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MEDICINA LEGAL
MEDICINA LEGAL
INTEGRANTES:
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DEDICATORIA:
Está presente monografía está dedicada a mi docente de medicina legal el Dr. Daniel Cueto Ramírez,
quien con cada clase pudimos obtener distintos conceptos claves para el desarrollo del presente
trabajo, y a mis compañeros en general por el apoyo que nos brindaron.
También se lo dedico a mis padres, por el apoyo constante en todo aspecto y motivación para no
rendirme a medio camino y seguir adelante.
1
AGRADECIMIENTO:
Gracias, de corazón al Dr. Miguel Ángel Espinoza, Dr. Berrios y colegas, por su paciencia, dedicación,
motivación, criterio y aliento que hicieron fácil lo difícil, al explicarme claramente cada paso del
tema. Ha sido un privilegio contar con su guía y ayuda.
Gracias al docente el Dr. Daniel Cueto Ramírez por sus clases brindadas, gracias a ella pudimos
obtener distintos conceptos que ayudaron al desarrollo del presente trabajo.
Gracias a las personas que, de alguna u otra manera, han sido claves en la ayuda y elaboración de
este trabajo.
2
INDICE
DEDICATORIA .................................................................................................................................. 1
AGRADECIMIENTO .......................................................................................................................... 2
INDICE.............................................................................................................................................. 3
INTRODUCCION ............................................................................................................................... 4
LESIONES POR ARMA BLANCA................................................................................................... 5
CAPITULO I ...................................................................................................................................... 5
1. MARCO TEÓRICO ..................................................................................................................... 5
2. BASE LEGAL ............................................................................................................................. 6
3. CONCEPTOS GENERALES: ........................................................................................................ 6
4. CLASIFICACION DE ARMAS BLANCAS .................................................................................... 13
A. HERIDAS INCISAS O CORTANTES ........................................................................................... 14
B. HERIDAS PUNZANTES O PERFORANTES ................................................................................ 17
C. HERIDAS CORTO-PUNZANTES ............................................................................................... 18
D. HERIDAS INCISO-CONTUSAS ................................................................................................. 21
E. HERIDAS DISLACERANTES...................................................................................................... 22
F. LESIONES PUNZOCONTUSAS ................................................................................................. 23
G. HERIDAS POR AGENTES ATÍPICOS: ........................................................................................ 23
5. CUESTIONES MÉDICO FORENSES .......................................................................................... 23
CAPITULO II ................................................................................................................................... 24
1. ETIOLOGÍA MÉDICO-LEGAL DEL SUCESO .............................................................................. 24
2. IDENTIFICACION DEL ARMA .................................................................................................. 29
3. DIRECCIÓN DEL ATAQUE ....................................................................................................... 31
4. ESTIMACIÓN DE LA VIOLENCIA DEL ATAQUE ........................................................................ 32
5. CUESTIONES RELACIONADAS CON LAS HERIDAS MÚLTIPLES ............................................... 33
6. MECANISMO DE MUERTE ..................................................................................................... 38
7. PROTOCOLO DE AUTOPSIA ................................................................................................... 39
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................................ 42
3
INTRODUCCION
Las lesiones por arma blanca, en el contexto de lesiones fatales y no fatales, son
de alta frecuencia en nuestro país.
Como quiera que es el medico no forense quien debe desarrollar muchas veces la
actividad pericial en estos casos, ya sea en el contexto de un dictamen en casos de
lesiones personales, o en la práctica de una necropsia, es de suma importancia
aportar las consideraciones conceptuales básicas y los elementos prácticos que
permitan el adecuado enfoque, y la recolección de datos y evidencias que apoyen
suficientemente los procesos de investigación judicial.
4
LESIONES POR ARMA BLANCA
CAPITULO I
1. MARCO TEÓRICO
1.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION
La literatura médico forense contempla en sus textos más clásicos, a partirdel siglo
XIX, exhaustivas clasificaciones y descripciones de las lesiones causadas por
armas blancas.
Hace ahora ciento cincuenta años, Pedro Mata definía a las armas blancas en la
tercera edición de su Tratado de Medicina Legal y Cirugía como “todo cuerpo o
instrumento mecánico capaz de perforar, cortar, dislacerar o contundir”1. Desde
entonces, todos los grandes tratadistas han aportado definiciones y descripciones
hasta llegar a la más reciente, dada por el Profesor GisbertCalabuig2, para quien las
armas blancas son “instrumentos lesivos manejados manualmente que atacan la
superficie corporal por un filo, una punta o ambos a la vez”.
1
Mata P. Tratado de Medicina y Cirugía Legal (2). 3ª edición. Madrid: Imp. de Baylli-
Bailliere; 1857. pp. 536-49.
2
Gisbert Calabuig JA. Lesiones por Arma Blanca. En: Villanueva Cañadas E. Medicina
Legal y Toxicología de Gisbert. 6ª edición. Barcelona: Masson; 2004. pp.
383-93.
