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E l M odo Em ulación

H oy en D ía
El M odo Emulación
Hoy en Día

Por
G.F. Redman
P.G.Int.B.
Gran Secretario Adj.

(Miembro del Comité de la Logia de Emulación y Perfecc ento 1980—;


Miembro Decano 2002—)

Lewis Masonic
Al M.V H. Hayden Sh arp, P.G.Sw d.B.

Mi predecesor com o Miembro Decano del


Com ité de la Logia de Em ulación y
Perfeccion am iento

1ra. Edici ón 2007

ISBN (10): 0 85318 276 0


ISBN (13): 978 0 85318 276 4
Contenido
Prólogo................................................................................................................................. 8
Prefacio................................................................................................................................ 9
PARTE I.................................................................................................................................. 11
Capítulo 1: La Logia de Emulación y Perfeccionamiento ...................................................... 12
Breve Historia ................................................................................................................. 12
El Ritual de Emulación .................................................................................................... 13
El Encendedor de Plata ................................................................................................... 14
Logias Reconocidas de Instrucción .................................................................................. 15
Emulación Hoy en Día ..................................................................................................... 15
Capítulo 2: El Propósito de este Libro ................................................................................. 17
PARTE II................................................................................................................................. 19
Capítulo 3: Observaciones Generales.................................................................................. 20
Capítulo 4: El Guarda Templo Externo ................................................................................ 24
Capítulo 5: El Guarda Templo Interno ................................................................................. 26
Capítulo 6: Los Diáconos..................................................................................................... 31
Capítulo 7: El Segundo Diácono .......................................................................................... 37
Capítulo 8: El Primer Diácono ............................................................................................. 41
Capítulo 9: El Secretario...................................................................................................... 45
Capítulo 10: El Tesorero...................................................................................................... 47
Capítulo 11: Los Vigilantes .................................................................................................. 48
Capítulo 12: El Segundo Vigilante ....................................................................................... 51
Capítulo 13: El Primer Vigilante .......................................................................................... 53
Capítulo 14: El Maestro Electo............................................................................................ 54
Capítulo 15: El Venerable Maestro...................................................................................... 56
Capítulo 16: El Maestro Instalador...................................................................................... 67
Capítulo 17: El Past Maestro Inmediato .............................................................................. 76
Capítulo 18: Las Liturgias .................................................................................................... 79
Capítulo 19: Procedimientos de Emulación ......................................................................... 83
PARTE III ............................................................................................................................... 87
Capítulo 20: El Capellán ...................................................................................................... 88
Capítulo 21: El Maestro de Ceremonias .............................................................................. 89
Capítulo 22: El Hospitalario................................................................................................. 93
Capítulo 23: El Hermano Caritativo ..................................................................................... 94
Capítulo 24: El Maestro de Ceremonias Adjunto................................................................. 95
Capítulo 25: El Organista .................................................................................................... 96
Capítulo 26: El Secretario Adjunto ...................................................................................... 97
Capítulo 27: Los Administradores ....................................................................................... 98
Apéndice 2: La memoria Inmortal….. .................................................................................. 99
Prólogo

La G ran Logia h a sido siem pre cuidados en n o dar su ap form al a cualquier


v ersión del R itual In glés de la Orden . Pero estoy segu que de las m uch as v ersion es
existen tes el Modo de Em ulación es el m ás exten sam en te utilizado, y para m uch os de
n osotros él prov ee un pun to de referen cia al cual podem os recurrir cuan do surge la
n ecesidad.

Pocos de nosotros alcan zan el n iv el del “En cendedor de Plata” en las cerem onias que
trabajam os, pero espero que cada Fran cm asón que asum a un Cargo en un a Logia luch e por
ejecutar su trabajo ritual al m ejor de su capacidad. Este libro, escrito por el Herm ano
Grah a m R edm an h abrá de ser sin lu ga r a duda de in m en sa ayud a pa ra aqu el que dese e
trabaja r el R i tual d e Em ulación ex actam en te “d e acu erdo con el libro” , pe ro in cluy e
tam bién m uch as pau tas d e a yuda sob re cóm o adap ta r los tri ctos re que rim ien tos d el
R itual de Em ul ación a si tuacion es que pueden su rgi r en Logia s n orm ales . Pocos He rm an os ,
si algun o, pued en esta r m ejo r cualifi cados pa ra da r guí a sobre el Modo de Em ulación com o
el Herm an o R edm an , quien h a sido m iem b ro del Com ité p recep tor de la Logi a de
Em ula ción y Pe rfec cion am ien to por m ás de un cua rto de .

North am pton P ro Gran Maes tro


Prefacio

Comencé a escribir este libro a finales de 1986, poco espués de que la Gran Logia
hubiera emitido su histórica resolución para retirar t as las penalidades de la obligación
en los tres grados y en la Instalación y las hubiera transferido a otras partes de las
ceremonias respectivas. La Logia de Emulación y Perfec onamiento había, conjuntamente
con otros cuerpos rituales, definido las revisiones necesarias al Libro del Ritual, y las Logias
se estaban comenzando a ajustar a la nueva fraseología.

Estaban más cerca los sesenta que los cincuenta años desde que el “Modo de
Emulación Explicado “ del V. H. H.F.Inman fuera public o por primera vez. En los años
intermedios habían existido muchas publicaciones orientadas a dar aún mayor guía sobre
el correcto modo de trabajar las ceremonias de la Orden Francmasónica d acuerdo al
sistema demostrado en la Logia de Emulación y Perfecci namiento, la última de las cuales
era el Ritual oficial de Emulación, publicado por prim ra vez en 1969, y que está ahora en
su octava (ahora en su decimosegunda) edición.

Para Marzo de 1987 había concluido el primer borrador e lo que ahora forma la Parte
II de este libro, y había enviado un resumen y segundo orrador de algunos capítulos piloto
a A.Lewis (Masonic Publishing) Limited, quien expresó su interés en publicarlo. Una
consultoría que ocupó más de la mitad de mi tiempo en ese año retrasó mi trabajo en el
proyecto considerablemente, y cuando me uní al equipo el Gran Secretario en Noviembre
de 1987 descubrí que las presiones para asimilar mis nuevos deberes complotaban contra
un mayor avance en el futuro inmediato. Después de alg nas discusiones desilusionantes
con los editores, el trabajo se detuvo por completo y libro entró en el limbo.

Allí permaneció hasta la primavera de 2006, cuando tuve una reunión (sobre temas
relacionados) durante la semana de la Investidura Anual con muchos Hermanos mayores
del Distrito de Natal, que se encontraban en Londres para las Investiduras de la >Orden y
del Real Arco. El V.H. Douglas Kirton, uno de los Gran Maestros Distritales Adjuntos y un
anterior Gran Director Distrital de Ceremonias, me preguntó en un momento dado cuando
se iba a publicar el libro de Inman. Le respondí que e improbable que fuera a ser una
realidad, pero que había hecho algún trabajo muchos años atrás en un libro que iba a
cubrir a grandes rasgos el mismo terreno.

Ocurrió que en el verano de 2005 había mencionado el l ro al V.H. David Allan del Ian
Allan Group, que había sido propietario durante muchos años de A. Lewis (Masonic
Publishing) Limited, y él había expresado su interés e él. Una semana o dos después de mi
reunión con los Hermanos de Natal, había desenterrado el manuscrito del resumen y de los
capítulos piloto y se los había enviado. La respuesta que recibí seguía siendo favorable, pero
tenía la dificultad práctica de encontrar el tiempo pa revisar los capítulos que ya habían
sido escritos y para escribir aquellos que todavía fal ba elaborar, pues una vacancia
temporal en la oficina del Gran Secretario había ocasionado un gran incremento en mis
deberes en el Freemason´s Hall.

Como resultado, reinicié la tarea a fines de 2006, cas exactamente veinte años después
de haber empezado a escribir. Afortunadamente, había ido convirtiendo periódicamente los
archivos de computadora en los cuales estaban almacena os los diferentes capítulos, a
medida que los sucesivos procesadores de palabras se v vían obsoletos, de manera que
tenía todavía el texto disponible en formato electrónico. Transferirlos a mi computadora
portátil Psion hizo posible que aprovechara al máximo raros momentos de tiempo libre Para
llevar a cabo la revisión del texto ya existente y la scritura de los nuevos capítulos. Ahora,
en la primavera de 2007, el trabajo ha sido por fin completado.

* * *

Existen innumerables Hermanos a los que debo agradecer, pues cualquier auto de un
libro de “cómo hacer…” está destinado a quedar en deu con aquellos de los cuales él
mismo aprendió. Espero ser perdonado por aquellos que omita nombrar, pero el tiempo y el
espacio (y también mi memoria) me impiden nombrarlos a odos. Principalmente, tengo que
agradecer a los muchos preceptores que formal o informalmente me dieron el beneficio de
su experiencia durante la parte inicial de mi carrera Masónica; entre ellos pero en una liga
bastante diferente) están los Hermanos que han sido miembros del Comité de la Logia de
Emulación y Perfeccionamiento desde el momento que me ní a principios de 1974,
muchos de los cuales ya no están vivos para agradecerles en persona. Debo, sin embargo,
hacer mención específica a mis cuatro mentores particulares en el Comité de Emulación:
M.V.H. Hayden Sharp, quien fuera mi predecesor inmedia o como Miembro Decano del
Comité (a quien va dedicado este libro), el difunto R.V.H. Juez Alan T apnell, otro antiguo
Miembro Decano, y los difuntos V.H. Colin Dyer y Regin d Marley.

Por razones que habrán de ser obvias, sería negligente por mi parte no mencionar al
V.H. Douglas Kirton, sin cuya fortuita consulta este libro probablemente nunca habría sido
completado o publicado. Por último, pero de ninguna ma ra al último, deseo agradecer al
M.V.H. Lord Northampton, Pro Gran Maestro, por aceptar a contribuir con el Pr ogo de este
trabajo.

Graham Redman Abril, 2007


PARTE I
Capítulo 1: La Logia de Emulación y Perfeccionamiento

Breve Historia

Ya son casi doscientos años desde que se formó la Logia de Reconciliación a principios
de Diciembre de 1813, justo antes de la unión entre la dos Grandes Logias rivales el 27 de
Diciembre de ese año para acordar, y posteriormente demostrar, la forma de ritual para la
Gran Logia Unida de Inglaterra. La Logia de Reconciliación cesó de trabajar en Junio de
1816 después que el nuevo Ritual fuera aprobado en la omunicación Trimestral de la
Gran Logia. La Logia de Instrucción Estabilidad, que i luía muchos miembros de la Logia
de Reconciliación entre sus líderes, comenzó a trabajar en 1817, pero la Logia de Emulación
y Perfeccionamiento no fue fundada hasta Octubre de 18 3. Emulación puede, sin
embargo, reclamar indirectamente una conexión casi tan cercana con la Logia de
Reconciliación como lo puede hacer Estabilidad, pues muchos de los Fundadores de la
Logia de Emulación y Perfeccionamiento habían sido miembros de las Logias de Instrucción
Burlington y Perseverancia. Burlington comenzó a traba r en 1810 (bajo la Tutela de la
Gran Logia de los “Modernos”) y Perseverancia empezó e 1818. Existía un nivel sustancial
de membrecía compartida como también cierto grado de “ ansferencia mutua” entre las
dos, así que a pesar de que Burlington estuvo suspendi por dos periodos relativamente
cortos, el resultado neto fue una línea prácticamente corrupta de sucesión, desde el
tiempo que la Logia de Reconciliación fuera formada y emostrara el ritual de los tres
grados, hasta la fundación de Emulación.

Fue el 2 de Octubre de 1823 que la Logia de Emulación Perfeccionamiento para


Maestros Masones se reunió por primera vez bajo patrocinio de la Logia de Esperanza No. 7
(renombrada en 1832 como Logia Real de York de Perseverancia, No. 7). Cuando empezó a
trabajar, Emulación enseño el ritual acordado por la Logia de Reconciliación por medio de
Liturgias, y no comenzó a demostrar las propias ceremo as regularmente hasta algún
momento – la fecha exacta no es segura – en la década de 1830. Las Liturgias eran en esos
días el método normal de enseñar el ritual, y Emulació trabajó las Liturgias desde el
principio de acuerdo con el sistema de la Logia de los Grandes Intendentes, que incorporó el
nuevo ritual en 1815. La Logia de los Grandes Intenden es continuó demostrando sus
Liturgias en sus Noches Públicas dos veces al año hasta que las mismas cesaron después
de 1867. Emulación se adhirió a ese sistema, incorporando cambios a medida que fueran
introducidos por la Logia de Grandes Intendentes y, má importante, ha continuado
trabajando en ellos regularmente hasta el día de hoy.

Así que Comencé a escribir este libro a finales de 1986, p co después de que la Gran
Logia hubiera emitido su histórica resolución para retirar todas las penalidades de la
obligación en los tres grados y en la Instalación y las hubiera transferido a otras partes de
las ceremonias respectivas. La Logia de Emulación y Perfeccionamiento había,
conjuntamente con otros cuerpos rituales, definido las revisiones necesarias al Libro del
Ritual, y las Logias se estaban comenzando a ajustar a la nueva fraseología.

No pasó mucho tiempo hasta que el futuro de la recient nte establecida Logia de
Perfeccionamiento estuviera bajo serio riesgo. Desde 1 8, el Libro de las Constituciones
estipulaba (y todavía lo hace) que toda Logia de Instrucción debe reunirse bajo el patrocinio
de una Logia regular, o por licencia y autorización de ran Maestro. A pesar de que desde
1823, Emulación estaba patrocinada por la Logia de la peranza, en Marzo de 1830
parecía probable que, como resultado de un mensaje enviado p el Gran Maestro, Duque
de Sussex, a la Comunicación Trimestral de la Gran Logia llevada a cabo a principios de ese
mes, las Reglas del Libro de las Constituciones iban a ser endurecidas para exigir que el
Maestro o Past Maestro de la Logia patrocinante debe presidir en el futuro toda tenida de
una Logia de Instrucción. En este momento la Logia de la Esperanza era muy peque y
muy débil. Los miembros de Emulación presentes en la reunión del 19 de Marzo decidieron
proteger su posición enviando un Memorial al Gran Maestro, explicando sus circunstancias
especiales como una Logia general de Instrucción que s vía a muchas Logias y no
solamente a la Logia patrocinante, y pidiendo al Gran estro se les otorgue una licencia
especial para el futuro.

El Gran Maestro, a través del Gran Secretario, negó la otorgación de dicha licencia, y
los miembros de Emulación consideraron entonces prudente buscar el patrocinio de una
Logia más fuerte. Eligieron la Logia de la Unión, a la cual pertenecían muchos miembros de
Emulación y que se mantiene como su Logia patrocinante hasta el día de hoy.

Emulación ha disfrutado, a través de los años, del apo o no solamente de muchos


Francmasones distinguidos, sino también de muchos Francmasones dedicados. Entre los
distinguidos ha habido cuatro Grandes Secretarios, tres Presidentes el Consejo General de
Propósitos Generales, cinco Grandes Directores de Ceremonias y muchos Grandes Maestro
Provinciales. El primero de los dedicados fue el H. Peter Gilkes quien, habiéndose unido a
Emulación en 1825, rápidamente se convirtió en su reco ocido líder hasta su muerte en
Diciembre de 1833. Fue él quien dio a Emulación su marca distintiva de corregir y no dejar
pasar el error que comúnmente habría de pasar.

Este libro tiene por objetivo ser una guía sobre el ri al y estaría, por lo tanto, fuera de
lugar extenderse mucho en la historia de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento. EL
lector que desee conocer más de su historia no puede hacer mejor que leer la excelente
historia del difunto H. Colin Dyer: “Emulación: Un Ritual para Recordar”, el cual fu escrito
para el Sesquicentenario de Emulación en 1973.

El Ritual de Emulación

Por muchos años el Comité rechazó dar el im p rim a tu r de Emulación a un ritual


impreso, con el resultado de que un número de rituales aducie do reflejar el modo de
Emulación cobraron existencia. Últimamente el más ampliamente utilizado de esos escritos
es el “Ritual Nigeriano” que fuera publicado por A. Lewis justo antes de la Segunda Guerra
Mundial. Era notable por contener rúbricas mucho más explícitas e cualquier otro Ritual
hasta entonces, y probablemente si la Guerra no hubier concentrado las mentes y los
esfuerzos en otras direcciones, su hubieran hecho esfuerzos para suprimirlo. Cuando la
normalidad hubo retornado después de la Guerra el “Rit l Nigeriano”, que había sido
inmensamente popular entre los Hermanos, se había con olidado demasiado como para
que su supresión fuera una opción viable. Eventualmente le pareció al Comité que nada se
ganaría rechazando por más tiempo la autorización de u a versión oficial, y en 1969 se
publicó el Ritual de Emulación. Se llegó a un acuerdo con A. Lewis para la publicación del
nuevo trabajo, siendo parte del acuerdo que el editor retiraría de la venta el Ritual
Nigeriano. Si bien sería presuntuoso decir que Emulaci n ha preservado sin cambiar cada
palabra del ritual de 1816 a través de los años transcurridos, los miembros sucesivos del
Comité preceptor se han asegurado de que, tanto como sea posible, no se hayan colado
cambios inadvertidos. El Comité, de hecho, ha sostenido a través de los años que no tiene
autoridad alguna para variar el ritual que fuera acordado por la Gran Logia en 1816, y no
ha hecho por lo tanto sólo se han hecho cambios en la fraseología de las ceremonias en
cumplimiento a resoluciones de la Gran Logia. Tanto la Gran Logia, sin embargo, como su
Consejo de Propósitos Generales han sido notablemente eticentes a involucrarse en el
pronunciamiento sobre el detalle del ritual Masónico, con el result o de los únicos cambios
significativos formalmente autorizados han involucrado las penalidades. En 1964, el Gran
Maestro Provincial de Norfolk, Bishop Herbert, efectuó una moción para que la Gran Logia
autorice el uso de la fórmula (“Siempre teniendo en me te la penalidad tradicional para la
violación de cualquiera de ellas, aquella de sufrir…” que dejaba en claro que las penalidades
de las Obligaciones eran meramente figurativas, las as llamadas “variaciones permisivas”,
que Emulación demostró el segundo Viernes de cada mes desde 1965 hasta 1986.

Existe poca duda que muchos Francmasones mayores tenía la esperanza de que las
variaciones permisivas ganen espacio y eventualmente reemplacen la forma antigua de las
penalidades. Ante ello, sin embargo, las Logias no mos raron signos de un cambio rápido
hacia la nueva forma y en 1985 el Consejo de Propósito Generales volvió sobre el tema. Se
encaró una revisión más exhaustiva de las ceremonias, retirando las penalidades de las
obligaciones y transfiriéndolas a otras partes del ritual. Un número de demostraciones del
ritual revisado fueron dadas a los Gran Maestros Provi iales y a los Maestros Instalados de
las Logias, en Londres y otros lugares, durante el otoño de 1985 y principios de 1986, con
una visión de informar a la opinión Masónica. Los camb s fueron debatidos en la Gran
Logia en la Comunicación Trimestral en Junio de 1986 y fueron aprobados en su gran
mayoría, contra el pesar de muchos. Se otorgó a las Logias un periodo de gracia antes de
que fueran obligadas a adoptar las nuevas formas, y en el ínterin los diferentes cuerpos
rituales, incluyendo Emulación, tuvieron la tarea de revisar sus rituales para incorporar los
cambios hechos por la Gran Logia. El resultado fue una nueva “Edición Revisada”, que
alcanzó una fuerte venta a medida que lo Hermanos se f iarizaban con la nueva
fraseología.

El Encendedor de Plata

El 22 de Octubre de 1897, el H. Major R.L.S. Badham, quien ocupaba el Trono, trabajó


el segundo grado de una manera descrita como ejemplar or el Miembro Decano del
Comité, el H. Robert Clay Sudlow, quien era preceptor en esa ocasión. Sudlow
subsecuentemente le regaló un encendedor de plata para marcar su logro. También, a su
propio costo hasta que el resto del Comité decidiera que debería ser aliviado de la carga,
hizo regalos similares a otros Hermanos que alcanzaban el mismo nivel. En unos pocos
años se había convertido en costumbre establecida, y u Hermano que trabaja una
Ceremonia desde el Trono “sin necesidad de ayuda o corrección” recibe un encendedor de
plata, grabado en la parte frontal con su nombre y en el reverse con el encabezado: “E.L. of
I.” y debajo la ceremonia que ha trabajado, conjuntame e con el año (P. ej. “2DO. GR. Y
P.T. 1975”). Si el Hermano subsecuentemente trabaja una ceremonia diferente sin
corrección, la misma es grabada de la misma manera, y ha trabajado las cuatro
ceremonias sin corrección, las palabras “REGISTRO COMP TO” son añadidas al final de
la lista. Para poder calificar, la ceremonia debe ser rabajada por el Maestro sin ningún error
ya sea en las palabras o acciones.
Hasta finales de Abril de 2007, 345 Hermanos han recibido un encendedor, de los
cuales 120 han alcanzado el registro completo.

No hay duda alguna que a través de los años muchos Hermanos han sido inspirados
para trabajar en la Logia de Emulación y Perfeccionami nto por la perspectiva de ganar este
inusual premio. No se debe dejar pasar por alto, sin embargo, que el e endedor es
indicador solamente de la estricta exactitud. No dice da acerca de la calidad o imponencia
de la ceremonia. Muchas ceremonias oralmente prefectas pueden ser descr as simplemente
como mediocres, mientras muchos Hermanos a quienes permanentem nte el encendedor
ha esquivado hasta el final de sus días han trabajado eremonias inspiracionales de las
cuales cualquiera podría sentirse justamente orgulloso.

Logias Reconocidas de Instrucción

A principios del siglo XX comenzó un sistema de Logias re onocidas de Instrucción. El


Comité de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento ap eba Preceptores que enseñan el
ritual en estricta concordancia con el trabajo de Emulación, y esto otorga reconocimiento a
la Logia de Instrucción involucrada. Un Hermano que pretenda trabajar en el Trono en
Emulación debe tener normalmente una “recomendación” de un Preceptor aprobado que
certifique que es capaz de cumplir con el trabajo en los niveles requeridos.

Cada año en Junio, en el Festival anual de Preceptores todos los cargos son ocupados
por Hermanos de Logias de Instrucción reconocidas, quienes demuestran no de los tres
grados (en rotación), seguidos por la Ceremonia de Instalación. Es, por lo tanto, un equipo
de trabajo, muchos de cuyos miembros habrán de ser ext ños entre sí, y ello demuestra
que es posible para Hermanos que han sido entrenados en el modo de Emulación
trabajando en diferentes partes del país reunirse y tr ajar conjuntamente de manera
exitosa.

Emulación Hoy en Día

La Logia de Emulación y Perfeccionamiento se reúne en el Freemasons´ Hall, Great


Queen Street, Londres, cada Viernes desde Octubre hasta Junio incluido, excepto durante
la pausa de Navidad y Año Nuevo y Viernes Santo. Las reuniones se inician a las 6:15 p.m.,
excepto por el Festival Anual que se lleva a cabo el ú imo Viernes de Febrero (5:30 p.m.) y el
Festival de Preceptores el último Viernes de Junio (4: 0 p.m.). Los Hermanos cenan juntos
solamente después de los dos Festivales.

Los Hermanos que asisten por primera vez, excepto si s n garantizados en persona por
un Hermano conocido, deben estar preparados para ser probados en todos los signos. Ts. Y
palabras de los tres grados. Excepto en los Festivales, donde se utiliza vestimenta informal
normal (sin guantes) como en una tenida normal de Logi , el código de vestimenta es de
“elegantemente casual”, con mandil de Maestro Masón o aestro Instalado, como es el
caso, aparte de los miembros del Comité, que llevan mandiles de sus respectivos rangos,
pero sin collarines.

En la primera reunión de la temporada, cuando el Trono es ocupado por un miembro del


Comité (generalmente uno que está tratando de completar su registro para el encendedor), y
en la última, que es el Festival de Preceptores, el pr rama consiste de uno de los tres
grados en la primera parte de la noche, y la Ceremonia e Instalación en la segunda. En el
Festival Anual, se trabajan cuatro sesiones Litúrgicas por miembros del Comité asistidos
por Hermanos que hayan demostrado una habilidad especi en el ritual. EN las restantes
reuniones, la primera parte de la noche es ocupada por una de las cuatro ceremonias,
trabajada en rotación, y la segunda parte por una sección de una de las Liturgias.

Sería ocioso pretender que Emulación es hoy día algo parecido en fuerza a lo que fuera en
anteriores tiempos. El difunto H. Colin Dyer, en su hi oria ya mencionada, expresaba la
visión en 1973 de que el uso de libros detallados del itual parece haber tomado el lugar
temporalmente de la camaradería de una Logia de Instru ción, pero tenía la esperanza de
que los número decrecientes fueran simplemente una fas pasajera. Esta afirmación parece
ahora haber sido demasiado optimista. Las Logias de Instrucción están por lo general en
una seria declinación, y Emulación con ellas. Este es el resultado de presiones sociales y de
otra naturaleza en los últimos años que han conspirado contra la asistencia semanal
regular, y no existen señales en la actualidad de que dichas presiones cedan. A pesar de
ello, Emulación aún enseña y mantiene los más altos niveles de ritual Masónico, y a pesar
de haber hoy en día un número menor, los mejores trabajadores de hoy son aún tan
buenos como los mejores de tiempos antiguos. Mientras exista demanda para ello,
Emulación la habrá de satisfacer.
Capítulo 2: El Propósito de este Libro

Este libro intenta proveer una descripción lo más exac a posible del trabajo en
Emulación. Esto es el ritual de la Orden y la manera de trabajarlo, la cual es demostrada en
la Logia de Emulación y Perfeccionamiento cada Viernes rante nueve meses de cada año.
En la práctica es muy difícil que exista una Logia que trabaje el ritual en cada detalle
exactamente como se lo demuestra en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento. A pesar
de ello, más Logias bajo la Constitución Inglesa utili an el trabajo de Emulación como base
para sus Ceremonias que cualquier otro, a pesar de hab incorporado, por accidente o
decisión, sus propias variaciones particulares.

Este no es un libro pensado para actuar solo. Se prete de que sea un complemento al
libro del Ritual de Emulación y, en parte, sea un come tario al mismo. No reclama ser
totalmente exhaustivo como descripción del trabajo de Emulación pues en la mayoría de los
casos, si no en todos, el Ritual de Emulación es perfe tamente claro sobre el procedimiento
a ser seguido. Existen, sin embargo, muchos aspectos d nde, a pesar de existir lo que
pensaría es una descripción clara en la rúbrica del Ri ual, los Hermanos normalmente
fallan al ejecutar el trabajo en concordancia con el t bajo de Emulación, el cual, no debe
ser olvidado, preserva tanto como sea posible el único Ritual de la Orden que haya sido
formalmente aprobado por la Gran Logia. Pueden existir muchas razones para estas fallas.
A veces un Maestro de Ceremonias o un Preceptor débil o ignorante puede haber permitido
a los Hermanos caer en hábitos descuidados. Contrariam nte, un Maestro de Ceremonias o
Preceptor fuerte puede haber impuesto sus visiones idiosincráticas. Cual fuera la causa, el
concepto débil y tambaleante de la tradición de la Log es normalmente utilizado como
justificación. Dejando de lado ese tipo de fallas en las acciones ritualísticas, existen también
muchos “agujeros negros accidentales” donde el trabajo del ritual es suscep ble
regularmente de ser mal llevado a cabo.

Este libro, por lo tanto, se propone en primer lugar er una segunda visión para los
lugares donde suelen surgir las dificultades, tal como principio geométrico que permite a
un superviviente o cartógrafo ubicar un lugar por el p oceso de la triangulación. Es de
esperar que las descripciones alternativas provistas e este libro se aclaren aquellos
procedimientos que más frecuentemente vencen a los Hermanos. En segundo lugar,
advirtiendo de los “agujeros negros” y proveyendo mnem icos u otras estrategias para
ayudar a sobrellevarlos de forma segura, este libro es orientado a hacer el trabajo de los
diferentes Oficiales de una Logia más fácil.

Este libro pretende operar en varios niveles. En un nivel es una uía para aquellos
Hermanos que aspiran a trabajar en la Logia de Emulaci n y Perfeccionamiento y, tal vez,
hacerse acreedores a un Encendedor de Plata. En otro n vel es un libro de referencia para
los Preceptores de las Logias de Instrucción, sean reconocidas por Emulación o no, como
también para los Directores de Ceremonias que han tenido que lidiar, muchas veces en la
misma tarde de la reunión, con los Hermanos de aquell s Logias (tan numerosos hoy en
día) que no están adscritas a una Logia de Instrucción. Per más que todo, sin embargo,
pretende ser una guía para Hermanos de Logias ordinarias mientras avanzan en su camino
hacia el Trono y aún después, cuando puedan encontrars esignados o elegidos para uno
de los cargos “permanentes”.
Una palabra primero sobre la organización de este libro. Si bien está lejos de ser una
versión actualizada del “Modo de Emulación Explicado” el V.H. H.F. Inman, a pesar de
cierta similitud en el título, me has sido imposible evitar ser influenciado, por lo menos en
parte, por lo que ha venido antes. Por ello en encontr do que el método de Inman de
encarar cada Cargo y sus deberes por turno es de mucha ayuda. En la otra mano, también
estoy embarcado en reflejar la práctica ritual de la L gia de Emulación y Perfeccionamiento,
donde solamente algunos de los Oficiales designados por el Maestro tienen realmente una
parte que ejecutar en las ceremonias. Por esta razón h dividido este libro en tres partes. La
primera, del cual es forma parte este capítulo, consiste de material introductorio. La
segunda trata con los Oficiales y sus deberes cuando e sistema de Emulación es seguido
sin desviación alguna. Esto es, los deberes de los Ofi iales regulares de una Logia como se
establece en la Regla 104(a) del Libro de las Constituciones. También contiene un capítulo
sobre las Liturgias de la Orden Masónica, y un capítul sobre los procedimientos adoptados
por la Logia de Emulación y Perfeccionamiento en sus t nidas regulares. La tercera parte
trata de los deberes ceremoniales de los Oficiales adicionales también establecidos por la
Regla 104(a) donde, como es la costumbre casi invariable, una Logia desee designarlos.
Cada capítulo está generalmente, dividido en dos parte , ocupándose la primera con el
ritual, sobre el cual es lo único que Emulación se presenta como autoridad, la segunda con
procedimientos, donde la práctica de Emulación puede s una guía útil. Finalmente, he
añadido dos pequeños apéndices, cubriendo respectivame te problemas de pronunciación,
y técnicas para memorizar y recordar el ritual.

El H. Inman, en su libro, mostraba una tendencia a mez ar instrucciones sobre el


ritual con instrucciones sobre el procedimiento, y de sazonar la mezcla así obtenida con un
número de expresiones de su propia opinión, de manera que el lector no familiarizado con la
práctica de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento uede ser perdonado por atribuir a
Emulación cierto grado de arrogancia en algunos aspect s sobre los cuales nunca ha
afirmado tener autoridad alguna. Pocos autores pueden resistir la tentación de presentar a
veces sus propias opiniones particulares a los lectores, y no pretendo ser una excepción a
esa regla. He tratado, sin embargo, tanto como sea pos le, mantener los capítulos de la
segunda parte descriptivos y factuales, a pesar de haberme sido imposible evitar expresar a
veces mis propios puntos de vista sobre asuntos que al nos pueden considerar como
ligeramente controversiales. En la tercera parte, donde me he alejado necesariamente del
esquema estricto de Emulación, una o dos veces me he “explayado” expresado puntos de
vista más controversiales. Espero, sin embargo, que al aber adoptado el esquema descrito,
no dejará al lector ninguna duda sobre donde se debe trazar la línea entre la práctica de
Emulación firmemente establecida y mis opiniones personales.

Ofrezco una observación final, que es bastante obvia: a mayor cantidad de detalle que
se muestra ahora en las rúbricas del ritual ha profund ado sin duda alguna la visión de los
Hermanos de que no existe más necesidad de asistir a una Logia de In trucción para
aprender el modo correcto de trabajar. Mientras es evi entemente posible, y de hecho es la
manera más fácil, aprender las palabras del ritual des e un libro, las acciones son otro
tema. Para ellas no existe en última instancia ningún sustituto al tipo de experiencia a
obtenerse en una Logia de Instrucción.

Este libro llevará al Hermano parte, tal vez la mayor rte, del camino, pero no es lo
mismo que recibir instrucción de primera mano de un preceptor competente o asistir una
Logia de demostración como la Logia de Emulación y Per eccionamiento.
PARTE II
Capítulo 3: Observaciones Generales

Los capítulos que suceden esta sección tratan con los deberes de los oficiales
individuales de una Logia. Por supuesto que cada Herma o tiene un mínimo de acciones
rituales que cumplir, así sea solamente estar al orden durante la apertura y cierre de la
Logia. De igual manera, ciertas acciones son comunes a todos los Oficiales de una Logia.
Este capítulo, por lo tanto, trata con varios asuntos sicos, tanto para la guía de los
Hermanos que no están en la Oficialidad, de manera de itar repeticiones cuando los
deberes de los Oficiales sean considerados separadamente en forma individual.

Antes de continuar, será de mucha ayuda hacer algunas istinciones. Una que
permanentemente se menciona en este libro es entre ritual y procedimiento. Por ritual, me
refiero a la forma de las palabras y las acciones colaterales utilizadas en las diversas
ceremonias que están definidas en el Ritual de Emulaci n publicado. Por procedimiento, me
refiero a otros asuntos realizados en tenidas de cualq er Logia, para los cuales no hay
forma establecida en el ritual publicado, pero los cuales por su naturaleza intrínseca
necesitan inevitablemente ser ejecutados con una medid de formalidad. Existe otra
distinción, raramente utilizada en este libro, entre ritual y ceremonial. En este sentido,
ritual significa la palabra hablada, mientras ceremonial significa la acción que acompaña a
esas palabras, que se ejecutan por sí mismas. La palab “ceremonia” puede ser también
utilizada en contraste con procedimiento, para cubrir n juego completo de palabras y
acciones contenido en el Ritual publicado, p.ej. la Ceremonia de Iniciación, o la Ceremonia
de Apertura de la Logia en Tercer Grado. Y aún existe un significado más para ceremonial,
para describir eventos mayores generalmente conducidos bajo los auspicios de la Gran
Logia o una Gran Logia Metropolitana, Provincial o Distrital.

El tema más básico es el de los signos en los tres grados. Los signos de dan cuando el
Maestro o algún otro Oficial dirige la palabra, durante las obligaciones y cuando uno se
dirige a un Oficial superior. En ningún momento durante las ceremonias como se ejecutan
en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento y rara vez durante las Liturgias o asuntos de
procedimiento, un Oficial se pone al orden cuando un i tercambio es origi na d o por el
Maestro o un Oficial Superior. La mejor ilustración de este punto es la ceremonia de
apertura de la Logia en segundo o tercer grado. Cuando el maestro se dirige al Segundo
Vigilante, y el Segundo Vigilante se dirige al Guarda Templo Interno, el Oficial inferior no se
pone al orden. Pero unos momentos después cuando cada uno de ellos informa a su
superior, toman el paso y dan el signo, porque son ell s los que están iniciando el
intercambio.

En casi todos los casos, un preliminar necesario para dar el signo es tomar el paso. La
excepción notable a esta regla es el signo de P. dado rante las plegarias, cuando el paso
no es necesario. Algunos han argumentado incluso que e e no es un signo propiamente
dicho, pero una a ct it ud de P. y es con toda seguridad un caso que no es signo de nin n
grado. De otra manera, las únicas excepciones a la regla general son las Liturgias en los tres
grados (ver Capítulo 18), y en la Historia Tradicional del tercer grado cuando los dos
primeros signos son demostrados en el curso de la narr ción.

En el trabajo de Emulación, todos los signos de los tr s grados son dados con la mano
abierta permanentemente. La práctica, comúnmente utilizada, de cerrar el puño cuando el
signo es descargado es firmemente rechazada como negligente, aun cuando pueda parecer
tener estilo. Los signos también son dados silenciosam nte, excepto cuando se saluda al
recientemente instalado Maestro durante la ceremonia d instalación. De hecho, la regla
general es que todos los signos deben ser dados en sil ncio y firmemente, pero sin
ostentación indebida.

El método correcto de dar todos los signos está plenam nte detallado en el texto y rúbrica
del Ritual de Emulación, pero puede ser de ayuda reforzar los siguientes puntos. Primero, en
el trabajo de Emulación el signo de primer grado no co enza ubicando la mano
directamente delante del cuerpo. La mano es llevada inmediatamente a la posición en la que
se da el signo. Segundo, el signo de P. difiere del si no de F. en que el pulgar se ubica
paralelo e incluso escondido por los dedos, y es descargado al dejarlo caer en vez de cortar. (A
veces se debate si es el signo de F. o el signo de P. ue debe ser dado al cierre, para
acompañar las palabras “F.F.F.”. No es ninguno de los os. La Logia ya está cerrada para
entonces y por lo tanto cualquier signo es inapropiado. Los Hermanos simplemente hacen un
gesto de humildad con la m.d. sobre el p.i.) tercero, el primer signo de un Maestro Masón es
dado en dos movimientos distintivos, el primero de los cuales es al frente y no al costado,
mucho menos atrás. El d. y a.s. se asume que están directamente en el frente. Cuarto, l
signo p..ll de un Maestro Masón es dado de maneras dif rentes según vaya a ser sostenido o
inmediatamente descargado. En el primer caso, la mano s llevada inicialmente al centro
donde es sostenida (en el trabajo de Emulación el signo no es dado primer ente hasta el
punto de recuperación y luego sostenido). Cuando el signo ha de ser descargado la mano
debe ser llevada primero hasta al lado opuesto. Si el igno ha de ser inmediatamente
descargado, por ejemplo al abrir la Logia en tercer grado o cuando los Maestros Masones
pasan alrededor de la Logia y saludan al recientemente instalado Maest o, la mano es llevada
inmediatamente en forma directa al lado opuesto, sin s quiera una pausa momentánea en el
centro. En todos los casos, la persona dando el signo ecupera al final, excepto en el
momento de la apertura en tercer grado, cuando la recu eración es innecesaria, pues ya ha
tenido lugar uno o dos minutos antes. Finalmente, cuan o el signo de G. o de R. ha sido
dado audiblemente como saludo en la ceremonia de Insta ación, el primer movimiento es
hacia arriba y el signo no comienza con un golpe en los muslos. Cuando el signo e dado
silenciosamente, las puntas de los dedos deben tocarse en la parte superior.

