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Estado paraguayo: un régimen oligárquico que descansa en la

legitimidad del sistema democrático liberal burgués

Por: Noelia Adriana Ferreira

"¿Cuáles son los ideales que inspiran el contrato social vigente en el sistema político
paraguayo?” Esta es la pregunta a la cual tratará de dar respuestas el presentes ensayo.
Para adentrarnos en esta reflexión es necesario traer a colación que, las consecuencias
de la Guerra del 70, con el remate de las tierras públicasi (León Núñez, 2011) y los 35
años de dictadura stronista (1954-1989), profundizaron el Estado oligárquico,
fundamentado en la protección de la propiedad privada, que hasta hoy sigue vigente. El
sistema democrático liberal burgués es el que lo legitima.

Según la Constitución Nacional de 1992, la República del Paraguay se define como un


Estado social de derecho y adopta para su gobierno la democracia representativa,
participativa y pluralista, fundada en la dignidad humana. Los ideales de libertad,
igualdad y fraternidad fundacionales de democracia burguesa, hacen parte de la
doctrina liberal y son los términos aceptados del contrato social vigente en Paraguay.
El maestro del pensamiento liberal moderno, John Locke, para quien existe un estado
de naturaleza que hace que los hombres, en tanto individuos, sean dueños de sus
derechos -naturales primero y civiles, después- es el gran inspirador de la democracia
constitucional o democracia burguesa en la que se cimienta el sistema político vigente
en Paraguay.

Así, los valores principales que rigen en este sistema político son el derecho del
ciudadano, a la vida, a la libertad y, sobre todo, a la propiedad privada de sus bienes. El
Estado aparece en este sistema, como una forma jurídica que debe normar para
preservar esos derechos.

Para desarrollar estas ideas nos serviremos de dos ejes para el análisis: la defensa de la
libertad individual -entendida como propiedad privada- en detrimento del patrimonio
colectivo y la democracia burguesa, legitimada en un orden constitucional con división
de Poderes.

La defensa de la propiedad privada sobre el patrimonio colectivo

Paraguay tiene como base económica la propiedad privada. El extractivismo, que se


sostiene mediante un régimen desigual de tenencia de las tierras, la injusta política fiscal
y la expoliación de los recursos naturales o patrimonios colectivos, es el modelo
económico vigente, que perpetúa la desigualdad social.

Este modelo ha posicionado a Paraguay como el país más desigual en el reparto de las
tierras de la regiónii. Según un informe recientemente publicado por Oxfam, en Paraguay
el 90% de las tierras está en manos de unas 12 mil grandes propiedades, mientras el
restante 10% se reparte entre 280 mil pequeños y medianos productores. (Arantxa
Guereña y Luis Rojas Villagra, 2016)

Para sumar notoriedad al dato antes señalado, agregaremos que según el Censo
Agropecuario Nacional (DCEA-MAG, 2008) el 91% de las fincas de entre 1 y 50 has.
corresponden a la agricultura familiar campesina, pero que solo ocupan el 6% de la
superficie nacional cultivada, mientras que el 8,6% de las fincas restantes ocupan el 94%
de las tierras.

En la evidencia de este despojo histórico de tierras del que son sujetos los agricultores
familiares campesinos y la ausencia de políticas integrales que apuntalen su forma de
producción, se ven obligados a migrar, a vivir en la pobreza o a sobrevivir en condiciones
precarias. Las siguientes cifras dan cuenta de ello:

Solo 3 de 10 habitantes sobre 6, 7 millones de paraguayos, vive en el área rural, según


el Censo Nacional de Población y Viviendas (DGECC, 2012) y más de un millón de pobres
se concentra en esta zona, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, 2016). La
titulación definitiva de las tierras supera apenas la tercera parte de las fincas, la
cobertura de la asistencia técnica no pasa el 25% y la del crédito no llega al 30% de las
fincas familiares- según el Censo Agropecuario Nacional. (DCEA-MAG, 2008)
El rol que los medios masivos de comunicación toman en la perpetuación y agudización
de esta desigualdad es decisivo, ya que un sistema basado en tales asimetrías solo es
sostenible en tanto exista un discurso legitimador. Es aquí donde entran a jugar los
grandes latifundios mediáticos. De estos puede decirse que son también actores
políticos clave en el sistema oligárquico imperante.

Usamos la metáfora del latifundio para referirnos a la gran concentración de medios en


pocas manos. Solo siete grupos corporativos o familias propietarias concentran los 42
medios de comunicación del país: Grupo Vierci (12 medios), Grupo Cartes (10 medios),
Grupo Zuccolillo, Grupo Bernárdes y Grupo González (5 medios cada uno), Holding de
Radio (3 medios) y 5 Días (2 medios), según datos actualizados por Memetics Media. No
hace falta decir que estos apellidos figuran en las listas de personas más ricas del país,
quienes manejan, para decirlo de una manera clara, la opinión pública en Paraguay.

Ellos confieren la etiqueta de “productores” a los terratenientes latifundistas, mientras


a los campesinos sin tierras, a los que piden condonaciones por las deudas contraídas
para sostener su producción, a quienes buscan la titulación de sus tierras, o un mercado
seguro donde colocar sus productos, los etiqueta de “haraganes”, la masa ociosa que
representan una carga para el Estado.

