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JOSE ANTONIO PAEZ

PROCERES MASONES
Discutirá algún recalcitrante que Martí no fue masón. Saldrá derrotado. Los
historiadores cubanos de hoy se vanaglorian, con un retraso lastimoso, que han
encontrado “hallazgos” que corroboran la fidelidad del apóstol con los principios de su
logia. De hecho, la iniciación se produjo en la Logia Armonía 52 de Madrid, una ciudad
en la que vivió desde febrero de 1871 a mayo de 1873.

La masonería norteamericana lo apoyó hasta el punto de que la logia Félix Varela n.


64 de Cayo Hueso estaba formada por independentistas cubanos, y que la
denominada La Fraternidad n. 387 de Nueva York tenía como tesorero y secretario a
Benjamín J. Guerra y Gonzalo de Quesada y Aróstegui, activistas del partido
revolucionario cubano fundado por Martí. Los interesados en estos temas pueden ir al
texto de La Masonería de César Vidal, publicado por Planeta, y encontrarán las claves
masónicas de la bandera cubana . Martí fue masón como fue Maceo, militante desde
1864. Todo esto puede ser ampliado en las bibliotecas y en Internet.

El otro masón solidario con Páez fue Domingo Faustino Sarmiento quien, como dicen
los masones de su país: fue iniciado francmasón el 31 de julio de 1854, a los 43 años,
en la Logia Unión Fraternal de Valparaíso de Chile”. Tras ocupar varias posiciones, en
1882 asumió como Gran Maestre o Presidente de la Gran Logia Argentina de Libres y
Aceptados Masones convirtiéndose en la máxima autoridad del activismo masónico.

¿Y Páez?. Según la página oficial de la masonería venezolana fue “el primer Gran
Comendador del Supremo Consejo Confederado del Grado 33° para la República de
Venezuela, el unificador de la masonería nacional y un incansable fundador de
Logias.”
La historia oficial dice que se inició en Barinas en 1820 y que cuando dirigió a la
caballería patriota en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, ya había llegado al
tercer grado de la masonería simbólica.

Entre 1822 y 1824, Páez desarrolló mucha actividad masónica. En los relatos de los
historiadores aparece presidiendo las sesiones de la Logia “Concordia” de Valencia, y
fundando en 1824 la Logia “La Independencia”, de Puerto Cabello.
El 30 de diciembre de 1824 fue Presidente de un Capítulo Rosa Cruz, en Puerto
Cabello. EI 10 de mayo de 1840, fue el cofundador en Caracas, del Supremo Consejo
Confederado del Grado 33°, siendo elegido Soberano Gran Comendador. La firma de
Páez aparece en el acta constitutiva junto a las de Diego Bautista Urbaneja, Carlos
Soublette, Manuel López de Umérez, Tomás José Sanabria y otros.

Martí fue solidario con Páez en los actos luctuosos a los que se refiere Inés Quintero,
como fueron patéticamente solidarios entre sí Brunswick y Dumouriez, o Lafayette y el
Duque de Orleans. Aunque en el penúltimo párrafo de su texto Martí expone su
inconformidad: “…tu erraste luego, como yerra el militar que se despoja del lauro
venenoso del poder civil, de la corona inmarcesible que los pueblos tributan a sus
héroes desinteresados”
“Tu creías tener razón, para olvidar el juramento empeñado al cura, tu te dejaste
seducir por el poder, cuyo trabajo complicado exige las virtudes que mas se quebrantan
en la guerra, ¡ Pero jamás fuiste cruel, ni derramaste para tu provecho la sangre de los
tuyos, ni deprimisteis, para mantener un falso engrandecimiento, el carácter de tus
conciudadanos!, Donde quiera que estés duerme! ¡Mientras haya americanos, tendrás
templos, mientras haya cubanos, tendrás hijos!!.

“El General José Antonio Páez, a pesar de los errores que pudiera haber cometido en
el campo de la política, fue un Hermano muy querido dentro de la masonería
venezolana, por el cariño que supo demostrar a la institución y por el sentido de
fraternidad que siempre tuvo con los miembros de la Orden”.

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