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27/05/2018
Establece su teoría en base a tres principios básicos: 1ro: tipo de objeto con
el que el niño interactúa, es decir, el niño establece una relación objetal con quien
tiene su primer contacto, con quien le brindara sus cuidados que es la madre, y
dependiendo de cómo esta atienda sus necesidades, el niño la percibe como "teta
buena" si esta atiende a satisfacer al recién nacido de forma inmediata, a cuidarlo y
atenderlo, por el contario si esta no atiende a las necesidades del bebé de forma
propicia, y actúa como una madre muy poco pendiente, y no le satisface, será
percibida como "teta mala"; sin embargo esta reacción será en base al YO
rudimentario del recién nacido, ya que su estructura es débil, por ende, aunque
presienta ansiedad, fantasías y mecanismos de defensa será de forma sencilla en
comparación al Yo integrado de un adulto.
Cabe aclarar que, aunque la madre satisfaga al niño esto no evitara que el
niño vivencie envidia y rabia hacia el objeto, ya que el hecho de que le niño no puede
satisfacerse por sí solo, sino que alguien más debe hacerlo para que él se sienta
contento, le genera una cuestión de envidia, porque su bienestar no depende de él,
sino de alguien externo.
Además establece Klein que según la posición que tome el niño en relación
a como suple sus necesidades el objeto se va a estructurar la personalidad; estas
posiciones son: “la esquizoparanoide” y “la depresiva”; la esquizoparanoide se
caracteriza por el hecho de que aunque el niño quede satisfecho existe una
sensación de envidia, y por eso este manifiesta agresividad mordiendo el pecho de
la madre, porque busca dañar al objeto que le genera satisfacción; la otra posición
que adopta el niño es la depresiva, ya que aunque quede satisfecho, su satisfacción
va a ser momentánea y siempre querrá volver a satisfacerse para tener consigo al
objeto estándar, pero aquello le genera una sensación de culpa, y por ello este niño
por querer compensar su culpa va a actuar como un buen niño, sin embargo este
de esa forma va ocultando su agresividad. Y justamente para entender explorar
aquello que acontece por el mundo del niño crea la técnica de en el análisis de
juegos infantiles, ya que la decisión de los objetos que escogía el niño afloraba sus
fantasías.
Por ello, Melanie planteaba que no hay que desconfiar de lo que el paciente
dice; y resulta muy curioso este hecho, ya que en realidad los seres humanos
mostramos actuar en función a lo que se espera e nosotros, porque buscamos
quedar bien delante del resto, pero en esa posición, subyacen muchas fantasías o
hechos de los cuales el paciente prefiere no saber, y no es una cuestión de que
conscientemente oculta algo, sino que más bien e inconsciente, por el hecho de que
nos asusta lo que el otro llegue a pensar sobre eso.