividida
que hiciera conocer restos humanos prehi.stóricos ;
ó sería eso en. la época grecorromana en seis provincias, Auranitide, T¡-a-
únicamente el depó.sito de seres de la época cuaternaria, cuyos canítide, Gaulanítide, Iturea, Eatanea En el centro
y Perca.
despojos mortales fueran religiosamente guardados en aquellas de la región se alza el macizo volcánico llamado Yehel-Hau-
fosas, cubiertas á manera de dólmenes? Esto último era lo rán. Esta del //rt»rú a es habitada i)or árabes pastores, por nó-
cierto, pues el filósofo ,se contrajo á examinar con la debida mades, árabes cultivadores y drusos. Las tribus .sedentarias
e.scru[)ulosidad aquellos dej)ósitos, en que las osamentas con- viven en algunas comarcas del Yahel-Hanrán y en el Leyá,
servaban las formas blanquecinas que les da el fosfato de cal y ;
que se extiende ha.sta Damasco. Los diusos están al S. E. del
de toda averiguación adcjuirió el conocimiento de cjue aquellos Lega, y ocupan las escarpadas laderas y las cumbres de las
restos pertenecían á esa raza de árabes que vagaba por el de- rocas.
sierto en aquellos tiempos de las conquistas de pueblos hele- “Dada toda esta de.scrijición, no es extraño que en el
nos y romanos, hallándose además en algunas de aquellas tum- constreñimiento de mi espíritu, me sintiese halagado por aque-
bas varios instrumentos de labor, antiguos, como que fueran lla as[)ereza salvaje
y solitaria con la (pie esos lugares convi-
colocados allí en ])rueba de la propiedad del finado siguien-
;
dan á vivir una vida abstraída, aislada y contemplativa, des-
do en esto la costumbre de los tiempos ¡>rimitivos de la épo- j)ués ipie hemos pa.sado j)or los de.strozos de ese continuado
ca prehistórica de las edades de la piedra, en que los cadáveres ciclón de la vida, á que se dan los nombres de adversidad,
de los hombres notables como guerreros, eran sepultados con decepcione.s, injusticias; en fin, de todo lo que acarrea al rede-
todos los utensilios que habían usado en su vida, i)ara que dor de nuestra alma un conjunto de maitirios y pesares que.
;

POR JOSE MARIA MARTEL CCXLIII

en caractéres de bajo temple, puede llevarlos al descreimiento especie humana, viviendo y dejando vivir á todos honrada-
de una providencia que lo mantenga siempre al nivel de su mente, sin dañará otro y dando á cada uno su derecho. ¡
Qué
ignorada, pero meritoria recompensa. bello sería vivir así
! sin pecar en la tierra ; y al fin de la
“Esa aspiración, pues, á la vida solitaria, me trajo á esta jornada, subir al cielo rodeado de esa aureola de gracia, como
gruta que se me presentó al paso en el propósito que me guia- una cuna de perfumado ramillete que Dios haga bajar al
ba. En ella fijé mi residencia hace algún tiempo, en la que acto de la despedida, para que reciba en ella su espíritu,
y
me hallo bien á mi gusto, interrumpiendo de vez en cuando lo ascienda á su excelso destino. ¿ Se despedirán de mí e.stos
mi apartamiento con salidas á los campos de los Dru.sos, para mis huéspedes creyéndome enagenado ? Pues no lo estoy. Es
darle variedad á las escenas de la vida. Aquí quisiera fun- que así se piensa en el desierto. ¿ Y siendo así, no sería me-
dar una colonia de ciudadanos, como si dijéramos una peque- jor que el mundo fue.se un gran desierto ?”
ña república, en que aprendiera el hombre su verdadero des- Los viajeros tomaron la ruta de Damasco, llevando allá
tino en el planeta y supiera que el jefe deesa familia-tribu
;
dentro de su alma un gran caudal de experiencia, de luz en el
reflejaría en ella el deber, el amor, la concordia, el respeto al porvenir y de esperanzas en el mejoramiento del hombre, si
derecho, y el derecho á la po.sesión de los bienes sociales con lograra preceptores y directores como Erevins, en el ti-abajo de
que la naturaleza ha dotado á ese pedazo de ella que se llama la selección moral y social.
. 4.
LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VEiNEZUELA
FOE/ EXj IDOCTOI?, IPELIFE ^C3-TJEI?/E,E'VE¡I2,E

FELIPE AGÜEHEEVERE

ODEROSisiMO atractivo siente la naturaleza humana ha- Casi nulos fueron los estudio.s matemáticos en
cia la posesión de la verdad,
Venezuela
y ninguna ciencia por cier- durante la colonia apenas, según nos cuenta
:
el malogrado
to, se la brinda tan cabal
y satisfactoria como la de las historiógrafo Arístides Rojas, estableció en 1760
en su casa
cantidades. Desde que por modo induetivo inventó el hombre el coronel de ingenieros don Nicolás
de Castro, una academia
un sistema de numeración, abstrayéndose en absoluto de los de geometría y fortificación, únicamente dedicada á
los oficia-
objetos materiales, entro en el ilimitado campo délas matemáti- les su
d^e mando, escuela que duró sólo siete año.s. Cuando
cas, donde ideó luego símbolos que generalizan las cuestiones. en 1785, el padre Andújar ofreció regentar
gratis una cátedra
La necesidad de mensurar las tierras originó la comparación de de matemáticas y lo puso por obra con la venia del
las figuras y por abstracción también, produjo la geometría goberna-
y dor, hubo de suspender pronto sus tareas,
junto con la sublime coneepción de Descartes de representar
:
pues una real cé-
dula de Carlos IV negó la licencia pedida, ]iorque wo
.simbólicamente las líneas, combinando íntimamente las dos convenia
tlustrar a (os americanos, Según el mismo autor existió
grandes ciencias, álgebra y geometría, en
y la invención de los Cumana antes de 1810, una escuela de carácter privado, re-
logaritmos, del calculo de las diíerencias, el de variaciones, gida por el ingeniero español don Juan Pires, quien
el de probabilidades adoctri-
y otros cálculos trascendentales, forman nó en los estudios de matemáticas, entre otros
venezolanos "
el inmenso depósito de ciencias llamadas exactas con
toda á Sucre, Avendaño, Sojo, etc.
propiedad. Esto por lo que hace á la enseñanza doctrinal, pues
Es de lamentar que al aplicarlas á los usos de la vida, te- en
cuanto á la practica profesional, dejaron los ingenieros
niendo que ponerlas en contacto con la materia, pierda por españoles
buena copia de datos importantes en planos corográficos
torpeza de los sentidos, algo de su prístina virtud, dando sin de
mérito, que sirvieron á Codazzipara su gran mapa,
embargo, resultados admirables en las grandiosas obras de que y abninas
solidas y filmes construcciones, entre las que se
puede ufanarse el mundo civilizado. Su estudio, sostenido en distinguen las
fortificaeiones de nuestros puertos.
el campo de las ideas abstractas, enseña
verdades absolutas, El Ayuntamiento constituido en gobierno el 19 de
que nos sustraen de las miserias mundanas, abril
y en el de las apli- de 1810, creó la Academia de matemáticas, pero durante
la te-
caciones es ya indiscutiblemente una necesidad para las in-
rrible guerra contra la madre patria
dustrias, viviendas, vestido.s, locomoción, defensa y la angustiosa existen-
y demás cia de la gran Colombia, fue imposible instituir
estos es-
exigencias de la vida social. tudios, apesar del buen deseo de las autoridades.
Comenzó
sin embargo, el señor Rafael Acevedo en los
* últimos años de
* * aquella república, la enseñanza de parte del primer
bienio

32
CCXLVI LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA

de matemáticas en la Universidad Central, trasmitida la luz, como si hubiera cum-


tocándole la gloria de ser el precursor del plido su misión, desapareció el gran
gran maestro. maestro, no sin dejar apóstoles que con-
Al serenarse algo la efervescencia po- tinuaran la magnífica enseñanza. Am-
lítica con la separación de Venezuela, oyó pliáronse los estudios por decreto de 24
el augusto cuerpo constituyente el clamor de octubre de 1860, especialmente con
del egregio Cajigal, que solicitaba la gloria la creación de las clases de química
v
de trasmitir á su país el inmenso caudal ciencias naturales y la institución del
de conocimientos matemáticos que atesora- Colegio de Ingenieros.
ba su espíritu y decretó la fundación de Apesar de la horrible guerra civil
la Academia militar de matemáticas el 14 que devastaba el j)aís, marchaba el ins-
de octubre de 1830. con regularidad y fructificaba, pues
tituto
Tributemos justo elogio á los patrio- además de las oln-as públicas de que
tas de aquella época, quienes pensando en adelante hablaré, existía ya un cuerpo
los frutos que en lo venidero daría al país de ingenieros militares instruidos, que
la escuela de matemáticas, no vacilaron había probado su competencia en la or-
en crearla ;
no sin imponerse sacrificios, gmiización de ejércitos disciplinados, sir-
que nosotros los beneficiados no hemos sa- viendo especialmente en el estado ma-
bido agradecer debidamente. En el utili- yor; pero el gobierno surgido en 1870
tarismo que boy priva, no se estiman ya dejó al instituto en completo de.samparo,
las ventajas que de ciertas medidas repor- y luégo, por decreto de 19 de noviem-
tarían con el tiempo nuestros hijos, sino bre de 1872, lo cerró disponiendo que ;

que se exige la cosecha casi al tiempo de los cursos de ciencias exactas se siguieran
arrojar por tieri-a la semilla. en la Universidad Central. El gobierno
Grande entusiasmo hacia las ciencias exactas y naturales del general Alcántara restableció la academia en 14 de di-
des[)ertó el acontecimiento de la instalación de la academia, ciembre de 1877 mas Guzuián Blanco, vuelto al poder, la
;

que se verificó el 4 de noviembre de 1831 aparte lo impor-


; eliminó de nuevo en 1879 'y mutilando estos estudios en
tante del asunto en sí, iniciábanse dichos e.studios bajo la vez de ensancharlos, los envió á pedir hospitalidad á la
sabia dirección de aquel insig- Ilustre Universidad, donde per-
ne Juan Manuel Cajigal, quien manecen todavía. (*)
despreciando posición elevadí- El curso de ciencias exac-
sima en Europa, prefirió, pa- tas, propiamente tales, se ha
triota, antes que todo, dedicar conservado casi lo mismo que
á su país la ciencia cuyos lo dejó Cajigal en lo que ha:

principios adquiriera en Al- habido variaciones notables es


calá de Henares y l^arís, pero en la parte práctica, pues los
cuyo desarrollo era fruto de su profesores han procurado man-
portentoso talento . de vastí- tener los estudios teóricos, á la
sima erudición, artista, literato, altura de las aplicaciones mo-
político, era también hombre dernas, pero es fuerza convenir
de acción, que en España, co- que en este particular estamos
mo cadete, militó contra la in- atrasadísimos nuestros jóve-
:

vasión francesa, y acá nes ingenieros al obtener su


á las órdenes del general Ber- diploma, lo que ciertamente
múdez en Oriente y al frente han hecho es estudiar matemá-
de sus queridos alumnos los tica.s, es decir hallarse en apti-
;

aspirantes de la academia, en tud para aprender la ingeniería


la línea sitiadora de Puerto en sus diversos ramos. Es ne-
Cabello y retirada á Valencia, cesario para tener ingenieros,
de la campaña de 1835. Más que haya una escuela especial,
luego trazó y con.struyó la sa- con profesores bien dotados,
lida de Caracas por la carretera que se entreguen á la enseñanza
de Occidente. Carácter jovial, práctica no catedráticos que
;

expansivo é infatigable en el apenas puedan dedicar alguna


trabajo, fue verdadero mode- breve hora á la lectura de Clau-
lo para la entusiasta juventud del, sin (|ue los discípulos ha-
y más de una cabeza encaneci- gan ni el ensayo de un mine-
da asistió á las aulas, ]>ara oír puedan calcular las di-
ral, ni
de su boca la hábil ex[)osición mensiones de un cilindro de
de las ciencias físico-matemáti- vapor, ni conocer el uso del teo-
cas, astronomía, etc. Entre tales dolito el por falta de
nivel,
y
varones descollaban el doctor local y de dotación de clases
Vargas y su })roj)io compañero prácticas, con modelos, instru-
señor R. Acevedo. mentos, materiales de enseñan-
La academia fue sostenida za, laboratorios de química, ga-
y protegida en general ])or to- binete de física y colecciones
dos los gobiernos, pero en el de historia natural.
año económico de 1850 á 51, la Conviene muchísimo á la
ley de presupuesto no proveyó para sueldo de profesores, lo
que no obstó j)ara que estos continuaran sin emolumento (*) Nido de ^odos llamó Antonio Guzmán Blanco esta Academia, porque en
la listade ingenieros no hallaba suficientes hombres de su devoción, para pro-
sus tareas hasta mejores tiempos. Al principio no hubo sino fesores ni podía ser de otro modo, ya que el estudio de las ciencias exac-
:

dos catedráticos, que fueron los señores Cajigal y Acevedo, el tas, elevando el espíritu á la contemplación de la verdad en todo su es-
plendor, inspira sentimientos de honor y aversión á las artes odiosas déla
primero de los cuales organizó el plan de estudios ;
pero adulación. Hubiera podido inspirarse en la conducta de Napoleón III, cuan-
pronto tuvo el señor Cajigal que pedir á sus discípulos del do después del golpe de estado, se negó Aragoá jurarle obediencia honróse :

el imperio disponiéndo, que, sin juramento, continuara aquel sabio en el Ins-


primer curso que lo ayudasen en la penosa labor y apenas
;
tituto.
; y

POR EL DOCTOR FELIPE AGUERREVERE CCXLVII

nación el establecimiento extincióií,prestando siem-


de una buena escuela de pre inestimables servicios.
ingeniería: la })ráctica de Latinista distinguido, con-
los últimos años en cons- tribuyó á reemplazar los
trucción de ferrocarriles, antiguos y atrasados mé-
acueductos, explotación de todos de enseñanza por el
minas, etc., ha mostrado Burnouf, qne adaptó á
cuantos esfuerzos tienen nuestro idioma y ha sido
f|ue hacer nuestros jóvenes casi obligado y siempre
matemáticos para conver- benévolo consultor en tra-
tirse en ingenieros. Apena bajos relativos á esta ad-
ver que muchos de nues- mirable lengua; además,
tros gobiernos, atentos más quizá por consecuencia, es
al interés del día que al crítico de mérito en lite-
porvenir de la nación, cie- ratura castellana.
rren sus oídos al clamor de
los hombres de ciencia, que
en todos los ramos del sa-
ber piden reformas, exigi- Los sub.siguientes dis-
das por el adelanto actual cípulos de esta escuela han
y urgentes algunas, si no continuado en su propa-
(jueremos quedar rezaga- ganda de conocimientos
dos en el movimiento pro- útiles, ya en las aulas, ya
gresivo del mundo hacia en la práctica de trabajos
su perfeccionamiento. que van transformando el
país del estado primitivo,
áspero y salvaje en ciuda-
des civilizadas y campos
Importa conocer los feraces. Cúmpleme nom-
resultados de la academia brar en primer término al
y de continuación de
la doctor Agu.stín Aveledo,
los mismosestudios en la que entre otras virtudes
Universidad, para apr'eciar posee rara constancia en
su mérito, así como tam- el ímprobo afán de la en-
bién los progresos inti’odu- señanza, señaladamente en
cidos eir el país por inge- las ciencias físicas y ma-
nieros extranjeros con re- OLEGARIO MENESES
temáticas, llevando ade-
lación á las obras públi- más precioso cuadro de ob-
cas; pero el asunto sería servaciones meteorológicas
larguísimo, cansado además para
el lector y exije mucho y habiendo dirigido gran parte de la carretera á Guarenas y
tiempo la sola solicitud de los datos necesarios, cuando es y otras obras públicas. Preside hace años el Colegio de In-
brevísimo el que se me otorga pai’a esta re.seña. Limita- genieros y por su laboriosidad vitaliza la corporación.
réme pues, á una ligera exposición de lo El raalogi-ado Solano, muerto harto
que por mis maestros ó por mí mismo temprano para las ciencias, y .1. M. Her-
he sabido de los discípulos de Cajigal y nández, han dado suficiente muestra de
una cortísima noticia de algunos de los su talento é instrucción en varias cons-
trabajos de mis contemporáneos, apenas trucciones de Caracas, entre otras la igle-
desflorando el asunto, pues no me es dado sia que sirve hoy de Panteón
y la ca-
otra cosa. rretera del Sur. Carlos Soublette y Oc-
Olegario Mene.ses, espíritu analizador tavio Pardo, que en extrañas tierras por
y talentoso, ideó instrumentos de precisión sus eximios trabajos, respectivamente en
y hasta construyó algunos ]>or sí mismo minería y ferrocarriles enaltecieion mu-
hizo estudios detenidos sobre nuestra flo- cho el nombre venezolano. Lino J. Re-
ra, trabajos topográficos geodésicos nota- venga, veterano de la enseñanza, acostum-
bles, habiendo sido el primero que levan- brado á escudriñar las cuestiones más
tó planos del territorio minero de Guaya- abstrusas, encuentra alivio á sus penas
na, prestó valiosos servicios militares en estudios metafísicos y reúne á su al-
y
trasmitió sus conocimientos á numerosos rededor jóvenes valencianos, ávidos de sa-
alumnos. ber. Eloy Meneses [sobrino del discí])ulo
De Juan José Aguerrevere no podría de Cajigal], entre otros trabajos interesan-
hablar yo imparcialmente, ya que no me tes, hicieron un estudio de distribución
es dado verlo sino al través de mi afecto de aguas en Caracas, que mereció aplau-
filial. Digan por mí sus numerosos discí- sos del Colegio de Ingenieros. Mariano
pulos en toda la república, sus trabajos Revenga trabaja con éxito en construc-
en carreteras importantes, sus obras di- ciones en la ciudad de Valencia, donde
dácticas y numerosas memorias .sobre ta- también dejó modelos de buen gusto ar-
jamar, caminos, instrucción, fortificaciones, LINO J. REVENGA quitectónico el joven estudiante A. Fer-
etc: digan si mereció el singular apre-
; nández Paz, víctima de nuestra última
cio de Cajigal, regentar [>or mucho tiem- guerra.
po la academia y por último ser elegido presidente del Co- Juan Hurtado Manrique ha montado muchas ruedas
legio de Ingenieros al fundarse. hidráulicas en molinos de caña, y hace años <|ue viene re-
Manuel María Urbaneja, único venerable sobreviviente galándonos la vista en esta capital, con bellas muestras
del primer curso de matemáticas, ha sido el maestro constan- de arquitectura en iglesias, palacios, monumentos y casas
te y afectuoso de la juventud, que junto con Aguerrevere particulares. Miguel E. Palacio ha levantado planos hle mu-
jamás abandonó la academia, desde su fundación hasta .su chas de nuestras minas, dado informes valiosos de ellas
y
CCXLVIII LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA

en colaboración con el se- González, Pipifanio


ñor A. P. Mora, publicó una Balza, Agustín Aris-
obra de dosiinasía y minería. mendi, Manuel León
J. J. Aguerrevere, hijo, muer- Quintero, Andrés M.
to muy joven, levantó con Hernández, Vicente
el que suscribe los primeros Leen na, J. Herrera
planos de concesiones mine- Manrique, Pedro J.
ras en el Yuruari
y joven Mendoza, Antonio
como él, el malogrado Vi- I'^a lacio H., Pedro
cente Marcano dejó notables Bruzual Serra, Ceci-
trabajos químicos
y botáni- lio Altuna, líafael
cos, que merecieron aplausos Ruiz, P^ederico Eraso,
de sabios europeos, despertó Leonardo Jiménez,
entre nosotros el gusto por Ramón Báez, Maria-
las ciencias ([uímicas, esta- no Herrera Tovar,
bleció aquí el primer labo- Pedro Herrera Vegas
ratorio industrial y las bases
y Manuel Pereira.
de la escuela agr
^fonomica, cu- lm[)osible es por
yos desarrollo presiden con las razones dichas, de-
tanto éxito y laboriosidad tallar las muchísimas
JESUS MUÑOZ TESAR Guillermo Delgado Palacio obras importantes
y Antonio Pedro Mora. Mar- que han dirigido los JUAN HURTADO MANRIQUE
cano también publicó obras antiguos discípulos
de química y agronomía. de la escuela de ma^
Casi todas las obras piáblicas
y muchas de particulares temáticas, ta.nto
de la Academia como de la Universidad,
de 1830 á 1870, iueron dirijidas por los hombres de la Aca- pero vía de ejemplo, diré las que me ocurren ahora,
})or
demia y ellos mismos hicieron los estudios para los ferro- sin escudriñar archivos.
carriles de la
Acueducto Caujarao en Coro por
Guaira á Caracas,
de Puerto Cal)ello á Valencia, de
Luciano Urdaneta, el de Valencia
por Navas Spínola, el de Mara-
Caracas á Santa Lucía y otros
1j'í caibo, por F. de P. Andrade, el
pero cuando las obras de cons- .

de Barquisimeto, por Silveira


trucción fueron contratadas con
empi’esas europeas, trajeron estas
Montero y L. Muñoz Tébar, el
de Acarigua, por F. Casañas, el
como era natural sus ingenieros
de Guanaro por Silveira, el de
propios, siendo de notarse cómo
Santa Lucía, por J. Nevett y F.
durante la construcción, nuesEos
Martínez Espino, el de Petare
jóvenes ingenieros han ido sus-
por P^. Urbano, y el de Caracas
tituyendo gradualmente á los ex-
por L. y E. Urdaneta. En la
tranjeros, por conveniencia de las
distribución de aguas de Caracas
mismas compañías; debido sin
han trabajado varios, de los cua-
duda á ventajas de aclimatación,
les recuerdo á R. Tovar, A. R.
idioma, economía de pasajes, &,
Smith y G. Jiménez. La irriga-
pero también á que el país tiene
ción de Valle Abajo por Andrés
ja, gracias al desarrollo de la
Jorje Pardo, y la de Cumaná,
instrucción, hombres competentes,
proyecto de Federico Urbano. Ca-
que no han quedado deslucidos
rretera á San Juan de los Morros,
trabajando al lado de algunos de
por M. C. Pérez, la de Nirgua
famosas escuelas europeas.
por C. Castro, la de Calabozo por
Los ingenieros venezolanos
Urbano, la del Sur por Roberto
que han tomado parte en el trazo
García. Las bóvedas, cúpulas y
y la construcción de estos caminos
fachada de la iglesia Santa Te-
de hierro, siendo de advertir que
resa en Caracas por Lino Revenga
algunos han ocupado hasta los
primeros puéstos, son á lo que y J. Hurtado Manrique; otros va-
rios templos en la misma ciudad
])uedo recordar, los siguientes:
por el propio Hurtado, J. Muñoz
Luciano Urdaneta, Juan Salus-
Tébar, Miguel Oropeza j L. J.
tiano García, Francisco de P. An-
Blanco. El hospital Vargas
drade, Federico Urbano, Miguel y el
Observatorio, por J. Muñoz "Té-
G. Oropeza, Jesús Muñoz Tébar,
bar. El Teatro Municipal por
Antonio Casano, Cecilio Castro,
Esteban Ricart y J. Muñoz Té-
Felipe Serrano, Ricardo Tovar,
bar. El teatro de Valencia por
Miguel Tejera, Juan Pensini, Pe-
Malaussena. El Capitolio por L.
dro R. Fontes, Félix Martínez ALBERTO R. SMITH
Urdaneta y A. Malaussena. El
Espino, Alfredo Jahn, Francisco
Palacio Federal por Roberto
de P. Quintero, Pedro S. Ba-
García. El Palacio de la Ex-
rrios, Luis J. Blanco, Germán Jiménez, A. R. Smith, Es- posición por Hurtado Manrique
teban y Luis Lugo, Juan de D. Monserrate, Manuel Cipria- y Muñoz Tébar. El edifi-
cio del Banco por Diego Morales, el templo masónico por
no Pérez, F. y S. Aguerrevere, Rafael Núñez Cáceres, Jorje Hurtado Manrique,
la tachada del sur de la Universidad por
y Gustavo Nevett, Pomas Marmol, J. M. y Torcuato Orte^'a O. Meneses y Carlos Alvarez,
IMaitínez, Manuel P. Herrera lovar, .Juan Jurado Guzman, y la fachada norte por Hur-
tado Manrique y Miguel Tejera. En los numerosos puentes
P. 1. Romero, M. A. Meoz, Luis R. Briceño, J. Gregorio
hechos últimamente en esta capital, han trabajado muchos de
Sánchez, Abraham Tirado, L. Muñoz Tébar, Tomás Rodrí- nuestros ingeiiieros, recordando en este momento, los siguien-
gviez, Casimiro Herrera Vegas, Henrique
y Ricardo Razetti, tes; J. Presentación Landaeta, R. Tovar, R. García, J. M. Or-
Emeterio González Ph-anco, Pedro J. Torres, Carlos Echeni- tega
Martínez, Hurtado Manrique, Pedro R. Fontes, Alberto
que, Antonio Castro H., J. M. Escobar, Vicente Franco, Ramón
Smith, Félix Martínez Espino, Esteban Lugo
y Malaussena.
POR EL DOCTOR FELIPE AGUERREVERE CCXLIX

Lo dicho basta la república, sus


como prueba de la materiales de cons-
cuantiosa cosecha, trucción y artes, or-
recogida por la re- denar y conservar
pública, en cambio un museo de ob-
de lospequeños gas- jetos de historia na-
tos C|ue causan las tural, refundir sus
clases de matemá- trabajos disponién-
ticas pero no debo
;
dolos en memorias
dejar de la mano anuales y proponer
este asunto de las al gobierno refor-
olrras públicas, sin mas en los estudios
registrar los nom- de matemáticas y
bres de dos inge- sus aplicaciones.
nieros nacidos en Apesar de ha-
extrañas tierras, pe- berse instalado en
ro nuestros por to- medio de los aza-
dos otros respectos. res de la guerra ci-
El coronel de inge- vil, ocupóse el co-
nieros Agustín Co- legio con patriotis-
dazzi, nombrado mo en muchas cues-
para cumplir otro tiones de interés ge-
célebre decreto del neral, como tajamar
mismo día de la de La Guaira, nue-
creación de la Aca- vo sistema de fe-
demia, 14 de octu- rrocarril por Lu- ROBERTO GARCIA
bre de 1830, al lle- towski, informes so-
nar tan perfecta- bre el mapa de Ve-
mente su comisión, nezuela, mercado
levantó monumen- de Caracas, entubado de di.stribución de aguas en esta misma
to imperecedero que ciudad, límites con el Brasil, Anuario para 1862 y Revista
mereció elogios envidiables de los sabios del instituto de Científica; pero los acontecimientos políticos hicieron suspen-
Francia: su atlas y geografía de Venezuela, con tarr inmenso der las publicaciones y hasta se interrumpieron las se.siones.
acopio de datos de la flora y El 9 de octubre de 1881 se
fauna del país y de su estadís- reinstaló el cuerpo, pero con
tica, son después de más de me- muy efímera existencia, pues
dio siglo, obligadas obras de es- como en sesión de 1? de di-
tudio y consulta, y servirán de ciembre del mismo año infor-
fundamento á cualquier trabajo mó acerca de la responsabili-
geodésico ulterior. Sirvió tam- dad de un ingeniero, de una
bién como militar distinguido en manera que no agradó al ge-
la campaña de 1835. neral Guzmán Blanco, este su-
El otro ingeniero cuyo nom- primió el colegio.
bre no debo silenciar es Alber-
to Lutowski, que murió pobre, Reunióse sin embargo de
después de haber construido en- nuevo al comienzo de 1883,
tre otras obras notables la carre- con motivo del centenario del
tera de Puerto Cabello á Valen- Libertador y sólo para tributar
cia con sus sencillos puentes col- honores al héroe al ])ie de la
gantes, el techo del teatro Ca- estatua del egregio Cajigal, que-
racas, modelo excelente de arma- dando luego en largo receso
dura cónica, el mercado de Va- hasta que auras más propicias
lencia, la bella iglesia de Antí- las han hecho renacer, y des-

mano y la monumental de Puerto de mediados de 1890 celebra


Cabello, aún no concluida : ca-
ahora sus sesiones, que son
beza privilegiada, ideó un siste- semanales con toda regulari-
ma de locomotora para curvas dad.
rápidas, que no pudo ensayar por Entre los asuntos de que
falta de recursos, lo mismo que se ha ocupado últimamente
el pez-volador, buque de vapor mencionaré los siguientes Ar- :

guarda-costa de gran velocidad. te de edificar par Hurtado


Man rique
d i f e r e n c i a s entre
;

>K * observaciones barométricas de


Humboldt y las actuales por
El Colegio de Ingenieros de Aveledo; medida de distancias
Venezuela se instaló en Caracas por medio del sextante, de Ri-
el 28 de octubre de 1861, bajo I
cardo Tovar; gráfica para la
la protección del gobierno, con determinación de la medida de
el fin de fomentar el estudio de flexión, por Manuel F. He-
las ciencias exactas
y naturales JOKGE NEVETT rrera Tovar; proyecto de puen-
en el país, y entre sus atribu- te sobre el Guaire y rectifica-
ciones principales se cuentan la ción del mismo río, por Juan
de actuar como tribunal para decidir cuestiones sobre obras S. García; proyecto de faro en la isla Cangrejo por J. La-
•de ingeniería, especialmente las públicas que le someta el meda obra de topografía, original de Luis Ugueto deter-
;
;

gobierno, recoger y discutir observaciones sobre la carta de minación de la longitud de Caracas por el mismo; tablas
CCL LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA

de cubicación de S. Aguerrevere ; nómina de los ingenieros venezola-


muelles de Maracaibo por E. Wendt; nos,tomada de las actas de la Aca-
cultivo del café por Abraham Ti- demia y de la Universidad Central;
rado. Alumbrado eléctrico; sanea- es^ posibleque haya algunos pocos
miento de Caracas, cloacas, bases mas, de 1892 para acá, con gra-
para el levantamiento económico do de algunas de las otras Univer-
del mapa de Venezuela. Proyecto sidades de la república, que según
de escuela de ingeniería. la última ley pueden también otor-
garlos.
*
* *

La Sociedad venezolana de In-


genieros Civiles se instaló el 5 de LISTA DE LOS INGENIEROS TITULARES
julio de 1891, por algunos jóvenes
VENEZOLANOS Y AÑO DE SU PRO-
ingenieros de la república, entu-
MOCIÓN.
siastas por la ciencia, con el objeto
de estudiar cuestiones de interés
profesional. Desde luego comenzó
por establecer su biblioteca, que En 1837. Olegario Meneses
cuenta ya muy buenas obras mo- Ejidio Troconis f, Juan
J. Ague-
dernas de ingeniería. Posée tam- rrevere t, M. M. Urbaneja.
bién la Sociedad un aparato para En 1838. Nicomedes Zuloaga f,
probar la resistencia de las made- Valentín Machado, Juan de D. Mo-
ras, donde comenzó nuestro finado rales t, Rafael Meneses f, Manuel
compañero Pedro R. Fontes, junto Amestoy f, Manuel Ezcurra t, Juan
con Félix Martínez Espino, las ex- J. Mendoza t> Angel Aguerrevere
f,
periencias requeridas, principiando Adolfo Tourreil f-
así á llenar un vacío con que tro- En 1843.
Francisco Lozada f,
piezan á cada paso los prácticos, Pedro Braclio, Luciano Urdaneta,.
teniendo que adoptar en sus cál- Eduardo Espelozín f, Felipe Este-
culos los coeficientes de las made- AGUSTIN AVBLEDO ves t, Serapio Pérez f, Carlos Men-
ras europeas, que son tan diferentes doza T Simón Mendoza f, Juan
á las nuestras. Ultimamente se ha Carranza f-
montado un laboratorio de química, con los aparatos sufi- En 1845. Manuel Cadenas Delgado, Eduardo Miche-
cien tes para los análisis indus- lena Carlos Soublette t, Julián
f,
triales. Churión f, Tiburcio Troconis.
Entre los muchos asuntos de En 1847. Ramón I. Montes f,
vital interés, frecuentes en sus Guillermo Smith f, Evaristo Sou-
sesiones, citaré los siguientes: cur- blette, Juan Eduardo, Carlos Ti-
vas de observaciones meteoroló- rado, Gerónimo Martínez, Antonio
gicas, por el malogrado joven in- Tovar, Andrés Jorje Pardo f, Eu-
geniero H. Razetti, en 1891-92; genio Monasterio f, J. M. Do-
aguas y bosques, estudio de los mínguez, Miguel Bracho t, Tesa-
señores Martínez Espino y Pedro lio Cadenas f, Eduardo Castro
f-
I. Romero; bases para concesiones
En 1849. Emilio Pardo, An-
de ferrocarriles, que con lijeras tonio Palacio.
reformas fue aprobado por el Co- En1851. José de J. Sanz f,
legio de Ingenieros, por A. Ti-
José Soto, Lino J. Revenga, Gre-
rado, S. Aguerrevere y J. Nevett; gorio F. Méndez f-
análisis de las aguas termo-mi- En 1853. Santiago García,
nerales de Venezuela, por F. de Leandro Escobar, Facundo Vidal.
P. Alamo; puente-acueducto de En 1855. J. M. Hernández,
20 metros de abertura en Chacai- Olegario J. Meneses, Agustín Ave-
to, por L. Briceño y notas sobre ledo, Francisco Varguillas, Tomás
la gran creciente del Guaire por Soriano f-
M. F. Herrera Tovar y C. Herre- En 1857. J. Gregorio Sola-
ra Vegas. no t, F. de P. Acosta f, Teófilo
Las sesiones semanales de este Hurtado, Santos Ortega, Floren-
cuerpo son siempre amenizadas cio Oviedo, Guillermo Landaeta,
por la crónica científica, extrac- Tomás Soto, M. IM. Aurrecochea
tada de excelentes periódicos fran- Marcan o.
ceses é ingleses, y animadas por En 1859. Octavio Pardo t,
el elemento joven que predo- Wnceslao Monserrate, Ezequieí
mina Calanches, Genaro Pereira, Ma-
Mucho bien debe esperar la nuel Guzmán, Jesús M. Pereira,
patria de esta Sociedad, compues- Luis Padilla, Manuel A. Diez,
ta casi exclusivamente de jóvenes, Gualterio Chitty,Santiago Terrero.
decididos amantes de la ciencia, En 1861. Juan Salustiano
y muchos ya con honrosas cre- García, Antonio J. Palacios, Car-
denciales, adquiridas principal- los M. González, Fernando Bur-
mente en nuestras líneas férreas, GUSTAVO NEVETT guillos t.
y ávidos de imprimir mayor im- En 1863. Domingo Guzmán
pulso al movimiento científico de Bastardo, Felipe Aguerrevere,.
la república. Emilio Montilla, F. de P. Andrade, _Federico Urbano.
,

Para terminar esta breve revista doy á continuación la En 1865. J. J. Mendoza Aguerrevere f, Diego E. Chacón

POR EL DOCTOR FELIPE AGUERREVERE CCLI

PALACIO FEDERAL Levantado por el ingeniero Roberto García

García, Diego Morales, Manuel Ca-


denas.
Ha.sta aquí los de la Acade-
mia: hubo luégo seis años sin pro-
moción, y después han obtenido el
título en la Universidad, los si-
guientes :

En 1877. Jesús MI Casas, Mi-


guel E. Palacio, Juan Penzini f,
Pedro R. Fontes f, Félix Martí-
nez Espino, Diego Urbaneja Pa-
drón.
En 1879. Francisco de P.
Quintero, Miguel Páez Pumar,
Pedro S. Barrios, Federico Habn.
En 1880. Luis J. Blanco.
En 1881. Germán Jiménez,
Alberto R. Smitb, Rafael Silveira,
Esteban Lugo, Alfredo Ravard,
M. Cipriano Pérez.
En 1883. Santiago Aguerre-
vere, Antonio J. Insausti, Rafael
Núñez Cáceres, Gustavo Nevett,
Jorje Nevett, Torcuato Ortega Mar-
tínez, J. M. Ortega Martínez, M.
F. Herrera Tovar, Juan Jurado
INTERIOR DEL PALACIO FEDERAL Guzmán, Pedro I. Romero, Gui-
llermo Vallenilla Morales, Miguel
A. Meoz, Luis V élez.
En 1885. Rafael Cruz Gui-
En 1867. Miguel G. Oropezaf, Carlos Navas Spínola f, J. tián, Tomás C. Llamozas, Mario Aldrey Jiménez, Tomás Ro-
Presentación Landaeta f, Carlos Alvarez f, Jesús Muñoz dríguez Dupré, Jesús Lameda.
Tébar. En 1886. Luis R. Briceño, J. Gregorio Sánchez, Candela-
En 1869. Luis Mario Montero, Arístides Lander Anto- rio Oquendo, Joaquín M. Criollo, Hermócrates Parra, Emig-
nio M. Casano f, Cecilio Castro. dio A. Velasco, Florencio Chacín Navas, Henrique Vílcbes,
.En 1871. Ramón Ibarra f, Carlos Monagas, Roberto Pablo H. Carranza, Avelino Fuentes, Luis Lugo.
CCLII LAS CIENCIAS MATEMATICAS EN VENEZUELA

En 1887. Abraliam Tirado,


Luis Muñoz Tébar, Federico Pa-
rra, Casimiro Herrera Vegas, Ri-
cardo Razetti, Henrique Delgado
Palacios, Jaime Sánderson f, Luis
Ugueto, Francisco de S. Breca,
Carlos Toro,Emeterio Gómez Fran-
co, Rafael M. Rodríguez, Pedro J.
Torres, Pedro Miguel Soriano, Car-
los Echenique, Antonio Castro H.,
Luis Soriano, José M. Escobar.
En 1888. Ricardo Zuloaga,
Vicente Franco, Ramón Gonzá-
lez Velásquez, Julio Zavarse, Ma-
nuel León Quintero.
En 1880. Félix Francisco
Quintero, Raúl Cuenca, Andrés
M. Hernández, Melchor Centeno
Gran, Carlos Madriz Seijas f, Vi-
cente Lecuna, Deogracias Méndez,
Luis Alfonso Blanco, José Herre-
ra Manrique, Víctor Manuel Ra-
da, Antonio Sandoval, José R. Co-
lina Montilla, Horacio Salcedo, Pe-
dro J. Mendoza, José I. Monaste-
rios, Ruperto García González, An-
tonio Flores Cordero.
En 1890. Eleazar Pulgar Ve-
lasco.
En 1891. Juan Cam})J)cll
Acosta, Lorenzo M. Osío, Andrés
Palacio H., Juan Mayora, Cecilio
Altuna, Leopoldo Baptista, Ata-
bualpa Domínguez, Eudoro Ur-
daneta, Armando
Blanco, Carlos
Díaz Lecuna, Pablo M. González,
Rafael Ruiz, Aurelio Veroes Pe-
ralta,Marcos V. Landáez, Eduar-
Calcaño, Federico Eraso, Santiago
Suárez f, Jorje Obelmejias, Alberto González, José Talayera
dez, Doroteo Centeno, Miguel Angel Ramírez, Angel R. Quin-
Soro.
tero, Carlos Martínez, J. M. Ibarra Cerezo, Manuel
En1892. Nicolás José Mendible, Leonardo Jiménez, Ole-
José de J. Tirado, Francisco R. Quintero, Toribio
Pereira
gario Meneses Diez, Luis M. Argote, Evaristo Badillo, Ra- Muñoz’
.^an Manchal, Franci.sco Manrique, Melitón Vargas, Luis
fael M. Echenique, Manuel Bigotte, Pedro .Antonio
Guáncbez, Hederich, Aquiles Iturbe, Luis Domínguez L., Juan
Pedro César Dominici, Eduardo Coll Pardo, Luis A. Urbaneja, Francisco
Stolk, Ramón Pérez Andrade, Luis Francisco
Alejandro Cliataing, Henrique Loinaz, Santiago Kev Avala, Calvanv, Loren-
zo González Villasmil, Víctor Rodríguez,
Luis Felipe Muro. Fulgencio‘'Moreira,
Mauricio Sosa Báez, Rodulfo Pérez Vargas, Bartolomé Milá
En 1893. Ramón Báez, Francisco H. Rivero, Mariano de la Roca, Miguel Boccardo, Amador Hernández, Jone
Herrera Tovar, Pedro Herrera Vegas, Rafael Díaz Hernán- Lange’
Luis Mantellini, Joaquín Barros Laborde.
EL ARTE EN VENEZUELA
DE T “ ^SOGI^CIOlÑr ”

I?, I 3yE E Pl -A. se dedicaban ;


así, los trabajos que han sobrevivido de en-
tonces, son testimonio ignorancia de un arte,
del atraso é
dado exclusivamente á reproducir en figuras informes, sin
la observancia de las reglas más elementales del dibujo,
LA PINTURA embadurnados de un colorido atroz, todos aquellos asuntos
y
de la biblia que en los templos y en los dormitorios po-
dían hallar refugio, haciendo de este tráfico su negocio lar-
Fueron los reyes de España los primeros que envia- gamente los pintores.
ron á América algunos cuadros místicos con el designio de Ya para el comienzo del siglo, á tiempo de la eman-
adornar sus templos y monasterios. Estos cuadros pertene- cipación política de Venezuela del gobierno de España, fi-
cen en su generalidad á la escuela española, siendo en Ve- gura Pedro Lovera, como uno de los que alcanzaron algún
nezuela muy escaso el número de los que corren como de aprovechamiento en el e.studio del dibujo y la pintura es- ;

Murillo, Surbarán, Rivera, y otros no menos raros de la tudio que emprendió sin el auxilio de aquellos medios indis-
escuela flamenca; y que forman unidos la reducida colec- pensables á obtener en la práctica los resultados que el ar-
ción que de los tiempos de la colonia ha venido imponién- te requiere, por valiosas que sean las disposiciones
y el amor
dose como base del arte en el país; sin que por ello há- por la interpretación de sus obras. Lovera luchó sin embargo,
yase conocido su importancia, ¡)or el poco ó ningún jiro- con e.sas dificultades y pudo lograr, merced á su persistente
vecho que de su estudio se haya derivado, contracción, cierto grado de perfección relativa.
y antes más
bien tomándola de preferencia como objeto de antigüedad Dedicado de preferencia al conocimiento del dibujo na-
arqueológica^ y de admiración de las viejas devotas,
y no tural, optó así por el género en que podía con mejor éxito
como de estímulo á la gente que en el beneflcio de su estu- probar sus facultades. De los retratos hechos por este ar-
dio ha debido pensar. tista, nada hemos que señale una esmerada corrección
visto
Durante la é])oca de la colonia, algunos profesores ve- en el dibujo, ni un colorido que podamos calificar de pro-
nidos de España y de otros países, iniciaron la enseñanza pio y natural hay con todo en su obra algo de
^ ; esa fuerza
del dibujo y la pintura sin resultado de mayor provecho que descubre en el artista la intención, el deseo de inter-
al parecer ya sea por la insuficiencia de los maestros, ya pretar lo desconocido que siente, pero que le fiilta la
;
luz.
por la desfavorable disposición de los que á tales estudios para realizarlo. En Lovera sucedió lo de siempre no basta :
CCLIV EL ARTE EN VENEZUELA

la disposición, es necesario el dada la solicitud que para ello


talento educado para marchar se hizo, convino en poner á la
seguro al punto objetivo que en dis])Osición de tan respetable
el arte es la perfección. asociación, coo[)erando de esta
Con tales antecedentes dedi- manera á los fines humanitarios
cóse Lovera á la enseñanza, no que en ella habían de realizarse.
para trasmitir á sus alumnos Con efecto no bien entrada en
:

conocimientos que ignoraba, sino el comienzo de sus labores, fue


el ardor de su entusiasmo y el su ])rimer cuidado fundar diez
ejemplo del culto que guardaba ó doce escuelas con sus corres-
por el arte. Daba lo que tenía pondientes blbliutecas, sostenidas
bondadosamente, y así pudo for- por una asignación con que con-
mar en su escuela, no artistas, tribuían los socios mensualmen-
antes más bien aficionados que te. En las dichas escuelas eran
Aunieron luego, y mediante la materia de enseñanza gramá-
práctica de estudios menos in-
:

tica castellana y latina, idiomas


completos, á alcanzar alguna su- inglés y francés, agricultura, bo-
perioridad. tánica, taquigrafía, música, di-
Cuéntanse entre los más dis- bujo lineal y natural, y caligrafía.
tinguidos alumnos de Lovera á E.stablecióse de igual modo
Celestino Martínez y á Pedro una clase de dibujo, nocturna
Lovera, hijo del profesor, de lii- }iara los artesanos, y que ofre-
ciles disposiciones como su pa- ció servirla, como la sirvió gra-
dre y de muy recomendables tuitamente, Joaquín Sosa, suge-
dotes como retratista. Restrin- to algo entendido en el arte
y
gido en el limitado campo que entusiasta por su propagación.
el país podía ofrecer á sus la- Contábanse entre los nume-
bores artísticas, buscó en el ex- rosos miembros de la Sociedad
tranjero atmósfera benéfica á su Amigos del País, los señores Ma-
pincel, recorriendo las islas an- nuel Felipe de Tovar y sus her-
tillanas, y fijando definitivamen- manos Domingo, Fermín y José
te su residencia en Martinica, María, á la sazón llegados recien-
donde ba sabido atraerse las sim- temente de Europa, donde ha-
patías y consideraciones debidas bían recibido una muy esmera-
á la jovialidad de sus maneras MARTIN TOVAR Y TOVAR
da educación. Desde luego, to-
y al carácter franco y leal del maron ellos parte activa en los
hombre honrado y del artista trabajos de la Sociedad, ponien-
distinguido. do empeño extremo en su fomento y progreso. Así, vióse á Do-
Emancipada Venezuela de la madre patria, los elemen- mingo, cuyos estudios en el dibujo y la pintura eran sobre-
tos que dejó en pie el sistema colonial, en las artes seiia- salientes, prestar sus consejos á Sosa,
y no pocas veces a}m-
ladamente, y que no fueron otros que darle personalmente en la enseñanza.
las obras rudimentarias que de España Sosa, sin embargo, anciano y de-
vinieron á estos dominios, la gente in- cadente, á poco no le fue posible con-
dependiente mal pudo de ellos derivar tinuar la empresa á que se había pres-
sino muy exiguo aprovechamiento. Es- tado graciosamente, }’^a en las horas
tablecida la república, labor enojosa amargas de los achaques, cuando la
hubo de tocar á los libertadores en el voluntad no es fuerza y del profesor
empeño de implantar un gobierno que, sólo queda el recuerdo de sus mereci-
por fuerza había de lucbar necesaria- mientos. Pensóse entonces en reem-
mente con las prácticas arraigadas del plazar al maesü’o con uno de sus alum-
hábito colonial. Así corrió el tiempo nos, ya que los profesores hábiles fal-
en combatir sin tregua, creando insti- taban, y á cuyo fin fijó su pensa-
tuciones nuevas, atendiendo á la con- miento Tovar en el joven Antonio
solidación de los principios, á par que José Carranza, como que era entre los
al triunfo de las ideas sobre las ya elegibles el de mayor aprovechamiento.
vetustas preocupaciones; y todo en Empeño y mucho puso Tovar en
medio de ese estado anormab en que trasmitir al jóven Carranza las más
entra por mucho el cansancio de la esenciales reglas del dibujo y secre-
lucha, la impaciencia del éxito, la exa- tos del colorido que tan habitualmeirte
geración de las opiniones, las suscep- manejaba aquel artista; de manera que,
til)ilidades de la lucha, la aspereza de al })ro{úo tiempo que el nuevo pro-
los celos, y hasta motivos de innoble fesor atendía á las obligaciones de su
linaje velados con el manto de la patria. empleo, contraíase con ahinco al es-
Andando el tiempo, y merced al tudio que Tovar supo estimular con
concurso de la iniciativa individual, el interés y fraternal cariño que por
creóse en Caracas una asociación pa- el joven manifestaba.
triótica con el nombre de Sociedad de Cómo llegó el artista á alcanzar
Amigos del País, donde figuraban ads- ARTURO MICHELENA tal grado de aprovechamiento, vere-
critos como sus miembros los hombres mos de averiguarlo.
más notables ])or su inteligencia, pa- Nació Carranza el día 17 de ju-
triotismo y amor muy marcado por el progreso y engran- nio del año de 1817, y fueron sus padres la señora doña
decimiento del país. Concepción Goicoechea y el señor don Pedro Donato y Ca-
Perteneciente á la nación era el edificio donde cele- rranza, primer piloto de la carrera mercantil de Cádiz, aven-
braba sus sesiones la Sociedad edificio que sirviera de de- tajado ingeniero y náutico hábil. Hacia el año de 1821, á
pósito al extinguido Estanco de tabaco, y que el gobierno. tiempo de la batalla de Carabobo, vióse obligado á emi-
;

POR RAMON DE LA PLAZA Y LA “ASOCIACION” CCLV

grar, quedando la ñxmilia al cuidado de su excelente es Carranza; y así hubo de abandonar por el arte sus estu-
posa, y con tan escasos medios de subsistencia que, con la- dios de jurisprudencia, no obstante el buen deseo mostrado
bor diligente, proporcionábase los recursos para atender á la })or su madre de verle terminar sus estudios científicos y
educación de sus numerosos hijos, entre los cuales contába- obtener el grado de doctor, creyendo que por tal coyuntura
se como el penúltimo, Antonio José. habría de alcanzar el hijo más honrosa y brillante carrera
Dado éste muy de joven á los es- sin embargo, hubo al fin de acceder á
tudios universitarios, cursó las clases de las razones de éste, y dejarle libremente
latinidad y filosofía, como también, y — -I- en el empeño de su determinación.
á manera de entretenimiento, ocupóse : . Acontecía esto á tiempo que la familia
Carranza no contaba, que digamos, con
'

en el estudio de la teneduría de libros,


la música y especialmente el dibujo, por holgados recursos de subsistencia, y era
cuyo arte mostró muy marcada incli- fuerza que el hijo amante trabajase para
nación. subvenir á las necesidades de aquella ;

Abierta tenía por entonces una es- por lo que mayormente insistió en el
cuela de dibujo y pintura el señor Joa- propósito de abandonar los estudios
quín Sosa, algo entendido en el arte, científicos que le prometían una espe-
y de (juien recibió Carranza deferente ranza lejana, y darse á la jiráctica del
acogida, siendo luégo uno de sus más arte cuyos resultados favorables tocaba
queridos alumnos. de la mano, colmando así á par que
Bebió allí el joven los primeros y sus naturales aspiraciones artísticas, las
más elementales rudimentos de la geo- íntimas y placenteras satisfacciones del
metría, el dibujo lineal y natural de amor filial.
manera á alcanzar mayor estudio y ade- Desde entonces viósele consagrado
lanto bajo la dirección de otros más en- exclusivamente al profesorado, como que
tendidos profesores y así crecían de
;
era éste el de mejor provecho en cir-
punto con los estudios sus vehementes cunstancias en que escaseaban los maes-
inclinaciones por el arte que por tal tros, y creces tomaba el gusto por la
modo le absorbía, como para consa- pintura. Ocurrió, pues, que á la con-
grarle todas sus vigilias dándose de lleno tinua fue solicitado por los padres de
y con insistencia á su estudio. Así familia y establecimientos de enseñan-
hubo luégo de señalarse muy notable- para educar la juventud en las ar-
za,
CRISTOBAL ROJAS
mente en las obras que emj)rendía, cre- dibujo y de la pintura, así como
tes del
ciendo cada vez más las esperanzas en también profesaba en la Academia ins-
él puestas para suplir al maestro al tituida por la sociedad Aviigos del País.
ocurrir, como era de esperarse, la vacante. Ya para el año de 1840 aceptó el nombramiento de
Con efecto, muerto Sosa, fue nombrado Carranza pro- jueceptor de una escuela normal de dibujo, creada por una
fesor de la Academia por la dirección de la Sociedad de ordenanza de la di])utación provincial nombramiento pro-
:

Amigos del País. puesto por la dirección general de


Tan joven era Carranza para instrucción pública, y ratificado por
esta época que la junta directiva, el gobernador de la provincia, se-
temerosa de la familiaridad y ningún ñor Bartolomé Manrique. Las me-
respeto que por él pudieran tener morias del concejo municipal de la
sus compañeros los alumnos, nom- época, y la del gobernador presen-
bró un vigilante con la intención de tadas á la di})utación provincial, así
asistir á la clase y prevenir los abusos como también los informes de la di-
que pudieran ocurrir por tal motivo, rección general de instrucción públi-
recayendo el nombramiento en el ca, son testimonio de los grandes
señor José Bernardo Arévalo, <]uien elogios que se le prodigan al cate-
alternaba de cuando en cuando con drático de la escuela normal por el
el señor Domingo Tovar, siempre asi- progreso alcanzado en el estableci-
duo en la asistencia á la Academia. miento.
Es de advertir que durante el No se limitó, sin embargo. Ca-
período de aprendizaje de Carranza, naliza á instruir sus alumnos en el
el señor Juan Manuel Cajigal le ins- estudio del dibujo exclusivamente-
truyó en el conocimiento de la geo- que muy luego, y dado el aprove-
metría analítica y descriptiva, el la- chamiento de aquellos, tornó á esta-
vado de planos, el colorido de las blecer una sección de pintura al óleo,
flores y la acuarela; y que viniendo con el intento de ir iniciándolos en
en conocimiento de las fáciles di,s- su conocimiento; ensayo feliz que dió
posiciones que ])or los e.studios tenía, por resultado la cooperación eficaz de
unióse á los señores Rafael M. Baralt la dirección de estudios para ensan-
y Fermín Toro, en la intención de char los locales de la Academia y
presentar al Congreso un proyecto de }irestarlevalioso ai>oyo y protección.
iey que tenía ])or objeto enviarle á Fueron exhibidos los trabajos al óleo
Europa á continuar sus estudios, á en los salones del ilustre concejo mu-
expensas de la nación y poder, cuan- ; nicipal y de la diputación })rovincial,
do vuelto al país, difundir los cono- y cuyos adelantos dieron margen á
A. HERRERA TORO
cimientos adquiridos. Por razones de un informe sobre el estado de pro-
economía mal entendida, sin embar- greso de la escuela que el catedrá-
go, fracasó el proyecto,
y vióse {pri- tico, apoyado debidamente por la di-
vado Carranza de merecimiento que, á no dudarlo, con-
tal rección de estudio.s, debía presentar, en sus ju’óximas se-
tribuido habría en gran modo, á desenvolver con mejor pro- siones de 1843, á las honorables cámaras legislativas.
vecho sus facultades en el arte que cultivaba. Con señalada satisfacción recibió el Congreso aquel in-
Lo que en su principio no era sino pasatiempo, impú- forme en que se manifestaban los progresos obtenidos en la
sose luégo como necesidad creciente de las aspiraciones de Academia, y las muy fundadas esperanzas de su engran-
CCLVI EL ARTE EN VENEZUELA

decimiento, mediante la diosy perfeccionarse en el arte


protección que del augus- de Admitido como
la pintura.
to cuerpo era justo espe- alumno en la Real Academia
rar y así apresuróse éste
; de San Fernando de Madrid,
á dictar una ley favore- cursó allí las clases superiores,
ciéndola. En dicha ley se
y obtuvo por su aprovecha-
acuerda un auxilio desti- miento el diploma de sobre.sa-
nado á proporcionar aque- liente. Más
luégo tra.sladóse á
llos elementos necesarios al Roma con intento de cono-
el
aprendizaje de los jóvenes cer y estudiar la ¡>intura de la
pobres, y compra además escuela italiana, pnxluciendo
de algunas obras artísticas por entonces su primera obi-a
para el establecimiento de original La Fontanna di Fajia
un museo, asignando igual- Julio, cuadro notable por el
mente al catedrático, por sentimiento de la composición,
sus merecimientos incon- la naturalidad de sus ciociari,
testables, un sobresueldo la energía del dibujo y la ca-
abonado por el tesoro pú- liente intensidad del colorido. emilio mauri
RAMON BOLET j.
blico. Esta ley beneficiosa Algunos años trascurrieron
fue expedida en 1854. para que Cruz, con la práctica
fres eran los salones destinados (jn el extinguido boy habida de sus conocimientos, regresara al suelo patrio.
convento de San Francisco para la escuela de bellas artes su A
llegada, sin embargo, no le ftie dado ocuparse provechosa-
en que regentaba Carranza las clases de dibujo natural, de mente en una carrera que en modo alguno podía retribuirle
pintura, de dibujo topográfico, lineal
hechos de dinero y tiem-
los sacrificios
y arquitectural, que aunque dependien-
te el último de la academia de ma-
temáticas, habíasele encargado por el
r — po, a^í andaban de esquivos los traba-
jos. La atmósfera era asfixiante para
las labores concienzudas del arte,
gobierno, sin embargo, su incorporación
I
y sólo
lospintores retratistas recogían ración
al instituto que dirigía.
menguada para la subsistencia
Con fei-voroso anhelo dióse el artis- y Cruz, ;

que había puesto su mayor diligencia


ta, sin tregua y por encima de las di- en género de costumbres y el his-
el
ficultades que se le oponían, á estable-
tórico, se resignó á tornar á su pueblo
cer de un modo permanente el estímu-
natal, el A alle, y llevar allí la vida
lo que en los estudios había de contri-
tranquila del labrador que deja el ara-
buir á desenvolver en sus alumnos el
do por los pinceles, siempre que ,su va-
amor y el gusto })or las obras del arte. gar y reposo lo permiten.
A contar del año de 1836 hasta el de Allí en la cabaña del pa.stor, á ori-
1863, con singular abnegación regentó llas del manso riachuelo que lame sin
las cla.ses de la Academia
y así no es
; ruido los espesos cañaverales de sus
de extrañar que la mayor parte de los vegas, vése con frecuencia al artista
que hoy sobresalen como artistas pin- i,
abandonar sus labores rurales para darse
tores, deban los fundamentos de sus es-
j á la contemplación y al estudio de la
tudios á este plantel dirigido por el !
naturaleza. Cuántos bocetos hechos de
respetable maestro, plantel que ha so- í

esas escenas íntimas de la vida campes-


.brevivido como único en el país para i
tre en que Cruz revela el sentimiento
honra de los gobiernos que lo han susten- |-
predominante de su amor por el arte;
tado, y del director que le consagró
con notorio desprendimiento los mejo-
j
y cuántas veces le hemos in,stado con
} empeño porque dé término á esos cua-
res días de su carrera. dros de acentuadas líneas en el dibujo,
Organizado el instituto de bellas L de gracia y movimiento en la compo-
artes de Caracas, fue Carranza elegido sición, como propios de igual modo en
por la unanimidad de sus miembros ANTONIO J. CARRANZA el colorido.
presidente de la sección de dibujo y Humilde y modesto el artista por
pintura. todo extremo, no ha hecho gala en
Justo es que, en estos breves apuntes que hacemos para ninguna ocasión de sus relevantes aptitudes;
la historia del en Venezuela, nos baya venido de pre-
arte
j antes más
bien dándolas poco mérito, cuando requerido para que em-
ferencia á la memoria la parte activa que tomó Carranza prenda la vida militante del arte
por crear y desenvolver el gusto de una juventud que ha y dé mayor ensanche
á su obra,^ iwuy abiertamente se opone diciendo “
No soy :

venido creciendo en estudio,s, y que, á no dudarlo, estable- sino un mártir del divino arte. Con el amor entrañable que
cerá para lo porvenir ba.se sólida de estabilidad para el ar- por él tengo, día no pasa sin que embadurne algo con mi
te do la pintura. Tocan á la época de Carranza las dis- jialeta; así y todo, nunca me ha sonreído nada de lo
que
posiciones y leyes que los gobiernos de entonces expidie- hago, y juzgo por esto que mi vocación es nula
ron protectores déla enseñanza y cultivo del arte. y que de-
bo resignarme á vivir ignorado en este pueblo.”
Notorios fueron el interés y cuidado puestos ])or los po- Muchos son los cuadros que á medio hacer tiene pin-
deres nacionales en difundir los conocimientos del arte, con- tados el artista entre otros. La bajada de los reyes en el
:

tribuyendo grandemente á darle estabilidad


y desenvolvi- pueblo del Valle, Un lancero venezolano, Una parranda en el
miento á los estudios, mayormente á los de la Academia eampo. El delate. Viajeros, Lavanderas del Valle, Paso del
de Caracas, que tan benéfico fruto había dado en el poco Apure por lYiez en guerra de
la la Lndependencia, habiéndole
tiempo corrido desde su instalación, notándose entre los alum- este ultimo valido el premio del certamen propuesto por el
nos el progreso creciente que una dirección hábil, apoya- instituto de Bellas Artes para el día 28 de octubre de
da en la base de los buenos modelos adquiridos, muy le- 1878.
gítimas es{)eranzas prometía para lo ¡)orvenir. En los momentos en que escribimos esta noticia, Cruz .se
De los di.scípulos más a[)rovecbados de Carranza, Ma- ocupa en un gran cuadro de la historia indígena.
jiintar
nuel Cruz lúe uno de los que con más holgados medios de La muerte de Gnaicaipuro, obra que ha de figurar en la pró-
fortuna, pudieron hacer viaje á Eui'opa á continuar sus estu- xima Exposición, con motivo del Centenario del Liberta-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLVII

dor Simón Bolívar. Este cuadro, que al parecer mide co- el largo período de preparación de esta obra, que corrió
mo dos metros y más de longitud por uno y medio de al- de 1833 á 1810, Fe rnández puso sin tregua su cooperación
tura, está concebido en proporciones menores que el tamaño ya privada, ya oficialmente, trazando una gran parte de las
natural. Iluminados ¡)or los vivos resplandores del incen- cartas geográficas y muy señaladamente la gran carta de
dio [)uesto en las chozas de los indígenas, yacen tendidos Venezuela, en cuya labor invirtió largo tiem])o.
aquí y allá en el siniestro campo el cacique Guacaipuro A su proyecto unió Codazzi la publicación de la His-
y sus compañeros, mientras que la gente castellana huye toria de Venezuela, e.scrita por Baralt
y Díaz y Fernán- ;

preci])itada por entre el monte. Con aptitud sobrada en la dez formó parte de la empre.sa, asociando su nombre con
composición y e.studio de las condiciones propias del arduo los retratos de litografía que para la dicha liistoria hizo
asunto, Cruz ha trasmitido á su tela el interés sombrío del de los hombres más notables. Tx’asladado á Francia por tal
sangriento y i)avoro.so hecho histórico. Seguro como siem- motivo, tomó ocasión para frecuentar amistad con algunos
pre de la línea y del modelado de sus figuras, sobrevive artistas pintores y litógrafos, entre ellos el célebre Vigne-
la muerte en aquellos cadáveres de ron, de quien recibió algunas leccio-
formas yertas y desvíos naturales en nes, las cuales contribuyeron en gran
el movimiento vario de las actitudes. modo á lograr la perfección á que
La entonación general del colorido y Fernández aspiraba de suerte que,
;

el manejo de los términos, así como cuando vuelto á Veiiezuela, ya pudo


la expresión del sentimiento
y la li- resueltamente entregarse á la ense-
bre manera puestas por el artista en ñanza.
la ejecución, demuestran una vez más, En colegio de la Paz, dirigi-
el
cuánto ha perdido el arte patrio, pri- do por benemérito señor José Ig-
el
vándose de obras que, con mejor estí- nacio Paz del Castillo, obtuvo Fer-
mulo, pudiera salvar de la penum- nández, como profesor, muy satisfac-
bra el apoyo de un gobierno verda- toriosy brillantes resultados, puesto
deramente inspirado en los bienes que que de allí salieron jóvenes muy apro-
á la civilización reportan los progre- vechados y que lucieron luégo con
sos del arte. gala en la carrera del arte. En el
Aunque apartado Cruz del estu- número de estos se cuenta Martín
dio activo de los no por eso
tallere.s, Tovar y Tovar, uno de los más distin-
dejó de pensarse en
para ocupar
él guidos hispano-americanos.
artistas
el puésto de miembro de la Acade- Como en el colegio de la Paz, ejer-
mia de pintura del instituto de Bellas ció Fernández el profesorado en los
Artes de Caracas, y cooperar muy de Roscio, las señoras Guidos y Jugo,
eficazmente á su organización, presen- no bastándole el tiempo para atencler
tando luégo trabajos que figuraron en á las solicitudes múltiples que de mu-
el catálogo de las exposiciones. chos otros establecimientos se le ha-
Como Carranza, Carmelo Fernán- cían, comprometido como e.staba, ade-
dez ha sido uno de los artistas funda- más, en los trabajos de la Academia
dores de la enseñanza del arte de la militar de que era catedrático de di-
pintura en Venezuela. Hacia el año bujo.
de 18ü2, niño aún, dióle su protec- En esta academia, fundada en
ción el general José Antonio Páez, su 1831, ignorábanse por completo las no-
tío carnal, enviándole d'e la ciudad de ciones del dibujo, y así hubo Fernán-
Maracay á la de Caracas á educarle dez de apuntarlo entre las materias
bajo la inmediata inspección del se- de enseñanza y publicar con tal pro-
ñor Tomás Lander, á quien manifestó el deseo de que el joven pósito y con el beneplácito del señor Juan Manuel Cajigal,
adquiriera con otros conocimientos los del dibujo, por cuyo arte una obrita ilustrada con láminas de dibujo topográfico, que
mostraba mucha afición. Púsose á la obra Lander,
y hubo de sirvió indudablemente no sólo al conocimiento y provecho de
proporcionar á su recomendado un profesor de dibujo lla- los alumnos de la academia, sino también á la vulgarización
mado Lassabe, quien dirigía á la sazón una especie de es- de un arte cuya importancia era radical para el estudio de
cuela, donde concurrían algunos alumnos. En ella adquirió las matemáticas.
Fernandez los primeros rudimentos del arte, que más lué- Durante siete años consecutivos sirvió Fernández la aca-
go había de aprovechar en los Estados Unidos del Norte, demia, proveyendo en su empleo al gobierno de todos los di-
adonde le envió su tío á continuar sus estudios en el Co- bujos y planos que para sus empresas le eran indispensables,
legio regentado por el señor don Mariano Velásquez de la confiándole asimismo todos los proyectos relacionados con las
Cadena, en Nueva York. Fue bajo la dirección del profe- honras fúnebres del Libertador, cuando pensóse poner })or
Pinistre donde Fernández dió mayor vuelo á sus
sor italiano obra la exhumación de sus restos mortales en Santa Marta.
estudios
y ejecutó trabajos de algún provecho, los cuales, Fernández formó parte de la comisión nombrada con tal fin,
como muestra de su adelantamiento, fueron remitidos á su
y se ocupó en reproducir todos los detalles de aquella solemne
país. ceremonia. La vista y plano de la quinta de San Pedro Alejan-
Por el ano de 1827 regre.só á Colombia
y con sus ya
;
drino, lugar donde exhaló el último aliento el Libertador de
avanzados estudios de las matemáticas pudo emprender la un mundo el embarque de las veneradas cenizas en el puer-
;

carrera de ingeniero militar


y entrar á servir en la coman- to de Santa Marta, donde flotaban empavesadas naves extran-
dancia de ingenieros de Puerto Cabello, continuando al jco- jeras ensordeciendo el aire con las salvas de sus cañones las ;
pio tiempo sus estudios de fortificaciones, arquitectura civil grandes notabilidades que formaban el fúnebre cortejo la ;

y militar y otras materias anexas. partida de la nave que llevaba el sagrado dejxósito todo lo ;

En 1820, encontrándose de guarnición en la ciudad de renlizó el artista con tal verdad de .sentimiento, que el go-
Bogotá, se le encomendó dibujar una gran carta geográfica biernó satisfecho grandemente del encargo, ordenó su pui)li-
del territorio, de 7nucha importancia,
y luégo, al año si- cación.
guiente, fue destinado al estado mayor general del ejército Tornó Fernández á Bogotá por el año de 1849, donde se
de Colombia en la sección de topografía, de que era jefe ocupó nuevamente en dar lecciones particulares y en los cole-
el teniente coronel italiano Montebrune. Cinco años después gios militares de Santo Tomás y del Espíritu Santo y ocu- ;

regreso Fernández á Venezuela hacia la época en que el rrió que, á ])oco de su llegada á esta ciudad y á solicitud del
teniente coronel Codazzi emprendía sus trabajos geográficos ingeniero señor Agustín Codazzi, fue incorporado como miem-
con el fin de escribir la geografía de Venezuela. Durante bro activo de la comisión corográfica de la Nueva Granada,
CCLVIII EL ARTE EN VENEZUELA

en cuyas labores cooperó suministrando dibujos, planos, tipos dos tintes que realzan la belleza femenina de sus retratos.
de las razas pobladoras, monumentos de artes, y tantos otros Con tan poderosos elementos y al favor de la contracción
datos interesantes que aun existen en los archivos de la ca- y el esUrdio, ha podido Tovar fundir los varios caracteres de
pital. Vuelto á Venezuela, hizo rumbo á Maracaibo, donde las escuelas que ha estudiado. Así como propia, es franca su
obtuvo la cátedra de dibujo é idiomas en manera su colorido sin ser fuerte es bri-
:

el colegio del señor Pedro Bracho. llante, natural y pastoso; sus localidades
Con la disposición y amor por el arte, son armoniosas su dibujo firme
:
y correcto r

Fernández no ha podido sino consagrarle, la semejanza de sus modelos, perfecta: la


en medio de las visicitudes cambiantes de difícil fundición de las tintas de la encar-
su carrera, todos los momentos de su vida, nación, muy señaladamente de nuestras mo-
ya colaborando en los periódicos con sus renas, sin embadurnar el colorido, es jugosa
diseños originales, ya entreteniéndose en re-
y de una admirable trasparencia.
producir cuadros de nuestras costumbres, ya De
tanta contracción como aprovecha-
manoseando el pincel del retratista como miento han sido en los estudios del arte de
el lápiz del litógrafo; ya en fin producien- la pintura los hermanos Celestino
y Jeróni-
do obras de algún mérito ejecutadas al tem- mo Martínez.
ple y todo esto cuando el tiempo le daba
; Celestino, des])ués de haber adquirido
vagar en las ocupaciones ordinarias del pro- en la escuela de Lovera los elementos em-
fesorado. brionarios que podía darle, hizo viaje á
Viajó posteriormente Fernández por Eu- Europa, donde ensanchó sus conocimientos
ropa durante cuatro años, refrescando sus con el estudio de las escuelas clásicas
y ;

conocimientos con el estudio de los grandes aunque muy de ordinario nuestros pinto-
maestros. En 1876 tornó á su patria á ocu- res la toman por el lado de los retratos,
par un puésto en el ministerio de obras Martínez sin dejar de ensayar el género, se
públicas, como ingeniero científico, el cual dió al de la pintura histórica y de costum-
empleo ha desempeñado con asidua labo- bres difícil labor por cierto, cuando el ar-
;

riosidad y honradez. Organizado el insti- tistano dispone de los medios suficientes á


tuto de bellas artes de Caracas, fue nom- lograr el buen suceso. Martínez, sin embar-
brado miembro activo de la academia de go, abordó resueltamente la empresa,
y sus
pintura. esfuerzos se muestran en composiciones que,
Manso de carácter, fino en sus maneras, cortés por natura- sin llevar bautizo de originalidad, se imponen por el esmero
lezay de una modestia tan grande como sus méritos, Fer- del dibujo, la expresión del sentimiento
y el vigor del colorido.
nández ha alcanzado la respetuosa estimación de sus contem- Entre las varias composiciones de este artista, hemos visto
poráneos y la posteridad, á no dudar-
; algunas madonas de mérito, distinguién-
lo, verá en él, con sus grandes mereci- dose por la expresión propia del rubor
mientos, al artista que luchó á la conti- })udoroso de las vírgenes, y la naturali-
nua por implantar los conocimientos del dad de los bambinos iluminados de can-
arte, que tantos bienes ha derramado dor y gi'acia celestes. Martínez, además
sobre los destinos civilizadores del país. de conocer la pintura al óleo, es muy
Entre los artistas pintores de Vene- hábil en muchos otros ramos del arte
zuela descuella en los primeros térmi-
y puede asegurarse que, entre nuestros
nos Martín Tovar y Tovar. artistas, se ha distinguido como uno de
Descubrieron sus padres en él, muy los que han tentado con mayor esfuerzo
de niño, sus inclinaciones por el dibujo el noi)le espíritu que alimenta en el arte

y tomaron á empeño el que cultivase de las más -bellas conquistas del progreso
preferencia su educación este ramo de la civilización.
y
la enseñanza. Fue en el colegio de la Con
Celestino Alartínez hizo sus pri-
Paz, regentado por el señor José Ignacio meros en el dibujo su hermano
e.studios
Paz del Castillo, y bajo la dirección del Jerónimo. Más luégo cursó la clase de
profesor Carmelo Fernández donde adqui- dibujo bajo la dirección del señor Car-
rió el joven los primeros conocimientos melo Fernández en el colegio de la Paz.
de dibujo lineal y natural, dando mues- Mostraba por entonces mucha inclina-
tras sobradas de un adelantamiento que ción el joven por el estudio de la geo-
revelaba las fuerzas de aquellas natu- metría, y así hubo de aplicarse de pri-
rales disposiciones que habían de alcan- mero á este género de dibujo, por cuyo
zar más luego, con mejores y más com- aprovechamiento obtuvo con frecuencia
pletos estudios, el desenvolvimiento de los premios de laclase. Empeñado en el
facultades creadas j)ara realizar las ma- estudio de la ingeniería, cursó en la
ravillas que el arte y solamente el arte Academia de matemáticas la parte de
entraña en sus obras ideales. No se en- dibujo que con aquella se relaciona, y
JULIO MICHELENA
gañaron por tanto sus padres en conce- tomó ocasión para darle algunos ratos
bir en el joven a<lolescente los gérmenes al estudio del grabado, cuando estable-
fecundos de su organización artística, y cida })or entonces la })rimera litografía en
con amorosa instancia allanarle el camino que había de lle- Caracas, tenida por los alemanes Müller yStapler; y probó á
varle á la meta de sus deseos y aspiraciones. manifestar sus ensayos en la primera obra ilustrada que se
Terminados sus estudios en el colegio de la Paz, Tovar ])ublicó en esta ciudad, y que no fue otra que los Misterios de
trasladóse á París,' donde fue admitido como alumno en los París. Así, con ésta y otra mayor ju'áctica, adquirió Martí-
talleres del célebre i)iiitor Cogniet. Allí tomó de la escuela nez en breve tiempo el completo conocimiento del grabado
francesa el vigor del dibujo, la robu.stez del colorido y el sen- sobre ])iedra, que á la larga hubo de serle útil grandemente.
timiento propio de la expresión. No satisfecho, sin embargo, Vueltos á su país los indicados alemanes litógrafos, sin ha-
el artista con la adquisición de estos ya muy notables cono- ber trasmitido á persona alguna los procedimientos del arte
cimientos, le vino el deseo de visitar á Madrid, conocer sus que poseían, sucedió que, caído el establecimiento en manos de
museos é instruirse de la manera que en la fuerza del co- algunos jóvenes entusiastas aunque inexpertos, decayó de tal
lorido afecta á la escuela española. Discípulo de Madrazo, modo, que hubo luego á luego de hundirse en ruina lamen-
apropióse de este colorista eminente los suaves y delica- table. Fue pai’a esta época cuando los hermanos Celestino y Ge-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLIX

ronimo Martínez se impusie- nuevo procedimiento, no sin


ron la labor de revivir el arte grandes dificultades, sin em-
litográfico, apoyados en el es- bargo. Obligado estaba antes
tudio de la obra de Engel- que otra cosa á fabricar él
mann. Los resultados corres- mismo algodón pólvora, el
el
j)ondieron al esfuerzo y en lo
;
nitrato de plata, el colodión,
adelante libráronse en la nue- y otras sustancias indispensa-
va litografía, ti’abajos en gran bles á lograr en las pruebas
número de géneros diversos. toda la ¡)ureza requerida y ;

Compartía Jerónimo su á mayor abundamiento, todo


tiempo entre estas ocupaciones ello lo hacía en la ignorancia
y los estudios matemáticos que más completa de las mani-
estaba á jnmto de terminar; pulaciones de un arte del cual
y ya para el año de 1847, á nada había visto practicar an-
tiempo que su hermano Ce- teriormente.
lestino había sido llamado por Ya con la práctica de
el gobierno de la Nueva Gra- mejores experimentos adqui-
nada con el propósito de es- rió el artista de la fábrica del
tablecer en Bogotá una lito- óptico Chevalier en París un
grafía, determinóse á acompa- tren cabal de máquinas y en-
ñarle en su viaje en la espe- seres fotográficos, que le va-
CELESTINO MARTÍNEZ MANUEL SOLÓRZANO
ranza de que aquel mismo go- lieron poder establecer un ta-
bierno habíale hedió la oferta ller que abrió desde luego sus
anteriormente de darle colocación como catedrático en el cole- puertas al público, dando los más satisfactorios resultados.
gio militar, cuya apertura se disponía para el mes de enero En esa laudable labor del ¡)rogreso vivieron los hermanos
de 1848. Martínez largos años en Colombia, hasta llegada la hora en
Largo y penoso fue el viaje á Bogotá emprendido por los que era fuerza para Jerónimo regresar al suelo patrio, de.spués
hermanos Martínez; de tal suerte, que llegaron á aquella de trece años de ausencia, no sin realizar antes el establecimien-
ciudad, después con mucho, de haberse instalado el colegio en to de la fotografía y renunciar su empleo de catedrático en
que pensaba Jerónimo ser colocado; y así, muchos de los principales colegios de Bogotá,
nombrados ya los profesores, tuvo que resig- hiriendo cruel su corazón el dolor de aban-
narse y esperar ocasión favorable, que más donar una patria que había adoptado y que-
luégo se le ofreció bajo la administración ría como la suya propia.
del general López para ser nombrado cate- Ya para el año de 1861 encontrábase el
drático de dibujo en el mismo colegio. artista en Caracas ocupado en la enseñanza
Fácil es de juzgar del entusiasmo que de la fotografía, cuyas máquinas y enseres
en los bogotanos produjo la instalación de había traído consigo de Bogotá, y que sir-
la litografía de los artistas venezolanos, al vieron en mucho á la propagación del arte
ver por vez primera reproducidos por la pie- entre nosotros. Nombrado en el año de 1868
dra viñetas, tarjetas de visitas, rótulos, ¡da- ])or el colegio de ingenieros, catedrático de
nos topográficos, música, retratos y tantas y dibujo de la academia de matemáticas, per-
tantas cosas, que el tiempo faltaba para los maneció en el empleo hasta la época en que
trabajos que acudían en abundancia; así Je- estos estudios, por nuevas disposiciones, pasa-
rónimo pudo en la ocasión derivar todo el ron á cursar en la ilustre Universidad, donde
provecho que de antes habíase prometido de fue electo unánimemente para la asignatura
sus estudios del grabado, como que tocóle de la misma clase de dibujo, que de entonces
exclusivamente la ejecución de todas las obras á hoy desempeña con singular provecho para
del género que habían de librarse en el esta- los alumnos y para el país, que utiliza fruto
blecimiento. Llegó á tanto sin embargo, el de tanto beneficio.
recargo de los trabajos, que los hermanos Entregado Martínez á las ocupaciones
Martínez, para su ayuda, aleccionaron al mercantiles y á las del profesorado, entretiene
joven Ayala en los procedimientos del arte, sus ratos de ocio en la acuarella, género
CAELOS MARTEL
y que, mediante su aplicación y fáciles fa- en que descuella muy particularmente. La
cultades, pudo al fin quedar dueño en jefe academia de ingenieros de Bogotá le ha nom-
de la litografía, cuando retirados aquellos del brado socio correspondiente y en el institu-
;

establecimiento. to de bellas artes de Caracas figuró como uno de sus miem-


Como catedrático en el colegio militar de Bogotá, Jeróni- bros en la sección de dibujo y pintura.
mo enseñó el dibujo lineal y topográfico, y dió á conocer Entre los ])intores venezolanos de la escuela de Fernán-
igualmente el geométrico con aplicación del lavado y las dez debemos recordar á José Ignacio Ghaquert.
sombras. Nacido en Venezuela de padres españoles, hacia el año de
Los hermanos Martínez en Bogotá fueron infatigables en 1830, en edad temprana se despertó en él el amor por la natu-
sus investigaciones y propósitos de progreso. Instalada la li- raleza. Pensaba, cuando niño, vuelta la mirada al cielo, que
tografía en el país, anduvieron solícitos por otros caminos en la astronomía había de ser estudio socorrido de su imagina-
el designio de implantar la simiente de un arte también nue- ción, y así corrían las horas extasiado en la contemplación
vo por entonces, la fotografía. Con tal propósito hizo Celestino de las armonías que en el mundo sideral entrañan la unidad
viaje á París é inquiere allí la manera del procedimiento de infinita. Arrastrado por estas inclinaciones, hubo de optar de
los negativos en papel, que trasmite á Jerónimo cuando hubo preferencia por el estudio de las matemáticas, hasta alcanzar
regresado, y juntos emprenden ensayos que forzosamente ha- el grado de ingeniero civil.
bían de ser poco satisfactorios, dados los muy exiguos cono- Ya en conocimiento de la ciencia astronómica, no fueron
cimientos adquiridos y la ninguna práctica, necesarios á ob- sus misterios sin embargo, los que dieron camino á sus facul-
tenerlos perfectos. Así se empeñaron largamente en los expe- tades naturales, y contrariado á la continua en este linaje de es-
rimentos sin alcanzar mayores resultados, hasta que por el año tudios, vino luégo á su pensamiento el arte como una derivación
de 1856 cayó en manos de Jerónimo una obra del célebre no solamente de la belleza sideral, sino de la grandiosa obra
Le Gray que trataba nada menos que del arte de la fotogra- universal en sus mútiples manifestaciones.
fía sobre colodión. Púsose al punto al estudio, y ensayó el Por el año de 1845, y cuando Chaquert contaba catorce
CCLX EL ARTE EN VENEZUELA

años, empezó á cursar la clase de dibujo lineal y natural que Madrazo, quien le inicia en los secretos del colorido. De
las
á la sazón regentaba, en el colegio de la Paz, el teniente de muchas copias que de los cuadros maestros hizo, envió á su
ingenieros señor Carmelo Fernández. Desde luego, las dispo- patria La aparición de San Francisco, de Murillo, cuadro
que
siciones del joven se manifestaron por la rápida percepción y fue colocado en el hoy ya extinguido' convento de las Re-
la facilidad con que del uno al otro estudio avanzaba verendas monjas Carmelitas, y que pasóduégo al museo de pin-
prontamente advirtiéndose en él la contracción que á toda
;
tura de la academia de Bellas Artes.
hora ponía en la práctica de aquellos conocimientos que con Tanta vocación por el arte parecía deber dársela ex-
el arte se relacionaban, pansión en los estudios
mostrando tal insistencia serios de la pintura histó-
en este entretenimiento, rica sin embargo, Cha-
;

que con frecuencia olvi- quert hubo de tomar


daba las horas de recreo, rumbo por el lado del
para dárselas á la obser- retratista, y, cuando vuel-
vación de los fenómenos to á Venezuela, ejecutó
de la perspectiva que de algunos de no escaso mé-
una altura del edificio del rito, señalándose más por
colegio divisaba en el di- las semejanza de sus mo-
latado panorama que se delos que por la correc-
extiende del pie del Avila ción del dibujo
á las lejanas colinas de
y la na-
turalidad del colorido.
Petare. Ramón Bolet, culti-
Allí corría agrada- vó con ventaja el estu-
blemente el tiempo pro- dio del paisaje. Por úni-
bando á trasmitir al pa- ca escuela la naturaleza,
pel, con su lápiz aún no
y sin otro estímulo que
experimentado, las varia- el de su propia inspira-
das escenas del paisaje ción, al esfuerzo único
al propio tiempo que, de su voluntad trepó in-
siempre en acecho de mo- cansable la escabrosa sen-
delos del natural, en el da del arte. El no co-
mismo lugar dábase á ali- noció ciertamente ni la
mentar unos ratoncillos grandiosa majestad de
(pie frecuentaban el teja- Pousin, ni las suaves de-
do vecino y que perma- gradaciones de las tintas,
necían á su antojo allí la trasparencia luminosa
estacionados así los te-
; de los cielos de Claudio
nía de cebados y man- de Lorrain; y sin embar-
sos, á fin de poder hacer go, acertó á descubrir que
el estudio de las posicio- el alma cpie da vida á
nes y movimientos de la belleza del paisaje es
aquellos animales que pa- la fiel observancia de esa
recían convenidos en el armonía, de Qse enlace
propósito del que los aten- gradual que guarda el
día con tanto esmero. colorido en la perspecti-
Como uno de los va aérea, y que el arte
alumnos de más valer del en sus varias combina-
profesor Fernández, Cha- ciones no se limita á co-
quert fue de los primeros piar servilmente la natu-
(jue hicieron sus ensayos raleza, que es fuerza ani-
en la litografía, arte por el mar cuando es fría, que
cual hahía mostrado mu- es necesario idealizar
cho ingenio, no conocien- cuando no es bella. Com-
do, sin embargo, su pro- prender así la interpre-
cedimiento. Ocurriósele tación de la naturaleza
estampar cuatro ó seis sin caer en un realismo
copias en el papel, por exagerado, es fijar la ma-
medio del roce de las uñas JESUS EN LA CRUZ— De Arturo Michelena nera que constituye el
sobre la pizarra donde vigor y la fuerza de un
dibujaba con creyón la talento creado verdade-
mina que se proponía reproducir. De esta manera hacía gran- ramente para las obras del arte.
demente su negocio entre los compañeros, colahorando á las Entre los muchos cuadros de paisajes que dejó, nos re-
veces con sus ilustraciones en un periódico manuscrito del ferirémos al que posee el salón del Instituto de Bellas-Artes,
colegio, y procurándose siempre grandes bodoques que por las Jlsta de Anauco. Allí el cristalino río serpentea por entre
láminas sueltas le venían en cambio. los })edrejones que lo anidan, y suaves de tumbo en tumbo
Iba Chaquert progresando al impulso de su anhelo van sus aguas, como plumas de éter, cayendo en cascadas
y con-
tracción, cuando tuvo (¡ue abandonar el colegio seguir á sus bulliciosas. Siéntese el aura que embalsama aquellas sole-
y
})adres a España, donde debían fijar su residencia, no sin gran dades; los ingentes árboles se mecen cadenciosos al soplo
dolor por ])arte ilel joven, cuyo amor á su patria rayaba en de la brisa; el cielo se trasparenta en el follaje; los beju-
íanatisiuo; y al se}>ararse de ella, llevaba en su corazón todos cos enlazan en armónico desorden,
})lantas trepadoras se
y
los afectos de la juventud, todas las impresiones
y las escenas y suben á las es[>esas cúpulas, como sube la aspiración del
íntimas déla vida, que había corrido venturosa, halagado por hombre á lo infinito y agua, y cielo, y monte, aire real-
;

esos sueños de; la gloria que el arte promete á sus escogi- zados por la belleza de un colorido en que se trasparenta todo
dos como galardón de sus triunfos. el misterio, toda la majestad melancólica del paisaje.
Con medios más eficaces pudo Chaquert en España con- Debido á la generosa protección del caballero inglés se-
sagrarse al estudio de la [)intura bajo la dirección del célebre ñor Spence, pudo Bolet efectuar su viaje á Europa y per-
: : »

ELOGIO DE LAS OBRAS DE ARTURO MIGUELEÑA

he Journal

coíSirr ces maíirea de iu Science, Jl. Mictié-^p


I u aoires parmi íes nonveaut < exempts
lmérite['aient qoelqnes ügnes, mais je dais
lena a peinl ,un tnfanl nutíade, chtz de pauvres^'
|me contenier de citer les plus romarqués:
gens que visite un. médccin de campa^nc. La&« ílMichelena (enfautmalade, une visite élec-
poiniuro est un peu sombre, mais physionomie
la
' ' " ' '' "
fiiorale''-
de la niére el la figure du pelit rnalade, sont remar-
i¡u;il'lemcni irailées. L’artisie qui est un nouveac
vviiii, semble avnir do précieusi-s qiialip's.

ature
's of the Journal

h'Enfant malnde de Jlicheiena, toujouía dans la


teinte sombre, nous oirre une scéne a peú prés iden-
tique. L’enfant Le páre et la mere, sur le
e.“t cuiiché.
visage desqueis on plus vive éraotion écoutentles
iit-la

prescriptions du vieux docteur, atíendant un mot d'es-


ppir, qui los rassurera et calmera ieurs angoisses.'.
.Ces deux lableaux sont empreinle d'une émotion
sincére. C’est de la bonne poésie : la poésie de la-réa-
lité, qui nous touche. et nous émeut plus.'fortement
(pie les inl'ortunes des héros de la Gréce ou de, la'iny-

Juurimh

-,M. Michelena, dans Une visite INOUS avons


I"
I cle‘'tnrale, a monlré qu’il savait com- der.ausst une scéne de consulta-
* [loser un tableau dt que dans les ums rnalade deM. Miohelena,
íi
% un pey tristes, son colorís a de la ri- eiuTO simple, sincére et íoucbante.
t chesse. et de la variété. L iníention épi- scéne á laquelle noas assi.stons
grammatique de oelle Visne élec'arale.,
<•
jours dans nos campagnes ; il
visite d'un candidat grave á la fois et
djin’en l'aut pas davantagc á un artiste
g aimable dans une paüvre ferine d'éleo- .VGiiour produire une couvre attachante,
I teurs, me gáte un peu cette oeuvre d'im ‘-'íjau pujjlic pour étro ému. Nous parlc-
$ de.butant qui s’est d’emhlée fravé son
& ohemin et fait sa p'aoe ^•-si'ons la semaine prochainc des portraits
’ -'Jf
^Jde nos célébrité.s, medicales qui sont
/irires nombreux.
!')'
Tallma.’

rrjc lu! pivici-e ele bcaucoup une ^ *.he Journal


soénc Irés cniiuiiunanlo dans son exquiso
simplicilé eov.wwe -XEnfafit ^Mdade, cic
M.Michelena; !c typc du médccin de
oampapne est oxnuis. cheíena, attirent b-^.aucoup le
i
pubíio au-
tour d’cux la tete du vieux docteur
:
mo
revient peu j mais quelle'
perfecbÍDn,
quelle finessede touche dans la,
fio-uré
navrée. angoissée de la mere et
du páre
du pauvre pelit.

nature
Nücs vijiia-encore amcuc.^. fUici,Uit aB
listo élranger .M A. Micbíícna- II a renvpii of íhe Journal
de ixistesse la cliambi ettc oü soulTre son.eu-


A mo'nttonner aussi dons la salle 4 En- i

(anf'rri .taiie
'
i J^^nt rnalade (1690), exceilent tableau d<
Sgeipre, d Arturo Miohelena-
' '
2ÍÍS¿IÉ^

from i- .. ,

m ture „•

'

flie Journal „

,^¡rr "C:pív< •^'' I' •’i'.’f'í It’s iiiMeaux tloiit te suci'i'stioiii'


furioui oí foi K'iiu'iii nu ilrame <lu sujei'qu’il.iraiio. $i M. Miclieleiia expose, lui aussi, une page
la foulo s'v laissí» (iroiulr los vTais oonuaisseurs reinarquable'(1600) i'Enfanl malade. :
se
iiióilom. H me laui on oiier un eopen<íaiil, /£)//(/;)< Daiis une pauvre mansarde, cl’oü on dé-
,

W'í/iiííi' de M. Jlioluiaiia, ijui ési rcuduavo' uo sínii'-


cóuvre los toitscles maiso.ns voisines, un en-
faut d’iine clieaine d'annóes’ es.fc
^ ' '
s
nnmí fi róel, si dólioaf el uii laleiit si vrai. qH'S í«rt de
rordiiiairo. l.e lype dii móiooÍH «V ,t«f par»
S ,

*3 Assis auprés du' lit, le pére et la inéro


cottclid,
la (igure-pále, les yeux cernes par la úévre.

fiiil. ol icrrrt ivsfijrofómetii» iSaus C 01 (t!'|>»a«r


9 asü . itcouteut anxleus la parole d’un vieux doc-
I

«lítíiesi dmn'oiiM'iil ícur á figure vénérable, et .dans un ce>iu.


i

J prés dé la feuéti-«, la' petite sícur, craiutive


/'; jifl retioni s&v S-oujfte.
*'
"í ^ It y a daas 'ee tableau tout un po¿mc !ui-
.I-, 'V. maÍDg on sent chez ces pauyres ouvriers un
'AU^ . i *-a aniour'de la famiHe, qu'assurément la plu-
part-deo gens fiches ne connai'ssent pas.
á

'fro'el ;

&1 1 J.ure : . ..

I
.Lejurys'est moníré piu^ juste vis-á-
'visde M. Miólt lejiix que vis-u-'v-isí- de Journal:
p of the
i

M. iNornaanu, et ou ne saurait 'tt(y..-le


loúer d’avoif Técorh pensé comme eíia í e — En VOU3 pai’laut dés pointres étran-
méritait une superbe composition, doní gers tout a fait'réhlarquaDres, j'ai omis
on a trop peu parlé et qui aurait dd^ as- daas ma derniére Isttré-MM. Skredsvig
surer cette atenée á son auteur la pre- ot Míchelena ííui.oméqiteut-?'i)ien uno
plaee parmi les jéunes. h’E)ifant
' mentioivspéciale.
I

molade^ éntawré de sa^pauvre mere, as- PoiirqUoíiM'. MiGlréléna,a-f-il óbtemi


dem])léG und .médailLe-rde socondo
sise sur son: de-éon pére attefré, pen-
lit,
classe alors'quq le jury- úe distinguait
ché sur soa cheyet, .-de sa petite soeur . M. Skreclsvig d aucune ' récompensc.
effrayée eV, trenAlante, qui se mord le cest ce que jo nc sauráis flirc ei ce
doigtdaab un poin, et du médecin que dont jé mo soucie du reste fort peu.
cbacuu 'Consulte du regard et dont les •ce qu’il'y a de -cej'tain, c’cst que Eun
avis Sjont écoutés comme un oracle, - desenvoisde M. 5 íichelena,-£/i./j>;iit,wifl-
cause une impression profonde eí-dflu- > la-de, est Un tab!-eaij ¿omplet. l>’oufant.

lüur<iusé qaielPnn’oublieplusVIiíintep- ' étenclü daíns son lit a íexpression triste


de;t’€nfant madafle, íoterro^emai dé-son
sité du rendú égale icí -le dni áééd^exé-
regard brilJanfeí fpre snlneré trrxi.se
cution. 11 s’y p-ouve, :comríie''dansj ía
tient aii.xieuse au pied. tíii lit -ppúdsut,
Visüe ¿lector ale, du méme ártiste/mmáé- que le vie :x médesiiiefeiaíejíe raal.'Les
ecnt estraordinaire. Máis,.dans cettese- jair attitodes du péí'e et de sceuc •

conde toile, M. Micheleus'laisse percer, , gauchentent prése-nT-éc-f-tians un coin'


au railieu des méraes' quaiités,. paríais sont éíucRdee á rmnp ‘De l'air, jlyeü
" partqiu dans la con'ípositiw'
ime sécheresse désagréabie. .
;

*- J’oime
'ínoiBS l/m? dti
méme artrste íábíeaB-vide ol Seifleurem
'

honnéle.

W&

'aature :

'•'> rf 'he Journal: ^ ¿J' í-í

Apréseos trois rnéd.ulles d'lionuetn-,


Olí a applaudi les médailles et les men
Journal —d -g. ^
tións honorables..
Les succés ont étó- Jpour MM. Fourié,^
Dqucet, Michelena, Desbrossos/ Mue-
N" lógi. —
£e candida l.'pirtA. Michéleux. nier Loustaunau, Thcrner, Tanzi, Anís,
\ oici ün petit t-ableau parfait de toi . Ints Charpentier, et pour Mmes Rongior et
|
couleur, composition, etc. Un candidat rou-
j-'
:

I
Bilinaka. —
L’ovaíion faite -k cutte cipr- "•
b.ard en tournée, dóbite son boniment á, un niére a été un triompbc roérité.
paysan perplexe, qui s'est assismur le bórdi
|

Grand succés ausst pour.l'arraée ?ran*


de son lii, pour ceder ?on unique chaise á c-aise representée par .M. Lesur, en cos-
uní tume de dragón et M. Ardail cn lionard,
.visiteur aussi'cOssu. Le's details- de
l’humb'le i

M. Verlet, prix du Salón, a eté’plasieurs


logis, éclairé par une fenétre du
fjnd. soni fois acclamé.
une mcrveille d’exécution. Ees.typcs efu pos- Bonne jouméo, eD'smnme, pour les ar«
tulan! et de rélecteur sont fort spirúiiellemeñi tistes et pour íart.
accusOs.
Une nombreuse assistanco fotait ceg
MEL.WniU. récompenses et ces hcurcux artistes,
C'était justico.
.y- — Ernest Ho.schedé,

•A sS-’-
tMÍ:
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXI

manecer en^ Inglaterra practicando la acuarella por algún ha sido por demás menguada su escuela,
tiempo. Así se explica cómo con tales estudios, sufrió su obra y escaso de cono-
cimientos en este linaje de estudios. Por mucho que sea el
ana, notoria transformación, corregida en mucho la
manera es- esfuerzo y grande
el empeño, no es posible llegar <al fiir
cogida de su dibujo, y en posesión de la amplia combinación
deseado, para ello no se cuenta con acjuellos elementos
si
del colorido. Iodo ello lo te.stifican las obras que en gran imprescindibles que en el arte sólo pueden lograrse á merced
número pintó después de su arribo al país. Otro nobilísimo de una practica asidua, basada en la observación
caballero inglés, el señor R. T. C. Middleton, ministro y discer-
en- nimiento de los rasgos de la fisonomía, en el poder de con-
tonces residente de la Gran Bretaña en Caracas, prodigó
á Bolet centración, en la trasparencia del colorido
sn benevolencia, proporcionándole trabajos que retril)uía y la naturalidad
lar- de las formas, en la expresión propia del carácter, en la inter-
gamente. ue Middleton para Bolet lo que Lord Howden,
I
pretación, en fin, concreta que comporta la ¡)intura de la figura
embajador de Inglaterra en IMadrid, fue j)ara el pintor Bande. humana.
Ambos protegieron el arte, y estimularon
y dieron á conocer Lastima da (pie Mancó, con .sus buenas disiiosiciones, no
los artistas.
ha^’a podido, darlas útil aplicación, trasladarse á Euro-
[)ai'a
José Manuel Manco corresponde, como artista pintor á pa^ como lo lian hecho otros artistas nacionales,
la escuela de Carranza. Pi'ofesor desde hace algún ticanpo y adquirir
allí lo que le taita para dar á su obra todo el valor á
de la Academia de dibujo
y pintura, lo es taml)iéu de mu- (lue aspira su voluntad y deseo por alcanzarlo. Esto no obs-
chos establecimientos particulaivs de educación;
así es que, tante, |»ro luce a voces el artista trabajos que merecen crédito,
muy de tarde en tarde, y cuando las labores del profesorado
y (jue determinan liien la medida de sus facultades para rea-
se lo permiten, ocupase en pintar
retratos, muy especialmen- lizar mejores obras,
te conocidos por la semojaiiza en
si la práctica do estudios más completos no
sus modelos. En e.ste gé- le faltara.
nero del arte. Manco, no obstante su conti’acción
y facilidades Nace el hombre con la facultad intuitiva ([ue le arra.s-
naturales, no ha podido derivar mayor
provecho, como que tra hacia su destino, no obstante el sesgo que por ojme.sto

34
CCLXII EL ARTE EN VENEZUELA

rumbo haya de dársele á sus inclinaciones; mayormente si joven, que traslucía ya en su obra el esfuerzo persistente de sus
esa facultad se destina para la obra del arte, porque entonces aspiraciones.
ella impera bajo el doble poder de la imaginación y del La observación y el estudio de los buenos maestros se
sentimiento que crean en la forma sensible la belleza, que manifestaron luégo en los primeros cuadros que expuso en
es reflejo de Dios y aspiración constante del alma á lo in- los salones del Palacio de la Industria, en el año de 1878.
finito. Organizaciones privilegiadas de esta suerte fueron Ro- Pasó después á Italia á instruirse en los secretos de sus
busti, llamado el Tintorero, por el empleo que de muy jo- escuelas, y en las exposiciones de Roma lucieron sus prime-
ven le señaló su pa- ros trabajos.
dre, abandonándolo Circunstancias
luégo para lucir co- lamentables que pu-
mo una de las más sieron estorbo á su es-
grandes ilustraciones tada en Europa, le
de la pintura en la obligaron, á su pesar,
italiana.AndreaVan- á regresar al suelo
nucci, que alcanzó ])atrioen 1879, cuan-
igualmente fama y do más le sonreía el
nombradla después halago de su aprove-
de haber repudiado el chamiento, bebiendo
oficio de .sastre á que en las fuentes puras
se le destinaba, de é inagotables del arte
donde toma el sobre- clásico en la Roma
nombre del Sarto. moderna.
Rembrandt, hijo de De los estudios
un labriego, trueca hechos, faltóle á su
el arado por los }>in- llegada demostrar to-
celes para ser la más do el provecho alcan-
brillante gloria de la zado en la obra seria,
escuela holandesa; y consideración habida
Rubens, hijo de un á la absoluta caren-
magistrado eminen- cia de los trabajos que,
te, desdeña los estu- en este sentido, puede
dios de la carrera pa- sólo hacer necesario
ra darse todo á enno- al par que el hábito,
blecer su patria con el buen gusto y el
sus obras inmortales, amor por las obras
siendo el maestro del arte así hubo de
;

creador de la escuela limitarse el artista á


flamenca. lo único que por de
Así el joven He- pronto podía dar en-
rrera, nacido de una tretenimiento ásu pin-
familia ilustre y aco- cel, poniendo por obra
modada, lejos de con- uno que otro retrato,
sagrarse á las ocupa- más por deseo de
el
ciones á que estaba evidenciar su habili-
destinado, con incli- dad, que por lo exi-
nación marcada por guo del provecho que
el arte, emprende sus de ello pudiera de-
estudios de dibujo á rivar.
la edad de trece años lUfflAl verdadero ta-
en la academia de Ca- lento y á la franca ins-
racas, dirigida por piración suele acom-
Martín Tovar y To- pañar providente la
var en 1869. !
protección de esos Me-
Rápidos fueron LA^CARIDAD — De Arturo Michelena cenas que, á manera
los adelantos del jo- de León X, sustentan
ven, mostrando desde las creaciones del que
el comienzo facilidad que, muy en breve, ensayó la pin-
tal ha de engrandecer su época y su nombre ;
así el coloso de las gi-
tura al óleo,haciendo copias que descubrieron desde luego gantes concepciones del Vaticano en Roma, Miguel Angel. Así
todo el germen de un talento que había de ser muy fecundo monseñor Ponte, arzobispo de Caracas y amigo tan antiguo
al desarrollarse. como cordial de la familia Herrera, lleno de interés por el
A{)artado Tovar de la dirección de la academia. Herrera joven adolescente, descubre en él, el primero, aquellas dis-
se .separó igualmente y continuó su práctica en el taller de posiciones y aquel amor que por el arte y por encima de
Cañizares, pintor español que á la sazón residía en Caracas. todo se manifestaban poderosos; y por ello estimulóle de conti-
Llegado al conocimiento del presidente de la república que el nuo en el estudio, y halagóle en la esperanza de esos sueños que
joven Herrera, por sus ya notorias disposiciones prometía gran- sólo elarte puede realizar.
des esperanzas para el arte patrio, le favoreció enviándole á El interés ajeno y el propio gusto del digno prelado
Euro})a con el fin de continuar sus estudios y lograr la perfec- dieron margen á pensar, vuelto el artista de Roma, en darle
ción á que aspiraba. útil entretenimiento, adoptando planes para el embellecimiento
A tiempo de su llegada á Europa, encontrábase Tovar de la iglesia metropolitana, que al punto somete á la con-
en París, y natural era, como lo hizo, dirigirse al taller de sideración del Capítulo; si bien para la realización de su
su })i'imer maestro y seguir allí el curso de los estudios que benéfico propósito, dificultades hubo de parte del respetable
de antes había con él empezado. Tovar, desde luego, indu- cuerpo, y á mucho esfuerzo logróse al fin votar una pequeña
jo al alumno á que copiase á seguida algunos cuadros del suma para atender al pago del presupuesto hecho para la
museo del Luxemburgo; y entre los museos y el taller com- ornamentación del presbiterio. Esto, no obstante, monseñor
partía el tiempo sin dar vagar al propósito anhelante del Ponte, vista la insuficiencia de los recursos obtenidos, bon-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXIII

Michelena

Arturo

De

PENTESILEA—
CCLXIV EL ARTE EN VENEZUELA

Miclielena

Arturo

De

CARA!

VUELVAN
POR RAMON DE LA PLAZA V LA ASOCIACION CCLXV

i-

If-L- ^
Tovar

y
%
Tovar

De

AYACUCHO

Wf-g*' •

íl V
CCLXVI EL ARTE EN VENEZUELA

dadosamente de su propio peculio suple la diferencia de aquel ra, “El Ticiano merece ser servido por César.” Tiempos
gasto en que le cupo la mayor parte. aquellos en que surgieron Rafael, Perugino, Vinci, Miguel An-
Dispuestas asi las cosas, partió Herrera para Roma con gel, apóstoles creyentes que buscaron con ahinco la más
el encargo de pintar los grandes cuadros que habían de orna-
pura
expresión de las visiones místicas, guiados únicamente por la
-

mentar el presbiterio de la Metropolitana, de esta manera: inspiración, por la conciencia; estableciendo así por encima de
para la superficie del tecbo-raso La Asunción,
y para los todas las miserias humanas, la independencia del corazón la y
lados laterales La Fe, La Esperanza La Caridad. Cerca emancipación de
y la inteligencia.
de dos años permaneció el artista en Roma en la ejecución Estas breves reflexiones nos las ha sugerido el cuadro de
del encargo que se le había confiado, aprovechando la oca- la Fe del joven Herrera. Artista de verdadera vocación, pa-
sión al propio tiempo para ex-
rece haber nutrido su espíritu
poner nuevamente sus trabajos en esos modelos inmortales de
en aquella ciudad.
los Renacimiento;
artistas del
La obrade Herrera nos
revela las múltiples facultades y con vuelo de su talento
el
elástico y creador, alcanzado la
de su talento y el entusiasmo
expresión y el colorido propios
y amor que acrecen en el artis- de aquellos tiempos. Una mu-
ta el poder de darlas mayor
jer bella, puramente humana,
vuelo. En el cuadro de La como son las virtudes, se des-
Asunción, nos viene sin que-
taca sobre el trono inconmo-
rerlo una reminiscencia de la
vible de la Fe, rodeada de gra-
última manera de Murillo: la
grupos prosternados ante
ciosos
gracia de la composición, la
la que espande sobre las
luz
naturalidad en el movimiento
almas las dulces emociones de
de las figuras, la amplitud en
un éxtasis beatífico. La com-
el modelado de las cabezas, la
posición es feliz, verdad mu-
nobleza del dibujo siempre vi-
cha hay en las actitudes, sim-
goroso, la suavidad del colori-
plicidad y nobleza en el estilo,
do, la energía de la expresión
amplitud sobrada en la ejecu-
y la difícil manera de estable- ción, y el encanto de un colo-
cer los contrastes, no por la
rido que se impone, á manera
oposición fuei'te del colorido,
del de Tiépolo, por los efectos
sino por la agrupación de lí-
suaves y radiantes de la com-
neas magistrales y las degra-
binación armónica de las tin-
daciones suaves de la luz, todo
tas débiles y oscuras, con las
concurre de un modo armónico
más claras, brillantes y traspa-
a que se destaque espléndida la
rentes.
casta madona, coronada por los
Herrera ha pintado tam-
esplendores que envuelven al
biéndos cuadros para el bau-
Eterno Padre, y sostenida en
tisterio del templo de Nuestra
la atmósfera trasparente por la
Señora de Altagracia. Bellísi-
gracia aérea de los ángeles que
mas composiciones ambas; La
la arrullan en ágil revoloteo.
Inmaculada Concepción y el
Si el arte de la pintura
Bautizo del ¡Salvador, encomen-
entraña el projAsito de elevar
dadas al artista por el cura pá-
el alma por la dignidad de la
rroco, doctor Críspulo Uzcá-
idea y del sentimiento en los
tegui, sacerdote muy digno de
objetos reproducidos, dirigién-
elogio, por el interés y con-
dose más señaladamente al es-
tracción que guarda por la
píritu que á los sentidos, nada
grandeza del culto, en el em-
más favorable á este noble de- bellecimiento del templo y sus
signio, que el dar de preferen-
necesidades. Pudieran otros se-
cia á las labores del ingenio
guir con la muy loable inicia-
las creaciones del arte sagrado, en cuya fuente bebe peren- tiva del ilustrado prelado que encabeza nuestra iglesia, el
ne la inspiración, entre los esplendores de la luz que irra- ejemplo del padre Uzcátegui, que así quedarían remediados
dia en lo infinito las aspiraciones que confortan
y satisfacen en sus males otros templos, desprovistos como están del atractivo
el alma.
poderoso de la pintura, que instruye deleitando el esj)íritu en la
No de otra manera lo comprendieron aquellos artistas mística historia de nuestra Redención.
piadosos como Era Angélico, recluidos en la austeridad sombría Cuando el arte predomina como asjúración del sentimien-
de los clau.stros, en íntima comunión con los divinos mode- to creador, fuerza es que el espíritu viva constante en el amor de
los que inspiraron sus obiüs. Para ellos la atmósfera del la naturaleza, y en la fe que nutre la inteligencia
arte y su destino no era el deseo de la fortuna, ni el an- y confía en los
resultados del esfuerzo. No es fructuosa espontáneamente la vo-
helo del buen éxito que la sustenta. Embebidos en la fe cación sin el auxilio de tan poderoso medio, pues como ha dicho
ardorosa de sus creencias, no hacían sino obedecer ciega- acertadamente Bacon, “es necesario que el que aprenda crea.”
mente a los impulsos de su vocación, sin cuidarse de la re- La creencia es la base^del arte, la duda es la desconfianza, la ne-
putación, ni de la fama que en su provecho pudiera pro- gación del éxito. ' I

clamar la crítica. Tiempos singulares esos en que el artista No un terreno para dar cosecha de opi-
basta la feracidad á
era un creyente que abarcaba el ideal en toda su f)lenitud mo fruto, si á ello no contribuye el cuidado y asiduidad del culti-
,

por no haber penetrado aún en su corazón la duda, que vador, más señaladamente en las regiones del arte donde se im-
ha esterilizado luégo los fértiles campos donde crecían fe- pone el cultivo con mayor esmero. Si á la fe falta la educación
cundos los bienes es[)ii'ituales;
y de las esperanzas y del que guía y da vuelo á las facultades, los esfuerzos desfallecen
amor trocó los sueños por la ingrata realidad de la ma- enervados por el desaliento, y al fin sucumben en la atmósfera
teria.
asfixiante del abandono.
Tiempos esos en que se premiaba al artista con
felices Dotado José Antonio Salas de una oi'ganización singu-
la honra,
y suma del gran caudal era para el célebre pin- lar para
las obras del sentimiento
y de la inteligencia, bebió
tor de la escuela veneciana, aquella frase del duepre de Ferra- en los estudios clásicos la savia que vigoriza en el espíritu el
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXVII

amor por todo lo que de brande y bello entraba el pensamiento Aun tiempo si quisiera.
es ¿Quién podrá darle la constan-
humano en más altas creaciones. Naturaleza inquieta, in-
sus cia y que
la fe le faltan?

y de pronta percepción, fáciles se le abren


teligencia clara Pedro Emilio Rodríguez Flegel, entretenido en los estu-
los caminos para dar, á su antojo, rumbo á las ideas que dios de la pintura en París, ha vuelto á la patria después
brotan de suyo á manera de raudal abundante de puras y de largos años de ausencia. Con amor pt>r el arte, y los
cristalinas aguas. Rico de imaginación y pródigo de senti- buenos maestros en cuyos ha podido insijirarse en
talleres
miento, optó por el arte de la pintura, como válvula nece- el e.stilo de las escuelas, su obra nos anuncia el diVjujante
saria al desahogo del fuego comprimido de sus aspiraciones. bastante corrrecto, que se preocupa un tanto de la e.scue-
A tiempo que cursaba sus estudios, comprendió luégo que los la impresionista para no determinar en su manera la lim-
elementos más esenciales de pieza luminosa de las tintas,
la enseñanza faltábanle pa- privando [)or ello la traspa-
ra dar base sólida á sus co- rencia al colorido.
nocimentos, y así interpúso- Pocas son obras que
las
se el desaliento entre su an- hemos visto del para
artista
helante deseo y la inefica- poder hacer una apreciación
cia de los medios para rea- justa de su mérito. Dado
lizarlo. á las vacilaciones en que ha
Esto no obstante, con- caído la escuela francesa con
tinuó en la práctica del arte, motivo de las tendencias es-
hasta llegada la ocasión en téticas del impresionismo. Ro-
que le vino en mientes aban- dríguez, de carácter im^uieto,
donar los pinceles para em- ha querido amalgamar en cier-
prender nuevos estudios de to modo
sus ideas con las abe-
la fotografía, en cuyo entre- rraciones de los revoluciona-
tenimiento daba expansión rios, buscando siempre en su
á las tendencias imperiosas camino la verdad de la belleza
de su temperamento artís- plástica. Si á esto agregamos
tico; y unido al pintor To- que Bonat ha sido su último
var, dió pie con sus labores maestro, el encubierto apóstol
á un establecimiento del gé- del racionalismo, mucho ha
nero, ofreciendo al público de haber en la obra del artista
obras que se recomendaban venezolano que traicione la
por la excelencia del proce- infiuencia de los modelos que
dimiento, á par que por la ha estudiado. Con base sólida
armonía de las sombras, la en el dibujo, sin embargo, sus
nitidez de los rasgos, la na- buenas disposiciones y con-
turalidad de las posiciones tracción sobrada por el estu-
y ese prestigio que guarda, dio, que en el artista predomi-
aun en la fotografía, el buen nan, al fin despejadas sus ideas
gusto y delicadeza del ar- de esas preocupaciones enfer-
tista. mizas, llegará, no lo dudamos,
Así marcharon juntos al punto objetivo de sus as-
por algún tiempo, hasta que piraciones.
obligado Tovar á trasladarse Pedro J. Jáuregui, alum-
á Europa en cumplimiento no de la academia de Caracas,
de un encargo que le había es uno de los jóvenes que fue-
sido hecho por el gobierno, ron á Europa con el fin de se-
quedó entonces Salas como guir sus estudios de la pintura,
dueño único del estableci- subvencionado por el gobier-
miento, y la Fotografía Ar- no. Con muy señaladas apti-
tística, de esa época para acá, tudes para el arte, supo apro-
se ha mantenido con el mismo crédito que de antes, frecuen- vecharse de las ventajas que en la práctica proporciona
tando sus salones la parte más escogida y culta de esta sociedad. el estudio de los buenos maestros; y aunque breve fue
No por ello se crea, sin embargo, que las aspiraciones del ar- su permanencia en la escuela extranjei’a, limitándose por
tista están de un todo sati.sfechas. Sus frecuentes viajes á Euro- ello su aprendizaje, vuelto al suelo patrio, ha logrado al-
pa, en cuyos museos ha examinado con empeño las obras de los canzar ventajosamente crédito en las obras que ha em-
grandes maestros de la pintura, han hecho crecer de punto su prendido.
entusiasmo, si bien por otra parte le han valido poner á su des- Jáuregui es uno de los artistas que modestamente, aunque
confianza mayor miedo. con brillo, han contribuido con sus cuadros á la decoración de la
Comprender la verdad estética y poseer los medios de bóveda del presbiterio en la basílica de Santa Ana.
producir la obra de la belleza sin la energía de esa labor Jacinto Inciarte, como Jáuregui, hizo viaje á Europa. No
que lucha y triunfa de las dificultades; poner miras en los conocemos de este artista sino trabajos de ornamentación,
resultados, dando por impotentes anticipadamente los esfuer-
y algunos estudios ligeros de costumbres. Sin embargo, pa-
zos; desmayar por último cuando aun hay poder bastante ra poder juzgar de su obra, es necesario ver en el salón de
para levantar la fe postrada en la languidez del abandono, Bellas Artes un cuadro que representa unos búfalos pas-
hé aquí lo que dolorosamente á Salas ocurre, en detrimen- tando en la campiña romana, y que envió de Roma á
to de su verdadera vocación, tiempo de sus estudios; siendo muy notable la diferencia
y del arte patrio en cuyo se-
no escasean los que, con iguales facultades, pueden abordar que se advierte entre sus otras obras y este cuadro, en
una carrera de cuyos bienes tanto ha menester la civilización que juega la luz y el colorido en varia manera, como
del país. para dar al paisaje todo el prestigio de la belleza que se
Vive, Salas en la inacción para la pintura, y ocúpase
pue.s. impone, además, por la corrección del dibujo y el e.studio de
en á manera de entretenimiento, guardando siem-
la fotografía la perspectiva.
pre un fervoroso culto por el arto, en cuyos horizontes ve perdi- Manuel Otero ha sido en pintura decorativa el adivino
do el punto que le señalaron como accesible su corazón del arte, cuya intuición descubre, en sus propias combinacio-
y su in-
teligencia. nes, todo el poder y la fuerza. Sin estudios que seguir, sin
CCLXVIII EL ARTE EN VENEZUELA
maestios ni modelos Cjue imitar, sin estímulo, sin nada,
en Hernández ha vivido constante en la práctica de esos es-
fin,de lo que esencialmente puede contribuir á alimentar
y decisión inquebrantable haciendo á un la-
fortalecer las facultades de un artista, la obra de
Otero entraña 1 T?®” y
do las dificultades que á toda hora se
han levantado como
sin embargo, toda la luz del brillante que
la riqueza pródiga muros para estorbo de sus deseos, él continúa tranquilo
abandona en un rincón del hogar. la
senda que le ha abierto su vocación, no sin
Otero es un artista inteligente; sentir la pena
y estudioso y contraído co- que el aesden por sus obras puso amargamente en
mo se muestra por llegar al verdadero conocimiento del arte, al su co-
razón. Nadar y nadar siempre en el inmenso piélago del
fin ha de lograr su empeño en jirovecbo propio
y en utilidad y alte, sin dar tregua á las fatigas sino
.sobre las escarpadas
honra del país.
rocas de los arrecifes,
Manuel González, muy de joven y viendo lejos, allá muy lejos, el puer-
y con una facilidad to de descanso
sorprendente penetró en y de salvación, es esta la ingrata suerte
el santuario de la más pura de que ha tocado a Hernández en cambio de los
las artes, la escultura. sacrificios
liechos, de la constancia con que ha
En la obra pictórica hay perseverado y del amor
faces
que pueden
distintas que no ha sido parte á entibiar el desaliento de los
scpíirtuiaDieiitG CcUisar luiGstra cidniiración. desen-
cuadro de Ra- Un gaños.
fael [)uede inostrar debilidad de colorido
y tener por oti’a De cuadros hechos por el artista, tuvimos ocasión
los
parte su razón de^ ser, toda vez que nos atrae por
el ino'e- presentado en un concur.so de pintura. La des-
nio de la composición, la gracia de su manera j
y la ina- pedida de un recluta, el cual por su superioridad alcanzó pre-
gia de su dibujo. En la escultura no hay esos términos mio de primera clase.
de elección. Sin la severidad de las formas, sin la
inireza
de las líneas, sin la morbidez del modelado, nada
puede
salvar la obra del escultor, que debe en todas
y cada una
de sus partes, acusar plenamente la belleza del ideal.
Terre-
no peligroso del arte, en donde es fuerza luchar tiara
cer ó morir.
ven- s E O- XJ isr ID .A. FAUTE
Es desde este punto de
vista de donde nos sorprenden los
trabajos de González. Talento inculto, sin estudio del dibujo
é ignorante de los más comunes procedimientos
Anuncia la pintura en Venezuela tan simpáticos ras-
de la plás- gos de ingenio y se han ofrecido al público tan
tica, aborda sin embargo la obra seria excelentes
con la gubia por ins- muestras de este sublime arte, que la Asociación
trumento, y por escuela su propia disposición. Así no pue-
y todo, de menos de dedicar á sus felices cultivadores
y sin que en manera alguna pretendamos apuntar como tos y aplausos á millares.
férvidos vo-
acabadas y períectas las obras del artista, revélanse en
todo lo qjie hubieran podido ser, si más dócil
ellas No contemos ese espontáneo impulso que guía al niño
^y con me- a trazar figuras en las paredes, ni preguntemos
jor enseñanza, la perfección que tanto se impone en la qué fuerza
misteriosa suministró al rudo campesino colores
escultura no le hubiera faltado. y semblan-
zas y perspectiva para copiar un paisaje natural ó imagi-
dallar sobre la utadera bruta, como lo hacía
González nado. lodo esto es una esperanza, pero en esperanza iiue-
la vida, el movimiento, la expresión, la belleza
del cuerpj de quedarse.
huiiiailOj es labor cuya iinportancia puede
sólo medirse ]>or Rememoremos
las dificultades que hay que vencer para nosotros los nombres de nuestros ya ilus-
lograrla. La pre- tres pintores,
tensión era loable, y en cierto modo la alcanzaba y tracemos, siquiera sea con indocta pluma, el
en par- cuadro de^ las^ obras que han merecido la admiración
te. La escultura no es dama que prodiga sus favores sino general.
Martín Tovar y Tovar, después de sus primeros
íi esas naturalezas fuertes é intrépidas cuyos estu-
pulmones as- dios aquí, bajo la^ dirección del maestro Antonio
piran_ bien la atinósfera de las grandes José Ca-
dificultades de sus rranza, se trasladó á Europa, revisó las escuelas
creaciones. González no tenía sino la disposición en boga,
faltóle el estudio
y el amor cultivo todos los ramos con éxito creciente
hasta formarse
y el propósito de adquirirlo. Murió muy un gusto jmqpio, y ha terminado por la pintura histórica,
joven, y acaso cuando ya convencido, se disponía
á diri- la mas difícil de todas las que pueden
gir un camino mas amplio sus notorias aptitudes.
])or^ conquistarla °Uoria
del arte.
Existe en la ciudad de Caracas, camino de la
Tri- Sus cuadros dee.ste género son acabados por la
nidad, y daiulo frente al coposo samán que orilla
el puente
com-
posición, dibujo y el colorido. Trata lo grandioso con
el
una choza riente,
abierta al lujoso panorama de la vege- majestad, y así los personajes como los objetos,
tación que la circunda. Vive en ella un artista árboles, lu-
dado á la ces, cielo, armas, caballos, combates
coiitemplacion de la naturaleza y accesorios, todo vi-
y al trabajo no interrum- ve, todo ofrece una ilusión que domina
v seduce con
pido de las obras que le dan satisfacción, aunque la
escaso realidad.
medro.
El Acta del 5 de julio, La Batalla de Carabobo
La historia
de ese artista, que no es otro que el muy y al-
gunos otros cuadros son obras excelentes, de un
mérito incon-
honrado y laborioso Néstor F. Hernández, es la de esos
sé- testable.
res contrariados en su destino,
y que por encima de la mi.s- Debese a la iniciativa histórica de Tovar
ma fatalidad marchan en pos de una visión que los ha- msultado más grande que sus obras mismas,
y Tovar un
y de un })orvenir que nunca llega. fluencia que han ejercido en el amor al arte
y es la in-
Contrariado abiertamente por su padre en sus inclina- y en el acre-
centamiento ^del entusiasmo publico por las glorias patrias.
ciones por la pintura, tuvo el joven Hernández
que apelar Martín Tovar y Tovar puede descansar ahora en su
al estudio clandestino, haciendo valer sus
deseos con el {iro- seguro de que su nombre no se borrará
íesor Canaliza, pai'a (pie le admitiera como f
alumno en la del ,
libio de oro en (jue la Asociación venezolana de lite-
Academia de dibujo. No bien había trascurrido algún tiem-
atina, ciencias
po en este ajuendizaje, cuando cierto día le soiqirendió
1
y bellas artes, inscribe hov á los grande.s
el artistas.
padre, y nuevas amenazas
y ¡irohibiciones le obligaron, á Arturo Michelena ha exhibido varios cuadros, entre ellos
su pesai a abandonar un estudio cpie había emprendido
,
el de La Miseria, que el público ha di.stinguido con sus
con tanta contracción
y á despecho de tantas dificultades. simpatías. A la verdad, en ese cuadro, Michelena se
Esto ocurría el ano de 1849, é[ioca en cpie Hernán- ostenta su-
perior a todo como dibujante. Los efectos de luz que
(leLoptó por la carrera militar, hasta llegado el de 03 cuando se observan
en esta obra .son .sorprendentes .se creería asistir á una
dejo el servicio, para pensar nuevamente en el :
e.scena
arte, y dar- real. Según nuestro esca.so entender, el autor toma la mi-
se exclusivamente á su estudio. Fue en el taller del pin- seria antes de llegar al estado repugnante
tor Martín Tovar (londe adquirió su de los harajios.
mejor y más comiileto iodavía tiene un lecho
conocimiento del dibujo y trajes y espejo jiero la mi.sera-
y el modelado, valiéndole en lo ade- ble \íctima de la tisis, no puede abandonar la
;

hinte el poder ensayar ya obras cpie reconocen estancia; la


la sutierior enícrmedad ha (levorado sus juveniles atractivos v aquellos
eficacia de aquella acertada enseñanza.
objetos son sus últimos recursos. A la puerta asoma solí-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXIX

LA GOTA DE ROCIO. — Por A. Herrera Toro

35
CCLXX EL ARTE EN VENEZUELA

cita la caridad, bajo la figura de una joven que llega


tal ción nuestra, puede comprobarse con un ejemplo de la
vez sin ser esperada y se esparce el consuelo como una nue- ar-
quitectura, por esa lógica
va luz. El argumento es sencillo, está representado con pro- y fraternal relación que guardan
entre sí todas las bellas artes.
piedad y dibujado con un pincel que se revela omnipotente.
Nada más admirable que los dinteles perfectamente ho-
Por esta obra mereció su autor en París, mención honorífica en rizontales que en vez de arcos levanta el arquitecto en
concurso con otras muchas de célebres artistas. las
consti ucciones de estilo grandioso. Enormes pesos gravitan
Cuatro lienzos más fueron exhibidos por el inismo autor, sobre e.sos dinteles en el vacío
en las fiestas del centenario de Sucre, que nos ceñiremos á ;
ninguna fuerza extraña los
sostiene y, sin embargo, el edificio perdura. ¿ Cuál es, pues,
nombrar en obsequio de la brevedad y que se llaman Pen- ;

esa fuerza invisible? Esa fuerza es el equilibrio de cada una


tesilea ó Batalla de Amazonas, El Granizo, Carlota Corday
y de las partes entre si y de todas en el conjunto, es, en una
La Vara rota. Cedemos el aplauso de estas obras á los palabra, la presión interior. Lo mismo podemos decir de
recuerdos entusiastas del público. un retrato: su expresión, su significación, su historia está
Cristóbal Rojas, arrebatado á un glorioso j)orvenir por
en pensamiento comunicado por el artista á las facciones.
el
la hoz despiadada de la muerte, coimibe el I^iirfjütovio
y nos Entre los cuadros de pintura de notable carácter, hay
deja en herencia un cuadro magistral que por sí solo basta
dos que ocupan^ puésto de señalada importancia en el tem-
para inscribir su nombre en el cielo del arte. Brillan á
plo de San José, de esta ciudad, ambos expuestos en va-
la par en esta obra el idealismo
y la materialidad reque- rias ocasiones al público, y que son la obra principal de
rida. Se ve la redención por la expiación,
y se siente que un malogrado joven que adquirió .sus conocimientos pictó-
las llamas queman como la materia radiante. Es el sím- ricos en París bajo la dirección de dos célebres maestros:
bolo del dogma establecido por el cristianismo
y expresado Carolus Durant y J. J. Laurent.
en el verdadero sentido místico de purificación del alma.
Uno de esos cuadros es la Samar itana, el otro la Con-
Hay varios lienzos más de este notabilísimo pintor, todos cepción. Su autor Julio S. Michelena.
ellos de mérito sobresaliente.
Muchos otros jovenes venezolanos hay que progresan
Antonio Herrera Toro nos ha dado una obra que el en el cultivo del arte y prometen fundadas esperanzas pa-
pueblo llama Lci Cüridad, y a fe que tiene razón. Pero no ra un porvenir no remoto. Día llegará en que merezcan
cs_ la caridad que se exhibe por la limosna, es la caridad
el aplauso público como corona del esfuerzo. Entre estos se
hija del cielo, es el amor á Dios
y á nuestros semejantes encuentra el joven Carlos Martel, que ha estudiado en Europa,
en El. Este argumento, verdadero' ideal, es difícil dé tra-
tar con la pluma, cuanto
y cuyo retrato va en esta revista.
y más con el pincel. Herrera
Toro arrostra las dificultades y representa la caridad espi-
ritual con éxito sorprendente. La te y la esperanza, vir-
tudes inseparables de la primera, lucen con ella en los ros-
DIBUJO, PINTURA Y ESCULTURA
tros, en los incidentes, hasta en la luz de la estancia. El
sacerdote que bendice á la madre moribunda, ésta que yace
inmóvil en el lecho, el lecho mismo, la piadosa matrona
que recibe en sus brazos a los huérfanos, aquella luz que Durante la época de la colonia, algunos profesores veni-
y dos de España y otras partes, iniciaron en Venezuela el dibujo
se extingue en el fondo, como remedando el término de
y la pintura.
aquel hogar de dolor, todo es tierno en este cuadro é in-
funde á la vez tristeza y consuelo, tal como cumple á la
,
A principios del segundo tercio del presente siglo, fun-
divina virtud de la caridad. dó en Caracas el señor Juan Lovera la escuela de pintu-
ra, de donde salieron algunos buenos discípulos.
En cuanto al dibujo y al colorido, así en los detalles
como en el conjunto, todo está ejecutado magistralmente. En los mismos años se fundaron por el sabio Juan
El autor de ese cuadro ha cortado una palma en el bos- Manuel Cajigal, en la Academia de Matemáticas, las cla-
que sagrado de las bellas artes para exornar con ellas las ses de dibujo lineal, to{)ográfico
y lavado de planos.
glorias patrias. En 1836, la “ Sociedad amigos del país” fundó varias
Emilio .J. Mauri es un artista de buen gusto escuelas, y entre las materias de enseñanza entró el dibujo
y bri- lineal y el natural que dirigió el señor Antonio J.
llantes aptitudes. Pinta con facilidad y destreza; su paleta Carranza.
está siempre provista de colores que distribuye con acierto En 1840, la diputación provincial de Caracas creó una
pero sin parsimonia. No ama lo pálido ni 'lo o.scuro. En escuela normal de dibujo que dirigió el mismo señor An-
todo caso preferirá la lozanía del verde primaveral á la ho- tonio José Carranza
y que aumentó con la enseñanza de
ja amarillenta del otoño. la pintura al oleo
Descuella en el retrato y ha eje- y mas tarde, en 1849 y 1853, se monta-
;

cutado obras por las cuales ha merecido el aplauso o'e- ron las clases en mejor forma, apoyadas por la misma dipu-
neral. tación provincial y el gobierno nacional, continuando Ca-
Rivero Sanavria tiene vocación rranza hasta 1863 al frente de la academia de pintura, v
y trabaja con entusias-
mo. Una inclinación natural le condujo al retrato luégo^ otros maestros, tales como el general José I. Chaqúert
y nos
ha dado efigies admirables la del padre Madariaga que
:
y José Manuel Mancó.
adorna el salón del Concejo Municipal ofrece la elevación En 17 de febrero de 1873, el presidente de la república de-
y elocuencia de la estatua. cretó el establecimiento en la Universidad Central de un
E.ste ramo de la pintura que vulgarmente se aprecia museo y jardín botánico, y una sección de dibujo, grabado
por la simple facultad de reproducir la semejanza entre el y pintura é historia natural, lo cual no se llevó á cabo.
original y la copia, e.s, sin embargo, uno de los más difí- En 1874, Eloy Palacios, de Maturín, regentó en la Lmi-
ciles en el arte pictórico. Porque no se ve en el cuadro versidad Central una escuela de escultura, que duró pocos
sino una figura humana, porque carece de argumento os- meses.
tensible y nada presta á la curiosidad del espectador diva- El^ 3 de abril de 1877, se creó por el presidente de
gaciones imaginativas, se cree que la semejanza es todo, la república, el instituto nacional de Bellas Artes, cuyo
y di-
el publico se contenta con decir ;
“ Está ^uuy parecido.” rector lo fue el señor Ramón Lorenzo de la Plaza, 'amioo
No^ es así en esa figura hay un pensamiento decidido de las bellas artes.
;
y con él la
estética. Esa frente piensa, esos ojos miran, esa actitud re- En 1886 y 1887, se establecieron en Caracas las escue-
vela una intención en armonía con la virtud saliente de lasde piano y canto por cuenta de la nación.
la individualidad reproducida. Precisamente porque no hay El 4 de agosto de 1887, se organizó definitivamente la
argumento, el pintor se ve obligado á crearlo en las faccio- academia de bellas artes con las clases siguientes: dibujo,
nes liumanas, sin adulterar la verdad. Los detalles de un pintura, escultura, arquitectura, piano, solfeo, canto, músi-
paisaje, por ejemplo, complementan la idea del autor.
En ca en general y declamación.
el retnito todo debe decirlo el retrato
mismo.
Si, como lo deseamos, hay exactitud en
esta aprecia-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXI
DIBUJANTES, PINTORES Y ESCULTORES NOTABLES se dedicó desde muy temprana edad á la estatuaria, pro-
DE VENEZUELA duciendo entre otras obras de gran mérito, el grupo en
bronce del egregio general José Félix Riba.s, (|ue se halla
colocado en la plaza principal de La Victoria la estatua en :

Pedro de Valencia, pintor del siglo pasado.


