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martes, 2 de octubre de 2012

Las Instituciones en el Derecho de


Sucesiones
Se me pidió realizar un análisis sobre la Casación N° 4945-2006 CAJAMARCA, emitida por la
Corte Suprema de Justicia de la República en Lima el 16 de marzo de 2007 publicada en El
Peruano en 31 de mayo de 2007.
Desarrollar in extenso, todos los hechos de dicha Casación sería demasiado largo e inútil para
exponer el análisis que deseo exponer, por ello sólo me pronunciaré sobre los hechos relevantes.
Resulta que demandaron doña Elena Burga Rojas de Ramírez (en adelante Elena), cónyuge
supérstite de José Manuel Ramírez Masabel, y doña Karen Marisol Ramírez Burga (en adelante
Karen) quien a la vez es hija de don José Manuel Ramírez Masabel (en adelante José Manuel),
a Yolanda Ramírez Masabel (en adelante Yolanda), hija del causante común, don José de la
Cruz Ramírez Muñoz, quien tuvo dos hijos Yolanda y José Manuel.
Sin embargo, sólo Yolanda fue reconocida heredera universal mediante proceso judicial
promovido por esta, dejando en claro que José Manuel no fue incluido dentro de la Sucesión
Intestada. Cabe resaltar que este último –José Manuel- no está vivo.
Ahora, en cuanto a las instituciones del Derecho de Sucesiones cabe precisar que Elena (como
vimos cónyuge supérstite de José Manuel) sucede por “derecho propio” (o por cabezas) porque
está sucediendo de manera inmediata y directa (ejemplo: los hijos heredan a los padres, o de los
padres que son llamados a heredar a sus hijos, o del cónyuge sobreviviente), en cambio Karen
(como vimos hija de Elena y José Manuel) sucede por “representación sucesoria” pues “el
llamado a recoger la herencia ha fallecido con anterioridad” (como vimos José Manuel ha muerto
antes). En este caso, la persona impedida de recibir la herencia es reemplazada por sus hijos y
descendientes. Cabe acotar también que la representación sucesoria en la herencia es por
estirpes y “en nuestro ordenamiento aplica en línea recta, únicamente en forma descendente; y
de manera excepcional en línea colateral”.
Del 7° Considerando de la Casación estudiada se puede apreciar que Yolanda –sólo ella- fue
declarada judicialmente heredera mediante Sentencia de Sucesión Intestada, también se
desprende de los demás considerandos que Yolanda habría sucedido a “título universal” los
bienes y obligaciones del causante común –en este caso como vimos don José de la Cruz
Ramírez-, los bienes para abreviar y no dar descripción son en el caso un terreno y un inmueble
edificado.
Respecto a la institución de la “sucesión a título universal”, la misma está referida a la totalidad
del patrimonio objeto de la transmisión, o a una parte alícuota del mismo, sin especificación
determinada.
Por el contrario, la “sucesión a título singular” está referida a bienes determinados. Al respecto
es esclarecedora la redacción de Andrés Bello del art. 951 del Código Civil de Chile. Este
dispositivo a la letra dice: “se sucede a una persona distinta a título universal o a título singular.
El título es universal cuando se sucede al difunto en todos sus bienes, derecho y obligaciones
transmisibles o en una cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto. El título es singular cuando
se sucede en uno o más especies o cuerpos ciertos, como tal caballo, tal casa o en una o más
especies indeterminadas de cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos pesos
fuertes, cuarenta fanegas de trigo”[1].
Siguiendo con la reflexión del caso, como es común y pasa casi siempre que por un poco o
mucha codicia las personas prefieren a lo material (en este caso los bienes) que conservar las
relaciones familiares –aunque es un tema más moral que jurídico, bueno no lo desarrollaré-, se
aprecia de los hechos que Yolanda propició un proceso judicial donde ella sola fue declarada
“heredera universal” y con ello se desconoció los derechos de Elena y Karen. Sin embargo,
nuestro ordenamiento ya prevé esos casos asignándoles a cada sujeto según su posición en la
estirpe una clasificación jurídica con sus respectivas consecuencias. Así tenemos, que Elena y
Karen no serán “herederos testamentarios” porque no hay un testamento (al menos así se
desprende de los hechos), pero si serán “legales” porque así lo dicta la Ley a falta de testamento.
