Sei sulla pagina 1di 24
Lom nana out sen Sa oj cis incamercanosParaunareletua del canon Volumen El Sigo XK tex impresl / rine Roja, “11 ed.~ Santage-LOM ediciones; 201.264: vex2s em. (Coleen Testo sabre Test) ‘sh 978-956-00-0267-9 ‘tteratra Latinoamercana~Citea—S.X0K | Title. Serie Dewey: 860—e4421 Cuter Rosse -Fuowre: Agencia Catlogrsfica Chiles etoMeociones Primera eden, 201 \ste S78-956-00-0267-9 1m 206.420 mcién, courosicibn¥nse0 {LOM eziciones. Concha y Toro 23, Santiago ‘eubsono: 56-2) 6885275 |r (66-2 698 6388, lam@lom| wewiomct “Toga: Karina Miguel de ater 2888, Quinta Normal ImeresoenSamiaga de Chie Grinor Rojo Clasicos latinoamericanos Para una relectura del canon VOLUMEN I: El Siglo XIX 1888: Dario, Azul... y el modernismo Era al legat, dice Luis Orrego Luco, “alto de cuerpo, de color avellanado, de ojos equefios y brllantes, nariz aplastada, barba escasa y era flaco. Cualquiera hubiera dicho un indio sentado en el wig wam al verlo con su aspect indolente, su fisonomia inmutable y cobriza”.¥ en otto parrafo del mismo articulo: “Su ignorancia era casi absoluta, apenas distinguia un coche de una casa, yno percibia diferencia de un cuadro avuna oleografia. Su bagaje literario se reducia a Victor Hugo, que era su maestro y su dios”.*' A estas dos malignas descripciones del autor de Casa grande, yo tendria que agregar que, por aquel entonces, el poeta nicaragiiense no llegaba ain los veinte afios, que habia desembareado en Chile el 24 de unio de 1886 y que se ria de vuelta dos afios ymedio después el 9 de febrero de 1889. Ademés, que entre una y otra fecha publicé en Periéaicos de Valparaiso y Santiago numerososarticulos, poemas y cuentos sueltos,y ‘que las imprentas de esas mismas ciudades dieron a la publicidad cuatro de sus libros, uno de ellos aguel en torno al cual he querido desarrollar los primeros trea apertados de este capitulo.** Sus mejores amigos en Valparaiso fueron el periodista Eduardo Poirier, que lo recibi6,y el profesor y ensayista Eduardo de la Barra, que prologé la primera edicién de Azul..;en Santiago, disfruta nada menos que de a amistad de Pedro Balmaceda Toro el hijo del presidente, de cuyo cuarto en el Palacio de la Moneda-de ée que dicen los que lo vieron que estaba lleno de cuadros, porcelanas, aguafuertes, sgrabados, apices antiguos y curiosidades pompeyanas-, entra y sale como Pedro por sucasa. Aunque siempre en inferioridad de condiciones, con los bolsilos lastimosa y porfiadamente vacios, es por otra parte un fiel acompafiante en las excursiones que hhacia el Restaurante Santiago, el Casino del Portal Fernéndez Concha, el Restaurante ™ Lal OrtegoLuco. “Rubén Daio™. La Libertad Electoral a0 y ak de febrero de 1889) »* _Descontando ei "Cant épico a las glorias de Che”, qu gan la mitad del primer premio en el ‘Certamen Varela (i887; aoa mitad sealed el envio de Pedro NolatcoPréndes), que luego se publi en La Epoca|9 de octubre de 2887) y que Daron quso inci ena lita deinitiva de 8 ‘obras, en Chile apareciron Abrojos. Santiago. Imprenta Cervantes, 187, Emeline (novela escrita «en colaboracién con Eduardo Poirier. ValprasaImprentayLitografa Univeral de Chigneau y volumen correspondiente, I) Samtago Imprenta Cervantes, 887, p.86-196y Azul. Valparaiso, Imprentay Litogratia Excelsior, 1888 155 del Cerro, “de Frac y quante blanco”, fumando “unos opulentos Aguilas Imperiale llevaba a cabo la que Gonzalo Catalin denomina “bohemia dorada’ de esos afios™. “Leen la Revuede dewe Monde, visten ao dandy y conversan de arte moderno”, acota por su lado Bernardo Subercaseaux.™* De vuelta de sus celebraciones bohemias.y efugiadosen la"sala de redaccién” del diario La Epoca, esos bsofios escritores se pensaban a s{mismos como a punta de lanza de una nueva sensibilidad artistica chilena, lejos de Bello y Vicufa Mackenna, si bien cerca de un Lastarria que, acaso para ganarse sus afectos, modificaba una veo mas el curso de su ya larga y sinuosa carrera de activista cultural™* Miembros destacados dentro del grupo fueron, ademas del ya nombrado Balmaceda Toro, el tartamudo Vicente Grez, los hermanos Ortego, Alberto Blest (que era el hijo tisico del novelisca Alberto Blest Gana), Carlos Luis Hubner, Pedro Nolasco Préndez, Alfredo y Galo lrarrézabal, Jorge y Roberto Huneeus Gana y Manuel Rodriguez Mendoza, este ltimo uno de los mejores compatieros de Dario, junto con Narciso Tondreau, autor de Penumbras y del inédito Asonantes. Catalin, a quien cité en el pérrafo anterior, esboza una sentencia sumaria, abarcadora dela sensibilidad y las actividades del grupo en su totalidad, diciendo que esta es “la primera promocién en la que es posible apreciar en Chile elementos de ruptura con el pasadoliterarioinmediato"™ (Catalin quiere decir elementos deruptura ara con el modelo del intelectual chileno decimonénico, que segin a 6 se le ocurre ‘puede cer asimiladosin rctricciones ala figura del ‘intelectual tradicional’ propuesta or Gramsci”, en la medida en que confluyen en aquellas reuniones de La Epoca individuos provistos con una actitud “definitivamente moderna y esteticista hacia las letras" > aunque eso no le impida darse cuenta de que se trata de una gavilla de sefioritasafrancesados que “no pueden evitar sus evidentes pulsiones aristocrticas" >? Labibliotecas de Balmaceda en la Moneds, yladelpetimetre Samuel Ossa Borne se abren para Rubén de par en par. En la habitacién de Balmaceda, descubre ‘libros, muchos libros, libros csicosy as tltimas novedades de la produccién universal, en especial a francesa. Sobre una mesa, diarios as pilas azules y rojzas de la Nouvelle "Gonaalo Catlin. Antecedentes sobre la ransformacin de campo lteraroen hile ence 1890 y 1920" en fos joaquin Brnner Ky Gonzalo Catalin B Cinco estutios sobre culrura y sociedad. ‘Sansiago de Chile, Facitad Latnoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 1985, pp 105) 18. —ernardoSuberceseax. Culturaysociedad iberalen elsglo XIX Lastaria ideology teratura Saniago de Chile. Aconcag, 1981, 0.287 amente, ast novela Salad las apariencias, de 1866 °—Laalasin a Laszaria es expec Catalin. Antecedents.“ 105-708, tid, 72 thi, 106, “thi uo 156 ‘Revue Frangaise y de la Revue de Deux Mondes”.* En lo de Ossa Borne, quien parece ue tuvo intenciones de hacer una carrera lteraria, pero la que al fin de cuentas no ‘cua, encuentra una coleccién “compuesta casi exclusivamente de autores franceses contempordneos”.~” Leemos por ejemplo que en la iblioceca de Ossa Borne, y merced alarreglo que éste habia hecho con ciertalbrerta de Santiago (:habré sido la famosa de Roberto Miranda, en la calle Bandera, que segtin afirma Bernardo Subercaseaux "fue fundamental para la bibliografia chilena"?)** para que “le reservaran cada obranueva que llegase de Francia", “habia voliimenes de Gautier, Leconte de Lisle, los hermanos Goncourt, Verlaine, Mendés, Villiers de VIsle-Adam, Silvestre, Banwille, Zola, Loti y muchos otros". Dario, quien no era mucho el francés que sabia antes de llegar a Chile?” sale de Chile versificando en esa lengua La muy citada declaracién de “Los colores del cestandarte", cuandarefiere que “al penetrar en ciertos secretos de armonia, de matiz, de sugestién, que hay en la lengua de Francia, fue mi pensamiento descubrirlos en Mt Ruén Dao de ites San Sadr impenta Nacional, 185 p30 atl Siva Casuo.Rubén Darla vent alos Mad Gredos. 856 p17 %* —emaro Subercasenns. “La clus ena poc de Baiada 80-1900) en eri Villobos Bete La doc deBalnaceda Saag de Cie Dec de otc Ais y Masse, Cent de tmestigaone Diego Bos Ans, 1953p. % —Lalnformsiénefuetrnomiidn Juan Line rls BK. Mapes, glen posta un xogo dela bibovecs de Osa Some Vid °E Azul de Rubén Dari, sino metal otingisico™ evi Hpdnca Moderna, 2 (944.1 7 Sein mismo ano en una ase de stele de mis bros“ Chile fu Calle Mend ni verdaderiniidor un Mend raduld, pcr mi ance adavinea pecan Hira de ms ihros en Obras comple Madi. odio Aguado, 9.96 {Cum francs sabia ct teal pes apt arora eos icin memories ik leniquee Uren, Atando Donosa Reber Bene Nese) cree ue"On eet don Postopse ‘fer tamensiredu poe donlacaon de? Horde mis ieor rink Mapes Lnence ‘range dar ocurred ube Dri Par ae nen ore Champion, 3920.0 {an poco ota Rubén sbilg de eancts dese snc eu legada x Cleesesiuaabve pertaesinduae gon Chiara encased ares lieraturaparsens,acreada de ars Satiag, come ant cra Wari presigiss, ori liga chilena. mismo Mapes recone que Tos nde qe an son cre a Chit sav peu de choses ls moment tai ranges canterporains: 1. E0 poo de fase por el poeta sees des rants pec’ Lopes Mails con la Sigulntes palabras: "no fu enn Ame Cetra sino en Cie, donde se eeego devo a estudio del ances yamine conmopeltsdeSatiago de Chic -cutadentequc ep inmediaameate losis sonados scones eras dextran [a aban delay tances en sis de scape wato on amigos ees eel nn conse aque Da legasea omar ex lengua con passa ded" “H Atl. 10 Mapes erage un poco, peroentin °* Alud ios oemas en fants, uldos “Echos qu bane a segunda ein Az 137 espatiol, 0 aplicarlos"” adquiere plena validez a partir de su experiencia chilena No altan por es0, los criticos que nos aconsejan que busquemos en esa experiencia chilena la "génesis” de Azul... en AzutL..a del modernismo, yen el moderrismo la de laliteratura hispénica moderna. Cuando se ocupa de este asunto,escribe por ejemplo Rati Silva Castro que Rubén Dario “imit6" en Chile a todos cuantos, parnasianos 0 decadentes 0 neo-roménticos, llevabar a la literatura francese a una renovacién decisiva de la sensibilidad estética,y de alli nacié Azul..,uno de los libros mis originales de la lengua espafiola,y con ‘Azul...e1 modernismo, movimiento que ha reivindicado pare el eserivor el derecho asu personalidad, que arruiné una vez mésla nocién deescuelayque cre6 precepts nuevos para aclimatar su doctrina* Pero afirmar que aquel joven poeta nicaraguense puso en circulacién en Chile, or primera vez hace cien afios, incluso los rudimentos de la literatura hispénica moderna, tiene que parecerle a quienquiera que posea un minimo sentido de las proporciones una grotesca boutade. Por lo pronto, porque, aunque a los chilenos ‘nos duela, Chile estaba, y me artiesgo a pensar que va a seguir estindolo por tiempo indefinido, muy lejos de ser la Meca cultural del mundo hispénico. Ademis, porque nadie inventa nada de ese modo, sin abuelos, sin padres, sin antecedentes de algiin tipo. 2No tienen los nueve cuentos, los dos élbumes y los seis poemas que -omponen la primera edicidn de Azul.. algunos anclajes y/o predecesores domésticos? Si uno lee sin demasiadas exigencias la bibliografia critica que se ha ido amontonando en torno a ellos, es muy probable que se lieve la impresién de que eso no esasi. Desde que en sus dos “cartas” de 1888, reproducidas posteriormente en el prélogo a la edicién guatemalteca del libro, lo decreté juan Valera con todo el bulto de su autoridad sapientisima, que los comentaristas de Azul., han estado repitiendo que todo lo que Dario hizo alo largo de estas paginas fue dar el pistoletazo de partida para.un cambio derumbo. Enel mapa literario hispanoamericano de ines del siglo XIX, se argumenta {ue Dario se aleja con Azut.de los modelos castizos, a los que la verdad esque no era yamucho lo que habia que sacarles,y se aproxima a Ios modelos franceses, delos que ‘obtiene jugos nuevos: “Fue", corrobora Enrique Anderson Imbert, “en el parnasismo Rubén Dara. “Los colores del esandare’ respuesta ala critica negtiva que Paul Groussac le io a Las raros ext de Dario se publcd por peenera ver en La Nacidn de Buenos Aires (27 Ae noviembre de 896) He ullzad sureproduccén en E,K. Mapes. Escrito inéios de Rubén ‘arto, reagids en perdicos de Buenos Aires yanocados. New York, Insts de as Eepa8as eh los Estados Unis, 138,712. Rai Sika Cast. Rubén Daria atos ent aos 27 Encuantoa a cronologia del mederismo¢ ‘mismo autorprecin "movimiento literaroicunscriteeneltiempe, pues noparee flexed ‘misallide ses rimds acide 9:6." cEsposibledefinirelmoderismo?"