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VILLAHERMOSA, TABASCO. 20 DE SEPTIEMBRE DEL 2017.

UNIVERSIDAD MESOAMERICANA.

MATERIA: SALUD PÚBLICA


GERONTOLOGÍA EPIDEMIOLÓGICA.
PRIMER CUATRIMESTRES.
TITULAR: DR. RAFAEL VELÁZQUEZ
RAMOS. MAESTRO EN CIENCIAS DE
LA SALÚD CON FORMACIÓN EN
UNIVERSIDAD MESOAMERICANA.

ESPECIALIDAD EN GERIATRÍA Y REHABILITACIÓN.

NOMBRE DE LA MATERIA:
SALUD PÚBLICA GERONTOLOGÍA EPIDEMIOLÓGICA.
PRIMER CUATRIMESTRES.

NOMBRE DEL ENSAYO:


“ESCALA DE ACTIVIDAD DE LA VIDA DIARIA”.

TITULAR:
DR. RAFAEL VELÁZQUEZ RAMOS.
MAESTRO EN CIENCIAS DE LA SALÚD CON FORMACIÓN EN
EPIDEMIOLOGÍA.

ELABORADO POR:
DEYANIRA ARIAS LÓPEZ.

LUGAR Y FECHA:
VILLAHERMOSA, TABASCO. 20 DE SEPTIEMBRE DEL 2017.
ENFOQUE:

Analizar la escala de actividad de la vida diaria.

PROPÓSITO:

Analizar el objetivo del establecimiento de estas etapas, descubrir la


clasificación de las actividades que hacemos con regularidad e irregularidad, al
mismo tiempo estudiaremos las escalas realizadas por diferentes métodos e
instrumentos utilizados para establecerlas, finalmente plantearemos como
último punto la situación epidemiológica que más ha predominado durante
estas últimas décadas y su repercusión en la salud de los adultos mayores.
INTRODUCCIÓN.

La valoración geriátrica permite diseñar tratamientos integrales y planes de


cuidados adaptados a las condiciones individuales de los pacientes. Hoy en día,
se ha generalizado el uso de escalas con el objetivo de conocer la situación
basal del paciente, determinar el impacto de la enfermedad actual, transmitir
información objetiva, poder monitorizar los cambios y en último término,
establecer tratamientos específicos y valorar la respuesta a los mismos. Por
función se entiende la capacidad de ejecutar las acciones que componen
nuestro que hacer diario de manera autónoma, es decir, de la manera deseada
a nivel individual y social. El deterioro funcional es predictor de mala
evolución clínica y de mortalidad en pacientes mayores,
independientemente de su diagnóstico. Se plantea la información anterior con el
fin de idealizar lo que analizaremos a continuación, este ensayo tiene como objeto
de estudio las escalas de actividades de la vida diaria o cotidiana ; las actividades
que nosotros los jóvenes y adultos realizamos lo hacemos de forma sencilla,
compleja y eficaz, pero a medida que intervienen factores de salud o deterioros,
ya no realizaremos con tanta complejidad las que hacíamos en nuestra juventud
así sean actividades tan sencillas, por lo tanto nuestro propósito en este ensayo
es analizar el objetivo del establecimiento de estas etapas, descubrir la
clasificación de las actividades que hacemos con regularidad e irregularidad, al
mismo tiempo estudiaremos las escalas realizadas por diferentes métodos e
instrumentos utilizados para establecerlas, finalmente plantearemos como último
punto la situación epidemiológica que más ha predominado durante estas últimas
décadas y su repercusión en la salud de los adultos mayores, a lo que también
provoca falta de autonomía. Habiendo analizado todo lo anterior concluiremos con
una breve opinión del autor del respectivo ensayo.
ESCALA DE ACTIVIDAD DE LA VIDA DIARIA.

El objetivo de las escalas de valoración funcional es determinar la capacidad


de una persona para realizar las actividades de la vida diaria de forma
independiente.

Las actividades de la vida diaria (AVD) se pueden dividir en básicas,


instrumentales y avanzadas.

