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PSICOONCOLOGÍA. Vol. 0, Num. 1, pp.

39-48

INFLUENCIA DE LA CULTURA EN LA EXPERIENCIA DEL CÁNCER


María Die Trill
Unidad de Psico-Oncología
Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid

Resumen Summary
El cuidado óptimo del paciente con cáncer Optimal cancer care should integrate cul-
debería integrar variables culturales que influ- tural variables that influence psychosocial
yen en el enfrentamiento a la enfermedad. Este adjustment to the disease and its treatments.
artículo describe algunos aspectos del bagaje This article describes some of the most impor-
cultural de un individuo que afectan su respues- tant cultural variables that may affect an indi-
ta al proceso oncológico: las atribuciones cau- vidual’s response to the disease: causal attribu-
sales al cáncer; el rol de la familia en el cuida- tions to cancer; family members´ role in patient
do del paciente; el proceso de transmisión de care; truth-telling practices; attitudes towards
información médica; las actitudes ante el dolor, pain; and attitudes towards death and dying. The
y las actitudes ante la muerte y los rituales de article is based on others previously published.
duelo. El artículo está basado en otros previa- Its main purpose is to increase medical staff’s
mente publicados. Su objetivo principal es con- awareness of the need to understand the cultur-
cienciar al personal sanitario de la necesidad de ally different cancer patient in societies in
comprender al enfermo oncológico cultural- which increasing immigration rates oblige some
mente distinto en unas sociedades en las que las individuals to treat and confront their illness in
crecientes tasas de emigración obligan a algu- cultural environments that are unknown to
nos a tratar su enfermedad en entornos cultu- them.
rales diferentes a aquellos de los que proceden.
Key Words: culture, cancer, information, atti-
Palabras clave: cultura, cáncer, información, tudes.
actitudes.

INTRODUCCIÓN una persona enferma; el significado que se


atribuye a los síntomas físicos; el uso de
Se puede definir la cultura como un tratamientos alternativos cuya eficacia no
conjunto de patrones aprendidos de com- se ha demostrado científicamente; y la
portamientos, creencias y valores compar- actitud que se mantiene ante el deterioro
tidos por un grupo social particular que físico progresivo y la muerte, entre otros.
proporcionan a los individuos una identi- Ingresar en un hospital, someterse a un
dad y un marco de referencia para inter- examen médico, sufrir una enfermedad
pretar la experiencia(1, 2). La cultura define crónica o aceptar una limitación física per-
las creencias acerca de la enfermedad y la
manente tendrá por tanto, significados
salud; la experiencia y la respuesta al
diferentes para distintas personas según el
dolor; la identificación y la selección de
entorno cultural en el que se desenvuel-
cuidados médicos; el valor atribuido a las
van. Incluso el concepto de salud varía
diferentes partes del cuerpo y a sus altera-
ciones; las fuentes de apoyo que recibe entre los diferentes grupos culturales, de
modo que lo que se considera “natural” y
“humano” puede diferir entre culturas.
Correspondencia:
Sin embargo, el cáncer es una enferme-
dad temida en todas las culturas. Aunque
Maria Die Trill.
Unidad de Psico-Oncología. Departamento de Oncología. su asociación al sufrimiento, al dolor y a la
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. muerte transgrede barreras geográficas y
C/ Maiquez, 7. 28007 Madrid.
E-mail: maria.die@madrid.org culturales que separan a la humanidad en
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muchas otras cuestiones, las actitudes y En este artículo, basado en publicacio-