-Cuadernes Americans. 0965)372, 158 francés donde los hispanoamericanos aprendieron a anhelar la perfeccién de la forma. Cuando, con Darioalacabeza, avanzaban triunfantes, se enteraron de los triunfosqueel simbolismo obtenia en Francia en esos mismos afiosy, sobre la marcha, agtegaron asus ‘maneras parnasianas,ricas en visin, las maneras simbolistas,ricas en musicalidad” 2 ‘Como se recordard, Valera ironizé en la primera de sus dos epistolas famosas, @ propésito del “galicismo mental” del poeta, confesandole que él no detectaba en. castellano a otroautor “mds francés” que él, y, por lo visto, esa picardia suyafuela que de inmediato se asimil6 en sentido recto, adquirié fuerza delley y acabé transformandose cen la cancha de aterrizaje obligada de todos los criticos, tanto los contemporneos ‘como los posteriores a Dario. Habia escrito Valera: ‘Veo, pues, que no hay autor en castellano més francés que usted. Y lo digo para afirmar un hecho, sn elogio y sin censura.En todo caso, més bien lo digo ‘como elogio. Yono quiero que los autores no tengan caricter nacional; peto yo ‘no puedo exigir de usted que sea nicaragiiense, porque no hay ni puede haber atin historia iteraria, escuela y tradiciones literarias en Nicaragua. Ni puedo de usted que sea literariamente espaol, pues ya no loes politicamente, ¥ esté ademés separado de la madre patria por el Atkintico, y mas les, en la ‘epiiblica donde ha nacido, de la influencia espafiola que en otras repiilicas hispanoamericanas. Estando asi disculpado el galicismo de la mente, es fuerza dara usted alabanzas «manos llenasporlo perfecto y profundode ese salicismo..> Elmismo Dario ibaa decir més tarde, en Historia demislibros,quela“novedad” dle su obra de 1888 estuvo en su “reciente conocimiento de los autores franceses del Parnaso, pues a la sazén la lucha simbolista apenas comenzaba en Francia y no era conocida en elextranjero, y menos ain en nuestra América |..J Acostumbrado al eterno clisé espafiol del siglo de oro, ya su indecisa poesfa moderna, encontréen los franceses ue he citado una mina literaria por explotar”.>* 2Qué de raro tiene entonces que los criticos se hayan quemado después las Destafias persiguiendo esta hebra? Hablar de Azul. fue parala mayoria de ellos hablar de un desplazamiento de la sensibilidad e imaginacién darianas, desde la érbita de influencia de la literatura espafiola,favorecida por el gusto de ura Centroamérica a la que despectivaban como atrasada y somnolienta, hacia la érbita de influencia de la literatura francesa, que en el Chile balmacedista, orgulloso triunfador en una guerra Ente ders erring erature hpannanercn cei yumeta <2, acaba Gen af de epbica Moc. Fondo de Ct anda, Sea oe a Cito au por ieee ein de an Lovech. Pog de. an Vane unde ta ‘Azul... Santiago de Chile, Zig-Zag, 1954, p. 3. me a ior emis een Oba comitas92 159 fratricida y abierto a todos los vientos de la modernidad, empezaba ya a hacer de las suyas” Por otro lado, si Azul..era libro que inauguraba el modernismo, su “novedad” tenia que consistir, aunque ello fuese contradictoriamente, en su “galicismo mental W Nada de eso a mi me sirve en los tiempos que corren. No me sirve para determinar en qué radica la importancia de Azul... y menos todavia me sirve para determinar en qué radica la importancia del mocernismo. En Azul.. se encuentra la bhuella de la literatura francesa, eso ni yo ni nadie se va a atrever a cuestionario, pero sa huella no agota ni la capacidad productora de significacién que este libro acarrea consigo, ni la que puede pedirsele a un lector contemporéneo al que yo fantaseo sensible, educado y dispuesto a intervenir activamente en los textos que lee. Témese, por ejemplo, el tema de “el poeta que cumple en este mundo su ‘camino fatal’ entre el desdén o las injurias de la multitud” del que habla Lida" Es el conocido tépico dela ‘marginalidad del artista en el mundo burgués, que recorre por lo menos la mitad det siglo XIX y buena parte del XX, y que en Azul..es determinante hasta el punto de que ‘amino me parece exagerado hipotetizar que el volumen entero adquiere sucoherencia detinitivaa partir de él. Por medio de este t6pico, Dario aguilata metapoéticamente las eculiaridades de la practica artisticaala que entonces esté empezando a dar formay, de manera prioritaria, en cinco de los diez cuentos que componen la edicién de 1890, Me refieroa El rey burgués’, El satiro sordo”, "La cancién del oro”, "Elvelo de a reina Mab" y “El pajaro azul”. Es un t6pico francés, europeo e inclusive metropolitano at large (pienso en Poe, sin ir més lejos), pero la pasién con que Dario lo hace suyo estan feroz y tan profundamente suya que Lida no puede dejar de registrarla, Para dar comienzoa mi comentario de Azul...advierto que “Eley burgués” y “El sitiro sordo” son piezas paralelas. La superficie alegorica difiere de unaaotra, vaqueen laprimeraees a actualidad historica (con una patina de alegoriatan fina que, dehecho, invita ala descodificacién biografica: se habla, a propésito de la casa y la persona, de Eduardo Mac-Clure, el cuitado de Agustin Edwards y patrén de Dario en su calidad de director de La Epoca),y enla segunda un aparato mitol6gico que pudiera provenir deun conocimiento directo de las obras de Luciano y Anacreonte, como pretende el erudito 7 “Enelterenode! consumo, o primero quesedestaca desde un principio esuna ecass referencia ora produccién nacional -bastanteexigua por lo dems- y una acertuadareceprvidad por las bras europeas, epecaimente francesa.” Catan, ngecedentes, "84 %™ Raimundo Lids "Los cuentos de Rubén Dario. Estudio preliminar” en Rubén Dari. Cuentes ‘compet, Enesto Melia Stnchez, México Fondo de ClturaEcon6mica 1983, 9.24 360 argentino Arturo Marasso,"” pero que mas probable ain es que haya sido tomado de a Mythologie dans Yart ancien et moderne (1878) o de alguna otra de las lecturas no necesariamente clésicas que Dario hizo en La Moneda y en la exclusiva biblioteca de Ossa Borne. En cualquier caso, as coincidencias de actores y de acontecimientos, saltan ala vista ello porque el contexto referencial (uso este érmino ala manera de Jakobson) es en ambos relatos el mismo. Es el dinero, através de la profusién de los signos que lo exhiben ante los ojos enardecidos de la muchedumbre, es decir, ante los oj0s de todos aquellos que no lo poseen, pero que lo desean y ambicionan a rabiar. Esos signos suministran la parafernalia modernista por antonomasia, la misma que después iba a inundar los pliegos de tanto y tan poco, recomendable esfuerzo critic, Es asi como, encarnado solo a posteriori en las figuras arquetipicas del “rey Dburgués" y el “satiro sordo", ala inscripcién del dinero en los abjetas le dedican estos relatos de Azul..introducciones minuciosas y hambrientas.n elcorazén de “la ciudad inmensa y rillante”, en el “palacio soberbio” del rey burgués, al narrador see hace agua Jaboca enumerando “trajes caprichosos y ricos, esclavas desnudas, blancas y negras, ‘caballos de largas crines, armas flamantisimas, galgos rapids y monceros con cuernos debronce’™, en tanto que en el interior de a “selva” del sitiro sordo, es esa misma voz la que nos pone al corriente sobre ciertos “coros” que por ahi atraviesan “de bacantes encendidas en su fiebreloca” y de "faunosadolescentes, como hermosos efebos” (633). ‘Tal es la realidad de los celos que, en el individuo que cuenta estas historias suscita una conducta plutucuitica desburdante de satisfacclon y jacrancta, que por * aquel entonces, se encuentra en Chile en pleno apogeo y que se concreta en el estilo de vida de unos burgueses cuya aspiracién no tan secreta era legar a ser mucho més (0 ‘menos, segtin como se lo mire) que burgueses, Dario capté loesencial de esa conducta, describiéndola con envidiosa precisién en una cita que se aprovecha amenudo, aunque por lo generealcon una intenci6n harto distinta de la que me asistea mil eproducirla Santiago es aristocrética, Quiere aparecer vestida de democracia, pero en sus _guardarropias conserva sutra herildio y pomposo;bailacueca, pero también la pavanay el minué. iene condes y marqueses desde el tiempo de la Colonia, {que aparentan ver con poco aprecio sus pergaminos. Posee un barrio de San German en la calle del Ejrcito Libertador, en la Alameda, Santiago es rica, su lj es cegador. Toda dama santiaguina tiene ago de princesa. Santiago juega * arturo Marasso. Rubén Dario sucreacién podtica La Placa iblioteca Humanidades. Facultad de umanidadesy Ciencias dela Educacién de la Universidad dela Plats, 934, p34 316 % —Azul.en Obrascompleas, 65, Todas cas posteroresa dea que remitan Azul provendtin {de [a misma edicidn, Para evar la mukiplicaciondetas noc, me imtaréa dar solo, eneltextoy {entre parents el mimeo dels pagina que correspond. 161 ala Bolsa, come y bebe bien, monta ala alta escuela y a veces hace versos, en sus horas perdidas.™* Lujo burgués es cierto, y que como se desprende de esta descripetin de Dario, no trepida en darse aires de democraca, pero que en ningiin momento he renunciado nialos“pergaminos" aristocraticos comprados durante los itimos dias dela Colonia, nila los placeres de a equitacin "ala alta escuela’. No importa mucho que la mayor parte de ese lujo se concentre en cuatro 0 cinco manzanas mintisculas, entre la calle del Fércto Libertador y la calle Dieciocho, esta segunda provista con ua pavimento de madera que segin refieren los memoriosos, recordaba al de los Campos Eliseos. "Santiago no es sino un pequeto tr020 de Paris injertado en una ada de indios" leo que fue la desdefiosa opinién de un viajero inglés en 1887 Como quiera que sea, los magnates del “petit Paris” chileno son individuos que se manifiestaa dispuestos ‘ comprar todo cuanto se les pone por delante, aun lo que no entienden pero que no falta quien les asegure que pudiera acrecentar y dar brillo a su prestigio social. Para ‘eso existen los “aulicos”, para indicarles alos duefios del “oro” cul es el precio de los ‘objetos y los seres que se mueven a su alrededor y acerca de cuyo valor ellos por si solos no tienen ni tendrén jamas sospecha. En medio de este contexto se hace presente el Poeta. Es una “rara especie de hombre", sesin lo presenta “Eley burgués”,0viste el trajede Orfeo en “Elsitirosordo”. Viene de lejos y lega a pedir un lugar dentro del naciente concierto de lamodernidad chilena. ya pedirseln atin podernsoque no loreconoce por loque es yque, para decidir sile da ono el lugar que le esta solicitando, o qué lugar es el que le dard des que ya se loha concedido, debe recurrira la recomendacién de aquellos que si saben. Estos son los asesores especializados, quienes forman parte de su séquito y presumiblemente debieran ser capaces de abastecerlo con la informacién que necesita 2ara adoptar sus decisiones. Tritase del “filésofo al uso”, en “El rey burgués”, y de la “alondra” y el“burro’, en “El sétiro sordo”, Estamos pues ante un reparto de furciones entre individuos que complementan sus capacidades reciprocamente, y que de esa manera incrementan sus fortalezas relativas dentro de una ted foucaultiana de roder y saber, dquese ha formado yaen el Chile que sigue os sucesos de a Guerra del Pacifico, loque no tiene nada de raroen un pais que entre 1875 y 1885 habia casi duplicado el indice de swingreso per cipita desde ocho acatorce pesos, aunquenohubiese duplicado almismo tiempo la transferencia de al menos una porcién de esos fondos hacic el enjambre Lacitapectenece al frusrado pogo 4 Asonances de Narciso Tondreau. Lo repoduce Rail silva