3
López Gómez I, GisbertCalabuig JA. Tratado de Medicina Legal (1). Valencia:
Editorial Saber; 1967. pp. 599-619.
5
un extremo terminado generalmente en punta mientras que en el opuesto están
dotados de un mango o empuñadura.
2. BASE LEGAL
3. CONCEPTOS GENERALES:
a. LESION, DAÑO.-
1. Estabilización médico-legal de las lesiones que finalizan con la curación real y ad-
integrum de la lesión. Es el momento en el que se alcanza la sanación o curación
6
de las lesiones, y que al no quedar secuelas es el equivalente a la curación
clínica.4,5,6
7
Estadio de instalación
Estadio de reacción
Estadio de reparación
Estadio de consolidación
Y el código penal en su artículo 121º inicia proclamando “El que causa a otro daño
grave en el cuerpo o en la salud”. Por lo que desde el punto de vista estrictamente
médico el bien jurídico protegido es la salud, el mismo que constituye un
supraconcepto que incluye la integridad física, psíquica y social.
- Cualitativos:
Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima. o Las que mutilan
un miembro u órgano principal del cuerpo.
8
Las que lo hacen impropio para su función.
Las que causan a una persona incapacidad para el trabajo. o Las que causan
invalidez.
Las que causan anomalía psíquica.
9
1. DÍAS DE ASISTENCIA FACULTATIVA:
- Por tanto, los días de descanso médico legal, se refiere al tiempo aproximado que
requiere una lesión para lograr su reparación biológica primaria. Su utilidad dentro
del ámbito jurídico, consiste en orientar a la autoridad competente para la tipificación
jurídica de la lesión.
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Los días de descanso médico legal no deben confundirse con los días de descanso
médico asistencial o de incapacidad temporal para el trabajo, puesto que para su
determinación se toman en cuenta criterios distintos y persiguen finalidades
distintas.
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DIAS DE DESCANSO DIAS DE DESCANSO MEDICO ASISTENCIAL O
MEDICO LEGAL INCAPACIDAD TEMPORAL PARA EL TRABAJO
- El producto final puede ser: a) Un - El producto final puede ser: a) un Certificado Médico donde
informe pericial donde se acredita los se acredita el acto médico realizado certificándose el
hallazgos evidenciados por el perito diagnóstico, tratamiento y periodo de descanso físico. b) Un
médico durante la evaluación médico Certificado de Incapacidad Temporal para el Trabajo (CITT),
legal, los métodos utilizados, los de acuerdo a la normativa de la institución pública o privada
criterios médico legales utilizados y donde se expida.
las conclusiones medico legales en
la que se valora cuantitativamente el
daño corporal ocasionado por las
lesiones. b) Un dictamen pericial o
Post facto, en el que se recogen y
comparan documentos derivados del
acto médico, opiniones de otras
especialidades médicas y la
evidencia científica, arribando a las
12
respectivas conclusiones médico
legales
Las armas blancas pueden ser agrupadas, además de por su mecanismo de acción,
verdadero referente en el estudio médico forense que será abordado, más adelante,
de otras diversas maneras:
• Típicas o atípicas: las primeras según hayan sido diseñadas con el propósito de
cortar, perforar, dislacerar, etc., como son los cuchillos, navajas, sables, hachas y
las atípicas que surgen por el empleo como armas de ataque de instrumentos que
no han sido creados específicamente para ello, incluyéndose destornilladores,
espátulas, hojas de afeitar, tijeras y otros5.
La literatura clásica divide las lesiones por arma blanca según el mecanismo de
acción del instrumento que las produce, pudiendo clasificarse en base a este criterio
como:
• Heridas simples: Se producen cuando el arma actúa por un único mecanismo, y
pueden ser:
4
Raffo OH. La Muerte violenta. Buenos Aires: Universidad; 2004. pp. 44-50.
5
Casas JD, Rodríguez MS. Manual de Medicina legal y forense. Madrid: COLEX;
2000. pp. 725-65.
6
Hinojal R. Manual de medicina legal, toxicología y psiquiatría forense (1). Oviedo:
Sociedad asturiana de estudios y formación interdisciplinar en salud; 1997. pp.
317-25.
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— Heridas punzantes: Son el resultado de la acción de la punta del instrumento, y
en ellas la profundidad de la lesión es mayor que la longitud de la herida en
superficie.
— Heridas incisas: Se producen como resultado del corte del instrumento lesivo por
uno o más filos, determinando una herida larga y de escasa profundidad en relación
con su longitud.
— Heridas dislacerantes: Debidas a la acción de agentes lesivos que distienden los
tejidos rasgándolos o dislacerándolos.
Sin embargo, Bonnet refiere que clásicamente se distinguen tres tipos: cortantes o
incisas, punzantes o perforantes y punzocortantes o perforocortantes,
considerándose ésta como las clasificación más práctica, a efectos descriptivos,
de las lesiones producidas por las armas blancas.
