LÓGICA Y FILOSOFÍA DE LA CIENCIA OSCAR ANGULO FAVELA 17/NOV/2017 Existen tres componentes de la filosofía que se encargan de estudiar las propiedades puramente lógicas que se suscitan en cada una de ellas: la lógica del concepto, la del juicio y la del raciocinio. Sin embargo, la lógica lleva a cabo el estudio de dichas propiedades a medida que el conocimiento de las mismas permita determinar la estructura del sistema científico. Siendo una teoría de la ciencia, la lógica se encarga solamente de las relaciones de razón que dan lugar a ese sistema y que son esenciales en él. Dicho sistema no se estudia como tal ni en la lógica del concepto, ni en la del juicio, ni en la del raciocinio, ya que, aunque la ciencia se trata de raciocinio, no todo raciocinio produce ciencia. Al raciocinio científico se le conoce como demostración. El estudio de la misma es indispensable en una teoría de la ciencia, ya que esta teoría se encarga de explicar la causa de su objeto. La demostración se considera en dos aspectos: según si finalidad y según su estructura. Por una parte, está el silogismo científico, el cual requiere de la precisión de sus dos términos; en primer lugar, la demostración estricta tiene la forma de un silogismo categórico, ya que este es prueba universal de una verdad; y segundo, se le denomina científico al silogismo demostrativo por ser ciencia su efecto. Según la concepción aristotélica, el saber se distingue del conocer solo porque solo el primero es ciencia; por esto mismo, la demostración es el silogismo que produce un conocimiento que es etiológico y necesario. El saber se considera, entonces, como el conocer en el que existe un conocimiento de causa y en el que se puede percibir una relación necesaria entre este y su efecto. Para que una cosa sea etiológicamente conocida es necesario que su causa sea formalmente conocida en su relación y condición de causa de ella, es decir, se trata así de conocer la cosa "E" por su causa "C", no de estudiar o conocer solamente "C"; de tal manera, que, una vez conocida esta, se requiere mostrar cómo aquella es su efecto. En el conocimiento etiológico las cosas son conocidas a la luz de sus causas. Cuando se produce un conocimiento etiológico, la demostración debe proporcionar un conocimiento necesario. Para esto, se necesita que lo que se esté demostrando se presente como si no pudiera ser de ninguna otra manera, sino tal cual es, de lo contrario, este conocimiento no puede ser científico; esto se logra a causa del conocimiento etiológico. La necesidad y certeza de la conclusión proviene del conocimiento etiológico, por lo que resulta imprescindible que el nexo entre la causa y el efecto sea necesario y no contingente. Cuando esto no ocurre, el conocimiento es etiológico y necesario al mismo tiempo, caso conocido como el conocimiento cierto por las causas, en el que el doble carácter de la demostración (necesario y etiológico) aparece como una unidad. La ciencia alude al tipo de conocimiento que es distinto de aquel que surge espontáneamente y es vulgar. La ciencia, en su más amplia expresión, es el conocimiento cierto por causas que se adquiere por medio de la demostración; a efecto de ella, no solo es conocer, sino un saber. La certeza que se logra utilizando la demostración hace del conocer un verdadero saber, lo que es, un conocimiento científico. Siendo el conocimiento por la causa propia más perfecto que el que solo procede por lo remoto o impropio, la demostración que se lleva a cabo como un ideal científico y cuando está verificada, esta no se limita solo a probar la verdad de su conclusión, sino que también explica las causas de ella, de ahí viene el nombre de propter quid. Esta demostración (propter quid) se basa en la esencia del objeto que se está tratando del cual, en la conclusión, se le establece una propiedad. Es decir, que solo hay demostración perfecta cuando el nexo entre el sujeto y el predicado de la conclusión es necesario. Cualquier demostración propter quid también es a priori; la esencia de una cosa es la causa verídica de sus características. Por otra parte, existe una demostración, llamada a simultáneo a aquella demostración que prueba una cosa por otra que no es consecuencia de ella, pero que tiene relación a su verdad y presentan una implicación mutua. La ciencia tiene un aspecto subjetivo y otro objetivo: subjetivamente, es una acto o hábito; la ciencia es acto en cuando el sujeto, aquí y ahora, lleva a cabo una operación intelectual que incluye un conocimiento científico. El hábito científico, cuando es perfecto, provoca que el sujeto que lo posee tenga la capacidad de desarrollarse por su propia cuenta en el campo de la ciencia y que pueda identificar y eliminar los errores que se puedan presentar. Por otra parte, la ciencia objetiva es un sistema o conjunto de verdades científicas; el acto y el hábito científico son cosas simples, mientras que el sistema es el conjunto de las verdades demostrativas que se adquirieron: este conjunto es un ente de razón total. En una realidad extramental, lo que la ciencia estudia posee una unidad que fundamenta a la del sistema; sin embargo, no son iguales. El sistema científico, elaborado por medio del raciocinio, no es una unidad real que el objeto posee, sino que es un trasunto lógico de ellas, que se encuentra condicionado por esas propiedades irreales. Entonces podemos decir que el sistema desarrolla, de manera lógica, lo que en un objeto o cosa es una unidad real. Entonces, la unidad del sistema es la relación de razón que se presenta entre los miembros que lo conforman, y cada uno de ellos se integra en un sistema como componente de un todo irreal que, a su vez, tiene un sentido científico; aquí no se incluyen los acontecimientos subjetivos, sino que las mismas conclusiones demostrativas; siendo las conclusiones miembros de este sistema, pero no son un ente real; son juicios lógicos en los que se expresa la relación de razón entre los conceptos. En conclusión, la demostración consiste en aquel raciocinio científico, el cual es indispensable para esclarecer las causas de los objetos; se considera según su finalidad y según su estructura. La demostración que es estricta y se expresa de manera propia tiene forma de silogismo categórico, ya que es la prueba universal de algo que es verdadero; mientras que las demás solo son capaces de probar hasta que se reducen hasta convertirse en un silogismo categórico. A su vez, la ciencia solo se limita a las cosas que pueden asignarse a causas entitativas, es decir, se encarga de distribuir las entidades de las que solamente se pueden determinar las causas lógicas, a lo que se le conoce como in cognoscendo. Por último, toda demostración proporciona un conocimiento que es necesario, dejando notar que esa cosa no puede ser de otra manera más que la que se demuestra, tal y como es.