Casto, ed. Obras esconneidas de Rubén Dara eserves en Chiley no recopiadasen nnguno de sus libros Santiago de Chile, Prensas ela Universidad de Chil, 34, pp. 2-26, * Lafrasees den dplomitic ines, ir Horacio Riembod en una entrevista paraLa paca Citada ‘or Domingo Mel “Cuando Rubén Dario estavo en Che” en El viaje tear. Suniago de Ci ascent 194, p 2, 162 ‘de menesterosos que pulula por los “conventillos” y los “ranchos" de la aristocrética ciudad. A ls veinte o los veintiin afios,residiendo entre nosotros, el joven poeta nicaragiense identifica las sefales que denuncian este nuevo climahistrico, al mismo tiempo que se percata, con terrible lucidez, de a penuia de su propia condicin Pero no solo eso. En ese su percatarse, nosotros podemos leer, ahora, un resentirse. El “indio” Dario (recuérdense las frases de Orrego Luco que yo cté en el primer parrafo de este capitulo), aquel jovenzuelo “ignorante”, de “batba escasa’ y “fisonomia cobriza’, que desembarca en Chile procedente de algiin pais pequetio, tropical y pegajoso, que se introduce en las casas de la buena sociedad santiaguina graciasa lacarta deunacartade nacartay queen larecién inaugurada Estacion Central de la capital es recibido por “un sefior todo envuelto en pieles, tipo de financiero 0 ‘de diplomético’,% es, en realidad, el Poeta.EI“sefior” quelo recibe lo mira y “aquella mirada abareé mi pobre cuerpo de muchacho flaco, mi cabellera larga, mis ojeras, mi jacquecito de Nicaragua, unos pantaloncitos estrechos que yo creia elegantisimos, mis problematicos zapatos, y sobre todo mi valija"> El “sefior” ledge la palabra a Ja francesa: “Tengo ~me dijo ~ mucho placer en conocerle. Le habia hecho preparar habitacién en un hotel de que le hablé a su amigo Poirier. No le conviene > Ni siquiera necesita precisarle ese personajeal joven nicaraguense qué hotelera ese que él lehabia seleccionado para su residencia santiaguina, y aque se debe elqueahorano le convenga, pues ambos comprenden en elactoque cuantoacontecierahasta ahi enesta ceremonia de ingreso de el Poeta en el mundo de los caballeroschilenos de fines del siglo XIX, nves nds que el fru de una dobley oprobiosa equivocacion. Equivocacion de quien va a recibir a el Poeta, que esperaba a otra persona, y equivocacién de el Poet. porque leeiaigualmentequeéleres oa persona ues anton yasabe fen que noes. Elresultado de esta comedia de equivocaciones y de lo que viene en seguida, pero que la escena que acabo de conjurar adelanta sin duda ni misericordia, es ei resentimiento. En "La cancién del oro", é1 brota como de un manantial, colmando y envenenando la pégina. De ahi quenole fate razén a Angel Rama cuando sostiene que: con una poblacién de 2.599.740 habitantes, los ingresosnacinales alcanzaron a los esos per cpt, Esa cia ue de 1 pesos para 1665, y 1,23 pesos par 880, y 8 pescs 1875, Crsbstomo Pizarro. La revolucion de 191. La moderizacén, Valparaiso. Ediciones Universitarss de Vapariso, 197, p. 65, Pizarro utiliza informacion provenente de la obras de Francisco Antonio Encinay Hernn Rates Necaches, Ruben Dario, Lava de Rubén Dario escrta por miemo, Caracas. Ayacucho, 1991, p34 tid, seas, ti 163 Sila imagen dela ventana enrejadatransformada en balc6n define lameramor- {osis urbana con su trinsico al democratismo burgués,ocra insistence define los verdaderos ideales de la modernizacién, el oro [..] En el modernismo es tuna imagen obsesiva, en torno a la cual se rota, 2 la que se vitupera o alaba, pero de la cual no pueden separatse los escritores, Oscilan entre a tradicional reprobacién moral ensefiada por la iglesia y patrocinad por los grupas domi ‘nantes y aatraccién que inspira su poder en la nueva sociedad, abriendo asus poseedores codiciados paraisos materiales ** Asi es como en el volumen chileno de Dario, el oro representa una aspiracién del poeta, una “imagen obsesiva” es lo que escribe Rama, en la medida en quees el oro elque define “el discurso ideol6gico de la mentalidad modernizada que lo alaba".** Si a este juicio tan severamente liicido de Rama nosotros le acoplamos ahora el retrato de un joven escritor a quien el dinero se le escurre por entre los dedos cada vez que cconsigue atraparlo y que apenas una vez, cuando los resultados del Certamen Varela lo favorecen gracias a su confeccién de un improbable “Canto épico a las glorias de Chile", aparece en el segundo piso de La Epoca vestido como un pavo real, "muy elegante, de ropa azul marino, corbata a la moda, sombrero lustroso y pafiuelo de seda que sacaba a cada momento, como para deslumbrarnos, dando importancia a supersona”,** la cuestién queda zanjada, No nos extraflemos entonces que acerca de “Lacancién del oro”, Jorge Eduardo Arellano haya escrito que ella muestra més allé de ‘cualquier controversia como “el autor pugna por alcanzar ese oro urbano, de salones {concentrado ‘en los vastos edificios de la riqueza’, descritos en el segundo parrafo), y como no lo obtiene, ya que le resulta imposible insertarse en a estructura econémica dela emergente sociedad burguesa, lo vitupera’.>° Precedido el niicleo de este relato por una nueva exhibicién de los signos del poder, quees andloga ala de los dos cuentos que yo comenté recién, pero que ahora se eva a cabo a través del paseo previo del protagonista por "la gran calle de los palacios" ¥y que hasta incorpora un parentético y triste episodio de envidia sexual puede asi que “La cancién del oro” sea el “himno” que el hablante nos asegura que es (yo no sé Angel Rama. Las mascaras democrtias del modernismo, Montevideo, Fundaiin Angel Rams, 1985, pp 142-143, thie ™ Delyacitado vestimoni de OrregoLucoen La Libertad Electoral = Jonge Eduardo Arellano. Aud. de Rubén Daria, Nuevas prspectias Washington DC. Secretaria General de la Orgnizacén ée los Estados Americanos, 1992, p75. © lparéncesis: “(Mure la tarde /Llega alas puertas dt pacio un cree Namantey charolad, Baja un pareja yenca con cal soberba en Ta mansién que el mendigo piensa: Decididamente et aguiluchoy su hembra van al nido El once, rudoso y axozado an go de ltgoarrata et ‘catruaje haciendo relampaguea las piedas. Noche)’. Azul. 658. 164 sion verdaeraseriedad), pero sta fuera el caso, tendria que ser un himnoirénico 9, dicho ello con ia faseologiaerudita de Luis Inigo Madrigal, "ducts subucs on ue se simula en primer plano una opinién con la intencin, en segundo plane de conseguir ene! pablico un efecto contrapuestoaestaopinin”* Gutenesquiersgve hayan podido sels predecesores de Davi ena produccin de este gencrodeescrvg 4 alos que fiigo Madrigal identifica sabiamente (Jean Richepin, en “la chanson dey ‘Sueux”ounos fragments del Fausto de Gounnod),esenlaturbiaernocién que tensions (sta “letania infernal, como ta describ Juan Varela en a segunda de sus cartes, ea 'a que se mezclan “el amor” con “el odio y “el deseo” con “l desprecio'=> donde se {encuentra el poderoso combustible que alent el motor de la eseriture datinrace ‘aul. “rot como el ermen de una idea que pas l pecho fue opesiny legs le boca hecko himo que le encendia a lengua y hacia etrechocar lox dence (ee Porque El Poeta de “La cancin del oro” no canta, vomita,y eso que vornita ¢ ong selmisién suya, de un lado, admision de los innumerables portentos de que esas €loro, eno pornada erey delmundo",ydelotto, es unabuirlasangrienta, santo también sea slo una burahecha de los dienes para feral del deseo gue tl Poeta emprende de eso mismo que constiuye el lucinanteaguion desu carte iCancemosel oro Cantemos lore, ey del nunc, que eva dicey uz por donde va, come os fragmento dew ol desperate Lamtemos el or, qu nate de ven ecund dela mae ters nmenso ‘esr, leche abi dese ube gigntsea, Canteros lor, io caudalso fuente dela vida, ue hace joven ybellos a los quese btn en sus corvenesmatvilsas,yemvjece agus ao gouan desu raudales Cantemoseloro,porgue de sehen atid spent, ls coronas dels reyes ls ces impels, pou se deta por los maces un uego sid, sinanda as eapa dela araobsposy ele eosin ¢ soweneal Dios tem en ascustdiasadanes, Cantemos lor, porque podemos ser anos perdes,éln0spone mampar Par cubilslocras bya el aber as viens dels sas Canems toro, poruea sitar delcueleaen su dc epettsobrbiode lesedsares,yvaareplear las cats de sus vase temples ar anion veers las miguinas dal vida, hace engoda sons rege “* tuisitigo Madigl “Dario enchite1a concn deo” Anal de irra spon 28 (1999), 792. a > Props a9. 165 ‘Cantemosel oro, porque él dalos palacios ylos carruajes, los estidosalamoda, y'los frescos senos de las mujeres garridas, y las genuflexiones de espinazos aduladores y las muecas de ls labios eternamente sontientes (659-662), Esta es, y Nietzsche la describié bastante bien, la estructura tipice del resen- timiento: Larebelién de ios esclavos en a moralidad empieza cuando el propio ressenti~ ‘mentllega aser creativo y da origen los valores:el ressentimentde naturalezas alas que se les niega lareaccién verdadera, lade las hazatias,y se compensan asi mismas con una venganza imaginaria.™ CConsideremos brevementelasimplicacionesdela tesisnietaschean. ELfil6sofo de La genealogia de ta moral esta describiendo, como puede verse, una accién que cesmis bien una reacci6n. Pero ain més importante que eso es que la reaccién que él detectaseala consecuencia deun doble proceso psiquico:el ressentimentd= Nietasche sen efecto el sentimiento de un sentimiento y, aunque la psicologiay la historia del cistianismo hayan sido las dos disciplinas dentro de las cuales su raciocinio vino al mundo, no cabe duda de que éste rebasa esas fronteras. En el dominio de la cultura, ques el quea nosotros nos concierne, pienso que nos permite delimitar lacondici6n de un artista que se convence de su propia insignificancia cuando mide su magra estatura contra el sefiorio inexpugnable de una clase social ala que admiray execra, a aque desea. vde lacual abomina. ésaes exactamente lacondicién, tan alienada como vulnerable, que Dario resume en ios versiculos de “La cancién del oro”, prefigurando a través del retrato en claroscuro que ahi pergefia, la conducta de un cierto tipo de intelectual latinoamericano moderno que, aunque no proviene ya de las "clases superiores’, tampoco logra desprenderse de la tutela material e ideotégica que ellas «jercen y van a seguir ejerciendo sobre él, Como en la descripcién de Nietzsche, el sentimiento negativo (deprivacién y rencor},a caballo sobreeel sentimientopositivo (de fascinacin), genera en “La cancin del oro” latrayectotia de un discurso que primero se presenta como un ahogo en el pecho, ms tarde como una palabra, un poco mas alli ‘como fuego y por iltimo, como un entrechocar de dientes apretados. Poreso, a despecho de los hacendosos empefios de Rat Silva Castro, quien en ‘su Rubén Darioa los einte aiosse desvivié por probarlo bien que la oligarguia chilena ‘rat a Rubén Dario en Santiago y en Valparaiso, manipulando o censurendo cuanta informacién fuea parara sus manos, hay que decir, de una vez por todas, que laverdad fue muy diferente. Por ejemplo, enaquellas ocasiones que recuerda Samuel Ossa Borne, cuando éste se refiere ala “vida dificil", a la “desadaptacién” y las “crueklades" que, ‘% riedrich Niewsche.“On the Genealogy of Morals” in On the Genealogy of Morals Eee Homo Wiles Kaufmann y RJ Hllingdale. New York. Vintage Books, 969,936. 