comportamientos que se exhiben ante esta nes previas(5-10), se identifican algunas varia-
enfermedad varían entre individuos. Estas bles culturales que influyen en la adapta-
actitudes y comportamientos ante el cáncer ción del paciente oncológico: la transmi-
dependen de factores culturales que, suma- sión de información al paciente y su fami-
dos a otras variables (sociales, de persona- lia; el rol de la familia en el cuidado del
lidad, etc.) explican la interpretación y el paciente; las creencias acerca de las causas
sentido que cada uno le asigna a la enfer- del cáncer; las actitudes ante el dolor físico
medad. Así, la cultura transmitida de una y las actitudes ante la muerte y el duelo.
generación a otra, explicará en parte, por
qué algunos tibetanos emplean minerales
molidos o “pastillas preciosas” para tratar el LA TRANSMISIÓN
cáncer(3) mientras que personas de otras cul- DE INFORMACIÓN MÉDICA
turas intentan ahuyentar a los malos espíri- El proceso de transmisión de informa-
tus que invaden el cuerpo del enfermo o ción médica varía de una cultura a otra. En
acuden a centros oncológicos especializa- unos grupos culturales se considera nece-
dos para controlar su enfermedad. La cul- sario y éticamente correcto mantener al
tura, unida a estas variables, ayuda a enten- paciente informado en todo momento de su
der el significado atribuido al cáncer. De
diagnóstico y de su pronóstico, incluso en
ahí que algunos individuos encuentren que
el caso de que éste sea pobre. En otras sin
el sufrimiento que produce un diagnóstico
embargo, describir la condición médica a
oncológico puede conducirles a algún tipo
un enfermo oncológico se considera una
de salvación –generalmente espiritual–
práctica cruel e inhumana que no hace más
produciendo un cambio positivo en sus
que acelerar su sufrimiento y favorecer el
vidas. Estas personas frecuentemente des-
criben cómo el cáncer les ha ayudado a desarrollo de sentimientos depresivos que
apreciar determinados aspectos de sus pueden llevarle incluso al suicidio, agravar
vidas que tenían abandonados. Otras sin su enfermedad, o impedirle luchar contra
embargo, viven el cáncer como una expe- ella.
riencia intensamente negativa que no pro- La cultura influye significativamente en
duce más que sufrimiento y amargura, inca- el proceso de transmisión de información
pacidad y deterioro. Ambas actitudes ante médica tanto al paciente oncológico adul-
una misma enfermedad producirán res- to como al infantil. A pesar de que muchos
puestas muy diferentes que tendrán impli- aspectos del desarrollo intelectual son uni-
caciones diversas tanto para el individuo versales, existen todavía muchas culturas
enfermo como para su entorno, y que esta- en las que a un niño enfermo no se le con-
rán también influidas por la cultura en la sidera lo suficientemente capaz de tolerar
que se desenvuelve. ni entender información acerca de su con-
El concepto de enfermedad por tanto ha dición médica. En otros grupos culturales,
de tener en cuenta que una persona no es sin embargo, la práctica más frecuente con-
solamente un organismo biológico sino que siste en proporcionar al pequeño paciente
engloba el conjunto de sentimientos y acti- una explicación de la enfermedad que
vidades simbólicas del pensamiento y del padece, de por qué necesita ser hospitali-
lenguaje. Cómo una persona vive su enfer- zado y recibir tratamientos altamente agre-
medad, el significado que le atribuye, y sivos y hacerle partícipe activo en el proce-
cómo dicho significado influye en su com- so terapéutico(10).
portamiento e interacción con otros indivi- En un intento por identificar diferencias
duos serán componentes integrales de la culturales en la transmisión de información
enfermedad concebida como una respues- médica en oncología, Holland et al.(11) obtu-
ta humana integral(4). vieron datos de 90 médicos trabajando en
Influencia de la cultura en la experiencia del cáncer 41

20 países. La palabra “cáncer” era frecuen- viamente a la confirmación del diagnósti-


