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PENSAMIENTO ESTRATÉGICO

Bienvenida / Introducción a la Unidad

Hola a todos, aquí estamos… Rosanna y Mariel, desde la ciudad de Córdoba, Argentina, para comenzar a caminar
juntos este curso en torno al “Pensamiento Estratégico”.

Lo iniciamos apostando a compartir ideas y situaciones que se presentan cuando uno como ciudadano y, también,
como profesional, como trabajador tiene que poner en juego esta modalidad de pensamiento en diferentes momentos
de la vida, contextos o entornos.

El hilo conductor que hemos pensado y que atraviesa el desarrollo de la propuesta es el desvelar, el quitar el velo que
cubre algo, el sacar a la luz aquellas cuestiones e interrogantes que toda persona, con distintos estilos y circunstancias,
tiene en relación con el contenido central de este curso, tal vez en un monólogo interno, descubriendo con otros,
reflexionando sobre prácticas y dialogando con textos a través de diversos autores.

Es por ello que, inicialmente, realizamos una breve síntesis del contexto socioeconómico y cultural que nos rodea para
luego ingresar en algunas nociones que nos ayudan a comprender el tema central de este curso. A continuación,
presentamos las claves fundamentales del pensamiento estratégico y describimos sus características cognitivas para
identificar las habilidades básicas de una persona que piensa estratégicamente. Además, relacionamos dichas
habilidades con la toma de decisiones, la colaboración, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. Finalmente,
planteamos algunas líneas de desarrollo que abordan las posibilidades de entrenar estas habilidades para mejorar el
nivel de actuación. Paralelamente, desarrollamos algunos conceptos nodales que nos aporta el campo de la psicología
cognitiva que nutren -desde otras miradas- los temas centrales de este curso.

En síntesis, nuestra intención es poner de manifiesto la importancia que tiene el entrenamiento en habilidades de
pensamiento estratégico para optimizar los procesos individuales de adaptación a cada contexto o situación.

Para comenzar…
Retomando lo compartido en la bienvenida, los invitamos a comenzar un viaje que se adentra en nuestros
pensamientos y en el cual también vamos a idear, reflexionar y reconstruir el aprendizaje integrando las vivencias
personales, para luego remontar el camino del pensamiento estratégico en coherencia con aquél y sobre la base de
una dinámica de comunicación que incluye diferentes narrativas y puertas de entrada conceptuales que
complementan y enriquecen a esta temática.

En este sentido y para iniciar con los preparativos “simbólicos” de este viaje tan particular, les proponemos leer el
siguiente relato:

“Existen leyendas, en el África, sobre un mono inteligente que siempre se encuentra en aprietos. Una de esas leyendas
sobre Mono Sabio cuenta:

Mono Sabio vio una deliciosa fruta en la rama de un árbol. Estaba muy hambriento, y su primera idea fue trepar al
árbol y comerse la fruta rápidamente. Pero se dio cuenta de que la rama en la que estaba la fruta era muy endeble, y
comprendió que su peso la doblaría tanto que él se deslizaría y caería del árbol antes de alcanzar la fruta.

A Mono Sabio no lo llamaban “sabio” por casualidad, y éste era justamente el tipo de problemas que le gustaban. Así
que se sentó bajo el árbol y diseñó el siguiente plan: en primer lugar trataría de pensar todas las formas posibles de
llegar hasta la fruta; luego, elegiría la mejor, la que tuviera la posibilidad de funcionar bien.

La primera idea que se le ocurrió a Mono Sabio fue esperar que pasara Tío Elefante, así podría treparse a su lomo y
llegar a la altura necesaria para alcanzar la fruta. Su segunda idea fue sacudir bien el árbol y esperar que la fruta se
aflojara y cayera al piso. Su tercera idea, fue pedirle al Hermano Ciervo que lo ayudara: Mono Sabio podría trepar al
árbol para que las ramas se doblaran hacia abajo y el Hermano Ciervo podría atraparla fruta con su suave boca.

¿Cuál es la mejor idea?. Mono Sabio siguió pensando. El problema con Tío Elefante era que la fruta estaba muy alta y
quizá tampoco la altura del inmenso animal alcanzaría. El problema de tratar de sacudir el árbol era que la fruta era
muy delicada y, si se caía, podía arruinarse, las hormigas se la comerían y a Mono Sabio no le quedaría nada. El
problema de pedirle al Hermano Ciervo que lo ayudara era que seguramente el Hermano Ciervo también tendría
hambre y Mono Sabio se vería obligado a compartir su fruta con él.

Mono Sabio miró otra vez la deliciosa fruta. Cada vez tenía más hambre. Pensó nuevamente en sus tres ideas: si espero
al Tío Elefante, quizá nunca llegue hasta la fruta; si sacudo el árbol, quizá nunca tenga la fruta, tampoco; si le pido
ayuda al Hermano Ciervo, sólo tendré la mitad de la fruta.

El estómago de Mono Sabio hizo ruido. Considerando todas las posibilidades, pensó, media fruta es mejor que nada…
y corrió a buscar al Hermano Ciervo.

Mono Sabio tiene lo que podría denominarse espíritu estratégico. Enfrentado a un conflicto, piensa estratégicamente
qué hacer en lugar de actuar siguiendo el impulso. La estrategia que inventa es una resolución de problemas en tres
pasos. Quiere la fruta del árbol pero no hay forma obvia de alcanzarla, de modo que: 1) hace un torbellino de ideas en
busca de soluciones alternativas; 2) evalúa cada idea; 3) elige prudentemente el curso de acción más prometedor”
(Thisman et al., 1997: 131).

¿Por qué elegimos comenzar este material y este curso con el ejemplo “La Leyenda de Mono Sabio”? Porque estamos
ante una temática que supone una concepción absolutamente distinta para reflexionar y optimizar nuestros
aprendizajes, de los que -la gran mayoría de nosotros- construimos, experimentamos en nuestro paso por la escuela
primaria, secundaria e incluso en la universidad.

1. Algunas reflexiones en torno a nuestra sociedad y el contexto del cambio


El rápido avance tecnológico y la globalización que caracterizan a las sociedades humanas contemporáneas han creado
una realidad que está cambiando constantemente.

El panorama actual, en este siglo XXI, representa un escenario radicalmente distinto al existente en la llamada sociedad
moderna. En el último cuarto del siglo XX, con el desarrollo de la tecnología audiovisual y multimedial han surgido
nuevas formas de expresión y difusión de la cultura. Estas tecnologías configuran lo que se llama cultura digital1 que
implican formas más flexibles de organización y procesamiento del conocimiento, formas interactivas (Burbules y
Callister, 2001).

En los últimos veinte años el mundo y nosotros, como habitantes del planeta, hemos experimentado una serie de
cambios y transiciones que han atravesado varias facetas de nuestra realidad. Diferentes autores coinciden que, en el
centro de estas transformaciones están la globalización de la actividad económica, las relaciones políticas entre los
países, la información, las comunicaciones y la tecnología.

Compartimos la idea de estar transitando profundas mutaciones sociales, culturales, económicas y políticas
fuertemente vinculadas con el desarrollo de las tecnologías digitales de la información y la comunicación. Entendemos
que estas transformaciones generan importantes desafíos para los ciudadanos, tales como desarrollar nuevas formas
de aprendizaje que permitan incorporar otros modos de adquirir conocimientos, capacidades, habilidades, actitudes
y valores (Brunner, 2003).

Por ende, resulta importante identificar y comprender estas mutaciones socioculturales y percibir la complejidad de
estos procesos porque producen también transformaciones en la construcción del conocimiento y en los marcos
teóricos desde los cuales cimentamos nuestras concepciones de mundo a partir de las cuales nos vinculamos con el
planeta, abarcando los modos de estar y participar en el contexto contemporáneo.

En este sentido, Dussel y Quevedo (2010) señalan que nuestras sociedades están sufriendo una mutación
estructural que ha modificado las bases sobre las que se construyó la modernidad y, en particular, los principios bajo
los cuales se organizan el conocimiento, el mundo del trabajo, en el desarrollo de las materias primas, en los procesos
productivos , en el incremento de los contenidos cualitativos del trabajo, en las relaciones interpersonales, la
organización de los mercados, así como las bases sobre las que se construye la gramática de la política y los ejes
articuladores de la identidad (individual y colectiva) y los principios de construcción de la ciudadanía.
Al mismo tiempo, se ha insistido en la idea de que todos estos procesos están vinculados, de una u otra forma, al giro
tecnológico que caracteriza a esta época. Sin embargo, el problema está muy lejos de ser un tema técnico y se ubica
en rigor en el centro de la escena cultural contemporánea.

