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Libro Pedagogia Amor PDF
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ORIENTACIÓN AL LECTOR
Si alguien me preguntara sobre este libro tendría que decir que es el resultado de una
larga experiencia, y ante todo un trabajo que se opone a la fragmentación de la vida y
del conocimiento en compartimentos estancos, que pretende encontrar nexos que unan
aspectos tan diversos desde el punto de vista académico como Sicología, Filosofía,
Religión y Espíritu, Ciencia, Sociología, y Cultura, relacionados con Educación. Pero no
es un libro académico, aunque intente expresarse con rigor. Es, ante todo, un libro
experimentado desde el amor y para colaborar al advenimiento de una Sociedad del
Amor, producto de años de trabajo e investigación en diversos campos que
intentan confluir en estas páginas.
Este es, pues, un libro poliédrico con diversos rostros donde se manifiesta una y otra
vez, una realidad multiforme y ramificada. Cada uno de estos rostros de lo que
llamamos "Realidad", y que contribuye a configurarla, no tiene sentido por sí mismo si
no tiene en cuenta diferentes facetas de otros. Esto se hace especialmente evidente en
el terreno de la educación. No se puede educar desde parcelas que se ignoran entre sí.
No se puede educar desde parcelas cuyos contenidos hayan sido manipulados. No se
puede educar desde distintos planteamientos por parte de los responsables. Y, desde
luego, no se puede educar sin la participación directa y consensuada entre todas las
partes implicadas en el proceso: Autoridad académica, padres, profesores y alumnos.
Inevitablemente, con el paso del tiempo, acabamos por conocer la limitación de visión
interesada en sus propias parcelas, con sus correspondientes consecuencias negativas
para la comunidad. Por ejemplo, aquellos científicos que investigan para industrias
bélicas, o en energías "sucias", o experimentan con animales en laboratorios, y hasta el
lado personal "demasiado humano" e impresentable de tantos supuestos sabios como
aparecen ante nosotros como paradigmas de civilizados. Pero no son los únicos.
Para una parte de la ciencia más avanzada, sin embargo, adentrarse en estas
investigaciones es un reto para avanzar hacia el conocimiento profundo del Cosmos,
que le lleva a contemplar otra dimensión de la realidad o diferentes aspectos de la
misma no contemplados hasta el siglo XX. Esta avanzadilla la forman científicos bien
conocidos, -aunque menos como filósofos,- tales como Albert Einstein, Ervin
Schrödinger, Bohr, Oppenheimer, D.Bohm, Capra y muchos más. Todos ellos se
plantean el universo desde un punto de vista integrador y establecen nuevos puntos de
vista que facilitan aproximarse al fondo de las cuestiones, aunque no todos lleguen a las
mismas conclusiones ni tengan una visión unitaria o espiritual semejante.
Imaginemos la Realidad como un árbol. Las mariposas absorben el néctar, las hormigas
construyen su hormiguero, el pájaro carpintero hace su trabajo, los gorriones hacen su
nido. Si pudiéramos hablar por separado con cada uno ninguno de ellos sabría qué es el
árbol, por qué la vida habita en él, qué relación tiene con el Cosmos, etc. Por
supuesto, cada uno de esos animalitos nos daría su visión particular del árbol, incluso
con gran lujo de detalles, pero sus datos serían siempre limitados y superficiales, faltos
de una visión de conjunto. Sabe cada uno lo que ve exteriormente en su propia área de
experiencia, tiene una imagen que considera la realidad, pero eso es sólo un reflejo de
la totalidad árbol, de la Realidad Árbol, que no puede percibir ni transmitir. Esto,
extrapolado al mundo del conocimiento, impide la interconexión real de las caras del
poliedro-Realidad para ser bien comprendido. Por tanto, sólo se araña su epidermis y se
observan algunas tan solo de sus facetas. Esto es una expresión de la sociedad
fragmentada que hemos construido. Y de la fragmentación a la confrontación existe
menos distancia que entre un árbol y su sombra.
La fragmentación cultural y la ignorancia de unas partes sobre las otras, es, por su
intervención, la clase de cultura que llega a las escuelas de nuestros hijos mucho más
tarde de darse a conocer "en sociedad", cuando ya ha "calado" suficientemente como
ideología o como paradigma socialmente rentable.
DESCORRIENDO CORTINAS
Saber, pues, quiénes somos y tener así un punto de vista para entender lo que vemos, y
a la inversa: entender lo que vemos para alcanzar a saber algo sobre quiénes somos en
los contextos del más acá y del más allá es un objetivo esencial de este trabajo.
Espero, amigo lector, que con la arena de las torres que se derriban aquí y el cemento
de la unidad en el amor, podamos ir aportando materiales para la sociedad que ha de
suceder inevitablemente a esta sociedad de la fragmentación y el conflicto: la sociedad
de la paz, de la armonía, del verdadero conocimiento y del progreso verdaderos, que
nacen en la evolución de la conciencia personal que ha de formar a su vez la conciencia
colectiva. Pues si algo nos queda claro después de tantos siglos es que no es posible
ningún avance social ni cultural verdadero si no existe un avance de la conciencia
espiritual, personal, de cada individuo. Y no es posible ese avance sin un tipo
de educación que favorezca el conocimiento de sí y la práctica positiva de ese
conocimiento en la convivencia del día a día, en el esfuerzo diario por superarse a sí
mismo en libertad y sin jerarquías sacerdotales, políticas o de otro tipo a las que les
hayamos concedido el privilegio de someterles nuestra conciencia para que ellos
interpreten el mundo por nosotros. La "ilustración" libresca o cultural no resuelve
tampoco los problemas de una persona, de un país o del mundo. Muy al contrario, el
uso que de ella se hace por la presente civilización, los agrava paso a paso. El caos en
que se está convirtiendo este mundo a marchas aceleradas da testimonio del fracaso
generalizado de la educación y de las verdades que niegan los que defienden a ultranza
(con guerras preventivas, penas de muerte y otras conductas antisociales y contra las
leyes de la vida) sus propias riquezas materiales y sus hondas miserias espirituales; su
mucho poder y su poca conciencia.
Padres, profesores, educadores y todas las personas que tienen relación con el mundo
de la infancia y la juventud tienen aquí una labor maravillosa por hacer. Seguramente
las generaciones próximas les agradecerían mucho en su momento tener respuestas
claras sobre asuntos como los que tratamos aquí.
También los buscadores, los inconformistas, los desorientados, los que desean tener un
modo de pensar coherente con la Naturaleza, los que buscan otras formas de
espiritualidad ajenas a las iglesias, los defensores del pensamiento libre, en suma,
pueden encontrar en este libro poliédrico algunas buenas noticias. Ese es, al menos, el
deseo del autor.
HOY, EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI... CIENTOS DE MILES DE NIÑOS Y NIÑAS DE ESTE
PLANETA SON:
..... Y muchas otras incontables crueldades que nos alejan de la idea de civilización.
Denuncio ante la conciencia del mundo esta ignominia sin igual en toda la Historia
conocida que ha ido creciendo en lugar de retroceder, descubriendo así el nivel de
empobrecimiento físico, mental y espiritual de la especie humana (desde el aire que
respira, el alimento que come, las ideas que asume y las emociones que siente) y la
necesidad urgente de profundos cambios en la educación de la humanidad para evitar
que las semillas del dolor de tantos millones de niños de hoy sea mañana la cosecha de
dolor de todos.
PARTE I
CAPITULO 1
LA SOCIEDAD DE LA CONFRONTACIÓN ES EXAMINADA... Y... SUSPENDE
Se viene hablando desde hace muchos años del "fracaso escolar", definido como la
incapacidad de un número muy alto de alumnos (del 40 al 50%) para adquirir los
conocimientos mínimos programados para su nivel o Curso. No se evalúa la calidad de
la educación, sino el porcentaje de éxito en las asignaturas del currículo.
A pesar de eso, los estudiantes no aprendían más, pues la causa no parecía estar ahí, en
la cantidad de conocimientos, sino en el NO DESEO de aprenderlos. Esto, no obstante,
mejoró las estadísticas. Sólo eso. Ahora bien: el grado de exigencia en la Universidad en
los estudios técnicos especialmente no solo se mantuvo, sino que aumentó, por la
necesidad de hacerse competitiva y útil para una sociedad cada vez más compleja y de
mayores exigencias tecnológicas y conceptuales. Y esta cuestión motivó que el fracaso
de todos los sistemas educativos se desplazaran hacia los niveles universitarios,
especialmente hacia los primeros cursos de las Carreras. Ahí volvieron a coincidir las
estadísticas y la realidad. De modo que la rebaja de los contenidos por curso en los
estudios básicos y medios tampoco era la solución.
Esta es la pregunta que cada día se plantean millones de personas en todo el mundo,
especialmente en el mundo rico occidental, debido a la cantidad y a la cualidad
de problemas que presenta la diaria convivencia con niños y adolescentes en las familias
y en las aulas. Parece, pues, urgente averiguar las fuentes de esos conflictos, establecer
sus causas. Aquí se expondrán muy diversas reflexiones sobre esas causas y diferentes
ideas para facilitar un cambio de modelos en la educación de base, y contribuir en la
medida que sea posible al nacimiento de la Sociedad de la Cooperación, o Sociedad del
Amor, como paso evolutivo siguiente al actual: la Sociedad de la Confrontación,
donde la fragmentación de los conocimientos, su abuso utilitarista y su falta de
conexión con valores morales a escala planetaria ha llevado al mundo a extremos de
desunión, infelicidad y destrucción sin igual en toda la historia. De ahí el nombre de
Sociedad de la Confrontación para definir el mundo en que vivimos, sin importar en qué
parte nos encontremos, su desarrollo tecnológico, su renta per capita y todo eso, pues
si existe algo realmente globalizado antes que la economía global es el desamor global y
su negro cortejo de envidia, deseo de poder y poseer, deseo de reconocimientos y otras
calamidades. Con estas energías negativas tan presentes en el alma humana no pueden
construirse sociedades donde el amor, la generosidad, el desinterés y todos esos
sentimientos que llevan a la cooperación puedan aflorar fácilmente. Por eso, en lugar
de sociedades de cooperación tenemos sociedades de confrontación separadas por
fronteras y todo tipo de intereses, al igual que sus propios habitantes lo están por las
fronteras de los egos inferiores y sus propios intereses egoístas.
Si queremos cambiar lo que nos daña personal y socialmente es preciso sentar bases de
cambio social desde la reflexión y el amor altruista y aportar la conciencia activa
amorosa y cooperativa de cada uno de nosotros a este mundo que nos toca vivir. Es
preciso aportar la experiencia necesaria para saber analizar el tipo y calidad de
nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestros actos referidos a nuestra vida
cotidiana y en relación con aquellos que nos rodean en diversos ámbitos: familia,
centro de enseñanza, etc.
Como consecuencia de no haber dado con la clave hasta hoy, el malestar en las aulas no
sólo no se resuelve, sino que alcanza cada vez mayores cuotas de violencia y/ o
pasotismo. Esta es una manifestación evidente de un fracaso escolar no provisional, sino
estructural. Es como una vieja enfermedad que se ha cronificado y se manifiesta de
diversas maneras produciendo diversos síntomas, como el de las bajas calificaciones o
las conductas reactivas.
En el día a día se vive en las aulas una situación de conflicto con estallidos de diversa
envergadura, donde la autoridad de los profesores es contestada, y sus enseñanzas
vividas poco menos que como esa medicina desagradable que nos recetan: algo que no
se desea, pero que se impone como necesario. He aquí una causa inmediata de conflicto
y una causa mediata de fracaso. Y la situación tiende a agravarse. En los últimos años,
numerosos casos de violencia e incluso de asesinatos en diferentes colegios de Estados
Unidos y en diversos países europeos, entre ellos España, así como episodios de
intimidación y maltrato verbal y físico a profesores en las aulas, enfrentamientos de
alumnos contra profesores y alumnos entre sí, maltratos verbales y palizas a profesores
por parte de padres descontentos , han hecho levantar la voz de alarma a la comunidad
escolar, siendo cada vez más difícil en Europa, por ejemplo, motivar a los estudiantes
para que elijan una profesión con tantos riesgos, mal retribuida donde los profesores
cuentan con pocas posibilidades de promoción, son pocos valorados socialmente – si no
son universitarios- y no cuentan con el apoyo estatal para promocionar la imagen del
profesorado y que esta difícil profesión sea socialmente valorada, visible y respetada.
Esto, sin duda, contribuiría a que el profesor-a recuperara parte de la autoridad moral
perdida, fuese tomado más en serio por los alumnos y bien considerados socialmente,
lo que ayudaría mucho a la convivencia dentro de las aulas y mejoraría algo la calidad
de la enseñanza. Naturalmente, esto no resolvería el resto de problemas, pero sería
parte de la solución.
¿Tienen paz en sus conciencias los gobernantes que mandan esas celebraciones
mientras son capaces de firmar penas de muerte o dar órdenes de invasión? ...Por cada
uno que no la tenga, no es posible la paz. Así que se utiliza el juego de la coacción y la
hipocresía. Y este juego es soportado porque se apoya en la coacción y la hipocresía
individual de cada uno de nosotros, si no las hemos superado... Y todo eso forma parte
de una cadena donde se engarzan por derecho propio fanatismo, cobardía, miedo,
codicia, envidia y ignorancia, deseos de poder y sobresalir, insolidaridad, todos
ellos importantes gérmenes malignos de todas las calamidades privadas y públicas, y
verdaderas madres de todas las batallas, pues es EGO en acción.
Nunca esta poderosa combinación de elementos perturbadores está lejos de las aulas, y
desde luego, está bien presente en toda la sociedad y en sus representantes políticos,
religiosos y mediáticos. Este es el verdadero ejemplo que llega hasta las conciencias de
los niños, esto es lo que cala en sus almas, y no los discursos con bellas palabras de
efectos poco duraderos y carentes de poder porque carecen de contenido real.
Hay una ingente labor por hacer, y esta va a ser la tarea de este siglo que comienza :
fomentar un cambio de conciencia personal y colectiva si queremos vivir y no sobrevivir
en un Planeta diezmado por la miseria, las guerras, las epidemias, las catástrofes
naturales y el abuso de poder creciente de los más ricos y poderosos.
Empezamos por recordar que el conocimiento de las causas del desinterés y apatía de
los alumnos , ampliable a muchos de nuestros hijos en el hogar, parece ser algo
fundamental y sin embargo no se trabaja apenas en este sentido - y menos se
profundiza en las causas- por parte de los responsables de la educación, empezando por
los propios padres. Desde luego no se trabaja en la proporción que demanda el
aumento de problemas de aprendizaje y conflictividad en los centros educativos, donde
demasiado a menudo se recurre al uso del autoritarismo como remedio cuando falta la
autoridad moral. Aquello de "letra con sangre entra" del modelo medieval no ha sido
abolido, aunque no sea aceptado en teoría. Y hay que recordar que la violencia del
educador puede ser sutil y mucho más dañina que la física.
Para asegurar la paz en caso de algún serio conflicto escolar, (como sucede con los
envíos de tropas "pacificadoras") se recurre a soluciones de fuerza y disuasión: expulsión
de alumnos, broncas, negociaciones con pocos resultados con los alumnos y /o sus
familias, vigilancia policial en los centros conflictivos. Pero esto no evita el mal que
pretende atajar; de nuevo se queda en la epidermis de las cosas: el mal siempre queda
más abajo. Y de nuevo comprobamos el paralelismo existente con otras fuerzas de
"disuasión" y "pacificación" internacional siguiendo siempre el mismo esquema de
actuación: nunca a la raíz del problema, siempre al síntoma visible; siempre violencia
como recurso para oponerse a la violencia. Y siempre el mal más abajo. Obsérvese cómo
se usa en medicina la misma táctica desde la localización del síntoma.¿Y las causas?
¿Y la prevención? ¿Dónde está todo eso?
Esta falta de previsión y mala actuación recuerda a ese campesino que en lugar de
preparar la tierra adecuadamente antes de sembrar, siembra sabiendo que
inevitablemente habrá plagas por no haber preparado su campo. Y cuando
éstas aparecen, las combate con insecticidas. ¿No hubiera sido mejor preparar el
terreno cuidando su equilibrio biológico para evitar la eclosión de las plagas?
Igualmente sucede en el campo de la medicina oficial, donde tan poca gente sana
completamente por esta forma absurda de proceder. Y esta forma de
proceder descubre nada menos que el paradigma de conducta de la totalidad del
Sistema.
Si observamos la génesis del terrorismo que tanto nos preocupa en estos momentos,
caemos en la cuenta de que tiene mucho que ver con el paradigma mencionado, que no
considera en este caso la cuestión de fondo. En este caso es la miseria, el fanatismo, la
codicia sin límite y el odio de unos u otros.
Una situación semejante no puede tener buen final desde el uso de la fuerza. No habrá
buenas soluciones, sino malos remiendos, y como de costumbre muchos ejércitos
pacificadores (!!¿?) armados hasta las cejas. Y los problemas, al no haberse eliminado
sus causas, quedan siempre latentes, como una bomba de relojería que no se sabe
cuándo va a estallar. Es por eso que nunca hay paz y las guerras se repiten. Sin embargo,
es preciso repetir que esta ceguera ante las causas y esta falta de prevención es la
filosofía oficial, el paradigma de los Estados con respecto a la manera de solucionar los
problemas, incluido el educativo. "Lavarse la cara" farisaicamente, fingir, poner
remiendos, parches epidérmicos, imponer soluciones violentas. Este es el Sistema,
sí, pero ni el tejido del mundo ni el de la educación, por cierto, admiten muchos más
remiendos ni pueden esperar mucho más. En educación, los remiendos producen
finalmente muchos rotos de difícil arreglo en el maltratado tejido psíquico de la
infancia. Como consecuencia abundan en el mundo infantil los cuadros de depresión,
fobia escolar, ansiedad y trastornos bipolares, como denuncian los psiquiatras infantiles,
junto a otros males que veremos aquí. Y en estos problemas tan serios que afectan
grandemente al rendimiento escolar no cuentan los estudiantes con las ayudas
necesarias. Según su paradigma, esas serían causas y lo que interesan son resultados de
aprendizaje sin respetar la situación psicológica de los estudiantes afectados, a los que
en lugar de tratarles como personas se les exige como estudiantes que fracasan.
Los profesores, ni tampoco los padres, han sido preparados por el Sistema para esa
triple perspectiva que se precisa para comprender al alumno o al hijo.
Se considera básico también y objetivo único en la mayoría de los casos, por parte de
muchos educadores la adquisición de una buena cultura general en sus alumnos que les
permita más adelante el acceso a la Universidad. También los padres han sido
convencidos de que esa es la meta. Y estas expectativas de uno y otros imprimen
carácter a las clases desde el momento que se orientan los programas desde la
base hacia esos horizontes. Ahora bien, ¿es real esa expectativa? Decididamente
no. Tal y como están de difíciles las salidas profesionales para los titulados
universitarios, y viendo el aumento de fracasos en los estudios de básica, bachillerato y
universitarios, tan polarizados hacia los resultados intelectuales, habría que empezar a
plantearse de una vez si no es hora de ir poniendo a la Universidad, tal y como se
concibe en la actualidad, en un segundo o tercer plano como meta final ideal del
aprendizaje, considerando el elevado número de excedentes en titulados superiores que
se ven obligados a trabajar en sectores muy alejados de sus capacitación profesional,
para los que se hallan sobrecapacitados. En muchos casos, titulados superiores, como
abogados, profesores, licenciados en humanidades, biólogos, y otros se ven obligados
trabajar en actividades mucho más modestas y precarias para los que no hubiese
hecho falta ni la mitad de los esfuerzos ni de los recursos empleados en la formación de
estos profesionales desarraigados. Esto es un verdadero derroche de energía social. Y el
derroche se agrava todavía más cuando los licenciados universitarios se marchan a un
país que valora más sus conocimientos, produciéndose el fenómeno de "fuga de
cerebros", tan conocido en los países del tercer mundo, pero también en los menos
desarrollados del primer mundo, como España, Portugal, Grecia, Irlanda y Turquía.
Se debería proporcionar a los estudiantes en todos los tramos del aprendizaje (incluido
el universitario) un tipo de enseñanza más flexible, más abierto a la interactividad, con
más presencia de actividades prácticas polivalentes, más áreas de investigación
interconectadas y más relación con el mundo real y sus necesidades objetivas... Por
tanto, deberían incluirse en los estudios oficiales diversas ciencias alternativas de
utilidad social, y siempre favoreciendo al máximo talleres de habilidades emocionales,
artísticas, sociales y manuales que posibiliten la madurez armónica de la personalidad
de los estudiantes. Todo esto exige, por supuesto, inversiones que ningún gobierno está
dispuesto a realizar hoy. Al contrario, la tendencia, como ya sucede en los EEUU es a
disminuir el gasto educativo público. Otras inversiones, como las militares o los fondos
regalados a las iglesias institucionales, tienen preferencia sobre el gasto social.
Habría que intentar erradicar de la mente de los estudiantes esa idea de elegir la
carrera más rentable para su bolsillo, su posición social o su prestigio personal, que son
cosas del ego inferior, mundano, para que prevalezca la idea de servicio desinteresado y
debidamente remunerado. Hoy en la propia Universidad encontramos muchos profesores
auxiliares, investigadores y becarios maltratados económica, social y culturalmente, y
muchos alumnos desviados de su vocación por los propios estamentos de poder
universitarios al verse obligados en muchos casos a elegir Carreras para las que no
tienen vocación. Flaco servicio harán después a la sociedad.
A pesar de los estudios modernos sobre el cerebro y sobre el papel diferenciado de los
dos hemisferios cerebrales, el uso del hemisferio cerebral derecho es cada vez menos
tenido en cuenta a medida que se avanza en los estudios, y en la Universidad es
prácticamente invisible, cuando no despreciado, excepto en las carreras técnicas, donde
la "víctima" es el hemisferio izquierdo... En consecuencia, tenemos miles de estudiantes
universitarios mentalmente "desequilibrados", abotargados y exhaustos por los enormes
esfuerzos mentales de dudosa rentabilidad para retener en la memoria los
conocimientos que se les exigen, y emocionalmente desequilibrados, presas de la
ansiedad, la apatía emocional, la falta de espíritu crítico y dialéctico aplicado a la
propia realidad y a la realidad objeto de sus trabajos. El resultado es el desconocimiento
general de los valores culturales y estilos de vida alternativos, el adormecimiento de la
sensibilidad creativa, la facilidad para acoger acríticamente los criterios de autoridad y
otras secuelas derivadas de las dependencias políticas y sumisiones al poder y del
exceso de teorías no contrastadas por experiencias, todo ello fruto de su formación
escolástica de base y del adormecimiento espiritual de sus acomodados dirigentes.
PARTE I
CAPITULO 2
Si tiene usted, amigo lector, algo claro y fuerte que decir contra alguno de los pilares
que conforman lo que venimos llamando "El Sistema", incluso sin la intención explícita
de quererlo derribar (valga la ironía), sino tan sólo de querer informar desde otro punto
de vista quedará perplejo cuando vea cómo se le cierran las puertas de los medios de
comunicación.
Tampoco a los alumnos en sus aulas se les permite expresar públicamente sus opiniones
sobre la mala calidad de sus aprendizajes, la incompetencia de sus profesores o las
deficiencias más que notables de los sistemas educativos que tienen que sufrir, donde
una reforma sustituye a otra y la siguiente siempre es peor que la anterior y con
menores recursos. .
Los que dirigen o apoyan las llamadas guerras preventivas, los máximos representantes
del mal llamado sistema democrático, que hablan tanto de derechos humanos,
terrorismo y fanatismo religioso, asolan los países, exterminan a sus gentes y roban sus
riquezas, no cesan de producir y elaborar estrategias políticas para vender armamento
más anticuado que el propio, evitando competencias indebidas, armas para que
otros se maten en terceros países, etc. Simultáneamente se afanan en provocar, a
través de sus servicios de inteligencia, sus espías, diplomáticos y gentes por el estilo,
conflictos internos y enfrentamientos bélicos entre clanes de otros países, en el propio
interés de su industria criminal del armamento y afines; países a los que finalmente
tutelan, controlan, endeudan y los convierten en satélites después de masacrar a cientos
de miles de personas civiles y destruir familias hogares y modos de vida. ¿Estamos
hablando de Estados civilizados?.. Estos que así se autodenominan son los mayores
fabricantes de armas de destrucción masiva y lo que es mucho peor: las utilizan. Para
mayor sarcasmo, cuanto más "civilizados" se consideran los países a sí mismos más y más
mortíferas resultan sus armas y más a menudo comprueban que funcionan sobre las
cabezas de sus víctimas.
Pero los gobiernos de estos países insisten en celebrar cada 30 de enero el Día de la paz
en todo Occidente, y los niños, incluidos los hijos de los pilotos que lanzan las bombas
sobre ciudades dormidas y los hijos de los trabajadores de la industria de armamento
que fabrica las bombas, se concentran junto a sus profesores en los patios de todos los
colegios del mundo para escuchar bellos poemas, entonar canciones de paz y soltar
globos con bellos deseos de amor universal. La idea sería maravillosa si hubiera partido
de ellos mismos. Pero no: se trata de actos promovidos por los estados para ofrecer al
mundo la imagen de que se educa en la paz a sus escolares, y, de paso, convencer a las
familias de los mismos de que su gobierno defiende la paz. Por tanto, si la nación alguna
vez hace la guerra debe estar fuera de duda que lo hace contra la voluntad de su jefe
de estado y de todos sus ministros y delegados, que son personas de paz y civilizadas.
Sin embargo, algunas de las condiciones precisas para ser civilizados serían el poseer
una buena estructura educativa, unos buenos planes de estudio con unos buenos
contenidos académicos y éticos, una libertad cultural y de expresión que garantice el
derecho a ser y pensar diferente en cualquier aspecto, una buena convivencia entre los
miembros de la comunidad (incluida la educativa) basada en el respeto entre las
personas independientemente de sus títulos profesionales, status social o académico,
edad, género, raza, religión, etc. y basada igualmente en la cooperación, justicia
social, acceso igualitario a la gestión pública, derecho a revocar a los mandatarios
corruptos, al trabajo, a la vivienda y a la vejez atendida. Y aunque algunos de estos
derechos sean reconocidos por los Estados, y aún alardeen de que se cumplan, sólo hay
rastros de todos ellos, esperando que la democracia civilizada sea más profunda y los
garantice en su totalidad.
Mientras tanto, y en espera del milagro, ¿cómo son educados los ciudadanos de la
civilización presente en los países del área capitalista en todo el mundo?..
Las familias de los alumnos luchan por salir adelante y alcanzar unas cuotas de
bienestar que cada una se propone en función de sus posibilidades (habiendo asociado
falsamente "bienestar" con comodidad, consumo y posesiones), aunque el precio que
se paga es siempre desproporcionado en horas de trabajo, en salud, en sacrificios
personales y en falta de atención a los hijos.
A falta de estudios para averiguar qué sucede realmente en el interior de los hogares
para que haya un grado de infelicidad y frustración como atestiguan el número de
separaciones matrimoniales y divorcios y los casos inacabables de violencia doméstica y
asesinatos a mujeres, se puede decir casi en términos matemáticos lo siguiente:
Por otra parte los sectores más pobres y marginales en general, ( que en España suponen
entre los 8 y los 10 millones) son un preocupante número rojo que afecta a 1 de cada
cuatro habitantes, sin contar los inmigrantes "inexistentes", los jóvenes que no logran un
empleo, los parados de larga duración que han agotado sus posibilidades de ayuda
social, los titulados universitarios en paro forzoso, y los mayores de cuarenta años, en
especial las mujeres que buscan trabajo, o las separadas y/ o maltratadas que se quedan
de pronto en la calle, constituyen hoy por hoy las franjas de población "de riesgo" donde
mayor esfuerzo imaginativo es necesario para solucionar sus problemas básicos y
para motivar, en su caso, el aprendizaje de sus hijos y acordar pautas educativas y de
apoyo económico y social adecuadas para todos.
La gran mayoría, inmigrantes o no, ricos y pobres, desean sin embargo, tener más,
siempre más; andan insatisfechos y, muchos llenos de envidia y deseos de posesión de
todo tipo de bienes materiales. La mayoría de las gentes en todas partes ha sido
condicionada por la cultura dominante del querer tener y casi todo el mundo desea vivir
como los ricos. Esto produce estrés, frustración, resentimiento, desinterés por las
cuestiones no materiales, muchas veces desesperación, y siempre poco aprecio por la
cultura y el conocimiento que no lleve a producir directamente beneficios materiales.
Esto se transmite a los hijos consciente o inconscientemente a través de la palabra y
del modelo de conducta que observan en sus mayores y en el conjunto de la sociedad.
Esta atmósfera es especialmente dañina para los escolares, pero está presente
inevitablemente en muchos hogares. Después de todo, la cultura del tener es el modelo
social visible y aceptado por antonomasia. Podría sorprenderse el lector del
bajísimo número de libros que se encuentra en las estanterías de las familias. La última
encuesta que conoce este autor daba el tremendo resultado de un 2 % de hogares en
España con 200 libros o más. Descontados los sectores profesionales relacionados con la
cultura, el dato resulta escalofriante y revela el verdadero alcance de la educación que
se ha impartido a generaciones enteras. Esto, en una sociedad que pretende profundizar
en su democracia, no es un dato halagüeño.
Por lo que atañe a la educación de los hijos en las familias, en general adoptan
estas ante la institución educativa las mismas pautas que los ciudadanos ante los
políticos: dejan en sus manos pasiva o resignadamente según el caso, la dirección de sus
vidas, y hacen a la escuela, simultáneamente, responsable única de la educación de su
prole. Pero la escuela ni tiene la exclusiva ni la obligación primera, ni puede educar si
no existe un consenso con las familias. La educación empieza en los hogares y debe ser
compartida con la institución escolar en aspectos muy concretos de validez universal.
Las familias tienen que ser parte activa y organizada en torno a ciertas pautas de
actuación de acuerdo con los profesores de sus hijos. Tan perjudicial sería que la
escuela viviera sometida a la presión de cada familia, como que impusiera
arbitrariamente a sus alumnos, y en desacuerdo con sus padres, modelos educacionales
del tipo que fuese. Igualmente resulta perjudicial en extremo que el Estado o alguna
iglesia oficial interponga sus propias necesidades en este punto como se viene haciendo,
pues los resultados históricos son ya bien conocidos. No hay más que echar la vista
sobre el mal aprovechado siglo XX para comprobar el enorme desastre mundial en
materia de educación con intromisión estatal o eclesiástica.
Un día leemos aterrados que en colegio de uno de nuestros hijos un profesor o profesora
han sido agredidos, que se producen maltratos entre compañeros o que un padre ha
dado una paliza a un director. Inmediatamente nos preguntamos cómo es posible haber
llegado a este punto de salvajismo en centros educativos. Y si preguntamos a alguien
con experiencia nos dirá que lo que está fallando tiene tres dimensiones: el núcleo
familiar, la institución escolar y la relación entre ambos.
De lo que se trata ahora, nos dirá el experto, es de que existan, en cada comunidad
escolar acuerdos sobre educación, acuerdos concretos que se estimen convenientes para
mejorar la actuación de todos: padres profesores y alumnos; acuerdos que contemplen
objetivos globales de los distintos grupos de alumnos partiendo de sus necesidades
concretas.
Es muy importante la participación real de los alumnos dentro de las aulas y de acuerdo
con un plan de trabajo educativo acordado con los padres, y que se tomen en
consideración las propuestas de los estudiantes, y no sobre el papel como hasta ahora
en el mejor de los casos. Hay que empezar desde la familia y desde el aula a potenciar
valores de conducta que faciliten el desarrollo de la personalidad integral de
los alumnos y a valorar el hecho de que participen en asuntos que les afectan. Y es
preciso, por parte de los maestros y educadores, motivar, ilusionar, escuchar,
comprometerse con los más jóvenes y ofrecerles los medios donde puedan manifestar su
potencial creativo. Hay que tomárselos en serio y dedicarles tiempo y atención activa
para saber cómo son y cómo se puede orientar su educación.
Mientras eso no se lleve a cabo, se irán dando situaciones de tensión innecesarias y
respuestas conflictivas de los estudiantes y escolares en detrimento de la convivencia
y de los resultados escolares.
No se puede ir ya más tiempo quejándose y negando las causas. Es preciso investigar
sus necesidades básicas como personas y estudiantes y ver conjuntamente cómo puede
actuarse, pues el aumento de conflictos violentos no es otra cosa de que en las familias
y en el medio escolar llegando al límite por no educarlos correctamente y por
no contar con ellos a la hora de hacer planes de estudio o replantearse cual es su papel
dentro de las aulas.
Cualquier educador sabe que los alumnos de hoy no se parecen en nada a los de hace tan
solo unos años, y que su nivel de exigencia es mayor porque poseen mayores
conocimientos sobre la sociedad adulta, sus problemas y sus contradicciones, que tan a
menudo tienen que sufrir. Y están decepcionados con mucha frecuencia del mundo
adulto, incapaz de poner orden en sus propias vidas y de entender la de sus hijos. Están
decepcionados por no haber encontrado en sus programas de aprendizaje el agua que
calma su sed, por no haber hallado en sus profesores a verdaderos maestros que sepan
guiarles en las dificultades ; andan cansados de su indefensión ante tanto profesor
caprichoso, egocéntrico e incompetente en cuestiones de pedagogía o psicología , y de
no hallar en sus padres la claridad, la estabilidad y el apoyo precisos en los momentos
difíciles por su falta de tiempo o de preparación ante los nuevos tiempos. Eso origina a
menudo una baja autoestima, frustración, desorientación, apatía, rebeldía, fobia
escolar, y otras manifestaciones de rechazo (violencia incluida) que tienen
consecuencias en la convivencia diaria, y conducen hacia posturas fanáticas.
Los padres suelen culpar al profesorado de las deficiencias de sus hijos; los profesores,
a los padres y a los estudiantes, mientras estos no entienden por qué no se ponen de
acuerdo y qué tienen que hacer ellos mismo con todos esos problemas que les superan.
Esto les lleva a la pérdida de confianza en sus educadores y, por extensión, en la
sociedad. Y sin esa confianza no existe educación posible, ni respeto, ni disciplina real.
Y cuando reaccionan activamente se encuentran ante la cara represiva del Sistema.
El Sistema impone medidas correctoras, con resultados aparentemente positivos en el
momento, pero son resultados superficiales y no solucionan nunca las causas. Por tanto,
los problemas se acumulan y agravan en cada ocasión. Y un buen día nos enteramos que
un alumno ha disparado sobre sus profesores y sus compañeros, por ejemplo. Todo eso
se hubiera evitado si hubiese una buena coordinación educativa familia-escuela
cooperativa y no represiva.
Hoy, en pleno siglo XXI, la escuela no puede ser más lo que siempre fue: vivero de los
Estados para formar ciudadanos a su medida. Este siglo que acaba de empezar va
poniendo ya a la vista de todos nosotros el fracaso histórico de la humanidad a causa de
tanta desigualdad social, tanta injusticia, tanta violencia, tanta ignorancia REAL, tanta
corrupción, tanto odio, tanto deseo de poder, tanta insolidaridad, y tan poco amor. La
Tierra da testimonio, con todas sus convulsiones de enferma, de la educación real de
los hombres, de sus infinitas maneras de contaminar y matar cualquier forma de vida
que se le antoje, si eso produce beneficios egoístas. Toda esta barbarie revela con
fuerza dramática el fracaso escolar mundial, el fracaso global de la auténtica cultura,-
la cultura de la cooperación- y el triunfo provisional de la cultura de la fragmentación,
la desigualdad y la confrontación general. Tamaña situación debería ser abordada para
el cambio con enormes dosis de entusiasmo, de imaginación, de colaboración y sobre
todo, de amor. Esto tiene que dar un vuelco. Pero hoy. No mañana...Mañana puede ser
demasiado tarde.
Muchos padres suelen querer para los hijos lo que ellos no tuvieron y se esfuerzan por
conseguir.Pues bien: nunca tuvieron una escuela digna, nunca recibieron una educación
emocional decente, nunca fueron felices aprendiendo, nunca supieron casi nada sobre sí
mismos, siempre fueron manipulados por unos u otros poderes.En definitiva, nunca
llegaron a comprender el valor de la vida y el sentido de insertarla como un acto de
cooperación de su individualidad libre hacia un nuevo tipo de sociedad por construir.Y
uno de los elementos decisivos es aunar esfuerzos para colaborar padres y profesores en
la tarea de educar.
En el fondo del corazón humano pervive la semilla y el impulso del progreso, el cambio,
la justicia y la evolución, que han sido intencionadamente desviados por los poderes
negativos que manejan las sociedades de este Planeta en todo los ámbitos,y han
conducido a la humanidad actual hacia un callejón sin salida.
Estamos asistiendo al crepúsculo de una civilización sin porvenir que hace como todos
los monstruos suelen hacer en su agonía: dar coletazos de muerte, y cosechar el caos y
la destrucción que sembraron.Mírese, si no, lo que pasa cada día en todas partes.Pero
nosotros podemos ser quienes enterremos este cadáver. Tan solo es cuestión de dejar
de alimentar al moribundo.
PARTE I
CAPITULO 3
BARCO EN MAR TEMPESTUOSO
(Reflexiones para un responsable de educar)
Está generalmente aceptada la idea de que educar es preparar para la vida. Pero el
concepto "vida" tiene muy diversas lecturas, y casi siempre se acaba en la lectura
sociológica que dice: educar es convertir al niño en un miembro útil a la vida social, a
la sociedad. ¿A qué sociedad? A la presente, contestaría el profesor sin titubear desde la
cátedra, y sus amigos los financieros, los industriales y los políticos, le darían la razón.