TIPO DE ARMA:
Las armas cortantes son instrumentos formados por una hoja de sección triangular,
generalmente de escaso grosor, que puede o no terminar en una punta que de
existir no penetra; entre ellas encontramos cuchillos, bisturís, navajas de afeitar.En
ocasiones, determinados objetos pueden actuar accidentalmente de manera similar
a este tipo de agentes: láminas de metal delgadas, trozos de vidrio, e incluso,
aunque causen lesiones de escasa relevancia médico-legal, algunas hojas
vegetales y láminas de papel.
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MECANISMO DE ACCIÓN:
Las armas incisas actúan mediante un filo que, bien por un mecanismo de presión
o por una presión asociada a deslizamiento, penetra en los tejidos dividiéndolos y
produciendo soluciones de continuidad, siendo el mencionado mecanismo
combinado de presión y deslizamiento responsable de unos efectos más acusados.
Tekke sintetiza este mecanismo, señalando que en estos casoslaslesiones “Se
producen al aplicar un instrumento de borde afi lado que secciona la piel,al
deslizarse sobre ella comprimiéndola”de tal modo que se origina una sección
rectilínea y uniforme de las partes blandas.
1.- Lineales: son las que la terminología sajona denomina como“tajos”.Se producen
cuando el instrumento incide perpendicularmente produciendouna solución de
continuidad. Su morfología es característica, yaque por efecto de la elasticidad de
los tejidos los bordes de la herida se retraen adoptando la forma de un óvalo
alargado, cuyos extremos se hacen más superficiales al aproximarse a la salida,
hasta llegar a prolongarse en una excoriación superficial que recibe el nombre de
cola.
— El perfil del corte: Al que Thoinot describió como un triángulo de base superficial
y vértice dirigido hacia la profundidad, cuyas paredesson generalmente lisas y
regulares.
— Bordes: Por lo general son nítidos, regulares y limpios. Se reúnen enlos dos
extremos dando a la herida un aspecto fusiforme. En ocasiones,cuando la sección
afecta a un pliegue cutáneo -como es en las articulacionesde codo, rodilla, axila, o
en el cuello- estos bordes puedenadquirir un aspecto irregular.
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tenso y contráctil, al recibir laincisión los bordes de la herida se retraen de modo
muy marcado.
Royo Villanova enumera los tres condicionantes de los que dependela mayor o
menor separación de los bordes: la dirección de las fibras elásticas en la región
lesionada, la disposición anatómica de lostejidos y la posición de dicha zona
afectada en el momento de producirse la lesión. Así, puede generalizarse que la
separación de losbordes será tanto mayor cuanto más perpendicular sea la incisión
respectoa la dirección de las fibras de los tejidos, llegando a su máximaexpresión
cuando el corte se produce con una dirección transversal.
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B. HERIDAS PUNZANTES O PERFORANTES
TIPO DE ARMA:
MECANISMO DE ACCIÓN:
Este tipo de armas punzantes o perforantes penetra en los tejidos a modo de cuña,
mediante la fuerza viva que se concentra en su punta, disociando y desplazando
lateralmente las fibras sin provocar una gran mortificación en las zonas lesionadas.
Como dice Pacheco “su punta aguda atraviesa la piel, divulsiona las fibras elásticas
sin seccionarlas y penetra en profundidad, dejando un orificio de entrada de bordes
romos”. Sin embargo, este mecanismo general de acción presentará
particularidades dependiendo del grosor del instrumento lesivo, de tal modo que si
es muy fi no, la dislocación será tan pequeña que una vez retirada el arma, los
tejidos, por su elasticidad, volverán sobre sí mismos hasta la práctica desaparición
del trayecto originado. Pero el arma puede también presentar un diámetro mayor,
en cuyo caso esa dislaceración se convierte en un auténtico desgarro que, tras la
extracción del arma, impide el retorno completo del tejido a su estado previo,
persistiendo una solución de continuidad que hace que el trayecto a nivel superficial
permanezca visible.
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indicado pocohace. Por esto hay que suponer en tales casos mayor diámetro del
arma”
C. HERIDAS CORTO-PUNZANTES
Representan el tipo de heridas por arma blanca con mayor trascendencia desde
una perspectiva médico forense, al tratarse de las más frecuentes en casos de
homicidio y de suicidio.
TIPO DE ARMA:
Se trata de instrumentos formados por una lámina dotada de una o más aristas
afiladas y cortantes que termina en punta, clasificándose según el número de filos
en monocortantes, bicortantes ypluricortantes, siendo algunos ejemplos las navajas,
cuchillos, puñales, etc. Su mecanismo de acción es mixto, actuando por la punta y
por el fi lo simultáneamente, de tal modo que el predominio de uno u otro dependerá
por una parte de cómo el instrumento incida en la superfi cie del cuerpo y por otra
de la agudeza de sus bordes cortantes. Así, mediante la punta ejercen una acción
de cuña disociando las fibras, mientras que con el fi lo dividen los tejidos y los
desplazan.
