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Nadie sabía exactamente qué iba a pasar el 20 de julio de1810, pero se

podía percibir una atmósfera de que algo ocurriría. Fue un viernes, día de
mercado y todo el pueblo caminaba por las calles de Santa Fe. Ese día se
dieron sucesos determinantes que cambiaron la historia de lo que hoy
conocemos como Colombia.

Sin embargo, hoy en día es claro que lo que sucedió este día no fue un
hecho espontáneo como aquellos que habían caracterizado la vida política
colonial. Fue la consecuencia de varias circunstancias

Cada 20 de Julio se celebra una fecha de mucha importancia para todos los colombianos que es
el Día de la Independencia, como una festividad que se remonta unos 207 años atrás cuando se
firmó el Acta de la independencia en la ciudad de Santa Fe. En este sentido, el 20 de Julio de
1810 quedó en la memoria de los colombianos cómo el momento en el cual sellamos nuestra
dependencia de los españoles y forjamos nuestra historia como Nación. Oficialmente, el 20 de
Julio como celebración y fiesta Nacional fue concretada el 8 de Mayo de 1873 por medio de la
Ley 60, donde quedó establecido la conmemoración de esta fecha como fiesta cívica y
cumpleaños de la República. En efecto, con el paso de los años para mantener presente el amor
patrio y el sentido de unidad nacional, se hizo necesario recurrir a elementos simbólicos como
banderas, cuadros representativos, obras de arte, desfiles, obras y obras de teatro y demás
elementos con el fin de refrescar la memoria de los colombianos y actualizar en el presente.

La celebración de la independencia nos remonta desde ese momento, a los tiempos en los que la
ciudad de Santa Fe era la sede del virreinato de la Nueva Granada, nombre con el que en
tiempos coloniales se le denominaba a los territorios que comprenden la República de Colombia
y los países vecinos de Venezuela y Ecuador. En este lugar que se desarrollaron una serie de
acontecimientos, los cuales marcaron la historia de todos los colombianos y la construcción del
imaginario nacional. Estos eventos iniciaron el 21 de enero de 1810 con el encarcelamiento del
ex rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Andres Rosillo debido a los ideales
revolucionarios en contra del gobierno español. Más adelante, Rosillo es ejecutado junto con
otros precursores y sus cabezas fueron expuestas el 13 de mayo para infundir temor en la
población, Sin contar que estas ejecuciones causaron un efecto contrario pues fortaleció la
determinación de quienes llevaron a cabo el proyecto de emancipador.

Para el día 19 de Julio, se dio una reunión con miembros de las clases altas santafereñas e
intelectuales ilustrados en el observatorio astronómico de Santa Fe, auspiciada por Francisco
José de Caldas con el fin de establecer los planes que tenían como objetivo, incitar a un
levantamiento popular en contra del gobierno del Virrey Amar y Borbón. Con todo preparado,
al medio día del día Viernes 20 de Julio, (el más concurrido por la gente por ser la jornada de
mercado donde acudían numerosos compradores y vendedores a la Plaza Mayor) un patriota se
presentó a la tienda de José González Llorente para pedir prestado un ramillete que sirviera
como centro de mesa en la bienvenida del comisionado del gobierno español Antonio
Villavicencio a sabiendas de que el mismo Llorente se negaría a prestarlo. El español, según las
fuentes de la época, cedió ante las provocaciones y comenzó a lanzar insultos en contra de los
americanos y de quienes pasaban por la primera calle Real. Acto seguido, Don Francisco
Morales y sus hijos Antonio y Francisco, ya advertidos de la situación pues hacían parte de la
conspiración, intervinieron en aquella pelea, alborotando a la multitud diciendo. Mientras tanto,
varios de los presentes comenzaron a lanzar los siguientes pregones: Están Insultado a los
americanos abajo el mal gobierno Queremos Junta Viva el Cabildo. Estas palabras, de acuerdo
con Lievano Aguirre, lograron su cometido ya que en ese momento, la situación parecía salirse
de las manos, hasta el punto de que el teniente José Moledo tuvo que intervenir para impedir
que la multitud golpeara a Llorente.

