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LUIS WEINSTEIN
Editor
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© Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago de Chile, 2006.
Viviendo la poesía. La visión poética de la cotidianidad y
del cambio cultural.
Inscripción Nº 157.792
ISBN 956-8024-41-7
Foto de portada: Margarita Ovalle.
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Tabla de contenidos
Palabras de bienvenida:
La Dimensión Poética de la Vida
Luis Weinstein 7
Grupo Sueños.
Médicos escritores chilenos 101
Biografía CreArte
Hanne Marcelo 117
Caminata
Jaime Hales 127
Vida y Poesía
Jaime Valdivieso 145
3
La Tierra Baldía: Memoria y Desvanecimiento Poético
Jorge Osorio Vargas 151
La Poesía de la Vida
Luis Weinstein 177
San José
Marina Zolotoochin 229
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DEDICADO
5
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Palabras de bienvenida
La Dimensión Poética de la Vida
Luis Weinstein
Este libro es una invitación, que quiere ser amable, a sentir y a pen-
sar sobre la relación entre poesía y vida. No creo estar en desacuerdo con
ninguno de los autores en suponer que, dentro de nuestra diversidad, que-
remos la poesía, y deseamos que la vida sea más poética.
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Este libro es una pequeña contribución para la gran tarea, ética y
poética, de integrar al ser humano consigo mismo, con el otro, con los
otros, con la naturaleza, con el ser con el trascender. Un libro de propues-
tas y testimonios, escrito para empezar o seguir conversaciones.
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Había una vez…
Anita Isla
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Felices aquellos que tuvieron la oportunidad de escuchar junto a un
fogón estas narraciones, formando la vida de su alma con estos alimentos.
Si de niño uno no tuvo esta posibilidad, como adultos debemos buscar la
llave para abrir estos cofres maravillosos. Debemos ser perseverantes en
esta búsqueda, ya que se debe desarrollar en nosotros el órgano para com-
prenderlo. Lo mejor es leerlos una y otra vez a la espera de que las imáge-
nes empiecen a mostrarnos “el camino”, nos ayuden a resolver los enig-
mas del mundo, el sentido de la vida sobre la tierra y la meta del hom-
bre y del universo.
Cuentos como: “La caperucita roja”, “La bella durmiente del bos-
que”, “La Cenicienta” ,“Los ducados caídos del cielo” etc.., cuentos de la
recopilación de los hermanos Grimm que nos pueden iniciar en esta
ruta imaginativa.
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rosos, capaces de entregar todas las riquezas obtenidas en esta encarna-
ción a los hombres en devenir?, ¿no es nuestra tarea sacar de nuestras
arcas los ducados de oro y regalarlos para hacer de este mundo un me-
jor lugar para vivir?
Las tres transformaciones del joven que debió primero ser cestero,
culminan con el matrimonio; desposa a la más bella de las mujeres. Con
este matrimonio el yo conquista la libertad, sus vestiduras metamorfoseadas
ahora se muestran puras y transparentes, el amor que surge tras un largo
camino de sufrimientos deviene en la unión de estirpe real, alma y espíritu
se unen dejando atrás las envolturas que los atan a la tierra.
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Creavisión
El trabajo humanizador de un colectivo juvenil
Síntesis Preliminar
Creandovisión
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de la Universidad de Valparaíso y de la carrera de Diseño Gráfico de la
Universidad de Playa Ancha. En este grupo participan tanto personas que
inician su formación académica, como estudiantes en práctica. En la Fa-
cultad, los estudiantes de las distintas carreras de salud se reúnen casi ex-
clusivamente en instancias académicas que obedecen al modelo biomédico
de formación de especialistas de rubros delimitados. Las iniciativas que
fomentan la integración, participación y discusión de temas comunes son
excepcionales.
14
yor compromiso de los integrantes, quienes cada vez más se hacen respon-
sables de sus proyectos. Los que inicialmente fueron más pasivos co-
mienzan a crear sus propios proyectos y los gestionan apoyados por el
colectivo.
Los protagonistas
Creavisión…
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te tres meses. Desparecieron compañeros y profesores de la Escuela de
Medicina, amigos y funcionarios de los hospitales, médicos y no médicos.
Él mismo llegó en el primer avión de exiliados políticos a Frankfurt am
Main en Alemania. Allá, terminó sus estudios, ayudó a conformar una red
de apoyo importante en ayuda para los asilados chilenos, y luego, en la
ayuda internacional para Chile en dictadura. Mi Mamá, Rose Marie, lo
siguió en 1974, terminando sus estudios de Odontología en la universidad.
En la medida que pasaron los años, Chile se alejó para mí, era ale-
mana, iba al colegio, participaba de todas las tradiciones alemanas que se
celebraban cada año de mi infancia: la Navidad y todos sus ritos, la Pascua
de Resurrección. Conocí otros países, mis padres viajaban a menudo a Ita-
lia porque les traía recuerdos de Chile.
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Apareció la idea de volver a Chile. Fue como un terremoto; por fin
tenía identidad alemana, y de esa ciudad, con amigos, viviendo cam-
bios propios de la adolescencia, pero con raíz clara y definida; ahora
debía partir…
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verdaderamente en el Chile de los años noventa.
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Ya me sentía con el primer gran logro en el bolsillo, la entrada a la
carrera de medicina, a pesar de las dificultades de idioma y las diferencias
culturales. Hay un ambiente más distendido que en el colegio. La gente es
más amplia de criterio, mis compañeros provienen de distintas ciudades,
de distintos hogares, tienen historias diversas, el prejuicio no existe en un prin-
cipio. Sentí mucha potencialidad, acá soy libre, libre de la historia con la cual
tuve que cargar en el colegio y que me cortó alas, relaciones, posibilidades.
Logramos hacer un trabajo con los niños que duró dos años. En ese
tiempo, la esposa de un profesor de Anatomía se me acercó. Sabía de nues-
tro proyecto gracias a las campañas que hacíamos al iniciar las clases, so-
licitando apoyo también a los profesores para nuestro proyecto en el hogar.
Alexandra es psicóloga y me propone un trabajo conjunto. Iniciamos un
taller de desarrollo personal para los alumnos que participasen del trabajo
con los niños del hogar. La idea era evitar la deserción, lograr elaborar las
vivencias con los niños abandonados, trabajar lo grupal. Logramos mante-
ner el grupo hasta que nos sobrepasó la exigencia académica, los compañe-
ros comenzaron a optar por el camino académico, el grupo se agota con los
viajes a Playa Ancha; las tardes largas y el currículo pesado.
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Me interesa mucho el trabajo con niños de la calle, leí varios libros,
y encuentro colaboraciones entre Chile y Alemania. Con Sergio, nuevo
amigo, queríamos seguir trabajando. Nos dimos cuenta que el grupo se
hacía insostenible, las reuniones cada vez más desérticas. Decidimos cam-
biar de lugar, queríamos trabajar con niños que vivieran en sus casas, ele-
gimos una toma de terreno en Viña del Mar. Íbamos de a cuatro durante
todo el 2001 a la toma. Dirigíamos un taller de Hip Hop con baile y taller
de dibujo para los más pequeños. Entablamos una buena relación con los
niños, eran cerca de veinte, entre 5 y 21 años.
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las diferentes inquietudes que existían, salió la idea de reunirnos, sólo
para potenciarnos y apoyar proyectos para la obtención de computado-
res, un espacio para los estudiantes, apoyar a la poesía en el hospital y
el taller de HipHop.
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tamos a personas del Colegio Médico, de los servicios de salud, del Con-
greso Nacional, para que nos explicaran el Plan AUGE, de reciente apari-
ción y discusión en boga. La hora de almuerzo de aquel día atrajo, por
primera vez en los últimos años, a más de 250 personas. Sólo la exhibición
del “Rey León” había logrado tal asistencia de público. Las autoridades se
sorprendieron, se comenzó a preguntar por los organizadores, todos res-
pondimos: “Fuimos nosotros, el Colectivo Cultural Creavisión”.
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Paralelamente al proceso colectivo, a consolidarnos como grupo de
referencia, en el cual nuestros tiempos libres se llenaron de personas y
actividades del grupo, reuniones y tareas, faltamos a clases y dejamos estu-
dio de lado por Creavisión. Yo seguía tejiendo vínculos con Lucho y sus
redes. Después del primer ciclo de tertulias, ya se convirtió en uno de los
amigos de Creavisión.
…las caracolas.
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Muchos escritos comienzan con un contexto general, con una defi-
nición… quizás una base concreta desde donde explayarse….debo admitir
que me resulta imposible; para mí, la base de estas letras no pueden ser
sino la sensibilidad y el instinto.
…las sonrisas, las risas, las miradas, el cariño por el brillo en los
ojos de quien está en frente o al final de un pasillo, o a kilómetros de
distancia….las complicidades, las críticas como caricias, el abrazo de quien
te conoce, el encuentro y desencuentro en el diálogo… la emoción por el
otro, el aprendizaje en el compartir del otro vivido…del otro que espera y
sueña….de los creavisionarios…
Desde que tengo memoria he sido del hacer, del participar. Lo más
antiguo que recuerdo es estar, como a los 7 años, recitando un poema fren-
te a todo mi colegio; lo cual ahora me parece muy significativo, conside-
rando que la poesía fue mi primer acercamiento a Creavisión. Con los años
siguió el deporte, el teatro, las peñas y la danza, los cuales siempre me
hicieron sentir plena, porque me significaban convivencia, trabajo, un pro-
ceso que iba más allá de mí, y que generaba un producto colectivo, una
nutrición de la cual no era muy consciente. No es extraño entonces, más
que haber llegado, haberme quedado en Creavisión.
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porque veo una inercia en las acciones del resto, un dejarse llevar por lo
que los rodea (lo cual no siempre me es ajeno), y que en general no com-
prendía. Sin embargo mi desesperanza no es en la esencia de lo humano,
sino en el contexto que puede mitigarla. Puesto que, así como me parece
que es inherente al ser humano, también creo que esta motivación esencial
es un potencial que requiere de una retroalimentación, de un convivir con
los otros, de un convivir con uno, de aceptación y curiosidad, de crecer en
las motivaciones comunes y diferentes …. de construir.
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en “fiestas de la salud” compartiendo con la comunidad; en Isla Negra
reflexionando, conociendo, conociéndose; en ciclos de cine ofreciendo a
los estudiantes sumergidos entre libros, clases y hospitales, un respiro, un
escape, una alternativa distinta un momento para sí mismos; en una revista
jugosa en la que todos pueden escribir lo que se les ocurra. En fin no sé
definir qué es Creavisión, solo sé que está en todos lados, que tiene inago-
tables ganas de hacer cosas nuevas, o simplemente, hacer cosas.
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y a la dimensión poética de la vida por defecto, porque sencillamente se
vive poéticamente o no se vive. Creando y siendo visionario. O al menos
intentándolo a diario, perramente.
Fue una tarde en Cuarto año cuando comenzó el plan. La idea: una
bienvenida diferente, participativa, creativa, o al menos entrete. La gente
se fue sumando en el camino con mucho entusiasmo, aportando ideas, de-
jando por algún tiempo su rol de estudiante receptivo por el de un universi-
tario participativo.
Así nació “el viaje” como una bienvenida no-violenta a los alumnos
de primer año, con música, disfraces, maquillajes y mucha improvisación.
Fue un éxito total, los estudiantes emocionados, todos felices y mezclados,
perdiendo los inútiles límites entre cursos o edades. Lo último que recuer-
do somos todos nosotros, bienvenidos y bienvenidores, saltando del esce-
nario gritando nuestro propio nombre sobre el aplauso de la multitud.
Luego hubo tanta energía en este grupo de personas que una parte
se constituyó en lo que ambiciosamente nombramos Colectivo Cultural
Creavisión, con una organización transversal, no jerárquica e independien-
te de todo interés partidista o particular. Nos juntamos porque queríamos,
así de simple. Nunca tuvimos cargos ni estatutos, nunca los necesitamos
tampoco.
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Alrededor de cinco años de actividades culturales, encuentros de
reflexión, diálogo y debate de temas universales, lecturas poéticas en los
hospitales de nuestra región, preuniversitario solidario autogestionado,
zancos, capoeira, política y juego, fueron el resultado del trabajo y los sue-
ños aunados de un grupo heterogéneo de personas, en su mayoría jóvenes
estudiantes universitarios del área de la salud que generaron lo que creo es,
en realidad, Universidad. En este colectivo, por definición no excluyente,
participaron activamente académicos y administrativos dando apoyo vo-
luntario a las iniciativas de los alumnos.
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Nos enlazamos por motivaciones
o explosiones de energía, Fé
AMOR y más, en planos y no planos.
Sueños de una imaginación
más “voluntades traducidas” (acto)
se complementan en la Armonía.
El tiempo es vida desde ese latido
¡Felicidad porque estamos unidos
y la intención es la Evolución!
“No Quiero, a los veinte años, sentir que la mejor época de mi vida ya
quedó atrás” dije aquella noche fundante. Una invitación de marcalibros en papel
de color, escrita con lápiz metálico, con una caracola dibujada al final. La seguí
pasando, como siempre, pero insistía en volver a mis manos. Cosas que pasan.
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Despertando de tiempos oscuros, en aquellos días. Y, ciertamente,
Creavisión me ayudó a despertar. Un respiro fresco de mañana húmeda por
el rocío, desvestirse de la apatía, y de esa extraña sensación de ir a contra-
pelo, que el estudio de la medicina me inspiró durante tanto tiempo. La
sonrisa llena de Alejandra, los lengüetazos de saludo de Fanny, los ojos de
poesía de Sergio, las conversaciones parsimoniosas con Darío, el rabioso
contacto de Beatriz, la profunda tranquilidad de Violeta, la gracia inteli-
gente de Paulina, la dulzura inacabable de Lily, la eterna disposición de
Claudia. Luego vino el trabajo, tan embebido de la sensación de hacer algo
útil con mi energía. La transgresora opción por el hippismo de la
horizontalidad y el compromiso sin más que los propios límites, al
consensuar la promesa de no escribir ningún documento de organización,
de especificación de principios.
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hacia el colonizador Inca, Tierra de Promaucaes. Pueblo chico y ventoso,
en que cada paisaje es mi hábitat más íntimo, cada cerro tiene mis cami-
nos, cuentos y canciones. Mi familia entera, amplia y cariñosa, habita en
esa tierra y es parte de ella. Decir que el pensar poético está en mí sin
razón objetivable, sería lo más franco quizá, pero muy egoísta olvidar mis
raíces en la lluvia y el viento, en el campo y el bosque, en el río y el mar y
en mi familia que me abriga como un manto de oveja.
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desaparecieron las contradicciones
desapareció lo hermético y se hizo líquido
lo lejano se hizo consecuente,
lo constante inherente,
lo más complejo fue el otoño con su coreografía de hojas volando
perfectas
y sus bordados amarillos
y sus nubes fosforescentes,
lo más simple el beso que me diste en la mañana,
antes que saliera el sol,
cuando todavía andaba en los sueños.
La evolución es el retorno,
a la casa, a la tribu, a la comunidad
lo sagrado está en el trabajo y en cada esquina de este universo
círculo
en cada mano abierta está la Magia
y en cada aliento va la Vida
y respiramos,
sin darnos cuenta,
al unísono
porque la conciencia se hizo inconsciente
y la labor un juego,
todo se confundió,
con la música del universo,
en la danza del Amor.
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en honor al regreso a este mundo “primitivo”.
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importantes en el colectivo, el Crear opciones que los estudiantes o cual-
quier participante puede tomar o dejar voluntariamente. Artistas, profeso-
res, escritores, políticos, profesionales; todos individuos que convergen en
la potencialidad de marcar la diferencia en su entorno, de potenciar la pers-
pectiva ecológica desde la subjetividad y la conciencia plena. Cada uno
responde a sus fueros internos y conforme a estos ritmos, se compenetra
con otros, partiendo desde lo individual a lo comunitario, donde se encuen-
tran las motivaciones dispares y las acciones integrativas.
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llenen el muchas veces peligroso vacío que la medicina alópata ha genera-
do. El progreso tecnológico ha logrado un nivel de precisión en el diagnós-
tico de la enfermedad humana que es histórico en nuestra civilización. Sin
embargo, y como síntoma innegable del confuso síndrome en el que se
debate la sociedad actual, este progreso no ha sido a escala humana.
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andar, dejar todo y largarse para luego sembrar en otros lugares. Dejar
soluciones y nuevos problemas antes y después de ser, de estar, de pertene-
cer y aprehender. Dejar ser lo que será una vez liberado y permitirse amar
con hondor todo lo amable y lo existente.
Y las ideas de cerrar la puerta por fuera más de alguna vez estuvie-
ron, pero convencida de la dulzura de los sabores agrios y los caminos
paralelos, es cuando comienzo a unir. Este proceso tan lento, que aunque
fuera a ciegas, cualquiera con el corazón vivo reconocería como válido.
Cada fibra expectante, consume distancia y energía. Deambula en ritmos,
algunos sensuales, otros ácidos, que buscan queriendo unir.
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manos que querrán comunicarse. A veces sólo para encontrar la confianza
de un lugar tibio, otras el lugar de desarrollo.
Sin título
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las ganas e ideas, el conjunto de ojos y soles, ese creador de mundos para-
lelos, que todos somos. Me sucede así, me cala hondo, me hinca los dientes
con un frenesí indecible. No es sino emoción; no es sino poesía.
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Una búsqueda a través de la poesía
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Años con movimiento, un taller de hip-hop, en un hogar en playa
ancha, Alejandra con su fuerza y su silencioso liderazgo poderoso, de nuevo
otro taller de hip-hop ahora en una toma de terreno, trabajando con niños,
creciendo al lado de mi amiga Alejandra, la Viole, la Paulina, acostumbrándo-
nos a esto de compartir, vivencias, actos, emociones…penas y frustraciones…
Así llegué, así varios llegamos, por voluntad propia, con una fuerza
invisible que no puedo explicar con palabras, entramos… en una sala, en
un corazón, en una historia.
Me sorprendí un día, del año 2002 cuando por primera vez entraba
a una sala, llena de personas “enfermas”, no para preguntar por un sínto-
ma o tomar la presión. Abrí un libro, tímido me sentía observado por esos
ojos que me recordaban el lamento, el miedo, sólo cosas obscuras, eso era
para mí la sala de un hospital, un ambiente hostil lleno de dolor donde
teníamos que aprender a ser médicos. Fue curioso: empezamos a leer y
pese a los gemidos de alguna ancianita moribunda, pese a esas miradas tan
duras, el aire se ablandó, algo cambió alrededor nuestro y en nosotros
mismos, mi corazón poco a poco comenzó a palpitar tranquilo como si
cada palabra llevara un pedazo bueno y desconocido de mí mismo, enton-
ces se escucharon otras voces, y otros poemas, más miradas diferentes, las
nuestras más tranquilas, las de ellos más atentas y frescas. La tensión des-
apareció y hubo quien habló de su soledad o quien contó los muchos meses
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que ya llevaba en ese encierro, aquella que sacó la foto de su hijo y lo
enseñaba orgullosa, o ese hombre emocionado que te apretó la mano al
despedirse mirándote fijamente, también aquella señora que no entendía
cómo un grupo de jóvenes podía perder el tiempo con unos viejos en un
rincón oscuro de un hospital. Surgieron historias, quejas, cuentos, fragmen-
tos de poetas olvidados, viejas canciones y melodías que juntas se tomaron
uno que otro rincón gris, uno que otro pasillo frío, y al despedirnos, otras per-
sonas tan distintas nos decían adiós, florecidas desde su dolor, compartiendo
una intimidad, dejándonos llevar parte de su karma en nuestros corazones an-
siosos, embriagados de tanta apertura, de tanta sencilla y profunda sinceridad.
Y todo eso estaba allí debajo de esas sábanas sucias, en el alma del cuerpo
enfermo que se sale por todos los poros para ser escuchada.
Con el paso del tiempo nuestra relación con la poesía o con lo poé-
tico se hizo más intensa; en lo personal impregnó todo en mi vida, mi
relación con los pacientes, con mis amigos, con mi familia, como mi pro-
pia forma de ver la vida; era la primera vez que dos cosas -que me pare-
cían tan opuestas- mi secreto espíritu poético por un lado y mi vocación
por ayudar y luchar por el otro, encontraban una comunión maravillosa y
tremendamente sinérgica.
