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De la Tolerancia al Reconocimiento: Análisis y Propuestas para el Bienestar de Estudiantes

LGBT en la Universidad Católica


I. Introducción
La Universidad Católica ha liderado los procesos de equidad e inclusión en educación de los
últimos años. Así lo demuestra el apoyo que nuestra casa de estudios ha dado a programas y
medidas de gran importancia para la movilidad social de los jóvenes chilenos como las Becas de
Excelencia Académica, Ranking PSU, Gratuidad y PACE. Además, contamos con programas
nacidos desde nuestra propia institución como PentaUC, Talento e Inclusión y Biblioteca Escolar
Futuro, que han significado un tremendo apoyo a comunidades y familias vulnerables. Esto es
reafirmado en las intervenciones de nuestras autoridades, quienes han confirmado el compromiso
de la universidad en construir un ambiente diverso e inclusivo:
La Ex corde Ecclesiae se ha transformado en un referente fundamental para todas las
instituciones católicas de educación superior (…)
Nos define como una comunidad académica que, de modo riguroso y crítico, contribuye al
desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural (…)
La comunidad universitaria debe estar animada -dice- por un espíritu de libertad y de
caridad, además de caracterizarse por el respeto recíproco, el diálogo sincero y por la tutela
de los derechos de cada uno de sus miembros.
(Rector Ignacio Sanchez, El Mercurio 13/11/2011)
La riqueza y calidad de una universidad adquiere más fuerza si la presencia de estudiantes
talentosos proviene desde diversas realidades culturales y sociales. La diferencia de sus
miradas es clave para la construcción de un proyecto variado y acogedor. Junto con
cimentar su identidad de universidad católica y realizar una labor académica con rigor y
constante superación, la UC se orienta a generar los espacios de encuentro que fortalezcan
la comunidad universitaria (…)
(Rector Ignacio Sanchez, La Tercera 26/3/2012)
Las políticas de inclusión no solo responden a imperativos éticos y de justicia, sino que
también apuntan a un mejoramiento de la calidad de los procesos académicos, puesto que
la riqueza y calidad de un proyecto universitario adquiere más fuerza con la presencia de
estudiantes talentosos que provengan de diversas realidades culturales y sociales (…)
El compromiso de la UC es con una educación universitaria de calidad con equidad y para
ello se considera la experiencia tanto internacional como nacional, que ha demostrado que
la calidad no es incompatible con la equidad.
(Reformas a la Educación Superior en Chile: Contribuciones desde la UC a la Discusión
Nacional, Centro de Políticas Públicas UC, 2014, p.35)

En medio de un intenso y largo debate que ha puesto en disputa conceptos fundamentales para las
políticas de educación en nuestro país como “universidad pública”, “equidad” y “calidad”,
parecemos encontrar en estas intervenciones una primera e importante definición: que la equidad
es condición necesaria para cualquier proyecto educativo de calidad. El esfuerzo puesto en
construir una matrícula diversa, representativa de la sociedad y sus cambios, enriquece la misión
de la universidad.
La equidad y la inclusión tienen implicancias que no se agotan en el análisis socioeconómico de
la comunidad, sino que deben motivar su constante expansión hacia una mirada integral de lo que
es sostener un proyecto del que todos podamos sentirnos parte. En este sentido, es importante
considerar la reciente Política de Prevención y Apoyo a Víctimas de Violencia Sexual, la que será
implementada progresivamente durante 2017 y que actualiza las prácticas de violencia sexual en
un ambiente de riesgo como es el campus universitario y la vida universitaria en general.
Tanto la política de prevención de violencia sexual como la Comisión Mujer y Academia del año
2013-2014 han puesto sobre la discusión otro eje de la equidad -distinto al socioeconómico-
relacionado con el género. No es sorpresa en un mundo donde la equidad de género ha avanzado
en la agenda internacional y nacional; como la creación de ONU Mujeres, el Ministerio de la Mujer
y la Equidad de Género y la reciente reforma al sistema electoral, incorporando cuotas de género.
La equidad de género no se agota en los esfuerzos por igualar las oportunidades entre hombres y
mujeres, sino que se relaciona directamente con la inclusión y no-discriminación de personas
lesbianas, gay, bisexuales y transgénero (LGBT)1, toda vez que “equidad de género” implica que
las normas culturales que derivan de las diferencias sexuales predeterminan nuestro
comportamiento individual e institucional, generando en muchos casos segregación, exclusión y
discriminación arbitraria.