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CARACTERÍSTICAS DE LAS LESIONES:
En estas lesiones destaca la mayor profundidad respecto de su longitud en
superficie, de tal manera que son heridas que penetran, pudiendo afectar
aestructuras vitales determinando con ello la muerte.
Al igual que las heridas punzantes, Di Maio y también Knigth, incluyena estas
lesiones entre las penetrantes, llegando el primero a afirmar “el arma másutilizada
para producir una herida punzante o penetrante es un cuchillo”.Deberán distinguirse
en el estudio de este tipo de lesiones los siguienteselementos constituyentes:
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• Si la hoja es pluricortante, el orificio que produce tiene una morfologíaestrellada
con tantas puntas como bordes afi lados posea el arma, siemprey cuando penetre
de forma perpendicular a la superfi cie cutánea ya que,de no ser así, puede ocurrir
que alguno de los fi los no quede marcado.En otras ocasiones, en las que el arma
penetra varias veces en la mismazona, también estas características pueden verse
modificadas.Pero además de la morfología del arma, que claramente va a definirla
constitución del orifi cio de entrada, las características de éste puedenvariar debido
a otra serie de factores relacionados con partes del instrumentolesivo o con las
condiciones en las que se produce el ataque.
• Heridas con cambio de dirección dentro de los tejidos: Si el arma penetracon una
orientación y es retirada con otra distinta bien debido a movimientosvoluntarios del
agresor que imprime al arma una rotación sobresu eje, o a movimientos voluntarios
o involuntarios de la víctima cruzaen su salida el trayecto inicial, dando lugar a una
sección secundaria quedeja en la piel una herida única de aspecto anguloso y con
grandes ramas,que asemeja a la resultante de dos cortes dados en el mismo
punto,y que los distintos autores asimilan a diferentes morfologías.
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dependenciade su abertura, formando una “V” con colas en los bordes proximalesde
ambos ojales.
Trayecto: La principal característica del trayecto originado por este tipo de armas,
es que la lesión en los diferentes tejidos que atraviesa está orientada entodos ellos
en la misma dirección, a diferencia de lo ya descrito en las heridasperforantes en
las que depende de las fibras elásticas, que en este caso únicamente influyen en
su dimensión. Resulta de importancia conocer que las lesionesen órganos dotados
de movilidad pueden presentar un mayor tamaño queel arma, tal como sucede en
pulmones o en diafragma, con una característicamorfológica añadida en corazón,
en la que la herida adopta una forma de acento circunflejo ya que al contraerse se
hiere a sí mismo contra el instrumento.Una última particularidad respecto al trayecto
reside en la posibilidad de quesea único o múltiple para un único orificio de entrada,
en razón de que el armasea o no nuevamente introducida sin haberse extraído del
todo.Este canal puede ser completo determinando la aparición de un orificio
desalida, que será estudiado a continuación, o bien quedar en fondo ciego.
D. HERIDAS INCISO-CONTUSAS
TIPO DE ARMA:
MECANISMO DE ACCIÓN:
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existe un “predominio del peso sobre la perfección del filo”, en el que lo habitual es
el golpe dirigido de arriba hacia abajo y a la cabeza.
• Contusiones en los bordes, que no son muy marcadas puesto que la soluciónde
continuidad se produce siempre por diéresis tisular.
• Bordes poco netos con paredes irregulares, que no presentan puentes detejidos
entre ellos.
• Profundidad que llega a interesar huesos -en los que provocan fi suras yfracturas
de aspecto irregular y astillado, órganos vitales, e incluso puedenproducir
amputaciones y separación de la cabeza.
E. HERIDAS DISLACERANTES
Pedro Mata, en su tercera edición del Tratado de Medicina y Cirugía Legal, incluye
entre las armas blancas los instrumentos dislacerantes, mencionandoen este grupo
las garras, las uñas, y otros instrumentos con varias puntas.
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Además, las lesiones se caracterizan por presentar desgarros y mutilaciones de
superficie irregular, con colgajos que presentan diferentes formas según elalcance
de los arrancamientos. Tan sólo si se afecta de modo exclusivo la superficie
cutánea, la herida dislacerante tendrá similitud con las lesiones
contusas,diferenciándose de ellas por la práctica inexistencia de equímosis.
F. LESIONES PUNZOCONTUSAS
Grandini también incluye entre las armas blancas a un grupo más de agenteslesivos
a los que denomina punzocontundentes .
TIPO DE ARMA:
Se trata de instrumentos que tienen una punta roma y están dotados deuna gran
masa, produciendo heridas más profundas que extensas. Entre ellaspuede incluirse
la chaira y el pico.
MECANISMO DE ACCIÓN:
23
CAPITULO II
24
no con actividad laboral, de modo que enel primer caso pueden observarse lesiones
similares a las producidas porun arma blanca debidas al efecto cortante de algún
tipo de maquinaria,mientras que en el segundo pueden deberse a la acción de
instrumentosdomésticos como vasos, botellas u otros envases, cuyos fragmentos
puedenproducir heridas que conducen al fallecimiento de la víctima.