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Me pusieron por nombre Vicky por mi mamá que se llama Victoria; Andrea,
porque le venía (sin comentarios)… Araya Saavedra porque son el apelli-
do de mis progenitores (mis papás).
El Delirio de Vivir
Quería saber quiénes eran realmente, qué hacían, hacia donde iban,
así que me senté a su lado y oí y vi, pero sobre todo sentí, nada común, era
algo agitado y vertiginoso que me impulsaba, que me mantenía, que me
abría a los matices cotidianos y de pronto, caminé casi sin darme cuenta, a
“la negra”, y una vez más escuché, vi y sentí.
Ella me ha demostrado que las cosas pequeñas son las más grandes,
que el abrazo fuerte de uno es más que suficiente, que el silencio dice más
que mil palabras, que libertad no es más que una gran palabra si no la
sientes y que si no hago al menos una locura diaria enloquecería”.
Hace una semana estuve en la casa de ese particular amigo que nos
convoca. Todos leyeron sobre lo que para ellos es “Creavisión”, yo sólo
42
presenté este escueto escrito sobre la curiosidad…ahora algo más hace
“click” en mi cabeza, y es querer compartir la experiencia desde éste pun-
to, desde el punto de alguien que todavía no vive y que, aún así, cree tener
cosas que contar.
Tengo el privilegio de ser persona y una que goza de los cinco sen-
tidos básicos, dos pie y dos brazos…hay tanto por ver y conocer…oir y
tocar, que anclarme a una sola cosa a estas alturas casi parece un crimen
y una traición a uno mismo. No hay mejor muestra de que estamos vivos
que crecer.
A mis 21 años creo con firmeza que vivir es un delirio, que no hay
mejor sensación y, que quiero ser el testimonio de mi vida.
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Como frase final me gustaría dejarles el lema de una película que
pude ver hace poco, llamada “Habana Blues” que dice: “vivir es elegir”.
La poesía hospitalaria
Donde a veces ayudar resulta tan fácil: hay que ver cómo se ilumi-
na el oscuro y arrugado rostro de un anciano al saludar con una sonrisa y
cómo se alivia el dolor con una mano acogedora en el hombro y una mira-
da que escucha.
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poesía, y que ella nos guíe por esos caminos recónditos de estos ángeles
que sufren, a quienes llamamos pacientes, que de otra manera no podría-
mos transitar. Pasa a ser la poesía un medio… no un fin. Como lo es tam-
bién la risa, el cariño.
45
(Un dato; no está basado en evidencias, pero yo creo que es una
verdad en medicina cuánto nos pueden enseñar nuestros pacientes. Sobre
todo a nosotros, los más jóvenes).
Nuestro Proyectos
Las Tertulias realizadas entre los años 2002 y 2003 nacieron como
una necesidad de enfocar varias y diferentes miradas sobre lo humano,
para demostrar lo importante de alcanzar una visión multidisciplinaria de
ello en un mundo que, a pesar de su complejidad, se somete a reduccio-
nismos.
Poesía Hospitalaria
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Preuniversitario Solidario
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Ciclos de cine en la Facultad de Medicina
El muro disidente
El Viaje
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gritando su nombre mientras el público conformado por alumnos de distintos
años de la carrera, los recibe con unos aplausos y gritos.
Fiesta de la Salud
Revista Trepanada
Proyecto que nace a fines del año 2005, comandado por un par de
49
alumnos de primero y cuarto año de la escuela de medicina desde la fuerza
motivadora de una escuela abúlica, poco participativa, sin espacios para la
expresión de la diversidad propia del individuo, nace esta revista, profun-
damente abierta, donde el único límite es la tolerancia al otro; de allí la
diversidad de las publicaciones: poemas cuentos, ensayos, textos; acom-
pañada de la participación integrativa de otras carreras, como Enfermería,
Obstetricia y Kinesiología, le dibujan un rostro por primera vez Universi-
tario a una “Facultad de la Salud”, con opinión, con crítica, con participa-
ción. Actualmente va ya en el cuarto número, el último publicado reciente-
mente en mayo 2006.
Nuestras Reflexiones
50
bajar en un equipo multidisciplinario de manera igualitaria respetando al
otro y su particularidad que nutre lo general desde la diversidad. A partir
del aprendizaje entre pares y la crítica hacia el modelo de sociedad que
propone hoy día la academia formal en nuestro país.
51
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Sueños y fascinaciones:
El camino propio
David Molineaux
Había una vez un reino lejano, gobernado por un rey justo y sabio.
El reino sufrió el ataque de un ejército enemigo... Para garantizar la segu-
ridad de su joven hija, el rey la manda a un castillo distante.
53
mos una orientación, algún hilo conductor que nos guíe. Y los razonamien-
tos de nuestra mente consciente no son suficientes para señalarnos el cami-
no acertado.
Encanto y destino
54
ponerle nombre. Pensemos en el caso de un joven o una joven que empieza
a vivir la adolescencia. Descubre toda una gama de vivencias y sentimien-
tos nuevos, pero a veces transcurren años antes de que se dé plenamente
cuenta de lo que le está pasando.
Los cambios más obvios tienen que ver con la maduración física y
el despertar sexual, pero simultáneamente suceden muchas otras cosas.
Empieza, por ejemplo, a sentir la necesidad de más independencia, de ex-
presar puntos de vista propios y tomar decisiones que en años anteriores
habrían correspondido a sus mayores. Ni siquiera puede explicar los brotes
de rebeldía que de repente alteran su relación con los padres o los profeso-
res. A la vez, le empiezan a interesar nuevas actividades y temas; se alteran
incluso sus preferencias musicales y su sentido del humor.
1
C.G. Jung, Memories, Dreams, Reflections, recorded and edited by Aniela Jaffé (New York:
Vingage Books, 1965), p. 248.
55
nuestro entorno, hay niveles de presencia en el mundo que nos abren a
vastas dimensiones de la realidad a las cuales la mente consciente sólo
tiene acceso indirecto.2 En los niveles más profundos de nuestro ser, y en
nuestros genes mismos, hay impulsos emergentes que nos invitan a la am-
pliación continua de nuestros horizontes.
Dejarse desviar
2
Gerda Verden-Zöller, «El juego en la relación materno-infantil,» en Humberto Maturana
R. y Gerda Verden-Zöller, Amor y Juego, fundamentos olvidados de lo humano (Santiago:
Instituto de Terapia Cognitiva, 1993), 81-2.
3
Brian Swimme, El Universo es un dragón verde (Santiago: Sello Azul, 1997), 91.
56
«No tengo ningún talento especial», dijo Albert Einstein una vez, «lo que
tengo es una curiosidad apasionada”.
Tu encanto es tu servicio
Quienes prestan el servicio más grande al mundo son los que siguen
sus anhelos profundos. Cuando caminamos por los pasillos de algún hospi-
tal, universidad, o institución de beneficencia y vemos, colocada en algún
lugar destacado, la imagen del fundador o la fundadora, estamos viendo la
imagen de alguien que siguió sus grandes fascinaciones.
4
Phil Cousineau, The Art of Pilgrimage (Berkeley: Conari Press, 1998), 27.
5
Cita atribuida al escritor Frederick Beuchner.
57
Nuestro trabajo sólo tendrá sentido si está alineado con las hondas
corrientes que impulsan la evolución de la cultura humana, de la vida en la
Tierra, y del Universo mismo. Lejos de ser una actitud individualista, la
disposición a seguir el encanto asegura que nuestro trabajo se realizará en
consonancia con aquellas corrientes, las cuales sobrepasan nuestro «pen-
sar» consciente e incluso nuestra individualidad humana.
Inquietudes transformadoras
6
Cousineau, 26.
7
Ver Kate Wong, «The Mammals that Conquered the Seas,» Revista Scientific American,
Mayo 2002, 52-61.
58
Se habían aislado de los demás miembros de su especie en un me-
dio para el cual no estaban preparados ni anatómica ni síquicamente. Y ese
medio los fue transformando.
8
Dr. Tadeus Reichstein en el documental Matter of Heart, (C. G. Jung Institute de Los
Angeles, California, EE.UU, 1977), página 22 de la transcripción.
59
Es el encantamiento lo que ha inspirado a tantos hombres y mujeres
a la creación artística, a la investigación sistemática y a la exploración de
mundos nuevos.
Marcando el paso
Pensemos en una madre que juega con su hija pequeña: lo hace sin
ningún propósito específico. Obedece a los impulsos más naturales, go-
zando con el arrullo, los cantos y el ritmo del contacto entre los dos cuer-
pos. No piensa ni en el pasado ni en el futuro, está plenamente inmersa en
el presente. Pero sin jamás reflexionar sobre ello, está sentando las bases
de la autoestima de la niña, de su sentido de dignidad y su valor personal.10
9
Brian Swimme en la serie de videos Cántico al Cosmos, Unidad 10.
10
Verden-Zöller, 75-136.
60
Un futuro rigurosamente planificado es un futuro cerrado. Si nues-
tras metas están predefinidas con mucha exactitud, estamos intentando
construir el futuro sobre la base de nuestro nivel actual de conciencia. En
cambio, el encanto nos llama siempre desde más allá de nuestros horizon-
tes actuales.
61
Los ideales de antaño
Algo similar sucede con la adherencia a movimientos e ideales de
antaño: causas políticas, sociales, o religiosas que en su época fueron
nobles e incluso heroicas, pero que con el tiempo han ido perdiendo su
vigencia.
Vocación heroica
62
Esta fórmula mítica encierra una profunda verdad: que hay situa-
ciones en la vida en que sólo transgrediendo las instrucciones expresas de
los guardianes del orden, podremos empezar a vivir nuestra vida.
Dicho de otra forma: para seguir el encanto hay que ser más que un
poco porfiado. «¡Nadie me va a desviar de esto!» Es esta determinación,
esta persistencia, la que marca a los que a la larga logran prestar su verda-
dero servicio al mundo.
11
Joseph Campbell en diálogo con Bill Moyers, El poder del mito, (Barcelona: Emecé Edi-
tores, 1988), 175.
63
En el fondo, seguir el encanto es seguir el camino del héroe o la
heroína, esa figura que deja su casa y sus seguridades para emprender una
aventura de descubrimiento y de transformación. Es vivir el verdadero des-
tino humano.
El buque tenía un día fijo y una hora de partida, por lo que los euro-
peos apuraron a los cargadores para asegurarse llegar a tiempo. Durante un
lapso de tiempo la marcha se aceleró, pero de repente todos los cargadores
se pararon. Se sentaron durante un buen rato, conversando tranquilamente
hasta que los viajeros, preocupados, les pidieron por medio de un intérpre-
te la explicación de aquella demora.
64
«Hay dos tipos de violencia moderna que son omnipresentes y que
muy fácilmente absorben las energías de la persona idealista: el activismo
y el exceso de trabajo. Destruyen los frutos de su trabajo porque matan la
raíz de la sabiduría interior que hace que el trabajo rinda frutos».12
Sin embargo, puede ser la hora más fructífera del día. En palabras
de Campbell:
«Pon una música que realmente te encante, aún cuando sea algo
que a nadie más le guste. O lee el libro que más te gusta. En tu hora sagrada
lograrás el sentimiento de comunión con toda la vida que tuvieron los pue-
blos primarios respecto del mundo entero donde vivían».13
12
Revista Earthlight, Primavera de 2001, 20.
13
Campbell y Moyers, 140-141.
65
Guerra y experiencia visionaria
En muchas tribus indígenas norteamericanas el adolescente era lle-
vado a un lugar aislado, como el bosque o las montañas. Se quedaba a solas
a la intemperie durante varios días, sin comer ni beber. El ayuno le provo-
caba un estado psíquico alterado, y el joven solía tener una visión, un en-
cuentro personal con algún espíritu-amigo, tal vez de un animal o un ave.
Cuando regresaba, los mayores emitían su juicio sobre esa visión y la in-
terpretaban.
Las visiones eran decisivas para la vida futura del joven: jamás se le
apartaría la compañía de su espíritu guardián, el cual le daba indicaciones
sobre múltiples situaciones prácticas en su vida. De no haber tenido visio-
nes, mal podía esperar ser un gran cazador, y mucho menos un buen gue-
rrero.14
14
Thomas Merton, Ishi (Santiago: Pomaire), 29-34.
66
de cine Julia Cameron insiste en que el tiempo a solas es esencial para la
creatividad. Sugiere hacer una cita con uno mismo: un par de horas una vez
a la semana para alimentar la imaginación. Se pueden utilizar para visitar
un museo o el mercado persa, ver una película antigua, caminar por la
playa, o simplemente practicar la «vagancia interior».15
Hay que alimentar los sueños. Sólo si los cultivamos, si les dedica-
mos tiempo, podremos dar pasos hacia su realización.
15
Julia Cameron, The Artist’s Way (New York: Putnam, 1992), publicado en castellano por la
editorial Troquel de Buenos Aires.
67
68
De la vida a la muerte y vice/verso
para sanar a través de la espiritualidad y la poesía
Eduardo Yentzen
Por ello fue una sincronía significativa encontrarme, tras los cin-
cuenta, con el libro de Óscar Hahn “Sin cuenta” poemas, donde algunos de
sus textos nos acercan tanto a la muerte que nos hacen sentir más vivos que
nunca. Tanto interrogan sobre el sinsentido de la vida que la llenan de sen-
tido. Así leemos:
69
suplico no disolverme en la nada
suplico conservar mi forma
de fantasma anterior al nacimiento
y asomarme sin cuerpo al mundo de los nacidos
a ver qué hacen, cómo viven y qué sienten
cuando comprenden que sus cuerpos
un día serán sólo ceniza
y no sabrán qué hacer ni a dónde ir
Entonces
yo los recibiré en mi casa y les diré:
Bienvenidos hermanos fantasmas
aquí están los espectros de los que aún no han nacido
sincérense con nosotros
dígannos si valió la pena nacer
dígannos si la vida tuvo algún sentido
o si ser o no ser da exactamente lo mismo.
Reloj de arena
70
de peldaño en peldaño viento pisas
casi vacío el otro vaso está
71
Mis múltiples muertes: apuntes de introspección
En mi historia personal creo haber iniciado mi vida sin/cuenta a los
dieciocho años, cuando decidí que no iba a hacer aquello que se había
programado para mí. Salí de lo que en esa época se llamaba “el sistema”. Y
comencé a buscar. Al vivir fuera del engranaje, sin sus plazos fatales, la
vida y el tiempo se viven de otro modo. La muerte también. La poesía, la
psicología y la espiritualidad surgieron para mí como caminos y promesas.
Creí en las promesas y seguí los caminos. A lo largo de mis sin/cuenta he
explorado la galaxia de mis personajes interiores, habitantes insolentes de
mi personalidad. Conociéndolos, amigándome con ellos, ayudándolos a
conocerse entre ellos. Juntos hemos ido comprendiendo la vida y la muer-
te. Recojo y escojo antiguos apuntes de introspección, de búsqueda de com-
prensión y significado, para compartirlos con los que se adentran más allá
del libreto. La terapia es poesía, es un acto de creación de uno mismo. La
poesía es terapia, fluye en ella la savia más profunda, en sus versos cons-
ciente e inconsciente coquetean, se abrazan, se desnudan, se funden, se
hacen uno.
72
gustos?, no le hago mal a nadie, no privo a nadie de nada, ¿por qué tiene
más valor satisfacer necesidades y gustos de otros?, ¿cómo sé si los demás
no llaman necesidades a sus gustos?, ¿a sus deseos? Soy ávido, ansioso,
porque siempre estoy carente, no recibo lo que necesito, lo poco que consi-
go tengo que aprovecharlo bien, no me vayan a quitar lo poco que tengo,
en cualquier momento puedo perderlo todo, al final, todo lo bueno es para
los demás. No me doy en el gusto porque es un signo de debilidad, una
evidencia de necesitar; es un derroche”.
73
me conecto, seduzco, complazco, evito afrentar. Y todo ello para tener a
quién acudir frente a la eventualidad de quedar en falencia, en carencia, en
necesidad, en abandono -económico y afectivo. Esta eventualidad la tengo
como un hecho posible y probable, como una amenaza real y vigente. Ten-
go un doctorado en descubrir la fragilidad, los vacíos, de todas las supues-
tas razones de la autoridad, de sus verdades. Entonces inconscientemente
me planteo: ¿por qué habría de estar libre yo de estos vacíos y sinrazones?,
¿cómo afirmar algo con certeza? Al mismo tiempo, anhelo esa certeza com-
pleta para liberarme de esta inseguridad atormentadora”.
74
“Dime a dónde ha ido y te diré de dónde vino”.
También ironiza en otro relato sobre los falsos místicos que decla-
ran poseer todo tipo de poderes. Un rey le dice que lo hará ahorcar si no da
prueba de las percepciones especiales que se le atribuyen. Nasrudin le dice
al rey que puede ver un pájaro de oro en el cielo y demonios bajo tierra.
Pero, ¿cómo puedes verlo?, le pregunta el rey. Miedo, le responde, es cuanto
necesito.
75
El humor y la poesía son dos poderosas herramientas sufi para des-
pertar al espíritu. “Los sufis creen que en el seno de la humanidad existe un
elemento, activado por el amor, que ofrece los medios de alcanzar la ver-
dadera realidad, llamada significado místico”. Esto está dicho en un poe-
ma de Omar Khayyam:
Idries Shah cita en su libro el poema The Kasidah, escrito hace más
de un siglo por el explorador Richard Burton, quien –sostiene Shah- era
sufi. De ese poema, la siguiente estrofa:
76
terio y al asombro que nos indican que el otro mundo existe, que en algu-
nos momentos más que en otros ha estado más vivo nuestro impulso a
buscarlo. Nos dicen que es difícil. Pero no nos resignemos.
77
no medio’, que fue el de realizar proyectos de contracultura que eran a la
vez proyectos de cultura alternativa. Y al mismo tiempo, busqué que ellos
me generaran una sobrevida material. Si ello se dificultaba, no me repro-
chaba apuntalar la sobrevida material en el sector ‘blando’ del sistema.
78
“Otro mundo es posible”
Fermín Estrella
1
Derrumbe y construcciones
2004
79
arribar a la estación primera
al impulso primero
a la búsqueda aún no presentida
y seguir removiendo
en el presente del presente
querer hacer de nuevo las historias
construirle las puertas a la nada
remover
las piedras
los restos
las cosas que se van
los desechos de lo que fue
sentir que todo
pasa a un nuevo estado de la materia
que “nada se pierde”
y “todo se transforma”
y “la relatividad es el estado del presente”
y en el infinito infinitesimal de lo pequeño
ver que surge de nuevo un universo
que atrae y que repele
algo que mantiene continuo al movimiento
a la partícula primera
al impulso inicial
al olvidado primer momento oscuro de la vida
al antes de la luz
a las tinieblas
y ser un átomo apenas
de lo antiguo
una partícula concreta de infinito
una penetración en la tiniebla primera
sentir que llegamos hasta el límite desconocido
o a un antes ignorado por la vida
a la danza anterior al mineral
a todo lo anterior a la materia,
y ver
ver sin la luz
ver en lo oscuro
una gota de tiempo que se infiltra
por dentro de la historia
sin manchar el presente pasajero
que limpia la intemperie
80
que lava la memoria
hasta dejarla casi transparente
y no hay nada dónde aferrarse
y recomienza la danza eterna de los átomos,
es un antes
y un después de las cosas primeras
vamos descendiendo en el tiempo
hasta los bordes del comienzo
donde la sombra comienza
a iluminarse
y vemos
casi ciegos
sin darnos cuenta
que existen otras cosas antes de la existencia de las cosas
y que todas las nubes eran agua
eran vapor
eran temperatura inmaterial de la materia
la nada llenándose de cosas
sonidos a lo lejos
una luz que se apaga al encenderse
un destello
una chispa
una pulsión del universo
y sentir que somos la nada y sus entrañas
la nada y sus sucesos
seguimos al planeta en su camino
alrededor de un sol que nos permite
orbitar sin saber nada de la nada
dejar solo al instinto a que arrastre las cosas adelante
ver que todo de nuevo se organiza
que es otra cosa
que es algo nuevo de nuevo
en nuestra historia
y la órbita sigue su camino
pasa de nuevo por un punto
quizá no muy distinto del antiguo
pero completamente distinto
hacia el futuro del pasado
que pudiendo ser
solo dejó sus rastros
no sabemos por qué ni para qué
81
alimentando lo que aún no existe
lo que no sabe si será algún algo
lo que es y no es en este instante
lo que vendrá con su presente propio.