Mil veces no.
El gran problema de un educador es que tiene un niño, que es todo presente, a quien
tiene que preparar para integrarse en una sociedad que va a ser
exteriormente distinta cuando esté en edad de asumir responsabilidades. La sociedad
presente está agonizando, pero no solo para el niño o niña a quienes se educa, sino que
vivimos en una sociedad que carece de porvenir; sólo hay que seguirle la pista para
saberlo. Los jóvenes tienen que descubrir unos valores existenciales que le permitan
adquirir firmeza, aceptar los cambios, ser fuertes para no dejarse arrastrar por lo
negativo que habrán de soportar, y aprender a discriminar con claridad lo que les
conviene como almas y como personas sociales con derechos y deberes hacia los demás.
El gran desafío de un educador es que tiene que eludir los extremismos. No puede ser
fanático de una idea política ni religiosa que trata de imponer, ni siquiera debe imponer
un estilo determinado de educación. Imponer es negar, reprimir y frustrar posibilidades,
y en educación hay que positivar, motivar, favorecer sacar fuera posibilidades latentes.
Mucho mejor que imponer es proponer.
La cuestión central es que las personas que educan deberían tener claras sus
propias posiciones básicas sobre cómo entenderse con la vida, y eso supone haber
adquirido conocimientos y experiencias espirituales que le proporcionen seguridad a la
hora de poner en marcha las medidas educativas que se propone. Y la segunda cuestión
es que quienes educan tienen que estar de acuerdo sobre cuales son las metas y cómo
ayudar a conseguirlas.
No podemos olvidar que el alumno o el hijo son ante todo seres espirituales en proceso
de evolución, aunque en temprana edad no sean conscientes, y que la responsabilidad
de un educador es grande en este terreno si no tiene en cuenta este hecho. Estamos en
un momento de la historia de la humanidad en que el pensamiento materialista
prevalece, pero es algo que va a ser superado en cuanto los últimos avances de las
ciencias y el pensamiento alternativo se extiendan por el mundo, lo que ha de
producir un vuelco en muchas conciencias que aún se aferran al pensamiento
materialista, a los dogmas religiosos y a los paradigmas políticos caducos.
Aunque más adelante se amplía todo esto, lo que importa es quedarse con la idea de
que un educador debe mirar hacia dentro y delante y esforzarse en superar los
prejuicios culturales y pedagógicos que le enseñaron partiendo de que el alumno no es
más que un ser social al que hay que atiborrar de conocimientos que debe escuchar y
asimilar sin moverse de su pupitre, o que el hijo debe ser un clon de algún progenitor.
¿Cuál es el sentido de la vida?... ¿Se concibe como algo que debe tenerlo, o se trata de
dejarse llevar de un lado para otro por los acontecimientos que se van presentando a lo
largo de la existencia, igual que el barco en mar tempestuoso?...
(Cuando esto sucede, la nave del Yo divino, capturada por los esbirros del ego inferior
que hemos alimentado con nuestra negatividad camina a la deriva por el mar de la vida,
sin que las voces del capitán-conciencia dando órdenes de navegación sean escuchadas.
Con harta frecuencia esas voces del puente de mando inspiradas por lo divino en
nosotros, el Espíritu, llegan tan débilmente a la cabina del piloto, que este no las
percibe, pues sólo tiene oídos para sus encantadores captores. Distraído, identificado
con alguno, olvida atender indicaciones de ruta, o vegeta y se divierte indiferente; y
con frecuencia, el barco se pierde en el mar de la vida, no una vez, sino tal vez muchas.
Y la rueda de la reencarnación no cesa de dar vueltas igual que la del timonel sordo en
su encantamiento no deja de navegar en círculo).
¿Conocemos las metas de nuestro viaje? ¿Conocemos los elementos que intervienen en
él, incluido el barco-cuerpo que habitamos?
¿Tenemos un aceptable grado de felicidad, pese al mundo en que vivimos? ¿Somos más
cooperativos que individualistas?
¿Conocemos bien y cumplimos con agrado nuestras obligaciones en los diversos sitios y
con las diferentes personas con que convivimos diariamente?... Estas preguntas
deberían ser contestadas positivamente por todo el mundo.
Todos los trabajos sobre educación se proponen una meta. Esta es la que proponemos
aquí: reflexionar nuestro verdadero ser como totalidad cósmica y comprender mejor el
sentido de educar y ser educados para que el viaje de la vida sea correcto según las
leyes de la vida.
Los cambios experimentados a lo largo de los últimos cincuenta años han sido tan
radicales y han afectado a tantas dimensiones de la vida personal y, por tanto,
colectiva, que nos hallamos muy lejos de haber integrado todos esos cambios en una
personalidad, la nuestra, tan mal educada para comprenderlos, integrarlos
ordenadamente o defenderse de ellos si fuese menester, a consecuencia de nuestra
falta de conocimientos y de nuestros hábitos mentales. Al contrario, lo que aparece
ante nuestros ojos como observadores, creadores y receptores del comportamiento
colectivo, es que nos hallamos en el ojo de un huracán con diversos rostros hostiles
desde el social y económico al militar, en medio de una Naturaleza cada vez más
imprevisible y amenazante a causa de las alteraciones sufridas por la intervención de
los hombres, que inevitablemente reciben los efectos en sí mismos, y unas relaciones
humanas degeneradas ante la práctica ausencia de valores espirituales y de conciencia
de la realidad.
Nuestras mentes aun no han podido asimilar los cambios de paradigmas que van a
configurar los modos de pensar y vivir del siglo XXI y sucesivos. Y aunque los
conocimientos intelectuales se prodigan como jamás en toda la historia, el campo
emocional y de las conductas va por otro lado y ambos llevan muy a menudo un
considerable retraso. Pensamos todavía con la lógica del Universo según Newton,
pero ya sabemos que hemos de pensar con la perspectiva del universo desde Einstein.
Pensamos todavía con la lógica cartesiana, pero deberíamos empezar a familiarizarnos
con la lógica de la conciencia libre de prejuicios racionalistas de los físicos cuánticos y
los místicos. Pero saber es una cosa y actuar de acuerdo con el saber es otra. Entre uno
y otro estadio de la mente existe un gran salto; no sólo un salto cuantitativo
comprensible para el intelecto, sino lo que es mucho más importante: un salto de la
conciencia, válido para nuestro cuerpo de energía o alma; significa un salto en el
conocimiento físico del Cosmos, pero sobre todo un salto en la concepción del papel del
hombre como unidad en la totalidad cósmica, tal y como los místicos de todas las épocas
y religiones intuyeron y vivieron.
La concepción del universo en cada época marca la cultura y la visión general del
mundo, pero con retraso sobre los viejos programas de conocimientos y pautas de
actuación de la mente, sometida a la ley de la inercia egocéntrica si no es capaz de
concebir algo superior a sí misma; "Algo" que siempre se encuentra más allá del ego, más
allá del intelecto, más allá del pensamiento racional, como sucede a las emociones del
alma. Inmediatamente podemos comprender que sin alma no existe facultad alguna de
sentir ni pensar, y sin La Energía-Vida, no es posible el alma, ni la vida en el universo.
¿Cómo educar hoy correctamente a los más jóvenes en el medio familiar o en los
centros de enseñanza?...
¿Cómo educar hoy de un modo que supere las limitaciones de la educación tradicional y
contribuya a la formación de nuevas mentalidades en armonía con la Naturaleza y sus
leyes en todas sus manifestaciones?
Estas preguntas tienen que ver con la física cuántica y con el misticismo.
Todas ellas surgen con insistencia a lo largo de estos escritos buscando soluciones
que resulten posibles, prácticas, claras y acordes con la condición espiritual de los
seres humanos en la época actual; época que ha puesto en evidencia la gran limitación
intelectual y la hipocresía de la educación "de toda la vida". Ahora parece necesaria,
ante el avance de los nuevos conocimientos y la difusión de muchas experiencias de
percepción desde más allá de la mente, una educación integral e integradora, una
educación holística que parta de las nuevas formas de comprender la realidad global,
total, y que tenga en cuenta al espíritu humano como elemento de progreso y no como
objeto de manipulación para los que tienen el poder y manejan las religiones. Sin
pragmatismos, sin dogmas, sin autoritarismos absurdos, sin manipulación de las
conciencias a favor de iglesias, estados, u otros grupos religiosos o sociales que
buscan instrumentalizar a los más jóvenes a favor de sus propios intereses egoístas y
caducos para perpetuarse a sí mismos, y que contribuyen poderosamente al fracaso de
todos los modelos educativos ensayados, por activa y por pasiva, pues de lo caduco sólo
puede nacer algo estéril.
De lo que se trata es de orientar a las nuevas generaciones hacia otras formas de pensar,
sentir y actuar de acuerdo con la natural condición espiritual de los seres humanos, con
las experiencias acumuladas en el terreno de la Pedagogía, la Física, la Psicología, las
medicinas alternativas y en general con los nuevos descubrimientos de las ciencias
modernas.
Orientar sin fanatismo es posible. Otro mundo es posible. Y esa posibilidad es nuestra
legítima esperanza.
Una de las más recientes alarmas en el nivel del aprendizaje la tenemos en las
estadísticas sobre los aprendizajes básicos. En el Informe PISA 2004, los españoles
estamos a la cola del mundo en Matemáticas, ciencias y Lengua. Los responsables de
educación de Finlandia, país modelo en estas materias, afirman que su éxito se debe al
impulso desde los hogares, a la alta cualificación y entusiasmo de los profesores y a la
adecuación de recursos.
Algo debemos aprender de esto, que corrobora por completo las tesis de este trabajo, y
que debe faltarnos aquí, porque en España los índices de baja calidad en las áreas
básicas (Matemáticas e Idioma) se mueven, según tramos de edad, en porcentajes que
oscilan entre el 30 y el 50 por ciento desde hace más de veinte años, a pesar de los
planes de estudio y de que cada vez se ha ido rebajando el contenido de los programas
para hacerlos más digeribles a los alumnos-as. Aun así es notoria la reducción de
estudiantes universitarios: entre un 6 y un 7 % en el último septenio 1997-2004.También
la de los que superan el bachillerato. Estos datos hablan por sí solos. Aumenta así el
número de jóvenes candidatos al ocio ilimitado, (porque dejar la Universidad o no llegar
a ella no es sinónimo de otros estudios ni de trabajo, tal y como está la cuestión laboral)
y el paro, la vida dependiente de la familia y el contrato-basura andan siempre cerca
de estas situaciones. Pero, a la vez, estos datos también hablan del fracaso de un
modelo de educación insostenible desde la misma base...
Así que la baja calidad de los aprendizajes no es culpa de los alumnos tan solo. No
existe nada peor que estar obligado a esforzarse por aprender algo que no interesa ni
desde lejos. Es el resultado de una mezcla de cuanto se ha dicho hasta ahora como
negativo con la falta de motivación juvenil por el mundo adulto; de la escasa presencia
de valores espirituales y de conducta ética y social en muchas familias, y su falta de
implicación, donde predomina el "dejar hacer" y donde los más jóvenes pierden
prontamente el sentido de la autoridad de los padres y se convierten en los reyes
holgazanes de la casa.
Absurdos sistemas de control, como los típicos exámenes, acaban por poner las guindas a
pasteles poco apetecibles.
PARTE I
CAPITULO 4
INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN
La disciplina se piensa como algo externo, algo que se impone, pero eso nada tiene
que ver con la verdadera disciplina, que es interior, que es autodisciplina, que es
actividad deseada y que nunca precisa más allá de unas elementales pautas de
comportamiento una vez que los niños han adquirido el interés por hacer algo. Pero ni
padres ni profesores por separado educan para esta disciplina del interior, sino para la
disciplina nacida de la sumisión. Y cuando esta no funciona, se abandona el trabajo con
los pequeños, se les deja hacer o se les coloca ante alguna pantalla para que dejen en
paz a sus mayores.
Educamos para hacer oficinistas sumisos, obreros sumisos, creyentes sumisos, individuos
en fin, ignorantes de su poder y sus valores y prestos a obedecer. Educamos de tal
manera que sin violencia implícita o explícita no se obtienen resultados que siempre son
externos, como un barniz que en cuanto se pone a prueba desaparece. Recuerden las
guerras europeas entre naciones escolarizadas. Vean a los dirigentes de las modernas
guerras neoimperialistas. Todos ellos se formaron en escuelas para calses privilegiadas,
asistieron a universidades de alto nivel, obtuvieron prestigiosos títulos, y en cuanto se
sientan en un sillón de poder firman invasiones y bombardeos en que mueren cientos de
miles en sus propios hogares.
Cristo dice: "Lo que no quieras para ti no lo quieras para nadie", y "haz primero a los
otros lo quisieras que ellos te hicieran".Y "ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo", que es el Mandamiento Supremo.
Pero el Sistema capitalista dice: ámate sobre todas las cosas y no te importe el dolor
que produces a otros con tal de conseguir ser rico, poderoso y obtener reconocimiento.
El sistema capitalista dice: No hagas nunca a los demás nada que merme alguna de tus
excelentes razones para vivir, y actúa aunque las consecuencias sean que otros mueran
por ti. El sistema capitalista dice: si se presenta la ocasión apropiada mata a tu vecino y
quédate con sus propiedades. Fíjate en tus gobernantes, estudia la historia de reyes,
nobles cortesanos, obispos, papas…Esos son tus modelos, pero cuidado: pueden ser
también tus jueces o tus verdugos.
La educación exige ser activa de continuo. Y exige complicidad. Complicidad entre los
profesores que educan y de todos ellos con los padres a la hora de fijar las metas. Si
dejamos que sea el Estado, como es lo habitual, este nos aleja de los principios de la
solidaridad y del ponerse en el lugar del otro, que es compasión bien entendida y que
conduce a la cooperación en vez de conducir a la competitividad entre personas o a
la enemistad entre naciones. Y si se presenta la ocasión apropiada, a la guerra ("mata a
tu enemigo y quédate con sus propiedades").
No existe en los colegios ni en las casas, desde luego, "la hora de la educación", sino una
continua interacción de la personalidad de cada uno, tanto con aquello que le llega a lo
largo del día, y a lo que debe dar respuesta, como con las personas que le rodean, pues
si estamos atentos, cada día nos abre su propia página para que nos encontremos con lo
que hemos de escribir en ella ante lo que nos sucede. Y eso es estar despiertos.
La educación debe ser un proceso para llegar a despertar nuestra conciencia en el mayor
número de aspectos, de acuerdo con las posibilidades de quien educa, de quien va a ser
educado, y del medio en que se esté.
No se puede exigir a todos por igual, no se puede exigir sin haber convencido, y no se
puede convencer sin diálogo y sin haber experimentado como bueno lo que se
desea conseguir. A veces son necesarias experiencias personales y otras veces
necesitamos modelos de personas que han realizado aquellas cualidades que
pretendemos educar. Pero nunca imponer autoritariamente ni manipular
psicológicamente para conseguir doblegar la voluntad cuando lo que debemos pretender
es todo lo contrario: fortalecerla.
Los programas escolares no son suficientes por sí mismos para motivar el aprendizaje, y
se viven por el estudiantado en general como algo inevitable en sus vidas, pero bien
alejado de sus intereses... Ni siquiera encuentran motivos para discutir sobre su validez
o no, ni se preocupan mayormente por otras alternativas. Para el estudiante, todo
forma parte del mismo color gris. Mayormente se trata de aprobar, en una especie de
"sálvese quien pueda" para conseguir ciertas calificaciones y ciertos títulos que se
supone podrán garantizar un supuesto feliz porvenir.
Se echa en falta en el medio estudiantil y en los hijos, con mucha frecuencia, eso que
pudiera llamarse una "motivación intrínseca", un deseo profundo que hace que cada uno
quiera hacer determinada cosa sin serle impuesta: una especie de impulso vital para
mejorarse a sí mismo, la fe en que el esfuerzo que se exige tiene sentido. En lugar de
ello un creciente desinterés a medidla que pasan los cursos, una apatía amenazada por
exámenes , y una creciente rebeldía e indisciplina se instala poco a poco en las aulas
como una progresiva marea negra, donde cada día pueden vivirse toda clase de
episodios de desacato de normas, de falta de atención o de interés, de nerviosismo
exagerado, de insumisión de los alumnos ante desconcertados profesores que no saben
cómo afrontar esas situaciones de oposición frontal muchas veces inesperadas en razón
de la edad, o esas actitudes violentas desproporcionadas de los alumnos ante la llamada
al orden de sus maestros. Todo eso, acompañado de un notable deterioro en habilidades
sociales y escaso interés individual por los problemas de los otros, que en realidad
ponen en evidencia el triunfo del propio Sistema.¿Acaso no era esa la natural
consecuencia de no tener en cuenta a los alumnos?
¿Existe una deficiente atención de las familias a sus hijos, y por tanto, una falta de
directrices educativas?
Sorprende tal cosa a primera vista cuando vivimos en una sociedad que parece ser la
más disciplinada para cumplir con la ley en toda la historia humana que conocemos,
conviviendo simultáneamente con multitud de agentes uniformados y máquinas de
control de todo tipo en todas partes (lo cual nos avisa también de la fragilidad de todo
eso), para evitar precisamente que alguien se salte los códigos establecidos... Pero el
orden real, el orden profundo y sólido que nace del amor y del respeto no ha sido
interiorizado. Sólo el orden exterior, el orden impuesto. Por eso la seguridad en las
sociedades modernas se basa siempre en aumentar los medios de control policial y
endurecer los códigos de leyes, pero no se invierte en la misma proporción en garantizar
a los ciudadanos, desde la infancia, una educación de calidad con el debido consenso y
participación familiar, que permitan avanzar hacia estadios de conciencia superiores, e
ir eliminando factores que inducen a cometer actos antisociales.
Algunos datos son bien conocidos de sobra por la policía, y saltan a menudo a las
páginas de los diarios o a las pantallas, como el aumento de bandas violentas juveniles
contra la población marginal e inmigrante, formadas por chicos entre 14 y 16 años,
estudiantes de secundaria. Este tipo de cosas hace muy evidente la hipocresía de los
gobernantes, que conocen esta situación pero prefieren tener una buena gendarmería a
unos ciudadanos buenos por haber sido correctamente educados; que prefieren armas
sofisticadas de última generación a inversiones en escuelas y centros de orientación
juvenil. ¿Acaso los gobernantes ignoran esto tan sencillo? En absoluto.
Los gobiernos temen profundamente las consecuencias que tendría para el Sistema
capitalista la existencia de alumnos verdaderamente cultos, educados en principios de
cooperación, alta autoestima y espíritu libre.
Resulta bien conocido que existen muchos millones de personas que viven en pésimas
condiciones materiales o de marginación y enfermedad y no cometen delitos, lo cual es
difícil de comprender con la lógica social, si no es que el miedo a la represión les
mantiene alejados de cometerlos. Ese miedo lo aprendieron en las familias y en las aulas
(si es que las pisaron alguna vez, lo cual es una realidad de millones.) Más
difícil resulta elaborar hipótesis con respecto a muchos enfermos del alma, (ricos
egocéntricos, delincuentes pobres, o marginales) que cometen delitos de todo tipo en
nuestras sociedades, según sus posibilidades. Especialmente los primeros, los ricos, que
suelen tener tanto poder como pocos escrúpulos de conciencia. Ello indica que los
componentes espirituales son siempre los decisivos. Para unos y otros, es válido el
ejemplo del conductor que sólo se esmera en cumplir perfectamente las leyes de
tráfico si se encuentra con la policía de carreteras. En el caso de los ricos y poderosos,
con otros más ricos y más fuertes, pero ninguno acepta realmente el orden que conviene
al conjunto, pues ni la propiedad privada - su ley sagrada- aceptan, y por eso las guerras
y las pugnas comerciales y sociales por prevalecer sobre otros. Los principales enemigos
de la propiedad privada., paradójicamente, no son los desposeídos, sino los propios
capitalistas. La mayoría, los desposeídos, han sido educados para amarla tomando como
modelos a los ricos, a los que creen triunfadores encumbrados, y las mayorías e agarran
como lapas a la más pequeña pertenencia, pues asimilan el tener al ser: han sido
engañados para formar parte de la sociedad de la confrontación.
Resumiendo:
Existe un orden exterior impuesto sobre un desorden interior previo e interiorizado, que
no se aborda. Este tipo de orden impuesto es caldo de cultivo para la contestación y la
represión, y para el despertar de la violencia.
Recuérdense los episodios que suceden en las aulas. Recuérdese el caso del instituto
Colombine en Estados Unidos. (Figurémonos qué han podido recibir del mundo inmediato
para devolver esto). La pobreza, la marginación social, el miedo, la mala relación
interpersonal, la violencia en la familia, la posesión de armas al alcance de la mano, la
dejación de la educación, la falta de contacto suficiente padres- hijos, la falta de
unidad de criterios educativos familia-escuela y dentro de la propia familia, son
datos fundamentales que merecen ser tenidos en cuenta por los responsables
directos de la educación cuando se encuentran ante niños con problemas.
Muchas preguntas que exigen sus propias respuestas pues nos hallamos ante una gran
parte de juventud tan inactiva como desinteresada del mundo espiritual, de valores
internos, profundos y trascendentes, pero sí interesada por iniciarse prontamente en los
vicios de los adultos y en un mundo de sofá, copas y juegos electrónicos, poco dada a
asumir serias responsabilidades, que consideran al sexo como un puro divertimento, y
que, por añadidura carecen de perspectivas para encontrar más adelante su lugar
dentro del mundo adulto.
Todos ellos son aún minorías. Minorías que señalan ya otra conciencia, desde luego, que
iluminan parte del camino del porvenir. Naturalmente, no aparecen como ejemplos a
seguir en los noticiarios, mucho más interesados en resaltar lo negativo de todo en todo
momento; en arrojar, por ejemplo, sobre los movimientos antiglobalización toda clase
de dudas y sospechas sobre sus intenciones, que se presentan por los medios del
Poder más unidas a la violencia vandálica contra el orden en las manifestaciones
públicas que a prestar atención a sus críticas sobre el desorden real al que el Sistema
llama "el Orden".El problema de los "okupas", por citar otro desencuentro de los jóvenes
con el Sistema , no es un problema de orden público, que es lo que se nos quiere hacer
ver, sino un síntoma más de desorden social; en este caso, la defensa de la propiedad
privada por encima de la vida y necesidades más elementales de la gente, como el
derecho a la vivienda que reconoce, además, la Constitución.
Es una vergüenza para una civilización que habla tanto de del derecho a la vida que los
mendigos se mueran de frío en nuestras calles por no tener un lugar donde refugiarse en
las noches heladas. Por no hablar una vez más de guerras, cárceles, torturas y otras
formas del primitivismo oficial, tanto da de qué país se trate, que aparece ante las
gentes como el rostro civilizado del mundo.
Todos podemos recordar que los primeros objetores de conciencia insumisos eran
encarcelados, maltratados o fusilados por negarse al servicio militar obligatorio. Los
primeros cristianos eran insumisos y sufrieron las iras de los emperadores. Y lo mismo ha
pasado en otros conflictos armados en muchas partes. Ahora, al cabo del tiempo y del
sufrimiento de tantos en todos los países del mundo, fue eliminado en España y en otros
países el servicio militar obligatorio. La verdad y la justicia siempre acaban por triunfar
si se actúa con verdad y justicia. Sin embargo, oh desajuste increíble, existen obispos
militares con uniforme y todos los atributos castrenses. La Iglesia tarda más en cambiar.
La industria cultural, mientras llegan los cambios, haciéndose eco del nivel de
conciencia de la mayoría , no renunciando a sus negocios con esa mayoría más bien
pasiva y amante del hedonismo y de los fines de semana locos, lanza hacia los jóvenes
todo tipo de subproductos en forma de infralibros de lectura fácil para tiempos
intermedios de transporte y playa ;revistas estúpidas, films para descerebrados,
maquinitas informáticas para introducirlos en todo tipo de fantasías virtuales de baja
estopa y alta definición, y programas de "telebasura." Todo esto al servicio de un nuevo
tipo de analfabetos funcionales cuyo único objetivo suele ser divertirse a toda costa y
sin más límites que su capacidad adquisitiva y su manipulada y maltrecha imaginación
para administrar su vida y su tiempo de ocio, mientras permanecen años y años sin
abandonar el hogar familiar y sin perspectivas claras de un futuro que vaya a mejorar.
Incluso con títulos universitarios colgados en la pared de su habitación.
Todos ellos son víctimas de sí mismos, pero son –sobre todo en la juventud--
consecuencia de una educación castrante en el marco de una sociedad profundamente
injusta e inmoral como es la sociedad capitalista multinacional, el capitalismo global en
que vivimos, donde todos los valores giran en torno a las leyes del mercado, tan
alejadas de las leyes divinas y de las leyes de la Naturaleza como los peces del desierto.
Si nos detenemos a analizar todos estos datos no podemos sacar más que una
conclusión: existe un problema de fondo mucho más complejo que el cambiar el plan de
estudios con o sin reválida, con o sin itinerarios, con o sin directores elegidos por la
Administración o los demás compañeros, con o sin exámenes de Septiembre... ¿Cómo
abordar esta complejidad?
Una cierta dificultad para convivir armónicamente está instalada incluso entre los
propios educadores, y entre estos y sus alumnos y viceversa, pero los profesores no son
los únicos en tener problemas. Salgamos ahora de las aulas. ¿Qué sucede en el interior
de las familias que deberían educar?
Los índices de violencia machista en los hogares son tan alarmantes que apenas pasa
semana que no haya una mujer asesinada por su pareja. Y esto es la otra punta del
iceberg del enorme malestar existente en la vida cotidiana de muchas familias, pues
para culminar en asesinato existen muchos grados intermedios de violencia, y muchos
grados internos de infelicidad. Los niños son testigos y víctimas directas, y
muchos mueren o sufren su dosis de maltrato psicológico o incluso físico antes de
partir para el colegio, donde deben comportarse, cómo no, como seres pacíficos,
tolerantes, equilibrados, atentos, respetuosos y otras cualidades fantásticas para
pequeños supermanes. Y no hay especialistas dentro de los colegios para los problemas
emocionales de niños con inteligencia normal o con un alto coeficiente intelectual. El
"modus operandi" es: mientras el niño rinde los mínimos de conocimientos exigidos en
los programas, no hay que preocuparse por él, a no ser que sea demasiado conflictivo (
lo cual es poco probable que suceda en este caso)...Entonces se dice a los padres que
eso no está contemplado en las obligaciones de los psicopedagogos y psicólogos
escolares, que su cometido son los problemas de aprendizaje, las dificultades
intelectuales, de hábitos o fisiológicas (caso de los logopedas).Se dice que los
problemas emocionales corresponden al especialista en Psiquiatría de la Seguridad
Social. Y ya se sabe lo que esto significa en déficit de atención. Si su hijo o su
alumno tienen un problema psiquiátrico, finalmente tienen que acudir a un especialista
privado, pues en los centros públicos, ni siquiera existe personal de enfermería para
atender a los escolares en primeros auxilios o si necesitan información sanitaria
o tienen que seguir un tratamiento. Esta parece ser inexplicablemente tarea de los
conserjes, y muchas veces, de los profesores, lo cual es poco menos que increíble.
¿A qué se debe este fracaso convivencial mayúsculo que afecta de tal manera a
la sociedad y del que no escapan ni los propios educadores en porcentajes tan
altamente preocupantes? ¿Quiénes deben asumir las responsabilidades y cómo hacerlo?
Estas preguntas exigen respuestas claras. Y todo, dentro de un contexto sociológico y
cultural,-el occidental- que nos sirve como referente para este trabajo.
PARTE I
CAPITULO 5
VERDAD DE LA HISTORIA Y VERDADES DEL ESPÍRITU
Pero el problema es tan grave que sobrepasa todos esos ámbitos. Se trata nada menos
que de intentar favorecer de la autogestión de la propia vida, o de evitar el
sometimiento y acondicionamiento mental a esquemas impuestos desde diversos ámbitos
hacia los pacientes sujetos llamados niños y jóvenes, cuyo comportamiento actual
mueve a los sistemas educativos al cambio.
Pero hay que decir enseguida que no basta únicamente un cambio externo por bueno y
progresista que pueda parecernos. Por sí solo no haría más que blanquear el exterior
de un edificio podrido por dentro. Porque ni la cultura, ni la economía, ni la política, ni
el bienestar social son, por sí mismas, elementos de transformación positiva de la
conciencia. Es imprescindible tener esto muy claro, porque hay en el mundo muchas
personas que creen que con sólo cambiar a un régimen político o un programa de
estudios se va a dar un salto de conciencia y la gente se va a transformar en solidaria,
cooperativa, o se va a liberar de sus prejuicios sociales o religiosos inculcados por
gobiernos autoritarios con sus complementarias iglesias tradicionales. Así muchas
personas creen de buena fe que las buenas políticas liberan las conciencias para el
servicio del bien. Nada de eso. Lo que libera la conciencia es cumplir con las leyes de la
conciencia: "Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti" o "Lo que no quieras
que te hagan, no lo hagas tú", y con el Mandamiento supremo: "Ama a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a ti mismo".
Son las personas las que permiten que exista una determinada organización social, y
no al revés, por eso el poder de transformación tiene que venir de abajo, de cada
persona, y las iglesias y los gobiernos lo saben. Por eso pretenden con todas sus fuerzas
represivas, sus discursos mediáticos y sus recursos pedagógicos coartar nuestra libertad,
que es el más sagrado de nuestros bienes, y apoderarse de nuestras mentes, que son
nuestras herramientas de trabajo para favorecer la eclosión de la conciencia libre,
amorosa y cooperativa ,personal y colectiva.
LA CONEXIÓN CÓSMICA
Si nos puede servir el símil de un planeta, la vida es la energía que lo mantiene girando
en el Cosmos con todo su variado contenido exterior: rocas, vegetales, animales,
personas. La energía vital del alma de cada uno de esos elementos mantiene organizado
su aspecto exterior. En nuestro caso, es nuestra alma quien configura este nuestro
mundo exterior cultural, social, económico, etc.; le da forma física a nuestros
contenidos emocionales y mentales, manifestándose en nuestro cuerpo físico, que es
entonces un cuerpo de pensamientos y emociones, materializadas. a lo largo de los
años, configurado a imagen y semejanza de lo que pensamos y sentimos. Y eso
justamente determina nuestros estados de salud o enfermedad. Mente y conciencia
están a su vez conectados con la Conciencia del Cosmos al que pertenecemos, con el
que existe un permanente fluir de energía de abajo arriba y de arriba abajo, hacia
nuestro cuerpo y nuestra alma. Estos movimientos de energía configuran el mundo de
las propias sensaciones, pensamientos, palabras y obras. Y el resultado colectivo de
esos movimientos de energías configura una sociedad concreta y la hace visible en todos
sus aspectos.
Nosotros somos quienes hemos creado los modos de relacionarnos con el mundo que nos
es dado por Dios como hogar, y lo hemos estructurado y amueblado a nuestra imagen y
semejanza. Este mundo nos representa, es nuestra obra, pero, insisto en la idea de que
ya no nos sirve, porque hemos puesto a la naturaleza en nuestra contra y las sociedades
que hemos creado nos asfixian y conducen al caos económico y a las guerras. Esto
refleja a gran escala el estado de conciencia general de los individuos que las
formamos, y es por ello por lo que debe ser cambiado; es por ello por lo que no es
posible una revolución social sin una revolución de la conciencia. Y es completamente
urgente que ese cambio se produzca en sentido contrario al que configuró nuestro
mundo. Del egoísmo, al altruismo; de la guerra, a la paz; de la ignorancia al
conocimiento; de la pasividad a la actividad; de la sumisión a la rebeldía; de la
dependencia a la autonomía personal; de los conocimientos a la sabiduría.
Este es el trabajo imprescindible para cambiar este mundo. Esto o dejarnos arrastrar
hacia donde nos lleve la corriente de quienes lo dirigen en nuestro nombre pero sin
contar con nuestras necesidades.
Resumiendo:
Cada ser humano cabe ser definido como una energía autoconsciente de origen cósmico
(divino), albergada temporalmente en el mundo material y en un cuerpo material con
objeto de perfeccionarse elevando su vibración a través de pensamientos, sentimientos,
sensaciones, palabras y obras, que son los cinco componentes esenciales que determinan
el ser y el estar en el mundo y que nos permiten acceder a estadios superiores de
conciencia si actúan de acuerdo a las leyes cósmicas.
Según estas leyes espirituales se comprende por qué las revoluciones sociales hasta
ahora no han podido proporcionar lo que prometían sus dirigentes. No es posible un
cambio social sin un cambio en la conciencia personal de las gentes, sin un salto
simbólico desde Newton hasta Einstein y desde Einstein hasta la conciencia del Cosmos o
Dios. Un salto espiritual. Y sin ese salto seguiremos viviendo eternamente en este tipo
de sociedades tan injustas, intolerantes, violentas, e infelices que, desgraciadamente,
representan a los individuos que las formamos. El triunfo mundial del capitalismo, con
todas sus lacras inherentes, o de distintas formas de falso socialismo es representativo
de un estadio de la evolución de la conciencia humana basado en el egocentrismo y
en las mismas lacras a nivel individual de un altísimo porcentaje de la población del
mundo que lo sufre tanto como no puede evitarlo. En cierto modo, no es más que la
única opción posible mientras no "movamos ficha" en el interior de nosotros mismos.
Cuando eso suceda, surgirá otra cosa, otro modo de ver y de establecer relaciones entre
nosotros. Esta ha sido una gran lección de la historia del siglo XX. Por ejemplo, de la
historia de las revoluciones.
Se puede preguntar a los españoles, los rusos, los chinos, los cubanos y los suecos,
entre otros. Todos intentaron la revolución socialista cada uno a su manera, todos
dijeron querer cambiar el mundo presente para ir hacia otro mundo añoradamente más
justo, libre, culto y ético. Se llamaron revolucionarios, anticapitalistas, anarquistas,
marxistas, leninistas, maoístas y otros "istas", especialmente los dirigentes políticos y
militares y los intelectuales y otras minorías convencidas de la necesidad del cambio.
Aquel ideal del "hombre nuevo", culto, bondadoso, cooperativo, creativo, justo y libre,
que fuera el ideal de tantos y tantos revolucionarios sociales no se ha visto plasmado
jamás a nivel colectivo. Lo hubieran conseguido si se hubiese empezado la revolución en
cada momento histórico desde la conciencia espiritual desarrollada de las gentes, desde
más allá del ego y sus miserias personales; no desde las construcciones mentales,
intelectuales y los diversos deseos desde el ego de los dirigentes sociales y sus
seguidores: el ego del poder, de la codicia, de la autoimportancia, del reconocimiento,
para unos, o el idealismo bienintencionado de otros que soñaban con cambiar el mundo
antes que cambiarse a sí mismos. Así que no cambiaron ni ellos ni sus sociedades. Y las
naciones volvieron a padecer injusticias, desigualdades sociales, falta de libertad, y
todas esas lacras que padecen aún países como China, Cuba, o Corea del Norte. Por no
hablar de Rusia, paradigma junto a China de la deserción más descarada de las ideas
socialistas.
Abrumadores, por el contrario, son los testimonios de que vivir y practicar la verdad, la
bondad, el amor desinteresado, la armonía, la conciencia de unidad, la compasión, la
capacidad de compartir y otras nobles actitudes conducen a la paz interior, al equilibrio
emocional, a la alegría de vivir y a un estado receptivo del alma y de la mente superior
al ordinario. Estos son los preludios del nuevo hombre que ha de emerger como próximo
paso evolutivo. Estos estados de conciencia son los que aproximan al ser humano a su
condición divina. Con la práctica de virtudes semejantes es fácil organizarse en
sociedades cooperativas, solidarias, justas y libres; crear otro tipo de sociedad
distinta...Pero hacen falta seres humanos distintos. Claro está que no lo hemos
conseguido, y ahí está la Historia y sus miserias como resultado. Ahí está la prensa
diaria. Y ahí está la miseria de la educación que recibimos como parte del mismo
fracaso.
Los países más ricos del mundo pretendidamente democrático,(con los EEUU a la
cabeza) que "venden" para consumo la imagen del que llaman "el hombre
civilizado", pretendidamente humanista, tolerante, respetuoso con los demás, culto,
amante de su familia, responsable de su voto y ciudadano que paga convencido sus
impuestos, siempre en busca de una próspera economía, y preferiblemente
conservador a todos los niveles, pero nunca conservacionista (he ahí una diferencia
esencial) ven aumentar dentro de sus propios territorios la pobreza, la marginación
social, el abuso indiscriminado de drogas para hacer más soportable la vida, la
abstención electoral, la delincuencia, la prostitución y las enfermedades físicas y
psicológicas de sus ciudadanos, sin que parezca que nada puede impedirlo en ninguna
parte: ni sistemas sanitarios, ni fronteras, ni gobiernos ni iglesias. Parte considerable,
como vemos, de aquellos mismos desastres que exportan, les vuelve, a pesar de su
palabrería y sus supuestas buenas ideas para mejorar el mundo.