166 sobre todo de parte del arrogante MacClure debié sufrirel poeta.” O cuando Federico Gana recuerda una conversacién que él sostuvo en cierta oportunidad con Manuel Rodriguez Mendoza, ena que éstele conté sobre lasdificultades que Dario habia tenido ara pagar su alquifer,inconveniente que por supuesto que era asaz menudo para la gente como ellos, y que Rodriguez Mendoza y Pedrito Balmaceda tuvieron “el placer” de subsanar O los “agravios ocultos" que ni siquiera Silva Castro se atreve a pasar por alto, agravios de un joven escritor al que laconsideracin pablica no loalcanza con la rapide y plenitud que a él le gustaria y respecto del cual, por el contraro, la clase aristocrtica de este pais no solo no experimenta ninguna admiracién sino que le hace sentir,cada vez que puede hacerlo, una visible "falta de respeto" >» Por todo lo anterior, ‘Rosotros preferimos quedarnos con el dictamen menos benevolente de Jaime Concha’ ‘Mientras Dario busca mecenas ¢ intensifica sus contactos palaciegos, est dependiendo de uno de los primeros monopolios creados en Chile, el de la prensa, cuya cabeza financiera no es otro que Agustin Edwards, duefio de La y EI Mercurio, Con perfecta razén ~mientras parece inspirarse en el director de La Epoc, Eduardo MacClure, para dat vida a su personaje de ‘El Rey Burgués'~, puede escribir Dario, com ira y resentimiento no disimulados, {que ‘Santiago paga poco a sus escrtores y mucho a sus palafreneros’.El velo de lailusién ha caido. El funcionario doméstico de alla se ve rebajado en Chile ‘To que en verdad era, un criado més, que sirve solo para el ormamento y el ddecoro de las clases poderosas.™ En“Elvelo dela reina Mab’, cuatro ‘artistas un escultor un pintor, un misico Yunpoeta, se hacinanen unabuhardilaque elpoetade Azul. ha copiado,siesquene det Cologuiode osperrosde Cervanes,es muy probable quedealguno de los etentos tranceses" de Catulle Mendés ode esa bbla dela moda lterara pariina durante las ‘kimas décadas del siglo XIX que fue Le Nouveau Décaméron’” Se lamentan “como unos destichados', canto por el desdén con quelosescasos consumidoresque pracllo existen enel mei social qu os odearecibenlos productos de uingento.cuanto por elpesode su propia desdia. "Entonces arena Mal, desde el fondo desu carcohecho 4e una sola pera, toms un veo azul, csi impalpable, como formadode suspiros.0 de imiradas de Angeles rubiosy pensatvos,¥aquel velo era el velo dels sues, de os dulees suefos que hacen ver la vida color de rosa” (66). : Samueosa fone Lane Lacanin dl Reco de abe Dal este ry, MODiienbrenn'y"Un mano deere tele Pee agn A Feri ara nub Dar aecir 22g scene de) bln aro in ais ime concer Mati Ret 92305 Maras mb Dart snoa 167 Cubiertos por el velo de Mab, los cuatro derrotados por el dsp se metamorfosean en cuatro hombres vibrantes, pletéricos de energia y confianza y, sobre todo, vanidosos, pues el “diablilo de la vanidad” es el que “consuela en sus profundas decepcionesalospobres artistas” (656). Vemos precipitarseasi,porla accién reparadora del "velo", una suerte de exorcismo en dos etapas. En la primera de ellas, lareina shakespeareana circunseribe el espacio que es privativo del arte, delimitando tun adentro y un afuera y asigndndoles a cada una de las dos provincias definidas de ese modo, potencialidades distints. Da origen con ello al “reno interior", en el que tanto Dario como Rod6 insist poco tiempo después con una fey unaperseverancia inquebrantables*"En la segunda etapa del mismo procedimiento, Mab ransfiere hacia elespacio de los cuatro personales los poderes de su propio velo, ls del “velo de los suetios", fantéstico, antiutiltario, hecho de “suspiros" yvisiones angélicas,y que son los mismos poderes que van a constituirse en lacaracteristica esencial de un tramite artistico que se opondra, por defecto, al rudo pero eficaz desemperio de los hombres “de afuera’. Por eso, y con la bondadosa simpatia que acommpafia habitualmente sus cobservaciones, la profesora argentina Laura Scarano sefiala que en el cuento que aqui cexaminamos, “el velo del arte transfigura Io aparente y superficial de la realidad y permite al poeta penetrar las secretas esencias de as cosas que latenescondidas, en espera desu manifestacibn por el canto" " Elarte modemnoes, irado desde este punto de vista, la consecuencia de y la revancha contra el desprecio que por su quehacer “marginal e“improductivo" le manifiestaal artista el mundo exterior. De*Elpéjaro azul’, eltkimo de loscinco relatos “de artista" quemte he propuesto ‘comentar en el presente apartado, baste decir que el poeta Garcin, su personaje principal, aloja en su cabeza el ansia del vuelo: “Aquel excelente muchacho tenia el ‘vino triste, Cuando le preguntébamos por qué, cuando todos refamos como insensatos ‘ocomo chicuelos, él arrugaba el cei y,mirando fijamente el cielo, nos respondia con ‘lerta amargura:~-Camaradas: habéis de saber que tengo un pajaro azul en el cerebro, por consiguiente.." (678) Los puntos suspensivos con los que se cierra esta respuesta ‘de Garcin anticipan icénicamente el desenlace funesto de la naracién, Sus amigos 10 ‘echan de menos durante una noche de juerga lo van a buscar y lo encuentran en Su cuarto “cone eineo r0t0 de unbalazo tena consigo el famos0 poema. Ena iltima pigina habia escrtas estas palabras: “Hoy, en plena primavero, def abierta la puerta deta jaula al POBRE PAJARO AZUL: (683). >= Moreira ere tras corprobaciones posible. al pentitimoapartado de as“Palabrastiminares" " Podemos, después de las observaciones generales de Luis Alberto Romero, echar mano de este apretado “paseo” de Bernardo Subercaseaux: {Una ciudad con alrededor de 230.000 habitantes, con cerca de veinte plazasy siete parques, con carros tirados por posta, con palacios de corte neoclisicoo ‘morisco, ycon artabales y ranchos. Con acequias que atraviesan la ciudad en varias direcciones y que son aseadas una vex cada tres meses.Con siete teatros ‘quese ubican entre el Cerro Santa Lucia, la Alameda de las Delicias, el Mapocho y la calle Brasil. Con una belle epoque criolla, con artesanos y empleados PAblicos que asisten ala Zarzuela y con gafianes y peones que deambulan por los mercados y fondas.** Podrian afladirse otras muchas descripciones coincidentes con la de Subercaseaux. Por ejemplo, ésta de José Luis Romero: ‘Con laprosperidad de que goz6 Chile entre 1840 1870, laclas rca de Santiago alcanz6 un gran esplendor del que fueron reflejns las casnnas 0 petit-hotels {ue los mas poderosos de sus miembros hicieron edificar. Los Ossa tuvieron €l capricho de tener una casa que imitara la Alhambra. Enrique Meiges, cl ‘orteamericano enriquecido con loscontratos de trabajos piblicos qusotener Su casa bostoniana, Pero la mayoria recogié la influencia francesa: los Blanco Encalada, los Larrain Zafartu, los Concha Toro, los Subercaseairy, los Cousifio. Las viejas calles se vestian de nueva arquitectura, aunque por Alameda, donde ‘Yaestaba la casa de los Amunategui, se veiaabierca ina nueva via residencial, ‘mas a sur dela cual por cierto empezaban los nuevos rancherios, caso més siniestros que los que ocupaban la otra ribera del Mapocho. Enclavado en Ja ciudad, el Parque Cousifio constituyé un alarde de jardineria francesa: y Benjamin Vicufta Mackenna, historiador yalcalde de Santiago, transforms en ‘hermoso paseo piblico el cerro de Santa Lucia.™ Ls Alberto Romer. "Condiciones de vida dels secores populares en Santiago de Chie, 1840- 1055 Vivien sal" Nueva Historia, 9 (984), 4 Subercaseaux. "La cultura ena epoca de Baimaceda. 4. José Luis Romero, Larinoaméria: las ciudad las ideas. Ménico, Madi, Buenos Airs, Bogota Silo XX, 1976p 224 13 En cuanto aos hibitos de la oligarquia, esa que ocupaba los “peti: hotels” del Paris chileno, he aqui un buen retrato de Armando de Ramén: Lavida de un hombre casado se dividia entre las carreras del Club Hipico, las tatdes del Club de la Unién, las noches del Teatro Municipal y la asistencia a ‘todas las fiestas de buen tono que se daban prodigamente en Santiago y quclos periddicos de la época se dedicaban a relacar con abundancia de detalles. Muy ‘célebre fue el baile de fantasia que diera el sefior Claudio Vicuila Guerrero el 16 de julio de 1877 en su casa de la calle Compara construida asemejaxza de Ja Alhambra, que esa noche estaba “profusa de iluminacién y de flores", con sussalones, uno de “lamps azul y otro lacre, su Patio de los Leones lumninado ‘con arte mravilloso”y su gran comedor “de auténtico estilo” conteniendo una le“cantidad de platerias y porcelanas”, Este baile de fantasia, como lo describe el memorialista, Fue “Ia iltima palabra como acontecimiento regi y su punto culminante lo constituyé el cotillén que se bailé por cuarenta parejas divididas en das grupos de a veinte que ocuparon los “salones azul y Jacre”. Mas tarde vendlrian otros bailes donde, como afirma Luis Orrego Litco, ‘muchas “nulidades elegantes ocultaban en los giros del vals todo el vacio de ssuexistencia y de su persona Lavidade lagran dama se regia ambién por cddigos sociales muy compl cados. Debia usar costosos carruajes, tener palco en la épera, asistic también a los suntuosos saraos de sus iguales y, sobre todo, ser “esclava de la moda, consagrando lo mejor de su existencia al cult de la elegancia” yal respeto de tuna “lituegia social” cuyos ritos se sucedian monétona y regularmente segtin lasestaciones y las horas del dia. Tardes de visita, noches de gala, bailes ycenas delujo, kermesses, veraneos y lasinevitables excursionesa Europa que veces ‘ocupaban buena parte dela vida de la familia que viajaba."* Dario se percata de todo esto con laperspicacia y profundidad que remos visto. Elproducto de ese discernimiento cristaliza entrelos bordes de una literatura que, aun ‘cuando no "refleje” directamente las condiciones de su produccién, no puede menos ‘que acogerlas indirectamente, a través del proceso mismo de su llegar a ser posible. Esaliteratura impresioné a sus primeros lectores, con las consecuencias ce exaltacién y fama piiblica que la leyenda registra, y a nosotros nos sigue impresionando un siglo y pico después. Por eso, Dario es el “iniciador” del modernismo y Azuf..s su cabeza deserie. Nosolo porque el uno y el otro saqueaton con tenaz perseverancia los cofres artisticos y culturales de la tradicién francesa, como se ha dicho muchcs veces y no sin justicia, sino porque tanto el Maestro como sus apéstoles se dieron cuenta de y trasladaron a su practica escrituraria, con cualesquiera hayan sido los resortes que Armando de Ramin. Santiago de Chile Santiago de Chile Sudamericana, 2000, 5.35. ma las eicunstancis psieron as alcane, a conden ambiguay fr . ambigua y fig del a Jatinoamericano en la modernidad. : oe I _Pero Manuel Pedro Gonzilez e van Schulman han borroneado més de una pagina agria para demostrar que Dario no fue el iniciador del modernismo, que el verdadero iniciador fue Mart (y con Mart, Gutiérrez Najera, Asuncién Silva, Diaz ‘Mirén y Julién del Casal. La lamada “primera generacién” modernista) y que por lo ‘mismo, lamejor fecha quenosotros podemos asignarle al nacimiento dela guagua, no €5 1888, sino 1882, cuando Mart publica el Imaelillo, el prélogo al Poema del Nidgara de Juan Antonio Pérez Bonalde y algunas otras piezas deimportancia parecida aunque menor. Laargumentacion de Gonzilez, que él expuso sin descanso nitemplanzaen sus Publicaciones de los afios cincuenta y sesenta, se apaya en el tstimonio de la prosa ‘martiana. Gestada alo largo de una década, Gonzélez argumenta que a comienzos de los aios ochenta esa prosa es duetia ya de una excepcionalidad tal, que no pudo pasirscles desapercibida a ls hiperestésicos lteratos de entonces, y que muy por el contrario hizo que fuera por ellos admirada e imitada hasta convertirse en piedra de toque de la nueva manera. Todo lo cual aélle permite levantar la candidatuta de José Marti como postulante al titulo de padre del modernismo. Mas atin: Gonzaler cree ue el mis peligroso de los competidores de Marti milita en el partido francés, lo que desvaloriza el monto de sus contribuciones al tema: : Elatio decisivo de la careraliteraria de Mart, y por ende del modernismo, es ede 1882. ¥ esto nosolo ena fase que Mart encarnaba sino también en aque "Najera veniacutivando. Por estos dias yalaprosa del elegiaco poeta Gutiérrez [Najera] habia aleanzado maduree dentro del marco afrancesado que él habia legido, La que por entonces escribia era alada y postica, lena de ligereza y srecia, pero demasiadotributariaydeslumbrada ante los adornos dela francesa, muchos de cuyosgirosy palabras trasegabaliteralmente dela forma original a Ja propia. Frente a esta proclvidad que aios después alcanzaré proporciones epldémicas en el grupo delos rubenianos, Mart proclamaba -ypredicaba con el eemplo~ladocerina opuesta.