2
Comunidades “como-unidades” del siglo XXI
Nuevas utopías para iluminar la construcción del presente
30 de mayo 2002
82
recompone su todo en cada grano de su arena
común como el sentido de las cosas
con la profundidad misteriosa
de los universos que gestan universos
Comunidad es ...
Comunidades: Como-unidades
Comunidades: Como-unidos
Comunidades: Común-identidades
Comunidades: Común-inmunidades
Comunidades: Como-munidos...
de la serenidad
de ser parte de un todo
de la comunidad de nuestra la especie
83
Los pueblos y ciudades siguen avanzando
dándole la espalda
antiguamente le daban la espalda a los palacios
a las torres de las iglesias
y ahora
les dan la espalda cuando meditan en la vida
cuando hacen el amor les dan la espalda
cuando trabajan alegremente les dan la espalda
cuando pasean les dan la espalda
siempre les dan la espalda
porque carece de interés para su gente
esas torres sin escala humana
donde la gente no puede asomarse
por las no-ventanas para tomar el fresco
o poner una planta.
porque algunos seres humanos
hicieron un mundo humano para pocos
y un mundo inhumano para muchos
84
las conservamos porque somos misericordiosos con los pobres
de espíritu
y como toda raza en extinción merece ser bien tratada
sabemos que de ellos quedaran los que deserten
y que se incorporen a la cultura humanista de hoy
85
comunidad es bien común y bien común es respeto a la privacidad
es la forma superior de ser libre y de ejercer la privacidad
es diferente a los antiguos “kibutz”
y a las antiguas “granjas colectivas”
porque en las comunidades cada grupo o “familia”
vive y produce lo que desea y como lo desea:
cada una en una casa......
o varias juntas
86
algunas trabajan en tareas del campo... otras en producir cosas:
computadoras... ropa... alimentos... bienes y servicios diversos....
unas familias trabajan para el mercado interno
otras para el mercado externo a la comunidad
unas trabajan en las comunidad otras trabajan fuera.
pero todas las comunidades
tienen transporte propio, casa de niños, casa de ancianos.
para que los matrimonios jóvenes puedan trabajar o salir y entrar
cuando quieran
tienen escuela propia cuando hay niños, o de jóvenes que lo
amerite
pero siempre tiene un Centro de Capacitación
donde cada uno puede aprender
lo que quiera aprender
artes, oficios, técnicas,
capacitarse en las cosas más diversas
si una familia quiere criar abejas
el Centro le da un curso práctico y concreto,
que lo lleva de la mano hasta que saque su primera miel
y le ayuda al “qué hacer” con ella
si otros quieren fabricar computadoras
equipos, o servicios: los capacita para el
cómo producirlo y el cómo comercializarlo
87
Todas las COMUNIDADES tienen:
viviendas para todos
un Centro Comunitario
donde poder comer, trabajar o comprar lo necesario
un Centro de Capacitación
para niños y para grandes
Talleres comunitarios
de tecnologías de punta y sus hermanas alternativas .............
Internet para desarrollar agricultura orgánica ..........
o máquinas numéricas pequeñas
para matricería compleja o riego por goteo.
a ninguna Comunidad le falta El Salón de Uso Múltiple
donde hacer los eventos, y festejar la vida.
Es el Espacio Semipúblico,
donde la escala humana permite y facilita
que la gente se encuentre y se salude
que se atreva al cotidiano diálogo
que nos da posibilidad para expresarnos
y expresarnos nos permite
el primer escalón de democracia.
88
las familias se visitan,
se conocen
forman sus grupos
construyen amistades
se reconocen y se ignoran
se aman y se odian
se apoyan y se envidian
se avecinan
89
acondicionan las viviendas al clima,
purifican el agua.
el viento puede enfriar alimentos y viviendas
con el curioso efecto chimenea
reactores de desechos orgánicos
producen gas, fertilizantes, tierra
cría de especies para alimentación
fertilizantes.
Fermín Estrella
P.D.:
Confieso sin pudor que mi búsqueda siempre fue la misma:
arte, ciencia y tecnología al servicio de las necesidades populares
porque
trabajar para mejorar las condiciones de vida de la gente sencilla
me permitió aprender, con humildad, todas las cosas que aprehendí
porque no hay nada que alegre más al corazón
que compartir
y el afecto sigue siendo siempre
el motor fundamental de la vida.
90
Marosa Di Giorgio
y la afirmación de la vida
(1932-2004)
Graciela Rubio
1
Deleuze Gilles. El Misterio de Ariadna. Nietzcheana.com.ar/deleuze.htm. Publicado en
Magazine Litteraire,n298,1992. Traducido para cuadernos de Filosofía por E. Gutiérrez.
Deleuze nos afirma que Dionisos-Toro, esa unión, es la afirmación pura, aquella existencia
91
mente afirmación del ser; yo soy eternamente tu afirmación”. Así dia-
loga una vez unida a Dionisos2 . Esta referencia nos parece pertinente
para aproximarnos a la obra de Marosa, toda vez que su voz lírica está
dispuesta a ser la afirmación de otro.
2
Deleuze, op cit. Yo soy tu afirmación. Introduce el yo como otro. La reflexión de Deleuze
nos invita a comprender la identidad como otro, aproximación divergente de la racionalidad
moderna, centrada en el sujeto. Deleuze pretende continuar la crítica a la modernidad racio-
nalista iniciada por Nietzsche para “afirmar la vida”.
92
Mundo dialógico
Este mundo dialógico se caracteriza por la perpetua transmutación
de sus seres, de lo que se infiere un permanente estado de liberación del
cuerpo, el espacio, el tiempo y la razón así como de la infinita creación.”
Livianísimas mariposas estaban adosadas al tronco. Parecían una decora-
ción; eran mi alma, dividida en varias figuras (que no existían), tornasola-
do; los ojos de algunas, redondos, grandes, negros, planos. Los de las otras,
hechos con montículos de brillantes, sobresalían mucho.”4 La voz desdo-
blada en y a través de los eventos que se suceden intempestiva y
abruptamente, sin dejar de reconocerse a sí misma, teje el diálogo posible
que configura mundos nuevos pudiendo la existencia y la no existencia
devenir en un mismo presente ya.
3
Di Giorgio M. (2004) La Flor de lis. (poemas a Mario). El cuenco de Plata/latinoamericana.p7
4
Di Giorgio M. op cit p12
5
Deleuze, Gilles (1994) La lógica del sentido. Paidos Barcelona. p25-28
93
pastel parece un hombre, es como un fantasma, tiene ojos azules y ca-
bello largo. Me acerco al aparador, enumero las tacitas una a una, todas
son livianísimas como cáscaras de huevo; la dulcera es rosada como
una rosa. Mama me llama, voy hacia a ella; el pastel gime un poco,
conversa con mama. Afuera va a caer la noche; las plantas se quedan
inmóviles, hamacan.6
II
El bosque/laberinto
6
La guerra de los huertos. Papeles salvajes (1989) Adriana Hidalgo, editora Vol. 1, p150
7
Di Giorgio M. op cit p10
8
Di Giorgio M. op cit p30
94
bles, y como un descubrimiento permanente.
Con esas máscaras sigo a Mario. Con esta máscara y a cara limpia..
9
Di Giorgio op cit p29
10
Fragmento del Camino de las Pedrerías. Obsérvese la relación entre los dos mundos y la
sorpresa “imposible de nombrar por aquella que fue devorada” para luego transitar al gesto
amoroso del reposo de quien (el animal) se cobija en el que ama.
95
moral, en cualquier contexto, y en la conciencia individual11 .
11
Había desde el árbol un sonido. Ella parecía estar ajena a todo. Pero seguía viniendo un
leve rumor de pericos y de lirios. ¿No escucha nada? dijo, El. ¿Es todo de flor, señora?
Acabo de comerle la cosita. ¿Le gustó .Veo que tiene muchas. Vaciló, subió a mirarle los
senos había olvidado, de eso que nunca se olvidaba. Grosos bellos. Y habían quedado fuera.
Con ellos no copuló. Le miró la cara que se mecía un poco. Estaba dormida. Tenía un ojo
cerrado. El otro ojo confuso abierto, le decía: Prosiga señor, no siga. Señor, prosiga. El misal del
árbol p25/26 Misales (2001) LOM op cit.Este corto relato ofrece una multiplicidad de identida-
des-voces en la que los personajes se desdoblan en sus roles eróticos hasta el punto de perder la
identidad configurada al inicio del diálogo amoroso. Es interesante destacar el desdoblamiento
de la voz y el rol que asume desde la erótica como un carácter trasgresor de la identidad, de la
forma y obviamente de la moral. El ser “se despega” del árbol en su afán de copular y encuentra
a la señora Una. Ver análisis más detallado en Osorio Jorge y Rubio Graciela. (2006) “El Deseo
de la Memoria. Escritura e Historia.” Escuela de Humanidades y Política. Santiago.
96
No se podía entender.12
Y temblaban los ojos opalinos, los senos que parecía iban a dar le-
che como los higos. Váyase, ahora, señor.
Ahí entró la mariposa, volvía del infinito. Plegó sus alas, se aplicó,
temblaba en el delito.13
12
Di Giorgio M. Op cit p 39
13
Misal final con alitas. En Misales (2001) Editorial LOM Santiago, sp55
97
III
Recordar deviniendo otro
Marosa evidencia que cada vez que recuerda lo hace como otro.
Efectivamente, su voz se desplaza libremente a través de espacios, estados,
deseos, pensamientos, sólo palabras, liberando al significante de normas
que indiquen cómo y desde quién recordar. Su voz dispuesta a abrirse a lo
otro fluye como si se estrellara gustosa a sí misma sobre los sujetos (ani-
males, Ángeles, plantas, hombres y, mujeres, objetos, todos los seres) en la
intención de develar la intensidad de un hecho puro manifiesto. “Mi alma
es una gasa inmensa, livianísima; está por todo; es una mariposa espesa,
cuyas firmes piernas de hilo asen lo que fue o es de mí. Y para siempre.
Tiene apretados los vestidos antiguos, las trenzas, las caravanas en forma
de trébol; y lo de ahora, dijes, figuritas de vidrio o porcelana, que me ro-
dean. No quiebra nada.
¿Cómo? ¡Ella, tan leve y tan magna! ¿Cómo?, si ya voló hace tiem-
po, la chacra, si no hay nadie, nada sólo un vacío campo con matas de
frambuesas salvajes.
14
Di Giorgio. M op cit p23-24.
98
y yo en esta rama, y soy una mariposa, blanca, con alas grandes y vapo-
rosas, creo que cuatro, de diversa extensión, la cara plateada, las manos
de hilo negro.
99
esos espejos.
Escultura, o pintura, o es16 critura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.17
15
Di Giorgio. Op cit p78
17
Clavel y tenebrario» 1979http://amediavoz.com/digiorgio.htm
100
Grupo sueños
Médicos escritores chilenos
El Grupo Sueños, sigue ya, por impulso propio rodando por las
letras y las amistades cultivadas a través de ocho años de encuentros
poéticos.
101
del color y la forma… En cada reunión, se comparte con poetas locales, no
médicos, consagrados o principiantes, buscando adentrarnos más, en dis-
tintos mundos...
Una muestra:
Talca
Equipaje
Es un canasto de mimbre
el que te ofrezco.
Rústico y sencillo
pequeño y cierto.
Al fondo van las penas
en una esquina.
Entre lágrima y lágrima
una siempre viva.
En un hueco chiquito
van los secretos.
Apretados los ojos
ya casi secos.
Encima las sonrisas
pueden quebrarse.
Cuidado con los besos
pueden volarse.
Cuatro hijos me caben
102
y algunos cuentos
un poco de memoria
y tantos recuerdos.
Entre olvido y olvido
un trozo de infancia
ovillada en el huso
de la esperanza.
Para tí no hay cabida
en este canasto
Pués tú eres el mimbre
para mi canto.
Ancud, kvelasquezm@gmail.com
Climaterio
Una
Misterioso y lejano,
calvario de otras,
oculto en el incierto mañana.
Dos
Clima,
103
Clímax,
Clítoris,
climatizado, climatrín, climatrón
¿climaterio?,
a mí no me tragarás con tu fuerte desazón.
Me esconderé en la fuente de la juventud,
en el altillo de las sílfides,
de las siempre lindas, sinarrugas y estiradas
tan contentas y bienamadas.
Clima, climatrín, climatrón
¿climaterio?,
Tres
Cuatro
104
a la humilde comprensión,
que somos pequeñas y a veces
conciencia tenemos de hormigas.
Aprender y agradecer es una cuita,
que más importa el camino que llegar a la misma meta.
Me río del desvarío,
y a ti agradezco clima, climatrín, climatrón,
climaterio y buen señor,
este balde de humildad
y quizás un poco de razón.
Santiago, doctoracaballero@yahoo.es
Femina ludens
105
sentarme a esperar que germine
y amar, y reír y bordar
en la espera.
Rancagua, almacenpoetico@gmail.com
Depresión
mañana volveré
cuando septiembre ponga trinos castizos en mi alma
y remando contra el verano
pueda juntar al amigo
la tristeza
106
la soledad
tus caricias
y mis ansias
Temuco, valeriog@surnet.cl
Prisionero de guerra
I
Cuando estuve en la cárcel
mi sueño se hizo trizas muchas veces.
II
Cuando estuve en la cárcel
cambiaron de color las hojas de los árboles,
los murmullos se hicieron aullidos,
terminó la inocencia en muchos niños,
la belleza se hizo más urgente y necesaria.
107
Cuando estuve en la cárcel
me asaltó la vocación de pasos y distancias,
de polvo de caminos,
de sonrisas de ancianos,
de revuelo de faldas.
Santiago, vimimofa@hotmail.com
Alex:
la idea de tu libertad
pulula hirsuta
en las manos de Ariadna.
108
Ese es el hilo
cuando te une
a nosotros,
a la vieja sonrisa postulando en las ventanas,
la madeja asida a tus dedos
(a tus arpegios de pájaro niño:
a tu impoluta versión de los jacintos).
Tú
has creído que la risa no muere,
que trasmata nuestras muecas
aduciendo la amistad
imberbe.
Como advirtiendo
que alguien miente:
Tu mirada
final
despidió
su aroma
a siempre.
109
Alberto Hernández V.
Rancagua, alhernandez6@gmail.com
Esto no es poema
Fuentes autorizadas
bien informadas
eruditas e ilustradas
aseguran
que un poema
se encuentra
se escondió
se generó y
se desplegó
AHÍ —>
La Serena, feret@entelchile.net
De horóscopos y escrituras
Yo sólo te propongo
110
Un inocente juego de magia
Desvanezcámonos
sin culpas
total
lo peor que podrá ocurrir
es que
por esos ciclos
de la tierra o del aire
volviéramos
a juntarnos.
Rancagua, demeter@adsl.tie.cl
Avanzamos
avanzamos es cierto
caminamos como el agua sobre el frontal del mundo que se seca
111
como avanza la noche sobre el norte
En la ceniza nuestros nombres encuentran una mano
que emerge como araña desde el plasma eterno del espíritu
Avanzamos como una letra que levanta sus falanges
y palpa las huellas de los muertos en el aire
para seguir su jornada de mil líneas
Como la rueda del sol avanzamos cayendo desde el día
hasta el primer aullido de la sombra en el pantano
Entonces nuestros brazos, el ojo y la retina
avanzan por la avenida principal de las noticias
alambradamente seguros
avanzamos
hermanos míos.
Juan Idiáquez
112
Catherine Fieldhouse A.
Rancagua, catherinefieldhouse@gmail.com
A Hermann
Me recojo y estiro,
la risa se me agolpa en la cara
y la detengo como inoportuna
por consideración al que no lo supo.
Rancagua, enriqueescobarfernandoy@hotmail.com
113
profesionales y menos mis cuentos trasnochados, sino el haber sido
exonerado, preso político y exiliado sin haberme contaminado con el virus
podrido de la renovación acomodaticia.
El juez
114
este maldito pueblo donde vegeto, remoto e insignificante, frío y sucio,
aquí no hay otra cosa que hacer sino ahogarse en alcohol, si la única forma
de conversar es ponerme ante el espejo. La alternativa, después de favore-
cer al sobrino, ya al alcance de la mano, es una plaza en una de las capitales
de provincia más hermosas del país. No la podía perder por un maldito
borracho, con carnet para conducir y matar. Además que habría sido segura
su liberación en la corte de apelaciones por motivos similares a los míos, si
bien a otro nivel. Debo absolverlo no sólo por mi conveniencia, también
por la de mis hijos. No, no tengo hijos todavía, pero algún día llegarán
después de que por fin haya disfrutado algo de la vida. A ellos tengo que
ofrecerles algo mejor que esta aldea y sus profesores semianalfabetos. No
puedo permitir que mi hijo crezca en el barro por joder a un hijo de puta
con palco preferencial. Por eso tuve que darle no una mera manito sino que
hasta poner el cogote.
115
116
Biografía CreArte
Hanne Marcelo
117
en vulnerabilidad psicosocial entre 6 y 14 años de edad, por medio de la
realización sistemática de Talleres anuales de diversas áreas artísticas en
escuelas básicas de la Región Metropolitana.
Texto Voluntario
Una vida también llena de logros existe para el que no tiene nada
material. De un ambiente agresivo, un corazón puro puede hacer poesías
como éstas y también alguien expuesto a maltratos puede ser la persona
más cariñosa del mundo si tú le das un abrazo…
118
Ricardo G. Jiménez Llaña
Monitor Voluntario CreArte
Sueños de Niños
(IMAGEN VACIA)
Los niños usan su imaginación
En los talleres de CreArte
En cada mente de niño
Hay una idea genial
119
Cuando me estaba yo bañando con el agua caliente
Sentí un aire que llegó a mi espalda
Y en el viento venía Dios.
El agua helada
La tierra caliente.
Oda al Espacio
- Isaac Hernández
- Vania Mena
- Patricio Ramírez
- Melanie Aceitón
- Michelle Henríquez
- Pamela Díaz
120
- Rodolfo Olate
Niños y Niñas del Taller de Literatura
Taller: “La Magia de las Letras”, 3º y 4º básico.
Escuela: “Escritora Marcela Paz” Recoleta.
121
122
Un avestruz huye por
Insurgentes Sur
Herman House Escobar
123
gran avestruz corría velozmente, saltaba sobre los vehículos con sus fuer-
tes y nudosas patas. Detrás de ella dos automóviles trataban de alcanzarla.
124
El niño, distraído, chupaba un helado. El avestruz picoteaba las bal-
dosas decoradas. La Sinfonía Inconclusa había concluido
.
El viento aumentó levemente su rumor sobre las hojas, varios va-
lientes treparon a los árboles para tratar de rescatar al niño, pero el chiqui-
llo, divertido y sonriente con su vuelo, estaba ya fuera de alcance. Mientras
se alejaba y se perdía entre las nubes, un grupo de mariachis cantaba Las
golondrinas, con los ojos llenos de lágrimas.
125
126
Caminata
Jaime Hales
127
luego el otro, avanzando siempre, convencido que ésa es la forma correcta
de hacerlo, endureciendo los músculos del cuello hasta cansarme, tensan-
do los muslos y con las nalgas apretadas.
128
sé que ya ha pasado la mitad de mi vida y creo que jamás habré de esclare-
cer qué es de verdad en mi recuerdo y qué es fruto sólo de la imaginación.
O del deseo.
Nada mejor -dijo mi primera amada una tarde en la calle, sin saber
lo que decía- que un buen paseo en la sombra y el silencio para inspirar un
poema. Y es verdad, la pura verdad. Pero ahora yo me voy a la orilla del
mar, para sentir la brisa y buscar la inspiración más allá de todo, más allá
del horizonte, do remonta la verdad. Y en desnudo de mujer, contemplar la
realidad. Dijo Serrat: una mujer desnuda y en lo oscuro.
Todas habían venido antes y me han dicho que les ayudó la lectura
anterior. Suspiro. ¿Quién está detrás de mis lecturas? Yo invoco a dios
antes de cada lectura, aquél que se expresa concreto en la imagen de un
Jesús terreno; de mi Ángel de la Guarda, que yo sé que no es uno sino
varios; de mi maestro espiritual o guía superior, que responde al mágico
nombre de Enael (según me dijo Rosita una tarde en San Esteban. Esa
tarde de domingo, los nevados de San Esteban se veían grandiosos y me
asaltó el peligroso deseo de no moverme de allí, abandonando incluso la
probabilidad de volver a ver el mar o de encontrar el amor perdido).