temente evitada en las discusiones con los co. En comparación con los resultados
pacientes y sustituida por otras que impli- obtenidos por Holland et al.(11), aquellos paí-
caban “crecimiento” (p. e., tumor, bulto), ses en los que se estimaron porcentajes más
inflamación, o cambio patofisiológico (p. elevados de transmisión de información
e., enfermedad de la sangre, tejido precan- diagnóstica en 1987 se mantuvieron eleva-
ceroso). La mayor parte de los entrevistados dos en nuestro estudio diez años después e
(90%) indicaron que existía una tendencia incluían principalmente países del norte de
global a transmitir información médica más Europa, Suiza y Norte América. Participan-
detallada al enfermo oncológico. Sin tes de Francia y Portugal reportaron índices
embargo, profesionales procedentes de bajos (<40%) de transmisión de informa-
África, Francia, Hungría, Italia, Japón, ción diagnóstica en 1987 pero no en 1996,
Panamá, Portugal y España estimaron que y aquellos de España reportaron índices
la palabra “cáncer” la empleaban sólo un bajos (<40%) de transmisión de informa-
40% de sus colegas en sus respectivos paí- ción diagnóstica en 1987 y en 1996. En
ses. Con el fin de comparar estos resultados general, los encuestados estimaron que los
con la transmisión de información médica mayores índices de transmisión de informa-
diez años después, a través de la Sociedad ción diagnóstica tienen lugar en los centros
Internacional de Psico-Oncología (Interna- e instituciones académicas y en aquellas
tional Psycho-Oncology Society – IPOS) ubicadas en zonas urbanas más que rura-
entrevistamos a 580 médicos cuya activi- les, como era de esperar. El 70% de los
dad principal era la oncología, procedentes entrevistados en 1996 indicaron que había
de 28 países. A nivel mundial, aún se iden- una tendencia generalizada a informar con
tificaron países en los que el diagnóstico de mayor detalle al paciente oncológico acer-
un cáncer se revelaba a menos del 50% de ca de su enfermedad.
los pacientes. A excepción de Siria, la Se han descrito diferencias culturales
mayoría de los especialistas informaban a en el grado de detalle de la información
sus pacientes de un buen pronóstico. Raras médica transmitida, en la persona –dentro
veces parece transmitirse información acer- de la constelación familiar– a la que se
ca de un mal pronóstico, a excepción de transmite la información, y en aquellos con
países en los que históricamente se ha quienes el paciente comparte la informa-
hecho énfasis en una comunicación total y ción sobre la enfermedad(12).
honesta con el enfermo: Estados Unidos, Aunque parece que la tendencia hacia
Australia y Holanda. Solamente en ocho de una mayor honestidad en la comunicación
los países participantes, los profesionales médico-paciente es real y universal, sin
indicaron que se transmitía la misma infor- embargo, aún se detectan factores cultura-
mación médica al paciente que a su fami- les que influyen y determinan todas las
lia. En general, se proporciona información fases del proceso de transmisión de infor-
médica más exacta a los familiares de los mación médica al paciente con cáncer y a
enfermos en más del 50% de los casos. su familia. La identificación de estos facto-
Según los encuestados, en Siria e India se res puede facilitar tanto la fluidez en la
transmite información médica más exacta a comunicación con el paciente como el
los familiares que a los pacientes en más del conocimiento más profundo de su compor-
80% de los casos. Se observaron además, tamiento y actitud ante el cáncer.
diferencias culturales en el momento en el Si la transmisión de información diag-
que se transmite la información médica, de nóstica y pronóstica refleja diferencias cul-
manera que los especialistas estadouniden- turales palpables, la comunicación con el
ses fueron quienes estimaron el porcentaje enfermo terminal acerca de su propia muer-
más elevado de casos en los que se men- te se encuentra con numerosas barreras en
ciona un posible diagnóstico de cáncer pre- muchas culturas. Aquellas en las que la
