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DISCURSO SOBRE EL RACISMO

Un periodista australiano dio un gran discurso sobre el historial de su país en cuanto a los
derechos de los indígenas y el video ha sido visto más de un millón de veces en tres días.
Stan Grant participó en el debate de Ethics Center el año pasado, y su discurso fue
publicado en línea apenas unos días antes del día festivo nacional, el Día de Australia.
Este es un día en el que los nuevos ciudadanos reciben sus certificados, pero para una parte
del país ese día es visto como una celebración de las injusticias perpetradas en contra de los
pueblos indígenas del país, desde la matanza llevada a cabo por los colonos blancos, hasta
la incautación forzosa de sus tierras y el secuestro de sus hijos.
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"El sueño australiano. Cantamos al respecto, lo recitamos en versos", dijo Grant, citando
una parte del himno australiano: "Australianos, regocijémonos porque somos jóvenes y
libres".
"Mi pueblo muere joven en este país. Morimos 10 años antes que los australianos promedio
y estamos lejos de ser libres. Somos menos del 3% de la población australiana y sin
embargo somos 25% de esos australianos encerrados en nuestras prisiones. Y si usted es un
menor de edad, es peor, porque es el 50%. Un niño indígena tiene más probabilidades de
ser encerrado en la cárcel que de terminar la escuela secundaria", dijo Grant, quien
proviene del pueblo wiradjuri de la región central de Nueva Gales del Sur, informó CNN.
En 2014, la edad media más baja de la muerte para los indígenas e isleños del estrecho de
Torres era de 49,9 años, registrada en el estado de Australia Occidental. Pero mortandad de
la población no indígena se encuentra en 78,5 años para los hombres y 84,8 para las
mujeres.
Para el sector indígena las tasas de mortalidad infantil son más altas al igual que los
suicidios.
Por lo que Grant decidió alzar la voz y expuso la imagen de las injusticias así como el
retrato de los rostros de su familia, su comunidad, su pueblo.
"Mi pueblo era apresado y era puesto en misiones de las que, si escapabas, te perseguían, te
ataban y te arrastraban de vuelta y todo sucedía ahí. Sucedía en la misión de la que provenía
mi abuela y mi bisabuela, de Warrengesda en Darling Point del río Murrumbidgee. Lee al
respecto. Sucedió".
"Nuestros derechos se extinguieron porque no estábamos de acuerdo con la ley británica, y
cuando los británicos nos miraron vieron algo infrahumano. Estábamos impresionados,
ellos volaban y nosotros éramos salvajes de la Edad de Piedra, y era el idioma que se
utilizó. El capitán Arthur Phillip, un hombre de la iluminación estaba enviando partidos con
la instrucción de asaltar; 'traer de vuelta las cabezas cortadas de los alborotadores negros'.
"En 1901, cuando nos convertimos en una nación, no estábamos en ninguna parte, no
estábamos entre las leyes de la constitución. Salvo por disposiciones que permitieron a las
leyes que se llevaran a nuestros hijos e invadieran nuestra privacidad", informó The
Guardian.
Por su parte, el comentarista Mike Carlton tuiteó en su cuenta que esto le hacía recordar al
mismo revolucionario Martin Luther King: "Honestamente, creo que este discurso de Stan
Grant un día será considerado como un momento al estilo de Martin Luther King".
El comisionado australiano de Justicia Social, Mick Gooda, señaló que el discurso de Grant
reavivó una conversación que comenzó en 2014 con lo que llamó "racismo informal".
"Si bien tenemos una población base en Australia que no han avanzado tanto como
quisiéramos, existe otro grupo de personas que sí lo han hecho. Y es con ellos con quienes
nos tenemos que involucrar", dijo Gooda.
La ministra de Asuntos Indígenas de Nueva Gales del Sur, Leslie Williams, expresó: "La
sanidad es un tema complejo y sensible que requiere de un debate reflexivo y considerado.
El discurso de Stan Grant ha impulsado esta conversación tan necesaria a la corriente
dominante".
Por su parte, Grant dijo que él no quería que lo compararan con Martin Luther King,
aunque esto le generó un sentimiento "halagador pero embarazoso".
El próximo año el país llevará a cabo un referéndum sobre si se debe incluir o no a los
indígenas y a los isleños del estrecho de Torres en la constitución australiana, y eliminar las
cláusulas que permiten la discriminación racial.
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"Australia como nación fue formada en 1901. Mi pueblo ha estado en Australia durante
20.000 años", dijo Gooda. "Así que para nosotros, una vez estemos incluidos en la
constitución, tendremos una razón para celebrar, pero no en este momento".