129
El personaje de la película Fuga dijo tengo una orquesta en mi cabe-
za y eso mismo es lo que me pasa desde los catorce años. Pero jamás he
podido expresar la música. Aprendí a tocar la guitarra, armé conjuntos
musicales, compuse algunas canciones y jamás fui capaz de reconocer una
nota al oído, sacar una canción en la guitarra o cantar sin desafinar de
modo horroroso. Tanto, que cuando estaba en el seminario Javier Cerda me
pedía que evitara cantar durante la misa.
Me hice poeta con mi primer desamor forzado de los seis años. Esa
fue una injusticia atroz: arrancado de mi habitat natural (los parajes de
ñuñohue), llevado a Traiguén primero, la tierra donde vivían mis abuelos y
a La Paz de Bolivia después, como si no importara que mi amada quedara
con sus ojos abiertos y una pregunta que jamás nadie habría de contestar.
Con su delantal blanco y su pelo negro, aprendió a escribir muy pronto
130
para poder mandarme una carta. Pero no fue posible enviarla, pues ni si-
quiera supo mi apellido ni a dónde me habían llevado.
Dicen que muchos años después escribió Te fuiste, amado mío, sin
una lágrima ni un beso, etéreo e infantil, pensando en mí, en mis besos
nunca dados, en las palabras jamás dichas, en las promesas no formuladas,
en las respuestas vacías de preguntas, anticipando la raíz de todas las injus-
ticias que azotarían la patria y que a ella la conducirían a una muerte pre-
matura (aunque todas las muertes son prematuras si uno no sabe que va a
morir esa misma tarde. ¿Se puede morir antes de la hora asignada? pregun-
té más arriba y no he contestado).
Por eso, no tuve más alternativa que irme haciendo poeta. No dije
buen poeta. Sólo poeta. Porque hay poetas buenos y poetas malos, poetas
inteligentes y poetas estúpidos, poetas ingenieros y poetas abogados, poe-
tas fracasados y poetas victoriosos, poetas ricos y poetas pobres, poetas
amargados, resentidos y difamadores y poetas gentiles, silenciosos,
traslúcidos, poetas carnales y poetas efímeros.
Ay, ay, qué agotador. Hay que justificarlo todo. Poeta, simplemente
poeta. Nada más que un poeta que por añadidura está circunscrito al amor.
131
Gané muchos premios, pero en el mejor momento, cuando publica-
ba mi primer libro con Ricardo Salvador, la mujer a quien dedicaba mis
poemas me abandonó por otro. Dejé de concursar, decisión ratificada des-
pués de haber sido jurado en dos o tres eventos, con pésima experiencia.
132
usted? Nunca me separo de este libro. ¿Me lo dedicaría? Y entonces me
sentí premiado, reconocido, universalizado. Bella mujer, que ahora debe
ser abogada. Tal vez jueza de garantía o subsecretaria de algo.
Gracias, amada
por tu mano
ahora mismo
puesta aquí en esta espalda mía
ahora, aquí
en esta hora de dudas
en esta mañana de chubascos
y dolores.
En la mesa dura
en la inmensidad pendiente,
toda tú, amada compañera.
133
Lector circunstancial: ¿Crees en la magia? ¿En esa capacidad mara-
villosa de transformar la realidad y de hacer del dolor alegría y del odio
amor?
Pues bien, yo sí. Por eso camino por el borde costero tarareando la
canción que resuena en mi interior y que nadie conoce porque la he creado
yo mismo, con una orquesta secreta (la que vive en mi cabeza).
Si crees en la magia
si sientes que el amor y el tiempo
se unen en mis ojos…
Han pasado muchos años desde que besé por última vez a la mujer
que cambió mi vida. Ella se me apareció en una multiplicidad de espe-
jos murales en el borde del río Tevere, entre Roma y Providencia, cuan-
do yo simplemente buscaba un espacio tranquilo para sentarme a escri-
bir una carta de amor. Con su rostro multiplicado, su sonrisa un poco
triste y lejana, sus ojos tiernos y un poema escrito en la piel. Toda ella
junto a mí, trasladada desde las telas renacentistas y las cortes papales
a mi mesa, de los sueños locos y misteriosos a mis besos, del Tevere al
Mapocho.
134
primer poemario, ya no hay nada que surja entre los dos. Por eso ella sigue
su camino y yo paseo solo –en la ciudad o en las playas de agua fría- hasta
que mis piernas no resisten de cansancio y no tengo más alternativa que
tomar café. Y mirar el paisaje. Y suspirar.
Miraba el mar una tarde muy parecida a la de hoy, pero hace algu-
nos años ya, cuando vi a Ana Claudia sentada frente a mí. Portaba con
dignidad sus casi 90 años. Tengo un secreto para usted, me dijo con los
ojos dorados. Habló y habló palabras sin aparente sentido, pero para un
poeta transeúnte como yo todo era claro: amores circunstanciales y furtivos,
amistades prolongadas y mensajes que llegan tarde a las manos adecuadas.
Me entregó un sobre. Poeta, poeta, repetía la palabra como si la sabo-
reara, si muero mañana, abra esta carta que recibí un día, hace años y
nunca he podido leerla. Y si no muero mañana, ábrala cuando sepa que
me he muerto.
135
Siempre me han pasado circunstancias significativas en febrero.
¿Será porque nació mi madre?
Ella, con sus ojos como el color del mar en invierno y cambiando
los tonos según su alma, como sucedía con José el Peregrino de los Ojos
Brillantes, se instaló frente a mí revestida de una sonrisa inocente. O
pretendidamente inocente.
136
retumbar los vidrios y se desató un viento monumental.
Era la señal de que llegaba la hora de sellar el más grande amor que
la historia de occidente haya podido producir. Cientos de autores,
Shakespeare incluido, hablaron de nosotros (sin clara conciencia, por su-
puesto de que éramos nosotros) y dejaban para la posteridad la idea del
fracaso y del amor pendiente.
Podría decir la amé desde ese mismo momento, pero eso no sería
verdad, porque sólo sucedió que encontré a la persona que amaba desde
siempre. Yo lo sabía, pero ella no.
Era así, aunque cuando nos mirábamos a los ojos –después de ha-
bernos ya expresado el amor- podíamos darnos cuenta que nada nos sepa-
raría, que de ningún modo podría romperse el lazo de amor, ni siquiera con
sus reiterados intentos de terminar la relación, sus pertinaces manifestacio-
nes de libertad, su persistente negativa a construir conmigo la vida para la
cual estaba destinada. Escribí a mi amigo Juan hablándole de ella: Trata de
que me enoje, me quiere sacar de su vida, me prohibe verla los fines de
semana y se niega a salir conmigo de noche. Su riesgo es volver a abando-
nar todo lo que hemos construido por tantas vidas y que habíamos poster-
gado hasta ahora, al inicio del tránsito hacia acuario.
137
rior. Como era amigo del Ministro Vocero del Gobierno me sentí obligado
a llamarlo e informarle de lo que sabía sobre la causa de tan extraño tempo-
ral. Dada la explicación, me respondió que eso no podrían decirlo pública-
mente y que, aunque se alegraba de lo que me esperaba (y me envidiaba,
sin duda), al país habría que ocultarle la verdad.
Era febrero cuando me entregó la carta allí frente al mar. Fue febre-
ro cuando murió.
El 29 de febrero.
Y leí el texto.
138
mundo inicia una etapa novedosa y particular, intensa y eterna, aunque
breve como la certeza.
139
Cuatro años después, salí de mi cama muy temprano. No había po-
dido dormir. Escribí esa noche:
140
ria. Sólo que he muerto temprano esta mañana, antes de que amaneciera el
29 de febrero.”
Brindo
por la noche y por tu amor
un trago por tu llanto
por el amor postergado
por el pecho desnudo
por mi pasión desmedida
por la penetración heroica
por mi beso en tus muslos
por la despedida augusta
por la respuesta del beso.
Brindo
por tí y tus pecados.
Brindo
por mí y por tu pasado.
Brindo por el siquiatra.
Brindo por si acaso
Brindo con vino negro
para darte gracias en silencio.
Brindo, amor, por mí y por brindar.
141
Estoy solo en medio de la noche.
Sólo un amor transita por el mar y siento que puedo seguir avan-
zando por la vida si está conmigo. He vivido momentos de magia y de
sorpresa.
Se fue y es probable que olvide todas sus promesas que tuve que
escuchar mientras hacíamos el amor o descansábamos a la sombra de un
sauce más hermoso que nuestro amor. Aunque parezca difícil.
142
Quizás debería sentirme culpable, pero no me es posible. Si yo
mantuve el secreto fue por ella, por sus miedos y sus culpas, probable-
mente muy legítimos. Yo no tengo compromisos desde hace tantos in-
viernos.
Yo, ocultando mi amor, para que ella, luego, huya hasta Nueva York
diciendo en una carta que no piensa volver más, como si fuera tan fácil.
Y si no vuelves, mujer...
143
Algo ha cambiado en mí.
144
Vida y Poesía
Jaime Valdivieso
145
El valle es casi un tajo en la montaña. Allí no queda sino hambrearse
o trabajar todos, hombres y mujeres y niños”
“Yo tendría unos diez años pero ya era poeta. No escribía versos
pero me atraían los pájaros, los escarabajos, los huevos de perdiz. Era
milagroso encontrarlos en las quebradas empavonados, oscuros y relucien-
tes, con un color parecido al cañón de una escopeta. Me asombra la perfec-
ción de los insectos. Recogía la madre de las culebras. Con este nombre
extravagante se designa el mayor coleóptero, negro, bruñido y fuerte, el
titán de los insectos de Chile.”
146
quema del pensamiento político y pedagógico de la antigüedad helénica,
parte con los poetas.
Vemos entonces hasta qué punto la poesía y los grandes poetas como
Pablo Neruda, Gabriela Mistral y otros como Saint John Perse, y entre
nosotros Efraín Barquero, en la misma línea que ahora el poeta mapuche
Elicura Chihualaf y muchos otros cuya poesía está cargada de enseñanza
sobre la vida, el alma y el cosmos tal vez sin conocer profundamente la
cultura griega, siguen por temperamento y sensibilidad este misma con-
cepción de la poesía como paideia, como educadora, pero también como
organizadora en la línea del filósofo Heráclito. Porque en ellos existe igual-
mente un pensamiento que abarca toda su obra, están bajo el sentido de una
cosmogonía, de una ética; el alma individual se halla unida al interés co-
lectivo y al cosmos, a la naturaleza. Así cuando Neruda en los Veinte poe-
mas, utiliza metáforas relacionadas con la tierra.” Cuerpo de mujer, blan-
cas colinas/ te pareces al mundo en tu actitud de entrega/ mi cuerpo de
labriego salvaje te socava/ y hace saltar al hijo desde fondo de la tierra ” . Y
así, igualmente Elicura, en su poema :
Mi padre y yo envejecidos
Ahora nos miramos entre lágrimas.
147
Igualmente se hayan cercanos a Heráclito cuando dice: “La multi-
plicidad del conocimiento no produce sabiduría”, produce erudición agre-
garíamos nosotros, pero no sabiduría como lo podríamos comprobar en
muchos casos; o bien aquella profunda sentencia del mismo filósofo, llena
de sabiduría: “Me he investigado a mí mismo”. Es decir, es allí dentro de
mí, en lo que se integra a la respiración de mi espíritu, en lo más funda-
mental del mundo exterior que la estremeció, allí debo indagar, de allí sal-
drá lo más auténtico de mí.
Según Jaeger:
“el acaecer cósmico pasa a través del ser del filósofo. Tiene la con-
vicción de que, aunque la mayoría de los hombres no sepan que son meros
instrumentos en las manos de un poder más alto, todas sus palabras y todas
sus acciones son el efecto de aquella fuerza superior. Pero también su vi-
sión de la materia y del cosmos: El proceso entero del mundo es un true-
que. La muerte de uno siempre es la vida del otro. Es un camino eterno
que sube y baja. Descansa en el cambio, la vida y la muerte, la vigilia y
el sueño, la juventud y la vejez son, en el fondo uno y lo mismo. En el
cambio esto es aquello y aquello, de nuevo, esto. Si alguien ha com-
prendido no a mí, sino a mi logos, verá que es sabio confesar que todo
es uno y lo mismo.
«Para saber y contar y contar para saber. . . tengo que comenzar así
esta historia de aguas, plantas, bosques, pájaros, pueblos, porque esto es la
poesía, por lo menos mí poesía». . .
«Es el poder de la edad o es, tal vez, la inercia que hace retroceder
las frutas al borde mismo del corazón, o tal vez lo «artístico» se apodera
del poeta y en vez del canto salobre que las profundas olas deben hacer
saltar, vemos cada día al miserable ser humano, defendiendo su miserable
tesoro de persona preferida».
Para estos poetas igual que para Chihuailaf, hijo y nieto de loncos
que nació y se formó entra las plantas, aguas, bosques y animales, como
148
los poetas primitivos, el gran maestro, más que la tradición literaria, es la
naturaleza y la observación de los objetos provenientes de ella.
Tal vez de todas estas plantas, soledades, vida violenta, salen los
verdaderos, los secretos, los profundos tratados de poesía, que nadie puede
leer porque nadie los ha escrito. Se aprende la poesía paso a paso entre las
cosas y los seres, sin apartarlos, sino agregándolos a todos en una ciega
extensión de amor».
Conclusión
¿Por qué tiene tanta importancia la poesía para la vida del hombre y
de una cultura? ¿Por qué es ella la primera en aparecer en la historia y en la
vida individual cuando la soledad y la angustia estremecen nuestra alma?
Creemos, por eso, que la poesía es más que un simple género literario, es
un producto exacerbado del alma en busca de sentido y significación, en
busca de compañía. Y en este sentido más que la persona individual lo que
se expresa es la naturaleza y sus múltiples manifestaciones o fenómenos,
representaciones la llama el filósofo Shopenhauer. Del valor que le demos
a estas representaciones, a la materia y al trabajo, “de ellos se desprende el
contacto del hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta
lírico ”. E igualmente para el torturado lector. Para la torturada sociedad,
podríamos agregar.
149
Es por ello que en momentos de crisis de la humanidad, de una
civilización, la poesía nos vuelve a lo más genuino y valioso de nosotros, a
la belleza que siempre hay que compartirla, y que por eso crea solidaridad.
150
La Tierra Baldía:
Memoria y Desvanecimiento Poético
Jorge Osorio Vargas
1
Moody, David (ed), The Cambridge Companion to T.S. Eliot, Cambridge University Press,
Cambridge, 1998.
2
Seferis, Giorgio, El Estilo Griego I: K.P. Kaváfis – T.S. Eliot, FCE, México, 1994, p. 27.
151
ma, el malestar de Eliot ante la sociedad occidental de la post-guerra y su
re- lectura de la tradición poética.
3
Seferis, ibid, p. 28.
4
Herman, Arthur, La Idea de Decadencia en la Historia Occidental, Editorial Andrés Bello,
Santiago, 1997.
5
Magris, Claudio, El Anillo de Clarisse. Tradición y Nihilismo en la Literatura Moderna,
Península, Barcelona, 1993.
6
Burrow, John, La Crisis de la Razón. El Pensamiento Europeo 1848 – 1914, Crítica, Barce-
lona, 2001.
7
Bloom, Harold, El Canon Occidental, Anagrama, Barcelona, 1997.
152
pues como lo hicieran Baudelaire, Rilke o Benjamin, Eliot recorre poé-
ticamente la memoria crepuscular de las ciudades a través de un poema
intenso y comprimido.
8
Magris, ibid, p. 26.
9
Pujals Gesali, Esteban, Eliot, Yeats, Pound y la Modernidad en Poesía, Introducción a
Eliot, T.S. Cuatro Cuartetos, Cátedra, Madrid, 1999.
153
de la decadencia de La Tierra Baldía. Cuando Magris elabora su análisis de
los Cuadernos de Malte Laurids Brigge, concluye que Rilke solidifica en
este texto una escritura autobiográfica y que su planteamiento sobre el caso
de la metrópolis es una táctica defensiva para descubrir dentro de la crisis
de sentido de la cotidianidad urbana una búsqueda de un vislumbre de vida,
un destello10 . No podemos llegar a una conclusión similar en la lectura de
La Tierra Baldía. La sequía en el poema de Eliot es la muerte, es el desplo-
me de la memoria, el aniquilamiento de lo humanamente habitable, la im-
potencia del Rey Pescador, que por extensión es la muerte del reino todo.
10
Magris, ibid, p. 218.
11
Paz, Octavio, Excursiones / Incursiones. Dominio Extranjero. Obras Completas, Vol. II,
FCE, México, 1995, p. 301.
12
Paz, Octavio, Los Hijos del Limo, Seix Barral, Barcelona, 1998.
13
Berman, Marshall, Todo lo Sólido se Desvanece en el Aire. La Experiencia de la Moder-
nidad, Siglo XXI Editores, México, 1989.
154
La Tierra Baldía el poema de la desconstrucción, condición metódica del
Eliot posterior, doctrinario y ascetista? ¿Es La Tierra Baldía un poema
reactivo, expresivo, de táctica desconstructiva, una especie de genealogía
de la decadencia, del mal y de lo seco en la historia-memoria a manera de
un paso heurístico y sus Cuatro Cuartetos la culminación sólida (no desva-
necida) y definitiva de su discurso restaurador neocristiano, como lo
adjetiviza Bloom?14 .
14
Bloom, Ibid, p. 88.
15
Kenner, Hugh, The Death of Europe, en Bloom, Harold (ed) T.S. Eliot’s The Waste land,
Chelsea House Publishers, New York, 1986, pp. 14 y ss.
16
Dick, Bernard, The Waste Land and The Decensus of Infernos, en Bloom, nota 16, p. 67 y ss.
17
Bloom, Harold, T.S. Eliot, Bloom’s Major Poets, Chelsea House Publishers, Broomall,
1999, p. 16.
18
Nevo, Ruth, The Waste Land: Ur-Text of Deconstruction, en Bloom, Harold, T.S. Eliot,
Modern Critical Views, Chelsea House Publishers, New York, 1985.
155
156
Hacia una Convivencia
de Integración y Aprendizaje
Juan Vicente Ortiz
157
ción y ternura. Las personas que cada tres segundos mueren de hambre en
el mundo, dirán que no, y quienes las lloran dirán que no, aunque suelan
buscar la explicación de la muerte frente a sus propios ojos, pegada a su
piel o en sus recuerdos. Porque, claro, esta forma de desarrollo que cono-
cemos en la mayor parte del mundo, sedimenta además su propia estructu-
ra, su propio cuerpo, con espíritu y todo, y se inclina para verter esa oleosidad
de la que tanto cuesta desprenderse.
158
La movilización del mundo en torno a los anhelos de una inmensa mi-
noría, ha estructurado un conjunto de dominios, discursos, respuestas, indica-
ciones e indicadores que consolidan una red, un tejido cultural que da sentido
al desarrollo de nuestra sociedad, y sobre él el tránsito de lo oportuno, de lo
adecuado, de lo eficaz y lo rentable. Hay quienes operan esa red, y quienes se
equilibran en ella con el temor pavoroso de caer. Un puñado exclusivo de
soñadores y unos cuantos puñados de asustados, le dan vida, la sostienen.
Los niños son el futuro... ¿no el presente? Los estudiantes son alum-
nos... ¿no tienen luz?. Los adolescentes...¿adolecen?. Lo que entrega la
educación son contenidos... ¿los estudiantes, entonces, continentes?. De-
masiada coherencia en el discurso para negar que el proceso educativo no
está orientado a descubrir y movilizar la luminosidad del ser, a relacionar a
las personas en torno al descubrimiento de sus inquietudes, sentimientos,
motivaciones y capacidades para imaginar ítacas y en torno a ellas cons-
truir senderos comunes.
159
La expresión fluye en el ejercicio educativo formal como un pretex-
to. No es el amar y ser amado, la vocación de los abrazos, el revelar con
colores, con palabras o con la disposición de hojas secas la movilización
interior frente a los hechos, lo que da sentido al acto de plasmarse, día tras
día, en un sector de aprendizaje u otro, respecto al mar y a la familia, a las
calles y plazas, al cerebro y los astros. Las aulas operan como el mayor
basurero de la expresión humana. En ellas se pierden y son relegadas al
olvido, minuto a minuto, millones de obras en las que seres humanos han
puesto en tensión sus emociones, sus formas de ver el mundo y sus latidos.
