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AMAZONIA
INGENIERIA AGROINDUSTRIAL I.
PUCALLPA - YARINACOCHA
2017
I. INTRODUCCION
La aplicación de un tratamiento térmico a alimentos viene condicionado por la necesidad
de:
Bajo el nombre de tratamientos térmicos se suelen englobar todos los procedimientos que
tienen entre sus fines la destrucción de los microorganismos por el calor. Nos estamos
refiriendo tanto a la Pasteurización y a la Esterilización, cuya finalidad principal es la
destrucción microbiana, como al Escaldado y a la Cocción, procesos en los que también se
consigue una cierta reducción de la flora microbiana, pero que sus objetivos principales son
la variación de las propiedades físicas del alimento.
La esterilización significa la destrucción de todos los organismos viables que puedan ser
contados por una técnica de recuento o cultivo adecuados y sus esporas, mediante la
aplicación de calor a temperaturas superiores a 100 °C.
II. OBJETIVOS
Conocer las alteraciones que sufren los productos por efecto de los tratamientos
térmicos.
Conocer los cambios de los productos por efecto del tratamiento térmico.
Identificar y conocer las principales técnicas que se utilizan en el tratamiento térmico
en los productos.
Conocer las reacciones de los microorganismos ante la aplicación de fuentes de
calor.
I- Los agentes físicos suelen actuar durante los procesos de cosecha y los tratamientos
posteriores. En general, por sí mismos, no suelen alterar las características nutricionales de
los alimentos, pero sí su palatabilidad. El hecho más importante es que pueden significar una
vía de entrada a las otras alteraciones. Se destacan:
a- Las mecánicas, como golpes, cortes, en general sin alteraciones graves, pero que
suponen una disminución de la vida útil del alimento.
d- El aire, que por contener oxígeno puede alterar algunas proteínas produciendo cambios
de color, facilitando la oxidación, etc. e- La luz, que afecta e color y a algunas vitaminas.
III- Finalmente, los agentes más importantes alterantes de los alimentos son de origen
biológico, entre los que se pueden diferenciar, los intrínsecos, como las enzimas y los
extrínsecos, como parásitos o microorganismos.
c- Microorganismos: Son sin duda los que producen las transformaciones mas indeseadas
y abundantes. En algunos casos pueden suponer riesgos para la salud de las personas,
siendo las infecciones microbianas el problema más grave de la alimentación humana,
después del hambre y la sobrealimentación. Cabe destacar que, sin embargo, no todos
los efectos son negativos, pues diversos alimentos son producidos total o parcialmente
por ellos: los alimentos fermentados. En algunas ocasiones, los microorganismos ya se
encuentran en el alimento, en otras, son oportunistas que se encuentran de diversas
maneras en el medio que nos rodea (aire, agua, etc.) Entre los más perjudiciales están
las bacterias, tanto por su abundancia como por su elevada tasa de reproducción.Pueden
producir toxinas (Clostridium) o ser infecciosas por ellas mismas (Salmonella, Listeria).
Otro grupo son los mohos, importantes por la producción de toxinas y por su resistencia
a las condiciones más extremas; finalmente, las levaduras, con las transformaciones
rápidas más relevantes desde el punto de vista fermentativo. (Aguado Alonso, J., 1999).
3.2. Los tratamientos térmicos: frío y calor. El escaso control de los tratamientos térmicos,
hizo que mayoritariamente se utilizaran en la cocción, pero no en la conservación de los
alimentos, durante el Imperio Romano y en épocas posteriores. Evidentemente era, por todo
conocido, que los días fríos permitían una mejor conservación de los alimentos. El hielo
natural producido durante las noches o durante las épocas frías se utilizaba para la
conservación. Posteriormente, el transporte de hielo desde las montañas fue una práctica
que se fue extendiendo en las poblaciones romanas situadas en sus cercanías y que incluso
perduró hasta la edad media, en los palacios del Líbano y otras ciudades de Medio Oriente.
