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RENTA 1ª PARTE

De la materia y destino del impuesto a la renta.

La Ley de la Renta, en su artículo 1º, establece un impuesto a beneficio fiscal,


que se aplica sobre la «renta».

En general, los sistemas tributarios están estructurados sobre la base de que los
impuestos que gravan las rentas o utilidades de las empresas y de las personas
naturales, recaigan sobre aquellos sectores de mayores ingresos, y de acuerdo a
tasas progresivas o alícuotas y por tramos o escalas que cambian en relación con
las alteraciones que experimenta la base imponible, estableciéndose, en esta
forma, un equilibrio en el cálculo de los tributos, asegurándose así un adecuado
aporte de las personas que concurren al pago de los impuestos, en la medida
exacta que a cada cual corresponde, de acuerdo con el monto de sus ingresos
afectos al gravamen.

Desde la publicación del Decreto Ley Nº 824, de 1974, numerosas leyes y


decretos han modificado o complementado su actual texto, tendientes estas
modificaciones a aumentar la equidad, eficiencia, simplicidad, neutralidad y
generalidad del impuesto, como así también, el de incentivar el ahorro, el
desarrollo de las empresas y, obviamente, como medidas de financiamiento fiscal.

Consecuente con los principios básicos que deben primar en un sistema


tributario y con los objetivos que se han señalado en el párrafo anterior, a contar
del año comercial 1984, diversas reformas han modificado el mecanismo
tributario de la Ley de la Renta, estableciendo o fijando un nuevo régimen
impositivo en base a retiros o distribuciones, cambios que han afectado
principalmente a aquellas empresas obligadas a declarar su renta efectiva
mediante contabilidad completa.

Reformas que, además de efectuar cambios fundamentales en la definición de


las bases imponibles, han suprimido y modificado tasas impositivas, han
establecido cambios en la modalidad de pago de los impuestos, como así, también
la dictación de normas especiales que conllevan el nacimiento de nuevas
obligaciones tributarias.

Régimen tributario aplicable hasta el 31.12.83

Las empresas de Primera Categoría obligadas a declarar sus rentas


efectivas mediante un balance general según contabilidad completa se afectaban
con impuestos en la oportunidad de la generación u obtención de las rentas.

Así, por ejemplo, las empresas se gravaban con el impuesto de Primera


Categoría sobre sus rentas percibidas como devengadas; por su parte, el
empresario individual socios y accionistas (en este último caso a través del
impuesto tasa adicional del ex artículo 21º que pagaba la sociedad), debían
satisfacer de inmediato sus impuestos personales de Global Complementario o
Adicional, según corresponda, sobre la totalidad de las rentas o beneficios
obtenidos por las respectivas empresas.

El principal problema o inconveniente que presentaba este esquema


tributario era que, tal como estaba concebido gravaba con impuestos a las
utilidades que se encontraban invertidas en la empresa; ya que si sus
propietarios o dueños optaban por no retirar dichas rentas y decidían por
consiguiente mantenerlas en las empresas con el objeto de adecuar la estructura
económica financiera de éstas, igualmente debían cumplir con la tributación
dispuesta, en el momento en que se generaban dichas utilidades. Esto, por
supuesto, no incentivaba el ahorro ni la inversión. Es por lo anterior que se
estimó de toda conveniencia, modificar o adecuar dicha estructura tributaria,
estableciéndose una nueva forma de tributación, en la que no se afectara con
impuestos la reinversión de utilidades en las propias empresas que las
generaban, y ésta es la que se estableció en la ley Nº 18.293 de 1984, que
estableció cambios significativos al D.L. 824

Régimen tributario aplicable a contar de 1984

Este nuevo sistema tributario mantuvo el impuesto de Primera Categoría


con tasa de 10% (el que en 1990 subió a 15 %, en el 2002 a 16%, en el 2003 al
16,5% y en el 2004, tributario 2005 es en definitiva 17%) sobre las rentas
percibidas o devengadas por las empresas, pero, el citado tributo adquirió, a
contar del año tributario 1985, el carácter de crédito contra el impuesto Global
Complementario o Adicional que declaren los empresarios individuales, socios o
accionistas, en relación a las rentas que les corresponda, produciéndose, por lo
tanto, una evidente disminución de la carga tributaria de los contribuyentes.

En el impuesto Global Complementario o Adicional, según corresponda, se


declaran solo las rentas que se retiren, distribuyan o remesen; en otras palabras,
la afectación de dichas rentas con los impuestos personales, ocurrirá en la
oportunidad en que las citadas utilidades sean retiradas de las empresas por sus
propietarios o dueños o distribuidas a los mismos por las sociedades respectivas;
con excepción de aquellos retiros efectuados por los empresarios individuales o
socios de las sociedades de personas que se destinen a determinadas
reinversiones que la propia ley define.

En resumen, las utilidades generadas por las empresas prosiguen


afectándose con el impuesto de Primera Categoría en el período de su percepción
o devengo y determinándose la base imponible de dicho tributo conforme al
mecanismo establecido en los artículos 29 al 33 de la LIR; pero si dichas
utilidades se capitalizan o se mantienen en las mismas empresas que las
generaron o se invierten en otras, el tributo de los impuestos Global
Complementario o Adicional, según corresponda, se suspende o se posterga hasta
cuando dichas rentas o utilidades sean retiradas por sus beneficiarios.

Concepto o definición de renta y análisis de los términos: ingreso, utilidad,


beneficio e incremento de patrimonio.

El inciso 1º del número 1 del artículo 2º de la Ley de la Renta, define


categóricamente lo que debe considerarse renta, al expresar que por «renta» se
entenderá:

- Los ingresos que constituyan utilidades.

- Los beneficios que rinda una cosa o actividad.

- Todos los beneficios, utilidades e incrementos de patrimonio que se perciban o


devenguen, cualquiera sea su naturaleza, origen o denominación.

En esta definición, establecida en la disposición legal anteriormente indicada, se


mencionan diversos vocablos y expresiones: ingresos, utilidades, beneficios e
incrementos de patrimonio; términos que es conveniente analizar para una mejor
comprensión del alcance de dicha definición.

Análisis de los términos comprendidos en el concepto de renta.

a) Ingreso. El ingreso está constituido por la riqueza que fluye desde afuera; es
algo que entra, que pasa a ser disponible por alguien o a formar parte del
patrimonio de una persona. Además, el ingreso debe ser determinable o
apreciable en dinero. Las fuentes de un ingreso podrían ser el trabajo humano, el
capital, o la combinación de trabajo y capital. (Fuente: Párrafo 6 (11) - 21 Manual
del S.I.I.)

b) Utilidad. Según el diccionario, utilidad es el «provecho o interés que se saca


de una cosa». (Fuente: Párrafo 6(11)-22 Manual del S.I.I.)

c) Beneficio. Beneficio es el bien que se hace o se recibe. También significa


utilidad, provecho. Sólo el beneficio susceptible de apreciación pecuniaria es el
que debe considerarse para los fines de la Ley de la Renta. Por ejemplo:
constituye beneficio el goce de casa-habitación sin obligación de pagar arriendo,
la alimentación gratuita, la remisión de una deuda, etc. (Fuente: Párrafo 6(11)-23
Manual del S.I.I.)

d) Incremento de patrimonio. Es el crecimiento de los bienes corporales o


incorporales, susceptibles de apreciación pecuniaria, de una persona. No es
necesario que este crecimiento de los bienes o enriquecimiento tenga su origen en
una fuente conocida o se identifique con utilidades o ingresos de una actividad,
para su calificación como renta. Es sólo suficiente su existencia. (Fuente: Párrafo
6(11)-24 Manual del S.I.I.)

Los elementos indicados anteriormente y que se mencionan en la definición del


concepto de renta, se bastan por sí solos para abarcar todo aquello que la ley
califica de «renta», en base al cual es factible gravar todos los beneficios,
utilidades e incrementos de patrimonio, percibidos o devengados, de cualquier
origen, naturaleza o denominación.

Presunciones de renta.

En otros casos, la ley presume la existencia de una renta, como ocurre con los
fondos con que el contribuyente ha efectuado sus gastos, desembolsos o
inversiones, cuyo origen no se probare, caso en el cual el artículo 70º, de la Ley
de la Renta, presume que dichos fondos corresponden a utilidades afectas al
impuesto de Primera Categoría según el Nº 3 del artículo 20º o clasificadas en la
Segunda Categoría, conforme al Nº 2 del artículo 42º, atendiendo a la actividad
principal del contribuyente. (Leer, analizar en clase arts. 70 y 71)

Ingresos excluidos de la definición de renta.