Millones de dibujos, soluciones, poemas, diseños, opiniones, perecen tras
ser convocados a materializarse como un pretexto para evaluar la limpieza
de las líneas, la posición de las comas o el temblor de las manos al hablar.
Desplazada la realidad más cercana, la que fluye del espíritu del ser
analogándose en el mundo, se sentencia lo importante y se relega el valor
de la expresión hacia el futuro. El sentido de complementariedad de estar y
ser es dibujado con pinceladas de vapor, como detalle transitorio, fugaz,
irrelevante. Desagregación tras desagregación se acumula una vocación de
nutrientes que alimenta la apatía, el temor por el otro, la despreocupación
por lo otro, la evolución de los jardines separados por cuchillos, de ríos
convertidos en cloacas, de ilusiones imposibles colgando en las vidrieras,
de medicamentos y leyes que se multiplican como muestras de la dedica-
ción e inteligencia que nos abraza y nos guía.
160
nes la realidad se dibuja con la textura de una herida; niños, jóvenes, adul-
tos a los que resulta imposible contener sus gritos y entonces la nitidez de
la expresión, donde el estar y el ser se evidencian con el ritmo de la
complementariedad, se convierte en amenaza para el curso del desarrollo y
sus procesos. Esa fuga expresiva, que no puede ser absorbida como pretex-
to, se torna demasiado intensa y la educación entonces se desnuda, expo-
niendo la fragilidad del espíritu que la domina y, fiel a la defensa del curso
cultural, recurre a uno de sus mayores contenidos; la división. Quienes han
empezado a evidenciarse como personas que tienen sus propias reacciones
ante las fuerzas que en ellos imprime la realidad, son desplazados por vio-
lentos, por débiles, por lentos, por ensimismados, por ilusos, por traviesos,
por pretender resolver los conflictos de la misma manera que los padres de
la patria, por dedicarse a pintar sobre un cielo amarillo una enorme luna
verde, cuando el mundo entero les exige memorizar un poema de Huidobro.
161
clima relacional adecuado a la construcción de sujetos sostenidos en el
eje de adaptabilidad a los cambios. La escuela, como laboratorio de
producción de competencias, actúa inhibiendo la posibilidad a que la
genuina movilización del ser se pregunte y responda qué o quiénes ge-
neran esos cambios, qué o quiénes proyectan del presente la enverga-
dura de sus alas abiertas para instalar las cualidades del individuo del
futuro.
162
nada, en Chile, el veinte por ciento de los escolares de entre 12 y 14 años
ha pensado en suicidarse. No por nada es en los jóvenes en quienes los
adultos menos confían. No por nada la violencia aumenta en las aulas del
mundo como los envoltorios plásticos en las aceras, sobre el césped y en
las playas. No por nada las depresiones y ansiedades se multiplican como
los espacios vacíos en los bosques nativos. No por nada la droga constituye
cada día más ventanas para contemplar nuevos paisajes, mientras en las
poblaciones las plazas ruegan para que alguien se les acerque y volver a ser
motivo de contemplación y convivencia. No por nada las leyes se modifi-
can para condenar también a quienes podrían estar jugando al trompo, a las
naciones, o elevando volantines. No por nada las cárceles están llenas de
asesinos, ladrones, violadores, que un día fueron niños percibidos y trata-
dos como amenazas. No por nada los presupuestos militares son tan altos,
tan amplios, tan profundos. No por nada, los gestos de amor, de solidari-
dad, de integración, se han anquilosado en ciertas instituciones y no en la
forma de vivir y organizarse en cada hogar, en cada calle, en cada barrio.
No por nada, cada tres o cien palabras, después de dos o diez caricias, o al
mismo tiempo de aprender y utilizar un dato nuevo, sentimos otra vez que
estamos solos, que algo falta en nosotros, una duda, el aletear de algo,
algún incendio, el sentido de una voz, una batalla.
Para muestra un destello. Justo antes del último punto seguido, hoy
seis de julio de 2006, el Ministro del Trabajo sustenta la posibilidad de
otorgar más de un día libre a un trabajador o trabajadora que ha sufrido la
pérdida de su cónyuge o de un hijo, indicando que, inmerso en el dolor, la
concentración y capacidad laboral disminuye. Dos, tres, cuatro veces lo
repite, con un temblor en los labios, porque tal vez es otra cosa lo que
quisiera decir y lo que siente. Tal vez, pero el desarrollo exige otra respues-
ta, un fundamento imparcial, reproducible, compatible con una práctica
que reconoce la vulnerabilidad del ser como amenaza. Producir amor,
curvarse de inquietud ante el dolor del otro o encantarse, son puentes de
ríos improbables, no hay competencias evidentes en el ejercicio de ensam-
blar sus estructuras. Dicho de un modo menos cursivo, no es rentable. El
amor, la textura del espíritu analogándose en el otro, en el aire y los astros,
es algo transversal, es otra cosa. El desarrollo, en cambio, es vertical, viril,
irreductible, y ante su edificación se inclinan la pena, el hambre, la dulzu-
ra, la contemplación, la magia, el asombro y sus deshielos. De lo contrario,
otras serían las preguntas y otras las respuestas. No se hubiera podido re-
orientar el sueño de tocar la luna hacia la elaboración de fatídicos misiles,
ni el anhelo de conocer la esencia de las cosas hacia la consecución y el
estallido de una bomba de neutrones.
163
Sobre este mar, con olas que van y vienen perforadas, el aprendiza-
je adquiere su ritmo y personalidad. Esclava de una dinámica cultural que
sustenta un estilo de desarrollo protagonizado por unos pocos, la educa-
ción sedimenta una manera de aprender, de mirarse y de mirar, de compa-
rar, de legitimar que el techo de unos se proyecte en las estrellas y los de
otros se cierre justo encima de su pelo. Un aprendizaje atiborrado de res-
puestas, henchido de tantas anticipaciones que la expresión del ser se ex-
tiende en un relato de fuegos fatuos, de esporádicos encantamientos que
nos hacen llorar y recordarnos.
164
de saliva o de lágrimas, rodeadas de sí mismas
y en torno a otras se extienden y se abrazan.
165
166
Un solo cuerpo sagrado:
Una meditación ecofeminista
Mary Judith Ress
Introducción
1
Thomas Berry, The Dream of the Earth. (San Francisco: Sierra Club Books, 1988), pp. 53-54..
2
El término «ecofeminismo» fue utilizado por primera vez en 1976 por la filósofa francesa
Francoise D’Eaubonne. Tiene sus raíces en el ecología profunda y del feminismo crítico o
radical. Ver Miles, Marie y Shiva, Vandanna, Ecofeminism. (London: Zed Books, 1993), p. 13..
167
Invita a reubicarnos dentro del tejido de la comunidad de vida de la tierra
como una respuesta de detener la destrucción del planeta. Propone un nue-
vo paradigma, una nueva cosmovisión que está más en armonía con los
ecosistemas del planeta y con las fuerzas del universo. En síntesis, el
ecofeminismo propone una nueva perspectiva para percibir la realidad. Pero
a la vez, el ecofeminismo no es más de una nueva palabra para una sabidu-
ría muy antigua que todavía duerme dentro de nuestras memorias genéticas.
Intuimos que no somos los «masters of the universe» sino una hebra dentro
del gran tejido de la vida. Somos, en un sentido profundo, como dijo Carl
Sagan, «polvo de estrellas contemplando las estrellas».
3
Esta meditación estaba publicado en Con-spirando No. 7, (marzo, 1994) bajo el título «¿de
dónde viene nuestra creatividad?: una respuesta cosmológica» y está basada en el prólogo
del libro The Universe Story de Brian Swimme y Thomas Berry (San Francisco: Harper,
1992).
168
Estabas tú y estaba yo cuando en un instante de esta noche fecunda,
el universo, en un gran estremecimiento, dio a luz a más de 100 mil
millones de galaxias —incluyendo la nuestra, la relativamente insigni-
ficante Vía Láctea. Cada galaxia tenía su propia dinámica interna; cada
una creó millones y millones de estrellas. La inmensa creatividad que
produjo el nacimiento de las galaxias fue un evento único: nunca nace-
rá otra galaxia.
169
Y también estabas tú y estaba yo cuando hace unos 67 millo-
nes de años, una colisión astronómica cambio la atmósfera de la tierra a tal
punto que casi todas las formas de vida animal tuvieron que reinventarse a
sí mismas o desaparecer. Esta destrucción también abrió nuevas posibili-
dades: las aves y los mamíferos —que no habrían podido desarrollarse en
presencia de los dinosaurios— florecieron como el resultado de este su-
puesto desastre.
170
ciones jerárquicas y por el énfasis en la especialización de los trabajos. Fue
una época de muchas transformaciones: los ríos y los mares podían ahora
ser navegados y usados como vías de transporte; los bosques y los minera-
les podían ser explotados como recursos. En esta época la civilización hu-
mana creció en número y en riqueza: construimos grandes catedrales, pala-
cios y templos. Para proteger esta riqueza, creamos la fuerza militar con
armas cada vez más sofisticadas. Las guerras empezaron a ser crónicas.
La Diosa Madre de los tiempos neolíticos, más vinculada con la agricultu-
ra, fue reemplazada por un Dios Padre que como rey, gobernaba desde el
cielo.
171
y tocarán las estrellas”.4 Estaremos en las nuevas especies, más complejas
que la especie humana, que alcanzarán modos de ser aún más íntimamente
relacionados entre sí. Nuevas sorpresas en esta danza cósmica de la Sor-
presa Sin Fin.
4
H.G. Wells, «The Discovery of the Future» (1902), citado en IDOC Internazionale 6/89,
«After Death: Earth as Matrix,» p. 2.
172
Los niños y los libros
en el arco iris de múltiples colores
Lucy Fernández
173
que a pesar de mis años, sentí la alegría de una niña que descubre un gran
tesoro, asombrada de ver tanta variedad de temas, tamaño y color. Muchos
de ellos no habían sido traducidos aún, tarea a la cual se encontraba aboca-
da de lleno la creadora del proyecto luego que recolectara en colegios,
bibliotecas y editoriales de Dinamarca libros de autores reconocidos en el
mundo de la literatura infantil contemporánea con el propósito de atraer a
los niños y que no han tenido la oportunidad de conocer este tipo de mate-
rial de excelente calidad gráfica.
174
Desde que estoy dedicada a esta actividad, siento que la vida tiene
más sentido. La distancia desde mi hogar a la biblioteca se acorta conside-
rablemente cuando evoco las reacciones de los niños con los libros. Miro
hacia mi derecha y veo el mar con ese intenso color azul turquesa que me
acompaña en el recorrido haciendo más suaves las curvas del camino y al
empezar a subir, cada día siento menos escarpados los cerros. Una vez que
llego a Miramar 316, giro la llave para abrir la puerta que me permite in-
gresar al mundo lúdico que tanta felicidad me ha traído, ya sea atendiendo
un turno en la biblioteca, visitando un hogar de niños, o algún colegio de
las comunas del interior. Hoy me toca atender en el local a 23 niños entre 4
y 5 años. Mientras abro las persianas de nuestro local y escojo el material
que usaré para la visita que tendremos ese día, pareciera que los personajes
de cada libro buscaran el protagonismo moviéndose nerviosamente en las
estanterías buscando mi atención. Luego tocan el timbre. Siento un enjam-
bre de vocecitas que charlan intranquilas. Acudo presurosa a abrir, salu-
dando a una serie de niños que vienen de la mano con sus tías educadoras.
El lugar nuevamente se llena de vida y de alegría. Los niños se sientan en
las sillitas que esperan ansiosas esta visita, mientras otros se acomodan en
los cojines sobre la alfombra. En ese momento les doy la bienvenida y
junto a la selección de libros que he hecho para la ocasión, comienzo a leer
y mostrar las imágenes del libro que me pareció atractivo para la edad de
los visitantes. De acuerdo a la respuesta que recibo de ellos, sigo con el
próximo cuento, apreciando el momento mágico y único de empatía que se
da junto a un grupo de niños que no sé si volveré a ver, sé poco o nada sé de
sus vidas, lo mismo ellos de mí, pero juntos nos hemos divertido, a lo
mejor alguno acercará a su madre o padre a conocernos. Es probable que
más de alguno cuente en su hogar lo que vio y escuchó. Habrá otros que no
recordarán esta actividad, pero me atrevo a decir en nombre de todo el
equipo que trabajamos voluntariamente en este proyecto, que el gozo de
sus caritas inocentes junto a sus expresiones de asombro, son el gran rega-
lo que la vida nos ha entregado. La cercanía con la poesía me trae a la
memoria la bella cita que tanto me impactó cuando descubrí la musicalidad
de las palabras en una parcela del litoral: “La monedita del alma se pierde
si no se da”, frase mágica que sintetiza el significado de mi fortuna. Y
aunque el número de integrantes ha crecido en la medida que nos conocen
en la región, nuestro proyecto tiene el gran problema de no ser sustentable,
teniendo el estigma de no saber hasta cuándo permaneceremos en esta ac-
ción comunitaria. Pero mientras tengamos la posibilidad de seguir tenien-
do ese público maravilloso que nos pide ¡otra vez tía, otra vez! con sus
voces infantiles tan queridas, las dificultades se resolverán seducidas por
el protagonismo de la gran cantidad de personajes que cada día danzan,
175
cantan y viven en el gran escenario que la biblioteca ha preparado para
cada libro enviado desde las lejanas tierras escandinavas a provocar estí-
mulos en las emociones y sentimientos de nuestros niños.
176
La Poesía de la Vida
Luis Weinstein
Manifiesto
177
Poesía como aquel tañido donde se encuentran la confianza y el
asombro
178
Lo poético como sinónimo de la situación humana, de nuestro lugar
en el cosmos como testigos del universo y su belleza, como copartícipes de
la creación. Lo emblemático, a ese respecto, es la frase de Hölderlin, “poé-
ticamente habita el hombre…”.
179
La poesía como producto, como obra, es cercana a la visión acadé-
mica y al arte por el arte.
180
es vidente.
Es una forma de conocer, equivalente a la razón, o más profunda
que ella.
Es una actividad centrada en sí misma, poesía pura, poesía por la
poesía.
Es una forma de explorar, de desarrollar, de preservar el lenguaje.
Es un medio de alcanzar estados superiores, elevación, trances mís-
ticos.
Es una forma de aportar a la educación, a la capacitación en cual-
quier área de la vida.
Es una manera de contribuir a los cambios, a la conciencia política,
a la crítica social, a cambiar la perspectiva cultural.
Las Coincidencias
Lo poético
181
5. Ascuy, E El Ocultismo y la Creación Poética. Monte
Ávila. Ed. Caracas. 1982
6. Bachelard, G La poética de la Ensoñación. Fondo de
Cultura Económica. México. 1982
7 Barcia, D R Diccionario General Etimológico de la
Lengua Española. SixEd Barcelona. S. F.echa
8. Barroso, J Sobre la Comprensión Poética.A Machado
Libros. Madrid. 2001
9. Bassare Fernández, A ¿Qué es la Poesía? Fondo de Cultura
Económica. México. 2002
10. Bauchard, C Poesía, mucha poesía en la educación
básica. Ed Andrés Bello. Santiago. 1997
11. Beguin, A El Alma Romántica y el Sueño Fondo de
Cultura Económica. México. 1974.
12. Binni, W La poética de Decadentismo Ed Universitaria.
Santiago. 1972
13. Bloch, E The Utopian Function of Art and Poetry. The
Mit Press Cambridge. Mass. 1996.
14. Bloom, H Poesía y Represión. Adriana Hidalgo editora.
Buenos Aires. 2000.
15. Bonnefoy, Y Entretiens sur la Poésie. Ediutiuois dela
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16. Bowra, C M The Romantic ImaginationGalaxi Books.
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17. Bowra, C M Poesía y Política. Ed Losada. B Aires. 1961
18. Bremond , H La poesía Pura. Argos. Buenos Aires. 1947
19. Burke, K The Philosophy of Literary Form. U of
California, Berkeley. 1984
20. Barroso, J Sobre la Comprensión Poética A Machado
Libros. 2001
21. Dilthey, W Poética. Ed Losada. Buenos Aires. 1961
22. Fatone, V Filosofía y Poesía. Ed Biblos. B. Aires. 1994
23. Fernández Moreno Introducción a la Poesía. Fondo de Cultura
Económica. 1962
24. Ghiselin, B The Creative Process. U. of California. 1964
25. Hamburger, M La Verdad de la Poesía. Fondo de cultura
Económica. México. 1991
26. Heaney, S De la Emoción a la Palabra. Anagrana.
Barcelona. 1996
27. Ibáñez Langlois, J M La Creación Poética. Ed. Universitaria.
Santiago. 1969
182
28. Ibáñez Langlois, j M Rilke, Pound, Neruda. E Rialp. Madrid. 1978
29. Ibáñez Langlois, J M Diez ejercicios de Comprensión Poética. Ed
Andrés Bello. Santiago. 2001
30. Juarroz, R Poesía y Realidad. Pre textos. Valencia. 2000
31. Juarroz, R Poesía y Creación. Ed Carlos Lohle. B. Aires.
1980
32. Isaacson, J El Poeta en la Sociedad de Masas. Ed
Americalee. Buenos Aires .1969
33. Krauze, E Cómo acercarse a la poesía. Ed. Linusa.
México.1992
34. Labrado, M A Sobre la Razón Poética. Ed. Eurisa. Pamplona.
1982
35. Magdalena, M Vida y Poesía .Ed. Ercilla. Santiago. 1936
36. Maritain, Situación de la Poesía. Ed. Desclee. Buenos
Aires. 1946
37. Muschg, W Historia Trágica de la Literatural. Fondo de
Cultura Económica. México. 1965
38. Montes, H De Platón a Neruda. Vice rectoría de
Comunicaciones. U. Católica de Chile. 1967
39. Montes, H Poesía y Educación. Ed. Universitaria. Santia-
go. 1980.
40. Manent, M Como nace el Poema. Ed Aguilar. México.
1962
41. Nómez, Naín Poesía Chilena Contemporánea. Fondo de
Cultura Económica. Santiago. 1996
42. Nussbaum,M Justicia Poética. E. Andrés Bello. Santiago
1995
43. Paz, O El Arco y la Lira. Fondo de Cultura
Económica. México. 1996
44. Peña y Lillo, S El Enigma de lo Poético. Impresos
Universitarios. Santiago. 1997
45. Pheifer, J La Poesía Fondo de Cultura Económica.
México. 1962
46. Pound, E El A B C de la lectura. Ed. de la Flor . Buenos
Aires. 1968.
47. Rilke, R M Cartas a un joven poeta. E. Obelisco.
Barcelona. 1997
48. Santayana, J Tres Poetas Filósofos. Fondo de Cultura
Económica. México. 1962
49. Reville, C Claves de la Razón Poética. E Tyrotto. Madrid
1998
183
50 . Rojas , M De la poesía a la Revolución. Ed. Ercilla.
Santiago. 1938.
51. Schiller, F Cartas sobre la Educación Estética del
Hombre. Ed .Aguilar. Madrid. 1963
52. Schiller, F Poesía Ingenua y Poesía Sentimental. Ed.
Librería Hachette. Buenos Aires. 1954
53. Schlegel F Poesía y Filosofía. Alianza Universitaria.
Madrid. 1999
54. Shelley, P Ensayos Escogidos. D V D Ed. Barcelona. 2001
55. Thomson, G D Marxismo y Poesía. A. Redondo Editor.
Barcelona. 1969
56. Ulloa, O Guía para los talleres populares de poesía. Ed
Amor Ansel. Santiago. 1988
57. Vattino, G Filosofía y Poesía. Gedisa. Barcelona. 1999
58. Xirau, R Poesía y Conocimiento. Ed. Joaquín Mortiz.
México. 1978
59. Zambrano, M El Hombre y lo Divino. Fondo de Cultura
Económica. México. 1955
60. Zweig, S Los Creadores. Ed. Tor. Buenos Aires. 1956.
Las Coincidencias.