En esta línea de pensamiento, Mastache (2009:25) explicita que el concepto de trabajo pasa a concebirse como un
aporte para lograr los objetivos de la organización, que, actualmente, logran resultados sin prescripciones formalizadas
lo que lleva a no realizar tareas preestablecidas, en muchos de los casos. Para ello se requiere que los integrantes de
la misma movilicen conocimientos, habilidades, destrezas, experiencias. Esto lleva a redefinir puestos de trabajo y a
establecer mayores exigencias para los trabajadores.

El cambio incluye el desplazamiento de la división del trabajo al trabajo en equipo, del trabajo de ejecución al
planificador, del trabajo dirigido externamente al autodirigido, del control ajeno a la responsabilidad propia, todo lo
cual supone una mayor participación de un trabajador calificado en la producción.

Ya no se trata sólo de resolver problemas, sino de anticiparlos, no sólo de solucionar averías e interrupciones, sino de
prevenirlas (…). El trabajo se hace, por tanto, más abstracto, más intelectual, más autónomo, más colectivo, más
complejo (Alaufy Stroobants, 1994:50)

Según la mencionada autora, se requiere personas con capacidades, habilidades de aprendizaje continuo, con actitud
flexible y abierta como medio de adaptación al cambio permanente del entorno, participación en los procesos de
calidad y de mejora incesante, liderazgo de equipos, comunicación con pares y en la línea jerárquica, capacidad de
documentación técnica y de gestión, capacidad para dar respuestas reflexivas frente a situaciones imprevistas y,
también, participación y control de su propia tarea. Estos conocimientos y habilidades pasan a ser valorados y
reconocidos y, en consecuencia, a ocupar un lugar nodal en cualquier organización.

Son necesarios trabajadores creativos, imaginativos, innovadores, capaces de trabajar con cualquier persona, en
cualquier momento y en cualquier lugar. Sus conocimientos personales les proporcionan una ventaja con relación a
otros.

En este contexto, el pensamiento lineal y estático, que es característico de generaciones anteriores, y que aún hoy
permea amplios sectores de la sociedad, resulta insuficiente e ineficiente al afrontar los retos a los que nos
enfrentamos en la actualidad.

1 P. Lévy (2007) conceptualiza a la cultura digital como “el conjunto de los sistemas culturales surgidos en conjunción
con las tecnologías digitales y utiliza el concepto de sociedad digital para designar la cultura propia de las sociedades
en las que las tecnologías digitales configuran decisivamente las formas dominantes tanto de información,
comunicación y conocimiento como de investigación, producción, organización y administración.”(p. VII).

Parte III - Glosarios


Glosario de conceptos centrales del curso

Alfabetismo: capacidad para aplicar conocimientos y habilidades en áreas clave y para analizar, razonar y comunicarse
de manera efectiva mientras se examinan, interpretan y resuelven problemas en diversas situaciones (OCDE, 2004).

App: Una aplicación de software, tales como un navegador web o un procesador de texto. Las killer apps son las
aplicaciones que logran un gran éxito de implementación en el mercado y se imponen, en algunos casos modificando
los paradigmas de un negocio

Complejidad: surge de la interdependencia inherente entre los diferentes subcomponentes de un todo, en este caso
del conocimiento. Esta interdependencia puede afectar a una de sus partes o a la totalidad (Sorenson, Rivkin y Fleming,
2006). Al respecto, Luhmann (1990) agrega que la complejidad es la información que le falta a un sistema para poder
describir y comprender completamente su entorno. No obstante, en la sociedad actual, lo que ocurre muchas veces
es que la complejidad es producto de un exceso de información y/o de interacciones y, por ello, resulta necesario
llevar a cabo una “conexión selectiva de elementos” que permita reducir los niveles de complejidad. Dicho esto, desde
la perspectiva del aprendizaje invisible, el desafío estará en desarrollar los conocimientos,

capacidades y estrategias para desempeñarse en contextos de alta complejidad.


Conocimiento: comprensión personal de datos e información que es interiorizada tanto explícita como tácitamente y
que se manifiesta en el individuo en forma de pericia o habilidades.

Economía de la innovación/Sociedad de la innovación: las actividades propias de la sociedad de la innovación se


centran en la aplicación innovadora del conocimiento, en vez de en recursos agrarios, industriales o informacionales.

Economía del conocimiento/Sociedad del conocimiento: el concepto economía del conocimiento fue inicialmente
acuñado por Drucker (1969) para hacer referencia al impacto incipiente que los avances tecnológicos provocarían en
la economía y en la sociedad.

Drucker (1993) describe el impacto social de la economía del conocimiento en los sujetos de la sociedad del
conocimiento:

“En esta sociedad del conocimiento en la que nos movemos, las personas desempeñan un papel crucial. El conocimiento
no es algo impersonal como lo es el dinero. No se encuentra en los libros, en las bases de datos o en un software. Éstos
sólo portan información. El conocimiento lo encarna siempre una persona, que es quien lo lleva, quien lo genera, quien
lo aumenta o lo mejora, quien lo aplica, quien lo enseña y quien se lo transmite a otro sujeto. Por tanto, en esta sociedad
son las personas las que ocupan el centro de todo” (p. 210).

Economía industrial/sociedad industrial: “Término sociológico con el que se hace referencia a la sociedad cuya
tecnología permitió la aparición de la producción en masa, caracterizada por sustentar a una población muy numerosa
y por estar dotada de recursos para la división del trabajo. Esta estructura surgió en países occidentales en el periodo
posterior a la Revolución Industrial y sustituyó a la sociedad agraria de la era premoderna y preindustrial. La sociedad
industriales, por lo general, una sociedad de masas, que puede llegar a ser sucedida por una sociedad de la
información” (Wikipedia, 2010b).

Knowmads: nómadas del conocimiento. Trabajadores creativos, imaginativos, innovadores, capaces de trabajar con
cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. Sus conocimientos personales les proporcionan una
ventaja competitiva con respecto a otros

trabajadores. Representantes de la innovación y del conocimiento colaborativo.

Mobile devices: Dispositivos tecnológicos pequeños e inalámbricos orientados a la comunicación,producción de


contenidos multimediales, integración tecnológica, entretenimiento, gestión de la información, consumo de
los media y fortalecimiento de las redes sociales

Social Networking: Describe todas aquellas herramientas diseñadas para la creación de espaciosque promuevan o
faciliten la conformación de comunidades e instancias de intercambio social.

Sociedad 1.0: sociedad agraria y, posteriormente, industrial que prevaleció durante la mayor parte del siglo XVIII hasta
finales del siglo XX.

Sociedad 2.0: tiende a asociarse con la aparición de la sociedad del conocimiento que surge en el siglo XX (véase
Drucker, 1969, 1985) y que se vincula a la producción e intercambio de conocimientos en sistemas cada vez más
complejos.

Sociedad 3.0: hipótesis de futuro próximo (protoparadigma) impulsada por: 1) el cambio social y tecnológico
acelerado; 2) la educación permanente y la horizontalidad de las relaciones y del conocimiento; 3) una sociedad de la
innovación impulsada por knowmads.

Tecnología: utilización de herramientas, conocimientos y destrezas para mejorar las capacidades de los seres humanos
y de sus sistemas.

Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC): el término TIC se utiliza para referirse al hardware y software
que facilita la transmisión de información. En la educación superior las TIC se utilizan para “proporcionar una mayor
flexibilidad a los estudiantes,
así como para superar las limitaciones geográficas habituales” (D’Antoni, 2003). Las TIC son consideradas un medio
tecnológico pionero en la evolución hacia la economía y la sociedad del conocimiento. Cobo agrega que las tecnologías
de la información y la comunicación son:

“Dispositivos tecnológicos (hardware y software) que permiten editar, producir, almacenar, intercambiar y transmitir
datos entre diferentes sistemas de información que cuentan con protocolos comunes. Estas aplicaciones, que integran
medios de informática, telecomunicaciones y redes, posibilitan tanto la comunicación y colaboración interpersonal
(persona a persona) como la multidireccional (uno a muchos o muchos a muchos). Estas herramientas desempeñan
un papel sustantivo en la generación, el intercambio, la difusión, la gestión y el acceso al conocimiento” (Cobo, 2009b).

Glosario de Operaciones del pensamiento

Observar: es descubrir el mundo que nos rodea; es tomar conciencia acerca de. Consiste en centralizar la atención en
un objeto, circunstancia o situación determinada con el fin de identificar características, cualidades, atributos,
elementos distintivos, de acuerdo a un objetivo o interés previamente especificado.