™ Coconino da aes Rin nme cua poraa pay porta te sere octets eater que privilegia Gonzilez, él mismo “demasiado tributario y deslumbradc Por las ™ Mare! Pedro Gonaélez.“En torn linen del modernismo” en Estudios crticos sobre et ‘modernismo, ed Homero Casilla, Madi Gedo, 1974.26. 175 | | | { perspectivas de anélisis literario dominantes en la Espafia franquista de los aftos ccincuenta), y por st ligereza de juicio vis-a-vis la seriedad de la escritura martiana, que se nutre de muchos y muy distintos precedentes, pero sobre todo de aquellos ‘que provienen del “recio drbol clisico espaitol”: “En el recio érbol del idioma clasico nen el tuétano de buey de los clisicos, como dice Gabriela Mistral injerté Marti las ‘conquistas artistas de la lengua francesa”. Pero si nosotros leemos el prélogo de Martial volumen de Pérez Bonalde, nos cencontraremos ahi con algunas intuiciones sobre las que Gonzélez pasa los ojos con cexcesiva rapide, sin prestarles toda la atencién que hubiera sido conveniente, y que {yo creo que no es inoficioso examinar aqui de nuevo. Exclama Marti: iRuines tiempos, en el que no priva misarte que el de llenar bien los graneros dela casa, y sentarse en slla de oro, y vivir rodo dorado... ¥ poca después: Niépicosniliricos pueden sr hoy con naturaidad ysosiegolos poets; icabe mis lirica que a que saca cada uno des propio como si fuera su propio sere asunto tinio de cuya existencia no tviera dda o como si el problema dela vidahumana hubiera so contalvalentiaacometido ycon tal ansiainvestigado, «que no cabe motivo mejr,nimésestimulance nim ocasionadoa profundidad Y grandeza que el estudio de si mismo Certo, en estas citas yen lo que hay entre ellas y después de ellas, Marti se refiere a una cuestin queno es solo de indole retérica y que tiene que ver, juiio det referido Gonzalez, con su “aguda percepciéa del cambio radical que en el mundo se ‘operaba"2" Percepcisn ésa que, desde mipropio puntode vista, noloes,oloesmucho menos, delestado de“descomposiion”hisérica del “reajuste"fniseculardel “mundo” ‘ode la “crisis en la que se resquebrajaba un orden ya caduco y comenzaba alborear ‘uno nuevo", segin aéreamente escribe el critico cuyas opiniones estoy resefiando, {que de un asunco bastante mas complejo y premioso. En conereco, pienso que lo que Martinos estéofreciendo en aquel documento del82,esun testimonio finisimo acerca de la textura de la vida humana en el marco de una sociedad como la que él tiene frente suyo en ese momento, a sociedad estadounidense, cuyas formas de conciencia ceimaginario se encuentran regulados ya por el capitalismo de una manera profunds, Manuel Pedro Ganzi. jsé Mari sucrcunstancia ysutiempo" en Ian A Schulman y Manuel Pedro Gonailex. Mary, Dario modernsmo Madea. Greds, 1974-89. % jose Mat.“ Poema del Nigra” en Obras completa, 7. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 196, p25. ina citas gue vienen de ese smo exto dasoivel mere de pagina su creunstancia..” 93 176 ‘extensa y homogénea, ello cuando, con tepercusioneslatinoamericanasque eran tan reocupantes como predecibles, se iniciaba el despliegue transnacional del sistema. Me refiero a la progresiva mercantilizacién de la vida que Marti metaforiza con la “silla de oro”, pero también a las repercusiones culturales que ello tiene: ala falta de “grandeza’ y ‘amor’, ala exacerbacién del individualismo, ala ausencia de intereses trascendentes (pérdida de “fe”, eso que escribe Mart), a la fugacidad y fragmentacién, dela experiencia, ala rapidez y variedad de los estimulos (de las “ideas”) que solicitan Tamente e incluso ala probabilidad o vecindad de “la miseris” (225-230) Ahora bien, es en el marco de tales condiciones que Marti se pregunta por el lugar y la funcién del intelectual y, en particular, por el lugar y la funcién del poeta Escribe entonces: ‘ahora el poeta ha mudado de labor, yanda ahogando Sguila..J esta época de elaboracién y transformacién espléndidas, en que los hombres se preparan, por entre los obsticulos que preceden a toda grandeza, a entrar en el goce de si mismos, y a ser reyes de reyes, es para los poetas, hombres magnos-, por la confusidn que el cambio de estados, fe y gabiernos acartea, época de ‘umulto y de dolores.) cuando ya no ven sus ojos las estrellas del cielo, los ‘vuelve a las de su alma. De aqui es0s poetas plidos y gemebundos; de aquiesa nueva poesia atormentada y dolorosa; de aqui esa poesfa intima, confidencial y personal, necesaria consecuencia de los tiempos, ingenua yi, como canto dé hermanos, cuando brota de una uaturaleea sata y vigorosa, desmayada y Fidicula cuando la ensaya en sus cuerdas un sentidor floje, dotado, como et avn del plume brillance, del don del canto (224). ‘Martisiente que el tiempo que estén viviendo ély los otros escritores de enton- ‘ces es un tiempo “de transicién’, que el pasado romntico, el delos grandes ideales y los proyectos revolucionarios, ha dado paso a un presente modernizador de apertura desconcertante, deplorable en miitiples sentidos, esoes cierto, pero queen otros abre posibilidades inéditas para el despliegue de la vida del hombre. Porque nétese que para Mart{ las degradaciones de! capitalismo, que como hemos visto le repugnan, no disminuyen las posibilidades emancipadoras de la modernidad, Entre as innumerables bajezas del presente se esconde también el germen de un futuro promisorio, pues la ‘modernidad trae también consigo,y éllo sefialaen primer término, en elpasaje que yo acabo de copiar y en otros, una *época deelaboracién y transformacién espléndidas, en ue los hombres se pteparan, por entre los obstéculos que preceden a toda grandeza, entrar en el goce de si mismos, ya ser reyes de reyes". Considerando la fecha en que fueron escritas, a mi estas palabras del poeta y patriota cubano me parecen de una penetracién impresionante, muchomas que la que pueden derivarse de os regodeos neorretéricos de ia estilistica odelos descubrimientos ed de una historia de la cultura que se contenta repitiendo los lugares comunes de la utopercepcién epocal, y que asf solo pasa la ula sobre Ia cdscara de los fenémenos ue estudia. Pero, 2 pesar de eso va pesar incluso del curioso metaforismo de uno de Jos patrafos més llamativos de aquel ensayo de Marti, a medio camino entre Eljudio errantede Sue y la imagen inicial del Manifiesto det Partido Comunista (“Jn inmenso hombre pélido, de rostro enjuto, ojos lloros0s y boca seca, vestido de negro, anda on pasos graves, sin reposar ni dormir, por toda la tierra..", 225), yo no siento que lo nuevo cuaje en ese sito (ni tampoco en el Isrmaeiifo) de la manera exhaustiva y ala vea personal, resentidamente personal, segin lo expuse mas arriba, pero no por eso ‘menos lena de significacién paradigmatica, que descubro en Azul ‘Me temo pues, que lo industrioso de la carrera de galgos que se han propuesto patrocinar los profesores Gonzélezy Schulman acabe confirmando -y mis atin por la ansiedad francamente inneceseria con que ellos defienden la causa martiana- cuén dificil resulta discutir que Azul... es el libro que fja el cardcter de la estética que, y esto si que no admite discusién, capicaneé el carismético Rubén. No es que yo le esté ‘mezquinando a Marti sus méritos, nen este aspecto ni en otros (nia Gutiérrez Najera Jos suyos, aunque por motivos en los que no hace falta abundar enel presente trabajo, los de éste no sean comparables a los de Marti). Tan solo me parece que, aunque sea cierto que enta produccién iterariao paraliteraria que ambos concluyen duranteaquel periodo existen datos que los hacen merecedores a cada tno de un capitulo grueso cen cualquier historia del modernismo que hoy se escriba, el estatuto a pertir del cual ‘ayoritariamentese lleva a cabo la actividad del poeta latinoamericano moderno no se encuentra en dicha produccién delineado con la agudeza contradictoria y amarge con que se nos muestra en Azul. Puede que Marti esté intuyendo una circunstancia or venir la de esa modernidad contrahecha que el futuro nos tenia preparada, y que Dario la confitme y formalice. 0 bien, que Marti haya inaugurado con sus textos de 1882 y de después otra clase de discurso madero, como sugiere Frangoise Ferusy como concuerda Roberto Fernndez Retamar a su manera con estas palabras sa literatura que Martino se limit a preludiar, sino que inicié, gfue pues el modernismo, como han sostenido tantos? ,0 la arriscada condidén de revolucionario politico ya figura moral delhérve, todo aquelloquelodistingue de los estetas que se suelen llamar modernistas, lo separa de ellos, segin han ‘mantenido ottos estudiosos de la obra martiana? Yo mismo he echado mi ccuarto de espadas sobre la cuesti6n, abogando por una amplitud del coacepto {de modernismo, quel viera como manifestacién dela oma de conciercia del caricter ‘subdesarrollado' de nuestra sociedad, ehicieraasiposible nosoloque Marti figurase entre esos hombres, sino que los encabezara|..| La persistencia en interrogar ala historia me ha llevado 2 algunos complementos. sin olvidar 178 ethecho palmario de que silas semejanzas que los llamados por antonomasia ‘modernistas tienen con Marti son evidentes, no menos evidentes son las diferencias, o que ha contribuido a que sobrevivan en muchos ls reservas para vver como una unidad, por compleja que fuese, tareas literarias tan diversas, {La verdad es que al preguntarnos hoy si Mart inici6 el modernismo, lo més acertado parece responder tanto afirmativa como negativamente."* Yo me declato disponible para suscribir el planteo de Fernéndez Retamar siempre que no excluyamos sus dudas, de manera que el argumento no pierdade vista !a matriz ambigua, contradictoria de Ia modernidad en general yla de la molernidad de América Latina en particular. Pero lo que a mi me parece gue debe ponerse al margen de cualquier cuestionamiento es que el discurso ejemplar y hegeménico, dentro del conjunto de los que componen el acrotexto de la modernidad escriturarin Jatinoamericana, y ello hasta el instante mismo en que pergefio estas lineas, lo define Por vez primera y mejor que nadie el Dario de Azul..Creo, para ponerio ahora en las Palabras de Laura Scarano, que ese Dario de Azul..es yal escritor que “represeataen «lmodernismo hispanicoal ‘poeta dela poesia” y que su obra es etectivay efleaamente Taconsolidacin del esquema autorreferencial que supone lapostulacién del arte como realidad alternativay del poems como universoauténomo”* Darioha dado pues ag el salto mortal, el que con grados de éxito erecientes va a procurar abrir una brecha centre su obra y lade sus seguidores, de un lado, y el misionalismo emancipatorio de Ja literatura latinoamericana anterior, del otro. Pot eso, si bien es cierto que Azul. no 2 ellibro més valiuso de! modernismo, y ni siquiera el mas valioso de Dario, no cabe duda de que es en Azul donde el uno y el otro muestran la cara que van a tener hasta el final, En Azul...es donde el grande hombre empieza a cantar con su propia vor, donde se posesiona del papel que la historia le tenia reservado, yen Azul. es donde 1 modernismo se convierte en una literatura definida ydefinible, la que, aunque en tales o cuales renglones se agote a la vuelta de veinteo treinta afios, en otros, como luego veremos, se prolonga hasta hoy. ; é Roberto Fernéndee Retamar desarod au ar z argumento por primera vex en “Modernism, 96 subéesaal’ en nay de cromunds Sangoas Che Unvestaen Suny eae ae queyohe dadopertenece a"Naturalidadynovedadenlalteratura mariana” en Purana eortace latteraturehispanoamericana.xa.. completa Sacté de Bogots Publicaciones dellnaitasCare ¥ Cuervo 195, pp. 262263 Ene mismo volumen se repubin "Modernism, 98 subdoser oe pp usiss laura Saran. ta posi epeclarde Rabin Dario Algunasconsidersclone, Cader rio. Algunasconsderaione”. Cuadernos de Investigacin deta Literatura Hspénico 13 (3990), 14. Searanoadmte pes a tod, gus ence mares Dario "manifesta que clare como abschtono pute dveca alpocta devas vlog sociales bi, Una detensadel compromise socaldelpoea de Azusa xsd Seana oe encuentra en un aiuto, odavi inéito cuando eaib exe capil dem exalsnnoy nese Jorge Eduardo Arellano. "Calibiny Marten Losrarsde Unio 79 Vv Dario y el modernismo no estuvieron nunca a salvo de la critica acerba, de la impugnacién maliciosa, y aun del vilipendio: “el tal Rubén Dario no es més que un versificador sin jugo propio, como hay ciento, que tiene el tic dela imitacién, y ademas escribe, por falta de estudio o sobra de presuncin, sin respeto dela gramatica nice la légica, y nunca dice nada entre dos platos, eso es Rubén Dario en castellano viejo", se desfogaba el critico y novelista espaol Leopoldo Alas en 1893.