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UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES

CHIMBOTE

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO: PROCESO DE EJECUCIÓN

CICLO : VIII
SEMESTRE ACADÉMICO: 2018– I
TURNO : DISTANCIA “D”
TEMA : EL REMATE “EJECUCIÓN”
TRABAJO: MONOGRAFIA

INTEGRANTES:

- MOLINA RAMIREZ STIVEN HARRY


- TTITO ACEVEDO HEIDY JULIETA

HUARAZ – PERÚ

2018
INTRODUCCION
El proceso de ejecución no busca la constitución o la declaración de una relación
jurídica sino satisfacer un derecho ya declarado. El proceso de ejecución es definido
como aquel que, partiendo de la pretensión del ejecutante, realiza el órgano
jurisdiccional y que conlleva un cambio real en el mundo exterior, para acomodarlo
a lo establecido en el título que sirve de fundamento a la pretensión de la parte y a la
actuación jurisdiccional.
La jurisdicción no se limita a declarar el derecho, comprende también su ejecución.
Como las sentencias declarativas y constitutivas no imponen el dar, hacer u omitir
algo, la ejecución se dirige a asegurar la eficacia práctica de las sentencias que
condena.
Proceso de cognición y proceso de ejecución, son independientes entre sí. De un
lado el proceso de cognición puede, en efecto, no requerir la ejecución, ya sea ya sea
porque el acto que lo concluye alcance por sí solo el objeto prefijado (sentencia de
declaración de certeza o constitutiva), ya sea porque después de recaída la sentencia
de condena el deudor cumpla voluntariamente su obligación.
De otro lado, no siempre a la ejecución preceder la cognición judicial: en
determinados casos se puede proceder a la ejecución sin necesidad de realizar
precisamente un proceso de cognición judicial, como es la conciliación extrajudicial,
donde las partes han definido consensualmente el derecho, o el caso del arbitraje.
De este modo, cognición y ejecución se contemplan recíprocamente; la primera
prepara y justifica la actuación de la sanción y esta da fuerza y vigor práctico a
aquella. Entre el proceso de cognición y de ejecución, la distribución de la actividad
se hace por ley, en armonía con la función propia de cada uno de ellos. Por eso,
corresponde al primero conoces y dirimir el derecho en conflicto. Al segundo, la
actuación de la sanción. En este orden de ideas, tenemos que precisar que la tutela
efectiva no solo se agota con los procesos de cognición sino con los de ejecución. La
tutela solo será realmente efectiva cuando se ejecute el mandato judicial.
El incumplimiento de lo establecido es una sentencia con carácter de cosa juzgada
implica la violación, lesión o disminución antijurídica de un derecho fundamental: la
tutela efectiva, que la jurisdicción tiene la obligación de reparar con toda firmeza.
El que la sentencia declare que el demandado adeuda una cantidad de dinero al
demandante y le condene a pagarla, no supone ello tutela efectiva. Para que esta se
logre es necesario una actividad posterior que pueda realizarse de dos maneras:
cumpliendo el obligado, de manera voluntaria, la prestación que le impone la
sentencia o ingresando, ante su resistencia, a la ejecución forzosa de la prestación.
Lo interesante de esta etapa es que la ejecución permite algo que hasta el momento
de la cosa juzgada era imposible: “La invasión en la esfera individual ajena y su
transformación material para dar satisfacción a los intereses de quien ha sido
declarado triunfador en la sentencia. Ya no se trata de obtener algo con el concurso
del adversario, sino justamente en contra de su voluntad. Ya no se está en presencia

2
de un obligado, como en la relación de derecho sustancial, sino en presencia de un
subjectus, de un sometido por la fuerza coercible de la sentencia”.
En síntesis, podemos señalar que proceso de ejecución es aquella actividad con la
cual los órganos judiciales tratan de poner en existencia coactivamente un resultado
práctico, equivalente a aquel que habría debido producir otro sujeto, en
cumplimiento de una obligación jurídica. Es pues, el medio por el cual el orden
jurídico reacciona ante la trasgresión de una regla jurídica concreta, de la cual surge
la obligación de un determinado comportamiento de un sujeto a favor de otro.

