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Relación Sexo-Cerebro

PROCESOS BIOLÓGICOS DEL COMPORTAMIENTO

Arteaga Lugo Karla Itzel | Grupo 2 | 25/05/18


¿Qué es el sexo? La Real Academia de la Lengua Española (2008) señala cuatro
significados posibles: “división entre macho-hembra”, “conjunto de seres
pertenecientes a un mismo sexo”, “órganos sexuales”, y “elemento biopsicosocial que
le da identidad al individuo”.

En su sentido coloquial, y de acuerdo con diversos autores (Gotwald y Holtz, 1983;


Hyde y De Lamater, 2006; Masters, Johnson y Kolodny, 1995), “sexo” puede referirse
al hecho de ser hombre o mujer, el acto sexual, el apareamiento, la copulación, el
orgasmo o a hacer el amor. Por su parte, Fernández (2010) y Álvarez-Gayou (2011)
plantean que el sexo es una interacción entre componentes biológicos complejos,
dividiendo al sexo en:

 Sexo Cromosómico
 Sexo Gonadal
 Sexo Hormonal
 Sexo Anatómico
 Sexo Fisiológico

A continuación, abordaremos este concepto en sus diferentes aspectos.

Desarrollo:

La diferenciación sexual en el embrión humano, es en sí misma la diferenciación en


sentido masculino, ya que el sexo "por defecto" es el femenino; esto quiere decir que
para que se desarrolle el embrión masculino, debe modificarse ese camino natural
que llevaría al embrión a diferenciarse en sentido femenino.

Esto se logra a partir del producto de un gen, el gen SRY que se encuentra en el brazo
corto del cromosoma Y, que inhibe a otro gen (Dax-
1), lo que lleva a la transformación de la gónada
indiferenciada en testículo.

Una vez que la gónada se ha diferenciado en


testículo, en él podemos encontrar las células de
Sértoli y las de Leydig, cada una con funciones
importantes en este mecanismo de diferenciación
en sentido masculino:
• Las células de Sértoli elaboran hormona
anti-mülleriana (HAM) que induce la
involución del conducto de Müller
• Las células de Leydig sintetizan
andrógenos que cumplen una doble función
en este mecanismo: por un lado, estimulan la persistencia y desarrollo de los
conductos de Wolff y por otra parte masculinizan los genitales externos.

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En el embrión femenino, al faltar el cromosoma Y, no hay gen SRY¸ y por lo tanto no
se inhibe el gen Dax-1, lo que lleva al desarrollo del ovario, el que no tiene ni Sértoli,
ni Leydig, porque no habrá ni HAM (no se atrofia el conducto de Müller) y, ante la falta
de andrógenos, desaparece el conducto de Wolff y los genitales externos evolucionan
en sentido femenino.

En el embrión humano el desarrollo del sistema genital, atraviesa dos etapas:

 Etapa indiferenciada: desde la fecundación hasta la 7ª semana (embriones


masculinos) o hasta la 9ª o 10ª semana (embriones femeninos).
 Etapa diferenciada: momento en el cual se producen los cambios que
llevarán al desarrollo del sistema propio de cada sexo.

Etapa indiferenciada:
La etapa indiferenciada se caracteriza porque no podemos reconocer el sexo del
embrión, ni evaluando aspectos macro ni microscópicos. La única forma sería
haciendo un cariotipo donde se podrían observar los dos cromosomas sexuales, y de
esa manera, determinar el sexo.

En esta etapa podemos observar:


 Genitales internos indiferenciados
 Genitales externos indiferenciados

Genitales internos indiferenciados:


Los genitales internos incluyen: las gónadas indiferenciadas, los conductos
mesonéfricos o de Wolff y los conductos paramesonéfricos o de Müller.

Las gónadas indiferenciadas se forman en el espesor de la cresta genital (la cual


deriva del mesodermo de los gononefrótomos, de su porción más medial). Esta
gónada indiferenciada está rodeada por una capa de células que tapiza el celoma
intraembrionario y que recibe el nombre de epitelio celómico; desde esta capa de
células se pueden observar proliferaciones celulares que penetran en el espesor de
la gónada indiferenciada a manera de tabiques y que constituyen los cordones
sexuales primarios. Por último, hay que destacar que a esta gónada indiferenciada
arriban células que se originan en la pared del saco vitelino y que son las células
germinales primitivas (por lo tanto, el verdadero origen embriológico de las mismas no
son las gónadas, sino que en ellas se desarrollan, pero se originaron en la pared del
saco vitelino).