Desde luego, los países que se llaman civilizados no exportan educación. Ellos exportan
armas, guerras preventivas, destrucción (para luego reconstruir y volverse a enriquecer
tras la sangre y el dolor creados), y sobre todo mucha propaganda. Ahí tenemos como
respuesta el fenómeno del terrorismo, por un lado y la caravana interminable, por
otro, de los hambrientos emigrantes de los países más pobres, huyendo de la miseria y
de las guerras por todos los medios a su alcance: pateras, barcos, aviones, campos de
refugiados, aunque ninguno de estos movimientos les garantiza la vida. Este es el
escaparate actual del capitalismo global, y de sus consecuencias, pero también, desde
luego, de nuestro propio estadio evolutivo. Los ojos enrojecidos, la desesperación y la
mirada triste hasta el infinito de los que llegan, es la mirada de nuestra propia alma. Es
nuestra conciencia que nos mira a los ojos. Es la conciencia de la humanidad.
Los humanos tenemos las mismas lacras en todas las épocas, más acá y más allá de
todos los mares; los mismos sueños, las mismas chispas de grandeza espiritual y espíritu
de superación. Ahora con la globalización, todas las mentes quieren ser uniformadas
para desear las mismas cosas y poderlas adquirir en el mercado global.
Son notorias la falta de consideración generalizada de los ricos y poderosos hacia las
poblaciones que les nutren, aplauden y soportan; las agresiones de todo tipo y la
marginación selectiva que practican las sociedades controladas por los ricos (que son
todas, independientemente de la miseria de sus habitantes),con especial
énfasis contra las minorías críticas anti- Sistema y los inmigrantes, los niños, las
mujeres, los ancianos, los parados forzosos, las gentes que practican una espiritualidad
ajena a las iglesias "reconocidas", los pobres de todo tipo y origen y un largo etc. que
pone en evidencia la enorme hipocresía oficial sobre derechos humanos, igualdades
ante la ley, espíritu tolerante, y todos esos cuentos para niños desprevenidos que nos
cuentan los hombrecillos grises del Sistema a través de todos los medios a su alcance,
que son cada vez más y más perfectos en grado de manipulación.
Todos esos deberes pendientes con las leyes naturales y espirituales, a las que
rechazamos de ordinario, nos llevan a vivir de un modo contrario a las leyes de la
naturaleza (pero queremos tener salud física) a practicar una doble moral que se nos
transmite desde niños, pero que no cesa de hacer daño a uno mismo y al resto. Y a pesar
de esto queremos tener salud emocional. Deseamos ser queridos, valorados, pero no
queremos ni valoramos a los demás. Nuestro ego es nuestro rey y nosotros sus
servidores.
¿Quién iba a decirles a los renovadores sociales después de tantas teorías inútiles
y revoluciones fracasadas que el problema está en la base, en algo simple, en lo más a
pie de tierra, y no en las alturas de refinado intelectualismo del pensamiento filosófico
o crítico social? ¿Quién nos iba a decir desde hace algunos siglos que no es posible una
sociedad ilustrada y verdaderamente libre sin que el mensaje liberador haya
calado hasta las últimas partículas de un alma para que esta recupere su
condición original de libre? ¿Quién podría imaginar hace nada que si no existe un
autocontrol de la mente, a pesar de querer vivir desde el intelecto en un mundo
construido por ella y para ella, para le mente egoica, no es posible un control de
nuestro egocentrismo, de nuestras emociones y de nuestra propia vida?
No es posible la existencia de una sociedad capaz de dar respuesta a sus conflictos sin
que cada uno de sus miembros haya dado respuesta a los suyos.
Ante la imperfección del ego y sus catastróficos resultados colectivos sólo caben,
mientras tanto, dos formas de actuar: "mantenella y no enmendalla" como diría un
castellano viejo, o reconocer nuestros defectos y cambiar de actitud para que el
mundo cambie, empezando por el nuestro, el personal, donde ha de ser superado el
egocentrismo y su cortejo de miserias cuanto antes mejor. He aquí el trabajo de cada
miembro de una sociedad y también el trabajo del verdadero educador.
Esta es una cuestión clave. Si aceptamos el reto es porque necesitamos algo mejor que
vegetar en el "erre que erre", vivir en la autocomplacencia y prestar al ego una vida
regalada... "Algo mejor" consiste sin duda en subir un escalón en la evolución de la
conciencia: mirar al Otro como parte de la Totalidad a la que uno mismo pertenece.
No haya duda que nos encontramos ante unas verdades que pueden ayudarnos como
educadores para que los más jóvenes tengan un fundamento válido para comprender el
mundo y comprenderse en él, y que podrían actuar como un poderoso antídoto contra el
veneno del individualismo gregario, superficial y vacío de contenido de muchos.
PARTE I
CAPITULO 6
EL APRENDIZAJE INÚTIL
Si ponemos, por el método de cerrar los ojos, unos simples parches a problemas que
sabemos profundos, somos conscientes de no estar haciendo realmente nada para hallar
la verdadera solución. Tal cosa sucedería, por ejemplo, si estudiamos la conducta
apática, agresiva, etc. de los escolares únicamente desde la óptica disciplinaria. O, por
poner otro ejemplo, si ponemos notas a los conocimientos que suponemos han adquirido
los estudiantes. Pero así es como actúan los sistemas educativos. Pero ¿qué realidad
expresan las notas de un examen? …¿Cuál es la causa de una conducta en alumnos o
incluso en profesores? Todo esto interesa poco a los gobiernos y a sus ciegos ministerios
de educación, pero puede interesarnos mucho a los padres o a los sufridos estudiantes.
El profesor Freire Garabal lamentó -como portavoz del Congreso- que el estrés no esté
registrado en la lista de enfermedades de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT)," Y afirmó que el estrés está sobradamente demostrado que es una enfermedad
directamente relacionada con el trabajo. "De hecho podría estar presente en un
importante número de ese espectacular 25% de trabajadores afiliados a la S. Social que
solicitan baja laboral al año".
Interesa mucho que sepamos, qué nuestro trabajo es estresante (porque nos va en ello
nuestra salud mental y física, en primer lugar), y en el caso de que seamos
profesores por qué ante el mismo trabajo hay profesores estresados y otros no, aparte
los"factores de riesgo" señalados: sexo, soltería, etc.
Interesa mucho que sepamos vernos con objetividad en lo que supone nuestra relación
con nosotros mismos en primerísimo lugar, porque más allá de lo laboral puede ser la
causa profunda del estrés y tener una idea cabal de la relación con nuestro entorno
social y laboral.
¿Les irá mejor a los estudiantes? ¿Qué sucede con los estudiantes en los centros? Existen
ahí importantes factores de estrés : disciplina coactiva, desinterés por un trabajo
obligado a realizar, exceso de trabajo intelectual, teórico, horarios de clases
irracionales, no coordinación de los profesores a la hora de poner deberes cada día,
indisciplina y conflictos diversos que nunca terminan de resolverse en las aulas...
¿Será útil el estrés del trabajo en el caso de los profesores y profesoras?... ¿Habrá
merecido la pena el sacrificio?... En una investigación realizada en tres institutos
catalogados como buenos centros públicos de Barcelona, en alumnos de BUP y bajo la
dirección de M. Moreno, se fijaron los tres objetivos siguientes:
Analizado el resultado de las pruebas, seis en total, se llegó a las siguientes conclusiones
por el equipo de psicólogos, maestros y pedagogos: Sólo un l0 % de los estudiantes
resolvió correctamente cuatro pruebas. El porcentaje de niños y niñas que resolvió
acertadamente dos pruebas oscila entre el 25 % y el 37 % (según las pruebas) y los éxitos
en una sola prueba van del 40% al 57%.
Estos resultados muestran que existe una fuerte divergencia entre lo que ocurre en clase
y lo que prevé el plan de estudios. Los niños no saben aplicar el razonamiento que le
enseñaron para resolver problemas escolares a pruebas en las que bajo distinta
presentación, subyace la misma estructura lógico-aritmética. Y tampoco es capaz de
actualizar durante mucho tiempo la enseñanza recibida tal y como se la transmitieron.
En cuanto a la valoración que los propios estudiantes hacen de la educación que reciben,
estos manifiestan que es memorística, carente de utilidad práctica, y con un
valor"científico" al que deben supeditar sus capacidades de raciocinio. El proceso
creador, el cómo llegar al conocimiento es algo que está vedado al alumno. Las
opiniones que los alumnos expresaron en las entrevistas fueron muy tajantes y
desoladoras: –"En matemáticas o en física no hay prácticamente nada de raciocinio,
porque sólo es aplicar una fórmula y si lo haces correctamente, bien; si no, te tumban.
En física hay problemas que yo los saco por razonamiento, porque la fórmula no la
entiendo, pero eso no es más que un razonamiento tuyo particular", dicen los alumnos.
La profunda crisis que atraviesa esta civilización se manifiesta en todos los niveles:
economía, cultura, educación, comportamiento social, etc. Existe una pérdida objetiva
de valores no ya morales -lo que nos haría pensar que hay una determinada moral en
crisis, sino de valores éticos, de conducta. Existe una pérdida objetiva de la autoridad
como valor frente a la autoridad como función. Por Ej., es difícil sentir que los políticos
tienen autoridad moral alguna cuando vemos sus corrupciones manifiestas, pero estamos
obligados a aceptar su autoridad funcional, defendida por la Constitución y por los
jueces y policías. ¿No sucede lo mismo en el ámbito de la familia, en los diversos
territorios sociales y en la propia escuela?... Tal vez habría que analizar la influencia de
la televisión como elemento reforzador y a veces directamente agente instigador de la
pérdida de los valores éticos y la exaltación de la violencia como elemento "corrector",
pero el fenómeno es aún más complejo y nos convendría analizarlo en profundidad.
¿Estamos dispuestos?
"Estar dispuesto" implica no detenerse ante ningún aspecto de lo que pretendemos
analizar; ser capaces de ir contra la corriente general si es verdadero nuestro análisis;
ser honrados con nosotros mismos y saber aceptar nuestros propios errores en el trabajo;
estar dispuestos a incorporar a nuestra actividad las conclusiones positivas.
Por el contrario, nos hemos encontrado con una visión utilitarista de la educación,
puesta al servicio del sistema social dominante en cualquiera de sus manifestaciones:
religión, arte, cultura, relaciones personales y socio-laborales. Nos hemos encontrado a
un individuo ignorante de su propio valor, oprimido entre esos viejos engranajes, y
convertido en vasallo de otros en lugar de señor de su vida.
De esta manera, dice un Informe de la UNESCO, "El niño no sólo pierde el sentido de la
unidad del saber, sino que además corre el riesgo de no comprender nunca más el
sentido de la enseñanza y las razones por las cuales se le pide que viva en la escuela
una buena parte de su tiempo. Abstracta y teórica, concebida en función del
conocimiento, la enseñanza está aislada de la vida; y la escuela, del medio ambiente. Se
pierde de vista la finalidad de la vida escolar y se olvida que la escuela tiene como
misión esencial el preparar para una vida de hombre, cuyo perfil hay que esbozar. Al
perder de vista el tipo de hombre que quiere formar, la enseñanza no está por tanto
centrada en el niño al cual va destinada... El aislamiento en compartimentos estancos
de las disciplinas, se corresponde con el aislamiento de la escuela y de la vida. La
desintegración del saber se corresponde así a una escuela no integrada de forma alguna
al medio".
(Extracto del Informe final del Seminario sobre la formación de maestros para y por la
interdisciplinariedad, Bouaké, Costa de Marfil, 24 de marzo de 1970.)
Es cierto que desde la fecha del citado informe hasta hoy, los sistemas educativos se han
visto obligados, a fuerza de acumular fracasos, a una revisión de la filosofía educativa
denunciada, introduciendo en la teoría de la vida escolar nuevos elementos basados en
el estudio psicológico del niño a partir de las experiencias de Freinet, Piaget y otros,
valorando el constructivismo como lo más progresista e introduciéndolo en los planes
de estudio con pocos resultados, al igual que el concepto de interdisciplinariedad para
eliminar la fragmentación de los conocimientos.
"La negligencia o el desdén que todavía siguen padeciendo ciertos elementos de los
contenidos educativos, las carencias y las desproporciones de los programas de
enseñanza, todo esto nos parece uno de los signos más graves de los males que padece
la educación antes de que se conviertan, a ciertos fines, en instrumentos suyos.
"El divorcio entre sus componentes intelectuales, físicos, estéticos, morales y sociales
es revelador de la depreciación, de la alienación de la persona humana y de las
mutilaciones que se le infligen"... (Informe de la UNESCO sobre educación, Alianza
Universidad, 1981. –El subrayado es nuestro.)
Los buenos planteamientos críticos arriba expuestos y las buenas intenciones de corregir
los males denunciados topan con un buen número de obstáculos, entre ellos la falta de
consenso social, religioso y político para concretar contenidos del término
"educativo"que propone la UNESCO dentro del Sistema educativo que defiende cada
Estado…No educará nunca igual un colegio público que uno religioso concertado al que
también mantenemos los mismos contribuyentes. No existen exigencias mínimas que
tengan un valor social general en materia educativa. No existe una ética de la conducta
consensuada, una concepción generalizada sobre la dimensión real de quienes son
educados. Eso queda en manos de los centros y de la libertad de cátedra de los
profesores. Se agranda así la distancia ya existente entre familia y escuela a la hora de
establecer un código mínimo de valores compartidos y trabajados por padres y
profesores con el niño-a también compartido del que se tienen diferentes perspectivas
como sujeto de educación y del sentido último con que se educa.
No sólo quedan muy lejos de los padres los legisladores y los centros educativos a este
nivel, sino que ni el mismo profesorado no es consultado por los legisladores mas que en
alguna pequeña muestra claramente insuficiente de "amigos del legislador", pero lo
bastante para garantizar que salga cada ley tal y como desean los que legislan.... Y si
estas distancias no bastaran, queda pendiente todavía el hecho mucho más
importante de que no se contempla esa filosofía básica unificadora que intente abarcar
la complejidad del ser humano, compuesto de cuerpo, alma y espíritu más allá del
adoctrinamiento para convertirlo en siervo social.
Su hipocresía y su fanatismo, por el contrario, resultan ahora una eficaz vacuna contra
todo lo espiritual, no ya contra una religión concreta, sino contra toda creencia- y esto
es un grave efecto secundario- en valores elevados del espíritu. Y no es de extrañar,
ante tanto paganismo disfrazado de espiritual. Por eso la huida de muchos jóvenes ante
todo lo que huela a religiosidad o espiritualismo, visto lo que ven sobre la moral privada
de los hombres públicos, y especialmente si se llaman reverendos, señorías, y otros
títulos que les sitúan como representantes cínicos de supuestos valores. Hablamos de
valores, pero ¿cuáles? ¿Cómo se hace? ¿Dónde se aprenden? En la familia, a través de la
influencia eclesiástica y de la fuente casi permanente en la vida familiar de "formación
en valores", como es la televisión y los juegos electrónicos. Por último en los centros de
enseñanza. Cada familia transmite de todas formas a sus hijos los valores propios de los
padres. ¿Son objetivamente valiosos para la vida? Cada fuente de información transmite
diferentes valores directa o subliminalmente: eso se coteja continuamente con la
realidad social de fuera: amigos, colegio, etc... La sociedad presente es testigo del
desastre de tanta información contradictoria que muchos creen finalmente que todo es
mentira, incluso lo que está por aprender
Ante una no confluencia educativa, el mundo adulto pierde para los alumnos el valor
de la referencia, de la seguridad del modelo que tanto necesitan los más jóvenes, y por
tanto, pierde el educador credibilidad y autoridad moral. Tanto si es padre o madre
como si es profesor o profesora. Esto también puede ayudarnos a comprender el
pasotismo y descreimiento juvenil.
Existe hoy día un enorme desconcierto en las familias sobre qué es lo importante a
tener en cuenta para educar a los hijos sin recurrir a fórmulas anticuadas (autoritarismo,
incomunicación, falta de criterios fundamentados, reducción a la insignificancia personal
hasta que no alcance la edad o los méritos sociales que se espera de él o de ella,
expectativas de explotación en su momento, machismo, tradicionalismo inmovilista,
utilitarismo pragmático del saber) superar en fin todos esos
lastres.¿Cómo?... Necesariamente marcando límites a las conductas de los vástagos de
un modo razonable y justo, pero mostrándoles con el ejemplo por delante otros modos
de ver y otras realidades. Orientándoles hacia la cooperación y la responsabilidad desde
el amor y el conocimiento, exigiendo la práctica en el día a día de esos valores, no por
autoritarismo, sino por haber adquirido antes conciencia de su necesidad para el
bien de todos y la armonía del grupo, los jóvenes maduran.
¿Quién dijo que los padres poseen el don de educar por el hecho de tener
descendencia?... ¿Quién dijo que los maestros lo poseen por haber sacado un título
técnico? Si hiciésemos una encuesta, descubriríamos que la mayoría de padres
dedica más tiempo a conocer mejor sus nuevos electrodomésticos, sus vehículos, los
acontecimientos deportivos de su equipo favorito o cómo adiestrar convenientemente
a un nuevo cachorro que a prepararse concienzudamente para ser un buen modelo de
educador. Esto, lógicamente, produce disfunciones y desconcierto en la misma familia.
Por tanto, no es de extrañar en tantos casos una actitud de rebeldía y pasotismo
juvenil cuando los modelos se enfrentan, pues esto conduce en muchos casos hacia la
inseguridad personal de los jóvenes que fácilmente desemboca en un "pandillismo"
extremista.
La solución fácil y más a mano para muchos de nuestros jóvenes -favorecida por el
márketing que vende comodidad y enajenación a plazos para todos-, consiste en eludir
la propia responsabilidad, ya que, por último, los mercaderes multinacionales saben
muy bien lo que sucede y les dan oportunidades de evadirse: contínuas oportunidades.
Muchos jóvenes inteligentes también se hacen preguntas sin respuesta. ¿Cuáles son las
perspectivas laborales y el horizonte personal de las vidas de aquellos que se dedican a
la acumulación progresiva de títulos?... ¿Serán más felices? ¿Tendrán una vida más
creativa, armónica, plena? ¿Encontrarán un trabajo adecuado a su capacidad? Nada de
esto parece fácil en los nuevos tiempos.
¿Cuál es el elemento motivador que se les vende a unos y otros, cuál el rey de los
sueños, sino el Rey Dinero, que aparece ante sus ojos como castillo de seguridad y
fuente de autoestima personal y reconocimiento social?..
Y ahora la pregunta: ¿Puede sostenerse una sociedad donde sus gentes aspiran a la
posesión de dinero y bienes materiales como fuente de seguridad y meta de sus
vidas?..¿Hemos llegado a tal extremo de estupidez colectiva?...¿Acaso los ricos, por el
hecho de serlo, tienen una buena autoestima, se sienten seguros, son felices, viven en
paz, están sanos, etc? Nada más lejos de la realidad...Mas,¿quién puede superar el deseo
de ser rico una vez envenenada la mente con esta idea, desde la infancia, a través de
mil modos de expresión, mil conductas familiares favorables al deseo de ser ricos y
tanta gloria y honra social a quien lo es? Este es el modelo que ofrece el sistema social
dominante como el paradigma humano perfecto: intentar poseer lo máximo de todo
dentro de un hipotético "Estado del Bienestar", la versión laica y capitalista del Paraíso.
Una muy importante idea que le es inherente al Sistema es la de que el mundo debe
tener unas determinadas características y obedecer a ciertas pautas ideológicas y de
conducta a beneficio de sus artífices y conductores en los diferentes campos de
intereses, y, por tanto, el contexto social ha de ser conservador y estar sometido. Esto
es lo que exige "el guión" del Sistema. Aquí juegan un papel determinante los
llamados "medios de comunicación", pero, sobre todo, el tipo de educación de la
infancia y juventud. La escuela desempeña muy bien ese papel imprescindible para
iniciar a los humanos más pequeños a asumir ese doble objetivo antes subrayado. Por
tanto, la educación que se imparta en las escuelas ha de ser como ellos desean: una
educación conservadora, intelectualista, escolástica, inmovilista, donde no importa
tanto el cultivo de las emociones positivas y el tratamiento correcto de las negativas
como las buenas calificaciones, mientras un autoritarismo más o menos camuflado
según el talante personal de los profesores, es el sostén del sistema escolar y donde
el miedo, en última instancia, garantiza la sumisión para los más reacios, así como la
pervivencia del Sistema en sí a largo plazo.
En este contexto, el presente trabajo desea ser un instrumento más de análisis crítico
de la enseñanza tradicional desde una perspectiva algo distinta a las habituales pautas
de análisis en estos temas, y abrir nuevas vías de reflexión desde la integración de los
conocimientos y la personalidad con la realidad vista con los ojos de las nuevas ciencias
y con las experiencias alternativas que plantean una visión diferente de lo que se
considera real y del sentido de los conocimientos evitando que exista un conflicto o una
parcelación estanca entre lo emocional, lo intelectual y lo físico, como viene siendo
habitual.
Para quienes educan a los más jóvenes, esta perspectiva puede aportar una visión
diferente acerca del sentido último de la educación que les ayude a liberarse de viejos
prejuicios intelectualistas y a orientarse hacia horizontes amplios y experimentables a
todos los niveles, partiendo de la propia liberación personal de los viejos esquemas. Esto
les ayudará a interesarse por la vida y el autoaprendizaje más allá de la cultura oficial
de los centros de enseñanza y les proporcionará ciertas claves para que cada uno se
sienta interesado en aproximarse al conjunto desde su ángulo preferido, para ser
integrado, no sólo en su universo personal y social al que pertenece, sino, a la vez, al
gran Universo, al Cosmos.
Es preciso retomar hoy esta idea del ser humano como un microcosmos inmerso en el
macrocosmos, como todos sabemos desde el Kybalion egipcio, el cristianismo originario
y toda la sabiduría milenaria de Oriente y Occidente, ahora reforzada con la teoría
científica de la concepción del Universo como un inmenso holograma de energía-luz, y
donde cada ser humano es una célula de este gran cuerpo llamado "Cosmos":
Microcosmos en el Macrocosmos totalmente integrado como las células en un cuerpo.
"Microcosmos"puede reconocerse en "Macrocosmos" si comprende y actúa según sus
leyes. "Microcosmos" puede vivir en armonía con "Macrocosmos" si se conoce a sí
mismo y es libre, activo y cooperativo con esas leyes. Y "Microcosmos", puede ser
así feliz, porque el flujo del Universo es activo, libre y cooperativo, sujeto a leyes
inmutables.
Sin embargo sólo una minoría de gentes se interesa verdaderamente por estos asuntos,
y, por tanto, la mayoría poco podrá cambiar sus valores negativos y sus actitudes
contrarias a esas leyes inmutables que terminan por afectar a la convivencia armónica
deseable. Son precisamente estos los que más necesitan de la ayuda educadora, la
ayuda que no alcanzan a proporcionar los sistemas educativos, mentales ante todo,
fríos ante todo, donde el cultivo, orientación positiva y reeducación de las emociones e
ideas integradoras hacia la Unidad Cósmica resulta algo casi impensable.
Así las cosas, este es un factor muy distorsionante; un elemento de una gran
trascendencia moral y espiritual, y creo que muchos de los padres o educadores se
tomarían más en serio su trabajo y serían más felices realizándolo si se preocuparan por
conocerse a sí mismos y cambiar lo que molesta a su propia evolución .De ahí podrían
extraer con facilidad los necesarios recursos e intuiciones para orientar sabiamente
labor.
Mientras tanto, prevalece la ley del Ego por todas partes. La ley del Ego Universalizado
es la ley de la jungla universal en que hemos convertido este Planeta. La ley de la jungla
social inventada por el ego para protegerse de los otros, conocida como Derecho, no es
ley del Cosmos, no es la Justicia, sino manifestación de la variedad de conflictos de
intereses egocéntricos del pequeño "Microcosmos", obligado a fijar reglas de juego
donde los más poderosos tienen siempre las de ganar. Así el barco de la conciencia
navega por el mar de la vida con su timonel sordo y desorientado...
Y en esa demencia estamos aún instalados, porque los protagonistas de los sistemas
gobiernos-iglesias-financieros de poder hoy triunfantes son los mismos de siempre,
nutridos por los mismos de siempre, no importa con qué disfraz se nos presenten siglo
tras siglo. Su objetivo es permanente: adormecer las conciencias, estupidizar las mentes
y enseñorearse de las vidas y propiedades de los más débiles. (En caso de duda,
repásese la Historia, hojéense los diarios y escudríñense los registros de propiedad
mundial.)
Este idilio fatal entre poderes que nos conduce al caos educativo, ha originado que cada
vez más padres en todo el mundo occidental estén educando y enseñando a sus hijos en
sus hogares rechazando los sistemas escolares, y este nuevo fenómeno podrá extenderse
en lo sucesivo en la medida que haya padres conscientes y con el suficiente tiempo para
emplearlo en este trabajo. Sin embargo, en la mayoría de casos será necesario tener a
los hijos en las "guarderías escolares de instrucción pública", donde se hace necesario,
por la salud mental y emocional de los pequeños, al menos una relación lo más profunda
posible entre escuela y familia.
PARTE I
CAPITULO 7
Se estima por estudiosos del tema que el ochenta por ciento de los pensamientos de la
humanidad tienen una carga de energía negativa que contamina la estructura
bioenergética de la Tierra.
Debemos empezar por situarnos dentro de un Planeta que interactúa con los demás
del sistema solar emitiendo y recibiendo de cada uno y del propio Sol la energía
correspondiente para que todo el sistema funcione según las leyes cósmicas, de tal modo
que cada uno emite y recibe (pues el emitir y recibir es la ley en todos los planos) a
través de sus propios circuitos electromagnéticos.
Como energías imperecederas y activas que son, los pensamientos humanos conforman
desde la aparición del hombre sobre la Tierra una inmensa red energética que rodea al
Planeta cargando su propia estructura electromagnética y energética con la vibración
energética de los pensamientos, palabras y actos. Si estos contienen una carga
negativa contraria a las leyes cósmicas supone, a niveles físicos, que los delicados
campos electromagnéticos que rodean a la Tierra por donde debe circular la energía que
se recibe del resto de planetas de nuestro sistema solar, incluso del mismo Sol, sufren
alteraciones y pueden ser desviados de nuevo hacia el Cosmos a causa del deterioro de
los circuitos electromagnéticos. Esto influye negativamente sobre otros planetas del
sistema solar que ahora reciben energía que ya no les pertenece, y estas
les perjudican en su propio desenvolvimiento.
Por otro lado, la Tierra no puede emitir correctamente su correspondiente cuota de
energía a causa de este deterioro parcial de sus circuitos electromagnéticos. En
consecuencia, es posible explicar desde aquí la influencia de nuestro pensar colectivo
sobre fenómenos físicos como el cambio climático, pues la Naturaleza funciona como
Unidad, y si sus leyes se violan se altera el conjunto, la biodiversidad, y acaba por
"tocarnos" a nosotros sufrir las consecuencias. También esto nos invita a
reflexionar seriamente sobre la influencia energética interdependiente de los planetas
de nuestro Sistema, y de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en ese
aspecto según el tipo de energía que emite al Cosmos material a través de sus
pensamientos. Estos , que son energía pura e indestructible ,con una determinada
vibración, son atraídos por el Cosmos como fuerzas que se unen a otras que actúan en
él por la ley de semejanza, pues lo semejante atrae a lo semejante, y toda causa crea
su propio efecto en el nivel correspondiente.
Así es posible explicarse por qué cuando una persona muere, se siente llamada en el Mas
allá por un determinado planeta de energía. Es allí donde a lo largo de su vida como
ser humano ha estado emitiendo inconscientemente su propia energía a través de su
pensar, sentir y actuar: Es allí donde estuvo almacenando su tesoro, que ahora por la ley
de semejanza le reclama.
Es preciso desechar cuanto antes la idea de que la mente intelectual dirigida desde el
egocentrismo y las buenas intenciones de las prédicas, pero no desde el altruismo con
que actúan las criaturas que siguen las leyes de la Naturaleza, por ejemplo, pueda
organizar racionalmente el mundo, muy a pesar de la propia razón. Y hay que hacerlo
justo ahora, cuando se sabe tanto acerca de los infinitos desmanes, dolores, carencias,
necesidades, injusticias, desastres ecológicos, abusos de poder, guerras, desequilibrios
personales, regionales, fanatismos extremistas, y un largo etc. que cabe atribuir,
precisamente a una concepción rígida, cartesiana, de la mente humana, a un
alejamiento profundo del cumplimiento de leyes básicas esenciales, como la ley del
amor y la armonía, y a ese miedo profundo de los hombres a encontrarse consigo
mismos sin saber cómo han de situarse ante su propia realidad. Mucho menos a
integrarse conscientemente en la realidad del Cosmos. Esto sí es verdaderamente
preocupante para las generaciones futuras. A esto nos ha conducido la educación
racionalista clásica desde "la letra con sangre entra", hasta el pragmatismo memorístico
o pseudo -científico moderno y posmoderno, todo ello envuelto en el incienso
vaticanista o en el triunfalismo de la llamada "ciencia ", esa proyección de tantas
mentes endiosadas y sin escrúpulos, paniaguadas mayormente del Poder de las
multinacionales, que se han propuesto enmendar al mismo Dios con sus experimentos
estúpidos propios de gentes tristemente ignorantes que parten de la base de que la
Naturaleza es imperfecta y ellos son los que pueden remediar eso...
Después de hablar durante mucho tiempo de la muerte de Dios, algunos de los llamados
científicos se apresuran a sustituirlo torturando animales en sórdidos laboratorios
aparentemente asépticos, violentando especies animales y vegetales, rompiendo la
barrera de protección entre unas y otras , experimentando la fecundación, tanto
humana como animal, hasta con genes congelados, clonando seres vivos y tratando, en
fin, todo lo que es Vida con la crueldad que da el engreimiento del que se cree eso,
sustituto de Dios, y más allá del bien y del mal, pero carece de lo más elemental
del verdadero Conocimiento. Si cada uno de estos ciudadanos de bata blanca
ensangrentada pudiese reflexionar objetivamente sobre las consecuencias que tiene lo
que provoca en los reinos de la naturaleza yendo contra la ley de evolución, contra la
ley del amor y la misericordia, la ley de jerarquía, la ley de armonía, la ley de
adaptación, la ley de selección y las leyes de la herencia biológica naturales, seguro que
más de un bisturí se quedaría en el aire, más de un cuchillo de carnicero, sería arrojado
al fuego, más de un matadero sería suprimido, y, desde luego, todas esas investigaciones
en tan mala hora decididas, que sólo producen dolor y aberraciones.
Olvidaron también el cuento del rey Midas. Pero debería saber más de uno que la ley de
causa y efecto no "olvida", y que en lo que se refiere a la Naturaleza y a sus leyes, "quien
la hace, la paga".
Por eso, las nuevas generaciones tienen que partir casi de cero a la hora de construir su
propio universo espiritual de un modo coherente al haber sido la verdadera
espiritualidad escamoteada durante siglos y generaciones y sembrado tanta
desconfianza entre las gentes. Mas, ¿dónde encontrar fuentes fiables para el cambio,
cuando lo mundano, la componenda, sustituyó a lo místico y lo sagrado?...¿Cómo actuar
cuando la sabiduría ha sido suplantada por el conocimiento, y se toma a los eruditos por
sabios mientras se considera a estos últimos como elementos indeseables a los que
conviene silenciar lo más posible?
Amor, fraternidad, derechos, igualdad, justicia, Dios, son palabras tan manoseadas por
gentes sin conciencia desde las tribunas, los confesionarios, los libros y las prédicas de
las iglesias, los artículos de fondo de los diarios, y las televisiones de todas partes,
que las gentes inteligentes y de buen corazón desconfían de que puedan
contener alguna verdad cuando ven que nada de esa palabrería se practica por sus
predicadores. Entonces huyen. Y hacen bien.
Entre las enseñanzas básicas que liberan hemos de señalar el Sermón de la Montaña de
Cristo como el paradigma de una espiritualidad liberadora, el centro de gravedad para
el desarrollo de una nueva conciencia universal, así como el descubrimiento del
subconsciente por Freud supuso un nuevo paradigma en el terreno de la Psicología para
conocer la profundidad del alma humana, o la teoría de la Relatividad de Einstein sentó
un nuevo paradigma en el campo de la Física y abrió perspectivas insólitas sobre
el Conocimiento profundo del Cosmos. A poco que se piense se ve la relación existente
entre todos ellos: conociendo nuestro subconsciente, sabemos quiénes somos (y no
quienes creemos ser); el contenido del Sermón de la Montaña nos revela cómo actuar
según las leyes divinas, las cuales están impresas en el corazón mismo de la materia que
poco a poco va dejando al descubierto la física cuántica... Estos tres paradigmas
combinados nos proporcionan una plataforma lo suficientemente sólida como para
intentar un viaje lúcido y liberador hacia el interior, que es, en realidad, un viaje al
cosmos al que pertenecemos desde el microcosmos que somos.
LA HORA DE LA VERDAD
Viendo, pues, el mundo que nos toca vivir día a día hemos tomado poco a poco
conciencia de hallarnos ante una sociedad materialista, violenta, injusta, amoral,
hipócrita, egocéntrica, enferma, que ha llegado prácticamente al final de sus
posibilidades de desarrollo, y que no tardará mucho en ir planteándose la supervivencia,
visto el estado de deterioro del Planeta por el cambio climático, la escasez cada vez
mayor de recursos,(entre ellos el agua y la energía derivada del petróleo), las guerras,
los problemas sanitarios y sociales a escala mundial, y tantas y tantas calamidades que
observamos a diario.
Y es el caso que resulta bien difícil de encontrar en el mundo que se nos ha diseñado
(con nuestro consentimiento, claro es) nada parecido a alguna de esas tres cosas. Ni
siquiera la televisión y los otros medios pueden ocultar la fragilidad y las miserias en
que se desenvuelve la humanidad cada día, y hasta pareciera en ocasiones que se nutre
de ellas precisamente; que constituye hasta parte de su razón de ser,( lo malo "vende",
lo bueno se obvia), que la otra cara de la inmensa desvergüenza de los mayores
responsables de las miserias consiste en hacer nuevos negocios con todas las que nos
provoca, mostrándolas impúdicamente en las pantallas del Planeta y haciendo alarde
simultáneamente sobre los beneficios en Bolsa que produce la explotación salvaje de
recursos de las multinacionales energéticas, industriales y financieras a lo largo y
ancho del mundo, a las cuales se deben precisamente la mayor parte de esas
calamidades.
Barcos llenos de pobres que nadie desea acoger, naufragan en todos los costados del
mundo con su carga mortal, rechazados por todas partes, llenos de víctimas definitivas
del viejo imperialismo que les esquilmó y del nuevo que los termina de matar con su
indiferencia, sus guerras y sus muros de hormigón y soldados para evitarlos.
¿Era esto el Paraíso Capitalista? ¿Es este el resultado del progreso de la sociedad
tecnológica? ¿Es este el fruto de tantos siglos de educación "cristiana"? ¿Es este el
resultado de la gestión de organismos internacionales, como la ONU? ¿Representan las
ONG, siempre escasas de recursos, los últimos restos de conciencia solidaria, cuando no
son también, un negocio más en algún caso..? Muchas preguntas por contestar, pero que
exigen una respuesta personal por cada uno de nosotros. Los educadores deberíamos
tener muy claras esas respuestas.
Nuestra Madre Tierra, entre tanto, apenas si puede soportar la enorme carga que le
supone la explotación desmedida de recursos a que se ve sometida, y las innumerables
agresiones cotidianas que se le inflingen en los campos agrícolas, en las industrias, en
los experimentos de armamento, en la tortura salvaje a personas y animales, mientras
sigue desgarrándose con toda clase de experimentos hostiles a la Naturaleza, (crueles
experimentos con animales, con alimentos manipulados genéticamente que rompen la
barrera de protección genético-sanitaria inter-especies; los experimentos científicos
antinaturales como la clonación; la contaminación plural y otros desastres) y hostiles
siempre a las leyes del Cosmos, mientras el cambio climático artificial y
provocado afecta hasta el último rincón del Globo con todas las consecuencias
negativas que supone, como el calentamiento global y el deshielo progresivo de los
polos; las lluvias y sequías extremas, el agrandamiento del agujero ozónico, (con la
reciente incorporación de un tercero a los dos agujeros anteriores), la creciente
virulencia y aumento de incendios, terremotos, maremotos, tornados y ciclones; la
desaparición acelerada de especies animales y vegetales necesarias para el equilibrio
global del Planeta, etc. etc. etc. y, paralelamente, la intoxicación informativa-
deformativa por los expertos en basura cultural, que ha conducido a la contaminación
mental de la sociedad global, desfigurando la realidad, minimizando los efectos, no
profundizando en las causas, vulgarizando lo sagrado y sacralizando lo vulgar. Han
descubierto que la idiotez es globalizable y exportable. Y se exporta siguiendo ciertas
reglas para extender y mantener por todas partes el modelo de desarrollo capitalista y
a sus desalmados organizadores.
Mientras tanto sufrimos el resultado del llamado "Progreso", el final de tantas falsas
utopías civiles y religiosas...Llegó la hora de la verdad. El límite del capitalismo será
exactamente el límite de la Naturaleza para ofrecer más de lo que puede y para
soportar la degradación con que la agredimos a diario. No harán falta revoluciones
económicas ni premios Nóbel para conjurar el desastre: el propio Sistema tiende
a autodestruirse... Y, lo que es peor, pretende llevarnos a todos por delante. Así
camina hacia su propia desaparición este modelo económico equivocado basado en el
egocentrismo ilimitado de los poderosos, en el miedo y la represión, con sus
consecuencias de sufrimiento, muerte y deterioro global progresivo e imparable a
cambio de unas migajas de bienestar material para una minoría de la humanidad, que
puede ver cómo sus hijos mueren contaminados o enferman por el veneno ambiental
que se produce como efecto secundario...Así, también los países ricos sufren también
los infortunios que estos han extendido en todo el mundo.
