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INTRODUCCIÓN.

El objetivo del presente trabajo es hacer un resumen breve de los


principales aspectos concernientes a la negociación y vigencia de los
tratados Torrijos – Carter, así mismo como los problemas y controversias
más importantes surgidas de su aplicación y ejecución producto de las
enmiendas norteamericanas. Además debemos agregar un breve
análisis sobre el tratado concerniente a la neutralidad permanente del
Canal de Panamá y los principales obstáculos que este tratado puede
representar
para la soberanía del país, la seguridad nacional o hemisférica en el
futuro.
ACUERDO BÁSICO.
Se acuerda la abrogación de los Tratados Hay – Buneau Varilla
anteriormente suscrito entre Panamá y los Estados Unidos, y los
Tratados Torrijos – Carter que entraran a regir simultáneamente con el
tratado de neutralidad permanente del Canal de Panamá.
En la ceremonia de suscripción de los nuevos Tratados, el General Omar
Torrijos Herrera, jefe de gobierno de la República de Panamá, estableció
lo siguiente:”Hay dos verdades: la verdad lógica y la verdad
agradable. En el nombre de la verdad lógica quiero manifestarle al
presidente Carter que este Tratado que firmaremos enseguida y que
deroga el tratado que ningún panameño firmo (el Tratado Hay – Buneau
Varilla), no cuenta con un total consenso en nuestro pueblo por que 23
años acordados como periodo de transición son 8, 395 días…
A continuación, el General Torrijos se refirió al plebiscito panameño que
aprobaría los Tratados Torrijos – Carter, como “el más puro ejercicio de
civismo democrático que será registrado en la Historia Política de
Panamá”. Afirmación que fue refutada por la revista norteamericana
“TIME” en su edición de septiembre de 1977.
En los Estados Unidos la ratificación de los tratados Torrijos – Carter se
realizó de conformidad con las disposiciones constitucionales en
vigencia, que confiere esa facultad al senado norteamericano, y, en lo
concerniente a determinados aspectos legales, a la Cámara de
Representante. La ratificación Senatorial dio lugar a prolongado debate
que apasionaron a la opinión pública panameña y latinoamericana,
especialmente cuando el Senado norteamericano cerró sus puertas para
debatir en secreto ciertos hechos que, en el criterio de algunos
senadores tendría conexión con el problema canalero.

A – Ventaja para Estados Unidos de América.

En el Tratado Torrijos – Carter, los Estados Unidos obtienen de Panamá


determinados derechos relativos al funcionamiento y dirección del canal,
lo cual lo hacen cumplir mediante “una agencia gubernamental
Estadounidense” que se denominó Comisión del Canal de Panamá, la
cual está constituida conforme a las leyes de los Estados Unidos, dicha
Comisión estuvo compuesta por nueve miembros, los cuales 5 son
norteamericano y 4 panameños. Con esto los Estados Unidos se
reservaron el Derecho de aprobarlos o rechazarlos.
El Administrador de la Comisión será norteamericano y el sub-
administrador será un panameño hasta el 31 de diciembre de
1989. Luego a partir de enero de 1990 la responsabilidad de la Dirección
Administrativa recayó sobre un funcionario panameño (Ing. Fernando
Manfredo, primer administrador panameño).

B- Ventajas para Panamá.

De conformidad con el Tratado básico, Panamá ejerce jurisdicción


general en materia fiscal, administración de justicia, servicios postales,
sanitarios y educativos; y tendría jurisdicción cuando se trate de hechos
punibles bajos sus leyes. Sin embargo, se establecieron numerosas
excepciones y restricciones jurisdiccionales en casos específicos,
obligándose a Panamá a dar consideración benevolente a las solicitudes
de jurisdicción que le haga los Estados Unidos en ciertos casos.
El 31 de diciembre de 1999 la República de Panamá recibió el territorio
que comprendía la Zona del Canal de Panamá, y así mismo será quien
administre el Canal de Panamá a partir del nuevo siglo.

II- TRATADO DE NEUTRALIDAD


PERMANENTE DEL CANAL DE PANAMÁ.
En el tratado concerniente a la neutralidad del canal de Panamá y a su
funcionamiento, la República declara que la vía acuática de tránsito
internacional será permanentemente neutral (art. 1) y que Panamá
declarara la neutralidad del Canal para que, tanto en tiempo de Paz
como de guerra, este permanezca seguro y abierto para el tránsito
pacifico de las naves de todas las naciones en término de entera
igualdad.

Validez jurídica del Tratado.

En los Tratados Torrijos – Carter se emplea la expresión neutralidad


permanente; término que no refleja con fidelidad la situación jurídica que
aparece en el Tratado de Neutralidad permanente del Canal de
Panamá. Ya que dicha neutralidad permanente no cumple con el
requisito del Derecho Internacional.
Panamá declara unilateralmente esa neutralidad y son los Estados
Unidos los únicos garante de ello, lo cual induce a considerar que la
neutralidad permanente a sido desvirtuada; y que se ha suscrito más
bien un tratado desigual de alianza militar entra una súper potencia y un
país satélite.
Por otra parte, se intenta subsanar a posterioridad esa omisión, al
acordar (art. 7) que Panamá y los Estados Unidos patrocinaran en la
Organización de los Estados Americanos (O.E.A.) una resolución que
abra a la adhesión de todos los Estados del mundo, mediante el cual los
firmantes convengan en respetar la neutralidad permanente del Canal y
su funcionamiento a partir del año 2000.