Castillo, marmol blanco, del doctor José M*í Vargas, una del maris-
Juan Lovera, caraqueño que fundó una escuela, dejando cal Sucre
y otra de Bolívar, destinada á Colombia. Con
buenos trabajos y mejores discípulos. motivo de este último trabajo es natural
y justo poner de
Carmelo Fernández, de Guama, pintor y buen dibu- manifiesto la acogida que tuvo en Munich, donde fue va-
jante, viajó por los Estados Unidos, Europa He aquí la mejor recomendación que
y Nueva Gra- ciada la dicha estatua.
nada. Dibujó el atlas y plano de Venezuela que levantó puede hacerse de aquella hermosa obra;
Codazzi.
Pedro Lovera, hijo de Juan Lovera, se perfeccionó en Euro- ESTATUA DEL LIBERTADOR PARA CARTAGENA
pa y vive en Martinica. Pintó el palacio de las cortes en Es-
paña y ha recogido lauros en su profesión.
Celestino Martínez, buen ])intor de Caracas
y profesor dis-
Munich, : —
5 de setiembre de 1891^.. Asociación Artística de Mu-
tinguido. nich, bajo el Supremo protectorado de Su Alteza Real el
Jerónimo Martínez, de Caracas, pintor y distinguido Principe regente Luitpold de Baviera.
maestro.
Antonio José Carranza, natural de Caracas, dibujante
^
Muy estimado señor:
y pintor, muchos años profesor en varias academias é insti-
tutos de enseñanza, de donde han salido los aventajados artistas Acompañamos á la presente el voto del jurado para
modernos. escultura de^ este año con respecto á su estatua de Bolívar,
General José Ignacio Chaquert, de Caracas, ingeniero, di- enviándole á usted con este motivo nuestros parabienes con
la mayor estimación en nombre de la Dirección de la Aso-
bujante y pintor, director de las clases de dibujo natu-
ral, topográfico y de pintura muchos años. ciación Artística de Munich.
Martín Tovar y Tovar, natural de Caracas, pintor des-
El Presidente,
collante de Venezuela. Pintó parte de la galería de pró-
ceres de la patria, el gran cuadro del congreso de 1811 J. V. Max Nouvenbach.
y el de la batalla de Cai-abobo en 1821, que está en el Al señor Eloy Palacios. — Presente.
salón elíptico del palacio federal.
Néstor P. Martínez, de Caracas, buen pintor.
José Manuel Maucó, de Caracas, dibujante
Un sello. — Es fiel copia.
y pintor, maes-
tro de la juventud moderna muchas veces. El Secretario,
Pedro Emilio Rodríguez Flejel, que e,studió en Europa, Otto Juvelmanu.
buen pintor.
Ramón buen dibujante y pintor acreditado.
Bolet,
Pedro
Jáuregui, que estudió en Europa.
J.
Manuel Cruz, buen pintor y escultor. Cova acometió realizar grandes obras, lo
Rafael de la
Antonio Herrera Toro, j)intor que estudió en Euro])a, más alto en
arte, á poco de su regreso de Eu-
el difícil
afamado por varios cuadros que ha hecho. ropa, donde estudió, y de su ingenio aparecieron dos Bo-
Manuel Otero, de Caracas, gran decorador. lívares en bronce, uno ecuestre que figura en el parque
Manuel Espinal, dibujante. Central de Nueva York, y el otro pedestre colocado en la Uni-
Jacinto Inciarte, pintor y decorador. versidad de Caracas. También se tienen de este artista un
Manuel González, de Caracas, escultor de crédito. grupo de Ricaurte y Girardot, situado en la plazuela de la
Eloy Palacios, de Maturín, que estudió en Europa, buen escuela de artes y oficios de esta ciudad, algunas obras
pintor y escultor, que tuvo escuela en Caracas en 1874. en mármol y un Miranda destinado al estado del mismo
Rafael de la Cova, de Caracas, estatuario. nombre.
Cristóbal Rojas, aventajado ])intor.
Arturo Michelena, de Valencia, buen pintor, premiado en
la Exposición Universal de París en 1889
y laureado en Cara-
cas en el mismo año. TERCERA. EZA.E.TE
Doctor Diego Casañas Burguillos, dibujante en dibujo to-
pográfico.
Juan Fernández, de La Victoria, aventajado en
tura de paisajes.
la pin-
LA MUSICA
Emilio J. Mauri, notable pintor, actual director de la
academia de bellas artes, la cual ha progresado notable-
mente bajo su dirección, autor del gran retrato al óleo de Muyescasas son, por cierto, las noticias de importan-
Miranda. cia obras del arte de los indígenas de Venezuela,
.sobre las
Néstor Hernández, de Caracas, pintor paisajista siendo de preferencia aquellas que á la música se refieren
y decora- ;

dor notable. por cuanto la arquitectura, la escultura y la pintura, sin


Guillermo Gil, pintor, decorador y paisajista de nombro. haberles sido enteramente desconocidas, los monumentos de
Carlos Rivero Sanavria, retratista aventajado. esta naturaleza que les son peculiares, en su generalidad sin
Julio Michelena, pintor al óleo. mayor importancia, sólo sirven á determinar el estado em-
Solórzano, pintor al óleo. brionario en que aquellas se encontraban á tiempo de la
colujuista notándose ]>or ello las
; marcadas diferen- muy
cias do intelectualidad y cultura que entre estos pueblos
y los de Perú existen, siendo muy otras las
Méjico y el
ESTATUARIA Y ESCULTURA facultades (jue últimos mo.straron en las creaciones del
e.stos
arte, señaladamente en la pintura, la e.scultura y la ar-
(juitectura.
Además del joven González, muerto prematuramente pa- Con techa Ib de julio de 1591, se encuentra en los archi-
ra el arte,cuenta Venezuela en la actualidad dos artistas vos del Ayuntamiento de Caracas la autorización para esta-
que se han señalado por sus notables obras. blecer una contribución de cincuenta pesos, con el fin de sub-
Eloy Palacios, hijo de Maturín
y educado en Alemania, vencionar a! ¡iroíesor don Luis Ciirdenas Saavedra, que pro-
CCLXXII EL ARTE EN VENEZUELA

puso al dicho Ayuntamiento establecer una ción, son de bastante mérito y aun se ejecu-
escuela, y entre las materias de enseñanza, tan boy con frecuencia.
figura el canto llano. Por esta misma época vinieron de la
El mismo Ayuntamiento, en
8 de agosto península algunos maestros en són de edu-
de 15h3, acordó á don Juan de Arteaga car en el arte de la música á la gente aco-
treinta ]>esos anuales para la misma escuela modada. Don Franci.sco Javier Ustáriz, de
que había fundado Cárdenas Saavedra, con- familia ilustre, descuella entre los alumnos
tinuando en ella los estudios establecidos de de esa época, como uno de los más sobresa-
gramática, lectura, escritura, catecismo y can- lientes, por su aprovechamiento
y disposicio-
to. Esta cantidad de treinta pesos se libró nes favorables para abordar la carrera de ar-
sobre los productos de un navio que á la tista con buen éxito, si las preocupaciones
sazón bacía su descarga en el puerto de La de entonces no le privaran de entregar.se á
Guaira. tales estudios, sino á manera de mero en-
Enlas constituciones del Colegio Semi- tretenimiento.
nario, hechas por el doctor don Diego de Entre varias de las composiciones que
Baños y Sotomayor, obispo de ATnezuela y escribió, ha soljrevivido una Misa que forma
Caracas en 1698, se encuentra, entre otros parte del repertorio moderno, por su indisjru-
capítulos, el siguiente capítulo 89 “A cuya
:
table mérito así en la forma propia de la
hora, (á las diez) acudirá el maestro de mú- sencillez como en la espontaneidad de la
sica á dar lecciones de canto llano á los semi- idea del sentimiento que eleva
y plegaria
la
narios y demás que quisieren, gobernándo.se santa de amor y reconocimiento hasta el tro-
FEDERICO VILLENA
])orampolleta, en cuya lección ga.starán me- no de Dios.
dia hora.” Al recorrer la historia naciente del arte
El 11 de agosto de 1725 se inauguró la Real y Pontificia dn la música en Venezuela, vemos al padre don Pedro Sojo
Universidad de Santiago de León de Caracas, siendo su primer como el infatigable protector, que vive en el recogimiento
rector el doctor don Francisco Martínez de Porras; y éntrelas de los claustros, embebecido de unción divina,
y entregado
materias de enseñanza en cátedra, figura la música, cuyo pro- al fervoroso culto del arte. No como los sacerdotes de la edad
fesorado se le confió á don Francisco media que guardaban cuidadosos los
Pérez Camacho, con la asignación tesoros de las ciencias y de las ar-
anual de ciento y cincuenta peso,=;, tes para explotar exclusivos sus mis-
en esta forma ciento de las cajas
:
terios, el padre Sojo, por el contrario,
reales y cincuenta con que contri- dialanizaba en la enseñanza sus se-
buía el seminario. cretos divinos, como medio más efi-
Venezuela ensayó también de caz de comprender la grandeza de
preferencia la obra mística, como Dios y sus obras.
la más poderosa manifestación de En el propósito de fundar á sus
sus deseos y aspiraciones religiosas ; expensas en Caracas un monasterio
así esque para aquellos tiempos, el de neristas, hizo viaje á Roma en
arte sagrado asumía mayormente to- 1770,0 tiempo que ocupaba el pon-
dos los esfuerzos de la actividad in- tificado Clemente XIV. Obtenida la
telectual y producía compositores bula y de regreso á Caracas, se ocu-
que han vivido y viven aún en la pó en la construcción de la iglesia
posteridad por el recuerdo de sus
y convento conocidos con el nom-
obras. bre de San Felipe Neri.
De algunas de esas obras que Amor y mucho guardaba el pa-
guarda archivo de la catedral de
el dre Sojo por las bellas artes, muy
Caracas, se encuentran varias que señaladamente por la música; así
fueron escritas por N. Gamarra en hubo en su viaje á la ciudad santa
el siglo pasado; como también las de ampliar sus conocimientos y pen-
de José Antonio Caro de Boesi, na- sar en el establecimiento de una aca-
tural de Chacao, artista que figura demia, cuando vuelto á Caracas; á
como cantor, ejecutante en la guita- cuyo fin adquirió no .solamente un
rra y compositor de fáciles faculta- buen archivo de la música clásica,
des. Para entonces no existían en sino también textos de enseñanza,
el país los instrumentos de viento instrumentos de cuerdas y los pri-
y así es que la instrumentación de meros de viento que se conocieron
las composiciones de este artista era en el país. Valióse el padre Sojo
pai’a cuerdas, conservándose de és- de la ocasión para llevará buen tér-
tas, tres misas para dos, tres y cuatro mino su pro\’ecto, de poner la direc-
voces, un oficio de difiintos y una ción de la academia en manos de
infinidad de motetes. En todas ellas Juan Manuel Olivares, que á esfuer-
se trasluce la fuerza de la concep- zos propios había logrado alguna su-
MARÍA B. DE LAS CASAS
ción, debilitada por la insuficiencia perioridad en el manejo del piano, el
de los medios de que disponía en violín y la composición.
su instrumentación para darle for- Fueron tan felices los primeros
ma vigorosa al pensamiento. ensayos de Olivares dirigidos por el Padre Sojo, que á poco
Iniciada la cruda guerra de nuestra independencia, Caro andar, los alumnos de la"^ academia sobresalían en el estudio,
de Boesi no tardó en cooperar activamente á los planes de daban muestras de un adelantamiento que exigía medios más
insurrección que se urdían en Caracas
y fue objeto de tal
;
eficaces en la enseñanza, para alcanzar todo el provecho que
persecución, que liubo de ponerse á salvo refugiándose en la dichos alumnos prometían. Fácil es concebir cómo el abne-
ciudad de Cumaná, donde la fatalidad le hizo caer en manos gado sacerdote, poniendo cada vez mayor empeño en su obra,
de Morales, quien le fusiló el año de 1814. coronó sus esfuerzos con los resultados obtenidos. Ya los
Contemporáneo de Caro de Boesi fue Pedro Nolasco Colón, efectos de la orquesta, hasta entonces débiles por el uso es-
artista de alguna Hombradía como compositor. Dos obras que clusivo de las cuerdas, pudieron producirse ajustados al gra-
de él .se conocen. La lloraYwn Motete á la Inmaculada Concep- do de intensidad y fuerza necesarios á la verdadera inter-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA “ASOCIACION” CCLXXIII

pretación de la música. La ciencia del arte afición por la mú.sica, un incidente singu-
tomó mayores proporciones con el estudio lar vino á contribuir ma\mrmente á su
de la armonía y el contrapunto. Las jus- de.sen volví miento. Enviados }>or el empe-
tas filarmónicas, que en la misma morada rador de Austria, vinieron á Caracas va-
delpadre Sojo se .sucedían con frecuencia, rios naturali.stas alemanes á practicar ex-
dieron pie al estímulo de los arti.stas y ploraciones científicas en estas regiones y ;

aficionados para probar sus aptitudes en como quiera que fue en la estancia del
la composición. El arte creció y se desen- padre Sojo, á inmediaciones de Chacao, don-
volvió en esa atmósfera beneficente de pro- de recibieron cordial y generosa hospitali-
pósitos nobles, de ideas .saludables, de con- dad, cuando vueltos éstos á su país, infor-
vicciones sinceras, de voluntad persistente, maron á su .soberano de los obsequios re-
de fácil y espontánea inspiración. cibidos y de la gran afición que por la
Díaz, en su obra “ El Agricultor,” al música tenía Sojo, el emperador le honró
hablar de las primeras fundaciones de café luégo con una carta muy cordial, envián-
en Venezuela, dice “ Según Codazzi, para
: dole al propio tiempo, como una muestra
el año de 1784, el presbítero don José An- de .su agradecimiento, una colección com-
tonio Mohedano, cura de Chacao, y después pleta de las mejores obras de los grandes
obispo de Guayana, recogió la semilla de maestros Mozart, Beethoven, Haydn y otros;
algunas matas de café que se encontraban un número no escaso de excelentes instru-
esparcidas en Venezuela, sin especial culti- mentos, y una buena provisión, además,
vo, fundando con ellas el primer estable- LEOPOLDO SUCRE de ricos vinos del Rhin y de Champagne.
cimiento. Al mismo tiempo tenemos datos Estos instrumentos y sobre todo la mú-
que por la misma fecha vino de la isla .sica clásica alemana, puestos al uso de los
de Martinica el e.stimable agricultor don Bartolomé Blan- discípulos de la academia, contribuyeron grandemente á
dín, trayendo la semilla con que fundó la hacienda en el su mayor adelanto y progreso. La ciencia profunda
y es-
mismo Chacao que aun conservan sus herederos, y que de píritu filo.sófico que reina en esa música, fue objeto de con-
este cafetal se proveyó el padre don Pedro Sojo, de la con- sideraciones y e.studios muy serios entre los artistas de
gregación del oratorio de San Fe- aquella época díganlo todas aque-
;

lipe Neri, establecido en el mismo llas obras inspiradas en aquellos


lugar.” ejemplos, llenas de originalidad en
“No podemos pasar adelante la manera de darle forma al pen-
sin hacerun grato recuerdo de este samiento, impregnadas de ese fon-
venerable eclesiástico, amante de do filosófico que bebieron en las
las artes, y íespecialmente de la fuentes puras de una inspiración
música, en cu}^ fomento y progre- superior.
so invirtió la mayor parte de su Al padre en
época de
Sojo, la
renta, y por cuyos esfuerzos se oyó la colonia, debe, Venezuela
pues,
resonar en nuestros templos por la los elementos que han venido des-
primera vez la completa y verda- de entonces formando la base del
dera armonía, acompañando las arte y que en la sucesión del tiem-
;

preces del sacerdote.” po las nuevas generaciones no han


“ El único músico que había hecho más que aprovecharse, sin
entonces en Caracas de algunos co- llevar más allá los estudios y estí-
nocimientos era Juan M. Olivares. mulos creados por la academia del
El padre Sojo le encargó la ense- meritorio sacerdote Sojo. Basta sa-
ñanza de varios jóvenes que reunió ber que, entrada la patria, para la
con este fin, y les llevaba á su festividad del primer aniversario
hacienda de Chacao á pasar tempo- del glorioso 19 de abril de 1810
radas en que, ayudado de Oliva- de nuestra independencia, se orga-
res, dirigía la enseñanza y fue ;
nizaron cinco orquestas que serv'ían
así como la música floreció entre en distintos lugares de la ciudad,
nosotros, tsaza, Velásquez, Juan compuesta cada una, por lo menos,
Francisco, Lino Gallardo, Juan y de treinta ejecutantes.
J. L. Landaeta, Pedro Pereira, Juan El maestro Juan Manuel Oli-
José Caro, Marcos Pompa, Mateo vares, director de la academia del
Villalobos, Bernabé Montero, An- padre Sojo, sacó, como era natural,
gel Lamas y otros que no recuer- el mejor provecho de los estudios
do, fueron los célebres artistas for- en ella emprendidos, y formó esa
mados en la academia del padre plé}vade de artistas que fundaron
Sojo, contar los muchos aficio-
.sin en sus obras el verdadero carácter
nados que concurrían á participar
y espíritu de una música nacional.
de estos días de campo, y que Olivares, como profesor, llegó á al-
también se aprovechaban del ejer- SALVADOR N. LLAMOZAS canzar grandes conocimientos en el
cicio académico. Entre unos y otros arte, los que trasmitía á sus dis-
fue descollaiite el amable y vir- cípulos con habilidad, poniendo en
tuoso Carreño, de grata memoria, que en sus composi- práctica los buenos ejemplos, y atrayéndoles con el es-
ciones ha dejado impreso su carácter sentimental religioso, tímulo poderoso de los concursos. Como compositor, dejó
y
especialmente en su Oración del Ilaerto. El Popule meas escritas algunas obras que, al parecer, han desaparecido en
de Lamas, las misas de Caro y de Velásquez, su mayor parte, por el ingrato abandono que la posteridad
y las joco-
sas composiciones de Gallardo, merecen igualmente un re- ha guardado para con estos fundadores del arte patrio ;

cuerdo. Después de la muerte del padre Sojo continuaron consérvanse, sin embargo, una que otra misa, una salve y un
las reuniones filarmónicas en la hacienda de su amigo miserere en re menor. En ellas, aunque la inspiración no
y
vecino el señor Blandín no ya de aprendices, sino de pro-
; es sostenida, hay mucho de intención en la idea, de .se-
fe.sores y diestros aficionados.” veridad en la forma y de sentimiento en la expresión.
Preparado, por los esfuerzos del padre Sojo, el gusto y De los alumnos de Olivares, descuella entre los 'prime-
CCLXXIV EL ARTE EN VENEZUELA

ros, José Angel Lamas, gran artista, de ponía en zozobra todos los corazones,
inspiración franca y verdad de sentimien- y
guiado por el piadoso instinto del suyo
to. Nacido en Caracas en los últimos propio,
concibió la idea de reunir á algu-
años del siglo pasado, revelo, muy de de sus colegas y hablarles en el pro-
iros
joven, ardiente inclinación por la mú- pósito de componer
sica, siendo entretenimientos ocurridos de y ejecutar las piezas
que fuesen necesarias {lara servir los
su natural ingenio, el ocuparse, las más
veces del tiempo, en la fabricación de
oficios del jueves
y viernes santos. No
se hicieron esperar los compañeros en la
instrumentos qne probaba á manejar, realización de aquel loable intento, pues
sacando sones y concertando frases, más todos á una se apresuraron á tomar pués-
para tenidos ])or anuncios de una preco- to en la fervorosa justa. Lamas, Carro-
cidad maravillosa, que por ligero pasa- ño y Colón fueron los escogidos para
tiempo infantil, así andaban de ajusta- llevar á término las composiciones sa-
dos y melodiosos. gradas. Ellos, al escribirlas, no pensaron
No quedó en esto su empeño, que, sino en la humilde obia impuesta como
más luego viósele aplicado al propio es- tributo á sus cristianos sentimientos ha- :

tudio con singular provecho; de tal suer- bían sido, sin embargo, insj)iradas por la
te, que, cuando Olivares hubo de traerle
divina gracia, y crearon tres obras maes-
á su lado y aleccionarle en las reglas
y tras. Carreño, La Oración del Huerto,
doctrinas del arte, á tanto llegó su sor- Colón, El Pésame á la Vmjcii,
presa y admiración por la extraordina- y Lamas,
el grandioso Popule meus.
ria intuición del joven Lamas, que ex-
Celebrados los oficios de la mañana
clamó entusiasmado, á manera del maes- del viernes santo, cuentan las crónicas
tro de Scliubert “¿Qué podré yo ense-
;
que el canónigo magistral obsequió con
ñarte que no sepas?”
un modesto ambigú á Lainas y á sus com-
Asiduo por demás se mostraba el dis- pañeros y que habiendo libado estos
cíj)ulo en el estudio de algunos instru- RAMÓN DELGADO PALACIOS ;

algunas copas del buen Jerez, tornaron


mentos, teniéndole particular ahinco al
en la tarde á la metio])olitana algo en-
fagote, al violín y al órgano, los cuales
>. .- o,
,
' tusiasmados. Dicho habían va una irarte
llego a ejecutar con alguna maestría. No era, sin embargo, del Popule meus, cuando Lamas, interrumpieirdo la orques-
la ambición del concertista la que podía halagar al artista
ta, dijo á Carreño le acompañase solo en el órgano lo que
en sus inspiraciones sentía en su cerebro el germen de las
; iba á improvisar. En efecto, el violín del artista deióse
pandes concepciones y, desde ; oir, v una melodía celeste con-
iuego, dioles su vagar y reposo
movió el auditorio que le oía
á las composiciones de carác-
sorprendido. Esta parte fue la
ter sagrado, como que eran escrita en la composición en
ellas reflejo de esa luz con que
re bemol.
ilumina Dios al hombre para
Corría el año de 1814,
divinizarlo en la interpretación
cuando, muerto Boves en Uri-
de su obra.
ca, determinaron en Caracas los
Crecía de día en día el
peninsulares celebrar con gran
número de estas composiciones, pompa sus exequias; faltaba,
sin que por ello se amenguase
sin embargo, á la capilla me-
en modo alguno el mérito que
tropolitana un oficio de difun-
á todas correspondía, que así
tos bastante solemne para la
salían por igual de su {)luma
novedad del caso. Requerido
de oro los Misereres, Graduales Lamas por la autoridad para
y Ofertorios, ungidos del bál- que ingeniase la manera de
samo incorruptible del san- remediar aquella falta, púsose
tuario.
al punto á la obra, é instru-
Lamas era el artista de las mentó para la orquesta el Pe-
ocasiones extremas. Nunca su quiem de Mozart, antes no oído
estro se mostró más vigoroso,
en nuestros templos 3' que al
que, cuando impelido á la crea- ;

ejecutarse por la ¡irimera vez,


ción de una obra en medio de
causó el brillante efecto prome-
su místico recogimiento. Fuen- tido para aquella ceremonia.
te de inspiración perenne era
Compuso, además. Lamas,
para él el templo y sus miste-
entre otras obras, una Misa
rios como que allí crecía su
;
en re á cuatro voces, varias
espíritu absorbido por las ine-
Lecciones de difindos, y un Se-
fables expansiones de una al-
pulto Domine que aun corren
ma henchida de compunción y manuscritas sin haberse publi-
agi'adecimiento.
cado.
Era la época en (pie se Lamas, de carácter tran-
celebraba la cuaresma del año quilo y e.spíritu melancólico,
de 180(1 3" las fiestas de la se- sufrió la suel te de los hombres
mana ma}^!', ])or la exigüidad
})redestinad(LS, que viven en esa
de los recursos, se disponían
atmósfera superior, ajena á las
pobres de toda solemnidad en emanaciones deletéreas que se
los templos. El desconsuelo se
TERESA C.ARREÑO
aspiran en el suelo mal sano
manifestó pronto en el ánimo de la materia. El había nacido
de las gentes acostumbradas á
la ])ompa y majpail de aijuella festividad, mn\' jiarticu-
artista y el mundo, sin com-
;

prender la grandeza de sus aspiraciones, le obligó á trillar


larmente en los días jueves
y viernes santos. e.sa .senda, en que el martirio 3^ el hambre habían de pre-
Lamas, movido á compasión por aquella desgracia que cipitarle en el abismo de la desesperación. En
ese cri.sol doñ-
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXV
de arroja la liumanidad al hombre, para hacer de él un Landaeta, como patriota, sufrió la misma infausta suerte
gigante ó un criminal, Lamas no tuvo resignación para so- de su sobrino Juan, autor del Gloria al bravo pueblo,
y de
portar la prueba, y puso fin á su existencia con el suicidio otros artistas que parecen fueron víctimas propiciatorias de
en el año de 1816. la revolución.
Otro de los artistas que más con- Juan Landaeta, como hemos dicho,
tribuyei’on á acrecer y honrar el arte era sobrino de José Luis, y como él, ar-
patrio con el estímulo de su genio y el tista de cualidades sobresalientes. Com-
ejemplo constante de sus virtudes, fue positor profundo en la obra sagrada, no
Cayetano Carreño, también alumno de lo era menos sentido
y delicado en la
la escuela del padre Sojo. Dedicado des- profana. Son testimonio de la prime-
de niño al estudio del arte, le con.sagró ra, su famosa Salve
y su Pangelingaa;
sin tregua todas sus vigilias, (jue eni- de la segunda, sus variadas piezas del
¡ileaba mayormente en el ]>rofesorado. género, y sobre todas, el himno nacio-
Tenor de voz sonora y elevado tim- nal de la república, Gloria al bravo
bre, interpretaba su propia obra con una pueblo, que sirvió de enseña en la cru-
verdad de sentimiento y una delicade- zada de nuestra independencia á las
za de estilo que revelaban en el artis- huestes libertadoras y que en verdad,
;

ta las cualidades múlti})les de su ta- en nada cede, ni en la idea, ni en el


lento y habilidad. Compositor sagrado ritmo, ni en el sentimiento épico, á la
de poderoso estro, enriqueció los archi- inmortal Marsellesa de Rouget de LTsle.
vos de la iglesia metropolitana, de la La primei’a ópera [>uesta en esce-
cual era maestro de capilla, con obras na en Caracas fue francesa; y Landae-
de un mérito sobresaliente entre otras,
; ta, que ejecutaba en el violín á mara-
un Rccpiievi escrito para orquesta á cua- villa,y poseía además el idioma fran-
tro voces, varias Misas para órgano y fue encargado de la dirección, con
cé.s,
orquesta, muchos Salmos y motetes, y la tal habilidad, que el éxito correspondió
muy notable composición La Oración á la satisfacción del público y de los ar-
del lla,erto, cuyo sentimiento religioso tistas que en ella tomaron parte en la
é inspiración sostenida se aúnan para ejecución.
elevar el pensamiento y sentir el alma CESAREO SUAREZ Landaeta fue víctima de su patrióti-
contrita con esos dolores que anuncian ca inspiración. Escribió su canto inmor-
la sangrienta epopeya del Calvario. tal en la época más cruda del año de
Compuso, además, Carreño varias canciones patrióticas, 1814, cuando los patriotas emigraban de las ciudades hu-
particularmente una de mucha celebridad, por la boga que yendo de los peligos á que se veían expuestos de continuo.
ha alcanzado durante largos año.s, y estar aun hoy considerada Landaeta, como otros, se trasladó al oriente, atravesando los
como modelo de esta clase de composiciones. campos á pie, con mil dificultades, dis-
José Francisco Velásquez fue otro de frazado y escondido las más veces. Llegó
'

los artistas que figuraron en el comienzo ;


””
por fin con Isaza y otros artistas que en
del siglo, con la superioridad notoria en la peligrosa ruta se le habían incorporado,
la ejecución de los instrumentos á la ciudad de Oumaná, donde á la sazón
y la fá-
cil concepción sentimiento delicado acampaba el ejército español comandado
y ei:i

las obras que compuso. Quedan manus- por Morales.


critos de su repertorio, que sepamos, un No tardó el jefe realista en saber la
Oficio difuntos, cuatro Misas, una Sal-
de llegada al lugar de varios artistas ])atrio-
ve, tresLamentaciones para el jueves san- tas, entre ellos, el célebre autor del Glo-
to, otra ))ara el viernes, y otra para el ria al bravo pueblo. Con tal aviso, y afec-
sábado; las antífonas O T os onmes y Tris- tando una indiferencia capaz de alejar la
tis est : dos 3íisereres, un Te Deuni, un desconfianza de aquella gente que venía
Pangelingaa, varios Ora, duales y Ofertorios en són de viajeros, urdió una trama pa-
en latín y algunos Tonos e]i castellano. ra atraparles fácilmente, y así hubo de
Compositor de bastante numen y ar- promover un baile á que fueron ellos in-
tista incansable en el estudio de la com- vitados á tocar. No bien había este comen-
posición seria, lo fue José María Hendi- zado, cuando fueron advertidos sigilosa-
ble Isaza, y que abordó la obra lírico- mente por una señora de la casa, del atroz
dramática con buen suceso. Entre las mu- designio que jrnra ellos guardaban los ene-
chas composiciones que escribió de ca- migos de querer asesinarles, una vez ter-
rácter sagrado, se distinguen por lo esi^on- minado el festín. Cada quien pensó desde
táñeo de la ins})iración y bondad de sen- luego en la manera de ponerse á salvo,
timiento, un Stabat mater, un Lnvitatorio, pero sólo le cupo la buena suerte á Isaza
dos últimas Lecciones del i)rímer noctur- abreu
y otros que ganaron el monte maliciosa-
no de un Oficio de difuntos, varias Salves mente, quedando Landaeta entre los que
y un Miserere. Se conservan, además, al- no pudieron salvarse. Fue preso y, en la
gunas canciones patrióticas, aires ligeros, como los de agui- ;

mañana siguiente, después de haberle hecho cargar "con los


naldos, y algunas piezas escritas para orquesta. cadáveres de los compañeros que á su presencia habían fusi-
Corresponde á esta misma é})oca el aventajado }>rofe- lado, le dieron muerte difamatoria, atando á sus sienes como
sor^ en la enseñanza
y hábil ejecutante en el violín, José ñí}'/ el canto heróico de la re})ública.
Luis Landaeta. Activo, entusiasta Cuando recorremos esa época luctuosa en que el arte
y perseverante, llegó á
íormar artistas que vinieron luégo á contribuir con su ejem- se hacía camino por entre abrojos, luchando con las dificul-
plo al sostenimiento del culto por el arte
y sus creaciones. tades de la guerra y preocupaciones de la ignorancia, que
Dado al estudio armonía y el contrapunto, sus dis-
de la todo ello ponía trabas á su desenvolvimiento, no ])odemos
cípulos pudieron eirsayar
y cobrar gusto {)or el arreglo de dejar de recordar á Narciso Lauro, que aprendió á hurtadi-
lascomposiciones para orquesta; y así hubo de organizar llas la música con un profesor español, é instituyó luégo una
uno de ellos, José María Montero, después del terremoto capilla con el nombre de la Faltriquera, que era el de la
ocurrido el año de 1812, la orquesta que desde entonces esquina de la casa donde se reunían los artistas. Con la
ha venido siendo la base de su creación. de Lauro, tomaron pie otras capillas dirigidas por los maes-
CCLXXVI EL ARTE EN VENEZUELA

tros Olivares, Velásquez, Carreño ventaja ejercer la enseñanza é ins-


y Dionisio Montero, organista de trumentar muchas oberturas de las
San Jacinto. óperas italianas. Compuso, además,
La familia Montero viene muy obras de concierto y algunas del
de antiguo unida á la historia del género sagrado; distinguiéndose en-
arte patrio, como una de sus más tre estas últimas, tres Misas, un
valiosas columnas; perpetuándose Miserere y un Himno al Santísimo
en la sucesión, la herencia del gus- Sacramento.
to y el amor por una carrera que, Escribió también una obra di-
auiKpie ingrata para ellos, le han dáctica, que, aunque muy sencilla,
consagrado sin embargo, todos sus
y siendo la única que de este gé-
esfuerzos y aspiraciones. nero se conocía, contribuyó eficaz-
Existió en la banda del ejér- mente para adquirir sus alumnos
cito libertador un excelente músico el conocimiento de los principios
nombrado José Ignacio Burgos, cu- más elementales del arte.
yas obras han desaparecido, que- A mediados de e.ste siglo mu-
dando de él sólo el recuerdo de rió Meserón, dejando á la posteri-
una anécdota singular. Cuando Bo- dad, en sus obras, el recuerdo del
ves desolaba con sus huestes san- interés que guardó por la música,
guinarias los campos de nuestras sustentándola con su ciencia, con
llanuras, ocurrió j>or entonces una su amor y con todo lo que había
derrota de las fuerzas patriotas don- de más sentido en su corazón, para
de se encontraba Burgos. Este, en embellecer las creaciones de su ta-
la fuga, perseguido por los llane- lento.
ros, se vió á punto de perecer, si Dejó Juan Meserón dos hijos,
no fuera por el medio ingenioso Nicanor é Ildefonso. El primero
que tuvo paj'a salvar la vida. Ar- poseía una privilegiada organiza-
mado de su bajón, cada vez que ción para la música. Manejaba
se acercaban sus enemigos les ajnrn- casi todos los instrumentos con una
taba con el instrumento; y ellos, facilidad admirable, y cantaba apo-
desconociendo esta especie de arma, yado en una voz clara, robusta y
temerosos refrenaban sus caballos y MANUEL F. AZPURUA .sonora. Se dedicó á la enseñanza,
tornaban grupa así pudo .salvarse
;
y compuso algunas obras místicas
Burgos de la persecución de los
y muchas romanzas con acompaña-
lanceros. miento de 'guitarra. Ildeíonso, músico de inteligencia como
Parece que en la aciaga guerra de nuestra independen- su hermano, se dió exclusivamente á la composición de can-
cia, estaban los artistas músicos destinados á persecución ciones ligeras, salpicadas de gracia y sentimientos singulares.
y
muchos de ellos al cadalso. Tocó á Juan Buen profe.sor de canto, violoncelo y
Meserón, entre otros, la mala suerte de contrabajo, lo fue Lino Gallardo. Com-
caer en una mazmorra y ser sentenciado positor ingenuo y de gracia ligera, escri-
a muei'te. Puesto ya en capilla el artista, bió algunas canciones patrióticas,
y sumi-
pidió una flauta para ejecutar algunas nistró á su época todo el repertorio de
melodías cuyo recuerdo debía ser el últi- l)aile. Fue, además, director de la compa-
mo que le acompañara á la tumba. Oyé- ñía 1 rico-española que vino á Caracas.
i

ronle los carceleros conmovidos por la su- La música de Gallardo descuella por la
blimidad de su canto, y se dieron priesa originalidad, la gracia y cierto sabor lo-
en participar á Morales la excelencia del cal que trasciende en todas sus composi-
flautista que iban á fusilar. Inmediata- ciones.
mente el jefe realista, imis por curiosi- PudoGallardo, con sus maneras y ta-
dad que por complacencia, le hizo com- lento, atraerse labenevolencia y simpatía
parecer á su presencia, y le ordenó eje- de todos, muy especialmente del general
cutar algo en la flauta para oirle. El pri- José Antonio Páez, que, amante del arte,
sionero lo hizo, comunicando á su instru- le dió todo su cariño yprotección.
mento todo el acento de una expresión Atanasio Bello, Manuel Peña Alba,
conmovedora á la cual no pudo re.sistir entre otros que nuestra memoria no al-
Morales, cuando en el trasporte de su canza, terminan el ciclo que llamaremos
emoción le puso en la mano algunas mo- del padre Sojo. Atanasio Bello, el sol-
nedas de oro diciéndole: “Un hombre dado arti.sta, poseía extensos conocimien-
de la habilidad de usted no debe morir. en la música, siendo el primero que
tos
Usted está en libertad y puede marchar- ensayó poner para orquesta las óperas de
se. Si usted lo desea y quiere, puedo Rossini. Consagrado á la carrera del arte,
darle colocación en la banda del ejér- tomó 'parte en toda ocasión en los con-
cito.” ciertos y funciones teatrales, componien-
FRANCISCO M. TEJERA
En efecto, el artista sufrió esta hu- do á las veces algunas piezas y ejecu-
millación, más |)oi- un sentimiento de gra- tando siempre como jnámer violín en la
titud que })or su.straerse á los peligros orquesta. Fue director de la escuela de
de nuevas persecuciones, habiendo permanecido en la banda del música fundada en Caracas por la Honorable Diputación en
ejército español por algún tiempo, basta el momento en que una el año de 184b. Privado de la vista en los últimos años de
ocasión íavorablo le íacilitó el unir.se á .sus compañeros los su vida, inactivo y pobre, consolábase oyendo en su propio
patriotas. bogar aquellas melodías que en otros tiem|)Os habían hala-
Juan IMeserón fue uno de los músicos que en Venezue- gado su espíritu, para levantarlo de la postración mortal en
la contribuyeron mas á líi propagación del arte. Con gran- que cayera en los tenebrosos y últimos días de su existencia.
des conocimientos de la teoría musical, po.seyendo al pro- Dejó algunas obras manuscritas que han corrido la
y
]iio tiempo el conocimiento de varios instrumentos, muy se- suerte de ser olvida<las, como otras de nuestro re[)ertorio
ñaladamente el de la flauta, en la cual sobre.salía, pudo con clásico.
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXVII

De la familia Velásquez, Pedro y de conjunto. Es necesario, en fin, sa-


José María, dedicáronse al estudio de ber unir á estas dificultades, todos
la música; y aunque no tuvieron en los elementos no menos im¡¡ortantes
herencia el estro del artista compo- de la historia y de la estética del arte,
sitor que á su }>adro tanto distinguía, para dar consistencia al canchas, que,
fue el primero muy señalado por su bien puede trazar la habilidad mecá-
hábil ejecución en el violoncelo; y el nica, pero en manera alguna comu-
segundo, como cantante de coro, y nicarle la vida que sólo el sentimien-
ejecutante en la viola ha hecho cons- to elevado del arte ¡¡uede darle, el
tantemente ]>arte de la orquesta del sentimiento del ideal.
teatroy de de la iglesia.
las fiestas Sin escuelas, sin academia.s, sin
José María Velásquez ha contribui- conservatorios, sin conciertos, sin tea-
do á sostener por mucho tiempo el tros, ¿podrá nadie figurarse, ni mu-
cuaiteto de cuerdas, pues es uno de cho menos creer que puede escribirse
los ])ocos profesores (jue ha consagra- una ópera seria como lo hizo Montero?
do su tiempo al estudio de la viola, Púsose, sin embargo, en escena la Í7r-
que tanto va desdeñando en la ac-
se f///¡7o, en el teatro “Caracas,” con éxi-
tual generación, como que es instru- to satisfactorio ¡¡ara el autor; y sin
mento de poco provecho; por aquello entrar en un juicio detallado de la
de ser inútil, donde la atmc)sfera de la obra, que en su generalidad debe
oi’(|uesta poco se aspira; como un ensayo muy me-
y de los ims- a¡¡reciarse
trumentos cantantes hay que esperar- i'itorio, es este por sí solo bastante á
lo todo, así la facilidad como el remli- ¡¡rodigarle todos los elogios, cuando
miento al emplearlos. vemos en esfuerzo del propósito
el
Si el arte patrio tuviera recom- la realización de un prodigio.
pensas }>ara los artistas que le dan Dejó el ¡¡rofesor -José María Mon-
toda una vida á sus }>enosas labores, tero otros hijos, dedicados como J(¡sé
ninguno más meritorio (jue el me- Angel, al cultivo del arte. Ramón
morable violinista J. de Jesús Alas. Montero, organista, ¡¡rimer violín y
Artista de estudios concienzudos, de maestro en todos los ramos de ense-
una afinación justa, de una fuerza de ñanza. Carlos Montero, solista muy
arco im})onderahle, le ha dado siem- aventajado en el violín, y María de
j)re todo su saber y habilidad á la Jesús Montero, gran profesora, de una
orquesta de Cai’acas, donde ha bri- NARCISO L. SALICRUP
habilidad notoria en el manejo del
llado con todo el prestigio á que es violín, la viola, el violoncelo, la flau-
acreedor el artista eminente, que une ta, la guitarra el ¡¡iano. Conquiso
y
á sus aptitudes relevantes, las ])rendas no menos excelsas de algunas canciones y ¡¡iezas de baile.
un honrado y de una laborio.sidad edificante.
carácter A la Montero corresponde Bernardino, uno de
familia
De la numerosa íamilia Montero, descolló con ventaja los músicos de más estudio y ciencia que hayan figurado en
José Angel, hijo del profesor Jo.sé María nuestra orquesta, donde llevó el bajo fun-
Montero. Nacido en Caracas hacia fines damental por muchos años, con tal segu-
del año de 1839, recibió de su padre, cuan- ridad de arco, afinación y habilidad, que
do hacía sus estudios de primeras letras, era, la más de las veces, como el timón
algunas lecciones elementales de la músi- que lo guiaba y ¡¡rccavía del naufragio en
ca; y fue tanta su aplicación y provecho que amenazaba de continuo caer. Muerto
que muy á poco estuvo en di.s])osición de recientf mente en1881, su ¡¡arte en la or-
llevar la parte de tiple en la capilla de questa no ha sido reemplazada aún, de
que era maestro su padre. manera á olvidar el hábil maestro. Difícil
Aplicóse al propio tieni{)o al manejo será el conseguirlo, cierta como es la ausen-
de los instrumentos de cuerdas, y muy' se- cia que se nota hoy de artistas que, como
ñaladamente á los de viento, á la flauta, Montero, aborden .seriamente los e.studio.s
de que hizo su instrumento favorito. A su clásicos del arte.
propia aplicación debió Montero el instruir- Pocos habi'á entre k¡s aili-Aas músi-
se en todos los ramos del arte;
y á la cos de Caracas fiue hayan hecho mayores
verdad, es cosa ¡¡ara admirar la contrac- esfuerzos de voluntad ¡¡or alcanzar el fin
ción que ])U.so en desenvolver sus facul- deseado de sus as¡¡iraciones, como Anto-
tades en la labor de las obras que em- nio Jesús Silva. Nacido en la dicha ciu-
prendió. Ejercitado lai-gamente en la com- dad el 13 de juni(¡ de 1 833, gratuitamen-
posición, {¡rodujo mucho de diversos géne- te y á la edad de diez años empezó sus
ros, y abordó la zarzuela y la ópera seria, e.studios de solfeo con un profesor vecino
siendo el primero que en el país realizó que le halagaba en el empeño de sus in-
ponerlas en e.scena. clinaciones; mas, fue tanta su mala suerte,
EKLIPK LARKAZABAL, HIJO
Para juzgar el artista en su ópera (¡ue no bien habían corrido seis ine.ses de
Virginia, debe contarse desde luego con su aprendizaje, cuando murió el maestro,
los milagros que ha realizado para llevar
y hubo de resignarse el joven á interrnm-
á término su intento. Una com])osición de este génei'o, os ya comenza(h¡s estudios, pobres como emn sus padn's
im{)lica necesariamente conocimiento
y práctica de las re- para |¡r(¡pf¡rcionarle l(¡s medios de continuarkrs.
glas de la armonía y contrapunto, ajustadas en sus enm- No hu' sino diez años des[¡ués cuando al favor de sus eco-
binaciones á las formas más bellas del pensamiento melóilico nomías pudo llegar al cfuiocimiento com¡¡leto del solfeo y á
que ha de desenvolverse; como también la obra que sus- manejar un tanto el teclado del ¡¡iano. En ¡¡osesión de estos
tenta en las ¡¡artes la gran armonía del todo. Esto p(¡r umi con(¡cimient(¡s, no paró (m (“sto .su intento, y ¡¡robó á instruir-
parte, que por la otra, ha de ser muy variada la instruc- se en el e.studif¡ de la aruuüiía y la composición; ¡¡ara lo
ción del arti.sta en las obras ¡¡ropiamente clásicas del género cual hubo [¡reviamente de aprender el francés y el italiano,
en donde con la buemi ins¡¡iración, se consagra la índole idifuiias en (pie estaban ,s.scritos los textos que por enton-
y carácter tradicional de los aires sencillos y fie las ¡¡iezas ces ¡¡odia ¡¡rocurar.se. No tardó mucho en ensayar sus dis-

36
CCLXXVIII EL ARTE EN VENEZUELA

posiciones en este ramo del bor local; {por lo que no es


arte, produciendo obras de mucho que .se tengan de
no escaso mérito, muy par- ordinario {por muy bellas y
ticularmente en el género favorecidas. En el género
sagrado. religio.so se distingue por el
Su Misa de Réquiem, el carácter de una música nu-
Stahat Mater y algunos Mo- trida así en la ciencia de
tetesá la Virgen y al San- las combinaciones como en
tísimo Sacramento, son jn-o- la ex{)resión {>ro{PÍa de los
d acciones que miden en el .sentimientos, que al {pie de
artista la fuerza del estudio los altares responden de la
y la intención marcada de grandeza de Dios y sus
alcanzar las místicas tradi- obras.
ciones que en nuestros clá- Manuel Hernández es
sicos se imponen como bue- un de conciencia cu-
artista
nos modelos y que Silva yo mérito se trasparenta á
acaricia con amor ferviente. través de la genial modes-
Entre sus obras {publi- tia con que intenta velarla.
cadas hay una obertura. La Muchas son sus com {posicio-
Esperanza, que acusa favo- nes escritas, de.sgraciada-
rablemente las facultades mente {pocas son las {publi-
J. M. MONTERO FRANCISCO DE MAGDALENO
del artista en el género sin- cadas, por la dificultad que P.

y un himno patrió-
fónico, entre nosotros {Presentan se-
tico La Regeneración., escrito con motivo de un concurso, en mejantes em{)re.sas.
que obtuvo el juámei' ju-emio y una medalla de oro acordada Dedícase Hernández de {preferencia á la enseñanza, en cu-
por el jurado. La melodía del him- yo ejercicio ha obtenido lo.s más
no es fácil, es{)ontánea, algo origi- brillantes resultados, en una gran
nal, desviándose de la común mo- {Parte de los establecimientos {públi-
notonía del ritmo con que se suele, cos de educación y en las casas {pri-
á falta de una inspiración vigorosa, vadas de las familias.
caracterizar la entonación propia de Fue miembro activo de la Aca-
tales aires. demia de música en el Instituto
En la organización del Institu- Nacional de Bellas Artes de Cara-
to Nacional de Bellas Artes de Ca- cas.
racas fue nombrado Silva profesor Paz Abren, como Lamas, {Po-
de de teoría musical y sol-
la clase seía notables dis{POsiciones {Por la
feo, siendo, además, miembro acti-
música. Muy de joven aficionó.se al
vo de la Academia de música. arte con singular {provecho; y, en-
Los hermanos Hernández, Do- tre otros instrumentos, manejó el
mingo Ramón y Manuel, crecieron {piano con rara habilidad. Podero-
Y se educaron en esa atmósfera en so de numen y rico de ciencia daba
que el arte todo lo absorbe, como vida á su obra en las formas más
fuerza impulsiva. Domingo Ramón variadas y bellas del arte. Cono-
no es únicamente el poeta inspirado cía el lenguaje de los sonidos con
que natural v sentido tañe la lira toda la revelación de sus misterios,
de los acoi’des .sonoros, sino tam-
con toda la magia de sus combi-
bién el músico que interpreta en naciones, con todo el encanto y
su lenguaje la belleza de las ideas atractivo del sentimiento: así {Por
y la expresión del .sentimiento. La ello, las más veces, con ins{piración
lira del poeta, .sin embargo, vibra
sostenida, improvisaba .su obra em-
sólo para la gloria y para las ínti- bebida siem{pre de originalidad, así
mas satisfacciones; que no le es da- en el fondo filosófico de la idea co-
do al mundo comprender,
para mo en la forma y desenvolvimien-
apreciarhus, esas notas que arranca to pro{PÍos de la medida. Exube-
el hombre á sus propias entrañas
rante de imaginación, vagaba {por
{para arrojarlas al viento y fecun- todas las atmósferas im{pelido por
dar el espíritu en el
dilatado cam- una fuerza que le atraía irresistible.
{po de las aspiraciones ideales. Buscaba la luz con empeño; mas
DomingíP Ramón Hernández al mirarla, el deslumbramiento tur-
vive del arte y conqparte el tiem- bóle luego. Inquieto y anhelante,
po entre las laboivs del {profesora- FRANCISCO DRAGONE atropellábanle los deseos ardientes
do y el em{)leo de acora {pañante de las satisfacciones ligeras y efí-
con el violín en las ca{pillas y or- meras; por lo que vino en darlas
questas de teatros. Abunda en el artista la buena doctrina, el {Preferencia sobre las que sólidas y eternas el arto le brindaba:
ejein{plo correcto, la ex{presión fiel de los sentimientos que inter- achaques estos de una educación viciada y que quebrantó tris-
{preta. Sometido á los recursos que le brinda el arte espe- temente las creencias y propósitos del artista, arrastrándole por
culativo, no ha {pensado llevar más sus esfuerzos {para
allá una {pendiente vertiginosa en que, mal su grado, debilitóse el
hacerse de una re{putación realnrente notoria; así vive resigna- vigor de las fuerzas y ocasionó su prematura decadencia.
do en la {penumbra y descansa tranquilo sobre los laureles que Caso harto común es e.ste de ver inutilizadas las bue-
en {Profusión ha derramado en su camino la misma musa que nas facultades de un artista, {Por no haberse hermanado
ciñó con ellos las sienes de Canqpoamor. con ellas la educación que fortifica los instintos y dóciles
Manuel Hernández, con señalada contracción estudio, los guía {Por la senda de sus nobles tendencias. Así como
ha figurado en la orquesta como muy hábil instrumentista. crece débil el árbol si la naturaleza propicia no le atiende en
Es, además, compositor de estro fácil
y ciencia conocida. Sus su desarrollo, y de poco valer sería la {piedra del diamante
com{posiciones de salón trascienden cierta originalidad sa- sin la labor del pulimento que le da brillo: de igual modo
y
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXIX

aconteció á las excelsas (lisj)osi- saludables consejos. Después de una


ciones que por la música tenía el ausencia de cinco meses regre.só al
joven Paz Abren. Arbol de savia suelo nativo á ocuparse nuevamen-
abundo.sa, sin esmerado cuido en te y con marcado ahinco, en el cul-
su cultivo: diamante de esplen- tivo de la música.
doroso brillo si la mano del la- Teresa Carroño, conocida en el
pidario dádole hubiera el puli- mundo artástico como e.strella reful-
mento. gente de su cielo, es de la familia
Las facultades propias del Carroño, que de antiguo viene con
arto no se nutren y desenvuel- singular emj)cño y honroso lustre
ven favoi'ables, sino al calor de fundando en Venezuela el arte pa-
las ideas y de los sentimientos trio. Fueron sus padres el señor
educados en las condiciones de Manuel Antonio Carreño y la se-
orden, de regularidad, de re.spe- ñora Clorinda García de Sena. Na-
to y de admiración que en el cida en Caracas el día 22 de diciem-
esjiíritu de artista obran como bre de 1853, apenas balbuceaba el
necesarios á la consistencia y })cr- habla cuando dió señales manifies-
petuidad de su obra. Sin esos tas de .su afición por la música, así
principios que entrañan la uni- se entretenía en entonar aires á la
dad moral del artista, no es po- continua y en manejar juguetes que
sible en ningún modo llegar á ]>rodujeran sonidos.
consolidar la unidad estética de Su madre, señora de tanta in-
que nos habla San Agustín. como instrucción, tomó
teligencia
Omnis j)orro pidchritudinis ocasión de las raras facultades de
forma imitas est. la hija por la música, para ense-
Desgraciadamente, por ese ñarla de sí los [trincipios rudimen-
desdén y negligencia en que vi- tarios del arte, confiándola más lué-
vía el joven artista nada ha de- go i>ara la enseñanza del piano al
jado publicado, que .sepamo.s, por maestro alemán Julio Hohene; al
donde laposteridad ])ueda juz- propio tiempo que, bajo la inteli-
gar de la excelencia de sus do- gente dirección de su j)adre, la dis-
tes. AuiKj^ue nacido en Caracas, jionían á los serios y complica-
trasladóse á Bar(jui.simeto en ca- dos estudios de la armonía y la
lidad de profesor de piano, y fue composición.
GUSTAVO VOLMER
allí donde murió recientemente, Todo ello fue obra de i)Oco tiem-
sentido con honda pena por sus po; y ya para la edad de diez años
discípulos. El arte j)atrio lleva había alcanzado la niña tal fiabi-
duelo también por la pérdiila de uno de sus hijos predilectos. lidad y maestiía en la ejecución del piano, que sus padres,

Manuel F. Azj)urúa. El arte patrio sufrió notable pér- movidos ip(ir esta maravilla, determinaron peregrinar por
dida con la muerte do la señora Concepción otros países, en la esperanza de api'ovechar
Azpurúa de Ponce de León, una de las pia- todo lo que de la naciente artista se ¡irome-
nistas que, por su hábil ejecución, su senti- tían. Hicieron rumbo á Nueva York en el
miento y delicadeza extremas, figuró entre año de 1862. Muy á luégo .se exhibe Teresa
las más sobresalientes. Debido á su estímulo en su primer concierto, con un éxito extraor-
y fraternal interés, pudo el joven Manuel E. dinario, y siguen otros donde toma jiarte el
Azpurúa aplicarse con provecho al estudio célebre iiianista Gottschalk; y la admiración
de la música, por la cual manifestaba gran creciente forma auréola á la jirimorosa niña,
afición. Hubo por ello de emprender más que, pendiente del piano, luce á manera de
serios estudios bajo la dirección del profe- genio que alienta con su .sojilo el mecánico
sor Bernardino Montero, quien le instruyó en teclado.
el conocimiento y manejo del violoncelo; De igual .suerte, de triunfo en triunfo
y
más luégo, dirigido por su hermana, ad(jui- recorre las principales ciudades de los E.''ta-
rió la práctica de los estudios del piano, dos Unidos; y la sociedad filarmónica de Bos-
instrumento en que, á poco andar, obtuvo ton la honra condecoi'ándola con una meda-
singular reputación: de tal suerte, que, por lla de oro. Después de algún tiemj)o corri-
entonces, trasladado á la isla de Curasao, do entre ovaciones y aplausos, se dirige la
pudo desein[)eñar una cátedra de música en artista ó la isla de Cuba, donde alcanza igua-
el colegio Vargas, á satisfacción de los di- les demostraciones de simpatía
y admiración ;

rectores y alumnos, j)or los favorables resul-


y son los liceos de la Habana y Matanzas
tados obtenidos en la enseñanza. Fue allí, y los que la rinden tributo espléndido, coro-
de su propia cuenta, donde dióse á los estu- nándola y ofrendándola con joyas de ina-
dios concienzudos .serios que le han vali- MANUEL LAREAZÁBAL l)rcciable mérito é inscribiéndola, además, co-
y
do más tarde la superioridad (jue alcanza en mo miembro honorario de aijuellas coiqiora-
el arte de la música. ciones.
Vuelto á Caracas con una reputación ya hecha, dedi- En1805 hace viaje á Europa con sus padres y visita
cóse con buen suce.so al profesorado, figurando entre los de Francia, Inglaterra y Es])aña. Acogida favora-
las cortes
mejores piani.stas de la capital, y cooi)erando en toda oca- blemente por el j)úblico de París, liega á penetrar en los
sión con su valio.so concurso, á los conciertos [)úblicos, sien- salones deí j)alacio ded Elí.seo, donde reside la princesa Ma-
do de recordar los que dieron los célebres arti.stas Dragone, la tilde. Ejecuta varias de sus composiciones brillantes; y Ro!=!.si-
b domeño y BiLidis de Salas, cjue Azpurúa acompañó con el ni y Listz, que la oyen, la cumplimentan gramíemente,
elogio unánime del público v de la prensa. acon.sejándola, el })riniero, hacer sus estudios en el canto,
Con motivo de un viajo de su padre á Nueva York, to- como medio de perdurar con mejor éxito en la carrera, dado
mó ocasión pai'a visitar aquella ciudad y relacionarse con el buen órgano de (jue disponía para realizarlo. Tan útil
artistas de nota, entre otros, el distinguido pianista cubano advertencia no podía ser desatendida ])or la artista y aun-;

Emilio Agramonte, de cuya amistad derivó muy útiles (jue esfuerzos hubo de su parte por familiarizarse con la prác-
y
CCLXXX EL ARTE EX VENEZUELA

ca
del canto, su voz no dio entusiasmo \ amor por el arte,

r' de sí todo lo que el gran Tejera se distinguió como uno
maestro de antes se había fi- de los artistas más notables de
gurado para ocupar j)uésto de su é])oca. Su muerte jrrema-
distinción en la escena líiáca, tuia deja desvanecida una es-
y continuó como instrumen- peranza para la patria y sus
tista, pasmosa en la ejecución triunfos legítimos.
y compositora de numen le- Entre los pianistas que
vantado. con Tejera han sobresalido, se
De Francia pasó á Ingla- cuentan Leopoldo Sucre, dies-
terra y de allí á España, don- tro, muv diestro, en la ejecu-
de la acogen con frenético en- ción; Saumell, notable en el
tusiasmo. Hija de la Améri- conocimiento del mecanismo,
ca, al ¡)isar los maternos la- y algunos otros cuyo recuerdo
res, caminos de flores se abrie- nos falta.
ron á su carrera triunfal;
y Y ya que hablamos de
honores y consideraciones llo- Saumell, justo es hacer cono-
vieron abundosos para la ar- cer uno de los portentos que
tista hermana en cuya gloria bajo el cielo patrio ha produ-
ponía España la suya propia, cido el arte. Su hija, la infan-
PEDRO GOMEZ al levantarla con los pi'emios
JOSÉ MÁRMOL Y MUÑOZ
tilcriatura que ha nacido con
que de las academias é insti- el alma de los ángeles para
tuciones artísticas recibiera generosamente. cantal' en elpiano las melodías celestes; María, la que ha
De.stinada para el arte, ella ha sufrido todas las incon- llenado de admiración todos los públicos
y recogido en abun-
veniencias y dificultades inlierentes á una carrera en que dancia aplausos y coronas.
se funden, con las [)enalida-
da verla interpre-
Ginsto
des y los sacrificios, los pedes- tando con
sus manecitas las
tales de la gloria. Sobre sus más difíciles piezas de concier-
sienes brilla diadema; y
esa to, con tal firmeza
y fuerza de
Venezuela se honra teniendo expresión, que ])arece no ser
entre sus hijos una de las ella la que toca, sino más bien
más simpáticas y distinguidas algún hábil maestro. ¡Quépro-
reputaciones artísticas de ambos jiiedad, qué estilo, qué ejecu-
mundos. ción se hermanan en esta cria-
Francisco M. Tejera nació tura para arrebatarnos con el
en Caracas á fines del año de extraordinario poder de sus fa-
1840. Hizo sus e.studios has- cultades Y decir que á la edad
!

ta concluir el trienio de filo.so- de siete años hacía todas estas



fía en los colegios de “ Roscio maravillas, y (pie á los doce
y del “Salvador del mundo.” Al que cuenta á tiempo que escri-
propio tiempo se dedicó al culti- bimos estos apuntes, crece de
vo de la música y alcanzó gran punto su estudio, y nada igno-
doctrina en el arte y lujosa eje- ra, y vence las grandes dificul-
cución en el piano, su instru- tades del arte.
mento predilecto. Al lado de María Saumell
Compositor delicado, pro- debemos colocar á su hermano
dujo muchas piezas de entrete- Rafael, y al niño Augusto La-
nimiento, y dejó escritas, en- rrazábal, organización verdade-
tre otras, las romanzas Nimca ramente extraordinaria para el
despertará, Yo sola, varios valses ai'tede los sonidos. No sola-
de salón, variaciones })ara pia- mente se ha distinguido desde
no sobre motivos de ó])eras, muy joven en la ejecución del
fantasías y la partición para piano, sino en la composición;
piano del Popule Meas, de La-
y ya podrá juzgarse de sus mé-
mas. En todas sus comj)osicio- ritos por los juicios que de sus
nes se advierte la ternura ex- obras se han hecho en el ex-
quisita del sentimiento real- tranjero cuando oídas.
zado por el vigor de los medios Por los años de 18()8 á 18G9
de que dispone para intensificar organizó en Caracas el doctor
en su desenvolvimiento la ín- Felipe Larrazábal el único con-
dole de la melodía. JESUS M. SUÁREZ
servatorio de jnúsica (]ue en
Dedicóse Tejera con ma- los modernos tiem¡)os haya for-
yor ahinco á la en.señanza del mado alumnos de algún pro-
])iano })or espacio de catorce años, y dejó numerosos vecho
y aven- y estimulado el gusto con los conciertos que re-
tajados discípulos (pie honran sus aptitudes profesionales. petían.se periódicamente. Sin embargo, poca fue la vida de
Esciibió también una gramática musical, que fue aprobada esta útil institución, no contando con la cooperación que
como texto de enseñanza {>or la Academia de música del ])Oi' parte del gobierno se hacía indispeirsable,
y separado
Instituto Nacional de Bellas Artes de Caracas, el año de 1878, de la dirección Larrazábal, cuyo impulso sólo podía mante-
la cual obra aun se conserva inédita. ner su amor y entusiasmo conocidos por el arte.
Muy joven contrajo matrimonio con la señorita Columba Composiciones muchas dejó muy notables jior la cien-
Hojas, 5' murió víctima de una larga y cruel enfermedad en el cia y ¡lor la índole sentida de la melodía, siempre suave
mes de abril de 1878. Cultivó Tejera, además, las bellas le- en los matices que ondulan el desenvolvimiento. Por no
tras y dejó una muy buena traducción del último canto de Os- hablar de todas, haremos cuenta de el (jlran trio en la
sian, titulado “Niña de Berrathon.” mayor, el Nocturno sentimental en mi bemol, Ricordati, Can-
Con las nobles prendas de su carácter, su inteligencia, su to del proscrito. Sirena de Sorrento, Quanto io t’amo, Gran fan-
; ,

POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXXI

fasta (Jramáfica y tantas otras muchos años en su ven-


para canto y orquesta, pu- turosa peregrinación, ro-
blicadas unas, é inéditas las deado siein])re de .simpa-
más. tías V consideraciones que
De viaje para Europa supo inspirar la alteza de
el doctor Larrazábal, adon- su talento, la honradez de
de se dirigía con el designio su carácter 3' la afabili-
de publicar muchas de sus dad 3' maneras distingui-
obras, naufragó en la ma- das de .su trato.
drugada del 23 de noviem- Corrido algún tiempo
bre del año de 1873, á bor- de su ausencia, pensó en
do del va[)or paquete fran- regresar á la patria, movi-
cés Ville ún Havre: catástro- do })or cumplimiento
el
fe que regi.stran los anales de un compromiso que
marítimos como una de las contrajo á tiempo de .su
más inauditas, supremas 3^ salida de Caracas, y que
CAEMELO FERNANDEZ espantosas. Cuentan que la no era otro que el matri-
de.sgracia sorprendió al arti.s- monio prometido á la se- J. M. GOMEZ
cuando, sentado al pia-
ta, ñorita Siso, con quien efec-
no, dejaba oir los acentos conmovedores de una melodía de tivamente lo contrajo muy á poco de su llegada, No qui-
Beethoven. so la suerte, sin emlrargo, serle propicia en el hi meneo,
Hermano de Felipe era Manuel Larrazábal, artista de pues apenas verificados los esponsales, cuando aún vivo
mucho estudio y contracción. Educado en la península en estaba el perfume de los azahares que adornaban las sienes
los ramos de la ciencia que debían a.segurarle una carrera, de la desposada, y sueños de amor y de felicidad .sonreían
no por ello pudo lograr la realización en torno del amoroso tálamo, sorpren-
de aquel propósito, atraído á más po- dióle la muerte, joven aún, y cuando
derosos pensamientos por la irresistible — -
en la plenitud de sus facultades, con
pendiente que, á su pesar, le arrastra- más seguras esj)eranzas. se disponía á
ba hacia los destinos del arte, que muy _ * vulgarizar en el país sus 3"a 111113^ nota-
de niño habían halagado su espíritu -
bles conocimientos en el piano j la
así viüsele, después de haber peregri- composición.
nado por otros rumbos, dedicado ex- Román Isaza, como artista lírico,
elusivamento á las labores serias de la debe contarse entre los primeros de los
música, dándose de preferencia á la en- lo han sido en que Venezuela. Con-
señanza y educando en la buena doc- curren á darle este valioso puésto, su
trina, con sobra de provecho, á muchos talento, su inspiración, la originalidad
jóvenes que luégo sobresalieron seña- de su obra, el sentimiento delicado que
ladamente en el canto y el piano. pone en la melodía, .siempre suave,
Organista con mucho conocimiento de la armonía de sus i'itmos sincopados,
la armonía, escribió algunas com])o.si- que trascienden la voluptuosidad 3" de-
ciones religiosas, de carácter propio, vaneos propios de la zona tropical, 3"
aunque sin arranque de nia}^!’ vuelo. que caracterizan esencialmente la músi-
A su muerte, acaecida en 1881, nin- ca hispano-americana.
guna de sus composiciones, que sepa- Las obras escritas por I.saza son
mos, había sido publicada. innúmeras. Recordamos, entre otras, el
Los hermanos Román y Rafael vals La Regeneración tan brillante co-
Isaza fueron iniciados en el estudio mo original, el Jtñcio f'iiaí, Jlda y
de la música por su padre. Román, muerte j Luis Napolcó'u, cuyo mérito le
con disposiciones niuv ventajosas, llegó valió un presente que le fue enviado
á adquirir la ju.sta reputación de un del conservatorio de música de París.
artista hábil en el manejo del júano, Entre sus nocturnos Una lágrima, el :

como de mu}' original 3’’ fecundo en Canto en el destierro, ambos de un sen-


sus composiciones. Ya para la éjioca MANUEL HERNANDEZ timiento 3^ de una belleza de colorido
que media entre los años de 1850 y admirables. Como obra religiosa un (>/?-
18G0, todo el repertorio de baile co- do de difuntos, j como dramática una
rrespondía á los hermanos Isaza, 3' Román }>robaba con buen zarzuela Rabio y Estela, el Nacimiento con treinta números.
suceso escribir piezas ligeras de canto, melodías sin palabras, Rafael Isaza se ha dedicado con mayor esfuci-zo al canto,
nocturnos 3' otras de carácter religioso. aunque ha escrito con acierto algunas piezas de baile 3" otras
Producía con profusión sus obras el artista llenas todas obras en el género religioso.
de originalidad 3" de un atractivo indefinible; como que José Mármol y Muñoz Vino este artista al mundo pa-
guardaban en su esencia todo el misterio de aquellas reve- ra vivir en las inefables expansiones (pie el arte de la nrú-

laciones que sólo alcanza la luz del talento
y de la espon- sica proporciona á los corazones sensibles y á las inteligen-
tánea inspiración. Con todo, no vive la planta que ha de cias levantadas. Hombre de corazón y cabeza. Mármol hu-
producir fruto abundoso sobre la arena qiie tuesta el candente biera crecido grande en otra atmósfera, donde sus jurlmones
sol; y el artista, como la planta, muere al esfuerzo ener- hubieran aspirado el aire de las clásicas creaciones del arte,
vante de su florescencia; así el joven Isaza abandona el pa- sustentadas por el estímulo 3' la recompensa, que son como
trio suelo y busca en atmósfera extraña el aliento que ha elementos primarios del acrecimiento de las facultades desti-
de fortalecer sus aspiraciones y dar amplio ensanche á sus nadas á estos fines.
facultade.s. En efecto, viaja por el continente, \ de una á Mármol, sin embargo, como artista espontáneo, birsca
otra antilla va dejando rastro luciente de fama como con- en sus propios recursos la manera de trasmitir sus sensa-
certista admirable en el piano
y maestro muy profundo y ciones y prueba á manejar todos los instrumentos ])or ver-
;

hábil en la dirección de la orque.sta. de arrancarles sus secretos 3' dar al viento las sentidas me-
Con tales excelencias no daban vagar al artista sus ocu- lodías de su fecunda inspiración. Ciego como Homero, can-
paciones, que, en cambio, buen provecho le retribuían
y ase- ta con amarga melancolía la ausencia de la luz 3- trina
guraban una existencia holgada de modo á permanecer por como el ave, ;

;
y murmura como el agua, y silba corno el
CCLXXXII EL ARTE EN VENEZUELA

y llora como el desgraciado. Por eso la melodía


viento, carácter inquieto y emprendedor, abordó resueltamente to-
de Mármol está siem|)i’e impregnada de un tinte sombrío, das las dificultades que se le oponían j)ara establecer en el
que descubre la luz del alma velada por la oscuridad del país sobre bases sólidas los principios sabios del arte
mundo. y el
estímulo que apareja el interés y gusto por sus obras.
Así y todo, fuerza ha sido para el artista llevar la vida Bueno de corazón puso siempre al servicio del desgra-
militante del arte, y que por largos años se baya entrete- ciado, con solícito afán, su actividad
nido, ya en la enseñanza, }"a en la composición, ya como
_ y su talento; y orga-
niza conciertos de caridad, en ayuda generosa,
y viene
instrumentista y todo con el valor del náufrago que brega
; cuando sus amigos urgentes lo necesitan.
incansable, sumergido en las agitadas ondas, por alcanzar el A tiempo que la suerte le sonreía favorable, se inter-
arrecife donde espera salvarse. puso la muerte, dejando hondo vacío en el mundo del ar-
El profesor Mármol y Muñoz ha logrado al fin feliz- te, en el hogar de sus hijos y en la sociedad que tanto ho-
mente recobrar la vi.sta. En la amarga agonía de su des- menaje de aprecio supo darle por sus meritorios senti-
gracia, cuando ciego, la consoladora luz del arte brilló siem- mientos.
pre plácida en su soledad vuelto á la contemplación del
; La mayor parte de las composiciones de Suárez han
espléndido panorama de la naturaleza, cobra nueva fuerza desa})arecido con su muerte, como que de ellas se han per-
su ins})iración, j)ara interpretar en el arte la grandeza de dido los manuscritos.
sus impresiones y la elevación de su reconocimiento. Jesús María Suárez es hermano de Cesáreo. Contra-
Corresponde á la escuela de Mármol el pianista Ce- riamente á sus inclinaciones por la música,* se vió obliga-
sáreo Suárez, nacido en Caracas por el año de 1837. Sus do á adoptar la carrera del comercio, como medio único de
notables disposiciones })or la música, acaso viniéronle en he- subvenir á las necesidades de la vi(Ja. Esto, sin embargo,
rencia de su tío materno Juan Bautista Cabrera, artista de no fue bastante a impedirle el ocuparse en manosear los
singular habilidad y gusto en la ejecución de la flauta, ins- estudios del piano, cuando tiempo tenía,
y de propia cuenta.
trumento por el cual tuvo predilección, y llegó á alcanzar Emprendió éstos más seriamente, á los diez y nueve años
fama de sobresaliente. de su edad, bajo la dirección del maestro José Mármol
A y
y nueve años de su edad sentó Suárez pla-
los diez Muñoz; y muy en breve adquirió destreza y habilidad so-
za como con el grado de subteniente, en la fuerza
militar, bradas en la ejecución de aquel instrumento, preparándose
permanente, después de haber servido como meritorio as- en sus amplios y bien concertados estudios, á la práctica
pirante en el ministerio de la guerra. Pasó en servicio á del profesorado.
Ciudad Bolívar bajo las órdenes del general Ezequiel Za- Brillantes por todo extremo han sido los resultados al-
mora, de donde tornó á Caracas dos años después, con el canzados por Suárez en la enseñanza del piano. Sus discí-
fin de incorporarse, como teniente ayudante, á uno de los pulos son innúmeros, y se distinguen señaladamente por la
cuer])OS de línea que guarnecían la ciudad por entonces. limpieza y fuerza expresiva de la ejecución. Entretiénese,
A poco de su permanencia en el nuevo empleo, vi- además, el artista en la composición, y ha escrito una obra
nieron luégo las revueltas políticas de ac{uella época didáctica, la primera entre no.sotros que con mejores ex-
y ;

Suárez, que repugnaba instintivamente las luchas de los par- plicaciones y más extensos rudimentos sobre la música ha
tidos, recrudecidas más y más por la violencia de las pa- visto la luz pública por lo que de mucha utilidad ha si-
;

siones que habían de encender la guerra, renunció decidi- do para la enseñanza, que de antes carecía de tan impor-
damente la carrera militar y dióse á pensar en los estu- tante estudio.
dios de la música que tanto halagaban sus deseos
y aspb Entre las composiciones de Suárez publicadas, figuran
raciones. Así hubo de entregarse á ellos con ardor fer- algunas romanzas, elegías, fantasías, muchos aires naciona-
viente por tal modo, que muy en breve adquirió conoci- les y marchas escritas para piano,
;
y tantas otras del mismo
mientos muy ventajosos en el mecanismo del piano, bajo género que guarda aún inéditas. El carácter de las com-
la inteligente dirección de su maestro Julio Hohene, pia- posiciones de este artista es franco, espontáneo hay en ellas
:

nista alemán, muy versado en los buenos métodos de en- la expresión de un sentimiento nutrido en la savia de las
señanza, de donde derivó Suárez más luego aquellas apti- ideales aspiraciones del arte
y piensa como siente, para re-
;
tudes especiales que le distinguieron como maestro de gran vestir su obra con la magia de las combinaciones armó-
notabilidad. nicas, que prestan al relieve melódico toda su fuerza
Con tan favorables medios, dióse el artista por algún y
atractivo.
tiempo al profesorado en Caracas; y ya para el año de C(^mo su malogrado hermano Cesáreo, el artista ha pres-
1862 le vemos abandonar el suelo patrio y trasladarse á la tado .siempre su contingente á las obras de beneficencia ;.

vecina isla de Cuba, á continuar con sumo éxito sus labo-


y por ello fue condecorado con una medalla de oro, en
res profesionales. Allí emprende al j^ropio tiempo el per- ocasión del célebre concierto dado á beneficio de las infe-
feccionamiento del instnnnento llamado m,elovitro, el cual lices víctimas del terremoto de Cúcuta en 1878,
exhibe en el Liceo de la Habana, y obtiene por ello, re- y en el
cual tomó Suárez parte muy importante.
conocido entre sus distinguidos miembros con mérito real el A tiempo de la organización del instituto de bellas artes,
instrumento, el ser inscrito como miembro facultativo de la Suárez corres])ondía, como miembro activo, á la academia de
institución. música.
Permaneció kSuárez en la Habana cinco años, y fue allí José Antonio Mos(juera no ha j)rofesado el arte de la
donde contrajo matrimonio con una compatriota, la seño- música: él es lo (jue comunmente suele llamarse un afi-
rita Concepción kSmith. Vuelto á Venezuela tornó á poco cionado; pero un aficionado que mide las proporciones de
á viajar por el extranjero en el propósito de dar á conocer un artista distinguido. Con sobra de talento y un gusto
el imstrumento de su invención
y así hubo de recorrer
:
excpiisito por el arte, dióse en Europa, bajo la dirección de
en los Estados Unidos del Norte las ciudades de Nueva los mejores maestros, al estudio del violín, descollando por
York, Philadelphia, Boston y otras más, siendo objeto de la .seguridad del arco, la habilidad en el conocimiento del
.satisfacción y aplauso su consabido intento. Ejecutaba Suá- mecanismo y, sobre todo, por la delicadeza y sentimiento
rez en el ntelovltro las más disfíciles piezas de concierto, expresivo de la ejecución. Entregado á las labores incesan-
con una limj)ieza y afinación extraordinai-ias, contando con tes de la valiosa plantación de café (jue posee á inmedia-
una combinación (le escalas compuesta de tetracordios cro- ciones de Caracas, suele rcgalanius el oído muy de tarde
máticos (pK! le disponían fáciles las modulaciones. Las en tarde con e.sas sublimes melodías de la música clásica
obras cpie compuso j)ai'a el mclovitro
y el piano .son ver- que interpi’eta magistrahneiito, alentando la inspiración aje-
daderamente notables por la singularidad de los contra.stes na con el ardor y el sentimiento exquisito de la suya
y la dulzura de las modulaciones. propia.
Suárez, después de su larga ])eregrinación por los Es- Es más singularmente en los salones jirivados de la
tados Unidos del Norte, regre.só al nativo suelo, lleno do sociedad caraqueña donde IMosquera hace gala de las fa-
entusiasmo y de es]»ei‘anzas para el j)orvenir. Joven, de cultades de su talento, brillando siempre como una de las
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXXIII

ESTATUA DEL GENERAL JOSE FELIX RIBAS EN LA VICTORIA— Por Eloy Palacios

floresmas perfumadas de nuestro jardín instrumental. Cuan- beneficio de la buena escuela que ha jiodido fundar, a})0-
do todo se haya acabado para Mosquera, aun guardará su
yada en sus estudios serios y en la practica de los mode-
violín como talismán que ha de precaverle de las penasen
los que le son familiares, para lograr c.sa ]>erfección irre-
las amarguras del mundo y del hastío en el otoño de la prochable que en el violín se impone, más que en cual-
vida. Con la conciencia, el sentimiento
y el e.stilo elevado quiera otro un modo absoluto.
instrumento, de
de un verdadero arti.sta, él se ha resignado, sin embargo,
El pues, a manera de esas delicadísimas flores
artista,
a su pesar, á abandonar la carrera del arte, que
tantos que realzan la belleza del ¡jensil, guanla misterioso el se-
triunfos le prometía, jirivando por ello al arte patrio del creto de su perfume embriagador,
y del encanto irresi.sti-
CCLXXXIV EL ARTE EN VENEZUELA

ble de la gracia de la forma y de la brillantez del co- Nuevos horizontes .se le abren al artista cuando vuelto
lorido. á Caracas en 1858. Ya su nombre no era elde un des-
Muy de notarse es, como aficionado al difícil instru- conocido ;
su contracción, ,su estudio, sus adelantos progre-
mento del violín, Pedro Ramos, cuya
disposición y estu- sivos, su carácter y manera simpáticos, su conducta irrepro-
dios le dan }>uésto entre los más aventajados. Su ejecución chable, todo ello fue motivo de benevolente atención, y de
es limpia y abunda en ella el buen estilo, la afinación y solícito interés por parte de los entendidos, para que Vi-
el sentimiento de lo que interpreta. Entregado por nece- llena encontrara halago en la acogida que le dieron los se-
sidad á otras labores que le j)rivan darse al exclusivo es- ñores Fermín Tovar, di.stinguido violini.sta, Julio Hohene,
tudio del arte, préstale sin embargo sus momentos de ocio, célebre pianista, José Austria, los hermanos Felipe y Ma-
y atiende solícito á los conciertos públicos y privados, toda nuel Larrazábal, Carreño, José A. Mo.s(prera; y entre los
vez que su arco se baga indispensable, así para una obra profesores, Velásquez, Monteros, Isaza y Bello. Fue, sin
de beneficencia como para el mutuo entretenimiento. Bajo embargo, á Hohene y á Tovar á quienes debió Villena el ini-
la doble faz del mérito artístico y de la bondad del carác- ciarse en la música chísica de los grandes maestros, e.stimu-
tei'. Ramos descuella en la atmósfera de nuestra orquesta lándole á tocar los trios y cuartetos de Haydn, Beethoven,
como uno de los ejecutantes más apreciables y distin- Mozart, Humniel, Russiger y tantos otros f[ue sirvieron de
guidos. entretenimiento á las veladas musicales abiertas en la casa
Como la mariposa que nace y en inquieto revoloteo del señor Fermín Tovar, especie de academia culta donde
liba el sustento de llor en ñor, así nació Federico Villena se reunían profesores y aficionados de los más entendidos
en las soledades del campo, envuelto en los pañales del ar- de la época, y cuyo provecho hubo de ser muy satisfactorio
te, acariciado por las armonías del canto de la naturaleza para Villena, por quien mostraba Tovar el pah>rnal cuida-
que despiertan y nutren su espíritu creciente en el halago do y la benévola insistencia por .su instrucción, dándole con-
de una esperanza que le sostiene, y que le guía ]>or en- y ejemplos que ¡mdieran serle útiles en el
sejos saludables
tre la varia suerte de la vida á su único y forzoso destino. camino emprendido. Por ello la gratitud y reconocimiento
Nació Federico Villena en el pueblo de Turmero, por de Villena han sido grandes, como para mantener vivo en
el mes de mayo del año de 1835, á tiempo que sus }>a- toda ocasión el recuerdo de tan caballeroso como sincero
dres, pobres por todo extremo, ImbieTOU de resignarse a edu- protector.
carle en el seno del hogar instruyéndole en la lectura, la Empezó por esta época Villena á producir composicio-
escritura y las reglas fundamentales de la aritmética. No nes ligeras de baile, que por su índole y carácter original
bien el niño había alcanzado estos conocimientos, cuando ad- gustaron mucho y estuvieroir en boga con singular éxito.
virtieron en él la inclinación decidida que por la música Ya para el año de 18GÜ, de paso por el puerto de La
tenía. Entretenido á toda hora con singular empeño en la
j Guaira, determinó fijar allí su residencia, por las propo.si-
organización de orquestas cuyos instrumentos fabricaba para ciones que se le hicieron de prestarse á la enseñanza del
él y sus compañeros, de aquellos utensilios que á la mano piano y á la organización de una orquesta de cobres, [>ara
tenía, como más propios á darles los sonidos de pitos, trom- lo cual ponían á su disposición los jóvenes aprendices que
pas, bajos; reservándose siempre la dirección y tomando debían componerla. Hecho e.sto, y logrados los resultados
parte como primer violín, el cual era las más veces de caña satisfactorios de su enseñanza, hubo de trasladarse á Ciu-
de maíz. dad Bolívar, de donde le llamaban con instancia como maestro
Siguió Villena así, de propia cuenta y á escondidas ya acreditado de piano, solfeo, instrumentos de cuerdas y
sus estudios de música, hasta que le vino en suerte trasla- muchos de los de viento.
darse á Caracas en 1853 y conseguir allí una colocación Por circunstancias políticas en 18G3 hizo viaje á la isla
como escribiente en una oficina pública, de donde derivó de Trinidad y de allí á otras antillas, que recorrió en su
muy exiguo provento para la subsistencia. Esto, sin embargo, mayor parte, dando conciertos que le valieron crédito y es-
le valió el relacionarse con varios jóvenes que se aplicaban tima eutre sus habitantes. Vuelto á Caracas en 1863, tomó
al estudio del violín, con un aventajado profesor, cuya en- asiento en la orquesta del teatro de la ópera, donde perma-
señanza sorprendía Villena á la continua para irse luégo neció en la temporada alternando entre el violín y el vio-
á su casa á practicar lo que oía. De esta suerte, inqui- loncelo. Con esto daba tiempo á f][ue los incidentes que
riéndolo todo, y listo siempre para tocar su violín en toda le obligaron á abandonar á Ciudad Bolívar tornasen de
ocasión, llegó por fin á instruirse en el manejo de este manera á poder regre.sar. Al fin pudo llegar á aquella ciu-
instrumento, sin los vicios que de antes había adquirido, dad en 18G5 y obtener el nombramiento de mae.stro de ca-
como también alcanzó más amplios y .sólidos conocimientos pilla y organista de la Catedral, como también el empleo
de la música. de director de la banda militar y profesor de música del
Pobre por todo extremo como era Villena, debido á es- colegio de aquella capital.
fuerzos heroicos pudo ponerse en un mal violín y en el Después de larga estancia en Ciudad Bolívar, Villena
método de Allard para emprender estudios serios en los cua- ha regresado á Caracas, la ciudad (jue le anidó en los pri-
les muy en Vjreve hizo rápidos jirogresos. Comprénde.se la meros albores de su carrera, y se ocupa en todo lo relativo
situación penosa del joven artista, dado á las labores de su al arte, con aquella fe y constancia que han marcado siem-
empleo, sin vagar ni reposo para las que debía destinar á pre en su vida [)eregrina la [(endiente (que le arrastra irre-
la música, como el más podeiuso atractivo de su pensa- sistible á los de.stinos del arte.
miento. Sin dinero con qué pagar un maestro, sin amigo.s, Ha fundado Villena varias sociedades filarmónicas con
sin ]>rotectores, huérfano en el lugar, desam])arado de toda éxito brillante. Cuando establecido en 18G2 el conserva-
ayuda, sólo la fuerza intuitiva del arte le sirvió de egida torio de música, fue nombrado miemlu’o honorario, y más
en esa lucha encarnizada de las necesidades y obstáculos tarde miembro corres[)ondiente del instituto de bellas
sin cuento (pie se interponen, á manera de muros de ca- artes.
licanto, en la vida de a((uellos llamados á soportar las prue- Exteirso es el catálogo de las obras de Villena. Abar-
bas para hacer más meritorio su triunfo. cando todos los géneros, ha [(roducido zarzuelas, misas de
Vista la insuficiencia de los recursos cpie le ])roporcio- re(juiem, himnos, plegarias, romanzas, [>iezas concertadas q)a-
naba el enqdeo de escribiente, á par que faltábale el tiem- violoncelo, ober-
ra canto, fantasías [)ara violín, elegías [>ara
po para sus estudios, renunció aipiel y dióse al conoci- turas [)ai’a cuerdas y [>ara cobres, música de salón y tan-
miento de muchos instrumentos para ejercer por tal medio tas otras cuyo número no sería fácil consignar sino en un
el profesorado. Torna luego al suelo nativo, donde fue nom- volumen. Sus dos últimas com[>osiciones estrenadas en el
l)rado maestro de capilla de la iglesia del lugar, aprove- teiu[)lo de N. S, de las Mercedes, en las festividades de
chando al [)roj)io tiempo las ventajas que .se le abrían en 1881 y 1882, han llamado la atención [>or su mérito real-
la enseñanza. Algún tiempo pasó de esta manera consa- mente sobresaliente. Es la una, un Ave J/nria q>ara tres vo-
grado en todo momento al arte en cuyo estudio era ver- ces con acompañamiento de sexteto, y la otra, una misa
(íaderamente incansable. en mi bemol [tara soprano, contralto, tenor y bajo, con co-
!

POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXXV


ros ele sopranos ó de tenores y bajos ú grande orquesta. de las fiestas nacionales el canto á Páez,
: el héroe de las
Componen las partes de esta —
obra Kiries, Gloria, Credo, Queseras, y la sentida plegaila
Sanctus y Agnus Dei. Hay en ellas solos para las voces
principales y el coro solo de violín y una notable pieza con-
Dulce patria, tu frente levanta.
;

certante para el conjunto.


Esa frente gloriosa, inmortal.
El carácter de esta composición está trazado con ha- Que Dios mismo mirándote heroica
bilidad, y más que habilidad se requiere sentimiento y filo-
Por tu vida y honor velará.
sofía para dar manera propia al estilo y sencillez profunda Todos esos cantares despiertan viva la emoción de los
á la ex[)resión mayormente cuando se combinan, como en
; cumaneses, como que sus e.strofas embeben el anhelo fer-
la obra de á"i llena, voces que por su número es difícil, viente de todo corazón amante y patriota y cuando en las
muy difícil, el concertarlas satisfactoriamente. Es debido á ;

noches de luna, tibias las auras besan las linfas del Man-
estas excelencias que el público ha aplaudido espléndida- zanares, la nueva Venecia despierta al són de esas serena-
mente la composición del artista. tas, cuyos cantos perpetúan las gloriosas tradiciones de la
Al suave armllo del undoso Manzanares, levántase la que fue en un tiempo reina y .señora del oriente.
ciudad de Cumaná, enaltecida por el valor legendario de Cargado de años y merecimientos murió Gómez Car-
sus hijos, por el renombre de .sus proezas, por la luz y la diel en el año de 1872, dejando hijos que heredaron to-
altivez decorosa de sus ingenios, por la grandeza del sufri- dos, del venerable maestro, el talento
y j)asión por el arte,
miento en la inmensidad de su infortunio.
y que á su vez continuaron la labor em[>i'endida por su
Centro de la civilización oriental antes del funesto te- progenitor.
rremoto de 1853, la ciudad de Cumaná brilló esplendorosa Distinguióse Antonio como pianista de mucha ha-
Jo.sé
en medio de una población floreciente, engalanada con los bilidad, excelente y compositor delicado.
mae.stro Pedro,
arreos de una sociedad cuya cultura sustentaron con esme- aunque dedicado á la ciencia médica, alcanzó tal grado de
ro así las ciencias como las letras y las artes. Si en el de- superioridad en el conocimiento del violín, que muy raros,
sarrollo intelectual de los pueblos cuéntase por mucho la entre los artistas del país, han podido igualarlo. José Ma-
robustez y energía de las fuerzas i)roductoras de los indi- ría, instrumentista del mismo modo, las obras de su com-
viduos, ningún otro con mejores pruebas que el cumanés posición revelan gusto exqui.sito y, en materia de en.señan-
;
ha manife.stado la excelencia de esas dotes naturales que le za, obtuvo muy favorables resultados en Barcelona, donde
han valido [>uésto muy honro.so entre los más esclarecidos organizó una banda marcial.
del suelo |)atrio. Tocaba en frenesí el gusto y entusiasmo de los cuma-
Así por ello la del Manzanares dio hijos ilustres al neses por la música, antes de la catástrofe de 1853. Sin
campamento, al foro, á la tribuna .sagrada, al parnaso, al academias y escasos de profesores entendidos, así y todo,
arte y á todos los ramos en que se agita la actividad in- era de especial predilección el estudio de la música por
telectual. Foco de luz espontánea, i)lácida espande sus cla- parte de la juventud de ambos sexos, tanto en las prime-
ridades, señaladamente sobre el genio melódico, cuya obra ras esferas sociales como en las más modestas, ]>oniendo en
crece y se desenvuelve al impulso de la propia inspiración. toda ocasión su contingente en las festividades públicas, re-
Entre los primeros que con sus esfuerzos contribuyeron liglo.sas ó profanas. A cuánto llegó el adelanto de esos es-
eficazmente á la pro|)agación del arte musical en Cumaná, fuerzos, dará la medida el teatro de Santa Inés donde se
debemos recordar á -José María Gómez Cardiel, nacido ha- dieron representaciones líricas con aficionados distinguidos,
cia el comienzo del siglo en esta ciudad,
y dado muy de entre los cuales figuraban los Rojas, los Ramírez, los Plaz,
joven al estudio del arte, en cuyo conocimiento alcanzó las Martínez, los Rubios. Entre oti-as, diose en aquella oca-
gran saber y notable maestría en el manejo de muchos ins- sión El Barbero de Sevilla, de Rossini,
trumentos. Obrero fervoroso de la enseñanza, dio funda-
y Romeo ¡j Julieta,
de Bellini, causando justo elogio y admiración la propiedad
mento á esa pléyade de artistas que fue el encanto y la relativa de la interpretación.
delicia del país nativo, y más luégo, propagadora en suelo Ya para el año de 1853, año de eterno duelo para los
extraño del divino arte. cumaneses, se cantaron las Siete Palabras de Haydn con
Como artista y como hombre de generosos sentimien- toda la i)ompa y majesta<l requeridas, ocupando la cáte-
tos, la memoria de Gómez es venerada en todo el oriente. dra sagrada, para la explicación del sublime canto, el pres-
Ejerció el profesorado en Margarita, Barcelona
y Trinidad, bítero Valentín de San .Juan, cura por entonces de la parro-
en cuya isla recibió hospitalaria acogida. Visitó también á quia de Santa Inés. Aquella grandiosa solemnidad fue como
Caracas, donde trabó amistad con personas de valer,
y es- el último canto del cisne, el adiós de una gloriosa des-
tuvo en contacto con los profesores de más nota de aquellos pedida.
tiempos. Reducida luégo á escombros la perla del oriente, la
Gómez Cardiel, como compositor, se inspiraba en la es- música que la había acompañado en sus días de triunfo,
cuela clásica y seguía la manera de Haydn, Mozart debía consolarla también en sus horas de duelo. A mane-
y
Beethoven. En el género religioso dejó escritas varias obras ra de Anfión, que construía las ciudades con los sonidos
de mérito entre otras, una misa solemne, otra fúnebre, de la lira, así erguirían de nuevo sus cúpulas los derrui-
;
y
un miserere á cuatro voces, cuyas obras aun se cantan en dos edificios al grato concierto de las sociedades filarmó-
todas las iglesias de oriente. Las D'enodias compuestas pa- nicas.
ra los funerales masónicos de la logia Perfecta Armrmía, dan Restablecida la calma, desde luego pensóse en i’econs-
testimonio^ sobrado de la elevada inspiración
y del profun- truir las obras de mayor necesidad y con tal propósito,
do sentimiento religioso del artista. Los himnos y cancio-
;

creái'onse las Sociedades Benéficas de Santa Inés


nes populares, cuya letra corresponde al fecundo escritor y Altagracia,
que, bajo la dirección de ciudadanos patriotas, cooperaron
José Silverio González y en que reza el recuerdo de suce- con laudable eficacia á la reedificación de los templos, or-
sos notables, son como el precioso romancero de Cumaná. ganizando conciertos, funciones dramáticas y líricas, en que
Escritos bajo la impresión inmediata de los acontecimien- tomaron p;u’te damas y caballeros de lo más granado de
tos, se levantan al calor de la inspiración popular
y en ellos la sociedad cumane.sa era una especie de renacimiento de
;

palpita la memoria de las épocas. la antigua Cumaná, digna, por cierto, do mejores destinos.
Recordamos por el momento el Himno á los milicia- Grato recuerdo mei'ece la conducta del muy benemérito pa-
nos en su coro entusia.sta. triota doctor Andrés E. Meaño, presidente de la Sociedad
Armas y pólvora, Benéfica de Santa Inés, cuyo empeño por el progreso de su
¡

Guerra á los Césares país tanto lo enaltece; mayormente, cuando sólo en su la-
Señor de América, bor mediaba el desinterés y el de.s[)i-(’ndimiento.
i

Tan sólo Dios !


I)e.scendiente de una familia distinguida de Cumaná es
el joven Salvador N. Llamozas, nacido allí el 29 de octu-
El Himno á Bolívar asociado siempre á la celebración bre de 1851. Mny d(' nino inanitestó precoces dis[)Osicio-

37
CCLXXXYI el arte EN VENEZUELA

nes por la música, por lo que sus padres determinaron de- zolana, periódico destinado á la propagación del arte déla
dicarle al estudio del piano, bajo la acertada dirección del
mirsica.
hábil profesor José Antonio Gómez. Ya para la edad de
Otro artista de nota es José G. Núñez, nacido en
diez años vencía admirablemente las dificultades del instru- la
ciudad de Maturín el día 7 de julio de 1834. En
mento, y exhibíase con la Jernsalén de Gottschalk en los edad
tempiana mostro afición por el estudio de la música
famosos conciertos que su maestro había organizado con el v no
tardó su padre, que era un excelente arti.sta,
fin de contribuir á la reedificación del templo de la iglesia en trasmitir-
le los conocimientos elementales,
matriz.
probando á medir sus dis-
posiciones en el estudio de la flauta. Muchos
No bien había cumplido tres años de aprendizaje, cuan- fueron los obs-
táculos que se opusieron al joven para dar
do el maestro Gómez, por razones de conveniencia, tuvo regularidad á
sus estudios, pue.s, apenas empezados, viose
que domiciliarse en la isla de Trinidad, quedando luégo privado de las
lecciones de .su padre que, por causas políticas,
Llamozas entregado á sus propios esfuerzos. Sin embargo, obligado es-
tu\m á abandonar su casa para peregrinar por
no era la vocación en Llamozas de aquellas que desmayan suelo ex-
tiano. Esto no fue bastante, sin embargo, á desanimar
al
y abandonan la senda emprendida, al faltarles la dirección joven, y puso por obra continuar el aprendizaje
de propia
y los elementos indispensables al logro de terminar su carre- cuenta, con tan buen provecho que, cuando vuelto
del des-
ra artística que muy al contrario, cobró nuevas fuerzas pa-
; tieiio su padre, causóle a este admiración
el jirogreso al-
ra procurarse por sí mismo los medios necesarios de com- canzado, así en el conocimiento del arte como en el
]>lementaria, haciéndose de un buen repertorio de los pia- hábil
maiiqjo del instrumento que había elegido para
ni.'ítas modernos
su (vstudio.
y clásicos, siendo objeto de su predilección Con tal aprovechamiento ein|)rendió luégo por sí solo
bis obras de Gottschalk
y de Chopin, como también aten- el e.studio del piano á tiempo que,
asuntos políticos obli-
día con esmero al estudio de la composición. Así, de esta gaion nuevamente al padre y toda la familia á trasladarse
suerte, fue adquiriendo Llamozas los muy extensos conoci- á Trinidad. Allí, bajo la inteligente dirección del jirofesor
mientos que posee, con la singularísima circunstancia de no Webekind, organista de la catedral católica de aquella ciu-
haber jamás oído en su país nativo artista alguno de nom- dad, emprendió los e.studios prácticos de la armonía
bradía que pudiera iniciarle en los secretos de la ejecución estu- :

dio que continuó con los del contrajiunto


y del buen estilo ni tanqioco tuvo la suerte de conocer y la composi-
; ción, cuando^ permaneció en Ciudad Bolívar
lo que era una ópera representada.
durante el em-
pleo que allí ejercía en un e.stablecimiento de
Con la ausencia de su maestro, tuvo Llamozas que comercio,
cercenando á sus ocupaciones el tiempo que daba á .sus
ponerse al frente del movimiento artístico de aquella loca- estudios.
lidad, como que era el de mayores dotes para hacerlo, sin
píjra esa época se ensayo Núñez en la composi-
embargo de no cultivar el arte sino á manera de entrete- ción, escribiendo algunas marchas
nimiento, propio á sustentar el amor y otras piezas ligeras ins-
y culto que guardaba trumentadas para la orquesta. De regre.so á Trinidad, vol-
por él; así concurría con asiduidad á los salones donde con vió á frecuentar la amistad de su antiguo [irofesor
interés se le llevaba, Webekind,
y organizaba de continuo también las a quien mostró sus modestas composiciones. El uso fre-
fiestas publicas. Por el año de 1874 dio comienzo á una cuente que en ellas hacía Núñez de los tonos menores, dio
publicación con el título de Album lírico, periódico musi- motivo^ al severo maestro á reconvenirle amargamente
cal en que colaboraban otros compo.sitores del país y que
v ;

probó a demostrarle los recursos que ofrecían al compo.sí-


alcanzó vida y general aceptación. tor los tonos mayores, por la riqueza y variedad de las
En 1876 hizo viaje á Puerto Cabello, donde dio, en ideas que podían expresar; en tanto que los tonos meno-
unión del malogrado Paz Abren, un concierto de benefi- res, sólo podían proporcionarle mi consfant ruisscau
cencia, en el cual tomaron parte
de lar-
las señoritas [)iinci])ales mes. Razón y mucha tenía el profesor. Pero no advirtió
de aquella ciudad concierto que tuvo muy grata resonan-
; que en la índole de la música americana, el sentimiento de
cia en el ánimo de los ¡lorteños. Luégo pasó á Caracas, la tristeza melancólica predomina, sin dejar por ello
de ser gra-
y diose á conocer desde luego como muy aventajado con- ve, majestuosa é imponente
certi.sta, j)or donde vinieron sus amigos y admiradores en De Trinidad hizo viaje Núñez á Bogotá
aconsejarle, al propio tiempo que era su mayor deseo, el que y allí dio al-
gunos conciertos, con tan buen suceso, que le valió el ser
permaiieciese en la capital;
y así lo ha verificado, dedicán- colocado como profesor en varios colegios de la ciudad.
dose á las labores del
profesorado majmrmente. Fue entonces cuando escribió su método sobre la teoría ele-
Llamozas, como conoce en su mayor parte el
¡jianista, mental de la música, el cual fue impreso
repertorio moderno y su biblioteca musical es selecta. y adoptado como texto
Apa- para la enseñanza.
sionado ferviente de Gottschalk, sus composiciones publica- Vuelto Núñez á Venezuela por el año de 1863, per-
das se resienten de la influencia del estilo de este artis- maneció en Carúpano y luégo en Maturín entregado ex-
ta. En sus fantasías características sobre aires populares clusivamente al profesorado. Durante su larga peregrina-
cumaneses, llamados Noches de Cumaná, se advierte clara ción ha escrito algunas composiciones religiosas
aquella tendencia. Como los de Andalucía inmortalizados y de con-
cierto, habiendo jure.sto últimamente música á una pieza
por Gottschalk, así son de variados de
y ricos los cantos po- Pérez Escrich, que ha obtenido merecido aplau.so en su pri-
pulares cumaneses, acaso con cierta afinidad en el corte mera representación.
del ritmo y la melancolía de las cadencias. La gente del Entre composiciones del señor Núñez, como de las
las
pueblo regularmente los canta en las diversiones llamadas más por su mérito, se cuentan, la zarzuela le-
sobre.salientes
joropos, acompañados de bandola, discante
y maracas; de tra de Pérez Escrich; canto de un proscrito; fantasía
aquí las notables armonías imitativas que acompañan las concertada para flauta y piano y un oficio de difuntos de
fantasías del artista, semejando los sonidos que producen una verdad y sentimiento religioso extremos.
aquellos rústicos instrumentos.
Además de las jiiezas escritas para piano, Llamozas ha
conqmesto, que recordemos, un himno á la caridad, otro
nacional y dos romanzas delicadísimas para canto. En nues-
tro entender, Llamozas es un artista muy inteligente co-
MEMORIA SOBRE LOS SIGNOS DE ALTERACION
mo pianista, ]>osee cualidades muy raras en el manejoy del DE LAS NOTAS Y SU REFORMA
;

instrumento: la propiedad en el sentimiento de lo C|ue in-


terpreta, limpieza mucha en la ejecución SISTEMA SÁNXHEZ
y sobrada ener-
gía en la expresión.
Es dado también Llamozas á escribir críticas musica- Los .sonidos, como las palabras, tienen representación
les, abundando en ellas conocimientos sólidos y juicios bien gráfica basada en determinados elementos; si en todo se
atinados. Eue miembro de la academia del instituto de be- ciñeran á los principios sobre la emisión, no se aumen-
llas artes de Caracas,
y hoy es redactor de La Lira Vene- tarían signos ni caracteres más ó menos complicados, sino
:

POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXXVII

que se emplearían para su forma plástica los que fuesen de una clave; cómo evitar que se intercalen entre las no-
necesariamente imprescindibles. tas; é inventar á la vez una nueva combinación que, sin
Los elementos del lenguaje hablado no se represen- alterar la forma original de la nota, represente en ella misma
tan en la escritura con igual número sus alteraciones.
de caracteres ;
para los sonidos mu- Si á las notas se les agregaren
sicales se usan también varios signos signos especiales con el nombre de fi-
esa profusión prueba lo desviado que guras para dar á aquellas valor mu-
se anda de la sencillez de las reglas sical, podrán igualmentesufriruna mar-
primitivas, analizadas y estatuidas por ca que indique gráficamente que ellas
las respectivas ciencias. Por lo tanto, tienen otro sonido, que son notas alte-
no se sigue una natural caracteriza- radas: de modo que conservan su for-
ción para las voces, como tampoco en ma primitiva con sus rayas significa-
la signatura musical, para los soni- tivas, según este sistema, que permite
dos; á pesar de ser tendencia en los denominarlas con sus alteraciones co-
adelantos científicos llegar á la sim- rrespondientes.
plificación de signos ó caracteres. Como el objeto de los acciden-
Concretándome en especial á lo tes sencillos es indicar que el sonido
que en música dice relación con las está alterado en un semitono más alto
notas alteradas, refundo primero la ó más bajo; como el de los accidentes
teoría conocida para en seguida de- dobles indica su alteración en un tono
ducir y justificar la reforma escritu- de diferencia; y como el signo que
ral que someto á la consideración de llaman becuadro se usa para hacer des-
los que, en los países civilizados, cul- aparecer los efectos de los .sonidos
tivan el divino arte, como de los que alterados, resulta una aglomeración de
hacen las publicaciones de sus obras. signos embarazosos para escribirlos,
Las notas, que son representación leerlos y aprenderlos. A simplificar,
gráfica de los sonidos musicales, se pues, esos inconvenientes, es á lo que
escriben en un pentagrama y debajo conduce la presente reforma.
y encima de él, tomando ellas su La nota original escrita en cual-
nombre propio según el lugar en don- quiera línea ó espacio tendrá siempre
de estén anotadas, de acuerdo con la la misma representación de su sonido
clave que rija. Conforme sea el grado natural: la marcada con una pequeña
que tengan los sonidos así se anota- JOSE FRANCISCO SANCHEZ
línea diagonal que la atraviese por su
rán en las líneas ó en los espacios; centro, la representa alterada en un
pero como existen sonidos interme- semitono: la atravesada por dos pe-
dios y en el pentagrama no hay lugar destinados para ano- queñas líneas^diagonales la representa alterada en un tono;
tarlos, se ocurrió al arbitrio de otros signos más para in- la dirección de': esas líneas indica al mismo tiempo la deí
dicar esas alteraciones, que son: el sos- sonido, bien sea ascendente ó descenden-
tenido, el bemol, el doble sostenido, el te: la oblicüidad de izquierda á derecha
doble bemol y el becuadro escribiendo,
;

los que son accidentales, á la izquierda


r

^ hacia arriba, reemplaza al accidente sos-


tenido: la oblicuidad de izquierda á dere-
de la nota, lo cual ocasiona una inte- cha hacia abajo, reemplaza al accidente
rrupción en medio de las anotaciones; y bemol. Marcándose de ese modo la nota
fijando en seguida de la clave al prin- '

se logra, por consiguiente, ver en ella


cipio del pentagrama el número de acci- misma sus alteraciones; leerla sin titu-
dentes sencillos de que consta el tono de bear; hacer desapaiecer la irregularidad
la pieza musical, abreviándose así la re-
y dificultades antedichas, de signos colo-
petición de signos en el curso de la com- cados inmediatamente á la izquierda de
posición escrita, lo cual obliga á man- la nota, o a distancia de ella, pero agru-
tener constantemente la atención del eje- padas después de una clave inicial.
cutante en el recuerdo de que, á ]>esar En síntesis, véase gráficamente al fi-
de encontrarse la nota ocupando su lu- nal de la página el "Sistema Sánchez de
gar determinado, no representa un soni- anotación musical." (i)
do natural sino otro inmediato, más ele- Esta nueva anotación, como se deja
vado ó más bajo que aquél. demostrado, ha de convenirse en que es
Fácil de obviar es tal irregularidad; bien racional, muy sencilla v preferible
pero hay que principiar por apartarse de á la que se ha venido usando. Los co-
la rutina universalmente radicada, sin pistas de música la encontrarán de suma
que valga invocar la longevidad que cuen- facilidad y conveniencia en su práctica,
ta el actual sistema de escritura de los
por notable que sea la rapidez con que
accidentes musicales. La reforma que pre- escriban.
sento para lo gráfico de los sonidos al-
£1 hicuadro ó becuadro^ segno mu-
terados es más natural, y tan fácil, sin PEDRO LARRAZABAL j¡J

stcale che ha P ítfficio di restituiré al suo


duda alguna, que las personas inteligen- stato naturale una nota dapprima alte-
tes en este ramo de las bellas artes, bien
rata o col diesis ó col bimollc^ semhlice
sean compositores, copistas ó editores, la apreciaran, acoge- doppio. (Amintore Galli).
rán y difundirán en sus obras teóricas
y prácticas, por
encontrarse en esta innovación grandísima ventaja í
y sen- (I)
F lono
cillez. NatDral Ftono 1 Iodo 1 Iodo
^ 1
1

eleyado bajo elevado bajo


La notarepresenta un sonido musical;
y puesto que >-1
1

entre una línea y unespacio inmediato no existe lugar NOTAS Sf w


matemático, se anota en la una ó en el otro el sonTdo
que sea superior ó inferior en un semitono ó en un tono. >7 W
Este principio, piies, guía á investigar cómo ha de supri-
mirse la multiplicidad de signos que se aglomeran después rrn Tf| TT]Tf|
CCLXXXVIIl EL ARTE EN VENEZUELA

Las mo- El mun-


dificaciones do artísti-
de los soni- co juzgará
dos de la es- imparcial-
cala natural mente e n
por medio este parti-
de los soste- cular.
nidos ó de En el
los bemoles encabeza-
tienen que miento de
representar- las composi-
se en las no- ciones mu-
tas con al- sicales, lito-
gún signo; grafiadas,
mas no en- i
m presas ó
cuentro ra- ma n u s c r i -

cional va- tas, espero


lerse de otro se signifi-
para resti- que que la
tuir la nota anotación
á su estado alterada se
natura 1
,
refiere á es-
puesto que te sistema
estas, como moderno :

son, deben derecho de


c onserva r innovador
siempre lo que invoco,
gráfico de su así como
sonido nó para la me-
alterado. dida musi-
POLITA DE LIMA Necesítase cal se men-
de signos ción a en LUISA QUEREMEL
que hagan ellas, justi-
el oficio de hacer subir cualquiera nota un semitono ó un to- cieramente, el invento de Maetzel. Dicho objeto se llena-
no, ó de hacerla bajar igualmente un semitono ó un tono; ría adoptándose, con más ó menos modificación, la fórmu-
pero el sistema primitivo que se adop- la que va al pie de esta página. (2)
tó para esas representaciones condujo
á arbitrar otro nuevo signo musical
que haga el oficio de restituir á su
estado natural una nota anteriormen- El doctor Felipe Larrazábal dejó
te alterada, y se ocurrió al (si) B qua- muchas composiciones muy notables
dratuni que significaba el si natural. por la ciencia y por la índole sentida
Ese recurso del becuadro viene á con- de la melodía, siempre suave en los
firmar, pues, lo irregular de los actua- matices que ondulan el desenvolvi-
les signos que desde su principio se miento.
idearon y se pusieron en práetica para Por no hablar de todas, dice Pla-
indicaren la escritura los sonidos mu- za, que no mencionará sino unas po-
sicales alterados. cas, muy pocas; y al efecto sólo ci-
El no haberse estudiado y corre- ta 6 ó 7.
gido este punto en tantos siglos, no Creemos que en nuestro deber de
implica que se esté obligado á perse- relatores, habla el señor Felipe Larra-
verar en el error por más tiempo. Los zábal, hijo, (que es también artista
descubrimientos, aunque hayan per- de alto mérito), y perdonándosenos es-
manecido por centurias envueltos en te natural deseo de amor filial, apro-
tinieblas, al rasgarse el velo que los vechemos esta solemnísima ocasión,
ocultaba tienen que irradiar, limpios para dar nosotros una noticia más ex-
y depurados, á impulso del progreso tensa de las producciones musicales
que civiliza, mal que les pese á los de nuestro inolvidable y amado autor.
espíritus idólatras del statu quo^ ru- Héla aquí :

tineros .sempiternos, enemigos intran-


Obras para piano:
sigentes del GO ahead: impulso éste
Gran fantasía dramática Gran so- —
ineludible, por ser emanado de lo alto
á todo lo creado.
nata (fa natural menor) á 4 manos Pa- —
ráfrasis sobre un tema del “Mesías”
Esta última consideración sobre
MARIA MONTEMAYOR DE LETTS de Hoendel, á 4 manos Nocturno —
lo innecesario é inconducente del be- Lento, expresivo^ mi bemol, 12 [8 —
cuadro, viene á robustecer más lo que Sonatata, op. 15 op. 17 op. 18.
— — —
ya dejo expuesto en esta memoria. Compárese este mo- op. 23 Nocturno —
Ricordati ” Addio mia Elena”
derno sistema, más racional y más sencillo, que no apela
á un signo extraño para destruir los efectos producidos
por otros, con el que emplea signos que obligan á interrum-
2 (
)
j
ñ0 0
pir la escritura de anotación ó mantener vivo el recuerdo
de ellos cuando se encuentran en agrupaciones, y que se
SISTEMA SMCHEZ ^
)
' wr
1
xox#-
vió impelido á recurrir á uno especial para hacer desalte-
rar notas.
1
\
i
ii» (
: — —

POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCLXXXIX


Gondolina — —Réverie Al poco tiempo de lle-
Barcarolle —
(la bemol) gar á París el año de 1890,
Le chant du proscrit — dió en el hotel Termi-
Scherzo — Presto — (Do nus una velada musical,
sostenido menorC.) — Noc- recibiendo el honor de ser
turno característico — (Fa acompañado por los céle-
sostenido menor) — Anita bres profesores H. Ravi-
— Vals de concierto, efec- na, J. White, etc., y se-
tuado en salones de
los ñoras artistas
Steinway — Pensée mu-
distingui-
das. Recojió aplausos y
sicale — S c h e o — Im- _
rz felicitaciones déla prensa.
promptu — (Mi natural) El piano que ha mo-
— Idylle — Romance sans dificado tiene 255 teclas,
él

paroles — Ballade núme- produciendo efectos admi-


ro — Si natural — Nú-
i
pues equivale á
mero — Re natural —
2
rables,
tres pianos de los cono-
Trio — Violoncello y pia- cidos generalmente.
no — La natural — Fa me- En la historia del pro-
nor — Sol menor — Re be- greso piano figura-
del
mol — Si natural — Quin- rá el nombre de un ve-
teto — Mi bemol menor nezolano como el prime-
— Quatuor — Do natural ro que ha hecho conocer
menor — Bluette número en París la reforma de
I — Bluette número 2
este instrumento, con glo-
Variaciones brillantes so- ria para la patria.
bre el “Ultimo pensa- Ramón Delgado Pala-
miento de Weber,” Letz cios, joven de 28 años,
te Gedmiken —
Fantasía discípulo de los princi-
brillan te sobre Freyschütz pales profesores de mú-
— Hugonotes Pardon de — sica que ha tenido Ca-

Ploermel Preludio (mé- racas en los últimos tiem-
ditation) — Si
bemol — pos, fue asimismo pen-
Primer preludio Sol — sionado como alumno del

bemol Cánon á due voci conservatorio de París,
— Mi bemol Fuga co-— MARGARITA AGOSTINI DE PIMENTEL
teniendo por maestros á
reada en fa mayor. George Mathius, Ritter,
Obras de canto Diemer, Plantee y Ca-
— — — —
— — —
Marzia Aria S. Desdémona — S. Nizza M. S. La lado. Allí estudió el solfeo, la armonía y el acómpa-
petite mendiante — —
S. La ieune mourante S. So near ñamiento. Por segunda vez estuvo en Europa
y fué á
— —
and yet so far B. Sérénade Roma y Alemania, estu-
— — — —
F. Dúo “Non ti scordar diando el grande órgano á
di me S. F. “T’el ra-
mmenti” — B.
— “Come é
S.
pedestal obligado, siendo en-

F. — “Dicea
tonces sus maestros Guil-
gentil — M.
” S. maut, Gibaut otros org'a-
-sentiré” — M. — Terzetto O
)
S. S. nistas.
“ Se tu m’amassi ” — F. B. S.
— Preghiera — “Oh Dio pos- A SU
ó F. — Dúo —
regreso
sente ” —
!
al país nos
S. ha proporcionado el gratí-
“ Guardava entrambi ciel” — il simo placer de admirar la
F. ó — Romanza — “ Era
S. la majestad y belleza de tan
iiotte placida ” — F. — Terzetto grandioso
— “ Tutto, tutto intorno” — B. ‘
f

cutado^ por
instrumento,
él
eje-
con tanta
S. M. S. maestría, que personas enten-
Pedro Larrazábal cuenta hoy didas y otras que han asis-
28 años; hizo sus estudios en , W' tido en Europa á las audi-
el colegio de la Ascención re- ciones de los grandes órganos,
gentado por el doctor Mon- no han podido menos que ad-
tilla Troanes y después cursó mirar los extensos conocimien-
idiomas y contabilidad bajo tos dcl joven Delgado. A él
la dirección del profesor Car- se debe, que hayan podido
los Zapp. utilizarse los buenos órganos
que aquí tenemos y que se
Desde temprana edad se de-
vaya comprendiendo que el
dicó al estudio de la música,
órgano ejecutado como lo hace
haciendo rápidos progresos en
Delgado, encierra bellezas ina-
el dominio del piano. El año
preciables.
de 1883 publicó sus primeras
composiciones editadas en Lei-
pzig y Nueva York; más tarde
A Delgado se le debe que ha-
yamos conocido y gustado
se dedicó á la reforma del
de las entusiastas y arrebatado-
nuevo piano de seis (6) te- IGNACIA P. DE FOMBONA ras armonías del genio de Listz,
clados conocido en las veladas
los magistrales conceptos de
que dió en Caracas antes de
Semuncus y Gigoud, y él
partir para Milán, como cónsul de Venezuela, nombramiento mismo ha hecho que el órgano haya producido con sor-
.con que le honró el gobierno. prendente fidelidad lo que el gran ^Mozart escribió para
CCXC EL ARTE EN VENEZUELA

el piano y orques- cha morada pa-


ta, algunas de las ra los que pue-
grandes concep- den deleitarse
ciones de Mendelh- en ella, y estre-
son y Cherubini y cha la superfi-
de nuestros gran- cie terráquea
des maestros Ra- para los secta-
mas y Velásquez. rios del carnal
Ejecutaa dmi- interés.
rablemente en el
Sugiérenos
piano y ha toma-
estas reflexiones
do parte muy prin-
la acción poéti-
cipal en concier-
ca de la mujer
tos.
venezolana, que
María Brito
como aura pri-
de las Casas Con— maveral va pe-
vocación para el
netrando en el
piano y el canto,
campo de las be-
convirtió su hogar
Blan-
llas artes.
en centro filarmó-
dos ecos, susu-
nico.
rro zefirino,
En 1886 reci-
murmurio de
bió del gobierno
arroyuelos, ru-
el nombramiento
nor de alas en-
de directora de la
tre las ramas, luz
escuela de cauto,
de aurora, aro-
en la cual ha da-
mas de todas flo-
MAÍUA TERESA VILLALOBOS DE ROJAS do los mejores re-
res anuncian su
sultados.
aparición en la
ADINA MANRIQUE
escena. Unas
Estas que siguen, páginas de simpatía, van dedica- tras otras, ven-
das por la “ Asociación ” á las señoras y señoritas ve- ciendo la natural timidez ó cubriendo con pétalos de rosa
nezolanas que en la actualidad la faz alabastrina, se acercan,
graban en blancas páginas la luz llegan y temerosas rinden en ca-
irísea de la fantasía. nastillos tejidos por la propia
Como las Musas de la fábu- mano, eltributo de su pensa-
la, ellas cultivan las bellas artes
miento,. de sus delirios, de sus
y encantan con las producciones sueños. Diríase que las antiguas
de su ingenio los espíritus va- hadas al terminar su misión en
roniles que yacen postrados por el mundo de la realidad, dejaron
el desengaño ó enervados por el
en los huecos de las rocas ó en
combate de la vida. Ellas seña- el cáliz de las flores el polen fe-
lan estela en el océano embra- cundante, y asomaron como re-
vecido, y puerto de salvación á toños y crecieron lentamente por
los barquichuelos que apenas bo- misterioso proceso, éstas que aho-
gan sin esperanza. Su voz es ra copian como magas benéficas
eco suave, su numen despierta las fantásticas y ya olvidadas le-
la inspiración y su concepto lle-
yendas.
va á los corazones algo así co- Ora en dulces versos nos re-
mo la copa de la ambrosía di- velan Luisa Queremel y Bolita
vina. De Lima los secretos de su co-
Meditar sobre los progresos razón; ora en notas armoniosas
de la literatura en nuestra patria, invocan Isabel de Mauri, Dolo-
infunde al par que entusiasmo, res de Stolk, María de Letts,
temor. Es de preguntarse adún- Adina Manrique, Ada de Iribá-
de llegaremos entre llamas de ins- rreu y Amelia Pérez Dupouy, el
piración, siendo prosaica la vida, genio de los sonidos; ora nos di-
positivistas las tendencias univer- cen en galana prosa Ignacia de
sales, aérea la vía, lejano el cie- Fombona y Margarita de Pimen-
lo azul. ¿ ife qué materia están tel, todo el sentimiento y deli-
formadas esas alas que pueden cadeza que cabe en pechos fe-
resistir á la furia de los vientos meniles.
y al ardor de los soles ? Ello es Lhiidas estas últimas como
cierto que suben y suben con dos rosas en un mismo tallo y
frente serena y sonrisa de ánge- saturadas del espíritu de Flora,
les. Pero el ejemplo es conta- DOLORES MUÑOZ TEBAR DE STOLK
han creado jardines de las le-
gioso, la emulación brota al pie tras, diamantes del sentimiento,
del florido rosal y viviremos en
y el áspid de las pasiones huye á
un Olimpo que no ideó la fábula. ocultarse entre las hojas á la voz de las hadas creadoras.
Mas si de todos^ modos se llega al fin, si las vías del Puesta la ebúrnea mano sobre las teclas, sueñan las otras
_

horizonte son amplísimas, si la poesía nació para vivir en


y vagan por el espacio esparciendo acentos que remedan
los espacios y la imaginación se remonta á las alturas aves y vientos, clamóles del desierto, rumores del bosque,
á pesar suyo, viva ella en la patria de su destino, y vi- píos de pajarillos; ó bien imprimen el lento modular de la
va en la tierra sudorosa y jadeante, la materia con todos meditación para contarnos la historia de su instantánea
sus egoísmos. Siempre será la zafírea luz del cielo, an- fantasía.
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCXCI
Y aquellas que en occiden-
En el Seminario de Cara-
te entre arenas y entre cardos
cas se instala la misma clase
levantaron tabernáculos á la bel-
en 1608.
dad, derramaron bálsamos, re-
Se construye en Caracas por
garonluces, procrearon senti-
Claudio Febres (francés), el ór-
mientos, infantaron poemas ycon
gano de la catedral, 1711.
el soplo de su imaginación inau-
Al inaugurar.se en Caracas
guraron ciclo de floridas letras,
la Real y Pontificia Universi-
esas, Politay Luisa, irán como dad, se estableció la clase de
Venus en carro de plata ilumi- música, dirigida por don Fran-
nando la tarde y saludando la cisco Pérez Camacho, con el suel-
mañana. do de 150 pesos anuales, 11 de
Lo mismo cabe decir de las
agosto de 1725.
señoritas que enLobatera han
creado una sociedad literaria;
A fines del siglo pasado vi-
nieron de España algunos pro-
y otro tanto de las que en Bar- fesores á enseñar á la gente aco-
quisimeto han pedido á la au-
modada de Caracas,donde apren-
toridad el establecimiento de cla-
dieron Francisco Javier Ustáriz
ses científicas en los colegios,
para ellas cultivarlas y dar más y otras personas notables.
El Pbro. Pedro 8ojo, des-
brillo á su clara inteligencia.
pués de su viaje á Roma en
Mencionemos por último á
1770, trajo á Venezuela reperto-
María Teresa Villalobos, que rio de música é instrumentos de
trasplantada á los jardines don-
cuerda y viento, y fundó una
de no se marchitan las flores, ni
Academia dirigida por Juan
enmudecen los ecos, vive en no- Manuel Olivares.
sotros con su imagen
y sus ta- A fines del siglo ])asado vi-
lentos. Allende el Atlántico y
nieron a Caracas unos natui’a-
á las márgenes del Sena, entre
listas austríacos
aplausos y lauros, trocó las te- y prendados del
Padre Sojo por sus virtudes
rrenas por las celestiales armo- y
amor
al divino arte, á su re-
nías. Nada faltaba
á esta pri- greso á Europa informaron de
vilegiada artista: sonreíanle ju-
ello á .su soberano, quien escri-
ventud, belleza, ingenio, idea-
bió á y entie varios re-
les, é Himeneo había colocado
galos le envió colección de obras
sobre su frente la corona de
de Mozart, Beetlioven, Haydn
azahares. Eran muchos favores
y algunos instrumentos.
juntos, y suele suceder que la
Se tundo por X. Marquís
dicha oprima con tan grave pe- ISABEL PACHANO DE MAUEI
en Caracas la lianda marcial
so como la desgracia.
del Batallón de la Reina, á fi-
¡Cuántas otras no habrá ve-
nes del siglo XVIII.
nezolanas que ensayen en itnaginario laúd las primeras
tas de la poesía
no- A fines del siglo pasado no se conocía fuera de Cara-
Cuántas que cediendo al estímulo lo han
!
¡
cas sino la guitarrita, arpa y bandola; hiégo se introdujo
templado ya y reservan tímidas la flor
más tarde el violín, la guitarra grande,
de sus ensueños !
r la flauta, etc.
Pero la cristalina fuente correrá Llegan á Caracas
i
los primeros pia-
perenne y de sus linfas brotará más nos en 1706.
y
más viva la pasión de lo bello, que El primer teatro lo construyó en
es don especial de la mujer
y el no- Caracas el cabildo en 1707 y estuVo en
ble empeño de cubrir de flores la sen-
el lado oeste de las esquinas del Con-
da de sus pasos } el templo de sus de y las Carmelitas, hasta que lo de-
afectos.
rribó el terremoto de 1812.
La Asociación venezolana de Lite- En el anterior teatro se estrenó por
ratura, Ciencias y Bellas Artes, se sien- una compañía francesa “La Faucom-
te orgullosa de incorporar en su seno pre,” la primera ópera cantada en Ca-
los nombres
y figuras de esta conste- racas, á fines de 1810.
lación de inteligentes damas, que ilu- En la celebración del primer aniver-
minan el horizonte }' se dirije hacia el sario del lOdeabi il de 1810, tocaron en
zenit. Caracas cinco orquestas de 30 músicos
Dios^^permitirá que ni una sola nu- cada una, 1811.
be empañe el cielo en que flotan sus Después de la guerra de indepen-
espíritus. dencia se con.struyó en Caracas el se-
gundo teatro ó coliseo, y duró hasta me-
diados del presente siglo. Estuvo en la
esquina del Coliseo.
El famoso trovador Antonio Lamas,
LISTA DE MUSICOS DESDE 1591
de Apure, floreció por los años de 181(!
HASTA 1889 J á 1820.
ADA SMITH DE IRIBARREN Los primeros músicos que fueron á
lospueblos del oriente del Guárico, fue-
Luis Cárdenas Saavedra, funda en
ron Erigido Ochoa, Manuel María Lan-
:

Caracas una e.scuela de primeras letras


el Canto llano, julio de 1501.
y entre ellas entra daeta, Trinidad Gil y Federico Bermi'uíez,
_ cuando allí no
se conocía sino la guitarrita, arpa
Juan de Arteaga, continúa con la misma escuela con y bandola, etc., 1840.
el La Diputación Provincial de Caracas funda la escuela de
sueldo de 30 pesos anuales, 1503.
música dirigida por Atanasio Bello, 1840.
CCXCII EL ARTE EN VENEZUELA

Se inaugura
Teatro Caracas á fines de 1855.
el
y fundó una escuela de música y canto en la esquina de la Fal-
Desde 1850 formó en Orituco una orquesta por Eri-
se triquera en Caracas.
gido Oclioa, donde sobresalieron Juan Urbina, conocedor José María Montero, que por espacio de más de medio
de todos los instrumentos, Pedro María Hurtado, violinista siglo formó multitud de discípulos en Caracas, entre ellos
etc. sus hijos y nietos, familia de filarmónicos aventajados. J.
la misma época se fundó en Ocumare por el fa-
Desde M. Montero conocía todos los instrumentos con perfección.
moso violinista Benigno Monasterios, otra orquesta que se Murió en 1869 á los 87 años de edad.
extendió á los Valles del Tuy, 1859. Juan Francisco Meserón, compositor.
En los mismos años sobresalen como músicos en Lezama, José María Mendible Isaza, flauta y canto.
Dionisio Zurita, Bonifacio Soto, y más tarde Gumercindo Zu- Dionisio Montero, compositor.
rita, lujo,Trinidad Romero, etc. Licenciado José Lorenzo Montero, compositor sagrado.
De 1854
á 1870 sobresalen en el Sombrero como profeso- .José María Gómez Cardier, músico cumanés que ejer-
res acreditados, Severo Guillén, Vicente Inciarte y Nicolás Al- ció el arte en el oriente de la república.
varado, fundadores de muchas escuelas de música en el Som- Francisco Bello Montero, compositor.
brero, Orituco, etc. Nicanor Meserón, compositor.
Los mejores trovadores populares de Venezuela los han da- Atanasio Bello, músico, director de una escuela de mú-
do pueblos del occidente del Guárico, entre ellos el famoso
los sica y canto.
Juan Falcón. Manuel Peña Alba.
Los mejores bandolistas de Venezuela están en Maturín y José de Jesús Alas, violinista.
Barcelona. José G. Núñez, de Míituríu, compositor y pianista que
Se organizan las bandas marciales “ Convención,” “ 5 de dió conciertos en Bogotá y las antillas.
marzo” y la de oriente, 1859. Román y Rafael Isaza, compositores y músicos.
Las primeras zarzuelas se estrenaron en Caracas en 18C)]. Antonio José Silva, cumanés que extendió la música en el
El primer piano que se hizo en el país lo fabricó Lorenzo oriente de la república.
Rodríguez Colina, en Caracas, en 1865. Fermín Tovar, violinista exquisito.
El teatro déla zarzuela en Caracas se inauguró en 1866. José Antonio Mosquera, que estudió en Europa, vio-
El señor Feli{)e Larrazábal fundó en Caracas el conserva- linista.
torio de música, 18(i8.
Doctor Felipe Larrazábal, músico y compositor.
La primera ópera compuesta en Venezuela fue “ Virgi-
Manuel Larrazábal, compositor y músico.
nia,” por José Angel Montero, y puesta en ejecución en mayo
Doctor Eduardo Calcaño, abogado, compositor.
de 1873.
Ramón L. de la Plaza, artista.
Viene á Caracas el famoso violinista Brindis de Sa-
Ildefonso Meserón y Aranda, músico y coni})ositor.
las, 1876.
Sebastián Lozano, compositor y organista de la catedral
El gran Teatro Municipal de Caracas se inauguró el 28 de
de Caracas.
octubi-e de 1880.
Se declara Himno Nacional la canción “Gloria al Bravo José Angel Montero, compositor y músico.
Pueblo, ” que había compuesto en la guerra magna Juan Lan- Ramón Montero, violinista.
daeta, 25 de mayo de 1881. Carlos Montero, violinista.

Se inaugura el Teatro Baralt en Maracaibo, 24 de ju- Bernardo Montero, contrabajista.


lio de 1883.
Pedro Ramos, violinista.
Se inaugura la Banda “ Tosta García ” en Ciudad de Cu- Paz Abren, pianista.
ra, 28 de octubre de 1884.
Francisco M. Tejera, pianista y compositor.
Se decreta la Banda de Ciudad Bolívar, 8 de junio Juan José Tovar, músico y flautista.
de 1885. María Saumell, pianista.
Se funda en Caracas “La Unión Filarmónica ” por Char- Augusto Larrazábal, pianista y compositor.
les Wernery el doctor Eduardo Calcaño, en 1886.
Rogerio Caraballo, violinista.
Se establecen las escuelas de piano y canto en Caracas, José Mármol y Muñoz, artista.
1886 y 1887. Domingo Ramón Hernández, músico y poeta.
Viene á Venezuela la Estudiantina Española (Fíga- Manuel Hernández, flautista.
ro), 1887. Federico Villena, compositor.
Se funda en Caracas el Liceo Artístico por los señores Gui- José María Velásquez, el filarmónico popular.
llermo Fernández de Arcila, Emilio Calcaño y Pedro Emilio Cesáreo Suárez, pianista.
Coll, en 1889.
Marcos Torres, de Calabozo, y sus doce hijos músicos.
Juan José Oval les, violinista.
José Angel Montero, artista que compu.so la primera ópera

MUSICOS NOTABLES Virginia ” en Venezuela, en 1873.
Concepción Azpurúa de Ponce de León, pianista.
Teresa Carroño, pianista.
N. Gamarra, compositor en el siglo pasado. Manuel E. Guadalajara, flautista.
José Antonio Caro de Boesi, natural de Cbacao, conqiosi- Ana S. de Toro, María de J. IMontero de Brito, Tomasa
tor y ejecutante en guitarra, fusilado por Morales en Cumaná Borges de Lozano, Josefa Gallardo y Feliiia Velásquez, distin-
en 1814. guidas |)rofe.soras de Caracas.
Pedro Nolasco Colón, compositor á fines del siglo pa- Manuel Felipe Azpurúa, pianista.
sado. Juan José Arenas, pianista.
Don Francisco Javier Ustáriz, distinguido compositor Caídos R. Pereira, profesor de piano.
caraqueño á fines del siglo pasado. Juan Francisco Ve- Luisa Uzlar de Lugo, de Valencia, pianista.
lázquez, Lino Gallardo, Juan Landaeta, autor del Gloria al Doctor Jaime Bosch, natural de Caracas y residente en
Bravo Pueblo, José Luis Landaeta, Pedro Pereira, Juan Jo- Ciudad de Cura ha muchos arlos, decano de los músicos
sé Caro, Marcos Pompa, Mateo Villalobos, Bernabé iMonte- de A ragua. Buen bajo, compositor de piezas sagradas y pro-
ro, Cayetano Carroño y José Angel Lamas, autor del Po- fanas.
pule meus, distinguidos discípulos de la escuela de Juan Amador Bricerlo, músico teórico y pi’áctico en Ciudad
Manuel Olivares que fundó el Padre Sojo en el siglo ]>a- de Cura, flautista, ejecuta bien el piano y otros instrumen-
sado. tos.
José Ignacio Burgos, contrabajo. Ramón Telles, de la escuela de Bricerlo, violín.
Narciso Lauro, que a]:)rendió con un profe.sor español Manuel Rodríguez, residente en Chor’oní, artista, cornposi-
.
POR RAMON DE LA PLAZA Y LA ASOCIACION CCXCIII

tor y maestro de muy buenos discípulos eu Aragua. Su fuerte Flautas. —


Manuel E. Hernández, Luis Velázquez, Manuel
es el clan" líete. Montero, Juan C. Alcántara.
Baldomero Guzmán, compositor, buen bajo, flauta y clari- —
Oboes.- Luis García, Jo.sé Rivas.
nete, fundador de la banda de Turmero.
Pedro Torres, de Calabozo, conocedor de muchos instrumen-
Clarinetes. —
Luis Fleurian, Miguel Cannona, Luis Brito,
Saturnino Rosendo.
tos y fundador de las orquestas de San Juan de los Morros
y — Damián Avila, Zenón Badillo.
Cornetines.
San José de Tiznados. Bombardinos. — Cruz Cedillo, Tomás Martínez.
Sofía Limonta, jiianista. Coraos. — Marcelo Villalobos, Ramón Acosta, Marcelo Mén-
Léonie Esquivar, pianista. dez, Ramón Trujillo.
Ramón Delgado Palacios, pianista y organista. B ombardón — Teodoro Guerra.
.

Pedro £. Gutiérrez, contrabajo y compositor. Tímpano. — Carlos Blanco.


Olimpo Borrero Poveda, neogranadino, conocedor de va- —Juan Bautista Abren, Francisco Dragone,
Voces. Ca}'^e-
rios in.strumentosy fuerte en el bandolín. tano Suárez, Augusto Sarria, Antonio J. Silva, Vicente Far-
Sebastián Díaz Peña, pianista. fán, Rafael Isaza, Eleuterio Isturriaga, Ignacio Bustaman-
Herinógenes Tovar, de La Victoria, buen violinista y com- te, Alejo Túpano, Pedro María Peña, Simón Colón,.Juan Flo-
positor de muchas piezas de música. res, Angel María Isaza.
Raíáel Plernández, de Cagua, compositor y cantor re-
ligioso.
Ana Misley, pianista. ESTUDIANTINA VENEZOLANA
Isidoro Balderrama Rengifo, violinista. QUE FUE Á NUEVA YORK, EN MAY’O DE 1889.
Concepción Micolao, joven de Cartagena, pianista y canta-
triz.
Vicente Fonseca, de San Carlos, violinista y compositor de Empresario, Venancio Pulgar, hijo.
piezas de baile. Director, Rogerio A. Caraballo Violín
Enrique Cazoratti Violoncelista
Antonio Beccira Bandurria
.MUSICOS NOTABLES QUE HABIA EN CARACAS EN OCTUBRE DE 1872 Erasmo Urdaneta Id
Carlos López . Id
Amable Torres Id
Victoriano Vicente Gil
Violines. —
José de Jesús Alas, Pedro E. Ramos, Feliciano
Tomás Potentini
Id
Cordero, Carlos Montero, Ramón Montero, Rogerio Caraballo, I. Bandolista
Ricardo Pérez, Francisco de P. Magdaleno, Domingo R. Her- Diego Herrera Toro Id
nández, Régulo Berra, Francisco Montero, Ramón Silva, Sil- José Manuel Enche...'. Id
verio Talavera, Angel M. Landaeta, Abdón Barrios, Eu.se- Eudoro Lozano Guitarrista
bio Berra. Miguel Fleitas Id
Altos. —
José María Velásquez, Carlos H. Tbrieiner. Doctor Luis A. Blanco Plaza, médico inspector de la com-
Violoncelos. —
José Angel Montero, Ramón Barrios, Lino pañía.
Arvelo, Genaro González, Paz Abren, Manuel Azpurúa. NOTA. — Por más no hemos podido ob-
esfuerzos hechos,
Contrabajos. —
Bernardo Montero, Alejandro Meserón, Al- tener noticias sobre la música y músicos notables del resto
berto Lutowski, Estanislao Espinosa. de los Estados de la República.
• jr

CCXCIV EL ARTE EN VENEZUELA

POPULE MEUS
¿TOSE A.3STGEL LA.IVEA.S
P(3PULE MEUS— POR JOSE ANGEL LAMAS CCXCV
CCXCVI EL ARTE EN VENEZUELA

INPI^OMTU — Por María M. de Letts


INPROMTU— POR MARIA M. DE LETTS CCXCVII
4
CCXCVIII EL ARTE EN VENEZUELA

MELOPEYA
Música de la señora Isabel P. de Mauri, letra del señor Diego Jugo Ramírez

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MELOPEYA— POR ISABEL P. DE MAURI CCXCIX
ccc EL ARTE EN VENEZUELA

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Por la señorita Adina Manrique

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39
MATERIALES PARA LA BIBLl OGRAFIA NACIONAL
EL LOOTOE ^LOLEO EEELEETSBEEO-

ADOLFO PRYDENSBERG

Caracas: *25 de noviembre de 1894. rio de uno de sus más preclaros hijos, ¿podía dejar de
ofrecerlo?
Señor Presidente y demás miembros de la Asociación Veneso- Por otra parte, lo limitado del tiempo de que era da-
lana de literatura^ ciencias y bellas artes. ble disponer, constituye un obstáculo invencible para llevar
á cima la obra, por rica que fuese la inteligencia á quien
hubiera de encomendarse, circunstancia que reduce el trabajo
La formación de la “Bibliografía Nacional” es una
á una mera recopilación de datos bibliográficos.
obra muy superior á mis débiles fuerzas, pues requiere co-
nocimientos no escasos en los diferentes ramos del saber En
este sentido resolví emprenderla, y con tal fin di-
humano, y para llevarla á cabo es necesario tener al al- rigí por la prensa á los escritores patrios una excitación
cance las producciones tanto literarias como científicas que suplicándoles me remitiesen notas referentes á las publica-
han sido publicadas eu nuestra patria, á fin de leerlas, medi- ciones literarias y científicas que hubiesen hecho. Desde luego
tarlas y conocer el objeto que cada una de ellas desarrolla,
palpé la primera dificultad, pues la excitación no fue corres-
pues sólo así sería posible clasificarlas debidamente. Este pondida sino por un corto número de escritores; y, por consi-
trabajo, aun suponiendo las aptitudes nesesarias, exige mu-
guiente, la deficiencia tenía que ser el carácter más notable
cho tiempo y más constancia, so pena de quedar muy dis- de la recopilación.
tante del fin á que debe estar destinado. Los datos que pude obtener en los catálogos de las bi-
Tales fueron mis reflexiones al recibir el encarg-o con bliotecas públicas, además de carecer de referencias nota-
que me honró esa respetable y patriótica Asociación y bles, apenas se encuentra indicado en ellos el título
[)ues
desde luego atendiendo á mi reconocida insuficiencia y á de obra y su autor, son insuficientes y sólo darían una
la
la escasez de los elementos con que podía contar, pensé idea muy vaga sobre la extensión é importancia de la li-
no aceptar tan honorífica distinción. Pero lo que se exigía teratura venezolana.
era en pro de la patria, y ante este título ¿es posible la nega- A de disminuir en cuanto fuese posible esta difi-
fin
tiva? Si mi óbolo, dada su insignificancia, puede servir cultad, artículos y escritos nacionales en publica-
solicité
de sombra eu el luminoso cuadro de la literatura venezo- ciones periódicas y en algunas revistas, habiendo podido
lana, una de las galas con que se presentará ataviada nues- reunir de esa manera mayor número de autores.
tra querida patria en la celebración del primer centena- Los “Materiales para la Bibliografía Nacional,” único
CCCIV MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

título que he encontrado adaptable al trabajo que tengo el ho- González de 1 barra, Dolores. Silabario castellano. Cara-
nor de presentar á esa respetable Asociación, 'están divididos cas,1877.
en agrupaciones de acuerdo con los diferentes ramos de González Rodil, doctor Jorge. Gramática para niños. (_'a-
los conocimientos humanos, conteniendo cada una de ellas racas, 1865; hasta 1889 se han hecho varias ediciones.
dos secciones. La primera encierra la nómina de los vo- Adoptada como texto.
lúmenes y folletos impresos é inéditos referentes al grupo Hernández, Pedro [osé. Tratado de ortología. Coro, 1844.
literario ó científico á que corresponden. En la segunda Hurtado, Francisco María. Apuntes lexicológicos. Barqui-
lie colocado publicaciones hechas en periódicos, revistas, simeto, 1882.
colecciones, etc., las cuales contribuirán á hacer menos Infante, bachiller .José Antonio. Tratado de oraciones cas-
deficientes estos datos bibliográficos. tellanas. Maracaibo, 1886.
Innumerables deben ser los errores de que adolece este Larrazábal, doctor Felipe. Filología, estudios sobre la len-
trabajo, pero acompañados como van de mi buena voluntad gua castellana. Diminutivos.
y de mi amor patrio, no dudo que obtendrán de esa respe- Leal, ¡iajael María. Breve tratado de ortografía caste-
table Asociación la indulgencia que me permito implorar. llana para uso de las escuelas primarias. Maracaibo,
Dios guarde á ustedes muchos años. 1881.
Limardo, doctor Ricardo Ovidio. Compendio de gramática
Adolfo Frydensberg. castellana de la Real Academia Española. Fue declarada
texto por el gobierno nacional.
Medrano, José Ihmingo. Apuntamientos sobre el lengua-
je maracaibero. Tratado de ortografía castellana. Ca-
I racas, 1884.
Meneses, ingeniero Olegario. Gramática castellana.
CIENCIAS FILOLOGICAS cas, 1854.
Cara-

.A. Mila de la Rota, Bartolomé. Conocimiento de los tiempos


de la conjugación castellana, 1856, dos ediciones.
GR.IMÁTICAS, DICCIONARIOS, RETÓRICA
Montes, licenciado Ramón Isidro y José Ramón Camejo.
Compendio de gramática castellana para escuelas pri-
inarias. Ciudad Bolívar, 1870; única edición de 5.000
Daralt^ Rafael Mar'ia. Diccionario de galicismos. —
Diccio- ejemplares, agotada. Sirve de texto en muchos institu-
nario matriz de la lengua castellana.
Bello^ A7idrés. Análisis ideológico de los tiempos de la con-
tos. —
4rte de hablar y escribir correctamente la lengua
castellana. Ciudad Bolívar, 1880.

jugación. 1847. Gramática de la lengua castellana. 1847. Montesinos, bachiller Egidio A. Reglas de ortografía. To-
—Principios de la ortología y métrica de la lengua caste- cuyo, 1872.
llana, 12? edición. Caracas, 1835. Montesinos, Redro José. Nociones de pronunciación y orto-
Bestard, Pedro José. Breves nociones de ortografía. Valen- grafía. Tocuyo, 1878.
cia, 1880. Muñoz Tébar, doctor .Jesús. Lecciones de ortografía castella-
Bhmco., doctor Jerónimo E. Acentuación ortográfica. Ca- na.Caracas, 1878.
racas, 1884. Arte métrica. Caracas, 1854, varias edicio- Rortillo, doctor Jesús María. Nociones prácticas de gramá-
nes.— Gramática castellana elemental para niños. Caracas, tica castellana. Caracas, 1880.
1852. Hasta 1880 se han hecho nueve ediciones. Adop- Ramírez, Julián. Gramática castellana para principiantes.
tada como texto en algunos institutos. — Gramática de Caracas, 1886.
la lengua castellana, más extensa que el compendio, edi- Ramos, José Luis. Gramática española. Observaciones so-
ción agotada. Caracas, 1856. bre las lenguas. Prontuario de la lengua española. Sila-
Bustamante., Juan de Dios. Compendio de gramática cas- bario de la lengua castellana. (Mracas, 1820. Más de
tellana. San Cristóbal, 1870. 25 ediciones.
Calcaño, Jiilio. Conjugación de los verbos irregulares y de- Rivodó, Baldomcro. Diccionario consultor ó memorándum
fectivos, por Gómez de Salazar, con notas. del escribiente. — Entretenimientos
gramaticales. No- —
Calcaño y Paniza, doctor Juan Bautista. Los verbos castella-
nos que rigen preposición. Curazao, 1887.
ciones de ortología castellana. Caracas, 1874. Pron- —
tuario de la acentuación castellana. Caracas, 1872. Tra-
Carrera^ José Manuel. Breve tratado de ortología, adaptado tado délos compuestos castellanos. Caracas, 1878. Voces
á los niños de primera educación. Coro, 1857. nuevas de la lengua castellana.
Castillo., licenciado Pedro. Gramática elemental de la lengua Soteldo, doctor Antonio María. Gramática española para los
castellana. Valencia, 1875. ingleses. Gramática inglesa para los españoles.
Castillo., doctor Rafael Julián. Compendio de gramática cas- Tejera, Felipe. Manual de literatura. Ortología. Caracas, 1889.
tellana. San Cristóbal, 1866. Torres, general José Miguel j Antonio Briceño Bricen o.
Castro, bachiller fulio. Método práctico para aprender la orto- Lecciones simultáneas de gramática castellana y arit-
grafía castellana. Valencia, 1886. mética. Caracas, 1880.
Cote, Ananías. Prontuario de la literatura .según Hermosilla, Urdaneta, Amenodoro. Análisis gramatical. Caracas, 1876.
Campillo y otros autores. Barquisimeto, 1885.
Cuervo, Lucas del. Compendio sintético de gramática caste-
Catálogo de los verbos irregulares. Caracas, 1877. Es- —
tudio sobre la existencia de la semirrima italiana
llana, para niños de 7 á 8 años.
y
Caracas, 1868. utilidad de emplearla en la poesía de su nación, en
Domínguez, presbítero Juan Andrés. Coinpendio de gra-
mática castellana, varias ediciones agotadas.
italiano. —
Eureka, sobre la verdadera acentuación cas-
Barquisi- tellana, según el uso, la razón gramatical
y la sanción
meto, 1870. de los maestros del idioma. Guía gramatical. Cara-
González, presbítero doctor José Octaviano. Nociones de re- cas, 1870. —
IManual de ortografía castellana. Caracas,
tórica. Maracaibo, 188(5. 18(6. —
Principios de gramática castellana. Caracas, 1873.
González, José Silverio. Lexicografía. Cumaná, 1840. Mé-
trica castellana, edición agotada. Cumaná, 1849.
Silabario castellano. Caracas, 1874. — Suplemento á la
ortografía. Caracas.
González, J. Tomás. Gramática elemental de la lengua illegas, doctor Guillermo Tell. Gramática castellana.
I
Ca-
castellana. Puerto Cabello, 1866. racas, 1884. Plomófonos de la lengua castellana. Ca-
González, licenciado Juan Vicente. Compendio de la gra- racas, 1887.
mática castellana. Caracas, 1842; hasta 1889 se han Zirí, José. Compendio de gramática castellana. Puerto
hecho 14 ediciones; ha servido de texto en muchos ins- Cabello.
titutos de enseñanza. —Elementos de ortografía castella-
na, (agotada). Lecciones de elocuencia.

POR EL DOCTOR ADOLFO LRYDENSBERG CCCV


II Fanger, Fíenrique. Amor y desgracia, novela.
Febres Cordero, Tulio. Apoteosis de Colón, INIérida, 1890.
BELLAS LETRAS El nombre de América, Mérida, 1892.
B Carcía de Quevedo, José Hei'ibei to. Dos duelos á diez y ocho
años de distancia, novela. El amor de una niña, novela.
LIBROS Y FOLLETOS EN PROSA CU Fortoul, doctor José. El humo de mi pipa. Julián. Re-
cuerdos de París.
Cimón Sterlings, Emilio. Emma, una confidencia. Curazao,
Atosta^ licenciado Cecilio. Funerales del señor doctor IMa- 1S90. La gratitud. La Guaira, 1881. Mi ofrenda en el
nuel José Mosquera,
arzobispo de Santa Fe de Bo- centenario de Simón Bolívar, libertador y mártir de Co-
gotá, hechos en la S. I. M. de Caracas, el día lombia, el Perú y fundador de Bolivia. Caracas, 1883.
23 de marzo de 1854. Caracas, 1854. Influencia del— Páginas sobre la mujer, tomo I, La Guaira.
elemento histérico-político en la literatura dramática Comález, licenciado Juan Vicente. Arte poética de Horacio,
y en la novela. Caracas, 1887. Revista de Europa y traducción interlineal, Caracas, 1851. La divina come-
de los Estados Unidos de la América del Norte. Cara- dia, traducción en prosa. Mis exequias á Bolívar, colec-
cas, 1881. ción de varios rasgos dedicados á la nación venezolana,
Aljonzo.,Juan. Un drama en Caracas, novela. Caracas, 1842. Obras literarias.
Alvarado^ Juan C. Gala de América. Páginas de una his- Conzález Cuinán, licenciado Francisco. El consejero de la
toria. Poesía y prosa. juventud, 12 ediciones. Valencia. (Declarado texto de
Añez Gabaldóji, Francisco. Carlos Paoli, novela original. Un lectura por el gobierno nacional). •
amor contrariado, novela original. Conzález Narváez, doctor J. I. Flores de la romería. Mar-
Aranday Fo7ite, Francisco. Obras. Caracas, 1858. garita Pedroso.
Arestigueta Montero, Rafael. Defensa de la academia ve- Conzález Rodil, doctor Jorge. Las fiestas de pascua. Cara-
nezolana, correspondiente de la real española. Caracas, cas, 1868.
1894. Cuzmán, Luis R. Desamparada. Esbozos nacionales. La
Arieaga, presbítero doctor Pdcardo. Memoria sobre la impor- Guaira, 1890.
tancia del estudio de la lengua latina. Cuzmán, Antonio Leocadio. Crítica literaria. Artículos pu-
Bello, Andrés. Influencia de la poesía germánica en el blicados en periódicos, Caracas, 1876. Tres homenajes á
romance. Bolívar, Caracas 1872. 7 ediciones.
Blanco, Edtiardo. Cuentos fantásticos. Caracas 1883. — His- Cuzmán Blanco, genetal Antonio. Defensa del discurso
toria un cuadro, novela original. Caracas,
de 1881. inaugural de la academia venezolana, correspondiente de
— Una noche en Ferrara, novela. Caracas, 1875. — Zá- la real española, Caracas, 1883. El Libertador de Sur
rate, novela original. Caracas, 1882, 2 volúmenes. América.
Blanco, doctor Jerónimo E. Glorificación del aniversario Henríquez, J. R. Querer es poder ó la casita blanca, novela.
natalicio del Libertador. Caracas, 18(36. Resumen his- Teresa ó la hija del último mantuano, novela.
tórico de la lengua castellana. Caracas, 1856, ocho Hermoso R. R. Ofrenda á la apoteosis del general Urdaneta
ediciones. en el Zulia, 1888. Ofrenda al primer centenario del na-
Blanco, doctor Teodosio Adoljo. Artículos de costumbres talicio del libertador Simón Bolívar, 1883.
en prosa. —
Artículos sobre viajes. —El palco número 17 Hurtado, pro. doctor Aíaximiliano. Estudios de literatura,
del teatro de Covent-Garden, novela. —
Las dos sillas, (laureado).
novela. Jáugueri, pro. J. M. La sultana del Zulia.
Briceño, L. F. La imprenta en el Táchira. Jiménez, pro. José S. La causa de los pobres. Trujillo, 1876.
Briceño, Ramón, Briceño Carlos y Atahualpa Peña. Día Lares, José Ignacio. Volvamos al hogar. Mérida, 1894.
clásico. Barquisimeto, 1883. Larrazáhal, doctor Felipe. Memorias contemporáneas. Obras
Biístamante, doctor Francisco E. El gran libro, ofrenda del literarias. Caracas, 1862. 2 vol.
autor al libertador Simón Bolívar en su primer cente- Level, general Andrés A. Una ojeada á Inglaterra.
nario. Maracaibo, 1883. Limardo, doctor Ricardo Ovidio. Estudio crítico-histórico
Calcaño, doctor Eduardo. Páginas literarias. Caracas, 1891. acerca del canto épico del señor Félix Soublette, “La

Un grano de incienso. Apoteosis del Libertador. Ma- Gloria de Páez.” Caracas, 1888. Juicio crítico de las “Bo-
drid, 1883. das de oro de Su Santidad León XIII,” porj. M. Monas-
Calcaño, Julio. Memorias del pobre Vicario de áViltshire, terios Velásquez. Caracas, 1887. La mort de Mr. Carnot,
por Zschokke, traducción. —
Blanca de Terrestella, no- traducción al francés. 1894.
vela original con un prólogo del doctor Jorge (Jonzá- López Méndez, Luis. Mosaico de política y literatura.
lez Rodil, 2 ediciones. —
El nombre de América. Manrique, José María. Abnegación de una esposa. Euge-
Compte rendu de la huitiéme session du Congrés In- nia. Preocupaciones vencidas, novelas que han sido pu-
ternational d’ainericanistes. —
Ernest Leroux. París, blicadas como folletín en varios periódico.s. Los dos ava-
1892. —
El Rey de Tebas, novela original. Caracas, 1865. ros, novela original. Caracas, 1879.
Camacho, Simón. Los cuentos de mi abuela. Ofrenda al Manrique. Pedro. Un viaje á Roma, vía de Nueva York. L"n
Libertador, Nueva York, 18S3. viaje en Suiza.
Casanova, Pascual. La rosa blanca, leyenda. Marcarlo. ¡Icente. Adolphe Wurtz, Caracas, 1884. Páginas
Castro, pro. doctor Henrique Alaría. A la memoria del se- sueltas. Artículos literarios, París.
ñor Juan de Dios Picón, 22 páginas impresas en el folie- Aíármol, doctor Tomás. Bromas literarias, primera serie.
toque el señor Antonio Ignacio Picón dedicó á su padre, Caracas, 1894.
bajo el titi lo de “Homenaje filial á la memoria de don Martel, José María. Miscelánea de ciencia y literatura. Cara-
Juan de Dios Picón, en su primer centenario.” 8 de cas, 1883. (Misceláneas. Caracas, 1885.
marzo de 1892, Curazao, 1892. Páginas literarias, ^’a- Martínez, Celestino. El hijo del generalísimo, episodio his-
lencia, 1887. Pío VII y Napoleón I, Puerto Cabello, tórico.
1S94. Barinas, 1894. Meaño Velásquez, José Antonio. Mi ofrenda.
Curiel Coutiño, Ramón. Obras literarias. Aledrano, José Domingo. Colección de artículos de varios
Dagmno, doctor Manuel. Juicios críticos y biográficos. géneros. Maracaibo, 1880. El Zulia literario, produccio-
Domimci, doctor Aníbal. Juliana la lavandera, novela. La nes zulianas, coleccionadas por J. D. Medrano. Maracai-
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Egut, José Agustín. Trabajos literarios. ticas.
CCCVI MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

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1884. La Libertad parala mujer. Barcelona de España, mero,^ traducida del griego. La Nave, de Horacio, tra-
1884. Tres gotas de sangre en tres siglos. Caracas, 1800. ducción. Las odas de Anacreonte, traducidas del
Un Tesoro en Caracas. Margarita Rubinstein, novelas. griego. Odisea, de Homero, traducida del griego.
Caracas, 1801. Ilivas, José María. Costumbres zulianas, ofrenda al Liber-
Montesinos., doctor J. J. Recuerdos. Puerto Cabello, 1803. tador Maracaibo, 1883. El 13 de junio
y L. Q.., no-
Páez en su centenario, folleto. vela
Montiel., Carlos R. César ó Patria ? Caracas 1801. Piodriguez, doctor Teójilo. Tradiciones populares.
Morales Marcano., licenciado Jesús María. Apoteosis del Rojas, doctor Arístides. Cien vocablos indígenas de sitios,
eminente ciudadano doctor José María Vargas, celebra- ríos, alturas, vecindarios, pueblos, ciudades y nacio-
da en Caracas el día 27 de abril de 1887. Caracas, 1887. nes, en los valles de Caracas, del Tuy
y de la costa
Metamorfosis de Ovidio, traducción. venezolana, ofrenda al Libertador. Caracas, 1882. El
Navarrete., María Ch. ¿Castigo ó redención ? Novela ori- rayo azul en la naturaleza y en la historia. Caracas,
ginal. Maracaibo, 1804. 1808. Religión y moral. Un libro en prosa. Was-
NiíTiez de Cáceres, doctor José María. Colección de máximas hington en el centenario de Bolívar, Caracas, 1883.
originales. La flor del Zurgen, novela en prosa y verso. Rojas, .fosé María de. Crítica al discurso académico del ge-
O'Brien, Eduardo. Los abismos de Caracas, novela político- neral Guzmán Blanco. Caracas, 1883.
social y realista, basada en sucesos históricos. Caracas, Romerogarcia, M. V. Peonía.
1804. Saluzzo, Alar co- Antonio. Estudios literarios. La apoteosis del
Ochoa, doctor Francisco. La propagación de la fe es elemento ilustre prócer general José Antonio Páez. Caracas,
de civilización y progreso. Tema propuesto para un cer- 1889. Meseniana en la muerte del eminente repúblico
tamen literario por el consejo general arquidiocesano de Estanislao Rendón. Cumaná, 1874. Severo Torelli, tra-
la propaganda fide. (Este trabajo obtuvo el premio). Ma- ducción del drama original del académico francés F.
racaibo, 1801. Coppée, precedida de un estudio crítico-literario de la
Olivares., Francisco. Flores y espinas, ensayos literarios en obra. Caracas, 1888.
prosa y verso. Barquisimeto, 1877. Seij'as, doctor Rafael. Corporaciones, traducción. Cristina,
Pachano, generalJacinto R. Mi óbolo, apoteósis del gran traducción. Charles Saville, traducción. El Federalista,
mariscal Juan C. Falcón, 1804. traducción.
Páez, general José Antonio. Memorias de Napoleón. Seijas García, ./. M. Pensamientos, Caracas, 1890.
Páez, Ramón. Ambas Américas, contraste. Wild Scenes in Silva, doctor Andrés ^1. Hojas de todos colores, Cara-
South America, en los Llanos. Travels and Adventures cas, 1883.
in South and Central America. Geografía del mundo Sosa Saa, doctor Tomás. Recuerdos de monseñor Ponte.
para las escuelas. Syers Piar, Roberto. Páginas de obras que componen el
Palacio, Ramón M. El progreso de Venezuela. Caracas, 1877. relato de un episodio mundano. Caracas, 1880. Un pa-
Pardo, Miguel Eduardo. Al trote. París, 1804. saje. Caracas, 1882.
Pérez, Francisco de Sales. Ratos perdidos, colección de ar- Tejera, Felipe. Blanca la expósita, leyenda. Crítica del
tículos. 1801, tres ediciones. opúsculo de Ricardo Palma, intitulado “ Monteagudo
Picón Pebres, Gonzalo. Fidelia, novela. Páginas sueltas. y Sánchez Carrión.” El progreso en la historia. Pin-
Revoltillo. ¡Ya es hora Novela.
! eal, poema deOssian, traducción. Hebdomadarias. Ar-
Piñango Ordóñez, Juan. A esfuerzos propios, novela alema- tículos de costumbres.
na, traducción. Don Carlos, drama traducido del ale- Tejera, Aliguel. El mundo americano.
mán. Gertrudis, novela alemana, traducción. Hermann, Toro, Fermin. América y Europa. Descripción de los ho-
novela alemana, traducción. Luchas domésticas, novela nores fúnebres consagrados á los restos del libertador
alemana, traducción. Simón Bolívar, en cumplimiento del decreto legislativo
Plaza, general Ramón de la. Ensayo sobre el arte en Vene- de 30 de abril de 1842. Caracas, 1843. Hecatonfonia.
zuela. Caracas, 1883. La Sibila de los Andes, novela. La viuda de Corinto,
Ponte, doctor Manuel Marúa. De Irún á Barcelona, apuntes novela. Los mártires, romance.
de una excursión á España. Tosta García, general Francisco. Costumbres caraqueñas.
Portillo, DoctSf- Jesús María. Artículos literarios. Maracaibo, Colección de artículos literarios y políticos. Caracas,
1888. La ciudad de Maracaibo, obra póstuma. Maracaibo, 1883. Leyenda de la conquista.
1890. Las melodías del cisne zuliano en relación con Tosta García, ,J. M. Bolívar en el primer centenario de su
Dios, con la patria, el hogar y la naturaleza. Maracai- natalicio. Caracas, 1883.
bo, 1888. Urbaneja, doctor Alejandro. La topocha, novela de sabor y
Quintero, Domingo. Hojas de un libro. Artículos literarios, costumbres nacionales.
ofrenda en el centenario del Libertador. Caracas, 1883. Urbane/a T., Luis. Filomeno.
Poder del corazón, Caracas, 1890. Urdaneta, Amenodoro. Bolívar y Washington. Caracas,
Ramírez, Ramón. El cristianismo y la libertad, en.sayo so- 1865. Cervantes y la crítica. El libro de la infancia.
bre la civilización americana. Caracas, 1855. Caracas, 1865. Fábulas para los niños. Caracas, 1874.