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muerte suele estar más integrada en la vida en su lucha contra el cáncer, tomará deci-
diaria tenderán a facilitar este tipo de diá- siones médicas con mayor autonomía res-
logo con el paciente moribundo, dado que pecto a la familia, y tendrá una mayor per-
el morir será una parte aceptada de la vida. cepción de control sobre la enfermedad y
En culturas en las que el temor a la muerte los tratamientos que recibe. En otras cultu-
esté más arraigado, se tenderá a evitar dis- ras por el contrario, se valoran la dependen-
cusiones acerca de ella. Manifestaciones de cia en los lazos familiares, la comunicación
ello son la evitación de conversaciones estrecha entre sus miembros y la lealtad
acerca de la muerte y el uso de eufemismos familiar por encima de las necesidades
o de un lenguaje que evita alusiones direc- individuales y personales de cada miem-
tas a la muerte. La transmisión de informa- bro. En ellas la familia se convierte en la
ción médica no se limita por tanto, a infor- unidad de tratamiento. El enfermo con cán-
mación acerca del diagnóstico y pronósti- cer encontrará apoyo familiar para afrontar
co sino que constituye un proceso cuyas la enfermedad, y la carga de la responsabi-
fases, todas ellas, estarán influidas de una lidad que genera la enfermedad será com-
manera u otra por la cultura en la que está partida, pero su percepción de control
sumergido el enfermo. sobre ella puede verse reducida(5).
Las creencias que la familia tenga acer-
ca de la salud y de la enfermedad se trans-
EL ROL DE LA FAMILIA
mitirán de una generación a otra a través de
EN EL CUIDADO DEL PACIENTE patrones inconscientes de comportamiento
ONCOLÓGICO y de actitud, y estarán influidas no solo por
Las culturas definen de modo diferente el grupo cultural al que pertenece la fami-
el concepto de familia. Mientras que en lia, sino también por la misma cultura fami-
algunas culturas se considera familia al liar. TR era una mujer de 69 años con un
núcleo formado por padres e hijos, en otras cáncer de mama en fase terminal. Sus hijas
culturas la familia se refiere a todos aque- se referían a la enfermedad de TR como una
llos miembros unidos por lazos de sangre “gripe” cuando estaban en su presencia. Al
(tíos, abuelos, primos) con los que se man- preguntarles por la información médica
tiene una estrecha relación. que se les había proporcionado, las hijas de
El grupo cultural al que pertenece un la paciente explicaron que sus abuelos y
paciente oncológico determinará en parte, varios tíos habían fallecido de cáncer, y que
quién será su cuidador principal; quién es dada la elevada angustia que generaba el
el miembro de la familia que tomará deci- sonido de la palabra “cáncer” en la familia,
siones médicas; qué rol va a adoptar cada habían decidido hacía muchos años, refe-
uno de los miembros familiares ante la rirse a esta enfermedad como “gripe”. Esto,
enfermedad y cómo se va a implicar cada según indicaban, parecía reducir la carga
uno de ellos; cómo se va a transmitir la afectiva tan grande y el significado asocia-
información médica; el grado de cohesión do a pérdida y muerte que conllevaba para
entre sus miembros, y cómo va a reaccio- ellos el uso de la palabra “cáncer”(7).
nar la familia como grupo, a la nueva con-
dición médica. En general, culturas en las CREENCIAS ACERCA DE LAS CAUSAS
que se valoran la autonomía y la indepen- DEL CÁNCER
dencia individual estarán compuestas por
familias en las que existen límites bien dife- La medicina proporciona modelos teó-
renciados entre sus miembros. En estas ricos que explican, entre otras cosas, cómo
familias el paciente oncológico asumirá la se producen las enfermedades, cuál es su
responsabilidad de su cuidado médico por curso natural, cuáles son sus formas de tra-
sí mismo, esto es, adoptará un papel activo tamiento; por qué afectan a unos y no a
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otros; y cómo se pueden controlar y preve- kin que acudía a nuestra Unidad de Psico-
nir. Aunque los avances en el conocimien- oncología por padecer síntomas depresivos