Describir: es el proceso por el cual se integran las características, atributos, cualidades de lo observado en un todo con
significado propio. Permite tener información precisa de lo observado, integrándolo en un nuevo todo significativo.

Comparar: es el proceso por el cual se identifican semejanzas y diferencias entre dos o más objetos, hechos,
situaciones, en función de variables que se constituyen como elementos de comparación. Es fundamental en este
proceso establecer con claridad las variables que van a servir como punto de comparación.

Clasificar: es el proceso por el cual se pueden reunir objetos, hechos, situaciones en clases de acuerdo a criterios y
propiedades de los mismos. Hay clases que son excluyentes y no omiten ningún representante de otro grupo. En
cambio otras clases son inclusivas de clases más pequeñas. A la vez estas clases se incluyen en otras más abarcativas.
Implica poner orden y posibilita dar significado a la experiencia. Encierra un proceso de análisis y síntesis que permite
sacar conclusiones.

Asociar: es la acción de establecer relaciones entre diferentes conceptos, ideas líneas de pensamiento, corrientes,
teorías, escuelas, posiciones, posturas, tendencias, etc. Es decir, captar distintos elementos identificando los puntos
que presentan en común.

Interpretar: es explicar el significado de un texto, de un caso analizado, de una situación concreta. Si bien se realiza
con un marco teórico de referencia, se “tiñe” de aspectos subjetivos.

Explicar: implica el empleo del vocabulario para expresar lo dicho por un autor, lo sostenido por una corriente, lo
afirmado por una teoría, etc. Si bien se actualizan los términos propios, se debe respetar el espíritu del texto original.

Expresar: es la capacidad para manifestar en forma clara y coherente lo que se piensa, por medio del lenguaje oral o
escrito, adecuándolo al contexto.

Inducir: es el tipo de razonamiento que partiendo de hechos o situaciones particulares, permite llegar a la formulación
de un enunciado general que abarque todos los casos o hechos. Sólo se podrá arribar al enunciado general si los casos
poseen cualidades o características comunes.

Deducir: es una forma de razonar que consiste en partir de un principio general para llegar a un principio particular
desconocido. Partiendo de proposiciones generales y abstractas, inferimos a otras referidas a casos particulares,
concretos y observables.

Analizar: consiste en el proceso por el cual se descompone un todo en función de uno o varios criterios
preestablecidos. En esta operación el todo- complejo – es dividido en las partes que lo componen, es decir en
elementos simples con el objetivo de profundizar cada una de esas partes.

Sintetizar: es el proceso complementario al análisis, y consiste en integrar el todo en una nueva unidad con sentido y
significado. Se trata de recomponer y dar sentido a una nueva información de manera personal. Se combinan
elementos simples o aislados para formar elementos compuestos o complejos.
Contextualizar: esta operación permite ubicar un concepto, proceso o situación en particular, en un entorno más
amplio con el cual establece relaciones de algún tipo. La ubicación contextual, temporal o espacial de un fenómeno
permite una mejor comprensión del mismo.

Definir: es un proceso donde se produce la delimitación de un término para su comprensión. Las cualidades esenciales
al momento de definir son: la definición sólo debe abarcar lo que se pretende definir en tanto que abarca los atributos
esenciales, debe estar elaborada con carácter afirmativo y no debe ser circular.

Transferir: es el proceso de aplicación de experiencias anteriores a nuevas situaciones. Se produce en este sentido,
relaciones entre objetos, conceptos, y/o situaciones o a la influencia de nuevos aprendizajes sobre los aprendizajes
previos.

Parte IV - Bibliografía
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2. Aprendizaje, pensamiento, conocimiento
Javier Herrero Martín y Juan Ignacio Pinedo (2005) realizan una interesante síntesis que nos permite entender los
vínculos entre pensamiento, información, conocimiento y aprendizaje, cimientos necesarios para adentrarnos en el
pensamiento estratégico que tomamos y compartimos con ustedes.

Según los antores, toda la actividad humana está mediada por la capacidad de pensar. La construcción del
pensamiento humano es uno de los procesos psico-socio-biológicos más emocionantes. El perfeccionamiento y
desarrollo de esta capacidad transcurre en relación con la experiencia adquirida en el transcurso de la vida.

El cerebro, entre diversas funciones que posee, también capta y procesa información que le viene del exterior, así
como procede a generar pensamientos de índole abstracta. Poseemos zonas cerebrales que están comprometidas con
procesos más abstractos relacionados con la capacidad de razonar, con el conocimiento y la consciencia, y con la
memoria y la capacidad de aprendizaje.

Mientras vamos creciendo, disponemos de mayor información captada, procesada y almacenada y numerosos y más
ricos pensamientos. Esto nos permite resolver de nuevo todo ello para, en un proceso sin fin y mediante una aparente
suma infinita de bucles, desarrollar y alcanzar cada vez pensamientos más ricos y profundos, los cuales serán
almacenados y servirán para enriquecer los pensamientos futuros. Estamos así desarrollando y perfeccionando la
función de reflexión de nuestro cerebro en un mecanismo sin fin.

Los mencionados autores plantean que todo esto lo podremos lograr en tanto y en cuanto consigamos varias cosas:

o desarrollar y mejorar el proceso de adquisición de información exterior (el aprendizaje, la observación, la


experiencia, la atención, el entrenamiento, etc.),

o desarrollar y mejorar el proceso de almacenamiento y recuperación de la misma (la memoria, el


entrenamiento, etc.), y

o desarrollar y mejorar el proceso de interrelacionar mejor y más rápidamente informaciones diversas (el
pensamiento, el entrenamiento, etc.), de hacerlo cada vez más frecuentemente, y de hacerlo además con
mayor cantidad de informaciones y calidad de las mismas.

En tanto y en cuánto más hagamos pensar a nuestro cerebro (más veces y más profundamente), más fácil le será
hacerlo cada vez y, además, hacerlo de manera más profunda. El cerebro es un órgano muy agradecido y si lo cuidamos
nos proporciona grandes servicios.

Por otra parte, los desarrollos sucedidos en las últimas tres décadas de la Ciencia Cognitiva complementados con la
Teoría Sociocultural contemporánea han venido a plantear cómo la capacidad de pensar se convierte en un
instrumento cada vez más necesario para intervenir adecuadamente en la vida cotidiana, a nivel individual.

En este sentido, hablar de un «pensamiento individual» resulta clave en el proceso de transferencia de una sociedad
basada en el esfuerzo y el trabajo a una sociedad tecnológica en la que el pensamiento cobra un papel esencial.

Estamos considerando que la persona, ya sea representante de un colectivo o por cuenta propia, se enfrenta, por
exigencias de la propia naturaleza de la sociedad actual, a una serie de circunstancias vitales en las que su capacidad
de pensamiento es un elemento crítico a la hora de plantear la acción en términos de objetivos, esfuerzo, riesgo,
eficacia y eficiencia.

Sin duda, la potencialidad de pensar se nutre de la capacidad de observar, interactuar, soñar y visionar. El
conocimiento se teje entonces con el sueño, con el arte de imaginar, crear y diseñar nuevas posibilidades y opciones.
Cada ser humano sueña con lo que tiene: expectativas, posibilidades, frustraciones y sobre ello, construye sus sueños,
sus utopías y su vida cotidiana.

Aquí nos parece importante explicitar que pensamiento y conocimiento están íntimamente ligados.
Definimos conocimiento como el tipo de información que se encuentra a disposición, directa o indirectamente, en la
estructura de memoria, ya sea individual (el cerebro humano), o colectiva (estructura de «redes» de conocimiento).
Entonces, el pensamiento puede ser entendido como la actividad derivada del procesamiento de este tipo de
información. Es decir, que el pensamiento se basa en la utilización del conocimiento.
Cabe mencionar que el conocimiento se almacena en forma de representaciones, unidades simbólicas mentales que
permiten manejar (operar, procesar) conocimiento y estructurarlo. A su vez, los esquemas de conocimiento se
constituyen internamente a modo de modelos mentales personales sobre cómo nos representamos el mundo.

Ahora bien, es momento de dedicarle un espacio breve al aprendizaje, desarrollar algunas ideas centrales, previo a
ingresar a lo que entendemos por pensamiento estratégico. Ellas representan una mínima síntesis que pretende dar
cuenta de cuestiones centrales que queremos explicitar.