En el trabajo de Emulación, durante una obligación, lo Hermanos están al Orden con el


signo P. El signo de F. es dado solamente en segundo g do y no, como es el caso de otras
formas de trabajo, siempre que se tome una obligación. s signo es descargado tan pronto el
Candidato ha terminado de repetir las palabras de la o igación, ya antes de que la selle. En
este respecto, Emulación también difiere de otras formas de trabajo, como también de otros
grados que van más allá de la Orden. Si bien puede existir un argumento para sostener el
signo de F. hasta que el Candidato la haya sellado, es difícil encontrar una razón obvia por el
que un signo P. deba ser sostenido más allá de la fina zación de la obligación propiamente
dicha.

El signo del grado siempre es dado cuando se entra o se sale de la Logia, exce to durante
la ceremonia de Instalación cuando los Aprendices, Compañeros y Maestros Masones se
retiran y posteriormente reingresan juntos. Un Hermano que ingresa a la Logia por primera
vez durante una tenida da el signo de cada grado en el cual la Logia h sido abierta. Si desea
presentar sus excusas por su retraso (lo cual no es la práctica en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento) lo hace sosteniendo el signo del gr do más alto. Un Hermano que se
retira de la Logia o retorna a la misma, da solamente l signo del grado en el cual está abierta
la Logia en ese momento. La única excepción a esto es un Candidato a Aumento o
Exaltación, quien da, bajo las instrucciones del Diáco o, todos los signo de los grados hasta e
incluyendo el grado en el cual la Logia está abierta e ese momento.

Cuando los Hermanos se ponen de pie conjuntamente como parte del ritual, deben hacerlo
tomando referencia para hacerlo, como en muchas otras nstancias, del Maestro, solamente
después de que el Segundo Vigilante ha golpeado, y no an pronto como el Maestro lo haya
hecho.

En el trabajo de Emulación, la palabras “·Así sea”, so dichas solamente por el Past


Maestro Inmediato (el Preceptor). En la mayoría de las Logias privadas, sin embargo, son
dichas o cantadas por todos los Hermanos presentes.

En el primer grado, cuando el Candidato recupera la lu , los Hermanos deben tener el


cuidado de sincronizar su aplauso con el descenso del allete del Maestro. Similarmente en
forma posterior, cuando el Primer Vigilante inviste al Candidato.

Hacia el final de la explicación de Plancha de Trazar e segundo grado, el signo de P. es


dado solamente d esp ués de las palabras “representando a D.”, y no tan pronto como los
Hermanos se ponen de pie.

Durante la ceremonia de Instalación, cuando los Maestros Masones, Compañeros y


Aprendices preambulan la Logia, cada una pausa breveme te ante el pedestal del maestro y,
de frente al sur, dan el signo como modo de saludo al ecientemente instalado Maestro. En
Emulación, estos signos no son dados “al paso”, y se c adra la Logia. (debo, sin embargo,
añadir que en muchos otros modos de trabajo los signos son dados al pasar, y ese es el cado
bajo la dirección del Gran Maestro de Ceremonias o uno de sus Diputados cuando una
Consagración o Instalación es llevada a cabo por un Gr n Oficial superior.)

La disposición general de la Logia probablemente no ne esita mucha explicación de mi


parte. Debe tomarse nota, sin embargo, que en la Logi de Emulación y Perfeccionamiento
solo se utiliza una Plancha de Trazar, la del grado o Liturgia que se va a trabajar. (Cuando se
está demostrando la ceremonia de Instalación, la Plancha de Trazar será retirada en su
totalidad). Se ubica al centro del piso de la Logia y unca es cubierta o dada la vuelta, de
manera de quedar expuesta a ser vista desde antes de a rirse la Logia hasta después de
haberse cerrado o suspendido. Las Planchas de Trazar de Emulación son bastante grandes y
moverlas sería impracticable. Como a la Logia sólo pue en asistir Maestros Masones, esto no
plantea ninguna dificultad, pero es muy posible que no sea de esta manera en una Logia
regular, y normalmente será el Segundo Diácono el responsable de cambiar las Planchas (las
cuales normalmente se apoyan en el frente del pedestal del Segundo Vigilante) en el momento
oportuno.

Existe a veces confusión sobre si un Hermano reemplaza do a uno de los Oficiales debería
llevar la joya y el collarín de ese cargo. La respuesta está claramente establecido en el
cuadernillo “Información para guía de los Miembros de la Orden”. Si el Oficial en particular
está presente, solamente el podrá llevar el collarín, y un Hermano que temporalmente cumpla
con sus deberos no debe utilizarlo. Pero si el Oficial está ausente, el reemplazante deberá
usarlo.

Otro temo donde exista incertidumbre entre muchos miembros de la Orden es en relación al
uso de la palabra “Venerable”. En Emulación, la única persona referida como “Venerable” es el
Maestro, y él siempre deberá ser denominado “Venerable Maestro”, nunca solamente como
“Maestro”. Nadie más debe ser denominado ni ser refere ciado de esta manera,, ya sea por su
nombre o por referencia a su cargo. Por lo tanto el “V nerable Hermano Secretario” es contrario
a la práctica de la Logia de Emulación y Perfeccionami nto, y se sugiere que como principio es
incorrecto, dado que el prefijo “Venerable”, excepto en el caso del Maestro, corres onde al
ind ivid uo y no al cargo . En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, lo más cercano a
referirse a un individuo como “Venerable” es el uso del título “Past Maestro” cuando se dirige a
palabra o se refiere a los miembros del Comité, quiene son para todos los efectos Past Maestros
de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento. Por lo t nto, “el hermano Past Maestro Redman”
es el método aceptado de referirse a mi persona durante una re nión de la Logia.

Mientras no se puede decir que esté errado dirigirse o referirse a alguien como “El
Venerable Hermano Smith”, no existe duda en mi opinión de que ello es innecesario. Aún
menos deseable, en mi punto de vista, es la incómoda mezcla de lo formal y lo informal, muy
comúnmente encontrada en la cena que en la Logia, repr sentada por el prefijo “Venerable”
con solamente el primer nombre del Hermano. “El Herman Smith” es la forma correcta de
Emulación, y es suficiente. “El Venerable Hermano Smit ” es aceptable y algunas veces “El
Hermano John”. Pero “el Venerable Hermano John” no es i lo uno ni lo otro y realmente no
está correcto.

Se dice a veces que ninguna práctica ritual o ceremoni l en la Masonería está realmente
errada. Esto claramente no puede ser verdad. Algunas c sas es t á n erradas, y un ejemplo
podría ser la continuidad de uso de las penalidades al administrar las obligaciones. Pero lo
que los proponentes de este punto de vista quieren dec es que existe una amplia tolerancia a
lo que está permitido. Ningún Hermano debe olvidar est , particularmente cuando visite una
Logia que use un diferente modo de trabajo del que est familiarizado. Todos nos ufanamos de
que la menara en que hacemos las cosas en nuestra Logi es la única,, o en todo caso la
mejor, manera. Pero solamente porque una Logia haga al o de manera diferente, no debemos
caer en le soberbia de considerarlo equivocado.
Capítulo 4: El Guarda Templo Externo

El Guarda Templo Externo se ubica último entre los Ofi iales de una Logia. Es el único de
los Oficiales que no precisa ser un miembro suscriptor e la Logia (Ver Regla 1045(g) del Libro
de las Constituciones) y generalmente no lo es, pero es elegido anualmente y re be un salario
por sus servicios. Esta es la situación en la Logia de mulación y Perfeccionamiento.

Por medio de la Regla 113 del Libro de las Constitucio es, sin embargo, una Logia puede
determinar que un miembro suscriptor de la Logia pueda ser Guarda Templo Externo sin
retribución. En tal caso es designado por el Maestro, onjuntamente con los otros Oficiales
(sin contar el Tesorero, que siempre debe ser elegido).

EL Guarda Templo Externo debe ser un Maestro Masón y estar registrado como tal en los
libros de la Gran Logia. (Un Guarda Templo Externo es comúnmente referido como un
“Hermano Servidor”, pero la expresión es generalmente mal utilizada en el contexto. Un
Hermano Servidor es uno iniciado por dispensación bajo las previsiones de la R la 170 del
Libro de las Constituciones. Disfruta, si esa es la palabra correcta, de una situación
particularmente considerada, sin ninguno de los derech s de un miembro suscriptor actual o
pasado de la Logia, a no ser que se convierta en miembro afiliado a la Logia, y por lo tanto
cese de ser Hermano Servidor). Es muy deseable, sin em argo, que sea un Past Maestro, y
preferentemente uno experimentado, dado que sus debere se entiendan mas allá de los
temas ceremoniales descritos en la ceremonia de Apertur de la Logia que le son explicados
en su posesión. Sobre él recae, particularmente. La pr paración de la sala de la Logia antes de
la tenida. Si se elije un Guarda Templo Externo “profesional” anualmente por la Logia, es de
esperar que sea profundamente conocedor del tema, y la única guía que pueda requerir sea
en relación con el cumplimiento de sus deberes ceremoniales en cumplimiento de los
requerimientos específicos del modo de Emulación.

El método para preparar a los Candidatos para los diferentes grados está adecuadamente
detallado en el ritual impreso, como están los golpes ser empleados. Es, sin embargo, valioso
reiterar el hecho de que en el modo de Emulación el Guarda Templo Externo nunca da un
golpe simple para anunciar que hay un Hermano a la pue ta requiriendo admisión. En el caso
de un Hermano arribando tarde, o retornando a la Logia se dan los golpes del grado en el
cual la Logia esté abierta. En el caso de un Candidato ara Aumento o Exaltación, los golpes
son del grado más alto que el Candidato ya hubiera recibido. En el caso de un Candidato para
Iniciación, se dan tres golpes distintivos, a interval s relativamente más largos de los del
primer grado, de manera que sea evidente dentro de la Logia que no se trata simplemente de
un arribo tardío.

En Emulación un arribo tardío es anunciado al Guarda Templo Interno como: “El


Hermano….” O, si hay más de una persona para ser admitidas: “El Hermano… y otros
Hermanos”. (Tomar nota que en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, por una antigua
costumbre, incluso si solamente hay un Hermano adicio al, se siguen usando las palabras “y
otros Hermanos”) Similarmente un Hermano que retorna a a Logia después de una ausencia
temporal será anunciado como “El Hermano….. en su retorno”. El prefijo “Vene able” en
ninguna forma de anuncio, ni añade el Guarda Templo Externo el rango o palabras como
“busca su admisión” al final. Se da por entendido que so es lo que el Hermano desea.

De tiempo en tiempo un oficial visitador de una Logia hace un ingreso ceremonial con una
escolta después de que la Logia ha sido abierta. En ta situación el Guarda Templo Externo no
debe cumplir necesariamente de forma estricta el proce miento anterior, pero debe ser
guiado en su forma de anunciar por el Gran Maestro de Ceremonias, el Gran Maestro de
Ceremonias Metropolitano, Provincial o Distrital, o quien estuvie actuando en tal calidad.

Al inicio de la ceremonia de Iniciación, el Candidato debe repetir las palabras “Por la ayuda
de D., siendo un hombre libre y de buenas costumbres” espués del Guarda Templo Externo,
en respuesta a la segunda pregunta del Guarda Templo I terno, y el Guarda Templo Externo
se debe asegurar que así lo haga. Tristemente, esto raramente ocurre en una Logia regula .
Cuando el Candidato está listo para retornar a la Logia después de recomponer s s arreglo
personal en cada uno de los tres grados, el informe co ecto del Guarda Templo Externo es:
“El Candidato en su retorno” y el nombre del Candidato no debe ser utilizado. Es de gran
ayuda en una Logia regular si el Guarda Templo Externo ocupa unos cuantos momentos
antes de dar el informe en asegurarse que el Candidato sepa los paso(s) y señal(es) que
necesitará dar cuando reingrese a la Logia.

En la ceremonia de Instalación, cuando es llamado por n doble golpe para ser investido, el
Guarda Templo Externo ingresa a la Logia con la espada apuntando hacia abajo n su mano
izquierda, y su collarín apoyado sobre su brazo izquie do. Después de saludar, se dirige por la
ruta más directa al lado norte o sur del pedestal del aestro, según él sea un Maestro Masón
o un Past Maestro, y coloca la espada diagonalmente so re el V.L.S. teniendo cuidado de no
mover la E. y el C. Cuando la espada le es devuelta, la recibe con su mano derecha e
inmediatamente la transfiere a la izquierda. Después d que el Maestro le ha estrechado la
mano, no saluda, pero retorna al norte del pedestal del 1.V. por la ruta más corta, y ahí
saluda antes de retirarse de la Logia. (Debo añadir aq que muchos Hermanos mayores
creen incorrecto por principio que la espada del Guarda Templo Externo sea colocada a través
del V.L.S. En una Logia regular, los Hermanos deben seguir a su consciencia sobre este tema.
Debo, sin embargo, puntualizar que como la Logia de Emulación y Perfeccionamiento ya se
encontraba trabajando cuando la forma de la ceremonia de Instalación fuera acordada por el
Consejo de Maestros Instalados en 1827, existe una fuerte presunción de que l práctica de
Emulación en este tema cumple con lo que fuera acordad en ese momento).

A la conclusión de la cena, el Guarda Templo Externo, si está presente, propondrá


normalmente el brindis del Guarda Templo Externo. EN las dos ocasiones al año donde la
Logia de Emulación y Perfeccionamiento cena después de una reunión, el Guarda Templo
Externo ofrece este brindis. La forma correcta del brindis son las palabras del Cargo a la
conclusión de la Tercera Sección de la Primera Liturgia, esto es: “Todos los Mas nes obres y
en desgracia, donde se encuentren dispersos sobre la faz de la tierra y del agua, deseándoles
un rápido alivio a todos sus sufrimientos y un retorno seguro a sus país de origen, si así lo
desean”.

Si al Guarda Templo Externo “profesional“ le parece que he detallado en una longitud


considerable con sus deberes ceremoniales, es en parte porque tales Hermanos generalmente
actúan como Guarda Templo Externo para varias diferentes Logias, que utilizan entre ellas una
variedad de diferentes modos de trabajo. Bajo tales condiciones es demasiado fácil que se
produzca una “trans-fertilización”, más a menudo por accidente que por un deliberado
por parte del Guarda Templo Externo. Si, por el contrario, una Logia se ha adherido a las
provisiones de la Regla 113, y el Maestro ha designado un Hermano relativamente joven para
el cargo, este último ciertamente necesitará por lo menos tanta instrucción como aquellos
Hermanos que se encuentren unos peldaños delante suyo “en la escala”. También es de
esperar que incluso esos Hermanos mayores encuentren valiosa la guía otorgada.
Capítulo 5: El Guarda Templo Interno

En el proceso normal ésta es la primera oficina que el masón joven sostiene en


la cual él tiene deberes rituales a realizar. No es una oficina indebidamente
exigente, sino que proporciona una oportunidad tempran para un hermano para
impresionar sus mayores en un sentido o el otro. Nadie puede pasar por alto
fácilmente la manera en que el Guarda Templo Interno se conduce, y si él es
competente realizando sus deberes, la impresión que él puede hace está fuera de
toda proporción a la cantidad de esfuerzo implicada en aprenderlos.

El primer, y fundamental, punto que debe entender todo Guarda Templo Interno
es que s o la m e n t e é l tiene a cargo la puerta de la Logia, y no debe permitir que
ningún otro hermano, no obstante mayor (o impaciente), la abra o la cierre. Siendo
esto así, él debe estar alerta asegurarse de que cuando cualqu persona desea
abandonar la Logia él mismo debe preceder a ese hermano a la puerta. Cuando el
Guarda Templo Interno abre la puerta, él debe sostenerla siempre de manera, (de
hecho, es mejor si él pone también un pie detrás de ella también para dificultar a
cualquier persona de afuera ganar la entrada hasta que él es listo para admitirlo);
cuando él cierra la puerta, él también debe asegurarse siempre de que esté
asegurada. Estas observaciones se aplican con igual fuerza al principio y fin de
cada reunión que durante el curso de ella. Así cuando todos los hermanos han
entrado a la Logia y la reunión está por comenzar es el deber del Guarda Templo
Interno cerrar y asegurar la puerta; semejantemente después de que la Logia sea
finalmente cerrada, el Guarda Templo Interno debe asegúrese de que él alcance la
puerta a tiempo para desasegurarla y para abrirla de modo que el Maestro y los
hermanos pueden pasar a través.

En segundo lugar, el Guarda Templo Interno debe realizar sus deberes


eficientemente, pero sin ostentación indebida. Particularmente, él debe estar
profundamente compenetrado con las observaciones generales contenidas en el capítulo
3. En el funcionamiento de emulación, el Guarda Templo Interno ocupa el asiento a la
izquierda del Primer Vigilante. La posición desde la cual él hace todos los informes está
inmediatamente delante de su silla (con las partes pos eriores de sus rodillas casi tocando el
frente de la silla), y debe estar de pie en cuadre con sus cuerpo dando cara al este; él no
avanza hasta el borde del tapiz. Cuando él se dirige al Segundo Vigilante, no da vuelta a su
cuerpo, pero después de haber tomado posición y dado un signo (si es apropiado), solamente
gira su cabeza.

Al abrir la Logia, en cada grado, cuando se le solicita ver que la Logia esté debidamente
cubierta, el Guarda Templo Interno va a la puerta, no la abre, y da los golpes del grado en el
cual la Logia está entonces abierta, o en el caso de abrirse en primer grado, los primeros
golpes del grado. Una vez que él haya dado los golpes, no hay necesidad de él de esperar en
la puerta hasta que sean respondidos por el Guarda Templo Externo, pues vuelve
inmediatamente a su lugar inmediatamente delante de su silla; los golpes del Guarda Templo
Externo serán claramente audibles a través de la Logia. Tan pronto como se hayan dado, el
Guarda Templo Interno informa al Segundo Vigilante. En la apertura del primer grado, él no
toma posición ni da ningún signo, y se refiere a ese hermano por su nombre; En los otros
grados, primero toma posición y da el signo del grado en el cual la Logia está entonces abierta
y se dirige a él como “Hermano Segundo Vigilante ".
En cada caso, el informe en la apertura es “la Logia está debidamente cubierta"
(mientras que en el cierre es “la Logia está firmemente cubierta"). Es desafortunadamente
común entre Guarda Templos Internos, sin duda impacientes por cumplir el ritual con
s ig n ifica d o, acentuar la palabra “está”. Esta práctica se desalienta muy firmemente en la
Logia de Emulación y Perfeccionamiento. El énfasis es absolutamente innecesario, y si
contiene cualquier significado especial, es la indicación de que el Guarda Templo Externo no
puede ser confiado plenamente para hacer su trabajo correctamente, o, peor, que el Segundo
Vigilante está exhibiendo un exceso de precaución al hacer su pregunta.

Cuando la Logia es declarada abierta, el Guarda Templo Interno debe asegurarse de que
él llegue la puerta a tiempo para mantener el mismo intervalo entre los golpes que ha sido
establecido por el Primer y Segundo Vigilantes, y cuando él da los golpes, él debe repetir el
ritmo del Maestro y de los Vigilantes; de hecho, para mantener el mismo intervalo él puede,
en un cuarto grande, tener la necesidad de salir de su lugar antes de que el Segundo Vigilante
haya dado sus golpes. Nuevamente no hay necesidad de que espere en la puerta la respuesta
del Guarda Templo Externo. Cuando, sin embargo, hay un candidato a Aumento o Exaltación
esperando fuera de la puerta, el Maestro y los Vigilantes darán los golpes “silenciosos” -
audibles solamente dentro de la Logia - y el Guarda Templo Interno no va a la puerta, sino
está parado simplemente en su lugar y da los golpes co su mano derecha abierta en el puño
de su manga izquierda (asegurándose de que el ritmo previo, en intermedio, de los golpes se
mantenga). Al volver a su lugar a la conclusión de la apertura en tercer grado, el Guarda
Templo Interno no debe olvidarse de tomar posición en preparación para signo de G. o R.

Cuando la Logia se reanuda de un grado a otro, el mismo procedimiento se sigue co o


en el final de la apertura, los golpes dados siendo los del grado en el cu l se está reasumiendo
la Logia, y siendo dados en la puerta o “silenciosamente” depe diendo de si hay o no un
candidato afuera.

En el cierre, el procedimiento es casi idéntico al de la apertura, excepto que el informe al


Segundo Vigilante es levemente diferente, y allí no puede, por supuesto, haber ninguna duda
de los golpes siendo dados silenciosamente. No debe ser necesario decir que los golpes
correctos, tanto al inicio como al final de cada cierre, son los del grado en el cual la Logia está
siendo cerrada.

En el modo de Emulación una llegada con retraso es anunciada por el Guarda Templo
Externo que da los golpes del grado en el cual la Logia está entonces abierta. El Guarda
Templo Interno debe considerar que el Guarda Templo Externo puede tener solamente una
idea aproximada de lo que está ocurriendo dentro de la Logia, y que el momento en que los
golpes se dan en la puerta no puede ser el más conveniente para dar el informe. Si tiene
alguna duda si es o no el momento correcto, él debe capturar la vista del Segundo Vigilante, a
quien él anunciará el informe, y se hará guiar por ese oficial. Habiéndose asegurado de que el
informe puede ser efectuado, se pone de pie en su lugar, da el signo (sin olvidarse de tomar
posición previamente) y anuncia: “Hermano Segundo Vigilante: Hay un informe”. Mantiene en
Signo hasta que el Segundo Vigilante de un golpe, después lo descarga y va a la puerta, que él
desasegura y abre. Él no dice nada. El Guarda Templo Externo debe informar la llegada con
retraso al Guarda Templo Interno como “El Hermano .................... “, o, si hay más de una
persona a ser admitida: “El Hermano.................... y otros Hermanos ".
Similarmente cuando un hermano retorna a la Logia después de una ausencia temporal será
anunciado como “El Hermano ................ en su retorno". El prefijo
“Venerable” no se utiliza en ninguna forma de aviso, ni debe el Guarda Templo Externo
agregar el rango del hermano o palabras tales como “solicita admisión” al final.
El Guarda Templo Interno, aún sin decir nada cierra y traba la puerta, vuelve a su lugar,
e informa al Maestro con posición y signo: “El Hermano ................. “ (u otras palabras
de acuerdo con el fórmula recién dada). Aunque el Guarda Templo Externo haya elegido
agregar palabras extrañas, el Guarda Templo Interno n o debe hacerlo así pues debe cumplir
terminantemente con la fórmula correcta. Por supuesto, sucede de vez en cuando que un
visitante oficial a una Logia hace una entrada ceremonial, acompañado por una escolta,
después de que se haya abierto la Logia; en tal situación el Guarda Templo Interno, como el
Guarda Templo Externo, no deben cumplir necesariamente terminantemente lo precedente,
sino deben ser guiados en cuanto a la forma del aviso que deben para hacer por el Gran
Maestro de Ceremonias, el Gran Directos Metropolitano, Provincial o Distrital de Ceremonias,
o quienquiera está actuando en tal capacidad.

En la ceremonia de Iniciación (y también de Aumento y Exaltación), el Guarda Templo


Interno no debe olvidarse de que, habiendo informado al Segundo Vigilante, debe mantener
posición y signo hasta que se le indique que vea quién desea ser admitido. En la puerta de la
Logia, él debe conducir su pregunta del Guarda Templo Externo suficientemente en alta voz
para que se oiga en todas las partes de la Logia. También él debe recordar que el candidato
tiene que repetir la respuesta del Guarda Templo Externo a la segunda pregunta, y debe por
lo tanto no ser demasiado rápido para efectuar su propia respuesta; de hecho, él no debe
proceder hasta que él haya oído las palabras - que son análogas a una contraseña - de
propios labios del candidato. Como el Maestro le pedirá pronto atestiguar que el candidato
está preparado correctamente, debe asegurarse que así sea. Habiendo cerrado y trabado la
puerta, él informa al Maestro, recordando que en esta ocasión, y en esta ocasión solamente,
el nombre del candidato es prefijado por “Señor” y no por “Hermano”. Él mantiene posición y
signo durante el coloquio subsecuente con el Maestro hasta después de las palabras “en
forma debida ", cuando él los descarga. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el p….l
se pone y sea alista en el pedestal del Primer Vigilante, y no como en muchas Logias en una
repisa apenas dentro de la puerta. Por consiguiente, el Guarda Templo Interno no debe
olvidarse de llevarlo con él la puerta. Idealmente, él no debe moverse hasta que el Primer
Diácono ha colocado el taburete para arrodillarse y los diáconos estén listos para moverse
desde la puerta; él después se da vuelta, toma posición delante de los diáconos y lleva la
delantera. Esta pequeña procesión, si está manejada correctamente, puede ser decididamente
impresionante. En cualquier caso, el Guarda Templo Interno no debe abrir la puerta hasta
que los diáconos estén listos recibir al candidato. Después de aplicar el p….l y recibir una
respuesta a su pregunta, él levanta el p….l sobre su cabeza y se para a un costado,
manteniendo aún sostenida la puerta, de modo que el Segundo Diácono pueda tomar al
candidato por la mano. Habiendo cerrado y trabado la puerta él vuelve detrás de los diáconos
y del candidato a su lugar y se sienta, pero no debe o vidarse de traer el p….l consigo y de
colocarlo en el pedestal del Primer Vigilante. Esto es particularmente susceptible de ser
olvidado si la Logia es una en la cual el p….l descansa normalmente en una repisa dentro de
la puerta.

Sus deberes han entonces concluido hasta que el candidato debe retirarse para restaurar
su apariencia. En este punto en la ceremonia, él debe levantarse cuando el candidato saluda,
dar vuelta y tomar su posición como, muy levemente después, el Segundo Diácono hará girar
al candidato, y después de una leve pausa procede hacia la puerta. Esto también, si está
manejado correctamente, puede presentar mucho estilo. Después de cerrar y de trabar la
puerta, él vuelve a su lugar y se sienta hasta que el Guarda Templo Externo dé el informe. La
única observación que necesita ser hecha en lo referen e a divulgar la vuelta del candidato es
que aunque el Guarda Templo Externo no utilice la fórmula correcta para su aviso, el Guarda
Templo Interno sí debe hacerlo. Tan pronto como el Maestro le haya instruido admitir al
candidato, el Guarda Templo Interno descarga el signo, pero una vez más no debe dar vuelta
y dirigirse hacia la puerta hasta que el Segundo Diácono se haya puesto a su nivel. Si cumple
este punto, él no necesitará esperar en la puerta la llegada del Segundo Diácono para abrir y
admitir al candidato.

Cuando el candidato viene para ser aumentado al segundo grado, el procedimiento que
se adoptará cuando él sale de la Logia después de ser confiado con la g.p. y p.p. será
exactamente igual que cuando él se retiró para restaur su apariencia en el grado anterior.
Cuando la Logia se abre o se reasume el segundo grado el Guarda Templo Interno no debe
olvidarse del procedimiento para los golpes “silencios s”. Ni debe olvidarse - como lo hacen
algunos- que, aunque el Guarda Templo Externo anuncie la presencia del candidato con los
golpes de primer grado, la Logia está abierta ahora en segundo grado y por lo tanto él debe
dar el signo d e s e g u n d o lu ga r al anunciar el informe al Segundo Vigilante.

A este punto el procedimiento es muy parecido al de primer grado. El Guarda Templo


Interno mantiene la puerta sostenida durante el coloquio con el Guarda Templo Externo, que
debe otra vez ser lo suficientemente alto como para ser oído en todas las partes de la Logia, y
aunque el Maestro en esta ocasión no le pedirá la confirmación, el Guarda Templo Interno
debe comprobar otra vez que el candidato haya sido preparado correctamente. (Esto es aún
más importante en el tercer grado, cuando la Logia estará en oscuridad y cualquier error de
parte del Guarda Templo Externo puede pasar fácilmente inadvertido.) Cuando se admite al
candidato, un punto de la diferencia es que el Guarda Templo Interno no hace ninguna
pregunta cuando él aplica la E., y si la misma es guardada en una repisa cercana a la puerta,
no necesita ser llevada luego el pedestal del Primer Vigilante (a menos que no haya una
segunda E. en el pedestal del Maestro , en cuyo caso se la requerirá para el uso durante la
obligación). El procedimiento para el retiro y la readmisión del candidato es similar a la de
primer grado, aunque, como las muestras de ambos grados son dadas por el candidato al
retirarse, el Guarda Templo Interno debe esperar adicionalmente un momento o dos antes de
levantarse de su asiento y de dar vuelta, para sincronizar este último movimiento con la
llegada del Primer Diácono y del Candidato.

Es práctica de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento que todos los Hermanos estén


de pie cuando se da la explicación de la Plancha de Trazar, y, a excepción de los Vigilantes, el
Guarda Templo Interno y Past Maestro que habrá de malletear cerca al final, se reúnan
alrededor de la Plancha de Trazar. El Guarda Templo Interno debe por lo tanto no olvidarse
de estar parado rápidamente en su lugar en este punto.

Cuando el candidato para ser exaltado al tercer grado, se adopta un procedimiento


similar al del segundo, con las siguientes diferencias importantes. Primero, el Guarda Templo
Interno no debe anunciar el informe hasta que los diáconos han acabado el acomodar del s…
t y haber vuelto a sus lugares. En segundo lugar, cuando él ha tomado el C. y conducido a
los diáconos a la puerta, él no debe abrirla inmediatamente, sino debe esperar hasta que se
han bajado las luces, y hasta que cualquier hermano que se haya encargado de la operación
haya reasumido su asiento. (De hecho, dependiendo de la práctica de la Logia en particular,
puede ser su responsabilidad apagar a las luces eléctricas.) Solamente entonces él abre la
puerta. En este grado, ambas puntas de Cs abierto. deben ser aplicadas simultáneamente.
Finalmente, después de la plegaria, es suya la responsabilidad de substituir el taburete para
arrodillarse, pues el Segundo Diácono se encarga de la pre ambulación.
En la ceremonia de Instalación, si el Guarda Templo Interno es Maestro Masón él debe
ser substituido por un Maestro Instalado en una determinada etapa antes del comienzo d l
trabajo interno. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, esto se puede hacer o antes de
que la Logia se reasuma en segundo grado antes del comienzo de la ceremonia, o en l punto
donde los Maestros Masones se retiran, siendo un Maestro Instalado requerido para tomar a
su cargo la puerta en el momento apropiado; si el Guarda Templo Interno es ya un Maestro
Instalado no se hace ninguna substitución. En una Logia regular será generalmente
conveniente colocar un Maestro Instalado en el asiento del Guarda Templo
Interno cuando los Vigilantes son sustituidos después de que los Aprendices se
hayan retirado. Los deberes del Guarda Templo Interno durante esta ceremonia
son directos, y el único punto que necesita ser observado es que cuando el
Maestro Instalador le pide admitir a los Maestros, Compañeros y Aprendices
Masones, el Guarda Templo Interno retoma su asiento inmediatamente a su vuelta
de la puerta, sin la presentación de ningún anuncio. Si no hay, por ejemplo,
Compañeros, él no debe, como sucede con frecuencia, efectuar un informe como
“Hermano Maestro Instalador, todos los Compañeros han sido admitidos.”

El primer deber del Guarda Templo Interno recientemente designado e


investido es admitir al Guarda Templo Externo para su investidura. Cuando el
Maestro da un golpe doble para convocar al Guarda Templo Externo para su
investidura, el Guarda Templo Interno se levanta y procede inmediatamente a la
puerta. Admite al Guarda Templo Externo, cierra y traba puerta, vuelve a su lugar
y toma asiento. En el modo de Emulación él no sale de la Logia bajo el pretexto de
asegurarse de que la Logia permanezca a cubierto. Cuando el Guarda Templo
Externo saluda antes de salir de la Logia, el Guarda Templo Interno se levanta, y
guía el camino hacia la puerta, algo como lo que él hace cuando un candidato se
retira para restaurar su apariencia en cualquiera de los tres grados.
Capítulo 6: Los Diáconos

Es conveniente ocuparse de ciertos aspectos que afectan a ambos diáconos, en forma


preliminar a una descripción de sus deberes individual s, para evitar cierto nivel de
repetición.

Los deberes de los diáconos caen en dos categorías - el ritual y el procesal. Irónico, son
solamente los últimos que se mencionan en la apertura de la Logia, pero los primeros, sobre
los cuales se llama la atención de cada uno de los diáconos en su investidura, son mucho
más importantes.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Primer Diácono se sienta en su vieja


posición, a la derecha inmediata del Maestro, haciendo frente directamente al Guarda
Templo Interno. En la mayoría de las Logias regulares, sin embargo, el Primer Diácono se
sienta al final extremo del este de la fila delantera de asientos en el lado del norte la
Logia. El Segundo Diácono ocupa el asiento inmediatamente a la derecha del Primer
Vigilante en el oeste.

Cada diácono lleva una vara como su divisa del cargo, pero solamente durante el
cumplimiento de sus deberes rituales en las ceremonias de Iniciación, Aumento y
Exaltación. Cuando la lleva, debe hacerlo siempre con dignidad. Mientras está en
movimiento, el extremo de la vara debe estar a unas cuantas pulgadas del piso, y cuando
está en descanso el extremo debe apoyarse sobre el piso de la Logia. Por ningún motivo debe
el Diácono recostarse sobre su vara, ni debe llevarla si no es con su mano derecha - y en
posición vertical - excepto donde el ritual lo requiera específicamente.

No hay método correcto de sostener la vara; algunos diáconos lo sostienen con el puño
ligeramente apretado con el antebrazo paralelo a la ti a; pero el método mejor está en que
el diácono la sostenga firmemente entre el pulgar y el índice, usando los dedos restante de la
mano derecha para estabilizarla, en el punto donde man naturalmente la aferra si el codo
está ligeramente doblado y el extremo de la vara está descansando sobre el piso. Si la vara se
sostiene de este modo, después doblando el codo de modo que su ntebrazo esté en un
ángulo horizontal de cuarenta y cinco grados, el diácono puede levantar su vara a la posición
óptima para llevarla mientras está en movimiento.

Durante la ceremonia de Iniciación el Segundo Diácono, y durante la ceremonia de


Aumento el Primer Diácono, tiene a su cargo el candidato en todas partes excepto en el
pedestal del Maestro cuando su autoridad se subordina a la de su superior. urante la
ceremonia de Exaltación, el candidato está a cargo del Primer Diácono excepto en el pedestal
del Maestro, y cuando el Maestro y los Vigilantes están a cargo de él después de la
Exhortación; en un punto de la ceremonia él está adicionalmente a cargo del Segundo
Diácono. Para efectos prácticos, el diácono que está a cargo del candidato es referido en lo que
sigue como el “Diácono Actuante” y su colega como el “Diácono No-actuante”.

En general el Diácono Actuante toma control del Candidato solamente cuando lo


conduce de una parte de la Logia a otra. Sin embargo, es esencial que durante la ceremo ia
de Iniciación el Segundo Diácono nunca debe abandonar su asimiento de la mano del
candidato mientras que el último está en la oscuridad, excepto cuando él está arrodillado o su
mano está asida por otro Oficial. Como las notas sobre ritual y procedimiento en l frente del
Ritual de Emulación lo precisan, la manera de sostener al candidato es una cuestión de
sentido común, y no de ritual. El diácono debe adoptar el método que le dé un mayor grado de
control, en relación a las alturas relativas de él y del candidato. Es, sin embargo, casi
invariable que el diácono encontrará más fácil manejar l candidato si su brazo izquierdo está
detrás del brazo derecho del candidato, que si está en frente.

Los diáconos deben tener el cuidado de distinguir entre las instrucciones y las guías
habladas al candidato que se imprimen en negro en el Ritual de Emulación ritual y aquellos
que se encuentra contenidos simplemente dentro de la rúbrica. Los primeros se dan siempre
en voz alta, para poderlos oír por todos en la Logia; Los últimos se deben dar solamente en un
susurro o en voz baja pues no forman parte de la fraseología ritual.

Todas las instrucciones en el curso de la pre ambulación, excepto las instrucciones al


candidato para saludar o avanzar hacia uno de los oficiales principales, se dan en un susurro
o en voz baja. Durante las pre ambulaciones, y solamente durante las pre ambulaciones, se
cuadra la Logia. En el resto de las ocasiones el Diácono Actuante conduce al candidato por la
ruta más corta (es decir. en línea recta). Cuando se debe cuadrar, El diácono y el Candidato se
detienen, dan vuelta a la derecha, hacen una pausa momentánea, y después caminan
simultáneamente con el pie izquierdo. En el primer y segundo grado, el candidato es el pivote;
es decir, el Diácono Actuante gira alrededor, mientras que el candidato gira sobre su propia
eje. En tercer grado, sin embargo, el Primer Diácono debe ser el pivote para permitir al
Segundo Diácono, que está detrás cerca del candidato, tener el espacio suficiente para
cuadrar la Logia antes de que los tres den el primer paso simultáneamente.

Ciertas características del trabajo de los diáconos so comunes a las ceremonias de los
tres grados; otros a los de los primeros y segundos grados solamente.