to médico han sido significativos en las últi- leves secundarios a su diagnóstico. La
mas décadas, la medicina actual aún care- paciente consideraba que su enfermedad
ce de los medios suficientes para definir era consecuencia de una maldición de su
todos los aspectos de enfermedades con- cuñado por no haberse casado con él sino
cretas como el cáncer. Aquellas personas con su hermano. O el de RP, la mujer de un
que las padecen tienden a plantearse pre- paciente que se encontraba recibiendo qui-
guntas para las cuales no existe una res- mioterapia paliativa por un cáncer en fase
puesta científica. Es reacción natural del ser terminal en el momento de su evaluación
humano intentar entender aquellas cosas psico-oncológica. RP describió una rela-
que le suceden con el fin de reducir los ción muy conflictiva con su marido ahora
niveles de ansiedad que genera la incerti- gravemente enfermo. Expresó durante la
dumbre. Por ello los individuos con cáncer entrevista una gran hostilidad hacia su
con frecuencia definen sus propias respues- marido por la larga historia de enfermeda-
tas personales a las lagunas que deja la des venéreas de las que éste se había teni-
ciencia, por ejemplo, se responden a la pre- do que tratar durante su larga vida conyu-
gunta de qué es lo que ha causado su enfer- gal, secundarias a relaciones extramarita-
medad. Tales atribuciones causales están les. Para RP, la enfermedad de su esposo
influidas por factores culturales, son resis- constituía un castigo divino por su “mal
tentes al razonamiento médico, y el pacien- comportamiento” durante su vida en
te tiende a no compartirlas, generalmente común.
por vergüenza. Pueden incluir creencias Mientras que algunos enfermos con
tanto científicamente válidas como creen- cáncer se culpabilizan o interpretan el cán-
cias irracionales, ilógicas e incluso deliran- cer como una forma de castigo(17, 18), otros
tes acerca de las causas del cáncer. Así, en describen el azar(19, 20); el estrés(21, 22); factores
algunas culturas se dan explicaciones físicos(23); problemas psíquicos(24) o incluso
sobrenaturales o “mágicas” a las enferme- la homosexualidad(25) como causas de su
dades (p. e., un humor determinado, una mal.
personalidad “mala”; o un mal espíritu pue- En un intento por identificar la frecuen-
den causarlas) a las que se da mayor impor- cia y el contenido de las atribuciones cau-
tancia que a las explicaciones naturales sales en oncología, llevamos a cabo un
(p. e., agentes patógenos)(13-15). En otros gru- estudio descriptivo en el que preguntamos
pos culturales se categorizan las causas de a 60 pacientes oncológicos ambulatorios
la enfermedad en internas o externas. Así, cuáles pensaban que eran las causas de su
se ha descrito una tendencia a describir enfermedad(5, 6). Solamente el 10% de los
causas internas de la enfermedad en cultu- entrevistados indicaron no poseer explica-
ras anglosajonas, mientras que se ha consi- ción alguna. Más del 18% de los enfermos
derado que tienden a concebir la enferme- reportaron barajar más de una atribución
dad más frecuentemente como consecuen- causal. Tales atribuciones se categorizaron
cia de un fracaso de las defensas internas en dos grupos: atribuciones causales inter-
en países como Alemania y Francia(16). nas o externas, según el grado de control
La asignación de culpabilidad o res- que se consideraba que el paciente ejercía
ponsabilidad es también el resultado en sobre la causa identificada. Entre las atribu-
parte, del desconocimiento acerca de la ciones causales internas se encontraban
etiología del cáncer. Con frecuencia el comportamientos (por ejemplo, beber,
paciente con cáncer tiende a culparse a sí fumar, trabajar en exceso, rascarse); atribu-
mismo o a otros de su entorno por la enfer- ciones afectivas (por ejemplo, estrés, sufri-
medad que padece. Tal era el caso de una miento, depresión, mal humor, decepcio-
mujer de 32 años con un linfoma de Hodg- nes); castigo y culpabilización (por ejem-
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plo, venganza, maldición); y atribuciones explicar su enfermedad lo hicieron duran-