2.1. En primer lugar se evaluará el tipo de las heridas, entre las que podemoshallar
diversas variantes signifi cativas que permiten dirigir lahipótesis sobre la etiología
médico-legal de la muerte en uno u otrosentido:
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de una agresiónsexual, y se corresponden con el empleo inicial del arma como
instrumentointimidatorio, presionando con ella sobre el cuello.
Lesiones asociadas: Se trata de autolesiones que aparecen en la superficie
cutánea de la mano con la que se aplica la violencia, comoconsecuencia de la
presión ejercida al momento de inferirse las heridascon un arma sin mango
dotada de varios filos. El caso más típicoaparece en suicidios por sección de
trayectos venosos medianteel empleo de cuchillas de afeitar, observándose
pequeñas heridas de2 a 5 mms. de longitud que afectan a epidermis y dermis
de carapalmar o anterior del dedo índice.
Marca en el rostro: denominada también “pifia” porquesu ubicación y dirección
semeja a los cordones de un tipo de sombrero, que llevan ese nombre. Su única
finalidad es dolosa y aparecen en agresiones.
Las heridas suicidastienen unas zonas concretas de elección, como son el cuello,
laparte anterior del tórax y las muñecas, siendo las dos primeras másfrecuentes en
hombres y la última en mujeres. Las heridas homicidas,como dice Mata en una
preciosa descripción al respecto, no aparecenen lugares selectivos o concretos, y
así, refi riéndose al agresor relata:“quien dominado de la pasión que le impulsa, no
se entretiene en esos pormenores;hiere donde puede”.
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descrito.Sin embargo, en el degüello homicida la incisión puede sermás
horizontal y de abajo hacia arriba, siendo habitual queexista una gran
variación en su dirección dependiendo de los movimientosde la víctima o del
agresor durante la lucha. Lo habitualen estos casos es que si el ataque se
produce desde atrás, la heridacomience de detrás o cerca del pabellón
auricular del lado contrarioa la mano que sujeta el arma, continuando a través
de laparte anterior del cuello de forma horizontal, para finalizar en ellado
opuesto a un nivel más bajo que el inicial (23); si el ataque seproduce desde
delante la herida será corta y angulada, hiriendo laregión cervical opuesta a
la mano que prende el arma.
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lo habitual es que no existan secciones en nervios ni en tendones, permitiéndole
tras herirse la extremidad izquierda empuñar el arma con ésta y lesionarse la
derecha, de tal modo que Bonnet considera estos hallazgos suficientes para afirmar
su naturaleza suicida. Normalmente se trata de heridas de dirección transversal u
oblicua, con colas de salida orientadas hacia el lado interno. Otras localizaciones en
las que el suicida ataca sus vasos venosos pueden ser el hueco poplíteo y, menos
frecuentemente, la región inguinal.
4. Estudio del arma: El tipo de arma empleada también puede servir para orientar la
etiología médico legal. Así, las armas punzantes no son habitualmenteempleadas
para provocar autolesiones, llegando a afirmar que no son “las preferidas” por los
suicidas, ya que “se requiere algunafuerza moral y física, y los suicidas no las
tienen”, en que sujetos incapaces de repetir el golpe autolesivosobrevivieron horas
e incluso días con un arma clavada en elpecho que lesionaba pulmones y corazón;
sin embargo, este tipo deinstrumentos punzantes sí originan lesiones accidentales,
y homicidascon más frecuencia. En cualquier caso, el principal interés del estudio
del arma en la identificación de la etiología médico legal del ataque, radica en la
posible obtención de huellas dactilares de su autor y de indiciosbiológicos -manchas
de sangre, restos de cabello o de tejidos- que permitanconfrontar el perfi l genético
hallado con el de la víctima y con eldel presunto victimario.
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involuntariopor el agresor en el 5º dedo de su propia mano izquierda, mientras
laempleaba para acallar a la persona agredida. También el estudio de
susvestimentas puede revelar desgarros y roturas, y aún más importante,restos de
sangre humana que podrían corresponder a la víctima
• Las características de las heridas únicamente van a permitir afirmar quela lesión
se ha producido por un agente cortante que ha actuado por el filo, siendo la
identificación concreta del arma una cuestión por lo generalirresoluble. No obstante,
el instrumento lesivo puede presentar alteraciones en su filo en forma de
irregularidades o melladuras que van a modificar la forma de las heridas
imprimiendo en ellas un sello particular,que si bien en unas ocasiones puede alterar
las habituales característicasincisas dificultando su identificación genérica, en otras
puede contribuir,una vez solventada esa primera cuestión, a su identificación
específica.
• Su identificación genérica puede ser realizada a través del mero estudio delas
lesiones causadas, de tal modo que, como ya se afirmó en el
apartadocorrespondiente, únicamente un arma punzante puede producir
heridasque presenten diferentes direcciones en cada plano y tejido atravesado,
eincluso en las distintas túnicas de un mismo órgano. También el estudiode la
diferencia entre la morfología del orificio en los vestidos -que seráredondeado- y el
de la piel -que será fusiforme permite identificar genéricamentea este tipo de armas.
