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R.N. Nº 3301-2004
LIMA
LIMA, VEINTIOCHO DE ABRIL DE DOS MIL CINCO.
Seguido contra Magaly Medina Vela y Ney Guerrero Orellano ,la Primera Sala Penal Transitoria
de la Corte Suprema en el Recurso de Nulidad número 3301-04 /Lima , en su resolución de
fecha 28 de abril del 2005 , se confirma que se declaró no haber nulidad en la sentencia de
vista que condena por el delito contra la libertad – violación de la intimidad – en agravio de
Mónica Adaro Rueda , a 4 años de pena privativa de la libertad suspendida en su ejecución por
el término de tres años bajo la observancia de las reglas de conducta y el pago fijo de
cincuenta mil nuevos soles por reparación civil solidaria.
1.) La Sala, al fundamentar el fallo, señala con relación al derecho a la intimidad y al caso
concreto,” que la difusión televisiva con las escenas sexuales íntimas de la agraviada no
estaban de ningún modo justificadas por una exigencia informativa, en cuanto se estima
que el derecho de información tiene relevancia jurídica solamente en los límites de la
utilidad social y de la esencialidad y modales civilizados de la noticia”.
2.) Señala, además, que “el derecho a la información no es absoluto, pues ningún derecho
lo es, y ha de coexistir -pacíficamente- con otros derechos fundamentales”.
La propia Sala se encarga de señalar los parámetros que deben ser considerados cuando se
presenta un conflicto entre los Derechos Fundamentales, especialmente entre la libertad de
información y la intimidad u honor. Estos criterios son:
Entendemos que lo que se ha querido referir la solución, son las circunstancias específicas de
la forma cómo se ha violentado la intimidad. Es indudable que, de no existir motivo de interés
social que justifique la penetración en el ámbito de la intimidad, la protección de este derecho
cobra su máxima expresión por parte del sistema jurídico, a lo que debemos agregar, para el
caso concreto, la forma dolosa y abusiva como se procedió en la captación de las imágenes.
Fue hecho adrede y en forma malsana, sin ningún tipo de conmiseración, con el evidente
propósito de producir un escándalo que le permita al programa obtener mayor audiencia del
público.
La Sala, por ello, considera que la reparación civil debió fijarse en una suma mayor, sin
embargo, por consideraciones del orden procesal (la agraviada no interpuso recurso de nulidad
contra la sentencia de la Corte Superior) no podía aumentar el monto.
* ARGUMENTOS DE LA DEFENSA:
Dos han sido los argumentos más importantes de la defensa de los sentenciados:
1.) Que los actos de prostitución clandestina no son objeto de protección por el derecho de
la intimidad.
Sostener que los actos de prostitución clandestina no son objeto de protección por el derecho a
la intimidad, es una expresión genérica que no se condice en las diversas situaciones que
podría desembocar, en algunos casos, en arbitrariedades y en flagrante violación al derecho a
la intimidad, así como en otras, podría justificarse la prevalencia del derecho a la información.
En buena cuenta, no todos los actos relacionados con la prostitución clandestina deben estar
abiertos al conocimiento del público en general. Sin embargo, existirán razones por las cuales
las autoridades respectivas pueden incursionar en locales donde, clandestinamente, se
desarrollen estas actividades. ¿Cuáles son esas razones?, indudablemente, el interés público,
como podría ser por un tema de salud pública, o porque esta actividad la desarrollan menores
de edad. En estos casos, las autoridades, con la autorización del Ministerio Público o, en su
caso, de un juez, pueden efectuar redadas, incursionando en las habitaciones. Es evidente que
la intimidad cede ante la actuación de las autoridades porque de por medio está la salud
pública o la defensa de los derechos de los menores de edad.
La libertad de información, especialmente, aquella que se desarrolla a través de los medios de
comunicación masiva, tiene sus limitaciones. Para dar a conocer el hecho que ha motivado la
intervención policial, en el tema de la prostitución clandestina, la información no tiene que ser
tan explícita y mucho menos, con imágenes que reproduzcan el acto sexual. Es de una falta de
delicadeza e irresponsabilidad la propalación de imágenes de los actos que se desarrollan en
la habitación.
No es la mejor manera de combatir la prostitución clandestina, si es a costa de violentar un
derecho fundamental, como es de intimidad de personas. El cinismo es evidente, ya que en
realidad lo que se buscaba era generar el escándalo en aras de rating. Ese era y es el negocio.
1.) O la falta de tipicidad del hecho por no estar protegida la prostitución clandestina por el
ámbito del bien jurídico amparado por el tipo penal del art.154 del Código Penal: La
Intimidad.