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INDICE
CAPITULO I ..................................................................................................................................5
DISPOSICIONES GENERALES
CAPITULO I ..................................................................................................................................5
EJECUCION FORZADA

I. EL PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN FORZADA ................................................... 5


II. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 5
III. LA EJECUCIÓN FORZADA EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL ............................. 5
IV. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA ................................................................... 6
V. EL REMATE .......................................................................................................................... 6
1. Tasación
2. Observación y aprobación de la tasación
3. Convocatoria a remate judicial
4. Publicidad
5. Acto de remate
6. Pago del saldo del precio y transferencia de los bienes rematados
7. Falta de postores
8. Nulidad del remate judicial
VI. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO ......................................................................................11
VII. PAGO AL EJECUTANTE ..................................................................................................12

CAPITULO II .............................................................................................................................. 13
CONCLUSIONES

CAPITULO III ............................................................................................................................ 14


BIBLIOGRAFIA

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EJECUCION FORZADA
La figura jurídica de la ejecución forzada está vinculada al incumplimiento
voluntario o involuntario del mandato ejecutivo (Ej. P.E. de dar bien mueble
determinado, P.E. de Resoluciones Judiciales, P.E. de Garantías,) o la sentencia (Ej.
Dar Suma de Dinero, P.E. Obligación de No Hacer). La ejecución forzada se consolida
de pleno derecho con el auto que ordena llevar adelante la ejecución.1

VIII. EL PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN FORZADA2

La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor
ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados del
deudor. Por ello, es conveniente conocer el trámite de este procedimiento, sobre
todo en razón de la reciente modificación de los artículos 742 y 744 del Código
Procesal Civil.
IX. INTRODUCCIÓN

En nuestro medio resulta un hecho generalizado el recurrir a un crédito. Pero a la


vez, cuando el acreedor exige el pago del mismo, se encuentra en no pocas ocasiones
con la negativa o imposibilidad de cumplimiento del deudor. Ante ello, se suele
recurrir a un proceso judicial de ejecución de obligaciones, en el cual lo aconsejable
es solicitar una medida cautelar respecto de los bienes del deudor a fin de procurar
la garantía del crédito.
De este modo, en caso de persistir el incumplimiento del deudor, el acreedor
deberá iniciar la ejecución forzada de los bienes afectados. Dicha ejecución
forzada se realiza a través del remate judicial o, en última instancia, de la
adjudicación en pago.
En el presente informe desarrollaremos el trámite que debe seguirse, según nuestro
ordenamiento procesal, en cada una de estas modalidades de la ejecución forzada.
II. LA EJECUCIÓN FORZADA EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL
La ejecución forzada constituye la última de las etapas del proceso de ejecución.
Consiste en la actividad procesal desarrollada por el órgano jurisdiccional a efectos
de lograr la satisfacción del crédito del ejecutante y de los terceros legitimados que
hayan concurrido al proceso. Para ello, se procede a enajenar judicialmente los
bienes afectados del deudor.
Nuestro Código Procesal Civil (en adelante, CPC) regula la ejecución forzada en el
Capítulo V, del Título V de los procesos de ejecución, en los artículos que van del 725
al 748. A su vez este capítulo se encuentra dividido en cuatro subcapítulos referidos
a las disposiciones generales, el remate, la adjudicación y el pago, respectivamente.

1
http://www.monografias.com/trabajos97/proceso-ejecutivo-peru/proceso-ejecutivo
peru2.shtml#ixzz4BPIHWi57

2
http://derechoestudiante.blogspot.pe/2013/06/el-procedimiento-de-ejecucion-forzada.html

5
Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes afectados
del deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento del crédito que
éste tiene a favor del acreedor ejecutante. Una vez afectados dichos bienes se
procede a la ejecución forzada de los mismos, para lo cual es necesario que el
acreedor ejecutante presente una solicitud ante el juez, a fin de que éste inicie la
ejecución forzada.
Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta etapa se
dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el mismo bien
materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán de la naturaleza y
estado de su crédito. En caso de que la intervención de dicho tercero se produzca
después de realizada la ejecución forzada, él solo tendrá derecho al remanente que
exista.
La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar
adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del crédito
que ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con la
adjudicación en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado paga el
total de la obligación, más los intereses, y las costas y costos del proceso.
III. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA
Se ha establecido expresamente en el artículo 725 del CPC que, a efectos de que se
lleve adelante la ejecución forzada de los bienes del deudor, el ejecutante podrá
hacer uso de cualquiera de las siguientes modalidades:
 El remate o
 La adjudicación en pago.