La propia Ley de la Renta limita el alcance de la definición de renta, al establecer


en su artículo 17º el carácter de ingresos no constitutivos de renta a
determinados beneficios, utilidades e incrementos de patrimonio. Cabe señalar,
además, que la situación de estos ingresos no constitutivos de renta es distinta a
la de las rentas exentas, por cuanto estas últimas, por disposición del artículo
54º, N.os 2 y 3 de la ley, deben computarse dentro de la renta bruta del Impuesto
Global Complementario, lo que no sucede con los ingresos en referencia. Además,
es importante señalar que la no imposición de tales ingresos no es absoluta, ya
que ellos deben tributar en casos de excepción.

Alcance del concepto «devengar».

«Devengar», según el Diccionario, es «adquirir derecho a alguna percepción o


retribución por razón de trabajo, servicio u otro título», y «percibir» es definido
como «recibir una cosa y entregarse de ella» y, además, «es comprender o conocer
una cosa»; por último, «recibir» es sinónimo de «percibir». De acuerdo con estos
conceptos y la aplicación que de ellos procede, una renta se devenga desde que se
debe, es decir, desde que se ha producido o se tiene título sobre ella, hasta que
pasa a ser percibida, existiendo entre ambos conceptos una relación de causa a
efecto. Las rentas devengadas son aquellas sobre las que su titular tiene un
derecho personal o crédito que lo faculta para pedir su entrega una vez que la
obligación se haga exigible, en la oportunidad que corresponda. Si bien este
crédito está en el patrimonio de su titular y tiene un contenido económico,
todavía no se ha producido el pago o prestación de lo que se debe. Por el
contrario, la renta está percibida cuando el titular se apropia de ella, recibiéndola
en forma material o jurídica, ingresando definitivamente a su patrimonio. De la
argumentación expuesta se concluye que la acción de devengar es totalmente
ajena o independiente de la exigibilidad de la obligación, ya que una renta puede
perfectamente estar devengada, haber adquirido derecho a ella su titular, y no ser
exigible todavía por existir un plazo que fija la época para el cumplimiento de la
obligación. De las consideraciones anteriormente expuestas se concluye que: son
rentas devengadas aquellas a las que se tiene derecho o sobre las que se tiene un
título, independiente de la exigibilidad de la obligación.

Análisis del concepto o definición de renta percibida.

Por lo tanto, se establece que renta percibida es aquella que ha ingresado


materialmente al patrimonio de una persona. Se considera percibida una renta
devengada, si la obligación ha sido cumplida por algún modo de extinguir distinto
al pago. La Ley de la Renta determina que, en general, los ingresos deben
computarse dentro del año en que ellos se devengan, salvo los casos
excepcionales para los cuales se señala un procedimiento diferente, según se
dispone en el artículo 29º del texto legal antes citado. Incluso el artículo 15º de la
misma ley establece que para determinar los impuestos, los ingresos se
imputarán al ejercicio en que hayan sido devengados o percibidos, de acuerdo
con las normas pertinentes de la Ley de la Renta y del Código Tributario, salvo
que las operaciones generadoras de la renta abarquen más de un período como
en los contratos de larga duración, ventas extraordinarias de pago diferido y
remuneraciones anticipadas o postergadas por servicios prestados durante un
largo espacio de tiempo, casos en los cuales el Director del Servicio de Impuestos
Internos dictará las normas generales y fijará el procedimiento para determinar o
distribuir los ingresos en los diversos ejercicios. A su vez, para el impuesto Global
Complementario, la ley del ramo en su artículo 50º, sitúa las rentas en el año que
ellas son percibidas.

Artículo 2 Nº 5 Capital Efectivo.

Valores "INTO" (intangibles, nominales, transitorios y de orden, que no


representen inversiones efectivas). a) Valores intangibles y nominales: que
no representen inversiones efectivas, como por ejemplo: Estimaciones de
derechos de llaves, marcas, patentes, fórmulas, etc.

b) Valores transitorios: como por ejemplo: Saldos deudores de las cuentas


particulares del empresario individual o de los socios de sociedades de personas;
dividendos provisorios; cuantas obligadas o cuentas acciones o suscriptores por
capital no enterado a la sociedad.

c) Valores de orden: se agrupan en este rubro las cuentas que en realidad no


afectan a la situación de la empresa y que, por su naturaleza, deben ser
contabilizadas en el activo y pasivo, dado que su objetivo es reflejar
responsabilidad u otro tipo de información en la contabilidad de la empresa,
como por ejemplo: Letras endosadas y descontadas, etc.

d) Cualquier otro activo que no represente capital efectivo de acuerdo a las


normas tributarias, como por ejemplo: Activos en Leasing.

Artículo 3
Contribuyentes extranjeros que constituyan domicilio o residencia en el país.
Cómputo de los 3 primeros años y de sus prórrogas.

- Estas personas, durante los tres primeros años contados desde su ingreso a
Chile, tributarán solamente sobre sus rentas obtenidas de fuente chilena.

- En casos calificados, dicho plazo podrá ser prorrogado por el Director Regional
respectivo del Servicio de Impuestos Internos.

- No obstante lo anterior, al vencimiento del mencionado plazo o de sus


respectivas prórrogas, tales contribuyentes quedarán sometidos a la norma
general establecida en el inciso 1º, del artículo 3º, de la Ley de la Renta.

Como se desprende de lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 3º de la Ley de la


Renta, éste contiene tres normas bien diferenciadas: a) Una que opera de pleno
derecho y que establece un plazo de tres años contados desde el ingreso a Chile
para que sólo queden sujetas a impuesto sus rentas obtenidas de fuente chilena;
b) Otra que permite que el plazo de tres años pueda ser prorrogado, y c) La última
que señala que a contar del vencimiento del plazo o de sus prórrogas, se aplicará,
en todo caso, lo dispuesto en el inciso primero.

De este modo queda en evidencia que la prórroga tendrá que ser solicitada antes
del vencimiento del referido plazo de tres años, pues si dicho plazo vence antes de
ser prorrogado, deberá aplicarse en todo caso el impuesto sobre todas las rentas,
cualquiera que fuere su fuente, porque así lo establece la norma comentada en el
párrafo anterior en la letra c).

Personas que se ausenten, conservando negocios en Chile no es causal de


pérdida del domicilio.

En el artículo 4º de la Ley de la Renta se contienen dos normas diferentes:

a) Una en cuanto a que la sola ausencia o falta de residencia en el país no es


causal que determine la pérdida de domicilio en Chile, para los efectos de la Ley
de la Renta, y

b) La otra en cuanto a que se consideran domiciliadas en Chile, aquellas


personas que se ausentan del país, conservando negocios en él. Esta norma es en
realidad una consecuencia de la norma anterior. Con todo, se aclara que para
que opere esta regla es menester, a juicio de la Dirección del S.I.I., que dichos
negocios requieran una atención personal, aunque sea esporádica, por parte del
contribuyente, como podría ocurrir en el caso de establecimientos comerciales o
industriales explotados individualmente o como socios de sociedades de
personas. No obstante lo anterior, el afectado puede demostrar que no le es
aplicable dicha regla, siempre que acredite con antecedentes suficientes que
realmente ha constituido domicilio en el extranjero. (Fuente: Párrafo 6(11)-51.01,
Manual S.I.I.)

Normas relativas a las comunidades hereditarias.

a) Concepto.- De lo preceptuado en el artículo 951º, Título I, Libro Tercero, del


Código Civil, podemos decir que se entiende por comunidades hereditarias
aquellas conformadas por un conjunto de personas que tienen bienes en común,
adquiridos por sucesión por causa de muerte; por lo tanto, en la sucesión de una
persona difunta se forma una comunidad, en la que conviven los derechos,
privilegios y obligaciones del causante.

En el caso de una comunidad hereditaria, corresponderá a los comuneros, en


proporción a sus cuotas en el patrimonio común, la tributación de las rentas
efectivas o presuntas pertenecientes a la comunidad.
b) Situación de las comunidades hereditarias mientras no se determinen las
cuotas de los herederos.

Mientras se practica la liquidación de una comunidad hereditaria, el patrimonio


indiviso de ésta se considerará como la continuación de la persona del causante y
a éste le afectaran las obligaciones tributarias que emanan de la Ley de la Renta
respecto de dicho patrimonio indiviso.

c) Situación de las comunidades hereditarias una vez determinadas las cuotas


de los herederos.

Una vez determinadas las cuotas de los comuneros en el patrimonio común, la


totalidad de las rentas que correspondan al año calendario en que ello ocurra
deberán ser declaradas por los comuneros, en proporción a sus cuotas en el
patrimonio común.

d) Situación de las comunidades hereditarias una vez transcurrido el plazo de


tres años desde la apertura de la sucesión.

En este caso, las rentas respectivas deberán ser declaradas por los comuneros
en la proporción a sus cuotas en el patrimonio común. Si las cuotas no se
hubieren determinado en otra forma, se estará a las proporciones contenidas en
la liquidación del impuesto de herencia.

e) Forma de contar y computar el plazo de tres años.- El plazo de tres años se


contará computando por un año completo el período transcurrido desde la fecha
de apertura de la sucesión hasta el 31 de Diciembre del mismo año.