Todos aprendemos. Siempre lo hacemos. Es una actividad permanente del hombre a lo largo de su vida. Entre todas
las especies que habitan el planeta, los seres humanos somos, sin duda, los que disponemos no sólo de una inmadurez
más prolongada y de un apoyo cultural permanente, sino también de capacidades de aprendizaje más desarrolladas y
flexibles, algunas que comparte con otras especies y otras que le son específicas, hasta el punto de no poder, aún, ser
reproducidas por ningún sistema ni orgánico ni mecánico.

Sin duda la capacidad de aprendizaje junto al lenguaje, el humor, la ironía, la mentira entre otras virtudes constituyen
el núcleo básico de acervo humano que nos diferencia de otras especies.

Estas capacidades cognitivas son imprescindibles para que nos adaptemos a la sociedad y a la cultura que nos rodea.
Sin ellas no podríamos adquirir la cultura y formar parte de nuestra sociedad. La función principal del aprendizaje
humano es interiorizar o incorporar la cultura para así formar parte de ella. Nos hacemos personas en la medida en
que personalizamos la cultura.

Por esto es que se considera que es aprendizaje es un proceso. Los seres humanos comienzan su aprendizaje desde
que nacen y éste recién culmina con la muerte. Asimismo, aprenden en diferentes ámbitos, situaciones y con
diferentes personas. También podemos pensarlo como un proceso inacabable que se da en diferentes contextos y
entornos.

El aprendizaje constituye un proceso personal, interno, permanente, dinámico y activo, tanto individual como social.
Esto significa visualizarnos como procesador activo de información y generador de conocimientos. Asimismo, el
concepto aparece ligado a la idea de cambio con una cierta permanencia, a partir de la experiencia y referido a la
comprensión, información, capacidades, habilidades, conocimientos, actitudes, etc.

Entonces el aprendizaje:

o es un proceso, más que un resultado.

o es significativo, ya que capitaliza conocimientos y experiencias previas.

o construye los conocimientos contextuadamente desde una interacción entre teoría y práctica.

o involucra a la totalidad del ser humano.

o se construye a partir de un contexto sociocultural determinado y se enriquece en un diálogo múltiple con él y


las personas que nos rodean.

Sin duda alguna, hoy en nuestra cultura, la necesidad de aprender se ha extendido a casi toda la actividad social. El
aprendizaje no cesa. Cada vez se nos exige aprender más cosas y más complejas.

Si lo que ha de aprenderse evoluciona, y nadie puede dudar de que aumenta y cada vez a mayor velocidad, la forma
en que se aprende tiene que ampliarse. Resultan claros ejemplos de lo que venimos desarrollando los siguientes: saber
manejar cajeros automáticos, saber realizar trámites bancarios desde home banking, saber manejar un auto, saber
cocinar, tener conocimientos básicos de economía para comprender la situación actual del país que habitamos, saber
cómo completar una solicitud de empleo, saber manejar los celulares inteligentes, sus funciones y las apps que los
integran, navegar por Internet, tener conocimientos de computación, por sólo enumerar algunos.

Por ello, no es casual que la necesidad de aprender a aprender sea otra de las características que definen nuestra
cultura de aprendizaje. Debido a que tenemos que aprender cosas distintas, con finalidades diferentes y, en ocasiones,
cambiantes, es necesario que sepamos adoptar habilidades, procedimientos, estrategias diferentes para cada una de
ellas. Necesitamos adquirir herramientas diferentes para enfrentarnos a tareas diversas, de allí el sentido del
contenido central este curso.

En esta línea, Cobo Romaní (2011:194) nos invita a “desaprender” explicitando que la educación a lo largo de la vida
se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser (Delors, 1997).
En el informe de la UNESCO, que coordina Delors, se hace referencia a la importancia de “aprender a conocer” y se
explica la relevancia de la capacidad de “aprender a aprender”. Sin embargo, en una época de intensivos ciclos de
renovación de información y actualización del conocimiento, también es importante desarrollar la capacidad para
desaprender. Es decir, tal como explica Contreras (2005), “dejar ir (deshacerse de) ciertos conocimientos, supuestos,
destrezas, modos de pensar, entre otros, para permitir que afloren y se desarrollen nuevos marcos mentales y
destrezas, haciendo explícito el proceso de desaprender”. Contreras aclara que ello implica ser capaz de reorganizar y
reconstruir para lograr un aprendizaje transformacional que no sólo permita adquirir nuevos conocimientos, sino
también estimule la modificación del comportamiento a la luz de la revisión de los propios marcos de referencia.

2.1. Capacidades, habilidades, procedimientos


Tal como mencionamos anteriormente, actualmente vivimos en un mundo interconectado e interdependiente; por lo
tanto, se espera que podamos dar respuesta a la variedad de demandas que se nos realizan en los diferentes entornos
en que participamos, se trate de la familia, el trabajo, la profesión, la escuela, la universidad. Para ello resulta necesario
que contemos con ciertas habilidades, capacidades, herramientas cognitivas que nos permitan ser flexibles y
adaptables al cambio, y así desarrollar una mirada amplia, integradora y multidisciplinaria.

Nos interesa diferenciar tres conceptos, que son cimientos fundamentales para construir el concepto de estrategia:

Capacidad: es la disponibilidad genética del organismo. Son innatas y no requieren aprendizaje. Una vez desarrolladas
a través de la experiencia, que produce el contacto con el entorno culturalmente organizado, darán lugar a habilidades
individuales. Están vinculadas al saber hacer. Por ejemplo, a partir de la capacidad de ver y de oír con la que nacen los
sujetos, y de acuerdo a las posibilidades que hayan tenido, se convierten en sujetos más o menos observadores.

Habilidades: son la resultante de una capacidad que se ha desarrollado gracias al uso de una técnica concreta. Se
emplean para enfrentarse a tareas rutinarias y con un bajo nivel de control consciente. Pueden expresarse en
conductas, en cualquier momento porque han sido desarrolladas a través de la práctica y además, pueden utilizarse o
ponerse en juego, consciente o inconscientemente, de forma automática. Están ligadas a los saberes, conocimientos
y representaciones. Una vez desarrolladas a través de la experiencia, que produce el contacto con el entorno
culturalmente organizado, darán lugar a habilidades individuales. Están vinculadas al saber hacer. Es una operación
mental estable y reproducible dentro de los diferentes campos de conocimientos.

Procedimientos: son maneras de proceder, actuar para conseguir un fin. Son el conjunto de acciones ordenadas y
finalizadas, dirigidas a la consecución de una meta.

Bien ya es hora de de ingresar al tema central de este curso.

3. Pensamiento estratégico
El pensamiento estratégico supone la posibilidad de plantear de manera anticipada situaciones para establecer
criterios de valor sobre las diferentes alternativas de acción y ponerlos en relación con los resultados posibles. Ponerlo
en juego requiere de la conjunción de experiencia y pensamiento.

1. Para Dewey (1967:290) la experiencia es un control deliberado de lo que se ha hecho con referencia a hacer
que lo que nos ocurre y lo que hacemos a las cosas sea lo más fecundo posible. Para este autor, la experiencia
no es sólo hacer es también pensar, reflexionar, interpretar lo hecho. La experiencia es acción y reflexión que
enriquece lo que se hace. Así entendida es una fuerza en movimiento que supone cambio.
Reconocemos la importancia de comenzar a desarrollar habilidades de pensamiento estratégico que nos permitan
adaptarnos de manera más exitosa a los cambios constantes de nuestro entorno.

El pensamiento estratégico representa una forma particular de pensar que se caracteriza por el uso de la intuición, la
creatividad y la imaginación para tener una nueva perspectiva de una iniciativa o de la empresa (Lawrence, Mintzberg,
Hamel y Prahalad, y Liedtka, 2004). Por su parte, la creatividad es la capacidad de encontrar, imaginar y definir lo
nuevo, puede aplicarse para lograr los objetivos de innovación y cambio de la empresa (Rodrigo, 2000). Este
pensamiento se complementa con la creatividad al hacer parte del proceso para llevar a cabo la coordinación de
méritos creativos dentro de una perspectiva común, lo que le permite a un negocio u organización avanzar hacia el
futuro de manera satisfactoria; para ello se requieren buenas ideas, imaginación constructiva y un pensamiento no
lineal; al mismo tiempo, la creatividad propia del pensamiento estratégico dentro de una organización es para que
aquellas ideas creativas logren un desarrollo formal y se ejecuten del modo más estratégico y organizado para
garantizar decisiones exitosas.

Según Krell (2009), el pensamiento estratégico es el arte de ordenar los conocimientos y los recursos para superar esa
diferencia tradicional que existe entre el plan y el resultado. La estrategia se mueve en dos polos: el de la reflexión y el
de la acción, pero da prioridad al segundo, prioridad que es ratificada por Minzberg (1999) cuando afirma que
estrategia es “el patrón de una serie de acciones que ocurren en el tiempo”.