Según el Informe Mundial de Naciones Unidas sobre violencia en la infancia (2006), la mayoría
de casos de bullying en la escuela están basados en normas de género: niñas que no se comportan
“femeninamente” o niños que no se comportan “masculinamente” son objeto de hostigamiento y
abuso en su entorno cotidiano. En el contexto latinoamericano, 34% de las personas LGBT prevén
consecuencias negativas si reconocen su orientación sexual o identidad de género en el ámbito
laboral, mientras que 46,2% de estas no visibiliza su orientación sexual o identidad de género
frente a sus compañeros de trabajo (Gestión Social y Fundación Iguales, 2015).
Legislación como el Acuerdo de Unión Civil y la Ley de Identidad de Género, aún en trámite, son
también expresiones legítimas de una sociedad que busca hacerse cargo de la equidad de género.
La equidad, sin embargo, puede exigir un trato preferente que, en la búsqueda de igualdad de
oportunidades, trate de manera desigual a distintos miembros de una misma comunidad. En este
sentido, seguimos a Espinoza y González (2015, p.530):
Aun cuando se reconocen las diferencias y potencialidades individuales al nacer, se asume
que las desigualdades generadas por la sociedad (socioeconómicas, culturales, étnicas,
políticas, de género) son inadmisibles como condición predeterminada. Por ello, se plantea
que dichas desigualdades debieran ser subsanadas mediante una intervención intencionada

1
La sigla LGBT tiene distintas variaciones como LGBTQ, LGBTI, LGBT+, etc. aquí preferimos ocupar la sigla
tradicional, sin perjuicio de que esto pueda incluir otros grupos.
de carácter compensatorio, por medio de políticas públicas y sociales o de acciones
afirmativas. Estas intervenciones conducen a la equidad, que supone lograr el desarrollo
de las potencialidades de los individuos, respetando las características propias de la
identidad de cada persona.
A su vez, se identifican tres rangos de aplicación de la equidad, a saber: (I) equidad para iguales
necesidades; (II) equidad para iguales capacidades; y (III) equidad para igual logro. Para efectos
de esta propuesta nos concentramos en (II), la que
implica intervenir mediante distintos tipos de acciones para que las personas con
potencialidades similares puedan logar metas equivalentes en diferentes ámbitos de acción.
Por capacidad se entenderá el conjunto de funcionalidades que una persona puede alcanzar
y, con ellas, la libertad que tiene para elegir entre distintos modos de vida (Sen 1992 y
1997; Lorenzeli, 2005). De acuerdo con esta definición, las personas que tengan igual
acceso a bienes primarios podrán incrementarlo en forma diferenciada si poseen distintas
capacidades. Esto significa que pueden producirse profundas diferencias en la generación
y el reparto de bienes primarios en función de capacidades diferenciadas (…)
Los medios (recursos, bienes básicos) aumentan la libertad para materializar los propios
objetivos, pero una igualdad en los medios no supone igualdad en la libertad, ya que existen
otros factores involucrados, tales como el sexo, la posibilidad de embarazo y la exposición
a enfermedades, entre otros. (p.532)
Políticas de acceso gratuito a la universidad como las establecidas por el actual gobierno han
alivianado enormemente la carga a cientos de miles de familias de Chile. Sin embargo, debe haber
una especial preocupación por la permanencia de los beneficiados en el sistema. Esto se relaciona
con el alcance de igual capacidades: tener la libertad de ocupar los bienes que se nos entregan
como nosotros estimemos conveniente. Este aspecto, como ya hemos dicho, tiene relevancia no
solo en el eje socioeconómico, sino en el de género. Estudiantes de distintas realidades
socioeconómicas deben convivir con una comunidad o incluso una familia que no los comprende
y acoge debido a su orientación LGBT. Sus capacidades para aprovechar los recursos y
oportunidades que ofrece la vida universitaria se ven limitados por un ambiente cultural que es
percibido como amenazante y hostil con quienes no muestran adhesión a códigos de conducta
asociados a una cultura de hegemonía heterosexual y masculina.
La importancia de la vida universitaria en el desarrollo académico es una visión compartida en la
comunidad, la que plasma esta preocupación en el Plan de Desarrollo 2010-2015 (p. 35):
Queremos que la invitación no sea solo a ingresar a la UC, sino que a graduarse de la UC.
Para ello precisamos consolidar y reforzar: los programas de acogida, de modo que todos
quienes ingresen se sientan bienvenidos, valorados y parte activa de la comunidad; los
programas de nivelación, para que todos puedan también desarrollar plenamente sus
talentos y su vocación; los programas de integración, para que la vida universitaria, tan
relevante en la formación, convoque a todos los alumnos sin distinción; y los programas
de seguimiento, para asegurar que todo alumno tenga un acompañamiento en los ámbitos
académico, socioeconómico y de vida universitaria.