Dichas modalidades tienen un objetivo en común: lograr que el acreedor ejecutante


vea satisfecho su derecho a cobrar el total del crédito que a su favor tiene que pagar
el deudor ejecutado, ya sea a través de la venta judicial de los bienes afectados del
deudor o, en su caso, con la adjudicación en pago de los mismos por parte del
ejecutante.
IV. EL REMATE
El remate judicial es la forma más común de realizar la ejecución forzada. El mismo
que comprende una serie de actos sucesivos que se inician con la tasación de los
bienes afectados y culminan con la transferencia de los bienes a quien se los haya
adjudicado. Por ello, de ninguna manera debe pensarse que el remate judicial solo
está constituido por el remate propiamente dicho (es decir, la venta judicial de los
bienes afectados del deudor), sino que comprende a su vez diversos actos, tanto
anteriores como posteriores al acto de remate, que buscan preparar y concluir el
procedimiento de remate judicial.
Así, dentro de los actos antes mencionados debemos considerar el acto por el cual se
tasan los bienes, los actos por los que se convoca a dicho remate, la publicidad del
mismo; y en general todo aquello que tienda a la efectiva realización de la ejecución
forzada, la cual solo culminará una vez que se haya depositado la suma obtenida por
el remate de dichos bienes y la consiguiente transferencia de los mismos al
adjudicatario.
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Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano Deho, podría definirse el remate judicial como
el acto procesal de ejecución por el cual el órgano jurisdiccional, en uso de sus
facultades de imperio, transfiere al mejor postor el bien objeto de la ejecución,
previo pago del precio ofrecido, ello con la finalidad de satisfacer al acreedor
ejecutante y a los acreedores concurrentes sus derechos al crédito dinerario.
Como el remate judicial constituye un procedimiento compuesto por diversos actos
concatenados, pasaremos a revisar cada uno de ellos:
1. Tasación
Con la tasación se da inicio al procedimiento del remate judicial. Así, una vez que
quede firme la resolución que ordena llevar adelante la ejecución, el juez dispone la
tasación de los bienes afectados; y como dicha tasación supone un acto pericial,
deberá ser realizada por peritos especialistas en la materia quienes, sobre la base de
sus conocimientos, van a determinar el valor actual y real del bien en el mercado.
Una vez obtenida la tasación, el juez podrá convocar a remate.
La tasación de los bienes es dispuesta por el juez a través de una resolución, la cual
debe contener:
i) el nombramiento de dos peritos, y
ii) el plazo dentro del cual, previa aceptación, deben éstos presentar su
dictamen, bajo apercibimiento de subrogación y multa (no mayor a 4
URP).

Ahora bien, existen ciertos casos en los que no se requiere tasación:


i) como por ejemplo cuando las partes han convenido previamente el valor
del bien o su valor especial para el caso de ejecución forzada.
ii) Asimismo, no se requerirá tasación cuando los bienes afectados consistan
en dinero o tienen cotización en el mercado de valores o equivalente, ya
que estos bienes no se transfieren en remate público. En este caso, es
necesario que el juez nombre a un agente de bolsa o corredor de valores
para que proceda a vender dichos bienes.

2. Observación y aprobación de la tasación


Una vez presentada la tasación por los dos peritos, ésta será puesta en conocimiento
de las partes por el plazo de tres días, a efectos de que las mismas puedan formular
sus observaciones. Vencido dicho plazo, el juez puede aprobar o desaprobar la
tasación; y, en caso de desaprobarla, ordenará que se realice una nueva tasación, ya
sea por los mismos peritos u otros. La resolución que desaprueba la tasación es
inimpugnable.
3. Convocatoria a remate judicial
Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos ya
mencionados, el juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo realizará a
través de una resolución que, según el artículo 731 del CPC, debe:
i) fijar día y hora en que deba realizarse el acto de remate; y
ii) designar al funcionario que efectuará el acto de remate.