Los conductos de Wolff se desarrollan en el espesor del mesonefros y se dirigen en


sentido caudal hasta desembocar en la cloaca. Cerca de esta desembocadura emiten
el brote ureteral que dará origen a la porción colectora de los riñones y a los uréteres.

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Los conductos de Müller se desarrollan paralelos a los de Wolff, en una posición más
lateral que éstos, también se dirigen en sentido caudal y cruzan a los conductos de
Wolff, haciéndose más mediales que éstos en la parte más caudal. En su evolución,
podemos observar que, en esa porción caudal y medial, ambos conductos de Müller,
se fusionarán entre sí, dando origen entonces a dos porciones bien distintas: una
porción no fusionada y una porción fusionada.

Genitales externos indiferenciados:


Los genitales externos del período indiferenciado son: El tubérculo genital o falo, los
pliegues uretrales y los pliegues genitales. Estas estructuras ya fueron estudiadas con
el aspecto externo del embrión de 4ª semana.

Etapa diferenciada:
El estudio de la etapa diferenciada comprende los cambios que sufrirán los
componentes de la etapa indiferenciada para dar origen a las distintas estructuras del
sistema en ambos sexos.

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Diferenciación en sentido masculino:
La gónada indiferenciada se diferenciará en testículo; para ello, los cordones sexuales
primarios darán origen al epitelio de los tubos seminíferos, incluyendo a las células de
Sértoli; las células germinales primitivas se transformarán en las células de la progenie
espermática, que al terminar su evolución darán origen a los espermatozoides y por
último el mesodermo de la cresta genital va a dar origen al intersticio testicular, donde
podemos encontrar a las células de Leydig.

Los conductos de Wolff van a persistir y desarrollarse para dar origen al epidídimo,
conducto deferente, vesículas seminales y conductos eyaculadores.

Los conductos de Müller van a atrofiarse, dejando solo derivados vestigiales.


Los genitales externos evolucionan de la siguiente manera:

• El tubérculo genital da origen al pene.


• Los pliegues uretrales se fusionan entre sí para constituir la pared anterior de
la uretra peneana.
• Los pliegues genitales también se fusionan entre sí para dar origen al escroto.
Por su parte la próstata es un derivado de la porción vesicouretral del seno
urogenital (endodermo).

Diferenciación en sentido femenino:


La gónada indiferenciada se diferenciará en ovario; para ello, los cordones sexuales
primarios se atrofiarán y serán reemplazados por los cordones sexuales secundarios
(también originados a partir del epitelio celómico), los que darán origen a las células
foliculares; las células germinales primitivas se transformarán en las células de la
progenie ovogénica, que al terminar su evolución darán origen a los ovocitos II y por
último el mesodermo de la cresta genital va a dar origen al estroma ovárico.

Los conductos de Wolff van a atrofiarse, dejando solo derivados vestigiales.


Los conductos de Müller van a persistir y de ellos derivan:

• De la porción no fusionada, las trompas de Falopio.


• De la porción fusionada, el útero y el tercio superior de la vagina.
Los dos tercios inferiores de la vagina derivan de la porción pélvica del seno urogenital
y el introito o vestíbulo vaginal, deriva de la porción fálica del mismo seno.

Los genitales externos evolucionan de la siguiente manera:


• El tubérculo genital da origen al clítoris.
• Los pliegues uretrales no se fusionan entre sí y se transforman en los labios
menores.
• Los pliegues genitales tampoco se fusionan entre sí y originan a los labios
mayores.

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Femenino Indiferenciado Masculino

Genitales internos

Ovario Gónada Testículo


indiferenciada
Estroma ovárico Mesodermo de la Intersticio (cél. de Leydig)
cresta genital

Ovocitos Células germinales Espermatozoides


primitivas

Se atrofian los cordones sexuales Epitelio celómico Epitelio de los túbulos seminíferos
primarios y son reemplazados por (cordones sexuales (cél. de Sértoli)
cordones sexuales secundarios primarios)
que darán origen a las células
foliculares

Involuciona (por la ausencia de Conducto de Wolff Epidídimo, conducto


andrógenos) deferente, vesículas
seminales y conducto
eyaculador

Porción no fusionada: trompas Conducto de Müller Involuciona (por la acción de la


de Falopio Porción fusionada: hormona anti-mülleriana,
útero y 1/3 superior de la vagina sintetizada por las células de
Sértoli)

Genitales externos

Clítoris Tubérculo genital o Pene


falo
Labios mayores Pliegues genitales Escroto

Labios menores Pliegues uretrales Pared anterior de la uretra


peneana

Las hormonas son sustancias químicas que controlan numerosas funciones


corporales, son producidas en el sistema endocrino, el cual está formado por
glándulas y tejidos secretores que no tienen un conducto secretor como las glándulas
exocrinas (por ejemplo, glándulas salivales). Por lo tanto, las hormonas son
secretadas y transportadas a través de la sangre, actuando como "mensajeros" para
coordinar las funciones de varios órganos del cuerpo.