Ramos, Domingo Santos El reinado de Satanás ó los ricos Urdaneta, Relarmino. Ensayos literarios.
y los pobres, traducción del francés. La lealtad, la ab- Urdaneta, ,/. F. Colección de escritos.
negación y la clemencia de un soldado de Colombia. Ca- Vargas, doctor .José María. Bibliografía. Noticias sobre li-
racas, 1883. Trabajos literarios diversos. bros importantes. Extracto del “Aviso á los hombres de
llamos, José Luis. Apotegmas de Plutarco, traducidas del letras,’’ de Tissot. Reflexiones políticas y morales.
latín. De las historias invisibles de Palifasto, traduc- Villanueva, doctor Laureano. Apoteósis de Páez. Vida de
ción del griego. De los chistes de Hierocles, tradu- Sucre.
cidos del griego. Diálogos de Luciano, traducidos del Tepes, .losé Ramón. Anaida, novela. Estudios literarios.
griego. Discursos de Cicerón á favor de Marcelo, Novelas y estudios literarios.
pronunciados en el senado, delante de César, traduc- 'Áerpa, doctor Víctor A. Centenario del libertador Simón Bo-
ción del latín. Educación de Ciro por Jenofonte, tra- lívar en Curazao. Descripción de las fiestas. Cura-
ducido del griego. Elegías de Tirteo, traducidas del zao, 1883.
griego. El Sepulcro, por el doctor Roberto Blair, tra- 'Áumeta, César A. Bolívar en San Pedro. Ensayo literario.
ducido del inglés. Epitafio de Adonis, de Bión. El ca- Ofrenda al libertador. Caracas, 1883.
zador Cleodomo. Mirto. El amor fugitivo, traducidos
del griego. Exhortación de ísócrates á Demónico, tra-
ducida del griego. Fábulas de Esopo, traducidas del
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCVII

III Cajigal, Jua?t Manuel. Contratiempos de un viajero. El


jueves santo. Quiero ser representante.
c Calcaño, Arís lides. Los dos cortejos.
ARTÍCULOS SUELTOS EN PROSA Calcaño, doctor Fdíiardo, Conversaciones literarias. El ex-
pósito. Prólogo de la obra titulada “Médicos vene-
zolanos,” por el doctor José Manuel de los Ríos.
Acosta^ licenciado Cecilio. Al ciudadano Esclarecido. Calcaño, E^nilio. Sicut vita.
Aguirre Guerra., Pedro Antonio. Margarita. Calcaño, J'rancisco. La vida.
Agreda., Félix Manuel. A Bolívar. Calcaño, Julio. Artículos de crítica literaria publicados en
“El Semanario” de Caracas, acerca de los vicios del
Ag 2 ierrevere Pacanins., doctor Tomás. En la tumba de mi mo- lenguaje en América y de la conveniencia de las aca-
desto condiscípulo Clemente Istnrriaga.
Alamo, doctor Angel M. Antigüedades americanas. Bosque-
demias. Don Antonio Herrera Toro. El pájaro va-
gabundo. Juan Vicente Camacho. Meseuiana. Las la-
jos histórico-literarios.
vanderas nocturnas. Cuento goajiro. Prólogo de la obra
Alamo, Francisco de P. Alejandro de Humboldt. El gran de Domingo Ramón Hernández, titulada “Flores y lá-
ferrocarril de Venezuela. Mi Valle.
grimas.”
Ala7no, J. M. Pedro el correo. Carmona, Miguel. A Bolívar. Disertación sobre la mú-
Alarcón, Jacinto. Simón Bolívar. sica.
Alas, Do7uingo. El maestro Pedro. Hojas sueltas. Ramas Casanova, Aiigel. Falsa educación.
de ciprés para la corona fúnebre de mi tierno amigo Casañas Burguillos, doctor Diego. Apoteosis de Vargas.
Clemente Istnrriaga. Descripción de la fiesta que en 2 de octubre de 1884
Alas, doctor Jesús María. Hojas secas. Para la corona fú- se verificó en el Teatro Caracas en honor del doctor
nebre del finado amigo Clemente Istnrriaga. Agustín Aveledo, con motivo del XXV? aniversario
Albor, A. A. A la memoria de mi querido amigo y condis- de la fundación del “Colegio Santa María.”
cípulo Clemente Istnrriaga. Casas, Emilio de las. A L Delante de una fotografía
Albornoz Lares, II. Un pensamiento, en la muerte del señor titulada “Las ilusiones perdidas.” Ante un cuadro
Almengor Salazar. de “La Magdalena penitente.” Ariadna abandonada.
Añez Gabaldón, Francisco. Bolívar. El hombre de alma y Castillos en el aire. La hermana de la caridad. La ora-
el hombre de corazón. ción. La última nota de la lira.
Alvarado, doctor Lisandro. Anacronismo lingüístico. Ar- Castillo, Luis Alaría. Dos genios.
minio y Dorotea. Neurosis de hombres célebres de Ve- Celis, Manuel. A un amigo, con motivo de sus bodas. El
nezuela. centenario. El movimiento en la esfera .social. Jui-
Arismendi Brito, general Pedr'o. Benito Esteller. La poesía cio crítico sobre la poesía intitulada “ El beso de Ju-
lírica en Venezuela. das.” Las revoluciones. Moral y luces.
Armas, Blanca Angélica de. Aciiarela. La Soisola. La Coll, Pedi'o Emilio. Dos recuerdos. Impresiones tarascouesas.
vista del mar. El Orinoco. La Palmita. Obreras de la Los hermanos Zenganno.
idea. Coll Otero, Ignacio. Historia del hogar. Un baile en Ca-
racas.
Armas, doctor Doroteo de. La batalla de Urica. La mu-
Coronado, doctor Pedro José. La actividad humana.
jer. En el álbum de mi hermana Blanca Angélica.
María. A mi amigo el bachiller Emilio César Santo- Coj'onado, Vicente. Alejandro de Humboldt. La casa por
domingo. Una promesa. dentro.
Arroyo, ñligicel G. En la muerte de Carmen. Correa, Manuel C. Flores y mujeres.
Cova, José Concepción. En el Panteón Nacional, 24 de ju-
Baralt, Rafael María. Chateaubriand y sus obras. Las
lio de 1883. Viva el Libertador !!, 28 de octubre.
indirectas. Los escritores y el vulgo. Uii recuerdo de ¡i

¡Simón Bolívar! Ideas y pensamientos sueltos.


la patria.
Chaumer, Enrique. En la tumba de Clemente.
Barberil, general Angel Félix. Media noche.
Delgado, Santos. El Centenario del Libertador en Cumaná.
BetiUes, doctor Baldotnero. Mi homenaje al Libertador, en
Por Cumaná. En el centenario de Bolívar.
su centenario.
Delgado Correa, Luis. El cigarro de Amelia. El hom-
Bigotte, doctor Félix E. Escenas de sala.
bre plástico. Las relaciones. Los nacimientos. Mi ahi-
Blanco, Eduardo. Andrés Bello.
jado. Modas y costumbres. Un día festivo en Ca-
Bolet Peraza, Nicanor. Cuadros caraqueños. El teatro dei racas.
Maderero. De Caracas á La Guaira. Seis leguas en De Luna, Bolita J. A mi respetado tío don Isaac Chapman.
diez horas. De cómo el “ All right” resulta á ve- Luz y sombra.
ces “AH wrong.” Del cielo á New York y de New Díaz, Ramón. La fiesta de Belén en San Mateo.
York El maestro de escuela. El misacautano. El
al cielo.
Diez, doctor Manuel A. Fases de la vida humana. Naci-
santuario de la amistad. El tiempo y nosotros. El vol- miento, infancia, adolescencia y juventud, edad ma-
teador de levitas. Historias de media noche. Al ar- dura, vejez, caducidad, muerte. La mentira.
ma blanca. La barquilla y el mangle. La gran infa- Do^nínguez, doctor Rafael. El sistro de oro. Con motivo
me. La mujer hispano-americana. La vuelta al ideal. de la bellísima fantasía titulada “ La Balanza.”
Que le empreste Artículo sobre la vida cursi, que
!
Dominici, doctor Aníbal. Ultimos instantes de Tiberio.
se le traspapeló á Taboada. Uu ahijado de hierro. Un Dominici, doctor Pedro César. Armonía. La sugestión lite-
día sin sol.
raria. Neurotismo.
Bolívar, general Bimón. Carta á su maestro. Cartas políti- Echeverría, Carlos E. A mi amigo Juan Hurtado Manrique,
cas. Mi delirio sobre el Chimborazo. Proclamas. en la muerte de su hija Sólita.
Borges, Pbro. Carlos. Triunfo de la juventud católica. Egui, 'T. A. La virgen del encanto. Fantasía.
Descripción del homenaje del “ Círculo de la Juven- Ernst, doctor Adolfo. Para el cancionero popular de ^^e-
tud Católica de Caracas,’’ á la memoria preclara de nezuela.
los Pbros. doctores Nicanor Rivero
y Miguel A. Es- Espinosa, doctor Isidro. Doctor José Antonio I’onte, Dignísi-
pinoza. mo Arzobispo de Caracas. Necrologia.
Breca, Juaii .José. La majestad de la justicia. ¡
Pobre padre Esteller, señorita Antonia. A las puertas del paraíso. Atí,
mío! Vanitas vanitatum. madre mía. Cuentos populares. El marinero bretón.
Bruzual, .José Vale^ttín. Simón Bolívar. El sitio de Valencia. El vampiro. Henrique. Her-
Cabello, Daiiiel A. A
Bolívar. menegilda, ó la virtud cristiana. Juana de Arco. La
Cabrera Malo, doctor R. Angélica. conversión de un ciego. La loca por amor. La montaña
CCCVIII MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

sagrada. Lord Falkland, traducción. Los campaneros Larrazábal, doctor Felipe. La catedral.
de Cambray. Martín y Martina. Página triste. Re- Lameda, León. El 28 de octubre.
cnerdos de nn abanico. Un jnez incorruptible. Tú serás Lander, doctor Napoleón Tomás. A Clemente.
mi esposo. Artículos de costumbres. Lara, Pedro Antonio. Loores.
Esteller^ Benito. Ayer y hoy. Carnaval. El barril encan- Lares, José Ignacio. Amor de madre.
tado. Una tacita de chocolate. Lam'azábal, Juan S. El corazón. Preocupaciones. Tribus
Pebres Cordero.^ Tnho. A la memoria de Andrés Bello. indígenas.
Pelee., Pedro Vicente. El Porvenir. Fanatismo. La Indi- Level, general Azidrés A. Dos palabras. Composición leída
ferencia. La Prensa. el 24 de octubre de 1880 en el “ Asilo de Huér-
Fernández, Manuel María. Eduardo Blanco. Duelo de la fanos.”
iglesia. López, Cipriano. Bolívar, en su centenario.
Figueredo, Carlos Benito. La Semana Santa madrileña. Re- López Méndez, Luis. Fantasía.
vistas de Madrid. López Rivas, Eduardo. La traición.
Pinol, Helímenas. El sacrificio de Isaac. Lozano, Abigaíl. La marsellesa, traducción.
Flores C., Manuel F. .lunto á la reja. Llamozas, Salvador N. Inés Angelina Borges.
Fombona Palacio, Manuel. Descripción de la fiesta lite- Machado, doctor Francisco Javier. A Barinas.
rario-artística celebrada en el Teatro Caracas la no- Machado, G Bolívai’.
che del 2ü de febrero de 1893, por el “Centro Ca- Manrique, Francisco. Esbozos. A Mercedes y María. La his-
tólico Venezolano”
en honor del Soberano Pontífice toria del violín.
León XIII, con motivo de sn jubileo episcopal. Manrique, José María. Idilio alegórico. La huérfana. Mo-
Gámez, pbro. Manuel. Ante el cádaver de mi prelado mon- nólogo.
señor Ponte. Manrique, Pedro. Leyenda histórica. Recuerdos. Revista
Gando Bustamante, José Antonio. Las angustias de nn ner- de autores didácticos é institutores. Tres horas de viaje.
vioso. Un retrato.
García, José Hermeiiegildo. Los petardistas. Panorama ca- Marcano, Serapio. Pensamientos. En el centenario del Li-
raqueño. bertador.
Gil Fortoul, doctor José. A un joven que empieza á es- Marcano, Vicente. Conversaciones sobre industrias. Las agu-
cribir. Cartas á Pascual. Crónica literaria. Diletan- jas. Ch. Sainte-Claire Develle. El primer aniversario
tismo. Prólogo para las obras póstnmas de Luis López de “ La Unión Médica.” Historia científica de una
Méndez. Ratos perdidos. Viajando. gota de rocío. La botica. Ciencia amena. Las sustan-
Gimón Sterling, Fmilio. Pasión y resurrección. cias explosibles. Los perfumes.
González, Eloy G. Ataracea. El copo de nieve. La hora Marcano Rodríguez, R. Reflexiones.
del sancocho. Mármol, César A. Manuel D. Marquiz, necrología.
González, José Silverio. Reminiscencias. Mármol, Luis M. Sin título.
González, licenciado Juan Vice7tte. Estudio sobre “El poema Mámnol Hei'rera, José. Avanzando !

del Cid.” Estudio sobre Mirabeau. Meseniana. Páezü Martel, José María. Representación de las ciencias positivas
Oratoria política. en la educación.
González, doctor Teodardo. Disertación sobre la influencia Martiarena, ,T. Bolívar.
del descubrimiento de América en la civilización del Mata, Andt'és A. Eterna brega.
mundo. “ Las siete palabras.” Monseñor Ponte. An- Medina Jiménez, R. El libro.
te su cadáver. Méndez, doctor' Gregorio Fidel. El 28 de octubre.
González Nai'váez J. I. El 7 de julio de 1814. La historia Méndez, hijo, doctor Juan de Dios. Dinero y riqueza. Una
y las letras. Ojeada á la naturaleza. estatua de Bolívar.
González Peña, Búnón. A los cubanos. Necesidad que tie- Méndez y Mendoza, Eugenio. Actualidades. Artículos publi-
nen los pueblos de una literatura propia. cados en “El Cojo Ilustrado.” El día del santo.
González Rodil, doctor Jorge. Prólogo de la obra titulada Manuel Fombona Palacio. Retrato del doctor Arístides
“ Blanca de Torrestella,” por Julio Calcaño. Rojas. Tacoa.
Goftzález Sanoja, Antonio. LTi recuerdo á Clemente. Atendible, doctor Juan Vicente. Artículos sobre varias ma-
Graterol y Morles, doctor Justiniano. Composición leída en terias.
la sociedad “Amigos del Saber, ” en la sesión extraordi- Mendoza, doctor Cristóbal. De la inmigración en \"ene-
naria del 19 de abril de 1883. zuela.
Gtiadalajara, Julio F. A Clemente. Mendoza, doctor Cristóbal L. A Bolívar en el primer cen-
Guadalajara, Manuel. Recuerdos á la memoria de mi adora- tenario de su natalicio. La gloria de Isabel la Cató-
do amigo Clemente Istnrriaga. lica. Composición premiada por la I. U. C. de V. en el
Guardia, Heraclio M. de la. 19 de abril de 1819. El pri- certamen celebrado el 28 de julio de 1883.
mer centenario del Libertador en Caracas. Mendoza, Daniel. La mujer reflejada en dos distintos espe-
Guznián, Antonio Leocadio. En la muerte del joven Clemen- jos. Las niñas á la moda. Los críticos en Caracas.
te Istnrriaga. Los muchachos á la moda. Palmarote en San Fernando.
Gtizmán Blanco, general Antonio. La moral de las armas. Un llanero en la capital.
Ilennquez, Joaé Ramón. Artículos de costumbres. Mendoza, José Cecilio. Deber del patriotismo.
Hernández, Octavio. Cuadro alegórico de la sociedad “ Ar- Mendoza, José Fduvigis. La humanidad.
monía.” El ojito de vidrio. La popularidad. Morieses, ingeriier-o Olegario. Bellas artes. Caracas. El
Henderá Toro, Antonio. Bohemia. ¡Qué me importa! puente de la Trinidad. Una visita al cantón Upata.
Ibarra, Santiago. La entenada. Rasgos de la vida y ca- Meoz Minchin, doctor Carlos. La mujer coriana.
rácter de Beethoven. Michelena, Tomás. Artículos en prosa, filosóficos lite-
y
lunes Suárez, Rodoljo. Sobre la tumba de mi amigo Clemen- rarios.
te Istnrriaga. Milá de la Roca, Bartolomé. El centenario de Bolívar. La
Irzvin, general Carlos T. A Arístides Rojas. Pedazos del gloria de Sucre. La misión de Bolívar.
corazón. Milá de la Roca, Juan Francisco. A Cumaná. A mi patria
Isava Guevara, Manuel. Heroísmo de Bermúdez. en el centenario de Bolívar. Bolívar!! Bolív’arse mag-
.íiménez Ai'ráiz, Francisco. Rasgo heroico. nifica en sus obras. El ilustre caudillo de América.
.Jiménez il/. Pablo //. Pensamientos.
, Milá de la Roca, José María. En homenaje al gran Bo-
.Jurado, Sanios. El enfermo. Un episodio de la insurrec- lívar.
ción india. Milá de la Roca, Marros. El Moisés de la América. La Gran
ATy Ay ala, Fernando. ¡
Sin esperanza ! Semana.
!

POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCIX

Montenegro presbítero Evaristo. Triste recuerdo. Rivas Galindo, Francisco. El expósito.


Montes., Simón. Culto á los muertos. Ríos, doctor José Manuel de los. Monseñor Ponte. I’ensa-
Montesinos, Egidio A. Don Andrés Bello. mientos dedicados á Vargas el día de su apoteosis.
Montesinos, Pedro. Página íntima. Rivas, .íngel C. Impresiones.
Montiel Vulgar, doctor Manuel. Efluvios del alma. El 18 Rivas, José María. Entre las glorias de Bolívar sería im-
de noviembre. posible decir cuál es la mayor. La mujer de la época.
Morales Marrano, licenciado Jesiis Aíai'ta. Artículos crítico- Los pegadizos.
literarios. Rivas Afandarain, doctor Jesús Afaría. 24 de julio de 1783.
Katera. Andrés C. Pensamientos á Bolívar en su cen- Rivodó, Ermelindo. C’onsonancias encontradizas. Una visi-
tenario. ta al joven pintor venezolano Cristóbal Rojas.
Kúñez de Cáceres, doctor José Marta. Pensamientos suel- Rodríguez, presbítero doctor Manuel Felipe. Monseñor Ponte.
tos. Rodríguez, hijo, Mariano. En homenaje al padre de la pa-
Ochoa, doctor Erancisco La empleomanía. 24 de julio tria.
de 1783. Rodríguez, doctor Teófilo. Ligeras muestras de medicina po-
Oquendo, Candelario. La luna. Cosas mías. Mis aprecia- pular. Descripción de las cuevas de San Juan de los
ciones. Morros. 19 de abril de 1810. Supersticiones relati-
Ortega, Pablo Antonio. Artículos sobre varias materias. vas al matrimonio.
Pachano, general Jacinto R. Epitalamio para las bodas Rojas, doctor Arlstidcs. Apoteosis de Sucre. Campo de nar-
de los jóvenes José Agustín Iribarren y Virginia Gon- dos. ¿Cuál es la obra más antigua que se haya pu-
zález Plaza. Juan Vicente Camacho. María Caspers blicado en América sobre algún ramo de las ciencias
de Amengual. Para el álbum de la señorita Bolita médicas? ¿ El 19 de abril es ó no la fecha iniciati-
de Lima. va de nuestra independencia ? Los pórticos del nuevo
Palacio, Ramón JSÍ. Al natalicio de Simón Bolívar. mundo. Matapalo y Bucare, ó el combate de dos gi-
Pardo, Miguel E. Alfonso Daudet. Este caballero. Indi- gantes.
gestión de tronos. Los veranos de París. Madrile- Rojas, hijo, Pedro José. Críticas y revistas teatrales. Ar-
ñas. Santiaguito Candelas. Sevillanas. tículos políticos. Artículos de costumbres, escritos en
Parejo, doctor A)itoniü. Los restos de Cristóbal Colón en la ca- francés.
tedral de Santo Domingo. Artículo crítico. Rojas, Teófilo E. Los impertinentes.
Párraga, Ernesto. ¿ El 19 de abril de 1810 es ó no el día ini- Romero, Manuel Salvador. Pensamientos.
ciativo de nuestra independencia nacional ? Ruiz, Pedro Manuel. El anarquismo. Enseñanza de la his-
Paz Castillo, José Ignacio. La colina de la ciencia. toria.
Pérez, Francisco de Sales. Meseniana á los soldados muertos Saluzzo, Aíarco Antonio. Estudio sumario acerca de la li-
en las últimas batallas. 1868. teratura hebraica. Meseniana, en la muerte del general
Pérez Calvo, doctor P. Monseñor Ponte no existe
¡
! Manuel Ezequiel Bruzual.
Pérez de Santander, María de la Paz. Monseñor Ponte. Sánchez, Francisco José. Siempreviva, para la tumba de mi
Pesquera^ Vallenilla, Vicente. Teresa Lazo. Una sentencia queridísimo amigo Clemente Isturriaga.
histórica. Sanojo, licenciado Luis. El general Carlos Soublette, artícu-
Pizzorno, Simón. Para la corona fúnebre de mi inseparable lo necrológico.
amigo Clemente Isturriaga. Sarmiento, Cecilio. Sobre la losa de mi amigo Clemente.
Plaza, general Ramón de la. Las Primaveras, melodía de Seijas, Alagdctlena. La Caridad.
Weber. Tres genios. Uccelli. Ultima melodía de Seijas, doctor Rafael. Prólogo del “Manual de Historia de Ve-
Renal. nezuela,” por Felipe Tejera.
Pompa, Jerónimo. El poder monetario. Las modas de París. Sifuentes, Ramón. Cumaná.
No jugar más. Una noche y un sueño. Silva, doctorAndrés A. El año nuev'O. El Cojo. El tinte-
Portillo, doctor Jesús María. La oratoria durante la revolu- ro. La pluma. El papel. El hombre. La sal. Yo
ción de la independencia. Las cosas de Godoy. Una cosa es estar dentro y otra
Qüenza, Benjamín. Microcosmos. es estar fuera.
Ramírez, Abraham. Bolívar. Silva, hijo, Laurencio. Algo de todo.
Ramírez, Ramón. El Estudiante. El sexo neutro. Sosa Saa, doctor J. Tomás. Monseñor Ponte.
Ramos, Domingo Santos. Las apreciaciones literarias del Sotillo, A. J. A Cumaná.
señor don Julio Calcaño. A mi hija Carmen Tere- Soto, Manuel Salvador. El arte.
sa dormida. Meseniana á Cúcuta. Artículos de co.s- Suárez, Jesús Afaría. Apuntes sobre Conchita IMicolao.
tumbres. Varios. En la ribera del mar. Ultimo idi- Tejera, Miguel. Apoteosis del doctor José María Vargas.
lio. Leyenda. Meseniana, á mi hija Rita Eleonora. Terrero, Leopoldo. Soñar despierto.
A mi amigo Don Simón. Al doctor José María Var- Toledo, Valerio Perpetuo. Refranes míos.
gas. A José Antonio Carrillo y Navas. Carta al doc- Toledo Bermndez, Pedro. Filantropía.
tor Jesús María Morales Marcano. Cartas al señor Ju- Toro, Fermín. Cinco de julio. Circulación y bancos. Crí-
lio Claretie. A Federico Núñez de Aguiar. Dos poetas tica. Resumen de la Historia de AYnezuela, por Ra-
y dos dolores. Amar, creer, sufrir. A Coro. Revistas fael María Baralt. El 24 de enero. Ideas y necesi-
de representaciones dramáticas, varias. Al señor .José dades. Introducción al “Manual de Historia Univer-
Antonio Carrillo. Estudio sintético acerca de los orado- sal,” por Juan V. González. Un romántico.
res seglares de Venezuela. Artículos sobre instrucción Toro, Julio. Andrés Bello.
pública. La desposada de mi amigo, epitalamio. A Tosta García, J. A[. Pensamiento leído en la sociedad “Ami-
Cuba. Mi ofrenda á Bolívar. Impresiones del mar. Me- gos del Saber.”
seniana dedicada á algunos amigos. Pensamientos sobre Urbaneja, doctor Alejandro. Las Sanmigueladas, crítica de las
la música y el canto. A la memoria de mi padre. Histo- costumbres políticas de A'’enezuela.
ria é historiógrafos. Diez estudios,
y otros sobre varias Erbaneja Achelpohl, Luis. Acuarela.

Celeste. Croquis.
materias. De temporada. Diciembre. El niño de los rizos de
Ramos, José Luis. Varios artículos literarios En
y de crítica. oro. el corral. Estival. Fantasía. Hosanna. Idi-
Discursos y otros trabajos. lio. Inconsolable. Nochebuena. Ojo de vaca. Rima.
Rendón, Vicente A. A Juan Vicente Camacho. La gloria de L"no, uno sólo.
Bolívar. Urdaneta, presbítero José Tomás. El abogado, Flores. Aromas.
Revenga,^ Manuel. El elemento dramático en la ópera. Mujeres.
Reges, F. La noche del 10 de agosto. Para el centenario de Uzlar de Lugo, Luisa. Monseñor Ponte.
Bolívar. Uzcátcgu.i,, arzobispo señor Críspalo. Al amado Pastor.

40
cccx MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

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tes biográficos porJ. M. Torres Caicedo. Caracas, 1870. Osuna, Heraclio D. La Araucada, ó sea Páez en la batalla de
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Breca, Juan José. Páginas guaireñas. 1883. Estrofas, colección de poesías originales
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de Rojas, le-
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yenda. Fabián, poema filosófico-fantástico en cinco
cantos. La prometida de Dios, leyenda. La Reina de Pompa, Elias Calixto. Versos.
las Hadas, leyenda. Ramírez, Abraham. Ensayos poéticos, con un prólogo por el
doctor Jesús M^ Portillo. Maracaibo, 1882.
Calcaño, José Antonio. El Santo Huésped, leyenda religiosa,
Caracas, 1854. Ramos, Domingo Santos. Poesías.
Calcaño, Julio. Parnaso venezolano. Flores de pascuas, co- Reina, José Afaría. La guerra castro-francesa.
lección de poesías. Maracaibo, 1869. Hojas de ciprés, Rivero, Gelasio. Acordes.
colección de poesías. Caracas, 1888. Rivodó Ermelindo. Hojas de un libro. La Guaira, 1884, 2
volúmenes.
Calcaño, Luis. Francisca de Rimin-, traducción en verso.
Solazar doctor José Afaría. La colombiada ó Colón. Caracas,
Camacho, Juan Vicente. Primer libro de poesías. París,
1853. Poesías líricas. Caracas, 1853.
1872.
Saluzzo, Marco Antonio. Leyenda de la tumba, colección de
Coronado, Vicente. Poesías.
poesías.
Echeverría, Carlos. Horas perdidas. Seijas García, J, Af. Hojas en blanco, ofrenda que presen-
Escobar, Elog. Poesías. Un viaje fantástico, poema. ta á sociedad “Glorias de Anzoátegui” con moti-
la
Escovar,^ ¡Simón A. Cánticos místicos. Barquisimeto, 1880. vo de la celebración del centenario de tan benemérito
Hojas perdidas, Barquisimeto, 1875.
prócer. Caracas, 1889.
Gallegos Celis, Eduardo. La veintena, colección de produc- Soublette, Félix. La gloria de Páez, canto épico. Caracas,
ciones en verso. Maracaibo. 1888.
Garhún, Domingo. Poesías, 2 ediciones. Caracas. Sulbarán, Eduardo. Flores silvestres, colección de poesías,
Gama de (¿uevedo, .Tosé llenberto. El proscrito. Episodios de con un juicio crítico por el doctor José Antonio Gando
la tragicomedia del siglo XIX. Madrid, 1852. Obras Bustamante. Maracaibo, 1881.
poéticas, 2 volúmenes. Tejera, Felipe. Llojas del paraíso, poema en 6 cuadros.
Garda Pompa, Agustín. Brisas de Nueva Esparta. 1890. La colombiada, poema épico en 12 cantos. Caracas, 1878.
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCXI

La Boliviada, poema épico en 12 cautos. Caracas, 1883. Brigéde Sasso, Ana. Poesías.
La Ilortensiada, poema humorístico en verso. Veinte Brito González, Pedro M. A Adiós !

cantos de Ossian. Calcauo, Arístides. La mundo. Oda á Es-


libertad del viejo
Tejera, Miynel. Prosa y verso paña. La Al señor Vicente Marcano. Miserere
rosa.
Urdaneta, ^ímenodoro. Poesías religiosas y morales. Poesías nobis, domine. Recuerdos de Maracaibo.
en italiano. Calcaño, Carlos. A Dolora, en su álbum. A una niña. De-
VíUquez, doetnr Ildefonso. Lira zuliana. lirio. En el templo.
Villasmil, Daniel. Ecos del arpa. Calcaño, doctor Eduardo. Lux facta est.
Yepcs, José Ramí)n. La IMaracaida, poema. Poesías. Calcaño, Francisco. Dos almas.
Calcaño, José Antonio. A
Animas. Al ciprés. El canto de
primavera. El desterrado. El mendigo de Aldershot.
El ruego de la inocencia. Trigus. La cruz. La des-
V trucción de Tiro. La faja azul. La jornada del Arauca.
La loca. La profecía del Ulema. La saboyana. Las
l'OESÍAS SUELTAS bri.sas del Avila. Los arabescos de Eduino. Los dos ge-
nios. Querella.
Calcaño, Julio. A
Dolores. En un baile. Al descubrimien-
Acosta, licenciado Cecilio. A la libertad, sonfeto. La casita to de América. Silva. Amor y orgullo. una rosa A
blanca. La gota de rocío. La libertad. marchita. Dos séquitos. El cansancio. El canto del
Acosta, M. Antonio. Bolívar. Ternezas. A las hijas del Man- bengalí. El ciprés y la tumba. El héroe de Turbaco.
zanares. El primer beso. Eloísa. Isabel Martínez. La ciencia
Alas, doctor Domingo. Lágrimas de acíbar sobre la tum- etimológica. Soneto. La gloria del Libertador. La
ba de mi tierno amigo Clemente Isturriaga, soneto. primera lágrima. Los héroes muertos. Vicente Paúl.
jPost inortem! á la memoria del preclaro poeta Domingo Calcaño, Simón. A las porteñas. Bajo el laurel. Impro-
Ramón Hernández. ¿Qué has dicho! visación. La ribereña y el pe.scador. Los tres océanos.
Camaclu), doctor Gabriel. Los huérfanos. Vargas en el Pan-
Albornoz Lares, Jlenrigae. A A., en su álbum. A Margarita.
teón Nacional.
Dios y ciencia. Quejas.
l amad10 Juan Tributo juvenil. A Páez, 1847.
Vicente.
Alvarez Ibarra, Henrique. A los valientes que sucumbieron ,

Camacho, Simón. Para el álbum de una señorita. En


Ella.
en la gloriosa toma de Caracas, 1868, soneto. A un arro- la muerte del venerable sacerdote doctor José Alberto
yuelo. En la muerte del ilustre varón doctor José Var-
Espinosa.
gas, Himno á Cnacaipuro. La juventud.
Arcas Salcedo, Jerónimo. A Bolívar. Casanova, Pascual. A Teresa. Epigramas. A un sastre.
Argote, Luis M. Frío.
A un predicador en San Francisco. Maracaibo. A C.
Castillo, Jesús. Madrigal.
Arisniendi Brito, general Pedro. A Alfredo en la muerte Castillo, LWlro I\ihlo del.
de Benito. A
la libertad del viejo mundo, oda.
Al Libertador en su primer cen-
La
herencia de las madres. Ultima luz.
tenario. A mi hija Carmen. Oda á AYnezuela. Plega-
ria de un parricida.
Arocha, Pablo J. Al pie de un sauce. Anémona. Abandono.
Barberii, general Angel F. El recuerdo y la esperanza.
Celis Avila, Trinidad. La esperanza.
Coronado, doctor Pedro José. Fantasía.
Serenata.
Coronado, Vicente. El laurel de la discordia. El Redentor,
Barreta, Gil. Al señor Ambrosio Isturriaga en la sentida y soneto. Oda, la libertad del viejo mundo.
prematura muerte de su hijo el bachiller Clemente Is-
Co, 'onado AJillán, Bonifacio. Al gran venezolano Andrés
turriaga.
Bello.
Barrios, Próspero María. Composición en verso publicada
en el “ Diario de Avisos.” Himno á Guayana. Him-
Correa Flinter, Luis. En la tumba de mi madre.
Curiel, Elias D. Albores.
no á la virgen del rosario. Curiel, José David. Poesías. Trabajos literarios.
Beltrán Diez, Eduardo. Siemprevivas á la memoria de Ma-
nuel D. Marquiz.
Churión, Luis. A León XIII en su jubileo episcopal. Non
pra valebant. x^l insigne escritor presbítero doctor Mi-
Bermúdez Avila, Mmuel María. A Maracaibo. A Rosa. A
guel A. Espinoza. Crepúsculo. Lucha.
lina nube. Canto fúnebre á la memoria del ilustre ve- Delgado Correa, Luis. Escenas de balcón.
nezolano José Heriberto García de Quevedo. El año De Lima, Polita J. Tempestad y calma.
nuevo. En el día de año nuevo. Melancolía. ¿Qué Díaz, Fernando A. A Luisa, oda.
nombre le daré ? Ráfagas. Sixto y Aida. Díaz, José María. A Bolívar.
Blanco, doctor .Jerónimo Eusebia. Ante los restos de Vargas. Díaz Lecuna, Eduardo. Mensaje de amor.
El Aquiles de la libertad, poema. El día de difuntos. Díaz B., José María. Risnm teneatis. Trenodia.
Impresiones de una fiesta. Domínguez, ÁtaJnialpa. IVIi vuelta á Puerto Cabello.
Bla,nco, José Trinidad. A don Manuel del Palacio. A mi Domínguez, doctor Rafael. Los dos cortejos.
madre. El cundeamor. El espejo. El sepulturero. Domínguez Blanco, Ramón. En la tumba de mi hija Jo-
Tempestad. Una lágrima sobre la tumba de mi malo- sefina.
grado amigo Clemente Isturriaga. Delima, Rosa Ana. Poesías. Melodía.
Blanco, Luis A. A Cumaná, oda. A una gruta. Job. Tri- Escobar, Eloy. Al señor J. B. Madriz, enla muerte del co-
bulación de Job. ronel Hernández Madriz. A San Vicente de Paúl.
Blanco, Luis F. Bolívar. Fare well. Historia de una niña. La Romería de Re-
Blanco, doctor Teodosio A. Ayer y hoy. villa.
Blunck Veloz, Carlos. Rima. Veintiún años. Espinal, Mariano. Soneto á Bolívar.
Bocaranda, Francisco. Flores de Segovia. Esíeller, Alfredo. El 28 de octubre. A Cándida Cordeiro.
Borges, Carlos. Magna Roma. En el jubileo episcopal de A Luisa.^ A
mi amigo J. G. B. A mi amigo L. G. T.
nuestro santísimo padre León XIII. El desafío. El invierno. El sueño.
Breca, Juan Jo.jé.
En un álbum. La
Al niño rey Alfonso XIII. El porvenir vida. Mater Dolorosa. Redención.
de la América. Fastidio. La adoración perpetua. Re- A
Esteller, Benito. A ella. la A distinguida actriz
miniscencias. Seriedad. Tú y yo solitos. Rosa Delgado de Annexy. A la niña de Port. A la se-
Briccño, Manuel Salvador. La vuelta del proscrito. Al illmo. úora doña Josefa N. de Monteverde que perdió la su
y rvmo. .señor doctor Silvestre Guevara y Lira, anti- fija é á poco su madre. A la señora Virginia de Lange
guo arzobispo de Caracas y \"enezuela. en la muerte de su hija Belén. A la señorita Matilde
Brigé, Carmen. Poesías. Landaeta. En su álbum. Al asilo de ciegos. Al doctor
CCCXII MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAEIA NACIONAL

Lilis Rodríguez. Al pie del altar. Al señor José Ra- colegio López” en Barquisinieto. Oh Dante Voz sin
Yepes. A María.
!

món A M. J. A mi amigo Juan eco.


¡

Bautista Guevara. A mi amigo don L. G. F. Amorosa. Henríquez, José Ramón. Composiciones poéticas.
Ausente. Camino del cielo. Contrastes. De cuonio el Hernández, Domingo Pam'on Al firmamento. Clemente Is-
auctor, etc. Déjame soñar. Despedida. A Alejandrina. turriaga. Los ángeles.
Dolor y consuelo. El año de mil. El cautivo. El con- Hernández, Octavio. A dos pimpollos. A la memoria del
cierto universal. El día de los muertos. El niño muer- presbítero, doctor José Antonio Ricón. Treno. La cerda
to. El secreto de la vida. El vencedor. El vencedor
y sus hijos, (fábula).
del vencedor. En el álbum de la señorita doña Cán- Hernández, Pedro José. Lágrimas del destierro. Querella
dida R. Cordero. Ilusiones. La cabaña. La fie- de un triste.
bre. La fiesta del amor. La mujer adúltera. La rosa Herrera Toro, Antonio. A mi novia. A un cerdo. Jo-
y el ruiseñor. La sortija. Las flores de cera. Las hijas sé Antonio Calcaño. Montepío. Querría morir. Re-
de Caracas, (laureada). Lo que va de ayer á hoy. No tamas.
eres tú. ¡Nuncal Para las cajetillas de “El Co- Illas, Juan J. El 28 de octubre.
jo.” Que se irá, que se vá, que se fué. Quien ca- lunes Siiarez, Rodolfo. El poeta moribundo. Romance leí-
lla Quinceaños. Ramilletera candorosa. Rever- do en el “Hospital Linares.”
so de una composición de Bermúdez. Tú me puedes Inojosa, Alateo AI. La señora del Manzanares. En el cente-
salvar. Tú me puedes perder. Sábado. Domingo. Lu- nario del Libertador. Mi ofrendad Bolívar.
nes. Tu recuerdo. Una queja á la virgen. Irzt’in, Garlos T. Bolívar.
Esteves, general Felipe. A la memoria del general Rafael Iturbe, Alaximiliano. Para álbum de
el Polita J. De Lima.
Urdaneta. La comedia humana. Materialismo.
Fortique.^ A7ia Guadalupe. Poesías. Iturbe, hijo, Alaximiliano.En la muerte de mi condiscípu-
Fariñas, Afitonio P. A Bolívar. Acróstico. Clemente Isturriaga.
lo
Fernández, Majiuel Majúa. La flor de duende. La mojigata. Jugo Ramírez, Diego. El porvenir de la América, oda.
La niña triste. Las coquetas. Oda á la libertad del viejo mundo, (laureada).
Fernández hijo, José Maiúa. Dies Irae. No puedo más. Key Ay ala, Fernando. Vespertina.
Fí7iol, Sisoes. A Dios. A Sofía. A la juventud estudiosa Filien, Carlos. A Bolívar.
del Zulia. Ayer y hoy. La campesina de Tonchalá. Mis Lara, Pedro A. Pobre niño!
deseos. Finares P>ernal, R. Amaro-uras.
Freyre, Isabel. Un mirto y un laurel. En la corona del Liscano, Clemente. Nuevos laureles.
libertador. Lizarraga A. L. A
mi amigo Ambrosio Isturriaga, en la muer-
Gando Bustaniante, José Antonio. Amor de madre. Con- te de su hijo Clemente..
fianza y fe. El gusano. Excelsior. Loinaz, Alejandro. A un ciprés. Mi madre.
Garbán, Do7ningo. A Colón. A Isabel la católica. Al pa- Loinaz José Agustín {padre). Soneto en el 19 de abril de
dre Marchena. A una flor de mayo. Elegía en la 1811.
muerte del presbítero doctor Nicanor Rivero. La cruz. López Aléndez, Luis. A Julio Lobo, (muerto á la edad de
Soneto. Napoleón y el Cristo. 17 años). Crepúsculo. El viento de la noche. Ino-
GarbFas, Aiústides. A Méjico. El chocolate. En la muer- cencia. La mendiga. La ventana abierta. Los ré-
te de mi esposa la señora Josefa G. de Garbiras. La probos.
limosna. Lozano, Abigail. Al “ya acabó.” El amor de la niñez.
García, Carlos R. Reminiscencias. En muerte del venerable sacerdote señor doctor .losé
la
García, José Hermenegildo. A la imaginación, oda. A la Antonio Espinosa. Páez !!
luna. El sacrificio de Ricaurte, oda. Alac Pherson, Telasco A. A la señorita Concepción Gadea.
García, Miguel Luis. Himno á Bolívar. Melodía. Ante la estatua de Bolívar.
García Flores, E. Sobre la tumba de Clemente Isturriaga. Alaitín, José Antonio. Al ciudadano esclarecido José Anto-
Gil Fortoult, doctor José. La gruta, (fragmentos). La obra nio Páez. El hogar campestre. La noche. Uu adiós
de Colón. Netui. á Catuche. Al Avila. A la ciudad. Un pensamiento.
Gómez, José Bernardo. Oda en memoria y loor del doctor Maldonado, Samuel Darío. Ardiendo. Hija pródiga. Ideal.
José Vargas. Redención.
González, doctor Ezequiel Alalia. A la memoria del ilus- Alarca no Rodríguez, R. Durmiendo Estío. Miste-
trado sacerdote Rafael María Alvarado. rioso.
González, licenciado J. F. Amor y paz. Alarín, Carlos L. Canto á la libertad. Manuel D. Marquiz.
González, doctor Teodardo. Dios y América. Tempestad.
González de Ibarra, Dolores. Soneto. Alármol, doctor Francisco Javier. Himno de maitines (tra-
González Peña, Simón. A Maracaibo. Dos rosas. Florinda ducción en verso).
y la mariposa. Mármol, doctor Tomás. Ante la estatua de San ^’'icente
González Yarela, M. A la paz, oda. Al caer la tarde. El de Paúl.
porvenir de la América, oda. Temor y angustia. Alármol Herrera, José. Noche lóbrega.
Granado, M. A. A la memoria del rvmo. arzobispo, doctor Alármol Aluñoz, José. En la inauguración de la estatua del
José A. Ponte, en el primer aniversario de su muerte. libertador en Caracas. Himno á Bolívar.
Guardia. Heraclio AI. de la. Apólogo leído en la fiesta de Alartínez, Domingo N. A la venerable memoria del presbí-
distribución de premios del “Colegio Villegas” el 8 tero doctor José Alberto Espinosa. Al sol, canto místico,
agosto de 1881. Bolívar. Dolor eterno. Himno nacio- te!! La fortuna. La Virgen del Valle.
nal, (laureado). La ascención al Naiguatá, oda. La pri- Alata, Andrés A. Muerte del libertador. Un libro pa
mavera, oda. Los dos cortejos. Oda á la libertad del ra tí.
viejo mundo, (laureada). Afea ño Velásquez, José A. En Carabobo.
Guevara Santander, Francisco de Paula. A mi esposa. Re- Aléndez, Domingo A. Oda á Guayana.
cuerdos. Al inteligente joven bachiller Delfín Ponce Amor que
Aléndez y Mendoza, Eugenio. dura. Dolora
Córdoba. En mar.
el Presentimiento. Su llanto. Un recuerdo á
Gutiérrez Coll, Jacinto. Alas A mi ángel guardián. A una
! Venezuela.
novia. Ausente. Consolación. Dios sea contigo. Glo- Alendible, doctor Juan llcente. Varias composiciones.
ria. La azucena y el arroyo. La brisa del Avila. Las Mendoza, Carlos. La flor de pascua. Para el álbum de la
golondrinas. Las palomas. La tumba y la rosa. Los señorita
dos cortejos. Nada, nada. Nocturno. Noche triste. Mendoza, doctor Cristóbal. A Elaviuio. Mi rosal. A Tere-
Oda escrita para celebrar el primer aniversario de “El sa Carreño.
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCXIII

Mendosa^ Daniel. A Dalmira en la reja. Madrigal. A Ri- de mi cariño. La amistad. Siempre el dolor. Situa-
caurte en San Mateo. Soneto. Despedida de nn poeta ción crítica.
y su coqueta. Impresiones del llanero. Ramírez, Cándido. A Bolívar.
Mendoza.^ Julián. Ofrenda á Bolívar. Ramos, Domingo Santos. A \"íctor Hugo. La esposa adúl-
3Ieneses, mgeniero Olegario. El cumpleaños de una señori- tera. La justicia divina. La justicia humana. A Bo-
ta. El romanticismo. lívar. A Colón. A
Chile. Adiós al Brasil. .-V ella, can-
Meserón y A randa, Ildefonso. Si yo mandara. ción. A señora Adriana Defane. A la caridad.
la artista
Mtlá de la Roca, Bartolomé. A Cnmaná, en la apoteosis de A la libertad. A la república del Paraguay. A las
Bolívar. caraqueñas. Al ilustre doctor .José Vargas. Al pueblo.
Milá de la Roca, Marcos. A Bolívar. A Cnmaná. En el A mi hija Rita Eleonora. A mi hija Trina. A mi
centenario de Bolívar. madre. Junto á su tumba. A mi padre. A una niña.
Monasterios Velásquez, Jesús M. Las bodas de oro de Su Canción, imitación de Víctor Hugo. Canto de guerra,
Santidad León XIII, (laureada). oda. Carabobo. Colombia y la libertad, oda. Dolo-
Montero Herrera, Miguel. El revólver. ras. El castigo. El Cristo. El cuerpo y el alma. El
Montes, Félix. Imprecación de un árbol. Viaje del alma. hijo, la madre, el ángel. El misterio de la vida, imi-
Montes, doctor Ramón I. En la vuelta á mi patria. La tación de Víctor Hugo. El poder de la idea, oda. En
muerte del Salvador. La palma moriche. Las fiestas el mar. En nn álbum. Epigramas. Fantasía. Genio
religiosas de Cai'acas. Soneto. Páezü de la libertad. Horas amargas. La bendición á mi
Montesinos, Pedro. A Póstumo. Madrigal. Vértigo. hija Carmen. La cólera divina. La flor mustia. A
Montilla Troanes, doctor Ramón. A la memoria del Illmo. la señorita Carmen Fombona Palacio. La hoja, imi-
señor doctor José A. Ponte, arzobispo de Caracas y Ve- tación de Arnaulte. La tempestad. La tumba y la rosa,
nezuela. (de Víctor Hugo). Medicina y caridad. Piensa en no-
Morales Marcano, Fer7iando. A la siempreviva. A un gue- sotros. Serenata. Venganza.
rrero. Eres tú. La rosa del Guaire. Oda alegórica. Ramos, José Luis. A
Colombia, oda. A la boca de Nise.
Morales Marcano, licenciado Jesús María. José Luis Ra- A la memoria del doctor José Cecilio Avila. A la me-
mos. Elegía. moria del doctor José Félix Alas. Al doctor .1. A. Be-
Muñoz, Gabriel E. A todo. En el cementerio. Helénica. nítez. A una niña muerta. El 8 de jnlid de 1835,
Muñoz Tébar, doctor Jesús. A la libertad del viejo mun- poema. El poder del tiempo. En un convite. Epís-
do, Oda. tola en verso á nn amigo. Felicitación al progreso,
Nadal, Hilarión. El adiós. oda. La primavera, poema. Silva en elogio de las ma-
temáticas.
Navarrete, María Ch. Plegaria á la Inmaculada Concep-
ción.
Reina, José María. Al gallo. A mi apreciado necrólogo
Navas de “El año nuevo. ” Himno. Penumbra.
Spinola, Domingo. Oda á la libertad. Traducción
de oda XXII, libro
Rendón, JCcente A. La flor del valle. Odaájehovah.
la de las de Horacio.
I
Reyes, Inés I. de. La roca seca.
Núñez de Cáceres, doctor José María. El infierno prenn-
Rivero, G. A Hercilia. Nupciales. Rimas.
merando.
Rivodó, Ermelindo. Al doctor G. Knoche. Al ilustre o eene-
Oherto, José. A mi madre. Insomnio. '
,

ral José Antonio Paez. Bellas realidiides. Canto noc-


Ochoa, José F. A Bolívar.
Palacio, Ramón M. turno de nn pastor errante del Asia. Causa célebre de
Láerimas.
una máquina de vapor. La palabra divina. A la luna,
Palacio Vegas, Bartolomé. A España. Oda. Angel caído. (de Leopardi). Asimismo,
La ninfa del Catuche. (de id.) Imitación, (de id).
Juguete, (de id).
Pardo, Francisco G. A la memoria del eminente sabio
doctor José María Varga.s. Al ejército libertador. Al
Racamonde, Víctor M. A Isabel.

mártir de libertad. Páez.


Rodríguez, Clodomiro. Mi ofrenda al padre de la patria,
El porvenir de América.
libertador Simón Bolívar, en la apoteosis de su glorioso
Oda (laureada).
centenario.
Pardo, Miguel E. Acuarela. No canto ya.
Paira Pineda, José. Deseos y suspiros. Rodríguez, Juan José, Padre mío!! Un pensamiento.
j ¡

Rodríguez, hijo, Mariano. 24 de julio.


Perena Alvarez, Ismael. Humilde ofrenda á Bolívar en su Romero, Manuel Salvador. Celaje. Luna nueva. Dolora.
centenario.
Lágrima. Francisco Miranda. Navidad. Rayo de luz.
Perera, José Félix. Prometeo. Romero, Paulo Emilio. En la muerte del gallardo poeta ve-
Pérez, doctor Arbonio. El cristianismo. Oda. El día y la nezolano Francisco G. Pardo. Trinos y truenos.
noche. Himno al libertador.
Ruedas, Lisandro. A la señorita Cecilia Saemann. A Var-
Pérez, general Eduardo. A la memoria del coronel José
gas. La libertad.
Antonio Leal. A la “Quinta San Pedro,’’ última mo-
Salazar, doctor José María. El amor á la patria.
rada del libertador Simón Bolívar. A San José de Cú- Salazar, hijo, doctor José María. Pero esa risa. A Bo-
cuta en su último día. Ayer y hoy. lívar.
Pérez Bonalde, José Antonio. A la libertad del viejo mun- Salicrup, Narciso S. A “Despertar es morir’’.
do. El cancionero de Enrique Heine, traducido direc- Saluzzo, Alarco Antonio. Soneto en el centenario de don An-
tamente del alemán. Hojas secas. drés Bello, príncipe de los poetas americanos.
Pérez Calvo, J. A. Adiós! sobre la tumba de monseñor Scanlan, Eduardo. Ayer y hoy. Ay, lo sé. Balada. ¿Cuál
Ponte. El pudor. es el porvenir de la América? Oda. Tipos de mora-
Pérez Coronado, J. A. Adiós á Cnmaná. lidad.
Picón Pebres, Gonzalo. Flor de nieve. Historia eterna. La Silva, doctor Andrés A. Mi ofrenda á la estatua del Liber-
caridad. La poesía. Paisaje. tador.
Pimentel, Francisco. El arroyo y el torrente. Los dos ár- Silva, Andrés Jesús. En la sentida muerte de mi querido
boles. amigo Clemente Istnrriaga.
Pimentel Coronel, M. Fausto. Silva, Francisco A. Al ciudadano esclarecido José Antonio
Poleo Gonell, Luis. Canto dedicado á las señoras y seño- Páez.
ritas sostenedoras del cnHo á la Santísima Virgen, bajo Silva, Manuel María. Aramis. A
la advocación de Nuestra Señora de Lourdes. Silva Gandolphi, Marco Antonio. La estatua del Libertador.
Pompa, Jerónimo. A la inteligencia. La palmera del Descripción.
prado. Sistiaga, Jesús María. Corrida de toros. El arriero y el
Ramírez, Abraliani. A la Virgen de Dolores. Gloria del peregrino. El oso hormiguero y las hormigas. El za-
magistrado que provea de agua á Maracaibo. La flor muro y el catedrático. Fábula. Estoy por las feas.
CCCXIV MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAEIA xNACIONAL

Solo, Ma?me¿ S. En el centenario de don Andrés Bello, Calcaño, doctor Eduardo. En pos de la gloria, monólogo en
príncipe de los poetas hispano-americanos. Insomnio. verso. Caracas, 1890. Policarpa Salavarrieta, monólogo
A Maracaibo. El geómetra y el asno. en verso.
Souhlette^ Félix. A Bolívar. Himno nacional. La gloria Calcaño, .Tose Antonio. Bolívar en Santa Marta, monólogo. Ca-
del libertador, racas, 1886.
Sotiblette^ Simón. Adelante. A los alumnos del “colegio Coronado, Enrique. Angélica, diálogos dramáticos divididos en
franco-inglés.” Auroras. En el centenario del gran poe- tres actosy escritos en prosa. Caracas.
ta Andrés Bello. Delima, Polita. Monólogo.
Tejera, Felipe. A Vargas, oda. La gloria de Sucre, oda Dominici, doctor Aníbal. El lazo indisoluble, drama. La hon-
laureada. ra de la mujer, drama en tres actos
y en prosa. Carú-
Tejera, Miguel. A
la libertad del viejo mundo. pauo, 1880.
Tejera, doctor Vicente. Poesías compuestas en la isla de Escobar, Eloy. Nicolás Rienzi, drama en cuatro actos.
Saint Thomas el año de i 8 i 6 . Esteres, general Felipe. Para un celoso una prudente, comedia
Toledo, Valerio Perpetuo. A Juanita. ^

original en tres actos


y en verso. Caracas.
Toro, Fermín. A
la ninfa del Anauco. Himno á la omnipo- Fernández, Manuel María. Bien por mal, ó la caridad en
Para
tencia. el álbum de la señorita.... acción, juguete dramático en un acto. El que despa-
Torres Abandero, Leopoldo. Paisaje. Sebastián Alfredo bila pierde, comedia en un acto. El todo de una cha-
Robles. rada, comedia en un acto. Sin vergüenza, avaro flo- y
Urbaneja, doctor Alejandro. Detén ! Idilio. La ley eter- jo, comedia en un acto. Zapatero, á tus zapatos, comedia
Todo está muerto. Tú.
na. en un acto.
Urdaneta, Amenodoro. La libertad del viejo continente, Font, César. Centinela alerta, monólogo. Valencia, 1894.
oda. La oración. Fuenmciyor, Juan C. flontra .soberbia, humildad, juguete dra-
Urdaneta, Belarmino. A Belisa. Jesús y Adán. mático en un acto.
Valderrama, Felipe. Poesías. Trabajos literarios. García de Quevedo, José Heriberto. Contrastes, drama. Don
Vásquez, doctor Ildefonso. A Diego. A la señorita J. D., en Bernardo de Cabreras, drama. El juicio público, dra-
su día. A la memoria de Gabriel Troconis A. A Lu- ma. Isabel de Médicis, drama. Nobleza contra nobleza,
cinda, de seis años. Así no. El pararrayo. Gloria é drama. Un paje y un caballero, drama.
infierno. La gloria de mi laúd. La paloma azul. Lo García Pompa, Agustín. Leonor ó el calvario de la honra, dra-
que es álbum. Mis recuerdos. A Bernardo. Pío IX. ma. Caracas, 1894. En el seno del hogar, drama en
Vetancourt, Manuel N. Berruecos ó 4 de junio de 183 O. verso.
Vílchez, Pablo A. Bolívar libertador y mártir, oda. Gloria Gil de Hermoso, Virginia. Monólogo.
del magistrado que provea de agua á Maracaibo. Punto Gómez, José Bernardo. Eulalia Buroz, ó la Toma de Barce-
y llanto. lona y su casa fuerte }>or los españoles (7 de abril de
Villasmil, doctor David. Al señor Luis Brandt en la sentida 1817), drama histórico, nacional y heroico, en cuatro actos
muerte de su hija Josefa. Composición poética leída en y en verso. Caracas, 1885.
el acto consagrado por la I. U. C. á la memoria del González Guináin, licenciado Francisco. Un soldado de la inde-
doctor José Cecilio Avila en su centenario. Rimas. pendencia, árama.
Ruega por mí ! Guadalajara, Julio E. El hijo del ajusticiado, drama. El
Villasmil Juan C.
,
Dime. Gloria del magistrado que pro- toque del Ave María, drama en tres actos. La carta
vea de agua á Maracaibo. Historia de un archivo. de una muerta, drama en tres actos. Caracas, 1880.
Silva con motivo de la inauguración del asilo de huérfa- Guardia, lleraclio M. de la. Don Fadrique, gran maestre
nos en Maracaibo. de^ Santiago, drama en cuatro actos, representado por
Yepes, José R. A la niña Desde mi tartana. A primera vez en el Teatro Caracas el 15 de diciembre de-
santa Rosa de Lima. ¿Cuál será el porvenir de la 1856. Güelfos y Gibelinos, drama en cuatro actos, en
América ? oda. El ave y la flor. La canción de los prosa. Luchas del progreso, drama en tres actos y en
suspiros. La ilusión perdida. La media noche. La prosa, estrenado en el Teatro Caracas en octubre de 1 879.
niña errante. Las nubes. Oda á Bolívar. Oda á la li- Parisina, drama en cuatro actos
y en verso, representado
bertad del viejo mundo. Silva á la memoria del sabio por primera vez en el Teatro Caracas en abril de 1858. Un
y virtuoso doctor Jo.sé María Vargas. capricho real ó Venganza y fatalidad, drama en cuatro ac-
tos. Caracas, 1 850.
Henríepiez, Inés Ramón.
El premio de buena conducta, pie-
c za dramática para niños. El tesoro de niños, pieza dra-
mática para niños. Las dos huérfanas, pieza dramática
TEATRO NACIONAL para niños. No hay falta sin castigo ni arrepentimiento
sin perdón, pieza dramática para niños.
Hermoso, R. R. Crisanto y Elisa, ó sea, la virtud contra
Alas, doctor Domingo. Las dos deshonras. el amor, drama en tres actos. 1880.
Arvelo, José Antonio. El castigo de una coqueta, drama. Los Hernández, Octavio. Entre artistas, charada cómica en un
encuentros inesperados, drama. acto.
Tarazarte, Amando. Un drama histórico, en cuatro actos y en Hernúndez Gutiérrez, Rafael. El collar de ámbar, drama en
verso. Ciudad Bolívar, 1888. }>rosa y verso.
Bermúdez, Manuel María. Don Bruno el literato, comedia Innes Suárez, Rodolfo. Clotilde de Lostán, drama representado
en prosa. Dos recalcitrantes, comedia en verso. La es- en Bogotá en 1883.
cuela de los muchachos, comedia en verso. La redacción Manrique, José María. El divorcio, drama en tres actos
(le un periódico ó mis colaboradores, prosa. La pena Caracas. Entretenimientos dramáticos. Los dos dia-
del tallón, drama en cuatro actos y en verso. Quiero ser mantes, drama en tres actos. Caracas, 1879. Un pro-
mini.stro, zarzuela. blema social, drama en tres actos v en prosa. Caracas..
Blanco, doctor Jerónimo E. Lo (|ue cuesta un triquitraque, 1880.
juguete dramático en dos actos y en verso, 1857. Marín, Manuel Antonio. Dios tarda pero no olvida, dra-
hijo,
Breca, Juan José. El amor de un libertino. El poder de un ma en verso, en un prólogo y dos actos. El canasti-
relicario. Un artículo del código. llo de flores, zarzuela infantil en un acto
y en v'erso.
Bolet Peraza, Nicanor. A
falta de pan buenas son tortas, co- El deber cumplido, comedia en tres actos y en verso.
media de costumbres. Luchas del hogar, drama. Maracaibo, 1891. En el borde del abismo, drama en
Briceno Picón, doctor Adoljo. El tirano Aguirre, drama na- tres actos y en verso. La copa de acíbar, drama en tres
cional en tres actos. actos y en verso. Maracaibo, 1890. La espada de dos
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCXV
filos, drama en tres actos y eii verso. La verdadera gran- el acto literario con motivo de de la repartición de premios
deza, drama infantil en dos actos y en verso. Las aparien- en la “Escuela La Guía.” Caracas, 1882.
cias, comedia en tres actos y en verso. Alvarado, doctor Lisandro. Discurso de orden pronunciado en
Araure, drama en tres actos.
Martínez Celestino. la sesión que la sociedad “Amigos del Saber” dedicó á la
Micolao y Sierra, ílcente. (Manfredo). Amor
y gloria ha- memoria del poeta Francisco G. Pardo, la noche del 8 de
cen locos, drama social en cuatro actos, " en prosa diciembre de 1882.
y
verso. Antonio de Guzmán, ó recuerdos de 1812 en Andrade, Alejandro. Discurso pronunciado en la sesión fúne-
América, drama heroico en un acto y en pro.sa. Culpa bre consagrada jior la sociedad “Mutuo Auxilio ” dt- Mara-
y
expiación, drama social en dos actos caibo, á la memoria del finado señor Arcadio Urdaneta, en
y en verso. El
testamento de 1879, pasillo filosófico en un acto. Las 10 de mayo de 1879.
guardias de Su Majestad, ó los bastardos reales, drama Anzola, doctor Juvenal. Discurso ])ronuncia<lo en la .sociedad
en cuatro actos y en pro.sa. La víctima del patriotismo, “Amigos del Saber,” el día 5 de majm de 1883.
ó Zamora en San Carlos, ejfisodio hi.stórico-dramático Aveledo U., doctor Ramón. Conferencia dada en el “Hosijital de
en dos actos, en j)rosa y verso. Luz niños,” 1894.
y sombra, comedia
en un acto y en verso. Nadie e.stá contento con su suerte, Badillo, Lorenzo. Plancha trazada en la “Logia Unanimidad.”
proverbio en un acto y en prosa. Pasión
y sacrificio,
La Guaira, 1850.
drama en dos actos y en verso. Por amar á una mu- Barazarte, Amando. Discurso pronunciado en La Guaira, en la
jer, comedia en dos actos recepción del arzobispo Guevara.
y en verso. Sangre por hon-
ra, recuerdo del rey don Sebastián, drama en un acto Bello, Andrés. Discurso pronunciado en el acto de la ins-
y en verso. ¿Somos actores? comedia en un acto y en talación de la universidad de Chile, 1843.
prosa. Una mujer como hay pocas, drama social en tres Blanco, doctor /erómmo Ensebio. Discurso pronunciado en
actos y en verso. Un hombre prudente, comedia en tres el ateneo de ciencias físicas y naturales, el 9 de enero
actos y en prosa. Un marido, comedia de carácter en de 1848, en el acto de declarar instalada la sociedad,
cinco actos y en verso. Venganza de un poeta, zar- como presidente de ella. Id. en la I. universidad de
zuela en dos actos. Caracas el 15 de diciembre de 1850, en el acto de ser
Tardo, Miguel Eduardo. A tal culpa tal castigo, drama ori- incorporado en ella al gremio médico. Id. en la escue-
ginal en dos actos y en prosa. Cai'acas, 1888. Medea, la de m-te.sanos, el 12 de diciembre de 1852.
Id. en la
monólogo. universidad de Caracas en el acto de tomar ])osesión
Perez, Francisco de Sales. Jugar con dos barajas, comedia de de la cátedra de gramática é historia de la lengua cas-
costumbres. Lo que siembres cogerás, comedia de costum- tellana, el 1? de setiembre de 1853. Id. el 28 de octu-
bres. Caracas, 18G9. bre de 1853, en la casa del presidente déla república.
Poleo Gonell, Luis. Patria y honor, drama en cuatro actos. Id. en el salón de la Facultad Médica, en el acto de
Pompa, Elias Cali.cto. Chascos de amor ó corazón y la el ser colocado el retrato de Vargas, el 19 de marzo
cara, comedia en un acto Un de 1855. Id. en el salón de las sesiones del conce-
y en verso. duelo lite-
rario, drama en cuatro actos, e.strenado en el Teatro jo municipal, en 1850, en el acto de declarar instalado
Ca-
racas por la compañía Annexv la noche del 13 de se- el colegio electoral de la provincia. Id. id. el 5 de ju-
tiembre de 1879. Caracas, 1879. Violante, drama. lio de 1850. Id. en la I. Universidad de Caracas, en
Ramos, iJomingo Sontos. El honor 1800, con motivo de la repartición de premios corre.sj)on-
y el dinero, comedia es-
crita en francés })or Francisco Pon.sard dientes á los examenes generales al año académico que
y arreglada al tea-
tro venezolano. terminó en agosto último. Id., id. en 1804, con motivo
Rey, Alfredo. El criminal inocente, drama en tres actos de la aj^ertura de las clases del instituto. Id. id, 1804,
y
en prosa, rejiresentado por primera vez en el Teatro Caracas al tomar posesión de la cátedra de materia
médica, te-
el 3 de setiembre de 1879. Caracas, 1879. rapéutica, medicina legal
y toxicología. Id. en el colegio
Ruedas, Lisandro. La victoria de la libei'tad, drama histórico de argas, en 1807, en el acto de declarar inaugurado el
^
en tres actos. instituto en su segunda éjwca. Id. id. el 30 de setiembre
Soublette, Félix. Cada cual .según sus obras,
de 180i, en el banquete con que obsequió, como día do
di-ama en cua-
troactos su onomástico y del de su hijo, á los alumnos del ins-
^
y en vei’so. Miranda, drama patriótico.
Tejera, Felipe, driunfar con la jiatria, drama tituto. Id. en el acto de ser inhumado el cadáver del
original en cuatro
actos. señor .Juan ^ . González, 1800. Palabras pronunciadas
Urdaneta Luis. Miolina, juguete cómico en con motivo de los honores fúnebres consagi-ados á la
II.,
un acto, Ma-
racaibo, 1887. memoria de los generales Manuel E. Bruzual
y Enrique
Vilchez, Pablo A. Lo irreparable, drama en tres actos Santana, el 5 de setiembre de 1808. Palabras pronun-
y en ver- ciadas el 3 de enero de 1809, en el salón de .sesiones
so, estrenado en el Teatro Baralt, el 24 de junio de 1893.
Maracaibo, 1893. de la sociedad de conferencias literarias, con motivo de
\ illasmil, doctor Durtd. La huelga, comedia original en discutirse si “la prosa de Selgas es, ó> no, conforme con
dos actos y en prosa. la amplitud majestuosa de la lengua castellana.”
Barcelona. (España), 18^8. Pa-
labras proferidas para abrir la sesión que la sociedad
de conferencias literarias consagró á honrar la memoria
del general José Tadeo Monagas, 1809. Discurso pro-
D nunciado en la I. Universidad de Caracas, el 8 de di-
ORATORIA SEGLAR ciembre de 1871, con motivo de la distribución de
premios á los alumnos del instituto. Id. en la sociedad
de Mutuo Auxilio, el 27 de marzo de 1872, con moti-
vo de la celebración de su 32? aniversario. Id. en el
Acevedo, Rafael. Discurso pronunciado en el colegio nacional colegio^ de Santa María, en 1874, en el acto de la
de Cara bobo, el 8 de junio de 1850. dis-
tribución de premios á los alumnos del instituto. Pa-
Acosia, M. A. Discurso pronunciado el 15 de mayo de 1881 labras proferidas en el templo de San Francisco, el
en la sesión fúnebre de la sociedad “ San .José ” de 27
Ma- «le abril de 1875, con motivo de la distribución
de pre-
racaibo, con motivo de la .sentida muerte del
miembro inios correspondientes á las escuelas federales
de esta ca-
Carlos Quíroz. Discui-.so pronunciado en la noche del pri-
]>ital. Id. id, en el palacio federal, á nombre de
mer aniversario de la “Sociedad Baralt.” la
Facultad Médica, el 28 de octubre de 1875. Id. id, en
Acosta Ortiz, doctor Pablo. Discurso ju’onunciado en la socie- 1S7() en el acto de declarar inaugurada la clase
dad “Amigos del Saber” en la sesión extraordinaria de clí-
cele- nica en el hospital militar. Palabras dirigidas al pre-
brada el 28 de octubre de 1882.
sidente de la república á nombre de la sociedad
Alcántara, doctor Segundo Medardo. matriz
Discurso pronunciado en agricultora del Distrito Federal. Palabras dirigidas á
CCCXVI MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

las autoridades de La Guaira, en la noche del 24 de abril inmigural del año académico de 1866 en la Academia
de 1877, en el acto de recibir, en la capilla ardiente, médico-quirúrgica matritense, verificada el 31 de diciem-
los restos del inmortal Vargas. Discurso pronunciado el bre de 1865.
1? de setiembre de 1886, en el certamen literario reglamen- Dominguez L, Henrique. Discurso en favor del sistema pro-
tado por la academia venezolana. teccioni.sta pronunciado en la sociedad “ Amigos del Sa-
Blanco Buroz, Vicente. Discurso de orden pronunciado en ber, ” el día 8 de enero de 1882.
la sociedad “ Amigos del Saber,” el 20 de junio de Delima, Bolita. Confei-encia histórica.
1883. Discurso pronunciado en la clase de medicina Delima Salceelo, Carmen. Palabras pronunciadas en Coro, en
legal que regenta eu la J. U. C. de Caracas el doctor J. E. la velada de la sociedad “ Alegría,” el 28 de abril de
Blanco, 1884. 1894.
Bosque^ Pedro Jone. Pieza de arq.’.. (Logia Unanimidad, de La Escalona, doctor Juan Manuel. Discurso pronunciado en el
Guaira.) 1861. acto de la celebración del segundo aniversario de la so-
Breca., Juan José. Discurso j)ronunciado en el acto de la repar- ciedad “ Escuela Médica ” el 19 de marzo de 1876. Dis-
tición de premios á las alumnas del colegio “San Antonio” curso pronunciado en la felicitación que hizo la juven-
el 18 de diciembre de 1877. Caracas. tud á monseñor Guevara, el 15 de ago.sto de 1177. Dis-
Breca, hijo, Juan José. Discurso pronunciado en la sociedad curso de orden pronunciado en el “Colegio Bolívar”
“Amigos del Saber,” el día 28 de junio de 1882. en Puerto España (Trinidad) el 6 de diciembre de 1866.
Brito Go)izález, doctor Pedro María. Discurso pronunciado al Discurso de orden pronunciado en el Teatro Caracas el
recibir el grado de doctor en derecho civil, el 30 de julio 31 de diciembre de 1888. Discurso de orden ])ronun-
de 1882. ciado en el Teatro Municipal el 23 de febrero de 1890.
Brnzual Serra, doctor Claudio. Discurso de orden pronuncia- Espinal, Valentin. Discursos en Asambleas constituyentes
do en el Teatro Municipal en la velada artística celebrada
^ y
legislativas.
el 10 de noviembre de 1895 á beneficio de las víctimas del Faría, Eleazar. Conferencias.
ciclón en Santo Domingo. Bombona Palacio, Mcenucl, Discurso ante
leído la Aca-
Bustamante, doctor Francisco E. Discurso pronunciado para demia Venezolana, correspondiente de Real Española
la
abrir la solemne del 18 de marzo en la sociedad “Mutuo en junta solemne el 27 de octubi-e de 1884. Discurso
Auxilio ”
de Maracaibo, 1880. pi'onuiiciado en el acto solemne de ser depositadas en el
Cabrera, doctor José Luis. Discurso pronunciado en la “Socie- Panteón Nacional, las cenizas del ilustre prócer de la inde-
dad médica,” en la apertura del tercer año. pendencia general José Antonio Páez, 1888. Discurso
Cadenas Delgado, licenciado Manuel. Discurso pronunciado en pronunciado en la solemne inauguración de la “ Academia
las execpiias del general Carlos Soublette, 1870. Nacional de Bellas Artes,” el 2 de octubre de 1887.
Cadenas Delgado, doctor Tesalio. Discurso pronunciado en la Frías, Sulplicio. Discurso pronunciado en la capilla de la
clase de medicina legal que regenta en la I. U. C. de V. Universidad de Mérida, después de haber sostenido fa-
el doctor J. E. Blanco, 1884. vorablemente sus alumnos en la clase de derecho de gen-
Calcaño, doctor Eduardo. Discursos escogidos. Discurso pro- tes, algunos asertos sobre dicha ciencia, 1834.
nunciado en el Panteón Nacional, el 28 de octubre de Gallegos Celis, Eduardo. Discurso pronunciado en el 5? ani-
1880. Panegírico del doctor Francisco de Ibarra y He- versario de la sociedad “ Mutuo Auxilio ” de Maracaibo.
rrera, leído en el Panteón Nacional el 15 de enero de 1881. Gómez, .losé M. Discurso pronunciado en la “Sociedad Fi-
Calcaño, Julio. Discurso leído en la Academia Venezola- lantrópica de Amigos” el 28 de octubre de 1841. Ca-
na, correspondiente de la real española, en contestación racas.
del leído por el señor presbítero Daniel Vizcaya, el día García, Carlos M. Discurso de orden pronunciado el 18 de mar-
25 de mayo de 1890. zo de 1880, en la celebración del 49 aniversario de la sociedad
Casernas Burguillos, doctor Diego. Discurso de orden en el ac- “Mutuo Auxilio” de Maracaibo.
to de la distribución de premios del “Asilo de huérfanos” de Gil Eortoult, doctor José. Discurso de orden pronunciado en
Caracas, en el cuarto aniversario de su fundación, el 24 de la sociedad “Amigos del Saber” el día 19 de abril de
julio de 1882. Discurso de orden en el acto de la re- 1883.
partición de premios de la I. U. C. de V. el 8 de di- González, José Silverio. Discurso pronunciado sobre la tumba
ciembre de 1876. Discurso de orden en el acto de la re- de Estanislao Rendón.
partición de premios de la “Escuela de Artes y Oficios” González Bona, doctor Carlos. Discurso pronunciado en el ac-
de Caracas, en octubre de 1888. Discurso pronunciado to de conferirle la I. U. C. de V. el grado de doctor en cien-
á nombre de la Corte de Casación en el acto de la inhu- cias médicas, el 24 de octubre de 1864.
mación del cadáver del doctor Leónidas Anzola, diciem- González Peña, Simón. Conferencia leida en la “ Escuela Noc-
bre de 1888. Discunso pronunciado en el acto de conferirle turna de Artesanos” de la parroquia de Chiquinquirá, el
la I. U. O. de V. el grado de doctor en ciencias polí- 19 de mayo de 1881. Maracaibo. Segunda conferencia
ticas, el 1? de junio de 1873. Discurso pronunciado en leída en la “ Escuela Nocturna de Artesanos ” de la pa-
el acto de la inhumación del cadáver de la señora Elena rroquia de Chiquinquirá, el 24 de junio de 1881. Ma-
Monteverde de Narvarte. Discurso pronunciado en la racaibo.
celebración del 8? aniversario del Centro Católico Ve- Guardia, IL M. de la. Discurso leído en la Academia ve-
nezolano, el 25 de abril de 1894. nezolana correspondiente de la real española el día de su
Castro, ¡yresbítero doctor Juan Bautista Discurso leído en la recepción, 1889.
Academia venezolana, correspondiente de la real es- Guznián, Antonio Leocadio. Cuestión eclesiástica. Discurso
pañola, en el acto de su recepción [¡ública el día 13 de del señor A. L. Guzmán, senadoi' por el Estado Guá-
setiembre de 1893. rico en la sesión del Senado de Venezuela el 31 de mar-
Dagnino, doctor Manuel. Confei'encia segunda de las estable- zo de 1876. Discurso pronunciado en la fiesta nacional del
cidas por la “Junta Propagandista de la Historia Pa- 21 de octubre de 1851.
tria” en Maracailio, leída el 24 de febrero de 1883. Guzmáu Blanco, Antonio. Discunso inaugural de la acii-
Conferencia leída, en la Escuela de Artesanos de Mara- demia venezolana correspondiente de la real española
caibo, dirigida por el señor bachiller Rafael Pirela, en pronunciado })or su director el día 27 de julio de
la noche del 23 de abril de 1881. T^a mujer, conferen- 1883. Di.scursos pronunciados de 1870 á 1882. Cara-
cias leídas en el Instituto de Chiquinquirá. Maracaibo cas, 1883.
1883. Ilernández, doctor José Gregorio, üi.scurso pronunciado al [>re-
Delgado, presbítero Francisco José. Discurso pronunciado con sentar exámen de bachiller en ciencias médicas en la I. U.
motivo de la distribución de ])remios en el “Colegio San C. de V. 1888.
Jmis.” Hernández Sanarna, doctor Tomás José. Discurso pronuncia-
Delgado Jugo, Francisco de yl-sás'. Di.scur.so leído en la sesión do en la función triunfol que la Universidad Central
POR EL rX)CT()R ADOLFO FRYDLNSBLRG CCCXVII

(leVenezuela eonsagrú á la errata memoria del héroe Vargas, Discurso de orden [u-onunciado (4 2íl de
188(5.
sud-americano genei-al Siimai Bolívar, el día 1!> de febre- julio de 4883, en el acto científico celebrado jior la Fa-
ro de 1843. cultad Médica de Caracas con motivo del centenario del
Irwin^ fieneral Carlos F. Discurso de orden pronunciado el día Libertador. Discur.so pronunciado después de haberle con-
ñ (le julio de BS83 en la inauguración de la estatua del se- fei-ido la I. U. C. de V. el grado de doctoi- en ciencias mé-
ñor Antonio Leocadio CJuzmán. dicas, 1855.
hiues Siiárez, lUxlolfo. Discurso })ronunciado en el “Asilo Mendiblc, doctor Lorenzo José. Discurso pronunciado en el acto
de Huérfanos” el año de 187S. de ser recibido como miembro de la sociedad “Amio-os
Midi, presbítero doctor M. l'icente. Discurso pronunciado en del Saber,” 1883.
la I. U. C. de V. después de haber recibido el grado de doc- Mendoza, doctor Cristóbal. Discurso leído en la Ilustre Uni-
tor en teología. vei’sidad Central de Caracas en el acto de oposición á la
Jelambi, doctor Ésccpiiel. Discui'so pronunciado en la sesión cátedra deliteratura en noviembre de 1841.
de la 4 acuitad Medica de Caracas el día 22 de enero de Mendoza, doctor Oristéjial Ij. Discurso de orden ¡)rouuncia-
1878. do en la I. U. C. de V. el día en que .se celebró el
M. Discurso pronunciado en el Colegio
León, bachiller Eiificnio centenarie de Andrés Bello. Discunso de orden pronun-
Nacional de Guayana, 1854. ciado en el acto de la distribución de })remios del “Colegio
Lobo, doctor David. Discurso de orden pronunciado en la ádllegas” el 8 de ago.sto de l88l.
sesión de la sociedad “Amigos del Saber” el día 13 de Mendoza,, Juan J. Discurso ])ronunciado al optar al grado de
setiembre de 1882. bachiller en ciencias filo.sófica.s.
Lobo, Jacobo N. Discurso pronunciado en la sociedad “Ami- Mijares, doctor Pedro Vicente. Discur.so ])ronunciado en el ac-
gos del Saber” acerca del tema “¿ Qué matrimonio de- to de la di.stribuci(jn de premios, el 28 de octubre de
be considerarse mas vali(lo ante ha sociedad, el civil ó 1883.
el eclesiástico?” Moriroy González, Francisco. Discurso leído en la sociedad
Ljobo, Julio. Di.scurso de orden pronunciado en la sociedad “Amigos (leí Saber,” el día 14 marzo de 1883 .sobre el
“Amigos del Saber” el 1? de abril de 1882. tema: “¿Tiene el pueblo de Venezuela la suficiente educa-
López, José María. Discurso de orden [u-onunciado el día 1? ción para regirse [>or el si.stema federal?”
de marzo de 1882 en la sociedad “Amigos del Saber.” Montenegro, doctor José Dolores. Conferencia leída eji el “Hos-
Discurso de apertura pronunciado en la sociedad “Amigos pital de Núñez” el día 8 de abril de 1894.
del Saber” en la sesión extraordinaria del día 19 de abril Montes, licenciado Ramón Isidro. Discurso de orden leído en
de 1883 el acto de la inauguraci(ón de la estatua del libertado)-
Si-
López Baralt, doctor Rafael. Conferencia sexta de las esta- imón Bolívar en la plaza principal del Estado Guayana
blecidas por la “Junta propagandista de la Historia Pa- el 28 de octubre de 1809. Discurso pi’onunciado al ni.stá-
tria ” en Maracaibo, leída el 24 de junio de 1883. Discur- larlas clases de jui-isprudencia en el “Colegio Nacional de
so pronunciado en la “ Sociedad Filotécnica Latino-ame- Guayana ”de setiembre de 1852.
el 1?
ricana ” de París, el 28 de octubre de 1879. Montesinos, doctor J. de
Di.scurso de oi-den en la .sociedad
J.

Lópjcz Méndez, Luis. Breves apuntes acerca del tema “¿Por (jué “Mutuo Auxilio” de la Guaii-a, 1892. Di.scur.so de oi-d'en
e)i la .sociedad “Científico-literaria” de Cai-acas,
no se ha escrito todavía una buena historia de Améri- 1885
ca?” Discurso ])onunciado en la sociedad “Amigos del Montiel Pulgar, doctor Manuel. Confereiicia leída en ’la no-
Saber ” el 10 de .setiembre de 1882. Elogio de las letras. che del 5 de julio de 1881 en la “Escuela nocturna
de
Discurso pronunciado en la sociedad “ Amigos del Saber” Artesanos” de la pari'oquia de Santa Bárbai-a, dirioifia
el día 3 de febrero de 1882.
poi el bachiller Rafael Pirela. Maracaibo. Discurso i)ro-
Mac-Carthy, Daniel. Discurso pronunciado en la sociedad nunciado en el “Colegio San Luis” el 8 de julio de
“Amigos del Saber” el día 18 de abril de 1882. 1889, con motivo de la distribución de premio.s. Tei--
Mac-Pherson, Telasco A. Discurro pronunciado en la vela- cera conferencia de las establecidas por la “Junta
pi-o-
da literaria (jue se verificó el 30 de julio de 1883 en ])agandista de la Historia Patria” en Mai-acaibo
leída
el 18 de marzo de 1883.
el palacio de gobierno de Barquisinieto, para cerrar las
fiestas del centenario del Libertador. Narrmijo, doctor Pedro. Discurso de orden pronunciiido en
el acto de la distribución de pi-emios en el “Colegio
Manrirpie José ]\Laria. Discurso de orden pronunciado en la ”
Santa Mai-ía” el 8 de agosto de 1865.
Academia Venezolana correspondiente de la real espa-
Navarro, Domingo iV. Discui’so de orden pronunciado en
ñola en conte.stación del leído por H. M. de la Guar-
el acto de_ la .sesión celel)rada por el “Cíi-culo
dia. Caracas, 1889. Discurso leído ante la “Academia de la
Junta Católica de Caracas,” en homenaje á la memoria
Venezolana (*orrespondiente de la real española” en jun-
de los presbíteros doctores Nicanor Rivei-o
ta solemne celebrada en .setiembre de 1800. y Miouel
^ A
Espinosa, 2l de ago.sto de 1894.
Mármol, licenciado Francisco Javier. Discurso pronunciado en
Nnñez, José LVrnando. Discui-so de orden pronunciado
el acto de la colocación de los restos del doctor
José en
la velada literaria de la sociedad “ Gloi-ias
María Vargas en el teni|)lo de San Francisco para ser á Suci-e ” el
29 de octubre de 1890.
conducidos al Panteón Nacional el 25 de abril de 1877.
Niíñez_ doctor José M.
Cáceres, Discin-so de oi-den [u-onun-
Mármol, doctor Fonias. Discurso de orden ju’onunciado en ciado en el acto de la di.sti-ibuci(m de ]»-emios en el
el acto literario con motivo de la repartición de “Co-
premios legio \ai-gas” en Curazao, el 8 de diciembre
en la “ E.scuela la Guía.” Caracas, 1882. de 1867.
Ocboa, doctor LGancisco. Confei-encia leída en
el “Ateneo
Meaño Rojas, Francisco de Paula. La vida, discurso pronun- del Zulia” el 11 de mai-zo de 1889 .«obi-e e.sta tesis:
ciad(^ en el acto de 0 {)ción al grado de doctor en ciencias
“¿Tuvo Maracaibo en el te)-i-eno del derecho piildico la
médicas, 1888. facultad inmanente de unirse á Colombia,
Méndez, doctor Gregorio Fidel. no obstante
Conferencia leída en la escue- el armisticio?”
la nocturna de Santa Bárbara el 0 de agosto de 1881.
Oclioa, Ltodoljo. Discurso de orden pronunciado el 18 de
Maracaibo. Conferencia, primera de las establecidas pol- mai'zo de 1883, con ujotivo de la celebiación
la “ Junta Propagandi.sta de la Historia Patria ” en del 7?
Ma- aniversai'io de la .sociedad “Mutuo Auxilio”
de Mara-
racaibo, leída el 28 de octubre de 1882. Di.scurso pro- caibo.
nunciado en la repartici(ai de premios del “Colegio Nacio- Oquendo, doctor Candelario.
Conferencia hada en la “E.scue-
nal del Zulia” el 28 de do octuln-e de 1879.
la Nocturna” de Santa Lucía, el 9 de junio de 1881.
Mendiblc, doctor Juan. ]hcciite. Conferencia celebrada el 22 Maracaibo. Di.scui-so pronunciado e)i (4 acto de
de junio (le 1879 en el “Colegio de la Ascensi(ai,” de Cii- i-ecibir
la investidui'a de doctoi- en medicina
raca.s. Di.scur.so de orden á nombre de la Facultad y cii-ujía en la '

Universidad Centi-al, el 22 de enero de'l88L


Médica de Caracas en el centenario del doctor José Pachano, general J. R. Discurso de orden leído el 28
de octu-

41
CCCXVlII MATERIALES PARA LA BIBEIOCxRAEIA NAHONAl.

l)re 1800 en el ;icto de lioiiores tributados al gran


.lo en el acto de la distribución de premios <lel“Colegio
mariscal de Ayacucdio Antonio José de Sucre, por la San Agustín” de Bai'ípiisimeto, el 30 de setiembre de
Academia de la Historia. Discurso pronunciado como 1883.
])rcsidento de la cámara de diputados, con motivo de Riera Againagatd.e, doctor Ilde/oiiso. Discurso compue.sto ]>a-
la clausura de sus sesiones en su primer período cons- ra el acto de su recepción en una, .sociedad literaria de
titucional, el 22 de mayo de 1800. Discurso pronunciado Caracas, setiembre 3() de 1871. Di.scurso pronunciado
en elogio del eminente ciudadano Simón Planas, en el en el acto del certamen literario que la Academia de
Panteón Nacional, 27 de agosto de 1877. Discurso pro- ciencias sociales y de bellas letras, de Caraca.s, consagró
nunciado en la instalación solemne del centro correspon- á la memoria del libertador Simón Bolívar, el 28 de
diente venezolano de la “ Unión Ibeio-Americana,” el día octubre de 1809. Oración á Vargas en el día de su apo-
27 de abril de 1887. teosis, 27 de abril de 1877, pronunciada en el Panteón
Padrón, ¡/enarnl Candelario. Discurso en bomenaje á la me- Nacional.
moria del padre de la ])atria, pronunciado en el acto que Ríos, doctor José Manuel de los. Conferencia dada en el “ Hos-
se verificó en el palacio de gobierno de La Victoria el 28 pital lunares.” Discurso pronunciado en el acto de dal-
de octubre de 1870. las gracias á la academia, venezolana de la lengua, con
Paúl, doctor Felipe Fermín. Discurso gratulatorio pronuncia- motivo del ])remio que se le adjudicó á la obra “ Mé-
do en el acto literario que la ilustre y pontificia uni- dicos Venezolanos,” de (pie es autor. 1894. Di.scur.so [iro-
versidad consagra al dignísimo y reverendísimo señor nuneiado en el centenario del Libertador al acto de inau-
doctor Ramón Ignacio Méndez,arzobisi)o de Caracas, al ver- gurar la estatua del doctor Varuas, el clía 29 de julio
le restituido á su seno condecorado con aquella dignidad. de 1883.
Caracas 1828. Rtsquez, doctor Francisco A. Discurso de orden leído en la
Peña, doctor Miguel. Discurso ])ronunciado en la “Sociedad •se.sión inaugural del primer congre.so médico Pan-Ame-
Patriótica” en víspera de la declaración de la independen- ricano. “ La terapéutica
y la flora americana,’' 1893.
cia venezolana, 1811. Discurso pronunciado en el acto de la colocación de la
Pereira, Belén. Palabras pronunciadas en la velada artística- lúedra conmemorativa en la casa donde nació Bolívar,
literaria, déla sociedad “ Alegría.” Coi'o, 1894. en el centenario del Libertador. 1883. Di.scurso pronun-
Pérez, doctor Arhonio. Discurso })ronuuciado en la recepción ciado en el acto de la distribución de premios del “Co-
de monseñor Guevara el 8 de agosto de 1877. legio del Sagrado Corazón de Jesús,” en Caracas, diciem-
Picón Feljcen, (lonzalo. Discurso do orden pronunciado en bre de 1893. Di.scurso jn-onunciado en el acto de la
el acto de distribuir los premios el “Colegio del Sa- distribución do premios del “ Colegio Nacional de Nueva
grado (V)razón de Jesús,” la noche del 12 de diciembre Esparta.” 1878. Discur.so jironunciado en la inaugura-
de 1880. ción de la “Escuela Federal número 7” de La Guai-
Pietri, doctor Juan. Discurso pronunciado en la I. U. C. de ra, 1871. Discurso pronunciado en el acto de la inau-
V., en la apertura del cunso de la bi.storia de medicina, el guración de la estatua de San Vicente de Paúl en el
27 de octubre de 1880. “Asilo do Huéi'fanos” de Caracas, en diciembre de 1888.
J^outc, doctor Mcmnel María. Discurso que debía ser }>ronun- Discurso pronunciado en el acto de la inauguración del
ciado en la .sesión .solemne dedicada á la memoria de retrato de A. L. Guzmán, en Petare. 1887. Discur-
Vargas, por la “Sociedad de Ciencias Físicas y Natu- so pronunciado en el acto de la inauguración del re-
rales,” el día de la, a[)oteosis de tan eminente sabio. trato del 1. P. general Arismendi, en Asunción 1877.
1877. Di.scurso pronunciado en el acto de la inauguración del
Ponte, h/ijo, doctor éMamiel M. Di.scurso prrnunciado en el retrato del reverendo ])adre José, en Petare, marzo, 1889.
acto de recibir el grado de bacliiller en ciencias médi- Discur.so pronunciado en el acto de la re})artición de
cas, 1888. premios del “Colegio del Sagrado Corazón de Jesús”
Portillo, doclor Jesús María. Discurso pronunciado en el ac- en Caracas, diciembre de 1880. Di,scur.so pi’onunciado
to de recibir el grado de doctor en jurisprudencia el 15 en el acto de la repartición de })remio del colegio de “ La
de mayo de 1873. (¿uinta conferencia sobro historia Verdad.” Agosto 1889. Discur.so pronunciado en el ac-
patria, leída el 24 de mayo de 1883, con motivo del to de recibir el gi-ado de doctor en ciencias médicas, en
centenario del Libertador. Maracaibo. junio 1876. Discurso pronunciado en el centenario del
Queremet, Imíscl Discurso pronunciado en Coro el 28 de abril doctor Vargas, en I^a Guaira. 1888. Di.scurso ])ronun-
de 1894, en el acto artístico-literario de las damas de la ciado en el certamen de la Propaganda Pide. Diciembre
sociedad “Alegría.” 1890. Discurso })ronunciado en el segundo aniversario
(Quintero, doctor Félix Francisco. Discurso de orden j>ronun- de la sociedad “ Escuela. Médica.” Marzo de 1870. Dis-
ciado el día G de agosto de 1894, en la distribución de curso pronunciado en el Teatro Municipal, en la velada
premios del “ Colegio de N\ie.stra Señora del Socorro.” en honor de Arturo Michelena. Enero de 1890. Discunso
Discurso pronunciado en el “Asilo de Huérfanos” en pronunciado en un examen del “Colegio Nacional de Nue-
elacto de la colocación del retrato del filántropo Angel Ur- va Esparta,” en ago.sto de 1875.
daneta. Rivas Mandarain, doctor Jesús M. Discurso pronunciado el
Pumárez, Ahraham. Conferencia leída en la “ Escuela de Ar- 12 de diciembre de 1880, con motivo de la distribución
te.sanos” de Maracaibo, dirigida por el bachiller Rafael Pi- de premios en la “E.scuela federal de niñas 27 de junio,”
róla, en la noche del 1.5 de mayo de 1881. número 410. Cumaná. Discurso de clair.sura del acto ar-
Ramos, Domingo Santos. Disciu’sos dip)lomáticos de recepción, tístico-literario de las damas de la sociedad “Alegría.”
j)ublicados en Río Janeiro, Montevideo y Asunción (Para- Coro.
guay). Discurso pronunciado en la ca.sa del presidente Rodríguez, doctor Teófilo. Discur.so de orden leído en la junta
de la re})ública. Discursos j)ronunciados en banquetes pública que la “Academia Nacional de la Historia” ce-
dados en honor de Venezuela, en Rio Janeiro, Monte- lebró el 28 de octubre de 1891, en conmemoración del 3*'*'
vidcíj y Asunción. Discurso sobre instrucción, pronun- aniversario de su fundación. Dircunso de orden pronun-
ciado en el salón del Concejo Municipal de Caracas. Dis- ciado en el acto de la distribución de premios del “Colegio
cunsos pronunciados en el “Teatro Caracas ” sobre “ma- Franco-Inglés” el 15 de ago.sto de 1881.
terialismo y espiritismo.” Discurso sobre la caridad. Pa- Rojas Paul, Jesús María. Di.scurso ])roiurnciado á las 12 de
negírico <lel .señor Blas Bruzu.al, ]>rouunciado en el láui- la noche del 31 do diciembre de 1889 al tomar pose.sión de
teón Nacional. Discursos prouunciados en sociedades li- la }>residcncia del grand(! estado IMiranda.
h'rarias. Discur.^^os masónicos. Discurso pronunciado en Rosales, Carlos María. Di.scurso de orden pronunciado en la
la, recepción del señor doctor Silvestre Guevaray Lira, el 8 ficista, benéfica, celebrada en la respetable logia “ Asilo
de ago.sto de 1877. de la Paz” número 13, el 28 do octubre de 1880, en
Fiicra Aguiuagalde, doctor Craciano. Discui’so pronunciado homenaje á la independencia de 8ur-América.
POR Kl. DOCI'OR ADOl.P'O FRYl )P:NSP,P:RG CCCXIX

Saína, Fcflfriro. Piscurso promiiiciiuio ol 1? <1 (í diciombro do •se de ci rujia de la I. U. C. de V. Discurso intrí^xlucti-
1881 011 l;i ilusti’o nnivorsidnd do Móridu, oon mulivo dol vo del curso de (piímica refoi-mado, para la apertura.
contoimrio do Andrés Bello. d(! (!sta cla.se, pronunciado el 19 de setiendu'í! do 1852.
S(tla::zo, Marco A. Discurso do orden pronunciado on ol 'roa- Di.scur.so pronunciado cmi el “('ongi’oso (.Unstituyenfi! el
tro (éaracas on ol acto do la, distribución de proinios dol día 15 de mayo do 1830 sosteniendo la modificación (jue
“Colegio Santa María,” el 7 de agosto do 1881. Dis- propuso á esta proposición hecha por otro honoi'able re-
curso en contestación al leído por el jiresbítero doctor I)resentante: “Que se solicite del Congreso de Bogotá
Juan Bautista Castro, en el acto de su recepción en la el reconocindento de la separación de Venezuela, enten-
academia venezolana correspondiente de la real espa- diéndo.se <|ue la negativa se tendrá como una declara-
ñola. 181)3. Discurso |)ronunciado en ol Panteón Na- toria de guerra.” Discurso pronunciado en la e.squina
cional, con motivo de la traslación do los restos del L do La Palma, do la ciudad tie Caracas, el día 11 de no-
P. Jo.sé Luis Ramos. Discurso leído en la junta públi- viemhro de 1830. Di.scurso pronunciado en la junta ge-
ca y solemne que se celebró el 28 de octubre de 188Í), neral del día 3 de febrero de 1833, de la “ Sociedad eco-
con motivo do la inaugui'ación do la academia nacio- nómica de amigos del país,” de Caracas. Di.scurso que
nal de la histoi’ia. Discurso pronunciado en el acto como ])residente del Congreso pronunció en el acto de
de la distribución do pi’emios (leí “ Cobígio del Sagra- prestar el juramento ante aquella corporación el pre-
do Corazón de Jesús,” el lo do diciembre de 1881. Dis- sidente de la república general Carlos Soublette, el día 28
cur.so j)ronunciado en el cemontoi'io del sur sobre la do enero de 1843.
tumba del ilu.stre |)rócer goiK'i'al Carlos Soublette, el 15 Mllasmil, doctor David. Discur.so pronunciado en la felicita-

do diciembre do 1883, con motivo de la, celebración del ción ([ue hizo la juventud al arzobispo Cuovai'a, el 15 de
primei- centenario de dicho general. Discurso pronunciado agosto de 1877.
on el concierto artístico (jue se llamó de “La Cari- l/id larieencio, doctor Rafael. Di.scur.so pronunciado en el acto
dad,” efectuado en el Teatro Caracas, en beneficio de de la reijartición de preniicjs de la L U. C. el día 8 de ene-
las víctimas de la inundación de Andalucía. Discur- ro de 1809.
,so pronunciado en ol Panteón Nacional el í) de enero M llegas, dexior Gaillermo Tell. Di.scur.so jironunciado en el ac-
de 1878, con motivo de la celebración de la apoteosis to de la distribución do premios del “Colegio Chaves” el
del genei'al Juan A. Sotillo. Discurso pronunciado en el 0 de enero de 1808. Discurso pronunciado en el acto de la
Teatro Caracas el 2 de octubre de 1887, con motivo de inauguración del “ Colegio de la Paz, ” el día 23 de enero
la repartición de premios del “Colegio Santa Alaría.” do 1870.
Discurso pronunciado en ol T(;atro Caracas, en el acto de Villegas, doctor Juan de Dios. Conferencia dada en el “ Ho.s-
la de premios dol “Colegio Santa María,” efec-
rei)artición játal Linares” el 11 de marzo de 1894.
tuado el 7 do agosto
de 187D. Palabras pronunciadas Vizcaga, presbítero Daniel. Discur.so leído en la “Academia
en la academia nacional do la historia on el acto de venezolana correspondiente de la real española” en su re-
tomar posesión del puesto de director de dicho insti- cepción pública, el día 25 de mayo de 1890.
tuto, el 30 de mayo de 1803. Palabi'as pronunciadas Tepes, José Ramón. Conferencia leída en la, “ E.scuela noctur-
en la celebración del (1? aniversario de la instalación de na de artesanos” de la [>arroquia Santa Bárlrara, el 5 de
la academia nacional do la historia, como director de junio de 1881. Maracaibo.
dicho cuerpo,
Seijna, ductor Rafael. Discurso de orden pronunciado el 8
do agosto de 1800 en la Academia de ciencias sociales
y hollas letras de Caracas, en ohse(]uio de la real aca- E
donda cs[)añola de la lengua, por haher esta ilustre
corporación distinguido con el título de niiend)ro corres- ORATORIA ECLESIASTICA
pondiente extranjero al señor licenciado Cecilio Acosta.
Claracas, 18GÍ). Discurso pronunciado ol 19 de setiembre
de 1877 en la Universidad de Caracas al reabrirse los Al mra.d o, presbítero Rafael María. Discur.so sobre la ambición,
estudios. ])ronunciado en la iglesia metropolitana de Caracas,
Scijaa, doctor Rafael Fernando. Discurso leído ante el ins- el domingo 21 de marzo de 1852. Oración fúnebre rpm
de dei'ocho internacional, en Hamburgo, 1891.
tituto ])ronunció el 5 de junio de 1851 en el templo de San
Sifuentea, Ramón. Discurso de orden pronunciado en la so- F'ranciscoen las exequias del señor Juan Gregorio Muñoz
ciedad “Amigos del Saber” él día 11 de marzo de
y Funes. Panegírico de San Antonio de Padua pro-
1882. nunciado en el templo de San Francisco, de la ciudad de
Siiiith, doctor Alberto. Discurso de orden ])ronunciado en el Caracas, el 19 de julio do 1851. Sermón do Nue.stra Se-
acto literario con (|ue el “Colegio de Ingenieros” solemni- ñora de las Mercedes, predicado en la iglesia de su títu-
zó el cíintímario del Libertador, 1883. lo (lo la ciudad de Caraca.s, el 28 de .setiembre de 1850.
Solano, doctor José Gregorio. Discurso fúnebre pronunciado el An'síegaieta, presbítero deán Leandro. Elogio fúnebre pronun-
1!) de agosto de 1850 en las exeíjuias rpre el “Liceo de Li- ciado el 0 de diciembre de 1883, en la iglesia Catedral
teratura” celebró en memoria del malogrado joven Juan de Guayana, en las honras celebradas por el descamso del
Ramón Uzcanga. alma del señor doctor .José A. l’onte, dignísimo arzobis-
Talavera g Garcés, obispo, doctor Mariano. Discurso j)ronuncia- po de Caracas y Venezuela. Elogio fúnebre })ronunciado
do en el salón de la “Escuela Bolívar” el 28 de octubre en las honras á la memoria del señor doctor Mariano Eor-
de 1853. tique, celebradas en la santa iglesia Catedral de Guayana,
Toro, Julio. Discurso de orden pronunciado en la fiesta lite- el 15 de diciembre de 1800.
rario-artística celebrada por el “ Centi'o católico venezola- Arteaga, presbítero doctor Ricardo. Discurso de Nuestra Se-
no” en honor del soberano })ontífice León XIII, con ñora de la Paz. Caracas. Discurso laudatorio en el
motivo de su jubileo episcopal. centenario del señor i)resbítero doctor Jo.sé Cecilio Avila,
Urhaneja, doctor Alejandro. Discurso á la “ Unión Democrá- Caracas. Discur.so [)ronunciado en la celebración de las
tica.” Discurso |)ronunciado en (d “Asilo de Ifuérfanos” bodas de oro, en el jubihío episcopal de su Santidad León
el 24 de julio de 1887. Palabi'as ant(' los restos de Ló- XIJI. Caracas. Discurso .sobre la inílueucia de la ()i'-
pez Méndez. den Franciscana en la sociedad. Di.scurso .sobre la obra d('
Vargas, doctor José M. Alocución del [)residcnte do la n*- los misioneros. Discui’so .sobro .santa Angola do Mérici,
|)ública, doctor J. M. Vargas, á sus conciudadanos, el lundadora de las Ursulinas. Nikívo conferencias .sobre (4
día 28 de agosto de 1835. Alocución pronunciada (mi naturalismo. Oración lúnebre (ui las e.xcapiias del e.xcidentí-
la instalación de la “ Facultad Médica de Caracas.” Dis- simo señor man(ués del Duero, don Manuel de la Concha
curso inaugural pronunciado en la apertura de la cla- ca|»itán general ‘lelos ('jérci tos españoles. Habana. Ora-
C'CCXX MATERIALES IWRA LA RIBLIOGRAEIA NACIONAL
ción íVmobm on exequias del doctor Manuel Felipe Ro-
las metro[)olitana de Caracas día de su
el fiesta del año de
drígiu'z, obis|X) de Guayana. ^'a, rucas, (traeión fúnel)re 1856.
en las exequias del señor doctor José A. Ponte, arzobispo Forres, presbítero bachiller A arehano. Sermón j)redicado en la
de Caracas y ^ enezuela. Claracíu^. Oi’ación fúnetu’e en fiesta del patrono del “Colegio san Agustín” de Barquisi-
las exequias de nuestro sentido santo padre Pío IX. Ca- meto, el día 30 de setiembre de 1883.
racas. Oratoria sagrada de Venezuela. Sermón predicado illalobos, presbítero José de Jesús.
I Oración fúnebre en las hon-
el día Ib de setieiul)re de 1894; último del solemne triduo
ras del senoi’ preshítero d()ctor don Tomás Zerpa, pronun-
en que los reverendos padres capuchinos celebraron en la ciada en la iglesia parroquial de Michelena. Marzo 29
iglesia de las Mercedes, la beatificación del venerable fray de 1886, Mérida.
Diego José de Cádiz.
Castro, presbítero doctor Idtiriqae Afaría. Sermón de la In-
maculada Concepción predicado en la ciudad del Tocuyo,
en 1S()2. Sermón de la pasión de nuestro Señor Jesu- II
cristo, [)redicado en la Villa de ^b^lera (Trujillo) el viernes
santo (le 1870. Sermón en honor del sagrado corazón de CIENCIAS TEOLOGICAS. -ASUNTOS
Jesús, predicado en la iglesia parroquial de Güigiieen 1893.
Sermón sobre el Pontificado Romano, con motivo del Ju-
ECLESIASTICOS
bileo Sacerdotal de León XIII, predicado en Valemfia, I
1887. Sermón sobre la Santa Infancia, predicado en
Valencia en 1887. LIBJIOS Y FOLLETOS
Castro, presbítero doctor Juan Baatlsta. Discurso pronunciado
el día 24 de abril de 1877, en La Guaira, en el acto
de la entrega de los restos del eminente sabio doctor Alvarado, presbítero Rafael Alaría. Festividades de Cúa, so-
José María Vargas, á la comisión nombrada al efecto. lemnizadas [)or los doctores Silvestre Guevara y Lira
Oración fúnebre pronunciada en las exeíiuias celel)ra- y
doctor Mariano de Talavera y Garcés. Caracas, 1885.
das |)oi' el Gobierno Nacional, en memoria
y honor del A'/aras, doctor Rnenaventnra. Exposición .sobre patronato ecle-
excelentísimo señor F. S. Carnot, presidenteXpie fue de siástico dirigida al ])rimer congreso coiustitucional de Ve-
la República Francesa. Oración sagrada pi’onuneiada con nezuela. Caracas, 1831.
motivo de la bendición de la imagen de San Vicente Arteaga, presbítero doctor Ricarxlo. Rosario para las flores de
de Paúl, el 24 de octubre de 1880. mayo. Lérida, 1894.
Esp'hiosa, presbítero doctor M¡(ja,el A. María Blanco, doctor Jerímrmo FJ.
y el Sacerdote. Catecismo de religión é historia
Sermón ju-edicado en la fiesta patronal "^de la “ Escuela sagrada. Caracas, 1853. El arte de la virtud ó preceptos
Arzobis[)al de Valencia” el 16 de setiembre de 1888. de religión y moral ordenados jiara los alumnos del cole-
Iradi, presbítero doctor Aíaorael Vicente. Oraciiui
])ronuncia.da gio de Vargas, 1860.
en el templo de San Francisco el 26 de agosto de 1864, Bosset, doctor Juan Hilario. Instrucción para el ejercicio de
en los honores fúnebres al general Rafael Urdaneta. las cuarenta horas. Mérida, 1868.
Sermón sobre el transite) de Santa Rosalía de Palermo. Bracho, presbítero. Conte.stación al anónimo “Muchos maso-
Gara cas, 1867. ne.s.” San Felipe, 1856.
Jáurepai, presbítero Jesús A/anael. Oracicbi pronunciada en la Carreño, Aíannel Antonio y Alanuel AL Urbaneja. Catecismo
Iglesia Matriz de la ciudad de “ La Grita” en las honras i'azonado, histórico y dogmático, j)or el abate Theriou.
fúnebres del ilustrísimo señor doctor Tomás Zerpa, obis))o (Traducción.) Caracas. 1849.
preconizado de Mérida, el 26 de marzo de 1886. Castillo, Ramón Jnlicht. In.strucción sagrada para la juventud.
Ponte, presl)ítero dosé Antonio
doctor Oración fúnebre Mérida. 1879.
})ronunciada. en las exerpiias del general José Tadeo Castro, preshítero doctor LJnricpie Alaría. Contestación á los ma-
Monagas. Valencia, 1868. sones de Caracas. Curazao, 1890. El matrimonio civil
Pi/ncím, prestntero bachiller José A'idonio. Sermón predicado en Venezuela. Barinas, 1857. Galileo. Puerto Cabello.
en la .santa iglesia mayor de Coro, el día 19 de al)ril 1893. Historia de Samuel, profeta, juez de Israel, con un
de 1806. apéndice sobre los demás jueces ó magistrados de luna-
Rivero, presbítero doctor José Manuel. Oración pronunciada ción e.scogida. Valencia, 1892. La masonería sin velo.
en las execpiias del señor doctor Nicolás Anzola. Caracas. Puerto Cabello, 1860. Re.spuestas cortas y familiares á
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Piivero, presbitero doctor Nicanor. Oración fúnebre pronun- de Segur. (Traducción).
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general Jo.sé Tadeo Monagas. Caracas. Oración pronun- del catecismo.
ciada en la festividad religiosa dedicada á nuestra se- Domínguez, preslntero Juan Andrés. Doctrina cristiana, según
ñora del Carmen, en el templo de San Franci.sco. Ripalda y otros autores. Caracas.
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quias hechas al ilustrísimo .señor doctor Mariano Fei-- social, por Julián Villecrose. (Traducción.) Caracas, 1892.
nández Fortique, antiguo ohispo de Guayana, en la Fortique, Aluriano F. Instrucción pastoral al clero de su dió-
santa iglesia metropolitana de Caracas, el 11 de diciem- cesis. Caracas, 1847.
bre do 1866. Sermón panegíiico de San Francisco de Guevara y Lira, doctor ¡Silvestre. Instrucción pastoral sobre
Asís, pnalicado en la Capilla del “Cok^gio de áVelgele- “El espiritismo.” Caracas, 1857. Observaciones que el
gen.” Curazao 1892. Sermón ju’edicado en la solem- arzobis })0 de Caracas hace al ejecutivo nacional sobre el
ne fiesta con (]uo k\s músicos de Caracas ob.secpiiaron á “Código civil.” Caracas, 1868. Observaciones .sobre el
su ])atrona santa Cecilia, en la iglesia parroquial de concordato de A'enezuela celebrado en Roma en julio de
Santa Rcasalía, el 22 de noviembre de 1892. Caracas. 1862 y ratificado por su santidad en el palacio del Vatica-
'falavera y (larcés, doctor Alarkmo. Oración ju’onunciada en no, el día 25 de mayo de 1863. Caracas, 1864. Primera
el acto de la bendición del cementerio católico de los “Hi- carta pastoral al clei'o y fieles de la arquidiócesis. Cara-
jos de Dios.” 1? de noviembre de 1856. Caracas. Om- cas, 1853.
ción pronunciada, en la santa iglesia metropolitana, de Hermoso, R. U. Extracto de la biblia, ó .sea, la sagrada escri-
Bogotá, el 7 de ago.sto de 1824, anivei'sario de la victoria tura para la enseñanza, de la juventud. Coro, 1866. 4 edi-
de Boyacá. Oración (pie en la festividad decretada, por ciones. Gran poder de Jesús en la mujer de Pondo Pila-
el congn'so do Colombia, ]>or los triunfos del Perú, pro- to. Célebre carta de éstaá su íntima amiga Fulvia. 1867.
nunció en la catedral meti-opolitana de Bogotá, 1824. Hechos V no ¡»alabras sobre la divinidad de Jesucristo.
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POR PL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBFRG CCCXXI

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Paúl, presidente de la república, .sobre la situación polí- y terapéutica. Esta obra ha .servido de texto, marruscrita,
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bro amarillo de 1870, como ministro de relaciones exterio- Car-acas. Materia médica y ter-apéutica especial. Quí-
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Urhaneja, doctor A/ejandro. Carta de García Nieto, .so.steniendo recogidas en la clírrica del pr-ofesor Cardos J. F. Carrón
la nece.sidad de un partido nuevo. Veintidós artículos Villar-du. Compt-errde la bigierre, la patología y la tera-
sóbrela prensa, los poderes piiblicos, los }>artidos, el siste- péutica ocular-. De ésta se hau publicado algurras entre-
ma autocrático, el criterio y la trascendencia del delpinis- gas. 1857. Tr-atado de las enfermedades de los ojos cau-
mo y })i‘oíecías .sobre la suerte de las libertades públicas, .sadas por anirrrales vivos. 1857. Apuirtaciones par-a la
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García Nieto. corr. el doctor Lino J. Reverrga. Sólo se lia publicado la
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V de la glárrdula jrarotidea y sobre la ligadura de la verta
yugular iirterna. Este trabajo fue reirroducido err París
CIENCIAS MEDICAS con especial apr-obación del irr.stituto imperial de rnedici-
rra, pt-ecedido de urr juicio cr-ítreo de Velpeau, Bógitr,
I
Nelatorr, Lagreair y Malgaigrre, muy horrroso jrara el autor,
I.IBKOS Y FOLLETOS cu}m escrito fue calificado de interesarrte y muy bien he-
cho. 1857. Corr.sejos para pr-eca verse del sarampión
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curar’se de esta enfermedad y de sus más temibles compli-
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matique. Variedades anatómicas y complicaciones de alemana. Caracas, 1880.
las fracturas producidas en los huesos de los miembros Tainago, doctor Juan. De artere aortíe aneurismate. Caracas,
por las armas de fuego. Traducido por el doctor Pedro 1840.
I. Aguerrevere. 1882. Tejera, doctor Julián. De scrofulis. Caracas, 1838.
Medina, doctor Pedro. De ophtahnia dissertatio. Caracas, Troconis, doctor T. Super disenteria. Caracas, 1842.
1842. Vaamonde, doctor Fulgencio. De bronchocele. Caracas, 1840.
Michelena, doctor Guillermo. Nueva teoría del parto. Tratado Vaamonde, doctor 7émístocles N. Descripción de la primera
de ligaduras de las arterias. ovariotomía practicada en Venezuela por el doctor Fran-
Michelena, doctor Salvador. Super myositi sive musculari rheu- cisco E. Bustamante, el 31 de agosto de 1884.
matismo. Caracas, 1840. Valbuena, doctor Blas. De febri quaí Maracaibum anuo 1839
Milano, doctor Nicolás. Método curativo empleado en el hos- invasit. Maracaibo, 1840.
pital de beneficencia contra el cólera epidémico. Caracas, í'argas, doctor José Alaría. Breves apuntaciones sobre el có-
1885. lera asiático. 1849. Casos de hipertrofia del hígado con
Montiel, doctor Miguel A. De uretriti. Caracas, 1838. hidropesía, (hir.so de lecciones
y demostraciones anató-

42
CCCXXVI MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAFIA NACIONAL

micas en universidad de Caracas. 1847. 2 volúmenes.


la Aveledo Urbaneja, doctor Ramón. Evento de un traumatismo.
2 ediciones. Dos compendios que contienen todo lo útil Agala, doctor Arturo. Fiebre larvada epileptiforme.
de las obras de Beddoes y de Armstrong sobre fiebres. Jkanpertliug, bachiller Luis D. Uretritis blenorrágica.
Epitome sobre la vacuna. Va añadido con un apéndice Benitez, doctor José Alaría. Noticia sobi-e el guaco.
del mismo autor sobre una especie de viruela llamada Blanco, doctor Jerónimo E. Estudio sobre la solanina.
modificada. Caracas, 182G. Estudios varios de perito- Bosch, doctor Jaime. Caso de distocia por una presentación
nitis crónica con tuberculosis del me.senterio. Extracto rara. Extracción forzada de las .secundinas.
de la obra de Ducainp sobre la uretrn. Manual ó com- B'nceño, doctor José de. Anatomía clástica del doctor Auzoux.
pendio de ci rujia. Caracas, 1842. Memoria acerca de Experiencias que prueban que el nervio gloso—faríngeo es
la historia de la medicina en Caracas
y bosquejo biográ- especial del gusto.
el
fico de sus médicos. Tratado de enfermedades de los ojos. Bujanda, doctor Carlos. De la observación clínica. La histe-
Tratado de obstetricia y enfermedades de las mujeres y ro-epilepsia y las inyecciones hipodérmicas de morfina.
de los niños. Tratado de patología y cirujía dentarias. Carias, bachiller Eulgencio C. Nuevo remedio para la tenia.
Villanueva, doctor Laureano. Consejos á las madres. Carregó Luces, doctor M. E. De la ambliopia alcohólica. De la
Villavicencio, doctor Rafael. La república de Venezuela bajo iritis serosa. De.sórdenes oculares en la ataxia, la escle-
el punto de vista de la geografía
y topografía médicas y rosis en placas
y la histeria.
de la demografíii. Caracas, 1880. Céspedes, doctor Domingo. I^eptorias.
Volcán, doctor Emeterio. Memoria sobrecáncer, particular-
el Couturier, doctor Alberto. De la iritis.
mente de la boca y la causa de su frecuente ocurrencia en Cuello, doctor Juan. Caso de geofagia ti'atado con éxito por me-
el país. Caracas, 1830. dio del lactatode hierro.
Zuloaga, doctor A. E. M. De peripneumonia. Caracas, 1842. Dagnvno, aoctor Manuel. Medicina práctica. Lección inau-
gural leída en el hospital de Chiquinquirá de Mara-
caiho.
Díaz, doctor Manuel I ícente. Vargas. Algunos de sus tra-
II bajos científicos.
Diez, doctor Alanuel Antonio. Acción fisiológica v terapéu-
ARTICULOS SUKLTOS
tica del protocloruro de mercurio. Buenos efectos del
lacto-fosfato de cal. Cloruro de sodio. Consideraciones
sobre la patogene.sia de
la fiebre intermitente. Cuestión
Acosta Ortiz, doctor Pablo. Resección del tercio su])erior del ti.'^is. Jjji política
nuestras enfermedades.
y I^etrinas.
húmero derecho. 1803. 8obre un ca.so de com[)resión ge- Los cementei'ios de Caracas. Manera de prevenir el té-
neral tratado poi- la craneotonía. 1803. Solii'e un casnde tano de los rcciennacidos, enfermedad llamada vulgar-
ligadura de la liipogástrica por aneurisma de la nalga. mente mocezuelo. Medicamentos indígenas. Misión del
Curación, 1804. Sobre un tratamiento de la blenorragia. médico. Ohsteti'icia. De la concejieión. Sobre la grippe.
Aguerrevere, doctor Pedro Ignacio. A)ieurisma ó.soa. El beri- Tétano traumático. Tratamiento del tétano.
beri. Un gran problema teraj)éutico. Domintci, doctor Santos Aníbal. Estudio sobre el benzonaftol.
Aguerrevere Paccúuns, doctor 7'omás. La glicosuria. Su pa¡>el Ñolas sobre la leche. Mici'ohios y esteiálización.
en cirujía. Dominici, doctor Santos Aníbal
y A. Gilberi. Acción del. ácido
Alas, doctor José Eéli.r. Memoria sobre las afecciones cutáneas láctico sobre el trabajo químico <lel estómago.
de los niños, las causas precursoras de este mal v su mé- Escalona, doctor Juan Manuel. Estudio clínico .sobre las he-
todo curativo. ridas penetrantes del abdómen
y el pecho. Gangrena del
Alvarado, doctor IJ.sandro. —
Beriberi. Origen y })ro[)agación escroto y ]>iel del pene; albuminuria, inclusión de los tes-
del vómito prieto en Venezuela. tículos en la cavidad abdominal. Curación. Nociones ge-
Alvarez, doctor Carlos. Bubas. L;i lep]'a. Oftalmoscopia v nerales sobre la cirujía infantil.
optometría. Esjjelozín, doctor Luis. Clínica quirúrgica. Extirpación de la
Amitesarove, doctor Diego. Re.sección de una porción del colon j'orción horizontal del maxilar inferioi', })racticada por el
de.scendente á consecuencia de una herida. Curación. doctor Bernardino Mosquera.
Arévalo Cedeño, bachiller Pedro María. Bosquejo de la doctri- L'rgdensberg, doctor Adolfo.Cólico nefrítico. Consideraciones
na hipocrática. De la hipotermia consecutiva á las pi- sobre la etiología de diarrea catarral, conocida vul-
la
rexias. El descubrimiento de la circulación de la .sangre. garmente entre nosotros con el nombre de mavo. El
Púrpura .senil. “ Xanthium .spinosura ”
contra la hidrofobia. Fiebre palu-
Armas, doctor Jdorotco de. Caso de tiña tonsurante curado por dosa concomitante con una afección histero-cataléptica.
acido salicílico y el hielo machacado. Curación del mal
el
Insalubridad de Caracas. Si la traqueotomía constituye
de San Vito con el veneno de la cascabel. El paludismo un tratamiento del croup ¿en qué momentos debe prac-
-

en Venezuela afecta á la i'aza canina. Enteritis ])alúdica. ticarse?


Síntomas que la caracterizan. Existe en la Guayana ve- García, Enrique. Po.sología.
nezolana una larva de maripo.sa eminentemente tóxica. García, doctor Wenceslao. La fuerza vital disminuve desde hi
La armasina. La lira de alcorno(|ue como medicamento concepción del .sér hasta el jierecimiento.
eficaz ])ara el reumatismo
y el infarto del útero. Las in- González, doctor Calixto. Tétano traumático.
yecciones hijiodérmicas de morfina ¿ tienen ó no influen- González, doctor Toribio. Café, e.studios terajiéuticos. Chan-
cia desfavorable para el jn’oducto de la concepción ? Nue- cro fagedénico. Disentería hepática. Fiebre amarilla.
va teoría del doctor Cantani acerca de las fiebres paludosas Interrogatorio sobre La pepa
la parálisis. del “Simaba Ce-
refutada j)or no.sotros. Una nueva clase de piojos. Un drón,” historia. Pi’ojiiedades usos. Nociones sebre tera-
caso de parto.
y
Aplicación del forcejis y cefalotribo. Un péutica general. Parálisis. Salivación mercurial. Trata-
es})ecífico notable para las hernias, enlre los pobladores miento local con el iodo, felices re.sultados.Tifo icte-
de los campos oriundos de Venezuela. rodes.
Arrogo, doctor José I. ¿ Líi fiebre que reina en Barquisimeto González Miranda, doctor R. El hidrato de coral como medio
será fiebre amarilla? para contener el aborto y el parto prematuro.
¿ Es eemé-
Arvelo, hijo, doctor Carlos. Abceso en el cerebelo y médu- trica la quinina y sus sales? La medicación salicílica en
la oblongada. Aguas sulfuro.sas de San Juan de los Mo- la tos ferina.
rros. Cálculos urinarios. Clínica obstetricia. Fiebres in- González fVadsl'ier, Julio. Fórmulas magistrales. Su estudio.
termitentes. Tratamiento por el cloroformo. Gangrena Gratcrol y Morles, doctor Justininno. Algo sobre la fiebre
seca. La sifilización. Princijúos de moral médica. coriana.
Aurrecochca, doctor 3Ia nucí María. De la fuerza natural en el Guánchez, doctor Vicente G. Caso pi’áctico de parálisis idio-
parto. patica. Heridas de la cabeza. Neurosis tetánica.
POR EL DOCTOR ADOLFO LRYDLNSBLRG CCCXXVIÍ

(ínardia, doctor Nicanor, l’reñez extrn-uteriiiíi. Extracción A'/ilano, doctor Nicolás. Envenenamiento pta' el o])io. Pi inie-
del feto al través de las paredes del vientre. Gasti'otoinía. i'os auxilios (jue deben ju-estai’.se á los envenenados. Hi-
(iaardin, doctor Nicanor ¡/ doctor -J G. Hernández. Sobre la an-
. giene. líeglas fjue deben ob.servai’se con los iiiño<. Ne-
gina de ))echo de naturaleza {taludosa. frori'agia.
Gnzináii, Lnin IL Combustiones espontáneas. Afonrog ({onzález, doctor Francisco. Anastomosis arteriales.
Hernández, doctor -Joú Gregorio. Sobre el número de glóbulos Aíontenegro, doctor José Dolores. Amamantación. E.studio .so-
i’f)jos. bi'e la (juinina. Hidi’ocefalia. Valor diagnóstico del
Hernández, doctor Pedro Eduardo. (Juración de una aneurisma véi’tigo.
por la compre.sión. Del (jftalmo.scopo. Montenegro, doctor A/annel Vicente. El sueño. La célula. La
Herrera Tocar, doctor I*cdro. Del de.s])cño bilio.so, de la di.sentc- imaginación. Los ane.stésico.s. Quemaduras. Vacunación
ría específica y de la colitis palúdica. y i'evacunación.
Herrera, 'Tocar, doctor ¡’edro g doctor Bernardo líerrera l ’egas. .líontero, doctor de distinea inten.sa cui'a-
ínús Mario. Ca.so
Sobi'í! una faz rara del ))aludismo. <!a con el bi'omui'o deCaso de mola carnosa.
potasio.
Herrera. \'egafí, haclúller Andrés. Patogenia de la t‘clampsia. De la costumbre de vendar el vienti’e después del par-
Herrera \'cga^, doctor Bernardo, \bicuna animal. to. Edema de la glotis. ¿ En qué casos debe pi’acticar-
hnerg Pu^.'iián, doctor Jnan Ai. Elefancía. se la histerotomía? Glucogenia. M. Pasteur ante la
Jelamhi, doctor EzegnieJ. Eclampsia pucri)eral. academia france.sa y el positivismo impenitente. Pronós-
Jiménez, doctor Juan Tm. Diarrea producida poi' lesión del hí- tico médico, pi'es(‘iitimiei)to fune.sto de algunos enfermos,
gado y su método. 'rumor íibro.so (libroiuaj de enormes dimensiones, de.sa-
hiendo, doctor Bartolom.c. Memoria .soijre (d origen y curso de i'rollado en la eaviilad del vientre.
la fiebre de Apure. .i/onfesnios, doctor Fgt.dio .!. Ca.so d(! histéi'ico localizado en
Lobo, doctor Dacid. Algunas ctm.sideracioiu's acerca de la glán- la i'egión del ojo.
dula hepática. Caso curioso de un feto que permaneció Montiel, Simón. La :u'ti[)i ri na.
ób años en el seno materno. Caso raro de aneurisma. Morales, doctor Giullerm.o. Algo más sobi'c el hi.stei'ismo.
De la a]) 0 plegíaen la hemoi'ragia cerebi'al. Enfermedad (Ji.stitis blenorrágica rebelde. Hemorragia continua. Do-
curio.sa. Estudio clínico do la fiebre remitenC' prolonga- loi'es intolerables. Talla su[)rapubiaua, cui'ación. Del tra-
gada. La antifebrina. tamiento del histerismo.
López Baralt, doctor Bafael. Escrófula. .i/osquera, doctor Bernardino. La histerotomía cesái'ea, ó sea la
Lucelia, doctor Jone de JesiU. Otro caso de aneurisma. Parálisis. extii'[)ación del útero gi'ávido.
Tumor aneurismal de la región epigástiáca curado con el J*ércz, doctor José Bajad, tíignos de la muei'te.
acetato de plomo neutro. Pérez Carreño, Alberto. El jarabe de Ea.sf.on. lodoformo. Los
Machado, doctor Alfredo. Envenenamiento por el ácido fénico. venenos. Mixtur’a .salina.
La hematurídica (>n los Llanos de Venezue-
fiebre biliosa ISn-ez Díaz, bachiller Manuel. Observaciones sobre un ab.sce.so
la. Fiebre paludosa larvada. Ligeras apreciaciones so- hepático operado en el “Hospital Vargas.”
bre el tratamiento de la erisipida por la aplicación local Piel ri, doctor Jnan. Del tei'inocauterio como medio de diéri.sis
de un sapo. La hematuria (juímica y la fiebre bilio.sa (MI eii'njía.
hematúrica. Pineda, doctor Antonio María. De la ti’ansíbi'mación de las fuer-
Aíarcano, doctor Ga^ipar. De la contusión del [)ulmón en zas. Del vestido que debe u.sarse en Bai'quisimeto y otros
las heridas del tórax [>or armas de fuego. De las he- lugai'es isotéi'inicos. El croup. La compresión. Qui.stes
ridas de la excavación isquio-rectal, por anuas de fue- sebá.seo.s.
go. De los extrangulamientos rotatorios de la tí ilía- Plaza, doctor Salvador, La estatura del hombre.
ca. De los trayectos intra-nursculares del miembro in- Pmice Córdoba, bach iller Delj'ín. Pleurotornía. Opei'ación {)i-ac-
ferior [)roducidos por las armas de fuego.El dedo de ticada poi' el d(K!tor Pedro Heri'ei'a Tova)' en el “hos[)ital
re.sorte. Estudio .sobre las hemorragias quirúrgicas .secun- )uilita)'” el día 7 de julio de 1804.
darias. Las aguas minerales de ATnezuela. Lujación ponte, doctor Manuel María. Cistocele vagi))al, conio cau.sa
incompleta de la extremidad su[)crior del radio hacia de distocia. A|)licacióii dd foi'cc'ps. Exito feliz pa)'a la
adelante. mad)'e y pai-a el niño. Clí))ica ginecológica. Tumor fi-
Marcauo, Vicente. Las aguas de alimentación de la ciudad broso del úto'o. Histerotomía, ([)ri)ne)'a operació)) de es-
de Caracas en sus relaciones con la salubridad de la ta es[)ecie (pie so practie eu V^enezuela). i Co))sid(M'acione.s
población, tíobre un detalle importante bajo el punto aco'ca de la locura puiM'[)oi'al. Cont¡'ibuciones al estu-
de vista médico, en el reconocimiento de las quinas V('- dio de la ginecología. Notas ci'onol(')gica.s. Cont)'ibucio-
nezolanas. )ies á l;i hi.sto)'ia d(> la meu.st)'uació)). /.Cuáles son las
Marcano, l'icente g doctor Ad.olfo Frgden^hcrg. Estudios .sobre i))dici)cioues <|ue tiene el médico (¡ue llenar en pi'('se))-
la acción del Guachamacá. eia d(' una uterina?
lie!noi')’agia D(d at)’elÍMuo utM'ino.
Martinez, Joaéi Baininndo. Datos pi'ácticos sol>re la [)reparación Ejo'cicio y (Mi.señanza de la medicina. El uso del foi'ce[)s.
del extracto de ratania. Estudio clí)iico acei'ca de la )net)'itis cró))ica e)) Ca)'acas.
Afurcéii, Antonio B. Morfina. Estudio ace¡'ca de la nnieite i'epe)iti)¡i) oi el e.^tado puo'-
Macía-s, doctor [aan de la Cruz. Causas del isterisino, 1830. })eral. F'lemón peri-vaginal
y peri-uterino. Ilematocele
A/eaño Pojan, doctor Francisco de Paula, ( Vntra indicaciones pcri-utei'i))o. Higioie pública. La viruela. La cura-
del cornezuelo de centeno. ció)) del sí))to)na dolor por )nedio de i)iyecciones hipodér-
Medina, doctor Clemente. Memoria sobre el mal venéreo d(> los niicas de agua pura. Las ano)nalías de la a)'ter'ia r-adial,
niños, 1832. como causa de erro)'es de diag))ó.stico. Lección clí)hca
A/edina, doctor Pedro. Aneurisma [arpliteo. solu'o la prepa)'ación pai'a lii ovariotomía Me)))oria .sobre
A/eier Flegel, doctor Enrique, tíobre un caso de atrofia del la e.structiD'a, fu)icio)ies
y eníérniedades de las men)bi'a-
deltoides por neuritis del circunñejo. Tratamiento del nas )nuco.sas del ajairato sexual de la )nujei'. Relació)) de
myxoedema. un caso de i'(T(micíóii de u)i feto ))iuerto dentro de la )natriz.
Alej'ta,doctor Francisco de A. La ruptura del equilibrio entre el du)'ante .seis nu-.ses.
ingreso y egreso de la. .sangre es la condición patogé- Porras, doctor Mannel. (Jo)'izii ó fielu'e catarral. Deglución
nica general de la hiperemia. involuntiiiia de una aguja y de lui alfiler. Conducta del
Mend.ihle, doctor Juan Vicente. Homeopatía. Carta al .señor ])iédico y su éxito. Empleo de una catai)las)na estupe-
docto)' V. G. Guánchez. Notables efectos de las impi'c- facicMite en ¡'ou)))ática aguda.
la a]'tr¡tis Hemor)'agia de
siones morales sobre el oi'ganismo. Muertes repentinas. iuocia del úto'o.
sob)'e|)arto po)' Monoria .solu'c la s;)))-
La güeña. g)'í;i. iModos de )no)'ir, pí)tología. .Mordediu’a de la lo))-
Afichclena, doctor (iaillernw. Influencia p.scológica y patológi- gua po)' uiiii scM'piente de ca)'.!p;)])illa (ca.scabel). Apli-
ca de las regiones intortroi)icales. cació)) del amoniaco co)no cáustico á hi heridii
y su
CCCXXVIII MATERIALES PARA LA BIBLIOGRAEIA NACIONAL

administración aj interior; curación. Oftalmía j)U mienta el tratamiento de la hidropesía. Las aguas de Margarita
de los reciénnacidos. Tétano de los recién nacidos. en relación con sus enfermedades. Las lombrice.>ír La
IHamella, doctor Antonio. Anomalía congénita. Aplicación terapéutica en 1885. Lección inaugural del curso de
del fórceps. Desgarradura incompleta del periné. Infec- patología general comenzado en 1890. Lección sobre el
ción consecutiva, erisi}>ela gangrenosa y eriútica como tratamiento de la diarrea, basado en el carácter de las cá-
maniíestación de aquélla. Empleo de la i'esorcina, cura- mara.s. Lo que vale el iodoformo. Los enemas sublima-
ción. Caso de aplicación del fórceps. Fiebre puei peral con- dos en los estados disentéricos. Los idiotas. Los neuras-
secutiva curada por la resorcina. ténicos. Los peligros del cloroformo. Notas sobre el tra-
llamos, doctor Ramón Alejandro. Apuntamientos sobre el fór- bajo del doctor Freedland sobre elephantiasis grsecoruin.
ceps obstetricial. Casos de aplicación del fórceps con éxito Nota terapéutica. Eritema polinurfo. ¿ Paludosa ó ama-
feliz para la madre
y el niño. Cornezuelo de centeno, rilla? ¿ Paludosas ó tifoideas ? Ptomaínas, Cricomainas
sus ventajas y peligros. Inyecciones hipodérmicas de agua v^ microbios. Remedios secretos. Tétanos morfímico.
pura para combatir el elemento dolor. Posición que debe Tratamiento de la tuberculosis pulmonar. Tuberculosis
.

ocupar la mujer en el acto del parto. Riñones otantes ó locales. Un ca.so de eritromelalgia. Valor diagnóstico
fluctúa lites. de la melanemia.
Razetti, doctor Luis. Del abandono del cornezuelo de centeno Rivera, doctor Francisco II. De.scripción de un caso de bubas
en obstetricia. Del tratamiento quirúrgico déla epilepsia y ccarsideraciones relativas á la etiología y patogenia de
traumática. El testículo paludoso. La siníi.scotomía. esta enfermedad.
Osteosarcoma del maxilar superior. Sobre el empleo de Rocha, Claudio. Cómo obra la digital purpúrea en la hidro-
la .sangría en el tratamiento de los accesos eclámpticos. pesía y submuriato de hidrargirio, 1832.
el
Sobre el tratamiento de las hemorragias puerperales. Rodrigo Chacón, doctor. Ultima enfermedad del Libertador.
Razetti, doctor Lms y doctor Nicanor Guardia, hijo. Estudio clí- Rodríguez, doctor Elias. Midriasis verminosa.
nico de la buba. Rodríguez, hijo, doctor Elias. Del empleo del cistocopio como
Ríos, doctor José Manuel de los. Absceso hepático consecutivo medio de exploración y de diagnóstico en las enferme-
a la fiebre tifoidea. Acción del clorato de potasa en las dades del aparato génito-urinarias.
enfermedades del feto y de la placenta. Antitérmicos. Rodríguez Hernández, doctor Luis. Agua mineral sulfurosa de
Apreciaciones clínicas sobre el valor de los agentes tera- Venezuela. Descripción de un caso de e.strofia de la ve-
jiéuticos en la tos ferina. Apreciaciones sobre la grippe. giga. Hermafrodita masculino, observado en París. Ojea-
Apuntes clínicos sobre el tétano. Hemorragia intestinal da sobre la importancia del microscojiio en medicina. Tri-
en dicha enfermedad. Su impoi'tancia en el pronéistico. quinosis.
Apuntes clínicos .sobre la tisis pulmonai-. Apuntes clíni- Ruiz, doctor Miguel R. Absceso hejiático. Del prolapso uteri-
cos sobre un caso de enfermedad de Brigbt con.secutiva á no. Fibroma del ligamento redondo.
la e.scarlatina. Ascitis. Berruga del Perú, ó botón de Miguel A.
Seco, doctor Hamamelis virgínica. La tela de ara-
los Andes. Ainhun. Caso de tumor fibroso uterino cu- ña como febrífugo.
rado |)or inyecciones hipodéianicas de extracto líquido Soto, doctor Francisco. Análisis de la orina como elemento
de cornezuelo de centeno. Conferencia clínica sobre algu- diagnóstico. Asuntos de arte tocológica puramente prác-
nas afecciones hepáticas comunes en este país. De la fie- ticq.s. Fiebre puerperal. Bacilo de la tuberculosis. Bac-
bre y su tratamiento. De la quinina en la fiebre remi- teriología. Descubrimiento interesantísimo á la patogenia
tente. Del bicarbonato de soda en la leche que u.san los del cólera. Consideraciones ginecológicas. Esterilidad
niño.s. Dispe|)sia. Eclampsia. Enfermedades frecuentes facultativa. Cordón umbilical. Cuadro sinóptico. Diag-
en Caraca.s. Sus causa.s. Apreciaciones. Erisipela. Dif- nóstico de la apoplegía. Diagnóstico de la tisis como en-
teria. Estudio sobre las enfermedades á que han sucum- fermedad bacilar. Difteria según el tratamiento nosoco-
bido en el presente semestre de este año (1880) las ])er.so- mial parisiense. ¿El iodoformo será un antiséptico ?
nas que han .sido sepultadas por la sociedad “Ti'ibuto á El microbio del Fiebre cerebral.
tétano. Guachanacá
los pobres.” Falso croup. Laringitis estudalosa, laringitis Hemofilia.
curare.^ La giippe. La nona. Literatu-
y
específica. Fiebre amarilla. Hipertrofia crónica del hí- ra micróbica. Materiales médicos obtenidos en los hospi-
gado con ictericia y fiebre, curada por el muriato de mor- tales de Caracas en 1848
y 1849, al lado del venerable
fina. La antipirina. Paralelo con los demás antitérmicos. Vargas. Nefritis. Uremia. Eclampsia. Oxiuro ver-
La clínica. La disentería de Caracas. La epidemia de micular. Para la rigurosa observancia con el fin de evi-
fiebre reinante en Caracas. La fiebre amarilla. La ti si.s. tar el peligro de quedar ciegos por el contagio recibido
Su extensión y terapéutica. La vacuna. Lecciones ora- de los ojos purulentos de los recién nacidos. Recetario
les de psediatria en la “ Clínica de niños pobre.s.” Leccio- preventivo contra la triquinosis. Sinopsis del diagnósti-
nes orales sobre las fiebres, recogidas por el doctor Vicen- co diferencial entre el mal de Basedoro
te Arvelo. Mordeduras de culebras. Nictalopia, curada y otras afeccio-
nes. Peptona.s, pepsina y cliso-alimento. Tétano. Coii-
por el sulfato de quinina. Enfermedades intestinales de sejo higiénico importante. Tétanos. Tocodietética ó ré-
los niños. Rectitis gangrenosa. Tos ferina. Observa- gimen Tratamiento del cólera. Triquina es-
del parto.
ciones clínicas sobre la antipirina. Tubaje laringeo, entu- ])inal, cisticerco
celuloso y cerdos. Versión pelviana com-
bación. Tuberculosis. Método de Koch. Climato-tera- binada, como tratamiento de la placenta previa.
pia. Viruela hemorrágica. Vómito negro en la fiebre Soto Pereda, bachiller Manuel. El jialudismo y su trata-
_

remitente hemorragica. Casos prácticos. Apreciaciones miento.


clínica.s. Tahosky, doctor Víctor. Papaína.
Risquez, doctor Francisco Antonio. Accidentes tetaniformes Tamayo, doctor Juan Rabio. Caso de pólipo del recto, curado
consecutivos á las inyecciones hipodérmicas de morfina. por simple arrancamiento con la uña del índice.
Anemias. Apreciaciones acerca de los tratamientos se- Tejera, doctor Federico. Observaciones clínicas de aplicación
guidos en la pulmonía. A propéisito de la fiebre prolon- del fórceps.
gada. Apuntes clínicos. ¿Artritis .. ? Apuntes sobre Toro, doctor Elias. Del nuevo tratamiento de la blenorragia.
fiebres. Beriberi. Clínica médica. Consideraciones so- Revista de medicina.
bre el geofagismo. Contribución al estudio de la fiebre Torres, doctor J. Manuel y doctor Diego A. Siem-a. Descrip-
amarilla. Curación de la disentería. Diarrea de la den- ción de un caso de afección del corazón.
tición. Difteria. Disfraces del impaludismo. El moce- l a amonde Blesbois, doctor Simón. Las enfermedades infec-
zuelo. El paludismo en Caracas. El sedal. Enferme- tivas.
dades mentales. Fiebres reinantes. Formas del impalu- largas, doctor José María. Caso interesante de un tumor tu-
dismo y un medio de reconocerlas. Grippe y dengue. berculoso y cístico con apariencias de canceroso. Fiebres
He filia extrangulada. La fiebre de Caracas. Las pirexias tifoideas, cerebrales
y gástricas. Glandulitis escrofulosa.
híbridas. La leche con cebolla. La leche con cebolla en Instrucción popular sobre el cólera. Memoria sobre las
POR EL DOCTOR ADOLFO FRYDENSBERG CCCXXIX
diversas clases de zarzaparrilla y sobre el uso de la raíz de Inconvenientes que acarrea. El pico de Naiguatá. Breve
ser raja en cocimiento. Monografía de las aguas minera- descripción de la flora y de geología de esta intere-
la
les de Coamo, Muchos casos de hemotisis, de angina sante montaña. Enfermedades del café. Las ))lantas fósi-
tonsila!’, de herpes en la lengua, de vesanias, etc. Ob- les de “La Lajera” en Ciudad de Cura. Maderas de la
servaciones sobre cálculos urinarios. Observaciones sobre tierra fría. Observaciones botánicas .sobre algunas plan-
la aplicación del cornezuelo de centeno en la inercia de tas del valle de Caraca.s. Origen de los ruidos que se
la matriz. Observaciones sobre los resultados negativos sienten en Juan Díaz y Caraballeda. Sobre el terremoto
de la tintura de guayacán como emenagogo. Sobre el de la Cordillera. Sobre las aguas termales de Venezuela.
morbo mucoso de Roederer y AVagler. Sobre enferinos Sobre las tierras fosfotadas de La Guairita.
de fiebre biliosa. Sobre hidropesías. Sobre varias en- Alvarez, doctor Carlos. Ofidianos. Revista bibliográfica sobre
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del modo de
hacer oraciones en
fundadas en las okservaciones
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para aprender á escribir. Caracas, 1842. sas del atra.so de nue.stra agricultura
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J1 'izcarrondo Rojas, PWnando.
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ARTICUÍ.OS SUlíI/ros mercial. Caracas, 1888.

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las
XIV
lido, ])ara no pasar por el rie.sgo inminente <le (jne.se malo-
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BELLAS ARTES
Delgado Palacios, doctor Guillermo. Contribución al estudio
del café.
Fernández, lleracUo. Método para aprender á acompañar pie-
Marcano, ]"icentc. Curso de economía rural en la Universidad
zas de baile al estilo venezolano, sin necesidad de ningún
de C'aracas. Lección del 15 de enero de 1801. Essais
otro estudio y á la altura do todas las capacidade.s. Cara-
d’agronom ie tropicale.
cas, 1876.
Meneses, ingeniero Olegario. (Gasificación del aziieai- y al)ono
Náñ.ez, José (iahricl. Teoría de la música al alcance de todos.
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Rodríguez, Saturnino. Método para aprenderá solfear.
]\Iichclena, Tomás. Piconomía nacional. (Pistndio).
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Snárez, desús María. Mecánica mu,sical. Nuevo método jiai'a
cados en “El |»ensamicnto libre.” Caracas, 1808.
a[)iendei’ á, acompañar j)iezas de baile por medio de nú-
Piñango Ordóñez, .Juan. Agricultura.
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Tejera, Prancisco. Gramática musical.
XIII

INDUSTRIAS. MINAS. COMERCIO.


XV
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Catálogo de los objetos enviatlos á la exposición internacio- Michelena, general Jorge. Tratado militar venezolano, arre-
nal de Nueva Orleaus. 1884. Catálogo de los objetos glado para el servicio del ejército, de conformidad con el
enviados á la exposición internacional de (Jbicago. 1893. La código y las tácticas modernas francesa y española, con di-
ex[)Osición nacional de Venezuela en 1883. 2 volúmenes. bujos 3 música.
^ Caracas.
González, José Silverio. Lecciones elementales de teneduría de Milá de la Roca, Bartolomé. El misticismo antiguo ó institucio-
libros. Cu maná, 1850. nes masónica.s. Puerto Cabello, 1874.
González, José Silverio y José L. Sevillano. Nociones elemen- Sanavria, doctor Martin J. Pi' 0 }'ecto de bancos de crédito te-
tales de teneduría de libros por partida doble. Cumaná, riitorial. Caracas, 1889.
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Irady, Ramón. Teneduría de libros por partida doble, arre- 1882. PArrocarril á Carenero, 1878.
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ediciones. Viso, Julián. Trabajos sobre derecho internacional. Trabajos
Iradi) Rivas, Jesús. (Air.so completo de contabilidad. Caracas, sobre derecho político. Trabajos sobre derecho admi-
'1889. nistrativo, derecho penal, comercial
y procesal. Id. sobre
Neratry, Morton de. Solución á la, crisis del café. concordato, cue.stiones económicas, fi.scales é históricas.
Mado, 'reneduría do libros. Caraca.s.
itcifael. Trabajos sobro límite con Colomliia. Recopilación de le-
Maríel, José María. Teneduría de libros. Caracas, 1870. ves V decredos de \"enezuela v de las leves de Colombia
Meneses, ingeniero Olegario. Teneduría do libros y conocimien- vigentes en la República; y repertorio alfabético de las
tos generales de comercio. Caracas, 1854. materias contenidas en dichas le 3’es y decretos.
) .

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ANTOLOGIA GENERAI
Prinjer Libro Vepezolapo de Literatura, Ciepcias Bellas ^rtes.
y

A-Costa, cloctoi^ Cecilio.


A Y montado en el sauce culminante
El canario gentil .ser rey presuma,
jl
Y, ajustando la de oro regia pluma,
A vista de su imperio gloria cante
LA CASITA BLANCA !

La partida de caza vocinglera


e:>í xjzsr ^vx^HTTM La quinta deje al despuntar el día ;

f
Agil salga 3" festiva la jauría,
Atraviese del valle á la ladera.
Luzcan tus tardes de zafir y grana ;

\ Rosal disírutes de tu mano ingerto ;


Recorra sin ser vista la cañada,
Goces en medio á perfumado íiuerto, Y Las iN aíofinentar los altos cerros.
Las auras frescas de gentil mañana ! Saltando observes los pintados perros,
Entre alegres ladridos, la quebrada
No insomnios turben tu tranquilo sueño; ;

No sombra empañe tus ensueños de oro, Ydespués de subir agrio repecho.


De esos que suben hasta el almo coro, De cima en los altos miradores,
la
O infiltran en la sien dulce beleño ! Divisen los cansados cazadores
Alzarse el humo del pajizo techo !

Palomas bajen á picar tu suelo.


Que al lado esté de tu casita blanca, Al terminar el día, el afán duro
Y á poco veas que su vuelo arranca Del campo cese, que el vigor enerva;
La turba inquieta hacia el azul del cielo !
Llegue buscando la feliz caterva
Descanso en el hogar libre 3^ seguro !

Mires cual sitio de encantada Ninfa


Tersa laguna cual á veces vemos, La parda luz de la tranquila tarde
Y ánsares niveos de pintados remos Apague de la noche al fin el velo ;

Cortando lentos la argentada linfa !


A poco luzca en el remoto cielo
De las e.strellas el vistoso alarde
;

Haya no lejos alfomljiada loma.


Que se alce apenas á la tierra llana, Y mientra el aura entre las hojas suena,
Y allí subas á ver cada mañana. Haya para el placer bebida helada,
Si el alba ríe, ó cuándo el sol asoma En barros de primor blanca cuajada
!

Y en medio á bromas mil rústica cena !

Haya manto de verde y de rocío


En el momento que los campos dora Cerca esté del cortijo la vacada
La pura luz de la rosada aurora Que á las veces se sienta estar bramando,
Y en calle de naranjos que va
;

al río
Y al tiempo del ordeño, en eco blando.
Se queje la paloma en la hondonada !

\ se abre al pie de la felpuda falda.


Césped encuentres para muelle alfombra. Venga en totuma con su pie de plata
Follaje rico para fresca sombra
La blanca leche á rebosar la artesa.
;

Y fruta en que el color es de oro 3' gualda. Que el aire luego con su .soplo espesa.
Temblar haciendo la movible nata !

A un lado vega el campo raso


esté la ;
; Que el ave matinal tus pasos .siga.
Lo.s 3'a formados surcos por la reja
; Vuele confiada á tu gracio.sa mano,
El último que traza y detrás deja Y allí pique atrevida el rubio grano
La tarda yunta en perezoso paso :
Que tú propia tomaste de la espiga !
2 ANTOLOGIA GENERAL

Y
frutas que en sazón maduren,
Que tengas
vayas con tu cesta á recogerlas ;
DISCURSO
Que tengas fuentes que salpiquen perlas ;

Que tengas auras que al pasar murmuren !