Los intentos por acabar con el estado de cosas denunciado, han fracasado o están a
punto de hacerlo... (Todos los grandes y ampulosos "ismos" en que tan pródigo ha
resultado el desgraciado siglo XX, todas las revoluciones culturales y de las otras, y
también toda esa espiritualidad superficial moderna que se vende a menudo como
alternativa...) No hay cambio social verdadero si no hay cambios cualitativos en la
conciencia individual de las gentes. Esta es la más importante lección de la Historia de
la Humanidad. Necesitamos una urgente revolución de las conciencias individuales que
nos haga reaccionar ante un futuro catastrófico inexorable, que nos reconcilie a cada
uno de nosotros con la Divinidad perdida o manipulada por intereses contrarios al
Espíritu; necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestro yo interior, con
Dios (cualquiera que sea el nombre que le demos) con el prójimo y con la Madre
Naturaleza, y hallar la conciencia de unidad de todos los seres que en ella somos.
Necesitamos urgentemente rescatar los conocimientos que a lo largo de los siglos han
ido siendo silenciados, manipulados o menospreciados por toda clase de inquisiciones,
declaradas o no; por toda clase de censuras y oscurantismos, y sacar a la luz definitiva
las verdades espirituales eternas que nos han sido transmitidas y que cada uno puede
investigar en sí mismo. Y llevar esos conocimientos a la práctica. Necesitamos una
redefinición de conceptos y metas. Tal vez aquí convendría mirar a los orígenes y al
misticismo como clave de desarrollo personal. Pero antes conviene "desmitificar al
místico", situarlo en la realidad de nuestro tiempo.
Hay que reivindicar en esta era crepuscular y decadente, cuyo valor central es el dinero
y cuyos modelos giran en torno a lo que se llama "la sociedad del espectáculo" (musical,
deportivo, político, lo mediático en general),otros modelos de desarrollo humano más
evolucionados, otros métodos de desarrollo de la conciencia hacia la consecución de un
ser humano y de una sociedad superior en valores y actitudes, desterrando de nuestras
vidas todo tipo de dogmas, prejuicios culturales y religiosos y deformaciones históricas
interesadas sobre temas como este, que hacen sonreir tan fácilmente a los escépticos
que pretenden ampararse bajo el paraguas de la diosa Razón para justificar su
inmovilismo.
Si algo necesita esta sociedad no son escépticos, ni mucho menos, inquisidores políticos
o religiosos, sino la presencia de modelos honestos, hartos como estamos de hipócritas
de todos los tamaños que parecen recién bañados en agua bendita, o recién salidos de
un baño de multitudes engañadas y que tienen como su contrapunto al místico que
vive el amor desinteresado y en armonía lejos de lo mundano, pero viviendo
activamente en el mundo. Este puede ser, tal vez, un modelo humano a considerar,
junto a otros de parecida índole (toda la amplia gama de buscadores de lo trascendente
a la materia) porque no se trata de una profesión, o de una especialización religiosa en
ningún caso, sino de un modo de ver y estar en la realidad cotidiana todo aquel que
tiene como objetivo la verdad y practica el amor desinteresado. Con harta
frecuencia no podemos decir lo mismo de un político, de un banquero o de muchos
que se nos presentan por los medios de comunicación como triunfadores en todos los
campos, incluido el "espiritual-falsificado" de las instituciones religiosas, pues nadie ha
triunfado si no ha conseguido triunfar sobre sí mismo. Necesitamos transformarnos a
nosotros mismos cuanto más mejor para que el mundo, la sociedad, pueda
transformarse. Insisto en la idea de que es imposible un cambio social sin un cambio de
conciencia en los individuos. Y necesitamos en esta etapa, entre otras gentes, a un
nuevo tipo de padres y maestros, atrevidos y abiertos, que incorporen, que investiguen,
que integren, que intenten transformar en primer lugar su propia existencia, que sean
capaces de protestar contra aquello que les impide educar a sus hijos honestamente (
horarios laborales, calidad de vida, calidad de educación); padres y madres que
contemplen la vida cara a cara sin temor a encontrar en ella imágenes negativas de sí
mismos que necesitan ser transformadas: educar es autoeducarnos...
Las escuelas del profesorado deberían cambiar de rumbo a la vista del fracaso
generacional existente en educación y empezar a proporcionar otros conocimientos, a
admitir otras verdades y otras técnicas, y a pensar en otro tipo de profesores-
formadores, porque el sistema tradicional en que los maestros están siendo formados,
ese modelo basado en bostezantes apuntes y discursos teóricos de origen poco menos
que medieval, debe ocupar su lugar en el museo de la historia de la educación humana.
Hemos de poner fin de una vez al intelectualismo que paraliza mente y corazón, al
academicismo estéril y esterilizante, y cerrar de una vez por todas el viejo e
inútil libro del escolasticismo.
Necesitamos igualmente padres que estén dispuestos a ayudar a sus hijos a comprender
el mundo en que viven, a orientarles, estimularles, promover su sentido de
la responsabilidad, a valorarse y a ser activos, agradecidos y respetuosos. Necesitamos
padres que se interesen cada día por el trabajo de sus hijos y que sigan de cerca su
proceso de educación y aprendizaje, que se coordinen con los profesores de sus hijos
para llevar a cabo un trabajo ordenado, complementario y eficaz tanto en el orden
de los conocimientos como en el de los valores y conductas sociales y emocionales...
Por dónde empezar? Podemos comenzar por tomar conciencia de esta situación,
verdadera conciencia, no una simple conciencia intelectual. Una conciencia intelectual
es una conciencia que intenta comprender la vida, pero no se implica. Eso es letra
muerta, eso es escolasticismo. El intelecto no da vida. El intelecto fue endiosado y nos
trajo este mundo que padecemos, del cual es artífice.
A los escolares les atraen los cambios. Ahora se trata de que también les atraigan a los
responsables de los escolares, tanto en casa como en los centros educativos. Y, por
supuesto, en los múltiples y fracasados ministerios de educación de este Planeta. Del
trabajo de unas nuevas generaciones de padres y madres, de maestros y maestras,
saldrán sin duda padres y madres distintos capaces de educar sabiamente a sus hijos
para la sociedad que está ya en puertas, para la sociedad que habrá de suceder
inevitablemente a esta Sociedad de la Segregación y el Conflicto: la Sociedad de la
Igualdad, Fraternidad, Libertad y Justicia; la sociedad de la unidad; la sociedad de la
armonía, la sociedad de la cooperación. En definitiva: LA SOCIEDAD DE LA PAZ. A esta
Nueva Sociedad emergente que se ve como alternativa al caos actual a que nos ha
llevado nuestra civilización equivocada, se acercan cada vez más personas con formas
de pensar, de ser, de vivir y de convivir que la harán posible un día. Efectivamente,
"otro mundo es posible", pero no puede construirse con los principios egoístas del viejo
mundo que decae.
PARTE I
CAPITULO 8
No es posible educar sin poseer una visión del mundo, un criterio fundamentado sobre
la realidad. Quien no posee este criterio se convierte en víctima de toda clase de
dogmas, o en un ignorante seguidor incondicional de alguien a quien le concede el
derecho de poseer la verdad o por quien se deja guiar a ciegas.
Es fácil comprender que una persona de estas características no está preparada para
educar aunque posea un título que la acredite.
Qué es real y qué no, es algo que un niño debe saber diferenciar para no vivir en la
ignorancia o en la esquizofrenia, y eso exige un aprendizaje previo del educador en lo
que se refiere al mundo físico, y a las enseñanzas espirituales; a la naturaleza de los
objetos y a la relación que se establece entre la conciencia y los objetos, entre el
mundo llamado "exterior"y el "interior": el de la conciencia del observador.
Quien haya visto alguna vez una demostración del control mental de los monjes del
templo de Shaolin, o haya presenciado algún ejercicio de Taichi sabrá qué quiere decir
que cuerpo y mente deben trabajar de un modo planificado. Quien conozca el
pensamiento místico cristiano originario, budista, sufí, o el mundo chamánico, sabrá lo
que esto quiere decir. Y comprender el origen de estas manifestaciones del poder de la
energía divina exige un conocimiento verdadero acerca de las leyes de la naturaleza, de
las leyes del Universo, de las leyes de la mente y de los principios sagrados con el
objetivo final de ampliar la conciencia propiciando el desarrollo espiritual, meta de toda
educación progresiva y sabia. Pero el pensamiento materialista-intelectualista observa
estos fenómenos con asombro sin preocuparse de nada más. Y se educa a los pequeños
con la misma indiferencia hacia la búsqueda de las verdades profundas, contentándose
con un conocimiento superficial del mundo visible y con la aceptación de dogmas,
iglesias y ritos confundiendo lo primero con saber y lo segundo con espiritualidad.
La física de partículas nos ayuda a comprender cómo el Espíritu divino alimenta al alma
de todos los seres (humanos o no).
Hace mucho que los físicos descubrieron con asombro cómo las partículas subatómicas
actuaban en el Cosmos como obedeciendo a un programa, como si estuviesen dotadas de
una "protoconciencia" que dirigiera sus movimientos integradores.
Aunque el intelecto no lo capte lo mismo que no capta las ondas de radio u otras, el ser
humano, compuesto celular y atómico movido por energía autoconsciente célula a
célula, no puede ser ajeno a las leyes que rigen el Universo, sino que continuamente
interactúa con el Cosmos, y de él recibe y a él envía la energía que libera a través de su
pensar, sentir y actuar.
Se puede afirmar que cada célula es la unidad física más pequeña conocida de
consciencia admitida por la ciencia médica sobre la que influye nuestra mente y que a
la vez influye energética y físicamente, sobre el resto del organismo. Pero la célula está
formada por átomos en definitiva, que interactúan con todo el Cosmos y la energía que
él de procede.
Podemos aproximarnos así a una concepción del ser humano como una energía cósmica
individualizada, de naturaleza no material, autoconsciente, preexistente (como energía
indestructible) al nacimiento físico, permanentemente activa, con capacidad y con
derecho natural a pensar, sentir y decidir su propio destino. Este es también el sujeto
de la educación, el niño o el joven...
Tener esto en cuenta es fundamental a la hora de educar, porque el niño es un alma con
una historia tras ella, un libro con algunos capítulos escritos y no la tábula rasa que
defendía Aristóteles ni el ser naturalmente bueno de Rousseau, sino un ser con
cualidades conseguidas anteriormente y con defectos que está llamado a superar en esta
existencia. Como sujeto de la educación cada niño no es una mente a la que hay que
atiborrar de datos, ni un pequeño ciudadano al que haya que orientar para convertirse
en un consumidor que vota o en un feligrés de iglesia institucional, sino un cuerpo-
mente de naturaleza espiritual; un alma en proceso de reflexión y aprendizaje. Esto es
determinante para establecer el objetivo de una verdadera educación.
Una educación que busque la integración total del niño necesita acercar a este al
conocimiento de la Naturaleza, pero no como un objeto externo donde la Naturaleza
esté ahí,"afuera", y haya que comprenderla para luego dominarla y explotarla al límite
que vemos, sino que ha de comprender que somos ella, que vibramos con la misma
energía célula a célula. Educador y educando interactuamos así como energías en
diferentes planos vibratorios de la mente y la conciencia. El educador pone parte de su
energía a disposición del que es educado para ayudar a este - al menos en teoría-a
elevar su nivel vibratorio a través del conocimiento y de la acción, uniendo cuerpo,
mente y conciencia… Este es también el sentido profundo de la Ecología.
Quien así ve no podrá ser un depredador egoísta del medio ambiente, sino que intentará
armonizar su energía vital con la energía del Universo manifestada en la Naturaleza y en
su propio interior.
Es de enorme importancia que el educador actualice de continuo sus conocimientos
sobre la física, las leyes de la Naturaleza, y trabaje su mente y su conciencia
espiritual de un modo unitario para que sea posible educar verdaderamente, pues
quien no posee la experiencia no la puede transmitir. Tampoco tendrá fuerza aquello
que un padre o un profesor enseñe como teoría si no lo ha incorporado a su campo de
experiencia, da igual se trate de un padre culto, un maestro elemental o un catedrático
de Universidad.
Pero la sociedad actual no considera socialmente útiles masivamente a los
individuos dotados a la vez de poder mental y conciencia evolucionada, y por tanto no
existen planes de estudio encaminados a formar alumnos o educadores con tales
pretensiones. Esto nos da idea de lo lejos que se hallan las sociedades llamadas "ricas,
cultas y civilizadas" de fomentar la verdadera educación para que sus ciudadanos
accedan al verdadero conocimiento: el conocimiento de la energía, de la vida como
energía, de las leyes universales de la energía- vida y de cómo acceder a integrarnos
conscientemente en esa energía universal divina desde nuestro cuerpo, nuestra mente y
nuestra conciencia.
PARTE I
CAPITULO 9
Hace milenios, los sabios chinos descubrieron los canales por donde circula la energía
vital, la energía cósmica, en el cuerpo humano; establecieron los puntos de acceso a
esos canales por medio de agujas y aprendieron a curar usando esta energía, llamando a
esa ciencia "Acupuntura", cada vez más presente en nuestro mundo occidental como
método de equilibrar la circulación energética en nuestro cuerpo, sanar y atajar el
dolor. Durante muchos años los médicos occidentales se rieron de esos métodos y de
otros alternativos a los que no dudan en acudir cuando ellos o sus familias no sanan con
la medicina oficial. Esto mismo podría decirse de la medicina ayurvédica india, de la
medicina natural, etc. Actualmente la Acupuntura se practica de un modo regular en
muchos hospitales occidentales y en clínicas privadas, con gran alivio para sus
pacientes.
Por su lado, y también desde hace milenios, los sabios hindúes descubrieron ya esa
energía cósmica sutil y experimentaron que penetra a través de siete centros de
recepción que giran continuamente en el cuerpo sutil que nos envuelve como una
segunda piel de naturaleza etérica (el cuerpo astral).A estos centros los hindúes dieron
el nombre "chakras", que significa "rueda" a causa de que giran. Estos se hallan a lo
largo de la columna vertebral desde la región del coxis hasta el último, situado en la
coronilla craneal. Son las envolturas del alma y corresponden a los siete planos de
elevación de la conciencia, tal como enseña modernamente el cristianismo originario.
Profundicemos un poco más en esto para que nos proporcione orientaciones para nuestra
salud y para tener en cuenta la importancia que en los centros de conciencia tienen las
emociones para sanar o enfermar.
Cada uno de esos centros receptores de energía la recibe y distribuye a su vez a los
órganos y aparatos que dependen vitalmente de ese centro receptor.
Del primer centro de conciencia, el centro del ORDEN en la región del coxis, dependen
la pelvis y las articulaciones de la cadera, la vejiga y los órganos sexuales.
Del segundo centro, el centro de la VOLUNTAD, en la región del sacro, dependen los
riñones con los uréteres, intestino grueso, y recto.
Es muy importante para los padres y maestros conocer estas cosas ahora que la ciencia
actual se inclina poderosamente hacia el estudio de la energía. La energía es la más
importante asignatura de la humanidad en este siglo, pues las poblaciones crecen a un
ritmo acelerado y cada vez van a ser necesarios más recursos energéticos, más diversos
y más sanos. Esto en el aspecto material, externo. Y en el interno, vemos cuán necesario
es su conocimiento y utilización correcta para mantener un equilibrio psico-físico y una
buena salud mental emocional, especialmente en este momento histórico de grandes
conflictos a todos los niveles, donde nuestro equilibrio energético es puesto a prueba a
diario a través de cuanto nos toca vivir y observar (que nunca es casual.) Estas
reflexiones nos conducen, a su vez, a observarnos a nosotros mismos como energía.
Entidades de energía
¿Qué somos los seres humanos? Unas entidades de energía que tienen el atributo llamado
"vida". Ahora bien: la energía "vida" también existe en el mundo animal, en el mundo
vegetal, y en el reino mineral...Considerando esto ¿qué tiene de especial nuestra
manifestación como energía-vida? Algo singular en la Naturaleza: somos energía
autoconsciente capaz de actuar desde lo que piensa y siente, incluso más allá del
tiempo y del espacio. Conocemos, y sabemos que conocemos; sentimos, y sabemos que
sentimos y hasta podemos averiguar el por qué de cada pensamiento y de cada
sentimiento, elaborar teorías, unificarlas y hacer previsiones en consecuencia. La
especie humana, la única que es consciente de que ha de morir físicamente, es capaz
también de algo único entre las especies vivas de este Planeta, porque tiene algo
esencial: conciencia moral. Puede juzgarse a sí mismo y establecer estrategias para el
desarrollo de su conciencia al margen de lo cultural y del adoctrinamiento que se ejerce
en este campo. Puede, por tanto, modificar su conciencia y elevar su grado de sutilidad
y de comprensión de la realidad y de sí mismo. No sólo puede sentir a Dios, su Creador,
mediante el proceso de purificación de su alma cargada (otra distinción con el alma pura
del animal) sino seguir indicaciones espirituales que le lleven hasta Dios pues puede
llegar a recordar su procedencia espiritual y seguir un camino para "volver a casa".
"Volver a casa", es el objetivo final de la experiencia humana en la Tierra.
Pero esta vuelta a los orígenes de donde procedemos precisa orden y disciplina, entre
ellas la oración, la meditación y la acción, empezando por el control sin represión de los
pensamientos, sentimientos, emociones.
¿De dónde puede prevenir esta dinámica constructiva y perfecta, de qué fuente
primordial?... Mientras el cristianismo originario nos habla de un Sol Central Primario –
Dios Impersonal- como fuente primordial de energía, cierto número de científicos,
incapaces de transferir los conocimientos descubiertos por la propia Ciencia al mundo
espiritual y basándose en leyes físicas materialistas ya anticuadas, niegan el orden
profundo y las leyes inalterables del Cosmos, eluden estos temas, así como el de la
inmortalidad de la energía alma humana, y prefieren hablar del azar en el
funcionamiento global del Universo desdeñando las infinitas pruebas que lo desmienten
en forma de leyes de rigurosa precisión universal, y despreciando cuanto se refiere al
aspecto espiritual de la vida, como si tal cosa fuese tan solo un invento del cerebro, una
cuestión bioquímica, ignorando que la bioquímica orgánica es consecuencia y no causa
en la dinámica vital humana.
Nada más anticientífico ni más absurdo para un científico, que creer en la casualidad
mientras dice operar con el principio riguroso de la causalidad para demostrar
precisamente su espíritu científico y la veracidad de sus investigaciones. Si hubiese
pensado en profundidad y sin prejuicios socio-culturales o espirituales habría llegado a
plantearse la necesaria existencia de una fuente central de energía que rige todo el
Cosmos, lo mantiene, expande y ordena según leyes de las que apenas conocemos unas
pocas. Y eso, sólo referido a la materia visible del universo, que significa ¡tan solo un 5%
del total!...
¿Cómo es posible que el orgullo, los prejuicios y la ignorancia puedan servir de base
para argumentos científicos de ningún tipo? Desde luego, ni bastan para conocer el
Universo, ni -mucho menos- para negar la existencia de esa fuente de energía
primordial, que se manifiesta de múltiples maneras, que configura la realidad conocida,
a la que informa y que nos mantiene vivos eternamente a todos sus componentes, lo
cual, hasta como probabilidad científica, es mucho más creíble que la casualidad o el
azar como explicación de la existencia de la totalidad creada. Es más convincente
pensar en la continuidad de la energía esencial que mantiene cuanto existe, y que debe
sujetarse a leyes muy precisas, que el que esa energía sea producto de los caprichos del
azar. Y esto nos lleva de nuevo a hablar de Dios, pues la confusión sobre Él es causa de
ateísmo y desconcierto entre las personas. Dios no es el dios del Vaticano.
Estas reflexiones, nos llevan directamente a replantearnos la idea de Dios, para nada
parecida al dios bíblico. Parece sencillo entonces asimilarlo a esa energía universal,
necesariamente autoconsciente, generosa en sus manifestaciones y su bondad y
altamente organizada, capaz de crear mundos y aplicar leyes que sobrepasan nuestra
capacidad humana de imaginar. Díos, en cualquiera de sus nombres culturales o
históricos, nos aparece así como esa supra-conciencia ordenadora y omnipresente,
conciencia a conciencia, ser a ser, uno a uno, científicamente necesaria, activamente
creadora, capaz de crear mundos con infinitas formas de vida organizada e
intercomunicados. "E hizo al hombre a su imagen y semejanza"...O sea: energía auto-
consciente; libre ante todo, creativa, con capacidad de sentir e imaginar, con capacidad
de amar, pues el amor es un impulso creador y cooperativo a todos los niveles. Es el
impulso clave del Cosmos. La energía universal es, pues, para los que estamos abiertos a
entenderla, el Dios amoroso de los mil nombres en las mil culturas, que nutre y
sostiene al Universo y a nosotros los humanos uno a uno, conciencia a conciencia, como
parte molecular energética del mismo. Dios es el Ser y nosotros formamos parte de esa
totalidad del Ser eterno autoconsciente, como las gotas de agua del océano forman al
mismo, y en cada una de ellas se halla la totalidad de los elementos que lo configuran.
En ese sentido, pertenecemos a Dios como la gota de agua a su océano: formamos parte
de Él tanto como Él forma parte de nosotros, aunque no seamos conscientes. Es la parte
pura de nuestra alma, la chispa de la vida en cada uno, por tanto no está "fuera", sino
que es omnipresente....La gota de mar no es consciente de su pertenencia, lo que no le
impide formar parte del conjunto. En esto, todos los místicos y verdaderos sabios de
todos los tiempos y en todos los continentes están de acuerdo: Somos partículas
energéticas del único Dios -Océano-Energía. Esta es una premisa fundamental, pues la
energía se expande por el todo el universo sin que haya un solo lugar vacío. El aparente
vacío que los científicos no observan está ocupado por el éter o energía invisible. Es
omnipresente. Por tanto, no existe la Nada. Todo es Ser, todo es energía activa.
¿Y cuales son las leyes por las que se rige el funcionamiento de la energía en el hombre?
Si pensamos un poco no pueden ser básicamente distintas a aquellas por las que se rige
el Cosmos, ya que es la misma energía. Las leyes de la Naturaleza son parte de esas
leyes. Los Diez Mandamientos son extracto de esas leyes; el Sermón de la Montaña
expresa esas leyes. La pregunta sería: ¿Cómo entrar en contacto consciente con ellas?
¿Cómo sentir su impulso en el interior? Simplemente practicándolas. No se puede
conocer a priori el valor de aquello que no se experimenta. Lo maravilloso de la libertad
humana nos permite elegir nuestras propias vivencias, elegir nuestro propio camino.
Incluso no elegir ninguno o ir directamente contra las leyes. (Y cada elección tiene sus
propias consecuencias, positivas o negativas, por la ley de causa y efecto.). Existen, en
todo caso, muchas vías. Entre ellas, el misticismo cristiano,- que poco tiene que ver con
el catolicismo y afines,- propone que el progreso espiritual se realice a través de la
oración, el trabajo y la práctica en la vida diaria del amor desinteresado para llegar a
Dios a través del Camino Interno. Es fundamental recordar aquellos preceptos de "Ama
a Dios sobre todas las cosas de este mundo", "Haz a los demás lo que quieres que te
hagan a ti", y "No veas la paja en el ojo ajeno y preocúpate de la viga que tienes en el
tuyo", tal y como expresan los Mandamientos y el Sermón de la Montaña....Otras
corrientes místicas indican otros caminos, pero ninguna niega la importancia del
anterior. En el fondo, cualquier forma de misticismo es válida para quien la practica
correctamente. Y cualquiera de ellas conduce hacia la paz y la unidad interna; hacia la
armonía de las gentes y de las naciones entre sí.
Formaría parte del trabajo del educador moderno el conocer la Física cuántica lo
suficiente como para poder comprender algunas de las leyes del funcionamiento de la
materia-energía. Unido a lo anterior, el conocimiento del pensamiento místico en
algunas de sus manifestaciones más extendidas (cristianismo originario, hinduismo,
budismo o sufismo) podrá ayudar al responsable de educar a comprender mejor el
mundo espiritual y a orientar convenientemente y sin fanatismo-cuando sea necesario-
a las personas que educa. Sería muy adecuado, por lo mismo, la práctica de alguna de
esas corrientes, pues no puede educar el erudito, sino el sabio.
PARTE I
CAPITULO 10
Seamos sinceros: más allá de "choques de civilizaciones", lo que chocan.-no nos dejemos
engañar-, son los egos (y negocios) de unos contra los egos y negocios de los otros, y la
falta de amor entre todos los que se rechazan unido a la falta de amor a Dios. Esos y no
otros son los ingredientes de ese llamado choque que nos coacciona en el paso hacia
una verdadera civilización mundial más allá de fronteras y creencias espirituales hoy
controladas y manipuladas por políticos y por jerarquías religiosas excluyentes.
Por decirlo de un modo gráfico, la falta de amor y de respeto mutuo como hijos del
mismo Dios es el origen de ese desencuentro de los cruzados con los ayatolás, por
decirlo de un modo gráfico. Interesa a los poderes de este mundo hablar en términos de
"choque de culturas", porque siempre acostumbran a esconder sus bajos propósitos bajo
la invocación de nobles palabras: Dios, Alá, Civilización, u otras como "derechos
humanos," "democracia"…en fin, palabras vacías, tapas del libro de sus malos propósitos.
Pero…un místico sufí jamás entraría en conflicto con un místico cristiano, y ninguno de
ambos con un verdadero devoto budista o hinduista por ejemplo. Y precisamente lo que
evitaría el conflicto es el sentimiento del amor : aman la libertad, la paz, el
altruismo y la misericordia como atributos de ese Dios común, aun con nombre
diferente. Ninguno de ellos mataría o mandaría matar a un semejante en nombre de
Dios ni robaría sus bienes, violaría, torturaría, y todas esas prácticas ordinarias de los
uniformados de traje o mente. Semejantes prácticas son siempre dirigidas
por fanáticos de algo nivel y sus crédulos seguidores, que a la vez necesitan justificar
sus aberraciones y lavar su conciencia por la vía que sea: tribunales
religiosos, terrorismo, cruzadas, ejércitos de pacificación, de liberación etc....Da igual
el nombre. El supuesto choque de civilizaciones es, pues, un falso concepto
propagandístico para ocultar de nuevo, (como viene siendo desde antiguo) bajo un
manto religioso o político la raíz venenosa de los fanatismos: la sempiterna opresión y
explotación de los débiles por los poderosos, en todos los lugares del mundo, en todas
las culturas y bajo la cobertura hipócrita de todas las religiones adictas al Poder que
jamás se declaran pacifistas para seguir formando parte del mismo bando y no
verse obligados a condenar a sus amigos, los responsables de genocidios, invasiones,
extorsiones, condenas a muerte, terrorismo y otras formas de barbarie.
Sé lo difícil que resulta incorporar conceptos nuevos a la educación hasta que sean
compartidos por algún ministerio progresista, muchos profesores y las familias, (y
bendecidos por la televisión, dicho con la máxima ironía), pero es necesario dar este
salto en busca de formulaciones educativas que recojan el progreso humano
e incorporen a la mente de las nuevas generaciones conocimientos adquiridos por
diversas vanguardias culturales, espirituales y científicas, y que conviene difundir y
explorar experimentalmente para evitar que la evolución de la conciencia de la
humanidad quede anquilosada en fórmulas decadentes fracasadas (como las de la
educación llamada tradicional ) , en conceptos rígidos heredados del pasado, y en la
penumbra de la ignorancia. Se trata de proporcionar nuevos horizontes a las mentes de
los más jóvenes que les motiven para su aprendizaje y para alcanzar una visión positiva y
altruista de la vida, alejada de los viejos tópicos de los adoctrinamientos sociales o
religiosos. Hemos de llegar a superar el falso dilema "Fe o Ciencia," porque la fe tiene
sobrados fundamentos científicos y la ciencia se dirige hacia la destrucción si no está
fundada en la realidad espiritual de un Cosmos originado, orientado y sostenido en el
poder, la inteligencia y el amor de Dios.
De la ciencia y la conciencia
Para un educador es muy importante tener un sentido crítico desarrollado en este
terreno y desenmascarar ante los pequeños y jóvenes el consumismo y todo lo que los
medios de comunicación, en manos de gentes que no tienen en cuenta a
Dios, consideran científico o útil... Por tanto, un educador necesita poseer una buena
información sobre la ciencia y poseer criterio propio ante lo que en nombre de esta se
hace. Así mismo, si es un pedagogo, necesita disponer de los medios técnicos necesarios
y del espacio adecuado ( que tan a menudo falta en tantos centros de enseñanza), para
poder realizar con los alumnos sencillos experimentos que les ayuden a comprender la
realidad y a desarrollar el gusto por la investigación y la búsqueda del conocimiento en
todos los aspectos de la vida, tanto como a rechazar los dogmas de todo tipo (religiosos,
culturales, políticos, científicos) que a diario se nos intenta hacer pasar por los
diferentes brazo del poder laico o religioso como válidos e incuestionables. El desarrollo
del espíritu científico crítico lleva al desarrollo del espíritu crítico en general y
posibilita el progreso del conocimiento y facilita el camino hacia la sabiduría, pues el
verdadero conocimiento no es patrimonio de los señores que investigan aquello que les
dictan sus amos, como es el caso de los científicos modernos como asalariados de
empresas multinacionales o Estados militaristas… La sabiduría, pues, está muy lejos
de ser patrimonio de los científicos, que, en el mejor de los casos, sólo pueden llegar al
escalón del conocimiento y aún así los parcelan y mutilan. Sesgar los conocimientos,
parcelarlos, explotarlos en perjuicio de la humanidad, como sucede con la ciencia
aplicada al llamado "progreso", nos ha traído el cambio climático, refinadas tecnologías
bélicas y de control mental y otras negras consecuencias con no menos negras
perspectivas irrevocables. El fruto de la Ciencia cuando ignora a la Conciencia no es más
que la muerte de la que hipócritamente dicen querer salvarnos los mismos que nos
conducen al caos mundial.
PARTE I
CAPITULO 11
LA MOTIVACIÓN
Cualquier cosa que sintamos, cualquier cosa que pensemos, cualquier acción que
realicemos, lleva impresa una energía desencadenante, un impulso consciente o
inconsciente. A esa energía la llamamos "motivación".Es, por tanto, una energía causal.
La fuerza de ese impulso energético va a determinar, en principio, el grado de
materialización de esos nuestros pensamientos, sentimientos, o actos. Y el contenido
emocional de ese impulso va a determinar a su vez la cualidad de los resultados.
Supongamos ahora que me acompaña un cliente con el que estoy dispuesto a cerrar un
importante negocio, y que me ha invitado a un restaurante, famoso por sus carnes
cocinadas, como una manera de celebrar el éxito de nuestro negocio y de agradarme,
pues parece que desea mi amistad. ¿Cambiará mi conducta? De pronto, a la motivación
mediata para abstenerme de carne le ha salido un elemento contradictorio que la pone a
prueba. ¿Seguiré fiel a mi impulso original, por el que de buen grado hubiera elegido un
restaurante vegetariano con diferencia? ¿O debo considerar ahora que la
probable amistad, que deseo, y el buen momento de mi relación comercial me
aconsejan dejarme llevar y pedir un plato de carne? ...(¿qué haría usted?)... Lo que
usted hiciera dependería de la intensidad y grado de aceptación profunda de la
motivación mediata. Si fuera lo bastante fuerte, tal vez podría proponerle amablemente
a su amigo ese restaurante vegetariano de cocina biológica que usted conoce, donde va
a probar algo muy especial y diferente a los menús tradicionales. Tal vez eso motive a su
cliente, a través de la curiosidad (motivación inmediata), a acompañarle con gusto al
restaurante alternativo, a pesar de carecer de motivación mediata al no sentir por los
animales el amor suficiente para no comerlos.
Supongamos ahora que tenemos un niño sentado ante el programa de dibujos animados.
La expresión de su rostro, sus movimientos y gestos relacionados con lo que ve, nos
indica que está muy interesado, la motivación es intensa, y participa física, mental y
emocionalmente sin esfuerzo alguno que haga necesaria la intervención de la voluntad.
Sin embargo, si alguien viene y cambia de canal observamos cómo la actitud del niño
cambia: se enfada, protesta, e intenta volver a la situación anterior que le producía
placer. La frustración que refleja evidencia el conflicto motivación-represión. De modo
que encontramos un nuevo elemento asociado a la motivación: no me motiva algo
que no vaya a resultar un placer para mí. Por ejemplo, hace mucho calor, tengo sed y
alguien me ofrece un refresco. Me motiva la necesidad de refrescarme a causa del
intenso calor. Esa necesidad desaparece en cuanto me he bebido el refresco, lo que me
descubre una motivación pasajera para actuar. Aquí tenemos una motivación inmediata,
pero fugaz, que condujo a una acción de corta duración, pero (y esto es importante)
dejó huellas psíquicas en mi cerebro, por lo que me predispone a repetir la acción
anterior en parecidas circunstancias. Igual sucede, pero a la inversa, con las huellas
psíquicas negativas que dejan en nuestra psique las experiencias desagradables, que
provocan como mínimo el desinterés y no nos motivan más que a huir de ellas.
Vemos, pues, cómo existen motivaciones negativas y positivas que despiertan nuestro
interés por acercarnos o huir de los objetos según sea la impresión que recibimos y las
experiencias que tengamos con ellos.
Los anteriores ejemplos, aunque sencillos, nos colocan ante las preguntas siguientes:
¿Es posible realizar algo sin motivación, sea esta inmediata o mediata?... ¿Qué precio
pagamos cuando se nos impone algo para lo que no estamos motivados?
¿Es rentable el movimiento de la mente de cualquiera por aprender algo sin que ese
"algo" suponga para el sujeto, antes o después, algún tipo de recompensa, de placer?
A la primera pregunta podemos contestar con un sí rotundo. Pero tal cosa no es posible
sin una fuerza exterior que obligue, sin una coacción contra los intereses de quien no
está motivado. Entonces, si no existe motivación, y alguien hace algo en contra de su
voluntad inicial, es que existe una imposición. Y en esto consiste el método autoritario:
en imponer desde fuera algo que un sujeto debe hacer por apremio de alguien externo
a él y a su propia motivación, la cual se desprecia. Y de paso, se desprecia al alumno
como persona que tiene derecho a elegir, que base de la evolución humana y base de la
democracia).
¿Produce placer algo que se hace por imposición? No creemos. ¿Se recuerda
luego?...Tenemos razones para dudarlo.
Sabemos que el inconsciente siempre quiere olvidar lo desagradable y eso forma parte
de los contenidos ocultos de nuestras almas.
En el ejemplo del niño que ve absorto y feliz la televisión tenemos la certeza de que
sentirá interés por el programa del día siguiente, y querrá verlo de nuevo, pero también
la tenemos de que si alguien le obliga a ver ese mismo programa, aunque le guste,
u otro programa diferente de un modo autoritario, sin contar con su opinión, sin
interesar su motivación, rechazará en esta ocasión el programa que se le impone, y
además le quedará la huella negativa en la memoria, y lo volverá a rechazar cada vez
que se le proponga, a no ser que cambie el sistema de actuación de quien lo propone y
le descubra que ese nuevo programa es más interesante, divertido, etc. que el que veía
anteriormente. En este caso, una motivación más fuerte sustituye a la primitiva. Ha
habido un cambio de motivación por persuasión, y no por disuasión e imposición, como
hace el método autoritario.
El estilo autoritario anula toda posible motivación positiva, y hace aparecer en cambio la
motivación negativa basada en el miedo como elemento CLAVE. ¿Y quién puede darnos
miedo? El que es más fuerte, el que puede hacernos daño, el que puede quitarnos algo
que estimamos, el que puede hacernos sentir infelices o víctimas si desobedecemos esa
presión que nos obliga a actuar contra nuestra voluntad, rendida ya por este factor
negativo... Entonces, bajo esta presión negativa, actuamos sin ser nosotros mismos, sino
que la motivación impuesta del otro nos mueve. Y hasta podemos llegar a sentirnos
culpables si no queremos seguir el camino trazado y nos declaramos en rebeldía... Así
somos condicionados, tanto en el medio familiar, como en el mundo social. Profesores,
alumnos, ciudadanos todos. ¿No es este factor, también, un elemento determinante en
las relaciones de maltrato familiar, en los episodios de mantenimiento de la violencia en
los hogares? ¿No es este un elemento que impide cualquier tipo de libertad?...
Los gobiernos saben todo esto y lo utilizan como medio de mantenerse en el poder. Es
notorio cómo se siembra entre la población americana en los USA el miedo al terrorismo
después del atentado a las torres gemelas. En esta situación es fácil no sólo que el poder
se corrompa más, fuera del control de los ciudadanos que ven cómo su vida cotidiana se
militariza, sino que es la democracia misma la que acabará por corromperse del todo en
manos de multinacionales y clanes de poder económico-financiero-militar. Un pueblo
amedrentado no es sólo un pueblo silenciado, sino también un pueblo dividido, donde
cualquier vecino puede ser sospechoso. La consecuencia más nefasta de este proceso
degenerativo social es que el pueblo acaba por carecer de cualquier interés en aras de
un bien común superior. La apatía, la censura, la autocensura, la manipulación
informativa, los conflictos permanentes de índole diversa, el escapismo, el
individualismo egocéntrico, son algunos de los síntomas de desmotivación social y falta
de metas positivas comunes entre los gobernantes y los ciudadanos. Esto no es
obstáculo, en absoluto, para que la gente, llevada por el miedo, vote a los más
violentos por creerlos más fuertes. Pero esto mismo refuerza lo dicho: no existe un
proyecto social positivo compartido.
