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Desaparición forzada en México: repercusiones en el estado de Guerrero

Por Frida Belén Quintas Arista

¿Qué es la desaparición forzada más allá del espacio incierto entre la vida y la muerte?

La desaparición forzada en México es una práctica de larga data. El presente texto

aborda de forma general la cuestión de la desaparición forzada desde la década de los 70,

durante la época de la “Guerra Sucia”, hasta el día de hoy con el colectivo Huellas de la

Memoria que trabaja con familiares de desaparecidos. Pero ¿Cómo se inscribe esta práctica

dentro de un conflicto local-nacional? Al hablar de desaparición forzada se identifica a un

ejecutor del crimen. Huellas de la memoria además de ser un colectivo que recibe zapatos y

cartas de familiares que buscan a sus desaparecidos, se perfila como un colectivo nacional al

tener presencia en múltiples estados del país. Además la exigencia de justicia, búsqueda y

presentación con vida de los desaparecidos tiene un destinatario especial: el Estado

Mexicano. Es a partir de este punto cuando las demandas de personas aisladas, de

comunidades lejanas entran en la esfera de un conflicto local vs lo nacional.

Fue en 2013 en una de las Marcha de la Dignidad Nacional que encabezan las madres

que buscan a sus hijos e hijas que Alfredo López Casanova, integrante del colectivo, miraba

el piso y descubrió en los zapatos la metáfora eterna de la huella como residuo de la memoria

y al mismo tiempo de la búsqueda: Así nació el colectivo, al principio eran ellos quienes

pedían zapatos a los familiares, ahora los zapatos llegan por iniciativa propia de los

familiares, incluso de personas que radican en otros países pero cuyos familiares fueron

desaparecidos en México (Ver Imagen 1.- Huellas de la memoria).


La desaparición forzada en México comenzó a considerarse como categoría de

represión política a partir de los acontecimientos ocurridos en 1968 y a lo largo de la

denominada “guerra sucia”. Para algunas autoras como Evangelina Sánchez y Claudia Rangel

Lozano este término es erróneo y se debe hablar de Terrorismo de Estado. En el libro México

en los Setenta. ¿Guerra sucia o terrorismo de Estado? Claudia Rangel (2015) escribe:

En México, esa política [política represiva frente a una amenaza comunista] implicó

la puesta en marcha de un estado de excepción que comprendió la anulación de la

normatividad jurídica; por ello, en el caso específico del estado de Guerrero se sostiene que

durante la década de los setenta el Estado instauró un régimen terrorista traducido en un

estado de excepción cuya expresión más acabada fue la existencia de cárceles clandestinas

Un lugar profundamente afectado fue la Sierra de Atoyac, en Guerrero (Ver Imagen

2.- Municipio de Atoyac, Guerrero). Un informe presentado por la Comisión de la Verdad del

Estado de Guerrero (COMVERDAD 2014), habla de 436 casos de violación sistemática de

los derechos humanos ocurridos durante ese tiempo; 24 corresponden a ejecuciones sumarias,

230 a desapariciones forzadas y 205 a sobrevivientes de desaparición forzada (Citado en

Robledo, 2016)

Pero no solo líderes sociales fueron objeto de desaparición forzada durante este

período, “bastaba que una persona tuviera lazos de parentesco con luchadores sociales o que

viviera cerca de la zona de operaciones de la guerrilla para ser detenida-desaparecida”

(Comité de Solidaridad y Derechos Humanos Monseñor Romero et al. 2013, 63. Citado en

Robledo, 2016). Las personas sospechosas no tenían un proceso penal; eran detenidos sin

orden de aprehensión y llevados a cárceles clandestinas.


La política de Estado respondió con intento por crear la Fiscalía de Delitos del

Pasado, en época de Fox, pero se fracasó, “esto significó mantenerlo en la impunidad, una

impunidad que ya es crónica” (Rangel y Sánchez, 2015). Las cárceles clandestinas siguieron

existiendo por mucho tiempo, al igual que la práctica de la desaparición forzada, misma que

en este tiempo se ve reforzada por las desapariciones llevadas a cabo por los grupos de

delincuencia organizada y los carteles de la droga en México, en muchos casos con la

colaboración de los funcionarios del Estado. Es por eso que se sigue tratando de un conflicto

local-nacional, ya que en la medida que el Estado se identifique con esta medida de represión,

seguirá aumentando el número de desapariciones forzadas y al mismo tiempo la exigencia de

justicia será cada vez mayor. Las cifras que manejan las organizaciones en busca de sus

desaparecidos en México hablan de más de 30’000 desaparecidos.

En ese sentido Huellas de la Memoria llegó a funcionar como lugar de encuentro de

todas estas historias no contadas y sobre todo como espacio de denuncia para hacer frente a la

incapacidad estatal y la resistencia del mismo para reconocer lo que ocurrió en esa época

(Huellas de la memoria también tiene zapatos de la década de 1970) y lo que está ocurriendo

ahora.

Bibliografía

Rangel Lozano, Claudia E & Sánchez Serrano, Evangelina (Coords). 2015. México en los

setenta: ¿Guerra sucia o terrorismo de estado). Universidad Autónoma de Guerrero. Chilpancingo,

Guerrero. Recuperado de

http://humanidades.uagro.mx/inicio/images/M%C3%A9xico%20en%20los%20setenta%2C%20Guerr

a%20Sucia%20o%20terrorismo%20de%20Estado.%20Hacia%20una%20pol%C3%ADtica%20de%2

0la%20memoria.-5-299.pdf el día 29 de Junio del 2017.


Robledo Silvestre, Carolina. 2016. Genealogía e historia no resuelta de la desaparición

forzada en México. Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 55. Facultad Latinoamericana de

Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. Quito. Recuperado de

http://www.redalyc.org/jatsRepo/509/50945652005/html/index.html

Anexos

Imagen 1.- Huellas de la memoria

Imagen 2.- Municipio de Atoyac, Guerrero

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