Para este autor, el pensamiento estratégico proporciona la mejor solución posible a partir de una combinación realista
de análisis racional y de integración imaginativa, ya que contrasta con el enfoque convencional (pensamiento lineal) y
con quien todo lo basa en la intuición (conclusiones sin análisis), porque el pensamiento estratégico exige romper el
limitado campo visual que se maneja ordinariamente para adentrarse en el uso diario de la imaginación, la creatividad
y la intuición, pero también para entrenarse en los procesos lógicos de pensamiento.

De acuerdo a estas premisas es posible desarrollar la costumbre de pensar estratégicamente y hacerlo de forma
natural como un estimulante ejercicio mental, hasta convertirla en una auténtica disciplina. Es decir, en una constante
práctica, en una filosofía a largo plazo y en una actitud frente a la vida.

Para Javier Kudo (2017), las 5 (cinco) características esenciales del pensamiento estratégico son las siguientes:

1. Tiende a interpretar el entorno donde se desarrolló para aprovechar la mejor combinación de recursos
existentes a favor de los objetivos establecidos.

2. Es interactivo, dinámico y flexible, lo cual permite interiorizar nueva información del entorno y responder a
ella redefiniendo estrategias y procesos conforme sea necesario.

3. Requiere de experimentación e innovación y constantemente rompe esquemas establecidos para desarrollar


soluciones creativas a diversos problemas.

4. Se caracteriza por un alto potencial metacognitivo que permite evaluar de manera constante los procesos y
estrategias empleados en la actualidad, detectar errores y reformular dichos procesos para optimizar los
resultados.

5. Produce una integración entre los sentidos, la intuición y la razón generando alternativas al pensamiento
lineal.

Desde otra mirada, Nisbet y Shuksmith (1986) señalan que el concepto de estrategias invita a pensar en repertorios
de acciones aprendidas, autorreguladas, contextualizadas y de dominio variable. Son como una guía de las acciones
que hay que seguir y que es anterior a la elección de cualquier procedimiento para actuar. Es una actividad personal,
aleatoria a la propia historia de cada persona. Es una actividad finalizada mediante la cual se construyen nuevos
saberes y nuevosaber hacer integrando una serie de relaciones sucesivas, la dificultad con la costumbre, lo extraño
con lo familiar, lo desconocido con lo conocido. Es la manera como un sujeto negociauna situación problema y cómo
éste pone en juego las consignas acerca de los materiales que se le han proporcionado. Implica un proceso en sí mismo
integrador. Es una actividad original que despliega cada sujeto, la cual se apoya en sus capacidades y le permite
construir competencias.

Lo estratégico implica el uso reflexivo de los procedimientos y habilidades que se ponen en juego al realizar una tarea
determinada. Siempre se usan de manera consciente e intencional ya que están dirigidas a alcanzar un objetivo
relacionado con el aprendizaje y/o con el saber hacer que normalmente implica la resolución de un problema.

Son procesos de toma de decisiones -conscientes e intencionales- en los cuales cada persona elige y recupera, de
manera coordinada, los conocimientos que necesita para cumplimentar una determinada demanda u objetivo,
dependiendo de las características de la situación en la que se produce la acción.
Se necesita considerar las características de cada situación concreta y es el análisis de estas situaciones particulares lo
que permite tomar decisiones para actuar de forma estratégica.

Este tipo de pensamiento permite aprender a encarar una variedad de desafíos de manera productiva y planificada. El
objetivo del problema o de la actividad a enfrentar marca la complejidad y profundidad de las estrategias y del esfuerzo
cognitivo.

Por todo lo mencionado hasta aquí, para estos autores una persona que ha construido “pensamiento estratégico”
puede considerar de manera consciente la intencionalidad y la regulación de una actividad, características definitorias
del comportamiento estratégico. Puede tomar decisiones sobre qué debe aprender, cómo, en qué situaciones y con
qué finalidad debe utilizar las habilidades/procedimientos de aprendizaje de los que dispone. Esto supone quealguien
con pensamiento estratégico es una persona que sabe leer con gran exactitud qué tipo de problema se le plantea y
cuáles son las estrategias que deberá activar para resolverlo.

A esto también se agrega que es alguien reflexivo y pensante, responsable de sus actos y que incrementa su capacidad
de razonabilidad y juicio. Son las personas que realizan sus propios juicios sobre los sucesos, se forman su propia
concepción de mundo y de la clase de personas que quieren ser. Son los sujetos que hacen elecciones que no dependen
de la voluntad de otros. Necesitan y tienen que construir criterios con el objeto de adoptar esas decisiones. Tienen la
habilidad para identificar y citar buenas razones para las opiniones que sostienen lo que está apoyado en autogobierno
y autocontrol.

Una persona que piensa estratégicamente se caracteriza por haber desarrollado su potencial metacognitivo orientado
hacia el análisis de las estrategias disponibles ante una determinada situación.

Teniendo en cuenta lo desarrollado en el apartado 2 además de todo lo explicado en torno al pensamiento estratégico,
reconocemos a la colaboración, el trabajo en equipo y la resolución de problemas como habilidades necesarias a
construir en este contexto del cambio en la sociedad actual.

Una acción metacognitiva es aquella en la que el individuo pone el conocimiento a disposición del propio pensamiento
sobre la acción: pensar sobre lo que se está pensando, en general. El proceso metacognitivo juega, en este sentido,
un papel crítico en los procesos de planificación de la acción y resolución de problemas.

En el estudio de los procesos de metacognición se han resaltado dos elementos constituyentes como esenciales en su
comprensión: por un lado, el propio conocimiento de la cognición, referido a todo aquello que una persona sabe sobre
su propio estado de conocimiento; el segundo, la posibilidad de regular dicho conocimiento, la regulación de la
cognición (Brown, 1980, 1987).

3.1. Toma de decisiones


La toma de decisiones es una capacidad puramente humana propia del poder de la razón unido al poder de la voluntad.
Es decir, pensamiento y querer se unen en una sola dirección. El pensamiento es como la luz que aporta claridad al
corazón y la voluntad guiada por esa luz persigue la elección correcta. La toma de decisiones muestra la libertad
personal de cada ser humano que tiene el poder de decidir qué quiere hacer.

Proceso de reflexión, que no hay que capturar, secuestrar. Tomar una decisión es un proceso reflexivo que requiere
de tiempo para valorar distintas opciones y también, las consecuencias de cada decisión. Con frecuencia, las personas
se exigen demasiado a sí mismas cuando quieren tomar una decisión y aspiran a acertar en su elección cuando en
realidad, en la vida, no importa el camino que se tome porque siempre se van a asumir riesgos.

Pero además, merece la pena recordar que no existe un único camino correcto. Por otra parte, también es aconsejable
recordar que se toma una decisión de acuerdo a la madurez del momento. La toma de decisión es situada y
contextualizada.

Todo ser humano tiene los recursos internos necesarios para tomar decisiones, sin embargo, las personas también
tienden a buscar apoyo externo en la toma de una decisión importante. Por ejemplo, el consejo de un amigo, un
proceso de coaching, la ayuda de un mentor...
La vida es una toma de decisiones constante, entre simples y otras que nos marcan. Cada día tomamos decisiones en
nuestra vida. Algunas son trascendentales y otras son muy rutinarias y cotidianas, sin embargo, todas ellas influyen de
manera directa en nuestra felicidad porque en cada decisión nos acercamos o nos alejamos de nuestros objetivos.
Este es un buen criterio a la hora de tomar una decisión: valorar si ese paso nos acerca o nos aleja de nuestro objetivo.

A la hora de tomar decisiones de una forma efectiva, la experiencia es un grado. Es decir, gracias a todas las vivencias
acumuladas en el corazón, una persona puede tomar la elección correcta de una forma más efectiva. Los padres tienen
una tendencia natural a la hora de proteger a su hijo de todos los peligros, sin embargo, pronto descubren que no
pueden hacerlo y que tienen que dejar los hijos tomen sus propias decisiones por sí mismos y asuman el riesgo de
equivocarse porque es así como se aprende.