«La Academia de Ciencias Sociales y Bellas Letras ha tenido


Murmuren cantos bellos, celestiales. á bien celebrar este acto en obsequio de la Real Academia Espa-
ñola. En cuanto á mí, me toca por gratitud hacer la propia ofrenda,
Que sirvan á borrar fieras congojas.
la cual es mi voluntad extender á la memoria de mi buen padre
De esos que forman al temblar las hojas, y
á mi excelente madre, á quienes tánto debo, como un pequeño tri-
O el arroyo al mover de sus cristales !

buto para ambos de mi inmenso amor filial y además para que me ;

Ante el altar que en sacras llamas arde. bendigan en este trance. La bendición de los padres, (lo sé por
Por tu madre su oración eleve.
tí experiencia), allana todos los caminos y fecunda todas las obras.
Que grato á Dios hasta su trono lleve :
Vosotros no váis á hallar mal el haberme vi.sto pagar así esta deuda
Y Él mismo en urna misteriosa guarde !
del corazón.»

No la mía separes de tu historia ;


Y luego dijo :

No mis deseos más te sean ignotos ;

Ni olvides nunca mis fervientes votos. Señor Director :


Ni me apartes jamás de tu memoria !

Me siento profundamente conmovido. Al subir á la tribuna,


osé contar con algunas fuerzas para este instante solemne y noto
que me faltan todas. Las grandes impresiones descargan todo su
LA GOTA DE ROCIO peso sobre el alma y algunas veces hasta la oprimen. E.sta Acade-
mia venezolana, compue.sta de tantos amantes del saber, identifi-
;
cados todos en el propó.sito de rendir el presente culto á las letras ;
Poesía dedicada á mi distinguido amigo y sabio colega este concurso que se congrega como para un objeto nuevo
l!
este ;

Pon Miguel Antonio Caro. ll certamen de ingenio que acabamos de presenciar, como una especie
de aspiración á la gloria el sexo encantador asi.stiendo como un
;
¡

I
juez llamado á distribuiría la reunión especial de ho>y hecha con
;

el fin de tributar un homenaje de re.speto y reconocimiento á la


«No hay brillo como el mío,» ;

Real Academia Española, y el ser la causa de ello el haberme ese


Dijo ufana la gota de rocío,
Al verse aclamar bella ¡
Cuerpo, de tradiciones tan glorio.sas, distinguido con la altísima
honra de Socio suyo en la clase de Académico Correspondiente
En medio al campo en que el ornato es ella ;
ij

extranjero todo e.sto tiene para mí tánto de extraordinario, que


«Ni quien cual yo, galana. j
:

(si he de decirlo con llaneza) me busco á mí mismo y no me en-


Sea orgullo y primor de la mañana. i

cuentro.
En globo pequeñuelo.
Sobre hoja que ya dora ¿ Por qué no tengo 3^0 á mi disposición la elocuencia varonil
La prima luz de la rosada aurora. de Jovellanos, que supo siempre encerrar en cláusulas de oro tánta
Soy breve suma del fulgor del cielo. rica joya de pensamiento sublime, ó la palabra fácil, abundante y
Que, en vastos horizontes. tensa de nuestro malogrado Baralt, abeja querida de todas las flo-
Se ve en valles lucir, y se ve en montes.

res, cuando ambos en su recepción llenaron el recinto de aquella
Y soy también, para mayor decoro
I

misma ilustre Real Academia con .su voz, para llenar yo ahora este
De mi almo origen y mi cuna de oro. salón con la mía y poder así dar noble hospedaje al noble obsequio
Delicado vapor que en ondas sube. académico ?

Llega tal vez á la dotante nube.


Tal vez instable de la altura baja,
!
Ah ! fuese
si tal Hallara yo entonces manera, con mano 3'a
!

más firme y acertada, de derramar aquí y exponer á vuestra vista


Y en el aire suspenso en perla cuaja. j

li TiiiGr.troE eeIl ricos tesoros. el lo sopo to~


Eoi (lo á VcCcS iaS tlCrCG,
do, Virgilio sin Augusto y pintor de nuestra zona. Presentaría la
Para de ellas beberme los colores,
I!

Zona suya bañada en luz y en rocío, émula de la del cielo. Pre-


Y en formas mil di.stintas,
!

sentaría á Vargas y á Cajigal, sumos sacerdotes de las ciencias.


Cada cual de por sí fijable apena I

Presentaría á Bolívar, la cabeza de los milagros 3" la lengua de las


En el mudar de la movible escena. maravillas á Peña, rival de la elocuencia antigua á Manuel
Del iris tomo las variadas tintas.
; ;

Felipe de Tovar, varón ilustrado que llevó puesta siempre la ar-


El aura me regala
madura para el honor 3" el honor sin mancilla como fianza del
Con los aromas que el verjel exhala, deber á Gual, inglés por e.scuela y americano por sentimiento
Y, por verme temblar con ala leve ; ;

'

á Angel Quintero, hombre de líneas rectas, de voluntad incontras-


Jugando me conmueve.
table, y figura sublime de estadista á los dos Limardo, padre é
Yo nazco con el día. i

hijo, ornamentos ambos de la Patria, de las ciencias y de las letras


Tengo palacio en la arboleda umbría, j

3' ambos pertenecientes (yo puedo decirlo) á una familia predesti-


Y en aguas bellas de matiz cambiante. —
I

nada para la gloria á Juan Vicente González, escritor de brillante


Ya .semejo al cri.stal, y ya al diamante.» ;

colorido, el Tirteo de nuestra política 3" el Hércules de la polémica ;


Asi la gota en su discurso ciego,
á Avila, nuestro Basilio, especie de ángel con dón de lenguas á
A tiempo que de ráfaga impelida. Toro, el gran pensador artista y el poeta filósofo á José Hermene-
;

De la hoja desprendida.
gildo García, pluma encarnada en alma de romano
el carácter
;

3'
Llegó á y disiparse luego con epidérmis de acero á los dos P'ortique, los tn!e;:lc.s de h; diplo-
Tal vi una vez en mi jardín acaso :
;

macia y de la estética á los obispos Méndez 3' Talavera, contro-


Y prueba así este caso. ;

versista el uno y orador lirillante el otro á Jo.sé María Rojas, gene-


Que el mundano esplendor es de un momento, ralizador profundo 3’ publicista á Andrés Ensebio Level, especie
;

La vida nada, y el orgullo, viento.


;

de urna donde cabía todo lo bello á Espinal, bizarro paladín de


;

parlamento 3' político con el oído puesto siempre á la opinión al ;

doctor Arvelo, médico sagacísimo 3' oráculo del diagnóstico á ;

Porras, que por su inmensidad no podía reducirse á ninguna esfera


EPITAFIO científica 3' las invadía todas audaz al doctor Cristóbal Mendoza,
;

ilustre abogado, gran patricio y grande administrador á José Luis ;

Ramos, humanista como pocos á Revenga, Santos Michelena 3'


SOBRE LA TUMBA DE UNA NIÑA
;

Franci.sco Aranda, vaciados en molde para el gabinete, y el último


de ellos además nacido para hablar en libro siempre á mis mae.s- ;

tros todos, sobre quienes por la modestia que de ellos me alcanza


Lindísimo botón, partido en dos. como á su alumno, me contento con echar un mismo manto de
Hojas dió al mundo 3' el perfume á Dios. gloria. Por último, presentaría á la inmortal Tere.sa Carreño, que
tiene I103" suspenso al mundo, hasta oír de su boca la misteriosa
palabra del arte 3' ver salir de sus manos, convertido en armonías,
el magnífico drama social contemporáneo. Mas, evocaría en masa
DOCTOR CECILIO ACOSTA 3

á la antigua Colombia, que nos pertenece haría ostentación de; Tácito, y Eurípides fue tan grande, que había de ser corona hi.s-
sus hombres, su historia y su esplendor levantaría en alto todo
; tórica suya que el adusto Sócrates, a.sistie.se á la representación de
ese conjunto, como para colgar en el espacio la gran vía láctea de sus obras y que más tarde hubiese de inmortalizar sus páginas la
nuestro espléndido cielo y ya así y hombreándome hasta donde
; sangre preciosa de Tulio, que las leía, derramada .sobre ellas por
me fuese posible con la Real Academia Española, podría decirle lo.s sicarios de Antonio. Hermosos días esos, en que los juegos
|

con justo orgullo pátrio: «El orador es pequeño, pero Venezuela es olímpicos fueron también palestra á ingenios lidiadores, hubo en
grande y puesto que para ella es esa condecoración con que se
;
-

ellos susurro de aplauso en el concurso, voz de grata fama corrien-


me ha distinguido, bien cabe en su pecho. )> :

do de boca en boca y, en el autor afortunado, rubor de gloria ba-


Pero está visto yo no puedo hacer tánto y la ofrenda viene ñando .sus mejillas !
:
á
ahogarme con su magnificencia. Reconozco el deber contraído, la
j

'

Oh! me .siento trasportado! Quisiera hacer altodelante de esa


responsabilidad abrumadora, el peso enorme echado sobre mis !
edad florida, y que levantásemos aquí tres tabernáculos, para contem-
débiles hombros. ¿ Dónde hallaré yo fianza ó caudal ba.stante plar de nuevo esa transfiguración del espíritu que todavía, de.spués
^ de
para la paga? ¿ Cómo ha podido ser que el último de los venezola- más de veinte y dos siglos, se ve pasar por sobre nuestras cabezas
nos haya sido candidato y luego favorito de tal gloria ? Vamos, como un meteoro brillante. ¿ Qué dirá ahora la barbarie (yo la in-
5'a adivino los pueblos de un mismo origen al fin lo reclaman las
:
terpelo para que comparezca á este lugar), qué dirá cuando,
;
en
razas se unifican por el espíritu y yo, en el proce.so de la actual
;
'

presencia de ese espectáculo espléndido, vea ella por sus propios


civilización hispano-americana, no soy más que un accidente, un ojos, que la sangre no deja sino sangre, las tinieblas
sino olvido,
punto de mira, como hubiera podido .serlo cualquier otro compa- y que en la posteridad, sólo para la virtud hay honra y para el ta-
triota mío, en este último lazo que hoy estrecha la patria de Pelayo lento laurel ?

y de Isabel la Católica, con la patria de Bolívar, de Mariño, de


Urdaneta, de Ribas, de Páez y de Sucre. ’
Mi conmoción es extrema, pero prosigo. Augusto, soberano
astuto y frío, para cuyo gobierno semsual
i

y despótico no hay más


Este acontecimiento lo considero yo feliz, no solo porque muí- explicación que el haberse encontrado al fin sin rivales ó el
i
haberse
tiplica nuestros puntos de contacto con el gran mundo, sino por- de.shecho de ellos en tiempo, halló su ilustración en los
'

varones
que, si la civilización va bien por todas partes, va mejor de letras de su época y .su mejor título á la vida póstera en
y gana
'

la
más por el camino de las letras. inmortal lisonja de Horacio y de Virgilio. El reinado de Isabel
de Inglaterra se nombra menos por su infame conducta con
Eas letras lo son todo. Las letra.s viajan, .son la ley que inun- María
Estuardo, que por Francisco Bacon y Shakespeare. El de Luis
da en un instante el espacio y lo colora, la arista que lleva el grano es célebre por el e.splendor del espíritu, que iluminó
XIV
de la idea y que es arrebatada por el viento de las edades, para lle- más su gusto
regio que sus triunfos; todavía después de casi dos centurias,
var á todas partes germen, árbol, ñor y frutos. ese
Las letras crean : faro se alcanza a ver lo mi.smo; la soberbia pa.só, el rastro
Homero ha dado origen á mundos en que él no soñó y que hoy de luz
se mira aún; y si el gran monarca hace gran figura en
ruedan en el vacío de la gloria .sin la palabra de Demóstenes la la historia,
; es porque lleva de la mano al gran Bossuet. Ese mismo
suerte de Grecia no llega á Queronea siglo XVII
sin la de Cicerón, Catilina
:
fue el siglo de las ciencias, asi como lo fue también el .siglo
suplanta á César y precipita el tiempo de Farsalia XVIII
y el siglo de siendo este además, por lo que hace á la religión
Julio II y León X
es grande, y Cánovas hubiera podido poblar el
;

sociales, el de los espíritus fuertes, el de los libres


y á las ciencias
museo Pío-Clemcntino de obras suyas, porque había libros santos pensadores. Del
fondo del último saltó la chispa que produjo el incendio de
que hablan maravillas, é historiadores y poetas que .son dechados. la Re-
volución francesa, el acontecimiento más grande del mundo
Qué .siglo ese Las galerías del Vaticano son historias del cielo polí-
¡ !
tico, bautismo e.se de todas las ideas, piscina
;
probática para todos
y .se alcanzó á ver entonces, entre otros genios, á un Miguel An- los errores, gran biblia donde hay para la libertad
gel, que pudo desbaratar el orbe para llamarlo anales, para el
á juicio, y á un derecho en.señanzas y para el progreso humano advertimientos.
Rafael, que por la fuerza sola de su mano, hizo encarnar la Virgen
en colores, tras de los cuales ve uno su misma gracia divina. España fue un tiempo la monarquía universal no estaría mal
Las ;

letras han engendrado el canto y la armonía dicho de ella que el sol se fatigaba para recorrerla. De Carlos V
Beethowen, Haydn :

y Mozart, los maestros profundos, y Rossini, Bellini y Donizetti, en quien recayó de hecho por muerte de su abuelo materno,
pudó
los maestros melodio.sos, creadores todos ellos de un p’oder escribir en significativ’a frase Montesquieu, aunque
incon- comprendiendo
trastable que va derecho a! alma y la cautiva la Alemania también, que la tierra se había
después que la cau- _v', ensanchado para dar
tiva, hi ensmla, han calcado en su mayor parte las obras espacio á su grandeza. Felipe II, su hijo, salvo la dignidad impe-
maestras
que los ilustran, en las obras mae.stras de la poe.sía rial que lucó á Femando su tío, todo lo demás
lo heredó dominios
y de las letras; colosales que se extendían á la Península, aumentados
;

la poesía precede siempre á la música, como el rayo de estos des-


luz al arcó
iris. Las letras son el te.soro inagotable de las bibliotecas, que pués en vida suya por la adquisición de Portugal, á
Holanda
ocupan hoy los palacios mudos del saber, así como .son el oleaje Bélgica, Oceania, Asia, Africa
y America. Este monarca poderoso
incesante del periodismo, que baña, agita pudo en su reinado hacer oir su voz de las islas Chiloé á las islas
y fecunda industrias,
opiniones, co.stumbres y creencias. Filipinas, hacer hablar por gala su lengua en casi todas
Las letras han producido eii las cortes
las arte.s la e.stética, ciencia que encanta, naturaleza que poblar los mares con sus flotas, obtener la mano de María,
ríe, e.specie triunfar
de creación, donde no hay sonidos sin acordes, ni formas sin belle- en San Quintín, poner e.spanto á Inglaterra colmar á
y España con
¿ Qué queda de todo eso y de lo demás del poderío
za. Las letras .son en la amargura de la vida miel, en el oro del Perú.
la vida de los
pueblos aliento, en el espíritu cultura, en los anales del género hu- español ? Queda solo (por no hablar más que de e.sos tiempos)
^ la
mano la única pagina sin mancha, y en la corriente de los siglos el abundantísima cosecha de las letras en lo.s siglos XVI
y XVII
único bajel que no hace estadía ríi naufraga. Las letras son las llena, rica, y varia, de rubios granos
y jugosos vinos, cosecha qué
que han venido librando e.ste progre.so que tenemos, esta civilización casi no cabía en las trojes
y que rebosaba en los lagares. Quedan
que nos honra, e.sta libertad que es nue.stro orgullo. Las letras, las obras de erudición é inventiva, muchas de ellas
inimitables
por fin, han necesitado del fósforo para domesticar que llenaron las bibliotecas y los teatros. Quedan los e.scritore.s
y poner á logró distinguidos y lo.s ingenios de primer orden, algunos de
el fuego, del ferrocarril para tra.sportar el fruto
que da el tipo^^de ellos pue-
imprenta, y del alambre para poner á su .servicio la electricidad, el de decirse, únicos Santa Tere.sa de Je.sús, que habló de la
:
santidad
único órgano capaz de trasmitir, con la rapidez que él tiene, el' ra- en airmas tan castas como castiza;; Hurtado de Mendoza,
; de fra.se
yo fecundador del pensamiento. atildada, si bien conci.sa por extremo á fuerza de recortes.
Meló,
hi.storiador cultísimo y capaz de asuntos más vastos,
\ aquí, señores, me .siento como con alas, como llevado por como si dijé-
el hipógrifo de A.stolfo, para recorrer de un vuelo los siglos.
i ranio.s, Roma ,
Garcila.so, cuyos ver.so.s deben Icense en medio
de
¿Qué ‘

un jardín de tomillos, que tenga nardos por cerca Solís, estilo


queda de Roma? Sus libros. Qué
de la edad media? Sus eró- — ; de
XV? — El
¿ Filigrana, Ercilla, que componía bajo el pabellón del
nicas. ¿Qué del siglo campamento
renacimiento. ¿Qué de la edad '

el libro que le dio inmortalidad Herrera, águila siempre entre las


horrible de César Borgia ?— Maqiiiavelo. ;

¿ Qué de la Italia hnmi- nubes Fray Luis de León, rival de Horacio hasta en la
liada del siglo XV
I?— Ariosto y Tas.so Ved hay en la lar^^a :
-
i
;

Fray Luis de Clranada, e.scritor de epítetos espléndido.s


lengua ;

jornada de la humanidad, como se nota ahondando un poco, v enamo-


y á '
rado del amor divino, que él sabía encerrar siempre, como
\ eces sin ello, una estrella que siempre
va, un rastro que siempre
dentro
J de cajas de mú.sica, en sus cláusulas cantantes Calderón
queda, de luz todo. río de
¿ Será esta la aguja niisterio.sa que marca sin
;

cascadas .sonoras, ])or la armonía,


cesar el rumbo del viaje, la voz de alerta dada á la y Cervantes, cuya creación es
peregrinación un mundo, que saco de la nada, y cuya inmortal obra será siempre
del porvenir, o el hilo de la providencia,
que, oculto á veces, á veces la desesperación de los demás, porque casi no
o.stensible, burla todas las lógicas para hacer puede tener imita-
triunfar la .suya y dores. Tesoros todos e.sos precio.sos, que forman como un mu.seo
hace precipitar la corriente de los suce.sos hacia sí, como ¡

hacia un en los anales de las grandezas humanas


centro absorvaite? Mirad el siglo de Feríeles la mu.sa del drama
!

:
Iléine aquí, señores, de vuelta ya de mi largo, si bien
} ^ historia deja más para la Grecia y para el mundo, que las simo viaje por el ancho campo de la historia. \'engo contento,
rapidí-
batallas de Maratón
y Salamina Tucídides casi fue el maestro de
;
|
muy contento, porque os traigo lo que buscaba. Os traigo, (jué
4 ANTOLOGIA GENJiRAL

eso que hemos aprendido y leemos diariamente en los libros del como viene, llamar el capital con halagos, que es como viaja,
progreso, es todo cierto que la civilización marcha que la con-
;
I

oírecer á la civilización domicilio de paz, que es y


ciencia humana es tribunal que la justicia es código que la li-
;
donde crece, para
; de este modo aprovechar en nuestro suelo, tanto
;
tesoro oculto y
bertad triunfa y que el espíritu reina. He interrogado á los fastos tanta riqueza natural. Oh este será con el tiempo un gran pue-
!

de todos los siglos y todos me han respondido lo mismo. He atra- blo, y yo asisto en idea al e.spectáculo.
vesado la espesa noche de la barbarie y .solo silencio he hallado Kntre tanto, y en cierto
sentido, el genio nacional duerme, las alas
plegadas,' el aliento
allí la historia misma c.alla.
: He extendido á la humanidad de- ansioso, aguardando solo aire en que sostenerse
lante de mi, como si fuese un mapa de estudio, para examinar lo
,

v
"
e.spacio que
^
devorar.
que contiene, y he visto, de un lado fósiles solo, osamentas, las
petrificaciones y cenizas del error, que no sabe dejar por donde Hé aquí por qué debemos estrechar alianzas y cultivar rela-
pasa sino escombros, cementerios, osarios; y del otro, el panteón Clones y por que celebro yo, y debemos celebrar todos,
í
este nuevo
de la inmortalidad, donde se ven viviendo en galerías espléndidas vinculo que por medio de la Real Academia Española
nos une
todas las conquistas del trabajo y del talento la industria que in- ahora de un modo más estrecho con E.spaña. Cau.sas ya
:
I

olvidadas
dependiza, la riqueza que sustenta, las ciencias que ilustran, las nos pusieron un tiempo en de.sacuerdo pero ahí está la
historia
;

artes que adornan, el libro que en.seña, el periódico que difunde, el para decirnos que somos una misma raza,
y el destino que nos
vapor que viaja, el rayo que obedece, y el derecho que va siendo promete que seremos una misma familia.
ya^, por los triunfos que cuenta, patrimonio común,
y, lo que es Ha llegado ya el momento de poner punto. Este mío no es
más, bla.són acariciado de las clases oprimidas, Qué porvenir, ¡
un discurso de incorporación, ni es tampoco el discurso de orden,
.señores Qué gloria !
¡
!
!
que ha tocado hacer con tanto brillo y .sabiduría á mi digno é ilus-
Bste es el punto adonde yo deseaba llegar para apostrofaros trado colega, caro amigo y condiscípulo .señor doctor Rafael
;
,

Seijas,
ahí lo teneis esas son /as letras, qtie representa^i realmente en el pue-
:
i
en los cuales caoe materia mas amplia, exornación más pulida,
blo que las cultiva, el cultivo de su espíritu. Aunque con desmaña, i y compromisos mas serios, sino meramente una expresión de gra-
que debe perdonárseme en gracia siquiera del noble empeño que titud, en que las palabras deben ser .sencillas, el tiempo
de que se
he puesto, no me ha sido difícil el haber logrado confirmar, si bien I
disponga modesto y los sentimientos candorosos. Esta gratitud es
por modos diversos, el tema del certamen. Yo hubiera querido la que me empeña, por una parte, con la Academia
de Ciencias
otra cosa. Hubiera querido tener voz de hechizo para evocar de Sociales y Bellas Tetras, que se ha dignado con tal generosidad
sus tumbas los muertos ilustres, ojos de águila para penetrar desde colmarme de favores y por otra, con la Real Academia Española,
;

la altura en los abismos del tiempo,


y alas de fuego para atravesar que tanto me ha distinguido, por haberme incorporado á su seno.
sin fatiga la prolongadísima extensión hubiera querido ser Plu- ;
Dos cosas he notado la una, que en esta ofrenda solemne que aca-
:

tarco, que cuenta con candor. Tito Bivio que pinta con elegancia, bamos de hacer a los estudios, todos los dones han sido ricos, me-
Tácito que castiga con azote, Bossuet que crea v magnifica, nos el mío; solo que es puro y el único tesoro de mi casa no tengo
y :

Guizot que generaliza y abarca hubiera querido recoger hechos, ;


mas la otra, que en los magníficos discursos que acaban de pro-
,

deducir leyes y amontonar fastos, para de esta manera, nunciarse, he oído á mi favor muchos é inmerecidos elogios, que
y con tal
mundo grandioso a nue.stra vista, poderos decir: esa luz que deja yo quiero consideiar como eso.s ramilletes de flores que algunas
como un rastro de estrellas detrás y lleva como un camino de es- veces se dan por ob.sequio ó porque hay de sobra en los jardines.
trellas delante, es la luz de la civilización ved, no .se extingue ; ;
A mi no me toca otra cosa que tejer con esas flores guirnaldas,
ese esplendor de las ciudades, ese afán de los mercados, ese hervir para colgarlas en los muros de este que yo quLsiera llamar templo
de los caminos, esa facilidad de tener cada uno, por su salario, pan del saber, á fin de que mañana, cuando venga la posteridad,
pueda
y goces, es el aprovechamiento de la naturaleza por la industria y decir con justicia, que, si no hubo quien las mereciese, sí
hubo
el rescate del hombre infeliz por el trabajo ved ni la una .se :
quien las prodigase, por generoso culto del espíritu. Y ya al des-
;

cansa, ni el otro cede ese espíritu que va es la, libertad este con-
;
cender de esta tribuna, he de expresar un voto que me sale de lo
;

cierto que queda es el orden esa justicia que se distribuye es el


;
hondo del pecho que las ciencias y las letras se difundan tanto
:

derecho. Después de todo lo cual, .si me alcanzaran las fuerzas en mi país, que formen como una atmósfera social que mis con-
;

para tanto, salvando el tiempo pre.sente y ahondando más, divisan- ciudadanos respiren por toda.s parte.s el aire de la civilización v
;

do más y viendo abrirse en sucesión continua, como para dar paso que sobrevenga por fin el reinado de paz, dicha
y gloria á que está
al progre.so, horizonte tras horizonte
y bóveda tras bóveda, hasta llamado, por índole y por suerte, un pueblo tan espiritual como
lucaí con el linde tcn^pGvnl de lo ÍMtiirn r)odT{n ríP'rí'p'Ero.E Tior iil- Venezuela.
timo con voz de aliento y esperanza ese camino inmenso, casi :

infinito, que recorro solo en idea, es el camino de la humanidad,


y
este palacio de cielos el palacio de las letras. Bsto hubiera yo
querido pero mis fuerzas son flacas, me encuentro además por las
;

impresiones un tanto cansado, sobre que no quiero cansaros á vo.s-


A-Costa ]Sd^ecliria, A_ntoiiio.
otros, y hago alto aquí. Por una razón tan principal como la
dicha me gusta esta parada porque con haberla hecho, he podido
tropezar de nuevo con mi patria, con mi querida patria.
;

He di- desencantos
cho mal este no es un accidente, sino un hallazgo voluntario y
:

feliz, porque yo la buscaba adrede, á fin de decir sobre ella algu- Una fresca amapola
nas cosas que siento aquí, aquí dentro del pecho. ¿Cómo, en el Bellísima crecía
gran festín del espíritu, quedarse ella sin entrar, cuando tiene cu- Entre las gayas flores
bierto y silla ? ¿ Como, en el vi.stoso alarde de la civ'ilización, no Que primavera cría,
formar en fila ella, cuando tiene honra ganada y prez que lleva al Y al verse tan galana
pecho? Yo la amo con ese cariño que se tiene al lugar donde uno Al céfiro esquivaba su corola
nació donde atravesó en infantiles juegos el verde alfombrado de
; Colmada de ambrosía ;

la mennrla yerba donrle corrió tras la.s p'intadas mariposas donde


; Pero_apenas la luz de la mañana
;

se ve subir el humo dcl hogar y le sale á uno al eiieuenlro el perro GiiE i cApis nciortfS

de la familia, halaga yque conduce donde está el árbol, el


le La amapola inclinó su altiva frente
río, la ca.scada, la loma, á c^ue subió de niño uno para ver despun- Llorando amargamente
tar el sol de la mañana donde oyó por la primera vez la voz del
;
En triste desencaiito
amor materno, tan dulce y al mi.smo tiempo tan desinteresado,
;

Sus pasados momentos de ventura, v


historia ésta la única que se lee todos los días
y que jamás .se va !
Al ver este poema de amargura
del corazón. Amo además á mi patria, porque es un patrimonio Otra ya marchitada como ella
espléndido. ¿ Sabéis, señores, lo que existe de una manera casi
Le dijo con acento jemebundo

:

visible en e.ste lugar donde hablo ? Dios, que levantó su trono de Hermana, oh qué delirio.
! .
. . .

regalo y pa.satiempo sobre esta naturaleza colosal. Aquí son los Pensar que en este mundo
cielos palacios de luz y de zafir, tienen los mares por asiento per-
No suceda á la dicha atroz martirio ! . .
las, pisan las bestias oro
y es pan cuanto se toca con las manos. En silencio pasaron breves horas
¿ Sabéis lo demás que tenemos ? Casi todo aquí se conocen las :
^

Las flores inodoras,


co.sas sin los libros, se escribe sin modelos
y se va adelante sin Y por último el céfiro les dijo

:

vapor; aquí hay una precocidad que adivina, un gusto que pule,
Amargo es vuestro duelo .
un entendimiento que abarca, una imaginación que pinta Y
. .

y un batiendo sus alas mansamente


espíritu que vuela. De entrambas be.só el cáliz
Pero todo está en bruto aún, y es preciso de.sprender el cuarzo ;

Entonces, tristemente
para dejar el oro puro, llamar la industria con garantías, que es
,

i| Sus pétalos rodaron por el suelo. . .


: ; ! .

A. ACOSTA MEDINA Y DOCTOR RAFAEL AGOSTIXI

A-g'ostiiii, doctor Rafael. En órbita serena.


Derramará su gloria eternamente.
Cual eco horrible, que en la selva truena,
\
17 DE DICIEMBRE DE 1842 Que
al caminante, si se acerca, asusta
al oído lejano apenas hiere,
;

\ se repite. ... 3- se repite 3' muere :

Así voz envidiosa, injusta.


la
El es El es
! Ya delató la nave
! . . .
Que retumbó en la plet¿
El vigilante faro ! . . .
Apenas divulgada ;

El es El es
! Con triste pompa y grave
! . . .
Se alejó ya, frágil se apaga, y debe
A
la ciudad nativa Espirar por los años ahogada.
El triunfador preclaro.
Por los años ahogada, 3* por los hechos
El Padre de Colombia, al fin arriba !
Del Campeón inmortal. Oh patria ilustre.
Resuene el parche en la enlutada calle . .
!

Llore toda arpa en flébil armonía


;
Quién te dió libertad, y vida v lustre ?
Y desde la alta sierra
;
Quién ios invictos pechos
Hasta el profundo valle
A la lid animó de independencia?
Quién alzó con indómita pujanza
Retumbe el bronce, intimador de guerra,
El tricolor pendón de la venganza ?
Para anunciar en tan solemne día
Al colombiano suelo Quién derrocó la ibérica potencia ? . . . .

La fiesta del dolor y del consuelo


!

Oh patria, él fué
! Proclama ! . . .

!
Justa los timbres que cantar la historia
El es ! . . Mas ay no 3 a ! cual vino un día Del>e, y consigna á la parlera fama
Con el brillo del triunfo }• de la gloria Su credencial de gloria.
A restaurar la paz 3- la alegría
De un pueblo que en su seno le acogía Reinaba el despotismo. Ay debelados . . . !

Cual genio de victoria ! . . .


Los hijos de Colombia, ó devorados
En fúnebre ropaje, 3- sin adorno Por a cruel guadaña
i

Se arrima de la piedra á la ribera De un pérfido enemigo.


Y, cual proscrito, que ei indulto espera,
;
En lóbregos desiertos
A su tierra natal hace retomo. De horror, de sangre 3’ desnudez cubiertos.
Desde la cumbre de tu erguido monte Perecían sin consuelo y sin abrigo ;

Tiende la vista, Avila padre, 3* mira O, fugitivos en la tierra extraña.


Al fúlgido horizonte :
Imploraban el pan de la mi.seria
Se avanza el que Colombia ama y admira. Con sudor ama.sado y sangre 3- llanto !

La Patria le aclamó le dió eí ampleso . .


\ en este suelo el pabellón de Iberia
Materno, 3- á su prole, como un gaje Soberbio al viento ondeara
De amor, de eterna unión, le ostenta ufana. Triunfó Morillo Todo es luto, espanto.
!

Avila, huelga en tan feliz suceso Desolación 3' servidumbre, y llanto !

Y, para acelerar el gran pasaje.


;
De tu gloría la estrella al fin declina.
Tu dorso allana Oh Patna Rinde el cetro, oh Patria cara,
!

Y al Pacificador la frente inclina !

Allana dorso 3- la cerviz inclina,


el A3' todo esfuerzo es vano
!
!

Avila, que contrastas con la nube. Sólo resta morir ¿ Qué digo insano
! . . . . ?
Hacia cima colosal 3-3 sube
la Oíd !suena una voz al Oriente
La pompa que en silencio se encamina. L'n Dios vibra la espada refulgente
Al monte, ciudadanos Toda acuda ! . . . Con vengadora mano :

liiiLia ci iiu>D.;e m
ciiinGíl: desiertas \ \fritK- t,.i i.M.r-i .vr UGUIiia ;
Queden las casas ;
3-ertas Combate, aterra, doma,
Las plazas 3- las calles. . . Guaicaipuro ! Y arranca la melena al León hispano
Sal de la tumba inerte !

Tú le viste, Orinoco, en tus riberas.


Tu sombra al fin .sacuda Cuando ensayaba el vuelo.
El helado reposo de la muerte El vuelo del condor Sus huestes
;
fieras
Yen el grande acto á celebrar Saluda ! . . . Ya llenas de esperanza 3- de consuelo
Con entusia.smo 3- con fervor profundo Del jefe en derredor se reunían.
Al varón grande 3- fuerte Apure, tú le viste en tus praderas
Que conquistó la libertad de un mundo ! Recogiendo los restos
De la Patria vencida, y ya se oían
Libertad Libertad qué duelo augusto
!
!
Los rugidos funestos
H03' tu mejilla empaña ?
Del torrente feroz, que se prepara
O santa Libertad ven, acompaña !
A devorar los llanos y los campos
Xue.stro dolor, que es un tributo justo
Ya, al fulgurar de los funéreos lampos.
Debido al Héroe que fundó tu imperio.
La nube atormentando,
Tu voz dcl cautiverio
saliste á su :
Despie^ia el ravo que en furor tronara
;

\ sacudiendo la CO3 uuda aciaga. X cicsuc i 3¡;.rf paramo que ruae.


!

Apareciste magestuosa y grande. Se de.spcña furiosa 3- rimbobaiido


La tespestad que en Bc3'acá estallara.
\ en, Libertad ! tu noble rostro e.spande
Aura de vida, 3- de virtud que excita Abre tus puertas, Bogotá Engalana !

Al corazón, 3- embriaga Tus plazas 3' tus templos y tus calles


Todo pecho, que en patrio amor palpita. Saluda alegre, ufana,
La Libertad, que ríe \-a en tus valles.
Tú, que inspiraste invictp ardor á su alma Hijas de Bogotá dejad, herniosas. !

En su primer jornada. El largo duelo y llanto


Debes ho3' á su sien ceñir la palma, Que excitó de la Pola el caso trí.ste.
Y acompañarle á su postrer morada. Con lindas manos en gracioso encanto
La envidia en vano su veneno infecto Tejed coronas de Dmel y rosas,
Quisiera derramar sobre la tumba Y en medio de las huestes valerosas
En vano contra tu hijo predilecto
;
Que vuestro hogar asiste.
La voz del odio 3' del furor retumba Esparcidlas sin ley promiscuamente
Como en el cielo entre los astr.is brilla Todas caerán sobre una heroica frente.
De Berenice la ambrosial melena, Mas qué ! la Patria le reclama, v vuela
El astro de Bolívar, refulgente La Patria que en
;

el yugo aun llora 3’ gime !


.’

.
6 ANTOLOGIA GENERAL

Ríos y sierras, del coudor sublime Y prodigó sobre su seno amante


El vuelo atajaréis? Ya Venezuela Paz, vida, y libertad, y leyes, y oro.
En tu materno seno
Al vencedor recibes. ¿ Y
dónde estás. Alma animo.sa, egregia.
Huj'e, Morillo ! huye el fatal terreno Que tanto obrar pudiste ?
Do ya estampó la historia Genio inmortal, que un mundo redimiste,
Con pluma de oro otro inmortal trofeo Dónde te bu.sco ? y á tu frente regia.
¿A qué aguardas con valor sereno,
le Que despreciara una mortal corona.
I/atorre, que al combate te apercibes ? Podrá la Musa con cantar sonoro
¿No ves la Libertad y la victoria Tejer una corona que no muera ?
Amenazando á España ? Te buscaré en la zona
Sueñas el triunfo ? Ah tu valor se engaña,. . !
Do brilla el Sol en sus palacios de oro ?

Y en Carabobo encallará tu gloria ¿O allá en su templo espléndido te hechiza


Con risa lisonjera
¿ Quién contener podrá su vuelo ahora ? La Gloria que á tu alma diviniza ?
¿Quién el torrente rápido que brama. «Ay responde con eco doloroso !

Por la tormenta henchido, y se derrama I


«Ay responde la voz del Océano
.

Con furia asoladora «Ay le niega la tumba el patrio suelo


Por el valle y las mieses que destruye, «Vaga la grande sombra aun insepulta
Quién sujetar podrá ? ¿ Quién al cometa «En la playa desierta :

Que en su órbita sin meta, «Y á la ceniza yerta


Por la esfera del Sol insano huye, «Del Héroe americano
Arrancará de la melena el fuego ? «Que aun yace sin honor y sin consuelo,
¿ Quién al fiero huracán, cuando barriendo, «Cou saña vil, injusta plebe insulta !»
Erenético y terrible el Océano,
Con negras alas en horrendo j uego Oh hijos de Colombia,
Las cándidas espumas Cundinamarca, Venezuela, Quito
Arrolla en monte ó llano, Hijas brillantes de Capac y Ocello,
¿
Quién con osada mano Oh Bolivia oh Perú vosotras todas
! !

Del ala negra arrancará las plumas ?


Que campeón al
del grito
Rompiste el yugo y las cadenas godas.
Victoria libertad ! . . . . Colombia, goza !
Decid ya su virtud, el nombre bello.
Ya Cúcuta proclama Su vida, sus hazañas, su memoria.
El pacto federal ya el orbe aclama ;
Que son vuestro bla.són y vuestra gloria,
Al campeón que de Iberia el León destroza ! ¿ Tan breve así se olvida ?
Mas aun pisa el hispano el hemisferio Ah maldición sobre la patria injusta
!

Al Sur Al Sur
! . . Nuevas hazañas piden
. ! . . Que el mérito desprecia y los servicios ;

Pichincha, Guayaquil, el Chimborazo, Que tan pronto olvidó los sacrificios


Ya conmovida al grito Del Varón inmortal Con faz adusta ! . . . .

Que truena de victoria, álzase Quito, Confunde á los ingratos en tu ira,


Y el Ecuador .se aduna en santo lazo. Gran padre de Capac .... Oh sol brillante. !

Mas nada apaga el grande e.spíritu 5^ fiero Del orbe de Colón tu amor retira ;

Que á libertar le arrastra un mundo entero. Y niega con tu aspecto que da vida.
Tus anchurosas playas Tus torrentes de líquido diamante !

No pueden contener su ardor guerrero,


Y tus delicias deja, hermoso Guayas
Mas no no cumplas
! el fatal deseo !

Para ir á despertar en su comarca La Patria al fin levanta


Al Inca que durmiera en Cajamarca El inmortal trofeo,
!

Y lo.s de gloria a! Héroe canta.


¡iiiníios

Inca !
prepara
imperial peana la ;
Pero no basta á su virtud y fama :

Asume el cetro y la purpúrea borla Su nombre un culto universal reclama.


Que tus cabellos orla ;
En el centro del mundo
En el templo del Sol con pompa ufana Que libertó su mano.
Acoge al grande que Capac inspira ;
Sobre el dorso indomado de los Andes
Y el pendón de Castilla, que Pizarro Alzad el monumento americano
Soberbio levantara ;

En el recinto del violado templo.


Y para eternizar los hechos grandes
Que hacen aureola al Hombre,
Arranca tú del ara,
Pin vez de himno sonoro,
Y entrégalo cual nuevo ilustre ejemplo,
Al pie del mausoleo en letras de oro
A un vencedor más noble y más bizarro. E.sculpiréis el Nombre
¿ Qué temes? Manco en su favor conspira,
Con frente erguida y cana,
Y le so.stiene en el feral conflicto. Y con la voz, que á leguás mil retumba.
Al gran furor, á la ira El Chimborazo altivo
Todo cede en Junín del Héroe invicto. Al orbe entero indicará la tumba :

Que vuela de victoria sobre el ala Y americana.


la po.steridad
Y en medio de lo.s Víctores escucho Allá peregrinando.
El suspiro letal que al fin exhala En plegaria ferviente y taciturna
El coloso de Iberia en Ayacucho !
Vuestra gloria admirando,
Nazca,
Con .santo orgullo acatará la urna !

dijo, Bolivia .... y el Océano,


Lamió admirado el pie de ninfa bella.
Que cual luciente estrella.
Brotaba en las laderas de los Andes,
Hija hermosa del cielo americano ! . . . .

Vuc/va la Patria de los Incas, dijo,


A enamorar al Padre de la Aurora !
Y al .son de la palabra creadora
De su tumba .salió de Manco el Hijo,
Y coronó las .sienes
De la Patria feliz. El Sol radiante
Abalanzó.se en su do.sel de llama ;

Y pródigo de bienes
A la tierra que aun ama,
De sus riejuezas derramó el te.soro,
A. ALAMO, DR. A. M. ALAMO, DR. D. ALAS Y J. M. ALVARADO 7

Y^lamo, YViitomo. j
de los combates y la instabilidad de los comicios populares, por
Miranda, Bolívar, Sucre, Zea, Ro.scio y tantos varones preclaros que
ostentan en sus manos los instrumentos del martirio, mientras que
sus frentes esplenden con la aureola de la gloria.
LA CUNA Forman allí contrastes sublimes desde las escenas de la natu-
raleza, hasta las pasiones humanas en todas sus gradaciones se ;

hace el recuento de luchas prolongadas, de inmensos sacrificios, de


Al intílig’cnte amiguiU Luis Felipe Castille. horrendas hecatombes al mismo tiempo que de útiles en.señanzas,
;

de esperanzas remisas, de aspiraciones indefinidas hacia el progreso


que ha de realizar en lo porvenir en la última Thule, postrer refu-
gio de la humanidad.
Ya se abrieron los azules cortinajes de la alcoba nupcial y
Nació la e.speranza. Llegados los tiempos de e.sa aparente congérie habrá de nacer
apareció la cuna sonrosada.
la harmonía entre civilizaciones antagoni,stas, entre razas con inte-
El amor tuvo una dilatación sublime, en el cielo del hogar
reses divergentes. Cristóbal Colón, en nombre de Jesu-Cristo y de
bate sus alas un peregrino de los ángeles.
la Católica España llamó á la luz naciones que estaban sentadas
Ya hay nuevas alegrías, nuevos cánticos, nuevos ensueños de
en las tinieblas para que se cumpliese la ley de la historia, reali-
dicha infinita en el .santuario del afecto íntimo del alma. Nació
zándose la unidad del género humano bajo la dirección llena de
la aurora.
justicia y misericordia de la Providencia.
Volad, pájaros más bellos del alero de la casa otros oídos se :

deleitarán desde ahora con vuestros trinos matinales. Columpiad De la amplitud del punto de vista y del superior criterio con
que están escritos esos verdaderos cantos, fluj^en la forma original
las ramas, árbol más viejo y querido del corral desde hoy jugará
;

en vuestra sombra otro niño de rubia cabellera. Hay encendida y la encantadora naturalidad que admiramos en la producción del
publicista venezolano.
una luz más en el altar del amor.
Acércate, Euis, llega á e.sa cuna blanca, como pomos de
Como .senderos iluminados con la luz de la verdad, se destacan
en los cuadros del señor Rojas, grandes tipos, y luego, el escritor,
nieve virgen ve en ella sonreír á un destello de tu corazón bé-
; ;
con singular habilidad y maestría, va agrupando .sucesos en insen-
salo, y en un be.so confunde tu alma con la de ese reciennacido
sible progresión ha.sta que se presentan patentes al espíritu las
celestial.
afinidades históricas para concentrarse en las ideas capitales que
La cuna es el preludio del poema santo de la familia. Salve,
constituyen el pensamiento dominante en sus estudios. Tal es el
mensajero de días felices para los padres virtuosos.
proceso lógico de las inteligencias creadoras.
Canta con tus hermanitos queridos el himno de todas las
Entre los divulgadores de la ciencia acaso ninguno ha encon-
alegrías.
trado la unidad en la variedad, comprendiendo mayor e.spacio de
Canta la plegaria de las armonías filiales.
tiempo y más vastos horizontes, por lo que la obra de Arístides
Se abrieron los cortinajes azules de la alcoba nupcial y ya se
Rojas, si cautiva la atención de las pre.sentes generaciones, está
oye el ósculo cariñoso de la madre en la frente del hijo idolatrado.
llamada á perdurar, como que lleva en sí la investidura de lo me-
morable.
Antonio Alamo.
Junio 26 de 1894. Caracas, 12 de Octubre de 1880.


Alamo, doctor Angel M. Alas, doctor Domingo.

LAS HUMBOLDTIANAS LA MUSICA


En verjel de la Esperanza un día
el
dos esníritus riel cielo
>Se haiiaroii
¿Cuál será plan que se ha propue.sto seguir el autor de e.stos
el
:

El ángel del amor y el que, en su vuelo,


brillantes cuadros histórico-científicos? ¿ Serán aislados ? ¿For-
Angel de la virtud, lleva alegría.
marán parte de una obra ?
Varias veces me he hecho estas preguntas, 3" las he oído Y dijo aquél — Yo .soy todo ambrosía.
:

formular á algunos amigos, hasta que leí en La Opinión Nacional, Y dijo éste —Yo .soy todo consuelo
:

de ayer, la ILimboldtiana, titulada Las dos yioches, y recordando —Yo de


.sacio los tristes el anhelo.
—Yo calmo délos
:

otras publicadas anteriormente ha quedado para mí en evidencia el tristes la agonía.


fecundo plan que sirve como de núcleo luminoso á la serie de ideas Y uniéronse labios y cual brota
.sus ;

que hemos visto de.senvolverse en esas lecturas, bellísimas en la Ternísimo suspiro en lo profundo
forma, pintore.scas en la expresión, profundas y trascendentales en De aquellas almas que el dolor azota,
los conceptos.
Brotó un beso sublime, sin segundo.
Como la ciencia abarca el mundo físico y el mundo moral en Beso divino la primera nota,
:

sus infinitas manife.staciones, el señor Rojas .se ha situado en la


Origen de la Música en el mundo.
cumbre de la ciencia, simbolizada por Humboldt, para descubrir
desde su altura ideal todas las prominencias del mundo de Colón
y estudiarlas comparativamente, teniendo por grande objetivo
nuestra, pa.tr'a. y limg<^ 1a patria a'uericana.
Así ha logrado darle unidad al vasto plan de sus Humbn'd tiz-
A Tvnrado, José María.
nas y hacer que aparezcan concurriendo á la obra múltiple y sor-
prendente de la civilización americana, los tesoros de sabiduría A LOS TIRANOS
acumulados por el hombre en el trascurso de los siglos, unidos en
sus diversas partes por el hilo de oro de la historia. Alzase audaz el cedro corpulento
Siguiendo los trazos del ilustre viajero en su tránsito por la Burlando el vendaval enfurecido ;

América meridional, evoca el autor los recuerdos de tres civiliza- Y absorto en su poder, presume erguido
ciones y en análisis y síntesis basados en la filosofía de la historia, Con su copa tocar el firmamento.
marca los vestigios aún exi.stentes, anota las coincidencias y fija la
tendencia de los hechos para fundirlos en la turquesa de la idea
El trueno ruje con fragor violento
cristiana y proclamar triunfantes un solo Dios, una ley moral y la
Retumbando en el valle estremecido,
Mientras rayo de potencia henchido
el
verdadera sabidmía que tiene por fuente el Evangelio.
Furibundo le arranca de su asiento.
En esas páginas pasa en majestuosa revista, la civilización
.

indígena con su .sencillez primitiva y su to.sca cosmogonía sus ;


Así se alzan furiosos los tiranos
sacerdotes, sus caciques y sus bronceadas tribus la civilización
:
En los hombros de un pueblo independiente,
europea amparada á la sombra del lábaro de la cruz y propagada Burlando luego sus clamores vanos
por el valor impetuoso de los conquistadores y por el fervor de la Pero una juventud cual rayo ardiente
palabra apacentadora de los misioneros y la civilización que sur-
: Salva la Patria, y con hercúleas manos
gió en la época de la independencia, difundida entre el estruendo Hunde en el fango su soberbia frente.
8 ANTOLOGIA GENERAL

-A.lvax"ado doctor* Lisandro. : la enseñanza, fueron lentamente ansiando del


social inteligencia tan luminosa.»
mundo científico y

Vuelto á Caracas en 1844, continuó no obstante trabajando


Neurosis de Hombres Célebres de Venezuela. :
con actividad, pero .sin determinación marcada de .su espíritu
«salvando los casos en los cuales la motiomanía se exacerbaba ;» y
e.scribía tratados científicos, herborizaba, pintaba
acuarelas.
visto un autógrafo suyo de esa época en el cual no me ha
He
parecido
(Al doctor José Gil F.) notar signo alguno particular. Acompañado de su hermano J. M.
Ruiz, Cajigal abandono a Caracas en 1845. v buscó una
morada
a orillas del Yaguaraparo, en el golfo Triste allí fue la enferme-
;

Las observaciones siguientes han sido hechas bajo un aspecto ;


dad progresando paulatinamente, y sumida la víctima en un triste
puramente médico. Creo útil adelantar esta advertencia porque ,1
estado de mutismo, sucumbió por fin en Febrero de 1856.
fácilmente podría tomarse como mal intencionado lo que en rea-
lidad no es más que una circunstancia notable que contribuye,
II. En el próximo orden tenemos que considerar al distingui-
do orador Ildefonso Riera Aguinagalde, natural de la antigua
aunque no sea más que en pequeñísima escala, á comprobar las pro-
vmeia de Barquisimeto. Pertenecía á una larga familia que tiene
hipótesis de Moreau y de Lombroso. Sería esta una redundancia,
la mayor parte de sus representantes en la ciudad de
para el hombre de ciencia por lo menos, si no fuera nueva la teoría Carora, donde
'

nació el 1 9 de Febrero de 1834. Era médico, pero se distinguió


en nue.stro país y si no fueran la enagenación mental
y el alcoho- mas como político y escritor. De estatura mediana cabeza volu-
lismo los estados que más sobrellevan una censura social invaria- y
miñosa, fue atacado de una afección cerebral (reblandecimiento,
ble y como esta última circunstancia pone trabas al esclareciniento )
;
según parece). La enfermedad tuvo un curso bastante largo,
de copia de hechos referentes á los hombres de genio de Venezuela, ,

ma-
nifestándose de.sde temprano la locura de las ideas. Su falleci-
porque no es fácil obtener ciertos datos, por decirlo así críticos, qué
miento tuvo lugar en París el 24 de Marzo de 1882.
revelarían á las claras casos patológicos ó servarían de fuertes indi-
cios para establecerlos, este ensayo tiene tal vez su razón de ser. Poco antes de esto decía de él el .señor Tejera «En varios
Hoy el concepto que se tiene del alcoholista di.sminuye su :

^
artículos de Riera advertimos que el e.scritor flaquea cuando
:

le
I

responsabilidad moral en gran número de ocasiones es un enfermo ; :


abandona su ardiente inspiración y entonces es frío, desaliñado
que obedece de un modo irresistible á una conformación peculiar desigual, como que e.scribe forzado
;
y
;

de mala gana; entonces


y para
del individuo, resultado de los factores diversos que se han com- hacerse sublime, se hincha y produce conceptos campanudos, imi-
binado para su creación y procreación el alcoholi.smo es quizá taciones pálidas y reminiscencias oscuras.
:
Mas si de improviso le
una tendencia fatal de la época, un pensamiento colectivo de la asiste el numen, avanza como la nube de tormenta con
;

relámpagos
huinanidad y en todo caso es de nue.stro deber el examen del
;
;
'

y truenos y vuelve á ser el poeta orador lleno de pensamientos su-


fenómeno por el lado científico 5' en atención á que de una ó de ;
blimes y exuberante fantasía.» (r)
otra manera existe en todos los pueblos de la tierra. En cuanto
á ¡

El de Agosto de 1878 escribía en una de sus cartas (comien-


la locura, no debemos olvidar las observaciones de Maudsley '

7
res-
zo de la enfermedad). «Toda impre.sión moral extraordinaria pro-
pecto de las causas que mantienen vivo el horror á la enfermedad
y duce en mí el mismo efecto de la ráfaga tempestuosa sobre la
el interés en disimularla de parte de las familias que tienen la
mala
'

suerte de abrigar enfermos en su seno. antorcha encendida ó la luz vacila en agitación constante, ó ce-
Nadie piensa ahora con ;

.seriedad en que un loco ó un epiléptico estén poseídos de espíritus


diendo al impetuo.so .soplo, acaba por extinguirse. Si lo primero,
malos á la luz de la moderna ciencia mas lo que no se aparta nun- perdida la_ claridad serena en que se mueve el pensamiento, atropé-
;
llan.^e las ideas en creciente confusión
ca de la memoria es el hecho de cpre tal fue la teoría del cristianis- y si lo segundo, á semejanza
;

mo, y que las penas eran .severí.simas para el mal aventurado en- del náuta cuya brújula fue rota, e.sta nave del alma, desmantelada,
_

fermo, y que la responsabilidad se trasmitía á lejanas generaciones. arroja su ancla, para quedar inmóvil .sobre el mar muerto del dolor
Esto .sentado, vamos á nuestro objeto. en que desfallece. Similis factiis siwi cum pdlicano solitudinis
; fac-
tus sum sient nydicora in domicilio: me he vuelto semejante
I Este estudio lo comenzaremos con el distinguido ingeniero :

al
don Juan Manuel Cajigal, en quien hubo un desarrollo tan carac- pelícano que habita en la soledad parézcomo al triste buho en su
;

terístico de la meningo-perieiicefalitis difu.sa, que ba.sta un poco albergue (Ps. loi). Pero el sufrimiento se mitiga, la reflexión nos
de conforta y en toda su altivez la dignidad humana, tornamos á la
atención para reconocerla. Es muy cierto que en la biogiafía pu-
blicada por uno de^sus discípulos, el señor O. Mene.ses? hay \in '
calma de la conciencia SULisfecnH. F'ue todo ello una nube inter-
manto de discreción que sienta bien al género literario en boga puesta ante el sol de nuestro camino y es de ley que las .sombras
;

en Venezuela (a); pero una reciente publicación del señor Á. huyan y la luz permanezca.» El e.studio de la Biblia parecía influir
Rojas (b) pone fuera de toda duda el carácter de la lesión, que es, poderosamente en sus ideas y en su estilo oriental !

por lo demás, una de las más comunes de nuestro siglo. Cajigal El General León de Febres Cordero sentó plaza en 1812
III.
nació en Barcelona en 1802. Es muy probable que hayan existfdo :
á la edad de quince años y dejó el seiaficio en 1863. A los 69 años
antecedentes hereditarios en los varios miembros de su familia, es- I'
fue atacado de una congestión cerebral, que dos meses más tarde
tablecida en el Oriente de la República lo que .sí .se sabe es’que
;
'

trajo una recidiva, estableciéndose entonces el reblandecimiento


habiendo completado en París su educación, volvió al país por los del cerebro, que le causó la muerte á los
75 de su edad. Descendía
año.s de 1830 para fundar la Academia Militar de Matemáticas. i
de una antigua famiiia de Coro, 5^ se distinguió por su actividad
Según Meneses, la movilidad de sus ideas era notable, pasando i
y su^ talento de organización y de orden. El señor C. Acosta lo
como pasaba de un tópico á otro en pocos momentos <diacía venir :
definía asi «es lo que se llama un hombre de profesión
:
conoce :

á la escena en sus ricos trajes y propios coloridos, lo mismo á Eu- su arte, conoce el derecho público, la ciencia de administración,
¡
y
elides que á Descartes lo mismo á Homero que á Camóens lo
;
; i
los libros han sido su vagar como .se refiere de otros generales de
mismo á Fidias que á Miguel Angel y Canova á Rafael
y á Mu- ;
nombre. Es por lo dicho hombre de pensamiento, y el orden,
,

rillo; á Herrera, Calderón y á Cervantes, como al chistoso Bretón )! que es cualidad de organización y que él posee, hace que su pen-
al satírico Larra de nuestros días.«
3''
A los ocho años, es decir, á ^
sar se vueK'a en oura por eso es tan movible y al mismo tiempo
:

las 37 de su edad, .se efectuó en él un gran cambio. tan minucioso. Sus maneras .son insinuantes, sus conocimientos
'I

Torna á París como Secretario del .señor P'ortique, Mini.stro de f varios, su patriotismo probado y tiene una cosa que vale mucho-
;

Venezuela en Londres, y allí, para dar un almuerzo á sus antiguos ^

gran conocimiento del mundo y de los hombres, amor al orden


y
condi.scípulos, manda fabricar y marcar con su nombre vajilla de entusia.smo por las iinstituciones civiles.»
plata y oro discurre alegremente por los museos
;

y bibliotecas, IV. Corriendo la tercera década del siglo, nació en Caracas


asiste á los cunsos públicos de la gran ciudad, frecuenta .sus ami.s-
Licenciado Cecilio Acosta. Hiciéron.se los siguientes diagnós-
el
tades, y por último .se prenda perdidamente de una artista del tea-
ticos de su última enfermedad que le arrebató el 8 de Julio de i88r:
tro francés, la .señorita Duplessis (loenra efectiva). De esta pasión
¡
ataxia locomotriz, atrofia muscular progresiva, esclerosis de los
repentina quedan pocos recuerdvrs, sin duda por la rapidez con que '

cordonp laterales, reblandecimiento cerebral. Síntomas de ena-


pasó este e.stadío de la enfermedad pero .se sabe que terminó con
; i

genacion no los tuvo, pero sí le era habitual por momentos una


poca suerte para él y que de seguida apareció una manife.stación
ligera tartamudez y en los días de su enfermedad un movimiento
'

que p_a.saba por natural con.secuencia de semejante contrariedad : !

giratorio á la derecha «era de estatura regular, delgado y dere-


:

el delirio de las persecuciones. «En Cajigal, dice Rojas, la de.sgra- cho, de rostro ancho y facciones abultadas, color trigueño encen-
cia comenzaba por la monomanía tranquila, tímida. Creía que dido, ojo.s pequeños 3' vivaces, labios gruesos, pelo liso 3- negro;
iban á perseguirle, que querían a.sesinarle,
y estas ideas tomando nunca usó barba. Vestía siempre de negro, como si tuviese que
creces en un cerebro que tanto había trabajado en el -estudio
y en entraren cualquier momento á la Academia, y andaba por la calle
(a) Diografmde J. M. Cajigal, fundador de lo.s estudios matemáticos en Venezuela.
(¿) Recuerdos de Cajigal Caracas, 1892. 169
;
(f) «Perfiles Venezolanos» pág. 257.
DOCTOR LISANDRO ALVARADO
9

como abismado en profunda meditación, de manera que .solía pa-


das hechas por los Doctores Medina
sar distraído sin saludar á susmás íntimos amigos No m uiifes- y Prías, que le asi.stieron en
su ultima enfermedad, fue esta una apoplegía
taba en su conversación, algo monótona, las dotes que le meníngea, con abun-
adorna- dante extravasado, que .se de.sarrolló en pocas horas
ban en la tribuna repetía una frase hasta la saciedad de.spués de una
;
y giraba acalorada di.scu.sion del Mini.stro con sus colegas.
al rededor de un pensamiento con aquellas idas
y venidas, vueltas y”
parecido conjunto de fenómenos cerebrales
y re\uelta.s de la famosa ardilla de Iriarte en ocasiones, sin em-
bargo, brillaba con una ¡dea radiosa que iluminaba
|
mos en el difunto Arzobi.spo de Venezuela, Doctor José A encontra-
Ponte que
ción como un relámpago.
su conversa- muño en Caracas á los 51 años de edad. Diagnósticos trombo .

Su carácter era casi incalificable cons- rebral (Ríos Frías)


ce- :

tante en algunas cosas, inconstante en otras; de


;
hemorragia cerebral.:
Los médicos citados
un corazón atribuyeron la afección a cau.sas cardiacas pero la
sensible é incapaz de odio su único y grande amor fue el de su verdad es que el ;
;
cerebro no fue examinado
buena y virtuosa madre. . . .
y que se averiguaron antecedentes here-
ditarias (.su madre murió de un ataque
«Por otra parte el Doctor Acosta parecía débil de análogo á la misma edad
carácter ó que el.)
ya por bondad o por timidez pero ello es que esta
circunstancia ;
VMII Es semsible que no se hayan hecho practicar
le daño sobradamente y le hizo poco las mensu-
á propósito para figurar, ras convenientes en el esqueleto del General
como sus dotes lo pre.suniían, en cualquier ramo de la vida públi- Bolívar, y por estas
razoiies no hacemos sino itidicarlo como un
ca, } no era porque .se quebrasen sus convicciones, cerebro al parecer des-
sino porque equilibrado. Los historiadores nos le representaban
cejaba ante la dificultad ó rdirnsaba la contienda. en .su niñez de
Espíritu dúctil
en extremo cándido, pasaba en un instante de la certeza voluntario.so,
inconstante, audaz. La respe-
y á la tabilidad de un tutor como el que tuvo, el
duda, de la afirmación á la negación, según las Ldo. Sanz, no pudo nada
impresiones ex- con el, ni parece que aprendió mucho con su
trañas que recibía.» (d) Acosta fue célibe siempre. preceptor el P \n-
Aunque dujar. Puede decirse que Bolívar .se amañaba mejor con
miope, como Bello, no usó nunca anteojos, laRco-
y de aquí el que .se motividad, la actividad de espíritu, ha.sta rayar
notara en ambos el hecho de pasar de largo por las en la locura de su
calles, sin sa-
ludar a las personas que le eran conocidas ultimo maestro Don
Rodríguez y en efecto fue é.ste quien más
S. ;

tiempo le acompaño y dirigió. Hasta la época de


la revolución de
la independencia, la opinión de
Sanz fue que Bolívar era incapaz de
V Un e.scritor inglés que militó con Páez’en los ílaiios de grandes ideas y Giial, otro testimonio de x'alía,
;
juzgó cine hasta
enezuela escribe «El General Paez padece de 1812 aquel no había revelado las grandes
V :
ataques epilépti- manifestaciones con que
cos cuando se excita su sistema nervioso, apareció mas tarde. Los epítetos con que le calificó en todo tiem-
y entonces sus soldados po Don J D. Díaz darán una idea de e.sta general
le sujetan durante el combate ó inmediatamente creencia Lla-
de.spués de él j mábale «el inhumano el sedicio.so el tirano el
(A La causa de estos acce.sos de gota coral deben ser atribuidos ’á :
bárbaro el in- : : :
_
solente el cobarde el sacrilego: el insernsato
circunstancias hereditarias, porque el género de vida ;
:
el miserable el
que llevó Páez despota el pérfido el inepto el presumido el
: •

de.sde niño fue de los más á propósito para ;


incapaz el feroz
:

aguerrir y fortalecer .su el ambicio.so


: :
;

constitución. el perjuro el impudente


Se corrobora esto con la oEsesión que le acompaña- :
el traidor el aturdido eí
:
: : •

ba de creer que al tragar la carne de pescado .se malvado el mónstruo el ignorante el usurpador
:
:
el impío y :

convertía una cuando no encuentra epíteto, porque ha agotado el


; •

vez en el estomago, en carne de serpiente, diccionario’ le


y por la impresión de ice Ultimamente «ese hombre de quien hemos referido en ocasio-
terror y espanto que la vista de un ofidio le :

causaba, hasta produ- nes que era un corazón sin virtudes el alma
cirle, aun a la edad de 8o años, un
acceso de epilepsia inmediata- y más feroz que se hu-
biera conocido.» De igual modo le trató el general Morillo antes
mente. No es de extrañar que en estas condiciones tanto las
causas determinantes del mal como las obsesiones del armisticio.
variasen hasta Por otra parte, las anécdotas referentes á Casacoima
imitar ba.stante bien un estado histero-epiléptico. (h) v al
En el combate banquete dado á Irwing en Ango.stura, en que manifestó
de Cliire (1815), provoca las convulsiones una impulsos
serpiente v después ^nos de imtarse, se dan la mano con las cartas publicadas
de ellas y del liiecho de armas, vaga todo el en el
día en el campo con
«Diario de Debates» de 1826 {g). Es, además,
.síntomas manifiestos de locura epiléptica.
En una de las exhibi- un hecho notable
ciones de Barnum en Nueva York excita las que el Libertador no tuvo .sucesión, siendo él mismo
convulsiones una boa descendiente
de una antigua y numero.sa familia
y «sm perder el uso de la razón,» manifie.sta en medio de ellas qué y muriendo tuberculo.so á los
muchas serpientes le estrangulaban y bajaban enro.scándo.se 47 años de edad.
en los este ligero e.sbozo con parte del retrato
pulmone.s corazón, vientre
y piernas, pidiendo á gritos que le T -u
Libertador hecho por el Dr. Roulin. «Era Bolívar hombre de talla
físico del
libraran de los horribles animales. En el curso del acceso reco-
noce al Doctor Beales que le asistía. poco menos que mediana, pero no exento de gallardía
Otra vez, en 1858 fue la en sus moce-
íractura de una pierna el motivo del ataque. dades delgado y sin musculación vigorosa de
Por lo demás parece
:

temperamento esen- ;

que en ocasiones se limitaba este á la aura, mientras cialmente nervioso y bastante bilioso, inquieto en
que en otras todos sus movi-
era completo hasta aparecer la espuma mientos indicativos, de un carácter .sobrado impresionable,
en la boca pero antes ó impacien-
te e imperioso. En su juventud había sido
después del mismo, acaecía de ordinario que despertase
dando voces
;
muy blanco (aquel blanco
de mando, o con el grito de guerra «mi lanza mate del venezolano de raza e.spañola), pero al cabo le
mi caballo » : había queda-
Escribe el en sus memorias
! '

do la tezjaastante morena, quemada por el sol


«Al principio de todo combate ; y las intemperies de
cuando sonabair los primeros tiros, apoderábase de quince años de campañas y viajes
mí una intensa y tenía el andar más bien rápido
;

excitación nerviosa, que me impelía á lanzarme que mesurado, pero con frecuencia cruzaba los brazos
contra el enemigo actitimes e.sculturales, sobretodo en los momentos y tomaba
para recibir los primeros golpes lo que .solemnes. Tenía
habría hecho siempre si ;
la cabeza de regular volumen, pero
mis compañeros con grandes esfuerzos no me admirablemente conformada
hubieran retenido.» (/)
No terminaremos sin manifestar la opinión del Doctor Rojas deprimida en las sienes, prominente en las partes anterior
rior, y mas abultada aún en la posterior.
y supe-
en este punto. «Refieren las crónicas de El de.sarrollo de la frente
familia (dice él), que Páez,
en sus tiernos años, fue mordido primero era enorme, pues ella sola comprendía bastante
por un perro hidrófobo y más de un tercio del
meses mas tarde por una serpiente venenosa, sin rostro, cuyo óvalo era largo, anguloso, agudo
que nadie hubiera en la barba y de pó-
podido sospechar que en un mozo acostumbrado mulos pronunciados. Casi siempre estuvo el Libertador
al ejercicio corpo- totalmente
a eitado, fuese por si.stema
ral hubieran quedado manifestaciones
ocultas, consecuencia de las ó por no tener barba graciosa ni abun-
heridas que recibiera, dante. Tenia los cabellos crespos y los llevaba siempre
y que los años corrieran sin que ningún .sín- entre una mecha enro.scada .sobre la parte
divididos
toma se presentara en la comstitución sana superior de la frente y
y robusta del joven guedejas .sobre las sienes peinadas hacia adelante.
llanto, hasta que fue presa de cruel idiosincracia Algunos escri-
(.se refiere á la
ohdiotobia ya mencionada) que le acompañó tores han dicho que Bolívar tenía la nariz aguileña,
hasta el fin de la vi- .seguramente por
da.» Lronica y opinion las creo muy dudo.sas. no dar a este adjetivo su acepción verdadera, que es lo
de lo corvo
i^talles característicos he podido obtener del céle-
como el pico del águila. Lejos de esto, el Libertador tenía el
perfil
,
bre Ministro de E.stado, don Simón Planas. Nació en enteramente va.scongado y griego, principalmente por
Barquisimeto el corte del
en 1818 muño en Caracas el 16 de junio de 1864, en momentos i

rostro, la pequeñez déla boca, la amplitud de


j--
la frente la rectitud
en que estaba empeñado en una de la nariz muy finamente delineada, al propio tiempo y
lucha mini.sterial. Su educación que tenía la
no paso de las materias de enseñanza frente muy levantada en la región de los
primaria que .se procuró en órganos de la imagina-
su ciudad natal, ción, era prominente en las cejas, bien arqueadas
y ca.si toda .su juventud la ga.stó ocupado en eni- y exten.sas, donde
.se ponían de manifiesto los
^’”e™bargo de e.sto llegó á crear.se un poder

signos de la perspicacia y de la pronti-
casi ab.soluto durante la tud y grandpm de percepción. Como tenía profundas las cuencas,
administración del presidente
gas, el que abobo la esclavitud J. G. Mona- de I0S0J0.S, e.ste, que eran negros, grandes
en Venezuela. Según las referen- y muy vivos, brillaban
con un fulgor eléctrico, concentrando su fuego, cual
si .sus mirada.s
surgie.sen de profundos focos.»
Í'U Tejera. «Perfiles, i¡ jjág. 162.
[f] Rojas. «Leyendas hi.stóricas de Venezuela;» 92.
[/] I'áez, «Autobiografía.))
{h) González. “Bolívar en Casacoima.”
(.^) Rojas.'' lyCyendas.” 2.1 serie 205,
2 249, 263.
lO ANTOLOGIA GENERAL

IX Con la misma vacilación apuntaré por último el nombre «Por esclavos -les dice-ym nos cuenta))
del afamado médico Doctor Guillermo Michelena, en quien, sin «En su ambición audaz el extranjero » :
embargo, es posible seguir el curso de los caracteres 3' condiciones
«Vamos á combatir con brazo fuerte,))
ideológicas por medio de una familia un tanto numerosa. El Doctor «Y ser por siempre libres, ó la muerte.))
Michelena tuvo ataques, á no dudar, de alucinaciones, abrazando
con calor las doctrinas espiritistas en un tiempo en que estuvieron
en boga en nuestro país. Viósele en otra ocasión confundirse con Dice, y los vientos raudos condujeron
los cargadores de una imagen en las procesiones que se estilan en Sus ecos de furor, de monte en monte,
el rito hispánico, andando descalzo por la calle en semejante faena. Y es fama que de sangre .se tiñeron
Los celajes del límpido horizonte.
¡

«Guerra, guerra » los indios repitieron


!

Con unísona voz .... Del Aqueronte


Semejaban los seres fabulosos
A.lvarez Ibarra, H. ¡

i
En medio sus conciertos espantosos.

Ah temblaron, temblaron los iberos


GUAICAIPURO
!

Al oír los terríficos clamores.


Cambiados viendo en férvidos guerreros
Los que siervos creyeron, los señores. . .

Dame oh musa Leones se tornaban los corderos,


voz con que se ostentala
Del rápido aquilón la ruda .saña.
!

Y guay de los confiados cazadores


Si el valor nada más les a3'udara
Cuando sobre los Andes se aposenta
Y hace temblar la altísima montaña
— Ni uno entonces con vida se escapara
! . . .

! . .

O el horrendo rugir de la tormenta,


O de los mares la cadencia extraña. Ninguno, sí, que altivo por doquiera
Para entonar un himno, reverente, Terrible Guaicaipuro los .seguía,
Al indio de mi patria más valiente. Y aunque en varios encuentros roto fuera.
Con aliento mayor su pecho ardía.
A su potente tribu, en quien impera,
Sí, préstame
voz del gran Ercila,
la
El célebre cantor de «La Araucana,))
«O morir, ó ser libres)) repetía, —
La inspiración fecunda de Zorrilla,
Y con su patrio amor tan sólo oh gloria ¡
!

O de Bello la lira americana. Lo coronó mil veces la victoria.


Tú, patria musa, inspírame; 3^ cual brilla
Al despuntar el sol en la mañana. Que en su sagrado empeño, siempre airoso
Brille mi numen, 3" sonoro 3’ puro Desde la enseña alzó de «independencia,))
Se escuche mi cantar á Guaicaipuro. Hasta que al Dios eterno 3' misterioso
Mártir de libertad, dió la existencia ;

¿Quién le pudo seguir? ¿quién más brio.so,


Ni quién como él tenaz ? Su resistencia
i
Guaicaipuro ! Mirarte aún me parece.
Confunde al español, que en todas partes
Cuando los bravo.s tercios españoles
Halla su brazo, ó sus guerreras artes.
Penetran en las selvas donde crece
Tu raza, y donde en paz viera mil soles,
Como tu pecho se extremece,
altivo Y doquiera por él se arman en guerra
Y mandando á sonar tus caracoles, Las numerosas tribus convecinas,
«A las armas)) !-gritar-«¡ Indios valientes, Y como llegan de lejanas tierras
«Guerra, exterminio, álas intrusas gentes !)) Mil bandadas de pardas golondrinas.
Así bajan los indios de la sierra
Las llanuras cubriendo y las colinas,
Y también el desusado estruendo
oír
Y suhorrenda, su inmensa gritería.
Y que el bosque estremecían,
los gritos
Bramido de volcanes se creería.
De gandules que tu voz oyendo
. . .

A tu acento de alarma respondían.


Ah cómo imagino estaros viendo
! !

Ellos, furiosos por doquier corrían, Cacique incomparable quién no vierte


! ¿
Y til, activo, ordenabas tus guerreros Lágrimas al leer tu infausta historia.
Para entrar en la lid con los iberos. Cuando tan pronto, tan traidora muerte
Troncha el laurel de tu naciente gloria ?
Trasportada mi alma, defenderte
Divina libertad cuando se enciende !
¡
Juzga en el trance aquél. ... y la victoria
Un noble corazón al fuego tuyo.
Alcanzar vive Dios contra el hi.spano
!

Sólo á la gloria, no al peligro atiende ¡

Contigo cruel, 3" bárbaro 3' villano.


Pll hombre á impulsos de tan santo orgullo ;

Por precipicios hórridos asciende.


Llama el canto marcial plácido arrullo, —
Noble adalid, adiós Indio valiente, !

Y su alma en patrio amor arrebatada. Digno hijo del sol que nos alumbra.
La vida misma la valora en nada. Duerme por siempre en paz. Yo, reverente
He querido cantarte. me deslumbra
. . .

La llama de tu gloria refulgente,


Ved sinó como ascienden apiñados Y sé, que para el trono que te encumbra.
Los indios por doquier, de varios modos, Como canto el mejor ó humo el más puro,
Y á combatir se lanzan denodados.
Basta tu .solo nombre, Guaicaipuro.
El formidable campo de los godos.
Ellos casi desnudos, mal armados ;

Vestidos los de España, armados todos


De acero, y sobre rápidos corceles,
Y .seguidos al par de canes crueles.

Pero nada detiene, ni amedrenta.


Del atlético Indio el valor fiero,
Y al frente de los su3’os, les alienta
Con su fácil palabra de guerrero :
1

H. ALVAREZ IBARRA, JUANA AÑEZ, V. R. AÑEZ CASAS Y F. AÑEZ GABALDON 1

JS^fíez, Jiaana. Gral^alclóri, Francisco.


SUPLICAS AL RAYO AZUL A GUTTENBERG

Rayo azul y misterioso Genio inmortal ! Yo te .saludo !

Que apareces por la tarde, Te saludo como


primer obrero de esa civilización siempre
al
Bello fulgor caprichoso, creciente que .se ha e.sparcido por la tierra como las aguas de un
Del cielo orgullo y alarde ; inmenso río, fecundándolo todo y llevando á todas partes valiosos
Presta á mi voz melodía. tesoras de ciencias y de artes, de luz y de progreso.
Dale á mi pecho espansión,
A mis cantos armonía,
II
Y fuego á mi corazón.
El espíritu humano no podía llenar cumplidamente su gran
Seca en mis ojos el llanto, misión civilizadora encerrado como estaba en el círculo estrecho de
Y con tu luz de zafir la expresión oral y el manuscrito.
Rasga el enlutado manto El hombre avanzaba, pero avanzaba lentamente en la triple
Que encubre mi porvenir. vía del adelanto intelectual, moral y material.
Pero vini-ste tú, brillante Génio y el pensamiento tuvo alas
!

para volar de un polo á otro del globo, disipando densas tinieblas,


Desgarra e.se o.scuro tul extendiendo el imperio de la verdad, proclamando el derecho y la
ju.sticia, haciendo al hombre más inteligente, más noble, más libre.
que diviso en lontananza,
É inspírame, rayo azul. Las distancias quedaron en cierto modo .suprimidas para la
Tranquilidad y esperanza. trasmisión del pensamiento ;

Del pensamiento, que lleva en el libro, en el folleto ó en la


hoja tipográfica, los descubrimientos de la ciencia, los encantos y las
enseñanzas de la literatura, las maravillas del arte, el impulso y la
Arroja, rayo divino.
vida de la industria
De mi frente la tristeza. ;

Del pensamiento, que todo lo comprende, que todo lo abarca,


Sin que el severo destino
bajo las formas distintas que saben darle el talento y el estudio
Haga inclinar mi cabeza. ;

Del pen.samiento, que es una mina inagotable, de donde se


extrae siempre oro.
Los pueblos de.sde entonces han podido entenderse fácilmente,
Devuélvele al alma mía hablarse de continuo, ilustrarse y enriquecerse, participando cada
La dicha que disfrutó,
uno de los progresos é inventos de los otros.
Y aquella paz y alegría
La idea impresa viaja por todas partes, atraviesa di.stancias
que con mi padre murió.
enormes con la rapidez del vapor ó del telégrafo y penetra en la
cabeza del sabio ó del ignorante, del rico ó del pobre á todos llega :
;

á todos ilumina.
Revélame cariño.so,
Un a/£-o con que deliro ; III
Pero escoge silencioso
El lenguaje del su.spiro. Quién más útil que tú ?
¿
Colón de.scubrió la América, pero tú has descubierto el secreto
de multiplicar en poco tiempo los adelantos del espíritu.
Pl.se lenguaje que al alma El trabajó solo por un mundo ;

Hace e.stremecer de amor. Tú por el orbe entero !

Ora la arrulle la calma. E.SOS conquistadores afamados, e.sos genios poderosos, cuyas
Ora la abata el dolor. hazañas nos refiere la historia, hicieron cosas estupendas, levanta-
ron ó abatieron imperios, pero e.sclavizando degollando á millares
de hombres, que tenían derecho á la libertad y á la vida.
«Fueron grandes (dice un e.scritor al hablar de estos genios de

A.fiez Casas, F íctor*Fepauaclo. de la destrucción;, pero lo fueron como los huracanes, como las
tempestades, como las convulsiones de la tierra en las erupciones
de los volcanes.
De esta grandeza no queda á los pueblos, sino tumbas y vani-
dades estériles.»
MI CREDO Tu gloria es más legítima.
Esa gloria es tan pura y hermosa como el lampo de las es-
trellas ;

Tan pura como la de Gioja, á quien debemos la brújula, como


Vano ensueño de gloria y de riquezas, la de Watt y Fulton, que perfeccionaron el vapor descubierto por
No turbes de mis noches el reposo, Garay, como la de Chappe, inventor del telégrafo, como la de Jen-
Ni pongas en mi pecho candoroso ner y otros genios benéficos.
El torpe afán de frívolas grandezas. En el templo radio.so de la fama, .sólo deberían tener entrada
aquellos muertos ilustres que trabajaron en vida por el bien de la
Busca humanidad.
que á fuerza de bajezas
al histrión
i

Halaga corazón del poderoso,


el
O al Tántalo ruin, artificio.so,
Que amontona caudales con vilezas.
I
La imprenta es la gran mensajera alada del espíritu y la im- ;

Deja que pasen mis fugaces días. I


prenta es obra tuya.
Sin ruido, sin fortuna, sin renombre. ¿ Quién podrá presentarse ante la posteridad con mejores títu-
que tú
j

los
Lejos del mundo y de su pompa vana. !
?

Tu
invento ha dado á la inteligencia un poder que no tenía,
un poder casi infinito.
j

'

Falsas son para mí sus alegrías. Gracias á tí el hombre puede ya hablar al universo
Mentira todo lo que arrastra al hombre
i

y á los
I siglos.
Todo, fuera de Dios, locura humana. Genio inmortal ! Yo te saludo !
I i
12 ANTOLOGIA GENIÍRAL

TVraiida, Francisco.
Alegres fiestas reclaman tu presencia ¿por qué has olvidado
DISCURSO tus diamantes y adornos ? ¿ No amas ya tus cabellos
;

? ¿ Perdieron
para tí su belleza las gasas de tus ve.stidos ?
¿ No es ya el vals ese
placer inefabje que ayer te tra.sportaba impaciente lía.sta
los más
Intérprete de los sentimientos de esta respetable reunión, creo agitados sueños del delirio ? Tu planta lijera se desliza, como
las
que lo soy también de los de toda Venezuela al manifestar, señores, brisa.s de la mañana, al compás de la armonía
la gentileza de ;

por respeto á vuestro mandato, las ideas que me ocupan en este tu talle es la de las sílfides, cuando te enrregas á los
torbellinos
momento y que han producido la satisfacción de todos los corazo- fantá.sticos de la danza
¿ por qué falta tu figura en ella? ¿ Por qué
:

nes y un jiibilo general. Consagrado el ilu.stre Páez al .servicio de se ausenta pensativa la reina deseada del festín ? Ay
nada de eso !

su patria, llevó las armas contra sus enemigos, logró triunfos es- halaga } a tu fantasía ¿ que cambio hace morir así tu animación
;

pléndidos ;
la libertad le coronó con el laurel de Marte. Denodado, en un su.spiro?
intrépido, constante, adquirió en los campos de batalla los más Alza a ese cielo la mirada que dulcemente alumbra su.s es- :

justos títulos de la inmortalidad su nombre .se repetirá con sus pacios la Jimpia luz de esa hermosa luna
¡

hazañas en todos los siglos la gloria de cien combates le rodeará _


No es más bella qire !

:
esa apacible claridad de la e.speranza, cuando se eleva á lo
alto de
durante su vida, y hará, re.splandecer su memoria en los fa.stos mili- nuestra existencia disipando las sombras de la melancolía.
tares de la América y del mundo. Pero no es esta su única reco-
Mira
esa ciipula sin termino, en que rielan estrellas innumerables
mendación. A
los triunfos de la Independencia, sucedieron las
como
las lámparas de una fiesta univensal
á que sirve de templo el fir-
discusiones domésticas y las calamidades de la guerra civil. La mamento. Levanta los hermo.sos ojos; un rayo delastro de la
hermosa Colombia fue dividida por los errores y la discordia y ; noche iluminara tu corazón, como ilumina esa lágrima que corre
Páez, en medio de los partidos enfurecidos, se encarga de presidir por tu mejilla. Así, asi. ¿no sientes que delante de ese e.spec-
. .

comstitucionalmente á Venezuela. El tiene la dicha de que el pe- táculo respira mejor tu pecho? ¿No te embriaga ese aire como un
ríodo desu administración .sea llamado el primero de la Ley, y que sueño de la fantasía adormecida ? Para tan sublimes encantos no
en realidad haya sido el de la tranquilidad y el de la e.speranza. tienes una palabra de admiración la inmensidad de ese firma-
Este magistrado, desempeñando dignamente el principal deber de mento, que derrama á torrentes el deleite, no te envía á tí sino un
¡

su ministerio, ha limitado la acción del Gobierno dentro del círculo siuspiro !

de sus atribuciones, y desde entonces no se vió en los partidos sino


opiniones,, y entre los'venezolanos más que individuos de una mis-
ma familia. La conducta de Páez y el influjo de .su administración
legal han desarmado los odios, y echado la reconciliación general,
fijando la primera base de la estabilidad de nuestras instituciones
en la unión de todos los venezolanos. La República ha sido feliz y Escucha el murmullo de ese arroyo. Nace de entre el bosque
puede asegurarse que no hay uno que al terminar el primer perío- inmediato para dilatarse algunas horas en ese lago de aguas claras
do constitucional, no contemple al hombre á quien distinguió la y serenas y perderse después entre las flores. Ese raudal es una
guerra, al ministro de la paz, al héroe de la concordia. En medio imagen tuya las sombras del amor te protejieron en la infancia
:
:

de dificultades, de incertidumbres y peligros, él ha trillado la .sen- tu bella alma, como ese lago, refleja el cielo en su pureza
y flores
da que deben seguir sus suce.sores en todos tiempos, y principal- brotarán á tu paso y trazarán sobre la tierra tu camino. Mi voz,
mente en cualquier conflicto, porque él prueba que en toda circuns- demasiado áspera para tus oídos, no puede consolarte háblente :

tancia la fuerza del Gobierno no. consiste tanto en la extensión de en su lenguaje mi,sterioso las armonías interminables de esa alegre
sus facultades, como en el uso económico y acertado de las que les corriente. Oye ella se desliza entre saludos mil á sus orillas
están concedidas. Páez ha tenido, por fin, la fortuna de ser hasta para detenerse extasiada y silenciosa reflejando en su seno las es-
ahora el único que entre nosotros de.sciencle sin azares del primer trellas ella te promete una felicidad como la suya
;
y te invita á
puesto, cumpliendo la ley que le colocó en él. El desprendimiento continuar la vida sin que asome á tu frente la tristeza, ¿ También
de este esclarecido ciudadano es hoy su mérito más eminente, ese arroyo te hace mal ? ¿ vuelves el rostro ? ¿ suspiras ? . . .

porque ha puesto fuera de controversia la aplicación del principio


republicano de la América e.spañola. Señores, yo no puedo conti- ¿ Qué peso de
dolor inexplicable oprime tu alma virginal?
nuar. Vuestra presencia, ciudadano General, cierra ya mis labios.
La muerte no ha arrebatado de junto á tí ninguno de los que te
Temo que una sospecha que no merezco, quite á mis sentimientos aman la desgracia no ha pasado nunca los umbrales de tu hogar
;
;

los días han espirado unos tras otros dejándote para adornar tu
lo que los hace dignos de vos y de los que me han obligado' á emi-
frente el más puro de sus rayos tus recuerdos son bellos como
tirlos. No he dicho más que lo que he oído á otros, lo que nadie esperanzas y tus esperanzas podrían formar un cielo á la más aérea
;

puede poner en duda y lo que me atrevo á llamar el juicio anticipa-


do de la posteridad. Concluyo, señores, proponiendo que celebre-
fantasía. Mira esos campos alumbrados por esa luz mágica que
sobretodo tiende sus velos de diafanidad encantadores los ánge-
mos los importantes servicios que eu la guerra y en la paz ha ;

tributado á la patria el ilustre Páez.


les los aceptarían por patria eso es el mundo para tí. No me ;

oyes tu cabeza, un momento suspendida, vuelve á reclinarse so-


;

bre tu mano de alabastro tu pecho, lleno de juventud, se abate


;

ausente de su entusiasmo, como la vela abandonada por el viento,


y parece haber exhalado toda su respiración en un suspiro !

T^Taiicla y Foiite, FTaiicisco.


EL PRIMER SUSPIRO
¿ Eres un arcángel que sueñas acaso con tu cielo ? Arreba-
tado, en medio de tu vuelo, de las regiones de lo alto, pides á Dios
¿ No sientes que es más hermoso
Solo el silencio testigo tal vez que te devuelva tus alas ?
Ha de ser de mi tormento, vivir entre las aflicciones de aquí abajo, cuando una misión sa-
Y aún no cabe lo que siento grada nos da el poder, que recibiste tú, de enjugar ardientes lá-
En todo lo que no digo.
grimas y endulzar el dolor mismo? Eres mujer, tu corazón es
Calderón. una arca santa de ternura en que se encierra un tesoro de virtudes
celestiales alza la frente el mundo es bello porque habitan en
:
;

Inocente virgen, quéteaflije? ¿Porqué brilla una lágrima él .seres divinos que se parecen á tí la existencia, desde el naci- ;

en tus ojos abatidos ? Ayer rizabas tu negra y reluciente cabellera, miento hasta la muerte, os debe sus días de felicidad, la re.signa-
radiante la frente de esplendores y llenos los labios de sonrisas ción, la esperanza, el olvido del pe.sar. ¿ Por qué abatirte, por qué
¿ por qué inclinas ahora la cabeza, como si fuese un peso su her- buscar la soledad para derramar en ella, en suspiros que así te rin-
mosura, y descuidadas de.scienden por tu seno las trenzas de tus den, lo más precioso de tu vida ? Hablas? Ya te escucho com- ;

cabellos? Las melodías de una música seductora animan las dan- prendo ahora tus tristezas. ¿ Lloras, porque amas demasiado iodo
. .

zas en la sala del festín ¿ porqué tu corazón no palpita de entu-


: lo que te rodea f ¿ Llamas la .soledad por compañera, porque C7i
. . .

siasmo y apartada de tus amigas buscas la soledad ? Tú no lo medio de todos Uis amores, aun se halla tu alma demasiado sola ? . . .

sabes y al preguntárselo á tu alma .se hace tu tristeza más profun- \hrgen encantadora, yo te prometo por existencia un paraíso en
da y sólo me respondes con un suspiro nombre de tu sensibilidad angelical y por premio de ese suspiro.
F. ARANDA, F. ARANDA Y PONTE, B. A. DE ARMAS Y P. ARISMENDI BRITO

lentos, se destacaban las viviendas de los bañistas, compañeros en


la temporada, recordando la época de la conquista, en que las vír-
Como tú, se inclina también la rosa en su primer mañana bajo genes americanas eran el verdadero tipo de la inocencia, semejan-
el peso del rocío, pero mira hay siempre un rayo de sol que as-
:
;
do frescos botones de rosa purpurina en el colorido de las mejillas,
pira amante sus lágrimas y que, realzando sus encantos, ilumina y guaduales pimpollados en los primeros meses de la vida.
su hermosura y le devuelve su vigor alguna nube fugaz puede Las nieblas de la mañana cubrían los ventisqueros de la serra-
;

empañar un instante la faz risueña de esa luna, pero qué importa, nía, ocultándose en forma de nubecillas en las hondonadas déla
si basta el menor soplo del viento para disipar la negra sombra
montaña, como esquivas damiselas enamoradas, al sentir el agota-
y miento en las caricias de la Aurora, al a.somarse majestuoso é
restituirle su esplendor ? Una hoja seca, desprendida de un árbol
de sus orillas, ha borrado las estrellas en el cristal de esa fuente, :
imponente el Astro-Rey, aunque éste .se decidiera, en sus prefe-
pero no ves ? Al tranquilizar su seno, brilla más bello el firma- :

rencias, por acariciar completamente con su luz vivificadora, á la


mento en el fondo de sus aguas. Seca ese llanto sin camsa serena, ;
bellísima salineta situada entre la orilla del Océano y la parte
niña, tu hermosa alma estrellas mil tiene tu vida
;
montuo.sa de la costa, en esta parte de Barcelona, dándole á aque-
:
y hay más ra- lla el aspecto de un llano blanquecino, con refracciones atmosfé-
5’os de luz en tu mañana y auras de amor en tu cielo, que lágrimas
pudieron inundar tu dulce rostro, al rendir el corazón en un ricas de todos los objetos cercanos, entre los que se destacan los
suspiro. cerros, el agua, una faja de raquítica vegetación en la ribera, co-
coteros y la población del Hatillo, la de mejores condiciones hi-
giénicas de nuestra patria, para .ser su primera estación de baños
de mar.
El semi-círculo del Norte lo ocupa angosto, imponente Atlán-
A-Dmas, Blanca Aiig-élica de. tico: ya rizado y tranquilo, ó encapotado
y dengoso como irascible
'
anciano, ó bien como dueño exclusivo del planeta, colérico
y
avaro. No ob-stante, muéstrase generoso con todos los barqui-
ACUARELA chuelos quelo recorren, semejantes á vagabundas gaviotas ó dioses
mitológicos marinos, en sus diarias peregrinaciones.
Lo descrito, á vuela pluma, y que contemplé diariamente desde
X. ^ so:x-soL^ una pequeña altura, en los Baños de Purguey, en los meses que
permanecí allí, hace que recuerde con placer el grandioso pano-
rama en el cual campean aunados la bella imponencia de la mon-
taña y los encantos que presenta la poética vista del mar.
La luz crepuscular, precursora de la noche, le daba á La Pal-
mita, (*) sus postreros besos de despedida.
En las lometas cercanas se percibían los ganaderos conducien-
do las vacadas al corral, sugestionadas con sentidas cantinelas,
que le son peculiares á los llaneros en esa clase de trabajos.
En el roble corpulento y otros árboles de la casa, se querella- EViMsiTieiicili BiMto, Beclx*o.
ban los tordos, el chicolé y otros agradables cantores, fieles com-
pañeros de aquella alameda que los guarece cariñosa
y estimula en
sus cuitas alegres.
Los ajusteros de la roza regresaban por el camino del Norte,
ULTIMALUZ
i

silenciosos, pero contentos de haber dejado en tierra hasta '

los cei- I
bos gigantescos del talado monte.
Las nubes nacaradas, de púrpura y como copos de nieve, en
alegórico conjunto, pre.sentaban en nuestro cielo aspecto de cor- En la falda del Avila gigante.
tinaje en la alcoba del a.stro— rey, completando el dosel
empíreo Del Anauco pausado á los rumores.
un cielo azul, como el de Andalucía, tachonado con estrellas bri-
Abre una flor la córola fragante
lladoras que asomaban pudorosas. Mal escondida entre las otras flores.
'

Momentos después el manto de la noche cubrió Sin nombre, sin historia en la pureza
ia llanura. ;

Los seres que demostraban alegría y tanta actividad, cedieron, Su vanidad cifrando y su contento.
vaporosos, como absortos antela grandio.sidad, en tales horas, dé En vano el sol denuncia su belleza
las leyes del Universo. Y el aire se embalsama con su aliento.
La perínclita madre natura engalanóse con los atavíos soño-
lientos é hizo imperar de augusta manera el silencio.
Flor de los cielos Quien la vista encanta.
!
^

Pero no obstante, alguien se sustrajo de aquella influencia, Espiando cómo en la penumbra asoma.
demostrando evidentemente que se sentía impresionada con el es- Siente hecho el corazón un arca santa
pectáculo la Soy—sola.

Su cauto cadencioso y sentido conver-
Que guarda sus colores y su aroma.
giendo desde los bosques lejanos que limitan la .sabana
sir\'en de residencia, oyéndolo aun en mi alcoba
y que le Un día la vi ; su padre sonreído
en hora avanzada Afanoso del sol la defendía,
de la noche, me sirvió de testimonio fiel para creer que
se entrega
ala misma contemplación que me retuvo en esa tarde por algunas
Y sin saber por qué yo enternecido
Tal sonrisa y afán agradecía.
horas abstraída. De allí el cariño con que siempre he distinguido
a la Soy-sola. ^
Otra vez en el templo ruborosa.
Medio oculta entre gasas y entre cintas
La vi y la amé como amaría á una rosa.
Por extasiar los ojos en sus tintas.
ACUARELA
Por perseguir su aroma en el ambiente,
Y en memoria atesorar constante
la
La imagen de su córola ríente.
Vista, amada, y perdida en un instante.

Los de agua que bajaban por los cauces pedregosos de


hilillos II
a montana, murmuraban en
el silencio de la noche, proporcionán-
casita pajiza de la ribera, íntimas satisfacciones;
arboleda, en los momentos en que el viento y la
la movía, daba sentidos
Y ¿cómo no amarla, cómo?
silvosy quejumbro.sas lamentaciones, ó bien Cuando su cándida frente
ruidos estridentes Dice todo
desapacibles, que hacían recojer el ánimo lo inocente
y pensar en las fieras Que es su virgen corazón
dominadoras del bosque. ?

Acá y allá, en los pequeños claros, al alirigo de árboles


corpu- Cuando la luz de sus ojos
Germinar hace en el alma
el Oriente del Guárico, 'entre Zaraza, .Santa María de Algo así como la calma
ipire y ¡Li Chaparro, en la cual residía la .autora.
Que surge de la oración.
14 ANTOLOGIA GENERAL

Cuando con sus dos mejillas, Huésped cruel que las córolas tempranas
Do leve carmín bañadas, En desgarrar se place,
Dos rosas aún no tocadas Y su botín de miel y aromas hace
Que guarda inquieto el pudor. Saqueando las más puras y galanas :

Cuando en sus purpúreos labios. Si fuera él, ni en lirios ni en claveles


Que la austera virtud sella. Tales goces buscara ;

Se cree ver casi la huella Sino en las bellas rosas de tu cara,


De un ósculo del Creador. O en esos labios, como dulces, crueles.
Cuando lento y compasado
II
Ondea su casto seno
A los reclamos ajeno
De la alegre juventud. Si fuera la voluble mariposa
Que, en la fresca mañana.
Sí, ¿cómo no amarla, cómo?
Sus alas de oro, de azabache y grana
Cuando en torno á su figura
Sobre una y otra flor confiada po.sa
Respirase la más pura ;

Aura de amor y virtud ? Y hallando al cabo, indigno de su amor


Cuanto brilla en el suelo.
III Ama la ardiente luz que llueve el cielo
Y va á morir, bebiendo su esplendor
Oh fantasma de amor soñado un día
!

Si fuera ella por cierto no tuviera


Y en mi triste orfandad pedido al cielo, Tan míseros antojos.
;

¿ Por qué burlaste la esperanza mía ? Cuando en tus negros y .serenos ojos
¿ Por qué tan tarde descender al suelo ? Abrasado de amor arder pudiera.
Cuántas veces, perdido caminante,
Al oír en la choza no lejana
El ladrido del perro vigilante.
Cazando, esperé verte como Diana.
LECCION DE FLORES
Cuántas, dormido del nativo río,
Y su ribera en la esmaltada alfombra.
Tendí los brazos y estreché el vacío.
Corriendo al despertar tras de tu sombra. Aun es niña mas lucha ya indecisa
;

La uventud con su infantil candor,


j
Cuántas, mirando las nevadas blondas Y florecen sus labios con la risa,
Que prende al mar la brisa resonante. Y el seno con las ansias del amor.
Espié tu aparición de entre las ondas
Cándida, bella, de pudor temblante. Ayer por el jardín indiferente
Discurría, sus sueños repasando ;

Y cuántas, en la noche, ver la estrella al


Y en vano con los rizos de su frente
Cruzar el cielo en descendente lampo. Entre aromas jugaba el aire blando.
Llegué á creer que bajarías en ella
Y á mi lado, en mi silla, te abrí campo. Las fuentes requebrábanla sencillas.
La incensaban meciéndose las rosas,
Hoy,el prestigio juvenil deshecho. Y, fingiendo engañarse, en sus mejillas
De nieve se corona mi cabeza :
Venían á aletear las mariposas.
Y no hay amor bastante dentro el pecho
Para galardonar tanta belleza. En vano y los cocuyos en acecho.
!

Frustrado el brillo de sus galas vían,


el aroma del incienso queda
Solo Y los tempranos lirios su despecho
En templo sin Dios, sin esplendores
el ;
Anegados en lágrimas vendían.
Y en ruinas está el ara, sin que pueda
Nadie ofrendar ni víctimas ni flores. Ah que un capullo, de su edad reflejo,
!

Ve niña en una rama erguido,


al fin la
Huye, visión hermosa ¿ quién tu frente ;
Y anhelando mirarse en tal espejo,
Podría besar, sino llevando amante Al inclinar la flor, lanza un gemido.
De una donosa juventud riente
La corona de hechizos, centellante ? Su madre, que lo clama riente
vé, :

Cuánto enseñan las Angelina


flores, !

Huye mi pecho á su pesar sereno,


:

¿ Cómo podrá borrarse de tu mente


Vé que aviva tu rostro peregrino. Que cada vanidad guarda una espina ?
Con una ansia final de amor terreno.
La dulce presunción de otro divino.

Y si te ama ó si te adora,
no sabe
Y pida amor, ó bien sencillo
si te
Ore á tus plantas de ángel, cual se ora LUZ DELA SOMBRA
Ante un cuadro de Dolce ó de Murillo.
Que, cuando incierta el ánima así j^erra.
Te cree la virgen, en su vago anhelo. Los esplendores del cielo
De la postrer pasión aquí en la tierra, Va sorbiendo el horizonte,
Y del primer amor allá en el cielo. Y sobre el llano y el monte
Tiende la noche su velo.
El orbe se entenebrece.
Mas para el alma que guía
MADRIGALES La fe á su Dios, nuevo día
De entre la sombra amanece.
I

Ah si yo fuera el colibrí e.smaltado


!
Y bajo el negro capuz.
De brillantes colores. Sin sol que les cause enojos,
Dardo de luz rehilando entre las flores Logran nuestros claros ojos
Que el manto bordan del ameno prado. Ver al fin la mejor luz ;
— ; ::

P. ARISMENDI BRITO Y DR. P. J. AROCHA 15

Que cada objeto que encierra Sobre ellas tiende fada benigna
El universo, así en calma, Velo lijero de gasa azul.
Presenta asidero al alma Cuando contempla la virgen índica
Para alzarse de la tierra. Del .sol poniente la última luz.

Maripo.sas de topacio. Y el amigo de los ausentes


astro
Que convulsas aletean. Cruza espacio con majestad,
el
Las estrellas centellean Y, cariñoso, sus rayos débiles
Prendidas en el espacio. Va proyectando sobre el raudal.
Y al ver tal agitación
Esa es Guayayia, la flor preciada
Nuestros ojos que aman, las
Del paraíso que halló Colón,
Las fingen manos que llaman
Flor que acarician auras balsámicas.
A la cele.stial mansión.
Rica de galas y de e.splendor.

Fiada en que nadie la ve.


Guayana tiene los caneleros
La ñor, con franca sonrisa,
Y terebintos del Indostán,
Por dar el seno á la brisa.
Cuyos perfumes difunde el céfiro
Rasgó su verde corsé.
Sobrela espuma del ancho mar.
Si gala especial del suelo
Entonces se la presume. La flor que crece junto á Basora,
El alma tras su perfume Todas las fieras que hay en Tibet,
Vuela, camino del cielo. Aves que pueblan la tibia atmósfera
Que no las cuenta Coromandel
Querellándose .sencilla,
O bullidora y ríente. Sira, el horrible numen del Ganges,
Nos llama la clara fuente De las venganzas genio infeliz.
A meditar en su orilla. No hubo pagodas, cerca las márgenes
Siempre Caroní
floridas del
Y al inquirir quién la voz
Le ha dado y el movimiento.
Porque en Guayana, bajo la sombra
En su fondo, el firmamento
Del platanero 3^ el morichal.
Copiado, contesta : Dios !

El indio altares levanta, idólatra,


Al Dios benigno Pachacamac.
Ya del silencio profundo
Brotar .se oye en la floresta
Por eso lanza con preferencia
La voz del ave modesta
Que espía el sueño del mundo. La lumbre pura fulgente luz.
Sobre esa rica porción de América
Y
á quién esa cantinela Que baña la onda del mar azul
Alza el ave melodiosa?
No es al hombre, que reposa, Y canta al suave compás del remo
Es á Aquél que siempre vela. Sus barcarolas el pescador.
Cuando la aurora levanta espléndido
Ah ! sí :
por todo camino De grana y oro su pabellón.
Que en la oscuridad hagamos
Es seguro que encontramos
Al término algo divino. II

Que de la luz siempre en pos


Nuestra alma, cuando anochece, Niña, la de los ojos
Siente que su tino crece De azul reflejo.
Para hallar y ver á Dios. Que pisas sobre alfombras
De terciopelo.
Deja la alcoba
Y oye por un instante
Y^roclaa, doctoi^ P*al:>lo J osé- Mi barcarola.

Mi barquilla varada
LOS PIRAGÜEROS Dejé en la arena
Por venir á cantarte
á 111 i a in i g o Ij ti i s IP é !• e z. Cabe tu reja,
P'lorperegrina.
Que creces á la margen
Del Tacarigua.
I

A.SÍ le canta el indio


En los confines de Venezuela De la Guayana
Hay una rica, vasta región. Cuando del Orinoco
Llamada un día — Perla de América— Surca las aguas,
Por el altivo conquistador. O por la tarde
Cuando cruza los bosques
Por sobre arenas de oro, su curso De morichales :

Entre las selvas lleva un raudal.


El Orinoco, que se hunde túrbido
En las cerúleas ondas del mar.
— «Arriba, piragüeros !

Suelta la marra !

Que ya vienen las brisas


Son las que plácidas
vi.sten, .selvas. De la mañana ;

Manto de rica vegetación. Y la ribera


Del nuevo mundo las más poéticas. Debe, mientras que corren.
Las más hermosas que alumbra el sol. Quedar desierta.
i6 ANTOLOGIA GENERAL

Cuando en medio del río Son para tí, si dejas.


Nos encontremos, Por mi Guaj'ana,
Y de nuestras cabañas Los aires perfumados
Lejos, muy lejos. Del Guacamaya
Anzuelo y redes Por mi barquilla.
Largaremos al fondo Los lirios y las juncias
De la corriente. Del Tacarigua.

vSi fortuna colma


la
Nuestros deseos.
La pesca en Angostura BARCAROLA
Negociaremos,
Y nuestras indias A mi pesquero, tiende, paloma.
Tendrán, con el producto, Las blancas alas, que ya en Oriente
Cuentas y cintas. Se ve la luz.
Deja la enhie.sta nativa loma,
En laciudad que besan. Y echemos juntos la ancha corriente
Murmuradoras, Del lago azul.
Del plácido Orinoco Sereno está
Túrbidas ondas. La amarra suelta el remo —
El bla?iro duerme Listo á bogar.
Sobre colchón de plumas
Y ricas pieles.
La brisa tenue que riza el agua
Va murmurando la tierna hi.storia
De nuestro amor
Esclavo mi.serable Sólo tú faltas en mi piragua.
De sus riquezas. De mi esperanza luz ilusoria,
Su Dios son las muieres Blanca visión.
Blancas y l)ellas. El lago está
En cuyas
sienes Sereno como tu alma.
Imprimen sus lascivos Ven á bogar.
Labios ardientes.
Cuando la sombra cierra callada
Las riquezas del indio Y
Héspero, bello, por sobre el mundo
Son su piragua ;
Se deja ver,
Su amor, la india que cuida Sobre la borda medio inclinada
De la cabaña Me repetías mi amor profundo
:

Sus ambiciones. Para tí es ;

El chinchorro de plumas Pero bogad.


De mil colores. Que puede sorprendernos
La tempe.stad.
Y es más mil veces
feliz
Desde tu nido de hojas de aroma
Eu sus pesqueros A mi piragua donde me quedo
Que esas gentes que habitan
Pensando en tí.
Allá, en los pueblos
Tiende las alas, blanca paloma
Ricos palacios,
De mis amores, que ya no puedo
Y .son de las pasiones Sin tí vivir
Tristes esclavos. ;

Meciendo está
La brisa mi piragua.
Si entre las ondas se alza Ven á bogar.
Cruda tormenta
Y nos arroja náufragos Mas tú no me amas como solías ;

A la ribera, En mi pesquero la negra bruma


i Qué nos importa. Cayendo está.
Si en la playa tenemos Así como ella correnmis días
Indias y chozas ? Que tu promesa fue como espuma
Que azota el mar.
Arriba, piragüeros !
Remos bajad.!

Larga la vela Que la onda del olvido


Que ya soplan del norte Pasando va
Las brisas frescas.
Al remo, listos
Y echemos la corriente
Del ancho río.« A.rvelo, J osé Antonio.
III

Niña de ojos azules. Aís-A/E YT LzPs. FLOP2.


Cuello de nieve.
Que entre almohadas de plumas
Tranquila duermes,
Deja la alcoba A Inés
Y 03'e por un momento
Mi barcarola.

La reina de las flores.


Allá, en el Orinoco
La rosa más galana,
Tengo piraguas Mo.straba una mañana
Con tu Hombreen la popa
Su cáliz virgiñal
Grabado en nácar Yeu tanto qne esparcían
KÍO.SCOS amenos
Los céfiros su aroma.
Que perfuman las flores Se oyó de una paloma
Del canelero.
El plácido arrullar.
: !

'

RAFAEL ARVELO Y RAFAEL M. BARALT 17

La flor siguió exhalando —


Madre mía ! En cada oculto giro.
Perfume grato y suave ; Tus iras encadena : Con sed de sangre insana.
La vio y amóla el ave Diosa de la hermosiu'a El infernal Vampiro
Con célica pasión. Te aclaman Cielo y Tierra ;
Diezma la especie humana ;

Felice desde entonces Y yo al abrir mis ojos Tú puedes libertarla


El ave enamorada, Hoy por lavez primera. De tan fiero enemigo.
De su fragante amada He visto y adorado Porque, Reina del cielo.
Giraba en derredor. A la mujer más bella : El Señor es contigo.
Pero llegó la tarde,
Que ella eras tú creía ;

Y el ave ya impaciente. Y i
quién no lo creyera !
Eleva, Madre tierna.
Ahora mismo te miro, Nuestra contrita prez
Quiso besar la riente
Corola de la flor.
Y pieiLSO que eres ella A la man.sión eterna
¡
Aycuando ver creía
!

— Perverso rapazuelo. Del soberano Juez


Su sed de amor calmada. Tú del amor divino
Huyó desatinada. Que así me lisonjeas. Alcanzas cuanto quieres :

Punzado el corazón. Dijo Venus : recoge Hija, madre y e.spqsa.


Tus armas y tu venda ; De Dios bendita eres.
Al besar á la altiva Y á e.sa gentil criatura
Reina de la pradera. La manzana presenta
Espina traicionera La luna y las estrellas.
Que recibí de París El sol que alumbra el día.
Rasgó su pecho fiel. En la montaña Idea.
Inés, yo soy el ave
Son sólo cifras bellas
;
Escrito su destino. De tu nombre, María,
Tú eres la flor divina, El áurea poma lleva
Y la traidora espina
:
Grabadas en el Cielo
«Para la más hermosa,» Por el Sér de los seres,
Tu indiferencia es. Y yo la cedo á Elena. De.sde que su elegida
Fui.ste entre l.as mujeres

A-lávelo, Rafael. A probar la vedada


Manzana del delito
AVE MARIA Fue la mujer llevada
Por el Dragón maldito
EN EL ALBUM DE ELENA
;

Mas hoy la planta oprime


Al enemigo astuto,
Rodaba triste el mundo. Y eres árbol de vida
De Dios abandonado, Y BENDITO ES EL FRUTO.
Cediendo dulce ruego
al Sorprendió al niño alado. Al lóbrego y profundo
De la divina Elena, En retozos y fiestas. Abismo del pecado.
TÚ, en fin, eres. Señora,
El Amor, de sus ojos. Imprimiendo sus labios Cuando brilló la aurora
El arca de la alianza
Dejó caer la venda En los labios de Elena Del venturoso día. ;

Y al ver aquel prodigio


;
; De tí el mortal implora
Y exclamó enfurecida En que te dijo el Angel :

Consuelo y esperanza.
De gracia y de belleza. Oh qué traición, qué afrenta Dios te salve María !
! !
Pues de tí vino al mundo
Tributó á sus encantos Mi hijo, el que á los hombres,
Propiciatoria ofrenda
La paz, la fe, la luz.
: Subyirga con mi fuerza : Hoy que adora,
el cielo te Cuando nació á .salvarnos.
Rindióla el arco de oro. El que á los seres todos Detén, Virgen clemente, De tu vientre, Jesús.
El aljaba y las flechas, A .su poder sujeta, La diestra vengadora
Y aspiró á sus caricias. Y cuyas dulces leyes De Dios omnipotente.
Prosternado ante ella. En el Olimpo imperan, Quebranta la cabeza
A una mortal humilla
.se ;
Al Leviatán del Asia,
Lo cierto es que celosa A una mortal entrega Pues para obrar portentos
La altiva Citerea, Sus dardos. . . . !
I

I
Llena eres de gracia.

Baralt, Rafael M. Y abriéndose camino


Del no surcado mar por la onda brava,
¿ Por qué ciega y sin tino.
Del pérfido elemento vil e.sclava,
A CRISTOBAL COLON La prora inclina á donde el .sol acaba ?
Al señor F, Foming:o del Monto.
¿No ves cómo á la nave
Desconocidos vientos mueven guerra ?

¿Cómo, medrosa el ave.


Venient .annis srecula seris. Con triste augurio que su vuelo encierra,
Quibus Oceanus vincula rerum Al nido torna de la dulce tierra ?
Laxet et ingenspateat tellus
La aguja salvadora.
Thetisque noves detegat orbes
Que el rumbo enseña y que á la costa guía,
Nec sit terris ultima Thule.
¿No ves cómo á deshora
(Senkca, Medca.)
Del Norte amigo y firme .se desvía,
Yá Dios y á la ventura el leño fía ?
Tu frágil carabela Y el piélago elevado
Sobre las aguas con tremante quilla, ¿No ves al Ecuador, y cuál parece
Desplegada la vela, Oponerse irritado
¿Dó se lanza llevando de Castilla A la ardua empre.sa ; y cuál su furia crece ;
La venerada enseña sin mancilla ? Y el sol cómo entre nublos se oscurece?
3
ANTOLOGIA GENERAL

¡
Ay !
que el aire inflama No el que bu.scas ansioso.
De alígeras centellas lluvia ardiente : Mundo perdido en tártaras regiones ;

i
Ay abismo brama
!
que el ;
Mundo nuevo, coloso
Y el trueno zumba y el bajel tremente ;
De los mundos, sin par en perfecciones.
Cruge, y restalla, y sucumbir se siente. De innumerables climas 3’ naciones.

Acude, que ya toca De ambos polos vecino


Sin lonas y sin jarcia el frágil leño Entre cien mares que á su pie quebranta
En la cercana roca ;
El Ande peregrino.
Mira el encono y el adusto ceño Cuando hasta el cielo con soberbia planta
De la chusma sin fe contra tu empeño ; Entre nubes 3" ra3’cs se levanta.

Y cuál su vocería Allí raudo, e.spunioso,


Al suena 3' cómo, en miedo y saña
cielo ;
Re3' de los otros ríos, .se arrebata
Creciendo, y agonía. Marañón caudaloso
Con tumulto y terror la tierra extraña Con crespas ondas de luciente plata,
Pide que dejes por volver á España ! Y en el seno de Atlante se dilata.

i
Ay triste !
que arra.strado De la altiva palmera
De pérfida esperanza, al indo suelo En la gallarda copa dulce e.spira
Remoto y olvidado, Perenne primavera ;

Quieres llevar flamígero tu vuelo ! Y el cóndor gigante.sco fijo ríiira


¿Noves contrarioel mar, el hombre, el cielo? Al almo sol, y entre sus fuegos gira.
La
perla reluciente Allí fieros volcanes
Y el oro del Japón buscas en vano ;
Emulo al ancho mar lago sonoro ;

En vano á Mangi ardiente ;


Tormentas, huracanes
Ni de las hondas aguas de Océano Son árboles 3' piedras un tesoro,
Jamás verás patente el grande arcano. Los montes plata 3' las arenas oro.
Vuelve presto la prora ¿Qué tardas? Lléva á Europa
Al de Hesperia feliz, seguro puerto. De tamaño portento alta presea !

Donde del nauta llora, Hiera céfiro en popa,


Juzgándole quizá cadáver yerto, 0 rudo vendaval, que pronto sea.
La inconsolable madre el hado incierto ! Y absorto el orbe tu victoria vea !

Engañosa sirena El piélago sonante


Vanamente el error cante en su lira : Abrirá sus abismos sorda al ruego :

j
Colón
cláva la entena !
;
La nube fulminante
Corre, vuéla no atrás, avante mira ;
;
Su terrífica voz lanzará luégo,
Al remo no des paz no temas ira ;
! Y tinieblas, y horror, y Ihrvia, 3' fuego.
Y aunque fiero, atronado Y del mar al bramido
Ruj a el mar, clame el hombre y brame el viento Unirá contra la envidia artera tí

En furia desatado. Su ronco horrible aullido.


Resista el corazón, 3^ al rudo acento Piloto sin ventura
1 ¿á qué ribera !

De sus pinos aviva el movimiento ! Llegará tu bajel en su carrera ?

Por la fe conducido. ¿ Qué


será de tu gloria?
Puesta la tierra en estupor profundo. Tu nombre, entre las gentes difamado,
De frágil tabla asido. ¿ Morirá sin memoria ?
Tras largo afán 3" esfuerzo sin .segundo O tal vez de las ondas libertado,
Así das gloria á Dios 3' á España un mundo. ¿ Por tu empresa un rival
será premiado?

j
Oh noble, oh claro día Todo será el delirio :
'

De ínclita hazaña 3- la ma3’or victoria De pérfido anhelar que vence, 3' llora
De la humana osadía. Gozo, gloria, martirio ;

En fama excelso, sin igual en gloria. Cadena vil y palma triunfadora ;

Eterno de la gente en la memoria ! Cuanto el hombre aborrece y cuanto adora.


El la tostada arena Mas ¿ qué á tu fe del viento.
Te vió, sabio ligur, mojar en llanto. Del rayo y crudos azares ?
la traición
De asombro el alma llena, Levanta pensamiento,
el
Y en voz de amor y de alabanza en canto. ¡
Elegido de Dios hiende los mares !

Entonar de David el himno santo ;


Y con nombre inmortal pisa tus lares !

De Cristo el alto nombre No Argos más gloriosa


Aclamar triunfador entre la gente, Llevó á Tesalia el áureo vellocino
Y un culto dar al hombre De Coicos la famosa.
Desde el gélido mar 3" rojo Oriente Ni, de Palas guiada, eu el Euxino
Al confín apartado de Occidente ;
Con esfuerzo mayor se abrió camino.
Y bandera la .sacra De gente alborozada
Que nuevo Dios y uuevo rey pregona, Hierve ondeando el puerto, el monte, el llano.

Al viento dar ligera Cual en tierra labrada


Del astro de los Incas en la zona. Mece la blonda espiga en el verano
Astro luégo de Iberia y su corona. Con rudo soplo cálido solano.
La veleidosa plebe. Y de ella sale un grito
Humillada á tus pies, en plau.so ahora De asombro 3- de placer que al mar trasciende
Al cielo el grito mueve ;
Con ímpetu inaudito ;

Y el que del sol en las regiones mora, ¡


Colón exclama 3’ los espacios hiende,
!

Angel te llama 3' como Dios te adora. Al polo alcanza, hasta el empíreo asciende.
¡
Qué humana fantasía Del incógnito clima
Dirá tu pasmo, 3’ cuánto el pecho encierra ¡
Oh
rey de Lusitania los portentos !

De orgullo 3' de alegría ! Y la mies áurea, opima.


Trocada en dulce paz, vé aquí la guerra ;
Llorando el corazón rudos tormentos.
Cual divina visión, allí la tierra. Airados ven tus ojos, y avarientos.
;

RAFAEL M. BARALT Y ANGEL FELIX BARBERII 19

De tí y de tus iguales, I3ai"l9er*ii, Y^iig-el Félix.


El auglio poderoso, el galo fuerte,
A las plantas reales
Un mundo no y excelsa suerte.
ofreció,
¿
Del tiempo vencedora y de la muerte ? LA GLORIA DEL LIBERTADOR
Si de Enrique tuvieras
El ánimo preclaro, ajena hazaña
En mal hora no vieras. I
Ni el mar inmenso que la tierra baña
Hacer de entrambos mundos una España. El mundo ab.sorto contempla el vuelo del águila imperial de
Ni á Iberia agradecida, Francia.
Del aurífero Tajo ha.sta Barcino, La conciencia humana se .sentía oprimida por una contradic-
Ofrenda merecida ción inaudita. De aquel espantoso, inmenso cráter, de donde sur-
De incienso y flores, cual á ser divino. gió como una vibración eléctrica, la palabra Libertad, surgió
Rendirle fiel en el triunfal camino. también el conquistador coronado, á quien rindieron tributo asom-
bradas las naciones.
Su esfuerzo .sobrehumano Cerníase por los e.spacios el ave altanera, símbolo de la gloria
Tus joyas, Isabel, trocó en imperios; militar, y el atrevimiento de .su vuelo subyugaba deslumbrando.
Por el 3'a el orbe ufano El genio de la humanidad retrocedió atónito ante el moderno César,
Saluda tu estandarte, y.son hesperios del que, con inconcebible audacia, emprendió el fabulo.so trabajo
Del uno al otro mar los hemisferios. de reconquistar el univer.so, dándole por ba.se la terrorífica unidad
Fernando ¿qué corona
del despotismo. La Europa muda se inclinaba ante él rej-es y ;
!
i
pueblos obedecíanle sumisos.
Al hué.sped de la Rábida guardada
Sus hechos galardona ?
La libertad pa.só como un rayo de luz entre dos tinieblas el ;

Feudali.smo y la Conquista.
¿ Ba.stará tu corona, que empeñada
Con todo .su poder .se vió en Granada?
II
Dilo tú, que en el templo
Vagas inulta en medio á los despojos,
¡
Oh .sombra de alto ejemplo ! Del lado acá del Atlántico no había pueblos. Hallábase como
En cuya mano y .sien miran los ojos perdido entre las brumas de dos mares un vasto territorio, habitado
Grillos por cetro, y por corona abrojos ! por una raza considerada infecunda para la civilización.
La bandera de San Quintín y de Lepanto flameaba orgullo.sa
Mas no á la gran Castilla diciendo á las naciones que desde el Anahuac hasta la Tierra del
El ro.stro vuelvas, ni á Isabel, ceñudo
Fuego, la América era propiedad de aquella monarquía española,
No es .suya la mancilla ;
altiva y fiera, valerosa y déspota, que extendió su dominio por todo
Que á tí fue abrigo cuando más desnudo ; el Univenso.
Al indio madre al africano escudo.
¿ Podía el re.splandor que .se extinguió fugaz en Europa ilumi-
;

Y unirá .su alta gloria nar la tierra americana, nacida bajo el azote de la conquista cruel
A tu gloria la tierra agradecida 3" aleccionada en las durezas del de.spotismo sombrío ?

Con perpetua memoria.


Cuando en el indio suelo, al fin rendida, III
Vigor nuevo recobre y nueva vida.
Que Dios un vasto mundo. pie de la montaña que da sombra al mar Caribe y proteje
Al
Cual de todos compuesto, no formara el donde el man.so Guaire murmurando .serpentea, nace uno
valle
Sin designio profundo; de e.sos hombres cuya frente enciende Dios en fuegos misteriosos.
Ni allí de sus tesoros mue.stra rara Como el gladiador que recorre con mirada .serena el circo donde ha
En cielo y tierras y aguas derramara. de combatir, abraza él con la su3-a el mundo. El mundo está en
Tu alada fantasía, tinieblas en América la Colonia, en Europa la Conquista. Las
:

Al contemplarlo, en el Edén primero maravillas del Despotismo han cegado las almas. Obedeciendo á
Volando .se creía la predestinación de su genio, visita la ciudad del Capitolio, para
;

Y Edén .seráen el tiempo venidero, pedir á su sagrado polvo inspiraciones, 3' las ruinas mismas de la
De la cansada humanidad postrero. ciudad eterna están mudas la sombra de los Emperadores pesa
;

sobre Roma y así, hasta en el horizonte de la Historia, la Repú-


;

Donde busquen asilo blica 3" la Libertad parecen e.scondidas en el más lejano crepúscu-
Hombres y leyes, sociedad y culto, lo ! Duda terrible ! ¿ Qué re.sponderá él al grito de su
Cuando otra vez al filo conciencia que no le habla sino de Libertad y de República ? ¿ Ha-
Pa.sen de la barbarie, en el tumulto brá de llorar desalentado, confe.sándose el juguete de un Dios im-
De un pueblo vengador con fiero insulto. placable que le empuja sin ce.sar hacia horizontes engañosos, cuya
Ay de ellas, las comarcas realidad ha .sido para los pueblos una mentira de.sesperante, como
¡

Viejas en el delito y la mentira para el viajero los mirajes del desierto? No, porque él es déla
:

De pueblos, de monarcas. verdadera estirpe de los héroes y los héroes no tienen lágrimas
;

Cuando el Señor, que torvo ya los mira, sino de fe y de entusia.smo. Como Eneas, que .salvó sus penates
De.scoja el raj'o y .se desate en ira por entre las llamas que devoraban la ciudad de Príamo como ;
!

Ayax, que viendo cara á cara á la muerte, o.só decirle:— « Me .sal-


Por las tendidas mares varé á pesar tuyo ;» como el inspirado genovés que .se rebeló contra
Entonces vagarán, puerto y abrigo, la ciencia de su tiempo para completar el mundo Bolívar huye de :

Paz clamando, y altares ; las tinieblas que le rodean, .se envuelve en las centellas ardientes
Y después de las culpas y el castigo de .su e.spíritu, recuerda la palabra sublime que brotó del Calvario :

Nuevo mundo hallarán cordial y amigo. « Razas de la tierra, libres .sois,« jura ante el Dios que le posee sal-
var el Credo de la Libertad, y darle por templo la vastísima región
1
Colón ! I'll mundo hermo.so
Que de .su .seno á las hinchadas olas
que circundan el Atlántico 3^ el Pacífico.
Arrancaste animo.so,
Coronando de eternas aureolas IV
Las invencibles armas españolas.
Así de polo á polo Un maravillo.so espectáculo .sorprende al Univer.so. Un hom-
Resuena el canto extiende tu renombre ; bre ha osado acometer lo imposible, contrariar el mundo en su
Por los cielos Apolo : camino el mundo marcha sojuzgado por la senda del despotismo
:
;

Y, emblema de virtud y gloria al hombre, y e.se hombre quiere conducirlo á los campos déla libertad. El
De una edad á otra edad lleva tu nombre. despotismo tiene por atleta al más pujante campeón que hayan visto
20 ANTOLOGIA GENERAL

las edades. La Europa está anonadada con los prodigios de su genio. '

Bello, -A-iadvés.
El nuevo gladiador no tiene para oponér.sele más arma que su pa- i

labra, ni otro escudo que su inspiración. Esos dos hombres son |

ambos sobrenaturales ,sou la encarnación de dos ideas que no ca-


;

ben juntas en el ámbito del globo. Su lucha es solemne, porque I A la agricultura de la Zona Tórrida.
ella decide la grancau.sa de la humanidad, que ha venido debatién- !

do.se al través de los .siglos y en esa crisis del bien y del mal, hasta
;

la naturaleza como que .se interesa y combate allá en la fría región :

Salve, fecunda zona.


del Norte, el hielo petrifica los ejércitos acá en los abrasados do- ¡

Que
!

;
al sol enamorado circunscribes
minios del Trópico, la tierra los despedaza con estremecimientos
El vago curso, y cuanto sér se anima
volcánicos. Creeríase que, como en la epopeya del viejo Homero,
En cada vario clima.
hay verdaderamente dio.ses apasionados que han puesto los elemen-
Acariciada de su luz, concibes !

tos al servicio de los hombres.


Tú tejes al verano su guirnalda
¿ Qué
fragor súbito domina los clamores del combate? ¿ Qué De granadas espigas tú la uva :

luz rasga la atmósfera de tormentas que envuelve el mundo? Si- Das á la hirviente cuba ;

lencio !Es que la faz del Universo cambia Esa luz es la e.spada
!
No de pi:rpúrea fruta, ó roja, ó gualda,
de Bolívar que centellea e.se fragor es la caída de los baluartes del
; A tus florestas bellas
despotismo. Los opresores de América huyen, mudos de espanto, Falta matiz alguno y bebe en ellas ;

como huyeron del templo los sacerdotes de la Roma pagana al lucir Aromas mil el viento ;

la aurora del Cristianismo. Y greyes van sin cuento


Paciendo tu verdura, de.sde el llano
V Que tiene por lindero el horizonte.
Hasta el erguido monte.
Deténel vuelo, oh Aguila del Imperio que el Cóndor ameri-
¡
!
De inaccesible nieve .siempre cano.
cano ascendiendo á la región del rayo. No lleva como tú
e.stá Tú das la caña hermo.sa.
cetros y coronasen las garras, sino el magnífico iris que va á servir De do miel .se acendra.
la
de encantado pabellón á los hijos del nuevo mundo y de emblema Por quien de.sdeña el mundo los panales ;

á la fraternidad universal. Tú en urnas de coral cuajas la almendra


¿ No ves
cómo encienden su esplendente hoguera los volcanes, Que en la espumante jicara rebosa ;

se alfombran de flores los campos, un sol deslumbrador refleja sus Bulle carmín viviente en tus nopales.
rayos en horizontes de ópalo y zafir ? ¿No ves los altos montes ca- Que afrenta fuera al múrice de Tiro ;

nos e.stremeciéndose de admiración, y :io escuchas un murmullo Y de tu añil la tinta generosa


misterioso de aguas que corren apresuradas, como hablándose en Emula es de la lumbre del zafiro.
una música de rumores ininteligibles? Eso es la América redimida, El vino es tuyo, que la herida agave (i)
que en el arrebato de su entusiasmo, aclama á su hijo Libertador ¡
!
Para los hijos vierte
Es el triunfo de Bolívar, á quien Dios sublima, porque acaba de Del Anahuac feliz y la hoja es tU5'a, ;

rescatar una verdad que es tesoro, no de una raza, ni de un de pue- Que cuando de süave
blo, sino de todos los pueblos y de todas las razas. Humo en espiras vagarosas hu}’a.
Solazará el fastidio al ocio inerte.
Tú vistes de jazmines
VI El arbu.sto .sabeo (2)
Y el perfume le das, que en los festines
Desciende, oh Aguila conquistadora y ve á repo.sarte herida
¡
! La fiebre insana templará á Lieo.
sobre el árido peñón de Santa Helena. Deja que el Cóndor de la Para tus hijos la procera palma (3)
Libertad cruce sin rival el espacio y dé sombra á los pueblos por Su vario feudo cría,
sobre los cuales ha pa.sado tu vuelo como un soplo terrible Y el ananás sazona su ambrosía.
Cuando el recuerdo de tu amo, el atrevido Corso, aparezca Su blanco pan la yuca, (4)
contigo en la oscura región de las edades, las naciones se agitarán Sus rubias pomas la patata educa,
angustiadas, temiendo que otra vez las fascinen tu fuerza prodigiosa Y algodón despliega al aura leve
el
Las rosas de oro y el vellón de nieve.
y la majestad de tu grandeza.
ave de los Andes, símbolo del genio de Bolívar,
Tendida para ti la fresca parcha (5)
Cuando el
haya penetrado más allá, en la infinita lontananza de la Historia, :
En enramadas de verdor lozano.
Cuelga de sus sarmientos trepadores,
uno y otro hemisferio le saludarán como el Numen benéfico que
Nectáreos globos 3" franjadas flores
vino á realizar promesas inmortales, reviviendo en el Universo la
:

fe de la Libertad que vacilaba.


Y para ti el maíz, jefe altanero
De la espigada tribu, hincha su grano ;

Y para ti el banano (6)


VII Desma3’a al peso de su dulce carga ;

El banano, primero
Embellécete oh Patria¡
Regocíjate y sé dicho.sa bajo la es-
!
'

De cuantos concedió bellos presentes


pléndida corona de tus a.stros rutilantes. Elniño que jugó inocente Providencia á las gentes
con las ninfas del manso Guaire, es uno de esos elegidos de Dios, Del Ecuador feliz con mano larga.
cuyas obras pertenecen al género humano, cuya verdadera patria No ya de humanas artes obligado
es el mundo, cuyo nombre irradia como un sol en la eternidad de El premio rinde opimo :

los tiempos. Pero tuj'a es la gloria de haber reflejado en su alma E.scasa industria bástale, cual puede
la enérgica grandeza de tus maravillas y las claridades de tus lím-
pidos horizontes, en cuya contemplación .se emancipa, audaz, el Maguey ó pita [Ag.-U’E americana L.] queda el pulque. El Autor.)
[1]
pen.samiento. [2] El café es originario de Arabia, y el más estimado en el comercio viene
todavía de aquella parte del Yemen en que estuvo el reino de Sabá, que es cabal-
Atormenta con el cincel al mármol y al bronce, pide al genio
mente donde hoy está Moka. [El Autor.]
que creó el Partenón inspiraciones, y á los Andes sus bases graní- Ninguna familia de vegetales puede competir con las palmas en la variedad
[3]
ticas para levantarle monumentos é iluminarlos con el brillo de tus de productos útiles al hombre pan, leche, vino, aceite, fruta, hortaliza, cera, leña,
;

mil .soles. Cauta orgullosa, canta el himno de su inmortalidad, cuerdas, vestido, etc. [El Autor.]
sin temor de fatigar á la Eama, porque su nombre irá de siglo en |
[4] No se debe confundir [como se ha hecho en un diccionario de grande y
merecida autoridad] la planta de cuya raíz se hace el pan de cazabe [que es la Jatro-
siglo resonando en la memoria de los hombres, hasta que el Crea- |

l'HA manihot de Linneo, conocida ya generalmente en castellano bajo el nombre


dor extienda su mano omnipotente, .sacuda la tierra y la arroje en
los antros del vacío
¡

'
de yuca] con la YuccA de los botánicos. [El. Autor.] —
Este nombre se da en Venezuela á las Pasifloras ó Pasionarias, género
[5]
Y aun después, si en los designios de su mente soberana, estu- abundantísimo en especies, todas bellas y algunas de suavísimos frutos. [E l Autor.]
El banano es el vegetal que principalmente cultivan para sí los esclavos de

viese rehacer el Universo con los fragmentos del planeta despeda- [6]
las plantaciones ó haciendas, y de que sacan mediata ó inmediatamente su subsisten-
zado, aca.so .sobre la cumbre de algún monte, aparecería una roca cia, casi todas las cosasles hacen tolerable la vida.
que Sabido es que el bananal
y
del Chimborazo que conservase impresa la huella de Bolívar. no sólo da, á proporción del terreno que ocupa, más cantidad de alimento que nin-
guna otra siembra ó plantío, sino que de todo? los vegetales alimenticios, éste es el
que pide menos trabajo y menos cuidado. [El Autor.]
; —

ANDRES BELLO 21

Hurtar á sus fatigas mano esclava :


Los que anhelando van tras el señuelo
Crece veloz, y cuando exhausto acaba, Del alto cargo y del honor ruidoso.
Adulta prole en torno le sucede. La gre}' de aduladores parasita,
Mas oh ! si cual no cede Gustosos pueblen ese infecto caos :
i

El tuyo, fértil zona, á suelo alguno, El campo es vuestra herencia en él gozaos. :

Y como de natura esmero ha sido. ¿ Amáis la libertad? El campo habita.

De tu indolente habitador lo fuera !


No allá donde el magnate
O ruido si al falaz
Entre armados satélites se mueve,
i ! i

La dicha al fin supiese verdadera Y de la moda, univer.sal .señora,


Anteponer, que del umbral le llama !
Va la razón al triunfal carro atada,
Del labrador sencillo. Y á la fortuna la insensata plebe,
Lejos del necio y vano Y el noble al aura popular adora.

Fasto, el mentido brillo. ¿ O la virtud amáis ? Ah, que el retiro.¡

El ocio pestilente ciudadano !


La .solitaria calma
¿ Por qué ilusión funesta
En que, juez de sí misma, pasa el alma
Aquellos que fortuna hizo señores A las acciones muestra.
De tan dichosa tierra y pingüe y varia, Es de la vida la mejor maestra !

Al cuidado abandonan ¿Buscáis durables goces,


Y la fe mercenaria Felicidad, cuanta es al hombre dada
Las patrias heredades, Y á su terreno asiento, en que vecina
Y en el ciego tumulto se aprisionan Está la risa al llanto, y siempre, ah siempre ¡
!

De míseras ciudades. Donde halaga la flor, punza la espina ?


Do la ambición proterva Id á gozar la suerte campesina ;

Sopla la llama de civiles bandos, La regalada paz, que ni rencores


O al patriotismo la desidia enerva Al labrador, ni envidias acibaran ;

Do el lujo las costumbres atosiga,


;
La cama que mullida le preparan
Y combaten los vicios El contento, el trabajo, el aire puro
La incauta edad en poderosa liga ?
Y el sabor de los fáciles manjares.
No con varoniles ejercicios
allí
Que dispendiosa gula no le aceda ;

Se endurece el mancebo á la fatiga Y el asilo seguro


Mas la salud estraga en el abrazo
;
De sus patrios hogares
De pérfida hermosura Que á la salud y al regocijo hospeda.
Que pone en almoneda los El aura re.'-pirad de la montaña.
favores
Más pasatiempo e.stinia
;

Que vuelve al cuerpo laso


Prender aleve en casto seno el fuego El perdido vigor, que á la enojosa
De ilícitos amores Vejez retarda el paso,
O embebecido le hallará la aurora Y el rostro á la beldad tiñe de rosa.
En me.sa infame de ruinoso juego. ¿ Es allí menos blanda por ventura

En tanto á la lisonja .seductora De amor la llama, que templó el recato ?

Del asiduo amador fácil oído ¿ O menos aficiona la hermosura


Da la consorte crece Que de extranjero ornato
Y
:

En la materna escuela no se cura?


afeites impostores
De disipación
la el galanteo ¿ Ocorazón escucha indiferente
el

La tierna virgen, y al delito espuela El lenguaje inocente


Es antes el ejemplo que el deseo. Que los afectos sin disfraz expresa,

¿Y será que .se formen de e.se modo Y á la intención ajusta la promesa?


Los ánimos heroicos, denodados. No del espejo al importuno ensa}'0
Que fundan y sustentan los Estados? La risa se compone, el paso, el ge.sto ;

¿ De la algazara del festín beodo,


Ni falta allí carmín al rostro honesto
O de los coros de liviana danza. Que la modestia y la salud colora.
La dura juventud saldrá, mode.sta. Ni la mirada que lanzó al soslaj'O
Orgullo de la patria y esperanza ?
Tímido amor, la senda al alma ignora.
i Esperaréis que forme
¿ Sabrá con firme pulso
De la severa ley regir el freno Más venturosos lazos himeneo,
Brillar en torno aceros homicidas
;

j
Do el interés barata.
En la dudosa
verá sereno lid
Tirano del deseo.
O animo.so hará frente
al genio altivo
;

Ajena mano y fe por nombre ó plata,


Del engreído mando en la tribuna. I
Que de conforme gusto, edad conforme,
Aquél que ya en la cuna ||
V elección libre, y mutuo ardor los ata?
Durmió al arrullo del cantar la.scivo. Allí también deberes
Que riza el pelo, y se unge y se atavía Ha_v que llenar cerrad, cerrad las hondas
:

Con femenil esmero, Heridas de la guerra el fértil suelo.


Y en indolente ociosidad el día, Aspero ahora 3’ bravo,
:

O en criminal lujuria pasa entero? Al desacostumbrado yugo torne


No así trató la triunfadora Roma Del arte humana, y le tribute e.sclavo.
Las artes de la paz y de la guerra ; Del obstruido estanque y del molino,
Antes fio las riendas del Estado Recueiden ya las aguas el camino
A la mano robusta El intrincado bosque el hacha rompa,
;

Que tosto el sol y encalleció el arado I

Consuma el fuego abrid en luengas calles


Y bajo el techo humoso campe.sino ; !
:

La o.scuridad de su infructuosa pompa.


Los hijos educó, que el conjurado I

Abrigo den los valles


Mundo allanaron al valor latino. A la sedienta caña ;

Oh ! los que infortunados po.seedores La manzana y la pera


En la fresca montaña.
¡ i

Habéis nacido de la tierra hermo.sa.


En que reseña hacer de sus favores. El cielo olviden de su madre España :

Como para ganaros y atraeros. Adorne la ladera


Quiso Naturaleza bondadosa El cafetal ;
ampare
Romped el duro encanto
!

A la tiernateobroma en la ribera
Que os tiene entre murallas prisioneros. La sombra maternal de su bticare ;
(i)
El vulgo de las artes laborio.so. Aquí el verjel, allá la huerta ría. .
’.

El mercader que, necesario al lujo,


Al lujo necesita. D] cacao [ Tueoiíroma cacao. I,.] suele plantarse en Venezuí
á la sombra
¡

¡, de árboles corpulentos llamados BriCAREs. [El Autor.]


22 ANTOLOGIA GENERAL

¿ Es ciego
error de ilusa fantasía? No a.sombran erizadas soledades.
Ya dócil á tu voz, agricultura, Do campos fueron, do ciudades ?
cultos
Nodriza de las gentes, la caterva De muertes, proscripciones.
Servil armada va de corvas hoces. Suplicios, orfandades,
¿ Quién contará
la pavoro.sa suma ?
Miróla ya que invade la e.spesura
De la floresta opaca oigo las voces, :
Saciadas duermen ya de sangre ibera
vSiento el rumor confuso el hierro suena. :
Las .sombras de Atahualpa 3" Motezuma.
Los golpes el lejano i
Ah ! de.sde el alto asiento.

Eco redobla gime el ceibo anciano.


;
En que escabel te son alados coros
Que á numerosa tropa Que velan en pasmado acatamiento
Largo tiempo fatiga :
La faz ante la lumbre de tu frente,
Batido de cien hachas, se estremece. (Si merece por dicha una mirada
Tuya la sin ventura humana gente).
Estalla al fin, 3" rinde el ancha copa.
Huj-ó la fiera deja el caro nido, El ángel nos envía.
;

Deja la prole implume El ángel de la paz, que al crudo ibero


El ave, 3^ otro bosque no sabido Haga olvidar la antigua tiranía,
De los humanos va á buscar doliente. . .
Y acatar reverente el que á los hombres
Sagrado diste, imprescriptible fuero
¿ Qué
miro ? Alto torrente ;

De sonorosa llama Que alargar le haga al injuriado hermano,


Corre, y .sobre las áridas riiinas (7 Ensangrentóla asaz !) la diestra inerme ;

De la postrada selva .se derrama. Y si la innata mainsedumbre duerme.

El raudo incendio á gran distancia brama, La despierte en el pecho americano


Y el humo en negro remolino sube.
El corazón lozano
Aglomerando nube .sobre nube. Que una feliz oscuridad desdeña.
Ya, de loqueantes era Que en el azar sangriento del combate
Verdor hermoso 3Mresca lozanía, Alborozado late,

Sólo difuntos troncos, Y codicioso de poder ó fama.


Nobles- peligros ama
Sólo cenizas quedan monumento :
;

Déla dicha mortal, burla del viento. Baldón estime sólo y vituperio
Mas al vulgo bravio El prez que de la patria no reciba, ,

De las tupidas plantas montaraces. La libertad más dulce que el imperio,


Sucede ya el fructífero plantío Y más hermosa que el laurel la oliva.
Ciudadano el soldado.
En muestra ufana de ordenadas haces.
Ya ramo á ramo alcanza, Deponga de la guerra la librea :

El ramo de victoria
Y hurta el día
á los rollizos tallos
Colgado al ara de la patria sea,
Ya la primera flor desvuelve el seno.
Bello á la vista, alegre á la esperanza :
Y sola adorne al mérito la gloria.
A la e.speranza, que riendo enjuga De su triunfo entonces. Patria mía.
Verá paz el suspirado día
la
Del fatigado agricultor la frente, ;

Y allá á lo lejos el fruto opimo La paz, á cuya vista el mundo llena


Y la cosecha apañadora pinta.
Alma serenidad y regocijo :

Vuelve alentado el hombre á la faena,


Que lleva de los campos el tributo.
Alza el ancla la nave á las amigas
Colmado el cesto, y con la falda en cinta,
Auras encomendándo.se animo.sa.
Y bajo el peso de los largos bienes
Enjámbrase el taller, hierve el cortijo,
Con que al colono acude.
Hace crugir los vastos almacenes. Y no ba.sta la hoz á lase.spigas.

i
Buen Dios ! no en vano sude. Oh jóvenes naciones, que ceñida
i

Más á merced y á compasión te mueva Alzáis .sobre el atónito occidente


La gente agricultora De tempranos laureles la cabeza !

Del Ecuador, que del desmayo triste Honrad el campo, honrad la simple vida
Con renovado aliento vuelve ahora, Del labrador y su frugal llaneza.
Y tras tanta zozobra, ansia, tumulto. Así tendrán en vos perpetuamente
Tantos años de fiera La libertad morada,
Devastación y militar insulto. Y freno la ambición, y la ley templo.
Aun más que tu clemencia antigua implora. Las gentes á la senda
Su rústica piedad, pero sincera, De la inmortalidad ardua 3^ frago.sa.
Halle á tus ojos gracia no el risueño ;
_
Se animarán, citando vuestro ejemplo.
Porvenir que las penas le aligera. Lo emulará celosa
Cual de dorado sueño Vuestra posteridad y nuevos nombres
;

Visión falaz, desvanecido llore :


Añadiendo la fama
Intempestiva lluvia no maltrate A los que ahora aclama,
«Hijos son éstos, hijos
El delicado embrión el diente impío ;

( Pregonará á los hombres)


De insecto roedor no lo devore ;

Sañudo vendaval no lo arrebate. De los que vencedores superaron


Ni agote al árbol el materno jugo De los Andes la cima :

De los que en Bo3’acá, los que en la arena


La calorosa sed de largo estío. campaña
Y pues al fin te plugo. De Maipó, 3^ en Junín, 3’ en la
Gloriosa de Apurima,
Arbitro de la suerte .soberano.
Postrar supieron al león de España.))
Que, suelto el cuello de extranjero yugo,
Erguiese al cielo el hombre americano.
Bendecida de ti se arraigue 3" medre
Su libertad en el más hondo encierra
;

De los abismos la malvada guerra,


Y el miedo de la espada asoladora
Al suspicaz cultivador no arredre
Dejarte bienhechora.
Que las familias nutre 3" los Estados;
La azorada inquietud deje las almas.
Deje la triste herrumbe los arados.
Asaz de nuestros padres malhadados
Expiamos la bárbara conqui.sta.
¿ Cuántas
doquier la vi.sta
ABRAHAM BELLOvSO Y GRAL. MANUEL M. BERMUDEZ 23

IBelloso, YVl^raliam. Vuestra empre.sa se e.strella :

Contened del dolor las emociones.


Que uu reguero de luz queda tras ella,

VUESTRA EMPRESA Y las generaciones


Que traiga el porvenir, ante ese ejemplo.
Admiradas dirán «van allí impre.sas
:

De una briosa juventud las huellas.»


A mis amigos los j<5venes miembros de la Sociedad «Vargas.»

No es el laurel teñido en
Kn la lucha homicida
sangre hirviente
IBeumiiclez, Gr*al. JVTaiiiiel M.
El que orla vuestra frente,
Ni en pos de vuestro carro de victoria
Van ruidosos trofeos ; NOSTALGIA
Realizáis de una empresa bendecida
Los ardientes deseos,
Y veis la recompensa merecida
Que el noble empeño y decisión alcanza Las .soledades del mar Atlántico
Y en las
;

páginas de oro de la historia, vSurcami barca, surca ligera ;

Será para vosotros «La Esperanza,» Dirige el rumbo, bu.scalas pla3’as


Signo inmortal de perdurable gloria. Que el mar Caribe con ondas be.sa.
De obstáculos sin cuento i
Ah !qú no .sabes, ci.sne marino,
Con que el deseado bien siempre .se escuda, i
Ah tú no sabes, barca velera.
!

Sembrada hallásteis la preciosa senda ;


La cruel angustia que oprime el alma
Y en la lucha afanosa, Cuando se pisa tierra extranjera.
No oísteis una voz que os diera aliento,
Aquí las flores .son inodoras.
Ni visteis una mano generosa
Aquí no .soplan auras .serenas.
Que os prestara su ayuda.
Aquí los a.stros pierden su brillo.
Tan .sólo acariciando el pen.samiento
Aquí .son tristes hasta las fiestas.
Esa idea preciosa,
Y con la fe que la constancia iinspira, El extranjero siempre está .solo
De vue.stra magna empre.sa Entre millares que le rodean ;

Vencisteis la e.squivcz con la entereza i


Lacera el alma ver tanta gente
Que vuestra alma rebo.sa. Y cjue el extraTio solo se vea !

Dignos sois de alabanza, y á mi lira


Pido notas .sentidas que acompañen Aquí la patria con sus recuerdos
Las notas que levanto, Nos llena el alma de amarga pena,
Rindiéndoos homenaje. Y si la ausencia produce olvido.
En este humilde y destemplado canto. Para la patria no existe ausencia.

Cierto que ha\" campos de encantos


¡
Un
periódico más De noble idea !
llenos,
Que .sorprende á Natura sus arcanos
Lagos y ríos, fuentes, palmeras,
El vehículo es es la ¡:)reciosa
Grandes ciudades, ricos palacios,
Y la encendida tea
;
Y todo aquello que el lujo crea.
Que lleva genero.sa, Cierto que ostenta glorio.sos timbres.
Su benéfica luz á todas manos ; Artes, industrias, ciencias supremas,
Es la emseña glorio.sa Y el adelanto que obran los siglos
Del pueblo que adelanta, Acumulando tantas grandezas.
Y un ob.stáculo más á los tiranos.
Que
mujeres, color de aurora
las
Pro.seguid, pues, con tan ferviente empeño Con dentadura sarta de perlas,
Como marcháis ahora. muestran sus ojos azul de cielo,
Que es una realidad encantadora muestran dorada la cabellera.
Vuestro dorado sueño.
Proseguid, y el valioso contingente Miro y admiro
las maravillas
Que prestáis en el mundo de las letras, Que el geniocrea, que el arte inventa,
De vue.stro celo ardiente Pero ay respiro con más dulzura
¡
!

