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FUNDACION TECNOLOGICA ANTONIO DE AREVALO

ENSAYO CRIMINOLOGIA

MATERIA:

CRIMINOLOGIA

PROFESOR:

ELIZABETH RAMIREZ LLERENA

ALUMNO:

JUAN CAMILO ESQUIVIA MACHACON

QUINTO SEMESTRE DE DERECHO

CARTAGENA, COLOMBIA

27-04-2017
La palabra "clínica" viene del griego KLINE.- Lecho; Es la parte de la medicina que
enseña a observar, diagnosticar, curar y pronosticar las enfermedades a la
cabecera de la cama de los pacientes

La Criminología Clínica tiene por objeto, por analogía con la Clínica Médica,
formular una opinión sobre un delincuente, conteniendo esta opinión un
diagnóstico (llamado crimino diagnóstico), un pronóstico, y eventualmente un
tratamiento

El fin de la Criminología Clínica es el conocimiento de la personalidad del


delincuente por medio de la "Descomposición Analítica y su Recomposición
Sintética”.

José Ingenieros Estandarizó el método científico aplicado al estudio particular de


los fenómenos de las patologías humanas o sociales en tres puntos de vistas:

1- Etiología criminal: estudio de los factores determinantes de los delitos.

2- Clínica criminológica: estudio de la formas de los delitos y de los caracteres de


los delincuentes. Determinando su grado de adaptabilidad social o de temibilidad
individual.

3- Terapéutica del delito: estudio de las medidas preventivas y de la organización


de las instituciones necesarias para la defensa social contra los delincuentes.

CLASIFICACIÓN DE BENIGNO DI TULLIO DEL DELINCUENTE


Delincuentes ocasionales: son sujetos que realizan acciones criminosas por
causas fundamentalmente exógenas. Entre estos delincuentes se distinguen:
 Los ocasionales puros.- delinquen por causas externas puramente
accidentales y excepcionales, de tal manera que de no repetiste,
permanecerán en el futuro al margen de la criminalidad; sus delitos
ordinariamente leves.
 Los ocasionales ambientales.- sucumben ante circunstancias
ambientales desfavorables como la miseria, las malas compañías, las
sugestiones inmortales y mientras tales circunstancias permanezcan
inalterables.
 Los ocasionales por estados emotivos y pasionales.- La causa del
delito radica en ciertos disturbios ocasionales de la esfera afectiva de
su personalidad que logran romper su equilibrio síquico y moral no muy
estabilizado.
Delincuentes constitucionales: son individuos en los que su particular
estructura biopsiquica crea una predisposición a los delitos mayor que la que se
encuentra en el delincuente medio. De este tipo existen 3 variables:
 Los delincuentes constitucionales hipo evolutivos. Son individuos en
quienes el delito se explica en razón de diferencias bioquímicas de
origen congénito, hereditario o adquirido.
 Los delincuentes de orientación psico neurótica. Son personas que
presentan anomalías psíquicas que alteran sensiblemente su sistema
nervioso central.
 Los delincuentes psicópatas. Van al delito a causa de particulares
anomalías psíquica su de un estado de amoralidad constitucional.
ANTIPSIQUIATRIA

El movimiento antipsiquiátrico emprendió una crítica radical al control social


represivo ejercido al margen del sistema penal formal. La gran diferencia entre el
criminalizado y el psiquiatrizado es que el primero tiene derecho a defenderse y a
denunciar los abusos cometidos en su contra. Al segundo, en cambio, se le niegan
hasta esos derechos, con el argumento de que el pobre no sabe lo que hace: hay
que tutelarlo y protegerlo de sí mismo.

Autores famosos suscribieron a la corriente antipsiquiátrica en los ’70 y ’80. Por


ejemplo el italiano Franco Basaglia, el escocés Ronald Laing, el inglés David
Cooper y tantos otros que en 1975 fundaron la Red Internacional de Alternativa a
la Psiquiatría en Bruselas. Según estos académicos, la enfermedad mental es una
respuesta política a las contradicciones del poder. Por lo tanto, no debe matarse el
potencial subversivo de la locura, sino politizarlo para convertir al loco en agente
de cambio social.

La extrema radicalización de estas posiciones –al igual que las referidas al propio
sistema penal formal– puede llevar a la impotencia, puesto que obviamente debe
hacerse algo frente a un esquizofrénico. Por otra parte, no basta con explicarle al
catatónico que su sufrimiento es una reacción a las contradicciones del poder,
porque nunca se va a enterar.

No obstante, dejando de lado el extremismo, lo cierto es que este movimiento


contribuyó ampliamente a considerar los derechos de los pacientes psiquiátricos, y
a abrir un campo de debate que todavía no se ha cerrado. De hecho, si bien los
psicofármacos han eliminado los chalecos de fuerza, las celdas acolchadas y el
shock eléctrico, el actual chaleco químico se distribuye con increíble generosidad
entre la población.

El origen del internamiento psiquiátrico, la historia de la locura y la excesiva


medicalización de nuestras sociedades farmacráticas, así como las complejas
relaciones entre Psiquiatría, Derecho y las transnacionales farmacéuticas, en un
juego de intereses y colusiones, han dado lugar a la llamada “humanización de la
pena”. Esto es, el recurso a la “demencia” como atenuante penal en un límite difícil
de discernir entre lo jurídico y lo ético. Justo aquí se plantea, a partir del rótulo de
“enfermedad mental”, la posible anulación retroactiva de la responsabilidad penal
de una persona que se encuentra supuestamente incapacitada para actuar por sí
mismo en la esfera jurídica. De este modo la institución psiquiátrica se nos
presenta hoy como una instancia de poderes omnímodos, con aparatos de tele-
vigilancia, que apuntan a la constitución de una ya anunciada 'policía del
pensamiento', cuya presencia y voz autoritaria se hacen oír con tono perentorio en
las instituciones como la educación, el trabajo y demás ámbitos donde lo que está
en entredicho es el margen de las libertades civiles; así la clínica ha ido
delimitando en el orden civil un límite difícil de discernir entre normalidad y
anormalidad.

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