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Nacimiento y expansión del Islam

Hasta aquella época los árabes no habían tenido un papel importante, pues no formaban un
estado homogéneo, sino que estaban divididos en tribus dispersas.
Al comienzo del siglo VII apareció en la Meca un camellero llamado Mahoma (570-632) que
aseguraba haber recibido una revelación celestial que le ordenaba fundar una nueva religión.
Este hombre, que tenía algunos antecedentes sobre la religión de los judíos y del cristianismo,
y reconocía a Abraham, Moisés y Jesucristo como grandes profetas de Dios, se proclamaba a
sí mismo como el último y el más grande de ellos.
El profeta Mahoma no aceptaba sacerdotes, altares ni imágenes de ninguna clase. Daba a sus
seguidores consejos para vivir de manera correcta, algunos de los cuales eran la oración
varias veces al día, la lealtad en la conducta con el prójimo, la protección a los débiles y la
sumisión absoluta a la voluntad de Dios.
Pero no fue fácil para Mahoma expandir sus ideas, pues el pueblo de La Meca, fiel al
paganismo politeísta, rechazó sus predicaciones y este tuvo que escapar a Medina (Yatreb) el
15 de julio del año 622. La huida de Mahoma hacia Medina se denominó Hégira, y para los
musulmanes (mahometanos) tiene un significado similar al de la Pascua de Resurrección de
los cristianos.
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En Medina, el profeta Mahoma empezó a ejercer no solo un poder religioso, sino también
político, al sustituir las antiguas organizaciones tribales por la umma o comunidad de
creyentes basada en el vínculo religioso.
Con el paso de los años, el prestigio de Mahoma fue creciendo, sobre todo tras una exitosa
campaña de expulsión de los judíos de Medina; y ocho años más tarde volvió a La Meca con
un ejército y decidido a conquistar la ciudad que lo había rechazado. De este modo, el ataque
a La Meca inició la expansión de la religión musulmana.
Los sucesores de Mahoma con sus ejércitos creían fuertemente en la idea de que morir en
batalla por la religión era una forma segura de entrar al paraíso. Fue así como hicieron
conquistas en distintas direcciones: hacia el norte se apoderaron de Siria e incluso atacaron
Constantinopla. Hacia el oeste se extendieron por Egipto y África septentrional, y hacia el este
llegaron por Persia hasta la India.

Mahoma
(Muhammad, Mohammed o Mahomet; La Meca, h. 575 - Medina, 632)
Profeta árabe, fundador de la religión musulmana. La biografía de Mahoma,
de la que se conocen muy pocos datos seguros, nos ha llegado envuelta en
la leyenda. Su nombre primitivo fue probablemente Ahmad; nació en una
familia pobre de la noble tribu de Quraish (acontecimiento que los
musulmanes celebran con la fiesta del Mawlud). A los seis años quedó
huérfano y fue recogido por su tío Abú Talib, al que acompañó en sus viajes
de comercio
Alá
Alá es la hispanización de la palabra árabe Al-lāh (‫)هللا‬, que en idioma castellano significa
‘Dios’.1 Si bien el término es más conocido en Occidente debido a su utilización por parte de
los musulmanes (Chiíes y Sunníes) como referencia a Dios, éste es utilizado por los hablantes
del árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y judíos, se le adoraba
agachandose y rezandole el Sala-ah (oracion de los islamicos)123 El término fue utilizado
también por los paganos de La Meca como referencia al Dios creador y perpetuo,
posiblemente la deidad suprema en la Arabia preislámica.

La religión antes de Mahoma


Inscripciones asirias siete u ocho siglos anteriores a Cristo demuestran que, en una época
muy remota, los árabes eran politeístas y erigían estatuas a sus dioses.