** Pero, sidejamos de lado esa otras salidas de tono del mismo calibre, lo cierto es que, después de Azul (1888), y sobre todo después de Prosas profanas (1896), el campo se les desmalezé a los modernistas velozmente. Al promediar la primera década del siglo, cuando Dario publica Cantos de vida y esperanza (1905), su escritura era ya un gusto adquirido y solo los muy recalctrantes le seguian dando guerra. El repudio del modernismo, con Ja apelacién a la musa romantica 0 neorroméntica, becqueriana o campoamoresca, se habia convertido a esas alturas en una actitud de démines rezongones, delos dela escuela del que yocité mas arriba, quien (ano olvidarlo)es el més flaubertiano de los prosadores espafioles del siglo XIX. Porque para esas fechas Rubén y sus amigosestaban produciendo la literatura del presente, de un presente que a ellos podia no gustarles, demasiado, cuya representacién realista rehufan, pero del que sus libros entregaban, ese a todo un testimonio genutino, Muy distinto es que un foco rebelde comenzara ya ‘entonces, y desde el interior del movimiento, a hacer oir sus discrepancias. Anticipado por el otro yo de José Asuncién Silva, el de sus poemas burlescos ("Sinfonia color de fresas en leche", por ejemplo), ese foco de descontento se dilata y consolida en el Lugones del Lunario sentimental (1909) y muy especialmente en el Herrera y Reissig de La rorve de las esfinges, su “tertulia lundtica’, un conjunto de poemas fechados asimismo en 1909 y del que Idea Vilarifio afirma que es “lo més admirable y moderno de su obra, ya no, en absoluto, modernista".” ‘Todo elo mucho més queen el Gonzalez Martinez de Los senderosocultos(1911), ‘que esel libro donde el poeta mexicano dej6 impreso su demagdgico“Tuércele el cuello al cisne”, dicho sea esto en honor del juicio hist6rico, Esa posicién, incipientemente subversiva, que boicotea desde adentro los aspectos menos plausibles deta préctica dariana, seré la misma que radicalicen més tarde los poetas de la vanguardia y la postwanguardia, si bien los mas sagaces entre los novisimos bardos, desde Huidobro a Paz, pasando por Vallejo, Neruda y aun Cardenal, no perderdn ocasiOn de rendirle © De -Vivosy muertos. Salvador Rueda, ragmentos dena sembana, I uns nota publicsda en ‘Maar Cémico, 556 (23 decciembe de 1853). Ctado por Ignacio M. Zuleaen su “Tnnroduccin” ‘Rubén Dario. Prosasprofanasy otros poemas. Mad Clsicos Catala, 198, pp! % —IdeaVilui."Peéiogo" a julio HererayRessg Poesia completa prosa elect, es. Ldea Vario Y Alicia Migdal Caracas. ayacucho, 179, p XXXIL 180 iene a home an personalmente, al margen de las ridiculeces de su ‘tiempo y las siuticadas de su: estética, ‘Supo ser un artista excepcional.»* : se by-rreaarbincs de una secuela culminatoria y ésta, por cierto, la etapa que latinoamericanos del siglo XX. pees Penance ee Otro distanciamiento de gran sigificactén, acera del cuales preciso dejar constancia en este capitulo, esl de las mujeres poctas. Por razones a las que me he referdo en otraparte,*constituye un dato histrico incontrovertible uea principies de este sigiolas mujeres entranen arena iteraia de América Latina colectivarsente ‘Todos sabemos de Agustin, Ibarbouru, Mistral y Storn (con menos frecuencia, se agregan a esta lista otzos nombres, como los de Maria Eugenia Vaz Pereira y Dulce Guile de Toe aguas inpeiene dalameidadelo gue ig tent alameda dela que digs “eeien conga Sela terra de ang] no fe conta Ruben Davia sinoconsa ucpigestcctons el rope pectin en quesehabansrcadosu analy spurs coer chicarngy azunhleen gue aban depeneado nonsinbolsyunains clsven adeno oe etsonali Guillermo de Tore Vigeca de ubenDariy sas pass Madd Geneon 9.9p 222, xa, “Eero tena Rubén Dao en Gude. Dera, pe: Ware Posen, Cernuda. México. Joaquin Mortiz, 1965, p. 13. ati i Encino opie de Drin que ela lr Misra Sango de Chie Fond ria Mra Sago dCi nd dela consi. 1997.49 eg Tabln nM ylovangune’ nario ne aula Mirada, que eign Patio Leama Mars ns Ela es Bp rant, crite de as onguoris arias Cle Mad Verve bersmetcta se fs 181 UEP ET Pee Maria Loynaz). Pero ellas son, segtin lo vienen demostrando las investigaciones de ‘Nain N6mez en Chile,* nada mas que la punta de un iceberg. Por debajo de esa media docena de figuras epénimas, existe una mitiada de otras mujeres poetas, autoras de textos liicos que o rompen con el modernismo por completo o inyectan en su menti discursivo una nota distinta. Mistral escribié, por ejemplo, que de pronto ella, en la adolescencia, le“Ileg6” Rubén Dario, “oto demi generacién, y poco después las mieles de Amado Nervo y la riqueza de Lugones que casi pesaba en la falda”.® Esta titima imagen a mi me parece sugerente en grado sumo. Porque yo estoy convencido de que Mistral no solo Lugones sino que todos los modernistas,eincluyéndose entre ellos a José Asuncién Silva, a quien Mistral nomenciona en ese pérrafo pero cuyo "Nocturno” laimpacté mas que muchas otras desus lecturas uveniles, cabaron “pesindole en la falda’. En parte por lo menos, su crecimiento poético posterior, su transformarse alo largodetos aios de Lucila en Gabriela, consistié en un irselos sacudiendopocoa poco. Dellado dela critica acaslémica, el conjunto de lo hecho acerca del nodernismo tampoco era, hasta el segundo lustro de la década del sesenta, de una abrumadora clarividencia. En 1967, al prologar su antologia Diez estudios sobre Rubén Dario, Juan Loveluck afirmaba que los materiales criticos acumulados hasta ese momento en tornoala vida trabajos de poeta de Azul. sumaban "un océano de papel impreso” >> ‘Tenfa oda laranin, aunque se abstuviera de afiadir que, con excepciones que pudieran contarse con os dedos de una mano y entre las que deben apuntarse en primertérmino los libros de Marasso, Salinas y Lorenz, los peces de ese océano no estaban entre los dde mis bellos colores. Es que, acorralados entre tilblogos y prosodicos, Dario y 10s ‘modernistas nos disimularon su verdadero tamafio durante decenios. Después vino €ldidlogo de sordos entre quienes hacian del modernismo un movimiento literario hispanoamericano (0 hispanico) exelusivamente,ala vez que circunscrtca as tiltimas Aécadas del siglo XIX y primeras del XX, y quienes lo transformaban en algo més difuso, desligado de fronteras nacionales y linguisticas, y amplificands también el lapso de su duracién. En el primer partido reconocieron fila Max Henriques Urea, Rail Silva Casto y Luis Monguid;en el segundo, Federicode Onfs, Juan Rann Jiménez y Ricardo Gullén, Maines, “Gabriela Misra a poesia emenina de comienz0s de siglo enChie"en Rete hay ‘Gabrita Mistral Mujer, historia y socedad en América Latina, es. Gastn Li y -Cuilermo Renart. Santiago de Cle, Universié 'Ouawa/Univescy of Otway Eitrial Universidad de ‘antago, 1957 pp 83-95; también de, "Modernida,racionalidad eimteriridat a poesia de ‘meres acomienzos de silo en Chie” Nomadias, 2 y 3 (196), 10-20 Estos artculos de Nome2 ‘on soo los primeros de una serie en proceso de public. = Gabriela mista “El of lateral” en Masterioy ito ed. Roque Esteban Scarpa, Santiago de Chile Andes Bello, 1973, p48. > juan Loveluck, Pelimina” a Diez estaios sobre Rubén Daria Santiago de Chile 22a. 1960.9, 182 Po ota parte, soémo no taer a cuento aut el hecho 7 pronuncaban acerca del moderismo durante eva primera fae dels bison deca recepels, lo hacan por lo comin con un esi bast? Leas un noceraens gee hablaba de esas galantes,plaros sires, yas obibelts de cist yporcelaoa, y conclufan que esos eran los limites del discurso critic. Al cabo de la operacion interpetativa, oe modernismo era puesto por ls nubes, por reinadoy molcg, como en Jos escritos de Ratil Silva Castro y Enrique Anderson Imbert, criticos esos ara quienes Azul... e3 un libro admirable porque en él asistimos al “amor ‘por el lujo Y la opulencia™ y porque adem constiuye una demostalgn de ln "iberad del arte puro: invencién, ‘gracia, brillo y elegancia",*” o era arrastrado hacia la horca por asivoy exten, como en os eproches fundamentalists de usa Maclio™ ee ala contraposicién de adjetvos(y de eredos poco, pa va som eneh coven ‘mucho ver queen ambos empets de interpreta, la pespetia de fonds oa misma: la que provenia de una lectura contenidista, hecha a partir de expectativas asfxantementeangotas ycuys supuestos cardinals se manaiern insmoubles hata medias delosaos ste entre. ysl ences cuanto Remand hime Giordano e Ivan Schulman pergef fe existentes hasta hoy acerca del tema. TTR pes Sen pale Se % RilSiva Cao. Rubin Dario alas vente aon. 241 - os 6 en ora pre. e modernism procs on pec elev, skeanzar la aca a forma ena tens aya os oder seredujerona ser exsenessinadors ylides de imagenes los ablonee one trandes pete ominises, nada ganar con el eoncune oon el euronenonen cee hombres deal ue tienenaue decal lnarsns Mada Yeamuslodinn oeceancnene letan abaluctatoporue uteng re élsinctonesynosscoeneniee tees de poner del per espa ques permite seracisas apsteandelpoderconell Ten lsobradaranaovenadasenptchacisaemdssiar meth neechac yee eei ee ee §ulnstncanlelpeaggo con die Mee ena sana nul del eet cara gael moderna sen movnienoltraioss hepeabiokenn io.” "spol dein" 178-29. Enrigue Andessoninbe.Laoriginaia de Rub Dario Buenos ce con é Each Buenos Ales, Cea Editor de Anca Me efron ss opiniones enel cus dea otic qu snuvoeo lve sonuvoeo rates cincuentacon Manel fear Gonzales Eatnodensmo de Mernel gue no uepida en extenders as moos Frances de movin ponede maniestonios es ensaysreaicosbaiias soe adeno Policy definion Mesa Univriadasons Abner aetna oe ic, por empl: ning primate de Mocs os ga una crs quctadannscon choca bondora a ealicadrigiea promisoria de aesto continent, "(Quécosafueel Modernism”, ska deexquiseces con acetone incinncin por lsinnoreoe ta nae ee exits. ¥ qu, porsuimerts rend ln alleges cxpeans aaa cesses ‘en el individualismo, el preciosismo y la sensualidad.. F 183, ‘Todavia sin liberarse del todo de la sombra de aquellos a quienes Dario hubiese motejado de céfrades de “D. Josef Mamerto Gémez Hermosilla" Lida, Giordano yy Schulman intentan, durante el periodo que va de 1967 a 1970, producir un objeto de conocimiento de més elaborados contornos. En "Desde Rubén” y en “Rubén y su herencia" >" Lida observa, por ejemplo, que los maximos poetas