29
— El grosor del arma: que no guarda generalmente proporción con eltamaño de la
herida, en razón de que los tejidos afectados, en funciónde su elasticidad, se retraen
una vez extraído el instrumento.
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Longitud del arma: Al igual que en el caso de las lesiones por
instrumentospunzantes, la premisa de que la longitud del arma es similar ala
profundidad de la herida es errónea como ya se ha expuesto, debidoa que en el
caso de que penetre hasta su empuñadura y de ser la zonaen la que asienta
depresible, la longitud del trayecto puede ser mayorque la del instrumento que lo
causa; a este respecto Simonin exponeque una hoja de 12 cms. puede llegar a
producir una profundidad de16 a 18 cms. (12).
Empuñadura del arma: Otras veces el arma puede penetrar hasta eltope, con la
empuñadura produciendo en la superficie cutánea alrededorde la herida una erosión
o contusión figurada, por la que puede ser identificada.
31
establecer las posibles hipótesis que sirvan deaproximación para la reconstrucción
de la escena de la agresión: condicionesdel lugar, características de las heridas con
atención a sus componentes externoe interno, estatura de la víctima y del agresor,
etc.Y aún con todo ello, en muchas ocasiones sólo se podrá dictaminar respectode
la compatibilidad entre las versiones dadas por el agresor o los testigos y losdatos
hallados en el estudio necrópsico.
• Los derivados de las ropas: Resulta evidente que la cantidad y composiciónde las
vestimentas, u otros complementos que cubren a la herida,guardan relación con la
32
intensidad de la fuerza a emplear para produciruna determinada lesión, y así,
aquellas prendas confeccionadas en pielson de una mayor resistencia y resultan
más difíciles de penetrar por loque se requiere el empleo de una mayor fuerza, al
contrario de lo queocurre con otro tipo de tejidos más ligeros.
33
y en consecuencia debe considerarse posterior a las que presentan signos de
vitalidad.
o Si en el transcurso de la agresión el arma sufre una melladura, las lesiones
causadas a continuación presentarán irregularidades derivadas de ese defecto.
o Algunos tratadistas proponen que las heridas que asientan en zonas vitales sean
consideradas cronológicamente como las últimas en producirse, cuestión esta
que es altamente discutible, respecto a la que Simonin se pronuncia de manera
clara “las heridas más graves no son forzosamente las últimas.
C. Determinación de la herida responsable de la muerte, para lo cual se
emplearán dos elementos que permiten orientar la resolución de esta
cuestión: En primer lugar, resulta evidente que para poder desencadenar el
fallecimiento la herida debe asentar en una zona vital, y en segundo, podrá
realizarse en ocasiones una aproximación basada en el estudio de la vitalidad
de las lesiones, de forma que asentando dos o más de ellas en áreas de interés
vital, serán las que mayor reacción presenten las responsables de la muerte.
Y como última cuestión de interés en el estudio de las heridas múltiples, no debe
olvidarse lo ya comentado en relación a la posibilidad de hallar más de una
herida como consecuencia de un solo ataque, como ocurre en agresiones que
penetran en extremidad superior atravesándola hasta alcanzar el tórax, o bien
en aquellas otras que lesionando mama la traspasan introduciéndose
posteriormente en cavidad torácica.
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Si la herida es vital, los vasos arteriales aparecen igualmente retraídos, y
tanto su afectación como la de los vasos venosos determinarán la existencia
de hemorragias, que son el mejor signo patognomónico de que la lesión se
produjo en vida. La aparición de embolias gaseosas, frecuentes en heridas
de grandes vasos del cuello, será también signo indicativo de vitalidad.
Puede ocurrir, como es el caso de heridas que revisten tal gravedad que
conducen a la muerte de modo muy rápido, que las características vitales
sean menos marcadas, adoptando una apariencia similar a las heridas
postmortales; en estos casos, el examen detenido de la zona afectada, en el
contexto de la causa de la muerte, aclarará la práctica ausencia de reacción
vital.
También en determinados casos especiales, en los que el cadáver es hallado
tras una permanencia prolongada en el agua, las heridas pueden presentar
una apariencia postmortal debido al lavado de la hemorragia inicialmente
presente, lo que puede dificultar la determinación de su verdadera
naturaleza.
— Estos hallazgos macroscópicos deben complementarse con el estudio de
los cambios histológicos e histoquímicas que se producen en los tejidos
lesionados, debidos a la evolución vital de las heridas.
Estas modifi caciones dependen de varios factores, y entre ellos del tamaño
y tipo de la lesión, del tejido en el que asientan, y de la edad y estado de
salud de la víctima.