Es por esto que estamos convencidos de que una política integral de acogida y acompañamiento
focalizada en estudiantes LGBT no solo es completamente consistente con los principios y metas
de la universidad, sino que aportará a construir una comunidad fortalecida por la diversidad y el
reconocimiento de todos sus miembros en su riqueza humana íntegra. A continuación, ofrecemos
un panorama general del marco normativo internacional y nacional en temas de educación,
derechos humanos y diversidad sexual; la literatura internacional sobre las experiencias de
estudiantes LGBT en el contexto universitario; mencionaremos algunas experiencias
institucionales internacionales y nacionales; y plantearemos propuestas para avanzar en estos
temas.
II. Marco Normativo Internacional2
La Constitución Política de la República de Chile reconoce y ratifica en su Artículo 5º la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, estableciendo que
el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y
promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentran vigentes.
En 1969, se aprobó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Chile
el 8 de octubre de 1990. La Convención define los derechos humanos que los Estados partes se
comprometen a respetar y garantizar que sean respetados. En esta instancia, además, se crea la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, y se definen las atribuciones y procedimientos tanto
de la Corte como de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En noviembre de 2006, un grupo de reconocidos especialistas en derechos humanos, provenientes
de 25 países, se reunió en la ciudad de Yogyakarta, Indonesia, para discutir, redactar y adoptar en
forma unánime los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Internacional
de Derechos Humanos en Relación con la Orientación Sexual y la Identidad de Género.
Estos principios relevan las normas legales que todos los Estados deben cumplir, para eliminar la
discriminación y violencia basada en la orientación sexual e identidad de género. En total son 29
principios, entre los que destacan:
Principio nº1: El derecho al disfrute universal de los derechos humanos
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Los seres humanos de
todas las orientaciones sexuales e identidades de género tienen derecho al pleno disfrute de todos
los derechos humanos. Los Estados:
a) Consagrarán los principios de la universalidad, complementariedad, interdependencia e
indivisibilidad de todos los derechos humanos en sus constituciones nacionales o en

2
Esta sección como la siguiente está basada en el documento “Orientaciones para la inclusion de las personas
lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersex en el sistema educativo chileno” (Mineduc, 2017).
cualquier otra legislación relevante y garantizarán la realización práctica del disfrute
universal de todos los derechos humanos.
c) Emprenderán programas de educación y sensibilización para promover y mejorar el
disfrute universal de todos los derechos humanos por todas las personas, con independencia
de su orientación sexual o la identidad de género.
Principio nº16: El derecho a la educación
Toda persona tiene derecho a la educación, sin discriminación alguna basada en su orientación
sexual e identidad de género, y con el debido respeto hacia estas. Los Estados:
a) Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean
necesarias a fin de garantizar el acceso a la educación en igualdad de condiciones y el trato
igualitario de estudiantes, personal y docentes dentro del sistema educativo, sin
discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género.
b) Garantizarán que la educación esté encaminada al desarrollo de la personalidad, las
aptitudes y la capacidad mental y física de cada estudiante hasta el máximo de sus
posibilidades y que responda a las necesidades de estudiantes de todas las orientaciones
sexuales e identidades de género.

d) Asegurarán que los métodos, currículos y recursos educativos sirvan para aumentar la
comprensión y el respeto de, entre otras, la diversidad de orientaciones sexuales e
identidades de género, incluyendo las necesidades particulares de las y los estudiantes y de
sus madres, padres, y familiares en este sentido.
g) Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean
necesarias a fin de garantizar que en los establecimientos escolares se administre la
disciplina de modo compatible con la dignidad humana, sin discriminación ni castigos
basados en la orientación sexual, la identidad de género de las y los estudiantes, o la
expresión de las mismas.
El 18 de mayo de 2016, en Paris, Francia, Chile firma el documento titulado “Llamamiento
Ministerial a la Acción para una educación inclusiva y equitativa para todos los educandos
en un entorno exento de discriminación y violencia”. En dicho documento, el Estado chileno se
compromete, entre otras materias, a “construir y adecuar instalaciones escolares que respondan a
las necesidades de los niños y las personas discapacitadas y tengan en cuenta las cuestiones de
género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para
todos”.