contempordneos de ‘nuestra lengua, los de ambas riberas del Atlintico, Machado y Mistral, Juan Ramén y Huidobro, Garcia Lorea y Neruda, jamas desconocieron la grandeza dariana, lo que a los criticos posteriores nos debiera abrir el camino para estimar su significaci6n con mds confianza, No obstante los estropicios del manoseo escuelero, Rubén es para Lida un vate inmenso. No por lo que nombra, ni siquiera por sus alardes de versificador estupendo, yalardesestos que el critico argentino saborea como nadie, sino queapesar ‘o por debajo de todo ello. En efecto, contra la opinién de preceptiscas y declamadores de festejo casero, Lida descubre en Dario aun “poeta dificil”, aun escritor quese pasea con aplomo por la cultura de su tiempo, porque se ha dado el trabajo de estudiarla con diligencia y provecho, y sobre todo porque posee un decantado, casi reigioso, ‘conocimiento delarte que practica. Leer a Dario no es area sencilla, Lerlo mal, siloes, La intuicién de un Dario dificil guia también a Jaime Giordano en La edad del ensuefi. Sobre la imaginacién poética de Rubén Dario, un libro de 1970. Consciente de as graves limitaciones de a lectura que de ordinario se le inflige al poeta, Giordano sessiente en la necesidad de advertirle desde la parcida asu lector, que él vaa ocuparse del artista “de imaginacién” y no del “devoto sensual de superficies hermosas" Para eso, para desfamiliarizar la produccién de Dario, escoge una formula que, sin abandonarse por completo a los excesos del comparatismo, procura descubrit los “motivos conductores” en el corpus literario del nicaraglense, los que, segtin piensa Giordano, se derivan de una dinamica de desarrollo que en la carrera poética de Dario se desenvuelve a la par con Ia historia de la literatura francesa de la segunda mitad del siglo XIX, ya que, “conservando su punto de partida romantico y su conversién parnasiana, entra a participar en el ‘culto del misterio’ que define al simbolismo" © Lacitaesde”Dilucdaciones”, el prélogos Canto erante en Rubén Dario. Poesia ed ErnesoMeia Sincher Caracas. Ayacucho, 1977,p.300, Tambien en unacartaaTondreau, det, Datioseburl «nel mismo tono de "is devotos de San Hermesil, amigos de los oles de ceeunstancas, hacedores de aljandrinos alo Micmol, de aquellos det invariable taboreo", La eta en Siva Casto. Rubén Dario eos inte aa, 2:83, ambos ensayos de 196, publicados por primera vezy respectivarnenteen Asomantey LaTorrede Puerto Rico. Nosotros les hemos consultade ena eicion stu de los teas de Lida aceca ‘éelmoderismo,heha por suviuds,Denah Lia. Rubén Dora. Modernism, Caracas Monte Ala 1984, pp 129-181 % —juime Giordano. La edad dl ensuena Sabre la imaginacion potica de Rubén Dare, Santiago de Chile. Universcaca 1970.9 6, tid 184 | | a en laa funcion alegorica de sefalizar concepts, hastasu renunciaal éntasis svi rssnnaaa enc nbandnicmsn Fini rensatigosnse acanua cee ina elarsteranpapncpetsi cranes ee el cosmopolitismo ("indudablemente, Rubén Dario no es el poeta de América”), la deliberacién (un procedimiento refinado y consciente’)y elesteticismo ("nada sino = Bids iz % GuoderRabn Dua supeoniiad tran udhns oles enOiaseompns 3957, PP. 165, 166 y 167. piu career % ede de Onis “nou a acta de poe 2 Ano dea pes pal spammer 192) Madi uma pars Amplainde ane nvsigacone Cetiee Coneie eens Hinds 5509.20 Be nz or née nL Yc de Madi 8 de moe 36 Lo a Redo Siiln en "ua Rn inenes ye mozersno” lest guepreeles Redan ae Eugenio Fender Méndez dc han Rar ncn Eades natsescs selene Asis apr 185, de la categoria de modernidad de acuerdo a los criterios propuestos por la critica ‘europea y norteamericana para su utilizacién en el ambito de as literaturas respectivas: Enel desarrollo de nuestras ideas teGricas hemos uilizado ensayosy Tinos de autores como Calinescu, Graff, Hassan, Howe, Kermode, Kramer, Lefebvre, Levin, deMan,Poggolo, Rosenbergy Spears, entre otros. ens estructaracén de la parce histGrica del Capitulo TL para explora las dimensiones esiéicas, ideolbgicas yculturales de las sucesivas etapas de la modernidad, nos hemos servido del modelo de W. Sypher en su Four Stages of Renaissance Style. Si predominala presencia de ensayistas exranjeros, ello se debe al hechade que cen a critica existente sobre el concepto de modernidad, con Ia excepcién de ihestros propio ensayosy lo de Octavio Paz, Angel Rema, Federico de Onis, Juan Ramén Jiménez, Ricardo Gullon, Sail Yurkievich y Roberto Gonzilez Echevarria, noexistevna literatura critica decuada para examinar las civersas ‘cuestiones ausivas 2 ella ‘Yo discrepo del juici de Schulman segi el cual en América Latina “no existe una literatura ritica adecuada” para examinar estas cuestiones, si se erceptdian los nombres, estimables algunos y otros no tanto, que integran sulista,Discrepo,ademiés, de la aplicacién mecénica de los esquemas tebricos centrales a nuestra cultura y a nuestra literatura Después de Lida, Giordano y Schulman, el paso siguiente,y el de mis fructifer0s alcances hasta el momento en que Yo esctibo estas lineas, le corresronde a otro uuruguayo: a Angel Rama: Sin que yo desconozca los defectos de su plataforma tebrica, entre al vraje historicista del ltimo formalismo ruso y la sesent sta teoria de Independencia debo adverti quelas debilidades deciertasrecifcaciones posteiores Ihechas al pensamento de Rama, como la de Francoise Pérus, en 19767 y la de Noé Jitrik, en 1978 se explican en gran medida por eso, porque Pécus se rebela contra un ‘pensamiento que en el campo del andlisis social no goza de la rigurosidad que todos, ‘hubigsemos esperado de partede Rama, y porque fitriklo amplifica sin cuestionar sus premisas) nel voluntarismo desu tesisde fondo el fin que Rubén Darfose propuso fue précticamente el mismo aque endieron los iltimos neoclésicos y primerosroménticos: la autonomia poética de la América Espafila” (5), lo cierto es que en 1970 Rama «raza algo asi como el itinerario que debiera seguir una critica contempcrinea que se > Schulman yPieon Gill. Las entafas...3- get Rama, Rubén Dario yel modernismo(Creunstancasecoecondmic de un arte american). (Caracas. Universi Cencal de Venezuela 1970 v= Francoise Pus Literature ysociedaden América Latina: €l modernism, México Siglo XXL, 1976. % Not lt, Las contadiciones del modernismo, Productividad potca y scuacién socolgic. México, El Colepio de México, 578 186 | i i : } | | | i i j i | | i | } uate de kab meetin En Amétiea Latin la exporacin d nd racine materia rina, el consumo de po- cos industries importados, mis os temas de taboo y cna pan Inaderosylaurbnicacin fete ala dependencay ateiacionn ae las persistentes oligarquias feudales y et militaris ap No se iba a tratar pues, al cabo de las fun: it A tan a cg se nena chs eg metiasono reeabaenabsola eng uo como creyé Marne as ceansanca hie de América Latina a fines del siglo XIX y principios del XX, loo aes dae, root rio. eld que las obras del movimiento respondianadichascireunstanc inevitablemente, ya que a ninguna forma de lenguaj m award Sid ha lamado s“stuain eecter mi “neaaiden ee caso de nesta Geese eur sos ncn itso sla enn mater fang ct ¥ “existe en el mismo plano de particular ie ins ou partiulrdy desueeie Piet etal mismo" Es dss aloes engin hoy dln cion sae ee eerste Persopues eae chabert ‘stout alas: hablar cts, ce ascpione earn en Ou ‘cali alee eer nd tra ew nrg cen sa eens een eae ee relent ‘Schulman y Picon Garfield. Las entrafias...5. gi En The Woh and Tere po ‘Combridge, Massachusets. Harvatd Univesity Pres, 68, 187 ‘manifiestan interestdos en el problema de la fundamentacién sociohistorica de la prictica escrituraria modemista, ello es que nos muestren de qué manera, con o sin deliberacién, einclusive eludiéndolas,o quiz4s si mucho més eludiéndolas, los poetas deesta escuela revelaron tales circunstancias con gran profundidad. Leo, en.un libro de principios delos noventa, de Iris Zavala esta vez, una tltima tentativa deabordare problema que aqui nos interesa, ahora desde unaposicién teérica dia que "postcolonial", Zavala parte de la alianza explicita 0 implicta que el artista bohemio, el anarquista y el socialista traban en la historia occidental de la segunda mitad del XIX, alianza que es cierta sin duda, que Benjamin noté en su momento y.alla que ella entiende como de “resistencia” al capitalismo y a su consecuencia ideolégica obvia la racionalidad instrumental. Su argumento es que “el modernismo latinoamericano finisecular importa lainscripciOn de una ‘narrativa magistral ‘master nnarrative'|ouna’trama magistra' | master plot'|de desclonizacién y antiimperilismio”. Apartirde esta hipétesis, piensa que podrian reconsiderarse las presuntas imitaciones que el modernismo hace de la literatura metropolitana, las que tanto preocupaban a Gonzélery a Marinelioy que Rama interpreté de otro modo, como “intertextualidad”, cen el sentido baitiniano y mas tarde kristeviano, en otras palabras, como apropiacién en otro contexto y, por lo tanto, con otro sentido del texto original. Mas interesante todavia es la decisién de Zavala de leer el autonomismo estético de los modernistas interpreténdolo, no tanto como una negativa por parte de estos escritores a hacerse ‘cargo de la realidad (el “escepismo" de Gonzalez y de Marinella), sino més bien como unacto de “resistencia a a misma, como su rechazo indirecto. Mi opinién es que sus observaciones son atendibles. También, aunque por un diferente punto de entrada, ellas coinciden con mi propia tesisrespecto de laconstitucién de a obradariana (Marti «es otra historia, ya se sabe) através del doble proceso que lleva de resentimiento a su sublimacién. En cuanto aZavala, lo tinico que yome temo es que el galimatiaste6rico ue utiliza oscurezca a menudo lo mucho de bueno que hay en su libro. Como quiera que sea, las contribuciones de Angel Rama fueron as quetraron a raya, las que cancelaron un debate que hasta 1970 estuvo prisionero de ideas confusas, introduciendo un cambio de rumbo, un modo nuevode very entender. Enel "Prélogo” ledicién ayacucho dela Poesia de Dario, ue ély Ernesto Mejia Sanchez publican siete afios después, Rama insistié en que no era la mayor o menor exactitud de ta mimesis loque de veras importa cuando uno se plantea el problema de aquilatarla sociabilidad de esta literatura. Hablando de Azul... sefala que en los poemas y cuentos del libro dariano del 88 “encontramos un mismo pensamiento: la pobreza sarcéstica junto ala ‘opulencia, el poeta al servicio del sefior ignorante, la crueldad de los poderosos", pero tis Zavala.Coloiaism and Culture Hispanic Modernisms ana the Social Imaginary Blooomigton «Indianapolis Indians University Press, 1982 La cta de nis arriba ede spina 8. 