No obstante, éste sistema, obviamente muy costoso, se dedicaba más al consumo directo de
hielo, después de aromatizarse o combinarse con otros productos, dando origen a los
primeros helados.
Las fermentaciones Si bien las fermentaciones y sus productos eran conocidos y muy
populares en civilizaciones anteriores, durante el imperio romano los productos fermentados
de todo tipo se extendieron en forma notable. La cerveza, ya muy utilizada por babilonios y
egipcios se siguió consumiendo, ahora bien, el vino fue tomando cada vez más importancia
en la alimentación. A pesar de que la producción de vino ya llevaba unos 6.000 años, el
hecho de que se tratara de una planta leñosa, que tarda un tiempo considerable en entrar en
plena producción, significaba un costo elevado, por lo que sólo era consumido por las clases
pudientes (nobles y comerciantes). Los griegos primero y posteriormente los romanos
extendieron los cultivos de la vid por todo el mediterráneo, lo que conllevó a su plantación
masiva.
De hecho se considera que el consumo habitual de los romanos era superior al medio litro
de vino por día, lo que significa que era una de las fuentes prioritarias de energía. Dicha
situación, unida a la falta de tratamiento del agua, hacía del hecho del consumo de bebidas
fermentadas con contenidos de alcohol o ácido acético un medio especialmente saludable
de ingerir líquidos, por el efecto bactericida de ambos productos. De todas formas, los
productos fermentados no se reducían a las bebidas alcohólicas. Un gran número de salsas
era también el resultado de un conocimiento empírico de las fermentaciones. Una de ellas,
muy conocida, era el garum, producto fermentado de pescado y al que se podía añadir aceite,
vino, vinagre y otras especias.
Otros productos fermentados que se hicieron muy populares eran las aceitunas, los
embutidos y los quesos. Las aceitunas, como fruto típico del olivo, de gran extensión y
producción en el imperio romano, fueron muy apreciadas tras los aliños y fermentaciones
adecuadas. Los quesos, cuajados con el contenido de los estómagos de los rumiantes y con
mayor o menos grado de fermentación posterior, también fueron comida habitual de los
romanos. El consumo de embutidos también fue típico del imperio romano, inicialmente como
carne embutida (donde comenzaba la fermentación) y posteriormente se podía seguir
distintos procesos de curado y ahumado. (Bourgeois, C.M.; Mescle, J.F. y Zucca, J, 1994).
Cada microrganismo tiene su propia resistencia al calor, y en función de dicha potencial carga
y a las características del alimento se aplica un determinado tratamiento térmico; sin
embargo, éste tiene que ser específico para así evitar efectos negativos que puede
ocasionarle alteraciones físico, químicas o biológicas debido a un sobre tratamiento o permitir
la sobrevivencia de alguna forma de vida que ocasione problemas en la salud del consumidor,
debido a un sub tratamiento de calor. Toda aplicación de un determinado tratamiento térmico
es consecuencia del conocimiento de un conjunto de factores, entre los que podemos citar
a:
La termo resistencia de la carga microbiana nativa presente en el alimento,
La naturaleza, estado, presentación y tipo de alimento,
El conocimiento de las propiedades asociadas a la conductividad del calor, las alteraciones
por calor, la velocidad de transmisión de calor, etc. El tratamiento térmico, ocasiona no solo
la destrucción de los microrganismos o la desnaturalización de sus enzimas, sino también la
de sus componentes nutricionales; sin embargo, tiene muchas ventajas entre las que
citamos:
El tratamiento térmico a alta temperatura, aplicado a los alimentos, se clasifica en: escaldado,
pasteurización y esterilización.
El escaldado, se realiza con vapor de agua o con agua caliente a una temperatura de 85 a
95 ºC por 3 o 5 minutos. Se aplica a frutas y verduras (termolábiles), y tiene como objetivo
facilitar procesos posteriores como los originados por la eliminación de gases presentes en
la estructura porosa del tejido vegetal que permite realizar un adecuado vacío en una
conserva, evitar la oxidación del producto, fijar la pigmentación natural del alimento o eliminar
las enzimas.