HISTORIA DEL RACISMO


El racismo ha asumido muchas formas diferentes a lo largo de la historia. En la antigüedad,
las relaciones entre las personas fueron siempre de un ganador y un cautivo. Estas formas
de división social existían sin importar la raza, porque a menudo las personas de la misma
matriz racial peleaban entre sí, y el perdedor pasaba a ser cautivo del vencedor, en este caso
el racismo era más próximo a la xenofobia. En la Edad Media, se desarrolló un sentimiento
de superioridad xenófobo de carácter religioso donde eran perseguidas diversas minorías
raciales. Cuando se produjeron los primeros contactos entre conquistadores portugueses y
africanos, en el siglo XV, no hubo fricciones raciales. Los negros y otros pueblos de África
habían celebrado acuerdos comerciales con Europa, que incluía la trata de esclavos, que en
ese momento era una forma aceptada de aumentar el número de trabajadores en una
empresa y no una cuestión racial. Sin embargo, cuando los europeos en el siglo XIX,
comenzaron a colonizar el continente negro y las Américas, se encuentran justificaciones
para imponer a los pueblos colonizados con sus leyes y formas de vida como una forma de
racismo asumida. Una de las razones fue la idea errónea de que los negros y los indios eran
“razas” inferiores y se comenzó a aplicar a la discriminación racial en sus colonias, para
garantizar ciertos “derechos” a los colonos europeos. Aquellos que no se sometían eran
víctimas del genocidio, que exacerbaba los sentimientos más puramente racista, tanto de
parte de los vencedores como de los sometidos, como los indios norte-americanos que
llamaban a los blancos de ‘rostros pálidos’. Los casos más extremos fueron la confinación
de los indios en reservas y la introducción de leyes para establecer la discriminación, así
como los casos de las leyes de Jim Crow en los Estados Unidos de América y el apartheid
en Sudáfrica.

DOMINIO DEL RACISMO

La ideología del racismo El abuso de la ciencia para justificar la discriminación racial