Principios básicos para la toma de decisiones

o Es importante decidir bien, mas no importa si aciertas, el sentimiento de responsabilidad puede llevar a pensar
que al hacer bien las cosas, todo saldrá tal como estaba previsto.

o Se deben Identificar los objetivos, si no sabes a dónde vas difícilmente llegaras allí. Esto permite actuar en
función de las metas u objetivos.

o Se debe planear cosas que sean posibles llevar a cabo, un marco de referencia condiciona el curso de acción.

o No te auto engañes, considera tanto las razones que avalan la decisión que has tomado, como las razones que
la cuestionan. Crea un equipo de trabajo heterogéneo donde exista diversidad de opinión así no trabajaras a
ciegas.

o Utiliza sólo la información relevante, esta información reduce la incertidumbre a la hora de tomar una
decisión.

o Es normal sentir incertidumbre, al tomar una decisión siempre se corres riesgos de equivocarse, tener pérdidas
y fracasar. Por eso, es importante plantear varios escenarios y generar planes de contingencia para cada
escenario.

o Utiliza la creatividad en ti, genera diferentes alternativas, no te vayas a la primera, a medida que desarrollas
nuevas ideas suelen surgir mejores opciones. A más alternativas, mayor calidad de las decisiones.

o Las decisiones no deben ser juzgadas por lo eficaces que son, una decisión puede traer muchos otros tipos de
consecuencias. Razona todas las consecuencias que se pueden tener con esta decisión y plantea un terreno
de valoración donde los aspectos negativos sean los mínimos posible.

o La decisión debe ser seguida por la acción, ninguna decisión es buena hasta que se aplica se ve su operatividad
y se obtienen los primeros resultados.

o Las personas tenemos sentimientos y éstos pueden influir en la toma de decisiones. La racionalidad tiene
límites individuales que generan la forma de pensar de cada individuo. En la toma de decisiones hay que
gestionar estos límites siendo conscientes de ellos gracias al autoconocimiento.

3.2. Colaboración
arafraseando a Carina Lion (2006:103) la colaboración es una cultura, el trabajo en colaboración es lo contrario al
individualismo. Implica el armado de redes de trabajo, construir espacios de intercambio, espacios de participación,
planificación de metas, proyectos y actividades en forma conjunta, interdependencia de roles, tareas, recursos,
actitudes de confianza y respeto por el otro, recuperación de la propia estima en el aporte al grupo. También implica
poner en juego la discusión, la responsabilidad, construir criterios de trabajo. En este proceso se ponen en juego
procesos de negociación de significados propios de nuestra vida en el marco de una cultura y una sociedad
determinada (Bruner, 1997). Una amalgama de condiciones de trabajo que no se generan mágicamente y que en el
mundo actual se potencian con las tecnologías digitales.

Es importante aclarar que, la colaboración puede convertirse en un eslogan y/o vaciarse de significado, sobretodo, en
contextos socioculturales atravesados por una cultura netamente individualista. Este concepto, poner en juego
procesos colaborativos implica un cambio profundo de la organización, de la institución y también en los individuos
que se enrolan en este tipo de actividad o proyecto. Porque los cambios no son sólo discursivos sino prácticos, no son
sólo axiológicos sino también pragmáticos.

La construcción colaborativa se aprende. Nace y responde a un nuevo contexto sociocultural donde se redefine el
“cómo aprendemos” y “dónde aprendemos”. Es así que se validan las interacciones sociales como también la visión
de que el aporte de dos o más personas que trabajan en función de una meta común puede tener como resultado una
producción más enriquecida que la propuesta de uno solo, como consecuencia de las interacciones, negociaciones y
diálogos que dan origen al nuevo conocimiento.

Está centrado básicamente en el diálogo, la negociación, en la palabra, en el aprender por explicación y que se genera
en un entorno “conversacional”. Lo que significa que estamos siguiendo a Vigostsky (1979) considerando que el hecho
de aprender es por naturaleza un fenómeno social en el cual la construcción y adquisición de conocimiento es el
resultado de la interacción de personas que participan en un diálogo. Aprender es un proceso dialéctico y dialógico en
el que una persona contrasta, negocia su punto de vista personal con el otro hasta llegar a un acuerdo.

Driscoll y Vergara (1997: 91) señalan que para que exista verdadero aprendizaje colaborativo, no sólo se requiere
trabajar y cooperar juntos sino también:

1. responsabilidad individual: todos los miembros son responsables de su desempeño individual dentro del
grupo,

2. interdependencia positiva: los miembros del grupo deben depender los unos de los otros para lograr la meta
común,

3. habilidades de colaboración: las habilidades necesarias para que el grupo funcione en forma efectiva, como el
trabajo en equipo, liderazgo y solución de conflictos,

4. interacción promotora: los miembros del grupo interactúan para desarrollar relaciones interpersonales y
establecer estrategias efectivas de aprendizaje,

5. proceso de grupo: el grupo reflexiona en forma periódica y evalúa su funcionamiento, efectuando los cambios
necesarios para incrementar su efectividad.

Begoña Gros (2004) agrega que en un proceso de aprendizaje colaborativo, los integrantes de un grupo o equipo se
comprometen a aprender algo juntos, por ello deciden cómo realizar la tarea, qué procedimientos adoptar, cómo
dividir el trabajo y las tareas a realizar. La comunicación y la negociación son claves en este proceso.

Para que el trabajo en grupo pueda considerarse realmente cooperativo, colaborativo tiene que cumplir los siguientes
cuatro requisitos:

1. Los miembros de cada grupo tienen que asignarse siguiendo un criterio de heterogeneidad.

2. El objetivo de trabajo tiene que poder abordarse únicamente desde la perspectiva del grupo, y no desde cada
uno de sus miembros por separado.

3. La resolución de la tarea debe requerir o comportar la necesidad de que todos los miembros contribuyan, de
diferente manera y en diversos grados, a la resolución de la actividad, evitando que se produzca la exclusión
de ningún miembro durante una parte del proceso.

4. El grupo tiene que disponer de suficientes recursos para mantener y hacer progresar su propia actividad a dos
diferentes niveles:

o A nivel de las relaciones interpersonales

o A nivel de progreso de la tarea


3.3. Resolución de problemas
En nuestra vida cotidiana nos enfrentamos a innumerables problemas que solucionamos, a veces de manera casi
automática; en otros casos, con mayor esfuerzo intelectual. De todas maneras, desde buscar la causa por el cual no
arranca el auto, distribuir el tiempo y los recursos económicos cuando realizamos una compra de supermercado,
organizar ideas para producir algo escrito con sentido hasta conseguir empleo, constituyen ejemplos de problemas
para los cuales siempre se plantea una estrategia de solución. Ella tendrá características diferentes en función del
grado de conocimiento de cada sujeto, del contexto en el que ocurra, del tiempo disponible, del riesgo que implique
solucionarlo erróneamente por sólo enumerar algunas posibilidades.

Un problema, según el Diccionario de la Real Academia Española es “una cuestión que se trata de aclarar”, “una
proposición o dificultad de solución dudosa”, “es el
conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin”, es
elplanteamiento de una situación cuya respuesta desconocida debe obtenerse”. Un problema, entonces, es una
situación que lleva en sí un no conocimiento, un no saber, o bien una incompatibilidad entre dos ideas.

Los problemas se diferencian tanto por el nivel de dificultad, por el carácter de las habilidades necesarias para
resolverlos y de acuerdo a las demandas intelectuales que plantean.

La solución de problemas hace referencia a “procesos de conducta y pensamiento dirigidos hacia la ejecución de
determinada tarea intelectualmente exigente”(Nickerson, R. et al,1990: 35)

Frente a un problema no podemos menos que adoptar una actitud, la que puede consistir en una de las tres opciones
siguientes:

1. Dar marcha atrás y desandar el camino. Se renuncia ante el obstáculo.

2. Buscar la forma de rodear el obstáculo, eligiendo una ruta alternativa. Se evita el problema en lugar de
solucionarlo.

3. Enfrentar el obstáculo y buscar la forma de removerlo del camino. Se encara el problema.

Encarar el problema significa enfrentarse con él, analizarlo y buscar la manera de solucionarlo, en una actitud de
búsqueda intelectual que busca encontrar una respuesta que representa la solución a la pregunta planteada.

Los problemas comparten una serie de características:

1. Todos los problemas contienen información esencial necesaria para resolverlos;

2. Existen una serie de estrategias de pensamiento por medio de los cuales esa información se descompone, se
analiza. En el proceso de análisis de la información el sujeto anticipa posibles respuestas para lo no conocido,
desarrolla posibles hipótesis.

3. La estrategia o secuencia de habilidades necesario para resolverlo no es inmediatamente obvia. La misma


varía en cada persona en función del contexto histórico, social, cultural al que pertenece y desde el cual va
construyendo las herramientas, las habilidades y los conocimientos que le permiten su inserción en la
sociedad, en general, y en un mundo profesional, en particular.