De entrada, muchos maestros son autoritarios, bien por carecer de recursos ante las
posibles conductas de los estudiantes, bien por complejos personales y debilidades de
carácter que se intentan disfrazar con el autoritarismo, bien por falta de
conocimientos, entre otras razones.
Igual sucede curiosamente en los primeros tiempos de la caída de los tiranos. Una vez
desaparecidos estos, las gentes se aplican renovadamente a sus tareas cotidianas con
la motivación interior del que desea coger las riendas de su vida, respirar un aire nuevo
y libre donde el miedo ha dejado de existir, como sucede a los alumnos del profesor
autoritario cuando alguien les anuncia que ya no volverá más a clase. He aquí una
reacción natural que abre nuevas puertas, reconstituye la unidad emocional perdida
como ciudadanos y conduce a una motivación inmediata para el cambio a mejor. Sin
embargo, aparece un elemento contradictorio: acostumbrados a abdicar de su libertad y
de sus iniciativas ante los tiranos, la gente se queda durante un tiempo tan motivada
para los cambios como desconcertada por falta de experiencia de vivir en libertad, y el
miedo se prolonga mucho más tiempo del necesario, así que siempre los cambios se van
haciendo con más miedo que prudencia. Esto sucede siempre en la Historia y en la vida
social y familiar. Y desde luego, en las escuelas.
1. Aprender.
2. Conservar en la memoria lo aprendido.
3. Experimentar placer en el aprendizaje.
4. Eliminar problemas de disciplina en las aulas.
5. Interesarse por practicar lo aprendido.
6. Aceptar gustoso los nuevos aprendizajes.
7. Mantener actitudes colaboradoras y participativas evitando la sumisión,
en todo momento del proceso de aprendizaje.
En los colegios se comete a menudo el error de pensar que los niños deben poseer una
motivación mediata lo suficientemente fuerte como para inclinarles al esfuerzo que se
les exige momento a momento. Se cree que deben venir motivados de fuera para cada
aprendizaje. Y además se considera habitualmente que las buenas notas de un
ejercicio, un examen, o el premio familiar de fin de curso son lo bastante buenos
reforzadores del interés por aprender. No se puede negar que pueden hacer un efecto
tan inmediato como limitado, pero la motivación aplazada, esa queda muy lejos en la
mente del niño-a. Y como esta no es suficiente, se acude con más facilidad a las
regañinas, castigos u otros reforzadores negativos. Todo esto son, sin embargo,
problemas de difícil salida y fuente de fáciles errores a medida que se prolonga la
situación... Errores que tienen un precio: los niños se desmotivan, los profesores se
estresan, los rendimientos académicos bajan, las familias andan descontentas. Y cuando
se acumula mucho fracaso educativo, se cambian los planes de estudio. El Sistema se
lava un poco la cara, pero apenas si cambia realmente algo más que los libros de texto.
A todo esto, el trabajo realizado y estresante para todos se olvida fácilmente por falta
de motivación. Nadie tuvo que motivar al niño que veía los dibujos en su televisor. Nadie
tiene que motivar a un niño que juega un juego adecuado a su edad. Esto demuestra una
vez más la importancia que tiene en las escuelas, y también en el medio familiar, como
medio de motivación mediato, proporcionar estímulos adecuados para la acción
inmediata buscando en la personalidad, en las emociones y en las experiencias del
estudiante elementos "de arranque" a partir de los cuales se pueda hacer una tarea de
construcción de nuevos conocimientos y experiencias, pero teniendo en cuenta la
necesidad de que todos esos conocimientos y experiencias queden integrados de nuevo
en la personalidad y en el campo emocional del estudiante, sin caer en el conductismo,
esa execrable manipulación de la conducta humana, o en el autoritarismo, esa
execrable filosofía de la relación manipuladora que constituye la base conceptual de las
sociedades autoritarias, fuertemente clasistas y antidemocráticas.
PARTE I
CAPITULO 12
Una sola energía sostiene la naturaleza y el conjunto del Universo; una energía en
diferentes grados de vibración y manifestación. Entre la energía condensada que resulta
ser esto que llamamos "materia",y la energía más sutil que podemos concebir, sentir,
cada uno de nosotros, como cuerpos de energía, únicamente existen diferentes niveles
de vibración de esa única energía a la que llamamos Dios. Cada nivel tiene una
determinada frecuencia vibratoria y una determinada longitud de onda, lo
cual determina que existan diferentes formas de manifestación de la materia. Así
podemos comprender que un mineral, por ejemplo, resulte de una vibración de energía
de baja frecuencia, mientras que la luz, los colores, correspondan a una vibración de
alta frecuencia, con todas sus gamas intermedias.
Los colores proceden de la descomposición de un sólo color que los contiene a todos: el
blanco. Los distintos colores obtenidos desde la descomposición de la luz blanca existen
por tener diferentes longitudes de onda. Todo esto es sabido.
Nuestros colores identificativos, los colores de nuestra aura, pueden ser vistos, aparte
de la cámara fotográfica mencionada, por adultos entrenados convenientemente y por
un número aún más importante de niños, ya que los niños desde pequeños, cuando miran
a una persona, la ven envuelta en su "huevo cromático", y esta es la razón por la que
niños muy pequeños no miran directamente al cuerpo físico de un recién llegado, sino
alrededor, mostrando agrado o desagrado inmediatamente, lo que hace sospechar que
perciben su vibración electromagnética a través de los colores que observan en su aura.
Como los adultos estamos imbuidos aún de prejuicios y no damos importancia a este
hecho, la mayoría de estos pequeños dejan de ver los colores del aura poco a poco, y,
finalmente olvidan que los vieron alguna vez. Conocemos experiencias de niños que
fueron llevados al médico por sus padres debido a su exquisita capacidad de percibir el
campo electromagnético más allá de la materia burda, creyendo todos ellos que algún
mal aquejaba a su vista. Sin embargo, su capacidad de ver era perfecta, como
demostraban finalmente los resultados exploratorios." ¡Y tan perfecta!", podríamos
añadir...
La introducción anterior, aunque larga, era necesaria para poder comprender dentro de
un contexto científico, y ajeno a interpretaciones de índole esotérica la
experiencia que se expone a continuación, y que fue realizada con diferentes grupos de
niños de entre ocho y diez años en dos escuelas públicas en España entre los años 2000
y 2003 (.La elección de edades no quiere decir que sean una condición esencial).
La ocasión para iniciar estos experimentos se justificó por las clases de educación
artística y por el estudio científico del ojo humano, con lo cual se consideró por todos
como un ejercicio de aplicación de los conocimientos adquiridos. En este terreno
conviene ser cuidadosos y considerados con todos.
La primera sorpresa surgió cuando los niños tomaron contacto con los colores que tras un
rato de observación percibían alrededor de una de sus manos colocadas sobre un folio
blanco. A los pocos minutos de observación atenta, y tras unas pocas respiraciones
abdominales para relajarse, veían con claridad que lo que parecían inicialmente
sombras junto a sus dedos iban adquiriendo tonalidades, y finalmente, colores
concretos. El entusiasmo era general en todos los casos. Siempre acababan interesados
unos y otros por los colores de sus compañeros y amigos, que se dibujaban sobre el folio
blanco, extendiendo las manos con los dedos abiertos, a cuyo alrededor iban dibujando
lo percibido en capas concéntricas, desde los más intensos a los más suaves. Algunos,
percibían mejor sus dedos individualmente, y así pintaban su alrededor.
De aquí fue fácil pasar a la observación directa de un compañero-a situado delante de
un gran papel blanco que servía de pantalla de fondo. De este modo fueron pasando
por la pantalla los niños y niñas del grupo-clase, alcanzando algunos tal capacidad de
visión tras unas pocas experiencias que ellos mismos se asombraban, y todos querían
observar y ser observados por sus compañeros para averiguar sus colores.
Para realizar el experimento de un modo que fuera lo más objetivo y científico posible,
se colocaban los niños en sillas separadas lo suficiente como para evitar el
informarse los unos a los otros durante el experimento, y entonces comenzaba la
observación. Al finalizar, se comprobaban los resultados, y esto es lo que pudimos
constatar a lo largo de estos experimentos: Los colores que ellos veían no tenían las
mismas tonalidades que las de sus cajas de colores, por muy completas que fueran, sino
que eran más sutiles, más brillantes y más bonitos.
Algunos niños tenían los colores muy pegados a su cuerpo, configurando una cinta
estrecha, apenas expandidos, mientras que otros mostraban una ancha estela luminosa
que se expandía alegremente alrededor de su cuerpo físico. Esto nos llamó bastante la
atención, de modo que se nos ocurrió comprobar si la relación entre emociones y colores
justificaba este comportamiento.
Efectivamente, pudimos ver que los niños más alegres y positivos mostraban: a) colores
más luminosos; b) mayor riqueza cromática; y c) mayor expansión de su aura. Algunos
mostraban tonalidades doradas o plateadas que llamaban la atención a los propios niños
observadores. Sin embargo, los colores de los niños con menor vitalidad y peor salud y
humor resultaban menos luminosos, más "sucios", menos expandidos y de menos
tonalidades en comparación con los del otro grupo. Además aparecía el gris, color que se
relaciona siempre con estados de baja vibración, de decaimiento emocional.
El siguiente paso fue realizar esta experiencia en casa, con los animales domésticos, y
en las plantas y árboles a las que podíamos acceder. Y esta experiencia demostró a los
niños que los animales y plantas también tienen colores a su alrededor, al igual que
ellos mismos.
Los colores visualizados como más frecuentes fueron los siguientes: rojo, rosa, naranja,
verde, amarillo, azul, lila y violeta. Aunque la inmensa mayoría de los niños que hicieron
la prueba (alrededor de 100, pertenecientes a diferentes clases), tenían en su aura la
mayoría de los colores, en los más vitales y nerviosos destacaba más el rojo; en los más
intelectuales el amarillo; en los más relajados, el verde; en los más cariñosos, el rosa;
en los más bondadosos, el azul; y en los más tristes aparecían tonos de gris, o incluso
negro. Sólo en dos niños pudimos apreciar tonos dorados que cabe atribuir a unas almas
de especial desarrollo.
Ahora faltaba por determinar, para concluir la experiencia, qué significado tenían los
colores, y qué partido podíamos sacar en nuestra vida cotidiana a este
interesante descubrimiento.
Con los datos aportados, los niños aprendieron a conocerse desde otro punto de vista, y
los padres y algunos profesores más receptivos se mostraron muy interesados por esta
experiencia, que luego se comentaba en las asambleas con padres y madres como algo
nuevo y curioso.
Conservo numerosos folios con dibujos de manos de niños envueltas en sus colores, que
para un cromoterapeuta podrían ser de utilidad para un diagnóstico a distancia, y para
un psicólogo, un profesor o un padre interesado una fuente de información adicional
sobre carácter y tendencias emocionales de la personalidad.
Saque cada uno su propia conclusión sobre este trabajo del color aplicado a la vida, vea
las posibilidades que tiene en su caso, y reflexione, si le parece, sobre la evidencia de
la energía que nos envuelve, de la energía que emitimos y la profunda interconexión
existente entre todos y entre el todo continuo del Cosmos.
En la escuela se puede sacar mucho partido a este conocimiento como un buen aliado
auxiliar para el análisis de la personalidad de los niños, como un hermoso, sencillo y
barato sistema de comprender la personalidad y las emociones de los escolares, incluso
para orientarles sobre los colores más adecuados en sus ropas y en sus dormitorios, a fín
de facilitar su armonización.
Resulta interesante observar cómo los colores favoritos de cada uno son los que se
encuentran más abundantemente en su aura, tanto si se trata de vestir como de pintar.
No es casual que un niño manifieste tendencias hacia un color u otro, ni que elija
sentarse con uno u otro compañero, pues todo es vibración, tal como los colores lo
evidencian externamente. Los niños se agrupan por vibración emocional, y eligen sus
amigos en función de esa vibración. Si se hace un test del color del aura en cada uno se
descubrirá físicamente ese parentesco vibratorio.
¿Cuánto habremos de esperar para que estos conocimientos y otros de esta índole se
estudien en las universidades como formación inicial de los maestros, los médicos, los
psicólogos?
PARTE I
CAPITULO 13
Aprenda y enseñe a respirar con el vientre. Esto parece fácil, pero no estamos
habituados a hacerlo de esta manera, sino que utilizamos la parte alta de los pulmones,
lo cual produce una mayor tensión nerviosa y estrés. Proponga a su hijo, alumno, etc.
que se siente o tumbe cómodamente, (la espalda debe estar recta) que afloje sus
músculos, y se concentre en llenar y vaciar tranquilamente y si hacer fuerza un supuesto
globo que tiene en su vientre, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por el mismo
lugar. Debe hacerlo lenta y conscientemente. Debe sentir cómo su vientre sube y baja,
se hincha y deshincha alternativamente. No resulta al principio nada fácil, por más que
lo sea, debido a la pésima costumbre de respirar que tenemos, pero cuando se
consigue, se experimenta una calma, una tranquilidad que predispone a experiencias
posteriores. Se trata de conseguir un estado receptivo de la mente como punto de
partida.
Estas experiencias agradan mucho a los niños .Personalmente las he llevado a cabo en
edades comprendidas entre los seis y los diez años, lo que no impide realizarlos a otras
edades siempre que se trate de jóvenes receptivos. Los muy nerviosos siempre tendrán
más dificultad para concentrarse en el viaje, por lo que habrá que dedicarle más tiempo
a los preliminares de relajación física, incluso con algunos ejercicios complementarios
de tensión-relajación de pies, piernas, manos, brazos y músculos faciales, al menos.
Una vez relajado-a el niño-a, ordene que cierre los ojos (algunos no lo consiguen, pero
pueden concentrarse así). Entonces deje sonar una música sugerente (sonidos de la
Naturaleza, música tipo Nueva Era, u otro tipo de música relajante) y
propóngale realizar un viaje. La música está permanentemente presente, incluso puede
ser un poco más alta en las pausas. Cuéntele una historia donde él sea el protagonista.
Dependiendo de la propia imaginación del director del viaje, muchas son las
posibilidades que se ofrecen para estos pasajes imaginarios. Veamos algún ejemplo.
"Imagina la casa más bonita que puedas. Imagina que es tu casa y que te encuentras en
tu habitación favorita. El sol entra por grandes ventanales y juegas con tus amigos...
(Pausa pequeña para imaginar a los amigos mientras sigue escuchándose la música).
Como la habitación es muy grande, puedes jugar a todo lo quieras sin preocuparte por
nada. Si quieres, puedes imaginar cómo jugais a tu juego favorito. Imagina eso
mientras suena la música. (Pausa).
De pronto, entra una mariposa y te quedas mirándola porque tiene dibujada en sus alas
círculos con tus colores favoritos. Como te has quedado mirando mucho tiempo, tus
amigos se han ido en silencio para esconderse y que los busques después. La mariposa
parece adivinar que tiene tus colores favoritos en sus alas, pues se acerca mucho, casi te
roza la frente, como si te besara, y sientes un ligero soplo de aire fresco cuando pasa.
Recorre la habitación dando vueltas: una, dos, tres, vuelve a pasar cerca de tu frente,
vuelves a sentir el fresco del aire de sus alas, y se marcha como invitándote a seguirla.
Entonces te das cuenta de que sale por la ventana de tu y que quiere que la sigas para
encontrar a tus amigos. Das un salto y te das cuenta de que puedes volar, saliendo por la
gran ventana de luz detrás de la mariposa. (Pausa).
Ella vuela delante de ti, sientes el aire fresco en tu rostro y en todo tu cuerpo, ¡qué
sensación tan estupenda!.. La mariposa da dos vueltas por encima de los sitios donde
tus amigos están escondidos en el campo que rodea tu casa: entre unas ramas, detrás
de unas rocas, en el tronco hueco de un árbol grande...Estás muy feliz…s junto a tus
amigos de vuelta a casa, entras por la ventana y te dejas caer suavemente, muy
despacio en un sillón. ¡Has volado mucho! Todos estáis felices y relajados y decidís
volver al mundo real para contarlo. Contáis hasta tres: uno, dos, tres. Abrís los ojos en
silencio. (Dejad que la música suene un poco más). Poco a poco, suavemente, (SIEMPRE
EN SILENCIO) vais moviendo los pies, piernas, brazos, os pasáis las manos por el rostro...
y ya podéis empezar a contar , si queréis, qué habéis visto en vuestro viaje, cómo era la
mariposa, qué habéis visto, qué habéis sentido, con quiénes habéis jugado y todo lo que
queráis contar"...
(Esta parte después de los viajes es muy interesante para el educador como método de
observación de la personalidad, y de los elementos del subconsciente que afloran
siempre, que pueden orientar en la tarea del conocimiento de las emociones del niño y
cómo orientarlas para superar, en su caso, lo que no es adecuado para su desarrollo
armónico. Este ejercicio, que admite muchas variantes, se presta al diálogo sincero, a la
expresión corporal y plástica, etc.
JUEGOS CON LOS CENTROS DE ENERGÍA DE LAS MANOS.(Indicado para todas las edades).
En este ejercicio pretendemos que los escolares abran mejor los centros energéticos de
la palma de sus manos. Les explicamos que son como ventanas que pretendemos abrir
para que ellos experimenten lo que sucede.
En primer lugar les proponemos que coloquen frente a frente las dos palmas de sus
manos y las vayan aproximando despacio con los ojos cerrados, hasta que se toquen.
Les invitamos a que digan si han sentido algo entre las dos palmas.
Les indicamos a continuación que coloquen la mano izquierda con la palma de la mano
hacia arriba, y la mano derecha con la palma hacia abajo, los brazos completamente
extendidos para facilitar el flujo energético y desde esta posición les proponemos que
abran y cierren veinte veces (por ejemplo, menos si son más pequeños) ambas manos sin
mover los brazos de la posición inicial (extendidos completamente, sin doblar por los
codos.).Estos movimientos de abrir y cerrar las manos deben ser hechos sin pausa.
Ahora se les propone que desde la misma posición (brazos extendidos) giren las muñecas
para que las palmas de la mano se sitúen a la inversa: la izquierda mirará hacia abajo y
la derecha hacia arriba. Entonces se vuelven a abrir y cerrar las manos igual número de
veces que antes, por ejemplo, 20.
Al terminar la tanda de movimientos se les indica que -siempre con los brazos sin
doblar por los codos – encaren una palma con la otra y vaya aproximando ambas
lentamente con los ojos cerrados, como hicieron la primera vez, hasta que casi se
toquen mientras se concentran en las sensaciones que perciben ahora. Se trata de que
tomen conciencia de cómo fluye la energía dinámica corporal y cuenten lo que sienten
comparando estas sensaciones con las que tuvieron antes de abrir y cerrar las
manos. Normalmente sienten sensaciones de calor, cosquilleo, atracción magnética,
que les descubre cómo hacer fluir en esa zona su energía biomagnética. El descubrir
esta energía es una buena base para la comprensión de la energía universal que
traspasa todo cuanto existe y está presente en todos nosotros...
Existen en el mercado algunos libros relacionados con estos temas, que animo
a consultar a los responsables de educar, tanto a padres como a estudiantes o
profesionales de la educación.
PARTE I
CAPITULO 14
INTELECTO Y EVOLUCIÓN
Sencillos experimentos como los del capítulo anterior nos proporcionan una imagen
visible de la energía personal. Sin duda este es un paso importante para que los niños
comprendan que tras el mundo material, de la apariencia, se ocultan realidades
sutiles que están ahí, que les conciernen y que son atractivas. Ahora pueden estar
preparados para ser iniciados en la idea de la espiritualidad como parte de una energía
universal en la que ellos están inmersos. Así se les puede aproximar a la idea de Dios.
Desde hace tiempo es una moda querer silenciar a Dios en los ámbitos culturales,
profesionales y sociales en general. Hasta el Vaticano actualmente habla del "silencio
de Dios", lo que en su caso no es de extrañar.
El ateísmo parece ser un lugar común de convergencia en este mundo mental que
hemos creado y que ahora nos ha tocado soportar. ¿Somos así más felices?¿Ha mejorado
en algo la humanidad? ¿Hemos liberado nuestra mente de prejuicios? ¿Somos más libre y
mejores? No espero respuestas optimistas...
Bastantes filósofos y otros agentes del mundo social, científico y cultural pretendieron
convencernos de que había que usar la mente para librarnos de lo que llamaban
prejuicios religiosos. Se supone que la herramienta mental está libre de prejuicios,
disponible para su uso y que es posible su control hasta el punto de que puede ser un
instrumento de liberación.
Póngase cómodo con la espalda recta ,para favorecer el flujo de energía, en un lugar
tranquilo lo más aislado posible del mundo exterior con sus ruidos, etc. Ahora dígase lo
que quiere hacer con su mente: pensar en un color, una escena, una frase, detenerse en
una sensación...lo que sea que usted considere. Intente dejar su mente quieta en eso..
¿Cuánto tiempo le va a obedecer?
Percibimos, desde los primeros instantes en que tratamos de controlar la mente, que es
ella la que nos controla.. Constatamos que en lugar de ser dueños de nuestras mentes,
nos hemos hecho lacayos de su aspecto inferior, y no somos capaces casi nunca de
tomar la dirección que supuestamente deseamos sin que nuestro intelecto nos
distorsione la realidad. Espoleada por los deseos de nuestro ego inferior instintivo, la
mente nos arrastra de una ilusión a otra, de unas imágenes a otras, hacia el pasado o
hacia el porvenir imaginario, casi nunca presentes en nuestro propio presente y sin que
lleguemos jamás a estar satisfechos. Esta insatisfacción atrae nuevos deseos, y sobre
estos cimientos que se escalonan y suceden se construye la organización individual y la
organización del mundo. En vertiginoso desarrollo, la dinámica INSATISFACCIÓN-DESEO-
ACCIÓN-INSATISFACCIÓN, ha llevado a la mente intelectual a investigar todos los
campos posibles de la realidad tal y como es percibida por los sentidos externos,
habiéndose convertido en la autora última del mundo material construido por humanos,
hallándose actualmente en un callejón sin salida, como un gigante exhausto y
moribundo para el que ya no existe remedio, pues en este mundo aparentemente real no
existe progreso sin esfuerzo, y muchas veces sin dolor. Y esto último es ya por sí mismo
un síntoma kármico.
Desgraciadamente los seres humanos nos hemos limitado tanto, que hasta hemos
olvidado el trabajo de aprender a controlar nuestra mente... ¿Quién piensa en definitiva
en nosotros cuando creemos pensar? (¿Cuál de esos siete egos que el poeta indio K.
Gibran describe en discusión permanente entre sí?)...Cuando se estudian mismamente
los textos budistas tibetanos sobre la mente y el control de la misma, percibimos la
enorme distancia que aún nos separa del conocimiento de ese vehículo que hemos
elegido precisamente en Occidente como herramienta máxima del conocimiento.
PARTE I
CAPITULO 15
Hay que decir con toda claridad que el maestro es un guía , un guía intelectual y un
responsable de la orientación en valores básicos y espirituales de acuerdo con los
padres. Existen muchos niveles intelectuales y muchos niveles de manifestación del
Espíritu, y, en consecuencia, muchos tipos de maestros. Jesucristo, para muchos, -entre
los que me incluyo -, el primero de los maestros, es un guía espiritual de la Humanidad.
A nosotros, los sencillos maestros y maestras de las escuelas, no se nos pide tanto, pero
hemos de tener continuamente presente en nuestro trabajo diario que los niños y niñas,
los adolescentes y las adolescentes son seres espirituales. Es responsabilidad nuestra el
educar en armonía su cuerpo, su mente y sus emociones para que finalmente pueda
manifestarse en nuestros estudiantes la capacidad creadora de su Espíritu. En esto
consiste nuestra delicada participación en el destino de la vida de nuestros
estudiantes... Como un director de orquesta, el maestro intenta sacar de cada niño lo
mejor de sí, para que el conjunto resulte bello y armonioso. Cada clase debe ser una
pequeña obra de arte, como postula Steiner , el creador de la pedagogía Waldorf, tan
admirable para los defensores de una enseñanza con valores espirituales donde la
libertad, la creatividad, la unidad, la armonía cuerpo-mente y el amor se den la mano
en los aprendizajes.
Los maestros que aún no son conscientes de su propio ser espiritual, los que reniegan de
educar a los niños y niñas en su triple dimensión, porque no consideran que este sea su
cometido, educarán parcialmente, harán sufrir a los pequeños estudiantes -y sufrirán
ellos también- inútilmente. Además, los resultados del aprendizaje no serán buenos, ni
duraderos, ni habrán aportado al niño o al joven ningún elemento vital que le induzca al
progreso interior, al esfuerzo por superarse a sí mismo como alma, ni siquiera como
mente libre. Una parte importante de la energía necesaria para el aprendizaje se
perderá en los esfuerzos mal dirigidos bien hacia el polo de la mente intelectual, bien al
cuerpo, bien hacia el control disciplinario.
Como guías intelectuales debemos los maestros proporcionar a los niños conocimientos
útiles para la vida práctica, métodos de trabajo intelectual y experiencias atractivas y
fundamentales. Tenemos el deber de promover toda iniciativa que signifique
investigación, porque esto favorece la observación, la auto-observación, el aprendizaje
y la creatividad, y lleva al verdadero conocimiento.
Por haber educado a tantas generaciones de seres humanos desde la mente, esta es la
protagonista -a expensas del corazón- del mundo en que vivimos: orgulloso, insolidario,
egoísta: un mundo que abomina de lo espiritual.
PARTE I
CAPITULO 16
¿Qué es la armonía? Con una buena cultura académica se pueden escribir y pronunciar
discursos estupendos sobre el contenido y la importancia de este concepto, se pueden
poner múltiples ejemplos de obras de arte que la expresen, se pueden hacer miles de
reflexiones sobre la amplitud del término que tantos campos abarca, y aún así podría
suceder que ninguno de los ponentes viviera interiormente en ese estado, no conociera
realmente la armonía. Porque la armonía no es un concepto intelectual que nace del
discurso lógico; LA ARMONÍA ES UN ESTADO DE CONCIENCIA, que se manifiesta de
múltiples modos: como equilibrio, belleza, proporción, sensibilidad, paz, concordancia,
correspondencia, hermanamiento, amistad, amor...
Es necesario que los educadores, padres y maestros enseñen a los más jóvenes a
despertar su conciencia alimentando su alma de todo aquello que le es propio: amor,
belleza, creatividad, equilibrio, sensibilidad, sentimientos de paz y amistad, orden,
limpieza. En esto la música, la danza y los juegos de ritmo, así como la poesía, las
excursiones a la Naturaleza, las artes plásticas...Todos esos elementos colaboran
grandemente al desarrollo de la armonía y de la creatividad.
Los maestros deben tener presente así mismo lo importante que es para los pequeños
estudiantes el desarrollo de su capacidad de imaginar, y deben favorecer al máximo tal
capacidad, y cultivar en ellos mismos todos esos mismos valores para poder llevar
adelante su tarea. No puede ser buen educador quien no está educado. La armonía no se
puede predicar a los niños. Los educadores deben irradiar esa armonía. Deben dar al
César lo que es del César y al alma de los niños lo que es de Dios. La educación es más
importante que la instrucción, la cual debe ir unida a aquella, aunque en tantos sistemas
educativos no se acepte esta jerarquía. E1 protagonista de la educación no es el
intelecto, como sucede habitualmente. Hay que invertir los valores del ego;
preocuparnos menos por los resultados académicos a preocuparnos más por el desarrollo
de la razón, la cooperación y la conciencia, que son quienes verdaderamente pueden
transformar nuestra vida y el mundo.
Si nos decantamos por una sensibilidad extrema que prescinda de la mente libre, nos
hallamos con espiritualistas, falsos místicos o artistas descerebrados; con
desequilibrados cuyos actos solo pueden ser portadores de desequilibrio, semillas de
inarmonía. Es necesaria equilibrar pensamientos y sentimientos. Del equilibrio surgirán
acciones correctas, en lugar de las acciones mutiladas que conlleva el desequilibrio.
Y es verdaderamente importante destacar esto porque los seres humanos estamos
continuamente cosechando el resultado de nuestros actos anteriores y sembrando de
continuo actos cuyos frutos hemos de recoger con absoluta certeza. Nuestra vida,
nuestra salud, todo lo que exteriormente nos sucede y que con frecuencia atribuimos a
la casualidad, a la buena o mala suerte, no es ni más ni menos que la proyección al
exterior de nuestro equilibrio o desequilibrio interno y/o la recogida de la cosecha de
anteriores acciones, ya sean de esta o de anteriores existencias, porque el vivir es un
estado continuo: el estado natural del ser.
El maestro ha de ser muy consciente de todo esto. Con actitud paciente y amorosa debe
crear ese clima en que puedan florecer los pensamientos y sentimientos de los
escolares. Para ello ha de ser un buen observador y sobre todo un buen autoobservador.
Ha de saber medir la distancia mental, como buen observador, para no involucrarse en
falsas identificaciones que solo traen problemas a sus alumnos y a él mismo, como muy
bien saben los psicólogos infantiles y los especialistas en enfermedades profesionales de
los maestros. Estos han de saber crear un clima de libertad atenta y amorosa en que
pensamientos y sentimientos manifiesten su capacidad creadora para el enriquecimiento
espiritual de cada uno y del conjunto. Ese será el fruto de una educación auténtica, que
es una educación armónica.
PARTE I
CAPITULO 17
La mente ignora cosas que el corazón, sin embargo, sabe. La distancia entre mente y
corazón es el origen de todos nuestros conflictos, la causa real de todas nuestras
enfermedades. Existe un forcejeo permanente entre las diferentes opciones -muchas
veces contradictorias entre sí – que la mente elabora, y las repuestas del corazón a cada
una de esas opciones. Existe inversamente la voz del corazón y el silencio de mente. Si
no conseguimos armonizar los dos lenguajes, si seguimos divididos en nuestras
respuestas de tal modo que suceda que una parte de nosotros piense, otra parte de
nosotros tenga sentimientos contrarios a ese pensamiento, y, por último, otra parte de
nosotros actúe ignorando a las otras dos, vivimos en conflicto. Y lo que es peor:
transmitimos conflicto a nuestro alrededor. Si no conseguimos unificar nuestra
existencia, enfermamos. Y por desgracia, la mayoría de la humanidad está gravemente
enferma, y sumida en graves conflictos empezando por cada uno de nosotros, y
terminando por los que provocan en ámbitos mayores aquellos que dirigen las sociedades
humanas.
Cada día leemos en los periódicos o vemos en las pantallas de la televisión a los
dirigentes de la política, la economía; etc. con declaraciones que sabemos insinceras,
para al poco tiempo ver que lo hecho no se corresponde con lo dicho. Y si analizamos
nuestros propios sueños, en los cuales somos tal como realmente somos sin las censuras
de la mente y de la moral y comportamientos sociales aprendidos; si comparamos en las
diarias observaciones sobre nosotros mismos podremos fácilmente concluir que no nos
conocemos apenas, que nos resulta muy difícil saber quién es verdaderamente el que
tiene el mando en nuestra vida.
Nos llevamos enorme sorpresas cuando nos observamos como testigos imparciales de
nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra conducta. Es entonces cuando
adquirimos verdadera conciencia de nuestra ignorancia más real, que es la ignorancia
sobre nosotros mismos. ¿Cómo solucionar conflictos cuya raíz desconocemos? Nos
limitamos a sufrir las consecuencias. La humanidad es una enorme caja de resonancia de
las catástrofes individuales...
La mente de los niños sin objetos reales en que apoyarse en tantas ocasiones es tan
maltratada a lo largo del período escolar, que cuando acaban el examen de la última
asignatura del último curso, es muy difícil que vuelvan a sentir interés por volver a leer
un libro en su vida.
Los conocimientos acerca de las leyes de la mente se remontan a miles de años, pero
esos conocimientos se van incorporando tan lentamente a Occidente que vivimos
tranquilamente sin sospechar qué cosa es esa a la que llamamos MENTE y cómo funciona,
lo cual no nos impide creer que la conocemos bien, y que este conocimiento nos autoriza
a intervenir sobre la mente de los demás con total convencimiento de sernos útil. E1
caso es que cada uno de nosotros pretendemos, consciente o inconscientemente,
manipular las mentes de los demás desde el aparente privilegio que nos confiere el ser
padres o madres, el tener un ascendiente social o personal, un título o cualquier otra
cosa que nos permita dirigirnos a otros desde una supuesta ventaja de posición.
Nosotros, los maestros, como la mayor parte de seres humanos, hace mucho que
dejamos de preguntar ,tal vez desde la Universidad; creemos saber mucho al estar
rodeados por pequeños que saben menos, pero nos asombra que nuestros alumnos hayan
perdido el interés por aprender: nosotros les hemos enseñado con el ejemplo. Creemos
saber, pues, y no sabemos. Vivimos en la ignorancia de lo fundamental. Y la ignorancia,
aliada del conformismo, es la madre de todos los males que nos afectan. Aprendemos en
la medida que somos capaces de reconocernos ignorantes de algo.
PARTE I
CAPITULO 18
COMPRENDER, EXPERIMENTAR, DESCUBRIR
"La verdad nos hará libres"...¿Cuántas veces habremos oído esta frase maravillosa?...
La Verdad nos hará libres de la ignorancia, de la opinión, de la esclavitud de la mente...
Pero sólo si la practicamos, pues no basta el conocerla teóricamente. Y esta clase de
libertad no la puede conceder ninguno de los poderes de este mundo. Nadie. Es una
conquista personal, imposible sin esfuerzo. Si alguien piensa que un cambio de régimen
político o una revolución económica va a permitirnos la auténtica libertad, es que
todavía ignora que los seres humanos somos esclavos cada uno de nuestra propia mente
y de nuestras propias pasiones, y por más expertos en magia política que un
misericordioso destino pudiera concedernos, jamás un libertador venido de fuera puede
liberarnos de nosotros mismos.
Cuando seamos puros tras el aprendizaje y práctica del camino al ser interno, seremos
libres. Es este regreso al Paraíso perdido, el sentido del largo peregrinaje humano
existencia tras existencia.
Nos enseña el cristianismo originario, como se muestra en otros lugares de este trabajo,
que el ser humano es un ser espiritual que bajo la forma humana transitoria se
compone de dentro a fuera de: Espíritu, alma y cuerpo, siendo el Espíritu la chispa
divina en nosotros; el alma, la envoltura del Espíritu, el cuerpo espiritual y el cuerpo
físico, el soporte material ... En este contexto, los sentidos son las puertas del alma al
mundo exterior para que pueda conocer a través de la mente, e interpretar lo que
sucede .De modo que la mente es un instrumento de conocimiento, pero necesita un
soporte físico. Tal soporte se lo proporciona el cerebro. La mente es inmaterial, como el
alma a la que pertenece y como la chispa de Espíritu divino que ella envuelve. Al
Espíritu que puede expresarse en el alma libre Lo experimentamos como Conciencia,
ese observador interior que nos califica pensamientos, sentimientos, actos, favorables
o contrarios a las leyes divinas. Y cada ser humano, según su grado de evolución,
percibe en mayor o menor grado la voz de su conciencia, la voz de su Intimo...
Los edificios escolares debieran tener forma de cráneo, dicho con toda ironía pues la
mayoría de los educadores sólo ven cabezas sobre los pupitres de sus clases. Desea esta
sociedad informar cabezas, porque se da en pensar que el verdadero conocimiento es
intelectual. Olvidando la existencia real de la educación de los cuerpos y de las
emociones, se consiguen a los sumo conocimientos escurridizos, se consiguen
intelectuales o profesionales de esto o lo otro, pero nunca un ser humano equilibrado,
nunca un ser realizado o preparado para seguir su propio camino de realización.
El conocimiento intelectual conoce tan solo fragmentos del rostro externo de la
Realidad. La percibe fragmentada en compartimentos individuales. Se actúa como si la
Naturaleza estuviera dividida y fuéramos capaces de aislarla fragmento por fragmento.
Absortos en los árboles perdemos de vista el bosque. El enorme retraso que todavía
tiene la Ciencia actual es su ceguera para percibir la Totalidad, y esa misma ceguera es
la que impide a la Ciencia el avanzar en sus conocimientos.
La consecuencia de todo esto es que los individuos se ven empujados desde muy
pequeños a iniciar su aprendizaje mental para ser insertados en la sociedad como
productores y consumidores de toda clase de modas Y DE TODA CLASE DE OBJETOS..
Toda la parafernalia social no es más que una pantomima que encubre el verdadero
rostro del mundo que vivimos: el rostro bostezante de la Sociedad de Compraventa
General, que prepara a sus hijos para formar parte de su engranaje de telaraña.
Los niños deben estar muy motivados para el aprendizaje, pues la motivación, el interés
despertado, hace que la mente busque activamente el conocimiento, necesite descubrir
lo oculto, explorar la realidad para extraer de ella lo que puede ofrecerle. Y todo esto
de un modo lúdico, creativo, participativo. La atmósfera de una clase no puede ser más
la de una prisión. La atmósfera de las aulas debe ser un lugar de encuentro de cada uno
consigo mismo y con los otros. Un lugar de convergencia y armonía. Pero eso ha de
construirse poco a poco, sistemáticamente. Para ello hemos de empezar a dejar de
considerar a la mente como la reina del ser humano, vivenciando el hecho de que la
conciencia está más allá de la mente, y que esta debe ser su servidora, si queremos
evitar desequilibrios en nuestro cerebro, en nuestra salud y en nuestra vida toda...Hay
que evitar todo desequilibrio entre lo emocional, lo mental y lo físico si queremos vivir
con una personalidad bien estructurada. Esto deberíamos tenerlo siempre bien presente
aquellos que educamos: padres, profesores y educadores de todo tipo...