Antes de Mahoma las tribus árabes habían tenido una gran variedad de cultos, entre los
cuales los más extendidos eran los del Sol y de los principales astros; y como tomaron de los
pueblos con los cuales comerciaban muchas de sus divinidades, su Panteón (templo dedicado
a todos los dioses) estaba tan poblado como el Olimpo (morada a los dioses) grecorromano.
Inscripciones asirias siete u ocho siglos anteriores a Cristo demuestran que, en una época
muy remota, los árabes eran politeístas y erigían estatuas a sus dioses.
Sin embargo, existían gérmenes de unidad entre aquella variedad de cultos de Arabia, y le
bastó a Mahoma desarrollar dichos gérmenes para llevar a cabo la empresa de unificación
que había acometido. Estaba, como ya se indicó, la Caaba, templo venerado por todos los
pueblos de la península, los cuales iban a visitarlo en romería desde mucho tiempo antes. Ya
se indicó que la Caaba era el verdadero Panteón de los dioses de Arabia, y, cuando Mahoma
apareció, contenía las estatuas o imágenes de 270 dioses (ciertos libros hacen subir este
número a 370), entre los cuales, según testimonio de los autores árabes, figuraban Jesucristo
y la Virgen María. Todos los pueblos de Arabia cifraban su gloria en adornar la Caaba, siendo
hasta para los judíos un sitio muy venerado. La custodia del templo estaba confiada a los
árabes de la tribu de los coreixitas, quienes, por esta razón, disfrutaban de una autoridad
religiosa que toda Arabia reconocía.
Muchos árabes adoraban un solo Dios, sin contar los que ya en tiempos de Mahoma
practicaban el cristianismo o el judaísmo, los cuales eran bastante numerosos. Se los llamaba
hanyfes, título que Mahoma se complacía en aplicarse, y no solo admitían un Dios único – lo
cual es uno de los principios fundamentales del Corán-, sino que enseñaban -lo cual es otro
de los más esenciales principios del mismo libro-, que el hombre debe someterse a la voluntad
de Dios de un modo tan absoluto como Abraham cuando se disponía a degollar a su hijo
Isaac. No sin razón ha podido, pues, Mahoma decir en el Corán que había habido
musulmanes antes de él.
Esta concentración de dioses en la Caaba de La Meca hacía posible la fusión de los diversos
cultos en uno solo, resultado facilitado también por el hecho de que los adoradores de
aquellas divinidades hablaban la misma lengua. Había llegado el momento en que todos los
árabes podían unirse en una sola creencia. Así lo comprendió Mahoma, y esto le dio la fuerza
que tuvo. Lejos de pensar en fundar un culto nuevo, según a veces se repite, se concretó a
predicar que el único dios verdadero era el fundador de la Caaba, que toda Arabia veneraba,
es decir, el Dios de Abraham.
La historia del islam incluye la historia de la fe islámica como religión e institución social.
Como la mayoría de las religiones del mundo, el desarrollo histórico del islamismo ha
tenido un impacto claro en la historia política, económica y militar de las áreas dentro y
fuera de lo que se considera sus principales zonas geográficas de alcance. Como con el
cristianismo, el concepto de un «mundo islámico» puede ser más o menos útil al ver
diferentes períodos de la historia. Una corriente importante de la cultura islámica alienta la
identificación con la comunidad. La historia del islam como una religión está relacionada
cercanamente a la historia política, económica y militar.
El islam surgió en Arabia en el siglo VII de la era cristiana con la aparición del
profeta Mahoma. Un siglo después de su muerte, el Islam se extendía desde el océano
Atlántico en el oeste hasta Asia Central en el este. Este imperio no se mantuvo unido por
mucho tiempo; el nuevo sistema de gobierno pronto derivó en una guerra civil conocida
para los historiadores del islam como la Fitna, y posteriormente afectada por una Segunda
Fitna. Después de esto, dinastías rivales reclamarían el califato, o liderazgo del mundo
musulmán y muchos estados e imperios islámicos ofrecieron sólo una obediencia
simbólica al califa, incapaz de unificar el mundo islámico.

Islam en España (2015)1


Musulmanes en España (3,97%) No
musulmanes (96,03%)

El islam ha tenido una presencia fundamental en la cultura y la historia de España.

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Historia 711-1492[editar]
Invasión musulmana de la península ibérica[editar]
Artículo principal: Invasión musulmana de la península ibérica

Se conoce como Etapa musulmana de la península ibérica23 o Conquista árabe de


Hispania,4 al complejo proceso político y militar que a lo largo del siglo VIII explica la
formación y consolidación de al-Ándalus musulmán, así como la génesis de los
principales reinos cristianos medievales peninsulares.5
El origen de la Etapa musulmana en la península siglos VIII-IX
La conquista del reino visigodo por los dirigentes musulmanes fue un proceso
relativamente rápido, ya que en solo quince años se llegó a ocupar todo el actual territorio
de España y Portugal; desde el año 711 al 725, si bien lo que era el territorio peninsular
del reino estaba completamente ocupado en el 720, tras diez años del inicio de la
conquista. Dicha conquista, además de larga, requirió de constantes refuerzos militares, y
de pactos con núcleos resistentes.
Aunque el proceso en total ocupó todo ese tiempo, la cronología no es exacta en cuanto a
los años y las fechas, sino sólo aproximada, pues las fuentes difieren entre sí, y los
historiadores no se ponen de acuerdo. Hemos optado por una datación que siempre
puede retrasarse en un año según qué historiador tomemos.
Además de estos años de conquista, hay que sumar los años anteriores que los árabes
llevaban diseñándola, reconociendo el terreno, y preparando, al parecer, futuras alianzas.
Lo largo de este proceso de conquista del reino visigodo se debe a varios motivos: lo
escaso de las fuerzas musulmanas que los invadieron, las constantes luchas y

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