cognitivas (por ejemplo, obsesiones y pen- te los dos primeros años de ésta, mientras
samientos de padecer un cáncer en el futu- que aquellos que no identificaron atribu-
ro). Entre las atribuciones causales externas ción causal alguna en el periodo inicial tras
se incluyeron: susceptibilidad constitucio- el diagnóstico, tendían a no hacerlo duran-
nal (por ejemplo, factores genéticos, enve- te el curso posterior de la enfermedad. Se
jecimiento); factores ambientales (por puede hipotetizar que existen en este sen-
ejemplo, nutrición, exposición a ciertos tido dos grupos de pacientes. Uno que
materiales); trauma o daño físico (por ejem- necesita implicarse en una búsqueda de
plo, golpes, accidentes); el destino, y facto- explicaciones que justifiquen su cáncer con
res físicos (por ejemplo, una inflamación). el fin de afrontarlo y darle sentido al caos
La Tabla 1 describe la frecuencia con que originado por el diagnóstico. Otro grupo
se identificó cada atribución. emplea probablemente otro tipo de estrate-
Mayor número de pacientes identifica- gias de afrontamiento ante la enfermedad.
ron causas internas (64%) que externas, Las atribuciones causales que se hagan
independientemente de su edad y de su del cáncer definirán en parte, el tratamien-
nivel socio-cultural. La mayoría de las atri- to que se busque para la enfermedad. Por
buciones (83,5%) se identificaban durante ejemplo, en culturas que favorecen las
los dos primeros años después de confir- explicaciones sobrenaturales o mágicas de
marse el diagnóstico oncológico. Esto es, a la enfermedad, los pacientes que las padez-
mayor distancia en el tiempo del diagnós- can buscarán a magos, hechiceros o curan-
tico, menor tendencia a tener una atribu- deros para tratarla, o combinarán el trata-
ción causal. Por otra parte, aquellos pacien- miento médico convencional con el uso de
tes que no tenían ninguna atribución cau- terapias complementarias cuya eficacia
sal también habían sido diagnosticados contra la enfermedad en cuestión no se ha
durante los dos años anteriores. Estos resul- demostrado empíricamente.
tados sugieren que aquellos pacientes que Son igualmente importantes las causas
identificaron atribuciones causales para atribuidas a los diferentes síntomas físicos