Legales son todos aquellos a quienes la Ley les reconoce la calidad de herederos al establecer
orden sucesorio en el artículo 816 del código civil. Así serán todos los parientes en línea recta
sin limitación alguna –descendiente y ascendientes- y el cónyuge; quienes tienen la condición de
“herederos forzosos”; además todos los parientes de la línea colateral hasta el 4° grado de
consanguineidad, quienes tienen la condición de no forzosos; además por su relación con el
causante serán, para el caso de Karen (y demás hijos extra matrimoniales) “regulares”, pues son
los parientes consanguíneos o civiles del causante; y para el caso de Elena se le denominará
“irregulares” pues es heredera en función de la persona: es la cónyuge.
Pero adicionalmente, Elena y Karen vendrían a ser por la clasificación de “mejor derecho a
heredar” “verdaderas”, pues les toca recibir la herencia, de acuerdo al orden sucesorio que
señala la Ley (en este caso directa y por representación respectivamente); pues habría otra
clasificación de “aparentes” que son aquellas que entran en posesión de la herencia por
considerarse que les corresponde la misma de acuerdo al llamamiento hereditario, hasta que
aparecen herederos con mejor derecho, quienes los excluyen. Por el momento lo voy a dejar allí.
En esa línea, las demandantes Elena y Karen interpusieron “Acción Petitoria de Herencia” contra
Yolanda, a fin de que se disponga que ellas con otros herederos de José Manuel concurran con
la demandada (Yolanda) en el derecho hereditario sobre el inmueble consistente en un inmueble
edificado en zona urbana en un 50%, además en vía acumulativa accesoria solicitaron que se
les declare herederas por representación de José Manuel; formularon también, en vía
acumulativa accesoria, “acción reivindicatoria” del terreno contra Carlos Alberto Hernández
Ramírez (en adelante Carlos), hijo de Yolanda, quien mediante contrato de compra venta le
transfirió la propiedad de aquel terreno, a fin de que se les restituya dicho bien en propiedad y
posesión. Finalmente, en vía acumulativa solicitaron la nulidad del acto jurídico y documento del
contrato de compra venta antes referida contra Carlos (adquiriente) y Yolanda (transferente).
Sobre todo esto las instancias de mérito declararon Fundada en Parte la demanda acumulada
sobre Petición de Herencia, debiendo los herederos de José Manuel concurrir con Yolanda en
los bienes descritos, en un 50% cada parte, asimismo, se declaró Fundada en Parte la demanda
de Nulidad de Acto Jurídico del Contrato de Compra Venta a favor de Carlos, disponiéndose la
Reivindicación del terreno a los herederos de José Manuel en un 50%.
Luego, en Casación el Colegiado estableció que se amparó la Acción Petitoria de Herencia
respecto de los 2 bienes, pero se reconoció también el derecho a poseer a favor de Yolanda,
cuando ella ha transferido un terreno a favor de Carlos, y respecto de él se dispuso que
reivindique solamente el 50% de aquel terreno, lo cual acarrea una “contradicción” porque
respecto del citado terreno se ha declarado que tiene derecho a concurrir a título sucesorio a
Yolanda, pero también tácitamente el derecho a ocupar el bien a favor de Carlos, por tanto dichas
sentencias son incongruentes, lo que hace disponer que se dé mayor claridad a la sentencia.
Para dar una opinión sobre este razonamiento es oportuno mencionar que: de conformidad con
el artículo 660 del código civil, los sucesores adquieren derechos y obligaciones desde el
momento de la muerte del causante (implica la adquisición jurídica de la propiedad y la posesión
de los bienes), como sea que ello no ocurrió aquí pues las que demandan no tienen posesión
real pues los bienes están en posesión de otros. Lo cual hace notar que estos últimos puede
poseer por:
- Pro - Sucessore: cuando se trata de sucesores. Procede la Acción Petitoria de Herencia
- Pro – Possesore: cuando son adquirientes de los sucesores a “solo poseedores”. En este caso
el heredero plantea Acción Reivindicatoria.
Ahora, los demandantes establecieron Acción Petitoria sobre el inmueble edificado pues este
estaba bajo posesión y propiedad de Yolanda, al respecto la acción petitoria, tiene ciertos rasgos
que la diferencias de la Acción Reivindicatoria:
- Se dirige contra los sucesores; la reivindicatoria contra terceros,
- Contra la acción petitoria el demandado opone su título de sucesor; contra la reivindicatoria,