Las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) miden los niveles


funcionales más elementales (comer, usar el retrete, contener esfínteres) y los
inmediatamente superiores (asearse, vestirse, andar) que constituyen las
actividades esenciales para el autocuidado. Son actividades universales, se
realizan en todas las latitudes y no están influidas ni por factores culturales ni
por el sexo. Un aspecto importante es que su deterioro se produce de manera
ordenada e inversa a su adquisición durante el desarrollo en la infancia.
Se miden mediante la observación directa siendo las escalas más utilizadas el
Índice de Katz (IK), el Índice de Barthel (IB) y en nuestro país la Escala
Funcional de la Cruz Roja (EFCR).

Las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) miden aquellas


funciones que permiten que una persona pueda ser independiente dentro de la
comunidad (capacidad para hacer la compra, la comida, realizar la limpieza
doméstica, el manejo de las finanzas…), es decir, actividades que permiten la
relación con el entorno. Su principal limitación es su dependencia de factores
como el sexo, la cultura y preferencias personales. Su medida suele basarse
en el juicio y no en la observación. Son más útiles que las ABVD para detectar
los primeros grados de deterioro y en su evaluación se utiliza principalmente la
Escala de Lawton y Brody (ELB).

Dentro de las AIVD se incluyen actividades avanzadas de la vida diaria


(AAVD) que valoran funciones más complejas como la realización de
actividades de ocio, religiosas, deportes, trabajos o el transporte.

[ CITATION Mar11 \l 3082 ]


ESCALA DE LAWTON Y BRODY.

HISTORIA.

 Publicada en 1969, fue desarrollada en el Centro Geriátrico de Filadelfia,


para población anciana, institucionalizada o no, con objeto de evaluar
autonomía física e AIVD (Actividades Instrumentales de la Vida Diaria).
 La escala de Lawton es uno de los instrumentos de medición de AIVD
más utilizado internacionalmente y la más utilizada en las unidades de
geriatría de España, sobre todo a nivel de consulta y hospital de día.
 Su traducción al español se publicó en el año 1993

NORMAS DE APLICACIÓN.

 Valora 8 ítems (capacidad para utilizar el teléfono, hacer compras,


preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la ropa, uso de
medios de transporte, responsabilidad respecto a la medicación y
administración de su economía) y les asigna un valor numérico 1
(independiente) o 0 (dependiente). La puntación final es la suma del
valor de todas las respuestas. Oscila entre 0 (máxima dependencia) y 8
(independencia total).
 La información se obtiene preguntando directamente al individuo o a su
cuidador principal. El tiempo medio requerido para su realización es de 4
minutos.
 Cualquier miembro del equipo puede aplicar esta escala, pero debe
estar motivado, concienciado y entrenado.

UTILIDAD.

 Una gran ventaja de esta escala es que permite estudiar y analizar o


sólo su puntuación global sino también cada uno de los ítems.
 Ha demostrado utilidad como método de valoración objetivo y breve que
permite implantar y evaluar un plan terapéutico tanto a nivel de los
cuidados diarios del paciente como a nivel docente e investigador.
 Detecta las primeras señales de deterioro del anciano.

LIMITACIONES.
 Las variables que se estudian están influidas por aspectos culturales y
del entorno, por lo que es necesario adaptarlas al nivel cultural de la
persona; algunas actividades requieren ser aprendidas o requieren la
presencia de elementos externos para su realización.
 Las actividades instrumentales son además difíciles de valorar en
pacientes institucionalizados por las limitaciones impuestas por el
entorno social propio del centro.
 No todas las personas requieren la misma habilidad ante el mismo grado
de complejidad y la puntuación de diversos parámetros de la escala
pueden reflejar ciertas situaciones sociales más que el verdadero grado
de capacidad del individuo.
 Se considera una escala más apropiada para las mujeres (muchas de
las actividades que mide la escala han sido realizadas tradicionalmente
por ellas) pero también se recomienda su aplicación a los hombres,
aunque todavía están pendientes de identificar aquellas actividades
instrumentales realizadas por ellos según los patrones sociales.