Artículo 6 -

Normas relativas a las comunidades y sociedades de hecho.

a) Conceptos.

- Comunidades: Son aquellas que conforman dos o más personas que poseen
bienes en común. Declaran sus rentas a prorrata de sus cuotas en los bienes
comunes y la representación recae en la totalidad de sus componentes.

- Comuneros: Personas que tienen bienes en comunidad con otros.

- Sociedades de hecho: Son aquellas que pretendieron ser una sociedad formal
con todos los requisitos y formalidades previstas en nuestro derecho común, pero
por falta o incumplimiento de algunos de estos requisitos no llegaron a tener la
calidad de sociedad de derecho.

Las sociedades de hecho no tienen personalidad jurídica y, en consecuencia, no


pueden actuar bajo una razón social en forma independiente de los socios que la
componen. Para su tributación, debe tratárseles como si fueran «comunidades».

b) Situación tributaria de las comunidades (cuyo origen no sea la sucesión por


causa de muerte o la disolución de la sociedad conyugal) y sociedades de hecho.

- Los comuneros o socios serán solidariamente responsables de la declaración y


pago de los impuestos que afecten a las rentas obtenidas por la comunidad o
sociedad de hecho.

- No obstante lo anterior, el comunero o socio puede liberarse de la solidaridad


antedicha, si en su declaración de renta individualiza a los otros comuneros o
socios, indicando su domicilio y actividad y la cuota o parte que les
corresponde en la comunidad o sociedad de hecho.
La declaración inicial de actividades de las sociedades de hecho se aceptará por
el Servicio únicamente en el carácter de «comunidades», siendo menester que
dicha declaración inicial se formule a nombre de uno de los comuneros,
agregándole la expresión «y otros», como por ejemplo «Juan González Pérez y
otros» y no bajo un nombre de fantasía o una aparente razón social.
Asimismo, será obligatorio individualizar en la referida declaración inicial a todos
los socios o comuneros, con indicación de su domicilio, proporción de los
derechos de cada uno en el patrimonio común y porcentaje de participación en
las utilidades.
Además, los socios o comuneros deberán designar un representante legal,
señalando el nombre y domicilio de éste en la declaración inicial. Para que esta
representación produzca efectos legales respecto de cada uno de los socios o
comuneros, será preciso que la declaración en la cual se designa al mandatario
común sea firmada por cada uno de ellos, autorizándose dichas firmas por un
Notario Público. En la misma forma y con los mismos datos indicados
precedentemente, se deberán formular las declaraciones anuales de renta de las
comunidades, incluyendo en este carácter a las sociedades de hecho.

CLASE 24/10/12

Artículo 17 Ingresos no constitutivos de renta:

Las cantidades que no constituyen renta, son aquellas expresamente


señaladas en la ley, específicamente en su artículo 17, números 1 al 30, y en
virtud de tal calificación no se consideran renta para ningún efecto legal, no
quedando, por consiguiente, afectas a los impuestos de categoría y Global
Complementario o Adicional.
Estas sumas que constituyen utilidades o beneficios, pierden su carácter
de renta para todos los efectos legales, no pudiendo en consecuencia ser
calificadas de tales, ni puede dárseles el tratamiento de rentas exentas. Por
consiguiente, no pueden ser consideradas en la determinación de la renta bruta
del Impuesto Global Complementario, para los efectos de la progresión de los
tramos de la tabla de dicho tributo, lo que no ocurre con las rentas exentas de
dicho tributo.
Hacen excepción a esta regla los ingresos a que se refieren los Nºs 25 y 28
del artículo 17, los cuales en los casos de contribuyentes que lleven contabilidad
completa y balance general, deben incluir dentro de sus “ingresos brutos” los
valores provenientes de dichos numerandos; todo ello de conformidad a lo
dispuesto por el inciso primero del artículo 29 de la ley.

Número 1 –

Indemnización por daño emergente

De conformidad con lo dispuesto en el Nº 1 del artículo 17º no constituye renta la


indemnización obtenida por cualquier daño emergente, es decir, aquella
destinada a resarcir los daños sufridos por los bienes que conforman el
patrimonio de una persona, y originados por incendios, inundaciones,
terremotos, hurtos, etc.

La indemnización del daño emergente no debe implicar un beneficio o utilidad


para quien la percibe, ya que sólo está destinada a cubrir un daño material, o sea
la pérdida o disminución del patrimonio sufrido, sin que de ella se derive un
acrecentamiento del referido patrimonio. Por ejemplo: Cantidad percibida a título
de cláusula penal por contrato de compraventa no cumplido.

Tiene el carácter de indemnización, por daño emergente, la cantidad percibida a


título de cláusula penal por contrato de compraventa no cumplido, ya que tiende
a reparar el daño causado por el mencionado incumplimiento, siempre que la
indemnización no exceda de la pérdida patrimonial que efectivamente se
experimentó.
Artículo 17, Número 1

Indemnización por daño emergente respecto de bienes susceptibles de


depreciación.

1.- Indemnización por daño emergente respecto de bienes susceptibles de


depreciación (Artículo 17º, Nº 1, inciso 1º).

a) Contribuyentes obligados a declarar su renta efectiva mediante contabilidad


completa.

El valor de la indemnización del daño emergente de los bienes del activo


inmovilizado constituye renta afecta al impuesto de Primera Categoría en la parte
que exceda su valor contable o de libros a la fecha de ocurrencia del siniestro en
caso de pérdida total; y en el evento de siniestro menor, a prorrata entre dicho
valor y el de los daños.

b) Demás contribuyentes.

No constituye renta la indemnización percibida hasta la concurrencia del valor


inicial del bien reajustado de acuerdo a la variación del Indice de Precios al
Consumidor entre el último día del mes anterior al de adquisición del bien y el
último día del mes anterior al siniestro.

2.- Indemnización por daño emergente respecto de bienes incorporados al giro


de un negocio, empresa o actividad (Artículo 17º, Nº 1, inciso 2º) .

Tratándose de bienes incorporados al giro del negocio, empresa o actividad,


cuyas rentas efectivas deben tributar con el impuesto de la Primera Categoría, la
indemnización será un ingreso afecto a la Ley de la Renta, y el daño emergente
constituirá un gasto.

Artículo 17, Número 1

No renta - Indemnización por daño moral.

No constituye renta la indemnización por daño moral, siempre que se encuentre


establecida por sentencia ejecutoriada. Dicha sentencia puede emanar de un
tribunal arbitral o de un tribunal ordinario, es decir, los fallos que se encuentren
en los casos enumerados tienen la calidad de firmes o ejecutoriados, sea que
hayan sido dictados por árbitros en un juicio arbitral o por jueces ordinarios.

Artículo 17, Número 2

No renta - Indemnización por accidentes del trabajo.

El artículo 17º Nº 2 establece que no constituirán rentas las indemnizaciones


por accidentes del trabajo, sea que consistan en sumas fijas, rentas o pensiones.

El artículo 5º de la Ley Nº 16.744 (D.O. 01-01-68), que establece normas sobre


accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, señala que debe entenderse
por accidentes del trabajo «toda lesión que una persona sufra a causa o con
ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte».

La misma disposición atribuye dicho carácter igualmente a los accidentes


ocurridos en el trayecto directo, de ida o regreso, entre la habitación y el lugar del
trabajo y a los sufridos por dirigentes de instituciones sindicales a causa o con
ocasión del desempeño de sus cometidos gremiales.
Artículo 17, Número 13

No renta. La asignación familiar.

Al respecto el Servicio de Impuestos Internos impartió las siguientes


instrucciones:

Por asignación familiar deben considerarse, para los efectos de esta disposición,
sólo aquellas cuyo pago se encuentra ordenado por ley o que emanan de los
sistemas orgánicos de las respectivas instituciones de previsión.

Por lo tanto, los pagos a títulos de mayor asignación familiar que las empresas
efectúen con cargo a sus propios recursos, constituyen un complemento de la
remuneración, debiendo considerarse por lo tanto como renta afecta al Impuesto
Unico de Segunda Categoría, establecido en el artículo 42º Nº 1 y 43º Nº 1 de la
ley.

Artículo 17, Número 13

No renta. Los beneficios previsionales.

.
a) Al respecto, el Servicio ha precisado el concepto de «beneficios previsionales»
expresando que por tales deben entenderse todos aquellos que emanan de los
sistemas orgánicos de las Cajas o Instituciones de Previsión y de las legislaciones
especiales que han sido incorporadas a éstos.

b) Los beneficios previsionales más comunes son los siguientes:

(1) El subsidio de medicina preventiva o subsidio de reposo.

(2) El subsidio de medicina curativa o de enfermedad; y

(3) El subsidio de maternidad.