Un proyecto para el nuevo paradigma
(Revisión 2006)
Los viajeros que llegan por primera vez a Isla Negra provenientes
de Talca o de París, de Sal si Puedes o de cualquier confín del Globo,
tienden a sorprenderse, en primera instancia, porque en la calle principal
del “pueblo elegido” por una de las cumbres de la poesía de todos los tiem-
pos emerge, en primer término, un paisaje, no demasiado próximo a la
inspiración poética, de pequeños negocios, de bajo perfil y estética no ex-
cesivamente exigente, con personas que atienden con simpatía, amabilidad
y parsimonia . Es la calle llamada en el libro de los años sesenta de Carlos
Rozas, “Isla Negra”, la “Wall Street” de la localidad. Está sin grandes cam-
bios a pesar de los avatares de la vida nacional en las alrededor de cuatro
décadas transcurridas desde entonces
184
Si al bajar del ómnibus en el paradero o al descender con cierto
cansancio de un auto, moto o bicicleta, se pregunta por Las Coincidencias,
nuestros visitantes encontrarán una sonrisa de complicidad y recibirán orien-
taciones que empiezan siendo claras, precisas, predecibles, del tenor de:
por la calle grande hacia el interior, Avenida Central, después por Santa
Luisa, la Parcela 30… Luego, lo que puede variar, la concepción de la natura-
leza del lugar: “un centro ecologista”, “la casa de los poetas”, “un lugar para
sanar locos”, “ un criadero de cactus”, “donde están las llamas”,” un local de
las bordadoras de Isla Negra”, “una escuela para adultos,” “un lugar interesan-
te para pasear”, “donde hacen cursos de turismo”, “ahí donde enseñan astro-
nomía “, “donde se conversa con el doctor psiquiatra”…
185
o de los Poetas, con talleres, cursos, encuentros y visitas en que se tiende a
colaborar a la apertura de las conciencias y a que se asuman proyectos de
vida críticos, solidarios, constructivos.
186
a cercanos importantes para Las Coincidencias que ya han fallecido, Ri-
cardo Mesa y María Paz García Huidobro. Las otras aluden a unas formas
de definir “Las Coincidencias”: Multiversidad y Diálogo.
Los nombres, las citas, los puentes, los caminos, las plazas…, son
el complemento, el punto de partida o una ilustración para conversaciones
en cursos y talleres. Lo inicial es, generalmente, percibir una vivencia es-
pecial que los visitantes describen como de encantamiento, como de haber
llegado a un espacio que les conecta con su propio centro, como una emo-
ción que quisieran que también experimentaran las personas más cercanas.
187
profundidad, a la manera de los grupos de encuentro; c) la sensibilización
a la vivencia poética, al asombro, a la amistad, al amor, a la gratuidad, a la
comunicación profunda, a la ternura, a la naturaleza, al misterio. Trabaja-
mos todos los años distintos autores claves. El año pasado fueron El Qui-
jote y Gabriela Mistral. Este año ha correspondido hacerlo con “Los Her-
manos Karamasov”, la poesía de Quevedo y la orientación de María
Zambrano hacia la racionalidad poética.
El año pasado empezamos una versión virtual del curso, con una
correspondencia mínima con el facilitador de una vez al mes.
188
Una pregunta que suele salir en el diálogo abierto y profundo con
los visitantes es qué es lo que nos ha llegado más en la experiencia de Las
Coincidencias, lo más cercano a las expectativas. Son tres cosas que eran
impredecibles. La primera, la maravillosa relación que se tuviera con los
dos colaboradores fallecidos, Ricardo Mesa, gran educador; Pachi García
Huidobro, alumna excepcionalmente comprometida del curso de guías,
aquejada de un cáncer terminal. Lo segundo es el lanzamiento, en el día
nacional de la Creatividad, de cuatro libros de poesía de personas cerca-
nas, entre ellos el de una niña de 10 años que se presentó diciendo que
seguramente los asistentes se extrañarían de que ella hablara de amor, pero
que ella iba más allá porque …estaba casada con la poesía. Lo tercero es
ver como las personas que participan en actividades formativas van expe-
rimentando cambios, toman iniciativas y empiezan a inscribirse en activi-
dades comunitarias con autonomía, con creatividad, con compromisos.
Coincidiendo con otros. Abiertas al asombro.
1
Material de apoyo utilizado en los cursos del Proyecto Las Coincidencias, Isla Negra.
2
Enciclopedia Británica. W. Benton. Publisken Chicago 1962 “Guidance”.
189
Así, el diccionario Etimológico de Roque Barría3 apunta a la
función de “encaminar y dirigir”.
3
Barría, Roque. Primer Diccionario General Etimológico de la Lengua Española. F. Seix,
Barcelona, Tomo 2, 1879.
4
Enciclopedia Concisa, Sopena, Tomo2, Editorial Ramón Sopena, S.A. España, Barcelona
1974.
5
Oroz, Rodolfo, Diccionario de la Lengua Castellana, Ed. Universitaria, Santiago 1942.
6
Abbagnano, Nicola, Diccionario de Filosofía. Fondo de Cultura Económica, México 1963.
190
ble “guía” con principio. A su vez, especifica que en la tradición filosófica
principio equivale a inicio y a fundamento o causa.
El Guiar Democrático:
191
Se llama modo de ser autoritario a un conjunto de rasgos7 que va-
mos a esquematizar.
7
Weinstein, Luis. Autoritarismo o Creatividad Social, Ed. Minga, Santiago 1982.
192
Hablamos de tendencias y no de condiciones absolutas. El trabajo de
guía se enmarca en un tiempo, en una pauta. Está sujeto a una supervisión. No
sólo no cabe la degeneración de la democracia en un “dejar hacer”, sino que la
apertura a la participación y la creatividad están forzosamente limitadas.
193
trumental, sin ser alguien de una sensibilidad o de una creatividad poética
excepcional. Lo importante es que, necesariamente, entre a orientar, a for-
mar, en un sentido determinado.
Es evidente que para poder cumplir esa función los guías poéticos
requieren ser sensibles, querer lo poético. Es una condición necesaria, pero
no suficiente. Además de tener proximidad con la poesía, deben ser perso-
nas que ayuden, que faciliten, el que otros entren en contacto con la poesía.
Eso significa ser comunicantes, abiertos a los otros, susceptibles de engen-
drar confianza, confiados.
194
en este guiar poético, ambos referidos a la “vivencia poética”.
195
sensibilizar con todo el campo de lo poético, legitimarlo como un todo y
diferenciarse, comprometerse, de acuerdo a la vocación, a las capacidades,
sin una exigencia a priori de excluir o de integrar nada.
Detrás del guía poético tiene que haber la “virtualidad” de una gran
diversidad de quehaceres. Lo común está en la búsqueda de una no muy
común capacidad de aliar la democracia y la belleza, el respeto a lo inson-
dable de la poesía y el arrojo para buscar la veta personal, la dimensión en
que sea dable hacer un “servicio” poético.
El concepto de integración
Guías y guiados se integran entre sí. ¿Cuándo? Tal vez cuando los
guías se sienten guiados y los guiados experimentan la sensación de guiar.
Por ahí va la integración profunda, la de participar del otro, a diferencia de
lo que es solamente externo, sentarse juntos, pasarse papeles, contarse lo
que a uno no le importe, lo anecdótico, datos fríos.
Para el guía los guiados son los “otros”, hasta el momento del acer-
camiento, del borramiento de fronteras, en que emerge el “nosotros”. Es un
chiste, es el contar algo personal, es que alguien necesitó una ayuda, por
diversos lados pueden caer los muros y aparecer esa emoción especial del
sentirse juntos. Por supuesto, no caben planificaciones, nadie puede prever
cuándo se producirá ésta u otra integración. Llega. Claro, los guías se sien-
te más seguros cuando las distancias se acortan en el hilo de lo substantivo,
196
mirando un amanecer escuchando un poema, recogiendo un testimonio.
Lo que vale es esa vivencia, abrirse a la misma, ser capaz de elaborarla y
conservarla, en cualquier momento colectivo.
197
Poesía por la poesía y Poesía clásica - romántica - lírica -
Poesía por la vida social.
Camino: la poesía es vida...
Desarrollar la poesía y la opción de
apreciar la poesía.
198
manera, tan única, tan nueva, como lo es cada persona vista en sí misma.
Se dice que hay poemas que nos ayudan a ser más consistentes, más
íntegros. Son textos que hacen un llamado ético. A veces son muy directos,
como los “piecesitos de niños” de Gabriela Mistral... “piecesitos heridos, por
los guijarros todos”; o el lobo de Rubén Darío con San Francisco... hermano
Francisco, no te acerques mucho... En ocasiones, el efecto integrador es mu-
cho más difícil de entender como en el poema de Unamuno: “sufro yo tu costo,
Dios no existente, pues si tú existieras existiría yo también de veras...”
La Integración en Poesía
199
cia separa, la poesía integra nuestros sentidos de fondo, devuelve el asom-
bro, la sensación de maravillas. Eso nos da una integración abierta, múlti-
ple, superamos la tensión entre sueño y realidad, nos sentimos unidos a la
gaviota, a la espuma, a la pena del otro, asimilamos la pureza de una carca-
jada, de un amarillo, de una artesanía noble, vemos la vida con menos
adornos inútiles, menos aspereza, nos sentimos más personas, más ínte-
gros. Es la integración que se experimenta en un concierto, al ver una obra
de Shakespeare, el escuchar el Monumento al Mar de Vicente Huidobro...
200
Matriz Cultural, poesía y
visiones de mundo
Margarita Ovalle Vergara
201
entonces que re-conocer que lo intangible habla más de interno, profundo,
poético, simbólico que de inaccesible o lejano. Para lo cual es necesario re-
conocer que las imágenes constituyen una apertura hacia un mundo trans-
histórico y su símbolo permite revelar la realidad total. Guardándonos de
creer que éste se refiere únicamente a las realidades espirituales ya que
para el pensamiento menos «cristalizado» carece de sentido semejante se-
paración entre lo espiritual y lo material. Ambos son complementarios. Por
ejemplo la minga, además de ser una instancia de reunión de los miembros
de una comunidad de Chiloé con el objetivo de crear vivienda, provee de
fiesta, encuentro y tiempo no ordinario a quienes se re-unen bajo el alero
de antiguas tradiciones que de no ser observadas en su presente son
intangibles para el observador.
¿Qué es la edad?
¿Dónde se diferencia el mayor del menor?
¿Cuál nace y cuál muere?
¿Cuánto es de ayer y cuánto es de hoy?
Eternidad...
La que está siempre
La que alberga al tiempo
al tiempo como lo que transcurre
dentro de un todo
permanente, estable, único
Tiempo sin tiempo.
202
Sólo cuando nos permitimos sentir hondo, dejando traspasar las ca-
pas de la propia socialización, y recibimos estas sutiles nomenclaturas ubi-
cadas detrás de los rótulos, aparece lo intangible.
203
que éramos parte de una seguidilla de rituales distantes del espíritu que una
vez los originó.
Con todo esto nace una seudo identificación con lo que son nues-
tras/mis raíces y cierta apatía o desesperanza frente a las alternativas o
modos de hacer y realizar el vivir cotidiano y comunitario.
Respuesta a Walt…
204
Llena de vida ahora, algo concreta y muy visible
Yo de treinta y dos años de edad, en el año primero
del tercer milenio,
quien vivo aproximadamente a siglo y medio del
lanzamiento de tus cantos eternos,
tú que me eras invisible te has hecho visible.
Ahora eres tú, eterno y colectivo, el que los trae
Ahora soy yo y todos mis semejantes efímeros y
vulnerables, los que los buscamos.
Recuerda lo cercano que estamos
al tenerte de nuestro lado, al ser tu mismo espíritu.
Estoy plena de esta seguridad de saberte conmigo.
¡Estoy plena de saber que los cantos son los mismos!
Una poesía viva que esté alerta frente a la escindida realidad en que
vivimos, en donde se desdibuja lo humano, como el punto en común entre
pasado, presente y futuro.
Una poesía viva que permita el asombro y ensalce de la tradición oral, las
costumbres cotidianas y las visiones de mundo que sustentan y reflejan la
esencia de una sociedad y así destacar lo extraordinario en lo ordinario del
diario vivir.
205
Una poesía viva al servicio de lo popular y lo cotidiano. Sus comi-
das, la música, pasatiempos, historias, mitos, deidades dejando ver en todo
esto, su calidad de irremplazable.
Añañuca, Copiapó
Añañuca es niña aún, todavía no conoce lo que hay detrás del atarde-
cer del desierto... Se desplaza con libertad, como si su liviana inocencia
fuera suficiente para llenar de color y primavera el seco escenario.
206
Quiere volver a arrullarse sobre su terrosa cama y despertar cuando
la pesadilla haya pasado. Pero el tiempo nada hace. Muy pronto muere
sobre el lugar en que él la miró un día.
Lloró mucho
Lloró tanto...
Lloró toda el agua que en su espíritu cabía.
207
Agua
Vida humana
Humana necesidad
90% nos compones
90% nos derramas
90% nos mojas de
humana nostalgia
Tierra
Tierra fértil
Fértil embriaguez regenerativa,
Tierra de lombrices y de azucenas.
Fuego
Vivo pulsar de lo efímero
Quemante ir y venir de lo humano.
Humano deseo.
Aire
Aire sutil
Aire hábil
Aire que seduces
estados superiores
superiores al homo, superiores al sapiens.
208
la prehistoria disminuida
y la brújula sugerida.
209
Celebro mis cabellos, también otros bellos, todos me cubren
Celebro, comparto y brindo por todo lo que me tiene vivo
Y digo de veras vivo
Intimidad
Entre aviones
Me vi en tierra baldía
tierra de nadie
tierra plastificada
Nada que hacer sin visa
qué frío tuve
Fue largo ansioso
fue solo.
Luego subí
a mi medio de transporte
me entró el alma al cuerpo
cuanto la extrañaba
cuanto me calienta su compañía.
Peticiones
210
y hoy reclamo.
Que esto sea lo único
lo medular, lo último
que nada me saque
que nada me provoque
que nada me derrumbe
que nada me descentre
que nada me clave
que nada me arrastre
Que todo me arrulle y nada me arrolle
Que todo me des-nude.
Antes de la Primavera
211
Pareja
Pre - Historia
Me despierto y recuerdo
mi condición, mi historia.
Sin embargo por segundos
antes de esto, soy sólo un ser
que despierta a un nuevo día...
Es un momento cargado de
cristalina existencia.
Gran conciencia superior
212
que te haces demasiado exquisita
para olvidarte
y demasiado sublime
para quedarte.
A dos hemisferios
Jardín de diosas
213
Complicidad
También me dijiste
214
“Margarita, ten cuidado que los poetas sufren”
Y ahora te respondo
que no sufro porque soy poeta,
Soy poeta porque siento
porque me dejo invadir
porque me dejo inundar
porque me dejo asombrar.
No soy lo que hago,
sino que
hago lo que soy,
lo que busco, lo que me toca...
También hago de hija, de madre, de amiga,
de enamorada, de bruja, de musa
de jefe, de súbdito
de incógnita, de maestra
de sacerdotisa, de ama de llaves
de osa y de diosa
Día de votaciones
215
ay de estos vocales!
ay de estas aulas!
He sido nombrada ¡comisario!
Habrase visto barbaridad igual?
Aquí en estas mesas de votación para
la elección de concejal,
habemos un presidente, un secretario y un comisario.
Este último soy yo, me hacen responsable de materiales y demases...
Y por consiguiente me he entregado por entero
a los demases.
216
Tras zarpar hacia tierra de Chonos,
los volcanes, Puntiagudo y Corcovado, testigos inamovibles de
inmáculas vestimentas
nos saludan y despiden como si nada.
¡Qué despreciable parece el tiempo cerca de ellos!
Coldita aislada entre aguas esperas, toda calma, toda sur el ser
visitada.
El elixir de lo verde te comprende en pampa, monte y nalcas.
Bosques llenos de especies te acompañan, en donde canelo y tepú
son tu carnada.
Lo atestiguan viejos alerces, arrallanes y ciruelillos que se asoman
y chorrean
hasta la playa.
217
unas muy tímidas, otras radiantes y orgullosas van poco a poco
llenando la bóveda principal
Sorpresivas luces fugaces se desplazan con tanta decisión que des-
de aquí abajo cuesta notar dónde van a parar...
218
Para que nunca cuente nada
María Novo
mnovo@ecoarte.or
http://www.ecoarte.org
219
Entre las distintas formas de conocimiento que utilizamos para des-
velar el misterio de la vida, la tarea artística y la actividad científica son tan
antiguas como cautivadoras. Ciencia y arte transitaron en diálogo fecundo
durante siglos para después separarse y más tarde comprender que se nece-
sitaban, asemejando en su trayectoria a esos viejos amantes que persiguen
una misma tarea y, en la necesaria soledad, no pueden mirar la extrañeza
del mundo sin ampararse y tomarse de la mano.
220
escenario de los sueños, sin el cual seguramente la vida sería difícil tarea.
221
la imaginación de escenarios inéditos, con medios y métodos distintos.
222
puerta a la reconstrucción, nos asoma a lo inédito, a la utopía. Ahora sé que
la única forma de no quemarse es seguir ardiendo.
223
provisorio: el abrazo de la ciencia con el arte, abrazo vivido, abrazo que
puede ser contado. Pero, felizmente, el proyecto sigue vivo, es la palabra
pronunciada que al decirse nos dice. Se asemeja a esas largas caminatas
que hemos de recorrer pacientes, iniciadas con un primer paso que, por
fortuna o necesidad, no tiene pretensiones de ir a ningún lugar seguro.
Primer paso que tal vez ni siquiera haya sido el que asumí hace
veinte años de modo consciente. Que se escondía agazapado, ahora lo veo,
en mi primer libro de 1975, cuyo título –Yo no sé- ya anunciaba la duda, la
intuición de que el conocimiento absoluto sobre nosotros y sobre el mundo
resulta una aventura imposible. Aquellos poemas de juventud no sólo ex-
presaban un estado del alma sino también, comienzo a comprenderlo, anti-
cipaban toda la búsqueda que habría de seguirles, búsqueda que cada vez
me iría remitiendo con más fuerza a la aceptación activa del misterio, a ese
«estar atentos» que precede a la llegada inadvertida de la luz, cualquier
luz, para después marcar el regreso al silencio, recomponer la pregunta,
enseñarnos de nuevo la espera sin señales.
224
Creamos realidad cuando creemos conocerla
Retornar,
retornar a la mirada primera
y ver en ella cuanto creímos conocer
cuando posábamos
nuestros ojos en el todo exterior:
una manzana,
la risa de una niña,
o el océano, que quisimos tan manso y con fronteras.
Descubrir,
descubrir que no era tan cierto lo que vimos
como el apodo con que nos lo apropiamos,
ni sus leyes eran ya nuestras leyes,
ni su sitio un lugar tan seguro,
inasible vacío,
donde naufraga, ahora, nuestra inquieta memoria.
La nuestra,
la memoria que recuerda y descubre,
la que construye a un tiempo aquello que aposenta
-el ayer y el ya mismo- ,
se viste de palabra, le da nombre a las cosas,
que es nuestro propio nombre
hecho noticia, voz, de imposible distancia.
Mirar,
mirar entre lo visto y lo intuido,
ver como se hacen uno.
No hay representación,
sólo apareo, encuentro enamorado
del mundo y tu sonrisa
y si crees pisar algo fijo es que olvidas tu huella.
O tu eco,
el rítmico latido que acompasa
225
naturaleza y pensamiento a dúo,
cuando anhelas saber y el modo en que conoces
se tiñe sin permiso de tu yo inaprensible
que interpreta, rehace,
inventa en el afuera lo que está en el adentro.
Y la evidencia,
la única posible, la vista en la ventana,
es la imagen de un mundo que resiste, sin prisa,
a todas las miradas que quieren conformarlo,
miradas que escudriñan
y crean, al mirar,
aquello que descubren al tiempo que imaginan.
Sin murallas,
sin límite preciso y a destiempo,
así se mezclan juntos
lo que es y el deseo,
construyendo la imagen que esperábamos ver,
mestizaje tejido de aromas y de sueños,
y aquello que tocamos es nuestra misma mano.
Desconfía,
desconfía si el día y la hora son tuyos,
porque habrás apresado lo que no tiene forma,
juego inútil, hacer simple lo que nació tejido
de infinitas maneras:
una manzana,
la risa de una niña,
o el océano, tan falto de límite y frontera.