Ph codiciado fruto. Allá en la joven, virgen América.


Ofrendadlo en las aras de la Patria
líntre guayabos >• tamarindos
Como espontáneo y eficaz tributo. . . .
Viendo dcl Guaire la orilla amena
Si, amada mía. j)atria
Como q necia
marino. al
Y contemplando nuestras beldades.
Nuestras beldades que son trigueñas.
Tras la tormenta impía.
Un astro que ilumine su camino ;
Aquí, mi barca, ¡
cuánta mentira
Asi te quedan tras tu larga noche La femenina falange encierra !

De bárbara anarcjuía. ¡
Almas de hielo Sórdido abismo, !

De tus jóvenes hijos, Y cu este abismo nadie penetra.


Que en tu progreso 3^ bienestar van fijos,
Y lanzarán un día Por eso ansio, barca, te ruego
Corazones hermanos Que dejes pronto tierra europea,
De tu suelo, por siempre los tiranos.
Y que me lleves á las amadas
Los tiranos cjue dueños de tu suerte
!
Hermosas j)la3’as de Venezuela.
Con su ambición cpieeu tus ricjuezas boga,
Allí á la falda de aquel gigante
Te llevan á la muerte Que alza altanero su frente enhiesta.
En lágrimas deshecha. Quiero .se extinga mi último aliento
Uno tu .sangre de.scarado vierte. Y hallar
Otro en silencio estrecha
de.scan.so cuando yo muera.
«El dogal inhumano que te ahoga.» Que es gran con.suelo para las almas
Cuando abandonan cárcel terrena.
Pro.seguid si ante aquella !
Saber que lloran .seres queridos
Desgracia inevitable.
Sobre el sepulcro de tosca piedra.
24 ANTOLOGIA GENJÍRAL

En patria ajena la última hora, Así cual su.spiran las castas palomas.
Y desamparo que la rodea,
el Suspiran sus senos, do reina el candor
Sin ver aquellos que tanto amamos. Sus senos que exhalan siiaves aromas.
Es trance amargo, hora tremenda. Aromas que embriagan de púdico amor.
Por eso es grato para el que muere. Sus negras melenas, manojos de seda.
Soñar que flores en torno siembran, Semejan, meciéndose al aura sutil.
Y que los sauces de su sepulcro Que cruza los aires brevísima y leda.
Tienen por riego lágrimas tiernas. Que halaga las flores del verde pensil.
Por eso mismo los corazones
Ostenta en sus tersas mejillas, riente.
Que habitan juntos playa extranjera
La flor de canela su rojo matiz
Pronto se aman, se enlazan pronto. ;

Colora sus labios con tintas de Oriente,


Pues los reúne la misma pena.
El alba que asoma cual nuncio feliz.
Son golondrinas, viajeras aves.
Que dejan nidos, y unidas vuelan ; De talle flexible, gentil, delicado.
Almas hermanas que vuelan juntas Si airosas inclinan las cándida sien,
A donde vieron la luz primera. Imitan la palma que al lago azulado
Si el viento la besa, se inclina también.
Por eso, barca, cuando besamos
Las perfumadas ro.sas de América, Sus lágrimas vierten, sus lágrimas de oro,
Al compararlas con otras flores. Al tétrico acento de extraño gemir ;

Siempre parecen mucho más bellas. Y tienen sonrisas, de trémulo lloro


Y niveo rostro
preferimos al En cambio, si escuchan ajeno reir.
Carmín-armiño de la europea.
Esas mejillas cuyos colores Arcángeles bellos, en torno los Andes
Son luz vertida .sobre canela. Sus alas tendiendo de nítida luz.
Saludan los montes, do alzaron los Grandes...
Por eso extáticos nos extasiamos La emseña del libre, tras negro capuz.
Ante sus ojos que son estrellas,
Estrellas fúlgidas en noche oscura. El genio que escala del éter la cumbre.
La oscura noche de la existencia. De excelso misterio lanzándose en pos,

Ojos que brillan como diamantes


Y cabe la etérea purísima lumbre
Quizás! un recuerdo confíale Dios ;

De rutilantes, ricas facetas ;

Jojms preciosas que gran Artífice


el
Diole al divino rostro de Eva.
La dulce avecilla que plácida trina
De un ramo á otro ramo de fresco rosal.
Ah, cuánto valen nuestras mujeres
i
!
La luz saludando que ya se avecina
Siempre .se mira latente en ellas Cual globo de fuego, la luz tropical
El dulce fluido qvre une las almas,
Los sentimientos que el alma elevan. La fuente que lanza de enhiesta montaña
A selvas y bosques de verde color.
Aman al hombre, no su fortuna,
Su fértil rocío, que rápido baña
Y consagran su vida entera,
le
A bo.sques y selvas, paisajes de amor ;

Sin la codicia que mata el alma


Y busca al hombre cual rica presa. El cielo que muestra brillando do quiera
Aman tan sólo por ley divina. Sus tibias e.strellas, su diáfano azul,

Que amor impone Dios por doquiera, Y errantes visiones que cruzan su esfera
Rocío del cielo que fecundiza Mecidas en ondas de gasa y de tul

Los corazones que son de piedra.


El prado vestido de nardos y lirios.
Por eso oh barca cambio las pompas
i
!
El límpido arroyo, la espléndida mar,
Deslumbradoras de la riqueza, Ensueños las brindan, las brindan delirios,
Por el follaje de mis palmeras Delirios y ensueños que saben amar.
Y una cabaña con mi trigueña.
Cuán puras! Cuán bellas!. No tienen rivales. . .

Que yo prefiero rústico albergue. i

Las ninfas indianas, las hijas del sol


Donde respire confianza entera, Querubes parecen, los más ideales.
A la techumbre de oro que abriga Surgiendo de un cielo de tibio arrebol.
La mentirosa vida europea.

Las .soledades del mar Atlántico Por ellas, que ofrecen también el encanto
Que adorna excelsa virtud.
la pura, la
Surca mi barca, .surca lijera,
Dirige el rumbo, busca las playas Por ellas entono mi tímido canto.
Que el Mar Caribe con ondas besa. Acorde perdido de pobre laúd.

IBeTixmdez A\.vila, Mamiel M. I3eTiial)ó, Leonor.

LAS SUD-AMERICANAS IDZOS


.ál señor José Ramón lepes.

Rasga el velo que me impide


oh Señor
Cuán puras Cuán ! bellas ! No tienen rivales ! ¡ ¡
!

Las ninfas indianas, las hijas del sol Traspasar azul del firmamento
el !

Querubes parecen, los más ideales. Perdona á la criatura si te pide

Surgiendo de un cielo de tibio arrebol. Lo que sólo le es dado al pernsamiento !

Sus nítidos ojos, .sus ojos de fuego Eres oh Dios


¡
! aunque invisible, cierto ;

Do quier fulgurando, deslumbran do quier ;


Aunque impalpable, grande y .soberano ;

Remedan sus voces, }'a un canto, ya un ruego Arbol frondoso en árido desierto.
Que á el alma seduce, le inspira placer. Faro esplendente en el revuelto océano.
!

M. M. BERMUDEZ AVILA, LEONOR BERNABO, D. A. Y E. BLANCO 25

Yo te busco, Señor, á cada instante


¿En dónde estás? pregunto á las estrellas,
:

Blanco, Ediiavdo.
Y en mi entusiasmo loco y delirante.
Creo ver tus ojos reflejarse en ellas.
LAS QUESERAS
Y me parece oír en cada ruido
El eco de tu voz, vana demencia ¡ ! . . .
FRAGMENTOS
( )
Te llamo, no respondes y abatido
¡ !

El espíritu llora su impotencia.

Hé aquí una de aquellas páginas gloriosas que bastan de por


Pero vuelve á reir después que llora, sí para enaltecer toda una época. Uno de aquellos episodios mag-
E invocando tu nombre sacrosanto. níficos de nuestra guerra magna, que, en el trascurso de los tiem-
Te busco en los celajes de la aurora pos, aparecerán como robados á la fábula. Un hecho de armas, en
Y de la noche en el oscuro manto: fin, que nada envidia á los combates prodigiosos de la antigüedad.
Ahora bien ¿Quién llena aquella página? ¿quién el moderno
:

Aquiles, el héroe legendario, émulo sin .saberlo de los héroes de


En el purpúreo cáliz de las flores. Homero ?
En el suave murmurio de la fuente, Un
oscuro pastor de nuestras pampas, uno de esos granos de
Y en los tenues y pálidos fulgores arena imperceptibles que el huracán de las revoluciones arrebata
Del sol al sepultarse en occidente. del polvo, vivifica con su aliento de fuego, hace girar en el torbe-
llino de las batallas, acrece, inflama
y pule en la rotación continua
Y
oye una voz que dulce y apacible, y sucesiva de acontecimientos trascendentales, y levanta luégo á
la altura de los astros.
Le dice «aquel que buscas con anhelo,
:

«Se halla en todo visible ó invisible Misteriosos encumbramientos


i
:

«En el mar, en la tierra ó en


Transformaciones raras, las cuales no debemos atribuir ciega-
el cielo.»
mente al acaso.
En el polvo que .sacude y esparce el soplo de las grandes
No.
«La esencia de las flores es su aliento, revoluciones, como en las capas ignoradas de opulento venero,
«La luz de la mañana su mirada, existen partículas preciosas, arenas de oro, átomos de diamante’
«El espacio sin fin su pensamiento embriones microscópicos de cuerpos gigantescos ésos, los elegidos: :

«Y el alma de los justos su morada.» é.sos,los que mediante el superior designio del Genio poderoso que
preside y dirige el destino de naciones y pueblos, alcanzan un de-
.sarrollo .sorprendente. De resto, cuando el huracán ha dejado de
duda en tinieblas te sepulta,
«Si la agitar sus alas formidables, cuando el sacudimiento revolucionario
«Si buscas á tu Dios tarde y mañana, desfallece por impotencia ó se pierde en la serenidad de los hechos
«La oración rompe el velo que le oculta :
radicalmente consumados, el polvo ordinario vuelve al polvo co-
«Ven y póstrate á orar, alma cristiana.» mo la espuma, las medianías encuentran su sepulcro en la norma-
;

lidad y en la calma, y el nivel alterado un instante se extiende


«Y hallarás en la fe dulce contento inexorable.
«Y en la esperanza bendecida calma .»
Para los unos, luz para los otros, sombras.
Se detuvo asustado el pensamiento.
! . .

— Parcialidad de ;

la fortuna —
exclaman los no favorecidos, y,
Porque era el mismo Dios que hablaba á el alma !.
como siempre, se refiere al acaso lo que viene de Dios.

Allí, aquellos dos gigantes la vieja monarquía con su casco


:

de acero, y la joven República, calado el gorro frigio, de nuevo se


BlaiLco, Bieg-o A-lberto. contemplan.
ISIiran.se con enojo los legionarios de la fuerza
y los soldados
de la idea.
Conculca el odio lo que estrechó la sangre. Pero en silencio
el viejo león que ruge enfurecido, .se estremece orgulloso de haber
dado á la América, con la pujanza heroica de .su raza, la soberbia
LA PRENSA altivez de sus mayores.
Allí están con Morillo, aquellos bravos del ejército expedicio-
nario, tenaces en la defensa de su patria contra Bonaparte, vence-
dores en Baylen, Arapiles, Vitoria. heroicos y magníficos en
. .

Carga y dispara con valor, soldado. Zaragoza y en Gerona. Ejército dominador de la Nueva Granada,
No temas ni un momento en la pelea. ,
triunfador en Venezuela en la anterior campaña .soldados orgu- ;

Defiende heroico tu pendón sagrado llosos, temidos por su crueldad


. . .
y su bravura, con más sangre
i
Es muy noble la causa de la Idea !
sobre sus bayonetas que deslumbrante púrpura en sus banderas
victoriosas.
El grito de victoria ha resonado Allí e.stán como siempre, de.sdeñosos y amenazantes ;
divididos
Por los espacios de la diosa Astrea en brigadas, regimientos y batallones que llevan con jactancia nom-
:

La Razón, el Derecho han batallado bres gloriosos que recuerdan victorias,


. . . . y arrogantes epítetos no
La pluma con sus triunfos se recrea !
desmentidos ni amenguados cubiertos de vistosos arreos, armados
;

de fusiles 3" sables relucientes, y ostentando con arrogancia extre-


Oh poder invencible de la Prensa ma la empinada cimera de sus dragones impetuosos 3' los negros
i ! '

morriones de sus terribles granaderos.


República del Libre Pensamiento,
Antorcha que despide luz inmensa .... I
La fuerza, la fuerza repre.sentada en la expresión más alta
i

i
de su grandeza 3’ poderío !

'

Con Bolívar, en el opuesto bando, desprovisto de pomposos


A tí la Libertad te dió su aliento !
atavíos, mas 3'a lujoso en títulos á la inmortalidad, está el heroico
Por eso las Naciones, presurosas. ejército republicano
!
e.scaso en
; número, inmen.so en valentía,
Altares te levantan orgullosas !
exhibiendo en los desnudos pechos cicatrices gloriosas,
y en sus
robiustas filas numerosos campeones á los que tantas veces debiera
la victoria.
Allí Soublette, su mayor general, e.spíritu levantado, nece-
sario al concierto de toda empre.sa capital. Cedeño, de merecida Y
i

fama, denominado por el Libertador el bravo de los bravos. Y An-


I zóategui, jamás bien ponderado por su valor é hidalguía, carácter
I
romano de los tiempos de la República, cu3’as sienes ostentarán en
4
2Ó ANTOLOGIA GENERAL

breve corona triunfal de Boyacá. Y Torres, prudente y esfor-


la Era una escena de tragedia antigua, representada en pleno,
la
zado. Y
Ambrosio Plaza, héroe de romance, digno de ser cantado día, frente á la roca de Acrópolis en
el teatro de Baco.

por Os.sián, de ser llorado como Eneas Y Manrique, de denuedo Veinte mil espectadores, dominados por encontradas impre-
brillante. Y Salom, de virtud sostenida. Y Páez, en fin, que siones, la contemplan en silencio.
nuestra historia eleva hasta la fábula, y le di.sputa á Hércules sus A la
izquierda del Arauca, todo el ejército español, banderas
portentosos lauros. desplegadas y alineado en batalla, la espalda protegida por un
Como dos gladiadores dispuestos al combate, los dos ejércitos bo,sc|ue y haciendo ángulo recto con el río.

se vigilan, se acechan. En la margen derecha, republicano, inquieto, anhe-


el ejército

Ea batalla, tanto tiempo deseada, va á librarse al cabo pero ;


lante, suspenso entre la admiración 3' el entusiasmo, cubriendo
el Arauca, interpuesto entre ambos contendores, .se esfuerza en gran parte de la orilla á lo largo de la corriente, 3’ apoyado en sus
aplazarla todavía. armas como en la balaustrada de hierro de un anfiteatro gigantesco.
Este inconveniente por el momento insuperable, mantiene á Frente á entrambos ejércitos, la llanura inmensa, el dilatado
los dos ejércitos en cautelosa expectativa. Pasar el río es lo aven- horizonte, Páez 3^ sus indómitos llaneros.
turado la prudencia aconseja no dar el primer paso; yambos
;
Nada faltaba á aquella escena, grandiosa de su3'o, para hacerla
esperan á la vez castigar rudamente la temeridad del más osado. interesante ni la audacia del propósito, ni la gallardía de los
;

Bolívar se impacienta la inacción enardece la fogosidad de


;
actores, ni el teatro adecuado á la solemnidad del espectáculo, ni
su carácter. Morillo, por el contrario, permanece impasible, y el escogido concurso de las fiestas de Palas, ni un genio para pre-

aquella situación de suyo embarazosa, amenazaba con prolongar.se sidirla.


indefinidamente, cuando de pronto, un acontecimiento inesperado Bolívar á caballo, en medio de su Estado Ma3'or, aplaude el
destruye la perplejidad de ambos ejércitos. arrojo de tan aventurada acometida, 3' con profunda angustia sigue
los movimientos atrevidos, las curvas 3’ ondulaciones caprichosas
de aquella audaz serpiente, erizada de escamas de acere, cu3"a len-
Arrastrado por su genial temeridad, 5^ en medio de aquella gua vibrante era la lanza formidable de Páez.
escena muda é imponente, Páez lanza su caballo á las ondas del Morillo permanece incontra.stable dominado por la sorpresa
;

impetuoso Arauca. Tras él, como un torrente, se precipitan á la 3" el enojo que }>roduce en su ánimo la audacia de aquel in.sólito
vez, presuro-sos, revueltos, 150 jinetes escogidos la flor de los
; reto, no encuentra explicación satisfactoria al propósito oculto de
j

lanceros del Apure. Cruzan á nado, y sin ser vistos, á dos millas aventura tan descabellada. Sin perder de vista al escuadrón repu-
del enemigo, el caudaloso río, se alinean en la opue,sta ribera, y blicano, vigila el grueso de las tropas de Bolívar, hasta entonces
saludando con un grito de guerra al a,sombrado ejército republi- inmóviles pero de donde espera un movimiento reservado que
;

cano, que le contesta con ruidosos aplausos, parten veloces tras debe coincidir con la provocación de que es objeto.
las huellas de Páez, sobre la fila formidable de relucientes bayo- No se le ocurría, ni sospechar siquiera, como más tarde lo
netas que cubre el horizonte. confesó al Libertador en la entrevista de Santa-Ana, al hacer el
¡
Osadía sin ejemplo !
elogio del caudillo de Apure, que aquella inexplicable al par que
¿ A
dónde va aquel sublime enagenado ? ¿ Por ventura se es- audaz operación, fue.se otra cosa que una prueba más del carácter
tima superior al destino que así lo desafía ? ¿ Qué anhela ? ¿ Qué resuelto 3" de la heroica temeridad de Páez.
pretende ? ¿ Librar él solo una batalla ? ¿ Destruir él, con su Tales fueron las impresiones que dominaron en el primer mo-
lanza, lo que todo un ejército tiene por alta empresa ? ¿ Dar á la mento á los opuestos bandos.
América, con la medida de su arrójo inaudito, el espectáculo de Entre tanto, ni un grito, ni un disparo, ni otra provocación en
los juegos olímpicos de la remota antigüedad? ¿Lo que pretende las filas de Páez, que la del hecho en .sí que ejecutaba. En ambos
¿ No es un suicidio estrepito.so
es acaso aceptable ? aquella acome- ejércitos solemne silencio, perturbado tan .sólo por el chasquido
tida? ¿Quién lo sabe? ¿Quién lo puede saber? El mi.smo, metálico de las espadas 3" las lanzas, 3" por el esforzado galopar de
acaso, no"^odría contestarnos. Los ímpetus heroicos no .se expli- los caballos que avanzaban sobre las huestes españolas.
can, ellos se ven, se admiran y producen deslumbramiento j pasmo. Dada la rapidez de tan impetuosa acometida, la sorpre.sa é
En vano la prudencia se fatiga gritando —
«Detenéos, insen-
:
indecisión de los realistas no dura largo tiempo.
satos, porque vais á morir.» La temeridad contesta enardecida :
Una vez por todas, era necesario escarmentar á aquellos teme-
— «Canta, si puedes, que vamos á vencer.» rarios que tanta sangre costaban al ejército. Al efecto. Morillo se
Y aquel atrevimiento no es una quimera los ojos lo ven ma-
:
apresura á poner por obra un plan preconcebido, para el ca.so fre-
ravillados, los corazones todos palpitan poseídos de embargante cuente, de una de aquellas embestidas de Páez, furiosas como las
emoción. muchas de que habían sido víctimas los soldados del rc3’.
Allá va, á la cabeza de sus intrépidos llaneros, el héroe afortu- Apenas llegan desenfrenados los llaneros de Páez á cien pasos
nado todos le ven, todos le reconocen por sir marcial deniredo,
; de la línea e.spañola, el e.struendo de una descarga re.suena formida-
por aquella figura atlética, imponente, con que plugo á la natu- ble ;
mézclase el polvo que levantan los caballos con el humo que
raleza asemejarle al rey de las selvas, al soberano del desierto. arrojan los cañones 3^ densa nube se extiende presurosa .sobre el en-
Figura prestigiosa que aún vive en la memoria del pueblo ameri- sangrentado campo de aquel duelo terrible.
cano, exornada de atributos olímpicos, cual la de los héroes in- Siete mil fusiles seis piezas de artillería disparan sin cesar.
3'-

mortales cantados por Homero. Quien no le reconoce entre el


Los lanceros se esfuerzan por arrojarse sobre las bayonetas enemi-
revuelto polvo que levantan los rápidos bridones, á lo menos le gas. Sus caballos cerriles, acometidos de pavor, resisten á los agui-
distingue entre sus compañeros, por el caballo blanco y el dormán ,

' jones de la espuela, saltan, relinchan, se encabritan 3' retroceden


de púrpura. Oíd en el ejército realista redoblan los tambores,
:
espantados.
suenan los clarines, los regimientos se alinean en batalla, se cru-
Tras larga lucha, los jinetes .se hacen obedecer al fin de sus
zan órdenes que trasmiten veloces edecanes, relinchan los caballos,
corceles, 3^ amagan á la vez con repetidas cargas la inmensa línea
se desnudan los sables, la artillería se exhibe amenazante, y las
de Morillo, que se les opone como un muro erizado de ba3’onetas.
mechas encendidas ondulan en el aire sobre el cebo de los cañones,
Ellos también reconocen á Páez en Las balas de los cañones surcan la llanura e.strepitosa vocería res-
;

cual serpientes de fuego.


ponde al ruido de las descargas, y resplandecen las lanzas en medio
aquella audaz acometida, y tributan al héroe los honores debidos á
del tumulto como ra3’0S siniestros en el seno de aquella nube espe-
su justo renombre.
sa, purpúrea, desastrosa, que flota á la merced del viento, cual in-
Entre tanto, los jinetes de Páez avanzan sobre el centro de la
menso sudario sobre los ensañados contendores.
línea española cual los antiguos paladines apuestos, sonreídos,
Después de la primera acometida. Morillo cree propicio el mo-
;

tremolando al compás del movimiento de sus caballos, vistosas


mento para exterminar al tenaz escuadrón que le resiste con tanta
banderolas colgadas de sus lanzas.
bizarría. Con este objeto, mueve todo el ejército, el cual, como un
Para ellos no es aquella la lucha á que .se prepara el ánimo
gigante, extiende sus robustos brazos para oprimir 3’ ahogar en
con el recogimiento alegres y locuaces, cual si ,se tratara sola-
:

Dos regi-
ellos aquel grupo de insolentes que osan combatirlo.
mente de hacer gala de agilidad y de destreza, disipan con su he-
mientos al mando de Calzada vuelan á ocupar la orilla del Arauca,
roica indolencia las sombras que acumula el terror sobre las hue-
para impedirá Páez ganar de nuevo el campo de los su3'OS, mien-
llas del desastre, se burlan del peligro y transfiguran la muerte en
tras la quinta división que dirige La Torre, describe extensa curva
apoteosis.
con el fin de rodearle por la izquierda.
Desde la margen opuesta, el ejército republicano divisa con
Semejante acometida, más que de una batalla, guarda las apa- profunda ansiedad aquel puñado de valientes circunvalados por ful-
riencias de un duelo colectivo, de un torneo caballeresco. minantes enemigos.
Ella es el reto inaudito de lo pequeño á lo inconmensurable ;
Cada vez más furiosos, nuestros intrépidos lanceros embisten
la insolencia elevada al sublime el arrojo convertido en guarismo.
;
sobre el centro que sostiene Morillo, repliegan sobre uno de los
Aquella empre.sa temeraria tenía, en verdad, todo el realce flancos, acometen al otro, provocan con insultos la numerosa caba-
mitológico de los tiempos heroicos de la Grecia. llería realista, que principia á moverse, 3' retroceden al cabo, tra-
»

EDUARDO BLANCO 27

tando de escapar de aquel círculo de fuego que los oprime y Tras rastro sangriento deja en la llanura
ella, despojos re- ;

aniquila. pugnantes, caballos reventados, miembros rotos, cadáveres sin


A la cabeza de 40 jinetes, rompe Páez las filas de Calzada. L,a cuento, 3' sillas, y arneses, 3' carabinas, y banderas, 3" de.sgarrados
brecha queda abierta. uniformes; heridos que ,se quejan y estertores de agonía.
Aramendi.se lanza como el rayo, atropelladlos cazadores de Caballos sin jinetes 3" caballeros desmontados van, vienen, y
Pereira que intenta detenerlo el re.sto de los lanceros se escapa por
; en todas direcciones recorren la llanura.
la brecha, j' aquellos 150 héroes admirables se fingen derrotados y La derrotada caballería realista, nube de polvo, ma.sa vertigi-
se alejan veloces. nosa, i'evuelta confusión de todos los colores que el sol poniente
Morillo los cuenta por perdidos, y como azuza el cazador la fu- alumbra con sus po.streros rayos, acuchillada, chorreando sangre
riosa jauría tras el ciervoque huye, arroja sobre Páez x. 200 caba- como un gigante herido, hu3’e de.spavorida.
llos impetuosos, húsares, dragones, carabineros y lanceros, ávidos Lleno de ira y de inquietud. Morillo la ve acercarse como una
de vengar aquel día las frecuentes derrotas tantas veces sufridas. ola amenazante para sus alineados batallones.
Esquivando los fuegos de la izquierda realista, Páez abandona Inminente es el peligro para el ejército e.spañol. Sobrecogidos
la montuosa ribera del Arauca divide en siete grupos sus bizarros
; de terror, sus propios escuadrones ayudarán á destrozarlo y vencerlo.
jinetes encabezan Mina, Fernando Figueredo, Muñoz, Ron-
: los El sacrificio de una parte puede .salvar el todo. Morillo .se decide.
dón, Juan Gómez, Carmona y Aramendi, los cuales se alejan, pri- Apunta al grupo sus cañones, lo envuelve en una nube de metralla
mero á toda brida y luego á media rienda, llevando en pos la nu- y lo fusila sin mi.sericordia.
merosa caballería realista que los persigue con ahinco. Pero nada detiene aquel espanto. Acribillada de frente por
las balas, 3' alanceada por la espalda, aquella mole sangrienta y
palpitante persiste en su designio. Sin dejar de darle el frente
y de
Nuevo estrépito de pi.sadas, de sables que se chocan, de arneses abrasarla con furiosas descargas, el ejército empieza á marchar en
sacudidos, de voces que se alientan, de gritos de venganza, de im- retirada bu.scando el apoyo del tupido bo.sque que tiene á retaguar-
precaciones y amenazas conmueven la llanura, donde aún resuena dia pero antes de logro tan deseado, la caballería se e.strella
;

el eco de los rugidos del cañón y el trueno de la fusilería. contra las bayonetas, rompe las filas de sus propios compañeros, 3-
Los bravos apureños galopan en una .sola línea paralela al ho- juntos, 3" revueltos, infantes y jinetes, ganan la espesura, favoreci-
rizonte que tienen frente á ellos. dos por la noche que extiende sus protectoras sombras .sobre aque-
A su espalda, en medio del espacio que los .separa de los regi- lla escena pavorosa de confusión y de desastre.
mientos españoles, se ve á Páez, ladeado en la silla hacia el enemi- Nuestros guerreros impetuosos arrojando estentóreo grito de
go, á quien provoca y enardece con su actitud y sus sarcasmos. victoria, clavan sus lanzas en los primeros árboles del bosque.
De esta manera, perseguidos y perseguidores, recorren largo Luégo, en la oscuridad, se cuentan, se organizan 3' abandonan
trecho. El ejército realista, nuevamente formado en batalla, se di- aquel campo de muerte para las tropas españolas de luz radiante ;

visa á dos millas de .su caballería. y de perpetua gloria para Páez y demás héroes de aquella jornada
Los llaneros acortan la carrera la distancia que los .separa de
; I
memorable.
_

los jinetesenemigos se estrecha más y más éstos aguijan sus bri- ;


Con la que abandonaron los realistas, quinientos
artillería
dones, cortan el viento con los inquietos sables, y ciegos, aturdidos, muertos dejaron en campo. el
frenéticos se esfuerzan por acercarse á nuestra línea Bolívar concedió la Cruz de Libe? tadores á los ciento cincuenta
y acuchillarla
por la espalda. I
héroes que concurrieron á aquel combate insigne y con fecha de ;

Tres cuerpos de caballo apenas los separan del codiciado instan- tan clásico día, la siguiente proclama corona tan gloriosa jornada :

te los brazos se extienden, los sables se levantan, la sangre va á


:
'

corie”. Llegó el momento. vA los bravos del Ejh'cito de Apure.


Un grito agudo resuena de improviso dominando el estrépito ;

grito imperioso 3" breve, que encierra orden terrible. La da Páez ;

todos oyen, y simultáneamente la obedecen los ,SU3'0S con la pas-


la
«Soldados Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria
!

mosa rapidez del ra}'o. que puede celebrar la historia militar de las naciones. Ciento y
Aquella orden suprema, aquel heroico grito, encerraba esta cincuenta hombres, mejor diré, ciento y cincuenta héroes, guiados
fra.se estupenda: « Vuelvan cara ! !
por el impertérrito general Páez, de propósito deliberado, han ata-
Lo que entonces pa,só no tiene un solo ejemplo en los fastos del cado de frente á todo el ejército español de Morillo. Artillería, in-
heroísmo humano. fantería, caballería, nada ha bastado al enemigo para defender.se

La pluma se estremece al de.scribir aquel suce.so, la razón se


de los ciento y cincuenta compañeros del intrepidísimo Páez. Las
resiste á creerlo pero ahí está la historia, y la tradición columnas de caballería han sucumbido al golpe de nuestras lanzas
;
y los la infantería ha buscado un asilo en el bo.sque los fuegos de sus
;

contemporáneos, 3' el testimonio de Bolívar, 3' medio siglo de incoix- ;

testable alabanza, 3^ los mismos émulos de Páez que no se atreven á cañones han cesado delante de los pechos de nue.stros caballos.
negarlo. Sólo las tinieblas habrían preservado ese ejército de viles tiranos
Con la velocidad del pensamiento, los llaneros revuelven sus
de una completa 3" absoluta destrucción.
caballos ;
centellean las enristradas lanzas, y un choque terrible, i
«Soldados Lo que se ha hecho no es más que un preludio
!

formidable, como el encuentro de dos rápidas nubes, de dos furiosas de lo que podéis hacer. Preparáos al combate, y contad con la
victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas
tempestades, hace temblar la tierra. y de vuestras
La primera
fila de la caballería española queda en el sitio re-
bayonetas.
volcada segunda vacila nuestros lanceros la acuchillan el
;
la
Cuartel General en los Potreritos Marrereños,
;

centro embarazado por los caballos de las dos filas destrozadas, se


;
á 3 de Abril
de 1819.
repliega en de.sorden gira sin tino buscando reponerse
;
y da el ;
'

flanco á la cuchilla de aquellos diestros segadores, que cortan sin BOLIVAR.


piedad.
El crecido número de la caballería enemiga, con su enorme Después de aquel desastre. Morillo, de.sconcertado, aturdido,
ventaja de ocho á uno sobre los lanceros de Páez. ventaja decisiva lleno de asombro y de de.specho, se retira á Achaguas 3^ luégo re-
en cualquiera otra circunstancia, se convierte en invencible obs- pliega hacia las montañas de la Provincia de Caracas, llevando
táculo para maniobrar con acierto 3' eflcacia en medio de la horrilrle con la rabia de una empresa frustrada, la primera so.specha de su
confusión que la domina. impotencia para dominar la rebelión de Venezuela.
En vano algunos españoles intentan resistir el bote de nuestras ! Bolívar, por su parte, lo ve alejarse con pesar de un teatro tan
lanzas impetuo.sas. '

ventajoso á nuestras armas fluctúa un instante entre .seguirlo ó


;

Narciso López echa pie á tierra con sus carabineros, pero ape- i no pero iluminado de .súbito por un rayo de luz que brota de su
;

ñas tiene tiempo para quemar un cartucho. Rondón los des- I; fecundo ingenio, revuelve su caballo, lo lanza á toda brida, trepa
barata con el pecho de sus caballos, degüella á cuantos le resisten, :
los Andes^ y corre entre relámpagos hasta detenerlo sobre el puente
pasa por .sobre cien cadáveres 3' vuela á incorporarse con su cuadri- de Boyacá, sellando allí, con lauro inmarcesible, la independencia
lla en.sangrentada, á los lanceros de Aramendi,
enfrentados á los del pueblo granadino.
dragones de la Unión que mueren como bravos. Así, á la vez que Páez permanece en las llanuras del Apure,
E.stos, y el segundo de hú.sares del re3^ que Figueredo
y Mina i
cerniéndo.se como el cóndor en los espacios conquistados por su
destrozan a porfía, son los ixltimos que riñen la batalla. atrevido vuelo, la libertad respira el velo de tres siglos de oscuri-
j ;
La derrota se declara completa. !

dad .se rasga, y aparece Colombia en el augusto estrado de las


Como arrebatado torbellino, aquella numerosa caballería per- naciones.
seguida por un puñado de jinetes, cu3’as lanzas 3'a embotadas hie-
j;
Despué.s. abrid la historia, y donde más brillantes luzcan
. .

ren difícilmente, corre sobre la infantería realista


á guarecerse entre ¡
los re.splandores del heroísmo patrio, encontraréis el nombre del
sus filas. f
paladín de «Las Queseras.»
28 ANTOLOGIA GENERAL

En vano ciegas pasiones tratarán de amenguar la prestigiosa Para dar del infelice. Mas, ¿qué mortal, que sintiendo
luz que resplandece en torno á su memoria. Cual llama inextin- La Gloria, inmortal ejemplo. En su alma celeste llama
guible, la gloria de Páez fatigará los vientos que se empeñen en Le admite un día en su templo Que el tiempo, al volar, inflama
apagarla, y cada día más viva y más radiante, flotará sobre las olas Y allí le inmola en su
i altar ! Sin turbar .su claridad.
tumultuosas del mar inmenso del olvido que eu vano pretenden Y por esa recompensa Morir prefiere en el seno
sumergirla. Ser pre.sa de la injusticia. De las tinieblas, sin gloria,
Ea nube de polvo que huracán levanta de la tierra, puede
el Del odio, que le acaricia A vivir en la memoria
un instante velar el .sol á nuestros ojos empañarlo, jamás
; ! Cuando lo va á devorar ! De honrosa posteridad ?
Ser héroe es ser águila, y á la altísima serenidad de los e.spa-
cios donde aquella se cierne, no alcanzan ni saetas ni dardos. Ser víctima generosa ¡
Ah, que unida á la ignorancia,
Si algo en la humanidad puede estimarse de derecho divino, De una humanidad caída. Cruel la envidia te persiga,
son los atributos del espíritu, quehiadie puede arrebatar. De todas De una raza envilecida. Y la calumnia te siga

las aristocracias, la del heroísmo es la más encumbrada ella es lo


Por restituirla á su edén. Con su villano rumor.
excelso. Comprad con oro, si podéis, la gloria de ser Régulo, Leó-
;

Que al precio de la de.sgracia Noble hijo de la Gloria !

nidas, ó Ricaurte. Absurdo donde no alcanza el oro, principia


;
No querría ni un momento Que elevado en alta esfera
lo sublime.
Con la aureola del talento Ninguna pasión rastrera
Nosotros también tuvimos héroes de la talla de Hércules, Coronar su innoble sien. Podrá manchar tu esplendor.
gigantes mitológicos, que escalaron el cielo de la gloria, pero que Tal el ave de las cumbres.
no dejaron á la tierra descendientes olímpicos. Ellos se fueron Cuando á sus pies siente fría
todos, tristes, los más, por haber sufrido con la muerte la ingrati- Pasar la nube .sombría,
tud del pueblo por ellos redimido. Y la tempestad bramar,
Atentar á las glorias de Páez es atentar á las glorias de Ve- Abandonando la tierra
nezuela. Y su ruido tumultuoso.
Esos muertos á quienes maldicen hoy locas pasiones, debieran En un vuelo majestuoso
ser sagrados sus faltas, si algunas cometieron, desaparecen ante
;
Sube al cielo á reposar.
el supremo esfuerzo que hicieron por la patria. 0.scurecer el brillo
que irradia su memoria es desgarrar nuestra epopeya.
Id á decir al pueblo griego, hoy degenerado y abatido, que es
todo fábula cuanto narra Herodoto que Leónidas fue un mito
Blanco, José Bélix.
;

lisonjero que los laureles de Maratón no pertenecen á Milcíades


; ;

que Arístides, en fin, no sintetiza el patriotismo de todo aquel gran


pueblo y veréis la indignación sobreponer.se á la indolencia de los
;

descendientes de Teseo porque en la postración en qvre hoy ve-


;
Párrafos del Bosquejo Histórico de la Revolución de Venezuela.
getan, alientan .sólo con los recuerdos del pasado, y conculcarles
su historia, que es su orgullo, es condenarlos á eterna oscuridad.
Alta es la ejecutoria con que se impone Páez al respeto del
mundo, á la veneración de los venezolanos. —
Año i8i I. Bajo muy favorables auspicios parecía entrar Vene-
La verdadera historia de estos pueblos de América no .se ha zuela en este año, continuando en su marcha franca, conciliadora,
olvidado aún por más que la insensatez haya pretendido oscurecer de sincera unión con la España, de fidelidad y vasallaje hacia su so-
sus más brillantes páginas; en ella nuestros hijos, justamente des- berano al pa.so que poniendo en práctica todas las medidas de
;

lumbrados, admirarán las insignes proezas del vencedor en «Las seguridad, conservación y orden, que la política demandaba respec-
Queseras, w to del país. Fue la principal de é.stas la imstalación de su primer
Su nombre será siempre timbre de orgullo para la tierra que Congreso el dos de marzo, conforme al reglamento dictado en el pre-
le vió nacer. cedente j linio por la Suprema Junta y entraron á componer aquel
;

Cual otro Aquiles, vivirá eu la leyenda, y se tendrán por mitos Cuerpo, depositario de ía soberanía, durante la cautividad del mo-
sus hechos prodigiosos. narca, lose.scogidosdel pueblo venezolano, los diputados de las siete
Como tributo de mi veneración por su memoria, permite, oh ¡ provincias que entonces lo constituían. Margarita, Cumaná, Bar-
patria que e.sta corona de laureles, mal tejida por mi pluma,
! celona, Barinas, Mérida, Trujillo y Caracas, reuniéndose en esta
pero perfumada con el incienso de un corazón reconocido, ocupe ciudad como su antigua capital, como punto céntrico y el que me-
el sitio donde medra el extranjero césped, sobre la tumba de aquel jores proporciones brindaba al intento.
héroe inolvidable. Ha.sta aquí, ni en los principios proclamados, ni en sus actos
públicos, ni en sus protestas escritas, ni en ninguna de sus opera-
ciones políticas, desmintió Venezuela su conducta leal y sumisa
respecto de la madre patria. De todos modos se esforzó en acredi-
Blanco, doctor* Greróirimo En tar á e.sta y al mundo entero, la pureza de sus intenciones, la bue-
na fe de su amistad y obediencia y hasta solicitó, como queda
; ¡

selrio. dicho, la respetable garantía del poderoso amigo y aliado de la


España Mas, por una de aquellas lamentables fatalidades que de
!

ordinario acompañan á las cosas humanas, el gobierno de la metró-


EL TALENTO poli se empeñó en oponer un monstruoso contraste de desconfianza,
de demencia y hasta de depravación para con Venezuela, pues á la
felicidad de ésta correspondió con bloqueos á su entusiasmo por ;
Imitación de Víctor Hugo.)
Fernando, con la discordia á su virtud patriótica con la proscrip-
(

ción á su inocente proceder, en fin, con decretos de muerte y ex-


;

A mi amig’o el Licenciade L. Cecilie Ace.sta. terminio.


Entre tanto, 3^ para llevar á cabo este plan de devastación
de cuanto re.spirara el aire de Venezuela, aspirante á la igualdad
Cuán desdichado es el hombre Tal la cándida avecilla,
con los pueblos trasatlánticos, los secretos agentes del comisiona-
i

En cuyo peregrino
.sér Viendo al águila altanera.
De su mirada hechicera do regio llamado Pacificador, minaban el país, socavaban los fun-
Se ve arder rayo divino
Del e.spíritu de Dios En vano pretende huir. damentos de la paz 3' prosperidad pública, abrasaban la tierra con
infernal de la sedición, pues por todas partes germina-
!

el fuego
Desdichado Su existencia
! Si vuela de rama en rama,
i

ban las perfidias y las traiciones tramadas por ellos.


Es la presa de la envidia Impelida del espanto,
Tantas pruebas de enemistad 3- encono de parte délos enemi-
;

Y en vano por ella lidia, Al fin, cediendo al encanto.


gos internos tanta terquedad y dureza de parte del gobierno espa-
Noble él; ella, feroz. Víctima corre á morir. ;

ñol, hicieron perder á los venezolanos toda esperanza de reconcilia-


Si él es nuevo Prometeo, De.sgraciado, si no muere
¡
! ción sincera en lo sucesivo y bien persuadidos de que creciendo
;

Ella es buitre encarnizado. Si ve al fin brillar su aurora. cada día el mortal odio 3" deseo de venganza de la España, era ine-
Que castiga haber hallado. Si su frente al fin decora vitable su ruina bajo aquella dominación, se determinaron resuelta
En él, fuego celestial. El prometido laurel 3’ denodadamente á separarse de la metrópoli 3' correr una suerte
El ve á lo lejos la Gloria, Que en sus días inmortales. distinta de la que amenazaba á aquel reino, harto agitado entonce.s
Fanta.sma que raudo vuela, Ya la ignorancia insolente. de las más violentas convulsiones 3' reducido casi en su totalidad a
Y el poder funesto anhela Ya la envidia, impunemente extranjera dina.stía. Así el pueblo de Caracas proclamó el 5 de ju-
De su sonrisa imperial. Derraman amarga hiel. lio su independencia absoluta de España, 3' lo hicieron sucesiva-
DR. G. K. BLANCO, J. F. BLANCO Y N. BOLET PERAZA 29

mente demás de Venezviela, justificando este heroico procedi-


los Mientras el fanatismo, tanto político como religio.so, causaba
miento con los fundamentos y razones cpie aparecen del acta de su tamaños males entre hermanos, antes estrechamente ligados por
declaratoria dada por el Congreso el 30 del propio mes. (i) vínculos que parecían indisolubles, el Congreso se ocupaba de su
Seis días apenas habían trascurrido de aquel pronunciamien- delicada misión. Agotados para mediados de e.ste año los fondos
to, cuando hizo su explosión la mina preparada por los agentes públicos retiradas la confianza y la circulación del comercio por
:

el estado de bloqueo 3- alarma en que .se hallaba el país


dej filibustero togado en Puerto Rico. Una horrorosa conjura- sin rela- ;

ción de los canarios en Caracas, de acuerdo con los españoles de ciones con los pueblos cultos 3- ricos de la tierra, por el aislamiento
Valencia, contando con la cooperación pronta y eficaz de los rea- en que la España había mantenido la América, negados sus puer-
listas de Coro, .se hizo sentir el ii de julio pero los miserables tos a los extranjeros 3' en la necesidad de proveer á los gastos
;
; ¡ !

atacados inmediatamente por el pueblo de la capital, fueron arre.s- públicos incurrió aquel bizoño cuerpo en el error de crear un pape/
;

tados, sentenciados jurídicamente por el tribunal de vigilancia, moneda, garantido con la renta del tabaco medida que por sí sola
y ;

bastara para alentar los pro3’ectos de los traidores 3' enemigos de


ejecutados los cabecillas en 16 siguiente.
la independencia, pues destruía la confianza pública, la riqueza
Lejos de arredrar este escarmiento á los de ^'alenda, pusieron
el pueblo en armas contra el Gobierno, obligándolo así á tomar
del país y el crédito del incipiente gobierno. A e.ste desacierto
agregó el de e.stablecer un sistema de federación de las provincias
medidas para reducirlos al orden. Al efecto una expedición fue de Venezuela sobre las mismas bases y principios políticos que la
confiada al General Francisco Toro, llevando de 2? Jefe al Briga-
de los Estados Unidos del Norte sin reflexionar que la inmensa
dier Fernando su hermano. Entre la Cabrera y Mariara los reci- ;

diferencia de educación, de cultura, de espíritu público, de morali-


bieron los disidentes á cañonazos; (2) y siendo mucho mayoría
dad 3' de costumbres .sociales, hacía inoportuno é impracticable en
fuerza de estos, la prudencia aconsejó á aquellos jefes replegarse á
nuestra pobre tierra, lo que en aquella ha hecho su grandeza. Con
Maracay en demanda de refuerzos para no dejar burlado al Go- e,stos dos actos cerró el Congreso sus .sesiones el año once; pero
bierno.^ Apareció con ellos el General Miranda y tomó el mando tam-
bién zanjo con ellos el sepulcro á la República, obra de sus inex-
del ejército. Este encontró en Valencia la más obstinada resis-
pertas manos pues al mismo nacer, espiró tristemente, como se
tencia que le opuso el pueblo, furiosamente amotinado por los faná- ;

verá en el .siguiente.
ticos sacerdotes, bien armado y mejor dirigido por los rebeldes
españoles. Mas al fin, el 13 de ago.sto sucumbió el poder coligado
del fanatismo y del godismo la ciudad inundada de sangre de
;

hermanos, cedió al del Gobierno los autores de tamaños males,


;

aprehendidos en fuga á territorio enemigo, fueron juzgados


silados
y fu-
y la Patria tuvo que llorar entre muchas muertes, la del
;
Bolet BeGaza, icaiTor.
precioso joven Capitán Lorenzo Buroz y las de los beneméritos
Coronel Gabriel Ponte y General F'ernandoToro, que algún tiempo
de.spués pagaron igual tributo, de resultas de las heridas recibidas LA GRAN INFAME
en Valencia. Quinientos muertos y más de cien heridos enluta-
¡

ron por supuesto la victoria !

Re.stituidas las co.sas al orden, fácil fue restablecer la confianza Cuando el ángel hermoso y predilecto, cogido in fragranti de-
entre los individuos de la familia venezolana, por la identidad de lito de conspiración .se vió arrojado de las regiones de la luz á las
carácter, de sentimientos y de intereses que los unían pero no .se tenebrosa.s del Báratro y tuvo que formar allí casa aparte para vivir
;

obtuvo este precioso bien de parte de los españoles, porque en la del exclusivo fruto de su ingenio, comenzó pobremente á trabajar,
esperanza de llevar á cabo los proditorios proyectos de su saña en mu3" reducida escala, y con tan' mezquinos recursos, que con
y de
.su encono ofendidos, sus propias manos angélicas .se encontró forzado á fabricar los más
y atizados constantemente por el mal llamado
Pacificador, se comúnieron en que, exigiendo su empresa mayor indi.spen.sables emseres de .su empresa, tales como los pailones para
meditación y cálculo, y planes más .sabiamente combinados, era derretir el plomo, las ollas colo.sales para hervir la pez
prudente engañar á los crédulos americanos con .su fingida adhe-
y fundir el
azufre los garfios, pinchos, tridentes, espeteras
;
y parrillas, y
sión á los principios proclamados por Venezuela cuanto se requiere para recibir con alguna decencia
y .seguir trabajando y despachar
en .secreto para destruirlos de firme. Así las súplicas, las protestas, con prontitud á la numero.sa clientela, que, como era natural, debía
los juramentos, mejor dicho, los más infames perjurios .se pusieron atraer un e.stabItcimiento de aquella utilidad
y trascendencia.
en juego para adormecer la vigilancia del Gobierno No obstante la admirable contracción que Luzbel de.splegara
y de los pa-
triotas, los cuales, en la infancia de la política, carecían de la as- en furnlar y atender á su empresa, los negocios marcharon al co-
tucia y finura de .sus arteros enemigos
y el Congre.so, compue.sto
; mienzo muy encalmados, como es de rigor en toda industria nueva;
casi en su totalidad de pechos nobles pero seguro de que vendrían mejores tiempos para su (ístableci-
y candoro.sos, fue clemente y
magnánimo, concediendo una amni.stía que cre3’ó á propósito para miento, Lnzbel no se estaba mano sobre mano durante la forzo.sa
ganar pro.sélitos á la causa de la independencia. calma, sino que entretenía sus ocios en aumentar con nuevas hor-
nillas y calderas las baterías en fabricar una gran variedad de
Hacia este mismo tiempo .salió .sobre Guayana otra expedición, ;

instrumentos que se ocurrían á su prodigio.sa inventiva, verbigra-


la peor calculada, compuesta de dos columnas de Cumaná
y Bar- cia rastrillos, tenedores, atizadoras 3’ horquillas
;
ó bien .se daba
celona, a ordenes del Comandante Agustín Arrioja la primera :

y del á en.sayar nuevo.s puntos de cochura para los baños minerales;


Comandante N. Freytes la .segunda y se .situaron la una en los y
;
por las noches, en lugar de entregar.se al sueño, las empleaba ’eíi
pueblos de Uracoa 3' Tabasca, .sobre la orilla izquierda del Ori-
el adorno 3' confort de sus oficinas, ora dando forma de cortinajes
noco, frente á la Vieja Guayana 3' la otra en los de Santa Cruz 3"
;
suntuosos á las telarañas que le tejían millares de afanadas tarán-
Soledad, frente^ á la capital de Angostura. Cerca de dos meses tulas, ora cuidando de la procreación
perdidos en recíprocas hostilidades 3^ cruentos sacrificios, produ- y .su.stento de las crías de
jeron el resultado de la derrota cte unos expedicionarios sin di.sci-
vampiros y lechuzas que con su fatídico revolotear alegraban el
recinto.
plina, .sin orden, sin combinación,
y regados .sobre una extensa El primer cliente de categoría, que fue Caín, le trajo buena
línea de más de 60 leguas, que naturalmente los incomunicaba
y suerte. Luego vino Lameth, fundador de la poligamia, con cuyo
frustraba la simultaneidad de acción en su pretendido sitio
y los :
magnífico sistema comenzó á aumentar la parroquia en seguida
vencedores halagaron su estúpido furor con el incendio de la her- :
3’-

sobrevino, como una bendición para el negocio, el Diluvio, en el


mosa población de Santa Cruz el día 5 de setiembre, la cual pre-
cual, cortando el buen Dios por lo .sano, metió en el gran baño á
senta todavía al viajero las señales dcl e.strago.
ju'stos y pecadores, como quien sumerge una carretada de perros
callejeros al calentar la canícula y mandó tantísima gente á Luz-
;

(i Así hahlalia Anacarsis Ijurlándose del legislador .Solón.


)
bel, que materiaimente no había dónde acomodarla. De.spués de
(2) íic cumplió asi la inspiración de un ilustrado )’ patriota sacerdote. En diciem- esta de.scomunal co.secha, volvió á encalmarse el negocio, mientras
bre de 1809 salieron de esta capital ¡jara la ciudad
de Trujillo los presbíteros Jtoctor .se repoblaba la tierra, hasta que de Gomorra
rrancisco X. l'uenmayor)' Doctor Manuel Rada para acompañar á las monjas y de Sodoma le lle-
que debían garon buenas reme.sas, y más tarde Moisés de.sde el de.sierto, .se las
venir á fundar el convento de Dominicas en Caracas, los
cuales iban ya iniciados en
envió muy crecidas, de judíos que entre otros resabios tenían el de
el proyycto
y conciliálmlcs de la revolución. A su regreso encontraron el viernes del
abrilen Mariara un expreso que les trajo cartas de la capital. Cuando no querer renunciar á comer el cerdo y á adorar el becerro.
las hubieron leído, continuaron hablando
sobre su contenido, <|ue en parte se refería á hue entonces que Luzbel, 3’a poderoso, 3' a.scendido progresi-
los preparativos para el |)róximo
estallido, que de.spués sucedió el 19. Trasportado vamente de simple faccioso á rc3’' de vastísimo imperio, fundóla
el Doctor Rada en su convensación
al llegar al cerro de la Fagina, exclamó « Que
nuestros paisanos sean héroes para defender la I'atria
:
¡ ilustre dina.stía de los vSatana.ses, 3^ tan grande extensión alcanza-
» Y el Doctor Fuenmayor
I

ron Estados,^
añadió « Estos cerros servirán á nuestros guerreros para .sus tan fatigantes llegaron á .serle sus tareas infer-
3'
: ¡
que se batan con les tira-
nos que dominan nuestro suelo » ! Así sucedió puntualmente el 19 de julio del año nales, que pensó en abdicar, si Dios no le sugería algún
ha.sta
siguiente, en cuyo sitio rompieron el fuego los españoles
insurrectos de Valencia contra medio expedito para la operación de calificar á los condenados
la Divisfón del General
Toro, y allí se trabó el primer combate. según los méritos y circunstancias de cada cual, pues empeñado
o ANTOLOGIA GENERAL

Satán en que todo marchara al pelo en su reino, dábale un trabajo


inmenso el juzgar con equidad á sus numerosos favorecedores, á BolívaiN g-eiiei^al Simón.
fin de que no fuesen al baño de plomo, por ejemplo, los que tenían
derecho al guisote de la pez, ni éstos pasasen á la colada del azu-
fre, ni unos ir otros usurpasen á los más prominentes, el privilegio A Ids Sol (lados ilel Ejército J/íbertaflor,
de gozar de la llama viva per sécula secidotiim.
Pero el buen Dios se hizo el de la vista gorda, y dejó que el
ángel rebelde se las compusiese como le fuera dado segiin su leal SIMON BOLIVAR
saber y entender bien persuadido el Señor de que aquello de la
;

renuncia no cuajaría, porque no era Satán de la estofa de los tira- LIBERTADOR, PRESIDENTE DE COLOMBIA, & & &.
nos que se retiran á un monasterio por enojillos de pura adminis-
tración.
Diez años de libertad se .solemnizan en este día. Diez años
Y Quitóse de ruidos el Zar de la Rinsia ardiente,
así sucedió.
consagrados á los combates, á los sacrificios heroicos, á una muerte
y para ahorrarse tiempo y jaleos en la distribución de su real justi-
'

gloriosa. Pero diez años que han librado del oprobio, del
. . . ! !

cia, hizo forjar una desaforada balanza que pudiera pesar en un


infortunio, de las cadenas, á la mitad del mundo.
.solo lote hasta veinte mil toneladas de pecadores de toda laya. En
uno de los platillos colocaba á un condenado de los más famosos Soldados El género humano gemía por la ruina de su más
!

El mundo desconocía al
;
bella porción era esclava y 3'a es libre.
como quien mete la pe.sa de mayor calibre, y en otro iba echando :

pueblo americano vosotros lo habéis sacado del silencio, del olvi-


zurronadas de malditos á granel, sin atender á jerarquías, ni cir- ;

cunstancias atenuantes, ni á nada, hasta que el peso .se igiralaba


do, de la muerte, de la nada. Cuando antes era el ludibrio de los
;
tiranos, lo habéis hecho admirar por vuestras hazañas, 3' lo habéis
¡

lo que quería decir que la pesada debía ir toda entera á la misma


consagrado á la inmortalidad por vue.stra gloria.
paila. Si, puesto por caso, le llegaba una buena tanda de fratri-
cidas, colocaba Satán en uno de los platillos la pesa correspondien- Soldados El 19 de abril nació Colombia desde entonces con-
! :

te, que siempre era el matador de Abel, luego iba echando en el táis diez años de vida.
otro lado faginas de malvados, y al estar al fiel la romana, á las >
Cuartel general Libertador de San Cristóbal, á 19 de abril de

¡

lenguas de fuego con todos ellos ! 1820. 10.

En una cosa extraordinaria en el infier-


cierta ocasión .sucedió 'i

no, y fue que se apareció una mujer arrebujada hasta los ojos en
j|

un embozo negro y por cierto nada limpio. La reciénllegada se I! lEjército I_iiToerta.d.or.


obstinaba en no dar su nombre, pires era requisito de rigor á todos j

exigido, para poder llevar con el día los diabólicos registros. A


cada pregunta que sobre el particular le dirigía Satán, contestaba ¡j SIMON BOLIVAR
ella con evasivas ó con groseros embustes, diciéndo.se unas veces
ser la Verdad, otras la Justicia, en ocasiones la Inocencia, 3- afee- libertador, presidente & &
|

&.
tando siempre las nobles actitudes de tales 3' tan santas entidades ;

en tanto que el tirano, furioso 3' centelleante al escuchar aquellos


nombres sagrados, tirábase de los cuernos y borbotaba maldicio- Soldados Váis á completarla obra más grande que el cielo ha
!

nes blasfemas. Por último, resuelto á acabar con aquel insolente podido encargar á los hombres la de salvar un mundo entero de :

misterio, á la tapada preguntó el rey del antro :

la esclavitud.
— ¿ Con qué clase de gente quieres que se te pese, malvada de Soldados ! Los enemigos que váis á destruir, .se jactan de cator-
los demonio.s ? ce años de triunfos ellos, pues, serán dignos de medir sus armas
— Con todo lo peor que tengas en tus dominios ;
fue la cínica con las vuestras, que han brillado en mil combates.
re.spuesta ;
3* luégo añadió con altivo de.sprecio : Soldados El Perú la América toda aguardan de vosotros la
!
3’-

3" aun la Europa liberal os contempla con


— Puedes comenzar por los asesinos. paz, hija de la victoria ;

encanto, porque la libertad del nuevo mundo es la esperanza del


Empujóla hasta echarla acurrucada en el platillo, 3' en el otro 1

universo. ¿ La burlaréis ? No no Vosotros sois invencibles. ! !

arrojó á horquillazos y á puntapiés á los feroces homicidas, hasta


Cuartel general Libertador en Pasto, á 29 de julio de 1824.-14?
concluir con todo el surtido que de ellos tenía sin que á pesar de ; ;

.ser muchos, hicie.sen mover el fiel de la balanza ni una sola j


pulgada.
— Echa ahora á los envenenadores, — dijo en tono de mofa la i'

mujer del velo á Lucifer. i;


Al Ejérci'to Tencefior fie Ayaciiclio.
Y un promontorio de criminales aumentó la pe.sadumbre del j|

platillo, .sin siquiera moverlo.


Otra explosión de risa burlona salió de la boca de la impudente
¡


SIMON BOLIVAR,
maldita, y se la oyó decir :


!

libertador presidente & & &.


¡
Te honras
faltan los traficantes de ! ;

Y una pirámide de chi.smosos, enredadores 3’ correveidiles hizo ¡'

crugir las cadenas de la balanza pero el fiel no .se movió. ;


Soldados Habéis dado la libertad á la América meridional, y
!

Satanás estaba lívido de cólera. Sus ojos reverberaban como una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria :

tizones un sudor pestilente le bañaba todo el cuerpo, 3' su cola


;
¿ dónde no habéis vencido ?
fementida amenazaba, erecta, como el arpón de un alacrán inmenso La América del Sur está cubierta con los trofeos de vuestro va-
cercado por un incendio. lor pero A3’acucho, .semejante al Chimborazo, levanta su cabeza
—¿
Qué haces, emperador del mal, acaso te he vencido? le — i
;

erguida sobre todo.


grita con una risotada provocativa la mujer espantable. ¿ Notie- I Soldados Colombia os debe la gloria que nuevamente le dáis
! ;

nes nada más que arrojar en tu balanza ? Echa ahora á la En- el Perú, vida, libertad v'paz. La Plata 3" Chile también os .son deu-
vidia, á la Venganza, á la Alevosía, á la Traición, á cuanta infamia dores de inmensas ventajas. La buena causa, la causa de los dere-
tengas en tu infernal imperio. Ninguna de ellas, ni todas juntas chos del hombre, ha ganado con vue.stras armas su terrible con-
igualarán mi pe.so ni mi poder en el mundo. tienda contra los opresores. Contemplad, pues, el bien que habéis
Y así diciendo, de un brinco de rapo.sa se plantó en el suelo ;
hecho á la humanidad con vuestros heroicos sacrificios.
empedrado de brasas, se rasgó el funerario embozo, descubrió su Soldados Recibid la ilimitada gratitud que os tributo á nom-
!

figura de vieja horrenda 3" fosca, 3^ con hilaridad convulsa ex- bre del Perú. Yo os ofrezco igualmente que seréis recompensados
clamó :
como merecéis, antes de volveros á vuestra hermosa patria. Mas
— Soy la Cauumni.v !
no. . jamás .seréis recompensados dignamente vuestros servi-
.
.
:

cios no tienen precio.


Soldados Peruanos vuestra patria os contará siempre entre
!

los primeros soldados del Perú.


Soldados Colombianos centenares de victorias alargan vues-!

tra vida hasta el término del mundo.


Cuartel general dictatorial en Lima, á 25 de diciembre de 1824.
:

GR AL. SIMON BOLIVAR, TRINIDAD BRAVO ALBORNOZ Y J. J. BRECA 31

Sesimilo ilisciirso promiíiclmlo por ^Bolívar ante la AsamWea mayor general Urdaneta, el más constante 3' sereno oficial del ejér-
popular reiMiiiia on Caracas el 2 4e Lnero de 1814. cito. El intrépido D’Elhu3’ar, vencedor de Monteverde en las
Trincheras. El bravo comandante Elias, pacificador del Tuy 3'
libertador de Calabozo. El bizarro coronel Villapol, que desris-
cado en Vigirima, contuso 3" desfallecido, no perdió nada de su
No lie podido oir sin rubor, sin confusión, llamanne liéroe y valor, que tanto contribuyó á la victoria de Araure. El coronel
tributarme tantas alabanzas. Exponer mi vida por la patria es un Palacios, que en una larga serie de encuentros terribles, .soldado
deber que han llenado nuestros hermanos en el campo de batalla esforzado 3- jefe sereno, ha defendido con firme carácter la libertad
sacrificar todo á la Libertad, lo habéis hecho vosotros mismos, com- de su patria. El ma3’or Manrique, que dejando sus soldados ten-
patriotas generosos. Los sentimientos que elevan mi alma exaltan didos en el campo .se abrió paso por en medio de las filas enemigas,
también la vuestra. La Providencia, 3' no mi heroísmo, han opera- con sólo sus oficiales Planas, Monagas, Canelón, Luque, Fernán-
do los prodigios que admiráis. dez, Buroz, 3" pocos más, cuyos nombres no tengo presentes, 3'
Luégo que la demencia ó la cobardía os entregaron á los tira- cuyo ímpetu 3' arrojo publican Niquitao, Barqui.simeto, Bárbula,
nos, traté de alejarme de este país desgraciado. Yo vi al pérfido las Trincheras 3" Araure.
que os atraía á sus brazos, para dejaros prendidos en las cadenas. Compatriotas yo no he venido á oprimiros con mis armas
:

Fui testigo de los primeros sacrificios que dieron la alarma general. vencedoras he venido á traeros el imperio de ]asle3'es he venido
;
:

En mi indignación resolví perecer antes de despecho ó de miseria con el designio de conserv^aros vue.stros sagrados derechos. No es
en el último rincón del globo, que presenciar las violencias del dé.s- el despotismo militar el que puede hacer la felicidad de un pueblo
;

pota. Huí de la tiranía, no para ir á .salvar mi vida, ni esconderla niel mando que obtengo puede convenir jamás, sino temporaria-
en la o.scuridad, sino para exponerla en el campo de batalla, en mente, á la República Un soldado feliz no adquiere ningún de-
busca de la gloria y de la Libertad. Cartagena, al abrigo de las recho para mandar á su patria. No es el árbitro de las leyes ni del
banderas republicanas, fue elegida para mi asilo. Este pueblo vir- gobierno es el defensor de su libertad. vSus glorias deben con-
;

tuo.so defendía por las armas sus derechos contra un ejército opre- fundirse con las de la República 3" su ambición debe quedar sa- ;

sor que había pue.sto el yugo á casi todo el Estado. Algunos tisfecha al hacer la felicidad de su país. He defendido vigorosa-
compatriotas nuestros y yo llegamos en el momento del conflicto, mente vuestros intereses en el campo del honor, 3" os protesto los
cuando ya las tropas españolas se acercaban á la capital y le intima- sostendré ha.sta el último período de mi vida. Vuestra dignidad,
ban la rendición. Los esfuerzos délos caraqueños contribuyeron vuestras glorias, serán siempre cáras á mi corazón mas el peso de ;

poderosamente á arrojar á los enemigos de todos los puntos. La la autoridad me agobia. Yo os suplico me eximáis de una carga
sed de los combates, el deseo de vindicar los ultrajes de mis compa- .superior á mis fuerzas. Elegid vuestros representantes, vuestros
triotas, me hicieron alistar en aquellos ejércitos, que consiguieron magistrados, un gobierno justo y contad con que las armas que
;

victorias .señaladas. Nuevas expediciones se hicieron contra otras han salvado la República, protejerán siempre la libertad 3" la gloria
provincias. Ya en aquella época era 3-0 en Cartagena coronel, ins- nacional de Venezuela.
pector y consejero, 3- no obstante pedí servicio en calidad de simple
voluntario á las órdenes del coronel Labatut que marchaba contra
Santa Marta. Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba
á un destino más honroso derramar mi sangre por la Libertad
mi patria.
:
\

Bravo .Albornoz, Trinidad.


Fue entonces cuando indignas rivalidades me redujeron á la al-
ternativa mas dura. Si obedecía las órdenes del jefe no me hallaba
en ninguna ocasión de combatir si .seguía mi natural impulso, me
:
A UNA NINA
lisonjeaba de tomar la fortaleza de Tenerife, una de los más inex-
pugnables que ha3' en la América meridional. .Siendo vanas mis
súplicas para obtener de aquél me confiase la dirección de esta em-
Díle, niña, á tus ojos Y que asoma á tus ojos
Que cuando miren, Tu alma tranquila,
presa, elegí arrostrar todos los peligros y resultados, y emprendí el
asalto del fuerte. Sus defen.sores lo abandonaron á mis armas que
Ue su mirada ardiente Y á las almas ajenas
La luz dominen Llama 3- convida
se apoderaron de él sin resistencia, cuando hubieran podido recha- ;

Porque llaman los Para que va3'an


zar al ma3"or ejército. Cinco días marcados con victorias consecu-
tivas terminaron la guerra, y la provincia de Santa Marta fue ocu-
Todos los que te miran A vivir en la cárcel
Ladrones de almas. De tantas almas.
pada de.spuéssin obstáculo alguno. ;

Tan felices sucesos me hicieron obtener del gobierno de la Que niira.ste, me dicen. Domina, pues, el fuego
Nueva Granada el mando de una expedición contra la provincia '
Una amapola, De tu mirada.
de Cúcuta y Pamplona. Nada pudo detener allí el ímpetu de los Y llevaron tus ojos Para que no te llamen
.soldados que mandaba. Vencieron 3" de.spedazaron álos enemigos Su gracia toda. Ladrona de almas.
en donde quiera que los encontraban y esta provincia fue libertada. Si de las flores Pero antes, niña.
Pin medio de estos triunfos, an.siaba sólo por aquellos que de- Toda gracia llevan,
la Di á tus ojos que roben
bieran dar la libertad á Venezuela constante mira de todos mis
:
í>í son ladrones. El alma mía.
conatos. Las dificultades no ])odían aterrarme la grandeza de la
; Dicen que no te miras Y déjame que bese
empresa excitaba mi ardor. Las cadenas que arrastrábais, los ul- En espejo
el Tu frente, niña,
trajes que recibíais, inflamaban más mi celo. Mis .solicitudes al Porque al mirarte un día. Y cuando esté saciando
fin obtuvieron algunos .soldados, y el permiso de poder hacer frente Tus ojos bellos Mi sed de dicha.
al poder de Monteverde. Marché entonces á la cabeza de ellos, y Acostumbrados Mátame entonces.
mis primeros pasos me hubieran de.salentado, si 3-0 no hubiese A robarse las almas. Que mi Dios murió en medio
preferido vuesti a .salud á la mía. La de.serción fue continua y mis Te de.sahnaron. De dos ladrones.
tropas habían quedado reducidas á 111113" corto número, cuando ob-
tuve los primeros triunfos en el territorio de Venezuela.
Ejércitos grandes oprimían la República, y visteis, compa-
triotas, un puñado de soldados libertadores volar desde la Nueva
Granada hasta esta capital, venciéndolo todo, 3- restituyendo á Breca, fJiiaii J.
Mérida, Trujillo, Barinas 3- Caracas á .su primer dignidad política.
Esta capital no necesitó de nue.stras armas para .ser libertada. Su
patriotismo sublime no había decaído en un año de cadenas
y ve- A LA MUERTE
jaciones. Las tropas españolas huyeron de un pueblo desarmado
I
cu3’o valor temían, 3' ciu’a venganza merecían. Grande 3" noble
en el .seno mismo del oprobio, se ha cubierto de ma3’or gloria en su dónde e.stás oh Muerte que no vienes
<: lín ¡ !

nueva regeneración. A celebrar conmigo honroso trato ?


Compatriotas, vo.sotros me honráis con el ilustre título de Li- Pon en marcha veloz tus regios trenes,
bertador. Los oficiales, los .soldados del ejército, ved ahí los liber- Y ven de prisa á platicar un rato.
tadores ved ahí los que reclaman la gratitud nacional.
:
Vo.sotros
II
conocéis bien los autores de nuestra restauración esos valero.sos
:

soldados; e.sos jefes impertérritos. El general Ribas, cuyo valor Apresúrate, amiga, y ven á oírme

!

vivirá .siempre en la memoria americana, junto con las jornadas


glorio.sas de Niquitao 3' Barquisimeto. El gran Girardot, el joven
'

Ven no muy cerca y hablaremos algo


La verdad te diré con tono firme.
— !

heroe, que hizo aciaga con su pérdida la victoria de Bárbula. |

Cual cumple á honrado pecho, á pecho hidalgo.


El ¡
í

32 ANTOLOGIA GEN3ÍRAL

III
XVI
Aúlla el fiel alano, allá en el monte ; Mas no te hago cargos, que tu vienes
no,
Gimiendo está la brisa allá en las vegas Cuando envía aquel que en todo manda
te :

Opaca nube envuelve el horizonte Poder, voluntad propia .... no los tienes,
Y están tristes las flores .... Es que llegas ! Y es por eso que el ruego no te ablanda.
IV XVII
Muy bien Viniste ! ! Gracias Toma asiento !
Así .son en la tierra, cual tú eres.
Hé aquí la alfombra,
Tus descariiados pies,
á fin de que coloques —
Eos hombres los de toga y los de espada.
que un momento
Tengas dulce quietud .
3-

1 . mas no me toques.
,
Eos sabios y los necios pobres seres
Que imaginan .ser algo, y no son nada.

V XVIII
Aunque que en el mundo estás malquista,
sé Tú triunfas siempre
que tu oficio ejerces.
Porque piensa que piensa tu cerebro, Pues paciente acaso .se resiste.
si el
Orgulloso me tiene esta entrevista Con mano dura el cuello le retuerces
Que con alma y corazón celebro. Aunque Esculapio rabie ó quede triste.
VI XIX
i
Cuál te suenan los huesos al moverte !
Ríes 3" dejas que en tu faz y cráneo
i
Cuán cóncavatu boca sin encías !
Amarillentos, el orgullo irradie.
Por ventura ¿ me ves, cual puedo verte ? . . . .
Porque sabes muy bien que á tu in.stantáneo
Tus cuencas ¿ cómo ven, si están vacías ? Golpe mortal no se re.siste nadie.
VII XX
¿ Eres tú como tantos avechuchos Y ¿ no es verdad oh Muerte ! lo que pienso
¡

Que intimidan con sólo la presencia? De tu poder y del poder del hombre ?
j

¿ Eres simple instrumento, cual hay muchos, !


Ninguno hallé jamás digno de incienso,
0 tienes alma, voluntad, conciencia? '

Ni digno de temor hallé tu nombre.


1

VIH i XXI
Y ¿ á qué viene esa mueca, gesto horrible Tema el infame que de sí destila
Que en tu boca sin piel, ni labios veo ? 1
Mortal veneno el que ejerció el engaño ;

¿ Quieres mostrarte, acaso, más terrible ? . . . '

Y ve, con la conciencia, en larga fila


Ah .... Te disgusta oír que te tuteo
! !
'

Eas víctimas sangrientas de su daño.


IX ’
XXII
Tú ignoras, por lo visto, que los hombres
1

Tema morir aquel que insulta á todos


De valimiento y de ánimo profundo 1 Con las riquezas de bastardo origen ;

Que llevan ante el orbe ilustres nombres. Teman muerte los que arrojan lodos
la
Tutean, sin respeto á todo el mundo. A donde quiera que los pies dirigen.
X
XXIII
Y
como aspiro á .ser hombre importante 1

Teme que mientes,


tú, vil hipócrita,
Mostrándome en carácter á tus ojos.
Aunque abomino el tú, por insultante,
Y que en pecho la maldad rebalsas
el ;

Témela tú, que amor al bien no sientes


U.so el tú para hablar con tus de.spojos.
Y virtudes ostentas, que son falsas.
XI
XXIV
Despojos Eres más ? Y no ha de serte
! . . . . ¿
Extraño el trato mío. ¿Te incomoda? I
¿Temerte yo? Jamás! En tu presencia,
Pues no quiero tratarte de otra suerte. Nunca temblé cual réprobo maldito !

Que el trato familiar está de moda. ¿Temerte 3^ ? ¿ Por qué, si en mi conciencia


Ni sombra encuentro del menor delito ?

XII
XXV
Yo adoro la verdad. PArviente culto
A su esplendor rendí su amor me inspira — Tranquilo espera
Quien nunca pu.so la maldad en obra
el postrimer momento
Y siempre á todos la mostré de bulto. ;

Excepto .... cuando dije una mentira. Por e.so junto á tí no experimento
Ni turbación, ni miedo, ni zozobra.
XIII
XXVI
¿ Buscas presas ? No es cosa que me asombre,
Que en tu oficio no cabe disimulo. Mas si cumplir quisieres tu faena.
Poniendo sobre mí tu horible dedo
¿ Presas quieres ? Pues llévate á aquel hombre
Que aunque tiene dinero, es hombre nulo. Para extinguir mi aliento .... enhorabuena !

No con placer iré. mas V03’ sin miedo. . . .

XIV !

XXVII
No
con tiros á diestro y á siniestro No tengo niños Pues Decirte quiero
! . . . ! . . .

Angustias siembres 3^ dolor derrames :


Que están grandes mis hijos— mi alegría
Puedes dar, á placer, golpe maestro *

\’ivir pueden sin mí, según infiero,


Segando con tu hoz vidas infames. Y 3’0, vivir sin ellos, no podría.
XV XXVIII
Oye
á la madre que á piedad te exhorta, Mas viendo est03' que estás como de
. . . prisa
Y no al niño declares guerra cierta, Y que te mueves pensativa 3" seria. . . .

Olvidando en tu afán que no se corta Deja ver en tu boca una sonrisa


Ea tierna flor apenas entreabierta. j De paciencia, 3' entremos en materia.
; ;

CARMEN BRICE Y ANTONIO S. BRICEÑO 33

XXIX Yo canto las dos á un tiempo,


Tú pensarás que porque canas peino, Pues tienen gran semejanza
Estoy ya cerca del luctuoso día La vida con su esperanza,
En que me lleves tú para tu reino. Sus dichas y su dolor,
Pues nó No quiero irme todavía.
!
. . .

Y el mar con su abismo inmenso.


Sus horrores, sus grandezas.
XXX Sus tesoros, sus bellezas.
Sus olas y su rumor.
¿ Has visto tú que aquel que dió sus cuatro
Bolívares completos por la entrada
A la función alegre del teatro
Salga sin ver la pieza terminada ?
^íX^iitoiiio íS.
XXXI
Y ¿ qué sino teatro es esta vida
En que el fastidio á mí jamás me asedia ? FANTASIA
Los actores son cosa divertida,
Y quiero ver el fin de la comedia.
XXXII Sueña un arti.sta ;

No me voy, pues Yo quiero estos actores ! !. . .


«Soy un singular enamorado. Mis nervios sólo vibran por la
línea rítmica, por la curvm incitante y armonio.sa, por los escultóri-
¿ No saben su papel ? ¿ Muestran torpeza?
Pues por más que no puedan ser peores. cos relieves de la forma plástica. Encarno en el ideal estético la
Aspiro á ver también la petipieza. volición ideal y cifro en el amor al arte, el arte del amor.

XXXIII Por eso no anhelo para tí la fragante rama del mirto adónico,
símbolo de vulgar inspiración quiero contemplarte diosa en trono
:

Así, saber te hago, desde luego. color de castidad quiero que el dedo del genio se hunda en la rosa
;

Que mi silla en el patio es inmutable, de tus sienes; quiero para tus formas la serena inmortalidad que
Y que además de todo siento apego da el cincel.
A esta vida que llaman miserable.

XXXIV
Y sonreída, en la excelsitud de la apoteosis, si esplende
así,
en tu faz fulgor del estro ó si .se agita trémulo en tu seno el silfo
el

Soy á mi modo actor en esta e.scena del deseo, verás cómo es sublime, en su evolución genésica, el pro-
Que algunos juzgan larga, y yo, muy corta ceso de este ensueño-luz que hoy me embelesa y me hace agotar
;

Si me aplaude el amigo, enhorabuena !


en el hechizo místico de la plegaria los anhelos juveniles . . . .

Si me silba el extraño.. qué me importa . . ¡ !

XXXV
Y ahora ¡
oh Muerte ! hagamos un convenio !

¿ Te envía Dios por mí?. . . Tenlo á jarana,


Y pon en juego tu valer, tu ingenio.
Va á tu alma soñadora el efluvio de adoración del alma mía, y
tú, regiamente desdeño.sa, sólo me das la gloria con el derroche de
Que 3’o me iré. . . . cuando me dé la gana.
luz ideal que fulgura en tu sér 3" se desborda en tu faz para deli-
near la gracia, ó sea, el prisma del iris del alma, arpegio del arte
en el concierto del espíritu.

Que un .soplo de fuego mágico produzca incendio de su púrpu-


Brigé, CarmeiT. ra en tus labios que la perspectiva de un santuario de nardo 3' ro-
;

sas para el pudor velado haga subir los tintes del jazmín en tus
mejillas que el inquieto, aleve duendecillo de la ilu.sión pose las
;

alas tenues sobre el ara sonrosada que cubre tu corazón, para que
LA VIDA Y EL MAR este palpite en raudo ritmo todo eso-reflejo de vulgar conato aní-
;

mico-nada habla á mi voladora fantasía, .sólo embebida en ese ar-


quetipo de majestad cuasi divina que encarna en tí mi idolatría de
artista.
A mi disting-uicla é inteligente amiga Virginia Ctü de Hermese.
Admiro ese estuche de grana, que guarda sartas de perlas, por
ser el tibio nido por donde, invisible, ondula el beso admiro la ;

Cual se entusia.sma la mente La ilusión, como la espuma morbidez tentadora de tus mejillas, porque me trae la remini.scencia
Al contemplar la vislumbre Se disipa y son las penas de las madonas y admiro las combas opulentas que se alzan en
;
;

Del sol, que tras alta cumbre Inmensas cual las arenas tu seno, porque ellas servir pudieran de modelo á las copas en las
Se oculta con majestad ;
Que sirven de lecho al mar. que Hebe hacía libar á los dioses del Olimpo la ambrosía.
Como vuela el pensamiento Un momento realizada
En pos de mundos ideales Vemos la dulce
esperanza :

Al ver rayos siderales Ola que playa alcanza


la
Que alumbran la inmensidad. Y muere luego al besar.
¡Oh, mi espiritual y púdica sacerdoti.sa deja que anime mi :

Así escucho los murmurios Olas que vienen y bullen. pensamiento con el albor de gracia 3’ vida que .se esparce en torno
Que causan melancolía. Van y chocan fuertemente. tuyo; dejaque vague en éter de dicha 3' gloria, idealizándola
Del océano, cuando el día Así una chispa en la mente armonía de tu busto e.scultórico, tallado en divino molde !

Triste empieza á declinar


¡

Derrama su claridad ;

Y advierto en mis reflexiones, Y como tiende su vuelo Adoro el arte en tí ;


por él te miro sublime en tu languidez
Que existe gran .semejaaza Atrevido el pensamiento de kadeum enamorada, en tu de.sdén de moradora del Olimpo.
j

(Tempestad haya ó bonanza,) Se eleva hacia el firmamento


Entre la vida y el mar.
I
Massabe, oh virgen de mi ideal, que esta sangre que ondula
La ola en la tempestad !
tibia en mis venas y estos nervios que excitan mi cerebro de hijo de
la zona de fuego, habrán de transformar la idiosincracia presente
Tienen los inmensos mares Roban del pecho la dicha
Momentos de augu.sta calma de mi sér. Cuando ello .sea, ¿ dejarás exhalar del albo cáliz de tu
; Las amargas decepciones :

También las hay para el alma alma el divino aroma de bendición ? Entonces, tal vez contigo,
Turban recios aquilones . . .

En que anida la virtud ; La dulce calma del mar.


I

y .sólo tal vez por tí, aprenderé por amor al arte, el arte del amor.»
Son abismos insondables Si el alma sufre tormentos
Los humanos corazones Exhalamos mil gemidos :

Fuertes olas, las pasiones La mar con fuertes rugidos


Que agitan la multitud. Simula nue.stro llorar.
5
34 ANTOLOCxIA GENERAL

IBLnziial Sen*a, doctor* C. porfiadores estuvo siempre el joven Sucre en puéstode vanguardia,
atento á la voz de la patria, apercibido al desigual combate con la
fe viva del más invariable republicano.

Al romper las dianas de Boyacá, el sol de Colombia doraba


FRAGMENTOS lasempinadas crestas de Los Andes. El soberbio castellano reci-
bía en la tierra granadina el más tremendo golpe. Aplacado el
del discurre prenunciado en el Teatro Municipal en la celebración de ruido incesante del prolongado trueno de la guerra, y confundidos
la apoteosis del Mariscal Antonio José de Sucre. con los últimos vivas de los vencedores, se escucha á lo lejos el cla-
mor de los hermanos del Sur. Sucre es el de.signado para acu-
. . .

dir en su auxilio y aquí se agiganta


la figura de nuestro héroe
; :

acude, vence en Yaguachi al opre.sor ibero, tramonta la helada ci-


La obra de nuestra independencia ocupa extensas galerías de ma del Cotopaxi, 3" aparece en la encendida cumbre del Pichincha,
la historia con sus anales famosos, dignos de ser trazados en lien- envuelto en los colores del iris, mostrando al mundo el escudo de
zos inmortales por el pincel de un Miguel Angel, ó de ser expri- Colombia libre, y ostentando la corona de la victoria, que ciñe á su
midos por la severa crítica del implacable Tácito. cuando ellos Y frente la pitoni.sa de los Andes.
se escriban con fijeza, y .salgan del recinto de la América divulga-
Suenan
las dianas de Pichincha, y el sol de Colombia alumbra
dos por extranjeras lenguas, verá el mundo que ninguna nación
en mitad de .su carrera, 3" difunde su luz bienhechora por el Im-
la
vino á la vida del derecho por esfuerzo más suyo, ni tributó mejor
perio de los Incas. Las cenizas de Manco-Capac y de Atahualpa
ofrenda en holocausto de la libertad. Qué herencia la que nos se remueven en su tumba 3" claman amparo y reparación
legaron nuestros mayores
¡

Acaso las generaciones venideras ha-


!
El
Libertador de Colombia y el Protector del Perú acuden presurosos
brán de poner en duda la exactitud de tan grandes hazañas por- ;
á los a3'es de los oprimidos, 3' ambos se encuentran en las riberas
que como ya lo dije en otra ocasión, media tal distancia entre el
del Gua5 as. Los dos héroes se acercan y se confunden en un e.s-
patriotismo 5^ la abnegación de aquellos insignes patriarcas, y el
trecho abrazo retiran.se luégo á consultar el oráculo, y San Mar-
decaimiento y la ab}^ección porque ha pasado la generación de ;

tín vuelve á sus lares, y Bolívar asciende al Chimborazo á recibir


nue.stros días, que .se hace difícil comprender, señores, cómo 3' tan
divinas inspiraciones para proseguir su marcha acelerada por la
pronto ha disipado el heredero tan rico patrimonio.
En e.sa obra portentosa Bolívar no tuvo par. El único que — .senda de la gloria.

hubiera podido disputar á su corona la palma de A3'acucho, el más Y acaeció Junín. ¿Quién o.sará ni remedar siquiera el estro
vistoso y el postrero laurel de la victoria, e.se fue Sucre alma no- :
sublime del bardo guayaquileño ? Junín merecía homérica epo- . .
.

ble donde residió siempre la justicia y no pudo penetrar jamás la pC3’a, 3' fue Olmedo el autor de la Ilíada americana . . .

flaca envidia sí, porque Sucre supo llevar atadas al carro triunfal
;
Y
para colmo de tanto heroí.smo 3" de tan altas virtudes, falta-
de su gloria las mezquinas pasiones con que de ordinario empañan ba elúltimo 3' más grande ejemplo de valor y de clemencia con
los grandes hombres el brillo de sus excelsos blasones.
que las armas nacionales habían de rematar la continuada lucha
Si me fuera dable describir, á manera de cuadro alegórico, los
de catorce años y sellar para siempre la independencia america-
hechos magnos de nuestra independencia, presentaría á vosotros na. ... Y Sucre es otra vez el escogido por el numen tutelar de
el argumento más digno de este acto. Pero, ¿ cómo intentar, se- América para librar la batalla decisiva con las armas castellanas,
ñores, empresa semejante, si por más que me dilatase, apenas po- vencidas pero no humilladas por el hidalgo vencedor. A3"acu- . . .

dría hacer aquí el índice de nuestros próceros, 3" aun quedaría cho será siempre el más alto testimonio del patriotismo, solemne
cortísima hasta la más expla3mda elocuencia que pretendiera exal- manifestación del heroísmo de Córdova, del valor sereno de La Mar
tar tanta grandeza ? 3^ de Lara el brillo de las armas de Colombia, la divina inspira-
;

Bolívar, por sí sólo, es asunto superior á la más alta epopeya.


ción del genio de Bolívar 3' lauro inmarcesible del egregio Su-
Cabe decir aquí con un ilustrado compatriota «Bolívar tuvo la :
cre. . . .

celeridad de Alejandro, la elocuencia graciosa de César, el cálculo


profundo de Napoleón 3' sin embargo, ni dominó á Roma, ni so-
;
¿No véis, señores, cuán abundante cosecha de espléndidos tro-
guzgó á Europa, ni ató á Asia, sino que desató el mundo. Con .su feos ha recogido '.el caudillo cumanés y cuán elevada 3' radiante
e.spada y con su genio dividió el mundo en dos mitades, y se colo- se muestra ya su gloria ? Pues bien, ese cúmulo de frescos laure-
có él 3' colocó su obra en la mitad del derecho, de que fue adalid, les fue tan sólo magnífico pedestal sobre el cual había de erguirse
amparo 3" numen.» (i) el magistrado para lucir la más digna corona de sus colmados mé-

Pero, Sucre, señores, es el complemento de Bolívar. Cuán ritos. Aquella noble alma, templada al rigor de las batallas, supo
ilustre flgura Qué vida tan preciosa toda ella ofrendada en aras
!
sentarse bien y sin mancilla en el trono de las grandezas humanas.
¡

de la santa causa americana Y


como aderezo de sus merecimien-
!
No le halagaron las anchuras del mundo, ni le ocurrió medrar con
tos extremados, las virtudes gastaron en él las más ricas joyas de su su podero.so influjo, ni le ofuscaron los honores del triunfo, ni se
tesoro inagotable. desvaneció en las más altas cumbres de la pública admiración.
Perdonadme, señores, si en las que 3^0 juzgo merecidas alaban- Heroísmo singular, señores, que sólo alcanzan espíritus fuertes,
zas del héroe de Pichincha halláis algún encomio exagerado por varones constantes, menos comunes que los paladines de la leyenda
el orgullo patrio. Esa ciudad que véis ahora abatida por táiitos y de la historia.
infortunios, cuyas tristezas recoge el Manzanares, la desventurada Consecuencia inmediata de Ayacucho 3" valiosa obra de Sucre
Cumaná, que alcanzara en otros tiempos tanto lustre, ostenta 111113^ fue Bolivia,cuyo primer gobierno á él correspondía por derecho
en alto la memoria del más grande de sus hijos, 3" allí aprendimos propio y si en el entusiasmo de la naciente República se le hizo
;

desde niños á balbucir su nombre con toda la veneración 3" suma merced del mando por gracia 3" privilegio vitalicios, el agraciado,
alteza que inspiran los seres legendarios. de snyo esquivo á todo exceso, no hubo de aceptar á título de goce
Desde el principio de la tremenda guerra de nuestra emancipa- perpetuo lo que únicamente como deber definido le imponían su
ción, surgió Sucre, adolescente aún, empuñando con mano fuerte probado patriotismo 3' su conciencia honesta.
y ánimo sereno el estandarte de los independientes. El venerable Quién atesoró nunca prendas más puras de virtudes cívicas ?
anciano que en las remotas pla^rns de Europa había segado tántos ¿

laureles y granjeado singular renombre en la espantosa pero fecun- I


Ni ¿ quién supo llevar con igual gracia la modestia para velarlas
todas ?
da Revolución con que se hundió en los abismos del tiempo el siglo
décimo octavo, el infortunado Miranda, tornaba á la patria con el ¿ A las mezquinas pasiones que movieron luégo
qué rememorar
Arme propósito de emplear con mejor éxito, en provecho de .sus pueblos hermanos ? lillas fueron cubiertas con
la discordia entre
hermanos oprimidos, todas las fuerzas que restaban á su espíritu, manto de clemencia en el Pórtete de Tarqui por el magnánimo
de.spixés de haber gastado en la revolución francesa el mejor caudal vencedor. . . .

de ellas en pro de los derechos del hombre. Y á su lado figuró


Ah! cuando sonaban las dianas de Tarqui, el sol de
señores,
Sucre, prestando á la patria, de.sde tan temprana edad, el valimien-
Colombia declinaba á su ocaso, envuelto en pardas nubes que
to de .sus luces en las deliberaciones de consejo, 3’ en los hechos de
anunciaban lóbrega noche. Qué tarde tan triste Qué lúgubre !
¡
guerra el contingente de su espada vencedora.
En esta primera jornada de nuestra independencia á las armas
silencio precede á la tormenta Y súbito estalla el trueno de! . . .

Berruecos, anunciando al mundo cobarde parricidio 3' á Colombia


castellanas corrió bien la .suerte, y fuérase con ella la e.speranza de
la causa justa, si no hubiera sido encomendada al esfuerzo de
su y acabamiento.
fin

constantes ánimos que, desafiando los caprichosos 3' duros reveses aquella maldita selva, e.scogida por alevosa envidia, quedó
En
de la extraviada fortuna, lograron, á poder de sacrificios infinitos, tronchada en temprana edad la preciosa existencia que tantos fru-
enderezar su rueda al camino de la libertad. Y entre los firmes tos había dado á la América 3' de quien tantos otros prometía en
flores la esperanza.
(i) Cecilio Acosta.
I
Bolívar, cargado de tristezas, oprimido .su e.spíritu con cruelí-
;

DR. C. BRUZUAR vS., E. BUJANDA, F. H. BUSTAMANTE Y DR. R. CABRERA MALO 35

simos desengaños, no pndiendo sol)revivir á tan infanstos sucesos, ¡


vSe hincha en ambas la e.spuma bella nube ¡
!

estrecha contra sn corazón á Colomlna moribunda y le previene ; i


Aquí azul como el cielo allá cual fuego ;

la inncrte en solitaria ])laya. líl sol de Colombia se traspone y


. . . I
Y ven los ojos que á los bordes sube
las sombras se extienden sobre la cordillera de los Andes como ¡
Y palidece y .se derrama luégo !. . . .

fúnebre crespón. ...


Pero sonó la hora de las ju.stas rej^araciones. Lnniino.sa an- — Qué fue del claro azul color de cielo
i

reola circunda la altiplanicie del Titicaca disipan.se las .sombras ; ;


j

I
Y de la llama de rubor extraño?. . . .

e.scúchan.se alegres acordes de música celestial entonando nn him- Apariencia no más qué de.scon.suelo i
!

no de alabanza, y abre sns pnertas el temjrlo de la gloria para


j

Mentira siempre, dondequiera engaño.


celebrar con rnnit)o inusitado la apoteosis del héroe de Ayacncho. 1

Héroe modesto Varón egregio


! Pa patria agradecida viene
!

á ofrecer tributo de admiración á tu memoria. Las bellas hijas de


E.
|

Caracas hau entretegido las más lu'eciadas ñores tropicales para '
TJiisíaiiiíinte, l^^i*aiicisco
exornar el templo de la fama. Todo un continente, ]>odero.so y
grande, se de.scubre ])ara rendirte homenaje de eterna gratitud. Y
Cumaná, á quien dió la fortuna hijo tan eminente, agitada por ine-
fables emociones de maternal orgullo, me encarga decirte que mires
rr TJ ID TJ 3D ^
por ella y por la patria (juc de.sde las regiones olímpicas donde
;

te han conducido tus raras excelencias, despiertes en los hijos de |

Venezuela el ardor ])atrio y las virtudes exquisitas que con tus i\ la tícfu-'rita N,
obras afamaron á Colombia y á la América, y con que supiste dar ¡

cima á la gloria, cuando en el canqro memorable de Ayacncho ¡

venciste con hidalguía las armas de Castilla y donaste á la liber- Niña, (lime, ¿porqué, amaiulo
tad un continente. I
Kn alas de la ilusión,
Vives de mi amor dudando ?

BiijaiLíla líl>^e(£niel. Angel de amor que enajenas Sí lo .sabes, dueño mío ....
Con una tierna mirada Mas aj^ ! dudas de mi amor
El corazón, Y mi ilusión,

LAS DOS COPAS Y que disipas las penas Y ese extraño desvarío
De mi alma tri.ste, can.sada Causa á mi pecho dolor,
De su aflicción ;
F'iera opresión.
Virgen pura, embellecida Que tu duda es un tormento
Ln
fuente de plata cinoelada
la
!
Por la virtud más radiante Para el alma que te adora
Tienen dos cópasele cristal asiento Y
;

celestial Con tal delirio. . . .


Una como la aurora, .soiiro.sada. P'ragante ro.sa nacida
;

Es un negro sufrimiento
Otra azul como el claro nrmamento. ¡j

En el vergel deleitante Que pecho devora


opre.so el . . . .

Sube
e.spuma en ambas, .sube lenta
la i

Y tropical ;
un martirio. lis
Cual seno que levanta hondo .suspiro ;
Niña que animas mi .sér Niña amada, por piedad
Rubí parece en ésta, (jue fermenta, j
Con e.se tu puro amor No dudes más del amor
Y en a([uella, fermento de zafiro. Que es mi alegría, Que te juré ;

Dime, liclla, ¿ p'^^^L haber en tu pecho no hay crueldad,


vSi
Las contempla con .sed abrasadora
I'hi un alma tanto amor Calme presto mi dolor
K 1 labio do la fiebre dejó huella :

Como
en la mía? Tu firme fe.
brinda
encendida aurora.
I

lista le la
Tú no cuanto te ama
.sabes Cálmalo, bella, por Dios,
Eter, espacio, firmamento aquélla.
Mi corazón. que te adoro
. .
. Que una misma es nuestra vida
dejó morena encantadora
A(iiií '

Ay con ternura ! ! Y nuestra suerte,


Aiiuel color que brilla en sus .sonrojos Y ¿ lio .sabes que la llama Y en el alma de los dos
Allí pu.so la rubia .soñadora I
Que aipií .siento, es mi te.soro Risueño el amor se anida
El infinito de sus grandes ojos. II Y mi ventura? Plasta la muerte.

JVIalo, doctoi* Ilíiíael. !


aguarda ¿ Morir tú ?
! ¡Si los ángeles no mueren vSi el !

'

rayo de luz jamás .se extingue I.o <¡ue el amor anima no perece !

nunca, nunca, ¿ lo oyes, Angélica? Yo llevaré al .sepulcro tu re-


cuerdo, poniue mi amor, mi inmenso amor no es el de hoy, es el de
ANGELICA siempre líl mismo (pie en el alma del gran Troyano cruza ile.so
!

las ondas del Leteo.

Del libro i(()(lor<li Keniin.'x.i)


j
¿Te acuerdas? Niña aún te .sentabas .sobre mis rodillas }'
los cuentos más bellos y las maripo.sas más lindas eran para tí. Qué
Clavó en mí los azules ojos chi.speantes de pasión y un alegría tan grande exiierimentabas cuando al ofrecerte un nido to-
j

lijero matiz coloreó sus mejillas, de ordinario pálidas, con e.sa


ro.sa do lleno de ]-)ali)itantcs copitos de espuma, te decía— .son tuyos Tii !

triste palidez de los mármoles funerarios en cambio pagabas con .sonri.sas y con be.sos mis cuidados. Me
y de las azucemas que .se
mueren. Entre sus manos oprimió ráiridamente las mías, y alzán- encontrabas valiente, .sabio, apasionado. ¿Oh qué dulces tiempos !

acpiello.s en que abrazados en el regazo de mi madre, nos dormíamos


do.se peno.samente se colgó de mis hombros
y me be.só en los ,

l‘'iIúos Todavía e.scucho las fugitivas .sonoridades de aquel .soñando con flores, con jiájaros, con levantarnos muy de mañanita,
be.so de agonía vibrando en mis oídos, á ver si estaban grandes las av'es aprisionadas la ví.spera si en la
y siento que algo frío me 1
:

baja poco á poco al corazón. noche habían abierto los botones de tu ro.sal querido !

—Yo no quiero morir me dijo con voz enromiuecida. Debe


! Después nos .separamos. Si supieras qué crueles eran aquellas
ser bien tri.ste e.star allá tan .sola Y luégo tú me olvidarás, ! horas de colegio consagradas al estudio qué de.sesperantes los es- ;

¿ no es verdad ? fuerzos de mi impotencia de niño para conquistar uu lauro con que


Una ola inmensa de lágrimas, algo así como un dogal de hie- coronar tu sien Sabía que me esperabas. Tus cartas oloro.sas á
rro me oprimió la garganta
y mis ojos ,se nublaron. Olvidar- — !

tomillo y á exhalaciones de primavera me hablaban de tus .sueños,


te, alma niía —
Si viva eres la única ilusión de mi exi.stencia,
!
de tus inolvidables avecillas, de tus carreras con los pies desnudos
muerta .serás el eterno ensueño de e.sa noche horrible que sin tí me por la yerba de las plazas y esos recuerdos en vez de debilitar-
;
36 ANTOLOGIA GENERAL

se con
ausencia, surgían cada vez más puros, más brillantes,
la —Tarda tanto me dijo entre dos suspiros, mien-
la primavera !

como iluminados por algún sol oculto que se levantara en mi alma. tras movía amargamenteadorable cabecita rubia y un haz de ri-
la
Tuyos fueron mis primeros versos tuya era la imagen que miraba ; zos de oro, cayéndole hacia adelante, me ocultó su rostro.
en sueños, y hacia tí .se iban las ansias de mi espíritu como mis Oh no, amada mía la respondí los inviernos no son eternos.
! ! :

plegarias hacia Dios, Oh qué dulces resplandores destellabas


j Un leve ronquido, un estertor de agonía más bien, me hizo
en la aurora de mi vida !
creer que dormía. Pasaron dos ó tres horas de profundo silencio,
Cuando volvimos á encontrarnos ¿te acuerdas Angélica? ya i
durante las cuales mi pensamiento recorrió una á una las felices
la mujer ,se dibujaba en tí. Muchos de los árboles á cnya sombra etapas de aquella pasión inmensa, nacida en nosotros á la sombra
jugábamos en los ardientes mediodías estivales, estaban .secos en ;
délos bananos y bambúes, cabe las altas j'erbas, ó cuando por la
vez de madreselvas, espino.sas trepadoras e.scalaban los pilares ya vez primera nos miramos ruborosos, mortificados igualmente por
verdosos de mi casa y en sus paredes, donde tantas veces escribi-
;
el problema de los nidos
y presas de una sensación igual.
mos con grandes carbones nuestros nombres, ahora tendían sus Y cuando quise despertarla, en vano la dije al oído las mismas
polvorientas redes las arañas. Las aves que alimentabas en tu frases de amor con que acostumbraba acariciarla en vano la lla- ;

boca, se habían ido muy lejos ó estaban muertas, como también .se ¡
mé Mi Angélica se había dormido en un sueño bien dulce, del
!

habían ido muy lejos ó estaban muertas las primeras ilusiones de que no bastarían á despertarla ni la amargura de mis lágrimas, ni
mi infancia. 1
el poder de mis sollozos Eterno invierno . . . ¡
!

Volvieron los bellos días, y con ellos los crepú.sculos de fuego,


las auroras esplendentes, las siestas ardorosas los árboles se po- : Un
rayo de luna, pálido, .... pálido, fiiltrándose por entre
blaron de nuevas hojas, de nuevas flores, y en las lejanas cumbres las cortinas del lecho, ilumina tristemente la serena faz de mi ado-
floreció el maguey. Se reanudaron nuestros antiguos paseos, nues- I
rada muerta. Y en tanto que las alegres notas de un piano calle-
tras lejanas correrías pero ahora me abandonabas á cada instante
;
'
jero, penetrando hasta la alcoba, forman doloroso contraste con el
para ir á mirarte en los remansos del arroyo, ó á la caída de la tarde, rumor de las oraciones que en voz baja, llena de fúnebres murm'u-
cuando fatigados regresábamos al hogar, te detenías pensativa y llos eleva un sacerdote, mi alma sigue la suya á través del infinito,
— —
escucha! me decías prestando oído atento á los mil ruidos de .
y comienza la e.spanto.sa soledad de mi existencia ....
los bo.sques, á los estremecimientos del follaje, y llena de terror te
apretabas después contra mí.
En breve nos cansamos de aquellos lugares que nos eran tan
conocidos y quisimos ir allá, muy lejos del otro lado de los cerros,
á donde no habíamos ido nunca, donde debía haber otras flores,
!

Calcaíio, LVrístides.
otro cielo y otro sol. Era que el tedio llamaba á nuestras almas,
Angélica Que estábamos enfermos de la nostalgia de lo deseo-
MADRIGAL LAS NUBES
:

nocido. I

Y fuimos del otro lado de lascolinas, y, como tú decías, todo


nos pareció más bello. Allí .sí que brillaba el sol. Allí sí que el i Cruzando van las nubes
césped no humedecía tus menudas botitas y daba gusto correr, '

Como bandada
correr sin cesar, sobre la dura tierra !
La rosa que, fragante. De blancos paj arillos
En uno de nuestros frecuentes paseos nos encontramos un Llena de lozanía. Que el viento arrastra ;

nido. Debía ser de otra clase de pájaros, tal vez de aquellos ma- Sobre tu seno amante Y tú las sigues
ravillosos pájaros de plumaje azul y rojo que tanto nos gustaba Rico perfume y esplendor vertía, Con ojos que revelan
ver en tu libro de lectura. Bajé la rama en mis hombros te apo- :
Cuánto te afligen !

yaste anhelosa, y á impulsos del mismo deseo contemplamos un Dime ¿ piensas acaso
momento las desnudas aves. Después. ? nuestras miradas se . .
i
Que en tal manera
encontraron mudas, interrogantes, y por la vez primera el rubor ii
Pasará por mi alma
encendió nuetras mejillas, y bajamos cono anonadados la cabeza. De tu mano adorada
||

Vino á mí, mensajera. Tu imagen bella.


Desde entonces huiste de mí. Nada de paseos solitarios, Ay arrasada
Trayendo vinculada
i
!

nada de expediciones en busca de piedrecitas ó mariposas á las ?


Por el viento que ho}', triste.
márgenes del vecino arroyo. En tanto yo sentía que algo extraño De tu inocente amor la fe sincera.
j De tí me aparta ?
se iniciaba en mi alma, algo que necesitaba de tu presencia para j De la sierra nativa
poder explicármelo, y queme arrastraba sin ce.sar hacia tí. Cuán- Las nubes toman
tas veces obedecía á este extraño torturador impulso, y encaminán- :

La imagen que en su vuelo


dome al sitio en que solías leer tu poeta favorito, sentía crujir las Mas un .sol no ha pasado Llevan á otras,
hojas secas de la vereda, y por entre los claros del follaje veía que í
Y 3'a, pálida y triste. Y así en mi alma
te alejabas .silenciosa ! Y
cuántas veces murió en mis labios la Mira, se ha marchitado . .
Guardaré yo la tuya
inocente declaración de aquel malestar infinito, exacerbado por tu Pero tu tierno amor, tu amor existe
i
! . . .

Siempre adorada.
desdeñoso apartamiento y la soledad en que vivíamos. Ellas parten mas vuelven
— —
j

Una vez, al fin era un domingo nos encontramos en los al- '

Con albas nuevas.


rededores de tu casa, allí donde era más tupido el follaje de los La imagen que llevaron
mangos y los guamos. No quisiste escaparte. Todo calla, todo Y á su precario brío Trayendo en ellas,
Y así en mi alma
¡

se rinde al peso de la calurosa hora del mediodía. Ni una hoja se |


Dice tu fe ardorosa.
mece en las ramas, ni un junco .se balancea. Calientes ráfagas Que no siempre, amor mío. Traeré impresa tu imagen
saturadas de emanaciones salvajes rozan nuestras sienes, y en tan- ¡
Imagen es de la mujer la rosa. Siempre adorada.
to que el suelo fecundado exhala cálidos vapores, voluptuoso aro- |

ma de juventud, de vida nueva, se esparce por doquier. ¡

Poco á poco te fuiste transfigurando tu respiración se hizo ;

fatigosa, tiñéronse tus mejillas de oscura púrpura, y entornando


suavemente los párpados, tú también, pobre sensitiva, te rendi.ste Calcaíio, Eduiardo.
al peso de la hora. Amame murmuraron entonces tus labios ro- !

jos como la flor del granado ámame, mi vida es tuya Y en un


;
!
¡

beso oh primer beso de los labios puros


¡
I nuestras almas por !
¡j LA BALANZA
siempre amor juntó.
Entonan los pájaros sus postreros cantos oleadas de carmín ;

y gualda encienden el ocaso, agítanse las ramas y con las últimas ; |


A Rafael Pomínguez, b. Terrero Atienza y Nicanor Bolet Peraza.
brisas de la tarde llega hasta nosotros el sordo rumor de los torren- ;

tes distantes. ...


No
te entristezcas, Angélica ! Cuando vuelva la primavera ya Las arpas de oro se estremecen aun con la vibración de la lil-
estarás buena y nos iremos de aquí. Volveremos á pasearnos cogi- tíma armonía, interrumpida de improviso los cantos celestiales ;

dos del brazo bajo los enrojecidos bucares. Nos internaremos en lo han cesado súbitamente; los ángeles dejan caer sus alas con tris-
más oscuro, en lo más fresco y silencio.so de los bo.sques, y allí ten- teza las inmensas claridades del infinito se han empañado, como
didos sobre la verde grama permaneceremos horas enteras evocan-
í ;

temero.sas de brillar el silencio del cielo es formidable,


;
la solem- —
do los recuerdos de nuestra primera juventud. Volveremos á ser ni- i! nidad, augusta.
ños fingiremos sobresaltarnos al ruido que prodircen los gajos se-
;
|
Va á juzgarse un alma.
eos al quebrarse, los frutos maduros al caer bu.scaremos nidos co- ;
Por tribunal una balanza por balanza una cruz salpicada de ;

mo antes, y . . . i i
sangre siempre fresca.
:

A., E. Y J. A.. CAECAÑO Y DR. J. B. CALCAÑO Y PANIZA Y L. C. Y S. CALCAÑO 37

Medio oculto en sombra fatídica que forma con sus alas ne- LA SIEGA
gras, y de espaldas al cielo, está de pie un sér lúgubre 5^ sombrío
esperando la hora vil del acusador, terrible, inexorable. En su — E DI0§
rostro, lineamientos de perfidia, mirada de asechanza y sonrisa
malévola que hiere como puñal. Tú
eres el dueño, el mundo es tu plantío :

En el sitial de la justicia brilla un inmen.so foco de luz resplan- Tú hombre es tu simiente


eres quien siembra, el
deciente que sirve de auréola al juez austero, lleno de incompara- Lo que quieras, lo soy humildemente.
ble majestad. Pero algo íntimo y misterioso hace traición á su Florecido rosal ó espino umbrío.
designio de serenidad y á .su ministerio de rigor, porque aquella
sombra doliente de tristeza que vaga por su semblante, no es de Pódame á tu placer, oh. Señor mío ¡
!

juez .sino de padre y hay no .sé qué ternura en aquellos ojos de Míname en mi raíz, hiere mi frente.
cordero y en la dulce inclinación de su cabeza, que deja entrever
No me riegue la nube ni la fuente.
mucho de inconsulta piedad y de imprudente misericordia. Luégo, Dame por primavera el seco estío.
|

hay marcados en su frente golpes de caída y en sus manos cicatri- Mas cuando el campo á la zizaña vea
ces de suplicio, —
y el corazón adivina que no ha de ser implacable
:

De tu segur caer al filo agudo


en el castigo quien ha padecido amarguras de humillación y dolor Y en haces ya para su fin po.strero.
de víctima.
Al pie de la cruz gime la culpable. De.sfallecida sobre sus ro- El día de tu siega, haz tú que sea
dillas, la túnica en desorden, quebrado el alabastro, amortecidos los
Un grano yo, siquiera el más menudo.
ojos, suelto el cabello, inclinada la frente vergonzosa, aprieta so- — Del trigo que se guarda en tu granero.
bre el pecho sus manos entrelazadas, con la convulsión de la culpa
y el estremecimiento del terror. Lo me jiaibles de la Tilla.
Aun
sigue hasta este trance doloroso el ángel cándido, com-
la
pañero familiar de su existencia, lanzando penosamente suspiros No me hables de la vida, mar sin norte !

prolongados de tristeza inmortal que denuncian el pesar supremo Háblame de muerte apena hay hora
la !

de los esfuerzos inútiles y de la e.speranza en derrota. En que del árbol de mi amor no corte
Hablómaldito, y se elevó hasta la agonía la suspen.sión de
el Rama ó flor la impasible segadora.
las legiones celestiales, que cubrieron sus rostros inocentes con sus No me hables de la vida en balde rumbo !

manos de armiño. Cada palabra era una culpa cada culpa caía ;
Quiero en ella encontrar, sin que lo acierte !

en el platillo de la balanza con enorme pesadumbre, inclinándola Esperanzas, amor, de tumbo en tumbo
siniestramente del lado del abismo. Van al profundo abismo de la muerte.
Allí cayó la liviandad, la impureza, el deshonor. ... y la ba-
Un un dolor más, otra amargura
pa.so,
lanza se inclinaba hacia el abismo.
De la vida en el cáliz fementido,
El platillo de los merecimientos estaba vacío. Y en la fría, insaciable sepultura
Allí cayó la torpeza de los pensamientos, el deleite funesto, el También mi corazón habrá caído.
goce inmundo. ... y la balanza se inclinó hacia el abismo con lú-
gubre crugido.
Y
esa hora será, sólo esa hora.
La que dé fin á mi pe.sar profundo,
Calla el acusador, —
el silencio es pavoroso, la balanza va- — A este intenso dolor que me devora,
cila,— el vértigo invade todos los espíritus. ¿ No hay quien de- . . . A esta eterna agonía en que me hundo.
fienda al alma infortunada ? ¿ Quién, generoso, toma la voz de
quien la pierde ahogada entre nudos de remordimiento ? '
No me hables de la vida están colgadas !

Va á cerrarse el juicio fatal


De adelfas tristes para mí sus puertas,
¡

Incorpórase trabajo.samente la acusada


!

— Y dejo atrás sus sendas tapizadas


pero no halla voz en ;
De afectos mustios y esperanzas muertas.
aquel pecho lleno de tempestades, ni en aquellos labios, trémulos
de dolor infinito. . . O di si el dón te ha concedido
cielo el
Vencida de la agonía suprema, apoya su frente desfallecida en De hacer horrenda noche un vano sueño,
la
el madero ensangrentado. . .
Y arrancar de mi alma y de mi oído
Una lágrima desprendida de sus ojos, cae de impro-
solitaria,
La voz que en balde en acallar me empeño.
viso sobre el platillo vacío de la balanza, que, sacudida por una Di si puedes borrar de mi memoria
conmoción terrible, recobra de súbito el equilibrio. . .
El horror de esas horas, que acrecía

.

Jesús abre los brazos, —


ruge el monstruo, prorumpen delicio- La nieve que cual sábana mortuoria
sos cantos celestiales, —
brillan claridades inefebles. ... Campos y hogares y árboles cubría.
Magdalena se ha salvado. Di .si jamás las aguas del olvido
Ni misterioso elíxir han sanado
Anima loca, corazón partido.
Entrañas que el dolor ha desgarrado.
Calcano, -José -A^ntoiiio. Si ahogar de esa tormenta embravecida
El hondo trueno que aun en mí retumba
No puedes, ay no me hables de la vida
!
!

Háblame de la muerte y de mi tumba.


EL TASSO

¿ Quién te recordará, falaz tirano ?

¿Quién sabrá de tus días ni tu nombre. Gaicano y Paniza, doctox* J. B.


Si no ha de ser que lo revele al hombre
El dolor que me infliges inhumano?
HUERFANO
Me
arrancas á Eleonora Pero en vano !

Te ensañas con mi ingenio y mi renombre !

Hacer que al mundo tu maldad asombre. A m estimado amigo el doctor A, Aveledo, director del Asilo de Hiiéríanos,

Sólo el fruto será de tu odio insano.


Hoja caída Besos y abrazos
Ves? De esta infecta, lúgubre guarida. Que arrastra el viento. Ayer tenías,
Vuela alígera ya la fama inquieta.
Mi gloria á dilatar de zona en zona
Nave perdida Y amantes brazos
; Que aco.sa el mar, Para dormir ;

¿ Qué deudas pagas Hoy sólo encuentras


Que airior, y libertad, y ambiente, y vida, Con tu tormento ? Caricias frías,
Todo quitarle á un infeliz poeta Cómo
naufragas Y al lecho entras
¿
Puede un tirano menos su corona. Sin navegar?
;
Sólo á gemir.
38 ANTOLOGIA GENJÍRAL

Si un sueño avaro Aun pienso verte Y


que al mirarte tan bella, Y hoy
¿ por qué con tus pesares
Te dan tus trenos, Junto á tu madre, A contemplarte bajaron Allá tornas lijera ?
te
¡
Qué desamparo Tan dura suerte Una estrella y otra estrella, Dime, tu ilusión ¿ qué espera
Al despertar Sin presentir ; Y de su rumbo la huella Hallar de tus patrios mares
En vano, rojos. Ya, desgraciado. Para tornar no encontraron. En la desierta ribera ?
De pesar llenos. No tenías padre.
Vuelves los ojos
¿ Qué te ha quedado ? Que la azucena y la rosa. Sé que su cielo de plata.
Madre á buscar. ¿Sólo sufrir? Jugando un día contigo. Con celajes de tisú.
Te brindaron blando abrigo ;
Tu memoria te retrata.
Tienen las flores No, no más trenos ;
Y la brisa sonoro.sa Mas si fue contigo ingrata,
Fresco rocío Que hay en la tierra Un eco te prestó amigo. Por qué no
¿ la olvidas tú ?
Que sus ardores Angeles buenos.
Venga á extinguir Hijos de Dios ;
Y más, me ha jurado un hada negó su arrullo
Si al fin te
La noche lumbres Tesoros tienen Que nunca vió el mar azul Y lanzó de sí lejos,
te
Y sombra el río ; Que su alma encierra, Una concha más .salada. ¿ Por qué adoras con orgullo
Tú, pesadumbres . . . ! Y ansio.sos vienen Desde Java á Neo-Granada, De sus ondas el murmullo
¿Podrás vivir? Del triste en pos. Desde Cumaná á Estambul. Y de su sol los reflejos?
Hoja caída i
Hoja caída. Y si es verdad, si te asiste Es tu patria, bien lo sé ;

Que arrastra el viento. Cesó 3'a el viento !


De la natura
primor, el Y 3'o en mi delirio insano,
Nave perdida i
Nao combatida. ¿ Por qué te miro tan triste ? i
Sacrilego imaginé.
Que azota el mar, No ha>’
tempestad ! ¿ Por qué tu brillo se vi.ste Con profanadora mano.
¿ Dó mereciste Dios es tu padre .... Con las sombras del dolor ? La antorcha ahogar de tu fe !

Tan cruel tormento ? Cese el tormento ;

¿ Por qué naciste Hoy es tu madre A>" pobre concha inocente


! ! Que no ruja el mar feroz !

Sólo á llorar ? La caridad. Que á otras mirabas riente. Séate propicio el viento,
Cuando en .súbito einbolismo Y al conducirte veloz.
La mar con furia inclemente No acibare tu contento
I
Las sepultó en el abismo ! Con los ecos de mi voz.
Que felices son los mnertos.
Y tú, en .sus ondas llevada, Florida encuentres la alfombra
:
En otra playa te hallaste ;
Verde que ciñen tus mares,
Un
apacible .sueño Ya el pensamiento, inerte.
i

¡
Pobre concha nacarada, Y cuando en nuevos pesares
Cierra los ojos No filosofa.
Que te viste de.solada Estés soñando, á la sombra
Sonrisa de inocencia
;

Ni en delicados versos
j

i Y tus perlas derramaste ! De tus risueños palmares.


Se ve en los labios El amor canta
; ;
Por e.so mustia 3^ sombría. Para templar tu amargura,
Ya no pueden los unos Mas no forja calumnias. Te absorbes en honda pena Los ángeles con anhelo.
Mostrar enojos, Ni indigna mofa. ;

Ni
Que arrastras memoria impía En alas de brisa pura.
los otros tampoco Ni sátiras medita. De aquellas con que .solía Te envíen del alto cielo
Decir agravios. Ni honra quebranta. Juntarte la onda .serena. Preludios de tu ventura.

Ya no vibra en los tímpanos Qué


Y si en tu asilo apartado
i
felices los muertos Te acuerdas de un infeliz.
Grato sonido. Dentro la fo.sa
Ni anidan en el pecho
No temas ya por su hado.
¡
Qué paz 3" que delicia Que tu recuerdo ha bastado
Dulces amores Durmiendo sienten Para tornarlo feliz.
Mas no se oj^en denuestos. Ni fantástica gloria
Ni airado ruido. Su pecho acosa.
Ni el corazón oprimen Ni engañosas bellezas
Los torcedores. Placer les mienten.
Calcarlo, Simón.
Ya los brazos no estrechan ¿ Por qué anhelar la vida
Al hijo amado. Con tanto empeño
Ni manos se tienden
las Por qué mirar la muerte
;
LAS TRES ALMAS
Al pordiosero Llenos de espanto.
Mas ya no empuñan armas Si ésta nos guarda amiga
Con fin dañado. Dulce beleño, Al alcázar de soles revestido
Ni dan por medicina Y aquella sólo ofrece Llamó el alma del triste pecador,
Tó.sigo artero. Perenne llanto? Y las puertas le abrió compadecido
El ángel del amor.
V morir ,se extingue
si al
A su vez hasta el pórtico esplendente
Del .sér la esencia
Si para tanto duelo
;

La del justo, alma pura, también fué,

No hai esperanza. Y las puertas abrióle reverente

Acabe el triste pa.so


El ángel de la fe.
De la existencia Al templo donde alcanzan nueva vida
;

Y del no sér que venga Las almas que el dolor purificó.


La bienandanza !
Llegó, temblosa, el alma del suicida,
Y nadie respondió.

Calcaíio, I^Liis Camilo,


Camaclro, ¿Tiraii "V^iceiite.

A UNA CONCHA
ULTIMA LUZ
Concha que del mar salado Mas dicen que el sol luciente.
Salistecon tanta .sal. Cuando te vió tal te.soro. Poco me resta de vida
Yo sé que el mar te ha dotado ! En mitad de mi carrera
De envidia tornóse en lloro, Las fuerzas van deca3’endo, Llegando al límite V03'
De un talismán encantado Y al derramarlo en tu frente Y el alma va pre.sintiendo
De perlas y de coral La luz que mirando est03',
Trocóse en hebras de oro ; La funesta despedida. Es qui.ás mi luz postrera.
; 1

J. CAMACHO, J. CARRILLO Y NAVAvS, P. CAvSTILLO, CAYAMA Y CORONADO 39

Hotos íld cuerpo los lazos,


omlas renieciflo,
J'or las
Constante mi pena fue
Y á la tumba irá conmigo, Cusí i 1 o,
Me voy á íjuedar flormiáo Como el perro del mendigo
Cual de una marlre en los brazos. ^ue muere del duefio al jáe.
LA ULTIMA ORACION
Al frente mi esj)Osa está: Jlijita del alma mía.
¡
Pobre ñifla, alma sencilla ! Tu memoria placentera
Lágrimas de su mejiUíi Vaga por mi cabecera (es I,A .MUKKTK DK J-KDKRICO AkKOYAIJ
Ocultándomelas va. Jín mi lecho de agonía.

Mora infeliz! tu quebranto


¡
I'ara mí Jio tuvo gloria i(Ks necesario ser verdaderos cris-

No
será el postrero, no ;
í/i vida, fulgor fie un día, tianos.» (*)

Si llego á faltarte yo, Mañana sin mediodía,


Amargo será tu llanto. Y recuerflo .sin memoria.
Corno la lumbre [rur.l con f|ue en el cielo brillas.

Si la vida transitoria i
Ay ! si mañana mi ¡jrenda Como la llama eterna fie tu mirada, oh Dios ¡
!

Se va, cual al mar un río, Seflienta á una jjuerta toca, Te ofrezco en desagravio, postrado de rodillas.
^uita, ]>or pieflad. Dios mío, Calmafl la sefl fie su boca Purísima y eterna la llama de mi amor.
A mi mente la memoria ! De mi memoria en ofremla. y al mundo que me mira morir en la confianza
De jjo.seer tu gracia como
vSupremo Lien,
No mi jiensamiento
a.salte Y si el viento fiel flestino l.e ofrezco para ejemplo que aliente su esperanza.
j
Ay imagen de mi hija.
! la Contra mi hija se levanta, Purísima y eterna la llama de mi fe.
Mi hora jjostrera no aflija, i
Ay ! airancafl fie su jdanta
Así, cobrando ftierzas en éxtasis cri.stianos.
Santo Dios, ese tormento ! Las es]ánas fiel camino.
Oraba un moribundo jrostrado ante el altar,
Niña fjue al muiiflí; flesj>ierta. Allá en f)rilla lejana, Y así rindió la vifla, legaiiflo á sus hermanos
Y que á la vifla .se lanza, Cf)ii alma pura fie niñf), Kjemplf) fie esperanza, tle fe y fie earidad.
Ilallauflo fie la esperanza Me guarfla tieriu) cariño
Cerrafla, al .salir, la ])uerta. Una santa y iu;ble anciana ;

A flóiifle, á flóiifle las flos


Irán en fluelo jtrofiindf),
Sin más ampart) en elmtnulo
Ks mi
Pf;r el hijo
Pfd'fpie la pftbre
inaflre
ausente
;
ella

me
también
llora,
aflora
CJíivíuiia M íii*1 íne>?:, I luíael.
^ue la voluntafl fie Dios? Conif) á su i>erfliflf) bien.

Tá, á fjuien los btienos adftran ,


Ní> le fligáis ¡
pítr ¡tieflafl !
BERRUECOS
Ten jtieflafl fie mi fhtlor, Que su hijf) ya lut existe,
Tá, f]ue eres jtatlre. Señor, l’ties la infeliz no resiste
Jvl jtaflre fie los fpie lloran. Pesar tan grande á su¡edafl. Todf) calla
cftn lúgubre jtavura

Yo sufro cu paz mi desliiif). Kn profundo de la .selva umbría


lo
Maflre, esposa, hija del alma, ;

Sólo el misterif) de la noche o.scura


Heme humilfle y resignaflo, Peflazfts del corazón,
Conif) el vi.'ijero cansadf)
Kntona en el silencio ,su elegía.
Rezafl |)f>r mí, la ftración
Jín la mitafl del camiiif). La angustia fiel pecho calma. De .se e.scucha en lejanía.
.súbito
Como un eco fatal de de.sventura,
Jamás oflio ni rencftr Al ,'tbanflonar la vida, K1 ])aso de un jinete. Abel venía ¡

lín mi jteehí) íonuó nidf) Piensf) en Difts y en ellas jticnso. De la agreste montaña á la espesura!
Mucho sti frí : estfty rendido Pues es mi anutr tan imnen.so
Pajo el peso fiel fhdftr. Cual triste mi flesjteflic’a. Ruge Caín como chacal ya ducho
Kn devorar sus víctimas. Retumba
Llevo en jtacicncia mi cruz . . . La salvaje exi)losión. ¡
Cielos, qué e.scuclio !

i
Oh Dios (pie mi óltima Intra
I

Pañe tu luz Í>ienhcchf>ra, Un lamento sin fin fúnebre zumba:


Pues miro mi filtima luz !
¡
Ks el i
ay de Pichincha y fie Ayacucho
!

vSobre la vasta, gigantesca tumba !

Onrrillo y Nuvíis, ^J. A.. CoiT )Uíulo, V ic*(AJ l i e.

A MIRANDA EL CONDOR

á (juien con manojusta y reverente


'i'ú ii
Kn la cm])inada roca
l'rancia, Inglaterra y Rusia enlretegieron i
Que los vallesdomina,
La Cf)rf)iia de glorias (pie ciñeron

De enhiesta frente (pie las nubes toca.


A tu republicana, egregia frente He águila andina,
allí el
;

K1 soberbio coliflor, rey del espacio,


cuyo acento finne, iiidejiendiente,
'I'ú, i
Pisar con altivez la excelsa cumbre.
Lf)S de la Convención con jiasmo oyeron
;
Medir la inmensidad, bañanse en lumbre
'I'ú, cuya voz de mando obedecieron j| Del etéreo jialacio.
Reyes de excel.so coraz(')n valiente. ^
Alza el desnudo cuello
Y cre.sta y corvo pico luce ufano,
'Paula hazaña, Miranda, y tu memoria
Y con ojos de vivido de.stello
¿Juzgas no ser eterna todavía ? I

Penetra la extensión, el bo.sfpie, el llano.


Sí, del suelo natal alires la historia. j

Pate las alas de potencia .suma,


¡

Lo miras del e.sclavo en la agonía, II


áe.scalarel firmamento.
Ari(')ja.se

Y pana eolino de tu inmensa gloria Devora espacio yal través del viento

Intentas liliertar la patria mía. Lleva rizada la morena iduina.


I

Atrás deja la nube

(*) l’alabrn.s del iiii.siiio Anoyal.


40 ANTOLOGIA GENERAL

Donde el rayo se forja y brama el trueno, Por la mañana, graciosa niña.


Y en ondulante giro sube y sube Cuando las flores que el aura mueve.
A las regiones del azul sereno. Daban suspiros en la campiña,
La horrenda tempestad no teme altivo, Y de sutiles copos de nieve
Ni ambiente, ni la llama
el éter sin Se engalanaba la amena altura.
— —
Del astro abrasador vivida hoguera Busqué anhelante, de mi ventura
Que los mundos inflama Esas flores benditas,
Arrebatado en su triunfal carrera. Y sin aroma las hallé y marchitas.
Nada e.ste ardor ataja y o.sadía :

Inmensidad y luz busca en su anhelo,


Y luz é inmensidad le brinda el cielo
Y hacia el cráter del sol el rumbo guía; Aquellas flores triste miraba
Allá se cierne en estupenda altura. Una por una, graciosa niña.
Por los desiertos del e.spacio avanza, Cuando el naciente Eebo doraba
Y un leve punto en la exten.sión figura La blanda alfombra de la campiña,
Que humano ,sérá distinguir no alcanza. Y reve.stía con su alma lumbre
No más pronto del mar en lontananza De hermoso brillo la enhiesta cumbre
Alígero bajel corta la espuma Y hallé fresca y gallarda
Y se disipa entré lejana bruma. La hoja verde que mi dicha guarda.
Ya es dueño altivo de la ardiente zona
Y su ambición la intepidez corona ;

Ve orgulloso los vivos resplandores


En que se ciñe el luminar del día
Y debajo los mares luchadores,
CuTÍel, José David.
Y por doquiera la región vacía :

En e.sta soledad goza su pecho.


Rey de los seres que el espacio encierra. EST o IF’ ^S
Todo el azul para volar estrecho.
El sol delante y á sus pies la tierra. Lt'ív.fas por su autor, en la instalación solemne de la

Tal se encumbra el ingenio preregrino “Sociedad Científico-Literaria, de Coro.


Y á la gloria inmortal .se abre camino.

El progre.so es la luz la inteligencia.


Juan Maimel.
:

Córvales, Ese poder germinador que crea


En el campo fecundo de la ciencia
Las eternas conquistas de la idea ;

E.sa antorcha sublime que fulgura


MI RETRATO Con almas claridades
En senda triunfal de las edades.
la
I Y linos huesos carcomidos.
Lleva destello de su lumbre pura
el
Que en un tiempo fueron dientes.
Do está el error ó la ignorancia impera.
Yo soy un sér negativo.
Un sér que á decir no acierto. El todo es una figura Tiende audaz la mirada.
Si es un animado muerto Que de verla me da gana. Penetra audaz al antro del misterio,
O algún esqueleto vivo. Pues antes parece rana Y allí do e.stá el imperio de las sombras.
Más que humana criatura. Emula de la luz, sienta su imperio.
En una hamaca raída
Se mueve una momia rara. II El inspirado apóstol de la ciencia.
Que viéndola cara á cara
Este famoso retrato. Del enigma soberbio halla la clave
Denota que tiene vida. De líneas tan disparejas. En el libro inmortal de la experiencia ;

Los brazos son dos palancas. Lo vendo caro á las viejas Y acumulando triunfos y conquistas
Las manos dos garabatos. Y á las muchachas barato. Que forman la alta, inmarcesible gloria
Dos medios pies sin zapatos Del eterno proceso de la historia,
Porque las viejas sen.sibles Al empuñar el cetro soberano.
En dos descarnadas zancas. Tal vez rogarán por mí, Exhibe en su esplendor y su grandeza
El pecho cual un cartón. Y prolongarán a.sí. Todo el emporio del progreso humano.
La barriga un hondo charco. Mis sufrimientos horribles.
La caña espinal un arco ¿ Qué vibra en esa gestación sublime
armazón.
Y
aquí el autor considera
De donde emerge, alth’o, el pensamiento
Sosteniendo la
Que las jóvenes dirán
?

Un cúmulo
:

de luz inmenso foco


El rostro es más admirable
:

Cielo .santo pobre Juan]


De palpitantes, vividos fulgores.
!
¡ ¡

Con dos conchas por orejas, Quiera Dios que pronto muera !
i

Que brotan en el seno de los siglos.


Y bajo de entrambas cejas Porque muriendo Corrales Cual astros de inmortales resplandores.
Dos fosas insondeables. Podremos felicitarnos.
Allí la libertad allí el derecho
Los pómulos muy salientes. Pues no volverá á asustarnos ; ;

Allí de la verdad la santa egida


Los carrillos muy hundidos, Con sus versos infernales. ;

La eterna cumbre allí, donde la ciencia


Mue.stra al hombre la tierra prometida
Bañando en esplendores la conciencia.
Crespo H., J. Miguiel. I

Allí el alma del arte, soñadora ;

El pentélico mármol
Que al aliento del genio se estremece.
Cual los seres al beso de la aurora,
Con la vida ideal que lo embellece.
Á LA SEÑORITA C. B. Allí el rayo de luz aprisionado.
Del iris en la cárcel brilladora :

La hoja verde, cándida niña. Del múltiple color alma y escala.


Que tú me dieras aquella noche. En alba trasparencia
Cuando guardaban de la campiña Sobre la frente del pintor resbala ;

Las delicadas flores su broche, Allí el canto que exhala


Y los luceros de hermosa lumbre Raudales infinitos de armonía ;

Se levantaban sobre la cumbre. Allí, virgen de luz, en almo coro


Henchido de alegría Plañe .sus plectros de oro
La uní á las flores de la dicha mía. La hija del amor la poesía.
:
¿

CORRALES, CRESPO H., J. D. CURIEL, CURIEL COUTIÑO Y COLE OTERO, I. 41

Y lado de los cantos del poeta


al «La imagen adorada de aquella mujer sobrehumama no me
Y lado ce los triunfos del artista,
al desamparaba un solo instante grabada estaba en mi alma. ;

Sordo ruido se escucha «A aquella mujer, dotada de admirables perfecciones morales,


De máquinas de obreros el trabajo : única^en el mundo, le estaba reservado hasta entonces explotar mi
Es augusto campo de la lucha
el ; corazón.
Y genio poderoso,
el «Las concepciones atrevidas de mi soñadora fantasía respecto á
Al oficiar en el excelso rito, aquella mujer .semi-divina, convirtiéronse más tarde en realidad.
Mientras disipa sombras en la tierra «Aquella mujer existía para míen el mundo moral, en el mun-
Yuela audaz á sondear el infinito. do real.
Dirige el tele.scopio «La naturaleza, con su pincel hábil y diestro, había retratado
Hacia el éter azul }• en el espacio con sumaperfección al sér de mis cáras esperanzas.

;

Estudia y mide los inmensos mundos, «Yo me dije cuando aquella mujer pura y hermosa apareció
Flores de luz del sideral palacio. ,
de repente ante mi vista, á tra\ és de un rayo de luz, de un relámpa-
Y
baja á las entrañas de la tierra, go que la entre.sacó como por encanto de las sombras de una noche
Y desciende hasta el fondo de los mares I
serena y apacible ;

Cómo es po.sible que la naturaleza haya traí-
Para estudiar las leyes de la vida. do al mundo una mujer que sólo en los sueños olímpicos de mi
Que empieza cou el átomo ardiente fantasía pudo tener cabida ?
Y á la atracción molecular siguiendo. «En seguida añadí :

Dibuja ese conjunto soberano. i


«Pues bien si esa mujer exi.ste yo debo amarla yo debo ofre-
:
:

Pasmo y amor del pensamiento humaio. cerle de incondicional manera mi cariño.

Y en alas de la audaz filosofía. «¿Quién no ofrece su amor todo entero y sin reservas á una
Persigue diligente
mujer cual esa que posee tan sobresalientes cualidades ?
«Así, corriendo el tiempo y tras larga y reñida lucha de con-
Del ser humano el ignorado origen
trariedades y de consoladoras a.spiraciones, de temores y de espe-
Y resuelve problemas
I

ranzas, después de tanto batallar, aquel ángel de mis poéticos-


Y deshace misterios y birscando ;

Del sol de la verdad los resplandores j


ensueños y de mis doradas ilusiones, tendióme su mano generosa ;

Y alas prestando al pensamiento libre.


i

y desde entonces nos juramos mutuamente amor eterno y nos di- ;

Roba á la nube el fuego que destruye. mos á vivir el uno para el otro.
Acorta las distancias. «Sus palabras ejercían .sobre mí una mágica infiuencia eran :

Fustiga al fanatismo. j
como melodías divinas, arpegios inefables notas dulcí.simas con :

las cuales sabe ella recorrer deleitando, el infinito diapasón del sen-
Hace la luz de la conciencia 5' llama i

timiento humano, que gusta de inspirarse siempre en la franqueza,


Del pensamiento y la razón en nombre,
la benevolencia y la generosidad.
A comulgar en aras de la idea
Por el amor universal al hombre. «El día ese que ella me juró amor eterno estuvo de plácemes
mi alma mis súplicas fueron oídas mis quejas tuvieron consuelo.
; ;

Vosotros, entusiastas pen.sadores.


«Yo, á decir verdad, no consideraba á aquella mujer como un
Que llena de ideales la conciencia. [

ente moral, porque los ángeles no pisan la tierra, donde el hom-


Fama buscáis para la patria historia. ;

bre mora en són de triste peregrino.


Id serenos al campo de la ciencia
«Porque los ángeles habitan las celestes esferas y ella como
A segar los laureles de la gloria.
parte predilecta del coro celestial, también eleva sus cánticos de
;

alabanzas y adoración al Dios de las Misericordias pidiéndole todos'


los días y á toda hora, derrame sus bondades infinitas sobre seres
que le son queridos en este sombrío valle de lágrimas.»
Coll Otero, lo-nacio.
I
Y aquí hube de hacer alto, porque mi e.sposa sobrecogida du-
rante mi peregrino di.scur.so de extremas impresiones, pues que le
PARA EL ALPÜiyi PE MjS PIIJPS preocupaba la idea de que semejante aparición pudiera todavía
ofu.scar mi e.spíritu con tiernos recuerdos, me preguntó con un in-
§0RPRE§p DE fí]ííQR terés vehemente que rayaba en ansiedad y que en verdad ameritaba
explicaciones convincentes de mi parte :

Serían poco más ó menos las siete de una noche clara y serena, — ¿ Dime, por Dios, esposo mío :

presidida por una hermosa luna de enero, cuando mi media naran- !


Quién es ella ?
ja se entretenía alegremente en columpiar en sus maternales brazos Entonces yo la conte.sté, dándole un tierno y cordial abrazo :

al último de sus pequeñitos,— preciosos pedazos de mi corazón de Esa mujer celestial, ese ángel de luz, de belleza y hermosura,

amantísimo padre, á quien procuraba dormir al són de una linda eres tú, mi adorada chucha.
cántiga que en aquel momento recordaba, y que había aprendido
de boca de su buena madre, por ser la misma que ésta le cantara
en los días felices de su tierna infancia.
Luégo que mi esposa logró dormir á aquella graciosa y adora-
da criatura, aco.stóla con el mayor cuidado y colocándola entre
blandos y diminutos cojines y abrigándola convenientemente cone.sa
;
CLiTiel Coiitifio, Ramón.
delicadeza y ese exquisito tacto de que sólo es capaz el cariño inefa-
ble de una madre, cerró la cortina que cubría la cuna. Cumplien-
do tan sagrado deber maternal, ella .se reclinó muellemente en un
TUS OJOS
cómodo mecedor que allí cercano estaba, á fin de de.scánsar de las
laboriosas tareas del día.
En cuanto á mí, grato me es confesarlo. Embriagado de amor De pura luz manojos.
yo contemplaba en silencioso recogimiento esa sencilla y encanta- Saetas por amor envenenadas.
dora escena, representada en el seno de mi hogar querido. Tales .son, de tus ojos
Pero saliendo de súbito de aquella muda contemplación Elena, las miradas :

arrobadora, dirigiéndome á mi esposa prorrumpí en este ex-abrupto, A veces, vive fuego


que ellaescuchó profundamente emocionada Que el hierro fundiría ;


«Cuando recuerdo, la dije, — á aquel ángel bellísimo de amor
:

A veces nieve, á cuyo roce luégo


y de ternura, que un día que jamás podré olvidar bajó del cielo
a la tierra, envuelto en diáfana nube de nácar
— Eljmás ardiente corazón se enfría.
y oro para mi dicha Si un corazón tuviera
y mi consuelo, siéntome como tra.sportado á regiones de esplenden- Que pura llama fuera,
te luz y de mística alegría. A tus ojos la nieve pediría ;

«Qué mujer. Dios mío ! Mas, en campo de hielo.


si
«Ah ! qué mujer ! Desierto oscuro y triste
Mi pecho convertiste.
«Corrían los primeros años de mi juventud, risueños, hermo- Sólo puedo implorarte, ángel del cielo.
sos, felices años iluminados por espléndidas auroras y acariciados
; Que me lances por siempre, aun con enojos,
por poéticos ensueños. La mirada de fuego de tus ojo.s.
6
42 ANTOLOGIA GENIÍRAL

Dag’iiilio, cloctoi^ Maiiriel. II

Una mujer de quince años tiene la edad de la Auroi'a.


Esta bellísima dio.sa, ve.stida con todas las galas del aire y de la
A los sefiores EE, áe “la Maiiaoa,”
luz, asoma por un instante parlas doradas puertas del oriente y fas-
cina á los mortales que esperan el día para entregarse á las faenas
de la vida.
Apreciados amigos Yo tengo para mí que una mujer de quince años no es más que
la aurora de la mujer, así como una de veinte es la mañana, 5' una
En gravísimo apuro lian puesto ustedes á éste su humilde ser- de treinta es el medio-día ó el zenit.
vidor comprometiéndole públicamente á contribuir con alguna flor La mujer de quince años participa del arrebol y el mágico son-
que formará parte de un ramillete, prendido con esa mágica cinta rosado de la aurora. En sus castas mejillas se dibujan inocentes
que diz se encontraron en una afortunada noche de Pascua, yendo imágenes que ocupan la imaginación en .sus pudorosos ojos se ;

en alegre romería de un pesebre para otro. Desde luego, .señores dejan sorprender todavía los ca.stos sentimientos de un pecho todo
míos, una reflexión se me ocurre, que á fuer de lógico y de amigo virginal 3" en su frente inmaculada, se ven agitar, como en una
;

me atrevo á consignar. Yo he dicho para mi capote las acciones :


fuente cristalina, los sencillos pensamientos de una inteligencia que
humanas son correlativas del pensamiento ningún acto del hom- ;
apenas principia á ver la luz de la verdad.
bre es hijo del acaso emana ciertamente de e.sa actividad intelec-
;
Y e.sto es precisamente lo que por analogía encuentro 3^0 en la
tual y moral, que incesantemente, y hasta durmiendo, como quieren aurora.
algunos metafísicos, se verifica en el sér del hombre, en ese sér im- Esta diosa oriental, se viste 3’ se engalana con las imágenes
palpable y misterioso, .si se quiere, pero tan positi^^o y seguro como sencillas y caprichosas que simulan las fantásticas aspiraciones de
nos lo enseña la convicción íntima que llamamos conciencia. Di- — una mujer de quince años los nítidos colores con que se adorna,
go, pues, en virtud de este raciocinio, que entiendo no e.stá errado, .semejan los purísimos .sentimientos de esa mujer y los indecisos ;

que ustedes no andaban en espíritu viendo tales pesebres, creo que rayos de luz febea que deja entrever al través de sus caprichos y
u.stedes andarían más bien viendo lo que se aco.stumbra ver en .sus colores, son los resplandores de la verdad que iluminan su tier-

ellos que al fin y al cabo, los muñecos, y las casitas, y los peñas- na inteligencia.
;

cos, por curio.sos y e.smerados que sean, son más bien para la piado- ¿Qué más? Cada día no tiene más de una aurora así
. . .
;

sa curiosidad de los niños que para los que al encontrarse la cinta mismo cada mujer no tiene quince años sino una .sola vez, quizás
mágica de alguna beldad, se les ocurre preguntarle á uno de voz en por un solo día, quizás por menos aun. Ea mañana de la mujer, —
cuello, nada menos que por la prensa | Que edad tie 7ieuna mujer de :
lo mismo que su zenit y su ocaso, pueden prolongarse por mucho

quince arios ? Esto significa con evidencia que ustedes tenían su tiempo pero la aurora, que son los quince años, es rápida, instan-
;

Y es que la aurora es demasiado bella para que


cerebro muy fascinado, tal vez, con algunas de e.sas beldades que tánea, inflexible.
debieron ver en los pesebres, ostentando las bellezas y gracias con pueda durar mucho es que así como la luz de Febo destru3"e las
;

que la naturalaza ha adornado á las hijas del lago. Algo apostaría — .sencillas imágenes y los nítidos colores de la virgen Diosa, así la

yo á que ustedes se han .sonreído, al ver que les he atrapado en su luz del mundo 3" del tiempo, más cruel que la febea, aniquila los
picardihuela pero ustedes deben tener en cuenta que nosotros los castos sentimientos, los inocentes caprichos, los tiernos pensamien-
;

pobres hijos de Esculapio, nos remontamos muchas veces por sínto- tos de la mujer en la aurora de su vida.
mas ligeros á cau.sas profundas y lejanas.
III
Basta, amigos, de despique, y entremos en el terreno de la
condescendencia, tratando de satisfacer esa anfibológica pregunta
que en mala hora se les ocurrió hacerme. Digo también que una mujer de quince años tiene la edad de las
flores.
Qué edad una mujer de quince aTios ! ...
/ tiene .

¿ Qué es una flor? — Es la más bella expresión de la naturaleza


Si yo fuera matemático les diría en letras de molde : una mujer vegetal.
de quince años .... ti'es lustros. Es el emana el más puro aroma hacia
incensario de donde
Y amigos míos, á
ustedes, lo más que
tendrían derecho sería á las alturas del Señor ;

encogerse de hombros, darme la e.spalda y refunfuñar qué zo- :


Es el altar en donde vienen á rendir pudoro.so homenaje el cé-
firo 3" las auras, el ambiente y la mansa brisa del verjel, el colibrí
¡

penco !

impalpable 3' la mariposa.


Siyo fuera filósofo les diría una mujer de quince años tiene ;
Es, en fin, la más bella ilusión del valle y la campiña, del pen-
la edad de la responsabilidad moral, á pe.sar de lo versátil y li- sil y la floresta, del mundo todo en que haya campo de verdura.
viano de su carácter y aunque la respuesta no les gustara, ten-
;
¿Y qué otra cosa sino todo esto es una mujer de quince años?
drían que darse por satisfechos. Colocadla en medio de un sin número de mujeres de todas ca-
Si yo fuera materialista les diría una mujer de quince años ;
tegorías en belleza y aptitudes físicas y morales, y la mujer de quin-
tiene la edad que señala la sabia naturaleza para entrar en ese jue- ce años hará el papel simpático de una flor en medio de las selvas :

go a’'mónico que tanto admira la ciencia biológica. bien podrá ser una rosa ó una violeta, una magnolia ó una azuce-
na pero la prerrogativa de la flor nadie podrá disputársela.
Si yo fuera negociante en chismes, les diría una mujer de ;
:
Su corazón puro y virginal, agitado por esos delicados senti-
quince años es la que agota las cintas y las gasas, los bordados y mientos de la inocencia 3" la ca.stidad es, sin duda alguna, el ve-
los tules, las flores y los perendengues de las canastillas y uste- ;
hículo más á propó.sito para trasmitir los ruegos al Dios de la
des tendrían que convenir en que esto es una triste verdad. inocencia y de la virtud. De cada corazón de una mujer de quince
Pero bien entiendo que á u.stedes no les interesa ninguna de años, deben, cual del incensario sagrado, subir al trono del Excel-
estas soluciones, por .sesudas que fuesen ustedes nos hablan de : ,sobellísimas espirales de los efluvios cel candor 3" de las más puras
ramilletes de jloi'es para ofrecer á las beldades de esta tierra risueña. aspiraciones. ¿ Y
qué otro altar más privilegiado en el teatro de la
Quiere decir esto, que ustedes nos han hecho esa pregunta, para vida que el corazón de una mujer de quince años?
que nos situemos en el arnenísinro verjel de la dulce poesía. Qué ¡
El céfiro del amor en todas sus variedades, de.sde el paternal
temeridad !Pedir poe.sía, que es el néctar de los dioses, á quien
¡
hasta el de mera simpatía el aura del hogar, el ambiente de la
:

como yo, no .se ha atrevido nunca á trepar al Pindó, por lo menos virtud, el ángel mismo de los castos amores, como dice Chateau-
de buena gana Pedir poesía, que es como si dijéi'amos sueños
! . . . briand, rinden gustosos su homenaje ante la mujer que goza de la
dorados, sonidos armonio.sos, simpáticas .sombras, baladas pastori- i
prerrogativa de esa edad.
les, fantasmas de la juventud, á quien sólo se ha acostumbrado á Ella forma, en fin, la ilusión más pura del corazón de un padre
lo descarnado de la realidad Pero ya que así lo habéis que-
! . . . 3" una madre, que se embeben extasiados en el púdico semblante
rido, seré dócil hasta daros gu.sto en lo que no me siento con la ne- I de su hija encantadora. Ella embalsama el hogar con su inocente
ce.saria vocación para quedar yo satisfecho, ni mucho menos á alegría ella es, en fin, el ángel del consuelo para cuantos la
;

quienes galantes, habéis ofrecido vuestro ramillete. Sea — ! rodean.