Son los padres los primeros que deberían entender estas cosas, los primeros que deben
entender y vivir con una sana motivación para aportar alegría y respeto a los demás;
son ellos los responsables de hacer en sus hogares todo lo necesario para que aparezca
eso. En cada familia los hijos deben aprender a comprender, sentir y actuar
correctamente. Pues este comprender, sentir y actuar es lo que la escuela desarrollará
para situaciones concretas de aprendizaje. Si queremos verdaderamente cambiarnos a
nosotros y cambiar el mundo no existe otro camino que este: COMPRENDER BIEN, SENTIR
BIEN, ACTUAR BIEN.
PARTE I
CAPITULO 19
Los niños van a la escuela a aprender. Y las escuelas deben estar preparadas para
FACILITAR ese aprendizaje. Facilitar el aprendizaje nada tiene que ver con imponer
aprendizajes de ningún género... Aprender es algo que los niños desean naturalmente;
no necesita serles impuesto. Niños y niñas tienen necesidad íntima de aprender, porque
su naturaleza espiritual les indica el sentido de esta vida, que se basa en evolucionar
aprendiendo cada cual lo necesario. Sus mentes todavía no están alteradas por las
expectativas utilitarias, como sucede con los adultos. Lo cual no debe interpretarse
como que los niños carecen de sentido práctico. Justo la falta de aplicación práctica de
los conocimientos que en las escuelas se dispensan actúa como un verdadero topo
socavando el interés por el aprendizaje. Tal cosa sucede cuando los pequeños
estudiantes no observan el vinculo que relaciona con la vida todo aquello que aprenden
en las escuelas. Para ellos, aprender es una manifestación de la alegría de vivir, un
movimiento de su propia vida, y el niño está constantemente aprendiendo, en
la escuela y fuera de ella.
La tarea inmensa de las escuelas y de los maestros consiste en facilitar a los escolares
las condiciones óptimas para el aprendizaje. E1 niño y la niña deben sentirse cómodos,
seguros", atendidos y entendidos. Y deben sentirse libres para poder actuar. La libertad
es la condición básica del aprender. Las imposiciones sobre lo que hay que aprender no
conducen al aprendizaje sino a la sumisión, la apatía, y finalmente, a la rebeldía.
Ninguno de estos resultados, tan frecuentes en las escuelas de esta sociedad decadente,
puede conducir a la autonomía ni a la felicidad. ¿Y no es la felicidad hija del desarrollo
personal? ¿Y no es la libertad la condición primera y suprema de todo desarrollo?... Pero
los programas escolares no son orientativos , sino impositivos. La escuela se organiza
en función del Programa. Más ¿quién hizo el Programa?¿Para satisfacer a quién se hizo?
¿Cuál es su grado de necesidad objetiva más allá de lo que estiman las minorías que lo
diseñan para servir a otras minorías que lo imponen? Permitámonos una breve
comparación. Recordemos qué sucedió y sucede en las colonizaciones imperialistas. E1
colonizador blanco siempre impuso sus leyes violentamente para conseguir sus objetivos
de rapiña y dominio. Los resultados están a la vista. ¿En qué lugares del mundo existe
más violencia y menor capacidad de autogestión del colectivo de un país? Allá donde se
ha dado una larga colonización económica y una larga imposición cultural con restricción
casi absoluta de libertades. Vemos en esos países diarias explosiones de descontento,
toda clase de atropellos a la dignidad humana, estancamiento económico, dictadores,
genocidios. Todo eso produce resistencias muy fuertes en las poblaciones, tremendas
divisiones vividas desde la violencia y el odio; fragmentación y más
fragmentación."Separa, ata y domina" son las leyes de los que involucionaron y quieren
seguir haciendo su voluntad personal contra la voluntad de Dios. "Separa, ata y
domina" es, por cierto, un principio satánico.
En las escuelas existe una insumisión creciente, una apatía creciente, una violencia
creciente. Todo el mundo lo sabe. En primer lugar, los niños, naturalmente. Luego todos
los demás: profesores, padres, autoridades educativas. Los psicólogos escolares pueden
dar fe del elevado número de estudiantes que se resisten al Sistema, por activa o por
pasiva; consciente o inconscientemente. Muros afuera del aula o del hogar familiar, los
llamados" medios de (falsa) comunicación" se encargan de mostrarnos los estallidos de
esa guerra sorda con que muchos estudiantes se identifican. A veces son estudiantes
contra estudiantes, pero también son agredidos los profesores. Y no sólo por los
alumnos, sino también por los padres. La raíz es la misma: la imposición no deseada, el
desprecio hacia lo personal, lo autónomo, lo íntimo. Y la desconexión familia-escuela. A
través de la prensa sabemos que los estallidos violentos son cada vez más frecuentes y
precoces... Niños asesinan a niños y profesores. Policías con detectores de metales
aguardan en las entradas de los colegios, mientras aumenta la demanda de vigilancia
privada por parte del profesorado, cada vez más angustiado e indefenso... ¿Qué hacer
ante este tremendo asunto?
Existen en los propios EEUU, cuyos gobernantes representan lo más prehistórico de las
fuerzas de involución planetaria, muchas denuncias al respecto hechas por cineastas ,
actores y actrices del mundo del cine, creyentes de diversas religiones, organizaciones
políticas, gentes pacifistas y ecologistas, artistas, psicólogos, médicos y otras gentes
honradas con voz pública. Sus denuncias y críticas no parecen afectar demasiado a la
Asociación Nacional del Rifle y a los que la apoyan comprando y vendiendo armas,
como no podía ser de otro modo en una sociedad tan militarizada, y amedrentada
como la americana, devenida de democracia a estado policiaco.
Hay una parte de nosotros, los seres humanos, muy sensible a la violencia, (JUSTO LA
PARTE DE NOSOTROS AÚN NO ILUMINADA POR LA CONCIENCIA LIBRE) de ahí el éxito de
tantas películas de ese género y el fracaso de tantas relaciones personales y colectivas.
La ira puede generar una enfermedad, provocar una pelea familiar o una guerra. Todo
depende. La violencia es una enfermedad personal del alma, convertida finalmente en
enfermedad social pocas veces latente: tiende a manifestarse con frecuencia y con
diferentes grados de gravedad como se observa en cualquier relación interpersonal falta
de amor, que es la relación interpersonal más frecuente en nuestra especie. Así que las
sociedades son violentas. Unas se arman si pueden y otras no, porque no pueden
hacerlo impunemente sin contar los que se han armado mejor. Pero si la ley no permite
armarse a los ciudadanos uno a uno, les asegura la existencia de grupos uniformados
que en cualquier momento están dispuestos a defender por las armas la causa que,
supuestamente, es la causa de todos: "LA GRAN CAUSA DEL MOMENTO".En los países
ricos imperialistas, la "gran causa del momento" es siempre la misma: invadir, matar,
atropellar, robar, controlar, a los países más débiles, pero siempre ricos, o de alto
valor estratégico-militar, que existen en el Globo terrestre. Naturalmente, esto no se
cuenta así a las gentes de esos países ni al mundo. Para eso existen los políticos, los
medios de propaganda oficial y los medios de comunicación social: para camuflar,
minimizar, silenciar y despistar todo lo que se pueda sobre las verdaderas intenciones y
sobre las verdaderas actuaciones de aquellos a quienes sirven... La inmensa mayoría de
todos ellos hablan en su momento de razones que justifican esos crímenes contra la
humanidad. Inventadas, naturalmente. El soldado que mata lo hace encarnando una idea
de otros, pero utilizando el impulso de su propio miedo y la violencia interna personal
,mientras la violencia social acumulada le respalda y legitima. Así los crímenes de guerra
son siempre, en alguna medida, colectivos. No existen hoy en día sociedades pacíficas.
No existen estados pacíficos. No existen gobernantes que se declaren pacifistas. Ni
siquiera el propio Papa lo es, pues acepta la llamada "guerra justa" y él mismo tiene
guardias armados en su territorio del Vaticano, algo inimaginable en Cristo, pero
perfectamente imaginable para quien conoce la verdadera historia de la Iglesia.
CAPITULO 20
EL PROCESO DEL CONOCIMIENTO Y SUS OBSTÁCULOS
E1 verdadero conocimiento consiste en la aprehensión total del objeto por tres vías:
mental, emocional y experimental.
Así como el lóbulo cerebral derecho parece que percibe por totalidades, el izquierdo
percibe por partes. Del mismo modo, Oriente nos ha podido transmitir unas visiones del
mundo fundadas en el sentido de profunda unidad de todo lo existente, mientras
occidente ha ido fragmentado y fragmentando conocimientos. Sin embargo, el cerebro
funciona como un todo; los mensajes de una y otra parte no se oponen entre sí de un
modo determinista, sino que son complementarios. Deben serlo, si queremos que exista
un equilibrio personal, social y... mundial. Por desgracia, tal equilibrio no existe... E1
lado occidental del mundo ha sobrevalorado lo analítico, lo intelectual, las divisiones en
categorías, las funciones lógicas, el cálculo. Tal hecho afecta negativamente a esta
civilización, que ha ido adoptando progresivamente formas de pensamiento y actitudes
sociales tan alejadas de lo espiritual, lo intuitivo, la expresión adecuada de las
emociones, lo creativo, que es casi imposible descubrir a un solo individuo que esté sano
en esta parte del mundo, donde reina la infelicidad y la enfermedad, enmascaradas por
los laboratorios farmacéuticos y los programas llamados de "bienestar social".De ese
desequilibrio se nutren los noticiarios del mundo.
La escuela tiene que enfrentarse a esta situación de partida contando con muchas
otras limitaciones. En primer lugar habría que mencionar las propias de los profesores.
Como personas, la crisis de valores que afecta al conjunto social puede afectarles a
ellos, como sucede de hecho bastante a menudo. Esto origina un conflicto entre aquellos
valores que los profesores van adoptando (muchas veces con un claro contenido de
autodefensa), aquellos que los escolares aportan de sus hogares, y las exigencias de la
administración educativa desde intereses políticos, sociales, culturales y económicos
concretos, que son los que van a determinar en última instancia la filosofía educativa de
cada país concreto.
Dado que el proceso de aprendizaje ha de hacerse de tal modo que ningún paso de ese
proceso sufra interferencias perturbadoras, es de suma importancia que los profesores
se preocupen por la vida de sus alumnos en los niveles físicos, emocionales e
intelectuales, sin descuidar ninguno de ellos. En primer lugar, la salud física de los
escolares ha de ser perfecta. Esto exige por parte de los padres el que sus hijos tengan
una alimentación equilibrada y lo más natural posible, lo que supone la exclusión de las
llamadas "comidas-basura" tan extendidas en el mundo infantil por ser fuentes de
toxinas, colesterol, y, además, de alteraciones del sistema nervioso y, por tanto,
emocionales. A esto conviene añadir las necesarias horas de sueño que tan poco se
respetan en los niños, el cumplimiento de las normas de higiene ocular (tan reñida con
el número de horas ante el televisor), de higiene dental (tan insuficiente como todos los
dentistas saben), y de higiene corporal general. Sorprendería saber los niveles de falta
de higiene corporal de muchos de los estudiantes.
La educación pone a prueba a estudiantes y profesores, así como a los padres que
realmente se integran en el proceso formador de sus hijos. Tenemos que tomar
conciencia de que los educadores también nos hallamos sometidos a la necesidad
de madurar, evolucionar y cambiar las pautas que nos impidan ser mejores de lo que
somos para ser más eficaces en nuestra responsabilidad como educadores. El educador
no puede bajar la guardia ante los que educa, pues es contemplado como un modelo
sobre el que edificar. Ante las actitudes negativas, el educador ha de andar con sumo
cuidado, especialmente si esas actitudes se encuentran también en él; pero de esas
pruebas se debe salir airoso, habiendo progresado todos en perfección. Las diversas
situaciones que acontecen en la vida cotidiana del hogar o de las aulas han de servirnos
de reveladores fotográficos para ver cómo somos realmente unos y otros, no como nos
imaginamos ser. En nuestros comportamientos espontáneos salen a la luz elementos del
inconsciente verdaderamente definitorios de nuestra personalidad. Igual sucede en los
sueños. A veces, son los propios niños los que nos descubren aspectos negativos de
nuestra personalidad (a través de sus comentarios, sus comportamientos, sus gestos,
etc.) que nos sirven de "aviso para navegantes"...
En las escuelas, alumnos y maestros, cualquiera que sea su sexo y su condición social de
procedencia, se encuentran inmersos en la misma aventura: LA AVENTURA DEL
CONOCIMIENTO Y DEL AUTODESCUBRIMIENTO Y CORRECCIÓN DE ERRORES a todos los
niveles: físico, mental y emocional .Tal vez por eso se dice que los alumnos forman
parte del destino de los maestros, del mismo modo que a la inversa sucede. Pero para
que este encuentro dialéctico sea realmente positivo han de darse cinco condiciones
básicas en la relación entre educador y educando, sin las cuales no puede darse
verdadera educación ni auténtico aprendizaje. Estas condiciones son: libertad,
motivación, observación, experimentación e interiorización.
PARTE I
CAPITULO 21
Las ideas no deben ser aprendidas, deben ser vivenciadas, deben ser experimentadas,
vividas. Se aprende lo que se vivencia a través del contacto directo, a través de la
experimentación. Así establecemos la relación con el mundo exterior desde que nos
reconocemos, y en ese mundo exterior está comprendido lo que llamamos Naturaleza y
aquellos a quienes llamamos "los otros", "el prójimo".
PARTE I
CAPITULO 22
Las alteraciones emocionales negativas más importantes que sufren los pequeños tienen
como origen el mundo adulto MÁS PRÓXIMO y las escenas de TV. Los adultos vuelcan en
los niños lo que realmente es su propio veneno interior: su falta de amor real
(confundido a veces con el apego y el amor propio de los padres), su fácil ira, su
impaciencia, su apatía, su inseguridad, su falta de espiritualidad. Su deseo: evadirse de
la realidad(no quieren ser molestados a menudo), su deseo de descansar (están muy
cansados muy a menudo). Los niños y niñas de esta civilización industrial interiorizan
todo eso fácilmente. Como resultado obtienen una imagen de sí mismos como la de un
sujeto de escasa valía. Su autoestima es muy baja, porque la falta de amor que
experimentan de sus mayores ( que no se interesan demasiado por su forma de pensar y
de sentir, ni por sus deberes escolares o su vida social en el colegio ) acaban
proyectándola sobre sí mismos. En consecuencia, se bloquean sus emociones positivas y
desciende su autoestima. En cambio, las impresiones y sentimientos negativos vividos
por los niños se manifiestan en ellos con un rostro inexpresivo, con un rostro
fácilmente airado o con el rostro sumiso y manipulable del niño "demasiado bueno",que
a todo se aviene y pretende creerse y hacernos creer que nada le preocupa, y a todo
accede de buen grado. Esos rostros ocultan siempre un alma triste. E1 escolar
"demasiado bueno",por ejemplo, está mostrando la conducta pasiva, distante y de
aparente sumisión con la que busca protegerse de un mundo exterior vivido como hostil
y dañino para su persona, y al que le falta energía para oponerse. E1 escolar "demasiado
bueno", se muestra, por esta causa, poco receptivo, débil de atención y con escasa
capacidad de concentración y perseverancia en los esfuerzos -siempre penosos para él-
del aprendizaje. Estos niños están paralizados por el veneno del MIEDO. El miedo
destruye la libre iniciativa (y por tanto la capacidad creativa), convierte a los
estudiantes en imitadores, en cotorras que memorizan datos, en gentes de mente
mecánica y en esclavos del qué dirán. La gente miedosa es gente desconfiada que sólo
piensa en protegerse. E1 miedo es el principal instigador de toda clase de violencias, de
toda clase de desconfianzas, de todas las guerras. Si efectuamos una lectura social del
miedo, vemos que este tiende a aumentar a medida que descendemos hacia los estratos
sociales más bajos o subimos hacia los estratos más altos. E1 miedo y la búsqueda de
seguridad convierte a los habitantes de los barrios pobres y de los suburbios en seres
atormentados y conflictivos cuyos hijos serán casi siempre de parecida índole, a causa
de la influencia familiar y social. En el otro extremo de la escala social encontramos
también el miedo y la búsqueda de seguridad. Los muy ricos temen perder la vida o las
propiedades, y sus hijos también sufren las consecuencias. Como en las clases sociales
más desafortunadas, también los padres suelen ser los grandes ausentes, y los niños no
suelen aprender a vivir en armonía, ni reciben una educación emocional correcta. La
llamada "prensa del corazón" está repleta de vidas desafortunadas de gentes muy
afortunadas.
En los dos tipos sociales de niños que analizamos, existe, sin embargo ese factor común
que es la ausencia de una familia donde ellos se sientan atendidos y entendidos, donde
se sientan verdaderamente amados. Al no ser así, el miedo que ambos sienten a
enfrentarse a la realidad será la causa de que ellos -inconscientemente- quieran negarla,
y de sus bloqueos y desajustes emocionales y de conducta. Cuando el hijo del rico
herede las riquezas de sus padres tendrá el mismo miedo que el hijo del extremo social
opuesto, la misma falta de sentido de la realidad, y una actitud defensiva general ante
la vida, vivida como algo peligroso, algo de lo que hay que estar preparado para
defenderse. Lo más probable es que se desarrollen en ambos dosis altas de fanatismo,
egocentrismo, orgullo, codicia, y otros factores negativos que sólo producirán infelicidad
a sí mismos y a la gente con la que se encuentren...
Pero lo peor del miedo es que es un elemento disuasorio de primer orden utilizado
tradicionalmente por los profesores , faltos de mejores recursos, en los centros de
enseñanza oficiales de todo el mundo, llegando a utilizarse en todos los tramos del
sistema educativo como elementos disuasorio del mal comportamiento: el miedo al
castigo, el miedo a la pérdida de afecto de profesores o cuidadores, etc.
El trabajo de los maestros con los niños catalogados como "difíciles y miedosos"-
síntomas que también se manifiestan más o menos esporádica o intensamente en otros
más "normales"- es muy difícil, por no decir imposible, sin que exista una profunda
colaboración, una serie de estrategias, y un seguimiento perseverante de los problemas
entre familia y maestros. En casos graves habrá que recurrir al psicólogo, pero no
deberíamos olvidar que son los padres los primeros necesitados en plantearse profundos
cambios en su propia vida, y tal vez, los primeros necesitados de esa ayuda psicológica.
De nada sirve verdaderamente el que los profesores adopten medidas disciplinarias y
convoquen a las familias para presentar sus interminables listas de quejas sin que exista
este planteamiento global de revisión de las circunstancias familiares que provocan estas
actitudes en los hijos; este miedo raíz y esta parálisis emocional y mental. La terapia
escolar no puede sustituir a una necesaria terapia familiar en los casos en que
problemas graves de los pequeños tiene como origen precisamente aquel marco de
convivencia.
El trabajo más importante a hacer en la escuela es, precisamente, el que ésta sea un
espacio de expresión de emociones positivas, un lugar donde se respire armonía, belleza
y amor en forma de compañerismo, respeto, colaboración, disfrute por el conocimiento.
La belleza debe tener en la escuela un lugar privilegiado, y los niños deben sentirse en
ella felices y relajados, atendidos , entendidos y, sobre todo, amados. Y los maestros
han de ser personas con un exquisito equilibrio emocional, capaces de crear en sus aulas
el clima adecuado. E1 maestro o la maestra deben ser modelos de perfección para los
niños, y saber empatizar con ellos. No es posible educar a nadie sin que se den estas
condiciones.
PARTE II
INTRODUCCIÓN
No hay más que mirar cualquier día los periódicos o los noticiarios de TV para saber que
por doquier imperan la violencia, la intolerancia, la apatía, las enfermedades, el
hambre, las injusticias. Conflictos por motivos raciales, económicos, sociales,
personales, religiosos, por no importa qué asunto. Los que hablan siempre culpan al
adversario. Naturalmente, todos se creen a sí mismos hombres y mujeres "de bien". . .
Lo que no impide que el mundo esté peor que nunca. Los dirigentes de este mundo en
cualquiera de sus aspectos, ya sea en el político, en el social, en el económico,
religioso, o militar, suelen haber pasado muchas horas en las aulas. De hecho existen
entre ellos muchos brillantes titulados universitarios poseedores de una amplia cultura
académica, vasto conocimiento de los asuntos de este mundo y una buena capacidad de
relación social y liderazgo. Sin embargo, estas estupendas cualidades las suelen poner al
servicio de la involución, convirtiéndose en codiciosos dominadores de los demás, pese a
su formación cultural tradicional.
En las guerras étnicas del continente africano, los soldados se matan con el mismo odio
que en las guerras nacionalistas de los Balcanes, por ejemplo. Los guerreros africanos
pisaron poco las escuelas; los guerreros europeos estuvieron mucho tiempo en ellas. La
cultura de estos no impidió tampoco la barbarie. Independientemente de la cultura
aprendida, los hombres se odian y se matan, son egoístas, etc. Las armas y equipos de
guerra de las naciones cultas se venden a las naciones subdesarrolladas, las endeudan,
se producen masacres para vencer las resistencia de los bandos oponentes, destrucción
de la Naturaleza, de medios de vida, y viviendas, pobreza y enfermedades, y luego les
facilitan cínicamente ONG "de ayuda humanitaria" o ejércitos de pacificación
internacionales, sin otro objeto que mantener el control directo o indirecto sobre las
riquezas del país y de sus gentes a través de gobiernos- marionetas impuestos
violentamente, manteniendo una cínica apariencia de ayuda humanitaria o defensa de la
democracia, los derechos humanos y todo lo que dicen siempre mientras bombardean a
las gentes, imponen gobernantes y niegan los derechos humanos a quien les molesta.
Y. esto tiene suma importancia porque revela de paso que las enseñanzas recibidas en
las diversas escuelas públicas o privadas no contribuyen a mejorar a la Humanidad.
Los que dirigen el mundo han pasado por prestigiosos centros de enseñanzas
universitarias, así como todos los que tienen las máximas responsabilidades públicas,
pero el mundo funciona al revés. La escuela no ha sido capaz hasta ahora de ejercer
una acción civilizadora. La barbarie que presenciamos en el mundo moderno es el más
cruel desenlace del fracaso escolar. Atiborrar de datos a los alumnos y hacer trabajar su
intelecto, mientras se les enseña una doble moral farisaica impregnada de moralina no
les hace mejores seres humanos, sino sirvientes sin conciencia de las fuerzas de la
oscuridad, y con frecuencia hallamos sentados en los sillones del Poder de este mundo a
esos sirvientes con títulos universitarios que no dudan en mandar matar- o en guardar
silencio cómplice cuando lo hacen otros- cuando conviene a los intereses de aquellos a
los que sirven en verdad: los poderes de la sombra.
Algo está fallando, una labor esencial que no realiza la escuela (tampoco los hogares), y
que haría mucho más fácil la evolución para todos nosotros. Lo que está faltando es una
filosofía integradora de la educación, una EDUCACIÓN TRANSPERSONAL, O
IMPERSONAL.: UNA EDUCACIÓN ESPIRITUAL.
Una educación transpersonal no consistiría en ningún caso en atiborrar a los niños de
conocimientos sobre nuevas asignaturas con un enfoque diferente del aprendizaje.
Tampoco tiene nada que ver con una educación doctrinaria al servicio de una ideología
política o religiosa concreta. Estos son precisamente los dos enfoques con que los
gobiernos han intentado siempre orientar la escuela cuando esta no funciona o cuando la
sociedad está militarizada.(Y CADA VEZ LO ESTÁ MÁS AHORA ... ) Estos son precisamente
los dos modelos de fracaso en la escuela, a veces combinados entre sí.
Una educación transpersonal debería tener en cuenta las nuevas experiencias que para
el conocimiento de la realidad aportan la física cuántica, las experiencias místicas y los
mandamientos divinos, en especial el mandamiento universal del Amor desinteresado,
tan común a todas las creencias espirituales y tan escasamente practicado por la
mayoría.
El mundo no es como el materialismo nos predicó durante tanto tiempo. Newton ha sido
superado por Einstein, de acuerdo, pero la visión de la nueva realidad sobre el universo,
el mundo material, el comportamiento humano, la psicología profunda, etc. no se ha
plasmado aún en la sociedad. Nuestra manera habitual de pensar se basa en un alto
porcentaje en ilusiones provocadas por carecer de una visión real de las cosas. La falta
de una visión real de las cosas es simplemente falta de conciencia, conciencia dormida o
mutilada. Merced a innumerables experimentos físicos la concepción del Universo que se
nos propone actualmente está muy próxima a la concepción del Universo de los antiguos
sabios hindúes, egipcios, tibetanos, mayas, cristianos primitivos, y -en resumen - con
todo el conocimiento místico, con la milenaria y tantas veces perseguida sabiduría
verdadera, que llegaría a convertirse en secreta a causa de estas persecuciones. En la
nueva concepción del Universo que caracteriza este cambio hacia la Nueva Era, los
conocimientos se integran, se complementan y se llevan a la práctica. Este es el camino
de la sabiduría.
Hemos considerado estos elementos que configuran lo real porque son especialmente
importantes a la hora de elaborar el trabajo educativo, pero por poco que
reflexionemos vemos cuan lejos nos hallamos de esa realidad, tanto en la práctica
cotidiana de educar como de los conocimientos que nos muestra la ciencia avanzada,
así que se enseña y educa de un modo fragmentario, repartiendo la realidad en
asignaturas con escasa o inadecuada relación entre sí en los mejores casos, lejos del
campo emocional de los estudiantes.
Ahora bien, los nuevos conocimientos exigen revisar todo el pesado lastre histórico de la
educación en todos los aspectos que este concepto abarca. En todos sin excepción .Es
bueno como punto de partida para alguien que se propone educar comenzar con la
actitud humilde de superar los numerosos e inútiles conocimientos y tics de su formación
= deformación universitaria.
PARTE II
CAPÍTULO 1
FUNDAMENTOS FÍSICO-ESPIRITUALES
Esto que sigue ha sido elaborado tomando como fuente principal el moderno
cristianismo Originario difundido por Vida Universal, ampliamente contrastado
con otras filosofías espirituales y con los aportes de la física cuántica.
Recomiendo al lector una detenida lectura y reflexión que podrá completar con
la bibliografía final y las fuentes de información de Internet que cito al final del
libro.
EL SER
*Nada hay fuera del Ser. Todo lo existente tiene su origen en el Ser; se sostiene
en el Ser, se nutre del Ser, y tiene como destino el Ser.
La materia no es eterna, sino mutante debido a las leyes físicas y a las leyes
espirituales que rigen tanto el cosmos material como el semimaterial ( o astral)
y el espiritual, con sus diferentes grados de evolución o aproximación a Dios:
tanto más sutil cuanto más próximo.
*El ser humano es energía consciente de sí misma y "sintiente". Por tanto, como
energía, somos eternos y sentimos eternamente sin perder la conciencia de sí.
Esto facilita la comprensión del concepto de la preexistencia del alma-energía
vital antes de nacer y el concepto de la reencarnación, presente en las
tradiciones místicas desde la antigüedad y retomado por Cristo ( aunque
ocultado por las iglesias).Este conocimiento explica en parte el mito griego del
eterno retorno, y nos remite en general a las civilizaciones de la antigüedad.
Reencarnar es volver a nacer en un nuevo cuerpo físico para seguir
evolucionando hasta alcanzar la unidad perfecta y consciente con Dios, que
nuestros defectos no nos permiten mientras tanto. Tal cosa es posible mediante
la fuerza redentora de Cristo a partir del Gólgota .Con Sus palabras "Todo está
consumado", una chispa energética de Sí mismo penetró en el alma de cada
ser humano en la Tierra y en los mundos de la Caída en el Más Allá.
*Todo lo existente es hijo del Ser, hijo del Amor. De ahí la fraternidad de todas las
criaturas sin excepción, en todos los reinos de la Naturaleza, en todos los universos
visibles e invisibles, materiales o inmateriales. Esta es la base espiritual de la pedagogía
del amor. Y, si se piensa en profundidad, también la base espiritual de la justicia
social y el fundamento de toda democracia real.
*Cada ser humano es un ser en evolución, cuyo destino es tomar conciencia del Ser que
es esencialmente (de su Chispa Divina) y unirse a El a través del cumplimiento de las
leyes sagradas básicas universales contenidas en Los Diez Mandamientos y en el Sermón
de la Montaña de Jesús de Nazaret. Este es un Camino Interno para la realización
espiritual que podría ser simplificado con la Regla de Oro que Cristo nos enseñó: Haz a
los demás lo que quisieras que te hicieran a ti. Lo que quieras que te hagan, hazlo tú
primero a otros. Y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Esto
expresa la Ley de siembra y cosecha ( se recibe lo que se emite).
El alma libre ya no necesita reencarnar y vive en los mundos puros donde habitaba
antes de la Caída.
Volver a casa es todo el trabajo de una encarnación y es por ello que venimos al Planeta
Tierra, que es un Planeta-Escuela del Cosmos con objeto de aprender las leyes del
regreso. Y es por ello que Cristo encarnó como el Maestro Jesús de Nazaret. Él no vino
aquí a morir como dicen las iglesias: vino e enseñarnos el camino de vuelta. Y todavía lo
sigue haciendo, pues Su energía es omnipresente y se halla en cada uno de nosotros
como fuerza impulsora. Esta es la fuerza Redentora.
Al morir, el alma -que es la chispa de energía vital - se separa poco a poco del cuerpo
en un proceso que puede durar alrededor de 72 horas, dependiendo del apego del alma
a este mundo. Inmediatamente ingresa en un mundo más sutil envuelta, sin perder la
forma humana, en su traje astral de colores. Estos dependen de su forma de pensar,
sentir, y actuar hasta el momento. Cada alma es visible a otras almas y es identificable
por sus colore, que son como su tarjeta de presentación.. En este plano recibe ayuda de
su espíritu protector o de otros seres espirituales que le instruyen sobre su nueva
condición y le proporcionan indicaciones útiles en su nuevo estado. Algunos no hacen
caso y prefieren quedarse cerca de este mundo en el que se mueven como fantasmas
buscando a gentes semejantes, a sus familiares, amigos, deudos, vicios arraigados,
intentando vivir como siempre lo hicieron. Pero eso ya no les es posible. Deben sentirse
por ello muy desgraciados. Antes o después acaban por sentirse
atraídos hacia aquellos planetas semimateriales que corresponden a su propio nivel de
energía, y a los que inconscientemente emitían y recibían mientras eran seres humanos
a través de su sentir, percibir, pensar, hablar y actuar. Allí encuentran su casa
provisional. Estos lugares se llaman "Planos de purificación". Lo que no está purificado
en vida debe ser expiado en esos planetas de sustancia sutil. El alma experimenta en sí
todo el dolor que produjo a otros y toma conciencia de su verdadero estado evolutivo.
Como expiar no es lo mismo que purificar, sino más doloroso y lento, se puede tener
hasta ahora la opción de volver a encarnar para reconocer, perdonar, pedir perdón y
cumplir con las leyes divinas .Así el alma puede ingresar en mundos más elevados. Es
cierto que existe el peligro de volver a cometer los mismos o peores errores, pero Dios
nos dio la libertad y la voluntad para determinar lo que hacer con nuestras vidas.
Encarnar es siempre un regalo, una oportunidad para crecer corrigiendo aquello que nos
separa Dios y de nuestro verdadero ser, que es divino: una oportunidad para derrotar al
ego inferior que es el que nos mantiene amarrados a este mundo construido
cuidadosamente con sus conocidos materiales :envidia, codicia, violencia, injusticia,
opresión, explotación, odio, rencor oculto, pensamientos y emociones negativas,
desamor, y en general todo eso que se opone a los Mandamientos y al Sermón de la
Montaña de Jesús el Cristo.
PARTE II
CAPÍTULO 2
SER Y ACTUAR
Aquello que llamamos SER, se manifiesta en ACTO
No es posible concebir al Ser si no es a través del actuar,- aunque sea una acción sin
aparente movimiento, como se experimenta en meditación, pues Ser y actuar es uno e
indivisible. El Universo todo es movimiento constante, desde la más elemental de las
partículas por debajo del átomo hasta cualquier cuerpo biológico o estelar.
No cabe ,en definitiva , una definición de la Nada, puesto que no puede definirse
aquello que no es. Sólo el Ser Es y lo ocupa todo sin vacío alguno, sin cabida posible a
conceptos como el de "Nada", pues el Ser es Totalidad, el Todo. Y El Todo es Absoluto
sin resquicio alguno.
Si afirmamos el Ser y negamos la Nada , estamos afirmando la vida eterna, pues el Ser
siempre Es. Pertenecemos al Ser y no a la inexistente Nada, así que no es posible morir
-como afirman los materialistas- y pasar a la nada. La teoría de la relatividad ha dejado
muy claro la eternidad de la energía, y la energía-vida ¿qué es sino energía cósmica
individualizada en cada ser?
Los niños deben saber tres s cosas al respecto: que son eternos, que no son su cuerpo. Es
muy útil explicarles que son como un astronauta envuelto en un cuerpo de la misma
sustancia que la tierra, y que cuando termina su trabajo tienen que volver a casa. Con
ello será más fácil que comprendan y acepten la idea de la muerte como algo dentro del
proceso de la vida; que el "astronauta" es su alma, su verdadero ser. A partir de ahí
será más sencillo explicar la idea de inmortalidad y la idea de la reencarnación. El alma
es eterna, pero viene a la Tierra con diferentes programas de trabajo, para lo que
precisa un traje que le proporciona el Planeta. Ahora es fácil iniciarle sobre la deuda
de gratitud que tenemos todos con la Madre Tierra, e inculcarles el amor y el respeto
que le debemos.
Este tipo de enseñanza está muy lejos de ser explicada por padres y profesores, porque
ellos mismos no han comprendido aún su contenido, atrapados como están por la
ignorancia sobre ciencia y espiritualidad, el materialismo o por alguna iglesia
convencional. Los hijos son adoctrinados mientras tanto por el clero, la escuela y la
televisión. Cada uno transmite los valores propios para mantener el sistema al que cada
uno pertenece, pero en ningún caso van a mostrar la verdad que les destruiría.
Lo Absoluto, el Ser, al que llamamos de distintas maneras entre ellas con el nombre de
Dios se manifiesta de dos modos siendo UNO. Uno es el Dios Impersonal, la Energía
Universal, a la que venimos llamando hasta ahora el SER. Pero existe el Dios personal,
cuando se da forma a sí mismo como Padre Creador. Y como Padre nos creó a Sus hijos.
Pero la fuente es una , y tiene Sus propias leyes contra las que si actuamos nos
enfrentamos no solo al Ser Absoluto, o Espíritu Santo sino a Dios Padre Creador. Y
simultáneamente nos enfrentamos a nosotros mismos como componentes inseparables
del mismo Ser. De nuestro enfrentamiento surgen nuestros conflictos: esa es su puerta
entrada, y el origen real de nuestra angustias, tanto personales como colectivas.
La caída de los ángeles fue en su momento un pulso contra el poder de Dios, y eso dio
origen al género humano, que fue pasando de un estado de alto nivel de energía, con un
cuerpo espiritual puro, a sucesivos estados de condensación por ralentización del
movimiento de las partículas de energía de su alma al irse alejando cada vez más de la
fuente primaria Dios. Con el tiempo, este proceso de densificación acabó por hacer
necesario un soporte material para el alma: el cuerpo denso. Este es el proceso
evolutivo que condujo a la aparición del hombre en este planeta. Obsérvese que el
famoso Creacionismo que se predica en las escuelas del integrismo cristianoide nada
tiene que ver con este proceso desde la posesión de un cuerpo espiritual puro hasta el
cuerpo físico, hasta el alma que ahora se halla envuelta en diversas capas de acuerdo
con sus cargas: su aura. En el aura se hallan manifiestos los colores de nuestros
enfrentamientos con la ley de Dios, las faltas a las que llamamos pecados. (1)
Nuestros actos nos definen, pues así como el actuar define al Ser, también nos define a
cada uno. Nos conocemos por nuestros frutos. "Por sus frutos los conoceréis", dijo Jesús.
Por eso los educadores hemos de ser muy cuidadosos en el uso de la palabra y en la
forma de llevar a cabo aquello que decimos, pues hemos de procurar que nuestro
lenguaje corresponda a nuestros actos y que ambos se acerquen a la idea de
perfección.
La perfección de nuestros actos debe medirse por el grado de implicación armónica con
todo lo existente; debe medirse por el grado de cumplimiento con las leyes del Ser en
el cada uno de nosotros Es, y al que cada uno pertenecemos individualmente. En este
proceso interviene la mente. Si nuestra mente es consciente de la Conciencia Universal,
actúa naturalmente en íntima unión con esa Conciencia, a no ser que se halle bajo la
presión de algún defecto del ego convertido en programa del inconsciente, el cual le
empuja a apartarse de la unidad profunda con el Si Mismo, el Espíritu Eterno en
nosotros, el corazón de nuestra alma. Es a través de la mente , herramienta
intermedia entre alma y cerebro cómo el alma puede ser seducida por el mundo de lo
ilusorio, de lo ficticio, de lo externo y superficial, conducida al mundo de los sentidos
y las formas, que es el mundo la apariencia y de la ignorancia, pudiendo así
alejarse temporalmente de la realidad de las cosas, sumiendo al individuo en esa
especial oscuridad donde predominan los valores materiales e intelectuales. El
resultado es bien visible: es nuestro mundo, la obra de la humanidad en su conjunto.