A la una de la tarde ya se había sumado más gente a las manifestaciones en contra de la


autoridad española con el pretexto del florero, estas se mostraban como un respaldo inicial al
Rey de España preso por Napoleón y en contra del mal gobierno a cargo del Virrey Amar y
Borbón . En ese momento, sacando provecho de aquella situación, es nombrado José Acevedo y
Gómez como tribuno del pueblo, quien desde el balcón del ayuntamiento comenzó lanzar
palabras en contra del mal gobierno y otras más para elevar los ánimos del pueblo reunido en la
Plaza Mayor. Acevedo, parado desde un balcón, utilizó las siguientes palabras: Si perdéis este
momento de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz antes de doce
horas seréis tratados como insurgentes; ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os
espera.
Pasada la tarde, la multitud se tomó la plaza Mayor y presionó para que el virrey Amar y
Borbón aprobara los vocales elegidos por medio del cabildo extraordinario y aprobara la
creación de un junta de gobierno, además de proclamar como diputado a José Acevedo y
Gómez. Posteriormente, se logra influenciar al realista Teniente Coronel José María Moledo
para que las tropas no atacaran a la multitud, asegurando el éxito de los levantamientos y así
garantizar el éxito inicial del golpe. Mientras tanto pasada la media noche, el cabildo a puerta
abierta comenzó a sesionar y sus miembros acordaron formar una Junta Suprema de gobierno
compuesta por miembros del cabildo y diputados del pueblo, procediendo a la firma del Acta de
independencia emitida por el cabildo extraordinario del 20 de Julio de 1810, resolviendo lo
siguiente:

En la ciudad de Santafé, a veinte de Julio de mil ochocientos diez, y ahora de las seis de la tarde,
se presentaron los señores muy ilustre cabildo, en calidad de extraordinario, en virtud de haberse
juntado el pueblo en la plaza pública y proclamado por su diputado, el señor regidor don José
Acevedo y Gómez, para que le propusiese los vocales en quienes el mismo pueblo iba a
depositar el supremo gobierno del pueblo; y habiendo hecho presente dicho señor regidor que
era necesario contar con la autoridad actual del jefe, el excelentísimo señor don Antonio Amar,
don Manuel Pombo, el doctor Miguel Pombo y Luis Rubio, vecinos a dicho señor
excelentísimo, haciéndose presentes las solicitudes justas y arregladas de este pueblo... pusiese a
disposición de este cuerpo, las armas, mandando por lo pronto una compañía para el resguardo
de las casas capitulares , comandada por el capitán Antonio Baraya[...]se deposite en toda la
junta de gobierno supremo de este reino interinamente, mientras la misma junta forme la
constitución debieran formarse bajo la bases de libertad, independencia respectiva de ellas,
ligada únicamente por un sistema federativo, cuya representación debería residir en esta capital,
para que vele por la seguridad de la Nueva Granada, que protesta no abdicar imprescriptibles de
la soberanía del pueblo que, a la del augusto y desgraciado monarca don Fernando VII .

Entre los firmantes se encontraban varios de los personajes que participaron en el complot en
contra de los españoles, tales como José Miguel Pey, Juan Jurado, Juan Bautista Pey, José
Acevedo, José María Moledo, Antonio Baraya, Pedro Groot, Manuel de Pomobo, José Sanz de
Santa María, Antonio Morales, Sinforoso Mutis, entre los más reconocidos, quienes tuvieron
relación con en la Junta Suprema de gobierno y el gobierno provisional que se estableció el día
21 de Julio. El acta sin embargo, no pretendía desconocer la autoridad de Fernando VII, por el
contrario reafirmaba su autoridad sobre la Nueva Granada dado que en efecto, lo que buscaban
estas juntas era una mayor participación política de los americanos en los asuntos de gobierno.
Estos eventos fueron imitados por ciudades como Cartagena, Pamplona y el Socorro, en donde
sus cabildos también instauraron juntas de gobierno provisionales dado que en esos momentos
no existía un sentido de unidad nacional como el de ahora.
El peso de los eventos sucedidos el 20 de julio de 1810 marcó el inicio de un hito histórico para
la Nación colombiana, identificándose como el aniversario de la independencia y el nacimiento
de un pueblo soberano e independiente, además del punto de inflexión a partir del cual se fue
construyendo la Historia Nacional.

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