; ; ;

DR. M. DAGNINO, POUTA DE LIMA Y DR. PEDRO C. DOMINICI 43

¡
Oh edad afortunada ! ¡ Cuánto más fueras envidiable si fueras Yo rujo en el combate de la borrasca fiera
más duradera !
Que empeña con huracán
las olas el hórrido ;

Pero desííraciadamente, así como gozas de los encantos de las Encienden los relámpagos mi ardiente cabellera ;

flores, también eres solidaria de su fugacidad precoz. Yo gozo en la tormenta que al hombre de.sespera,
La flor se abre con la aurora, y al ocaso ya no es la misma. Y surjo maje.stuo.sa del cráter de un volcán.
Sus colores y sus matices, su aroma y sus encantos, de un momen-
to á otro se desvanecen.
La luz del .sol y la acción del aire marchitan sus bellezas, y á Yo soy aurina de forma caprichosa
la rosa
poco la flor ya no existe. Que nace en los verjeles del genio del amor.
Así la mujer de guiñee aTios, con la acción del tiempo pierde su Yo soy de en.sueño místico la ca.sta mariposa,
frescura y su belleza infantil, los perfumes de su alma 3" de su co- Y soy alambre rítmico de lira quejumbrosa.
razón pueden evaporar.se, en vez de un ángel, de un encanto, de Yo soy hondo gemido de incógnito dolor.
una bellísima aurora, de una preciosísima flor, puede quedar. . , .

una mujer de más de quince años.


Yo be.so de los genios la frente .soñadora.
Habito en alcázar azul de la ilusión.
el
IV Mitigo los pesares del que sus cuitas llora,
De.sciendo con el rayo primero de la aurora ;

De manera, pues, que ?{na mujer de quince años tiene la edad Yo sov' hija del cielo Yo so>’ la inspiración ; ¡
!

de la aíirora y la edad de las flor'es.


Supongo, señores y amigos, comprenderéis que por lo menos
he de.seado aar cumplimiento á vuestra exigencia.
Y si este que he e.scriro no fuere digno del ramillete, arrojadlo
al fuego y contad con vuestro atento servidor. docíoD P^edDo C.

D LA SUGESTION LITERARIA

El privilegio de las bellas artes lo po.seen la vista


y el oído;
LA INSPIRACION las impre.sionesy .sensaciones de estos dos sentidos artísticos tienen
dominada la imaginación, y han creado agentes enfermizos para
revivir la imagen y conservar la sensibilidad con.sciente en la vida
Los silfos de la aurora, las hadas intangibles. artificial ;
el tabaco, alcohol,
el opio, el café, todos esos alimentos
el

Tejieron de azucenas guirnaldas á mi sien :


nerviosos, han traído
parte de progre.so á la vida literaria, han
.su

Alados querubines me cercan invisibles hecho vibrar células dormidas, han contribuido á la embriaguez
;

Los .sueños y quimeras los vuelvo yo posibles, poética, al refinamiento de la danza, de la mú.sica, del canto, á la
Y el antro más .sombrío tran.sformo en un Edén. idealización rítmica de la voluptuo.sidad han perfeccionado ías im- ;

presiones del hombre primitivo, y de las deformaciones y mutilacio-


nes de las razas salvajes han formado las fanta.sías la.scivas, los pla-
Yo
vi cuando en los cielos á su primer mirada, ceres de los íntimos reaccionarios.
PilDios Omnipotente hizo brotar la luz ;
Las épocas evolucionan con la evolución de las tendencias y
Y vi cómo surgieron los astros de la nada de las .sen.saciones, con la evolución de las necesidades, con la evo-
Y vi tornarse negra la bóveda e.strellada lución del géne.sis de la idea ya la nueva generación sabe pensar,
;

Cuando extendió la noche su funeral capuz. y no vacila ante quienes debe seguir, si á los que proclaman la edu-
cación griega empapada en las aberraciones del misticismo pagano,
Del mundo en los jardines las vírgenes violetas ó á los que oran ante las estatuas de las creencias teúrgicas si á ;

Mi mano justiciera del tallo desprendió, los iniciados bíblicos qne .se conforman con los residuos de su'díos
Para ceñir con ellas la sien de los poetas. y con las jerarquías de los espíritus celestes, ó á los científicos mo-
De aquellos que cantaron de amor ansias secretas, dernos, que adoran la emanación final de la materia, el germen su-
Estrofas inmortales que el tiempo respetó. blime, la santificación ab.soluta de la naturaleza, beoda de ciencia
de verdad si á los que cantan el amor, la fe, el éxtasis, ó á los que
;

descubren la atracción sexual, la energía de la e.sencia creadora, el


Si trazo en la estatuaria la línea podero.sa, poder de la satisfacción del deseo si á los que aman la pureza de
;

vSemira á la belleza marmórea palpitar ; la línea clásica, ó á los que an.sían la sensación nueva hasta el has-
Si poso en el teclado mi mano temblorosa, tío del e,scepticismo animal, hasta el abandono á la impre.sión hi-
Ascienden de la gloria la e.scala mi.steriosa riente, fatigosa y enervante del .sen.sualismo si á los que .sueñan ;

Beethoven y Bellini y Gotschalk y Mozart. con I0.S terrores y las recompensas póstumas, ó á los que pietisan en
¡
el sepulcro como el final de la especie, el de.sgarramiento de la per-
De.sciendo á lo profundo del antro de los mares :
fección humana, la nota racional de la transformación orgánica,
;

Por Dios quizá in.spirado Colón buscóme allí i La condenación trágica de la especie á transformarse en la vía
Palpito en la armonía de cuentos populares. animal, á perfeccionarse en la vía orgánica, ha rechazado por igual
Inspiro el sorprendente Capilar de los Cantares, el e.stoicismo y el epicuri.smo rechaza lo metafísico como rechaza
;

Profética y divina me escucha el Sinaí. lo absurdo, como rechaza lo aéreo, como rechaza lo .sobrenatural.
Nadie crea ni ha creado nunca, tanto la ciencia como el arte obede-
Yo vibro en el poema del bardo florentino cen á una ley evolucioni.sta las leyes aparecen de acuerdo con es-
;

Cuando á su amada canta, Beatrice la inmortal ta evolución, y los que las descubren no las crean las oLservan y ;
;

Animo los pinceles de Rafael de Urbino las comprenden, las estudian y las progagan lo propio sucede con ;
;

Sorprendo de las aves el secretear divino la literatura en la literatura no .se crea, .se imita siempre, .se obe-
;
I

Y canto la luz nueva del astro matinal. dece á una k’y que podríamos llamar de sugestión se obedece á ;

la sugestión de la naturaleza, á la sugestión del medio, á la suge.s-


tión del temperamento, á la sugestión de los libros, á la sugestión
Mi conmueve en la oratoria
aliento .soberano ;
de los autores.
Re.suena en tribuna mi prepotente voz
la ;
E.sa imitación sugestiva .se pre.senta envuelta en el sabor perso-
Al ímprobo guerrero conduzco á la victoria
nal, y aparece entonces una idea nueva, que atrae
Su espada fulgurante se inunda en luz de gloria. y seduce, una
tendencia original que despierta ciertas células internas
Y al hombre torno en héroe, pues .soy hija de Dios. y nos hace
.sentir los mismos placeres, los mismos dolores, las misnias luchas,
los mi.smos sueños y las mismas dudas que el autor nos revelan ;
Entono melancólica, tri.'tísima elegía, un conjunto de sombras incon.scientes que existieron en nuestros
vSi pi.so el tenebro.so
recinto sepulcral, cerebros y que nos atraen al de.scubrirlas lumino.sas
Y llego á lo Infinito con la verdad por guía,
y tangibles,
con formas propias, entre las páginas de un libro que no conocía-
Y río con la ri.sa de in.sólita alegría mos, pero cuya existencia admirábamos confusamente, entre un
Que brota de unos labios c'e vivido coral. li
tejido de incoherencias y mi.sterios de allí se originan las c.scuelas,
;
44 ANTOLOGIA GENERAL

de allí se oiiginan las nuevas fórmulas que van á ser discutidas, en cada frase pesimi.smo de una vida que no se comprende, ni se
el
que van á crear luchas, luchadores, acontecimientos, debilidades y desea, que hereda en gérmenes de placer, 3" .se apaga entre som-
.se

grandezas. bras de desengaños 3’ tristezas es también malsana la de los eter-


;

Y ahora se presenta el punto principal de la cuestión ¿ Por :


nos cantos al amor, la que anda recogiendo ideales marchitos para
qué un escritor sigue e.sta ó aquella escuela con preferencia áotra? rociarlos con el ritmo del verso, con la cadencia histérica de la
El joven que comienza á escribir está demasiado preocupado poesía que llora 3' reza, que .sonríe y cree, que espera y confía.
con la idea, con la forma, con el público, con todas las dificultades Imitar á los griegos é imitar á los franceses, siempre es imitar ;

que encierra la literatura, para pensar en imitar, para buscar el creer ó dudar, son dos enfermedades de un mismo origen, aunque
estilo de éste ó aquel escritor y sin embargo, de.sde sus primeros
;
de dústintos diagnósticos.
artículos se de.scubre que está sugestionado, que imita á alguien Recordemos á nue.stros poetas que no basta cantar, que no bas-
que probablemente no ha leído nunca, j' cuyo luanbre tal vez no ta soñar, que no bastan las armonías de la risa 3' del .sollozo, que
conoce, que .sigue una escuela cuyas tendencias ignora, y cuyos no bastan las sedncciot.e de la belleza 3' del misterio.
;

principios le son completamente desconocidos. Es necesario ser útiles, es necesario el análisis, es necesaria la
Es indudable que esto obedece á la sugestión de los libros, á fórmula científica, que
que puede engrandecer á la joven
es la

la base de .sus conocimientos pero también influye notablemente América es necesario menos imaginación y más entendimiento, es
;
;

la sugestión de la época, la sugestión de las luchas internas, la su-


'

necesario contemplar menos el azul de nue.stro cielo 3’ observar


gestión de las pasiones, de las creencias. más la corteza de nue,stra tierra.
Se critica que hoy se inspiren los jóvenes americanos en los
poetas enferjiios franceses, 5' que expresen sus nostalgias bebiendo
Q'üd. literatura malsana hija de la decadencia; los críticos no re-
flexionan que esos jóvenes, en su mayo’- parte, no conocen la lite-
ratura de Rimbaud, de Verlaine 5' de Mallarmé, y por consiguiente, 13íaz, Feniaiido T\ntonio.
no pueden imitarlos los críticos no reflexionan que la Europa no
;

está caduca, como ellos aseguran, y que en Francia existe una gran
plétora de savia productora, inmen.sa é inagotable, para irradiar, 1

eomo único centro, inspiración al resto del mundo. ELEGIA


Pretender que la juventud americana retroceda hasta la anti-
gua Grecia á contemplar la verdura de la Arcadia, á .soñar con la
bandada de blancos cisnes que semeja el Ili.so al besar los muros
de Atenas á bmscar los dientes del dragón de donde nacieron los A tí, Señor, en mi dolor imploro,
;

patriarcas de Tebas, á robarse á Helena, á respirar la mirra del A tu bondad ocurro en tanta angu.stia ;

engaño en el templo de Delfos, á asi.stir á los juegos olímpicos, á ¡


Oh fuente inagotable de consuelo !

resucitar los ideales de Homero y las cenizas de los héroes de Ma-


Mis tri.stes ojos en amargo lloro
ratón y de Arbela es condenarla á ser inútil, es condenarla á per-
:
Velados, miran tenebrosa 3' mustia.
seguir ideales muertos, á adorar la Eterna Belleza, la belleza fal.sa, La inmen.sa creación hundida en duelo.
la belleza de las tristezas 3' de los ripios. Nue.stros poetas no ne- En vano el .sol con su e.splendor radiante
ce.sitan escuchar las melodías de la lira de Orfeo para cantar j!" Los horizontes dora 3’ vivifica
soñar como tampoco necesitan para ir á la guerra, envolverse en Con sus rayos ardientes
;
Millones de vivientes.
mantos de púrpura, destrenzar.se la abundante cabellera, y, al com-
pás de flautas y tambores, luchar por sus deberes y derechos nues- ;
Cuya voz por doquiera resonante.
tros poetas poseen demasiada riqueza de imaginación, para irá la
El gozo del común vivir publica :

morada de las Musas á de.senterrar cadáveres, para ir á buscar Herido 3' anhelante
fuego sagrado en los santuarios de las divinidades pelásgicas, ins- Mi triste corazón, esquivo huye
piración en los altares de la poesía helénica nuestros poetas poseen
Del común alborozo, ni aun percibo 3'’

la mañana adornada de celajes de peplos vaporo.sos la aromosa


;
Esa esplendente luz que á todo alcanza :

humedad de la tierra fértil revestida de verdes hierbas, el pomposo No oigo el rumor universal y activo
traje de los árboles, la eterna trasparencia de los recuerdos, la mís-
Que en toda parte fluye,
tica penumbra de las rev^elaciones las bacanales, las formas de- Expresión de placer 3" de esperanza.
;

testablemente hermosas de la mujer, la luz, el éter, los colores de Llanto sólo á mis ojos 3' á mi pecho
nuestros cielos, las bellezas todas de nuestra naturaleza, rica, fe-
Hondo su.spiro es dado. Dios clemente !

I En dónde está el alivio á


tal dolencia,
cunda y pródiga para el que .sabe admirarla 3' comprenderla.
Los jóvenes americanos se inspiran en esa literatura inaLsana, A tan acerbo mal 3' tan vehemente ?
porque obedecen á la sugestión de la época 3- la .sugestión de la
;
Tú me lo arrebataste en tan estrecho
Plazo, con tal violencia
época es la duda; hoy aprendemos á dudar dema.siado pronto, apren-
demos á hacernos desgraciados, á no creer en nada de lo que es De mí lo .separaste, que el terrible
bello, de loquees ideal, de lo que es .sombra, de lo que es misterio ;
Golpe dejóme atónito, insensible

e.sas neurosis de nue.stros cantos, no son sino desbordamientos de


nuestras luchas internas, flaquezas de nuestros sufrimientos mora- Aun miro al inocente, al tierno hijo.
les la duda en forma de blasfemia ó en forma de plegaria, siempre
:
Cómo infelice gime
es duda. En padecer prolijo
La imitación no depende del escritor, la imitación obedece á De angustiosa agonía : con mano fuerte
una serie de sugestiones internas 3' externas que dominan el espíri- El pecho allí le oprime
tu analítico del pensador 3' la imaginación soñadora del poeta la ;
Inflexible la muerte.
imitación es el producto de una acumulación latente de juicios é Con fuerza alienta fúnebre ronquido :

impresiones, de raciocinios 3^ de impresiones. Todos imitan las ; Su pecho en su faz sombría


ra.sga 3'

artes y las ciencias .se originan de un engranaje de ideas sugestio- Se a.sienta la congoja 3' un quejido :

nadas, que aparecen desde lo infinitamente pequeño ha.sta lo in- Lánguido 3’ melancólico, parece
finitamente grande ;
las obras del ingenio humano son productos El tiempo remedar en que vivía. . . .

de conocimientos adquiridos. La influencia de e.sas sugestiones se Cada nuevo momento


hace palpable, si observamos que ca.si todos los escritores tienen Acorta el respirar 3- lo entorpece ;

como poetas una tendencia y como pensadores otra las más de las
;
El aire que rodea
veces esas tendencias son contrarias, 3^ vemos que un mismo escri- Todo este globo en próvida abundancia,
tor como ^•ersificador es exageradamente romántico, 3' como prosa- A su anhelar ardiente se escasea.
dor implacable naturalista, cruel anatomista de la idea ésto se;
Penosa contracción, rígido pasmo
observa hasta en los que no escriben versos. Sus miembros tuerce en pertinaz constancia.
Cuando soñamos, cuando echamos al viento nue.stros sufri- Cual horrible sarcasmo
mientos y nuestras luchas, no podemos .sentir del mismo modo que Parece que la muerte
cuando juzgamos las luchas ajenas, cuando analizamos las dudas Suspende el golpe de descanso, en tanto
do otro j'í?, las enfermas vacilaciones de otro espíritu. . Que bárbara .sonríe, 3^ se divierte
Si es malsana la literatura que busca destrucción de la reali- Con la escena de duelo y de quebranto ;

dad, el olvido del origen de la existencia, el hipnoti.smo .sensualista Del hijo analizándola agonía
de la incon.sciencia, la variabilidad de las .sensaciones de la inteli- Con feroz alegría,
gencia, para dar una forma original á las luchas internas 3' marcar Retarda al padre apetecido llanto. . . .
; — ——

FERNANDO A. DIAZ, DEL MONTE Y APONTE, D. Y PEDRO P. DIAZ 45

Angel que en esta terrenal esfera Así se vieran las cubanas musas,
Por ásperos senderos me acompañas Vistiendo en vez del opolulento arreo
Venciendo las malezas de la vida: Con que plugo á natura ataviarlas.
Consuelo á mi dolor, fiel compañera, De la ignorancia el mi.serable andrajo
Mi fuerza y esperanza luz querida Con que sus miembros cándidos afean :

En las vicisitudes más extrañas : No en torpe, insuI.so, e.strepito.so v'erso


Pues por fin plugo
Dios de las bondades.al La majestad del canto profanaran ;

Mandando descargar el golpe cierto. Ni, —


en vez de alzará generoso asunto.
Terminar nuestras crueles ansiedades : De inspiración en pos el alma audace.
Mira de tus entrañas Do virtud y valor, ciencia, armonía
Al hijo amado ya cadáver yerto ; Felices se encontraran humilladas ; —
Tómalo entre tus brazos. Cual ahora humillan oh vergüenza
se ¡
!

Estampa un beso ardiente Escarnio vil de estúpidos Mecenas,


En su 3'a helada frente ; Ni del pueblo baldón sus rimas fueran.
Tu corazón de madre haga pedazos
El agudo pesar sacia tu alma,
;
Tú .serás ¡
oh mi Elicio ! el escogido
í>áciala en el dolor, húndela en duelo. . . .
A restaurarlas. Su nativo
orgullo.
Para que luego en religiosa calma Su noble dignidad, su ilustre intento.
Puedas hallar con.suelo.
Resignada implorándolo del cielo.
Tú, sabio, les darás que ya no en vano
El vate excelso cjue de Heredia el nombre
;

Hizo famoso en Cuba y Tenoxtitlan,
Solemne canfor ?iuestro te llamara.
Tu lira apresta, y á la luz inmensa
Del Monte y TVpoiite, D. Que en la encendida zona el .sol derrama
A fuer de un dios sentado en la alta cima
;

Del más alzado risco; dominando —


De la Antilla ma}-or el fértil suelo
EPISTOLA Y del Caribe mar las recias ondas,
Las cuerdas vibra y de entusiasmo ardiente
Y de sublime in.spiración henchido,
A Elido óundamaroo, poota amoricaiio. Al aire suelta el verso numeroso
Con voz robusta y con sonoro acento.
Desde la triste margen de este río.
Do su alcázar ostenta y los blasones
De su arruinada gloria el castellano.
Al escucharte atónita la patria
Tu errante amigo de su Cuba ausente,
Entre orgullo y placer, dirá «Tú eres. :

Salud, amor y el corazón te envía.


Tú, mi Poeta,)) y de inmortal corona
Sí, manda el corazón al caro Elicio
De palma indiana y de laurel eterno
A Elicio, encanto de la musa indiana.
Tu frente ceñirá radiante bella.
Ya benigno le preste su dulzura.
Del alma al expresar el tierno afecto,
Ya en puhsando
la cítara .sonora
Con américo plectro armonioso.
Amor de patria inspire y de honra gloria
Al índico cantor Dado me fuera
. . . . ¡
Díaz, Dedro Dablo.
Alzar así mis tonos abatidos !

Por invencible e.spíritu inflamado


De ansia de fama y de celeste fuego,
¡
Cuál dijera los timbres inmortales
EL BURRO
Del orbe de Colón Tú, .sacra historia,
. . . . !

A mis ojos rasgando los o.scuros


Velos que esconden su primer origen.
Del Inca santo, del feroz azteca Cansáronse por fin los animales
Los anales confusos me enseñaras ;
De re>’, de roque } de gobiernos reales ;

Las riquezas, poderío


el culto, el Y luégo que al monarca depusieron.
De imperios tan pujantes revelando. La forma de república eligieron.
En mi loor los himnos entonaran Al in.stante formaron un congreso;
Del Ecuador, del Trópico á porfía Y en él se repartieron el gran peso
Las dulces, colombiánides beldades. De todos los negocios del Estado ;

Luégo en negro laúd con graves cuerdas Cada cual tuvo empleo señalado.
Que del dolor la mu.sa inspiraría, «Señores dijo entonces el jumento,
!))

De la aurífera Haití, de Cuba hermosa «Yo no sirvo: me falta entendimiento.))


El caso acerbo lamentara, y cómo Bueno ! dijeron todos, libre quede.
El crudo vencedor .segó las vidas Pues nadie debe hacer lo que no puede.
Del humilde, sencillo, inerme pueblo.
PU ronco sollozar rompiendo el canto. Sobrevino
la guerra, y el Senado
Del grande Hotey la .sombra aplacaría Manda burro, que está desocupado,
al
Y nonos maldijera antes la injuria — A
llevar una carga de pertrechos.
Atroz de nuestros padres olvidara, «Señores es contrario á mis derechos.
! . . .))

Y al ver del e.spañol llorando al hijo. «Burro de los demonios, ¿ cómo es eso ?))
Benigno el mártir su perdón nos diera. Exclamó el Presidente. «Date pre.so,
«Picaro 7na7iganzÓ7i, que el otro día
Mas no que el Señor Dios el estro santo
! «Digiste no entenderla letanía,
Negóme y nunca prez alcanzar puedo. «é Y
ahora sabes leyes ? Pero baste . . .
;

Prez ansiada de gloria, concedida «No perdamos el tiempo al egoí.sta



:

Sólo al Poeta En instrumento humilde «Luego á luego lo aparten de mi vista,


Acompañar la simple cantilena «Y quítenle la piel para timbales
Del morador de Cuba, y sus costumbres «Y ejemplo de los otros animales.))
Campe.stres retratar este es mi canto. — Viven de la república al abrigo
La patria le inspiró, no el grande ingenio. Muchos como e.ste burro, y sin castigo.
La patria que inspirar también debiera
A cuanto cisne en sus orillas cría
El Almendares nuestro. No humilladas
46 ANTOLOGIA GENERAL

Eclieverría, J osé LViitoiiio. Embriagada de amor. Sólo se oía


Del mar el .són continuo, y el distante
Rumor confuso del alegre pueblo

o ID ^ Agitado cual
Del Almendar .sonante,
El noble genio de la rica Habana
él ; cuando á la orilla

A la Infanta de Castilla, Daña María Isañel Lnísa de Bordón. Solitario llegó. Tiende la vista
Por el inmen.so piélago, y las ondas
Las índicas arenas
Bañar tan .sólo vió fugaz sonrisa :

Que calle yo cuando los buenos cantan


¡ !
Por su rostro vagó, como en el cielo
V. DE LA Vega. Yagar suele agitada por la brisa,
Cándida, leve, trasparente nube.

Qué entu-siasmo,
oh placer en desusada
— Cuándo, cuándo mi anhelo
« ¡

¿ !
¡
Sati.sfecho veré Tú, poderoso. !

Conmoción agitando el alma mía,


Eterno Dios que en majestad velado
Salva atrevido el valladar estrecho
Regulas e.ste mundo, los clamores
Que aprisiona mi inquieta fantasía
Oj-e que de mi pecho fervoroso
Y osa .su vuelo alzar hasta do airada
A tu alto trono elevo. Antes que el día
Retumba la tormenta Rompa
;
en Oriente desparciendo albores,
Donde el Señor su poderoso brío
Puedan mis ojo.s« De la luna hermosa
Y majestad ostenta ;
Se eclipsó el puro disco de la tierra
. . .

Donde el vate feliz alborozado, ;

Los cimientos temblaron, y su .seno


Levanta altivo la radiosa frente
Una sombra lanzó, majestüosa
Y del rayo al fulgor canta inspirado?
Y á su vista, turbado
;

¿ Quién oh lira tus ya olvidadas cuerdas.


¡
!

Ahnendares su plácida carrera


En el silencio de la noche umbría
Pulsa invisible, y en mi pecho ardiente

Contuvo. «Noble Genio, ilustre Habana,
Salud, salud por siempre, ella dijera
Hace reinar la inspiración ? ¿ Acaso — Te conocí mansión del indio rudo
:

Es el amor ? Oh no —
Será que el día
¡

Tan an.siado de Iberia en los clamores.


!
— Cuando alegre, glorioso y aclamado
En tu playa salté. Después te vide
Llega á ostentar .sus almos resplandores?
De triunfos llena, rica, encantadora
— Sí ; —
vé su luz ¿ Con que progenie el cielo
Ser de la virgen Cuba la señora.
Al trono de Fernando y de Cristina
Mírame soy Colón el que atrevido

Concedió? ¿Qué, no escuchas el .sonoro ;

Hendiendo ignoto mar en frágil nave.


:

Rumor con que la España entusia.smada Descubrí un nuevo mundo, que escondido
Celebra á su Isabel ? Sah'e, divina — ¡
Al otro mundo estaba. Tus clamores
Estrella de la paz anunciadora !

Acalla auíes que el día


:

Salve ! Mi pensamiento arrebatado Rompa en Oriente desparciendo albores,


En las alas del férvido deseo.
Verán tus ojos ávidos al pueblo
Lánzase, y pa.sa el reino inmensurable
Gozoso rodear la nave, nuncio
Que hay entre el porvenir y lo pasado ;
De paz, y de consuelo 5^ de alegría.
Y te mira contenta,
Ya de Iberia el lamento
Justa regir tu pueblo cual solía
Oyó propicio el cielo, 3' apiadado
Otra Isabel á quien España adora,
Progenie ilustre ha dado
De quien la historia incorruptible cuenta Al trono de Castilla
Acciones mil heroicas á porfía. ;

En radiante
él brilla
El nombre de Isabel en grato agüero.
Inclitos vates que la hermosa Cuba Como brilla triunfante
En su regazo aduerme, Tras fiera tempestad algún lucero.»
Y del fértil, mansísimo Ahnendares,
En el raudal .sonoro
Dijo: súbito trueno
Bebéis la inspiración las liras de oro ;
Retumba en la alta e.sfera la sagrada :

Armoniosas pulsad y que á los ecos ;


Sombra se hundió Ahnendares :

De tropical, ardiente poesía,


Sigue su curso rápido 3' sereno :

Al volver y alzar sus cre.spas ondas,


ir,
De laluna plateada
Isabel digan los indianos mares,
Vuelve á brillar la luz 3' el alto Genio :
Isabel vuelvan las heladas zonas,
Desparece diciendo «Alienta, Habana :
;
Isabel, Isabel con alegría
Suene y suene sin fin desde do nace
Y en tu recinto suene entre el contento,
Hasta do muere el luminar del día.
Isabel, Isabel.» Y en la lejana —
Colina, el eco trémulo, apagado.
De Isabel volvió el nombre idolatrado :

Pero antes e.scuchad, hijos del canto, Y de onda en onda vaga repetido.
Los últimos concentos , La nota errante del valiente Soto (i)
De mi dichosa lira que ha podido I.a escuchó 3' conmovido. ;

Cantar el nombre de Isabel querido. Endulzando su fúnebre lamento,


Isabel, dijo en moribundo acento.
Era la noche la callada luna :

Del quieto mar purísima se alzaba,


Y en las azules onlas retemblaba
La blanda luz de sus modestos ra3’OS. (l) Alude á la notable coincidencia de llamaise también Isabel la esposa
de Hernando de .Soto, Adelantado de la Florida, y tercer Gobernador de la Isla
Pin el confín lejano relucía
de Cuba, muerto en la conquista de la Florida en 1542, y cuyo cadáver fué
Tal cual pálida estrella, i arrojado al agua dentro de un tronco Inieco de encina para evitar que fuese pro-
Linda como los ojos de una bella I
fañado.
;!

JOSE ANTONIO Y JUAN M. ECHEVERRIA Y ELOY ESCOBAR 47

Echeverría, fJ^mn M. Como


Que á el
la ardiente rosa
aire se despliega
perfumada.
Cual lira sonorosa
su NOMBRE En himnos celestiales desatada ;

Ocual niebla del río


Por Víctor IIug.*o.
Que el verde campo esmalta de rocío
;

Así seas ahora :

Flor, perla y ruidos de la nueva aurora.

Nomen, aut numen

De blanco lirio el perfumado aliento ;


EL GENIO DEL LIBERTADOR
El suave brillo de una aureola hermosa
De un día que muere el postrimer acento ;

La queja de un amigo lastimosa ;


Eb el Ffm teón NaciOBaL
Una hora que al volar entrega al viento
Su dulce despedida misteriosa ;
Severo el rostro, pálida la frente.
El éxtasis sublime, el embeleso
Del Ande retemblando giganteo.
Que el ruido causa de amoroso beso ;
El Genio baja, con luctuo.so arreo.
Como la noche oscura, lentamente
Ln banda de colores rutilante
;

Que deja entre las nubes la tormenta, Contempla un punto la apiñada gente
Y cual trofeo espléndido y brillante Que en torno está del alto mausoleo,
La ofrece al sol que su victoria ostenta ;
Y eu el dolor del fúnebre trofeo.
La inesperada voz de ausente amante ; La faz serena y el pen.sar doliente :

El tierno voto que ocultar intenta


La virgen inocente y hechicera ;
La ingratitud, la eiividia, el temeroso
De un niño el sueño ó la ilusión primera ;
Furor civil y la ambición airada.
Ante él eu grave grupo sileucio.so,
La armonía dulcísima y sonora
De algún coro que canta en lontananza :
Póstranse mudos, la cerviz doblada ;

Aquel suspiro que al nacer la aurora Y el Genio augusto, como blanca nube.
La estatua de Memnón dicen que lanza ; Suelto el manto triunfal, al cielo sube.
Un sonido que tiembla y se evapora,
Y cuanto dulce el pensamiento alcanza
O la idea puede concebir del hombre.
Es menos dulce, oh lira, que su nombre.
!

ADIOS
Sea ese nombre oración sagrada
la
Que santiñque nuestro bello canto
El sea la luz secreta, inmaculada.
;
Nube que vas por el viento.
Que alumbre el templo con su brillo santo !
Como descarriada y .sola,
El la palabra augusta, consagrada. Llevalé mi tri.ste acento,
Que con místico acento sacrosanto. Llevalé mi adiós á Lola,
Cien voces puras en celeste bando Nube que vas por el viento !

Se escuche eternamente proclamando. Onda trémula del río.


Antes, oh! amigos, que mi musa ardiente. Que vas tu amor murmurando.
Extraviando tal vez su noble vuelo. Llévale ay el llanto mío.
!

Mezclar audaz en su delirio intente Tú que vives .sollozando.


Nombres profanos que el bastardo anhelo Onda trémula del río !

Del vano orgullo proclamó demente, Avecilla cantadora.


A ese nombre castísimo que el cielo
Suelta las alas y vuela,
Escondiera en mi pecho, 5 que yo adoro '
Y cántale, con la aurora.
Como un divino y sin igual te.soro ; Cántale mi cantinela.
El canto de mis himnos celestiales. Avecilla cantadora !

Cual los himnos será puro y hermoso Y tú, dulce 3 tierno amor, '

Que escuchan de rodillas les mortales ;


Díle á Lola desde aquí,
Y á sus ecos sublimes, melodio.sos, Cuál me tiene, amor, á mí.
Y á sus voces solemnes é inmortales. Su dolor 3 mi dolor ' !

Se estremezcan los aires vagarosos.


Cual si uu ángel pasase embalsamado. Que si tú te vas, dejando
Sus alas sacudiendo á nue.stro lado. Sola mi alma noche ó día.
La pobre alma se iría
Detrás de tí su.spirando.

Díle que cuando la lumbre

Escohau, Elov. Del sol corona el ocaso.


Va conmigo, tardo el paso.
Mi doliente pesadumbre ;

A CARMEN Y sobre el altivo monte.


Lleno de e.ste dolor mío.
Miro las vegas y el río.
Blando Túy, al horizonte ;

Cual sube la violeta


Bajo la rama dcl ciprés .sombría,
Y en el azul oleaje
De inmensa lejanía,
la
O el arpa del poeta.
Miro á Lola, Lola mía.
Llena de esta inmortal melancolía ;
Como tímido celaje I . . .

O cual turbada nube Flores que delante de ella


Que en lágrimas deshecha, vaga y sube ;
El cuello váis doblegando,
Así, oh Carmen fui.ste:
¡
1 No lloréis, que amor es blando
Pálida, sola, gemebunda y triste. Y es levísima su huella.
48 ANTOLOGIA GENERAL

Bajo sus pies dulce olor II V


Suspirad, y nueva vida
Os dé mi Lola querida ! . . .
América ultrajada ! Altiva su mirada.
¿ No da la vida el amor? De tu abyección despierta ! . . . Fulgura y centellea.
Nohagáis como éstas que moran Sonó la voz de alerta ! . . . . En alazán pelea
.su

Cerca de mí, que me miran. Retumba ya. el cañón ! . . . . Sin vaga turbación.
Pobres flores y suspiran
Sacude con denuedo Ningún peligro teme.
!

Y como suspiran lloran La inercia que te abate, Ningún afán le inquieta ;


!

Y apréstate al combate : El es ... el fuerte atleta


! .

Que es Lola luz suave y pura, No más humillación. Del mundo de Colón !

Es anior, dulce alegría ;


De pie, .sobre los Andes, Su escudóle dió Marte
Y yo soy en mi agonía, Tiembla de indigación. Y el cielo protección.
Dolor de la noche oscura.
III VI
Nube que vas por el viento,
Como descarriada y sola, La faz brotando llamas. Bolívar .... ese nombre
! A
Llevalé mi triste acento, Desnudos los aceros. Que tánta gloria encierra,
Llevalé mi adiós á Lola, Tus ínclitos guerreros Conmuéve.se la tierra,
Nube que vas por el viento !
Se ajustan ya broquel el ! Se agita el corazón ! . . . .

De iris el estandarte La libertad ,se viste


La tarde, suelto el cabello.
Tremolan suelto al viento : Sus más brillantes galas,
Va, la ropa descogida, Con bélico ardimiento Y el alma abre sus alas

Y á llorar y amar convida Relincha ya el corcel. En pos de inspiración !

El rostro pálido y bello. Coronas á esos bravos. No más viles cadenas,


Coronas de laurel ! . . , . P^ltrajes ni opresión ! . . . .

Túamas, tarde, al sol que viste,


Que te deja tri.ste y sola ; IV VII
Yo vi también y amo á Lola,
Que me deja .solo y triste.
Decid ! .
¿ Quién el Alcides
. . Cien pueblos abatidos.
Pues hay, tarde, entre ambos hoy Que allí preside ó manda. Cien pueblos consternados,
Una inmensa .simpatía :
Luciendo la ancha banda A un poste vil atados
Tú eres la melancolía. Con noble aire marcial ? Sin luz ni libertad.
Yo melancólico e.stoy. ¿ De quién la voz que vibra Bendicen hoy su nombre
Cual ruido de tormenta. Contentos y dichosos
Yo miro palidecer Que asusta y amedrenta Y ostentan orgullosos.
La blanda luz de tu frente, La turba colonial ? Pujanza y majestad . ! . . .

A medida que á Occidente Su faz ostenta el brillo Vates americanos


Baja el sol á fenecer. De un genio celestial. Mil himnos entonad.
Mira tú, que el rostro mío.
Como va el celaje huyendo.
Va también palideciendo
Melancólico y sombrío.
EstelleiN Alfredo.
. .

En tu seno, murmurantes.
Como de lágrimas llenas.
Van las fuentes, inserenas,
Y las auras, .suspirantes.
EL INVIERNO
En mí murmura y espira
de inmenso dolor
P' líente !
Pardas nubes se apiñan en el monte.
Y son suspiros de amor Un olor de humedad la tierra exhala.
Estas notas de mi lira ! . .
Entre la densa oscuridad re.sbala
Mas ay que la excelsa lumbre Relámpago que incendia el horizonte.
!

Cayó al fln al hondo oca.so. . .

Ven conmigo, tardo el paso. En las torres se agrupan bulliciosas


Mi doliente pesadumbre ! . . Las blancas y azuladas golondrinas.
Bandadas de palomas campesinas
Sombra que vas por el viento. Van cruzando el espacio silenciosas.
Como de.scarriada y sola,
Llevalé mi triste acento, Enipieza ya el invierno las palomas :

Llevalé mi adiós á Lola, Se acercan al calor de las ciudades.


Sombra que vas por el viento !
Dejando sus agrestes soledades.
Sus fresaos valles, .sus tendidas lomas.

Las golondrinas que hasta ayer su nido


EscovaiL Simón tV. Colgaron de mi casa en el tejado,
Al empezar las nieves lo han dejado
Y en busca de otros climas han partido.
BOLIVAR
Amigos, ilusiones !
golondrinas.
Si hay un mort.al de quien, todo bien
Que abandonáis el alma á su tristeza.
considerado, pueda envidiarse el destino,
ese mortal es liolivar, el hombre que halló
Cuando el invierno de la dicha empieza.
la América en cadenas y le ha dado liber- Os marcháis cual palomas campesinas.
tad I . . . .

(^El Ah.\te de Pr.\dt). las palomas tornan


Pasa
el invierno ;

I A habitar sus agrestes .soledades.


Hermosos lauros ciñan La inspiración potente. Vuelve la golondrina á las ciudades
Las .sienes del gigante. Baje á bañar mi frente. Amigos é ilusiones no retornan. . . .

Del formidable Atlante Baje á infundirme ardor.


Mil veces vencedor ! . . . .
¡
Salud', salud al héroe
Sobre zafírea nube De lui mundo redentor !
; !

S. A. ESCOVAR, A. Y B. ESTELEER, DR. A. ERNST Y GRAE. F. ESTEVES 49

Esteller, YVlfredo. Si examinamos mapa


del cantón de Piacoa de la antigua
el
provincia de Gua5’aiia en Atlas de Codazzi, veremos pronto que
el
el epee principal del río va en dirección Este,
con algunas ramifi-
caciones, y termina finalniente en un estuario cuyos límites
.son las
NUNCA bocas de Loran y de Navios. Estas dos forman la embocadura
del
Orinoco, que fue sin duda también la primitiva
y única del gran
río al terminar la época terciaria, después del
levantamiento de los
— Vas á parlir Como recuerdo mío,
?
Llanos y la retirada del mar que antes bañaba todas aquellas
giones hasta cerca del pie de la cordillera.
re-
Qué
¿ quieres llevar
te ?

— Uu rizo de tu negra cabellera, Po.steriormente á este acontecimiento, ti Este de Venezuela


— Un nada más
riz.o, fue teatro de grandes alteraciones geológicas, .sea que éstas
se ha-
— Dame.
!

¿qué
. pidiera Rosalía?
. . te yan verificado lentamente, ó venido de súbito como violentos cata-
Si no sé qué pedir. clismos. Un exten.so hundimiento del suelo dió origen al Golfo
— Algo que en esta ausencia dolorosa Triste y separó la isla de Trinidad del continente sud-americano.
Te haga pensar en mí. Este hundimiento se tra.smitio hacia el Sud hasta el Orinoco,
— Dame esa que llevas en flor produjo un vasto plano inclinado y de poquí.sima elevación. y
el .seno. Nada
Es un rojo clavel. mas natural que por él se desparramasen las aguas del Orinoco,
— Aroma ni color tendrá mañ.ana, cavando poco á poco el tortuoso lecho de la intrincada red de caños
Será tu amor como
¿ él ? que se dirigieion hacia el Norte eu busca de la nueva depre.sión
— Dices que no tendrá color ni vida. invadida por las olas del océano. La tierra comprendida entre
los
Cuando pierda su olor. . . .
,
caños de Bagre y la Boca de Araguao no la trajo por
consiguiente
Qi-ié tendré yo en el pecho y en la mente. el Orinoco ella exi.stía de muy atrás á su banda Norte,
. ¿
no forma un
;
y por eso
Cuando olvide tu amor? ji delta, tal como la ciencia moderna comprende
esta
palabra. El Oruioeo uo ticiie delta eu este sentido acaso podría
llamarse seudo-delta el terreno al que generalmente se
da aquel ^
nombre.
El hundimiento de que hemos hablado, iba di.sniinu3’endo en
Eriist, doctor Y^dolfd. fuerza hacia el Sud, y ce.só por completo al llegar al Orinoco
pues ;
a su banda derecha empieza el terreno granítico de Guayaná,
con
sus rocas de origen ígneo, repre.sentadas en la misma orilla
del río
¿TIENE EL ORINOCO UN DELTA? por minerales de hierro oligista tan rica en la sierra de Iniataca.
Esta importante transformación geológica tuvo lugar al prin-
cipio de la época cuartaria, en la que ocurrió también el
hundi-
miento de la cuenca del Lago de Maracaibo
Supeiflua paiecera sin duda a todos nuestro.s lectores esta pre- y acaso el cataclismo
gunta, ya que en cada texto de geografía se habla del Delta que diera origen a la profunda depresión ocupada hoy por el pin-
del i

tore.sco Lago de Tacarigua.


Orinoco, y en la división territorial de la República figura
un Te-
I

rritorio de este nombre, con su capital, gobernador etc., separado, ¿ Pre.sencio el hombre
estas grandes revoluciones del suelO'
no hace mucho, del extenso y antes tan floreciente Estado de
Gua-
americano ?
^
No podemos
afirmarlo, y meno.s aún queremos ne-
yana. Ademá.s^¿ no basta una mirada al mapa para ver que allí garlo. Según Humboldt hubo entre los indios guaiqueríes de la
hay un gran triángulo, cual inmen.sa mayú.scula delta griega, con costa de Cumana uu recuerdo tradicional de la irrupción
de las
'

su ápice de Barrancas, sus dos lados fluviales, aguas que forman ahora el golfo de Cariaco, acontecimiento que e.s
y su base marítima
i

bañada por las olas del Atlántico ? ,


de lami.sma naturaleza que los mencionados en el párrafo anterior.
Peí fectamente bien
A .si^acaso fuera
prudente adoptar para estos un tiempo más remo-
Peí o como no es oro todo lo que reluiii-
^

íÍ
to aún la existencia del hombre al principio de la época
bra, tampoco es delta todo pedazo de tierra :
cuartaria
de forma triangular, ¡i
es un hecho incontestable
aunque esté situado en la boca de algún río. La palabra delta
es
y por otra parte no faltan indicios de
;

un término técnico de la geología


1 ;

que el Nuevo Mundo, en cuanto á los seres orgánicos que lo habi-


y geografía física, y como tal !
tan, es más antiguo que los continentes del hemisferio
tiene su significado exacto oriental.
y preciso. Elámanse así los depósitos i

formados por el sedimento de las .sustancias sólidas, que,


traídas
por el agua de los ríos, .se precipitan al fondo en la embocadura
de i'

estos, y gradualmente avanzan mar afuera, si las


circumstancias lo
permiten. Ya Herodoto, hace más de dos mil años, dijo que lo
esencial en el famoso delta del Nilo era su formación
de tierra de Esteves, general Eelipe.
aluvión, opinión muy respetable, siquiera por su
antigüedad. Es i

cierto que muchos deltas tienen una forma más


ó menos triangu- ¡i
lar pero la forma es secundaria, puesto
que hay deltas, y niuy
;

grandes, que no la tienen, como v. g. el del Misissipí,


.semejante á
|

MIS TRES PERLAS


la huella de una pata de gallina.
j

Resulta déla definición de delta que, en primer lugar,


debe
haber un río caudaloso que traiga en sus aguas una cantidad En una sola concha Hijas amadas mías.
consi- i

derable de sustancias .sólidas, ó .sea arenas Tengo tres perlas, Cuánta inocencia.
y polvo muy fino, en 1
segundo lugar, debe existir la po.sibilidad de que este material y Blancas como la nieve. Cuánta bondad y gracia
sóli-
do se deposite gradualmente en la embocadura ó fuera de *
Bellas, muy bellas Las tres o.stentan
ella. Do No envidio al potentado
; !

primero sucede en los nos de cierto tamaño. Eo segundo exige un ¡


Dicho.so yo que olvido
mar tranquilo y .sin corrientes costaneras porque fácilmente j

Con sus riquezas. Todas mis penas.


se, ;
Que más que todas valen
comprende que e.stas últimas arrastran las partículas sólidas
á me-
Cuando os miro extasiado,
dida que vengan á salir por la embocadura del río, í

Mis lindas perlas. Mis lindas perlas


y las llevan á !

otros lugares á veces muy distantes, aunque en


el fondo donde la
corriente es menos fuerte, puede forniar.se una
barra más ó menos
extensa.
Cuando el descanso busco. ¡
Oh nunca, nunca el hado
En este caso está la embocadura de nuestro Orinoco. Una co- - La paz serena. Funesto quiera.
mente constante pasa por enfrente de ella en dirección hacia En la apacible estancia Daros un solo instante
el i

Aoroe.ste y con una velocidad de una


y media á dos millas por ho- Donde amor reina, Llanto y tristezas
ra, llevándose la.s partículas sólidas que trae el río, sobre
todo en Todo lo encuentro al lado ¡
Nunca llegue la suerte,
os meses de crecimiento, é impidiendo así
la formación de un de- I
De Concha bella. Contraria, adversa,
posito que poco á poco pudiera llegar á ser
un delta. Es, pues, Que cariñosa guarda A quitarme ninguna
que el Orinoco tenga un delta, mientras que exista la co-
irnpo.sible Mis lindas perlas. De mis tres perlas !

mente mencionada, lá-cual, .sin embargo, no ha impedido ¡

que haya í

grandes barras en sus bocas.


Pero ¿ cómo se explica entonces la forma deltóidea
del vasto |'

terreno situado entre las costas atlánticas


v h
'
s brazos y becas ex- I

tenores del Orinoco ? '

7
50 ANTOLOGIA GENliRAL

Fomboria Palacio, MaiiTiel. Que


Luégo en dormidas ondas,
dejan .sólo adivinarla falda,
Ve.se el justillo de purpúreas blondas
Cubrir el seno y la marmórea espalda.
VIVIDA IMAGO Ypar que así levanta
al
Su gloria genio y la verdad imita.
el

ill distingui<iopintox' venezolano, señor vion Emilio Maury, Crece la luz, el lienzo .se agiganta,
con motivo del magnífico retrato de la señora Isal'el La imagen tiembla j el color palpita.
P. de Pachano, debido á su pincel.
Rendida en alto anhelo
A tal poder, el alma no concibe,
Si la imagen alienta en el modelo
Cómo
en anhelo tanto.
¿
Noble alumno del arte y de la idea.
O es la deidad la que en el lienzo vive.

Pedir la pompa del irídeo manto i


Oh esencia soberana.
Con que la aurora el ámbito hermosea ? Fuente del arte, inspiración sublime.
Raudal de lumbre que del cielo emana
Por qué ilusión secreta.
Hoy
¿
de tu gloria en el feliz camino.
Y del olvido y del dolor redime !

De Apeles buscas la inmortal paleta Yo tu virtud adoro,


Y de Timantes el pincel divino? Y en .sed ardiendo de tu amor fecundo.
ejemplo
Del arpa siempre al modular sonoro,
¿ Será que en alto
En.salzaré tus glorias en el mundo.
Del genio intentes conquistar la altura,
Y dejar de las artes en el templo
La sublime expresión de la hermosura ?
Sí, que en placer bañada.
Del artista la musa pei'egrina. Fortonlt HuLrtado, P.
En un rayo de sol á tu morada.
Como el Uriel de Milton, .se encamina.
Oye tu ardiente ruego, HOJAS DE CIPRÉS
Y por prestar á tu pincel colores.
Suelta en aljófar y desata en fuego (DE PETCEFI)
Perlas del alba y tintas de las flores.

Yinflamar tu mente.
al Eras la rosa en botón Eras el ala que al cielo

Del muestra á los destellos rojos.


sol te De mi vida desdichada ;
De mi ideal me llevó ;

Una matrona de serena frente. Caíste al fin deshojada : Tu plumaje se rompió :

De tez ebúrnea y de rasgados ojos. Yermo está mi corazón. Ya no puedo alzar el vmelo.

No con mayor grandeza Eras la lumbre febea Eras ay del pecho mío
¡
!

Viera Cecropia en el propileo muro, De mi esfuerzo y mi energía ;


Vivo ardor, fuego sagrado ;

Ostentar á Nausica su belleza. Se extinguió tu claro día : Y hoy que te siento apagado
Del rodio artista al inmortal conjuro. Negra noche me rodea ! Me estoy muriendo de frío !

Ni en la región preclara
Do el fresco Tíber su raudal enfrena,
Al evocar de Ludio .se mostrara
RECUERDOS
Más rica en dones la oriental Helena.

Cual numen del artista


Era una noche fría.
Nublado el cielo e.staba
Beldad tan noble á tu ilusión se ofrece, ;

Y sin que el lienzo á su poder resi.sta, No brillaba la luna, negra nube


Pronto á rendirse á tu ansiedad parece.
Como cendal de muerte la ocultaba.
Ella, mi amor primero.
Ya con rumor suave Bajo las frescas ramas
Corre el pincel sobre la dócil tela, De los frondosos tilos se adormía,
Y en giro alegre ó movimiento grave. Sereno el corazón, tranquila el alma.
Del genio audaz la inspiración revela. A mis amantes besos
Sigue, y el tenue rastro Alegre despertaba
Forma, á medida que el matiz se embebe. Y yo tenía un cielo de v'enturas
Líneas de rosa en campos de alabastro En el vago fulgor de su mirada.
Y orlas de luz en círculos de nieve.

Y asoma en la penumbra. Era otra nofhe fría.


Do en tintes leves el color vacila. Muy triste el cielo estaba,
Regio perfil cuyo contorno alumbra Y en mi enlutado corazón raudales
El rayo que de.stella la pupila. De abrasadoras lágrimas rodaban.
O al be.so fugitivo mi amor primero,
Ella,
De la luz que á la sombra se adelanta, Bajo ramas
las fre.scas
Surge después, en ademán altivo. De los frondosos tilos ay yacía j
! . . .

Erguida sobre el hombro la garganta. Rígida y muda cual marmórea estatua !

Corona á tanto hechizo No más brillaba fúlgida


Viene á prestar la cabellera oscura. La luz de su mirada ;

Que en uno y otro replegado rizo. Ni á mis dolientes'a5'és respondía !

Orna la sien de la gentil figura. Ni á mis amantes besos despertaba !


M. FOMBONA P., P. FORTOULT H., I. DE FOMBONA, ANA FORTIQUE Y G. FINGE 51

Fomboiia, Ig*iiacia P*. de Fortiquie, Ana Gr.

ABNEGACION A BOLITA
— Mi espíritu vaga
iiuleciso por el inundo de los recuerdos. — i

¡
Ah ! ¡
Cómo
agolpan todos en confuso tropel á mi memoria
se !
El aura de la gloria
Cuántas impresiones Cuántos dolores ! Cuántas sonrisas y
¡ !
Mece los sueños de tu mente inquieta ;
¡

Y tienes ya una página en la historia


¡

placeres ilusiones realizadas ó desvanecidas


! ¡ Todo, todo se !

presenta á mi imaginación sin conmover mi alma. El hastío la Con resplandor de cielo y de cometa.
embarga por completo. Nada hace palpitar mi corazón. El por-
venir no me ofrece halago alguno. Sola en el mundo, no encuentro
De la agreste llanura
una mirada cariñosa que deshaga el hielo que me oprime. Triste Que el sol de Coro con sus rayos quema.
Partió el acento de tu lira pura.
y desventurada ¿ qué espero ya en la vida ? Cual lumino.sa y fúlgida diadema.
Así hablaba una mujer, bella, con esa belleza que si no des-
lumbra á primera vista, á medida que se la contempla, subyuga el Ytraspa.só los mares,
alma con encanto irresistible. Vestida de negro, su blancura re- Y en extraña región detuvo el vuelo,
.salta de una manera .sobrenatural. La débil luz de una bujía ba- Y al esparcir .sus blancos azahares,
ñaba apenas su pálido ro.stro, y sus ojos, grandes y sombríos, Atrajo aplauso, admiración y celo. . .

estaban llenos de lágrimas. Reclinada la cabeza en la mano iz-


quierda, dejaba correr indolentemente la otra .sobre el papel, sin Felice tú, cantora.
poder dar forma á los sentimientos que la poseían. Al fin dejó la Que
del sublime ideal enamorada,
pluma y se acercó al balcón del aposento. Al descolgar tu lira soñadora,
La luna se ostentaba en toda la plenitud de su belleza. Su Honras la tierra de Falcón amada.
luz melancólica caía de lleno sobre el lago azul y tranquilo, que i

Felice tú, que anhelas


reflejaba con placidez incomparable la magnificencia de aquel cielo, i

Con justa a.spiración la eterna vida.


.sembrado de rutilantes estrellas. Sólo de trecho en trecho se veía 1

La vida de la gloria adonde vuelas


una que otra ligera embarcación. La dama contempló largo rato |

Por la mano del genio conducida.


el paisaje que se presentó ásu vista. Recorrió con la mirada la in- ;

mensidad del cielo y la serena superficie del agua, que nada dijeron Ah ! i
quién seguir pudiera
á su espíritu abatido. La clara estela de tu pie brillante
Una voz dulce y armoniosa hirió de pronto su oído. Aquella Y bañarse en la lumbre de la esfera,
voz de mujer la hace estremecer, y como por obra de magia se í Al eco de tu cítara sonante !

anima su semblante, su corazón palpita aceleradamente, y su mi- I

rada ansiosa se detiene en cada uno de los barquichuelos que se


balancean al reposado movimiento de las ondas. Poseída de agi-
tación creciente clava de improvi.so los ojos en una hermosa figura
que la suave claridad de la luna idealiza con encanto misterioso. Fiiiol, Gruiillermo
A su lado.se descubre un hombre extasiado en la contemplación de
tan peregrina belleza, y cuya actitud revela las emociones que
despiertan en .su alma enamorada las notas cadenciosas que como
celeste melodía brotan de aquella privilegiada garganta.
MADRIGAL

Es sueño exclama la enlutada dama y con mano tem-
!
;

blorosa quiere apartar de su mente aquella visión que conmueve A una amiga con un ramillete en el <lía de su natalicio.
de tan extraña manera su espíritu. ¡Pero en vano! Allí están,
los ve, escucha aquella voz dulcísima, que en otro tiempo fue su
encanto y ahora tortura su pobre corazón. Quierealejar.se de allí, Al derramar la aurora de tu cía
mas una fuerza superior la detiene y sus miradas siguen con dolor Sus risueños fulgores.
el rumbo de la frágil barquilla que se aleja lentamente. Ya ape- Nacieron esas flores
nas .se divisa y aun sus ojos la ven. Al fin desaparece por com- Que mi cariño sin igual te envía.
pleto. Tristes sollozos se escapan de su pecho y queda luégo su- ¡
Qué olorosas y bellas !

mida en honda meditación. . . Adorna el seno virginal con ellas,


¿ Qué pensamientos cruzan por su mente ? ¿ Por qué su .sem- Y si luégo al caer la tarde triste.
blante, antes triste y abatido, súbitamente se contrae, .se agita, El sol velando que les dió la vida.
y
ahora está animado por una expresión de dulce .serenidad ? De sus bellos encantos las desviste.
Así como el rayo de sol disipa las pálidas brumas que la no- No las dejes morir, prenda querida ;

che amontonó en la cima de la montaña, la joven, en presencia de Que si tu labio con amor las toca,
la ventura de aquellos dos seres, siente desvanecerse en su alma Y si á mirarlas vuelves sin enojos,
las sombras de la indiferencia y del hastío. Su corazón se ve en- El ámbar de tu boca
tonces combatido por encontradas pasiones, mas al cabo triunfa la Y el refulgente brillo de tus ojos.
genero.sidad de sus sentimientos, la vii'tud de su abnegación. Sí : Devolverán á las marchitas flores
quiere sufrir, sufrir por los que ama. Su exquisita fragancia y sus colores.
— Oh Elvira murmura tú ó yo e.stábamos condenadas á
! ;

este dolor El destino nos unió de.sde niñas. Huérfanas al na-


!

cer, puse en tí todo mi cariño, cuando con bondad infantil me ofre-


ciste tu amistad. El mismo sér despertó en nuestro corazón el
MADRIGAL (U

amor que debía darnos, á una la felicidad, á la otra la de.sventura.


Yo lo comprendí así y no vacilé te comsagré el .sacrificio de mi A mi respetable amigo el dirdinguido poeta v>eneral
:

amor. Pero ay nunca creí que el corazón del hombre fuera


José Ramón Yepes, á cuya excitación
!
¡

ha sido escrito,
tan voluble. Ante mi aparente frialdad, .sus agasajos, que repar-
tía entre las dos, fueron al fin para tí .sola,
y entonces los celos
desgarraron mi alma y la inundaron de amargura. Me alejé de Al rosal florecido.
tu lado, temerosa de descubrir mi amor y aquí he vivido en la ; Que áDeidad del Gave rumoro.so.
la
soledad, con mi dolor por único compañero y la muerte por única Envuelve en galas de arrebol visto.so.
esperanza. Al contemplar hoy tu dicha, siento brotar en mi co- Tornasolado picaflores vuela
razón la llama del consuelo, y al pensar que tú has podido padecer Del cielo descendido :

lo que he padecido yo, bendigo como purísimo holocau.sto mis lá- Llega, y fugaz con zumbador ruido.
grimas y mis tristezas que te han librado de tan tremendo martirio.
La joven enmudece; y con .sereno pa.so, alta la frente, ilumi-
nado el semblante por los nobles sentimientos que la animan, se (*) Ha dado asunto á esta composición un picaflore.5 que, durante el «Te Deum>/
celebrado el 5 del que cursa, penetró en el templo de la Inmaculada,
dirige hacia una imagen del Redentor, cae de hinojos y picó al vuelo
y exclama varias veces en el rosal de imitación que adorna el altar de Nuestra

:
Señora de Lour-
Me quedas tú. Dios mío !
52 ANTOLOGIA GENERAL

De rosa en rosa va, que ávido anhela Torna el mancebo por la vereda.
Libar su néctar y aspirar su aliento ;
La niña queda
Mas fatigado al fin, trémulo asiento Llorosa 3" triste,
En las hojas le da verde ramilla : Y entre que el árbol viste.
el follaje
Torna á saciar el malogrado intento, Su tierna queja la turca da
Y con las alas en redor trazando Lloró la niña, cual llora el sauce.
Círculos mil la débil avecilla. Como en su cauce
Ni licor dulce, ni fragancia hallando. Limpio arroyuelo,
Zumba y zumba, 3^ aléjase volando. Pues vió de amores nublar su cielo.
¡
Aun al ave sencilla La campe.sina de Tonchalá.
Mostró el mundo con vividos colores.
El engaño en el seno de las ñores !

Falcóli, ]VLaiáscal Juian C


FiiTol, Sisoes.
A MI CABALLO

FLORES CUCUTEÑAS En
Ven, mi noble corcel, fiel compañero
la ruda fatiga 3’ los combates ;

Tú, que al sonido del clarín guerrero.


LA CAMPESINA DE TONCHALA La crin erizas 3' la tierra bates :

Ven, que al estruendo de opre.sora guerra.


Dedicada á mi estimado amigo Juan N. Luciani
Ha sucedido bienhechora paz :

Ya no soporta la afligida tierra


Un vil tirano, un opresor audaz.
Hay en los campos de aquesta villa.
Y
de las balas al fatal .silbido.
Cabe la orilla Que el aura lleva con siniestro espanto.
De una quebrada. Sucede de las gre3'es el balido
Una casita blanca y sembrada Y del feliz pa.stor el tierno canto.
De clavellinas y resedá ;
El campo que agostó la ardiente llama,
Y todos saben que habita en ella H03' .se cubre de flores y verdura ;

Carmen, la bella Ven á pacer la fresca y verde grama


De airoso talle, En la extendida 3" plácida llanura.
Y nombran por este
á la que valle No temimos en ella al duro esclavo
La campesina de Tonchalá. Ni al hórrido e.stampido del cañón ;

¿ Cómo ahora temer al toro bravo

Una mañana del verde mayo, Cuando cabalgo en tí, noble bridón ?
Al débil rayo En la infinita pampa, en la pradera.
Del alba inquieta, Más rápidcs que el viento abra.sador.
Llevando en hombros limpia escopeta Caza demos al tigre, que es la fiera
Gallardo mozo cazando va ; Que infunde e.spanto al mísero pastor.
Tras él un perro ladrando pisa ¿ Qué le valdrán su fuerza no domada.
Y al dueño avisa Ni de sus garras el agudo filo.
Que, en sus alcores. Si cual regio tapiz su piel manchada
Va, sobre el césped hollando flores. Pondré á la puerta de mi hogar tranquilo ?
La campesina de Tonchalá. Galopa, mi bridón, que allí reposa
La amarguras ha sufrido tántas,
c|ue
Al verla el joven, ansio.so rueda Y de mi au.sencia cuidadosa
aca.so
Por la vereda Cree divisar el polvo que levantas.
De la campiña, Corre, noble corcel quiero la vida
Enamorado de aquella niña Distante del bullicio y la ambición.
;

Que sola vive, feliz quizá ....


De la amistad sin alma, fementida.
La niña al verlo temblando gira :
Que es muj' leal mi ardiente corazón.
Mas él .suspira.
La cierra el paso En paz tranquilo con mi tierna esposa
Despreciaré del déspota el furor,
Y pregunta si es ella acaso
la
Y de la envidia insana y tenebrosa
La campesina de Tonchalá. ,

El odio injusto 3" el tenaz rencor.


En la alba frente de la doncella
Mas si el déspota con férreo lazo
vil

De amor la estrella
Nos quiere al carro uncir de su ambición.
Dios nueva fuerza prestará á mi brazo
Fúlgida brilla,
Para vencer la bárbara opresión.
Y velo de su mejilla
el terso
Teñido en rosas ardiendo está ;
Yá la muerte, al combate volaremos.
Que el ígneo dardo de amor, derecho, Apellidando guerra á los tiranos,
La hirió en el pecho Y con sangre 3' dolor consagraremos
Que herido e.sconde, De la patria los fueros soberanos.
Y entre suspiros : <(yo soy,» responde Que en el suelo inmortal de heroica gente.
La campesina de Tonchalá. No podrá dominar tirano impuro.
Mientras el sol alumbre nuestra frente
La brisa entonces, que entre ellos juega, El sol del indomable Guaicaipuro.
Las alas plega Mas si permite el sér que al orbe alienta
De boca en boca, Que alce aquí su pendón la tiranía.
Y el niño ciego los labios choca
Esta tierra de luz que nos sustenta.
De los que juran amanse allá ;
Reguemos con tu sangre 3' con la mía.
Y entrelazados, al estallido.
Vuela, corcel, que allá mi tierna esposa.
Su adiós .sentido
La da el amante, La que amarguras ha sufrido tántas.
Y «adiós,» repite tri.ste, anhelante,
Me e.sperade mi ausencia cuidadosa,
La campesina de Tonchalá. Y ya divisa el polvo que levantas.
!

SISOES PINOL, MARISCAL FALCON, M. M. FERNANDEZ Y M. M. FERNANDEZ, HIJO 53

Feriiáiidez, Mainiel María. Feriiáiicle;^, liijo, Maimel M.


PADILLA EPISTOLA A VIRGILIO

Batalla on el Lago de Maracaibo en 1SÍ3. Pues queme lanzas en el campo extenso


De la excelsa, .sublime poe.sía,
Y quieres que te diga lo que pienso.

Déjame consultar la musa mía,


Entre nubes de oro 3' grana Que ya cerca .se divisa
Desciende al ocaso el día, La flota que lleva en alto
Y aislado del bullicio ciudadano.
Oiga el rumor de antigua canturía.
Reflejando sus fulgores La bandera de Castilla.
En las ondas cristalinas, Deja que llegue hasta el altar profano
En la nave capitana
Que blandamente se mecen
Padilla rayos fulmina.
Y del Calvario ála empinada cumbre.
Al impulso de la brisa, Que en ambos hay un Dios el Dios pagano
Y besan ledas las palmas Cual si Júpiter le diera :

De mi ribera nativa. Su voz y mirada olímpicas ; Que las tinieblas del pa.sado alumbre,
Todo en el aire es repo.so. Y «i Viva la Independencia !« Y el Hombre— Dios, amparo á los que gimen

Todo silencio en la orilla. Con acento airado grita, Del dolor bajo eterna pesadumbre.
Mientras en el pecho braman Y viva » repite el eco
«¡ !

Del lago en las claras linfas Déjame reposar en donde animen


Las pasiones encendidas. ;

Entre la tierra y el cielo Y lo repiten las palmas Los ecos del Parnaso en donde el estro ;

Que mecen en la orilla.


.se Mírase como triunfo en vez de crimen.
Alguien solloza y su.spira.
Alguien maldiciones lanza. Tras él van Joly, Beluche, Y al repa.sar la hi.storia, que es maestro
Alguien venganza apellida. En naves aguerridas.
.sus
Que enseña .sinpasión, verás veloces
El duro acero en la die.stra
Palpita en los corazones
Y en el contrario la vista
A las musas huir del siglo nuestro ....
Negra saña, cruda ira, ;

Y en los ojos centellea Tritones que del mar brotan A3' otro tiempo los tranquilos goces
!

El furor que el odio aviva.


Para a.sombro de Castilla. Del blando hogar, la fiesta campesina.
En tanto, entre nubes de oro Las sirtes no los espantan El bo.sque con su aroma y con sus voces ;

Desciende al ocaso el día. Ni el ciclón los intimida.


Arrecia el viento las lonas
El alto monte y la robusta encina.
Reflejando sus fulgores :

La
Con fuerza mayor hinchan flor 3' el río, el trovador ufano
En las ondas cristalinas. .se
;
Cantaba con
Y mientras Padilla avanza, el arpa peregrina.
álo lejos,
Allá, distante, Laborde e.spera á Padilla,
Cual tromba que anuncia ruina, El ancla puesta en el fondo.
Y
eran sus ver.sos como rubio grano.
Se vé la flota que luce
Como grato dulzor de miel hiblea.
En la popa las e.spías. Como follaje de verdor lozano.
La bandera de Castilla. El rencor en la mirada
En ella el bravo Laborde Y en el corazón la ira. Preguntaal rui.señor por qué gorgea
;

Da voces, alienta, anima Ya las distancias .se estrechan. A fuente por qué tiene rumores
la
A los bravos marinero.s Ya los contrarios se miran Por qué la bri.sa al retozar cimbrea
;

Queá sus órdenes militan ; Frente á frente, cara á cara.


Y ya van de popa á proa. Con la luz del .sol partida. En el tallo gentil las fre.scas flores.
De la quilla á la perilla. Al grito de «¡ Viva Ivspaña Que sou del bo.sque adorno, .semejante
Poniendo en .són de combate Rimbomba la artillería.

A inmenso pabellón de mil colores.
Cañones, chuzos y e.spías. Silba el mortífero plomo, A.SÍ la poesía, exuberante.
El marino en los ])enoles E-spadas y chuzos vibran. Fácil, pompo.sa, délas almas puras
Las altas gavias alista, En tanto Padilla avanza Halago tierno, paladión triunfante.
Y el artillero en su pué.sto Sobre la flota enemiga.
La mecha muestra encendida. Taciturno como el tiempo, Brota del corazón con las dulzuras
Laborde, torvo, sañudo. Y mudo como un enigma. . .
Que el cielo le ofreció, virgen es ella —
Airado tiende la vista, Ataviada con niveas v^e.stiduras.
Y cual .si un rayo lo hiriera. Al fin la voz de abordaje !«
Exclama : «¡ Viva Castilla !» Rompe la exten.sión
«¡

vacía
Y pues expande su fulgor de estrella.
Y sobre el bravo Laborde
No al cálculo procaz pienses llevarla.
Es que descubre á distancia. Se lanza el bravo Padilla.
Que bu.sca otro ideal la virgen bella.
Cual banda de aves marinas. Penóles contra penóles Bu.scará á la virtud para cantarla
Las blancas lonas que al viento Se ven las naves unidas, A la noble ambición
;

por sostenerla
Dan naves de Padilla.
las Y campos de sangre y muerte A la maldad ruin para execrarla.
;

Padilla, sol de Colombia, Son combe.ses y toldillas.


Emulo del claro día. Aquí hace estragos el plomo, En la corona del martirio es perla ;

Por el brillo de su espada Allá destrozos las picas, Inri en la frente que manchó el delito.
Y el brillo de .sus conqui.stas. Y unos gritan «j por España !» Jamás brindó la prez sin merecerla.
Las olas del manso lago Y otros «i por Colombia !» gritan. Mas numen paréceme pro.scrito.
el
Rompen las cortantes quillas Ayes de dolor .se mezclan
De las naves colombianas Porque lo quema de la fragua el fuego.
Con estertor de agonía, Porque lo asusta del
Que aquél al combate guía. vapor el grito.
Y votos y maldiciones
Flotando va en las cangrejas Lleva en sus alas la bri.sa. Que siglo es material,
el
y el hombre, ciego,
La bandera que en Pichincha Y en tanto el cañón retumba Si atento escucha el resonar del oro,
Sobre campos de victoria Del lago en la onda tranquila. Al ritmo sordo le verás más luégo.
Lució sus franjadas cintas. Voces de triunfo resuenan
Cargada va hasta la boca Por Colombia y por Padilla Y aunque el siglo defienda su decoro
La luciente artillería, Y se ve flotar en lo alto
;
Con los Hugos, Manzonis y Zorrillas,
Y los chuzos y las hachas De las naves enemigas Yo del Parnaso protección imploro.
A la lumbre del .sol brillan El iris de krz y gloria Y
;
quisiera llegará las orillas
El coraje hierve en todos. Qrre alzó en los Andes Bolívar Del blando Ili.so, do el divino Homero
De .sus héroes cantó las maravillas.
Y
seguir por el fúlgido sendero
De Petrarca, de Milton, de Quintana,
Para inundar de luz el mundo entero.
54 ANTOLOGIA GENERAL

Profética es mi voz: con la cristiana, Y el librepensador en su desvío,


Angélica oración, la altiva ciencia. Al divino ideal vuelve los ojos.
Del combate famélico se ufana. Como á la flor la gota de rocío.

Luz podrá .ser, mas no de la conciencia : Sólo de la .senda los abrojos
así
Yo quiero luz divina, luz del alma Se trocarán en florecido huerto,
Que v'enga á fecundarla inteligencia. Y en plácido solaz, duelo y enojos.
Busca afanoso en el desierto calma Y volverá la musa del desierto
Y reposo del sol, el peregrino, De la duda criiel, al templo .santo.
A la trémula sombra de la palma ;
Como náufraga nave al manso puerto.

El ave .suele al corpulento pino. Y ceñirá corona y regio manto


Si arrecia el huracán, confiar su suerte ;
Del arte soberano y de la historia.
El ángel tiende el ala á su destino Verbo del cielo y de la tierra encanto.
Porque es del genio la eternal memoria
Plegue á Dios que el espíritu despierte Y no perdura del protervo el grito.
De ese sueño fantástico y sombrío Que el genio es inmortal de su victoria :

Que lo llevm entre dudas á la muerte. Sólo decide el juez del infinito.

Grallegos Celis, Eduax*do. Grando BuLstamaiite, d.


RUMORES CAMPESTRES CONFIDENCIAS

A tí la de suaves y blondos cabellos, Ángel callado de la oscura noche.


La de ojos que lanzan miradas de amor, Tú el fiel amigo del dolor; ven, calma
A tí, que eres digna de versos tan bellos La pena cruel que martiriza el alma.
Que bardo ninguno los cante mejor ;
Dale un instante ,su perdido bien.

Irán mis cantares cual trémulo y vago Yen, que anhelo.so entre tus brazos quiero
Murmurio apacible del aura fugaz. Sofocar de mi mente enloquecida.
Que riza la tersa planicie del lago. Los infaustos recuerdos de mi vida.
Espejo en que mira la aurora su faz. El llanto inmenso de mis ojos, ven.

A
mí desciende y compasivo mira
Murmurio que en torno recorre la playa,
Ay del pesar las huellas en mi frente,
!

Cual si algo muy triste quisiera decir.


Y escucha de mi lira al són doliente,
Cuando entre la espuma gimiendo desmaya Ángel mío, mi tétrica canción.
La linfa tendida que corre á morir.
Y entre la sombra nocturnal refresca,
Susurro de palmas que en trémulas voces Al soplo de tus auras mi memoria ;

De cosas muy graves tal vez se hablarán, Ven á e.scuchar tristísima la historia
Uniendo armoniosas los ecos veloces Que guarda entre su seno el corazón.
Al són de las olas que vienen y van.
Una madre perdí de cuyo afecto
El encanto formé de la existencia
Suspiros del viento, canturias de amores
Rendíale por culto mi obediencia,
Que lanzan las aves la aurora al rayar.
Divino concierto de leves rumores
Y sus sanos consejos escuché.
Que en A^ano el poeta quisiera imitar.
Porque ella tierna en mis primeros años,
Con su cariño perennal, profundo.
Mas tú la de suaves y blondos cabellos. De ese Dios me inspiró que rige el mundo,
La de ojos que lanzan miradas de amor. Sublime amor y religiosa fe.
Sin duda eres digna de versos tan bellos
Que bardo ninguno los cante mejor. Jamás ocultos con.servé en mi pecho
Los íntimos secretos para ella.
Que fue su amor la luminosa estrella
Que mis inciertos pasos alumbró.
M IDK.IG;rjPLL
Y esa luz me faltó., que en la honda sima
De la tumba silente y misteriosa,
Muerte cruel la .sepultó impetuosa
Si yo siempre te he querido !
Y su alma pura á su destino huyó.
Si tu fuiste
Quien me heriste Y ho3% cual la nave que en desiertcs mares
¿ En qué, dime, te he ofendido Vaga al furor de tempestad violenta.
Con quererte? Con esta v'ida que mi sér alienta.
.\y ! más valiera la muerte Vago sin rumbo por el mundo j'o.
O más bien no haber nacido.
Te he perdido I Falta á mi pecho fe, falta á mi anhelo
Y no obstante de perderte, La dulce paz que el corazón ansia ;

Pésele á mi negra suerte. ;


Huérfano de tu amor, oh madre mía, !

Oyelo bien No TE olvido.


: i
La luz me falta que mis pasos guió.
; : :

E. GALLEGOS CELIS, J. A. GANDO BUSTAMANTE Y DOMINGO GARBAN 55

Hijo sin madre, en soledad tan triste, Ven hasta mí, sofoca mi desvelo.
¿ Qué haré en vida sin tn afecto santo ?
la Quiero en tus brazos mi dolor calmar.
Ni un sér encuentro que sensible al llanto
Venga á enjugar mis lágrimas por tí. Cubre mi frente con tus niveas alas,
Y haz que sumido en delicioso sueño.
Lloro yme afano, pero el mundo mira Pueda .siquiera en mi ardoroso empeño.
Con cruel desdén mi dolorosa pena Mis inten.sos pesares olvidar.
Sin una madre como tú, tan buena.
Que haré en la tierra solitario, di?

Llorar, sólo llorar, porque al recuerdo Grar*l3áii, Domiiig-o.


Que al hombre inspira el maternal cariño,
Lágrimas vierte cual las vierte un niño.
De sus dorados sueños al través. AL AAILA
Y á mi triste pe.sar }' á mis angustias,
Madre, en mi afán encontraré la calma, Cual vivida e.smeralda
En esa .santa religión del alma Herida por el sol agonizante.
Que me enseñaste á amar en la niñez. Entre esplendor de gualda
Vi tu mole soberbia y arrogante
II Por vez primera, desde el mar de Atlante.

Angel callado del dolor amigo. El Avila gritaron,


!

Entre las .sombras que la noche tiende, Y de alegría se inundó mi pecho.


Abre tus alas y hasta mí desciende, Sus fibras se exaltaron.
Ven á calmar un tanto mi inquietud. Sintióse el corazón en él estrecho,
En dulce arrobo y júbilo deshecho.
Préstame inspiración, dale un instante
Fuerza á mi voz, vigor al pen.samiento ;

A escuchar ven mi doloroso acento, Dejaba atrás el suelo


Al tristísimo són de mi laúd. En que miré la luz por vez primera,
Y otro clima, otro cielo.
Una mujer he visto, la más bella. Buscando en la extensión, ave viajera.

De la mano de Dios sublime hechura, Me posé de tu mar en la ribera.


Brindóle sus encantos la natura ;

Angel hermoso de los cielos es. Aquí dichosa suerte,


Llevando la virtud por santa egida.
Vaga siempre en sus labios sonrosados Aprendió el pecho fuerte,
De la inocencia divinal .sonrisa. A amar con fe la libertad querida,
Cual entre flores la apacible brisa. Y á llevar con honor la frente erguida ;

Perfumando la huella de sus pies.

Ante aquella deidad encantadora, A venerar el arte


Ideal de mis sueños adorado. Y á llevar, del trabajo que ennoblece.
Loco de amor, alegre, entusia.smado, Con gloria el estandarte ;

Rendí sin vacilar mi corazón. Del trabajo que es árbol que florece
!

Y opimos frutos al mortal ofrece.


Tú mismo acaso, si un instante vieras
Su dulce faz, tu duelo olvidarías Por eso me fascina.
Tú como yo, dichoso rendirías Ver tu cumbre entre nubes rebujada
Ante aquella mujer tu adoración. Que al cielo .se avecina,
De eterna primavera engalanada,
Oh ! cuánto es bella si sus rubias trenzas Y de fúlgidos astros coronada.
Se miran á su espalda desatadas ;

Espejo de su alma sus miradas.


Tus campiñas pomposas
Algo en sus ojos celestial se ve.
Circundadas de plácidos verjeles,
Yo dueño de su amor viví engañado. Donde crecen las rosas.

En la ilusión de mi entusiasmo ciego Las nardos y claveles,


violetas, los

Juzgué que era feliz, y en cambio luégo


A la sombra de palmas}" laureles.
La desventura en mi pasión hallé.
Tus bo.sques seculares
Yoadoro esa mujer su voz .süave; De gigante.scos árboles poblados,
Remeda en su cantar á la avecilla ;
Do crecen á millares
Las rosas del pudor en su mejilla En los robustos troncos enlazados,
He visto á mis caricias asomar. Epidendrus de flores esmaltados ;

Yoadoro esa mujer, porque es .su alma


Ilianas trepadoras
Suspiro de los cielos exhalado,
Y en su seno de rosas perfumado, Y catléyas de vividos colores.
De formas .seductoras.
Qui.se la ofrenda de mi amor guardar.
Que abi'en su cáliz pródigo de olores.
Mas es vano ese amor, porque el destino Del claro sol de mayo á los fulgores.
Lejos llevóla de mi lado un día,
Y con ella mi dicha y mi alegría Bandadas de palomas
Con terrible crueldad me arrebató. Cruzan por tu extensión con vuelo blando,
Y en cañadas y lomas
Llora el alma infeliz, que hoy con sus aguas Y entre el césped sus nidos van formando,
El azulillo lago nos separa. . . . Dulces arrullos á las auras dando.
Nunca, nunca pen.sé que me olvidara,
Y dudo aún del desengaño yo. Con grata melodía.
III Tu selva alegran pájaros cantores ;

Cuando la luz del día


Angel callado de la noche triste. Derrama en el oriente sus fulgores.
Amigo del dolor, genio del cielo, Lucen al par sus límpidos colores ;
56 ANTOLOGIA GENERAL

Denieve y de esmeralda Imperios en América Herejía ! ! . . . .

Y de azabache y púrpura lumbrosos, No lo consientas, Méjico,


en tu seno!
O de azul y de gualda, Y llega hasta el recurso del veneno.
Ramilletes alados y vistosos Si otros medios te faltan de triunfar !

Simulan en su vuelo vagarosos. No des á tus hermanas el ejemplo


De acatar el derecho del más fuerte !

Los claros aroyuelos Antes sobre las ruinas de la muerte.


Que bajan retozando de la altura, Deja que venga el déspota á imperar !

Reflejan de los cielos.


En los cristales de su linfa pura. No te arredren las águilas del Sena ! . . . .

El divino esplendor y la hermosura. Ellas saben volar acorbardadas


Cuando gentes heroicas y esforzadas
Con su lira de oro Las combaten con noble decisión.
íM Anauco que en perlas se desata. No temas á los zuavos orgullosos ! . . . .

Cantaron Bello y Toro ;


Infelices soldados, temerarios
Y del Catuche la corriente grata Que marchan á morir por sus salarios,
. .
.

Cantó Maitín con su laúd de plata. Y que luchan sin fe ni convicción.

Salve ! mole gigante. Nada te arredre] hermana desgraciada !

Que á la orilla del m.arcual centinela Soberana del golfo de tu nombre !

Te 3’ergues arrogante. Que el mundo te contemple que se asombre3’'

Por sagrada Libertad en vela


la Al mirarte tregua. batallar
.sin !

De mi querida, egregia Venezuela. Y vencerás al fin como venciste


A quien triunfó del héroe portento.so
Floten libreen tu cumbre Que apellidó la F'rancia su coloso.
De su iris las gasas de colores, Porque soñara el orbe encadenar !

Y el .sol por siempre alumbre


Limpio su honor, con claros esplendores, '

Poco importa que algunos de tus hijos


Y de su lauro excelso los verdores, Imbéciles, cobardes ó extraviados.
Estén en tu infortunio interesados,
Y ayuden á labrar tu perdición !

Desprecia esos apóstoles .soeces,


Prepárate severa á castigarlos,
Grarbiras, Aaístides. Pero, entre tanto, debes olvidarlos
Para buscar tu propia salvación.

A MÉJICO Cautiva !
¿ qué te espera ? La picota
Donde se está el esclavo anonadado,

No desmayes
Y que fijan los déspotas al lado
! Levántate ! No cedas De sus tionos cubiertos de esplendor !

Bella Indiana Matrona infortunada


! !

Eso reina infortunada


te espera, !

Arrójate de nuevo á esa cruzada ¡

Si te dejas vencer por la indolencia,


Délos pueblos que buscan libertad
Nocedas Pide aliento á los recuerdos
!
!

Y el chasquido del foete 3* la insolencia


Del .soberbio 3" adusto usurpador.
Que te dieron renombre, hermana nuestra !

Y armada, formidable, alza la diestra


Con que has de castigarla iniquidad Europa no caben los tiranos
Si en
Y
!

en nuestros climas buscan va.sallaje.


Levántate, sirena americana !
Hazles sentir la fuerza y el coraje
Predilecta deidad de Motezuma !
Que da la libertad al corazón !

Y enséñale al tirano que te abruma Pruébales en la lucha que la sangre


Que no es fácil la América ultrajar !
De la raza de América es h ir viente,
Tú, ¿ la beldad del invencible azteca, Cuando siquiera altanería siente.
La poderosa Méjico hoy pupila ? Cuando sueña siquiera humillación.
Imposible. Levántate, aniquila
Al audaz que te quiere esclavizar !
No cedas, Méjico, álzate invencible !

Arrebata unos lauros á Francia la


Como di.spone el dueño de un cortijo, Y ca.stiga esa enfática arrogancia
Dispondrá de tu suerte y de tu vida. Con que en todo pretende intervenir !

Ya estás en almoneda y ofrecida Rompe indignada el trono que te ofrece !

En cambio vil ó infame transacción ! Y caer á tus pies vuelto pedazos.


al
No toleres jamás tanta ignominia ! . . . . Habrás cortado los infames lazos
Resuélvete á vencer, irresistible, Con que te quiere á su dominio nucir.
O deja de existir, que es preferible
A tal afrenta tal degradación
3'^ !

La amazona impertérrita que supo


Derrocar de Iturbide el de.spoti.smo, Grarcía, J osé HeiaiTeiiegdldo
Y cubierta de gloria y heroísmo,
Orgullosa ante el mundo apareció !

La que pudo colmar con sus te.soros


Las arcas de la Europa codiciosa.
Debe ostentarse siempre poderosa
Y conservar el rango que adquirió.
Tú que presides la callada noche.
La qúe ha dormido el sueño délos libres Tú qire las penas del dolor alivias, •

Entre lechos de oro y de corales Tú que al sosiego los mortales llamas,


Y entre perlas 3" flores y turpiales. Luiia benigna,
De que abunda su suelo encantador !

La que ha vivido vida independiente 1 áTii y mitiga con tu luz suave


La que hasta a3’er se apellidó señora 1 La larga ausencia de mi cruel Dorila ; ,

¿ Podrá cobarde ó resignada ahora Ven 3^ recuerda cariñosa aquellos


Tolerar un extraño Emperador? Plácidos días.
! ; —
r

A. GARBIRAS, J. H. Y M. L. GARCIA, GARCIA DE QUEVEDO Y DR. GIL FORTOUL 57

En que esa ingrata que mi amor desdeña Y nunca armó su prepotente diestra
Llenó mi vida de inefable dicha, El odio, ni el temor, ni la \ enganza ;

Dando á mis labios del placer la copa, Jamás para vencer urdió asechanza
Copa divina. Ni usó traidor puñal !

Entonces fuera que mi bella ausente. Pueblos ! No es e! rencor ni la codicia.


i

Amor mintiendo, en celestial .sonrisa Ni la torpe ambición ni la ímpia guerra,


Díjome, «Delio, te amaré constante Los símbolos que anuncien á la tierra
Toda la vida. Que ya lució su edad !

Toda, sí, toda, te amaré cual tierna


Si veis orden y paz, amor, justicia.
Tórtola amante que á su par prodiga.
Adunados reinar en grata calma.
Abriendo el ala y su picuelo abriendo.
Alzad entonces al Criador el alma
Blandas caricias.
:

i
Es.a es la libertad !

Mas si llegaras á olvidarme, ingrato.


En la azucena mi destino mira. "S
Que no gozando nocturnal rocío.
Mustia se inclina »

No me recuerdes mis falaces votos;


G-ar*cía, JVIigiiel Lais.
No más, que aumentas las angustias raías;
Sólo te pido que á calmarlas vengas,
Luna benigna. m NIN'O Y lA LUZ

Atento, un niño miraba ¡


Pobre niño, no sabía
Una lámpara que ardía, Que si la luz espiraba.
Graacía de Qaevedo, HE. Y en sus ojos demostraba No era la bri.sa que impía.
La sorpresa que sentía. Su tenue llama soplaba !

Al verla que, vacilante. Mas ay! su empeño fue vano,


ODA A LA LIBERTAD Se apagaba, se encendía. Al fin la luz .se apagó,
Con su vista suplicante Y él retirando la mano.
Darle vida pretendía. Sollozando se quedó.
No armada del puñal de la venganza, Creyendo, todo angustioso. Su madre, al ver la tristura
Ni teñida la veste en sangre impura, Que el viento se la apagaba. De su semblante inocente.
Tal como la forjó vuestra locura. Con su mano cuidadoso Besándolo con ternura.
Oh torpe iniquidad : Por un lado la tapaba. Le dijo con voz doliente :

Plácida cual la luz de la esperanza.


Con la paz y el perdón sobre su frente.
— No llores, niño y advierte
;

Que cual e.sa luz querida,


Blanda la faz, benigno el continente ; Al fiu se extingue la vida
¡
Tal es la libertad ! En los brazos de la muerte.
Hija de Dios, de su bondad e.sencia,
Dón el más alto de su amor divino.
Acaso en el mundano torbellino
Al hombre se ocultó :
Gril í^oi^tonl, cloctoi^ fTosé.
Negra ambición, estúpida demencia,
El temor de los buenos, la osadía
De un tirano, el furor de la anarquía. A mi joTeii que empieza ú escribii-.
Tal vez la encadenó ....
Mas no puede morir lozana, fuerte. :

Crece encorvada bajo el férreo yugo ;


El libro en que usted ha coleccionado sus primeros ensayos,
Ni el hacha enrojecida del verdugo :
versos, cuentos, artículos de polémica, análisis psicológicos, etc.
Enerva su virtud !
me ha causado vivo placer. Cuando se tiene ya alguna experien-
cia de la vida literaria y se conocen las alegrías
Del seno tenebroso de la muerte, y amarguras que
la costumbre de escribir trae consigo, se adquiere instintivamente
Insultada tal vez, jamás vencida.
una simpatía cuasi fraternal por cuantos llegan al campo de las
Cual su padre inmortal, torna á la vida
i

letras con muchas ilusiones y pocos de.sengaños. Duéleme, .sin


Con nueva juventud !
embargo, no poder darle los consejos que con tan cariñosa bondad
Poco son á humillarla los tiranos, me pide. ^ Lo mejor es que cada cual siga las naturales tendencias
Que el mundo ve y conoce sus derechos de su e.spíritu, tendencias que no se modifican con observaciones
;

La oprimen ay con sus bastardo.slhechos, !


de amigos, sino con las huellas que en el alma van dejando la con-
¡

Mil émulos y mil tinua contradicción de las ideas, las diarias batallas de las pasiones
;

y el deseo tiránico de triunfar y .subir.


Que .so el disfraz de nobles ciudadanos, El pensador, el artista, el poeta, no viven vida individual,
En su nombre inmortal alzan pendones, como el burgués egoísta y el aristócrata soberbio. Su vida es re-
Y hacen servir los pueblos y naciones sultante directo del medio moral en que se mueven sus nervios
A su torpeza vil repiteii todas las vibraciones del mundo externo su corazón es ;
;

receptáculo de mil sentimientos diversos y contrarios que luchan


Vosotros sois apóstoles fingidos.
á muerte con los sentimientos nativos su cerebro es caja de Pan-
Vosotros embusteros renegados. ;

dora, donde la.s ideas que quieren salir á luz, ganosas de volar por
Vosotros, sí, los pérfidos .soldados
cielos desconocidos, .se sienten detenidas por las ideas que entran
Del crimen y el error :
en tropel, como enjambre de abejas locas que vienen buscando el
No ha
menester la libertad, bandidos. calor de un nido para entregarse á las primeras orgías.
Del estruendo y rencor del fiero Marte Soldado de todas las batallas, profeta de todos los ideales ;
;

Símbolo del perdón es su estandarte, juez, verdugo y víctima á la vez en los dramas de la pasión, el
Su blando imperio, amor
¡ !
artista de la pluma es hoy Proteo que no sabe qué formas tomará
mañana para continuar su viaje por las curveas de la vida. El im-
Y pero en leal palestra
lidia, sí ; :
perio que cae, el pueblo que ,se subleva, la mujer que le ama
Atacada, jamás provocadora y la
mujer que le engaña, las carcajadas de la fiesta y el hipo de la
Siempre grande en la lid, nunca opre.sora, agonía, el re.splandor de los palacios y las podredumbres de la mi-
Que es numen celestial ; :
seria, van dejando huellas imborrables en el espejo de .su ingenio.
58 ANTOLOGIA GENERAL

van arrancándole del alma con el himno donde palpita la espe- ,


uno de ellos. «Y nosotros, respondió el vascón, nosotros no da-
ranza naciente la elegía donde solloza la esperanza enferma, '

tarrros.»
Kn el mismo día, como en el cielo, la diana alegre cuando á los Pirineos, esa historia anterior á toda
apunta el alba, la marcha fúnebre cuando se muere el sol. Ni un historia, prodigiosa epope}'a geológica, en el momento en que la
momento de tranquilidad absoluta, ni una sola noche de sueño sin masa abrasada del globo levantó su eje, se estrelló la tierra
ensueños. y en los
dolores de un parto titánico, lanzó contra el cielo la negra v calva
Hay todos los días algunos instantes de alegría loca, de em- Maladetta f
briaguez de placeres. Pero esos in.stantes .son elímeros. Con la Es, sin embargo, desde la montaña maldita de.sde donde el
7-
sonrisa de la mujer amada puede confundirse la mueca del desdén Homero de los Pirineos vió de.saparecer las contrariedades, cubrir-

encada mirada, luz cargada de alma, como decía Balzac, puede —
;

se los picos de mu.sgo, redondeándo.se en bellas torres, .suavizarse


sospecharse el odio ó el engaño; en cada aplauso quizás vienen ar- i
los escarpados precipicios, ve.stir.se las llagas de la montaña de
teramente envueltas la lisonja y la ironía. A veces quisiera uno verdes praderas que hacen palidecer las de los Alpes,
y formarse
gozar como las bestias, sin averiguar las causas del placer ni prever en las masas esa escalera colosal, cu3'as gradas son montes.
.sus resultados lejanos. Así .se evitaría la .sed de lo desconocido y 8- —
Todo se eleva ó se abate, dice Raimond, en justas propor-
el frecuente dfsgusto de lo qne se tiene á la mano. . . . ciones, sin que nada turbe la armonía de un dibujo, cuya o.sadía
¡

.... Cuando el ruido de los combates y la música de las fie.s- I modera la .severidad y un color trasparente 3^ puro, un pardo claro
;

tas .se han apagado ;


cuando volvemos á la silenciosa .soledad del animado ligeramente por un color de ro.sa, simpatizando igualmen-
gabinete de trabajo ;
cuando las miradas se
fijan en la superficie del te con la luz y la sombra, acompaña en el azul del cielo las cimas
papel para iluminarla con los re.splandores de la idea y las evoca- !
que han remitido de antemano los tintes etéreos.»
ciones del recuerdo cuando el enjambre que habita el cerebro se
;

despierta y la pluma empieza á correr con la rapidez del pensa-


9. —
Esa es la luz que respira España más allá la niebla on- ;

deante, bajo un viento eterno.


miento, —
entonces empiezan la fiebre que enrojece las mejillas y
¡

10. —
La barrera formidable de E.spaña son les Pirineos, guar-
quema los labios, el dolor del alumbramiento difícil ó las torturas dados al Oeste por los vascones, y al Este por los catalanes, porte-
del aborto. ros irritables y caprichosos ui;os y otros, que abren á Abderrahman
Hacer vibrarlas frases como vibraron los nervios al recibir la 3" cierran á Roland.

impresión cubrir con galas de novia la hermo.sa desnudez en que


; A veces abren fácilmente, sí, como se abren las ondas del
nacen los deseos fijar todos los matices, todas las .sonoridades fu-
; abismo.
gitivas, todas las ondulaciones cnasi imperceptibles con que las Qué de tumbas
i
entre Roncesvalles y la Sen de Urgel. Yo
ideas se presentan á la imaginación que las combina en suma, ; admiro cima francesa del monte Perdido, pero amo más la cima
la
crear
¡
hé ahí la suprema dicha y la suprema desesperación.
!
e.spañola de Vignemale
Cuando la fra.se bella no viene, qué horrible angmstia ¡

qué divina voluptuosidad cuando el pensamiento cae sobre el papel,


Pero ! ¡ Q- —
Qué agitada y tempestuo.sa, qué heroica 3' triste es tu
¡

historia, oh patria de mis padres Algo hay en su de.stino que la


!

vivo, caliente, con las palpitaciones de la carne virgen ! a.semeja al antiguo Egipto. Fue supersticiosa como él, 3* como él,
En la lucha con las dificultades de la forma el ingenio realiza e.stá dividida por climas, u.sos, leyes, costumbres
y lenguas dife-
á menudo un verdadero milagro. Del nombre vulgar y o.scuro que rentes. Sus códigos son privilegios. Todo pueblo la conquista :

aparece por primera vez en las columnas de un diario ó en la cará- Tiro explotó sus minas Grecia pobló sus puertos Cartago le im-
; ;
tula de un libro, el ingenio puede hacer algo real prestigioso, que puso le3'es Roma la sujetó á su civilización los godos á su bar-
; ;

atrae la atención, promueve simpatías y agrupa, como al pie de barie los árabes la quebrantaron en uno batalla, en otra perdió su
;

una bandera, las inteligencias unidas por analogías morales. libertad, gobernada sucesivamente por extranjeros flamencos, ;

Es muy grande la influencia de los intereses positivos, es muy austríacos 3’- borbones.
grande el valor de las co.sas materiales pero nada tan grande y tan
hermoso como el prestigio que se adquiere pensando y conven-
;
12. —
Pero superior á Egipto, ella ha sembrado estas diversas
épocas de monumentos tan imperecederos como las pirámides. Sa-
ciendo.
gunto, Numancia, Covadonga, Calatañazor, las Navas de Tolosa,
Cada chispa que se e.scapa del choque entre dos células cere- los mures de Granada, el Fuero Juzgo, las Partidas, el Justicia de
brales se disfunde como luz que va á besar otros cerebros cada ; |

Aragón.
emoción que nos conmueve en la gestación de las ideas, se propaga
como canto que va á de.spertar otras almas. 13. —
Lo que la encumbra sobre todos los pueblos de la tierra
es constancia vencerla no es someterla, su murmullo acompa-
.su :

ña á través de los siglos el ruido de su cadena voluntaria. Los


romanos comenzaron por España la conquista del Occidente, 3" el
— -V*— templo de Jano aguardó para cerrarse á que la guerra cantábrica
terminara. Debelados en Guadalete, por ochocientos años, sin un
Groiizález, JEiaiT Vicente. paso atrás, desde las montañas de Asturias, marchan á la recon-
qui.sta de su suelo, su religión é instituciones, tornando .su derrota
en gloriosa epope3'a.
CUADRO DE ESPAÑA 14. — ¡
Qué bellos días, cuando «é assi los reyes é condes é los
altos homes é todos los otros cavalleros que se presciavan de armas,
todos paravan los caballos dentro en las cámaras donde te 7iían sus
1. —¡España! Tú has largo tiempo sepultada en tus
vivido
lechos, dotide dormíaii con sus mujeres, poique luego que oían dar el
apellido, touiessen prestos sus caballos é sus armas, é que caualgassen
mo)ites, como aquel último rey de Navarra, Sancho el Encerrado, que
luego sin otra tardanza ninguna l»
micrió de un cáricer, verdadero símbolo de los destinos de tu piteblo. La
trompa guerrera ha anunciado al mundo que despertaste ya ! 15 Cuando el acento»

2. —
«El sistema territorial de España es una isla por el Medi-
De Lauria, desplegadas sus banderas.
Saludaron las costas del Levante,
terráneo, y con más razón una isla por los Pirineos.» Así figura
Monteil que enamoraba un francés' á una española de ojos negros. Y mudo el arrogante
Alíjero León, las vió Venecia
3. —
Cuántos recuerdos enlazados con el nombre poético de
i

Derrocar de Parténope al tirano.


España Son las manzanas doradas de las Hespérides es la Béli-
!
;
Estremeciendo á Grecia
ca cantada por Homero y ennoblecida por Fenelón. «El Betis corre
por un país fértil y bajo un cielo dulce, siempre sereno .... Parece
Y venciendo el poder del Vaticano.
haber conservado esta región las delicias de la edad de oro.» Cuando sus tercios imponían á Italia, tomaban por a.salto á
4. —
Esa tierra heroica, abonada con .sangre de ochocientos Roma 3’ lloraban cautivo á Franci.sco I.

arlos, esa tierra de castillos que caerr, de torres moriscas, de eircan- 16. —
Sí, recuerdos de inaudita gloria bañan con su luz tu his-
tados palacios, llenos de hi.storias trágicas, de leyendas de santos, toria antigua. Auir no mandaban .sobre tu suelo, y ya los godos
de crrentos de niños, de melancólicos arrrores, es la tierra clásica de habían atravesado vencedores el desfiladero de las Termópilas 3' el
la imaginación y la poesía. Corrarrros err peregrinaje á esta Jenr- istmo de Corinto, perdonado á Tebas, abrasado el Atica, mancilla-
salén del corazón. do la gloria de Argos 3' de E.sparta. Reyes hacían la corte á Eu-
5. —
Qrri.sier a contemplarla de.sde Gavarnie, prrente de España rico, que extendía su poder sobre las Galias, y Ataúlfo, protector
y pasaje terrrpestu.oso donde el hijo no espera á su padre, límite in- del imperio, sentó en su trono á la hija de los Césares. Rival de
rrrenso de dos mirndos, desde donde podría ver.se á Zaragoza en Accio, el último romano, Teodorico antes que San León, salvó á
España y á Tolo.sa en F'rancia. Allí el vascón innrutable, primo- Roma, en los campos cataláunicos, de los furores de Atila. Y Es-
génito de las razas célticas, qrre ha vi.sto pasar todas las rraciones, paña matidó en Italia y Portugal, y en Borgoña 3' Holanda, y en
carta gine.ses, celtas, romanos, godos 3’ .san'acenos. «Debéis saber Alemania é Inglaterra, y en Asia, 3’ en Africa 3* la América fue ;

qrre no.sotros datairros de mil años atrás,» decía rrn Montrrrorencv' á sin-a.
JUAN VICENTE, DR. TEODARDO Y ELOY G. GONZALEZ 59

17. Ocho siglos de lucha habían hecho de España la nación oponga rayo luminoso, veréis cómo se provecta la sombra
al
más belicosa del mundo fue también la más noble y generosa. la •

; justicia ilumina con .su brillo á cuanto alcanza' .su


radio, pero 'in-
Te abriste las venas para animar con tu sangre á la América deso- terponed un crimen, y mientras haya brillo de ju.sticia habrá
lada por la antropofagia de sus hijos y los tuyos .som-
y tus hijos bas- ; bra de eprobacion \ toda\na mas el pueblo que .sólo .se
I !
:
preocupa
taron para sustituir a los descendientes de Moctezuma v Atahual- de cadalsos, pre.scindiendo de virtudes, fune.sta hi.storia ha de
pa, y á tus mismos guerreros que cori ían degollándo.sé .sobre sus legar
ásus de.scend lentes! Mejor dicho, no habría historia, porque la hi.s-
cadáveres. Paso un siglo y la mitad del mundo apareció trans- tona es la ju.sticia e.scrita que galardona ó vitupera al hombre
formada. Tú le diste cuanto tenías.
^
.según
Palacios, catedrales, biblio- sus procederes, .sino un montón de ruinas
tecas y templo.s, y caminos y plazas, y una civilización completa y de escorias que la
posteridad miraría con asco 3' con horror como el osario de
se desplegó allí,donde el Inca degollaba hecatombes de inocentes un pue-
blo e.stéril para el bien, y como e.stéril, maldito! Para Sucre no
víctimas al sol que las amaba 3' donde resonaba antes el són monó- hay en\ idias, ni nunca podra haberlas. Jamás tormenta alo^una
tono del caracol salvaje 3' del triste y melancólico 3'araví. ha detido al astro 103' en su ascensión en el e.spacio, 3* la sober-
18. Tal asombro impusiste, que los pueblos cre3’eron que el bia de los Amazonas, Misisipís
cielo era tu aliado, 3* divulgaron que el .sol se había detenido una y Orinocos queda humillada
para siempre, por mu3' caudalosos que sean, al sumergir
vez en la mitad de su carrera, aguardando á que completa.ses una la altiva
frente en la inmensidad del océano. Los hombres como Sucre .son
victoria. Cuántos años has descansado de las fatigas de tanta
¡
alma de la historia, 3' las calumnias de los émulos, si las hay,
gloria se
de.sa anecen por si mismas.
!

Sucre fue de aquellos que, abrigando


i 9~E1 más
fanático de tus reyes re.solvió uu día que la llora- en el valeroso pecho la fe de .sus mayores, la tributaron
ses penitente siempre
y expiaras
la sangre vertida 3' te convirtió en fúne- ; fervoroso culto; fue de aquellos que tuvieron siempre en
bre monasterio. alta estima
Levantó para sí el Escorial, palacio 3' tumba, la niajestad del hogar; fue de aquellos
monumento austero 3^ .sombrío, como su genio, especie de Trapa que si lucharon por el
triunfo, no fue jamás para sonrojar á los vencidos,
para^ tus monarcas millares de frailes lo sirvieron sino para
:
el oro de ;
deleitar.se otorgando la gracia del perdón fue de
América los alimentaba los re3’es se llamaron hechizados hermo- aquellos que cam-
;

;
y biaron las cataratas de sangre de la guerra á muerte
sos. así atravesaste muchos siglos vestida de sayal, pobre por el elíxir
^ y
.
sublime de la clemencia y déla vida fue aquel, en fin, que después
España, á la siniestra luz de las hogueras de tu Inquisición. . . Y de una esplendida batalla como la batalla de A3^acucho,
;

aún así triunfa-te en San Quintín y diste al héroe que libertó en que es
«cumbre de gloria americana y la obra del general Sucre,’ que
Lepanto la Europa de la Media Luna. fue
la dese.speración de nuestros enemigos,
20. Y aun así, cuando el gigante de Occidente pro3^ectó su
y que semejante á Water-
loo que decidió de los destino.s de Eurora, fijó la suerte
sombra colosal sóbrela Europa, de las na-
y todos los reyes, los tU3'OS, depu- ciones americanas,» (i) cubrió con el manto de una
sieron á sus pies las coronas, mendigando esposas, osaste .sola honrosísima
capitulación á los vencidos, como para abrir una válvula
hacerle frente, hiriéndole con las mismas cadenas que te había ála gene-
rosidad del corazón, y aliviarse un tanto de aquella carga
impue.sto, mientras tocadas por invisibles manos, las campanas lla- subime
de inmarcesible laurel .... ¿ Quien podrá levantar su
maban al combate, 3' tus sacerdotes v tus mujeres y tus niños palabra
contra Sucre en los hechos de su corta pero muy fecunda vida
abrían con sus puñales la honda sima en que fue á hundirse su ? Los
bienhechores de los pueblos tienen ciertos momentos durante la
poderío.
misión que de.sempeñan, ni previstos ni buscados, que expresan
21. —
Grandes pueblos han estado esperando por largo tiempo por sí solos toda la alteza del mérito,
á que despertaras. Borgoña, la parte más guerrera de la Francia, y son como los imstrumentos
fehacientes é irrecusables de la gloria.
nervio 3' fuerza de los ejércitos de Napoleón, te aguardó un siglo
entero en odio a la conquista francesa, .sus sencillos 3’ enérgicos
:

habitantes se han .sepultado el rostro contra la tierra. Estabas Y no quiero recordar la escena pavorosa .... La b.ala homi-
muerta, pero tu cadáver como el del Cid, animaba á tus amigos 3’ cida e.stá juzgada .... Silencio! Toda tumba es inviolable, porque
espantaba todavía a los contrarios, que tu espada había herido. la tumba es el principio de la eternidad ....
22. Mi dolor por las de.sgracias de España fue causa de que Si las cenizas de Sucre .se perdieron, hay de ello una doble ex-
la llamara «fragmento etiópico incrinstado en Europa.» Si visto
:
plicación ó desaparecieron por un rapto de la gloria que
desde el mar, mediodía de la Península .se asemeja á Marruecos,
el
:
no qui.so
esperar el largo proceso de lo.s tiempos para llevarlas á los
es que el cielo da con frecuencia á las aves potentes el chillido dé altares
del Olimpo, ó quizá por la postrer plegaria del héroe de
sus víctimas. España po.see todos climas
Ayacucho
lo.s ;
¿debería faltarle el que acaso ultimo ra.sgo de su abnegación, confundir sus
qui.so poi el
de la patria de San Agustín ?
cenizas con los de aquellos millares de soldados que no nos
23. Y España debía s;r el pueblo de la elocueneia. ¿Qué dejaron
ni .su nombre ni .sus hue.sos para colocarlos en el Panteón
nación habla niia lengua más noble inmortal,
y .sonora que la suya ? Los peio que en cambio no.s dejaron como .solemne testamento, escrito
pechos robustos, los órganos nuevos
y fuertes de sus hijos la for- con sangre en los campos de batalla, el derecho de ser libres 3^ la.s
rnaron en las regiones del alma, bajo un cielo puro, templándola
al ejecutorias hermosas de un brillante porvenir ....
son de sus guerreras trompas,
y marcándola con el sello de su in-
trepidez y entusia.smo. El hombre del Norte a.spira sus palabras
entre la leitgua y los labios, entreabierta la boca, para no respirar
la fría atmósfera de sus nieblas. La lengua castellana, nutrida de
vocales, mezcla de la .sensación 3' la idea, pronúncia.se al aire
libre,
ore rotundo, respiración del alma, de sonidos
como la lengua griega.
sonoros 3' graciosos 0-oi^2¡ález¡, ^1037-
24. ¿ Por qué, oh España no recoges tus hijos en tu regazo
¡ !

fecundo, en vez de debilitarte en lejanas empre.sas, 3' ora


empuñes
la e.spada, ora toques la lira, eres el terror
ó el encanto de las r=F2.0IX[E:TE0
naciones ?

Siempre han tenido los buenos viejos un gesto de piedad al cír


que nuestra juventud se queja de desengaños y de sufrimientos:
Grolizález, doctor Teodardo. ¿Será e.se dejo una prueba de fortaleza inquebrantable ?
¿ Habrán sido los sufrimientos de los jóvenes de aver más do-
lorosos que los nuestros?
DISCURSO Lo que fuere, es lo cierto que nosotros e.stanios sintiendo las
amarguras de un siglo que nuestra educación 3" el medio en que
;

FRAG.MEXTOS crecemos nos han sensibilizado acaso la epidérmis, porque no hay


herida, ni lágrimas, ni sangre en el pasado, que no la hayamos
sentido en mitad del corazón y salpicádonos el rostro cargamos :

con nuestros propios dolores 3' con los dolores de los que nos han
precedido. Y coino terrible 3’ ulterior clausura del tremendo ciclo,
La historia tiene sus días de dese.speración de agonía, así presentimos las tristezas del porvenir somos un punto de embates
como los tiene de júbilo indecible, porque así comoy debe castigar el 3'
;

de estrellamientos ruido.sos, colocado entre la.s corrientes de aver


crunen con sev'era reprobación, para que la justicia no sea que quieren atraernos á un centro que ya no es el nuestro
una pa-
labra \ana, 3' pueda vivir la sociedad, así
y 'las
debe premiar el mérito tendencias de la actualidad hacia el mañana, que ansiamos respirar
de los los hombres dignos, porque esa es la otra faz
de la justicia. con impaciencias á veces coléricas.
Eos nnaginamoslajusticia como laluz;lo que e.stábajo sus dominios
esta lleno de hermosa claridad, pero si .se
coloca un objeto que se (l) l’alahras del Libertador.
6o ANTOLOGIA GEN3ÍRAL

Cuando nacemos nos reciben sonrisas efímeras, porque la feli-


cidad causada por nuestro advenimiento, será turbada cruelmente
Gronzález Varela, J. M.
por el fantasma terrífico de las privaciones } del hambre, que pron-
to vendrá á agitar sus alas negras á las puertas del hogar, con el
aumento de la prole. TEMOR Y ANGUSTIA
La concurrencia es hoy más feroz porque son menos las pre-
sas esplendor, el brillo y la hermosura de la civilización los
: el SI Xj ^
hemos obtenido á costa del vigor y de la vida de los progenitores.
Ayer nuestros ascendientes no llevaron la vida enervante ó destruc-
tora de las ciudades eran pedazos de naturaleza soberbia y brutal. :
¿ Por qué mi corazón late violento

Hoy nos alimentamos de mamas fiácidas y estériles nuestro llanto Entre el temor, la duda 3^ la esperanza ?
;

de recién nacidos es acallado pronto por el rumor de los combates ¿ Qué extraño .sentimiento

cívicos, por las voces del escándalo y por el murmullo del tunudto
Es este que convierte
callejero. La dicha y la confianza
En acerbo dolor, aura de muerte,
No hace mucho
las preocupaciones no traspasaban los linderos
Y ora suspire ó gima atribulado.
del hogar ahora, por resurrecciones atávicas implacables, abando-
;
Ora goce de plácida alegría.
namos el solar paterno cuando 3'a somos suficientemente robustos Nunca el bien anhelado ,
para disputar la presa
De la quietud encuentra el alma mía ?
Apenas removemos un poco nuestros papeles y nuestras pro- Tras un leve placer, amargo llanto
piedades de adole.scentes, nos salen recuerdos y testigos de los días Corre por las mejillas presuroso,
de infancia, de la mañana anterior hay un empuje furioso de pre- ;
Y tras alegre canto
cocidad, porque necesitamos vivir de prisa para llegar pronto á la Se sucede silencio pavoroso.
cumbre antes de que suene la hora suprema la longevidad ha lle- :
Si asoma entre mis labios la .sonrisa,
gado á ser un fenómeno de estadística. Di.sípase al instante
Por todo eso sufrimos de veras. Los viejos se resisten á creer- Y me parece que la núsma brisa
nos, porque en cincuenta años ha_v desarrollos de tal magnitud, Murmura agonizante.
que en otros tiempos necesitaron un siglo para presentarse. Por Todo á mi lado es duelo,
•eso contestan á nuestros aj'es, creyéndolos debilidad ó puerilidades, O placer, ó ventura ;

con su sonrisa piadosa ; Si sueño me desvelo,


— Aguardad : estáis á la mitad del camino. Y dicha ó padecer todo me augura.
Oh ! no, padres venerables ya nos acercamos
:
al fin. El su- A veces contemplando de los cielos
¡

cada hora el eterno buitre rasga las entrañas sin pie- El límpido cristal y la belleza.
plicio es de ;

Inclino contristado la cabeza,


dad. Vosotros llegásteis á lo alto, serenos, prudentes y calmudos
sentisteis un halago de gloria, respirásteis atmósfera de encumbra-
:

Y convierto en plegaria mis anhelos.


mientos nosotros tenemos la convicción de que muchos no llega-
;
A veces como herido
remos. La lucha es tan cruel De fatídica luz cierro los ojos,
¡

P',n medio de ella, cuando hemos gastado luz y amores inocen-


!

Y truécanse en enojos
Los encantos del pecho conmovido.
tes en empeño nobilísimo y vemos que arrebatan el laurel manos A veces á la gloria noble aspiro
brutales, cada juramento desgarra el pecho y quema los labios!
Con indecible aspiración con.stante,

¿Jurar qué ? —
Una venganza sin nombre á las brutalidades ¡ Y con la fama 3' el poder deliro ;

del destino !
Y luégo en un instante.
Se nos llama impacientes. Es claro, no nos han enseñado, ni Fama, gloria 3' poder, todo lo olvido.
fuera posible, la satisfacción austera, el renombre modesto. . . . ¿ Y por qué de tal modo el pecho ufano
¿Comprendéis quedé tri.steza incurable subir cuando hielo más Se conmueve agita ?
3’

frío que el de la cima haya matado todas las ilusiones, cuando falte Ah bien lo sabes tú. Dios soberano
!
;

ya vigor y mu.sculatura y entusiasmos para realizar los bellos Mil \’eces sea tu voluntad bendita !

ensueños de la juventud ? Sí, tú comprendes que yo vivo ansioso


Porque espero de amor un fruto santo,
¿ Comprendéis que cuando lleguemos á triunfarallí, mu}" cerca
del .sepulcro, trataremos sólo de presentir 3' de prepararnos para el
Y al temor de perderlo, presuroso
Corre el raudal de mi paterno llanto.
eterno anonadamiento, para la voluptuosidad apenas concebible
del último sueño ?
Y es por eso que sueño 3' que deliro.
Que ambiciono fortuna,
¿No creéis que nóvale ya nada alcanzar la eminencia, noso- Y que á la gloria aspiro ;

tros, en la tarde de la vida no.sotros, los que casi al nacer pudimos ;


Para al mecer la cuna
distinguir las claridades del ideal 3' tuvimos tan encantadoras aspi- Que guarde de mi sér el sér que adoro
raciones? .... Con sublime embeleso.
En un libro de mujer leí que un enamorado, inteligente, apues- Tras el más tierno beso.
to y joven, había ido á la Australia tras el propósito de obtener Ofrecerle riquísimo te.soro.
riquezas con que dorar su boda. Su novia era una rubia 3' hermosa Por eso vivo en inquietud constante,
holandesa amaba en él, más que otra cualquiera de sus prendas,
; Y en tormentos sin fin paso la vida.
sus negros cabellos y sus ojos azules y brilladores. El mancebo Viendo llegar aquel terrible instante
era pobre y la boda se hacía imposible por esta circunstancia, Con el alma ya alegre, 3'a abatida.
constantemente considerada por los padres de .su prometida.
Cuando
regresó del sur lejano, opulento, recrudecida su pa-
Dios de bondad si la plegaria pura
!

sión, en bu-sca de su ideal hermoso, la mujer adorada palideció al


De un corazón cristiano
verlo 3", dejando caer las manos con un descorazonamiento mortal,
Llega hasta tí, ferviente,
lo recibió con estas palabras pavorosas :

Permite que la pobre criatura.


— Ahora . . . .
¿ para qué ?
Que el pecho aguarda de su amor ufano.
¡Ya no brillaban los azules ojos, ya no era negra la hermosa Recline en el regazo su alba frente.
cabellera Así, Señor, al ánima afligida
¿ Entendéis ahora por qué sufrimos ? Estamos enamorados Darás dulce calma
la ;

de una mujer encantadora, tiene un nombre halagador, nos aguar- Yeu placeres la angustia convertida.
da pero cuando acaso lleguemos á su trono .... ¡3'a no habrá luz
;
Los ecos de mi alma
en estas miradas, ni emociones arrebatadoras en estos corazo- Llevarán á tu trono en oradores
nes ! . . . .
Su perfume de amor y bendiciones.
;

GONZALEZ VARELA, GONZALEZ PEÑA, GORROCHOTEGUI Y GRAFE CALATRAVA 6i

Gronzález !Peiia, Simón. Grrafe Calatrava, Eladio.

DOS ROSAS ELEGIA


Airosa se mecía
Sobre flexible tallo, Al síñor Tomás Reng'ol, oti la muerte <le su hija Leonarda,
Una rosa gentil que presumía acaecida en Aragua de Barcelona, de- setiembre
Reina ser de las flores, de
Y que á las otras con desdén veía.
Preciada de su aroma y sus colores.
Cerca, muy cerca de la flor lozana,
Otra rosa yacía Es de noche. De Diana los reflejos
En sin igual dolencia. Van argentando la feraz llanura.
Sus pétalos marchitos Mientras modula el viento en la espesura
Y evaporada la exqui.sita esencia. Ritmos que van á fenecer muy lejos.
— Adiós, adiós, hermana !
La voz de la soisola,
Dijo á la flor temprana Lamento eterno que entri.stece al prado.
La entri.stecida rosa, Evoca del pasado
Y aquélla de.sdeñosa. Recuerdos de fugaz melancolía ;

Volvió su cáliz al opuesto lado. Y rompiendo del cuerpo las prisiones.


— Igual es nuestra suerte. Vaga la fantasía
Clamó la rosa mustia ;
Por no soñados campos y regiones.
Si de reina blasonas. Yo en tanto reclinado á una palmera.
También fui reina del vergel preciado. .
Contemplaba la luna que, surcando
Hoy, necia, me abandonas Etéreas ondas de zafir, viajera.
A mi letal angustia ;
Iba los rayos de su luz lanzando.
aunque mal te cuadre,
Pero, Quise entonces llevar la fantasía
A compartir mi duelo A los campos y vegas do felice
Mañana, triste, rodarás al .suelo. Pa.sé la infancia mía ;

Mas al pi.sarla blanquecina arena


Que besa enamorado el tm'bio Aragua,
\’íocultarse de Diana la .serena
Faz, con e.'^peso velo
Grorrochoteg-ni, A_belardo. De fúnebre crespón ó negro duelo.
Y reparé .silente la ribera ;

Ni un acorde .siquiera de arpa eolia


ORACION Lanzaba la pradera !

i Qué es e.sto ? me decía,


¿ Por qué se empaña de la luna el brillo?
Auras de las campiñas. ¿ Por qué calla la Atenas de los Llanos ?

Que posáis vuestras alas virginales ¿ Has muerto por desgracia, ciudad mía ?

En el cáliz bendito de las flores. Y entonces vi que forma vagarosa


Ornato de las tardes tropicales De gentil talle y luminosa aureola
;

Que circuía .su Lente pudorosa.


Avecillas parleras. Se entretenía, las flores de la orilla
De pardas plumas, tímidas palomas. Cuidosa de.sprendiendo,
Que alzáis el vuelo por llegar contentas Y una hermosa corona
A las floridas cumbres de las lomas ;
Iba con manos hábiles tejiendo.
Ab.sorto, embebecido, contemplaba
Barquilla de los cielos
Aquella aparición.
Que surcas ese mar, hermosa luna.
Mientras tu suave resplandor divino
Cuando escuché de célica armonía
Se duerme en
Su voz que me decía :

el cristal de la laguna ;

«Joven proscrito de tus gratos lares.


Fuentecilla del bosque ;
Hijo alejado de tu hermosa madre,
Serpiente de rubí que arrulladora
i Qué extrañas que el silencio á esos hogares
Copias los tintes con que el sol ardiente
Envuelva con pesado pabellón.
De tus orillas las arenas dora ;
Que e.sa alegre ciudad se vuelva muda,
Genial inteligencia. O que la luna sonriente esconda
Espíritu invisible en que .se anida Su rostro tras un fúnebre cre.spón ;

Sin poder comprenderlo aunque lo estudia. Y que callen las brisas y ni un eco
El misterioso arcano de la vida Del éter mueva la vibrante onda.
;

Si un ángel ha volado de su .seno


Lágrimas de tristezas. A la región de Dios
Nítidas perlas, diáfanas, tranquilas. Si se ha agostado de su edén hermoso.
Que al nacer en el fondo de mi alma Una muy bella y muy fragante flor ;

Presurosas rodáis por mis pupilas ; Si una joven paloma candoro.sa


Plegó sus alas tiernas, y su pico
Llevad estas canciones
Que el plectro arranca de la acorde lira.
No entona j-a querella melodiosa ;

Si ha muerto de .sus hijas la muy pura


Mensajeras de amor y dicha inmensa,
A la deidad por quien mi sér delira Leonarda, hermosa y de virtud modelo,
;
Y al ir hacia los cielos, de tristura
Decidle que por ella Llenó los corazones y de duelo ?
Atesora un caudal de poesía. Yo, la virgen que premia las virtudes.
Ramillete de aromas celestiales. Estas flores de.scojo.
Para adornar su sien mi fantasía. Para irlas á verter sobre la tumba
Donde la muerte guarda su despojo.
Y al retornar alegres. Anda, en medio al silencio y soledad
Auras, palomas, luna, fuentecilla. Que envuelve esa mansión triste y sombría,
Inteligencia y lágrimas, silencio ¡ !
Entona una elegía,
No perturbéis e.sta oración sencilla !
Y ríndele un tributo á la amistad.»
Ó2 ANTOLOGIA GENERAL

Dijo la virgen y alzó su vuelo ; IV


Volví de las regiones do vagaba
Mi inquieta fantasía ;
Yo tengo mis patriarcas y mis profetas en
el fondo de la filo-
Y al verme aquí en el suelo ^
sofía antigua, y en la moral de los estoicos,
;

agitan en germen
.se
Do crecen las palmeras y los macos, los primeros principios de mi consagración en mi nombre Platón
Y va entre bucarales
:

había ya en.señado á los pueblos una doctrina .sublime y Sócrates


El Uñare rodando sus cristales, defendido la justicia y Plutarco dictado las más hermosas reglas á
Dije con voz ahogada, entristecida :
la conducta humana. Por mí .se cuenta en los fastos del mundo
Llevad mis a5'es, brisa de la pampa. el sacrificio inmen.so del Calvario, .sublime arranque de caridad
Donde llora cantando el cisne herido suprema que tiene todas las proporciones del prodigio y que sólo
Por el golpe fatal de la desgracia un Dios hubiera concebido y realizado. Por e.so mi verdadero
Que desgarra su pecho dolorido. culto se eleva al lado de la cruz vamaos los tinos á los otros».
:
.
Decid á aquel poeta infortunado. San Pablo es el evangelista de mi doctrina. Acordáos, dice
Que hay una fuente de perenne vida. este apó.stol, de aquellas palabras de Jesús «es más feliz quien da
:

Que llaman religión. que quien recibe.»


Do beben los mortales que padecen, Los que se compadecen de la miseria ajena serán los agracia-
Santa resignación ;
dos del Señor, se les perdonará como ellos perdonaron, se les con-
Que allí el alivio encontrará sin duda, cederá como ellos concedieron 3' recibirán .según la medida de que
A su justo dolor ;
ellos se sirvieron para con sus hermanos.
Pues al través de su corriente muda.
Se refleja la imagen del Señor !

V
Yo tengo apóstoles fervientes que han llenado con hechos lu-

Grraterol y M oales, doctoa J. minosos las páginas más bellas de la historia. Ludovico Pío, Vi-
cente de Paúl, Santa Isabel de Hungría, Margarita de válois,
Isabel de Baviera, Esteban Girard y una pléyade más de nombres
venerables para quienes la gloria tiene himnos de amor, coronas
inmarcesibles la justicia y altares la eterna gratitud de las ge-
neraciones.
Todasesas corporaciones que ha fundado y sustenta el espí-
ritu de fraternidad, nacieron bajo mis inspiraciones. Por mí hay
hospitales de .sangre para el soldado, manicomios para los tristes
MONÓLOGO ESCRITO POR EL DOCTOR J. GRATEROL Y MORLES PARA ciegos de la inteligencia, lazaretos para el infeliz proscripto de la
LA VELADA BPINÉEIC.A DE LAS SOCIEDADES «ARMONÍA)) Y «ALE- sociedad que expía en su inocencia la injusticia de.sesperante de un
hecho rebelde al ideal, casas de corrección para la.s conciencias en-
GRÍA)) Y DPtSEMPEÑADO POR LA SEÑORITA CLARA M. TELLERÍA. tenebrecidas por el eclipse de la virtud, y asilos de huérfanos
y
clínicas para la infancia de.svalida.
Que no sólo dar limosna es caridad. . .

VI
Vengo en nombre de Aquél que tiene en sus manos la clave de ,

todos los arcanos, que lleva en su seno las vertiginosas palpitacio- Yo


tengo también mis heroínas.
nes de lo inmanente y todas las pasmo.sas formas del prodigio de ;
i
En
esos duelos colectivos de los pueblos en que los hombres
Aquél que ha fecundado con su palabra omnipotente las negras í

seducidos por falsos ideales de gloria y de ambición ó arrastrados


soledades del vacío, y ha llenado el espacio con la hermosura de !

por el torbellino de pasiones de.sen frenadas .se lanzan insen.satos el


sus creaciones infinitas y ha impregnado los orbes con el eterno !

reto de exterminio, y levantan legiones aguerridas que oscurecen


aliento de su amor incubando la vida universal. i

cual nubes tumultuo.sas el horizonte hasta que el soplo iracundo


del aquilón las arrebata y las condensa en turbios remolinos que
I

generan la tempestad en medio del ruido del cañón, de los relám-


II ;

pagos de la fusilería, y de la inclemente granizada de plomo que


todo lo aniquila en todo el furor de la borrasca, éntrelos miembros
Yo soy una de las eternas beatitudes que alientan en torno del mutilados y los muertos, y el ay desgarrador de los heridos
!
y el
Señor soy el ángel de las misericordias, origen de todos los con- ,
estertor de los moribundos, aparecen como las sacerdotisas del
suelos, e.speranza del desgraciado y lenitivo de todas las amarguras í
dolor, las hermanas de la caridad, en todo el e.splendor de .su gran-
de la vida. Mis dominios .se extienden en la mansión del infortu- i
deza, emulándose en la misión sublime de comsolar y socorrer.
nio en donde ejerzo, á título de hermana, el blando tutelaie del i

amor.
vn
No me importan las regias vanidades ni el orgullo soberbio
con que los hombres .se fabrican e.sas soledades siniestras, rodeadas
por doquiera del abismo, que apellidan sus imperios y sus reinos Hry otros acontecimientos de causa inevitable, que están
allí se vive odiando y de.spreciando
;
fuera del hombre, que llevan el .sello irrevocable de la fatalidad,
en aquel árido ambiente de y
;

ambición sólo medran la intriga y la calumnia, se respira glacial que asumen por esto cierto carácter de majestad y de grandeza
indiferencia, los más nobles e.spíritus flaquean ó se pervierten,
Cuando la tierra se estremece con fragor y derriba el suntuoso
y I

palacio del magnate y la humilde cabaña del labriego; cuando el


aquellos hombres sin compasión, inexorables é iinsensibles, están
condenados, como dice el poeta florentino, á «llevar eternamente
|

volcán terrífico eleva al cielo su penacho de llamas envolviendo


.sobre sus cabezas un cielo de bronce sin lluvia ni rocío.»
ciudades y campiñas en su ardiente .sudario de cenizas cuando ;

las epidemias se ciernen implacables .sobre el cielo melancólico


de las naciones, y todo es orfandad, desolación y lágrima.s, enton-
III ces aparece, meirsajero de la paz sobre la.s ruinas, el ángel de la
piedad exhortando los hombres á la misericordia !

Vengo á evocar en este recinto la santa clemencia, la delicada


Mi reino es inmenso, numeroso, como que está compuesto de ¡ ternura y la augusta razón, atributos supremos del espíritu ven-
;
todos los necesitados y de todos los indigentes de la tierra. Cuan- ,

go á evocar el noble .sentimiento de la patria que encarna la fra-


tas lágrimas ignoradas .se desbordan del afligido corazón en esos
'

ternidad de los hombres, á fin de que la mente desprendida de los


sumideros del abandono, de la orfandad y de la viudez, yo las re- !
efímeros intereses de la vida, se recoja un instante en la conciencia
cojo y la.s enjugo con mi invisible manto. A todos alcanza mi '

y se inspire en los eternos ideales de la verdad y de la justicia para


mano cariñosa. lil cielo, que es mi patria, me brinda inagotables dirigir una mirada compasiva hacia esa región del Ande hoy azo-
tesoros de bondad }'o ocupo el áureo trono del ideal humano tada por el .soplo desconocido, desde donde con labios trémulos
;
y
ciño una corona abrillantada por el sereno resplandor de la e.spe- todavía por el terror, invocan un socorro los de.sgraciados que para
ranza yo tengo el arte mágico de conmover á los hombres colmo de su infortunio han .sobrevivido á la catástrofe
:
y des-
pertar en su ánimo la.s múltiples manifestaciones de la piedad Señores, os pido por amor de Dios un óbolo para nuestros
angelical. queridos hermanos los de.sgraciados de la Cordilleia.
, .

DR. J. GRATEROL Y MORLES, H. M. DE LA GUARDIA Y E. C. GUERRERO 63

Griiaixlia, Heraclio M. de la. GriieDDer*o, Emilio C.


EL SIGLO PRESENTE CINERARIA

En la muerte ele mi recerdaele prime Amh'és Entrena Ib


Oigo que te llama el mundo
Siglo de las maravillas, I

Y va diciendo que brillas Resrstome á creer, amigo mío.


Como un segundo
siglo sin
Mas yo con ardor profundo
;
Que hayas bajado á la mansión postrera. . .

Cae la poma en el dorado e.stío,


Palpar tu grandeza ansio,
Pero nunca en la verde primavera.
Y
luégo, con pesar mío,
. .

Por más que en ver me concentro. Cuando la flor en el peinsil, sus galas
Sólo en torno de mí encuentro Luce orgullosa y sus perfumes vierte,
El desencanto, el hastío !
Hasta el púdico céfiro en las alas
Llévale aliento 3" vida jamás muerte. ;

Si en la mente hay una luz


Que del corazón me sube, Ni mata el sol primaveral, ni ago.sta ;

La envuelve pálida nube Aries la vida donde quiera inflama :

Como sudario ó capuz ;


De verde víste.se á su luz la costa
Y en vano en eterna cruz Renueva el árbol secular su rama
;

El alma tiende la vista ;

Porque de tanta conquista Conviérte.se la oruga en mariposa ;

Como orgulloso pregonas, El agua del fangal se hace rocío.


Só’o miro que coronas El apue.sto botón truécase en rosa
Al falso y al egoísta ! Y se trueca en placer el mismo hastío. . .

No te acuso ni desdoro ¿ Cómo morir en la estación florida


Por lo que pasa por mí ;
Cuando todo son pájaros 3’ flores,
Que acaso siempre fue así Y .se modula el himno de la vida
La vanidad que deploro. Con murmullos, con trinos, con colores ?

Con todo, siglo del oro


Llamarte, pienso que fuera II
El título que dijera
Lo que eres con verdad :

Corrupción y vanidad, Mas ¡


33’ deliro el corazón no miente
! ; :

Y el yo por sola bandera !


Sí ;
descendi.ste á la postrer morada.
Ya apagada la antorcha de la mente,
No miro el antro en que gime Y la bondad del ama 3’a apagada.
La honradez ni el .sacrificio ;

Miro, vanido.so al vicio De nada te valió .ser generoso.


Que cou oro se redime Ni tributo de amor rendir al arte.
;

Al poderoso que oprime Ni .ser buen hijo ni acendrado esposo.


;

A la lisonja que medra ¡


Todo eso nada fue para .salvarte !

A esos ídolos de piedra Inflexible es la muerte ni ante el lloro


Que alza la intriga en sus hombros :

Tal noche, tántos escombros


Ni ante la .santidad cambia de intento :
i
Hiere así al de la diadema de oro.
re3’-
Que tiembla el alma y se arredra !

Como al rey coronado del talento.

¿ Dónde están los ideales Tanto mata en el mísero bohío


Nobles que soñó el amor, Como en
trono donde el fau.sto impera
el ;

Y fueron gala y honor Troncha así al hombre en su dorado estío.


En los castillos feudales ? . . Como al hombre en su verde primavera.
¿ Dónde las castas vestales
Guardadoras del hogar ? . .

III
¿Dónde el templo y el altar ? . .

Todo es duelo, todo lucha :

¿ Quién la voz de Dios escucha Dura ley es morir


pero a\’ á veces, ; ¡
!

En este revuelto mar? . . Al llamarnos negra sepultura.


la
El cáliz del dolor hasta las heces
Con más crueldad el moribundo apura.
FUEGO BAJO CENIZA Cuando el mundo y el tiempo no han dejado
Nieve en el corazón 3^ la cabeza.
Hundirse el hombreen el sepulcro helado,
Negro y rizo el cabello, luz los ojos ;
E.s la angustia mayor de la tristeza.
De nácar las mejillas ;

Entreabierto botón los labios rojos ; Cuando ha3' en el hogar un padre anciano
Cintura y pie dos breves maravillas
Que en nuestro apo3’o en su vejez confía.
Así pa.só ante mí y tras de ella ;
Morir, dejando sin so.stén su mano.
Fueron mis ojos con ardiente anhelo,
Es la angustia mayor de la agonía.
Y al suave aroma que dejó su huella.
El alma despertó pen.sé en el cielo : ! Pero morir cuando una tierna esposa
Mas vi después mi frente Rendida ha de quedar á dura suerte,
De cuidados cargada y desengaños ;
Y verla en nuestro lecho quejumbro.sa.
Y su.spiré mirando tristemente Es la angustia más grande de la muerte.
Cómo .se van los juveniles años,
Y dejan la pasión y los afanes Tú, amigo mío,
al espirar palpaste
En nuestras sienes sus cenizas luégo, Como espadas de fuego esos dolores.
Cual lava de volcanes Que en la memoria, niá tu padre ahogaste.
Do oculto vive inextinguible fuego. Ni á la bella deidad de tus amores.
64 ANTOLOGIA GENERAL

Yen dos porciones con tu propia mano Conmigo está mi dulce compañera ;
Partiste el corazón junto á la fosa ;
Conmigo están los hijos de mi alma;
La una mitad para tu padre anciano, Y 3'0 los miro con amor profundo.
La otra mitad para tu tierna esposa.
Para colmar mi anhelo, quién me diera ¡

IV Que siempre así, con luminosa calma,


Plácidos fueran por el mar del mundo !

Cuánto pienso átu padre, en cujm frente


La nieve de la vida se ha posado,
Y más que todos la desgracia siente A LA LUNA
Con que hoy nos hiere sin piedad el hado.
que en sus brazos te llevó de niño
El, ;
Cuando en la etérea bóveda .sombría
El, que te dió su inmaculado nombre, Tu asomas, pálida viajera.
di.sco
Y de afecto embriagado y de cariño. La mente vuelvo á la fecunda hoguera
Te enseñó la honradez y te hizo un hombre. Que .sobre tí .su resplandor envía.

Pero ay más pienso á la consorte amada


!
Sin el ardiente luminar del día.
¡

Que hizo la tarde de tus días hermosa :


Que de argentada lumbre orna tu esfera.
Alma noble y purísima, formada De tu corona cándida ¿ qué fuera ?
Por los dedos de Dios con nieve y rosa. ¿ Quién tu ignorado rumbo alcanzaría ?

¡Oh luna! yo no envidiólos fulgores


Cuál llorará tu ausencia, confundida
!

Que teregala el sol tampoco anhelo


Con insana crueldad de su destino.
la
De ese
;

espacio en que vas la dulce calma


Que trocó ep cardos, para agriar su vida. :

Las dalias de su espléndido camino ! . . . . Porque sé que mañana entre esplendores


Otro sol, en la gloria de otro cielo.

V Su eterna luz reflejará en mi alma.

Plegue al buen Dios que generoso y pío


Riegue el consuelo en esas tristes almas.
Como en el bosque esparce su rocío.
En perlas de cristal, sobre las palmas.
I
Y querido Andrés, en paz reposa
tú, :

Tranquilo á reposar tienes derecho. En la voluble arena quise uu día,


Que hizo siempre tu vida luminosa Felicidad, tu nombre ver e.scrito ;

Esa alma noble que anidó en tu pecho. Y el cielo se cubrió de nubes negras,
Y .se llevó la arena el torbellino.

II

G-ULtiórrez Ooll, Ta^ciriLtc.


En el regazo cabe de las flores
El rocío que vierte la mañana :

ERES FELIZ Las lágrimas que llora la tri.steza


No caben }’a en el cáliz de mi alma.
III
Blanca nube, te miro vagarosa
En el espacio límpido del cielo,
Cándida y pura como el cast'^ velo Cuando en la tarde silencio.sa llego

Que orna la sien de virginal esposa. A en que los muertos moran.


la región
Parece que los sauces me conocen.
Está de tu fortuna
Porque cantan con voz más gemidora,
Por la mano de Dios el rumbo escrito ;

Y te acaricia, como en blanda cuna, IV


Al resplandor sereno de la luna.
El hálito que vaga en lo infinito.
Para mi inquieto corazón qui.siera Las lágrimas que invierno tempestuoso
La dulce paz que en tu camino impera De sus sombrías ánforas derrama.
Para mi alma triste
;
Se esconden al brillar la primavera
Para seguir dolientes en mi alma.
La albura inmaculada que te viste ;

Y para consolar mi duelo ahora.


Tu vida .... que en un punto se evapora. V
¡Eres feliz! Antes que vierta el día
En la tierra sombría En busca van de fortunado puerto
Su clara luz primera. Los tripulantes de orgullosa nave ;

De las dichas del hombre eu los despojos, — Y me llaman, y yo no los escucho.


Porque no quiero que el bajel naufrague.
Tú alcanzarás, purísima viajera.
Sin dolor, y sin lágrimas ni enojos.
Desparecer en la tranquila esfera. VI

Sonríe el triunfador bajo laureles.


EN EL SENA En el ara nupcial la virgen pura.
El avaro contando sus riquezas ;

Surcando va la nave sesgo río


el Y yo sonreiré bajo la tumba.
Y yo, de pie sobre el seguro puente.
La veo resbalar en la corriente VII
Y abrir las ondas con gallardo brío.
De la margen vecina el soto umbrío ¿ Cuándo serás feliz ?dije al proscrito ;

Regala su frescura al manso ambiente, Y él re.spondió : Cuando á mi patria vuelva.-


Y la luz en el cielo trasparente Y tú, tri.ste alma mía, tú que sabes
Dora las blancas nubes del estío. Dónde tu patria está, ¿ por qué no vuelas?
: :

JACINTO GUTIERREZ-COLL Y ANTONIO LEOCADIO GUZMAN 65

VIII ¿ De dónde venía ? De Santa Marta,


. De la hacienda de
. . .

San Pedro. donde Bolívar murió.


. . donde fue sepultado. . . . . .

Canté
del bien las glorias inmortales ; donde permaneció 12 años; ... en tanto que de.sde el Atlántico
De la virtud los inefables gozos ; hasta el Pacífico, desde el man.so Guaire, que le vió nacer, hasta
Canté la libertad, y, al otro día, el remoto La Plata, que ciñe los antiguos dominios del .sol, sólo se
Kn olvidado erial me hallaba solo. encuentran sus magníficas hechuras cinco naciones independien- :

1
tes y para siempre libres naciones con glorio.sos trofeos, con ejem-
:
I.K
plos soberbios de hazañas y de proezas, con historias heroicas que
Romeo, bajo el mármol de la tumba emulan las páginas doradas de la señora del mundo, con anales
Yerta descamsa tu infeliz Julieta :
políticos que leerían con encanto en las plazas de Tebas y de Ate-
Mi dulce prometida es más hermosa, :
ñas los antiguos genios déla libertad.
i\Iás pálida y tranquila .... y es eterna Allí, cruzada al pié del sepulcro, allí venía \aespada redentora.
Y los ojos de toda la población, con an.sia desconsolada, bus-
!

X can el brazo, la mano que conduce la e.spada de Bolívar. Ah! Era


el brazo invisible de la muerte, .su mano .>inie.stra, su horrenda
Gime la alondra al e.splender el alba ; mano. . .

Gime en la noche el piélago sombrío ; Tendida sobre un cojín funerario, sola, para siempre envai-
Yo soy como la mar y como el ave nada, sin movimiento intencional, entraba por las puertas de Ca-
Yo no tengo más canto que un gemido. racas y atrave.saba sus calles, lenta y silenciosamente, la estrella
que condujo al pueblo venezolano en su larga y sangrienta pere-
XI
grinación, de.sde las cavernas de la esclavitud hasta el paraíso de
Ante la muchedumbre el sacerdote la libertad. . .

Su plegaria modula en himno excelso j


En mediode aquella dilatada carrera, preparada por un pue-
Y yo en mi corazón, callado y solo, blo entero con asiática suntuosidad para recibir por la última vez
Oficio con el cáliz de mi duelo. ¡I
al padre más querido en medio de aquella escena, ceñida por toda
;

la población, que la empapaba en lágrimas, nada buscaban los


XII
I
ojos sino á Bolívar, y nada encontraban sino la nada de la muerte.
Pasaban con su marcha lenta y músicas emponzoñadas por el
Sé de blancas palomas que su nido dolor, los cuerpos enlutados, formados por el patriotismo de los
¡

Dejaron al lucir de la mañana, ciudadanos para hacer la última guardia al Padre de la patria, y
Y sé también que nunca regresaron :
adivinando los sentimientos que animaron el pecho del antiguo
Pues así sucedió con mi esperanza. '
Ejército Libertador, si le hubiera cabido en .suerte el acto tremendo
délas exequias de su general, los semblantes graves y entristecidos
de nuestros voluntarios revelaban las impre.siones amargas del co-
XJLXIMjPl LUZ. razón.
Pa.saban los colegios, y los tiernos infantes, asidos de las ma-

nos, también llevaban sus ojos arrasados y mostraban el dolor en

¿ Qué aguardas junto á mí ? Ya el sol no dora 1


sus rostros inocentes. Y
cuando alcanzaban á ver en las altas
El manto vespertino de la esfera, galerías levantadas en las calles á sus madres 3’ familias, anegadas
Y la nave en que sigo mi carrera en llanto, daban rienda al duelo de sus .sencillos corazones 3- nue-
Rompe la mar con fatigada prora. ;
vas 3’ abundo.sas lágrimas corrían para desahogarlos ....
Pa.saba el coro glorio.so, el grupo enternecido de los antiguos
i
Cuán nurstia del ocaso e.stá la hora ! veteranos, con sus viejos uniformes, con las insignias que ganaron
En la playa ¿qué dicha nos e.spera? en los campos de batalla, 3' .sus frentes inclinadas reverenciaban
Ni palmas, ni sombro.sa enredadera. una vez más á .su antiguo general. Descuidadas las espadas, cru-
Ni florido ro.sal, ni ave cantora. zados los brazos ó las manos, recordaban, con el nudo del dolor al
cuello, las hazañas que dieron vida á la patria, la mirada penetran-
Mas si al desierto de la orilla oscura
te de su caudillo, sus palabras de libertad, honor 3" gloria
Llegar alcanzo con la noche en calma.
Veteranos, padres de la patria, fundadores de tantos pueblos 3' de
Te ofreceré cuanto en mi afán po.seo. i

tantos derechos, hombres heroicos


vosotros representábais' <=^11 ,

Y
tendrás, pues no tengo otra ventura. aquel momento una época entera de grandezas y prodigios Allí !

El amor que es aliento de mi alma :


veíamos todos, sobre vosotros y en torno de vosotros, laureles sega-
¡
Ultima luz que en mis tinieblas veo !
dos en San Félix de Guayana y en los antiguos muros del templo
del sol laureles de Boyacá y de Ayacucho
: laureles de Carabobo ;

—--V — y Bomboná. Y
aquella marcha lenta, que el dolor hacía vacilante,
nos recordaba en contraste la marcha arrogante de los días de san-
gre y gloria, cuando esas frentes andaban erguidas 3- esas espadas
Onzmáii, A.ntonio Leocadio. ¡
empuñadas .... Pero, ah Entonces os presidía el hom-
¡
! . . . .

[
bre de la victoria .... que I103’ .... tendido en un sepulcro ....
Sí, debéis llorar á torrentes, 3' como esos ángeles que van delante
LAS CENIZAS DE BOLIVAR de vosotros, 3’ agregar vuestras lágrimas á las suyas, porque con
lágrimas debe ablandarse la carrera de ese sepulcro, 3' porque en
torno suyo deberían derramar lágrimas todas las generaciones ame-
Pasó ya pa.só para no volver más.
el 17 de diciembre. . . . . ricanas. Empapad en lágrimas e.sas in.signias que el Gran Capitán
Sumióse en
pasado con sus recuerdos patéticos, con su di-
lo ; puso sobre vuestros hombros en los días del heroísmo .... Y
luvio de lágrimas, con sus profundas emociones, con su lúgubre cuidad que no se .sequen esas lágrimas, las últimas 3' más sublimes
magnificencia. . . pruebas de vuestra virtud ....
¿ Lo describiremos ? . . ¿ Eíay mano venezolana que /loy pueda Pero yo he vuelto al 17 de diciembre .... al día que ya pa-
de.scribir ? . . Cuando
contener el volumen de el alma no ba.sta á só ... Es que lo veo, lo contemplo, e.stoy en él ...
.
No el . :

los afectos, cuando se cierran los ojos para reconcentrarnos en la 17 de diciembre no ha pasado ni pasará nunca. Le tendremos
contemplación de los más tiernos y los más grandes sentimientos, siempre delante de nirestros ojos ... .

¿ dónde hay pulso para dibujar cortinas, columnas ni catafalcos ? Pasaban esos cuerpos 3' esos grupos, al triste compás de tam-
^
Queden esas relaciones de los sentidos, para cuando el co-
¡ bores en.sordecidos y músicas funerarias, 3' en cada pa.so, en cada
razón se haya descargado de esta gravitación que lo comprime ! golpe, el alma sentía una emoción, cada vez más profunda, siempe
Vimos. sí. vimos entrar en la cuna de la Independencia
. . . . inexplicable, inten.sa, misteriosa.
la e.spada que la conquistó. Rendía .su largo viaje. Cumplida . . Allí está la ciudad entera, allí está Caracas, pero sin voz
. .
el :

su mi.sión, vino á de.scansar perpetuamente en la tierra de donde dolor embarga todas las facultades ni aun se suspira, porque el :

salió. . .
corazón, avaro de su propio .sentimiento, lo concentra todo, y en ,su
No
venía ahora de conc[uistar nuevas regiones para la liber- propia nobleza, busca el único consuelo que le queda, el consuelo
tad ;
ni orlada
con laureles acabados de arrancar .sobre los Andes. . de .sentir ....
No. j’a no hay pueblos e.sclavos en América, ni ejércitos, ni pen-
.
. No
llaman la atención las ninfas hermo.sas, ni sus costoso.s
dones opresores. Bolívar en su tránsito sobre la tierra los extirpó, lutos, ni el adorno de las calles, ni las pirámides y columnas trun-
y fundó el imperio perpetuo de la libertad. ,1 cadas que simbolizan de trecho en trecho el imperio de la muerte.
9
66 ANTOLOGIA GENERAL

Las lámparas funerarias no se ven arder ¿qué son sus llamas tem- : de gloria, vestidas de ángeles, os presentábais como genios divinos
blorosas, imagen del desconsuelo, al lado del quebranto de todos delante del carro triunfador, con cestas de flores exquisitas, con
los corazones desolados ? Aquellos largos y aguzados estandartes, primorosas palmas, con coronas de laurel, con guirnaldas capri-
cu3'a figura recuerda las amargas prolongadas desgracias d$l chosas, dirigiendo al héroe gracias enternecidas y alabanzas ange-
pueblo del señor, y cin'O color denota el dolor profundo, nada nos licales. Vosotras recordáis sin duda aquellas arengas, que Bo-
decían, nada significaban. La vista desdeñaba los trofeos, y se lívar contestaba con tanta sublimidad, con tanta gracia v elo-
apartaba de los colores del iris que refleja el pabellón de Vene- cuencia. » Dos coronas me prescrita un ángel: (decía una” vez)
zuela él había perdido sus encantos
: temíamos que pudiera di.s- : esta de plores representa los dei-echos de los colombianos ; esta corona
traernos de la honda contemplación del espectáculo tremendo. . .
\
corresponde al pueblo,» y la arrojaba sobre el inmenso gentío, em-
Bolívar muerto !!!... '

briagado de admiración. ^Aísta otra es de laureles, corresponde al


Entra en Caracas 3- no le vemos
;
! . . . Ejército Libertador ; todos habéis sido soldados del Ejército: todos
Descan.sa en un cojín negro, inmóvil, aquel .sombrero que por sois Libeidadores: esta corona es vuestra : y la arroja también al
estas mismas calles vimos sobre la blonda cabellera del ángel tute- pueblo, que llevaba su entu.siasmo hasta la idolatría. Recordando
lar de un mundo, del terror de los tiranos, del creador de las na- tantos portentos, vivas las escenas del heroísmo, grabadas indele-
ciones americanas. Aquel sombrero con que gallardamente salu- blemente en los corazones tantas grandezas, ¿ cómo no habéis de
daba al pueblo, cuando le enseñaba á victorear la igualdad santa, llorar, caraqueñas, estrechando contra el .seno vuestros tiernos
la celestial independencia. Aquel sombrero sobre que tantas
. . . hijos? Y
ellos lloran, porque aman también á Bolívar, sin cono-
veces de.scendía una lluvia de rosas 3^ laureles, con que las hermo- cerle le aman por encanto, con un amor puro, indefinido, mágico
:

sas 3’ patriotas caraqueñas manifestaban su amor 3^ su admiración. como grandeza de Bolívar


la ! . . .