En su libro Breve historia del racismo, en el que ofrece un análisis particularmente lúcido
del tema, el historiador George M. Fredrickson de la Universidad de Stanford menciona la
paradoja de que la condición necesaria para el surgimiento del racismo fuera, precisamente,
el concepto de la igualdad de todos los humanos. En las sociedades basadas en la
presunción de desigualdad se genera una estructura jerárquica aceptada -- que ni siquiera
los miembros relegados a los niveles inferiores ponen en entredicho -- y, por lo tanto, no se
plantea la necesidad de justificar la posición de los subordinados en función de alguna
característica específica que los haga menos meritorios que el resto.
Sin embargo, a medida que las sociedades van asumiendo un mayor compromiso con los
principios de la libertad y la igualdad -- como consecuencia de la difusión, especialmente
en el mundo occidental, de ideas antaño revolucionarias sobre la igualdad de derechos para
todos -- suele atribuirse a los grupos a los que sistemáticamente se les niegan sus derechos
lo que Fredickson describe como "alguna deficiencia extraordinaria que hace que no sean
totalmente humanos". Es decir, el racismo surgió como resultado de la contradicción entre
los principios igualitarios y el trato excluyente de determinados grupos étnicos: el rechazo
de las sociedades con estructuras jerárquicas orgánicas trajo consigo la necesidad implícita
de justificar el sometimiento de ciertos grupos a condiciones de servidumbre, de separación
forzada del resto de la sociedad o de marginación en guetos. A partir de finales del siglo
XVIII, a medida que el racionalismo ilustrado empezó a sustituir a la fe y la superstición
como fuente de autoridad, los dictámenes de la ciencia se convirtieron en el método
preferido para reconciliar las diferencias entre los principios y la práctica. Inevitablemente,
en las sociedades en las que ha habido una discriminación sistemática de determinados
grupos raciales se ha tratado de justificar esa política con argumentos científicos.
En términos generales, se han propuesto tres explicaciones científicas diferentes en defensa
de la discriminación racial, todas ellas avaladas por una larga tradición. Un enfoque ha sido
alegar que existen peligros biológicos en la mezcla de razas. Precisamente, sobre la base de
ese principio, en los Estados Unidos de América y en Sudáfrica se aplicaron durante
muchos años leyes que prohibían los matrimonios mixtos. Las primeras pruebas que
presuntamente corroboraban esa conclusión se presentaron a mediados del siglo XIX y
estaban basadas principalmente en las opiniones de algunos médicos, quienes sostenían
que, debido a la mezcla de sangre, los "mulatos" eran mucho más propensos a padecer
enfermedades que sus progenitores y por tanto tenían una esperanza de vida
excepcionalmente corta. Además, según algunos de los antropólogos más conocidos de la
época, cuando las personas de raza mixta se casaban entre sí, su fecundidad iba
disminuyendo progresivamente y con el tiempo llegaban a ser completamente estériles.
A principios del siglo XX, poco después de que la comunidad científica descubriera el
trabajo de Gregor Mendel, que inspiró el nacimiento de una nueva y apasionante rama de la
biología, algunos genetistas advirtieron del peligro de que el matrimonio entre razas "muy
diferentes" produjera, lo que denominaron "desarmonías" genéticas. Charles Benedict
Davenport, un conocido investigador de la época, señaló, por ejemplo, que si un miembro
de un grupo racial de estatura elevada, como era el caso de los escoceses, se emparejaba
con un miembro de un grupo racial de estatura baja, como era el caso de los italianos
meridionales, sus descendientes podían heredar, por un lado, los genes que determinaban el
desarrollo de órganos internos de gran tamaño y, por otro, los genes que determinaban una
estatura baja, por lo que sus órganos resultarían demasiado grandes para el tamaño de su
cuerpo. Obviamente, esas afirmaciones no se sostuvieron por mucho tiempo, pero pronto
fueron reemplazadas por otras más difíciles de refutar, como la hipótesis defendida por
algunos expertos en ciencias sociales de que los niños de raza mixta eran inferiores a sus
progenitores desde el punto de vista moral e intelectual.
Aunque la creencia en esos desequilibrios genéticos llegó a estar bastante generalizada en
el seno de la comunidad científica y se utilizó específicamente para justificar diversas
políticas raciales opresoras, en la actualidad esa teoría goza de mucha menos credibilidad.
No obstante, pese a que no se ha encontrado prueba alguna de que las relaciones
interraciales provoquen ningún tipo de desequilibrio, las prevenciones contra ciertos tipos
de conflictos genéticos no han desaparecido por completo. Hace sólo unos años, Glayde
Whitney, un destacado genetista y ex Presidente de la Asociación de Genética del
Comportamiento, afirmó que el matrimonio entre miembros de razas "muy diferentes"
podía producir una mezcla genética nociva en sus descendientes y puso como ejemplo de
ello la amplia gama de problemas de salud que aquejaban a los afroamericanos y la elevada
tasa de mortalidad infantil en ese grupo, que se debían, en su opinión, a las
"incompatibilidades de hibridación" ocasionadas por genes blancos que habían pasado
desapercibidos debido a la aplicación de la norma de "una gota de sangre", según la cual se
definía a todas las personas "híbridas" como personas de raza negra. No es de sorprender,