6. MECANISMO DE MUERTE
Y por supuesto, el patólogo forense deberá determinar con exactitud la causa
del fallecimiento, para lo cual se valdrá de los diferentes datos hallados en el
transcurso de la autopsia. Pero para ello, deben conocerse los principales
mecanismos que pueden conducir a la muerte en lesiones por arma blanca:
o El mecanismo más común es la hemorragia con su consecuente anemia
aguda. Resulta evidente que la intensidad de la extravasación hemática
estará en relación con el calibre de los vasos afectados y con el tipo de lesión,
de forma que la hemostasia espontánea en caso de secciones netas es más
difícil que en el caso de que existan desgarros. Si bien la consecuencia última
va a ser una pérdida de volemia de la que deriva el cese de las funciones
vitales, deberá especificarse como causa de la muerte la citada anemia
aguda, siendo erróneo hacer constar el término de choque hipovolémico que
tantas veces aparece en los dictámenes, por ser un concepto clínico (4).
o Otra posible causa de muerte es la aspiración de sangre hasta los alvéolos
pulmonares, produciendo la denominada por Bonnet (8) “asfi xia o sumersión
interna”, debida a la penetración del líquido hemático en el árbol respiratorio.
En estos casos también puede aparecer sangre en tracto digestivo en el caso
de ser deglutida.
o La embolia gaseosa, siendo más rara, se ha descrito como causa de
fallecimiento en heridas por arma blanca asociadas a soluciones de
continuidad en las venas yugulares, pudiendo producir la muerte en
degüellos superficiales.
o También en las heridas en el cuello la muerte puede aparecer por una as- fi
xia por compresión de las vías respiratorias, en caso de extravasaciones
hemorrágicas con infiltración masiva de las partes blandas adyacentes.
o La sección de los nervios frénicos y neumogástrico como causa instantánea
de fallecimiento ha sido referida por Gomes en su Medicina Legal (26).
o En ocasiones, aunque de manera infrecuente, el fallecimiento se debe a una
hemorragia intracraneal resultante de una herida penetrante.
o Y por último, la aparición de complicaciones infecciosas puede ocasionar el
fallecimiento diferido de la víctima, como sucede en heridas abdominales, en
las que pueden sobrevenir peritonitis y sepsis.
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7. PROTOCOLO DE AUTOPSIA
La autopsia en casos de muerte por herida de arma blanca debe realizarse
siguiendo unos pasos concretos que permitan fijar exhaustivamente cuantos
hallazgos contribuyan a resolver las cuestiones anteriormente planteadas:
o En primer lugar, cabe la posibilidad de que el patólogo forense se enfrente a
un cadáver que aún presenta el arma clavada en su cuerpo. Ante esta
situación deberá protegerse cuidadosamente el instrumento lesivo hasta que
sea estudiado, a fi n de buscar huellas dactilares, de tal modo que si esta
operación no puede realizarse in situ se procederá a su aislamiento con una
bolsa, evitando que sea de plástico puesto que la condensación que podría
producirse en su interior destruiría dichas huellas.
o Con carácter previo al comienzo de la autopsia, Di Maio recomienda que en
las víctimas que presentan múltiples heridas o cuando alguna de ellas
penetra en hueso, se realice un estudio radiológico, de manera que si se
observa un fragmento del arma en el interior del cadáver, se deberá
recuperar para su comparación posterior con los instrumentos sospechosos.
También en heridas en el cuello se recomienda hacer radiografías que
pueden poner de manifiesto la existencia de un embolismo aéreo.
o El estudio necrópsico propiamente dicho se iniciará asegurando la
constancia documental -mediante la fijación fotográfica o planimétrica- de
todas las lesiones halladas, tanto a la observación directa del cadáver como
tras la reconstrucción de la morfología de las heridas con el afrontamiento de
sus bordes, para lo que se emplearán medios adhesivos. En los casos en
que la impronta de la empuñadura del arma rodee a la herida, tras haber
penetrado en su totalidad, deberá igualmente fotografiarse con detalle la
zona, al objeto de realizar posteriores comparaciones con los instrumentos
sospechosos.
o Seguidamente se procederá a un cuidadoso examen y registro de la
localización de cada una de las lesiones, en el plano horizontal y en el
vertical, utilizando como referencia puntos topográficos concretos. Para
algunos autores, en casos de heridas múltiples resulta poco práctico hacer
una prolija descripción de cada una de ellas, proponiendo un criterio
integrador por el que se agrupen las lesiones en áreas anatómicas, y
destacando con sus características únicamente aquellas que presenten
particularidades.
o Se procederá a evaluar la relación de las heridas observadas en superficie
cutánea con las soluciones de continuidad de las prendas que vestía.
o Una vez detallada de manera precisa la ubicación anatómica, se describirán
las principales características externas: morfología, dirección, longitud, y
dimensiones de los ángulos y colas de salida, de manera que pueda
comenzar a evaluarse el tipo de arma empleada; a este respecto, Trujillo
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plantea incluso realizar en el cadáver cortes similares con instrumentos
sospechosos al objeto de identificarlos, con las salvedades que representan
las diferencias entre heridas vitales y postmortales (16). También deberán
ser descritos la separación de los bordes y los signos de hemorragia y de
vitalidad.