El pueblo
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sembradas a la espalda.
Y, ciega la memoria,
somos nadie.
227
Descálzate y camina
cruza aprisa.
¿Y si morimos, madre?
Agárrate a mi brazo
que hace viento.
228
San José
Marina Zolotoochin
229
Han pasado seis años. El Monumento Histórico ex Hospital San
José ha sido visitado por muchas personas, no sólo el último domingo de
mayo de cada año. Lo han visitado miles de jóvenes y los que ya no lo son
tanto: en los cuatro “Recorridos por Arte, Cultura y Salud” actividad cultu-
ral anual que conjuga los conceptos de cultura y salud; en los dos Encuen-
tros de Convergencia de Medicinas Humanizadas e Integrativas, donde se
ha establecido un diálogo entre la medicina convencional, la medicina al-
ternativa y la complementaria, en numerosas exposiciones de artistas plás-
ticos, las cenas bailables de los primeros viernes de cada mes con música
en vivo de tangos y boleros, presentaciones de teatro y danza, reuniones de
médicos y otros profesionales que han discutido la Reforma de la Salud y
los Modelos de Atención.
230
Ruiz (quien filmó una de sus películas en los patios del viejo hospital), si
se considerara en su real dimensión, el nombre no sonaría pomposo.
231
pone la construcción de pabellones en disposición de “peineta”, que hoy
conocemos como el Monumento Histórico ex hospital San José.
Recuerdo otro día de lluvia, unos meses antes al del café cortado en
el Tavelli, cuando por primera vez pisé el viejo San José. El silencio, ese
silencio que se escucha, invadía las cinco hectáreas y media del viejo Hos-
pital de adobe, ladrillos y de construcciones más o menos sólidas según las
épocas, modas y necesidades del momento en que fueron construidas, el
cambio desde la calle hacia el interior traspasando la sólida puerta de raulí
era notable, se pasaba del bullicio urbano a un silencio que formaba una
armoniosa complicidad con la lluvia y el aleteo de palomas que anidaban
en los cobertizos o en las altas ventanas de los pabellones abandonados. El
San José parecía un gigante dormido, extenso, lleno de recovecos, cubier-
to de maleza.
232
Nuestro amor fue a primera vista y... no me ha dejado ir hasta ahora.
El primero de Julio del 2001, otro día de más de lluvia, con mucho
frío, se le dio la bienvenida a los 270 convocados a empleo mínimo: jóve-
nes, viejos, con y sin experiencia laboral, veían en esa mañana de invierno
una posibilidad de llevar algo de plata a sus casas, se sentían resentidos,
enrabiados, tomaban ese trabajo por no tener otro, sabían que podían no
hacer nada e igual se les iba a pagar el mínimo. Las pifias eran intermina-
bles cuando les anuncié jornada de trabajo a horario completo, con control
de entrada y de salida. No teníamos herramientas, habría que conseguirlas
rápidamente, teníamos que dar señales de credibilidad y creíamos en la
dignificación del ser humano a partir del trabajo, por tanto si exigíamos
cumplimiento teníamos que dar el ejemplo.
233
utensilios de cocina, se compraron gorros, delantales paños de cocina y
todos los días entregábamos cerca de trescientos almuerzos a este grupo
humano deprimido por la falta de oportunidades de trabajo y de dinero.
Capataces, maestros y jornales era la estructura de las cuadrillas. Los capa-
taces cada miércoles tenían el Taller de Líderes, lugar de encuentro y de
desarrollo personal donde cada cual tenía un espacio de libertad y de aco-
gida, donde se aprendía a nivel personal con los recursos de cada uno a
relacionarse con los subalternos, con los pares y con las jefaturas, donde
cada persona era importante por el solo hecho de ser.
234
Sabíamos que todo esto era temporal, no dejábamos de recordar a
nuestro trabajadores esa temporalidad, todos aprendíamos algo, ellos y
nosotros, la atmósfera era grata y saludable, sólo la incertidumbre en rela-
ción al trabajo bajoneaba a la gente que se la estaba jugando de tres en tres
meses y tener o no tener pega dependía de los indicadores de desempleo
que arrojaba el país.
235
nuestra flora y recordando el tiempo de otrora cuando el adobe era el mate-
rial de construcción único y el estilo colonial predominaba en la arquitec-
tura, las enredaderas, arbustos y macizos en flor, hacían juego con el adobe
recuperado y pintado adecuadamente.
236
Se desarrollaron otros proyectos sociales y de capacitación, unien-
do la iniciativa de la empresa privada con las necesidades de la gente y
buscando la forma de seguir avanzando en la recuperación y la mantención
del lugar, se formó un jardín infantil para las familias más necesitadas de la
comunas aledañas, con participación activa de los papás, con actividades
variadas: títeres, conciertos, cine y teatro para los pequeños que están en-
trando en este mundo desde la pobreza y a su temprana edad pretendemos
que tengan acceso a la cultura y las artes, sembrando así una semilla que
quizás dé fruto en su edad adulta.
237
fantasmagóricas son maravillosas en el viejo San José, con sus leyendas de
fantasmas y de energías que movilizan cosas y prenden y apagan luces,
abren y cierran puertas. Más de alguno, seguramente siendo todavía este
lugar como hospital, se habrá desviado del camino inspirado en ese miste-
rio indescifrable de estas construcciones coloniales que guardan los secre-
tos de tantas penas, alegrías y misterios que nunca se van a aclarar pero que
contribuyen a ese encanto que tiene el lugar.
Encanto indiscutible tiene este lugar, encanto que sienten los que lo
visitan, como el grupo de estudiantes de la Universidad de Londres, futu-
ros actores, quienes con su entusiasmo juvenil realizaron la performance
“Tiempo Indómito” convocando a más de mil personas para presenciar su
interpretación del lugar mezclando con los “Cien años de soledad” de G.
Márquez. Obra que marcará la huella de estos estudiantes de teatro produ-
cida en este rincón del mundo en un hospital que ya dejó de ser tal. Encan-
tados están aquellos que con generosidad han aportado su trabajo de for-
ma voluntaria sin recibir nada a cambio, como es el caso de la señora
Guacolda, que empezó a trabajar en el pro-empleo y ahora dirige un grupo
de mujeres del sector; como la artista plástica que viendo los azulejos
quebrados en la vieja cocina pintó uno a uno con motivos precolombinos
azulejos que se pegaron sobre los rotos quedando un diseño que llama la
atención a los que lo ven. Encantados están los grupos de teatro ganadores
de los Fondart, que año a año realizan sus obras en las diferentes salas del
San José.
Hoy, a siete años de inicio del proyecto “Antiguo Hospital San José”,
podemos afirmar con toda propiedad que se trata de un proyecto exitoso.
Con la sabiduría que le dan los años vividos observa con tranquili-
dad las tensiones que un proyecto de esta envergadura produce y espera
vivir su próximo siglo con este nuevo espíritu rejuvenecido abierto a los
niños y a los jóvenes y a la comunidad de la zona norte de la Región Metro-
politana. Desde que el hospital San José se trasladó al nuevo edificio, se le
238
ha identificado como: el Viejo Hospital San José, el Antiguo Hospital San
José, Centro Cultural Antiguo Hospital San José, la propuesta ahora es San
José de la Independencia, quizás habrá nuevas, lo que parece que se man-
tiene es la imagen de San José que nos trasmite como personaje histórico
y religioso el símbolo de generosidad, de humildad y de sabiduría.
239
240
Infancia, cultura y ecología interior
Marisol Berríos
241
fin de atisbar la profundidad del desafío.
242
accionar en cualidad y significado.
Para cierto análisis sería útil reconocer que nuestra sociedad mo-
derna adolece de la profundidad filosófica y espiritual con que las culturas
originarias organizaron la vida.
243
Como realidad poética y simbólica de igual manera lo que hacemos
a nuestros niños, se lo hacemos a nuestro propio niño interior que es rele-
gado al olvido, y con ello a nuestra ecología interior que es la representa-
ción de la divinidad, el entusiasmo vital, la capacidad de asombro, la curio-
sidad, el valor, la espontaneidad.
244
Ser, poesía, salud y espiritualidad
Moira Brncic
245
Poesía..., la que nos hace perder la cabeza, nos desliza por la metá-
fora, nos despierta intensamente al sufrimiento, nos enaltece, nos corrige
el camino, se instala en nuestras células, paso a paso, vertiéndose en nues-
tro torrente mental como arena, sal, cielo perenne, pueblo, destierro, resu-
rrección, regreso, color, asentamiento, utopía, comunidad. Definirla no le
quitaría su garbo. Verso y prosa se apropian de la poesía, es formal y simul-
táneamente caótica, compleja hasta la claridad, el alba.
Poësis, el latín la trae del griego, del verbo poiéó, crear, produ-
cir, el quehacer más allá de la palabra, y con la palabra: una paradoja
metafórica.
246
Así me toca recitarle a la parentela los domingos «A Margarita
Debayle» de Rubén Darío, luego les hago una reverencia tomándome muy
en serio esto del énfasis en los elefantes, «un gran kiosco de malaquita, y
un gran manto de tisú», y «al amigo sincero...» los versos de Amado Nervo,
para finalizar en José Martí: «Yo soy un hombre sincero/ de donde crece la
palma/ y antes de morir yo quiero/ echar mis versos del alma». Lo canté
con entusiasmo en mi adolescencia tocando mi guitarra, a dos voces junto
a mi hermana. Hubo, en estas escaramuzas, un libro precioso de poemas
para niños que nos regaló la abuela, grueso, críptico. Cuando la ocasión lo
ameritaba, el libro abría sus páginas emocionado como si hubiese sido lla-
mado por nosotras.
Más tarde encuentro que los poetas son vivos. En el teatro Caupolicán
hay una proclamación de Salvador Allende. Por alguna razón mi padre me
lleva de la mano caminando sobre el escenario. Pablo Neruda me alza en
sus brazos. Apenas tengo seis años cuando él me deja en el suelo, cariñosa-
mente luego de darme un beso. Observo la cantidad de cabezas expectan-
tes antes de descender del proscenio para ocupar mi asiento. La multitud
aguarda su palabra. Se me pierden sus versos, sus odas, «Rojas Jiménez
viene volando», pero atesoro que los poetas vuelan. Recojo a la gente en
mi oído, cómo lo aplaude sin contención. Algo parecido experimenté cuando
mi abuela me llevó, un año antes, a montar guardia en la calle para ver
pasar el féretro donde iba Gabriela Mistral. Miles de pétalos de rosas caen
desde lugares insospechados, de rincones de las callejuelas adyacentes, de
balcones, cubriéndolo. Para mi tierna edad, es un instante trascendente,
lloré. En mi adolescencia, conozco a Eugeni Evtuschenko de quien me
traigo un autógrafo a casa.
247
También evoco mi adolescencia, el momento justo del despliegue de
Walt Whitman: No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a muje-
res de los que no me aparto. / No soy más orgulloso que humilde.../ Me humilla
quien humilla a los otros, / y nada se hace o dice que no recaiga en mí....»
248
sentido en la vida, de la energía y las posibilidades de innumerables uni-
versos, una exploración consciente donde somos Uno, yo y tú, por asocia-
ción. Escucho a Bateson, a Víctor Frankl, a Manuel Rojas, especialmente
su «Gusano de seda»: «Lo mismo que un gusano que hilara su capullo /
hila en la rueca tuya tu sentir interior./ He pensando que el hombre debe
crear lo suyo / como la mariposa sus alas de color.»
249
to a sus padres... -¿Que acaso esto no es poesía?- me pregunta ella con
cariño. -¡Por supuesto que es poesía!- exclamo. Cuando el poeta canta la
injusticia despierta del silencio a la comunidad. Fulguran las palabras, es-
tremecen sus versos, no contienen clases filosóficas y son la filosofía, no
transmiten un mensaje y son la clase magistral del alma, no nos dicen qué
hacer sino que nos donan aprisionar la hebra del Ser.
250
alegría, la emoción traspasante de sus versos) sino porque es la belleza
penetrando en las carnes de los seres humanos. Y ese instante es estreme-
cedor. Estimula, vivifica, afectivamente sana. No es lo mismo recibir un
poema que una carta. Los poemas en las manos de los hombres, la palabra
poetizada en las comunidades, la creación en los pueblos originarios toca
el cielo. Imágenes, emociones, ideas, reflexiones, intuiciones, afectos, de-
claraciones..., es la poesía. La libertad se pierde en la poesía, una paradoja,
porque somos la metáfora. Aunque clamemos por la liberación, es el uni-
verso el creador evolutivo, en desarrollo, naturaleza poética que nos insta
al asombro; no la representamos, somos su palabra.
251
dor, del inquieto buscador, del incesante, de hacerla humilde con la fuer-
za de un ciclón.
¿Se relaciona la poesía con la historia? Por supuesto que sí. No fue
creada para hacer historia, el hombre la requirió para construirse su propia
historia, para ubicarse en el asombro de la vida. La poesía épica da cuenta
de las zozobras del héroe en todas partes del mundo, de los dioses creando
a la humanidad, que es otra manera de mostrar las epopeyas personales con
belleza, derramando el sentimiento, defendiendo los valores universales
de los Derechos de los hombres, engarzándose a la rebeldía y la creativi-
dad de las mujeres, permitiéndoles sufragar los versos, mostrar sus padeci-
mientos por obtener la libertad.
252
samente, también con el personal, una suerte de reconciliación entre la
salud y la poesía, con aquellos que nunca creyeron en el poder sanador de
la creación, de la pöesis.
253
de la enfermedad, del accidente, de la mala hora, del destino, del cáncer;
ciudadana de los sueros, las transfusiones, de las extremidades impedidas,
de los medicamentos, del dolor, de la vejez. Cada enfermo recordó su tierra
de origen, a sus padres, los ríos, los Andes, sus trabajos, Chile, el carbón,
los bosques, el cobre, el campo, donde la pobreza se ve involucrada al
votar por un presidenciable, con el salir a las calles y ser reprimida por la
policía. Ciudadana del ser golpeado, torturado, abandonado, adoptado,
encarcelado, arrastrando sus secuelas; me transformé en ciudadana de
sus sueños.
254
Antiguamente, y hablo de hace cincuenta años atrás solamente, se
concebía «curar» como una suerte de agresión corporal, intervención frag-
mentada de un segmento enfermo del cuerpo tratando por supuesto de ver
el organismo como un reloj que funcionara bien, óptimamente, sin reflexio-
nar en la relación holística entre el «alma y la enfermedad», o «la mente y
el cuerpo». Hubo, claro está, una vanguardia que pensó otra cosa. Recuer-
do, a modo de ejemplo retrocediendo aún más en el tiempo, que Robin
Hood murió por el exceso de sangrías que le hicieron -según la narración
anónima-. Comprendí que se las efectuaron también para que se desangrara
y no tuviese un rol protagónico en la historia del poder, en defensa de los
pobres. Holísticamente todo tiene que ver. Cuando leí aquel libro, a los
diez años, me impactó muchísimo que mi héroe muriese de tal forma. Si-
lenciosamente expresé mi rabia exclamando -¡Cómo fue posible que
aceptase tantas sangrías!- Mi héroe, mi amor. -¿Acaso aquel médico no se
dio cuenta que se desangraría?- Más adelante entendí, en mi adolescencia,
al estudiar filosofía, que las formas de «curar» tienen que ver con el con-
cepto histórico de sociedad, y las formas de matar también. Los Robin
Hood no prosperan en el mundo ni los Quijotes o Ché Guevara, si no cam-
biábamos esta sociedad. Se habían «inventado» drogas muy poderosas para
matar a la población: los medicamentos químicos, la guerra bacteriológica,
el hambre, el narcotráfico, la farmacología con sus efectos secundarios y el
terrorismo de Estado.
255
do, en una ocasión, la lectura de mis poemas en la sala común, donde per-
maneció unos cuantos días, medio dopado, con suero y enyesado. Me diri-
gí a la UTI. Lo reconocí. Fue él, en esas horas, quien había musitado en mi
oído -«léame, no más. Aunque no participe porque no tengo fuerzas para
hablar, puedo escucharla». Al rato dormía. ¿Qué deseaba ahora? Antes de
morir que le leyera un poema. Mi mente rápidamente buscaba el adecuado.
¿Habría uno «adecuado» para tal transición? No me sabía ninguno de me-
moria. Andaba con mi carpeta, fotocopias de algunos que me sobraron en
la repartición a los pacientes. Me dije: -elige al azar, sólo el destino sabrá
cuál es el suyo-.
256
«La estructura de las revoluciones científicas» propone que un paradigma
es el modelo sobre el cual se sustentan las formas de ser y de pensar de la
sociedad dentro del marco avalado por la comunidad científica. ¿Cuál es el
marco actual en el que se sustentan las formas de ser y pensar de nuestra
sociedad en relación a la salud? Como los patrones históricos no son está-
ticos y nacen descubrimientos y postulados que enjuician la sociedad des-
de los puntos de vista filosófico, teológico, económico, político, aplicando
la dialéctica, novedosos planteamientos surgen de esta mirada de la ener-
gía, que produce un nuevo paradigma en la salud.
A veces hay cosas que están fuera de los límites de nuestro entendi-
miento, no sólo personal (construcción socio-cultural), sino que también
del paradigma que se pretende cambiar. Son nuestras experiencias energé-
ticas que rompen los límites de la sociedad rígida, excesivamente
estructurada y especializada en la fragmentación (paradigma actual). Los
miedos, las adaptaciones impiden muchas veces aventurarse a lo metafísi-
co, espiritual o al rescate étnico del concepto de salud. Conforme nos
adentremos más allá, al Todo, a la unificación, a la Unidad, a la traslación
de masas, distancias y tiempos del mundo newtoniano, al mundo subatómico
de la física, nos quedan grandes cosas que descubrir creativamente, con la
esperanza que nuestra sociedad moderna avance hasta un punto crítico lue-
go que su modelo ha sido cuestionado. Son momentos de confusión por
cierto, de confrontación de realidades paradigmáticas, de replanteamientos
socio-políticos, de un cambio cultural. Siempre me he preguntado cómo
podría ser nuestra cultura si todos hubiésemos comenzado entendiendo el
comportamiento del electrón, haciéndonos parte de ser vacío y del funcio-
namiento como onda y partícula, o del vivir en la incertidumbre sin afe-
rrarnos a los dioses.
257
La multiversidad en que ahora nos vemos envueltos nos muestra
que vivimos en la encrucijada del cambio de paradigma. Más bien se está
dando. No necesariamente cambiaremos un paradigma por otro. Por el con-
trario, nos acercamos al misterio del Todo, inalcanzable. Es un hecho que
cuestionamos el modelo en que vivimos. No basta calificarlo como
neoliberal. Más bien yo diría antiecológico, antiétnico, discriminatorio,
consumista. Paso a paso, vemos manifestaciones del nuevo paradigma,
superpuestas en el paradigma neoliberal: la democratización y la participa-
ción de las comunidades en asuntos ciudadanos, la decadencia de las es-
tructuras religiosas, el elevamiento de los conglomerados espirituales, las
novedosas apreciaciones en torno a la integración de relaciones humanas
viables, solidarias, sensibles, afectivas, intuitivas, las denuncias y
movilizaciones en torno a las gestiones gubernamentales y contra los polí-
ticos corruptos. Me parece más bien un Renacimiento. Se alzan gobiernos
con líderes mujeres. Se despiertan las ansias de conocimientos en las co-
munidades sin más aspiraciones universitarias que ayudar a los niños y
adultos mayores, se alientan los anhelos de la cultura concebida como auge
de la música, de las artes,de la expresión popular. La nueva conciencia
comenzó a pertenecerle al ser humano. Él es el vínculo con la salud. Se
trata de que cada hombre, mujer o niño sea el vínculo para el desarrollo, no
se conciba como el sujeto con herramientas de experticia para la interven-
ción de la naturaleza, sino sean la naturaleza. A la luz de este nuevo para-
digma los seres humanos son la totalidad que interactúa solidariamente,
son la relación de las interrelaciones, con amor entre los suyos: son la roca,
la planta medicinal, el sembradío, el animal, la inteligencia, el lenguaje.
Son la construcción espiritual. El nuevo paradigma florece permeando la
empresa, la escuela, las organizaciones, las comunidades. Cambia el con-
cepto de la salud y la educación. La poesía del universo es el vínculo. A
través de ella emergen los mundos personales creando interrelaciones más
profundas, cálidas y significativas con la comunidad. La poesía nos mues-
tra mejor las tendencias mundiales, más certeramente que como lo ejecuta
la mera información y las estadísticas.