188 ° ai mis due tase hag patemey ate drectamente en la conciencia del ng PE Pueto el debate aa uz de una intuicin de ? ‘ on de et laa, habia que decir desde prince de sas sete, moderimo se nos aparece ge ee be a ester y a dl subsema tke or m2 : cporniginne canes consaveaies demdsy menosbuo (velit persone men ae Jenner gangs ee es ‘sole denacretanpg eat erp inet anes : agus terri) orasconcomtancasBrcdons Maho ae Celbracon de modernism ios dacuentaelalgamientodccne eee Mayen quecarcerizab a3 unites ae emu onc neon 1 A trav dea rama, Sobre 189 gen zu Hélderlin Dichtung", y por algiin vate inglés contemporaneo o| posterior, v. gr. Wordsworth o Shelley, esta idea moderna del poema reclama el establecirniento para el objeto lirico de un estatuto peculiar dentro de los objetos del mundo, en tanto qe, ccorrelativamente, los poetas reclaman para si mismos el estableci sens des ee tuto especifico dentro de la comunidad de los hombres. En este sent ido, es ‘cuenta de que la bohemia no es mas que el mal sintoma de una dolencia oe oe imposibilidad de obtener el acomodo que, segin ellos piensan, es el que les ha ‘no de uso. Refiriéndose a los hispanoamericanos especificamente, Rama ha escrito lo siguiente al abordar este problema: ricter deafirmacién ero lo verdaderamente interesante de este cuadro es el car , de la negacién que, para los propios afectados adopta su téplica al menesprecio del ruundo, y que Ratna se encarga de auotar asimismo: a sociedad coma ico umenla mirada congelor ques dig socked medi derecaperar na ctsrarqa design conrr,yson decades, Sorrachos, sc, scl, mprodutvoa™" En otras palabras, como un rebote de la aceleracién del tempo histérco de la economia capitals, delasexigensasde una mayor prodtvidad altrabo humana ydelaconsecuente fragmentacign del mundo socialy cultura, seempezabea produc, entre los bardos de aquellos aos, un reajuste sustantivo tanto en su autepercepcién Como en a erepcn delos spuesos de su oii La “autonomizacin del campo lca ge aque habla Catlin con lengua prestad de Bourde,yeteniendo or ello a"doble sites que sein est historiador define al "iteration “primero, eres uncones de liderazgopoicoy de producto cuuay gun centre las diversas expresiones y neros de olterario’, es el paradero tlt mo del giro al que aqui me estoy refiriendo.”® Mas exactamente: los aspectos centrales del nuevo > Rubén Darioy el modernism... 57 59. Elsubrayadoes mio, GR > Gata, Antecedentes” 72. 190 orden de a literatura los van a constituir la profesionalizacién y, por mas contradictorio ‘Que ello parezca, la marginalizacién (Rama aclara esta paradoja con suficiencia en su apunte sobre la bohernia)** del poeta, la especificidad del poema y la especializacion del lector. El poema que surge de esta coyuntura de cambio deja de ser lo que habia sido hasta la crisis del romanticismo, un texto-expresién, de una perspectiva religiosao tica, de un credo espiritua, social o politico ode una mas omenosintensa subjetividad, ¥ comienza a redefinirse como una estructura autosuficiente y construida, con sus Particulares objetivos y su inconmutable legalidad, Elitinerario de la mudanza o ilumina mejor que muchos Jean-Paul Sartreen su libro sobre Baudelaire. Dice abi Sartre, que lo que caracteriza a actitud vital y atistica >audelaireana es literalmente la inclinacién del poeta: Inclinado sobre mismo, como Narciso Baudelaire] es el hombre que jamasse olvida. Se mira ver; se mira para verse mirar J ¥ esta conciencia observada, espiada, que se siente observada mientras ealiza sus operaciones de costummbre, Pierde de tun golpe su espontaneidad {su ‘natural’, es lo que escribe Sartre), ‘como un nifio que juega bajo el ojo de los adultos." Esclaraentonceslarelacin que existe entre laactitud descritapor el flésofoen sta forma, y la configuracién de una escritura autoconciente, que “se dobla"igualmente sobre sf misma, que se espia, que se persigue y vigla, y que se confiesa por fin mas atentaalas estrategias del “arte” que osravos de la“inspiracién” Todos sabemoe que elpensamiento e6rico posterior acerca dela naturaleza del fenomeno poético, desde tos formalistas rusos hasta elilkimo Jakobson, pone el acento sobre la reincideneia en el lenguaje de ese mismo redoubling: sobre la localizacién de la “poeticidad” de la lengua en el menoscabo de lo que en ésta se dice en beneficio del como se lo dice. Se reproduce asi en ellenguaje narcisista del poema, el ademén narcisista del poeta que lo engendra, De lo que se sigue que al hermeneuta de este tipo de literatura lo que Aebiera imporcarle por sobre cualquier otra cosa son aqueliasinstancias del discurso cenlas que éste ce desentiende de sus obligaciones de comunicar, puesto que la“funciGn Poética” vaa set mas expliita mientras mayor seala atencién que ellenguaie'sepresta asi mismo, mientras mis grande sea la redireccién que el lenguaje hace “en su propio beneficio",segiin anota Jakobson taxativamente2 "ano Dario comienas su taes, cuando los modernistas dela primera época se enfrentan ala realdadde suscludades en aug, la actividad especfica del esr, y especialmente dl post, no ‘enia un sitio prevsioen la estructura econémiea”Ramna Ruben Deroy el modernianay se Jean-Paul Sartre. Baudelaire Pris. Galiacd 947 pp.25-2% Roman Jakobson, “Linguistics and Poetics” en Style in Language, ed. T.Seboek. Cambridge, Massachusets, MIT Press, 1960, 0.356 i Con todo, esto na significa que el poema moderno se sustraiga alas esperanzas, ‘de una vocacién trascendente, Por el contrario, partiendo de la muerte de Dios, pero también con una honda desconfianza respecto a la administracién secular de los negocios del mundo y careciendo ella misma de un lugar especifico en ese mundo, la poesia moderna terminard autoconvenciéndose de que su misin es constituirse en tun puente para cruzar (o para atisbar) ala otraorilla, para ir més all del campo yermo del conocimiento ordinario y/o cientifico. En esa fe metafisica coinciden pamasianosy simbolistas, decadentes y surrealistas. En ella coincide también, derebote si se quiere, laméshonda aspiracién de nuestro provinciano modernismo. Cuando Dario se ajusta, definitivamente en Santiago de Chile el uniforme del poeta moderno y sale a cazarel “ideal”, el “alma delas cosas", el “azul” ,que, como en Hugo, es el arte, pero también es algo mas que el arte la que esta haciendo es identificar un hueco en el cual instalarse ‘yporel cual trascender, mediante el cual puede empinarse por sobre los apremios de tuna vida chilena cuyos mejores manjares él se ha podido percatar que no son ni serin. jamés para su mesa, lo que lo convierte en el habitante de un territorio existencial inhdspito desde donde no puede hacer nada mejor, lo dice a cada rato, que temontar ‘elvuelo hacia comarcas més nobles y més suyas. Métodos y materiales son lo que envejece mas répidamente. Tomados de fuentes muy variadas, pero de preferencia francesas (si, es cierto, hay también un rmodernismo de temashispénicos y otrode inspiracién nativsta. Nodescartaremos aqui su importancia, pero tampoco nos interesa hipertrofiarla patristicamente, sobre todo sitenemos en cuenta loque sugiere Rama, queno es en las objetividades que registran los textos donde nos encontraremos con una prueba definitiva de que esta literatura ‘es nuestra en realidad), ala parafernalia del movimiento desde el punto de vista de sus contenidos se la suele castgar con mas inquina de lo que seria aceptable, casi siempre desde una perspectiva arraigada en los prejuicios clasemedieros de los poetas de la vvanguardia y uno se pregunta si con entera justcia Bl Enrique Litn que ironiza con, lascursilerias de Darioes un ejemplo de esta clase de incomprensién que los chilenos tenemos ala mano y de la que mas vale no acordarse. Y, entre una lectura y otra, es ‘que uno acaba preguntandose qué es lo que va a pasar con la no menos sublimatoria yperecedera wileriavanguardista y postvanguardista de aquiacincuenta afios. Como {quiera que sea, la honradez critica nos obliga a admitir ue los referentes primarios del modernismo, también desde este punto de vista, los aportan las creaciones de los poetas franceses del Parnaso, las de los simbolistas ylas de los decadentes, aun cuando trazara linea divisoria entre los dos Glkimos grupos no sea nada de fil De parnasianos y simbolistas, el madernismo expropia sin medida ni pudor, comolo demostraron hace muchisimos afios as investigaciones de Mapesy Marass0. En loquea Dario concierne, hemos visto ya que las bibliotecas de Balmaceds y Ossa Borne constituyeron su mand chileno. Aprovechandose de las coincidencias metodol6gicas 192 ner mba excels, as mis importantes ls haciendo la vista gorda en ci mite olstices ect seul de emende Lauréanon’ a Rinbaud, ya Nalarmé slo puso eee wanuy katana ys ajo pien em andy tunes Neng jeidobist6ricos de la tradicién occidental, griegos y medievales, del renaci alan delstecentos tances motor extn eoecanenonta inn ee abla Sud, motivos Fantasics, perenecienes al reperorio del cuento marae matinee ae seudoclegancia contemporinea, y mativos puramente iterarce 9 prestigiados, son los que aportan la materia prima del trabajo ereaciy> En cuanto ala colaboraciGn que estos escrtores hispanoamericanos le sol. de ost ‘Rblida Macho meio equ nas detengunsenesmoros ences confean des seine el personae de Heysans tipo dates deco gs uintesencad, delmanoo de viv eis quevicenteseca aoe ae a ‘Tan grande fue, en efecto, la admiracion que sintié Dario por el pro- tonsa de Aretous quecon ss nominee leanne ae eee ‘buna de Buenos Aires entre 1893: 'y 1894, gia ib Dia" Noreen a a Obescompeas Ratael Gutiérrez Girardot. Modernismno. Bar Eee 193, 7 ant sBTyut Bae Se ene Speen ‘elmismo Gutiérrez Girardot al revisar las opiniones de Baudelaire sobre eltema,™* sino Se eae eee as dicho, tergiversaron (Rama hubiera dicho que “ansculturaron’ vy Oswald ae trac 7 Jas condiciones de la vida en los paises hispanicos durante la: segunda mitad del siglo Este es el secreto a voces del tan traido yllevado 4 ‘sincretismo" "modernista, de la estupenda falta de respeto con que estos poetas hispanoamericanos trataron las ee anna eecieeneae ‘cabe, pero otra. Y lo mismo puede comprobarse acerca del tipo de relacior que aquellos hid 95-96 ™ —Mestengoenens mea qe Hara Blom nag en Te Ay of une979) ayo esata contnud en A Mop of isreding (97S, Kabbalah and Criticism 57) y Petry an Repression Revisionism from Blake co Stevens (976) “Propo.” 33 Octavio Pa. Los ios dl no. Dl romanticismo ota vanguard, Sx Baral m. eelona, 3987,» 194 ‘También por eso, Dario “condena y alaba a Theodor [sic] Roosevelt, canta la sangre de Hispania fecunda, sospecha el advenimiento de alguna revolueién, elogia al burgués que le pagay sirve al dictablando Rafael Niiez"= Hoy dia tenemos que hacer uso de toda a amplitud de criterio que nos autoriza la posibilidad de una critica anciada de la que a los exégetas de otros tiempos les impusieron los afanes de sus circunstancias para comprender que semejantes piruetas de Ia conducta piiblica dariana, que las tuvo, y que en ocasiones alcanzaron proporciones ciertamente bochornosas, no fueron nitan gratuitasnican mezquinamente motivadas como pudo Pensarse alguna vez. Si por un lado, al declarar que “como hombre, he vivido en lo ‘otidiano”, pero que “como poeta, no he claudicado nunca”,*° Dario se sacude répida Yy nitdamente de las responsabilidades que pudieran demandlrsele respecto de una historia oligérquica y plutocritica en la cual desde sus tiempos de Chile, él sabe muy bien queno tiene cabida y en cuyo progresismo cientificistano eree de todasmaneras, Por otro, no puede impedir que esa historia se le cuele através de los agujeros de un discurso que es, que no podia sino ser, menos malditoy menos impenetrable de lo que le recomendaba su “pauvre Lelian’. El mismo habia sido, al fin yal eabo, en aquella su prehistoria centroamericana, el “poeta nifo" al que sus mayores le celebran las gracias, al que le pagan por ellas, ya quien -Io que no deja de ser significativo~ le consienten, por ser el poeta nifio que es y por tener los talentos que tiene, ciestas ‘modestas transgresiones -su alcoholismo precoz, su aficién prostibularia~. Hay algo de aicjamenteestereotipico y de patticamente dependiente en ese pattern del poeta nifia Es como si por ahi ze filtmra por prinieva ve, hasta a coneiencia de Dario de Jos doce o los eatorce aos, el verdadero carécter de nuestras sociedades, las que ‘no eran ni llegarian a ser por mucho tiempo sociedades modernas en el sentido del Paradigma metropolitano (,1o son hoy?,zlo pueden ser hoy?),estoes, enel sentido de luna perfectarealizacin de las expectaivas delliberalismo centroeuropeo, econémico, social, politico y cultural, y en las que por lo mismo convivieron, y ain conviven, el

Potrebbero piacerti anche