VALIDEZ Y REPRODUCIBILIDAD.

 Tiene coeficiente de reproductividad inter e intraobservador alto (0.94).


No se han comunicado datos de fiabilidad.
 En general es una escala sensible pero poco específica.

[CITATION Mar07 \l 3082 ]

ESCALA DE ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA DE SCHWAB & ENGLAND.

Evalúa, mediante entrevista, la capacidad funcional global y el grado de


dependencia del paciente en relación con aspectos motores de la EP
(Enfermedad de Parkinson). La puntuación se expresa en porcentaje, de 100
(estado normal) a 0 (confinado en cama y con alteraciones vegetativas). Se
incluye, junto con la escala H & Y (Hoehn y Yahr), como escala complementaria
de la UPDRS (Escala unificada de la enfermedad de Parkinson- Unified
Parkinson’s Disease Rating Scale).

Es una escala muy utilizada en la práctica clínica y en investigación, pero


carece de estandarización, lo que puede conllevar problemas en su aplicación.
Además, no evalúa el impacto de aspectos clave de la EP como las discinesias
y los síntomas no motores.

[ CITATION SNS07 \l 3082 ]

100% Completamente independiente. Capaz de realizar todas las tareas sin


lentitud, dificultad o alteraciones. Esencialmente normal. No aprecia ninguna
dificultad.

90% Completamente independiente. Capaz de realizar todas las tareas con


cierto grado de lentitud, dificultad o alteración. Puede tardar el doble. Comienza
a ser consciente de sus dificultades.

80% Completamente independiente para realizar la mayor parte de las tareas.


Tarda el doble. Consciente de sus dificultades y lentitud.

70% No es totalmente independiente. Mayor dificultad con ciertas tareas. En


algunas tarda tres o cuatro veces el tiempo habitual. Tiene que invertir gran
parte del día en realizar las tareas.

60% Cierto grado de dependencia. Puede realizar la mayor parte de las tareas,
pero con mucha lentitud y mucho esfuerzo. Errores; algunas tareas imposibles.

50% Más dependiente. Ayuda para la mitad de las actividades. Más lento, etc.
Dificultades con todo.

40% Muy dependiente. Puede ayudar en todas las tareas, pero pocas las logra
hacer solo.

30% Con esfuerzo, de vez en cuando hace unas pocas actividades solo o las
empieza solo. Necesita mucha ayuda.

20% No hace nada solo. Puede ayudar algo en algunas actividades. Muy
inválido.

10% Totalmente dependiente, indefenso. Completamente inválido.

0% No mantiene adecuadamente funciones vegetativas como la deglución,


función vesical o intestinal. Encamado.

[ CITATION Sch69 \l 3082 ]


INSTRUMENTOS DE ESCALAS UTILIZADOS PARA LA EVALUACIÒN DE SALUD
GENERALMENTE.

Láminas de COOP-WONCA

Está formado por seis láminas con cinco viñetas que evalúan el estado de
salud. Son muy fáciles de usar y permiten medir el estado funcional del
paciente. En general, se le solicita al sujeto que evalúe su estado de salud en
los últimos 15 días (forma física, sentimientos, actividades cotidianas,
actividades sociales, cambio en el estado de salud, estado de salud, dolor y
apoyo social).

Functional Assessment Staging (FAST)

Escala utilizada para evaluar el estado funcional y determinar el estadio en que


se encuentra una demencia. Desde su origen, esta escala se desarrolló
específicamente para la valoración funcional de ancianos con demencia, y más
concretamente para su aplicación en la enfermedad de Alzheimer. Por este
motivo, es un instrumento muy específico, pero también limitado.

Consta de siete apartados, con subdivisiones en los apartados seis y siete. Se


puede aplicar exclusivamente en la enfermedad de Alzheimer, ya que el cortejo
evolutivo de los síntomas es difícilmente aplicable a otro tipo de demencia.
Sigue una escala ordinal desde 1, indicativo de función normal, a 7, indicativa
de demencia grave.