Después de que el Maestro haya ordenado la admisión del candidato y llamado a los
diáconos, el Diácono Actuante toma su ruta con su vara hacia el norte del pedestal del Primer
Vigilante, donde él espera hasta que el Diácono No-Actuante haya colocado el taburete para
arrodillarse (preferiblemente arrastrándolo por el piso, mientras que mantiene su vara
v e r t i c a l ) y ha tomado su posición respectiva a la su derecha; El diácono No-actuante debe
ser cuidadoso, si el taburete es ligeramente angulado, más bien que plano, de comprobar que
el ángulo esté dispuesto en la dirección correcta. Los diáconos deben esforzars siempre para
asegurarse de lleguen a la puerta simultáneamente con el Guarda Templo Interno; se ha
observado ya en el capítulo del Guarda Templo Interno que, si es realizada correctamente,
esta pequeña procesión puede ser muy impresionante. Debe recordarse que en el camino
hacia la puerta, el Diácono Actuante está siempre a la izquierda en cada uno de los tres
grados, de modo que cuando la procesión alcanza la pue ta y los diáconos gira esté a la
derecha del candidato. Cuando el Guarda Templo Interno se hace a un lado después de elevar
el p…l, E. o C., el Diácono Actuante toma al candidato firmemente por la mano derecha, le
susurra instrucciones, lo conduce al taburete el arrodillarse y se detiene.

Cuando los Maestro malletea para la plegaria, cada diácono transfiere su Vara a la mano
izquierda para cruzarla sobre la cabeza del candidato, y dan el signo del F. con la su derecha.
Es absolutamente inmaterial, en el funcionamiento de e ulación, si la Vara del Diácono
Actuante está cruzada delante del Diácono No-Actuante, o viceversa.
Así como es el deber del Diácono No-Actuante colocar el taburete el arrodillarse antes de ir
a la puerta, así es su deber ponerlo a un lado después de que el candidato se haya levantado
después de la plegaria. Él también lo substituye en el frente del pedestal d l Primer Vigilante,
excepto en tercer grado cuando el Segundo Diácono se ocupa de la pre ambulación y el deber
se transfiere al Guarda Templo Interno.

Después de la plegaria, el Candidato es conducido alrededor de la casa de campo. Hay una


pre ambulación en cada grado que el candidato haya recibido ya, y una pre ambulación,
precedida por un aviso del Maestro, para el grado al cual está a punto de ser admitido. n el
funcionamiento de emulación, el Diácono no toma posición y no da el signo con el Candidato.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento (y de las Logias regulares) la disposición del


cuarto de la Logia está de tal manera que conduzca al candidato al lado del pedestal del
Segundo Vigilante. El Diácono Actuante tiene que realizar una “barajadura oblicua” a la
izquierda, invirtiendo el procedimiento para recuperar el piso e la Logia después de la
examinación. Donde, sin embargo, el espacio lo permite, no puede haber objeción (excepto en
tercer grado cuando el Segundo Diácono está siguiendo detrás) a que esta maniobra sea
realizada por un movimiento que “doble giro”; Esto es, por el Diácono girando hacia atrás
usando al Candidato como pivote, como al cuadrar, y después alejándose, describiendo un
giro más ancho, para traer al candidato nuevamente al piso de la Logia.

Cuando estén al lado de los pedestales de los Vigilantes el Diácono Actuante y el Candidato
deben estar parados en escuadra (es decir. Dando cara al Oeste en el Pedestal del Segundo
Vigilante y al Norte en el Pedestal del primer Vigilan e) y el Diácono debe girar solamente su
cabeza para dirigirse al Vigilante.

Cuando la Logia debe ser cuadrada inmediatamente antes de conducir al candidato al lado
sur del Pedestal del Primer Vigilante, es importante que el Diácono Actuante continúe en
orientación al oeste, pisando fuera del tapiz en caso de necesidad, hasta que él y el candidato
estén nivelados (Con respecto al sur) al lado del pedestal. La Logias se cuadra entonces de la
manera normal. Debe ser observado a este respecto que aunque el cuarto de la Logia sea muy
estrecho, por lo menos un paso debe ser dado por el Diácono y el Candidato después del giro,
para completar la acción de cuadre.

Cuando el Candidato debe ser conducido del sur al lado norte del pedestal del Primer
Vigilante, esto se puede realizar ya sea mediante una “barajadura oblicua” sobre el piso de la
Logia, seguido por un movimiento de giro, o por el Diácono girando al candidato al revés de
modo que él de frente al este, y después describiendo un giro semicircular de un lado del
pedestal al otro. Sea cualquiera el método adoptado, esta particular maniobra es seguida
siempre por el Diácono Actuante poniendo la mano del candidato en el del Primer Vigilante.
Después de hacerlo, él toma posición a la izquierda del Candidato, y se asegura de que el
último esté de frente al este. Esto es particularmente importante cuando el can dato a la
iniciación todavía está en la oscuridad.

El método de avanzar del oeste al este en cada grado antes de la obligación es detallado
bajo los deberes de los Diáconos individuales. Cuando se pregunta al candidato si está
dispuesto a tomar la obligación, el Diácono Actuante no debe incitarlo a contestar
afirmativamente; si el candidato duda o parece confundido el Diácono debe susurrar
“responda”, pero la decisión debe ser propia del Candidato. Durante la obligación los Diáconos
sostienen sus Varas en sus manos izquierdas, cruzadas sobre la cabeza del candidato, como
en la plegaria. Es otra vez inmaterial cual de las Varas esté delante de la otra. En esta ocasión,
sin embargo, cada uno toma posición y da el signo con su mano derecha (a excepción del
Segundo Diácono en segundo grado). Bajan sus Varas cuando se descarga el signo, es decir,
inmediatamente después que el candidato ha repetido la palabras finales de la obligación y
antes de que lo selle en el V.L.S.

Durante la transmisión que sigue en el primer y segundo grados, el candidato todavía está
a cargo del Maestro. El Diácono Actuante debe por lo tanto intervenir solamente si es
absolutamente necesario. (El Diácono no toma posición ni muestra el signo con el Candidato.)
Cuando debe dictar al candidato las respuestas que debe dar en el coloquio con el Maestro,
es esencial que sea excesivamente rápido de al dar la guía para la respuesta a la tercera
pregunta, para asegurarse de que el candidato no pronuncie la palabra.

Cuando, durante el pre ambulación que sigue (en el curso de la cual se cuadra la Logia), el
Diácono se dirige a los Vigilantes con posición y signo, y no transfiere su Vara a la mano
izquierda. El método correcto está que descanse el extremo de la Vara en el piso y la parte
superior en el hueco de su hombro derecho. Dependiendo de la tipo de piso en el punto en
particular, puede encontrar necesario apoyar el extremo de la Vara contra el pie del pedestal o
del candelabro para evitar que se deslice. Como en la pre ambulación anterior, el Diácono no
toma posición ni da el signo con el candidato. Después de que él haya puesto la mano del
candidato en la del Vigilante para la comunicación del Sn., él ajusta el pulgar del candidato
desde arriba. D ebe asegurarse siempre de que las frases con las cuales dicta las respuestas al
candidato sean de una longitud aceptable, que el candidato no tendrá ninguna dificultad en
repetir. Es de importancia particular que en el pedestal del Primer Vigilante' el Diácono
susurre al candidato solamente tomar posición, y debe ser listo, en caso de necesidad, de
poner suavemente una mano de freno en el brazo del candidato. Es también importante que
cuando el candidato explica a lo que hace alusión el signo p… l, el Diácono dicte la respuesta
en el tiempo correcto - “preferiré ser ….“- y que se asegure de que el can didato sin cron ice su
acción con sus palabras.

Cuan do el Can dida to es in v estido con la d iv isa del grado, el Diácon o Actuan te puede
asistir al Prim er Vigilan te, en caso de n ecesidad, duran te el acto de l a in v estidu ra , pe ro él
debe esta r pa rado dan do c ara al este cuan do el P rim e r Vi gilan te s e diri ge al can did ato .
Mien tras q ue el Prim e r Vi gilan te se sien ta , él tom a posición en tre el Vi gilan te y el
Can didato , los dos d an do ca ra al este ; n o es n ece sa rio av an za r al bo rde d el tapiz .

Cuan do el Di ácon o Actuan te con duce al Can dida to al pede sta l del Maes tro p ara la
explicación de l a P.de T. d el prim er o se gun do g rado , es to tam bién se debe h ac er en un
m ov im ien to que giro an ch o.

Cuan do el can dida to s e reti ra pa ra restaurar su apa rien cia en c ualqu iera de los p rim e ros
dos grados, el Diácon o Ac tuan te lo gi ra h aci a adelan te (en sen ti do con trario al re loj) en el
pedestal del Maes tro , lo con duce al n orte del pedestal del Prim e r Vig ilan te , gi ra al rev és (a
la derech a), y le o rden a s aluda r. D espués de que el can did ato h a ya h ech o así, lo gira
n uev am en te h acia adel an te y lo con duce a la pu erta de la Lo gia, e sfo rzán dose p ara
sin cron iza r el úl tim o m ov im ien to con el Guard a Tem plo In te rn o. Este p rocedim i en to ilus tra
dos prin cipios básico s que h an de observ a rse por a m bos Diácon os : prim e ro, 'que c uan do el
Can didato tien e que ejec uta r un g iro de e ste a oes te , o vice versa , el Diácon o Ac tuan te deb e
colocars e siem pre en tre el Can did ato y Pedestal del M aestro; y en segun do luga r, com o ya se
h a m en cion ado, excepto duran te la p re am b ulación , l a Lo gia n o se c uad ra, p ues se tom a l a
ruta m á s co rta.

Duran te l as p reg un tas an tes del Aum en to y la Exal tación e s debe r del Diácon o A ctu an te
para a yuda r al can dida to con sus respu estas si se prueba n ecesario; debe por lo tan to
asegurarse de que él m ism o esté fam iliarizado con las respues tas . U n a v ez que el can dida to
h aya con testado a l as p reg un tas , el Diácon o lo con duc e di recto al n orte d el pedes tal d el
am o para l a tran sm isión . Después d e que el can did ato h a yan sido con fiado con la g .p. y
p.p. po r el Maes tro , el Diá con o Actuan te lo con duce directam en te al n orte del pedestal del
le instruye saludar y, después de que lo haya hecho así,
Prim er Vigilan te, lo gira h acia atrás,
lo gira hacia adelante y lo conduce, en sincronización con el Guarda Templo Interno, a la
puerta de la Logia.

En la ceremonia de Exaltación, hay varias características adicionales en el procedimiento.


Tan pronto como la Logia se ha abierto o se ha reasumido en tercer grado, los Diáconos
preparan el S. . . t. En el modo de Emulación el s… t está siempre completamente abierto
puesto, y es responsabilidad del Primer Diácono seleccionar la distancia correcta desde el
frente del pedestal del Maestro. El método de extender el s . . . t es una cuestión de sentido
común, pero es asombroso cómo se hace con frecuencia de una manera desaliñada o
desprolija. El mejor método de realizar el procedimiento es como sigue.

El Segundo Diácono recoge el s. . . t - generalmente del pedestal del Primer o Segundo


Vigilante, aunque en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento se coloca por conveniencia
debajo de la Plancha de Trazar - y lo trae al Primer Diácono, que mientras tanto ha
seleccionado el lugar para el lado del este del s. . . t. El s… t habrá sido doblado normalmente
en tres longitudes, paralelas al centro del g… e, y luego doblado o extendido en la otra
dirección. El s… t debe, si es posible, ser desdoblado o desenrollado solamente en una
dirección, y no ser abierto completamente, antes de ser puesto (orientado correctamente, y
todavía doblado en tres) en el piso. Una vez la porció central del s… t está en posición, los
lados pueden ser separados. Cada Diácono pone un pie como ancla en el punto del centro de
su extremo (si un Diácono utiliza su pie derecho, el otro debe utilizar el izquierdo), entonces
tomando la esquina del s… t en su mano opuesta aleja esa mano y pie del centro del S. . . t,
así separándose un lado. Trae entonces nuevamente ese pie al centro, lo colca sobre el S. . . t
para mantenerlo anclado, y repite el proceso con la otra mano y pie, así separando el ot o
lado. El uso correcto y coordinado de este método aseg rará que el S. . . t sea puesto rápida y
suavemente, y sin ningún pliegue significativo. También parece extremadamente con estilo.
Un procedimiento similar en revés se sigue para recoger el S. . . t, aunque el pie se coloca a
un tercio del largo frontal del s..t para hacer cada doblez y puede ser necesario cambiar las
manos en el acto de doblar.

Una vez que el Maestro haya levantado al Candidato después de la obligación del tercer
grado y haya reasumido su asiento, los Diáconos echan al candidato entre ellos al pie de la
T…a. Esto significa que los tres estarán parados normalme te en el s… t, aunque el
Candidato no debe estar en la T. .. a propiamente. Los Diáconos no sostienen las manos del
candidato. Cuando al final del exhortación el Maestro convoca a los Vigilantes, los Diáconos
se paran rápidamente hasta que cada uno es tocado ligeramente en la parte interior del
hombro por el Vigilante apropiado. Cada uno entonces toma un paso al costado para
permitir al Vigilante estar parado entre él y el Candidato. El grupo de cinco formados así se
sostiene por un momento, y entonces los Diáconos giran hacia afuera y se colocan detrás de
los Vigilante y del candidato a sus lugares, tomando cuidado de no pisar la T…a.
En la ceremonia de Instalación los Diáconos no tienen ningún deber a realizar. Hay, sin
embargo, un punto que merece la atención. Cuando invisten a cada Diácono, le confían su
Vara. Esto hace que él la transfiera momentáneamente a su mano izquierda para dar la
mano al Maestro. Hecho eso, la transfiere inmediatamente de nuevo a su mano derecha, de
modo que cuando él sea conducido a su asiento por el Maestro Instalador (o el Maestro de
Ceremonias) el último le toma por la muñeca o el antebrazo derecho. La Vara debe no llevarse
con la mano izquierda en este punto.

Ya he indicado que en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento los Diáconos solamente


llevan sus Varas al realizar sus deberes rituales en las ceremonias d los tres grados. Sus
deberes procesales implican generalmente el traer y el llevar, y en la ejecución de éstos una
Vara es causa de vergüenza.

El más importante de estos deberes es la conducción de balotajes. En la Logia de


Emulación y Perfeccionamiento, el Segundo Diácono distribuye las balotas, comenzando con
el Past Maestro Inmediato, y pasa en una dirección en sentido de las agujas del reloj
alrededor de la Logia de manera que acabe con el Maestro. Debe dar una balota a cada
miembro de la Logia, y de ninguna manera debe ofrecer el bolso o la caja. Después
vuelve a su lugar y se sienta.

El Primer Diácono, mientras tanto, lleva la caja de balotas al lado sur del
pedestal del Maestro, donde se para en escuadra, dando frente al norte, mientras
se comprueba la caja de balotas. Entonces recoge las balotas comenzando con el
Past Maestro Inmediato, y acabando con el amo, cuya balota recoge desde el lado
norte de su pedestal. Procede entonces al lado del sur, donde se para otra vez en
escuadra, dando frente al norte, hasta que el resultado del balotaje sea anunciado.
Vuelve a colocar después la caja de balotas en la mesa del Secretario, vuelve a su
lugar y se sienta.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento no hay ocasión para un balotaje


“de papel”, pero este método cumplirá igualmente con el propósito. Algunos
masones sostienen que el Maestro, como la persona más importante de la Logia,
debe ser el primer en recibir una balota o un papel, y el primera en emitir su voto.
La práctica de Emulación es, sin embargo, la explicada con anterioridad, y se
puede justificar fácilmente por una apelación al mismo principio, sobre la base de
que la progresión es ascendente, a través por el Segundo Vigilante, luego el
Primero, a través de los Grades Oficiales hasta el Maestro.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, es también parte de los deberes


de los Diáconos cobrar las cuotas en cada reunión. El Primer Diácono comienza
con el Past Maestro Inmediato y acaba con el Primer Vigilante. El Segundo Diácono
comienza con el Guarda Templo Interno y acaba con el Maestro. Cada uno lleva su
bolso directamente a la Mesa del Secretario tan pronto como haya acabado su
recolección.
Capítulo 7: El Segundo Diácono

Este Cargo es generalmente el segundo que involucra deberes rituales a los


cuales es designado un hermano en su camino hacia el Trono. Es, sin embargo,
uno de los más importantes y de mayor responsabilidad de toda la Masonería. Es
el Segundo Diácono quien, en la Ceremonia de la Iniciación, primero tiene contacto
significativo con el Candidato en su admisión en la Logia y él, casi tanto como el
Maestro, puede hacer o estropear esa ceremonia. Hasta que su restauración a la
luz el Candidato es altamente dependiente del Segundo Diácono, y es por lo tanto
esencial que el último esté no solamente profundamente compenetrado con sus
deberes, sino que pueda cumplirlos con co n fia n z a . Si, como sucede a veces, el
Segundo Diácono está casi tan nervioso como el Candidato, el peligro está al acecho
en cada momento.

El Segundo Diácono debe asegurarse que está profundamente al corriente de las


materias generales cubiertas en el capítulo 3 y en el capítulo anterior, así como los
deberes específicos que son descritos más abajo.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el Segundo Diácono no tiene


ningún deber a realizarse durante las ceremonias de apertura y de cierre de la
Logia en los tres grados. Las Planchas de Trazar son demasiado grandes para ser
cambiado mientras que la Logia está en trabajo, y es la práctica exhibir solamente la
Plancha de Trazar del grado se está demostrando o que se refiere a la Liturgia en que
se está trabajando. Su posición es sobre el piso en el centro de la Logia, y permanece
allí a partir del tiempo antes de que se abra la Logia hasta que sea suspendida o
cerrada. Cuando se demuestra la Ceremonia de Instalación, no se exhibe a
ninguna Plancha de Trazar. En la mayoría de las Logias regulares que utilizan el
modo de Emulación la Plancha de Trazar descansa contra el pedestal del Segundo
Vigilante, y es uno de los deberes del Segundo Diácono cambiar la Plancha de Trazar cuando
se abre, se cierra o se reanuda la Logia. Está probablemente mejor que el Segundo Diácono no
deba moverse desde su lugar para hacer esto hasta que el Segundo Vigilante ha dado los
golpes del grado. No necesita llevar su Vara para hacer así pues, así esta maniobra no sea
una que se realice en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, no se puede decir que sea
incorrecto si la lleva. Al retornar a su lugar a la conclusión de la apertura en tercer grado, el
Segundo Diácono debe no olvidarse de tomar posición en preparación para el signo de G. o R.

Durante la Ceremonia de Iniciación el Segundo Diácono tiene a su cargo al Candidato. Ya


he hecho énfasis en la necesidad del Segundo Diácono de tener confianza al realizar sus
deberes en esta ceremonia. Igualmente importante, sin embargo, es que el Segundo Diácono
no debe abandonar su asimiento de la mano del candidato mientras que el último está en
oscuridad, excepto cuando él está arrodillado y su mano es sostenida por otro oficial.

Después de que el Maestro haya ordenado la admisión del Candidato y haya convocado a
los Diáconos, el Segundo Diácono se dirige con su Vara al norte del pedestal del Primer
Vigilante, y, acompañado por el Primer Diácono, a continuación a la puerta de la manera
descrita en el capítulo precedente. Cuando el Guarda Templo Interno se hace a un lado
después de elevar el p….l, el Segundo Diácono toma al Candidato firmemente - esto es
particularmente importante en este grado - por la mano derecha, susurra las instrucciones, lo
conduce al taburete para arrodillarse, y se detiene. La guía para la respuesta a la pregunta del
Maestro se da en voz alta. Cuando ordenan al candidato arrodil rse, el Segundo Diácono
susurra las instrucciones tal como es necesario, y una vez que el Candidato haya cumplido,
abandona el sostenimiento de su mano. Cuando el Maestro malletea, transfiere su Vara a la
mano izquierda para cruzarla sobre la cabeza del candidato, y da el Signo de F. con su
derecha. Después de la examinación posterior por el Maestro, durante el cual él ayuda al
candidato en voz alta, le asiste para levantarse, pero no antes de que el Maestro ha dicho las
palabras “ ningún peligro puede sobrevenir "; Entonces él espera hasta el Maestro haya
dado su anuncio.
Todas las instrucciones al candidato en el curso de la pre ambulación subsecuente se dan
en un susurro. El método de conducir al candidato y de cuadrar la Logia se ha descrito en el
capítulo anterior. El primer alto se hace en el lado d l este del pedestal del Segundo Vigilante,
y los tres golpes deben ser dados firmemente, pero no tan fuertemente como para causar
malestar de la causa a ninguno de los involucrados. A la conclusión del coloquio, el Diácono y
el Candidato retornan al piso de la Logia y proceden al lado del sur del pedestal del Primer
Vigilante donde se repite el procedimiento; el Segundo Diácono debe prestar atención
particular al modo de cuadrar la esquina del sudoeste de la Logia según lo descrito en el
capítulo pasado. Después del coloquio, conduce al cand dato al lado del norte del pedestal
para la presentación al Maestro. Después de que él haya colocado la mano derecha del
candidato en la izquierda del Primer Vigilante, el Segundo Diácono debe asegurarse de que el
candidato dé vuelta dando la cara al este antes de tomar posición a su izquierda, también
haciendo frente al este.

Después de que el Maestro haya contestado a la presentación del Vigilante, el Segundo


Diácono debe estar listo recibir nuevamente la mano del candidato del Primer Vigilante, y
tomar posición a la derecha del candidato. Efectivamente el candidato y el Diácono cambian
simplemente lugares en este momento; No hay ninguna necesidad de que el Segundo Diácono
conduzca a candidato al borde del tapiz. Él conserva su asimiento en la mano del candidato
durante las preguntas que siguen y da las guías para las respuestas en voz alta.

Al recibir la instrucción del Primer Vigilante, el Diácono conduce al Candidato a un punto


cuatro a cinco pies delante del pedestal del Maestro. Si es prudente, él habrá seleccionado y
habrá marcado mentalmente el punto antes del comienzo de la Tenida. Susurra al candidato
para juntar sus pies, y después para dar vuelta al pie derecho hacia fuera n un ángulo recto
en la forma de una escuadra. Las instrucciones que tienen éxito se dan en voz alt , y el
Diácono avanza con el candidato, controlando la longit d de los pasos, aunque él mismo n o
toma los pasos de manera similar.

Cuando el Maestro hace la pregunta al candidato antes de La Obligación, el Diácono no


debe incitar la respuesta real, pero si el Candidato vacila por más de un momento o dos, él le
puede susurrar “responda”. No debe olvidarse de levantar la mano del candidato en l
momento apropiado en lo que sigue. Para la Obligación, el Diácono transfiere su Vara a la
mano izquierda para cruzarla sobre la cabeza del candi to, y da el Signo, no olvidándose de
tomar posición.

Cuando el Candidato es instruido a sellar su obligación, el Diácono no debe aplicar presi n


a la parte posterior de su cabeza a menos que El candidato vacile, y entonces solamente debe
ser utilizada una presión delicada, como forma de indicación más que de fuerza.

El método de restaurar al candidato a la luz no debe presentar ninguna dificulta . El


Diácono reclina el extremo de su Vara en la tierra y l parte superior en el hueco de su
hombro derecho, y desata el nudo, mientras sostiene firmemente la v…a firmemente en su
lugar. Captura la vista del Maestro tan pronto como esté listo, y sincroniza el retiro de la v…a
con el descenso del mallete (véase el capítulo 15).

Después de que el Candidato haya sido puesto de pie y el Maestro haya reasumido su
asiento, el Segundo Diácono conduce al Candidato al lado del norte del pedestal del Maestro,
cerca del último, pero no tan cercano para que el Candidato no pueda dar un paso. Ahora
han restaurado al candidato a la luz y el Segundo Diácono por lo tanto no conserva el
asimiento de su mano.

Durante la explicación de los “tres grandes peligros”, l Segundo Diácono debe asegurarse
de que él retira la s..a del c…o del candidato cuando el Maestro concluye sus observaciones
sobre el p….l. Este procedimiento se realiza con la mano izquierda, agarrando la s..a a la
altura del n…o (que debe estar bien abierto) y levantándola ha cia a d ela nte sobre la cabeza del
candidato para no engancharla en su barbilla o nariz. El n… o no se debe deshacer a menos
que sea absolutamente necesario, y en tal caso el Segundo Diácono debe volverlo a enhebrar
antes de que s lo dé al Maestro.

El procedimiento durante la transmisión, la pre ambulación subsecuente, y la investidura


con la divisa se ha descrito en capítulo precedente. Cuando el Primer Vigilante se dir ge al
Candidato inmediatamente después de su investidura, sin embargo, l Segundo Diácono no
debe olvidarse de golpear su propia divisa (con su mano derecha) cuando los otro hermanos
golpean las suyas.

Cuando el Maestro lo ordena colocar al candidato en la parte de nordeste de la Logia, el


Segundo Diácono conduce al candidato no a la esquina de nordeste, sino a un punto un
paso o dos más adentro.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, en la “prueba de la caridad”, el Segundo


Diácono no utiliza un plato de beneficencia, pero estando parado en la línea media de la
Logia delante de y haciendo frente al candidato, extiende su no izquierda abierta hacia el
último. Si el candidato es lento en contestar, él no espera una respuesta, sino proce e
inmediatamente con la pregunta siguiente, y en cualqui r caso deja caer su mano antes de
hacer las preguntas restantes. En una Logia regular, si se utiliza un plato de beneficencia
debe ser dado discretamente por el Hospitalario (o algún otro hermano convenientemente
ubicado) al Segundo Diácono durante la dirección precedente, y el último no debe tener que
moverse para recibirlo. Si el Segundo Diácono ha tomado la posición correcta para dirigir las
preguntas al candidato, una vez que haya concluido sus preguntas, necesita solamente
hacer una giro simple a la derecha para dirigirse al Maestro. Cuando saluda en el curso de
hacer esto, no transfiere su Vara a la mano izquierda, sino la reclina en el hueco de su
hombro derecho como en la restauración a la luz. Antes de que el Maestro conteste, se vuelve
a unir al Candidato y toma posición a su derecha.

Del procedimiento durante el resto de la ceremonia se ha ocupado ya el capítulo anterior. A


la conclusión del Cargo después de la iniciación, el Segundo Diácono conduce al Candidato a
un asiento a la derecha inmediata del Primer Diácono (véase la “Información para Guía de los
Miembros de la Orden") y vuelve a su asiento.

En la Ceremonia de Aumento, el Segundo Diácono tiene a su carga al candidato solamente


durante las preguntas y la subsecuente transmisión de la g.p. y p.p. Como el Diácono No-
Actuante, sus deberes durante el resto de la ceremonia son relativamente directas. Él debe,
sin embargo, observar los siguientes puntos:

Él está allí para asistir al candidato durante la Obligación, y debe medir el


tiempo de su llegada ante el pedestal del Maestro para coincidir con la del Primer
Diácono y del Candidato. Debe esforzarse para realizar esta maniobra
discretamente y sin indebida aparatosidad. Claramente, la sincronización
correcta para llegar así es una cuestión de experiencia, y dependerá, entre otras
cosas, del tamaño del cuarto de la Logia, pero en general si el Segundo Diácono
sale de su lugar en el momento cuando el Primer Diácono, concluyendo su
demostración de los pasos, conduce al Candidato hacia el f..e de las h…t., él
encontrará que puede moverse suavemente y sin aparatosidad para llegar al
pedestal en el momento correcto.

Mientras que el Maestro está instruyendo al Candidato para tomar su


ubicación para la Obligación, el Primer Diácono pasa la E. por detrás del Candidato
al Segundo Diácono. El Segundo Diácono, sincronizando sus acciones con las
palabras del Maestro, levanta el brazo izquierdo del Candidato, y lo apoya en el
ángulo de la E., que él sostiene en su mano derecha. El brazo superior del
candidato debe estar paralelo al suelo y extendido derecho hacia el frente, su
antebrazo perpendicular, y el pulgar de su mano (que tiene la palma hacia la
derecha, no al frente) doblado detrás en forma de E., paralelo a la parte superior
del brazo. Si, como generalmente es el caso, los brazos de la E. son de longitud
desigual, debe ser la más larga la que se alinee a lo largo del antebrazo del
candidato, y la más corta a lo largo de la parte superior del brazo. Como su mano
derecha está ocupada, el Segundo Diácono no da el Signo durante la obligación,
aunque toma posición y cruza su Vara sobre la cabeza del candidato. Antes de que
el Candidato selle la obligación, el Segundo Diácono le baja la mano al lado a su
costado, y devuelve la E. al Primer Diácono. Tan pronto como el candidato se haya
puesto de pie después de la obligación, el Segundo Diácono gira alrededor, vuelve
a su lugar por la ruta y los tramos más cortos.

Cuando el Primer Diácono conduce al Candidato al pie de la Plancha de Trazar


al retorno del último a la Logia, el Segundo Diácono abandona de su lugar para
tomar posición a la izquierda del Candidato. Le da su Vara al Maestro (o a
quienquiera sea el encargado de efectuar la explicación de la Plancha de Trazar), y la
recibe de vuelta al finalizar. Si, como en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, la
Plancha de Trazar es tan grande que es necesario para uno u otro moverse para efectuar la
entrega, es, por supuesto, el Segundo Diácono quien debe hacerlo.

Durante la Ceremonia de Aumento, el Segundo Diácono está para asistir al candidato a


partir del momento en que lo admiten a la Logia hasta que es entregado para estar a cargo de
los Vigilantes. Él, por lo tanto, no substituye el taburete para arrodillarse después de ponerlo
a un lado después de la plegaria, sino inicia inmediatamente las pre ambulaciones, que se
conducen de la manera descrita en el capítulo pasado. l debe permanecer tan cerca como
sea posible detrás del candidato. Debería ayudarle tanto a mantener cerca al candidato como
a mantener el paso si se asegura de iniciar la marcha simultáneamente con el Primer
Diácono y el Candidato, pero toma un primer paso muy corto. Al final de la primera pre
ambulación, la esquina del noroeste de la Logia se cuadra como en el curso de las pre
ambulaciones. Al final de la segunda pre ambulación, el Segundo Diácono pasa detrás del
Primer Diácono y del Candidato para tomar posición a la izquierda del último para el anuncio
del Maestro. Al final de la tercera pre ambulación, cuando el Primer Diácono gira al Candidato
hacia el lado del norte del pedestal del Primer Vigilante, el Segundo Diácono continúa en línea
recta un par de pasos detrás del Primer Diácono y el Candidato, antes de girar para tomar
posición a la izquierda del primero.

Después de que el Primer Vigilante haya ordenado a los Diáconos instruir al candidato
avanzar al este, el Segundo Diácono marcha en formación detrás del Primer Diácono y del
Candidato como antes. Mientras el Primer Diácono detiene el candidato y le da vuelta de cara
al sur, el Segundo Diácono pasa detrás de ellos para tomar posición a la izquierd del
Candidato, también dando frente al sur. No acompaña al candidato cuando avance con los
pasos apropiados, pero como en el grado anterior mide el tiempo de su llegada ante el
pedestal para coincidir con la del Primer Diácono y del Candidato.

El procedimiento en la obligación es directo, y el res o de los deberes del Segundo Diácono


en esta ceremonia se han descrito en el capítulo anterior.
Capítulo 8: El Primer Diácono
Este es el tercero de los Cargos “progresivos” con deberes rituales. Esos deberes
son más extensos que los del Segundo Diácono, en que el Primer Diácono está a
cargo del Candidato en dos ceremonias, pero no son ni más importantes ni más
exigentes.

El Primer Diácono, como el Segundo Diácono, debe asegurarse de esté


profundamente al corriente de las materias generales ocupadas en del capítulo 3 y
del capítulo 6, así como los deberes específicos que se describen abajo.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Primer Diácono no tiene ningún


deber a realizar durante las ceremonias de la abertura y de cierre de la Logia en los
tres grados.

En la ceremonia de Iniciación el Primer Diácono tiene pocos deberes, y han sido


en gran parte cubiertos en el capítulo 6. Él debe, sin embargo, observar los
siguientes puntos.

Cuando ha substituido el taburete para arrodillarse después de la Plegaria, el


Primer Diácono lleva el p….l del pedestal del Primer Vigilante al pedestal del
Maestro. Lo coloca directamente encima del pedestal del Maestro y no se lo da al
Maestro.

Debe tener cuidado en medir el tiempo de su llegada al pedestal del Maestro


antes de la Obligación de modo que coincida con la del Segundo Diácono y del
Candidato. En el momento apropiado no debe olvidarse de levantar la mano
izquierda del candidato de modo que el Maestro pueda colocar en ella el C.; De
igual manera, al final de la obligación debe estar listo para asistir en bajar la mano
izquierda del candidato después de que el Maestro haya quitado el C. Tan pronto
como hayan levantado al candidato después de la obligación, el Primer Diácono
hace un giro a la izquierda, vuelve a su lugar y toma asiento. Después de la obligación,
él no tiene ningún otro deber durante la ceremonia.

Durante la ceremonia de Aumento el Primer Diácono tiene a su cargo al candidato a partir


del momento que el último es admitido. Puede ser provechoso precisar que cuando una
plegaria está a punto de ser realizada después de que el candidato ha vuelto a entrar a la
Logia, se le instruye a v a n z a r; en otras ocasiones se le instruye (como al retirarse) a s a l u d a r
al Venerable Maestro. En este grado, y también en el tercero, debe asegurarse de que el
candidato dé el Signo de F., ajustando su pulgar en caso de necesidad, cuando se rrodilla
para la plegaria, y debe también comprobar que él lo descargue posteriormente. Las dos pre
ambulaciones siguen el patrón descrito en el capítulo 6 y no deben resentar ninguna
dificultad. El Primer Diácono debe, sin embargo, tener cuidado que el candidato, cua do él
para en el piso de la Logia cuando está a la altura del pedestal del Maestro o de un Vigilante y
se le ordena saludar, no gira su cabeza o su cuerpo hacia el oficial que es saludado, pero
continúa dando cara al frente. Cuando al Primer Vigilante lo ordena avanzar al candidato al
este, él lo conduce a un punto en el lado del norte de la Logia opuesto al pie imaginario de las
h. de t., le da vuelta para dar cara del sur y se traslada a la línea central de la Logia.

Si hay un procedimiento en el funcionamiento de Emulación que se realiza constantemente


incorrectamente en Logias privadas más que ningún otro, es el método de avanzar del oeste al
este en este grado. El primer -y esencial- punto que el Primer Diácono debe asimilar es que la
e.d.c imaginaria. forma un semicírculo de un punto en la línea central de la Logia cerca de dos
yardas antes del pedestal del Maestro a un punto en la línea central de la Logia directamente
delante del pedestal. No forma, a pesar de la ilustración demostrada en la mayoría de
planchas de trazar (incluyendo la utilizada en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento), un
cuarto de círculo que comienza en el lado del norte de la Logia y que termina directamente
delante del pedestal del amo, pero esa es una equivocación cometida muy comúnmente. El
segundo punto es que el candidato debe llegar al pedestal con sus pies juntos en forma de
escuadra, el pie izquierdo señalando al norte y el derecho señalando al este, de modo que él
pueda arrodillarse, sin movimiento adicional, en la actitud apropiada. El método correcto de
realizar la maniobra es como sigue.

Habiendo colocado al candidato en el lado del norte de la Logia mirando al Sur, el Primer
Diácono procede, según lo ya mencionado ya, al pie de la e.d.c imaginaria, donde se dirige
brevemente al candidato. Entonces gira, y coloca inmediatamente sus pies en forma de
escuadra, el pie izquierdo señalando al sur y el derecho señalando al oeste. Comienza a
caminar con el pie izquierdo, que coloca señalando derecho al sur. El segundo paso, con el
pie derecho, se toma en dirección sud-este; el tercero, con el pie izquierdo, se toma derecho
al este; el cuarto, con el pie derecho, el nordeste; y el quinto paso, con el pie izquierdo, se
toma a un punto inmediatamente delante del pedestal, ese pie señalando, y el pie derecho
que es traído en un movimiento de cierre talón con talón con la izquierda en forma de
Escuadra. Tome nota de los siguientes puntos:

a) Cada paso se toma a cuarenta y cinco grados del anterior.


b) En cada paso el pie se debe levantar algo más arriba qu en la forma normal de
caminar, para representar la dirección ascendente de la e.d.c. Este movimiento no
debe, sin embargo, ser exagerado; una poco por encima de la altura de la rodilla es
perfectamente suficiente.
c) El Primer Diácono n o da comentario alguno durante el procedimiento.

El Primer Diácono, habiendo alcanzado el pedestal, da vuelta a la derecha, y siguiendo la


línea de la e.d.c en la dirección contraria, pero con un movimiento de caminar normal y sin
seguir aparatosamente la posición exacta de cada uno de los pasos, retorna a la posición
del candidato. Lo toma por la mano derecha y lo conduce al pie de la e.d.c., ordenándole
poner sus pies en forma de Escuadra. Entonces suelta su mano. En este grado, a
diferencia del anterior, el Primer Diácono no instruye al candidato a colocar primero sus
pies juntos y entonces girar el derecho hacia afuera; en cambio, él se asegura que se
p os icione d ire cta m en te en la posición de partida. Todas las instrucciones para este
procedimiento y los subsiguientes se dan en un susurro o en voz baja. El Primer Diácono no
toma la mano del candidato cuando él avanza por la e.d.c., pero lo orienta estando parado un
poco delante de y dándole frente, e indicando con el extremo de su Vara la posic ón correcta
para el paso siguiente. Cuando el candidato llega el p destal, él toma una posición a su
derecha.

Antes de la obligación, recibe la E. del Past Maestro Inmediato en el momento apropiado y


la entrega, por detrás del candidato, al Segundo Diácono. Al final de la obligación, él la recibe
por detrás otra vez y la devuelve al Past Maestro Inmediato. En el sello de la obligación, el
Primer Diácono no debe tocar la parte posterior de la cabeza del candidato a menos que sea
absolutamente necesario.

Una vez que el Maestro haya levantado al candidato, el Primer Diácono lo conduce al lado
norte del pedestal del Maestro, tomando cuidado que haya suficiente sitio para que el
candidato tome dos pasos. El procedimiento durante la transmisión, la subsecuente pre
ambulación, y la investidura con la divisa se describe en el capítul 6.