por tanto, que fuese invitado habitualmente por grupos neonazis para dar conferencias y
que, en un discurso que pronunció en un congreso de partidarios de la negación del
holocausto, llegara a acusar a los judíos de conspirar para debilitar a los blancos
convenciéndolos para que reconocieran la igualdad de derechos políticos a los negros.
Otro tipo de justificación científica de la discriminación racial ha sido alegar que los
prejuicios son un fenómeno natural y esencial del proceso evolutivo y que son necesarios
para la eficacia de ese proceso al asegurar la integridad del patrimonio genético. Según esa
teoría, los efectos selectivos de la evolución no se perciben en los individuos sino en los
grupos y, por lo tanto, para que haya progreso evolutivo es necesario que las razas se
mantengan separadas unas de otras y relativamente homogéneas. Un antropólogo defensor
de esa teoría asegura que "la desconfianza y el rechazo" de los miembros de otras razas es
una tendencia natural de la personalidad humana y uno de los pilares básicos de la
civilización.
Por último, la manera más común de valerse de la ciencia para apoyar la discriminación
racial ha sido la publicación de declaraciones en las que se afirma que, por sistema,
determinados grupos están menos dotados que otros de ciertas características cognitivas o
del comportamiento importante . Eso no significa que no haya diferencias entre los distintos
grupos en relación con esas características, sino que las conclusiones al respecto no son
claras y que, en cualquier caso, no son pertinentes para las cuestiones de la igualdad en los
planos social y político. Sin embargo, la utilización de ese tipo de justificaciones con fines
opresivos también tiene una larga tradición. En el primer cuarto del siglo XX, los resultados
de los primeros test de inteligencia suscitaron una gran inquietud, ya que presuntamente
indicaban que las personas del sur y el este de Europa no sólo eran intelectualmente
inferiores a las del norte de Europa, sino que estaban incapacitadas para el autogobierno.
Según algunos de los científicos más importantes de esa época, los nórdicos, que se
caracterizaban por tener más iniciativa y seguridad en sí mismos, además de una mayor
inteligencia, estaban destinados por su naturaleza genética a gobernar a otras razas. En los
últimos cincuenta años, la controversia sobre las características intelectuales y morales se
ha centrado principalmente en las diferencias entre las personas de raza negra y las de otras
razas, que a menudo se utilizaron como argumento para defender el gobierno de la minoría
blanca en Sudáfrica y la segregación legal en los Estados Unidos.
En la actualidad, el investigador más conocido que sigue defendiendo la importancia de las
diferencias raciales es el psicólogo canadiense J. Philippe Rushton, autor del libro Raza,
evolución y comportamiento: análisis desde una perspectiva del ciclo vital, cuya versión
abreviada ha sido objeto de una distribución masiva no solicitada entre decenas de miles de
expertos en ciencias sociales, en un burdo intento de influir sobre la opinión de los
científicos y del público en general. En el prólogo de la edición abreviada en rústica,
Rushton se compromete a explicar las causas de las diferencias raciales en cuanto a los
índices de delincuencia, la capacidad para el aprendizaje y la prevalencia del VIH/SIDA.
En el texto en sí, el autor afirma que el comportamiento de las personas de raza negra, ya
sea en África o en la diáspora, es producto de lo que denomina una "ley fundamental de la
evolución", según la cual la estrategia reproductiva está vinculada al desarrollo intelectual,
de modo que cuanto más avanzado es éste, menor es el número de hijos y mayor la
inversión de tiempo y esfuerzo que se dedica al cuidado de cada uno de ellos. Por esa
razón, las personas de raza negra, comparadas con las de raza blanca o asiática, tienden a
ser más activas y agresivas sexualmente y, al mismo tiempo, menos inteligentes y menos
capaces de ejercer el autocontrol, de realizar una organización social compleja y de
mantener la estabilidad familiar. Al igual que Glayde Whitney, Rushton ha sido también
ponente favorito en congresos de organizaciones políticas dedicadas a promover el
reconocimiento oficial de la superioridad de la raza blanca en la legislación.
Después de la segunda guerra mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) organizó dos conferencias en las que
participaron científicos de renombre internacional y en las que se publicaron sendas
declaraciones sobre la raza. Pese a que hubo algunas pequeñas discrepancias entre ellos en
cuanto a la posible existencia de diferencias innatas, ambos grupos coincidieron en que la
igualdad de derechos de todos los miembros de la sociedad era un principio ético
independiente de cualquier conclusión científica sobre características raciales. Esa es la
postura que debe seguir inspirando nuestro pensamiento sobre los conceptos de raza y
ciencia. Aunque las corrientes de pensamiento que se examinan en este artículo no gozan
de gran apoyo entre los científicos en la actualidad, la cuestión de si son apropiadas para el
estudio científico no viene al caso. Ese tipo de afirmaciones, ya sean falsas o válidas desde
el punto de vista científico, no son en absoluto pertinentes para el reconocimiento de los
derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