El 30 de junio del año 2016, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU creó la Relatoría en
temas de género, nombrando a un experto independiente encargado de monitorear la violencia y
la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. Dicho relator tendrá
por misión dialogar con los Estados parte; organismos internacionales pertinentes; organizaciones
de la sociedad civil; instituciones nacionales de derechos humanos; y foros académicos para
promover la aplicación de medidas que contribuyan a la protección de todas las personas que sean
víctimas de la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de
género.
III. Marco Normativo Nacional
Ley Nº20.370, que establece la Ley General de Educación
Constituye el principal cuerpo legal regulatorio de todo el sistema educativo. En su Artículo Nº2
establece que la educación
se enmarca en el respeto y la valoración de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional,
capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar
en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para
trabajar y contribuir al desarrollo del país.
El Estado tiene la obligación de velar por el principio de no discriminación en todos los niveles,
dado que el Estado puede ser responsable por actos particulares cuando no ha tomado medidas
para erradicar prácticas que vulneran los derechos humanos.
Ley Nº20.609, que establece medidas contra la discriminación
Esta ley tiene por objetivo instaurar un mecanismo judicial que permita restablecer eficazmente el
imperio del derecho toda vez que se cometa un acto de discriminación arbitraria.
En el Artículo Nº2 de esta ley, se define la discriminación arbitraria como
toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación razonable, efectuada
por agentes del Estado o particulares, y que cause privación, perturbación o amenaza en el
ejercicio legítimo de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política
de la República y en los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Chile y que se encuentren vigentes en particular cuando se funden en motivos tales como
raza o etnia, la nacionalidad, la situación económica, el idioma, la ideología u opinión
política, la religión o creencia, la sindicación o participación en organizaciones gremiales
o la falta de ellas, el sexo, la orientación sexual, la identidad de género, el estado civil, la
edad, la filiación, la apariencia personal y la enfermedad o discapacidad.
Otros elementos incluyen la Circular Nº21 del Ministerio de Salud (2012), que instruye a los
servicios de salud en la atención de personas transgénero, por ejemplo:
1) Identificación de la persona
Los establecimientos de atención primaria y de especialidades que brinden atención de salud a una
persona trans deben considerar siempre el uso del nombre social y el género (masculino o
femenino) con el cual dicha persona se identifica (independiente del nombre legal).
En caso de que una persona trans o intersex no pida voluntariamente ser identificada según su
nombre social y género, se le debe informar de la existencia de esta circular y preguntar cómo
prefiere ser inscrita y tratada.
2) Registros
Todos los registros utilizados durante la atención de salud deben contemplar en primer lugar el
nombre legal de la persona (consignado en el carnet de identidad) y en segundo lugar el nombre
social con el cual dicha persona se identifica. Esto aplica para la ficha clínica, tarjeteros, órdenes
de examen, recetas, interconsultas y otros registros que se utilicen por ejemplo con fines
estadísticos (hoja de estadística diaria de atenciones).
No obstante lo anterior, es imprescindible que la identificación verbal durante el trato y la atención
debe ser a través del nombre social.
A esto se suma la Orden Nº0768 emitida por la Superintendencia de Educación (2017) titulada
“Derechos de niñas, niños y estudiantes trans en el ámbito de la educación”, que especifica e
instruye, entre otros:
3. Derechos que asisten a las niñas, niños y estudiantes trans
c) Derecho a recibir una educación que les ofrezca oportunidades para su formación y
desarrollo integral, atendiendo especialmente las circunstancias y características del
proceso que les corresponde vivir
e) Derecho a recibir una atención adecuada, oportuna e inclusiva en el caso de tener
necesidades educativas especiales, en igualdad de condiciones que sus pares
f) Derecho a no ser discriminados o discriminadas por el Estado ni por las comunidades
educativas en ningún nivel ni ámbito de la trayectoria educativa
i) Derecho a expresar la identidad de género y su orientación sexual
4. Obligaciones de los sostenedores y directivo de establecimientos educacionales
(…) los sostenedores y directivos deben tomar las medidas administrativas, sociales y educativas
apropiadas para proteger y garantizar los derechos de las niñas, niños y estudiantes contra toda
forma de acoso discriminatorio, tales como prejuicios, abuso físico o mental, trato negligente,
vulneración de su intimidad y privacidad y/o malos tratos; velando por el resguardo de su
integridad psicológica y física, y dirigir todas las acciones necesarias que permitan su erradicación
en el ámbito educativo.