Cuando es instruido por el Maestro para colocar al candidato en la parte suroriental de la


Logia, el Primer Diácono lo conduce vía el norte y el este, cuadrando la Logia. Pareciera ser
una excepción a la regla general de que la Logia se cuadra solamente en el curso de una pre
ambulación, pero en verdad, este movimiento en particular debe ser considerado como la
continuación de la pre ambulación. El Primer Diácono debe tomar nota de que como la Logia
deber ser cuadrada en la esquina sur-este, es esencial que él y el candidato den por lo menos
un paso a lo largo del lado del sur de la Logia terminar el proceso, antes de que él gire hacia
atrás de modo que él y el candidato den la cara al norte.

El procedimiento durante el resto de la ceremonia pres nta poca dificultad. Una vez que el
candidato haya saludado en su readmisión a la Logia, el Primer Diácono lo conduce
directamente al pie de la Plancha de Trazar para la explicación. A la conclusión de la
explicación, él no debe olvidarse de llevar al candida o a un asiento en Logia. No se prescribe
ningún lugar en particular en el funcionamiento de Emulación. Algunos pueden argumentar
que tal como a un Iniciado se le cede un asiento en la parte nordeste de la Logia, el candidato
que recién Aumentó debe ser acomodado en la parte sur-este. Esto no es, sin embargo, una
cuestión de ritual, y cada una de las Logias puede seguir su propia inclinación.

Durante la Ceremonia de Exaltación, el Primer Diácono tiene a su cargo al candidato en


todo momento, excepto cuando él está bajo la dirección del Maestro y de sus Vigilantes. El
procedimiento para la transmisión de la g.p. y de la p.p. se ha detallado en el capítulo 6. Tan
pronto como la Logia se haya abierto o se haya reasumido en tercer grado, el Primer Diácono
selecciona la posición donde debe ser colocado el a… d. Si toma cuatro buenos pasos
diagonalmente de su lugar a la línea media de la Logia, él encontrará que el punto al cual ha
llegado es el lugar preciso para el borde del este del a… d (no el borde del este de la t… a), y
no debe moverse de ese punto, sino que debe esperar que el Segundo Diácono le traiga el a..d
Excepto para recordar al Primer Diácono el método levemente diferente de cuadrar la Logia
en las pre ambulaciones de este grado, y que necesitará dejar espacio para que el Segundo
Diácono tome posición a la izquierda del Candidato cuando se hace un alto al final de la
segunda pre ambulación, la ceremonia no requiere de ningún comentario hasta el momento
en que el Primer Vigilante ordena a los Diáconos instruir al Candidato como avanzar al este.

Éste es otro procedimiento que se realiza raramente de forma correcta. El Primer Diácono
conduce al Candidato, seguido por el Segundo Diácono, a un punto en el lado norte de la
Logia al nivel del centro del a… d. Gira al candidato para dar frente al sur, suelta su mano y
procede a un punto intermedio a lo largo del lado del ur del a….d (sin caminar sobre el
último si puede evitarlo), donde se dirige brevemente al candidato. Entonces va directamente
a la cabeza del a….d, y pone inmediatamente sus pies en forma de escuadra, el pie izquierdo
señalando al este y el derecho señalando al sur. Empieza a caminar con el pie izquierdo, que
pone señalando derecho al norte a alrededor de un tercio del borde norte de la t… a,
trayendo rápidamente su pie derecho en forma de escuadra. El segundo paso,
comenzando con la derecha el pie, se lleva un punto d o s t e rc ios de la manera a lo
largo del borde del sur del g… e, cerrándose rápidamente con el pie izquierdo
como antes, de modo que el pie derecho señale al sur y el este izquierdo. La
tercera medida, comenzando con el pie izquierdo, se lleva el pie del g… e,
cerrándose rápidamente con el pie derecho, de modo que el pie izquierdo señale al
este y el sur derecho. El procedimiento es terminado por cuatro pasos ordinarios,
comenzando con el pie izquierdo, no olvidándose de cer ar el cuarto paso con el
pie izquierdo, para traer los talones juntos. Observe los puntos siguientes:

(a) Los primeros tres pasos son extraños, y es vital que el ritmo sea mantenido
trayendo el pie posterior a la altura del pie delantero rá p id a m e n t e . Este
comentario se aplica con por lo menos la misma fuerza cuando el candidato
ha de avanzar algunos momentos más tarde. Si el Primer Diácono o el
candidato se pausan con sus pies sobre la t…a, la maniobra no sólo se hace
extremadamente difícil, si no imposible, y luce más que medianamente
ridícula.

(b) Los primeros dos pasos presentan una dificultad especi l en que el pie
delantero termina señalando en una dirección diametralmente opuesta a la
que el pie posterior utiliza para comenzar. Aparte de mantener el ímpetu,
según lo ya indicado, el Diácono encontrará más fácil si en cada caso
descansa el talón del pie delantero en el punto final, pero con los dedos del
pie señalando al este, y pivotea su talón a la posición correcta cuando cierra
con el pie posterior. En la práctica, es un consejo de perfección pretender que
un candidato (particularmente como la Logia está en la oscuridad) oriente
sus pies correctamente después del primer y segundos pasos y el Primer
Diácono deberá estar satisfecho si los pies del candidato están en la
distancia correcta a lo largo de la t….a.
(c) El tercer paso con frecuencia es dificultado por el Primer Diácono o el
candidato al no moverse mueve suficientemente lejos a lo largo de la t…a en
el primer y segundo pasos. Si los puntos mencionados en (a) y (b) se observan,
tanto el Diácono como el candidato deberían poder alcanzar un mayor avance hacia
adelante en los primeros dos pasos.

(d) El Primer Diácono no comenta nada mientras cumple el procedimiento.

El Primer Diácono vuelve hacia el candidato vía el lado del sur del a….d. Lo toma por la
mano derecha y lo conduce o lleva a la cabeza de la t… a, ordenándole poner sus pies en
forma de escuadra. Entonces suelta su mano. En este grado, como en el segundo, el Diácono
no indica al candidato juntar primero sus pies juntos y después girar el derecho hacia fuera;
sino que se asegura de que él se ponga d ire c t a m e n t e en la posición de salida. Todas las
instrucciones para esto y para el procedimiento subsecuente se dan en un susurro o en voz
baja. El Primer Diácono no toma la mano del candidato cuando él avanza a lo largo de la t…a,
pero lo dirige parándose en el lado sur de la t….a, una poco más adelante del candidato,
indicando con el extremo de su Vara la posición correcta para el siguiente paso. Similarmente,
no toma la mano del candidato durante los cuatro pasos finales, sino camina al lado de él
hasta el pedestal, donde toma posición a su derecha.

El procedimiento para cuando los Vigilantes toman a su cargo al candidato se ha tratado ya


en del capítulo 6. Cuando el Maestro concluye la comunicación de los secretos, el Primer
Diácono va derecho a la derecha del candidato, tomando cuidado de no cruzarse en la
trayectoria del Maestro cuando el mismo se dirige al Trono. Lo toma por la mano derecha y lo
conduce al norte del pedestal del Primer Vigilante, do de le instruye saludar al Maestro,
recordando darle la instrucción “Signo P… 1 solamente en el tercero " en voz baja o un
susurro.

Al retorno del candidato, la instrucción “signos completos" se da semejantemente a s o t t o


v o c e . El Primer Diácono después toma al candidato por la mano derecha y lo lleva hacia
atrás al Primer Vigilante para ser presentado para la investidura. Después de que la
instrucción del Maestro conduce al candidato a un punto cerca de dos pies delante del
pedestal del Maestro.

Sus únicos deberes durante el resto de la ceremonia son asegurarse de que el


candidato no tome posición antes de los signos que son incidentalmente
demostrados en el curso de la narrativa, pero que tome posición durante la
explicación completa. El candidato n o repite ninguna palabra durante esta última.
Una vez que haya terminado la ceremonia, no debe olvid se de llevar al candidato
a un asiento en la Logia, aunque puede haber un corto retraso mientras el Maestro
pueda muy bien desear felicitarlo, y quizás entregarle un ritual y un par de
guantes.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, las Actas no son firmadas por el


Maestro. En una Logia regular, sin embargo, es deber del Primer Diácono llevar el
Libro de Actas al Maestro para su firma. No lleva su Vara al hacerlo. Bajo ninguna
circunstancia debe reclinar el Libro de Actas sobre el V.L.S. mientras el Maestro
firma.
Capítulo 9: El Secretario
Puede pensarse que los deberes del Secretario caen fuera del alcance de un
trabajo de esta naturaleza. Y de hecho, así es en gran parte. El Cargo de Secretario
es ejercido generalmente por un Past Maestro, y está principalmente dedicada a la
administración de los asuntos de la Logia. Sin embargo, el Secretario tiene una
porción a jugar en el ritual, durante la ceremonia de Instalación; y hay también un
número de observaciones que se pueden hacer en lo referente a ciertas materias
procesales.

En la ceremonia de la instalación la atención del Maestro Electo, si él no es ya un


Maestro Instalado, es dirigida al Secretario para la lectura de los Antiguos Cargos y
de las Regulaciones. Cuando el Maestro gira hacia la Mesa del Secretario, el
Secretario se levanta y lee esos Cargas, al final de lo cual se sienta. No saluda al
Venerable Maestro ni antes ni después de la lectura. Si él encuentra imposible
contenerse de saludar, debe por lo menos recordar - pues algunos secretarias no lo
hacen – que la Logia está entonces abierta en el Segundo Grado, y no en Primero.

La fraseología del undécimo de esos Cargos fue enmendada en 1986 para


restaurarlo casi completamente a su forma original y ahora reza:

"11. Usted admite que no está en el poder de ningún hombre o cuerpo de hombres
hacer ninguna alteración o innovación en el Cuerpo de la Masonería sin el
consentimiento previamente obtenido de la Gran."

Más de veinte años después del cambio no podría considerarse necesario hacer
mención especial a este punto, pero existen aún Logias donde el Secretario insiste leer
los Cargos de una de la copias grandes del Libro de las Constituciones (que no se han
producido por más de treinta años), quizás del mismo que fuera presentado a la Logia en su
Consagración. El Secretario, particularmente si es nuevo, debe por lo tanto asegu rse de que
en este punto esté utilizando una versión actualizada del Libro de Constituciones.

El Secretario tiene frecuentes ocasiones para dirigirse el Maestro en el curso de una Tenida
de la Logia, y si debe estar de pie por cualquier longitud del tiempo, es ciertamente deseable
que no muestre el signo en todo momento, sino saluda elegantemente al principio y al final de
lo que tenga que decir.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento las Actas no son firmadas por el Maestro,


pero después haber sido sometidas al voto, el Secretario se pone al orden con posición y signo
cuando el Maestro anuncia “Hermano Secretaria, Las Actas han sido Aprobadas”. Esto es una
excepción al principio general mencionado en el capítulo 3, de que un hermano no muestra el
signo cuando un oficial superior se dirige a él; no existe razón fácilmente evidente para la
excepción. En una Logia regular, el Libro de Actas será normalmente llevado por el Primer
Diácono al Maestro para la firma en este momento, y el Secretario debe recordar que no hay
necesidad de que voltee el libro antes de dárselo al Diácono.

Cuando hay un candidato para Iniciación o para Afiliación, inmediatamente antes que se
toma el balotaje, el Secretario es instruido a leer del formulario de solicitud las particulares
del candidato, según lo establecido por las reglas 159 y 160 del Libro de las Constituciones, y
el Certificado del Maestro (véase la regla 164); puede también, en ciertas circunstancias, haber
un Certificado de el Gran Secretario bajo la regla 164 para ser leído, o un informe adverso
bajo la regla 158 que se pondrá a consideración de la Logia. No hay objeción a que el
Secretario, en vez de leer las particulares en detalle, de referencia al hecho de que la mayoría
se encuentran detallados en la Citación, y después de leer el resto. No es, sin embargo, de
ninguna manera infrecuente encontrar que el Secretario no lee el Certificado del Maestro
antes del balotaje, sino envía el formulario de solicitud al Maestro para que el Certificado sea
firmado después de concluido el Balotaje. Esto es enteramente debido a una mala lectura
de lo que son muy clara palabras en la regla 164 y en el formulario de inscripción
propiamente dicho. El Certificado debe haber sido siempre firmado por el Maestro antes de
que la Tenida incluso comience, de hecho preferentemente antes de que el candidato haya
sido propuesto y secundado en Logia Abierta, para poder ser leído en el momento adecuado.

En una Logia regular, cuando el balotaje para un candidato a Iniciación se efectúa en la


Tenida en la cual él debe ser iniciado, es necesario informar Guarda Templo Externo que
el balotaje ha resultado favorable, y comprobar que el candidato ha firmado la declaración
requerida por la Regla 162. Este deber incumbe con frecuencia al Secretario. Si se retira de
la Logia para hacer esto, no debe esperar a ser readmitido por el Guarda Templo Interno
sin pasar por el procedimiento de un informe formal. No hay, por supuesto, necesidad de
que el Secretario atestigüe la firma propiamente dicha, o de que el Libro de Declaraciones
sea traído a la Logia. El Secretario (o el Guarda Templo Interno en su representación)
pueden por lo tanto, sin pasar por la puerta, obtener la confirmación del Guarda Templo
Externo de que la Declaración está en orden. De hecho, el Secretario puede legítimamente
simplemente instruir al Guarda Templo Externo dar el informe para el candidato una vez
que él haya firmado la Declaración, y retornar inmediatamente a su lugar, reduciendo de
tal modo al mínimo el retraso en los procedimientos de la Logia.

De tiempo en tiempo se concede a Logia una dispensación, p.ej. para cambiar el lugar o
la fecha de una tenida particular, y le corresponderáç al Secretario leerla. La fecha del año al
final de la dispensación se da acostumbradamente en dos formas: p.ej. “A.L. 6007, A.D.
2007". Ahora que se enseña el latín más raramente en las escuelas de lo alguna vez fuera
el caso, sucede demasiado a menudo que el Secretario lee el “Al.” incorrectamente como
“Anno Lucius”, en lugar de “Anno Lucis ". La pronunciación correcta es “Anno Lusis 6007,
Anno Dominai 2007 " (la pronunciación “vieja” o “legal”) o “Anno Lukis 6007, Anno
Dominee 2007” (pronunciación “nueva” o “escolar”).
Capítulo 10: El Tesorero
El Tesorero comparte con el Maestro y la mayoría de los Vigilantes la distinción de ser
elegido anualmente por los miembros de la Logia. Históricamente, era un hombre de
sustancia y de integridad encima a quien se podía confiar para mantener los fondos de la
Logia seguros y entregarlos cuando sea necesario. La tarea de llevar los registros financieros
de la Logia recayó generalmente en el Secretario. Más recientemente, sin embargo, la
naturaleza del Cargo ha cambiado, y los Tesoreros ahora tienden a ser elegidos más por su
habilidad de llevar la contabilidad.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el Cargo de Tesorero es ocupado por un


hermano de distinción dentro de la Orden en su conjunto. Los nombres de varios Grandes
Directores de Ceremonias y de Gran Maestros Provinciales pueden ser encontrados en la lista
de los que han desempeñado servicios en esta calidad. El cargo en este caso en particular está
relacionado con la de presidente o de patrón, siendo una virtual similitud, pero
paradójicamente se mantiene tan cerca al concepto original como lo hace la oficina moderna
en una Logia regular.

El Tesorero no tiene ningún deber a realizarse de naturaleza ritual. Su Cargo es, sin
embargo, indudablemente importante, y por lo tanto merece se le dedique este capítulo.
Capítulo 11: Los Vigilantes

Como es el caso de los Diáconos, es conveniente ocuparse de ci rtas materias


preliminares que afecten a ambos Vigilantes antes de considerar sus deberes por separado.

A pesar de su rango relativamente alto entre los oficiales de una Logia, los Vigilantes
tienen deberes rituales perceptiblemente menos onerosos que l s de los Diáconos, y mucho
menos onerosos que los del Maestro. Sería aconsejable bien, si no han sido aconsejados en tal
sentido con anterioridad, que utilicen el espacio de respiro que estos dos cargos proveen para
aprender el trabajo del Maestro.

Es el Maestro y sus dos Vigilantes quienes gobiernan la Logia, y como tales los tres tienen
derecho de atender a las comunicaciones trimestrales de la Gran Logia y, en un Área
Metropolitana, Provincial o Distrital, también las reuniones de la Gran Logia Metropolitana,
Provincial o Distrital. Al hacerlo, los Vigilantes deben utilizar los collarines y las joyas de sus
cargos respectivos. Deben tomar en cuenta, sin embargo, que éstas son las únicas ocasiones
en las que se permiten hacerlo fuera de su propia Logia.

En cada ocasión (excepto una) que el Maestro malletea (sea en Logia o en el refrigerio) los
Vigilantes repiten su golpe o golpes. Cuando lo hacen, deben esforzarse en mantener su ritmo
tan fielmente como sea posible , y también en mantener la misma pausa entre sus respectivos
golpes. Los únicos golpes dados por el Maestro que no se repiten son los golpes dobles que él
da para convocar al Guarda Templo Externo.

Los Vigilantes deben recordar que, como el Maestro, acceden y dejan siempre sus
pedestales en sentido de las agujas del reloj. Así el Segundo Vigilante accede por el lado este y
sale por el lado oeste, mientras el Primer Vigilante e tra por el Sur y sale por el Norte.

Los principales deberes rituales de los Vigilantes están en la apertura y el


cierre de la Logia y en la examinación de candidatos, así como sus deberes
especiales en la ceremonia de Exaltación. La apertura de la Logia en los tres grados
es directa, al igual que el cierre en el primer y segundos grados, y las únicas
materias a las cuales es necesario atraer la atención es que los Vigilantes no deben
olvidarse de acostar o levantar sus columnas cuando el ritual así lo requiere, u
olvidarse de seguir la guía del Maestro cuando se dan los golpes “silenciosos”. El
cierre el tercer grado es, sin embargo, más difícil, y como se omite con frecuencia
en una Logia privada, siendo a cambio la Logia reasumida en un grado más bajo,
vale la pena describir del procedimiento aquí detalladamente.

Cuando el Maestro pide que los secretos le sean comunicados, los Vigilantes,
todavía manteniendo el signo, dejan sus pedestales. El Segundo Vigilante espera al
lado del suyo, mientras que el Primer Vigilante avanza hacia el este. Cuando el
Primer Vigilante llega a su altura, el Segundo Vigilante se traslada al piso de la
Logia y avanza en línea con él, preferentemente sin ocasionar que altere su ritmo.
Es responsabilidad del Primer Vigilante seleccionar el punto exacto en el cual
habrán de detenerse antes de dar vuelta hacia adentro para ponerse frente a
frente. Esto debe ser un punto relativamente equidistante entre el pedestal del
Maestro y la Mesa del Secretario. Deben evitar estar parados demasiado lejos entre
sí, pues pueden verse forzados a perder el equilibrio durante la comunicación del
f.ps o f.

Los Vigilantes deben recordar que en lo que sigue el oficial menor comunica
los secretos al mayor, y por lo tanto el último no debe anticipar los movimientos
del anterior. Habiéndose detenido, dan vuelta hacia adentro y se colocan en
posición. El Segundo Vigilante toma entonces un paso adicional y extiende su
mano al Primer Vigilante. Entonces da la g.p. que conduce del segundo al tercer
grado., misma que el Primer Vigilante devuelve; el Primer Vigilante debe esperar
que la g.p le sea comunicada antes de que ajuste su propia mano. Levantan sus
manos derechas en alto, y el Segundo Vigilante susurra la p.p. Se sueltan, volviendo
inmediatamente a posición y al signo. El Segundo Vigilante toma entonces otro paso corto y
da los primeros tres signos de tercer grado. Habiendo recuperado, comunica el f. ps. o. f. Una
vez más, el Primer Vigilante debe esperar para recibir cada uno el Segundo antes de darlo
por sí mismo. El Segundo Vigilante susurra la palabra y se sueltan, volviendo directamente a
posición y signo. El Segundo Vigilante saluda, gira, preferiblemente (pero no necesariamente)
por la derecha, y retorna a su pedestal. Mientras tanto el Primer Vigilante llega a la línea
central de la Logia, gira hacia al este y, sin esperar que el Segundo Vigilante llegue a su
pedestal, toma inmediatamente posición y se dirige al Maestro. Entonces comunica los
secretos, tal y como le fueran comunicados a él, salvo que las palabras se dan en voz lta. Se
sueltan, y retornar a posición y al signo. El Primer Vigilante saluda, gira (preferiblemente por
la derecha) simultáneamente con el Maestro, y vueltas a su pedestal.

La mayor parte del trabajo de los Vigilantes consiste en examinar al candidato. Esto es
bastante directo, pero los guardas deben considerar lo puntos siguientes. Primero, la mayor
parte de sus preguntas se dirigen al candidato propiamente dicho, aun cuando las respuestas
pueden ser dictadas por el Diácono, y por lo tanto el Vigilante debe mirar al candidato
mientras habla, y no al Diácono. En segundo lugar, el Vigilante debe tomar posición antes de
recibir la G. y P. de cualquier grado, pero el Primer Vigilante no necesita tomar posición antes
de recibir la g.p. y p.p. En tercer lugar, como en el cierre de tercer grado que se cierra, el
Vigilante debe esperar que el candidato de la g.p antes de que él la devuelva.

Cuando se explica la Plancha de Trazar en la ceremonia del segundo grado, los Vigilantes se
mantienen de pie en sus lugares de modo que puedan golpear en el momento apropiado.

En la ceremonia de Exaltación, los Vigilantes tienen a su cargo al candidato por un periodo


de tiempo. Cuando son convocados por el Maestro, cada uno toma el emblema de su cargo de
su lugar en su pedestal, y avanzan juntos al este, esp rando el Segundo Vigilante que el
Primer Vigilante llegue a su altura, como en el cierre de tercer grado. Aunque ambos tendrán
que caminar sobre el a…d mientras avanzan juntos, deben evitar caminar en la t…a
propiamente dicha. Entonces golpean ligeramente con el interior de la mano simultáneamente
al Diácono correspondiente en la parte interior del hombro y avanzan a los espacios creados
por los Diáconos al hacerse a un lado. La línea formada así se debe mantener
momentáneamente, y por lo tanto no deben comenzar a asir al candidato hasta que los
Diáconos hayan girado hacia fuera para retornar a sus lugares.

Cada Vigilante toma entonces uno de los brazos del candidato, y el Segundo Vigilante le
ordena cruzar el pie derecho sobre el izquierdo. En lo que sigue, los Vigilantes deben estar
atentos para sincronizar sus acciones con las palabras del Maestro, y el Segundo Vigilante no
debe olvidarse de recordar al candidato, si es necesar o, volver a cruzar sus pies en los
momentos apropiados. Cada uno de los Vigilantes alternadamente, después de que haya
manejado su emblema necesitará disponer de él temporal ente. Un bolsillo puede ser un
lugar conveniente, pero existe el riesgo de que el Vigilante se olvide de que está allí; Puede ser
mejor meterlo debajo de la correa del delantal. Cuando el candidato es acostado, el Segundo
Vigilante debe susurrarle para que permanezca rígido. Para mantener el control apropiado
sobre el candidato y para reducir al mínimo el riesgo del accid nte es aconsejable que cada
Vigilante agarre la muñeca del candidato con su propia mano externa, mientras desliza su
mano interna sobre del brazo del candidato para soportarlo por el hombro. Habiéndolo
acostado, dejando sus manos a los costados, cada uno toma posición más allá de la cabecera
de la t…a, preferiblemente apenas al oeste del a…d.

Cada Vigilante, cuando se le piden esforzarse para levantar al candidato, avanza por la ruta
más corta a un punto a la altura de la rodillas del candidato, vueltas, pisando a través de
modo que esté a horcajadas del candidato, y levanta la mano derecha del último cerca de
cuatro pulgadas con su propia mano izquierda para apli ar la g…. Habiendo resbalado, baja
entonces la mano del candidato suavemente a su costado, retrocede, retorna a su lugar por
la ruta más corta, gira y da a su informe al Maestro. Cuando el candidato es levantado, los
Vigilantes asisten en la elevación, y no hará daño una advertencia al Segundo Vigilante en
este punto para que permanezca rígido. Es responsabilidad del Primer Vigilante
asegurar que la mano y brazo izquierdos del candidato estén correctamente
ubicados una vez que haya sido levantado. Los Vigilantes retoman sus asientos
cuando se les instruya hacerlo, no olvidándose de reponer los emblemas
respectivos de sus cargos.

Como a veces algunos Francmasones mayores se permiten un excesivo


bochorno por la perspectiva de que el trono de un Vigilante quede temporalmente
vacante, es apropiado dejar en claro que en el modo de Emulación no hay
necesidad de llenar el trono de un Vigilante si él lo deja temporalmente para realizar
una labor específica (excepto, por supuesto, ocupar otro trono o cargo
momentáneamente), a condición de que permanezca dentro de la Logia. Un
momento de reflexión demostrará que esto está efectivamente prescrito en el ritual
del tercer grado.

Los Vigilantes tienen poca parte que cumplir en los deberes procedimentales de
la Logia, y la única observación que yo haría es que no se ponen de pie en las
“Puestas de Pie”. Si hay una procesión saliente, tomarán sus lugares en la según
lo establecido por el Maestro de Ceremonias, pero deben detenerse ante el pedestal
del Maestro para permitir que el Maestro de Ceremonias escolte el Maestro a su
lugar detrás de los Diáconos, antes de cerrar la procesión.
Capítulo 12: El Segundo Vigilante

Este es generalmente el cuarto de los cargos inferiores ocupados por un hermano durante su
progreso hacia el Trono. Como ya se ha observado, los deberes rituales del cargo son
relativamente sencillos. Es por lo tanto en este punto de su carrera masónica que un
hermano debe comenzar seriamente a aprender el trabajo del Maestro - si no lo ha hecho ya
así - para hacer completo honor a ese cargo cuando le toque ocupar el trono.

El Segundo Vigilante debe asegurarse de estar profundamente al corriente de las materias


generales cubiertas en del capítulo precedente, que abarcan la parte más mayor de sus
deberes.

Cuando el Segundo Vigilante se dirige al Maestro o al Guarda Templo Interno, debe estar de
pie y en cuadre, dando frente al norte, y girar solamente su cabeza hacia el hermano al que se
está dirigiendo.

Al abrir la Logia en primer grado, al principio se dirige al Guarda Templo nterno por su
nombre, pero inmediatamente después al dirigirse al Maestro no utiliza ni el nombre ni el
cargo de este último, dando simplemente el informe de “la Logia está debidamente a cubierto”,
sin posición o signo. Al abrir la Logia en los otros grados y en el cierre de todos ellos, da el
signo cuando informa “venerable Maestro, la Logia está debidamente (o completamente)
cubierta”. En todos los casos debe tener cuidado de no dar los olpes hasta que el Guarda
Templo Interno haya descargado completamente su signo. Como el Guarda Templo Interno, él
debe evitar cuidadosamente no dar indebido énfasis a la palabra “está”.

Cuando la Logia está finalmente cerrada la fórmula usada por el Segundo Vigilante en la
Logia de Emulación y Perfeccionamiento es “Y está cerrada por consiguiente, hasta el próximo
viernes por la noche, a la hora de dieciocho y quince“. En una Logia regular es necesaria un
fórmula levemente diferente, pero la fraseología exacta es cuestión de cada Logias individual.
La edición actual del Ritual de Emulación da dos alternativas, pero ellas no excluyen otras
posibilidades.

Una llegada con retraso será anunciada por el Guarda T mplo Interno después de que el
Guarda Templo Externo haya dado los golpes del grado en el cual la Logia está entonces
abierta. El Segundo Vigilante da un solo golpes en respuesta; él no dice nada. No es necesario
que el Segundo Vigilante mire primero al Maestro para la aprobación; él tiene autoridad
absolutamente suficiente para enviar por su cuenta al Guarda Templo Interno a comprobar la
identidad del que llega con retraso. El Segundo Vigilante debe llevar en mente que el Guarda
Templo Interno probablemente es menos experimentado que él mismo, y puede por lo tanto
potencialmente dar un informe en un momento inoportuno. Él debe por lo tanto estar listo,
cuando oye al Guarda Templo Externo golpear, para señalar discretamente al Guarda Templo
Interno que el tiempo es o no es apropiado para que el arribo sea anunciado. Se adopta el
mismo procedimiento cuando el candidato vuelve a la Logia después de restaurarse a su
comodidad personal, aunque es, por supuesto, inverosím que el tiempo para que sea
oportuno dar el informe sea otro que inmediatamente.

En la ceremonia de la iniciación pero en ninguna de las otras, el Segundo Vigilante malletea


antes de ponerse en posición y dar el signo para anunciar el informe al Maestro; En los otros
grados él se pone de pie inmediatamente. En los tres grados, el Segundo Vigilante continua de
pie hasta que recibe la instrucción del Maestro, con la cual él descarga el signo y toma asiento
antes de dirigirse al Guarda Templo Interno.

Del método de examinar al candidato ya se ha ocupado el capítulo anterior, como también


de la mayor parte del procedimiento en tercer grado. Con respecto al último, hay, sin
embargo, dos materias que afectan al Segundo Vigilante en particular. En el curso de la
narrativa, el Segundo Vigilante maneja la P. Cuando lo hace así, él emplea un movimiento
pendular, de adelante hacia atrás, para igualar su acción a las palabras. Posteriormente,
cuando bajan al candidato al suelo, si se provee un cojín para la cabeza del candidato – como
es el caso en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento— es responsabilidad del Segundo
Vigilante asegurarse de que esté colocado correctamente.

El Segundo Vigilante tiene un otro deber ritual en la Logia, que se menciona en su


investidura. Es él quien llama a los hermanos del trabajo al descanso y del descanso al
trabajo. Debe por lo tanto asegurarse de que estar al corriente de la breve fórmula
empleada con el fin de llamar al descanso y al trabajo. No es desconocido para un Segundo
Vigilante que ha realizado de otra manera sus deberes de una manera ejemplar, ser tomado
totalmente desprevenido cuando el Maestro desea llamar la Logia al descanso.

En el ágape, el Segundo Vigilante tiene pocos deberes, pero es quizás digno de observar de
que en la mayoría de las Logias, particularmente fuera de Londres, es el Segundo Vigilante
que propone el brindis para los visitadores.
Capítulo 13: El Primer Vigilante

El suyo es generalmente el quinto de los cargos menores ocupados por un hermano


durante su progreso hacia el Trono. El Primer Vigilante debe asegurarse estar profundamente
l corriente de las materias generales ocupadas en del apítulo 11, que, como en el caso del
Segundo Vigilante, cubre la parte más mayor de sus deberes.

Aunque los deberes rituales del cargo no son indebidamente pesados, hay uno o dos
puntos a los cuales el Primer Vigilante debe prestar at nción cuidadosa, especialmente en la
apertura y el cierre.

Al abrir la Logia en primer grado, la contestación del Primer Vigilante a l primera


pregunta del Maestro es “Asegurarse que todos los presentes son Masones.”. Al abrir la Logia
en los otros dos grados, y en el cierre en todos, la respuesta consiste “Asegurarse que los
hermanos estén al orden como masones" (o "Compañeros" o "Maestros Masones "). Es
importante utilizar las palabras correctas en este punto. De igual manera, en la apertura y el
cierre de primer grado, se pregunta al Primer Vigilante porqué está ubicado en el oeste, pero
su respuesta es levemente diferente en cada caso. Es señal de un Primer Vigilante competente
que distinga correctamente la uno de la otra. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento,
la pregunta “El Lugar del Maestro?” se dirige al Primer Vigilante, y es contestada por él, al
igual que la pregunta subsiguiente. En muchas Logias, sin embargo, éstas se dirigen a, y son
contestadas por, el Past Maestro Inmediato. En el acto de cierre del segundo grado el Primer
Vigilante hace comúnmente una pausa entre “cerrar” y de “esta Logia de Compañeros
Francmasones “' para permitir la primera parte del signo sea descargado; Tal pausa es
innecesaria y produce un efecto dubitativo; el Primer Vigilante debe decir las palabras en un
tempo uniforme y sincronizar sus acciones con ellas.

El procedimiento para examinar al candidato se ha tratado ya en del capítulo 11. El


Primer Vigilante no debe, sin embargo, olvidarse de qu inmediatamente después de haber
presentado al candidato al Maestro, debe seguir de pie. Cuando presenta al candidato, él debe
levantar la mano de este último solamente hasta la altura del hombro o un poco por encima.

Cuando inviste al candidato, el Primer Vigilante asegura la divisa en el candidato antes


de que comience a dirigirse a él. En segundo y tercer grado, debe quitar la divisa del grado
más bajo antes de investir al candidato con la del más alto; se quitan las circunvoluciones
que efectúan algunos Primeros Vigilantes alrededor para asegurar la nueva divisa encima de
la anterior son innecesarias e indignas. El Primer Vigilante toma la divisa por la esquina
inferior (desde el punto de vista del candidato) con su mano izquierda, y la conserva tomada
hasta que haya acabado el discurso. En primer grado el Primer Vigilante golpea el mandil con
su mano derecha a la palabra “divisa”, y no a la palabra “que” que la precede. La divisa de
primer y segundo grado se sujetan generalmente con cintas, pero la de un Maestro Masón
tiene una correa y una hebilla ajustables. Es prudente de parte del Primer Vigilante
comprobar antes de que la tenida comience que el mandil indispensable está en su pedestal y
en el caso del tercer grado que la correa se ha ajusta o a las dimensiones del candidato.

La mayor parte del procedimiento del tercer grado se ha cubierto ya en del capítulo 11.
Hay, sin embargo, dos materias que afectan a Primer Vi ilante en particular. En el curso de la
narrativa, el Primer Vigilante maneja el nivel. Mientr s que el Segundo Vigilante emplea un
movimiento pendular con la P., el Primer Vigilante da un golpe directo (suave, por favor!) para
sincronizar su acción con las palabras. Posteriormente, cuando levantan al candidato es
responsabilidad del Primer Vigilante asegurarse de que su brazo y mano izquierdos están
ubicados correctamente.
Capítulo 14: El Maestro Electo

Este no es, en es estricto sentido de la palabra, tanto un cargo como realmente


una situación, pues que la persona en cuestión sigue siendo en l momento
generalmente el Primer Vigilante, y para el tiempo restante el Venerable Maestro. Sin
embargo, para evitar dividir las observaciones que se relacionan con el Maestro Electo
entre dos capítulos separados, es conveniente darle un capítulo específico.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento la ceremonia de la instalación se


trabaja siempre por completo, como si el Maestro Electo fuera instalado por primera
vez, aunque necesariamente el hermano que actúa como tal será ya un Maestro
Instalado. Debe por lo tanto tomarse en cuenta que las sugerencias hechas en el
ritual para abreviar la ceremonia si el Maestro Electo es ya un Maestro instalado no
pueden reflejar la práctica de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento como tal.

Antes de que la ceremonia de instalación comience, Maestros instalados son


ubicados en los Tronos de los Vigilantes. El Maestro Electo debe en este punto quitarse
el collarín y la joya de su Cargo, pues interrumpirá el flujo natural de la ceremonia en
un punto posterior si todavía los está usando.

Cuando, después de su presentación, la atención del Maestro Electo es dirigida al


Secretario, él se da vuelta para ponerse de frente al último, y al final del primero de
los Antiguos Cargos él toma posición y da el Signo de F., que descarga (no corta)
inmediatamente, pero permanece con sus pies en posición. Él da y descarga el signo
después de que cada uno de los sucesivos Cargos, y a su conclusión, gira para dar
frente nuevamente al Maestro.

Cuando el Maestro Instalador le ordena avanzar al pedestal, el Maestro Electo puede


moverse ya sea después de la palabra “pedestal” o al final de la oración, aunque lo último es
preferible. Si es práctica de la Logia usar guantes, el Maestro Electo no debe olvidarse de
quitar por lo menos su guante derecho en este punto. Si es ya un Maestro Instalado, se
espera que recite la obligación que sigue; en caso contrario se le es dictada por el Maestro
Instalador de la manera usual.

Cerca de la conclusión del Trabajo Interno, el Maestro recientemente instalado inviste al


Past Maestro Inmediato utilizando las palabras impresas en el ritual, pero que a veces son
pasadas por alto por el Maestro Electo al prepararse para su Instalación.

En el curso de la ceremonia la Logia está cerrada en segundo y tercer grados, y en la Logia


de Emulación y Perfeccionamiento esto se hace siempre por completo cuando se trabaja la
Instalación (véase el capítulo 19). En muchas Logias es la práctica ahorrar tiempo
reasumiendo en el grado más bajo, pero donde está acostumbrado cerrar por completo, el
Maestro Electo debe asegurarse de que tanto él como los hermanos que actúan como
Vigilantes estén compenetrados con la manera de hacerlo pues, pues es parte de la
ceremonia de la instalación y será un reflejo de la misma.

Cuando las pre ambulaciones y la presentación las H. de T. de los tres grados ha


terminado, el Maestro Instalador presenta al Maestro Electo la Carta Patente de la Logia. En
algunos modos de trabajo el Maestro Electo se pone de pie en este punto, pero en Emulación
él n o lo h a ce .

El único otro deber ritual que el Maestro Electo - o, más correctamente, el Maestro
recientemente Instalado - tiene que realizar durante la Ceremonia de Instalación es la
investidura de sus oficiales. Así como es marca distintiva de un Primer Vigilante competente
distinguir correctamente la abertura de la Logia del cierre, así también es marca de un buen
Maestro Electo que él utilice la fórmula correcta en la investidura de sus oficiales. Es justo
decir que esta porción particular de trabajo es una de las más difíciles de realizar
correctamente en todo el Ritual del Oficio, porque las fórmulas empleadas para los diferentes
oficiales, son muy similares pero ligeramente diferentes. Él debe recordar que los Vigilantes
son s u y os (“Os designo mi Primer/Segundo Vigilante”), mientras que los otros oficiales son
de la Lo g ia (“Os designo secretario de la Logia "). Él inviste al Primer Vigilante y al Tesorero
con in s ig n ia s , al Segundo Vigilante con c olla rín y jo y a , y cada todos los otros oficiales con
la jo y a d e su cargo. Finalmente, no debe olvidarse de dar los golpes dobles en el momento
apropiado para convocar al Guarda Templo Externo para su investidura. El Maestro Electo
quién inviste a todos sus oficiales con las palabras correctas tiene el justo derecho a estar
satisfecho con su logro, y ciertamente habrá dado señales a sus hermanos que pueden
esperar un buen año bajo su Veneralía.