o Tras ello, se detallará el trayecto de la herida, expresado en los planos
sagital, horizontal y coronal mediante las siguientes opciones:
Anteroposterior, posteroanterior o en el plano coronal; de derecha a
izquierda, de izquierda a derecha o en el plano sagital; de arriba abajo y de
abajo a arriba o en el plano horizontal (27). Este trayecto deberá ser descrito
plano por plano con atención a todas las estructuras comprometidas y
determinando con exactitud su profundidad. Como norma general, debe
advertirse que el sondaje de este tipo de lesiones está proscrito, por la
elevada posibilidad de crear falsas vías y trayectos artifi ciales.
o Por último, se recomienda que sea preservada cualquier pieza anatómica -
hueso o cartílago- que exhiba una impronta causada por el arma. Impronta
dejada por arma blanca en cartílago tiroides Casos especiales: Se realizará
a continuación una breve referencia a aquellas situaciones que merecen una
consideración especial, bien por la localización de las heridas, o bien porque
éstas han sido manipuladas, posibilidad que se plantea con relativa
frecuencia en sujetos que han recibido una atención médica previa al
fallecimiento, lo que podría haber influido en la configuración de las lesiones
encontradas.
o Lecha Marzo, en su Tratado de Autopsias y Embalsamamientos, ya
expresaba la necesidad de prestar una especial atención a las heridas de
localización cervical, puesto que su estudio podría comprometerse con la
aplicación de las técnicas habituales de Virchow -“la abertura del cuello y de
las cavidades torácica y abdominal se practicará como regla, por medio de
un solo y extenso corte que, empezando en el mentón, termine en la sínfi sis
del pubis pasando por el lado izquierdo del ombligo” (29)- o de Mata -“Se da
un corte horizontal a lo largo de las clavículas y primera pieza del esternón;
luego otros dos que parten de la parte más posterior de la apófi sis mastoides
de cada lado, de arriba abajo, de dentro afuera, viniendo a parar a la parte
externa del hombro” (30)-. Así, “se comprende que la autopsia del cuello es
completamente atípica en los casos de degollación” (31), debiendo
procederse mediante una cuidadosa disección plano por plano, que se
realizará desde las zonas adyacentes a la lesión preservando en la medida
de lo posible el trayecto de la herida, progresando en profundidad hasta la
completa descripción de las estructuras afectadas. Siendo frecuentes las
lesiones vasculares en las heridas por arma blanca en el cuello, Schneider
propone una técnica concreta que facilita su estudio, procediendo, tras
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colocar una sonda en el interior de los vasos dañados, a su cuidadosa
disección partiendo de los segmentos más inferiores y más próximos al
corazón.
o En ocasiones en las que el cadáver ha recibido asistencia médica previa a
su fallecimiento, pueden encontrarse heridas manipuladas iatrogénicamente
bien por haber sido suturadas, bien porque se ha procedido a su
incorporación a una incisión de toracotomía, e incluso porque la propia herida
ha sido empleada para la colocación de un tubo torácico; también en el
momento de la autopsia pueden observarse nuevas heridas iatrogénicas
consecuentes a la asistencia recibida, que a la simple observación presentan
dificultades para su diferenciación con las producidas en la agresión. Por todo
ello, resulta fundamental en estos casos que todas las actuaciones
terapéuticas queden fielmente reflejadas en la historia clínica y que ésta
quede a disposición del patólogo que debe efectuar la autopsia.
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BIBLIOGRAFIA
RECOMENDACIONES:
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Forense. Posteriormente habrá que estudiar el trayecto interno del proyectil y en
casos complejos donde no hay orificio de salida se deberá recurrir a técnicas
radiológicas para averiguar en qué punto se encuentra este.
CONCLUSIONES
El arma de fuego tiene como elemento de contusión a la bala que está formada por: la
capsula que contiene la pólvora y el proyectil que ocasiona las diferentes clases de
lesiones. El proyectil disparado es un elemento contundente y la lesión que provoca en
una herida contusa.
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Nunca se deberá descartar en cualquier siniestro el factor material, para ello se deberá
realizar una pericial exhaustiva a los fines de determinar fehacientemente si el arma
posee algún defecto de fábrica, desgaste o rotura de alguno de los elementos del
mecanismo de disparo.
En el estudio de las lesiones por arma de fuego se tiene que considerar. El orificio de
entrada; el orificio de salida; el trayecto, la distancia desde la que se efectuó el disparo;
las características del proyectil encontrado y la identificación del arma; la prueba del
guantelete.
Adulto joven que muere por un embolismo gaseoso masivo secundario a heridas
cervicales por arma corto punzante. Probable manera de muerte: homicidio. La
sobrevida del individuo, a la luz de la pre sanidad encontrada en los órganos, y teniendo
en cuenta la esperanza de vida al nacer para sujetos de su mismo grupo de edad,
hubiera sido de 40,71 años.
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