invoca su título de propiedad o tan sólo la posesión
- La acción petitoria es a título universal y se refiere a la totalidad de la herencia; la reivindicatoria
es a título particular, dirigiéndose a determinados bienes.
Nuestro código civil trata estas acciones de la siguiente manera: artículo 664 de la acción
petitoria; artículo 665, de la acción reivindicatoria; y el artículo 666, de ambas.
Estando así las cosas, los demandantes correctamente establecieron la Acción Petitoria
acumulando la Declaratoria de Herederos contra Yolanda, pues ella era titular única de aquel
bien en ese momento y esta acción corresponde al heredero que no posee los bienes que
considera que le pertenecen, contra quien los posee en todo o en parte a título sucesorio o para
excluirlo o concurrir con él. Respecto de este punto no tengo mayor comentario.
Sin embargo, respecto a la Acción Reivindicatoria contra Carlos, si tengo un comentario, pues
como dicta el artículo 884, si hay varios herederos, cada uno de ellos es copropietario de los
bienes de la herencia en proporción a la cuota que tenga derecho a heredar; ello concordado
con el artículo 985 que dicta que ninguno de ellos ni sus sucesores pueden adquirir los bienes
comunes, siendo imprescriptible la acción de partición.
Ahora, es cierto también que la acción Reivindicatoria (que es res singula) conforme al artículo
665, que a nivel general es legislada en el artículo 923, que reconoce entre los derechos
inherentes a la propiedad reivindicarla, y el artículo 979, que señala que todo copropietario puede
reivindicar el bien común. Ello aplicado al caso (artículo 665) correspondería a la situación por
tratarse de un tercero (Carlos) que adquirió de un coheredero (Yolanda); pero que sin embargo,
dicho artículo norma el caso del adquiriente de mala fe a título oneroso, y el del adquiriente a
título gratuito con buena o mala fe, “ni el adquiriente de mala fe que conocía la existencia del
verdadero heredero, ni el adquiriente a título gratuito puede verdaderamente oponerse a los
derechos del heredero propietario de los bienes comprendidos en la herencia”. Ello me trae a la
reflexión de que el “caso del adquiriente de buena fe a título oneroso no está normado por no
proceder contra él acción, la cual deberá dirigirse contra el vendedor, conforme lo dispone el
artículo 666 bajo las siguientes reglas”:
- El adquiriente a título oneroso de mala fe queda obligado a entregar al heredero el bien y los
frutos percibidos, así como a indemnizarlo,
- El adquiriente a título gratuito de buena fe queda obligado sólo a restituir el bien
- El adquiriente a título gratuito de mala fe queda obligado a la restitución del bien, a la devolución
de los frutos percibidos y a pagar indemnización,
- El adquiriente a título oneroso de buena fe mantiene sus derechos, quedando obligado sólo a
pagar el saldo del precio, si lo hubiere, al heredero verdadero.
Ahora, el artículo 665 agrega que, si se trata de bienes registrados, la buena fe del adquiriente
se presume si antes de la celebración del contrato hubiera estado debidamente inscrito, el
registro correspondiente, el título que amparaba al heredero aparente y la transmisión del
dominio a su favor, y no hubiera anotada demanda ni medida precautoria que afecte los derechos
inscritos.
De los hechos y considerandos de la Casación, no se evidencia que se ha probado la mala fe de
Carlos, pues, la buena fe se presume y la mala fe tiene que probarse, también es fácil colegir
que como los demandantes no fueron antes declarados herederos no podían tener inscrito a su
favor, tampoco se habla de alguna medida precautoria, por ende este extremo demandado,
debería declararse Infundado, no Fundado en Parte como mal ha hecho el Colegiado.
Por ello, en Casación, ya no correspondía devolver nuevamente el expediente a la Sala que lo
elevó, pues es innecesario, el Colegiado debió de integrar la Sentencia y declarar Fundado el
extremo de la demanda en los que respecta a la Petición de Herencia, e Infundado en lo que
respecta a la Acción Reivindicatoria, pues ya no procede nueva audiencia de pruebas u
oportunidad para que las partes ofrezcan medios probatorios que muestren que Carlos si actuó
con mala fe.
[1] Ejemplo tomado del libro de FERRERO, Augusto (2002) “Tratado de Derecho de
Sucesiones” Sexta Edición, Lima, Grijley