Para terminar, debo agregar que, aunque no es el modo de Emulación, en algunas Logias
(particularmente en Logias de Maestros Instalados) es una costumbre no utilizar la fórmula
completa para investir a aquellos oficiales que sean Past Maestros, sobre la base de que están
ya completamente al corriente de sus deberes.

Para muchos amos recién instalados los procedimientos posteriores no pueden ser una
perspectiva menos alarmantes una que el trabajo en la Logia. El Maestro Electo por lo tanto,
si es prudente, se deberá poner al corriente de la sección final del capítulo 15.
Capítulo 15: El Venerable Maestro

No existe un cargo más alto y, teóricamente, ninguno más importante en una Logia que el
del Venerable Maestro. Sobre él recae la responsabilidad de trabajar las ceremonias durante
su gestión en el cargo, o de delegar para que otros ejecuten el trabajo. Además de estos
deberes rituales, hay muchos otros que recaen sobre él, pero están fuera del alcance de este
libro. Sin embargo, el hecho de que esos deberes existen hace aún más deseable que el
Maestro deba haberse puesto al corriente del trabajo ritual antes de que ocupe el trono, pues
el tiempo disponible para aprender en esta última etapa se ve disminuido por las presiones
inherentes.

Es evidente que el Maestro debe estar compenetrado con las materias ocupadas en el
capítulo 3, y si es posible debe asistir regularmente, si no lo ha hecho con anterioridad, a una
Logia de la instrucción, pues es a través de la práctica que la manera de ejecutar las
ceremonias se aprende lo más mejor posible.

Mientras que en los capítulos anteriores ha sido neces rio ocuparse por algún tiempo de las
acciones y de los movimientos que acompañan las palabr s del ritual, en el caso del Maestro
estos son en general más directos, debido a su situació en gran parte estática. Me he sentido
por lo tanto capaz de dedicar algo más espacio a las pautas y a los mnemónicos, que tengo la
esperanza serán de ayuda a los Maestros para recordar la secuencia y fraseología correcta del
ritual, así como su mejor cumplimiento.

La mayor parte de estas pautas serán tratadas en del punto apropiado del comentario.

A b rie n d o y c e r ra n d o l a Lo g ia

El método de apertura y de cierre en los tres grados es muy adecuadamente


detallado en el ritual de la emulación, pero las mater siguientes son dignas de
atención.

Al abrir la Logia en cualquier grado, la primera pregunta formulada al Segundo


Vigilante es “cuál es el primer cuidado? ” mientras que en el cierre ella consiste de
“cuál es el cuidado constante?” Cuando el Segundo Vigilante informa
posteriormente que la Logia está debidamente, o seguramente cubierta, el Maestro
debe tener cuidado de no efectuar la pregunta siguiente al Primer Vigilante hasta
que el Segundo Vigilante haya descargado completamente el Signo (si hay alguno),
hasta el punto de recuperación cuando sea apropiado.

Al abrir la Logia en primer grado, el Maestro debe recordar que hasta que los
hermanos se han puesto al orden, probándose de tal modo como masones, él se
dirige a cada uno de los Vigilantes por su nombre propio, y no por su cargo. Después
de eso, la regla general es que cuando hay un intercambio entre el Maestro y uno o
ambos Vigilantes que continúa sin ruptura, él lo trata respectivamente como
“Hermano Primer Vigilante” y “Hermano Segundo Vigilante" solamente en la
primera observación dirigida a cada uno. La excepción es cuando él se dirige a ellos
de esa manera para pedirles sus lugares y deberes respectivos. (Un poco de reflexión
demostrará que la excepción es necesaria para mantener el principio de nombrar a cada
Oficial en el curso de pedir su lugar y situación.) En las aperturas y los cierres restantes, la
regla general se mantiene.

En el funcionamiento de emulación, las dos últimas preguntas en la apertura de primer


grado (“El lugar del Maestro?” ¿y “por qué está colocado en ese lugar? “) se dirigen al Primer
Vigilante, y no como en algunos otros modos de trabajo al Past Maestro Inmediato.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el Maestro efectúa las plegarias por sí


mismo, pues no hay capellán. Sin embargo, en muchas, si no la mayoría, de las Logias
regulares se designa un capellán, y será él por lo tanto quien efectuará las plegarias. Éstas
comienzan, a excepción de la apertura en tercer grado (que el Maestro efectúa con
frecuencia por sí mismo, pues es así muy corta) en las palabras “Hermanos….“. La práctica
generalmente es que el Maestro dirija las pocas palabras que preceden cada plegaria, y que
el capellán tome la palabra en el comienzo de la plegaria. Esta no es, sin embargo, una
cuestión en la cual se pueda dar terminantemente una visión de emulación; la
consideración principal aquí es asegurar una transferencia sutil entre el Maestro y el
Capellán, y es por lo menos prudente que convengan un procedimiento de común acuerdo
con anterioridad

En la apertura de segundo grado el Maestro debe decir las palabras “Debidamente abierta
sobre la Esc:.” sin pausa alguna. El signo se debe descargar en dos movimientos, pero la
acción puede ser sincronizada fácilmente sin cambiar el ritmo de las palabras.

De vez en cuando en l apertura de tercer grado uno oye el Maestro, quizás ansioso por
ejecutar el ritual con s ig n if ic a d o , preguntar al Primer Vigilante “Adonde dirigís vu es tro
curso? " Éste es aún menos legítimo que el Guarda Templo Interno o el Segundo Vigilante
respondiendo “La Logia es tá debidamente cubierta ". De hecho convierte al texto en absurdo
puesto que ambos Vigilantes supuestamente están viajando en la misma dirección (lo que
queda absolutamente claro por el resto de la abertura y por el cierre de tercer grado) y
enfatizar “v u e s t ro ” implica que el Primer y Segundo Vigilantes están viajando en diferentes
direcciones. Las palabras importantes en la pregunta s e l d irig ir y c u rs o .

Es un hecho curioso que en la apertura de tercer grado, el Maestro se olvida muy


frecuentemente de preguntar al Segundo Vigilante “cómo se perdieron? ”, aunque rara vez
se olvida de las otras preguntas. He observado esto no sólo en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento sino también en muchas Logias privadas, sea que trabajen en
Emulación, o un otro ritual. El Maestro debe por lo tanto estar particularmente atento
contra la comisión de este error en particular. En el final de la apertura de tercer grado, el
Maestro debe recordar que antes de dar el signo de G. o de R. debe permitir al Guarda
Templo Interno (o al Segundo Diácono, si él tiene el deber de cambiar las planchas de
trazar) tiempo para retornar a su lugar y también para tomar p sición.

Cuando los secretos se comunican en el cierre de la Logia en tercer grado, el Maestro


replica efectivamente las acciones del Primer Vigilante cuando este las recibe del Segundo
Vigilante. Debe asegurarse de no estar parado demasiado lejos del Primer Vigilante, pues así
el riesgo de desbalance se reduce al mínimo, y mientras está recibiendo los secretos del
Primer Vigilante, no se debe anticipar al último en ninguno de los puntos.

Antes de que la Logia sea definitivamente cerrada (excepto en una tenida de emergencia),
el Maestro se levanta tres veces, normalmente en primer grado - aunque la práctica en la
Logia de Emulación y Perfeccionamiento es generalmente de otra manera (véase el capítulo
19). El Maestro debe medir el tiempo de su acción para sincronizar sus palabras; es decir, él
no debe comenzar a levantarse hasta que ha comenzado la oración. Los hermanos deben
tomar nota que en el trabajo de Emulación el Maestro se levanta a p re g u n ta r, etc., y que
dice solamente el nombre de la Logia, sin el número.

En una tenida de emergencia de una Logia (para la cual, por supuesto, habrá sido
obtenida una dispensación previamente) el libro de con tituciones dispone que no se tratará
ningún asunto excepto aquellos mencionados en la citación que convoca a la tenida (véase la
regla 140). Se deduce necesariamente por lo tanto que no puede haber puestas de pie en tal
ocasión, puesto que existen solamente como medio para tratar otros asuntos.

La s C e re m on ia s

Aparte de la ceremonia de Instalación, que se trata por separado en el capítulo siguiente, las
ceremonias siguen un patrón estructural muy similar, del cual la ceremonia de Aumento
brinda un ejemplo básico. Es verdad, sin embargo, que el tercer grado presenta un número
de puntos significativos de diferencia, causados probablemente por su fecha posterior de
desarrollo; y el primer grado también contiene un núme o de adornos; pero las
características comunes siguen siendo muy notorias.

Las ceremonias de Aumento y de Exaltación comienzan cada una con una examinación
del conocimiento del candidato del grado precedente, s guido por la transmisión de la g.p. y
p.p. Por razones obvias no existe paralelo en la ceremonia de Iniciación. El Maestro comienza
anunciando el asunto a tratarse, e instruyendo retirarse a los aprendices (o compañeros) con
excepción del candidato. Este último no se hace en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento, pues solamente los pueden estar presentes Maestros Masones. (En
algunas Logias que pretenden trabajar en emulación, se instruye retirarse a los aprendices -
o a los compañeros - con excepción del candidato, después de que el candidato haya sido
conducido al pedestal después de haber contestado a las preguntas de prueba. Hay
discusiones en pro y en contra de tal práctica: Por una parte, permitiendo que otros
aprendices - o compañeros - estén presentes durante las preguntas de prueba ayudar a
familiarizarlos con las respuestas que les serán exigidas cuando llegue su turno; Por otra,
genera una ruptura distractiva en la ceremonia mientras se retiran de la Logia.). El Segundo
o Primer Diácono, de acuerdo con las circunstancias, conducen entonces ala candidato a
una posición en el borde del piso al norte del pedesta el Primer Vigilante. Solo entonces el
Maestro comienza la ceremonia con las palabras los “ El Hermano ................... es esta
noche candidato… “.

A la conclusión de las preguntas de prueba el Candidato, ahora en el lado del norte del
pedestal del Maestro, recibe dos preguntas más antes de la transmisión. El Maestro no se
levanta para comunicar la g.p. y la p.p. hasta después de que las palabras “buscan ser
admitidos”. Él no toma posición. Completa la colocación del pulgar del candidato antes de que
coloque el suyo propio. Tan pronto como ha devuelto la mano del candidato al Diácono se
sienta. Cuando la Logia se abre o se reasume en el grado más alto, da los golpes
“silenciosamente” de modo que sean audibles solamente entro de la Logia. No es necesario o,
para efectos prácticos, deseable que él invierta la cabeza de su mallete para el efecto.

Ningunas de las ceremonias requieren comentario alguno hasta la instrucción al Guarda


Templo Interno para admitir al candidato en la forma debida. El Maestro debe detenerse
brevemente en este punto para permitir que el Guarda Templo Interno escargue su signo,
antes de convocar a los Diáconos. Una vez que haya admitido al candidato, en e primer grado
el Maestro le efectúa una pregunta antes de invitarlo a arrodillarse; En los otros grados le
invita a arrodillarse tan pronto como haya avanzado hasta el taburete para arrodillarse como
Masón o como Compañero, de acuerdo con las circunstancias. Debe tener el cuidado de no
malletear hasta que el candidato haya acabado de arrodillarse, y (excepto en primer grado)
haya mostrado el sigo de P. En tercer grado no es siempre fácil determinar cuando el
candidato lo ha hecho, y el Maestro debe por lo tanto errar por retraso. Habiendo malleteado,
debe dar ejemplo a los demás hermanos no poniéndose de pie hasta que el Segundo Vigilante
haya malleteado. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Maestro da la plegaria é
mismo; en muchas Logias regulares esto será hecho por el capellán. A la conclusión de la
plegaria, en primer grado hay una pregunta más antes de que el candidato se ponga de pie;
En los otros grados el Maestro pide que el candidato se ponga de pie inmediatamente haya
descargado el signo de P. Tan pronto como el candidato se haya puesto de pie, el Maestro y los
otros hermanos se sientan.

En este punto, el candidato es conducido alrededor de la Logia. Hay una pre ambulación
por cada grado que él ya haya recibido, y una pre ambulación adicional, precedido por un
anuncio del Maestro, para el grado al cual está a punto de ser admitido. Esto significa que en
primer grado, el anuncio del Maestro ocurre casi tan pronto como haya tomado asiento. El
Maestro debe, sin embargo, permitir que el Primer Diácono ponga el taburete para
arrodillarse a un lado antes de malletear.

A la conclusión de las pre ambulaciones, el Primer Vigilante presenta al candidato al


Maestro. En segundo y tercer grados este último da inmediatamente las instrucciones que se
deberán transmitir a los Diáconos; En primer grado, sin embargo, hay antes algunas
preguntas que debe ser contestadas. El Maestro no debe comenzar con esas preguntas hasta
que el Segundo Diácono haya tomado otra vez a su cargo al candidato y el Primer Vigilante
haya tomado asiento.

Cuando el candidato ha avanzado al pedestal del Maestro y se ha arrodillado después de


dar su asentimiento a tomar la obligación, en primer g do el Maestro debe colocar la mano
derecha del candidato en el V.L.S. y colocar el Cs. en su izquierda. Esto último no es difícil,
pero no se realiza siempre de la manera más eficiente. El Cs. Utilizado es un par de repuesto
– Las H.T. de tercer grado servirán si no hay otro disponible - y d e n in g u n a m a n e ra se
debe emplear el par sobre el V.L.S. para este propósito. Debido al riesgo de que el candidato
se cause daño a sí mismo, se debe ejercitar un cierto cuidado en su colocación. El mejor
método es que el Maestro abra los brazos del Cs. a un ángulo recto, ponga un brazo en el
puño izquierdo apretado del candidato, con el dedo pequeño cerca del pivote, y coloque su
pulgar izquierdo de modo que extienda a lo largo del brazo hasta solamente una fracción de
pulgada antes de la punta. Al llevar el pulgar del candidato hasta su pecho izquierdo, el C .
puede ser colocado exactamente y con seguridad. El otro brazo del Cs., por supuesto,
colgará hacia abajo perpendicularmente, de modo que el Cs. estará tan estable como sea
posible. El Maestro puede encontrar que tiene que estar de pie para realizar este
procedimiento satisfactoriamente. Si tal es el caso, d be tomar asiento antes de malletear, lo
que en esta ocasión debe hacer s il e n c ios a m e n t e , para no asustar al candidato y causar
que se haga daño a sí mismo.

En segundo grado en este punto, el Maestro debe recordar solamente que debe permitir que
el Segundo Diácono aplique la E. antes de malletear. En tercer grado no existe ni esa
complicación.

La administración de la obligación es una de las partes más difíciles de cualquier


ceremonia. El Maestro no puede hacerlo a su propio ritmo, y el nerviosismo de candidato - e
incluso el suyo propio - pueden causar a menudo dificultades. Ésta es la parte de la
ceremonia que, más que cualquier otra, el Maestro debe conocer realmente bien. Debe dividir
la obligación en frases que no sean demasiado largas para que el candidato repita
exactamente, y debe dictar cada frase clara y distintivamente. En el caso de la obligación de
primer grado, las frases probablemente necesitarán ser de hecho muy cortas -cuatro o cinco
palabras a lo más. Pero incluso en segundo y tercer grado es mejor evitar las frases largas.
Además es preferible, y ciertamente más elegante, que el Maestro divida las frases de acuerdo
con el sentido, más que arbitrariamente. Así “Además / prometo solemnemente / que no
escribiré aquellos secretos“ es mejor que “Además prometo solemnemente que / no escribiré
aquellos secretos“ y ambos son mejores que ““Además prometo / solemnemente que no /
escribiré aquellos / secretos“ ". Puede ser útil para el Maestro al prepararse para una
ceremonia ensayar la obligación repitiendo cada frase do veces. Esto sirve una doble
finalidad; lo lleva al hábito de dividir la obligación en frases cortas, y lo acostumbra al control
en el ritmo de avance ocasionado por tener que detenerse brevemente para la repetición de
cada frase.

En el transcurso de la obligación, el Maestro, a las palabras “por este medio y aquí encima
" toca primero la mano del candidato y luego el V.L.S. Utiliza su mano izquierda para hacerlo
y no, como se ve a veces, la derecha, que debe ser ocupada de otra manera. Él debe tocar la
mano y el V.L.S. a medida que el candidato repite las palabras, y no mientras que él mismo
las dicta, y es preferible si divide las frases: “por este medio/y aquí encima”.

Al final de la obligación, el Maestro da la pauta a los hermanos para cortar el signo. Antes
de requerir al candidato sellar la obligación, el Maestro debe por sí mismo en primer grado
retirar el Cs. de la mano izquierda del candidato, y en segundo grado debe permitir que el
Segundo Diácono quite la E. y la devuelva al Primer Diácono.

El primer grado, ahora restauran al candidato a la luz Dando el comando al Segundo


Diácono, el Maestro espera hasta que este último capte su mirada para indicar que el nudo
sea desatado y él esté listo quitar la v…a, y entonces levanta su mallete. Lo mueve
primero hacia la izquierda, luego a la derecha, y finalmente lo baja hacia el pedestal. Si
ejecutado este procedimiento correctamente, la palmada de los hermanos es simultánea con
el sonido de su mallete. Desafortunadamente éste no es siempre el caso, y cua do no es, la
falla casi siempre es del Maestro. Los tres movimientos del mallete deben ser hechos
positivamente, visiblemente y rítmicamente, puesto que fijan el ritmo para los hermanos. El
Maestro debe verse aquí en el papel del conductor de una orque ta, usando su mazo como el
bastón de mando; él da dos compases libres para fijar el ritmo, y después convoca a sus
músicos con en el tercero. Si los músicos no pueden ver el compás claramente, o si varía el
intervalo entre los compases, la unanimidad es poco probable de ser alcanzada. Los Maestros
parecen a menudo perder su calma en el compás hacia abajo del final, con el resultado de
que la palmada precede al mallete.

Al explicar las tres grandes luces, el Maestro no debe, por ningún motivo en segundo y
terceros grado ajustar el Sq. y Cs. para mostrar sus posiciones relativas.

Después de la explicación de las tres grandes luces, el Maestro levanta al candidato


simplemente tomándolo por la mano derecha. No hace ningún intento de dar la g.p del grado.
Pone la mano del candidato en la del Diácono y se sient . En este punto, aunque el primer y
segundo grado continúan funcionando en paralelo, el tercero diverge y por lo tanto será
tratado por separado más abajo.

En el primer y segundo grado, el Candidato es conducido al lado del norte del pedestal en
preparación para la transmisión de los secretos del grado. En primer grado, sin embargo, hay
una característica adicional - la explicación de las tres pequeñas luces y de los “tres grandes
peligros”. Al explicar lo anterior, el Maestro será aconsejado sabiamente para evitar de
señalar; pues mientras que no puede haber daño real en señalar las tres luces, es muy fácil
para él señalar también cuando explica su significado, generalmente con resultados
desafortunados.

El Maestro, al explicar los “tres grandes peligros ", en el momento a ropiado, presenta el
p….l tan cerca como puede del pecho del candidato sin realmente tocarlo. Entonces lo
substituye en el pedestal, enfundándolo en caso de necesidad, y espera para recibir la s..a del
Segundo Diácono antes de proceder con las palabras subsecuentes, durante las cuales es
inmaterial si deshace el n..o o no. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento la s..a
(imaginaria) se da al miembro del comité preceptor que actúa como Past Maestro Inmediato.

Cuando el Maestro instruye al candidato tomar posición, debe asegurarse de que lo haga
correctamente, y no debe continuar con las palabras “Ese el primer/ segundo paso regular”
hasta que el candidato esté en la posición correcta. En este punto el Candidato está a cargo
del Maestro, cuya responsabilidad es ver que haga lo que se requiere de él, sin ayuda del
Diácono a menos que sea absolutamente necesario. El Maestro no se levanta hasta que está a
punto de comenzar la explicación del signo; es decir. En primer grado, después de “Consisten
en un signo, una G. y una P. “ y en segundo grado después de “ En este grado el sigo es de
una naturaleza triple ", no debe olvidarse de tomar posición tan pronto como esté de pie.

La comunicación de los signos propiamente dicha raramente causa dificultad. Hay, sin
embargo, dos puntos que se deben recordar cuando se explica la alusión del signo. Primero,
inmediatamente antes que demuestra el signo es casi universal la práctica de que el
Maestro susurre “me imita” al candidato; Estas palabras no deben ser dichas por ningún
motivo en voz alta, y si es posible solamente se deben articular. En segundo lugar, es de
gran importancia que el Maestro utilice el tiempo correcto - “preferiría s e r … “- para
acentuar la naturaleza histórica y simbólica de la pena. En segundo grado no debe olvidar
de explicar la penalidad completa. Estos puntos se aplican con la misma fuerza en la
ceremonia de exaltación, aunque en una parte diferente de la ceremonia.

En explicar la Gr., el Maestro ajusta el pulgar del candidato antes de colocar el suyo
propio, como en la transmisión antes de aumentar y de exaltar. En el intercambio que
sigue, debe recordar que es el candidato, y no el Diác no, a quien está examinando, y debe
por lo tanto mantener su vista sobre el primero durante de la examinación. A la conclusión
de la explicación de la derivación de la palabra, él devuelve la mano del candidato al
Diácono y se sienta.
Hay muy poca dificultad en el procedimiento de investidura del candidato, aunque el
Maestro no debe olvidar de golpear su propia divisa (en primer grado) cuando lo hacen todos
los otros hermanos, y permitir que el Diácono tome posición a la derecha del candidato
antes de agregar su propia subsecuente admonición. Los cargos transmitidos al candidato
después de que lo hayan colocado en el nordeste o la parte suroriental de la Logia requieren
pocos comentarios. En el caso de la anterior, sin embargo, el Maestro debe tomar nota de la
ocurrencia rara de la palabra “sobre” y del hecho de que hay una coma entre “hermana” y
“misericordia”. Debe también permitir que el Segundo Diácono vuelva al lado del candidato
después de la “prueba de la caridad” antes de que él continúe “… os felicito por los honorables
sentimientos… “

La H. de T. habrán sido colocadas por el Past Maestro Inmediato en preparación para su


explicación, y no habrá ocasión para que el Maestro las toque. En la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento, se presentan en el pedestal, entre el V.L.S. y el Maestro, pero en las
Logias regulares se ha encontrado más práctico para que sean presentadas en el lado
izquierdo del pedestal, probablemente sobre la tapa de la caja que las contiene. Durante la
explicación, es suficiente que el Maestro señale a cada una de las H. de T. alternadamente, y
de ninguna manera que las manipule.

En segundo grado, el candidato se retira inmediatamente d spués de la explicación de las


H. de T. ; En primer grado, se le debe mostrar primero la Carta Patente y debe recibir una
copia del libro de las constituciones y de los reglamentos. En el modo de la emulación el
Maestro no se pone de pie para mostrar la Carta Patente al candidato, o en ningún otro
momento en que él la manipula. Éste es quizás un punto conveniente en el cual menci nar
que, aunque la regla 101 del libro de las constituciones establece que el Maestro presentará
la Carta Patente en cada reunión de la Logia, no es necesario que él la exhiba al principio de
cada reunión. “Presentar”, en el contexto de la regla 101 no significa nada más de sacarla de
un lugar de depósito seguro y tenerla disponible para inspección. Siempre y cuando la Carta
Patente esté físicamente presente dentro de la Logia el Maestro ha cumplido con su deber
bajo la regla (véase también la “información para la orientación de los miembros del oficio”).

En primer grado, el cargo dado al retorno del nuevo aprendiz es totalmente directa, y no
requiere comentario alguno. En segundo grado, el Maestro espera hasta que el Primer
Diácono ha conducido al candidato hasta la Plancha de Trazar y el Segundo Diácono se ha
reunido con ellos antes de ponerse de pie y dirigirse al este de la Plancha de Trazar para
efectuar la explicación. Recibe la Vara del Segundo Diácono, sin moverse de su propia
posición. Es costumbre que el Maestro utilice la Vara para indicar las diversas características
de la Plancha de Trazar en el curso de la explicación, aunque no es esencial que todos, o de
hecho cualesquiera, de los ítems sean señalados. Ha sido con frecuencia motivo de discusión
cual es el P. izquierdo, y cual el derecho. No hay opinión oficial de emulación sobre esta
pregunta, que ha ocupado a muchos distinguidos eruditos bíblicos y masónicos, pero por
conveniencia se ha adoptado la convención que en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento el Maestro debe indicar el P. que está a su propio lado izquierdo o derecho
estando de frente al oeste.

Hacia el final de la explicación hay referencia a cier os caracteres hebraicos representados


por la letra G. Donde, como es el caso de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, la
Plancha de Trazar ilustre ambos, debe ser la letra G la que el Maestro señale en el momento
apropiado (sin embargo no es positivamente errado señalar también a los caracteres
hebraicos). Entonces espera a que el Past Maestro y los Vigilantes malleteen. No debe dar
inmediatamente el signo del P., sino debe esperar hasta que haya dicho las palabras
“representando G.”; Entonces mantiene el signo (con la Vara reclinándose en el hueco de su
hombro derecho) hasta la conclusión de la explicación, uando descarga el signo y devuelve
la Vara al Segundo Diácono.

Volviendo ahora al tercer grado, lo dejamos en la parte de la ceremonia donde el candidato


acaba de ser levantado después de la obligación. Los Diáconos lo llevan hacia atrás hasta el
pie de la t….a, y el Maestro efectúa la exhortación. A la conclusión de la exhortación, convoca
a los Vigilantes, y espera hasta que ambos Diáconos hayan tomado asiento y el candidato
haya cruzado los pies antes de proceder con la ceremonia. En el curso del relato, H.A.
responde en cierto punto que preferiría sufrir la muerte antes que traicionar etc…. Es
demasiado frecuente el caso de que el Maestro acentúa la palabra “muerte” en este punto;
Sin embargo, hacerlo así es absolutamente incorrecto, porque aunque la muerte e la
consecuencia más seria imaginable, la muerte es la única consecuencia mencionada y por lo
tanto es la única consecuencia en juego; el énfasis se debe poner o en “preferiría” o “sufrir”,
siendo cualquiera de los dos absolutamente legítimo. A la conclusión de este pasaje,
cuando el Maestro mismo maneja el H.M., no se pone de pie para hacerlo.

En muchas Logias, tan pronto como el candidato ha sido acostado, se lee un pasaje del
capítulo doce del libro de Eclesiastés. Esto n o e s e l modo de emulación, pero puede ser
observado que si se sigue esta costumbre, el pasaje debe terminar en el versículo 7 - “y el
espíritu vuelva a Dios que lo dio " - y no debe incluir el versículo siguiente, la adición del
cual introduce un elemento innecesario de contra-clímax.

Después de que los Vigilantes hayan hecho sus intentos, el Maestro levanta al candidato
con su ayuda. Habiendo abandonado su pedestal (por el lado del sur), procede al pie de la
t… a, donde libera el pie derecho del candidato, poniéndolo a cerca de seis pulgadas del
izquierdo, y pone su propio pie derecho contra él. Mover hacia atrás el pie izquierdo del
candidato de manera que su pierna izquierda esté doblada a la altura de la rodilla, aunque
comúnmente visto, n o e s el modo de emulación, no obstante lo mucho que puede
teóricamente (sin embargo no prácticamente) facilitar el acto de levantar. Entonces da un
paso adelante con su pie izquierdo, y toma al candidato por la mano derecha,
asegurándose de que tanto él y el candidato tengan el pulgar y los dedos colocad
correctamente para el primer de los f.ps.o.f. El Maestro da una palabra susurrada o una
señal para indicar a los Vigilantes que está listo, y se sostiene con su propio pie izquierdo,
echándose hacia atrás al mismo tiempo, de manera que con la ayuda de los Vigilantes el
Candidato sea levantado a una posición vertical, tan cerca como sea posible a la posición
del f.ps.o.f. Después de su breve alocución al candidato, el Maestro se suelta y ordena a los
Vigilantes retomar sus asientos, antes de tomar al candidato por ambas ma os y de
colocarlo un poco al este del a…d, y al nivel de su borde del norte, de frente al sur. Él, por
su parte, toma una posición correspondiente al nivel del borde del sur.

Durante el Cargo, el Maestro puede desear señalar ciertos ítems visibles; mientras que
esto no está mal en el modo de emulación, es importante que se hagan las referencias
correctas. Así, si él señala en “ésa luz que viene de arriba" debe ser hacia el V.L.S. y no hacia
arriba que se señale. En las palabras que siguen, los Maestros frecuentemente equivocan
puntuar según el sentido apropiado: no es “ la t… a a la cual usted figuradamente acaba de
descender y la cual… “; es “la t… a, (a la cual usted figuradamente acaba de descender) y la
cual……, os recibirá nuevamente…”. En otras palabras, es la t…a figurativa, representada
en el a…d, y no el a…d en sí mismo, el que un día recibirá ................................

Después del Cargo, el Maestro toma al candidato nuevamente por ambas manos y lo hace
girar (interponiéndose entre el candidato y el pedestal) de modo que sus posiciones estén
aproximadamente invertidas. De hecho tanto él como el candidato deberían estar un poco
al sur de la posición anterior. El objeto del ejercici es asegurarse tanto como sea posible
que cuando el candidato haya dado los tres pasos, y el Maestro haya dado uno, estén
paradas directamente delante del pedestal para la comunicación de los secretos. El Maestro
debe observar en conexión con esto que él no da su propio paso hasta que el candidato se
haya puesto al Orden como Compañero. El primero de los signos dos movimientos
absolutamente distintos, primero con la mano izquierda a un punto directamente al frente
(el d. y t a.s. se supone que deben estar delante, y no detrás o al lado, de la persona que da
el signo), y luego con la mano derecha y la cabeza (el cuerpo no se mueve). Si el Maestro y el
Candidato han dado ambos el signo correctamente sus manos izquierdas casi se deben
tocar. El segundo signo se puede dar con la palma o con los dedos, aunque el primero sea
probablemente lo más natural. El tercer signo es dado en este instante llevando la mano
inmediatamente al costado izquierdo (véase también el capítulo 3).
Es preferible que al comunicar los f.ps.o.f. el Maestro debe terminar de nombrar cada uno
antes de demostrarlo. Cuando se sueltan antes de que el Maestro explique los f.ps.o.f.
brevemente, tanto él como el Candidato retomen posición. Tan pronto como el Candidato
haya repetido ambas versiones de la palabra, se sueltan nuevamente, y después de las pocas
palabras siguientes el Maestro retorna inmediatamente a su pedestal (por el lado del norte).
No espera a que el Primer Diácono tome a su cargo al Candidato.

La investidura del candidato no presenta ningún problema, y la Historia Tradicional no


requiere de ningún comentario especial, excepto cuando se demuestr n los primeros dos
signos. En ese punto el Maestro no toma posición al estar de pie, simplemente demuestra los
signos. Sostiene el primero de éstos hasta después de la palabra “vista”. Después e dar el
segundo, se sienta otra vez; si aún no lo ha hecho tan para entonces, la palabra “descender”
debería recordárselo.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Past Maestro Inmediato da al Maestro una


Plancha de Trazar en miniatura en el momento apropiado, junto con el lápiz el juego de H.
de T. para permitirle señalar las diversas características al candidato. Las recibe de vuelta al
finalizar la explicación.

Cuando demuestra los cinco signos al Candidato inmediatamente después de la explicación


de la Plancha de Trazar, el Maestro tom a posición, y debe esperar que el Candidato también lo
haga antes de comenzar con la demostración. El cuarto signo se da con la mano derecha
mostrando durante todo el tiempo el f.o.a.s.. En la primera de las versiones alternativas del
cuarto signo, las manos se separan al decirse las primeras palabras. En el segundo, las
manos se doblan por las muñecas de modo que las palmas se encuentran tan paralelas como
sea posible al techo al inicio del signo. La ceremonia concluye con la presentación de las H.T.

M a t e ria s p ro c e s a le s y m is c e lá n e a s

Si la Logia se está reuniendo por dispensación, ya sea porque la tenida es de emergencia, o


porque se ha cambiado la fecha o el lugar, el primer tema después de que la Logia se ha
abierto, y antes de que se toque cualquier otro tema, debe ser la lectura de la dispensación.

Excepto cuando ha ocurrido la muerte de uno de los miembros desde la última tenida,
en cuyo caso se acostumbra dar un tributo al final del cual los hermanos se ponen al orden,
el primer tema a tratar en cualquier tenida regular será normalmente la lectura del Acta.
En una reunión de la emergencia, sin embargo, no deben ser leídas las actas de la última
tenida regular; en cambio habrá dos juegos de actas para su aprobación en la siguiente
tenida regular. (En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, las actas se toman en un
punto diferente de la tenida, inmediatamente después que la Logia ha sido vuelta a
convocar para la segunda mitad de la jornada). En la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento el Maestro generalmente consulta “Hermano Secretario, están las listas?
”, aunque en una Logia regular otras fórmulas tales como “Hermano Secretario, ¿podemos
tener las actas de nuestra última tenida? “ se utilizan normalmente. A la conclusión de las
actas, el Maestro anuncia “Hermanos, las actas de nuestra última tenida están ante
vosotros. Aquellos que las juzgan como un registro correcto y digno de confirmación harán
el signo de asentimiento generalmente utilizado entre masones. (Pausa) ¿En contra? (Pausa)
Hermano Secretario, las actas son aprobadas. Las variaciones en la fraseología exacta son
otra vez perfectamente permitidas. Debe tomarse nota que aunque la fórmula completa se
utiliza para las actas, en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento cualquier voto
adicional es introducido por “Hermanos, el tema está ante vosotros. ¿Aquellos a favor?
(Pausa) ¿En contra? “

Hay una otra materia que puede ser tratada convenientemente en este punto. El
Maestro tiene un mallete para permitirle guardar el orden. En estos días, cualquiera haya
sido el caso en épocas anteriores, es inusual que procedimientos de la Logia degeneren en
tal desorden que el Maestro necesite el mallete para obtener la atención de los hermanos.
Muchos Maestros, sin embargo, son propensos a usar el mallete en casi toda ocasión que
pueda considerarse digna de hacerlo, e igualmente en alguna que no pueda considerarse
así. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el Maestro no utiliza normalmente su
mallete excepto donde el ritual lo requiere en forma expresa. Mientras que es individual los
Maestros y las Logias individuales tienen libertad de actuar en este aspecto, como en
muchas otras materias, como ellos vean conveniente, es ciertamente mi opinión personal
que el uso repetido del mallete es tan indeseable como innecesario.

Cuando hay balotaje para ser tomado, el Maestro anuncia a “Hermanos Diáconos, hay
balotaje.” La caja de balotas es traída por el Primer Diácono al lado del sur del pedestal,
donde se comprueban los cajones (por lo menos el cajón de “no”). En la Logia de Emulación
y Perfeccionamiento esto es hecho por el miembro del comité que actúa como Past Maestro
Inmediato, pero en una Logia regular será hecho normalmente por el propio Maestro. El
Maestro entonces anuncia "Hermanos, estamos a punto de votar para el hermano (o el
señor)……..” Si hay dos o más candidatos a ser baloteados, el aviso será “Hermanos, estamos
a punto de votar por los hermanos cuyos nombres han sido leídos por el Secretario. Los
tomaremos juntos, y por separado luego, en caso de necesidad.” El Maestro es el último en
recibir una balota del Segundo Diácono, la cual coloca en la caja cuando el Primer Diácono
se la presenta en el lado del norte del pedestal. La caja en onces se presenta nuevamente
para su examinación en el lado del sur, donde se comprueba cómo se hizo anteriormente, y
se anuncia el resultado. La fórmula exacta utilizada en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento se da en el capítulo 19. En una Logia regular es absolutamente suficiente
anunciar “Hermanos, la balota está a favor de los candidatos.” Lo Maestros frecuentemente
indican que el balotaje es unánime si no hay balota en el cajón de “no”, pero ése no es
necesariamente el caso; puede ser que uno o más miembros de la Logia no haya votado. En
cualquier caso es mejor hacer el aviso en términos neu rales en cada ocasión, para evitar la
vergüenza si se demuestra que hay colocadas una o más balotas negras, en cuyo caso la
palabra “unánime” es claramente inadecuada.

Cuando el balotaje es para un miembro que se afilia, él se habrá retirado normalmente


mientras que se lleva a cabo, aunque no es esencial que lo haga. Una vez le haya sido
anunciado el resultado de la balota, asumiendo que el mismo sea a su favor, se le debe
entregar una copia de los Reglamentos Internos de la Logia (véase la regla 138 del libro de las
constituciones). No es necesario , sin embargo, que se le entregue con una copia del libro de
constituciones, a menos que él se esté afiliando desde otra Constitución.