6. Medidas básicas de apoyo que deberán adoptar las instituciones educativas en caso de niñas,
niños y estudiantes trans
c) Uso del nombre social en todos los espacios educativos
(…) como una forma de velar por el respeto de su identidad de género, las autoridades de los
establecimientos educacionales podrán instruir a todos los adultos responsables de impartir clases
en el curso al que pertenece la niña, niño o estudiante, para que usen el nombre social
correspondiente (…)
d) Uso del nombre legal en documentos oficiales
(…) los establecimientos educacionales podrán agregar [al nombre legal] en el libro de clases el
nombre social de la niña, niño o estudiante, para facilitar la integración del alumno o alumna y su
uso cotidiano, sin que este hecho constituya infracción a las disposiciones vigentes que regulan
esta materia.
Asimismo, se podrá utilizar el nombre social informado por el padre, madre, apoderado o tutor del
niño, niña, o estudiante en cualquier otro tipo de documentación afín, tales como informes de
personalidad, comunicaciones al apoderado, informes de especialistas de la institución, diplomas,
listados públicos, etc.
e) Utilización de servicios higiénicos
Se deberá dar las facilidades a las niñas, niños y estudiantes trans para el uso de baños y duchas
de acuerdo a las necesidades propias del proceso que estén viviendo, respetando su identidad de
género (…)
IV. La experiencia de estudiantes LGBT en el contexto universitario
Los estudiantes pertenecientes a la diversidad sexual – gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros-
encuentran en la vida universitaria una serie de desafíos particulares debido a cómo estos son
percibidos y tratados por su orientación sexual. Estos desafíos atentan contra el desarrollo de su
potencial académico o en las oportunidades de participación que ofrece la comunidad universitaria.
Esto se extiende de igual manera a funcionarios administrativos y académicos.
Si bien en Chile carecemos de estudios que documenten en profundidad los problemas de las
personas LGBT en contextos universitarios, podemos referirnos a estudios internacionales que
avalan la necesidad de políticas de inclusión focalizadas en este sector. Diversos artículos (Brown,
Clarke, Gortmaker y Robinson-Keilig 2004; Evans y Broido 2002; Garber 2002; Malaney,
Williams y Geller 1997; Waldo 1998) documentan las percepciones de calidad de vida
universitaria de personas LGBT. Los resultados de estos estudios sugieren que las personas LGBT
son marginalizadas en el campus. Otras investigaciones han logrado documentar los efectos del
hostigamiento y violencia sobre personas LGBT (D’Augelli 1992; Herek 1994, 1995; Hershberger
y D’Augelli 1995; Norris y Kaniasty 1991; Savin-Williams y Cohen 1996; Slater 1993).
Uno de los estudios más ambiciosos en esta línea es el de Susan Rankin (2003), quien documentó
la percepción de personas LGBT en los campus a nivel nacional en Estados Unidos. Fueron 14
campus participantes (cuatro de instituciones privadas y diez de instituciones públicas), con una
muestra de 1.669 personas LGBT. Más del 70% de todos los estamentos encuestados percibieron
el clima social de sus campus como “homofóbico”. En contraste, el 90% percibió el clima social
de su campus para personas no-LGBT como “amigable”. De acuerdo a la realidad latinoamericana,
entre un 50% y 70% de escolares LGBT se consideran regularmente hostigados (Barrientos 2016).
En 2016, surge la Secretaría de Género y Sexualidades, agrupación de estudiantes de la
Universidad Católica dedicados al estudio y difusión de los temas y desafíos de la equidad de
género y la diversidad sexual. Para su lanzamiento, realizaron un estudio sobre percepciones de la
vida universitaria con respecto a temas LGBT, el que fue respondido por 575 estudiantes
provenientes de 41 programas de pregrado de nuestra casa de estudios y que arroja resultados
similares a los del estudio de Rankin. Adjuntamos el informe como anexo para su revisión.
Personas transgénero en contextos universitarios
Los estudiantes transgénero pueden ser de cualquier edad, etnia, clase u orientación sexual.
Algunos ingresan a la educación superior ya sabiéndose transgénero, mientras otros pasan por ese
proceso durante esta etapa. La transición de género es un proceso complejo e individual que
involucra un cambio de nombre, apariencia y cuerpo.
Muchos estudiantes transgénero experimentan aislamiento social y rechazo por parte de sus
familias y amigos (Pusch 2005). A su vez, sufren de múltiples desafíos adicionales producto del
ambiente social universitario, lo que implica dificultad en el acceso a tratamientos de salud y
recintos segregados por sexo (Beemyn 2003; Nakamura 1998).