Según Luis Jiménez de Asúa, afirma que en las leyes penales la finalidad es el bien jurídico
que constituye el objeto de protección del tipo penal, por lo que es forzoso desentrañarlo para
efectuar una debida interpretación de la ley penal. El descubrimiento del bien jurídico es el
primer paso para aplicar la ley conforme a su sentido a través de su recta interpretación.
Según Maurach y Zipf, señalan que para la interpretación de la ley penal es decisiva la
determinación del bien jurídico protegido a través del tipo penal.
Según Juan Bustos Ramírez, establece que el bien jurídico en la parte especial fija el ámbito
del injusto que describe el tipo penal.
Según Morales Godo, señala que a pesar de que en el Perú el derecho a la intimidad es
protegido a nivel de la Constitución, el Código Civil y el Código Penal, la Jurisprudencia y la
doctrina en esta materia está en una fase inicial de desarrollo. El derecho a la intimidad protege
la esfera de la existencia de la persona reserva para sí misma, libre de intromisiones tanto de
particulares como del Estado. La intimidad es lo más restrictivo, el aspecto más reservado de la
vida privada.
El Capítulo II del Título IV del Libro Segundo del Código Penal fija como bien jurídico protegido
a la vida íntima, no a la vida privada, la que no tendría como regla la protección a través del
Derecho Penal sino de Derecho Civil.
Si bien podría admitirse que la vida privada está protegida por el tipo penal del art. 157, al
definir como objeto de la acción a datos de la esfera política que técnicamente no
corresponden a la vida íntima; en los supuestos típicos de los artículos 154 al 156, el objeto de
la acción corresponde a datos del ámbito personal y familiar que son los que forman la vida
íntima, no a la vida privada. El tipo penal del art. 154 tiene como objeto jurídico específico a la
vida íntima.
Por lo tanto, la prostitución clandestina, es decir, la que se practica sin el cumplimiento de los
requisitos establecidos en la norma administrativa configura un ilícito o injusto administrativo.
1. ¿El orden jurídico justifica que una información lesione al bien jurídico intimidad sin
constituir delito?
La respuesta es sí.
El orden jurídico admite situaciones en las que una información pese a lesionar la intimidad no
constituye delito.
Para que la información no sea delito a pesar de afectar la intimidad de una persona, tiene que
encuadrar en alguna de las causas de justificación que prevé el art.20 del Código Penal.
El registro y la difusión de la práctica de prostitución clandestina configura la causa de
justificación de actuar en el ejercicio regular del derecho a la libertad de información, prevista
en el tipo permisivo del art.20, inciso 8 del Código Penal.
El autor español José Muñoz Lorente sobre los límites internos de los derechos fundamentales
expresa:
“Los límites internos de un derecho fundamental son aquellos que derivan de la propia
naturaleza, sentido, contenido y finalidad del derecho fundamental, es decir, son aquellos
dados por una interpretación lógica y teleológica del mismo….”.
3.) O la falta de culpabilidad, pues el supuesto injusto penal que se cometió a través del
reportaje de las Prostivedettes, se llevó a cabo por error de prohibición indirecto
invencible, previsto en el art.14 segundo párrafo del Código Penal.
El error de prohibición se produce cuándo la persona comete una acción típica y antijurídica,
pero no llega a ser culpable por haber actuado sin conciencia de la antijuricidad.
Joaquín Cuello Contreras , sostiene que dependiendo de la razón por la que el sujeto activo
cree equívocamente que su conducta es lícita, en doctrina se diferencia entre error de
prohibición directo (es cuando el agente realiza la conducta por la creencia equivocada que es
lícita por desconocimiento de la prohibición legal, o porque pese a su conocimiento la considere
no vigente, o la interprete equivocadamente.) e indirecto (cuando el agente realiza la conducta
por la creencia equivocada que la acción, si bien en principio está prohibida, en su caso está
amparada por una causa de justificación desconoce su límite).
*LA SENTENCIA:
Se afirma que los sentenciados sostuvieron en su defensa, según refiere el Fallo de la Sala
Penal, que:
A) Los actos de prostitución clandestina no son objeto de protección por el derecho a la
intimidad.
B) El trabajo periodístico sobre vedettes dedicadas a la prostitución clandestina es un acto de
ejercicio del derecho a la libertad de prensa.
En tal sentido, la difusión de actos sexuales como práctica de prostitución clandestina no se
encuadra dentro del supuesto de hecho típico del art.154 del Código Penal y corresponde, mas
bien, al derecho a la libertad de información.
Por estas consideraciones, creo que estoy de acuerdo que la sentencia se ajusta a la
Constitución y al Código Penal, aunque de una cierta manera fueron bien benévolos con la
sentencia contra Magaly Medina y Ney Guerrero, además luego de este proceso se puede
sostener la confrontación de derechos tanto a la libertad de información y al derecho a la
intimidad, de acuerdo a su debida interpretación de acuerdo al caso que se presente.