Perspectiva de intervención.

Es evidente que al reconocerle contractualmente al Estado


norteamericano el estatus de único garante de la neutralidad del Canal,
Panamá abrió las compuertas de la intervención militar en el istmo, no
sólo en la parte que se conoce como franja del Canal de Panamá sino en
la totalidad del territorio panameño. Además, los Estados Unidos tendrán
el derecho de considerar unilateralmente si un determinado
acontecimiento en Panamá requiere para su solución el empleo de los
medios diplomáticos o si, por su magnitud, se hace necesaria la
intervención de las Fuerzas Armadas Norteamericanas. Tan grave
determinación queda librada en el Tratado al criterio de los gobernantes
Estadounidense.
Pero le correspondió a la Secretaría de Defensa precisar los alcances del
derecho de intervención militar que le otorgo Panamá a su país por
tiempo indefinido, es decir a perpetuidad. “Los Estados Unidos –
expreso Harold Brown – no sólo puede decidir por su cuenta intervenir
en Panamá después del año 2000, sino que en los próximos 23 años
será una decisión exclusiva norteamericana determinar cuántos soldados
deben permanecer en la zona del canal para defenderlo”.
PROBLEMAS CONCERNIENTES A LA
APLICACIÓN DE LOS TRATADOS.
No sabemos cuáles son las bases para intervenir, pero lo cierto es que
los Estados Unidos decidieron dictar una ley de interpretación de los
tratados de forma unilateral – ley 96-70 (ley Murphy) – que se encuentra
vigente en la actualidad y contiene una interpretación basada en los
intereses de Estados Unidos y que se considera por sectores en Panamá
violatoria del espíritu y letra de los Tratados del Canal de Panamá.
El Dr. Carlos Abadía Arias, entonces Canciller de Panamá, manifiesta
con estas palabras que inducen a la conformidad más que al optimismo:
“Sin embargo, al proponernos conseguir que la ley 96-70 sea derogada o
reformada sustancialmente de modo que se ajuste a lo pactado entre
nuestro país y los Estados Unidos, nos ponemos frente a dificultades
muy complejas y frente a la necesidad de obtener de que se hagan
gestiones y representaciones que hasta ahora no a sido suficiente para
que se nos haga justicia”.
Hoy, más que nunca, urge advertir a la opinión pública norteamericana
que su ejecución no corresponde a los anhelos de paz y entendimiento,
sino a los intereses del neocolonialismo imperialista de figuras como los
senadores republicanos Denis De Consini y Sam Nunn, autores de las
draconianas enmiendas senatoriales a los Tratados de 1977 (Enmiendas
De Consini – Nunn), que culminaron con la ley Murphy. Tales Enmiendas
no fueron objetadas por el gobierno panameño de ese entonces.
CONCLUSIÓN.
La Historia de nuestro país y la lucha por la soberanía nacional
culminaron en la firma de los Tratados Torrijos – Carter por medio del
cual recuperamos el Canal de Panamá y la franja canalera.
Sin embargo la ejecución de los tratados a tenido ciertos inconvenientes
con respecto a las interpretaciones unilaterales de los Estados Unidos
con respecto del mismo (Enmiendas, reservas, ley 96-70). Así mismo
existe una envergadura nacional en Panamá con respecto al contenido y
la posible aplicación unilateral del pacto de Neutralidad permanente
sobre el Canal de Panamá.
Es tarea de las presentes y futuras generaciones la búsqueda del
consenso nacional hacia la realización de gestiones políticas y
diplomáticas encaminadas a la revisión de dicho pacto de neutralidad,
que nos colocan al decir del General Omar Torrijos “Bajo el paraguas del
Pentágono”.
Tal como se manifestó el presidente norteamericano George Bush al
ordenar la intervención militar norteamericana del 20 de diciembre de
1989: “Estados Unidos está facultado por los Tratados del Canal para
intervenir en Panamá si considera que peligra la neutralidad del Canal;
en 1989 peligro la neutralidad del Canal, la democracia en Panamá, y la
vida de norteamericanos, así que intervenimos en Panamá”; estos
hechos históricos causaron la mortandad, destrucción material y
ocupación extranjera por breve tiempo.
En la víspera del nuevo milenio, el 31 de diciembre de 1999, a la hora de
mediodía en punto, se celebró la reversión del Canal de Panamá y zonas
adyacentes con las salidas de las bases militares norteamericanas de
Panamá, donde miles de panameños participaron con el gobierno
panameño, en el acto oficial de traspaso del Edificio de la Administración
del Canal de Panamá, izando la bandera panameña en homenaje a
todos aquellos que perdieron la vida para ver coronando este sueño de
libertad nacional.

ANEXO
Tratados Torrijos-Carter y Documentos Relacionados
Entre Los Estados Unidos de América y La República de Panamá
Firmado en Washington el 7 de septiembre de 1977
TRATADOS TORRIJOS-CARTER:
TRATADO DEL CANAL DE PANAMA Y
TRATADO CONCERNIENTE A LA
NEUTRALIDAD PERMANENTE DEL CANAL
Y AL FUNCIONAMIENTO DEL CANAL DE
PANAMA, ENTRE LA REPUBLICA DE
PANAMA Y LOS ESTADOS UNIDOS.
Washington, 7 de septiembre de 1977.

Bibliografía

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