A medida que la población transgénero adquiere mayor visibilidad en la sociedad chilena, los
servicios de apoyo y salud deben desarrollar el conocimiento y las herramientas para abordar sus
necesidades. Una encuesta realizada en la Universidad de Michigan a profesionales de asuntos
estudiantiles, incluyendo proveedores de salud, mostró que más de la mitad de los encuestados
reportó dificultades para atender las inquietudes y problemas de estudiantes transgénero (Gender
Identity Working Group 2003). En un estudio cualitativo de nivel nacional en Estados Unidos,
realizado a 75 estudiantes transgénero de pre y posgrado, se observó que solo cuatro de los
entrevistados reportó interacciones positivas con consejeros de campus (McKinney 2005).
Si bien comparten muchas de las mismas inquietudes que sus pares, los estudiantes transgénero
están más expuestos a problemas culturalmente específicos relacionados con el desarrollo de su
identidad de género, tales como el explicitar su orientación sexual a sus amigos y familia, enfrentar
ambientes sexualmente segregados, decidir si deberían transitar hacia el sexo opuesto, entablar
relaciones íntimas fuera de las identidades convencionales de lo femenino y masculino, ajustarse
a una nueva identidad social y sobrevivir al acoso y el hostigamiento (Ettner y Brown 1999; Gould
2004).
La literatura sobre estudiantes transgénero muestra que estos están sujetos a mayores niveles de
marginalización, discriminación y hostigamiento que los estudiantes no-transgénero (Rankin
2003). El estrés económico y social que los estudiantes transgénero experimentan como resultado
del rechazo familiar, la violencia y el hostigamiento puede llevar a depresiones, estrés
postraumático, ansiedad, abuso de drogas y suicidio (Dean 2000). Estos problemas de salud mental
pueden afectar el rendimiento académico de los estudiantes transgénero, haciendo aún más
importante su acceso a servicios de consejería y apoyo psicológico.
V. Experiencias comparadas
Muchos estudiantes LGBT esconden partes significativas de su identidad de pares y otros,
aislándose social o emocionalmente de su entorno. Estos desafíos implican ir más allá de
programas individuales o construir una mera ‘tolerancia forzada’ hacia las personas LGBT.
Diversas instituciones han realizado reformas estructurales para dar cabida a la diversidad sexual,
como la creación de centros de recursos e informaciones LGBT, programas de apoyo especial y
reconocimiento oficial a iniciativas de estudiantes LGBT. Otras han incluido iniciativas educativas
inclusivas para la capacitación y orientación del personal administrativo y académico, integrando
problemas LGBT en el currículo3.
Fundada en 1789, la Universidad de Georgetown es la institución católica de educación superior
más antigua de Estados Unidos y de gran prestigio nacional e internacional, contando con figuras
como Bill Clinton entre sus egresados. En julio de 2013, el New York Times4 cubrió sus políticas
de inclusión LGBT como ejemplo de avance en universidades confesionales, destacando que
hace no mucho, las relaciones entre la universidad y sus estudiantes homosexuales eran
tensas. En 1980, los estudiantes tuvieron que interponer una demanda para recibir los
mismos privilegios para sus organizaciones. En 2007, irrumpieron en Healy Hall
protestando por lo que ellos percibieron como inadecuadas respuestas a incidentes antigay.
Y, en 2008, una encuesta mostró que el 61% de los estudiantes consideraba que la
homofobia era un problema. Ese año, la administración comenzó a tomar carta en el asunto,
abriendo un centro de recursos LGBTQ con un personal a tiempo completo.
En 2004, la Universidad de California-Berkeley, estableció un importante precedente al reformar
su cobertura de salud para que esta incluyera tratamiento hormonal, psicoterapia y cirugía para sus
empleados transexuales y sus conyugues e hijos. Esta institución también ha desarrollado diversos
espacios y recursos para estudiantes LGBT, incluyendo uno dedicado a la salud de sus estudiantes
transgénero5.
Tal como lo demuestran las medidas tomadas por el Ministerio de Salud y la Superintendencia de
Educación en los últimos años, la adopción de una nueva identidad por parte de personas
transgénero – y su debido reconocimiento- es fundamental para alcanzar el respeto y autoestima
que la dignidad de las personas requiere. En esta línea, muchas universidades de Estados Unidos
han adoptado medidas para que el nombre social de las personas sea reconocido en documentos y
procesos oficiales de las instituciones6. Estas políticas han sido reconocidas y alentadas por el
Departamento de Educación de Estados Unidos, el que en 2016 emitió un informe de buenas
prácticas para la inclusión de estudiantes transgénero7.