Tabla 1. Clasificación de atribuciones causales y sus frecuencias

Tipo de frecuencia causal Frecuencia (%)


Atribuciones causales externas
Susceptibilidad constitucional (factores genéticos, envejecimiento) 33,3
Ambiental (nutrición, exposición a ciertos materiales) 25,0
Trauma (Daño físico, Injury) 25,0
Destino 12,5
Factores físicos (inflamación) 4,2
Atribuciones causales internas
Comportamentales (beber, fumar, trabajar en exceso, rascarse) 37,21
Afectivas (estrés, sufrimiento, depresión, mal humor, decepciones) 37,21
Castigo/culpabilización (venganza, maldición) 20,9
Cognitivas (obsesiones y pensamientos acerca de desarrollar un
cáncer en el futuro) 4,65

Tomado de Die Trill(5, 6).


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que se experimentan con el cáncer y sus tra- cuncisión, los varones Bariba aprenden a
tamientos. En muchos casos los pacientes demostrar un estoicismo extremo antes que
consideran que la causa por la que la qui- sufrir una deshonra pública. De igual for-
mioterapia antineoplásica es eficaz es por- ma, la mujer Bariba tampoco expresa dolor
que produce efectos secundarios y experi- durante el parto, solicitando asistencia úni-
mentan elevados niveles de angustia cuan- camente cuando se ha de cortar el cordón
do no los desarrollan. Tal era el caso de una umbilical(31).
paciente de 48 años con un tumor cerebral Se han observado diferencias en la
que se negaba a recibir tratamiento antie- expresión del dolor físico según el entorno
mético durante la administración de qui- de vida y las condiciones laborales. Así, se
mioterapia porque creía que cada vez que ha descrito un mayor estoicismo en situa-
vomitaba eliminaba pequeñas partes del ciones de condiciones desfavorables (por
tumor, acelerándose así su curación(5). ejemplo, entre los sherpas de Nepal y los
mineros canadienses)(32, 33). Gran parte de la
diversidad cultural en la expresión observa-
LAS ACTITUDES ANTE EL DOLOR da de dolor puede explicarse en función de
los efectos de un moldeamiento temprano
Frecuentemente llaman la atención las
durante las experiencias tempranas con el
diferencias en el comportamiento asociado
dolor que condiciona y moldea las respues-
al dolor. A lo largo de los siglos, varios auto-
tas posteriores a él.
res han descrito factores culturales que La importancia de que el personal sani-
parecen conducir a un individuo a expre- tario en oncología entienda estas diferen-
sar una reacción patológica al dolor o a pro- cias culturales que influyen y determinan
ducir una respuesta estoica. Algunas de las respuestas al dolor físico estriba en que
estas observaciones no han sido más que tendemos a considerar anormales o patoló-
producto de los estereotipos en los que gicas aquellas respuestas que difieren de las
fácilmente tendemos a caer. Sin embargo, nuestras propias. Tales diferencias pueden
en las últimas décadas se han comenzado inhibir o interferir con una atención sanita-
a estudiar los factores culturales y su ria adecuada al paciente y perpetuar un sín-
influencia en la vivencia y expresión del drome doloroso al considerar que el
dolor(26-30). Existen diferencias lingüísticas y paciente “está exagerando” su dolor o por
semánticas entre los diversos grupos cultu- el contrario, cuando no se queja de él.
rales que interfieren en la medición del El tratamiento del dolor también varía
dolor y que limitan el desarrollo de estudios significativamente de una cultura a otra(9).
multiculturales en los que se podrían com- Según Payer(16) mientras que en algunas cul-
parar varios parámetros asociados al dolor turas se tiende a hacer mayor uso de agen-
en las diversas culturas. Más allá de estas tes externos que lo controlen (por ejemplo,
diferencias en el lenguaje, el comporta- masajes, ungüentos, etc.), en otras, se hace
miento asociado al dolor puede significar mayor uso de agentes internos tales como
cosas dispares en diferentes culturas, la medicación oral y la acupuntura. Es
dependiendo de las creencias específicas imperativo que junto con las recomenda-
de cada grupo. Por ejemplo, se ha descrito ciones médicas para controlar el dolor, el
a los Bariba del oeste de África como un especialista sea consciente de factores cul-
grupo que posee un escaso vocabulario turales que pueden estar influyendo en su
para expresar dolor verbalmente. La actitud vivencia, en su expresión y en su control.
estoica y de tolerancia al dolor son deter- Asimismo, la combinación de prescripcio-
minantes importantes de honor y vergüen- nes médicas científicamente válidas con
za en la cultura Bariba. Independientemen- otros métodos tradicionales de control del
te de que experimenten dolor por heridas dolor que faciliten el tratamiento adecua-
sufridas durante una batalla o por una cir- do, siempre y cuando estas terapias formen
46 María Die Trill

