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cómo ayudarlos a estudiar 1.

Introducción

¿Cómo madres, padres y apoderados/as pueden ayudar en el aprendizaje de sus hijos e hijas?

Como señala el Ministerio de Educación (Mineduc, 2004, p.5), “es importante destacar que la
participación activa de padres, madres y apoderados(as) en la educación no sólo aporta al
fortalecimiento del sistema escolar, sino también al fortalecimiento de la familia en sí misma, ya
que ayuda a los padres a conocer las diversas etapas por las cuales pasan sus hijos/as, a
acompañarlos más de cerca en su desarrollo y a ayudarlos en sus dificultades, lo que favorece el
establecimiento de una buena comunicación, permitiendo mayor cercanía y actuando como factor
protector en diversas problemáticas que los afectan”.

Frente a los apoderados/as que quieren saber cómo apoyar a sus hijos e hijas en sus aprendizajes,
es necesario poner énfasis en las siguientes ideas:

Los aspectos principales para ayudar a los hijos son:

Apoyo y constante preocupación (no importando la edad): todos los niños, niñas y adolescentes
requieren del apoyo de sus madres, padres y apoderados/as, sentirlos preocupados por ellos y sus
estudios.

Paciencia: aceptar y valorar todas las preguntas de sus hijos/as, así como sus errores. Entender
que esta etapa es de aprendizaje y que uno aprende equivocándose y acertando. Felicitar los
éxitos y apoyar en los fracasos.

Cariño: nunca debe ponerse en juego. El amor y afecto de la familia debe estar siempre presente.

Confianza: creer en los hijos e hijas y en que con esfuerzo y constancia hasta los aprendizajes más
complejos podrán ser dominados.

Voluntad: es posible acompañarlos de diversas formas y sin necesidad de tener un conocimiento


específico de las materias escolares.

Madres, padres y apoderados/as deben saber que no sólo se aprende en la escuela: “Los niños
aprenden a través de diferentes experiencias, especialmente aquellas en que se divierten. Siempre
se puede a través del juego, en el zoológico, en el teatro, escuchando música, visitando una
biblioteca, o simplemente en la casa a través de actividades cotidianas, como contar los puestos
de la mesa, jugar a las semejanzas y diferencias de los objetos, etc.” (UNICEF, 2002, p.11).

Las familias pueden aportar a la educación con apoyo pedagógico, trabajando en sus hogares una
serie de estrategias simples que refuerzan el aprendizaje: ayudándole al niño/a a crear hábitos de
estudio, haciéndole sentir que la familia se interesa por su vida escolar, y valorando y ayudándole
con las tareas escolares. Para ello, puede resultar muy apropiado:

Establecer un lugar de estudio adecuado: el lugar de estudio debe ser de preferencia siempre el
mismo. Debe estar ordenado y donde se tenga a mano sólo lo que se necesita: diccionarios, libros,
etcétera. El mobiliario debe ser apropiado, resistente y cómodo. La mesa debe estar adaptada a la
altura del niño o niña y a la de la silla, la que, a su vez, debe tener el respaldo recto. El lugar debe
ser tranquilo y bien iluminado. Es mejor trabajar con luz natural; si se ha de trabajar con luz
artificial, debe estar colocada directamente sobre la zona de trabajo.
Organizar y planificar el tiempo de estudio: a la hora de crear un hábito de estudio, resulta muy
útil ayudar al estudiante a elaborar un plan de trabajo semanal. La planificación del tiempo de
estudio requiere la supervisión diaria de la agenda escolar, para asegurar que el hijo o hija anota lo
más importante (tareas, fechas de pruebas, etc.). Este plan de trabajo debe ser personal
(adecuado a sus necesidades), realista (adaptado a su capacidad y disponibilidad), flexible (que
permita imprevistos) y escrito (recordatorio visible).

La necesaria colaboración entre la familia y la escuela:

Familia y escuela deben tener una actitud de colaboración mutua, especialmente en relación a:

Intercambiar información: sobre la manera de ser y capacidades del estudiante; sobre


acontecimientos que pueden afectarle emocionalmente como, por ejemplo, una separación
matrimonial, un accidente, una enfermedad, una muerte, etcétera. En estos casos, la familia
debiera comunicar el hecho al profesor/a para que lo tengan en cuenta.

Cómo estudia: establecer cuáles son las principales dificultades que tiene el niño o niña a la hora
de estudiar. Qué valores y normas se proponen desde la casa y cuáles son los que se establecen en
la escuela. Es muy importante que el estudiante vea una coherencia entre los límites que se fijan
en casa y los que se fijan en la escuela.

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Muchas veces las madres, los padres o los apoderados/as tienen poco tiempo para estar con los
niños, sin embargo, aunque el tiempo sea escaso, es importante que ellos demuestren interés por
los aprendizajes logrados. Es mucho lo que un niño puede avanzar con motivación y un poco de
ayuda. Además, no sólo los apoderados/as pueden supervisar y apoyar el aprendizaje de los niños:
abuelos/as, hermanos/as mayores o tíos/as también pueden cumplir esta función (UNICEF, 2002).

para profundizar se puede consultar: Aldo Bazán, Beatriz Sánchez, Sandra Castañeda (2008).
Relación estructural entre apoyo familiar, nivel educativo de los padres, características del
maestro y desempeño en lengua escrita. Disponible en:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=14003312

objetivos de la sesión Indagar la forma en que padres y apoderados apoyan a los niños, niñas y
adolescentes en los aprendizajes escolares. Reconocer aspectos deficitarios en el apoyo escolar.
Privilegiar estrategias de apoyo al trabajo escolar. o

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