En nuestra región, destaca la experiencia de la Universidad de Buenos Aires, cuya Facultad de
Letras y Filosofía aprobó en 2010 medidas para el reconocimiento de la identidad de género de
sus estudiantes.

3
Ver, por ejemplo, National Consortium of Directors of LGBT Resources in Higher Education: www.lgbtcampus.org
4
Ver nota completa en http://www.nytimes.com/2013/08/04/education/edlife/how-georgetown-became-a-gay-
friendly-campus.html. La traducción del fragmento es de autoría propia.
5
Ver https://uhs.berkeley.edu/pride y https://uhs.berkeley.edu/trans
6
Ver https://www.campuspride.org/tpc/records/
7
Ver www.ed.gov/oese/oshs/emergingpractices.pdf.
A esto se suma el reciente acuerdo de la Pontificia Universidad Católica de Perú, cuyo Consejo
Universitario resolvió la adopción de una serie de propuestas de inclusión y no-discriminación
resumidas en cuatro puntos:
I. Sensibilización de la comunidad universitaria
II. Acceso e idoneidad de los servicios
III. Respuesta ante situaciones de discriminación entre estudiantes, docentes y personal no
docente que trabaja en la PUCP
IV. Formación Curricular
En Chile, las universidades han comenzado a adoptar medidas similares. Destaca, por ejemplo, el
decreto “Mara Rita” del Instituto de Administración Pública de la Universidad de Chile, que
permitirá reconocer el nombre social de las personas en documentos y procesos oficiales de esta
institución. Sus artículos son:
ARTÍCULO 1º.- Establecer que todas las dependencias académicas y administrativas del
INAP deberán, en toda circunstancia y siempre que ello corresponda, respetar la identidad
de género adoptada o autopercibida de cualquier persona que estudie o trabaje en esta
Unidad Académica.
ARTÍCULO 2º.- Arbitrar los mecanismos necesarios para que desde la Secretaría de
Estudios, Coordinación de asuntos estudiantiles, unidad de alianzas externas, secretaría
Docente y administración general, en el marco de la legislación vigente y respetando la
normativa intra-universitaria de rango superior a la presente Resolución, hagan constar,
siempre que ello resulte posible, en los padrones electorales, trámites internos, citaciones,
memorandos, registros, listados, notas, actas, pre-actas, constancias de asistencia, partes,
entre otros, el nombre autopercibido o identitario del estudiante, trabajador docente o no
docente que así lo requiera en forma expresa ante cualquiera de las Secretarías arriba
nombradas, manifestando ello por escrito y haciendo constar en el mismo que ése es el
nombre que considera representativo de su identidad, solicitando en el mismo acto que en
los trámites arriba aludidos, los docentes y autoridades académicas y administrativas de la
Facultad, consignen su nombre identitario y número de Legajo.
ARTÍCULO 3º.- Instar a los docentes y autoridades académicas y administrativas de esta
Casa de Estudios al cumplimiento estricto de lo establecido en el Artículo 2º de la presente
Resolución y, al uso de baños y camarines que la persona sienta necesario.
ARTÍCULO 4º.- Solicitar al Consejo y Senado Universitario que adopte medidas similares
en pos de garantizar los derechos de identidad de género, que correspondan a su
competencia en los trámites pertinentes.
ARTÍCULO 5º.- Regístrese, comuníquese al Consejo Universitario de la Universidad de
Chile, comuníquese a todas las dependencias académicas y administrativas del Instituto de
Asuntos Públicos y de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, publíquese el contenido
de la presente en cartelera y en el campus virtual, y cumplido, elévese a la Universidad de
Chile.
Por su parte, la Universidad de Concepción ha conformado una comisión de asuntos de género
multiestamental presidida por la profesora Cecilia Pérez Díaz, ex ministra directora del SERNAM,
quien delineó los objetivos de dicha instancia:
En primer lugar, visibilizar en la comunidad universitaria el hecho de que debemos
construir todos un estándar común de convivencia que se base en el respeto a las
diferencias, a la diversidad y a la dignidad de las personas sin distinción alguna de sexo o
de identidad de género. Esa es una primera cuestión que es cultural y una tarea a largo
plazo. En segundo lugar, a partir de las responsabilidades que la Universidad tiene:
formación, generación y divulgación de conocimientos, promoción de la cultura, una de
las tareas es cómo incorporamos la perspectiva de género transversalmente en lo que la
Universidad hace: la formación profesional, la conformación de los equipos, la
investigación y la vinculación con el medio y, en tercer lugar, cómo nos autorregulamos
dándonos formalmente protocolos de actuación, de resolución de conflictos, de
convivencia, para que situaciones de discriminación, maltrato, acoso, abuso, que tengan
relación con condiciones o categorías de género, no sólo no ocurran más en la Universidad,
sino que si ocurren las podamos resolver institucionalmente8.
