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Iván Sardo
35.962.347
31/10/2017
Memorias del subdesarrollo recurre también en buena parte de su trama al uso de frag-
mentos documentales. Fotografías o grabaciones de momentos históricos, contexto social
real, familias. Sin embargo, se diferencia de Raymundo en el marco de estos fragmentos:
Memorias del subdesarrollo es una obra que recurre al mundo real como objeto de refe-
rencia para el mundo ficcional. Las secuencias narrativas acerca del protagonista de la
película se alternan con momentos en los que este habla de su sociedad en off, y allí es
donde aparecen las imágenes documentales.
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Gilman, C, Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemoas del escritor revolucionario en América Latina,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2003
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vivía en toda América Latina. La Revolución Cubana como hito fundacional de una nueva
época donde el discurso socialista pasa a ser el discurso legitimado tanto por la clase
obrera como por los intelectuales. Y ahí es donde coinciden Raymundo Gleyzer como
personaje de Raymundo y Sergio como personaje de Memorias… Ambos son intelectua-
les que apoyan la revolución socialista. Sin embargo, cada uno lo hace desde diferentes
posturas.
En Raymundo se puede observar el proceso que explica Claudia Gilman: existe la total
desconfianza de que la clase dirigente esté cumpliendo con sus funciones económicas,
políticas y culturales, y es allí donde los partidos políticos implantarán la desconfianza y
la intentarán distribuir hacia la sociedad toda para poder cumplir con los proyectos de
avance de los pueblos. El proyecto Cine Base, del que formó parte Gleyzer, y que el
documental se encarga de retratar con varias entrevistas e imágenes, es la muestra de esta
intención. No es el pueblo el que debe dirigirse hacia el cine político, sino que será al
revés. El cine político irá al pueblo. Y será allí donde se darán discusiones, reflexiones
sobre el contexto social, político y económico, y se fermentará la lucha contra los poderes
hegemónicos.
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Estados Unidos, donde la civilización se encuentra en su punto más alto. Como se puede
observar en la opinión del mejor amigo de Sergio, allí en el norte los automóviles son tan
buenos que “existe garantía por dos años”. Tanto se confía en el desarrollismo, que se
entrega algo tan importante y valioso como un automóvil con la confianza de que nada
les sucederá en dos años. O también en la primera charla que tiene Sergio en su casa con
su nueva amante: ella le pregunta si desde el exterior no le enviarán objetos de calidad,
como mejores zapatos. La contradicción interna de Sergio es evidente. No quiere opinar
como la gente que lo rodea, pero hay evidencia de que el presente cubano no es favorable.
El subdesarrollo está arraigado en la sociedad y será muy difícil extirparlo.
2) Una obra cinematográfica se denomina política “[…] cuando un autor, una industria o
un organismo público exponen su particular mirada sobre una realidad determinada en
procura de lograr ciertos propósitos en la sociedad”.2La muerte de un burócrata (Tomás
Gutierrez Alea, 1966, Cuba) y El chacal de Nahueltoro (Miguel Littin, 1969, Chile) se
inscribirían rápidamente en esta categoría con el simple hecho de comentar la fábula de
cada una. La muerte de un burócrata narra las vicisitudes que debe atravesar un joven
ante la muerte de su tío cuando decide iniciar los trámites para la pensión de su tía. La
falta de la libreta laboral inicia un ciclo interminable de trámites burocráticos que llevan
al joven a la locura. El chacal de Nahueltoro nos presenta la historia de un joven abando-
nado por la sociedad, que comete el asesinato de una mujer y sus cinco hijos bajo el efecto
del alcohol, y luego es juzgado a con la pena de muerte.
En ambas películas se visualiza una fuerte crítica al efecto que acarrea consigo el mal
desempeño del rol del Estado en sus ciudadanos. Las fábulas podrían compararse: un
protagonista es abandonado por el Estado y esto lo lleva a un final trágico, ya sea la locura
o la muerte.