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4. Publicidad
La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos judiciales del
lugar donde se efectuará dicho acto. El anuncio se realizará por tres días tratándose
de bienes muebles y seis días en caso de inmuebles. En caso de no haber diario, la
convocatoria se publicará en otro medio de notificación edictal.
Tratándose de inmuebles, además de las publicaciones señaladas, deberán colocarse
avisos del remate en un lugar visible de los mismos, así como en el local del juzgado,
bajo responsabilidad del secretario de juzgado. En caso de muebles, los avisos deben
colocarse en el local donde se realizará el acto de remate.
El anuncio del remate debe contener:
i) el nombre de las partes y los terceros legitimados, es decir el del acreedor
ejecutante, del ejecutado y de los demás acreedores que intervienen en el
proceso;
ii) el bien a rematar, y de ser posible su descripción y sus características;
iii) la relación de las afectaciones del bien;
iv) el valor de tasación y el precio base;
v) el lugar, día y hora del remate;
vi) el nombre del funcionario que realizará el remate;
vii) el porcentaje que debe depositar para participar en el remate;
viii) el nombre del juez y del secretario de juzgado y la firma de éste.

El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del remate no
puede omitirse aunque medie renuncia del ejecutado, bajo sanción de nulidad. Ello
en razón a que la convocatoria se realiza con el objetivo de difundir el remate
judicial.
Una vez que las personas interesadas tomen conocimiento de la convocatoria a
remate, podrán presentarse a efectos de ser considerados como posibles postores.
Para ser admitido como postor es necesario que el interesado, antes del inicio del
acto de remate, cumpla con depositar, ya sea en efectivo o en cheque de gerencia
girado a su nombre, una cantidad no menor al 10% del valor de tasación del bien
afectado. Tanto el ejecutante como el tercero legitimado pueden participar en el
acto de remate en calidad de postores, para lo cual están exentos de realizar el
depósito mencionado. En cambio el ejecutado está imposibilitado expresamente de
participar en el remate como postor.
Una vez realizado el acto de remate y de haberse procedido a otorgar en
adjudicación los bienes al mejor postor, se procederá a devolver las sumas
depositadas a los postores que no fueron favorecidos en el acto de remate.
5. Acto de remate
El acto de remate se realizará en el día y hora señalados en la convocatoria. Dicho
acto se iniciará con la lectura de la relación de los bienes y condiciones del remate,
continuando con el anuncio de cada una de las posturas a medida que se realicen. El
martillero adjudicará el bien a quien realice la postura más alta, después de un doble
anuncio del precio alcanzado sin que se realice una mejor oferta, con lo cual el
remate del bien o los bienes afectados queda concluido.
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En líneas generales es así como debe realizarse el acto de remate. Adicionalmente a
ello, nuestro CPC en su artículo 736 ha establecido algunas reglas que deberán
observarse a efectos de realizar dicho acto:
i) la base de la postura será igual a las dos terceras partes del valor de
tasación, no admitiéndose oferta inferior;
ii) cuando el remate del bien comprenda más de un bien, se debe preferir a
quien ofrezca adquirirlos conjuntamente, siempre que el precio no sea
inferior a la suma de las ofertas individuales; y
iii) cuando se remate más de un bien, el acto se dará por concluido, bajo
responsabilidad, cuando el producto de lo ya rematado es suficiente para
pagar todas las obligaciones exigibles en la ejecución y las costas y costos
del proceso.

Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo, lo cual
será realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según corresponda.
Dicha acta de remate debe consignar el lugar, fecha y hora del acto; el nombre del
ejecutante, del tercero legitimado y del ejecutado; el nombre de los postores y las
posturas efectuadas; el nombre del adjudicatario; y la cantidad obtenida con el
remate.
El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por el martillero, por el
secretario del juzgado, por el adjudicatario y por las partes, si es que están
presentes. Después de ello, se procederá a anexar el acta de remate al expediente a
fin de dejar constancia de la realización del acto.
6. Pago del saldo del precio y transferencia de los bienes rematados
En este aspecto se establecen dos criterios a seguir en atención a la naturaleza del
bien rematado.
Así, en caso de bienes muebles, el pago se debe efectuar en el mismo acto del
remate, debiéndose entregar de inmediato el bien al adjudicatario, es decir a aquel
que adquirió el bien objeto por realizar la postura más alta. Una vez efectuado el
pago del saldo del precio, el martillero procederá a depositar dicha suma en el
Banco de la Nación, a la orden del juzgado, a más tardar al día siguiente de realizado
el acto de remate, con lo cual concluye el procedimiento de remate judicial.
En el caso de bienes inmuebles, el juez antes de cerrar el acta de remate ordenará
al adjudicatario que deposite en el Banco de la Nación el saldo del precio dentro de
los tres días siguientes. Una vez realizado dicho depósito el juez transferirá la
propiedad del inmueble mediante un auto, el cual contendrá:
i) la descripción del bien;
ii) la orden que deja sin efecto todo gravamen que pese sobre éste, a
excepción de la medida cautelar de anotación de demanda;
iii) la orden al ejecutado o administrador judicial para que entregue el
inmueble al adjudicatario dentro de los 10 días siguientes, bajo
apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es aplicable al
tercero que fue notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución;

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iv) la orden de que se expidan partes judiciales para su inscripción en el
registro correspondiente, los cuales contendrán la transcripción del acta
de remate y del auto de adjudicación.

El auto de adjudicación en materia de remate de bienes inmuebles es de vital


importancia por varias razones, porque con él se da por concluido dicho
procedimiento y, por otro lado, constituye el acto por el cual se transfiere, en favor
del adjudicatario, la propiedad del bien rematado.
En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo del precio dentro
del plazo señalado, el juez está facultado en virtud del artículo 741 del CPC a
declarar la nulidad del remate, y por ende convocar a un nuevo procedimiento. Con
ello el adjudicatario incumpliente se hará acreedor a una doble sanción:
i) perderá la suma que depositó a efectos de ser admitido como postor, la
cual será destinada a cubrir los gastos del anulado remate, y en caso de
existir un saldo, será destinado como un ingreso del Poder Judicial por
concepto de multa;
ii) quedará impedido de participar en el nuevo remate a convocarse.

Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho del acreedor
ejecutante para reclamar al adjudicatario incumpliente el pago de los daños y
perjuicios que se le hubiesen ocasionado con dicho incumplimiento.
7. Falta de postores
La Ley N° 27740 del 29/05/2002 ha modificado sustancialmente los artículos 742 y
744 del CPC en relación a la forma como deben realizarse las nuevas convocatorias
por frustración del remate a falta de postores y a la oportunidad en la que se puede
solicitar la adjudicación en pago del bien afectado.
Así, según el texto anterior del artículo 742 del Código acotado, en caso de no
presentarse postores en la primera convocatoria a remate, se procedía a realizar
una segunda convocatoria en la cual el precio base de la postura era reducido en un
15%.
En caso de que en la segunda convocatoria tampoco se hubieran presentado
postores, se dejaba abierta la posibilidad de convocarse nuevamente a cuantas
convocatorias hubieran sido necesarias con la consiguiente y sucesiva reducción del
15 % del precio base anterior.
Evidentemente dicho tratamiento representaba un grave perjuicio, tanto para el
acreedor ejecutante como para el deudor, pues dilataba el proceso y a la vez
incrementaba los gastos del mismo. En efecto, lo único que originaba era que el bien
sea vendido a un precio exiguo, con el cual muchas veces no se llegaba a pagar el
monto de lo adeudado y mucho menos a cubrir los intereses y demás gastos del
trámite del proceso, los mismos que se incrementan razonablemente por cada
nueva convocatoria
La modificación del artículo 742 del CPC tiene por objetivo eliminar la posibilidad
de que se efectúe un ilimitado número de convocatorias. Según el nuevo texto del
referido artículo, ante la frustración del remate por falta de postores en la
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primera convocatoria, el juez procederá a convocar a una segunda reduciendo
en un 15% el precio base; y si en esta segunda convocatoria tampoco se
presentan postores se procede a convocar a una tercera con la respectiva
reducción del 15%. Si en esta tercera convocatoria tampoco se presentan
postores, el ejecutante podrá solicitar al juez la adjudicación en pago del bien
dentro de los 10 días siguientes de frustrado el remate.
En caso de no presentarse la solicitud de adjudicación en dicho plazo, se procederá a
ordenar una nueva tasación y una nueva convocatoria, iniciándose nuevamente
dicho procedimiento con el mismo trámite antes señalado, el cual si llega a la tercera
convocatoria nuevamente sin presentarse postores ni realizarse la adjudicación en
pago volverá a ser frustrado, debiendo realizarse una nueva tasación y convocatoria,
y así sucesivamente.
8. Nulidad del remate judicial
Como el remate judicial es un acto procesal realizado por el órgano jurisdiccional, la
nulidad del mismo solo puede sustentarse en el incumplimiento de alguno de los
requisitos formales del propio acto procesal y no en las normas relativas a la
nulidad de los actos jurídicos. Al respecto, el artículo 743 del CPC establece que la
solicitud de nulidad deberá ser interpuesto dentro de los tres días siguientes de
realizado el acto de remate.
V. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO
En la ejecución forzada la adjudicación del bien rematado puede darse en dos
formas:
- en el remate o
- una vez frustrado éste.