AS. N° 1773-2006

LAMBAYEQUE - JAEN

Lima, veintiseis de Septiembre de dos mi! seis.-

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, vista la causa


número mil setecientos setenta y tres guión dos mil seis en audiencia pública de la fecha y
producida la votación de acuerdo a ley, emite la siguiente resolución:

1. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por la demanante Luz Zenobia Sagastizabal
Díaz, contra la resolución de vista obrante a fojas ochenta, su fecha treinta y uno de
enero de dos mil seis, expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Jaen que, por
mayoría, revoca la resolución número tres de fecha dieciseis de noviembre de dos mil
cinco, corriente a fojas cuarenta y ocho, que declaró Infundada la excepción de falta de
legitimidad para obrar de la demandante propuesta por la codemandada Betsy Anita
Qlivera Gómez y, reformándola, declara Fundada dicha excepción, ordenando la
onclusión del proceso y el archivo definitivo de la causa, seguida sobre declaración
judicial de representación sucesoria de indigno.

2. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL


RECURSO

Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha veintinueve de mayo último, ha


estimado procedente el recurso de casación por la causal prevista en el inciso 1° del
artículo 386 del Código Procesal Civl, referida a la denuncia de interpretación errónea
de artículo 681 del Código Civil, sustentado en que en la resolución recurrida se ha
efectuado una distinción donde la norma no distingue, al haberse limitado sus alcances
para que se ejerza la representación sucesoria dentro de la misma rama familiar.
Sostiene la recurrente que la interpretación correcta de la norma consiste en que los
descendientes entran en el lugar grado de su ascendiente, y reciben la herencia que
éste le corresponde si viviera o la que hubiera renunciado o perdido por indignidad o
desheredación, no señalando la norma que esta representación sólo le resulta aplicable
a los herederos de la misma rama familiar el causante.

3. CONSIDERANDO

Primero

- El Código Civil, como lo define Escribiese, es la colección de leyes que establecen y


fijan los derechos de que gozan las personas entre sí (y los deberes), además de la
forma y efectos de sus convenciones civiles. Un Código es por tanto un ordenamiento
sistemático de normas, las que deben ser interpretadas relacionando unas con otras,
para obtener su verdadero y recto significado, el que debe armonizar orgánica y
lógicamente con las otras normas que lo integran. Como se expresa en el aforismo
latino: "Leges legibus concordare promptum est".

Segundo

- La muerte pone fin a la persona conforme al artículo 61 del Código Civil, y el artículo
616 del mismo Código precisa qu ienes son aquellos que se subrogan en la posición
activa o pasiva que ocupaba el difunto en sus relaciones jurídicas, estableciéndoles un
orden de prelación sucesorio, figurando en el primer orden los hijos y demás
descendientes, en el segundo los padres y demás ascendientes, y en los otros hasta el
sexto orden, los parientes colaterales desde el segundo hasta el cuarto grado de
consanguinidad. EI cónyuge concurre con los herederos de los dos primeros órdenes.
La ratio legis, los principios que informan estas normas son, que los derechos y
obligaciones transmisibles por sucesión pasan a los herederos, y que los llamados a la
sucesión, salvo el cónyuge, están unidos por un vínculo con sanguíneo, afirmando la ley
con ello la idea de solidaridad familiar, la que se impone y defiende an frente a una
posible voluntad en contrario del causante al determinar quienes son herederos
forzosos, como establece el artículo 724 del mismo Código. El ponente del Libro de
Sucesiones, Doctor Rómulo Lanatta se refiere a la para hereditatis de la que no puede
disponer libramente el testador. (Codigo Civil, Exposicion de Motivos, editado por la
doctora Delia Revoredo Tomo V, Paginas sesenta y cuatro)

Tercero

- La declaración de indignidad, preduce como consecuencia la exclusión de la herencia


del causante. Establece una incapacidad moral para heredar. Caduca la institución de
heredero para el indigno. Tal declaración tiene efecto retroactivo y opera tanto en la
sucesión testamentaria como en la legal, como establecer los artículos 667, 668 y 671
del Código sustantivo. Conforme el articulo 670 siguiente, en el caso de indignidad para
heredar "los derechos sucesorios se pierde el heredero indigno pasan a sus
descendientes, quienes los heredan por representación"