Todo lo anteriormente expuesto se complementa por las instrucciones


contenidas en la Circular Nº 66, de 1977, en la cual se califica de «beneficios
previsionales» a todas aquellas ayudas que otorguen las entidades u organismos
que legalmente dependan de la Superintendencia de Seguridad Social. Ejemplos:
los Departamentos u Oficinas de Bienestar, los organismos de previsión social
que se creen por los sindicatos; y las Cajas de Compensación de Asignación
Familiar.

c) Por lo tanto, en virtud de esta calificación, todas las ayudas que estos
organismos otorguen a sus beneficiarios deben reputarse como ingresos no
constitutivos de renta.

d) Es importante considerar que las normas que se comentan, no son aplicables


a las pensiones, jubilaciones y otras rentas análogas; las cuales quedan afectadas
por las disposiciones del Impuesto Unico de Segunda Categoría, establecido en
los artículos 42º Nº 1 y 43º Nº 1 de la ley.

Artículo 17, Número 13

Indemnización por desahucio o retiro, ingresos no renta.

El artículo 17º, Nº 13, incluye entre los ingresos no constitutivos de rentas a las
indemnizaciones por desahucio y retiro, estas últimas sólo hasta un máximo de
un mes de remuneración por cada año de servicio o fracción superior a 6 meses.
En el caso de trabajadores dependientes del sector privado, se considera como
remuneración mensual el promedio de lo ganado en los últimos 24 meses,
excluyendo las gratificaciones, participaciones, bonos y otras remuneraciones
extraordinarias, reajustando previamente cada remuneración de acuerdo a la
variación que haya experimentado el Indice de Precios al Consumidor entre el
último día del mes anterior al del devengamiento de la remuneración y el último
día del mes anterior al término del contrato de trabajo.

A su vez, el artículo 178 del Código del Trabajo, dispone: “Las indemnizaciones
por término de funciones o de contratos de trabajo establecidas por ley, las
pactadas en contratos colectivos de trabajo o en convenios colectivos que
complementen, modifiquen o reemplacen estipulaciones de contratos colectivos,
no constituirán renta para ningún efecto tributario.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, cuando por terminación
de funciones o de contrato de trabajo, se pagaren además otras indemnizaciones
a las precitadas deberán sumarse éstas a aquellas con el único objeto de
aplicarles lo dispuesto en el Nº 13 del artículo 17 de la ley sobre Impuesto a la
Renta a las indemnizaciones que no estén mencionadas en el inciso primero de
este artículo”
De acuerdo con lo anterior, y en conformidad con la normativa del Código
del Trabajo, debemos concluir lo siguiente:
No constituye renta para ningún efecto tributario, las siguientes
indemnizaciones por término de funciones o de contratos de trabajo:
a) Las establecidas por ley
b) Las pactadas en contratos colectivos de trabajo
c) Las pactadas en convenios colectivos que complementen, modifiquen o
reemplacen estipulaciones de contratos colectivo.
En consecuencia, las sumas canceladas por los conceptos anteriormente
señalados, no se afectarán con los impuestos de la Ley de la Renta, especialmente
con el impuesto único de Segunda categoría establecido en el artículo 43 Nº 1 de
dicho texto legal que afecta en general a las remuneraciones de los trabajadores
dependientes.

De conformidad a lo establecido en el inciso final del artículo 178 del Código del
Trabajo, cuando el trabajador por término de las funciones o del contrato de
trabajo, se le pagaren además de las indemnizaciones legales o contractuales
establecidas en contratos o convenios colectivos analizados anteriormente, otras
indemnizaciones distintas a las anteriores, como ser, las pactadas en contratos
individuales y/o pagadas voluntariamente, a estas últimas indemnizaciones
deberán sumárseles las señaladas en primer término, con el único fin de hacer
aplicable lo dispuesto por el Nº 13 del artículo 17 de la Ley de la Renta.
En otras palabras, para los fines de precisar que parte de las
indemnizaciones pactadas en contratos individuales y/o pagadas
voluntariamente no constituye renta para los efectos tributarios, a dichas
indemnizaciones deberán adicionárseles aquellas legales y/o contractuales
establecidas en contratos o convenios colectivos, que el trabajador con motivo del
término del contrato de trabajo también tenga derecho a percibir, conforme a las
normas del Código Tributario, o a las estipulaciones de los respectivos contratos o
convenios colectivos. Para los fines antes señalados, no deben considerarse las
indemnizaciones por desahucio y feriado precedentemente analizadas, ya que
ellas no corresponden a indemnizaciones por años de servicios.
Aquella parte de las indemnizaciones por años de servicio que exceda del
límite máximo que no constituye renta para los efectos tributarios, se gravará con
el impuesto único de Segunda Categoría.

Artículo 17, Número 5 -

No renta - Aportes recibidos por sociedades.

El artículo 17º, Nº 5, establece que no constituirá renta el valor de los aportes


recibidos por sociedades, sólo respecto de éstas.
Las sociedades reciben los aportes para administrar dicha inversión, por lo que
no corresponde considerar como renta los citados aportes.

Es importante señalar que el hecho de que los aportes no constituyan renta


para la sociedad, no exime a los aportantes de la obligación de acreditar el origen
de dichos aportes, todo ello, en virtud de lo dispuesto en el inciso 2º del artículo
70º, de la Ley de la Renta.

Artículo 17, Número 5

No renta - Aportes entregados por el asociado al gestor de una cuenta en


participación, respecto de la asociación.

El artículo 17º, Nº 5 excluye del concepto de renta a las sumas o bienes que
tengan el carácter de aportes entregados por el asociado al gestor de una cuenta
en participación, siempre que tales aportes se acrediten fehacientemente.

La calificación de no renta opera sólo respecto de la asociación, no pudiendo por


lo tanto ampararse en ella el asociado aportante.

Artículo 17, Número 5

No renta - Sobreprecio obtenido por las sociedades anónimas en la


colocación de acciones de su propia emisión.

El artículo 17º, Nº 5, establece, además, que no constituye renta «el sobreprecio,


reajuste o mayor valor obtenido por sociedades anónimas en la colocación de
acciones de su propia emisión, mientras no sean distribuidos».

De esta forma, la ley se pone en el caso de sociedades anónimas que aumentan


su capital mediante la emisión de nuevas acciones, que son colocadas a un precio
superior a su valor nominal. La diferencia entre el precio obtenido de los
suscriptores y el valor nominal de las acciones, es lo que la citada disposición
legal califica como no renta; pera esta calificación de no renta se mantiene sólo
hasta el momento en que dicho sobreprecio sea distribuido.

Artículo 17, Número 5

No renta - El mayor valor que resulte de la revalorización del Capital Propio y


de sus variaciones.

La expresión transcrita en el Nº 5 del artículo 17º «mayor valor a que se refiere el


Nº 13 del artículo 41º» corresponde al monto de la revalorización del capital
propio resultante del artículo 41º(proceso de Corrección Monetaria). De acuerdo a
lo señalado en el artículo 41º, Nº 13, el mayor valor que resulte de la
revalorización del capital propio y de sus variantes no estará afecto a impuesto y
será considerado «capital propio» a contar del primer día del ejercicio siguiente,
pudiendo traspasarse su valor al capital y/o reservas de la empresa.

El menor valor, por consiguiente, será considerado una disminución del capital
y/o reservas, a contar de la misma fecha antes indicada, en el párrafo anterior.

En consecuencia, y en virtud de la calificación que le da el artículo 41º, Nº 13, a


dicho mayor valor, el artículo 17º, Nº 5, establece expresamente que éste no
constituye renta para los efectos tributarios.

Artículo 18
1.- Instrucciones sobre habitualidad.

De las instrucciones impartidas por el S.I.I., mediante Circular Nº 158, de 29-12-


76, en su parte pertinente, y en el Suplemento 6(11)-18, de 23- 10-67, como de lo
establecido en el artículo 18º, se concluye lo siguiente:

a) Concepto de habitualidad.

Debe considerarse que existe habitualidad, cuando la actividad principal del


contribuyente es la adquisición y/o enajenación de los bienes.

También debe considerarse que existe habitualidad, cuado los bienes han sido
enajenados en relación al objeto social, tratándose de sociedades u otra persona
jurídica.

b) Apreciación de la prueba de habitualidad.

La prueba de la habitualidad será apreciada:

(1) Tomando en consideración la naturaleza del acto, el conjunto de


circunstancias previa o concurrentes a la enajenación o cesión, tales como:

- El número de operaciones realizadas, y

- La necesidad o motivo que tuvo el contribuyente para adquirir o enajenar uno o


determinados bienes.

(2) Cuando la operación generadora de renta sea aquella correspondiente al giro


del negocio, la habitualidad es evidente y por lo tanto no será necesario probarla.

c) Prueba de no habitualidad.

Al contribuyente le corresponde probar que las citadas operaciones no son


habituales, cuando el Servicio las haya calificado como tales.

d) Presunción de habitualidad.

El artículo 18° en su inciso 3° presume que existe habitualidad en relación con


operaciones que recaigan sobre bienes raíces, en la forma que la norma lo
expresa.