En estos alimentos sólo se desarrollan microrganismos que alteran el alimento pero no son
patógenos para el hombre. La esterilización, es un proceso en donde se aplican temperaturas
superiores a 100 °C, en el orden de los 115 a 121 ºC por tiempos variados y su objetivo es
la destrucción de todos los organismos viables que puedan ser contados por una técnica de
recuento o cultivo adecuados y sus esporas, así como los que pueden deteriorar al alimento,
proporcionando una vida útil superior a los 6 meses. (Charley, H. 2004).
Existen técnicas de esterilización denominada HTST (High Temperature Short Time), entre
las cuales podemos indicar a la UHT (Temperatura Ultra Alta). La velocidad de penetración
del calor en un alimento, influye en el tiempo de tratamiento y se define como la cantidad de
calor transferida por unidad de tiempo. Las operaciones de proceso como el escaldado, la
pasteurización y la esterilización se basan en la transferencia de calor sensible.
Los tratados de libre comercio con los Estados Unidos, Canadá, Comunidad Económica
Europea, China, que tiene el Perú o ad portas de ser firmados, ocasiona que las empresas
que exporten sus productos a los indicados países tienen que necesariamente mejorar e
implementar, en sus productos y procesos, las herramientas que le garanticen su
aceptabilidad.
3.3. IMPORTANCIA
El estudio sobre la determinación de la curva de penetración en alimentos es importante:
a) Porque, permitió obtener las curvas de penetración de calor diferenciadas para alimentos
de baja acidez y acidificados, sometidos a tratamientos térmicos de pasteurización y
esterilización.
b) Porque, permitió obtener los valores de Fo para los alimentos de baja acidez y
acidificados, sometidos a tratamientos térmicos de pasteurización y esterilización.
a. El consumidor de alimentos procesados que tendrá la garantía que los productos que
compra e insume tienen la garantía de la inocuidad y calidad nutricional de los mismos.
El estudio de las curvas de penetración de calor se inició en los primeros años del siglo XX
por investigadores que evaluaron a los microrganismos que ocasionaban el deterioro y
descomposición de los alimentos; entre ellos podemos citar los trabajos de Bigelow (1920),
que sirvieron de base para desarrollar un método gráfico de cálculo. Ball (1923), propuso un
método analítico que no requiere de procesos de experimentación. Posteriormente, los
trabajos de Stumbo, Olson y Steven permitieron el desarrollo de los procesos de esterilización
y de la cinética. En la industria de los alimentos tratados térmicamente a temperaturas altas,
sea por pasteurización o esterilización, los estudios de penetración de calor se realizan
mediante tres (03) métodos:
La importancia de esta clasificación radica, en que los efectos de cada tipo de calor en los
microorganismos son diferentes. En el caso de calor seco la destrucción del microorganismo
es debida a una oxidación de sus proteínas y en el calor húmedo es debido a su coagulación.
A un mismo nivel temperatura el daño causado por el calor húmedo sobre los
microorganismos, es mucho mayor que el calor seco. El tratamiento térmico de un alimento
depende de:
El tratamiento térmico debe ser realizado de manera que permita la comercialización del
producto, sin peligro de que ocurra un deterioro por microorganismos. Por otro lado, un
tratamiento térmico no debe ser excesivo, pues puede causar alteraciones físicas y pérdida
importante del valor nutritivo en el alimento.
b) Por radiación: entre la masa gaseosa del horno, el producto que se está horneando y las
paredes del propio horno,
d) Por conducción: entre la pared interna, los aislantes y la capa externa del horno,
f) Por convección: en el aire exterior del horno. La transferencia de calor se define como la
transmisión de energía desde una región a otra debido al gradiente térmico que existe entre
ellas.
Los dos primeros mecanismos son los que participan fundamentalmente en la esterilización
de alimentos envasados.
Existen alimentos que presentan una transmisión inicial por convección y posteriormente,
debido al incremento en la viscosidad del alimento, la transmisión es por conducción, ello
provoca la denominada curva de penetración calor quebrada. Los microorganismos tienen
una temperatura mínima, óptima y máxima de crecimiento.