La información obtenida procede de la entrevista con el cuidador principal o


informador fiable.

El tiempo de administración de la prueba oscila entre 15 y 20 minutos.

Rapid Disability Rating Scale-2

La escala de evaluación rápida de la incapacidad (RDRS-2, Rapid Disability


Rating Scale-2) es otra de las escalas de AIVD más utilizadas en la práctica
clínica, juntamente con la de Lawton y Brody. Consta de 18 preguntas
clasificadas en tres grupos: ayuda para las actividades cotidianas (8 ítems),
grado de incapacidad (7 ítems) y grado de problemas especiales (3 ítems).
Existen cuatro opciones de respuesta, desde 1, nada; totalmente independiente
o comportamiento normal, a 4, total; no quiere, no puede o no desea realizar
alguno de los ítems o sufre la forma más grave de incapacidad.

ANALISIS.

La valoración de la función física es una labor de rutina en los centros y


unidades de rehabilitación. Los índices para medir la discapacidad física son
cada vez más utilizados en la investigación y en la práctica clínica,
especialmente en los ancianos, cuya prevalencia de discapacidad es mayor
que la de la población general. Además, la valoración de la función física es
una parte importante de los principales instrumentos usados para la valoración
genérica de la calidad de vida relacionada con la salud. Actualmente, incluir la
valoración de la función física es imprescindible en cualquier instrumento
destinado a medir el estado de salud. Uno de los instrumentos más
ampliamente utilizados para la valoración de la función física es el Índice de
Barthel (IB), también conocido como "Índice de Discapacidad de Maryland. El
IB (índice de Barthel) es una medida genérica que valora el nivel de
independencia del paciente con respecto a la realización de algunas
actividades básicas de la vida diaria, mediante la cual se asignan diferentes
puntuaciones y ponderaciones según la capacidad del sujeto examinado para
llevar a cabo estas actividades

Las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): son las que


permiten a la persona adaptarse a su entorno y mantener una independencia
en la comunidad; incluyen actividades como: telefonear, comprar, cocinar,
cuidar la casa, utilizar transportes, manejar la medicación, manejar el dinero,
etc.
Las escalas para las AVDI correlacionan mejor con el estado cognitivo y por
ello pueden utilizarse para la detección precoz del deterioro. Para evaluar
correctamente los ítems de estas escalas resulta importante diferenciar si el
paciente realiza habitualmente esa actividad o si, por el contrario, no podría
llevarla a cabo.

El índice de Lawton y Brody ha servido de modelo a escalas posteriores y


continúa siendo una de las escalas más utilizadas, ya que incluye un rango de
actividades, más complejas que las que se necesitan para el autocuidado
personal, como las que permiten a la persona adaptarse a su entorno y
mantener su independencia en la comunidad. Esta escala da mucha
importancia a las tareas domésticas, por lo que en nuestro entorno los hombres
suelen obtener menor puntuación; no obstante, evalúa la capacidad para
realizar una tarea en una circunstancia determinada, como puede ser la
viudedad. La disponibilidad de electrodomésticos y otros utensilios pueden
influir también en la puntuación.

[ CITATION Sci97 \l 3082 ]

EPIDEMIOLOGIA EN LOS ANCIANOS A TRAVÉS DEL TIEMPO.

Una de las problemáticas que enfrentan los adultos mayores es el deterioro o


disminución gradual de sus funciones cognoscitivas como son la memoria, el
lenguaje, la atención y la capacidad para tomar decisiones. Una vez que al
deterioro cognoscitivo se le suma la pérdida de la independencia, se inicia un
estado patológico denominado demencia, una enfermedad crónico-
degenerativa que no se cura y que, por el contrario, es progresiva, generando
así un estado de discapacidad total que afecta, no sólo a quien lo sufre, sino a
las personas que cuidan del adulto mayor.