4. Existen problemas simples y problemas complejos. Una ayuda importante a tener en cuenta para resolverlos,
es poseer una comprensión adecuada del problema en su totalidad. Es necesario abandonar procedimientos
conocidos y abrirse creativamente para tratar de establecer una nueva estrategia.

Si bien no existen estrategias y procedimientos estandarizados para su resolución para ser aplicados a una gran
variedad y tipos de problemas, sí es posible considerar una serie de habilidades de pensamiento que tienen que
desarrollarse para resolver problemas que le son inherentes dentro de un marco estratégico que el sujeto define para
arribar a una solución.

Las habilidades cognitivas necesarias son:


o Comprensión,

o Secuenciación,

o Establecimiento de relaciones medios-fines / procesos-productos,

o Leer y analizar el escenario en el que se genera el problema,

o Identificar la información con la que se cuenta,

o Identificar la información que se necesita saber para solucionar el problema

o Identificar qué se está tratando de resolver,

o Buscar opciones y posibilidades de resolución. Formulación de posibles, soluciones/ hipótesis/ preguntas,

o Comportamiento exploratorio sistemático,

o Razonamiento eficaz y creativo ,

o Deducción – Inducción,

o Pensamiento crítico,

o Compromiso,

o Trabajo colaborativo,

o Transferencia,

o Desarrollo de la imaginación y la creatividad.

Si se piensa en la experiencia de Mono Sabio, que relatamos al comienzo de este curso, podemos observar que él se
enfrenta a un problema, una situación que requiere o necesita resolver y para la cual no dispone de un camino rápido
y directo que lleve a solucionarlo.

Una situación sólo puede ser concebida como un problema en la medida en que exista un reconocimiento de ella como
tal – Mono Sabio lo identifica- y en la medida de que no se disponen de procedimientos que permiten solucionarlo de
manera más o menos inmediata, nuestro protagonista se va dando cuenta que requiere, de algún modo, de un proceso
de reflexión o toma de decisiones sobre la secuencia de pasos a seguir.

Todos esos pasos son importantes porque

“tras haber hallado lo que a todas luces parece ser la solución del problema, existe una tendencia natural a darse por
satisfecho. Pero, un solucionador de problemas concienzudo nunca hará eso, sino que buscará algún método para
confirmar esa solución o averiguar si es errónea, cosa que puede ocurrir.” (Nickerson, R., 1990: 56)

3.4. Búsqueda de sentido


La búsqueda de sentido (sensemaking) es una respuesta ante situaciones extraordinarias en donde los cambios en el
entorno generan una situación de incertidumbre, con patrones desconocidos y limitaciones para acceder a toda la
información relevante. En estos casos, los líderes necesitan poner de lado las premisas aceptadas y empezar a
reformular sus estrategias para poder adaptarse a las nuevas condiciones.

El proceso de adaptación depende tanto de la acción como de la reflexión. Los resultados de nuestros actos deben ser
analizados para determinar su validez y utilidad para superar la crisis. Este es un proceso no lineal y esencialmente de
prueba y error. La clave está en realizarlo de una manera sistemática para poder acelerar el aprendizaje y encontrar
las soluciones más adecuadas. Para ello, hay que considerar que:
1. La situación que enfrentamos escapa a lo ordinario y es fundamental crear nuevos protocolos y planes de
acción sobre la marcha que responden a objetivos que también están sujetos a cambios y revisiones
constantes.

2. Es necesario reaccionar bajo las premisas conocidas hasta comprobar que su validez ha caducado.

3. Una vez que descartamos rutas de acción o información obsoleta debemos reemplazarlas de forma inmediata.

4. La obtención de nueva información no sigue patrones regulares. Por eso, es necesario utilizar la mayor
cantidad posible de canales para recoger data actualizada, aún cuando estos sean redundantes o se obtengan
de forma desordenada.

5. La concentración, ordenamiento y visualización de la data son fundamentales para generar nuevas hipótesis
y premisas.

6. Tanto el esfuerzo de recolección de la data como su procesamiento y análisis puede ser más efectivo si se
realiza de forma colectiva. La contribución de muchos individuos en estas tareas permite acumular y procesar
información más rápidamente.

7. La participación de muchas personas exige apertura en la información. La transparencia y eliminación de


ciertas barreras jerárquicas permite generar un mayor involucramiento y compromiso sobre los resultados
por parte del equipo.

8. El contexto continuará cambiando durante la crisis y nuevas dificultades y oportunidades podrán presentarse.
Es por eso que el manejo de la información y su análisis oportuno son fundamentales.

La búsqueda de sentido es, en esencia, un proceso de aprendizaje similar al primer vuelo de un ave que cae del nido.
Sin embargo, no todas las crisis se desenvuelven en el lapso de horas o días. Algunas pueden llegar a durar mucho más
tiempo.

Este apartado está desarrollado en base al Javier Kudo (2017)


4. Abriendo la puerta a nuevas habilidades para el pensamiento estratégico

En este apartado compartimos los aportes que realizan Cristóbal Cobo Romaní desde una mirada sociocultural y
Howard Gardner desde la psicología cognitiva que complementan y nutren la construcción de habilidades en torno a
pensamiento estratégico.

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4.1 Habilidades blandas

Cobo Romaní (2011) asegura que las habilidades blandas (soft skills) son aquellas habilidades que se estimulan y
desarrollan en nuestras experiencias personales y en interacción con otros sujetos. Bajo este concepto se reúnen todas
las capacidades que le permiten al sujeto desenvolverse de una mejor manera en los diferentes entornos en que
participa. Algunas de ellas son: la comunicación efectiva, el pensamiento crítico y analítico, la flexibilidad y adaptación
a distintos escenarios, la proactividad e iniciativa, la curiosidad e imaginación, la capacidad para aceptar y aprender
de las críticas, para trabajar en equipo y de forma colaborativa, para resolver problemas y para trabajar bajo presión,
entre otras.

Dentro de estas habilidades blandas o habilidades humanísticas, Stephen Collins (2011) identifica: ser creativo,
innovador, colaborativo. Ser capaz de utilizar la información y generar conocimientos en diferentes contextos, de darle
sentido socialmente construido a lo que se enseña (y se aprende), estar conectado a personas e ideas, crear redes de
colaboración y de construcción de conocimientos, compartir, comprender cómo y por qué funcionan las tecnologías
digitales, no temer al fracaso, ser capaz de desaprender rápidamente, estar atento a los contextos y a los cambios
acelerados que provocan incertidumbres y provisionalidades permanentes.

Aquí es donde aparecen conceptos tales como colectivización del saber, aprendizaje colaborativo, aprendizaje
experiencial, adaptabilidad, aprender de manera continua a través de nuestras interacciones cotidianas, pensando
que somos seres intercontextuales, capaces de aprender de lo que nos rodea, haciendo de la vida cotidiana y
profesional un permanente estado de aprendizaje que transciende cualquier espacio curricular o propuesta educativa.
En este punto nos parece importante recordar que el desarrollo y los avances más importantes en nuestra historia se
han dado a partir de compartir ideas y contraponerlas con otras, del escrutinio de pares, de la publicación de los
resultados y de dejar fluir libremente el conocimiento.

Actividad Nº 7.

Enlace Actividad Nº 7.

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4.2. Mentes para el futuro

Howard Gardner, psicólogo de formación con experiencia en el campo de las ciencias cognitivas y la neurociencia, nos
invita a pensar en cinco tipologías de mente que se tornan necesarias si queremos enfrentar los retos y desafíos que
este nuevo mundo nos propone. Este autor también nos insta a pensar en las direcciones hacia las que la sociedad y
el planeta se encaminan, y por ende, nos alienta a mirarnos como ciudadanos y como profesionales, ya sea en el
mundo del trabajo y/o en el mundo académico.

Según este autor si nos damos la posibilidad de desarrollar estas mentes, cada uno de nosotros “estará en condiciones
de enfrentarse a lo previsible así como a aquello que no es posible anticipar” (2008:15), ya que estas mentes son muy
valiosas tanto hoy como en el futuro. Abarcan tanto habilidades cognitivas como la iniciativa humana, “y en este
sentido son exhaustivas, globales” (2008:16). Gardner plantea que es apropiado concebirlas como usos generales de
la mente que se fomentan en la escuela, en el mundo de las profesiones y en el lugar de trabajo. Es por ello que la
tarea de cultivarlas no incumbe sólo a las instituciones educativas (en sus diferentes niveles) sino que “constituye un
desafío de primer orden para todos los que trabajamos con personas” (2008:18).
A continuación, recuperamos las ideas centrales que este autor propone sobre cada una de las cinco mentes, haciendo
énfasis en cómo pueden ser cultivadas a lo largo de la vida para aquellos que lo quieran realizar.