La adjudicación en remate se da cuando una vez realizado dicho acto se procede a


redactar el acta de remate en la cual, entre otros datos, consta el nombre del
adjudicatario (postor a quien se le adjudicó el bien por realizar la postura más alta).
En cambio, la adjudicación en pago viene a ser una forma accesoria de realización de
la ejecución forzada. Se realiza cuando, una vez frustrado el remate (debido a que en
la tercera convocatoria no se han presentado postores) el ejecutante o en su caso el
tercero legitimado solicita al juez la adjudicación del bien en pago del crédito que
ostenta. Para ello, el ejecutante deberá presentar la solicitud de adjudicación en
pago dentro de los diez días siguientes de frustrado el remate. De no presentarse
dicha solicitud, el juez procederá a disponer una nueva tasación y remate bajo las
mismas condiciones, repitiéndose el mismo trámite tantas veces sea necesario hasta
que aparezca un postor o hasta que el acreedor ejecutante solicite la adjudicación
del bien.
En caso de que el valor del bien sea superior al crédito, el ejecutante que ha
solicitado la adjudicación del bien deberá pagar dicho exceso al deudor dentro de
los tres días siguientes a la notificación de la liquidación de los intereses, costas y
costos del proceso. En caso de que no se cumpla con realizar dicho depósito dentro
del mencionado plazo, la adjudicación quedará sin efecto, prosiguiéndose a
convocar a un nuevo remate.
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Por el contrario, si el adjudicatario cumple con depositar el monto que excede su
crédito, el juez inmediatamente procederá a entregarle el bien mueble y, en caso de
tratarse de un inmueble, a expedir el auto de adjudicación.
VI. PAGO AL EJECUTANTE
Una vez realizado el remate judicial y obtenido el dinero, el juez procederá a
disponer el pago del crédito al acreedor. Para ello es necesario que previamente el
juez ordene la liquidación de los intereses, costas y costos del proceso, lo cual debe
ser realizado por el secretario del juzgado dentro del plazo que fije el juez.
Efectuada la mencionada liquidación, la misma se pondrá en conocimiento de las
partes para que dentro de los tres días siguientes realicen sus observaciones en
forma detallada. Absuelto el trámite de la observación o en caso de rebeldía, el juez
resolverá aprobando o modificando la liquidación y a la vez requerirá el pago.
Una vez aprobada la liquidación de los intereses, costas y costos del proceso se
procederá a pagar al ejecutante con el producto del remate. En caso de que el bien
que asegura la ejecución esté constituido por dinero, éste será entregado al
ejecutante una vez aprobada la liquidación.
Si en el remate judicial se da la concurrencia de varios ejecutantes, se deberá
proceder a satisfacer sus respectivos derechos de la siguiente manera:
a) Concurrencia de varios acreedores ejecutantes con derechos distintos: el
producto del remate será distribuido en atención al derecho de cada uno de los
ejecutantes. Dicha distribución será establecida por el juez en un auto, el cual podrá
ser observado dentro de los tres días siguientes a su notificación. Si después de la
distribución existe un remanente, éste le será entregado al ejecutado.
b) Concurrencia de varios acreedores sin derecho preferente y los bienes del
deudor no alcanzan a cubrir las obligaciones: el pago de dichas obligaciones se
efectuará a prorrata. Si entre dichos acreedores existe uno con derecho preferente,
el crédito de éste será satisfecho en primer lugar y el de los otros se realizará a
prorrata.
Una vez realizado el pago íntegro al ejecutante del crédito, más los intereses que se
hubieran devengado y las costas y costos del proceso, se habrá concluido la
ejecución forzada, pues ésta ha logrado alcanzar su objetivo primordial: la
satisfacción del crédito del acreedor ejecutante a través de la enajenación forzosa de
los bienes del deudor.