Cuando en una Logia Regular se toma un balotaje en papel para Maestro y Tesorero, se
debe adoptar el mismo procedimiento con algunas modificaciones, con el Segundo Diácono
distribuyendo los papeles del balotaje y el Primer Diácono recogiéndolos. Si parece que el
balotaje está disputado, el Maestro hará bien en invitar al Past Maestro Inmediato o a algún
otro hermano de prestigio en la Logia a actuar en calidad de escrutiñador mientras que él
cuenta los papeles. Desde 2004, sin embargo, la Regla 105 (a) que regula la elección del
Maestro dispone: “Si hay solamente una nominación y si ningún otro miembro debidamente
calificado indica al Maestro o al Secretario su deseo de ser considerado y si ningún miembro de
los presentes solicita balotaje, entonces está permitido que el Maestro declare la elección a
favor del miembro nominado; determinando que la elección no será así declarada a menos que
la intención de hacerlo y la identidad del único hermano nominado hayan sido establecidas en
la Citación que convoca a la Tenida en la cual se lleva a cabo la elección. La Regla 112
también se ha enmendado para determinar que el Tesorero deberá ser elegido de la msma
forma como el Maestro. Es por lo tanto factible que los balotajes de papel serán probablemente
cada vez menos frecuentes en el futuro. Debe ser observado, sin embargo, que hay varias
condiciones que se deben satisfacer para que el proced ento sea utilizado. Por lo tanto se
sugiere que el Maestro proceda como sigue. Después de anunciar que el siguiente tema es
votar para Maestro él debe dirigirse al Secretario con palabras tales como: “Hermano Secretario,
de la Citación se deduce que el Hermano .............................................. es
el único hermano nominado para servir como Maestro para el año que viene. ¿Os ha indicado
posteriormente algún otro Hermano que él desea ser considerado? A la recepción de una
respuesta negativa por parte del Secretario, él debe preguntar: “Hermanos, ni el Hermano
Secretario ni mi persona han recibido aviso de que cualquier otro hermano desea ser
considerado. ¿Algún miembro de la Logia desea pedir, sin embargo, un balotaje? (Pausa)
Entonces declaro al Hermano ................. elegido como Maestro para el
año que viene."
Puede ser provechoso precisar la pronunciación correcta de ciertas palabras que a
menudo pueden causar dificultad. El apéndice 1 contiene una pequeña cantidad de tales
palabras.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, todo el trabajo asignado en el ritual


impreso al Maestro (“trabajo de escritorio”) es realizado por él. Sin embargo, es la práctica
establecida en muchas Logias regulares que el Maestro “delegue” un número de porciones
del trabajo de escritorio. Tres razones se dan a menudo para tal práctica:

A. Reduce la carga del Maestro;


B. Da una oportunidad de trabajo a los Hermanos que no conseguirían de otra manera
tal oportunidad; y
C. Proporciona variedad para los hermanos restantes, a los que se les ahorra el tener
que escuchar una sola voz que hace todo el trabajo de escritorio a través de la
Tenida.

La importancia relativa de estas razones puede sin ninguna duda variar según la
personalidad del Maestro. Hay un estímulo fuerte de los miembros más antiguos de la
Orden para delegar porciones convenientes del trabajo ritual por las razones (a) y (b). Las
circunstancias varían grandemente de Logia a Logia, y mientras que en algunas Logias la
política adoptada por el Venerable Maestro se puede inclinar hacia la asignación del trabajo
a los Past Maestros que pueden encontrarse de otra manera “archivados”, en otras el
énfasis puede darse para delegar el trabajo a hermanos menores que todavía no han
alcanzado el Trono, o incluso que no estén en “la escala” de oficinas progresivas.

Si el Trono es ocupado temporalmente por un Maestro Instalado al cual ha sido delegada


parte o toda la ceremonia, el Maestro toma el asiento inmediatamente a la izquierda del
Trono que sería ocupado de otra manera por el Past Maestro Inmediato. Este último junto
con el capellán (si existe) se mueve un lugar a la izquierda. El Maestro, sin embargo,
conserva el collarín y la joya de Maestro, y el hermano que ocupa temporalmente el Trono es
apropiadamente arropado de acuerdo a su propio rango y/o cargo. La única situación en la
cual el collarín y la joya del Maestro son usados por otro hermano es cuando el Maestro está
realmente ausente.

Los Proc e d im ie n t os P os t e riore s

El Maestro preside en la cena tanto como en la Logia, y si bien que los procedimientos
posteriores no están terminantemente dentro del alcance de un trab o tal como el presente,
los Maestros pueden encontrar un poco de orientación como una ayuda.

Si la Logia es una Logia de Hall Stone, la joya de Hall Stone, que forma parte de los
emblemas del Maestro (véase la regla 251, del Libro de las Constituciones, y la “información
para la orientación de los miembros del oficio”) no debe ser usada por el Maestro en la cena (o
en la barra antes de la cena) si hay presentes profanos como ser camareros o personal de la
barra, a menos que se haya dado una dispensación para usarla en los procedimientos
posteriores. (Existe una dispensación permanente dentro de la provincia de
Buckinghamshire - la única provincia de Hall Stone- para el uso de la joya por los Maestros
de las Logias de Buckinghamshire.)

La ingestión de vino debe ser mantenido dentro de los límites debidos, pero es, por
supuesto, una cuestión en la cual el Maestro se debe guiar en cuanto a la práctica en la
Logia en particular por el Past Maestro Inmediato o el Maestro de Ceremonias. Como una
cuestión de principio, sin embargo, es mejor que el Maestro no tome vino con cualquier
persona que vaya a ser objeto de un brindis después de la cena, y también que no invite a
todos los hermanos a tomar vino con un individuo o clase con quienes él haya tomado vino
personalmente.

Es una cuestión de cortesía asegurarse de que la ingestión de vino esté restringida a los
intervalos entre las comidas.
Sea el Past Maestro Inmediato o el Maestro de Ceremonias quien tome a su cargo la
ingestión del vino, el procedimiento correcto es que el Maestro malletee en el momento
apropiado, pues s ola m e n te el Maestro debe utilizar el mallete del Maestro. Es absolutamente
incorrecto que el Past Maestro inmediato tome el mallete en cualquier momento. Es el
Maestro quien está presidiendo la cena, y el mallete es el símbolo de su autoridad allí, tanto
como cuando está en la Logia.

Después de cena, el Maestro debe tener el cuidado de no olvidarse de dar la Gracia


antes de proceder con los brindis.

El primer brindis es a “la reina y el oficio”, y si se va a hacer fuego después de los otros
brindis, también se debe hacer después de este. Más aún, si el himno nacional se canta en
este punto, debe seguir la propuesta de este brindis, pero precediendo al beber (véase el
informe del Consejo de Propósitos Generales adoptado por la Gran Logia en diciembre de
1985). Es importante que el Maestro dé ejemplo al resto de los hermanos estando de pie
firmemente en atención mientras se canta el himno nacional - una norma no totalmente
cumplida con frecuencia actualmente incluso por Hermanos lo suficientemente viejos como
para saber mejor. En relación con el segundo y tercer brindis se debe observar que
solamente el Gran Maestro tiene un segundo “El” en su título (“El Muy Respetable El Gran
Maestro" pero “El Muy Respetable Past Gran Maestro "). La práctica actual en este caso y
en los subsecuentes brindis es dar el cargo Masónico (o el grado) y el nombre del individuo
que es objeto del brindis, pero omitir órdenes y condecoraciones (las así llamadas
“honoríficas”), aun cuando se encuentren impresas en la lista formal de los brindis.

Después de que los dos primeros brindis es costumbre dar a los hermanos permiso de
fumar, aunque cuando se ha alcanzado esta etapa en los procedimientos posteriores los
hermanos no requieren terminantemente el permiso. Se debe respetar también los
requisitos de la legislación de salud y de seguridad.

El tercer brindis es largo, y los Maestros inexpertos a veces tienden a intentar dividirlo en
lo qué parecieran ser sus partes componentes. El brindis es, sin embargo, a todos/los Pro
(no Provinciales) Gran Maestros, el Diputado Gran Maestro, el Gran Maestro Adjunto y el
resto de los Grandes Oficiales en titulo y pasados (n o pasados y en títulos). Algo demasiado
frecuente, es que a los hermanos que están de pie para efectuar este brindis se les puede
oír murmurando “Gran Logia”, pero eso es absolutamente incorrecto. Todos los Vigilantes y
Maestros en título, junto con Past Maestros suscriptores de Logia, son miembros de la
Gra n Log ia , pero no deben caer bajo el alcance de este brindis, que es or los Gra d es
Oficia les .

La mayor parte de los brindis restantes no requieren ningún comentario especial, pero el
Maestro debe tomar nota que el brindis a los Hermanos Ausentes, aunque no tiene ningún
lugar fijo en la lista de brindis, se bebe con frecuencia a las nueve en punto, y no debe
preceder al brindis de la lealtad o al del Gran Maestro (véase la “información para la
orientación de los miembros del Oficio”). Finalmente, el Maestro da los golpes dobles, sin
precederlos por uno simple, para convocar al Guarda Templo Externo (o a quienquiera) para
proponer el brindis del Guarda Templo.
Capítulo 16: El Maestro Instalador

Existen varias buenas razones de ocuparse de los deberes del Maestro Instalador en un
capítulo separado. Primero, la ceremonia de Instalación es posterior en fecha a las otras
ceremonias, alcanzando su forma moderna más de diez años después de que las tres
ceremonias de grado habían sido acordadas. En segundo lugar, la ceremonia difiere
marcadamente en su estructura básica de las de los tres grados, de odo que el
acercamiento de “compare y ponga en contraste” que he adoptado en los capítulos
precedentes sería de poca ayuda. En tercer lugar, en la mayoría de las Logias regulares el
Maestro de Ceremonias cumple una parte significativa del trabajo que en la Logia de
Emulación y Perfeccionamiento es realizado por el Maestro Instalador; esta separación
potencial de deberes, que no ocurre en ninguna de los otras ceremonias, se ocupa más
fácilmente dentro de un capítulo dedicado exclusivamente a la ceremonia de Instalación.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, la Ceremonia de Instalación se trabaja


siempre por completo, aun cuando, como cuestión de nec sidad, el hermano que actúa como
Maestro Electo será invariablemente un Maestro Instalado. En una Logia regular, sin
embargo, si el Maestro Electo es ya un Maestro Instalado, es habitual que se efectúen ciertos
ajustes con la fin de acortar la ceremonia. Éstos no son, estrictamente, funcionamiento de
emulación y las palabras sugeridas en el Ritual impreso para resolver esta situación no se
deben por lo tanto considerar como fijas e inmutables. Los ajustes acostumbrados se
especifican abajo en los lugares relevantes.

Antes de que la ceremonia comience, el Maestro pide que los aprendices inscritos se
retiren, y entonces, si las sillas de los Vigilantes no están ocupadas ya por Maestros
Instalados, él invita a hermanos cualificados que asuman esas posiciones. Si, como es
generalmente el caso, el Primer Vigilante es el Maestro Electo, por lo menos, tendrá que ser
substituido. En una Logia regular, también normalmente en este punto substituirán al
Guarda Templo Interno, si es un Maestro Masón, aunque en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento esto último se difiere a veces hasta que los Maestros Masones se retiran
para el Trabajo Interno. Es esta colocación de Maestros Instalados en los tronos de Vigilante
que crea el Consejos de Maestros Instalados, que se constituye formalmente en una parte
posterior de la ceremonia.

La Logia después se abre o se reasume en segundo grado, y el Maestro Electo es


presentado al Maestro Instalador (y de tal modo a los otros dos miembros del Consejo de
Maestros Instalados). En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, esta presentación es
hecha por el miembro del Comité que está actuando como Preceptor; en una Logia regular
puede ser hecha por un Past Maestro, pero es hecho más comúnmente por el Maestro de
Ceremonias. En el caso anterior, el Maestro contesta a la presentación con las palabras
“Hermano Past Maestro vuestra la presentación será atendida … “; en el último caso, su
contestación es “Hermano Maestro de Ceremonias, vuestra presentación … “

Esto es quizás un punto apropiado para mencionar que en una Logia regular muy
negligente, una adhesión a la fraseología publicada del Ritual de Emulación en la Ceremonia
de Instalación es más probable que conduzca al Hermano en el Trono a hablar absurdeces
que en cualquier otra ceremonia. Cuando escribo “absurdeces” no me estoy refiriendo a
materias de controversia donde hay lugar para los contrastes de pareceres - cada modo de
trabajo, incluyendo Emulación, tiene adherentes que están demasiado dispuestos a
caracterizar como prácticas rituales absurdas aquellas con las cuales no concuerden: Me
refiero a absurdeces claras e indudables. Sucede con frecuencia que el Maestro saliente no
instala a su sucesor. La razón es a veces que el Maestro saliente no puede estar presente; a
veces es la costumbre establecida de la Logia de que un miembro mayor del Oficio realice la
ceremonia en su lugar. En cualquier caso es absurdo que el Maestro de Instalación indique
sin ruborizarse “… que él pueda recibir de su precursor el beneficio de la instalación, el mejor
para cualificarlo… “. Es mejor en gran medida seguir la práctica de la Gran Logia de ampliar
la fórmula “… que él pueda recibir de su precursor, o d e a l g ú n o t r o h e r m a n o
d e b i d a m e n t e c u a l if ic a d o , el beneficio de la instalación, el mejor para cualificarlo… “.
Hay otras instancias a las cuales dirigiré la atención en otra parte en este capítulo.

Un error muy común al recitar las diversas cualificaciones para el Trono del Maestro es
omitir de la tercera cláusula la palabra “y” antes de “constante firme en principio”, pasando
por alto el hecho de que las palabras “capaz y deseoso, etc.” están en oposición a lo que acaba
de ir antes y a no más cualificaciones futuras y adicionales.

Cuando el Maestro Electo es un Maestro Masón, el Secretario leerá los Antiguos Cargos a la
conclusión de la lectura de las cualificaciones por parte del Maestro Instalador y el Maestro
Electo luego demostrará su sumisión a ellos. Si, sin embargo, el Maestro Electo es un Maestro
Instalado, en vez de dirigir su atención al Secretario para los Antiguos Cargos, el Maestro
Instalador utiliza una fórmula como “En Vuestra Instalación en una ocasión anterior vos
significasteis vuestro asentimiento a esos Antiguos Cargos y Regulaciones. ¿Confirmáis ahora
vuestro asentimiento? (O utilice las palabras al final del Trabajo Interno provisto para su uso
con el Ritual de Emulación.) Sea o no el Maestro Electo ya un Maestro Instalado, el Maestro le
instruye avanzar al pedestal y tomar una obligación solemne en o que concierne a sus
deberes como Maestro de esa Logia. Es mejor si esta instrucción se da sin pausa alguna,
aunque como lo he indicado en el capítulo 14, el Maestro Electo puede avanzar después de la
palabra “pedestal” o al final de la oración. El Maestro Instalador debe asegurarse de que el
Maestro Electo se ha quitado sus guantes antes de que ponga su mano en el V.L.S. Si el
Maestro Electo es un Maestro Masón, le dicta la Obligación a él de la manera usual (aunque él
puede utilizar generalmente frases más largas de las que utilizaría en caso de un candidato a
uno de los tres grados); pero si el Maestro Electo es un Maestro Instalado, él le deja
generalmente recitar su obligación sin ayuda, usando la fórmula “Repetid vuestro nombre
completo y recitad la Obligación."

Un error común en la parte inicial de la Obligación es errar en la fraseología, algo que es


mucho más fácilmente evidente cuando un Maestro Electo previamente Instalado la está
recitando lo que cuando es dictada por el Maestro Instalador. Demasiado frecuentemente,
se expresa: “estoy de acuerdo con aceptar el Cargo de Maestro de esta Logia y los deberes
que le corresponden /fiel, celosa e imparcialmente para administrar/de la mejor manera
etc. “. La división correcta de las frases es: “estoy de acuerdo con aceptar el Cargo de
Maestro de esta Logia/ y los deberes que le corresponden fiel, celosa e imparcialmente para
administrar/de la mejor manera etc.“.

Después de que se haya sellado la obligación, el Maestro Instalador pone de pie al


Maestro Electo, y si, como en el caso de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, la Logia
ya se ha abierto en tercer grado y debe ya entonces solamente ser reasumida, él puede pedir
inmediatamente a los compañeros que se retiren y después subir la Logia, dejando al
Maestro Electo ante el pedestal. Si, sin embargo, la Logia tiene entonces que ser abierta por
completo en tercer grado, él debe esperar un momento mientras que l Maestro de
Ceremonias, conduce al Maestro Electo a un asiento, preferiblemente en el lado del sur de
la Logia no separado más de algunos lugares lejos del Maestro de Ceremonias.

Después de que la Logia se haya abierto o se haya reasumido en tercer grado, el Maestro
pide que los Maestros Masones se retiren. No se proporciona ninguna fórmula fija en el
Ritual de Emulación, pero es la práctica en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento
utilizar algunas palabras tales como “Debo ahora pedir a todos aquellos por debajo del
rango de Maestro Instalado que se retiren de la Logia por un breve periodo" (n o “del rango
de un Maestro Instalado").

Cuando los Maestros Masones han salido de la Logia, el Guarda Templo Interno cierra y
traba la puerta. Mientras tanto en la Logia de de Emulación y Perfeccionamiento dos
miembros del Comité Preceptor toman el taburete para arrodillarse del pedestal del Maestro
por cualquier extremo y con él dirigen al Maestro Electo hacia atrás unos cuatro o cinco
pasos; bajan el taburete a tierra, el que está a la derecha del Maestro Electo le da una
instrucción susurrada de arrodillarse y de mostrar el Signo de P. a las palabras “roguemos”,
y ambos se sientan. En una Logia regular, la colocación del taburete el arrodillarse será
hecha normalmente por el Maestro de Ceremonias y por el Maestro de Ceremonias Adjunto.
Si la Logia simplemente se ha reasumido en tercer grado, con el Maestro Electo de pie frente
al pedestal, pueden seguir la práctica de Emulación, pero si la Logia se ha abierto por
completo, colocarán generalmente el taburete para arrodillarse antes de que el Maestro de
Ceremonias recoja al Maestro Electo y lo conduzca hacia él. Si el Maestro Electo no es ya un
Maestro Instalado, probablemente no se dará cuenta que debe arrodillarse para la plegaria
así como dar el signo de F., y es por lo tanto muy importante que el Maestro de Ceremonias
le dé una instrucción susurrada para ese efecto.

Solamente cuando el Maestro Electo ha tomado su posición al frente del taburete para
arrodillarse constituye el Maestro Instalador al Consejo de Maestros Instalados. Además, el
Maestro Instalador debe observar que ésta es una de las muy pocas ocasiones cuando el
Maestro no malletea antes de cambiar el estado de la Logia; Malletea solamente d e s p u é s de
haber declarado al Consejo como constituido.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el Maestro Instalador da la plegaria; en la


mayoría de las Logias en las cuales designan a un capellán ese oficial la realizará. A la
conclusión de la plegaria, el Maestro Instalador espera que el taburete para arrodillarse sea
ubicado en frente del pedestal del Maestro, antes de que proceder con la ceremonia. Como es
el caso de la Obligación del Maestro Electo en segundo grado, debe asegurarse de que el
último se haya quitado sus guantes antes de que poner sus manos sobre el V.L.S. para la
Obligación. Aun cuando los hermanos estén ya de pie, no debe olvidarse de malletear antes
de que dictar la obligación, o que el signo p…l del tercer grado es el que se muestra a través
de la Obligación.

Hay opiniones contrarias en cuanto al procedimiento correcto que se debe seguir en este
punto si el Maestro Electo es ya un Maestro Instalado. Se conviene generalmente de que él
no debe tomar la Obligación otra vez, y es también cierto que él debe estar arrodillado con
su mano derecha fácilmente accesible para poderlo poner de pie en el momento apropiado.
El Ritual de Emulación (que en esta situación particular, como ya ha sido explicado
anteriormente, no puede reflejar la práctica real en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento) sugiere que el Maestro Electo sea instruido a arrodillarse, para poner
ambas manos en el V.L.S., y para reafirmar su obligación sellándola etc…. Much s, sin
embargo, consideran el punto de vista - soy uno de ellos – de que incluso sellar la obligación
es otra vez innecesario e inadecuado, y es mejor si el Maestro Electo incluso no pone sus
manos sobre el V.L.S. en este punto. Es suficiente si se le instruye avanzar al pedestal,
efectuar una genuflexión y poner ambas manos en el pedestal a cualquier lado del V.L.S.
Debo mencionar, sin embargo, que ésta es enteramente una cuestión de preferencia personal,
y que un Maestro Instalador debe estar listo para ser orientado en cuanto a la práctica
establecida en cada Logia individual.

Después del sellado de la obligación (si es apropiado), el Maestro Instalador explica a un


Maestro Masón la pena (pero, por supuesto, no lo hace a un Maestro instalado). Debe ser
observado aquí que el significado de "s… g encima" es "dejar colgando ". En ambos casos, sin
embargo, él explica las tres grandes luces antes de pr ceder a levantar al Maestro Electo.
Esta última acción es una que se realiza con frecuenci incorrectamente. El Maestro
Instalador deja su pedestal por el lado del sur y se parados cerca del lado que da hacia el
Oeste, áspero casi al nivel del frente del pedestal. Él toma la m.d. del Maestro Electo entre el
p. y el d.i. de su propia mano derecha, se inclina a través para colocar su m.i. sobre el b.i. del
otro, bastante cerca del h…o, y luego dice “Poneos de pie, ..................... “ jala hacia atrás
con su m.i. . forzando al Maestro Electo a ponerse de pie y gira al revés noventa grados de
modo que esté de frente al norte. Coloca al Maestro Electo como a un paso delante de la
posición ocupada generalmente por el Maestro de Ceremonias, y toma para sí mismo una
posición al o poco al norte de la línea central de la Logia, dando frente al sur; es decir. de
modo que estén parados respectivamente en cierta similitud con las posiciones ocupadas por
el Candidato y el Maestro para la comunicación de los secretos en tercer grado.

Él entonces procede a comunicar los secretos de un Maestro Instalado. El primero de los


signos se da con la cabeza girada hacia la derecha, y los movimientos con el brazo derecho
pueden ser dados con la mano abierta o con el primer y segundo dedos extendidos lado a
lado y los dedos restantes sostenidos a la palma con e pulgar. En cualquier caso, sin
embargo, la mano derecha toca el hombro derecho en cada movimiento, y después del
movimiento final se deja caer directamente al costado. La g.p es dada por el Maestro
Instalador avanzando, y tomando la m.i. de otro entre su propio P. y D.I. D. en la palabra
“por lo tanto”, colocando su mano izquierda abierta debajo del antebrazo derecho del Maestro
Electo un poco por encima de la muñeca a la palabra “diciendo”, y deslizándola hasta el codo
al completar la oración; entonces substituya la mano del otro a su costado. Retrocede de
nuevo a su posición anterior mientras explica el signi cado de la palabra.

El signo final se da con la m.d., a partir del h…o.i. a un punto


fuera de la pierna derecha, mientras que camina hacia atrás con la p.d. y da una leve venia.
Debo enfatizar que el brazo y p.i. se mueven simultáneamente; es incorrecto dar el signo en
dos movimientos distintos. Finalmente el p.d. se trae de nuevo a una posición lado a lado con
el p.i., manteniendo la m.d. al lado de la pierna; no debe haber “recuperación” con la mano al
h….o, sin importar cuán común pueda ser verlo hacer de esa manera. Este signo, puede verse
ser dado en varis - y maravillosas - maneras que no están de acuerdo con el funcionamiento
de Emulación. Se da correctamente de una manera simple sin ostentación. No debe haber
ningún adornamiento adicional con la mano derecha, ni una venia pronunciada, tratando de
tocar el suelo con la frente, como a veces se puede observar, produciendo una postura algo
inadecuada.

El Maestro Instalador avanza entonces nuevamente hacia el Maestro Electo y le retira la


divisa de Maestro Masón antes de invertirlo con la de un Maestro Instalado. Solamente
cuando lo haya hecho dice las palabras “Ahora os invisto ….“, sosteniendo la esquina de la
divisa con su mano izquierda al igual que el Primer Vigilante en los tres grados. Él la suelta
después de un momento para investirlo con la joya. Toma esta última en su mano izquierda a
las palabras “Siendo la E:. " y la suelta nuevamente ya sea después “virtud” o después
“acciones”; cualquiera está de acuerdo con el funcionamiento de Emulación.

Si, sin embargo, el Maestro Electo es ya un Maestro instalado, entonces inmediatamente


después de ponerlo de pie y de colocarlo en la posición ya mencionada el Maestro Instalador
adoptará un fórmula tal como “Ya os encontráis en posesión de los secretos de un Maestro
Instalado, y lleváis la divisa de ese rango. Os invisto ahora le con la joya de ese Cargo, que es
la más alta… “ El resto del Trabajo Interno sigue el mismo curso de si el Maestro Electo es
un Maestro Masón.

El Maestro Instalador toma la m.i. del Maestro Electo r.w., mediante la g.p, coloca su m.i..
en el h...o.i. del otro y le susurra a hacer lo mismo y a dar un paso atrás con el pie izquierdo.
Entonces da un paso atrás con su pie derecho y, pasando del norte al sur entre el pedestal y
el Trono, coloca el Maestro Electo delante de este último. Solamente entonces dice, “con el
m….“, presionando al Maestro Electo s u a v e m e n te hacia el Trono a la palabra “lugar”. Si
hay suficiente espacio, él puede dar el signo de E:. desde donde está parado, si no, él puede
dar un paso o dos hacia atrás (no más) antes de darlo (recuerde: el brazo y el p.d. se mueven
simultáneamente). Él no debe moverse sobre al piso de la Logia para dar el Signo - de hecho,
si hay un límite en el este, él no debe moverse fuera de ese límite en este punto.

Después de que haya presentado el mallete al Maestro Electo, él debe esperar que este
último lo coloque en el pedestal antes de ordenarle investir al Past Maestro Inmediato; una
instrucción susurrada o articulada puede ser provechos aquí (algo como cuando el Maestro
instruye al candidato en los signos de los tres grados). Si el Past Maestro Inmediato está
ausente, no sólo debe esta parte pequeña de la ceremon a ser omitida, sino también el Past
Maestro Inmediato no puede ser investido en cualquier futura ocasión (véase la “información
para la dirección de los miembros del oficio").

El Maestro Instalador gira entonces para dar la cara al oeste e invita a los hermanos a
saludar el nuevo Maestro. Es importante que él observe la secuencia correcta de palabras y
de acciones en este punto. Después de las palabras “tiempo para mí”, él da vuelta para dar
frente al Maestro, dice “Hermanos, al Orden”, tomas el paso y después da el signo de P. o de
F. cinco veces.

(En algunos otros modos de trabajo aquí se da el signo de Hy, y ésa es de hecho la
práctica actual de los Gobernantes del Oficio cuando uno de ellos instala al nuevo Maestro
de una Logia.). El Maestro Instalador debe observar particularmente que la fórmula de
Emulación en este punto, y durante la proclamación que sigue a cada una de las pre
ambulaciones, es “Tomando el tiempo d e mí", y no “tomando vu es tro tiempo con m igo".
Finalmente, él gira nuevamente para dar cara al oeste, y estando parado cerca al lado
izquierdo del pedestal cierra el Consejo, inclinándose a través del pedestal al final de la
fórmula para malletear. (Una vez más, algunos hermanos muy mayores prefieren que sea el
nuevo Maestro quien malletee en este punto, puntualizando que es él quien ahora está en el
Trono.) Después de que los Vigilantes hayan repetido sus golpes, él espera que los otros
hermanos tomen asiento, antes de, todavía estando parado en la misma posición, ordenar al
Guarda Templo Interno que admita a los Maestros Masones.

A medida que los Maestros Masones reingresan a la Logia, el Maestro Instalador toma
posición en el extremo del este de la fila formada en el norte, dando frente al sur y a cerca de
dos pasos del borde del este del tapiz. Cuando la fila está completa él da la orden, después da
vuelta a la izquierda, y conduce a la fila, tomando un paso o dos antes de cuadrar la Logia en
la esquina de nordeste. Se detiene con los pies en posición delante del pedestal del Maestro y
saluda hasta el punto de recuperación, de cara al frente en todo momento. No hay necesidad
de parar y e n t on c e s tomar el paso al saludar durante esta o las subsecuentes pre
ambulaciones. Él conduce la fila alrededor de la Logia de nuevo hasta el punto de partida,
cuadrando en cada esquina, y da vuelta otra vez de cara al sur. Él deberá mantener un ritmo
relativamente suave durante la primera parte de la pre ambulación porque cada hermano
detrás suyo se detiene ante el pedestal del Maestro y por lo tanto si él no tiene cuidado la fila
de hermanos se extenderá demasiado; una vez que todos los hermanos hayan pasado ante el
pedestal él puede permitirse aumentar el ritmo un poco. (En algunos modos de trabajo, la
Logia no se cuadra y el saludo se da al pasar. Ésa es la forma adoptada cuando uno de las
Gobernantes realiza la ceremonia.). Dejando a los Maestros Masones en fila, se dirige hacia el
lado del sur del pedestal del Maestro para la primera proclamación, a la conclusión de la cual
él conduce los saludos al Maestro. Es otra vez importante que él observe la secuencia
correcta de palabras y de acciones en este punto. Después de las palabras “tiempo de mí”, él
da vuelta para dar frente al Maestro, dice “Hermanos, al Orden”, toma el paso y después da
el S. de P. tres veces.

Otro caso del absurdo al cual me he referido anteriormente se presenta si una Logia -
típicamente una Logia de Maestros Instalados - no tiene ningún Maestro Masón entre sus
miembros. En los últimos años se ha convertido en práctica casi univers l no incluir a los
Maestros Masones visitadores en los pre ambulaciones, ya sea partir de una creencia
equivocada que los deberes de la hospitalidad hacen de cortés pedir que los visitadores
participen de los saludos (ningunos de tales escrúpulos se extiende sin embargo al Trabajo
Interno) o a partir de una – quizás fundamentada - suspicacia que pueden no ser iguales a la
tarea. Ahora, puede haber razones prácticas muy buenas en Logias sin escasez de miembros
para que a los Maestros Masones visitadores se les pida retomar sus asientos y restringir los
saludos a los miembros de la Logia, pero tal práctica desafortunadamente se ha convertid
en la norma. Sin embargo, si la Logia insiste en componer su “grupo de saludo” de sus
propios miembros, de los cuales todos son Maestros Instalados, el Maestro Instalador debe
por lo menos adaptar las proclamaciones para satisfacer las circunstancias: “He anos,
durante la ausencia temporal de algunos Hermanos, el Hermano …. Ha sido etc.” es sensata.
La fórmula normal “ Hermanos, hermano ................ ha sido el etc. “es sensible; la fórmula
normal “Hermanos, durante vuestra ausencia temporal el Hermano,................... ha sido
etc. “ no lo es. Y si no hay Maestros Masones presentes en absoluto, no es en contra del
espíritu del Modo de Emulación decir: “Hermanos, el Hermano…. Ha sido etc.”.
Si, como es generalmente el caso, la práctica de la Logia que el Maestro de Ceremonias
conduzca pre ambulaciones y los saludos, el Maestro Instalador no se mueve de su posición
en el sur del pedestal después de que él haya ordenado al Guarda Templo Interno admitir a
los Maestros Masones, pero da la instrucción para pasar alrededor de la Logia desde esa
posición, y entonces espera hasta que la fila se rearma en el norte antes de proceder con la
proclamación. El Maestro de Ceremonias mientras tanto conduce la procesión alrededor
exactamente de la misma manera como lo habría hecho el Maestro Instalador, y se queda en
el norte dando cara al sur mientras que se hace la proclamación. En este caso, la
proclamación termina con las palabras “tiempo para el Maestro de Ceremonias”. El Maestro
Instalador se para rápidamente, y el Maestro de de Ceremonias camina directo al sur a una
posición inmediatamente delante de la primera fila de asientos, parquea su Vara, gira parea
dar frente al Maestro, dice “Hermanos, al Orden” y conduce los saludos. (El Maestro
Instalador no da vuelta ni saluda.). El Maestro de Ceremonias toma nuevamente su Vara y
vuelve a su posición anterior en el extremo del este d la fila del norte.

El Maestro Instalador presenta entonces la H. de T., que se deben haber colocado en


preparación para él por el Past Maestro Inmediato saliente. Si ya se ha trabajado en tercer
grado en el curso de la tenida, no es necesario que se dé la explicación completa, y el Maestro
Instalador, habiendo nombrando las H. de T. - esto es esencial - agrega palabras tales como
“sus aplicaciones y significados se han explicado ya e ta tarde, así que no os demoraré con
una repetición.” Esta fórmula no es fija, y variaciones leves en la fraseología son por lo tan o
permitidas. En muchas Logias regulares, si el Maestro Electo es ya un Maestro Instalado, se
adopta un procedimiento similar, usando palabras tales como “sus aplicaciones y significados
son ya conocidos por vos, así que no os demoraré explicándolos extensivamente.”

El Maestro Instalador entonces instruye el Maestro cerrar la Logia en tercer grado, e


inmediatamente se sienta. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento él ocupa la silla al
final del este de la fila delantera en el lado del sur pero en una Logia regular él ocupará
normalmente el asiento del Past Maestro Inmediato. Después de que la Logia se haya cerrada
en tercer grado (o, como es generalmente más normal en una Logia regular, reasumida en el
segundo), él está parado de nuevo inmediatamente a la izquierda del pedestal del Maestro y
ordena al Guarda Templo Interno admitir a los Compañeros. Después se dirige a la cabeza de
la fila y procede como en tercer grado. Alternativamente, si el Maestro de Ceremonias conduce
las pre ambulaciones, el Maestro Instalador se para rápidamente hasta que el último de los
Hermanos lo ha pasado, y después se une al final de la fila. En cualquier caso, cuando él
alcanza el lado del norte del pedestal del Primer Vigi nte, gira a la izquierda, y queda
parado inmediatamente a la izquierda del pedestal, donde espera hasta que la fila se ha
reagrupado en el norte antes de hacer la proclamación. El procedimiento es similar al de
tercer grado, pero como el Maestro Instalador está dando frente ya al nuevo Maestro, no
necesita dar vuelta antes de llamar a los hermanos al orden si él conduce los saludos. Él
toma el paso y da el signo sosteniéndolo, y dice “B., H., B.” en el ritmo correcto del saludo
(como en los golpes del grado), pero no sincroniza la acción con las palabras, que son
simplemente el método de dar el tiempo a los hermanos. Él e n ton ce s da el saludo al mismo
ritmo. El mismo procedimiento es seguido por el Maestro de Ceremonias si es él quien
conduce los saludos, aunque él lo hace desde la parte suroriental de la Logia como en tercer
grado. Es muy evidente que hay una fuerte tendencia, particularmente entre los hermanos
en la fila, de igualar los intervalos entre los elementos individuale el saludo de modo que
el ritmo se convierta en el de los golpes del primer grado; por esa razón es también bueno si
el Maestro Instalador o el Maestro de Ceremonias exageran levemente la desigualdad en el
ritmo.

Después del saludo, el Maestro Instalador se dirige sin cuadrar directamente al lado del
sur 'del pedestal del Maestro y allí presenta las H. de T. como en tercer grado, antes de
instruir al Maestro que cierre la Logia en segundo grado.

Hecho esto, estando parado una vez más inmediatamente a la izqui rda del pedestal del
Maestro, ordena al Guarda Templo Interno admitir a los aprendices. Él procede
exactamente como en segundo grado, salvo que este vez que él gira a la izquierda al oeste
del pedestal del Segundo Vigilante, tomando una posición inmediatamente a la izquierda de
él para la proclamación. Si él conduce los saludos, puede girar para dar frente al Maestro
antes de llamar los hermanos al orden, o puede quedarse dando frente al norte para los
saludos y girar solamente a su cabeza.

Después de que se han presentado las H. de T., el Maestro Instalador instruye a los a
tomar asiento. Una vez que lo hayan hecho, él presenta al nuevo Maestro la Carta Patente
(quién en el modo de Emulación no está de pie al recibirla). Cuando el Maestro se le la
devuelve, él debe pasarla al Past Maestro Inmediato saliente para que la guarde en su caja. El
Libro de las Constituciones y los Reglamentos Internos se presentan entonces. Desde 1979 se
permite una fórmula abreviada para la presentación de estos últimos, y ahora parece de
hecho convertirse en la norma. Para ésos que trabajan n la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento debo agregar que cualquier versión se puede utilizar e una tarde de
viernes, pero no se demostrará ninguna misericordia a n Maestro Instalador que elija utilizar
la fórmula más antigua - y más larga - y no pueda hacerlo correctamente!

Si la Logia tiene una Joya de Hall Stone, se la transfiere al nuevo Maestro nuevo en este
punto. No hay forma oficial de fraseología prescrita, ero el apéndice al Ritual de Emulación
contiene una fórmula para salvar la situación. Debo, sin embargo, hacer hincapié que ningún
material en el apéndice al Ritual es parte del funcionamiento de Emulación – en todo caso, en
el contexto en el cual aparece allí. (La explicación d l Plancha de Trazar del primer grado en el
apéndice se compone en gran parte de partes de la Primera Liturgia “cosidas juntas ", y la así
llamada larga explicación de las H., de T. del segundo grado es realmente la explicación de las
joyas movibles de la quinta sección de la Primera Liturgia.)

Después de instruir al Maestro que designe e invista a sus Oficiales, el Maestro Instalador
(o el Maestro de Ceremonias) se dirige directamente a un punto en la línea media de la Logia a
unos cinco o seis pasos del pedestal del Maestro. ¿Con paso y signo, él pregunta, el
“Venerable Maestro, a quién designáis como vuestro Primer Vigilante?” A la recepción de la
contestación, él descarga el signo y se dirige al pedestal del Primer Vigilante donde recoge el
collarín y la joya, mallete y columna. Entonces se dirige al hermano designado, que se habrá
puesto de pie tan pronto como su nombre fuera anunciado por el Maestro, y lo conduce al
lado del norte o del sur del pedestal, como sea apropiado. Le da el collarín al Maestro y debe
asistirle fijando el collarín del oficial debajo del cuello de su chaqueta. Él da los otros artículos
al Maestro a medida que sea necesario y al final conduce al Primer Vigilante a su lugar. En el
modo de Emulación del Maestro Instalador no da una venia al oficial recientemente investido,
o en cualquier momento en la ceremonia. Él conduce al hermano del Consejo de Maestros
Instalados que actuaba como Primer Vigilante a un asiento vacante y se dirige de nuevo al
punto en la línea media de la Logia, en donde él repite el procedimiento para el Segundo
Vigilante y los otros oficiales. Debe ser observado que los Vigilantes son del Maestro (o sea “…
designáis v u e s tro Primer/Segundo Vigilante ") mientras que los otros oficiales son de la Logia
(así pues, “… designáis Secretario ").