Sin embargo el tratamiento estético encuentra diferencias, aunque también puntos de aso-
ciación. Ambas encuentran su punto de conexión en la estética realista. En términos de
Bazin, podríamos decir que en gran parte de ambas obras, el relato es transparente. El
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Getino, O y Vallegia, S, El cine de “las historias de la revolución”, Buenos Aires, Publicaciones Gea, 2002,
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montaje “deja ver” acontecimientos representados, permitiendo la ilusión de estar asis-
tiendo a los sucesos. Se apela en ambos, además, a la identificación con el personaje
protagónico. Empatizar con estos lleva al espectador a ver las situaciones que deben atra-
vesar de forma más crítica. Sin embargo, como todo el Nuevo Cine Latinoamericano (en
el cual podríamos enmarcar ambos filmes según el período marcado por Getino y Valle-
gia) presenta ciertos rasgos de ruptura con este tratamiento.
La paradoja del trámite provoca una situación irónica: el trámite de entierro no puede ser
realizado si antes no se realiza el trámite de exhumación. La lógica está completamente
dada vuelta.
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el sobrino deberá ir dos veces al DepATram para poder realizar por completo el sellado
y firma de la orden. La aceleración termina siendo nula. Y agregado a esto, cuando los
empleados se dirigen a colgar los carteles, el sobrino pierde la oportunidad de poder fir-
mar la orden, ya que no se encuentran quienes pueden realizarlo. Nuevamente, de forma
paradójica, la burocracia termina llevando al sobrino a una situación de gran conflicto.
En cambio El chacal de Nahueltoro apela a un relato que no deja lugar a lo cómico. Desde
el inicio se muestra el carácter biográfico de la trama. Lo primero que se presenta es la
detención del personaje del Chacal, para luego escuchar su voz relatando su infancia, y
ver estas imágenes el flashbacks. Luego, se pasará al relato del crimen cometido por este
en el lugar del hecho durante la reconstrucción judicial. Esto permite la visión del asesi-
nato para el espectador. Los planos del personaje de José, el Chacal, son en gran medida
primeros planos o planos medios, lo que nos acerca a este desde la visión. Además, se
recurre a contar momentos críticos en la vida del homicida, que permiten entender la dura
vida por la que pasó. Abandonado por su familia, abandonado por el sistema de cuidado
de menores, sin trabajo al ser adulto, sin poder encontrar alimento. Su única opción parece
ser caer en el alcoholismo. La sociedad no lo comprende. No recibe ayuda.
Sin embargo, todo el aparato del Estado rápidamente se mueve para buscarlo luego de la
realización del múltiple homicidio. En ese momento pasa a ser alguien. Los medios de
comunicación comienzan a mencionarlo. Las fuerzas represivas lo buscan. El juicio se
realiza rápidamente. El sistema penal lo re-educa con gran eficacia y lo transforma en un
ser civilizado. Y ahora sí, es cuando la sociedad deja de verlo como un monstruo. Pero
ya es tarde. El proceso no puede detenerse, el presidente no firma su indulto.
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Todo este proceso se ve resumido en la escena de la entrevista realizada luego de la firma
de la sentencia. Vestido y peinado de forma prolija, José es rodeado por el periodismo
que quiere retratar su historia. Le sacan fotografías a escasos centímetros del rostro como
si fuera un animal en cautiverio. El periodista utiliza el recuerdo de la infancia inocente,
de la madre de José. El cuadro se compone a partir de ahora de primeros y primerísimos
planos del chacal. Un leve picado de la cámara nos hace ver el rostro del juzgado con
sombras que marcan su tristeza en el rostro, en su lenguaje corporal. Detalles de sus ma-
nos tomadas, de sus pies encadenados. El chacal parece no terminar de comprender del
todo por qué ha tenido que pasar por lo que le tocó, y agradece, incluso en esa situación
límite, todo aquello que ha podido aprender en la cárcel: su nueva religión, sus conoci-
mientos para hacer guitarras o retratos, cómo comer, cómo trabajar.
En definitiva, ambos filmes recurren a retratar dos personajes con los que el espectador
puede identificarse y el contexto adverso en el que deben manejarse, para luego, poder
hacer un juicio crítico de los procesos burocráticos o judiciales injustos que deben ser
modificados si no quiere llevarse a los ciudadanos a estos finales trágicos.