PRESUNCION En los casos de subdivisión de terrenos urbanos o rurales y en


la venta de edificios por pisos o departamentos, siempre que
DE DERECHO la enajenación se produzca dentro de los cuatro años siguientes
a la adquisición o construcción, según corresponda.

PRESUNCION En todos los demás casos, cuando entre la adquisición o


construcción del bien raíz y su enajenación transcurra un
LEGAL plazo inferior a un año.

2.- Oportunidad en que se aplican los impuestos generales de la Ley de la Renta.

Como se señala en el inciso primero del artículo 18º, en análisis, cuando tales
operaciones sean el resultado de negociaciones o actividades realizadas
habitualmente por el contribuyente, el mayor valor obtenido de ellas se afectará
con los impuestos correspondientes de la Ley de la Renta, los cuales se aplicarán
en las siguientes oportunidades:

a) Respecto de la empresa o sociedad: Se afecta con el impuesto de Primera


Categoría aplicado sobre la renta percibida o devengada, de acuerdo con las
normas del Título II, de la Ley de la Renta.

b) Respecto del empresario individual, socio o accionista: Se afectan con el


Impuesto Global Complementario o Adicional según proceda, en la oportunidad
en que dicha renta sea retirada o distribuida a sus beneficiarios, cuando se trate
de contribuyentes acogidos al sistema de tributación en base a retiros o
distribuciones establecido en el artículo 14º de la ley, o en caso contrario, en la
misma oportunidad en que se aplica el Impuesto de Primera Categoría, vale decir,
en el período en que dicha renta sea percibida o devengada.

Sobre el particular, debe tenerse presente que el inciso segundo del artículo 18º
de la Ley de la Renta establece que, cuando el Servicio determine que existe
habitualidad en ciertas operaciones, corresponderá al contribuyente probar lo
contrario, es decir, la calidad de esporádicas o eventuales de las mismas.

Salvo que la empresa tenga en su giro comercial, o se dedique con frecuencia a la


enajenación de bienes o cuando tales operaciones aparezcan como uno de los
objetos del pacto social, en este habrá habitualidad, sin importar el número de
veces en que se realice la venta.

De no concurrir las circunstancias mencionadas en el párrafo que antecede,


deberán analizarse los siguientes factores para apreciar si las operaciones de
compraventa de acciones, bonos y debentures son habituales:

a) Si, en un mismo ejercicio comercial, se producen compras y ventas de


acciones, la habitualidad no podrá apreciarse por las solas compras o por las
solas ventas.

b) Lapso que ha mediado entre la fecha de venta de cada tipo de los citados
valores y la de su adquisición. Este hecho ayudará a concluir si la compra fue
para fines rentísticos o para su reventa.

c) Si entre la fecha de adquisición y la de enajenación de cada tipo de acción,


bono o debenture se produjo una cotización bursátil mayor que el precio obtenido
en la enajenación de dicho tipo de valores. Ello podría ilustrar que al comprar las
acciones, bonos o debentures no habría conllevado la intención de hacerlo para
su reventa, desde luego que el contribuyente no aprovechó la oportunidad de
obtener un mayor beneficio.

d) Necesidad o motivo que tuvo el contribuyente para adquirir tales valores, pues
procedería establecer si la inversión se hizo únicamente para obtener una renta
de ella, o un provecho en las ventas de los mismos. Si el contribuyente tenía,
antes de efectuar la inversión, otro giro o actividad, deberá establecerse la razón
que tuvo para distraer el capital de dicho giro o actividad para efectuar
operaciones ajenas a ella.

e) Necesidad o motivo que tuvo el contribuyente para desprenderse de las


acciones, bonos o debentures, es decir, si fue por la baja rentabilidad de los
bienes vendidos; para adquirir otros de mayor rentabilidad o de cotización más
consistente, de mejores espectativas o de mucha fluctuación en su cotización; por
necesidades económicas de la empresa, etc.

f) Número de operaciones de compra y de venta de acciones, bonos y debentures,


realizados por el contribuyente en cada ejercicio comercial. Si son muchas las
operaciones de compra y venta que se verifican en un año comercial, sin
necesidad de conjugar los demás factores enunciados en las letras que preceden.

Si las operaciones de compraventa de acciones y bonos fuesen de número


reducido en cada año comercial, o si en un año solamente se verifican compras y
en otro ventas, la habitualidad tendrá que apreciarse del análisis del conjunto de
los factores enunciados en las letras (a) a la (e). (como puede apreciarse, es
absolutamente subjetivo el criterio del SII expuesto en las letras precedentes)

No se considerarán habituales las inversiones en acciones de sociedades de


complementación industrial de que trata el artículo 103º de la Ley Nº 13.305,
modificado por el artículo 18º de la Ley Nº 16.773 y en acciones de sociedades
cuyo capital pertenezca en un 50% o más a la empresa inversionista (filiales),
toda vez que tales adquisiciones no conllevan el ánimo de negociar con ellas en
las bolsas de valores, sino de usarlas o servirse de ellas para llevar a cabo en
mejor forma las operaciones propias del giro u objeto de la empresa.

IMPUESTO DE PRIMERA CATEGORÍA.

Artículo 20, Inciso 1

El Impuesto de Primera Categoría como crédito contra los tributos personales.


(art. 20º inciso 1º).

La disposición en comento establece que el impuesto de Primera Categoría podrá


ser imputado a los impuestos Global Complementario y Adicional de acuerdo a
las normas de los artículos 56º, Nº 3 y 63º de la ley del ramo, respectivamente.
Sin embargo, tanto el artículo 56º como el 63º de la Ley de la Renta, establecen
que en ningún caso dará derecho al crédito referido anteriormente, el impuesto de
Primera Categoría que se determine sobre rentas presuntas y de cuyo monto
pueda rebajarse el impuesto territorial pagado.

Rentas gravadas con el impuesto de Primera Categoría y que se clasifican en el


artículo 20º.

a) Rentas de bienes raíces agrícolas y no agrícolas (artículo 20º Nº 1);

b) Rentas de capitales mobiliarios (artículo 20º Nº 2);

c) Rentas provenientes de la industria, del comercio, de la minería, de la


explotación de riquezas del mar, de actividades extractivas, etc. (artículo 20º Nº
3);

d) Rentas obtenidas por los corredores, comisionistas, martilleros, agentes de


aduana, etc., (artículo 20º Nº 4); y

e) Las rentas obtenidas de cualquier origen, naturaleza o denominación, cuya


imposición no esté establecida expresamente en otra categoría ni se encuentren
exentas (artículo 20º Nº 5).

NOTA: Los premios de lotería, pagan el impuesto de esta categoría con una tasa
del 15% en calidad de impuesto único de esta ley.

Artículo 20, Inciso 1, Número 1

Concepto de «Predio Agrícola» y de «Actividad Agrícola».


El Reglamento de Contabilidad Agrícola contenido en el Decreto de Hacienda Nº
1.139, publicado en el Diario Oficial de 05 de enero de 1991, en su artículo 2º,
Nºs. 1 y 2, define que debe entenderse por «Predio Agrícola» y «Actividad Agrícola»,
señalando al respecto dicho texto legal lo siguiente:

«Artículo 2º.- Para los efectos del presente Reglamento se aplicarán, en lo que no
sean contrarias a él, las definiciones establecidas en el Código Tributario y en la
Ley sobre Impuesto a la Renta y, además, salvo que la naturaleza del texto
implique otro significado, se entenderá:»

«1º.- Por «Predio Agrícola», todo inmueble o parte de él, cualquiera sea su
ubicación que esté destinado a la obtención de productos primarios del reino
vegetal o animal, o en que existan establecimientos cuyo fin sea la obtención de
dichos productos o que económicamente sea susceptible de producir tales bienes
en forma predominante».

«2º.- Por «Actividad Agrícola», el conjunto de operaciones que tiene por finalidad la
obtención de los productos de predios agrícolas, incluyendo su elaboración,
conservación, faenamiento y acondicionamiento, siempre que se trate de bienes
de producción propia y que predominen en el producto final resultante. La
crianza y engorda de animales, en cualquiera forma, constituye actividad
agrícola».

Tributación de los bienes raíces agrícolas que posean o exploten las sociedades
anónimas.

Explotados a cualquier título por dichas sociedades, se grava la renta efectiva


proveniente de los citados bienes.

La renta efectiva debe ser demostrada mediante contabilidad completa y balance


general, y en virtud de esta modalidad de determinar sus rentas, quedan
sometidas a las normas sobre corrección monetaria, establecidas en el artículo
41º de la Ley de la Renta.

Bienes Raíces Agrícolas explotados por su propietario o usufructuario que no sea


sociedad anónima. (Artículo 20º, inciso 1º, Nº 1, letra b)).

Tributan sobre la base de una renta presunta de derecho equivalente al 10% de


su avalúo fiscal, vigente al 1º de Enero del año en que debe declararse el
impuesto correspondiente, siempre y cuando cumplan con todos los requisitos
exigidos por dicha norma.