Cuarto

- La representación sucesoria permite entrar al descendiente, en el lugar y grado de su


ascendencia, a recibir la herencia que a este le correspondería, entre otras situaciones,
cuando la hubiera perdido por indignidad, como dispone el articulo 681 del Código Civil.
Como se estableció en la casacion numero dos mil setecientos treinta y uno - noventa y
ocho, la representación es un caso de excepcion al principio del mejor derecho, el que
para operar requiere de determinadas condiciones, como a) que uno de los herederos
originados se encuentre imposibilitado de heredar al causante por estar incurso en
alguna causal en este caso indignidad; b) que los descendientes del heredero originario
incurso en causal de desheredación sean idóneos para heredar el causante, a los que
se les llama representantes y son, a su vez descendientes de los causantes y del
representado; c) que entre el representante y el representado no haya grado intermedios
y d) que concurren a la herencia los representantes con, el menos otro heredero mas
próximo al causante, y que el caso de representación este previsto expresamente en la
ley

Quinto
- Es que por la representación no se sucede al representado sino al causante y se recibe
el derecho del causante. Es este caso, la demandante no es descendiente del causante,
con quien no tiene vinculo sanguíneo alguno, por lo que no puede pretender heredarlo.
Esto es concordante con los principios que informan el Derecho Sucesorio, referidos en
el segundo considerando de esta sentencia.

Sexto

- Cabe citar sobre este tema al profesor Augusto Ferrero, quien comentando el artículo
670 de! Código Civil, señala que no siempre los derechos sucesorios del indigno deben
pasar a sus descendientes y pone como ejemplo de heredero indigno a un primo
hermano, heredero del último orden, lo que traería como consecuencia que terminarían
heredando sus hijos, que conforrne al Código no son herederos.

Septimo

- Que, en el caso sub materia la actora Lu Zenobia Sagástizabal Díaz ha interpuesto


demanda de Declaración Judicial de representación sucesoria, por la indignidad de su
madre Angélica Consuelo Díaz Díaz, cónyuge supérstite de don Arturo Salvador Olivera
Cabrejo, respecto de quien han sido declarados como herederos la referida cónyuge
supérstite, y sus hijas Betsy Anita Olivera Gomez, Ana María Olivera Zamora y Lila
Olivera Loaro.

Octavo

- Que, la actora ha invocado representación sucesoria de su madre Angélica Consuelo


Díaz Díaz quien ha sido excluida de la sucesión intestada del causante Arturo Salvador
Olivera Cabrejo por indignidad declarada por sentencia ejecutoriada; empero, no ha
acreditado tener una. relación sucesoria en línea recta respecto del causante, según lo
ha considerado el Colegiado Superior en mérito de la partida de nacimiento copiada a
fojas catorce; no presentándose tampoco el supuesto de representación sucesoria en
línea colateral.

Noveno

- Que, si bien el artículo 670 del Código Civil establece que los derechos sucesorios que
pierde el heredero indigno pasan a sus descendientes, quienes lo heredan por
representación, la referida norma debe ser concordada con lo dispuesto en .los artículos
681 y 683 del Código Civil que regulan las formas de representación sucesoria en
nuestra legislación, esto es: la representación sucesoria en línea recta descendente y la
representación sucesoria en línea colateral; supuestos dentro de los cuales la actora no
ha acreditado encontrarse comprendida.

Décimo

- Que, en consecuencia, la Sala de mérito ha interpretado correctamente los alcances


del artículo 681 del Código Civil al considerar que la demandante no se encuentra dentro
del supuesto que prevé la citada norma; no habiéndose efectuado distinción alguna en
relación a la referida norma que contempla la representación sucesoria a la sucesión en
línea recta descendente; careciendo !a demandante de legitimidad para obrar según lo
ha considerado la Sala de mérito al amparar la excepción correspondiente.
Undécimo.- Que, siendo así, no se ha configurado la causal invocada, por lo que el
recurso de casación interpuesto deviene en infundado a tenor de lo prescrito en el
artículo 37 del Código Procesal Civo

4. DECISION

Por tales consideraciones:

1. Decararon INFUNDADO el recurso de casación obrante a fojas noventa y


seis, interpuesto por doña Luz enobia Sagastizabal Díaz, y en consecuencia, NO
CASAR la resolución de vista obrante a fojas ochenta, su fecha treinta y uno de
enero de dos mii seis expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Jaén.

2. CONDENARON a la recurrente a la muita de una Unidad de Referencia


Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del
presente recurso.

3. DISPUSIRON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial "El


Peruano", bajo responsabilidad; en los seguido con doña Betsy Anita Olivera Gómez
y otros, sobre declaración Judicial de representación sucesoria de indigno; actuando
cormo Vocal Ponente el señor Sánchez-Palacíos Paiva; y los devolvieron.

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