Las temperaturas por debajo de la mínima usualmente tiene una acción de “STASIS” o sea
detienen el crecimiento microbiano, pero no provocan la muerte celular. Las temperaturas
por encima de la máxima usualmente tienen una acción “CIDA” o sea provocan la muerte del
microorganismo por desnaturalización de enzimas y otras proteínas.
El uso de altas y bajas temperaturas está muy difundido y resulta muy efectivo para controlar
el crecimiento microbiano. La sensibilidad de los microorganismos a las altas temperaturas
varía con la especie y con el estado en que se encuentren. Las esporas bacterianas son las
estructuras vivas mas termorresistentes.
Resisten tratamientos térmicos más drásticos que las formas vegetativas. La destrucción de
microrganismos por el calor puede representarse a una cinética de primer orden, por la
ecuación siguiente:
En la práctica el valor D se expresa en minutos, segundos etc. Cada vez que transcurra un
tiempo “t” igual al de reducción decimal, la población se reducirá a una décima parte. El valor
D de las diferentes especies microbianas es distinto, un valor D elevado es indicativo de una
gran resistencia al calor (termo resistencia).
El tiempo de muerte térmica, o valor F, es el tiempo necesario para causar una determinada
reducción en la población de microorganismos o esporas. Este tiempo puede expresarse
como un múltiplo del valor de D. El valor F, es el tiempo necesario para reducir la población
microbiana hasta un valor pre establecido, que se fija mediante el orden de proceso a una
temperatura dada. El valor F es conceptualmente análogo al valor D, la diferencia esta dada
por el orden de proceso en cada caso, de allí que:
F=nD
Así tenemos, que para el caso del Clostridium botulinum, que tiene un Do = 0,21 minutos y
un n = 12, el valor F será 0,21 x 12 = 2,52 minutos. Una reducción del 99.99% en una
población microbiana equivale a cuatro reducciones de orden logarítmico, es decir F = 4D.
En el procesado térmico de alimentos perdurables, el valor típico de muerte térmica utilizados
es F = 12D, con el valor de D característico de Clostridium botulinum.
En las ciencias de los alimentos es corriente expresar F con un subíndice que denota la
temperatura y un superíndice con el valor de z del microorganismo considerado. Así tenemos:
z F t es el tiempo de muerte térmica para una temperatura t, y una constante de resistencia
térmica z.
Los termopares pueden ser introducidos en el alimento, al interior de los envases de vidrio o
de las latas metálicas la conexión se realiza a la altura deseada al lado del cuerpo de la lata
por medio de un acople en la posición y altura deseada.
El punto de ubicación, dentro de la lata, se denomina “punto térmico” o “punto frío”, es decir
en punto en el interior del alimento donde con mayor dificultad se alcanzará la temperatura
de tratamiento. Las temperaturas son registradas cada minuto manualmente, o si se usa un
potenciómetro registrador, los valores tiempo - temperatura serán graficados en papel
semilogarítmico, lo que da una línea recta con desviaciones menores para la relación entre
el tiempo y la temperatura. Cada intervalo tiempo – temperatura durante el calentamiento y
el enfriamiento de los recipientes, tiene un efecto letal sobre los microorganismos, siempre
que las temperaturas están sobre el máximo para el crecimiento microbiano. Correlacionando
los efectos mortales de estas altas temperaturas con la velocidad de calentamiento del
alimento, el tiempo teóricamente requerido para la destrucción de cualquier espora
bacteriana presente, en el alimento, puede ser calculado para cualquier temperatura dada.
La aplicación de calor a los alimentos se remonta a los tiempos en que el ser humano
descubrió cómo hacer fuego y observó empíricamente los beneficios que esta práctica
aportaba. Actualmente, el térmico es uno de los tratamientos que hacen posible la existencia
de productos sanos de larga vida comercial. El tratamiento térmico permite que las conservas
se puedan almacenar el producto a temperatura ambiente garantizando su seguridad.
