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El poder de la palabra o poder del lenguaje es aquel el cual toda persona debe
poseer o aprender si quiere concretar algo en un futuro ya que no basta con solo
imaginarlo sino también darlo a conocer o explicar por medio del lenguaje. La
palabra va con la actitud y dependiendo del nivel de coerción puede enamorar,
motivar o cambiar la idea de otra persona.
En numerosas ocasiones se oye el célebre dicho de que “una imagen vale más
que mil palabras”. Sin embargo, una palabra puede contener en sí misma un poder
enorme y, acompañado de más palabras, puede llegar a ser incluso demoledora. Pero
primero veamos que es la palabra y el poder en sí.
La palabra; proviene del latín parábola y expresa uno de los elementos más
imprescindibles en cualquier lenguaje; se trata de un fragmento funcional de una
expresión, delimitado por pausas y acentos. La combinación de las palabras y sus
significados permite formar frases u oraciones y la suma de las diferentes palabras en
una expresión determinada, dará como resultado un significado propio y específico.
Los pensamientos son energía, el poder de las palabras es aún más grande
porque son profecías autoproclamadas. Por eso, hay que aprender a hablar bien y a
poner atención en lo que decimos para empezar a practicar los decretos, afirmaciones
o líneas de poder.
Con el fin de mejorar nuestro poder de palabra este consejo ayudara; Hablar o
pensar positivo esto no quiere decir ser siempre optimista pero si tener confianza en ti
mismo, en una mente programada en negativo, la palabra “no” es convertida en el
inconsciente por un “sí”, es decir, al expresar “yo ya no me enfermo”, es igual a “yo
me enfermo todo el tiempo”. Debemos aprender a poner nuestra atención en lo que sí
quiero vivir. Cuidar el tiempo, dejar las preocupaciones atrás, nos dicen desde
pequeños que es bueno y que es malo y pasamos la vida entera preocupados por hacer
o decir algo indebido el único tiempo real es este instante por lo tanto, debemos
aprender a decretar en el aquí y en el ahora. El cambio comienza por uno mismo, y
hay que recordar que no a todos podemos convencer con una idea pero aun así
aprendemos de nuestros errores y mejoramos nuestro poder de palabra.
“Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas
no valen por una.”
–Francisco de Quevedo–
De nuestras palabras depende nuestro futuro, así que empecemos a cambiar nuestra
vida, cuidando las palabras que decimos y nuestra forma de hablar.