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Tesorero, como miembro muy mayor del


Oficio, raramente asiste a reuniones, de modo que la fórmula usada es: “Venerable Maestro,
el Tesorero está ausente. ¿A quién designáis Secretario?”. En esas ocasiones cuando el
Tesorero está presente, el Maestro Instalador invita al Maestro que lo invista, aunque no se
tienen palabras exactas para que lo haga. En una Logia regular, el Maestro de Ceremonias
invitará normalmente al Venerable Maestro que invista al hermano que se ha elegido Guarda
Templo Externo y lo conduce a y desde el pedestal, aunque la Logia haya ejercitado su
derecho bajo la regla 113 de permitir que el Maestro designe a miembro suscriptor al Cargo
(sin el emolumento), él utilizará la misma fórmula que para los otros oficiales. En la Logia de
Emulación y Perfeccionamiento el procedimiento es diferente. El Maestro Instalador, cuando
ha conducido al Guarda Templo Interno a su lugar y ha acomodado al hermano que tenía a
su cargo la puerta durante la ceremonia en un asiento, toma por sí mismo asiento al final del
oeste de la fila delantera de asientos en el norte. Cu ndo el Maestro convoca al Guarda
Templo Externo con los golpes dobles, el Guarda Templo Interno admite al Guarda Templo
Externo, que se dirige sin escolta hasta el borde del tapiz, llevando la espada por el puño,
punta hacia abajo, en su mano izquierda y con su collarín cubriendo su brazo izquierdo,
saluda y se dirige al pedestal del Maestro para ser investido. Cuando el Guarda Templo
Externo ha reasumido su lugar fuera de la puerta, el Maestro Instalador se pone de pie, se
mueve al lado del norte del pedestal del Primer Vigila te y continúa con la ceremonia.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento el Maestro Instalador da los tres discursos;


el primero desde la izquierda del Primer Vigilante y los otros dos desde la izquierda del
Maestro. No requieren de ningún comentario más allá de la observación de que el discurso
para el Maestro contiene una de los tres instancias de la palabra “sobre” en el modo de
Emulación.

Ya me he ocupado de las modificaciones a la ceremonia cuando el Maestro Electo es un


Past Maestro. Sucede de tiempo en tiempo, sin embargo, que el Maestro continúa en el Cargo
por un segundo año, sea porque lo han reelegido o porque una cierta desgracia que afectaba
al hermano elegido para servir como Maestro ha puesto en efecto la Regla 107 o 108 del Libro
de las Constituciones. Los hermanos están a menudo perdidos en cuanto al procedimiento
que se debe seguir en tal ocasión, y de hecho no hay una manera correcta de ocuparse de la
situación. Es, sin embargo, totalmente errado que un Maestro en Título sea reinstalado: En
su propia instalación habrá sido obligado y proclamado como Maestro hasta el próximo
período regular de elección dentro de la Logia y hasta que se haya elegido e instalado
debidamente a un sucesor en su lugar. Existe nota disponible de la oficina del Gran Secretario,
titulada “NO OFICIAL” la cual da un procedimiento sugerido para enfrentar la situación, pero
hay otras maneras de proceder. Las sugerencias que hag abajo se basan en, pero no son
exactamente iguales, las de dicha nota.

La citación para la Tenida de Instalación, si el Maestro ha sido elegido para continuar por
un segundo año, incluye normalmente un artículo tal como “Para proclamar al Venerable
Maestro” o “para proclamar al R. H..-.. como Maestro", pero simplemente “Para investir a los
Oficiales " no sería incorrecto. Si el Maestro saliente está continuando porque las provisiones
de la regla 107 o 108, entonces la Citación mostrará el artículo normal “para Instalar al
Maestro Electo.” Es innecesario colocar Maestros Instalados en los Tronos de los Vigilantes,
puesto que no hay Consejo de Maestros Instalados en tal ocasión; Semejantemente, es
innecesario substituir al Guarda Templo Interno temporalmente. Algunas Logias pueden, sin
embargo, preferir hacer ambas cosas, ya sea porque se percibe como para dar un mayor
grado de formalidad a los procedimientos o debido a una reluctancia, como se menciona en el
capítulo 11, a dejar el Trono de un Vigilante temporalmente vacante.

Como un mínimo sigue siendo suficiente, con la Logia en primer grado, que el Past Maestro
Inmediato o el Maestro de Ceremonias se dirija directamente a un punto en la línea media de
la Logia a algunos pasos del pedestal del Maestro y con paso y signo pregunte, “Venerable
Maestro, habéis sido reelegido como Maestro de esta Logia (o Venerable Maestro, habiendo el
Maestro Electo sido impedido por…… de ocupar el Cargo del Maestro de esta Logia), a quién
designáis como vuestro Primer Vigilante?” La investidura de los oficiales procede entonces
normalmente. Es claramente innecesario dar el discurso al Maestro, pero si cualquiera de los
Vigilantes ha cambiado desde el año anterior el discurso a los Vigilantes y el discurso a los
Hermanos deben darse; El último discurso se dirige a todos excepto el Maestro y los Vigilantes
y por eso, estrictamente hablando, no debería ser dado si ninguno de los dos Vigilantes ha
cambiado, pero las Logias pueden desear hacerlo para redondear la ceremonia.

Si la razón para que el Maestro continúe en el cargo por un segundo año es la muerte del
Maestro Electo (particularmente para que la regla 107 se aplique la muerte debe haber
ocurrido menos de siete días antes de la reunión de in talación), una Logia puede sentir que
cualquier cosa más elaborada que el mínimo necesario es inadecuada a las circunstancias.
En otros casos, sin embargo, una Logia puede desear adoptar un procedimiento levemente
más elaborado. No hay necesidad de que la Logia sea abierto más allá del primer grado pero,
otra vez, una Logia puede desear abrir hasta el tercer grado para dar mayor formalidad a la
ocasión. Si, sin embargo, la Logia se abre en tercer grado, está comprometida a adoptar en
segundo y primer grado cualquier procedimiento que hubiera adoptado en tercero.

Como no habría de otra manera ningún otro motivo para abrir en tercer grado, ese
procedimiento incluirá inevitable la proclamación del Maestro, probablemente, aunque no
necesariamente, acompañado por el saludo a modo de felicitación y posiblemente también
precedido por los Maestros Masones pasando alrededor de la Logia sal dando. Una forma
posible de proclamación es: “Hermanos, el hermano ............ habiendo servido
debidamente durante un año completo como Maestro de la Logia ............., No. ....... en el
Registro de la Gran Logia, ha sido reelegido para ese Cargo hasta el próximo período regular de
elección dentro de esta Logia, y hasta que un sucesor haya sido debidamente elegido e
instalado en su lugar.” Hay, sin embargo, otras formas de redacción igualmente permitidas - y
muchas otras permutaciones del procedimiento que la acompaña.

No hay razón obvia por la que las H. de T. deban ser presentadas otra vez, pero si lo son es
mejor que no deban ser explicadas por completo. Está ciertamente mal que la Carta Patente
sea presentada otra vez al Maestro, pues nunca la ha dejado de guardar, e lo mismo se aplica
al Libro de las Constituciones, a los Reglamentes Internos y a la joya de Hall Stone (si
hubiera). Finalmente, al Maestro no se le debe presentar la Joya de Pas Maestro, pues no es a
Past Maestro hasta que su sucesor haya sido instalado; el hecho de que fungió por dos años
consecutivos se puede, sin embargo, registrar correcta ente en una barra adherida a la joya.
Capítulo 17: El Past Maestro Inmediato

Muchos hermanos cuando instalan a sus sucesores en el Trono dan un suspiro de alivio y
se sientan relajados, proponiéndose si no de disfrutar, por lo menos de relajarse un poco. Tal
actitud no podría ser más equivocada. Si el Maestro tiene un trabajo difícil en la dirección de
la Logia y en su conducción, o por lo menos la presidencia sobre sus ceremonias, el Past
Maestro Inmediato tienen uno aún más exigente, pues él debe cuidar a su sucesor,
aconsejarlo, guiarlo e incluso, si es posible, anticipar cada uno de sus movimientos
incorrectos en el curso de una Tenida.

El Past Maestro Inmediato, si realiza sus deberes concienzudamente, tiene, de hecho, el


trabajo más difícil en la Logia, pues para realizar los deberes que he enumerado antes el Past
Maestro Inmediato debe, por sobre todas las cosas, ejercer la discreción. Debe saber cuándo
actuar para corregir, y cuándo dejar estar – siendo esto último en gran medida lo más
importante.

El Past Maestro Inmediato debe, por lo tanto, estar tan al corriente del Ritual como lo
estaba durante su propio año como Maestro, y debe estar aún más alerta, de modo que
pueda detectar cualquier en cuanto - si no antes de que – se produzca. Para poder hacer esto,
no hay ningún substituto a hacer el trabajo de memoria; el Past Maestro Inmediato que tiene
su nariz enterrada en su Ritual (un objeto que no se permita abrir en la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento) puede raramente actuar con la prontitud necesaria, simplemente porque
está tan inmerso en la palabra escrita, y puede incluso estar leyendo un párrafo o dos en
forma adelantada cuando algo va mal que él esté demasiado ocupado para notar. No
solamente debe él poder reconocer un error cuando se presenta, sino debe también ejercitar
un juicio casi instantáneo en cuanto a si es bastante serio como para ser corregido, o si (que
es generalmente el caso) es relativamente trivial y es mucho mejor que se deje pasar. El Past
Maestro inmediato sufre de otra desventaja: cuando él era Maestro, y se había preparando
cuidadosamente para las ceremonias, él tenía una buena idea de los lugares en la ceremonia
donde era más probable que se perdiera, y por consiguiente podía estar en guardia a medida
que se acercaba a la zona peligrosa. Como Past Maestro inmediato, a menos que él y el Maestro
atiendan la misma Logia de Instrucción o ensayen juntos regularmente, él tendrá poca idea
donde es más probable que sus servicios sean requeridos.

Finalmente, el Past Maestro inmediato debe entender que es un a p u n ta d o r y n o un


preceptor. En una Logia de Instrucción, donde el objetivo es entrenar a los hermanos para
que alcancen las mayores niveles de perfección en el trabajo, cada error se debe corregir
inmediatamente. En una Logia regular tal acercamiento es desastroso - pero se encuentra
demasiado a menudo. Si el Past Maestro Inmediato insiste en corregir cada pequeño error, o
no le da al Maestro ninguna pausa para que recuerde qué viene después antes de que él
intervenga con un corrección, o desmoralizará al Maestro de modo que él sea cada vez más
propenso a incurrir en equivocaciones, o estropeará el flujo de la ceremonia para el
Candidato (quién, no debe olvidarse, es el principal ra is on d 'é t re del conjunto del
procedimiento); a menudo, de hecho, él terminará haciendo ambas cosas.

En las aperturas y los cierres y las ceremonias mismas, el Past Maestro Inmediato tiene
poco por decir, y no mucho más que hacer, aparte de su rol de supervisor ya mencionado, la
importancia del cual no puede ser acentuada en demasía. En el curso de la apertura de la
Logia, en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, él tiene el deber de responder con “Así
sea” al final de la Plegaria; en la mayoría de las Logias regulares esas palabras son repetidas
o cantadas por todos los hermanos. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, a
diferencia de muchas Logias regulares, él no contesta a la pregunta “El lugar del Maestro? “
Él, sin embargo, abre el V.L.S. y ajusta la E. y el C. En la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento, esto se hace desde su posición a la izquierda el Maestro, y no se mueve al
frente del pedestal para realizar esta función, y menos da una venia o saludo cuando lo ha
hecho. Estos dos últimos pueden muy comúnmente ser vistos en Logias regulares; ambos
son innecesarios, aunque de los dos el primero es probablemente preferible.

Una palabra es deseable en cuanto a la colocación de la E. y el C.: deben ser colocados


siempre en la página derecha, según lo visto por el Maestro, porque la mano del candidato
será puesta sobre la otra página en los primeros dos grados. (En el Modo de Emulación el
V.L.S. se orienta siempre de modo que el Maestro pueda leerlo, con el ángulo de la E. y las
puntas del C. hacia el fondo de la página. Incluso en los modos de trabajo donde la biblia se
da vuelta de otra manera, la E. y el C. deben señalar siempre hacia el fondo de la página.). En
segundo grado, el procedimiento es directo, pero vale bservar de que es inmaterial cual de
las dos puntas del C. se descubre. Es también inmaterial donde se abre la biblia; en el Modo
de Emulación no hay pasajes significativos que varíen según el grado en el cual la Logia está
abierta. El único requisito es el sentido común de que el libro se debe abrir en alguna parte
cercana al medio de modo que la cantidad de páginas sea aproximadamente la misma en
cada lado y que la E. y el C. por lo tanto no resbalen.

En la apertura de tercer grado el Past Maestro Inmediato no debe olvidarse de tomar paso
después de ajustar la E. y C. en preparación para “toda la gloria al Más Alto”.

Ningún problema especial ocurre en los cierres, pero el Past Maestro Inmediato
recientemente investido no debe olvidarse de que él tiene el deber final que cumplir al final
del cierre. (Véase también el capítulo 3 a propósito d gesto que acompaña el “F., F., F.”.)
Debe tomarse nota que el Modo de Emulación no prescribe ninguna posición para la E y el C.
después de que el V.L.S. haya sido cerrado; pueden ser colocados ya sea sobre el V.L.S. o
sobre el tapiz sobre el cual descansa, y en una disposición tan casual como el Past Maestro
Inmediato desee; es esencial simplemente romper el arreglo ordenado de las tres grandes
luces que se mantiene mientras la Logia está abierta.

Si la Logia es llamada a descanso, es deber del Past Maestro Inmediato después de que el
Maestro haya dado su golpe único, cerrar el V.L.S., dejando la E. y el C. en posición entre las
páginas cerradas. En la práctica un Past Maestro Inmediato prudente deslizará la E. y el C.
cuidadosamente debajo de la página, de modo que el ángulo de la E. resalte levemente de
entre las hojas cerradas; esto hará más fácil que él abra de nuevo el V.L.S. cuando la Logia
sea llamada a trabajo.

Durante la ceremonia de Iniciación, y los otros dos grados, el Past Maestro inmediato tiene
que decir “Así sea” al final de la Plegaria y colocar y retirar las H.d.T. en los momentos
apropiados de la ceremonia. En Emulación, a diferencia de algunos otros modos de trabajo,
las H.,d.T. no se sacan cuando la Logia se abre en cada grado, sino solamente cuando se
requieren para la presentación al candidato o al Maestro recientemente instalado. En los dos
primeros grados las H.d.T. deben ser presentadas tan pronto como el candidato haya dejado
el pedestal del Maestro después de ser confiado con los secretos, y ser retiradas después de
que él se retire para restaurar su comodidad. En tercer grado, deben ser presentadas después
de que el candidato se retire para restaurar su comodi ad, y ser retiradas a la conclusión de
la ceremonia.

En primer grado, el Past Maestro Inmediato debe estar listo para dar al Maestro la Carta
Patente, y luego el Libro de las Constituciones y Los Reglamentos Internos, en el momento
apropiado, recibiendo de vuelta y, en caso de necesidad, doblando la Carta Patente a su
debido tiempo. En segundo grado él pasa la E. al Primer Diácono en el momento apropiado
momentos antes de la obligación. Durante la Historia Tradicional en tercer grado, el Past
Maestro Inmediato da al Maestro la Plancha de Trazar pequeña en el momento apropiado,
junto con el lápiz de las H.d.T., que él habrá preparado previamente. En la Ceremonia de
Instalación, él realiza una función similar con la Carta Patente el Libro de las Constituciones y
los Reglamentos Internos para el Maestro Instalador, y es esencial que él presente las H.d.T.
también, puesto que el Maestro Instalador está ocupado en otra cosa. Hacia el final del
Trabajo Interno él da el collarín de Past Maestro Inmediato al Maestro Instalador de modo que
el nuevo Maestro pueda investir a su predecesor, pero a pesar de esta entrega formal tanto él,
como el Maestro Instalador, tienen todavía algunas funciones residuales que real ar durante
el resto de la Ceremonia.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, el miembro del comité que actúa como


Past Maestro inmediato también realiza los deberes de Preceptor (o izás debo ponerlo al
revés, siendo que la tarde de viernes ser preceptor es su función principal). Es él, más que el
Maestro, quien hace las preguntas en las Liturgias, si se trabajan, y quien examina la caja
de balotas tanto antes como después de ocurrido el balotaje lota - un procedimiento que
sería inusual, aunque no realmente incorrecto, en una Logia regular.

En muchas Logias el Past Maestro inmediato estará a cargo de la toma de vino en la cena.
Por lo tanto será prudente que se familiarice con la s cción en los Procedimientos
Posteriores en el capítulo 21.
Capítulo 18: Las Liturgias

No es el propósito de este capítulo entrar en el detalle de la historia de las Liturgias,


explicar cómo eran originalmente el método mediante el cual se realizaba la mayor parte de la
instrucción de la Francmasonería, cómo Emulación utilizó el sistema de trabajar las Liturgias
de la Logia de Grandes Administradores, y continuó haciéndolo cuando la Logia de Grandes
Administradores dejó de dar demostraciones públicas de llas en las noches públicas dos
veces al año después de 1867, de modo que ahora han venido a ser llamadas las Liturgias de
Emulación.

No obstante es el caso de que Emulación adoptó el sistema de los Grandes


Administradores, y que hoy en el festival anual a final s de febrero los Diáconos y el Guarda
Templo Interno de la Logia de Grandes Administradores ocupan esas oficinas para perpetuar
el acercamiento de tantos años.

Será suficiente recordar que en sus días más tempranos la Logia de Emulación y
Perfeccionamiento utilizó las Liturgias como el medio de enseñar las ceremonias, y recién
alrededor de 1830 comenzó a ensayar las ceremonias propiamente dichas.

Hay una Liturgia para cada uno de los tres grados, construidas en forma catequética (es
decir, pregunta y respuesta), y cada una contiene una descripción de la ceremonia del grado
con el cual se relaciona, y de un poco de material adi ional. La primera Liturgia consiste de
siete secciones - cinco largas y dos cortas - de las cuales la segunda y tercera describen la
Ceremonia de Iniciación agregando algunos comentarios sobre la misma, mientras que en las
restantes se dan descripciones de varias virtudes y características masónicas, entremezcladas
con historias bíblicas. Semejantemente, la segunda Liturgia consiste de cinco secciones, en la
mayor de las cuales se dan descripciones de la ceremonia y de la Plancha de Trazar, pero no
obstante incorporan una explicación del origen y el pr pósito de la geometría, una descripción
de los seis períodos de la creación, y las explicacion s completas de las cinco órdenes de
arquitectura y las siete artes y ciencias liberales. La tercera Liturgia tiene solamente tres
secciones, y por lo tanto hay sitio para muy poco material adicional - esencialmente solamente
una explicación completa del f.ps.o.f.

Aunque las Liturgias se trabajan con mucha menor frecuencia hoy que en épocas
pasadas, compensan el estudio, pues contienen muchos pasajes de hermoso ritual, la mayor
parte del cual que no habrá adquirido ese aire de familiaridad que co duce a un paladar
exquisito. Se trabajan regularmente en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento dos veces
en el curso del año, durante la segunda mitad de sus r niones. Quizás generalmente no se
observa que las preguntas de prueba antes de Aumentar y de Exaltar están tomadas de la
Primera y Segunda Liturgias respectivamente, y que cuando el Maestro ofrece si cualquier
hermano desea plantear otras, cualquier otra pregunta de la Liturgia respectiva puede ser
planteada por cualquier miembro de la Logia.

Una Logia que se encuentra sin un candidato encuentra una oportunidad muy útil de
hacer uso de las Liturgias, ya sea como el medio de ensayar las ceremonias (su propósito
original), o de ensanchar los horizontes masónicos de sus miembros. Esa Logia puede ya sea
invitar a miembros de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento para demostrar una o dos
secciones de la Liturgia (el Secretario está siempre dispuesto a organizar un “equipo” para
visitar a una Logia, a condición de que implique un viaje demasiado largo), o puede
demostrar mayor iniciativa distribuyendo el trabajo entre sus propios miembros, en
pequeños “pedazos” para reducir probablemente la carga de aprendizaje.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, las Liturgias son trabajadas (es decir, se


plantean las preguntas) por parte del miembro del comité que actúa como Preceptor (except
en el festival anual en febrero, cuando son trabajadas desde el Trono por el miembro del
comité que actúa como Maestro), asistido por el Primer Vigilante (quién da las respuestas). Si
por alguna razón el Primer Vigilante es incapaz o está poco dispuesto a asistirle (un hecho
cada vez más común en la actualidad), el Segundo Vigilante u otro hermano actuará como
substituto. Los Vigilantes que ayudan lo hacen desde sus pedestales; otros hermanos están
parados a la derecha del Primer Vigilante inmediatamen e delante del Guarda Templo
Interno.

En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, al ser una Logia de Maestros Masones, las


Liturgias se trabajan normalmente con la Logia abierta en tercer grado. En una Logia regular,
sin embargo, pueden ser trabajadas en cualquier grado que sea por lo menos tan alto como al
cual se relacione la Liturgia. Cada sección es introducida por el Maestro con la fórmula
“Hermano Primer Vigilante, “- el Primer Vigilante se pone de pie en su lugar - "¿Podéis asistir al
Hermano Past Maestro …. (a asistirme a mí) … para trabajar en la … sección de la …
Liturgia?” El Primer Vigilante contesta “Lo Haré lo mejor que pueda, Venerable Maestro”.
Toma entonces posición y da el signo del grado en el cual la Logia está entonces abierta (n o el
Signo del grado de la Liturgia que está a punto de ser trabajada). Si la Liturgia se trabaja con
la ayuda del Segundo Vigilante, se adopta el mismo procedimiento; pero si es con la ayuda de
otro oficial o hermano, el ayudante es referido por el cargo o el nombre, de acuerdo con las
circunstancias, y hace la misma contestación, pero no saluda hasta que ha tomado posición
delante del Guarda Templo Interno.

Cuando se han planteado y contestado todas las preguntas, el hermano que trabaja la
sección introduce la Carga con la fórmula apropiada, y conduce el fuego que la acompaña.
Esto es en la mayoría de los casos idéntico al saludo ado al Maestro recién instalado en el
grado apropiado en su instalación, pero con todos sentados excepto el hermano que ha estado
ayudando. A la conclusión de la sección final de cada una de las primeras dos Liturgias, sin
embargo, cuando todos los hermanos ha sido instruidos a ponerse de pie pocos momentos
antes, se da el fuego completo, idéntico al que se da después de cada brindis masónico en la
cena, pero a un ritmo calmado para poder dar el Signo en el lugar apropiado. Finalmente, el
Maestro de la Liturgia dice que “gracias, Hermano Primer Vigilante [o como sea apropiado]”. El
ayudante entonces saluda otra vez y toma asiento.

Los siguientes puntos se relacionan con las secciones individuales de las Liturgias.

Prim e ra Litu rgia , s ección 1 :


No hay trampas obvias. En el punto apropiado el herman que asiste saluda al Maestro con
el paso y el signo.

Prim e ra Litu rgia , s ección 2 :


Esta sección es difícil más debido a su longitud que por cualquier otra razón - hay sesenta y
cuatro preguntas y respuestas. Todos se ponen de pie con el signo apropiado cuando el
Maestro y los Vigilantes malletean para la plegaria y la obligación, y se sientan otra vez
inmediatamente después.

Prim e ra Litu rgia , s ección 3 :


En los puntos apropiados el hermano que asiste saluda al Maestro con el paso y el Signo.

Si el Primer Vigilante asiste en el trabajo de esta sección, es acostumbrado comunicar el


Tn. al Segundo Diácono o al Guarda Templo Interno; pero si cualquier otro hermano
estuviera ayudando lo comunicará al Primer Vigilante. En cualquier caso ambos hermanos
deben tomar el paso primero. El oficial que confirma la corrección del Tn. aluda al Maestro
con paso y el signo del grado en el cual la Logia está entonces abierta. (Esto es una excepción
al principio mencionado en el capítulo 3, de que un hermano no se pone de pie y al orden
cuándo un intercambio es iniciado por un oficial mayor que él. Otros ejemplos pueden ser
encontrados en la quinta sección de esta Liturgia y la primera sección de la segunda.)

Prim e ra Litu rgia , s ección 4 :


En el punto apropiado el hermano que asiste a muestra el Sn. De P.

Prim e ra Litu rgia , s ección 5 :


El Maestro y los Vigilantes tienen una respuesta cada uno para da en el curso de esta
sección. El Maestro permanece sentado para dar la suya, y sostiene la joya en el extremo de
su collarín con su mano izquierda. Cada Vigilante se pone de pie cuando es referenciado y,
manteniendo el paso y el signo, sostienen la joya en el extremo de su collarín con su mano
izquierda mientras hablan. El Segundo Vigilante, sin embargo, descarga la muestra, suelta su
joya y se sienta antes de dar la parte final de su respuesta; este procedimiento tiene
semejanza considerable con aquel cuando el Maestro recientemente instalado inviste al
Segundo Vigilante durante la ceremonia de instalación.

Prim e ra Litu rgia , s ección 6 :


Durante la explicación de las cuatro formas originales n Francmasonería y de las cuatro
virtudes cardinales, no se toma ningún paso cuando se da el signo de Ap; esto,
probablemente, porque no es un saludo al Maestro, pero constituye una referencia a una
parte del cuerpo. Por una razón similar, la posición d l pulgar es inmaterial en el gesto
subsecuente. Los dos movimientos restantes son, así es de esperarse, auto explicativos.

Prim e ra Litu rgia , s ección 7 :


El hermano que asiste en esta sección saluda al Maestro y a cada Vigilante con paso y
signo en el punto apropiado; si cualquier Vigilante ayuda, saluda a los dos restantes de los
tres. Todos los hermanos se ponen de pies hacia el final de la respuesta final, de modo que
estén parados cuando se dé el fuego.

Seg un d a Litu rgia , s ección 1 :


Una sección “ritual” directa, sin complicaciones especiales. Todos están parados con el
signo apropiada cuando el Maestro y los Vigilantes malletean para la plegaria y la obligación.
Se observa el mismo procedimiento para comunicar el Tn. como en la tercera sección de la
primera Liturgia.

S e g u n d a Litu rg ia , s e cción 2 :
Una hermosa sección, enteramente “no-ritual”, que merece por ello preparación cuidadosa.

S e g u n d a Litu rg ia , s e cción 3 :
Ésta es esencialmente la primera parte de la Explicación del Plancha de Trazar de segundo
grado rendida en forma catequética. Hay una trampa leve en la respuesta a la pregunta
“¿Dónde se les ordenó que se coloquen?” Debido a una diferencia en la fraseología de la
utilizada en la explicación de la Plancha de Trazar, una desatención momentánea puede llevar
a que la mayor parte de la respuesta sea omitida. El procedimiento para comunicar la
contraseña es igual que para el Tn. en la Primera Sección de la Liturgia, salvo que ninguno de
los dos hermanos toma un paso antes.

S e g u n d a Litu rg ia , s e cción 4 :
Ésta, más que cualquier otro, es una sección solamente para los adeptos. Es larga, la
explicación de algunas de las órdenes de arquitectura son demasiado similares como para
brindar el riesgo de ser confundidas, y requiere considerable concentración para asegurarse
de que sea cumplida adecuadamente y sea expuesta de una manera que conserve la atención
de aquellos que la escuchan.

S e g u n d a Litu rg ia , s e cción 5 :
Todos los hermanos se ponen de pie hacia el final de la Liturgia, de modo que estén
parados para el Signo (que no se debe dar antes de la Palabra) cuando se dé el Fuego

Tercera Liturgia , s ección 1:


Una sección “ritual” larga, pero bastante directa. Tod s están de pie con el signo
apropiado cuando el Maestro y los Vigilantes malletean para la plegaria y la obligación. El
procedimiento para dar dos consecutivos en un punto es similar al empleado al abrir la
Logia en tercer grado.

Tercera Liturgia , s ección 2:


Una sección “ritual” directa, abarcando la mayor parte de la Historia Tradicional.
Tercera Liturgia , s ección 3:
No hay nada particular para tomar nota en esta sección.
Capítulo 19: Procedimientos de Emulación

El propósito de este capítulo es describir, para beneficio de los Hermanos que aspiran trabajar
en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, y quizás ganar un Encendedor de Plata, el
procedimiento que se sigue cada tarde de viernes, en e trabajo conforme al sistema
reconocido de la Logia de Emulación y Perfeccionamiento.

El trabajo cada viernes se divide en dos porciones, co un diferente miembro del comité que
actúa como Preceptor para cada partición. En la primera primer de la tarde se ensaya una de
las tres ceremonias de grado o de Instalación, en rotación, después de lo cual la Logia es
llamada al descanso. Durante la segunda mitad, se trabaja una sección de Liturgia. (Para
efectos de justicia con la historia, hasta finales de 1997 durante la primera mitad de la tarde
se ensayaba una de las tres ceremonias de grado, en rotación; en la segunda mitad, se
trabajaba la ceremonia de instalación el primer viernes de octubre y los terceros y quintos
viernes de cada mes, mientras que el viernes restante eran trabajados una sección larga o dos
cortas de la Liturgia. La vieja práctica se conserva el primer viernes de octubre, cuando el
trabajo del Maestro es demostrado por miembros del comité). El programa es cambiado el
último viernes de febrero, cuando se lleva a cabo el festival anual en e cual se trabajan cuatro
secciones de las Liturgias, y el último viernes de junio cuando en el festival “de los
Preceptores” en la primera mitad se ensaya una de las tres ceremonias de grado, en rotación,
y en la segunda mitad se trabaja la ceremonia de Instalación. El festival de los Preceptores
proporciona una oportunidad para los hermanos de las diversas Logias de Instrucción
reconocidas, muchos de los cuales pueden nunca haberse conocido antes de esa noche, para
reunirse y trabajar las ceremonias como “equipo de trabajo”, de tal modo demostrando la
naturaleza universal del funcionamiento de Emulación.

Excepto en las tardes cuando se llevan a cabo los dos festivales, los hermanos que asisten
pagan un aporte comprando un disco plástico, el cual se recoge más adelante. Los Miembros
pagan 10 peniques y reciben un disco blanco; los visit ntes pagan 50 peniques por un disco
rojo.

En épocas anteriores, aunque actualmente en rara ocasión, debido a la asistencia


descendente y la introducción de la Instalación en el ciclo de ceremonias, un Hermano que
aspire trabajar un grado particular en el Trono, habiendo hecho colocar su nombre en la lista,
era llamado eventualmente como Candidato para ese grado y trabajaba su ruta en las
subsecuentes semanas a través de los Cargos de Guarda Templo Interno, Segundo Diácono,
Primer Diácono, Segundo Vigilante y Primer Vigilante, hasta que seis semanas más tarde
asumía el Trono para esa ceremonia. En varios puntos en los procedimientos de un Viernes
los procedimientos continúa reflejando la situación ideal, más que la real.

En un viernes normal (es decir, excepto en ocasión del festi al anual), después de que los
miembros del Comité Preceptor hayan ingresado y se hayan dirigido al Oriente, los oficiales
para la noche se ponen sus collarines, y el Preceptor para la primera mitad de la tarde
instruye a los hermanos a tomar asiento. El hermano que actúa como Guarda Templo
Interno debe ir en este punto a la puerta y trabarla. En esta etapa cualquier vacante entre los
oficiales es llenada por invitación del Preceptor a los Hermanos para ocupar las sillas o para
actuar como el oficial en particular, como sea el caso. (Si el Guarda Templo Interno es uno de
los designados en este punto, el hermano referido no debe olvidarse de ir a la puerta y de
trabarla.)

La Logia entonces se abre directamente en los tres grados (los hermanos no se sientan
entre los grados) y después se reasume en primer grado si el trabajo para la primera parte de
la tarde es en primer o segundo grado, o en segundo si se va a trabajar en la ceremonia de
Exaltación o de Instalación. En este punto habrá un informe y el Secretario o el Secretario
Adjunto, que habrán permanecido en el exterior mientras que la Logia era abierta para
encargarse de la recepción de cualquiera que arribe tarde, serán admitidos (con los que
hubieran arribado).
Después de que una pausa corta, el Maestro anuncia: Los “hermanos, la ceremonia para
ensayo esta tarde es la de Iniciación/Aumento/Exaltación/Instalación y el
H.......................... actuará como candidato a Maestro Electo)”. En este punto, el hermano
referido se pone de pie. (Otra vez para el motivo de exactitud histórica, antes si el hermano
referido estuviera ausente, el Maestro, instruido por el miembro del comité que actuaba como
Preceptor, después de que una pausa corta anunciaba: “Hermano ........................... “,
dando el nombre del siguiente hermano en la lista elaborada para trabajar la ceremonia. Si
ese hermano también estuviera ausente, el proceso era repetido hasta que se encuentre a un
candidato.) El hermano que espera ser llamado como candidato a uno e los tres grados debe
haberse colocado al final del oeste de la fila delantera en el lado del no te de la Logia. El
hermano designado para actuar como Maestro Electo cuando se debe ensayar la Instalación,
debe ocupar un asiento en la fila delantera apenas a a este de la Mesa del Secretario.

Si la ceremonia que se trabajará es el primer grado, e candidato, estando parado, se dirige


inmediatamente al borde del tapiz en frente del Guarda Templo Interno, saluda y va a la
puerta, precedido por el Guarda Templo Interno. Después de una pausa el G.T.I. da los golpes
en la puerta y la ceremonia procede. En los otros dos grados el Diácono apropiado recoge al
candidato y lo conduce al borde del tapiz delante del Guarda Templo Interno para las
preguntas de prueba, y la ceremonia procede. Para la i stalación el miembro del comité que
actúa como Preceptor conduce el Maestro Electo a la línea media de la Logia y lo presenta
para la instalación.

Cada una de las ceremonias procede de la manera descrita ya ant iormente en la parte II.
Las materias siguientes, sin embargo, se deben observar como particulares a la Logia de
Emulación y Perfeccionamiento:

(a) El hermano que actúa como candidato no es preparado por el G.T.I. en ninguno de los
grados. En primer grado, el Segundo Diácono debe por lo tanto simular el retiro de la
v.a. y s..a imaginarias.
(b) Semejantemente, en primer grado, el Maestro debe simular la demostración de la s..a
imaginaria.
(c) Como el candidato o el Maestro viste su Mandil de Maestro Masón o de Maestro
Instalado a través de la ceremonia, el Primer Vigilante o el Maestro Instalación deben
simular la investidura del Mandil.
(d) En la ceremonia de Aumento, cuando el Maestro sale de su pedestal para dar la
explicación de la Plancha de Trazar, el miembro del comité que actúa como Preceptor
dice, " Reuníos Alrededor, Hermanos". Es responsabilidad de uno de los miembros
del comité malletear en el pedestal del Maestro en las palabras “…letra G”.
(e) En la ceremonia de Exaltación, cuando los Diáconos y el Guarda Templo Interno van
a la puerta a admitir al candidato, el miembro del comité que actúa como Preceptor
dice, los “hermanos. en este punto en una Logia regular las luces serían
disminuidas”. Cuando el candidato se retira para restaurarse, él dice, “Hermanos, en
este punto en una Logia regular las luces serían restauradas. “
(f) En la ceremonia de Instalación cuando la atención del Maestro Electo es dirigida al
Secretario para los Antiguos Cargos y Regulaciones, el miembro del comité que actúa
como el Preceptor dice “las primera y la última, si sois tan amable, Hermano
Secretario.”
(g) En la ceremonia de Instalación antes de que la Logia se reasuma en tercer grado, el
Maestro Instalador anuncia “Hermanos, en esta etapa en una Logia regular, los
Compañeros serían instruidos a retirarse.”

A la conclusión del ensayo, todos los hermanos dicen, “Muchas Gracias, Venerable
Maestro ", o “Muchas gracias, Hermano Maestro Instalador” como sea el caso.

Tan pronto como se haya terminado la ceremonia, el Maestro reasume la Logia en tercer
grado (excepto cuando la ceremonia ha sido la de Exaltación o la de Instalación), y anuncia,
los “Hermanos Diáconos, los aportes". Los Diáconos entonces recogen los discos que fueron
entregados anteriormente; el Primer Diácono comienza con el miembro del comité que actúa
como Preceptor y recoge de los hermanos hasta y e incluyendo el Primer Vigilante; el Segundo
Diácono recoge del Guarda Templo Interno hasta el Maestro. Los Diáconos llevan los bolsos
con los discos al Secretario, que después de una breve verificación anuncia, “Maestro, los
aportes son suficientes" o el “Venerable Maestro, los aportes están correctos”.
Ocasionalmente, un miembro se ha olvidado de obtener un disco, o ha llegado tan tarde que
el Secretario o el Secretario Adjunto han entrado ya a la Logia; en tal caso se espera que
ponga sus diez peniques en el bolso del Diácono, y el Secretario, por antigua costumbre
anuncia, “Venerable Maestro, los aportes son m á s que suficientes.”

Es en este punto que el Secretario hará cualquier aviso que sea necesario, y es en este
punto en la primera reunión en enero de cada año que se elige al Comité y a los Oficiales.

El Venerable Maestro llama entonces a la Logia a descanso, y los Hermanos (habiéndose los
oficiales quitado sus collarines) son libres de abandonar la sala para un corto receso mientras
que el G.T.E. cambia, coloca o retira la Plancha de Trazar.

La señal generalmente utilizada para que los hermanos vuelvan al cuarto de la Logia es de
un solo golpes dado en el pedestal del Segundo Vigilante por el miembro del comité que actúa
como Preceptor para la segunda parte. La Logia entonces se llama a trabajo.