Una obra que se tambalea y amenaza ruina.
Pero todo esto es preciso hacerlo sin adoctrinamiento, sin imposiciones, sin notas de
fin de curso y sin la típica disciplina del sometimiento. Sin excluir la idea de esfuerzo,
como es natural, todo ha de hacerse con la máxima alegría y disfrute para los más
jóvenes, de lo contrario puede ser hasta contraproducente. No hay más que ver lo que
sucede con los aspirantes a sacerdotes que abandonan los estudios en los seminarios: su
escepticismo y ateísmo son a menudo su carta de presentación.
Notas:
(1) Información muy amplia sobre el origen del Universo y de los seres humanos, la
Caída, y las relaciones entre el mundo espiritual y el mundo espiritual pueden
encontrarse en el título "ORIGEN Y FORMACIÓN DE LAS ENFERMEDADES", que pese a la
apariencia no es exactamente un libro de medicina en el sentido clásico, sino
profundamente revolucionario en todos los aspectos.
(2) Para quienes estén interesados en un camino espiritual y quieran conocer uno en
concreto, pueden buscar el libro "EL CAMINO INTERNO".
PARTE II
CAPÍTULO 3
Dios es el amor y la misericordia infinitas que crea, cuida y organiza Su Energía Universal
de la que somos partícipes uno por uno todos los seres sin excepción.
El amor es como un sonido: tiene una cierta vibración. Se percibe sutilmente en las
personas que aman, lo mismo que se percibe el desamor en las personas que no aman.
En este punto, todos sabemos que el Cosmos es una vibración continua, y nosotros
vibramos en él con la frecuencia personal que resulta de la armonía interna o
desarmonía internas.. La armonía propia sintoniza fácilmente con la armonía universal y
con la de cada uno de nuestros semejantes en particular. De este modo, es posible
acceder a través del amor como suprema manifestación de armonía, y fruto y fuente de
la misma (simultáneamente) a la comunicación profunda con la Conciencia Universal
desde los planos superiores de la propia conciencia liberada. A través de la práctica
meditativa, del trabajo y de la oración, realizados correcta, altruistamente y sin
fanatismo ni sujeción a la letra ni a las formas, se llega a una comunicación profunda
con los planos superiores de la conciencia, donde existe el conocer más allá del saber.
En caso contrario, privados de la energía necesaria capaz de establecer armonía entre
nuestros diversos componentes, ¿qué sucede? Tan sólo el conflicto entre mente, cuerpo,
espíritu; el forcejeo entre aquello que somos y aquello con lo que nos identificamos, o
entre lo que somos y nos gustaría ser, etc. y que se traduce finalmente en desazón
interna, en falta de paz, en enfermedad de cualquier tipo en cualquiera de los planos
con las inmediatas repercusiones en los planos inferiores. Con frecuencia nos
encontramos pensando de un modo, sintiendo de otro y obrando de manera contraria a
ambos. Esto es conflicto, y donde hay conflicto no es posible la paz. Primero hay
que reconocer el origen del conflicto, y segundo analizar los pasos que pueden llevarnos
a resolverlo.."Pedid y recibiréis".
No hace falta irse a una ONG o hacer actos heroicos; a veces basta con arrimar el
hombro en los asuntos cotidianos, en estar cuando alguien te necesita y te pide ayuda, o
escuchar con el corazón cuando alguien te cuenta un asunto que le preocupa. Sentir con
el otro, sentirse en el otro es lo esencial. Pero no imponer tu ayuda sobre el libre
albedrío del otro: esto es muy importante. Quien necesita ayuda debe pedirla, y si es
legítimo el darla debe dársele. Debemos ser justos si somos padres o educadores y
educar para que los pequeños sean lo menos dependientes posibles y se acostumbren a
responsabilizarse de aquello que pueden hacer en cuanto tienen la edad necesaria.
Deben acostumbrarse a pedir ayuda cuando la necesitan tanto como a darla cuando se
les pide. Debemos evitar que los pequeños se conviertan en los tiranos de la casa o en
los pasivos alumnos de las aulas.
Nuestro amor debe ser extensible al mundo natural, los animales, las plantas y los
minerales: la Naturaleza. Dios está presente como esencia y fuerza manteniendo
árboles, plantas, minerales, la vida. Todos formamos parte de la misma y única vida
que procede del Único Dador de Vida: Dios
PARTE II
CAPÍTULO 4
¿Cuáles son las leyes de la Naturaleza o leyes de la armonía del Ser manifestadas en
este plano material, a las que hemos de obedecer para vivir en salud y en armonía?
Estas leyes, que describiremos a continuación, junto a las leyes espirituales,
constituyen la base de la evolución universal e individual y, por consiguiente, del
edificio social que ha de construir un día la especie hombre en su siguiente paso
evolutivo, ahora en ciernes.
Del conocido médico Eduardo Alfonso, doctor en Medicina por la Universidad de Madrid,
filósofo y científico, autor de libros tan conocidos como " La religión de la
Naturaleza","La sabiduría pitagórica, "Einstein y su teoría de la relatividad", entre otros,
sintetiza las leyes de la Naturaleza en una de sus obras titulada "Curso de medicina
natural en 40 lecciones".Dado su interés, se transcribe literalmente el apartado que
lleva el siguiente título:
"El estudio de la Naturaleza nos demuestra que existe un orden natural regido por leyes,
que el hombre va descubriendo por el examen y comparación de los hechos. Este orden
natural se realiza por la armonía, que es la adecuada relación entre las partes y el todo.
Por esto, a la Naturaleza en su conjunto se le llama uni-verso, o sea, la realización de lo
uno en lo vario. Echemos un vistazo a las principales leyes de la Naturaleza.
1.Ley del movimiento. El movimiento es el modo de manifestación universal. La vida es
movimiento, la inercia es muerte. Todo en último término son vibraciones, porque este
movimiento alterna con movimientos de reposo. El movimiento continuo no existe. Así,
el día y la noche, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, la inspiración y la espiración,
el sístole y el diástole, etc.,son grandes vibraciones de la Naturaleza análogas en un
todo a las del sonido, la luz, la electricidad, etc., en el mundo de lo pequeño.
2.-Ley del Amor. El amor , -que es atracción de dos o más seres para unificarse- es la
ley de armonía, y, por tanto, de creación y conservación de la Vida. El Amor, pues,
supone la renuncia de sí mismo en bien de todo lo que no es uno mismo, y para
manifestarse requiere la conciencia de que todos los seres son hermanos, salidos del
mismo Origen...
Amor es tanto como decir reconocimiento de la Unidad de todo. En los astros se
manifiesta en forma de fuerza centrípeta: todos los planetas se subordinan a la unidad
de su sistema planetario. En los minerales y cuerpos químicos se manifiesta como
afinidad; en los animales como instinto, atracción sexual; en el hombre como cariño,
simpatía, y en grados más elevados, como verdadero amor espiritual, ya en forma de
idealismo o de sacrificio.
La existencia de la repulsión, la destrucción y el odio no implica la no existencia del
Amor, como veremos al hablar de la ley de los contrarios, sino que la confirma y
justifica. Téngase en cuenta que el Universo se manifiesta por medio de fuerzas
creadoras, conservadoras y destructoras, en lo que se refiere al orden físico. El mismo
sol que crea una planta, la conserva erguida un tiempo sobre la tierra, y acaba por
secarla con los propios rayos que le dieron vida. Es decir, que estas tres categorías de
fuerzas son una en esencia.
4.-Ley de los Ciclos. Todo lo existente evoluciona por ciclos. Llamándose ciclo a una
trayectoria(movimiento) en el tiempo y en el espacio, al final del cual, los seres, aunque
en forma semejante a la del comienzo, han avanzado un grado en su evolución .Las
enfermedades tienen su ciclo que termina en salud o muerte. Las semillas germinan,
nacen, dan una planta que a su vez da finalmente semillas que contienen en potencia las
nuevas experiencias vitales de la planta; el día y la noche forman un ciclo terrestre que
renace en otro día; el año es otro ciclo que, comenzando en la primavera, y tras las
madureces del verano, las tristezas del otoño y el sueño del invierno, renace en una
nueva primavera; el ciclo de la vida humana, comenzando en esa dulce primavera de la
niñez, y siguiéndola el épico periodo de la madurez y el lírico de la vejez, termina en la
muerte (comienzo del ciclo puramente espiritual), para cerrarse en nuevas
manifestaciones.
6.- Ley de Jerarquía. Todo ser o cosa está subordinado a todo aquello que es superior
en grado evolutivo, y tiene poder o mando en todo aquello que le es inferior en la escala
de la evolución. En efecto, el espíritu rige a la materia, la inteligencia al cuerpo, el
cerebro a los miembros; los animales más inteligentes vencen a los menos
inteligentes...(sic)... Existe, pues , una jerarquía evolutiva de orden natural que
garantiza el triunfo de lo mejor y más perfecto, y por tanto del progreso biológico.
7. Ley de Armonía. La existencia de todos los seres, exige una adecuada relación entre
las partes y el todo, que se manifiestan por el máximo de libertad y rendimiento en la
función de cada parte, juntamente con el máximo de ayuda mutua a favor del todo.
Vemos, pues, que nada ni nadie aislado tiene valor por sí mismo, sino por sus relaciones
con las demás partes... Aplíquese esta ley al cuerpo humano, y se verá que el secreto de
su salud o armonía estriba en la justa cooperación de cada órgano en el conjunto y en la
justeza de su propia función. Aplíquese a la vida social, y se verá como es imposible la
vida normal y aún la existencia de una nación, cuando los individuos laboran por el
propio bien únicamente, y no por el del conjunto. El egoísmo desmedido, como el
sacrificio extremado, no pueden conducir a buenos resultados: el segundo, porque
destruye al individuo; el primero, porque destruye la colectividad...
Las personas que sepan las leyes de armonía en música, comprenderán fácilmente que
no son otras sino las que rigen la armonía universal. La armonía en una partitura estriba
en el orden, proporción combinación y medida, según tiempo y ritmo de las partes
(notas) en el todo. Si una orquesta es capaz de efectuar un concierto, es por el orden,
proporción, combinación y medida, según la ley de tiempo y compás; de la actuación de
cada instrumento en el conjunto, rígidamente subordinados a la batuta del director ¸ y
esta batuta directora nos da el ejemplo de la necesidad de un principio de orden
superior que sea capaz de abarcar las leyes del conjunto.
8. Ley de Adaptación. Todos los seres adaptan su vida al medio que les rodea, para
defenderse contra él y para aprovecharlo en su beneficio...(sic) Las plantas muy
soleadas se ponen más verdes con el mismo objeto..El hierro sometido a la acción de la
intemperie se cubre de una capa de óxido que le protege más de la acción de la
atmósfera. El individuo que vive en sociedad se adapta a los convenios colectivos para
no ser eliminado y para realizar sus fines particulares. El microbio, dentro del
organismo, cambia de forma, se cubre de una cápsula, segrega antifermentos...para
defenderse de la falta de sustancias nutritivas y contra las defensas orgánicas del cuerpo
que le sustenta, etcétera.
La ley de adaptación es recíproca (sub-ley de reciprocidad causal),por cuanto el medio
ambiente es modificado por los seres vivos, que es a quienes corresponde la iniciativa
del cambio. Es, pues, el ser, quien modifica el medio en un principio, por su actividad
voluntaria intrínseca, aunque sin dejar de adaptarse al medio para no perecer. Concepto
este que no deben dejar de meditar los perezosos y escépticos, que siempre están
esperando circunstancias propicias para actuar, sin pensar que las circunstancias deben
crearlas ellos mismos.
La ley de adaptación se halla condicionada por la de los contrarios y la de los ciclos,
porque todos los seres vivos evolucionan por la acción alterna de agentes contrarios (
trabajo-reposo, frío-calor, sueño-vigilia, vida-muerte...) cíclicamente, como hemos
visto.
9. Ley de selección. En la lucha que para adaptarse al medio mantienen los seres,
prevalecen los más sanos, los más fuertes, más inteligentes y más buenos, garantizando
de este modo el progreso evolutivo de la Naturaleza toda. Los estudios de Darwin y
Lamarck son el mejor testimonio de esta ley....
10. Ley de herencia. Todos los seres adquieren o heredan los caracteres físicos y
psíquicos de sus progenitores....(sic)..Gracias a la ley de herencia, lo adquirido por ley
de adaptación y depurado por la selección , se mantiene y eleva a través de la vida....
Lo bueno se hereda para el progreso de las especies, pero no menos cierto es que
también se hereda lo malo, conduciendo a la degeneración de los seres. Piensen bien,
pues, en esta ley los que han de dar descendencia al mundo.
La trascendencia del estudio y aplicación de esta ley, es de un orden muy elevado. Por
ella descubrió la ciencia matemática de Adams y Leverrier la existencia del planeta
Neptuno, antes de haber sido visto por el telescopio. Por ella ha descubierto la ciencia
química multitud de alcoholes, hidrocarburos y otros cuerpos orgánicos seriados, antes
de haber parado mientes en su existencia tangible. Por ella reveló Mendelejeff, con su
famosa tabla de las analogías químicas, fundamentales hechos de la evolución material.
Por ella también han sido solucionados muchos problemas biológicos, a la vista de los
maravillosamente semejantes procesos del desarrollo embriogénico de los individuos
(ontogenia) y de las especies (filogenia), en la escala magna de la evolución.
Aún en las creaciones industriales del hombre, se ve la fatalidad con que actúa esta
ley....Nada ha inventado el hombre cuyo mecanismo no preexista en algún ser de la
Naturaleza.
12.Ley de los contrarios.- Para que todo ser o cosa sea perceptible se necesita un
contraste, una diferencia o una variación...(sic)...El trabajo y el reposo, la noche y el
día, el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, son factores contrarios que no pueden
existir separados. Forman pares de opuestos como los sexos, que se neutralizan en el
común origen de ambos...
(Habría que añadir: "Mientras estemos sujetos a la ley de causa y efecto en los mundos
de la Caída.
13. Ley de Causa y Efecto. Todo acto o fenómeno tiene una causa productora ,y, a su
vez produce también un efecto. ¿Cómo podemos imaginarnos que algo exista sin que
haya una causa de su existencia? La enfermedad existe porque hay causas morbosas; los
objetos artificiales, porque hay causas constructoras; el Universo, porque hay una Causa
creadora...La casualidad no existe, ni el destino ciego, tampoco. Es la causalidad. En el
determinismo que encierra esta ley hallamos la base más firme de una fe razonada.
Esta ley es la misma de Acción y Reacción. Todo ser, al actuar como agente causal
produce una modificación en el medio universal que le rodea, que es un efecto
representado por una reacción del medio, proporcionada y condicionada a la acción
primitiva, y cuya finalidades restablecer el equilibrio o armonía alterado por la acción.
La física, en el mundo de la mecánica, estudia esta ley en el llamado postulado de
Newton que dice : la reacción es igual y contraria a la acción. Vemos así mismo en
biología, que, v. g., la aplicación de agua fría en el organismo produce una reacción
contraria ( de calor), destinada a restablecer el equilibrio, que es siempre la finalidad
de esta ley...
Concluimos así este apartado fundamental para poder comprender que una educación
holística, y apropiada para el siglo que empieza, es la que tiene en cuenta la totalidad
del ser (que es en última instancia, espiritual y cósmico) y la profunda necesidad de
unidad funcional que debe existir entre nuestro cuerpo, nuestra alma y la Naturaleza a
la que pertenecemos, donde el Creador muestra una parte de Su Programa
Cósmico.¿Cuándo será posible trabajar desde estos supuestos en las escuelas públicas?
Al menos una cosa sí es segura: puede hacerse este trabajo en las familias sin ningún
tipo de traba, y luego hacer propuestas a los profesores sobre cómo unificar criterios
para ir avanzando juntos. Pues si una cosa es cierta es que el mundo de la educación
cambiará cuando exista la presión social de las familias exigiendo cambios. Que nadie
espere nunca de los gobiernos una solución adecuada a las necesidades reales de los
ciudadanos mientras estos no sepan en primer lugar cuáles son y en segundo lugar se
manifiesten y presionen a favor de los cambios necesarios .Los políticos no son
educadores ni son sabios, por tanto no están capacitados para tener iniciativas correctas
en materia educacional. Los pueblos no pueden dejar en sus manos
alegremente materia tan importante para su propia supervivencia a largo plazo como es
la educación.
PARTE II
CAPÍTULO 5
En la totalidad que somos, ¿qué hemos hecho a nivel mental? Hemos separado el cuerpo
del alma y del Espíritu. Nos identificamos con esta o la otra parte, o un poco de esta y
un poco de la otra, y andamos como ciegos en medio de una vida que nos rodea, a pesar
de nosotros, con su infinita luz amorosa. Nos identificamos, por ejemplo, con el
fragmento "cuerpo", pretendemos que viva al margen de las leyes físicas y esperamos
que tenga salud aunque llevemos una vida antinatural. Nos identificamos con nuestra
mente egoica, intelectualmente inferior en vibración y resultados, pretendemos que viva
al margen de la Mente Universal y sin seguir sus leyes aspiramos a conseguir la Sabiduría.
Ignoramos nuestra alma, pretendemos olvidar nuestra condición espiritual, nuestra
filiación divina. Y queremos ser felices. El resultado de todas esas identificaciones falsas
y esos sueños reduccionistas es una pobre salud, un mediocre intelecto al servicio del
ego, y una falta de paz y sosiego interior, que se traduce en necesidad de placer como
sustituto de la felicidad y en permanente ansiedad y necesidad.
¡Qué lejos estamos de considerar que -como totalidad que somos- vivimos en la
Totalidad permanentemente! Difícil en extremo nos resulta admitir la idea de existir
continuamente en la Eternidad en el mismo estado de conciencia que nos corresponde
por nuestra evolución! ¡Cuál no será nuestra ceguera, que sólo consideramos la
posibilidad de la eternidad (si es que acaso la consideramos) después de la muerte del
cuerpo físico, como si la eternidad reconociera las fronteras de la materia y supeditara a
ella su condición!. Difícil en extremo nos resulta considerar la idea de estar viviendo en
tres estados de conciencia simultáneos y profundamente vinculados entre sí: físico,
mental y espiritual. Olvidamos en nuestro estado ordinario de conciencia volcada al
exterior, hacia el mundo sensorial, que sólo el cuerpo físico pertenece a este mundo
material, que nuestra alma y nuestro Espíritu, lo trascendental en nosotros, nos
acompaña en el tiempo físico, pero está más allá, pues no pertenece a este mundo...
¿Acaso somos conscientes? ¿Somos conscientes y sentimos de alguna manera este vivir
más allá de lo temporal que significa -por ejemplo- PENSAR, que es atemporal, aunque
se manifieste en un tiempo material; o SENTIR, que es también atemporal aunque de
nuevo se manifiesta en el tiempo material?
Los responsables de educar hemos de plantearnos ante nosotros mismos y ante nuestros
alumnos o hijos si somos conscientes de la gravedad de este problema y si los remedios
que ponemos son adecuados para superar el individualismo egocéntrico y los problemas
de pensamiento derivados del Reduccionismo.
PARTE II
CAPÍTULO 6
"Quien siembra vientos, recoge tempestades" es un viejo refrán que explica con sencillez
una importante ley universal: la ley de causa y efecto, o de acción y reacción. Así, todo
lo que una persona realiza vuelve a ella positiva o negativamente dependiendo de su
contenido real. Esta es la ley universal de siembra y cosecha: sólo se cosecha lo que uno
mismo ha sembrado. Lo contrario sería una injusticia divina, y un absurdo lógico
también, a no ser que uno asuma voluntariamente parte de la "cosecha" de otro para
poderle ayudar. Cristo es el ejemplo visible de este sacrificio. Para liberarnos del
progresivo retroceso energético que hubiera concluido en la disolución de nuestra forma
espiritual, a través de su acto redentor asumió parte de nuestra mala cosecha o
"karma".
El trabajo del alma superando al intelecto y buscando el contacto con lo divino en ella,
es de suma importancia.(De ahí el valor de la meditación y de la oración libre de
fórmulas). De modo que la mente intelectual es un instrumento o potencia activa que
puede hacer enfermar nuestro cuerpo y arroja sobre nuestra alma las sombras de todos
los defectos que practicamos y que nos ocultan la visión espiritual del mundo; defectos
que el intelecto sin conciencia pretende ignorar, no reconociéndolos, pasándolos al
subconsciente, o desvirtuando su contenido a base de inventar justificaciones para sus
conductas. Nos convertimos fácilmente así en ciegos que se dejarán conducir por otros
ciegos, y todos somos arrastrados a la rueda de la reencarnación, con su circuito
cerrado de nacimientos y muertes tras una estancia preparatoria en el reino de las
almas conocido como "planos de purificación". Y desde estos planos regresa de nuevo el
alma para otra oportunidad de evolución en el mundo físico.
El alma recoge las experiencias de cada vida que quedaron grabadas en el consciente y
en el inconsciente tras la llamada muerte. Las experiencias positivas y la eliminación de
los defectos determinan la progresiva aproximación del alma hasta el Ser divino, hasta
que Él se manifieste a su través e irradie por completo Su Presencia desde cada uno de
nosotros. Entonces habremos alcanzado la plenitud de la vida: orden, seriedad,
paciencia, amor, misericordia, que constituyen, uno tras otro, los pasos de nuestro
evolucionar hacia Dios. Nuestra alma habrá sido liberada de las imperfecciones que le
trajeron a este mundo, y la mente se hallará iluminada por la verdad. Los místicos
orientales llaman "Samadhi" a este estado envidiable de plenitud íntima por la
comunicación permanente con lo sagrado. Este es el estado de conciencia superior que
preconiza la "Vía Unitiva" en la mística cristiana. A través de sucesivas existencias, y por
la energía redentora de Cristo en cada uno, llegaremos todos a este estado de plenitud,
incluso encarnados, que nos garantizará una vida armoniosa correspondiente a nuestra
vibración energética más allá de las limitaciones inevitables del cuerpo material
mientras lo tengamos.
Rousseau por su parte, con la defensa del " buen salvaje," de que el niño es bueno por
naturaleza pero la sociedad lo corrompe, también ha sido muy difundida en occidente
para hacernos creer que es posible lo mismo: que el alma que viene a este mundo es un
alma virgen, donde el libro de la vida no ha escrito una sola palabra.
Los pensamientos de estos y otros filósofos, basados en la mente ilustrada del erudito
que reflexiona sobre los espejismos de la mente, están lejos del conocimiento
verdadero del sabio ( que piensa, actúa y vive en armonía interna con las leyes del
cosmos), pero aquellos filósofos que ignoran o desprecian estas verdades siguen
produciendo mucha confusión y arrojan más ignorancia sobre la ignorancia de las gentes.
¿Es posible concebir un universo tan organizado hasta en lo más elemental, como el que
vivimos , que dé cabida en su funcionamiento a algo tan distorsionante y amenazador de
la estabilidad y hasta de la propia existencia del conjunto "Universo" como el
llamado azar? Parece que no es lógico pensar esto.¿Y cómo es en los seres humanos
cuando existen enfermedades, por ejemplo? La única forma de explicación es aplicar a
la vida personal la ley universal de causa-efecto. La vida personal es un todo continuo,
independientemente del espacio y el tiempo, pero la estancia en un cuerpo físico es
discontinua en el tiempo y en el espacio. A través de cada existencia "ingresamos" en
campos genéticos afines que nos permitan encarnar físicamente. Esta afinidad es doble:
física y de contenido psíquico. Nuestras almas se parecen a las de nuestros padres en
una cierta medida, y por tanto, también nuestros genes. Una vez encarnados, sin
embargo, modificamos nuestro campo genético a lo largo de nuestra vida en función de
nuestras formas personales de pensar, sentir, hablar, actuar. El componente psico-físico
de cada gen al final del proceso de la existencia física (llamado muerte),es el material
energético que nos corresponderá "heredar" de nosotros mismos en la siguiente
existencia. Entonces volveremos a ingresar en un campo genético energéticamente
(léase"familia") afín al de nuestra anterior existencia, a no ser que hayamos modificado
nuestra vibración como energía con nuestras acciones durante nuestra estancia en los
planos del "más allá" de lo físico. Así, existencia tras existencia somos nuestros
propios herederos genéticos y nos podríamos sorprender del parecido físico y
emocional con algunos de nuestros parientes desaparecidos antaño. Perfectamente
podríamos ser uno de ellos en una encarnación anterior. Nadie puede esperar después de
una vida en que se ha ocupado activamente de ir contra las leyes cósmicas (
perjudicando a su propio cuerpo, haciendo daño al prójimo, etc.) que las leyes cósmicas
de la armonía, manifestadas como salud mental o física le vayan a favorecer. Al
contrario, lo que graba su alma y queda impreso en su campo genético es desorden,
desarmonía, conflictos emocionales, voluntad personal rebelde, inteligencia que no se
rinde a la verdad. El alma del que nace viene afectada, pues, por sus vidas anteriores, y
por poco que esto se piense se considerará lógico: cuando dejamos el cuerpo nos vamos
como almas con la siembra que hayamos hecho y que deberemos cosechar en algún
momento, más allá de este mundo o a la vuelta, en una u otra encarnación.
PARTE II
CAPÍTULO 7
El Todo se manifiesta creando con Su mente -Energía los universos visibles e invisibles
con todas sus criaturas... Sólo nuestro intelecto nos hace creer que somos alguien que
puede colocarse al margen o contra la Totalidad, en vez de sentirnos ser en ella, que es
lo real. También aquí la mente del ego nos engaña.
No existe, pues, una Mente dividida en el conjunto del Universo como totalidad. Dios
crea en Sí Mismo. Y nada existe fuera del Ser y de Lo Creado, Su Obra.
Todas las formas mentales, incluidas las formas mentales inferiores; todas las formas de
manifestación de lo espiritual: minerales, plantas , animales, son expresión de la
MENTE-ESPÍRITU UNIVERSAL Y ÚNICO, MANIFESTACIONES ENERGÉTICAS QUE SE
ALIMENTAN DEL TODO Y A LA VEZ LO MANIFIESTAN.
Pero el Amor es también fuerza redentora, liberadora, que nos conduce a la conciencia
de ser en la Totalidad. POR AMOR, DIOS COMO TOTALIDAD SE MANIFIESTA EN EL HIJO
CRISTO. ¿Con qué objeto? Para elevar la vibración mental y espiritual de lo creado y
acercar nuestra conciencia al SI MISMO, AL CORAZÓN DEL AMOR, A TRAVÉS DEL ACTO
REDENTOR. ESTE SUPONE PARA CADA UNO RECIBIR PRESTADA POR CRISTO UNA ENERGÍA
SUPLEMENTARIA, UNA CHISPA DE SU PROPIA ENERGÍA (que un día deberá ser devuelta a
Cristo) PARA PODER VOLVER A CASA PURIFICADOS.
"Volver a casa "es el retorno a nuestra condición original de seres puros sin cuerpo
físico, pero con forma energética, que aceptan las leyes divinas como propias
y actúan consecuentemente. "Volver a casa" es el regreso a la inocencia perdida, el
reencuentro con nuestra condición divina de un modo impersonal, es decir, con una
voluntad espiritual que sería idéntica a la voluntad divina y activa según Sus principios
voluntaria y libremente aceptados por cada uno.
Cristo, el primer Hijo visualizado, que se manifiesta a los hombres para invitarnos a
volver a nuestro origen de seres puros actualmente alejados de Dios, vino para
mostrarnos,- como en el mito de la Caverna de Platón - el camino de salida a la Luz a
través de los Diez Mandamientos y el Sermón de la Montaña, textos básicos para la
comprensión de nuestro proceder correcto en la Tierra.
La infinitud de Dios nos garantiza la infinitud del amor. El amor de Dios, al no poder ser
aumentado ni disminuido (pues nadie puede aumentar ni disminuir lo infinito), garantiza
que la energía Amor del Universo está permanentemente activa. También en cada uno
como alma, dando lugar al proceso continuo de creación en el Cosmos material y en el
espiritual, aunque de ambos solo el último permanecerá, debido al proceso ascendente
de la materia hacia manifestaciones cada vez más sutiles que desembocarán finalmente
en la energía primordial en estado puro, según manifiestan las enseñanzas proféticas
del cristianismo originario y también puede rastrearse en los textos védicos que hablan
de la respiración de Brama.
Para ponerse en contacto con esa fuente divina de energía vivificante, desde tiempo
inmemorial el ser humano busca el medio de llegar a ella a través del conocimiento y
de prácticas espirituales que nos liberen del mundo de los sentidos y de los deseos
"demasiado humanos".
Muchas claves se han dado a las diferentes humanidades pobladoras del Planeta en
diferentes épocas y lugares. Todas esas claves pretendieron – y pretenden aún –
conseguir armonizar a cada ser humano consigo mismo, con su entorno físico, con El
Todo universal y con las leyes que lo rigen. Ello debería conducir finalmente
a "sintonizar" cada ser humano con la energía Amor, con la energía divina. Oración,
meditación, altruismo, dominio de los sentidos, control de la mente y del cuerpo físico
han sido constantes referencias (en cualquier época histórica, en cualquier filosofía de
la evolución de la conciencia) para conseguir conectar a cada uno con el Manantial de la
energía divina que en nosotros fluye sin cesar, para hacerlo consciente en cada uno y
para que pueda ser integrado conscientemente en el Gran Río Universal de la Vida.
Para cualquier educador, todo cuanto se afirma aquí permite avanzar hacia una
concepción transpersonal de la existencia que pudiera aplicarse a una educación
transpersonal: a una pedagogía transpersonal.
Es hora de renunciar a ese principio tan extendido aún en ciertas latitudes que dice "la
letra, con sangre entra". Ni el progreso en el conocimiento ni los avances espirituales
pueden hacerse mortificando al cuerpo ni a la mente.
Los ayunos y mortificaciones, los latigazos y los cilicios, lo mismo que los castigos
corporales de los padres o maestros, no son más que formas de fanatismo opuesto a la
ley del amor, como todos los fanatismos, pues en lugar de fortalecer el cuerpo y la
mente la debilitan; en lugar de generar, paz generan dolor; y en lugar de conducir a la
cooperación conducen a la alienación.
PARTE II
CAPÍTULO 8
LA ESPIRITUALIDAD EN LA ESCUELA
Tal inestabilidad, tanto cambio morfológico, provocan en los seres humanos, con enorme
frecuencia, una gran perplejidad. Esta perplejidad surge precisamente cuando se ignora
la razón de ese movimiento impreso en el corazón mismo de la materia : la energía que
subyace y la anima en lo más profundo de su corazón.
Un día cualquiera, tal vez sacudidos por la muerte de alguien, una enfermedad o una
catástrofe que nos toca de cerca, nuestra alma despierta de una especie de letargo y
comienzan las preguntas y la necesidad de respuestas. Tomamos entonces conciencia
de habernos separado de las leyes divinas de la vida, separado de la Naturaleza,
expresión de esas leyes, y no por último de lo profundo nosotros mismos :justo de
aquello que nos produce paz, armonía y plenitud.. Inmersos hasta entonces en un
mundo artificial y artificioso olvidamos nuestra condición natural y espiritual, y
comenzamos a preguntarnos qué relación existe entre ambos mundos.
Al recluirnos en ciudades contaminadas sin seguir las leyes divinas y las leyes de la
Naturaleza física, material, es fácil enfermar . E1 desprecio a las leyes de la Naturaleza
Divina (a la que pertenecemos como hijos),produce desarmonía en nuestros
pensamientos y emociones, y pérdida de energía que acaba por manifestarse en el
plano físico hasta el punto que hoy día es prácticamente imposible encontrar una sola
persona que goce de una perfecta salud integral. Por los centros sanitarios desfila
continuamente una rueda de enfermos que no terminan de curarse. Por los centros
psiquiátricos y las consultas de salud mental desfilan innumerables personas con
problemas de estrés, ansiedad, neurosis, alteraciones del sueño, depresión, ludopatías,
drogodependencias, trastornos de conducta social, y una larga lista de las calamidades a
que nos lleva una mente que ha olvidado Quién es su objeto, y se ha alejado de El. Ciega
a la luz del mundo espiritual, la mente de muchos se sumerge en las tormentas del
mundo intelectual y material intentando encontrar allí la luz que se niega a aceptar de
los mundos superiores. Y esta paradoja, el buscar reposo en lo inestable, certeza en lo
sujeto a mudanza, paz en medio de las tormentas que cada uno se provoca y provoca,
define la actitud equivocada de una mente ignorante o de una mente arrogante. La
persistencia en este error de apreciación es la que acaba por enfermarnos.
Esto es muy importante en la educación, pues muy a menudo los niños tienen
una concepción corporal de sí mismos, y viven según ella mientras no aprendan
nada mejor. Esa es parte de la responsabilidad de quienes educan.
El trabajo espiritual en las escuelas, no puede ir, sin embargo, encaminado a adoctrinar,
sino a que los niños distingan que ellos no son su cuerpo, y a procurarles experiencias
sencillas para que sientan su condición espiritual, haciéndoles distinguir lo que es una
sensación física, orgánica, de lo que es una emoción espiritual a través del arte y de
ejercicios adecuados de toma de conciencia de sí, a diferentes niveles, incluido la
percepción de sí mismos como energía, según vimos en el experimento con los colores en
otro lugar de este trabajo.
Los niños deben aprender de los labios de sus padres y maestros, y más aún de sus
conductas, a superar el enorme apego al mundo material que constituye la razón de ser
de esta sociedad mercantilista, y superar la ignorancia, la arrogancia mental, la inercia
espiritual, el miedo y las diversas formas cómo se manifiesta el desorden real. Los niños
y niñas deben aprender de sus mayores a vivir como seres libres y sanos, como seres
bondadosos y felices...
Hemos sufrido muchas confusiones. Hemos creído en una religión, por ejemplo, y caído
en la arrogancia de considerar que es la única válida para el mundo, despreciando a las
otras. Es una constante histórica desde las cruzadas o la Inquisición a los
fundamentalismos de diversa índole. Actualmente tenemos todos esos problemas de
fundamentalismo dentro del Islam y dentro del cristianismo "desnaturalizado"por los
poderes políticos y religiosos inventores del Sistema Iglesia. Cuando dejemos este mundo
nadie nos preguntará cual era nuestra religión, sino qué hemos escrito en el libro de
nuestras almas ante un Dios que no nos va a castigar. Cada uno encontrará su lugar en
los planetas de energía según corresponda a su alma. Dios nos da el libre albedrío y
ayudas para acomodarnos en los lugares adecuados a nuestro progreso espiritual.
¿Existe alguien más adecuado que los padres y los maestros para iniciar a los niños desde
muy pequeños en la comprensión y experimentación de que son almas envueltas en
un cuerpo físico, igual que un astronauta está envuelto por su traje espacial? A través
del despertar en los pequeños de emociones positivas como: bondad, altruismo,
generosidad, compasión, alegría, solidaridad, respeto, y de aprendizajes activos como
el de la responsabilidad, el orden, el espíritu crítico constructivo, el juego limpio, los
educadores actuamos como "despertadores" espirituales de los pequeños. Ejercicios
físicos y mentales en forma de juegos para desarrollar la sensibilidad y la capacidad de
observación y concentración, así como el autocontrol, estas son las mejores semillas
que podemos sembrar en el corazón de las futuras generaciones para que este mundo
cambie. Esta es la otra cara de nuestras tareas como padres que cuidan y como
profesores que enseñan, y sin la cual nuestro trabajo está incompleto, mutilado, volcado
a un intelectualismo estéril que trata mal las emociones, las niega, las elude, las
enmascara, las sufre, no comprende su raíz y no las considera nunca objeto educativo
prioritario. Esta deficiencia ya la estamos pagando cara en forma de todo tipo de
desajustes emocionales y sociales de los jóvenes y de desinterés por lo espiritual tanto
como por lo intelectual.
De igual modo, el aprendizaje de los valores puede ser mal tratado al convertirlo en un
aprendizaje intelectual más, o en algo que si no cumplimos nos vuelve en forma de
castigo. La pobreza con que los maestros son formados inicialmente en el terreno de la
psicología general, los valores y las emociones y otras habilidades relacionadas con lo
que aquí se dice lleva necesariamente a una relación pobre y sesgada con sus alumnos,
basada en esos dos principios limitantes: el principio de autoridad y el intelectualismo.
El primero lleva a conseguir ciudadanos sumisos. El intelectualismo, sólo conduce al
cultivo de los aspectos superficiales de la realidad, y, por tanto, a la desunión, al
conflicto, a las diversas fragmentaciones, posibles únicamente porque el intelecto, como
afirma Cristo, sólo habla al intelecto, y pide respuestas desde el intelecto, pero nunca
habla al corazón. Y nosotros queremos educar desde el corazón, porque es ahí donde
reside el foco energético de nuestro próximo salto evolutivo.
PARTE II
CAPÍTULO 9
ENFERMEDADES ESTRUCTURALES COMUNES EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
(Vista panorámica, graves interrogantes y alguna conclusión)
Pretende hacernos creer cualquier Estado que con su programa y su dinero todo está
solucionado, a pesar de su tradicional tacañería en recursos humanos y monetarios, a lo
que se añade el intelectualismo estéril de los libros de texto, y, sobre todo, la falta de
interés real por formar ciudadanos de pensamiento crítico libre y verdaderamente
preparados física, emocional e intelectualmente. El capitalismo no necesita más mentes
prominentes que las económicamente necesarias para su funcionamiento. Los cerebros
de los pueblos no son socialmente necesarios más que en la medida que favorezcan su
estructura. Por eso se favorecen las escuelas privadas de alto nivel, mientras las
escuelas públicas adolecen de todo tipo de deficiencias nunca casuales porque la
educación de primera calidad está reservada de antemano.
