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Iduán Armando García Vega

Historia de la filosofía VI
Reporte de lectura II : Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la
metafísica.

Reconozco que me siento muy inclinado a afirmar la existencia de


naturalezas inmateriales en el mundo y a incluir mi propia alma en la
clase de estos seres. Pero entonces ¿cuán misteriosa no se vuelve la unión
entre un espíritu y un cuerpo?, y, a la vez, ¿no resulta lógica esa
incomprensibilidad dado que nuestros conceptos sobre acciones externas
son inferidos de los de la materia y siempre van unidos a las condiciones
de la presión o de choque que no se dan en este caso?1

En la cita anterior, esta contenido, a mi parecer el problema fundamental del capitulo


primero del texto Los sueños de un visionario del filosofo prusiano Immanuel Kant. Se
discute la naturaleza de los seres espirituales y como su concepto es difícil de determinar.
Tal como si se trata de un ser material o inmaterial y cuál es su localización en el espacio.

Al tratarse de un concepto muy estudiado pero poco claro, es interesante el tratamiento que
ofrece el autor. Menciona que para conocer el concepto de espíritu es importante tomar el
concepto en todos sus usos y observar en cual conviene y en cual es rechazable, de esta
forma, se quitaran las nociones comunes o poco útiles que se tienen del concepto.

En la primera parte se discute el concepto de espíritu. Primero se discute si puede tratarse


de un ser material o inmaterial, y si éste puede tener razón o no. Se toma la definición
provisional, proveniente de la filosofía escolar, de que un espíritu es un ser que tiene razón.

Es útil comenzar con esta posición, ya que generalmente se asocia al espíritu como
inmaterial y un ser con razón. Primero se acepta que tiene algún tipo de razón y después se
discute si puede ser material. El ejemplo que proporciona el autor es el del alma humana
que comúnmente se asocia con el concepto de espíritu. El alma se toma siempre como

1Immanuel Kant, (1976). Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la metafísica.
Traducción, introducción y notas de Pedro Chacó n e Isidoro Reguera. Editorial Alianza. Madrid. p,40.
racional, pero se discute su materialidad, de esta misma forma, el espíritu se toma como
racional y se discute su materialidad o inmaterialidad.

Para que el espíritu sea material tiene que ocupar un lugar en el espacio, es decir, tener
extensión. Todo cuerpo material está determinado por la fuerza de repulsión que un cuerpo
genera cuando se pone en el mismo espacio con otro. Esto se sabe de los cuerpos en su
manifestación externa, en lo que la experiencia sensible es capaza de proporcionar.

Pero, si se adjudica alguna manifestación interna a la materia, y con ello algún tipo de
espiritualidad dice el autor que no se podría esto no se podría probar, puesto que va mas
allá de la experiencia. Con esto también se rechaza la inmaterialidad de los espíritus puesto
que al no manifestar características externas no se podría tener una localización espacial, y
no podrían estar en contacto con otros cuerpos.

Finalmente se deja ver que la única vía es decir que el espíritu es inmaterial pero que ocupa
un espacio singular, es decir, es una sustancia simple. Esta vía es la aceptada por Descartes,
pero deja muchos problemas. El principal es la relación entre lo material y lo inmaterial, y
como ejemplo paradigmático la relación alma cuerpo.

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