USO DEL RACISMO

El racismo y la recolonización como elementos centrales en la reconfiguración del


dominio global.

Jorge Lora Cam

La globalización considerada como recolonización del trabajo y geoestrategia de poder y de


acumulación por desposesión intensificó la reconfiguración territorial de clases y etnias, las
migraciones y la depauperación de las clases obrera y campesina. Significó la puesta al día
de la ideología racista del despojo, de la superioridad racial-étnica que justifica la
recolonización y la dominación. La clasificación racista se hace residente en una memoria y
un imaginario colectivos que aceptan la interrelación sucesiva de legitimaciones de la
limpieza de sangre, el racismo bíblico, el etnocidio y el genocidio militarista sintetizados en
el auto-racismo. Es una poderosa arma de sometimiento que aliena a los dominados al
asumir la ideología de los dominadores y al reproducirse multilateralmente con vida propia.
El Estado, las instituciones, las estructuras, las clases, las familias están configurados por el
racismo sobre indígenas, negros y mestizos asumiendo la forma de invisibilización y
negación como sujetos en las instituciones, estructuras y la vida cotidiana quedando
consolidadas en relaciones de colonialismo interno y colonialidad del poder. La forma mas
extrema de racismo es la destrucción de la identidad, su forma más violenta, después del
genocidio y el etnocidio. Los pobladores de América resintieron la violencia del desarrollo
capitalista, de la instauración de la modernidad en las metrópolis y después la construcción
de un Estado-nación que les negó su humanidad en aras de la colonización.

La resistencia de estos pueblos ha sido permanente y discontinua. La lucha por la


autonomía no es otra cosa que el combate por recuperar su humanidad, su dignidad
humana. Son rebeliones contra el terror histórico que impuso esas denominaciones, por
dejar de ser sólo indios (mitad humanos, mitad bestias), contra la naturalización de esta
forma de dominación, por retomar su autoestima ante la subordinación y alienación. Con el
neoliberalismo, el proceso de destrucción de la conciencia y del recuerdo histórico,
continúa -bajo otras formas-cuando se le quiere reconvertir en ciudadano sin territorios, en
proletarios deslocalizados, en autodetractores de su cultura y en defensores del pensamiento
y planes imperiales. La historia de la modernidad continúa en lo mismo, en el exterminio
cultural y físico de las nacionalidades diferenciadas. Diezmados y cargando con el
autorrechazo parecía imposible un proceso de reidentificación como el que viene
ocurriendo. El desarrollo económico impuesto por el poder se convierte en una de las
principales causas de la violencia.

La libertad ilimitada del mercado y el hecho de que éste se convierta en el único regulador
de las relaciones sociales, han provocado la primacía de la especulación sobre la
producción y que el dinero sea la medida de las cosas. De este modo mercado, técnica,
Estado-nación y democracia electoral son los cuatro jinetes del apocalipsis cultural. Proceso
civilizatorio es lo mismo que destrucción de la personalidad cultural de los pueblos,
liberalismo equivale a dominio de las trasnacionales, Estado-nación a opresión colonial de
los pueblos y homogenización, igualdad equivale a exclusión e injusticia, individuo a
unidimensionalidad; sin embargo, la cultura originaria puede ser socavada pero no
aniquilada, pues equivale a universos de vida diferenciada.

“Tú no eres racista tío, eres imbécil, por culpa de unos padres ignorantes, eres dócil.
Hace ya muchos años que no existen los países, la frontera está en la piel de cada uno:
todos nuestros nietos serán grises.
¿Cómo quieres que te recuerden?, ¿como aquel que decía que odiaba a negros pero se
escondía por si muerden?
Cobarde sin actitud, si algún día te enfrentas a tus demonios verás que son blancos, como
tú.” (duo kie)

El discurso racista es una modalidad de la práctica social discriminatoria que se manifiesta


tanto en el texto, como en el habla y la comunicación. El discurso racista, junto con las
otras prácticas (no verbales) discriminatorias, contribuye a la reproducción del racismo
como una forma de dominación étnica o racial. Lo habitual es que se lleve a cabo mediante
la expresión, confirmación o legitimación de las opiniones, actitudes e ideologías racistas
del grupo étnico dominante. Aunque existen otros tipos de racismo en otras muchas partes
del mundo, la forma de racismo más corriente e históricamente devastadora ha sido el
racismo europeo contra los pueblos no europeos. Es por ello que este artículo se limitará al
estudio del racismo europeo o ‹ ,blanco», así como los diferentes tipos de discursos que
giran a su alrededor.

EL DISCURSO RACISTA es una modalidad de la práctica social discriminatoria que se


manifiesta tanto en el texto, como en el habla y la comunicación. El discurso racista, junto
con las otras prácticas (no verbales) discriminatorias, contribuye a la reproducción del
racismo como una forma de dominación étnica o racial. Lo habitual es que se lleve a cabo
mediante la expresión, confirmación o legitimación de las opiniones, actitudes e ideologías
racistas del grupo étnico dominante. Aunque existen otros tipos de racismo en otras muchas
partes del mundo, la forma de racismo más corriente e históricamente devastadora ha sido
el racismo europeo contra los pueblos no europeos. Es por ello que este artículo se limitará
al estudio del racismo europeo o ‹ ,blanco», así como los diferentes tipos de discursos que
giran a su alrededor.
E, L DISCURSO RACISTA es una modalidad de la práctica social discriminatoria que se
manifiesta tanto en el texto, como en el habla y la comunicación. El discurso racista, junto
con las otras prácticas (no verbales) discriminatorias, contribuye a la reproducción del
racismo como una forma de dominación étnica o racial. Lo habitual es que se lleve a cabo
mediante la expresión, confirmación o legitimación de las opiniones, actitudes e ideologías
racistas del grupo étnico dominante. Aunque existen otros tipos de racismo en otras muchas
partes del mundo, la forma de racismo más corriente e históricamente devastadora ha sido
el racismo europeo contra los pueblos no europeos. Es por ello que este artículo se limitará
al estudio del racismo europeo o ‹ ,blanco», así como los diferentes tipos de discursos que
giran a su alrededor.

Respira del todo esta brisa, ponte en la piel del otro a ver cuánto dura tu sonrisa.
Muestra respeto al desigual por sexo, ideología o cultura, para que afecto y sensibilidad
rodeen la estructura.
Por que con intolerancia muestras déficit en cerebro y corazón.
Hoy comparto mi voz y mi amor contra la “sin –razón” y el dolor y la falta de inteligencia y
comunicación.

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