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Empieza la vigilia con la luz apagada del altar, un fuerte ruido y el viento del
ventilador… a continuación se abre la tapa del proyector y aparece el nombre de Jesús
con letras de fuego y una suave música, ( video, enciende nuestro corazón) se
encienden el cirio Pascual y las doce velas que hay a su alrededor. Se lee con voz
potente la Palabra de Dios, (Hechos 2, 1-11).
EL QUE PRESIDE.- En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo…
El amor de Dios que ha sido infundido en nuestros corazones por medio del Espíritu,
asamblea fraterna. Como en aquel tiempo, también hoy nos reunimos a la espera del
Espíritu, junto con María, la madre de Jesús y nuestra. El Espíritu Santo que recibieron
cristiano.
LECTOR.- El Espíritu Santo nos invita a permanecer en vela, a vivir en vela, para percibir
realice en nosotros un nuevo Pentecostés, una nueva invasión de la fuerza del amor de
Dios. Este es nuestro anhelo y nuestra esperanza. Pentecostés es la Pascua del Espíritu,
TODOS: Velando queremos preparar nuevamente la venida del Espíritu Santo. Que su
fuego nos atraviese para encender nuestro corazón. Que con su aliento nos impulse
para ser testigos. Que con su luz nos alumbre para convertirnos en profetas. Que con
llenan de Luz la existencia. Velando, invoquemos la presencia del Espíritu que todo lo
MONITOR.- Con la fuerza que recibieron María y los apóstoles, encendemos nuestras
velas como signo del Espíritu, tomando la luz del Cirio Pascual y continuamos nuestra
celebración, a la espera de que este mismo Espíritu se haga presente entre nosotros
hoy.
UN NUEVO PENTECOSTÉS
Los nuevos hechos de los apóstoles…
A lo mejor es demasiada comparación, pero aquellos hombres y mujeres que se
pusieron en marcha el día de Pentecostés abrieron un camino, que nosotros hoy mejor
o peor continuamos. Seguimos mirando hacia ellos, pero no para quedarnos
pasmados, como quien mira un cuadro, sino para aprender de ellos a vivir la fe, a
proclamar el Evangelio, a anunciar la Vida del resucitado, a construir el Reino y a amar
como Jesús nos enseñó. Somos parte de una gran cadena de nombres , seguimos la
estela de aquellos que, año a año, siglo a siglo, han tratado de compartir la buena
noticia, y han luchado para que de verdad las cruces no tengan la última palabra.
TODOS
Apóstol
Vamos, amigo,
no te calles ni te achantes,
que has de brillar
como fuego nocturno,
como faro
en la tormenta,
con luz
que nace en la hoguera de Dios.
Vamos, amigo,
no te rindas ni te pares,
que hay quien espera,
anhelante, que compartas
lo que Otro te ha regalado.
¿Aún no has descubierto
que eres rico para darte a manos llenas?
¿Aún no has caído en la cuenta
de la semilla que, en ti,
crece pujante
fértil, poderosa,
y dará frutos de vida y evangelio?
Vamos, amigo.
Ama a todos
con amor único y diferente,
déjate en el anuncio
la voz y las fuerzas,
ríe con la risa contagiosa
de las personas felices,
llora las lágrimas
valientes del que afronta la intemperie
Hasta el último día,
hasta la última gota,
hasta el último verso.
En nombre de Aquel
que pasó por el mundo
amando primero.
“La multitud de los creyentes tenían una sola alma y un corazón. No llamaban propia a
ninguna de sus posesiones, si no que lo tenían todo en común” (Hch 4,32) “La Iglesia
entera de Judea, Galilea y Samaría vivía en paz, se iba construyendo venerando al
Señor y crecía animada por el Espíritu Santo”
Compartir. Es difícil. Pero posible. Compartir proyectos, sueños, trabajo, descanso,
viajes, esfuerzos.
Compartir el tiempo con los que me necesitan.
Compartir los bienes con aquellos que carecen de lo elemental.
Compartir las ideas, y la búsqueda de la verdad.
TODOS
Enséñame, Señor, a ser generoso. A pensar en plural. A dar sin esperar, sin regateo, a
dar de lo que tengo, no de lo que me sobra. A vivir ligero de equipaje.
(Canto, 1ª estrofa y estribillo, EL Señor os dará)
DISCUTÍAN
“Aquello provocó una fuerte oposición de Pablo y Bernabé, y una discusión con ellos;
se decidió que Pablo y Bernabé, con algunos más, acudieran a Jerusalén, para tratar el
asunto con los apóstoles y los ancianos (…) crecía la discusión (…) (Hechos 15)
Es bueno ver que también entre ellos había diferencias, divisiones, que no lo tenían
todo claro, que a veces se enfrentaban, porque pensaban cosas distintas. Es bueno
porque eso les hace humanos. Porque, ¿quién no está de vez en cuando en
desacuerdo con otros? Nos pasa con los amigos, en la familia, en la Iglesia. Lo
admirable es que las diferencias no les lleva a levantar muros entre ellos, sino que
aprendieron a buscar soluciones juntos. Tenemos bastante por hacer hoy en ese
terreno, cuánto nos cuesta entender que otro pueda pensar distinto, cuanto nos
cuesta entendernos, ponernos en el lugar del otro, cuanto nos cuesta ver lo que
tenemos todos de bueno y trabajar juntos.
TODOS
Ayúdame, Señor, a ver más allá de los conflictos, y aprender a encontrar la verdad más
allá de las diferencias de cada día.