Si los citados contribuyentes no cumplen con los requisitos exigidos, deben


tributar sobre la base de su renta efectiva, determinada mediante contabilidad
completa y de acuerdo con las normas del nuevo reglamento de Contabilidad
Agrícola contenido en el D.S. de Hacienda Nº 1.139, de 1990.

Los contribuyentes que cumplan con los requisitos exigidos para tributar en base
a la renta presunta, pueden optar por tributar sobre la base de la renta efectiva,
demostrada mediante contabilidad, de acuerdo con las normas del reglamento de
la Contabilidad Agrícola citado en el párrafo anterior.

Tributación de los bienes raíces agrícolas explotados en una calidad distinta a la


de propietario o usufructuario.

RENTA (continuación)
INGRESOS BRUTOS

El concepto tributario de “ingresos brutos” anuales marca el inicio del


procedimiento al cual deben ceñirse las empresas para determinar la Renta
Líquida Imponible de Primera Categoría. Se encuentra contenido en el artículo 29
de la Ley y se llega a él deduciendo de los ingresos totales percibidos o
devengados por la empresa, aquellos que no constituyen renta por mandato del
Art. 17 de la Ley, sin perjuicio de agregar a los ingresos totales anuales los
reajustes de los Nº 25 y 28 del mencionado Art. 17 y las rentas del Art. 20º Nº2,
ya analizadas.
Cabe hacer presente que a pesar de su carácter de beneficio “no
constitutivo de renta”, por expreso mandato del Art. 29, deben formar parte de los
ingresos brutos de las empresas que determinan sus resultados en base a
contabilidad, los reajustes y las diferencias de cambio devengadas a favor de la
empresa, provenientes de créditos en moneda extranjera o de depósitos en dicha
moneda.
La obligación de incluir estos reajustes en los ingresos brutos no implica
necesariamente que en definitiva vayan a tributar con el respectivo impuesto de
Primera categoría, sino que, en muchos casos su abono a los ingresos brutos no
es más que una mera contrapartida del cargo a pérdidas que origina la
revalorización del Capital Propio del Art. 41 a cuyas normas de Corrección
Monetaria están sometidas las empresas obligadas a demostrar sus resultados
mediante contabilidad completa.
De conformidad con lo dispuesto en el inc. 2º del Art. 29, los ingresos
brutos deben registrarse y contabilizarse como tales en el ejercicio en el cual se
devengaron, o en su defecto, en el ejercicio correspondiente a su percepción, si
ella ocurriese en primer término.
Las rentas de los capitales mobiliarios que eventualmente obtengan las
empresas cuyas actividades se clasifican en los Nºs 1, 3, 4 y 5 del Art. 20 por lo
que tales ingresos quedan sometidos a la obligación de registrarlos como ingresos
brutos a medida que se devenguen o cuando se perciban, si este hecho ocurre
primero.

DETERMINACIÓN DE LA RENTA BRUTA

Las normas sobre determinación de la renta bruta de los contribuyentes


que exploten bienes o desarrollen actividades afectas al impto. De 1ª categ. Se
encuentran contenidas en el Art. 30 de la Ley. El citado artículo señala que el
“costo directo” de los bienes producidos o elaborados por las empresas estará
formado por el valor de la materia prima, servicios y mano de obra; elementos
todos en su concepción de directos.

Materia prima directa.


Se refiere al costo directo de los bienes y servicios que pueden identificarse
con unidades específicas del producto, o en algunos casos, con departamentos o
procesos específicos. No obstante lo anterior, podrán no formar parte del costo
directo de los bienes producidos, previa autorización del director Regional,
aquellas materias primas que, aun teniendo la calidad de elementos directos del
costo, su escaso valor aconseje considerarlos como un gasto general de
fabricación y, en consecuencia, para los efectos de calcular la renta líquida, ser
rebajados en conjunto con los gastos a que se refiere el Art. 31º de la Ley de la
Renta.
Por otra parte, en el caso de ciertas actividades fabriles en que
determinados rubros de gastos generales de fabricación constituyan el elemento
preponderante en el costo de los bienes producidos, ellos podrán formar parte del
costo directo, en lugar de ser rebajados como gastos del ejercicio correspondiente.

Mano de Obra Directa


En general, está constituida por la mano de obra fabril que puede ser
identificada directamente con los bienes producidos o, en algunos casos, con
departamentos o procesos específicos.
Constituyen mano de obra directa siempre que cumplan con la
identificación señalada, entre otras remuneraciones, las siguientes:

Salarios o jornales
Horas extraordinarias
Tratos e incentivos directos de producción
Leyes sociales que afecten a dichas remuneraciones

Mano de obra indirecta


Es aquella que constituye un gasto general indirecto de fabricación, o sea,
que es distribuido en alguna proporción o en base a un parámetro previamente
fijado, entre todos los procesos o todas las órdenes de fabricación. Constituye
mano de obra indirecta siempre que su asignación a los bienes producidos o en
elaboración, se practique en base a un prorrateo, entre otras, las siguientes:
Gratificaciones, Participaciones, Indemnizaciones, Incentivos, Premios,
Bonificaciones, Bonos de vacaciones o aguinaldos, remuneraciones por
supervigilancia de la producción etc.

Costos directos de las prestaciones de servicios


a) El costo directo en el caso de empresas dedicadas a la prestación de servicios
está formado por:
Mano de obra directo
Materiales y repuestos empleados
Valor de los servicios prestados por terceros y que hayan sido necesarios
para la prestación del servicio respectivo.

b) Los intereses, reajustes y diferencias de cambio pagados o devengados durante


el ejercicio, no integran el costo directo, sino que deben cargarse a los resultados
del ejercicio.

Estimación del costo en el caso de enajenación de bienes no adquiridos, no


producidos o no construidos a la fecha del balance.
El contribuyente está obligado a estimar un “costo directo” de los bienes que
enajene o prometa enajenar y a incorporar como ingresos brutos del ejercicio el
valor o precio de la enajenación o promesa de enajenación que pacte.
a) Para tal efecto, el costo directo estimado deberá corresponder al que el
contribuyente haya tenido presente al celebrar el contrato.
b) La diferencia entre el valor de enajenación, o de la promesa de enajenar y el
costo directo estimado determinará una utilidad que tendrá el carácter de
provisoria.
c) El monto de la referida utilidad provisoria deberá ser de una cuantía que diga
relación con la obtenida por el contribuyente en el mismo ejercicio respecto de
otras operaciones que versen sobre bienes semejante.
d) En el ejercicio siguiente o en aquel en que el contribuyente pueda precisar el
costo directo real de los bienes enajenados o prometidos enajenar, se deberán
regularizar las diferentes anotaciones contables que dieron origen a la utilidad
provisoria.

Casos en que los costos directos pueden deducirse como gastos.


a) Cuando no pueden establecerse claramente los costos directos de los bienes y
servicios que se requieran para la obtención de la renta bruta, la Dirección
Regional puede autorizar que dichos costos directos se rebajen conjuntamente
con los gastos necesarios para producir la renta, referidos en el Art. 31 de la
Ley de la Renta.
b) Antes de conceder esta autorización, las Direcciones Regionales deben
verificar si dichos costos directos constituyen un porcentaje importante del
costo total y las circunstancias que impidan su establecimiento en forma
separada.

Costo directo de las mercaderías adquiridas en el país


a) Su costo directo está formado por el valor o precio de adquisición según la
respectiva factura, contrato o convención.
b) Optativamente la empresa puede imputar al costo los fletes y seguros
contratados para hacer llegar las mercaderías desde las bodegas del proveedor
hasta las del adquirente.

Costo directo de mercaderías adquiridas en el mercado extranjero


a) Su costo directo está formado por:
Valor CIF según factura de proveedor
Derechos de internación
Gastos de desaduanamiento
Optativamente pueden imputarse al costo los fletes y seguros contratados
dentro del territorio nacional hasta la bodega del adquirente.
b) El valor CIF integra el costo directo por su equivalente en pesos según el tipo
de cambio de la respectiva moneda extranjera, vigente a la fecha de la factura
del proveedor extranjero.
c) Toda diferencia de cambio que se genere a contar de esa fecha debe rebajarse
de los resultados del ejercicio en calidad de gasto.
d) Los intereses pagados o adeudados durante el ejercicio, que hayan tenido su
origen en la adquisición de las citadas mercaderías, deberá rebajarse de los
resultados del ejercicio en calidad de gasto.

Costo directo de los bienes producidos o elaborados por el contribuyente


El costo directo de los bienes fabricados por la propia empresa, está
conformado por los siguientes elementos:
a) Materia prima directa
b) Mano de obra directa

Todo otro rubro originado por la fabricación de bienes, como es el caso de los
gastos de fabricación, costos financieros, etc., se deducen directamente del
ejercicio en carácter de gastos.

DETERMINACIÓN DE LA RENTA LÍQUIDA (Art. 31)

Requisitos copulativos para que los gastos se acepten como deducción de la


renta bruta
a) De conformidad con lo dispuesto por el Art. 31 de la Ley, la “Renta Líquida”
anual se determina deduciendo de la Renta bruta anual, todos aquellos gastos
necesarios para producirla, pagados o adeudados durante el ejercicio y que se
acrediten con documentación fehaciente.
b) No se acepta la deducción de gastos incurridos en la adquisición, mantención
o explotación de bienes no destinados al giro del negocio o empresa, como así
también aquellos expresamente nominados por la Ley, como es el caso, por
ejemplo, de aquellos incurridos en la adquisición y arrendamiento de
automoviles, station wagons y similares, cuando no sea este el giro habitual; y
en combustibles, lubricantes, reparaciones, seguros y, en general, todos los
gastos para su mantención y funcionamiento. No obstante procederá la
deducción de los gastos indicados respecto de dichos vehículos señalados,
cuando el Director del Servicio de Impuestos Internos los califique
previamente de necesarios, a su juicio exclusivo. Concepto de station wagons
y similares.

El Servicio de Impuestos Internos a través de la Circular Nº 7, de fecha 27 de


mayo de 1977, determinó que:
«Por «station wagons» se entiende aquel vehículo motorizado terrestre de uso
mixto para pasajeros y carga adicional, a cuyo efecto dispone en su parte
posterior de ventanillas y asientos removibles». Quedan comprendidos dentro
del concepto de vehículos similares al «station wagons», entre otros, aquellos
conocidos bajo el nombre de «blazer» y «wagoniers, carry- all, familiar, rural,
suburbanos, kombi y camping».

c) Debe tratarse de gastos necesarios para producir la renta de primera


Categoría correspondiente a un ejercicio determinado. El calificativo de
“necesario” debe entenderse en el sentido de inevitable u obligatorio. En
consecuencia, debe considerarse no sólo la naturaleza del gasto, sino además
su monto, hasta que cantidad ha sido efectivamente necesario para producir
la renta.
d) Que el gasto esté pagado o adeudado implica que se haya incurrido
efectivamente en él, o sea, el desembolso se ha producido o la obligación se
ha contraído en virtud de un título obligatorio para el contribuyente. De este
modo, no reunirán esta característica los gastos estimados o “provisiones”
para futuros gastos que hacen los contribuyentes, cuya deducción de la renta
bruta no está permitida por la ley.
e) El contribuyente debe probar la naturaleza, necesidad, efectividad y monto de
los gastos con los medios de que disponga. El Servicio puede impugnar los
medios de prueba exhibidos si por razones fundadas no se estimaren
fidedignos. (Art.21 C.T.)
RENTAS DEL TRABAJO

Las rentas del trabajo son aquellas provenientes de actividades en las


cuales prima el esfuerzo físico o intelectual por sobre el empleo del factor capital.
Se clasifican en:
1. Trabajadores dependientes: Art. 42 Nº1
2. Trabajadores independientes: Art. 42 Nº2

Trabajadores Dependientes

Se encuentra regulado por los arts. 42 Nº1; 43 Nº1 y arts. 44 al 47 de la


L.R.

1. Tributación que les afecta:


Impuesto único de segunda categoría, establecido en el art. 43 Nº1, en
donde se señala la escala a través de la cual se grava la renta.

2. Características del impuesto único:

a) En principio las rentas afectas a este impuesto no quedan sujetas a


ningún otro tributo establecido en la ley de la renta.
Excepción: Los trabajadores y pensionados que además de su
sueldo o pensión obtengan otras rentas afectas al impuesto global
complementario, están obligados a incluir en su declaración anual
de ese impuesto los citados sueldos y pensiones, a fin de
determinar la escala progresiva de tasas del impuesto global
complementario al conjunto de las rentas obtenidas en el año por
estos contribuyentes.

b) Es un impuesto de retención: La ley obliga a las personas naturales


o jurídicas que paguen renta a trabajadores o pensionados a retener
el impuesto único al momento de pagar tales emolumentos y a
enterarlo en arcas fiscales entre el 1y el 12 del mes siguiente.

c) Es un impuesto progresivo: Lo que significa que a mayor renta


mayor es la tasa que se impone.

d) Es un impuesto personal: Sin embargo a través del tiempo ha ido


perdiendo esta característica.
En la actualidad no existen rebajas en consideración a
circunstancias personales del contribuyente.
e) Es un impuesto directo

3. Contribuyentes afectos a este impuesto

Trabajadores dependientes que perciben las remuneraciones a que se


refiere el art. 42 Nº1.
Este impuesto afecta a las rentas que reúnen las características señaladas,
ya sea que el beneficiario sea chileno o extranjero, puesto que son rentas de
fuente chilena.
Excepcionalmente quedan afectas al impuesto adicional contemplado en el
art. 60 inc. 2º, las remuneraciones que se paguen por trabajos realizados en
Chile a personas naturales extranjeras sin domicilio o residencia en nuestro
país, las que, tratándose de actividades científicas, técnicas, culturales o
deportivas tributarán con un 20%, debiendo retenerlo el pagador de dichas
rentas.

4. Rentas gravadas
El impuesto único de 2º categoría grava las rentas cuya fuente generada es
el trabajo, siempre que la prestación del servicio se realice bajo un vínculo de
subordinación o dependencia con un empleador o patrón, el cual se
materializa normalmente con la celebración de un contrato de trabajo
dependiente.
Sin embargo la inexistencia del contrato de trabajo no obsta a la aplicación
de este tributo, si es que para la obtención de la renta está presente la
subordinación, el cumplimiento de un horario y otros indicadores que
permitan colegir la existencia del vínculo de dependencia con un empleador o
patrón.

Trabajadores Independientes

El tratamiento de las rentas o ingresos de estos profesionales liberales,


personas que ejerzan actividades lucrativas, y sociedades de profesionales, está
regulado en los arts. 42 Nº2, 43 Nº2, 48, 50 y 51 de la L.R.
Adicionalmente se aplican otros arts., 68, 74 Nº2, 84 letra b), donde se
tratan otros aspectos relacionados con estos contribuyentes, como son:
-Normas de tipo contable
-Casos en que estos contribuyentes quedan sujetos a retención
-Normas relativas a PPM (pago provisional mensual)

1. Ámbito de aplicación
Actualmente sólo se les aplica el impuesto global complementario o
adicional, y no un impuesto de segunda categoría. Esto desde el año 1984.
Se encuentran clasificadas en esta categoría las rentas (honorarios)
percibidos por los profesionales en el desempeño libre e independiente de sus
respectivas especialidades.
Por profesional debe entenderse a la persona que tenga un título
profesional o esté habilitada para ejercer una profesión determinada, en
carácter de independiente.
No sólo se encuentran en la segunda categoría las rentas de los
profesionales liberales (es decir, aquellos cuyo título lo otorga alguna
universidad), sino también aquellas obtenidas por personas que se
encuentran en posesión de conocimientos o habilidades que le permiten
desarrollar una técnica u oficio.
Es requisito esencial para la segunda categoría que el profesional ejerza su
actividad en forma personal e independiente, es decir, sin estar sujeto a
dependencia o subordinación.
En su calidad de rentas del trabajo, el factor preponderante en la
obtención de los ingresos de los profesionales debe ser el esfuerzo físico o
intelectual por sobre el empleo del capital. Para determinar dicha
preponderancia, no deberían ser considerados los inmuebles y útiles,
instalaciones, maquinarias y equipos inherentes al ejercicio de la respectiva
actividad profesional.
Tampoco obsta el que contrate a personal auxiliar o incluso a otros
profesionales de su misma especialidad u otra afín o complementaria, siempre
y cuando en definitiva los ingresos los obtenga aplicando los conocimientos
que caracterizan su respectiva profesión.
Por el contrario, si los ingresos que obtiene no provienen del ejercicio de su
propia profesión, sino que del trabajo desarrollado por las personas
profesionales que contrate, quedará afecto al impuesto de 1º categoría (en este
caso estaría actuando como mero intermediario o empresario).
Asimismo si el profesional obtiene sus ingresos no por la prestación de
servicios, sino mediante la realización de actos de comercio (comprar y
fabricar bienes con el ánimo de venderlos), dichos ingresos quedan gravados
con el impuesto de 1º categoría.