El sistema hormonal se relaciona principalmente con diversas acciones metabólicas


del cuerpo humano y controla la intensidad de funciones químicas en las células.

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Algunos efectos hormonales se producen en segundos, otros requieren varios días
para iniciarse incluso semanas, meses, o años, jugando un papel importante en:

 El crecimiento y desarrollo
 La reproducción
 Las características sexuales
 El uso y almacenamiento de energía
 Los niveles de líquidos, sal y azúcar en la sangre

Existen diferentes tipos de hormonas, la mayoría derivada de los esteroides y


proteínas. Su acción dependerá de los receptores, ya que estos son específicos para
una hormona determinada y se ubican en las células blanco. Los receptores de
hormonas proteicas se ubican en la membrana plasmática de la célula blanco y los de
hormonas esferoidales se encuentran en el citoplasma y núcleo celular.

Las hormonas sexuales son esteroidales, siendo moléculas pequeñas y liposolubles,


lo que les permite atravesar fácilmente las membranas celulares. Una vez en el interior
de la célula, los esteroides pueden unirse a receptores en el citoplasma o el núcleo y
de esta manera influir sobre la expresión genética.

Las hormonas sexuales influyen de diferente manera en el desarrollo de la sexualidad


desde la concepción hasta la madurez sexual, pues determinan el desarrollo de las
características anatómicas, fisiológicas y de comportamiento que distinguen al
hombre y a la mujer.

Regulación de hormonas sexuales femeninas:

Desde la aparición de la primera menstruación (menarquia) hasta la desaparición de


ella (menopausia), las mujeres experimentan cambios cíclicos en los ovarios y el
útero. Cada ciclo tiene una duración de unos 28 días aproximadamente e implica la
maduración de un ovocito y la adecuación del endometrio para recibirlo, en el
supuesto de que sea fecundado. Si no ocurre la fertilización, el endometrio uterino se
desprende y deja unas áreas hemorrágicas que producen el sangrado menstrual.
Podemos distinguir dos ciclos que se producen simultáneamente:

Ciclo ovárico: Consiste en la maduración de un folículo y expulsión de un ovocito


secundario. El ciclo menstrual, que consiste en la preparación de un ambiente apto
para recibir al ovocito fecundado (cigoto). Si el ovocito secundario no está fertilizado
es eliminado.

En el ovario ocurre una serie de eventos que llevan al desarrollo de los ovocitos
secundarios. Las etapas fundamentales de estos cambios son:

 Fase folicular: Se refiere a la evolución del ovocito primario y el


comportamiento de las células que lo acompañan (teca y granulosa), conjunto
denominando folículo. Es una fase de duración variable que comienza con el
desarrollo de un grupo de folículos por influencia de la hormona
folículoestimulante (HFE) y la hormona luteinizante (HL).

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Estas hormonas reciben el nombre de gonadotrofinas por su acción sobre las
gónadas femeninas y masculina. Luego, se selecciona un folículo que va
madurando y aumentando de tamaño hasta el día de la ovulación y que secreta
estrógenos. Éstos aceleran el crecimiento del endometrio y son responsables
de las características sexuales secundarias de la mujer.

 Ovulación: Corresponde a
la descarga del ovocito
secundario del folículo
maduro. Este hecho se
produce por el brusco
aumento de la hormona
luteinizante hasta llegar a un
máximo en su concentración,
que es seguido en un lapso
de horas por la ruptura de la
pared folicular. En este
evento se completa la
primera división meiótica.

 Formación del cuerpo


lúteo: Después de la
ovulación, la estructura
folicular que queda en el
ovario se reorganiza y se
convierte en una estructura glandular conocida como cuerpo lúteo, que secreta
progesterona y estrógenos. La hormona progesterona es la encargada de
preparar al útero para la eventual gestación. Si entre los 8 y 10 días después
de la ovulación no aparece alguna señal de presencia embrionaria, el cuerpo
lúteo inicia un proceso regresivo autónomo con caída en la producción de
estrógeno y progesterona, lo que desencadena la menstruación. Tiene una
duración de 14 ± 2 días.