Sobre esta legitimación también se erige una política fiscal desigual, que exonera a los
“productores” de tributar sobre las exportaciones de productos agrícolas en estado
natural, de tributar significativamente sobre por las propiedades rurales, tal como lo
establece la Constitución Nacional para desalentar los latifundios y, en contrapartida, se
les devuelve millonarias cifras en concepto de crédito fiscal sobre el recientemente
creado IVA Agropecuarioiii.

La democracia liberal burguesa legitimada en un orden constitucional


Para desarrollar lo referente al modelo de democracia, en tanto que democracia liberal
tomaremos como referencia el concepto de Estado de Marx, para quién es la
organización política de una clase para oprimir a otra. Por tanto, son las condiciones
materiales las que determinan en última instancia.
Para Marx, las relaciones de producción establecidas por los hombres en una
determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productiva son las que estructuran la
economía de la sociedad y sustentan la superestructura jurídica y política a la que
corresponden determinadas formas de conciencia social, tal como se cita en el artículo
digital Marx y la dimensión subjetiva de la realidadiv.

Tal como mencionamos, valiéndonos de los conceptos marxistas, las relaciones de


producción capitalistas tienen como eje cardinal la defensa de la propiedad privada y la
libertad individual. El Estado paraguayo, en tanto Estado liberal burgués, utiliza los
medios coercitivos, los de convencimiento y de domesticación para imponer sus valores
particulares, en forma de intereses generales. Para esto se vale del constitucionalismo
liberal clásico: con la representación en lugar de la participación directa, la libertad de
mercado y las garantías legales para que el sistema capitalista pueda operar sin
molestias.

Pese a que la Constitución Nacional vigente ampara el derecho a la defensa de los


intereses difusos (Artículo 38), entendidos estos como los patrimonios colectivos que
hacen a la calidad de vida de la población -territorio, causes hídricos, bosques, etc.-, la
defensa de la propiedad privada ha estado siempre vigilada en detrimento del
patrimonio colectivo, como forma de garantizar la libre disposición de los medios de
producción para la clase dominante.

La sobrerrepresentación de los grupos de poder o élites en los poderes públicos, son


muestras icónicas de esta afirmación. Se pueden encontrar ejemplos, en el Informe de
investigación Yvy Jára. Los dueños de la tierra en Paraguay. (Arantxa Guereña y Luis
Rojas Villagra, 2016)

La idea de un Estado Social en Paraguay, entendido como el Estado de Bienestar


keynesiano, mediante el cual su intervención es necesaria para la redistribución de la
riqueza y el desarrollo de políticas de seguridad social, se hace cada vez más cuesta
arribav. Tal como la idea de un liberalismo igualitario que plantea Rawls en su ideal de
Justicia como equidad (Rawls, 1999).
Como conclusión y retomando la afirmación que da título a este ensayo, el Estado
paraguayo, como un régimen oligárquico, se ha valido del modelo constitucional para
autodenominarse democrático social y de derechos. No obstante, lo democrático se
materializó solo en términos de apertura a las políticas económicas liberales, mientras
el ejercicio pleno de los derechos sociales y las garantías de acceso a servicios que se
consideran esenciales para la vida digna de las personas, siguen siendo un gran
pendiente.

Bibliografía
Arantxa Guereña y Luis Rojas Villagra. (2016). Yvy Jára. Los dueños de la tierra en Paraguay.
Asunción: Oxfam en Paraguay.

DCEA-MAG. (2008). Censo Agropecuario Nacional. Asunción: Ministerio de Agricultura y


Ganadería. Paraguay.

DGECC. (2012). Censo Nacional de Población y Viviendas. Asunción.

EPH. (2016). Encuesta Permanente de Hogares. Asunción .

León Núñez, R. (2011). Revolución y Genocidio. El mal ejemplo de la independencia paraguaya


y su destrucción. Asunción: Arandura.

Rawls, J. (1999). La Justicia como Equidad. Tecnos - Pp. 137.

i
Ver Revolución y genocidio. El mal ejemplo de la independencia paraguaya y su destrucción. Ronald
León Núñez. Pág. 192.
ii
Ver Ivy Jára. Los dueños de la tierra en Paraguay. Oxfam, Informe de investigación. Arantxa Guereña y
Luis Rojas Villagra. Asunción, 2016. Pág. 11.
iii
Ver Ivy Jára. Los dueños de la tierra en Paraguay. Oxfam, Informe de investigación. Arantxa Guereña y
Luis Rojas Villagra. Asunción, 2016. Pág. 151.
iv
Marx y la dimensión subjetiva de la realidad. [Mensaje en blog]. El Nuevo Diario. Recuperado de
https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/68932-marx-dimension-subjetiva-realidad/
v
El Pensamiento de Keynes y el Estado de Bienestar. [Mensaje en blog] Contenidos educativos digitales.
Recuperado de http://contenidoseducativosdigitales.edu.uy/contenido/el-pensamiento-de-keynes-y-el-
estado-de-bienestar/

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