La demencia se ha convertido en un problema de salud pública, por ser una de


las enfermedades más comunes en los ancianos y una causa importante de
discapacidad y mortalidad.
Por ello, en 2009 se inició el estudio: “Prevalencia y tasas de incidencia de
demencia y deterioro cognitivo sin demencia en la población mexicana”, con el
objetivo de analizar la problemática y realizar estimaciones sobre la prevalencia
y la incidencia de demencia y el deterioro cognitivo en la población mexicana.
La metodología incluyó analizar los resultados del Estudio Nacional de Salud y
Envejecimiento en México (ENASEM), un estudio prospectivo tipo panel
realizado en sujetos mexicanos nacidos antes de 1951, y en sus parejas.
realizado por el Centro de Estudios de Población de la Universidad de
Pensilvania, el Centro de Investigaciones de Población de la Universidad de
Maryland y el Centro de Demografía y Ecología de la Universidad de Wisconsin
y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México realizó el
trabajo de campo.
En el estudio se recoge información relacionada con diversos aspectos como
son: dinámica de la salud, estructura familiar, transferencias
intergeneracionales, comportamientos migratorios y diferencias
socioeconómicas según ingresos y posesión de bienes.

Es representativo del componente no institucionalizado de la población mayor


de 50 años en el año 2000. La recolección de los datos concluyó en el verano
del 2001, y en el 2003 se realizó una segunda vuelta del estudio. Para el
presente estudio se analizó la información de 7,000 ancianos que representan
a 8,000.000 individuos a nivel nacional, todos mayores de 60 años.
La mayoría de ellos (63.4%) vivía en zonas urbanas, el 53.4% eran mujeres. La
edad media fue 69 años y 32.7% eran analfabetos. El trabajo incluyó
entrevistas cara a cara, cuestionarios personales y a sus cónyuges (en casos
aplicables) y pruebas cognitivas.

A través de mediciones sobre la cognición y las actividades cotidianas, el


proyecto logró identificar tasas globales de prevalencia y de incidencia de
demencia y de deterioro cognoscitivo sin demencia, un estado que puede
representar, en algunas personas, el nivel previo de la demencia.

RESULTADOS.

Se encontró que 6.1% de los adultos mayores de 65 años en México presentan


demencia, mientras que el 29% presentan deterioro cognoscitivo sin demencia.
Estos resultados sobre la prevalencia, al igual que los resultados sobre la
incidencia, muestran variaciones con la edad y la escolaridad.
Un individuo de 70 años tiene el doble de probabilidad de presentar una
demencia que aquel de 60 años, pero en el que alcanza los 80 años la
probabilidad es cuatro veces mayor. Asimismo, las personas analfabetas tienen
mayor riesgo de presentar demencia al compararlos con aquellos que
estudiaron siete años o más.
En cuanto al deterioro cognoscitivo sin demencia, se sabe que no todas las
personas que lo presentan van a pasar a una demencia, pero sí debe
considerarse como un grupo en riesgo ya que la presencia de otros factores
demográficos y de salud aumentan la probabilidad de que evolucionar hacia
una demencia.
Factores como la diabetes, la hipertensión y la depresión, además de ser
problemas importantes en la población mexicana en general, constituyen
factores de riesgo para la aparición de la demencia. El riesgo que tiene un
paciente diabético de presentar demencia es el doble, si además de diabetes
también tiene hipertensión y obesidad, el riesgo se triplica.
La depresión por su parte, aumenta cuatro veces la probabilidad de demencia
en el paciente diabético
Considerando que la discapacidad ocasionada por la demencia es mucho más
importante que la mortalidad que ésta conlleva, la prevención de estos factores
así como la oportuna detección de las personas en riesgo, servirá para
modificar las cifras de discapacidad y con ello el costo social y económico de la
demencia. El estudio, en colaboración con la Universidad de Pensilvania, se
suma a los esfuerzos para documentar el estado cognitivo de los ancianos
mexicanos que forman parte de la población que está aumentando
dramáticamente, y que viven en condiciones adversas.
A su vez sugiere que la cognición en adultos mayores de México es un tema
complejo, pues, además de los factores que se determinaron en el estudio,
también deben tomarse en consideración variables como la situación
económica, las exigencias medioambientales, las actividades funcionales, etc.,
que pueden actuar como factores de confusión del estado mental real de la
población.
Por último, el papel de la diabetes y la hipertensión como factores de riesgo
prevenibles, deben abordarse en el diseño de las políticas públicas en materia
de salud, de manera que puedan retrasar y/o prevenir, el cada vez más grave
problema que representa la demencia para la salud pública en México.