Asimismo, el uso de los diversos tratamientos térmicos, junto con otras tecnologías como la
refrigeración, facilita el comercio de productos alimenticios entre distintos países, incluso
cuando están geográficamente muy alejados. (Desrosier, N.W, 2004).
El uso del calor persigue destruir agentes biológicos para obtener productos más sanos y
duraderos Del mismo modo, los tratamientos térmicos persiguen destruir agentes biológicos,
como bacterias, virus y parásitos con la finalidad de obtener productos más sanos; conseguir
productos que tengan una vida comercial más larga, debido fundamentalmente a la
eliminación o reducción de los microorganismos causantes de la alteración de los alimentos;
y disminuir la actividad de otros factores que afectan a la calidad de los alimentos, como
determinadas enzimas (por ejemplo, las que producen el oscurecimiento de los vegetales
cuando éstos son cortados).
El escaldado
Es un tratamiento térmico suave que somete al producto durante un tiempo más o menos
largo, a una temperatura inferior a 100 grados. Se aplica antes del procesado para destruir
la actividad enzimática de frutas y verduras.
La pasteurización
Este método, que conserva los alimentos por inactivación de sus enzimas y por destrucción
de los microorganismos sensibles a altas temperaturas (bacterias no esporuladas, como
levaduras y mohos), provoca cambios mínimos tanto en el valor nutritivo como en las
características organolépticas del alimento.
La intensidad del tratamiento y el grado de prolongación de su vida útil se ven determinados
principalmente por el pH. El objetivo principal de la pasteurización aplicada a alimentos de
baja acidez (pH mayor a 4,5) es la destrucción de las bacterias patógenas, mientras que en
los alimentos de pH inferior a 4,5 persigue la destrucción de los microorganismos causantes
de su alteración y la inactivación de sus enzimas.
La esterilización
Al realizar un tratamiento esterilizante hay que tener en cuenta algunos factores, como el
pH del alimento y la termorresistencia de los microorganismos o los enzimas. De entre los
microorganismos patógenos esporulados eventualmente presentes en los alimentos de
baja acidez (pH mayor a 4,5), Clostridium botulinum es el más peligroso.
LA COCCIÓN
Su función es convertir los alimentos en productos digestibles, hacerlos apetitosos, dotarlos
de una temperatura agradable para consumirlos y eliminar los posibles microorganismos.
Sin embargo, la cocción no sirve para conservar los alimentos y puede hacerlos incluso
más sensibles al crecimiento bacteriano puesto que permite aumentar las poblaciones de
bacterias patógenas, y la alteración y la producción de toxinas. La cocción puede destruir
los microorganismos sensibles a las altas temperaturas a la vez que permite que sobrevivan
las formas termorresistentes (que incluyen las esporas bacterianas), traduciéndose en una
selección.
Lo más difícil es lograr la cocción de las partes internas de los alimentos y conseguir que el
procedimiento sea letal para los agentes patógenos. Ello depende del espesor del alimento
que está siendo cocido, la temperatura del aceite o del agua y la duración de la cocción.
Los métodos de cocción más frecuentemente empleados son:
Horneo y asado
Son esencialmente la misma operación, ya que en ambas se hace uso de aire caliente para
modificar las características de los alimentos. Sin embargo, la aplicación de uno u otro
término depende del proceso. Tiene un objetivo secundario, que es la conservación del
alimento por destrucción de su carga microbiana y por reducción de la actividad de agua en
su superficie debido a la deshidratación (es decir, la disminución de la disponibilidad de
agua, importante para el desarrollo de los microorganismos). No obstante, la vida útil de la
mayor parte de los alimentos sometidos a esta operación es corta si no se complementase
mediante la refrigeración o el envasado.
En el horno, el calor pasa al alimento por radiación desde las paredes, por convección del
aire circulante y por conducción a través de la bandeja sobre la que descansa. Si bien en
algunos tipos de alimentos, como en algunos pasteles, el calor se transmite en los primeros
momentos del horneo, por convección, la mayor parte del intercambio calórico se produce
por conducción.
Fritura en aceite
La cocción lenta puede ser eficaz para destruir microorganismos por los efectos
acumulativos de la exposición al binomio tiempo-temperatura. La fritura (tratamiento por
calor en aceite a temperaturas entre 180 y 250ºC) es una operación destinada a modificar
las características organolépticas del alimento. Un objetivo secundario de la fritura es el
efecto conservador que se obtiene por destrucción térmica de los microorganismos y
enzimas presentes en el alimento, y por la reducción de la actividad de agua en la superficie
del mismo (o en toda su masa, en los alimentos cortados en rodajas finas). Cuando un
alimento se sumerge en aceite caliente, su temperatura aumenta en la superficie y empieza
a deshidratarse. Se forma una corteza y el frente de evaporación va trasladándose hacia el
interior del producto. La temperatura en la superficie del alimento alcanza la del aceite
caliente y la interna aumenta lentamente.
Hornos microondas
Durante la cocción con microondas, la distribución del calor es variable en los diferentes
productos y en el interior de un mismo producto. Así, tienen una escasa profundidad de
penetración en piezas grandes de alimentos. Además, la evaporación del agua en su
superficie tiene efecto refrigerante, siendo la causa de la supervivencia de microorganismos
en las superficies y sus proximidades. Si bien existen ya una ingente cantidad de estudios
para determinar la repercusión microbiológica del calentamiento en microondas, las cosas
todavía no están del todo claras aunque prevalece la impresión de que la inactivación
bacteriana va simplemente en función de la relación tiempo- temperatura, al igual que en
cualquier otro tratamiento térmico. (Prat Bartés, 2000).
3.6. ALTERACIÓN DE LOS ALIMENTOS
• Estables o no perecederos: Son aquellos que contienen menos de un 12% de agua libre.
Por ejemplo, azúcar, harina, alubias secas,….
Las temperaturas de refrigeración, entre 4°C y 8°C, son relativamente seguras. Es importante
conocer cómo se comportan los microorganismos, en relación con las temperaturas de los
alimentos:
Las células lesionadas pueden permanecer viables, pero son incapaces de multiplicarse
hasta que la lesión haya sido reparada.
c) HUMEDAD Normalmente, las bacterias se desarrollan mejor cuanto mayor sea el grado
de humedad. Por lo tanto, habrá que tener un grado de humedad bajo en las instalaciones,
y también, secar los utensilios adecuadamente para que las bacterias no proliferen. Las
manos de los manipuladores son una importante vía de contaminación, por lo que habrá que
realizar también un buen secado. (Rao, M.A. y Anantheswaran, 2000).
IV. CONCLUSIONES
Conocimos las alteraciones que sufren los productos por efecto de los tratamientos
térmicos.
Conocimos los cambios de los productos por efecto del tratamiento térmico.
Identificamos y conocimos las principales técnicas que se utilizan en el tratamiento
térmico en los productos.
Conocimos las reacciones de los microorganismos ante la aplicación de fuentes de
calor.
El tratamiento térmico que precisa cada alimento depende de la naturaleza de cada
producto. Algunos sólo permiten ciertas temperaturas pues, de otro modo, provoca
cambios en su aspecto y su sabor. En otros, sin embargo, las altas temperaturas no
producen alteraciones. De cualquier forma, cuanto mayor es el tratamiento térmico,
mayor número de gérmenes se destruyen, ya que al someter a los microorganismos
a una temperatura superior a la que crecen, se consigue la coagulación de las
proteínas y la inactivación de las enzimas necesarias para su normal metabolismo,
lo que provoca su muerte o lesiones subletales.
las temperaturas altas aplicadas en los alimentos actúan impidiendo la multiplicación
de los microorganismos, causando la muerte de las formas vegetativas de éstos o
destruyendo las esporas formadas por ciertos microorganismos como mecanismo
de defensa frente a agresiones externas.
X. BIBLIOGRAFÍA.