2. Sociedades de Profesionales
También quedan clasificados en 2º categoría los ingresos obtenidos por
sociedades de profesionales que se dediquen exclusivamente a prestar
asesorías o servicios profesionales por intermedio de sus socios o con la
colaboración de dependientes que coadyuven a la obtención de estos servicios.
Al igual que los profesionales independientes, estas sociedades pueden
contratar los servicios de otros profesionales de la misma especialidad de los
socios o de otra afín o complementaria.
El ejercicio de la profesión es atributo sólo de las personas naturales. Por
consiguiente, para que exista esta sociedad de profesionales es menester que
se trate de una sociedad de personas en que todas ellas sean profesionales y
su objeto sea prestar servicios o asesorías profesionales.
No obstante podríamos tener una sociedad de profesionales compuesta por
dos o más personas jurídicas, siempre y cuando estas personas jurídicas
correspondan a sociedades de profesionales.
No quedan clasificadas en la segunda categoría las rentas obtenidas por
sociedades de profesionales:
a) Si el todo o parte del capital está orientado a fines o actividades
distintas a la prestación de servicios o asesorías.
b) Si uno o más de sus socios, sea persona natural o jurídica, sólo aporta
capital.
c) Las sociedades de profesionales en que uno o más de sus socios sea
S.A.
d) Las sociedades de profesionales que exploten establecimientos tales
como:
- Clínicas
- Maternidades
- Laboratorios
- Otros análogos
Lo dispone expresamente el inciso final del art. 42 L.R.
e) Sociedades de profesionales que desarrollen cualquiera de las
actividades del art. 20, aún cuando se trate de aquellas meramente
rentísticas de los números 1 y 2 del art. 20.

3. Determinación Renta líquida imponible


El tributo anual del art. 42 Nº2 se aplica sobre la cantidad que resulta de
rebajar de los ingresos brutos anuales percibidos, el monto de los gastos
necesarios para producir dichos ingresos efectivamente pagados durante el
ejercicio anual, o, en su defecto, una cierta suma por concepto de gastos
presuntos equivalente al 30% de los citados ingresos brutos con un tope
máximo de 15 UTA.

4. Emisión de boletas
“Los profesionales, sociedades de profesionales y personas que desarrollen
profesiones lucrativas están obligados a emitir boletas por los honorarios o
ingresos que perciban por la prestación de servicios personales”.
Emana de la Resolución Exenta Nº 1414 de 1978.
El inciso penúltimo del art. 55 del DL 825 de 1974 (IVA), señala que las
boletas deben ser emitidas en el momento en que se devenga el impuesto, esto
es “cuando el honorario o remuneración se paga, se abona en cuenta o se pone
a disposición del interesado cualquiera sea el primero de los hechos que ocurra
y cualquiera sea la forma de percepción”.
Por lo tanto, en aquellos casos en que la boleta deba emitirse con
anterioridad a la ocurrencia de cualquiera de los hechos señalados ello deberá
considerarse como una mera utilización de ella como medio de cobro de los
honorarios, y en tal caso su emisión no obligará al contribuyente a
contabilizar dichos honorarios en un instante, sino sólo cuando efectivamente
se produzca el pago.

 Emisión de boletas por cuenta de terceros


Conforme a la Resolución Exenta Nº 551 de 1975, las empresas
obligadas a llevar contabilidad deberán emitir “boletas de servicio”, por
cuenta de quien presta el servicio.
Deben reunir los siguientes requisitos copulativos:
a) Que quien presta el servicio sea una persona natural de
aquellas que desarrollan ocupaciones lucrativas. (art. 42 Nº 2)
b) Que dicha persona natural, por sus escasos conocimientos,
no se encuentre en condiciones de emitir una boleta sujeta a
las formalidades de las mismas.
No obstante lo anterior, se ha generalizado el uso de esta práctica
aceptándose de hecho que toda empresa que paga honorarios a persona
que no tenga boletas por no tener iniciación de actividades es la
empresa receptora del servicio quien está obligada a emitir la
correspondiente boleta, reteniéndole el impuesto (10%) al prestador de
servicios.

IMPUESTO GLOBAL COMPLEMENTARIO

Se encuentra regulado en los arts. 52 a 57 bis de la Ley de la Renta.


Se aplica, cobra y debe pagarse anualmente sobre el conjunto de las rentas
imponibles que se determinan en conformidad al párrafo II del título III de la
Ley. (rentas de categorías)

1. Contribuyentes gravados con el impuesto Global Complementario


A diferencia del impuesto de 1º categoría que grava tanto a personas
naturales como jurídicas, el impuesto Global Complementario grava sólo a
las personas naturales con domicilio o residencia en Chile.
Sin embargo, quedan gravados por este tributo las comunidades
hereditarias, los depósitos de confianza en beneficio de las criaturas que
estén por nacer, depósitos hechos en conformidad a un testamento y
bienes que tenga una persona a título fiduciario.

2. Características
a) Es un impuesto personal: Sin embargo, este carácter ha perdido
importancia. En la actualidad no se considera ningún factor
personal del contribuyente. (antes existían rebajas por cargas
familiares)
b) Es un impuesto directo: De tasa progresiva y global, es decir, por
el conjunto de las rentas.
c) Es un impuesto complementario: Este carácter también se ha
perdido. Antiguamente este impuesto complementaba los
impuestos de categoría. (se aplicaba además de ellos)
En función de la evolución que ha experimentado la
tributación a la renta en nuestro país en que se tiende a un
impuesto único a todo nivel, es que esta característica de
complementario se ha ido perdiendo.
d) De declaración anual: Su fecha de pago es en abril del año
siguiente.

3. Base Imponible
El art. 54 en sus tres números establece las rentas y las cantidades
que deberán conformar la base imponible de este impuesto.
El Nº1 detalla los tipos de renta o cantidades a incluir en esa base y
si deberán sumarse cuando sean percibidas o devengadas; además señala
la proporción o forma de imputar la renta a los socios o sociedades de
personas.
El Nº2 dispone la situación de las rentas exentas de 1º categoría
(total o parcial) y que están afectas al impuesto global; así como las afectas
a impuestos sustitutivos.
El Nº3 regula las rentas total o parcialmente exentas del global
complementario que bien pueden haber estado afectas a 1º o 2º categoría y
que se deben incluir en la base imponible del global para los efectos de
aplicar la escala de tasas progresiva. Asimismo se legisla en cuanto a la
forma en que se debe calcular y rebajar el correspondiente crédito contra el
impuesto proveniente de esas rentas exentas del tributo.
4. Deducciones a la Renta Bruta Global
El art. 55 señala las deducciones:
a) Rebaja por concepto de impuesto de 1º categoría e impuesto
territorial.
b) Rebaja por concepto de cotizaciones previsionales efectivamente
pagadas y que sean de cargo del contribuyente empresario
individual o del socio de una sociedad de personas, siempre que
dichas cotizaciones se originen en las rentas que retiren las citadas
personas de sus empresas.

5. Créditos contra el impuesto


El art. 56 señala los créditos a que tendrá derecho el contribuyente
contra el impuesto global complementario.
Estos créditos no son todos los que el contribuyente puede
aprovechar directamente contra el global complementario, ya que existen
otros provenientes de otros cuerpos legales.
Estos son:
Art 56 Nº2: Cantidad que resulte de aplicar las normas del Nº3 del
art. 54 (la parte proporcional del impuesto que está afectando a las rentas
exentas del global)
Art. 56 Nº3: El impuesto de 1º categoría que haya afectado a las
rentas que están formando parte de la renta bruta global y con la tasa
impositiva con que en su oportunidad se hayan gravado.
El exceso de crédito por impuesto de 1º categoría le será devuelto al
contribuyente dentro del mes siguiente a su declaración, siempre y cuando
no se trate de un contribuyente que este tributando en base a renta
presunta y que del impuesto de 1º categoría sobre dichas rentas haya
podido deducir las contribuciones de bienes raíces.
Si el impuesto de 1º categoría ha sido pagado a través de la
imputación de contribuciones de bienes raíces, entonces no se le devolverá
el exceso de crédito del art. 56 Nº 3.

PAGOS PROVISIONALES MENSUALES

1. Concepto
Se encuentra regulado en los arts. 84 a 100 de la L.R.
Como los impuestos a la renta del D.L. Nº 824 (Ley de la Renta)
tienen el carácter de anuales, es claro que el Estado necesita durante el
año calendario del respectivo ejercicio los recursos que provienen de los
impuestos.
Por otra parte para el contribuyente es más ventajoso ir amortizando
el pago del tributo durante el ejercicio y al determinar el impuesto a pagar
en su declaración anual imputar dichas cantidades corregidas
monetariamente y ya ingresadas en las arcas fiscales.
Por lo anterior la ley de la renta crea la figura de los pagos
provisionales mensuales.

2. Sujetos obligados a efectuar pagos provisionales mensuales


El art. 84 señala en sus numerales la forma como se determinan los
pagos provisionales mensuales según se trate de contribuyentes de 1º o 2º
categoría, caso de talleres artesanales, mineros, ciertos transportistas, etc.

3. Pagos provisionales voluntarios


El art. 88 señala que los contribuyentes que deben efectuar pagos
provisionales obligatorios, podrán efectuar pagos provisionales voluntarios
por cualquier cantidad, de un modo esporádico o permanente.
También se faculta para efectuar pagos provisionales esporádicos a
los contribuyentes que no están obligados a efectuar pagos provisionales
en forma obligatoria y permanente.

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