Ciclo menstrual: El ciclo menstrual es la secuencia mensual de eventos que prepara


al cuerpo para un posible embarazo. Comprende las siguientes fases:

 Fase proliferativa: Es el engrosamiento gradual del endometrio debido al


aumento del nivel de estrógenos.
 Fase secretora: Comienza con la ovulación. La progesterona modifica el
endometrio, inhibiendo la fase proliferativa y preparándolo para aceptar,
implantar y nutrir al posible embrión.

El control de la reproducción en la mujer es muy complejo, en él participan el


hipotálamo, la hipófisis y los ovarios.

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Al comenzar la pubertad, el hipotálamo empieza a aumentar gradualmente la
secreción de hormonas liberadores de gonadotrofinas (GnRH), las que
estimulan al lóbulo anterior de la hipófisis para que secrete HFE y HL. Las
hormonas generadas por la hipófisis actúan sobre los ovarios, los que liberan
estrógenos y progesterona (hormonas sexuales femeninas), que causan el
crecimiento de los tejidos de los órganos sexuales femeninos y la aparición de
los caracteres sexuales secundarios.

Regulación de las hormonas sexuales masculinas:

La hormona luteinizante (HL), producida en la hipófisis, es la hormona reguladora


específica de la producción de testosterona, la cual es sintetizada en las células de
Leydig, ubicadas en el testículo por fuera de los túbulos seminíferos, y que
posteriormente pasa a la circulación sanguínea. Esta hormona inhibe la secreción de
gonadotropinas a través de un mecanismo de retroalimentación negativa.

Las células testiculares de Sertoli, localizadas en los túbulos seminíferos, tienen como
función principal el control de la espermatogénesis y su función biológica es regulada
por la gonadotropina HFE u hormona folículoestimulante.

Los cambios asociados al comienzo de la adolescencia masculina están relacionados


con el desarrollo del eje hipotalámico–hipofisiario–testicular.

Al comenzar la pubertad, el hipotálamo empieza a aumentar gradualmente la


secreción de hormonas liberadoras de gonadotrofinas (GnRH), las que estimulan al
lóbulo anterior de la hipófisis para que secrete HFE y HL, estas hormonas actúan
sobre los testículos, estimulando la producción de la testosterona, con la cual
aparecen los caracteres sexuales secundarios y el desarrollo de los caracteres
primarios.

Hormonas, crecimiento y desarrollo: La adolescencia es es un período de


transición entre la pubertad y la edad adulta, una fase compleja en el desarrollo de
cualquier persona e involucra una serie de cambios físicos, psicológicos y hormonales
que permiten adquirir la capacidad de reproducirse. Comienza con la aparición de los
caracteres sexuales secundarios y termina cuando cesa el crecimiento somático o del
cuerpo.

El ser humano presenta una diferenciación de sexos que puede verse incluso antes
del nacimiento y viene determinada por el aparato genital femenino (ovarios, útero y
vagina) y masculino (pene y testículos), los que constituyen los caracteres sexuales
primarios. Pero, al transformarse en adulto, aparecen diferencias de tipo corporal
entre los dos sexos; tales diferencias constituyen los caracteres sexuales secundarios.

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En la mujer las características que aparecen son las siguientes:

 Crecimiento de los huesos


 Aumento del tamaño de las glándulas mamarias
 Ensanchamiento de las caderas
 Crecimiento del vello en las axilas y en la zona púbica
 Aparición de la menstruación
 Aumento de la actividad de las glándulas sebáceas.

Por su parte, los hombres presentan, entre otros, los siguientes cambios:

 Crecimiento de los huesos


 Desarrollo muscular
 Aumento del espesor de la piel
 Crecimiento del vello en las axilas, el bigote, la barba, el tórax, las piernas,
los brazos y el pubis
 Eyaculación, que algunas veces ocurre durante el sueño
 Aumento de la actividad de las glándulas sebáceas

Los cambios corporales y hormonales afectan con frecuencia el estado emocional de


los adolescentes. Los hombres pueden estar preocupados por la falta o exceso de
vello, la aparición del bigote, la fortaleza de los músculos, los cambios de la voz y la

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primera eyaculación. Las mujeres pueden sentir vergüenza por el tamaño de los
senos, o preocuparse por la forma de las piernas, la acumulación de la grasa en el
cuerpo y el inicio temprano o tardío de la menstruación.

Diferencias sexuales anatómicas y bioquímicas:

La testosterona, cuya presencia es determinante para masculinizar al cerebro,


también influye en la supervivencia de las neuronas. Esta hormona es capaz de
regular la neurogénesis, el crecimiento axonal y de dendritas, el número y tipo de
contactos sinápticos y la muerte neuronal. Debido a esta regulación, la testosterona
logra que determinadas regiones cerebrales de los individuos del sexo masculino
tengan mayor o menor tamaño y densidad neuronal que en los individuos del sexo
femenino.