[ CITATION Sil11 \l 3082 ]


CONCLUSIÓN.

A medida que nos vamos desarrollando y llegando a la etapa adulta


denominada vejez, vamos perdiendo capacidades y poco a poco nos volvemos
más dependientes de terceros por lo general de familiares. Estas decadencias
se relacionan con la salud y falta de autonomía, a la que denominamos
escalas, ya que a medida que nuestra escala de vida baja, el rendimiento de
nosotros como personas es menor. Las escalas nos permiten valorar la
autonomía de la persona para realizar las actividades básicas e imprescindibles
de la vida diaria tales como comer, lavarse, vestirse, arreglarse, trasladarse del
sillón o silla de ruedas a la cama, subir y bajar escaleras, etc. Estas escalas se
dividen en tres principales clasificaciones, las básicas como ya la habíamos
comentado, las instruméntales y las avanzadas, la primera trata de las
actividades que hacemos de manera indispensable; la segundas tratan de
actividades más complejas como ir de compras, salir, manejar, en fin,
actividades que tengan que ver con el gusto y la cultura; y la tercera como su
nombre lo indica son actividades más avanzadas echas con menos
irregularidad que las anteriores, como practicar algún deporte, andar en
bicicleta, correr, entre otras. En fin todo va relacionado con la salud, la
decadencia en la ancianidad es inevitable así que de alguna forma
probablemente pasemos por esas etapas de vida, los ancianos al desarrollarse
en la vejez, pierden fuerzas, pierden relaciones con la sociedad, pierden
independencia, movilidad, sensibilidad, entre muchas otras carencias, por las
cuales estudios médicos siguen métodos instrumentales para denominar e
identificar dichas escalas, mayormente también se basan en encuestas y
probabilidades, ya que cada anciano tiene un proceso distinto de
envejecimiento. En los últimos años la situación epidemiológica que más ha
afectado en un 60 % ha sido la falta de capacidades cognoscitivas y
las motrices, provocando daños en la salud del individuo y poco manejo de las
actividades cotidianas. Concluimos entonces que es inevitable darle batalla a la
vejez esta se presenta de alguna manera en todos los seres vivos, todos
pasaremos por esta etapa de independencia o autonomía para llegar a la
dependencia y concluir de esta forma con nuestras vidas, en donde influirá la
salud y nuestro bienestar para poder realizar las actividades que hacemos
mayormente.

BIBLIOGRAFÍA.

Arango, S. E. (2011). El 6.1% de los adultos mayores de 65 años en México


presentan demencia. Crònica, http://www.cronica.com.mx.

Ferrín, M. T. (2007). ESCALA DE LAWTON Y BRODY (PHILADELPHIA


GERIATRIC CENTER). España: Medicina Interna. CHU Juan Canalejo.
A Coruña.

María Trigás-Ferrín1, L. F.-G.-M. (2011). Escalas de valoración funcional en el


anciano . Coruña: Servicio de Medicina Interna. Hospital Arquitecto
Marcide. Ferrol. SERGAS .

RS, S. (1969). Escala de Actividades de la Vida Diaria de Schwab & England .


Livingstone: Edinburgh.

Scielo. (1997). VALORACIÓN DE LA DISCAPACIDAD FÍSICA: EL INDICE DE


BARTHEL (*) . Revista Española de Salud Pública, vol.71 no.2.

SNS. (2007). Anexo 1. Escalas empleadas en los estudios incluidos en el GPC.


GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS.

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