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4.2.1. La mente disciplinada

Es la que ha dominado, durante años, el pensamiento, ya que una disciplina constituye un modo característico de
pensar el mundo (2013:47). Este tipo de mente caracteriza a una profesión, una disciplina científica, un oficio; pero
también es la que sabe trabajar de manera constante a lo largo del tiempo para mejorar las habilidades y la
comprensión. Es decir, que un individuo es disciplinado en la medida en que ha adquirido los hábitos que le permiten
hacer progresos constantes y en teoría, ilimitados en el dominio de una especialidad, oficio cuerpo de conocimientos.

Según este psicólogo cognitivo, en el futuro será esencial que los individuos piensen tal como se hace en las principales
disciplinas. En el nivel previo a la formación superior eso incluye las ciencias, las matemáticas, la historia y al menos
una modalidad de arte. Estas disciplinas son puertas a otras disciplinas y prestarán un buen servicio a los estudiantes
con la independencia de la profesión que ejerzan a posteriori. Si bien el dominio de habilidades básicas es necesario,
no resulta suficiente, ya que conocer los hechos de una disciplina no es lo mismo que pensar en el seno de esa
disciplina.

Para ello, necesitaremos una forma de disciplina menos ceremonial y más profundamente interiorizada. Es decir, que
el individuo siga aprendiendo, siga desarrollando su comprensión disciplinar porque es consciente de que va a tener
que estudiar durante toda su vida y porque ha llegado a disfrutar de ese proceso de aprendizaje.

Por ende, para lograr una mente disciplinada, Gardner asegura que es necesario: 1) identificar los temas importantes
para la disciplina; 2) dedicar un periodo de tiempo significativo al estudio de esos temas; 3) abordar los temas de
estudio de diferentes maneras; 4) plantear situaciones de comprensión que permitan poner en práctica los temas de
estudio en una diversidad de condiciones.

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4.2.2. La mente sintética

Es la que recaba información de distintas fuentes, evalúa la información obtenida y la reúne de manera sintética
dándole sentido no solo para quien hace este proceso sino también para los demás. Según este autor, es posible
diferenciar distintos tipos de síntesis, tales como narraciones, taxonomías (la información se ordena en función de las
características destacadas y suele presentarse en forma de gráficos y tablas); conceptos complejos (son
conceptualizaciones que unen o combinan una gama de fenómenos; por ejemplo: el concepto de selección natural,
de estrategia de negocio); c) reglas y aforismos (frases cortas ideadas para ser recordadas y que se pueden utilizar en
una gran variedad de circunstancias y situaciones, por ejemplo: más vale prevenir que curar); metáforas, imágenes y
temas impactantes; expresiones sin palabras (a través de pinturas, esculturas, etc.); teoría y metateoría.

Para lograr una buena síntesis, Gardner señala como componentes necesarios: a) una meta, es decir, un enunciado o
noción acerca de lo que intenta lograr la persona que sintetiza; b) un punto de partida, o sea, una idea, una imagen o
una obra anterior en la que basarse; c) estrategia, método y enfoque, que refiere al formato que tendrá la síntesis de
acuerdo a la formación disciplinar de quien la realice; y d) esbozos y feedback, es decir, síntesis iniciales y provisionales.

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4.2.3. La mente creativa

Es la que propone nuevas ideas, plantea nuevas preguntas, presenta nuevas soluciones e invoca nuevas formas de
pensar. La creatividad incorpora una o más disciplinas establecidas y requiere un campo en el que emitir juicios acerca
de la calidad y la aceptabilidad de la misma. Según Gardner, a la mente creativa le motiva la incertidumbre, la sorpresa,
el desafío continuo y el desequilibrio.
La creatividad nunca consiste en el logro de un individuo aislado o de un pequeño grupo, sino que surge de la
interacción de tres elementos: a) el individuo que domina cierta disciplina o ámbito de práctica y que con regularidad
plantea variaciones en ese ámbito; b) el ámbito cultural en que trabaja ese individuo con sus modelos, formulas,
proscripciones; y c) el campo social, es decir, aquellos individuos o instituciones que juzgan los méritos del individuo
(o grupo de individuos) y de su creación.

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4.2.4. La mente respetuosa

Es la que observa y acepta las diferencias entre los individuos y los grupos humanos, al mismo tiempo que trata de
comprender y trabajar con esos otros de forma efectiva. Dado que los seres humanos tenemos una tendencia
profundamente arraigada a formar grupos, a establecer marcas características que diferencian a estos colectivos y a
adoptar actitudes hacia otros grupos, contar con una mente respetuosa se torna indispensable.

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4.2.5. La mente ética

Es la que reflexiona sobre la naturaleza propia del trabajo y sobre las necesidades y deseos de la sociedad. No se limita
al espacio laboral, ya que el papel que debe cumplir el ciudadano requiere también una orientación ética. Si bien es
cierto que un individuo puede elegir entre centrarse en el espacio laboral o dedicar sus energías a la comunidad en la
que vive, la postura ética fundamental abarca ambas opciones. Esta mente se esfuerza por hacer un buen trabajo y
ejercer una buena ciudadanía. Es decir, que va más allá de la tolerancia y de lo políticamente correcto.

Dicho en otras palabras, Gardner señala que el individuo debe plantearse no solo qué significa hoy ser un abogado,
ingeniero, contador, biólogo, educador, sino también qué significa ser un ciudadano de la comunidad, de la región y
del planeta en que vive. Por ello, la ética alude a lacapacidad de reflexionar explícitamente sobre la manera que uno
cumple o no determinado papel(pp. 182-183).

El hecho de que una persona llegue a ser buen trabajador depende de si está dispuesta o no a realizar un buen trabajo
y a seguir esforzándose por alcanzar esta meta cuando las cosas se ponen difíciles. Algunos hitos para la obtención de
un buen trabajo son: a) misión, es decir, definir las metas en función de las actividades; b) modelos, o personas que
son ejemplos de buen trabajo; c) prueba del espejo, versión individual, implica mirarse al espejo y considerar si la
manera en que se avanza merece o no aprobación; y d) prueba del espejo, responsabilidad profesional, que alude a la
posibilidad de observar de cerca lo que hacen nuestros colegas y de ser necesario, pedirles que rindan cuenta de su
accionar.

Para finalizar, y en palabras de Gardner (pp. 222-223):

Una persona disciplinada debería encarnar los modos de pensar y actuar que distinguen la disciplina que ha escogido
y no arrojar a borbotones montones de conocimientos heterogéneos acerca del tema tratado. Una persona capaz de
realizar síntesis debería reunir sus ideas de modo convincente y reproducible, y no limitarse a ofrecer un paquete
conveniente o agradable. Una mente creativa debería ser a la vez original y apropiada, no basta con la pura novedad,
la excentricidad o la celeridad inmediata. Una mente respetuosa debe trascender la mera tolerancia, mostrar interés
activo y afecto hacia quienes tienen un aspecto diferente, incluidos los de condición social inferior. Una mente ética
tiene que comportarse de modo que apoye a la profesión en general y a la sociedad en sentido amplio, aun cuando, o
sobre todo, cuando estos actos vayan contra sus limitados intereses personales.

Actividad Nº 8.

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5. Epílogo
Para cerrar y antes de invitarlos a realizar la actividad integradora de acreditación final del curso, queremos compartir
que es importante resaltar la puesta en práctica del pensamiento estratégico para identificar, analizar y evaluar las
habilidades, capacidades personales que tenemos desarrolladas y las que necesitamos construir y experimentar en el
entorno laboral, cultural y social en el que nos movemos.

En el recorrido realizado reconocemos que el pensamiento estratégico ha evolucionado

con los cambios que han experimentado las organizaciones, así como el ámbito económico,

político, social y cultural, entre otros, donde vivimos y trabajamos.

En este sentido, pensando en los saberes que necesitan las personas hoy y para el futuro, sostenemos que tienen
que ser idóneas en hacerse más preguntas que los demás, inquietas y creativas, capaces de conformar equipos,
preparados para resolver problemas en diferentes entornos para poder moverse en este nuevo mundo de
construcción y uso intensivo del conocimiento, lo que significa que tienen que poseer una caja de habilidades,
conocimientos, estrategias que los acompañe. Está planteado el desafío.

Actividad Integradora.

Enlace Actividad Integradora

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