Las Actas de la reunión anterior se leen entonces, siendo la fórmula acostumbrada en la


Logia de Emulación y Perfeccionamiento que el Maestro pida, “Hermano Secretario, ¿están las
Actas listas?” a lo cual el Secretario está de pie con paso y signo, que descarga, y lee las Actas,
concluyendo con las palabras, “Esas son las Actas, según lo registrado, Venerable Maestro”.
Al final, el Maestro dice, “Hermanos, las Actas de la última reunión están ante vosotros; todo
aquel que las considere un registro correcto y digno de confirmación significarán de tal
manera mediante el signo utilizado generalmente entre masones. (después de una pausa).
¿En contra? (después de una pausa) Hermano Secretario, (el Secretario se pone de pie con
paso y signo) las Actas se prueban”. El Secretario puede contestar: “Gracias, Venerable
Maestro.” Variaciones pequeñas en la fraseología precedente (p.ej. algunos hermanos prefieren
decir que “En contrario”) son permitidas pues las Actas son un tema de procedimiento más
que de ritual. En la Logia de Emulación y Perfeccionamiento, las Actas no se llevan al Maestro
para que las firme.

Si a partir de las Actas se deduce que en la reunión anterior uno o más hermanos fueron
propuestos para afiliarse, el Maestro entonces anuncia, los “Hermanos Diáconos, hay
balotaje.” El procedimiento para el balotaje se ha descrito en el capítulo 6 y el capítulo 15,
pero en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento en la declaración del balotaje, la fórmula
usada es “Hermanos, la balota está a favor del H….” (o “ de los candidatos"); “estaremos
complacidos de verlo(s) aquí tan a menudo como pueda(n) asistir.”

Después, el Maestro se levanta por primera vez. El Secretario entonces lee cualquier
solicitud de afiliación, al final de lo cual el Preceptor pregunta, sin ponerse de pie, “Existe
alguna otra Solicitud, Hermanos?” Si no hay solicitudes, el Preceptor pregunta, “Existe
alguna otra Solicitud, Hermanos?”

El trabajo de la segunda parte de la tarde entonces se demuestra, al final del cual el


Maestro se pone de pie por segunda vez. Debe tomarse en cuenta que las puestas en pie se
efectúan en tercer grado, excepto cuando el trabajo ha incluido la eremonia de Instalación,
en cuyo caso la Logia es cerrada en tercer y segundo grado en el curso de la ceremonia.

Tan pronto como el Maestro se haya sentado después de ponerse de pie, el Preceptor dice,
desde su asiento, “El Cuarto Reglamento Interno, si sois tan amable, Hermano Secretario”. El
Secretario se pone de pie con paso y signo y lee el Reglamento Interno (“Que ningún
Hermano puede estar habilitado para ser electo al Cargo de Maestro a menos que esté
completamente compenetrado del método de apertura y de cierre de la Logia en los tres
grados, y del modo de trabajar la ceremonia prevista para la ocasión en la c al él debe
presidir, conforme al sistema reconocido por esta Logia. Que este Reglamento Interno sea
leído por el Secretario en cada reunión, inmediatamente antes de la elección del Maestro.”).
Una vez que el Secretario haya tomado asiento, el Preceptor se pone de píe con paso y
signo, y dice, “Venerable Maestro, propongo que el H. Primer Vigilante ocupe el Trono en
nuestra siguiente reunión,” (o “el siguiente viernes por la noche ") y se sienta. El segundo
miembro del comité lo secunda con la fórmula “Venerable Maestro, secundo.” Después el
voto (“Hermanos, la propuesta está ante vosotros. Aquellos a favor… En contra.”) El Maestro
anuncia, “Hermano Primer Vigilante,” (El Primer Vigilante se pone de pie con paso y signo)
“Habéis sido elegido para ocupar este Trono la noche del siguiente Viernes; Vos designareis
a vuestros Oficiales y nombraréis el trabajo.”

El Primer Vigilante contesta, “Venerable Maestro y Hermanos, os agradezco”, descarga el


signo y toma asiento. Entonces designa a sus oficiales como sigue: “Hermano Segundo
Vigilante,” (El Segundo Vigilante se pone de pie con paso y signo) “¿Ocupareis vos este
Trono el próximo viernes? “, a lo cuales la contestación está, “Con gusto, Hermano Maestro
Electo.” El Primer Vigilante procede, “Hermano Primer Diácono, ¿Ocupareis vos el Trono del
Segundo Vigilante?” (El Primer Diácono y los oficiales restantes adoptan el mismo
procedimiento que el Segundo Vigilante.) “Hermano Segundo Diácono, ¿Actuareis vos como
Primer Diácono? ... Hermano Guarda Templo Interno, ¿Actuareis vos como Segundo
Diácono?. . . Hermano Candidato, ¿Actuareis vos como Guarda Templo Interno?. . . El
trabajo será la Primera ceremonia y Cargo/Segunda ceremonia y Plancha de Trazar/Tercera
Ceremonia/Ceremonia de Instalación y la … Sección de la …. Liturgia/Ceremonia de
Instalación.”

El Maestro se pone de pie por tercera vez y el Preceptor se pone de pie con paso y signo,
“Buenos y venturosos deseos, Venerable Maestro.” La Logia entonces se cierra por completo
y los Hermanos se retiran.
PARTE III
Capítulo 20: El Capellán

El Cargo de capellán, como los demás cargos adicionales permitidos por la Regla 104 del
Libro de las Constituciones, es uno no contemplado en el esquema básico de la Logia de
Emulación y Perfeccionamiento.

Puede ser también bueno comentar conjuntamente respecto a dos opiniones que se ofrecen
a menudo sobre el capellán y sus deberes. La primera es que nadie sino un clérigo debe ser
designado para el cargo. Ahora, si bien puede ser altamente deseable que si una Logia tiene
un clérigo entre sus miembros debe ser él quien ocupe el cargo de capellán, no implica que si
no hay tal miembro el cargo deba quedar vacante. Si no se designa a ningún capellán, recae
sobre el Maestro el dar las plegarias y sería muy raro que él sea un miembro del clero, ¡de
modo que un laico terminaría haciendo el trabajo que pudo haber correspondido de otra
manera al capellán!

La segunda visión con la cual no estoy de acuerdo es que el capellán nunca debe dar las
plegarias de memoria, sino leyéndolas siempre. El oasis para la visión parece ser que cuando
las plegarias se dirigen al Todopoderoso deben ser dadas con el más alto grado de exactitud,
sin el riesgo más leve de error. Convendría que las plegarias, tanto como otras partes del
ritual, merecen ser dadas tan exactamente como sea posible, pero siempre que el capellán
pueda ser confiado para dar a las plegarias el sentido correcto, y no generar absurdo, y la
exactitud total no es esencial: Las ceremonias masónicas no son una forma de magia que
fallará en el conjunto de su efecto si hay la mínima desviación de la fraseología designada, y
esto es tan verdad en las plegarias como en otras partes del ritual. (Hay un sentido muy
diferente en el cual las ceremonias masónicas pueden ser mágicas. Ocasionalmente se genera
en una Logia la misma atmósfera eléctrica que se acumula en una ejecución musical o
dramática cuando una especial s im p a t ía se crea entre todos los presentes, los ejecutantes y
la audiencia: “Usted podría haber oído caer un alfiler mientras el Maestro daba el Cargo".
Tales momentos son espontáneos y no pueden ser planificados, pero una de las metas de este
libro es ayudar a crear las condiciones bajo las cuale sean más probables de suceder,
permitiendo al Maestro y a sus oficiales conocer las palabras y las acciones de las ceremonias
correctamente de modo que puedan concentrarse en enfatizar su significado y en las lecciones
especiales que el ritual masónico pretende enseñar.)

De lo anterior se deduce que el hermano designado como capellán debe ser confia le y
competente en el ritual. Él debe también poseer un comportamiento de cierta dignidad: las
plegarias a la Deidad deben sonar, así como ser, sinceras. El Cargo de capellán es cubierto
con frecuencia por un miembro mayor de una Logia que ha sido “jubilado” de un Cargo más
activo, tal como el de Secretario o Maestro de Ceremonias. Tales hermanos satisfacen más a
menudo todos los criterios que acabo de mencionar, pero algunos desafortunadamente ya no
lo hacen así.

Los deberes del capellán son bastante obvios, a saber dar las diferentes plegarias,
asignadas en el modo de emulación al Maestro, las mismas que se dan durante las
ceremonias de la apertura y el cierre de la Logia en los diferentes grados, y de los grados
propiamente dichos. La única materia de cierta dificultad es asegurarse de que la transición
entre el Maestro y el capellán en las aperturas y los cierres sea efectuada suavemente. Al no
haber capellán en emulación, no hay un punto “correcto” para el “cambio del bastón de
mando", y es una cuestión de sentido común, no de ritu l, pero es sorprendente cuan a
menudo se presenta una dubitación innecesaria. El único consejo que puedo razonablemente
dar en este libro es que el Maestro y el Capellán deben convenir una política común entre sí
por adelantado, y no dejar esta materia al azar.

El capellán tendrá normalmente un deber más a realizar corresponderá a él dar la Gracia


antes y después de la Cena.
Capítulo 21: El Maestro de Ceremonias

Se han escrito libros enteros para, y sobre los deberes de, el Maestro de Ceremonias. En
cierto sentido éste es uno de ellos. No hay duda que un Oficial de este tipo es útil para
tratar con ciertos procedimientos que se encuentran en una Tenida regular de Logia, pero
el hecho que la Logia de Emulación y Perfeccionamiento funciona perfectamente bien sin él
es una indicación clara de que el Maestro de Ceremonias no es un oficial imprescindible.

En la mayoría de las Logias el Maestro de Ceremonias asume mucho del trabajo de la


Ceremonia de Instalación que en la Logia de Emulación y Perfeccionamiento es realizado
por el Maestro Instalador (véase el capítulo 16). Debido a que el Maestro de Ceremonias, a
diferencia del Maestro Instalador, lleva una Vara, es probable que encuentre conveniente
durante la investidura de los oficiales delegar al Maestro de Ceremonias Adjunto el deber
de llevar al pedestal del Maestro los collarines, los malletes, las columnas y las Varas.
Aparte de la ceremonia de la instalación, su trabajo r al durante las ceremonias
propiamente dichas se restringe a escoltar los hermanos que están realizando una parte
del trabajo hacia el Maestro y, generalmente, apagar y restaurar las luces en la Ceremonia
de Exaltación. Su rol en las ceremonias de los tres grados se limita a dirigir o a supervisar
el trabajo y a actuar como guía para aquellos que puedan necesitarlo (aparte del Maestro -
quién es responsabilidad del Past Maestro Inmediato).

La otra área en la cual el Maestro de Ceremonias tiene responsabilidad dentro de la


Logia es la administración del ceremonial, a diferencia de las ceremonias (es decir. el
ritual). Esto incluye conducir a visitantes distinguidos a la Logia, sea antes o después de que
se haya abierto, conducir los saludos a los hermanos distinguidos y - lo más notable - la
organización de las procesiones de entrada y salida de la Logia antes de que se abra y
después de que haya sido cerrada.

La manera de organizar tales procesiones puede variar onsiderablemente de Logia a Logia,


pero una de las maneras más comunes es como sigue:

A n te s d e la a p e rtu ra

La procesión se forma en el parvis en el siguiente orden

MCA MC
2D 1D
2V 1V
VM

Cuando es tiempo de comenzar la Tenida, el Maestro de Ceremonias conduce la procesión a la


puerta abierta de la Logia, da un paso hacia adelante, y llama “Herman os, al orden, para
recibir al Venerable Maestro y a los Vigilantes” (Si, por alguna razón, el Maestro está ausente y
las un substituto toma su lugar, la forma correcta del aviso es “Hermanos, al orden, para
recibir al Maestro per tempore y a los Vigilantes.” Si un Vigilante, o ambos, es un substituto,
no se hace ninguna variación en el aviso. Consideraciones similares se aplican al aviso para la
procesión saliente.) Él puede golpear a la puerta para atraer la atención antes de hablar, pero
es mejor si no lo hace; un buen Maestro de Ceremonias debe poder llamar la atención de los
hermanos por la firmeza con la cual hace los anuncios.

Habiendo comprobado que los otros han cerrado filas detrás de él, el parte, conduciendo
con paso digno al lado del norte del pedestal del Maestro. Debe intentar asegurarse de que
nadie se retrase. La procesión se detiene, y todos giran hacia adentro, los Diáconos cruzan
sus Varas para que el Maestro pase por debajo. El Maestro de Ceremonias “entrega” al
Maestro su lugar, da un venia de cortesía, da un paso hacia atrás y gira a la derecha.

Después de una pausa momentánea para que el Maestro de Ceremonias Adjunto alcance
su nivel, otra vez parte, deteniéndose en el lado del este del pedestal del Segundo Vigilante,
donde se repite el procedimiento (salvo que El Primer Vigilante no gira hacia adentro). La
procesión se dirige al sur del pedestal del Primer Vigilante, donde el pro edimiento se repite
otra vez.

El Segundo Diácono se dirige inmediatamente a su lugar y el resto de la procesión se


mueve otra vez. El Primer Diácono se dirige hacia su lugar, y el Maestro de Ceremonias y el
Maestro de Ceremonias Adjunto proceden juntos a sus lugares. Cada uno de estos ofici es,
cuando llega a su asiento, coloca su Vara en su soporte.

D e s p u é s d e c e r ra r

Al principio del himno de cierre el Maestro de Ceremonias Adjunto se dirige en sentido


opuesto a las agujas del reloj alrededor de la Logia. Durante el primer circuito, el Segundo
Diácono se coloca detrás de él y entonces, cuando la procesión lo alcanza, el Primer Diácono
pasa detrás el Maestro de Ceremonias Adjunto y delante del Segundo Diácono para tomar su
posición respecto a la derecha de este último. Si el Maestro de Ceremonias Adjunto ha fijado
el ritmo de manera correcta no debe ser necesario parar o aún retrasar a la proces ón
mientras. Cuando la procesión pasa delante del Maestro de Ceremonias, él deja de su lugar y
sigue (más que colocarse) detrás.

En el pedestal del Segundo Vigilante el Maestro de Ceremonias “guía” el Segundo Vigilante


a unirse, por lado d e l oe s te , a la procesión, detrás del Segundo Diácono. Él mismo se dirige
en línea oblicua al frente del pedestal del Primer Vig ante, donde él “guía” al Primer Vigilante,
por el lado d e l n orte , delante del Segundo Vigilante y lo coloca al lado de este último, detrás
del Primer Diácono. De nuevo, estas maniobras deben ser realizadas sin parar o retardar a la
procesión.

El Maestro de Ceremonias no se une al final de la procesión, sino procede junto a ella,


gradualmente superándola de modo que llegue cerca del frente del pedestal del Maestro
justo cuando el Maestro de Ceremonias Adjunto y los Diáconos pasan delante. El Maestro
de Ceremonias Adjunto conduce a los Diáconos a un punto cercano al pedestal del Segundo
Vigilante (dependiendo del tamaño del cuarto) y se detiene; los Vigilantes paran apenas al
norte del pedestal del Maestro, dando frente al sur. En caso de necesidad el Maestro de
Ceremonias frena a los Vigilantes con un gesto discreto, entonces “guía” hacia fuera al
Maestro por e l la d o s u r y lo conduce a una posición detrás y entre de los Diác nos. Los
Vigilantes deben seguir detrás y de él y se acercan al Maestro sin ninguna instrucción o
señal, pero el Maestro de Ceremonias debe ser listo para hacerles una seña si parecen poco
dispuestos a moverse.

El Maestro de Ceremonias recoge a los Grandes Oficiales (si los hubiera), Past Grandes
Administradores (si los hubiera) y a cualquier otro que él se preponga incluir en la
procesión, y los coloca detrás de los Vigilantes, los mayores al frente y a la derecha, como en
este ejemplo:

MCA MC
2D 1D
WM
2V 1V
GO GO

Habiendo formando la procesión él procede a una posición delante del pedestal del
Maestro y, dando frente al oeste, anuncia “Los Hermanos permanecerán de pie mientras el
Venerable Maestro, acompañado por sus Vigilantes, los Grandes Oficiales magníficos, Past
Grandes Administradores, portadores de (Rangos Metropolitanos), (Grandes Oficiales
Provinciales y Distritales), y los Maestros de otras Logias, se retiran de la Logia. “

Después toma su lugar el al frente de la procesión al l do del Maestro de Ceremonias


Adjunto y dice “Hacia adelante, Hermanos.” Él conduce la procesión al norte del pedestal del
Primer Vigilante, donde él, el Maestro de Ceremonias Adjunto y los Diáconos giran hacia
adentro. Los Diáconos cruzan sus Varas mientras los miembros de la procesión pasan por
debajo. Cuando el último de ellos lo ha hecho, los Diáconos bajan sus Varas; el Maestro de
Ceremonias, el Maestro de Ceremonias Adjunto y los Diáconos giran hacia el oeste, y siguen
a la parte posterior de la procesión, manteniendo la misma cuidadosamente compacta.

Vale tomar nota que:

a. Si hay varios miembros de una categoría particular dis ersados en el cuarto de


la Logia, la mejor manera de recogerlos es ir al mayor, decir en voz alta, p.ej.
“Grandes Oficiales Provinciales”, y conducir al mayor a su lugar en la procesión,
dejando al resto para que encuentre su propio lugar. No es necesario incluir
todas las categorías nombradas, si no la procesión puede hacerse demasiado
larga. De hecho, debe preferirse generalmente una procesión corta a una larga, la
cual es susceptible de rezagarse y llegar a ser indigna.
b. Los Grandes Maestros Metropolitanos, Provinciales y Distritales son Grandes
Oficiales muy mayores en su propio derecho, y toman precedencia por
consiguiente.
c. Otros Grandes Oficiales Provinciales o Distritales no tienen ninguna precedencia
como tal es fuera de sus propias provincias o distritos, e lo mismo se aplica a los
portadores de rangos metropolitanos fuera de su área metropolitana.
d. Es incorrecto referirse a los “Maestros reinantes”. El término correcto es
“Maestros de otras Logias”.

De tiempo en tiempo una Logia recibirá una visita formal del Gran Maestro
Metropolitano, Provincial o Distrital o e alguien de su jerarquía inmediata (referida a
menudo como “eslabones” porque sus Cargos son lo suficientemente mayores para darles
derecho a utilizar cadenas cuando estén en cumplimiento de sus deberes oficiales). Tal
hermano traerá casi invariable a su propio Maestro de Ceremonias con él, que organizará a
su procesión y conducirá su saludo. El Maestro de Ceremonias de la Logia actuará
naturalmente bajo su dirección en tal ocasión. El prot olo especial se aplicará a la visita, y
el Maestro de Ceremonias de la Logia debe ser muy cuidadoso de traer a las tenidas
ordinarias las características que entonces habrá atestiguado. Pa ticularmente él debe
observar que es contrario al protocolo establecido que cualquier persona, sin importar cuán
alto sea su rango, con excepción de un “eslabón”, se coloque al lado del Maestro y delante de
los Vigilantes en una procesión saliente. (Por la misma razón, es incorrecto que el recién
iniciado sea colocado al lado del Maestro en la procesión.)

Los Proc e d im ie n t os P os t e riore s

Aunque los Administradores tendrán generalmente la responsabilidad operacional de la


disposición de asientos en la cena o el almuerzo que sigue a una Tenida, el Maestro de
Ceremonias puede hallarse a sí mismo invitado a aconsejar sobre la colocación correct e
los miembros y de los visitadores. Dejando a un lado ocasiones especiales, cuando la Logia
probablemente reciba consejo a este respecto del Gran Secretario (o del Maestro de
Ceremonias) Metropolitano, Provincial o Distrital, el Maestro de Ceremonias necesitará estar
familiarizado a fondo con la práctica establecida de la Logia, como también con la
graduación relativa de los hermanos presentes. Él también necesitará tener cierto respeto a
las preferencias individuales de los hermanos: En estos días muchos Grandes Oficiales ni
esperan ni desean ser sentados en la cabecera de la mesa, y a menos que haya una razón
particularmente determinante en contra, no se debe ir en contra de sus deseos,
especialmente si son visitadores y prefieren sentarse con sus anfitriones. Finalmente, a
ningún hermano, s in im p o rta r c u á n m a y o r s e a , se le debe permitir sentarse entre el
Maestro y un iniciado.

La tendencia moderna es a que la toma de vino en la cena sea reducida al mínimo,


aunque muchas Logias continúan manteniendo una lista larga de brindis informales. En
algunas Logias el Maestro de Ceremonias tiene a su cargo esto; en otras es responsabilidad
del Past Maestro Inmediato y, excepto cuando el Maestro toma el vino con el Past Maestro
Inmediato, el Maestro de Ceremonias no está implicado directamente; pero él tiene siempre
un rol consultivo. Como cuestión de principio, el Maestro no debe tomar el vino con
cualquier persona que será objeto de un brindis después de la cena, y él no debe invitar al
resto de los hermanos a tomar el vino con un individuo o clase. El Maestro de Ceremonias
debe asegurarse que la toma de vino se restrinja a los intervalos entre las comidas.

El procedimiento básico es que el Maestro malletee (repetido por los Vigilantes), y que el
Maestro de Ceremonias (o del Past Maestro Inmediato) se ponga de pie para anunciar
“Hermanos, el Venerable Maestro (tomará) (estará complacido de tomar) vino con sus
Vigilantes” o “El Venerable Maestro (tomará) (estará complacido de tomar) vino con todos
vosotros, y les solicita que sigáis sentados.” En la cena, s ola m e n te el Maestro debe utilizar
el mallete del Maestro. Es absolutamente incorrecto que el Maestro de Ceremonias o el Past
Maestro Inmediato malleteen en cualquier momento; es El Maestro quien está presidiendo
la cena, y el mallete es el símbolo de su autoridad, tanto como cuando está en la Logia.

El Maestro de Ceremonias debe siempre estar alerta para asegurarse de que el Maestro
no se olvide de la Gracia al final de la comida.

Las listas actuales de Brindis son distribuidas generalmente de manera regular por las
autoridades metropolitanas, provinciales o del distrit , pero un Maestro de Ceremonias
sensible se cerciorará de que él y el Maestro estén trabajando con la versión más
actualizada. Durante los brindis, es una cuestión de preferencia personal (o de la
costumbre establecida en la Logia) si el Maestro de Ceremonias se para detrás de la silla de
quienquiera esté haciendo o respondiendo al brindis en particular (llamando a silencio o
solicitando la atención, como sea apropiado), o si lo deja proceder sin ayuda; el estilo
anterior mientras que es conveniente en una cena con mucha asistencia, puede ser
inadecuado en una comida más íntima. Dondequiera que lo sitúen mientras se estén
haciendo los brindis, el Maestro de Ceremonias debe estar alerta a las diversas trampas
mencionadas hacia el final del capítulo 15.

Si el G.T.E. no cena con la Logia, corresponde generalmente al Maestro de Ceremonias


proponer el Brindis del G.T.E.. La forma correcta del Brindis se describe en el capítulo 4.

***

No debe olvidarse que el Maestro de Ceremonias tiene muchas responsabilidades en lo


referente a la preparación de las Tenidas de su Logia. Aunque él no es el Preceptor de la Logia
de Instrucción (si cualquiera) sancionada por la Logia, él tendrá generalmente la tarea de
conducir ensayos antes de Tenidas y de aconsejar al Maestro en los costumbres y prácticas
dentro de la Logia, así como de los Hermanos a los cuales el Maestro debe delegar esas partes
del trabajo que él no desee realizar por sí mismo, o a quien debe invitar para que actúe en
lugar de un oficial ausente.
Capítulo 22: El Hospitalario

Los deberes del Hospitalario son enteramente de una naturaleza no ceremonial, y por lo
tanto caen terminantemente fuera del alcance de este libro. Puede sin embargo, ser
observado que mientras hasta 1975 el Hospitalario jerarquizaba inmediatamente antes del
Organista (y de 1975 a 1991 después del Hermano Caritativo), desde esa fecha ha
jerarquizado antes del Hermano Caritativo y los Diáconos en reconocimiento de la
importancia de sus deberes al ocuparse del bienestar de los Hermanos y de sus dependientes
que pueden estar necesitados de ayuda. Por otra parte, desde 1991, aunque es un oficial
adicional, su designación ha sido obligatoria. A primera vista esto puede parece una
contradicción, pues de esa fecha era esencial que un oficial adicional era opcional en su
designación. En la práctica, sin embargo, es una disposición sana que permite al ocupante de
otro Cargo ser designado también Hospitalario, lo cual es una ventaja significativa en una
Logia que tenga pocos miembros, especialmente activos.
Capítulo 23: El Hermano Caritativo

Los deberes del Hermano Caritativo , como los del Hospitalario, son enteramente de una
naturaleza no ceremonial, y también caen fuera del alcance de este libro.

Puede, sin embargo, ser observado que este Cargo es de creación muy reciente,
fechando solamente a partir de 1975, en cuyo momento jerarquizó después de los Diáconos
y antes del Hospitalario. Desde 1991 ha jerarquizado después del Hospitalario y antes de los
Diáconos. Como en el caso del Hospitalario, e s un oficial adicional cuya designación es
obligatoria, produciendo así una solución típicamente inglesa al problema potencial de
llenar el Cargo en una Logia con pocos miembros.
Capítulo 24: El Maestro de Ceremonias Adjunto
El Caro de Maestro de Ceremonias Adjunto es en muchos casos transitorio, ya sea un
periodo de entrenamiento para el hermano que está destinado para el Cargo de Maestro de
Ceremonias en un año o dos, o una ranura de mentor para permanecer en contacto para el
hermano que acaba de abandonar este Cargo, quedando a mano para realizar una función
algo similar a la del Past Maestro Inmediato para su sucesor. Este arreglo de “reloj de arena”
de invertir los ocupantes de los dos Cargos tiene mucho para elogiar mientras ayude a
asegurar una transición sutil en el Cargo de Maestro de Ceremonias.

El Maestro de Ceremonias Adjunto hace lo que implica el nombre de su oficina: Asiste al


Maestro de Ceremonias. Particularmente, durante la investidura de oficiales n la Ceremonia
de Instalación es conveniente si él se hace cargo de los collares, malletes, columnas y varas,
dejando al Maestro de Ceremonias libre para conducir a los oficiales a y desde el Maestro. Él
no debe, sin embargo, olvidarse de que puede ser invit do en cualquier momento a sustituir
al último en su ausencia. Debe por lo tanto familiarizarse a fondo con el capítulo 21.
Capítulo 25: El Organista
La Música es una de los siete artes y ciencias liberales. No hay duda que un músico
experto y sensible puede realzar enormemente las ceremonias de una Logia.

Hay mucho más en el arte de ser un buen Organista de la Logia que lo que aparece a
primera vista. Es esencial cierto nivel mínimo de capacidad en el órgano o piano (sin
embargo no exageradamente exigente), y si una Logia no puede encontrar a un hermano
que satisfaga ese nivel es mejor dejar el Cargo vacante. Casi más importante, sin embargo,
es la capacidad de habilidad de adecuar música discreta del fondo a los requerimientos de
las pre ambulaciones y de otras partes de las ceremonias donde nadie está h lando.

Cuando se ha hecho tributo a un miembro de la Logia que ha partido y los hermanos


están parados al Orden en su memoria, el Organista tocará a veces suavemente en ese
punto (Los himnos “El señor es mi pastor" y “Habita conmigo” son probablemente los más
comunes). Algunos hermanos, sin embargo, sienten fuertemente e se debe observar
silencio completo en este punto, y es aconsejable que el Organista, particularmente si es un
visitador, compruebe la costumbre de la Logia de antemano del Maestro y del Maestro de
Ceremonias.

Muchos Organistas ven la investidura de los oficiales en la Ceremonia de Instalación como


una oportunidad para exhibir su sentido del humor. “Caminaré junto a ti” o “En las alas de
una paloma " para un Diácono puede ser letras aceptables, pero “Escribiendo cartas de
amor en la arena " para el Secretario y “Si yo Fuera Rico” para el Tesorero entran en una
diferente categoría. La delicadeza tiene mucho para ser elogiado.

En estos días donde los hermanos capaces de tocar un instrumento de teclas son cada
vez más difíciles de encontrar, muchas Logias confían en los servicios de un visitante que,
por amor o por un honorario, esté dispuesto a cumplir los deberes del Organista. Es
perfectamente apropiado que tal hermano use el collarín del Organista mientras actúa en el
Cargo. Si él actúa regularmente como tal, y es deseo de la Logia reconocer su contribución
enumerándolo en la Citación, él no debe, sin embargo, aparecer en el lugar normal en la
lista de oficiales (la regla 104 del Libro de las Constituciones imposibilita a hermano que no
es miembro suscriptor sostener Cargo alguno en la Logia salvo el de Guarda Templo
Externo), pero debe ser colocado debajo del G.T.E. y ser descrito como “Organista Per
Tempore” u “Organista Visitador”. De la misma manera, él no puede ser investido en el
Cargo durante la Ceremonia de Instalación, aunque no puede haber objeción al Maestro
que pida al Maestro de Ceremonias que lo conduzca ante él al final de la Instalación y que le
confíe (pero que no lo invista) con el collarín con algunas palabras apropiadas.

Es una cuestión de opción personal si el Organista toca música mientras se espera el


inicio de la Tenida, pero de él se esperará que toque música procesional apropiada cuando
el Maestro entra con sus oficiales (y cuando se retira en procesión al final de la Tenida) y
acompañar el canto de “Así sea” al final de las plegarias, para no mencionar los Himnos de
Apertura y de Cierre, así como el Himno Nacional si se canta en el cuarto de la Logia o en la
mesa después de cena. ¡Si la Logia canta la Gracia antes o después de la cena o tiene otras
canciones que se utilicen acostumbradamente durante los procedimientos posteriores, el
Organista tendrá aún más deberes que realizar!
Capítulo 26: El Secretario Adjunto

El Secretario auxiliar es el único de los oficiales adicionales que se designa en la Logia de


Emulación y Perfeccionamiento ¡Y de hecho es una designación muy necesaria!

Su trabajo allí, como lo es en cualquier Logia, es relevar al Secretario de parte de la carga


muy exigente de su Cargo y, en el acontecimiento de su ausencia, substituirlo. n una Logia
regular será una cuestión de acuerdo entre el Secretario y el Secretario Adjunto cómo son
repartidos los deberes.

La oficina del Secretario Adjunto, como del Maestro de Ceremonias Adjunto, es a menudo
transitoria. La única dirección útil que puedo ofrecer a su ocupante es que se ponga al
corriente del capítulo 9.
Capítulo 27: Los Administradores

El Cargo de Administrador es generalmente el primero sostendrá un hermano (y en estos


días muy a menudo incluso antes de ser exaltado). El deber primario de los administradores
es servir el vino en la cena, aunque en algunas Logias, se espere de ellos que sirvan también
la comida, y en algunos casos incluso que la cocinen. Tales deberes - particularmente el
último - están totalmente fuera del alcance de este libro.

Es usual que el mayor de los administradores designados, a menudo, ero de manera


absolutamente incorrecta, designado como el Administrador Mayor (no se reconoce ningún
Cargo de tal naturaleza en el Libro de las Constituciones), sea un Past Maestro y sea él quien
ordene la comida y atienda generalmente a la ubicación correcta de los hermanos en la cena.
Está generalmente aceptado que es una parte de los deb res de los administradores restantes
familiarizarse del trabajo ritual de modo que puedan reemplazar si uno de los funcionarios
más antiguos en la “escala” está ausente. No hay duda ue es una disciplina muy útil que los
hermanos menores comiencen lo más temprano posible a f iliarizarse con el trabajo.

Espero que esta guía se demuestre provechosa para ellos.


Apéndice 2: La memoria Inmortal…..
Para algunas personas recordar palabras parece ser fácil. La mayor parte de nosotros
encuentra que toma cierto esfuerzo. Las generaciones más viejas (incluyendo la mía) tuvieron
que aprender poesía y pasajes de Shakespeare en la escuela, y lo hicimos probablemente - por
lo menos al comienzo - “como loros”, es decir, de memoria. Los métodos educativos han
cambiado a través de los años y muchos lectores más jóvenes no habrán tenido esa base. ¡Por
otra parte, la memorización de cosas parece conseguirse más difícilmente a medida que nos
volvemos más viejos, así que posiblemente hermanos más jóvenes tienen aún la ventaja sobre
aquellos de nosotros que hemos tenido más práctica!

En un apéndice corto no puedo esperar hacer más que apuntar algunas estrategias que
pueden ayudar tanto a los más viejos y a los más jóvenes lectores en la tarea de memorizar y
de recordar las palabras del Ritual. Como observación general, sin embargo, no se puede
enfatizar demasiado que nadie que no puede por lo menos rendir el sentido de las palabras
del Ritual con fluidez razonable podrá transmitir satisfactoriamente las ceremonias, y las
importantes lecciones que se precisan para enseñar a un candidato. Un Maestro, o un oficial
menor, que no tiene que preocuparse de buscar más o menos las palabras correctas pueden
concentrarse en transmitir su significado y, por otra parte, ganar mucha confianza a partir del
conocimiento de que tiene las palabras bajo control.

La cosa más importante es permitir el tiempo suficiente para el proceso de aprendizaje, y


tener cierta idea de cuánto tiempo ese proceso ha de tomar. Nadie que no sea un experto en las
técnicas de memorización puede espere aprender veinte páginas del Ritual al nivel requerido
en, por ejemplo, cuarenta y ocho horas.

En segundo lugar, es importante estar al corriente y e tender lo que las palabras s ig n ifica n
antes de comenzar a aprenderlas. Sin una sensación de la forma de un pasaje del ritual, el
mensaje que se está transmitiendo y las palabras y frases clave, aprenderlo será más duro y
será una cuestión de aprender las palabras como loro.

En tercer lugar, lo que fija un pasaje en la memoria es el esfuerzo de extraerlo nuevamente,


más que la mera repetición de las palabras. Por lo tanto es importante, al sentarse con el libro
para empezar el duro trabajo de aprender, no echar un vistazo inmediatamente al libro
cuando una palabra o una frase se muestran evasiva.

En cuarto lugar, es importante no tratar de aprender demasiado de golpe. Algunos


hermanos intentarán aprender una ceremonia entera, o p r lo menos una parte importante,
como una sola unidad. No es infrecuente oír a un hermano quién está dando, por ejemplo, el
Cargo después de la iniciación, comenzar de hecho muy bien, pero desmejorar cada vez más
rápidamente a medida que avanza. La razón será casi seguramente que cada vez que él se ha
puesto a aprender, él ha comenzado por el principio y que ha avanzado hasta tan lejos como su
concentración le ha permitido, de modo que la primera parte del pasaje es considerablemente
más familiar que la última. Una estrategia útil, por l tanto, es comenzar algunas sesiones de
aprendizaje por la mitad del pasaje o, todavía mejor, con el párrafo final, progresando a os
dos párrafos anteriores, después a los tres anteriores, y así sucesivamente. Es un hecho
psicológico interesante de que la mayoría de los oyentes clas ficarán una ceremonia que
comience y acabe bien más altamente que una que desmejore gravemente hacia el final,
incluso si esta última sea globalmente la ceremonia más exacta.

En quinto lugar, “Fácil viene, fácil se va”. Algo que se aprende rápidamente en un período
corto de tiempo será olvidado igualmente de manera rápida a menos que se tomen medidas
para fijarlo en la memoria. Repasar periódicamente un pasaje a intervalos regulares, aunque
cada vez más largos, ayudará en este proceso.

En sexto lugar, el uso de mnemónicas puede ser extraordinario provechoso. Varios se han
dado en la parte principal de este libro, pero cualqui r persona puede componer sus propios.
Aquellos con cierta familiaridad con la historia de la Primera Guerra Mundial sabrán del
servicio enfermería, el Destacamento de Ayuda Voluntaria (VAD); esto es un mnemónico útil
para la ayuda al Maestro Instalador: “… y por una conducta v irt u os a , a m a b le y d is c re ta …
". De muchas maneras, por otra parte, mientras más obtuso sea un mnemónico es más
probable que se fije en la mente.
***
No todo funcionará para cada todos, pero el método siguiente de aprendizaje que yo utilizo
para aprender un nuevo pasaje del ritual puede ser provechoso para algunos lectores de este
libro:

1. Paso alrededor de una noche familiarizándome de la forma y significado del pasaje


que estoy aprendiendo. Intento leerlo por completo en un día, preferiblemente en la
noche antes de que apagar la luz, de modo que esté remolinando alrededor en mi
subconsciente mientras que estoy cayendo en el sueño.

2. Una vez que me siento cómodo con el pasaje, me siento con el libro para el duro
trabajo de aprender. Encuentro que no hay, desafortunadamente, ubstituto para
esto. Intento pasar por esta etapa tan rápidamente como sea posible.

3. Viene después la primera parte del proceso de fijación, trayendo las palabras de
vuelta a mi memoria. Intento hacer esto con el libro a mano por el tiempo más
corto posible.

4. Una vez que me siento razonablemente confiado de poder recordar las palabras,
hago uso del tiempo “muerto” (mientras que estoy caminando, por ejemplo)
cuando no puedo hacer otra cosa que sea útil, para repasar el pasaje en mi mente.
Dado que en esas circunstancias no puedo hacer referencia al libro, hallo esta
parte del proceso particularmente eficaz en fijar las palabras firmemente en mi
memoria.

5. Una vez que pienso saber el pasaje, repito el paso anterior hasta que las palabras
casi se convierten en segunda naturaleza. Solo entonces estoy realmente en
condiciones de ejecutar el pasaje bajo condiciones “reales”. Desafortunadamente
no es siempre posible alcanzar este grado de pulimento antes de que el pasaje
tenga que ser ejecutado.

6. Después de eso es cuestión de aplicación continua del pulimento. A veces me


preguntan cuánto tiempo me ha tomado aprender una parte en particular del
ritual; Si se trata de la séptima sección de la primera Liturgia, mi contestación es:
una semana - y más de treinta años. ¡Era mucho más joven cuando originalmen e
lo aprendí y dudo si podría manejar las primeras etapas tan rápidamente hoy! Pero
es el pulimento que he aplicado a través de los años subsecuentes lo que
realmente importa.

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