Creen muchas familias que con enviar a sus hijos a la escuela o al instituto, todo está
solucionado. Pero no hay nada solucionado si entre todos los componentes
mencionados no existe la adecuada colaboración, no se cambian ciertas claves, no se
establecen exigencias comunes y calendarios de trabajo desde la misma base para llevar
a cabo programas de acción cooperativa familia-escuela ,añadiendo a estas los recursos
que deberían aportar los gobiernos .
En estas condiciones muchos maestros que ejercen su profesión como un trabajo que les
da para vivir, aunque lo intenten hacer dignamente según los criterios de la
administración educativa (dirigida siempre por un político del Partido más
recientemente votado), ni sacan a brillar su espíritu crítico (que reservan para sus
alumnos conflictivos), ni se plantean las cuestiones que aparecen en estos
mismos escritos como algo útil ni necesario para su trabajo. Como no desean que los
padres observen su método de trabajo y descubran parte de sus debilidades, prefieren
tener a las familias a distancia y conformarlas con los mínimos legales en atención
pedagógica y orientación educativa, y con su presencia en las fiestas del Curso. Así, para
la mayoría de los profesores, por desgracia, los padres son más un estorbo en su trabajo
que unos presuntos colaboradores en su tarea profesional, más centrada en que se
cumplan las programaciones de las asignaturas que en educación integral, psicología
del aprendizaje y la conducta, y en fin, en esas cuestiones siempre ausentes en la
formación inicial de los maestros, y que difícilmente estos se preocupan de actualizar a
lo largo de su vida profesional.
Como consecuencia de todos estos déficits señalados, el papel del maestro de a pie se
resiente socialmente.
¿Nunca se detuvo usted a pensar sobre el silencio social que pesa sobre los maestros,
sobre la escasa valoración de la profesión de maestro, cuando ahora más que nunca
necesita ser potenciada, valorada, "arropada" y reconocida como elemento de cambio
social? A la vez, se le exige cada vez más autoridad y eficiencia por esta misma
sociedad que no le aprecia ni respeta. Así es muy corriente en las familias criticar a los
profesores por sus vacaciones, sus horarios de trabajo y su aparentemente fácil vida
laboral, lo que no resulta sorprendente por lo expuesto y por algo más que es preciso
denunciar .Veamos : el desprestigio social de la profesión de maestro está
perfectamente calculado por los poderes públicos, porque un maestro concienciado,
prestigioso crítico, y con capacidad de liderazgo puede ser un elemento potencialmente
peligroso estando en contacto con el pueblo .Por eso parecen convenir maestros
"neutralizados", enseñantes grises con formación "ajustada"a las necesidades del
sistema, y que tengan mínimos contactos con los padres de sus alumnos. Se
promociona la imagen del maestro- funcionario- distante.
Por poner un ejemplo de lo que supone para los padres un maestro es como si uno
necesita urgentemente a un médico pero a la vez no siente por esa profesión ningún
respeto, ninguna confianza. No se detiene a considerar que ese desprecio puede
producirle al enfermo un agravamiento de su enfermedad al no tener fe en sus
remedios. Y son finalmente los alumnos los que captan que los maestros no merecen
respeto: son invisibles en los medios de comunicación, fundamentales centros de
referencia del sistema para establecer valores o negarlos. Los más pequeños ven
allí muchos cantantes, futbolistas, policías y demás, pero no maestros y apenas si
fugaces imágenes de algún premio literario muy de tarde en tarde a gente de la que
apneas vuelve a hablarse en esos mismos medios. Con tantos datos familiares y
mediáticos sobre el profesor deben pensar que está totalmente justificada su falta de
consideración, y lo único que detiene su mal comportamiento es el miedo a las
represiones dentro de los colegios si falta al respeto de sus maestros: Pero en cuanto se
pisa el primer curso del instituto, si no es antes, las cosas cambian .Ahora el miedo ya
no es el elemento que detiene al alumno para demostrar el poco aprecio que siente
hacia aquellos que desean enseñarle...Y esto es un fenómeno creciente que coge a los
profesores sin las herramientas apropiadas para defenderse de las muchas formas de
indisciplina en las aulas y de los muchos modos de expresar los alumnos el poco aprecio
hacia la figura de sus maestros y hacia aquello que pueden enseñarle.
La familia tiene todo el derecho, y el deber primero, de educar a sus hijos e hijas con el
sistema de valores religiosos, políticos, o los que estime conveniente; los profesores
tienen todo el derecho a enseñar lo que les concede la libertad de cátedra dentro de
unos planes de estudio y programas de objetivos que el Estado suministra...Esto es lo
legal, está bien, pero nada de lo que se hace en las aulas tiene valor alguno si no es
capaz de producir en los estudiantes cambios personales positivos desde los puntos de
vista físico, mental y emocional, y una proyección social cooperativa alejada
también del egocentrismo personal, incluyendo el de los propios educadores. Si no se
enseña al alumno a pensar crítica y objetivamente, a sentir positivamente y sin miedo a
expresar sus emociones, y a ser responsable y autónomo en la medida de lo posible, todo
lo que aprendió con enormes sacrificios apenas tiene valor y pronto es borrado de la
memoria.
Es verdad que existen las clases de religión de la iglesia católica, pero en los colegios
existen niños de otras religiones y niños cuyos padres no practican ninguna. La política
tradicional de los gobiernos del área católica ha sido incorporar a las escuelas la
enseñanza religiosa del Vaticano como asignatura. Pero ese tipo de educación no ha
producido precisamente mejores personas en la dirección del mundo, y, en el caso de la
iglesia católica, ni siquiera esas vocaciones sacerdotales que posibilitarían su
pervivencia a largo plazo, pues todos sabemos que la Iglesia católica pierde fieles por
días. La enseñanza de las religiones es asunto privado y libre de las familias y no de las
instituciones escolares, pero los estados son muy sumisos con el Vaticano: entre ellos se
entienden muy bien en el reparto de privilegios.
Mientras tanto, ¿se tiene en cuenta para la formación de los más jóvenes lo que la
propia Ciencia oficial y grupos de investigación diversa han aportado en los últimos
años sobre el conocimiento del cerebro, de la mente, de las leyes físicas y del espíritu
humano y sus posibilidades más allá de cualquier definición religiosa concreta?.... ¿Se
tienen en cuenta siquiera por los gobiernos,-más allá de premiarlas sobre el papel- las
experiencias punteras que dentro del propio sistema educativo se realizan por
profesores o equipos de profesores con alumnos y familias?...La respuesta es NO.
No podemos ser ingenuos. Existe muy poco interés en los poderes públicos y en sus
funcionarios por la renovación profunda de la sociedad, la educación y la enseñanza;
existe muy poco interés en los derechos de los estudiantes como mentes con derecho a
pensar por sí mismas con todas las consecuencias que eso supone en grados de libertad;
como seres sociales y espirituales con derecho a ser escuchados a la hora de establecer
las grandes líneas de los planes de estudio, formando parte de los otros estamentos que
debieran estar en la misma mesa: padres y profesores y no únicamente los gobiernos.
Pero para que esto suceda verdaderamente han de darse cambios muy importantes en
las conciencias individuales de la actual humanidad, y desde luego ha de
producirse una pérdida de poder de los grupos de presión política, económica o
religiosa por su carácter negativo y retrógrado.
La ausencia de voces críticas dentro de los sistemas educativos nos aboca a todos a un
mundo condenado al inmovilismo y finalmente abocado a autodestruirse por el
egocentrismo y la falta de metas espirituales y sociales liberadoras y cooperativas.
Se precisa un enorme ejercicio de sinceridad por todos y cada uno de los que tenemos
relación con la educación de las generaciones presentes para reconocer en nuestro
corazón cuán alejados vivimos realmente de aquellos hermosos propósitos de los
maestros de todos los tiempos, de cuyas rentas vivimos en la realidad (aunque cada vez
menos); cuán profundamente alejados estamos de los ideales de la Humanidad que a lo
largo de los siglos han enarbolado los mejores de entre nosotros para recordarnos en
todas las épocas el sentido trascendental de la existencia, la grandeza de ser humano, el
respeto por la propia vida y la de nuestros semejantes, el amor como categoría suprema.
Y la libertad, la igualdad, la tolerancia, la fraternidad, la justicia y el sentimiento de
unidad universal como objetivos para un mundo nuevo en paz.
No hay ni habrá ningún Nuevo Orden Mundial que no tenga en el amor solidario su punto
de partida y a los padres y centros escolares como lugares de aprendizaje y
entrenamiento de virtudes espirituales, mentales y sociales. No nos dejemos engañar.
PARTE III
CAPÍTULO 9
Hemos ido descubriendo juntos en las dos primeras partes de este libro algunas de
las muchas miserias que aquejan a nuestra sociedad y que acaban por plasmarse en
las escuelas. Hemos visto igualmente las consecuencias tan negativas que tienen para
todos este enorme desencuentro entre la sociedad y los maestros, así como de estos
con sus alumnos, y pusimos al descubierto el papel represor de la Iglesia, y la
ineptitud de los gobiernos a la hora de educar a las nuevas generaciones.
Lo que proponemos ahora es que si están interesados nos sigan en esta experiencia
que se desarrolló recientemente en una escuela pública de una ciudad de España.
Algunos de los lectores podrán objetar que lo que se expone en las dos primeras
partes de este trabajo son asuntos de un nivel superior a los que aparecen ahora en
la experiencia con padres y alumnos. Es cierto. Pero como sucede con todo, siempre
conviene empezar por lo sencillo, colocar los cimientos para seguir edificando desde
ahí, intentado siempre ser fieles a la filosofía que impregna el conjunto del trabajo:
en la composición de los cimientos ya están presentes los ingredientes que pueden
hacer crecer este edificio llamado Educación del Amor.
Como es arriba, es abajo. En lo pequeño está contenido lo grande: sólo hay que
descubrirlo, y experimentarlo. Esto es lo que vamos a hacer ahora.
Fundamentos y descripción.
Durante dos ciclos sucesivos de trabajo con los cursos tercero y cuarto de primaria (8-
9, 9-10 años), tuvo lugar una experiencia de trabajo durante los años 1989 al 2003
con los niños y niñas y sus padres con objeto de introducir elementos para
orientación, reflexión, análisis, observación, auto- observación, , actuación
programada individual de las familias en relación con las necesidades de sus hijos y
puesta en común de resultados de cada uno en el con el tutor de sus hijos en el marco
del colegio. El objeto perseguido era que los padres pudiesen conocer a sus hijos con
mayor profundidad, y mejor a sí mismo cada uno de ellos, para dialogar sobre todos
aquellos temas que aparecen en la vida cotidiana y poder orientarse en aspectos de la
educación de los niños y niñas que muchos no saben cómo afrontar. A ellos es debido el
éxito de este trabajo: a su constancia y a la dedicación de parte de su escaso tiempo
libre durante dos años por cada ciclo y un día al mes de puesta en común para revisión
de lo conseguido y fijación de nuevas metas.
Muchos padres modernos no saben cómo afrontar el reto de la educación de sus hijos
ante tanta negatividad que observan en este mundo moderno tan lleno de
contradicciones, tan falto de amor y cooperación y tan excesivo en violencia , que
afecta a la psicología de los más pequeños y desconcierta a sus educadores ante los
resultados negativos que observan acrecentados en el mundo adolescente y juvenil. No
parece haber remedio fácil para atajar tales situaciones negativas que les preocupan
mucho más de lo que trasciende en los medios de comunicación. Ni lo parece ni lo hay.
En consecuencia, muchos padres se sienten y a menudo desanimados y con sensación de
fracaso, pero cuando se hallan frente a situaciones que luego, en grupo, se analizan
y se racionalizan, finalmente se descubre que los problemas suelen ser muy parecidos
porque también lo son los modos de vida, los comportamientos colectivos y las fuentes
de información.
A) Conocer mejor a los hijos, y valorar críticamente su propio trabajo con ellos a fin de
establecer mecanismos correctores adecuados.
En todos los casos se huye de la clase magistral del profesor-coordinador, que actúa más
bien como promotor de reflexiones, conductor y moderador, pero siempre poco
formalista en la forma, aunque riguroso. Debe ser percibido por todos como alguien a
quien le importan verdaderamente los niños y que debe ser visto como próximo, serio,
responsable y dispuesto a escuchar. Se pretende huir de la lección magistral ya desde
la propia disposición de la sala de reuniones, donde los asientos se disponen
circularmente, para favorecer la intercomunicación. Esta disposición es muy importante.
Es importante, por último, que los padres tomen conciencia de que se llevan "deberes" a
casa para un mes, observan los comportamientos de sus hijos, y los propios que surgirán;
anotan las dificultades, y llevan a las reuniones las observaciones oportunas sobre su
experiencia personal .Eso favorece mucho la comunicación y aprendizaje del grupo,
aunque no puede esperarse que suceda de la noche a la mañana si sus componentes no
se conocen apenas. Pero todo llega. La confianza se toma su tiempo.
Los chicos realizaban asambleas donde se dialogaba sobre aquellos asuntos- tratados
siempre de modo anónimo, lógicamente - que los padres exponían como problemas en
la convivencia diaria con sus hijos. Estos eran los problemas cotidianos, que siempre se
reflejan en la clase. Problemas sobre los cuales habría que trabajar. Estas eran buenas
ocasiones, también para hablar sobre situaciones que surgen en la vida cotidiana de las
familias respecto y cómo las viven los hijos...
Las conclusiones de las asambleas de los escolares sobre estos puntos eran luego
expuestas a los padres. De este modo se cerraba el círculo informativo y se tomaba
conciencia de la realidad que había que asumir.
A medida que se trabajaba en este sentido, podía apreciarse que subía el nivel de
comprensión acerca de sí mismos, valoración de la relación de los padres con su maestro
y autovaloración de los alumnos .Los porcentajes de éxito en torno al 98 %, de media en
los años que se realizó la experiencia muestra su validez considerando que en España los
niveles medios están muy por debajo de esa cifra (entre el 60 y el 70 %).
Podríamos hablar también del aumento de madurez intelectual y emocional de los niños,
de su buen coeficiente de autoestima y de la expresión madura de sus intervenciones en
las asambleas semanales organizadas con moderador y secretario, donde todo se anota y
se discute con orden y turno riguroso de palabra. Es muy importante destacar, así
mismo, la baja frecuencia de la conflictividad interpersonal y el buen espíritu
cooperativo, así como una corriente de verdadero respeto y afectividad hacia los
profesores en general por parte de los alumnos .Empezaban a comprenderlos en la
misma medida que empezaban a comprender muchas actitudes y demandas de sus
padres.
El mérito de esta exitosa labor corresponde, más que a la voluntad de esta o aquella
persona que pueda promoverla , a la corrección del procedimiento: un grupo de padres y
madres y el tutor de sus hijos, con apoyo del Centro donde estudian, deciden reunirse
periódicamente con el único objeto de dialogar sobre la educación de los pequeños y
ponerse de acuerdo en cómo ayudarles a crecer. Es una cuestión de interés por parte de
todos y deseos de mejorar la educación de los pequeños y los propios comportamientos
de los adultos en su trabajo como educadores.
Es de destacar el gran valor de los padres y madres que cada mes acudían a las
reuniones con sus apuntes y dispuestos a hablar sobre sus hijos luego de las largas
horas de trabajo que todos los obreros tienen que soportar bajo el sistema
capitalista.
1. Dialogo con mis hijos sin intentar fórmulas autoritarias. (Si en una familia no existe
un buen diálogo, los niños no aprenden a dialogar, y vienen al colegio con deficiencias)
2. Me intereso por sus trabajos en la escuela. (Si los padres no se interesan por los
trabajos de los hijos, ellos consideran que no tienen valor, y en clase carecen de
motivación)
3. Les ayudo en los trabajos cuando me lo piden. (Si no ayudan cuando se les pide
ayuda, sus hijos no ayudarán a otros. Serán insolidarios y egoístas. Y tendrán problemas
escolares por eso.). Me intereso por sus trabajos diarios.
4. Procuro que tengan una imagen positiva de los maestros. (Cuando se les habla mal
de los profesores se les hace un enorme daño, porque impide la confianza
imprescindible. ¿Qué valor puede tener lo que me dice una persona en la que no creen
mis padres?.. Yo, entonces, tampoco tengo por que creer nada de esa persona).
5. Les educo para que aprendan a valorar sus cosas y a tenerlas en orden en casa. (Si
los padres no consiguen que el niño tenga en orden su habitación y sus cosas personales,
los maestros tendremos enormes dificultades para que sean ordenados en sus trabajos,
en sus cuadernos y en el uso del material escolar).
6. Les hago responsables de una parte de las tareas domésticas y les enseño a
superar el machismo en las relaciones familiares. (Si no son responsables en casa,
tampoco lo son en el colegio, si viven en un ambiente discriminatorio hacia la mujer, los
niños tendrán, como mínimo , problemas de relación con el otro sexo que se pueden
agudizar a la larga).
7. No cedo ante las exigencias consumistas de mis hijos. Les enseño a captar los
trucos de la publicidad para orientarles hacia el consumo responsable y de productos
sanos a todos los niveles. (Si son consumistas, hay que averiguar la causa y corregir esa
tendencia ; de lo contrario se acostumbran a la ley del mínimo esfuerzo ya que todo lo
consiguen sin apenas resistencia. También en el colegio y en la vida social tenderán a
la ley del mínimo esfuerzo, y a motivarse sólo por cosas que tengan premio fácil.
También tendrán muy disminuida su resistencia a la frustración, lo que provocará
problemas en su vida de estudiante y de relación social).
8. Les enseño a ser autónomos en todo lo que pueden hacer. (Si no son autónomos se
convierten en dependientes en subordinados en manipulables. También en el colegio,
respecto de los demás y del profesor. Querrán que todo se les dé hecho y organizado, sin
que ellos se esfuercen por falta de confianza en sus propias decisiones y comodidad).
9. Controlo los programas de televisión que pueden ver, negociando y razonando con
ellos los pros y los contras, y selecciono la TV infantil en su caso para evitar programas
que puedan dañar sus emociones o su educación familiar. (La TV. es enemiga de la
creatividad infantil, de la capacidad de atención y concentración. Favorece la pasividad
en el aprendizaje. Provoca nerviosismo. Origina conflictos en el alma del niño, envía al
subconsciente cantidad de imágenes y mensajes que el consciente no puede captar
debido a su velocidad y a la falta de conocimientos del niño para comprender mucho de
lo que ven del mundo adulto. La tv. favorece las actitudes que enseña: violencia,
desavenencias, pérdida del sentido de autoridad, erosión de valores éticos y de
conducta personal y social en general Es uno de los peores enemigos para sus hijos, y
ciertos programas conviene verlos con ellos y comentarlos).
10. Les hago retirarse temprano a su habitación .(Un niño o niña necesita dormir
alrededor de 10 horas. Cuando no lo hacen, su rendimiento escolar baja en picado.
Carecen de energía). Esto, sin embargo, cuesta mucho de conseguir, debido a los
prolongados horarios laborales de los padres.
11. Les levanto con tiempo para desayunar relajados y prepararse para el colegio.
(Levantarse con tiempo para desayunar elimina el stress y favorece una armoniosa
entrada en el día, y una actitud serena y atenta en clase. El desayuno es importante que
sea completo, cuanto más variado mejor. Los escolares suelen desayunar mal, y los
almuerzos que traen al colegio carecen de valor alimenticio o son perjudiciales en su
gran mayoría. Consecuencias a corto plazo: falta de energía intelectual. A largo plazo:
problemas digestivos y circulatorios.
La dieta de los primeros años es el origen de muchas enfermedades de los adultos , así
que procuro que tengan una alimentación equilibrada sin abusos de azúcares y grasas, y
en la que incluyo frutas y verduras).
12. Normalmente nunca discuto delante de ellos con mi pareja. (Las discusiones
delante de los niños perjudican enormemente su equilibrio emocional. Les origina un
sentimiento profundo de tristeza, les hace perder energía. Se vuelven inseguros, tímidos
y agresivos con suma facilidad. Esto repercute negativamente en el aula.)
14. Soy un ejemplo para ellos de tolerancia. (El respeto al diferente sea cual sea y la
tolerancia hacia opiniones y formas de vida ajenas son valores que se aprenden en casa
y se practican en la vida del escolar. Si los padres no enseñan esto o no le dan
importancia en la práctica, los hijos tampoco. Esto entonces se convierte en problemas
de convivencia en el aula y más adelante, en la vida social).
15. No les planteo que el trabajo es algo como un castigo ni en casa se vive así .( Los
niños deben tener una visión positiva del trabajo, de lo contrario tendrán a la pereza y
al escapismo). Deben entender que todos los trabajos son buenos, necesarios y
socialmente útiles, y que no existe ningún trabajo inferior. Que no valoren los trabajos
por el dinero que se gane ni por el prestigio social. El niño debe tener la convicción de
que haga lo que haga es bueno si está siendo bueno para él o para otros. Tendrá
entonces una actitud generosa, lo cual no le eximirá en ningún caso de ser
reivindicativo y de exigir sus derechos) .
16. Les enseño a ser pacíficos a través de mi ejemplo. (Una actitud pacífica de los
padres, una actitud abierta y amistosa, es la mejor educación de los hijos en este
aspecto. Si sus hijos son educados así, tendrán amigos y serán nobles en sus relaciones).
17. Les muestro lo hermoso de la vida en todos sus aspectos. (El mundo
moderno es un mal ejemplo para sus hijos. Deberíamos dialogar sobre las causas de la
infelicidad: envidia, celos, orgullo, falta de valores espirituales y éticos. Si sabemos
cultivar en nuestros hijos valores positivos en su entorno inmediato, tendrán una vida
optimista, vivirían en armonía, sabrán resolver sus conflictos de un modo saludable y no
necesitarán buscar sensaciones fuertes para ser felices. En el trabajo escolar se
mostrarán más animosos y motivados) .
18. Les enseño a ser cuidadosos con su entorno en la calle, en el campo, y donde
estemos. (Es importante que comprendan los hijos el valor de la Naturaleza para nuestra
vida. Debemos ser un ejemplo. Cuando no lo somos, los desperdicios de la salida al
campo se quedan allí a nuestro regreso, el humo de los cigarrillos impregna el aire que
respiran del coche o de la habitación de los niños, la basura doméstica no se separa
para reciclar, etc.)
19. Procuro proporcionarles todo tipo de experiencias que les ayuden a ser más
sensibles y ricos interiormente (artísticas, espirituales, intelectuales, sociales,
etc).(Veo con ellos programas culturales, o sobre la Naturaleza, salimos al campo lo
más a menudo posible, visitamos parques, y otros lugares de interés natural, asisto a
representaciones de danza o a conciertos, les llevo a visitar museos y exposiciones,
compartimos películas de interés plástico, o de contenidos educativos, observo sus
inclinaciones por si conviene asistan a clases de idiomas, informática, arte, etc. pero
siempre sin recargar su día a día para que vivan una niñez lo más feliz y plena que sea
posible.)
20. No pongo el dinero ni lo material como la meta de la vida, sino que hablo de su
justo valor como recurso para cubrir nuestras necesidades. (Se ha de ir con cuidado en
este asunto, y tratar las cuestiones económicas y sus implicaciones en la vida
familiar sin que los pequeños de la casa tengan que : a)preocuparse por lo mal que
puede ir la economía; b) sobrevalorar lo material y aspirar al tener sobre el ser.
21. Procuro informarme sobre los rasgos psicológicos de los niños y niñas de su edad
y ambiente a fin de poseer una referencia mínima sobre las actitudes y valores de mis
hijos. Puedo recurrir al tutor o al psicólogo del colegio si lo considero necesario.
22. Las normas de educación que doy a mis hijos son válidas siempre para las
mismas circunstancias, con la idea clara de que cada excepción a esta regla de
actuación es fuente de conflicto e inseguridad en el niño y merma de autoridad para
los padres.(Sería perfecto que padres y profesores compartiéramos ciertas normas
básicas, especialmente en estos momentos de crisis de los valores tradicionales por un
lado y de intercambios interculturales debido a la inmigración.
23. No doy premios indiscriminadamente, a mis hijos sino según los méritos de las
actuaciones. Y no siempre doy premios por el deber cumplido. (Por premios no se
entiende únicamente regalar objetos materiales, sino también los de tipo emocional:
caricias, sonrisas y otras muestras de afecto que puedan reforzar conductas positivas.)
Todos y cada uno de esos puntos fueron trabajados con dos grupos diferentes de padres
y madres a lo largo de cuatro años. Los acuerdos y resultados los exponemos en el
siguiente capítulo, que consideramos de singular interés para todos.
1 El pupitre cero. Es una mesa de la clase donde los padres tienen libre acceso a
determinadas horas convenidas para presenciar el desarrollo real de la clase, tomar
contacto con sus problemas cotidianos y observar la conducta de sus hijos que luego ha
de ser contrastada por sus compañeros, pues siempre varía a mejor en presencia de los
padres. Las notas que los padres o madres toman en la sesión son luego comentadas en
la reunión mensual de todos los padres con el tutor, y suelen ser de gran utilidad
orientadora para todos. También para los profesores.
Esta experiencia es altamente positiva, pues además elimina toda suspicacia hacia los
maestros, estrechando la colaboración real, y favorece en gran medida tanto la toma de
conciencia de las necesidades educativas de los niños, como la implicación de los
padres. Tiene además el efecto último de favorecer el interés de los niños y niñas por
su propio aprendizaje y el de reforzar las conductas positivas, así como el de aumentar
la valoración, credibilidad y autoridad de los educadores... Su unión da a los pequeños
la sensación de armonía que tanto aprecian entre padres y profesores, sintiéndose
importantes por esa relación que acontece gracias a ellos y viendo así crecer su propia
autoestima.
2.- La clase del padre o de la madre. Es este un elemento reforzador del "pupitre cero"
y más difícil para los padres, por lo que suele tener menos éxito entre ellos. Se trata de
aprovechar la profesión de algún padre o madre en el área de Conocimiento del Medio
para que, como complemento del programa y ocasionalmente, expliquen a los niños en
qué consiste su trabajo, y contesten a las preguntas de la clase. Aquí los padres dan
todavía un paso más para comprender el trabajo del profesor en el papel de enseñar, y
es un importante elemento reforzador del interés de los niños por su aprendizaje.
3 El día de la fruta. Se planteó por la dificultad que tienen los niños de comer frutas y
verduras y en vista de los problemas referidos al aumento de la diabetes y la obesidad; a
los problemas dentales y del sistema nervioso que la carencia de vitaminas y
sales minerales, así como el exceso de grasas ,azúcares y vida sedentaria, les produce.
Se busca paliar el efecto negativo de tanta bollería industrial y otros productos poco
saludables en su dieta. Y sobre todo, de crearles el hábito del consumo sano y
responsable hacia su cuerpo.
El grupo decidió un día a la semana para que todos los niños trajeran fruta como
almuerzo. Esto podría ser ampliable más adelante, una vez conseguido el hábito. Pero
sobre todo se trataba de que también los padres tomaran conciencia sobre la
importancia del equilibrio en la dieta infantil y de la suya propia.
5.- Deberes, según. Existía un amplio repertorio de actividades a las que acudían los
niños-as al terminar las horas de colegio. Se realizó un estudio de la agenda de cada
niño en función de las actividades extraescolares que realizaban a lo largo de la semana,
y se pusieron los deberes, previo acuerdo en la asamblea de padres, en función de los
días "blancos" para evitar el agobio, favorecer el gusto por hacer el trabajo y disponer de
tiempo libre para sí mismo. Así no todos los días tenían deberes todos a la vez, y esto
permitía una mayor atención individual por parte del profesor, a la hora de corregirlos.
(Conviene recordar que los padres estaban completamente de acuerdo sobre que los
niños deben disfrutar de su infancia también durante la semana.)
6.- Lectura diaria. Este acuerdo favoreció que los niños leyeran cada día un cuento a sus
padres o a sus hermanos más pequeños. Tanto sus relatos personales como sus poemas o
adivinanzas podían leerlos luego a la clase antes de empezar el trabajo como se ha
descrito. Estos trabajos eran muy bien aprovechados para el área de plástica y lenguaje.
7.- Edición de un libro de poemas y cuentos, al final de cada ciclo de dos años.Es
preciso decir que los cuentos y poemas son escritos voluntariamente en casa, nunca
como deberes, y leídos por el autor a la clase, que actúa como jurado y selecciona a
mano alzada, (casi siempre con buen criterio), los mejores. Este libro se convierte en el
libro del verano para los alumnos. En nuestro caso fueron editados dos - uno por ciclo-
por el propio colegio, utilizando la fotocopiadora.
8.- Representación de obras de teatro con participación de los padres a todos los
niveles : vestuario, maquillaje , decoración, grabación de vídeo, etc.
Por su parte, también los alumnos rellenaron cuestionarios que luego eran revisados por
el tutor y llevados a la asamblea de padres con el doble objeto de que los niños
reflexionaran sobre cuestiones concretas de interés, y de que los padres conocieran
mejor a sus hijos y su manera de pensar sobre sí mismos y sobre su proceso de
aprendizaje fuera del ambiente familiar.
Los temas que abarcaban los cuestionarios fueron los siguientes: reflexión sobre sí
mismos (autoconocimiento) y sobre la relación con los demás ; autovaloración del
proceso del propio aprendizaje, reflexión sobre la propia conducta y sobre el uso de los
materiales y cuadernos de trabajo, temas puntuales, actitudes en casa.
Por su parte, los padres analizaban en cuestionarios propios sus formas de actuación
educativa y descubrían sus aciertos y errores, mientras aprendían a valorar las
aportaciones de los otros padres.
Estos cuestionarios eran tratados siempre en forma de test con valoraciones finales en
función de la calidad de las respuestas. De ahí podíamos partir para analizar la realidad
de cada uno de los grupos.
PARTE III
Procedimiento de valoración:
Este test nos resultará útil para tener un mapa conductual de un grupo de alumnos o
de alumnos en particular y establecer criterios de actuación al respecto.
Alumno o
alumna:...................................................................................................
COMPORTAMIENTO
Respuestas: (SI - NO - A VECES - NUNCA O CASI NUNCA)
VALORACIÓN:
PARTE III
Observa en lo que vas mejorando y rellena los cuadros verdes que vas consiguiendo.
2
Mi nombre es ............................................................................................
Contesto a estas preguntas para saber más cosas de mí como persona y estudiante.
PUNTUACIÓN: ..........
1 2 3 4 6 8 9 11 12 13
DOS TESTS DE OBSERVACIÓN POR PADRES Y MADRES
Las respuestas intermedias serán más adecuadas cuanto más cerca estén del SI o del
NO que les corresponda. Y tenga en cuenta que los resultados sólo indican tendencias
que habría que perfilar y contrastar con otros datos y con los profesores.
2
(Valoración final para padres y madres)
En esta ocasión vamos a valorar aspectos de la personalidad de nuestros hijos para VER
CÓMO EVOLUCIONAN, tener un mejor conocimiento sobre ellos y poderles ayudar en
sus puntos flacos.( Poner una cruz en la respuesta más aproximadas al grado de
consecución de objetivos educativos de los tres niveles que se mencionan.)
NIVEL DE VALORACIÓN
ASPECTOS Alto Medio Bajo
1 Capacidad de dialogar
2 Responsabilidad en sus tareas
3 Autonomía personal en general.
4 Orden en su habitación
5 Orden en sus tareas personales
6 Respeto a los demás en general
7 Cooperación voluntaria en casa
8 Deseos consumistas
9 Obediencia a los mayores
10 Interés por el colegio
11 Capacidad para relacionarse
12 Interés por los deberes .
13 Deseos de mostrar sus trabajos
14 Relación con padre
15 Relación con madre
16 Relación con hermanos
17 Interés por actividades deportivas
18 Interés por la lectura
19 Capacidad de reconocer sus errores
20 Afición a tv. y videojuegos
Este material debe ser contrastado con el profesor o profesora tutores de su hijo-a
PARTE III
Existe una verdadera preocupación social por los temas que afectan al conjunto de la
humanidad: el hambre, las guerras, las enfermedades las catástrofes naturales, el
cambio climático. Por vez primera en toda la historia conocida, la humanidad adquiere
conciencia planetaria debido al fenómeno migratorio y a la amplia red de
intercomunicación mundial existente. Esto ha originado por un lado una sensación de
proximidad sin precedentes tanto en el campo de la convivencia intercultural-social,
como en el de la educación, como era de esperar. Por otro lado, un desplome casi
generalizado de valores de conciencia personales y consecuentemente, el retroceso en
valores de convivencia y relación interpersonal, provoca espantosos conflictos y
tensiones permanentes a nivel mundial, pero también en cada familia, y en el interior
de cada persona. Y son estos conflictos últimos, los del interior, los que acaban
generando los otros, los del exterior. Evitar estos conflictos y generar un nuevo mundo
relacional no depende de los políticos, ni de las instituciones religiosas, ni de nadie más
que de uno mismo, persona a persona.
Por su parte, los padres tomaron conciencia de la importancia de este tipo de educación
para sus hijos, y comprendieron que si no asumían la tarea de trabajar en sí mismos las
cualidades que deseaban para sus hijos no habría cambios en la educación. La otra
alternativa era educar con la hipocresía de la doble moral que tanto daño provoca.
En esta experiencia los padres descubrieron que tenían que introducir cambios en su
propio modo de pensar, de vivir, y de relacionarse con sus hijos y con su trabajo si
querían educar correctamente. Esto exigía tiempo libre, orientación y voluntad de
hacer. Pero conviene añadir que se deben dar circunstancias sociales favorables, de ahí
que a lo largo de este libro se haya cuestionado el sistema capitalista, la represión
ideológica y doble moral de iglesias y falsas revoluciones y falsas democracias.
El tiempo de trabajo fuera del ámbito familiar debería ser proporcionado a las
necesidades de atención educativa y social del niño-a, según edad, para que existiese
un verdadero trabajo educativo conjunto de padres y profesores, cada uno en su
respectivo ámbito de acción, y los padres no se sintieran culpables y tuvieran problemas
de horarios laborales cada vez que un profesor les cita a una entrevista normal o para
ponerles sobre aviso por los problemas que dan sus hijos.
Ahora bien: una sociedad como la presente hace aguas por todas partes, y una de las
más importantes vías de inundación de conflictos es el sistema educativo, el tipo de
educación formal que reciben los escolares, cada vez más aburridos y distantes de lo
que se les pretende enseñar. La enorme desmotivación en las aulas, y la creciente
violencia escolar llega hasta el asesinato a profesores y estudiantes por parte de
alumnos agresivos en todas partes, como ponen en evidencia los estudios al respecto y
saltan a menudo a las páginas de sucesos. Esta es una buena muestra de cuanto llevamos
dicho.
Todos esos elementos: escuela autoritaria, sociedad insolidaria, política hipócrita, doble
moral, falta de tiempo de los padres y de acuerdos con los maestros, intromisión de la
iglesia en los colegios, crea una difícil barrera para el progreso integral de los escolares,
sometidos a las directrices de los partidos triunfantes y de los dogmas eclesiales. Es cada
vez más apremiante que esta barrera desaparezca, no por la violencia, sino por la
acción de la conciencia libre.
Mientras no exista justicia, amor, fraternidad, unidad, y verdadera libertad (que nace
en primer lugar de la liberación personal de los propios defectos) en el corazón de las
gentes, no existirá nunca un mundo de felicidad y bienestar colectivo. Esta es una tarea
pendiente, la mayor tal vez de la Historia a estas alturas de tanto desarrollo tecnológico
y abundancia de recursos en unas pocas sociedades, y tantas desigualdades, pobreza,
esclavitud y otras infinitas injusticias y abusos de los fuertes en la mayor parte del
Planeta, enmascaradas a menudo en falsas legitimidades ideológicas, religiosas o
políticas.
Una superestructura siempre se construye con los mismos ingredientes de los elementos
que la componen. Del mismo modo, una conciencia colectiva evolucionada es el
resultado del desarrollo de la conciencia individual.
De inestimable ayuda documental e inspiración para elaborar este libro han sido los
mensajes proféticos del cristianismo tal como están siendo divulgados en la actualidad
por la profetisa alemana Gabriela. Gracias a la palabra renovada de Cristo se ha podido
tomar contacto con Sus verdaderas enseñanzas donde muestra el camino de regreso al
Padre, desenmascarando a instituciones y falsos profetas que dicen hablar en Su
nombre, pero lo hacen para su triunfo y gloria en este mundo. Estas enseñanzas,
liberadas del peso de la historia y de las numerosas mixtificaciones, inquisiciones y
persecuciones nos enseñan el modo de reconstruir nuestra vida interna.
Creo que vale la pena intentar reconstruirnos a nosotros mismos y ayudar a quien lo
necesite. Por ello este trabajo se propuso colaborar en la tarea de liberar las mentes,
facilitar la libertad de las conciencias desde la unidad con los semejantes, actuar
desinteresadamente, asumir las propias responsabilidades y educar en esa dirección.
Para los cristianos, lo mismo que para cualquier espíritu que base en el amor su vida
espiritual, esta es la gran meta de la especie humana para llegar a ser divina como lo
fue antes de la Caída. Este es en verdad el gran desafío y el verdadero sentido de la
vida en la Tierra.
FIN