Las mujeres poseen una mayor cantidad de sustancia blanca (formada de mielina),
por lo cual permite una mejor comunicación neuronal, sin embargo, el sexo masculino
posee una cantidad mayor de sustancia gris (cuerpos neuronales) con lo cual hay una
mayor capacidad para el almacenamiento de información.

En el hipotálamo tendremos una diferencia importante en el núcleo preóptico. En los


hombres, este se encarga de la conducta sexual y posee un mayor tamaño, lo cual
genera una tendencia a una mayor búsqueda de actividad sexual, mientras que en las
mujeres se encarga de las funciones de maternidad, localizando la conducta sexual
en el núcleo arqueado.

La agresividad no es un
factor ligado exactamente al
sexo, sino a determinadas
conductas. Ambos sexos
pueden tener altos niveles
de agresividad, sin
embargo, en los hombres
estarán ligados a la
conducta reproductiva y
violencia física, mientras
que en la mujer estará
ligado a la protección
materna y la violencia
social.

Además de las diferencias


anatómicas, se han encontrado otras tantas en la neuroquímica cerebral entre
hombres y mujeres. Por ejemplo, los niveles de acetilcolina (regula la comunicación
entre neuronas y músculos) son mayores en mujeres que en hombres; sin embargo,
los hombres son más sensibles a las acciones de este neurotransmisor que las
mujeres.

Por otro lado, se han encontrado diferencias entre sexos en el tipo de neurotransmisor
que es afectado por eventos tales como el estrés crónico: En los individuos del sexo

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masculino aumenta la actividad de las neuronas dopaminérgicas, mientras que en los
del sexo femenino aumenta la actividad de las neuronas noradrenérgicas. El estrés
también aumenta los niveles de serotonina (relacionada con el estado de ánimo) en
la amígdala en una proporción mayor en hombres que en mujeres y se ha establecido
que la producción de este neurotransmisor, es más rápida en hombres que en
mujeres.

La amígdala tiene un mayor tamaño en los hombres que en las mujeres, estando más
lateralizada (lado derecho), encontrándose también menos conectada al sistema
límbico, propiciando una menor capacidad de comprender y expresar sus emociones
de una manera consciente y coherente, mientras que las mujeres tienen una mayor
conexión entre la amígdala y la corteza, especialmente la corteza orbitofrontal,
generando una mayor comprensión y capacidad de expresión, pero determinando
también cierta propensión a diferentes trastornos mentales, como la depresión y la
anorexia.

Estas diferencias también se reflejan en el efecto de los fármacos, los opiáceos, como
la morfina, son más efectivos en los varones que en las mujeres, lo cual parece tener
un impacto en la incidencia de enfermedades neurológicas y psiquiátricas en cada
uno de los sexos.

Tanto hombres como mujeres tienen la capacidad de generar conductas consideradas


típicamente masculinas o femeninas, aunque con distintos niveles de activación. Esto
se debe a que ambos sexos comparten los circuitos cerebrales necesarios para
generarlas, y a que un grupo de factores limitado es el que determina si el circuito es
activado o reprimido. Los estudios de imágenes cerebrales muestran que esto es así
también para una variedad de tareas en las que hombres y mujeres se desempeñan
de manera similar. Por ejemplo, diversos estudios muestran que, durante una prueba
de memoria emocional, en los hombres se activa el lado derecho de la amígdala
mientras que en las mujeres se activa el lado izquierdo. La diferencia hemisférica en
la actividad provoca que las mujeres recuerden más los detalles de un evento
emocional y los hombres recuerden más su esencia.

Referencias:

 Definición de sexo. Recuperado de http://dle.rae.es/srv/search?w=sexo


 Hyde, J.S. y De Lamater, J.D. (2006). Sexualidad humana. México: McGraw-
Hill.

 Guyton, A.C.& Hall, J.E. (1996). Tratado de Fisiología médica. 9ª Edición.


Interamericana-McGraw-Hill. Madrid.
 Moore, K. L., Persaud, T. V. N., & Torchia, M. G. (2008). Embriología Clínica.
7ª Edición. Philadelphia, PA: Saunders/Elsevier.
 Brunton Laurence L., Lazo John S., Parker Keith L. “Goodman & Gilman. Las
bases farmacológicas de la Terapéutica”. Undécima Edición. McGraw Hill.
2006.

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