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CONCLUSIONES
1. Los procesos ejecutivos son eminentemente formales por cuanto los títulos
ejecutivos que sustentan la pretensión deben contener una obligación cierta,
expresa y exigible. Su tramitación es sui géneris desde que no es constitutiva
de derechos, sino un requerimiento a una persona para el cumplimiento de
una determinada obligación, teniéndose siempre presente los fines del
proceso conforme al artículo tercero del título preliminar del Código Procesal
Civil

2. La ejecución de resoluciones judiciales opera siempre a pedido de parte, por


tanto, le corresponde al acreedor solicitar se requiera al ejecutado para el
cumplimiento de lo obligado.

3. Uno de los requisitos para la ejecución de una obligación de dar suma de


dinero, es que exista un título que condene al pago de cantidad líquida. Si el
título contiene una cantidad líquida se procederá inmediatamente y sin
necesidad de previo requerimiento personal al condenado, al embargo de sus
bienes.

4. El acreedor con una suma a su favor después del remate no puede exigir que
le paguen con el remanente si no lo afectó –previamente- con mandato
judicial para evitar que cobre el ejecutado.

5. El proceso de recuperación de garantías atraviesa seis etapas: Presentación y


Admisión de la Demanda; Orden de Ejecución; Convocatoria a Remate;
Remate; Adjudicación y Recuperación de Crédito; y Cobro de Honorarios.

6. La Ley de Garantía Mobiliaria ha puesto en funcionamiento dos instrumentos


fundamentales en materia de ejecución: la ejecución extrajudicial y el pacto
comisorio. Estos dos mecanismos, aún ajenos al Código Civil, facilitan el pago
de la obligación garantizada, sin que ello implique un agravio contra la
propiedad o contra los intereses del deudor.

7. La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar
adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del crédito
que ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con la
adjudicación en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado paga
el total de la obligación, más los intereses, y las costas y costos del proceso.

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BIBLIOGRAFÍA
 CALAMANDREI, Piero. Citado por ARIANO DEHO, Eugenia. Problemas del
proceso civil. Juristas, Lima

 PALACIO, Lino. Derecho Procesal Civil, T. VII, Abeledo Perrot. Buenos Aires,
s/ref., p. /142

 ALSINA, Hugo1962 Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y


comercial. Tomo V. segunda edición. Buenos Aires: Ediar.

 http://distancia.upla.edu.pe/libros/derecho/10/DERECHO_PROCESAL_CIVI
L_II.pdf

 Carnelutti (Traducción de Hugo Alsina, Eduardo Couture) - (19..)


Instituciones del Proceso Civil. En Colección Ciencia del Proceso, Buenos
Aires, Ed. EJEA,

 LLAMBIAS, Jorge Joaquín. Derecho de tas obligaciones, .10 ed., Abeledo


Perrot, Buenos Aires, p. 43

 MONTEROAROCA, Juan. Derecho Jurisdiccional, Bosch, Barcelona. 1995, p.


463

 MONTERO AFOCA, Juan. Óp. cit., p. 464.

 MAXIMO CASTILLO QUISPE/EDWAR SANCHEZ BRAVO, Manual de Derecho


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 http://laley.pe/not/1838/los-7-puntos-que-debes-conocer-sobre-el-sexto-
pleno-casatorio-civil/

 Martín Alejandro Hurtado Reyes, Doctor en Derecho, Magister en Derecho


Civil y en Derecho Procesal, profesor del Post Grado de la USMP, PUCP,
UNMSM y profesor principal de la AMAG. Juez Superior Titular de la Corte de
Justicia de Lima.

 Casación N° 2402-2012-Lambayeque

 Casación N° 1392-2013-Tacna

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