La Universidad de Valparaíso estableció el año 2016 la Unidad de Igualdad y Diversidad9,
coordinada por la profesora de sociología María Angélica Cruz, quien explicó la iniciativa:
La creación de esta unidad tiene como fin hacerse cargo de desigualdades de género que
ya no son sostenibles y que la universidad como organismo público tiene que enfrentar.
Por eso el primer trabajo es hacer un diagnóstico para demostrar que existe inequidad de
género por medio de datos rigurosos que nos permitan demostrar cuáles son los lugares
donde hay más brechas que afectan a estudiantes, funcionarios y académicos. A partir de
eso, vamos a generar una política progresiva, con objetivos claros y medibles en el tiempo,
que vaya enfrentando de una manera institucional el tema.
Estas nuevas tendencias las confirma el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
y presidente de la Red de Universidades Públicas No-Estatales, Claudio Elórtegui, en una
intervención10 en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados:
En cuanto a la educación feminista, esto es un tema emergente que está cobrando mucha
fuerza y se encuentran trabajando en ella. Incluso algunas universidades del G9 ya tienen
un protocolo y en la PUCV están instalando una mesa triestamental para abordarlo.
No solo en el mundo de la educación superior vemos iniciativas de equidad e inclusión para
personas LGBT. El sector privado, junto con Fundación Iguales, lanzaron en 2016 una red de
apoyo y buenas prácticas conocida como Pride Connection11, con los siguientes propósitos:

8
Ver http://vrim.udec.cl/udec-constituye-comision-de-genero/
9
Ver http://www.uv.cl/pdn/?id=7731
10
Ver Acta Comisión de Educación Cámara de Diputados, sesión 4/5/2017
11
Ver https://www.iguales.cl/pride-connection/
1. Crear y promover un ambiente laboral inclusivo y diverso en las empresas de la red y
ser un ejemplo a nivel nacional.
2. Generar una red profesional LGBT+ y aliados/as que entienden y apoyan la diversidad.
Ámbitos temáticos que aborda Pride Connection Chile:
- Crear ambiente laboral inclusivo y diverso
- Generar atracción y retención de talento
- Crear una red de contactos y aliados que entiendan y apoyen la diversidad
- Promover, desde el nivel directivo, la diversidad e inclusión laboral
- Sumar esfuerzos y valores de cada corporación hacia la comunidad LGBTI y sus
aliados
- Concientizar sobre la inclusión de miembros de la comunidad LGBTI
- Crear lugares de trabajo donde los colaboradores LGBTI y sus aliados se sientan
seguros, valorados y respetados, permitiendo así que alcancen su máximo potencial.
- Conectar a todos aquellos interesados en fomentar el respeto a los derechos humanos,
el respeto a la persona y apoyar su desarrollo profesional
- Favorecer un entorno laboral seguro y libre de agresiones o conductas que demeriten a
cualquier persona con base en su orientación sexual y/o identidad de género
Hasta el momento, Pride Connection cuenta con el apoyo de Bloomberg, Walmart, Deloitte,
McKinsey, Quanam, Empresas SB, Pfizer, SAP, Sodexo Beneficios e Incentivos, IBM, Sodexo,
Groupon, Accenture, Schneider Electric, Scotiabank, The Boston Consulting Group y Finning
Chile. Además, como “empresas observantes”, se ha sumado BancoEstado, Cencosud Tiendas por
Departamento, Entel, BCI y GE.
VI. Propuestas
A raíz de lo expuesto, como FEUC proponemos:
1) Realizar un estudio sobre percepciones de riesgo y pertenencia institucional en estudiantes
LGBT de la Universidad Católica
2) Revisar las políticas de Salud Estudiantil y analizar su adaptación a necesidades de
estudiantes LGBT
3) Elaborar políticas de inclusión focalizadas en necesidades de estudiantes LGBT, velando
por su integración a la comunidad y el aprovechamiento de oportunidades en distintas áreas
(academia, pastoral, bienvenida de novatos, deportes, etc.)
4) Modificar el sistema de registro, permitiendo el uso del nombre social en miembros de la
comunidad para efectos de documentación y otros procesos oficiales en la Universidad
5) Realizar una campaña de sensibilización para todos los estamentos de la Universidad
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