Convención Internacional de los Derechos del Niño (1.989):
Principal fuente legitimadora de la protección de la infancia.
Instrumento político y jurídico regulador del campo de la infancia y adolescencia. Relevancia pedagógica fundamental. Corresponde a un momento del desarrollo de la categoría “infancia” en el cual el objeto es construir al niño como “sujeto de derechos”.
Limitaciones de la Convención Internacional de los Derechos del Niño:
1. Reservas que los países hicieron a la convención: la convención está
siendo negada por las reservas realizadas por los Estados signatarios en importantes cuestiones relacionadas con la vida misma. El proceso de ratificación de la convención y su traducción a la legitimación interna de los países ha sido ambigua y no ha implicado siempre un avance. *Argentina ratificó la convención con unanimidad del congreso de la Nación con tres reservas: I. Referida a la adopción internacional, por entender que debería contarse con un riguroso mecanismo de protección legal del niño a fin de impedir el tráfico y venta de niños. II. Por cuánto entiende por niño a todo ser humano desde la concepción en el seno materno. III. La Argentina manifiesta que la convención debería haber prohibido en forma terminante la participación de niños en conflictos armados.
2. Discusión que se planteó respecto del “interés superior del niño”: En su
versión original, la propuesta consistía en el interés “superior” del niño y la versión final estableció definitivamente “el mejor” interés del niño. ¿Quién define qué es lo “mejor” para los niños? El interés superior es una entre otras tantas consideraciones que deben tenerse en cuenta en la toma de decisiones relacionadas con los niños. Otra dimensión de este artículo es la relacionada con lo que se define como “medidas” concernientes a los niños, y si estas “medidas” alcanzan a las omisiones. Éste es un punto central no solo para la CIDN sino para todo el enfoque sobre derechos humanos. El uso de la palabra “interés” tiene una connotación utilitarista. El interés fue pensado como interés general o como interés común en el ámbito de lo político; introduce ambigüedad en el concepto. En la cultura del presente, el interés no resulta un concepto muy protector de la infancia. Trabajar por la infancia significa despojarse de todo interés. Este artículo de la CIDN, que define el interés “superior” del niño y que habla de “los niños” en plural, podría haber significado el reconocimiento político del comienzo de una transferencia de poder a las nuevas generaciones considerando así a la infancia como categoría emancipadora. Por el contrario, el “mejor interés del niño” son los adultos ya que, en general, son éstos los que deciden y definen “lo mejor” y lo hacen desde el poder. El interés superior del niño no tiene en la intención de sus formuladores un sentido de aplicación más amplio que dentro del derecho familiar.
3. Cuestión de los Derechos económicos y Sociales: La CIDN reconoce en
varios artículos los derechos sociales en relación con su financiamiento establece que los Estados miembro deben cumplir con el “máximo de sus recursos posibles”. Los derechos económicos operan como derechos habilitantes del resto de los derechos sociales: si no hay financiamiento, no hay derecho que pueda instrumentarse de un modo plenamente efectivo. La fórmula adoptada “hasta el máximo de los recursos disponibles” no implica un financiamiento conminatorio para los Estados parte para hacer efectivos los derechos sociales. 4. Ignorancia absoluta de las responsabilidades del sector privado en la CIDN: Nadie podría negar las inexcusables responsabilidades de este sector. El papel del sector privado es central, y su ocultamiento en la CIDN es porque, el sector privado no está interesado en ciudadanos sino en consumidores.
5. Adaptación de la legislación interna de cada uno de los países a los
principios establecidos en la CIDN: La mayoría de los países, y particularmente los que tienen una estructura político-institucional federal, la han adaptado a su legislación interna y no a la inversa, como era lo originariamente propuesto. Lo que no ha podido ser adaptado a las condiciones de los que tienen el poder, finalmente no se ha adaptado, o solamente se ha incluido lo que se considera inofensivo, esto es, lo que no tiene consecuencias reales. La institucionalidad judicial ha salido fortalecida, salvo algunas excepciones