258
paradigma donde no nos consideramos «independientes» del resto, pro-
puesta totalmente contraria a Descartes. Este último, al considerar antes de
Einstein, que la Naturaleza estaba separada en dos estadios irreconcilia-
bles: lo material y lo espiritual, instaló al hombre en la casilla de lo»material»
y lo sometió a las leyes de la mecánica: una «máquina» bien hecha y cuyo
comportamiento es predecible a esas leyes. De este modo se concibió la
salud: un cuerpo bien engranado, limpio de colesterol y toxinas, en buen
funcionamiento de sus piezas (órganos). Si alguna se desajustaba, se podía
reparar, dando origen a una concepción de la «enfermedad» y la «cura»,
fragmentada. En el mundo cartesiano la poesía no hubiese entrado jamás
como fenómeno sanador, activador, mejorador de las relaciones con el en-
torno y reconstrucciones humanas. ¿Dónde se encontraba su mística, en
qué parte de su alma, de su mente? ¿En qué parte del cuerpo, de la «máqui-
na-poeta», podía hallarse la «falla» de sus pioneros? Fue penetrado igual
por ella, porque los pioneros del nuevo paradigma vieron el arte como fe-
nómeno sanador. Lentamente la poesía enfermó al poeta, lo caotizó, lo
sanó, resucitó y simultáneamente fue reflejo de una sociedad industrial
despiadada, que denunció. La poesía instó a los pueblos, a las comunida-
des, al individuo, a ser, a sentir. Imposible fragmentar la poesía. Desafió la
mecánica clásica. Yo creo que la poesía es lo único integral, holístico que
poseemos, por eso la amamos: congruente, sólida, completa, hiriente, en-
tera, sin disecciones, sin cirugía. A ratos se intenta analizar sus figuras
literarias, cuestionar sus raíces, intervenir en las agrupaciones litera-
rias comunales, «enseñar» poesía (cuando ésta únicamente surge de las
entrañas), perseguir a los poetas. La poesía ni se mueve, son roces su-
perficiales en su lomo peludo de «Platero y yo» de Juan Ramón Jiménez,
como la brizna de hierba incólume, ante la caricia de la brisa suave de
un caluroso verano.
259
tolerante; cantó al espíritu escondido de la materia, en las odas nerudianas,
comenzó a plasmarse en miles de idiomas, buscó la derrota de la máquina,
quiso terminar con las formalidades, se perdió en los límites borrosos. Aven-
turera abandonó los cánones, se reintegró a la síntesis, se rió de los frag-
mentos, democratizó sus plumas, quiso ser ciudadana, pueblo, azúcar, pe-
tróleo, deseó ser cantada sin ser rimada, también fue fusilada; se atrevió a
traspasar realidades, abrir fosas, fue acusada; se instaló en los cafés, fue
relegada a campos de concentración, se transformó en sabia, fue todos los
seres, fue la enfermedad misma, con energía.
260
influido en el cambio de paradigma y con ello en la salud. Tanto los crite-
rios cartesianos -que el hombre es una máquina reparable- y el criterio de
la parcialidad están retrocediendo en la comprensión del mundo. Con ellos,
todas las fuentes históricas de sanación integral derivadas de las culturas
ancestrales, los experimentos de un desarrollo sustentable donde el médico
adquiere otro rol, (el de sanador del barrio, el que sabe qué tiene su pacien-
te porque lo conoce de años, el que lo valora como ser humano) y la poesía,
no tendrían cabida. El criterio de «parcialidad», sinónimo de respeto por lo
que «todo lo que es científico es bueno», inspirado luego del obscurantis-
mo del medioevo para resaltar y defender todo lo que es medible, pesable,
estadístico, capaz de reproducción en laboratorios como óptimo, inmejora-
ble, libra ahora una dura batalla con el paradigma cuántico emergente, que
confía en que la salud natural está imbricada estrechamente con una ecología
del desarrollo, de la evolución, que nos hace sentirnos totalidad. Somos la
naturaleza, instaurando la cultura de la relación de las interacciones, no
meros observadores de la misma a punto de intervenir en ella para investi-
garla hasta su médula y al final, destruirla.
261
las defensas, a reforzar su sistema inmunológico y a aprender a
interrelacionarse de otra forma, tanto consigo mismos como con los de-
más. De allí la apertura a estimular en ellos la escritura, llámese llevar un
diario de vida, escribir poemas, o narrar experiencias personales. El con-
cepto de «enfermedad» va cambiando. «Cuerpo» y «mente» son un todo.
Cada célula es nuestra mente, -yo diría, con un sentir poético-, una totali-
dad milagrosamente relacionada, armónica y musical, con interacciones
diversas, una memoria de la poesía universal.
262
vibratorios se interrelacionan unos con otros, influenciándose. ¿Qué papel
juega la poesía en los niveles vibratorios? Cambia nuestra densidad. Al
considerar nuestra corporalidad como energías sutiles interrelacionadas,
vibrando e influenciándose unas a otras, nuestro modo de concebir el mun-
do también cambia. Estamos vibrando en el todo porque somos el Todo. La
incertidumbre de Heisenberg (onda o partícula) puede tornarse, con este
fundamento, una breve certidumbre de ser en el Ser, en el universo vibrato-
rio, musical. Trascender nos da algo de certeza, no en la permanencia, sino
en el camino: música, poesía. Podemos crearla mientras nos vamos. La
evolución de las energías sutiles me despiertan, a nivel espiritual, mayor
conciencia, pero la incertidumbre continúa. Vemos que la unidad de con-
ciencia, en evolución, es la conciencia que utiliza cualquier medio para
desarrollarse. Si somos conciencia en evolución somos la poesía.
263
que la poesía siempre nos entregue el equilibrio perdido, a pesar de prove-
nir creadoramente de un instante complejo. En último término sanamos
con la poesía, una vez creada por nosotros mismos, o nos acercamos a
la sanación leyéndola, escuchándola, o estimulando su irradiación en la
comunidad.
Hay más sobre salud y poesía. Mientras más conscientes somos acer-
ca de nosotros mismos, mientras más poéticos, alegres, comunitarios,
expansivos, afectuosos nos comportamos, el megaholograma que es el uni-
verso recibe de nosotros la dicha de «contenernos». A la vez influimos en
el bienestar de todos los demás: animales, plantas, minerales, polvo galác-
tico, estrellas, nuestros semejantes, la humanidad. Nuestra preciosa
corporalidad es la que nos proporciona los avisos correspondientes de sa-
tisfacción o malestar, al enfrentarnos a cualquier desequilibrio físico. For-
taleciéndonos en la satisfacción, el buen humor, el entusiasmo, la alegría,
la solidaridad, en actitudes amorosas, fisiológicamente desencadenamos
neuropéptidos, que nos impulsan a defendernos de invasiones agresivas
generadas por nosotros mismos en ausencia de conciencia.
264
diagnóstico, localización y erradicación de enfermedades en distintos ór-
ganos se transforma de «focalizada» (centramiento en los síntomas) a glo-
bal (centramiento en el ser humano que ha enfermado) al cual habrá que
atender en interrelación afectiva e inteligente. Ya no es médico y paciente,
(dualidad cartesiana) sino amistad, vínculo de amor, de compasión, de com-
pañía cósmica, religiosa o espiritualizada. Lo comprendemos cuando nuestra
conciencia se torna holística. Si este paradigma emergente se hace cargo
de una nueva forma de desarrollo personal, la poesía será su modus operandi.
¿Quién no ha escuchado de los labios del amado un poema original, leído o
aprendido de memoria, para conquistarnos? ¿Qué amado no ha retenido en
sus pupilas una carta de amor de su elegida? ¿Quiénes no han experimen-
tado la palabra como fuente de afectos incondicionales? ¿Quiénes no se
han sentido seguros si no fuese por aquel creador, por el poeta, que ha
tomado en sus manos las vidas de otros, en su vida? Cuando «enferma-
mos» la poesía puede tomar el rol protagónico. La sentimos como metáfo-
ra del cosmos, en sintonía con la naturaleza. La poesía de la existencia
empalidece, y la que estaba invisible, se torna trascendente. Revitalizarse
significaría ser la naturaleza y sentir en poesía. Al sanar sentimos la crea-
ción, pensamos en poesía. Bajo la niebla, las minúsculas luces de las casas
vecinas parecen huellas de estrellas; cuando amamos, los frutos son bri-
llantes, el sol nos entibia, nuestra luz interna se hace visible, la ternura es la
dulce aparición de dioses benévolos que nos auspician, y los días amargos
se transforman en la madera sin pulimentar.
265
26%. ¿Qué pasa con el resto? Es poesía y música, tiendo a afirmar. La
realidad que concebimos es el misterio. En directa relación con la salud,
con la educación, con la cultura.
¿Es la poesía algo real? El nuevo concepto de salud es más real que
el cartesiano a ultranza. Me parece más real la idea de lo «real» al sanar
con la poesía, lo que ésta nos despierta en el interior tanto más que la ma-
teria física que palpamos, que vemos. Una poesía es tan real como una
mesa desde este punto de vista. (me refiero al sentimiento, a la emoción
que provoca). Hamlet y El Quijote podrían llegar a ser tan reales al
leerlos, porque podrían salvar vidas, si los interrelacionamos con la sa-
lud. La meditación es tan real como la constelación de Orión y la músi-
ca es tan real, no porque el sonido se propaga por el aire y lo percibi-
mos por el oído, sino porque puede haber sido el compuesto creador del
universo en que vivimos: somos el sonido. Si nos adentramos a la teo-
ría de las supercuerdas que constituyen el universo, éstas podrían estar
sonando para nosotros con sus multidiversas melodías. Dos cosmólogos,
Wayne Hu y Martín White, analizando el momento previo al Big Bang
nos señalan: «El resultado es un espectro de sonido muy parecido a los
que produce un instrumento musical. Esta melodía contiene armonías
con longitudes de onda que son fracciones integrales de la longitud de
onda fundamental».
266
tros actos cotidianos entran en conflicto con nuestro objetivo espiri-
tual». Entiendo que la poesía tiene su objetivo espiritual, no podemos
dejarla de lado. Cuando cada ser humano entra en conflicto con su ar-
monía interna básica, con su verso interno, en conflicto con la emoción
poética, dejando fuera la naturaleza, no sintiéndola dentro de sí mismo,
expulsando el canto interior, apagándolo, la calidad de vida corre peli-
gro. Cuando el ser humano deja el coro de las mesetas, de las cordille-
ras, el coro de la creación, de la luna y el sol, la música de las
supercuerdas y su conciencia ya no escucha, su darse cuenta es débil,
aumenta su sordera, no oye las señales, se vuelve cada vez más denso,
tiene roturas energéticas. Quien no actúa de acuerdo con su propia con-
ciencia, es congruente, somatiza cualquier conflicto en su cuerpo físico
y «enferma». La salud integral es entonces nuestra decisión, nuestra
responsabilidad. Antes de las «señales» o inmersos en ellas, la poesía
puede protegernos de la intervención de un facultativo, entendiendo
por ello la contemplación del mundo poéticamente. Somos el caminan-
te y el verso al mismo tiempo.
267
fuerza la opinión que considera que la poesía es una crítica de la vida, y
estarán cada vez más convencidos de que es una revelación de la vida
oculta y, tal vez, lleguen a pensar que pintura, poesía y música son los
únicos medios dejados al hombre en la Tierra para conversar con la
eternidad».
reflexionaba
de perpendiculares peldaños...
268
y tres niños solos cruzaron la calzada
dónde estarían
conversación confiada.
atrevidos...
269
no alcanzaríamos al misterio.
identificar enfermedades...
el sol se debilita
y la música
armónica latiendo
canción de sauces
indulto
inédita
270
en las manos del pequeño observador
luego prosiguen
con Ciencia?
271
más, las nuevas técnicas de microcirugía o la utilización del bisturí de
rayo láser.
272
ser educadas desde la cuna con un concepto de salud del nuevo paradigma.
Respeto por las etnias, por las sabidurías antiguas, por el despertar energé-
tico, por los fenómenos parapsicológicos, por el aprendizaje del espacio-
tiempo, por su sanación constante ante permanentes desequilibrios y esta-
dos vibratorios. La poesía es palabra, la palabra es vibración. Vibra el
poeta creándola, vibran los seres escuchándola, vibra nuestra
corporalidad al sentirla. Somos energía al ser poesía. El ser humano de
final de milenio será otro en su paradigma ecológico-energético. Lo
impulsará el renacimiento de sus capacidades, es decir, a extraer de
ellos lo mejor, lo más bello, sus habilidades relevantes, sus capacidades
plenas para su felicidad personal ampliando, de este modo, la mirada al
universo, encontrándolo a través de la poesía, liberándolo de miedos y
de las inseguridades, la prisión perpetua de quien ha enfermado en esta
sociedad moderna por no atreverse a ser poesía, quiero decir, no la obra
del poeta, sino el poeta en la gran obra. David Bohm afirma: «La física
me enseñó la necesidad de comprender que el mundo es un todo, que la
fragmentación que observamos en todas las áreas del mundo contem-
poráneo es peligrosa, y que hay que entablar un diálogo serio a fin de
evitar mayor fragmentación y reparar la que hay en curso. Este tipo de
diálogo no es una discusión, discusión quiere decir lanzar la pelota y
cogerla, como en el ping pong. Se trata de crear una situación en que
podamos dejar de pensar en nuestras opiniones y en nuestros juicios y
seamos capaces de escucharnos mutuamente.En un movimiento dado
la gente reconoce que ese campo común es más importante que los cam-
pos individuales. A partir de ahí se desarrolla un estado de inteligencia
superior, de inteligencia social. La inteligencia que se genera con el
diálogo y posibilita que exista algo nuevo en las relaciones humanas».
273
Nivel
274
Imaginando un Tiempo de Volantines
Sebastián Claro
275
Pero, si calmadamente nos preguntamos por dichas propiedades,
probablemente, la idea que estamos concibiendo se nos escurra entre los
dedos y podremos notar que hemos creado un monstruo de siete cabezas, a
través del mero ejercicio de nuestra imaginación. Si eso nos pasa, nos
quedaremos con una idea de tiempo vacía, dispuesta a ser imaginada nue-
vamente.
1
Martín Heidegger señala: “La expresión compuesta “estar-en-el-mundo” indica, en su for-
ma misma, que con ella se mienta un fenómeno unitario. Lo así primariamente dado debe
ser visto en su integridad.” (“Ser y Tiempo”. Editorial Universitaria. 1997. Pág. 79).
276
posibles se encuentren y nos permitan a los seres humanos ir construyendo
una sociedad a partir de las conversaciones y los gestos, a partir de lo que
cada uno está dispuesto a abrazar.
***
277
cabezas que cristalizamos en el lenguaje cotidiano. Entonces, nos queda
dejar que el tiempo se desborde de nuestra imaginación y esperar lo que
suceda. En eso, habrán otros recursos de la imaginación puestos en jue-
go. En lo siguiente, recurriremos a imágenes para tratar de señalar un
tiempo distinto al que concebimos en nuestra sociedad. Aunque sea así,
estas imágenes serán sólo soportes, banales metáforas, para compartir
acerca de eso tan esquivo para el lenguaje, eso que se da como nuestra
temporalidad.
***
***
278
largas sombras, buscando tesoros, acumulando riquezas; cuales sísifos2 ,
sacamos la tierra de un lugar para acumularla en otro. Nos pasamos la vida
temerosos de la muerte. Una fría uña nos rasca la cabeza y el pavor de
volver la vista, nos tiene corriendo hacia el sin-lugar; la carrera es una
Huída, en ella no se da la Búsqueda, no hay Esperanza, no hay Asombro.
***
2
En “El Mito de Sísifo” (Alianza Editorial. Año 1981. Pág. 167), Albert Camus (1913 –
1960) escribe: “ Los dioses habían condenado a Sísifo a subir sin cesar una roca hasta la
cima de una montaña desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Habían
pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y
sin esperanza. ”
279
Nos detendremos, primero, en lo que Edmund Husserl (1859-1938)
concibe como la conciencia humana. Para él, la conciencia conforma la
esencia de toda vivencia humana. No distingue entre vivencias concientes
e inconcientes, el transcurrir humano se da permanentemente “desde” la
conciencia. Por su parte, esa conciencia está “lanzada” hacia el mundo.
No tiene un interior, donde los “objetos” de la conciencia quedan atrapa-
dos y son engullidos. La conciencia husserliana, en palabras de Jean-Paul
Sartre (1905-1980) se asemeja a “. . . la imagen rápida y oscura del estalli-
do”3. Con ello se da cuenta de lo que Husserl señala al decir4: “En la esen-
cia de la vivencia misma entra no sólo el ser conciencia, sino también de
qué lo es y en qué sentido preciso o impreciso lo es”. Es decir, hay una
entidad indivisible, cual es la conciencia, y aquello de lo cual es conciente.
Husserl lo resume en su frase “Toda conciencia es conciencia de algo”.
3
Jean-Paul Sartre. “Una Idea Fundamental de la Fenomenología de Husserl: la
Intencionalidad”, en “El Hombre y las Cosas”.
4
Edmund Husserl. “Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica”. Fondo de Cultura Económica. Segunda edición en español, año 1962
(primera edición en alemán, año 1913). Pág. 82.
280
Nos importa esta imagen de la conciencia humana, porque nos pa-
rece que da muy bien cuenta de lo que son nuestras vivencias. En lo coti-
diano podemos constatar esa condición de arrojados. Se puede recurrir a
situaciones muy sencillas para dar cuenta de eso: el hambre nos arroja al
alimento o a su escasez, el amor nos arroja a la mujer amada, el frío nos
arroja al abrigo o a su ausencia, la imaginación nos arroja a la imagen
imaginada. Hasta el silencio, el reposo, un estado de meditación profunda, se
da como arrojo a la quietud del mundo. Ya nuestro cuerpo no puede ser conce-
bido sin el mundo. Cuando nuestro cuerpo inaugura el espacio, en tanto dis-
tancias, lejanía, fatiga, ansiedad, ya nos encontramos arrojados-en-el-mundo.
***
281
donados así por nuestra naturaleza misma en un mundo indiferente, hostil
y reacio; habréis comprendido el sentido profundo del descubrimiento que
Husserl expresa en esta frase famosa: “Toda conciencia es conciencia de algo”.”5
5
Jean-Paul Sartre. “Una Idea Fundamental de la Fenomenología de Husserl: la
Intencionalidad”, en “El Hombre y las Cosas”.
6
Wieland Schmied. “Hundertwasser”. Editorial Taschen. Año 2005. Pág. 394 (texto: Pierre
Restany. “The Five Skins of Man”).
282
tierra. Desde esa imaginación, la intimidad del ser humano, lo que está
“más-acá” de su piel, se amplía sin contención, la intimidad llega más allá
del horizonte, más allá, incluso, que el vuelo del volantín. Entonces, enre-
jar las ventanas, poner portones eléctricos y alambre púa, elevar los muros,
protegerse en “recintos privados”, se convierte en una espesura en medio
de la intimidad. Son coágulos de sangre que provocan isquemia en tejidos
vitales para nuestras vidas.
283
mucho más amplio, el cual somos responsables de cuidar.
***
284
radical Solidaridad, mi-vida es esencialmente solidaria a la vida del Otro.
285
bienes acumulables, parece no haber comparación posible, parece que son
herencias que se dan en dos mundos muy distintos.
7
La “muerte”, el “momento” por el que se concibe el Testamento, la imaginamos como
aquella a la cual hace referencia R. M. Rilke (1875-1926): “La muerte es el lado de la vida
que no está vuelto hacia nosotros”. Por eso, se da en la vida y señala un momento de la vida
que, aunque no está vuelto hacia nosotros, integra la misma “sustancia” de la vida.
286
rada limpia, sonreír con simpleza, dejarse llevar por lo anhelado, lo vital,
lo que consustanciando sangre lleva a la sangre fluir más allá de sus san-
guíneas fronteras. Implica, consumar la sangre en evanescencias que des-
pejan el espacio donde se da el que reparte. En ese espacio despejado, las
pieles dejan de ser Fronteras y pasan a ser meras indicaciones de la
facticidad. Ahí, se participa en la vibración de las sangres, de los huesos y
de las pieles, que se abrazan y traspasan.
287