parte del repertorio de conductas apropia- de intentar evitar el sufrimiento que produ-
das del paciente, será deseable con el fin de ce la pérdida. Las creencias en una vida
optimizar los resultados terapéuticos. después de la muerte reflejan también una
actitud negadora de la vida, ya que supo-
nen una continuidad de ésta(7).
LAS ACTITUDES ANTE LA MUERTE Existen, además, diferencias culturales
Y EL DUELO significativas en los rituales post-mortem.
El acercamiento a la muerte ha variado Unas culturas favorecen la expresión afecti-
a lo largo de la historia de la humanidad. va mientras que otras abogan por una acti-
Así, durante la Edad Media se solía afrontar tud estoica y controlada de los sentimientos
la muerte atribuyéndole un sentido perso- que ha podido producir la pérdida. Se han
nal y particular y realizando pocos esfuer- descrito familias –por ejemplo las irlandesas
zos por modificar su curso. Con el desarro- o algunas familias de color del sur de los Esta-
llo de las tecnologías médicas, el objetivo dos Unidos– en las que generalmente se con-
del tratamiento médico es, en muchos sidera la muerte como la transición más sig-
casos, prolongar la vida y facilitar el “bien nificativa del ciclo vital, de manera que
morir”. A pesar de que la muerte es un todos los miembros de una familia y los ami-
hecho universal, no todos nos enfrentamos gos se esfuerzan por acudir al velatorio y a
a ella del mismo modo. No sólo el enfren- los funerales del fallecido. En el caso de los
tamiento a ella ha variado históricamente, grupos de color del sur de Estados Unidos,
sino también de una cultura a otra. Unos las familias incurren en enormes gastos para
grupos culturales, influidos por la creencia comprar flores, contratar bandas musicales,
de que la muerte es parte integral de la vida, etc. con el fin de celebrar los ritos funerarios.
se acercan a la muerte desde una perspec- Tales costumbres se relacionan con la creen-
tiva opuesta a la de aquellos grupos cultu- cia de que la vida en este mundo está llena
rales en los que se mantiene una actitud de sufrimiento y de que la muerte implica
enormemente negadora. Expresiones ver- una apertura a una vida mejor(34).
bales en las que se evita el uso de las pala-
bras “muerte” o “morir” como por ejemplo CONCLUSIONES
“He passed away” (Ha pasado de largo) o
“He went to meet his Maker” (Ha ido a Son numerosas las variables que deter-
encontrarse con su creador”) reflejan tal minan cómo reacciona un individuo al
actitud. La existencia de casas funerarias en diagnóstico de un cáncer y a su tratamien-
algunas culturas en las que se engalana al to. Entre ellas, la cultura juega un papel de
fallecido y se le maquilla de manera que peso generalmente olvidado, a pesar de su
frecuentemente tiene un aspecto más salu- influencia sobre la experiencia de la enfer-
dable que los vivos, y el alejamiento en medad. El conocimiento básico de los
algunos hospitales de las morgues y velato- aspectos culturales que influyen en la adap-
rios son otro reflejo de estos intentos por tación psicosocial al cáncer facilita las
evitar el contacto con la muerte. Mientras interacciones entre los miembros del perso-
que en unas culturas se prioriza la muerte nal sanitario, el paciente y su familia, y per-
“controlada” en los hospitales o institucio- mite adoptar una actitud integradora en el
nes de manera que el fallecimiento supon- cuidado del enfermo oncológico que tenga
ga una incomodidad mínima para los fami- en cuenta sus sistemas de creencias y los
liares, en otras, es impensable morir aleja- conceptos de enfermedad que son cultural-
do del propio hogar sin estar rodeado de los mente apropiados para él. Este artículo no
seres más queridos. Hay culturas que se pretende más que plantear la probabilidad
mueven hacia la minimización de todos los de que una posible fuente de conflicto con
rituales ante la muerte, con el fin exclusivo un enfermo culturalmente diferente es el
Influencia de la cultura en la experiencia del cáncer 47

desconocimiento por parte del personal 9. Die Trill M, Holland J. Cross-cultural differ-
sanitario, de cómo la cultura influye en el ences in the care of patients with cancer. A
comportamiento y en las actitudes del review. Gen Hosp Psychiat 1993; 15, 21-30.
paciente y de su familia ante la enfermedad. 10. Die Trill M, Kovalcik R. The child with can-
cer: Influence of culture on truth telling and
Aunque solamente se han tratado algunos patient care. En A Surbone y M Zwitter, edi-
de los aspectos de la cultura, el conoci- tores. Communication with the cancer
miento cultural no se debe limitar a ellos Patient: Information and Truth. New York.
sino por el contrario, abrirse a otros aspec- Academy of Sciences, New York, 1997, p.
tos como el lenguaje y el pensamiento, los 197-210.
comportamientos de prevención y los con- 11. Holland JC, Geary N, Marchini T, Tross S.
ceptos de autonomía y dependencia, que An international survey of physician´s atti-
son igualmente importantes. En una socie- tudes and practice in regard to revealing the
diagnosis of cancer. Cancer Invest 1987; 5
dad como la actual, cada vez más multicul-
(2): 151-54.
tural y en la que se camina con pasos agi- 12. Mitchell JL Cross-cultural issues in the dis-
gantados hacia la globalización, la profun- closure of cancer. Cancer Practice, 1998, 6:
dización en estos conceptos adquirirá una 153-60.
importancia creciente y optimizará el cui- 13. Namboze JM. Health and Culture in an
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