Aquel sombrero viene despojado de sus plumas blancas, negras ¿Y


qué nuevo clamor se levanta, sordo y tremendo, que .sor-
gasas lo circundan, los soberbios galones con que el ostento.so Perú prende y despedaza el corazón ? Ah es la presencia del terrible ¡
!

qui.so ornamentarlo, perdieron su brillo en las campañas, en el de- monumento. . .

sierto de Sechura, allá .sobre el Pacífico 3- los Andes y hasta los ;


¿Cómo no llorar el pueblo huérfano. al peicibir el grave . .

brillantes colores de Colombia, Perú y Bolivia, .se gastaron en los canto de los sacerdotes, las cruces, los cirios, 3- las insignias con
soles del Ecuador y se acabaron de gastar en Santa Marta. En- . . .
que las iglesias quieren endulzar el acto despedazante? No son
tra por las calles de Caracas, y no.se levanta en alto saludando al himnos de victoria. no son canciones de libertad.
. .
son plega- . .

pueblo soberano. . .
rias al Sér Omnipotente por el descanso eterno del Padre de la
Madres enternecidas, llorad. sí. llorad. El no existe. . . . . . . . .
patria. En este momento vemos correr.se enteramente el velo
. .

le buscáis en vano. Hallad un con.suelo en la misma profundidad del de.sengaño las puertas de la muerte parecen abiertas de par
:

de vuestro dolor. Lo que binscáis ansiosa 3’ olvidando cuanto os en par: un espacio indefinido, la misma eternidad nos separa de
rodea, viene en aquel monumento que divisáis á lo lejos, di.sputan- Bolívar para siempre. Rompe eirtonces el dolor todos los diques,
. .

do su altura á los edificios, y que todavía ocultan tantos lúgubres 3' el llanto univer.sal .se levanta en ruido lastimero, 3’ llena los aires,

emblemas, geroglíficos 3' corporaciones. 3' par'ece levantarse hasta los cielos.

¿ A qué (diréis) á qué interponer tantos objetos entre Bolívar Si el caballo de batalla, con los jaeces que lucieron en Junín,
3' su pueblo? Que llegue: llegue al galope en su caballo de bata- cubierto de .sedas negi'as 3* entristecido, había sido un objeto de
lla ; oigamos los gritos de victoria que siempre re.sonaron á su general consternación, ¿cuán impetuoso no .sería el torrente de
alrededor veamos sus ojos, sus ojos que inspiraban el heroísmo
: : amarguras que produjo la presencia del terrible monumento?. . .

llegue y nos diga / Cai'aqueñas : viva la America libre 1 y gusto-


: Aquellos caballos, envueltos en largos mantos 3' .separados del ca-
sas veremos que le siguen nuestros esposos 3- nuestros hermanos, 3- ri'O, iban diciendo delante de él, que el pueblo de Caracas no había
volveremos á entregarle nue.stros hijos para que les enseñe el sen- querido que su Libertador entrase como los Príncipes 3- Empera-
dero de la gloria dores de la tierra, tirado por irracionales y que apoderándose de ;

¡Infelices ! Os engaña la fantasía ! . . . . Viene . . . . sí . . ,


los cordones que debían uncirlos, había querido cargar de la mane-
pero viene tendido, inanimado, 3’erto .... Aquellos ojos .se ce- ra posible el .sepulcro de .su padre ....
rraron para siempre aquella lengua no puede llamaros, ni volver á
: Aquel grupo en que se veían tantas irsignins venerable.^, re-
victorear á su pueblo ni late3'a aquel corazón de fuego ; ni existe : pre.sentaba la hi.storia entera de Colombia, la guerra de la indepen-
el genio, que .semejante al destino, decretaba los derechos de los dencia, todos los reveses 3- todos los triunfos, todos los infortunios
hombres, sacaba pueblos libres del seno de la e.sclavitud, separaba y victorias los grandes perdones, los Congre.sos y las le3'es funda-
:

un mundo de otro mundo, y ministro del Omnipotente, le fijaba mentales de cinco pueblos: allí venían sus antiguos edecanes, sus
para siempre nuevos y magníficos destinos. secretarios, sus tenientes y generales, sus más tiernos 3' queridos
¿ No os véis enlutadas? ¿ No véis las lágrimas del pueblo en- amigos, fieles 3’ constantes compañeros. Uno nombraiemos entre
tero? ¿Ni e.se .silencio i;niversal? ¿Ni e.se compás sordo y de.spe- todos: allí venía Ibarra el que re.sistió todas las campañas, todas
:

dazante que atormenta las potencias ? . . . . las expediciones famo.s^s, todos los grandes hechos. Sin más in-
¿Qué tiene de extraordinario, qué, de grande 3" mi.sterioso signias que sus antiguos bigotes, venía al lado de su general,
este día terrible ? Es que se combaten, se mezclan 3" van á de- exhaustos ya de lágrimas los ojos, asiendo con ambas manos la
vorarse dentro del pecho dos afectos, dos pasiones, dos delirios base del carro funeral él no veía nada de cuanto le rodeaba tira-
: :

contrapuestos. Caracas recibe á su hijo, tantos años ausente, tan- ba á veces del carro, absorto 3' encantado, como si él sólo nos tra-
tos años llorado nosotros recibimos á nuestro padre querido él
: : jera aquel depó.sito precioso; 3' en otras lo contenía con filial
viene á la tierra en que nació el honor de nue.stro nombre parece : ciudado, como si temiera que se lastimara su general ....
recuperado la verdad y la justicia son redimidas en este día re-
: :
¡
Ay cuántos ayes hizo exhalar aquel espectáclo lamentable
! !

integramos la gloria nacional ! . . . . Si volviendo la vista en torno nuestro, hubiésemos visto un ojo
¿ Pero qué recibimos? Cenizas yertas .... Un sepulcro .... enjuto, un ge.sto indiferente, habríamos huido de horror, nos habría
Vamos á pisar los umbrales del templo de la gloria, alzamos espantado la salvaje tranquilidad.
los ojos, y encontramos las puertas de la eternidad .... Por todas partes, manos angelicales aco.stumbradas á regar flo-
Por intervalos nos imaginamos á Bolívar tal como le vimos, res al paso del Libertador, gozan el doble placer de regarlas sobre su
tal como le concebimos siempre, como se nos ha representado vein- sepulcro. Son ángeles los que se disputan esas flores para regarlas,
te años recordamos que entra en Caracas después de sus desgra-
: al tiempo mi.smo que sollozos abundantes desahogaban el corazón.
cias, triunfando de todas ellas 3" atenta el gozo al corazón, y ; En fln, pasó el féretro, 3’ el Gobierno, 3' los altos funcionarios,
asoma en el .semblante un ra3'o de placer instantáneamente e.ste : con la Esta diplomática, las Cortes y Concejo, con el resto de aque-
relámpago desaparece, y vuelven las tinieblas del dolor. No es lla lúgubre 3" enternecida procesión 3- nada vieron en las calles, ;

esta una noche oscura solamente, sino una noche tenebrosa cór- : balcones 3' galerías; sino rostros bañados en lágrimas, ro.stros ocul-
tanla centellas de placer para hacer más profunda .su o.scuridad, tos, que devoraban su sentimiento. Los ilu.stres extranjeros que
para más cenfundírnos 3- anonadarnos. naciones poderosas encargaron de tributar un honor tan singular
¿ Por qué son dorados e.sos emblemas de las provincia de Ve- á las cenizas del Libertador de América, no pudieron contener sus
nezuela, que marchan delante del féretro de Bolívar ? ¿Por qué lágrimas. . .

han dorado ese tvhnulo gigante, que atormenta nuestra impaciencia ¿ Yqué, si hubieran vi.sto después de todo, la entrada del fé-
con su extraordinaria lentitud ? ¿A qué .se figuran trofeos, na- retro en el 3’ enlutado templo?
espacio.so Abierto el gran túmulo,
ciones libertadas, cadenas rotas, ni mirto ni laurel, cuando viene 3' sacado sepulcro por los marineros de la Constitución, los anti-
el
Bolívar muerto ? Si él no existe, nada queremos ver sus glorias : guos jefes militares simultáneamente .se arrojaron á él, lo tomaron
las sabemos uo.sotros, sus hechos los sabe el mundo él es .superior : en brazos, lo levantaron sobre sus viejas charreteras, y Bolívar fue
á todas las alegorías, á todas las imágenes á todo lo que se . . . . .sobre las e.strellas desús generales por entre aquellas naves enluta-
puede concebir .... dss ha.sta el magnífico catafalco. . .

Mitad encantadora de Caracas, yo adivino vuestros corazo-


¡
Un ataúd, que lleva un nombre inscrito entre cinco escudos
nes ¡ hermo.sas matronas, vosotras sois las mi.smas que en los días
:

de naciones fundadas por aquel, descansando sobre las estrellas de
— «

DR. GUZMAN BLANCO, J. R. HENRIQUEZ Y VIRGINIA G. DE HERMOSO 67

tantos caudillos de la independencia, entre muros y columnas cu-


biertos de luto, entre tantas banderas arrolladas y escudos y tro-
Gruizmán Blanco, doctor
feos, entre tantas hachas funerarias que arden con las llamas del
dolor, entre las estatuas abatidas y desconsoladas de las naciones
que un mortal fundó, y depuesto luego en medio del templo DISCURSO
del señor, con los pendones de Fizan o puestos á sus pies y una
cruz sobre su cabeza, parecía un testimonio singular, escogido ("Valencia, UVeljrei'o de XS7T.)
por la Providencia, para representar á un tiempo el pináculo de las
grandezas humanas y la nada del mundo. Ya depo.sitado, vimos Yo he llegado á este momento sin saber cómo, de sorpresa en
ocupados todos los asientos, todo el ámbito del edificio. Con ¡
sorpre.sa, y tengo la impresión del que al despertar, recuerdo un
cuánto recogimiento, con cuán absorta contemplación, con cuánto sueño fantástico.
asombro, mezcla sagrada de piedad y de ternura, asistimos á los Después de la recepción del día de ayer, después del acto uni-
oficios religiosos y acompañamos la voz del Pontífice al Trono versitario y de todas las demás demostraciones que la siguieron
;

Omnipotente pedíamos la dicha eterna del que había hecho eter-


!
después de aquella gigantesca ovación de esta mañana, yo creí que
nas nue.stra independencia y libertad ! todo se habría agotado Al entrar á este salón encuentro que
todo aquello era pálido ante tanta belleza, tanta elegancia que cau-
Un orador ilustre subió entonces á la cátedra, á derramar los tiva el sentimiento artístico, digno de Atenas, y esto, en nombre
consuelos de la religión en todos los corazones. Si hay un bálsamo de espartanas virtudes en nombre de la gratitud, que es el más no-
;
para la profunda herida de tan lamentable pérdida, e.se bálsamo es- ble de los .sentimientos del corazón humano.
tuvo, sin duda, en los labios del orador la sabiduría humana y la :

unción divina vinieron á contener nuestros e.spíritus desfallecidos. Felicito á Carabobo por sus demostraciones en momentos en
qué le digo adiós al poder y ló felicito, porque todo e.sto revela
;

_
Abatidos, sin embargo, extenuados, abrumados de dolor, sólo que en este pueblo están latentes todas las virtudes de un grande
nos consuela la idea de tener entre nosotros las cenizas de Bolí- y magnífico porvenir. Valencia, Carabobo, en las épocas futuras
var .... representarán todo lo que hay de .severo y todo lo que hay de ele-
gante, hermano del buen gusto. Dios no podía haberse equivocado
Sí, la voluntad de la nación, convertida en ley, ha vindicado :

él quiso colocar á Carabobo en el centro de la República, lleno de-


nuestro carácter, ha rescatado la verdad y la justicia, ha redimido
la gloria de Venezuela y de la América ....
riqueza, con un puerto como el de Cabello, |y no sólo esto, sino que
también quiso darle gran talento y gran corazón.
El pueblo, con millares de demostraciones patrióticas 5^ subli- Yo me alegro de no tener tiempo de despedirme en este mo-
mes, se ha hecho digno de la más grande y noble de las propieda- mento; quiero que el recuerdo de estas 48 horas no se aparte nunca
des las cenizas de Bolívar.
:
de mi memoria.

Heiivíquiez, José JR. del guerrero paj arillo que en doradas prisiones gime v trina,
: el
mira y mide espacio, recuerda de los bo.sques la arboleda, el
el
nido, los amores, y recuerda que un día á mi impulso agitara las
alas vigorosas dueño del aire y de la selva umbría
PERCANCE — El lirio de los valles, de montaña á mí deben la her-
la ro.sa
!

mosura y los perfumes delicados que no tienen las flores de salón,


A mi amig,\> td Nicaiu'r BaK't l’eraza. que mueren entristecidas al calor de las estufas !

El hombre, la criatura predilecta del Sér Supremo, para quien


Ya que
falta el editor se organizara y embelleciera el univer.so, grande
y señor de todos
Y redactor propietario, los elementos, sin mí es un ,sér débil y miserable miradle mania-
:

Tendré que llenar canario ¡


!
tado en la .servidumbre, envilecido por la esclavitud, buscadle en
Lo que falta del papel. los desiertos de la Siberia ó atado al yugo de las tiranías encon- :

tradlo en las rocas de Santa Elena, titán


— ¿ Cuánto falta? —
doce líneas. a.sorabro de los siglos que lo vieron surgir
y gigante en los combates,
Un madrigal .... un soneto .... y de los mundos que in-
vadiera el conquistador de Italia, victorioso en las Pirámides,
— Virgen pura Cuánto aprieto
! !
;

vencedor en «Austerlitz,» en mi ausencia, en, mi abandono devora


<f

¿ Cómo .salir podré de él ? el espacio con la mirada, mira las olas del mar agitarse como
sus
Por más que pienso no encuentro pasiones que impa.sibles presencian su infinita agonía, entonces,
Cómo llenar el Micseo : sólo entonces, al cambiar su corona imperial por la e.spinosa del
Discurro — recuerdo— leo, martirio, reconoce el valor del derecho que quitara á los demás !

Y nada dice el magín. Y mirad ahora al hombre agigantarse bajo el dulce calor de
Y aun no llega .... voto á san !
los pliegues del manto de púrpura.

¿Qué diré á los suscritores ? Moisés iluminado por la luz divina del monte Horeb, marcha
Que por falta de editores sereno á salvar el pueblo hebreo, que gemía entristecido bajo el
Yo por ellos pondré fin. cautiverio del Faraón, y con la antorcha de mis altares en la mano
lleva á los israelitas hasta mostrarles la tierra prometida, hermosa
y deliciosa, tendida á las riberas del Jordán.
— Washington luchando con un puñado de hombres para de-
Hermoso, Virginia Gril de. fender los hogares de aquella tierra virgen, creando de las .sombras
un mundo de luz, formando la república más grande
y más per-
fecta, me la ofrece por patria
y me nombra heredera de su gloria 1

Bolívar, el hijo predilecto de la victoria, combatiendo para


LaPi.
defender derechos, no busca como los Aejandros, Césares
y Na-
poleones naciones que dominar, reyes que destronar .su ideal es :

más hermo.so, combate para salvar Eleva naciones á la indepen-


!

dencia, altares á mi culto; al dormir el sueño eterno en el panteón


Moiu'k'go escrito para la señorita Adela Brigvh
de la patria el ángel de la gloria custodia .sus cenizas, en las aras
de mis templos los hijos bendicen su memoria,
Soy hija del espacio y de la luz Con la sucesión de soles y y ho}^ cinco re-
!
públicas entonan el himno de redención quinteto admirable que
de las estaciones de la tierra se van los siglos sin niarcliitar jamás :

va á llevar el genio á las puertas de la inmortalidad las eternas ar-


mi eterna juventud. monías de los pueblos libertados.
—Soy la ley natural para todo lo creado al cer^-atillo que tris- :
—En la cumbre del Calvario está mi templo augu.sto El di-
ca y salta en la pradera doy vida !

y goces con mis dones el león : vino Redentor con su sangre preciosa me comsagró al servicio de
es con mi aliento el re}’ de las montañas en mi imperio no tasca la humanidad, dándome por leyes las prácticas sublimes del
freno el corcel y corre indómito por la llanura sin sentir el
;
Evan-
acicate gelio : allí en aquella acta .sacro.satAa levantada al pie de la
cruz.
68 ANTOLOGIA GEN3ÍRAL

alzó la era cristiana su estandarte que colocó en mis manos para yo como una autómata, sin oponerme y sin .saber adónde iba, por
servir de norte al hombre ! entre las gentes que dese.speradas imploraban misericordia Carlos !

He limado las férreas ligaduras del cautivo: he arrancado estaba allí, á mi lado, reanimando mi espíritu cou los consuelos del
al sér humano de la postración vergonzosa de la esclavitud, amor divino con palabras afectuosas
y 3'

Lincoln 3^ Monagas al romper las durísimas cadenas de los siervos


eran apóstoles míos que santificaban las causas de Washington 3’
Cae la torre
¡
Qué horror Aquella inmensa mole fue !
¡
! . . . .

de Bolívar.
la que .separó á Carlos de mi lado Cómo ? No puedo ! . . . . . . . .

recordarlo Quise apoyarme y no hallé dónde



He sentido mi cabellera bañada por las auras marinasen los sentido .... Qué pasó entonces ?
Debí caer sin
!

.
! . . . .

combates del hombre para conquistarme he sentido mi nombre re- :


. . .

petido entre los lamentos de aquellos que oprimidos por las tiranías Ruinas E.scombros 8í, eso es yo volví á la vida ! . . . ! . . .
!

me invocaron en las convulsiones de la desesperación en las fres- :


cuando las primeras luces del alba iluminaban el tristísimo cuadro
cas brisas de la mar tranquila los cautos del proscrito que en ex- de la ciudad destruida. A mi vista se ofrecieron entonces las e.sce-
tranjeras playas gime por los amores 3- por el cielo de la patria, lle- nas más de.sgarradoras. Por qué no perecí también ? Aquí un . . .

gan hasta mí en el rayo de luna 3-0 recojo la queja del prisionero


;
anciano más abrumado por el pe.so del infortunio que por el de sus
que me invoca en las soledades del húmedo calabozo, como han años, parecía la personificación del dolor, allá el esposo, llamando
llegado también los gritos de la Polonia sin ventura, encadenada 3" en vano ála compañera de .su vida, que ha sido sepultada por los
vencida por un destino adverso ' muros de su propio hogar, más allá una madre infeliz, en el colmo

Reino en la hermosa Suiza, en cuyas montañas helvéticas de la desesperación 3' de la angustia, cree percibir entre las ruinas
resuenan todavía los ecos de Guillermo Tell 3- en cu3'os lagos azu- el gemido de su hijo, 3^ cava, medio loca, con sus propias manos,
les van á perderse las notas alegres de los libres montañeses. sin advertir que 3'a vierten sangre, hasta .sacar de los e.scombros. . .


S03' diosa en las Américas, la patria de Bolívar 3' de Was- un cadáver En todos los semblantes, las huellas del dolor, del
!

hington, de aquellos que por fuertes llegaron á ser libres 3' por abatimiento, del asombro Qué va á .ser de tantos infelices que !

libres llegaron á .ser grandes han quedado sin pan 3' sin hogar? De tantos huérfanos que no

!

803^ luz y soy progreso yo protejo las ciencias 3’ las artes,


;
tendrán 3’a un regazo donde ir á llorar su infortunio?
dignifico los pueblos 3' los hombres. 803^ el árbol gigante que Ah
pienso en los otros y me olvido de mi propia soledad
!
;
levanto mis ramas hasta el cielo donde nunca descansan las águilas Qué V03’ á hacer ahora, sin padres, sin hermanos, sin nadie en el
de Césares mundo ? Carlos no sé qué fue de él ^3- si Carlos exis- ! . . . ! . . !

— i
Yo S03" la libertad !
tiera pero no 3'a me habría encontrado, porque 3-0 he vagado
! . . !

mucho tiempo por entre las minas, 3' ni una señal siquiera de su
paso Para qué quiero ahora esta vida, que no ha de tener más
!

objeto que llorar mis desventuras ? A dónde iré, si desapareció


Hermoso de TVlvarez, dose- mi paterno hogar 3’ sólo rumas la mirada alcanza ?
intenso de mi pobre corazón.
para el frío
dónde hallaré un afecto que lo . .
Y
fLiia. abrigue? Dios mío Será verdad? Siento á veces como si ! . . .

.se paralizaran todas mis facultades, como si no pudiera pensar,


como si en vez de tomar una resolución, hubiera de quedarme
aquí, sin movimiento No puedo llorar, tal vez el llanto refre.s- !

caría mis ideas, 3’ aliviaría este peso que me oprime, como la losa
de un sepulcro !

Y qué es la vida ? . . . Un
beneficio para los dicho.sos, 3- una
MONÓLOGO ESCRITO POR LA SEÑORA JOSEFINA HERMOSO DE carga enojosa para quien, como
yo, ha3'a de soportarla, sin ningún
A-LVAREZ para la VELADA BENÉFICA, Y DESEMPEÑADA atractivo. Cuando está satisfecho el corazón, cuando al pre.sente
todo nos sonríe 3' podemos vislumbrar el porvenir por el prisma de
POR LA SEÑORITA MARÍA HERMOSO GHARDIA. nuestras ilusiones. entonces. ... la vida es un paraúso, 3’ mar- . . .

chamos adelante con paso firme, llena el alma de fe, halagados


siempre por la esperanza 3' con el corazón rebosante de amor mas, ;

Sueño? .... Deliro acaso 1 ... Dónde estoy ? ... Por qué . .
si estamos en el pleno goce de la felicidad, si creemos que en ese
me rodea tan profunda soledad ? Por qué se oscurece mi ra- . . . .
eterno día, el sol de la ventura no ,se pondrá jamás 3’ vemos de ;

zón y entre temores angustias siento vacilar el espíritu ?


3’-
improvi.so, trocarse en duelo, en lobreguez, en nada, tantos ensue-
Procuro reunir mis recuerdos pero si no tengo ni conciencia
;
. . . .
ños é ilusiones. entonces. ... el corazón estalla, la fe se apa- . . .

del tiempo que ha pasado !


ga 3’ la razón vacila !

Mi cerebro es caos donde se revuelven en tropel los recuerdos En


primavera de la vida, el tiempo .se gradúa por el espa-
la
de diversas impresiones experimentadas en un solo instante
cio que media entre las ilusiones 3' los goces el mundo es un
Siento frío Creo que he estado á la intemperie largas ;

extemso verjel por donde vamos recogiendo flores, .sin saber aún,
horas
que entre ellas se esconden las espinas !

En mis oídos resuena aún el pavoroso estruendo de una pobla-


Así, tranquilas 3' apacibles .se deslizaban las horas de mi vida.
ción entera que se derrumba, oigo el angustioso alarido de millares
de seres, que en el colmo de la desesperación demandan á Dios Mi madre ;
33- ! mi santa 3' cariñosa madre iba delante advirtien-
clemencia Los elementos se conjuran, queriendo devastarlo to-
!
do los e.scollos 3’ apartando las zarzas del camino. ... Y Carlos
do la tierra se estremece como si hubiere de lanzar lejos de
junto á mí Carlos amado mío tú que inspiraste á mi
! . . . ! . . . !

corazón el ideal de los castos amores y me hiciste entrever un


;

sí cuanto ha3^ en ella, .... la lluvia cae á torrentes, .... las más
e.spe.sas tinieblas me envuelven
mundo de delicias. dónde estás ahora ? cómo es que no te veo,
y en medio de ellas, mi ex-
. . .

traviada pupila cree distinguir inmensas bocas que amenazan se- cuando tú rae decías «viviremos siempre juntos, 3' nada podrá .se-
pultarme pararnos?)) Ah! Es que en la felicidad no pensamos nunca en
los cambios de la humana suerte
Cómo me hallé de improviso en una plaza, en medio de perso- !

nas extrañas ? Cómo voy á empezar una nueva vida, sola sin una mano !

Por qué ahora no recuerdo qué fue de mi madre 3’ mi herma- amiga que me sostenga, 3' guíe mis inexpertos pasos? No tengo ¡

nita, que al empezar la catástrofe, estaban á mi lado? fuerzas Las alas de mi espíritu se han roto al rudo golpe del in-
!

Y Carlos el amado de mi corazón


i
! !
fortunio En esta larga noche de mi vida, no ha3' fe que alumbre,
!

Ah ya recuerdo El se despedía .... la primera sacudida


! !
no ha3' esperanza que sostenga, no ha3’ amor que viviflque No !

de la tierra casi .separó mi mano de la suya lo vi tambalear, 3- al :


tengo más abrigo que el fúnebre cre.spón que envuelve mis afectos
querer prestarle ap03'0, me sentí morir también .... Fue entonces perdidos 3' mis muertas ilusiones A dónde iré ? Arde mi ca- !
¡

cuando oí aquel grito angustioso de mi madre Temblor, Pilar, ;


beza El alma pugna por sobreponerse á las mudanzas y mise-
!

salgamos !!« Ese grito agudo, fue la primera impresión de horror rias de este mundo ;
pero la razón flaquea 3- la siento oscilar como
que recibí aquella terrible noche. Por eso está aun repercutiendo una luz que se extingue !

en mi oído, 3^ no han ba.stado á borrarlo tantos como he e.scuchado Aquí no ha3' más que un torbellino, y van pasando con ver-
¡

de.spués. tiginosa rapidez los mil detalles de un pasado feliz, mezclados con
Huimos juntos, y al tra.spasar el umbral de nuestra casa, la ayes la.stimeros, gritos de desesperación, estruendos de hundimien-
sentimos desplomarse con la misma rapidez con que derriba el tos, desolación y ruinas mi madre mandándome salir 3- Callos que ;

niño un castillo de naipes. me lleva por la mano 3- el terremoto que todo lo destrin-e ! ! !

Ya las sacudidas de la tierra eran tan fuertes, que casi no po- Piedad, Dios mío Tengo miedo! mucho miedo ¡va á tem- ! . . .

díamos permanecer en pie .... Carlos me sostenía .... mi madre blar otra vez ¡Oh! .... e.se ruido sordo .... ya empieza ! ! . . . .

3' mi hermanita ca3’eron 3’ no las vi volver á levantarse 8eguía ! . . . Ja ja


.
.
ja ja ja . . . . . . . ,
JOSEFINA HERMOSO DE ALVAREZ Y DOMINGO R. HERNANDEZ 69

{Palabras incoherentes y movimientos de loca) No hade tornar la horrible tiranía ;

Me voy á engalanar para la fiesta, me pondré mi linda corona


Y con júbilo patrio 3- ardimiento.
Hasta que trema el orbe en su agonía,
de azahares y me presentaré á Carlos con mi vestido blanco: él
Saludarán tu insigne monumento.
espera ya en el gran salón y estará ansioso de verme aparecer. Yo
Nadie recordará mi poesía
me he tardado mucho, porque estaba distraída, contemplando esas A nadie inflamará mi pensamiento
;

ruinas .... que me dan tanta tristeza 3’ esperaba á mi madre ;

¡ !

Mas á tu palma y tu laurel en tanto.


que quería ser quien hiciera mi tocado de de.sposada. Sí ... >'a .
Bardo más digno elevará su canto.
vendrá .... estará removiendo los escombros para sacar á mi her-
manita a.sí como aquella otra madre que se lastimaba las manos
;

para desenterrar á su hijo pero ella no la sacará muerta .... no


;
!
ARRULLO DE LAS PALOMAS
porque ho>" estoy de fiesta, es el día más grande de mi vida v todos
deben estar gozosos, junto á mí Aquí la esperaré, porque ya
Á Mt .AMIGO JOSÉ RAMÓN YEPES
. . , .

no puede tardar mucho.


{Canta con aire muy triste, interrumpiendo el canto con ademanes
de e?iaje7iada) : i
Oh
de mi vida memorias cáras !

En otro tiempo, .sobre estas lomas


Devida pisaba los umbrales
la Me divertía las noches claras
Dlena el alma de fe. Con el arrullo de las palomas.
Soplaron del dolor los vendavales. Yo las buscaba, 3-0 las veía.
Huyeron mis afectos terrenales ; Mas ay que entonces nunca creía
!

Y
sola me quedé. Que aquellas aves arrulladoras
Con que inocente me divertía.
{Termina el canto con otra carcajada.)
De tantas noches encantadoras.
Mi paz turbaran 3' mi alegría.
Yo era mu3' niño, 3’ un buen aldeano
Con quien amenos días pasaba.
Hernáiidez, Doming-o Ramóii. De estas montañas como baqueano.
Por todas partes me acompañaba ;

Y en una noche ¡
triste memoria !

Díjome ¿ quiéres saber la historia


A lA ESTATUA DE BOIITAE De
:

arrullos .sentimentales.
e.sos
Que, según dices, forman tu gloria
Por estas breñas 3' matorrales.
( EN sr INArórRACIóN ) Bajo ese faro de luz mortuoria ?

Sí, sí, le dije 3- en un asiento


:

Blando, de espigas, 3'erbas 3’ flores,


El es el grande
! ! Al contemplarlo siento IMientras del fondo del firmamento
El sacro fuego que al poeta inspira ;
Daba la luna sus resplandores.
Arde como un volcán mi pensamiento Tranquilamente me .senté junto
Y se estremece mi sonante lira ;
Del pobre aldeano que empezó al punto.
Truena mi voz como huracán violento, Tras breve pausa 3- hondo suspiro.
O como el aura en el ciprés suspira. La infausta historia, que es en conjunto.
Pues columbro enlazados á su historia Salvando alguna palaltra ó giro.
Palma de mártir 3’ laurel de gloria. Cual te la ofrezco su fiel trasunto :

«Aquí e.scondidas entre cujíes.


Héroe libertador en cu3'a frente
Altos mague3’es 3- blandas cañas,
Puso el Iris sus gasas de colores.
Indias de bocas como rubíes,
Insólita diadema refulgente
Puras vivían en sus cabañas.
Con los variados tintes de las flores ;
Sus corazones tan amorosos
Espíritu profético ardiente, 3"
Los con.sagraban á .sus esposos.
Que, bebiendo del ra3’o los fulgores.
Daban caricias á sus hijuelos,
Fuiste como centella desprendida.
Que alumbra, que colora, que intimida
Y en sus pesares más angustiosos.
;
Gratos hallaban .siempre los cielos
Y sus terrazgos siempre abundosos.
A tu soberbio esfuerzo de gigante,
Derramando su e.spléndido tesoro, Cuando el sol nuevo rasgaba brumas
Sobre nube de púrpura 3' diamante. De aquellas lomas del Caricuao,
Mostró la libertad su veste de oro :
Ya con carnazas, 3 a con lotumas,
Y alresplandor de su gentil semblante, Agua cogían del Macarao ;

Y de himnos mil al armonioso coro. Y á los arpegios 3- sinfonías


Nuevo Edén que forjó la fantasía. De aves mil, ricas de melodías.
Grande Colombia de tu amor nacía. Ellas mostraban por los verjeles.
Por las llanadas 3’ serranías,
Yistosas plumas, manchadas pieles,
Ella se disipó como la espuma Sartas de conchas 3’ peonías.
Que cambiantes reflejó del cielo
los :

Sobre tu alma que el dolor abruma, Cuando en el zénit el .sol radiante


Ca3"eron sombras de profundo duelo ;
Vibra sus flechas de ardiente lumbre.
Cegó tu vista sempiterna bruma, Siendo cual fragua de luz llameante
Ciñó tus sienes tenebroso velo, Del agrio monte la altiva cumbre,
Y de tu noble corazón herido. En lindos grupos se las veía.
Murió la llama, .se apagó el latido .... Del cerro huyendo que en fuego ardía.
Bajos los verdes cañaverales.
Mientras natura les ofrecía
Del hondo abismo de la oscura nada
Los fre.scos higos de lo.s tunales
Hoy tornas á la luz, .sombra gloriosa ;
Y el dulce fruto que el jobo cría.
Y aunque ya no chi.spea tu mirada
Y está tu boca 3'erta, silencio.sa ;
Cuando cerrados los horizontes.
Aunque no blandes la fulmínea espada. Gimen lo.s vientos 3' los reptiles.
Envuelto en tu bandera victorio.sa, Ellas danzaban en estos montes
A tu aspecto de bélica grandeza. Al són de gaitas 3' tamboriles.
Levantarán los libres la cabeza. Con estos goces que el bien aduna,
ANTOLOGIA GENERAL

Las encontraba la nueva luna,


Líbresele llantos y de congojas.
Cariit iéi’r’oz, üafaol.
De negra envidia sin sombra alguna,
Viendo del árbol cambiar las hojas,
Nunca los astros de su fortuna. INGENIOS Y DIAMANTES
De
mil delicias así rodeadas.
Correr las horas de su existencia
Miraban ellas embelesadas.
Como las diosas de esta eminencia ;
Hé aquí, diría un materialista, dos co.sas que en nada .se asi-
Y si rugiendo las tempestades. milan, ni en la ferina ni en la e.sencia.
Lluvias bañaban sus heredades Hé aquí, decimos nosotros, dos co.sas que tienen diversos pun-
Como torrentes asoladores. tos de .semejanza y que se parecen como las hojas de un mismo
Aun de los rayos las claridades árbol.
Iluminaban frutos y flores. Verdad es que el diamante es un cuerpo vidrio.so y tra.sparen-
Eterna envidia de las edades. te que .se forma en las entrañas de la tierra, del carbono crista-
lizado.
Mas i qué hay estable sobre la tierra ? Verdad es que es más duro que el acero que resiste al fuego
:

¿ Qué sol no pasa, qué gloria dura ? cuando se le calienta al abrigo del aire, y que sólo arde en el gas
¿ Cuál de los .seres que el mundo encierra oxígeno ó en el foco de un espejo mstorio.
Nunca ha probado la desventura ? Pero ni e.stas cualidades, ni la de ser infusible, desvirtúan la
¿ Qué ave olvidada, cautivadora. semejanza que entre él y el ingenio existe.
Sobre los campos en donde mora Ved, si no, cómo el diamante crece en las oscuridad de las
No halla alevoso plomo encendido. minas de Oural, de Vi.sapor y de Golconda, lo mismo que el inge-
Que le arrebata la luz que adora. nio crece en la .soledad y el retiro del mundo.
Sus verdes ramas, .su blando nido. El cuarzo diamantífero se lava para buscar el precioso grano :

De su garganta la voz canora ? como la crítica es necesaria para hallar el verdadero ingenio.
El poder refringente, dice la física, es el que da al diamante el
Así de impuras tierras lejanas
brillo deslumbrador de sus aguas.
Presto llegaron conquistadores
Así como el poder de la instrucción es el qne levanta el nu-
Que se llamaban huestes cristianas.
men del poeta y hace brillar al escritor.
Siendo falanges de salteadores.
El diamante, que resplandece como el lucero de la mañana en
La noble raza que aquí vivía la corona de un monarca, es menos precioso que la luz que fulgura
Perdió por ellos en tri.ste día
en la frente del ingenio.
Patria y hogares, campos y frutos,
Y halló, donde antes tuvo alegría.
Un diamante en bruto es un ingenio sumido en la ignorancia.
Miseria y pestes, llantos y lutos.
Y así como la mano del tallador pule al primero y le convierte
en una joya preciosa, la in.strucción hace del segundo una antorcha
Robo y matanza y alevosía.
de la humanidad
Hijas y esposas en sus angustias. El ingenio da lustre á su patria, como el diamante da realce
Ante ese cuadro de horror sangriento. al oro.
Sensibles doblan las frentes mu.stias I
La codicia humana ha arrancado de las entrañas de la tierra el
Y el alma exhalan en un lamento ;
oro y los diamantes para enriquecerse, y ha concedido más valor á
Pero, si muertas aquí quedaron. un pedazo de piedra ó de metal, que á la virtud y al ingenio.
Sus almas nunca de aquí volaron, Los monarcas de la tierra han cuidado más de .sus joyas y dia-
Y de.sde entonces con sus dolores mantes que de los hombres ilustres de su país.
Fúnebres quejas aquí lanzaron. Porque la vanidad humana es superior á todas las buenas in-
Cuando la luna brilla en las flores clinaciones del hombre.
De estos recintos donde moraron. El Gran Mogol lleva en su corona un diamante que se llama
el KoJii-Noor, Monte de luz, que pesa dos onzas.
Tal es ¡
oh niño ! la triste hi.storia El Radjah de Matán en la i.sla de Borneo, posee otro que pe.sa
De esos arrullos sentimentales dos onzas y ochenta y siete quilates.
Que, según dices, forman tu gloria El de Nizán pesa en bruto dos onzas y ciento veinte quilates.
Por e.stas breñas y matorrales ; El del Emperador de Rusia es del tamaño de un huevo de
Si tú al oírlos gozas dulzura, paloma.
A mí me brindan sólo amargura. ¿ Pero no estarían más honrados estos soberanos adornando su
Pues me recuerdan que en esta vida corte con los astros de la ciencia 3' de la literatura de su patria?
De eterna infamia, de guerra impura. ¿ O el ingenio es inferior al chamante ?
Ni de los bosques la paz querida ¿ Ha3" más luz en éste que en aquél ?
De las perfidias está segura !« !
Cue.stión es e.sta que el siglo décimonono, con toda la ciencia
de que hace soberbio alarde, resolvería en favor del diamante, por-
Oh
de mi vida memorias cáras !
i

que el ingenio es una luz divina que consume al que la lleva, sin
En otro tiempo, .sobre estas lomas
hacerle rico.
Me divertía las noches claras.
Con el arrullo de las palomas. Los diamantes .se hallan en la casa de los jo3’eros, délos ricos,
3' de las damas opulentas, 3- por antítesis, el ingenio .se halla co-
Yo las buscaba, }’o las veía.
Mas ay que entonces nunca creía munmente en las chozas 3- bohardillas.
El ingenio 3’ el diamante marchan en dirección opuesta el
¡ !

Que aquellas aves arrulladoras :

Con que inocente me divertía. uno al palacio de los reves 3- de los grandes, el segundo á la mise-
ria ó al hospital.
De tantas noches encantadoras.
Mi paz turbaran y mi alegría.
La historia sin embargo conserva un magnífico ejemplo de he-
roicidad y de gloria en que tomaron parte el ingenio de un gran-
Que ho3’ pa.seando por estos montes. de hombre 3" los diamantes de una gran reina.
Lágrimas broto de .sentimiento ;
Queremos hablar de Cristóbal Colón 3' Doña I.sabel L' de
Cuando al cerrarse los horizontes. Castilla.
De aquellas aves oigo el lamento .... El inmortal viajero se retiraba de la corte de los Re3'es Cató-
Bardo, si acaso de mí te ríes. licos, lleno de tristeza 3' de.saliento, cuando un correo le alcanzó en
Ven á estos montes, no desconfíes. el camino 3- le condujo de nuevo á Santa Fe, donde le esperaban
Que al mustio rayo del .sol que vuela. aquellos monarcas.
Verás palomas entre cujíes. ¿ Qué había .sucedido ?

De pies y alas como canela. Que Quintainlla, Santángel 3* la Marque.sa de Morfa, amigos
De pico y cuello como rubíes. de Colón, habían movido el ánimo de la Reina Isabel en favor de
los colosales piw’ectos del ilustre aventurero.
Fernando el Católico, que era avaro 3' gustaba madurar dema-
.siado los planes, re.sistía á las suge.stiones de su magnánima esposa
para que protegiese la empresa de Colón.
R. HERNANDEZ GUTIERREZ Y PEDRO -JOSE Y OCTAVIO HERNANDEZ 71

II
, «¡ Pues bien le dijo Isabel, no expongáis el tesoro de vuestro
!

reino de Aragón yo tomaré esta empresa á cargo de mi corona


;

• de Castilla y cuando esto no alcanzase, empeñaré mis alhajas para QUEJAS


ocurrir á sus gastos.»
Estas palabras vencieron la resistencia del re}-, y Colón pudo
Oh Irene, Irene mía !

embarcarse á poco en el puerto de Palos, al frente de tres ca- i

< Por qué tanta esquivez y de.sdén tánto ?


rabelas.
¿ No ves correr llanto
el
La América salió del seno de las aguas, á la voz de aquel Quemando mis mejillas?
hombre prodigioso, que completó la unidad del globo arrancando
No ves, cuando me humillas,
'

al océano su secreto más profundo.


f
Impre,sas en mi pálido semblante
Tuvieron, pues, en la empresa más admirable que vieron los
Las huellas del dolor? ¿ Quién más amante
siglos, irn papel principal la generosidad y los diamantes de una
reina.
A tu beldad sin nombre
Rindiera como yo llanto en los ojos
El ingenio de Colón, más vasto que el océano que se atrevió á
cruzar á bordo de una pobre embarcación mercante, concibió la
Y la indomable dignidad del hombre ?
:

¡
Ya
ves cuántos sonrojos ! . . .

,idea.
Pero si quieres más porque á mi pecho

Isabel la realizó con aquellas sublimes palabras «empeñaré :

El tuyo corresponda.
mis alhajas para ocurrir á los gastos de la empre.sa.»
Disponga tu querer, que ya está hecho.
I Lina vez por todas, se ha visto á los diamantes cooperando tá-
I citamente á los designios de un ingenio.
III
Y aunque .se ha dicho por hombres sabios que la historia se
repite, el ejemplo que hemos citado no ha vuelto á reproducirse.
ESPERANZA

i
Oh de tus ojos púdicos destellos !

Heriaaiidez, Pecluo José. i


Cuánto adivina mi anhelar en ellos !

Los bajas ruborosa,


Y la encendida rosa
de tus labios
TUS OJOS A tus mejillas .sube;
Mas yo al través de tus pestañas miro
Y el íaien columbro á que en mi mal aspiro.
Será que en lontananza
Si no has de amarme, niña. Lástima, desde niño. Brilla el faro por fin de mi e.speranza?
Cierra tus ojos. Tuve á los ciegos ;
Ay pues que á tanto padecer me obligas.
!

Que de amor, con mirarme. Mas hora, como nunca. Si es esta una ilusión, no me lo digas.
Me vuelves loco ;
Los compadezco ; Que fuera el colmo ya de tanto daño.
Mas, si lo cierras, Que es más penoso Mi esperanza trocar en desengaño.
Reflexiona que el día Que no mirar el cielo.
Queda en tinieblas. No ver tus ojos. IV

El color de la pena Si Dios, para ofrecerme


Dicen que es negro ;
La dicha inmensa, MEDIOS
Yo, mirando tus ojos. Preguntárame dónde
Digo que es cierto. Mejor me viera.
Pues con mirarlos Ye le diría 'íf/iP Pues bien, si tu mejilla
Comprendí que es la vida Que en el mágico e.spejo El rojo tinte del rubor colora
Vivir penando. De tus pupilas ;
Y timidez sencilla
Tu labio sella por mi mal ahora,
Los bardos orientales Mas, ¡
ay ! como en la vida ]
Oh Irene encantadora !

Mucho ponderan. Jamás de sombras Yen, acércate más los ojos cierra ;

Como bellos, los ojos La dicha .se ve e.xenta Donde el rubor se encierra ;

De .sus gacelas ;
Que el hombre goza. Bañe mi sien tu abrasador aliento.
Mas tus miradas Mucho me temo Que el fuego avive que en mi pecho siento ;

A gacelas y bardos Que de mi propia imagen Tus rizos perfumados


Embelesaran. Tuviera celos. Sobre mi frente caigan descuidados,
Y e.so que ya en tus ojos he leído,
Dímelo, Irene, dímelo al oído !

V
Hernández, Octavio.
S í

I R. E LT h;
Dulcísima palabra
I
Con que tu labio mi ventura labra !

Cuál celestial acento


AMOR NACIENTE ¿
Hirió jamás el viento.
Tan rico de armonía ?
A mis ojos un día.
¡
Oh Irene, Irene mía !

Como dulce visión apareciste Esa palabra sola de tus labios,


Que trocara la noche de mi suerte Sus antiguos agravios
En aurora de amor y poesía, Hace que olvide el alma
i
Oh Irene, Irene mía !
Y halle por calma.
fin la .suspirada
¿ Quién me dijera al verte. Repítela en mi oído !

Que adorarte no más era mi sino.


j
Repítela, mi bien, que á su sonido,
Ni quién á tí dijera Atomo vil el orbe me parece
;

Que de.sde aquella tarde placentera. I


Que á mis ojos decrece
Eres la luz que alumbra mi camino? I
Más y más cada vez. ¿ En él qué espero,
Mas ¡
ay ! si de.sde entonces ; Si es para mi tu amor un mundo entero ?
Numen precioso de mis sueños fuiste,
De entonces lloro triste.
Que de mi tierno amor, naciente aperan,
Sin ver las glorias sé sufrir las penas.
72 ANTOLOGIA GENERAL

VI elamigo el propio sacrificio, si fuere nece.sario en fin, que hacen lo ;

que nosotros por nosotros mismos jóvenes ó ancianos, mujeres ú


;

LOCURA hombres, casados ó solteros. Ese sentimiento divino, para mí no


tiene edad, .sexo ni estado. Fácil es comprenderlo.
Tanta .satisfacción encuentro en la franca y sencilla amistad
¡
No pases, dulce instante
de un anciano, como en la de una joven mi contemporánea.
En que mi anhelo al fin miro cumplido !

Ha}' quien .sostenga que entre dos jóvenes de di.stinto sexo no


Detén curso tú, fanal brillante
el
¡
puede existir.
En las etéreas gasas suspendido !

Vulgaridad
No más el orbe alumbre luz febea.
!
¡

i
Los que tal piensan, no conocen el sentimiento de que hablan.
Para que eterna sea
Yo te aseguro que puede existir, que existe y presta las emo-
Esta noche de amor y poesía ciones más dulces, puras y desinteresadas, como que vive de abne-
Que fue mi sueño
tutelar un día !

gación.
i
Oh mía
Irene, Irene !

Y si también nos regala con ella un hombre respetable, que


(¿ Quién puede ya negarme ese derecho. nos aconseja, que nos guía, que sin pretensiones de ninguna espe-
Si sólo siente para mi tu pecho ?)
cie, nos dice: «yo la estimo á usted como si fuera hija mía,»
Respóndeme, mi bien, si de igual gloria entonces, ay entonces, Elisa, creemos que no cabe mayor ventura
!

Algún recuerdo guarda tu memoria. ¡

Esa argentada luna y juzgamos mal á los que so.stienen que no existe la verdadera
amistad.
Que tenue claridad nos da oportuna ;
He llegado, pues al principal objeto de mi carta.
Esa brisa galana En mi triste vida, vida que tú conoces, hay un consuelo que
Que penetra á favor de tu persiana ;
mitiga mis pesares. Tengo un amigo en quien si creo. Tú le co-
El éxta.sis .sublime de tus ojos .... noces y debes comprender que esté orgullosa de su amistad.
Que al confundir mi aliento con tu aliento. Me guía con sus comsejos, me instruye con su amena conversación
Se trueca en languidez de arrobamiento
y, .sobre todo, me ha dicho: «Yo la estimo y la acon.sejo á usted
0 en expresión de púdicos sonrojos. como sifuera mi hija.»
Todo eso, Irene mía, Ves, pues, si no hay desamparo que no pueda hallar un gran
¿
¿No dice á gritos á tu pecho amante. apoyo?
Que no pase este instante. Perdí mi padre, cuyo solícito amor me trazaba la senda que
Que no luzca otra vez el claro día ? debía seguir en tan escabro.sa vida y de.sde entonces no oía un ;

consejo de alguno que conociese el mundo. Me encontraba aisla-


VII da pero he hallado quien pueda hacerme decir
; :

Hace olvidar mis dolores


EPÍLOGO La verdadera amistad !

Que el dar culto á esa deidad,


Despierta, que la aurora Compen.sa los sinsabores
Va firmamento dora
el De la pobre
Con nueva luz ufana ; Soledad.
Ya viene la mañana ;

Ya va á rayar el día ;

Despierta, Irene mía.


Mas ay, los ojos que entreabriste apenas.
Ya vuelves á cerrar, y me condenas
H ei^rera Toro, T\.ii_toiiio.
A no ver
la dulzura
Que en sus destellos plácidos fulgura.
Callas y el rostro vuelves
MANANA
Y ya le cubres con entrambas manos. Al rayo de oro con que el sol declina
¿ Por qué de nuevo en tu esquivez te empeñas.
Inundando en su luz monte y llanura,
Tras las horas de amor tan halagüeñas?
Solitaria, sobre una sepultura
¡
Y callas todavía, Alba azucena con amor .se inclina.
Pre.sade angustia y de mortal quebranto !

Y lloras Ay, no turbaré tu llanto.


. . .
Brilladora, tremante, cristalina.
1 ¡

Que es fuerza ya que corra, Irene mía !


En su broche una lágrima fulgura ;

Lágrima acaso de la excelsa altura


Por la haz de la tierra peregrina !

Tan sencillo y humilde y pasajero


Hernández, Soledad. Habrá de ser el epitafio mío ;

Ni estatuas, ni coronas .... sólo espero,


Cuando al estrago del dolor sucumba,
A ELISA Que fulguren cual gotas de rocío.
Tus lágrimas de amor sobre mi tumba !

La
amistad ! E.se .sentimiento puro, nobilísimo, ajeno de todo
egoísmo, que, bien conocido hace la felicidad del que lo posee que ;
EL HONGO Y Lñ. MARIPOSA
mitiga las penas más acerbas tú has sabido pintármela con carac-
;

teres tan decidores, que no he podido menos que gozar muy viva-
Viendo la burla que hacía Ni quién, que néctar divino
mente, leyendo embelesada una identificación de mis propios senti-
De su figura asquero.sa, Te dieran en sus corolas.
mientos.
Enojado, esto decía. El jazmín alabastrino
Entu.siasta, como so}' de todo lo que dignifica y engrandece
elalma, .siendo la amistad para mí el primero de los afectos y
El hongo á la mariposa : Y las rojas amapolas !

teniendo hoy especiales motivos para ensalzarla, he de complacerme «Tú, que del limo nacida. Quién pudo envidiar tu suerte,
¿
en participártelos. De seguro que te conplacerás también en co- Nunca soñaste con galas. Cuando es tu cárcel prendida.
nocerlos. Vas mostrando envanecida. Indicios dabas de muerte
Me dirás que no alcanzas, cómo rindiéndole culto á ese senti-
El zafiro de tus alas. Más que señales de vida ?
miento, he tenido en mi vida tantos .sinsabores.
Por lo mismo que para mí es un sentimiento sublime, muy Y
en tanto que el vulgo necio pues, humilde es tu cuna,
Si,
pocos .seres habíanlo satisfecho en mi corazón. Se admira de tu hermosura. Y esos colores tan leves,
Yo di.stingo. Risa provoca y desprecio De la inconsciente fortuna
Al hablar de la amistatl no hablo de e.se juego ceremonio.so Mi malhadada figura. Sólo al capricho los debes.
de visitas y cumplimientos de ese comercio social, en que cuando
:

.sella tratado por vez primera á una persona se dice: «es mi amiga. « i
Quién .so.spechara que un día Tú, que pasas desdeñosa.
No hablo de aquella armonía de afectos que da expansión al
;
Tus encendidos colores Recuerda, y pese á tu orgullo,
e.spíritu de aquella que inspira á las personas que gozan con nues-
;
Emularan á porfía Que antes de .ser mariposa
tros goces, que sufren con nuestros sufrimientos que aceptan por : La brillantez de las flores ;
Fuiste grosero capullo.»
,

SOLEDAD HERNANDEZ, A. HERRERA TORO Y DRES, A. Y L. A. IBARRA 73

I
Ibarra, doctor Y^lejaiidro. Ibarra, doctor Lliís
SISTEMAS Y MÉTODOS FILOSOFICOS ENSAYOS LITERARIOS
Realizar la idea de la filosofía como ciencia, es hallar el ideal LA .-MUSICA
que debe constituir. Para esto es necesario primero, fijar una
la :

idea fundamental, que sirviendo de punto de vista general, de ra- La minsica debiera ocupar el primer puésto entre las bellas
zón ó de principio universal de todo conocimiento, venga á servir artes por ser la que proporciona al hombre el único placer que no
de ba.se, de fundamento, aun de criterio á dicho ideal y segundo,
; es mundano.
determinar el modo y la marcha más co7iveniente para que sin per-
Para experimentar este placer, es necesario tener oído, y como
der nunea de vista la idea que sirve de ba.se á la investigación, nos
hay algunos que carecen de él absolutamente y que se consideran
proporcione el medio de llegar con más facilidad, menos sacrificios
imperfectos en la verdadera organización humana, hacen lo posible
y más exactitud á la perfecta realización de dicho ideal. Lo pri- por aparentar que lo tienen, para lo cual, unos se aprenden de me-
mero es propiamente lo que se llama la base de un sistema : lo se- moria la técnica del divino arte y sueltan en los periódicos revistas
gundo, su método, y el resultado de la combinación de ambas co-
líricas refiriéndose á repre.sentaciones de óperas, que si es verdad
sas, un sistema completo de filosofía. De manera que la idea de un que han visto, también es cierto que no han oído. Otros oyen con
sistema envuelve en este sentido dos ideas particulares primera, :

avidez la opinión de algún literato, que también se cree músico,


la de ,su base, ó la idea fundamental y segunda, la de su método,
;
para repetirla donde quiera que haya gente, y serán muy contados
ó modo de desarrollarla, refiriendo constantemente á ella todos los
los que se declaren sordos ante la sociedad.
conocimientos, cuya razón debe comprender en su fondo esta mi.s-
ma idea fundamental. Los músicos pueden dividirse en tres clases ;

los que compo-
nen, los que interpretan para el público lo compuesto por otros, y
Resulta tamlnén de aquí ; i9 que la base de un si.stema es ar-
los que descomponen, es decir, los aficionados sin afición que aspi-
bitraria, y que aunque su método lo puede ser también, en rigor
no debe suceder así, siendo el método, ó por lo menos debiendo ser, ran al título de amateur ó dilettante.
la aplicación regular y en concreto de las leyes de nuestra razón á De los primeros sólo diremos que son sere^ privilegiados por
un género especial de conocimientos, pero .siempre subordinados ó la naturaleza ó inspirados por el Creador.
sometidos á cierta base presupuesta, permanente y fundamental ; Los intérpretes de los autores son cantantes, ó tocan algún
y 2 ? que habrá tantos si.stemas, cuantas sean las suposiciones fun- instrumento. Tienen la ventaja los cantantes de poder apelar al
damentales que se hagan y los métodos que .se empleen para ,su pecho ó á la garganta para .simular enfermedades si cantan mal ó
desarrollo formal y para la aplicación de sus principios á los casos no quieren hacerlo, y .son también los que reciben más aplausos,
particulares, á que aquellas suposiciones deben .satisfacer. pue.sto que unen la melodía á la palabra, y el público que .se supone
En su etimológico significa la voz sistema : la colocación amateur no puede .ser indiferente á un lo tamo a tutto core y á todo
ordenada de las ideas, ó de un conjunto de conocimientos, que por pecho que para quedar de.safinado, necesario es que el cantante
este mismo orden y colocación, .se pueda reducir á la mitad es :
nunca haya amado. Sin embargo, son también á los que más
decir que en este sentido significa propiamente el resultado for-
:
silban, generalmente cuando suben y quieren tra.sportar.se ellos si
mal de un verdadero sistema, sea ó no falsa la supo.sición funda- antes no han hecho tra.sportar la orquesta.
mental ó más bien, el efecto material del método aplicado al le-
;
Los músicos que por oficio tocan un instrumento, no .se quie-
gítimo de.sarrollü de la ba.se del mismo sistema. Ultimamente, en
ren mucho mutuamente, y tan es así, que al tocar juntos, necesi-
un sentido limitado significa punto de vista exclusivo, preocupación,
tan de un director de orquesta con su corre.spondiente batuta para
subordinación absoluta ó un principio, según el cual todo .se justi-
llevar el compás ó hacerlos tocar con paz, porque si no, cada uno
fica y .se valora: e.s propiamente en este ca.so un partido que se
quiere llevar el aire de la melodía y .sólo logran el desaire de la pie-
toma excluyendo todos los demás una creencia en que no se ad-
:

za que ejecutan.
mite ninguna idea que afecte su fundamento, y en que no .se hace
más uso del método, que el necesario para explicar, ó mejor dicho, Esos sacerdotes de Apolo, por lo mal que se llevan unos con
para subordinar á ella toda especie de conocimiento á que .se refiera, otros, podrían compararse con los de Esculapio y es muy posible
no obstante que ella sea insuficiente é impracticable esto último. que la mortalidad de Caracas disminuyera un tanto si los médicos en
El sistema, en su .sentido etimológico, es lo que propiamente sus juntas se sometieran á una batuta como los músicos.
constituye el carácter formal de una ciencia porque no hay cien-
;
Los aficionados ó que quieren figurar haciendo ruido, eligen el
cias donde los conocimientos aparecen como agregados y no rela- canto ó el piano .sin dedicarse mucho que digamos, sino sólo dando
cionados hasta el punto de pódense reducir todos ellos á una uni- rienda al ingenio, que .según ellos. Dios les dió, y los que los oyen
dad, debiendo estar contenidos en la idea fundamental de dicha se lo envidian, pues nunca son aplaudidos como desean.
ciencia, como la última razón ó el principio de donde .se deriva el No hay duda que tener voz es una grandísima ventaja para
enlace y trabazón de dichos conocimientos. poder pertenecer al gremio de aficionados, pues con pocas leccio-
Por todo e.sto no será difícil comprender por qué se ha lle- nes ya cualquiera se cree con derecho de tomar la palabra en una
gado á confundir muchas veces y aun con frecuencia el método reunión para cantar ó gritar una aria.
con la base de los .sistemas y con e.stos mi.smos, refiriendo al primero Esta especie de cantante cifra su mínima aspiración en ser él
las cualidades pertenecientes á e.stos últimos. En general, el mé- la causa de un caldeión en el sostenido entusiasmo de la fiesta,
y
todo determina la marcha y la forma regular de la especulación y ;
como juzga de tono que haya un intetxalo lírico en el largo espacia
la base de un si.stema, su fundamento y su punto de vista princi- de liempo que se invierte en un baile, afectando un aire moderado,
pal el método la dirige y la arregla .según las leyes formales de la
:
se dirige al piano y hace que su sensible voz sea la única dominante
razón, y el sistema la subordina á su ba.se fundamental presupues- en la sala para que su futura mitad si sólo le ha dado un si {be-
ta. Pero como no sea posible la ciencia, faltando la materia y la mol ) de.spués de haberla ob.sequiado con una fineza tan precio.sa le
forma, .se llama generalmente un sistema filosófico completo, el i'e- dé un si natural afinado. Pero bien puede suceder que á propor-
S7dtado de todo trabajo regular de la razón, sometido á un punto de ción que vaya crescendo su esperanza en la codiciada nota, vaj-a
vista particular, pero suficientemente general, para la e.specie de también diminuendo el amor de su pretendida hasta el punto de
especulación que .se establece según él. que por la breve declaración de algún oj-ente se clave el cantante y
Los sistemas filosóficos .son propiamente verdaderas pruebas quede t) asportado á la insignificante estala de amigo.
formales, que hace la razón por sí, para llegar al conocimiento Los aficionados al piano principian por aprender e.ste instru-
regular de las cosas, partiendo de una idea madre y sirviéndose de mento con todas las reglas del arte, pero apenas reciben algunas
sus propias leyes, para conocer la capacidad ó incapacidad de di- lecciones, quieren tocar la «Traviata» por fantasía, porque eso de
chos sistemas, no tan solamente en el curso de la e.speculación, tocar por música no es cosa de hombres, 3 así pasan algún tiempo
-

sino en la práctica apMcación de sus principios á la regular expli- ridiculizando á Verdi y fa.stidiando á sus vecinas que degraciada-
cación de los hechos. Así es que la razón humana es la que crea, mente tocan por música y tienen oído.
desarrolla, rolm.stece, .sostiene, combate y destruye los .sistemas, Con el tiempo se convencen de que la fantasía no les da para
obedeciendo á sus tendencias para .sati.sfacer sus necesidades, las óperas resueh-en fulminantemente aprender á acompañar val-
y
obrando .según la exactitud de sus propias leyes. ses, pues lo bueno del piano es tocar con una ella.
74 ANTOLOGIA GENERAL

Qué un aprendiz de acompañamiento cuando


da con
i
felicidad para
indispensable para poder acompañar un valse
el tiquí taqiii !
Carlos T.
Ya le parece que está convidado á toda reunión de confianza. Ya
sueña con el círculo que le rodea cuando toca, y entonces es cuando
verdaderamente se dedica á darle al piano y á silbar valses. Si CUENTO A MIS HIIOS
visita, es por tomar lecciones y no habla sino de piano y valses
y
pasa así dos ó tres meses, hasta que cree que sabe y en la primera No. oUiUáia al yohre.
reunión invita á una señorita á tocar para que los demás bailen,
porque él es muy complaciente. I
Con la bondad característica de nuestras señoritas va la com-
Por una de las más concurridas calles
placiente á tocar un valse y el implacable aficionado pretende 7 uuy noble
y muy
acompañarla con una armonía que disuena. Los impacientes pa- leal ciudad mariana de Coro, antigua metrópoli de la Capitanía ge-
neral de Venezuela, caminaba un día, paso entre pa.so, un anciano
rejas rodean el piano y por supuesto á él que no da con el tono,
ha.sta que algún veterano se le echa encima con peligro de despa-
valetudinario de ochenta y siete años de edad, difícilmente apoyado
churrarle y le indica la posición acomodándole los dedos sobre las en un nudoso bordón de roble su mugriento vestido de indefini-
;

ble color dejaba percibir por entre varias soluciones de continuidad,


teclas, que al fin suenan acordes y se disuelve el círculo de especta-
rrn cuerpo demacrado, á quien servía de forro cierta especie de piel
dores para entregarse al baile.
amarillenta, semejante al pergamino; un .sucio saco de ordinaria
Ya allí, todos .saben que fulano acompaña y es codiciado en
tela, destinado á contener las escasas ofrendas que depositaba en él
toda reunión casera y tanto lo convidan que se niega á acompañar,
la caridad, 3^ cuya boca sujetaba, comprimida al pecho, temblorosa
porque no siempre se toca con quien uno quiere, ni cuando se tiene
voluntad y además que, según parece, es más agradable bailar que y endeble la siniestra mano, colgaba por su encorvada espalda 3^ ;

tocar.
una cabeza blanca como las cumbres del Mérida, se presentaba á
la vista del observador, cada vez que aquel hombre se descubría
Varias veces un acompañante no sabe qué debe tocar, ni cuán-
do debe dejarlo, ni seguirlo ni nada, pues uno le dice, «una polkita,»
humildemente, para pedir una limosna por el amor de Dios.
otro, «sigue el valse que está espléndido.» LTn pareja descontento
A pe.sar de la apariencia triste 3- del estado de abatimiento á
«pára, que ya no puedo» y la mitad «ligero» y la otramitad, «despa-
que se encontraba redu''ido aquel viejo mendigo, algo de noble, al-
cio.» En este caso lo mejor es no hacer caso y tocar lo que venga go de venerable y augusto se revelaba en .su semblante, severamen-
te ofendido por los ultrajes de la edad, por las tribulaciones del es-
al caso.
píritu 3' por el veneno corrosivo de la mi.seria. Sus ojos de un azul
En fin, la música siempre agrada, bien sea ejecutada por
suave, colocados en órbitas magníficas, anunciaban haber .servido
maestros ó bien por aficionados, y con respecto al lector me parece
dee.spejo á un alma de elevado temple, 3' dado paso á los destellos
oírle decir «bien puede irse este autor con su música á otra parte.»
;

del genio sus labios, ese órgano característico del sentimiento .subli-
;

me hermosamente modulados, obedecían aún al tono de magnífica ex-


presión, que imprime .siempre en ellos el hábito de la palabra cul-
ta 3' hasta los rígidos pliegues de su e.spaciosa frente, parecían
;

Xiafaiite, Irlamóia L^^iitonio. producidos por la costumbre del elevado pensamiento 3- de las me-
ditaciones más profundas.
De muv alto debía haber
de.scendido aquella forma humana,
para poder conservar tanta majestad de carácter, en medio de tan-
ta degradación de la miseria.
Cuando pasaba, las madres le salían al encuentro ylepresenta-
La noche tendiendo su fúnebre velo ban sus hijos para que los bendijera los ancianos se le descubrían
;

Prestóle un instante su ayuda á mi amor, respetuosamente, y los jóvenes de ambos sexos besaban con ternu-
ra su descarnada mano, al depositar en ella el óbolo de la caridad.
Y solo en pre,sencia del lúgubre cielo.
Llevóse la brisa nocturna en su vuelo Todos lo amaban, porque era dulce 3' compasivo como el án-
De un beso el rumor. gel de la misericordia todos lo veneraban, porque era anciano, sa-
;

cerdote, demente y pobre.


Primera caricia que tú, dueño mío, Su locura era más bien edificante, pues consi.stía en pedir una
Rendías en aras de fiel corazón limosna, que distribuía entre otros que padecían hambre.
;

Dulcísimo cáliz que j’o en desvarío «Dadme, por el amor de Dios,» murmuraba cuando pedía «to- :

Libaba, sediento de nuestro amorío. mad en nombre de la Reina del Cielo,» decía cuando daba.
De nuestra pasión. Al rededor de aquel hombre había siempre un perfume de san-
tidad.
El día á que nos venimos refiriendo, el infeliz anciano iba llo-
El néctar preciado que yo codiciaba. rando, porque acababa de ver llorar á un niño, cuya madre tenía
En cáliz de rosa me diste á beber. secas las fuentes de la vida.
En tanto que al mundo la noche velaba
Y yo entre las sombras, mi bien, apuraba II
Tan puro placer.
Tres apuestos mancebos se encontraban parados platicando en
Aun siento en mis labios tu fuego incesante. la misma vía que llevaba el sacerdote loco. Dirigióse á ellos, 3'
Aun siento en mi oído tan grato rumor ;
quitándose como siempre su raído sombrero, extendió en medio de
Yo siento- tu seno feliz, palpitante, los tres la de.scarnada mano, 3- con su acostumbrada dulzura «dad-
Y á cada latido se aumenta constante — —
me les dijo una limosna, por el amor de Dios.»
La fe de mi amor. Dos de aquellos jóvenes colocaron su ofrenda en la mano del
sagrado mendigo el tercero ;
e.scupió la mano del sacer-
dote
No temas. Un beso de castos amores !

No empaña, bien mío, tu sien virginal Quedó por un instante con la mano extendida el hombre de la
;
caridad, inclinada sobre el pecho la venerable cabeza luégo, le-
No besa la brisa las púdicas flores ?
<;
;

Y pierden por eso sus bellos colores ?


vantando aqiiella vista llena, como la de Jesús, de mansedumbre,
¿
pero anegada en llanto, «¿ por qué me ofendéis?» le dijo.
Su olor matinal ?
Entonces, el impío mancebo cre3'éndose ofendido por la recon-
vención del mendigo, levantó su sacrilega mano é hirió con ella el
Un paso que dan hacia el cielo
beso es el
rostro del pobre.
Dos almas que acordes se juran su amor;
Rodó por tierra pálido y ensangrentado una piedra al caer :

Dulcísima copa que lleva el consuelo había hendido su cráneo en parte noble 3 se le escapaba la vida.
Al .sér que en constante, fatídico anhelo. Allí, tendido .sobre el suelo, lívido como uno de los espectros
Devora el dolor.
del Dante, la víctima inocente fijó su vista sobre el ro.stro satánico
del asesino.
Es cita que se hacen dos almas, bien mío. —
«Yo te perdono, hijo mío le dijo, pero Dios te herirá en su

Que en trémulos labios se van á juntar ;


inevitable justicia !»
Sublime su.spiro que el pecho sombrío El alma del ju.sto voló al cielo.
Exhala en ardiente, feliz desvarío. El hombre del crimen .... perdióla razón !

La dicha al trocar. No ofendáis al pobre, no le ofendáis !


; ! ;

R. A. INFANTE, C. T. IRWIN, M. ITURBE, F. JIMENEZ ARRAIZ Y D. JUGO RAMIREZ 75

Verlas aves que, á porfía ¿Te llamo ? No hay quién responda


AJ^aximiliaiio. Y entre bosques seculares. Sólo el eco que de.smaya.
1

Saludan con sus cantares Como se extingue en la playa


El astro del nuevo día El gemido de la onda.
MATERIALISMO ;

Ver el cielo en e.sas bellas Y en esa vaga tristura


Y dulces noches de estío. Que el pecho resiste en calma.
Apenas dora la oriental colina En que brotan del vacío No hay ni un recuerdo en el alma
El tibio resplandor de la mañana, A millares las e.strellas; De tu infinita ternura.
Cuando la turba estudiantil, ufana,
Al viejo anfiteatro se encamina. Ver la fuente clara
y pura Ni aun .sé .si de tu cariño
Que en plateados surtidores. El beso sentí en la frente.
En estrecho recinto que ilumina Rueda entre gramas y flores Que no con.serva la mente
La luz que asoma por la oval ventana. Y se pierde en la llanura ; Las impre.siones del niño.
Ardua teoría el profesor explana
Y hacia el cadáver la mirada inclina. Ver cómo el rayo del sol Sin tu calor maternal
Luégo ruge la sierra, el cráneo estalla. . .
Celajes pre.sta á la nube Siempre gimiendo he vivido.
Por uno y otro seno y hemisferio Que á los cielos lenta .sube. Como el árbol combatido
El cortante escalpelo se pasea ;
En magnífico arrebol Por el recio vendaval
La inquieta turba se aproxima y calla ;

Y exclama el profesor en tono serio :


Ver en
las ondas calladas Como
náufrago que á .solas-
el
¡Ved el cuerpo que es germen de la idea !
De serena laguna.
la Llama y y lucha y lucha,
grita
Reproducirse la luna Y en su redor sólo escucha
Y las estrellas doradas ; El bramido de las olas ;

L]XEAADK.EI nxrijPLi Ver luz, belleza, armonía. Como


ciego peregrino
el
Llegar hasta lo invisible, Que marcha errante y sin guía,
(A MIS HERMANOS) ¡Qué importa, si no es posible Pues tu ausencia, madre mía.
Ver tu ro.stro, madre mía ! Dejó oscuro mi camino.

Ver, cuando el monte se dora Si en esas noches tranquilas, Y en tanto al alma no cuadre
Con matutinos lampos.
los Y á solas con mis desvelos. Tender á otro mundo el vuelo.
Engalanarse los campos Dirijo en vano á los cielos. Tu bendición desde el cielo
Con lágrimas de la aurora; Buscándote, mis pupilas ; Dirige á tus hijos madre !
¡

Jiménez A.uuáiz, J uLgo Ramírez, Riego.


NUPCIAL FLOR AGOSTADA
I

Al poeta Pedro Montesinos. Cuanta flor que ayer vi, fresca y lozana,
Por los besos del céfiro entreabierta.
Hoy de.shojada, muerta.
Ni ba.sta á darle aromas la mañana.
Blanca es su nombre y blanco
Ni vida el sol á su corola y'erta.
Es el color de sus virgíneas formas,
Blanco es el traje que gallardo ostenta
Y blanco el velo y la nupcial corona, II

Y puros cual los blancos azahares.


Los íntimos presagios de la novia. Tampoco para tí, la sin ventura.
Que tu inocencia en flor ajaste un día.
Sobre el collar de perlas que su cuello.
Habrá .sol que fecunde tu alma fría.
Como cinta de nieve en fondo rosa.
Mañana que te vuelva la hermosura.
Circunda en línea suave, se levantan
Dos perlas más que aquéllas brilladoras. III

Que al dar sobre la frente de la virgen


El beso postrimer la madre ansiosa Tu .sonrojada frente
Cuajó.se en perlas el materno llanto ;
Se inclina al pe.so de mortal tristeza ;

Llanto divino que del alma brota. ¡


Terrible agonizar para tí empieza
Sobre las aras del amor que canta Del turbión de la vida en la corriente !

Divina ofrenda del amor que llora. En vano nivea gasa trasparente
Fragmentos de aquel .seno desprendidos Tu faz oculta que el carmín colora ;

Que van buscando el seno de la novia !


De candor el perfume ya no exhalas. . . .

Murió en tu pecho la virtud, señora :

¡
Sudario del honor .son esas galas
76 ANTOLOGIA GENIÍRAL

K
K ey A.yala, Santiago. !'
y los últimos rayos del
fulgores la Venus de cristal.
bor, transfigurada.
.sol poniente penetraban, bañando en mil
Ea diosa parecía erguirse en su Ta-
Las cuencas de sus ojos fulminaban sobre mí.
Sus mejillas macizas, sus labic«s abultados, sonreían con sonri.sasde
LA TENES TE CKISTAL luz. La brillante cabellera e.scintilaba, poblada de zafiros, esme-
raldas, topacios y rubíes. En el redondo, opulento seno, á un lado
imperaba el azul, en tanto al otro jugueteaban el verde y c-1 vio-
leta, que iban á confundirse desmayados en un pálido ro.sa de
Al extremo del oscuro salón, sobre un zócalo frío severo, se
yergue silenciosa la Venus de cristal. L,a he visto muchas veces, :
capullo. La luz se saciaba en la diosa, la penetraba, la be.saba en
perdida en el claro oscuro de la luz que por las rendijas de las ce- su mismo seno y después de besarla, se asomaba á las combas y se
rradas ventanas entra. Y huyo de ella, creo que me llama, que va derramaba por los miembros en cascadas centelleantes.
á saltar del zócalo y á besarme 5' estrecharme con sus brazos fríos Creí oír que la dio.sa me llamaba, y obedeciendo á un extraño
de cristal, deseo, á ella me acerqué. Y
á cada paso veía cambiar de sitio los
colores, besando las cristalinas redondeces, profanando en danza li-
cenciosa, los encantos de la Venus púdica.
Jamás me olvidaré de aquella
tarde. Reposaba yo, echado en
un bien lejos déla Venus.
sillón, Sensaciones indefinibles, deseos Y llegué hasta ella : Ah El sol .se había puesto en ese in.s-
!

vagos cruzaban por mi alma. El ángel del amor, sus alas blancas tante. La luz huía, lIevándo.se consigo la vida de la Venus. Miré
sobre mí batía. Y pensaba «Oh Amor
: Oh Hermosura
! !
la estatua : estaba sombría y silenciosa. La toqué, y estaba fría !

Al fin os comprendí. He penetrado todos los misterios de vuestro Y me alejé pensando Oh Hermosura Eres como la Venus
: !

sér. Cuán bellos sois Venid á mí. Abrazadme, besadme, apo-


!
de cri.stal. El sol de la ilusión te presta sus fulgores. El te da la
vida, los destellos de tus formas, la atracción de tus pupilas.
deráos de mi alma, apoderáosde todas las moléculas de mi cuerpo.
Tomadme y llevadme con vosotros, á vuestros mágicos palacios Después, cuando .se pone, sólo quedan de tus esplendores mágicos :

resplandecientes». ... Y
de pronto, como si los dioses respondie- formas frías y redondeces incoloras.
ran á mi deseo, me vi sumergido en un piélago de luz. El salón
todo resplandecía. Las telarañas parecían de diamante.
Miré hacia el fondo un postigo mal cerrado se había abierto
:

U
Lares, J osé Ignacio. de .su .semidiós 3" los titanes que deben llevar á cabo aquel trabajo
de gigantes.
— —
Habrá caído para siempre ? Nó que en las llanuras apare-
!

ce el fuego sacro de la patria, salvado 3' victorioso en la flamígera


DISCURSO lanza del invencible Páez.
Al rededor de aquella lanza .se agrupan los indómitos llaneros,
atraídos por su brillo 3" sus proezas. Páez, que á todos los ha ven-
cido en la lucha cuerpo á cuerpo, en el combate con las fieras, en
el e.sguazo de los profundos y peligrosos ríos Páez da con ellos :

otra vez principio á aquella lucha gigantesca de la libertad contra


la opresión, abriendo la campaña célebre de Apure.
II
San Mateo es el supremo esfuerzo del heroísmo humano, la
condensación de todo el valor de resistencia de que es capaz el
hombre. La campaña de Apure es la dilatación de San Mateo, 3'
el alma de esa campaña es la lanza de Páez.

La revolución de independencia nunca


será bien celebrada por Allí no .se luchaba solamente contra el poder español, se lu-
los Ella es el grito del derecho y libertad lanzado por
hombres. chaba también contra los elementos y las fieras, 3" había que do-
un continente, á cuya poderosa vibración se deshacen las cadenas meñar al toro y al caballo que no eran menos salvajes.
con que ata por sobre el Atlántico un hemisferio al otro, y nacen á Para sostener tal lucha se necesitaba un ejército de héroes
la vida soberana, en un mundo nuevo, las naciones del porvenir. guiados por la intrepidez convertida en atleta Páez fue e.se atleta, :

Venezuela, cabeza de las naciones del Sur, lanzó la primera sus llaneros esos héroes.
e.se grito poderoso, y los Andes de montaña en montaña repitieron ; Para alLstarse en las filas de ese ejército se necesitaba e.star á
Libertad ! prueba de toda privación, de todo sufrimiento, de todo hecho
La revolución del 19 de abril es la precursora de la repúbli- arriesgado, de todo heroísmo.
ca su luz, remisa en ese día, se ensancha y se abrillanta hasta
;
El ejército de Apure es la república convertida en Laocoonte,
convertirse en .sol el 5 de julio. que forcejea con aliento de titán ha.sta romper los anillos formida-
El 19 de abril es el amanecer de la libertad en la patria, el 5 bles con que lo envuelve el monstruo ibero.
de julio es el día. Ese ejército 3’ e.sa emigración ilustre que le sigue, es todo lo
El 19 de abril concibe al Dios, el 5 de julio lo da al mundo ! que ha quedado de la patria reliquias, cu3’a exi.stencia ha3' por
;

Pero no es sin agotar sus fuerzas como el antiguo hemisferio fuerza que jugar á cada imstante, ora á la claridad del día como en
abandona al nuevo. Pabnarito y Chire, ora en las tinieblas de la noche como en la Ma-
Empieza la lucha entre oprimidos y opre.sores, y se enfurece la ta de la Miel y en el Paso del Frío, para salir siempre ilesa .sobre las
rabia de los unos y se sublima el patriotismo de los otros. alas del triunfo que la victoria, enamorada déla primera lanza
:

En medio de la empeñada lucha, los cimientos de la tierra .se del mundo, se ha convertido en lengua de fuego en la potente ma-
conmueven, caen las ciudades y entre el polvo y los escomlrros de no del genio de las pampas.
tanto estrago, y entre el humo que ahoga y la sangre que corre, Ese resto de la república, que en confusión de hermanos lleva
queda sepultada la reptiblica. Mas, si queda sepultada, no ha matronas honorables, niños y varones insignes, cual pueblonóma-
muerto ella con nuevo fuego y podero.so aliento, reaparece en las
;
de vaga por los desiertos, sin más hogar que su propio calor, .sin
claridades del oriente, en los fulgores de Mosquiteros, y en el volcán otro techo que el azul del cielo \-estido de harapos, de.scalzo 3' sin
;

ele San Mateo. más alimento que carne cruda ese pequeño pueblo migratorio no
;

Venezuela, de cuyo cerebro de diosa ha partido la idea, brota desespera de su suerte, que va sostenido por la fe que lleva en la
SANTIAGO KEY AVALA, JOSE IGNACIO LARES Y DR. FELIPE LARRAZABAL / /

saTitidad de su causa y la confianza que tiene en el sagaz y valeroso humedad de la habitación en que de noche se sepulta .... y la
Moisés que le conduce. mi.seria desenvuelve con rapidez los gérmenes multiplicados cíe la
Pero la terrible situación de aquel puñado de patriotas .se hace mortalidad. Las privaciones, el hambre, matan un .sér racional
cada vez más crítica. Los tercios españoles, después de arrojar del por cada dos de los que vienen al mundo en Inglaterra }• en
patrio suelo á Napoleón el Grande, en formidable expedición acau- Francia !

dillada por Morillo, arriban orgullosos á las costas del Caribe, y se La miseria es el triste lote de los proletarios europeos !

lanzan por el territorio americano para cargar de nuevas cadenas á Ante el terrible cuadro de la indigencia, de e.sa indigencia es-
sus invictos hijos que quieren libertad. pantosa que tiene su asiento en Londres, en París, en Viena, en
Aquel girón de pueblo, que lo ha perdido todo, soporta sin Dnblín, en Edimburgo, toda filantropía, todo .sistema económico-
embargo sereno su infortunio. Es que le queda algo todavua le ;
político, no es sino una miserable utopia. La tierra se ostenta á
queda la esperanza y le queda Páez. I los ojos de las poblaciones proletarias europeas, como un teatro de
Mientras más feroz se muestra el español, mientras más san- suplicios crueles, en que la multitud espira bajo el peso del dolor 5’
gre hace verter en el cadalso y las prisiones, más ánimo cobra el de las angustias de toda suerte la tierra no es para ellas sino un
;

desnudo pero acerado pecho del indomable Páez. lugar de de.solación y de abominación, en que la vida y la muerte
Perdido todo para la cau.sa de la república y a.sediado por las se di.sputan eternamente el imperio el e.stado social es como un
;

huestes españolas, Páez crece en pujanza á medida que los peli- campo de batalla en que la universalidad de las le3’es se resume
gros se multiplican. No parece sino que el riesgo con.stante es una en este horrible grito «Sálve.se quien pueda. «
: Malthus, Sismondi
necesidad de su e.spíritu, y que el ejercicio que su cuerpo necesita y otros economistas de primer orden, heridos de espanto á vista de
es la lucha permanente con el peligro y los tiranos. esas grandes masas de población que perecen en un abismo de mi-
Nada imperta que las cantábricas legiones inunden el territo- .serias, no han encontrado otro medio capaz para salvarlo, que in-
rio de la patria, siempre será libre la tierra que pise su caballo y ;
terdecir el himeneo al infeliz hombre del pueblo. Otros, como
hasta donde domine con su vista de cóndor, hasta allí llevará la li- Fourrier Saint Simón, han indicado la promiscuidad de los .sexos,
bertad con la punta de su lanza. como un medio propio para contener el arranque de la población.
Su sagacidad, su audacia, su bravura, a.sí como lo llevan á I

Santo Dios
La ciencia .social abdicando su misión, mostran-
!

proveerse de los elementos que necesita, sin medir el peligro ni te- do á humanidad el modo de contrariar el primer precepto que
la
ner en cuenta el imposible, así acomete al enemigo .sin contarlo ni Dios mismo impuso al hombre en el Paraí.so crcscite et multipli-
:

apreciar en nada la superioridad de las armas. ca 7 nin i l


Combate en las pampas, como en las montañas ó en las ondas Pero, ¿qué hacer? nos preguntarán los enciclopedi.stas y eco-
de los profundos ríos á caballo, á pie, á nado, que es centauro y
:

nomistas de Inglaterra 3' Francia. No hay lugar para todos en el


gladiador y león marino.
banquete de la vida. Los pobres mueren de hambre en nuestras
calles. A. la vista de nuestras espo.sas 3’ de nue.stros hijos, á quie-
nes la repetición de los hechos va haciendo perder poco á poco la
.sensibilidad, cae de sus pies el operario, que muere ¡)idiendo con
voz lastimo.sa pan. El pjauperismo es una llaga mortal contra la
que no 1133- remedio. Las salas de asilo, las sociedades de emprés-
titos gratuitos, los montes de piedad, las juntas benefactoras que
LaTTazál^al, doctor* Felipe. en número de 13.600 existen en Francia, la limo.snería de San Mar-
cos, las casas de trabajo, todos, todos los medios de evitar la indi-
gencia se apuran en Europa pero, ah
;
!en vano. No hay
RES OLE CI Olí I)E ÜN RROBREiriA lugar para todos e?i el banquete de la vida : y es inevitable que mue-
ra el hombre á manos del hambre y de la miseria. Por todas partes
la caridad ha sido ingenio.sa y bienhechora pero inútil
; La
desastrosa indigencia vela de pie al lado del proletario 3- todo su
¿Hay lugar para todos en el banquete de la vida ? porvenir está en la tumba. Aá? hay lugar para todos en el banquete
No no lo hay en Europa
; ;
pero sí lo hay, y holgado, en Amé- de la vida.
rica.
Una ley fatal lanza en el viejo mundo las poblaciones enteras
A declamación sentida, á e.sa realidad europea, nuestra
e.sa
respuesta breve 3’ expresiva
sei ía sí hay lugar para todos, 3’ lu-
á la miseria y á la muerte. Muchos vienen á la amable fe.stividad ;

gar holgado volviéndonos á los desgraciados proletarios, no.sotros


;

déla viúa, pero no todos pueden hallar puésto en la sala del festín les diríamos Venid á América. Dejad vuestra patria inhospitala-
:

inmenso. ria 3' no creáis hallar un cimenterio en los valles amenos del nue-
;

¿ Por qué, pues, esas crecidas poblaciones gimen y mueren al


vo mundo. IPnid d Améiica. Queréis saber cómo os recibe, qué
fin, luchando contra las fuerzas exterminadoras de una miseria
permanente ? ¿ Por qué no se extienden sobre la tierra por qué no
ofrece á vuestro talento 3^ á vuestra actividad? —
Bien, echemos una
;
ojeada ahora sobre Venezvtela, sobre esta nueva AYnecia, más rica
vaná otros lugares en donde la fertilidad y la abundancia les ase- en esperanzas que la patria de Canova. «j Tierra feliz donde hizo
guren una vida más feliz? ¿Porqué no completan la conquista Dios suaves y apacibles los vientos 3' las aguas, puro 3" .sereno el
del globo e.sa conquista de la cual la humanidad entera reportaría
;
cielo, fecundo el campo, dulces 3’ hospitalarias las costumbres.»
ventajas tan preciosas ? . . . .

Analicemos.
Los cuadros estadísticos que se han publicado en Europa, de La dilatada extensión de nuestras .setecientas leguas de co.stas,
sesenta años á esta parte, demuestran todos esta espanto.sa verdad:
en que abundan puertos seguros 3- espaciosos, aca.so de los primeros
La miseria ejerce crueles venganzas en el seno de las grandes po- del mundo, .se halla provista con largueza de ricas salinas 3' de
blaciones.
abundante y variada pesca.
Y e.sta otra no menos terrible :

El hanibi'e., género ... la muerte, en n?ia


las privaciones de todo
Los bospues cercanos al mar están poblados de maderas pre-
cio.sas 3’ de construcción, que .se brindan libremente al industrio.so
palabra, es la que establece el equilibrio entre el número de habitantes
ebanista 3' al modesto carpintero de ribera.
y la masa de subsistencias.
Horribles verdades tanto más horribles cuanto más exac-
i ;
La zona agricultora no puede compararse con ninguna otra
tas .son !
del mundo en fertilidad, variedad y riqueza. La frescura de la
La necesidad, diezmando ince.santemente la especie huma- vida vegetal electriza. A cualquier parte que se vuelva la vi.sta,
na ! ... .
admira el ob.servador el lujo e.spléndido de una naturaleza vigorosa.
Qué cuadro tan espantoso
¡
! De todas las alturas bajan ríos acaudalados, que bajo la som-
El defecto de alimento bueno y .suficiente debilita el cuerpo y bra de frondosos árboles, llev^an la fertilidad por los humildes valles,
prepara las enfermedades. La miseria impide que pueda recurrir.se en las soledades incultas, allí donde jamás el hombre ha de.scargado
á los auxilios del arte el mal empeora por falta de cuidado.
; La el golpe retumbante del hacha, allí se encuentran oloro.sísinias re-
enfermedad exige repo.so pero ah es preciso trabajar, es ¡
! sinas, bálsamos de aromas 3' virtudes e.speciales, maderas preciosas:
preci.so sucumbir en la fatiga para no morir directamente de ham- la caoba, el caobano, el cedro de todas especies, el gateado, el gua-
bre 3’acán, el anacardo, el pinabete, el morado, etc. Las tierras des-
El niño reclama los cuidados de .su madre, pero la madre tiene montadas 3' cultivadas, .son insignificantes en comparación de
que trabajar diez y .seis horas para no perecer en la más de.sastro- aquellas que están cubiercas aún con su ropaje primitivo. Una
sa indigencia. .sola de las provincias de Venezuela, la provincia de Caracas, tiene
¡El niño muere del de.samparo inevitable ! tantas tierras susceptibles de cultivar, cuantas ha3^ actualmente
Las dolencias de toda especie que atormentan la humanidad, labradas en toda la república 3' aun nueve veces mus. Los varia-
crecen y .se avigoran por la imposibilidad de cambiar el hombre dos climas, las diversas temperaturas de los lugares, hacen desarro-
-SUS vestidos, ó por la desnudez, casi total en que vive, ó por la llar el trigo 3' las .semillas europeas con la misma fuerza 3- abundan-
/S ANTOLOGIA GENERAL

cia que el niaiz


y el arroz. El hombre puede vivir eii el clima que lias.. El alma de estos dominadores, agitada por el remordimiento
mejor agrade, poique aquí .se tienen todas las estaciones at-
le
(pavoroso .sonido que zumba siempre en los oídos del tirano)
mosféricas que^ completan la existencia humana. Los abundantes bus-
caba^ de.scan.so y diversión en los motivos leves
nos pre.stan cómoda facilidad para embarcar los frutos
de todas y risueños de la
poesía. Bolívar, más feliz, mil veces, no tuvo nada que
nuestras provincias y la producción es tan cuantio.sa, que excede reprochar-
;
se ningún recuerdo le hacía palidecer
al giado racional de la común creencia.
;
:

La zona agricultora de
Venezuela, dice un acreditado geógrafo extranjero, consta hoy, Xil comscire sibi ; iiulla palléscere culpa.
apenas, de cincuenta legua.s cuadradas de cultivo permanente, al
paso que faltan poi rozar y cultivar, cuatro mil quinientas leguas iHoratd)
cuadradas de montañas vírgenes, en climas .‘anos, que darían un Satisfecho de su inocencia intacta
producto noventa veces mayor que el actual. Esta zona bastaría . y de su vida .sin mancha
inquirió el conocimiento de las co.sas: amo la observación
para mantener, con mucha comodidad, más de siete millones de profunda
de los ejemplos pasados y pre.sentes, como Temístocles, se dedicó
habitantes, cuando apenas tiene en el día poco más de medio mi- al e-studio severo que da la prudencia,
llón de individuos regados sobre una extensión de nueve mil le- y que conduce al gobierno
de la paz y de la guerra. Sus proclamas, .sus meirsajes, .sus
guas cuadradas. Las .selvas de Giia3’ana reducidas á cultivo, cartas ofi-
ciales o familiares son te.soros de belleza
pueden mantener la Gran Bretaña y los pingues y de verdad, que revelan al
;
y feracísimos hombre nutrido de lecturas importante.s. En esos precio.so.s docu-
terrenos que Venezuela po.see, pueden ' alimentar coií descamso la
mentos, que con los grandes y notables .sucesos de Colombia
Francia, parte de la Alemania y la Inglaterra entera. Peiu, pasaran a la memoria de la posteridad en e.sos
y del
Hay, pues, lugar para todos en el banquete de la vida; lo hay ; escritos en
que luce una elevación sin pompa y una cultura sin afectación,
en la América, en la América del Sur, y lo hay holgado, fre.sco to-
y do es grave y serio todo es noble, altiv’o
lleno de comodidades y ventajas. Aquí no falta tierra, ni trabajo
;
y elegante, cay’éndose de
la pluma, con prolusión, discretas
para el hombre. El proletario no tiene que luchar contra la fecun- y saludables máximas políticas y
pensamientos .sublimes que ilustran los consejos
didad de su e.specie, porque la masa de subsistencias es mayor que y que reciben,
unos de otros, mayor realce y majestad. Esas .sentencias, sembra-
el total de los consumidores. El límite fatal de la vida no lo cons- das con abundancia, en que centellean los más puros
tituyen el hambre ni la miseria. sentimientos
El alimento, al contrario, es mol ales, dicen mas que muchas paginas estudiadas penosamen-
abundante, sano, igual para todo.s los individuos, que se visten y
te elaboradas. Como .su ardiente corazón dictaba las expresiones,
cómodamente. Aquí, los viejos, las viudas, los huérfanos, tienen asilas vertía el Libertador y su estilo v'uela como su pluma,
socorros constantes que les dulcifican la desgracia irremediable de acu-
.saiido sus ra.sgos, trazando con vistosa
su suerte. Aquí, el hombre se casa por elección, sin interés; y natural gallardía, las
y pinceladas de una mano atareada, aunque firme
la multitud de hijos, lejos de .ser un peso que le abrume, es un y vigorosa.
consuelo que llena su existencia de delicias. Aquí, la industria
es libre, el comercio es común, el trabajo cómodo, la riqueza ase-
quible. Nada hay que contraríe los propósitos de la razón las
costumbres son humanitarias, y la vindicta pública, por un raro
accidente, se ve en la triste necesidad de condenar un criminal á
;

Level, Andrés A.
muerte, o a la ignominia de las penas degradantes v aflictivas.
Hay, pues, lugar para todo.s en el banquete de la vida. Sí; la EL DELTA T SLS HABITANTES
América es la sala del festín, en donde el huésped que llega últi-
mo, encuentra una estancia tan holgada como el que llegó primero.
Venid á América ; abandonad vuestra Europa inhospitalaria de-
;

jad vuestra tierra, que guarda los huesos de vuestros padres,


muertos de miseria y desnudez, y venid al nuevo mundo, donde
os espera la tierra prometida, la tierra de bendición e.sta tierra
;

quep.iedemirar.se como el más rico pre.sente que la Providencia


Es, pues, indispensable, por constitucional, por humano
ha oirecido á la triste humanidad. y ne-
cesario á la repoblación de la Guayana ver por todos los indios,
Venid, que aquí ha>^ lugar para todos en el banquete de la y
con e.special paternidad por los desdichados guaraúnos, los más
vida.
desdichados de la familia venezolana. Lo son tanto, que ni el des-
agravio .solicitan. Nunca han levantado la voz, y sólo una oca-
.sión, en diez años, una arma contra algún
FRAGMENTOS tural en ellos no quejarse.
cristiano. Es, conna-
Una resignación que in.spira todavía
más lastima que los daños á que la oponen, es el di.stintivo que
DEL PRÓLOGO DE LA «VIDA DEL LIBERTADOR» resalta mas en esa inocente raza. Hay algo de inefable en el
sentimiento que inspiran al contemplarles sufriendo
y viéndose
morir sin exhalar un ¡ay! Huir á sus bo.sques es toda su defensa.
R; 7';zz/)í>é decía la sacerdotisa de Delfos á Ale- De v'arias tribus de indios han ocurrido á Caracas en queja, de
jandro .... ¡Cuántas veces con .sobrada causa se repite esta mis- y
distancias descomunales. Un guaraúno jamás se ha visto aquí, al
ma exclamación, alicer las producciones del Libertador! menos de que yo tenga noticia.
Excelencia admirable del e.spíritu sublime que, con divina Tanto por e.sta condición de la raza habitadora del Bajo Ori-
y
.secreta virtud, no sólo es fuego que purifica el oro de las grandes noco, como por las peculiaridades de su ramificación fluvial, no
concepciones, sino que, como un torrente á que nada resiste, se puede continuar como está al presente una región que guarda las
lleva tras sí todas las voluntades, todos los asen.sos, todas las opinio- entradas a la maj’or parte de la América del Sur. E.se cantón de.s-
nes ! . . La regeneración del hombre envilecido por la e.sclavi-
. .
poblado hov' hasta el punto que demuestra el cuadro estadístico,
tud, fue la obra úq Bolívar la emancipación del nuevo mundo fue y
otro.s datos oficiales que existen en el gobierno, reclama prontas
su gloria y su fortuna. Que motivo más podero.so para inspirar
¡ medidas. Es indefinible, es muy forzada la situación de un terri-
el genio, que la libertad de tantos millones de hombres ! Qué cosa torio en^ que se quiere entender la existencia de un cantón con
¡

más propia para agrandar el pen.samiento y la expresión Bolívar, ! arreglo a todas las formas, cuando carece de gente que sostengan,
de pie .sobre el Chimborazo, que él llamaba en su estilo de Home- no 3’a el tren de tal, pero ni siquiera el relevo que la lej' supone
ro, la escala de los titanes, la corona de la tierra, la almena inexpug- para los jueces de paz. Y esa contradicción no es el mayor de los
nable dcl universo nuevo, abarcando con su vista la creación ameri- males de e.se distrito. Ni preci.sa es, hablando á un gobierno en-
cana y .sometiendo á .sus ideas la tierra que oprimieron Pizarro tendido, la enumeración de las consecuencias que de ese estado de
y
sus tenientes, no podía menos que ser sublime y desarrollar esa elo- despoblación civil v' dejación territorial se hacen sentir, aunque se
cuencia que nos arroba y que nos electriza. tarde en conocer. Colocada e.sa región al inmediato alcance de un
Crescit enim cuín amplitudine rerum, visingenii. poderoso limítrofe por el E. y por el S., dos colonias florecientes se
Asu ingenio devorante, que comprendía tantas co.sas en la sorben, por familias la una, } por capitanías la otra, los indios que
e.sfera de su actividad, coirservando siempre aquella superioridad
trafican por el mar con la inmediata Trinidad, ó vagan por los ríos,
de razón que lo elevaba sobretodo lo que hacía y sobretodo lo cuv'as cabeceras dicen á los terrenos jurisdiccionales de Demerara.
que le rodeaba, nada le era extraño, nada difícil y con la misma
; Esa porción, la principal de Venezuela en todos .sentidos, tiene eu
.soltura que destruía el torrente godo que inundó esta tierra, a.sí es-
sí las importantes puertas de la Gtiav’ana. Guardadora de las nu-
cribía ásus amigos y conmilitones .sus pen.samientos, en un idioma merosas bocas del Orinoco, señora exclusiv’a del litoral marítimo
de fuego que envidiarían los más bellos e.spíritus del mundo . . de esa provincia desembocadero de caudalosos afluentes del Sur,
:

Augusto escribió versos para \'irgilio Carlos IX los e.scribió cuv’a.s cabeceras y enlaces están en tierras limitáneas
;
con nav’ega-
:
para Ronsard. Pero Augusto estaba manchado con las pro.scrip- s ción interior tal que no se conoce el uso, ni la necesidad de andar
ciones } Carlos IX con la Saint Barthélénn', más cruel que aqué- por tierra con un delta que da dos lados de su extenso contorno
;
|j
ANDRES A. EEVEL Y DR. RICARDO OVIDIO LIMARDO 79

al Orinoco y uno al mar, requiere indispensablemente la más privi- rras — — —


brazos caminos puentes mercados pró.ximos contigüi- —
legiada atención de los poderes públicos. Venezuela ante el mun- —
dades pobladas todo e.stá á la mano. Póngase todo en acción
y
do e.s una tácita depositarla de las avenidas de casi toda la Amé- utilidad por la inteligencia, y el delta y el Bajo Orinoco, llenarán
rica meridional por un gran río que no está ignorado de ese mundo. muy pronto los altos fines que ya les predijo Humboldt y realizarán
Donde puede no saberse nada de Venezuela, no es desconocido el las palabras de nue.stro geógrafo nacional, en su brillante
y exacta
Orinoco. Es el que llama la atención. Muchas de las naciones, revi.sta de los bo.sques de \Tnezuela «los terrenos ahora 'inunda-
:

nuestras hermanas continentales, han de descansar en la confianza dos en el delta pantano.so del Orinoco, .serán como las bellas cam-
que inspire aquella á cuyo cargo ha puesto la providencia unas piñas de la Holanda. «Allí los tiene en gran parte sin pantanos.
entradas, por donde á de.specho de la di.stancia pueden ser mal he- Que sean para Venezuela, lo que sin duda alguna vendrían á ser en
ridas en el desapercibimiento. De manera que no es asunto éste manos de un príncipe europeo ó potencia inteligente, si los pose-
de sólo integridad territorial. 3@“Ea seguridad americana
J de las 3'eran.
bocas del Orinoco puede .ser reclamada como un derecho conti- La circunstancia misma que lamentamos, de haber quedado
nental."^ Venezuela no es más que la tenedora como en intangi- el Bajo Orinoco despoblado y de estar I103’ en completa incapaci-
ble y religioso depósito y siempre aparejada á rendir buena cuenta
; dad de sostener ninguna cla.se de tren gubernativo en el régimen
de él. Ba.stará que no .se dé lugar á que en tiempo alguno se le civil, concurre á dar al Gobierno el mejor de los puntos de
partida.
pida por la congregación de intereses políticos y mercantiles de
cuya preservación está encargada.
Como nada existe, todo puede emprender.se sin obstáculos. La —
obduración misma de los que han traído este e.stado de co.sas, ha-
Para la propia 'Venezuela en el bajo Orinoco, considerado brá de ceder ante los de.sengaños palpables. Los intereses ilegíti-
bajo el punto de vista de sólo la integridad territorial, .se in- mos se han aniquilado por los medios mismos empleados para
teresa la independencia misma del Estado. Una agresión contra agrandarlos en un día 3' casi nada ó nada queda
; de ellos que
él casi siempre debe esperarse preconizada por los aprestos ó el es- pudiera embarazar la ejecución de lo que .se disponga. Todas las
trépito que la precede ó con que estalle, y que en uno alarman medidas convenientes pueden .ser dictadas sin más consideración
y predisponen. Pero una usurpación interior que ataque esa que alcanzar el fin. Con tal que los medios sean adecuados, la
independencia, puede perpetrarse astuta y mañosamente á favor de materia se presta de tal modo, que lo que pudiera decirse trabajar,
la despoblación ó la dejación, y cuando viene á ser conocida, la no es más que plasmar, ni en lo mínimo obran sobre mis convic-
ocupación está consumada, y la consumación e.s el aviso. Y aun ciones los malos resultados del .sistema que .se intentó plantear, 3'
limitando toda la importancia del Bajo Orincco á sólo sus tierras ciu'o fracaso dejo explicado. Los ensa3'os desgraciados son preci-
contiguas, hay que tener muy en cuenta que por uno de los lados samente los que guían por el camino deí acierto, á la prosecución.
del Delta fluyen los muchos ríos navegables del corazón de las El milagro de la «Reducción,» demostradas como están sus causas,
provincias de Cumaná y Barcelona al gran Mánamo. es una antorcha para el plan de «Civilización.» Que la prudencia
Si estas ob.servaciones acoinsejan que .se organice ese distrito, retroceda, enhorabuena, ante el mal éxito de tentativas que se di-
sus ventajas naturales estimulan la población de él. Canalizado rigen á un fin cuestionable ó eventual pero el poder público no es
;

naturalmente hasta el punto de que sería difícil hallarse semejante quien pueda de.salentarse ante los obstáculos que se opongan á un
por ese respecto, sobreabunda en producciones naturales, primeras :
objeto de no contestada importancia.
materias valiosas ya, de la mayor estima, como bálsamos, aceites,
resinas, etc. que se tienen allí á la mano. Posee minas de asfalto
analizado y reconocido 3'a como excelente por nuestro ilustrado
doctor Vargas, que ha creido la posesión de esas minas de más
importancia para Venezuela que las de oro y plata. Se cuenta Limai'do, doctor Iticardo O.
allí con superiores maderas apropiadas á toda construcción civil
y
naval, de la más fácil extracción 3' tra.sporte. Es en donde .se palpa
la realidad de lo que Humbodt dijo de los demás que conoció de Caracas: octubre 31 de 1892.
la Gua3’ana ; «Después del Amazonas, no ha3' río alguno, en que
délos mi.smos montes por donde pasa, no pueda surtir la madera de ;
Señor D. Emilio Casteiar.
construcción más preciosa para la arquitectura naval. . .Estas
.
:

maderas ofrecen todas las variedades que pueden desearse, en den- Madrid.
sidad. pesantez específica y cualidades más ó menos resinosas. ... Min- estimado señor mío y amigo ;

Venezuela posee en sus costas 3- en las orillas del Orinoco inmen-


sos recursos para las construcciones navales. . con la ventaja de
.
Oportunamente llegó á mis manos la bondadosa carta de us-
dar á los buques una larga duración, por la naturaleza de la ma- ted, acusándome recibo de la mía portadora de mi «Estudio crítico
dera de los trópicos.» -histórico» acerca del «Canto épico» del señor Félix Soublette.
Sin pretender que me sea dable detallar en un informe que Mucho me honra usted dándome
el parabién, y diciéndome «In- ;

he deseado no hacer difu.so, todas las peculiares grandezas y ri- dudablemente con él ha prestado usted tin servicio á las letras
queza elemental del delta, no omitiré para complemento de lo que patrias.» La aprobación de usted, .señor Casteiar, e.s gran título,
rápidamente he indicado, la circunstancia de más trascendencia
y se lo agradezco infinito.
que le favorezca. Como para que nada faltase á su fácil pro.spe- Mucho aprendo en las obras de u.sted, prefiriendo siempre las
ridad, posee un puerto marítimo de lo más av'entajado en Vene- que miran á nuestro idioma y literatura, á la filo.sofía
de la hi.sto-
zuela, y que podría pasar por una obra mandada hacer á beneplá- ria y á de los pueblos. Tengo actualmente en mi
las instituciones
cito de todas las exigencias. En efecto. Pedernales avanzado hacia
el mar, está como destacado en la medianía del Golfo de Paria.
estudio La Ilustración Artística de Barcelona: ¡Cuánto he gozado
leyendo en ella las «Murmuraciones europeas» de usted

Montado en piedra de que carece cuanto del delta se conoce,
Cuán !
¡

merecida la tunda que usted propina al toca3'o M. Emile Zola, con


sobre el punto en que desembocan el Mánamo 3’ el Pedernales que motivo de su novela la Débáclc acerca de la guerra franco-prusiana!
por delante del lugar conflu3’en, es la recalada indi.spensable de Y á fe mía que no .salen mejor librados los traductores españoles,
todos los tributarios y enlaces de ambos brazos. Con excepción sacando de cuajo el terminacho del vSena, é ingresándolo en Espa-
del Macareo las ^barras de esas bocas son las más practicables. ña, á falta, según su leal saber 3" entender, de la equivalencia cas-
Pedernales además, es el único lugar hasta ahora conocido, en todo tellana. Ennoblezcan ellos, norabuena, su versión con la zole.sca
el litoral de la Guayana, que tiene tierra firme en embarcadero pa-
metáfora de la original producción del e.scritor francés, y ha.sta del
cífico. Es en fin, á las provincias de Oriente lo que Barima á la mi.smo genio que in.spiró la manera de e.scombrar los estaljlos del
America del Sur. Un ilustrado extranjero, nuu' notable por .ser rey Augias. En cuanto á mí, confieso á usted que si me hubiera
délos poquísimos de quienes nuestro país ha3’a merecido servicios caído la lotería de verterla á nuestro idioma y buscarle equivalente
civiles, ha dado de Pedernales la verídica aunque rápida descrip-
autóctomo á su título, bien fácil me habría sido pedir á los garitos
cióti que se ve en la Gaceta número
584 (1842). Si algo me per- ó á una zahúrda, los trillados términos el Desbarate, la Tronada,
mitiera añadir alo escrito por el señor Aires en ella, sería, que Pe- que cualquiera de lo.s dos habría venido tan á pelo á la Débácle,
dernales es un diamante enjo3'ado en el inhabitalrle litoral de Gua- como anillo al dedo, ó pedrada en ojo de boticario.
3’ana, de que es una e.specie de oasis. Ppo antes de pasar á lo princij)al del asunto, y ya que con
Estas son en parte las consideraciones que me determinan á tan feliz motivo sienta msted de pasada la mano á e.sos traductores
in.sistir en que el Bajo Orinoco requiere las más preferentes miradas
de tres al cuarto, bien e.s decir á usted que por aquí no andamos
del Gobierno.^ Allí .se pueden ir echando los fundamentos de una mejor parados, tocante á esto, como por allá y a.sí, no .se halla us-
;
civilización fácil, por cuanto comenzará a3'udada de medios pro- ted .solo en lo del llorar lo.s rudos golpes que diariamente, 3'a por
P’.o.s, afianzados sobre la riqueza
y situación del suelo, y empuja- ignorancia, ya por pedantería, .se de.scargan tobre ei hermoso
das por los muchos elementos de prosperidad que puede desarrollar cuanto ya a.sendereado idioma de Castilla.
la inteligencia en favor de los vecinos indios
y no indios que allí No hallo palabras bien expresivas con qué encarecer á msted
pueden fijarse y enriquecer. ¿Qué más .se podría apetecer ? Tie- lo mucho que celebro \-erlo siempre confirmando, en el mundo del

-
I

8o ANTOLOGIA GENERAL

corazón y del pensamiento, con la autoridad de su inteligencia, de in.spirándose, así en la secta cirenaica, ba.sada en
el deleite por
su saber y hasta de su solo nombre, los buenos principios en mate- única di-^ha, como en de Helvecio 3' otros, que pre-
las doctrinas
rias de literatura y filosofía, de moral
y política. Y tanto más lo gonaban el interés per.sonal por único móvil de las acciones. Im-
celebro, cuanto cpie esos principios .son los mismos que 0 acaricio buido, por otra parte, en las ideas de la revolución francesa, é
3
de.sde joven, y en que vengo creyendo muy de veras, no tan sólo identificado con algunos de sus principales hombres, acometió la
por convicción íntimamente adquirida, sino también por una espe- loable empre.sa de reformar la legislación
cie de in.stintiva proclividad, acaso favorecida por tradiciones de
y la política de su patria ;
pero levantando para ello el colosal edificio .sobre la base de la
abolengo. utilidad como norma única en materias de moral,
Después de haber tenido que de.saprender, en la e.scuela del ta de la escuela de Epicuro y de Hobbes.

principio egoís-
Escritas, pues," sus
niundo, no pocas de las ingeniosas j' halagadoras teorías que me obras para remediar tamaños males, y esto apenas transformada la
vi obligado a repetir en las aulas, y habituádome á considerar los monarquía limitada de la edad feudal en otra de ideas más adelan-
hechos constantes, á no ceder súbito á las impre.siones en mí pro- tadas, tenía por fuerza que campear en ellas un espíritu extrema-
ducidas por ellos, sino á meditarlos antes con calma 3' discernirlos damente reaccionario, y venir algunos de sus principios, como de
con imparcial criterio, para luégo encaminar derechamente los jui- índole transitoria, á pasar.se con el tiempo,
cios determinantes de toda acción mía, confie.so á usted con inge- y otros á sufrir modifi-
caciones esenciales con la eventualidad de los sucesos
nuidad que tengo arrimados, de gana y por juro de heredad, á y con las
creces de la civilización. Pero asentada ya la sociedad moderna
Bentham 3- Austin con todos los demás autorizados maestros de la sobre bases más firmes y de más subidos quilates, es tan fuera de
escuela utilitaria, que tuve en mis manos, ó que desfilaron á mi razón eiuseñarnos hoy la legislación universal y la ciencia de la
vista, en los mejores años de mi vida e.scolar. moral por las tablas y cómputos aritméticos de bienes y males, de
^
Kn pacífica posesión, así, de los principios fundamentales del placeres y dolores, del eminente jurisconsulto inglés, como pere-
espíritu humano, y de la ley eterna que preside á las sociedades, grino .seguir infantilmente cre3'endo algunos monárquicos euro-
he venido siempre impugnando aquellas sutiles é insidiosas teorías peos, que la descendencia femenina no tiene derecho á la corona
en escritos de índole varia, 3" miu' particularmente en mis trabajos de Francia, de.spués de aplicada la Ley Sálica, por los Estados Ge-
tocantes á la ciencia que profeso. Cada vez como que me siento nerales de 1316, en favor de Felipe el Largo, con expresa exclu-
con más bríos para combatir á campo abierto, por lo ab.surdos, to- sión de las mujeres.
dos e.sos sistemas congéneres rebautizados con el alti.sonante nom- A la exposición de estas ideas y principios, que constituyen
bre de moda el socialismo. Esta palabra, si bien trae perdido, mi profesión de fe en orden á los puntos arriba asomados, debo
desde el promedio del presente siglo, algo de su violenta 3' enojosa añadir algo tocante á la superficial literatura que diariamente irra-
significación de otro tiempo, es ho3’ técnica del lenguaje económi- dia de los grandes centros europeos, —
sobre todo desde París, su
co-político europeo sirve de contraseña en el campo de la polémica
; principal í/'izr/f, —
y manufacturada, digámoslo así, en la forma
y el combate á sectarios de diversos matices y ofrece á la literatu-
; de algo como productos industriales de fácil propaganda y segura
ra ligera de nuestros días fecundo tema de producciones malsanas salida, se despacha de.sde hace más de medio .siglo en alas del va-
y contrarias á todo buen .sentido en orden á ideas, .sentimientos é por, y ho3^ día con la instantaneidad del fluido eléctrico, á los cen-
intereses. Con semejante símbolo, en efecto, comienzan los propa- tros consumidores de entrambos continentes. Bien sé que mate-
gandistas por relajar todos los vínculos de la familia minan por ; rias como ésta .son para tratadas en la forma magistral del libro, no
su base la sociedad civil, cuvo fin desconocen y virtualmente nie- en la sencilla de una carta pero al decidirme por é.sta, no podien-
;

gan rigen por su vista y capricho las facultades individuales 3'


;
; do hacer otra co.sa, es únicamente en prueba del entusia.smo que me
.señalando límites en toda iniciativa 3’ desenvolvimiento al espíritu inspiran los elevados e.scritos del .sabio á quien me dirijo, 3' con la
humano, lo encadenan con tan singular especie de amortización .seguridad de que ello será parte á que disculpe cualquier error
.sansimoniana, 3' lo llevan forzosamente, por una parte, á la más mío y mi candor en comunicarle opiniones tan exclusivamente
sumisa esclavitud, 3% por la otra, al más absurdo 3' brutal despo- personales, las cuales ruego á usted se sirva seguir leyendo con su
tismo. habitual indulgencia.
Como
lo dejo insinuado, esas escuelas no son, para mí, crea- El hombre, en cumplimiento de la le3' de su naturaleza 3' de.s-
ciones flamantes del hombre, sino manifestaciones más ó menos tino, ha venido paso á pa.so trabajando, al través de las edades, en
alarmantes de aquella diátesis, de que habla Séneca, hija de nues-
el de.senvolvimiento de la filo.sofía, dispensando así grandes bene-
tra naturaleza imperfecta, que ha venido trasmitiéndose de genera-
ción en generación, — el error; y si hubiera menester alguna prueba
ficios á las ciencias psicológicas, con principios mejor averiguados,
más sublimes y de más trascendental aplicación. Impulsado en
de ello, vendrían en mi apoyo aquellos dos famosos versos de Eurí-
e.sa virtual cruzada de elaboración y refinamiento, desde Thales 3'
pides, que tradujo al latín el orador romano, \’ que por única teoría
Sócrates hasta Bacon 3' Descartes, él ha venidc, al propio tiempo,
de política constitucional traía .siempre en su labios Julio Cé.sar :

rezagando á uno y otro lado en su victoriosa marcha, 3’a errores


kXiUii si violaudtun est jus re"nandi <;rnt¡a, inherentes á la humana naturaleza, 3’a doctrinas sin reparo siste-
l'iolandiim est : aliis rebus, pietatem colas ;n matizadas, 3’a en fin consiguientes é inevitables preocupaciones,
hasta hacer alto, como para so.segar, remirarse en las conquistas
fórmula blasfema, que yo vierto libremente al ca.stellano por esta de e.sa gran revolución intelectual, y gustar 3’a sus frutos en obras
otra de un literato francés contemporáneo monumentales del día. Arquetipo de ellas .son las de monsieur
«Tendrás razón si ahorcas, pero no si eres ahorcado.» Charles Périn estudiando la sociedad en sí misma 3’ la R3’ que
i
No la había mene.ster todo un conquistador de las Galias al debe ponerla en sus condiciones normales de existencia, 3’ las del
pa.sar el Rubicón, para vencer luégo á Pompeyo, Escipión Padre Luis Coloma creando la escuela que predica, con universal
y los
hijos de aquel celoso rival conio tampoco la había necesitado antes
; aplau-so, la genuina moral en la flamante 3’ .seductora forma de «la
Alejandro para cortar de un tajo el nudo que le diera el imperio novela.»
del Asia !
Tal hasta ho3’, el grandioso cuadro de la historia de la fi-
es,
No temo con esto aquilatar mis principios en materias de cien- losofía. Tal la carrera triunfal del e.spíritu humano, ahondando
cias morales y políticas, hasta el punto de remedar á aquellos rigo- siempre con fe 3’ con esperanza, en el profundo .seno de la ciencia,
ristas puritanos del reinado de Jacobo I, de Inglaterra, qne escru- para ostentar en alto, primero la existencia de Dios 3' sus atribu-
pulizaban hasta en enseñar la gramática latina, por el solo temor tos, y luégo escoger los medios más seguros de dirigir el entendi-
de dar en ella con los nombres de Apolo, Marte ú otros de las di- miento hacia la verdad. 3' de impulsar la voluntad hacia el bien.
vinidades paganas. No lo temo, porque estos principios no son De.spués de veinte 3’ cinco siglos, por lo menos, de tanto labo-
otros que los que hombres inspirados en la fuente de la verdad rar en afano.sa agitación y perenne vaivén, parece que el hombre
eterna han venido oponiendo á tan falsas como impracticables teo- ha llegado ya, en orden á principios 3’ sistemas, á la anhelada me-
rías, desde el paganismo hasta la flamante Encíclica vReriun 1X0- ta de su destino 3’ la solución que busca á los grandes problemas
;

varum,-» acerca del .socialismo de Su Santidad León XIII. Recor- planteados en los pueblos 3’ Estados de la Europa moderna, á fe
demos, .si no, al genio de Aristófanes, transformando la escena en que lo comprueba. En efecto, la organización del trabajo y el su-
arena política, y erigiendo la musa cómica en tribunal supremo de fragio universal —
ya casi descreídos, 3’ entrambos reclamando el
.

la multitud .soberana de Atenas. Lo que precisamente ha inmor- —


cumplimiento de eternas prome.sas desde 17S9, .son I103’ el objeto
talizado su pieza <f/,a Asamblea de las Mujeres representada en de aplicación ó ensa3’Os de sistemas conocidos que, sin el incroyable
Atenas, por primera vez, hace unos veintidós siglos, es el de antaño, figuran ya en la escena con los trajes de moda, tanto de
haber .sido escrita única 3' expre.samente para desvanecer la ilu- la flosofía socialista y humanitaria. —
hostil á la influencia del cris-
•soria idea del «comunismo,» y dejar comprobado que la humanidad tianismo, 3’ la filosofía tradicionalista. —
guardadora de los antece-
no ha sido hecha para realizar .semejante si.stema. dentes cristianos, como del socialismo del Estado y el socialismo cris-
La misma teoría utilitaria de Bentham tiene su natural v be- tiano. —
dos programas estos difiriendo en ciertos pormenores, pero
nigna explicación en el móvil y objeto del autor, dadas las circuns- tendiendo á refundirse en lo esencial en uno solo (M. de Haus.son-
tancias de lugar y época en que e.scribió. Rebelóse el profundo ville.) Esta evidente metamorfosis confirma aquel concepto de
pensador contra los vicios de las leyes y los abusos del foro inglés, ji M. Paul Jauet, del Instituto de Francia «Las ideas tienen ca-
:
— —

DOCTOR RICARDO O. LIMARDO 8i

minos subterráneos que nadie puede prever, infiltraciones inespe- entrando en éste, como para estudiar, digámoslo así, en páginas
radas que las hacen reaparecer enteramente transformadas á dis- geognósicas, las instituciones de Roma, cristalizadas á impulsos
tancia de su origen» y se aviene también con la opinión de Vico
;
del Pueblo-Rey en más de mil años y, abriendo los libros de las
;

haciendo mover al espíritu humano en el eterno círculo de la ley letras antiguas, atraído por las obras de la inteligencia
y del alma,
de su C07'S0 y ricorso. que, al través de las tinieblas del pagani.smo, trasminaron con su
Sería de averiguar ahora si, á una con este movimiento cientí-
mágico brillo, cual precioso metal al través de las perecederas es-
corias, y vienen dando así te.stimonio de lo elevado de su origen.
fico, y á imitación déla literatura de la Grecia antigua, cuyo domi-
nio para dirigir bien al hombre fue ilimitado y universal, así en la
escena como en la tribuna y en sus demás formas ó manifestacio-
Bendigo el patriotismo, rara avis hi — térra, — en musa có-
la
mica de Aristófanes y confunde á todos la .santa re.signación de

;

Gracia, — sufriendo
nes, la literatura contemporánea acude á libertar nuestras clases Sócrates, especie denuncio de la Ley de el
obreras de la miseria en que yacen, y á fijar las condiciones con que martirio por amor á la ley natural y por respeto á la le}' de los
el sufragio universal seguirá al servncio, así en los países de tradi-
hombres. El lenguaje de Aristófanes, juzgado por el criterio de
ción hereditaria, como en los países de constitución monárquica. su tiempo, no le condeno ni tampoco me choca la oda de Horacio
;

Pero tal investigación, sobre exigir de mí mayor esfuerzo, no cua- acerca de Lálage, de la cual tomo e.sta expresión figurada:
dra al asunto de este escrito. Ásí, debo limitarme á las flamantes
producciones de algunos escritores que, desertando de la cohorte
de los huero; novelistas franceses de nuestra época, recorren de i
.... «7¿ra iyalet') tauri 7'ue7itis
¡71 Ve7ierc77i tolc7'a7'e p07idus.n
tropel el boidevard exterior de París, agitando una bandera tiznada
con esta divisa :

make 7iioney by all i/ieniis. Son ellos de quienes
dicen M. Drioux y M. Jousset, en obra magistral de hi.storia con- Juzgar lo antiguo por
el criterio de hoy, es errar de gana,
temporánea «Esti es una escuela malsana donde todo in.spira el
:
i
Cuán que dice M. A. Thiérry
cierto es lo «No es de extrañar
! :

más profundo desprecio de la humanidad.» que nuestras ideas en política estén todavía tan mal fijadas, cuan-
Pero obtenida la venia de tan ilustres historiadores y filósofos, do no encontramos, para darles una forma, sino expresiones de
aquí me alzo yo á mayores, y, con seguridad tanto más grande edad de veinte siglos sobera/iía, su77iisiÓ7i, gobier7io, pueblo, p7'Í7i-
:

cuanto que mi humilde opinión se apojm en la autoridad del señor cipe.i )



En efecto, estas palabras, con una que otra más de inven-
Castelar, siempre de malas con el «realismo» en achaques de litera- ción ó de moda, vienen de.sde antaño haciendo, -zaz^/a/A 77iuía7idis,-
tura y de ciencias morales y políticas. Producciones, pues, de en el territorio y aguas juri.sdiccionales de todas las naciones, casi
escritores que beben en las fuentesj del realismo, serán todo lo que con idénticos nombres, el mismo oficio que el rey, la reina, los
se quiera, menos novela. obi.spos, los caballeros, las fortalezas y los peones, en las sesenta
El realismo y la novela braman de verse
juntos: .son tan enemigos como las llamas que consumieron los y cuatro ca.sillas de un tablero de ajedrez. Risimi te7ieatis?
inanimados cuerpos de Eteocles y Polinice. En efecto, las co.sas Pero volviendo al asunto de esta carta, y para ponerle punto,
y objetos del mundo visible, con su variedad infinita, no bastaron debo decir que, todo bien considerado, el móvil de esa parcialidad
al hombre, desde la más remota antigüedad, para satisfacer sus
literaria no esotro que el incentivo del lucro, que mueve la péñola
inagotalEs de.seos y aspiraciones la historia verdadera le camsó
:
; sin reparar en pelillos, siquiera su gloria .se limite á emular las in-
y entonces, remontándose él en alas de la fantasía á las regiones congruentes lindezas de las «A^réArAí cl7'a77iatiques,,n ¡xLas Mil
suprasensibles, acomodó en ellas,— como dice Bacon -»las aparien- —
cias de las co.sas y los de.seos del corazón, sin .sometei' el ánimo á
y U7ia ba7'baridades,)-> y de otras publicaciones de análogo jaez,
todas sistemáticamente calculadas, ya para mitigar el cansancio del
las cosas, como lo hacen la historia y la filosofía.» Indios, persas, hombre que trabaja, ya para matar el tiempo los comerciantes y
árabes por ley psíquica dieron así suelta ásn ingenio El espí- — viajeros que pueblan los mares é hinchen los caminos de hierro,
ritu humano comenzó desde entonces su ingente trabajo de ela-
ora para adiestrarse más, si cabe, los patrocinantes ó agentes por-
boración, por la leyenda mástica .siguió con ahinco, cincel en
;
nofrágicos, ora en fin para dar pábulo á las gentes de la vida fácil,
mano, por el romance heroico y su afán no paró sino cuando
;
consortes suyos, jurídicamente hablando, en los misterio.sos y ale-
burilada su obra en la forma del cuento, pudo mostrarla ya, con
ves manejos marcados en Francia con el degradante nombre de
ufanía y con gloria, á las generaciones venideras, .señalándoles en
p7'oces de clia/itage.
ellas riquísimo venero que explotar la histo7Ía ficticia. La historia
:

literaria nos viene enseñando también, que este género de compo- Ya se explica, por tal clave, el sorprendente fenómeno de que
sición ha tenido siempre un fin instructivo á la par que moral
y :
cada uno de esos escritores de enti'emés pueda producir anual-
por eso cualquiera contravención á ley tan severa de su carácter mente al pie de doce volúmenes, y alcance una profusa circula-
peculiar, ya se funde en el solo placer de la curiosidad, ya sea su- ción, parodia del mérito ó de la estimación general. Pero á todos
gerida por el interés personal ú otro incentivo de mala ley, vicia
en su origen la «novela», y de consiguiente la bastardea y la .sesga.
e.sos escritores tenemos que hacerles justicia seca, la mi.snia que —
Boileau hizo al de.sgraciado novelista Scudéri en estos satíricos
La «novela» inspirada en el realismo no es una historia Jicticia, .sino versos :

una historia facticia.

Los asuntos ó primeras materias de esos e.scritos, son, por su Bic7iheu7-eux Scudé7d, do7it la fe7iile plu77ie
mayor parte comunes ó extravagantes El vientre de París, : — — Peut toas le 77iois sa7is pei7ie €7ifa7iter im
— — —
Una página de amor, Nana, La bestia humana, El hombre de
volu77ie.

la bolsa, — El minero, — El paraíso de gatos, — y otros no los títulos


menos curiosos, que me hacen recordar involuntariamente opúscu- Libros son esos que, en vez de guardarse empastados como las
los congéneres — «Les cythéres parisiennes,» — «Les mémoires du
:
obras de mérito, entre los labrados anaqueles de una hermo.sa biblio-
bal Mabille, — y otros que cuadrarían á maravilla con
»
teca, se llevan siempre en rústica, como objeto de mero diveni-
y los fre.scos
demás objetos de miento, en el revuelto fondo de las maletas de viaje.
ruinas de Pompeya, exhumados
las para mayor
ornato del museo obsceno de Nápoles. Juzgado ya por usted, señor Castelar, aunque á grandes ra.s-
Sobre género de escritos ó literatura pesa la justa y auto-
tal gos, el pensamiento de la Débácle, yo me considero excusado de
rizada censura, formulada en las Mu7'77iu7-acio7ies eiuvpcas, del señor hacerlo. En cuanto á lo moral y literario, me he adherido por
Castelar con estas palabras «Yo no rechazo el realismo por sus
:
completo, y para honra mía, á su franco y autorizado juicio. Por
pecados eróticos los cometen las letras clásicas, y .se leen en ellas
:
lo demás, he procurado tan .sólo estudiar, á la luz de los buenos
con placer espiritual y psíquico los comete Tirso y no chocan yo principios, el género literario á que pertenecen, ó en que deben ser
; ;

rechazo el realismo por sucio.» «Pero me disgusta la carencia de clasificados esos novelistas de la sediciente secta realista.
ideal de la escuela realista, semejante á perdurable noche sin es-
El diálogo de usted, en 1868 con una familia imperialista,
,
trellas.»
prueba más y más la gran per.spicacia de usted y sus acertados
Con primeras materias tan insulsas y pobres, ya no hay para presentimientos acerca de la política particular de Francia y la ge-
qué hablar de plan ni trama. En esos escritos domina el tono neral de la Europa «armada hasta los dientes,» .según la expresión
bajo el lenguaje es descomedido y obsceno, si bien atenuado con
, del ilustre Núñez de Arce, «á modo de un guerrero de la edad-
lo elegante del e.stilo. La forma de los pensamientos es la de.scrip- —
media.» Le acompaño de corazón en sus nobles .sentimientos ha-
tiva, siempre avivada con la nativa gracia del legendario esp 7 it cia esa gran nación, que me dió hospitalidad durante largos años,
gaulois. Con tales premisas esa parcialidad reclama, por derecho y también en su grito intensísimo de «paz, paz, siempre paz !»
propio, su verdadero nombre y apellido uEsciccla po7'7iog7'áfica :

Debo también yo, como lo hace hoy y lo demue.stra


conte.star,
siempre el señor Castelar, mi insaciable pasión por la antigüedad
clásica. Penetro en su santuario con aquella e.specie de venera- ¡

ción con que recuerdo haber vi.sitado el palacio de los Cé.sarcs ; |i

II
82 ANTOLOGIA GENJÍRAL

López Méndez, Luis. pación americana, ocuparon posiciones dignas de sus merecimien-
tos, por lo menos hasta qite el furor de las pasiones políticas á
todos los arrastró al vórtice de la anarquía. Pero á Urdaneta le to-
caron de ordinario las situaciones más difíciles y complicadas en
EL ÜELEEAL EAEAEl ÜETAKETA que se agotaron sus esfuerzos sin resonancia mayor, y .se puso á
prueba la respetabilidad de .su carácter v aun la gloria tan traba-
josamente adquirida. Era que él no rehuía las responsabilidades
ni excu.saba los conflictos, exponiendo con igual valor su cuerpo
nombre recibe en estos
Si al hablar del egregio guerrero cuj’O á las balas enemigas, 3" .sti reputación á los ataques de la calumnia.
momentos consagración de la inmortalidad, nos dejamos llevar
la Bien se evidenció esto en los tres últimos años de la existencia de
de la admiración que nos inspiran sus hechos heroicos y su vida Colombia, cuando las funciones del puésto que contra .su voluntad
inmaculada, no haremos sino obedecer á un instinto espontáneo de ejercía, le impusieron deberes terribles que él supo cumplir sin
nuestra alma, que vive llena del amor de la gloria y del respeto á vacilación alguna, y cuando, desbordadas las iras de la guerra
la virtud. civil, amenazando consumir en sus llamas gloria, hombres é insti-
tuciones, él, erguido como un gigante ante la ola de fuego devas-
Nunca mejor justificada la indulgencia del escritor para con cier- tadora, protegió con su pecho hasta el último momento á la hija
tos errores inherentes á la flaqueza humana, como cuando al tratarse del genio y de la gloria, 3' no cedió sino cuando vió conciliada la
de una figura como la del general Urdanela, que tuvo tantos mo- í
necesidad con las exigencias del honor.
mentos brillantes en su existencia, que llevó siempre en el corazón
tan indómitas energías y que al través de las más difíciles y varia- '

i
Hombre verdaderamente superior, que impulsado por fuerzas
das circunstancias, ni en la embriaguez legítima de la gloria ni al fatales hasta el abismo en que otros perecieron, sale de él ileso 3’
contacto de las pasiones bastardas que muchas veces se agitaron en sin mancilla, para dejar en la historia un ejemplo de cómo saben
su rededor, dejó extinguir jamás en su alma aquel sólido y puro triunfar la probidad 3' el patriotismo de todas las pasiones coniu-
patriotismo, tan digno de ser presentado como ejemplo á las nue- radas
vas generaciones.
Cúpole en de- la escena del mundo el
suerte, al desaparecer
Lo que más sorprende, en efecto, al c ) si Ix'i.' 1 1 carrer pú-
i
hombre que había llenado con su fama, hacer en nombre SU3'0
lo
blica de este hombre ilustre, es no encontrarle nunca desviado un á los colombianos el último llamamiento á la unión, v convidarlos
punto de la línea del deber, sino por el contrario, dispuesto siempre á ahogaren la fraternidad las disensiones 3" las rencillas depar-
al sacrificio, siempre dispuesto á la lucha por desigual que fuese, tido. Su voz se perdió en medio del estruendo que dominaba de
adicto siempre á la causa de la libertad con una comstancia inque- un extremo á otro de la república, porque hablaba entonces más
brantable, de.sde que en 1813 ofrecía á Bolívar ser el segundo hom- alto la ambición que la virtud desinteresada pero ha quedado re-
bre en caso de que dos basta.sen para emancipar la patria, hasta ;

sonando al través del tiempo, cómo eco fiel de las palabras pro-
que cargado de años y padecimientos, pobre y con una familia nunciadas por el mártir de Santa Marta, y llegará día en que,
numerosa, á quien no dejaba más patrimonio que su nombre, bajó grabada en todos los corazones, aprendan nuestros conciudadanos
á la tumba ordenando antes que se devolviesen á la nación los suel- que la cooperación colectiva es la única fuerza que da vida real á
dos que se le habían anticipado para el desempeño de una misión I

las .sociedades, abre las puertas al progreso 3' opone resistencias á


en Europa. la tiranía.

Y en el período de treinta y cinco años que duró su carrera, Venezuela vive hoy de los recuerdos de su grandeza pasada, 3-
¡cuán rica su hoja de servicios! Apenas hay una página de la
vivirá aún por mucho tiempo, porque su provisión de gloria es ina-
historia de Colombia en que no .se encuentre el nombre de Urda-
neta, asociado á los acontecimientos más importantes, 5’a próspe-
gotable. De otros pueblos nos habla la historia que han salido de
sus dominios 3- pa.seado sus armas victoriosas por el mundo, lle-
ros, ya adversos á las armas republicanas. Suspende el ánimo ver
vando en el arco de sus flechas ó en la punta de sus aceros el espí-
cómo en los tiempos en que la guerra adquirió mayor encarniza-
ritu de la civilización, como consecuencia accesoria tan sólo, de
miento, él, bajo la suprema iinspiración de Bolívar, va por todas
las ideas de conquista, del deseo de aumentar sus pose.siones ó de
partes agitando el incendio de la revolución, y con una tenacidad
:

satisfacer venganzas ó preocupaciones. De ninguno que, como


y un celo que ni el peligro amedrenta ni los reveses hacen desfalle- I

Venezuela, ha3'a llevado su vúgorosa fuerza expansiva hasta aban-


cer, lucha, organiza, triunfa, se interna por caminos desusados é
donar sus hogares, cuando más necesitaban de protección, por
impenetrables, abre comunicaciones por entre las filas enemigas,
volar á socorrer el infortunio ajeno, é irse, el arma al brazo, la fe
crea divLsiones, levanta ejércitos, toma plueblos, sitia ciudades,
en el pecho 3- la imagen de la libertad siempre delante, á romper
ejecuta retiradas brillantes, protege las de sus compañeros, asalta,
cadenas, á hacer de e.sclavos ciudadanos 3" erigir naciones indepen-
presta auxilios ó defiende plazas con un heroísmo desesperado,
dientes, allí donde antes se alzaba el despotismo con todos sus
haciendo frente á la e.scasez de recursos, al hambre y á todo género
crímenes y horrores. Ni de ninguno que después de realizar tan
de enfermedades!
altas empresas, dejando la mitad de un continente regada con la
pocos tuvieron como él aquella
E.spíritu recto, por otra parte, sangre de sus hijos, ha3m vuelto tranquila 3" generosamente al
lealtad de todos los momentos que dió tanta autoridad á sus conse- •
suelo nativo á reponerse de sus quebrantos 3- á trabajar en la obra
de su propio engrandecimiento, sin reclamar otra recompensa que
jos, y que en muchas ocasiones hizo de su palabra prenda de conci- ;

liación, para allanar dificultades, y sufocar, al nacer, rivalidades la inmemsa carga de laureles recogida en su camino.

impetuosas. Ni fueron muchos los que, como él, llevaron su deci-


sión por los intereses de la causa, hasta vencer las susceptibilidades Tales son los pensamientos que ocurren á la mente al evocar
del amor propio, aviniéndose á cooperar, con jefes inferiores, á un la memoria de Urdaneta. Su brazo a3-udó á levantar el edificio de
fin común, ó sacrificando su parte de gloria en una batalla, por volar las repúblicas que ho3' empiezan á abrir el seno generoso á las ca-
al desempeño de una comisión menos brillante, pero no menos ricias del progreso y este rumor de apoteosis que á todos nos cau-
;

esencial al éxito de las operaciones. tiva,viene desde la ciudad del lago, á anunciarnos que el pueblo
de Venezuela es todavía digno de los bravos capitanes que tantas
Los padecimientos físicos que hicieron presa de su organismo, veces le condujeron á la victoria
nunca abatieron la entereza de su alma, ni nublaron la concepción
clarísima que tenía de las necesidades de la república y de los es- Dormido está en la tumba el lidiador heroico 3' su espada que ;

fuerzos que las circunstancias exigían de .sus hijos: y .si más de tan hondamente penetró en las entrañas del de.spotismo, 3-ace ho3'
una vez estuvo ausente del teatro de la guerra, precisamente cuan- abandonada, sin una mano que la empuñe 3' la levante para mos-
do coronaba á las hue.stes republicana.ss, culpa fue de la
la victoria trar á los hombres, como en otro tiempo, la senda del honor 3' de
fortuna que 110 siempre le sonreía, y de la cual .se quejaba él la gloria. ¿ Qué importa, si su ejemplo vive, 3' si inspirándonos en
amargamente cuando en 1825 manife.staba al Libertador su aflicción él, aun podemos templar nuestros corazones desfallecidos, 3' encon-

por no haber podido acompañarlo á la campaña de Sur, y apelaba trar de nuevo sus huellas luminosas?
á la resignación />ara no vivir con tanto fastidio, frase esta iiltinia
digna de todo un guerrero para quien la vida de los campamen-
tos, la cercanía del peligro y el ardor de los combates, se han con-
vertido en una segunda naturaleza.

Otros, con tan justos títulos como los suyos, pero acaso con me-
jor suerte, unieron su nombre á acciones decisivas para el porveiair
de Colombia y aun del continente, 3- de.spués de .sellada la emanci-
LUIS LOPEZ MENDEZ, ABIGAIL LOZANO Y SALVADOR N. LLAMOZAS 83

Lozano, EVbigaíl. La
VI
libertad en su radiante carro.
Tirado por el dios de la batalla.
Apagó les volcanes de metralla
BOLIVjPlK. Que en torno vió del adalid arder ....
Sobre mármol, Bolívar, de tu gloria
el

A mi querido amigo Juan Vicente Camacho.


No levanta sus nubes el olvido.
Que el laurel que á su margen ha crecido.
I Cuando lo quema el sol, vuelve á nacer.
Es Bolívar, el héroe de los héroes, VII
El patriarca inmortal de la victoria, Porque es tu nombre un astro rutilante
El sol de libertad, el sol de gloria Que brilla solitario en el espacio
Que las cumbres del Avila alumbró. Donde fulgura el inmortal palacio
Ele escuchado en la noche unos sonidos Que en la América alzó la libertad ;

Que murmuran las selvas y los mares ;


Y las ígneas estrellas que coronan
Son tal vez los magníficos cantares Su inmenso disco de e.splendente llama.
Del ángel que á Bolívar custodió. Sus .satélites son que el mundo aclama.
Porque tu .sol les dió su claridad.
II
VIII
He visto por las tardes en oriente
El viento de la envidia tempestuoso
Dos hermosas estrellas enlazadas, Ronco rugió sobre tu regia frente.
Y lampo de sus luces argentadas.
al
Mas no pudo su .soplo maldiciente
La de su nombre comprendí.
cifra
Tu inmarcesible lauro desgajar.
He buscado su sombra misteriosa Cuando un siglo ya trémulo y caduco
En el valle, en el monte, en las praderas :
Vaya á exhalar su aliento postrimero.
Sólo en un viejo bosque de palmeras, Dirá al que nace Guarda ese letrero,
A la luz del crepúsculo la vi. :

Santo nombre de un héroe tutelar.


III IX
He creído mirarla tras la nube Ycuando todos ellos confundidos
Con que á veces el sol en occidente Rueden á sepultarse en el espacio.
Nos oculta al morir su regia frente. Entre nubes de incien.so y de topacio.
Cuando el ave le da su tri.ste adiós. Le llevarán en triunfo hasta el Señor.
Y. en la voz que se e.scapa del desierto. El grabará tu nombre en el gran libro
Gigante, majestuo.sa y solitaria. Donde miran sus nombres los patriarcas,
He e.scuchado el rumor de una plegaria Y en sus excelsas, inmortales arcas.
Que sube por Bolívar hacia Dios. Escribirá también Libertador.
:

IV XI
Seco ya de la vida el ancho río.
Acaso la deidad de esas montañas
Vuelta la tierra al primitivo caos.
Que la América ostenta por doquiera.
Dirá una voz de trueno ¡ Levantáos !
En las ramas colgó de una palmera Y una palma en los mares se alzará
:

Una inmen.sa campana de metal. ;

Sobre su eterna y solitaria copa


Y al estridor de .su primer tañido.
Una blanca paloma de los cielos.
Que vibró en las cavernas de los montes.
Fulgurante asomó en los horizontes
De la tiniebla entre los negros velos.
El astro de ese genio celestial.
Tu nombre y tus victorias cantará.
XI
V
Dios llamará á su arcángel favorito.
La nube al reventar le dió su rayo. Le enseñará una extraña melodía.
Su voz estruendorosa el torbellino. Para que arrulle el sueño que te envía
Su magnífico lábaro el destino Con la nube que asombra su dosel.
Y su aliento de trueno el huracán.
La condor imperial de la victoria. Tu porvenir, Bolívar, son los tiempos.
Besó la altiva frente del guerrero, Las coronas de un dios son tus coronas,
Y al relucir de su triunfante acero. Y el inmenso raudal del Amazonas,
Ella fue su deidad, su talismán. Las aguas que fecundan tu laurel.

UU
Llamozas, Salvador que traduce la aspiración de España á la libertad republicana
de la misma manera los demás cantos patrióticos, que despiertan
y ;

con sus acentos recuerdos memorables }• hacen vibrar de entusias-


mo los corazones prtriotas.
GLORIA AL BRAVO PUEBLO
No son dichos himnos el producto del arte, ni pueden tam-
poco elaborar.se en el seno délos certámenes académicos sino que
(Himno Nacional de Venezuela) ;

surgen e.spontáneos en los trances solemnes de la vida pública y


los improvisa cualquier aficionado, poseído del amor á su patria,
Los himno.s nacionales han brotado siempre al calor de las recibiendo el bautismo de la sanción popular, porque interpretan
tempestades revolucionarias, como la encarnación viviente del sen- con fidelidad el ardimiento guerrero de las masas. De ahí que
timiento popular. Apenas habrá un país que no tenga su canto sirvan en todas ocasiones de tali.smán en el peligro, de celebración
marcial, compuesto en momentos de efervescencia patriótica, y que en el triunfo, de .solemnidad en los festejos y de reacción moral en
resuma en cortos períodos el anhelo supremo de un pueblo que los períodos de decadencia. Lamartine habla con entusiasmo de la
lucha denodado por conquistar su libertad. música militar, como estímulo capaz de todas las heroicidades y ;

Así nació La Marsellesa, en medio de las convulsionespolíticas agrega «El tambor mismo, lejos de .ser para mí una caja vacía, es
:

de la Francia, en aquella tremenda época del 93, iluminada por una urna llena de entusiasmo. Como esos niños que lo siguen por
destellos de gloria y siniestros re.splandores así el Himno de Riego
;
las calles cuando precede nuestros batallones marcando el pa.so
84 ANTOLOGI A GENERAL

guerrero, lo seguiría yo también hasta llegar á las puntas de las l| sagrado del honor, asiste también á esos tumultuosos debates en
bayonetas ó á las igníferas fauces del cañón sin reparar en la muer- Ij
que se libra la suerte de la patria. Ya la elocuencia había agotado
te ó sin sentirla.» !
sus arranques, y se experimentaba la nece.sidad de algo que tra-
Tales apreciaciones nos sugiere el Gloria al bravo pueblo adop- dujera mejor la excitación de los e.spíritus y fundiera en un solo
tado por el Gobierno de Venezuela como himno nacional. acorde las vibraciones de tantps pechos entirsiastas. Faltaba un
himno.
Cuando de.spuntaba en el horizonte, después de una noche de
tres siglos, la aurora esplendorosa de la mdepeiideyicia americana,
A aquel reclamo imperioso del momento contesta el poeta D.
Vicente Sallas, que se hallaba presente, prestándo,se á escribir in-
era nece.sario saludar con tra.sportes de júbilo aquella hermosa
nuevo mundo labora suspirada continenti la letra.
mensajera que venía á anunciar al ¡j

de su emancipación. I
Improvisada ésta, se requería la música.
¿ Faltaría acaso en
aquella numero.sa reunión quien interpretara la inspiración del
El Gloria al bravo pueblo fue compuesto allá por el año de '

poeta? No que el fuego de la libertad abrasaba los corazones 3'


una de las célebres sesiones de Junta Patriótica, creada ;

i8ii, en i

todos querían contribuir de alguna manera al prestigio y popula-


en Caracas con el objeto de activar el movimiento revolucionario '!

ridad de la noble causa. Juan Landaeta, compositor de boga en


en pro de independencia de Venezuela.
la aquellos tiempos, improvisa á su turno la música Gloria al bravo :

Ya el 19 de abril del año anterior, Caracas había asumido su I


pueblo entonan de pie todos los circunstantes con solemne recogi-
soberanía, aprovechándose del desgobierno que reinaba en la pe- ¡ miento, y luégo recorren las calles en animada procesión al com-
nínsula con motivo de la invasión napoleónica. pás de sus patrióticas estrofas.
La idea de la idependencia germinaba en todos los ánimos, 3^ |
La revolución había encontrado su canto, precursor de las
no cabía en la mente de los prohombres de la época, que Venezue- i[ Carabobo 3" Ayacucho y sus ecos repercutieron de un
victorias de ;

la se limitara á desconocer la autoridad del capitán general Em- extremo al otro del continente, como nuncio de redención y de
paran, quedando siempre bajo la tutela del poder español. Indis- |
gloria. Sus autores debían pagar más tarde con la vida el crimen
pensable era que, hallándose reunido el primer Congreso nacional, '

de haber ofrendado á la causa de la libertad el tributo de su entu-


proclamáramos á la faz del mundo la justicia de nuestros derechos, siasmo, muriendo el primero fusilado en Cartagena, 3^ el segundo
para erigirnos en nación libre, .soberana é independiente. | asesinado por orden de Boves en Cumaná pero la po.steridad jus- ;

Tal fue la obra de la Junta Patriótica, obra que vió coronada j


ticiera ha recogido sus nombres para consagrarlos al respeto de las
el famoso 5 de julio del propio año. generaciones.
j|

En una de sus acaloradas sesiones fue improvisado el que es Bautizado con el humo de cien combates, compañeros de los
hoy nuestro Himno Nacional. A/irajida preside con su figura impo- I triunfos y reveses de la patria, el himno Gloria
al bravo pueblo
líente y severa Bolívar, en toda la exuberancia de la juventud,
;
|
aparece hoy' exornando las producciones de nuestros composito-
exalta los ánimos con rasgos de vigorosa elocuencia Coto Paúl,
;
res, escritas en honor del Padre de la Patria, cuyo primer

hace resonar el recinto de la asamblea con arengas incendiarias ;


centenario celebramos.
y por donde quiera estalla tempestad de aplausos, gritos y acla- El, que saludó
la alborada de nuestra independencia, magni-
maciones. fica hoy^ con sus acentos la apoteosis del genio portentoso que
El bello sexo, que es numen tutelar del heroísmo y custodio 1
llevó á cima aquella gigantesca é inmortal empresa.