“Entonces les dijo: recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y
seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y hasta el confín del mundo” (Hch 1. 7-8)
TODOS
También a mí me llamas a dar la vida, cada día. Sin reservas y sin regateos. Dame
valentía, coraje y lucidez para hacerlo, Señor.
LLENOS DE TU ESPÍRITU
No sabemos qué es el espíritu exactamente. Sin embargo, solemos atribuirle una
presencia. Decimos que está en nosotros, que nos alienta y en ocasiones nos sostiene.
Decimos que es Dios mismo que habita en mi, que me ilumina, me hace libre y hasta
me guía, sin saber apenas cómo. Quizás tiene que ver con la forma en que Jesús se
queda formando parte de cada uno, de nuestra vida, con creer que Él vive también hoy
entre nosotros. Espíritu debe ser aquello que nos hace parecernos un poco más a
Jesús, aprender de lo que hacía y decía, pararnos a escucharle de verdad.
Es el fuerte viento que nos sigue empujando cuando nuestras fuerzas decaen. Es
querer seguirte, Jesús, firmemente, a pesar de toda la debilidad. Es seguirte con todo.
El espíritu nos ayuda a reconocer a Dios entre nosotros, a decir convencidos: Jesús es
el Señor. Que nuestro deseo profundo sea estar y permanecer, caminar y vivir en tu
nombre.
Mientras vemos el vídeo Jesús de Ain Karem, pasamos a dejar la vela encendida para
formar el nombre de Jesús.
TODOS
No estamos solos. No somos iguales. No hay dos fuegos que ardan con la misma
intensidad, que den el mismo calor ni la misma luz. Y gracias a que esto es así podemos
enriquecernos unos de otros, podemos aprender la generosidad, el respeto, la
escucha, el compartir, el encuentro,… Podemos disfrutar conociendo al otro, podemos
disfrutar conociéndote a Ti. Nos has dado, Señor, compañeros de camino, que tienden
manos, que a veces nos deslumbran y otras nos alumbran. Tan importante es el fuego
que más arde como aquel del que sólo quedan rescoldos y que necesita un soplido
para avivarse de nuevo. Responderé, Señor, a esa llamada tuya a salir de mí mismo.
Quiero ser fuego con otros fuegos.
TODOS:
Hoy te pedimos Señor, que vengas a nosotros y pongas en nuestra vida tus dones.
Sé PRESENCIA, en los momentos de soledad, o cuando me olvido de ti. Si vivo ajeno a
tu evangelio, o si me falta el amor.
Hazte presente en mi ORACIÓN, para que aprenda a escucharte, a conocerte y a
seguirte.
Ábreme el ENTENDIMIENTO para que aprenda a escucharte, a conocerte y a seguirte.
Espíritu de CIENCIA, sé luz para que cada uno pongamos nuestro talento al servicio de
un mundo mejor.
Sé espíritu de CONSEJO. Inspira los pasos justos, las palabras precisas, las decisiones
oportunas en las encrucijadas de la vida.
Dame SABIDURÍA para distinguir lo importante y lo superfluo. Para no hacer dramas
imaginarios. Para proclamar tu belleza.
Y en mi debilidad, que sabes que es mucha , sé FORTALEZA para que sea capaz de
resistir, de caminar, de compartir mis pasos con otros muchos.
JUNTOS ahora hacemos la invocación al Espíritu Santo:
SOLISTA: Ven, Espíritu Santo, manda tu luz desde el cielo, entra en nuestros
SOLISTA: Padre amoroso del pobre, mira el vacío del hombre si Tú le faltas por
dentro.
TODOS: Sabemos que somos pobres. Si prescindimos de ti, nuestras vidas quedan
anima a la comunidad cristiana por dentro. Tú eres quien nos anima a cada uno de
nosotros para que entremos en comunión con Dios en la Palabra, en los Sacramentos,
SOLISTA: Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, fuente del
mayor consuelo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que
frescor en las horas de bochorno y de consuelo en nuestras penas. Ven y danos tu paz,
Espíritu Santo. Alivia nuestras preocupaciones. Seca nuestras lágrimas. Tú que habitas
SOLISTA: Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento, doma el espíritu
Ven y danos tu fuerza, para que nos convirtamos. Purifícanos de todo pecado, guíanos,
corrígenos, para que nuestro corazón se deje mover por tus inspiraciones.
SOLISTA: Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas,
TODOS: Tú que eres agua de vida, agua que fecunda, ven y ayúdanos. Nuestro campo
está seco, riégalo y dale vida. Tú que eres la salud de Dios, ven y ayúdanos. Nuestros
corazones no gozan de buena salud, están enfermos. Tú, médico espiritual, danos tu
medicina y cúranos. Tú que eres fuego y calor divino, transfórmanos, quema lo viejo
SOLISTA: Don en tus dones espléndido, reparte tus siete dones y danos tu gozo
eterno.
TODOS: Eres Don gratuito. Te pedimos que sigas llenándonos de tus dones, de tus
ideas, de tus estímulos, de tu creatividad, para ser testigos del Reino en este mundo.
Tú que eres Amor, llena de ilusión nuestra vida y danos, sobre todo, la alegría de poder
EL QUE PRESIDE .- Señor, que has dado a tu Iglesia el don del Espíritu Santo. Custodia
en nosotros este Don, para que siempre obre en nosotros la fuerza de tu Espíritu. Tú
TODOS: Amén
MONITOR.- Con la fiesta de Pentecostés que mañana celebramos, finaliza el tiempo
toca a nosotros ser luz en medio del mundo, impulsados por la fuerza de su Espíritu.
Se apaga el cirio
Que a través de nuestro compromiso, sepamos hacer de cada día un “tiempo pascual”
CANTO FINAL: