Ha pasado menos de una semana desde mi anterior nota en
donde me he expresado a cerca del orgullo ajeno con respecto a los Brasileros, la comprensión Uruguaya y la admiración del cambio de mando en Chile, pero esta vez no logro encontrar el adjetivo correcto que describa la música que sintieron mis oídos al escuchar el miércoles al Sr. Presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Mientras que hace dos días, la comisión Bicameral se
encuentra reunida, al sólo fin de hacernos creer que algo de lo que refieran o escuchen servirá par dar vuelta una decisión tomada de nuestro déspota Ejecutivo, se conoció tal vez otra de las razones por la cual seguimos perteneciendo al tercer mundo, dejando plantado al Presidente de China.
Como vengo aseverando hace ya mucho tiempo, el Gobierno
actual va por todo y necesita dinero para seguir dilapidándolo, es por ello que decidió reemplazar, por decreto por supuesto, a Guglielmino, ex titular de la Procuraduría del Tesoro.
Si nuestra Presidenta hubiera realizado el viaje, no podrían
haberlo destituido, por lo que tal vez esta sea otra de las razones de su cancelación.
Aprovechando su estadía en el país, para pronunciarse sobre
esa obstinada y caprichosa idea de crear el Fondo del Bicentenario, y como es costumbre, la culpa de que no se concrete siempre es de otro, jamás será incapacidad de gestión. Nuestra Jefa de Estado continúa haciendo oídos sordos a lo que el mundo y el país necesita, volviendo a generar violencia. Qué triste me pone ver a un Presidente, que inició el recuento de la serie de reformas que piensa hacer en el campo de la economía, los servicios médicos, la energía, la educación, y sobre todo, la generación de empleos para bien de la clase media, instando a SU Congreso, dividido no sólo entre republicanos y demócratas, sino en lo interno de cada partido, a que lo secundara en esa empresa para rescatar la aún deteriorada economía nacional, con palabras como: “Por favor”, “Les ruego”, mientras nosotros tenemos que soportar que la Déspota Cristina -como el mundo la llama-, agreda a todos y cada uno de nosotros, generando más y más violencia, separando al pueblo, olvidándose de los que no tienen nada, y trabando al que intenta generar algo para los que no tienen.
Hemos escuchado que Obama reconoció ante millones de
televidentes que sus promesas de cambio no han llegado lo suficientemente rápido e imploró por la salvación de la reforma sanitaria, en nuestro país, la culpa de todo sigue siendo de Clarín o del Juez de Turno, que por osar tomar una decisión que se ajuste a derecho, se interpone en los siniestros planes del Ejecutivo.
Mientras que Obama al hablar de los dos partidos
mayoritarios reconoce sus diferencias filosóficas y pondera que ellas sean la semilla del crecimiento de la democracia americana, nosotros vamos al unicato y todo lo que no está con el gobierno es el enemigo declarado.
Pensemos por un segundo, que un Presidente del Primer
Mundo es capaz de dedicarle gran parte de su discurso a la economía, con frecuentes comparaciones con países como China, Alemania e India, a los cuales presentó como ejemplos de la necesidad de las reformas que propone, en tanto nosotros hacemos todo lo contrario, y seguimos teniendo de aliado a Venezuela, pese a que tanto los Estados Unidos, como Colombia, como Perú, Panamá y Canadá fustigaron ante la OEA al dictador Chávez.
Confío en que termine pronto el Circo del Congreso, y que de
manera URGENTE, los representantes que cada uno de nosotros hemos elegido, de una vez por todas comiencen con las tareas encomendadas, AYER, ya que como decía Obama, el ciudadano está cansado de esperar, no puede esperar más, necesita una respuesta AHORA.
Por último, es mi mayor deseo, que comiencen a trabajar
seriamente, y que las soluciones a las cuales arriben, sean bastante más originales que : “es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra”.