Macj^liersoii,- Telasco poleón, elevarse á fuerza de genio 3' de valor 3' aprovechar el en-
tusiasmo del valiente pueblo francés, para dominarlo, narcotizán-
dolo con la gloria, y llevarlo de nación en nación, haciéndole cam-
biar su libertad y su sangre por laureles, y encadenarle con esla-
PARALELO bones dorados pero de acero. Veo á Washington, el modesto
habitador de Mount-Vernon, retirándose á la vida privada, después
de haber independizado su patria á la cabeza de sus conciudada-
No sé en qué consiste que cada vez que voy á ocuparme de nos. Y veo á Bolívar, rico, noble, de la raza privilegiada, aban-
Bolívar siento en mi .sét algo extraño, algo que me conmueve y donarlo todo, todo, para ponerse al servicio de la causa de los
que me excita á retroceder en presencia de la imposibilidad de pueblos luchar sin descanso, él, de los grandes, para ponerse al
;

explicarme; es una mezcla de temor y de respeto, de tristeza y de nivel de los pequeños él, de los fuertes, para igualarse con los
;

entusiasmo, de admiración y de vergüenza, de orgullo y de dolor débiles sacrificarlo todo, riquezas, honores, tranquilidad, tradi-
; j
;

sentimientos que batallando confundidos en mi corazón invaden ciones, en aras de la emancipación de sus conciudadanos. Acaso
en tropel mi mente. W
Me acuerdo de lo que fue como patriota, y el sea a,shingran el único en la historia, que pueda parangonarse con
respeto llena mi corazón ;
me acuerdo de lo que fue como guerrero Bolívar, pero es indispensable para establecer el paralelo saberlos
3' el temor invade mi espíritu ;
me acuerdo de sus hechos, y me en- comparar, .saber examinar respectivamente, su índole, su raza, 3'
tusiasmo me acuerdo de su fin, 3' me entristezco me acuerdo de
;
;
sobre todo, el carácter de sus conciudadanos. Washington no tuvo
i

su gloria, y me lleno de admiración me acuerdo de su muerte, y


;
que probar esa perseverancia con que Bolívar se presenta en la
me avergüenzo me acuerdo de lo que hizo, y lo nombro con or- historia con veinte años de sacrificios heroicos. Washington no
;

gullo y me acuerdo de lo que le hicieron, y todas las fibras de mi sacrificaba lo que Bolívar en esa obra de redención, ni tuvo que
alma se conmueven á impulsos del dolor. Paso revista á la his- sostener una lucha dolorosa dentro de sus mismes campamentos,
toria, y veo descollar á Gengi.skhan, á Alejandro, á César, á Na- formando ciudadanos, como tuvo que sostenerla Bolívar con sus
poleón, á Wa.shington, que fatigaron la fama con sus hechos y han propios compañeros. Washington no pasó por la amargura que
llenado el mundo con su gloria. Empero, veo á Gengiskhan, el Bolívar en Güiria, cuando desconocido por Ribas 3' Bermúdez, se
conquistador mogol, extendiendo su dominación desde el río Ama- retiró á las Antillas no á hostilizar á .sus ingratos amigos, sino á
rillo hasta las estepas de Kirghiz y de los Huiguros, asolando las buscar elementos para ayudarlos. Washington no hubiera firma-
I

provincias del norte de la China hasta Pekin 3’ apoderar.se de do, es verdad, el decreto úq guerra á muerte, pero tampoco hubiera
aquella capital pasea sus lanzas por Lezghis, Circacia, Kipi-
;
vencido á los leones castellanos, y menos á aquellas panteras que
chaks, ha.sta las riberas del Nieper 3’ del mar Caspio, para fundar se llamaron Boves 3' Autoñanzas, ni á aquellos chacales que se
el imperio que legó á sus hijos. Veo á Alejandro, el di.scípulo de llamaban Zoazola 3^ Morales, á quienes hubieran visto con horror
Aristóteles, salir de su reino de Macedonia después de la muerte los Howe 3' los Cornvallis, nobles antagonistas del más noble de
de P'ilipo, su padre, á conqui.star el mundo, llevando por doquiera los guei reros. Wa.shington muere rodeado de su familia, de sus
el exterminio en alas de su ambición de la gloria del conquistador, amigos, de sus compañeros todos, oyendo condensada en un so-
poniendo, es verdad, las bases de una nueva civilización, pero á llozo inmenso la de.spedida de sus conciudadanos y* sonriendo
costa de la esclavitud del mundo occidental, 3' que entregado á espira murmurando
,
«Está bien» Bolívar, ca.si solo, de camino : . . .

las orgías, muere de.struido por la intemperancia en una edad para el ostracismo, agobiado por el dolor, poco menos que en la
j

en (jue otros héroes no han principiado todavía. \''eo á César miseria, repleto el corazón por el acíbar del desengaño, sumido en
^

d.s.struyendo las Galias, arruinándolas, para conseguir los mi- angu.stias indecibles, exclama en despedida y con sus últimos
i

millones con que comprar la esclavitud de su patria. \Yo á Na- suspiros e.stas palabras: «Si mi muerte contribuye á que cesen los
'
T. A. MACPHERSON, JOSE A. MAITIN Y DR. GASPAR MARCANO 85

partidos y se consolide la unión, j'o bajaré tranquilo al sepulcro,))


Washington es un bello tipo de las encantadoras Bucólicas de Vir-
Marcaiio, doctor Graspar.
gilio, convertido por las circunstancias en guerrero Bolívar es el :

héroe de un episodio de Homero, que en Troya hubiera combatido


al lado de los industriosos y agricultores pelasgos, que hubiera OBJETOS BE ABÜEBO BE JrüS INBJOS
muerto con Leónides en las Termópilas ó vencido con Milcíades
en Maratón. La gloria de Washington, consolidada desde el prin-
cipio y desde el principio reconocida, no crecerá más; mientras (de la etnografía PRECOLOMBIAN.A de VENEZUELA)
que la de Bolívar es astro cu3'o disco se ensancha de día en día y
que verá el porvenir convertido en sol astro que, ocultado por
:

una tempestad de pasiones en 1833, aparece }'a e.splendoroso en Un gran número de ornamentos eran enterrados con les huesos.
1842 y el Perú, \- Colombia >' Venezuela, le alzan estatuas dig-
; Los más comunes son piezas de collares preparados con mucha re-
nas de él, 5’ el continente americano se prepara para solemnizar su gularidad y flgurándo sobre todo huesos de pájaros. De una lon-
primer centenario, y medio mundo solemnizará el segundo, y gitud media de tres centímetros y con el canal medular perfecta-
todo, el tercero. mente perforado, se han escogido y trabajado estos huesos de modo
que formasen collares completamente .simétricos. A un milímetro
de cada extremidad se han practicado pequeiias ranuras circulares,
decoraciones sencillas, pero que no carecen de cierto gusto. En
Maitíri, José Antonio. otros casos los diafi.sos están cortados en piezas de tres milímetros
de diámetro. Estos di.scos apilados dan al collar el a.specto de un
grosero rosario.
Muchos fragmentos son de una materia blanca muy dura y
LA FUENTECILLA como de marfil, presentando en algunas partes una especie de des-
agregación terrosa al parecer, que podría tomarse por una sustan-
cia mineral. Analizándola químicamente se la encuentra compues-
Fuentecilla solitaria Tu corriente retozona ta principalmente de carbonato y fosfato de cal y de una materia
De aqueste bosque sombrío, Pasa libre entre las flores orgánica que indica su origen animal su pequeña cantidad confir-
;

Si vas á morir al río, Y desdeña los amores ma la antigüedad de los objetos. El trabajo de estos collares es
Para qué corres así ?
¿. Los campos, aves y flores ;
mucho más acabado los agujeros son practicados con un cuidado
;

4 A
quién el presente llevas Mas ¡ay de tu curso grato! que revela cuánta importancia .se atribuía á dicha su.stancia.
De esas perlas que derramas ? Que el bien se torna en fatiga, La forma de los fragmentos es también mu}' diversa. Allí
Fuentecilla, si no amas, Cuando en el seno .se abriga encontramos desde la simple perla esférica ó el disco circular hasta
4 A dónde las llevas, di ? Un pensamiento de amor. unos cilindros cuidadosamente perforados y pulidos, que varían de
I á 6 centímetros. Estas dimensiones no son debidas á la casuali-
Entre sus pliegues undosos Cerca de mi ingrata, ¡oh fuente! dad. Series del todo iguales indican que cada collar estaba com-
Recoge ambicioso el viento, Al pasar tus ondas bellas. puesto de piezas semejantes ó que alternaban simétricamente.
El embalsamado aliento No la retrates en ellas. Nosotros hemos podido rehacer muchos de ellos.
De la flor matutinal ;
Para no mirarla yo; Los botones de hueso que acompañan los cadáveres son dignos
Y, al escuchar el concierto Porque .si distante lloro. de atención. Unos son cuadrados, otros circulares. Los cuadrados
De tu inocente murmullo, Si lejos de ella .suspiro, son pequeñas placas ligeramente convexas de un lado y con dos
Lo ¿ Qué haré, si en tu fondo miro
aspira con un arrullo agujeros .separados por un espacio de ocho milímetros en cada una
Sobre tu onda de cristal. Su retrato encantador ? de las faces. Algunos llevan ligeras muescas en sus bordes y en
el centro un rombo grabado. Los botones circulares son descoides
Tu corriente cristalina Muerte es para mí la noche. y tienen un .solo agujero en la faz convexa y dos en la cóncava.
El campo fecunda hermoso, Muerte para mí el día claro, Son los mismos tipos de Calais Wold descritos y figurados por J.
Y tu giro capricho.so Y muerte es el desamparo Evans.
Placer á la vista da : En que me tiene mi bien. El más grande mide 39 milímetros de diámetro. Unos veinte
Tu linfa clara y serena Turbio me parece el cielo ;
absolutamente iguales tienen 8 milímetros de diámetro .se parecen

Sirve á las aves de espejo. Turbia la onda me parece ;


de una manera notable á los botones actuales de nue.stras camisas,
Que se miran al reflejo Turbio el céped, que florece excepto el agujero único de la superficie convexa. Esta .semejanza
De tu luminosa faz. Bajo mi lánguido pie. es enteramente casual, porque los botones indios no eran .sino placas
de adorno. Los agujeros dejados'por el hilo, revelan su u.so. Por
Si tus cristales recoges Ay! del triste, que olvidado la superficie cenvexa existe un desgaste algunas veces completo.
Al abrigo de un remanso. Por una ingrata suspira La faz cóncava está recorrida por dos ranuras laterales, desde los
Para dar algún descanso Y por sus ojos delira agujeros hasta los bordes lo que deja comprender que e.sta faz
;

A tu curso triunfador. Y por su cuerpo gentil. era aplicada de plano sobre la piel. El hilo ligaba los botones entre
Allí te halaga amorosa Mientras ella indiferente. .sí tocándose por su circunferencia. En el espacio que separa las
La vaga, la blanda bri.sa, De su pena no se cura. dos perforaciones, no se ve huella de hilo, porque el ansa abrazaba
Y tu faz tranquila riza Ni de su horrible amargura, la .superficie convexa y los extremos estaban de plano en las ranu-
Con sus suspiros de amor. Ni de su dolor .sin fin. ras de las partes laterales de la faz cóncava. Otras placas rectangu-
lares mu>' alargadas, agujeradas en los bordes, estaban destinadas
Así corres, fuente clara, Maldición en la mujer á losmismos usos.
Entre auríferas arenas. Que turba nuestro sosiego Los indios se adornaban también con caracolillos, y natural-
De tus márgenes amenas Con su niiarada de fuego. mente buscaban los más raros, los que se hallaban en las paí.ses
Delicia á la vez y honor. Con su sonri.sa de amor, más apartados.
Mas ¡ay del bien que di.sfrutas! Y después alegre ríe. No hemos visto más que una
sola concha de tierra perforada
¡A}" de tu correr sereno! Mientras el amante llora. para ser colgada, y como ésta no exi.stía en el conti-
stropliia uva,
Si llega á agitar tu seno Mientras el pecho devora nente, es preciso admitir que había sido traída de alguna de las
Un pen.samiento de amor. En silencio su dolor. antillas. Todas las demás son conchas marinas. La oliva jas-
pidea era frecuentemente empleada en los collares. Entre las que
¡Oh fuente! si no has amado, eran traídas de la costa, las Asúrelas y neritas eran muy e.stimadas,
Huj'e de amor el veneno :
puesto que abundan en las tumbas. Otras, muy raras, colgaban
Triste de tí, si en el .seno aisladamente. Tal como la extremidad de la espira ds un gran es-
Fácil cabida le das ;
trombo, gigas ó acespitrinus. En la superficie de sección se ha
Que, si encuentras por acaso. dejado una hoja regularmente tallada y de relieve. En e.sta placa
Quien á tu amor no responda. .se han practicado cuatro agujeros .separados por distancias de 6, 7

Más vale que turbe tu onda y 8 milímetros. Lns conchas colgadas al cuello por hilos adaptan
El cierzo y el vendaval. su cavidad contra el pecho, sobre el cual la espira sobre.sale á ma-
nera de pezón. Las perforaciones son hechas como con sacabo-
cados.
Lo mismo que el hue.so, las conchas han servido de materia
primitiva para fabricar objetos de ornamentación, porque el arte
del precolombiano no se limitaba á perforar y á pulir. Numerosas
86 ANTOLOGIA GENERAL

esculturas hau venido á revelarnos la destreza de su buril y las agraviada de la edad media, espera solo un campeón que unifique
tendencias de su sentimiento artístico. Este último .se contrae, es su aun militante.
filo.sofía
verdad, á la reproducción de animales que les eran familiares pero Inútil sería buscar en hechos aislados, en cambios parciales,
;

es preciso convenir en que eran copiados con gran fidelidad. las causas de los progresos que admiramos y que no pueden meno.s
Los ornamentos de piedra más simples .son pequeños guijarros que con.secuencias de reformas tan generales como radicales.
.ser
muy duros, pulidos y perforados por una de sus extremidades. La humanidad obedece en sus transformaciones á una misma
Uno de ellos, hecho en greda, es sin duda imitación de un diente ley, á una sola tendencia ;
que se de.sarrolla de dos modos muy
de ciervo. distintos según se la considere en el orden social ó en el intelectual.
Se fabricaban también perlas con las diferentes rocas, así como En el primero, esa inmen.sa fuerza latente, que semejante á la que
cilindros de cuarzo con un canal central. Ellos reproducen la for- traslada en conjunto nuestro .sistema planetario, arrastra las .so-
ma de los huesos de pájaros que hacen parte de los collares de que ciedades hacia su ideal, se hace sentir de tiempo en tiempo
hemos hablado al principio. y en
lugares muy di.stantes bajo la forma de violentas revoluciones, en
Entre las imágenes de los animales que se llevaban pendientes, las que el pueblo .se levanta en masa, y con la impetuosidad que
las de las ranas .son las más comunes. Los indios las reproducían es su triunfo, reivindica de algr'in modo sus derechos.
con gusto y en actitudes varias. En el .segundo, sin ser menos efectivo, el cambio tiene lugar
Al lado de los ornamentos completamente hechos encontramos lenta y progre.sivamente, porque hermano del otro tiene siempre
muchos fragmentos de huesos, de piedras y de materia ebúrnea que colocar.se á su lado después de luchas sangrientas ó triunfos
que nos indican las faces por las cuales pasaba su fabricación. que parecen efímeros, para llevarlo de la mano por el camino que
Largos huesos de aves á los cuales se han quitado las epífisis traza la reflexión é ilumina la inteligencia. Recuérdese la historia
y cuyo canal medular está intacto pequeños cilindros de materia
; de los que, no sólo á cada cambio social de alguna consideración
dura completamente pulidos y todavía no perforados perlas de .se .sucede otro en el espíritu científico, .sino que además, este
; últi-
marfil le fondeadas por un solo lado y por el otro con la forma que mo es siempre proporcional á la importancia y extensión del pri-
tenían al comenzar la labor en el diente, si tal es su origen otras; mero.
cubiertas de pequeñas facetas cuya fusión ulterior habría redon- Prueba irrecusable de lo que dejamos dicho es la Revolución
deado la .superficie de perla, prueban hasta la evidencia que los Francesa de 1793, consecuencia indispensable de la perfectibilidad
indios del lago de Valencia hacían ellos mismos las joyas con que humana. Llegó el día en que una nación señalada por la Provi-
se adornaban. Otros fragmentos mal cortados, han sido abandona- dencia se hizo apóstol del género humano, derramó á torrentes la
dos como inútiles. Por desgracia no hemos encontrado ninguna .sangre de sus hijos, para lavar con ella la ignominia de tres siglos
;
pieza incompletamente agujerada. hacinó montañas de cadáveres, para protestar de.sdesu cima contra
La arcilla era también empleada en la confección de los orna- las hogueras, suplicios y prisiones que amedrentaban el raciocinio;
mentos. De ella se hacían perlas y cilindros análogos á los que se
y proclamó en medio de la admiración universal la autoridad de
:

fabricaban con otras materias. la razón, la igualdad ante la justicia, y la aristocracia de los me-
La obra más singular es una e.specie de medalla de tierra coci- recimientos.
da con cuatro puntos hundidos en la parte cóncava, rodeados de ,

Tan importante conquista no se llevó á cabo sino mediante el


una serie de cavidades dispuestas circularmente. En la faz opuesta
sacrificiode gran número de hombres, dotados unos de genio, los
los mismos detalles aparecen en relieve. La circunferencia está más de talento, pertenecientes á diversas cla.ses sociales, que con-
denotada, y su parte superior está guarnecida de dos agujeros de
quistaron para sí la inmortalidad, dieron gloria á la patria 3' dicha
suspensión.
á .sus semejantes.
No hay duda
de c|ue los ornamentos de tierra cocida eran co-
munes. La pequeñez
necesaria de estas joyas y la fragilidad de la
muy lejos de nuestro propó.sito narrar la tragedia .su-
Pjstá

materia explican que no se hayan podido encontrar en ma^'or nú- blime en que fueron actores, por lo que nos detendremos sólo á
mero. No sucede lo mismo con objetos más voluminosos pues considerar uno de ellos, brillante sol del mundo científico, que in-
.siendo más duraderos por sus dimensiones, se ha podi lo comservar
;
troduciendo en la ciencia la revolución transformaba la sociedad,
una gran cantidad de ellos, como vamos á verlo. hizo de la química una joya de su inteligencia 3' atavío de nue.stro
siglo. Nacido de padres nobles, miembro de la Academia de
ciencias de París á la edad de veinte 3" cinco años, A. L. Lavoisier
echó por tierra la teoría del flogístico, puso fin á la e.speranza secu-

M arcano, \^icente.
lar de la trasmutación de los metales, moralizó la ciencia pre.sen-
tando como locura la tentativa de la piedra filosofal que por tanto
tiempo había di.sfrazado la verdadera aspiración de las ideas espe-
culativas, y por fin, fomentando en la química el método admira-
ble que consiste en la aplicación de la balanza al estudio de todas
La v^iímica auto la Livilizadáii Múdania. las reacciones, abrió un campo inmenso á la inteligencia.
Tantos merecimientos 3" el patriotismo de que dió prueba no
bastaron á hacer olvidar su cuna ilustre, 3^ la vorágine revoluciona-
Si recorremos el áspero camino que la ciencia ha seguido en ria que se alimentó de .sangre del mismo pueblo, después de agota-
su desarrollo durante el presente siglo, y si una vez llegados á la ¡
da la de los nobles, hizo subir al cadal.so á tan grande hombre, 3’ á
eminencia alcanzada dirigimos miradas imparciales hacia los vsatos i

su muerte lo ciñó cou la corona del martirio después de rodearlo


horizontes que se descorren á nuestra vista, fácil nos será asegu- !

durante su vida cou la aureola del Mesías.


rar para el porvenir, progresos inmensos que nada tienen que en- Ultimamente, después de la guerra franco-prusiana, algunos
vidiar á los ya realizados. alemanes han querido cercenar el inmenso pedestal de gratitud
Para trazar el hermo.so cuadro que hoy pre.senta la inteligen- que por un siglo de adelantos en la ciencia, ha levantado la huma-
cia humana en sus diversas manifestaciones, se necesitan fuerzas nidad al eminente químico francés, formulando la idea de que La-
que estamos muy lejos de poseer por lo tanto, queremos limitar-
; voisier no era buen químico, puesto que cometió errores en algunos
nos á delinear un boceto que abarque las principales ciencias que análisis. Tienen razón, Lavoisier no fue químico fue un genio
;

.se rozan más directamente con química, las que bastan á nues-
la que iluminó con los destellos de su talento infinito, los ámbitos del
tro propósito. Por una parte, vemos á la medicina romper los estre- mundo intelectual fue el águila caudal que cerniéndose por sobre
;

chos lazos del empirismo, desprenderse de todo sistema exclusivis- el azul del firmamento, recorrió con .su mirada los conjuntos que
ta dar un va.sto campo á la experiencia razonada fundar .sus
; ;
en variado panorama .se destacaban á su vista, allí mismo donde
diagnó.sticos en lo que .se aprende en la mesa de disección, y .sus aves rastreras á quienes no es dado levantar su vuelo más allá de
pronósticos en la dura cuanto útil enseñanza recibida á la cabece- los objetos arraigados en al suelo, se vieron confundidas en la mez-
ra del enfermo. La cirugía alcanza una precisión envidiable sus : quindad délos detalles.
indicaciones .son .seguras sus pronósticos infalibles sus medios de
; ;
Inmen.sas fueron las con.secuencias que el creador del duali.s-
operación infinitos y obliga al cirujano á no tomar el bisturí sino
; mo irradió en la ciencia, 3' por lo tanto, en la industria 3’ en la ci-
después de muchos años de continua práctica del escalpelo. So- vilización, pues habiendo dotado á la química de una nomenclatu-
bre el grupo anterior derraman abundantes efluvios de luz intensa, ra de acuerdo cou la teoría, le dió una nueva existencia elevándola
la química y la física. La química ha abandonado ya las oscuras á la categoría de ciencia propiamente dicha. Sin embargo, inex-
cárceles de la alquimia se ha engalanado con una filo.sofía propia;
; plicable parecerá la prontitud con que se hizo sentir la reforma
no contenta con adueñarse de los materiales de la creación, quiere llevada á cabo por Lavoisier. —
Por esto no queremos pasar
crear á su vez, y formula ya en el laboratorio su.stancias que pare- adelante sin dirigir una rápida ojeada al estado excepcional del
cían del dominio exclusivo de la misterio.sa fuerza vital brillante
;
país que tiene la gloria de contarlo entre sus hijos. La PTancia,
maripo.sa recién salida de la crisálida, recibe sus alas matizadas, ai.slada entonces del mundo civilizado, combatida por do quiera,
aún húmedas, el vivificante calor del .sol. La física ha participado bloqueados sus puertos del Océano y del Mediterráneo, .se vió pri-
de los adelantos de su hermana gemela, 3’ semejante áuna dama vada de materiales para fabricar armas, pólvora en una palabra
;
VICENTE MARCANO 87

de lodos los elementos que alimentando su industria habitual da- naturales,- extendiendo sus medios de acción más allá de la natura-
ban vida al país y pan al ciudadano: En necesidad tan suprema, leza realizada, dando al hombre un poder ilimitado 3' .siempre cre-
Marte no desdeñó buscar inspiraciones en el templo de Miner\'a, y ciente sobre el mundo material é imprimiendo á sus métodos 3’'

la benigna diosa mostró su omnipotencia haciendo ver lo que de re.sultados una influencia decisiva .sobre el progre.so de la inteli-
ella podía esperarse en co\’untura semejante enseñó á sacar azu-
: gencia humana.
fre de las piritas; sal de nitro, de los muros derruidos 3' caballerizas; Phi 1838,un químico italiano, Piria, preparaba en su labora-
alumbre, de los esquistos piritosos soda, de la sal marina que el
; torio, por medio de reacciones in.spiradas por la teoría, una aldehi-
mar ofrecía con profusión etc, etc. ¡
Coincidencia singuiar en ! da salicílico que resultó ser la esencia de «reina de los prados,)) per-
aquella ocasión como en otra semejante mu}' reciente, los re}’es fume muy apreciado por su agradable suavidad. Algunos años
que habían querido anular por la fuerza la autonomía nacional después, Cahours de.scubrió sintéticamente el éter metil-salicílico
de la Francia republicana, tavieron 111113' luego que adoptar para 3’ lo encontró idéntico á la esencia conocida con el nombre de
sus respectii'os paí.ses las importantes mejoras 3' descubrimientos «Winter green.)) De estos hechos cuyo número podríamos exten-
que el patriotismo había hecho brotar simultáneamente en toda la der considerablemente, .sacó nuu' pronto partido la indu.stria 3’ ho3'
extensión del suelo invadido. .se fabrican artificialmente 3^ á bajo precio muchos aceites esencia-
Fue, pues, aquella .sed de inventos, característica de la crisis les. Así la esencia de peras, empleada para aromatizar dulces, no
aludida, la causa eficiente de los progresos vertiginosos que ha es sino una solución alcohólica de éter amil-acético. La esencia
hecho la química y con ella las ciencias, las artes 3' las industrias. de manzanas se obtiene con el éter amil-valérico, la de piña es
Lanzados los espíritus en una nueva vía de estudios que contras- el éter butírico ordinario, 3' la esencia de almendras amargas se
taba singularmente con las erróneas lucubraciones de la alquimia, reemplaza por la nitro-benzina.
tomó la ciencia el carácter que le convenía en su calidad de ex- Wertheim, preparando el éter alilsulfociánico obtuvo la esen-
perimental. El raciocinio tuvo como siempre una parte inmensa, cia de mostaza,la que tratada á su vez por el potasio ó el sulfuro
pero no trabajaba 3^ sino sujeto á le3'es verificadas por la expe- de este metal, se tranforma en sulfuro de alila que es precisa-
riencia, que era también árbitro de las conclusiones. mente la esencia de ajos. No tardó la farmacia en aprovechar.se
Basta para convencerse de la efectividad de la nueva reforma, de los trabajos de Wertheim, con un nuevo método de aplicación
recordar la discusión sostenida por Bertholet con Proust y Dalton de los sinapismos bajo forma de hojas, lo que ha simplificado tanto
de 1801 á 1808, en la que triunfó la le3^ de las proporciones múl- el empleo del primero de los revulsivos.
tiples opuesta por el último á principios de este siglo. Un año Si nos trasportamos ahora á otro campo de investigaciones,
después, descubre Ga3’— Lussac la importa;ite le3’ sobre las combi- vemos que la acción del cloro sobre el alcohol, e.studiada por Lie-
naciones de los gases, que lleva su nombre 3' que fijó, por decirlo big, da lugar al descubrimiento del cloroformo 3' más después del
así, el número de moléculas contenidas en un volumen dado de va- doral, sustancias que aun no se han encontrado en la naturaleza
por. Poco tiempo tra.scurre y Berzelius, distinguido químico sue- 3' que son para el cirujano una arma preciosa. Treinta años antes
co, completa la teoiía del duali.smo, creando el uso de fórmulas el éter debido á Morton había comenzado ya á prestar grandes ser-
aplicadas á la nomenclatura de Lavoisier, explica la teoría de é.ste vicios como anestésico.
por medio de la hipótesis electro-química y por fin, destruye la El arte del tintorero ha recibido del nuevo método muchos
carrera que inmotivadamente .separaba la química orgánica de la servicios importantes, entre los que puede citarse la producción de
mineral. la alizarina artificial, idéntica con la materia roja que da su valor
La nueva filosofía, cu3'a aurora comenzaba apenas á despuntar, á la garanda y que .se fabrica ya en la industria. Ultimamente,
necesitó datos para ensanchar sus concepciones, 3' como éstas no por la acción de la potasa sobre el doro-cresil-sulfato de potasio se
podían sacarse sino de la experiencia, pobláron.se los laboratorios y ha realizado la síntesis de la orcina, materia colorante de los li-
de ellos surgieron descubrimientos importantes de que muy luégo qúenes.
debían aprovecharse las artes, las ciencias y las industrias. Los La historia de los colores llamados de anilina es fecunda en
químicos necesitaban cuerpos, y fue de sus trabajos analíticos sobre enseñanza de este género. Esta sustancia, retirada antes en pe-
los minerales, jugos de las plantas y sustancias animales de los que queña cantidad del añil 3' del carbón de piedra, era conocida apenas
la medicina, sobre todo, aprovechó de sus adelantos. De.scúbren.se en los laboratorios especiales. Por otra parte, Zinin, tratando la
así, en poco tiempo, el clo)v, el bromo, el iodo, el boro, nitrobenzina por el hidrógeno naciente obtuvo un alcaloide, la feni-
y el silicio,
todos cuerpos simples, 3- de importancia infinita. Aplícase mu3' lamina, cuya identidad con la anilina no fue demostrada sino más
luégo el primero, á la desinfección del aire confinado, 3’ á la desco- tarde por Hoft'mann. Tan brillante éxito en la producción sinté-
loración de las telas, con lo que contrajo la agricultura una deuda tica de un alcaloide, animó á muchos químicos en el propósito de
inmetnsa para con el inmortal Bertholet. Los otros dos ejercieron hacer otro tanto con las ba.ses extraídas del reino vegetal y Parkins,
;

en terapéutica una influencia que han conservado hasta el día. El entre otros, hacía esfuerzos para tran.sformar en quinina un alca-
aluminio se populariza, gracias á los brillantes trabajos de St. loide artificial. Su experimento en lugar de producir quinina in-
Claire Deville, 3' .se hace entre sus manos, el oro de los pobres. colora, engendró uii polvo rojizo. Queriendo explicar tan anóma-
Las investigaciones de Berzelius sobre silicio tienen un eco inmemso lo resultado, e.scogió otra base de comstitucióii más sencilla, es
en las fábricas de vidrio 3' esta importante industria se perfecciona. decir, Ix anilina, y cb'uvo un producto perfectamente negro, el que
El ácido bórico, el agua ga.seo.sa artificial, el blanco de zinc, etc., después de lavado, secado 3' disuelto eu alcohol, dió un magnífico
etc., han servido de ba.se á tantas manufacturas origindas del estu- tinte color de malva. Había de.scubierto una base orgánica llama-
dio de los minerales en el laboratorio 3' cuya enumeración no nos da malveína, que sirvió de punto de partida á una de las industrias
permite hacer el corto espacio que nos hemos trazado. más productivas. Para probarlo, recordemos que data tan sólo de
La química orgánica á su vez, en.señó á conocer el principio 1856 y que en la actualidad hay tanto en Europa como en América,
activo de las plantas, empleadas antes con buen éxito en la medicina inmensas fábricas de.stinadas á producir colores de anilina y que se
3’ que sólo el empirismo había hecho conocer. Estudió.se el jugo conocen con los nombres de magenta, escarlata, azul de Lvon,
coagulado de las papaveráceas que los médicos con el nombre de violado, verde de aldehida, coralina, etc., etc. Según el informe
opio admini.straban como .soporífico 3' para calmar los dolores, que el doctor Hoffmann presentó á la última exhibición de París,
y se
descubren en él la existencia de diez alcaloides y un ácido, diferen- la importación de esta fabricación se elevó para 1862. de o á 10
tes todos entre sí, tanto por su composición como por sus propie- millones de francos, poco más de 400 mil libras esterlinas en 1870,
;
dades. Pelletier y Caventou extraen de la corteza de quina, la la producción alcanzó á 1.250.000 libras esterlinas.
cinconina, 3' la quinina, y de la nuez vómica, la estricnina. Veamos ahora la influencia ejercida sobre otro orden de ideas
Un estudio sobre el té y el café dió por resultado el descubri- por los hechos que rápidamente hemos enumerado. Por una parte,
miento de la teína y de la cafeína, y el de la veratrina y la atropina la autocracia ridicula que servía de base al misterio.so prestigio de
en la cebadilla y la belladona. que .se rodeaban los hombres de ciencia, tuvo que caer y con ella
Imposible .sería tra.scribir siquiera, la li.sta 3^ larguísima de los desaparecieron los galones del ve.stido del profe.sor la organización
:

principios extraídos hasta el día de los vegetales, pues puede decir- de los cuarteles no cuadraba ya en los laboratorios.
se que no hay planta, flor, fruto ó raíz en que no se ba3'a de.scu- Por otra parte, la ingerencia de la química en todos los ramos
bierto algún cuerpo, y sin embargo, faltan tántos por estudiar ! del saber humano, fue cau.sa de que el artista, el artesano, el mé-
Pero mu3' pronto la química cobra un nuevo impulso, de.spués dico, el abogado tuvieran necesidad de conocerla, al menos en sus
de haber estudiado los cuerpos destru3'éndolos, quiere dominarlos partes más e.seuciales y la ciencia, que no era ya el monopolio de
;

formándolos antes de haber agotado los medios de análisis quie-


; unos pocos, recibía en sus brazos cual otra madre amorosa á los
re comprobarlos, generalizándolos por medio déla .síntesis. Los re- que acudían á acoger.se en.su regazo. La experimentación que
sultados alcanzados en esta vía ofrecen una fecundidad extraordi- adquiría cada día mayor importancia, fue causa de que el profesor
naria, pues han demostrado una verdad capital que las fuerzas no emseñara ni fingiera saber más de lo que podía reproducir expe-
:

que rigen la materia orgánica son las mismas á que obedece la rimentalmente. Por e.so la ciem ia ha sido durante todo este siglo
naturaleza mineral. Ue la síntesis ha tomado la química un ca- la compañera in.separable del poder, no para prosternarse ante él,
rácter propio, completamentente de.sconocido á las demás ciencias sino para dirigirle, en el propósito de hacer el bien de la comuni-
88 ANTOLOGIA GENERAL

dad. Napoleón el grande se rodeabe de sabios que estudiasen en


provecho de la Francia los productos naturales de los pueblos que
su genio vencía con el hierro. Tan sólo los tiranuelos detestan la
M artel LarmscáiiT, P*.
verdadera ciencia, pues nece.sitan de la noche de la ignorancia
para encubrir sus planes abyectos y es con ese fin que simulando TOMA DE LAS FLECHERAS
protección eficaz al talento, elevan á rangos inmerecidos á charla-
tanes y nulidades que convierten las aulas en propaganda de oscu-
rantismo, y que ¡)ara disimular su ignorancia hacen pesar .sobre
En el río Apure,
el pueblo abundante carga de irritante de.sprecio. Pero fácil es
prever las coii-stcuencias de este sistema la inteligencia es una
;
— (íLOIU.V de P.fEZ—
fuerza y la fuerza se transforma, pero es imposiWe destruirla;
quien tal cosa intentara logrará sólo concentrarla y mantenerla en
Acerca de la hazaña militar que sirve de asunto al grabado del
equilibro durante esfuerzos crecientes, como un resorte di.spuestoá
presente número, y que es copia fiel de la precio.sa lámina que ins-
destenderse co 1 un ímpetu que es la integración délas potencias
pirara á nuestro celebrado Carmelo Fernández, sobrino del Ilustre
acumuladas, tan pronto como éstas se debiliten ó desaparezcan.
Prócer de la independencia sudamericana general José Antonio
Hoy, la carreña del charlatán es. pues, fugaz y pasajera, empieza
Páez, la toma de las flecheras en el río Apure, la Geografía de
por la impostura, puede seguir por el biene.star, pero termina siem-
Montenegro trae la siguiente explicación
pre por la miseria y el desprecio. La moralización de los estudios, :

esta demccrac'a del profe.sorado, la vulgarización de los conocimien-


«A principios del mes de enero de 1818 en que el general
Páez había vuelto á hostilizar de cerca la plaza de San Fer-
tos .son las grandes palancas del progreso de nuestro siglo y coms- ¡

nando, y recibidas en el 8 las comunicaciones de que se ha dado


tituyen una ba.se de granito para las encumbradas cimas á que '

noticia al folio 279 de.spués de varias escaramuzas y choques de


debe remontarse el del venidero. ;

poca entidad, se propuso tomarla por asalto, y al efecto ordenó que


Sin adelantos en la química, no puede haber en ningún país
bajasen por el Apure dos cañoneras apresadas á los realistas,
un .sólido progreso material ó intelectual, pues ambos se basan en i
y
ocho ó diez embarcaciones más, entre flecheras y canoas que de-
las industrias que la reconocen por punto de partida y las con- ;
bían emboscarse en el caño Biracua, á dos horas de San Fernando,
quistas políticas serán efímeras, .siempre cpie no .se hallen apoyadas
en el bienestar de todos, lo cual se logra únicamente con el desa- y desembarcar á sus inmediaciones en la noche del 14 gente e.sco-
gida y capaz de llenar sus miras, mientras que el grue.so de sus
rrollo gradual y razonado de la riqueza natural, de cinm trabazón
tropas llamaba la atención por otros puntos del recinto pero dos
es único árbitro la ciencia que ha hecho servir á las nece.sidades ;

individuos que se pasaron á los realistas les dieron conocimiento


del lujo, el caucho recogido por indios mi.serables en las .soledades
del proyecto, y antes que pudieran realizarlo aquéllos, fueron ata-
del Amazonas que ha vuelto á .su antiguo vigor terrenos agotados
;
cados tan ine.sperada y vigorosamente, que perdieron todas las em-
por la exuberancia de población, con despojos de aves marinas
barcaciones, salvándose únicamente los que se arrojaron al agua,
que de tiempo inmemorial abatían su vuelo sobre los peñascos ais-
lados del litoral del Perú que ha hecho servir de árbitro de las y desistiendo Páez, por entonces, de llevar adelante su designio, á
;
cotisecuencia de lo que había prevenido BolRar, .sobre que no com-
potencias europeas, las capas de nitrato de .sodio que cubren las
prometiera sus fuerzas hasta su llegada al Apure, y en cuya virtud
vastas pampas del Lacatunga, 5- que ha convertido en riqueza uni-
.se ciñó á mantener el .sitio, destinando en el ínterin varias guerri-
versal, el cúmulo de metales que guarda la grande falla mineraló-
gica de los Andes.
llas á los llanos de Calabozo y San Carlos. A
fin del mismo mes
.se le unió el Libertador con más de 2.000 hombres
El porvenir de la química entre las ciencias es el de la demo- y la resolución
de buscar á Morillo quien enterado en la villa del Pao, y luégo
cracia entre las sociedades, ambas tienen un objeto semejante é ;

en San Jo.sé de Tiznados, de la incorporación de dicha fuerza, y


idéntica aspiración la perfección de la inteligencia y la felicidad
:

temiendo por la suerte de San Fernando, .se dirigió á marchas vio-


del hombre.
lentas hacia Calabozo, confiado en que tendría tiempo para ata-
carlos.
«Acordado entre aquellos dos generales el plan de campaña y
tomadas di.sposiciones para continuar el sitio de la citada plaza,
Marili, Carlos L. puestos en movimients 2.000 hombres de caballería y 1.500 de in-
fanteiía para pasar el Apure y continuar hacia Calabozo é inqui-
;

riendo Bolívar el lugar por donde deberían atravesar aquel cauda-


A MI MADRE loso río, preguntó á Páez por las embarcaciones que tenía preve-
nidas, y su contestación .se redujo á manife.starle, que contaba con
Del tiempo no, que el tiempo no se atreve una cañonera 3’ tres flecheras realistas apostadas en el paso á que
.se encaminaban,
A
empañar con su hálito el .semblante y las cuales ca3'eron efectivamente en su poder,
Donde la luz de la virtud triunfante, á pocos minutos, pues SE arrojó ae agua con el coronel ara-
Osténta.se siquier con brillo leve :
MENDi y 50 hombres escogidos, lanza en mano 3" montados en
caballos al pelo, que sólo dieron lugar á los de las embarcaciones
Fruto son e.sos .signos, e.sa nieve
para hacer una de.scarga 3^ abandonarlas cuando los vieron más
Que circunda tus sienes ondulante. I

próximos esta atrevida y feliz operación se ejecutó á tiro 3" medio


De tus luchas y afán de cada instante :

ó dos de cañón más abajo de la plaza, la cual se hallaba muy for-


Por la dicha filial, que así te mueve.
tificada por su Gobernador el capitán Don José María Quero,
Tal con hermosa claridad de gloria i
quien quedó desde entonces sin comunicación con Morillo luégo :

Con que el .santuario de mi hogar inundas, marchó el ejército con prontitud 3^ se apoderó en el Pa.so de Gar-
Cumplido tu deber, brilla tu historia. ves, del río Guárico, de 25 hombres que componían la avanzada
Mas tu santa misión no está cumplida : con que los españoles cubrían á Calabozo por aquella avenida, 3* de
¡
Te falta aún c[Ufc tu virtud infundas cuyas re.sultas fue sorprendido Morillo en el ii de febrero, á tiem-
En mis hijos también, madre querida ! po que su caballería de húsares 3' una parte del batallón de Cas-
tilla se hallaban en la Misión de Abajo no habiendo podido esca-
;

A MI PADRE pársele, sino en 111113' corto número, los de la segunda arma, 3’ 30 ó


49 de los primeros, pues fueron alanceados, al intentarlo, por la
Nave agotada en
procelo.sos mares caballería de Páez 3' otros jefes, escapando Morillo por casualidad,
Por furia de aquilón eso es tu vida.
:
en la salida que hizo para protegerlos.))
Desde que en pos de libertad perdida. Lo que acaba de leerse explica suficientemente nuestro gra-
Abandonar te vi los patrios lares. bado, 3' aquí levantaríamos la pluma, si antes 110 tuviéramos que
cumplir con un deber sagrado que nue.stra doble condición de pa-
Vuelto á ellos, cargado de pesares.
triota 3' de periodista nos impone. Tráta.se de un hecho muy
Niveo aunque la frente erguida,
el cabello,
principal de nuestra historia, que 0’Lear3' narra de modo diverso
Soña.ste hallar la calma apetecida,
de como lo han de.scrito testigos oculares de él 3' el tiempo lo ha
A sombra y rumor de las palmeras.
la
consagrado, 3' que por tanto es menester que lo dejemos plena-
Sumidodel dolor hoy en el lecho.
mente esclarecido.
Cerca veo tu fin, también sumido Dice 0’Lear3' en el tomo I de sus Memorias, á la página 443,
Yo en pena aguda que me oprime el pecho. lo que en seguida copiamos
Mas consuélame, oh padre -no lo dude.s- !
«Pfl día 5 de febrero por la tarde se puso Bolívar en marcha
FE ver tu larga prole que ha .sabido con el ejército 3- á las diez de la mañana .siguiente hizo alto á la.s
Digna ser de tu estirpe y tus virtudes. I orillas del Apure, en el punto donde recibe las aguas del Apurita
— . —

CARLOS L. MARIN Y P. MARTEL LARRUSCAIN 89

La escuadrilla no había llegado todavía á pesar de sus prevencio- « — El enemigo las tiene,» dijo Páez, mirando los buques rea-
nes y de las órdenes de Páez, ni había á la mano otras embarca- listas.
ciones para el paso de las tropas. Contrariado éste con la tardan- «Adivinó el Libertador el atrevido pensamiento del bizarro
za de la escuadrilla, ofreció al punto remover e.ste obstáculo, y en llanero pero con todo, viendo las cosas sujetas á una maniobra tan
;

efecto, seiralando al coronel Aramendi una lancha cañonera y tres arriesgada, comenzó á lamentar.se de que su plan fraca.saría por la
buques desarmados que los enemigos tenían al lado opuesto del tardanza en conseguir medios para pasar la tropa. Páez entonces,
río, le dio orden de traerlos. Desnudos, lanza en mano y á caballo se arrojó al caudalo.so Apure con Aramendi, bravo sin segundo,
y
en pelo, Aramendi con §0 vHúsa?rs de Apure» se arrojó al agua, se cincuenta lanceros más, que motaban todos caballos en pelo ....
apoderó de los buques en medio del aplauso y adtnlración del ejército Acción e-xtrordinaria que dejó admirado á Bolívar y .sorprendidos
patriota y delfuego nutrido de la lancha, y los condujo á su gcnc 7 'al. y casi muertos de miedo á los e.spañoles. Con todo, éstos .se defen-
El río Apure en frente de San Fernando mide 206 toesas de an- dieron por cuantos medios les .sugería la de.sesperación pero Páez :

cho en el punto donde Arame?idi lo pasó, que está á tres cuartos


;
los de.strozó y les quitó los buques, en los cuales pasó el ejército
de milla distante de dicha plaza, es mayor la anchura. La rapidez que iba á obrar contra Morillo.»
de la corriente, la naturaleza misma del río, plagado de peces da- «Esta es una hazaña digna de eterno elogio que, no ol)stante
ñinos 3' caimanes, realzan el mérito de e.ste atrevido golpe de silencia Torrente como si nada hirbiera pasado.
mado.w «Si él y los SU3-0S la callan no.sotros debemos pregonarla.»
Segiin 0 ’Lear\', no es á Páez sino á Aramendi á quien cabe Todavía más prueba.'-'.

por entero la gloria de la toma de las flecheras en el río Apure y ;


Unautor inglés, que ni el propio Páez recordaba haber cono-
aunque por el cuadro del señor Carmelo Fernández, quien mal po- cido, á pesar de haber aquel militado bajo sus órdenes,
i

y que pre-
día inmortalizar con su lápiz una mentira, y por la descripción que .senció la toma de las flecheras, en .su libro intitulado Recollections :

de dicha acción hemos trascrito de Montenegro, que es una auto- oj a Service oj tluee years during the tvar-of-extermination in the re-
ridad muy imparcial por haber militado con los españoles, pudié- publics of Venezuela and Colombia, edición de Londres, de 1828
ramos dejar comprobado el error en que O’Leary ha quizá invo- trae lo siguiente :

luntariamente incurrido, al ocuparse en el asunto de que tratamos, «S. PL (El Libertador) le el mundo entero por
dijo : «daría
queremos y debemos ocurrir á otras fuentes á beber la verdad de apoderarme de la e.scuadrilla porque sin ella no puedo
e.spañola,
los hechos, para dejar demostrado, por modo incontestable, cómo cruzar el río 3^ las tropas no pueden marchar.» «Dentro de una
es al Aquiles de nuestras pampas 3’ exclusivamente á él á quien hora será de msted,» replicó Páez. «Impo.sible dijo Bolívar,
y la !

pertenece aquella gloria, porque fue su cerebro el creador de tan gente debe perecer.» «De mi cuenta corre,» dijo Páez, y se alejó
atrevido y arriesgado pensamiento, 3’ por haber sido él el primero á galope. A
los pocos minutos volvió trayendo su guardia de ho-
en ponerlo en práctica, arrojándose, en un arranque de locura pa- nor, compuesta de trescientos lanceros, escogidos entre los princi-
triótica, á las torrentosas aguas del Apure, para arrebatar á los pales por .su ya experimentado valor y fuerza, y llevándolos á la
realistas las embarcaciones en que pasó el ejército patriota que orilla del río les dijo e.stas breves palabras «Debemos apoderarnos :

debía atacar á Morillo en Calabozo. de esas flecheras ó morir. Sigan á .su Tío (*) los que quieran.»
Sean los primeros historiadores patrios á quienes acudimos en Al mismo tiempo, picando espuelas á su caballo, SE lanzó con ée
solicitud de pruebas para dejar en su puésto la verdad, en el a.sunto AL RÍO Y LE HIZO NADAR EN DIRECCIÓN k LA ESCUADRILLA.
que nos ocupa, los señores Baralt3' Díaz, cuya autoridad histórica, Siguióle la guardia con las lanzas en la boca, nadando con un bra-
de todos reconocida 3' acatada, nos merece entera fe. zo 3- acariciándolos á nadar contra la corriente, y dando voces para
Veamos que traen ellos en el tomo ahuyentar la multitud de caimanes que había en el río. Llegaron
lo II de su Historia de Vc-
nezuela, á las páginas 332 así á los botes, y montando los caballos .se lanzaron de sus lomos á
y 333 :

bordo de aquéllos, guiados por su Jefe, y con gran admiración


«Las grandes operaciones militares de e.ste año (1818), empeza- de los que ob.servaban desde la orilla del río, .se apoderaron de to-
ron por un infructuoso que intentó Páez contra San P'ernan-
a.salto
do, de.spués de lo cual, siguiendo las instrucciones que Bolívar le
das las flecheras. A oficiales ingleses parecerá inconcebible que
había comunicado, se ciñó á mantener el sitio, 3- á enviar algunas
un cuerpo de caliallería. sin más armas que las lanzas, ni otro me-
dio de transporte que el caballo en la rápida corriente de un río,
guerrillas exploradoras á las llanuras de Calabozo 3' de San Car-
ataque y tome una escuadrilla de cañoneras, en medio de una mul-
los. A
fines de enero .se le unió el Libertador con más de 2.000
titud de caimanes: pero por extraño que parezca el hecho, es cierto,
hombres de excelentes tropas organizadas en Gua3’ana 3’ mandadas
por los más distinguidos jefes 3' oficiales de la República. y exi.sten hoy muchos oficiales en Inglaterra que pueden dar testi-
monio de él.»
«Por consecuencia de ésto, el ejército republicano disponible Quizá sea uno de e.sos oficiales á ,que alude el autor que cita-
para la campaña ascendió á 1.503 infantes
y 2.500 jinetes aguerri- mos, el otro militar inglés, testigo de la guerra de los Llanos
dos, siendo mucha parte de los últimos pertenecientes á la famosa y
autor de la obra en tres volúmenes publicada en 1831 con el título
caballería de Apure que Páez había acostumbrado á la victoria.
Campaigns and cruises in Venezuela and Neiu Granada, etc.,
Poco tardó Bolívar en ponerse en marcha hacia Calabozo 3’ de etc., de 1817 á 1830, y quien, después de hablar de todas las aven-
;

hecho, dejadas algunas tropas para continuar el sitio de San Fer- turas de Páez, refiriéndose á una de ellas pinta así la perplejidad
nando, y pasado el Apure en embarcaciones tomadas á los enemi- en que e.ste jefe ponía á los españoles cuando le tenían de frente,
gos por Páez y Aramendi con 25 lanceros y otros tantos carabine- pues á cada instante temían una inesperada é inconcebible hazaña
ros, se acercó á pa.so largo hacia Calabozo, presentándose delante
de este hombre extraordinario :
de la plaza el 12 de febrero. Gracias á la celeridad con que su !
« . intense curiosity and perhaps a feeling of respect for
. . .

rnarcha había sido ejecutada, hasta entonces no tuvo Morillo noti- '

his cool and determined bearing, rivetting their attention to the


cia alguna de la operación é intentos de .sus enemigos.))
motion of this extraordinary man.»
Larrazábal, cu3'a palabra en este particular reviste una autori- El mi.smo Páez dice en su Autobiografía, á las páginas 175 y
dad insospechable de parcialidad, dice á las páginas 514 y 515 de 176, lo que va á leerse :

su Vida de Bolívar, lo que va á leerse «Impaciente Bolívar por comenzar la campaña, e.stuvo tres ó cua-
:
y
«Lo de pre.sentarse el Libertador repentinamente ^n Calabozo, tro días en San Juan de Payara, meditando de qué manera pasaría
lo cuenta el historiógrafo realista, (Torrente, mal juez para juzgar el río de Apure con el ejército, no teniendo embarcaciones con qué
de los hechos del Libertador) tan por encima, que parece un he- hacerlo, y estando las del enemigo guardando el único lugar por

cho cualquiera .... No es así. Fsa aparición en Calabozo tuvo
sus ribetes y circunstancias que la hacen memorable.
donde podíamos pa.sarlo sin riesgo del cañón de la plaza. En gran
incertidumbre .se hallaba por no encontrar el medio de allanar
«San Fernando estaba dominado por los realistas allí estaba ;
aquel obstáculo, mientras yo le animaba á que .se pusiera en mar-
Quero con 600 hombres que .se .sostuvieron denodadamente. El cha, a.segurándole que le daría las embarcaciones necesarias. Ivl
Libertador no cpiería dar asalto á San Fernando, porque .su intento me preguntaba: pero hombre ¿ dónde las tiene usted ?
era caer sobre Morillo en Calabozo y pulverizarlo. Páez apo3’ó «Yo le contesté que las había en el paso del río para oponér-
este plan é indicó el paso del Diamatite para atrave.sar el río. Bo- senos.
lívar lo de.spachó delante y le previno que tuvie.se listas embarca- «— ¿ Y de qué manera podemos apoderarnos de ellas ?
cionp .suficientes para pasar con prontitud el ejército. Llegando « Con caballería.
el Libertador al paso designado, no halló barca alguna, pues sólo
se veían á la parte opuesta una cañonera, tres flecheras
«
¿ Dónde está esa caballería de agua ? me preguntó — él,

y varias porque con la de tierra no puede hacerse tal milagro.


canoas enemigas. «Al fin re.solvió marchar y acercarse al río, no con la esperan-
" —
General Páez, dijo Bolívar con manifie.sta inquietud, ¿cuá- za de que la operación prometida .se efectuase, sino para resolver
les .son los buques que usted tiene prevenidos ? qué partido tomaría. Una milla antes de llegar al río se le su-

Señor, repu-so Páez, cuento con una cañonera, tres fleche- que hiciera alto con el ejército para .-^acar de
plicó él la gente con
ras 3’ varias canoas en las que 111113- bien puede pasar la tropa.
«
— ¿ Dónde están ?
(*) Nombre ([ue daban los llaneros á Páez.
90 ANTOLOGIA GENERAL

que íbamos á tomar las ianclms enemigas, y todavía le parecía


que todo aquello era un sueño ó i;na broma sin embargo, accedió
;
M!ax"tíiiez, Domiiig-o
á mis deseos. Sólo cincuenta hombres se tomaron de la guardia
de caballería, 3" con ellos llegamos al río, con las cinchas .sueltas y
las guruperas quitadas para rodar las sillas al suelo .sin necesidad A HEREDIA
de apearnos del caballo. Así .se efectuó cayendo todos juntos al
agua, y fue tal el pasmo que causó al enemigo aquella operación
inesperada, que no hizo más c¡ue algunos drsparos de cañón, y en
seguida la mayor parte de su gente .se arrojó al agua. I,a misma Musa precoz, espíritu de fuego
partida de caballería corrió á ponerse al frente de la plaza para im- Que cruzas con el viento y con las nubes.
pedir que .se diera parte al general Morillo, el cual .se hallaba en Que habitas la mansión de los querubes
Calabozo. —
Catorce embarcaciones apresamos entre armadas y Y aquí retruenas con el ronco mar :

desarmadas. Asombrado Bolívar, dijo c|ue si él mismo no hubie- Genio de libertad, víctima infausta

ra pre.senciado aquel hecho, nadie habría podido hacénselo creer.


Del corazón y de la suerte impía :

Por último, Arístides Rojas, autoridad de gran fuerza, puesto Heredia Heredia
! escucha la voz mía
! . . . .

que nadie como él .se ha esforzado tanto en remover el sarcófago de Que alza á tu nombre lúgubre cantar.
nue.stra historia para con recto criterio desvanecer errores y .sacar á
la luz de nuestros días la verdad de los hechos, en su Leyenda His- Primer vate de América divina.
ióí'ica sobre Aramendi, recientemente publicada, trae á cuenta la
De Cuba hermosa el pintore.sco cielo
toma de las flecheras, y con aquella difícil facilidad y aquel brillan- Cual matizado y trasparente velo
te decir que son propios de los hombres versados en los asuntos de Sobre tu cuna fúlgido flotó :

que tratan 3^ de los que sienten arder dentro del pecho el sacro El astro protector de un continente
amor de la patria y respetan sus glorias, consigna lo que á conti- Su fuego tropical vertió en tu pecho.
nuación trascribimos :
Te dió su aliento el huracán deshecho
«... Ha llegado el momento en que Páez, escogiendo cin- Y el mar tus ilusiones arrulló.
cuenta de sus centauros 3^ á la cabeza de éstos Aramendi, va á dar
cima á una empresa desconocida. Ya las monturas han rodado
por tierra sin que los jinetes hayan tenido que apearse de los ca- Hijo de la borrasca, en la tormenta
ballos y sólo .se aguarda la orden de Páez, cuando éste dice á sus Entre el furor del piélago marino
compañeros : —
«Debemos apoderarnos de esas flecheras ó morir. El rayo de tu fúnebre destino
Sigan á su 77í?.» Al instante salen del monte jinetes y caballos 3^ Al soplo de los vientos se apagó.
se lanzan al río y nadan en dirección de la escuadrilla e.spañola. ¡
Destino singular tu ardiente numen
!

«Al ver la velocidad con la cual Páez se lanza al agua, Bolí- Brotó á orillas del líquido elemento,
var, que desde la orilla asistía á todos los preparativos de la em- Y al exhalar tu generoso aliento
presa, .sin poder darse cuenta de si era realidad ó .sueño lo que pa- En su seno terrífico te abrió.
saba, exclama, dirigiéndose á Páez: —
«Usted es un loco, usted es
un loco.»— Y abriendo los ojos y fijando toda su atención ob.serva
cómo los llaneros llevaban las lanzas en la boca, nadaban con un Padre fue de tu genio prepotente.
brazo, mientras que con la mano que .sostenía la rienda, acaricia-
,

El te inspiró tus fáciles cantares,

ban los cuellos de los corceles, animándoles á vencer la corriente, Y en la extensión inmensa de los mares
al mismo tiempo que, según el relato de un inglés testigo de este
Ecos mil dió á tu voz de tempestad :

suceso, ahuyentaban con gritos la muchedumbre de caimanes que


,

A él te lanzó la suerte 3" en .sus brazos ;

poblaban las aguas. Bolívar e.scucha el disparo de los cañones es-


|

Al oprimir tu pecho agonizante.


pañoles, ve levantarse las e.spirales de humo y dispersarse los niari-
Lloró un hijo la patria sollozante,
nos de la escuadrilla, en el momento en que los centauros conduci-
i

Y un astro la doliente libertad.


dos por Páez, desde el anca de los caballos, brincan á bordo de las
flecheras. Antes de llegar, Aramendi que seguía á Páez, dice á |
Tal es
la alta misión, el fin augu.sto
éste, en el momento de acercarse á la primera embarcación Que señalan los cielos al poeta

:
;

« Mi General, si usted pone la mano sobre la flechera primero Apóstol de su fe, valiente atleta
que yo, se la corto. Contra la .servidumdre y la opresión
—A
« te pertenece esta gloria— contesta Páez.
tí —Ninguno Y si en la lucha perecer le toca
;

más meritorio que tú. Víctima de .su instinto soberano,


«Y Aramendi parándose sobre el anca de su caballo, se aga- ¿ Qué .sepulcro mejor que el océano.
rra del borde de la flechera 3^ brinca. El capricho de Aramendi Ese gigante 3’ colosal panteón ?
estaba satisfecho. Bien podía concedérselo quien era el autor de
aquel pensamiento que al realizarse deja atónito á Bolívar 3- causó
e.spanto á Morillo.» El mar Imagen triste y funeraria
!

De propósito hemos dejado la cita de Rojas para sellar esta De tu agitada 3- borrascosa vida.
réplica á O’Leary, pues además de hallarse suficientemente ilus- Terrible cual tu estrella maldecida.
trada su palabra por los ricos archivos de que está en po.sesión, Inmenso, libre, cual tu genio audaz :

como de todos es sabido, tuvo la suerte de tratar á casi todos los li- Te dió en su inmensidad lecho profundo
bertadores que sobrevivieron á Bolívar, 3" de oír de sus propios la- Cual tu sublime 3’ postrimer suspiro ;

bios la narración verídica de los hechos más .señalados de nuestra Y sobre ese magnífico zafiro
historia, en los cuales fueron ellos actores. Como á Montilla, á Su vuelo alzó tu espíritu fugaz.
Carreño, á Gómez, á Paredes, á Arisinendi, á Urdaneta, á Mariño
3’ muchos otros, trató también íntimamente á Páez, 3^ cuando él
describe, como se ha visto, la toma de las flecheras en el Apure, es ¿ A dónde, á dónde fué ? Su dulce lira

.seguro que así lo oyó de boca del héroe de esta hazaña. ¿ En dónde pulsa con celeste encanto?
Quede, pues, Páez, el que de propósito deliberado, según la í En qué mansión .su .sonoroso canto
expresión de Bolívar, con sorpresa de los republicanos y pasmo de Entona con acento angelical?
¿ En qué cielo de gloria y poesía
¡

los españoles realizó la memorable acción de las Que.seras del


Medio que obtuvo del Libertador en el mismo campo de Ca-
el
A nuestra vista mí.sera .se esconde?
;

rabobo el grado de General en Jefe por haber, si no dispuesto esta


'

¿ Dónde
eleva .su cántico ? Re.sponde,
Di.sipa, Heredia, este dudar fatal.
batalla, sí decidido en ella el triunfo de las armas republicanas
;

gozando en el Panteón de nuestros inmortales, de la legítima glo-


ria que le pertenece de haber sido el que concibió
y llevó á cabo la í

¿ Es acaso tu ^'oz triste 3- profunda.


toma de las flecheras en el Apure hazaña sorprendente, digna del
; Flébil como la voz del desgraciado.
héroe que en la magna lucha de nue.stra emancip.ación de España, El sollozo que el viento arrebatado
figura al lado de los mejores de nuestros libertadores, pues pode- Lanza en la tarde en gemebundo .són :

rosamente contribuyó, en los campos de batalla, con su potente é i


O acento fatídico, doliente.
el
invencible lanza, á darnos este pedazo de tierra .santa que llania- Que suspiran las brisas de la noche
mos Patria y el invaluable tesoro que hoy disfrutamos y que de- :
Cuando ella avanza en su esplendente coche
cimos Independencia y Libertad !
Llena de inajc.stad 3- de ilusión ?
— :! ;

D. N. MARTINEZ, ANDRES A. MATA Y E. MENDEZ Y MENDOZA 91

Tu voz es la del mar, que eu blanda calma Mientras en la revuelta podredumbre


Un suspiro nos miente de ternura, El tigre ruge, y al rugir husmea.
Y un clamor doloroso de amargura El águila caudal sobre la cumbre
Cuando agita sus ondas aquilón : Del vigor de sus remos alardea.
El es tu perdurable monumento.
Da á tu genio inmortal inmenso trono ;

Y en la noche en lastimero tono


allá Jamás hué.sped del jaral pretenda
el
Lanzas tu melancólica canción. Al águila vencer en la contienda
Y de la cumbre hacerse soberano ;

Que su.spendido por el cuello hirsuto.


A
tu voz calma el mar su movimiento, Bañado en sangre el indomable bruto,
Ysus ninfas, delfines y sirenas De.sde la altura rodará al pantano !

De sus grutas recónditas y amenas


Salen tu canto celestial á oír :

Entonces tú, cual numen inspirado


Que ava.salla los vientos y los mares.
Haces con tus magníficos cantares
Ondas, auras y sílfides gemir.
Méndez y Mendoza, Engenio.
Yo también suspiré cuando tu canto
Resonó en los desiertos de mi alma
Como un gemido de la noche en calma.
La mierte fle "'El lá,^ dipo peral de ColomWa/’ n
Como un ay que desgarra el corazón.
!

Euiste cual yo infeliz, cual yo naciste


Romance kívlo por su autor la noche del 3 de febrero de 13^5 en el
En el mágico Edén americano ;
Teatro Municipal.
Acoge mi cantar tú eres mi hermano
: :

Nuestros dolores semejantes son.

Viajero el de frente altiva. Diciendo «Morillo .... acá.»


:

El de sereno mirar. Y con acento que escucha


El de la voz dulce y queda. Sólo el pérfido oficial.
Mata, .A^ndnés yV. El de aire noble y marcial Orden dicta que no quema
¿ Por qué, doliente, su.spiras ? La lengua vil al brotar.
¿ Por qué tu priesa y afán ? Ni rompe el infame oído
Ten el paso. De aquel que á cumplirla irá.
IDEAL —No ! «A Berruecos,» clama al prrnto,
Contesta, — «A Berruecos sin parar;»
Temerario, á dónde vas ?
¿ «Gran reserva, mano firme,
En elfino cristal de Bohemia ¿ Qué te aguarda de la rota —
«Listo el ojo.» «De.sciridad.»
Sonríe el champagne, En el extremo ? — El súbdito dice «debe —
Y quien lleva á los labios la copa — El hogar «Sin demora encomendar
De fino cri.stal — Mira cuál furente ruge «El alma á Dios, de Colombia
En que hierve y retoza la e.spuma Por norte el huracán.
el «El más digno general.»
Del rubio champagne. Cómo al sur el raj’o envía
Es hidalgo de nueva prosapia Que ha de herirte siu piedad.
Que viste de frac, No avances, la brida vuelve.
Y mantiene una hermosa gardenia Esquiva el rie.sgo.
Prendida al ojal. —J amás !
Mirad allí : duro el ceño
— Contempla la envidia junta Siniestra, torva la faz,
Con la traición criminal: Erazo apirra la copa
Del color de sangre del tigre
la
Con
Entrambas arteras forjan qrre le brinda cordial
Qite lleva irn puñal Aquel cuyo noble pecho
Proditorio, negro plan.
Enterrado en el tórax, y lucha. No conoce falsedad.
Contrario á tu empeño mira
Ya pronto á espirar. Todo en redor es que ya ¿Por qué de Obando al amigo
Por sacarse del pecho la hoja ;

Vese Con qué infernal


Ventaja en la rota llevan allí ? ¿
Del largo puñal. Intento sigue dócil
Los men.sajeros del mal. le
De e.se bruno color es el vino No es tarde aún, no prosigas, Compañero montaraz?
Que bebe en su hogar ;

'

Tuerce el rumbo en Popayán :


¿Qué discurren ? ¿De do vienen ?
El obrero jadeante, en vasija Qué
No pierda de Colombia
.se ¿ se dieron á tratar
De tosco metal.
El más digno general En cautelo.sa entrevista
!

Con el pérfido oficial ?


¿ Por qué entríimbos. cuando negra
Cuando .sean iguales las copas Se torna la inmensidad.
Y un vino no más Empeño vano no escucha :
Parten mudos y de prisa
El que beban el hombre de blusa Razón ni ruego no da ; De do en vela ha de pasar
Y el hombre de frac. Su afán al cuerpo reposo. Noche inquieta, de Colombia
Cuando sean iguales las copas Ni al bridón sumi.sopaz; El mas digno general ?
Y un vino no más. No le importa que arme diestras
Ah, qué triunfo será para el mundo Contra su pecho leal
Poderse embriagar Vil encono fuerte egida
:

Con el nuevo licor que resulte Sus dos númenes serán :

Del bruno mezclado Viajero, el de frente altiva,.


El de .su nombre .... la gloria ,

'El de sereno mirar.


¡

Con rubio champagne ! El de su dicha ... el hogar!


El de la voz dulce y queda.
¡

El de aire noble y marcial :

SIMBOLO No pises la selva oscura


Ya el mensaje le precede. De Berruecos, vuelve atrás ;

Que á Pasto de prisa va Que .se oye romper de breñas


;

Abajo, .sangre corrompida, cieno. V''a de Obando .se dibuja Y misteriosa señal
Atmósfera preñada de veneno. La .sonrisa de Satán De armas viles que se montan
Montón de horruras que la .senda obstruye; En los labios quefse mueven Sordo y lento rechinar.
Y arriba, alturas donde el viento brama.
El sol su regia claridad derrama
Y entre peñascos el torrente fluye. Asi llamó liolivar á Sucre en ocasión solemne.
92 ANTOLOGIA GENliRAL

Baja la frente la vista Que del rayo vibra al par ?


Vagarosa, turbia
;

;
asaz ¿Quiénes son los que, medrosos.
;!
IVIeiTcloza, Ci^istólQal.
Triste y pálido silente,
;
Corren y huyen y no dan
'

Paulatino el cabalgar, El presto socorro al mísero


Va por senda agreste y lóbrega Que tendido en tierra e.stá ? VICISITUDES
De Ayacucho el Mariscal ; ¿ Cuya es esa sangre hirviente
Fijo acaso el pensamiento Que enrojece el lodazal ? SONETO
Dejos, muy lejos, quizás ¿ Por qué va despavorido
En la amada y bella esposa Sin gánete el alazán ?
Patria, familia, amor dulces encantos
i

De sus recuerdos imán. !

Religión de las almas generosas


En la dulce y tierna hija, i
Hora infausta
negro día ! . . . ¡ !
Del jardín de la vida frescas rosas.
!

Luz hermosa hogar


del ! Maldición! mirad. .mirad,
i
. . . .
Bálsamo del mortal en sus quebrantos
Mas, ¿qué rayo alumbra súbito i
Muerto! muerto. de Colombia
. . .
!

La imponente oscuridad, El más diguo general.


Y trueno estalla improviso Mis delicias de ayer son otros tantos
Torcedores y e.spinas dolorosas :

Doradas horas, plácidas, hermosas.


CELAJE Agora sois la fuente de mis llantos !

De mi pensil secáronse las ñores. . .

Una nube vagaba por el cielo, ¿Qué resta oh Dios al corazón amante
¡
!

Y un alma triste por el mundo erraba ;


De patrios lares y amistad y amores ?
Ra}'0 de sol hirió la blanca nube,
Y el de unos ojos penetró en el alma ;
— La gente mía perseguida, errante,
Brilló en el manto de la nube el iris
Y en el alma doliente la esperanza — Un eden que asaltaran malhechores,
Sopló el viento en los aires, y en la tierra.
; — Mi bien perdido en túmulo distante.
De las penas el ábrego con saña ;

La nube en blancas perlas se deshizo,


Y el alma triste se deshizo en lágrimas.
MI ROSAL

V dudo si en sus lágrimas la aurora

Mustia tu nacimiento ó muerte llora.

Méndez hijo, JnaiT de Dio? Rioja.


Cual suele entre mil bellas.
De un festín al recinto congregadas.
Erguir alguna de ellas
LA LOCOMOTORA El talle esbelto, airoso ;

Y en forma.s y atractivos eclipsadES


Dejar las mil que en cerco numeroso
En torno de ella e.stán así el fiorido
;

Apróntase á partir ;
re.side en ella Rosal que te embelesa en su hermosura,
La enérgica potencia de la vida, Flavinio amado, en mi pensil descuella
Y va á dejarla, cual fecunda huella. Y ostenta su riqueza su frescura.
}'•

Por extensas comarcas difundida. Orgullo del vergel y prez de Flora


Es mi rosal querido.
Embalsamado aliento al pecho lleva,
Cual inquieto corcel, la dura e.spera
Revela con intensos resoplidos
A la par que los ojos enamora
Hasta lograr que á la veloz carrera
Su abundante cosecha 5^ olorosa,
La abandonen los frenos descogidos.
Y cuantos la contemplan .son rivales
Del céfiro, la abeja y mariposa.
Gloríese en buen hora
Suena de la campana el golpe lento ; Pesto de sus rosales.
De la presión inmensa que padece. En buen hora celébrelos la fama.
Fugitivo el vapor, .silba violento Que Flora es mi rosal lo que más ama.
Y los ecos distantes estremece.

Ni, por sus rosas afamada, Pesto,


En eltambor que lo aprisiona
férreo Ni los de Idalia bo.sques encantados
Precipitado el émbolo golpea, Vieron jamás su igual. Hijo de Febo,
Y en los tranquilos aires abandona Dan á la aurora envidia sus colores
Sus vellones la negra chimenea. Y el alba, rico llanto aljofarado.
Más que virtió sobre las otras ñores.
Sobre las fieles paralelas guía Sobre el rosal derrama bienhadado.
Sus móviles salones, donde lleva
La turba que á sus alas se confía Contempla, amigo, admira
Y en los breves descansos se renueva. Sus variados primores.
Su simétrica forma y hora mira
:

Y cruza con rapidez extraña


así, Cuán bullicio.so céfiro 5’ lascivo
Que dióle adrede el pensamiento mismo. Su follaje conmueve,
Por estrecho taladro la montaña. Y en rósea lluvia caen
Por leve puente el anchuroso abismo. Deshechas, deshojadas.
Cabe el paterno tronco de.sparcidas.
Las que en su pompa ayer miró la aurora,
De igual modo me digo la esperanza — — Flores hoy fallecidas.
De pimpollos .sin cuento engalanada
Nos lleva por la vida en raudo vuelo ;

PAliz aquel que á comprender alcanza Luce esta aquí como á una joven madre
;

Que la estación final. está en el cielo . . !


Precozmente fecunda.
Crecida infante prole la circunda,
A//Í íiH ramo desmaya al dulce peso
De su fragayite carga ;
Acá y allá revuela.
;

JUAN DE D. MENDEZ, HIJO Y CRISTOBAL Y CARLOS MENDOZA 93

O quédase en estático embeleso Y con ellas auméntase el estrago.


Sobre una ñor en delicioso beso, Crece el terror, la lluvia se desata,
El voluptuoso colibrí esmaltan Y sus alas frenética dilata
El oro y la esmeralda y el zafiro Henchida de furor la tempestad.
Y vive siempre en sus amores preso. A su contacto la elevada cumbre
A Julia y á Cefisa, Retiembla, conmovida el ancha base,
Mis dos tiernas hermanas, que en su falda Y en débiles aristas se deshace
Echando van las ñores Robusta encina de remota edad.
Para dellas tejerse una guirnalda,
Contempla ahora. Escucha la contienda La que del monte al valle de.scendía
Que entre ellas se su.scita ;
En suelto aljófar, cristalina fuente,
Aquel vistoso ramo Y límpida llevaba en su corriente
En una y otra excita Arenas de oro y perfumada flor,
De llevarlo vivísimo deseo ;
Ya raudal impetuoso airada baja.
Y cada cual en su fa\'or alega
En sus revueltas aguas arra.strando
El afán, el esmero Troncos y peñas, y tras sí dejando
Con que el rosal cultiva agradecido.
Espanto y luto, ruinas 5’ dolor.

Inocentes ! Oh siempre, siempre el hado Fatigadas las aves y medrosas


Ansiedad más penosa En vano bu.scan el amado nido,
De vuestras almas cándidas aparte, Y en oscura caverna, el león temido
Y amantes de las ñores Se agita y ruge de temor también ;

Jamás probéis ingratos sinsabores !

Crece tempestad y todo anuncia


la ;

Que el orbe de sus ejes se de.squicia;


Flavinio, ¡
quién me diera Teme el mortal del cielo la justicia,
La magia mas no, que en vano
del pincel ! . . Y humilde inclina la soberbia sien.
Hechizo tanto trasladar al lienzo
Intentara tenaz, y me perdiera Massúbito en las brumas re.splandecen
Tras uno y otro repetido ensayo :

Del bellísimos colores.


iris los
Y del arte al desmayo, Aplaca la tormenta sus furores.
Desfallecido al fin me sometiera.
El trueno calla, el huracán pasó,
i
Signo feliz de paz 5' de ventura.
Objeto de cuidados celestiales, El hombre agradecido te adorara.
Rosal favorecido entre rosales : Si no fueras el lampo que dejara
Acariciado de las ninfas, vive El ángel que sus males conjuró !

Para delicia eterna de mi alma


En el eterno abril de nuestro clima. Que de Dios hijo, y como Dios clemente.
Dignísimo argumento La e.speranza reparte y el con.suelo :

De la musa de Rioja, en dulce rima El éter cruza, y en su raudo vuelo


El debiera cantarte acepta empero Aroma
;
y luces de.sparciendo va.
Este mi humilde canto Las nubes á .su aspecto se disipan.
Que el labio ensaya á tu primor y encanto. El sol fulgura su radiante lumbre,
Y desde el valle á la enriscada cumbre
Y tú, Flavinio amado. Himnos y hosannas se levantan ya.
Que en lazo estrecho, amigo
De consuno conmigo Otras hay en la vida crueles horas
El culto de lo bello y verdadero De borrascas también y de tormentos ;

Profesas, ven y con el alma ansiosa


No chocan entre .sí los elementos.
Goza conmigo de la planta hermosa. No .se encrespa con furia el hondo mar.
Ni enturbia sus cristales la corriente.
Ni el bruto gime, ni las aves callan.
Ni los truenos terríficos e.stallan
Ni .se mira el relámpago cruzar
Mendoza, Carlos. ;

Nada turba del mundo la armonía.


Todo respira en derredor la calma
TEMPESTAD Y CALMA Pero de penas agobiada el alma
;

En vano las intenta combatir :

Que del dolor la maldecida garra


A*** Lenta destroza el anheloso pecho,
A.
Y el corazón en lágrimas deshecho
Se siente fatigado consumir.

Todo es agitación del sol luciente ; A.sí al embate de la suerte impía


Perdió la brillantez el alto cielo, Phi mi seno los males se en.sañaron.
Y su inmensa extensión obscuro velo Mis ensueños de gloria disiparon,
De pardas nubes cubre por doquier. Y la ilu.sión con su delirio huyó :

Que rápidas girando en el espacio Sin patria, sin salud, letal tristeza
Al encontrado empuje de los vientos. Me oprime el corazón, me arranca el llanto.
Se chocan y se inflaman, y violentos Que tras las sombras de su negro manto
Van los rayos el mundo á conmover. El sol de mi esperanza .se ocultó.

Sañudo el mar rebrama enfurecido. Se ocultó ¿ Pero nunca ante mis ojos
¡ !

Romper queriendo su fatal barrera, Relucirán del iris los colores ?


Y la mansión del hombre toda entera ¿ Calmará la tormenta sus furores
En sus antros profundos sepultar Al conjuro de un ángel bienhechor?
Mas vano encuentra el temerario empeño, j
Sábelo Dios. Su poderosa diestra
. . !

Y sus ondas convierte en alba espuma. Mueva en mi amparo al fúlgido querube,


Que evaporada luégo, en densa bruma. Y al disiparse la cargada nube.
Levántase, las nubes á aumentar. Acallaré mi lira de dolor.
94 ANTOLOGIA GENERAL

Y á su flébil, tristísima armonía, laindependencia de las opinione.s. Los que ahogan este senti-
Arrancada al compás de crudas penas, miento .se dejan llevar á situaciones
Notas mil seguirán de fuego llenas.
muy tristes, en cambio de al-
gunas ventajas transitorias ó aparentes. El hombre que desdeñan-
En fácil y poético raudal, do su albedrío y olvidando su propia dignidad, se somete á los
A la aurora primera que ilumine dictámenes de otro, movido por el temor, merece un epíteto
De mi existencia el porvenir sombrío. que
afrenta en todas las lenguas conocidas; movido por el interés,
Mil himnos dando con ingente brío hace
un comercio ignominio.so. Entonces la degradación es doble: la
Al ángel que disipe tanto mal. del que vende .su conciencia la del que compra un alma. :

La libertad política, aspiración permanente de las almas hon-


radas, tan ardientemente invocada por los grandes oradores
3’ poe-
tas, sena un mito sin la independencia de los
caracteres, que
Mendoza, doctor Cristóbal L. dimana del sentimiento de la dignidad personal porque faltando
éste no hay ciudadanos, sino siervos de la peor especie, esto es,
sier-
;

vos voluntarios, que forjan ellos mismos sus cadenas besan la y


mano que lo.s oprime, á trueque de recibir un puñado de oro que
LL BIEN T LA BICTIA hubieran podido ganar con honesta labor ó una insignia que no
los ennoblece, El crimen es deshonra, no el cadalso
es honra, no la insignia, se puede añadir.

«Xcn enim referí ad felicitatem ejus quantum


¡Qué triste cosa es la servidumbre voluntaria! En el esclavo
forzado de todos los tiempos ha habido, ya la altivez, esto es, la
agrorum aret, a quam multis salutetur, quam pre-
dignidad que hizo héroes á Euno, Atenión
tioso lecto cubet, sed quam bonus síí.d y Espartaco ya la ;

resignación, no menos heroica, de tolerar la injusticia amparada


Cicerón. de la fuerza el siervo voluntario menosprecia la nobleza de su sér
;

racional y ofende la majestad de Dios, que le creó libie


y encendió
en .su corazón el sentimiento del orgullo, para que no rindiese cul-
No le basta al hombre, como .ser pensante, conocerlas relacio- I
to .sino á la virtud y á la ciencia. El hombre es libre: Dios que
nes de cantidad y dimensión entre los seres, ni la naturaleza de.sata el rayo, enfurece las olas
y pro- I
y recoge los vientos, y limita el
piedades de los cuerpos, ni las le3’es que rigen el movimiento de la instinto del bruto, ha querido dejarle dueño de sus acciones. He-
vida universal en su desenvolvimiento físico. Ninguno de estos rir la hombre, dice un escritor célebre, no es solamente
libertad del
estudios le aprovecha eii el régimen de su vida moral. Para dirigir empequeñecerle, cambiar su naturaleza
.sino es hacerle, hasta ;

su conducta, necesita el hombre conocerlas relaciones de perfec- donde la opre.sión .se ejerce, imperceptible es despojarle de su se- :

ción, que .se derivan de la sensibilidad, de la inteligencia, de la mejanza con el Creador: es mancillar en su noble faz el soplo de
voluntad libre en una palabra, de todos los poderes que le distin-
; vida que la ilumina desde su origen.
guen. La ciencia que estudia las relaciones de perfección se llama No la libertad política no puede exi.stir allí donde el hombre
!
:

moral: su objeto es el bien, que está unido con la belleza por lleva al mercado su libertad moral.
vínculos mu3M'ntimos.
No hubo Pociones ni Traíií-
Así como admiramos las voces humanas bulos en la Grecia degenerada no hubo Cincinatos ni Publicólas:

cuando sus acentos .se acompañan unísonos formando un conjunto en la Roma de los Ce.sares. ¿ Se concibe la gloriosa epopc3m de
lleno de agradables consonancias así como admiramos los astros
; nuestra emancipación con todos sus dolores, con todos sus heroís-
en sus giros tan maravillosamente concentrados así también ad- ; mos, sin aquel temple de los caracteres que creó legiones de solda-
miramos las acciones del hombre, cuando regidas por la razón re- dos y mártires para regar copiosamente con sangre los surcos de la
velan la serena armonía del alma que las produce. No ha3' nada patria, á fin de que ía semilla calentada con su esfuerzo germinase
tan hermoso, dice Kant, como el cielo estrellado, fuera de noso- I

robusta y diese .-razonado fruto ? Se concibe aquella entereza que


tros, 3' la le3^ del deber dentro de nosotros mismos; esto es, viva
imponía el sacrificio de vidas y haciendas, sin un sentimiento muy
en la conciencia, reportándolas malas pasiones
y moviendo los im- profundo de la dignidad personal, que es deber ingentísimo del
pulsos generosos del alma. hombre en todas las circunstancias de la vida?
Alguien ha dicho que el hombre de bien es un artista que Sí en todas situaciones debe el hombre conservar su digni-
;

toma de sí mismo la materia de su obra, el mármol de sus estatuas, dad si la pobreza le aflije .si la enfermedad le postra si la injus-
:
;

el colorido de sus imágenes. La materia es su propia naturaleza ;

ticia humana le persigue y oprime, busque apoyo honesto para


él
sensible el obrero es él mismo, considerado en sus energías volun-
y su familia, pero sin tran.sacciones vergonzosas que menoscaben
:

tarias el ideal está en su razón, que es la facultad reguladora de


:
; la nobleza de.su carácter. Mas no confundamos el .sentimiento de
manera que el hombre de bien es, en la más alta acepción de la la dignidad, que es el respeto de nosotros mismos, con el orgullo,
palabra, artífice 3' obra de arte á un mismo tiempo. Por esto dijo que empieza por exagerar los merecimientos propios y acaba por
Séneca Ars est boniim virifieri.
:
desconocer los ajenos, con meno.sprecio de la personalidad de otros.
P<a verdad el firmamento nos de.slumbra con sus diamanti-
:
Entonces ya^ no es solamente orgullo: es vanidad, que sobrepone
nas luces el mar, 3^ apacible, ya airado, cautiva nuestra admira-
:
1 lo aparente á lo real, ó llega á ser ambición desapoderada que suele
ción la flor complace nuestra vista, 3^ halaga nuestros oídos el
;
causar ruinas y desastre de todo linaje.
murmullo de las aguas que riegan el bosque y el canto del ave que Hay completa armonía entra la virtud y la dicha, si no para
alegra la enramada las inefables armonías de la naturaleza en
:
los que cifran el bienestar en la riqueza
todas sus manifestaciones físicas nos causan maravilla. y en salpicar á los que
Empero transitan á pié, ensordeciéndolos con el ruido de doradas carrozas,
¿ .será comparable la emoción que produce la estrella, el mar, la sí para los que creen que la felicidad consiste en las disposiciones
flor, el bosque, con el sentimiento que no.i arranca lágrimas cuando
íntimas del alma. Si ésta es sana, dice Platón, es feliz el hombre;
vemos al hombre ofrecerse en sacrificio, que es la más alta manifes-
tación de la idea del bien sobre la tierra ? ¿ O siquiera, cuando le
si es inju.sta, está enferma,
y el hombre es desgraciado.—«¿Qué
piensas tú de Arquelao, re3" de Macedonia ?» preguntaba á Sócra-
vemos sobreponerse á las tentaciones 3' halagos mundanos para no te.s cierto sofista. «¿ Es feliz ó desgraciado ?« «No lo sé, « re.spon-
desviarse del camino de la rectitud moral ? dió el filósofo «no le conozco, ni he conversado nunca con él.»
:

Al consultar la idea del bien comprende el hombre que ha sido «Pero entonces,)) replicó el sofista atónito, «¿no podrías tampoco de-
creado para la vida espiritual y para unirse á la personalidad mis- cirme si el rey de los Persas, el gran rey, es ó no venturoso)) ?
terio.sa que es su principio, á Dios, verbo de toda excelencia, de I
«¿ Cómo quieres que te lo diga » repu.so Sócrates, «si no .sé nada de
toda vida y así como el arte es el amor á la belleza, que se revela
;
su virtud, ni de su ciencia, ni de su estado intelectual
en la creación de las obras maestras, el sentimiento del bien es la y moral?)»
Este breve diálogo comprendía toda la noción del bien, como
pasión generosa de cuanto es noble y grande pasión que anda ; fuente de la dicha humana, que el pensador atenien.se hace con-
movida por la- razón 3^ .se resuelve en hechos útiles á la humanidad. sistir en el más alto grado de la vida, no de la exterior
Asi define Cicerón el tipo ideal del bien, que comprende sobre y aparente,
todo la dominación del espíritu sobre el cuerpo, la creación de la
sino de la interior 3- real. Y esta no es pura teoría ni declamación
¿ Quién no sabe que los ricos son frecuentemente más des-
vacía.
personalidad libre, el vuelo poderoso del alma hacia la grandeza graciados, en su opulencia, que los pobres en la brega silenciosa
eterna y
y coino consecuencia, la templanza, la fortaleza, la justi-
;
valiente de todos los días para obtener el sustento lograr la edu-
cia, la prudencia, y coronándolo todo,- aquella máxima virtud que
cación de sus hijos que ha3' más ventura en el hogar modesto
;

el cri.stianismo ha escrito con caracteres de blanquísima luz


la ca- : del trabajador humilde, que en la magnífica estancia del hombre
ridad. acaudalado en ciu'os artesones suele estar pendiente de un cabello
De nocion del bien, que preexiste á todo estudio, como pre-
la la espada de la leyenda, en donde suele morar el tedio incurable
3-

exi.sten lasverdades matemáticas á la creación de estas ciencias, de lo.s placeres ilegítimos, como cu el palacio del Rey Sol, aquel
deriva el hombre el .sentimiento de su dignidad personal, que se que dijo «el Estado
: so3’ \-o ?))
debe mantener vivo, para conservar la noble altivez del carácter v Es tan vivo
li el sentimiento de la belleza de la virtud, y
— —

DR. CRISTOBAL L. MENDOZA Y DANIEL MENDOZA 95

de la fealdad del mal, que entre el malvado que se enorgullece nocida. Así, pues, en cuanto á e.sa parte, la diferencia está en pie.
sobre el pavés, y el labrador honesto que abre trabajosamente Por que hace á los maridos, los celos de .sus espo.sas ya nos e.stán
lo
el surco, lo riega con el sudor de su frente colmado aquél ;
indicando hasta dónde podemos contar con su fidelidad. Y los
de riquezas y honores mundanos, y harto de complacencias .servi- amigos? y los hijos? y los padies? ¿en qué estriban e.sos dulces
les abrumado éste por labor tan afanosa, que á duras penas lleva
; lazos de la vida, .sino en la fidelidad? Quítese la fidelidad, .se dirá,
sustento escaso á la desabrigada choza entre estos dos tipos de ; y queda roto el vínculo de la familia. Vamos allá. Ea providencia
hombres, la conciencia humana, bien que deslumbrada á veces por ha sido más sabia de lo que generalmente se cree. Eba creó un
el brillo de las apariencias, acaba de concentrarse
y dice que la : principio eterno este principio es el interés, gran eje sobre que
:

ventura es más amiga de la alquería honrada, que del soberbio al- rueda todo el mundo moral. He aquí la base de todas las relacio-
cázar que la virtud es la verdadera dicha, porque da la paz de la
;

nes sociales. La amistad y el amor de los hijos hacia los padres y
'

conciencia !
viceversa, estriban en el interés.
Sí, la paz de la conciencia, que procede de la armonía de los
Aquí está la sabiduría de la providencia .sometió al hombre á
:

poderes anímicos, á la cual puede el hombre llegar, si dejándose una ley que no .se deroga nunca
guiar por la razón, cultiva su entendimiento para de.scubrir la y que sólo sufre á veces algunas
modificaciones pero modificaciones que conservan su mismo espí-
;

verdad, y dirige su voluntad á la práctica del bien. ritu y que llevan su misma tendencia. Así cuando .se traiciona á
¿ Quién podrá negar que el hombre es feliz cuando ama, y un amigo ó se desobedece á un padre en virtud de las sugestiones
que es tanto más venturo.so, dilatada la órbita de sus cuánto más de la mujer que amamos, no hacemos más que sucumbir á otro in-
afectos? ¿No es verdad que la malevolencia enferma el alma, y terés mayor y más individual todavía. El interés siempre queda
la entristece, y llena de sombras el horizonte de la vida, cuando el
vigente.
bien, emanación del amor, lo ilumina con resplandecientes clari-
Probado, pues, que el hombre no siempre es fiel, réstanos aho-
dades ?
ra probar que muerde siempre y á todo el mundo. Pero como ha-
Sí : Jl/efis sa?ia in corpore sano es la síntesis de la dicha huma-
bríamos de .ser sobremanera fastidio.sos si le siguiéramos en todos
na mens sana, esto es, el espíritu libre de toda servidumbre, exen-
:

los actos de la vida privada, nue.stros lectores nos permitirán que


te de odios y aplicado al bien, que es le}' de vida
y seguro de le contemplemos sólo cuando juzga á sus semejantes, es decir,
felicidad para el hombre en su carrera.
Amor al prójimo respeto de sí mismo, e.sto es, benevolencia cuando teniendo en las manos la producción de otro hombre, pre-
:

y dignidad tales .son los sentimientos que constituyen todas las


;
tende estimar la co.sa y emite un juicio. No .se extrañará que nos
fijemos en las publicaciones de la imprenta hemos escogido este
virtudes privadas, .sociales y políticas tal es la vida íntima del :
:

tema, ya porque en nuestros días no se oye otro grito que el de


alma, que distingue al hombre de los seres inferiores luz que em- ;
viva la libertad de imprenta ! ya porque efectivamente nunca han
bellece sus días en medio de todas las vicisitudes, calor que ali-
menta .su esfuerzo para que no caiga cuando tropieza en l;i agria abundado tanto las máquinas de la prensa, pues contamos más pe-
riódicos que periodistas, por más que ello parezca imposible.
cuesta de la vida porque el espíritu se alegra ó se resigna cuando
;

el hombre está en paz consigo mi.smo Tal es la base de la gran- !


Se anuncia, pues, un periódico. ¿ Quiénes .son los redactores?
deza y prosperidad de las naciones, que no pueden ser verdadera- preguntan todos á una voz. Fulano, contesta alguno reduciendo á
mente libres y fuertes si no cuentan con ciudadanos dignos que un punto los labios y frunciendo las cejas, aquel que .... y Zu-
puedan y sepan invocar los principios, que así dan ventura al ho- tano, que vive en la esquina de Ah pues así saldrá e.so. !

gar común, la patria porque la gloria no consiste en dejar piedras «Está claro, responde un tercero. ¿ Qué ,se puede esperar de redac-
;

esculpidas, con letras de oro, que recuerden nuestro nombre á otras tores de bigotes ?» porque aquí hacen consistir la capacidad en no
edades. Al pie de la Acrópolis yacen en confusa ruina las obras llevar pelos en la cara. ¿ Y de qué trata ? pregunta otro. Jesús !

de Pericles el arado pulveriza hoy los mármoles que la mano de


:
De todas las ciencias y de política y hasta de economía. Pues no
Fidias cinceló el musulmán apacentó sus ganados bajo las desplo-
:
hay que leerlo: eso .será un continuo disparate. Y no lo leen,
madas columnas del templo de Minerva. Es el pensamiento, vida porque consentidos en que debe ser malo, no se toman el trabajo
del espíritu, busca la verdad es la voluntad ilustrada, cuando
.si
de apreciar el desempeñe.
;

amiga del bien rinde culto á la virtud es el fervor del alma para ;
Se publica un drama. ¿Quiénes el autor ? Esta pregunta
amar la belleza moral, lo que consagra ejecutorias de veneración entra como elemento principal en el juicio porque aquí no se exa-
;

para los hombres y timbres de inmortalidad para los pueblos. mina la cosa, sino el origen de donde viene. De modo que, si no
dan con el iiombre del autor no hay juicio; se .suspende para
— 'S'' mejor ocasión; Pero lo más singular es que nadie sabe por qué se
detienen pues el resultado va á parar siempre en que el drama es
;

3Xeii<loza, IXaiiiel. infernal y las razones que se aducen son las siguientes: primera,
que no sirve y segunda, que entre nosotros nadie debe saber escri-
;

bir dramas. ¿ Quién lo enseñó, dicen, en qué libro lo aprendió?


Queda, pues, probado que el drama es malo, y al día siguiente se
LOS CRITICOS EN CARACAS ven sus principales escenas envolviendo unos cominos en la pulpe-
ría de la esquina.
Un individuo amante del país propone un proyecto á las Cá-
El hombre es un animal de costumbres, han dicho los moralistas. maras, proyecto que á su modo de ver trae inmensas ventajas.
Esta definición, tan re.spetada por todos, bien pudiera r.o .ser muy Otro individuo, de no menos amor patrio, lo combate por creerlo
exacta, pues que brutos hay, que no sólo tienen costumbres, sino perjudicial á la nación. Aquí entra el crítico. Ambos van des-
que no tienen otra co.sa. Entremos en los bo.sques y pregunté- caminados, dice: el primero quiere mamar, y el segundo está ven-
mosle al tigre en qué .se ocupa. «En matar, contestara, que esa es dido al Banco ó á algún otro comprador. Pero, señor, dicen los ofen-
mi costumbre.» Preguntémosle á la abeja qué hace «Yo tengo la ;
didos, no.sotros nos fundamos en razones óigalas usted. ¿Cómo he
:

castumbre de fabricar miel, nos dirá, para que otros ,se la beban.» de oirlas ? responde. ¿ No ven ustedes que entonces corro el rie.sgo
Este animal tiene muchos puntos de contacto con el avaro trabaja :
}'o de que me convenzan, y no puedo seguir renegando de ustedes,

y guarda para que otro descanse y bote. En fin, no adoptamos la que es mi propósito ? Y no oye razones y raja y destroza y muer-
definición porque no caracteriza bien la especie. Si se nos pregun- de y .... el proyecto .se archiva.
tase cómo definiríamos al hombre, diríamos que el hombre es un Un padre ó un maestro publican una obra. El hijo ó el di.scí-
animal que muerde. Admitida e.sta definición ¿quién no distingue pulo por querer aparecer independientes y libres, .son los primeros
al hombre entre todos los demás animales ? «Pero el perro también en gritar «tiene muclios defectos,» y uno y otro creen .ser indepen-
:

muerde, se nos contestará y eso sería confundirnos con él.» Ya ; dientes, cuando no son más que necios dependientes de una preocu-
quisieran los racionales poderse confundir con el perro pero hay pación.
;

dos diferencias que los separan y distinguen primera, el perro, .si : Una hermosa quiere tener en su álbum recuerdos de un amigo.
bien muerde, no muerde siempre ni á todo el mundo hay muchos El amigo e.stá comprometido y escribe una poe.sía. ¡Jesús dicen
;
!

individuos que gozan, con respecto á .sus dientes, de una aEsoluta todos. / Cómo llueven allí el Zorrilla y el Larra ! Ya eso no es pla-
inmunidad .segunda, el perro es esencialmente fiel de tal manera
; : giar : eso es robar descaradamente. Esto si su conciencia les grita
hace parte de su ser esta envidiable cualidad, que puede conside- que^ la poe.sía es intere.sante porque si le notan algún defecto,
;

rarse como el espíritu que lo anima. Ahora bien, ¿quién es fiel adiós, poeta Tiene que colgar la lira en el primer .sauce que en-
!

entre todos los animales de razón f «Eas mujeres,» nos dirá algún cuentre.
marido, f^sí será pero los dramas y las comedias, que son el es-
;
¿ Escribió usted alguna novela? pues nació en hora menguada:
pejo donde se reflejan las escenas domésticas, dicen otra cosa. todos .se creen en el deber de encontrarla defectuosa. Esta coma ¡
No.sotros no creemos ciegamente en las novelas; pero basta que está demás dice con alegría un amigo del autor.
!
Eli dice des- !

una verdad sea contradicha por muchos y la contradicción .so.steni- pués devolver la lioja no sirve, no sirve porque dijo aquí que
:
¡

da y celebrada por casi todos, para que tal verdad no quede reco- cuando debió decir como. Corre el defecto de boca en boca, y una
96 ANTOLOGIA GENERAL

sola palabra, ¡quién lo creyera! viene á decidir del mérito de una te virtuoso .se necesita una gran luz de inteligencia para ver la ver-
pieza que contiene millares de palabras. dad, una gran fuerza en el corazón para ser justo á pesar de todo
i

y
Añadan nue.stros lectores que esos mi.smos críticos de que ve- una bondad tan pura y tan severa que anteponga siempre la pie-
nimos tratando son los que hablan de los Misterios de París de la
¡
dad al interés y aun á la mi.sma vida. Y
.si es raro, rarísimo, en-

manera siguiente: Qué interesante personaje es Rodolfo


¡
Qué! ! contrar un hombre que posea en absoluto una sola de estas cuali-
gracioso allí cuando se loestaban comiendo los ratones !Qué en-
¡
dades, ¿ cuánto más raro y aún fenomenal .será el encontrarlas
demoniada era la vieja y otras .sandeces .semejantes. No abarcan
! todas reunidas en un .solo hombre, único modo de que exista la
con la vista el espacio que ha recorrido el autor no de.scubren el
;
perfecta virtud ? ¿Y quién negará que en el doctor Vargas se
lejos á donde .se propu.so ir á parar; no tratan de comprender el fin i
reunieron e.sa lucida inteligencia, e.se corazón enérgico 3' justo 3^
moral de la obra ni los medios que para lograr su objeto puso en e.sa alma piado.sa que formaron de él el tipo de la más perfecta
práctica el e.scritor, No, señor buscan sólo el cuentecito, la trama,
: virtud? En cuanto á inteligencia ¿ no olvidó los placeres y aun
los amores, etc., y así lanzan un fallo, de modo que en el concepto |
la salud por encender en su mente el fuego de las ciencias para le-
de los tales Bertoldos es una obra acabada no se puede desear
:
j
vantarlo en alto 3' esclarecer su patria ? En cuanto á corazón
más. i justo ¿ no estuvo pronto á morir para salvar los principios .santos
Bien engañado ha de andar el que nos censure de optimistas, de Injusticia 3" de la verdadera libertad ? Y
en fin en cuanto á
el que crea que pretendemos encontrar un Larra en cada crítico ;
piedad ¿ no fue su vida entera un manantial purí.simo de beneficios
porque no siempre e.stá el lector á la altura del e.scritor, no siempre y de consuelos ? Vargas fue, pues, uno de esos rarísimos hombres
tenemos la dicha de comprender lo que otro más dicho.so nos ha que, en este mundo de errores 3^ maldades, repre.sentan la luz, la
querido decir. Aquí .sólo protestamos contra esa an.sia de despe- fuerza 3' la bondad, es decir, los atributos de la Divinidad.
dazar las reputaciones ajenas, contra e.se dolor que ocasiona en la El hombre existe esto es un hecho nació al través del do-
:
;

generalidad la opinión ventajosa que otro procura adquirirse, en lor, vive sumido en él, y vuelve, también al través del dolor, ó á
una palabra, contra e.sa insufrible critico-manía, que .se ha de.sa- vivir en la eternidad ó á extinguirse en la nada. El hombre exis-
rrollado con más fuerza entre no.sotros, que en cualquiera otro país. te 3' vive en el dolor, luego su primero 3' casi único pensamiento
Pero es lo peor que, necesitando la crítica de sólidos fundamentos debe ser la esperanza de otra condición mejor. Esta no puede
para que .se llame tal, nuestros críticos no se detienen en eso. E.sto fundar.se sino en la existencia de un Dios bueno de la inmortali-3’-

es malo dicen con aire sentencioso; ¿quién ha de leer todo eso ? y


! dad del hombre y como ni nuestra inmortalidad ni el mismo Dios
acaso no lo han entendido. Pudiera decírseles con Moratín : pueden existir sin la virtud, claro está que sin ésta son infundadas
todas las esperanzas y por tanto todos los consuelos del dolor. El
¿ Quién te mete á criticar
Dios que hizo el dolores el mismo que hizo la virtud. Si permitió
Lo que no sabes leer? que existieran el dolor y el mal, fue porque el triunfo de la razón
Si tuviéramos pre.sentes las condiciones que debe reunir todo '

sobre ese dolor y sobre ese mal es lo que constituye la virtud. Así
juicio, si conociéramos bien la materia á que éste .se contrae, si como sin la exi.stencia de una lucha es imposible la existencia de
supiéramos apreciar las dificultades que un autor ha tenido que I
un triunfo así, sin la exi.stencia del mal es imposible la existencia
;

vencer, ó si .señaláramos el camino que ha podido seguir para evi- de la virtud. Y


la prueba es, que por más que la esencia del bien

tar taló cual tropiezo, si dijé''amos, en fin, cómo ha debido deseni- '
hubie.se existido en Sócrates, en Catón y Bruto, no existiría ho3"
peñar tal ó cual argumento, entonces nue.stro juicio sería vale- esa e.specie de religión que el mundo se hace de sus virtudes, si no
dero, entonces se aplaudiría nuestra crítica y no se vería en ella el los hubiésemos visto triunfar siempre de la lucha en que vivieron
sello de la parcialidad. con el dolor natural 3' con la maldad de los hombres. Virtud
Creemos, pues, que, al leer el presente artículo, cualquiera quiere decir victoria del bien, y como no ha3" victoria sin lucha ni
debe deducir, por poco versado que esté en esto de deducciones, lucha del bien sin el mal, claro es que el mal que es la causa de la
que el hombre tiene siempre una tendencia morder, sin curarse lucha es también la causa del triunfo del bien, es decir, de la vir-
del objeto á que aplica sus dientes tud. Así, aunque en este momento pudiéramos deplorar todas las
y mientras no .se nos persuada
;

de lo contrario, mientras lo veamos criticar, como se critica en amarguras que afligieron el corazón de Vargas, sin embargo, I103’
Caracas, es decir, sin tomarse el trabajo de presentar razones j^ra debiéramos, antes bien, alegrarnos de que el destino lo hubie.se
justificar su hidrofobo-manía, mientras lo veamos censurándolo pa.sado por el crisol de las pruebas, pues de otro modo no podría-
todo, como censura las publicacicnes racionales de la prensa, nos mos hablar tan alto de sus virtudes, ni ponerlo tan por encima del
quedaremos repitiendo que el hombre es un animal que muerde. común de los hombres.
Comparemos las grandezas de la virtud con otras grandezas
humanas.
Grandes conquistadores, grandes sabios, grandes libertadores
3" grandes virtuo.sos he aquí las cuatro faces de la grandeza de los
Miclieleiia, doctoi" Qnillermo. :

hombres. Los grandes conquistadores fueron grandes monstruos


que con pecho impío .se arrogaron los derechos de .sus semejantes.
Dos grandes sabios .son, ó como Newton que descubrió la le3’ de la
DISCURSO naturaleza en cuanto á lo físico, la atracción: ó como Rousseau, que
formuló la lc3' de la naturaleza en cuanto á lo moral, la igualdad : ó
como Colón, que regaló al hombre la mitad del planeta que habita :

Señoras ó como Lamartine, que remontándose ha.sta el cielo en alas del


genio derrama .sobre la tierra las encantadoras delicias de la inspi-
Para poner á la sombra de Vargas sus vestidos de gloria, yo ,
ración 3' las e.speranzas balsámicas de otra vida mejor. Los gran-
de.secharé los encantadores atavíos de la imaginación, y sólo le ;
des libertadores .son como Bolívar y Washington, héroes magnáni-
daré, por toda gala, la severa pompa de la razón. No será la poe- mos, que olvidados de sí mismos 3' lanzándose al través de la
sía sino la filo.sofía la que 3*0 le daré por padrino al conducirlo al !
misma muerte realizaron el fuero santo de la humana igualdad.
templo de la inmortalidad. En fin, la cuarta especie de grandeza, es la de las grandes
Veamos lo que fue Vargas y lo que nosotros le debemos. . . .

virtudes. Estos son ó como Sócrates, que fue declarado el mejor


:

El hombre vale más por su valor, y sobre todo por sus virtudes, de los hombres de .su tiempo 3^ que lo probó llevando la castidad de
que por su propia existencia así, el que le forma ese saber y e.sa
: I
su virtud hasta tomar la cicuta y morir, podiendo salvar.se, por no
virtud, es decir, el alma, es, sin duda el verdadero padre de la parecer de.sobediente á la le3', como la Virginia de Chateaubriand
parte más preciosa de .su sér. que prefirió ahogarse antes que la vista profanase sus encantos. O
como el estoico Junio Bruto que sacó con su puñal una república
J

Fuera de los hechos intachables de sus sesenta años, no hubo


jamás en Vargas ni un solo movimiento ni una sola palabra que del corazón de Tarquino, porque ultrajó á la virtud en Lucrecia, 3’
no descubriesen el más puro y el más grande de los corazones : I que después, sabiendo que sus propios hijos conspiraban, los inmo-
ese modelo que la admiración gravaba poco á poco en nuestros ló .sobre los pañales de la naciente libertad, porque creyó que la
j|

pechos formó los .severos principios de honor y de virtud que exis- !| .salvación de la humanidad pendía de que él se desgarrase de ese
ten en todos sus discípulos. J modo sus propias entrañas. O como el severo Catón (46 años an-
Vargas es, puede decirse, el padre de nuestras inteligencias y i, tes de Cri.sto), que vencido en los campos de batalla .se atravesó él
sobretodo de nue.stras virtudes y por eso nue.stra inteligencia y i' mismo el corazón .sobre la mortaja de la libertad romana asesinada
nuestras virtudes .se encuentran en una orfandad tan triste que por César. O como el otro Bruto que mató á Cé.sar por salvar la
la creación entera les parece envuelta en duelo. t libertad 3' que vencido al fin por Antonio 3' Octavio sintió tal de-
Pero ¿ qué es la virtud? Es la religión de la razón, es la ,
se.speración al contemplar la esclavitud de la patria, que se mató
fuerza con que el alma, superior á las pasiones }• á las preocupa- ,
e.xclamando «¡ Oh virtud, tú no eres .sino un nombre ....!»
: O
dones, en absoluta libertad, cumple con placer las le}-es que ,
en fin, como Jesucristo, que después delegarnos el decálogo, que
Diosle dicta por medio de la conciencia. Para ser verdaderamen- 1 .son los diez mandamientos re la virtud, e.spiró en la cruz pidiendo
f
DOCTOR GUILLERMO MICHELENA 97

á Dios la salvación de sus propiss asesinos. Para esto necesitaba la razón fne siempre superior á las pasiones, y cuya pasión más
del esfuerzo más .sobrehumano, la esencia más pura de la bon- ardiente fue la virtud, son lumbreras que marcan la senda del
dad de Dios. bien; y cuando estas se apagan, la .senda del bien .se sume en las
Estos grandes héroes de la virtud no nos hablaron de esos de- tinieblas }' los hombres buenos deben todos sumirse en el dolor.
rechos ^\\ que el hombre bu.sca la inhallable felicidad mundana nos : Ea virtud es con respecto á Dios lo que el aroma con respecto á la
hablaron de nuestros deberes, única cosa que nos da derecho á espe- I
flor. Un ciego conoce estar en un jardín por ese olor nectáreo
rar la sola felicidad positiva, la que existe tras la muerte y la que que sólo es emanación de las flores así, la razón, aunque ciega
:

nos anuncia de continuo ese vago anhelar en que vivimos. Nos I sobre la verdad deflnitiva, al ver la vida y la muerte de Sócrates,
dijeron que la virtud es la ley de Dios y muriendo por ella nos pro- i de Bruto y de Vargas y al sentir la divina fragancia de .sus virtu-
baron que ella es más .santa y más dulce que la vida. Es verdad ¡
des, concluye en absoluto la existencia de Dios.
que Bruto al matarse dijo que la virtud no es sino un nombre pero ; I
Ea virtud es el alma de la existencia universal .... Eas co-
el sublime dolor de ese filántropo prueba más que nada la existen- i
sas cuya existencia nos es más dulce son Dios, la vida, la dicha,
:

cia de la virtud. Esta gime aún pero existe y es inmortal y un


; ; y la esperanza de un día mejor, y ninguna de estas co.sas es po.sible
día .se alzará ante los hombres con absoluta omnipotencia como el si no hay una virtud absoluta. Sin la virtud la vida sería una
alma que es del mismo Dios. Si Sócrates murió por no desobedecer maldición, porque la necesidad haría la .santificación del crimen :

la le}" que es la imperfecta justicia humana e.scrita en el papel ;


sin la virtud la dicha sería un sarcasmo, pues hablar al crimen de
¿ cuánto más fiel no
s;ría á la ley de la virtud que es la justicia de felicidad sería como hablar de agua al Tántalo .sin la virtud la
;

Dios grabada en el corazón ? En esta, como el castigo es el sola esperanza posible, es la déla nada en ó la de rodar
el .sepulcro
remordimiento, y que el juez es la infalible conciencia que es como de caos en caos al través de la eternidad en fin, sin la existencia
:

un ojo de Dios puesto en el alma de cada hombre, el culpable sufre de la virtud como esencia inmutable de Dios y como ley absoluta de
siempre su pena. Hay una hora tremenda, y es, cuando envuelto la razón universal, ese mismo Dios .sería por fuerza ó un monstruo
ya el espíritu en las sombras de la muerte, se vé, con los ojos de la ó un imposible .... Es, pues, evidente que ni la vida, ni la di-
fe frente á frente con Dios Ay entonces del que, crédulo ó
¡
cha, ni la esperanza, ni el mismo Dios son po.sibles sin la existencia
incrédulo ha pasado su vida haciendo mal ! Mientras tanto, de la virtud. Eos conquistadores como César y Napoleón, lo.s
ese trance lo pasa el justo envuelto en las delicias de la e.speran- libertadores como Washington y los sabios como Franklin y New-
za ! . .Bien podría sufrirse una vida entera de dolores por morir
. . ton, tienen grandezas puramente humanas, pero lo.s virtuosos co-
como Sócrates, como Catón, como Bruto. Y
nuestro Vargas tam- mo Sócrates, Catón y Bruto, tienen una grandeza divina, pues la
bién, estoy cierto de que al sentirse entre las dos vidas, no encontró fundan en la virtud que es la esencia absoluta de la grandeza de
en la que dejaba un solo motivo de remordimiento ni en la que iba Dios Y la grandeza del hombre que aquí honramos es la
á conocer un solo motivo de temor. grandeza de la virtud, la única que es común entre algunos hom-
En los tiempos primitivos, la naturaleza en su grandeza virgi- bres y Dios.
nal ofreció en todo producciones gigantescas. Véanse los porten- Por el estoicismo que puso en .ser útil y por la fuerza con que
tos que nos enseña la historia natural. Ea virtud tuvo también en vivió y murió á pe.sar de sus mil amarguras. Vargas es, sin duda,
aquel tiempo .sus gigantes: los dos Brutos, Catón, Sócrates y en fin, digno de colocar.se entre los Sócrates y Catones y si lo colocamos
;

Jesucristo, cuya inimitable grandeza confundió la virtud de los en el cuadro de esos hombres sublimes, que no parecen ya sino
hombres con la virtud de Dios. seres de transición entre la condición humana y otra condición .su-
Ea virtud es pensamiento de Dios, que penetrando los corazo- perior, claro está que con eso sólo habremos hecho la apoteosis del
nes humanos y llenándolos de toda su piedad y su ju.sticia formula !
corazón de Vargas, y haremos que esta efigie refleje la virtud del
allí las leyes inmutables del deber Si la virtud no fuera la mismo Dios y que por tanto se sientan muy humildes ante ella
.suprema ley de la razón lo .sería el crimen, al cual lo arrastran .sin Farsalia y Austerlitz, la ley de atracción y aun el mismo pararra-
cesar las nece.sidades que .son las pasiones naturales del hombre. yo. Señores, cuando .se habla de los hombres virtuosos, que .son
Si e.sas necesidades ó pasiones naturales que nos reducen á vivir los ángeles de Dios en la tierra, la humanidad toda entera con su.s
los unos de las expensas de los otros, fue.sen la le}' natural de grandezas y con sus miserias debe doblar la frente }’ hacerles los
nuestras acciones, claro e.stá que el robo y el homicidio .serían mo- i
honores de la admiración sin mezcla alguna de envidia.
dos naturales y por tanto inocentes de vivir, y la revolución social !
Nuestro divino arte de dar vida no pudo .salvar la existencia
y la extinción del hombre serían la coinsecuencia inevitable I
de Vargas pero á favor del arte de la pintura, un feliz pincel robó
;

Es así que el robo y el homicidio espantan ese sentimiento íntimo, i


al tiempo de.structor esa fiel imagen su}-a. Esa preciosa reliquia
universal é inmutable que llaman conciencia, luego la única ley de de una virtud purísima vivirá eternamente, tendrá por altar nue.s-
nuestras acciones es la virtud, que no es sino el esfuerzo que hace tros corazones, y estará siempre envuelta en los incien.sos que que-
á veces la razón cuando tiene que escoger entre la necesidad y el man los justos á srrs .santos en la religión de la virtird.
deber, entre la pasión y la conciencia, entre el crimen y la vida. i
Ya no oiremos más de sus labios aquellas lecciones de moral
Tan sublime cosa es la virtud, tan cierto es que es el alma de Dios I
sublimes, y por eso consagro aquí itn pensamiento al artista que
ó al menos su atributo esencial, que el único Dios po.sible, que robó á la muerte esa imagen, y que la trazó tan fiel, que teniendo
es el Dios de las misericordias, quedaría convertido en un monstruo el sello y la expresión clara de todas sus virtudes, basta contem-
I

si por una horrible abstracción lo imagináramos sin virtud. En plarla un instante para .sentir en ella una completa lección de mo-
definitiva, pues, ó no hay Dios bueno ó si lo hay, la virtud es su ral y un memento de todos nuestros deberes,
.sola ley posible, y en consecuencia Sócrates, Catón, etc., represén- Señores, al presentarme ante la tumba del gran Vargas para
tantes de Dios .... Y
César y Alejandro, e.sos grandes degolla-
j

I
borrar con mis sinceras lágrimas la tinta con que le ofendí por de-
dores, son los representantes de las pasiones, del crimen y del mal. fenderme, creo probar á esta .sociedad que la naturaleza no hizo mi
Ahora comparad todas las lágrimas y la sangre que arrancaron e.sos corazón como para luchar por gusto con la virtud, y que si lo hice
héroes del puñal, comparadlas, digo, con todas las lágrimas que fue impelido por la fatalidad que me puso á escoger entre esa lu-
enjugó y con toda la .sangre que restañó el gran Vargas, y decidme cha y mi propia humillación. Yo siento entre no.sotros el aliento
á quién debería honrar más la razón humana .... aun caliente de nuestro maestro, su espíritu nos pre.side aún, y yo
Hay dos grandes bienhechores de la humanidad. Jesucristo declaro ante él y ante Dios, que jamás el honor me impuso un sa-
que nos formuló el decálogo y la ley de Dios y Colón, cuyo genio crificio más terrible que el de luchar con e.se hombre que mi cora-
hizo parir á nuestro globo al través del ánimos oceánico la tierra zón había tomado por modelo, cuando en su fervor juvenil se atre-
de promisión, esta América feliz, este mundo virgen é inocente vió á soñar en las glorias de la virtud. Ya él e.stá en el mundo
. .

como el recién nacido, para que Washington y Bolívar pudieran de la verdad ya la calumnia no puede transformar.se á sus ojos
: :

realizar en él ese decálogo y con él la felicidad de los hombres. ahora verá en quién hubo más amor y más lealtad hacia él si en :

Eas tradiciones y la autoridad y con ellas el error y las preocupa- mí que antepuse mi honor á su amistad, ó si en aquellos que con
ciones y la explotación del hombre por el hombre no pasaron el insidia hicieron que él me redujese á la alternativa de e.scoger en-
océano, la maldición de Dios no siguió al pro.scrito del paraíso tre .su amistad y mi honor. Al reconciliarme ante la sociedad con
hasta la tierra de promisión, pues ella era el anuncio de su recon- esa sombra sagrada, mi alma se siente descargar del peso inmenso
ciliación con él. Y
los hombres destinados á e.stablecer esta rela- que la oprimía, y mi razón siente más su propia estimación, pues
ción entre el Criador y la criatura .son .sin duda aquellos pocos que, á pesar de creer que la defensa es inocente, mi razón dudaba de
como Vargas, han realizado en la tierra la virtud, único puente de ! ellami.sma á fuerza de la fe que tenía en la justicia de Vargas. . .

comunicación entre el cielo y la tierra. Parece que Vargas .se


. .
¡
De todas las lágrimas que .se derraman por Vargas ningunas
gozaba en esa alta mi.sión de Dios pues sólo así .se podría expli-
;

son tan amargas como las mías. El espiró en paz con vo.sotros y
car el de.sdén con que siempre vió los altos puestos de los hombres. I
amándoos y bendiciéndoos mientras que de mí lo alejaban pa-
;

En algunas cabezas pone Dios una razón tan poderosa que el '

siones que eran extrañas á su noble corazón, y tal vez el recuerdo


divino amor de lo justo, es decir, la virtud, llega á hacer.se una pa- \
de nue.stra querella acibaró su.s últimos pensamientos. Esto
. . ¡

sión superior á todas las pasiones que aloja el humano corazón. causa la doble tristeza de mi alma ... Si él hubiera muerto aquí,
!

j|

Eos pocos hombres extraordinarios como Vargas, en quienes 1¡


mis lágrimas habrían conmovido su pecho, que además de .ser tan
98 ANTOLOGIA GENERAL

generoso, se elevaba sobre las humanas pasiones en el supremo Eiitusia.miada la Academia, como hemos dicho, á la contem-
instante de j)resentarse ante Dios. Me habría perdonado, }’ vuel-
. . plación de la honra nacional enaltecida por el benévolo nombra-
to á su ami.stad, yo habría .sentido con menos horror á la eternidad mienlo 3' agradecida á tan inesperado favor, conferido á uno de
poniéndose entre los dos. Pero vo.sotros todos sus di.scípulos que
. . 1 sus socios ^más meritorios, acordó por unanimidad, como la demo.s-
os encargásteis de su defensa, vosotros á quienes él legó su cora- tración más expresiva de sus .sentimientos, la celebración de un
zón con todos sus afectos, vosotros tenéis derecho de arreglar sus certamen_ literario proporcionado á sus humildes fuerzas; designó
cuentas de honor y lo tenéis por tanto para absolver en su nombre para la discusión un tema que no vacilo en calificar de histórico,
al que venga á deponer sus pasiones todas ante esa imagen vene- científico y altamente moral hizo los nombramientos de orden y
;

randa y que lleno de recogimiento y de lágrimas .se haga el subli- dispu-so los modestos preparativos para aquella fiesta del e.spíritu.
me esfuerzo de confesar.se arrepentido. Esta se verificó como era deseado, con lucimiento sin igual hasta
Yo veo vuestros pechos conmovidos y creo que olvidaréis para entonces por la novedad del acto y por la cordial efusión que la
siempre mi pugna con nuestro maestro creo que para colmo de
:
I
caracterizó, el día ocho de agosto en el gran salón de la H. Cámara
honor de Vargas permitiréis que .se coloque también en el altar de del Senado. El retrato de Bolívar colocado en el testero principal,
las ofrendas el único corazón que osó luchar con él, y creo en fin parecía presidir el certamen ;
Bolívmr, emblema 3’ personificación
que no rechazaréis mis lágrimas sinceras como indignas de mez- :
magnífica de toda la grandeza y de todas las glorías de Venezuela,
clar.se con las vuestras en la urna cineraria del gran Vargas. profeta sublime de su porvenir :allí estaban también confortando
j

á los vivos, indicándoles las enseñanzas del .‘'aber 3" de la virtud,


S- que hacen la verdadera civilización. Vargas, Bello y Cagigal, en-
Meiadoza, licenciado dnan J. j


vidiable ornato de nuestro país, modelo perfecto para la juventud.
Otros faltaban allí .se echaba de menos á Toro 3' á García, á Avi-
:

la 3^ Alegría á no pocos más pero su memoria no faltaba en


;

ninguno de sus contemporáneos, ni faltaba el culto reverente que


DISCURSO .sus virtudes inspiran.

Erala una de la tarde. El doctor Felipe Larrazábal, director


Reorganizada apenas la «Academia de Ciencias Sociales y de de la Academia, presidía el acto á su lado tomaron a.siento de
:

Bellas Letras» para continuar sus ejercicios interrumpidos por al- honor el vicedirector, .señor Eduardo Calcaño, el Ministro de Fo-
gún tiempo, á cau.sa de .sucesos harto dolorosos, vino á sorpren- I

mento del Ejecutivo Nacional, señor Francisco de S. Pérez, hijo 3'


derla agradablemente una noticia feliz. Era como oportuno estí- el H. don José Alvarez de Peralta, Encargado de Negocios de
mulo que la benéfica Providencia le enviara en la vía no llana
'

España. Una respetable concurrencia de más de quinientas per-


siempre deprogre.so y civilización de nuevo emprendida era voz ;
!
sonas de diversas edades 3’ condiciones, ocupaba el espacioso sa-
de avi.so y dádiva de aliento al ánimo fatigado, con razón desalen- ;
lón 3' sus galerías aquella no era, en verdad, una se.sión literaria;
:

tado por desgracias nacionales que hacen más que difícil, casi im- tampoco era reunión parcial de porción alguna de e.sta sociedad :

po.sible, todo estudio serio y hasta el cultivo de las letras amenas. fue indudablemente ovación popular generosa al feliz laureado
Así lo comprendió la Academia, y regocijada qui.so hacer pública fue manifestación fervoro.''a de la población caraqueña, que corre.s-
la nueva dichosa, para satisfacción de todos y quiso también
; pondiendo entusiasta al llamamiento de una asociación literaria,
rendir tributo de justo reconocimiento á la sabia sociedad extran- quiso hacer en aquel momento gustosa o.stentación de su reconoci-
jera, que con espontaneidad generosa había conferido lauro de miento al cuerpo científico 3- á la nación que había honrado á
honra á un venezolano di.stinguido, miembro á la vez de los más nuestro compatriota. Serias refiexiones acerca del porvenir 3’
dignos de la Academia. Tan bello pensamiento no podía quedar mancomunidad de los pueblos, 3- sobre la infiuencia duradera de
sin efecto: un acto tuvo lugar, e.spléndidoy consolador de inmen- ; sus antecedentes tradicionales, todas consolatorias al espíritu de la
sa trascendencia, no obstante la severa sencillez con que fuera suerte feliz de la humanidad, me ocurrieron allí, puestas de relieve
adrede preparado. Y en cumplimiento de un encargo no fácil por circunstancias significativas para mí, agrupadas en tal oca-
para mí, por más que me .sea grato y honroso, voy á ser de él mero sión. Pero su exposición me llevaría mu3’ lejos del encargo que
narrador. desempeño, 3^ he de silenciarlas. Por otra parte ¿ á quién no se
El 6 de julio fue recibida en esta capital la nueva placentera ¡ presentarían allí ? ¿ Quién en aquel acto de candorosa expansión
de que la Real Academia E.spañola de la lengua había nombrado 3- de inocentes solaces del espíritu, no sintió con íntima satisfac-
socio correspondiente extranjero al venezolano .señor Cecilio Acos- ción que el mundo será un día patria común del hombre. . por
.

ta, la cual era comunicada en los documentos siguientes : obra de la civilización cri.stiana?
Continuemos. El Presidente hizo introducir con el ceremo-
ACADEMIA ESPAÑOLA
nial de etiqueta al agraciado, .señor licenciado Cecilio Acosta.
«A propuesta de los individuos de número de esta Academia Desde entonces pudo adivinarse lo que había de suceder después
Excelentísimo seTior don Eugenio de Ochoa, Excelentísimo seTior don la inspiración más encumbrada se revelaba en sus ojos, en su pá-
Leopoldo Augusto de Cueto y señor don Rmnón de Campoamor, fue ¡
lida frente 3' movimientos casi extáticos. Feliz momento aquel
¡

U. S. nombrado en junta de ayer, miembro de la misma Corpora- premio de inefable delicia, suficiente él solo á una vida de tantos
ción en la clase de Correspondiente extranje 7 'ox afanes, de tantas privaciones 3' .no quisiera decirlo, de tantas
. .

«Lo participo á U. S. para su sati.sfacción, teniéndola yo muy decepciones. Era tiempo de empezar Caracas, mu3^ bien repre-
;

cumplida en que la Academia pueda contar con la cooperación de sentada por ilustres próceres de nuestra magea lucha, por venera-
persona tan ilustrada.» i
bles sacerdotes, por magistrados 3' juri.sconsultos, por médicos é
«Son adjuntos al diploma del expresado cargo, un ejemplar ingenieros, por publicistas 3U itera tos, por .su espiritual juventud
y por mucho número de artesanos é industriales, porción inteli-
|

de nuestros estatutos, y otro del reglamento de este cuerpo litera- i

rio. Del recibo de estos documentos ruego á U. S. tenga á bien gente de este pueblo, inclinado siempre á lo bueno y á lo bello;
darme aviso. Caracas, no bien restañada de doloro.sas desgracias, resucitaba con
«Dios guarde á U. S. muchos años. — Madrid, 14 de mayo regocijo á días más dichosos. Y no era la vez primera ni había
de 1869.» de ser la última, porque el suave calor de las letras, una vez pro-
(Firmado.) Manuel Bretó^i de los Herreros.
ducido, vivifica y reanima cuanto toca. Pocos días antes alegró
los ánimos el acto científico del examen de la escuela de matemá-
«Señor do?i Cecilio Acosta.» ticas, preparado 3' realizado por el Gobierno Nacional con el de-
coro de otros tiempos. Con motivo de una conmemoración pia-
COPIA EXACTA DEL DIPLOMA
dosa en la parroquia de San Pablo, recogieron prez de honor las
«La Real Academia E.spañola, en con.sideración á las relevan- letras sagradas en un orador justamente afamado 3^ los encantos
tes circun.stanciasy reconocida ciencia del .señor don Cecilio Acos- de la más bella armonía, los sones imponentes del oratorio sagrado,
ta, residente en Caracas, se ha servido nombrarle en la junta ordi- confortaron los espíritus. Más tarde habían de venir también los
naria de 13 del que rige. Académico correspondiente extranjero, magníficos homenajes á Humboldt el sabio 3' á Bolívar el héroe,
acordando que se le expida el pre.sente diploma firmado por el grandes ambos y admirados en el corazón de los americanos. Pero
señor Director, refrendado por el Excelentísimo señor Secretario volvamos á mi deber de simple cronista, que no otra cosa puedo
y autorizado con el sello mayor de la Academia.» ser en pre.sencia de los elocuentes documentos que todos en su
«Dado en Madrid, á catorce de ma3"o de mil ochocientos sesen- esfera 3' razón cautivaron los ánimos 3' arrancaron entusiastas
ta y nueve.» aplau.sos de aquel escogido auditorio.
«El Director, Abrió el certamen literario el erudito señor doctor F. Larra-
(Firmado) Marques de ñlolins. zábal con breves conceptos que no por eso desmerecieron de su
vasto talento 3’ bien conocida ilu.stración:
«El Secretario,
Como .se vé, la Academia de Bellas Letras acordó celebrar un
«Maiuicl Bretím de los Her?r?vs.» . certamen en honra de su 3er. \'icedirector, licenciado Cecilio
LICENCIADO JUAN JOSE MENDOZA

Acosta, } eii agradecimiento á la Academia española, que ha dis- Llamó mi atención al punto la parsimonia estudiada, el tono
tinguido á aquél con un título honorificente. rigurosamente didáctico de esta expo.sición. ¿Porqué Calcaño,
Estas justas literarias, en que se abre vasto campo al talento y tan afluente siempre, cuya palabra no sólo convence sino que an-
á la inspiración estas luchas del espíritu, conocidas desde la más
: tes .seduce 3’ cautiva de imaginación inagotable y atrevida por
;
;

remota antigüedad, brillantes de emulación y de saber, ceden en qué el poeta sinrima, el de la voz de canto cuando razona tranqui-
bien de todos y en gloria del país. A
ellas debió Sófocles su re- lo, de trueno cuando le enardece el sentimiento por qué Calcaño se
;

nombre inmortal, cuando compitiendo con Esquilo, quedó vence- eclip-saba de aquella irranera ? Pronto lo vimos 3" admiramos, en
dor en el teatro de Atenas. A ellas debió Herodoto su gloria, honra de las letras y en honra del mérito real que ni siente envi-
cuando en los juegos olímpicos, los aplausos de la Grecia entera le dia ni tiene rivalidades aquel voluntario olvido de sí mismo en
:

hicieron conocer que era el Padre de la Historia. ! ¿Y qué . . el joven orador, que pudiendo luchar 3" aspirar todavía con amplio
efectos producirán entre nosotros ? Venezuela, señores, esta Gre- caudal de merecimiento, llevaba la noble intención de proporcio-
cia moderna, suelo feliz, donde los dones del Creador se derrama- nar campo franco á otros jóvenes, que tras él habían de entrar en
ron abundantes; Venezuela, que tiene poetas como Bello: orado- el palenque : no era que le faltase .seguridad en su planta, pero
res sagrados, como Espinosa, Fortique y Talavera hombres de : justo era 3’ loable alentarles en aquella prueba.
letras, como Sauz, Mendoza, Ramos, Toro historiadores, como :
Terrero Atienza fue el primero. En su vivaz réplica como en
Baralt y Yanes escritores elegantes, delicados, numerosos como
:
la que le .siguió de Iriarte, ambas elocuentes, ambas nutridas de
Avila epigramáticos y agudos como Lander disertos como Sa-
;
; elevados pensamientas como de sanas doctrinas, pudo verse de
navria Venezuela, que cuenta entre sus hijos á Bolívar, el a.som-
;
el estilo es el hombre. Cada cual tomó divenso rumbo ;
bro de los mortales Bolívar, el hijo de las Musas y de Marte,
;
cada cual se acomodó á su estudio especial, á .sus ocupaciones or-
legi-slador, guerrero, poeta vehemente é impetuoso, orador irre-
sistible. Venezuela no pide más que paz para su desenvolvi-
dinarias 3" hasta á su carácter y modales personales. Y no obs-
. . .
tante, ninguno fue inferior á la tarea encomendada
miento, y asociaciones para multiplicar hasta el infinito sus recunsos y los dos .sa-;

tisficieron á aquella ilustrada reuirión 3" merecieron fervorosos


naturales y las fuerzas del espíritu. Yo aplaudo y celebro en mi ,
aplausos. Ambos proclamaron la verdad, más todavía, la verdad
alma esta ocasión, en que la Academia matritense ha inscrito moral y como hija de Dios y como alma del universo, la verdad
;
entre sus miembros á uno de nuestros literatos más aventajados, alcanza triunfo seguro en toda hora 3' á toda luz.
para que tenga lugar este certamen, y demos al mundo una prueba
ligera de lo que auu promete nuestra juventud e.studiosa. El ta-
lento es como la electricidad, no aumenta sino por la excitación. DISCURSO
Sin estímulo se embota sin el premio de la gloria, aureola divina
;

que es el fruto más dulce é inocente del .saber, pierde el alma sus
PRONUNCIADO POR EL LICENCIADO AnTONIO M. IriARTE EN EL
resortes. Excitemos, pues, el talento, ya que entre nosotros no
certamen literario que la «Academia de Ciencias Socia-
escasea y, si algo vale la promesa sincera de un hombre sin mé-
;
les Y Bellas Letras» celebró el 8 de agosto.á causa de
rito, yo ofrezco que, para engrandecer á Venezuela, empujando á
HABER SIDO NOMBRADO EL SEÑOB DOCTOR CECILIO AcOSTA
sus hijos á la cima de la fama excelsa, emplearé los cortos años
Socio Correspondiente de la Real Academia Española.
que me re.stan, como he empleado hasta aquí los que pasaron.
Propuso luégo la tesis el .señor Vicepresidente de la Acade-
mia, señor licenciado E. Calcaño, que debía sostenerla. Señores de la Aeademia de Ciencias Sociales y Bellas Letras.

Señores :
«Separado de vosotros, y desde el recinto de mi hogar, hacía
fervientes votos por vuestra con.solidación y adelanto, siendo más
«Entrelos varios detalles que constituirán reunidos el acto que vivas mis simpatías mientras fueron más prolongadas vuestras
celebra hoy esta Academia en testimonio de gratitud á la Real ausencias, que tanto me aquejaron como amigo de las letras, é
Española, por la honro.sa justicia que ha hecho á uno de nuestros interesado por estas labores de la inteligencia.
compatriotas ilustres, y en honor á los talentos y merecimientos
Vue.stros últimos esfuerzos de reorganización y los resultados
literarios de este escritor, figura el certamen que va á abrirse, en el
que habéis conseguido y seguiréis cosechando, así lo e.spero, disi-
cual me ha tocado sustentar una proposición que formularé en bre-
paron mis angustias, porque me dan la medida de vuestras inten-
ves términos, para que la peséis en vuestra consideración 3' la exa-
minéis en vuestro criterio.
ciones, y me revelan el temple de vuestras almas. —
Habéis mani-
fe.stado que sois entusiastas con la juventud eterna del espíritu
La naturaleza peculiar del acto, y el e.strecho tiempo que me ;

permitidme que os suplique seáis también perseverantes con la


dejan en esta hora los diversos capítulos del programa que en ella
incansable actividad del progreso. Seguid marchando imperturba-
deben cumplirse, me tienen obligado á circunscribir mi exposición
bles, que merecéis llegar al término de vuestros afanes, puesto que
condensando mis ideas en corto número de palabras lo que he ;
en pos de ellos no dejáis más desastres que mucha ignorancia su-
de considerar, por otra parte, como beneficencia de la fortuna,
primida, algunas tinieblas iluminadas, y otros tantos errores des-
fax’orable en esta vez á todos, 3'a que e.so más os ahorraréis voso-
vanecidos.
tros de fastidio, y 3^0 de peligro de censuras, que no serían en todo
caso sino merecidas. Con^ los expertos jefes que tenéis hoy al frente y en vuestro
Bastará á mi propósito refrescar en vuestro recuerdo la histo- seno serán ilustres los trabajo.s, que acometiéreis, 3^ podréis presa-
ria de los progresos literarios en los puebles, que han venido giar el triunfo de vue.stra causa aun antes de trabar la batalla de
obrando el desarrollo gradual de las facultades humanas, abriendo vuestros benditos y fecundos altercados.
nuevos horizontes al pensamiento, y dilatando, en pro del espíri- Y no os aprovecharéis .sólo vo.sotros el ejemplo no será estéril,
:

tu, el campo de las investigaciones, donde ha ido recogiendo como pues si como exactamente se ha dicho, las clases ilustradas, las que
co.secha la verdad, que es la última fórmula del progreso inmate- viven entre el deleite de las letras 3' las contemplaciones de la cien-
rial y que es
; en política, la libertad en moral, el deber en el
; cia, no con.stitu3^en la nación, sí « la caracterizan,» dándole forma
; ;

derecho, la justicia en la conciencia, la virtud


; en el alma, la á su jenio y tendencia marcada á sus de.stinos.— Hablar de la exce-
;

gloria en la vida, la felicidad en el corazón, el amor


; en el arte, lencia de estos cuando se basan en los estudios, en el de.sarrollo de
; ;

la belleza la.s más elevadas facultades del alma, .sería fastidiosa tarea,
y en la naturaleza y en la filosofía y en los orbes
; tanto
Dios ! mas inútil 3’ distante de mi competencia si la emprendiera, cuanto
La literatura, que no puede contar con belleza durable si no que en el tema presentado, y más ó menos explícitamente contenido
bebe en la fuente de la moral más delicada que está condenada á en la proposición que ha defendido y defenderá con las galas de su
;

la esterilidad y al olvido si no fecunda su palabra con el estilo el orador que, no una vez sino siempre, deseamos todos oir
verbo
palpitante de las acciones nobles y de los sentimientos generosos con impaciencia.
;
que habla en el desiertos! no obliga al corazón á ser su auditorio, Las funciones de que particularmente est03' investido, son de
hiriendo las fibras más delicadas de su sensibilidad, que se mueve mera cortesía, y las pocas frases que debo pronunciar, se reducen á
en el vacío si se sustrae á la atmó.sfera vivificante de la razón más una réplica breve que reclame la oportunidad del di.scurso enco-
pura, -—la literatura, digo, domesticando con la dulce magia de su mendado al sustentante, que 3'o os prometo, que3 00sa.segur0.se-
voz el instinto áspero y rebelde del espíritu inculto, predispone el rá, como de ello ya tenéis pruebas, brillante de imaginación
alma al bien obrar, despierta los afectos generosos, hace de la vir- y vi-
goro.so de raciocinio.
tud un impulso espontáneo, 3' fundando en el interior del hombre
¿ Es concebible que después de las lecciones de la experiencia,
el culto solemne de la belleza ideal, inspira
irresistible aborreci- sin amor ninguno hacia la paradoja, de.sprovi.sto del ingenio
miento á la fealdad del mal, á la mon.struo.sidad del crimen 3- á la y dé
las dotes necesarias para hacerlo si no aceptable, deslumbradora-
repugnante fisonomía de la mentira moral. mente verosímil, intentara negar entre
Por eso creo poder sostener: «que las bellas letras son, para el
vo.sotros, que sois prueba
elocuente de lo contrario, la verdad de lo aseverado en el tema del
pueblo que las cultiva, el cultivo de su espíritu.»
certamen, e.sto es «Las bellas letras .son para el pueblo que las cul-
:
lOO ANTOLOGIA GENERAL

tiva, el cultivo del espíritu ? » No eso no admite réplica ni oposi-


:
¿ vSe pro.scribirá culto de las letras? No en ab.soluto,
por e.so el
ción en absoluto, so pena de renegar lo más excelso que hay en el porque Cicerón no vivió imperio, y él solo bastaría para
l»ajo el
hombre, su inteligencia so pena de defraudar á la humanidad de
; hacer célebre un siglo, ni Demó.stenes se encorvó bajo Filipo, y la
los más bellos timbres de su gloria la civilización por el progreso
: indignación de la libertad ultrajada uo ha vuelto á re.sonar con
del espíritu. acentos más viriles y majestuosos, ni Milton dejó de .ser austero
Lo que sí merece exámeu, es el grado y la medida en que pre- para cantar la.s delicias inmortales del Paraíso y las culpas primi-
tenda aceptarse y aplicar.se la máxima, para que los pueblos deri- tivas.
ven de ella ciertamente y en todo tiempo beneficios. Líbreme Dios Lo que por vía de objeción se deduce rectamente, es que uo
de defender el incompleto, el desesperado sistema de Rousseau, en siempre exquisito cultivo de las letras anuncia favorables mejo-
el
su conocido discurso á la Academia de Dijon muy lejos estoy de
:
ras para el estado de las almas, 3’ que una épcca de menor perfec-
contrariar el fondo de sociabilidad impre.soen el hombre, contrariar ción relativa puede conciliarse cou costumbres é instituciones más
los hechos sociales consignados en la e.stadística, y proclamar que re.spetuo.sas de la dignidad común.
el adelanto intelectual de los pueblos es principio y causa de su co-
rrupción pero sí es bueno evitar en las ideas individuales como
Si quisiera presentar ejemplos contemporáneos, me ba.staría
;
citar dos pueblos, ambos grandes, influyentes los dos y asentados
en las instituciones generales, el sentimiento exclusivo de las espe- sóbrela ancha base de la democracia, imperial 3" cesárea la una,
culaciones mentales, y la manía de los entusia.smos literarios que
republicana y popular la otra. Aquel cuenta entre sus trofeos más
no se basan sino en oropeles del ingenio, que no arrancan de tradi- una tradición
brillantes literaria inagotable, que hoy mismo irradia
ciones laborio.sas y constantes, de .situaciones y acontecimientos na-
vivísimos destellos este aspira á tenerla, 3' si carece de academias
cionales verdaderamente grandes, sino de raquíticas peripecias mo-
;

renombradas para pocos, abreen cambio e.scuelas gratuitas para


ralmente desvergonzadas, que iru lirismo de convención magnifica todos .se contenta con la cantidad, esperando obtener después la
:

hasta la altura de las epopeyas olímpicas. calidad por ese medio. ¿Y habrá quien dude del progreso general
Yo no sé cuáles sou los signos que revelan la aproximación y del uno, y de la e.síagnación parcial del otro? Será preferible la
el advenimiento de las épocas literarias, de los que comunmente se democracia de la Francia espiritual á la libertad robusta 3' vigoro.sa
llaman siglos de oro pero una duda casi equivalente á la suspica-
; de la Unión americana? ¿Estará la una más .segura que la otra
cia del peligro, se insinúa en el ánimo cuando le\'endo los anales del mañana ?
de la historia, 3' á la luz de sus enseñanzas, .se observan coincidir Sí lo estáporque la Gran República ha comprendido sus exi-
casi todos los períodos más animados de las glorias intelectuales
;

gencias e.speciales como pueblo de gobierno accesible á todos, 3’ las


con los vicios que enervan los caracteres viriles, 3' cou la aurora necesidades de la época en que vive curiosa ésta de la naturaleza,
pálida de los despotismos corruptores. Augusto ava.salla las ambi- ;

infatigable en el descubrimiento de sus le3'es para domarlas 3- so-


ciones rivales que amenazan su trono recogido entre el lodo del
meterlas al .servicio del hombre, cuyo trabajo .«^e hace así más fe-
servilismo naciente 3^ la sangre de los odios envejecidos, .sojuzga al cundo, más activo 3’ ménos afanoso.
mundo en Roma, 3^ ceñido irrisoriamente con la toga de la repú-
blica, da el ejemplo tan ansiado como tenebroso de la tranquilidad
Y puesto que ya comprenderéis el sentido de lo que os habéis
universal, destacada sobre el cielo espléndido de una literatura que
dignado escuchar cou una benevolencia que agradezco, ¿no os
parece que el tema del certamen, verdadero en ab.soluto, susceptible
es el pasmo 3' la admiración de los siglos. El imperio, decía el
de atenuación en el modo, en el tiempo 3" en el grado, encierra una
enérgico \úi^toúa.áor, oumia pacavit, todo lo pacificó, hasta las letras,
cuestión grave para esta patria, objeto de nuestras constantes preo-
3^ del fondo mismo de aquel silencio ameno, surgió el delirio de las
cupaciones, cuestión que si me permitís una agradable reminiscen-
bacanales neronianas, de las locas extravagancias 3- los crímenes
cia de la profesión, podría llamar perjudicial; á saber ¿cuál es la
imposibles.
e.specie de instrucción más adecuada á nuestro pueblo, la que con-
Así es el despotismo principia por la sati.sfacción del reposo
:

viene más á su destino, á sus instituciones, la que podría vencer


ensalzado después de las agitaciones estériles (Dais nobis hace oiia
con facilidad sus geniales defectos, alejarlo de sus más tenaces 3'
fecit, decía Virgilio), 3^ termina con la inmovilidad de los .sepul-
erróneas preocupaciones? En cuanto á mí, declaro que una ten-
cros, con la paz malvada, pax feeda, que celebran los ebrios y los
dencia exclusivamente imaginativa y una carrera preponderante-
furiosos, loqueha3" de más vil é inmundo en el limo de las excre-
mente literaria inutilizarían la.s variadas aptitudes, y engendrarían
cencias sociales.
Luis XIV, magnífico cortesano, ensimismado Mecenas, más
más sueños 3' decepciones individuales, que verdaderos talentos y
ávido de aplausos que verdaderamente ilu.strado, da el nombre á
progresos generales. —
Que la .sociedad dé á todos el viático indis-
pensable para emprender el camino de legítima ascensión al través
un siglo que no es SU3’0, sino de las lumbreras que tuvo la fortuna
de las distintas rutas ofrecidas á la voluntad particular e.se es su
de hallar en .su tiempo y la Francia después de fatigar la Europa
:

deber moral, porque el alma .se empequeñece, se esteriliza, por la


con sus ejércitos llevados al combate por el Júpiter del empíreo mi-
falta de inteligencia, como el cuerpo ,se extenúa y muere por la
tológico, se precipita á uu degradante absoluti.smo que cantan poe-
carencia de alimento ese es también de otro lado .su derecho polí-
tas é historiadores desde la cumbre del Parna.so, durmiendo en sus ;

tico, porque las sociedades necesitan asegurarse contra los peligros


brazos descuidada, hasta despertarse revolcada en el cieno de la Re-
gencia, que provocó el rayo tempestuoso de ese huracán, cu3’o so- y desastres de la ignorancia, como los individuos .se ponen á cu-
bierto de las devastaciones del fuego ó de los naufragios del océano.
plo aún respiramos, en que no .se 03'eron sino á medias las entrecer-
radas y sensibles endechas del desventurado André Chenier. Pero ese es su límite lo indispensable :-su competencia 3’ su
:

Y la culta, la bella Italia, ¿uo brilló con fulgor extraordinario, fuerza van también sólo hasta otra barrera in.salvable: lo moral
3' no fue Florencia el centro de la inteligencia, cuando oía entonar de manera que lo indispensable y lo moral .son los dos ejes .sobre
dulces cantares por las orillas del Arno, 3' .se reflejaban en .sus on- que gira la educación popular. Todo lo demás es una vocación de
das los portentos del mármol embellecido, como ofrendas dedicadas carácter, una adquisición por el esfuerzo de cada cual, á que la so-
ála magnificencia de Cosme, demócrata encumbrado .sobre las rui- ciedad, el Estado, la nación, deben .ser extraños, 3' que no piden
nas de la libertad, cu3'os altares .sepultó bajo el montón de flores inmediatamente sus sacrificios en presencia de otro género de nece-
íle .sus gustos artísticos, y bajo el pe.so de los escudos atraídos con sidades más apremiantes.
un comercio del lujo floreciente ? Descuidad, que no faltarán por eso quienes dotados de felices
Algunos se consuelan con ver en los resplandores innegables disposiciones, con el estímulo de uu amor verdadero 3' no de una
<la esas épocas las llamaradas de la libertad, apenas pro.scrita. Su superfluidad de la instrucción uniforme, mantengan cual vestales
aliento divino aun imspiraba á los poetas del César primogénito las: ,
encendido el fuego sagrado de las bellas letras, del buen decir, 3’
guerras de la Fronda y de la Liga, y sus desordenadas libertades, sobre todo, de la sana filosofía, madre de la verdad 3' el recto pro-
jrrepararon las antorchas que después encendieron Corneille 3^ Ra- ceder. Ellos como vosotros entonces, genero.sos 3’ entusiastas, se
cine, Bos.suet 3" Pa.scal ;lasdi.sputas inagotables 3^ complejas de las

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